CENIZAS DE M1s HuEsos , CAVILACIONES DE ALFREDOS REYES se terminó de imprimir en el mes de agosto de 201 3, en los talleres gráficos de la Editorial del Magisterio "Benito Juárez" del SNTE [email protected] [email protected] CENIZAS DE MIS HUESOS Cavilaciones de Alfredo Reyes Cent demts huesos Cavilaciones de Alfredo Reyes UNIDAD ORGULLO COMPROMISO H. XIV AYUNTAMIENTO DE La PaZ 2011•2015 CENIZAS DE Mis HuEsos CAVILACIONES DE ALFREDO REYES Primera edición, 20I 3· Impresión: Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación En portada: Lejanía para cían, obra de Gabriel Rodríguez, técnica mixta sobre tela, 76 x 100 CMS, producida en Fotografías en interiores: Alfredo Reyes Corrección de estilo y ortografía: Juan Melgar Diseño editorial y gráfico: Carlos Salvador Cárdenas La Paz, Baja California Sur, 2013 Impreso y Hecho en México 2011. (SNTE) AGRADECIMIENTOS Agradezco especialmente las facilidades para la elaboración de este libro al Mtro. Juan Díaz de la Torre, Presidente del Consejo General Sindical para el Fortalecimiento de la Educación Pública, a la amiga y licenciada Esthela Ponce Beltrán, presidenta municipal de La Paz. Este libro no sería posible sin la ayuda del profesor Juan Melgar Sánchez, maestra Matilde Cervantes Navarrete, Lic. Carlos Salvador Cárdenas, C. Karen Lizbeth Pérez Murillo, Lic. Daniela Espinoza Rubio, y de muchos más que con sus sugerencias han nutrido mi pluma para escribir estas vivencias. PRESENTACIÓN Reflexiones que nos permiten ingresar a un mundo paralelo, que sucede en la mente de un profesor, que con visión singular invita al encuentro con nuestras propias historias, y de los nuestros, muy al estilo sudcaliforniano. ¡Muy de los nuestros! Con una peculiar forma de escribir, de pensar y repensar, donde la espontaneidad del corazón, se hace presente a través de su voz, de las pinceladas con palabras, del buen uso editorial para compartir ese mundo íntimo de reflexión. Donde la locura desmedida se apacigua ante los momentos de la vida misma, pero que con la naturaleza inquieta de Alfredo, no decide atesorarlos para sí mismo, sino decide revividos y compartirlos, abriendo las alas de la inventiva y con el encantamiento de una voz, de un propósito, de una cámara, o de una pluma, emprende caminos para agrupar gentes, agrupar ideas, agrupar reflexiones y anécdotas. En esta ocasión con visión editorial que invita a su galería de ideas, donde los textos dan forma pública a sus múltiples percepciones dentro de cada vivencia ordinaria, convirtiéndola en extraordinaria. Con su característica e inusitada conexión social, más que simpática, empática, que envuelve las curiosidades en relaciones, con la generosidad del diario vivir y del canal transformador. Alfredo y su personalidad controvertida, pero con vocación de servicio, que da balance a cualquier intento de trascendencia, muestra los cotidianos .roles de la vida, desde el padre, abuelo, esposo, hasta el ranchero de la Sierra, el policía y el vecino acongojado. El profesor Alfredo Reyes Cervantes es sin duda un hombre creativo y amante del colectivo, un viajero constante, un libertario polémico, con liderazgo permeable, un político incomprendido en ocasiones (sin parecer importarle si es comprendido, mientras sea leído, compartido y hasta seguido). Pero sobre todo Reyes Cervantes es un poderoso aliado leal de la vida con justicia extravagante, con una nobleza intrínseca, transformada por los años, en una confiada sabiduría -muchas veces- incómoda para los que le rodean. Ahora en comunión con la sensibilidad, decide hacer magia y así como el agua fecunda la tierra, Alfredo fecunda los momentos, trayéndolos a la vida imaginaria, a través de la lectura, que reconstruye esas historias sudcalifornianas. Sin afán de ser un cronista, ni mucho menos un periodista, pero sí un viajero que hace uso de una escritura con envoltura de sencillez e irreverencia confortable, con profundidad de situaciones cotidianas, desarrolladas de una forma natural y amena para el lector. El profesor dentro y fuera del aula convencional, es un orgulloso de la herencia cultural sudcaliforniana y haciendo buen uso del sentido último de la escritura, el poder ser... , y trascender..., logra exprimir la creatividad e inmortalizar los instantes. Yo por mi parte admiro al ser humano, al hombre virtuoso, al político controvertido, pero más al escritor sensible, que invita a vislumbrar panoramas extraordinarios a través de la anécdota, la introspección y el deseo. Espero disfruten este viaje a la imaginería, al colectivo, a nuestras historias, a través de los ojos y el corazón de Alfredo. MTRA. MATILDE CERVANTES NAVARRETE Baja California Sur, enero de 201 3 Para jsabella, porque dedicárselo a mi nieta es sentir el cariño y el amor de todos los seres humanos que sin egoísmo han dejado huella en mi vida. lAW.Ona, fuente de inspiración y solidaridad hacia mi persona. lA Claudia, Cinthya y Éricka, por las satisfacciones convertidas en sonrisas que me han dado. ABRAZOS Hoy quiero abrazar la esperanza. Hoy quiero ver las cosas buenas; de las cosas malas no pretendo saber nada. Quiero ver los ojos de mi madre y retirarle la escarcha que anida, que se esconde misteriosa en sus arrugas. Seguir los pasos lentos de mi padre, que son tormentas para aquellos que no saben apreciar el paso de los años. Ver mi reflejo en las aureoladas aguas que la última lluvia dejó en baches y que el paso de mi perro rompe en graciosas olas y plumajes. Colgarme del tedio de la tarde para caminar por sus rumbos, por sus lados, saludando a los nacientes y alegres sembrados. Recargarme sonriente en mi pareja y enroscarme en su talle. Riéndome de pendejadas que te dejan las penas que le pido a los olvidos callen. Hoy quiero sudar con el resplandor del cielo, y sonreír sin recelo con cuanta mujer brille en destellos. Y a sus hombres alejados de mitotes, rebosantes de contentos darles un brindis por la vida y sus portentos. Que la envidia, que el rencor, que el miedo hoy se escondan, hoy se oculten ... ¡Y que se vayan al infierno! CENIZAS DE M1s HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REvEs I 3 AcuERDos No, no estoy rompiendo los acuerdos que tuvimos. Te hablo solamente para decirte que después de nuestra despedida quedaron algunas cosas tuyas, y quisiera dártelas, regresarlas. ¿Te acuerdas de aquellas caricias que me hiciste en la espalda mientras esperábamos el camión escolar? Ven por ellas. Quise tirar en el surtidero tu imagen de todos los lunes cuando llegabas en minifalda: Sobria, elegante, bonita. No pude; se enredó con mis recuerdos del día que te anuncié que te amaba, mientras tu cabellera descansaba en las flores como almohada. He abierto todas las puertas del departamento para que mi soledad se salga, pero ésta, inmóvil, se atrinchera en los rincones de la casa. Quizá si tú te dieras una vuelta, pudieras convencerla y en las líneas de tu corazón llevarla. Regrésame algo del coro de tus risas, porque has de saber que en mis patios, han caído estrellas tristes y he encontrado llanto, lamentos en fuentes y cornisas. Ven sólo unos días. Tráete un baúl enorme cargado en un carruaje; llenémoslo con todo lo que dejaste: Tus pensamientos, tus recuerdos; y si hubiese espacio, tal vez quepa yo, que también soy parte de ti, parte de tu equipaje. CENIZAS DE MIS HUESOS ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES 1 5 ADMIRACIONES Dormitaba entre recuerdos, juncos y rocíos, cuando la vi pasar: Pelo recogido en moño de altivez, amarrado con listones opacando al Sol, mientras sus holanes rozaban las piedras en coquetería de mujer completa. El viento, cómplice de la morbidez, plegó su vestido al cuerpo, para admirar sus senos, sus nalgas y sus puntales, y la bolsa en su mano completó la mórbida fotografía. Volteó en coquetería externa y viejas andanzas de placer recorrieron mi alma: Estrella magnífica y serena iluminada a plena luz del día. Silbando entre arboledas me llegó el placer y embelesado admiré su cara, su cuerpo, su cabeza, sus pies. Observo su gracia andante y el vaivén de sus caderas mueve mi corazón a ese ritmo, mientras sudores de placer corren por la calle; la siguen, la alcanzan, la detienen. Calenturas de pasión y del deseo pasan por mi casa, a la misma hora, a los mismos tiempos ... , y yo anhelo mis riberas de placer entre los hierros retorcidos de las rejas. La morbidez de las buenas tardes la acompañan siempre. Así vivo mi relación con la nueva inquilina. Así observo los soles de belleza en mi vecina. C ENI ZAS D E MI S H UESOS ~ CAVILAC IO NES D E A LFRE DO REY ES I 7 AFERRADO Por razones laborales estaba en la casa de la presidenta municipal. Mientras era recibido, me acomodé en un sillón de mimbre que ex profeso estaba en la esquina de la terraza. Aspiré el aire fresco de la mañana, viento del Noroeste con olor a lluvia, con olor a crisantemos. Por inercia tomé el viejo periódico que yacía en la mesa, lo abrí para leerlo y gotas de agua mojaron sus letras inmóviles. Va a llover, pensé, mientras alzaba la vista, siguiendo la línea metálica de la antena de televisión. Llamaron mi atención los plumajes grises y rojos de un pájaro carpintero que en sus niveles superiores, en su grandeza, era rojo por arriba, rojo por abajo ... , y entonces cai en cuenta. No eran gotas de agua, mucho menos sudor del ave: Era sangre, que fluía por sus heridas. Admiré su canto alegre, escuché el tac-tac de su pico labrar el metal anténico, mientras sus patas como pequeños garfios se aferraban a la vida. Grandiosa es la obra de Dios, no cabe duda. La puedes admirar en el arcoíris después de la lluvia, en los diapasones de la música o en los estertores de un ave herida. Admiro a los animales y a los hombres que en una pequeña luz ven la expectativa en la esperanza de seguir arriba. Reconozco a aquellos que en los peores escenarios, con mirada objetiva, luchan ... , no declinan. C ENIZAS D E M1s Hu Esos ~ CAVI LACIO NES D E ALFREDO REYES 19 AGUAS AMOROSAS Rigo es un gran amigo mío de la comunidad de San Isidro. Tiene un defecto: Es demasiado afecto a las féminas. Tan sólo en su pueblo -que no llega a cuatrocientos habitantestiene 3 "esposas" y 4 hijos con cada una de ellas. Cuando baja a la ciudad -en su viejo Ford 78 '- las reúne y las lleva juntas. Y aunque al principio remilgan un poco, a las pocas millas intercambian diversos comentarios de la vida cotidiana, mientras su galán conduce. - Rigo, ¿cómo le haces? Inquirí inoportunamente un día. -Venga mi profe. Dijo, mientras me llevaba entre frutales, datilares y carrizales. Llegamos a una corriente del oasis y apuntando al centro del ojo de agua, donde brotaban aguas cristalinas, con afrodisiaco énfasis me señaló: ¡Ahí está el secreto profe! ¡Vitamina pura! -Volteé a verlo y en su rostro se dibujó una sonrisa pícara. Será verdad, será mentira. Yo, por las dudas ... Me traje un galón llenito. C ENIZAS DE M1s HuEsos ~ C AV ILACIO NES D E AL FRE D O REYES 2 I ALBERTO "Ayer murió Alberto, profe", escribieron en mi muro. Deja en la orfandad a un par de poesías hechas chiquillas, y a una mujer hermosa: Una rosa en primavera. Alberto fue mi amigo. Su padre, mi amigo, mi conocido. Y hoy ruego a Dios por sus sentimientos lastimados y heridos. Aún recuerdo cuando me lo presentaron: Pelo ensortijado, sonrisa abierta y mirada de alborada. -¡Allá va el Alberto! ... ¡Aquí está el Alberto! ... ¿Qué se le ofrece profe? ... Alberto aquí. .. Alberto allá. Actividad a manos llenas; disposición al trabajo; verticalidades plenas. ¿Por qué lo escogió la muerte? No lo sé. ¿Sería por su desenfado y reír desenfrenado? ¿O por su amor al amor de manera directa y franca? Quizás algún encargo del Dios Supremo. Una petición o una necesidad de alegría al cielo. Tal vez se agotaron las sonrisas de ángeles plenos. Ojalá sea por eso. Ojalá sea por eso y no por capricho de la miserable parca. Porque gente como Alberto, en esta tierra hace