DÍA 1 - 7 días en La Habana

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Texto:
Jessica Piersanti
A veces, la vida no es más que una
sucesión de casualidades. Estaba
preparando un viaje sorpresa
de una semana a Cuba para mi
novio Artus y, un día, vuelve a casa
y me dice: “Me han preguntado si
nos interesaría ir a La Habana para
escribir un diario de viaje y hacer
algunos dibujos sobre un rodaje.
–¡¿Dibujar cineastas en acción?!
Espera, ¿qué peli y quién es
el director?
–No estoy seguro, creo que son siete
directores diferentes, cada uno debe
hacer un corto sobre La Habana y…
Ni siquiera le dejé acabar la frase.
Me llamó la atención una coincidencia.
Hacía algunas semanas, mi amigo
Gaspar Noé me había hablado
de su proyecto de hacer un corto
en Cuba. ¿Sería la misma película?
Cuando le llamé, me confirmó que
estaba a punto de marcharse para
buscar exteriores. Efectivamente,
Gaspar era uno de los siete
directores internacionales que
habían sido invitados a participar
en la realización de la película sobre
La Habana.
Unos días más tarde, Artus y yo
fuimos a la sede de Havana Club
Internacional, en París. Esta marca
de ron dirige el proyecto cultural
Havana Cultura, que apoya a los
artistas cubanos. Nos hicieron una
presentación completa de la iniciativa:
“Siete historias, siete sensibilidades
diferentes y siete visiones de una
ciudad multicultural en pleno
cambio, que pronto estará abierta al
mundo”. Havana Club Internacional
cofinancia la película, lo cual
es inédito en universos como
la publicidad y el cine.
Durante la semana que pasaremos
en La Habana, se entrecruzarán
los rodajes del cubano Juan Carlos
Tabío, el palestino Elia Suleiman, los
franceses Laurent Cantet y Gaspar Noé.
DÍA 1
Antes de despegar, envío un SMS a
Gaspar Noé: “Estoy en el avión hacia
Diario . 91
Percibo
mi primera
imagen
de Cuba:
viejos
coches
americanos
en las
carreteras
bordeadas
de palmeras.
92 . Día a día en la Habana
Cuba”. El ya está allí, me contesta:
“¿Estás bromeando?”. Con mensajes
de este tipo, uno no sabe a qué atenerse.
En el avión, las pantallas de
televisión no funcionan. Intento
leer algunas páginas del novelista
cubano Leonardo Padura, coautor
de una gran parte de los guiones
de la película; se trata de su best-seller
Adiós Hemingway.
A mi lado, se sienta un señor mayor,
cubano. Es pediatra de profesión y
ha trabajado en el mundo entero.
Le fascina la geografía y le intriga
el periódico semanal que llevo
conmigo, Courrier Internacional.
Pura coincidencia, hay un artículo
escrito por Leonardo Padura,
que cuenta cómo la fibra óptica
pronto va a conectar Cuba con
Venezuela y permitirá al país
navegar por Internet a alta velocidad,
¡3.000 veces más rápido que antes!
Jorge me cuenta que, en la isla,
la venta de ordenadores entre
particulares ha estado prohibida
mucho tiempo. La restricción sólo
fue anulada en 2008.
–El Internet es una buena cosa,
añade, pero la gente es demasiado
pobre para comprarse ordenadores.
–¿Podría marcarme tres puntos
positivos y tres puntos negativos
de Cuba?
–Los puntos negativos: la dictadura,
la falta de libertad y la pobreza.
Los puntos positivos: la diversidad
de culturas, el acceso a la escuela
y a los servicios médicos. ¿Sabe
usted que en Cuba hay un ratio de
60 médicos por cada 1000 personas?
Me parece asombroso en comparación
con la estadística de 17 ordenadores
por cada 1000 personas que acabo
de leer en el periódico.
Fin de la tarde. Después de nueve
horas de vuelo, por fin aterrizamos.
El sol se está poniendo y ya es de
noche cuando salimos del aeropuerto.
“El aire es caliente y húmedo, como
en los Estados Unidos” le digo a Artus
en el coche. El conductor del taxi que
nos lleva al hotel enciende la radio.
