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Con eso llego don Quijote a su casa, donde
ya le esperaban su sobrina y su criada. Apenas las vio, el caballero les dijo:
-ay hijas, llevadme a la cama, que no vengo
muy bueno.
Y es que regresaba tan y tan triste por saberse vencido, que acabó cayendo enfermo..
Seis días se paso en la cama con una fuerte
fiebre, en los que Sancho no se separó de su lado ni un momento. El bachiller, el cura y el barbero trataban de animarlo diciéndole que muy pronto todos se irían al campo a hacer de pastores. Pero, como don Quijote no mejoraba, tuvo que visitarlo el médico, que le tomó el pulso y dijo consternado:
-cuide, señor, de la salud de su alma, que estas penas que le llenan el corazón se lo van a llevar por mal camino.
Comprendió don Quijote que se estaba muriendo, pero recibió la noticia con
animo sosegado. En cambio, su criada, su sobrina y Sancho comenzaron a
llorar con mucho sentimiento, pues ya se a dicho alguna vez que don Quijote era un hombre bueno y se hacía querer. El caso es que, tras la visita del
médico, el hidalgo durmió de un tirón más de seis horas y, cuando despertó,
comenzó a gritar con mucha alegría: -!Bendito sea Dios, pues acaba de devolverme el juicio! Ahora ya se que perdí la luz del entendimiento por culpa
de los libros de caballería, que otros tiempos leí con placer y hoy condeno y
maldigo con todo mi alma. Ya nunca más seré don Quijote, sino Alonso
Quijano, a quien en esta aldea llaman El bueno. Pero decidle al cura que
venga, que quiero que me confiese, y traedme a un escribano para que pueda dictarle mi testamento, pues siento que me voy muriendo a toda prisa.
Con aquellas, se deshicieron en lágrimas los ojos de todos los que estaban
en el cuarto, quienes no tuvieron dudas de que don Alonso se les iba.
Ahí que cultivarse, pero no en cantidad, si lees
muchos libros en demostrarlo estás
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