Cent demts huesos

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CENIZAS DE M1s HuEsos ,
CAVILACIONES DE ALFREDOS REYES
se terminó de imprimir en el mes de agosto de 201 3,
en los talleres gráficos de la
Editorial del Magisterio "Benito Juárez" del SNTE
[email protected]
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CENIZAS DE MIS HUESOS
Cavilaciones de Alfredo Reyes
Cent
demts
huesos
Cavilaciones de Alfredo Reyes
UNIDAD ORGULLO
COMPROMISO
H. XIV AYUNTAMIENTO DE
La PaZ
2011•2015
CENIZAS DE
Mis
HuEsos
CAVILACIONES DE ALFREDO REYES
Primera edición,
20I
3·
Impresión: Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación
En portada: Lejanía para cían, obra de Gabriel Rodríguez,
técnica mixta sobre tela, 76 x
100 CMS,
producida en
Fotografías en interiores: Alfredo Reyes
Corrección de estilo y ortografía: Juan Melgar
Diseño editorial y gráfico: Carlos Salvador Cárdenas
La Paz, Baja California Sur,
2013
Impreso y Hecho en México
2011.
(SNTE)
AGRADECIMIENTOS
Agradezco especialmente las facilidades para la elaboración
de este libro al Mtro. Juan Díaz de la Torre,
Presidente
del Consejo General Sindical
para el Fortalecimiento de la Educación Pública,
a la amiga y licenciada
Esthela Ponce Beltrán, presidenta municipal de La Paz.
Este libro no sería posible sin la ayuda
del profesor Juan Melgar Sánchez, maestra Matilde
Cervantes Navarrete, Lic. Carlos Salvador Cárdenas,
C. Karen Lizbeth Pérez Murillo, Lic. Daniela Espinoza
Rubio, y de muchos más que con sus sugerencias
han nutrido mi pluma para escribir estas vivencias.
PRESENTACIÓN
Reflexiones que nos permiten ingresar a un mundo paralelo, que sucede en la mente de un profesor, que con visión
singular invita al encuentro con nuestras propias historias,
y de los nuestros, muy al estilo sudcaliforniano. ¡Muy de los
nuestros!
Con una peculiar forma de escribir, de pensar y repensar, donde la espontaneidad del corazón, se hace presente
a través de su voz, de las pinceladas con palabras, del buen
uso editorial para compartir ese mundo íntimo de reflexión.
Donde la locura desmedida se apacigua ante los momentos de la vida misma, pero que con la naturaleza inquieta de Alfredo, no decide atesorarlos para sí mismo,
sino decide revividos y compartirlos, abriendo las alas de
la inventiva y con el encantamiento de una voz, de un
propósito, de una cámara, o de una pluma, emprende
caminos para agrupar gentes, agrupar ideas, agrupar reflexiones y anécdotas.
En esta ocasión con visión editorial que invita a su
galería de ideas, donde los textos dan forma pública a sus
múltiples percepciones dentro de cada vivencia ordinaria,
convirtiéndola en extraordinaria.
Con su característica e inusitada conexión social, más
que simpática, empática, que envuelve las curiosidades en
relaciones, con la generosidad del diario vivir y del canal
transformador. Alfredo y su personalidad controvertida, pero
con vocación de servicio, que da balance a cualquier intento
de trascendencia, muestra los cotidianos .roles de la vida,
desde el padre, abuelo, esposo, hasta el ranchero de la Sierra, el policía y el vecino acongojado.
El profesor Alfredo Reyes Cervantes es sin duda un hombre
creativo y amante del colectivo, un viajero constante, un
libertario polémico, con liderazgo permeable, un político
incomprendido en ocasiones (sin parecer importarle si es
comprendido, mientras sea leído, compartido y hasta seguido). Pero sobre todo Reyes Cervantes es un poderoso aliado
leal de la vida con justicia extravagante, con una nobleza
intrínseca, transformada por los años, en una confiada sabiduría -muchas veces- incómoda para los que le rodean.
Ahora en comunión con la sensibilidad, decide hacer
magia y así como el agua fecunda la tierra, Alfredo fecunda
los momentos, trayéndolos a la vida imaginaria, a través de
la lectura, que reconstruye esas historias sudcalifornianas.
Sin afán de ser un cronista, ni mucho menos un periodista, pero sí un viajero que hace uso de una escritura
con envoltura de sencillez e irreverencia confortable, con
profundidad de situaciones cotidianas, desarrolladas de una
forma natural y amena para el lector.
El profesor dentro y fuera del aula convencional, es un
orgulloso de la herencia cultural sudcaliforniana y haciendo
buen uso del sentido último de la escritura, el poder ser... ,
y trascender..., logra exprimir la creatividad e inmortalizar
los instantes.
Yo por mi parte admiro al ser humano, al hombre virtuoso, al político controvertido, pero más al escritor sensible, que invita a vislumbrar panoramas extraordinarios a
través de la anécdota, la introspección y el deseo. Espero
disfruten este viaje a la imaginería, al colectivo, a nuestras
historias, a través de los ojos y el corazón de Alfredo.
MTRA. MATILDE CERVANTES NAVARRETE
Baja California Sur, enero de
201 3
Para jsabella,
porque dedicárselo a mi nieta
es sentir el cariño y el amor de todos los seres humanos
que sin egoísmo han dejado huella en mi vida.
lAW.Ona,
fuente de inspiración y solidaridad
hacia mi persona.
lA Claudia, Cinthya y Éricka,
por las satisfacciones
convertidas en sonrisas que me han dado.
ABRAZOS
Hoy quiero abrazar la esperanza. Hoy quiero ver las cosas
buenas; de las cosas malas no pretendo saber nada.
Quiero ver los ojos de mi madre y retirarle la escarcha
que anida, que se esconde misteriosa en sus arrugas.
Seguir los pasos lentos de mi padre, que son tormentas
para aquellos que no saben apreciar el paso de los años.
Ver mi reflejo en las aureoladas aguas que la última lluvia dejó en baches y que el paso de mi perro rompe en graciosas olas y plumajes.
Colgarme del tedio de la tarde para caminar por sus
rumbos, por sus lados, saludando a los nacientes y alegres
sembrados.
Recargarme sonriente en mi pareja y enroscarme en su
talle.
Riéndome de pendejadas que te dejan las penas que le
pido a los olvidos callen.
Hoy quiero sudar con el resplandor del cielo, y sonreír
sin recelo con cuanta mujer brille en destellos.
Y a sus hombres alejados de mitotes, rebosantes de contentos darles un brindis por la vida y sus portentos.
Que la envidia, que el rencor, que el miedo hoy se escondan, hoy se oculten ... ¡Y que se vayan al infierno!
CENIZAS DE M1s HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REvEs
I
3
AcuERDos
No, no estoy rompiendo los acuerdos que tuvimos. Te hablo
solamente para decirte que después de nuestra despedida
quedaron algunas cosas tuyas, y quisiera dártelas, regresarlas.
¿Te acuerdas de aquellas caricias que me hiciste en la espalda mientras esperábamos el camión escolar? Ven por ellas.
Quise tirar en el surtidero tu imagen de todos los lunes
cuando llegabas en minifalda: Sobria, elegante, bonita. No
pude; se enredó con mis recuerdos del día que te anuncié
que te amaba, mientras tu cabellera descansaba en las flores
como almohada.
He abierto todas las puertas del departamento para que
mi soledad se salga, pero ésta, inmóvil, se atrinchera en los
rincones de la casa. Quizá si tú te dieras una vuelta, pudieras
convencerla y en las líneas de tu corazón llevarla.
Regrésame algo del coro de tus risas, porque has de saber que en mis patios, han caído estrellas tristes y he encontrado llanto, lamentos en fuentes y cornisas.
Ven sólo unos días. Tráete un baúl enorme cargado en
un carruaje; llenémoslo con todo lo que dejaste: Tus pensamientos, tus recuerdos; y si hubiese espacio, tal vez quepa
yo, que también soy parte de ti, parte de tu equipaje.
CENIZAS DE MIS HUESOS ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES
1
5
ADMIRACIONES
Dormitaba entre recuerdos, juncos y rocíos, cuando la vi
pasar: Pelo recogido en moño de altivez, amarrado con listones opacando al Sol, mientras sus holanes rozaban las piedras
en coquetería de mujer completa.
El viento, cómplice de la morbidez, plegó su vestido al
cuerpo, para admirar sus senos, sus nalgas y sus puntales, y
la bolsa en su mano completó la mórbida fotografía.
Volteó en coquetería externa y viejas andanzas de placer
recorrieron mi alma: Estrella magnífica y serena iluminada
a plena luz del día.
Silbando entre arboledas me llegó el placer y embelesado admiré su cara, su cuerpo, su cabeza, sus pies.
Observo su gracia andante y el vaivén de sus caderas
mueve mi corazón a ese ritmo, mientras sudores de placer
corren por la calle; la siguen, la alcanzan, la detienen.
Calenturas de pasión y del deseo pasan por mi casa, a
la misma hora, a los mismos tiempos ... , y yo anhelo mis riberas de placer entre los hierros retorcidos de las rejas.
La morbidez de las buenas tardes la acompañan siempre.
Así vivo mi relación con la nueva inquilina.
Así observo los soles de belleza en mi vecina.
C ENI ZAS D E MI S H UESOS ~ CAVILAC IO NES D E A LFRE DO REY ES
I
7
AFERRADO
Por razones laborales estaba en la casa de la presidenta municipal. Mientras era recibido, me acomodé en un sillón de
mimbre que ex profeso estaba en la esquina de la terraza.
Aspiré el aire fresco de la mañana, viento del Noroeste
con olor a lluvia, con olor a crisantemos.
Por inercia tomé el viejo periódico que yacía en la mesa,
lo abrí para leerlo y gotas de agua mojaron sus letras inmóviles. Va a llover, pensé, mientras alzaba la vista, siguiendo
la línea metálica de la antena de televisión.
Llamaron mi atención los plumajes grises y rojos de un
pájaro carpintero que en sus niveles superiores, en su grandeza, era rojo por arriba, rojo por abajo ... , y entonces cai en
cuenta.
No eran gotas de agua, mucho menos sudor del ave:
Era sangre, que fluía por sus heridas.
Admiré su canto alegre, escuché el tac-tac de su pico
labrar el metal anténico, mientras sus patas como pequeños
garfios se aferraban a la vida.
Grandiosa es la obra de Dios, no cabe duda. La puedes
admirar en el arcoíris después de la lluvia, en los diapasones
de la música o en los estertores de un ave herida.
Admiro a los animales y a los hombres que en una pequeña luz ven la expectativa en la esperanza de seguir arriba.
Reconozco a aquellos que en los peores escenarios, con mirada objetiva, luchan ... , no declinan.
C ENIZAS D E M1s Hu Esos ~ CAVI LACIO NES D E ALFREDO REYES
19
AGUAS AMOROSAS
Rigo es un gran amigo mío de la comunidad de San Isidro.
Tiene un defecto: Es demasiado afecto a las féminas. Tan
sólo en su pueblo -que no llega a cuatrocientos habitantestiene 3 "esposas" y 4 hijos con cada una de ellas.
Cuando baja a la ciudad -en su viejo Ford 78 '- las
reúne y las lleva juntas. Y aunque al principio remilgan un
poco, a las pocas millas intercambian diversos comentarios
de la vida cotidiana, mientras su galán conduce.
- Rigo, ¿cómo le haces? Inquirí inoportunamente un
día. -Venga mi profe. Dijo, mientras me llevaba entre frutales, datilares y carrizales.
Llegamos a una corriente del oasis y apuntando al centro del ojo de agua, donde brotaban aguas cristalinas, con
afrodisiaco énfasis me señaló: ¡Ahí está el secreto profe! ¡Vitamina pura! -Volteé a verlo y en su rostro se dibujó una
sonrisa pícara.
Será verdad, será mentira. Yo, por las dudas ... Me traje
un galón llenito.
C ENIZAS DE M1s HuEsos
~ C AV ILACIO NES D E AL FRE D O REYES
2 I
ALBERTO
"Ayer murió Alberto, profe", escribieron en mi muro.
Deja en la orfandad a un par de poesías hechas chiquillas, y a una mujer hermosa: Una rosa en primavera.
Alberto fue mi amigo. Su padre, mi amigo, mi conocido.
Y hoy ruego a Dios por sus sentimientos lastimados y
heridos.
Aún recuerdo cuando me lo presentaron: Pelo ensortijado, sonrisa abierta y mirada de alborada.
-¡Allá va el Alberto! ... ¡Aquí está el Alberto! ... ¿Qué
se le ofrece profe? ... Alberto aquí. .. Alberto allá.
Actividad a manos llenas; disposición al trabajo; verticalidades plenas.
¿Por qué lo escogió la muerte? No lo sé.
¿Sería por su desenfado y reír desenfrenado? ¿O por su
amor al amor de manera directa y franca?
Quizás algún encargo del Dios Supremo.
Una petición o una necesidad de alegría al cielo.