Música americana a tope. Mis dos
acompañantes toman fotos a través
del cristal. Percibo mi primera
imagen de Cuba: coches americanos
antiguos, en carreteras bordeadas
de palmeras. Nuestro hotel, el Meliá
Cohíba, no es más que un enorme
edificio en la noche. Está situado
frente al océano, en el famoso paseo
de La Habana, El Malecón.
22:00 hs. Hay un concierto
¿Estoy
dentro
de una
película?
de reggaeton a una hora de carretera
del hotel. Allí, nos encontramos
con Gaspar Noé y Elia Suleiman.
En una terraza atestada de gente,
chicas jóvenes y hombres más
mayores bailan de manera salvaje.
Gaspar se une a ellos. Las chicas
se insinúan a cambio de cervezas,
pero esto no parece hacerle ningún
efecto a Elia, que se queda más
atrás, observando lo que ocurre.
Para defenderse de los ataques
de las chicas decididas y atrevidas
que intentan bailar con él, Elia da
a entender que Didar, coproductora
de la película, es su mujer. Divertido.
En el taxi que me lleva al hotel,
hablo con Elia por primera vez.
Me pregunta qué estoy haciendo
en Cuba y, muerta de cansancio,
le contesto que no lo sé muy bien.
–Estás como yo. No tienes idea de lo
que haces aquí o de lo que vas a
hacer - me dice riendo. Mi propósito
es concentrarme en la soledad.
La historia de mi película es la de un
extranjero que llega a un país donde
no puede tener relaciones auténticas
con la gente.
–Pues con las chicas del club,
¡fracaso total!
–Sí, ¡estaba muy incómodo! Todas
esas chicas, es de locos. Me gustaría
mucho divertirme con ellas, pero no
puedo, de verdad.
DIA 2
09:00 hS. Es la hora del desayuno.
¿Estaré en una película? En el
restaurante, hay un pequeño escenario
donde unos músicos cubanos
están tocando y cantando músicas
tradicionales. Lo hacen para divertir
a los turistas. Cuando pienso en
el sonido del reggaeton de anoche,
me percato de que existen dos Cubas
diferentes, dos monedas diferentes
y dos modos de vida diferentes.
Estoy ansiosa por descubrir ambas
facetas.
9:30 hS. Primera misión: asistir
al rodaje de Juan Carlos Tabío.
Su película, Dulce Amargo, se rueda
en un barrio llamado Vedado, uno de
los más bonitos de la ciudad, con sus
casas y mansiones del siglo XIX.
Después de dar una vuelta en un
viejo Lada, llegamos a la calle
Crecherie, que está cerrada por
el rodaje y vigilada por policías.
Artus les enseña su cámara. No caben
dudas, ya somos parte del equipo.
Diario . 93
10:00 HS. Cada segundo de preparación
parece importante. Finalmente, después
de quince minutos de incesante ruido
bajo un calor aplastante, se hace el
silencio.
–¡Acción! Un hombre calvo sale
de su casa en bicicleta. Algunos
figurantes caminan por un sendero
de adoquines. Los movimientos
de cada persona están orquestados
por una mujer bajita y muy enérgica.
–¡Corten! Todo el mundo se dispersa
de nuevo y, unos minutos más tarde,
la misma escena será rodada una y
otra vez.
Es imposible distinguir al director
del resto del equipo. ¿Será aquel
hombre del fondo, que se concentra
exclusivamente en sus pies y en sus
idas y vueltas?
Me imagino que no es el momento
ideal para hablarle…
Primer paseo por La Habana.
Definitivamente, los árboles son los
más grandes, los más variados y
los más bonitos que haya visto en una
ciudad.
13:00 hs. La comida. Un amigo nos
ha recomendado un lugar situado
entre los barrios Old Habana y Centro
Habana. El Hurón Azul, ubicado
en la calle Humboldt, es un típico
restaurante familiar, un paladar.
La calidad de la comida es mejor de lo
que imaginábamos. Después del pulpo,
el ceviche y unos deliciosos pescados
cocidos con legumbres, quedamos
muy satisfechos. Vamos en dirección al
Hotel Nacional de Cuba para tomar un
café. Es un lugar histórico. Es uno de
los sitios donde se rodó la película de
Benicio del Toro. El Yuma es el primer
film de Benicio como director. -Se lo
perdieron. El rodaje acabó la semana
pasada, nos informa el camarero.
