Ruiz - Asociación Española de Ciencias del Deporte

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ORÍGENES DE LA FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE TIRO
Diana Belén Ruiz Vicente.
Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de Madrid.
RESUMEN
La Sociedad Española de Tiro constituye el origen de la Federación Española de Tiro
Olímpico, siendo ésta una de las pioneras al ver la luz en el año 1900. Muchos de sus
impulsores fueron militares, debido a la relación que tenían con este deporte. Para su
formación contó con numerosos apoyos debido a los beneficios que aportaba, siendo el
principal de los mismos la instrucción de la población en el manejo de las armas que
pudieran ser necesarias para la defensa de la patria.
Palabras Clave: tiro, origen, militar, deporte.
INTRODUCCIÓN
A través del método etnohistórico pretendemos dar a conocer los primeros pasos de la
formación de esta Sociedad, hasta la constitución de su Junta Directiva y sus primeros
estatutos. Presentaremos los beneficios que aportaba para los ciudadanos y la
organización del primer campeonato en Zaragoza.
MÉTODO
El procedimiento utilizado para la investigación es el método etnohistórico. Podemos
definir la etnohistoria como método de la Antropología Cultural que se aplica al estudio
de sociedades del pasado, constituyendo los documentos escritos su principal fuente de
información. Ha surgido como consecuencia directa de los objetivos finales de la
Antropología Cultural: el conocimiento e interpretación del comportamiento en sociedad
en todas épocas y lugares. El método etnohistórico nos permite conocer e interpretar
sociedades de un pasado más o menos lejano, sobre las que existe abundante
documentación escrita (Aguirre, 1993).
El etnohistoriador sustituye la estancia en una comunidad y el uso de informantes por
los documentos generados por sociedades y culturas ya desaparecidas, adaptando sus
métodos y técnicas tradicionales al estudio del pasado. “La documentación que hace
posible una auténtica Etnohistoria – es decir, que permite trabajar como antropólogo en
sociedades del pasado – es aquella que surgió espontáneamente en la interacción
social. La mejor fuente de información es la masa de documentación que en su
momento se cruzó entre individuos e instituciones como parte del sistema de
comunicación de la época” (Jiménez, 1979). Una abundante documentación, repetida,
detallada y diversa en su contenido, suplen la presencia física del antropólogo en el
lugar, hasta el punto de que, después de largo tiempo utilizando y analizando ese
material, el antropólogo de archivo puede llegar a conocer y comprender sentimientos,
intereses y valores de individuos ya desaparecidos, como si, de alguna forma, estuviese
presente en una comunidad del pasado. Correspondencia oficial y privada, diarios,
testamentos, juicios, censos, inventarios, legislación, etc., son las fuentes propias de la
Etnohistoria; fuentes que aportan una rica información sobre cada uno de los aspectos
que son objeto de interés de los antropólogos (Aguirre, 1993).
En la revisión documental hemos utilizado fuentes de primera mano: periódicos y
revistas de la época como: la Nación Militar seminario independiente de Ciencias
Sociales y Militares, Literatura y Artes, el Liberal, la época, el Heraldo de Madrid y el
Cardo seminario Político, Literario, Artístico y de Sport.
RESULTADOS
El origen de la idea
El germen de la idea para la constitución de esta
Federación, queda recogida a lo largo de diferentes
artículos de la revista “La Nación Militar”, excelente
fuente que nos narra día a día la evolución de la
misma. El primer artículo que nos habla del tema,
aparece el 11 de marzo de 1900, el Sr. D. Emilio del
Villar, conocido periodista de la República Argentina y
español de nacimiento, dirige la siguiente carta a la
revista, recibida por la misma el 5 de marzo:
1. Encabezamiento revista La
Nación Militar
Sr. Director de la Nación Militar.
Muy Sr. Mío: Recientemente llegado de la República Argentina, y miembro
de la Junta Directiva de la “Sociedad Española de Tiro al Blanco” existente
en Buenos Aires, pensaba pedir a usted la hospitalidad en las columnas de
su apreciable publicación para dar a conocer en España dicha Sociedad,
formada por españoles tan lejos de la patria y en interés de ella.
Habiéndome, sin embargo, sorprendido la ausencia en nuestro país de
asociaciones similares, mi petición adquiere mayor alcance. ¿No querría la
Nación Militar acoger la iniciativa de fundar en Madrid una Sociedad de tiro al
Blanco?. (Del Villar, 1900a, p.505).
