Cuadernos de Psiquiatría Comunitaria

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Fundada en 2001
Consejo de redacción: Víctor Aparicio Basauri, Paz Arias García, Andrés Cabero
Álvarez, Cristina Fernández Álvarez, José Filgueira Lois, Ignacio López Fernández,
Pedro Marina González y Juan José Martínez Jambrina.
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La revista puede ser vista en la página web www.aen.es de la Asociación Española de
Neuropsiquiatría (AEN), en el apartado de publicaciones (otras publicaciones).
Ilustracion de la cubierta: La hoja y el ombligo (1930). Jean Arp (Estrasburgo, 1886;
Basilea, 1966)
Museo de Arte Moderno, New York (EEUU)
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la autorización por escrito del titular del Copyright.
Número de ejemplares: 550
Depósito legal: AS – 3.607 – 01
ISSN: 1578/9594
Impresión : Imprenta Goymar, S.L. – Padre Suárez, 2 – Oviedo
Periodicidad: Semestral
Cuadernos de Psiquiatría Comunitaria colabora con el Departamento de Salud Mental
y Abuso de Sustancias de la Organización Mundial de la Salud.
Los autores son responsables de la opinión que libremente exponen en sus artículos.
Cuadernos de Psiquiatría Comunitaria
SUMARIO
Vol. 8 - Núm. 1 - 2008
PRESENTACIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
ARTÍCULOS ORIGINALES
Terapia por el arte
José Guimón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Psico-Neuro-Biología de la creatividad artística
Jesús J. de la Gándara Martín . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
Locos y artistas creadores heréticos
Ana Hernández . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
Fotografía y psiquiatría
Oscar Martínez Azumendi . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
Poesía y psicodrama: creación y espontaneidad
José Antonio Espina Barrio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77
El proceso de creación cinematográfica: Orson Welles
y la pasión por los personajes malvados.
Tiburcio Angosto Saura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
INFORMES
Programa mundial de acción en Salud Mental (mhGAP) . . . . . . . . . . . . . . . . . 105
IN MEMORIAM . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109
Pedro Gómez Bosque
RESEÑAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .111
REUNIONES CIENTÍFICAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
NORMAS DE PUBLICACIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123
Cuad. Psiquiatr. Comunitaria,
Vol. 8, N.º 1, pp. 7 - 8 , 2008
Presentación
Disciplinas aparentemente tan dispares entre si como la psiquiatría y el arte se muestran sin
embargo indisolublemente relacionadas si consideramos una serie de inquietudes, ampliamente representadas en el imaginario social por una parte y en los intereses profesionales por otra.
Ya la propia excentricidad del artista (no sólo hay que serlo, sino parecerlo), ha alimentado
una imagen romántica del proceso creativo como originado en el propio dolor y pasiones individuales. Las corrientes surrealistas, de importante impacto socio-cultural desde su aparición,
acrecentaron el interés por los condicionantes inconscientes y oníricos del proceso creativo.
Desde ahí, el salto hacia la utilización práctica del arte buscando experiencias de crecimiento
personal e incluso como coadyuvante terapéutico en diversos trastornos o crisis psíquicas no
fue difícil. Desde una perspectiva más académica y para un mejor entendimiento del proceso
artístico y creativo integrado en el funcionamiento psíquico global, no podemos descuidar enfoques aparentemente más prosaicos como es el estudio de sus fundamentos neuroanatómicos
y explicaciones neuroquímicas.
Además, el carácter eminentemente humanista asociado a la profesión médica y psicológica, nos hará posicionarnos en una actitud más receptiva a la hora, no sólo de buscar explicaciones causales, más o menos inconscientes, de la obra de arte, bien sea esta producto de artistas oficiales o marginales como los enfermos mentales, sino valorarla estéticamente y
deleitarnos ante ella. De esta forma, los propios intereses y aficiones artísticas de muchos profesionales de la salud mental hacen la complementariedad entre ambas materias aún más intensa.
Pretender abarcar en una publicación monográfica los múltiples aspectos y matices en los
cuales pueden coincidir o complementarse el arte y la psiquiatría es sin duda una tarea imposible. Sirva como ejemplo de la diversidad de campos y temáticas que pueden abordarse los seis
trabajos que conforman el presente volumen.
Inicia la obra José Guimón con una revisión acerca de la “Terapia por el arte”. Inscrita esta
entre las llamadas terapias no verbales, el artículo realiza un recorrido desde sus antecedentes
históricos, pasando por sus mecanismos terapéuticos y variedades técnicas, con sus indicaciones y eficacia demostrada.
Jesús J. de la Gándara en “Psico-neuro-biología de la creatividad artística”, tras reflexionar sobre el proceso de creación artística, continúa con una revisión sobre las diferentes hipótesis anatómicas y neurofisiológicas donde sustentarlo. Finaliza la exposición con el concepto
de autoestimulación perceptiva como propuesta teórica para explicar la necesidad universal de
expresión artística y secundariamente la imperiosa búsqueda expresiva de muchos enfermos
mentales.
8
Presentación
Ana Hernández, bajo el título de “Locos y artistas creadores heréticos” y desde una perspectiva historicista, nos dirige la atención hacia el Art Brut realizado por enfermos mentales,
tanto desde el punto de vista de la vanguardia artística, como desde la psiquiatría más académica en la primera mitad del S. XX y especialmente las aportaciones de Gonzalo Rodríguez
Lafora.
Por mi parte, en “Psiquiatría y fotografía”, pretendo abordar una de las artes probablemente menos estudiadas en el campo psiquiátrico, seguramente evitada en cierto modo por su riesgo
inherente frente a la conveniente confidencialidad generalmente aceptada. El trabajo revisa la
fotografía en relación con la psiquiatría desde su nacimiento, no sólo desde el punto de vista artístico, sino como herramienta al servicio del diagnóstico, terapia u ocupación.
En un primer momento, la invitación a participar en el monográfico a José Antonio Espina
iba dirigida a la inclusión de las técnicas teatrales, más allá del propio psicodrama, con objetivos terapéuticos. Su trabajo final: “Poesía y psicodrama: Creación y espontaneidad”, desborda el objetivo inicialmente propuesto para convertirse en ejemplo perfecto de la conjugación de
técnicas terapéuticas de fundamento artístico e inquietudes humanísticas del propio profesional.
Para finalizar, el ensayo de Tiburcio Angosto: “El proceso de creación cinematográfica:
Orson Welles y la pasión por los personajes malvados”, desgranando toda la serie de personajes viles y amorales que desfilan por sus películas y apoyándose en una detallada biografía del
cineasta, resulta el prototipo de las aproximaciones realizadas desde el ámbito psicoanalítico
para entender mejor la personalidad y producción de los más variados artistas y figuras históricas.
Oscar Martínez Azumendi
Psiquiatra
Bilbao (España)
Cuad. Psiquiatr. Comunitaria,
Vol. 8, N.º 1, pp. 9 - 25 , 2008
Terapia por el Arte
Art Therapy
José Guimón
Catedrático de Psiquiatría;
Psiquiatra, Psicoanalista.
Bilbao
RESUMEN
ABSTRACT
Freud describió la técnica psicoanalítica como
un procedimiento verbal para resolver conflictos
inconscientes a través de la utilización de la transferencia. Sin embargo, aunque los psicoanalistas
mantuvieron esa tónica de intentar tratar los conflictos a través de «hablar» («talking cure»),
muchas terapias posteriores prescindieron casi
por completo de la palabra como instrumento de
curación. Las llamadas terapias artísticas forman
parte de ese conjunto de terapias «no verbales».
Freud described the psychoanalytic technique
as a verbal technique to resolve unconscious
conflicts through the use of transference.
However, although psychoanalysts kept trying to
treat conflicts through “talk” (“talking cure”), many
subsequent therapies avoided words almost entirely as an instrument of healing. Art therapies are
part of this whole “nonverbal therapies”.
Palabras clave: arte, psicoanálisis, terapia,
creatividad, mecanismos terapéuticos, eficacia.
Keywords: art, psychoanalysis, therapy, creativity, therapeutic mechanisms, effectiveness.
ARTE, CREATIVIDAD Y
TERAPIA
¿Es artístico todo lo creativo?
Más allá de la pregunta sin respuesta
sobre “lo que es el Arte”, algunos autores
como Wollheim (1) creen necesario distinguir entre el artista, la obra artística y el proceso creativo. Debemos, dice, distinguir
entre la persona, la vida de la persona y el
vivir tal vida: el producto, y el proceso que
culmina en el producto. Este último aspecto
es el decisivo par entender los otros dos.
De la misma manera que no cualquier organismo vivo es una persona, cualquier obra
aislada, por ejemplo una pintura, no es en sí
misma una obra de Arte (2). Hay muchas
personas que sin ser artistas realizan un tra-
bajo pictórico “portador de significados”
como quienes pintan por distraerse o algunos
enfermos mentales que representan en cuadros sus alucinaciones o artesanos que pintan
pasquines de propaganda. Pero todos esos
productos pictóricos con significado, para
ser considerados como “artísticos”, necesitarían tener otros requisitos adicionales.
Una condición, para Nehamas (2), sería
que la obra fuera el producto de un proceso
que haya resultado en la creación de más de
una obra, porque es improbable que el artista sólo produzca una obra en su vida. Por ello
propone que necesitamos saber, por ejemplo,
no sólo lo que un pintor produce realmente
sino también qué pinturas podría producir, lo
que se asemeja pero supera a la noción de
“repertorio”. Además, el pintar, practicado
como un Arte, debe buscar, para este autor,
10
José Guimón
dar y obtener un placer visual.
Adicionalmente, Wollheim se inclina por
exigir que la obra para que sea considerada
como “artística” debe tener un significado
psicológico: lo que una pintura significa,
dice, “depende de la experiencia inducida en
un espectador adecuadamente sensible e informado cuando mira una pintura con las intenciones del artista que le llevaron a hacerla. Si queremos comprender cuándo y cómo
una pintura es un arte debemos considerarlo
en la perspectiva del artista”.
Esta última condición ha sido criticada
por las corrientes post-modernistas. Sin embargo, constituye una opinión muy extendida
entre los especialistas en Artes plásticas y en
la Literatura, estuvo en la base del Arte
Moderno y justifica las aproximaciones psicológicas profundas a la comprensión del
Arte, del proceso creativo y de los artistas.
Por todo lo anterior, no es de extrañar que
muchos autores han tenido reparos al adjetivar como artísticas las obras espontáneas de
determinados pacientes mentales y a llamar
“terapia por el Arte” a ciertos procedimientos empleados en su tratamiento. Así es frecuente que se haya preferido el término de
“terapias expresivas” a estas técnicas psicoterapéuticas “no verbales”.
¿Existen terapias exclusivamente no
verbales?
Es en medios anglosajones que se comenzó a hablar de “Terapias expresivas” (3). En
Francia se las denominaron “no verbales”
cuando no se utilizaba la palabra para nada
y en cambio técnicas “por mediación”
cuando el cuerpo, la música, la escritura o la
pintura se utilizaban en la posterior relación
verbal con el paciente (4, 5). En todo caso,
casi invariablemente, el terapeuta hablaba
en algún momento al paciente aún cuando
este no lo hiciera. Actualmente se acepta utilizar que son no verbales cuando recurren
principalmente a los gestos, los sonidos o las
imágenes. La capacidad de respuesta a estas
señales sensoriales y perceptivas es el factor
determinante de una relación de terapia expresiva, independientemente de qué actividad intermediaria se utilice (el movimiento,
la música, la pintura, etc), lo que depende de
factores como el estilo de vida del paciente,
su sensibilidad especial para una determinada modalidad etc. Por otra parte no todas
estas producciones pueden considerarse
como “creativas” porque resultan de procesos de imitación o copia. Las teorías sobre la
esencia y el origen de la creatividad varían
desde las que presuponen la puesta en
marcha de determinadas estructuras neurológicas particulares a las que insisten en el
papel del inconsciente en su génesis. En relación con la terapia por el arte son estas segundas aproximaciones las más esclarecedoras.
Psicoanálisis y creatividad
Las terapias expresivas se iniciaron dentro
de una orientación psicoanalítica (6), aunque
posteriormente confluyeron con otras terapias como las de orientación humanista, gestáltica, o transaccional con las que confluyeron. En esa fusión se modificaron en mayor
o menor manera y tomaron como objetivo el
crear una armonía entre el mundo interior del
paciente y su conducta externa.
La teoría de los instintos de Freud señala,
como es sabido, que el aparato psíquico funciona según el denominado “principio del
placer” que persigue la realización inmediata de los deseos, de acuerdo con el “proceso
primario”, forma irracional de funcionamiento de la mente que se puede observar en
los sueños. Las investigaciones psicoanalíticas compararon el trabajo onírico con “el tra-
Terapia por el arte
bajo del arte”. Los obstáculos impuestos por
la realidad obligarían al aparato psíquico a
adecuar su modo de acción a las exigencias
del mundo externo, sometiéndose al “principio de realidad”. La acción se caracteriza,
según ese principio, por las normas de eficacia, juicio, elección y decisión, propias del
llamado “proceso secundario” prevalente en
la actividad vigil.
Freud, en su primera descripción de la
personalidad, distinguió entre dos “instancias” (“consciente” e “inconsciente”) separadas por una zona intermedia llamada “preconsciente” sobre la que actúa la represión.
La hipótesis de Freud es que existiría una
cierta “flexibilidad de la represión” en el artista que le facilitaría la creatividad. En ese
mismo sentido, Arieti propone que algunos
mecanismos que favorecen la creatividad
(desplazamiento, condensación, sublimación) pueden actuar porque en ciertos pacientes, cuando realizan una actividad artística, el preconsciente se hace “más
permeable”. Kubie (7) también señala la importancia del preconsciente. Los psicoanalistas, en definitiva, han considerado que los
individuos muy creativos tienen una mayor
facilidad de acceso al inconsciente y a funcionar de acuerdo con el proceso primario.
Freud pensó que sería el proceso primario
quien generaría las ideas novedosas, como
en los sueños y luego las transferiría a veces
11
al consciente en ráfagas o flashes de inspiración.
La autoterapia: El Arte de los enfermos
mentales
A principios de los años 20 (Tabla 1), el
historiador de Arte y psiquiatra alemán H.
Prinzhorn (8) reunió, como es sabido, una
colección de casi 5.000 pinturas, dibujos,
manuscritos, objetos y collages, hechos por
pacientes de hospitales psiquiátricos a través
de toda Europa, creados todos entre 1890 y
1920 (9). Estas obras, según él, habrían surgido de una necesidad urgente de los pacientes de “imponer un orden al caos y de una
pulsión hacia la expresión”. Presentaban
temas repetitivos: invenciones mecánicas,
imágenes religiosas, fantasmas sexuales, dibujos con motivos obsesivos, bestias fantásticas, etc (10). Ciertas obras de su colección
fueron consideradas en la época como precozmente expresionistas y más tarde se tornaron en fuente de inspiración para numerosos artistas de vanguardia, tales como J.
Dubuffet, M. Ernst, y los surrealistas.
Dubuffet (11) “descubrió” el arte “primitivo”
(de las barracas de las ferias y de los niños) y
afirmó que la producción de los artistas consagrados no era más que una degradación del
arte brut. Ciertos artistas vanguardistas han
buscado su inspiración en las obras de enfermos mentales y han llegado a considerar el
TABLA 1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA TERAPIA POR EL
ARTE
• Primeras concepciones psicoanalíticas sobre
- La representación inconsciente a través de las imágenes simbólicas de los sueños (12)
- Los símbolos comunes del inconsciente universal (13, 14).
• La Terapia por el Arte como tal empieza con el descubrimiento por los psiquiatras,
del arte de los pacientes ingresados en los “asilos psiquiátricos”
- La Colección de Heidelberg, obras de enfermos mentales, reunida en 1922 por Hans
Prinzhorn
12
José Guimón
arte como una reactivación del delirio. A lo
largo de los años 30, la revista Minotauro de
Skira publicó numerosos trabajos sobre este
tema. En 1946, tuvo lugar una exposición en
Saint-Anne siguiendo la iniciativa de algunos psiquiatras.
Con frecuencia se ha considerado que la libertad de creación de los artistas plásticos provenía de una patología psiquiátrica. El nazi
Goebbels, por ejemplo, llamó “Arte degenerado” a la exposición que organizó en 1937 en
Munich. S. Freud manifestó poco interés sobre
este tema y se mostró más bien reservado
sobre las aproximaciones al respecto de los surrealistas, como lo expresó después de las visitas que le hicieron André Breton y Salvador
Dalí. Otros psicoanalistas se han mostrado reticentes a entrar en materia afirmando, como
lo hizo escépticamente Oscar Pfister (15), que
“un pintor puede por ejemplo ser cubista sin
que se sospeche que tiene una enfermedad
mental”. Oros psicoanalistas se interesaron
mucho por el tema. Finalmente, ciertos artistas
(Günter Brus, Otto Muehl, Hermann Nitsch,
Rudolf Schwarzkogler, etc.), inspirándose en
estas nociones, han utilizado, con una finalidad provocativa, su propio cuerpo como instrumento de creación o de expresión de pulsiones “prohibidas”: sadismo, masoquismo,
necrofilia, coprofilia, zoofilia, etc.
MECANISMOS TERAPÉUTICOS
Pero, ¿cuáles con los ingredientes que
hacen que una actividad artística pueda ser
terapéutica? Diversos mecanismos han sido
invocados (Tabla 2). Los tres primeros (catarsis, sublimación y reconstitución de la
imagen corporal) se relacionan con la dinámica interna del sujeto y serían más evidentes en lo que acabamos de llamar la “autoterapia”. El insight, la contención y la
comunicación empática exigen, por el contrario, la actuación de un terapeuta
TABLA 2. MECANISMOS
TERAPÉUTICOS
• Paso del inconsciente al consciente
(catarsis)
• Sublimación
• Insight
• Reconstitución de la imagen del cuerpo
• Contención
• Comunicación empática
Paso del inconsciente al consciente (catarsis)
En primer lugar, se ha invocado el posible efecto terapéutico vinculado al paso del
inconsciente al consciente, a la expresión directa de experiencias internas. Kris (16) propone que el arte libera las tensiones inconscientes y “purga” el alma. Esta opinión se
atribuye con frecuencia a Aristóteles y se
considera común denominador entre su
teoría y la de Freud quien adoptó, como
primer paso en la terapia psicoanalítica, el
término Aristotélico de «catarsis». Por otra
parte, esa catarsis sería más eficaz en algunas personas con trastornos mentales. Así
Greenacre (17) supone que los niños futuros
creadores tal vez tengan ya una sensibilidad
mayor que la media a la estimulación sensorial, «una vibración mayor y una necesidad
de armonizar las relaciones de objeto internas» de donde vendría una «relación de
amor» con el mundo que produciría la creatividad.
Estas vivencias, inconscientes, podrían
traducirse más fácilmente en imágenes o movimientos simbólicos que en palabras porque
están menos sujetas a las reglas de la gramática o de la lógica. En efecto, el arte no
verbal es un vehículo de comunicación
menos corriente y de ahí, menos sujeto a
control. En la terapia por el arte analíticamente orientada aparecen inesperadamente
en una obra de un paciente contenidos in-
Terapia por el arte
conscientes disfrazados que pueden ser descifrados por el terapeuta.
En esa línea de pensamiento, Ernest Kris
subdividió el proceso creativo en una fase de
inspiración, durante la que la lógica pierde el
control y operan los procesos inconscientes,
y otra de elaboración en que la lógica toma el
control de las ideas generadas durante la inspiración. Desde esa perspectiva, la producción artística puede ser comprendida como
un fenómeno adaptativo basado en el proceso primario pero orientado luego hacia la realidad (proceso secundario).
La fase de inspiración tiene muchos
rasgos en común con los procesos regresivos: emergen en ellos pulsiones y deseos
antes escondidos. La primera, la «inspiración» es la “liberación divina de los caminos ordinarios del hombre”, un estado de
“locura creativa” (Platón), en el que el Yo
controla el proceso primario y lo pone a su
servicio. Kris describió el mecanismo de
acción del proceso primario en la creatividad como «una regresión al servicio del
Yo». Si no fuera así, el Yo se vería confundido por el proceso primario, como ocurre
en el pensamiento psicótico. La experiencia
subjetiva es la de un flujo de pensamiento e
imágenes que buscan ser expresados. La segunda fase tiene muchos rasgos en común
con lo que caracteriza al “trabajo” en la vida
diaria, para el que se necesitan dedicación y
concentración.
Sublimación
De una forma semejante, Freud consideró
que la irrupción del inconsciente a través del
proceso primario era la responsable de la génesis de los chistes y de los actos fallidos.
El individuo creativo tiene que escapar de las
restricciones, de las convenciones, de la
moda o de la imitación de los demás.
13
En ese sentido, Freud invocó el efecto de
la “sublimación” de las pulsiones prohibidas (hacia fines altruistas y espirituales más
captables culturalmente) como motor de la
creatividad artística (5). Algunos incluso
creen que la calidad del producto artístico
es reveladora del grado de sublimación alcanzado. El efecto de síntesis de la fuerza
creadora sería el que produciría el efecto
beneficioso de la terapia por el arte. Sin
embargo, otros no comparten esta idea y señalan que ciertos pacientes obtienen beneficios importantes con producciones de calidad mediocre.
Reconstitución de la imagen del cuerpo
Por otra parte, el esquema corporal es un
depósito de imágenes internalizadas que alberga las representaciones de uno mismo y
de determinadas figuras importantes de
nuestra infancia. La desaparición de tales
personas por su ausencia o su muerte produce un sentimiento de cierta pérdida del
cuerpo propio. La necesidad de restitución
lleva a una intensa búsqueda de la representación de la figura internalizada desaparecida
lo que en algunas personas dotadas para las
artes les conduce a la restitución a través de
actividades creativas.
Las personas creativas saben que determinadas posturas o situaciones corporales favorecen la creatividad y otras que la disminuyen porque la creatividad no es posible sin
una acción (output) motórica o muscular y es
despertada por sensaciones corporales.
Cuando una persona dibuja una forma
humana pone en ella sus propios sentimientos corporales. La terapia artística utiliza
esos mecanismos para lograr la estabilización del paciente. Pero, ¿es suficiente la descarga de la tensión provocada por los conflictos intrapsíquicos o es necesario que el
terapeuta los interprete?
14
Insight
José Guimón
Tradicionalmente se intentaba hacer consciente lo inconsciente a través de la interpretación verbal porque se pensaba que el lenguaje era el único medio que tiene el ser
humano de ponerse en contacto con sus
deseos. Sin embargo desde que el
Psicoanálisis comenzó a tratar niños y psicóticos esta visión no fue tan defendible. Como
dice un autor (3) “las vivencias no siempre
pueden ser reducidas a la expresión verbal
directa, ya que la conducta es producto de
una multiplicidad de estados cognitivos,
afectivos y perceptivos cuyas propiedades
son con frecuencia espaciales y contiguas,
más que directas y lineales, y por tanto verbales”
Se ha señalado, pues, el rol del insight obtenido a partir de asociaciones de ideas que
la obra de arte evoca en los pacientes (y en
los demás pacientes cuando se trata de un
grupo), lo cual permite al terapeuta enriquecer sus interpretaciones.
Contención
Desde el Psicoanálisis basado en las relaciones objetales se ha explicado la acción terapéutica de la actividad artística especialmente por el efecto de la relación con el
analista.
Un proceso que ha sido señalado como
esencial en la terapia por el arte es la “contención”, entendida (18-20) como la capacidad de enfrentarse a la ansiedad de otro ser
humano, de comprenderla y proyectarla de
una manera que se la despoje de su poder negativo. Balint (21) señala que el terapeuta
como la madre siente las sutiles expresiones
de dolor, pérdida y soledad que se descubren
en la atrofiada capacidad de su paciente para
relacionarse. El terapeuta artístico debe ser
capaz de reproducir con el paciente un “espacio transitorio” para el diálogo que facilite
que se integren los sistemas afectivos y perceptivos. Ese espacio intermedio tiene en algunas técnicas la capacidad de cierta duración, como en la escultura, la pintura o la
escritura y puede ser re-encontrado por el paciente y el terapeuta en otros momentos del
tratamiento. En cambio, los espacios de contención son en otros casos instantáneos, pasajeros y quedan sólo en el recuerdo de los
actores.
Algunos autores, al definir la contención
como la capacidad de responder activa, sensible y apropiadamente a las necesidades del
paciente señalan que esa acción de “estar con
el otro” implica a la vez “empatía” y “simpatía”. Pero todos estos términos no son definidos de forma unánime.
Comunicación empática
En efecto, la eficacia de las terapias artísticas se ha subrayado la importancia de la comunicación empática entre terapeuta y paciente, fundamental en cualquier terapia,
pero específicamente útil (22) en las terapias
no verbales para aquellos pacientes que encuentran difícil la comunicación verbal y necesitan un método diferente para abordar la
exploración de afectos o sentimientos. Ernst
Kris (16) considera el arte como una comunicación en la que hay un emisor, un mensaje y un receptor. En la comunicación terapéutica, el paciente y el terapeuta
intercambian continuamente sus roles de
emisor y receptor, mientras que el mensaje
que surge es el producto de su interacción.
La terapia, por tanto, puede ser una expresión artística de los dos componentes en
juego, y puede ser una invitación a una comunicación compartida en la que dos mentes
se entrecruzan al nivel más profundo del ser
psíquico. En la terapia artística existe un
Terapia por el arte
tercer componente de la comunicación; el
producto artístico (pintura, poema, música,
danza) que actúa de nexo entre ambos. El
lienzo, en el retrato de Dorian Gray de Oscar
Wilde ilustra a la perfección el rol de intermediario entre ambos interlocutores.
Los autores kleinianos y especialmente
los seguidores de Bion refieren esos sentimientos a la relación precoz madre-bebé.
Aceptan en la madre una capacidad de “reflexión empática”, de “reverie”, a través de
la cual “el bebé es alojado en el pezón de la
mente de la madre en una ilusión de unidad
primaria” .Tustin evoca el proceso empático
al hablar del “éxtasis” que surgen en estados
Figura 1. Comunicación empática. El paciente,
autista al principio, creía comunicarse con un satélite cuando hacía yoga. En el curso de la terapia
estableció una comunicación simbiótica con el terapeuta, fuente de energía.
15
de intensa excitación que el niño no puede
soportar y procesar solo. Si la madre no
puede “contenerle” el infante se ve sobrenadado y experimenta un estadio precoz de
dualidad (Two-ness) amenazante y confusionante. La evolución de un paciente psicótico tratado en el hospital de día de Basurto
(23) ilustra este mecanismo (Figura 1).
El proceso terapéutico
En cuanto al proceso terapéutico puede
ser tan corto como una sola experiencia de
un par de horas o tan largos como los recogidos en algunas obras como las de Joe Berke
o García Badaracco (24). Se ha descrito la
existencia frecuente de un período inicial de
“luna de miel” que hace progresar el trabajo
terapéutico, pero los miedos y resistencias
inevitables pronto lentifican el proceso y
ponen a prueba la preparación y la intuición
del terapeuta.
En cualquier caso son muchos los autores
que se que se plantean diversas preguntas:
¿Son estas experiencias psicoanalíticas?
¿Deben los pacientes verbalizar sus propias
experiencias o debe hacerlo el terapeuta? ¿Es
suficiente la experiencia artística en sí?
.Cuando no se entienden los sentimientos ¿la
tensión sube de nuevo? La mayoría de los terapeutas por el arte con experiencia prolongada consideran que el terapeuta reproduce con
el paciente un “espacio transitorio” (en el sentido de Winnicott) para el diálogo, y para que
se integren los sistemas afectivos y perceptivos. Ceen que es específicamente útil para
quienes encuentran difícil la comunicación
verbal, niños y psicóticos. Foulkes (25, 26)
considera que se trata de ayudarles a tener
más receptividad para los “procesos “transpersonales” “para ver un poco mejor, más
profundo, antes que los demás, lo que sus pacientes están realmente diciendo… (porque)
los individuos se comunican sin saberlo a
José Guimón
16
través de procesos inconscientes que están
entre ambos y los pernean”.
EL ARTE COMO PSICOTERAPIA
La idea de que la actividad artística tiene
efectos terapéuticos en las enfermedades
mentales está muy extendida en la población
general y entre muchos profesionales de la
Salud mental que colaboran en Instituciones.
Sin embrago los estudios sobre su eficacia
son, como veremos, escasos, en parte porque
las técnicas empleadas están poco estandarizadas.
Apuntes históricos
Desde el siglo XIX, se han venido realizando numerosos intentos de establecer correlaciones entre ciertas características del
estilo artístico de la obra de los pacientes y
los diferentes tipos de locura. Así, por ejemplo, Lombroso (1835-1909) en su célebre
trabajo sobre “El genio en los locos” (27),
intentó poner en evidencia este tipo de relaciones. Por su parte, el psiquiatra Max había
estudiado las particularidades de los dibujos
de los enfermos para confirmar un diagnóstico. En realidad, a menudo se buscaba patología en los autores cuyas obras se alejaban
de las reglas académicas del “buen gusto”.
Esto ha sido criticado por autores tales como
Michel Thévoz (28, 29) que han visto en
ello la expresión de “la moda del positivismo”, es decir de la objetivación pseudocientífica y de la clasificación, que hace estragos más aún en este campo que
corresponde, dice, “a la etapa imperialista
del poder psiquiátrico: los expertos en salud
mental, los primeros psiquiatras que se han
interesado a las producciones artísticas de
sus pacientes (30) pensaron poder determinar correlaciones fijas entre ciertas características de estilo y las diferentes formas de
demencia homologadas”. En el mismo sen-
tido, la crítica de Francoise Levaillant
expone que “esos primeros análisis estilísticos nos informan más acerca de la cultura
artística de los médicos de los asilos que
acerca de las obras presumiblemente patológicas. Y la cultura artística médica nos
parece ferozmente académica”. En efecto,
varios psiquiatras utilizaron abusivamente
estas producciones artísticas con fines diagnósticos, considerándolas sobre todo o incluso exclusivamente desde un punto de
vista artístico.
Por otra parte, la expresión artística como
modalidad de tratamiento se debe a psicopedagogos y artistas que , a partir de los años
40, subrayaron el efecto terapéutico bien sea
del “insight” (31), bien sea del proceso creador en sí (32). Las actividades de terapia artística se reconocieron como profesión en
1960 y pronto se creó una Revista especializada en el tema. El Movimiento Potencial
Humano utilizó pronto la expresión artística
como una de las técnicas principales para el
conocimiento de sí mismo.
Tendencias
Según algunos autores (33) cabría distinguir dos tendencias en el desarrollo de la terapia artística: el arte como autoterapia (que
se podía producir de manera espontánea,
como hemos comentado antes) y el arte psicoterapéutico, que subrayaba la importancia
de la relación entre el terapeuta, el paciente y
el objeto artístico, lo que incluía prestar atención a “fenómenos de transferencia”. Los terapeutas que utilizan el Arte y el cuerpo en
Terapia actualmente dan más importancia a
la dinámica de la interacción entre terapeuta,
paciente y objeto, lo que no va en detrimento del poder de la producción artística en sí
misma para ayudar comunicar y a integrar
percepciones y sentimientos conscientes e
inconscientes.
Terapia por el arte
A partir de los años setenta se comenzó a
desarrollar una “terapia artística en análisis
de grupo” que ganó muchos adeptos pero
que fue criticada por algunos autores porque
algunos terapeutas tenían tendencia a ser
muy directivos, proponiendo, por ejemplo, al
grupo, determinados temas preestablecidos
como “cargados emocionalmente” en los que
trabajar, como si se tratase de un “libro de recetas”.
La “Terapia por el Arte” (“Art Therapy”)
es, pues, un conjunto de prácticas muy variadas en la enseñanza, rehabilitación, y la psicoterapia cuyo objetivo es ayudar a la integración o a la reintegración de la
personalidad.
Si se quiere definir con precisión la identidad de la terapia por el arte, una de las
cuestiones clave es la de delimitarla frente a
otras actividades vecinas; en particular la terapia ocupacional. En la terapia ocupacional,
se utilizan numerosos objetos, incluidos materiales de arte, con finalidad recreativa, reeducativa, y si se quiere, hedonista, ya que
también se fomenta activamente la satisfacción superficial de deseos inmediatos. Para
algunos autores, este tipo de utilización de
materiales “artísticos” puede crear una confusión inútil entre estas actividades y una
verdadera terapia por el arte, y provocar en
los pacientes resistencias en contra de un trabajo psicoterapéutico verdadero. Por otro
lado, parecería que el trabajo hecho con este
tipo de intermediario no resulta más eficaz,
comparado con la utilización de otros materiales “neutros”.
El terapeuta por el arte tolera la utilización “defensiva” de materiales de arte; pero
su finalidad primordial no es crear obras de
arte sino poner a disposición de los pacientes
cierto material y ciertas técnicas de base, a
partir de los cuales el arte puede ciertamente
17
evolucionar. Pero su objetivo es terapéutico
de manera inherente y del contexto en el que
la experiencia tiene lugar depende el que la
producción pueda devenir terapia.
Un ejercicio típico con pacientes psiquiátricos consiste por ejemplo, en coger un
objeto (como una taza de café) como modelo
de dibujo (34). Tras la asimilación de la
forma de la taza, el paciente hace ejercicios
repetitivos cuya finalidad es la de transferir
el ritmo de las redondeces de la taza sobre el
papel. Cuando el control motor se encuentra
seriamente limitado, el terapeuta puede guiar
con su mano la del paciente. La percepción
visual puede igualmente ser estimulada al
ver y al discutir los dibujos de tazas o los esbozos que de ellas hacen los pacientes. Una
sucesión de objetos y de ejercicios relacionados progresa lenta y sistemáticamente hacia
representaciones de la figura humana. A
media que el paciente aprende a ver y a dibujar objetos como objetos reales y separados
de él, se torna capaz de tratar temas humanos
de la misma manera. Con los miembros del
personal que posan para él, es finalmente
capaz de tener una relación con ellos como
personas.
La terapia por el arte también se ha utilizado como “terapia de familia por el arte”,
una forma particular de terapia de grupo
(35). La diferencia reside en que en esta variedad, se trata de un grupo real que no está
unido sólo momentáneamente por un síntoma común. La familia ha vivido como grupo
durante numerosos años. Sus miembros han
desarrollado a lo largo del tiempo su propio
modelo de interacción y todo un sistema de
defensas entrelazadas Han formado subgrupos en el grupo familiar; alianzas entre ciertos miembros de la familia contra otros, y
han desarrollado sus propios modelos de
pensamiento que han generado la cultura o el
clima especial de una familia determinada.
18
José Guimón
El medio físico y el material son menos
importantes en otras terapias, pero para la terapia por el arte es indispensable poseer un
entorno adecuado. Hay que contar en efecto
con un espacio amplio, una luz adecuada,
materiales artísticos idóneos, material de
limpieza, y una sala que se pueda manchar
sin problemas de lavado posterior. Calma e
intimidad, distancia física conveniente entre
los miembros, muebles y un lugar para almacenar los productos artísticos son también
necesarios.
En cuanto a los materiales a utilizar, se recomiendan materiales cuyo uso se pueda dominar de forma relativamente rápida (pasteles, lápices o rotuladores). En cambio, se
deberían evitar los materiales “frustrantes”.
Se aconseja combinar la posibilidad de realizar obras que exigen un cierto control con
otras más libres como el garabateado.
Hay que contar con los medios indispensables, evitando la abundancia excesiva que
puede ser vivida como “aplastante”. Por otra
parte, a menudo se ha planteado el problema
de la calidad del arte terapéutico. En efecto,
junto a ciertos autores que defienden su excelencia, están aquellos que subrayan que, a
pesar de la fascinación inmediata que pueden
despertar las producciones de los enfermos
mentales, la presencia de una característica
de “demasiado acabado”, “demasiado rematado” produce finalmente en el espectador
una impresión de aburrimiento ante estas
obras.
Finalmente, se deberían tener en cuenta
ciertos aspectos éticos. Por ejemplo,
Roelandt señala que el arte producido por los
pacientes en el contexto de la terapia por el
arte se reconoce a veces como producto de
valor en su derecho propio, y esto plantea
cuestiones de confidencialidad y de derechos
de propiedad.
VARIEDADES TÉCNICAS
Se han utilizado técnicas expresivas muy
diversas en la terapia por el Arte, desde la escritura (36) pasando por la pintura o la escultura, la música (37), la danza, el juego (38) o
el teatro.
Terapia con artes plásticas
En cuanto a los aspectos técnicos de la terapia artística individual, se han utilizado
con frecuencia procedimientos tales como
los autorretratos directos, el dibujo “automático” (empleado ya por los surrealistas siguiendo la técnica de asociación libre del
psicoanálisis) y el dibujo libre.
Las producciones artísticas representan a
veces “auto-revelaciones” mediante las
cuales el paciente da informaciones personales, que los demás no podrían en caso
contrario poseer. Otras veces, se trata de
“descripciones de sí mismo”, constituidas
por datos de sí mismo que un individuo está
en medida de revelar a los demás de forma
espontánea. En cualquier caso, existe frecuentemente una expresión de sentimientos
íntimos vehiculizados a través de representaciones visuales.
Si la terapia por el arte se hace en grupo,
como nuestros equipos lo hacen desde hace
más de treinta años, se pueden organizar
grupos abiertos como en las unidades hospitalarias de corta estancia; grupos cerrados de
larga duración, tal y como es el caso en ciertas unidades de larga o media estancia,
grupos de duración limitada (de crisis), más
raros y grupos “lentamente abiertos” que es
una modalidad más frecuente en ambulatorio. La frecuencia varía entre sesiones semanales o varias veces por semana, y la duración de los encuentros oscila entre una hora
y tres horas cada una.
Terapia por el arte
Existen numerosas técnicas que combinan
la expresión estructurada de grupos de arte
con la comunicación terapéutica de grupos
de discusión verbal. Una vez que se ha conseguido establecer una relación, uno se
centra en los grupos en la mejora de las relaciones interpersonales. Un cierto número de
procedimientos permiten aumentar la interrelación, la comunicación y por lo tanto la
cohesión: la realización de retratos de miembros del grupo, el retrato del grupo, la pintura mural en grupo, etc. Ciertas técnicas facilitadoras de la “catarsis” mejoran la eficacia
de la comunicación, permiten un aumento de
la auto-revelación y conducen a cambios de
actitud y de comportamiento.