Nos sentamos en un magnífico jardín
con una vista despejada sobre el
Malecón e intentamos imaginar
lo que podría representar para un
cubano ver a la encarnación del Che
Guevara (Benicio en el Che de Steven
Soderbergh) rodar una película en el
hall del hotel.
94 . Día a día en la Habana
17:00 hs. Rumbo hacia nuevas
aventuras. Fabián nos lleva a otro de
sus lugares preferidos de La Habana,
la Playa de la Puntilla. Pero no
se parece en nada a una playa,
ni siquiera hay arena. Solamente
vemos un pequeño terreno vacío
frente al mar, rodeado de casas,
y un vulgar snack bar.
–Detrás de nosotros existe una casa
con mucha historia. En tiempos
lejanos, se llamaba El Tropicana
Club, uno de los más grandes casinos
americanos antes de la creación
de Las Vegas. El bar fue inaugurado
por Nat King Cole, dice Fabián
maravillado.
Nos damos la vuelta: el edificio está
tan deteriorado que no lo podemos
creer.
–Es donde vengo a nadar todas las
mañanas. Elia va a rodar la mayoría
de las escenas aquí. Justamente, es el
lugar ideal para ilustrar la soledad…
El sol se pone sobre el mar. - ¡Eh,
mirad quien está ahí!, dice Artus
volviéndose. Elia Suleiman está
sentado en una mesa de jardín
de plástico blanco. Está trabajando
con su ordenador portátil y nos
pide ayuda. Los datos de su cámara
de fotos digital no se transfieren
al ordenador. Intercambiamos nuestra
ayuda por una breve conversación. Me
intriga saber cómo evoluciona su guión.
–Me siento un poco presionado por el
tiempo, me dice. Como no he venido
más que dos veces a La Habana,
sólo me puedo basar en simples
observaciones. Aún no logro captar la
atmósfera del lugar.
–¿Es complicado?
–Pues, seguramente, debería ser
menos ambicioso. Tengo que
concentrarme en lugares concretos,
en vez de malgastar el tiempo
corriendo por la ciudad. Mire, cuando
llegamos aquí, tenemos un asistente
y un chófer que nos lleva a todos
lados, un poco como a un turista.
Y yo no quiero irme con una impresión
de turista.
- ¿Qué le sedujo de este preciso lugar?
–Para mí, este sitio es la perfecta
representación de la soledad.
Viejos
cubanos
beben ron,
cerveza.
Es la clase de lugar al cual estoy
acostumbrado. No hay nada
de particular, es la vida cotidiana
de verdad. Hay que observar. Es una
forma de meditación, como si uno
formara parte del viento. Hay que
sentarse un buen rato para estar
cerca de cada elemento y vivir lo más
intensamente posible, con el fin de
plasmar esos elementos en una película.
–¿Cuál es su objetivo con este
cortometraje?
–Intento mostrar lo contrario del
exotismo de La Habana que se ve
cuando uno aterriza. Los hoteles
internacionales, ese tipo de cosas.
No sé si lo conseguiré. Es muy difícil
para mí experimentar algo exótico. Mi
primera reacción fue la de dar un paso
atrás. Después apareció algo grotesco.
19:00 hs. Último destino del día: Centro
Habana. Por lo que dicen, el barrio
más peligroso de la ciudad. Aquí
también la luz del sol es sorprendente,
particularmente, cuando se refleja
en las fachadas descoloridas. Todo el
mundo parece apreciar ese apacible
momento del día: los niños corren
en medio de los escombros de un
inmueble derruido, mientras que las
personas mayores hablan en el umbral
de la puerta. Tenemos una idea fija:
encontrar el bar donde se rodaron las
otras escenas de la película de Benicio.
Se trata del Silvia, un sitio increíble
y muy cinematográfico. Está situado
entre dos calles y está completamente
abierto de ambos lados. Los viejos
cubanos beben ron, cerveza y, a veces,
las dos cosas juntas.
DIA 3
12:00 hs. Descubrimos el centro
histórico de La Habana. Old Habana
o Habana Vieja forma parte del
patrimonio mundial de la Unesco.
