Retenciones: ¿por qué, para qué y cuánto? Alejandro Rofman1 Nos proponemos presentar, en una versión sintética, el significado y la dimensión real de las retenciones o derechos a las exportaciones hoy en la Argentina. 1. El por qué de las retenciones La noción más difundida de las retenciones a las exportaciones parte del principio de que tales ventas al exterior están constituidas por bienes producidos directamente por la Naturaleza, ya sea por explotación productiva de la tierra o por extracción directa de yacimientos mineros. Asó, cuando se la explota, se genera una renta de la tierra, que debe separarse del beneficio de la inversión del productor, la que para el propietario del predio puede ser capitalizada por él mismo o cobrada de quien le alquila dicho predio. Idéntico fenómeno se verifica en el caso de los minerales sólidos, gaseosos o líquidos, los que justifican la imposición de las llamadas regalías, que compensan la explotación de los recursos naturales, más allá del beneficio empresarial del que explota tal recurso. Es decir, se considera a la sociedad como dueña del patrimonio de la tierra y los recursos naturales, por cuya explotación el empresario debe abonar un necesario “alquiler”!. 2. El para qué de las retenciones El mecanismo con que actualmente se aplican retenciones a gran parte de las exportaciones argentinas de productos primarios -pero poniendo un muy particular énfasis en las del sector agropecuario y el petróleo- consiste en gravar el valor de las ventas al exterior con un porcentaje pre-establecido de las mismas, al momento en que teles ventas se concretan, e incorporando esos recursos al fisco nacional. La estimación de tales impuestos directos a la exportación varía según el producto, las zonas donde se cultiva o se cría y el incremento reciente de los precios de los mismos en el mercado internacional. El objetivo central y prioritario de las retenciones consiste en la desvinculación de los precios internacionales de los que rigen en el mercado interno. Ello se explica de esta manera. El mercado de un producto -trigo, por ejemplo- se compone de la demanda 1 Investigador CONICET. Miembro Plan Fénix. interna y la demanda externa. Si el producto en el mercado mundial sufre un fuerte incremento de precios, este aumento se trasladaría automáticamente al valor del producto que se transa en el mercado interno dado que el que vende el trigo lo hace por el precio más elevado que obtiene, que se unifica como el único valor, tanto afuera como adentro del país. Las retenciones desenganchan el precio interno del externo. El que vende afuera, como lo hace con un valor igual al de la cotización mundial menos la deducción por retenciones está consagrando un precio interno diferente -y menor- al externo. Ello es así por cuanto hay un solo precio para los vendedores de la materia prima más allá de su destino posterior. Si el precio con que vende el exportador es un 30 %( porcentual de las retenciones) menor al del mercado mundial, él va a pagar al productor este precio reducido y no el elevado que rige fuera de nuestras fronteras. Así, se puede neutralizar parte o todo del aumento de los precios mundiales a fin de no afectar el ingreso de los consumidores internos. En nuestro país, desde la década de los ‘60, y con excepción de la época de la Convertibilidad, siempre hubo retenciones, mayores o menores que las actuales. Dado el desmesurado aumento de los precios de alimentos en el mundo (en el último año entre 40 a 130 % han incrementado sus precios la soja, el maíz, el trigo, el arroz y el girasol y la carne, entre otros), diversos países exportadores de los mismos han venido adoptando políticas de control similares. Los casos paradigmáticos son Rusia, gran exportador de trigo, que acaba de aplicar una retención a sus ventas de tal cereal al exterior del 40 %, y China que impuso retenciones a las exportaciones a 57 productos alimenticios. Chile, donde la inflación anualizada al ultimo mes fue del 8,5 % y el aumento de alimentos creció al doble ha resuelto, a través