Este periodista aportaba información sobre esta afición en Argentina y en otros países:
La afición a este ejercicio ha tomado gran incremento en gran número de
países extranjeros de ambos continentes. En la República Argentina (que en
muchísimas cosas está más atrasada que nosotros, como país nuevo que
es) existen más de cincuenta sociedades de tiro, muchas con magníficos
polígonos. ¿Por qué en España, que cuenta cuatro veces y media los
habitantes de aquel país, no ha de haber más que los campos de tiro del
ejército?. (Del Villar, 1900a, p.505).
Además de plantear estos interrogantes el Sr. D. Emilio del Villar nos habla de los
beneficios de esta práctica, señala que es un ejercicio higiénico, propio de todas las
clases sociales, así como muy práctico para la defensa nacional (Del Villar, 1900a,
p.505).
En contestación a este artículo, en el mismo número de la revista, La Dirección de la
misma se expresaba en los siguientes términos:
La carta que antecede encierra una idea noble, levantada, grandiosa, cuya
realización habría de ser de gran provecho y utilidad para la patria, y en tal
concepto, La Nación Militar acoge el pensamiento del Dr. Villar con todo el
entusiasmo del que se siente capaz, hace propio el nobilísimo y patriótico
proyecto, y lamenta amargamente que las escasas fuerzas de su pequeñez
material le impidan dar vida, por sí sola, a tan feliz iniciativa (Díaz, 1900a,
p.505).
En otras ocasiones había surgido la misma idea, que no logró prosperar, pero en esta
ocasión, con el respaldo de personas muy notables, la empresa de crear esta Sociedad
estaba encaminada hacia el logro.
El 28 de marzo de 1900, se celebró en la sala de armas del maestro D. León Broutín
una reunión a la que acudieron respetables individuos de la prensa, de la aristocracia,
del comercio, del ejército y de otras profesiones, para tratar de la fundación de la
“Sociedad del Tiro Nacional”. En ella se acordó el nombramiento de una comisión,
compuesta por los Sres. Suárez Inclán, Cabriñana, Sánchez Blanco, Díaz Benzo y
Martínez Calvo. Esta se encargaría del estudio y determinación del proyecto de la fusión
de algunas sociedades de tiro que existían en España poco desarrolladas en una sola
unidad orgánica. La prensa se hizo eco de esta noticia, en la reunión estuvo
representada por los señores Díaz Benzo, de La Nación Militar; Garrido y Cuenca, de la
Ilustración Española y Americana: Jenaro Alas, de El Liberal; Villegas, de La Época;
Saint-Aubin, del Heraldo, y Blanco Belmonte, de El Español (Díaz, 1900b).
El 10 de abril se celebró en casa del general
Suárez Inclán la segunda reunión, en la que se
acordó que se tratara con los ministros de
Guerra, Gobernación y Fomento para pedir
apoyo y recursos del Estado (Díaz, 1900c). Estos
manifestaron una buena acogida hacia la idea.
La Asociación General de Cazadores, acordó en
una reunión celebrada por su Directiva el 11 de
mayo, que todos los socios que la formaban, se
adhirieran como fundadores al Tiro Nacional, y
que se hiciera propaganda entre todos de tal
actividad.
2. Cacería real con Alfonso XII
El 16 de mayo se celebró en los salones del Ateneo Científico y Literario de Madrid, una
reunión en la que quedaron sentadas las bases fundamentales de los Estatutos
Generales (Cadalso, 1900). Presidió el acto la comisión provisional, que se constituyó
en la primera reunión, a la que nos referimos con anterioridad. Se manifestó la
necesidad de que la Asociación fuera federativa respecto a las relaciones de la sociedad
de Madrid con las provinciales, y que además fuera democrática por la necesidad de
que la enseñanza se popularizase. La comisión quedó encargada de redactar el
reglamento, que posteriormente se discutiría y aprobaría la Junta General de Asociados
(Díaz, 1900d). Se confirmaron en sus cargos a la junta directiva, añadiéndose algún
miembro más, como los señores Miguel Moreno y Beruete y los coroneles Bardón,
Seguí y Jenaro Alas. El presidente, el general Díaz Benzo habló sobre las Sociedades
de Tiro que se habían constituido en países vecinos como Suiza, Francia, Alemania,
Bélgica y Holanda (“Tiro Nacional”, Heraldo de Madrid, 1900).
