Sonido y luz

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ONDAS SONORAS
Las ondas sonoras se pueden considerar como longitudinales, ya que, realmente consisten en una
sucesión de compresiones y enrarecimientos que se producen en el medio que las propaga a una velocidad
que depende de sus propiedades elásticas. Dichas ondas se originan en un foco sonoro en el que se produce
una vibración. Al paso de la onda sonora la presión existente en el medio que la transmite experimenta
fluctuaciones, que en el caso más sencillo son vibraciones armónicas; estas variaciones de presión son las que
al actuar sobre la membrana del oído provocan en el tímpano vibraciones forzadas de idéntica frecuencia,
originando la consiguiente sensación de sonido.
Numerosas experiencias confirman que todo foco sonoro está vibrando; basta, por ejemplo, para
comprobarlo, acercar un péndulo ligero al cuerpo que emite un sonido, pues el péndulo sale despedido. Ahora
bien, no todos los cuerpos que vibran nos dan la sensación de sonido, ya que un oído normal sólo puede
convertir en sensación sonora variaciones de presión que se produzcan con frecuencias comprendidas entre
los 16 y los 20.000 hertz; en realidad, el límite superior de frecuencia audible disminuye muy rápidamente con
los años, y una persona de mediana edad es sorda para frecuencias superiores a los 16.000 hertz.
Por tratarse de un fenómeno ondulatorio son válidas para el sonido todas las propiedades de las ondas
ya estudiadas por lo que nos limitaremos a estudiar algunas propiedades características de las ondas sonoras.
Propagación y recepción del sonido
Las ondas sonoras para su propagación precisan de la existencia de un medio material: el sonido no
se propaga en el vacío. El hecho de que se propague en los fluidos, y especialmente en los gases, demuestra
que se trata de ondas longitudinales. Conviene distinguir claramente entre el modo de producirse un sonido
y el proceso de su propagación: cualquier tipo de vibración puede engendrarlo, pero únicamente las
vibraciones longitudinales son capaces de transmitirlo por el aire, gracias a las compresiones y
enrarecimientos que producen. En cuanto a la recepción del sonido, constituye un error suponer que las ondas
sonoras sólo pueden ser detectadas por el oído, ya que cualquier dispositivo que absorba la energía transmitida
por dichas ondas y la convierta en alguna otra forma de energía (calor, movimiento corriente eléctrica, etc.),
puede servir para ponerlas de manifiesto. Así, por ejemplo, el sonido puede actuar sobre un diafragma o
membrana elástica provisto de un estilete que reproduce sobre un disco giratorio las vibraciones forzadas de
la membrana, dispositivo que constituye un registro elemental del sonido (gramófono). Las vibraciones de
dicha membrana también pueden dar lugar a variaciones en una corriente eléctrica, en cuyo caso tendremos
una corriente fluctuante como registro del sonido (micrófono), lo que permitirá, interpretar muchas de las
propiedades de los sonidos tras el análisis de los registros obtenidos.
Cualidades del sonido
Un sonido está caracterizado en su percepción por tres cualidades, que permiten distinguir unos de
otros: intensidad, tono y timbre.
De acuerdo con la primera, los sonidos pueden clasificarse en fuertes o débiles, y puesto que se trata
de vibraciones, la sensación de su mayor o menor intensidad dependerá del cuadrado de la amplitud de
aquéllas, pero no es proporcional a dicho cuadrado como veremos, pues el oído aprecia muy erróneamente
la intensidad de un sonido, de modo que para comparar con cierta precisión la de dos sonidos entre sí es
necesario que ambos sean del mismo tono.
El tono o altura es la cualidad que nos permite distinguir entre un sonido agudo y otro grave;
físicamente esta cualidad corresponde a la frecuencia del sonido como vibración, que es mayor en los que
denominamos agudos que en los graves.
Finalmente, el timbre de un sonido es la cualidad en virtud de la cual podemos distinguir dos sonidos
de igual frecuencia e intensidad emitidos por dos focos sonoros diferentes; el timbre se debe a que, en general,
un sonido no es puro, es decir, las ondas sonoras correspondientes no son sinusoidales, sino que las
ondulaciones reales resultan ser suma de varios movimientos periódicos sinusoidales puros superpuestos, los
cuales acompañan, en mayor o menor número, a la onda sinusoidal correspondiente a la frecuencia
fundamental, dando por ello calidades distintas al sonido resultante; las ondas citadas se llaman armónicos y
sus frecuencias son múltiplos de la fundamental en los sonidos musicales.