La psicoterapia por la escritura
En relación con la psicoterapia por la escritura, hay que señalar que las personas que
habitualmente no escriben, a menudo recurren, sin embargo, a la poesía cuando se encuentran afectados por un trauma o una alteración emocional (36).
Los pacientes nos traen espontáneamente,
con alguna frecuencia, a las sesiones escritos, actuales o del pasado, cortos o extensos.
Se trata de autobiografías, poesías o narraciones que traen escritos, porque prefieren
no contarlos verbalmente dado que no se
atreven por timidez a verbalizar sentimientos
o hechos profundos o vergonzantes.
Se ha utilizado la terapia por la escritura,
fuera de la consulta del psiquiatra o del psicólogo, mediante la intervención de ciertos
“animadores”: novelistas, poetas y dramaturgos, o escritores no profesionales. En ocasiones estos profesionales trabajan con pacientes
con vistas a la publicación de los escritos en
colecciones, antologías y diarios, pero tales
actividades también tienen consciente o inconscientemente un resultado terapéutico.
19
En cuanto a los mecanismos terapéuticos
se ha señalado que la escritura tiene un poder
diferente al de la palabra porque la escritura
“se ve, puede oírse, puede tocarse en el
papel, se puede archivar o quemar”. Esta tangibilidad permanece a lo largo del tiempo,
para que la obra sea re-experimentada en diferentes situaciones mentales o en distintos
momentos de la vida. Escribir libremente
puede conducir a un estado de conciencia alterado cercano a un estado onírico (30) “no
cuerdo”.
En lo que se refiere a las técnicas, la más
usada es animar a los pacientes a “escribir su
autobiografía”, lo que constituye una excelente manera para empezar a escribir, mientras el paciente no se reprima de escribir las
cosas tal como han ocurrido. Se ha señalado
que la línea que separa la autobiografía de la
ficción es muy tenue y que la verdad es probablemente imposible de recordar.
Conviene aconsejar al paciente que escriba los fragmentos que le vengan a la cabeza
y que, después, rellene los huecos que no le
interesan tanto.
Técnicamente, se han utilizado, a veces,
grupos de terapia de escritura para compartir
las producciones, dictándose mutuamente,
redactando algunos unas partes de la obra y
otros otras, etc. Se realizan grupo cerrados
(seis sesiones), con discusiones sobre lo escrito. En otras ocasiones se les pide a los pacientes que escriban sobre sucesos traumáticos personales.
Musicoterapia
Los árabes, desde la Antigüedad, utilizaron
la música para ayudar a los enfermos en los
primeros sanatorios psiquiátricos. En la actualidad la musicoterapia se ha convertido en una
verdadera especialidad de la Terapia por el
José Guimón
20
Arte. Técnicamente, se señala la importancia
primordial que tiene la improvisación más
que la interpretación programada, sea como
mecanismo puramente terapéutico o como vehículo para la relación con el terapeuta.
La orientación más psicoanalítica de la
musicoterapia se interesa por la comprensión
del significado oculto de la música, de los
vínculos simbólicos que surgen de la improvisación musical y por los procesos cognitivos. En cualquier caso, aunque no sea un analista, el musicoterapeuta puede ser un artista,
pero debe tener una formación psicodinámica
para poder comprender sus reacciones emocionales y las del paciente durante la sesión.
Técnicamente, los instrumentos musicales
deben ser lo suficientemente resistentes
como para poder soportar los estallidos emocionales. Si los instrumentos no pudieran
aguantar los impulsos destructivos, el paciente podría interpretarlo como que el musicoterapeuta no acepta sus emociones. La
guitarra, la flauta, instrumentos de percusión, el violín o el piano son instrumentos
adecuados. A la hora de definir los mecanismos terapéuticos de la musicoterapia se ha
invocado, como en otras terapias, el papel
del mecanismo de contención descrito por
Bion: la creación de un espacio psíquico en
el que el paciente podrá proyectar sus sentimientos confusos hacia el terapeuta. Esto le
permitirá soportar estos sentimientos mediante mecanismos de “identificación proyectiva”. El musicoterapeuta realiza un
“acompañamiento empático” y escucha al
paciente mediante la ensoñación, como la
madre que da sentido a una situación que el
niño siente como caótica (39).
Terapia por la danza
En la terapia por la danza se insiste en la
necesidad de iniciar la sesión de forma es-
pontánea y el que comenzarla con la cabeza
llena de ejercicios específicos es uno de los
peores errores que un terapeuta puede cometer. Tampoco se pretende realizar sesiones
caóticas sino que se debe buscar un compromiso en el que el terapeuta reacciona al “aquí
y ahora” de la situación en que se encuentra
el paciente y la hace compatible con sus propios sentimientos, dejando el “plan terapéutico” en reserva. En algunos enfoques más
bioenergéticos se pretende la liberación de la
tensión muscular a través de la manipulación
activa de la “armadura” o blindaje corporal.
Para trabajar de forma adecuada, el terapeuta debe conocer el estilo cultural de movimientos del paciente y recordar que ningún
movimiento cultural es superior a otro En realidad, un movimiento “patológico” en un
país puede ser considerado normal en otro.
Se debe empezar por el nivel más básico en
el que el individuo es capaz de funcionar y
luego se van incluyendo tareas de mayor
complejidad, apropiadas naturalmente para
la edad de los pacientes.
En cuanto a los mecanismos que se ponen
en juego, se ha señalado que la regresión es
con frecuencia un fenómeno útil. Por otra
parte, se busca en ocasiones un procesamiento verbal de las experiencias motrices. De
inicio se realiza un “diagnóstico psicomotor”, en el que se intenta definir la forma en
que el paciente participa simbólicamente con
partes del cuerpo, cómo se engarzan el dolor
y las disfunciones psicosomáticas. Cuando el
proceso simbólico ha llegado a la conciencia
de la persona hay que preguntarle qué es lo
que significa para él y con qué lo asocia. En
la fase media de la terapia se explora la somatización más profundamente en el movimiento, se conecta el pasado con el presente y con la relación terapéutica. En la fase
final, el insight sobre la somatización permite al paciente explorar otras experiencias
Terapia por el arte
corporales, nuevos modos evolutivamente
más apropiados de “estar en el mundo”.
INDICACIONES Y EFICACIA DE
LAS TERAPIAS ARTÍSTICAS
La dificultad de demostrar la eficacia
La corriente llamada de la «Psiquiatría
basada en las pruebas» intenta utilizar en la
práctica clínica las mejores pruebas existentes para tomar decisiones respecto al tratamiento de los pacientes mentales. Esas pruebas, ampliamente difundidas en guías
clínicas, tienen, sin embargo, limitaciones,
porque en muchas áreas existen pocos “estudios controlados al azar” o han sido realizados en poblaciones muy distintas a las que
manejan en general los terapeutas. Además,
las intervenciones recomendadas no están
frecuentemente a disposición de cualquier
profesional, como algunas medicaciones
costosas o psicoterapias muy sofisticadas
(40).
La evaluación de las psicoterapias de
orientación “psicodinámica” es la más difícil
porque exige un compromiso entre los procedimientos habituales de los terapeutas habituales y las exigencias de la Ciencia experimental (41, 42). La validez científica del
método psicoanalítico ha sido por ello objeto
de muchas críticas exageradas. En el mismo
sentido, las intervenciones dinámicas han
sido puestas en entredicho por su la dificultad que tienen en demostrar su eficacia. Sin
embargo, autores como Mundt y cols (43)
señalan los sesgos de los ensayos controlados en prácticas como la psicoterapia, que se
basan más en la personalidad del paciente y
del terapeuta que en la técnica y que utilizan
frecuentemente procedimientos eclécticos lo
que dificulta adscribir los resultados a un aspecto u a otro del tratamiento. Algunos autores proponen, por ello, realizar más estudios
21
“naturalistas” mezclando datos de la práctica
clínica con estudios controlados.
Teniendo en cuenta las anteriores salvedades mencionaremos los estudios empíricos
realizados y en concreto los metaanálisis publicados en los últimos años sobre la eficacia
de las terapias artísticas. Sin embargo, deben
ser tenidos más como un aliento para perseguir realizar intervenciones cada vez más
empíricas que como un juicio definitivo
sobre el valor de muchas técnicas que aún no
han logrado demostrar de manera «científica» su eficacia.
La eficacia
Los efectos beneficiosos de la terapia del
arte pueden explicarse desde el punto de
vista biológico porque se ha visto que se producen en los pacientes cuando la practican
determinadas modificaciones psicofiológicas. Se han observado modificaciones del
EEG en niños normales tras musicoterapia
(44). Otros estudios demuestran modificaciones en el sistema inmunitario de algunos
pacientes.
La terapia por el arte en sus distintas variedades se ha utilizado en la enseñanza de
niños “normales” y en experiencias de desarrollo personal de adultos con o sin problemas psíquicos mediante la auto-exploración
y la creatividad; en el contexto del
Movimiento del Potencial Humano y demás
movimientos similares. De hecho, es cierto
que toda terapia exitosa conduce a un aprendizaje y al crecimiento personal, y que toda
buena enseñanza conlleva un desarrollo en el
individuo.
Una Revisión Cochrane (45) encontró
que, entre 57 estudios de terapia artística con
psicóticos, sólo dos estudios eran controlados y que los datos que aportaban eran difí-
22
José Guimón
ciles de valorar. Concluyen los autores, sin
embargo, que la evaluación científica de la
utilidad de la terapia por el arte en esquizofrénicos es posible. En cualquier caso, son
numerosos los trabajos serios que aseguran
que la terapia por el arte favorece el ambiente terapéutico de las unidades psiquiátricas,
en programas integrados (46) con otros tratamientos. Así, un trabajo mostró que mejoraba el trabajo de enfermería (47) y otro, el
clima terapéutico en una clínica de memoria
(48). También ha resultado útil en enfermos
crónicos ambulatorios (49) con distintas patologías (50, 51).
La terapia por artes plásticas ha sido muy
utilizada en niños y adolescentes para tratamiento de víctimas de abusos (35, 52), para
trastornos de la alimentación (53), en pacientes con abuso de drogas (54) o como alivio de
enfermedades cancerosas (55). Se ha utilizado con éxito con pacientes esquizofrénicos
(45) y otros pacientes crónicos (49), en pacientes autodestructivos (56), en niños y adolescentes con cáncer (55), en personas con
estrés postraumático (35, 52, 57) y en pacientes geriátricos con distintos problemas (58).
Numerosos pacientes adultos con problemas
físicos (cáncer o con abuso de substancias) se
han beneficiado también de estas técnicas.
La musicoterapia se ha mostrado útil en el
dolor de pacientes con cáncer (59) y en pacientes inhibidos para facilitar la expresión
de sus sentimientos (60). Se ha visto que la
terapia por la danza es útil para drogadictos
(54, 61) y para la fibromialgia.
En cuanto a la terapia por la escritura, algunas personas que piensan haber mejorado
de sus dificultades emocionales a través de
escribir poesía y que forman grupos como el
llamado “Survivors Poetry” insisten en sus
beneficios y recogen testimonios de mejorías
en personas con esquizofrenia, depresión y
otros trastornos. Ofrecen también los ejemplos de personas famosas que obtuvieron
mejorías de esta manera. Tal es el caso de
Jean Cocteau que confesaba que mejoró de
un serio trastorno psíquico escribiendo.
Algunos estudiantes que escribieron sobre
el suceso más traumático de su vida durante
cuatro días presentaron una disminución significativa de visitas al médico dos y seis
meses después del estudio (62).
Sin embargo, los datos de distintos estudios demuestran que un episodio aislado de
catarsis mediante la escritura no es suficiente para obtener mejorías duraderas.
Consideraciones institucionales
Cuando se utiliza, como lo hemos hecho a
lo largo de más de treinta años, la psicoterapia artística en las instituciones, nuestra experiencia nos hace tener en cuenta que se trabaja no sólo sobre los pacientes sino con y sobre
los profesionales. Hemos tenido la ocasión de
observar que, en lo relativo a la terapia por el
arte, los miembros del personal pueden sentirse doblemente amenazados, ya que si la
psicoterapia crea temores, el arte puede también ser amenazador para aquellos que no se
sienten cómodos con esta forma de expresión.
Así las personas más inseguras al respecto
tienen más riesgos de sentirse amenazadas.
Hoy en día, se empieza a aceptar mejor la
terapia por el arte, gracias a la estrategia que
consiste en implicar al resto de los miembros
del personal en el trabajo con los pacientes.
La política de la institución determina el
lugar más o menos relevante que ocupa la terapia por el arte. Los terapeutas han de intentar transmitir a la administración la idea de
que la terapia por el arte es una parte importante del tratamiento. Siendo que la posición
del terapeuta por el arte en la jerarquía es en
Terapia por el arte
general bastante ambigua (la mayoría de los
terapeutas por el arte, por ejemplo, son mujeres), resulta interesante considerar que en
las instituciones existe una red de poder no
oficial que no corresponde a la estructura explícita y que se puede utilizar.
Para la formación en terapia por el arte,
hay que enseñar todas las materias teóricas
que todo psicoterapeuta debe aprender: desarrollo humano, teoría psicológica, psicopatología, sistemas de psicoterapia, dinámica
familiar y grupal. Además, es necesaria una
supervisión del trabajo clínico. Pensamos
que son indispensables unas prácticas en un
centro psiquiátrico para tener conocimiento
directo de la patología psiquiátrica. Por otra
parte, el candidato deberá poseer cierta competencia técnica en arte.
Como experiencia personal, si no se ha
tenido la experiencia de un análisis, al
menos se debería haber adquirido una expe-
BIBLIOGRAFÍA
23
riencia de desarrollo de la conciencia de sí
mismo y una experiencia en la utilización
del arte para la expresión de sí mismo.
Ciertas universidades ofrecen programas
para la obtención de un título académico de
tercer ciclo (master u otros). En cualquier
caso, hay que tener en cuenta que ciertas aptitudes (improvisación, empatía) no pueden
ser aprendidas y son en cierta medida innatas. Pueden sin embargo ser desarrolladas
con técnicas adecuadas no siempre accesibles en medios universitarios más o menos
esclerosados.
Creemos, finalmente, que los profesionales implicados en la asistencia psiquiátrica pública que desarrollan estos tipos de
terapia deberían idealmente familiarizarse
con varias técnicas, de manera que puedan
adquirir un cierto grado de flexibilidad en
el tratamiento para no utilizar los enfoques
artísticos de una manera demasiado mecánica.
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Cuad. Psiquiatr. Comunitaria,
Vol. 8, N.º 1, pp. 29 - 46 , 2008
Psico-Neuro-Biología de la creatividad
artística1
Artistic creativity and psychoneurobiology
Jesús J. de la Gándara Martín
Psiquiatra
Jefe del Servicio de Psiquiatría
Complejo Asistencial
Burgos
RESUMEN
ABSTRACT
Inicia el artículo una reflexión en torno al concepto de creatividad, especialmente en relación
con las artes y su carga simbólica observable a lo
largo de la historia desde las primeras producciones conservadas de tiempos remotos. Continúa
una revisión en torno a las diferentes búsquedas
de explicaciones anatómicas y neurofisiológicas
donde sustentar el proceso creativo. Finalmente
se presenta la relación existente entre creatividad
y psicopatología, recurriendo al concepto de autoestimulación perceptiva como propuesta teórica
para explicar la necesidad universal de expresión
artística y secundariamente la imperiosa necesidad expresiva de muchos enfermos mentales.
The article starts with a reflection on the concept of creativity, especially in relation to the arts
and its symbolism that can be seen throughout
history, since the earliest productions preserved
from ancient times. It continues with a review on
the different explanations given from different
anatomical and neurophisiological points of view
to understand the creative process. Finally, the relationship between creativity and psychopathology is discussed, using the concept of perceptive
self-stimulation as a theoretical proposal to explain the universal need for artistic expression, including the imperative expressive needs of many
mentally ill.
Palabras clave. Creatividad. Proceso creativo. Artes. Neuroquímica. Neurobiología.
Estructuras
cerebrales.
Psicopatología.
Autoestimulación perceptiva.
Keywords. Creativity. Creative process. Arts.
Neurochemistry. Neurobiology. Brain structures.
Psychopathology. Perceptive self-stimulation.
EVOLUCION-ARTE
Da Vinci y Julio Verne tenían cerebros similares o totalmente diferentes?. Es evidente que todos ellos tenían cerebros anatómicamente semejantes, y todos
disfrutaban y padecían de esa genialidad
humana que es la capacidad creativa en
grado sumo.
¿Qué es lo que pasa en el cerebro de un
poeta mientras le acude la inspiración?
¿Qué le ocurría al cerebro de Miguel
Ángel cuando concibió el David en el
seno de un bloque de mármol? ¿Leonardo
1. Una versión previa de este trabajo ha sido presentada y publicada previamente en M. Serranno, Coord.,
Reunión científica sobre Arte y Mente, La Coruña, 2007
30
Jesús de la Gándara
La capacidad creativa es la más elevada
dignidad de los seres humanos. Tan intrigante y compleja que, parafraseando a
Chomsky, en muchas de sus facetas aun no
alcanza la categoría de problema permaneciendo todavía en el terreno pantanoso del
misterio. Precisamente por ello los seres humanos más creativos, más geniales, han tratado de desentrañar sus misterios, de explicarla de diferentes maneras, con distintos
métodos, desde variados puntos de vista, algunos tan crípticos y misteriosos como la
propia creatividad. Así sucede, por ejemplo,
con la neurobiología, esa parcela de ciencia
tan complicada como intrigante para la mayoría de los humanos.
La mayor creación de los seres humanos
es el lenguaje, la palabra es el “dios” más todopoderoso. Crear con palabras es hacer
“poiesis” (poesía). Y el que crea algo es su
“autor”, palabra que viene de “augere” que
significa aumentar, ampliar. Los seres humanos más creativos, los autores, los artistas,
son capaces de sacar cosas de una aparente
nada, como los genios de la lámpara. ¿Pero
qué es esa nada tan extraña de donde nacen
las cosas creadas? Thomas S. Eliot, en “The
Waste Land” dice: “I can connect nothing
with nothing...” Conectar nada con nada, eso
es crear. Juntar símbolos sin sentido para que
al final lo tengan, para que digan algo, “signifiquen”. Las palabras y los gestos son
signos que fundan símbolos, y estos componen una gramática de la mente. Gracias a
ellas nos entendemos, nos comunicamos,
nos enriquecemos, hacemos arte, “arte-factamos” el mundo, la vida.
En el principio no fue “el verbo”, fue el
grito, asegura Félix Grande, poeta y autor, en
su “Memoria del Flamenco” (1979): “…la
primera palabra del lenguaje no pudo sino
ser un grito… las preguntas y los gritos
fueron articulando la cultura”.
Gestos, gritos, palabras, signos y significados habitan en los cerebros humanos, de
los que surge la creatividad. Son los ingredientes de la salsa creativa primordial. La inagotable y sorprendente naturaleza ha sido
capaz de desarrollar “engendros” con una
lengua y dos patas que tienen dentro del
cráneo una computadora tan misteriosa y potente que ni siquiera ellos mismos son capaces de entenderla.
Según R. W. Gerard (1946) en su ensayo
“The biological basis of imagination”:
“…existen diversos mecanismos en la masa
encefálica y en las células nerviosas, pues el
cerebro es como una gran unidad, que actúan
al unísono; no son sólo dos o tres billones de
neuronas unidas en separadas contribuciones
de células, sino que cada una es parte de la dinámica fluctuación en la actividad constituida como un todo”. Tal vez por eso, el libro de
instrucciones para aprender a manejar nuestro propio cerebro es tan voluminoso. Siglos
de arte y cultura, millones de libros y bibliotecas, miles de descubrimientos neurobiológicos, y seguimos sin saber de donde viene la
creatividad, dónde se sustancia la inspiración
artística. Hemos de admitir que la neurobiología de la creatividad es un campo aun demasiado virgen, pese a que los primeros esbozos de investigación del tema se remontan
a autores tan clásicos como Gall, Lombroso,
etc. Los estudios realizados hasta no hace
mucho sobre cerebros de personas altamente
creativas, como los llamados “genios”, no
han encontrado demasiadas - por no decir
ninguna - diferencias “físicas” relevantes con
los del resto de las personas. Tal vez los instrumentos de estudio eran demasiado groseros. Pero ¿qué es lo que realmente sabemos?
LA HERRAMIENTA SIMBÓLICA
Sabemos, por ejemplo, que hace unos
doscientos mil años el cerebro de nuestros
Psico-Neuro-Biología de la creatividad artística
antepasados se parecía ya mucho al nuestro,
y es entonces cuando aquellos seres “primitivos” empezaron a producir gestos, actos,
elementos simbólicos. Quizá un poco antes,
“400.000 años”, si hacemos caso a nuestros
afamados investigadores de Atapuerca (E.
Carbonell, J.M. Bermúdez de Castro y J.L.
Arsuaga).
Por entonces se produjo la primera revolución “creativa”. Quizá partiendo de un
juego de relaciones y distinciones, tal vez
obligados por las necesidades perentorias.
Señalar aquí una fuente, allá un manzano…
aquellos seres hicieron de la distinción necesidad y de ambas comunicación. El descubrimiento de claves simbólicas facilitaría el
proceso de comprensión y difusión de las noticias, y de ellas se pasó al aprendizaje y difusión de técnicas “artesanas” para lograr el
dominio de la naturaleza. Ese proceso tuvo
que producirse necesariamente de forma individualizada al principio (en un cerebro
despierto y ágil) y luego de forma progresivamente “veloz”, cuando una determinada
explosión demográfica facilitase que se pudiera alcanzar suficiente grado de contacto
entre grupos como para que se hiciera de
cada aprendizaje individual un saber colectivo. Posteriormente los propios cerebros que
hicieron los descubrimientos se nutrieron de
ellos hasta conformar un magma colectivo
de genes y memes, que es lo que realmente
es el cerebro-mente humano.
Pongamos que la “cultura humana”, que
no es más que la comunicación organizada
de los saberes, tenga una antigüedad de unas
decenas de milenios. Pues bien ese es el
plazo en el que los cerebros estructuralmente potentes, desarrollados (hardware), han logrado dotarse también de una gran cantidad
de datos y rutinas aprendidas y perfeccionadas (software). Ese es el origen neuroevolutivo de los lenguajes, de las técnicas, de las
31
artes y de la cultura. En algún momento, esos
cerebros empezaron a disponer de impulsores autónomos, preguntas surgidas desde
dentro, curiosidades, interrogantes, datos incompletos, obstáculos, retos imprevistos:
“misterios”. Luego el tiempo, las manos, los
órganos sensibles, el ensayo, el error, la coalición de seres y saberes los convirtieron y
éstos en problemas y en nuevos impulsos en
pos de soluciones. Esas actividades fueron
las primeras “artes”, las primeras arte-factaciones de la realidad, los primeros objetos
útiles y también simbólicos (artísticos).
Algunos de aquellos seres humanos dispondrían de cerebros más “inquietos”, mejor nutridos o más “conectados”, y esos serían los
primeros líderes, o inventores, o magos, o
ideólogos, o artistas: “los primeros genios”.
¿POR QUÉ PINTAN TANTO?
Resulta asombroso contemplar las paredes de las cuevas pintadas por los seres humanos del paleolítico. Penetrar en la oscuridad de la cueva de Tito Bustillo y pintar esos
paneles asombrosos no es sencillo. Ni siquiera los más expertos (Balbín y Moure
1981), saben bien quienes fueron -¿hombres,
mujeres? – y aun menos porque lo hicieron.
Pero lo que es evidente es que desde el principio de los tiempos humanos reconocibles
hubo gentes necesitadas de pintar, de “grafitear” las paredes de las cuevas. Las tendencias de “configuración” artística de los hombres primitivos podrían nacer de la necesidad
de distinción, del juego, del deseo, del poder,
del sexo, o del miedo. Eso se lo debemos en
gran parte a las teorías de Hans Prinzhorn,
reconocido psiquiatra vienés que coleccionó
miles de producciones artísticas de enfermos
mentales en la Clínica de Heidelberg (19191922), y publicó en 1922 un libro clave:
“Introducción a la producción de imágenes
de los enfermos mentales”. Detectaba este
autor seis pulsiones creativas en los enfer-
32
Jesús de la Gándara
mos, niños y seres humanos primitivos: expresión, juego, dibujo ornamental, ordenación compulsiva, copia obsesiva y construcción de sistemas simbólicos. Ese fue también
el primer encuentro serio entre el estudio de
las relaciones entre creatividad y psicopatología.
Pero en realidad el primero que se refirió
a ello fue Benjamin Rush en Filadelfia en
1811, quien opinaba que la enfermedad
mental “…descubre en ellos dotes de las que
nunca antes había dado muestra”. Mas tarde,
Max Simón (1876) fue el primero en sugerir
la utilidad de las producciones artísticas de
los enfermos para diagnosticar sus trastornos
mentales o cerebrales.
Por entonces también se difundió la obra
de Cesareo Lombroso (Genio y Folía, 1864)
en la que tras estudiar las producciones artísticas de 107 pacientes, interpretó sus creaciones como “representaciones atávicas”,
primitivas, regresivas. Ese primitivismo es el
que también buscaba Gauguin (1848-1903)
en Bretaña (1886) para inspirarse: “Me gusta
Bretaña, allí encuentro lo salvaje, lo primitivo” “No buscaba sólo tipos humanos primitivos sino pintar como un primitivo”. Y
luego fue hasta Polinesia (1891), persiguiendo la fuente del arte, sin saber que bastaba
con que mirase en su propio cerebro de niño
inquieto, en los genes y memes que heredó
de su abuela andaluza. Está claro: el alimento nutricio de las artes, de la creatividad, debemos buscarlo en los cerebros más limpios
de condicionamientos, más primitivos, más
inquietos. Pero ¿cómo son esos cerebros?,
¿qué sabemos realmente sobre las bases neurobiológicas de la creatividad?
NEURO-LOCALIZ-ARTE
Uno de los primeros que opinó sobre ello
fue Theodore Ribot (1870-1921): “Unos
andan a largos pasos, otros beben vino, otros
meten los pies en agua fría o exponen la
cabeza al sol. Todos persiguen estimular la
circulación cerebral para provocar la actividad inconsciente. Pero... sólo lo hacen actuando sobre los temperamentos artísticos...”
Es evidente que le faltaban métodos finos
de exploración del cerebro, como también le
ocurría a un investigador tan reputado como
Franz J. Gall (1758-1828), que tenían a su
disposición muchos cerebros pero pocas maneras de estudiarlos. Aun así él y sus seguidores se atrevieron a proponer toda suerte de relaciones entre creatividad y circunvoluciones
cerebrales, bajo el paraguas teórico de “frenología”: el estudio de las relaciones entre la
forma del cráneo y el comportamiento. En
1796 se inició en la investigación del funcionamiento del cerebro aplicando los postulados de la fisonomía de Lavater (1775), sobre
la presunta relación entre la forma de la
cabeza y los rasgos psicológicos. Fue apoyado inicialmente por Johann K. Spurzheim, y
desarrollaron el concepto de “craneología”,
posteriormente denominado “frenología” por
Thomas Foster en 1815, el cual estableció que
las facultades mentales y las características
espirituales están localizadas en sitios específicos de la corteza del cerebro, siendo posible
reconocerlos en la superficie según la forma
del cráneo. A pesar de los abusos cometidos
en nombre de las doctrinas de Gall, en la actualidad es considerado como uno de los más
importantes investigadores anatomistas del
cerebro, ya que no sólo mejoró las técnicas de
disección, sino que consideró que la función
nunca puede ser separada de la estructura,
evidenció que el sistema nervioso es una sucesión jerárquica de ganglios independientes
pero interconectados, hizo observó anatómicas avanzadas, como el cruce de las vías piramidales a nivel del bulbo, estableció el origen
de los ocho primeros pares de nervios craneales, demostró la configuración fibrilar de la
Psico-Neuro-Biología de la creatividad artística
sustancia gris y blanca, etc. Así pues Gall es
el pionero de la localización de las funciones
cerebrales, objetivo en el que aun hoy, si bien
mediante sofisticadísimas técnicas de neuroimagen, seguimos empeñados. Gall postuló la
existencia de al menos 27 caracteres funcionales básicos ubicados en zonas determinadas
del cerebro, de las que algunas se han logrado
confirmar, como el habla.
Con respecto al tema que nos ocupa, la
creatividad, Gall pensaba que tenía que ver
con determinadas zonas concretas del cerebro. Por ejemplo la creatividad verbal, poética, se alojaría en las zonas prefrontales y supraorbitarias, mientras que la inventiva y
destreza tendría que ver con una zona temporal anterior. Siglos después los métodos de
investigación neurobiológica se han sofisticado enormemente, pero, como veremos, los
hallazgos actuales sobre la neurobiología de
la creatividad son bastante coincidentes, y no
mucho más específicos que los de Gall.
Pongamos un ejemplo. En 1990 Delvenne
y sus colaboradores publicaron los resultados
de sus estudios sobre “flujo regional cerebral” y creatividad. Encontraron cambios
funcionales inespecíficos (aumento del flujo
sanguíneo) en áreas del hemisferio dominante relacionados con tareas que exigen grados
elevados de creatividad verbal. Estos autores
sugirieron que la hiperactividad de esas zonas
puede ser causada por los grandes esfuerzos
que exige la creatividad lingüística (¿la inspiración?). Pero, como es evidente, no encontraron las bases neurobiológicas íntimas de
capacidad poética, más bien seguían dando
palos de ciego más sofisticados, pero en
cierto modo parecidos a los de la frenología.
NEURO-INSPIRACIÓN
Pero ¿que es la inspiración creativa?, ¿es
un simple neuro-esfuerzo o es algo más?
33
Platón y Aristóteles ya relacionaban la capacidad y la actividad creativa con el temperamento melancólico. Siglos después, seguimos sabiendo pensando y dudando sobre que
es eso tan misterioso que habita en el cerebro
de las personas creativas para que sean tan
ingeniosas y sorprendentes. También nos
preguntamos por que precisamente ellos son
los más vulnerables a padecer depresiones,
angustias, suicidios… mucho más que los
demás seres que tienen poco de “artistas”.
Séneca lo sentenció insuperablemente:
«Nullum magnum ingenium sine mixtura
dementiae».
Miles de años después, podemos asegurar
que desde que se describiera el “morbus literatorum” en los primeros siglos de nuestra
era, las relaciones entre creatividad y patología mental han seguido suscitando el interés
de filósofos, médicos, artistas, psicólogos,
psiquiatras... La mayor parte de los investigadores afirma que las personas altamente
creativas padecen con mucha mayor frecuencia que el resto diversas alteraciones psicológicas (rasgos de personalidad) y también
más enfermedades mentales. Numerosos expertos y autoridades de las escuela alemana y
anglosajona del siglo XX (Lange-Eichbaum,
Kretschmer, Freud, Ellis, Juda y muchos
otros apoyaron estas hipótesis, al igual que
luego lo hicieron Andreasen, Simonton o
Jamison), y algunos reconocidos autores españoles, como el mismo Cajal, Lafora, o
López-Ibor (Sr.), se pronunciaron claramente en esta dirección.
Por sólo recordar algunos hitos significativos basados en estudios poblacionales, destacaremos sucintamente la obra de K.
Redfield Jamison (1989), quien describió de
forma muy precisa los síntomas emocionales
y cognitivos asociados a los períodos de intensa actividad creativa. Igualmente F. Post
(1996) estudió las biografías de numerosos
34
Jesús de la Gándara
literatos geniales, británicos o americanos,
rastreando la presencia de alteraciones de la
personalidad, enfermedades mentales y otras
peculiaridades como consumo de tóxicos.
Descubrió una incidencia de trastornos de la
personalidad (con criterios DSM-IV) de
hasta un 14% en los poetas, o del 7% en los
novelistas. Asimismo encontró rasgos obsesivos en un 25% de los dramaturgos, un 20%
de los poetas y un 15% de los prosistas. En
tercer lugar destacan las aportaciones de
Ludwig (1995), quien aplicó una lista de
“aptitudes creativas” a más de mil personas
eminentes en ciencias o artes, encontrando
que los más dotados en dichas aptitudes
mostraban no sólo mayor éxito y más originalidad creativa, sino que eran portadores de
un rasgo o factor de personalidad típico que
denominó “psychological unease” (“inconformidad psíquica”), caracterizado por ausencia de contención emocional, inquietud,
impaciencia, e insatisfacción personal, que
los conduce e impulsa a la generación continua de nuevos y fatigosos proyectos.
Esta fatigosa y morbosa inquietud ha tratado de ser estudiada también desde la óptica
neurobiológica. Así, según el citado
Delvenne (1990), basándose en estudios de
flujo regional cerebral en depresivos, es posible encontrar cambios funcionales en las
áreas del hemisferio dominante relacionadas
con la creatividad verbal. El autor sugiere
que la hiperactividad neural puede ser causada por los esfuerzos que exige la alta creatividad verbal, lo cual a su vez explicaría el
elevado riesgo de fatiga emocional y depresión de los artistas. Igualmente R. Vigoroux
(1996) al estudiar los fundamentos neurofisiológicos de la “inspiración” creativa, destaca la importancia de la memoria, la planificación y la anticipación, funcionalmente
situadas en áreas del cortex prefrontal, y
señala igualmente la importancia de todo
ello en la fatiga neurofisiológica que precede
al riesgo de padecimientos psíquicos en los
artistas.
Así pues, tenemos una explicación “neurofisiológica”, al menos teórica, para comprender por que los cerebros más creativos
también son más vulnerables a las depresiones. Es evidente que creatividad, genialidad
y enfermedad mental comparten sucesos
“neurobiológicos”. Desde Aristóteles lo sospechábamos; ahora lo sabemos con certeza,
aunque los “porqués” neurofisiológicos íntimos aun se nos escapan.
IZQUIERDA, DERECHA
Así pues, podemos decir que los científicos no sólo han constatado que la creatividad
artística es neurofisiológicamente fatigosa,
sino que hay zonas, circuitos o mecanismos
cerebrales implicados. De momento contamos con numerosas teorías y observaciones
que se han ido acumulando acordes el desarrollo de las técnicas neurobiológicas. Por
seguir un modelo didáctico, podríamos movernos entre el debate “derecha / izquierda”
y el “adelante/al centro/atrás. Me explico.
Veamos, según el pionero R. Sperry
(1961), premio Nóbel por sus ingeniosos estudios con pacientes con cerebro escindido,
el hemisferio derecho y el izquierdo son funcionalmente muy diferentes. El derecho, por
ejemplo, se ocupa de las ocurrencias, fantasías, intuiciones, etc. Funciona como un mecanismo holístico, globalizador y es esencialmente el hermano “creativo” dentro del
cráneo. Por eso trabaja con información
compleja, imágenes, melodías, rostros, lenguajes no verbales, etc. Sería, en definitiva,
la sede del pensamiento divergente, peculiaridad o rasgo típico de las personas creativas
y artísticas. Por su parte, el hemisferio izquierdo sería esencialmente lógico, analítico, racional, detallista, y procesaría la infor-
Psico-Neuro-Biología de la creatividad artística
mación discreta, los lenguajes verbales y la
escritura. Sería la sede, en suma, del pensamiento convergente, más típico de las personas con mentes racionales y científicas.
Ahora bien, sus teorías y observaciones, pese
a ser ampliamente aceptadas y reproducidas,
sólo explican diferencias en el funcionamiento de los hemisferios, pero no dicen
nada sobre las peculiaridades propias de los
cerebros creativos, ni sobre si tales lateralizaciones funcionales son realmente diferentes o peculiares de los cerebros que portan
esos seres que llamamos artistas o genios.
Pese a ello, en los últimos años se ha seguido realizado estudios cada vez más sofisticados, con técnicas de neuroimagen funcionales, tratando de relacionar la creatividad
con las funciones hemisféricas. Así se ha
visto que pese a ostentar peculiaridades funcionales, la potente comunicación por medio
del cuerpo calloso permite a ambos hemisferios funcionar como una unidad, si bien las
investigaciones clínicas y de laboratorio señalan que existe una gran diferencia entre sus
funciones “creativas”. Por ejemplo, se observa que el hemisferio izquierdo controla fundamentalmente el lenguaje y las actividades
lógicas, racionales y de cálculo; mientras que
el hemisferio derecho controla la imaginación, el pensamiento con imágenes (icónico),
la intuición, etc. Los estudios más recientes,
utilizando técnicas electrofisiológicas, superpuestas a otras de neuroimagen, o de medición del flujo sanguíneo regional, han intentado describir las áreas anatomofuncionales
implicadas en las actividades artísticas y creativas, pese a lo cual esta especie de “musa”
intrigante y esquiva se resiste a ser localizada
y retenida.
Tal vez por eso, el reconocido teórico y
experto en la cuestión, Julio Romero (1996),
ha señalado acertadamente que: “La hipótesis de la relación entre el hemisferio derecho
35
y la creatividad continúa actualmente. Sin
embargo, las teorías e investigaciones que
relacionan la creatividad o la actividad artística y el hemisferio derecho pueden estar basadas en un tópico estilo de pensamiento en
vez de en los resultados de los estudios empíricos. Ese estilo tópico de pensamiento utiliza términos antitéticos, como convergente
frente a divergente, intuitivo frente a racional... No es extraño que esta forma de pensar
intente localizar las funciones creativas en
uno de los hemisferios. Si hay dos hemisferios y dos tipos de actividad mental, la racional o lógica y la creativa, es fácil pensar que
existe alguna clase de relación causal. Sin
embargo, los resultados de las investigaciones son confusos y contradictorios… el cerebro debe ser considerado un sistema, no un
conjunto de partes...”.
Sin embargo, en el mismo forro, C. PérezRubin (2001) discutía estas aseveraciones,
asegurando que adoptar una actitud negativa
ante este tipo de propuestas equivale a hacer
caso omiso de la rica bibliografía contemporánea que avala las diferencias interhemisféricas desde mediados del siglo XX y cada
vez más gracias a los avances de la tecnología. Según él, el hemisferio izquierdo, que
controla el habla, la escritura y la habilidad
matemática, tiene la modalidad de pensamiento racional y lógico, por lo cual al estudiar los problemas planteados procede paso a
paso mediante un análisis riguroso. El derecho, en cambio, controla la habilidad de visualizar las cosas en tres dimensiones, discerniendo entre ellas en cuanto totalidades o
en función de motivos decorativos repetitivos, da el sentido de orientación y la habilidad musical, y es perceptual, intuitivo e imaginativo.