La Habana es la ciudad colonial
más grande de América Latina y,
contrariamente a Centro Havana,
Old Habana no está degradado
y se han hecho importantes obras de
renovación en los últimos diez años.
La arquitectura hispano- andaluza,
embellecida por el sol tropical y la
vegetación frondosa, detiene el tiempo.
Después de una rápida comida en
la entrada del llamado Chinatown
o Barrio Chino (aunque sólo hemos
visto a un chino), alguien de la
producción nos invita a conocer
al director francés Laurent Cantet
en el Malecón, donde está haciendo
ensayar a sus actores por primera vez.
Diario . 95
14:00 hs. En el primer piso de un
pequeño edificio, vemos a Laurent
en medio de un salón muy original,
con veinte cubanos de todas las
edades, que esperan en silencio sus
instrucciones. Todas las miradas están
concentradas en él, y nadie parece
fijarse en las paredes llenas de objetos
religiosos. Una mujer destaca entre los
demás por hablar más alto. - ¿Cuándo
empezamos?, pregunta a Laurent.
Didar, la coproductora, reúne a todos
los figurantes. Aprovecho para entablar
conversación con Laurent Cantet.
–¿Dónde estamos?
–En casa de Natalia (señala con el dedo
a una mujer que habla enérgicamente
con el grupo). Ella va a ser el personaje
principal de mi película.
Me llevó a su casa y me enseñó los
altares religiosos que veneran a
Ochún, la diosa del agua dulce. Así fue
como encontré la historia de mi peli.
–¿Usted le contó las razones de su
viaje?
–Sí, le dije que estaba haciendo una
película sobre La Habana y que estaba
buscando una historia. Y, por supuesto,
le pregunté si le interesaba protagonizar
esa película.
–Pero ella no es actriz… ¿Qué le
contestó?
–Reflexionó un segundo y respondió
que sí enseguida.
–¿Cómo encontró a tantas personas en
tan poco tiempo?
–No tenía opción (se ríe). Necesitaba
figurantes y Natalia quería que todos
–¿Cómo la encontró?
–Totalmente por casualidad. Yo era
un típico turista y era la primera vez
que venía a La Habana para pensar
este proyecto e intentar comprender
la ciudad. Quería filmar algo en un
apartamento cerca del Malecón.
Pasé horas hablando con ella y
me hizo confidencias sobre la
santería, su religión y su vida en el
seno de la comunidad. Estuvo muy
charlatana y también fue generosa.
fueran de su comunidad. Me dijo que
eso era importante para ella. Cuando
la llamé ayer, justo después de llegar,
le especifiqué el número de personas
que necesitaba y ella me respondió:
“¡O toda la gente del edificio
o nadie!”. Evidentemente, acepté.
–¿Todo va a desarrollarse aquí,
en el apartamento?
–Tenemos previsto rodar en
diferentes casas cerca del Malecón.
El guión cuenta que todos los vecinos
“¡O toda
la gente del
edificio o
nadie!”
96 . Día a día en la Habana
del edificio vienen a ayudar a pintar
el apartamento e instalar los altares.
Se trata de recrear el altar en el
interior del salón.
–¿Había oído hablar de la santería
antes de conocer a Natalia?
–No mucho, pero desde entonces
me he informado bastante. Es una
práctica religiosa que se encuentra
a medio camino entre las figuras del
cristianismo importadas de España
y ciertas creencias africanas.
18:00 hs. Vuelta al rodaje de Juan
Carlos Tabío, en la misma calle.
Todo el mundo se prepara para la
próxima escena, lo cual lleva horas.
Una hermosa cubana está haciendo
una pausa, se presenta como Mirta
Ibarras. Al preguntarle en inglés
qué papel interpreta, me doy cuenta
de que habla francés perfectamente.
–Soy actriz e interpreto un papel en la
película de Juan Carlos.
–¿Qué se siente al trabajar con él?
–Ya he interpretado papeles
en algunas de sus películas…
He actuado en su famosa peli Fresa
y chocolate, hace 17 años, así como
en Guantanamera, hoy consideradas
como clásicos del cine cubano.
Incluso estuve casada con el
codirector de Fresa y chocolate,
Tomás Gutiérrez Alea. Viví en
Francia en los años setenta, pero me
costó mucho ser considerada otra
cosa que un ama de casa. En esa época,
pocos sudamericanos residían en
Francia.