mucha falta. CEN I ZAS D E M1 s H uEs o s ~ CAVI LACIO NES DE A LFRE DO REYES 23 AMANTES Si alguno lo siguiera por las veredas entre chollales, arroyos y pedregales ... , diría que está loco. Porta en la mano izquierda su sombrero, y sus mechones los sacude el viento, mientras sus pasos, raudos y veloces, como tic-tac lo acompañan. Baja la serranía en friega, mientras de reojo ve atrás su choza, que guarda su esposa, sus hijos ... , su familia. Él dijo que va a campear, a buscar la vaca josca. Pero no. Él sabe que miente. Las vacas no se campean de noche ... , y menos con nuevos perfumes. Camina kilómetros entre el monte. Llega tras las faldas del Ancón y desde lejos la siente, la huele. Llega, la besa, se enrolla en su cintura, besa sus turgencias, la desnuda y como animal en brama la hace suya. Se sube los pantalones, se abrocha el cinto. Y regresa sin vaca, sin aliento ... , sin ella. CENIZAS DE M1s HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO R EYES 2 5 AMISTADES Por razones varias no eran mis días de suerte. Había fracasado en el intento de llegar a un espacio laboral importante, y la cirugía en la entrepierna aún me dolía. Entré al cajero más por inercia que por necesidad. Iría de compras. Tal vez en avión, en ferrocarril o en velero;.algo nada complicado, algo sumamente austero. Dicen que el estrés baja con las compras; veré si es cierto, me dije pa ' mis adentros. Por coincidencia entró la llamada cuando la tarjeta pidió el cajero. ¿Dónde andas Alfredito? ¿Qué haces? Hoy el Congreso me prepara algo interesante: Me otorga un reconocimiento. - He pensado en ti y en Vicente para que me acompañen: Mi amigo y mi hermano. Vente a mi casa, aquí te espero. - Presidenta, tú lo sabes, poco afecto a reflectores y a protocolos ... Además, arrastro una pata, como perro callejero. -Vente cabrón, déjate de chingaderas; esos son achaques, producto de tus años, de tu vida pendenciera. Y heme aquí arriba de la Suburban: De traje, corbata y peine, acompañando a Esthelita. Sonriendo junto a Vicente. ¿Que por qué lo cuento? Por arguende o mitotero, puede ser, tal vez, para mentes muy pequeñas. Yo solamente lo hago porque desde hace años Esthela es mi autoridad, mi presidenta; pero hace ya mucho tiempo, por si usted no lo sabe, es mi amiga, mi cuate, mi confidente. C ENIZAS D E Mi s H uEs o s ~ CAVILACIO NES D E A LFREDO REYES 27 ... ANGEL TERRENAL ¡El tambó, la yaudía, la irela, la handela ... ! ¡Hané, hané! Se escucha en los pasillos, los tejabanes y patios, la cantarina voz de Karina mientras juega sola con la vieja y maltrecha lotería mexicana. Me ve llegar y deja todo. ¡Ahuifrero! ¡Ahuifrero! Corre, grita, me abraza. Ahuifrero he mi amigo, dice en su lenguaje Down. Yo la observo y veo en sus ojos el resplandor del mundo, veo su sonrisa que muestra a todos las estrellas del universo. Veo su rostro y en él cabe toda la ternura e inocencia del paraíso. Reflexiono: Y pensar que hay seres que dudan que existan ángeles en la tierra. CENIZAS DE M1s HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REvEs 29 APLAUSOS Pensamos que las lluvias de agosto y el verdor de los arroyos la alejarían de nuestras vidas. Sin embargo, no fue así. Hoy el monte luce verde y la vegetación antes gris, hoy aterciopela el horizonte con quelites, malvas y verdolagas arrastrados por el suelo. Mientras los cactos esconden sus espinas para los veranos siguientes, pastos espigados visten los declives del terreno, y nosotros esperamos. Semicírculos de hombres adornan la tarde después de las labores cotidianas del ranchero. El Toño se aligera la ropa y toma asiento en la piedra del desierto. Roberto deja el mantel sobre el cofre sucio y enlodado, mientras se empina la tercera cerveza. Fernando se acomoda en la colgante hamaca y en su mano izquierda sostiene una palma, abanico rural para los calores de la tarde, y yo sostengo en mis manos el cigarrillo prendido, motivo para mis nervios y mis ansias. Se muere el paisaje quieto. Y puntual arriba, por arriba de los cercos, palos secos clavados en el suelo, sostenidos por alambres de púas y de recuerdos, la dejan pasar en paso elegante. Avanza sigilosa entre mantos de sueños de los verdes del campo y como a veinte metros se detiene. Le subimos al radio y al compás de la música ranchera, como cada tarde, la liebre llega; la liebre baila; la liebre canta. Y nosotros embelesados, llenos de encanto, al terminar su tanda la arropamos, le cantamos, le aplaudimos. CENIZAS DE MIS HUESOS ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES 31 ARMIDA Hace días me entrevistó Armida Torres de Caloca. Periodista de siempre, eterna enamorada de Nayarit, de su gastronomía y de su gente; gustos en los que coincidimos plenamente. Con puntualidad exacta me pregunta sobre mi labor política. Me encanta su acuciosidad periodística. Apaga su grabadora, y con profesionalismo humano, hace preguntas sobre mi salud y mi familia. Me gustan los periodistas que hurgan, buscan, exhiben tu vida pública. Pero admiro a aquellos que guardan, esconden, cuidan tu vida privada y familiar. De esta esencia es Armida. De esta piel es Armida ... De este tacto es mi amiga. C EN I ZAS D E Mi s H uEs o s ~ C AV ILAC IO NES D E AL FREDO REv Es 33 BELLEZAS Con cariño para <América, Yaniré, Carmelita y muchas nayaritas mds Nosotros nos quedamos. Nosotros no nos vamos. Y mi mirada barrió sus rostros por un par de segundos. Media docena de funcionarios habían renunciado en protesta por mi llegada. Muchos por fortuna se quedaron, y entre todos, ellas tres. Tres desconocidas entregando la confianza, la fe a un extraño, a un sudcaliforniano en tierras nayaritas. -Son valientes. Dije, entre el miedo y la sorpresa. -Son muy guapas, muy bellas. Dijo Víctor Vázquez a mi izquierda. Programas, proyectos y convivencia hermanaron nuestras almas. Y fueron cobijo de ideas y de respaldos a mis planes, a mis sueños, a mis tropelías. Hoy, a más de diez años de distancia, las guardo en el corazón; las guardo en mis recuerdos. Hace días las volví a ver. Sé que son leales. Sé que son fieles. Sé que son guapas. Sé que son bellas. Hoy, a diez años sé que han transcendido, sé que han triunfado. ¡Ay Jesucristo de cuerpo entero! ¿Qué se hacen las mujeres nayaritas ... , que no se hacen nada? CENIZAS DE Mis HuEsos ~ CAVlLACIONES DE ALFREDO REYES 35 BuscADOR DE AGUA Primero con desconfianza, luego con escepticismo, después por necesidad, seguí sus pasos. Habíamos llegado hasta lo alto de San Antonio de la Sierra, en pleno Matancitas y el árbol del centro, el gran zalate nos dio sombra y abrigo. - ¡Listo, profe! Habló y ordenó el guía por el arroyo abajo entre unas verdes nopaleras. El descenso fue difícil, pero no tan complicado como sería el regreso. Caminamos entre hojas de sanmiguelito y chollas que juntas, en asimetrías diversas y colores, se enroscaban adornando el horizonte. Mis botas se hundieron en la arena seca al viento de verano y sus espinas lastimaron calientes nuestros rostros. Entramos a un cañón de piedra, colgados en sus brazos, ramajes desconocidos amarillo, verde mostaza, nos saludaron con rayos de esperanza. Con celo hombruno, Jesús Tamayo desnudó un recoveco de ramajos y de lo más profundo, cortó con firmeza una "Y'' griega de cacachila. En profunda concentración oró a los dioses del desierto. Filosofía ranchera. Cerró los labios y con los ojos abiertos lo seguí entre paredes de rocas secas y milenarias. Tembló su mano, tembló su rostro, temblaron mis ansias. Tembló la rama. Entre los riscos quitados con nuestros dedos, brotó el chorrito de agua, el líquido de vida, la alianza entre el hombre y el agua: Su principal alma. CENIZAS DE Mis HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES 37 CARMINA Me agradan las mañanas frescas , lozanas, llenas de vida, llenas de destellos. Me enamora iniciar el día rodeado de canto de pájaros que no veo, pero que guían mis sentidos hacia niveles de bienestar supremo. Las calles tienen algo especial, diferente. Las fachadas cambian con la coloración del día, con los giros del Sol. Las casas permanecen quietas, serenas al comenzar el día, y puedo verlas en su belleza acrecentar mis guardas. Y de ahí, de una de ellas, rutinariamente surge una hermosa joven: Uniforme a cuadros, pelo recién lavado movido por el viento, y que al andar por las aceras, surte su rostro con atenuados colores, opacando con su sonrisa las rejas adornadas de flores. Me gusta el desenfado de Carmina. Mochila al hombro, pelo ensortijado negro, juventud plena y viva. Me gustan los jóvenes como Carmina. Andar en la vida sin preocupaciones; gozar el hoy porque no hay mañana; cargar el ayer como experiencias. Ser feliz hoy. Sólo por hoy, para ser feliz siempre. CENIZAS D E Mi s H uEsos ~ C AVILAC I ONES DE ALFRED O REYES 39 CEMENTERIO DE MASCOTAS Ayer mi hermano llegó de fuera. Y los recuerdos, las anécdotas y los chistes fluyeron, cobijados por la carne asada, las heladas cervezas y la calidez del whisky. Nuestros corrales, nuestras gallinas, nuestras naranjas, nuestra defensa por el indefenso árbol de la India, que por error subieron entre los frutales para sembrarlos en nuestra huerta en el lejano 196 5. -No servirá de nada ¡Tírenlo! Dijo mi padre entonces. Y en ecológica complicidad -mi hermano y yo-lo sembramos al final del patio. Lo alimentarnos de agua sobrante para cerdos y en sus pies enterramos nuestras mascotas. Hoy se yergue ufano, y en su sombra los nietos, los hijos, cada domingo en sus ramas descubren a los pájaros ... , y sus risas alimentan cada una de sus hojas. Y hoy espalda con espalda, mi padre y él se sienten familiares ... , se miran como hermanos. CEN IZAS DE Mi s H uEs o s ~ CAVILACION ES DE ALFREDO REYES 41 CHISPAS DE LA VIDA Desde la habitación donde me arreglaba, pude ver por un caprichoso reflejo de varios espejos, a una veintena de chiquitines que alrededor de la mesa del comedor observaban con asombro una plancha de pastel de color blanco y adornado en el centro con un hombre araña, mientras oían la orden de salir al patio a quebrar la piñata y esperar la distribución de las clásicas bolsitas. Ya sería más tarde cuando habría que zamparse el pastel. Salió corriendo la chiquillada, pero pude atisbar que Carlitos -chicuelo de 5 años- imitando a Michael Jackson dio unos pasitos atrás y tras voltear hacia todos lados, atravesó con sus dedos el betún del pastel para engullírselo completo y después salir corriendo para unirse al grupo. Sonreí para mis adentros y comprobé que una vez más la audacia había vencido a la timidez, y que la niñez, por fortuna, no siempre respeta las reglas de urbanidad. CENIZAS DE M1s HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALPREDO REYES 43 CíRCULOS Ayer murió mi vecino. Años de trabajo y sacrificio cerraron su corazón por siempre. Asistí al velorio y la vi acongojada, serena, enlutada, digna ante la presencia de la muerte. - Lo lamento, vecina. Dije en tono aplacible, mientras me dirigía al ataúd, que guardaba al inerte cuerpo. El vidrio reflejó mi rostro ..., y en su rostro muerto reflejé mi vida. Mi faz presenta surcos de arrugas en mi frente y mi pelo gris, ceniciento, cayó en ella, como queriendo cubrirlas. No cabe duda que la vida se pone vieja, y la experiencia acumulada en la vida yace, mora en nuestro rostro, en nuestro cuerpo. Los años pasan, y en acumulación permanente se quedan, permanecen, como sueños aprisionados. Somos veteranos en el camino andado por nuestros ancestros, y sus huellas guían nuestros pasos en el transitar de la vida a la muerte. Así se cierra el ciclo de la vida. Así es el anillo de la muerte. Muerte que paciente espera, mientras nosotros archivamos día a día la vejez en los morrales cotidianos. CENI ZAS D E MI S H UESO S ~ C AVI LACIO NES D E AL FREDO REY ES 45 CoMPARTIDos Han pasado los tiempos, han madurado nuestros centros y hoy querida mía, el mundo nos sigue quedando pequeño. Hoy que el otoño ha arribado y