Texto: Jessica Piersanti A veces, la vida no es más que una sucesión de casualidades. Estaba preparando un viaje sorpresa de una semana a Cuba para mi novio Artus y, un día, vuelve a casa y me dice: “Me han preguntado si nos interesaría ir a La Habana para escribir un diario de viaje y hacer algunos dibujos sobre un rodaje. –¡¿Dibujar cineastas en acción?! Espera, ¿qué peli y quién es el director? –No estoy seguro, creo que son siete directores diferentes, cada uno debe hacer un corto sobre La Habana y… Ni siquiera le dejé acabar la frase. Me llamó la atención una coincidencia. Hacía algunas semanas, mi amigo Gaspar Noé me había hablado de su proyecto de hacer un corto en Cuba. ¿Sería la misma película? Cuando le llamé, me confirmó que estaba a punto de marcharse para buscar exteriores. Efectivamente, Gaspar era uno de los siete directores internacionales que habían sido invitados a participar en la realización de la película sobre La Habana. Unos días más tarde, Artus y yo fuimos a la sede de Havana Club Internacional, en París. Esta marca de ron dirige el proyecto cultural Havana Cultura, que apoya a los artistas cubanos. Nos hicieron una presentación completa de la iniciativa: “Siete historias, siete sensibilidades diferentes y siete visiones de una ciudad multicultural en pleno cambio, que pronto estará abierta al mundo”. Havana Club Internacional cofinancia la película, lo cual es inédito en universos como la publicidad y el cine. Durante la semana que pasaremos en La Habana, se entrecruzarán los rodajes del cubano Juan Carlos Tabío, el palestino Elia Suleiman, los franceses Laurent Cantet y Gaspar Noé. DÍA 1 Antes de despegar, envío un SMS a Gaspar Noé: “Estoy en el avión hacia Diario . 91 Percibo mi primera imagen de Cuba: viejos coches americanos en las carreteras bordeadas de palmeras. 92 . Día a día en la Habana Cuba”. El ya está allí, me contesta: “¿Estás bromeando?”. Con mensajes de este tipo, uno no sabe a qué atenerse. En el avión, las pantallas de televisión no funcionan. Intento leer algunas páginas del novelista cubano Leonardo Padura, coautor de una gran parte de los guiones de la película; se trata de su best-seller Adiós Hemingway. A mi lado, se sienta un señor mayor, cubano. Es pediatra de profesión y ha trabajado en el mundo entero. Le fascina la geografía y le intriga el periódico semanal que llevo conmigo, Courrier Internacional. Pura coincidencia, hay un artículo escrito por Leonardo Padura, que cuenta cómo la fibra óptica pronto va a conectar Cuba con Venezuela y permitirá al país navegar por Internet a alta velocidad, ¡3.000 veces más rápido que antes! Jorge me cuenta que, en la isla, la venta de ordenadores entre particulares ha estado prohibida mucho tiempo. La restricción sólo fue anulada en 2008. –El Internet es una buena cosa, añade, pero la gente es demasiado pobre para comprarse ordenadores. –¿Podría marcarme tres puntos positivos y tres puntos negativos de Cuba? –Los puntos negativos: la dictadura, la falta de libertad y la pobreza. Los puntos positivos: la diversidad de culturas, el acceso a la escuela y a los servicios médicos. ¿Sabe usted que en Cuba hay un ratio de 60 médicos por cada 1000 personas? Me parece asombroso en comparación con la estadística de 17 ordenadores por cada 1000 personas que acabo de leer en el periódico. Fin de la tarde. Después de nueve horas de vuelo, por fin aterrizamos. El sol se está poniendo y ya es de noche cuando salimos del aeropuerto. “El aire es caliente y húmedo, como en los Estados Unidos” le digo a Artus en el coche. El conductor del taxi que nos lleva al hotel enciende la radio. Música americana a tope. Mis dos acompañantes toman fotos a través del cristal. Percibo mi primera imagen de Cuba: coches americanos antiguos, en carreteras bordeadas de palmeras. Nuestro hotel, el Meliá Cohíba, no es más que un enorme edificio en la noche. Está situado frente al océano, en el famoso paseo de La Habana, El Malecón. 