Adopción de niños por parte de parejas homosexuales: qué dice la psicología. ¿Cómo influiría en la mente del niño que su figura materna y paterna esté representada por personas del mismo sexo? ¿Con sólo amor alcanza para adoptar niños más allá de las inclinaciones sexuales de sus padres? Diariouno.com.ar consultó a dos expertos con visiones distintas para que respondan éstas y otras dudas. L LOS SECTORES CON MAS EDUCACION Y MAYOR NIVEL ECONOMICO ACEPTAN MAS LA UNION CIVIL GAY QUE LOS SECTORES CON MENOR EDUCACION Y BAJOS RECURSOS, SEGUN UNA ENCUESTA DE POLIARQUIA HECHA EN 2009. Luego de que la Cámara de Diputados diera media sanción a la normativa que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo y la posibilidad de que esas parejas puedan adoptar niños, las dudas que ahora dividen aguas y que seguramente el Senado lo tratará con profundidad cuando lleve este tema al recito, son: la adopción de niños por parte de parejas gays, ¿podría causar algún tipo de trastorno psicológico en el chico?; ¿cómo influiría en la mente del niño que su figura materna y paterna esté representada por personas del mismo sexo?; ¿es cierto que los chicos que son criados por parejas homosexuales tienen grandes chances de inclinarse por la misma orientación sexual de sus padres?; con sólo amor y valores personales firmes, ¿alcanza para adoptar niños más allá de las inclinaciones sexuales de sus padres? ¿puede un chico educado por una familia gay ser en el futuro un adulto más feliz que uno proveniente de un héterosexual? Diariouno.com.ar consultó a varios psicólogos y psiquiatras de Mendoza: la mayoría no se animó a responder estas cuestiones porque no se sienten preparados y lo que esta semana aprobó Diputados los tomó por sorpresa; otros porque les falta experiencia para emitir alguna opinión o simplemente, por miedo a herir los sentimientos de pacientes homosexuales. Lo que sí quedó en claro es que desde esta perspectiva hay dos grandes visiones, opuestas y que merecen ser explicadas. Para el psiquiatra Beningno Gutiérrez "no hay ningún problema" que parejas homosexuales puedan adoptar hijos, ya que "hace cerca de 25 años que trabajo con niños de este tipo de parejas y he visto (en las criaturas) una evolución excelente. No tiene nada que ver los gustos sexuales de las personas. Lo que se evalúa es si existe en los individuos una afección psiquiátrica severa". "Conozco a varios de esos niños que hoy son adultos profesionales, de valores nobles y completamente heterosexuales", agregó. Y echó por tierra la creencia popular de que un hijo de gays necesariamente se inclinará por esa orientación. Pero el psicólogo Andrés Gottfried aporta otra visión, también desde su experiencia en el tratamiento de pacientes: "Existen numerosos estudios que demuestran que hay una mayor incidencia de trastornos de identidad de género y una mayor promiscuidad en la conducta sexual entre los chicos y chicas educados, acogidos y aceptados por padres adoptivos homosexuales. En mi experiencia personal con el trabajo psicoterapéutico con homosexuales he advertido en la investigación de sus relaciones vinculares parentales vivencias de haber tenido padres ausentes, hostiles, distantes, violentos o alcohólicos, y madres percibidas desde sobreprotectoras y necesitadas de afecto hasta frías emocionalmente, vacías y muy exigentes. En otras ocasiones he descubierto experiencias psicotraumáticas como abusos sexuales en una o más ocasiones", explicó el psicólogo. Con respecto a los posibles trastornos psicológicos que acarrearía en un niño ver que su figura materna y paterna son del mismo sexo, Benigno Gutiérrez aseguró que "hay chicos que no tienen ni padre ni madre y han sido personas normales. Esas son apariencias, los niños necesitan valores, eso es lo más importante". De tal palo, ¿tal astilla? Consultado sobre si un chico se cría con padres del mismo sexo puede presentar tendencias a la homosexualidad, Gutiérrez sostuvo que "nadie se convierte. Es un debate inconcluso lo de las causas de la homosexualidad, falta dilucidar, pero tiene sus raíces en lo biológico. Fíjese que en todos los países, razas y culturas el índice de