en los campos el verdor se ha retirado, es quizá tiempo de recordarte que te sigo amando. Veredas con chamizales, tembuques y espinales, en nuestros rostros la sonrisa no ha menguado. Espalda con espalda, mano con mano, hemos caminado, a veces tú mi guía a veces yo tu canto; a veces tú gaviota a veces yo pescado. Ocasiones pocas tú has sido noche, tú has sido enojo, en cambio yo ante cualquier detalle brinco, salto. Pero al final del día tú eres mi cobijo y yo tus brazos. Y cuando la noche llega en vestimenta oscura, tú sigues siendo vela, tú sigues siendo faro; yo sigo siendo barco, tú sigues siendo el agua y yo el cantarina cántaro. Y pronto, por el reflejo de los años, los fríos nevados se quedarán por siempre en nuestro pelo, pero aún en esos tiempos tú sigues siendo sombra, silencio ... Yo seguiré siendo misterio, yo seguiré siendo pecado. CENIZAS DE M 1s H uEso s ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REvEs 47 CoMPRAS La vida - dicen los que saben- no es una batalla, es un juego ... , y no debe ser queja, lamento, al contrario debe ser gozo, alegría y otras linduras. Por eso hoy decidí salir de compras por las calles y avenidas, por las casas y sus tendajones. Comprarle una sonrisa de luz al ciego para entregársela al que herido en su alma, aun padece el corte de un brazo, una pierna ... , corte no por trabajo sino por descuido. Regatearle unas burbujas de alegrías al saltador de la esquina, que hace malabares por monedas y sonrisas, regalársela al rico que bajo mil llaves esconde sus millonetas miserias, envueltos en billetes y movimientos de bolsa. Comprar la intuición del niño, que por inocente comete errores mientras crece, y dársela al político que en escritorio ofende y no atiende al ciudadano que por necesidad desea verle. Comprar sonrisas que brotan en parque como cascabeles, para tenderla al viento y alegrarle el día a los que por miedo y temores no dejan su casa, no salen de su guarida. Archivemos, pues, el miedo a la pobreza, al fracaso, al olvido y a todo sentimiento que no nos deje ser libres ¡Que permanezca escondido! CEN IZAS D E M1 s H uEsos ~ CAVI LACIONES D E ALF REDO REY ES 49 Hace días volví y me asombró su estática. La vi igual que antes: Llena de tierra, más descolorida, más flores, menos aromas. En ella aprendí a disfrutar mi infancia. En ella Mariana, una noche, me robó mi adolescencia. Me enseñó que no es cierto que las mujeres que sueñan con el sexo se quedan enanas y que a los varones jamás nos sale vello en la palma de la mano. Me prendí de ella, de mi calle, como se prende la enredadera de las paredes viejas. En mi adultez, he visto a mis sobrinos sentarse en sus piedras y cobijados en sus sombras, hacerle el amor con la mirada a las muchachas después de terminar la misa del domingo. Se fueron las Murillo. Las Medina viven en La Paz. Algunas fallecieron; pero mi calle sigue igual. Guarda secretos, calla rumores, calla discordias. Quizás ... , quizás por eso se mantiene igual. CENIZAS DE M1s HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES 5I CuRANDERA Camino entre pedruscos, cactos, pitahayales y otros paisajes del desierto. El sol de verano me acompaña como amuleto luminoso, mientras porto en mi mano izquierda la liebre que esta mañana falleció por motivos del fusil que en la derecha porto. Me pierdo ensimismado en mis pensamientos y encuentro la vieja choza de chiname -vivienda rústica trabada de palo de arco- de la curandera María de Todos los Soles. - ¿Qué andas haciendo, cabrón? Me dice con su florido lenguaje. -Nada ¿Y tú? Respondo mientras me acomodo en la vieja silla mecedora. - Un poquito de todo: Limpiando mis majestuosos ca-racoles de la buena vibra .. ., sacudiendo las amorosas lacas y los amarillos marfiles ... , sacudiendo los ajos llenos de rumores ... , espantando el desencanto de las asperezas ... ,corriendo a los fantasmas de los fantasmas y todo callo que huela a muerte ... , -Me dice en tono sombrío. Le creo con puntualidad, pues tiene siglos sobre sus arrugas. Como si fuese eterna. CENIZAS DE M1s HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES 53 DAN lELA (jracias 'Daniela, mi eficiente secretaria Ayer me felicitó Federico Riestra: Profe, qué completo focebook tienes. Fotos, anécdotas, greguerías, absurdos, curiosidades, hacen tu foce muy atractivo. Le agradecí con una sonrisa el comentario. No quise hacerlo verbal ni por escrito, porque engañaría a Federico y no se vale. Aquí yo tomo las fotos , pues sí; pero eso que chiste tiene. Que los rancheros, mis amigos, me cuentan sus vivencias y yo les doy vida, pues sí; pero eso no tiene mucha gracia. Que de mis recuerdos saco las greguerías y les doy vida, pues sí; pero qué tiene mi vida de interesante. Que de los caminos de la vida saco los absurdos de nuestro planeta y de mis viajes ilustro las curiosidades, pues sí ¿Y? Pero qué sería de todo esto, sin la preocupación puntual de ella, porque en lluvia, temblores o días libres escoge las fotografías adecuadas, y no las plasma si de ellas no se enamora. O la amenaza decisiva de ¡Renuncio! Ante mi negativa de seguir escribiendo. Usted le alegra el día a alguien, fue su argumento, y su amenaza de irse lo que me tiene escribiendo. Ella es así, enamorada de la vida y sus responsabilidades. CENIZAS DE M1s HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES 55 -¡Está jalando el pargo, profe! La escucho jubilosa cuando existen más de cinco comentarios a nuestro trabajo "Feisbukero" ... Yo tengo duda respecto a si soy el dueño, el cuerpo de mi face, pero lo que no dudo es que ella es el alma, el espíritu de mi trabajo. 56 CENIZAS DE MIS HUESOS ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES DEMORAS Hace meses, como te lo prometí, compré con mis ahorros una casa frente a los cañaverales, ahí junto al arroyo donde un día te conocí. Sacrifiqué un nido de flores blancas, cambié de lugar una higuerilla y limpié el jardín de malvas secas. Todo para que tú te sientes por las tardes o cuando anochezca. He sembrado pinos en la entrada, para que cuando llegues te den la bienvenida, y que el viento los mueva en permanente reverencia. A sus pies he puesto claveles y azucenas para dar colorido a tanta belleza, y que cuando pases tu aroma las confunda. En la parte de atrás sembré naranjos y limones, para que por las noches el aroma de azahares nunca falte y que tú, amada mía, tengas sólo sueños blancos. En cada ventanal sembré rosales rojos, lilas, blancos y amarillos, para que cuando tú te peines, inicies sonriendo el día. Por la puerta encontrarás timbales de cantos sorpresa, para que tu andar por toda la casa se acompañe con alegres melodías. Ya nuestro perro ha conocido todos los rincones y te juro que en su rostro hay muestras de nervios por la espera. Hoy sólo falta que tú te animes a llegar despacio, a llegar mañana. Sentado, yo aquí te espero. CEN I ZAS D E MIS H UESOS w CAVILAC IO NES D E ALFREDO REYES 57 ¿Te acuerdas de los pinos, los rosales, los cítricos, las puertas y ventanales? ¿Te dije de las malvas, los geranios, nuestro perro y los adornos musicales? ¿Te acuerdas de la casa que compré cuando te conocí y que arreglé pa ' tu llegada? Veo el sol cada amanecer desde mi cuarto, escucho el tic-tac del reloj en el buró desierto, busco tu cuerpo en nuestra cama... , y nada. Han pasado los otoños y sus luces, los inviernos y sus nieves, he sentido el ciclo de la lluvia y por respeto a tu ausencia he quitado los cristales .. , para oír tus pisadas cuando arribes a nuestra morada. Ha vuelto a nacer la malva en nuestros jardines, y las flores que entre pinos sembré, hoy se confunden con zacate y espinales. Los árboles caen hasta el suelo llenos de naranjos y limones. He tenido que levantarme entre ellos porque mis lágrimas me impiden apreciarlos. Se confunden, y todo porque tú no has llegado. Los rosales han cambiado, como cada temporada, sus trajes de colores. Alfombras de pétalos caídos me recuerdan que hace tiempo espero tu llegada, y nuestra mascota sin ladridos se ha quedado, todo porque los gastó pensando que la espera sería breve, sería corta. Y yo aquí, amada mía, envejezco viendo el sol caer en el sendero, sentado, con una cobija a la espalda, sintiendo tu ausencia al calor del fuego. 58 CEN I ZAS D E MI S H UESOS ~ CAV ILAC IONES DE ALFRED O REYES DECISIONES Hoy decidí romper para siempre mis sueños. Hoy decidí no volver a tener quimeras ni expectativas sin dueño. ¿Para qué visitar París y sus callejuelas, Las Vegas y sus andanzas o Sudamérica y sus noblezas? Mejor tomaré la mano diestra de mi padre y como adolescente lo guiaré por nuestras calles, oliendo a rosas y a tulipanes. Ya no quiero los besos de Maribel Guardia, los pechos de Anette Michel ni la sonrisa de Ninel Conde; quiero tomarle los sueños a Isabella, mi nieta, y caminar entre charcos enlodando su niñez, juntándola con mi infancia. No deseo los vientos saludables del Himalaya, ni las nieves eternas de los volcanes. Deseo tomar el camino de regreso a mis ciudades y pedirle perdón a mi ex por los momentos olvidados. Quiero darle la mano al viajero, enseñarle blancas espumas que con furor rompen los hielos, dándole adornos a la tierra, alientos y frescura. Voy a charlar en los montes con amigos ganaderos, esos que ríen en las eternas sequías o bajo los leves aguaceros. Quiero recostarme en las laderas del cerro para contar los cientos de estrellas, como cuando era pequeño. Por lo pronto ¡Que se chingue Maribel Guardia! CE N IZAS DE M1s HuEs o s ~ C AVILAC ION ES D E ALFREDO REYES 59 DESPEDIDAS A La memoria de mi amigo jesús <.../[ntonio Zgzueta Zgmora ¿Qué día es hoy? Preguntó con el último aliento que le quedaba. Viernes 23 de noviembre, fue la respuesta. - De 201 2. Agregué con voz entrecortada - No olviden esa fecha; no la olviden. Fue su última recomendación. En su lecho de muerte estábamos Lery, su esposa, su güera; Ramón su hermano, el menor de los Zazueta; su hija Cinthya, algunos más, yo y nuestra tristeza. Así se despidió mi hermano de este mundo, haciéndolo con la serenidad que siempre lo caracterizó. Organizado a más no poder, organizó hasta su propia despedida. Quiero mi tumba en el cementerio del Refugio, el rancho de mis ancestros, y mi tumba cerca de la de mis padres, pidió horas antes. Han pasado algunos días y su recuerdo sigue vivo en mi. Y cómo no, si segundos antes de su partida ya se había despedido de Lety, Cinthya, Ramón y le faltaba yo, que por prudencia había permanecido callado. Lety le musitó: Aquí está tu hermano, el profe Reyes. Entonces abrió sus ojos y se miró en los míos, levantó su mano izquierda y en ademán de adiós, se despidió para siempre. CENIZAS DE M i s HuEsos Cl:l CAVILACIONES DE ALFREDO REvEs 61 2 DE NOVIEMBRE Su alma de aventurero lo traicionó un día. Su espíritu de guerrero sucumbió con alevosía. La muerte lo marchitó por siempre, y a ella la secó por dentro. Así de breve, así de corta fue su vida. Dieciocho años, dieciocho juventudes varoniles, dieciocho otoños silenciados por la parca. Sus restos yacen en el cementerio del pueblo. Los herrajes de su cruz enmohecen cada tarde, y grietas perennes cubren su lápida sombría. Y hasta ahí, como cada 2 de Noviembre desde 1978, llega Isaura. Alma en pena que deposita flores frescas al amor eterno, al novio de siempre ¿Cómo hubiera sido de esposo? ¿Cómo sería de padre? No lo sabe. Sólo sabe que regresará como cada noviembre a depositar sus cuitas .. , a depositar sus penas. CEN IZAS DE M1s Hu Es o s ~ C AVILACIONES D E ALFREDO REY ES 63 DunAs ¿Abuelo, de qué color es la luz? ¿Abuelo, los pajaritos también tienen miedo? -Pregunta mi nieta Isa. Y yo distraigo mi atención del Ipad, para ver su rostro, su sonrisa, sus preguntas. - Claro que tienen miedo, pero también tienen sueños. Y la luz, mi pequeña, es del color del alma. -Y el alma, abuelo ¿Tiene un color? Y sus sueños ¿De qué son? - Su color es el color de Dios y sus sueños son ejercicios de