oscar orlando quintero lozano

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OSCAR ORLANDO QUINTERO LOZANO
ABOGADO TITULADO
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MAGISTRADA
AURA ESTHER LAMO GOMEZ
HONORABLE TRIBUNAL SUPERIOR
DISTRITO JUDICIAL DE CALI
SALA DE DECISION LABORAL
SANTIAGO DE CALI (VALLE)
Ref. ACCION DE TUTELA
ACCIONANTE: OSCAR ORLANDO QUINTERO LOZANO
ACCIONADO: DRA. MARTHA ISABEL CASTAÑEDA CURVELO,
VICEPROCURADORA DE LA PROCURADURIA GENERAL DE LA NACION
OSCAR ORLANDO QUINTERO LOZANO, identificado con la cédula de ciudadanía No. 16.253.777
expedida en la ciudad de Palmira (Valle) y titular de la Tarjeta Profesional No. 68.353 expedida por el
Consejo Superior de la Judicatura, por medio del presente escrito INTERPONGO Y SUSTENTO
RECURSO DE APELACION en contra de la Sentencia No. 183 adiada el pasado 26 de septiembre de
2012, mediante la cual se despachó desfavorablemente la acción de tutela por mi persona propuesta en
contra de la doctora MARTHA ISABEL CASTAÑEDA CURVELO, VICEPROCURADORA DE LA
PROCURADURIA GENERAL DE LA NACION por estimar vulnerados en los derechos
fundamentales al DEBIDO PROCESO, AL DERECHO AL TRABAJO Y DIGNIDAD HUMANA.
RAZONES DEL DISENSO
1. Como primera medida logro colegir que el fundamento toral para desatender mi suplica fue que
“…existiendo otros mecanismos de carácter administrativo, ha debido acudir a ellos y no a esta
acción constitucional”, opté por la acción de tutela. De hecho, lo hice por dos potísimas razones:
CALLE 35A No. 2-63 B. SAUCES 1ª. ETAPA. PALMIRA V.
TELEFAX. (2) 2870712 CEL: 3122581487
Email: [email protected]; @ORLANDOQUINT
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1.1. La misma resolución de la Viceprocuradora lo señala “…y que solo es susceptible de excluir del
Sistema en la medida en que se haya proferido decisión judicial (sentencia de tutela o revisión) o
administrativa que hubiese dejado sin efecto la providencia que impuso la pena de prisión que la
originó,…” Es decir, supedita la exclusión del registro en el sistema a la orden ora administrativa o
judicial que se lo ordene, muy a pesar de que tal cual lo consigna en el numeral segundo de la parte
resolutiva de su resolución, advierte que proceden los recursos “…de reposición ante este Despacho y
apelación ante el Despacho del Señor Procurador General de la Nación dentro de los diez (10) días
siguientes a la notificación.”

El muy particular episodio que se suscito y que ameritó esta actuación constitucional,
cuando se está partiendo de una sanción legalmente inexistente e irreal como que ninguna
autoridad ora judicial o administrativa legalmente la impuso, como quedara en evidencia
con la lectura del presente escrito punto por punto, ciertamente posibilita y permite la
acción de tutela, ya que mediante una VIA DE HECHO que constituye la interpretación
arbitraria del numeral primero del artículo 38 de la Ley 734 de 2002, se creó la inhabilidad
por parte de la Procuraduría y de su sistema SIRI, misma que vulnerándome los derechos al
DEBIDO PROCESO, AL DERECHO AL TRABAJO Y DIGNIDAD HUMANA me viene
causando un enorme perjuicio personal y familiar como hombre casado y padre de familia
que soy.
1.2.Son, como lo dije, Derechos Fundamentales los que se me están violando, al margen del recurso que
proceda contra la decisión de la Viceprocuradora como ella misma lo señala al supeditar la exclusión
del registro a uno de aquellos tramites ya de tutela o administrativo, ya que aquel –la apelación- en
últimas ataca las consideraciones que le llevaron a ella a dicha conclusión para denegar mi pretensión
bajo consideraciones irreales, dando por sentado la existencia de una inhabilidad que mediante una
VIA DE HECHO fue creada, que obviamente, por no ser compartidas produce la alzada.
Consideraciones de orden sustancial relativas a la existencia o no del episodio que se discute y que por
lo mismo, desde las dos aceras se entra a controvertir; no así lo atinente al Derecho Fundamental que
como producto de la decisión se vulnera, cuando, por una –insisto hasta la saciedad- errónea
interpretación se me menoscabó y se me sigue menoscabando, entre otros, el sagrado derecho al
trabajo.
2. Respecto del acápite “2.INFORME RENDIDO” de la atacada sentencia y que hace relación a las
explicaciones de la Viceprocuradora respecto a las razones que de su parte le llevaron a la negativa
de exclusión del registro de la injusta inhabilidad, debo igualmente referirme:
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2.1.Se dice que “De conformidad con el artículo 174 de la Ley 734 de 2002, el sistema SIRI tiene
como función registrar las decisiones ejecutoriadas y notificadas, sin que se pueda acceder a la
anotación, cancelación o actualización del registro a solicitud de un “particular”, en la medida
que esa dependencia se encarga exclusivamente de registrar la información recibida “de las
diferentes autoridades” que imponen una sanción que ha quedado en firme.”