Juan Carlos Tabío pasa a nuestro
lado, pero uno de sus asistentes me
disuade de acercarme. - Está muy
concentrado, no es el mejor momento
para hablarle, me dice.
DIA 4
15:00 HS. Artus, que hace skateboard,
sabía que Benicio del Toro había
filmado algunas secuencias en una
pista, en alguna parte de la ciudad.
Por eso, había traído su skate en la
maleta. Tras una búsqueda veloz,
por fin encontramos el lugar. Había
unos veinte cubanos comentando
sus trucos entre amigos. Nos dan
una cálida bienvenida. Es la primera
vez que conocen franceses. Uno de
ellos, que habla muy bien inglés,
me cuenta: aquí, vienen muchos
americanos y, a veces, alemanes.
Nos dan un poco de material, todas
las tablas que tenemos son muy
viejas y es difícil conseguir nuevas,
a causa del embargo.
Diario . 97
Artus metió
su skate en
la maleta.
–¿Por qué no las fabricáis vosotros
mismos? Al fin y al cabo, sólo es un
pedazo de madera…
–Pero si encontramos la madera,
luego hay que buscar ruedas y
tornillos...
17:00 hs. Decidimos volver a la
Playa de la Puntilla. Con un poco
de suerte, allí estará Elia. ¡Y así es!
Está dando un pequeño paseo por
la playa, pero no parece contento
de vernos. Lo último que queremos
es molestarle en plena reflexión sobre
su película.
19:00 hs. Gaspar me llama y me dice
que se va inmediatamente con el
equipo. Quiere que vaya con ellos.
Por suerte, estoy a dos pasos del hotel
y consigo saltar en la furgoneta que
los lleva.
–Tengo que ir con los productores,
un ayudante de cámara y otros
asistentes… Siento no haberte
propuesto venir antes, pero no estoy
acostumbrado a llevar tanta gente,
me dice.
–¿Como va la búsqueda de exteriores?
–Esa parte está terminada. Donde
voy a tener dificultades es en el
casting de actrices. En mi historia,
una chica besa a otra y eso parece
98 . Día a día en la Habana
ser un verdadero problema aquí.
Si estuviésemos en París, no habría
problema.
–¿Tan difícil es?
–Sí, es bastante absurdo. Incluso
diría que hay una especie de
“lesbiano-fobia”. Ayer me entrevisté
con varias actrices, algunas de ellas
encajaban perfectamente en el papel
y bailaban que era una maravilla,
pero cuando les pregunté ¿estarías
de acuerdo en besar a otra chica?,
desaparecieron.
–La homosexualidad es algo pesado
en la historia de Cuba.
–Sí, históricamente los cubanos son
conocidos por ser intolerantes hacia
la homosexualidad. Pero no tengo
previsto rodar escenas porno con dos
mujeres haciendo el amor. Es sólo
un beso. No habrá desnudos… incluso
será muy bonito.
–¿Adónde vamos?
–Al bosque. Me gustaría filmar a una
chica haciéndose exorcizar por
un sacerdote de culto afrocubano,
también llamado Babalawo. Quiero
ver cómo sale con luz de noche.
20:00 hs. Gaspar da vueltas
alrededor de una ceiba. Fabián
nos cuenta que es su árbol de la
buena suerte. Todo el equipo está
Ver a esta
mujer de
noventa
años, bailar,
cantar y
fumar puros
es bastante
extraordinario.
concentrado en las luces de la escena.
Han traído antorchas y linternas.
La decisión de utilizar antorchas
es unánime, todos piensan que crean
una luz más natural. Cerca del río,
Lazare, el ayudante de cámara, habla
con Gaspar sobre los diferentes
parámetros de luz. Pasan mucho
tiempo preguntando a todos qué
opinan y filmando imágenes con
la Canon 5D, una cámara de fotos
con una tecnología increíble, que
cada vez se utiliza más en los rodajes
de películas.
22:00 hs. Vuelta al hall del hotel con
el equipo de Gaspar. Me tomo una
copita de ron antes de encontrarme
con Artus. Hemos oído hablar de
una famosa cantante llamada Juana
la cubana, queremos ir a verla sí o
sí. El Gato Tuerto es un club situado
a dos cuadras del Malecón y el
Hotel Nacional. Cuando llegamos,
la pequeña sala ya está abarrotada.