Tal vez se agotaron las sonrisas de ángeles plenos.
Ojalá sea por eso. Ojalá sea por eso y no por capricho
de la miserable parca.
Porque gente como Alberto, en esta tierra hace mucha
falta.
CEN I ZAS D E M1 s H uEs o s
~ CAVI LACIO NES DE A LFRE DO REYES
23
AMANTES
Si alguno lo siguiera por las veredas entre chollales, arroyos
y pedregales ... , diría que está loco.
Porta en la mano izquierda su sombrero, y sus mechones
los sacude el viento, mientras sus pasos, raudos y veloces,
como tic-tac lo acompañan.
Baja la serranía en friega, mientras de reojo ve atrás su
choza, que guarda su esposa, sus hijos ... , su familia.
Él dijo que va a campear, a buscar la vaca josca.
Pero no. Él sabe que miente. Las vacas no se campean
de noche ... , y menos con nuevos perfumes.
Camina kilómetros entre el monte. Llega tras las faldas
del Ancón y desde lejos la siente, la huele.
Llega, la besa, se enrolla en su cintura, besa sus turgencias, la desnuda y como animal en brama la hace suya. Se
sube los pantalones, se abrocha el cinto.
Y regresa sin vaca, sin aliento ... , sin ella.
CENIZAS DE M1s HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO R EYES
2
5
AMISTADES
Por razones varias no eran mis días de suerte. Había fracasado
en el intento de llegar a un espacio laboral importante, y la
cirugía en la entrepierna aún me dolía.
Entré al cajero más por inercia que por necesidad. Iría
de compras. Tal vez en avión, en ferrocarril o en velero;.algo
nada complicado, algo sumamente austero.
Dicen que el estrés baja con las compras; veré si es cierto,
me dije pa ' mis adentros.
Por coincidencia entró la llamada cuando la tarjeta pidió
el cajero. ¿Dónde andas Alfredito? ¿Qué haces? Hoy el Congreso me prepara algo interesante: Me otorga un reconocimiento.
- He pensado en ti y en Vicente para que me acompañen: Mi amigo y mi hermano. Vente a mi casa, aquí te
espero.
- Presidenta, tú lo sabes, poco afecto a reflectores y a protocolos ... Además, arrastro una pata, como perro callejero.
-Vente cabrón, déjate de chingaderas; esos son achaques,
producto de tus años, de tu vida pendenciera.
Y heme aquí arriba de la Suburban: De traje, corbata y
peine, acompañando a Esthelita. Sonriendo junto a Vicente.
¿Que por qué lo cuento? Por arguende o mitotero, puede
ser, tal vez, para mentes muy pequeñas.
Yo solamente lo hago porque desde hace años Esthela es
mi autoridad, mi presidenta; pero hace ya mucho tiempo,
por si usted no lo sabe, es mi amiga, mi cuate, mi confidente.
C ENIZAS D E Mi s H uEs o s
~ CAVILACIO NES D E A LFREDO REYES
27
...
ANGEL TERRENAL
¡El tambó, la yaudía, la irela, la handela ... ! ¡Hané, hané!
Se escucha en los pasillos, los tejabanes y patios, la cantarina voz de Karina mientras juega sola con la vieja y maltrecha lotería mexicana.
Me ve llegar y deja todo. ¡Ahuifrero! ¡Ahuifrero! Corre,
grita, me abraza. Ahuifrero he mi amigo, dice en su lenguaje
Down. Yo la observo y veo en sus ojos el resplandor del
mundo, veo su sonrisa que muestra a todos las estrellas del
universo. Veo su rostro y en él cabe toda la ternura e inocencia del paraíso.
Reflexiono: Y pensar que hay seres que dudan que existan ángeles en la tierra.
CENIZAS DE M1s HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REvEs
29
APLAUSOS
Pensamos que las lluvias de agosto y el verdor de los arroyos
la alejarían de nuestras vidas.
Sin embargo, no fue así. Hoy el monte luce verde y la vegetación antes gris, hoy aterciopela el horizonte con quelites,
malvas y verdolagas arrastrados por el suelo. Mientras los
cactos esconden sus espinas para los veranos siguientes, pastos espigados visten los declives del terreno, y nosotros esperamos.
Semicírculos de hombres adornan la tarde después de
las labores cotidianas del ranchero. El Toño se aligera la ropa y toma asiento en la piedra del desierto. Roberto deja el
mantel sobre el cofre sucio y enlodado, mientras se empina
la tercera cerveza.
Fernando se acomoda en la colgante hamaca y en su
mano izquierda sostiene una palma, abanico rural para los
calores de la tarde, y yo sostengo en mis manos el cigarrillo
prendido, motivo para mis nervios y mis ansias.
Se muere el paisaje quieto.
Y puntual arriba, por arriba de los cercos, palos secos
clavados en el suelo, sostenidos por alambres de púas y de
recuerdos, la dejan pasar en paso elegante.
Avanza sigilosa entre mantos de sueños de los verdes
del campo y como a veinte metros se detiene. Le subimos al
radio y al compás de la música ranchera, como cada tarde,
la liebre llega; la liebre baila; la liebre canta.
Y nosotros embelesados, llenos de encanto, al terminar
su tanda la arropamos, le cantamos, le aplaudimos.
CENIZAS DE MIS HUESOS ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES
31
ARMIDA
Hace días me entrevistó Armida Torres de Caloca.
Periodista de siempre, eterna enamorada de Nayarit, de
su gastronomía y de su gente; gustos en los que coincidimos
plenamente.
Con puntualidad exacta me pregunta sobre mi labor
política. Me encanta su acuciosidad periodística.
Apaga su grabadora, y con profesionalismo humano,
hace preguntas sobre mi salud y mi familia.
Me gustan los periodistas que hurgan, buscan, exhiben
tu vida pública. Pero admiro a aquellos que guardan, esconden, cuidan tu vida privada y familiar.
De esta esencia es Armida.
De esta piel es Armida ...
De este tacto es mi amiga.
C EN I ZAS D E Mi s H uEs o s
~ C AV ILAC IO NES D E AL FREDO REv Es
33
BELLEZAS
Con cariño para <América, Yaniré,
Carmelita y muchas nayaritas mds
Nosotros nos quedamos. Nosotros no nos vamos. Y mi mirada barrió sus rostros por un par de segundos.
Media docena de funcionarios habían renunciado en
protesta por mi llegada.
Muchos por fortuna se quedaron, y entre todos, ellas
tres. Tres desconocidas entregando la confianza, la fe a un
extraño, a un sudcaliforniano en tierras nayaritas.
-Son valientes. Dije, entre el miedo y la sorpresa. -Son
muy guapas, muy bellas. Dijo Víctor Vázquez a mi izquierda.
Programas, proyectos y convivencia hermanaron nuestras almas. Y fueron cobijo de ideas y de respaldos a mis
planes, a mis sueños, a mis tropelías.
Hoy, a más de diez años de distancia, las guardo en el
corazón; las guardo en mis recuerdos.
Hace días las volví a ver. Sé que son leales. Sé que son
fieles. Sé que son guapas. Sé que son bellas.
Hoy, a diez años sé que han transcendido, sé que han
triunfado.
¡Ay Jesucristo de cuerpo entero! ¿Qué se hacen las mujeres nayaritas ... , que no se hacen nada?
CENIZAS DE Mis HuEsos ~ CAVlLACIONES DE ALFREDO REYES
35
BuscADOR DE AGUA
Primero con desconfianza, luego con escepticismo, después
por necesidad, seguí sus pasos.
Habíamos llegado hasta lo alto de San Antonio de la Sierra, en pleno Matancitas y el árbol del centro, el gran zalate
nos dio sombra y abrigo.
- ¡Listo, profe! Habló y ordenó el guía por el arroyo
abajo entre unas verdes nopaleras. El descenso fue difícil,
pero no tan complicado como sería el regreso.
Caminamos entre hojas de sanmiguelito y chollas que
juntas, en asimetrías diversas y colores, se enroscaban adornando el horizonte. Mis botas se hundieron en la arena seca al
viento de verano y sus espinas lastimaron calientes nuestros
rostros.
Entramos a un cañón de piedra, colgados en sus brazos,
ramajes desconocidos amarillo, verde mostaza, nos saludaron con rayos de esperanza.
Con celo hombruno, Jesús Tamayo desnudó un recoveco de ramajos y de lo más profundo, cortó con firmeza
una "Y'' griega de cacachila. En profunda concentración
oró a los dioses del desierto. Filosofía ranchera.
Cerró los labios y con los ojos abiertos lo seguí entre
paredes de rocas secas y milenarias. Tembló su mano, tembló su rostro, temblaron mis ansias. Tembló la rama.
Entre los riscos quitados con nuestros dedos, brotó el
chorrito de agua, el líquido de vida, la alianza entre el hombre y el agua: Su principal alma.
CENIZAS DE Mis HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES
37
CARMINA
Me agradan las mañanas frescas , lozanas, llenas de vida, llenas de destellos. Me enamora iniciar el día rodeado de canto
de pájaros que no veo, pero que guían mis sentidos hacia
niveles de bienestar supremo.
Las calles tienen algo especial, diferente. Las fachadas
cambian con la coloración del día, con los giros del Sol.
Las casas permanecen quietas, serenas al comenzar el día, y
puedo verlas en su belleza acrecentar mis guardas.
Y de ahí, de una de ellas, rutinariamente surge una hermosa joven: Uniforme a cuadros, pelo recién lavado movido
por el viento, y que al andar por las aceras, surte su rostro
con atenuados colores, opacando con su sonrisa las rejas
adornadas de flores.
Me gusta el desenfado de Carmina. Mochila al hombro, pelo ensortijado negro, juventud plena y viva.
Me gustan los jóvenes como Carmina. Andar en la vida
sin preocupaciones; gozar el hoy porque no hay mañana;
cargar el ayer como experiencias.
Ser feliz hoy. Sólo por hoy, para ser feliz siempre.
CENIZAS D E Mi s H uEsos ~ C AVILAC I ONES DE ALFRED O REYES
39
CEMENTERIO DE MASCOTAS
Ayer mi hermano llegó de fuera.
Y los recuerdos, las anécdotas y los chistes fluyeron, cobijados por la carne asada, las heladas cervezas y la calidez
del whisky.
Nuestros corrales, nuestras gallinas, nuestras naranjas,
nuestra defensa por el indefenso árbol de la India, que por
error subieron entre los frutales para sembrarlos en nuestra
huerta en el lejano 196 5.
-No servirá de nada ¡Tírenlo! Dijo mi padre entonces.
Y en ecológica complicidad -mi hermano y yo-lo sembramos al final del patio.
Lo alimentarnos de agua sobrante para cerdos y en sus
pies enterramos nuestras mascotas.
Hoy se yergue ufano, y en su sombra los nietos, los hijos, cada domingo en sus ramas descubren a los pájaros ... , y
sus risas alimentan cada una de sus hojas.
Y hoy espalda con espalda, mi padre y él se sienten familiares ... , se miran como hermanos.
CEN IZAS DE Mi s H uEs o s ~ CAVILACION ES DE ALFREDO REYES
41
CHISPAS DE LA VIDA
Desde la habitación donde me arreglaba, pude ver por un
caprichoso reflejo de varios espejos, a una veintena de chiquitines que alrededor de la mesa del comedor observaban
con asombro una plancha de pastel de color blanco y adornado en el centro con un hombre araña, mientras oían la
orden de salir al patio a quebrar la piñata y esperar la distribución de las clásicas bolsitas. Ya sería más tarde cuando
habría que zamparse el pastel.
Salió corriendo la chiquillada, pero pude atisbar que
Carlitos -chicuelo de 5 años- imitando a Michael Jackson dio
unos pasitos atrás y tras voltear hacia todos lados, atravesó
con sus dedos el betún del pastel para engullírselo completo
y después salir corriendo para unirse al grupo.
Sonreí para mis adentros y comprobé que una vez más
la audacia había vencido a la timidez, y que la niñez, por
fortuna, no siempre respeta las reglas de urbanidad.
CENIZAS DE M1s HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALPREDO REYES
43
CíRCULOS
Ayer murió mi vecino. Años de trabajo y sacrificio cerraron
su corazón por siempre.
Asistí al velorio y la vi acongojada, serena, enlutada,
digna ante la presencia de la muerte.
- Lo lamento, vecina. Dije en tono aplacible, mientras
me dirigía al ataúd, que guardaba al inerte cuerpo.
El vidrio reflejó mi rostro ..., y en su rostro muerto reflejé mi vida.
Mi faz presenta surcos de arrugas en mi frente y mi pelo
gris, ceniciento, cayó en ella, como queriendo cubrirlas.
No cabe duda que la vida se pone vieja, y la experiencia acumulada en la vida yace, mora en nuestro rostro, en
nuestro cuerpo.
Los años pasan, y en acumulación permanente se quedan, permanecen, como sueños aprisionados.
Somos veteranos en el camino andado por nuestros ancestros, y sus huellas guían nuestros pasos en el transitar de
la vida a la muerte.