Sin duda estamos de acuerdo con las opiniones de ambos, y sólo la escasez de datos
firmes y definitivos que avalen tales relacio-
36
Jesús de la Gándara
nes “hemisféricas” impide cualquier intento
de teorización razonable. Y es que la creatividad artística es quizá una de las producciones
más elevadas de nuestros cerebros, y difícilmente podrá ser sometida a explicaciones
simplistas.
ADELANTE, ATRÁS
Las otras búsquedas, como hemos sugerido con afán clarificador, se podrían resumir
en una supuesta polaridad competitiva entre
el cerebro frontal y otras zonas posteriores o
centrales del mismo.
Algunos autores tan clásicos significativos como Ariete o Penfield, consideraron
hace años que la creatividad se relacionaría
con las áreas prefrontales, y quizá más concretamente con un área cortical que abarcaría desde la zona prefrontal a zonas posteriores de la corteza temporal y del área de
confluencia
parieto-témporo-occipital.
Asimismo, el famoso Eccles apuntó la importancia de las conexiones corticales prefrontales con el sistema límbico y el hipotálamo, para explicar los procesos creativos.
Este tipo de aportaciones, esencialmente teóricas y especulativas, han sido tan respetadas y repetidas que han llegado a convertirse en verdades asumidas como certezas, si
bien más por la eminencia de sus predicadores que por el cuerpo de verificaciones científicas que las sustentan.
En este terreno, y a modo de ilustración
previa, son especialmente significativas las
observaciones llevadas a cabo en personas
afectadas por demencias por el neurólogo de
la Universidad de California, B. L. Miller,
entre 1986 y 2005. Observó el autor que en
ciertos casos de pacientes afectados por demencias frontotemporales con lesiones predominantes del hemisferio izquierdo, el deterioro cognitivo inicial se asociaba a una
intensa “liberación creativa”. Concretamente
Miller y colaboradores se basaron en tres
casos de pacientes que iniciaron una profusa
actividad pictórica tras haber un iniciado un
determinado tipo de demencia fronto-temporal, en la cual las zonas anteriores de los lóbulos temporales estaban muy deteriorados,
si bien los lóbulos frontales estaban relativamente bien conservados. El caso más llamativo fue el un varón de 58 años, sin antecedentes artísticos ni preocupaciones
culturales previos, que repentinamente inició
una intensa producción pictórica. Dos años
después todavía se mantenía muy activo,
desinhibido y con una alta sensibilidad
visual, lo cual le llevó a experimentar con
numerosos e intensos colores y formas, llegando a producir obras tan especiales que
fueron galardonadas en concursos pictóricos.
A los 68 años sufría un grave deterioro cognitivo y síntomas conductuales severos, en la
RM se apreciaba una clara atrofia bitemporal, en el SPECT presentaba una notable hipoperfusión bitemporal, pero seguía pintando. Los autores sugirieron que la
disminución de la función temporal anterior
podría asociarse con el incremento de la actividad artística, ya que disminuiría la inhibición de la corteza visual posterior, lo cual
conllevaría experiencias visuales intensas y
rememoraciones visuales “no filtradas”. La
sensibilidad visual incrementada podría
servir como motivación para la pintura, y el
funcionamiento mantenido de los lóbulos
frontales y parietales permitiría la planificación y ejecución de las obras. Sin duda una
bella teoría basada en una curiosa observación, y que posteriormente ha sido comprobada por los propios autores en casos similares. Aun así, y pese a su evidente interés
neurológico, sólo explica por qué en algunos
casos se desinhibe la creatividad, se pierde el
miedo al lienzo en blanco, algo semejante a
lo que le ocurre a muchos enfermos mentales
graves, pero poco nos dice acerca del objeto
Psico-Neuro-Biología de la creatividad artística
que nos ocupa: ¿como es y cómo funciona el
cerebro de las personas creativas?
Buscando respuestas para estas mismas
cuestiones el ya citado Silvano Arieti en su
conocido libro “La creatividad. La síntesis
mágica” (1993), recoge sus propuestas sobre
la asociación de la creatividad con el funcionamiento de la corteza temporo-occipito-parietal (TOP), áreas de Brodman (BA) 20, 21,
37, 7, 19, 39 y 40; y su interacción con la
corteza prefrontal (CPF) áreas (BA) 9 y 12.
Ambas regiones cerebrales llevan a cabo trabajos de asociación y síntesis, propios de los
procesos mentales complejos, tales como las
actividades simbólicas, la anticipación y la
abstracción. Estas áreas reciben y procesan
estímulos del mundo exterior y de otras
partes de la corteza cerebral. Arieti propuso
que en estas áreas dichos estímulos son
“transformados en constructos cada vez más
elevados”. A su vez las áreas TOP tienen conexiones importantes con los lóbulos frontales y con el sistema límbico. Por su parte la
CPF tiene, entre otras, la función de focalizar
los estímulos importantes y suprimir los secundarios, así como la de prever, planear y
organizar actos o pensamientos en una determinada secuencia temporal, hacer elecciones
e iniciar la transformación de una secuencia
mental en una acción motora. Arieti sugirió
que durante la actividad creativa estas áreas
incrementarían ostensiblemente su funcionamiento y por tanto el intercambio de información entre las áreas TOP, la CPF y otras
áreas cerebrales sería muy grande. Asimismo
propuso que las zonas mediales de los hemisferios cerebrales y ciertas estructuras
límbicas, como el cíngulo y el hipocampo,
relacionadas con el tono emocional, serían
importantes en el proceso creativo.
Finalmente, Ariete también consideró relevante la intervención de la formación reticular, de tal manera que las estructuras que normalmente se encuentran inhibidas en la
37
mayoría de la gente, en la persona altamente
creativa mantienen una alta disposición para
ser activadas. Es decir, algo asó como si todo
o casi todo el cerebro estuviese en “on”, decididamente dispuesto a la acción durante el
proceso creativo.
Otro reconocido autor en este terreno, C.
Martindale (1978-1996), empezó realizando
estudios electroencefalográficos comparando personas muy creativas con poco creativas, y encontró que los más creativos muestran una mayor activación de zonas
parieto-temporales derechas. En estudios
posteriores el mismo autor encontró que los
individuos altamente creativos tienen la tendencia a presentar una hiperactivación cerebral, lo que se refleja en que presentan mayor
bloqueo del ritmo alfa en respuesta a distintos tonos, se habitúan de forma más lenta a
los estímulos, y tienden a evaluar la estimulación eléctrica como más dolorosa. Los
poco creativos tienden a presentar mayor
bloqueo del ritmo alfa durante la realización
de tareas creativas, mientras que los más creativos tienden a mostrar una respuesta dicotómica: durante la realización de tareas no
creativas presentan un elevado bloqueo alfa,
sin embargo, durante la realización de tareas
creativas muestran un incremento de la actividad alfa. Al evaluar si durante las distintas
fases del proceso creativo había una respuesta diferente entre unos y otros, Martindale y
sus colaboradores encontraron que durante
una tarea calificable como de “inspiración”
en los individuos muy creativos se aprecian
mayores índices de actividad alfa que durante la fase de “elaboración”, no encontrado
este patrón en sujetos con baja creatividad. A
la postre, estos autores explican sus hallazgos como el resultado de la existencia en determinadas personas de un proceso de atención difusa asociado con la creatividad o,
dicho a la inversa, las personas poco creativas tenderían a concentrar demasiado la
38
Jesús de la Gándara
atención en un determinado estímulo, lo que
les impediría pensar o apreciar otras opciones más originales o menos evidentes.
Ya hemos señalado, que la progresiva sofisticación de los métodos de exploración del
funcionamiento cerebral, ha llevado a numerosos autores a plantearse nuevos estudios
sobre cerebro y creatividad. Por ejemplo,
Carlsson y colaboradores (2000) aplicaron
mediciones del Flujo Regional Cerebral a sujetos de alto y bajo índice de creatividad, enfrentados a una tarea específica de fluidez
verbal y de pensamiento divergente.
Encontraron que ante esta última, en las personas con mayor índice de creatividad aparecía un incremento del flujo cerebral en
ambos lóbulos frontales a diferencia de las
poco creativas, en las cuales el incremento
de flujo cerebral era predominantemente izquierdo. Ahora bien, la cuestión esencial es
este tipo de estudios es cómo medir la creatividad. En este caso fue evaluada con una
prueba diseñada por los propios autores, que
consistía en la respuesta a imágenes visuales
mostradas a alta velocidad. Sin embargo, la
eficiencia o desempeño creativo durante la
realización de las tareas no fue ni suele ser
cuantificado de forma coherente, por lo que
resulta difícil aceptar los resultados sin una
mínima crítica metodológica. Aplicamos
nuevos y más sofisticados métodos neurobiológicos, pero seguimos fallando en lo
fundamental: evaluar de forma coherente y
rigurosa la variable “creatividad”.
Algo similar ocurre con los trabajos de
Bekthereva y colaboradores (2001), quienes
realizaron primero un estudio con electroencefalografía en un grupo de estudiantes a los
cuales se les administró una serie de tareas
creativas. Posteriormente compararon dichos
resultados con la aplicación de una medición
del Flujo Sanguíneo Cerebral a otro grupo de
estudiantes durante el ejercicio de la misma
actividad. Encontraron que la mayor “eficiencia” creativa se asocia con valores superiores de sincronización en áreas corticales
anteriores, así como con un incremento general en la coherencia de ambas zonas frontales. Igualmente en los sujetos más creativos se encontró mayor flujo sanguíneo
cerebral en áreas de Brodman 8-11 y 44-47.
Es decir, de nuevo hallazgos interesantes, en
esta ocasión combinando datos de dos métodos de exploración cerebral diferentes, pero
que en todo caso siguen siendo demasiado
simples para explicar la compleja neurobiología del proceso creativo.
Por eso mismo, tras la introducción de las
nuevas técnicas de PET cerebral, el estudio
del “cerebro creativo” cobró nuevo interés.
Se trataba de verlo en vivo mientras producía
representaciones creativas en forma de imágenes, pictogramas, grafías, o mientras las
percibe y evalúa. En esa línea de investigación se enmarcan los trabajos continuados de
S. M. Kosslyn y su grupo entre 1977 y 1994.
Estos autores han realizado sucesivos estudios con PET, que les han llevado a enunciar
que: “Las imágenes internas y las visualizacines externas se elaboran en las mismas regiones cerebrales”. De hecho es algo que ya
había anticipado el originalísimo e intrigante
Paul Klee: “El arte no reproduce lo visible, el
arte lo hace visible”. Más recientemente
tales hallazgos han sido refrendados por los
de G. Kreiman, C. Koch, I. Fried, publicados
en la prestigiosa revista “Nature” (2000), titulado “Imagery neurons in the human
brain”. Sus resultados confirman que las
imágenes visuales pueden ser generadas en
nuestras mentes en ausencia de entradas visuales. Resulta que el 88 % de las neuronas
que se activan durante la visión y la imaginación son las mismas. Es algo así como si el
cerebro de los artistas tuviera capacidades
creativas intrínsecas, que le permitirían que
en el seno de su actividad neural se origina-
Psico-Neuro-Biología de la creatividad artística
sen “visiones” creativas, imaginaciones que
al plasmarlas se consideran obras de arte.
Dicho lo cual, y pese a lo sugestivo de estas
explicaciones, a la postre lo que vienen a
decir es que de nuevo nos quedamos muy
contentos pero desorientados. El cerebro elabora y percibe imágenes en las mismas estructuras, ahora bien, por qué algunos seres
generan esas “imaginaciones” creativas y
novedosas y otras no, sigue sin ser explicado, por muy sofisticados que sean los métodos que apliquemos.
Tal vez por eso los investigadores vuelven una y otra vez a caer en la trampa que el
cerebro les tiende. Por ejemplo, eso es lo
que ha motivado uno de los estudios más recientes y “creativos” del panorama internacional, llevado a cabo por los españoles
Cela-Conde y colaboradores en 2004, mediante técnicas de magnetoencefalografía.
Para realizarlo evaluaron el juicio estético
de ocho mujeres diestras, sin estudios de
arte, a las que mostraban 320 láminas pictóricas y les pedían su valoración estética.
Observaron una clara activación del cortex
prefrontal dorsolateral izquierdo asociada a
la percepción subjetiva de “belleza”, y concluyeron lo siguiente, que la percepción estética se produce esencialmente en esa zona
del cortes, que es justamente la que apareció
con el homo sapiens, la expansión del prefrontal en la que se suscitan los fenómenos
neuro-evolutivos que dan paso a la mente
del hombre moderno, a la simbolización, la
cultura y las artes. También sugieren que es
posible que esa zona esté alterada en pacientes con esquizofrenia, en los cuales las necesidades creativas son tan llamativas.
Igualmente sugieren que “la huella del impacto estético es más profunda y duradera en
las mujeres”. Es decir, cerebro, evolución,
creatividad, sexo y enfermedad mental, todo
un conjunto de variables críticas para la creatividad, unidas en un único modelo explica-
39
tivo y teóricamente coherente, que resulta
muy interesante y atractivo, aunque, por
desgracia, carente por el momento de verificación científica externa.
Ese mismo año, un grupo de investigadores mexicanos (R. A. Chávez y J. C. García
Reyna y colaboradores, 2004) presentaron
los resultados de un interesantísimo estudio
sobre la relación entre creatividad y activación cerebral regional, cuyo objetivo era
correlacionar el índice de creatividad, obtenido mediante las pruebas de Torrance de
Pensamiento Creativo, con el flujo sanguíneo cerebral usando básicamente el SPECT.
Para realizarlo reclutaron 12 personas seleccionadas entre 100 por sus altas puntuaciones en creatividad. Se les administró una
tarea de desempeño creativo tras la inyección intravenosa del radioligando Tc99mECD, al tiempo que se obtenían imágenes
del flujo sanguíneo cerebral mediante el
SPECT. Los resultados mostraron una correlación notable entre el índice de creatividad y el flujo sanguíneo cerebral en las siguientes áreas: giro precentral derecho,
cerebelo anterior derecho, giro frontal
medio izquierdo, giro recto derecho, lóbulo
parietal inferior derecho y giro parahipocámpico derecho. En conclusión, que el
índice de creatividad correlaciona con el
flujo cerebral en múltiples áreas de ambos
hemisferios cerebrales, las cuales están involucradas en el procesamiento multimodal, en funciones cognitivas complejas y en
el procesamiento de emociones. Esto lleva a
proponer, una vez más, que el procesamiento cerebral del proceso creativo se realiza
en sistemas muy amplios distribuidos por
todo el cerebro. Es decir, que por muy interesante que nos parezca este estudio, queda
claro que la creatividad sigue siendo una
función esquiva, como una musa caprichosa que migra por todo el cerebro de su pretendiente.
40
Jesús de la Gándara
Por eso, insisto, nunca faltan nuevas noticias sobre el asunto, que con frecuencia
saltan a la prensa pública a modo de “buena
nueva”, como esta que publicó una revista de
Internet el 24 de Abril de 2006, firmada por
Yaiza Martínez: “Descubren el mecanismo
cerebral de la creatividad”. Realmente ya
nos gustaría que hubiese sido así, pero al
leerlo, lo que encontramos de nuevo con los
mismos “tanteos” de siempre, de observadores miopes que tratan de explicar los mecanismos cerebrales de la creatividad con otras
gafas más gruesas. En este caso los investigadores fueron J. Kounios y M. JungBeeman, que aplicaron RM combinada con
técnicas electroencefalográficas. Ellos
mismos ya habían realizado estudios previos
mostrando que las funciones cerebrales eran
diferentes en los procesos de pensamiento
creativo y metodológico o racional. En el
nuevo trabajo evidencian que en el proceso
de encontrar soluciones intuitivas, repentinas
y creativas para problemas determinados, es
el resultado de un trabajo cerebral que se
desarrolla en tiempos y lugares diferentes de
que se alcancen las típicas soluciones racionales para dichos problemas. Las personas
utilizamos modos de pensar diversos – analítico, intuitivo, imaginativo, creativo – para
encontrar respuestas a los problemas, y
dichas formas diferentes de pensar se asocian con actividades cerebral diferentes.
Según estos autores, cuando se está buscando esforzadamente una solución adecuada
para un problema, el cerebro reduce o filtra
las entradas visuales, lo que produce un
efecto similar a lo que hacemos cuando entornamos los ojos o miramos fijamente a un
punto mientras pensamos intensamente en
algo. Se trata de una especie de mecanismo
de autoconcentración que hace que de alguna
manera misteriosa la solución emerja. Lo
más curioso del estudio es que al combinar
los resultados de las dos técnicas de neuroimagen aplicadas, los resultados fueron muy
similares, coincidiendo los patrones de actividad cuando el problema era resuelto por
“comprensión” (intuición global creativa) o
por “método” (actividad racional metódica).
En el primer caso la mayor actividad cerebral se apreciaba en áreas del lóbulo temporal relacionadas con el procesamiento conceptual, y del lóbulo frontal asociadas con el
control cognitivo. Por el contrario, si se pensaba de forma metódica, la actividad aumentaba en la corteza visual, lo que implica que
estos participantes centraban su atención
más en los estímulos visuales suministrados
por la pantalla que en el propio proceso cerebral. ¿Quizá sea eso lo que los artistas
llaman inspiración?, ¿acaso sea esa la residencia de la musa?
Tratando de responder a ese tipo de cuestiones, la estudiosa Glenys Álvarez, en su artículo recopilatorio titulado “La musa no es
más que conexiones cerebrales” de 2004 señalaba: “Algunos de los experimentos más
curiosos sobre creatividad y cerebro se basan
en el estudio de los cuatro patrones de ondas
EEG cerebrales… En la actualidad, además
de registrarlos es posible inducir cambios en
los patrones específicos de cada persona,
modificando el estado de alerta, relajación o
creatividad. Para ello los expertos se han
valido de distintos recursos. Uno de los más
modernos es la Estimulación Magnética
Transcraneal que utiliza poderosos imanes
para modificar las ondas eléctricas cerebrales. Uno de los experimentos más conocidos
fue llevado a cabo con 97 estudiantes de
música de la Real Academia de Londres.
Fueron sometidos a estos potentes imanes
para cambiar sus patrones de ondas EEG, y
al tiempo medir sus producciones creativas.
La mayoría de los jóvenes aumentaron la
creatividad en un 17% y algunos lograron incrementos de hasta el 50%. En otro estudio
semejante realizado en la Universidad de
Harvard, se estimularon los lóbulos temporal
Psico-Neuro-Biología de la creatividad artística
y frontal, al considerarlos como generadores
de ondas Theta supuestamente asociadas con
la creatividad. Las autoras (A. Flaherty y S.
Carson) estudiaron concretamente a escritores. Según ellas el bloqueo que padecen
muchos escritores o los episodios de hipergrafía durante los cuando no puede dejar de
escribir y las ideas les fluyen libremente, se
deben a interconexiones entre los lóbulos
temporales, el lóbulo frontal y el sistema
límbico. Este último proporciona el empuje
emocional para las ideas y el pensamiento
creativo: “Creemos que cuando el lóbulo
frontal trabaja libremente la persona recibe
la visita de sus musas y se siente inspirada,
mientras que cuando los lóbulos temporales
son restringidos por el trabajo del lóbulo
frontal, el escritor se siente bloqueado y el
papel en blanco es intimidante”.
Curiosos y sugestivos estos datos y teorías, pero a ello, los propios investigadores
consideran que simplemente se trata de
claves interesantes para comprender mejor la
creatividad, o incluso para estimularla, pero
no sirven ni para explicarla en profundidad,
ni para generarla cuando no existe.
La creatividad es el producto final de
muchos procesos y muy complejos, desde la
herencia (genes), a las interacciones culturales (memes), al ambiente educativo o familiar. Tal vez algún día podamos mejorarla,
incrementarla o estimularla mediante sofisticados sistemas “neurocibernéticos”, pero es
dudoso que algún día lleguemos a “crear” individuos creativos.
NEUROQUÍMICA DEL ARTE
Parece claro que las exploraciones estructurales del cerebro apenas han logrado
aportar una solución coherente y uniforme
sobre los procesos neuronales de la creatividad. Ni siquIera las modernas técnicas de
41
neuroimagen que combinan análisis estructurales y funcionales en vivo parecen lograrlo. Por lo tanto sólo queda analizar las
posible aportaciones de estudios neuroquímicos, de los sistemas de neurotransmisores
y receptores, sobre los cuales disponemos
de abundante información, acerca de su implicación en los estados cognitivos y emocionales, tanto normales como patológicos,
por lo demás tan frecuentes en las personas
altamente creativas.
Que sepamos no se han realizado estudios
específicos sobre aspectos neuroquímicos y
actividad creativa, tanto en poblaciones normales como en pacientes psiquiátricos. Los
escasos trabajos sobre aplicación de psicofármacos y su efecto sobre la creatividad son
tan escasos como ajenos a la cuestión.
Solamente algunas escasas aportaciones, que
recogimos en un breve estudio previo (De la
Gándara et al. 2004) han intentado relacionar
la producción artística con los cambios neuroquímicos asociados a los trastornos afectivos, especialmente en los episodios de hipomanía cuando la mayor actividad mental,
capacidad de asociación y resistencia física
mejorarían la productividad, espontaneidad
y viveza de las expresiones. Así lo describe
un paciente y pintor referido por GabailGuilibert: “Durante todo el tiempo que duraban las fases de excitación, de vigilancia,
pintaba por arrebatos, en todas partes.
Retratos, paisajes muy violentos y muy expresionistas... No necesitaba reflexionar para
elegir un color ni esforzarme para realizar
una composición... todo era físico, instintivo
e inmediato.” Tras la administración de litio
asegura: “Me resulta más difícil pintar. Mis
colores ya no son duros sino serenos. Utilizo
muchas más curvas... Mi pintura era inquietante y se ha vuelto relajante. La violencia, la
agresividad del dibujo y del color, que eran
mi sello, prácticamente han desaparecido...Mi pintura era un grito y se ha converti-
42
Jesús de la Gándara
do en un susurro, casi en un silencio...” Sin
embargo otros pacientes experimentan la
sensación de producir como antes o incluso
mejor, al liberarse de las fases de depresión
improductiva. Probablemente los artistas que
más se resientan en su capacidad creativa
sean aquellos que habitualmente canalizan
los síntomas maniformes a través de la expresión creativa, como advierte Schou en
1979. Al interrogar a veinticuatro artistas en
los que el tratamiento con litio había reducido significativamente las recaídas, seis perciben un menoscabo en su capacidad, seis no
encuentran diferencias y doce advierten un
incremento en su productividad. Añade que
debe considerarse la gravedad de cada caso y
la susceptibilidad individual.
Por su parte, Judd et al (1977) no observan variaciones significativas en cuanto a
creatividad semántica o juicio estético
cuando evalúan los efectos del litio en una
muestra de sujetos sanos, pero sí un enlentecimiento en la ejecución de algunas pruebas
motoras o cognitivas. Igualmente Shaw et al.
(1986) encuentran una reducción de la capacidad asociativa en una muestra de pacientes
con Trastorno Bipolar, eutímicos, al recibir
tratamiento con carbonato de litio. Por ello,
Stoll et al. (1996) proponen la sustitución
total o parcial del litio por valproato sódico
como posible solución a los déficits cognitivos, motivacionales o creativos relacionados
con el litio, al encontrar en una serie de casos
una mejora en estos aspectos con el cambio.
En conjunto parece posible admitir que la
impulsividad creativa puede verse reducida
con el tratamiento eutimizante, pero en general se observa que globalmente la capacidad
aumenta o mejora.
Por otra parte, que sepamos sólo Murry y
Torrecuadrada (1997) han examinado las capacidades creativas de artistas (dos escultores) afectos de esquizofrenia, antes y des-
pués del tratamiento con clozapina.
Encuentran que mejora claramente en
ambos, y aducen que los antipsicóticos atípicos mejoran la creatividad al incidir sobre
los síntomas negativos y, sobre todo, no la
deterioran por sus efectos adversos.
Tampoco, que sepamos, se han realizado
estudios sistemáticos sobre los efectos de los
antidepresivos sobre la producción de artistas depresivos, pese a ser tan frecuentes la
combinación de ambas facetas.
TEORÍA DE LA AUTOESTIMULACION PERCEPTIVA
Partiendo de lo expuesto hasta aquí parece
posible realizar una propuesta teórica que
explique la necesidad de percepción estética
y de necesidad de expresión artística que
todos tenemos, en mayor o menor grado, y
que secundariamente explique la imperiosa
necesidad expresiva de muchos enfermos
mentales. Nos basaremos para elaborar esta
propuesta en las hipótesis de I. Biederman y
E. Vessel (2007) sobre los circuitos cerebrales implicados en el placer perceptivo.
Estos autores parten de una idea básica
muy simple pero eficaz, ya que por un lado
nos remite al origen evolutivo de la mente
humana (explosión del simbolismo), y por
otro a las pretendidas similitudes entre hombres primitivos, niños y enfermos mentales
en sus “tendencias de configuración artísticas”. Aseguran, simplemente, que “los seres
humanos somos infodevoradores”, máquinas
captadoras y procesadoras de información.
En efecto, nos encanta conocer cosas,
somos una especie de “cotillas” informativos
profesionales. Pero la adquisición de información no es para nosotros sólo una costumbre, sino una necesidad y un placer. El placer
de “absorber” información se relaciona con
Psico-Neuro-Biología de la creatividad artística
la actividad de los sistemas cerebrales de recompensa y circuitos del placer perceptivo.
Los hechos en los que se sustenta dicha hipótesis parten de 1972, cuando S. Snydér y C.
Pert descubrieron los receptores cerebrales
para los opiaceos, de los que en pocos años
de describieron tres subtipos: mu, delta y
kappa. En 1977 se descubrieron las “endorfinas”, concretamente por investigadores de la
Universidad de Tulane que por fin lograron
encontrar los ligandos endógenos para los receptores opiaceos. Poco después, M. Lewis y
colaboradores (1981) descubrieron que la
densidad de receptores “mu” era especialmente alta en las regiones cerebrales implicadas en el procesamiento de información
visual. Estos receptores se encuentran distribuidos por todo el cerebro según un gradiente determinado, pero su densidad aumenta
notablemente a lo largo de la vía visual ventral, que interviene en el reconocimiento de
objetos y escenas. Se sabe que las escenas
con un alto grado de información novedosa
producen una activación mayor en estas
áreas de asociación visual y, por tanto, desencadenan más sensación placentera (recompensa perceptiva).
Igualmente, mediante estudios con neuroimagen obtenidas con RM funcional de las
áreas de asociación visual, se sabe que
cuando un sujeto contempla una escena percibida como placentera, se activan especialmente las regiones parahipocampal y fusiforme, en las cuales la densidad de receptores
“mu” es muy elevada. La intensidad de la
señal sin embargo disminuye cuando se reitera la contemplación de la imagen, es decir
se produce una especie de acostumbramiento de los circuitos y receptores, como es esperable de acuerdo con las leyes del funcionamiento cerebral normal. Así pues, se
observa que la primera presentación de un
estímulo visual complejo activa muchas
neuronas. En presentaciones repetidas, una
43
neurona “acostumbrada” podría inhibir a
otras neuronas y desencadenar una cascada
de inhibiciones. Si estas neuronas liberan
opioides o tienen receptores “mu”, la disminución de actividad conlleva un descenso del
placer perceptivo asociado. Quizá por eso,
para las personas creativas, los niños y algunos enfermos mentales, la búsqueda de sensaciones perceptivas intensas, de estímulos
visuales llamativos, novedosos y estimulantes, resulta tan necesario como placentero.
En concreto, sabemos que las personas
con esquizofrenia que muestran capacidades
creativas, suelen producir y sentir placer o
calma, con la elaboración, y por lo tanto
contemplación (que como sabemos por los
estudios de Kosslyn y otros, se producen en
las mismas zonas cerebrales) de imágenes
visuales muy complejas, novedosas, de colores intensos y con una producción a menudo
compulsiva. En cierto modo podríamos
pensar que esa elevada activación de los mecanismos implicados en el placer perceptivo
es necesaria para estos enfermos. Quizá primero se produce de forma casual o espontánea y luego se reitera como mecanismo de
compensación, como una especie de autoactivación de las áreas de asociación visual
(vía visual ventral, circunvolución parahipocampal, etc.) en las cuales hay una elevada
densidad de receptores opiáceos. En definitiva sería una especie de autoestimulación de
los “sistemas cerebrales de recompensa”, en
los que como sabemos están implicados
tanto las endorfinas como la dopamina.
Ambas comparten vías y circuitos cerebrales, y ambas, especialmente la dopamina,
están implicadas en las claves etiológicas y
terapéuticas de las esquizofrenias y otras
psicosis.
Se trata, obviamente de una teoría especulativa, que sólo tiene valor como propuesta
para seguir investigando. Una vez más la
44
Jesús de la Gándara
creatividad se resiste a ser encerrada en circuitos, sustancias y análisis, por muy sofisticados que estos sean.
CONCLUSIONES
Todos hemos experimentado alguna vez
la inspiración, pero algunos viven de ella, a
esos seres los llamamos artistas. Cuando
están “inspirados” las ideas fluyen sin obstáculos, las palabras acuden convocadas al
papel en blanco, se sienten capaces de resolver los problemas más intrincados, o de encontrar las respuestas más ingeniosas. A esa
actividad la denominamos creatividad. El cerebro les bulle inquieto, multitud de sistemas
neuroquímicos se activan, diversos circuitos
y estructuras funcionales se sintonizan acordes, las funciones cognitivas y afectivas colaboran para llegar al fin de las tareas, la
atención se potencia y difunde hacia insondables lugares ocultos en la profundidad del
cerebro, donde se guarda la memoria genética y memética de la especie y la persona. La
obra de arte, la idea genial, o la solución in-
geniosa aparecen como por encanto. El
genio está creando.
Un simple resumen de los circuitos,
áreas o estructuras cerebrales implicados
en la creatividad nos dice que el hemisferio
derecho, el lóbulo prefrontal, el lóbulo
temporal, y las zonas temporo-parieto-occipitales de asociación, el área visual ventral, el sistema límbico, el área parahipocámpica, el giro fusiforme, el giro
precentral, el cerebelo anterior, etc. están
implicados en la creatividad artística. Nos
falta un modelo que explique el funcionamiento coordinado de todas estas estructuras. Al principio se recurría a los dioses,
luego a las musas, más tarde al subconsciente, posteriormente al temperamento,
más recientemente a la herencia genética y
memética, y finalmente al aprendizaje
constante y al trabajo duro, intuitivo pero
sistemático. Así pues, el trabajo cerebral
creativo sería, a decir de muchos artistas,
“un noventa por ciento de sudoración y un
diez por ciento de inspiración”.
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Vol. 8, N.º 1, pp. 47 - 62 , 2008
Locos y artistas creadores heréticos
Heretical creatives insanes and artists
Ana Hernández
Doctora en Bellas Artes y Terapeuta ocupacional
Centro de Salud Mental de la Fuente de S. Luis
Valencia
RESUMEN
ABSTRACT
Este artículo presenta diversas miradas sobre
la locura y el art brut realizado por enfermos mentales, tanto desde la perspectiva de la vanguardia
artística, como desde la psiquiatría en la primera
mitad del siglo XX. Las relaciones desde arte moderno con la marginalidad como un modo de inspiración y legitimización de sus presupuestos de
ruptura con la tradición se han desarrollado de
distinto modo dentro y fuera de nuestro país. Lo
mismo ha ocurrido con la psiquiatría y su manera
de conceptualizar las expresiones artísticas de
los locos. Para ello hemos planteado diversas experiencias como la del Hospital de Sainte Anne y
las aportaciones de Gonzalo Rodríguez Lafora.
Las grandes dosis de eclecticismo y un sentido
instrumental de la disciplina, tanto en psiquiatría
como en arte en nuestro país, alejado del prurito
de la fidelidad a los paradigmas científicos dominantes han influido en la peculiaridad del desarrollo de la relación entre arte de vanguardia, locura
y pintura realizada por enfermos mentales favoreciendo en última instancia una incorporación
tardía de nuestro país a la creación de museos de
art brut y en definitiva a la modernidad.
This paper presents different points of view
about madness and the art brut made by mentally
ill people, both from the perspective of the artistic
avant-garde and from psychiatry, in the first half of
the twentieth century. Relations of modern art with
marginality, as a way of inspiration and legitimization of their assumptions to break with tradition,
have developed differently inside and outside our
country. The same has happened to psychiatry
and the way of conceptualizing the artistic expressions of mental patients. With this aim, various experiences as the one that took place at Sainte
Anne Hospital and the contributions of Gonzalo
Rodríguez Lafora are presented. Large doses of
eclecticism and an instrumental sense of discipline, in both psychiatry and art in our country, away
from the fidelity to the dominant scientific paradigms, have influenced the peculiarity of the development of the relationship between avant-garde
art, madness and paintings by mentally ill, favouring ultimately a late inclusion of our country to
create museums of art brut and ultimately to modernity.
Palabras clave: Art brut, arte psicopatológico,
vanguardia artística, Hospital de Sainte Anne,
Gonzalo Rodríguez Lafora, “Los íntegros”, ultraísmo, psicoterapia por el arte.
Keywords: Art brut, psychopathological art,
artistic avant-garde, Sainte Anne Hospital,
Gonzalo Rodríguez Lafora, ultraism, Art psychotherapy.
48
INTRODUCCIÓN
Ana Hernández
Los artistas de vanguardia se revelaron
contra la tradición cultural y pusieron en
cuestión la profundidad o el refinamiento conocidos como salvajes para la cultura occidental. Para ello se acogieron a valores
como el instinto, la pasión, la violencia o el
delirio. De esta nueva perspectiva encontramos múltiples ejemplos como la exposición
Fantastic Art, Dada and Surrealism del
Museum of Modern Art (1936) en la que se
presentaron una selección de acuarelas de la
colección Prinzhorn (1922) del hospital psiquiátrico de Heidelberg y obras procedentes
de la colección de André Breton y Paul
Éluard junto a fotografías de la tumba de
Ferdinand Cheval y de su Palais ideal.
Desde la psiquiatría también se aportará
una nueva mirada cuando en 1945 el Dr.
Ferdière organizó la primera exposición de
arte psicótico que se había hecho en un
museo, en el Museé Denys Puech de Rodez.
Posteriormente, en 1959 la Exposicición
inteRnatiOnale du Surréalisme (EROS) en la
que aparecieron obras de SchröderSonnerstern, Unica Zürn, Aloïse y Leonora
Carrington, tras su colapso mental en 1940.
La colección de Dubuffet de Art Brut capitalizó en gran manera todo el cambio cuando
se expuso por primera vez en 1967 en el
Museé des Arts Decoratifs de París y consagrando el nombre de marginalidad (1).
Estas y muchas otras exhibiciones posteriores han sido un exponente del interés que
para artistas y psiquiatras ha suscitado la pintura de enfermos mentales dentro y fuera de
las instituciones psiquiátricas. En este artículo vamos a ver algunos ejemplos fundamentalmente desde el hospital de Sainte-Anne y
las aportaciones de Gonzalo R. Lafora y al-
gunos aspectos de cómo se ha desarrollado
ésta relación entre art brut, psiquiatría y vanguardia artística hasta la mimetizazión con el
arte contemporáneo.
Locos y artistas en el hospital de SainteAnne
El hospital psiquiátrico de Sainte-Anne
fue un foco de exhibición de arte marginal en
el París de la posguerra. El Dr. Gaston
Ferdière (1907-1990), psiquiatra que trabajó
en la institución, siendo un personaje clave y
mediador entre los dos mundos, el arte y la
psiquiatría, desde finales de los años treinta.
Fue uno de los primeros psiquiatras que conoció la obra de Prinzhorn de 1922 gracias a
su colega Ernst Jolowicz, psicoanalista
vienés que tenía una colección de arte psicótico. Los médicos de Sainte Anne alentaban
la pintura entre los enfermos y no era extraño ver repletas de pinturas eróticas las paredes de la sala de guardia y del comedor. La
producción fue tal que se superponian unas
obras a otras como la del artista Frédéric
Delaglande que realizó unas pinturas repletas de alegorías psicoanalíticas que taparon
los murales originales y que serían admiradas por Breton, Duchamp y otros surrealistas
que frecuentaban el hospital.
Gaston Ferdière, junto con el doctor
Jacques Vié, pensó hacer un museo laboratorio para el arte psicótico y el estudio de la civilización del manicomio, al servicio de psiquiatras sociólogos o artistas.1 Sin embargo
la guerra frustró esta iniciativa y Ferdière se
fue al sur de Francia como director del
Hospital de Rodez en 1941. El éxodo de la
guerra generó una mayor relación entre instituciones psiquiátricas y artistas cuerdos ya
que los hospitales pasaron a formar parte de
la trama de la resistencia (2). El más famoso
1. En Ferdière, G. Le musée-laboratoire de l’ avenir. Annales Médico-psychopatologiques 1947; 6:.35
Locos y artistas creadores heréticos
paciente de Ferdière y al que animó fervientemente a que escribiera, fue Antonin Artaud
que tuvo privilegios extraordinarios como
habitación particular y biblioteca, dieta nutritiva y visitas. A su regreso a París en 1946
por su indudable talla de escritor unida a sus
graves síntomas psiquiátricos, fue pronto el
centro del debate de los surrealistas sobre “el
otro mundo”, el de las experiencias irracionales.
El mundo psicótico fue ampliamente divulgado en París a raíz de la exposición de
1946 en Sainte-Anne (3), con la participación de artistas enfermos como Forestier y
las visitas de Paul Eluard y Joan Miró.2 La
muestra era una réplica deliberada de la exposición “Entartete Kunst” que, como es
sabido, organizó el gobierno nazi en 1937
para denigrar el arte moderno al que consideraba un producto de mentes degeneradas (4).