La célebre cantante, a la que todo
el mundo parece esperar, llega con
una hora de retraso. Ver a esta
mujer de noventa años bailar, cantar
y fumar puros es extraordinario.
Hay un ambiente tremendo.
Su aspecto excéntrico, con su vestido
de lentejuelas, guantes de satén,
maquillaje exagerado y tacones altos,
es bastante sorprendente para una
mujer de su edad. Pero lo más asombroso
fue su manera de bajar del escenario,
levantada por sus músicos y
atravesando la muchedumbre. En ese
momento, se quitó su hermosa peluca
rubia y descubrió su cráneo casi pelado.
DIA 5
9:00 hs. Gaspar me pregunta si puedo
ayudar a Greta, la asistente estilista
cubana que trabaja con él.
–Ya que quieres seguir de cerca el
rodaje de la película, se me ocurrió
que no te importaría ejercer un rato
de encargada del vestuario.
Me parece un buen acuerdo. Después
de todo, tengo que escribir mi historia
y es bastante difícil interactuar con
los otros directores. Acepto.
10:00 hs. Vamos a casa de la directora
del casting. Ha seleccionado a un montón
de jóvenes actrices para Gaspar.
Esperemos que hoy encuentre
a su actriz principal. En la terraza
de la casa, hay unas veinte chicas,
dedistintas edades y looks. Gaspar
quiere verlas bailar. Por grupos
dextres, las actrices bailan al ritmo
Diario . 99
me pregunto
cómo hice
para teñir
la ropa
interior
con agua
caliente...
de un reggaeton. Pese a ser jóvenes,
se mueven como mujeres. Sus pasos
son muy explícitos. Gaspar toma fotos.
Las chicas llevan un letrero con su
nombre, para que las identifiquen
fácilmente. Mientras me presentan
a Gretel, Gaspar elije a su actriz,
Cristela.
16:00 HS. De regreso al hotel, le
mostramos a Gaspar lo que hemos
encontrado: ropa interior muy sencilla.
–Tengo miedo de que sea demasiado
blanca. Parece nueva, dice. Os hace
falta colorante para oscurecerla.
En el lavabo de mi habitación, me
pregunto cómo hice para teñir la ropa
interior con agua caliente y bolsitas
de té usadas...
20:00 HS. Ahora, ya formo parte
del equipo. Volvemos al bosque.
Dos asistentes cargan un montón de
antorchas con los brazos levantados.
Gaspar está muy concentrado.
Sabe que cada detalle cuenta, y que
no tiene mucho tiempo. No se deja
influenciar por nadie. Seguramente
por eso es un director increíble.
22:00 HS. Gaspar, su asistente
de producción y yo estamos muy
cansados. Pero hemos oído hablar
100 . Día a día en la Habana
de la fiesta de fin de rodaje de Juan
Carlos Tabío. De camino, hacemos
una rápida parada en un snack-bar
malísimo, para comer unos nuggets
de gambas (¡sin gambas!). La fiesta es
en mi lugar preferido de La Habana,
la Playa de la Puntilla. Están
todos: los actores, los técnicos, los
productores y también Elia, Laurent
y Gaspar. Esto es lo que se llama
una fiesta playera bien lograda. Todo
el mundo baila, olvidando por un
momento los días de trabajo que se
avecinan.
DIA 6
10:00 hs. Nuevos exteriores.
Me reúno con Gaspar y su primer
asistente, Olivier. Hay que encontrar
una habitación donde puedan rodar
la escena en que la actriz principal
duerme con su novia. Abajo, en el
Malecón, el equipo de Laurent Cantet
se prepara allí donde Natalia
ha rodado más temprano.
Los directores no sólo comparten
técnicos y actores, sino también
lugares de rodaje.
La persona responsable de los
decorados ha previsto varias
visitas. Nos lleva de apartamento en
apartamento. Las puertas se cierran
tan rápido como se abren. A los
inquilinos no parece molestarles
nuestra visita. Es más, ni nos prestan
atención. Gaspar va de prisa.