22:00 hs. Hay un concierto ¿Estoy dentro de una película? de reggaeton a una hora de carretera del hotel. Allí, nos encontramos con Gaspar Noé y Elia Suleiman. En una terraza atestada de gente, chicas jóvenes y hombres más mayores bailan de manera salvaje. Gaspar se une a ellos. Las chicas se insinúan a cambio de cervezas, pero esto no parece hacerle ningún efecto a Elia, que se queda más atrás, observando lo que ocurre. Para defenderse de los ataques de las chicas decididas y atrevidas que intentan bailar con él, Elia da a entender que Didar, coproductora de la película, es su mujer. Divertido. En el taxi que me lleva al hotel, hablo con Elia por primera vez. Me pregunta qué estoy haciendo en Cuba y, muerta de cansancio, le contesto que no lo sé muy bien. –Estás como yo. No tienes idea de lo que haces aquí o de lo que vas a hacer - me dice riendo. Mi propósito es concentrarme en la soledad. La historia de mi película es la de un extranjero que llega a un país donde no puede tener relaciones auténticas con la gente. –Pues con las chicas del club, ¡fracaso total! –Sí, ¡estaba muy incómodo! Todas esas chicas, es de locos. Me gustaría mucho divertirme con ellas, pero no puedo, de verdad. DIA 2 09:00 hS. Es la hora del desayuno. ¿Estaré en una película? En el restaurante, hay un pequeño escenario donde unos músicos cubanos están tocando y cantando músicas tradicionales. Lo hacen para divertir a los turistas. Cuando pienso en el sonido del reggaeton de anoche, me percato de que existen dos Cubas diferentes, dos monedas diferentes y dos modos de vida diferentes. Estoy ansiosa por descubrir ambas facetas. 9:30 hS. Primera misión: asistir al rodaje de Juan Carlos Tabío. Su película, Dulce Amargo, se rueda en un barrio llamado Vedado, uno de los más bonitos de la ciudad, con sus casas y mansiones del siglo XIX. Después de dar una vuelta en un viejo Lada, llegamos a la calle Crecherie, que está cerrada por el rodaje y vigilada por policías. Artus les enseña su cámara. No caben dudas, ya somos parte del equipo. Diario . 93 10:00 HS. Cada segundo de preparación parece importante. Finalmente, después de quince minutos de incesante ruido bajo un calor aplastante, se hace el silencio. –¡Acción! Un hombre calvo sale de su casa en bicicleta. Algunos figurantes caminan por un sendero de adoquines. Los movimientos de cada persona están orquestados por una mujer bajita y muy enérgica. –¡Corten! Todo el mundo se dispersa de nuevo y, unos minutos más tarde, la misma escena será rodada una y otra vez. Es imposible distinguir al director del resto del equipo. ¿Será aquel hombre del fondo, que se concentra exclusivamente en sus pies y en sus idas y vueltas? Me imagino que no es el momento ideal para hablarle… Primer paseo por La Habana. Definitivamente, los árboles son los más grandes, los más variados y los más bonitos que haya visto en una ciudad. 13:00 hs. La comida. Un amigo nos ha recomendado un lugar situado entre los barrios Old Habana y Centro Habana. El Hurón Azul, ubicado en la calle Humboldt, es un típico restaurante familiar, un paladar. La calidad de la comida es mejor de lo que imaginábamos. Después del pulpo, el ceviche y unos deliciosos pescados cocidos con legumbres, quedamos muy satisfechos. Vamos en dirección al Hotel Nacional de Cuba para tomar un café. Es un lugar histórico. Es uno de los sitios donde se rodó la película de Benicio del Toro. El Yuma es el primer film de Benicio como director. -Se lo perdieron. El rodaje acabó la semana pasada, nos informa el camarero. Nos sentamos en un magnífico jardín con una vista despejada sobre el Malecón e intentamos imaginar lo que podría representar para un cubano ver a la encarnación del Che Guevara (Benicio en el Che de Steven Soderbergh) rodar una película en el hall del hotel. 