15.1. La creación del Estado franquista: Fundamentos ideológicos y apoyos sociales. Evolución política y coyuntura exterior. Del aislamiento al reconocimiento internacional. El exilio. Hasta el gobierno que se nombra el 25 de febrero de 1957 El franquismo es el nombre que recibe en la historia el régimen instaurado por el general Francisco Franco a raíz de su victoria en la Guerra Civil. Desde su triunfo en la Guerra Civil, Franco gobernó España con un carácter dictatorial hasta su muerte, en 1975. A lo largo de sus cuarenta años, el franquismo evolucionó y procuró adaptarse a los acontecimientos internacionales aunque sin renunciar a sus principios ideológicos fundamentales. La dictadura franquista se asentó sobre unos principios ideológicos, procedentes de la Falange, del carlismo, de la Iglesia, y de la tradición conservadora española. Estos principios los recogió el partido único (FET DE LAS JONS). Estos principios son el Nacionalismo Español (de carácter centralista), el Imperialismo (España mantiene su vocación de Imperio), el Nacionalcatolicismo (Unión entre la Iglesia y el Estado), el Anticomunismo y el Antiliberalismo (rechazo a la democracia y a los partidos políticos) y el Militarismo (El Ejército es el núcleo de la esencia nacional). Aunque si la existencia de importantes apoyos institucionales y sociales, el régimen de Franco difícilmente hubiese podido resistir a las presiones exteriores, la oposición política, las agitaciones estudiantiles o las protestas obreras y regionales. Los pilares más importantes en los que se apoyó el franquismo fueron la Falange, la Iglesia y el Ejército. Además el franquismo también recibió el apoyo social de la antigua clase terrateniente y propietaria (que recuperó su papel social, al mismo tiempo que les eran devueltas las tierras expropiadas por la reforma agraria de la República), los pequeños y medianos agricultores (especialmente los castellanos, tradicionalmente conservadores), y las clases medias rurales, los empresarios industriales y la pequeña burguesía de las provincias. Para lograr el apoyo social, FET DE LAS JONS constituyó cuatro organizaciones de masas; el Frente de Juventudes, la Sección Femenina, el Sindicato Español Universitario y la Central Nacional Sindicalista. La represión, el miedo y el control policial, junto con el hambre y la miseria, condujeron a la mayor parte de las clases populares a la pasividad política. España se configuró como un Estado centralista (supresión de cualquier forma de autonomía, el establecimiento de una administración única y una unidad lingüística), confesional (La religión católica era la oficial del Estado), social (El Estado intervenía para evitar cualquier desequilibrio social) y tradicionalista (Interpretación de la historia de España para favorecer al franquismo). El franquismo constituyó un régimen político no democrático y de carácter dictatorial que se institucionalizó a través de las Leyes Fundamentales del Reino, conjunto de 7 leyes elaboradas entre 1938 y 1967: FUERO DEL TRABAJO (1934): Objetivos sociales y laborales LEY CONSTITUTIVA DE CORTES (1942): Establecimiento de unas Cortes con función legislativa limitada FUERO DE LOS ESPAÑOLES (1945): Declaración básica de principios, derechos y deberes. LEY DE REFERENDUM (1945): Procedimiento de consulta popular por parte del Estado LEY DE LA SUCESIÓN EN LA JEFATURA DEL ESTADO (1947). El Estado Español se considera Monarquía. Franco elegirá a su sucesor LEY DE PRINCIPIOS DEL MOVIMIENTO NACIONAL (1958): Principios ideológicos fundamentales del franquismo. Votada en referéndum. Separación de los cargos de Jefe del Estado y Presidente del Gobierno. Posibilita la creación de asociaciones de acción política. LEY ORGÁNICA DEL ESTADO (1967): Evolución política y coyuntura exterior. Del aislamiento al reconocimiento internacional. El exilio. En la década de los años cuarenta y hasta 1953, la política exterior del franquismo estuvo condicionada por los acontecimientos internacionales. El 4 de septiembre de 1936, al comienzo de la II Guerra Mundial, España proclamó su neutralidad, a pesar de su cercanía ideológica y militar con la Alemania nazi. El 12 de junio de 1940, coincidiendo con los triunfos del bando de Alemania, España cambió su condición de neutral, por la de potencia no beligerante, es decir, como país próximo a intervenir en el conflicto. En este momento, España ocupó Tánger, un enclave internacional frente al protectorado. En este giro de España destacó Ramón Serrano Suñer, ministro de Asuntos Exteriores y cuñado de Franco. El 23 de Octubre de 1940, en Hendaya (Francia), se celebró una entrevista entre Hitler y Franco, en las que se negociaron las condiciones de España en el conflicto armado del lado de Alemania. No se