Sorpresiva baja de tasa por parte del Banco Central

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LATERCERA Sábado 26 de octubre de 2013
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EL HUMOR DE HERVI
Director: Guillermo Turner Olea
Subdirector: Felipe Contreras Pedreros. Editor General: Víctor Cofré Soto
Representante Legal: Augusto Marcos Camus
Sorpresiva baja de tasa por
parte del Banco Central
Cuando aún hay presiones de gasto, el organismo priorizó la baja inflación
pasada y las expectativas de una futura desaceleración.
E
N SU última reunión mensual de
política monetaria, el Banco Central acordó reducir la tasa de interés de política monetaria en 25
puntos base a 4,75% anual. La medida sorprendió a gran parte de
los analistas, que entendían que
eventuales ajustes en la tasa rectora estaban
condicionados a que surgiera evidencia más definitiva de menor presión salarial, desaceleración del consumo y corrección de la cuenta corriente de la balanza de pagos. Al parecer, primó en las consideraciones del Banco Central
que “la inflación ha evolucionado por debajo de
lo proyectado, permaneciendo en la parte inferior del rango de tolerancia, y las expectativas
de mercado anticipan una normalización más
lenta hacia el 3%”.
Es importante entender que las decisiones del
Banco Central deben ser concordantes con su
propio enfoque de política monetaria, donde el
anclaje nominal del sistema está dado por las
expectativas de inflación, lo que determina que
su primera prioridad deba ser mantener esas expectativas alineadas con los objetivos inflacionarios oficiales. Dado que las expectativas inflacionarias están fuertemente afectadas por la inflación observada, tiende a ocurrir que a pesar
de indicaciones de riesgo de inflación futura -ya
sea en el mercado laboral, o en la evolución del
consumo o la inversión, o en cualquier otra área
relevante- en un escenario en que se acumula
baja inflación se opte por mayor estímulo monetario, precisamente para mantener la credibilidad de la “regla” que le da consistencia a la política monetaria. En forma análoga, ante situacio-
nes de inflación observada en exceso de las
metas, que comienza a elevar la expectativa inflacionaria, el Banco Central ha mantenido tasas de interés muy elevadas, aun cuando los indicadores reales apuntaran en un sentido fuertemente recesivo y deflacionario hacia el
futuro. Así ocurrió en 2008, en un episodio que
derivó en agresivas rebajas de tasas de interés,
una vez que afloró la deflación. Es legítimo discutir enfoques alternativos para el manejo monetario, pero una vez hecha la opción, el enfoque establecido debe operarse en forma consistente. El riesgo, por cierto, es exacerbar
tendencias que obligarán más adelante a ajustes
más severos y de mayor costo.
Al fundamentar su decisión el Banco Central
también enfatizó la alta probabilidad de que
Chile esté pronto a enfrentar un escenario externo de mediano plazo más débil -con menor
crecimiento mundial, y términos de intercambio y condiciones financieras externas menos
favorables para nuestro país- junto a una tendencia a la desaceleración de la demanda agregada en nuestra economía, que continuaría. Así,
para el Banco Central la rebaja en la tasa de política monetaria no sería inconsistente con lo que
se anticipa como el curso de política a seguir hacia el futuro, para neutralizar presiones deflacionarias que podrían manifestarse en un contexto de actividad económica más debilitada.
Sin perjuicio de lo anterior, en línea con las
aprensiones expresadas por los analistas, la información posterior a la baja de tasa de interés
volvió a mostrar disminuciones en la tasa de desocupación en el Gran Santiago, que registró su
mejor nivel desde diciembre de 2012.
Inconveniente proyecto sobre propina
R
ESULTA INEXPLICABLE que el gobierno haya decidido colocar urgencia al
proyecto de ley que consagra la propina sugerida en establecimientos que
atiendan público a través de garzones, no sólo
porque se trata de una iniciativa muy discutible
en sí misma, sino porque convendría concentrar los esfuerzos legislativos en otra serie de
proyectos de alta relevancia y que aun siguen
pendientes.
El proyecto de ley, que tuvo su origen en un grupo de diputados, establece que en establecimientos
como restaurantes, bares, pubs, discotecas, cafeterías, fondas y similares, el empleador deberá indicar obligatoriamente en la boleta una propina sugerida del 10%, si bien el cliente tendrá la opción
de desestimarla. Una iniciativa de este tipo arriesga cambiar la relación que de manera natural se da
entre clientes y garzones, donde la propina es ante
todo el reconocimiento voluntario a un buen ser-
vicio. La ley chilena consagró la obligatoriedad de
la propina hasta fines de los años 70, y desde entonces ha sido voluntaria, sin que ello haya representado problema alguno. Al pretender incluirla
en la boleta, aunque sea de forma “sugerida”, es altamente probable que se preste para equívocos muchos clientes podrían entenderlo como una
obligación- y molestias en el servicio, además de
diluir el incentivo que supone obtener una contribución voluntaria por una buena atención.
Si lo que se pretende con esta iniciativa es facilitar
a los garzones la recaudación de su propina, existen
en la práctica múltiples mecanismos para asegurarlo, y no se ve que para ello sea necesario establecer
dicha obligatoriedad. Por lo demás, este tipo de iniciativas sienta un precedente negativo, porque además de introducir regulaciones innecesarias, desnaturaliza el sentido de las urgencias legislativas que
maneja el Ejecutivo, que deben estar destinadas a
proyectos prioritarios.
r Y usted, ¿qué opina? Comente en www.laterce ra.com
HOY EN LA HISTORIA
Termina la batalla del golfo de Leyte. Durante la
II Guerra Mundial, luego de más de dos años desde la irrupción de los japoneses en las Filipinas y
la promesa de volver del general Mac Arthur, la estrategia aliada de ir “saltando de isla en isla” para
recuperar el control del Pacífico Sur y Central, llevó a esta fuerza a desembarcar en la isla filipina de
Leyte, en octubre de 1944, buscando aislar a las tropas japonesas que permanecían en Indonesia.
A partir del 23 de octubre, esta operación dio
lugar a una serie de combates aeronavales en torno al golfo de Leyte, en el este de la referida isla,
donde se enfrentaron las fuerzas de la tercera y
séptima flota norteamericana con los navíos de
la Armada Imperial Japonesa, que en cuatro grupos buscaban hacer fracasar el desembarco y
posterior aprovisionamiento de las fuerzas aliadas en tierra.
Estos combates se transformaron en la mayor batalla naval de la historia contemporánea. En ella
intervinieron más de 250 buques y cerca de 1.800
aviones, y aun cuando los engaños de la táctica japonesa sumados por primera vez al uso intensivo de kamikazes y a una serie de problemas de comunicación pusieron en riesgo a parte de las fuerzas estadounidenses, su superioridad naval y aérea
posibilitaron la derrota definitiva de las fuerzas de
mar del imperio japonés, que en adelante sólo intentaría operaciones menores.
El 26 de octubre de 1944 concluyó el último de
los combates en Cabo Engaño, dando término a la
batalla del golfo de Leyte. Esto garantizó el éxito
del desembarco realizado días antes, facilitando la
consolidación de las posiciones en Filipinas y un
flujo de recursos humanos y materiales que permitieron, luego de ocupar la isla de Luzón, liberar Manila en marzo de 1945. (CMC)
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