Así se cierra el ciclo de la vida. Así es el anillo de la
muerte. Muerte que paciente espera, mientras nosotros archivamos día a día la vejez en los morrales cotidianos.
CENI ZAS D E MI S H UESO S ~ C AVI LACIO NES D E AL FREDO REY ES
45
CoMPARTIDos
Han pasado los tiempos, han madurado nuestros centros y
hoy querida mía, el mundo nos sigue quedando pequeño.
Hoy que el otoño ha arribado y en los campos el verdor
se ha retirado, es quizá tiempo de recordarte que te sigo
amando.
Veredas con chamizales, tembuques y espinales, en nuestros rostros la sonrisa no ha menguado.
Espalda con espalda, mano con mano, hemos caminado, a veces tú mi guía a veces yo tu canto; a veces tú gaviota
a veces yo pescado.
Ocasiones pocas tú has sido noche, tú has sido enojo,
en cambio yo ante cualquier detalle brinco, salto. Pero al
final del día tú eres mi cobijo y yo tus brazos.
Y cuando la noche llega en vestimenta oscura, tú sigues
siendo vela, tú sigues siendo faro; yo sigo siendo barco, tú
sigues siendo el agua y yo el cantarina cántaro.
Y pronto, por el reflejo de los años, los fríos nevados
se quedarán por siempre en nuestro pelo, pero aún en esos
tiempos tú sigues siendo sombra, silencio ... Yo seguiré siendo misterio, yo seguiré siendo pecado.
CENIZAS DE M 1s H uEso s ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REvEs
47
CoMPRAS
La vida - dicen los que saben- no es una batalla, es un
juego ... , y no debe ser queja, lamento, al contrario debe ser
gozo, alegría y otras linduras.
Por eso hoy decidí salir de compras por las calles y avenidas, por las casas y sus tendajones.
Comprarle una sonrisa de luz al ciego para entregársela
al que herido en su alma, aun padece el corte de un brazo,
una pierna ... , corte no por trabajo sino por descuido.
Regatearle unas burbujas de alegrías al saltador de la
esquina, que hace malabares por monedas y sonrisas, regalársela al rico que bajo mil llaves esconde sus millonetas
miserias, envueltos en billetes y movimientos de bolsa.
Comprar la intuición del niño, que por inocente
comete errores mientras crece, y dársela al político que en
escritorio ofende y no atiende al ciudadano que por necesidad desea verle.
Comprar sonrisas que brotan en parque como cascabeles, para tenderla al viento y alegrarle el día a los que por
miedo y temores no dejan su casa, no salen de su guarida.
Archivemos, pues, el miedo a la pobreza, al fracaso, al
olvido y a todo sentimiento que no nos deje ser libres ¡Que
permanezca escondido!
CEN IZAS D E M1 s H uEsos ~ CAVI LACIONES D E ALF REDO REY ES
49
Hace días volví y me asombró su estática.
La vi igual que antes: Llena de tierra, más descolorida,
más flores, menos aromas.
En ella aprendí a disfrutar mi infancia. En ella Mariana,
una noche, me robó mi adolescencia. Me enseñó que no es
cierto que las mujeres que sueñan con el sexo se quedan
enanas y que a los varones jamás nos sale vello en la palma
de la mano.
Me prendí de ella, de mi calle, como se prende la enredadera de las paredes viejas.
En mi adultez, he visto a mis sobrinos sentarse en sus
piedras y cobijados en sus sombras, hacerle el amor con la
mirada a las muchachas después de terminar la misa del
domingo.
Se fueron las Murillo. Las Medina viven en La Paz.
Algunas fallecieron; pero mi calle sigue igual.
Guarda secretos, calla rumores, calla discordias.
Quizás ... , quizás por eso se mantiene igual.
CENIZAS DE M1s HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES
5I
CuRANDERA
Camino entre pedruscos, cactos, pitahayales y otros paisajes
del desierto.
El sol de verano me acompaña como amuleto luminoso, mientras porto en mi mano izquierda la liebre que
esta mañana falleció por motivos del fusil que en la derecha
porto.
Me pierdo ensimismado en mis pensamientos y encuentro la vieja choza de chiname -vivienda rústica trabada
de palo de arco- de la curandera María de Todos los Soles.
- ¿Qué andas haciendo, cabrón? Me dice con su florido lenguaje.
-Nada ¿Y tú? Respondo mientras me acomodo en la
vieja silla mecedora.
- Un poquito de todo: Limpiando mis majestuosos
ca-racoles de la buena vibra .. ., sacudiendo las amorosas lacas y los amarillos marfiles ... , sacudiendo los ajos llenos de
rumores ... , espantando el desencanto de las asperezas ... ,corriendo a los fantasmas de los fantasmas y todo callo que
huela a muerte ... , -Me dice en tono sombrío.
Le creo con puntualidad, pues tiene siglos sobre sus arrugas. Como si fuese eterna.
CENIZAS DE M1s HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES
53
DAN lELA
(jracias 'Daniela,
mi eficiente secretaria
Ayer me felicitó Federico Riestra: Profe, qué completo focebook tienes. Fotos, anécdotas, greguerías, absurdos, curiosidades, hacen tu foce muy atractivo.
Le agradecí con una sonrisa el comentario. No quise
hacerlo verbal ni por escrito, porque engañaría a Federico y
no se vale.
Aquí yo tomo las fotos , pues sí; pero eso que chiste tiene.
Que los rancheros, mis amigos, me cuentan sus vivencias
y yo les doy vida, pues sí; pero eso no tiene mucha gracia.
Que de mis recuerdos saco las greguerías y les doy vida,
pues sí; pero qué tiene mi vida de interesante.
Que de los caminos de la vida saco los absurdos de nuestro
planeta y de mis viajes ilustro las curiosidades, pues sí ¿Y?
Pero qué sería de todo esto, sin la preocupación puntual de ella, porque en lluvia, temblores o días libres escoge
las fotografías adecuadas, y no las plasma si de ellas no se
enamora.
O la amenaza decisiva de ¡Renuncio! Ante mi negativa
de seguir escribiendo. Usted le alegra el día a alguien, fue su
argumento, y su amenaza de irse lo que me tiene escribiendo.
Ella es así, enamorada de la vida y sus responsabilidades.
CENIZAS DE M1s HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES
55
-¡Está jalando el pargo, profe! La escucho jubilosa cuando
existen más de cinco comentarios a nuestro trabajo "Feisbukero" ...
Yo tengo duda respecto a si soy el dueño, el cuerpo de
mi face, pero lo que no dudo es que ella es el alma, el espíritu de mi trabajo.
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CENIZAS DE MIS HUESOS ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES
DEMORAS
Hace meses, como te lo prometí, compré con mis ahorros
una casa frente a los cañaverales, ahí junto al arroyo donde
un día te conocí.
Sacrifiqué un nido de flores blancas, cambié de lugar
una higuerilla y limpié el jardín de malvas secas. Todo para
que tú te sientes por las tardes o cuando anochezca.
He sembrado pinos en la entrada, para que cuando llegues te den la bienvenida, y que el viento los mueva en permanente reverencia. A sus pies he puesto claveles y azucenas
para dar colorido a tanta belleza, y que cuando pases tu
aroma las confunda.
En la parte de atrás sembré naranjos y limones, para
que por las noches el aroma de azahares nunca falte y que
tú, amada mía, tengas sólo sueños blancos.
En cada ventanal sembré rosales rojos, lilas, blancos y
amarillos, para que cuando tú te peines, inicies sonriendo el
día.
Por la puerta encontrarás timbales de cantos sorpresa,
para que tu andar por toda la casa se acompañe con alegres
melodías. Ya nuestro perro ha conocido todos los rincones
y te juro que en su rostro hay muestras de nervios por la
espera.
Hoy sólo falta que tú te animes a llegar despacio, a llegar mañana. Sentado, yo aquí te espero.
CEN I ZAS D E MIS H UESOS
w
CAVILAC IO NES D E ALFREDO REYES
57
¿Te acuerdas de los pinos, los rosales, los cítricos, las puertas
y ventanales?
¿Te dije de las malvas, los geranios, nuestro perro y los
adornos musicales?
¿Te acuerdas de la casa que compré cuando te conocí y
que arreglé pa ' tu llegada?
Veo el sol cada amanecer desde mi cuarto, escucho
el tic-tac del reloj en el buró desierto, busco tu cuerpo en
nuestra cama... , y nada.
Han pasado los otoños y sus luces, los inviernos y sus
nieves, he sentido el ciclo de la lluvia y por respeto a tu ausencia he quitado los cristales .. , para oír tus pisadas cuando
arribes a nuestra morada.
Ha vuelto a nacer la malva en nuestros jardines, y las
flores que entre pinos sembré, hoy se confunden con zacate
y espinales.
Los árboles caen hasta el suelo llenos de naranjos y
limones. He tenido que levantarme entre ellos porque mis
lágrimas me impiden apreciarlos. Se confunden, y todo
porque tú no has llegado.
Los rosales han cambiado, como cada temporada, sus
trajes de colores. Alfombras de pétalos caídos me recuerdan
que hace tiempo espero tu llegada, y nuestra mascota sin ladridos se ha quedado, todo porque los gastó pensando que
la espera sería breve, sería corta.
Y yo aquí, amada mía, envejezco viendo el sol caer en el
sendero, sentado, con una cobija a la espalda, sintiendo tu
ausencia al calor del fuego.
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CEN I ZAS D E MI S H UESOS ~
CAV ILAC IONES DE ALFRED O REYES
DECISIONES
Hoy decidí romper para siempre mis sueños. Hoy decidí no
volver a tener quimeras ni expectativas sin dueño.
¿Para qué visitar París y sus callejuelas, Las Vegas y sus
andanzas o Sudamérica y sus noblezas?
Mejor tomaré la mano diestra de mi padre y como adolescente lo guiaré por nuestras calles, oliendo a rosas y a
tulipanes. Ya no quiero los besos de Maribel Guardia, los
pechos de Anette Michel ni la sonrisa de Ninel Conde; quiero tomarle los sueños a Isabella, mi nieta, y caminar entre
charcos enlodando su niñez, juntándola con mi infancia.
No deseo los vientos saludables del Himalaya, ni las
nieves eternas de los volcanes. Deseo tomar el camino de
regreso a mis ciudades y pedirle perdón a mi ex por los momentos olvidados.
Quiero darle la mano al viajero, enseñarle blancas espumas que con furor rompen los hielos, dándole adornos a la
tierra, alientos y frescura.
Voy a charlar en los montes con amigos ganaderos, esos
que ríen en las eternas sequías o bajo los leves aguaceros.
Quiero recostarme en las laderas del cerro para contar los
cientos de estrellas, como cuando era pequeño.
Por lo pronto ¡Que se chingue Maribel Guardia!
CE N IZAS DE M1s HuEs o s
~ C AVILAC ION ES D E ALFREDO REYES
59
DESPEDIDAS
A
La memoria de mi amigo
jesús <.../[ntonio Zgzueta Zgmora
¿Qué día es hoy? Preguntó con el último aliento que le
quedaba. Viernes 23 de noviembre, fue la respuesta.
- De 201 2. Agregué con voz entrecortada
- No olviden esa fecha; no la olviden. Fue su última
recomendación.
En su lecho de muerte estábamos Lery, su esposa, su
güera; Ramón su hermano, el menor de los Zazueta; su hija
Cinthya, algunos más, yo y nuestra tristeza.
Así se despidió mi hermano de este mundo, haciéndolo
con la serenidad que siempre lo caracterizó. Organizado a
más no poder, organizó hasta su propia despedida.
Quiero mi tumba en el cementerio del Refugio, el rancho de mis ancestros, y mi tumba cerca de la de mis padres,
pidió horas antes.
Han pasado algunos días y su recuerdo sigue vivo en mi.
Y cómo no, si segundos antes de su partida ya se había despedido de Lety, Cinthya, Ramón y le faltaba yo, que por
prudencia había permanecido callado.
Lety le musitó: Aquí está tu hermano, el profe Reyes.
Entonces abrió sus ojos y se miró en los míos, levantó su
mano izquierda y en ademán de adiós, se despidió para
siempre.
CENIZAS DE M i s HuEsos Cl:l CAVILACIONES DE ALFREDO REvEs
61
2 DE NOVIEMBRE
Su alma de aventurero lo traicionó un día.
Su espíritu de guerrero sucumbió con alevosía.
La muerte lo marchitó por siempre, y a ella la secó por
dentro.
Así de breve, así de corta fue su vida.
Dieciocho años, dieciocho juventudes varoniles, dieciocho otoños silenciados por la parca.
Sus restos yacen en el cementerio del pueblo. Los herrajes de su cruz enmohecen cada tarde, y grietas perennes
cubren su lápida sombría.
Y hasta ahí, como cada 2 de Noviembre desde 1978,
llega Isaura.
Alma en pena que deposita flores frescas al amor eterno, al novio de siempre ¿Cómo hubiera sido de esposo?