En gracia de discusión, admito que es cierto, tanto que por la misma razón que argumenta
la Viceprocuradora se levantó –óigase bien- la legítima y única sanción que el Juzgado 20
Penal del Circuito me había impuesto; así lo dijo en su resolución para desechar cualquier
duda al respecto: “La citada norma es clara y es preciso advertir que dicha inhabilidad, no
corresponde a la que fue impuesta en la sentencia condenatoria. La inhabilidad para el
ejercicio de derechos y funciones públicas por 5 años que le fue impuesta al peticionario
como pena accesoria, al igual que la pena principal de prisión por el mismo término, fue
excluida del certificado de antecedentes con base en lo dispuesto en el artículo 174 de la
Ley 734 de 2002, el cual preceptúa que la anotación debe reflejarse en el certificado
ordinario de antecedentes por el término de cinco (5) años, contados a partir de la fecha
de ejecutoria de la providencia o sentencia condenatoria…”
2.2.Igualmente que “La PROCURADURIA no impuso ni comunicó la sanción objeto de reproche. El
accionante debió haber hecho uso del derecho de petición o de la tutela contra el Juzgado Veinte
Penal del Circuito de Cali, en el evento de no estar de acuerdo con la sanción impuesta,
inhabilidad que es “tácitamente aceptada” por el interesado”.

La Procuraduría SI impuso la inhabilidad que discuto aquí, es más, de forma gratuita como
que sencillamente la creó por la VIA DE HECHO cuando le brindo una muy particular
lectura e interpretación al numeral primero del artículo 38 de la Ley 734 de 2002. Una
inhabilidad por diez (10) años producto de una –itero por enésima vez- errada y
desafortunada interpretación del artículo 38 de la Ley 734 de 2002 que reza: “Otras
inhabilidades. También constituyen inhabilidades para desempeñar cargos públicos, a
partir de la ejecutoria del fallo, las siguientes: 1. Además de la descrita en el inciso final
del artículo 122 de la Constitución Política, haber sido condenado a pena privativa de la
libertad mayor de cuatro años por delito doloso dentro de los diez años anteriores, salvo
que se trate de delito político. 2…” (resaltos míos) Esto es supremamente claro y
apodíctico; siendo, entre otras cosas y como dije en el escrito de tutela que se tendrá como
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un todo concatenándose con este, el espíritu de la Ley 734 de 2002 el compendio y
recopilación en una sola normatividad las varias inhabilidades que se imponen por los
diferentes funcionarios o operadores judiciales, entre ellos los Jueces de la República, dicha
inhabilidad se refiere a la proferida por un Juez de la República como consecuencia de la
aplicación de la pena y la sanción que se encuentra en el respectivo tipo penal. Es
elemental.

Ahora, que debí presentar tutela contra el Juzgado 20 Penal del Circuito y que porque no lo
hice “tácitamente acepté” la sanción, realmente no se qué referencia consignar ante el
desconcierto que produce, ya que como se puede observar, inicialmente se apeló la
sentencia ante el Tribunal Superior de Cali y posteriormente subió en casación ante la Corte
Suprema de Justicia de donde, saliendo, adquirió su ejecutoria y siendo ello el mes de enero
de 2005, los cinco (5) años de inhabilidad impuestos finalizaron en el mes de enero del
2010 fecha en la cual fue excluido del sistema el antecedente como se verá a lo largo del
presente escrito, cosa confirmada, entre otras cosas, por la propia Viceprocuradora.