Además tenemos también la costumbre de distinguir entre sonidos y ruidos. Los primeros son aquéllos
que nos producen sensación agradable, bien porque son sonidos musicales o porque son como las sílabas que
forman las palabras, sonidos armónicos que encierran cierto significado, al tener el oído educado a ellos. Si
s e obtienen gráficas de registro de las vibraciones de sus ondas se observa que, en general, los sonidos
musicales poseen ondas casi sinusoidales, aunque alteradas a veces apreciablemente por la presencia de sus
armónicos; los restantes sonidos armónicos conservan todavía una total periodicidad aunque su gráfica se
aleje notablemente de la sinusoide por estar compuestos por varios grupos de ondas de frecuencias
fundamentales distintas, acompañadas de alguno de sus armónicos, o por tratarse de varios trenes de ondas,
de muchas frecuencias distintas, que se amortiguan rápidamente y vuelven a generarse muchas veces por
segundo. Por último los ruidos presentan, de ordinario, gráficas carentes de periodicidad y es precisamente
esta peculiaridad lo que produce que la sensación cerebral resulte desagradable o molesta. Esta sensación
se presenta también con sonidos musicales oídos simultáneamente, si no cumplen entre sus frecuencias las
reglas de la armonía
Intensidad del sonido
La intensidad de un sonido puede considerarse desde dos puntos de vista: el fisiológico o subjetivo,
y el físico u objetivo. La intensidad fisiológica o subjetiva de un sonido corresponde a la sensación que nos
produce, y en consecuencia, depende del observador; de ella nos ocuparemos cuando hablemos de la
audición.
La intensidad física u objetiva de una onda sonora en un punto depende, como para cualquier otro
movimiento ondulatorio, de la energía transportada por la misma, y por lo tanto, es la energía que atraviesa
por segundo la unidad de superficie colocada normalmente a la dirección de propagación, y por ello se medirá
en W/m2
Intensidad física del sonido.
En consecuencia, la potencia sonora puede medirse directamente determinando la energía que pasa
a través de la unidad de superficie, a una distancia conocida, R, durante un segundo. Los resultados de tales
medidas demuestran que las potencias sonoras de la mayor parte de los focos corrientes son
extraordinariamente débiles; por ejemplo: una conversación corriente representa 7• 10-6 W, mientras que un
fortísimo de trompeta es de 0*3 W y una sirena de alarma 3.000 W.
Campo de audición. Sensación sonora y sonoridad
Para que un sonido sea percibido por
nuestro oído no basta que su frecuencia esté
comprendida, como ya dijimos, entre ciertos
límites para los que aquél es sensible (20 y
20.000 hertz, aproximadamente); es preciso
además que la intensidad física o la amplitud
de la presión, P, se encuentre también dentro
de cierto intervalo, ya que por debajo del
mismo no es percibido por falta de excitación
suficiente (umbral de audición) y por encima
produce sensación de dolor; este intervalo
varía con la frecuencia del sonido como
puede verse en la figura que presenta un
audiograma normal en escala logarítmica;
dicho diagrama está limitado por las dos curvas umbrales; la región comprendida entre ambas representa el
campo de audición para un oído normal. Se observará que la máxima sensibilidad del oído tiene lugar para
una frecuencia de unos 2.500-3.000 hertz, en cuyo caso bastan energías umbrales de unos 0*5 10-16 wat/cm2
; si tenemos en cuenta la equivalencia
calorífica del joule, se podrá comprobar fácilmente que con la energía equivalente a una caloría podríamos
producir un sonido audible durante algunos millones de años. Es, pues, digna de ser destacada la extraordinaria
sensibilidad del oído, que además se mantiene, sin grandes variaciones, para un amplio margen de frecuencias
de excitación.
Es fácil intuir la falta de proporcionalidad entre la intensidad física (medida en wat/cm2) de
un sonido que llega al oído y la sensación sonora que nos produce, a la que denominaremos sensación o
intensidad fisiológica, ya que es un hecho comprobable que dos focos sonoros idénticos, actuando
simultáneamente, no producen una sensación doble que uno solo. Esto se debe a que la sensación sonora
obedece, aproximadamente, a la una ley psicofísica que dice: "La sensación es función lineal del logaritmo
de la excitación", o en otras palabras, la sensación crece en progresión aritmética, cuando la excitación lo
hace en progresión geométrica.
En consecuencia, si designamos por S, y S0 las sensaciones producidas por dos sonidos de
intensidades físicas I e 10, tendremos:
S-S0 = log (I/I0)
y si I0 es la correspondiente al valor umbral (S0 = O) (ya que si la intensidad I es inferior a I0 no es capaz de
excitar sensación sonora en el oído), podremos determinar su intensidad fisiológica por:
S = log (I/I0)
Por lo tanto, diremos que un sonido produce una sensación unidad cuando su intensidad física es 10
veces mayor que la umbral; esta unidad se denomina bel, y su décima parte es el decibel (db); la sensación
se expresa, generalmente, en esta segunda unidad, con lo que:
S = 10 Iog (I/I0) (db)
Dado que la intensidad umbral I 0 es distinta para cada frecuencia, para poder comparar las
sensaciones de intensidad sonora que producen en nuestros sentidos sonidos de frecuencias e intensidades
distintas, e incluso mezclas de ellos o de ruidos, no resulta útil el decibel. Por ello se utiliza cada vez más otra
unidad de medida de la intensidad fisiológica, el fon, estableciendo el criterio de que la sonoridad en fon de
un sonido viene expresada por el número de decibelios de otro sonido de 1.000 Hz, que produzca en nuestros
sentidos la misma sensación de intensidad sonora que el sonido considerado. Es decir, un sonido posee una
sonoridad de N fon cuando produce en nuestro oído la misma sensación sonora que un sonido de N decibelios
a 1.000 Hz.