homosexuales es de entre 4 y 6 por ciento del total de la población. Por eso es que nadie puede "convertirse" gay", explicó. En tanto Gottfried responde que "las probabilidades estadísticas son mayores, ya que carecen de una figura fuerte del sexo opuesto con el cual puedan identificarse". "No se puede negar que las inclinaciones sexuales y toda la personalidad de los padres influyen en el proceso de identificación sexual, lo cual no significa que sea determinante. La identificación significa querer ser o desear ser igual a otra persona y sucede porque el infante valora a la persona, con la cual establece un vínculo basado en el amor y la admiración. También puede darse una identificación por diferencia u oposición cuando el modelo de exposición sexual de uno de los padres no logra ser valorado y el niño o niña se identifica sexualmente por el sexo contrario". "Puede suceder que el infante sienta distancia o exista rechazo a los que desempeñan el rol de cuidador y busque fuera del hogar una persona significativa que tenga una orientación sexual diversa a la pareja homosexual o que su identificación se estableció por diferencia y no por similitud. Lo cual significa que no es determinante que una pareja gay tenga un hijo con orientación gay, pero las probabilidades estadísticas son mayores", fundamentó Gottfried. En tanto Gutiérrez evaluó que la sociedad a este tema "lo ha estigmatizado demasiado. Los impulsos sexuales son como cualquier otro impulso fisiológico. Son personas normales como cualquier otra. No se debería prestar atención en eso". Sin embargo Gottfried resaltó que hay tener presente el punto de vista del adoptado: "El sujeto de derecho es el niño a adoptar y no los padres adoptantes. El infante tiene derecho a que desde los primeros momentos de la vida tenga dos modelos de exposición vincular y sexual que le servirán de referentes para la configuración de la identidad sexual-personal, porque le van en ello también el aprendizaje de las relaciones y de la diversidad entre hombre y mujer. "La felicidad es la consumación de algo realizado" A la consulta si un chico criado por una familia gay puede ser en el futuro un adulto más feliz que otro de padres heterosexuales, Gottfried sostuvo que el hecho de que un niño formado por una pareja gay "sea más o menos feliz no depende sólo de la sexualidad de sus padres sino de un contexto mucho más amplio. La felicidad es un efecto concomitante de tener al menos una razón genuina y valedera para ser feliz, esto significa que es el resultado de un conjunto de vivencias y acciones". "La felicidad nunca es fundamento sino es la consumación de algo realizado. No obstante, existen muy pocos investigaciones científicas que puedan demostrar acerca de la salud de los niños o niñas criados por una pareja gay. Lo cierto es que sí existen numerosos estudios y estadísticas que han suministrado países donde se han consumado matrimonios homosexuales: en Estados Unidos el 0,2 %, en Suecia la tasa era al 2001 de 0,67, en Noruega, en el mismo año de 0,54% y en España el 0,11%. La insignificancia de estas cifras no minusvalora en modo alguno el efecto perjudicial que puede tener sobre los hijos de parejas gay debido a inestabilidad emocional, al alto porcentaje de infidelidad, a las alternancias, las sucesiones y cambios de pareja y, por consiguientes, la ruptura de los vínculos de apego entre las figuras parentales y el niño", concluyó. Algunos criterios científicos A favor. En la web LESBIANLIPS.COM , dos expertos españoles contaron sus experiencias en el abordaje de campo de las familias constituidas por homosexuales. El primero de ellos, Fernando Chacón, ex decano del Colegio de Médicos de Madrid, afirmó que los estudios de numerosas asociaciones científicas internacionales -como la American Psychological Association- no comprueban que los niños criados en familias homoparentales sufran perjuicios en su desarrollo psicológico. También explicó que los datos no avalan "los miedos" de quienes piensan que los niños criados por parejas homosexuales van a serlo en un futuro. Y lo fundamentó con un trabajo realizado en 23 familias homoparentales de España, en