Y como verdad de perogrullo en torno a la creación y autoría de la inhabilidad en cuestión
por parte de la Procuraduría, la que nos ocupa de diez (10) años y no la de cinco (5)
legalmente impuesta por la justicia penal, cumplida y por lo mismo excluida, se agrega:
“En cuanto a la inhabilidad legal para desempeñar cargos públicos que se refleja en el
certificado de antecedentes del actor, ésta es distinta a la pena accesoria de interdicción
de derechos y funciones públicas, se halla prevista en el artículo 38 numeral 1º de la Ley
734 de 2002, el cual estipula que si existe una pena privativa de la libertad superior a
cuatro (4) años, dicha inhabilidad “tendrá una duración de 10 años contados desde la
ejecutoria de la sanción”, para el caso desde el 26 de enero de 2005 con finalización el 25
de enero de 2015. Honorables Magistrados –reitero-, lo dicho constituye una errada y muy
particular interpretación, en otras palabras muy a propósito de los presupuestos de una
tutela, UNA VIA DE HECHO; dónde –Por DIOS!- donde dice o fija el artículo 38 de la
citada Ley el término de duración en 10 años para esa inhabilidad? Porque es que,
entre otras cosas, no puede hacerlo ya que no es una sanción que ella –La Procuraduríaimponga; la impone el Juez Penal como accesoria a la principal; lo que señala es su
duración “dentro de los diez años anteriores” para efectos de una certificación especial
dentro de los cargos que la Constitución exige.
3. Respecto a las “3. CONSIDERACIONES. 3.2 CASO CONCRETO” debo de referir los siguientes
aspectos, que, continúo concluyendo, no tocan o no quieren tocar el meollo del asunto, cual es –
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itero hasta la saciedad- la gratuidad en el entendido de la invención o creación por parte de la
Procuraduría de la inhabilidad que nos ocupa y que –debo insistir- no es la que me impuso el
Juzgado 20 Penal del Circuito coetáneamente con la pena principal de prisión, que ya se excluyó
del registro como lo confirma la misma Viceprocuradora, sino la de diez (10) años hasta el 2015,
producto de la mala interpretación del artículo 38 de la Ley 734 de 2002. Permítaseme para ello el
extracto respectivo de las consideraciones:
3.1.“Las sanciones penales y disciplinarias, las inhabilidades que se deriven de las relaciones
contractuales con el Estado, de los fallos con responsabilidad fiscal, de las decisiones de pérdida
de investidura y de las condenas proferidas contra servidores, ex servidores públicos y
particulares que desempeñen funciones públicas en ejercicio de la acción de repetición o
llamamiento en garantía, deberán ser registradas en la División de Registro y Control y
Correspondencia de la Procuraduría General de la Nación, para efectos de la expedición del
certificado de antecedentes”.
El funcionario competente para adoptar la decisión a que se refiere el inciso anterior o para
levantar la inhabilidad de que trata el parágrafo 1o. del artículo 38 de este Código, deberá
comunicar su contenido al Procurador General de la Nación en el formato diseñado para el
efecto, una vez quede en firme la providencia o acto administrativo correspondiente.
La certificación de antecedentes deberá contener las anotaciones de providencias ejecutoriadas
dentro de los cinco (5) años anteriores a su expedición y, en todo caso, aquellas que se refieren a
sanciones o inhabilidades que se encuentren vigentes en dicho momento”. (Resalto dentro del
texto)

