josé maría GARCÍA DEL MONTE

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INFORME RELATIVO A LAS CLÁUSULAS DE REVISIÓN DE PRECIOS
PREÁMBULO
El Texto Refundido de la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas recoge en su Título IV los
términos en que se pueden establecer cláusulas de revisión de precios, y en concreto el artículo 103.3
dice que: “El pliego de cláusulas administrativas particulares deberá detallar la fórmula o sistema de
revisión aplicable y, en resolución motivada, podrá establecerse la improcedencia de la misma que
igualmente deberá hacerse constar en dicho pliego”.
De aquí se deduce una primera conclusión importante: si no procede la revisión, el órgano de
contratación deberá motivarlo adecuadamente; en caso contrario, y por tanto habitual, se deberán
establecer las fórmulas o sistemas con los que calcular la revisión.
El artículo 104.1. establece las condiciones para determinar las fórmulas: “La revisión de precios se
llevará a cabo mediante los índices o fórmulas de carácter oficial que determine el órgano de
contratación”. Y continúa estableciendo un criterio específico para los contratos de obras, que es fuente
de no pocas malinterpretaciones por parte de los órganos de contratación: “No obstante, en los
contratos de obras y en los de suministro de fabricación el Consejo de Ministros, previo informe de la
Junta Consultiva de Contratación Administrativa, aprobará fórmulas tipo según el contenido de las
diferentes prestaciones comprendidas en los contratos”. Y sigue en el siguiente punto (104.2): “Las
fórmulas tipo reflejarán la participación en el precio del contrato de la mano de obra y de los elementos
básicos.”
INTERPRETACIÓN
Nuestra interpretación en este sentido es muy clara: en principio, sí procede establecer sistemas de
revisión de precios de los contratos de arquitectura, sobre todo cuando se trata de direcciones de obra, o
de contratos conjuntos que incluyen redacción de proyecto y dirección de obra, porque se trata de
trabajos dilatados considerablemente en el tiempo, cuya rentabilidad se ve directamente afectada por la
inflación, de la que no se puede considerar en absoluto responsable al contratado. Desde este punto de
vista, es lógica cuando menos una fórmula de revisión que refleje las variaciones del IPC (que es un
índice de carácter oficial).
Por otro lado, no es menos cierto que en ocasiones los trabajos se demoran enormemente a causa de
dilaciones en la labor de supervisión por parte de la Administración, y contratos que inicialmente no
estaba previsto que durasen más allá de seis meses, se van con facilidad a un año o más, produciendo
en el arquitecto el mismo perjuicio de pérdida de poder adquisitivo.
Estas circunstancias parecen hoy en día menores, acostumbrados como estamos a tasas de incremento
del IPC del orden de un 3% anual, pero debemos recordar que hace menos de una década andábamos
en el entorno del 10%, si no más, dato que se vuelve realmente dramático si no se cuenta con cláusulas
de revisión.
Hay que aclarar también que estamos hablando de “revisión de precios”, que no es lo mismo que
“modificación”, o “ampliación”, del precio o del contrato (y ahí estaríamos en la discusión de reformados
y complementarios, pero es harina de otro costal, aunque no sin relación).
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ACTITUDES Y ERRORES DE LA ADMINISTRACIÓN
Siendo esta la situación de partida, nos encontramos con que es extremadamente raro que las
Administraciones Públicas consideren cláusulas de revisión de precios en contratos de consultoría y
asistencia técnica, sean del carácter que fueren.
Ante esta circunstancia, la irregularidad más frecuente es la de no incluir en el pliego la motivación de la
que se deduce la improcedencia de revisión. No basta con decir “no procede”. Habrá que explicar por
qué. Desde la OCAM se está tratando de solicitar la resolución motivada que debe existir en el
expediente de preparación de la licitación, y nos estamos encontrando con contestaciones sin sentido,
que en general se derivan de un mal entendimiento de los términos de la Ley, y de una mala
interpretación del significado de la existencia de fórmulas predefinidas para contratos de obras.
Veamos cuáles son las contestaciones al uso, y cómo rebatirlas:
1-
Justificar supuestamente la no procedencia de revisión de “las características del contrato de
consultoría y asistencia técnica”, sin más explicación: La mera enunciación del carácter del
trabajo a realizar no implica unívocamente la improcedencia de la revisión de precios, como en
tales resoluciones se pretende. Antes bien, una labor de redacción de proyecto y dirección de
obra, que por su mismo carácter se prolonga a lo largo de muchos meses, si no años, entra de
lleno en el ámbito de lo que la intención del legislador previó para lo dispuesto en el artículo
103.3 del TRLCAP. Precisamente, la cláusula de revisión de precios pretende compensar,
primordialmente, la pérdida de poder adquisitivo que la inflación provoca en las retribuciones
del trabajo, y esta cautela es tanto más necesaria cuanto más largo es el período necesario
para desarrollar un determinado trabajo.
El ejemplo más claro de esta interpretación se ve en las fórmulas aplicadas a los contratos de
obras y suministros, en donde los coeficientes correctores se ven actualizados conforme a las
variaciones de costes determinados por el Índice Nacional General del Sistema de Índices de
Precios al Consumo, y así se vuelve a enunciar en el Proyecto de Real Decreto para aprobar
nuevas fórmulas de revisión de precios que recientemente se presentó al Consejo de Ministros
por parte del Ministerio de Hacienda.