¿Cómo sería de padre? No lo sabe.
Sólo sabe que regresará como cada noviembre a depositar sus cuitas .. , a depositar sus penas.
CEN IZAS DE M1s Hu Es o s ~ C AVILACIONES D E ALFREDO REY ES
63
DunAs
¿Abuelo, de qué color es la luz? ¿Abuelo, los pajaritos también tienen miedo? -Pregunta mi nieta Isa.
Y yo distraigo mi atención del Ipad, para ver su rostro,
su sonrisa, sus preguntas.
- Claro que tienen miedo, pero también tienen sueños. Y la luz, mi pequeña, es del color del alma.
-Y el alma, abuelo ¿Tiene un color? Y sus sueños ¿De
qué son?
- Su color es el color de Dios y sus sueños son ejercicios de comunión.
- Y Dios ¿Sólo viste de un solo color? ¿Y qué es la comunión?
-La comunión son tu madre y tú; la espina y el rosal;
el viento y la hojarasca. Y Dios tiene un solo color pero mil
disfraces.
- ¿Cómo es eso, abuelo?
-Se disfraza de rojo intenso en el amanecer del día, de
gris y verde en la barca del pescador, en negro y blanco en
las gaviotas del cielo.
Mi nieta incrédula me miró, tomó sus arreos de juegos
y sin despedirse se alejó.
Yo, confuso y confundido en lenta espera, me levanté.
¿Se alejó porque de sus juegos se cansó, se hartó .. , o va a
caminar en la vida buscando en cada detalle el disfraz de
Dios?
CENIZAS DE M1s HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES
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EL EXILIO
¿Qué es el exilio, don Víctor? Pregunté una tarde a mi amigo el poeta gallego. En tarde torrencial, por cierto.
Esperó que pasara el trueno que precede al rayo. Soltó
la bocanada de humo.
-Es partirse en dos, maestro. La mitad de uno se queda
en tu ciudad natal, junto a los familiares, a tus perros callejeros, en los recovecos de nidos de pájaros, en las entrañas
de tus muertos.
-La otra parte se viene contigo, con acorralamientos
perennes, con sueños que nunca llegan, con miedos que no
te dejan, con acosamientos eternos, te persiguen y persiguen
tus pasos .. . -Dijo con dejo de tristeza, mientras sorbía un
trago de ginebra reposado.
¿Fue la lluvia? .. , no lo sé.
¿Fue una lágrima? .., tal vez. Pero sus ojos brillaron
mientras el cielo se caía a borbotones.
Lo volví a ver. Pregunté -¿Y la muerte?, Don Víctor,
¿Qué es la muerte? Y su respuesta fue:
-La muerte .. , la muerte es mejor.. , es mejor que el
exilio, profe.
C ENIZAS DE Mis HuEsos ~ CAviLACIONES DE ALFREDO REYES
67
EL
JARIADO
En los verdes gajos de los minúsculos arroyos, atrás de los
cardenales y ciruelos, ahí en lo más recóndito de la sierra,
lo encontró. Lo venía siguiendo hacía días por orden de la
máxima autoridad todosanteña.
Contra lo que esperaba, el indio Jariado -robavacas y
asaltante- no se escondió. Recostado en una piedra lo esperaba. El fulgor de la hoguera le daba un aspecto distinto,
diferente a como se lo habían platicado.
-Toma -le dijo-, dándole una brasa encendida, misma que tomó con la palma de la mano derecha y que en su
cultura significaba hombría y bienvenida.
Simón Avilés -viejo zorro policiaco- la tomó y aunque
sintió el ardor, no dijo nada. Hombría contra hombría.
- No opongas resistencia. Has hecho mucho daño y la
sierra necesita tranquilidad y armonía. Vengo a detenerte.
- El hombre no mata al hombre. Ésta no era tu tierra,
mestizo; era el nido mío y de mis ancestros. Pero descansa, para no tomar ventaja, y mañana cuando el sol llegue,
lucharemos mano a mano como los grandes: Me muero o te
mueres.
Y como si nada, cubrió su cuerpo con una frazada negra, mientras le volvía la espalda.
CENIZAS DE M1s HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES
69
Amaneció embrisado cuando el policía despertó. El Jariado
estaba sentado en lo que se suponía era una piedra, pero
que al observarla con cuidado, se dio cuenta era una tumba.
Siete cruces. Siete tumbas: Agentes que le precedieron
y que no pudieron capturarlo y murieron en sus manos.
El indio dio un giro a su cuerpo y los rayos del sol le
iluminaron el rostro.
-¿Dormiste bien? -Dijo en tono amable, mientras
lentamente se levantaba, dejando ver un taparrabo como
única prenda de vestir.
Caminó unos pasos y del tupido mezquite descolgó el
puñal, mientras en su mano derecha sostenía unas correas
de cuero, mismas que enrolló en su muñeca izquierda para
afianzar mejor el cuchillo.
-Al mal paso darle prisa, sentenció mientras arqueaba
el cuerpo; cuerpo que se había cubierto de aceite.
-Tienes un par de minutos, mestizo.
Las desgastadas botas del polizonte levantaron restos de
plantas secas que se mezclaron con el polvo, mientras brincaba hacia atrás para evitar el tarascazo del puñal, que pasó
cerca de su pecho dividiendo en dos el viento.
El monte olía a tantearse .. , olía a nervios .. , se oía el
trote de la muerte.
70
CEN IZAS DE M is H uEsos ~ CAVI LACIONES DE A LFRE D O REvEs
Tenían más de treinta minutos de lucha cuerpo a cuerpo,
sin darse tregua.
El listón del pelo del indio Jariado hacía rato que yacía
en el suelo y al sombrero del agente rural lo había retirado
el mismo viento.
Ambos cuerpos estaban heridos de muerte producto de
los navajazos. La sangre se mezclaba con el sudor. Olía a
rastro de pueblo. Sangre, sudor y miedo encubiertos por la
adrenalina.
Sintió el cuchillo adentrarse en su cuerpo no una sino
varias veces, hasta que éste se entrampó en sus costillas para
impedir que la masacre continuara. Borbotones de sangre
salían por sus heridas.
El Jariado le dio la espalda dejándole el cuchillo adentro. Él, herido de muerte en su orgullo y en su cuerpo.
Sería el compromiso con su pueblo, la necesidad de
cumplir con su palabra, o solamente fue el instinto, pero
el grito de dolor del Indio estremeció la sierra ... Aves de
todas las especies cubrieron el cielo, mientras Simón Avilés
le retorcía los testículos hasta verlo desfallecer.. , hasta que el
último aliento del Jariado salió entre sus dientes.
Así lo desmayó. Así lo amarró a la bestia. Así lo bajó a
todos santos.
Así, así lo trajo. Pero cómo lo doblegó, se lo guardó, en
respeto.
CENIZAS DE MIS HUESOS ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES
71
EL
MAR
Lo espera Juanita, Profe, -me dijo mi secretaria, en la oficina oval de la Sección 24 del SNTE, en el centro de Querétaro, ciudad histórica.
-Que pase.
- Maestro, vengo a invitarlo a comer a mi casa.
Acepté porque la intendente del edificio es mi amiga,
además de ser la responsable de que anduviera con ropa
lavada y planchada, en aquellos lugares tan lejanos de mi
tierra.
Tortillas de colores, arroz con pollo y unos ricos parobazos, fueron el menú.
-Maestro ¿Cómo es el mar? -Preguntó a manera de
postre-. Tengo 67 años, y jamás lo he visto. Nunca lo he
conocido.
Sueños de niña .. , ilusiones de quinceañera .. , quimeras
seniles.
-¿El mar? Hummm ... ¿Cómo te defino el mar, Juanita?
-Son lágrimas de Dios ... Gigantescas aguas que se
mueven al vaivén de sus sentimientos ... Inmensas aguas saladas ... Pletóricas de seres vivientes ... Portadora de caricias,
vientos y lluvias ...
-Esencia de la vida, Juanita. Eso, eso es el mar.
CENIZAS DE M1s HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES
73
EL ZALATE
Ni las grandes lluvias del 97 lograron cimbrar sus firmes
raíces.
Ni las grandes vibraciones de temblores esporádicos, ni
los vientos huracanados de febrero lo movieron.
Al contrario: El rocío matinal lo embelleció completo
y las torrenciales lluvias limpiaron sus frescas y bulliciosas
hojas.
Dios lo ubicó junto a la playa del Juncalito, entre escuetas piedras y perpetuos arenales. Su vida será efímera,
pregonaron los vientos.
Sin embargo, el zalate -el gran zalate- de aguas subterráneas nutre su vida, sus poderosas raíces lo sostienen, sus
higos alimentan las aves y su sombra al ganado arropa.
Y por si fuera poco don Carlos Slim -el hombre poderoso, el hombre rico, el hombre temeroso- sobre su tronco
desnudo y macilento, todos los veranos, todas sus tardes, en
su seno duerme, en su seno mora.
CENIZAS DE Mis HuEsos ~ CAYlLACIONES DE ALFREDO REYES
75
ENCABRONAMIENTOS
Hoy amanecí encabronado. Encabronadísimo. Y en mi enojo
pienso hacer un día grande, maravilloso.
Mandar al diablo, al carajo, al individuo aquél que le
hablas para alegrarlo y en respuesta recibes lloriqueos, lamentos.
Aquí, mi hermano, sobreviviendo. Me duele el cuerpo,
me duele el alma. ¡Amanecí, que es ganancia! Que se vaya al
carajo por pendejo, por llorón y por culebra.
Darle la espalda al empleado que en parsimoniosa espera insulta al derechohabiente porque su lema es "Hacen
como que me pagan, hago como que trabajo". Que se vaya
a la chingada, a la mierda, al carajo.
Soltaré mis amarguras, rencores y olvidaduras en las
bolsas traseras, para que al caminar de frente ninguna de
ellas me obstruya.
Y tomaré la sonrisa del amigo desempleado, que aún en
su pobreza no llora ni se lamenta, no suda, ni se acongoja.
Y caminaré en la mirada optimista del ser que aún enfermo se levanta, no gravita.
Sentiré mi cuerpo completo, mis dedos del pie lo mismo que mi cabellos, mis dientes y mis andares, mis penas y
mis sudores. Que Dios hoy sí me perdone, porque si Él me
pidiera silencio y gran calma, estoy tan encabronado que le
daría a Satanás mis pasos, mi fe .. , y hasta mi alma.
CEN I ZAS D E M IS H UESOS ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES
77
ENCERRADOS
Ahí, sobre el puente de madera, la esperó.
El arroyo corría libremente hacia los recovecos de la
parte baja de la sierra.
Esa mañana había dejado la prisión. Se sentía bien. Se
sentía libre.
No esperó mucho para verla llegar. Apareció con su vestido de piel de pétalos a media pierna y su larga cabellera
relumbrando al sol. Recibió el saludo en la mejilla y desde
ahí supo que las cosas no andaban bien.
-Me da gusto verte libre. Te va bien esa camisa a cuadros, Miguel. Dijo a manera de saludo.
- Vine a verte para decírtelo de frente y sin rodeos:
Hace tiempo vive en mi corazón otro hombre. Hace tiempo
que mi pensamiento está con él. Aún desde que mi cuerpo
te pertenecía, cuando estabas en cautiverio. ¿Que por qué lo
hice? ¿Qué por qué lo siento? Ni yo misma tengo la respuesta.
_:_ Hoy estás en libertad. Ya no requieres mi sacrificio
carnal. Yo también necesito ser libre, libre de ataduras, libre
de miedos y mala conciencia.
Así lo dejó sumido en sus pensamientos. No recuerda
si replicó. No recuerda qué le dijo. Lo único que hoy siente
es que la libertad le quitó a su amada. Es que la libertad le
liberó sus amores.
Hoy no tiene dudas. Corporalmente es libre, pero mentalmente está atado, prisionero de sus recuerdos.
CE NI ZAS DE Mi s H uEs o s C/:l C AVJLACIO NES D E ALFREDO REYES
79
ENCINOS
Padre mío, Dios sabe porqué lo hace. Seguramente me
necesita. Seguramente tiene asignada una labor menos dolorosa y más gratificante. Por eso me llama. Por eso quiere
que vaya.
No llores, padre, tú hiciste lo humanamente posible. Sé
que te duele, claro, pues soy carne de tu carne, sangre de tu
sangre.
¿Recuerdas cuando me tomabas de la mano y juntos
caminábamos de la casa hasta la cerca?
¿Y cuando me dijiste que te guardara un secreto sentados en el pasto, mientras el aire fresco nos daba en la espalda?
¿Recuerdas el encino que sembró mi abuelo, que tú cuidaste y donde yo columpié mi infancia?
Ahí padre, ahí, cerca de la cerca, en la orilla del verdor
del pasto, en la sombra del encino ... Ahí padre, quiero descansar por siempre. Ahí quiero descansar al alba.
Gracias, padre ¿Qué de mi espíritu? ¿Qué de mi alma?