He aquí algunos datos relativos a la sonoridad de algunos sonidos:
Sensación umbral ......0 fon
Rumor de hojas ............. 10
Conversación en voz baja ... 20
Radio funcionando a intensidad media ............... 40
Automóvil silencioso ....... 50
Conversación en voz alta ... 60
Tráfico urbano ............. 70
Máquina taladradora ........ 95
Ruido del metro en marcha 100
Avión despegando cerca del
observador ................ 110-120,
Cohete espacial al despegar 180
Ultrasonidos.
a) Generalidades.- Cuando la frecuencia de las ondas sonoras pasa de cierto límite el oído deja de
percibirlas, de análoga manera a lo que sucede con el ojo, que sólo es sensible a vibraciones
electromagnéticas comprendidas entre cierto intervalo (del rojo al violeta), Así, pues, de la misma forma que
existen radiaciones ultravioleta e infrarrojas, hay también ultrasonidos (ve 20.000 Hz) e infrasonidos (vc 16
Hz). Recordando que la energía de un movimiento vibratorio es proporcional a los cuadrados de la amplitud
y de la frecuencia, resulta que una vibración ultrasónica emitirá gran cantidad de energía en virtud de su
elevada frecuencia. Asimismo podrá ocasiona enormes variaciones de presión con muy pequeñas amplitudes
de vibración.
b) La emisión dirigida.-Por su pequeña longitud de onda, los ultrasonidos se comportan de forma
análoga a los rayos luminosos, de modo que pueden ser dirigidos en haces de muy poca abertura, con la
consiguiente concentración de energía. En este hecho está basado su empleo para transmitir señales, realizar
sondeos, etc...
Aplicaciones de los ultrasonidos
Debido a las características antes señaladas, los ultrasonidos son muy utilizados en multitud de
aplicaciones
1) Marinas.- Los ultrasonidos se utilizan por parte de las embarcaciones en funciones parecidas a las
que desempeña el radar en el aire, como por ejemplo el levantamiento de perfiles marinos, localización de
submarinos, de bancos de peces, etc...
2) Químicas.-Las poderosas vibraciones ultrasonoras aumentan la velocidad de las reacciones e
incluso pueden hacer detonar sustancias explosivas sensibles al choque.
3) Industriales.-Una de las más útiles aplicaciones de los ultrasonidos es la inspección de los
materiales elaborados, descubriendo en ellos posibles defectos, tales como grietas, cavidades, inclusiones de
cuerpos extraños o variaciones de dureza situadas a grandes profundidades.
4) Biológicas y médicas.- Por sus especiales características, los ultrasonidos se emplean en medicina
en aplicaciones como la ecografía, la litiasis (rotura de cálculos renales sin necesidad de operar) detección
de tumores, etc...
Efecto Doppler
Es un fenómeno conocido, en el caso de ondas sonoras, el cambio de tono (frecuencia) que se
experimenta cuando la fuente y el observador están en movimiento relativo. Este efecto conocido como
efecto Doppler se observa particularmente bien cuando la fuente y el observador se cruzan en cuyo momento
hay un cambio brusco de un aumento de frecuencia a una disminución de frecuencia. La disminución aparente
del tono que experimenta el pitido de una locomotora o el rugido de un coche de carreras que se acerca a
nosotros para luego alejarse, son ejemplos familiares.
El dibujo anterior sirve como ejemplo gráfico de la razón de éste fenómeno: Al desplazarse el foco sonoro,
la distancia entre los sucesivos frentes de onda emitidos se hace menor cuando se acerca al observador
mientras que aumenta en el sentido contrario, por lo que, para el observador, el resultado es el mismo que si
la frecuencia del sonido aumentase cuando el foco sonoro se acerca a él o disminuyese cuando se aleja de
él.
Sin entrar en demostraciones, la frecuencia percibida por el observador viene dada por la expresión
que nos expresa la frecuencia percibida por un observador en función de la velocidad de la onda, v, de la
velocidad del observador, v0, y de la velocidad del foco sonoro, teniendo en cuenta los signos de manera que
cuando el foco y el observador se acercan la frecuencia aumenta y cuando se aleja, disminuye
Aun cuando en todo lo que antecede nos hayamos referido a las ondas sonoras, el efecto Doppler
tiene lugar también en cualquier movimiento ondulatorio; en el caso de la luz se manifiesta por cambios de
color o, más exactamente, por corrimientos de las rayas espectrales; gracias a estos desplazamientos se han
podido medir las velocidades radiales con que se acercan o alejan de la Tierra algunas estrellas o nebulosas;
basta para ello despejar Vf en la ecuación anterior, una vez determinada N* y conocida la N real
correspondiente a la luz observada. No obstante, hay que advertir que en el caso de las ondas luminosas, que
se propagan con una velocidad enorme (c = 3.108 m/s), el efecto Doppler carece de importancia, salvo que
la velocidad del foco sea considerable.
ÓPTICA. SU OBJETO
Se llama Óptica a la parte de la Física que estudia la luz y los fenómenos que ésta produce
(fenómenos luminosos).