94 . Día a día en la Habana 17:00 hs. Rumbo hacia nuevas aventuras. Fabián nos lleva a otro de sus lugares preferidos de La Habana, la Playa de la Puntilla. Pero no se parece en nada a una playa, ni siquiera hay arena. Solamente vemos un pequeño terreno vacío frente al mar, rodeado de casas, y un vulgar snack bar. –Detrás de nosotros existe una casa con mucha historia. En tiempos lejanos, se llamaba El Tropicana Club, uno de los más grandes casinos americanos antes de la creación de Las Vegas. El bar fue inaugurado por Nat King Cole, dice Fabián maravillado. Nos damos la vuelta: el edificio está tan deteriorado que no lo podemos creer. –Es donde vengo a nadar todas las mañanas. Elia va a rodar la mayoría de las escenas aquí. Justamente, es el lugar ideal para ilustrar la soledad… El sol se pone sobre el mar. - ¡Eh, mirad quien está ahí!, dice Artus volviéndose. Elia Suleiman está sentado en una mesa de jardín de plástico blanco. Está trabajando con su ordenador portátil y nos pide ayuda. Los datos de su cámara de fotos digital no se transfieren al ordenador. Intercambiamos nuestra ayuda por una breve conversación. Me intriga saber cómo evoluciona su guión. –Me siento un poco presionado por el tiempo, me dice. Como no he venido más que dos veces a La Habana, sólo me puedo basar en simples observaciones. Aún no logro captar la atmósfera del lugar. –¿Es complicado? –Pues, seguramente, debería ser menos ambicioso. Tengo que concentrarme en lugares concretos, en vez de malgastar el tiempo corriendo por la ciudad. Mire, cuando llegamos aquí, tenemos un asistente y un chófer que nos lleva a todos lados, un poco como a un turista. Y yo no quiero irme con una impresión de turista. - ¿Qué le sedujo de este preciso lugar? –Para mí, este sitio es la perfecta representación de la soledad. Viejos cubanos beben ron, cerveza. Es la clase de lugar al cual estoy acostumbrado. No hay nada de particular, es la vida cotidiana de verdad. Hay que observar. Es una forma de meditación, como si uno formara parte del viento. Hay que sentarse un buen rato para estar cerca de cada elemento y vivir lo más intensamente posible, con el fin de plasmar esos elementos en una película. –¿Cuál es su objetivo con este cortometraje? –Intento mostrar lo contrario del exotismo de La Habana que se ve cuando uno aterriza. Los hoteles internacionales, ese tipo de cosas. No sé si lo conseguiré. Es muy difícil para mí experimentar algo exótico. Mi primera reacción fue la de dar un paso atrás. Después apareció algo grotesco. 19:00 hs. Último destino del día: Centro Habana. Por lo que dicen, el barrio más peligroso de la ciudad. Aquí también la luz del sol es sorprendente, particularmente, cuando se refleja en las fachadas descoloridas. Todo el mundo parece apreciar ese apacible momento del día: los niños corren en medio de los escombros de un inmueble derruido, mientras que las personas mayores hablan en el umbral de la puerta. Tenemos una idea fija: encontrar el bar donde se rodaron las otras escenas de la película de Benicio. Se trata del Silvia, un sitio increíble y muy cinematográfico. Está situado entre dos calles y está completamente abierto de ambos lados. Los viejos cubanos beben ron, cerveza y, a veces, las dos cosas juntas. DIA 3 12:00 hs. Descubrimos el centro histórico de La Habana. Old Habana o Habana Vieja forma parte del patrimonio mundial de la Unesco. La Habana es la ciudad