Por tanto un modo de demostrarlo fue hacer
un montaje en paralelo de obras de artistas
como Klee, Kokoscha, Hoffman, Haizman o
Chagal entre otras, junto con pinturas de
Mebes, Goesh Sell, Brendel y otros, de la colección del Hospital de Heidelberg. En el catálogo de la exposición “Entartete Kunst” se
intercalaban discursos psiquiátricos herederos de las teorías de B.A. Morel y Max
Nordau y fragmentos de discursos de Hitler
en los que se sugería la esterilización de artistas “incorregibles”. Lo más sorprendente
de la exposición era su enfoque básicamente
etnológico: las obras no se representaban
como arte, sino como representaciones de la
naturaleza atávica de la vanguardia judía (5).
Las tesis que conformaron la exposición
organizada en la Alemania nazi, fueron posteriormente seguidas por algunos críticos de
arte como el derechista Camille Mauclair,
detractor de la modernidad que publicó La
49
Crise de l’ art moderne en 1944. En su texto
incluyó descalificaciones hacia Picasso
Braque o Chagal con pies de foto como “Un
talent fou” o “Un fou de l’ asile de Villejuif”
superponiendo obras de la colección
Prinzhorn y un cuadro de Braque. También
otro crítico, Georges Waldemar, se unió a las
críticas y publicó en 1950, bajo el título “La
plus grande mystificaction du siecle: l’ art
des malades mentaux”, en la revista Le peintre. (6)
En 1950, tuvo lugar también en el
Hospital de Sainte-Anne, la Exposición
Internacional de Arte Psicopatológico, coincidiendo con el primer Congreso Mundial de
Psiquiatría (7). Se componía de más de mil
quinientas piezas procedentes de cuarenta y
cinco colecciones y diecisiete países, agrupadas en secciones geográficas, no por calidad artística, que fue muy desigual, sino por
diagnósticos psiquiátricos. A ella concurrieron también psiquiatras españoles como
G.R. Lafora, aunque con los datos que disponemos hasta este momento, no hemos
podido localizar el destino de las obras que
aportaron. También desde Gran Bretaña acudieron Cunningham Dax y Maclay, cuya colección hoy forma parte del museo del hospital de Bedlam en Londres. En el montaje
colaboró en la parte técnica, el pintor
Schwartz-Abritz y según el catálogo explicativo (sin imágenes) también se proyectaron
películas científicas sobre la exposición de
arte psicopatológico y películas “surrealistas
de vanguardia” como: Le chien andalou de
Buñuel y Salvador Dali, o la edad de oro de
Buñuel, o El gabinete del Dr. Caligari de
Wiene, en el Palais de la Découvert.
La exposición atrajo a más de diez mil visitantes en un mes y sobre ella, el psiquiatra
francés Robert Volmat escribió el libro L’ art
2. De esta exposición se recogen algunos testimonios pero realmente no se hizo inventario del contenido.
50
Ana Hernández
psychopathologique, publicado en 1956, que
contiene una clasificación de las obras presentadas así como un capítulo dedicado a la
relación de las pinturas de enfermos mentales con el arte moderno (8). En 1954 J. Delay
creó en el hospital de Sainte Anne el esbozo
de lo que sería el Centro de Estudios de la
Expresión y el departamento de Arte
Psicopatológico
y
el
Centro
de
Documentación sobre Artes Plásticas. En
1959 se fundó la Sociedad Internacional de
Psicopatología de la Expresión (SIPE) de la
que durante muchos años fue presidente
Robert Volmat, y en torno a la cual se han organizado múltiples reuniones de profesionales de la psiquiatría interesados en la utilización terapéutica del arte. Actualmente siguen
realizándose encuentros internacionales auspiciados por la SIPE. El acontecimiento de la
primera exposición en 1950, creó un clima
propicio para muchas otras exposiciones de
esta índole y por extensión también favoreció las exhibiciones de Art Brut de
Dubuffet.3
En junio de 2000 se celebró en París un
Congreso Internacional de Psiquiatría que
conmemoró el 50 aniversario del primero
que se hizo y de la exposición de arte psicopatológico. Al mismo tiempo se ha realizaron otras exhibiciones en la sede del congreso y en la galería de arte Saint-Germain, que
recogían algunas obras de la primera de
1950, junto con nuevas colecciones de pinturas de enfermos mentales, conferencias y debates tanto sobre el arte psicopatológico
como sobre el uso del arte como terapia
(9,10). Estas exposiciones hacen reflexionar
de nuevo sobre el fenómeno de la pintura
psiquiátrica e interrogan sin duda acerca de
la medida en que el arte marginal se puede
comparar con el arte oficial. Por estos eventos no podemos perder de vista que la alianza entre locura y genio viene de una recreación romántica apropiada de nuevo por la
vanguardia del siglo XX y que permanece
aún hoy como mito y tópico. Es una manera
en cierto modo ingenua de concebir la
locura; libre de las restricciones que impone
la mente racional. En definitiva, no podemos
olvidar que las aportaciones de Freud permitieron articular un punto de inflexión que
contemplara la creatividad tanto desde la
salud como desde la enfermedad. Y tal como
planteó K. Jaspers en 1961 (11) en ningún
caso la enfermedad debía ser elemento de
juicio negativo de la obra y añadimos o positivo. La locura en realidad no es el germen
del talento, sino que al igual que la vida y la
personalidad total, forman parte de la obra
como un elemento más.
Gonzalo R. Lafora: del arte subjetivo y
la libertad absoluta
Como acabamos de ver en el apartado anterior, la experiencia del hospital de Sainte
Anne revela un punto de encuentro entre
vanguardias artísticas, psiquiatras y enfermos mentales. Esta mirada de fascinación de
los artistas hacia la locura, como estado creativo ideal fomentada desde el romanticismo, carga sobre el proceso de creación el
principio de no reconocer a ninguno de sus
predecesores, como si la obra fuera un monólogo absoluto del artista consigo mismo,
un solipsismo muy cercano a la locura (12).
Unos años antes que en Sainte Anne, en
España también tenemos un ejemplo de interés por el arte moderno y por su relación con
las pinturas que realizan los locos en los manicomio. Fue el psiquiatra Gonzalo
3. El Art Brut, fue nominado como tal en 1946 por el pintor francés Dubuffet. Sus propuestas defendían un arte
alejado de la tradición cultural, y la reivindicación de obras marginales, muchas de ellas de enfermos mentales.
La mayor parte de su colección forma parte del museo de Art Brut de Laussane que después de numerosos avatares logró reunirse en la década de los 60.
Locos y artistas creadores heréticos
Rodríguez Lafora, en su artículo Análisis
Psicológico del Cubismo que aparece en la
revista Archivos de Neurobiología en el año
1922 y cuyas contribuciones suponen un
punto novedoso en el panorama psiquiátrico
español de la década de los años veinte (13).
Nos detendremos a exponer algunas de las
aportaciones de Lafora. Se trata de una reflexión sobre la primera exposición cubista que
se celebró en Madrid en 1915 de la que el
autor afirma quedó muy impresionado y en
la que encuentra semejanzas ideales y formales con la pintura de enfermos mentales.
Estas coincidencias le hacen preguntarse por
la génesis psicológica de la experiencia artística, para lo cual revisó, la abundante literatura psicológica y estética sobre la cuestión.4 De la lectura del artículo, vemos cómo
no sólo nos da a conocer la literatura especí-
51
fica del tema que trata, mostrando tanto su
interés como el estado de la cuestión en ese
momento. Recoge las aportaciones que hace
Kraepelin (1909) sobre la demencia precoz
como la enfermedad más fructífera para la
creación artística, o cómo hay pacientes que
espontáneamente prensan manchas de tinta
sobre el papel creando figuras simétricas que
en esos años sintetizaría Rorschach (18881964)5. Éste, interesado como Pfister y
Bertschinger6 en las creaciones artísticas de
los enfermos psiconeuróticos, fue criticado
por distintos autores porque sus tesis no dejaron de ser un ataque al arte moderno7
(14,15,16,17,18).
Creemos interesante destacar las referencias de Lafora a Breuler (1857-1939) sobre
el carácter integrador de la perturbación esquizofrénica semejante al sueño, habiendo
4. Recomienda textos entre otros de Kandinski (1912): Ueber das Geistige in der Kunst; Apollinaire (1913): Les
peintre cubistes. París; Huntington Wright (1915) Modern Painting, N.Y.; Worringen y Bürger (1917): Einführung in
die moderne Kunst, Berlín. Y de su búsqueda exhaustiva de estudios sobre la pintura de los enfemos mentales
recomienda: Schilder (1918): (Delirio y conciencia) Wahn und Erkenntnis. Berlín.; Prinzhorn (1922): Bildnerei der
Geisteskranken. Berlin.; Simon (1876): L´imagination dans la folie. Etude sur les dessins, plans, description et
costumes des aliénés. París. Y Simon (1888): Les écrits et les dessins des aliénés. París. Lombroso (1880):
Sull´arte nei pazzi. Arch. di Psichiatria e science legali. Morselli (1894): Manuale de semiotica delle malatie mentali. Milán. Rogues de Fursac (1905): Les écrits et les dessins dans les maladies nerveuse et mentales. París.
Pérez Valdés (1917 y 1918): Valor semiológico de las manifestaciones gráficas de la locura. Siglo Médico. A.
Marie (1912) Dessins curieux de dementes precoces. Rev. de psychia.; Morgenthaler (1918): Uebergänge zwischnen und Schreiben bei Geistesktanken. Arciv. F. Neurol. U. Psych.; Jaspers (1920): Allgemeine
Psychopathologie. Berlín.Bychoswski (1922): Autimus und regresion in modern kunsbestrebungen. Allgem,
Zeitschr. F. Psychia.; Pfister (1921): Der psychologische untergrun expressionistischer. Zurich.; Morh (1907):
Zeichnungen von Geisteskranken un ihre diagnostiche Verwertbarkeit. Journ. F. Psychol. U. Neurol. Tomo VIII.
5. Psiquiatra suizo, discípulo de E. Bleuler. Seguidor de C.G. Jung, estudió la tipología de éste, introversión y extraversión, e ideó una técnica con manchas, estudiando dibujos de niños y de enfermos mentales, para medir esas
dos variedades. Luego estandarizó el método con el nombre de Psicodiagnóstico (1921), que ha tenido gran difusión para el estudio de la personalidad de los enfermos mentales.
6. Bertschinger en 1911 publicó Illustrierte Halluzinationen que presenta ante todo el dibujo en psiquiatría como
un instrumento diagnóstico.
7. Según Weber, M. en los comentarios de la obra de H. Prinzhorn, anota sobre Pfister que sus juicios psiquiátricos sobre pacientes eran muy poco “considerados”. Según McGregor, el libro de Pfister es un instrumento para,
a través del estudio desde el psicoanálisis de las obras pictóricas de los enfermos, atacar el arte moderno. En
este sentido menos radical Gombrich, E. plantea que Pfister considera al artista expresionista un tipo “autista, introvertido, aprisionado en sus propias represiones. A pesar que respeta la alta seriedad del movimiento concluye
admitiendo la esperanza de que un nuevo idealismo crearía un nuevo tipo de arte que permitiese combinar un
profundo sentido de la realidad con un genuino idealismo”.
52
Ana Hernández
sido ya señalada por Kraepelin y sus definiciones de la esquizofrenia. De igual modo
señala las aportaciones de Krestchmer
(1888-1964) quién incluye en algunas de sus
obras dibujos de enfermos mentales con un
interés fundamentalmente diagnóstico.
El primer problema que se plantea es el de
la inspiración, tal como lo aborda el psicoanálisis a través de Schilder, su relación con el
sueño y su carácter regresivo. La primera
parte la dedica al estudio de la génesis artística, para ello se remite a la noción de esfera,
o periferia de la conciencia nominada así por
los psicólogos desde Paul Ferdinand
Schilder (1886-1940); Esto es, el estado de
ensueño o abandono del que emerge la inspiración artística y que nos remite al subconsciente. Para Lafora, tal como retoma a
Schilder, la creación revela la vida oculta de
los deseos y aspiraciones subconscientes en
forma de asociaciones, fantasías y símbolos
complejos ocultos. Establece el paralelismo
entre la producción artística y los sueños,
cuyo lenguaje, incompleto, simbólico y con
imágenes asintácticas son para el autor un
modo de retorno a la vida primitiva y por extensión a la infancia.
El retorno a lo primitivo lo analiza desde la
óptica evolucionista situando el arte moderno
como hilo conductor que explicaría las dos
tendencias fundamentales en el hombre. Por
un lado hacia lo cerebral o inferior que tendría
el hombre en común con los animales y hacia
lo superior o mental donde se asientan las funciones conscientes elevadas. De este modo, el
arte academicista que se decanta más hacia lo
mental se exterioriza para Lafora en formas
más aceptables para nuestra conciencia. El
arte cerebral por excelencia serían el cubista y
el expresionista, como cumbre del arte subjetivo y de la libertad absoluta.
La exposición del año 1915 del Salón de
Arte Moderno, llamada los Integros, organizada por Ramón Gómez de la Serna y en la
que participaron los pintores Diego Ribera,
con el retrato de Gómez de la Serna, María
Blanchard (seudómino de Mª Gutiérrez
Cueto) y Luís Bagaría, es el punto de partida
de la reflexión que intenta, de un modo
pragmático, reunir las teorías psicoanalíticas
con la teoría constitucional de Kretschmer.
Desde esta óptica, a cada trastorno mental le
correspondería un estilo pictórico y unos
signos característicos. Lafora no sólo quiso
hacer un estudio desde la psiquiatría y la psicología sino que incluyó las opiniones de
Apollinaire8 y Kandinski9 entre otros, en un
esfuerzo de comprensión de lo que el llamó
también el arte “ultramoderno”. Para Lafora
es el arte cubista instintivo el más abundante
e individualista y el más cercano a la obra de
los esquizofrénicos cuya vida psíquica se
condensa en signos y formas simplistas, en
síntesis lineares de ideas.
8. Para la confección de este punto Lafora se basa fundamentalmente en la obra de Apollinaire (1913): Les peintres cubistes, en la que básicamente el arte nuevo es un arte cerebral, individualista y autista en cuanto a ensimismado en su visión de la realidad, que rompe con la tradición de la perspectiva y la imitación, que tiene como
base las preocupaciones geométricas y se ve influido por las esculturas primitivas de Egipto, Oceanía y Africa.
Las orientaciones de esta nueva tendencia, siguiendo el esquema que plantea Apollinaire, son: el cubismo científico, cuyos modelos son imágenes del conocimiento, no de la visión; el físico, que toma los elementos de la realidad visual pero hace una nueva ordenación; el órfico al partir de los nuevos elementos que aparecen como
reales; y el instintivo que toma el artista a partir de su instinto y su intuición.
9. Lafora admira la obra de Kandisky, destaca de sus obras su profundidad, armonía y libertad en la expresión
del estado de ánimo. Compara sus obras con piezas musicales que según su complejidad son melódicas o sinfónicas.
Locos y artistas creadores heréticos
No obstante reconoce sus limitaciones en
el terreno de la estética, de la misma forma
que lo hizo Freud según Marchán (19),
quién dice que desde la publicación de La
interpretación de los sueños (1900), se intenta explicar la obra artística como un
texto a descifrar. Sin embargo no todo en la
obra de arte es inconsciente o estética de
contenido para Marchán; lo decisivo de la
aportación freudiana fue el desvelar que en
las actividades artísticas había ciertos parentescos con los mecanismos del propio
operar de lo inconsciente. Lafora en su estudio psicológico del cubismo y el expresionismo plantea fundamentalmente el predominio del contenido inconsciente. Para éste:
La producción artística se parece a los
sueños por su carácter incompleto y simbólico y por cierta falta de sintaxis en las
series sucesivas de imágenes y las formas de
expresión del artista (20).
Aunque en su artículo analiza por separado, cubismo, dadaismo y expresionismo, establece un paralelismo entre arte “esquizoide” y arte “ultramoderno” en general. El
autor afirma que hay cuatro tendencias comunes en el arte moderno:
La tendencia a la expresión subjetiva e independiente; Un cierto gusto por formas de
expresión antitéticas; la tendencia a las concreciones simbólicas; y la inclinación a la
estilización.
Estas tendencias le conducen a establecer
un paralelismo con las producciones artísticas de los enfermos, en cuanto a similitud
con la expresión de los síntomas morbosos.
Cuando Lafora se refiere al arte esquizoide
también está remitiéndose al llamado tipo esquizotímico que hace referencia a rasgos que
confluyen en filósofos y artistas sin ser
53
muchos de ellos enfermos mentales. La descripción que hace de síntomas como la ambivalencia, la tendencia al autismo o la indiferencia afectiva, pueden aparecer en estos
individuos, previamente sanos, bajo la forma
de constitución mental esquizotímica. La
aparición de la esquizofrenia sería entonces,
una exaltación violenta y patológica de esos
síntomas que antes estaban latentes. El conocimiento de los rasgos esquizoides se conocería como en los esquizofrénicos a través
de las obras.
El enfoque que hace Lafora de su artículo
denota una posición abierta y ecléctica que
suma a las referencias del psicoanálisis, la
psiquiatría organicista ligada a la neurología
que recoge la tradición del siglo pasado
sobre genio y locura. Lo hace, entre otros, a
través de la obra de Krestmer Psicología
médica (1926) en la que incluye dos reproducciones de las obras expresionistas de
Catalina Schäffner, El profesor y Suspiros,
de cuyos estudios se deduce la confluencia
entre expresionismo y pintura psiquiátrica.
Para Lafora estas obras son un modelo de
simbolismo emocional y de manifiestas tendencias a la estilización rítmica y monótona.10 (21)
Hoy ciertas afirmaciones que hace, nos
pueden sorprender o al menos pueden considerarse especulativas, pero en su momento el
intento de encontrar signos objetivos de la
locura entroncaba con las teorías vigentes de
la psiquiatría positivista, tal como ya lo advirtió R. Pérez Valdés en 1917. Para el autor
los locos podían ser “pseudoartistas, pero el
estudio de las producciones nos permite establecer conceptos muy fértiles en deducciones diagnósticas, pronósticas y aún médico
legales” (22).
10. Para Brenot, Kretschmer es “el padre de la psiquiatría constitucional” y opina que su trabajo Hombres geniales (1929) es el más logrado sobre el tema. Siendo una “versión moderna de la creencia ancestral del don innato
del artista y abiertamente determinista”.
54
Ana Hernández
Lafora aborda los escritos de los esquizofrénicos, como Pérez Valdés en 1918, para
quien son más importantes por ser más frecuente que los enfermos escriban que dibujen. Atribuyendo a los escritos además un
carácter artificioso a los dibujos y un valor
de confesión que nos manifiesta su personalidad entera exponiéndola a nuestro examen
con ingeniosa lealtad (…) cada forma de escritura tiene su forma de locura que evoluciona a medida que avanza el mal (23).
Paralelamente podemos encontrar un
nuevo ejemplo de contacto entre locura y
vanguardia. Los escritos de los esquizofrénicos, cargados de neologismos apenas se diferencian de un escrito dadaista, que es muy
semejante a lo que los psiquiatras denominan
“ensalada de palabras”, es decir la incoherencia y desorganización lingüística; tal es el
parecido que el psiquiatra suizo Bleuler
cuando un alumno le preguntó por las diferencias del arte moderno con las obras de los
enfermos mentales, dijo que en el caso de
una obra dadá, ninguna (24). Tal como
vemos en el Manifiesto Dadá de Tristan
Tzara, de 1918 en el que la estética del
abismo y la reivindicación de la locura son la
constante11:
Yo destruyo los cajones del cerebro, la libertad frente a la sociedad (…) La plenitud
del individuo se afirma a continuación de un
estado de locura, la locura agresiva y completa (…) la locura indomable, la descomposición. Dada no significa nada…12.
También estableció otras comparaciones
entre el arte primitivo, el arte infantil, el de
los esquizofrénicos y el arte expresionista.13
Nos recuerda como ejemplo de obras “primitivas” que presenta Pérez Valdés (1917) y
Rogues de Fursac (1907) muy cercanas a la
obra del pintor Rousseau. Otro de los ejemplos que cita sobre el estado de regresión es
la de un pintor paisajista valenciano, Juste,
cuyas obras van adquiriendo cierto aprecio;
sin embargo en los años que estuvo recluido
pintaba como un niño (25).
Para Lafora las referencias entre las pinturas de enfermos y el arte moderno son constantes y cita que son evidentes las coincidencias formales entre cubismo, expresionismo
y pinturas de alienados (…). Sin embargo
mientras que la tendencia subjetiva del enfermo mental que pinta le lleva a un autismo,
a un ensimismamiento cuya principal referencia es su mundo interno, a los artistas del
“arte ultramoderno”, la tendencia subjetiva
no les impidió que se organizaran y fundamentaran su teoría estética con cierta precisión. (26) El que se haya reconocido la obra
artística de algunos enfermos mentales para
11. En 1919, Marx Ernst junto con Johannes Baargeld organizó en Colonia una exposición Dada, bajo la bandera provocativa de Gruppe D, una alternativa a una exposición de arte contemporáneo “más tranquila” que se realizaba en el mismo edificio, en la que incluyó obras de enfermos mentales, tallas africanas y pintores aficionados. Esta fue la primera vez según Cardinal, R. (1993) que se dio a conocer públicamente las obras de enfermos
mentales.
12. Publicado en el nº 3 de la revista Dada de Zurich.
13. El autor basa sus afirmaciones en los estudios de Rouma (1913) El lenguaje gráfico del niño. y los de
Lamprecht (1906) sobre “La semejanza del arte infantil y el hombre prehistórico”. (recogemos a su vez un comentario crítico al respecto de Neuman, E. (1992) (25) , el trabajo de Lamprecht sobre 40.000 dibujos de niños también fue seguido por Freud cuando en su obra Totem y Tabú (1912) establece un paralelismo entre pueblos primitivos, neuróticos y niños en sus acciones y en sus representaciones simbólicas. Sin embargo para Neuman el
material empleado se reveló como evidencia de las influencias culturales, tomando el camino contrario de la filogénesis, como se evidenció años después en los trabajos de Anastasi y Foley (1936) en base a 602 dibujos de
41 culturas.
Locos y artistas creadores heréticos
55
Lafora ha sido gracias a la relajación de la
crítica dogmática y de las academias. Esta
misma relajación le plantea la duda, muy
contemporánea por otro lado, sobre la dificultad entonces planteada de lo que es o no
arte. (27)
Tal como nos plantea Brenot (30) pensamos
que a principios del siglo XX, el psicoanálisis de la obra artística abandonará el concepto de locura del positivismo para precisar
con más sutileza la psicodinámia del movimiento creador.
Lafora de alguna manera resuelve la cuestión cuando dice que la labor del artista sería
la de convertir en social lo inconfesable, lo
que es del dominio individual. Según el predominio de uno u otro contenido, entiende
que la obra sea objetiva y realista o por el
contrario oscura, subjetiva o idealista.
Estima que a lo largo de la historia del arte
ha encontrado ejemplos de uno u otro sentido “de forma ondulante”. En todo caso opina
que en la época moderna estas oscilaciones
cada vez son más rápidas. Como ejemplos
cita el arte romántico como predominio del
contenido manifiesto que llega a los sentimientos de mayor número de público. El ultramoderno sin embargo sería de contenido
latente e individualista, independiente de la
realidad. (28) Pretende ser arte puro, arte artístico, arte abstracto haciendo referencia a
las aportaciones de Ortega y Gasset sobre el
arte moderno que está deshumanizado, en
textos previos a su obra La deshumanización
del arte (29).
Las vanguardias artísticas y la locura
en España
El trabajo de Lafora supone una primera
recepción en España de las tesis psicoanalíticas en torno a la inspiración y la creatividad
en la mente sana y en la anormal a través del
arte. Sintetiza en sus artículos dos corrientes,
la estética y la psiquiátrica al modo de Freud.
Sus amplios conocimientos tanto desde su
profesión médica como del arte moderno, le
permiten hacer uno de los más interesantes
artículos que se escribieron sobre la cuestión
en España en el primer cuarto de siglo XX.
Si alienistas como Gonzalo R. Lafora se
interesan tanto por el arte moderno como por
su relación con la locura, sin embargo no encontramos constancia del interés de las vanguardias artísticas en España, por la pintura
psiquiátrica14. Podemos aventurar que sí hay
aceptación de las tendencias expresionistas,
dadaistas o futuristas, por parte de los
nuevos movimientos se hace cuando éstos ya
están consolidados. La información de
nuevas corrientes estéticas llegaba puntualmente a España en la primera década del
siglo, con el consiguiente debate social entre
ruptura y tradición (31). No obstante, la renovación y la búsqueda de nuevos referentes
de inspiración, no recaló en las obras hechas
en los manicomios y sí que podríamos hablar
sin embargo, de fascinación, coquetería con
la locura, o lo irracional, en sentido amplio,
como un elemento más de alejamiento de la
tradición, por parte de algunos artistas. En
este sentido el artículo de Joaquín Torres
García D’altra órbita, en Un enemic del
poble, en Barcelona, en junio de 1917, nos
parece un buen testimonio:
¿Seré jo el primer, també, que ara haig de
parlar d’ art irracional? L’art que ve d’aquest cantó incomprensible per molts, ben
aviat serà comprensible. Ara encoratgem
l’aparent extravagància. Entre els poetes, hi
ha alguns vates. ¿Quan ho seràn tots? (32).
14. El término vanguardia, es un tópico en la historiografía artística profusamente tratado. Por tanto sería muy
complicado tratarlo en este artículo. Planteamos el término como intento de renovación y modernización como
oposición al arte académico tradicional.
56
Ana Hernández
La mayoría de los movimientos artísticos
de vanguardia que se producen en España
durante el primer tercio de siglo, siguiendo
las tesis de Brihuega, son emulaciones de un
fenómeno ya existente en el resto de Europa.
El hecho, de que estén consolidados estos
movimientos, sirve para que las vanguardias
españolas se autojustifiquen como una necesidad histórica, desde la perspectiva de incorporación a un proceso contemporáneo en
general. Las importaciones que hacen de los
elementos icónicos, presupuestos teóricos,
prácticas de las nuevas tendencias europeas
no son ortodoxas o integrales, son fragmentarias, y su incorporación produce transformaciones del producto artístico final. Sin
embargo, en el caso español no hay “ismos”
exactamente, sino vestigios o sintonías con
las tendencias europeas, sin que sigan siquiera el mismo desarrollo cronológico o tengan
una propuesta de continuidad en las experiencias emprendidas.
Del tópico de la fascinación por la locura
entre las vanguardias literarias en España
tenemos múltiples ejemplos de los que
vamos a destacar algunos de ellos. Se
podría hablar de una moda, cuando se hace
apología de la neurosis, en cuanto a que ésta
despierta la capacidad artística superior al
resto de los mortales (33). Es Rafael Alberti
quién nos recuerda en La arboleda perdida
un fragmento15 de su vida, el sufrimiento y
su crisis personal que superó escribiendo su
texto surrealista Sobre los ángeles (1929).
En él hay referencias constantes a la locura
como huésped de las tinieblas, enloquecida
lava, cueva cargada de demonios, de insomnios largos, de pesadillas y al automatismo
mental (34), uno de los tópicos de moda en
el ambiente artístico y literario, y uno de los
vocablos del glosario psicoanalítico del que
se apropió el surrealismo. En la línea que
apuntábamos en el párrafo anterior, la fascinación por la locura es quizás más evidente
en el surrealismo, movimiento literario surgido en Francia en 1925, que fue seguido
por artistas españoles como Miró, Dalí,
Benjamín Palencia, Maruja Mayo,
Remedios Varo, Planells o Viñes. El caso de
Dalí, es quizás el que encarna en el ámbito
popular la imagen del artista loco y genial.
Años después del primer manifiesto surrealista, llamaría como método paranoico-crítico a su proceso particular de creación; el
sueño como fuente de inspiración16. Con el
método paranoico-crítico, Dalí quería dotar
al surrealismo de un instrumento de creatividad capaz de ser aplicado al cine, a la pintura, la poesía, la moda o los objetos surrealistas típicos (35). Entre todos los
trastornos psíquicos, la paranoia, era demostrativa de la finalidad perseguida por el
surrealismo al ofrecernos una síntesis de lo
real y lo imaginario. Un individuo afectado
de un delirio paranoico, no se conforma refugiándose en su interior, sino que cristaliza todos los fenómenos del mundo exterior
en torno a su idea delirante. De este modo
los artistas, a través del juego, el humor, la
15. Se publicó en 1944 por primera vez en España. El fragmento que hemos consultado pertenece a la selección
que hacen Buckley,R. y Crispin, J. Los autores denominan al capítulo “Neurastenia, mal del siglo”. En él seleccionan el mencionado texto de Rafael Alberti, el de Wenceslao Fernández Flórez, “Visiones de la neurastenia”, tal
cual apología de la neurosis. Por último un texto de Juan José Domenchina: “La túnica de Neso”, que comienza
refiriéndose al “club de los neurasténicos” o “Neurópatas club”, tratando la cuestión desde el humor y la mitología. Estas dos características han sido resaltadas por Buckley y Crispín como características típicas vanguardistas.
16. Sobre este tema Ramirez, J.A. afirma como la cadena de fenómenos asociativos que le permitieron “explicar”
el Angelus de Millet a partir de algo que se le reveló durmiendo. Esta es una de las constantes de Dalí, la aparición de un sueño “providencial” que ilumina la conciencia y da la clave de una interpretación.
Locos y artistas creadores heréticos
escritura automática o el sueño, podían obtener siguiendo esa “lógica paranoica” un
mundo nuevo que se le escapaba a la gente
normal (36). Dalí participó, como ya sabemos, con una serie de grabados en el experimento Les possesions que firmaron conjuntamente Paul Éluard y André Bretón.
Fue un relato de una “aventura controlada”
hacia la psicosis. Cinco textos que documentan los estados de la debilidad mental,
manía aguda, el delirio paranoico y la esquizofrenia. Los surrealistas pretendieron
demostrar que se podía tener un “billete de
ida y vuelta a la locura”. Es decir que
Bretón planteaba un “descontrol controlado” como incentivo de la creatividad. Una
locura que se podía adoptar deliberadamente. Sin embargo lo que en Dalí parece una
“conquista de lo irracional”, se nos aparece
como la expresión de una lucidez despiadada según Cardinal (37). Este autor, muy crítico con las propuestas en este sentido de
Dalí añade:
En sus ensayos paranoico-críticos utiliza
de forma grandilocuente la jerga psiquiátrica (...) No es un descrédito para el surrealismo (...) sino que el coqueteo de Dalí con
la demencia no pasa nunca de lo figurativo
a lo literal.
No obstante encontramos otro hecho significativo que cabría resaltar. Cuando en
1930 Dalí expone en el nº 1 de la revista El
surrealismo al servicio de la Revolución, el
método que él experimentaba y atribuía a la
“violencia del pensamiento paranoico” llama
la atención de Jacques Lacan. Éste, consideró sus ideas muy interesantes, hasta el punto
que se reunió con el artista. Para Dalí los encuentros en su relación con Lacan darían una
“legitimación científica” de sus pretensiones. En 1932 Lacan publicaría su primer
libro La psicosis paranoica en sus relaciones
con la personalidad, texto que según Cortés,
(38) no sólo propició un acercamiento con
57
los surrealistas (que no duró mucho tiempo),
sino marcó claramente las investigaciones
de los años 40 y 50 sobre el lenguaje de los
locos, la locura como lenguaje y los creadores heréticos. Al final, como no podría ser de
otro modo, Dalí entre otras, tuvo la ocurrencia de decir ¡La única diferencia entre un
loco y yo es que yo no estoy loco! (39). No
nos cabe duda que su ironía le acercó al
surco inicial que había trazado Bretón con
respecto a la locura.
Es el manifiesto surrealista de Bretón el
que da la clave de la influencia de lo irracional y su importancia en el proceso creativo
que busca el nuevo movimiento. En España
sería Guillermo de Torre quién como personaje fundamental del ultraísmo, impulsaría
el principal movimiento de la vanguardia.
Era redactor de La Gaceta Literaria y autor
del manifiesto Ultra. También se le considera personaje muy vinculado a los pintores renovadores españoles y buena muestra son
sus escritos. Ejemplos son, El neodadaísmo
y El superrealismo, en la revista Plural de
Madrid en 1925, donde incluye el texto de
André Bretón sobre el concepto de superrealismo, del que reproducimos un fragmento:
Automatismo psíquico puro, en virtud del
cual uno se pone a expresar el funcionamiento real del pensamiento. Dictado del
pensamiento con ausencia de todo control
ejercido por la razón y al margen de toda
preocupación estética y moral. El superrealismo reposa sobre la creencia en la realidad superior de ciertas formas y asociaciones desdeñadas hasta la fecha, en la
omnipotencia del sueño y en el juego desinteresado del pensamiento (...) Guillermo de
Torre dice que en las primeras páginas del
Manifiesto, por exaltar los derechos de la
imaginación, queriendo libertarla de la esclavitud de la razón, se llega incluso a
hacer una apología de su más alta libertad:
la locura. (40)
58
Ana Hernández
Uno de los aspectos que queremos resaltar
del fragmento de Guillermo de Torre es que
debe interpretarse como paradigma de la
apropiación de Freud desde la óptica de la
vanguardia. Freud es el elemento compartido, el común denominador del acercamiento
de la vanguardia artística y la psiquiatría. La
distinción que hace de Torre, es una distinción freudiana entre realidad superior y realidad inferior, entre funcionamiento real del
pensamiento y funcionamiento falso o aparente. Del lado de la realidad de Torre coloca
lo profundo, lo irracional (el sueño y la
locura), la realidad a la que se accede por la
emoción libre, la libertad de la imaginación.
Del lado de la apariencia por oposición sitúa
lo superficial, lo racional, la realidad a la que
se accede por el control de la razón y la esclavitud del pensamiento.
Como sugeríamos al inicio de este apartado, la fascinación de la vanguardia artística
por la locura, fue en muchas ocasiones reivindicada en los manifiestos. En el texto de
Bretón, suscrito por de Torre, la locura se
convierte en motivo de inspiración literaria
porque el pensamiento del loco es metáfora
o modelo de un pensamiento automático, en
el sentido del surrealismo: ausencia de control, liberación respecto de la realidad ilusoria, acceso a una “verdadera realidad”
oculta, liberación de las cadenas de la razón.
En última instancia, el texto de Guillermo
de Torre hace de la locura la máxima expresión de la libertad. En nuestra opinión es
muy interesante, porque recoge los tópicos
de la estética en torno a la creatividad artística y a la teoría del genio: se refiere al
sueño y por extensión al pensamiento del
loco como juego desinteresado del pensamiento17 (41).
La estética del juego vuelve a tener importancia con la vanguardia y particularmente
con el dadaísmo. Ya el futurismo defendía
una concepción de la obra de arte que tomaba
como modelo los juguetes y el pensamiento
del niño en el manifiesto Reconstrucción futurista del universo (1915), (42). En el catálogo de la exposición del IVAM Arte e infancia (1998), se muestra la importancia del
mundo infantil como modelo para la actividad artística vanguardista. El loco, como el
niño se convierte en motivo de inspiración,
pero mientras que el interés por el niño provoca un interés por la pedagogía, en los artistas de vanguardia, el interés por el arte de los
locos es menor o no se traduce en la misma
medida en estudios concretos. En el caso español, tenemos muestras de juguetes vanguardistas, particularmente en el caso de
Torres García, pero también en la ilustración
infantil con Barradas (43).
El culto vanguardista a la locura, como el
culto al arte infantil o el de los “pueblos primitivos” proviene de la identificación entre
irracionalidad y libertad, retórica romántica a
modo de liberación de la tiranía de la razón.
Sí no hay un contacto directo entre vanguardias artísticas y pintura psiquiátrica en
España, no obstante hay un punto de conexión periférica entre los intentos de modernización por parte de los alienistas más progresistas y los movimientos de vanguardia. El
punto común, a nuestro modo de ver, es la necesidad de aceptación en una sociedad poco
17. Gonzalo R. Lafora en Reflexiones sobre la inspiración en el arte y en la ciencia, recoge en su apartado sobre
“la inspiración artística como impulso de juego” este concepto de Schiler y Kant diferenciando a partir de Balwin
Brown entre un grado inferior, el juego y otro superior el juego racional y significativo, que es el arte. Como Herbert
Spencer cree que que ambos tiene como fin inmediato el placer y que el arte sería el sustituto del juego infantil.
Estas teorías del origen del arte son meramente psicológicas y de base subjetiva para Lafora ya que se centran
en el análisis del impulso individual.
Locos y artistas creadores heréticos
dispuesta en general a admitir lo nuevo. En
ambos casos se trata de las dificultades para
la modernización de España. “Modernización
incompleta” de la cultura española como en
el caso de la psiquiatría. En las vanguardias
de igual modo, haría referencia a una modernidad cultural en una situación de falta de
modernización económica y social. Se trataría de una modernidad en la superestructura
cultural y atraso o modernización incompleta
en la infraestructura. (44)
Otra de las características compartida
entre vanguardia y psiquiatría sería la función
que desempeña la prensa diaria para dar a conocer por un lado los acontecimientos culturales y manifiestos de la vanguardia, y por
otro los intereses de los alienistas, generando
con sus artículos estados de opinión sobre la
situación de la asistencia psiquiátrica o del
saber psiquiátrico en general. Creemos que
en ambos casos era una especie de popularización del producto con el objetivo de promover además en el caso de los psiquiatras la
denuncia de las condiciones de los manicomios, la aceptación o legitimaciónde la profesión de alienista y su cambio a la nominación
de psiquiatras. De nuevo fue Gonzalo R
Lafora (45) quien desempeñó una labor destacada en la sección de biología y medicina
en el diario El Sol o en el semanario
España18. Así como las intervenciones de
Pedro Mata, Esquerdo o Simarro en procesos
judiciales famosos dieron paso a intervención
de los psiquiatras en el orden social (46).
59
Uno de los factores en contra del contacto
entre los artistas y las pinturas de los enfermos
mentales, fue la ausencia de médicos alienistas capaces de liderar encuentros entre intelectuales y artistas con locos en sanatorios como
los que organizaba el doctor Marie en Francia
a principios de siglo19, en lo que él llamaba
jornada abierta y cuya intención era promover
actividades de entretenimiento (47). Pese al
gusto por el arte académico y a las críticas de
G. Waldemar, el doctor Marie en sus reuniones propiciaba el encuentro y el debate sobre
“el arte nuevo” (48). Es difícil de imaginar en
el modelo custodial del manicomio español de
principios de siglo, tertulias de esta naturaleza.