No te preocupes. Dios tiende sus manos. Tú quédate en
calma.
CENIZAS DE M1s HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALPREDO REYES
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EscoNDITE
Decidimos Reyna y yo, ir adelantito del Centenario, a desayunar unas quesadillas y empanadas.
- Espérame aquí, le dije, mientras tomaba la Cannon
para enfilarme hacia el centro de una nopalera que creció
por azar en el recoveco que hacen un enorme cardón y una
tapizada enredadera.
- Se van a enfriar lah quesadillah, dijo con su gracioso
acento paceño.
Hice caso omiso al llamado por distraerme el aleteo de
un ave que rozó mi sombrero y que se metió entre las rendijas de la nopalera.
Era un multicolor gorrión garganta negra. Ave rara.
Ave exótica. Ave de otras latitudes.
Incliné mi cuerpo hasta que el declive me obligó a
arrodillarme. Alcé la vista entre las espinas y observé nuevamente una maravilla de Dios: Al fondo entre pencas, el
gorrión había empollado una tercia de crías que en alegres
cantos pedían su alimento.
Me recordó mi exilio. Cuántas veces en tierras ajenas
tuve que construir mi nido para que mis crías crecieran.
Espero -sólo espero- que el gorrión esté de viaje y que
su nido temporal sea caliente y no sea frío.
Espero que él.., él no esté en el exilio.
CENIZAS DE M1s HuEsos l:l:l CAVILACIONES DE ALFREDO REvEs
83
FERNANDA
Por la forma en que el auto le golpeó el cuerpo, supo que su
encuentro con Dios estaba cerca.
Habían volcado en pleno invierno, cuando el frío infernal del desierto lastima las grietas del pavimento.
Cuando los soles de la vida debieran estar en plenitud,
como el del padre frío de esta estación del afio ...
Cuando la familia vive el reencuentro con la plática
amena y el ánimo se desborda en los colores afectivos familiares tan necesarios para la convivencia.
Pero la muerte no tiene treguas. No tiene tiempo para
esperar coparnos de tristeza y a veces escoge los momentos
de alegría; como para comprobar su eterna letanía, su permanente letanía.
- Fernanda: Sé tú mi portavoz; dile a tus hermanos que
tu madre los quiere como los quiso desde que estuvieron
cobijados en mi vientre. Fernanda: Dile a mis amigos y compañeros que extrañaré sus risas, sus paciencias, sus andares.
- Seca tus lágrimas, Fernanda. Pronto me reuniré con
tu padre ¿Quieres que le diga algo?
- Sí, Madre, dile que me siento orgullosa de haber sido
engendrada en el amor tuyo y de él. Dile que cada amanecer
me recuerda sus consejos y que antes de dormir siento sus
besos.
- Pero, ¿sabes, Madre? .. , pregúntale a Dios porqué
las almas buenas, las almas bondadosas, las recoge tan temprano, en plenitud de vida.
CENIZAS DE MIS HUESOS ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES
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fiLOSOFÍA RANCHERA
Arribamos al arroyo al pie de la Sierra de La Victoria y
bajo un encino roble, en un montón de piedras, acomodó
Ramón Zazueta el asador. El resto bajamos las hieleras,
carne, carbón y mil cosas más.
El paisaje era impresionantemente bello: El agua corría
de Sur a Norte reflejando al sol en sus orillas. Las palmeras
bailaban al son del viento. Los cardones nos daban la bienvenida con su canto y las auras enmarcaban el cielo azul del
mvterno.
Apareció de la nada, lo vimos por su canto, canto del
ranchero agradecido, quien pasando a nuestro lado dejó
una frase a manera de saludo: ¡Bienvenidos a la civilización!
Para luego perderse entre ramales y pedruscos.
¡Qué ~oco! Yo pensé que la civilización eran los miles de
cuatro altos, las OXXO en cada esquina, el ruido del estéreo
del vecino, el humo de la termoeléctrica y el polvo sobre mi
ciudad herida.
CENIZAS DE M1s Hu Esos
~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES
87
GoLPES
Sintió el golpe en el rostro y saboreó su propia sangre. Cayó
de rodillas en el suelo y en la espalda recibió el segundo
trancazo.
Sintió los pasos de los agresores alejarse, y medio escuchó sus voces perderse en los platanares antes de medio
desmayarse.
Eran dos, son dos, pensó para sus adentros. Dos los
malvivientes, dos los agresores.
Se recostó entre las arrugas del roble y en su tronco
colgó la camisa ensangrentada y pobre. Se dirigió al ojo de
agua y ahí lavó su cara, su espalda, sus dolores.
Huellas de huarache entre lodazales le indicaron las
veredas y sus ecos, y aunque se perdieron en el monte empedrado, las detectó al llegar a las arenas del arroyo seco.
Venteó el aire y como animal en celo los sintió muy cerca.
Se arrastró entre verdolagas y quelites. Levantó el cuello
y al llegar ·a las raíces desnudas de encinos y mezquites los
divisó enteritos, repartiéndose alegremente el botín: Tranquilos, muy tranquilitos.
Simón preparó el arma con holgura: Apuntó, jaló el
gatillo un par de veces, y Simón Amador cobró justa venganza.
CENIZAS DE MIS HUESOS ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES
89
GRACIAS
Quiero darte las gracias.
Amanece. Me das los buenos días. Te pierdes los amaneceres entre pinos, por estar a lado mío.
Preparas el café. Por su aroma te pierdes el aroma de las
flores bañadas en promesas, cuando dan las gracias al nuevo
día.
Sirves el desayuno y por sus sabores picantes, te evaden,
espantas los pájaros y sus cantos.
Preparas mi vestimenta y tus ojos brillan de gozo; brillo
que te nubla, te pierdes la belleza del sol al posarse en las
plantas de la tierra.
Me ves partir y en tu mirada hay encanto, encanto que
no te permite apreciar las mil formas misteriosas en que la
vida anida.
Vives mi ausencia limpiando mis cosas, arreglando mi
lecho, cantando mis versos, como si pensaras que mi regreso
fuese a ser eterno.
Vuelvo, llego y siento tu cuerpo. Florecen destellos. Coronas de resplandores cubren tu tiempo, tiempo que siento
me regalas perenne.
Quiero darte las gracias. Ojalá esto fuese perpetuo.
CEN IZAS D E M1 s H uEsos ~ CAVI LACIONES DE ALFREDO REYES
91
GRILLOS
Desde siempre he sentido animadversión hacia ciertos bichos, principalmente a las cucarachas, mosquitos .. , y a los
grillos.
Recuerdo la plaga del 84, cuando millones de estos
insectos inundaron focos grandes y pequeños, públicos y
privados .. , y se encontraban en cualquier rincón donde
anidara la oscuridad.
Por eso me resultó extraño, hace días a plena luz del
día, al estar tirado en la cama, observar la entrada en lentos
pasos y detenerse en la puerta como pidiendo permiso, a un
grillo .. , un insignificante grillo.
Dejé el libro de Benedetti en mi pecho. Seguí sus pasos
con la vista y sin moverme.
Se adentró y en plena confianza inició su canto en forma pausada, rítmica. Sólo su canto se oyó.
Tras varios minutos apareció engalanada y bella su
pareja, y en el recuadro de la noche de la sombra de una
caja de zapatos, iniciaron el rito de la reproducción.
Que me perdone Benedetti: Su poesía es grande. Pero
el amor así, como lo hace el grillo, es mejor, mucho mejor.
CENIZAS DE M1s HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES
93
INCREDULIDADES
¿Ese es Cornelio Reyna profe? Era el cantante preferido de
mi ex .. , dice con voz nostálgica, mientras se acomoda en la
poltrona.
- Sí, profe, era hermosa mi ex. Y con esas canciones
hace cuarenta años la enamoré, la encandilé hasta que me
aceptó.
-Saliendo de la iglesia la sorprendí con un conjunto
norteño.
-Todavía recuerdo sus lágrimas corriendo por entre las
rejas del velo. Felicidad que parecía eterna, profe.
- Tuvimos cinco chamacos. Y por cierto el mayor,
Germancito, fue el primero que me dijo: "Papá, hace días
cuando tú te vas a las huertas, llega el Artemio, el dueño de
la carnicería ... " - Se trababa y callaba. ¿Qué cosas vería el
chamaco, profe?
- ¿Pero cómo iba a desconfiar de ella? Si nunca me
faltó el alimento cuando llegaba del huerto, y mi ropa siempre limpia al terminar mi baño.
- Y en la cama, profe, sintonía de besos intercambiábamos en la noche oscura.
- Pero solamente porque la vi, lo creí, lo reconozco.
Carcajadas que nunca le escuché me guiaron. Empujones
tras la nopalera cimbraban el encino roble sin viento, sin
palomas, pero se movía.
-¿Qué hace que una mujer deje de ser dama y se convierta en puta, profesor?
CEN IZAS DE M1 s H uEsos ~ CAVILAC IO NES DE A LFRE DO REv Es
95
-¿En qué momento las caricias nuestras cansan, hastían a
la mujer de uno, profe?
Miro enternecido al prieto, un viejo amigo y en señal
de luto me callo .. , me asilencio.
96
CENIZAS DE Mis HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES
INOCENCIAS
Es tiempo de inocencias en mi oficina. Esta mañana, a causa de fuerzas naturales y no naturales -lluvias y baches- no
hubo labores escolares, y mi espacio de trabajo fue temporalmente refugio de escolapios.
Agradecí la comprensión de funcionarios para sesionar entre algarabías de risas producidas por los ángeles que
hablan, musitan cánticos en lloviznas de palabras.
Fue bonito entrelazar nuestras funciones serias, formales, con la mirada de reojo de la niñez sentada en el piso,
conversando entre amigas de no más de seis años, compartiendo las últimas aventuras vividas hace apenas segundos.
¿Qué le importa a Azul Fernanda que afuera el cielo se
caiga a pedazos, si en este espacio tiene a su madre que la ve
y que la consiente?
¿Seguramente la Isabella dejará de sonreír, porque en
la mesa de enfrente hay seis altos funcionaros hablando de
temblores, lluvias y meteoros?
Puede que nos sancionen por no contar con las leyes y reglamentos adecuados para ser albergue, jardín o algo parecido.
Protección Civil, seguramente alzará la voz por no evitar que en estos días los niños tengan alternativas distintas y
no corran riesgos al cobijarse en mi oficina.
Pero que importa eso, si a cambio tenemos en las paredes aromas de flores, faroles encendidos de la algarabía infantil producto de la vida. Ojalá sea más frecuente; ojalá sea
más seguido .. , para que mi oficina tenga vida.
CENIZAS DE MIS HUESOS ~ CAVILACIONES DE ALPREDO REYES
97
IsA
Mi nieta es una luciérnaga en plena noche. Cuando llego
por ella, percibo la inquietud de sus movimientos. Asume
el cargo de copiloto de tiempo entero y nos vamos como
dos eternos conocidos a recorrer su mundo, por el mundo.
Una nieve de chocolate endulza primero su mirada.
Una pluma que brota miles de rayas sin ton ni son, nutre su
libro de colorear. Oigo en sus balbuceos el canto de aves en
migración, y en su tierna mirada veo el parpadeo de miles
de mariposas blancas. El ajetreo la cansa. Dormita .. ,
duerme.
Callo a Mozart y sus arpegios, a Edith Piaf y sus cantos,
a Vivaldi y sus glorias, para escuchar el sonido de sus sueños, transformados en ronquidos de bebé.
Cuánta razón existe en los que dicen que primeramente, Dios debe enviar a los nietos que a los hijos.
CENIZAS DE M1s H uEsos ~ CAVILACIONES D E ALFREDO REvEs
99
jESÚS
Lo saludé como en los viejos tiempos, cuando el hambre
y las travesuras nos unían de pequeños. Mi amigo Jesús ha
abandonado el encierro.
Las escarchas se han sentado en sus sienes y aunque
somos de la misma edad, siento que los años pasan menos
en libertad que en cautiverio.
Nos tomamos un café sobre la calle, empotrados en sillas
de fierro, mientras los recuerdos nacen, reverdecen como
cuando pequeños.
Me recuerda cosas que no recuerdo, dice que yo era
galán, galante aunque solitario y que mis bolsas rotas contenían las campanas y su tilín talán.
Que la cordura y la paciencia no son herencia de mi
padre, sino puñetazos que me dieron por terco, por cabrón,
por mula.
Que por las noches bajo la luz del farol recibí el primer
beso y no fue Rosario sino la caliente María Inés.
Mi amigo Jesús me agrada. Mi amigo Jesús me gusta.
Su charla tiene el don del misterio, su plática alienta
mis venas, los recuerdos de hoy y siempre que se dieron en
la casa, en la calle.
Se acerca la noche y en sus alas nocturnas el silencio se
presiente, mientras en los carcajes del café, nos damos un
hasta luego.