Al amparo de lo dispuesto por el artículo 104 del TRLCAP (y refrendado en el 104.2 del
Reglamento), el órgano de contratación está capacitado para determinar sistemas de revisión
de precios, reservándose el Consejo de Ministros la elaboración de fórmulas tipo exclusivamente
para contratos de obras y de suministro de fabricación. Sin que esto pueda ser excusa para
entender que otro tipo de contratos, cual es el de consultoría y asistencia técnica, no tenga
derecho a este tipo de revisiones.
2-
Indicar que “los materiales y la mano de obra no influyen en el precio del contrato”: Esta es la
contestación típica que pretende deducir de la existencia de cláusulas tipo para contratos de
obra la supuesta improcedencia para otros tipos de contrato. Véase para ello lo explicado en los
párrafos anteriores. Pero, además, ¿el trabajo de los arquitectos y de sus empleados no es
acaso “mano de obra”?.
3-
Pretender que “se han tenido en cuenta todos los factores que afectan a la ejecución del
contrato”: Esto es tanto como pretender adivinar el futuro, pues es de todo punto imposible
prever con exactitud incrementos de precios debidos a inflación (no lo consigue ni el Ministerio
de Economía), más aún cuando se trata de un horizonte temporal de dos, tres o más años
(plazo normal para casi cualquier edificio).
En todos los casos subyace la absurda pretensión de que los contratos de consultoría y asistencia deben
de tener algo de angélico, que están situados por encima del bien y del mal, y que a los consultores les
ha sido dado el don de la clarividencia, pues son capaces no sólo de ajustar precios a la baja (“mejoras”
lo llaman a eso, supongo que irónicamente), sino de anticiparse a todo lo que pudiera pasar. Nuestra
tradición sumisa de asumirlo todo “por que no se estropee la obra” hace el resto. Mientras que a la
constructora se le acepta todo, se le paga el incremento de precios, los modificados, los reformados y lo
que haga falta, la doctrina habitual presupone que nos quedamos mirando cómo los demás ven
compensadas las inclemencias del tiempo, pero sin derecho a participar de la misma compensación.
Absurdo, por supuesto.
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PROPUESTA OCAM
En el Libro Blanco de Concursos se adjuntaron pliegos tipo en los que hay una cláusula modelo que
pretende recoger tanto los incrementos debidos a la inflación como las demoras injustificadas de la
Administración. Se la proponemos cuando hay ocasión a los órganos de contratación.
La cláusula dice así:
REVISIÓN DE PRECIOS
1.1.
PRECIO DEL PROYECTO
1.1.1.
El precio correspondiente a los trabajos de redacción de proyecto se considera, salvo
modificaciones en el contrato, precio final, no revisable, excepto en el caso enunciado en
las siguientes cláusulas.
1.1.2.
En uso de las prerrogativas otorgadas por el artículo 104.2 del RGLCAP, se establece el
siguiente sistema de revisión de precios:
- Si la fase de redacción de proyecto se prolongase más allá de un año a partir de la
formalización del contrato, y la suma de plazos empleados por la administración
contratante para la supervisión superase a la suma de plazos empleados por el contratista
para la redacción del proyecto (incluidos los concedidos para la subsanación de errores en
las entregas parciales), el contratista tendrá derecho a la revisión mediante la aplicación al
precio de los trabajos de redacción de proyecto del índice de precios al consumo (I.P.C.)
anual del año presupuestario anterior, publicado por el Instituto Nacional de Estadística u
organismo equivalente. Esta revisión sólo se podrá solicitar a la aprobación del proyecto de
ejecución, sin que las cantidades facturadas durante el primer año de vigencia del contrato
puedan ser objeto de revisión, y se abonará adicionando al pago final del proyecto de
ejecución el importe que corresponda.
1.2.
PRECIO DE LA DIRECCIÓN DE OBRA
1.2.1.
El precio fijado para los trabajos de dirección de obra se considera, salvo modificaciones del
contrato, precio final, sólo revisable al final de la obra, si sobre la misma hubiese de
practicarse liquidación por importe superior al 5% del precio de la obra.
1.2.2.
En tal caso, el precio de la dirección de obra se actualizará en el mismo porcentaje en que
se haya producido la liquidación del contrato de obra.
1.2.3.
El precio correspondiente a los trabajos de dirección facultativa será objeto de revisión
mediante la aplicación al mismo del índice de precios al consumo (I.P.C.) anual del año
presupuestario anterior, publicado por el Instituto Nacional de Estadística u organismo
equivalente.
1.2.4.
El director de obra tendrá derecho a la revisión del precio correspondiente a los trabajos de
dirección facultativa cuando se haya ejecutado el 20 por ciento del importe de la obra y
haya transcurrido un año desde su adjudicación, de tal modo que ni el porcentaje del 20
por ciento ni el primer año de ejecución contado desde la firma del acta de comprobación
del replanteo, pueden ser objeto de revisión.
1.2.5.
El importe de la revisión se hará efectivo mediante el abono o descuento correspondiente
en las facturas parciales o, excepcionalmente, en la liquidación del contrato cuando no
hayan podido incluirse en aquéllas.
1.2.6.
Cuando la revisión de precios se aplique sobre períodos de tiempo durante los cuales el
director de obra hubiese incurrido en mora, y sin prejuicio de las penalidades que fueran
procedentes, los índices de precios se corregirán a la baja porcentualmente según el
tiempo de la mora en relación al período sobre el que se solicita revisión.
josé maría GARCÍA DEL MONTE
director OCAM
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