comunión. - Y Dios ¿Sólo viste de un solo color? ¿Y qué es la comunión? -La comunión son tu madre y tú; la espina y el rosal; el viento y la hojarasca. Y Dios tiene un solo color pero mil disfraces. - ¿Cómo es eso, abuelo? -Se disfraza de rojo intenso en el amanecer del día, de gris y verde en la barca del pescador, en negro y blanco en las gaviotas del cielo. Mi nieta incrédula me miró, tomó sus arreos de juegos y sin despedirse se alejó. Yo, confuso y confundido en lenta espera, me levanté. ¿Se alejó porque de sus juegos se cansó, se hartó .. , o va a caminar en la vida buscando en cada detalle el disfraz de Dios? CENIZAS DE M1s HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES 65 EL EXILIO ¿Qué es el exilio, don Víctor? Pregunté una tarde a mi amigo el poeta gallego. En tarde torrencial, por cierto. Esperó que pasara el trueno que precede al rayo. Soltó la bocanada de humo. -Es partirse en dos, maestro. La mitad de uno se queda en tu ciudad natal, junto a los familiares, a tus perros callejeros, en los recovecos de nidos de pájaros, en las entrañas de tus muertos. -La otra parte se viene contigo, con acorralamientos perennes, con sueños que nunca llegan, con miedos que no te dejan, con acosamientos eternos, te persiguen y persiguen tus pasos .. . -Dijo con dejo de tristeza, mientras sorbía un trago de ginebra reposado. ¿Fue la lluvia? .. , no lo sé. ¿Fue una lágrima? .., tal vez. Pero sus ojos brillaron mientras el cielo se caía a borbotones. Lo volví a ver. Pregunté -¿Y la muerte?, Don Víctor, ¿Qué es la muerte? Y su respuesta fue: -La muerte .. , la muerte es mejor.. , es mejor que el exilio, profe. C ENIZAS DE Mis HuEsos ~ CAviLACIONES DE ALFREDO REYES 67 EL JARIADO En los verdes gajos de los minúsculos arroyos, atrás de los cardenales y ciruelos, ahí en lo más recóndito de la sierra, lo encontró. Lo venía siguiendo hacía días por orden de la máxima autoridad todosanteña. Contra lo que esperaba, el indio Jariado -robavacas y asaltante- no se escondió. Recostado en una piedra lo esperaba. El fulgor de la hoguera le daba un aspecto distinto, diferente a como se lo habían platicado. -Toma -le dijo-, dándole una brasa encendida, misma que tomó con la palma de la mano derecha y que en su cultura significaba hombría y bienvenida. Simón Avilés -viejo zorro policiaco- la tomó y aunque sintió el ardor, no dijo nada. Hombría contra hombría. - No opongas resistencia. Has hecho mucho daño y la sierra necesita tranquilidad y armonía. Vengo a detenerte. - El hombre no mata al hombre. Ésta no era tu tierra, mestizo; era el nido mío y de mis ancestros. Pero descansa, para no tomar ventaja, y mañana cuando el sol llegue, lucharemos mano a mano como los grandes: Me muero o te mueres. Y como si nada, cubrió su cuerpo con una frazada negra, mientras le volvía la espalda. CENIZAS DE M1s HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES 69 Amaneció embrisado cuando el policía despertó. El Jariado estaba sentado en lo que se suponía era una piedra, pero que al observarla con cuidado, se dio cuenta era una tumba. Siete cruces. Siete tumbas: Agentes que le precedieron y que no pudieron capturarlo y murieron en sus manos. El indio dio un giro a su cuerpo y los rayos del sol le iluminaron el rostro. -¿Dormiste bien? -Dijo en tono amable, mientras lentamente se levantaba, dejando ver un taparrabo como única prenda de vestir. Caminó unos pasos y del tupido mezquite descolgó el puñal, mientras en su mano derecha sostenía unas correas de cuero, mismas que enrolló en su muñeca izquierda para afianzar mejor el cuchillo. -Al mal paso darle prisa, sentenció mientras arqueaba el cuerpo; cuerpo que se había cubierto de aceite. -Tienes un par de minutos, mestizo. Las desgastadas botas del polizonte levantaron restos de plantas secas que se mezclaron con el polvo, mientras brincaba hacia atrás para evitar el tarascazo del puñal, que pasó cerca de su pecho dividiendo en dos el viento. El monte olía a tantearse .. , olía a nervios .. , se oía el trote de la muerte. 70 CEN IZAS DE M is H uEsos ~ CAVI LACIONES DE A LFRE D O REvEs Tenían más de treinta minutos de lucha cuerpo a cuerpo, sin darse tregua. El listón del pelo del indio Jariado hacía rato que yacía en el suelo y al sombrero del agente rural lo había retirado el mismo viento. Ambos cuerpos estaban heridos de muerte producto de los navajazos. La sangre se mezclaba con el sudor. Olía a rastro de pueblo. Sangre, sudor y miedo encubiertos por la adrenalina. Sintió el cuchillo adentrarse en su cuerpo no una sino varias veces, hasta que éste se entrampó en sus costillas para impedir que la masacre continuara. Borbotones de sangre salían por sus heridas. El Jariado le dio la espalda dejándole el cuchillo adentro. Él, herido de muerte en su orgullo y en su cuerpo. Sería el compromiso con su pueblo, la necesidad de cumplir con su palabra, o solamente fue el instinto, pero el grito de dolor del Indio estremeció la sierra ... Aves de todas las especies cubrieron el cielo, mientras Simón Avilés le retorcía los testículos hasta verlo desfallecer.. , hasta que el último aliento del Jariado salió entre sus dientes. Así lo desmayó. Así lo amarró a la bestia. Así lo bajó a todos santos. Así, así lo trajo. Pero cómo lo doblegó, se lo guardó, en respeto. CENIZAS DE MIS HUESOS ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES 71 EL MAR Lo espera Juanita, Profe, -me dijo mi secretaria, en la oficina oval de la Sección 24 del SNTE, en el centro de Querétaro, ciudad histórica. -Que pase. - Maestro, vengo a invitarlo a comer a mi casa. Acepté porque la intendente del edificio es mi amiga, además de ser la responsable de que anduviera con ropa lavada y planchada, en aquellos lugares tan lejanos de mi tierra. Tortillas de colores, arroz con pollo y unos ricos parobazos, fueron el menú. -Maestro ¿Cómo es el mar? -Preguntó a manera de postre-. Tengo 67 años, y jamás lo he visto. Nunca lo he conocido. Sueños de niña .. , ilusiones de quinceañera .. , quimeras seniles. -¿El mar? Hummm ... ¿Cómo te defino el mar, Juanita? -Son lágrimas de Dios ... Gigantescas aguas que se mueven al vaivén de sus sentimientos ... Inmensas aguas saladas ... Pletóricas de seres vivientes ... Portadora de caricias, vientos y lluvias ... -Esencia de la vida, Juanita. Eso, eso es el mar. CENIZAS DE M1s HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES 73 EL ZALATE Ni las grandes lluvias del 97 lograron cimbrar sus firmes raíces. Ni las grandes vibraciones de temblores esporádicos, ni los vientos huracanados de febrero lo movieron. Al contrario: El rocío matinal lo embelleció completo y las torrenciales lluvias limpiaron sus frescas y bulliciosas hojas. Dios lo ubicó junto a la playa del Juncalito, entre escuetas piedras y perpetuos arenales. Su vida será efímera, pregonaron los vientos. Sin embargo, el zalate -el gran zalate- de aguas subterráneas nutre su vida, sus poderosas raíces lo sostienen, sus higos alimentan las aves y su sombra al ganado arropa. Y por si fuera poco don Carlos Slim -el hombre poderoso, el hombre rico, el hombre temeroso- sobre su tronco desnudo y macilento, todos los veranos, todas sus tardes, en su seno duerme, en su seno mora. CENIZAS DE Mis HuEsos ~ CAYlLACIONES DE ALFREDO REYES 75 ENCABRONAMIENTOS Hoy amanecí encabronado. Encabronadísimo. Y en mi enojo pienso hacer un día grande, maravilloso. Mandar al diablo, al carajo, al individuo aquél que le hablas para alegrarlo y en respuesta recibes lloriqueos, lamentos. Aquí, mi hermano, sobreviviendo. Me duele el cuerpo, me duele el alma. ¡Amanecí, que es ganancia! Que se vaya al carajo por pendejo, por llorón y por culebra. Darle la espalda al empleado que en parsimoniosa espera insulta al derechohabiente porque su lema es "Hacen como que me pagan, hago como que trabajo". Que se vaya a la chingada, a la mierda, al carajo. Soltaré mis amarguras, rencores y olvidaduras en las bolsas traseras, para que al caminar de frente ninguna de ellas me obstruya. Y tomaré la sonrisa del amigo desempleado, que aún en su pobreza no llora ni se lamenta, no suda, ni se acongoja. Y caminaré en la mirada optimista del ser que aún enfermo se levanta, no gravita. Sentiré mi cuerpo completo, mis dedos del pie lo mismo que mi cabellos, mis dientes y mis andares, mis penas y mis sudores. Que Dios hoy sí me perdone, porque si Él me pidiera silencio y gran calma, estoy tan encabronado que le daría a Satanás mis pasos, mi fe .. , y hasta mi alma. CEN I ZAS D E M IS H UESOS ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES 77 ENCERRADOS Ahí, sobre el puente de madera, la esperó. El arroyo corría libremente hacia los recovecos de la parte baja de la sierra. Esa mañana había dejado la prisión. Se sentía bien. Se sentía libre. No esperó mucho para verla llegar. Apareció con su vestido de piel de pétalos a media pierna y su larga cabellera relumbrando al sol. Recibió el saludo en la mejilla y desde ahí supo que las cosas no andaban bien. -Me da gusto verte libre. Te va bien esa camisa a cuadros, Miguel. Dijo a manera de saludo. - Vine a verte para decírtelo de frente y sin rodeos: Hace tiempo vive en mi corazón otro hombre. Hace tiempo que mi pensamiento está con él. Aún desde que mi cuerpo te pertenecía, cuando estabas en cautiverio. ¿Que por qué lo hice? ¿Qué por qué lo siento? Ni yo misma tengo la respuesta. _:_ Hoy estás en libertad. Ya no requieres mi sacrificio carnal. Yo también necesito ser libre, libre de ataduras, libre de miedos y mala conciencia. Así lo dejó sumido en sus pensamientos. No recuerda si replicó. No recuerda qué le dijo. Lo único que hoy siente es que la libertad le quitó a su amada. Es que la libertad le liberó sus amores. Hoy no tiene dudas. Corporalmente es libre, pero mentalmente está atado, prisionero de sus recuerdos. CE NI ZAS DE Mi s H uEs o s C/:l C AVJLACIO NES D E ALFREDO REYES 79 ENCINOS Padre mío, Dios sabe porqué lo hace. Seguramente me necesita. Seguramente tiene asignada una labor menos dolorosa y más gratificante. Por eso me llama. Por eso quiere que vaya. No llores, padre, tú hiciste lo humanamente posible. Sé que te duele, claro, pues soy carne de tu carne, sangre de tu sangre. ¿Recuerdas cuando me tomabas de la mano y juntos caminábamos de la casa hasta la cerca? ¿Y cuando me dijiste que te guardara un secreto sentados en el pasto, mientras el aire fresco nos daba en la espalda? ¿Recuerdas el encino que sembró mi abuelo, que tú cuidaste y donde yo columpié mi infancia? Ahí padre, ahí, cerca de la cerca, en la orilla del verdor del pasto, en la sombra del encino ... Ahí padre, quiero descansar por siempre. Ahí quiero descansar al alba. Gracias, padre ¿Qué de mi espíritu? ¿Qué de mi alma? No te preocupes. Dios tiende sus manos. Tú quédate en calma. CENIZAS DE M1s HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALPREDO REYES 81 EscoNDITE Decidimos Reyna y yo, ir adelantito del Centenario, a desayunar unas quesadillas y empanadas. - Espérame aquí, le dije, mientras tomaba la Cannon para enfilarme hacia el centro de una nopalera que creció por azar en el recoveco que hacen un enorme cardón y una tapizada enredadera. - Se van a enfriar lah quesadillah, dijo con su gracioso acento paceño. Hice caso omiso al llamado por distraerme el aleteo de un ave que rozó mi sombrero y que se metió entre las rendijas de la nopalera. Era un multicolor gorrión garganta negra. Ave rara. Ave exótica. Ave de otras latitudes. Incliné mi cuerpo hasta que el declive me obligó a arrodillarme. Alcé la vista entre las espinas y observé nuevamente una maravilla de Dios: Al fondo entre pencas, el gorrión había empollado una tercia de crías que en alegres cantos pedían su alimento. Me recordó mi exilio. Cuántas veces en tierras ajenas tuve que construir mi nido para que mis crías crecieran. Espero -sólo espero- que el gorrión esté de viaje y que su nido temporal sea caliente y no sea frío. Espero que él.., él no esté en el