ENCUENTROS EN VERINES 2005 Casona de Verines. Pendueles (Asturias) La modernidad de El Quijote en Cervantes y Welles Luis Miguel Alonso Guadalupe. aquí. Buenos días, menos mal que la disculpa del Quijote sirve para que esté hoy Estoy encantado de estar con ustedes ,pero yo realmente soy del cine no de la literatura, aunque haya hecho alguna incursión en la poesía y en el guión cinematográfico y documental que va a ser el tema sobre el que va a versar mi intervención . Ahora efectivamente la disculpa quijotesca nos puede servir para pensar que realmente en el Quijote tal vez esté la primera de las miradas literarias documentales, quizás la primera mirada documental sea El Lazarillo, pero en El Quijote eso se profundiza, salen ventas de verdad, caminos de verdad, arrieros de verdad, venteros reales, aristócratas de carne y hueso, hay en definitiva, una “mirada documental”. Puede que el protagonista no vea las cosas como son pero las ve como él cree que son y es en ese sentido en el que influye ,en la mirada moderna, el ver que una venta en realidad tiene detrás un castillo, depende de cómo este mirando el personaje, de la mirada del personaje, la mirada del narrador o creador sobre ese sujeto. En El Quijote hay otras muchas cosas, hay una mirada metaliteraria o metaficcional que también pasa al cine, yo no me atrevería a decir que el cine esta directamente influido por El Quijote. Creo que El Quijote ha influido mucho en muchas miradas a partir de su época, a partir del romanticismo, del expresionismo, y esas miradas están en la literatura y en el cine, porque el cine es otro modo de ficción .Es curioso que los seres humanos intentemos entender la realidad a través de la ficción y creo salvo lenguajes, en el fondo, que cine y literatura tienen muchas cosas similares. Por otra parte el documental tal vez sea la primera manera en que nació el cine. El cine empezó siendo documental, la salida de los obreros de la fabrica, la llegada del tren, el cine que era fotografía en movimiento parecía adecuado para mirar la realidad, luego ya le dio un pequeño cambio y empezó a contar ficciones, pero en realidad el cine nace como algo que narra la realidad. Creo que todo lo que es contar historias, pertenece a la misma estirpe que es contarlas solo con palabras o también con imágenes, simplemente crea matices del lenguaje pero no hay un mundo muy diferente entre lo que es el mundo de la literatura y el mundo del cine, y que las palabras y las imágenes de la narración están con nosotros desde que somos especie en este planeta por lo tanto seguramente continuará siendo la base de una comunicación importante, por eso creo que el documental tiene mucho que ver con la narración, tiene mucho que ver con la selección estética de las cosas que se van a contar, y en lo único que se diferenciaría también del cine de ficción es que es un lenguaje que esta muy restringido por la necesidad de utilizar elementos reales, personajes reales, datos, de esa realidad tangente. Me voy a centrar en una parte fundamental del libro que como en el cuadro de “Las Hilanderas” de Velázquez, constituye el hilo que une y actualiza de manera singular el tiempo y el espacio en la vida y en el arte. Realmente hasta hace poco se ha hecho la lectura del Quijote sin ver que el Quijote aparte de todo, tiene dentro de la propia novela ,el Quijote escrito, el Quijote como ficción .Así en la segunda parte, Sancho Panza y Don Quijote se enteran de que andan por ahí sus aventuras publicadas. A los lectores esto les hacía mucha gracia, les parecía una broma , eso es meta literatura, eso es crear una hiperrealidad es decir El Quijote no sólo está escrito para que lo leamos sino que dentro está El Quijote escrito y seguramente nosotros estamos también dentro de El Quijote leyendo El Quijote y eso el cine, creo que tal vez sea uno de los elementos de comunicación y de reflexión de creación estética que mejor puede