LA FASCINACIÓN DE TOSCA Jose Maria Condemi, Director Tosca de Puccini es una de las óperas más representadas en el mundo entero y la fascinación que genera parece acrecentarse con el paso del tiempo. Es mi tarea como director apuntar a las verdades eternas de la historia así como reflexionar sobre los motivos que mantienen su atracción pese a los continuos cambios de gustos en la música y el teatro. Personalmente, desde siempre me ha cautivado la historia de la ópera y sus temas tales como la devoción al amor y al arte, la corrupción del poder, la intolerancia política y el fervor religioso. De niño, creciendo en la Argentina de los últimos años del régimen militar, mi familia tuvo la suerte de no experimentar el tipo de brutal violencia que Scarpia ejerce en Tosca y Cavaradossi. Sin embargo, recuerdo vívidamente el miedo subyacente que impregnaba la vida cotidiana. Desde temprana edad se nos enseñaba a no cuestionar la autoridad y por sobre todo, a permanecer alejados de aquellos que se atrevían a confrontarla. Circulaban historias acerca del destino que le aguardaba a los valientes, como Angelotti en la ópera, que desafiaban el statu quo. La espeluznante posibilidad de encarcelación política y tortura era una situación tangible incluso en el pequeño pueblo rural donde crecí. En el mundo actual tampoco se debe profundizar demasiado para encontrar equivalentes de abuso de poder, sin ir mas lejos los recientes eventos en la prisión de Abu Ghraib. Por lo tanto, cada vez que me acerco a dirigir esta obra maestra de Puccini siempre me impacta a nivel personal la inmediatez de sus temas y las relevantes circunstancias del héroe y la heroína. Entonces, como “técnico teatral” que es todo director, no puedo menos que maravillarme ante el infalible sentido dramático de Puccini. El compositor y sus libretistas se superaron a si mismos al adaptar la larga y retorcida pieza en cinco actos del francés Sardou reduciéndola a una obra mas concisa y apetitosa. Del final en estilo grand-opera del Te Deum al afinado, felino desarrollo del segundo acto que conduce a la desafortunada trampa en el Castel Sant’Angelo, la historia se presenta como un magistral ejemplo de economía y de concentrado genio teatral y musical. Desde ya no han faltado acérrimos detractores asestando comentarios que menoscaban su estilo fácil y accesible (incluyendo la famosa sentencia del musicólogo Joseph Kerman que la llamó “pequeño dramón raído”). No obstante, puñaladas como esta no han hecho mella en la perenne atracción que despierta la ópera. Recientemente, el apasionante libro La Roma de Tosca de Susan Nicasio arrojó nueva luz sobre el escrupuloso detalle y meticulosa investigación emprendida por Puccini para componerla. El ícono literario americano Susan Sontag en su exitosa historia novelada El amante del volcán presenta a Scarpia interactuando con la verdadera Lady Emma Hamilton. Y también tenemos el ejemplo deTito Schipa Jr. – hijo del famoso tenor – que abogaba sólo por rock y música popular hasta que se escuchó el legendario registro de Tosca por Maria Callas. Desde entonces, ha dedicado años de su vida a recrear esa grabación histórica en una realidad virtual generada por computadoras con la que hace giras por el mundo, además de ser el traductor oficial de Italia de las canciones de Bob Dylan y Jim Morrison. Estoy muy entusiasmado por embarcarme en esta nueva exploración de este gran título y por reconsiderar las eternas preguntas que nos plantea la ópera: ¿cómo se relacionan arte y política? ¿cuáles son los valores que realmente vale sacrificar? ¿la vida espiritual engendra una respuesta positiva del mundo exterior? ¿de qué somos capaces frente a una circunstancia extrema? Florida Grand Opera ha reunido un formidable elenco de actores-cantantes y la confiable batuta del maestro Tebar que asegurará un gran velada lírica para todos! Primer Acto -­‐ La iglesia de Sant'Andrea della Valle El prisionero político fugitivo Angelotti