alcanzó ningún acuerdo por las excesivas demandas españolas, especialmente por las concesiones territoriales que pedía Franco en Marruecos a costa de los derechos franceses. Esto hubiese puesto en contra de Hitler a sus aliados del Gobierno francés. Además, Hitler tampoco estaba muy interesado, dada la poca confianza que le inspiraba el Ejército español. Debido a esto la entrada en la guerra de España se retrasó, pero tras la invasión de la Unión Soviética por las tropas de Hitler, España envió a al frente oriental a la División Azul, formada por 18.000 voluntarios, con la excusa de luchar contra el comunismo. Pero en octubre de 1943, la guerra empezó a ser desfavorable para las potencias fascistas. En este momento, los gobiernos británico y americano presionaron al régimen de Franco para que se distanciase del bando fascista. Este cambio en el rumbo de la guerra, motivó la disolución de la División Azul y el regreso de España a su antigua posición neutral. Con la derrota de Alemania en 1945 el franquismo tuvo que distanciarse del fascismo. Franco cambió el discurso oficial para presentar a su régimen como un régimen católico, conservador y anticomunista, que podía evolucionar hacía una monarquía en el momento adecuado. Debido a esto se abandonaron los símbolos fascistas y se marginó a los falangistas de los altos cargos del poder. La derrota de Alemania en 1945 y el fin de la II Guerra Mundial supuso para el franquismo una etapa de aislamiento y rechazo internacional. Tras la guerra, se creó la ONU, que condenó al régimen de Franco, el cual había sido impuesto por la fuerza apoyado por las potencias fascistas derrotadas. Además, Francia cerró la frontera con España y la ONU recomendó a los países la retirada de sus embajadores de Madrid. Aún así, Franco y sus seguidores van mantenerse con el objetivo de perpetuarse en el poder y van a denunciar la condena internacional, presentada a la opinión pública como una maniobra extranjera para desprestigiar a España y llevar a los españoles a una nueva guerra civil. La continuación del franquismo después de la II Guerra Mundial, provocó que España no se beneficiase de la ayuda norteamericana del Plan Marshall (1947) y fue excluida de la nueva alianza defensiva occidental, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), constituida en 1949. A partir de 1947, con el comienzo de la Guerra Fría, se configuraron dos bloques enfrentados (La URSS y EE.UU). Esto modificó la situación internacional, ya que el anticomunismo de Franco permitió el acercamiento de España al bloque occidental. Así, a finales de los cuarenta la presión internacional disminuyó y se inició un acercamiento hacia Estados Unidos. Para ello, Franco decidió remodelar gobierno, donde adquirió mayor importancia el nacionalcatolicismo en detrimento de los falangistas. En este momento, un militar clave para la continuidad del régimen, Luís Carrero Blanco, fue nombrado subsecretario de la presidencia. Este acercamiento a Estados Unidos culminó en 1953 con la firma del acuerdo militar hispano – norteamericano en donde los dos países se comprometían a la ayuda mutua en caso de conflicto. Los estadounidenses obtuvieron en España el derecho a establecer y utilizar una seria de bases militares en territorio español. A cambio, España recibió material bélico y ayuda económica (465 millones de dólares en 4 años). Además, el acuerdo con EEUU le sirvió a España para volver a establecer relaciones diplomáticas y comerciales con los países del bloque Occidental. Además, la ruptura del aislamiento exterior se completó con la firma de un Concordato con el Vaticano (1953) importante para el reconocimiento internacional del régimen de Franco y poco después con la entrada en la ONU (1955) gracias al respaldo del Gobierno norteamericano. Por el contrario, todos los intentos del régimen franquista por acceder a las instituciones europeas más importantes (CEE Y OTAN) fracasaron por la ausencia de libertades democráticas en España. El Exilio. Tras la guerra, la mayoría de los exiliados huyeron a Francia y más tarde, el estallido de la guerra europea les dispersó hacia América Latina. Otros se sumaron a la resistencia contra los nazis, y miles de ellos acabaron en campos de concentración o fueron entregados a las autoridades franquistas por los alemanes. Muchos comunistas emigraron a la URSS y lucharon en las filas del Ejército Rojo. En el exilio se desarrolló una parte muy importante de la oposición política al franquismo ya que las instituciones políticas de la Republica y de los gobiernos catalán y vasco siguieron funcionando en el exilio. La organización republicana en el exilio se caracterizó por sus divisiones internas y por el progresivo alejamiento de la realidad social de España.