aprovechar, porque una imagen que estamos viendo desde un patio de butacas, en el momento en el que en este cine aparece otro patio de butacas y en este otro cine, se empieza a crear un hiperespacio. Por ejemplo, en la película “El Moderno Sherlok Holmes”, desde la sala de proyección ,el soñador, el espectador que se quiere soñar personaje, entra dentro de la película y la película se convierte en segunda realidad. Desde ese momento en que Buster Keaton actor y director del filme, es el muchacho que quiere ser detective se mete dentro de la película, nos crea realmente una especie de curioso desasosiego interior porque nos da una medida de otro espacio de la realidad ,el espacio de la ficción puede ser penetrado también por la realidad y por la propia ficción. Ahora también pienso en la “Rosa púrpura de El Cairo” de Woody Allen, el espectador como el lector del Quijote, puede no saber en que parte de la ficción está. La mirada quijotesca tiene mucho que ver con esto del cine dentro del cine ,porque convierte en moderno algo que seguramente estaba allí desde el origen de los tiempos, pero el Quijote lo convierte en algo cotidiano, en algo perfectamente inteligible y yo creo que el cine ha jugado mucho a eso porque nos da una doble o triple realidad. En la reciente historia del cine habría que destacar algunas de las películas que participarían en esta dinámica a la que me refiero: Espejismos de King Vidor. 1928 La última orden de Josef von Sternberg. 1928 El hombre de la cámara de Dziga Vertov. 1929 Ha nacido una estrella de William A. Wellman 1937, Cantando bajo la lluvia de Stanley Donen y Gene Kelly.. 1952, Fellini Ocho y medio de Federico Fellini. 1963, La noche americana de François Truffaut.1973 o En el curso del tiempo y El estado de las cosas de Win Wenders. Pero es sin embargo Orson Welles quien sintetiza mejor que nadie lo haya hecho hasta la fecha este hecho. La ficción es el primer modo que hemos tenido los seres humanos para descifrar la realidad, y seguiremos usando la ficción para descifrar la realidad, con mas o menos imágenes o con más o menos palabras. En historia del cine, Welles es único, por muchos conceptos, pero no es menos importante este deseo de moldear, de recrear de acuerdo con los tiempos cambiantes, una obra singular que si se pudiese ver en sus múltiples estadios nos daría la idea exacta de cómo, durante cerca de treinta años, un gran creador se va enfrentando a un proyecto a medida que cambian las ideas y gustos y las gentes de su entorno. ” Y está la España de ahora, porque España está en un período histórico de gran transición, de aquí está surgiendo un nuevo país ¿y va a seguir siendo Don Quijote un personaje representativo de España? El gran mito es Don Quijote, pero Sancho es el gran personaje. Es un personaje maravilloso.” En la más quijotesca de las aventuras fílmicas emprendidas por cineasta alguno, Orson Welles filma cómo un insólito Alonso Quijano, provisto de armadura y yelmo, pero sentado en las butacas de un cine, se levanta indignado tras ver amenazada a la heroína de ficción y arremete con su lanza contra la pantalla en defensa de la doncella. Extracto del guión de la secuencia: “Hay ocasionales irrupciones de diálogo pomposo y enfático, diálogo de estilo histórico, pero el pequeño altavoz de este pequeño cine provinciano emite mas alta la música que las palabras (música de persecución, corazones y flores... peligro, nos acercamos al número 19...). En las caras de Dulcie y Sancho se reflejan todas estas emociones: felicidad, aprehensión, sobresalto, melancolía y dicha... Las cosas empiezan a ponerse al rojo vivo... se prepara una batalla encarnizada... los chicos del gallinero silban y aplauden...Dulcie y Sancho, asombrados, están muy juntos... Si Sancho está por su primera experiencia como espectador cinematográfico, el efecto sobre Don Quijote es realmente tremendo. Ahora cuando la acción de la película se acerca a