exilio. CENIZAS DE M1s HuEsos l:l:l CAVILACIONES DE ALFREDO REvEs 83 FERNANDA Por la forma en que el auto le golpeó el cuerpo, supo que su encuentro con Dios estaba cerca. Habían volcado en pleno invierno, cuando el frío infernal del desierto lastima las grietas del pavimento. Cuando los soles de la vida debieran estar en plenitud, como el del padre frío de esta estación del afio ... Cuando la familia vive el reencuentro con la plática amena y el ánimo se desborda en los colores afectivos familiares tan necesarios para la convivencia. Pero la muerte no tiene treguas. No tiene tiempo para esperar coparnos de tristeza y a veces escoge los momentos de alegría; como para comprobar su eterna letanía, su permanente letanía. - Fernanda: Sé tú mi portavoz; dile a tus hermanos que tu madre los quiere como los quiso desde que estuvieron cobijados en mi vientre. Fernanda: Dile a mis amigos y compañeros que extrañaré sus risas, sus paciencias, sus andares. - Seca tus lágrimas, Fernanda. Pronto me reuniré con tu padre ¿Quieres que le diga algo? - Sí, Madre, dile que me siento orgullosa de haber sido engendrada en el amor tuyo y de él. Dile que cada amanecer me recuerda sus consejos y que antes de dormir siento sus besos. - Pero, ¿sabes, Madre? .. , pregúntale a Dios porqué las almas buenas, las almas bondadosas, las recoge tan temprano, en plenitud de vida. CENIZAS DE MIS HUESOS ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES 85 fiLOSOFÍA RANCHERA Arribamos al arroyo al pie de la Sierra de La Victoria y bajo un encino roble, en un montón de piedras, acomodó Ramón Zazueta el asador. El resto bajamos las hieleras, carne, carbón y mil cosas más. El paisaje era impresionantemente bello: El agua corría de Sur a Norte reflejando al sol en sus orillas. Las palmeras bailaban al son del viento. Los cardones nos daban la bienvenida con su canto y las auras enmarcaban el cielo azul del mvterno. Apareció de la nada, lo vimos por su canto, canto del ranchero agradecido, quien pasando a nuestro lado dejó una frase a manera de saludo: ¡Bienvenidos a la civilización! Para luego perderse entre ramales y pedruscos. ¡Qué ~oco! Yo pensé que la civilización eran los miles de cuatro altos, las OXXO en cada esquina, el ruido del estéreo del vecino, el humo de la termoeléctrica y el polvo sobre mi ciudad herida. CENIZAS DE M1s Hu Esos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES 87 GoLPES Sintió el golpe en el rostro y saboreó su propia sangre. Cayó de rodillas en el suelo y en la espalda recibió el segundo trancazo. Sintió los pasos de los agresores alejarse, y medio escuchó sus voces perderse en los platanares antes de medio desmayarse. Eran dos, son dos, pensó para sus adentros. Dos los malvivientes, dos los agresores. Se recostó entre las arrugas del roble y en su tronco colgó la camisa ensangrentada y pobre. Se dirigió al ojo de agua y ahí lavó su cara, su espalda, sus dolores. Huellas de huarache entre lodazales le indicaron las veredas y sus ecos, y aunque se perdieron en el monte empedrado, las detectó al llegar a las arenas del arroyo seco. Venteó el aire y como animal en celo los sintió muy cerca. Se arrastró entre verdolagas y quelites. Levantó el cuello y al llegar ·a las raíces desnudas de encinos y mezquites los divisó enteritos, repartiéndose alegremente el botín: Tranquilos, muy tranquilitos. Simón preparó el arma con holgura: Apuntó, jaló el gatillo un par de veces, y Simón Amador cobró justa venganza. CENIZAS DE MIS HUESOS ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES 89 GRACIAS Quiero darte las gracias. Amanece. Me das los buenos días. Te pierdes los amaneceres entre pinos, por estar a lado mío. Preparas el café. Por su aroma te pierdes el aroma de las flores bañadas en promesas, cuando dan las gracias al nuevo día. Sirves el desayuno y por sus sabores picantes, te evaden, espantas los pájaros y sus cantos. Preparas mi vestimenta y tus ojos brillan de gozo; brillo que te nubla, te pierdes la belleza del sol al posarse en las plantas de la tierra. Me ves partir y en tu mirada hay encanto, encanto que no te permite apreciar las mil formas misteriosas en que la vida anida. Vives mi ausencia limpiando mis cosas, arreglando mi lecho, cantando mis versos, como si pensaras que mi regreso fuese a ser eterno. Vuelvo, llego y siento tu cuerpo. Florecen destellos. Coronas de resplandores cubren tu tiempo, tiempo que siento me regalas perenne. Quiero darte las gracias. Ojalá esto fuese perpetuo. CEN IZAS D E M1 s H uEsos ~ CAVI LACIONES DE ALFREDO REYES 91 GRILLOS Desde siempre he sentido animadversión hacia ciertos bichos, principalmente a las cucarachas, mosquitos .. , y a los grillos. Recuerdo la plaga del 84, cuando millones de estos insectos inundaron focos grandes y pequeños, públicos y privados .. , y se encontraban en cualquier rincón donde anidara la oscuridad. Por eso me resultó extraño, hace días a plena luz del día, al estar tirado en la cama, observar la entrada en lentos pasos y detenerse en la puerta como pidiendo permiso, a un grillo .. , un insignificante grillo. Dejé el libro de Benedetti en mi pecho. Seguí sus pasos con la vista y sin moverme. Se adentró y en plena confianza inició su canto en forma pausada, rítmica. Sólo su canto se oyó. Tras varios minutos apareció engalanada y bella su pareja, y en el recuadro de la noche de la sombra de una caja de zapatos, iniciaron el rito de la reproducción. Que me perdone Benedetti: Su poesía es grande. Pero el amor así, como lo hace el grillo, es mejor, mucho mejor. CENIZAS DE M1s HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES 93 INCREDULIDADES ¿Ese es Cornelio Reyna profe? Era el cantante preferido de mi ex .. , dice con voz nostálgica, mientras se acomoda en la poltrona. - Sí, profe, era hermosa mi ex. Y con esas canciones hace cuarenta años la enamoré, la encandilé hasta que me aceptó. -Saliendo de la iglesia la sorprendí con un conjunto norteño. -Todavía recuerdo sus lágrimas corriendo por entre las rejas del velo. Felicidad que parecía eterna, profe. - Tuvimos cinco chamacos. Y por cierto el mayor, Germancito, fue el primero que me dijo: "Papá, hace días cuando tú te vas a las huertas, llega el Artemio, el dueño de la carnicería ... " - Se trababa y callaba. ¿Qué cosas vería el chamaco, profe? - ¿Pero cómo iba a desconfiar de ella? Si nunca me faltó el alimento cuando llegaba del huerto, y mi ropa siempre limpia al terminar mi baño. - Y en la cama, profe, sintonía de besos intercambiábamos en la noche oscura. - Pero solamente porque la vi, lo creí, lo reconozco. Carcajadas que nunca le escuché me guiaron. Empujones tras la nopalera cimbraban el encino roble sin viento, sin palomas, pero se movía. -¿Qué hace que una mujer deje de ser dama y se convierta en puta, profesor? CEN IZAS DE M1 s H uEsos ~ CAVILAC IO NES DE A LFRE DO REv Es 95 -¿En qué momento las caricias nuestras cansan, hastían a la mujer de uno, profe? Miro enternecido al prieto, un viejo amigo y en señal de luto me callo .. , me asilencio. 96 CENIZAS DE Mis HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES INOCENCIAS Es tiempo de inocencias en mi oficina. Esta mañana, a causa de fuerzas naturales y no naturales -lluvias y baches- no hubo labores escolares, y mi espacio de trabajo fue temporalmente refugio de escolapios. Agradecí la comprensión de funcionarios para sesionar entre algarabías de risas producidas por los ángeles que hablan, musitan cánticos en lloviznas de palabras. Fue bonito entrelazar nuestras funciones serias, formales, con la mirada de reojo de la niñez sentada en el piso, conversando entre amigas de no más de seis años, compartiendo las últimas aventuras vividas hace apenas segundos. ¿Qué le importa a Azul Fernanda que afuera el cielo se caiga a pedazos, si en este espacio tiene a su madre que la ve y que la consiente? ¿Seguramente la Isabella dejará de sonreír, porque en la mesa de enfrente hay seis altos funcionaros hablando de temblores, lluvias y meteoros? Puede que nos sancionen por no contar con las leyes y reglamentos adecuados para ser albergue, jardín o algo parecido. Protección Civil, seguramente alzará la voz por no evitar que en estos días los niños tengan alternativas distintas y no corran riesgos al cobijarse en mi oficina. Pero que importa eso, si a cambio tenemos en las paredes aromas de flores, faroles encendidos de la algarabía infantil producto de la vida. Ojalá sea más frecuente; ojalá sea más seguido .. , para que mi oficina tenga vida. CENIZAS DE MIS HUESOS ~ CAVILACIONES DE ALPREDO REYES 97 IsA Mi nieta es una luciérnaga en plena noche. Cuando llego por ella, percibo la inquietud de sus movimientos. Asume el cargo de copiloto de tiempo entero y nos vamos como dos eternos conocidos a recorrer su mundo, por el mundo. Una nieve de chocolate endulza primero su mirada. Una pluma que brota miles de rayas sin ton ni son, nutre su libro de colorear. Oigo en sus balbuceos el canto de aves en migración, y en su tierna mirada veo el parpadeo de miles de mariposas blancas. El ajetreo la cansa. Dormita .. , duerme. Callo a Mozart y sus arpegios, a Edith Piaf y sus cantos, a Vivaldi y sus glorias, para escuchar el sonido de sus sueños, transformados en ronquidos de bebé. Cuánta razón existe en los que dicen que primeramente, Dios debe enviar a los nietos que a los hijos. CENIZAS DE M1s H uEsos ~ CAVILACIONES D E ALFREDO REvEs 99 jESÚS Lo saludé como en los viejos tiempos, cuando el hambre y las travesuras nos unían de pequeños. Mi amigo Jesús ha abandonado el encierro. Las escarchas se han sentado en sus sienes y aunque somos de la misma edad, siento que los años pasan menos en libertad que en cautiverio. Nos tomamos un café sobre la calle, empotrados en sillas de fierro, mientras los recuerdos nacen, reverdecen como cuando pequeños. Me recuerda cosas que no recuerdo, dice que yo era galán, galante aunque solitario y que mis bolsas rotas contenían las campanas y su tilín talán. Que la cordura y la paciencia no son herencia de mi padre, sino puñetazos que me dieron por terco, por cabrón, por mula. Que por las noches bajo la luz del farol recibí el primer beso y no fue Rosario sino la caliente María Inés. Mi amigo Jesús me agrada. Mi amigo Jesús me gusta. Su charla tiene el don del misterio, su plática alienta mis venas, los recuerdos de hoy y siempre que se dieron en la casa, en la calle. Se acerca la noche y en sus alas nocturnas el silencio se presiente, mientras en los carcajes del café, nos damos un hasta luego. CENIZAS DE MIS HUESOS ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES 101 KENYA Este ángel inicia su cotidiana labor por la mañana: Hojea la prensa .. , escucha el radio .. , ve y escucha la tele. Hace notas periodísticas, mientras elige las fotos del día. Revisa las revistas mientras elabora los temas del día siguiente. - ¿De verdad nunca sonríe? ¿De verdad nunca convive? ¿Cuál es su pena? ¿Cuál su misterio? - Ninguno, maestro, me dijo un día. - Mi sonrisa es para Dios, para Emiliano mi hijo, para Jesús mi esposo. - Mi convivencia es con la soledad, con la luz de los ratos libres. Mis penas yacen en el panteón de los recuerdos. Mi divorcio es olvido de ayer. Se llevó llantos, gritos, inexperiencias. - ¿Mi misterio? La música, mi perro, la vida completa, mi felicidad que hoy guardo celosamente. Tiene razón Kenya -mi misteriosa amiga. Después de un divorcio ya no sonreímos igual .. , pero apreciamos mejor lo que tenemos. CENIZAS DE M1s HuEsos ~ CAVILACIONES D E ALFREDO REYES 103 LA CHUREA La luna, las estrellas y las velas prendidas se han apagado. En derredor nuestro, la hoguera fenece, los fríos cadáveres de las cervezas yacen desordenadamente y la luz del amanecer lastima mis ojos. Siento, percibo que no estoy solo; volteo lentamente en circulares atisbos .. , la descubro .. , la observo .. , me mira .. , la miro. Montada sobre un troncón, aprisionando una rama, está la churea. A górgoros