de su gobierno, extender un pago especial de 44 dólares por única vez a las familias consideradas pobres y usar fondos derivados del incremento del precio del cobre para bajar los precios de los combustibles, medida adoptada también en Brasil. En Uruguay, donde los alimentos crecieron en el primer bimestre el 30,4 % por sobre el mismo periodo del 2007 se fijaron medidas especiales para abaratar la carne, con poco éxito. En Europa los precios también se han disparado la meta del año 2008 era una inflación del 2 % pero a marzo, anualizada, la tasa de incremento de los precios llegó al 3,5 % y en España al 4,6 %.Por ahora el remedio que encuentran es enfriar la economía, aumentando la tasa de interés del Banco Central Europeo, pero imaginan tener que echar mano a otras medidas directas sin la situación se descontrola. Para evaluar que hubiera pasado si en la Argentina no se hubiese instituido el sistema de retenciones valga unos datos finales. En enero, en Uruguay y en Brasil la nafta para automóviles valía el doble que en la Argentina. Por ende, el transporte público en Río era cuatro veces más costoso que en Buenos Aires y en ambos países, la carne, el pollo y el pan tenían un precio estimado en un 50 % mayor que en Buenos Aires. 3. ¿Qué hacer con los fondos recaudados? El Estado nacional justifica el porcentaje adoptado de retención para cada producto en el nivel de crecimiento del precio respectivo en el mercado mundial. Es el caso del petróleo donde la retención es móvil y actualmente llega al 50 %. Los productores agrarios de la Argentina logran muy buenos márgenes de ganancia y de generación de renta de la tierra aún con los nuevos niveles de retenciones, numerosos estudios estadísticos así lo certifican. Para ofrecer uno de ellos, cuyos autores no son afines a las ideas del Gobierno, acudimos a la estimación efectuada por el suplemento Clarín Rural, en su edición del 22 de marzo pasado. Ingresos netos de dos productores tipo luego de abonar las nuevas retenciones (en dólares) SUR DE SANTA FE (1) Totales Por ha. Totales Por/ ha. TUCUMAN (2) Totales Por ha. Totales Por ha. (Propio) (Alquilado) (Propio) (Alquilado) 280.113 280 47.071 47 302.467 151 66.330 33 Nota: 1.El predio en Santa Fe es de 1.000 has. y el de Tucumán es de 2.000 has2. En ambos casos se consideraron cultivos varios (soja de primera y de segunda, maíz y trigo). Por los datos insertos de una propiedad en la Pampa Húmeda y otra en una zona marginal queda claro que la posición de los que aducen quebrantos en su actividad está totalmente desmentida por la información precedente. De haber sido así, el precio de la tierra, en la Pampa Húmeda no se habría cuadruplicado, al menos, desde la devaluación, en pesos, lo que implican valores desorbitados para los pequeños y medianos productores agrícolas. Un propietario de 200 hectáreas en la Pampa Húmeda, en dos zonas tipo, una en su espacio más fértil y otra en un área de menor productividad, posee un capital en tierras actualmente que fluctúa entre 2 millones y 1 millón y medio de dólares. De ahí que le atrae alquilar porque obtiene una elevada renta, sin esfuerzos de producción y residiendo, sin tener sobresaltos económicos, en una ciudad cercana o no a su predio. A la vez, el que alquila, digamos una propiedad de 800 hectáreas (como el líder de la protesta, Alfredo de Angeli) está pagando la friolera anual de 240.000 dólares por el arrendamiento, lo que indica que aguarda una muy jugosa ganancia de la explotación. Los recursos a recaudar, dado que las retenciones de ser fijas se han transformado en móviles, son estimativos, y alcanzarían este año a 45.000 millones de pesos, alrededor del 14 % del total de ingresos fiscales totales. Sería muy importante que esa cantidad de dinero vuelva, aunque sea en parte, para atender las necesidades de infraestructura, generación de bienes públicos, apoyo técnico y respaldo para la defensa de sus precios de los pequeños productores pobres del sector agrario argentino que de acuerdo a estimaciones oficiales, alcanza al 50 % del total.