La primera competición de Tiro Nacional, ya estaba en marcha, se realizaría en
Zaragoza, como se recoge en el siguiente artículo:
Trátase de que la implantación del Tiro Nacional en España puede
considerarse como un hecho; trátase de que los buenos deseos se
conviertan pronto en buenas señales de vitalidad; trátase, en suma; de que
la primera fiesta pública en que se congreguen regiones, sociedades e
individuos, para hacer sus primeras armas y disputarse los primeros puestos
en el Tiro Nacional, se celebre en Zaragoza y en sus famosas fiestas del
Pilar (De Cavia, 1900, p. 590).
Fernando Cadalso hablaba así del proyecto de la Sociedad:
No se Pretende constituir una asociación de mero solaz y pasatiempo; si así
se hiciere, más que a vigorizar energías, se contribuiría a debilitar y
desgastar las que existen con divertimientos infructuosos cuando no
estériles. Se quiere que surjan y se mantengan centros de permanente
instrucción en las modernas artes de la guerra, donde se fortalece el espíritu
pensando en tales enseñanzas se encaminan a levantar la patria de su
postración, y se robustezcan las fuerzas físicas con frecuentes si no
continuos ejercicios en el manejo de las armas (Cadalso, 1900, p. 592).
El día 2 de julio, a las diez de la noche, se celebró en el Ateneo de Madrid, el escrutinio
de votos cerrados que habían remitido los socios fundadores, en toda España, para
elección de la Junta Directiva Central. Asistieron unos 200 socios y votaron 768, dando
el escrutinio el siguiente resultado, siendo los cargos principales (Díaz, 1900e):
Presidente: Excmo. Sr. Duque de Rivas, 761 votos.
Primer Vicepresidente: Sr. D. General Suárez Inclán, 764 votos.
Segundo Vicepresidente: Sr. D: Alberto Aguilera, 761 votos. 763 según otras fuentes
(Heraldo de Madrid, 3 de julio y El Liberal, 4 de julio).
Tercer Vicepresidente: Excmo. Sr. D. Faustino Rodríguez San Pedro, 760 votos.
Cuarto Vicepresidente: Sr. D. José de la Torre Villanueva, 767 votos.
Tesorero: Excmo. Sr. D. Guillermo Benito Rolland, 766 votos.
En la fecha de la asamblea había reconocidos 1702 socios fundadores de la Sociedad,
de distintos puntos de España (Díaz, 1900e).
El 28 de Julio se celebro Asamblea en el Ateneo de Madrid. En ella se procedió a la
lectura del Reglamento con las enmiendas que habían sido aceptadas por la comisión, y
se aprobaron conjuntamente. También se aprobó la celebración de dos concursos
nacionales: el primero en Zaragoza, durante las fiestas de Nuestra Señora del Pilar, y el
segundo en Madrid, durante el mes de Noviembre. (Díaz, 1900f). En la misma
presentaron la renuncia el presidente, el señor duque de Rivas, por motivos de salud y
el tesorero, que fue sustituido por D. Ricardo Torrecilla (“El Tiro”, La época, 29 de julio).
Beneficios del Tiro
Los beneficios del tiro que destacó Díaz Benzo en la reunión del 28 de marzo, fueron
los que siguen:
ƒ Que es un buen sport para que se adiestren todos los ciudadanos sin distinción de
clases.
ƒ Es higiénico y agradable.
ƒ Se instruye a la par en el manejo de las armas que mañana pudieran ser necesarias
para la defensa de la patria.
Miguel De Elizaicín atribuye las siguientes funciones al Tiro Nacional (De Elizaizín,
1900):
ƒ Dará a la nación buenos tiradores, objeto de verdadera aplicación en la guerra.
ƒ Apartará a la juventud de ciertos centros que la degeneran.
ƒ Fomentará la emulación del espíritu.
ƒ Desarrollará las condiciones físicas del hombre.
ƒ Unirá los elementos civil y militar.
ƒ Creará la subordinación y disciplina tan necesaria en las naciones modernas.
Manuel Miralles habla de estos beneficios (Miralles, 1900):
ƒ Vigoriza nuestra raza.
ƒ Forma una juventud familiarizada con las armas.