Todo ello a pesar de que aparezca en la propaganda de la década de 1920 del sanatorio privado catalán de Nueva Belén del alienista
Giné i Partagás, el interés por la música o las
salas de lectura concibiendo el manicomio no
como un lugar de encierro sino como un
centro de tratamiento y curación (49).
A modo de conclusión, podemos decir que
si bien hay en la vanguardia artística en
España un interés por la locura como referente estético, como fuente de inspiración, no la
hay directamente por la locura encerrada en
los manicomios y por la pintura de los enfermos mentales en particular. Tampoco por
parte de los psiquiatras. Muestra de ello es que
en los artículos publicados en el primer tercio
del siglo XX, sobre pintura psiquiátrica no
aparece ninguna alusión real al interés romántico por los locos desde la estética moderna.
18. Lafora llegó a publicar además, aproximadamnete 200 trabajos entre 1910 y 1935 entre artículos y publicaciones sobre temas de neurología y psiquiatría, sobre psicoanálisis, psicología comunitaria y sobre cultura..
19. Sobre estas reuniones y algunas exposiciones que organizó encontramos un texto crítico de Georges
Waldermar , “L´art et la folie” publicado en Press el día 1 de julio de 1929. Este texto apareció entre los recortes de prensa coleccionados por Joan Miró, actualmente en los archivos de la Fundación que lleva su nombre.
Creemos que el interés de Miró por él, puede estar muy relacionado con las críticas que el periodista hace a la
pretensión del Dr. Marie, al que acusa de ser únicamente capaz de apreciar el arte clásico y de presentar exposiciones de artistas enfermos con la pretensión de mostrar los efectos de la enfermedad sobre el arte, de tal modo
que tal exibición puede dar la sensación de intentar patologizar el arte moderno y extender tal apreciación a nombres como Rouault, Picasso, Modigliani, Matisse, o Joan Miró.
60
Ana Hernández
En los artículos de los psiquiatras Pérez
Valdés (1917-1918); y Pérez Villamil (1933)
no aparece reflejado (50), aunque las estatuillas de un paciente que analiza en su artículo
bien podrían haber formado parte de la colección de Hans Prinzhorn por su parecido con
las de Kart Brendel (1871) que inspiraron a
Paul Klee o a Max Ernst (51). Teniendo en
cuenta que hubieron escasas publicaciones
sobre pintura psiquiátrica en la primera mitad
de siglo XX, podemos pensar que hubo un interés muy reducido y fundamentalmente centrado en el valor diagnóstico de las producciones artísticas, si con ello además se desprendía
una cierta patologización del arte contemporáneo esto no hizo más que empeorar las posibilidades de acercamiento entre artistas y psiquiatras, sobre todo si lo comparamos con
experiencias como la del hospital de Sainte
Anne de París y las publicaciones de psiquiatras como Walter Morguenthaler, Marcel Rèja
o Hans Prinzhorn.. Por tanto, los caminos de
la vanguardia y la psiquiatría en España no se
unieron a favor de la creación de museos de
art brut o hacia el debate sobre el arte moderno. Sin embargo podemos ver como excepción el artículo de G.R. Lafora (1922) en el
que entre otros aspectos aborda el interés de
las vanguardias europeas por las producciones
pictóricas de los alienados a través de los escritos de Apollinaire (1913); Les peintres cubistes y de Kandinski a quien admira como sabemos por su profundidad, armonía y libertad
de expresión comparando sus obras con
piezas musicales. Así como su presentación de
obras de pacientes en el 1º Congreso Mundial
de Psiquiatría en 1950 de París.
También queremos destacar la difusión de
E. Mira y López en su Manual de psiquiatría
de 1952 que corresponderían a pinturas, objetos y escritos del desaparecido Museo del
Hospital Pere Mata de Reus durante la
guerra civil, que sin abandonar el uso diagnóstico y psicoterapéutico del arte valoró el
poder evocador de las imágenes desde la
óptica del arte moderno (52). Y aunque no
haya tenido gran resonancia fuera del ámbito
de la psiquiatría quiero señalar que a finales
de los años cincuenta podemos reencontrar
una labor de promoción de la obra pictórica
de pacientes, sin abandonar su uso como
diagnóstico, en J. A. Escudero Valverde, en
el Hospital de Ciempozuelos, en cuyo museo
conservan más de 600 obras, o el interés que
despertó en la década de 1960 el uso del arte
como terapia en J. Obiols, J. Coderch, R.
Sarró desde el Hospital Clínico de Barcelona
entre otros (53). O la Exposición que se hizo
en el Casón del Buen Retiro de Madrid en
1966 coordinada por el psiquiatra del hospital clínico de Madrid, Enrique GarcíaBarros, al mismo tiempo que el IV Congreso
Mundial de Psiquiatría.
El que las obras de pintores marginados
por su locura haya llegado hasta nosotros
como obras de Art Brut ha dependido estrechamente del nivel de cultura artística de los
médicos que los han tratado, podemos decir
que cuando el uso de las nuevas farmacologías aún no se había extendido en nuestro
país y el manicomio era un lugar para incurables, muchas de ellas pasaron desapercibidas o directamente destruidas. Otras con
mayor suerte pudieron sobrevivir a los avatares entre tradición y modernidad afortunadamente. Las nominaciones por parte de la
psiquiatría como “arte psicopatológico”
(Escudero Valverde), “psicopatología de la
expresión” (R. Volmat), o “iconografía psicopatológica” (Ramón Sarró) no han estado
exentas de connotaciones que segregarían en
nombre del discurso científico aquellas expresiones o manifestaciones que se saldrían
de la norma. En este sentido para J.L. Peset
(54) Los científicos de todos los tiempos
tampoco han querido otorgar la normalidad
al marginado que es el escritor, el pintor o el
sabio.
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Dirección postal:
Ana Hernández
[email protected]
Valencia
Cuad. Psiquiatr. Comunitaria,
Vol. 8, N.º 1, pp. 63 - 75 , 2008
Fotografía y psiquiatría
Photography and psychiatry
Oscar Martínez Azumendi
Psiquiatra
Hospital de Basurto
Bilbao
RESUMEN
ABSTRACT
El objetivo del trabajo es presentar una exposición general de los diversos aspectos en los
que fotografía y psiquiatría se han entrecruzado,
desde la aparición de la técnica fotográfica hasta
la actualidad, tanto desde un punto de vista artístico como utilitario. Para ello estableceremos dos
grandes áreas para su clasificación: 1) Los contenidos y propósito contextual de la fotografía, subdividido a su vez en a) Fotografía descriptiva y
clasificatoria; b) Denuncia; c) Testimonio; d)
Documental e histórica; e) La fotografía artística.
2) Funcionalidad de la imagen, más allá de lo objetivamente retratado, subdividido en a) La fotografía utilizada en el proceso diagnóstico en salud
mental; b) Como instrumento terapéutico; c)
Resultado de orientaciones ocupacionales o de
estrategias dirigidas a la superación individual; d)
Como sublimación de impulsos individuales.
Fotógrafos con una enfermedad mental, artistas
convencionales y marginales.
The objective of this work is to present an overview of the various aspects in which photography
and psychiatry have met together, since the beginnings of photographic technique to the present,
both from an artistic point of view as an practical
one. To do so we will create two large areas for
classification: 1) The contents and contextual purpose of the photograph, in turn subdivided into a)
Descriptive and classificatory photography; b)
Denounce; c); Testimonial; d) Documentary and
historical; e) Artistic photography. 2) Functionality
of the image beyond what is objectively portrayed,
subdivided into a) The photograph used in the
diagnostic process in mental health; b) As a therapeutic instrument; c) A result of occupational guidance or strategies aimed at individual awareness
and growing; d) As sublimation of individual impulses, photographers with a mental illness, conventional and marginal artists.
Palabras clave: Psiquiatría. Psicología.
Fotografía. Arteterapia.
Key
words:
Psychiatry.
Photograpy. Art therapy.
Quizás por el propio pudor asociado a los
temas relacionados con la salud mental, así
como la vergüenza y tendencia a la ocultación con que se ha mantenido, y se mantiene,
la enfermedad mental, hace que hablar de fotografía y su relación con la psiquiatría pudiera parecer una tarea difícil al suponer que
el espacio donde ambas prácticas coincidan
será relativamente reducido. Es cierto que
comparativamente con otras artes plásticas,
tanto por el carácter menos privado o anónimo de la fotografía, como por su mayor
complejidad técnica y coste económico para
el aficionado (al menos hasta el advenimien-
Psychology.
64
Oscar Martínez Azumendi
to de la era digital), ha hecho que su aplicación en el campo de las llamadas arteterapias
sea escasa. Sin embargo, una mirada más minuciosa nos sorprenderá con un mayor
número de aplicaciones y utilidades fotográficas de las que en un principio habíamos supuesto. El objetivo de este trabajo es hacer
una exposición general, aunque por ello forzadamente somera, de los diversos aspectos
en los que fotografía y psiquiatría se han entrecruzado, tanto desde un punto de vista artístico como utilitario.
Buscando un sistema de clasificación
adecuado para los diferentes matices con
los que la fotografía puede encuadrarse
desde el punto de vista de la psiquiatría o
de la salud mental, hemos establecido de
partida dos grandes perspectivas para su
análisis:
1) Los contenidos de las propias imágenes
fotográficas y la utilidad o propósito con la
que fueron tomadas. Es decir, una perspectiva dirigida hacia el propio objeto fotográfico
en sí mismo, sus características y circunstancias contextuales.
2) La finalidad buscada por parte de los
sujetos, que bien toman la foto, la alteran de
diversos modos, o la preparan para ser utilizada como herramienta para alcanzar diversos fines en el ámbito psiquiátrico o psicológico. Es decir la utilidad o funcionalidad de
la imagen sobre los individuos, más allá de
lo objetivamente retratado.
LOS CONTENIDOS Y
PROPÓSITO CONTEXTUAL DE
LA FOTOGRAFÍA
Dentro de este apartado podemos establecer asimismo al menos 5 subgrupos diferenciados entre sí, aunque sin duda con límites
imprecisos entre ellos en algunas ocasiones.
La fotografía descriptiva y clasificatoria
Esta fue la primera utilización que se le
dio, resultando el vehículo ideal tanto para
ilustrar y divulgar los conceptos fisiognomónicos o psicopatológicos de la época, como
incluso para ser presentadas ellas mismas
como prueba irrefutable de la veracidad de
esas teorías. Lombroso (1) y sus estudios fisiognomónicos de los estigmas de la criminalidad en Italia; Galton (2) y sus “retratos
compuestos” con connotaciones eugenésicas
en Inglaterra, y de forma afín Bertillon y su
antropometría para la identificación de criminales en Francia, son ejemplos de autores
que utilizaron extensivamente las fotografías
para ilustrar en este caso sus modelos fisiognomónicos y desarrollos en el campo de la
criminología y de la herencia genética y sus
signos. Desde esta posición, el objetivo de la
cámara se dirigió exclusivamente al individuo enfermo, suponiendo demasiado pretenciosamente que así era posible conocer mejor
parte de su alma y drama personal, viéndose
innecesario e incluso inconveniente la inclusión de cualquier tipo de detalle a su alrededor que pudiera contextualizar su existencia.
Duchenne, incondicional de la fisiognomía,
se interesó por la expresividad del rostro
humano y el estudio de la cara en reposo buscando descubrir los signos sugerentes de determinadas inclinaciones y hábitos (3). Con
este fin utilizó la electroestimulación de diferentes grupos musculares faciales en varios
enfermos mentales, reproduciendo así diversas expresiones que posteriormente retrataba. En contraposición, la expresión facial en
movimiento o sintomatología de la emoción
era estudiada por la patognomía, como hizo
Darwin (4) apoyándose tanto en algunas instantáneas de Duchenne como otras del fotógrafo Reijlander (5).
El psiquiatra británico y fotógrafo amateur Hugh W. Diamond es considerado el
Fotografía y psiquiatría
padre de la fotografía psiquiátrica. En 1950
tomó varias fotografías de pacientes de la
institución que dirigía en Surrey, presentándolas públicamente en Londres dos años después. Las imágenes adquirieron una mayor
relevancia e impacto académico cuando, en
1858, Conolly ilustró una serie de artículos
sobre la fisiognomía de la locura con litografías que reproducían los originales de
Diamond. Fue entonces evidente que ni la
mejor de las reproducciones manuales podía
compararse con la sutileza y fidelidad de la
fotografía para reproducir los más finos matices de la expresión humana (6). Conolly reprodujo igualmente fotografías de otras
fuentes, como el Hospital Bethlem de
Londres, donde en sus historias clínicas se
incluyeron con cierta frecuencia retratos de
sus pacientes (7). Si bien esta práctica no fue
protocolaria en el proceso de admisión en
ese tiempo en el Bethlem, si llegó a serlo en
un gran número de hospitales, que en la
medida que la técnica fotográfica se fue popularizando fueron incluyendo en su primera
página un recuadro donde fijar el retrato del
paciente. Una práctica entendida generalmente como medio de control que, con los
largos años que un gran número de asilados
permanecieron ingresados, permite la comparación entre imágenes tomadas en el momento del ingreso y la de años posteriores
para ser testigos del deterioro de vidas enteras empobrecidas y confinadas tras las tapias
de la institución (8).
Un gran número de tratados de psiquiatría
de finales del siglo XIX y principios del XX
incluyeron un mayor o menor número de
imágenes demostrativas de los grandes cuadros psiquiátricos. Es precisamente uno de
ello al que se le reconoce el honor de haber
sido de los primeros en el campo de la medicina en incluir imágenes fotográficas como
complemento visual a la descripción de los
cuadros clínicos (9). Especial relevancia ad-
65
quieren en este terreno las publicaciones periódicas de La Salpetriere (10) (11), que hicieron de los retratos la base de sus contenidos y divulgaron de esta forma imágenes
que aún hoy siguen dando que hablar tras inmortalizar sin pretenderlo no sólo el cuadro
clínico descrito sino a su protagonista, como
es el caso de la joven Augustine y sus crisis
histéricas (12). La progresiva utilización que
se fue haciendo de la fotografía motivó que
bien pronto se levantaran algunas voces de
alarma ante la necesidad de preservar la intimidad de los pacientes y garantizar que sus
imágenes no fueran mal utilizadas (13). De
igual forma fueron apareciendo diversos trabajos donde se abordaba la técnica fotográfica médico-psiquiatrica, como los del pionero Albert Londe, fotógrafo de La Salpetriere
(14). Sommer, en su tratado de métodos de
investigación en psicopatología, abordó los
beneficios y riesgos de la iluminación artificial con magnesio, que si bien ayudaban a
mejorar la imagen, alteraban algunas características como el tamaño de las pupilas en
los retratos o llegaban a sobresaltar a los enfermos. Además se interesó por las imágenes
estereoscópicas, incluyendo de forma inhabitual cuatro de ellas en el libro (15).
Autores posteriores (16), dan consejos para
garantizar la mayor fidelidad a la expresividad facial y mímica de los pacientes, recomendando una especial atención a la actitud
gestual global, que motóricamente se reconoció serían mejor capturados por la cinematografía.
No va a ser hasta la segunda mitad del
siglo pasado cuando se abandona casi completamente esta perspectiva, publicándose
todavía entonces curiosas obras con esta
orientación (17) (18). En la actualidad, este
punto de vista “descriptivo” podría mantener
cierto valor en el campo de la psiquiatría
transcultural, al ocuparse de recoger y conservar tanto fenómenos sociales originales
Oscar Martínez Azumendi
66
de ciertas culturas como prácticas singulares
o recursos terapéuticos de otras (19) (20).
La fotografía denuncia
La progresiva sensibilización social hizo
que la fotografía pasara de ser utilizada
como apoyo clínico a presentarse como testigo insobornable de las terribles condiciones
institucionales y descuido y miseria en la que
permanecían encerrados los enfermos mentales. Reportajes periodísticos acompañados
de inquietantes imágenes aparecidos en
Estados Unidos en los años 40 en la revista
Lifexxi, en los 50 en la Réalités francesaxxii,
la serie “The forgotten illness” del británico
Sunday Times en los 80 (23) (24) o los reportajes sobre la isla griega de Leros en los
90 (25), son ejemplos que, mediante la sensibilización de la sociedad incapaz de negar
la evidencia presentada ante sus ojos de
forma tan descarnada, propiciaron y adelantaron sin duda la necesarias reformas y cambios de mayor o menor calado, subsiguientes
(26).
Al contrario de la crónica periodística o
relato literario, que según su complejidad de
vocabulario, referencias y reflexiones puede
no llegar a determinados sectores de la población, la inmediatez de una fotografía está
destinada en potencia a todos lo que, junto a
la fascinación que lo repulsivo puede generar
en el espectador (27), pudieran ser razones
que explicaran en parte porqué uno de los
procesos de reforma psiquiátrica más radical
realizado hasta el momento, como es el que
tuvo lugar a finales de los años 70 en Italia,
viniera precedido y acompañado de un gran
número de publicaciones en los que prestigiosos fotógrafos, convocados muchos de
ellos por el propio Basaglia con objetivos
propagandísticos, se ocuparon de retratar la
decadencia y deshumanización de los manicomios (28). En la actualidad, este tipo de re-
portajes denuncia se encuadran más habitualmente en los países desfavorecidos económica y socialmente (29) (30) (31), siendo
en muchas ocasiones el resultado de campañas de concienciación y denuncia más amplias. Aún así, también en el mundo desarrollado siguen existiendo situaciones
merecedoras de censura pública, es el caso de
Estados Unidos donde una serie periodística,
acompañada de fotografías, ha recibido no
hace mucho el prestigioso premio Pulitzer
«por su realista, brillante serie ‘Broken
Homes’ que exponía los abusos a los que eran
sometidos los enfermos mentales adultos en
hogares dependientes del estado» (32).
La fotografía testimonio
Dirigida en este caso a la divulgación de
los nuevos desarrollos, tanto terapéuticos
como asistenciales. Este tipo de imágenes,
cargadas algunas de un fuerte contenido de
arrebato poco crítico o fervor político, han
conservado hasta nuestros días la expectación con que se recibieron los diferentes tratamientos psiquiátricos al más puro estilo
publicitario de las fotos del “antes y después” (por ejemplo de los tratamientos preneurolépticos (33), la psicocirugía (34) o la
llegada de los antipsicóticos (35), el ímpetu
e incluso ingenuidad con que las macroinstituciones eran desmanteladas en Italia (36), o
como se abrían al mundo las puertas de comunidades antipsiquiátricas alternativas
(37). Cada vez más desprovistas del entusiasmo y carga ideológica del principio, las
imágenes siguen retratando los sucesivos
logros reformistas y desarrollos asistenciales
en el ámbito psicosocial (centros de salud
mental, pisos, talleres, centros de día…).
Aún a riesgo de idealizar la realidad son reportajes adecuados para enfrentar el estigma
y actitudes más pesimistas asociadas a la enfermedad mental. Desafortunadamente, a
pesar de este carácter testimonial positivo,
Fotografía y psiquiatría
siguen resultando difíciles de realizar bajo la
justificación y recurso a la deseable intimidad de los pacientes, sin duda de un gran beneficio secundario para las administraciones
y profesionales implicados que así tampoco
se verían en riesgo de ser divulgadas las deficiencias todavía existentes en algunas instituciones y servicios.
La fotografía documental e histórica
Son la base de muestras y colecciones
antológicas y retrospectivas. La existencia
de archivos de imágenes en diversos
museos de psiquiatría nos permite hacernos
una idea tanto de la magnitud estructural y
distribución de edificios y espacios institucionales, como del ambiente, ocupaciones y
comodidades de que se disponía en la época
de los grandes manicomios. En este caso, a
diferencia de la que hemos llamado fotografía denuncia, las tomas suelen mostrarnos
grupos humanos ordenados, muchas veces
en formación, otras ocupados productivamente en diversas tareas generalmente destinadas al propio mantenimiento de la institución. Las estancias, aunque masificadas,
aparecen pulcras y con aspecto cuidado y
recogido. Sin duda una estética acorde con
el objetivo claramente promocional con el
que fueron tomadas. Este tipo de imágenes
son las que ilustran los volúmenes conmemorativos de diversos aniversarios y centenarios de longevas instituciones que, pudorosa o cínicamente, ocultan la realidad de lo
que años atrás acogían entre sus ahora remozados muros. Aún así, a través de un
análisis metódico y exhaustivo, pueden ser
una ventana al día a día del mundo real institucional mejor que las frías tablas y números (38). Los catálogos de exposiciones que
han recogido la producción fotográfica de
diferentes épocas o las ediciones antológicas o colectivas de diversos fotógrafos
suelen ser una mejor herramienta para ha-
67
cernos una idea documental más ajustada a
la realidad (39).
La fotografía artística
Generalmente reflejo de nuevas tendencias
estéticas y medio de experimentación visual
más allá del contenido documental. Aunque
la locura no puede ser considerada fotogénica, es innegable que muchas de las imágenes
tomadas con un ánimo expresamente fotoperiodístico vienen impregnadas de las cualidades estéticas y cuidadas composiciones que
supieron imprimir sus creadores. Muchos de
estos trabajos trascienden así del mero registro gráfico a la expresión artística en su acepción plena. Es el caso, por ejemplo, de la serie
“La cadena”, realizada en Taiwán y cuyas
imágenes, que fueron publicadas encadenadas literalmente incluso por un nada habitual
tipo de encuadernación en acordeón, nos confrontan con una inquietante sucesión de sentimientos más allá de la cruda realidad a la
que se ven trabados allí los enfermos (40).
Sin pretender aquí hacer un recorrido exhaustivo de todos los fotógrafos que han retratado
la locura desde una perspectiva más estética o
artística, algunos grandes maestros de la fotografía contemporánea que han dirigido sus
objetivos hacia el enfermo mental serían:
Diane Arbus (41), Richard Avedon (42), Pep
Bonet (43), Mary Ellen Mark (44), Anders
Petersen (45), Eugene Richards (46), o el
aristócrata Lord Snowdon (47).
El italiano Schirato, tras convivir casi 2
años con los residentes de una pequeña residencia de rehabilitación psiquiátrica, nos
presenta sus fotografías en color (técnica
mucho menos frecuente que el blanco y
negro en el campo que nos ocupa), alejándose de la estética puramente descriptiva y
ofreciéndonos originales encuadres, enfoques y manipulaciones técnicas que se enriquecen con escuetos textos plenos de senti-
68
Oscar Martínez Azumendi
miento, conformando todo ello una obra estéticamente refinada (48). Es un ejemplo de
cómo dos artes diferentes como la fotografía
y la literatura se complementan, la imagen
sugiriendo historias y las palabras añadiendo
contenidos a lo intuido visualmente. Otro
ejemplo de este mutuo beneficio artístico es
el libro “Humanario”, con textos de Julio
Cortazar que acompañan las desoladoras
imágenes institucionales realizadas por las
fotógrafas Sara Facio y Alicia D’Amico,
obra desafortunadamente secuestrada tras su
publicación dos días después del golpe militar en Argentina (49). De igual forma, el
tandem compuesto por Diamela Eltit comentando las imágenes de Paz Errázuriz en “El
Infarto del Alma”, es testigo de los cándidos
e insólitos amores entre los residentes del
manicomio de Putaendo en Chile (50). Un
paso más allá en la conjunción de la fotografía con otras artes lo da el librito del peruano
Huarcaya (51), que alterna sus imágenes con
breves versos de Felipe Aranguren a la vez
que, de forma nada habitual, completa la edición un CD con un solo para piano de
Mariano Zuzunaga.
LA FUNCIONALIDAD DE LA
IMAGEN, MÁS ALLÁ DE LO
OBJETIVAMENTE RETRATADO
La fotografía utilizada en el proceso
diagnóstico en salud mental
La gran capacidad evocativa de las imágenes fotográficas, junto a su facilidad para
hacer resonar el inconsciente (52), ha sido utilizada como peculiaridad favorecedora de la
comunicación, tanto individual como grupalmente. La presentación de viñetas gráficas,
por parte de profesionales entrenados en estas
técnicas, propician el inicio o profundización
en los temas que pudieran interesar, así como
permiten la exploración de contenidos psicológicos individuales menos evidentes.
El bien conocido test proyectivo TAT de
Murray incluye entre sus láminas algunos
motivos fotográficos (53) (54), ya relevantes
previamente por otras razones y que fueron
reproducidas directamente o adaptadas a
través de dibujos. La tarjeta nº 1 del niño
sentado frente a un violín es la reproducción
dibujada de una fotografía tomada en 1928
de Yehudi Menuhin a la edad de 8 años, poco
antes de su primer concierto en New York y
publicada previamente en diversas revistas.
Otra lámina dibujada de una fotografía es la
9BM, adaptación de la imagen titulada
“Siesta” de Ulric Meisel. La lámina 13B con
un niño sentado a la puerta de una cabaña es
un recorte de una foto tomada por Marion
Post Wolcott en 1940. Esta instantánea fue seleccionada entre las 503 finalistas de las aproximadamente 2 millones de imágenes que
fueron enviadas al Museo de Arte Moderno
de Nueva York para la exposición titulada
“The family of man”. La muestra, realizada
en 1955 y que desde entonces ha recorrido el
planeta en diversas ediciones. Este es probablemente el proyecto fotográfico mas ambicioso que se ha intentado hasta la actualidad,
cubriendo los más variados aspectos de la
existencia humana a lo largo del mundo,
desde el nacimiento a la muerte, desde las culturas primitivas a las mas sofisticadas instituciones, la alegría y desolación, tanto de individuos, de grupos como de familias (55). Es
sin duda esta variedad de imágenes en “The
family of man”, junto al componente emocional asociado a las mismas, lo que llevó a proponer una selección de las mismas para conformar un nuevo test de apercepción temática
(56), que no ha llegado sin embargo a alcanzar la fama del de Murray.
Desde la perspectiva actual, la utilización
más peculiar de la fotografía como método
diagnóstico posiblemente sea el test que el
húngaro Leopold Szondi desarrolló en los
años 40. Fundamentándose en las corrientes
Fotografía y psiquiatría
fisiognomónicas que propugnaban la asociación entre los rasgos faciales y diversos
aspectos intelectivos, caracteriales e incluso
psicopatológicos, el test de Szondi recoge
en 48 pequeñas tarjetas (6 series de 8) los
rostros de personas con diversos trastornos
mentales incluida la homosexualidad. Las
fotografías, de evidente mala calidad para la
tecnología ya entonces disponible, provenían de fuentes clínicas de finales del S. XIX
y principios del XX, principalmente de
textos alemanes, algunos suecos y una minoría de su propio archivo. Estos retratos se
han de presentar de forma sucesiva y pautada, pidiendo que se seleccionen los que más
gustan y disgustan, para en base al patrón
seleccionado o rechazado proponerse un
diagnostico tentativo de la estructura o psicopatología del individuo, de quien se
supone habrá reaccionado de forma fatalista ante las características genéticas compartidas con la imagen. La técnica, denominada “análisis del destino humano”, fue
dominada por el Dr. Soto Yárritu,
Presidente de la AEN entre 1957 y 1962,
quien tradujo la obra de Szondi al castellano y escribió un libro sobre los resultados
del test (57) con el cual realizaba tanto peritajes judiciales como analizaba casos de
anorexia o epilepsia.
El “fotolenguaje” es un método de exploración de contenidos psicológicos individuales y canalización de la interacción y
discusión grupal a través de fotografías que
actúan como vehículo intermediario de la
comunicación (58). La técnica se fundamenta en las reacciones emocionales y racionales que los participantes verbalizan
ante las imágenes presentadas y la utilización de diferentes ejercicios de dinámica
grupal en torno a ellas, buscando facilitar y
profundizar en la comunicación grupal en
torno a diversos temas. Se ha utilizado
igualmente para la orientación vocacional
69
de los jóvenes, habiéndose publicado una
serie de 48 láminas con fotografías en
blanco y negro que recogen aspectos y situaciones relacionadas con diversas profesiones y ocupaciones laborales (59). De
igual manera hay autores que han utilizado
la fotografía como estrategia de investigación cualitativa, una mejor forma para ellos
que la entrevista estándar para favorecer la
comunicación y revelación de opiniones y
experiencias personales, sobre todo si las
fotos fueron tomadas por el propio sujeto investigado (60).
La fotografía utilizada como instrumento terapéutico
La utilización de fotografías con fines de
tratamiento se remonta al menos a 1851, año
en el que estas sustituyeron a las trasparencias de papel utilizadas en las sesiones vespertinas de linterna mágica en el Hospital
Psiquiátrico de Pensilvania. Estas sesiones
fueron programadas regularmente por el Dr.
Kirkbride como parte del tratamiento ofrecido a los asilados. Kirkbride fue uno de los
13 miembros fundadores de la asociación
precursora de la actual Asociación
Psiquiátrica Americana, promotor de un
plan de diseño básico para la arquitectura
manicomial y convencido defensor del denominado tratamiento moral. La colección
de imágenes conservadas de esos años representan tanto un avance en el tratamiento
moral diseñado para la institución, como un
temprano uso de la fotografía en psiquiatría,
además de ser la primera práctica documentada del uso de trasparencias fotográficas en
la historia (61).
En Inglaterra, Hugh W. Diamond, superintendente del manicomio de Surrey y aficionado a la fotografía, presentó en 1852 una
colección de imágenes de sus pacientesl
(62). En 1856 dictó una conferencia ante la
70
Oscar Martínez Azumendi
Royal Society of Medicine (63) donde se
mostró convencido de la utilidad de las fotografías como reflejo de las diferentes fisionomías según el tipo de enfermedad
mental, además de ser un medio ideal de
identificación en los reingresos o eventuales fugas. Pero junto a ello, y presentando como ejemplo un caso clínico, atribuía a
los propios retratos cierto papel en la recuperación de los pacientes al ofrecerles de
esta manera una imagen más precisa de sí
mismos.
El “fotoanálisis” utiliza las propias fotos
del álbum familiar para destapar recuerdos
y sensaciones que nos permitan entender
mejor el pasado y evolución personal y familiar de un determinado individuo.
Suponiendo la existencia de una historia
que se esconde detrás de cada fotografía, de
esta forma se podría acceder al significado
psicológico oculto de las mismas (64). A lo
largo de las sesiones se propone al paciente
dirigir la mirada al pasado, descubriendo
pistas acerca de las relaciones familiares
que quedaron congeladas en cada instantánea, focalizando sobre la manera en que los
personajes se comunican entre si o interpretando los diversos estilos de expresión
facial y corporal, pudiendo incluso hacer
extensivo este análisis a las imágenes públicas. La técnica tiene aspectos tanto de exploración como de tratamiento en la medida
que, presumiblemente, el mejor autoconocimiento derivado del nuevo significado percibido en las imágenes ayudará al individuo
a aliviar conflictos largamente instalados,
así como a diseñar o ensayar nuevas estrategias relacionales.
Desde un posicionamiento más claramente dirigido al cambio, se han desarrollado otras estrategias técnicas propuestas para
su utilización clínica. Bajo el término de
“fototerapia” se definió la utilización, con
la supervisión de un terapeuta entrenado,
del material fotográfico para reducir o aliviar síntomas psicológicos dolorosos y facilitar el crecimiento y cambio terapéutico.
Weiser (65) propone cinco técnicas básicas
en fototerapia:
1) El proceso proyectivo, utilizando las
imágenes para explorar percepciones, valores y expectativas.
2) Los autorretratos, para entender la autoimagen de cada uno.
3) La perspectiva del otro, a través de las
imágenes tomadas del sujeto.
4) Las metáforas del self a través de las
imágenes tomadas o coleccionadas por el
sujeto.
5) La revisión de álbumes familiares y colecciones fotobiográficas.
Una utilización particular de las fotografías es la realizada con ancianos o personas
aquejadas de deterioro cognitivo en la llamada “terapia de la reminiscencia”, que busca
tanto estimular la memoria como facilitar la
comunicación grupal. Junto a otros objetos
cotidianos (libros, prendas, monedas antiguas…) que sirven como catalizadores de la
conversación, las fotografías permiten rescatar los recuerdos. En casos de amnesia traumática los álbumes familiares pueden cumplir ese mismo objetivo de reconstrucción de
la historia perdida. Otros encuadres donde
las técnicas fototerapéuticas han sido utilizados son con niños y adolescentes, minusválidos físicos y psíquicos, arteterapia, psicodrama, trastornos de alimentación, duelos o
supervivientes de experiencias traumáticas
(66).
Que duda cabe, por último, que el advenimiento de la era digital ha abaratado mucho
los costes de obtención de las imágenes, así
como ha facilitado enormemente su distribución e intercambio, con aparición incluso de
Fotografía y psiquiatría
portales en Internet dedicados en exclusiva a
la fototerapia.
La fotografía resultante de orientaciones ocupacionales o de estrategias dirigidas a la superación individual
Un ejemplo de utilización práctica de la fotografía como actividad expresiva, ocupacional y medio de superación personal por parte
de personas con una enfermedad mental fue el
proyecto “Well-Being”. Posteriormente publicado en un formato económico con el título:
“People say I’m crazy” (67), esta antología de
arte, prosa, poesía y fotografía representa el
esfuerzo por parte de usuarios de servicios de
salud mental para definir su bienestar, no su
enfermedad. Otro proyecto similar y más reciente es el “Mental Wealth”, iniciado en
2005 en colaboración con “PhotoVoice” (organización que propugna la utilización de la
fotografía documental por aquellos colectivos sociales menos favorecidos y que suelen
ser tradicionalmente el objetivo de la cámara
de los fotógrafos documentalistas). La idea
del proyecto era proporcionar las habilidades
básicas para que utilizaran la fotografía como
medio creativo, con el objetivo de producir
una serie de imágenes que comunicaran la realidad cotidiana desde la perspectiva de la
persona con enfermedad mental. Parte del
trabajo, expuesto previamente en la Cámara
de los Comunes británica, se publicó en un
cuadernillo con una selección de fotografías,
acompañadas de testimonios y poesías de diversos usuarios de servicios de salud mental
(68), buscando en la actualidad extender la
experiencia a nivel nacional.
La fotografía como sublimación de impulsos individuales
Fotógrafos con una enfermedad mental,
artistas convencionales y marginales. Igual
que como en el resto de profesiones y aún
71
más en las actividades artísticas, no será extraño encontrar fotógrafos aquejados de una
enfermedad mental que matice sus producciones. Es el caso del suizo Roland
Schneider que, necesitado de una hospitalización psiquiátrica, tuvo la insólita suerte de
que la dirección de la clínica donde fue hospitalizado supiera entender su necesidad de
expresión a través de la fotografía.
Permitiéndole la utilización de la cámara
durante el ingreso, su trabajo finalmente
cristalizó en un libro (69) que, aún preservando el anonimato de los internos, refleja
el tedio, soledad y descuido institucional
desde la perspectiva del propio paciente.
Todo ello en total libertad y sin falsos pudores por parte de la dirección médica que permitió el trabajo allanando así el camino
hacia su recuperación, a la vez que ha permitido conservar un legado de imágenes actualmente custodiado en la colección del
Museo de L’Elysee en Lausana.
Desde nuestro punto de vista profesional
el aspecto más interesante en cualquier
aproximación a una técnica artística en el
campo de la salud mental es el relativo a la
producción realizada por los propios enfermos mentales y no necesariamente dirigida
a su directa comercialización. Revisten especial interés aquellos trabajos que se catalogan dentro del Art Brut (Arte en crudo),
término acuñado en 1945 por Jean Dubuffet
para referirse a las creaciones de gentes
ajenas al mundo artístico sin una formación
académica, particularmente el producido
por los enfermos mentales. También el término inglés “Outsider Art” (arte marginal)
se aplica a menudo a otros creadores autodidactas que no necesariamente fueron institucionalizados, aunque generalmente presenten un estado mental mórbido o ideas
poco convencionales. La creación fotográfica de estas características, alejada de los
circuitos artísticos habituales, suele encua-
72
Oscar Martínez Azumendi
drarse más bajo este término (70) que como
“Art Brut”.
A diferencia de otras artes plásticas, la
producción fotográfica “outsider” no es muy
numerosa comparativamente. Citaremos a
continuación unos ejemplos de este tipo de
artistas, algunos de ellos con diagnósticos
psiquiátricos claramente definidos o al
menos no difícilmente imaginables, mientras
que otros apuntan más a complicados rasgos
de personalidad frente a los que habremos de
mostrarnos prevenidos para no caer en el
riesgo de psiquiatrizarlos como francas patologías.
Miroslav Tichy (Moravia, 1926).
Estudiante de Arte en la Academia de
Praga, posteriormente marginado tanto por
su inconformismo con el régimen comunista, como por sus varias recaídas paranoides
necesitadas de ingreso. Convertido en una
especie de eremita urbano, abandonó su
producción pictórica, que incluso destruyó
en varias ocasiones, para dedicarse a la
toma de instantáneas con una tecnología
sorprendente a partir de materiales de desecho, consiguiendo vaporosas e imprecisas
imágenes de mujeres a quienes gustaba de
perseguir y espiar voyeurísticamente. Sólo
recientemente su producción ha sido rescatada por un psiquiatra que le conoció en su
propia infancia, cotizándose internacionalmente (71).
Jarnot Emily Godie (Chicago, 1908-1994),
apodada Lee Godie o la “Reina madre de los
artistas marginales de Chicago”. Fue seguramente una enferma mental desde su juventud, viviendo su madurez en la calle durante
más de 20 años. Explicaba que empezó a
pintar al recibir una revelación de un pajarito rojo por quien acudió a las escaleras del
Instituto de Arte de Chicago a vender su inocente producción. Ataviada de forma bizar-
ra se autoproclamaba “Lee Godie,
Impresionista Francesa”, asegurando ser una
especie de reencarnación de pintora gala.
Solía acompañar su producción pictórica con
autorretratos retocados que se hacía en los
fotomatones cercanos, siendo estos considerados en sí mismos una creación específica y
original (72) (73).
Morton Barlett (Boston, 1909-1992).