su clímax de violencia, el caballero se pone en pie de un salto. Sancho le ve, se levanta presuroso y va hacia él...., pero es demasiado tarde. Desenvainando su espada enmohecida, y blandiéndola enérgicamente, Don Quijote ha saltado al escenario. ¡¡¡Sensación!!! El público se levanta como un solo hombre gesticulando al estilo latino. Don Quijote desafía a los caballeros que aparecen en la pantalla, y luego entra en combate. En el patio de butacas, Sancho, bloqueado por el público, ve, profundamente consternado, como Don Quijote carga contra la tela de la pantalla y la hace jirones. Vemos los altavoces que la tela blanca tapaba, la espada de Don Quijote, impotente contra la banda sonara, continúa atacando encarnizadamente, mientras fragmentos de la violenta acción de la película se proyectan en el rostro del caballero... El público se acerca, y Don Quijote, volviéndose para hacer frente a esta nueva amenaza, descubre a Dulcie... ella alza la mirada hasta él...él la mira desde arriba... es evidente que sus ojos están llenos de la visión de su señora Dulcinea... En la banda sonora la orquesta sigue in crescendo, para llegar al final de la secuencia y disolver; nos ofrece la más dulce de las músicas de amor. En un primer plano de Don Quijote, dejando escapar un profundo suspiro de la más pura pasión, nosotros...la imagen se desvanece Probablemente en ninguna otra ocasión la dialéctica entre la realidad y la imaginación,el diálogo entre los seres de ficción y las formas de representación que les conforman como tales haya alcanzado sobre soporte de celuloide una concreción visual tan próxima a la auto reflexiva y metalingüística conciencia narrativa que palpita en las páginas cervantinas. Pero es precisamente en esas imágenes inéditas, así como en otras de espíritu semejante, filmadas para el mismo proyecto, donde quizá reside lo más cervantino que ha dado el cine en torno al héroe manchego. Welles se reía siempre al contar que, como Cervantes, se había metido en esta obra para hacer un relato corto, pero que los personajes se habían apoderado de él. “ Lo que es curioso es el dilema en que Cervantes se encontró envuelto con el personaje, se crea un chiste de un viejo caballero provinciano que se vuelve loco sobre cierta clase de historia, y sale de su casa dispuesto a realizarlo. De acuerdo, es una broma divertida para una novela picaresca, pero lo que hace su grandeza es que hay algo mas que eso, en cierta manera, bastante curiosa, por cierto, Don Quijote es, como si triunfa como si fracasa – y siempre fracasa- defendiendo al inocente, luchando contra el mal, aunque lo vea equivocadamente, porque puede revivir una idea que era ridícula, incluso entonces, pero al final termina por no ser ridículo. Eso es lo que me interesa Welles, se implicó febrilmente en el proyecto de adaptar El Quijote y decide, contra viento y marea, hacer una película doblemente audaz, pues ha de mantenerse fiel a Cervantes en el enfrentamiento de sus personajes con el mundo moderno, demostrando así su inmortalidad y ha de rodarla con sencillez y en puro blanco y negro, precisamente cuando proliferan las pantallas gigantes, llenas de abigarrados colores, y con un sonido que lo envuelve todo, como defensa frente a unos pequeños aparatos que traen el entretenimiento gratuito a la sala de estar de los hogares. . Pero la película es muy difícil, me preocupa tremendamente, porque es algo tan delicado que puede resultar fácilmente una película muy mala. Y precisamente lo que añado ahora es el problema. Cuento con una historia puramente picaresca, una serie de secuencias, y tengo que crear la totalidad de la película con eso, y todavía no lo he conseguido. Quiero enfrentarles con nuestro tiempo, y sin embargo, no hacer a los tiempos modernos que parezcan el cliché de los tiempos modernos. Este es un gran cliché como en los años veinte, lo era la maquinaria, el modernismo, el viejo expresionismo