Valentina Reyes Pineda En México escuchamos muchas cosas negativas: muertes, balaceras, secuestros y desapariciones. Con el paso del tiempo estas situaciones se han ido acercando cada vez más a nosotros. Le pasa al amigo de un amigo, al vecino, a los de la tiendita de la esquina, etc. Cada uno de éstos delitos los relacionamos con el narcotráfico, sin embargo no se piensa que muchas de las desapariciones que suceden en la actualidad se deben al tráfico de blancas. La trata de personas es un delito que me parece imposible de entender, en medio de la era tecnológica en la que estamos viviendo, rodeados de celulares inteligentes, redes sociales y gps, aún existe la esclavitud de personas. En Jalisco, en pleno 2013, no existen datos exactos o estadísticas certeras de la infinidad de casos que hay sobre las personas que han sido engañadas, secuestradas, obligadas y explotadas en la mafia del tráfico de personas. Debido a esto, lo único que nos queda es la estimación de que en México existen 20,000 casos de víctimas y no parece existir ningún combate activo en contra de esto. Mariana González*, es una joven de 21 años originaria de Morelia, Michoacán, que estudia en Guadalajara, Jalisco. Va en su segundo año de diseño en el ITESO y muy fácilmente se podría pensar que es una persona normal, es bonita y muy amable, comenta que es dedicada y estudiosa y no es nada tímida, sin embargo ella estuvo a punto de ser víctima de la red de trata de personas. Como muchas de las personas que estudian fuera, sus primeros meses en ésta ciudad vivió en una casa de asistencia en Puerta de Hierro, que cómo ella dice fue “más que nada por la comodidad y por que no quería vivir sola” el motivo por el que terminó ahí. En la casa vivían otras 2 jóvenes, todas eran estudiantes y estaban a cargo de un señora mayor que era la dueña de la casa. Al mes y medio de estar viviendo ahí llegó una nueva inquilina. Cómo Mariana* tenía el cuarto con dos camas, le tocó compartirlo con Sofía, ella venía de Monterrey, daba la impresión de ser de una familia adinerada y entró a estudiar arquitectura a la misma universidad que Mariana*. Rápidamente existió un vínculo entre ellas dos y el mismo día que se conocieron Sofía ya le había hecho toda clase de preguntas a Mariana*. Mariana* describe a Sofía como una persona muy carismática, que le hizo sentir mucha confianza y que parecía querer entablar una amistad con ella, porque tenían muchas cosas en común. La relación entre ellas fue creciendo y como es natural, Mariana* le compartió muchas historias de su vida personal a Sofía. Ésta parecía querer saber todo de Mariana* y en la convivencia diaria le hacía preguntas como ¿Cuál es tu talla de jeans?, ¿Cuántos hermanos tienes? Y hasta llegó a tomarle fotos a su cara con el pretexto de querer enseñarle a su mamá a su nueva amiga en Guadalajara. Valentina Reyes Pineda A los tres días de haberse conocido Sofía invitó a Mariana* a Monterrey diciéndole que quería ir por su carro para poder traerlo a Guadalajara, argumentó que ella iba a pagarle el boleto de avión y que su chofer las traería de regreso cuando se acabara el fin de semana. A Mariana*, como a cualquier joven, le pareció una idea atractiva y aceptó sin pensarlo pero cuando llamó a su mamá para pedirle permiso ésta se lo negó debido a que ese fin de semana tenía planeado ir a visitarla. Después de que Mariana* le dijo a Sofia que no iba a poder acompañarla, ella comenzó a hacerle todo tipo de invitaciones para que salieran, que si quería ir al antro o que si la acompañaba a casa de un amigo de la universidad, pero siempre por un motivo o por otro Mariana* estaba ocupada y no podía salir con ella. Un día Mariana* se puso de acuerdo con otra de las niñas que vivían en la casa para irse a la escuela juntas, cuando regresó se dio cuenta de que su carro no estaba en la casa y cuando entró corriendo a preguntar que había pasado se dio cuenta de que no había nada de sus cosas y que las cosas de Sofia tampoco estaban. Al principio Mariana* pensó que alguien se había metido a robar a la casa pero cuando intentó contactar a Sofia su celular estaba apagado y la mandaba a buzón, después se metió a Facebook para intentar mandarle un mensaje privado y se descubrió que la cuenta de Sofía en Facebook ya no existía y que ya no tenía ningún rastro de