CENIZAS DE MIS HUESOS ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES
101
KENYA
Este ángel inicia su cotidiana labor por la mañana: Hojea la
prensa .. , escucha el radio .. , ve y escucha la tele.
Hace notas periodísticas, mientras elige las fotos del
día. Revisa las revistas mientras elabora los temas del día
siguiente.
- ¿De verdad nunca sonríe? ¿De verdad nunca convive? ¿Cuál es su pena? ¿Cuál su misterio?
- Ninguno, maestro, me dijo un día.
- Mi sonrisa es para Dios, para Emiliano mi hijo, para
Jesús mi esposo.
- Mi convivencia es con la soledad, con la luz de los
ratos libres. Mis penas yacen en el panteón de los recuerdos.
Mi divorcio es olvido de ayer. Se llevó llantos, gritos, inexperiencias.
- ¿Mi misterio? La música, mi perro, la vida completa,
mi felicidad que hoy guardo celosamente.
Tiene razón Kenya -mi misteriosa amiga. Después de
un divorcio ya no sonreímos igual .. , pero apreciamos mejor
lo que tenemos.
CENIZAS DE M1s HuEsos ~ CAVILACIONES D E ALFREDO REYES
103
LA CHUREA
La luna, las estrellas y las velas prendidas se han apagado.
En derredor nuestro, la hoguera fenece, los fríos cadáveres de las cervezas yacen desordenadamente y la luz del
amanecer lastima mis ojos.
Siento, percibo que no estoy solo; volteo lentamente en
circulares atisbos .. , la descubro .. , la observo .. , me mira .. ,
la miro.
Montada sobre un troncón, aprisionando una rama,
está la churea. A górgoros bebe en la hierba el rocío del
otoño.
No corre .. , no vuela .. , sólo observa.
Me habían dicho que era huidiza, corredora, voladora
de planeo breve .. , como las mujeres.
¿Será por este motivo que hoy su curiosidad -como en
las mujeres- ha sido más grande que su miedo?
CENIZAS DE Mis HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES
105
LIBERTADES
Con estimación para jesús (juardado,
<J?.eberto de la %rre y toda la banda
Sin duda, creo que la adolescencia es la etapa más bonita de
nuestra vida: Se vive sin preocupaciones, sin enfermedades,
con expectativas, con sueños.
De ella alimentamos la posibilidad de tener grandes cosas en la vida. Cosas que en ocasiones nos niegan nuestros
padres, por no tener o por cuidarnos. Una moto. Un auto.
Un estereo. Qué sé yo.
Salen a flote estas reflexiones mientras los veo arribar
al malecón: Motos Harley-Davidson o marcas parecidas;
calientes chalecos negros de cuero; pañoletas envueltas en
pelos sueltos; cascos adornados con calaveras sonrientes;
rostros de renegados motociclistas montados en sueños juveniles.
Sí, son ellos: Los Pitbull's, Los Corsarios, Los Dragons
Riders y otros nombres que suenan como amenaza.
Arriban, se estacionan, posan sus botas negras en el
pavimento, sueltan sus cascos, sus lentes, sus sueños.
Dejan entrever sus calvas. Dejen entrever sus canas.
Aflojan sus enormes panzas.
Pero esto qué importa. Si se es chamaco a los cincuenta.
Si se cumplen los sueños de adolescencia.
CENIZAS DE
Mrs
HU ESOS ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES
I
07
LLANTOS
Desde el comienzo del universo está llorando. Su mente está
en blanco, pero su corazón siempre está sangrando.
Imploraciones humanas de todos lados y a todas horas
mantienen su dolor velado. Solloza su garganta, hierve su
sangre, laten sus ansias.
Cielos sin nubes cruzan dardos envenenados, dolencias, lamentos, egoísmos .. , todos fraguados.
¡Dejemos en paz al Cristo! ¡Dejemos al Cristo en calma!
Tomemos en redención nuestras almas.
Escuchemos el silencio de los muertos ... Escuchemos
el lamento de los vivos ... Démosle tiempo al siempre, al
nunca y al cuándo.
Bajo el acero de su lanza y el dolor de las espinas, el
Cristo llora, el Cristo clama.
Puntas de mentiras estrelladas, visos de traiciones le atormentan. Por eso el Cristo llora.
Podríamos por un momento tocar nuestros dedos,
hermanar nuestras manos, abrazar nuestros cuerpos. Y con
nuestros gestos secar sus lágrimas, alegrar sus silencios.
CENIZAS DE Mis HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYEs
109
LocuRAs
Camina por las calles empedradas, su barba le acompaña
hace mil años, no canta, no se queja, sólo balbucea.
Él es Jaime, está loco; se le juega, se le evade ...
Se sienta en las maderas húmedas del muelle y dice que
las olas no son olas, que son los peinados de las reinas de los
mares; que su espuma no es espuma, sino llantos de cálida
plata.
Y sigue a las gaviotas por el aire y dice que no son aves
sino espacios de la nada que enmarcan los cielos por las
noches madrugadas.
Deja correr la lluvia por su espalda; ríe solo avanzando
en calma. Sabe que los cristales de agua limpiaron el cuerpo ... , limpiarán el alma.
Se embelesa con el pitido de los barcos; los ve partir
y les dice adiós con la mirada, mientras come residuos de
canto y se acomoda en conchas, usando las nubes como
almohadas.
Jaime, el loco, ve a la gente indiferente, pues sabe que
su mundo no es su mundo. A él le gusta sonreír como
pequeño, caminar con el destino al lado y seguir la vida sin
prisa, lenta ... , y sin horario.
C ENI ZAS DE MIS Hu ESOS (:l:l CAVILAC IO NES D E AL FREDO REY ES
I I I
MAGIAS
Me gustan los pueblos mágicos: Sus calles, su gente, sus
paisajes.
Caminar en la plazuela donde convive el vuelo del ave
amable con el consejo del viaje.
Escuchar las campanadas que decoran los silencios del
viento por las mañanas.
Admirar templos retadores del cielo en cúpula blanca,
respetando el oro del tiempo.
Pisar sus calles empedradas por abajo, por arriba, caminando de la mano con la persona querida.
Empaparme en aguaceros de calados y sonrisas, de la
gente de las tiendas, siempre en oferta al viajero.
Fotografiarme en espejos hechos por coquetos riachuelos, pintando mis canas como cuando era pequeño.
En errancias peregrinas caminar por sus senderos, olvidando las penurias, recibiendo aires sinceros.
Y por la tarde tenderme al sol que fallece, dando gracias
al creador por la luz y las estrellas que en libertad nunca
perecen.
CENIZAS DE Mis HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES
113
M ATY
Pa' c...Matilde Cervantes, 7Jirectora de Cultura . ..
Una abeja en pleno vuelo
¿Le gusta su trabajo profe? Inquiere Matilde, mi audaz amiga.
La observo antes de pronunciar palabra alguna. Veo su
mirada a lo Mona Lisa, sus espejuelos que traviesos enmarcan picardía y su pelo ensortijado atado por una cascada de
flores, hecho mascada.
No le contesto.
Porque tengo un secreto.
Desde que me levanto procuro agradecer a Dios. Cada
mañana me maravillo del fulgor y el colorido del paceño
cielo. Camino al trabajo me gusta el sonido del cincel del
herrero, la voz del voceador, los aromas de las dalias y las
violetas, el viento nemoroso y los atavíos multicolores de
las frutas.
En mi segundo hogar -mi oficina- observo a mi personal pulcro, limpio. Enjambre de párvulos activos. Cristales bullidores de esfuerzos compartidos.
Procuro hacer el bien, sin mirar a quién.
Si se lo cuento a Matilde, dejará de ser secreto.
Mejor me lo guardo. Mejor me lo callo.
CEN I ZAS D E Mi s H uEsos ~ CAV I LAC IONES DE ALFREDO REvEs
r r
5
MICHELLE
La observo, la veo ..., y me agrada.
Su pelo corto enaltece más su belleza morena, en su
rostro que viste la picardía de la mujer interesante.
La conocí la primera noche de octubre, cuando la luna
iluminaba el monte y nosotros rompíamos su silencio con
el crepitar de la parrilla y la carne en el asadero.
Con diligencia se aprestó a calentar la carne y observé
su cuerpo a trasluz de la iluminación de la luna, y el fulgor
de las brasas se apersonó en sus pechos, en su cintura.
Porta con elegancia las pinzas metálicas en su mano
izquierda, mientras la derecha, silenciosa, callada, sostiene
una cerveza dorada.
Rubia espuma circunda el bote de aluminio; ella ríe;
ella canta; ella bebe.
Se arregla el pelo, alza la mirada y me descubre. Me
asomo en sus ojos: Me reflejo como espejo. Cierro la botana
y abro otra ambarina.
Nzo el bote y en silencio le ofrezco un brindis. Coqueta, da respuesta.
¡Qué bonita! ¡Qué elegancia! ¡Cuánto garbo! ¡Qué sonrisa!
La noche avanza, la noche cubre nuestros cantos y en
plena serranía el sol se acerca, el sol avanza y nosotros, simples mortales, levantamos ansias, levantamos vuelo.
Deshago nudos, deshago piernas, la retiro de mi cuerpo,
la retiro de mi alma.
CENIZAS DE M1s HuEsos ~ CAVlLACIONES DE ALFREDO REvEs
117
Aunque parezca mal, aunque parezca cursi, así quiero
amanecer un día: Cansado, muerto .. ., pero en los brazos
de ella.
II8
CENIZAS DE MIS HUESOS ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES
MoRBIDECEs
Me dijo que sería mía y eso me animó a cortejada, me motivó a seguirla.
Sobornos de amores hechos flores deposité a raudales y
sus aromas desprendidos opacaron el Carolina Herrera que
ella usa.
Tensas olas hechas anillos de oro, deposité en sus dedos
y lozanas, titilantes pulseras finas lucen hoy sus brazos.
Me enseñó sus muslos y excitaciones máximas enervaron mi mente, calentaron mi cuerpo; cauces de sangre hirvieron dentro y el animal de la morbidez despertó en mis ojos.
Se bañó a oscuras y los reflejos de la luz en el agua iluminaron su desnudez completa. Así me invitó a mirarla, así
me invitó a seguir sus pasos, y el pulso rojo de la sangre hirviendo inundó mis rincones, mis tejidos y me hizo hombre.
Sus pies descalzos cerraron los pliegues de las sábanas
que su cuerpo desnudo cubrieron, y su eco de mujer retumbó en mis sienes, mientras mi cuerpo se acurrucó entre ella
Me dijo que sería mía, y me cumplió enterita.
Me dijo que sería mía, y cumplió completa.
Cuánto valoro la palabra en la mujer que promete, pero
sobre todo que cumple.
CEN I ZAS D E M1 s H uEsos ~ CAVI LAC IONES D E A LFREDO REYES
I
19
ÜPOSICIONES
¿Quiénes somos tú y yo? Te has preguntado.
Dios no hace las cosas a lo tonto.
Dios cruzó nuestros tiempos y nuestras vidas no por
azar, sino por predicción. Así lo veo yo. Así lo creo yo.
¿O crees que el amanecer se ubicó con toda su luminosidad en la contraparte del cielo, sólo porque los únicos paseantes maleconeros éramos tú y yo?
No me digas que nuestro cruce de miradas fue azaroso.
Yo no lo creo. Porque aún cuando nuestros ojos son
ventanas llenas de vida, no podrían opacar la belleza del mar y
su tenue oleaje. Mucho menos alterar la dirección del viento que esa mañana como abanico movilizaba tu cabellera.
Y qué me dices del buenos días que me expresaste con
el esbozo de tus labios, o del ¡hola! que sentí en tu aroma
cuando nuestros pasos tomaron sentidos opuestos. Claro,
después de detenerse un segundo para paralizar el mundo .. .,
para interrumpir el tiempo.
Por eso creo que Dios no solamente trabaja, no solamente labora.
También juega al ajedrez con nuestras vidas. A veces
pierde y a veces atina; pero chingaos: Ese es el juego de la
vida.
CE NI Z AS D E MI S H UESOS ~ CAVILAC IO NES DE AL FREDO REYES
I2I
ÓRDENES
Flavio es amigo nuestro. Grandilocuente tenor y músico de
barrio, amigo de tacos, empanadas, gorditas y todo aquello
que tenga aroma de alimento.
Chano - mi hermano mayor- es hombre místico, hombre centrado, hombre de fe, amante de acercarse a Dios sin
importar la hora, el lugar o el tiempo.
- ¿A dónde vas Graciano? Grita del lado opuesto de la
calle el peregrino glotón.
- A rezar, a orar un rato, contesta mi pariente. A ordenar mis pensamientos, dice mientras se introduce al aposento, catedral de nuestro pueblo.
- ¡Suerte! Yo voy al mercado a ordenar, pero no mis
pensamientos sino a ordenar unos amplios y hermosos tacos, responde jocoso. Suelta la carcajada y se pierde entre los
coloridos puestos del mercado.
Qué grande es Dios, que nos ordena nuestros pensamientos, nos ordena nuestros alimentos. Nos ordena vivir
en paz.
