OLIMPIADA MATEMÁTICA OLIMPIADA MATEMÁTICA "Las Matemáticas pueden ser definidas como aquel tema en el cual ni sabemos nunca lo que decimos ni si lo que decimos es verdadero." Bertrand Russell (1872-1970) Filósofo, matemático y escritor inglés. Problema XIX CUENTA LÁZARO SU FORTUNA CON LA CESTA DE HUEVOS Salimos de Salamanca, y llegando a la puente, está a la entrada della un animal de piedra, que casi tiene forma de toro, y el ciego mandóme que llegase cerca del animal y allí me dijo: – Lázaro, llega el oído a este toro y oirás gran ruido dentro de él. Yo simplemente llegué, creyendo ser ansí; y como sintió que tenía la cabeza par de la piedra, afirmó recio la mano y diome una gran calabazada en el diablo del toro, que más de tres días me duró el dolor de la cornada, y díjome: – Necio, aprende, que el mozo del ciego un punto ha de saber más que el diablo. Y rió mucho la burla. Parecióme que en aquel instante desperté de la simpleza en que, como niño, dormido estaba. Dije entre mí: “Verdad dice éste, que me cumple avivar el ojo y avisar, pues sólo soy, y pensar cómo me sepa valer”. Comenzamos nuestro camino, y en muy pocos días me mostró jerigonza; y como me viese de buen ingenio, holgábase mucho y decía: “Yo oro ni plata no te lo puedo dar; mas avisos para vivir muchos te mostraré”. Y fue ansí, que después de Dios, éste me dio la vida, y siendo ciego me alumbró y adestró en la carrera de vivir…[] Mas díme por aleccionado y ansí acaeció que un día mientras al bueno de mi ciego le mandaban rezar, vi una mujer que a la plaza llevaba una cesta repleta de huevos, y llegó un mozo con tan grande priesa, por comprar antes que otro, que tornó la cesta en tierra, con tal suerte que los huevos rompiéronse. La mujer pidió que se los pagase. El mozo respondió que le dijese cuantos eran los huevos que en la cesta se traía. La mujer respondió que no se acordaba, mas que en su posada había hecho cuenta, que si diera de dos en dos los huevos le sobrara uno; si los diera de tres en tres también le sobrara uno, y si los diera de cuatro en cuatro le sobrara otro, y que lo mismo hiciera si los diera de cinco en cinco y de seis en seis. Mas si los diera de siete en siete vinieran justos, y no le sobrara ninguno. Y como ninguno de los presentes diera buena cuenta de los huevos que allí se habían perdido, ofrecime a solventar tal problema con tal que a mi merced una limosna se me diese y ansí poder tornar el hambre que me aquejaba en dicha. Pídese cuántos huevos llevaba la mujer. "Las Matemáticas pueden ser definidas como aquel tema en el cual ni sabemos nunca lo que decimos ni si lo que decimos es verdadero." Bertrand Russell (1872-1970) Filósofo, matemático y escritor inglés. Solución XIX CUENTA LÁZARO SU FORTUNA CON LA CESTA DE HUEVOS Aplicando el algoritmo de la división de Euclides, si el número de huevos fuese divisible entre 2, 3, 4, 5 y 6 entonces debería ser un múltiplo común de todos estos números. Como siempre ha de sobrar un huevo significa que el resto de la división entre estos números ha de ser uno. Ahora bien, el mínimo común múltiplo de estos números es m.c.m (2, 3, 4, 5, 6) = 60. De esta forma, sumándole uno resulta 61 que al ser dividido por cualquiera de los divisores da de resto uno, es decir, siempre sobra un huevo. Como el número de huevos sí ha de ser divisible entre 7 y 61 no lo es, se van calculando los sucesivos múltiplos de 60 y sumándole uno: 61, 121, 181, 241,... hasta encontrar uno que sea divisible por 7. El número de huevos que había en la cesta era 301. Texto basado en “La vida de Lazarillo de Tormes” de autor anónimo. DEPARTAMENTO DE MATEMÁTICAS Benjamín Parra Romero DEPARTAMENTO DE MATEMÁTICAS Benjamín Parra Romero