ella. Cuando Mariana* fue a denunciar a las autoridades el robo, descubrió a través de una foto que “Sofía” estaba registrada en 26 domicilios alrededor del país, que no tenían certeza de cual era su verdadero nombre y que a partir de muchas denuncias que tenían en su contra se sabía que ella estaba relacionada con el tráfico de blancas. - Mariana ¿Cómo te diste cuenta que tú eras el objetivo para ser víctima de la trata de blancas? Ese mismo día en la mañana, me voy con Daniela, una de mis roomies que estudia en la misma universidad que yo. Al momento en que yo regreso a mi casa, veo que mi carro no está y le marco a Sofia y empiezo a notar que me desvía mucho las llamadas y después que el celular aparecía como apagado, entonces subo a mi cuarto a intentar mandarle un inbox en Facebook, yo todavía no me había dado cuenta de que ya no estaban mis cosas, y al momento en que intento buscarla en Facebook ya no la tengo como amiga y no tengo ningún contacto con ella, ahí es cuando me doy cuenta de que ya no estaban mis cosas, ni siquiera un calcetín y lo único que yo tenía era lo que yo me había llevado a la escuela. Ahí es cuando todo me comenzó a parecer súper raro. - ¿Y tú nunca sospechaste nada de ella? No, ella llegó a vivir conmigo y desde el primer día ella me platicó mucho de su vida lo que me hizo abrirme mucho con ella y contestar todas sus preguntas como ¿cómo es mi familia?, ¿de dónde soy? Y hasta me pidió que Valentina Reyes Pineda le enseñara fotos, fue así como ella se ganó mi confianza y yo le platiqué todo. Nos fuimos juntas a la universidad varias veces, o nos veíamos después y estábamos juntas en la casa, todo fue muy natural. - ¿Tú que sentiste en el momento en el que supiste quién era ella en realidad? Yo creo que no hay sentimiento, fue muy raro para mi el saber que una persona que se ganó mi confianza, nunca imaginé que esto fuera a pasar, yo nunca vi intenciones malas, me sentí traicionada más que nada, sentí que ya no podía tenerle confianza a nadie y al mismo tiempo sentí mucho miedo porque yo le había enseñado fotos de mi familia y yo le había platicado básicamente toda mi vida. -¿Qué crees que fue lo que hizo que ella te escogiera a ti como su presa y no a cualquiera de las otras niñas que vivían en la casa de asistencia? No sé si ella me escogió a mí o si fue porque de las que vivíamos en la casa yo fui la que era más abierta con ella, la metí mucho en mi vida y le platicaba casi todo de mí. Yo la involucré mucho en mi día a día y quizás ella creyó que yo sería la presa más fácil. - A partir de ésta experiencia, ¿has cambiado la forma en la que te relacionas con los demás?, ¿te cuesta hacer amigos? Yo creo que sí porque es algo que me marcó mucho, me metió mucha desconfianza en las personas y ahora en cosas tan básicas como decir mi nombre en cualquier caso o llamada telefónica me pone muy mal, siempre me pregunto ¿para qué quieren mi información? Y es algo que me afectó mucho, me cuesta mucho volverme a abrir con las personas y dejó un gran temor en mí. - ¿Cómo te sientes al saber que te salvaste de algo tan terrible? Yo me siento muy afortunada porque es algo que pudo llegar a ser terrible, ni siquiera me gusta pensarlo y no me puedo imaginar el grado en el que pudo afectarme no solamente a mi si no a mis papás y es algo que en verdad me cuesta pensar y me duele saber que a muchas personas como a mi les está pasando y el sufrimiento que esto les causa a miles de personas. Le agradezco a Dios y me siento muy afortunada pero es algo que no me ha dejado tranquila y que pienso en eso constantemente. Después de lo que pasó, Mariana* se regresó a Morelia por varios meses por el trauma que esto le causó. Actualmente toda su familia se mudó a Guadalajara y ella regresó a seguir con sus estudios de diseño. Lo aterrador de ésta historia es que al ponerte en el lugar de Mariana*, te das cuenta que fácilmente pudiste haber caído tu o cualquiera de las personas que conoces, ya que es algo que no ves venir. Valentina Reyes Pineda Entonces se queda la pregunta: ¿Cuántas jóvenes que no tuvieron la suerte de Mariana* están secuestradas en éstos momentos? ¿Hasta cuándo se va a detener a gente como Sofia que se aprovecha de la inocencia y de la confianza de jóvenes como ella? * El nombre de Mariana fue cambiado por motivos de seguridad.