el que se constató que el ambiente familiar era "estable", con rutinas adecuadas a la edad y redes amplias de apoyo familiar y de amigos. Otro de los que trabajaron en este tema, José María Gonzalo Casal, quien atendió a homosexuales en un servicio que instaló el gobierno vasco, afirmó que un trabajo hecho por un equipo de investigadores constató que la prevalencia de la orientación homosexual en esos niños adoptados por parejas del mismo sexo es del 10 por ciento, es decir, idéntica a la del resto de menores. Además negó que esos chicos sufran "estigmatización social del menor por la orientación sexual de los padres". En contra. La organización estadounidense National Association for Research and Therapy of Homosexuality (NARTH) - que trabaja en la causa, tratamiento y patrones de comportamientos asociados con la homosexualidad- publicó en 2008 un estudio titulado REVIEW OF RESEARCH ON HOMOSEXUAL PARENTING, ADOPTION, AND FOSTER PARENTING (Revisión de la Investigación sobre Paternidad Homosexual, Adopción, y Paternidad Adoptiva). Fue escrito por George Rekers, profesor de neuropsiquiatría y ciencias del comportamiento en la Escuela de Medicina de la Universidad de Carolina del Sur. Allí analiza la conveniencia de que los niños sean o no adoptados por parejas homosexuales: explica que este grupo sufre índices significativamente altos de desórdenes psicológicos como el suicidio, la conducta desordenada y el consumo de sustancias. "Vivir con un padre que sufre un desorden mental o tiene problemas con el consumo de drogas o alcohol sólo dará como resultado mayores tensiones y problemas para los niños adoptados", defiende Rekers. También considera que los hogares heterosexuales son más estables que los homosexuales, ya que son las relaciones de pareja del mismo sexo son en promedio menos estables y de más breve duración en comparación con el matrimonio de un hombre y una mujer. Un relevo de los registros de población de Noruega y Suecia, naciones que incluyeron las uniones legales con el mismo sexo, indicaron que era 1,5 veces más probable que se rompieran las parejas de hombres homosexuales que las parejas casadas heterosexuales. Y aún es mayor en las parejas de mujeres: allí es 2,67 veces más proclives a la ruptura que las parejas heterosexuales casadas. Un caso contado en un libro. Dawn Stefanowicz, EN SU LIBRO OUT FROM UNDER (Por debajo), contó su testimonio de ser hija de padres homosexuales y describió algunos de los sentimientos que les tocó vivir: el ser de una familia diferente y de no pertenecer, sentimientos de soledad y deseos de evadirse, dolor por ser ridiculizado y discriminado, tristeza y depresión y el habituarse a mentir para ocultar su realidad. Qué dice la opinión pública Según trabajos de 2009, para la consultora Poliarquía el 60% de los argentinos rechaza el matrimonio homosexual y sólo el 35% lo aprueba. El trabajo abarcó mil casos en todo el país –entre ellos, Mendoza- . La mayor aceptación está en la capital de Argentina y la mayor desaprobación, en las provincias, (64%). Pero para las consultoras Analogías y Caro Fara & Asociados, el 66% y el 54% respectivamente apoyaron la legalización de las parejas del mismo sexo. Para la primera hay un 60% de aceptación en Rosario, Mendoza, San Miguel de Tucumán y Córdoba. En la misma encuesta, Poliarquía detalló que la aceptación aumenta a mayor nivel de educación: el 45% de los universitarios del país lo aprueban, mientras esa aceptación disminuye al 38% en los que tienen instrucción secundaria y 26% (educación primaria). En una encuesta online hecha por Diariouno.com.ar en noviembre último, el 70% de los mendocinos consultados rechazó las bodas gay. En Estados Unidos la aceptación es de 49%, según varios relevos (ABC News, Mass Equality, AP, Miami Herald y Zogby International). En México D.F., 11% (Encuesta de Investigación Pew). Mientras que en toda la Unión Europea sólo el 32% aprueba la adopción y el 44%, el matrimonio entre personas del mismo sexo, según datos del Eurobarómetro. Países Bajos, Suecia, Dinamarca y España son los que lo apoyan y Polonia, Malta, Rumania, Letonia y Grecia, los que más los rechazan.