Honorables Magistrados, el núcleo del asunto es que no se quiere entender mi
planteamiento respecto de la gratuidad y aparecimiento como por ensalmo de la famosa
inhabilidad. Del resalto de la providencia hoy atacada no hay discusión alguna respecto que
las sanciones efectivamente “deberán ser registradas en la División de Registro y Control
y Correspondencia de la Procuraduría General de la Nación”; igual en torno del
competente para “adoptar la decisión” que debe informar al Procurador General “en el
formato diseñado para el efecto” y que “en todo caso, aquellas que se refieren a
sanciones o inhabilidades que se encuentren vigentes en dicho momento” . De hecho,
todo esto se efectuó, es decir, todo este procedimiento se materializó respecto de la única
sanción legalmente impuesta que fue la proferida por el Juzgado 20 Penal del Circuito de
Cali, ya que –reitero una vez más- finalizada en el mes de enero del año 2010, fue levantada
y excluida del registro de antecedentes llevado por la Procuraduría tal como lo informó y
confirmó la misma Viceprocuradora en el siguiente tenor: “La inhabilidad para el ejercicio
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de derechos y funciones públicas por 5 años que le fue impuesta al peticionario como pena
accesoria, al igual que la pena principal de prisión por el mismo término, fue excluida del
certificado de antecedentes con base en lo dispuesto en el artículo 174 de la Ley 734 de
2002…” (rayas mías).
3.2.Extracta la providencia lo dicho por la Corte Constitucional en sentencia C-1066 de 2002: “en el
entendido de que solo se incluirán en las certificaciones de que trata dicha disposición las
providencias ejecutoriadas dentro de los cinco (5) años anteriores a su expedición y, en todo caso,
aquellas que se refieren a sanciones o inhabilidades que se encuentren vigentes en dicho
momento”.

Honorables Magistrados; la sanción o inhabilidad legal, única que me fuera impuesta por el
Juzgado 20 Penal del Circuito de Cali, al ser levantada o excluida del sistema como lo dijo
la señora Viceprocuradora: “La inhabilidad para el ejercicio de derechos y funciones
públicas por 5 años que le fue impuesta al peticionario como pena accesoria, al igual que
la pena principal de prisión por el mismo término, fue excluida del certificado de
antecedentes con base en lo dispuesto en el artículo 174 de la Ley 734 de 2002…” (rayas
mías), significa que perdió vigencia porque no existe, desapareció.
3.3.Ahora bien, agrega respecto de la misma sentencia: “En síntesis podemos afirmar que la
certificación de antecedentes debe contener las providencias ejecutoriadas que hayan impuesto
sanciones dentro de los cinco (5) años anteriores a su expedición, aunque la duración de las
mismas sea inferior o sea instantánea. También contendrá sanciones o inhabilidades que se
encuentren vigentes al momento en que se expida, aunque hayan transcurrido más de cinco (5)
años o sea inhabilidades intemporales como, por ejemplo, la prevista en el Art. 122 de la
Constitución Política”. (rayas mías)

Honorables Magistrados; como primera medida, este extracto deja en claro el motivo o la
causa de la errónea interpretación del artículo 38-1 de la Ley 734 de 2002, cuando refiere
que “…la certificación de antecedentes debe contener las providencias ejecutoriadas que
hayan impuesto sanciones dentro de los cinco (5) años anteriores a su expedición,…” ya
que los diez años que refiere el numeral primero del citado artículo 38 –itero hasta la
saciedad- sencillamente fueron descontextualizados en su lectura e interpretación
coligiéndose por parte de la Viceprocuradora erróneamente que son diez años de duración
de la inhabilidad, cuando su literalidad que es: “ 1. Además de la descrita en el inciso final
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del artículo 122 de la Constitución Política, haber sido condenado a pena privativa de la
libertad mayor de cuatro años por delito doloso dentro de los diez años anteriores, salvo
que se trate de delito político”, simple y sencillamente lo que hace es extender esos “dentro
de los cinco (5) años anteriores a su expedición” a un término superior: “ dentro de los
diez años anteriores”. Es absolutamente apodíctico que esos iniciales cinco años y
posteriormente diez, hace relación a la cobertura al momento de la expedición por parte de
la Procuraduría de un certificado de antecedentes para los cargos para los que la
Constitución Política lo exige.

