LA GERENCIA DE RECURSOS HUMANOS: ¿DEBATE O ATAQUE? Guillermo S. Edelberg DBA Profesor Emérito La Gerencia de Recursos Humanos debe ser una de las que más embestidas sufrieron en los últimos 10 años en lo referido a su existencia, sus responsabilidades y su eficacia. Un artículo titulado Por Qué Odiamos Recursos Humanos (Keith H. Hammonds, Why We Hate HR. Fast Company. Nueva York: agosto de 2005) constituye una más. Dice así: Desde hace mucho tiempo el trabajo de recursos humanos demostró ser, en el mejor de los casos, un mal necesario y, en el peor, una oscura fuerza burocrática que resiste la creatividad, impide los cambios constructivos y pone ciegamente en práctica reglas sin sentido. Recursos humanos es la función que posee el potencial más grande para conducir, teóricamente, a los resultados que se deseen alcanzar; pero, en forma repetida, no los logra. ¿Por qué toman mucho tiempo y resultan inútiles de manera rutinaria las evaluaciones del desempeño anuales? ¿Por qué recursos humanos se convierte tan a menudo en un asistente del gerente financiero y encuentra opciones cada vez más ingeniosas para recortar beneficios y planilla? ¿Por qué sus comunicaciones si las entendemos se burlan de la realidad? ¿Por qué muchos de sus procesos duplican el trabajo, son un desperdicio y crean una jungla de papeles para las transacciones de menor importancia? Su autor, deputy editor de la revista, contesta la pregunta que constituye el título de su artículo y dice que los integrantes de recursos humanos: 1) no son los más sagaces; 2) buscan mejorar la eficiencia en lugar de crear más valor; 3) no trabajan para usted sino que protegen a la empresa de sus empleados, y 4) no llegan a los niveles más importantes de la organización. Luego agrega lo siguiente:”Éste, amigos, es el problema con recursos humanos. En una economía del conocimiento, las que ganan son las compañías con el mejor talento. Sabemos que las tareas más importantes de quienes están a cargo de recursos humanos deberían ser encontrar, nutrir y desarrollar ese talento. Si es así ¿por qué recursos humanos hace un trabajo tan malo? ¿Qué podemos hacer para mejorarlo?” Otro artículo, titulado ¿Es su Departamento de RR. HH. Amigo o Enemigo? Depende de Quien Haga la Pregunta (Is Your HR Department Friend or Foe? Depends on Who’s Asking the Question), aparecido en Knowledge@Wharton, una publicación electrónica de la Universidad de Pennsylvania en la edición correspondiente a 27 de julio–9 de agosto de 2005, expone el punto de vista opuesto. Señala que “la visión más positiva de recursos humanos muestra que trabaja en relación estrecha con el senior management y provee información fundamental para los negocios 2 más importantes como ser fusiones, adquisiciones y reestructuraciones. En este escenario los departamentos de recursos humanos se han alejado de su papel tradicional como administradores en la actualidad se subcontratan muchas de sus responsabilidades y ponen en práctica un enfoque más creativo para su papel básico: reclutar talentos, promover la movilidad y el desarrollo de carreras y mejorar la efectividad de la organización”. Más adelante dice que “algunas compañías comenzarán a poner en práctica el insourcing de funciones de Recursos Humanos que en el pasado habían subcontratado. Una empresa aumentará el número de integrantes de recursos humanos; entre ellos, los encargados de reclutamiento, una actividad que estaba subcontratada. El precio era conveniente; pero ‘no nos gustaba la calidad. Siempre hay que tener esto en cuenta’”. Luego cita a Nancy Rothbard, profesora de management en Wharton, quien dice que “si los niveles más importantes de la gerencia no ven como un valor agregado la posibilidad de tener a recursos humanos como un socio estratégico y si recursos humanos no se puede visualizar en este papel entonces es probable que la sociedad no tenga lugar”. Los dos artículos demuestran que el debate o el ataque sigue vigente. No es difícil predecir que proseguirá en forma vigorosa y con variaciones según se trate, por ejemplo, de empresas grandes o pequeñas o de distintas ubicaciones geográficas. Una digresión. Fast Company, revista creada por dos ex editores de la Harvard Business Review, comenzó a publicarse en 1995. Uno de éstos, en una charla, señaló las características de las fast companies. Dijo que sus ventajas competitivas se derivaban de: 1) sus ideas más que de sus activos tangibles; 2) su cohesión interna; 3) sus conocimientos; y 4) su liderazgo. Además: 5) no sólo se les ocurrían buenas ideas sino que las ponían en práctica en forma persistente; y 6) se mantenían al tanto de los cambios y se esforzaban para convertirse en centros de conocimientos que reúnen información para transformarla en conocimiento. (Progresive Grocer, The ‘fast’ track. Nueva York: agosto de 1997). La revista tenía en el año 2000 una circulación de 600.00 ejemplares, publicidad por 75 millones de dólares el doble del año anterior y ganancias anuales de 20 millones. The Wall Street Journal informó a fines de ese año acerca de su venta a Gruner + Jahr USA Publishing del grupo alemán Bertelsman A.G. en 340 millones más una suma adicional si se lograban ciertos objetivos de ganancias. Después del estallido de las .com, con una circulación de 750.000 ejemplares se originó una controversia sobre cómo se había llegado a este número, disminuyó la venta de publicidad, la revista perdió 8 millones en 2004 y renunciaron ambos fundadores. Fue vendida el año siguiente, junto con otra, en 35 millones (B to B. Chicago: 11 de julio de 2005) y el CEO de Gruner + Jahr se alejó de su cargo. Una muestra del cariz que tomaron los acontecimientos la provee un artículo titulado nada menos Slow is the New Fast (algo así como Lo Lento Es Ahora lo Rápido), publicado en Fast Company también en agosto de 2005. ¿Dónde estuvo la raíz del problema? ¿Fallaron en Fast Company y en Gruner + Jahr en ambos departamentos de Recursos Humanos o en los niveles más importantes de conducción? ¿Hubo problema de talentos? Tenemos aquí un “caso” para analizar.