Recibe el nombre de luz toda causa capaz de impresionar nuestro sentido de la vista.
La naturaleza de la luz ha sido debatida durante siglos. Para unos físicos, tal como Newton, la luz era
de naturaleza corpuscular, o sea, que el cuerpo luminoso emitía unas partículas que se desplazaban a gran
velocidad.
Para otros, tal como Huyghens, la luz es de naturaleza ondulatoria, o sea, que el cuerpo luminoso
emite unas ondas que se van propagando a mucha más velocidad que las del sonido.
Modernamente parece demostrado que la luz es un fenómeno a la vez de tipo ondulatorio y
corpuscular, consistente en unos corpúsculos llamados fotones, que en su avance crean un movimiento
ondulatorio. La luz se propaga en todas direcciones y en línea recta a partir del foco luminoso. La línea recta
que va desde el foco luminoso a un cuerpo, se llama rayo de luz, y al conjunto de rayos que salen del foco,
se les denomina un haz
Estudiaremos, en primer lugar, las distintas teorías y fenómenos relacionados con la naturaleza de la
luz, para pasar posteriormente a estudiar los fenómenos que afectan a su propagacion en distintos medios
(Óptica geométrica)
NATURALEZA DE LA LUZ
Los primeros estudios que podemos considerar sólidos para la explicación de los fenómenos ópticos
fueron realizados casi simultáneamente por Newton y Huygens, constituyendo las dos teorías clásicas sobre
la luz: Teoría corpuscular o de emisión y Teoría ondulatoria
Newton a quien se debe la primera teoría, consideraba que la luz consistía en pequeños corpúsculos
materiales emitidos por un foco y que se propagaban - en línea recta- hasta encontrar una discontinuidad en
el medio de propagación.
La visión no era sino el choque de estos corpúsculos con la retina.
Los colores, que hasta entonces se creían consecuencia de que la luz blanca se "contaminaba" al atravesar
o chocar con los objetos coloreados, fueron interpretados por Newton después de descubrir la dispersión en
el prisma. Para él la luz blanca se componía de luces simples de distintos colores, y estos eran consecuencia
de que las partículas de luz correspondientes a cada color tenían distinta masa.
Con esta teoría se explicaba el fenómeno de la reflexión como el choque elástico de los corpúsculos de
luz con las partículas de la superficie reflectora.
Con su modelo corpuscular explicó la refracción, suponiendo que las partículas eran atraídas hacia la
superficie de separación con lo que aumentaba su velocidad normal, mientras la componente tangencial
quedaba inalterada , lo que llevaba a la relación de Descartes
n. sen i = n'. sen r
pero implicaba que la luz en el medio más denso debía tener mayor velocidad.
Esta contradicción no tuvo mayor trascendencia, toda vez que las leyes de la refracción en lo que a
direcciones respecto eran acordes con la experiencia y no se desmintió, a pesar de que Romer midió la
velocidad de la luz por la ocultación de los satélites de Júpiter en 1675, hasta que en 1849 Foucault, por el
método del espejo giratorio, midió en el laboratorio la velocidad, poniendo de manifiesto que era menor en los
cuerpos más densos
Huygens, por semejanza entre los fenómenos luminosos y los sonoros, expuso su teoría ondulatoria, que
en esencia consiste en considerar la luz como el movimiento ondulatorio resultante de la propagación- en un
medio material del movimiento vibratorio del foco o el centro de perturbación que constituye cada cuerpo
luminoso.
Necesitaba Huygens admitir la existencia del éter como medio continuo e isótropo para explicar la
propagación interestelar de la luz.
Debido a la gran autoridad científica de Newton, la teoría ondulatoria no pudo progresar hasta el primer
cuarto del siglo XIX en que el inglés Young explicó sobre su base las interferencias, midiendo por primera
vez por este medio las longitudes de onda correspondientes a distintos colores espectrales. Grimaldi había
postulado primero y descubierto después los fenómenos de difracción, que fueron explicados por Fresnel junto
con los fenómenos de propagación y polarización admitiendo la transversalidad de las ondas.
La determinación de la velocidad de propagación en distintos medios comprobó la teoría ondulatoria
relegando la corpuscular de Newton.
TEORÍA ELECTROMAGNÉTICA
La teoría electromagnética de la luz elaborada por Maxwell, fue la que dio verdadera unidad al
modelo ondulatorio y fue confirmada experimentalmente por Hertz quien por primera vez produjo y detecto
las ondas electromagnéticas por medio de circuitos oscilantes observando, como en las ondas luminosas
reflexión, refracción, interferencia y polarización.
En sus trabajos teóricos puso también Maxwell de manifiesto que las ondas electromagnéticas son
transversales como han de ser las luminosas para explicar los fenómenos de polarización.
El mismo Maxwell obtuvo la primera relación íntima entre magnitudes ópticas y eléctricas.
En definitiva, la luz constituiría una fracción, en concreto la comprendida en el intervalo de longitudes
de onda de 400-750 nm, de un grupo más amplio de radiaciones electromagnéticas generadas por la vibración
cruzada de un campo eléctrico y uno magnético, perteneciendo a este mismo tipo de radiaciones otras como
las ondas de radio, los rayos X, las microondas, etc..