Ahora bien, por el resalto realizado en la providencia respecto del extracto de la Corte
Constitucional respecto a “que se encuentren vigentes al momento en que se expida,
aunque hayan transcurrido más de cinco (5) años o sea inhabilidades intemporales
como, por ejemplo, la prevista en el Art. 122 de la Constitución Política” sencillamente
debo anotar que mi sanción o inhabilidad nunca fue intemporal, tanto que –reitero- la que
me fuera impuesta por el Juzgado 20 Penal del Circuito, –la única- fue levantada o excluida
del sistema.
3.4.Bajo los mismos lineamientos afirma la providencia recurrida: “3.2.7 No existe evidencia
probatoria en el informativo respecto a que el accionante haya solicitado a las autoridades
judiciales encargadas de controlar la ejecución y cumplimiento de la pena impuesta, que remita la
comunicación y formato correspondiente a la PROCURADURIA GENERAL DE LA NACION, con
el propósito de cancelar la anotación en el registro de antecedentes disciplinarios, y en ello le
asiste razón a la entidad accionada.”

Honorables Magistrados; nuevamente la única y legal sanción y de contera inhabilidad que
me fuera impuesta, es decir, la del Juzgado 20 Penal del Circuito de Cali, fue excluida del
sistema tal cual lo confirmara la misma Viceprocuradora. La que me figura en el registro de
antecedentes de sistema SIRI de la Procuraduría, entre el mes de enero de 2005 y enero del
2015, lo reitero hasta el agotamiento, fue creada e inventada por una errónea lectura e
interpretación de la misma Procuraduría General de la Nación respecto el numeral primero
del artículo 38 de la Ley 734 de 2002, razón por la cual, constituye la pretensión del
resguardo constitucional deprecado por ser una evidente e innegable VIA DE HECHO.
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3.5.Que “3.2.12 No está demostrado perjuicio irremediable o que se haya negado un empleo
particular o concreto al accionante, quien se limita a expresar tal circunstancia sin allegar prueba
alguna que así lo demuestre”.

Honorables Magistrados; honestamente considero exagerada la razón por la cual se
desvirtúe un perjuicio inmediato e irremediable cuando es claro que por mi profesión de
abogado he tenido la posibilidad de vincularme laboralmente mediante un contrato de
prestación de servicios con el Municipio donde resido, Palmira (Valle), que se vio
imposibilitada su fructificación por virtud del registro en el sistema SIRI. No sé qué más
puedo argumentar, cuando, entre otras cosas es evidente y notorio el registro de tal
antecedente de diez (10) años, entre otras cosas confirmado por la misma Viceprocuradora
en el debate. Me he visto en la obligación de considerar esa posibilidad laboral por lo
difícil que se encuentra el litigio, es una realidad de a puño que con solo mirar la sociedad y
el mismo ejercicio del Derecho se colige. Sencillamente es la opción a la buena fe que se
presume y que de suyo reclamo; de la que nada, absolutamente de la nada puede
desprendérseme de ella como igual derecho constitucional que es; la buena fe se presume.
Soy esposo y padre de familia con obligaciones naturales que cumplir, Honorables
Magistrados.
Por lo expuesto Honorables Magistrados, constituye
MI PRETENSION
Se me tutele los Derechos Fundamentales al DEBIDO PROCESO, AL DERECHO AL TRABAJO
Y DIGNIDAD HUMANA que han sido conculcados por la señora Viceprocuradora de la
Procuraduría General de la Nación, cuando, con una muy particular interpretación del artículo 38
numeral 1º de la Ley 734 de 2002 o Código Disciplinario Único, sencillamente me creo una
INHABILIDAD por el término de diez (10) años, constituyendo una VIA DE HECHO que
evidentemente me viene causando un enorme perjuicio de índole personal y familiar como esposo
y padre de familia que soy. Por tal razón, es elemental que al consultar e imprimir el certificado de
antecedentes sale el registro que finalmente da al traste con mis pretensiones de empleo.
Por ello Honorables Magistrados les solicito muy comedidamente REVOCAR la sentencia de la
Sala Laboral del Tribunal Superior de Cali, con ponencia de la Magistrada Aura Esther Lamo
Gómez y, contrario sensu, disponer y ordenar la cancelación del registro de antecedentes a mi
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nombre donde se me registra la gratuita inhabilidad por el término de diez (10) años hasta el año
2015, producto de aquella VIA DE HECHO.
De usted, atentamente,
OSCAR ORLANDO QUINTERO LOZANO
C.C. 16253777 EXPEDIDA EN PALMIRA (VALLE)
T.P. 68353 EXPEDIDA CONSEJO SUPERIOR JUDICATURA
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