recorrido por las calles y tabernas del viejo madrid

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VISITA MADRILEÑA
RECORRIDO POR LAS
CALLES Y TABERNAS DEL VIEJO MADRID
Alberto Eguílaz, cronista mayor
Finalizado este primer ciclo de paseos por el Viejo Madrid, parece conveniente relatar en que ha consistido esta
nueva actividad de nuestra Asociación, tras el interés suscitado y el éxito que estimo se ha conseguido.
Hemos participado más de 50 asociados en los 6 días de recorridos que se han efectuado.
Comencemos:
Nos reunimos en la Plaza de Tirso de Molina, Taberna del mismo nombre de la calle de la Espada.
Después de tomar un cafelito, explicamos una pequeña historia del desarrollo de las Tabernas en esta Villa.
Alojerías, Botillerías, dieron paso al embrión de las típicas tabernas madrileñas, siglos XV y XVI, donde se decía:
En Madrid, ciudad bravía
que entre antiguas y modernas
tiene 300 tabernas
y una sola librería.
El color rojo de las maderas de sus fachadas (color del vino), los grabados al fuego de sus cristaleras. Sus
mostradores de cinc y madera labrada eran distintivos de estos establecimientos de los cuales visitaremos algunos de los pocos que quedan en nuestro recorrido
Proseguimos explicando la leyenda a la que deben el nombre la calle de la Espada y de la Esgrima; vemos las
fachadas del Palacio del Duque de Alba y de la Duquesa de Sueca. La herboristería de Patricio Morando,
todo ello en la calle Duque de Alba.
Nos paramos frente al Colegio Imperial para visitar su patio-claustro, donde estudiaron personajes celebres,
como Lope, Quevedo, Calderón, etc., así como La Colegiata de San Isidro, donde están enterrados San Isidro y
su esposa Santa María de la Cabeza. Explicamos que anteriormente en estos solares tuvo su hacienda la familia
Vera, para la que trabajo San Isidro, de lo cual todavía quedan el pozo y la cueva donde se alojaba el Santo debajo
de la Capilla de la Inmaculada en la Colegiata.
Llegamos, en nuestro paseo, a Puerta Cerrada. Donde se contempla el mural dibujado en los años 80 en la pared
de un edificio, una piedra (callao) golpeada por un metal, del cual salen chispas.
Esta obra hace alusión al primer escudo de la Villa de Madrid, que mostraba una piedra sumergida en agua, con el
siguiente lema:
Fui sobre agua edificada,
Mis muros de fuego son.
Dicho escudo y lema hacían alusión a la riqueza de los arroyos de Madrid y a sus
murallas, levantadas con pedernal.
Se explica la historia de Puerta Cerrada, llamada anteriormente Puerta de la Culebra.
Mostramos la entrada a la Bodega Ricla, de 1867, reformada en 1910. Su cueva fue
refugio durante nuestra guerra civil, instamos a que todo el que pueda y quiera, se
pase en otro momento para degustar sus callos, boquerones y tostas de bacalao en
aceite.
Sin más dilación, nos dirigimos a la calle de Latoneros. Penetramos en Casa Revuelta,
para degustar su bacalao rebozado (quizá el mejor de Madrid), y sus torreznos con un
vaso de valdepeñas. Esta taberna existe en esta ubicación desde hace casi 50 años,
anteriormente estuvo en la calle de Toledo. Nos saluda Santiago su dueño que lleva al frente de la profesión 76
años. Quedan para otra visita los calamares en su tinta y sus magníficos callos.
VISITA MADRILEÑA
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Sin más dilación, nos dirigimos a la calle de Latoneros. Penetramos en Casa Revuelta, para degustar su Bacalao rebozado (quizá el mejor de Madrid), y sus torreznos con un
vaso de valdepeñas. Esta taberna existe en esta ubicación desde
hace casi 50 años, anteriormente estuvo en la calle de Toledo.
Nos saluda Santiago su dueño que lleva al frente de la profesión
76 años. Quedan para otra visita los calamares en su tinta y sus
magníficos callos.
Tras este breve descanso, nos detenemos frente a Casa Paco,
taberna de 1870, para contemplar su fachada que, como ya hemos explicado, reúne las características típicas de las antiguas
tabernas madrileñas,
Aconsejando a los asistentes que cuando puedan acudan a su
interior para ver el regio mostrador de nogal labrado, a sus camareros vestidos a la usanza de los medidores tradicionales (camisa
blanca remangada, chaleco o blusón manchego de color gris y
mandil de rayas horizontales verdes y negras) y – si su economía lo permite- degustar sus carnes, como lo
hicieron Hemingway y Ava Gardner, entre una multitud de celebridad des que han pasado por su restaurante.
En algunas visitas, hemos entrado en la Taberna “El Madroño”, para contemplar los azulejos que tienen sobre
la barra, con todos los Escudos de Madrid, explicando su historia y características, el primero de antes de 1200,
hasta el actual de la Osa y el Madroño. A la salida breve explicación de la historia de las Murallas de Madrid- la
Árabe y la Cristiana- y de sus tres Cercas; la del Arrabal, la de Felipe II y la última de Felipe IV, encaminándonos
por la Cava Baja (antiguo foso de la muralla cristiana) hasta la confluencia con la calle del Almendro. Aquí nos
detenemos para relatar el origen de sus Mesones y Posadas que desde el Siglo XV hasta el XIX, alojaron a
tratantes, y caballeros no muy bien situados, que junto a Hosterías y Albergues componían el sistema de alojamientos en nuestra Villa. Anécdotas, historias y leyendas de algunas de ellas, como la de la Posada del Peine y
la de la Cuerda nos entretienen un rato.
Por la calle del Almendro, pasamos ante la Taberna del mismo nombre, arribando a la calle del Nuncio, donde se
encuentra una de las Iglesias más antiguas de Madrid San Pedro el Viejo, que ya aparece citada en el Fuero
de 1202. En un principio estuvo ubicada cerca de la fuente de Puerta Cerrada, trasladándose a su emplazamiento actual en tiempos de Alfonso XI, tras la toma de Algeciras a los musulmanes en 1345. Tras una breve visita a su
interior, para contemplar la talla de Jesús El Pobre y la imagen de María Santísima del Dulce Nombre y del
Cristo de las lluvias, admiramos la torre mudéjar que data del siglo XIV. Construida toda ella en ladrillo,
destacando los arcos de herradura de sus ventanas. Se narra la leyenda de sus campanas.
Continuamos por la calle del Príncipe de Anglona, donde vemos
la parte trasera de esta típica residencia nobiliaria del siglo XVII,
que fue habitada por D, Pedro de Alcántara Téllez Girón y Pimentel,
marqués de Javalquinto y Príncipe de Anglona, siendo por este último título por el que se conoce este palacio. Al final del mismo está
el Jardín del siglo XVIII, lateral a la casa palaciega, el cual visitamos. Jardín neoclásico, con toques hispano-árabes, fue diseñado
en 1761 por Nicolas Chalmandrier, y es un rincón encantador de
este viejo Madrid.
Bordeando la Plaza de la Paja, contemplamos la Fuente de Diana
Cazadora, grupo escultórico que procede de la antigua fuente de
Puerta Cerrada, realizado en el siglo XVIII. Esta fuente está ubicada
en la Plaza de la Cruz Verde, lugar en el que se llevaban a cabo ejecuciones de la Inquisición.
(Continuará)
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