Composición histórica Recomendaciones Es aconsejable dividir la composición en Introducción, Análisis y Conclusión. Se debe procurar que el texto resultante tenga forma ordenada, y que establezca relaciones con los documentos facilitados. Para cumplir con el objetivo de una composición es aconsejable no utilizar las mismas palabras que en los apuntes (recurriendo a la comprensión antes que a la chapatoria), para demostrar que se domina el temario y se comprende el contenido de los textos. A este fin, es recomendable recurrir al empleo de las propias palabras. La introducción debe incorporar la presentación de los documentos ante los cuales nos hallamos (tipo de fuente, autor) y la adecuada contextualización de los mismos. La extensión de la introducción no debería superar el 15-20% de la extensión total de la composición. El análisis debe vincular la información contenida en los documentos con la materia estudiada. Para ello, deben estar presentes los principales acontecimientos y personajes que figuran en los documentos en el discurso de la composición: se debe demostrar que se comprende tanto la información tratada en los documentos como en los apuntes. En el análisis deben tratarse asimismo los puntos solicitados en la composición, procurando diferenciarlos adecuadamente en un discurso ordenado y coherente. Se debe evitar bajo cualquier circunstancia la evasión de la información solicitada. La conclusión debe incorporar tanto una valoración crítica de los aspectos tratados en la composición como las consecuencias a corto, medio y (si es posible) largo plazo de dichos aspectos. La extensión de la conclusión, y al igual que en el caso de la introducción, no ha de extenderse en exceso: no debe ocupar más de un 15-20% de la extensión total de la composición.