bebe en la hierba el rocío del otoño. No corre .. , no vuela .. , sólo observa. Me habían dicho que era huidiza, corredora, voladora de planeo breve .. , como las mujeres. ¿Será por este motivo que hoy su curiosidad -como en las mujeres- ha sido más grande que su miedo? CENIZAS DE Mis HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES 105 LIBERTADES Con estimación para jesús (juardado, <J?.eberto de la %rre y toda la banda Sin duda, creo que la adolescencia es la etapa más bonita de nuestra vida: Se vive sin preocupaciones, sin enfermedades, con expectativas, con sueños. De ella alimentamos la posibilidad de tener grandes cosas en la vida. Cosas que en ocasiones nos niegan nuestros padres, por no tener o por cuidarnos. Una moto. Un auto. Un estereo. Qué sé yo. Salen a flote estas reflexiones mientras los veo arribar al malecón: Motos Harley-Davidson o marcas parecidas; calientes chalecos negros de cuero; pañoletas envueltas en pelos sueltos; cascos adornados con calaveras sonrientes; rostros de renegados motociclistas montados en sueños juveniles. Sí, son ellos: Los Pitbull's, Los Corsarios, Los Dragons Riders y otros nombres que suenan como amenaza. Arriban, se estacionan, posan sus botas negras en el pavimento, sueltan sus cascos, sus lentes, sus sueños. Dejan entrever sus calvas. Dejen entrever sus canas. Aflojan sus enormes panzas. Pero esto qué importa. Si se es chamaco a los cincuenta. Si se cumplen los sueños de adolescencia. CENIZAS DE Mrs HU ESOS ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES I 07 LLANTOS Desde el comienzo del universo está llorando. Su mente está en blanco, pero su corazón siempre está sangrando. Imploraciones humanas de todos lados y a todas horas mantienen su dolor velado. Solloza su garganta, hierve su sangre, laten sus ansias. Cielos sin nubes cruzan dardos envenenados, dolencias, lamentos, egoísmos .. , todos fraguados. ¡Dejemos en paz al Cristo! ¡Dejemos al Cristo en calma! Tomemos en redención nuestras almas. Escuchemos el silencio de los muertos ... Escuchemos el lamento de los vivos ... Démosle tiempo al siempre, al nunca y al cuándo. Bajo el acero de su lanza y el dolor de las espinas, el Cristo llora, el Cristo clama. Puntas de mentiras estrelladas, visos de traiciones le atormentan. Por eso el Cristo llora. Podríamos por un momento tocar nuestros dedos, hermanar nuestras manos, abrazar nuestros cuerpos. Y con nuestros gestos secar sus lágrimas, alegrar sus silencios. CENIZAS DE Mis HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYEs 109 LocuRAs Camina por las calles empedradas, su barba le acompaña hace mil años, no canta, no se queja, sólo balbucea. Él es Jaime, está loco; se le juega, se le evade ... Se sienta en las maderas húmedas del muelle y dice que las olas no son olas, que son los peinados de las reinas de los mares; que su espuma no es espuma, sino llantos de cálida plata. Y sigue a las gaviotas por el aire y dice que no son aves sino espacios de la nada que enmarcan los cielos por las noches madrugadas. Deja correr la lluvia por su espalda; ríe solo avanzando en calma. Sabe que los cristales de agua limpiaron el cuerpo ... , limpiarán el alma. Se embelesa con el pitido de los barcos; los ve partir y les dice adiós con la mirada, mientras come residuos de canto y se acomoda en conchas, usando las nubes como almohadas. Jaime, el loco, ve a la gente indiferente, pues sabe que su mundo no es su mundo. A él le gusta sonreír como pequeño, caminar con el destino al lado y seguir la vida sin prisa, lenta ... , y sin horario. C ENI ZAS DE MIS Hu ESOS (:l:l CAVILAC IO NES D E AL FREDO REY ES I I I MAGIAS Me gustan los pueblos mágicos: Sus calles, su gente, sus paisajes. Caminar en la plazuela donde convive el vuelo del ave amable con el consejo del viaje. Escuchar las campanadas que decoran los silencios del viento por las mañanas. Admirar templos retadores del cielo en cúpula blanca, respetando el oro del tiempo. Pisar sus calles empedradas por abajo, por arriba, caminando de la mano con la persona querida. Empaparme en aguaceros de calados y sonrisas, de la gente de las tiendas, siempre en oferta al viajero. Fotografiarme en espejos hechos por coquetos riachuelos, pintando mis canas como cuando era pequeño. En errancias peregrinas caminar por sus senderos, olvidando las penurias, recibiendo aires sinceros. Y por la tarde tenderme al sol que fallece, dando gracias al creador por la luz y las estrellas que en libertad nunca perecen. CENIZAS DE Mis HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES 113 M ATY Pa' c...Matilde Cervantes, 7Jirectora de Cultura . .. Una abeja en pleno vuelo ¿Le gusta su trabajo profe? Inquiere Matilde, mi audaz amiga. La observo antes de pronunciar palabra alguna. Veo su mirada a lo Mona Lisa, sus espejuelos que traviesos enmarcan picardía y su pelo ensortijado atado por una cascada de flores, hecho mascada. No le contesto. Porque tengo un secreto. Desde que me levanto procuro agradecer a Dios. Cada mañana me maravillo del fulgor y el colorido del paceño cielo. Camino al trabajo me gusta el sonido del cincel del herrero, la voz del voceador, los aromas de las dalias y las violetas, el viento nemoroso y los atavíos multicolores de las frutas. En mi segundo hogar -mi oficina- observo a mi personal pulcro, limpio. Enjambre de párvulos activos. Cristales bullidores de esfuerzos compartidos. Procuro hacer el bien, sin mirar a quién. Si se lo cuento a Matilde, dejará de ser secreto. Mejor me lo guardo. Mejor me lo callo. CEN I ZAS D E Mi s H uEsos ~ CAV I LAC IONES DE ALFREDO REvEs r r 5 MICHELLE La observo, la veo ..., y me agrada. Su pelo corto enaltece más su belleza morena, en su rostro que viste la picardía de la mujer interesante. La conocí la primera noche de octubre, cuando la luna iluminaba el monte y nosotros rompíamos su silencio con el crepitar de la parrilla y la carne en el asadero. Con diligencia se aprestó a calentar la carne y observé su cuerpo a trasluz de la iluminación de la luna, y el fulgor de las brasas se apersonó en sus pechos, en su cintura. Porta con elegancia las pinzas metálicas en su mano izquierda, mientras la derecha, silenciosa, callada, sostiene una cerveza dorada. Rubia espuma circunda el bote de aluminio; ella ríe; ella canta; ella bebe. Se arregla el pelo, alza la mirada y me descubre. Me asomo en sus ojos: Me reflejo como espejo. Cierro la botana y abro otra ambarina. Nzo el bote y en silencio le ofrezco un brindis. Coqueta, da respuesta. ¡Qué bonita! ¡Qué elegancia! ¡Cuánto garbo! ¡Qué sonrisa! La noche avanza, la noche cubre nuestros cantos y en plena serranía el sol se acerca, el sol avanza y nosotros, simples mortales, levantamos ansias, levantamos vuelo. Deshago nudos, deshago piernas, la retiro de mi cuerpo, la retiro de mi alma. CENIZAS DE M1s HuEsos ~ CAVlLACIONES DE ALFREDO REvEs 117 Aunque parezca mal, aunque parezca cursi, así quiero amanecer un día: Cansado, muerto .. ., pero en los brazos de ella. II8 CENIZAS DE MIS HUESOS ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES MoRBIDECEs Me dijo que sería mía y eso me animó a cortejada, me motivó a seguirla. Sobornos de amores hechos flores deposité a raudales y sus aromas desprendidos opacaron el Carolina Herrera que ella usa. Tensas olas hechas anillos de oro, deposité en sus dedos y lozanas, titilantes pulseras finas lucen hoy sus brazos. Me enseñó sus muslos y excitaciones máximas enervaron mi mente, calentaron mi cuerpo; cauces de sangre hirvieron dentro y el animal de la morbidez despertó en mis ojos. Se bañó a oscuras y los reflejos de la luz en el agua iluminaron su desnudez completa. Así me invitó a mirarla, así me invitó a seguir sus pasos, y el pulso rojo de la sangre hirviendo inundó mis rincones, mis tejidos y me hizo hombre. Sus pies descalzos cerraron los pliegues de las sábanas que su cuerpo desnudo cubrieron, y su eco de mujer retumbó en mis sienes, mientras mi cuerpo se acurrucó entre ella Me dijo que sería mía, y me cumplió enterita. Me dijo que sería mía, y cumplió completa. Cuánto valoro la palabra en la mujer que promete, pero sobre todo que cumple. CEN I ZAS D E M1 s H uEsos ~ CAVI LAC IONES D E A LFREDO REYES I 19 ÜPOSICIONES ¿Quiénes somos tú y yo? Te has preguntado. Dios no hace las cosas a lo tonto. Dios cruzó nuestros tiempos y nuestras vidas no por azar, sino por predicción. Así lo veo yo. Así lo creo yo. ¿O crees que el amanecer se ubicó con toda su luminosidad en la contraparte del cielo, sólo porque los únicos paseantes maleconeros éramos tú y yo? No me digas que nuestro cruce de miradas fue azaroso. Yo no lo creo. Porque aún cuando nuestros ojos son ventanas llenas de vida, no podrían opacar la belleza del mar y su tenue oleaje. Mucho menos alterar la dirección del viento que esa mañana como abanico movilizaba tu cabellera. Y qué me dices del buenos días que me expresaste con el esbozo de tus labios, o del ¡hola! que sentí en tu aroma cuando nuestros pasos tomaron sentidos opuestos. Claro, después de detenerse un segundo para paralizar el mundo .. ., para interrumpir el tiempo. Por eso creo que Dios no solamente trabaja, no solamente labora. También juega al ajedrez con nuestras vidas. A veces pierde y a veces atina; pero chingaos: Ese es el juego de la vida. CE NI Z AS D E MI S H UESOS ~ CAVILAC IO NES DE AL FREDO REYES I2I ÓRDENES Flavio es amigo nuestro. Grandilocuente tenor y músico de barrio, amigo de tacos, empanadas, gorditas y todo aquello que tenga aroma de alimento. Chano - mi hermano mayor- es hombre místico, hombre centrado, hombre de fe, amante de acercarse a Dios sin importar la hora, el lugar o el tiempo. - ¿A dónde vas Graciano? Grita del lado opuesto de la calle el peregrino glotón. - A rezar, a orar un rato, contesta mi pariente. A ordenar mis pensamientos, dice mientras se introduce al aposento, catedral de nuestro pueblo. - ¡Suerte! Yo voy al mercado a ordenar, pero no mis pensamientos sino a ordenar unos amplios y hermosos tacos, responde jocoso. Suelta la carcajada y se pierde entre los coloridos puestos del mercado. Qué grande es Dios, que nos ordena nuestros pensamientos, nos ordena nuestros alimentos. Nos ordena vivir en paz. CE NI ZAS D E MI S H U ESOS ~ C AVI LAC IO NES D E AL FRE DO REY ES I 2 3 PARAÍSO Hace años conocí el paraíso, y aunque no conocí a Dios ni a sus apóstoles, conocí a sus vigilantes. Estaba sin trabajo, sin amores, sin dinero. Tomé mis arreos de caza y penetré la sierra, arriba de El Pescadero. Pasé San Miguel, pasé San Andrés. En lo alto de una loma me detuvieron el silencio del entorno y el cansancio de mis pies. Miré a lo lejos el humo de la chimenea confundirse con las nubes. Sentí el olor de todas las fragancias del zarzo. Oí los gritos del tío Nene en el potrero, en plena unión con las bestias. Descubrí a mi tía - perpetua sombra- cantar al fertilizar los abanicos de flores, llenar la tinaja con agua viajera, mi en tras sirve el misterioso café de talega. Ahí caí rendido, sangrante, derrotado, y sus poemas, sus charlas y sus cantares me levantaron. C ENIZAS D E Mi s H uEsos ~ C Av i LAC I ONES D E A LFREDO REv Es 12 5 PENSARES Quiero pensar en ti como el gorrión cuando canta en primavera, como la luz que ilumina los caminos donde pasas. Como ríe el agua cantarina del río cuando pasa entre las piedras, como canta el agua de la lluvia al cruzar los arroyos en el horizonte. Mezclar tus pensamientos y los míos, como notas en canciones para siempre, como silban los vientos cálidos, sacando voces entre las ramas. Cruzar tus orgullos con mis nostalgias para construir nuestros sueños presentes y futuros, para sembrar cálidos campos donde la fertilidad anide. Pensar sobre tu piel desnuda, encogiendo mis temores por mentiras que siembran, que te dicen, que como cizaña pretenden prender la duda en tus entrañas para que te alejes, para que me olvides. Dejar señales de mi sangre en tus labios en juramento claro, eterno, para