colonial más grande de América Latina y, contrariamente a Centro Havana, Old Habana no está degradado y se han hecho importantes obras de renovación en los últimos diez años. La arquitectura hispano- andaluza, embellecida por el sol tropical y la vegetación frondosa, detiene el tiempo. Después de una rápida comida en la entrada del llamado Chinatown o Barrio Chino (aunque sólo hemos visto a un chino), alguien de la producción nos invita a conocer al director francés Laurent Cantet en el Malecón, donde está haciendo ensayar a sus actores por primera vez. Diario . 95 14:00 hs. En el primer piso de un pequeño edificio, vemos a Laurent en medio de un salón muy original, con veinte cubanos de todas las edades, que esperan en silencio sus instrucciones. Todas las miradas están concentradas en él, y nadie parece fijarse en las paredes llenas de objetos religiosos. Una mujer destaca entre los demás por hablar más alto. - ¿Cuándo empezamos?, pregunta a Laurent. Didar, la coproductora, reúne a todos los figurantes. Aprovecho para entablar conversación con Laurent Cantet. –¿Dónde estamos? –En casa de Natalia (señala con el dedo a una mujer que habla enérgicamente con el grupo). Ella va a ser el personaje principal de mi película. Me llevó a su casa y me enseñó los altares religiosos que veneran a Ochún, la diosa del agua dulce. Así fue como encontré la historia de mi peli. –¿Usted le contó las razones de su viaje? –Sí, le dije que estaba haciendo una película sobre La Habana y que estaba buscando una historia. Y, por supuesto, le pregunté si le interesaba protagonizar esa película. –Pero ella no es actriz… ¿Qué le contestó? –Reflexionó un segundo y respondió que sí enseguida. –¿Cómo encontró a tantas personas en tan poco tiempo? –No tenía opción (se ríe). Necesitaba figurantes y Natalia quería que todos –¿Cómo la encontró? –Totalmente por casualidad. Yo era un típico turista y era la primera vez que venía a La Habana para pensar este proyecto e intentar comprender la ciudad. Quería filmar algo en un apartamento cerca del Malecón. Pasé horas hablando con ella y me hizo confidencias sobre la santería, su religión y su vida en el seno de la comunidad. Estuvo muy charlatana y también fue generosa. fueran de su comunidad. Me dijo que eso era importante para ella. Cuando la llamé ayer, justo después de llegar, le especifiqué el número de personas que necesitaba y ella me respondió: “¡O toda la gente del edificio o nadie!”. Evidentemente, acepté. –¿Todo va a desarrollarse aquí, en el apartamento? –Tenemos previsto rodar en diferentes casas cerca del Malecón. El guión cuenta que todos los vecinos “¡O toda la gente del edificio o nadie!” 96 . Día a día en la Habana del edificio vienen a ayudar a pintar el apartamento e instalar los altares. Se trata de recrear el altar en el interior del salón. –¿Había oído hablar de la santería antes de conocer a Natalia? –No mucho, pero desde entonces me he informado bastante. Es una práctica religiosa que se encuentra a medio camino entre las figuras del cristianismo importadas de España y ciertas creencias africanas. 18:00 hs. Vuelta al rodaje de Juan Carlos Tabío, en la misma calle. Todo el mundo se prepara para la próxima escena, lo cual lleva horas. Una hermosa cubana está haciendo una pausa, se presenta como Mirta Ibarras. Al preguntarle en inglés qué papel interpreta, me doy cuenta de que habla francés perfectamente. –Soy actriz e interpreto un papel en la película de Juan Carlos. –¿Qué se siente al trabajar con él? –Ya he interpretado papeles en algunas de sus películas… He actuado en su famosa peli Fresa y chocolate, hace 17 años, así como en Guantanamera, hoy consideradas como clásicos del cine cubano. Incluso estuve