Huérfano desde temprana edad, permaneció
soltero no llegando a formar tampoco así una
familia propia. Artista autodidacta, se conjetura que fue el sentimiento de soledad el
motivo que le llevó a ocuparse durante más
de 30 años en esculpir, vestir y posteriormente retratar una especie de familia fantasma. Las esculturas, anatómicamente realistas, de 12 niñas y 3 niños a quienes llamaba
sus amorcitos o cariños, eran fotografiados
en diversas poses y con diferentes vestuarios, todo ello con un elevado gusto estético
y maestría técnica (74). A la vista de esta
producción se especula sobre una posible
orientación pedófila, aunque nunca se ha demostrado que pudiera haberla actuado.
David
Nebreda
(Madrid,
1952).
Diagnosticado a los 19 años de esquizofrenia
y necesitado de varias hospitalizaciones a lo
largo de los años, posiblemente es el creador
de imágenes más extremas producidas desde
la enfermedad mental(75). Licenciado en
Bellas Artes, si bien su formación fotográfica es autodidacta, habiendo permanecido
aislado y alejado de los circuitos comerciales, por lo que podría ser considerado un
marginal en este sentido. Autorrepresentándose a sí mismo, se muestra en angustiosas
escenografías sometido a descarnadas y explícitas autolesiones y humillaciones escatológicas en la más absoluta soledad. Sus
obras, sólo recientemente divulgadas han
despertado desde entonces reacciones extremas de fascinación o abierto rechazo.
BIBLIOGRAFÍA
Fotografía y psiquiatría
73
1. Lombroso, C. L´Uomo delinquente. Fratelli Bocca. Torino, 1884. Existen 5 ediciones en Italia entre 1876 y
1897. Las primeras recopilaciones fotográficas, recogidas por Lombroso de diferentes fuentes europeas y americanas, aparecen en la tercera edición de 1884.
2 Galton, F. Inquiries into human faculty and its development. London: Macmillan & Co., 1883.
3. Duchenne de Boulogne, G.B. Mécanisme de la Physionomie humaine ou analyse électro-physiologique de
l’expression des passions. Avec un atlas composé de 74 figures électro-physiologiques photographiées. Vve J.
Renouard. Paris, 1862.
4. Darwin, C. The Expression of the Emotions in Man and Animals. John Murria. London, 1872.
5. Sobieszek, R.A. Ghost in the Shell: Photography and the Human Soul, 1850-2000. Los Angeles County
Museum of Art / MIT Press. Cambridge, MA & London, 1999.
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Brunner/Mazel. New York, 1976.
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Wrightson Biomedical Publishing. Petersfield, 2003.
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Dirección Postal:
Oscar Martínez Azumendi
Servicio de psiquiatría
Hospital de Basurto
Bilbao (España)
Cuad. Psiquiatr. Comunitaria,
Vol. 8, N.º 1, pp. 77 - 89 , 2008
Poesía y psicodrama: creación y
espontaneidad
Poetry and psychodrama: creation and spontaneity
José Antonio Espina Barrio
Psiquiatra-Profesor Asociado
Facultad Medicina –Universidad de Valladolid
Valladolid
RESUMEN
SUMMARY
Moreno, padre del Psicodrama, Sociometría y
Psicoterapia de Grupo, escribió un libro de poesías, donde mostraba su filosofía, que nunca fue
entendido. El autor comenzó representando esos
poemas de forma aleatoria y fue la mejor manera
de comprender la filosofía del Psicodrama. La
poesía y el psicodrama comparten la creatividad.
El psicodrama promociona la espontaneidad de
los sujetos. El encuentro entre ambos da sentido
a la poesía e impulsa a los actores a convertirse
en poetas. Esta unión de Psicodrama y Poesía se
ha realizado en 12 Talleres, se han creado 58
Poemas y han asistido 213 participantes. Se concluye que Poesía y Psicodrama son complementarios y promocionan la creatividad de los asistentes. La Poesía es un guión simbólico para el
Psicodrama. El Psicodrama muestra el sentido de
la poesía sin necesidad de una explicación racional. Los asistentes pasan de ser receptores pasivos de la Poesía a ser creadores de sus poemas,
lo que en psicoterapia se entiende como creadores de su vida.
Moreno, father of psychodrama, sociometry
and group psychotherapy, wrote a poems book,
where his philosophy is, but the book never was
understood. The author starting playing these
poems, choose at random. It was the best way to
explain psychodrama’s philosophy. Poetry and
Psychodrama share creativity. Psychodrama promotes spontaneity between people. The encounter of both of them improves the meaning of
poetry and stimulates the actors to become poets.
This is shown in 12 Work-Shops, 58 Poems and
213 people. On conclude, Psychodrama and
Poetry are complementary and promote people’s
creativity. Poem is a symbolic script to play in
Psychodrama. When Psychodrama play the
poem, show the meaning of poem without a rational explanation. People change from passive attender of Poetry to create their poems, in psychotherapy become to create their lives.
Palabras
Clave:
Arte.
Creación.
Espontaneidad.
Poesía.
Psicodrama.
Psicoterapia.
Key
Words:
Art.
Creation.
Poetry.
Psychodrama. Spontaneity. Psychotherapy.
78
INTRODUCCIÓN
José Antonio Espina Barrio
Cuando comencé a enseñar Psicodrama,
resultaba muy difícil explicar como Moreno,
padre del Psicodrama, la Sociometría y la
Psicoterapia de Grupo (1), y Doctor Honoris
Causa de la Universidad de Barcelona y de
Viena, había escrito un libro de poesía como
Las Palabras del Padre (2). A primera vista
mostraba una personalidad megalománica,
endiosada y con un grave trastorno mental.
Un análisis más profundo, que sólo pude
hacer tras leer la obra completa de Moreno,
me permitió concluir que en ese libro de
poemas, realizados en un estado de trance
amoroso juvenil, encerraba toda la filosofía
de Moreno que iba a ser las base de su creación posterior, la cual le convirtió en un psiquiatra mundialmente reconocido (3).
El problema era como enseñar eso, que a
mi me había costado tanto, a los alumnos de
psicodrama sin tener que recurrir a explicaciones largas, farragosas e incomprensibles.
Sin que tuvieran que leer lo que yo había
leído. Se me ocurrió que lo mejor era aplicar
al libro de Moreno, su creación, es decir el
Psicodrama. Como no disponía más que de
dos a cuatro horas para explicarlo, decidí que
los asistentes escogieran de forma azarosa
las poesías. Entonces sucedió lo inesperado,
bastaban una o dos poesías, que al leerlas resultaban incomprensibles, pero que al representarlas mostraban con toda claridad su sentido y desgranaban la filosofía que subyace
en la obra de Moreno. Fruto de ese hallazgo
fueron el artículo y el taller (4 y 5) donde se
aunaba el Psicodrama y la Poesía de una
forma muy sutil.
Pero faltaba ampliar este tipo de trabajo
para unir el Psicodrama y la Poesía. Fueron
necesarios 3 años. En 1999, en el Segundo
Congreso Iberoamericano en Brasil, realicé
un Taller que, en principio versaba sobre Las
Palabras del Padre. Lo preparábamos tres
personas, una psicóloga brasileña, que no conocía, un psicólogo argentino y yo. En Brasil
sólo acudimos Suzana Modesto Duclos y yo,
cada uno con su libro en brasileño y español.
Yo le expliqué mi método de trabajo y decidimos hacer algo más innovador, que consistía en usar el psicodrama para animar a los
asistentes a ser poetas. Ella haría el
Caldeamiento grupal, después escribirían
algo poético sobre él y finalmente se representaría una de las poesías creadas. Este fue
el primer taller donde aunamos psicodrama y
poesía y el inicio de este trabajo que más
adelante se resumirá.
POESÍA
La creación literaria siempre ha sido un
misterio susurrado por supuestas musas y al
alcance de unos pocos ilustrados. Bañados
en la fuente de la inspiración, convierten sus
ideas en bellos escritos que emocionan o divierten a los lectores.
La poesía muestra la verdad del mundo y
es capaz de ir más allá de lo decible, en el
sentido de Wittgenstein (6). Sus imágenes
nos cautivan, su sonido nos deleita y, cuando
se hace de rapsoda, se siente el hechizo del
sonido cantarín de las palabras, que entra por
la vista sale por la boca, impulsa nuestro
cuerpo retorna a los oídos.
No es extraño que la creación imponga y
asuste. Sólo se sobrepase el miedo escénico
que produce cuando el enamoramiento
anula las diferencias y el amor teje las palabras o cuando, desolados por el abandono ó
el rechazo, dejamos que nuestro dolor se
trasforme en palabras. El poema es una alfombra del mundo, pero no es el mundo, sino
su representación. Los humanos pensamos
que somos hábiles tejedores o no somos
nada; de ahí que la poesía se reserve para
Poesía y psicodrama: creación y espontaneidad
unos pocos iniciados que se atreven a jugar
con las palabras.
Sentimientos, ilusiones, fantasías, encuentros, paisajes, sensaciones, formas de
ver el mundo, fábulas, animales, objetos cotidianos, recuerdos, sueños, etc.; son algunos
de sus temas que, resumidos en unas palabras, se convierten en la vida o en el mundo.
Su forma de verlo no es cartesiana o etiológica, sino una conversión de lo imaginario
en simbólico. Es la unión de palabras que en
lugar de crear frases, como sucede en la narrativa, erige imágenes. El mundo es visto
con un prisma que descompone la luz en
toda la gama de colores del arco iris. A
través de ella, la verdad adquiere todos sus
matices y la realidad sobrepasa lo tridimensional para hacerse poliédrica. Dos poetas
que contemplen un mismo hecho realizarán
dos poemas completamente diferentes, que
expresan su mundo interno y su distinta
visión de la realidad.
Cuando la proyección es poderosa impacta en el auditorio, si no es así éste permanecerá impasible y los poemas pasarán como un
velo invisible que no deja huella. Pero si la
emoción llega al auditorio, hay lluvia en los
ojos, flores en el corazón y un osito de peluche por la espalda. A veces, los nubarrones de
melancolía ocultan las sonrisas del sol o las
caricias de la luna. En contadas ocasiones el
bordado de palabras deja vacío o frío, como
un hielo en el vientre o un dibujo sin gracia.
La Poesía es un arte intangible que tiende
puentes invisibles entre el ser y la mente. Es
un edificio flotando por encima de lo material, cuyas puertas están abiertas al explorador de lo efímero, al que arriesga por un instante salirse de la razón y perderse en el
bosque de la fantasía. De vuelta a la realidad,
no se puede perder el asombro de lo que se
ha escrito con el corazón.
PSICODRAMA
79
Para llegar a la representación de lo
Imaginario (7) se precisa una preparación
previa. Como el bailarín antes de la danza, es
necesario un precalentamiento. El mundo de
la Escena requiere que sus partícipes se introduzcan en el Espejo Mágico, donde todo
es posible y la sorpresa aguarda tras ese movimiento inesperado, ese matiz sorpresivo o
ese tono diferente.
El movimiento del cuerpo, los estiramientos, la preparación de la voz, la sonrisa que
saluda, la mirada que acaricia, los hábitos que
se despojan, no son ajenos al Teatro
Espontáneo, ya que preparan al actor antes de
la representación. Cuando uno además va a
ser el Autor, la preparación necesaria es más
intensiva. Se precisa salir de los límites de lo
cotidiano, irse fuera del sí mismo, para alcanzar ese otro creativo e imprevisible que está
dentro de nosotros y que guardamos con cien
puertas. Cuando sale, desparrama sus chispas
de creatividad por todo lo que le rodea.
El Psicodrama es el reino de lo imprevisto, nunca sabes cual va a ser la escena que se
va a representar o cómo se va a realizar.
Cuando se decide a partir del Público y se
llega a la Escena, se está dispuesto a mostrarse, a ser penetrado por las miradas de los
otros y dejar que nuestra mente hable fuera
de sí. Es el salirse fuera de uno mismo, el
volverse loco, lo que da creatividad a la
Representación. La segunda vez imaginaria
otorga el cierre simbólico a lo real y le da un
significado diferente, más concreto, cercano
y realizable. Lo imposible se torna accesible,
lo increíble se toca, el encuentro traspasa las
personas y llega al fondo de sus corazones.
Como en La Flauta Mágica de Mozart (8), la
risa reina sobre la muerte, el afecto ilumina
la razón, el puzzle se completa y el conocimiento se hace música mágica que atraviesa
80
José Antonio Espina Barrio
la tierra, el agua y el fuego, bajo el sonido de
la flauta de Pamino en el medio de la Escena.
La luz reina sobre la oscuridad y los asistentes acceden al Templo del Conocimiento tras
pasar la dura prueba del silencio, reconocido
éste como la humildad necesaria de todo
aquel que desea saber, siendo el paso previo
para acceder a las pruebas que le llevarán a
la Sabiduría.
El proceso creativo necesita del afecto y
el Psicodrama facilita las condiciones para
que éste fluya por el grupo. Las personas se
encuentran de múltiples maneras: se ven, se
tocan, se huelen, se gustan, se oyen y disfrutan de las diferencias y similitudes. Cuando
uno no se confunde con el otro, se vuelve
creativo, se despoja de sus inhibiciones y
surgen las palabras, Las palabras del Padre.
Su encadenamiento da a luz a frases, de cuyo
baile surgen los versos nacidos de las propias
sensaciones. Del acoplamiento de uno con
los otros surgen los versos del Encuentro, rebosantes de intersubjetividad.
El proceso creativo no es el único que se
ve fortalecido por el Psicodrama. Tras ser escritos los versos se pueden declamar, pero
ello no asegura la captación de su sentido. En
(3) comparo Las palabras del Padre de
Moreno con el Tractatus Lógicus
Philosophicus de Wittgenstein (6). Este
último autor sostenía que la Verdad se muestra en la Poesía, pero no puede ser demostrada por otro tipo de razonamiento. Ello me
llevó a representar Las Palabras del Padre en
lugar de explicarlas. La riqueza que encontré
en estas dramatizaciones me ha llevado a
seguir representando la poesía, es decir mostrando la verdad (4 y 5).
La polisemia de la dramatización otorga
sentido al bordado de las palabras que adquieren cuerpo, solidez y ligereza en su reconstrucción en la Escena. Basta que el
Director acompañe al Protagonista – Autor
en su recorrido por el palco imaginario y
construya con él el decorado de su imaginación. Las fuentes hablan, los animales sienten, las personas vuelan, los peces caminan.
Cielos e infiernos adquieren tonos terciopelo, suaves y brillantes, y ante nuestros ojos
aparece el Jardín de las Delicias, con sus
ninfas y monstruos, en una danza interminable que fagocita el tedio e ilumina la tierra de
ese mundo fantástico que es nuestra imaginación en Escena.
La magia de la dramatización se encuentra en que su símbolo se desarrolla siempre
en el tiempo presente. No importa el tiempo
transcurrido desde que el suceso ocurrió, o
los meses o años necesarios para que el
evento acontezca. El inicio de la hominización, el nacimiento, el fin de la vida, o la
destrucción del mundo ocurren siempre en el
“aquí – ahora” de la escena. Este tiempo nos
conecta íntimamente con nosotros mismos y
con el cosmos, con nuestra ontogenia y con
la filogenia. Vivir el presente transciende las
culturas, no es patrimonio de Buda, ni de
Jesús, ni de la mística sufí, ni de los hasidistas, está en ellas pero las trasciende (9).
Tampoco las filosofías se pueden apropiar
de la plenitud de vivir el instante; de los estoicos a los epicúreos, de los racionalistas a
los sensacionistas, de los materialistas a los
existencialistas...; todos tratan de entender el
mundo desde la perspectiva del pasado al
presente y de éste al futuro. Ninguna proclama la sublime esencia de vivir el instante en
ese aquí – ahora. Revisar el pasado y el
futuro, no como tiempo pasado o del porvenir, sino materialmente presente en el acto de
representarlo y, por lo tanto, susceptible de
ser transformado, de ser multiplicado, de ser
revivido de otro modo y por lo tanto de ser
recreado. La corriente más cercana a esta
forma de vivir la realidad es el
Poesía y psicodrama: creación y espontaneidad
Constructivismo, en tanto señala que la realidad es una construcción que nosotros hacemos de nuestra existencia, de tal manera que
la realidad es la visión del mundo que nos
traemos a la mano, tal y como plasma el
genial dibujante Ernst (10).
El presente de la Escena trae al momento
otras dimensiones temporales, como el
Tiempo Sagrado, donde la vida y la muerte
tienen un sentido diferente y el miedo al fin
carece de sentido. La fuerza que la vivencia
nos proporciona como seres humanos nos
hace dignos de disfrutar de la vida y aceptar
nuestra finitud (11).
Estos instantes, intensos y emocionantes,
no exentos de contagio emocional entre los
asistentes, son seguidos de un coloquio. En
él se comparten los ecos que la acción ha
dejado en cada uno de los asistentes. La
escena se multiplica con la resonancia de los
que la presenciaron y se convierte así en su
propia historia. Dichos matices dan profundidad a la imagen recién creada por el
Protagonista, el Director y los Yo Auxiliares.
Compartir lo que suscita la Escena multiplica su significado y lo disemina en las diferentes concepciones del mundo de los asistentes. Son múltiples chispas de vida que
resaltan el brillo de los humanos y las formas
de afrontar su existencia (7). Un suceso similar es objeto de dolor, risa, hundimiento, resurgimiento, autoconocimiento, disfrute,
desengaño, frustración, fortaleza, motivación, etc., según sea quién lo represente. Esta
riqueza de los humanos y el enorme potencial sólo se disfruta si se interviene en grupo.
Los Protagonistas se sienten acompañados,
los Espectadores cambian sus roles con ellos
y son los actores del grupo durante unos segundos. Tras el Coloquio, la cohesividad entre
unos y otros aumenta. La Escena deja de ser
81
del Protagonista, para convertirse en Grupal.
La sensación de pertenencia asciende y los individuos se sienten partícipes de un proyecto
común: Crecer individualmente en grupo.
Con los años, no dejo de sorprenderme
cuando percibo que la representación aparentemente más trivial, pero que ha sido elegida por el grupo, es significativa del mismo
y también de la circunstancia histórico social
en que sucede. Este entronque: del individuo
al grupo y de éste a lo social otorga al psicodrama una riqueza añadida, que se plasma en
la última fase de compartir sentimientos. En
circunstancias políticas de represión la unión
citada se hace más evidente (12), pero también se puede analizar según la fase de
Desarrollo Grupal (3).
TALLERES DE POESÍA Y PSICODRAMA
Con objeto de no extenderme demasiado
en este capítulo, haré un resumen global de
los Talleres realizados y se deja la exposición total de las poesías para un libro monográfico al respecto.
Se han realizado, hasta el momento, 12
Talleres, 58 poemas y 213 participantes. La
mayoría han sido con profesionales o estudiantes de postgrado en psicodrama, pero
también con estudiantes universitarios.
Se expondrán aquellas poesías que se representaron en los talleres y aquellos talleres
que tienen un resumen de su desarrollo, para
facilitar la comprensión de los métodos utilizados y su resultado.
Taller Inicial de 1999 en Aguas Do Sao
Pedro Brasil
Asistieron 26 personas, la mayoría brasileñas, pero también argentinas. Tras una in-
82
José Antonio Espina Barrio
troducción teórica inicial se comienza un
caldeamiento físico grupal, que comienza
con una relajación corporal y una elección
por grupos pequeños o parejas. Después se
sugiere un encuentro físico entre ellas, con
una música como iniciador, y finalmente se
les pide que escriban algo poético, que compartirán para crear un poema conjunto.
Se realizaron 6 poemas. Se eligió el siguiente:
NA DÚVIDA EU ME BASTO
Na dúvida eu me basto!
Tanto receio de não ser aceito
De não ser verdade o convite feito
Na dúvida eu me basto!
Me tranco numa prisão,
construida com tijolos de dor e orgulho!
E se me tirarem a proteção?
Pode ser bom terno e respeitoso.
mas tambem pode dar medo.
Justo eu, que já sou tão medroso!
Mas, e se me arrisco, e não me basto?
Posso desfrutar
Cuidar e ser cuidado.
El poema parecía difícil de comprender,
pero cuando se representó y el protagonista
estaba en una cárcel, cuyos ladrillos eran los
demás componentes del grupo y la pareja
estaba del otro lado, la representación resultó esclarecedora de los miedos a la relación y
al encuentro. Posteriormente en el Eco
Grupal, muchos asistentes comentaron que
había sido su primera experiencia poética,
pero que no sería la última, lo que ha sido
una constante en los siguientes talleres. Para
la gran mayoría fue un taller memorable y el
comienzo de la fecundación del Psicodrama
y la Poesía, donde se anima a los asistentes a
convertirse en poetas.
Encuentro Hispano-Uruguayo, universidad de Salamanca, aula de Salinas,
Noviembre, 1997
Se enmarca dentro de un Curso
Internacional y Extraordinario de la
Universidad de Salamanca en colaboración
con la de Uruguay titulado: “Psicoterapia,
Psicodrama y Etnopsicología” de 5 días de
duración. Asistieron 60 personas de Uruguay
y 45 de España. La mayoría eran estudiantes
de psicología de sexo femenino, con poca o
nula experiencia en Psicodrama. Las clases
teóricas se daban por las mañanas y los talleres, de 2 h. de duración, por las tardes. El
lugar fue el Edificio Histórico de la
Universidad de Salamanca y los Talleres
fueron en el Aula de Salinas, sacerdote y
compositor español, que era ciego.
El taller que nos ocupa era el primero del
curso y se trataba de preparar un auténtico
encuentro antropológico existencial latinoamericano.
A diferencia del primer taller que realicé
en Brasil, donde no había más de 30 asistentes, el elevado número de participantes de
éste, más de 100, exigía varios cambios de
diseño en el tipo de grupo e intervención, así
como en los iniciadores para el taller de
poesía. Con la colaboración de los asistentes
se dispuso la sala en dos círculos concéntricos con un espacio central muy amplio. El
caldeamiento inespecífico lo hicieron sentados en dichos círculos, mientras se les explicaba los objetivos del Taller y el significado
de los círculos, el central iba a ser para los
que desearan en un momento dado vivir la
experiencia y el periférico para los que optaran por observarla desde fuera. De esta
manera se dividía al grupo en dos y se permi-
Poesía y psicodrama: creación y espontaneidad
tía graduar el nivel de participación según su
momento personal. Esta disposición o
Pecera es invertida al final del proceso, con
el fin de aportar una visión circular del conjunto del grupo; de esta manera los observados pasan a observadores y viceversa.
Tras comentar el guión del taller, les
animé a levantarse y pasear por el espacio
central, desperezarse, estirarse, moverse,
hacer sonidos guturales de calentamiento,
pero no sonidos comprensibles, y empezar a
usar la mirada para reconocerse o presentarse a los otros. Cuando di la consigna de
elegir la-s persona-s que les suscitasen algo
poético, añadí la opción de sentarse en el círculo exterior si no deseaban elegir o ser elegidos o elegidas. Los que realizaron la elección se quedaron de pie en subgrupos en el
espacio central. Una persona de cada grupo
se acercó a escoger una fragancia de dos
libros de olores (13 y 14), cuyos 24 frascos
estaban sobre una mesita, y dar a oler a los
componentes de su grupo, dicha fragancia es
la que va a permanecer con ellos durante la
experiencia.
Los libros de vinos contienen los siguientes aromas:
BLANCOS: Albaricoque, Acacia, Espino
Blanco, Limón, Membrillo, Moscatel,
Menta, Miel, Avellana, Nuez, Manzana, Tilo.
TINTOS: Plátano, Canela, Casís, Cereza,
Gato de Algalia, Frambuesa, Pino, Pimiento
Verde, Regaliz, Trufa, Vainilla y Violeta.
Los frascos estaban numerados sin rótulo,
por lo que los asistentes carecían de dicha información.
Al grupo de observadores se les indicó
que apuntarán las impresiones poéticas que
les produce contemplar la experiencia; mien-
83
tras, en silencio, se acerquen a los libros de
olores y conserven uno de ellos como sensación de lo que presencian.
A los subgrupos en pie se les prescribió lo
siguiente: cerrar los ojos y, en silencio, comenzar a presentarse con las manos, que
poco a poco subirán por los brazos hasta la
cabeza y cara para recorrer el camino inverso, despidiéndose de nuevo con las puntas
de los dedos. Como iniciador de esta parte
hice uso del Andante para flauta y orquesta
KV 315 y los Conciertos para el mismo instrumento KV 313 y KV 314 de Mozart, su
usó fue inspirado por el nombre de la sala
del taller y la elección provino de un delicado regalo que Grete Leutz me hizo al llegar
a España y que presenciaba el Taller. Escogí
primero el Andante porque es más suave que
los Conciertos, más llenos del ritmo y la alegría del genial maestro de Salzburgo y por
lo tanto apropiados para cuando los protagonistas estuvieran inmersos en su experiencia
táctil. De esta manera el grupo hacía también un homenaje a Salinas, ya que el ejercicio se hacía a oscuras y con un iniciador
musical.
Cuando acabaron este reconocimiento interpersonal sugerí al grupo experiencial que
a solas escribieran algo poético sobre su experiencia, para ser trasmitido a la pareja o
miembros de su grupo. A los observadores la
consigna fue similar: escribir algo poético
sobre lo que habían presenciado.
Como el Taller de Creación Literaria es de
tipo colectivo, sugerí a los miembros del círculo interior que se contaran sus relatos poéticos y urdieran con ellos uno que exprese su
vivencia como pareja o grupo. A los observadores los dividí en subgrupos de 4 ó 5 con el
mismo fin. Ambos podían decidir si leerían o
no la poesía al grupo grande, para escoger la
que sería dramatizada.
84
José Antonio Espina Barrio
En total hicieron 22 poesías, de las que 17
formaron parte de un mural que con el título:
Anonymus “Las Palabras del Padre”, Nueva
Edición, Salamanca, Noviembre, 1999,
figuró como tal a la entrada del Taller durante todo el Curso.
Comencé primero con el grupo experiencial. Lo primero que se hice fue una declamación del poema por el miembro del grupo
designado y después una elección sociométrica del que se va a representar. Se trata de
extraer lo latente del grupo y yo estoy al servicio del grupo y no al revés. El grupo escogió precisamente el poema del organizador
uruguayo del curso, lo que habla a favor de
la buena sintonía grupal y de que su poema
expresa el sentir de los participantes más activos.
MIEDO E INTRIGA RECORRE
CADA SER
Temblorosas manos que sienten la piel
Cuerpos que se expresan dejando caer
vergüenza, temor y calor a la vez
El contacto avanza queriendo conocer
tu cuerpo y el mío que se quieren ver
Música de fondo y aroma también,
Dulzura de otro tiempo y nueva a la vez
Las palabras no están en tú boca esta vez
Pero las busco necesitado de que me digas hoy
Cuanto sientes conmigo a tu lado
Tocando el cuerpo, sintiendo tu ser.
Reprimida se siente, con miedo pero bien
Porque pensando en el otro recordó el placer
El otro el impacto siente todavía
Porque la experiencia te toca la vida.
Darwin y Toyset
Dado el poco tiempo resultante decidí realizar unas viñetas psicodramáticas que permitieran ver como se articula la Poesía con el
Psicodrama. El Protagonista y yo solos en el
Escenario. Sugerí que leyera un par de veces
la poesía y, poco a poco, fue preparando la
escena: una pareja, de pie, uno enfrente del
otro, unas personas que representan la vergüenza y el temor se sitúan entre ellos, por
fuera otra que simboliza el calor. La pareja
desea juntarse y tocarse, pero la vergüenza y
el miedo se interponen, hasta que el calor por
encima va disolviendo con sus manos esa
defensa que dificulta el encuentro y el triunfo del amor. Cuando finaliza la escena sin
palabras, el grupo rompe en un cerrado
aplauso y la dramatización concluye.
Sin embargo el grupo continúa, por eso
indico que los observadores pasen al centro y
se conviertan en actores. Primero leen sus
poemas y creo que escogen el siguiente:
ROSA GUITARRA
Rosa en la noche
Rosas
Comunicación a través
De los sentidos
Energía que circula
Sensaciones fuertes
Sensibilidad,
Paz,
Lo maravilloso del Encuentro y
El miedo pasa
La Protagonista escoge un macizo de
rosas en medio de un campo idílico y su encuentro con su amiga íntima cuando tenía 10
años. En ese diálogo expresan su confianza y
las bases que convertirán esa amistad en algo
duradero, por encima de las dificultades y
obstáculos que el crecimiento supone.
Acaba el Taller con un cerrado aplauso
que el monitor devuelve tras dos horas de exhaustivo trabajo.
Poesía y psicodrama: creación y espontaneidad
En el transcurso del mismo los uruguayos
han enseñado a tomar té mate a los españoles y éstos han encontrado, en la fina sensibilidad latinoamericana un remanso, donde
abrir la aparente austeridad castellana que
encierra un alma grande y noble.
Al final del grupo los dos subgrupos ya
eran uno y me fue imposible mantener la división entre participantes y observadores.
Además dejé a su libre albedrío ceder o guardar los poemas.
Psicodrama y poesía - El Escorial XI 2000
Fue un taller improvisado con 6 participantes, se realizaron 6 poesías y la que eligieron para dramatizar fue la siguiente:
DESPUÉS DEL CAMBIO
Después de la tormenta
No es aquí y ahora
No es allí y entonces
No es un viaje
Lo único cierto es tu risa
Del resto no sé gran cosa
Sé lo que no sé
Sé donde no buscarlo
Sé que quiero quedarme
Sé que solo necesito un rincón
Pero lo de verdad
Es tu risa
Se representó y mostró claramente cual
fue el fluir del grupo y también del congreso,
donde asistieron numeroso alumnos universitarios, que apenas conocían el Psicodrama.
Taller el cuerpo y la palabra psicodrama y poesía
III Congreso Iberoamericano de
Psicodrama, Povoa de Varzim, 26 Abril
85
2001. Monitores: Javier Arbeloa, Jorge
Brusca y José Antonio Espina.
Jorge Brusca por Argentina y los dos siguientes por España, diseñamos el Taller por
Internet. El caldeamiento fue grupal y nos
turnamos los tres. Se les indicó al grupo que
lo hicieran con los ojos cerrados. Ha sido el
taller donde se escribió una sola poesía
grupal, tal vez por ello su representación no
dijo tanto al grupo, que ya había hecho la
propia mientras la creó. De hecho es la primera vez que esto sucede, bien es verdad
que en los restantes talleres hay diversas poesías y el proceso de creación de la representada no es conjunto. Hay que resaltar que
era un grupo constituido por portugueses,
españoles, brasileños, una americana y una
australiana.
POESÍA GRUPAL
(realizada por los 16 asistentes):
QUIÉN SOY,
Libertad,
Miedo, deseo, ganas?
¡Sal y Vive!
El mar en tu pelo
Brinca
Como una catarata.
Aquí estoy,
Soy la luz condensada,
Canal de vida, calma.
Sentir calor, warm sunlight.
Vivir es
Desmomificar
Vengo de muy lejos
Desde la madre, vida.
El sonido, el grito.
La cadencia de tu voz
Me acaricia
Siento el grito
Del mar por mi garganta
Congelado en el calor
El rugido del mar
86
La noche, tu piel
Dejándonos llevar
Por la sinfonía trasbordante
Deixame escucharte
¡¡ Cuanto tiempo!!
José Antonio Espina Barrio
Máster en intervenciones en psicoterapia, Salamanca, 2002, (30 Participantes)
Se realizó dentro de un seminario de psicodrama sobre Crecimiento Personal. Se realizaron 8 poemas.
UN VIAJE
La playa, el mar, la arena,
Un rayo de luz y la brisa serena
Que acarician mi cara
Me envuelve,
Me lleva,
Me traslada a mi infancia.
Ojos empapados de nubes me refugian,
Los juegos de niña,
Mi hermana,
Recuerdos que añoro
Encuentro en tu alma.
Tu presencia me acompaña
Como un retrato de color natural,
Me dejo llevar,
Suaves sensaciones van llegando a mi piel.
Te siento y me sientes,
Sé que estás ahí
Y el viaje en compañía se vuelve más completo.
No estoy sola
Y la sensación de no hablar junto a ti es la
que me acompaña.
El otoño llega,
La brisa serena que acaricia mi cara,
Agita las hojas suaves, silenciosas,
Se tambalean como plumas de ave,
Cayendo levemente sobre la tierra mojada.
Sigo viajando y nuevos mundos se abren
ante mí,
El encuentro transforma,
Mueve,
Como olas de espuma
Que llegan a la orilla de mi playa
Y derriban muros construidos antes por la
soledad.
La playa, el mar, la arena,
El otoño, las hojas,
Mi luz,
Tu alma,
Se encuentran,
Silenciosas y serenas
En la playa de mi infancia.
ALEJANDRA Y CRISTINA
De las palabras del Padre a la creación
de los hijos ITGP, Madrid, Abril 2003,
2004, 2005, 2006
Con una media de 8 participantes estos talleres se diferencian de los demás por varias
razones. Los asistentes son alumnos de postgrado de psicodrama en los últimos cursos.
Su duración es de ocho horas. La primera
parte se dedica a comentar la vida y obra de
Moreno y después Las palabras del Padre.
Como se comentó al principio, se escogen al
azar varias poesías que se representan. En
los últimos seminarios, previamente se leen
al azar partes del Tractatus de Wittgenstein,
que suelen resultar incomprensibles para los
asistentes. Cuando se representan adquieren
todo su significado de una forma que resulta
sorprendente para el auditorio. Este último
aspecto resulta esclarecedor y muestra como
el Psicodrama es una vía regia para enseñar
Filosofía, lo que es un añadido más al taller.
En la última parte se les anima a convertirse en creadores y es el momento del Taller
de Poesía. Suelen hacer de cuatro a seis poesías que se representan en forma de viñetas
psicodramáticas. El largo caldeamiento permite verlas todas y mostrar como el
Psicodrama fertiliza la Poesía.
Poesía y psicodrama: creación y espontaneidad
A continuación se exponen una poesía de
cada taller,
MARIPOSA DE UN SOLO DÍA
que vuelas por el placer de soñar
que quieres sin querer
Tímida
Y transparente,
Te diluyes en instantes
Porque sabes lo que importa
Abriendo y cerrando tus alas
Que se abren
Que se cierran
Que te escapas
Porque aunque no quieras
Duras
Sobras y faltas
EN NOSOTROS, ENCUENTRO
Estamos siendo, estando,
Viviendo estamos
Calor, ternura, belleza ¿tal vez?
Algo de miedo ¿tal vez?
Volver a estar, a ser,
a vivir, a convivir.
Estamos siendo, estando
Con alegría, con miedo quizás
Con movimiento
Qué más da
Si estamos siendo.
Viviendo
ALEJANDRO Y CRISTINA
POESÍA COMPARTIDA
El encuentro entre dos cuerpos,
Todo gira en nuestro baile estático.
El roce de dos espíritus,
Algo estático gira a nuestro alrededor,
Deslizándose en una amplia gama de caricias.
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Te siento fuerte como tu vello,
Atravesando el abismo del rocío
Y bello como un tío vivo,
Fundiéndose con el otro y derritiéndose
en calor,
Piel roja y calma al despertar,
El abdomen con sensación de exaltación,
Entregado y abandonado a esa sensación,
La sensación de ser yo y tú al mismo
tiempo.
MAYTE NARANJO IGLESIAS Y
CARLOS MESTRE BOÑAR
RITMOS DE ENCUENTRO
Disfruté de dos ritmos en uno
Siendo y dejando ser
Hubo dolor, angustia, preocupación
Y descompensación.
Reequilibrio, armonía,
Paz y despedida.
Solo siendo y dejando ser
Dos ritmos en uno,
Dos partes de uno
BEA Y Mª
SOLILUNA
Como crear algo entre dos
Miedo y necesidad,
Rechazo y deseo
Círculo y cuadrado
Noche y día.
Sin ti no sé quién soy
Con vos sé quién no soy.
Te amo y te odio.
Me odio y me amo
Ternura y calidez
Que en un comienzo asustan
Ternura, calidez y suavidad
Que lentamente me inundan
Y enseñándome a ser niña,
Al fin el encuentro.
KALANIT Y ANGOBE
88
José Antonio Espina Barrio
Resumen global de los talleres de poesía
y psicodrama y análisis de los resultados
Literario sobre el que se basa la creación poética.
Hasta el momento actual, se han realizado
en 10 años 12 talleres, en los que se crearon
58 poemas y asistieron 213 participantes.
La Poesía proporciona al Psicodrama
guiones simbólicos.
Aunque los datos estadísticos son muy
fríos, lo cierto es que un número importante
de los asistentes se iniciaron como poetas,
sólo este hecho ya es importante, por el
pudor y la dificultad que implica permitir
salir el corazón de poetas. Algunos de los
poemas tienen una factura muy bella, pero
sobre todo muestran el interior del corazón y
la esencia del encuentro.
La representación de los mismos siempre
resultó esclarecedora, excepto en el poema
colectivo, como se ha comentado en su
apartado.
CONCLUSIONES
El Psicodrama introduce la acción en lo
poético.
La Poesía muestra su significado cuando
se declama.
Cuando la Poesía se representa en
Psicodrama, su significado se transparenta y
no se requiere otra explicación.
El Psicodrama anima a los asistentes a
convertirse en Poetas y creadores de su existencia, que la expresan de un modo poético.
AGRADECIMIENTOS
Dedicado a:
Después de lo arriba expuesto y de los talleres realizados en los últimos diez años se
extraen las siguientes conclusiones:
Suzana Modesto Duclos, con quién
cocree y realicé el primer taller y que me
animó a convertirme en poeta.
La Creatividad es un factor común de la
Poesía y del Psicodrama.
A todos los participantes de los talleres que
he seguido impartiendo porque siempre ha
sido una experiencia espontánea y creativa.
La Poesía y el Psicodrama son actividades complementarias.
El Psicodrama resulta un instrumento útil
para el desarrollo y aplicación del Taller
A Mª Ángeles Álvarez López que me inspiró los mejores poemas de amor y me ayudó
a aunar Poesía y Psicodrama a lo largo de mi
vida.
BIBLIOGRAFÍA
1- MARINEAU, R. F. Jacob Levy Moreno 1889 – 1974 – Father of psychodrama, sociometry, and group psychotherapy, Tavistock / Routledge, Londres y Nueva York, 1989. p. 198.