que no dudes de mi cariño, no titubees, no temas, no cambies. Y así tomados de la mano aprisionar nuestros dedos, caminar juntos, compartir ilusiones, compartiendo sueños, desterrando dudas: Tú pensando en mi y yo pensando en ti. CEN I ZAS D E M1s H uEs o s ~ CAVILAC IO NES D E A LFRE DO REY ES 12 7 PERPETUIDADES Yo digo que ella burló a la muerte. Hace años, en corta espera, los resultados ratificaron lo que su cuerpo hace meses sentía. Cáncer. Usted tiene cáncer. Palabras dolorosas que se grabaron en su memoria como espinas en la piel. Primero el cuestionamiento contraquiensabequién, y la pregunta: ¿Por qué a mi? Después, la aceptación al problema, y a buscar las posibles salidas, las posibles soluciones. Pero Marina no pretendía que sus sueños fueran rotos y acrecentó el amor por su casa, sus plantas, sus hijos y los hijos de otros. Antes y después de las radiaciones, cobijaba sus ansias en distribuir sonrisas, en alegrar en calma. Cómo se sentía por dentro, sólo ella lo sabía, sólo ella lo entendía. Fueron diez años de larga espera, en que la parca sentada le dio la bienvenida con alas blancas. Se llevó su pelo. Se llevó su cuerpo. Pero no pudo llevarse su alma. Ésta cabalga libre, por las paredes de la casa, en las flores del jardín. Y en cada amanecer, tengo la seguridad, tengo la seguridad ... , ella reencarna. CENIZAS DE M1s HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES I 29 PILAR Pilar Almaraz es un viejo pícaro, alegre, dicharachero, que ha permanecido alejado de la ciudad, luchando brazo con brazo, mano con mano, con los rancheros de nuestra tierra. Es un tipo malhablado. Dice cincuenta groserías por cada diez palabras. Le gusta la bebida, sin distinguir color u olor, si es añejo o reposado, si es seco o dulce el vino tinto. Le gustan las damas altas como las verdes montañas, bajitas como riachuelos, morenas como oscuras noches, rubias como campos de trigales, blancas como palomas, trigueñas, etcétera. Disfruta su soledad; le encanta el mar y sus bellezas. Por su vivienda han transitado personajes locales, municipales y nacionales inimaginables. Pero él ni se cree, ni cambia. Sigue siendo el malhablado, bebedor y mujeriego de siempre. Dicen que me parezco a él. Pues sí, soy malhablado ... , aunque no tanto. Bebo ... , pues sí, pero no tanto. Mujeres ... ¡Ah caray!, no lo había pensado; no sólo me parezco a él. .. ¡Soy idéntico! CENIZAS DE MIS HUESOS ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES 131 PoLÍTICA En una ocasión le hice la pregunta más difícil que se le hace a un político: -¿Por qué perdiste? - Porque nunca emboné; porque nunca hubo empatía entre el electorado y yo, contestó con un dejo de tristeza. - ¿Cómo ibas a embonar, cabrón, si nunca te bajaste de la Suburban y nunca soltaste el celular? -Pensé en contestarle. Pero decirle feo al feo se me hizo demasiado duro, y la gente sensible como yo, no lo hace. Va a colación este hecho porque ya andan en campaña cientos, miles de candidatos de todos los colores y sabores. Ojalá caminen por mercados, plazas, callejuelas y se nutran del saludo del pueblo. Ojalá platiquen con el carnicero, el taxista, el ama de casa y se nutran. con su discurso. Porque el mejor saludo y el mejor discurso lo tiene el pueblo. Ojalá... , ojalá lo hagan. CENIZAS DE M1s HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES I 33 REDONDECES Cuántas veces besé tus párpados, como Dios con los rayos del sol besa los campos de trigales y azucenas. Cuántas veces admiré tu belleza corporal, como el gambusino admira los amaneceres de cerros cobijados por la luna. ¿Y recuerdas cómo me gustaba oír tus respiros en mi frente? ... Cuántas veces te dije: No te vayas ... No me olvides. ¿Cómo hacerle entender a una mariposa que sus alas son para volar, no para engañar las cosas? No sabías que la redondez y belleza de la moneda son para portarla con dignidad y limpieza, no es para rodar en el fango cuesta abajo. Porque así el mal camino empieza. Hoy quieres volver cuando tu pelo se pintó en cenizas, cuando tus ojos no pueden con las arrugas, cuando se te está secando el alma, cuando se te olvidó vivir en paz, cuando se te olvidó vivir en calma. No, paloma herida. No, paloma impura. No me vengas con mentiras: Tú no eres mujer decente. Eres ave triste, eres sombra, cascajo casi inerte. CE NI ZAS D E Mi s H uEs o s ~ CAVI LAC IONES D E A LFRE DO REYES 13 5 REGRESOS Oye pinche Alfredo: ¿Sabes quién habla? Sí, sí, ¿Me oyes? ¿Sabes quién habla? - Claro, güey. ¿Qué pasó, Vicente? ¿Cómo te está yendo? Me imagino que a toda madre. Vicente se había jubilado como maestro del CET del Mar, hacía no menos de seis meses, y después de más de 30 años de radicar en La Paz, se había regresado a su natal Chiapas. - ¡A m edias, cabrón! Fíjate que cuando llegué, mi m adre, mis primas, mis amigos, me recibieron como el hijo pródigo: ¡Comida aquí, anécdotas acá, fiesta allá! - Pero han pasado los meses. Mi madre a sus rutinas. Mis primas, de retorno a sus quehaceres. Mis amigos, con sus amigos de siempre. Me siento extraño, cabrón. Me siento raro, cabrón. Extraño mucho La Paz. Extraño las ballenas empapeladas, el juego magisterial, los intensos calorones, las resolanas y los vientos del Coromuel. La vida es extraña. A veces nos sentimos raros entre los nuestros y conocidos entre los desconocidos. Así es el tiempo. Así es en ocasiones el ritmo de la vida. Por lo pronto, Vicente ... , ya radica de nuevo en La Paz. CEN IZAS DE M IS H UES O S ~ CAVILAC IONES DE ALFREDO REYES I 37 RosÁNGEL Me gustaría robarle un beso, profe, me manifestó en confianza mi fino amigo Jaime. - Me gusta tanto .. . Sé que creyó en el amor, como se cree en una religión. Sé que amó y no le amaron. - Ayúdeme, profe. Me gustan sus labios rojos, me recuerdan los crepúsculos de nuestra tierra. -Me gustan sus ojos: Viven la intensidad del mar que baña nuestras costas. - He seguido sus pasos y huelen a sinceridad, a respeto, a cariño honesto. - Hágalo por mi, profe. Qué le cuesta. - Sé que es Aries. Sé que llega a los veinte. Sé tanto de su vida . .. -Jaime, si quieres amar como tú dices, debes saberlo. No soy Aries, no me pinto los labios, ya paso de los cincuenta, y de mi esposa estoy enamorado. - No, profe, no hablo de usted; hablo de su secretaria. Hablo de ella, de esa niña, de Rosángel. CE NI ZAS D E MI S H UESO S ~ C AVI LACION ES D E A LF REDO REYES 13 9 RuMBos Ayer estuvo en mi casa, vi su rostro de grandeza, su serenidad de mujer. No vi rastros de adolescencia en su piel. Juntos sembramos caracoles y algas en los castillos de arena, temporalmente protegidas por sus sonrisas y mi paciencia, rotos por la marejada, como el viento cuando rompe la escarcha. Juntos, unidos, cómplices del mañana, recorríamos calles solitarias en su primera bicicleta, soltando saludos a las plantas y a las libres gaviotas. Le enseñé a valorar el canto del grillo, la fuerza de la espina y a soñar despierta, a soñar dormida. Y hoy me dice que se va, me dice adiós mi golondrina; quiere encontrar sus ríos, quiere galopar al viento. Desea recorrer el mundo como si esto fuera ir al tendero a tiento y tiento. Me duele, me lastima. La tiendo en el pasto como cuando era pequeña, como cuando era mi niña, y le recuerdo sus cometas, sus patines y sus primeras muñecas. Ella insiste: Quiere ser libre, llenar de sueños su equipaje, no le interesa el pasado y dando tumbos desea conocer su propio rumbo. Y yo, como todos los padres, la veo partir. Lágrimas he vertido, pero aunque mi semblante cambie, mi golondrina dice adiós. Mi golondrina ha partido. CENIZAS DE Mis HuEsos oo CAVILACIONES DE ALFREDO REYES 141 SEMBRANDO CERVEZAS Desde que vi su figura supe que sería diferente, distinto. Hacía rato que habíamos viajado al Mezquite, oasis en despoblado, paraje central de todos los ranchos cercanos. Cerca de mi descansaba mi cámara Cannon, mi sombrero argentino, mi alma y mi cuerpo aún lozano. Los olores de cigarro se mezclaban con los olores de vaqueros que de diversos lugares habían llegado. Y los rastros de vida, crines ahumadas y sillas de montar en desorden yacían a nuestros pies, mudos testigos de cabalgatas que aún no empiezan, que aún no terminan. Jinetes, caballos, visitantes, vehículos, chistes, saludos ... , abrazan la mañana que aún no muere, que todavía no se levanta. Y entonces apareció, dividiendo el monte como huyendo de nosequién, en paso parsimonioso, acompasando el paso del caballo a su cuerpo, como cuervo dormitando. Acaparó la atención de todos, su acecho y su demora, el golpear de los cascos del caballo. Su mirada oscura y fría vació en descarga en nuestras almas. Su cuerpo en perfección bajó del penco y sin mediar palabra caminó al centro, en medio del espacio ya desierto. ¿Dónde está Alfredo Reyes? Su voz retumbó en los cielos, en los cementerios, en mi cerebro ... , y obvio, en mi cuerpo. CENIZAS DE M1s HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REvEs 143 ¿Dónde está Alfredo Reyes? Repitió, mientras el antebrazo vestido con la manga a cuadros, limpiaba su boca de los restos de agua que había bebido. Arrojó el recipiente de peltre despostillado en la tinaja que se sostenía por tres palofierros; su sonido se escuchó hasta en los ranchos circunvecinos. Silencio sepulcral. Todas las miradas en mi, me delataron. -¿Dónde estuvo en noviembre? ¿Hace cuánto que no va a Las Pocitas? -Me interrogó al dos por uno, mientras su sombrero húmedo en los holanes dejaba caer al suelo. - ¿En noviembre? ... Putamano, estamos en agosto ... No me acuerdo que hice ayer y tú quieres que te diga otros tiempos, -dije, queriéndome hacer el gracioso, para extraviar mis miedos. -¡Y Las Pocitas ni las conozco! Quise negar, no fuera ser un enamorado despechado, dada mi fama de galán toreado. Descolgó de sus hombros una mochila de cuero, de la cual sacó el cuchillo más grande, más filoso y más amplio que han visto mis ojos. Alzó su vista y con su mirada barrió los ojos de cada uno en circular gesto, como pidiendo la aprobación a todos ... , como pidiendo a Dios piedad, como queriendo recobrar la calma... , como si fuera a pecar por dentro. 144 CENIZAS DE Mis HuEsos l:l:l CAVILACIONES DE ALFREDO REYES Ramón Martínez es mi nombre, caballero, dijo en un lenguaje extranjero, raro para un ranchero. Y en noviembre, llegué a Las Pocitas de paso al rancho, arribando a la plaza, arribando al gran fandango. Fiestas de mi raza, mezcla de autoridad y pueblo, disfrutando sin linajes, el baile popular de grupos musicales. Divisé a las mujeres con vestimenta sin falsedades, bailando junto a los gallardos pechos de sus hombres: Colgajes de armonía envueltos en rostros de alegría. Juegos de animales metálicos divertían a la chiquUlada y luces de bengala al cielo su pasividad rompían; y de ahí, de no sé donde, apareció usted con el mejor de los ofrecimientos: -Y ustedes ¿No toman? ¿No quieren una cerveza, tequila o whisky? - ¿Y este cabrón quién es? Pensamos entre la rancherada. - Es el profe Reyes, Alfredo Reyes, acentuó el Delegado, a unos pasos de usted. - Y esa noche, profe, pistiamos no solamente cerveza, no solamente licor, usted nos dio su amistad, nos hiw hermanos, nos regaló su corazón. Y después de lo anterior en reverencia amplia, Ramón Martínez inclinó ante mi su frente y en señal de amistad me dio la funda, me dio el machete. CENIZAS DE M1s HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES 145 SusPICACIAs Estaba de espaldas, pero gracias al reflejo en el pocillo, pudo ver el roce de la mano de ella con la mano de él. Su esposa ... , su compadre ... , rumores ... Se alejó con el rebaño delante de él, mientras el perro ovejero a su lado, moviendo la cola alegremente le acompañaba. Intuyó que su compadre no se había ido. Pensó que su esposa no había ido al río solamente a lavar. Confió el rebaño al perro y en redondel sigiloso, caminó entre espinas y zarzales: El río con sus secretos lo esperaba; el río con sus murmullos