alemán, etc. Welles vuelca todo su romanticismo en un film de factura simple, sin estrellas y , para colmo, sin dinero para acabar de rodar, montar, y menos para experimentar como él quiere. Se puede y se debe decir que la obra que Orson Welles nos ha dejado es sólo la punta del iceberg de lo que habría sido capaz de hacer de haber tenido medios económicos suficientes a su alcance. De haber sido escuchado en su larga carrera, nuestro patrimonio y el de las futuras generaciones tendrían obras inolvidables, como Don Quijote, El rey Lear, la Odisea, Julio César o la Historia de Jacob, así como sus propios argumentos que habrían sido un testimonio dramático de las ambiciones, los desvaríos y las esperanzas del siglo XX y que por desgracia solo se proyectaron, eso si con portentosa visualización, en esa mente prodigiosa que tenía una inigualable capacidad para ver y transmitir, incluso oralmente, las imágenes que se agolpaban allí. Orson Welles desde el cine y Miguel de Cervantes desde la novela se destacan como las grandes figuras de la cultura moderna. El tiempo y lo mucho que se sigue escribiendo sobre ellos parecen darles la razón. Algunas de las adaptaciones de El Quijote en el cine La primera y pionera tentativa, fechada en 1898 y producida por la casa Gaumont, no se conservan imágenes. De la segunda, producida por la empresa rival (Pathé), y dirigida por Lucien Nonguet y Ferdinand Zecca, se realizó una versión coloreada manualmente, y en ella se reproducían varios episodios del original literario hasta el punto de constituir la primera película de ficción larga de la Historia, pues la duración de Les Aventures de Don Quichotte de la Manche, subtitulada Escena cómica en 15 cuadros, se extiende ya hasta los veinte minutos.Filmada en 1903, esta obra fundacional se proyectará después, de forma pública y gratuita, a lo largo y ancho de la España de 1905 que celebraba, hace ya un siglo, el tercer centenario de la novela. Se iniciaba así un largo itinerario cinematográfico que ha dejado en el camino más de sesenta intentos de abordar la novela desde el campo de la ficción narrativa de imagen real, más de veinte con los recursos del cine de animación y más de treinta con las armas propias del documental. Un sinfín de aproximaciones, en definitiva, ya sea a partir de la historia central, ya sobre cualquiera de sus figuras individuales, o incluso tomando como base alguno de los relatos independientes, incluidos por Cervantes dentro de su texto. En 1910, sin embargo, encontramos el primer Quijote en la pantalla con identidad española,se atribuye a Narcís Cuyás, , titulada Don Quijote de La Mancha. La versión pesimista, del austriaco Wilhelm Pabst (Don Quichotte, 1933), para la que Ravel compuso una partitura que no se llegó a utilizar. La figura de Don Quijote reaparece después en 1939, pero lo hace dentro de una farsa cómica (Leyenda rota, dirigida por Carlos Fernández Cuenca) Siete años después, la figura de Dulcinea se convierte en protagonista de la película homónima (dirigida por Luis Arroyo), De Rafael Gil es Don Quijote de La Mancha (1947). Tras ella, la visión soviética que surge con el deshielo posestalinista, facturada por G. Kozintsev (Don Kihot, 1957). La aproximación didáctica y reflexiva de Eric Rohmer desde el territorio del documental (Don Quichotte de Cervantes, 1965). La recreación teatralizante de Maurizio Scaparro (Don Chisciotte, 1984), encerrada entre las paredes de Cinecittà. Jean-Luc Godard confronta al entrañable Lemmy, interpretado por Eddie Constantine, con el mismísimo Don Quijote dentro de Alemagne, neuf zéro. Y queda también el díptico formado por las dos aproximaciones de Manuel Gutiérrez Aragón, primero para televisión en cinco capítulos (El Quijote, 1991), y luego para cine el segundo libro de las aventuras de Alonso Quijano (El caballero Don Quijote, 2002). Terry Gilliam, da cuenta del caballero en el documental Lost in La Mancha (2002).