TEORÍA CUÁNTICA DE LA LUZ
La teoría electromagnética de la luz explica tal cantidad de fenómenos que debe contener en si alguna
parte de verdad. Sin embargo esta teoría está en oposición completa con el efecto fotoeléctrico. En 1905
Einstein encontró que la paradoja presentada por el efecto fotoeléctrico podría ser resuelta solamente si se
tenía en cuenta una idea propuesta cinco años antes por Max Planck. Planck intento explicar las
características de la radiación emitida por los cuerpos a temperaturas suficientemente elevadas para ser
luminosos, Planck obtuvo una fórmula para el espectro de esta radiación en función de la temperatura del
cuerpo, que estaba de acuerdo con los datos experimentales. Supuso que la radiación era emitida
discontinuamente como pequeñas irrupciones de energía. Estas irrupciones reciben el nombre de cuantos.
Planck descubrió que los cuantos asociados a una frecuencia determinada, < , de la luz, tienen la misma
energía y que esta energía es directamente proporcional a <
E=h<
donde h es conocida como constante de Planck y tiene el valor
h = 6’63.10 -34 julios-seg.
Planck supuso que la energía electromagnética emitida por un cuerpo caliente, emerge de él de una
manera intermitente, pero no dudó de que su propagación a través del espacio era continua en forma de ondas
electromagnéticas, Einstein propuso que la luz no solamente es emitida en forma de cuantos, sino que también
se propaga como cuantos individuales. Teniendo en cuenta esta hipótesis, el efecto fotoeléctrico puede
explicarse con facilidad.
La ecuación del efecto fotoeléctrico puede escribirse
h < = Emáx + h <o
La proposición de Einstein supone que los tres términos de esta ecuación han de interpretarse como sigue:
h<
Contenido energético de cada cuanto de luz incidente.
Emáx
energía máxima del fotoelectrón.
h<o
energía mínima necesaria para desalojar un electrón de
la superficie metálica que recibe la iluminación.
Debe haber una energía mínima necesaria para que los electrones puedan escapar de la superficie
metálica pues de otro modo los electrones abandonarían la misma aun en ausencia de luz. La energía h<o,
característica de cada superficie determinada, se conoce con el nombre de función de trabajo.
En consecuencia la ecuación anterior queda establecida
cuanto de
energía máxima
energía =
del electrón
función de trabajo
+ de la superficie
Es fácil ver que no todos los fotoelectrones tienen la misma energía, sino que emergerán con todas las
energías hasta el valor de Emáx; h<o es el trabajo que debe hacerse para arrancar un electrón que se
encuentra justamente debajo de la superficie metálica; si el electrón se encuentra a mayor profundidad en
el metal, es necesario realizar un trabajo mayor. La validez de esta interpretación del efecto fotoeléctrico se
ha confirmado por los estudios de la emisión termoiónica. En este caso los electrones emitidos, evidentemente,
obtienen su energía a partir de la agitación térmica de las partículas que constituyen el metal y habría que
esperar que necesitaran una cierta energía mínima para poder escapar. Esta energía mínima puede
determinarse para muchas superficies metálicas y es siempre casi idéntica a la función de trabajo
fotoeléctrico. En la emisión fotoeléctrica, los fotones de luz proporcionan la energía necesaria para que el
electrón pueda escapar, mientras que en la emisión termoiónica, es el calor el que lo realiza. En los dos casos
el proceso físico que tiene lugar es la liberación de un electrón.
HIPÓTESIS DE DE BROGLIE.
Otra sorprendente confirmación de que la luz esta formada por partículas o fotones es el efecto Compton
o choque entre un fotón y un electrón,. con conservación de la energía cinética y de la cantidad de movimiento
como si realmente se tratara de dos partículas materiales que entraran en colisión.
Fue De Broglie quien concilió las dos grandes teorías, corpuscular y 1ondulatoria creando un verdadero
cuerpo de doctrina llamado Mecánica Ondulatoria, que tiende a imponerse rápidamente tras los trabajos de
tipo teórico y experimental de Schrödinger, Dirac y muchos otros físicos.
Según la Mecánica Ondulatoria, la luz está formada por fotones, conforme a la hipótesis de Einstein, pero
a cada fotón hay que añadirle una onda asociada que le acompaña en el espacio.
Según la hipótesis de De Broglie, un fotón de frecuencia < tiene una cantidad de movimiento
P = h </c
que puede ser expresada en función de la longitud de onda así
p = h/8
La longitud de onda de un fotón está singularizada por su cantidad de movimiento según la relación
8=h/p
Es inútil pretender imaginarse esta onda, pues se trata. de una onda de probabilidad que nos indica si el
fotón, que por otra parte se mueve al azar, tiene más o menos probabilidad de encontrarse en un lugar o en
otro. Cada corpúsculo no ocupa un punto determinado del espacio, sino una determinada región definida por
la onda asociada
Mientras el fotón camina entre el foco y el objeto iluminado es imposible determinar su posición y su
trayectoria; únicamente podemos hablar de la onda que avanza; en cambio, cuando llega al objeto, el fotón
aparece bien claro, pero entonces la onda ha desaparecido.