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1971 por Jaime Ortiz, 1ª ed. alemana en 1920, pp. 158 -159)
3- ESPINA BARRIO, J.A. Psicodrama: Origen y Desarrollo, Salamanca, Amarú, 1995. p. 214
Poesía y psicodrama: creación y espontaneidad
89
4- ESPINA BARRIO, J.A. “Las Palabras del Padre: Una misma Escena en las Diferentes Culturas”. En AAVV. XXII
Reunión nacional de la Asociación Española de Psicodrama – Diversas Culturas una misma Escena, A Coruña,
Diputación Provincial A Coruña, 1996. pp. 47-62.
5- ESPINA BARRIO, J.A. “La representación de la Palabras del Padre: Un camino directo hacia su significado”.
En AAVV. XXII Reunión nacional de la Asociación Española de Psicodrama – Diversas Culturas una misma
Escena, A Coruña, Diputación Provincial A Coruña, 1996. pp. 297-300.
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Alianza Editorial, Madrid, 2ª reimp. en esta colección, 1989, pp. 215. (Edición Bilingüe, traducción e introducción
de Jacobo Muñoz e Isidoro Reguera, escrito en 1918)
7- ESPINA BARRIO, J.A. “Lo imaginario en la Escena Psicodramática” en Informaciones Psiquiátricas, Nº 126 –
127, 4ºT 1991 y 1ºT 1992. pp. 355-364.
8- MOZART La Flauta Mágica, Madrid, Teatro de la Zarzuela, 1993. p. 183.
9- ESPINA BARRIO, J.A. “Psicoterapia y Religión” en Familia – Revista de Ciencias y Orientación Familiar, Nº
12, Enero 1996. p. 70-88.
10 – ERNST, B. El Espejo Mágico de M.C. ESCHER, Berlín, Taco, 1989. p.111.
11- ESPINA BARRIO, J.A. “Psicoterapia del Duelo Patológico y de las Enfermedades Graves” en NAVARRO,
FUERTES y UGIDOS (Coord.) Prevención e Intervención en Salud Mental, “Colección Psicología Nº 41”,
Salamanca, Amarú, 1999. pp. 369-382.
12- BUSTOS, D. M. Nuevos Rumbos en Psicoterapia Psicodramática: Individual, Pareja y Comunidad, La Plata,
Momento, 1985. p. 126.
13- LENOIR, J. Le Nez du Vin – Les Vins Blancs, Carnoux (Provence), Edit. Jean Lenoir, 1981 (12 Esencias).
14- LENOIR, J. Le Nez du Vin – Les Vins Rouges, Carnoux (Provence), Edit. Jean Lenoir, 1981 (12 Esencias).
Dirección postal:
José Antonio Espina Barrio
Tf. 983262304, Fax: 983268359
CSM 1º Este (Sanidad) Hospital Clínico Universitario
c/ Ramón y Cajal, 6
47001 Valladolid (España)
Cuad. Psiquiatr. Comunitaria,
Vol. 8, N.º 1, pp. 91 - 101, 2008
El proceso de creación cinematográfica:
Orson Welles y la pasión por los
personajes malvados
The process of cinematographic creation: Orson Welles and
his passion about the evil characters
Tiburcio Angosto Saura
Psiquiatra.
Vigo
“Empecé en la cima y después empecé a bajar”.
(O.W)
RESUMEN:
ABSTRACT
Análisis del origen de las relaciones entre cine,
psiquiatría y psicoanálisis y elaboración de una
hipótesis psicodinámica del proceso creativo de
los principales personajes malvados en la filmografía de Orson Welles.
Analysis of the relations beginning between
cinema, psychiatry and psychoanalysis, and developement of a psychodynamics hypothesis of
the creative process of the main evil characters in
Orson Welles’s movies.
Palabras Clave: Cine, psiquiatría, psicoanálisis, Orson Welles, personajes malvados, proceso
creativo.
Key Words: Cinema, psychiatry, psychoanalysis, Orson Welles, evil characters , creative process.
Fue en 1895, cuando Freud y Breuer publican “Estudios sobre la histeria” libro en el
cual se encuentran ya los gérmenes de la
futura teoría psicoanalítica2 y fue también el
24 de julio de 1895, en la Villa de Bellevue,
cuando se le reveló a Freud el secreto de los
sueños a través de su ya famoso sueño
propio de la inyección de Irma, que acabaría
siendo el paradigma de los sueños como realizaciones de deseos. Y fue también en diciembre de este mismo año de 1895, la primera proyección de los hermanos Lumière,
que se producía como resultado de un síntoma; el insomnio de Louis Lumière. Este insomnio hizo, que una noche se le ocurriera la
“Yo nací, perdonadme, con el cine” dice
R. Alberti en una famosa poesía de 1925. El
psicoanálisis, la más famosa teoría sobre la
mente, que según su fundador1 vino a enriquecer la práctica psiquiátríca, si fuera un
sujeto y pudiera hablar, diría algo parecido,
solo que con mucho más motivo que el poeta
gaditano.
1. Es el psiquiatra y no la psiquiatría, lo que se opone al psicoanálisis, el cual es a aquella, aproximadamente, lo
que la Histología es a la Anatomía, ciencias de las cuales estudia una las formas exteriores de los órganos y la
otra los tejidos y las células de que los mismos se componen. TEORÍA GENERAL DE LAS NEUROSIS .1916-7
[1917] LECCIÓN XVI. PSICOANÁLISIS Y PSIQUIATRÍA. S. Freud. O.C.
2. Aunque la palabra psicoanálisis no aparece como tal en su obra hasta un año después en un trabajo sobre “La
herencia y la etiología de las neurosis”. (1896)
92
Tiburcio Angosto Saura
forma de perfeccionar el kinetoscopio de
Edison, aparato de visión individual, con el
fin de proyectar públicamente sobre una pantalla, en un café de París, la famosa salida de
los obreros de su fábrica.
Así pues, los caminos del cine y el psicoanálisis, el uno fábrica de sueños el otro análisis de los sueños, que al principio son paralelos, acabarían encontrándose por primera
vez transformado el segundo en una versión
dulce de la psiquiatría hospitalaria. Se ha establecido que este encuentro tuvo su primer
fruto 11 años después, en 1906, en una película llamada “El sanatorio del Dr Dippy”, en
el cual aparece un psiquiatra/psicoanalista
que está más loco que sus pacientes, probablemente también es en este momento,
donde nace este mito popular sobre la profesión de psiquiatra. Dos años después en
1908, se estrena “El hipnotizador criminal”
cuyo argumento, ya se imaginan, se trata de
la lucha entre un psiquiatra bueno que trata
de desenmascarar a un colega que utiliza la
hipnosis para cometer todo tipo de fechorías. Recordemos que la hipnosis ocupó un
lugar preferente en las técnicas psicoterapéuticas y en el nacimiento de la psiquiatría dinámica3 y fue utilizada por Freud al inicio de
sus investigaciones sobre el inconsciente.
Samuel Goldwyn ofreció, en 1925,
100.000 dólares de la época a Freud por su
colaboración en la puesta en imágenes de famosos romances amorosos históricos. Freud
lo rechazo manifestando su diversión y
asombro por la relación que establecía
Goldwyn entre psicoanálisis y amor. No obstante si parece que algo colaboró, aunque no
tanto como K. Abraham y Hans Sachs quienes figuran como asesores de GW. Pabst en
la película “Secretos (o Misterios) de un
alma” (1925). El film se inicia advirtiéndonos de que está basado en las teorías freudianas y su primer fotograma es una imagen de
S.Freud. Su argumento se resume en:
Un hombre, en el momento en que, con
cierta delectación sexual, está cortándole los
cabellos de la nuca a su mujer, oye que una
vecina grita pidiendo ayuda pues está siendo
atacada y más tarde asesinada. El hombre se
alarma y le hace un pequeño corte con la
navaja a su esposa. Posteriormente la situación traumática lo lleva a no poder separar
criminalidad con sexualidad. Recurrirá a un
psicoanalista para que le ayude a superar este
trauma.
Esta película, fue una de las primeras en
abordar, de una forma muy explicita, las
nuevas teorías del psicoanálisis cuando aún
estaban vivos sus creadores. Para las secuencias de los sueños, Pabst utilizó innovaciones
técnicas que hicieron sensación para la época.
La temática de “Secretos de un alma” es
también abordada, desde otro punto de vista,
por Luís Buñuel en “Ensayo de un crimen o
La vida criminal de Archibaldo de la Cruz”
(1955) donde, sin mencionarla, utiliza la
teoría psicoanalítica, concretamente la simultaneidad o asociación de los hechos, para
explicar las tendencias homicidas frustradas
del citado Archibaldo, a quien parece curar,
no un psicoanalista, como en la película de
Pabst, sino, muy buñueliano, la consumación
del asesinato en… un maniquí que representa a la victima, futura amada4.
Freud, en una carta5 a Abraham escribió:
“Mi principal objeción sigue siendo que no
pienso que sea posible en absoluto la represen-
3. El descubrimiento del inconsciente. H.F Ellemberger. Ed Gredos. 1970
4. Las similitudes de algunas películas de Buñuel con la de Pabst no acaban aquí. También aparece una escena
con una herida realizada por una navaja de afeitar, muy similar en su realización a la de Buñuel en el corte del
ojo en “Un perro andaluz”. (1929) o la utilización de una cabeza como badajo de una campana en Tristana (1970)
El proceso de creación cinematográfica: Orson Welles y la pasión por los personajes malvados
tación plástica satisfactoria de nuestras abstracciones”. Poco caso se hizo de esta afirmación de Freud ya que el cine usó, abusó, sigue
abusando y deformó la teoría psicoanalítica.
A pesar de las opiniones de Freud, el cine,
dada su capacidad técnica, está perfectamente capacitado para expresar procesos como el
pensamiento, los sentimientos, el recuerdo
separado de la realidad, lo imaginado y otros
procesos más o menos invisibles, al poder
mezclar, sonido, música diálogos e imágenes
que llevan al espectador a poder separar perfectamente los campos de la realidad y la no
realidad o si se quiere de la fantasía.
Hemos referido como muy pronto el cine
se hace deudor de la teoría psicoanalítica.
Con la psiquiatría el camino es un poco distinto. Con respecto a esta los primeros intereses de los cineastas se concentraron en denunciar los abusos o las perversiones de
algunos profesionales (Dr Caligari,1920; Dr
Mabuse, 1922; Hannibal Lector, 19866; etc),
también los abusos que se cometían en los
manicomios de la época cuyas películas más
representativas las encontramos en los años
60 y principios de los 70, de las cuales, probablemente la más conocida sea, Alguien
voló sobre el nido del cuco (1975).
93
de la conducta humana que en la película no
está explicito y que muchas veces el director
ha negado sistemáticamente, como sucede
en las películas de Buñuel sobre todo las de
la última época (El fantasma de la libertad,
1974), etc.
Sin embargo pocas veces se han estudiado
las motivaciones intrapsíquicas de un determinado actor o director por la persistencia en
la elección de sus personajes o del arquetipo
que va a representar en la pantalla. Se podría
pensar que la mayoría de las veces esa persistencia viene dada por las necesidades del marketing. Las mejores películas de Woody Allen
son aquellas en las que banaliza o ridiculiza el
psicoanálisis, cuando él mismo estuvo ¿o
está? muchos años psicoanalizándose. Pero
¿esto sería solamente un efecto del marketing
Allen?. ¿Qué diría su psicoanalista?. ¿Cuantas
películas recordamos de Ch. Heston o J.
Wayne haciendo de perdedores?. Conociendo
los afanes de ambos fuera de la pantalla, en su
vida privada, no parece casual la elección de
personajes, duros, ganadores a cualquier
precio por parte de estos actores.
Pero también el cine ha servido para representar de una forma explicita un caso clínico,
unas veces en la forma de un drama, otras en
la forma de suspense y otras como una forma
de terror, las más paradigmáticas para estos
apartados serian Gente corriente (1980),
Marnie la ladrona (1964) y Psicosis (1960).
Creo que, de alguna forma, estamos autorizados a bucear en la vida privada de algunos de estos artistas para tratar de encontrar
que tipo de motivaciones biográficas les han
movido para la elección de sus personajes o
al menos nos sentimos autorizados para
buscar otras motivaciones distintas a las que
ellos mismos nos han dicho que las han provocado. Es el caso de Orson Welles (OW)
uno de los creadores más innovadores del
mundo de la cinematografía.
En otras ocasiones el cine nos ha servido
para reflexionar e interpretar sobre aspectos
OW interpretó a lo largo de su filmografía
toda una serie de personajes, en muchos
5. Carta del 9 de julio de 1925. En Correspondencia Freud-Abraham. Ed Gedisa, 1967
6. La primera vez que aparece este personaje en la pantalla es en la película “Hunter” (1986) basada literalmente en el libro El dragón rojo (1981) de Thomas Harris. A partir de 1988 vendría toda la saga de El silencio de los
corderos.
94
Tiburcio Angosto Saura
casos desmesurados, que tienen que ver con
la maldad, que parecían salir de su propia
vida y que provocaron, entre los aficionados
al cine, un fenómeno de identificación del
actor con estos personajes, determinante en
cuanto a la concepción que de su personalidad se iba a transmitir entre sus admiradores
y espectadores en general.
Intervino, bien como director, como actor,
como guionista o como relator en casi 100
películas, interpretando personajes de diferentes características, casi siempre relacionados con la maldad, pero fundamentalmente se
le recuerda por una serie de malvados concretos de los que más adelante hablaremos.
En la entrevista que le realiza A. Bazin en
los años 50 y que se publica en los N.º 84 y
87 de Cahiers du Cinema, OW dice que todos
estos personajes odiosos tienen unas características personales que de alguna forma los
humanizan, y hacen que el espectador sienta
una cierta ambivalencia hacia ellos, por lo
que difícilmente son olvidados, manteniendo
su popularidad por encima de los “buenos”
de esas películas. Así es por lo que, aunque
los espectadores condenamos su amoralidad,
su cinismo o su maldad, no dejamos de sentir
una cierta atracción hacia ellos, tal vez por
ese valor humano que aparece encubierto.
Dice Bazin7 que es precisamente en la tensión creada en transmitir la humanidad (valor
humano) de estos odiosos personajes donde
OW vuelca todo su valor interpretativo.
Veamos cuales son estos personajes.
Ciudadano Kane (1941). Retrato de un
magnate hecho a si mismo, que añora su infancia. Aparece como valor un predominio
de la nostalgia y cierta honestidad privada,
como ocurre en la escena en que continúa la
crítica periodística de su amigo (J. Cotten)
después de despedirlo: “Era para darle una
lección. Así demostraba que era honrado”,
dice Cotten cuando, en la película, es entrevistado en el asilo muchos años después.
El extraño (1946). Película repudiada por
OW ya que apenas si tuvieron en cuenta su
guión. Se trata de un fugitivo nazi, Frank
Kindler, viviendo en paz y armonía en un pequeño pueblo de EEUU, colaborando con la
comunidad, arreglando relojes, buscando una
cierta redención y… esperando la tercera
guerra mundial, hasta que su pasado lo encuentra en la forma de un detective caza nazis.
Macbeth (1948): Primera obra de
Shakespeare que filma. El mismo OW representa al propio Macbeth, que asesina al rey
para ocupar su lugar pero sobre todo para
cumplir con la profecía de las brujas.
El tercer hombre (1949). El papel de
Harry Lime fue enteramente escrito por OW
y el conocido gag del reloj de cuco suizo lo
copió de una obra de teatro húngara.
Recordemos el demoledor discurso de H.
Lime, en el Prater de Viena, justificando el
mal dado que produce genios. Lime justifica
(y disculpa) su maldad, diciendo que vive en
un mundo de bandidos donde nada ni nadie
es fiable y donde las personas solamente son
esos punto negros que se mueven cuando
mira desde lo alto de la noria del Prater. A
pesar de sus maldades, “fascinante bandido”
y “arcángel de las cloacas” le llama Bazin,
H. Lime es un personaje con capacidad de
enamorar a personas nobles y también de
crear lealtades incluso después de muerto.
Recordemos la escena final en el Cementerio
de Viena, con el paseo de Alida Valli después del “autentico” entierro de H.Lime
mientras suena la música de Antón Karas.
Otelo (1952) el homicida celoso más conocido de la literatura universal.
7. Orson Welles por André Bazin. Ed Paidos. Sesión Continua, 2002.
El proceso de creación cinematográfica: Orson Welles y la pasión por los personajes malvados
Mr Arkadin (1955). Magnate, al estilo
Kane, que lo único que le importa es su hija
y que esta no se entere de su pasado de delincuente. Aquejado de amnesia ficticia, encarga
al pretendiente de la hija que investigue sobre
su pasado para alejarlo de ella y al mismo
tiempo localizar a los testigos de sus fechorías para asesinarlos. Acaba suicidándose, arrojándose del avión que pilotaba, cuando cree
que su hija se ha enterado de su pasado.
Sed de mal (1958). Quinlan es un capitán
de policía que lo único que le interesa es el
castigo de los que él mismo considera que son
delincuentes, recurriendo a cualquier artimaña para detenerlos. Acaba siendo victima de
sus propias estrategias. Lo acaba matando su
sargento, compañero de mil tropelías, a quien
agonizante dice: “es la segunda bala que
recibo por tu culpa”. La primera fue una bala
que le sirvió para salvar la vida de su colaborador en el pasado, por ello camina con un
bastón. Quinlan no se enriquece, no obtiene
beneficios de sus trampas, solamente con la
ayuda de su “olfato” decide quien es el culpable, aunque no tenga pruebas para demostrarlo… pero como en el caso que da lugar a la
película, acaba siempre teniendo razón.
La isla del tesoro (1972) en la que interpreta al mas famoso malvado de la literatura:
John Silver “El Largo”.
Probablemente en su filmografía haya
más malvados pero estos son los esenciales8.
RESEÑA BIOGRÁFICA DE
GEORGE ORSON WELLES
(1915-1985)
Nació en Kenosha, Wisconsin (Estados
Unidos), el 6 de mayo de 1915. Su padre era
el empresario e inventor Richard Head
95
Welles y su madre, llamada Beatrice Ives, se
dedicaba a ofrecer conciertos de piano.
Orson era el hijo menor de la pareja.
Dickie, su hermano mayor recibió una gran
presión de lo padres para que llegara a ser
una persona relevante, pero no fue capaz de
sobrellevar este mandato. Acabo vagabundeando y alejado de la familia, siendo más
tarde diagnosticado de esquizofrenia e ingresado en una institución psiquiátrica. Fue encontrado muerto en la orilla del río Missisipi.
El padre ante este hecho comentó: “Esto es
bueno. Al menos la familia se ha librado de
él”. Orson acabó cogiendo su relevo en lo
que se refiere a la notoriedad o si se prefiere
en el deseo de sus padres.
Beatrice y Richard se divorciaron en
1921. Por consejo del doctor de la familia,
Maurice Bernstein, quien descubrió la genialidad del niño a temprana edad, la madre de
Welles comenzó a instruir a su hijo en todo
tipo de expresiones artísticas, como la
música, la literatura, la pintura o el dibujo.
Beatrice fallecería en 1924 (cuando OW
tenía 9 años) y pasaría a depender de su progenitor, el cual era un consumidor severo de
alcohol. Fallecería también unos años después en 1930 (15 años).
OW realiza innumerables viajes tanto con
su padre como con su madre de tal manera
que se recorre toda Europa hasta el fallecimiento de ambos. M. Bernstein, admirador
de las facultades del joven, se convierte en su
protector y sería el verdadero impulsor en la
educación de Welles, quien estudiaría en la
Todd School de Illinois celebre por sus métodos de enseñanza revolucionarios para la
época y donde estuvo hasta los 16 años.
Bernstein además le aficionó a la prestidigi-
8. En teatro, aparte de las obras de Shakespeare interpretó al malvado hipnotizador Svengali de la novela Trilby
de George du Maurier. Ed Funanbulista,2006
96
Tiburcio Angosto Saura
tación. OW falleció escribiendo el guión de
un reportaje sobre prestidigitadores.
A los 10 años de edad se disfrazaba de
Rey Lear y debutó a los 17 años en el teatro
haciendo el papel de un anciano, en Dublín.
Los biógrafos dicen que su precocidad legendaria le obligaba a impostar su voz y a
pintarse arrugas para parecer mayor. Dado
que sus padres lo llevaron a todos los sitios y
participaba en las conversaciones de los mayores tuvo que interpretar el papel de una
persona mayor9.
Wells “La guerra de los mundos” en una versión radiofónica tan realista que provocó una
gran conmoción y pánico entre sus oyentes,
quienes, después de escuchar la presunta invasión de New Jersey por los alienígenas,
saldrían corriendo atemorizados a las calles
pensando que el ataque extraterrestre era
cierto.
Este extraordinario suceso elevaría la
fama de Welles, provocando que su nombre
llegara a oídos de los estudios de
Hollywood.
Profundo admirador de la obra de William
Shakespeare desde su infancia, antes de desembarcar en Hollywood, Welles ya se había
ganado cierta reputación en el mundo del
teatro.
La RKO le ofertó una cantidad impensable para un principiante en las artes cinematográficas: 225.000 dólares más un plus
sobre los beneficios y absoluta libertad creativa para rodar dos películas.
A la edad de 18 años emigró a Irlanda, trabajando en el experimental Gate Theatre a
comienzos de los años 30. Más tarde consigue debutar con la compañía de Katherine
Cornell tras ser recomendado por Thornton
Wilder y Alexander Woollcott, en donde aparece en producciones basadas en obras de
Shakespeare, debutando en Broadway con la
representación de “Romeo y Julieta”.
Orson, que había realizado un par de
cortos con anterioridad, aceptó la oferta y
comenzó a rodar su primer film, que en un
principio se iba a titular “Americano”.
Esta película contaba la historia de un
magnate llamado Charles Foster Kane, basando el personaje en la figura del millonario
William Randolph Hearst. Welles, más tarde,
rebautizaría su proyecto con el nombre de
“Ciudadano Kane” (1941).
En 1934 contrae matrimonio con la actriz
Virginia Nicholson y brilla con sus originales propuestas en el Federal Theatre Project,
en donde colabora con John Houseman.
Cuando sus avanzadas ideas sobre la expresión artística le llevan a salir del Federal
Theatre, Welles funda junto a Houseman el
Mercury Theatre, consiguiendo el éxito con
sus representaciones radiofónicas y teatrales,
como “Macbeth” y “Julio César”.
El suceso que cambió su vida profesional
ocurriría en 1938. Con actores de su compañía, Orson representaría la obra de H. G.
9. Idem 7
Los resultados técnicos del film pasarían a
la historia por su compleja puesta en escena,
la detallada utilización del gran angular y la
profundidad de campo, la fuerza de sus encuadres, los juegos de luces y sombras o la
innovadora aplicación del montaje y el
sonido. La crítica recibió con entusiasmo la
película pero la mala distribución del film y
la campaña en contra orquestada por Hearst
provocó que “Ciudadano Kane” fracasase
estrepitosamente en la taquilla. A pesar de
ello, la película recibió nueve nominaciones
al premio Oscar, consiguiéndolo Welles y
El proceso de creación cinematográfica: Orson Welles y la pasión por los personajes malvados
Herman J. Mankiewicz al mejor guión original. Actualmente es considerada la mejor película de la historia del cine.
Con decepción por el escaso resultado comercial, Orson encaró el rodaje de su segunda película llamada “El cuarto mandamiento” (1942). Las mutilaciones
infringidas por la RKO mientras el director
estaba rodando un documental en
Sudamérica (que finalmente no fue concluido) no terminaron de perjudicar a este
drama familiar, protagonizado de nuevo por
su amigo Joseph Cotten.
Un año después del estreno del film,
Welles contraería matrimonio (se había separado de Virginia Nicholson en 1939) con
Rita Hayworth, con quien tendría a su hija
Rebecca, quien nacería en 1944. Con anterioridad, en 1937, había nacido su hijo primogénito Christopher Feder, fruto de su matrimonio con Virginia Nicholson.
97
nas visuales de su director. Fue rodado junto
a su esposa Rita Hayworth, con quien se hallaba en pleno proceso de divorcio.En 1948
la pareja se separaría. Con posterioridad,
Orson Welles se casaría con la actriz Paola
Mori, con quien coincidió en varias películas, entre ellas “Mr. Arkadin” y “El
Proceso”.
Con exigua fortuna en la taquilla pero
muy admirado por la crítica, dió inicio a su
extraordinaria trilogía sobre las obras de
William Shakespeare con “Macbeth”
(1948), cuyo fracaso comercial indujo a que
Orson abandonase los Estados Unidos y emigrara a Europa, en donde rodaría varias películas, trabajando también como actor en innumerables producciones con el afán de
conseguir el lucro necesario para sus propios
films como director.
Antes de volver a aparecer acreditado
como director, Wells intervino en películas
como “Estambul” (1942) de Norman Foster,
“Alma rebelde” (1944) de Robert Stevenson
o “Duelo al sol” (1946), película de King
Vidor a la que puso su voz como narrador.
En “Alma rebelde” y “Estambul” se aprecian
claramente los influjos cinematográficos de
Welles, llegando incluso a afirmarse que fue
el propio Orson Welles el responsable de la
dirección.
Algunos de sus mejores títulos en tierras
europeas fueron “El tercer hombre” (1949),
de Carol Reed narrada con un estilo muy semejante al de Welles o “Moby Dick” (1956),
adaptación del clásico de Herman Melvilla
que dirigió John Huston.
En Italia presentaría la segunda parte de
su trilogía, la excelente “Otelo” (1952), una
película que consiguió ganar en el Festival
de Cannes. Con financiación española estrenó “Mr. Arkadin” (1955), un film con una
disposición similar a “Ciudadano Kane”
pero que no consiguió los resultados de su
precedente.
En 1946 realizó su tercera película gracias a la ayuda de Sam Spiegel, un productor independiente con el que realizó “El extranjero” (1946), film con temática nazi
co-protagonizado por Edward G. Robinson
y Loretta Young. Se trata de un film menor,
pero entretenido, inferior a sus obras previas
y a la siguiente, “La dama de Shangai”
(1948), film negro con las constantes esce-
Después de diez años alejado de
Hollywood, Orson Welles retornaría para
filmar dos de sus mejores títulos. “Sed de
mal” (1958), una sensacional muestra de
cine negro co-protagonizado por Charlton
Heston y Janet Leight, y “El proceso”,
basada en la novela del escritor checo
Franz Kafka con Anthony Perkins como
Joseph K.
98
Tiburcio Angosto Saura
Como actor aparecería en, además de la
ya citada “El tercer hombre” otras como
“El largo y cálido verano” (1958) de Martin
Ritt o “Impulso criminal” (1959), dirigida
por Richard Fleischer, donde encarna a uno
de los abogados más famosos de EEUU,
Clarence.S.Darrow y su intervención en el
caso Leopold and Loeb, dos jóvenes de
buena familia que asesinan a un adolescente
sin justificación alguna.
y fácilmente condenables, las películas de
OW no irían más allá de una película de cine
negro, de buenos y malos o un melodrama,
pero esta ambivalencia que crea en el espectador convierte sus películas en tragedias,
“la tensión que se crea entre la grandeza de
su héroes condenables y la opción moral que
nos obliga a tomar contra esta grandeza y a
pesar de ella, es lo que convierte sus películas en tragedias.10
De regreso a Europa, culminaría su trilogía
shakesperiana en España con “Campanadas
a medianoche” (1965), una amalgama de
cinco obras del dramaturgo inglés. Con posterioridad, rodaría para la televisión francesa
“Una historia inmortal” (1968), adaptación
de un relato de Isak Dinesen, preludio de su
última obra acabada, el documental “Fraude”
(1973) en el que retrata a uno de los más grandes falsificadores de arte, Elmyr D’hory y a
otro estafador, Clifford Irving, escritor de biografías falsas, componiendo una especie de
falso documental en el que se retrata a él
mismo como embaucador.
Hombre de gran personalidad y carácter independiente, Orson Welles, debido a su perfeccionismo enfermizo, dejaría muchos proyectos inconclusos, entre ellos una versión de
El Quijote comenzada en 1955, que sería posteriormente restaurada y estrenada por el director español Jesús Franco, después de la
muerte de su autor, acaecida en Los Angeles el
9 de octubre de 1985 a la edad de 70 años. Sus
cenizas reposan alimentando unos geranios en
un pozo que se encuentra en una finca que pertenece a los herederos del torero Antonio
Ordoñez en Ronda. Hasta aquí su biografía.
Yo pienso, además, que se pueden catalogar
como tragedias porque son las personas que
los quieren quienes tienen que acabar con
ellos después de un dilema ético (Sed de
Mal, El Tercer Hombre, El Extraño) o se suicidan después de su fracaso (Arkadin,) o se
dejan morir añorando un tiempo pasado más
feliz (Kane).
LOS MALVADOS Y SU INTERPRETACIÓN PSICODINÁMICA
Pero volvamos a los malvados de OW. Si
estos personajes solamente fueran malvados
10. Ibidem
Un aspecto interesante es que todos estos
malvados tienen una autoexplicación sobre
su maldad, sobre sus crímenes o sobre su
conducta, que va más allá de su propia responsabilidad. Para casi todos estos personajes, el mundo, los otros en definitiva, ha sido
quien ha forjado su carácter y de alguna
forma le han enviado el mandato de que “ser
malvado no es algo inmoral”. Los propios
intentos de rehabilitación y de búsqueda de
la homeostasis en su vida acaban empeorando las cosas porque funcionan, en esta homeostasis, como si los otros no existieran, no
pensaran o no sintieran, por ellos mismos,
sino que lo harían en función del deseo encubridor del malvado. H. Lime estaba seguro
que su amigo Martins acabaría siendo tan
malvado como él, por eso acude a la cita del
Prater tan confiado, momento en que le pide
que pase a ser de los suyos. Frank Kindler
(El extraño) sabe que su novia confía absolutamente en él y se sorprende cuando esta
decide creer al cazanazis. Arkadin no entiende como no acaba de sometérsele el busca-
El proceso de creación cinematográfica: Orson Welles y la pasión por los personajes malvados
vidas que ha contratado para investigar sobre
su vida.
Estamos delante de la sorpresa de los malvados ante la rebelión de los débiles, los pusilánimes, cuando se encuentran que estos
“pobres hombres” piensan, reflexionan, evalúan y al final deciden acabar con ellos. Es la
sorpresa del Capitan Quinlan cuando mira
hacia el puente y se da cuenta que es su
amigo y cómplice, el sargento Menzies quien
ha disparado contra él. En definitiva es la rebelión de los que reflexionan, cuando toman
conciencia de la maldad que esta situación
conlleva, de la situación perversa en la que
les mantienen atrapados sus afectos.
Uno de los directores más admirados por
OW, es Jean Renoir, aparte de J. Ford y V.
de Sicca. Dice de él que es el mejor director
de todos los tiempos. Este director tuvo
muchas dificultades para trabajar en EEUU
cuando se marchó de Francia después de la
ocupación nazi. Una de sus películas, admirada por OW “Esta tierra es mía” (1943)
contiene uno de los discursos más amargos,
a mi modo de ver, de toda la historia del
cine. No es el discurso de Charles Laughton
del final de la película, sino uno anterior,
cuando el Mayor Von Keller del ejercito
alemán intenta convencer al maestro pusilánime, interpretado por Laughton, encarcelado injustamente, que quien realmente son
más adictos a la política nazi son aquellos
miserables que se adhieren a las causas acríticamente;
Hallamos hombres así (honrados colaboracionistas, corruptos, etc) en todos los
países y los utilizamos. Hace tiempo que
nos dimos cuenta que están en todas
partes… por lo que nada impedirá que conquistemos el mundo. Algunos países se
creen seguros ante nuestra invasión… pero
11. Ibidem pag 176
99
los honrados colaboracionistas y los corruptos están ya en esos países y esperan
con los brazos abiertos para darnos la
bienvenida…
A estos acríticos es a quienes OW desprecia. En sus héroes-buenos siempre hay un
componente reflexivo que les hace actuar
contra los malvados… pero es a estos a quienes OW admira. No le interesan tanto sus
maldades como su capacidad de reflexionar
sobre lo que hacen y de organizarse un cierto
discurso, falso o no, sobre sus motivaciones
para el mal. Dice OW:
“…les amo y les comprendo, siento una
simpatía humana por esos distintos personajes que he creado y moralmente, los encuentro a todos odiosos, moralmente despreciables, no humanamente. Goering, por
ejemplo era un hombre detestable, pero a
pesar de todo inspiraba simpatía: había en
él algo tan humano, incluso durante el proceso (de Núremberg)… A Goering se le
puede mirar y pensar “es mi enemigo, le
odio”; pero es humano, tiene una contextura
humana a falta de moral”11.
Para aclarar mejor esta última frase recordemos quien era Göering (1893-1946) y
porqué dice esto OW.
Fue comandante en Jefe de la Luftwaffe,
presidente del Reichstag y primer ministro
de Prusia. Se le consideró durante mucho
tiempo el sucesor de Hitler. Fue el creador de
los campos de concentración aunque el dice
que eran solo para los comunistas no para los
judíos.
Era de carácter abierto, simpático y muy
erudito. Debido a una herida de guerra tuvo
que tomar morfina a la que se hizo adicto por
lo que tenía grandes oscilaciones del humor.
100
Tiburcio Angosto Saura
En los últimos tiempos de la guerra cayó
en desgracia y fue confinado por HItler en un
castillo donde fue detenido por los aliados.
En el juicio de Núremberg, ya desintoxicado
de la morfina, mantuvo una actitud de una
gran dignidad e inteligencia en las declaraciones. Siempre dijo que asumía toda responsabilidad de lo que hicieron los nazis y
que el resto de los que allí se juzgaban eran
simples comparsas. Fue condenado en
Núremberg a la horca, el solicitó que se le
fusilara dada su jerarquía y dignidad pero
cuando se lo negaron, se suicidó, dos horas
antes de que lo ahorcaran, con cianuro que
probablemente le había proporcionado su
esposa en una de las visitas.
Una de sus debilidades eran las obras de
arte de tal forma que se apropió de tesoros
artísticos de los países que invadían y los almacenó en su residencia personal: …amo
estar rodeado de lujo y poseo un temperamento tan artístico que las obras de arte
hacen que me sienta vivo y radiante en mi interior12”.
“La fantasía de que todos los hombres son
iguales es ridícula. Siento que soy superior a
la mayoría de los rusos, y no sólo por ser
alemán sino porque mi bagaje cultural y familiar es superior. Que irónico resulta que
toscos campesinos rusos vestidos con uniforme de general se sienten a juzgarme. Por
muy educado que esté, un ruso sigue siendo
un bárbaro asiático”.
“Soy un capitalista y un hombre cultivado. Por eso no puedo tolerar esta prisión en
la que se me trata como un ladrón o un criminal”13
He traído una parte de la biografía de
Göering ya que las frases anteriores, sacadas de la entrevista con el psiquiatra americano que lo atendió en Núremberg, condensan muy bien el pensamiento de OW sobre
la maldad y sus malvados. Lo que salva a
Goering y lo hace humano a los ojos de OW
es la cultura, la aristocracia, así como su
character14. Las consecuencias en los otros
de su maldad son secundarias y no tiene importancia. Esta teoría del character que OW
define como intraducible a otros idiomas
diferentes del inglés, aparece en la película
Mr Arkadin. En ella Arkadin cuenta el
chiste de la rana y el escorpión, cuando la
primera le ayuda a pasar el río y el escorpión le acaba picando y hundiéndose los
dos “esto no tiene lógica… pero es mi carácter” -dice el escorpión mientras se
hunde en el río. Para O. Welles character es
como se comporta cada persona ante la
muerte, le dice a A. Bazin15- “no se puede
juzgar a la gente más que por su comportamiento ante la muerte”. “Character es un
concepto aristocrático, como virtud es un
concepto burgués”.
Brindemos por el carácter, dice Arkadin
cuando cierra el pacto con Van Stratten que
le va a llevar a asesinar a todos sus excorreligionarios… de nuevo la muerte y el character juntos.
Espero que se me permita hacer una pequeña elucubración. Resulta llamativo que
en toda la filmografía de OW nunca hubiera
ninguna historia propia de locos, ni siquiera
representó nunca un personaje con un trastorno mental declarado, a pesar de las viven-
12. Las entrevistas de Núremberg. Goldensohn, León Ed Taururs,2004
13. Ibidem
14. No en el sentido de personalidad sino en el sentido de cómo soy y cómo decido ser. Este charácter aparece
en Göering cuando pide que lo fusilen y no que lo ahorquen. En este sentido OW no elude la responsabilidad de
los malvados como tampoco la elude Göering.
15. Orson Welles por André Bazin. Ed Paidos. Sesión Continua, 2002. pag200-201.
El proceso de creación cinematográfica: Orson Welles y la pasión por los personajes malvados
cias tan cercanas que tuvo y a pesar de que
solía asegurar que la mayoría de sus personajes están basados en vivencias propias. El
único, aparentemente loco, que aparece en
sus películas es el guardián nocturno del
Motel donde está secuestrada la mujer de
Vargas en Sed de Mal. Pero, más bien, este
guardián parece un sujeto extravagante.
Así pues no parece que fuera la locura familiar lo que marcó su infancia, sino la
maldad, la perversidad y a nuestro modo de
ver, no tener en cuenta el deseo del otro, aquí
es preciso recordar que las palabras que
menciona al final de C. Kane suenan como
una reclamación de su infancia, no idílica
precisamente, pero de la que fue arrebatado
sin él desearlo…
“lo tuvo todo y lo perdió… puede que
Rosebud sea algo que no pudo conseguir… o
algo que perdió. No creo que una palabra
pueda explicar toda una vida. Rosebud no es
más que una pieza que falta en el rompecabezas… la más importante…”
Los padres de OW se portaron como unos
malvados con Dickie, el hermano mayor,
(recordemos la frase del padre), pero al
mismo tiempo sus actos malvados estaban
motivados por actos humanos (en la terminología de OW): “tienes que ser alguien importante, famoso y distinguido”. Este mensaje
parece que fue determinante en el proceso
destructivo de su hermano al no poder cumplir ese mandato. Tal vez estas vivencias
tenga que ver con las características de los
personajes malvados que crea, en los cuales
continuamente está salvándolos como humanos y condenándolos moralmente, como a
sus padres, de una forma metafórica, más
aún cuando esta dinámica no pudo ser posteriormente dialectizada por OW ante la
muerte prematura de estos, aunque si, como
101
sabemos, fue continuada a lo largo de
muchos años por su protector el Dr
Bernstein16.