CE NI ZAS D E MI S H U ESOS ~ C AVI LAC IO NES D E AL FRE DO REY ES
I 2
3
PARAÍSO
Hace años conocí el paraíso, y aunque no conocí a Dios ni
a sus apóstoles, conocí a sus vigilantes.
Estaba sin trabajo, sin amores, sin dinero.
Tomé mis arreos de caza y penetré la sierra, arriba de El
Pescadero. Pasé San Miguel, pasé San Andrés. En lo alto de
una loma me detuvieron el silencio del entorno y el cansancio de mis pies.
Miré a lo lejos el humo de la chimenea confundirse con
las nubes. Sentí el olor de todas las fragancias del zarzo. Oí
los gritos del tío Nene en el potrero, en plena unión con las
bestias.
Descubrí a mi tía - perpetua sombra- cantar al fertilizar los abanicos de flores, llenar la tinaja con agua viajera,
mi en tras sirve el misterioso café de talega.
Ahí caí rendido, sangrante, derrotado, y sus poemas,
sus charlas y sus cantares me levantaron.
C ENIZAS D E Mi s H uEsos ~
C Av i LAC I ONES D E A LFREDO REv Es
12
5
PENSARES
Quiero pensar en ti como el gorrión cuando canta en primavera, como la luz que ilumina los caminos donde pasas.
Como ríe el agua cantarina del río cuando pasa entre las
piedras, como canta el agua de la lluvia al cruzar los arroyos
en el horizonte.
Mezclar tus pensamientos y los míos, como notas en
canciones para siempre, como silban los vientos cálidos,
sacando voces entre las ramas.
Cruzar tus orgullos con mis nostalgias para construir
nuestros sueños presentes y futuros, para sembrar cálidos
campos donde la fertilidad anide.
Pensar sobre tu piel desnuda, encogiendo mis temores
por mentiras que siembran, que te dicen, que como cizaña pretenden prender la duda en tus entrañas para que te
alejes, para que me olvides.
Dejar señales de mi sangre en tus labios en juramento
claro, eterno, para que no dudes de mi cariño, no titubees,
no temas, no cambies.
Y así tomados de la mano aprisionar nuestros dedos,
caminar juntos, compartir ilusiones, compartiendo sueños,
desterrando dudas: Tú pensando en mi y yo pensando en ti.
CEN I ZAS D E M1s H uEs o s
~ CAVILAC IO NES D E A LFRE DO REY ES
12 7
PERPETUIDADES
Yo digo que ella burló a la muerte.
Hace años, en corta espera, los resultados ratificaron lo
que su cuerpo hace meses sentía.
Cáncer. Usted tiene cáncer. Palabras dolorosas que se
grabaron en su memoria como espinas en la piel.
Primero el cuestionamiento contraquiensabequién, y la
pregunta: ¿Por qué a mi?
Después, la aceptación al problema, y a buscar las posibles salidas, las posibles soluciones.
Pero Marina no pretendía que sus sueños fueran rotos
y acrecentó el amor por su casa, sus plantas, sus hijos y los
hijos de otros.
Antes y después de las radiaciones, cobijaba sus ansias
en distribuir sonrisas, en alegrar en calma.
Cómo se sentía por dentro, sólo ella lo sabía, sólo ella
lo entendía.
Fueron diez años de larga espera, en que la parca sentada le dio la bienvenida con alas blancas.
Se llevó su pelo. Se llevó su cuerpo. Pero no pudo llevarse su alma.
Ésta cabalga libre, por las paredes de la casa, en las flores
del jardín. Y en cada amanecer, tengo la seguridad, tengo la
seguridad ... , ella reencarna.
CENIZAS DE M1s HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES
I
29
PILAR
Pilar Almaraz es un viejo pícaro, alegre, dicharachero, que
ha permanecido alejado de la ciudad, luchando brazo con
brazo, mano con mano, con los rancheros de nuestra tierra.
Es un tipo malhablado. Dice cincuenta groserías por
cada diez palabras.
Le gusta la bebida, sin distinguir color u olor, si es añejo
o reposado, si es seco o dulce el vino tinto.
Le gustan las damas altas como las verdes montañas,
bajitas como riachuelos, morenas como oscuras noches,
rubias como campos de trigales, blancas como palomas,
trigueñas, etcétera.
Disfruta su soledad; le encanta el mar y sus bellezas.
Por su vivienda han transitado personajes locales, municipales y nacionales inimaginables.
Pero él ni se cree, ni cambia. Sigue siendo el malhablado, bebedor y mujeriego de siempre.
Dicen que me parezco a él.
Pues sí, soy malhablado ... , aunque no tanto.
Bebo ... , pues sí, pero no tanto.
Mujeres ... ¡Ah caray!, no lo había pensado; no sólo me
parezco a él. .. ¡Soy idéntico!
CENIZAS DE MIS HUESOS ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES
131
PoLÍTICA
En una ocasión le hice la pregunta más difícil que se le hace
a un político:
-¿Por qué perdiste?
- Porque nunca emboné; porque nunca hubo empatía
entre el electorado y yo, contestó con un dejo de tristeza.
- ¿Cómo ibas a embonar, cabrón, si nunca te bajaste
de la Suburban y nunca soltaste el celular? -Pensé en contestarle.
Pero decirle feo al feo se me hizo demasiado duro, y la
gente sensible como yo, no lo hace.
Va a colación este hecho porque ya andan en campaña
cientos, miles de candidatos de todos los colores y sabores.
Ojalá caminen por mercados, plazas, callejuelas y se
nutran del saludo del pueblo.
Ojalá platiquen con el carnicero, el taxista, el ama de
casa y se nutran. con su discurso.
Porque el mejor saludo y el mejor discurso lo tiene el
pueblo. Ojalá... , ojalá lo hagan.
CENIZAS DE M1s HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES
I
33
REDONDECES
Cuántas veces besé tus párpados, como Dios con los rayos
del sol besa los campos de trigales y azucenas.
Cuántas veces admiré tu belleza corporal, como el gambusino admira los amaneceres de cerros cobijados por la luna.
¿Y recuerdas cómo me gustaba oír tus respiros en mi
frente? ... Cuántas veces te dije: No te vayas ... No me olvides.
¿Cómo hacerle entender a una mariposa que sus alas
son para volar, no para engañar las cosas?
No sabías que la redondez y belleza de la moneda son
para portarla con dignidad y limpieza, no es para rodar en
el fango cuesta abajo. Porque así el mal camino empieza.
Hoy quieres volver cuando tu pelo se pintó en cenizas,
cuando tus ojos no pueden con las arrugas, cuando se te está
secando el alma, cuando se te olvidó vivir en paz, cuando se
te olvidó vivir en calma.
No, paloma herida. No, paloma impura. No me vengas
con mentiras: Tú no eres mujer decente. Eres ave triste, eres
sombra, cascajo casi inerte.
CE NI ZAS D E Mi s H uEs o s ~ CAVI LAC IONES D E A LFRE DO REYES
13 5
REGRESOS
Oye pinche Alfredo: ¿Sabes quién habla? Sí, sí, ¿Me oyes?
¿Sabes quién habla?
- Claro, güey. ¿Qué pasó, Vicente? ¿Cómo te está yendo? Me imagino que a toda madre.
Vicente se había jubilado como maestro del CET del
Mar, hacía no menos de seis meses, y después de más de
30 años de radicar en La Paz, se había regresado a su natal
Chiapas.
- ¡A m edias, cabrón! Fíjate que cuando llegué, mi
m adre, mis primas, mis amigos, me recibieron como el hijo
pródigo: ¡Comida aquí, anécdotas acá, fiesta allá!
- Pero han pasado los meses. Mi madre a sus rutinas.
Mis primas, de retorno a sus quehaceres. Mis amigos, con
sus amigos de siempre. Me siento extraño, cabrón. Me siento raro, cabrón. Extraño mucho La Paz. Extraño las ballenas
empapeladas, el juego magisterial, los intensos calorones,
las resolanas y los vientos del Coromuel.
La vida es extraña. A veces nos sentimos raros entre los
nuestros y conocidos entre los desconocidos.
Así es el tiempo. Así es en ocasiones el ritmo de la vida.
Por lo pronto, Vicente ... , ya radica de nuevo en La Paz.
CEN IZAS DE M IS H UES O S ~ CAVILAC IONES DE ALFREDO REYES
I
37
RosÁNGEL
Me gustaría robarle un beso, profe, me manifestó en confianza mi fino amigo Jaime.
- Me gusta tanto .. . Sé que creyó en el amor, como se
cree en una religión. Sé que amó y no le amaron.
- Ayúdeme, profe. Me gustan sus labios rojos, me recuerdan los crepúsculos de nuestra tierra.
-Me gustan sus ojos: Viven la intensidad del mar que
baña nuestras costas.
- He seguido sus pasos y huelen a sinceridad, a respeto, a cariño honesto.
- Hágalo por mi, profe. Qué le cuesta.
- Sé que es Aries. Sé que llega a los veinte. Sé tanto de
su vida . ..
-Jaime, si quieres amar como tú dices, debes saberlo.
No soy Aries, no me pinto los labios, ya paso de los cincuenta, y de mi esposa estoy enamorado.
- No, profe, no hablo de usted; hablo de su secretaria.
Hablo de ella, de esa niña, de Rosángel.
CE NI ZAS D E MI S H UESO S ~ C AVI LACION ES D E A LF REDO REYES
13 9
RuMBos
Ayer estuvo en mi casa, vi su rostro de grandeza, su serenidad de mujer. No vi rastros de adolescencia en su piel.
Juntos sembramos caracoles y algas en los castillos
de arena, temporalmente protegidas por sus sonrisas y mi
paciencia, rotos por la marejada, como el viento cuando
rompe la escarcha.
Juntos, unidos, cómplices del mañana, recorríamos
calles solitarias en su primera bicicleta, soltando saludos a
las plantas y a las libres gaviotas.
Le enseñé a valorar el canto del grillo, la fuerza de la
espina y a soñar despierta, a soñar dormida.
Y hoy me dice que se va, me dice adiós mi golondrina;
quiere encontrar sus ríos, quiere galopar al viento. Desea
recorrer el mundo como si esto fuera ir al tendero a tiento y
tiento.
Me duele, me lastima. La tiendo en el pasto como cuando era pequeña, como cuando era mi niña, y le recuerdo sus
cometas, sus patines y sus primeras muñecas.
Ella insiste: Quiere ser libre, llenar de sueños su equipaje, no le interesa el pasado y dando tumbos desea conocer
su propio rumbo.
Y yo, como todos los padres, la veo partir. Lágrimas he
vertido, pero aunque mi semblante cambie, mi golondrina
dice adiós. Mi golondrina ha partido.
CENIZAS DE Mis HuEsos oo CAVILACIONES DE ALFREDO REYES
141
SEMBRANDO CERVEZAS
Desde que vi su figura supe que sería diferente, distinto.
Hacía rato que habíamos viajado al Mezquite, oasis en
despoblado, paraje central de todos los ranchos cercanos.
Cerca de mi descansaba mi cámara Cannon, mi sombrero argentino, mi alma y mi cuerpo aún lozano.
Los olores de cigarro se mezclaban con los olores de
vaqueros que de diversos lugares habían llegado.
Y los rastros de vida, crines ahumadas y sillas de montar
en desorden yacían a nuestros pies, mudos testigos de cabalgatas que aún no empiezan, que aún no terminan.
Jinetes, caballos, visitantes, vehículos, chistes, saludos ... , abrazan la mañana que aún no muere, que todavía
no se levanta.
Y entonces apareció, dividiendo el monte como huyendo de nosequién, en paso parsimonioso, acompasando
el paso del caballo a su cuerpo, como cuervo dormitando.
Acaparó la atención de todos, su acecho y su demora,
el golpear de los cascos del caballo. Su mirada oscura y fría
vació en descarga en nuestras almas. Su cuerpo en perfección
bajó del penco y sin mediar palabra caminó al centro, en
medio del espacio ya desierto.
¿Dónde está Alfredo Reyes? Su voz retumbó en los cielos,
en los cementerios, en mi cerebro ... , y obvio, en mi cuerpo.
CENIZAS DE M1s HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REvEs
143
¿Dónde está Alfredo Reyes? Repitió, mientras el antebrazo
vestido con la manga a cuadros, limpiaba su boca de los
restos de agua que había bebido.
Arrojó el recipiente de peltre despostillado en la tinaja
que se sostenía por tres palofierros; su sonido se escuchó
hasta en los ranchos circunvecinos. Silencio sepulcral. Todas las miradas en mi, me delataron.
-¿Dónde estuvo en noviembre? ¿Hace cuánto que no
va a Las Pocitas? -Me interrogó al dos por uno, mientras su
sombrero húmedo en los holanes dejaba caer al suelo.
- ¿En noviembre? ... Putamano, estamos en agosto ...
No me acuerdo que hice ayer y tú quieres que te diga otros
tiempos, -dije, queriéndome hacer el gracioso, para extraviar mis miedos.