Sabe muy bien lo que quiere y,
desgraciadamente, no le satisface
lo que ve. Tendrá que seguir
buscando más tarde.
De camino,
hacemos
una rápida
parada en
un malísimo snack
bar para
comer unos
nuggets de
gambas (¡sin
gambas!)
12:00 hs. Hemos comido junto a la
piscina. Casi es el momento de un
chapuzón. Digo casi porque Gaspar
pide ver la ropa interior teñida para
la escena de esta tarde. - Todavía está
demasiado clara. Hay que teñirla
otra vez, dice.
Creo que nunca seré estilista. Me voy
volando a mi habitación. Froto la
ropa interior de nuevo, en un té aún
más oscuro.
15:00 hs. El equipo de Gaspar redobla
esfuerzos y trabaja con prisa en la
casa donde pronto se rodará un final
alternativo para la película.
Los dos Babalawos, Mercedes y Pedro,
que son pareja en la vida real, van
a representar su propio papel en su
propia casa. Tienen que exorcizar a la
joven actriz Cristela en una ceremonia.
Hay una habitación enteramente
dispuesta para esa escena. Un
asistente trae ramas de árbol y
velas. Otro tapa las ventanas para
impedir el paso de la luz natural.
Dos ingenieros de sonido cubanos
verifican la calidad de la acústica.
16:00 HS. Cristela llega con su madre.
Me relajo: su pelo está muy bien.
Gaspar la observa atentamente.
Se pregunta si debería llevar trenzas,
una cola de caballo o bien dejarse el
pelo suelto. Después de probar todas
las opciones y finalmente optar por
las trenzas, de repente se da cuenta
de que la peluquera le ha colocado
varias mechas de color rojo. - Hay que
cortarlas una por una. No va a quedar
bien en la película, dice.
–¿Estás seguro? Se pueden disimular
fácilmente. - Cortémoslas.
Su decisión es inapelable.
Cristela ya echa de menos sus mechas
de colores tan de moda, ante la atenta
mirada de su madre.
22:00 HS. Por fin, Gaspar da luz
verde. Lazare, Olivier, los sacerdotes
y los actores están en la habitación,
mientras el resto del equipo está
afuera, moviéndose cual fans en un
Diario . 101
concierto. No me permiten asistir al
rodaje de la escena. Todos esperamos
en silencio. Se oye cantar a la hermana
santera y al hermano palero y, quince
minutos después, el equipo sale de
la habitación. Ya tienen la primera
escena. La sangre falsa ha manchado
la ropa, tenemos que cambiarla…
rápidamente para la próxima escena.
Me hubiera
gustado
tener una
cámara
para
filmar.
1:00 HS. La escena se ha rodado
tres o cuatro veces. Gaspar me
enseña algunas imágenes en la 5D.
¡Son increíbles! Mientras recogen las
cosas, me invitan a tomar una copa
con Gaspar y el primer asistente.
Es hora de relajarse. Una copita de ron,
¡qué bueno! Vamos a un club donde
se está desarrollando un increíble
concurso de baile en el escenario. En la
sala, siempre es el mismo juego: chicas
jóvenes buscando a hombres más
viejos. Una de ellas se mete el dedo en la
boca y observa a mis dos acompañantes
con una mirada devastadora.
2:00 HS. Decidimos volver al hotel
a pie, por el Malecón. Un grupo
de jóvenes bebe cervezas en un parking
transformado en bar de noche.
Bienvenidos a los bajos fondos
de Cuba. Un proxeneta atrae nuestra
atención y nos dice que podemos
tener lo que queramos. Me siento
incómoda, pero Gaspar no, ¡les invita
una copa atodos! Está muy a gusto y
es amable con todo el mundo. Hemos
pasado un buen rato. ¡Todos podrían
ser personajes de una película!
DIA 7
12:00 HS. Me encuentro con Artus en
el hotel y me enseña los dibujos que
acaba de hacer. Son muy divertidos.
Mientras que yo hacía de estilista,
él seguía los rodajes de otras pelis…
En el taxi que nos lleva al aeropuerto,
le cuento mi noche en el rodaje
delcorto de Gaspar Noé. Me hubiera
gustado tener conmigo una cámara,
para filmar lo que, para mí, fue
unaauténtica experiencia cubana…
102 . Día a día en la Habana
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