Si pudiéramos observar lentamente cómo se forman las manchas de interferencia, observando por
ejemplo, los impactos que los fotones producen en una placa fotográfica, notaríamos que al principio parecen
distribuirse al azar, pero a medida que aumenta se número, los impactos se distribuyen siguiendo un
determinado orden global hasta llegar a formar las franjas de interferencia.
Con esto queremos significar que en la Física moderna, no solo para explicar la naturaleza de la luz,
sino todos los fenómenos corpusculares (que tienen lugar en los últimos constituyentes de la materia) es
indispensable sustituir el concepto de causa por el de probabilidad.
Es de hacer notar que este carácter dual de los fotones es, según De Broglie característico no solo de
cualquier radiación, sino que también se daría para todas las entidades físicas fundamentales. Según esta
hipótesis, los electrones, protones, átomos y moléculas tendrían un cierto tipo de movimiento ondulatorios
asociado a los mismos .
ÓPTICA GEOMÉTRICA
Cuerpos transparentes, translúcidos y opacos. Sombra y penumbra
Los cuerpos se clasifican, según sea su comportamiento al paso de la luz, en transparentes,
translúcidos y opacos.
Cuerpos transparentes son los que dejan pasar la luz a su través y permiten ver lo que hay detrás
de ellos. Por ejemplo, el aire, el agua limpia, el cristal, etc.
Cuerpos translúcidos son los que dejan pasar la luz a su través, pero no permiten apreciar lo que hay
detrás de ellos. Por ejemplo, el cristal esmerilado.
Cuerpos opacos son los que no permiten pasar la luz a su través.
Reflexión de la luz. Sus leyes
En el fenómeno de la reflexión hay que considerar siempre los siguientes elementos:
Una superficie pulida a la que llamamos espejo
El rayo que choca contra el espejo, llamado rayo incidente
El rayo que sale después del choque, llamado rayo
reflejado
El punto de incidencia.
La perpendicular trazada al espejo por el punto de
incidencia, llamada Normal, N.
El ángulo formado por el rayo incidente y la normal, llamado ángulo de incidencia.
El ángulo formado por el rayo reflejado y la normal, llamado ángulo de reflexión.
Leyes de la reflexión
El fenómeno de la reflexión viene regido por las siguientes leyes:
1ª El rayo incidente la normal y el rayo reflejado están en un mismo plano.
2ª El ángulo incidente es igual al ángulo de reflexión.
IMAGEN ÓPTICA. SUS CLASES
En Óptica se llama imagen a la reproducción de un objeto. Así, al mirarnos a un espejo, vemos
nuestra imagen reproducida en él.
El mecanismo de la formación de la imagen óptica es el siguiente:
De un punto cualquiera, luminoso o iluminado, salen rayos luminosos. Estos rayos, después de sufrir
fenómenos de reflexión o de refracción, pueden salir convergentes o divergentes. Si convergen, el punto de
convergencia nos da la imagen real del punto emisor de luz. Si los rayos divergen en su sentido normal de
marcha, se cortan sus prolongaciones, dándonos el punto de corte una imagen virtual del punto emisor de luz.
Según lo dicho, las imágenes ópticas pueden ser reales y virtuales.
Imagen real es la formada al cortarse los rayos; existe realmente y puede recogerse sobre una
pantalla.
Imagen virtual es la formada al cortarse la prolongación de los rayos. No existe realmente y no puede
recogerse en una pantalla
Espejos planos. Construcción de imágenes
Se llama espejo plano a toda superficie plana, opaca y pulimentada.
Para hallar la imagen de un punto en un espejo
plano se procede como sigue:
Desde el punto P se consideran dos rayos luminosos
cualesquiera, PA y PB, los cuales después de reflejados,
salen en las direcciones AA’ y BB’ respectivamente.
Como estos rayos AA’ y BB’ divergen, no se cortan. Al
prolongarlos en sentido contrario, sus prolongaciones se
cortan en P’. El punto P’ es la imagen del punto P. Por
formarse por las prolongaciones de los rayos, se trata de una imagen virtual.
Geométricamente se demuestra que el punto P y su imagen Pe son simétricos respecto al plano del
espejo, por lo que en la práctica se aprovecha esta propiedad para hallar la imagen.
Sabiendo construir la imagen de un punto, podemos ya construir la imagen de cualquier cuerpo,
tomando cuantos puntos sean necesarios. Así, la imagen de la flecha AB sería A’B’, obtenida al hallar los
puntos simétricos de A y B, con relación al plano del espejo.
Se llaman espejos esféricos aquellos cuya superficie pulimentada es un casquete esférico. Si la parte
pulimentada es la interna el espejo se llama cóncavo; si la parte pulimentada es la externa, se llama convexo.
Para el estudio de estos espejos se establece la siguiente terminología:
Centro de curvatura, C, es el centro de la esfera a la que pertenece el casquete.
Centro de figura, C’, es el polo del casquete
Eje principal es la recta imaginaria que une el centro de
curvatura con el centro de figura, o sea CC .