escuchaba. Oyó sus risas; percibió el arrullo de sus voces; intuyó que había algo más que besos. Se acostó en la orilla, estiró el cuello, y en el reflejo del agua vio siluetas, porque el encino en el que se recargaban le tapaba la visión completa. -Pinche agua. Pinche agua: Porqué no te aquietas. Y si llego y nomás conversan. Ridículo que haré en vida. Mejor se levantó despacio; mejor se levantó callado, y en silencio se retiró avergonzado. Cornelio tuvo miedo. Cornelio tuvo fe. Cornelio creyó una vez más en su mujer. CENIZAS DE Mis HuEsos V3 CAVILACIONES DE ALFREDO REYEs 147 TALA Siempre lo admiré cuando adolescentes. Él, un mozalbete tres años menor que yo, galán de galanes, no mal parecido, amo y señor de varios corazones de amigas estudiantes de nuestra secundaria. - ¡Feyo: te invito al rancho ... , voy a revisar los surcos! Escuché su voz al estacionarse en el carro de su padre frente a mi casa. Se me hizo rara la invitación, pero como en la adolescencia no se piensa, me encaramé en la cabina y asumí el rol de copiloto. -Van con nosotros mi amiga Tala y la Vicky, mi novia de la Flores Magón, musitó con orgullo. Y ahí van rumbo a Insurgentes, el Tito, la Vicky, la Tala y el Feyo. Los cuatro en la cabina, los cuatro cuatachos de corazón. Detuvo el carro junto a la pila de agua y en alegre conjunción tomó del brazo a la novia y sendos besos le dio. Y yo perplejo -dije perplejo- los veía. Y veía de reojo a la Tala: Qué silenciosa, qué seria; algo quería. Se desbrazaron y en ropa interior al agua chapotearon. Y la Tala muda, seria, molesta. Algo quería. Sus ropas en el aire flotaron y picarones en deleite se sonrieron. Y la Tala muda, seria, molesta, encabronada ¡Algo quería! Y yo perplejo -perplejo-, a todos los veía. CENIZAS DE Mis HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYEs 149 TREINTA MONEDAS ¿Recuerdas padre, cuando el 1o de septiembre del ochenta acompañaste al inspector Rafael Ramos, a trasladarme a mi primer día de trabajo, en la serranía de nuestro estado? - Sí, claro. Leía su cuarto informe López Portillo -contestó en lúcida memoria. - Hoy se repite el ciclo: Llevo a tu nieta a laborar a un pueblo del estado norte. ¿Qué debo darle? ¿Qué debo decirle? - Consejos. Debes darle consejos. - Pero tú no me los diste. Solamente me entregaste treinta monedas para mis primeras necesidades -contesté con dudas. - Porque mi ignorancia me lo impidió. Porque mi silencio orgulloso me trabó. ¿Mi padre ignorante? ¿Mi padre trabado? No lo creo. Me agrada la modestia de mi padre. Porque sus principios de honradez, su vida íntegra de hombre de bien, su respeto hacia todo ser viviente, son desde mi niñez los mejores consejos ... Las permanentes glorias de la sencillez. CENIZAS DE Mis HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REY ES 1 51 UNA AMIGA, UNA ESTRELLA Con cariño para ólfaricela %bio, que seguro estoy, desde el cielo nos observa. A fuerza de vernos caminar a diario somos más que amigos: Somos familiares. Allá va a paso firme Manríquez y junto a él Rojas y su sobrino Del Río en amena charla; el trote y la belleza de Yahaira; el acompasamiento de Íñiguez y su señora; el mechón trotón del maestro Cirilo; la velocidad del profe Carballo y los pasos coordinados de Echeverría y su señora. Perdón ¿Dije Echeverría y su señora? Perdón: Es la inercia. Va él solo, porque ella hace días se convirtió en estrella. Hoy lo veo caminar diferente ¿Será el peso de la soledad? No lo sé. Me duele verlo solo; porque Echeverría no sólo es mi amigo, es mi hermano. CENIZAS DE Mis HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYEs 1 53 VIDA Al final del huerto de mi hogar está un voluptuoso círculo de la vida, formado por soros, lengua de suegras, palmilla de la India y otros helechos. Y en el centro de ellos mi mujer sembró varas que tomó del último arreglo floral que le regalé hace años. Varas fantasmagóricas en aparente muerte. Sería la bondad de las raíces vecinas, el canto del viento o los rayos del sol de Oriente; no se sabe. Pero hoy sus hojas y flores alumbran con su belleza este nicho prodigio, verdor de la naturaleza. Y es ahí donde la gata de mi vecina, gata andaluza y moradora, llegó a parir sus siete gatitos ... , sus siete verdades. Catorce ojitos inquietos, veintiocho traviesas patas, siete colitas en contrapeso cuidados, amamantados por el cariño gatuno de su madre. Qué maravilloso es Dios: Dio vida al resto del florero para que en sus sombras renaciera nueva vida. C ENI ZAS D E MIS H UES OS ~ CAVILAC ION ES D E ALFREDO R EYES 1 55 VIEJOS Mi padre acaba de cumplir 8 5 años, edad justa para recibir todas las propuestas posibles, incluso las de la muerte, -dice en tono de broma ... - Padre ¿Duele estar viejo? Le cuestioné un día. - En el cuerpo sí, en el alma no, pero aún así las dolencias son producto de momentos de felicidad en la vida. -A mi me duelen las coyunturas de las piernas, de arriba a abajo, motivo de las grandes caminatas para ir a noviar con tu madre, ver a mis amigos o andar en los caminos del tiempo. -Tengo arrugas en el rostro, que pude haber operado, pero son las huellas de tiempos felices bajo el sol de nuestras vidas y el resultado de acumular experiencias. - He bebido amores de todo tipo: De tu madre, de mis hijos, de los nietos. Caricias de Dios en toda mi alma. He fumado aromas de montes, cañadas, mares desiertos y mares llenos. - He vivido en la sombra de un árbol, en los rezos de mis cuates y hasta en mi casa, de cuando en cuando. - He cantado, he reído, he amado, he fornicado, he fumado, he bebido. - Como ves, ponerse viejo, no está tan mal. Ponerse viejo, para mi que es un premio. CENI ZAS D E M1 s H uEsos ~ CAv i LACIONES DE ALF REDO REvEs 1 57 Vo z La escuché por primera vez en Radio Fórmula. Me enamoré de su voz como me enamoré de Mónica Bellucci, en La Pasión de Cristo. Como me enamoré de aquella alegre desconocida que me aceptó un ramo de rosas rojas. Su voz me acompañó en los largos viajes de terracería que realizamos por los sufridos caminos de nuestras rancherías y poblados. Su alegría nos contagió trozos de felicidad en momentos difíciles . Ojalá pronto los genios puedan tomar fotografías de la voz como toman de crepúsculos, campos floridos y seres humanos. Yo les pondría la modelo. Yo les propondría su voz. ¿Quién es? ¿Cómo es la dueña de esta voz? No lo sé. Dicen que es bella. Dicen que se llama María Elena Calderón de la Barca. CEN I ZAS D E MI S H UES O S ~ CAVI LACIO NES D E ALFREDO RE YES 1 59 ZoPILOTE ¿Zopilote? ¿Tú quisieras ser zopilote? ¿Te hubiera gustado ser zopilote? Reiteré, incrédulo, mi pregunta varias veces. Lo normal es que un niño quiera ser delfín, tigre, león, oso ¡Pero zopilote! Es el animal más bello. Cerradas sus alas evita los vientos. Extiende sus alas y los calores del sol recoge. Se yergue altivo en la cima de cardones; y cuida su especie. En vuelo, ¡no he visto tanta belleza! Extiende sus galas, en plumas negras y blancas. Y su canto: En silencio canta. Hermano de negro. Aliado de muerte. Festín de carroña: Por eso sus miedos, por eso sus ascos. Me quedé callado, y hoy cuando lo veo en el monte, en el llano, admiro su chamba y me encanta su garbo. ¡Qué viva el zopilote, ave majestuosa! CENIZAS DE Mis HuEsos ~ CAVILACIONES DE ALFREDO REYES 161 ÍNDICE Abrazos . . .. . .. . .. . .. . .. . . .. . ... . .. . .. . . . .. .. .. . . . ... .. . Acuerdos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Admiraciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Merrado ............................................... Aguas amorosas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Alberto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Amantes ............................................... Amistades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Ángel terrenal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Aplausos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Armida ................................................ Bellezas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Buscador de agua Carmina Cementerio de mascotas ........................... . Chispas de vida ....................................... . Círculos .............................................. . Compartidos ........................................ . Compras ............................................. . 13 5 17 19 1 21 23 25 27 29 31 33 35 37 39 41 43 45 47 49 414 .................................................. . 51 Curandera .......................................... . Daniela ............................................... . Demoras Decisiones Despedidas 53 55 57 59 61 2 de Noviembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Dudas . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . El exilio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . El jariado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . El mar ..... .. ... ..... .. ....... ....... .. . ... . .......... El zalate . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Encabronamientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Encerrados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Encinos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Escondite . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Fernanda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Filosofía ranchera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Golpes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Gracias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . Grillos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Incredulidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Inocencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Isa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Jesús . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Kenya .................................................. La churea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Libertades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Llantos Locuras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Magias . . . . . . . . . . . . .. . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . Maty . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Michelle . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Morbideces . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Oposiciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Órdenes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Paraíso 63 65 67 69 73 75 77 79 81 83 85 87 89 91 93 95 97 99 101 103 105 1 07 109 111 113 115 117 119 12 1 12 3 125 Pensares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Perpetuidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pilar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Política . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Redondeces . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Regresos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Ros ángel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Rumbos .................. :. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sembrando cervezas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Suspicacias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Tala . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Treinta Monedas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Una amiga, una estrella . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Viejos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Voz .................................................... Zopilote . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . r27 r 29 r 3r r 33 r 35 I 37 1 39 141 143 147 149 1 51 15 3 15 5 r 57 159 1 61 Cent as demts ~ huesos SECCIÓN: 3, Baja California TITULO: Cenizas de mis huesos Cavilaciones de Alfredo Reyes EDITORIAL: Editorial del Magisterio "Benito Juárez" Del SNTE AUTOR (ES): Alfredo Reyes Cervantes TEMA: Literatura mexicana