casada con el codirector de Fresa y chocolate, Tomás Gutiérrez Alea. Viví en Francia en los años setenta, pero me costó mucho ser considerada otra cosa que un ama de casa. En esa época, pocos sudamericanos residían en Francia. Juan Carlos Tabío pasa a nuestro lado, pero uno de sus asistentes me disuade de acercarme. - Está muy concentrado, no es el mejor momento para hablarle, me dice. DIA 4 15:00 HS. Artus, que hace skateboard, sabía que Benicio del Toro había filmado algunas secuencias en una pista, en alguna parte de la ciudad. Por eso, había traído su skate en la maleta. Tras una búsqueda veloz, por fin encontramos el lugar. Había unos veinte cubanos comentando sus trucos entre amigos. Nos dan una cálida bienvenida. Es la primera vez que conocen franceses. Uno de ellos, que habla muy bien inglés, me cuenta: aquí, vienen muchos americanos y, a veces, alemanes. Nos dan un poco de material, todas las tablas que tenemos son muy viejas y es difícil conseguir nuevas, a causa del embargo. Diario . 97 Artus metió su skate en la maleta. –¿Por qué no las fabricáis vosotros mismos? Al fin y al cabo, sólo es un pedazo de madera… –Pero si encontramos la madera, luego hay que buscar ruedas y tornillos... 17:00 hs. Decidimos volver a la Playa de la Puntilla. Con un poco de suerte, allí estará Elia. ¡Y así es! Está dando un pequeño paseo por la playa, pero no parece contento de vernos. Lo último que queremos es molestarle en plena reflexión sobre su película. 19:00 hs. Gaspar me llama y me dice que se va inmediatamente con el equipo. Quiere que vaya con ellos. Por suerte, estoy a dos pasos del hotel y consigo saltar en la furgoneta que los lleva. –Tengo que ir con los productores, un ayudante de cámara y otros asistentes… Siento no haberte propuesto venir antes, pero no estoy acostumbrado a llevar tanta gente, me dice. –¿Como va la búsqueda de exteriores? –Esa parte está terminada. Donde voy a tener dificultades es en el casting de actrices. En mi historia, una chica besa a otra y eso parece 98 . Día a día en la Habana ser un verdadero problema aquí. Si estuviésemos en París, no habría problema. –¿Tan difícil es? –Sí, es bastante absurdo. Incluso diría que hay una especie de “lesbiano-fobia”. Ayer me entrevisté con varias actrices, algunas de ellas encajaban perfectamente en el papel y bailaban que era una maravilla, pero cuando les pregunté ¿estarías de acuerdo en besar a otra chica?, desaparecieron. –La homosexualidad es algo pesado en la historia de Cuba. –Sí, históricamente los cubanos son conocidos por ser intolerantes hacia la homosexualidad. Pero no tengo previsto rodar escenas porno con dos mujeres haciendo el amor. Es sólo un beso. No habrá desnudos… incluso será muy bonito. –¿Adónde vamos? –Al bosque. Me gustaría filmar a una chica haciéndose exorcizar por un sacerdote de culto afrocubano, también llamado Babalawo. Quiero ver cómo sale con luz de noche. 20:00 hs. Gaspar da vueltas alrededor de una ceiba. Fabián nos cuenta que es su árbol de la buena suerte. Todo el equipo está Ver a esta mujer de noventa años, bailar, cantar y fumar puros es bastante extraordinario. concentrado en las luces de la escena. Han traído antorchas y linternas. La decisión de utilizar antorchas es unánime, todos piensan que crean una luz más natural. Cerca del río, Lazare, el ayudante de cámara, habla con Gaspar sobre los diferentes parámetros de luz. Pasan mucho tiempo preguntando a todos qué opinan y filmando imágenes con la Canon 5D, una cámara de fotos con una tecnología increíble, que cada vez se utiliza más en los rodajes de películas. 