Eje secundario es cualquier recta que pasando por el
centro de curvatura llega al espejo, por ejemplo, CA.
Foco principal de un espejo, F, es un punto situado en el
punto medio de la distancia entre el centro de curvatura y el centro
de figura y que goza de la propiedad de que todos los rayos que
llegan al espejo paralelos al eje principal después de reflejados,
pasan por él. Análogamente, todo rayo que llegue al espejo
pasando por el foco, después de reflejado, sale paralelo al eje principal.
Distancia focal, f, es la distancia que hay desde el foco al centro de figura del espejo.
Construcción de imágenes en los espejos esféricos
Para la construcción de la imagen de un punto en un espejo esférico, se pueden trazar dos rayos
cualesquiera Sin embargo es mucho más cómodo hacerlo empleando dos rayos notables. Generalmente, se
emplean los dos rayos siguientes:
1) El rayo que llega al espejo después de pasar por el centro de curvatura y que, por incidir
normalmente sobre la superficie del espejo no sufre desviación. El eje principal y todos los secundarios gozan
de esta propiedad.
2) Los rayos que llegan paralelos al eje principal, que después de reflejados pasan por el foco.
Respecto a la forma, posición y tamaño de imagen, hay que distinguir que el espejo sea cóncavo o
convexo.
En el espejo cóncavo, si el objeto O está situado una distancia mayor que C’C, la imagen es real,
menor, e invertida.
Si el objeto está situado entre F y C la imagen es real, mayor e invertida. Si el objeto está situado
entre C’y F, la imagen es virtual, mayor y derecha. Si el objeto estuviese en F, la imagen estaría en el infinito.
En el espejo convexo, la imagen es siempre menor, virtual y derecha, cualquiera que sea la posición
del objeto con relación al espejo
FORMULAS DE LOS ESPEJOS
Las formulas de un espejo son unas expresiones matemáticas que nos relacionan las distancias del
objeto y de la imagen al espejo, así como los tamaños del objeto y de la imagen, con la distancia focal del
espejo o con su radio de curvatura.
Para un espejo esférico estas fórmulas, que no deduciremos, son: fórmula que relaciona la distancia
del objeto al espejo, d, la distancia de la imagen al espejo, d’, la distancia focal del espejo, f, y el radio de
curvatura. r.
Aumento lateral de un espejo, es la relación entre el tamaño de la imagen y el tamaño del objeto.
Para un espejo esférico la fórmula que nos da el aumento
lateral es:
L/L' = - d/d'
fórmula que relaciona el tamaño de la imagen, L’, el tamaño del objeto, L, la distancia del objeto al espejo,
d, y la distancia de la imagen al espejo, d’.
Como un espejo plano se puede considerar como un espejo esférico de radio infinito, si en la fórmula
hacemos r = infinito, 2/r = O, y la fórmula, queda así:
1/d + 1/d' = 0
d = d'
fórmula que nos indica que en un espejo plano la imagen está a igual distancia del espejo que el objeto, pero
en sentido contrario, o sea, al otro lado del espejo, y que por lo tanto es virtual.
Si en la fórmula que nos da el aumento lateral ,sustituimos d por -d’, de acuerdo con lo obtenido en
la fórmula queda:
AL = L'/L = 1
de la que deducimos que:
L = L'
REFRACCIÓN DE LA LUZ. LEYES
Se llama refracción de la luz el cambio de dirección que experimenta un rayo de luz cuando pasa de
un medio a otro de distinta densidad. El fenómeno de refracción es debido a la distinta velocidad con que se
propaga la luz en medios diferentes.
En el fenómeno de refracción hay que considerar:
El rayo que llega a la superficie de separación de
los medios, llamado rayo incidente.
El rayo que pasa al segundo medio, llamado rayo
refractado.
El punto de incidencia, O,
La perpendicular
trazada por
el punto
de
incidencia, llamada normal, N.
El ángulo formado por el rayo incidente y la
normal, llamado ángulo de incidencia.
El ángulo formado por el rayo refractado y la normal, llamado ángulo de refracción.
Leyes de la refracción
El fenómeno de la refracción viene regido por las siguientes leyes
El rayo incidente, la normal y el rayo refractado están en el mismo plano.
La relación entre el seno del ángulo de incidencia y el seno del ángulo de refracción es una cantidad
constante llamada índice de refracción, n.
Este valor de n mide la relación que existe entre la velocidad de la luz en el vacío, c, y en el medio
considerado, v. Luego:
n = c/v
n se llama índice de refracción absoluto.
Cuando se compara la velocidad de la luz en un medio, V1, con la velocidad de la luz en otro medio,
V2, entonces el índice de refracción se llama relativo
Fenómenos debidos a la refracción
A causa de la refracción se presentan fenómenos curiosos, tal como el representado en la figura
Un bastón introducido en el agua oblicuamente da la sensación de estar partido; los rayos que parten de B,
debido a la refracción, son recibidos por el ojo del observador, O, como procedentes del punto A, con lo que
recibe la impresión óptica de estar la punta del bastón más próxima de lo que está en realidad.