ƒ Estrecha los lazos entre el pueblo y el ejército.
Establece una corriente entre el modesto obrero y el aristócrata y hace ver a las
clases desheredadas que, para la patria, todos tenemos los mismos deberes que
cumplir.
En el periódico El Cardo se recogen también beneficios, como (“Asamblea del Tiro”, El
cardo, 30 de abril):
ƒ Los ciudadanos pueden adquirir aficiones militares y varoniles.
ƒ Se evitan hombres acuartelados inactivos.
ƒ
Estatutos Generales
Los Estatutos Generales fueron aprobados definitivamente en la Asamblea de socios
fundadores, celebrada el 11 de junio y oficialmente por Real Orden del Ministerio de la
Gobernación, de fecha 22 de junio de 1900. He aquí la misma que aprueba la
constitución oficial:
Ilmo. Sr.: Vista la exposición subscrita por D. Julián Suárez Inclán en
concepto de Presidente electo de la Comisión Ejecutiva designada para
constituir y establecer en España una sociedad que se denominará del Tiro
Nacional, solicitando la aprobación de los estatutos generales que habrán de
regirla, acordados por dicha comisión y los cuales acompaña, e interesando
se declaren de utilidad general los fines que deberá realizar aquélla;
considerando que la sociedad en proyecto no puede menos de estimarse,
por su objeto altamente patriótico, beneficiosa para los intereses de la
nación y de indudable utilidad general; considerando que los fines
propuestos se encuentran comprendidos entre los que cumplen las
sociedades determinadas por el artículo 1º de la ley de asociaciones vigente,
S. M. El rey (Q. D. G.), y en su nombre la Reina Regente del Reino, ha
tenido a bien disponer se declare que ha visto con especial agrado el
propósito de fundar la sociedad del Tiro Nacional, por los indudables
beneficios que ha de reportar la realización del objeto que persigue, y que
para constituirse en esta Corte y en todas las demás provincias, observando
lo dispuesto en el Art. 4º de la ley de 30 de Junio de 1887, cuyo
cumplimiento es de rigor, se preste a los representantes legítimos de la
expresada sociedad cuantas facilidades legales sean posibles y conduzcan
al inmediato logro de tan laudables y patrióticos fines. Del Real Orden lo digo
a V. I. para su conocimiento, el del exponente y demás efectos (Díaz, 1900g,
p. 638).
Estos primeros estatutos generales de
la Sociedad del Tiro Nacional constaban
de sesenta y dos artículos, divididos en
los siguientes títulos (Díaz, 1900g):
ƒ De la Sociedad en general
ƒ De los Socios, Organización
ƒ De la Administración
ƒ De las oficinas
ƒ De la Reglamentación
ƒ De los Campos de Tiro
ƒ De las Juntas Directivas
Los socios se dividían en Protectores,
Honorarios y de Número. Unos y otros
se denominaban también Fundadores,
si se habían inscrito antes de la fecha
de aprobación por el Gobierno de estos
3. Calvet y simón. Miembros de la Sociedad de Tiro
de pistola
Estatutos. Las señoras, que protegían a la Sociedad, se consideraban como Damas
protectoras. La Presidencia honoraria se ofreció a S. M. El Rey o, en su representación,
a S. M. La reina Regente (Díaz, 1900g).
CONCLUSIONES
La idea de la creación de una Sociedad de Tiro en España, fue muy bien acogida desde
diversos sectores de la ciudadanía. Sus primeros impulsores fueron en su mayoría
militares y personas de clase alta. Debido al poder que tenían estas personas, la
creación de la Sociedad fue facilitada por los ministros de la Guerra, Gobernación y
Fomento. Desde distintos medios se señalaron los beneficios de esta práctica deportiva,
promulgando lo patriótico de la empresa y lo beneficioso del aprendizaje del tiro para la
defensa del país. Destacaba que este deporte era conveniente para todas las clases
sociales. Desde diversos medios de comunicación de la época se siguió la creación de
esta Sociedad, lo que destaca la importancia que tuvo.
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Iglesias, Julio César: El deporte en España, 1860-1939. Barcelona: Lunwerg
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3. “Miembros de la Sociedad de Tiro de pistola”. Foto: Calvet y Simón, en: Iglesias,
Julio César: El deporte en España, 1860-1939. Barcelona: Lunwerg Editores, S.A.
1991, p. 70.
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