22:00 hs. Vuelta al hall del hotel con el equipo de Gaspar. Me tomo una copita de ron antes de encontrarme con Artus. Hemos oído hablar de una famosa cantante llamada Juana la cubana, queremos ir a verla sí o sí. El Gato Tuerto es un club situado a dos cuadras del Malecón y el Hotel Nacional. Cuando llegamos, la pequeña sala ya está abarrotada. La célebre cantante, a la que todo el mundo parece esperar, llega con una hora de retraso. Ver a esta mujer de noventa años bailar, cantar y fumar puros es extraordinario. Hay un ambiente tremendo. Su aspecto excéntrico, con su vestido de lentejuelas, guantes de satén, maquillaje exagerado y tacones altos, es bastante sorprendente para una mujer de su edad. Pero lo más asombroso fue su manera de bajar del escenario, levantada por sus músicos y atravesando la muchedumbre. En ese momento, se quitó su hermosa peluca rubia y descubrió su cráneo casi pelado. DIA 5 9:00 hs. Gaspar me pregunta si puedo ayudar a Greta, la asistente estilista cubana que trabaja con él. –Ya que quieres seguir de cerca el rodaje de la película, se me ocurrió que no te importaría ejercer un rato de encargada del vestuario. Me parece un buen acuerdo. Después de todo, tengo que escribir mi historia y es bastante difícil interactuar con los otros directores. Acepto. 10:00 hs. Vamos a casa de la directora del casting. Ha seleccionado a un montón de jóvenes actrices para Gaspar. Esperemos que hoy encuentre a su actriz principal. En la terraza de la casa, hay unas veinte chicas, dedistintas edades y looks. Gaspar quiere verlas bailar. Por grupos dextres, las actrices bailan al ritmo Diario . 99 me pregunto cómo hice para teñir la ropa interior con agua caliente... de un reggaeton. Pese a ser jóvenes, se mueven como mujeres. Sus pasos son muy explícitos. Gaspar toma fotos. Las chicas llevan un letrero con su nombre, para que las identifiquen fácilmente. Mientras me presentan a Gretel, Gaspar elije a su actriz, Cristela. 16:00 HS. De regreso al hotel, le mostramos a Gaspar lo que hemos encontrado: ropa interior muy sencilla. –Tengo miedo de que sea demasiado blanca. Parece nueva, dice. Os hace falta colorante para oscurecerla. En el lavabo de mi habitación, me pregunto cómo hice para teñir la ropa interior con agua caliente y bolsitas de té usadas... 20:00 HS. Ahora, ya formo parte del equipo. Volvemos al bosque. Dos asistentes cargan un montón de antorchas con los brazos levantados. Gaspar está muy concentrado. Sabe que cada detalle cuenta, y que no tiene mucho tiempo. No se deja influenciar por nadie. Seguramente por eso es un director increíble. 22:00 HS. Gaspar, su asistente de producción y yo estamos muy cansados. Pero hemos oído hablar 100 . Día a día en la Habana de la fiesta de fin de rodaje de Juan Carlos Tabío. De camino, hacemos una rápida parada en un snack-bar malísimo, para comer unos nuggets de gambas (¡sin gambas!). La fiesta es en mi lugar preferido de La Habana, la Playa de la Puntilla. Están todos: los actores, los técnicos, los productores y también Elia, Laurent y Gaspar. Esto es lo que se llama una fiesta playera bien lograda. Todo el mundo baila, olvidando por un momento los días de trabajo que se avecinan. DIA 6 10:00 hs. Nuevos exteriores. Me reúno con Gaspar y su primer asistente, Olivier. Hay que encontrar una habitación donde puedan rodar la escena en que la actriz principal duerme con su novia. Abajo, en el Malecón, el equipo de Laurent Cantet se prepara allí donde Natalia ha rodado más temprano. Los directores no sólo comparten técnicos y actores, sino también lugares de rodaje. La persona responsable de los decorados ha previsto varias visitas. Nos lleva de apartamento en apartamento. Las puertas se cierran tan rápido como se abren. A los inquilinos no parece molestarles nuestra visita. Es más, ni nos prestan atención. Gaspar va de prisa. Sabe muy bien lo que quiere y, desgraciadamente, no le satisface lo que ve. Tendrá que seguir buscando más tarde. De camino, hacemos una rápida parada en un malísimo snack bar para comer unos nuggets de gambas (¡sin gambas!) 