Ángulo límite y reflexión total
Si tenemos un foco luminoso que envía rayos de luz a través de un medio más denso que el aire, por
ejemplo, el agua, al salir estos rayos ya refractados al aire, se separan de la normal.
El rayo R1 sufre una desviación, formando un
ángulo de refracción, por ejemplo, de 45°, el rayo R2
de 70°; el rayo R3 sufre una desviación tal, que sale
tangente a la superficie de separación de ambos
medios.
Un rayo que incidiera tal como R4 su una
desviación mayor de 90° y, por consiguiente, en lugar
de pasar al otro medio, volvería al medio de
procedencia. Este rayo ha sufrido realmente una reflexión, conocida con el nombre de reflexión total.
Se llama ángulo límite al ángulo de incidencia formado por el rayo incidente y la normal, al cual
corresponde un ángulo de refracción de 90°, En la figura, el ángulo límite AL corresponde al ángulo de
incidencia del rayo R3.
Todo rayo que incida con el ángulo menor que el límite, se refractará, y el que incide con un ángulo
mayor que el límite, sufrirá la reflexión total, volviendo al medio de procedencia..
LENTES. SUS CLASES
Se llama lente a todo cuerpo transparente, limitado por dos superficies, una de las cuales por lo
menos, es curva. Al atravesar los rayos de luz una lente, sufren una refracción.
Si, como consecuencia de esta refracción, los rayos tienden a converger, la lente se llama
convergente o convexa; si, por el contrario, los rayos tienden a separarse la lente se llama divergente o
cóncava.
Las lentes convergentes se caracterizan por ser más gruesas en el centro que en los bordes y se
clasifican en: biconvexa, plano-convexa y cóncavo-convexa, según sean las superficies que limitan a la lente.
Elementos de una lente. Terminología
En una lente hay que considerar los siguiente
elementos
Centros de curvatura, C y C', de una lente son los
centros de las esferas a las que pertenecen las superficies que
limitan la lente. Si una fuera plana, su centro se considera que
está en el infinito
Radios de curvatura son los radios de las esferas a las que pertenecen las lentes
Eje principal de una lente es la recta que une los centros de curvatura de la lente, CC’.
Centro óptico 0, de une lente es el punto en el que el eje principal corta a la lente, supuesta ésta de
poco espesor.
Ejes secundarios son todas las rectas que pasan por el centro óptico, distintas del eje principal
Focos de una lente, F y F’, son dos puntos situados a uno y otro lado de la lente y sobe el eje principal,
que gozan de la propiedad de que los rayos que llegan paralelos al eje principal después de refractados por
la lente, pasan por ellos.
Distancia focal, f, es la distancia que hay desde el centro óptico a cada uno de los focos. Esta
distancia es igual a la mitad del radio de curvatura:
Construcción de imágenes en lentes
Para hallar la imagen correspondiente a un punto se trazan dos rayos. El punto donde se encuentran
los rayos, o sus prolongaciones después de refractados, nos da la imagen buscada.
En lugar de emplear rayos cualesquiera, se emplean los llamados rayos notables, que son:
1º Los rayos que siguen la dirección del eje principal y de los ejes secundarios, los cuales, no sufren
desviación.
2º Los rayos que llegan a la lente paralelos al eje principal, los cuales, después de refractados, pasan
por el foco.
3º Los rayos que llegan a la lente después de haber pasado por un foco y que, después de refractados,
salen paralelos al eje principal.
En la construcción de la imagen se emplean generalmente los indicados en primero y segundo lugar.
Respecto a la forma, posición y tamaño de la imagen, hay que distinguir que la lente sea convergente
o divergente, viniendo luego influenciadas las tres cualidades anteriores por la distancia que hay del objeto
a la lente.
Lentes convergentes
Se distinguen los seis casos siguientes:
1º Cuando el objeto está en el infinito, la imagen es un punto y aparece en el foco
2º Cuando el objeto esta entre el infinito y el centro de curvatura, la imagen es real, menor e invertida
3º Cuando el objeto está en el centro de curvatura, C, la imagen aparece en C’ y es real, igual e
invertida
4º Cuando el objeto está entre el foco y el centro de curvatura, la imagen es real, mayor e invertida
5º Cuando el objeto está en el foco, la imagen está en el infinito.
6º Cuando el objeto está a una distancia menor que la focal, la imagen es virtual, mayor y derecha.
Lentes divergentes
En las lentes divergentes la imagen obtenida es siempre virtual, menor y derecha, cualquiera que sea
la distancia a la que está situado el objeto de la lente
Fórmulas de las lentes
La formula que nos permite relacionar el tamaño y posición de la imagen proporcionada por una lente
es similar a la empleada con los espejos
esféricos
Teniendo en cuenta que la distancia d se mide del objeto a la lente, d' desde la lente a la imagen y que f tiene
signo positivo para lentes convergentes y negativo para lentes divergentes. El aumento lateral, al igual que
para los espejos , viene dado por
Al = L'/L = d'/d
El término 1/f recibe el nombre de convergencia de la lente y, cuando la distancia focal está
expresada en metros, se mide en dioptrías.
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