-¡Y Las Pocitas ni las conozco! Quise negar, no fuera
ser un enamorado despechado, dada mi fama de galán toreado.
Descolgó de sus hombros una mochila de cuero, de la
cual sacó el cuchillo más grande, más filoso y más amplio
que han visto mis ojos.
Alzó su vista y con su mirada barrió los ojos de cada
uno en circular gesto, como pidiendo la aprobación a todos ... , como pidiendo a Dios piedad, como queriendo recobrar la calma... , como si fuera a pecar por dentro.
144
CENIZAS DE Mis HuEsos l:l:l CAVILACIONES DE ALFREDO REYES
Ramón Martínez es mi nombre, caballero, dijo en un lenguaje extranjero, raro para un ranchero.
Y en noviembre, llegué a Las Pocitas de paso al rancho,
arribando a la plaza, arribando al gran fandango.
Fiestas de mi raza, mezcla de autoridad y pueblo, disfrutando sin linajes, el baile popular de grupos musicales.
Divisé a las mujeres con vestimenta sin falsedades, bailando junto a los gallardos pechos de sus hombres: Colgajes
de armonía envueltos en rostros de alegría.
Juegos de animales metálicos divertían a la chiquUlada
y luces de bengala al cielo su pasividad rompían; y de ahí, de
no sé donde, apareció usted con el mejor de los ofrecimientos:
-Y ustedes ¿No toman? ¿No quieren una cerveza, tequila o whisky?
- ¿Y este cabrón quién es? Pensamos entre la rancherada.
- Es el profe Reyes, Alfredo Reyes, acentuó el Delegado, a unos pasos de usted.
- Y esa noche, profe, pistiamos no solamente cerveza,
no solamente licor, usted nos dio su amistad, nos hiw hermanos, nos regaló su corazón.
Y después de lo anterior en reverencia amplia, Ramón
Martínez inclinó ante mi su frente y en señal de amistad me
dio la funda, me dio el machete.
CENIZAS DE M1s HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES
145
SusPICACIAs
Estaba de espaldas, pero gracias al reflejo en el pocillo, pudo
ver el roce de la mano de ella con la mano de él. Su esposa ... ,
su compadre ... , rumores ...
Se alejó con el rebaño delante de él, mientras el perro
ovejero a su lado, moviendo la cola alegremente le acompañaba.
Intuyó que su compadre no se había ido. Pensó que
su esposa no había ido al río solamente a lavar. Confió el
rebaño al perro y en redondel sigiloso, caminó entre espinas
y zarzales: El río con sus secretos lo esperaba; el río con sus
murmullos escuchaba.
Oyó sus risas; percibió el arrullo de sus voces; intuyó
que había algo más que besos.
Se acostó en la orilla, estiró el cuello, y en el reflejo del
agua vio siluetas, porque el encino en el que se recargaban
le tapaba la visión completa.
-Pinche agua. Pinche agua: Porqué no te aquietas.
Y si llego y nomás conversan. Ridículo que haré en
vida. Mejor se levantó despacio; mejor se levantó callado, y
en silencio se retiró avergonzado.
Cornelio tuvo miedo. Cornelio tuvo fe. Cornelio creyó
una vez más en su mujer.
CENIZAS DE Mis HuEsos V3 CAVILACIONES DE ALFREDO REYEs
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TALA
Siempre lo admiré cuando adolescentes. Él, un mozalbete
tres años menor que yo, galán de galanes, no mal parecido,
amo y señor de varios corazones de amigas estudiantes de
nuestra secundaria.
- ¡Feyo: te invito al rancho ... , voy a revisar los surcos!
Escuché su voz al estacionarse en el carro de su padre frente
a mi casa.
Se me hizo rara la invitación, pero como en la adolescencia no se piensa, me encaramé en la cabina y asumí el rol
de copiloto.
-Van con nosotros mi amiga Tala y la Vicky, mi novia
de la Flores Magón, musitó con orgullo.
Y ahí van rumbo a Insurgentes, el Tito, la Vicky, la Tala
y el Feyo. Los cuatro en la cabina, los cuatro cuatachos de
corazón.
Detuvo el carro junto a la pila de agua y en alegre conjunción tomó del brazo a la novia y sendos besos le dio.
Y yo perplejo -dije perplejo- los veía. Y veía de reojo a
la Tala: Qué silenciosa, qué seria; algo quería.
Se desbrazaron y en ropa interior al agua chapotearon.
Y la Tala muda, seria, molesta. Algo quería.
Sus ropas en el aire flotaron y picarones en deleite se
sonrieron.
Y la Tala muda, seria, molesta, encabronada ¡Algo quería!
Y yo perplejo -perplejo-, a todos los veía.
CENIZAS DE Mis HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYEs
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TREINTA MONEDAS
¿Recuerdas padre, cuando el 1o de septiembre del ochenta
acompañaste al inspector Rafael Ramos, a trasladarme a mi
primer día de trabajo, en la serranía de nuestro estado?
- Sí, claro. Leía su cuarto informe López Portillo
-contestó en lúcida memoria.
- Hoy se repite el ciclo: Llevo a tu nieta a laborar a
un pueblo del estado norte. ¿Qué debo darle? ¿Qué debo
decirle?
- Consejos. Debes darle consejos.
- Pero tú no me los diste. Solamente me entregaste
treinta monedas para mis primeras necesidades -contesté
con dudas.
- Porque mi ignorancia me lo impidió. Porque mi silencio orgulloso me trabó.
¿Mi padre ignorante? ¿Mi padre trabado? No lo creo.
Me agrada la modestia de mi padre. Porque sus principios de honradez, su vida íntegra de hombre de bien, su
respeto hacia todo ser viviente, son desde mi niñez los mejores consejos ... Las permanentes glorias de la sencillez.
CENIZAS DE Mis HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REY ES
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UNA AMIGA, UNA ESTRELLA
Con cariño para ólfaricela %bio,
que seguro estoy, desde el cielo nos observa.
A fuerza de vernos caminar a diario somos más que amigos:
Somos familiares.
Allá va a paso firme Manríquez y junto a él Rojas y su
sobrino Del Río en amena charla; el trote y la belleza de Yahaira; el acompasamiento de Íñiguez y su señora; el mechón
trotón del maestro Cirilo; la velocidad del profe Carballo y
los pasos coordinados de Echeverría y su señora.
Perdón ¿Dije Echeverría y su señora? Perdón: Es la inercia. Va él solo, porque ella hace días se convirtió en estrella.
Hoy lo veo caminar diferente ¿Será el peso de la soledad? No lo sé. Me duele verlo solo; porque Echeverría no
sólo es mi amigo, es mi hermano.
CENIZAS DE Mis HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYEs
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VIDA
Al final del huerto de mi hogar está un voluptuoso círculo
de la vida, formado por soros, lengua de suegras, palmilla de
la India y otros helechos.
Y en el centro de ellos mi mujer sembró varas que tomó
del último arreglo floral que le regalé hace años. Varas fantasmagóricas en aparente muerte.
Sería la bondad de las raíces vecinas, el canto del viento
o los rayos del sol de Oriente; no se sabe. Pero hoy sus hojas
y flores alumbran con su belleza este nicho prodigio, verdor
de la naturaleza.
Y es ahí donde la gata de mi vecina, gata andaluza y
moradora, llegó a parir sus siete gatitos ... , sus siete verdades.
Catorce ojitos inquietos, veintiocho traviesas patas,
siete colitas en contrapeso cuidados, amamantados por el
cariño gatuno de su madre.
Qué maravilloso es Dios: Dio vida al resto del florero
para que en sus sombras renaciera nueva vida.
C ENI ZAS D E MIS H UES OS ~ CAVILAC ION ES D E ALFREDO R EYES
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VIEJOS
Mi padre acaba de cumplir 8 5 años, edad justa para recibir
todas las propuestas posibles, incluso las de la muerte, -dice
en tono de broma ...
- Padre ¿Duele estar viejo? Le cuestioné un día.
- En el cuerpo sí, en el alma no, pero aún así las dolencias son producto de momentos de felicidad en la vida.
-A mi me duelen las coyunturas de las piernas, de arriba a abajo, motivo de las grandes caminatas para ir a noviar
con tu madre, ver a mis amigos o andar en los caminos del
tiempo.
-Tengo arrugas en el rostro, que pude haber operado,
pero son las huellas de tiempos felices bajo el sol de nuestras
vidas y el resultado de acumular experiencias.
- He bebido amores de todo tipo: De tu madre, de
mis hijos, de los nietos. Caricias de Dios en toda mi alma.
He fumado aromas de montes, cañadas, mares desiertos y
mares llenos.
- He vivido en la sombra de un árbol, en los rezos de
mis cuates y hasta en mi casa, de cuando en cuando.
- He cantado, he reído, he amado, he fornicado, he
fumado, he bebido.
- Como ves, ponerse viejo, no está tan mal. Ponerse
viejo, para mi que es un premio.
CENI ZAS D E M1 s H uEsos ~ CAv i LACIONES DE ALF REDO REvEs
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Vo z
La escuché por primera vez en Radio Fórmula.
Me enamoré de su voz como me enamoré de Mónica
Bellucci, en La Pasión de Cristo.
Como me enamoré de aquella alegre desconocida que
me aceptó un ramo de rosas rojas.
Su voz me acompañó en los largos viajes de terracería que realizamos por los sufridos caminos de nuestras
rancherías y poblados.
Su alegría nos contagió trozos de felicidad en momentos difíciles .
Ojalá pronto los genios puedan tomar fotografías de
la voz como toman de crepúsculos, campos floridos y seres
humanos.
Yo les pondría la modelo. Yo les propondría su voz.
¿Quién es? ¿Cómo es la dueña de esta voz?
No lo sé.
Dicen que es bella.
Dicen que se llama María Elena Calderón de la Barca.
CEN I ZAS D E MI S H UES O S ~ CAVI LACIO NES D E ALFREDO RE YES
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ZoPILOTE
¿Zopilote? ¿Tú quisieras ser zopilote? ¿Te hubiera gustado
ser zopilote? Reiteré, incrédulo, mi pregunta varias veces.
Lo normal es que un niño quiera ser delfín, tigre, león,
oso ¡Pero zopilote!
Es el animal más bello. Cerradas sus alas evita los vientos. Extiende sus alas y los calores del sol recoge.
Se yergue altivo en la cima de cardones; y cuida su especie.
En vuelo, ¡no he visto tanta belleza! Extiende sus galas,
en plumas negras y blancas.
Y su canto: En silencio canta.
Hermano de negro. Aliado de muerte. Festín de carroña: Por eso sus miedos, por eso sus ascos.
Me quedé callado, y hoy cuando lo veo en el monte, en
el llano, admiro su chamba y me encanta su garbo.
¡Qué viva el zopilote, ave majestuosa!
CENIZAS DE Mis HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES
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ÍNDICE
Abrazos . . .. . .. . .. . .. . .. . . .. . ... . .. . .. . . . .. .. .. . . . ... .. .
Acuerdos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Admiraciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Merrado ...............................................
Aguas amorosas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Alberto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Amantes ...............................................
Amistades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Ángel terrenal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Aplausos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Armida ................................................
Bellezas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Buscador de agua
Carmina
Cementerio de mascotas ........................... .
Chispas de vida ....................................... .
Círculos .............................................. .
Compartidos ........................................ .
Compras ............................................. .
13
5
17
19
1
21
23
25
27
29
31
33
35
37
39
41
43
45
47
49
414 .................................................. .
51
Curandera .......................................... .
Daniela ............................................... .
Demoras
Decisiones
Despedidas
53
55
57
59
61
2 de Noviembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Dudas . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
El exilio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
El jariado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
El mar ..... .. ... ..... .. ....... ....... .. . ... . ..........
El zalate . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Encabronamientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Encerrados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Encinos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Escondite . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Fernanda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Filosofía ranchera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Golpes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Gracias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . .
Grillos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Incredulidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Inocencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Isa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Jesús . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Kenya ..................................................
La churea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Libertades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Llantos
Locuras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Magias . . . . . . . . . . . . .. . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . .
Maty . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Michelle . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Morbideces . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Oposiciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Órdenes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Paraíso
63
65
67
69
73
75
77
79
81
83
85
87
89
91
93
95
97
99
101
103
105
1 07
109
111
113
115
117
119
12 1
12
3
125
Pensares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Perpetuidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Pilar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Política . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Redondeces . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Regresos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Ros ángel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Rumbos .................. :. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Sembrando cervezas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Suspicacias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Tala . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Treinta Monedas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Una amiga, una estrella . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Viejos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Voz ....................................................
Zopilote . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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Cent as
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huesos
SECCIÓN: 3, Baja California
TITULO: Cenizas de mis huesos
Cavilaciones de Alfredo Reyes
EDITORIAL: Editorial del Magisterio "Benito Juárez" Del SNTE
AUTOR (ES): Alfredo Reyes Cervantes
TEMA: Literatura mexicana
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