12:00 hs. Hemos comido junto a la piscina. Casi es el momento de un chapuzón. Digo casi porque Gaspar pide ver la ropa interior teñida para la escena de esta tarde. - Todavía está demasiado clara. Hay que teñirla otra vez, dice. Creo que nunca seré estilista. Me voy volando a mi habitación. Froto la ropa interior de nuevo, en un té aún más oscuro. 15:00 hs. El equipo de Gaspar redobla esfuerzos y trabaja con prisa en la casa donde pronto se rodará un final alternativo para la película. Los dos Babalawos, Mercedes y Pedro, que son pareja en la vida real, van a representar su propio papel en su propia casa. Tienen que exorcizar a la joven actriz Cristela en una ceremonia. Hay una habitación enteramente dispuesta para esa escena. Un asistente trae ramas de árbol y velas. Otro tapa las ventanas para impedir el paso de la luz natural. Dos ingenieros de sonido cubanos verifican la calidad de la acústica. 16:00 HS. Cristela llega con su madre. Me relajo: su pelo está muy bien. Gaspar la observa atentamente. Se pregunta si debería llevar trenzas, una cola de caballo o bien dejarse el pelo suelto. Después de probar todas las opciones y finalmente optar por las trenzas, de repente se da cuenta de que la peluquera le ha colocado varias mechas de color rojo. - Hay que cortarlas una por una. No va a quedar bien en la película, dice. –¿Estás seguro? Se pueden disimular fácilmente. - Cortémoslas. Su decisión es inapelable. Cristela ya echa de menos sus mechas de colores tan de moda, ante la atenta mirada de su madre. 22:00 HS. Por fin, Gaspar da luz verde. Lazare, Olivier, los sacerdotes y los actores están en la habitación, mientras el resto del equipo está afuera, moviéndose cual fans en un Diario . 101 concierto. No me permiten asistir al rodaje de la escena. Todos esperamos en silencio. Se oye cantar a la hermana santera y al hermano palero y, quince minutos después, el equipo sale de la habitación. Ya tienen la primera escena. La sangre falsa ha manchado la ropa, tenemos que cambiarla… rápidamente para la próxima escena. Me hubiera gustado tener una cámara para filmar. 1:00 HS. La escena se ha rodado tres o cuatro veces. Gaspar me enseña algunas imágenes en la 5D. ¡Son increíbles! Mientras recogen las cosas, me invitan a tomar una copa con Gaspar y el primer asistente. Es hora de relajarse. Una copita de ron, ¡qué bueno! Vamos a un club donde se está desarrollando un increíble concurso de baile en el escenario. En la sala, siempre es el mismo juego: chicas jóvenes buscando a hombres más viejos. Una de ellas se mete el dedo en la boca y observa a mis dos acompañantes con una mirada devastadora. 2:00 HS. Decidimos volver al hotel a pie, por el Malecón. Un grupo de jóvenes bebe cervezas en un parking transformado en bar de noche. Bienvenidos a los bajos fondos de Cuba. Un proxeneta atrae nuestra atención y nos dice que podemos tener lo que queramos. Me siento incómoda, pero Gaspar no, ¡les invita una copa atodos! Está muy a gusto y es amable con todo el mundo. Hemos pasado un buen rato. ¡Todos podrían ser personajes de una película! DIA 7 12:00 HS. Me encuentro con Artus en el hotel y me enseña los dibujos que acaba de hacer. Son muy divertidos. Mientras que yo hacía de estilista, él seguía los rodajes de otras pelis… En el taxi que nos lleva al aeropuerto, le cuento mi noche en el rodaje delcorto de Gaspar Noé. Me hubiera gustado tener conmigo una cámara, para filmar lo que, para mí, fue unaauténtica experiencia cubana… 102 . Día a día en la Habana