se refugia en la capilla familiar de la iglesia romana de Sant'Andrea della Valle donde el viejo sacristán acude a ordenar seguido por el pintor Mario Cavaradossi, que está a cargo de ejecutar el retrato de la Virgen. El artista compara su virgen rubia de ojos celestes con el secreto encanto de su trigueña amante, la famosa cantante Floria Tosca (Recondita armonia). Angelotti sale de su escondite para encontrarse con Cavaradossi, su aliado político, que promete auxiliarlo en su escape de Roma, pero al escuchar la voz de Tosca acercándose regresa a su escondite. La celosa diva exige saber el motivo del portal cerrado pero Cavaradossi la disuade y tranquiliza uniéndosele en apasionado dúo (Non la sospiri). Tosca se va y Angelotti reaparece para planear su huída con la ayuda de Cavaradossi. Ambos se retiran cuando un cañonazo desde el Castel Sant'Angelo señala el descubrimiento de la fuga del prisionero. El sacristán llega con clérigos y monaguillos entusiasmados ante el rumor de la derrota de Bonaparte (Tutta qui la cantoria). La escena es bruscamente interrumpida por el Baron Scarpia, jefe de policía, y su secuaz Spoletta, en busca del fugitivo. ENTREACTO Segundo Acto -­‐ Esa misma noche en el despacho de Scarpia en el Palacio Farnese Scarpia cena en la soledad de su estudio mientras revisa su coartada. Spoletta le reporta que junto a sus hombres han seguido a Tosca hasta su residencia sin hallar rastros de Angelotti; en cambio, han arrestado a Cavaradossi. El pintor es interrogado por Scarpia que ha mandado buscar a Tosca. Horrorizada ante los gritos de Mario siendo torturado en la habitación contigua, Tosca revela el escondite de Angelotti. Cavaradossi es conducido hasta el despacho y su furia ante la traición de Tosca se torna en júbilo cuando Sciarrone anuncia que Bonaparte ha vencido al General Melas en la batalla de Marengo, hecho que enfurece a Scarpia, quien lo regresa a la celda. Tosca exige el precio de la libertad de su amado. Scarpia pide a cambio que Tosca se le entregue. En Vissi d'arte (Viví por el arte) Tosca se pregunta por qué Dios le paga así el haber dedicado su vida a la música y al bien de los demás. Mientras trata de librarse del abrazo de Scarpia entra Spoletta con la noticia que Angelotti prefirió el suicidio a entregarse. Sin alternativa, asiente al pedido de Scarpia con la condición de que libere a Cavaradossi. Scarpia le explica que aunque no puede otorgar el perdón en su defecto podría ordenar una ejecución simulada. Tosca le pide un salvoconducto para que ambos puedan huir juntos. Mientras lo redacta, Tosca advierte el cuchillo en la mesa del policía, lo toma y cuando se le abalanza luego de haber sellado el documento, la diva replica Questo è il bacio di Tosca! (¡Este es el beso de Tosca!) hundiéndole el puñal en su pecho. Moribundo, Scarpia clama por ayuda mientras Tosca lo maldice. Toma el salvoconducto y corre a encontrarse con su amado. ENTREACTO Tercer Acto -­‐ Amanecer del día siguiente en el Castel Sant'Angelo. Los soldados conducen a Cavaradossi a la muralla de la fortaleza. El condenado añora su amor por Tosca (E lucevan le stelle) quien entra precipitadamente con el salvoconducto y la noticia de la muerte violenta de Scarpia. Cavaradossi alaba su temple diciéndole que sus delicadas manos no nacieron para matar(O dolci mani). Tosca le explica el plan a seguir: después de los disparos deberá fingirse muerto hasta que ella le ordene incorporarse. Aunque sabe que es una farsa, Tosca no puede ocultar su angustia. Los soldados disparan y Cavaradossi cae. Tosca le susurra que no se mueva hasta que todos se hayan ido. Pero al comprobar que no responde, comprende el engaño de Scarpia desconsolada sobre el cuerpo inerte de su amado. Habiendo encontrado a su jefe asesinado, Spoletta y Sciarrone llegan a arrestarla pero ella corre al parapeto y al grito de O Scarpia, avanti a Dio! (Oh Scarpia, nos encontraremos frente a Dios!) encuentra la muerte saltando al vacío. .