Es decir lo que le lleva a apasionarse por
los malvados es el cumplimiento del mandato paterno y al mismo tiempo la huida de este
mandato cruel, tan cercano a la muerte, en su
experiencia. Welles ocupó el lugar de su hermano en el deseo de sus padres y para ser
querido debía fingir ser el niño culto, instruido, refinado, que no pudo ser, o se negó a ser,
su hermano. En este proceso se incluye la
muerte como algo accesorio, en caso de incumplimiento del mandato paterno. Su infancia pudo estar marcada por la premisa:
“Solo serás querido si eres culto, perspicaz,
inteligente y maduro y si no llegas serlo desearíamos que te murieras”.
OW en la entrevista citada de Bazin lo
dice muy bien: ….”yo estoy escindido entre
mi personalidad y mis creencias..¿Tienen la
menor idea, señores, de a que me parecería si
me dejara llevar por mi personalidad?”.
Dirección postal:
Tiburcio Angosto Saura
Servicio de psiquiatría
Hospital Xeral
email: [email protected]
Vigo (España)
16. Es curioso que OW muriera de un infarto mientras escribia el guión de un reportaje sobre la magia y los
magos, a la cual le había aficionado su padre sucedáneo el Dr Bernstein.
Cuad. Psiquiatr. Comunitaria,
Vol. 8, N.º 1, pp. 105 - 106 , 2008
INFORMES
PROGRAMA MUNDIAL DE ACCIÓN EN SALUD MENTAL
(mhGAP).
Iniciativa de la organización mundial de la salud (OMS)
Mejorando la atención a las personas con trastornos mentales, neurológicos y por consumo de sustancias
Visión
Atención eficaz y humana para todas las personas con trastornos mentales, neurológicos y relacionados con el consumo de sustancias.
Meta
Reducir la brecha entre las necesidades urgentes y los recursos disponibles en la actualidad
para disminuir la carga de los trastornos mentales, neurológicos y los relacionados con el consumo de sustancias a nivel mundial, de la siguiente manera:
- Reforzando el compromiso de las partes interesadas para aumentar la asignación de recursos humanos y financieros;
- Alcanzando una elevada cobertura en intervenciones claves, especialmente en países con
niveles de ingresos medio-bajos o bajos.
Programa
- Afrontar los temas prioritarios: los problemas de salud mental, depresión, esquizofrenia y
otros trastornos psicóticos, suicidio, epilepsia, demencia, trastornos derivados del abuso de alcohol y de las drogas ilícitas, y los trastornos mentales en la infancia.
- Desarrollar e implementar un paquete de esencial de salud mental para mejorar la prestación de servicios y reducir las desigualdades.
- Países objetivo para intensificar el apoyo, es decir, países con ingresos bajos y mediobajos, con una carga más elevada y una gran brecha en los recursos necesarios.
- Identificar y extender una estrategia para mejorar la atención sanitaria.
¿Cuáles son los resultados esperados?
- Implementar en los países objetivo un programa de salud mental amplio, integral y orientado a resultados.
- Mayor inversión en la atención a los trastornos mentales, neurológicos y a los relacionados
con el consumo de sustancias.
- Incrementar la proporción de gastos en servicios basados en la comunidad.
- Aumentar la proporción de dispositivos de atención primaria, que dispongan de profesionales de la salud entrenados y capacitados para el diagnóstico y tratamiento de los trastornos
mentales, neurológicos y los relacionados con el consumo de sustancias.
- Mayor cobertura con las intervenciones esenciales a personas con trastornos mentales, neurológicos y los relacionados con el abuso de sustancias.
106
Mirando hacia el futuro
La esencia del mhGAP consiste en establecer relaciones fructíferas para reforzar el compromiso con los socios ya existentes y para atraer y fortalecer a nuevos socios. Progresar con éxito,
no sólo implica el llamado a los ministros, los profesionales de la salud, las organizaciones no
gubernamentales y los donantes de la comunidad internacional, sino también a la sociedad civil,
las comunidades y las familias.
La meta de la OMS es asegurarse de que a nivel mundial, la salud mental se integra en
los sistemas de atención sanitaria. Para ello, es necesario el compromiso urgente de todos
los socios y el momento de actuar es ¡ahora!.
Hechos
- Los trastornos mentales, neurológicos y los relacionados con el consumo de sustancias, son
comunes en todas las regiones del mundo, afectando a todas las comunidades y grupos de edad,
independientemente del nivel económico.
- El 14% de la carga global de enfermedades se atribuye a los trastornos mentales, neurológicos y los relacionados con el consumo de sustancias.
- La depresión, es la cuarta causa principal de la carga global de enfermedades y se prevé
que para el año 2030 se convierta en la segunda.
- La epilepsia, afecta a unos 50 millones de personas en todo el mundo, -80% de las cuales
vive en países de bajos ingresos.
- El suicidio, es la tercera causa de muerte en jóvenes de todo el mundo.
- El uso nocivo de alcohol, es el quinto factor de riesgo en el mundo, para muerte prematura e incapacidad.
- Más del 75% de los pacientes con trastornos mentales, neurológicos y los relacionados con
el consumo de sustancias, no tienen acceso a tratamiento en muchos de los países de bajos ingresos.
- El estigma asociado a la violación de los derechos humanos, acelera el declive hacia la pobreza y dificulta la atención sanitaria y la rehabilitación.
- Se requiere que los costes económicos, así como otros criterios no económicos como son
el acceso equitativo a la atención sanitaria, la protección de los derechos humanos y la reducción de la pobreza, guíen el proceso de fijación de prioridades en salud mental.
- La mayoría de los países, destinan sólo una pequeña parte de los recursos que son necesarios, para poder responder adecuadamente a los trastornos mentales, neurológicos y relacionados con el consumo de sustancias. Uno de cada tres países, no cuenta con un presupuesto específico para la salud mental.
El tratamiento es factible
-Los proveedores de servicios no de salud, con el uso de tecnologías y estrategias de bajo
coste, pueden desarrollar intervenciones en salud mental.
-Mejorar el paquete de intervención esencial para tres trastornos mentales –esquizofrenia,
trastorno bipolar y depresión- y un factor de riesgo –abuso de alcohol- requiere, en países
de bajos ingresos, una inversión adicional tan pequeña como son $0.20 por persona, cada
año.
107
Provisión de tratamientos efectivos y asequibles mediante la atención primaria
-La depresión puede ser tratada de manera eficaz en todos los países, con antidepresivos de
bajo costo e intervención psicológica.
-En la atención primaria, es efectivo y viable tratar a personas epilépticas con medicamentos antiepilépticos de bajo costo.
-Los modelos de atención basados en la comunidad, junto con los antipsicóticos de primera
generación para la esquizofrenia, son efectivos, localmente factibles y asequibles.
-Las intervenciones breves realizadas por profesionales de atención primaria, son eficaces
para reducir el riesgo de consumo de alcohol.
-La rehabilitación basada en la comunidad, proporciona cuidados integrales de bajo costo
para niños y adultos con discapacidad mental crónica.
-Es necesario disponer de intervenciones en salud mental y apoyo psicosocial, durante y después de las emergencias.
Mejorando la estrategia de los países para la acción
EVALUACIÓN DE
NECESIDADES Y
RECURSOS
COMPROMISO POLÍTICO
ENTORNO DE
POLÍTICAS DE APOYO
MEJORANDO
LA ESTRATEGIA
ESTABLECER UN
DESARROLLAR EL
PLAN DE CONTROL Y
PAQUETE DE
INTERVENCIÓN
IMPLEMENTAR EL
EVALUACIÓN
PAQUETE DE
INTERVENCIÓN
FORTALECER
MOVILIZAR
LOS RECURSOS
RECURSOS
HUMANOS
FINANCIEROS
REDUCCIÓN DE LA BRECHA DE TRATAMIENTO
Dirección de Contacto:
Departament of mental health and substance abuse.
World Health Organization, CH. 1211 Geneva 27, Suiza.
Mail: [email protected]
Cuad. Psiquiatr. Comunitaria,
Vol. 8, N.º 1, pp. 109 - 109 , 2008
IN MEMORIAN
Pedro Gómez Bosque
(1920-2008)
El ilustrado que quiso enseñar anatomía
Muchos recordarán a este profesor de Anatomía de la Universidad de Valladolid por su humanismo, su compromiso social, su bagaje intelectual y su buena pedagogía. El profesor Pedro
Gómez Bosque ocupó durante más de tres décadas la cátedra de Anatomía de la Universidad
de Valladolid y allí se mostró como un profesor que enseñaba en el sentido más amplio de la
palabra; valorando a los alumnos como sujetos activos del aprendizaje, integrando la anatomía
en una visión amplia del conocimiento humano y mostrando una pedagogía que premiaba el
modelo racional sobre el memorístico. Su curso sobre la anatomía del sistema nervioso rezumaba saber e ilusionaba a los que tuvimos la oportunidad de ser sus alumnos. Introducía los conocimientos de la psicología y de la filosofía entre los entresijos de una anatomía funcional e
integral. Este curso lo daba con un plantel extraordinario de profesores donde destacaba quien
después sería el responsable de la cátedra de psiquiatría de la Universidad de Valladolid, el
Prof. Santiago Benito Arranz1, hombre erudito con una personalidad compleja.
Sin embargo, una faceta menos resaltada de la figura del Prof. Gómez Bosque fue su dedicación a la Academia de Psicología donde dirigía semanalmente los “Diálogos filosóficos”. En
los años de la dictadura sus cursos de filosofía por los colegios mayores de Valladolid representaban una bocanada de aire fresco en aquella sociedad encorsetada y controlada. Estas actividades tuvieron su eco en los nacientes movimientos estudiantiles de la época, que siempre
encontraron en el Prof. Gómez Bosque a un protector. Una protección que se unía a sus proclamas de tolerancia, de respeto y de fomento de las actitudes pacifistas. En esos años sufrió al ver
como crecía la represión gubernamental ante las protestas estudiantiles y sobre todo cuando la
Universidad de Valladolid fue cerrada en el año académico 74-752. Sin embargo, tuvo el privilegio y el placer de ser senador por el PSOE en las cortes constituyentes de 1977-1978. Años
más tarde también vería recompensada su valía intelectual con el Premio de Investigación científica y técnica de la Junta de Castilla y León.
Víctor Aparicio Basauri
Psiquiatra
Panamá
1. El Prof. Santiago Benito Arranz falleció hace unos años y había sido presidente de la Asociación Española de
Neuropsiquiatría. Una nota necrológica fue escrita en la Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría
por Fernando Colina, director de esa revista.
2. La Universidad de Valladolid fue cerrada por el rector Prof. Del Sol, que era catedrático de Ginecología y
Obstetricia. El incidente que motivo el cierre fue el lanzamiento de unos huevos al rector. El Prof. Del Sol años
más tarde fue catedrático de la Universidad Central de Madrid donde se suicido en la década de los ochenta. Un
periódico conservador de la época intentó relacionar el suicidio con la recién estrenada política de incompatibilidades del primer gobierno socialista de 1982.
Cuad. Psiquiatr. Comunitaria,
Vol. 8, N.º 1, pp. 111 - 115 , 2008
RESEÑAS
“Salud Mental y Psicofármacos - La Ilusión de no ser”
Emiliano Galende
Editorial Lugar, Buenos Aires 2008. 262 Páginas
Una reflexión del autor
Desde los inicios de las propuestas de Salud Mental, en la década de los años cincuenta del
siglo pasado, todo, o casi todo, ha cambiado: en la vida social, en los procesos de la cultura, y,
especialmente en el ingreso de nuevos factores de poder que compiten hoy por la definición de
los problemas del trastorno mental y su manera de abordarlo. En principio estos cambios no debieran sorprendernos; la fuerza que cobró en los últimos treinta años la globalización de la economía y el ingreso del mercado y el consumo como valores supremos del desarrollo de las sociedades, y por lo tanto de los nuevos parámetros para el desarrollo de la vida de los
individuos, hacía suponer que ningún sector de la vida social y de la cultura pudiera permanecer indemne a estos nuevos valores. Los políticos y los economistas, según creo, ignoran bastante cuánto de sus propuestas de entender el desarrollo humano bajo los únicos criterios del
progreso de la economía, producen lo esencial sobre el transcurrir de la vida de los individuos,
y especialmente sobre la construcción de los significados y valores con que estos orientan sus
conductas prácticas, cuestiones que no se limitan a un comportamiento económico. La integración de los individuos a la sociedad depende simultáneamente del empleo y el ingreso económico y de los recursos simbólicos con que cuente y que le permitan interactuar en los intercambios de su cultura. La perspectiva de este libro es indagar sobre esa otra parte del desarrollo
y la integración social, sus implicancias en la subjetividad y los nuevos malestares de la existencia que este camino conlleva. Es decir de los fundamentos con que comprendemos y actuamos en salud mental.
Tratar de establecer los fundamentos de Salud Mental supone dos propósitos. En primer
lugar avanzar hacia una coherencia del campo de la salud mental, el cual se caracteriza en la
actualidad por una sumatoria, no integración, de diferentes disciplinas, diversos modos de comprender los trastornos mentales, heterogeneidad en los modos de tratarlos y, esencialmente por
la negación de las contradicciones que atraviesan el conjunto de sus prácticas. Esta parte del
desafío consiste en plantearse si es posible una coherencia epistemológica y metodológica que
integre los saberes y las practicas en juego en salud mental. Creo firmemente que de esto depende el futuro del campo de la salud mental, que no podrá sostenerse por mucho tiempo simplemente haciendo énfasis en los criterios prácticos, en las recetas sanitarias, en los valores de
la sola voluntad y el compromiso para dirigir racionalmente los cuidados de la salud mental
de los individuos.
En segundo lugar, fundamentar el lugar y la función social de este campo, su situación respecto a los valores vigentes en la cultura y la vida social, es incorporarla al terreno de la bata-
112
lla simbólica, donde juegan diversos contendientes que se disputan la definición de los problemas de la salud mental, su valoración, los modos en que debe ser tratado el trastorno mental, y
quienes son los profesionales habilitados para esto. Este es, siguiendo a Bordieu, un espacio de
“lucha simbólica” por establecer el dominio y la hegemonía de las definiciones, de las interpretaciones y de los valores que están en juego y del reconocimiento social y la legitimación
de sus prácticas. Si los síntomas subjetivos del malestar psíquico son “enfermedades”, los valores que se han propuesto desde Salud Mental perderían su sentido. Si esta ideología triunfa,
entonces estos malestares deberían ser atendidos por la psiquiatría, no por equipos de distintas
disciplinas, con intervenciones de tipo psicosocial, y con participación de quienes padecen el
trastorno, su familia y la comunidad. Salud Mental se sostiene en una ética que considera al
sujeto del sufrimiento mental, su sensibilidad, su experiencia y su memoria, como la dimensión
conflictiva de toda existencia humana, y propone al sujeto una comprensión conjunta del malestar psíquico, esto es su participación activa en el proceso de atención y rehabilitación. La
consideración del trastorno como enfermedad por parte de la psiquiatría positivista prescinde
del sujeto, tiende a ignorar el conflicto que expresa el síntoma, ya que éste sería solo signo de
una enfermedad, y se propone suprimirlo a través del medio artificial del medicamento.
El terreno en que debemos movernos para este análisis no es solamente el de las disciplinas establecidas, es también el de los rasgos de la nueva cultura y del ingreso de poderes del
mercado, no sólo a través de productos para la salud mental sino también como generador de
valores subjetivos para ordenar el comportamiento de las personas, es decir, de los consumidores. Nuevas alianzas de intereses entre profesionales y mercado, nuevas herramientas para la
producción de una subjetividad acorde a este consumo, nuevas herramientas de publicidad y
marketing para asegurar la hegemonía. Frente a esto, ciertos valores que se potenciaron con las
propuestas de Salud Mental, afines en gran medida al psicoanálisis y a las psicoterapias, se encuentran acorralados por esta avanzada del mercado. Recordemos algunos de estos valores.
Es decir, el síntoma psíquico surge de la imposibilidad del sujeto para reconocer y enfrentar
los conflictos de su existir, entre tendencias o deseos contradictorios o entre sus anhelos y la realidad exterior. Intervenir para abrir las dimensiones del conflicto, reconocer sus fuerzas, hacer
que se exprese en las palabras y el pensamiento del mismo sujeto, no es simplemente exponer
al sujeto a su sufrimiento sino aceptar que si el conflicto o la contradicción hablan podemos escuchar sus razones; el pensamiento y la reflexión es el medio por el cual el hombre puede
asumir, sin síntomas, los avatares de sus deseos y de su existir junto a los demás.
La medicalización actúa en sentido contrario. Aliviar, silenciar los afectos que acompañan al
conflicto y expresan el malestar del sujeto (la angustia, la ansiedad, el insomnio, la obsesión, la
tristeza y el desgano del depresivo), no es sólo silenciar el conflicto es también jugar a favor
del síntoma y su permanencia, en tanto impide al sujeto actuar sobre las contradicciones de sus
deseos o de su realidad. Para la mayor parte de los individuos resulta tentadora la “solución”
del medicamento para los dolores del malestar subjetivo: al entregarse al saber y al poder del
especialista, establecidos en el imaginario social como dominio médico del malestar, pueden
abandonar los esfuerzos por hacer inteligible su malestar y enfrentar las contradicciones de su
vida. Como señalara Freud (El Porvenir de una Ilusión), “el camino de la razón es largo y fatigoso”, la creencia en algún saber establecido es tranquilizadora, creer que el especialista
113
cuenta con un saber para mi sufrimiento, y por lo mismo conoce su remedio, me exime de cualquier esfuerzo y responsabilidad con mi malestar. La oferta del medicamento es a la vez un
ofrecimiento de desubjetivar el conflicto, atribuir su presencia a causas exteriores al sujeto y
por lo tanto eximirlo de cualquier responsabilidad a la hora de entenderlo o tratarlo.
¿Cómo es que esta tentadora “solución” del medicamento se ha instalado en la sociedad? Es
uno de los ejes del análisis a lo largo del libro. Creo que se ha producido un encuentro entre
nuevos rasgos culturales que, a favor de la velocidad de la existencia, la inmediatez de toda experiencia, el dominio de la imagen y la sensación sobre el pensamiento y la palabra, y la aparición de una oferta de medicamentos que intervienen como soluciones a los síntomas que estos
rasgos culturales producen. Pero este encuentro entre el deseo operatorio de rapidez y eficacia sobre la vida emocional y los psicofármacos, no es espontáneo, ha sido acompañado de
complejas estrategias de mercado para generar esta cultura y potenciar este rasgo. Este libro se
propone llamar la atención sobre algo que todos percibimos. Este anhelo de actuar a través de
drogas sobre la vida emocional, el rendimiento físico, sexual, intelectual, agilizar la velocidad
de los encuentros, vencer a los malestares y las impotencias de la existencia, ha puesto en un
primer lugar dos formas de consumo que responden a las mismas coordenadas: los psicofármacos y las drogas ilícitas. El consumo de ambas, aun cuando respondan a intenciones diferentes, sigue el mismo camino, están vinculadas a este anhelo de alterar la conciencia y sus emociones, suspender el pensamiento, aligerar la carga del existir con los otros. Ambos caminos
suponen también el anhelo de desubjetivación, un existir eliminando el malestar que porta el
sujeto. A esto denomino “la ilusión de no ser”, de suspender la condición subjetiva que nos hace
presente lo que somos.
El análisis de estas cuestiones forma parte de la necesidad de producir los fundamentos epistemológicos y metodológicos para la definición y comprensión de los trastornos mentales y las
practicas reales, que deben responder a esos fundamentos.
Emiliano Galende
Médico Psiquiatra
Vida líquida
Buenos Aires- Argentina
BAUMAN, Zygmunt
(2006. Prim. Ed. 2005)
Paidos. Barcelona.
La vida líquida de Bauman
Zygmunt Bauman es un judío polaco (Poznan, Polonia, 1925), exiliado de su país natal en
1968, ahora catedrático emérito de Sociología en las universidades de Leeds y Varsovia. Entre
los 24 títulos del autor traducidos al castellano, Vida líquida es el primero de una serie (Miedo
líquido (2007) en Paidós, Tiempo líquido (2007) en Tusquets, Arte ¿líquida? (2007) en
Sequitur) que en el mundo anglosajón se clasificaría como Teoría de la Cultura; consumismo,
114
nuevos pobres, globalización, mercado..., son los key words. Iñaki Gabilondo lo ha consagrado en España como sociólogo de cabecera de los progres citándolo en alguna de sus columnas
de opinión previas a su noticiero de las 21 h. Es pues un autor relativamente de moda, que
además dice cosas muy interesantes.
La sociedad moderna líquida es aquella en que las condiciones de actuación de sus miembros cambian antes de que las formas de actuar se consoliden en unos hábitos y en unas rutinas
determinadas. [...] , la vida líquida es una vida vivida en condiciones de incertidumbre constante. [...] Como explica Andy Riley, caricaturista del Observer, lo que molesta es “leer artículos
sobre las maravillas de llevar un estilo de vida más sencillo cuando aún no has sido capaz siquiera de llevar uno más sofisticado”. [...] En una sociedad moderna líquida, la industria de eliminación de residuos pasa a ocupar los puestos de mando [...], desprenderse, día sí, día también, de atributos que ya han rebasado su fecha de caducidad y desguazar las identidades
actualmente ensambladas –o morir. [...], una economía de consumo debe ser una economía en
que los productos envejecen con rapidez. Así comienza Bauman asentando la idea de sociedad
moderna líquida. En el primer capítulo, dedicado al “individuo asediado”, plante la paradoja del
individualismo; En una sociedad de individuos, todos deben ser individuos [...]. Ser individuo
significa ser como todos los demás del grupo. La individualidad es una tarea que la propia sociedad fija para sus miembros. Sé tú mismo, bebe Pepsi. La lucha por la singularidad se ha convertido actualmente en el principal motor tanto de la producción en masa como del consumo de
masas.
Dejando muchas cosas en el tintero, para quien tenga ganas de leer, voy a recuperar unos
textos de un capítulo sobre Consumidores en la sociedad moderna líquida que creo que tienen
una traducción directa en términos de “salud mental”. La sociedad de consumo justifica su existencia con la promesa de satisfacer los deseos humanos como ninguna otra sociedad [...]. Sin
embargo, esa promesa de satisfacción sólo puede resultar seductora en la medida en que el
deseo permanece insatisfecho. La sociedad de consumo consigue hacer permanente esa insatisfacción. [...] El consumo no gira en torno a la satisfacción de deseos, sino a la incitación del
deseo de deseos siempre nuevos..., efímeros, desechables..., lo único permanente son los deshechos.
Como ya el fallecido Ivan Illich mostró en su momento, la mayoría de las dolencias que reclaman tratamiento médico en la actualidad son iatrogénicas [...], el residuo, por así decirlo, de
la industria médica. Hazle Curry ofreció recientemente un ejemplo excelente de una tendencia
universal: la profesión médica ha detectado auténticas epidemias de “piel irritable” [...], el 53%
de los occidentales. Sólo algunos casos pueden ser atribuidos al fenómeno (genético) de la llamada “piel sensible”. La mayoría se han vuelto sensible por influencia de un severo régimen de
cuidado de la piel [...], la expansión del acné en la población adulta sólo puede obedecer a una
expansión de la demanda de dichos consumidores y del mercado de productos de consumo.
Aquí le dejo al lector el ejercicio de traducir este texto en términos de depresión, fármacos, presión asitencial... No es difícil y es entretenido.
El libro termina en un capítulo lleno de intenciones, Pensar en tiempos oscuros (volver a
Arendt y Adorno). Permítanme señalar antes de nada que ninguna de las dos acusaciones ge-
115
melas lanzadas por Karl Marx contra el capital casi dos siglos atrás (su carácter derrochador y
su iniquidad moral) han perdido un ápice de su relevancia. Lo único que ha cambiado ha sido
el alcance de ese derroche y de esa injusticia: ambos han adquirido ahora dimensiones planetarias. De la mano de Marx y sobre todo de los líderes de la Escuela de Fráncfort, traza un análisis del golpe de estado neoliberal sobre los Estados-nación, y propone algo utópico, una “metaesperanza”, para la era global: Siguiendo una lógica de responsabilidad planetaria, afrontar
los problemas generados a escala global de manera directa, es decir en su propio nivel.
El autor, a mi juicio, describe muy bien lo que ocurre. Pero lo que me sorprende es la receta.
Hasta donde yo sé, el pragmatismo es la única filosofía genuinamente americana. Se habla de
una era post-ideológica, capitaneada por las decisiones pragmáticas del mercado, metáfora
total(-itaria). Que alguien proponga rescatar la utopía en tiempos del pragmatismo me parece
genial, aunque como el mismo Bauman puntúa, sospechamos qué es lo que hay que hacer, pero
no podemos conocer la forma ni la configuración que finalmente adoptará. Todo ello si de
alguna forma se pudiese recuperar el espacio público que el golpe de estado neoliberal
(Bauman) ha barrido de la escena. Un libro bien escrito, y con diferentes niveles de lectura: Se
puede leer sin saber nada de filosofía, sociología..., y también se puede leer en esa otra clave
más ilustrada. Un buen producto de consumo para este otoño (cuidado con los residuos, reciclen el papel).
Carlos Veiga
Psicólogo Clínico
Asturias (España)
REUNIONES CIENTIFICAS
• XIII Curso anual de esquizofrenia
“Psicosis: Cultura, psicoterapia e integración social”
9- 11 Octubre 2008. Madrid
[email protected]
• “Resolución de problemas en la práctica clínica: Refractariedad terapéutica.”
3 Symposium internacional en Terapéutica Psiquiátrica.
16 - 17 Octubre, 2008. Barcelona.
www.geyseco.com
• “Together, Creating a safe work enviroment”
Internacional Conference on Workplace in the Health Sector.
22 - 24 October 2008. Amsterdam.
• XIII Congreso de la Sociedad Dominicana de Psiquiatría
31 octubre- 2 Noviembre 2008
Santo Domingo (R. Dominicana)
[email protected]
• 8 International Forum on Mood and Anxiety Disorders
12 - 14 Noviembre, 2008. Viena.
www.aim-internationalgroup.com
• “Psicopatología psicoanalítica: Narciso y Edipo en los escenarios del psiquismo.
Historia-Identidad-Alienación”
VIII Jornadas Internacionales. Grupo de P. Analítica de Bilbao.
14 -15 Noviembre, 2008. Bilbao.
www.gpab.org
• XXV Congreso de la Asociación Psiquiátrica de América Latina
“La salud mental de nuestros pueblos: prioridad absoluta”
19-22 Noviembre 2008. Isla Margarita (Venezuela)
www.apal2008.org
• 23 Congreso Centroamericano de psiquiatría
18 -20 marzo 2009
Guatemala
[email protected]
• XXIV Congreso de la Asociación Española de Neuropsiquiatría
3- 6 Junio 2009
Cádiz
www.24congresoaen.com
117
118
• XXV Congreso mundial de prevención del suicidio
27- 31 Octubre 2009
Montevideo (Uruguay)
www.iasp.info
119
Norte de Salud Mental
SUMARIO
PRESENTACIÓN
Volumen VII nº 31
Psiquiatría comunitaria en peligro: una historia íntima del ascenso
y caída de la reforma de Leganés. F. Chicharro Lezcano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .6
ORIGINALES Y REVISIONES
Tratamiento del alcoholismo en las consultas de Salud Mental. Mª Carmen Pernía, Deirdre Sierra
Biddle,Antonio Arenal, Lourdes Alvarez, Cesar Gonzalez Blanch, Maria Eugenia Lera, Marta
Sandoy. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .11
Interrelaciones NANDA,NOC, NIC. Metodología Enfermera.
A propósito de un caso. Mª Luisa Oreja, Concepción Alegre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
Objetivo del tratamiento psiquiátrico: La esperanza. Blas Erkizia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
Una estrategia de amor: la renuncia al poder. José Antonio Espina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
PARA LA REFLEXIÓN
De lo público, lo privado y el futuro de la asistencia a la salud mental. Manuel Desviat . . . . . . 45
Algunas consideraciones sobre la situación actual de la reforma
psiquiátrica en España. Pilar Balanza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .52
Del manicomio a la incertidumbre o cómo acabar
con 20 años de psiquiatría comunitaria en Leganés. Ana Moreno, Manuel Desviat, Marta
Sanz,Teo Sobrino . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .57
METÁLOGOS
Aprendiendo psiquiatría comunitaria. Entrevista al Dr.Manuel Desviat. Ander Retolaza, Iñaki
Markez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
IN MEMORIAM
Emilio Rodrigué: psicoanalista puro devenir. Lidia H. Bruno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78
Fernando Ulloa. Susy Kesselman . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .80
FORMACIÓN CONTINUADA
Formación Continuada en Psiquiatría Clínica:
Autoevaluación razonada (III). Michel Salazar, Concha Peralta, Javier Pastor . . . . . . . . . . . . . .81
Análisis narrativo: acercamiento a los significados de una paciente
con diagnóstico de trastorno límite de la personalidad. Elena Álvarez Girón . . . . . . . . . . . . . . . .87
Evaluación e intervención psicológica en un caso de trastorno
adaptativo mixto en una mujer con Arnold–Chiari tipo I. Patricia Fernández Martín . . . . . . . . . . .99
HISTORIA
El Grupo de Psicoterapia Psicoanalitica de Bilbao, GPAB.
(1.975–2008) Breve cronología histórica. J. Karmelo Malda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105
ACTUALIZACIONES
De locos a enfermos. De la psiquiatría del manicomio
a la salud mental comunitaria.Autor:Manuel Desviat. I. Markez, E. Cuesta . . . . . . . . . . . . . . . .110
Días de duelo, encontrando salidas. Autores: Jorge L.Tizón y Michele G. Sforza . . . . . . . . . . 112
AGENDA
Próximas citas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .115
Cuadernos de Psiquiatría Comunitaria
SUMARIO
Vol. 7 - Núm. 2 - 2007
PRESENTACIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
ARTÍCULOS ORIGINALES
Psiquiatría y Rehabilitación: la Rehabilitación Psicosocial
en el contexto de la Atención a la Enfermedad Mental Grave
José J. Uriarte Uriarte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
Algunas reflexiones sobre la situación actual del
desarrollo de la rehabilitación psicosocial y los programas
de atención a la enfermedad mental grave en el estado
Ana Vallespí Cantabrana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105
El papel de las asociaciones de familiares y personas
con enfermedad mental
Begoñe Ariño, M.ª Jesús San Pío . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115
Rehabilitación cognitiva en la esquizofrenia:
Rehabilitación Orientada a Cognits
Martín L. Vargas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127
Breve recorrido por la historia de la Rehabilitación
Psicosocial en España
Ricardo Guinea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135
El modelo Avilés para la implantación del tratamiento asertivo comunitario: un pacto con la realidad
Juan José Martínez Jambrina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 147
INFORMES
Declaración de la Asociación Mundial de Psiquiatría (WPA) y la
Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el papel de los
psiquiatras en las situaciones de desastres (2006). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163
IN MEMORIAM . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165
RESEÑAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .169
REUNIONES CIENTÍFICAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 173
NORMAS DE PUBLICACIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 179
NORMAS DE PUBLICACIÓN
123
Cuadernos de Psiquiatría Comunitaria abordará con carácter monográfico diversos temas de psiquiatría y de disciplinas afines que sean relevantes para aquélla con la colaboración de reconocidos profesionales en dichas materias.
REQUISITOS DE LOS MANUSCRITOS
Los manuscritos constarán de las siguientes partes, cada una de las cuales se iniciará en una
página independiente:
1. Primera página, que incluirá por orden, los siguientes datos: título del artículo (en español
e inglés); nombre y apellido(s) de los autores, indicando el título profesional, centro de trabajo, dirección para correspondencia, teléfono, fax y cualquier otra indicación adicional que se estime necesaria.
2. Resumen, de extensión no inferior a 150 palabras ni superior a 250. En los trabajos originales se recomienda presentarlo en forma estructurada (introducción, métodos, resultados y conclusiones). Irá seguido de 3 a 10 palabras clave seleccionadas preferentemente entre las que figuran
en el Medical Subject Headings del Índex Medicus. Tanto el resumen como las palabras clave se
presentarán en catellano e inglés.
3. Texto, que en los trabajos de investigación conviene que vaya dividido claramente en apartados según el siguiente esquema:
3. 1. Introducción: explicación breve cuyo objetivo es proporcionar al lector la información imprescindible para comprender el texto que sigue.
3. 2. Sujetos (pacientes, material) y métodos: se especificará el(los) lugar(es) donde se
ha realizado el estudio, las características del diseño (duración, criterios de inclusión y exclusión, etc.), las pruebas utilizadas (con una explicación que permita su replicación) y los métodos estadísticos empleados, descritos con detalle.
3. 4. Resultados: descripción de las observaciones efectuadas, complementada por tablas
o figuras en número no superior a seis en los originales y a dos en las comunicaciones breves.
3. 4. Discusión: exposición de la opinión de los autores sobre el tema desarrollado, destacando la validez de los resultados, su relación con publicaciones similares, su aplicación práctica y las posibles indicaciones para futuras investigaciones.
4. Agradecimientos: en los casos en que se estime necesario se citarán las personas o entidades
que hayan colaborado en la realización del trabajo.
124
5. Referencias bibliográficas (normas Vancouver): se ordenarán y numerarán de forma correlativa según su primera aparición en el texto, debiendo aparecer el número de la cita entre paréntesis o en carácter volado. No se aceptarán como referencias las observaciones no publicadas aunque
se pueden incluir en el texto señalando que se trata de una «comunicación personal». Los artículos
aceptados para publicación podrán citarse colocando la expresión «(en prensa) » tras el nombre de
la publicación. En caso de ser varios autores, se indicarán todos ellos hasta un número de seis y si
se supera este número, se añadirá et al., poniendo el(los) apellido(s) seguido de la(s) inicial(es) sin
otro signo de puntuación que una coma separando cada autor y un punto final, antes de pasar al
título.
6. Tablas y figuras: presentarán en hoja aparte, numeradas consecutivamente según su orden de
referencia en el texto en cifras arábigas (tabla x, figura x), con el título y una explicación al pie de
cualquier abreviatura que se utilice. Se incluirá una sola tabla o figura por hoja.
PROCESO DE EDICIÓN
El autor remitirá una copia de ka versión definitiva en un disquete de 3,5’’ (versión compatible
IBM o Macintosh) acompañado de una copia en papel mecanografiado a doble espacio en hojas
DIN A4 (210 x 297 mm) numeradas correlativamente. Los manuscritos se remitirán a Cuadernos
de Psiquiatría Comunitaria (Carretera de Rubín, s/n, Oviedo 33011). El Comité de Redacción se
reserva el derecho de realizar las modificaciones de estilo que estime pertinentes en los trabajos
aceptados para publicación.
Para una información más detallada, consulten «Requisitos de uniformidad para manuscritos
presentados para publicaciones en revistas bio-médicas». Arch Neurobiol (Madr) 1998; 61 (3):
239-56 y Medicina Clínica. Manual de estilo. Barcelona: Doyma; 1993.
125
ASOCIACIÓN ASTURIANA DE NEUROPSIQUIATRÍA Y
SALUD MENTAL
Profesionales de Salud Mental
(Miembro de la Asociación Española de Neuropsiquiatría)
La Asociación Asturiana de Neuropsiquiatría y Salud Mental fue fundada en 1987 y está formada por Profesionales de Salud Mental que trabajan en la Comunidad Autónoma del Principado de
Asturias. La Asociación forma parte de la Asociación Española de Neuropsiquiatría. Entre sus actividades destacan:
• Desarrollo de actividades docentes a través de “La Escuela de Salud Mental de la A.E.N.”
(Delegación de Asturias). Anualmente se celebra un “Curso de Psiquiatría y Salud Mental”.
• Publicación de un Boletín Informativo de carácter trimestral que se distribuye gratuitamente a los miembros de la Asociación Asturiana.
• Publicación de la revista monográfica “Cuadernos de Psiquiatría Comunitaria” de periodicidad semestral que se distribuye gratuitamente a los miembros de la Asociación
Asturiana.
• Programa de formación continuada a través de la convocatoria de Bolsas de Viaje “Carmen
Fernández Rojero” para estancias de formación en Servicios de Salud Mental nacionales y
extranjeros.
• Premio “Julia Menendez de LLano” al mejor poster presentado en las Jornadas
Asturianas de Salud Mental.
• Actos con motivo del “Día Mundial de la Salud Mental” que se celebra el 10 de octubre
de cada año.
• Foros, Debates y Conferencias sobre temas de actualidad profesional y científica.
Asociación Asturiana de Neuropsiquiatría y Salud Mental
Carretera de Rubín, S/N
33011 Oviedo
[email protected]
www.aen.es
SOLICITUD DE INGRESO EN LA
ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE NEUROPSIQUIATRÍA
(Y en la Asociación Asturiana de Neuropsiquiatría y Salud Mental)
Nombre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1º Apellido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2º Apellido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
profesional de la Salud Mental, con título de . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
que desempeña en (centro de trabajo) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
y con domicilio en c/ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Población. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . D. P. . . . . . . . . . . . . . . . Provincia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Tel.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . e-mail . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
SOLICITA:
Su ingreso en la Asociación Española de Neuropsiquiatría y en la Asociación Asturiana de
Neuropsiquiatría y Salud Mental, para lo cual es propuesto por los miembros:
D. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
D. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
(Firma de los dos miembros)
Firma:
Fecha . . . . . . / . . . . . . / . . . . . .
Esta solicitud deberá ser aprobada por la Junta de Gobierno y ratificada en la Junta General de la
Asociación. La suscripción de la Revista de la A.E.N y de Cuadernos de Psiquiatría Comunitaria
está incluida en la cuota de asociado.
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Nombre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1º Apellido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2º Apellido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Dirección . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
BANCO/CAJA DE AHORROS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Muy Sres. míos:
Les ruego que a partir de la presente se sirvan abonar a mi Cuenta Corriente/Libreta de Ahorros el
importe de la suscripción anual a la Asociación Española de Neuropsiquiatría.
Firma
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