lARl`O POLÍTICO. - Hemeroteca Digital

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ilÜilEacv 9.5S8.
Jueces l a de lilrzi de 1879.
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PRECIOS DE BUSCRICIOW.
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PAETi fOJLITIOA.
nes son renuncias irrevocables de todos los fueros
y prerogativas legales ante el tribunal de la ley,
de la conciencia y aun de la historia.
UADBín 13 SK MARZO DB 1879.
Ysi es-to decimos, si esto aconsejamos paladinamente á todos los partidos, ;,qné nos queda por
Á LOS ELECTORRS.
decir y aconsejar alnuoirtro, al' gran partido liberal-conservador, bajo cuya gloriosa l)andera
railitamosV Lo mismo y algo mas, porque algo
Jíeinoa diobo cuanto respectó de la ley elecmas necesita que se le diga y aconseje.
toral debemos decir, y conriene saber y no olviEl partido liberal-conservador, j>of efecto de su
dar, k los electores. Acércase el período en que
propia confianza, de la noción y sentimiento qne
estos lian de ejercitar su derecho, y creemos n e tiene de su fuerza y de la costumbre de fiarlo todo
cesario insistir sobre nuestros conocidos temas,
deseando que ese ejercicio sea completo y perfec- á la dirección de la autoridad, necesita aun mas
to y que la Isy se cumpla rigrorosamente, ya por- todavía í»sta exhortación y estos llamamientos.
Exhortárnosle, pues, en nombre de sus intereque es el supremo esfuerzo que los altos poderes
ses mas altos, á velar y átrabajar; á propagar y
de la nación han hecho en favor de la libertad,
de la verdad y de la inviolabilidad del sufragio á difundir su doctrina; á desplegar su estandarte; á organizar sus legiones; á armarlas con
y, por consig-ttiente, del sistema representativo,
el conocimiento del concepto de la ley y del estaya porque, cumpliéndose la misma, la representación nacional queda fuera de toda duda y es- do de la patria; á conducirlas ala lid cercana llenas de la persuasión del deber y del espíritu del
peciosas protestas de la malicia que ataca y de la
bien público.
ignorancia por esta utilizada'en daño de aquella,
Exhortárnosle á no dormirse sobre sus laurey ya, finalmente; porque queremos quitar toda
ra2on de disculpa'al cuerpo electoral, que mu- les; a n o confiar en el propio valimiento ni en la
adversaria impotencia; a n o esperar auxilios y
chas veces ha alegado esa supuesta ignorancia
para eludir la réspóásabüidatl de su apatía casi fuerzas que el gobierno no está en el caso de dar,
porque no debe dárselos á nadie sino eu cierta
ingénita y causa siempre de sus errores y desús
medida; á no soñar con victorias deparadas por
«lerrotas.
Jamás amparó y ayudó sus derechos una ley númenes tutelares que no existen; a no fiar el
éxitOj para decirlo de una,vez, á .violencias y falmas liberal y previsora; nunca tampoco pudo
contar con mayores gatantías su voluntad libér- seamientos de la opinión nacional, que ni la ley
ni el gobierno consienten.
rima y gobletnO alguno dióle tantas seguridades
Piense nuestro partido, no olvide el gran parcomo eí que hoy rige el Estado de respetar esos
tido liberal-conservador la actividad de los dederechos y esa voluntad plenamente.
Buena prueba de todo ello oa la circular diri- más; crea que no han de darse punto de reposo;
que ya trabajan asiduamente para la política congida'por si ministro de la Gobernación á sua dejegados de las provincias por real orden de 10 del tienda, y que el choque puede ser hasta formidable y de resultados doloro.sos si no se prepara con
mes actual. En ella rebosa, por decirlo así, toda
tiempo para pelear eu el estadio de la ley por la
la rectitud de miras, todo el sentimiento del deexaltación y la salvación de la ley misma y de las
ber, toda la austeridad de conducta y. todo el respeto él la ley que un gobierno digsno de este nom- in-stituciones que en ella se cimentan.
Y para que recuerde en qué fuego lia de temore ha de poner al servicio del acto mas fandam e h t a l d e la vida política de los pueblos consti- plar sus armas y en qué olas ha de probarlas antucionalmente regidos, del acto mas trascenden- tes de entrar en la liza, llamamos su atención,
tal para esos mismos pueblos y para las institu- hoy por hoy, al Tiiulo IV.—Proceiimienlo electoral.—Capitul0 I.—Constitución
de los colegios
ciones que los constituyen y vivifican.
electorales, de la ley últimamente promulgada, y
El gobierno presidido por el general Martínez
Campos lo ha dicho soiemnemeate en esa-oircu- le aconsejamos que lea, uno por uno, todos sus
artículos, desdp el 62 hasta el 75, yol Capitulo II.
l a r p ó f boca del ministro de la Gobernación, á
quien diréctatoenté Incumbe decirlo con la clari- _~-D& tas «oííicíww, y artículos 76 y siguientes
dad qué lo ha hecho y cumplirlo con el rigor mas * hasta, el 96 inclusive.
extricto, y que lo cumplirá á todo trance, sean • Lea bien, infórmese bien, mientras avivamos
cuales fueren los obstáculos qua la malevolencia Sí), memoria y le ponemos los textos ante los ojos,
pueda suscitarle y el resultado que laá eleccio- de cuantas disposiciones contiene esa parte de la
nes dar puedan como expresión libre y genuíná I ley vigente, y en ella hallará taxativamente couí«stada toda duda, detalladamente consignado
de la voluntad de la nación, legalmente signifitodo prdC?iiiíiif'Oto'todo trámite, todo precepto
cada.
relativo á días, pls:'09. modos, circunstancias,
La ley electoral vigente, obra del anterior go- requisitos, actuaciones y torüiuías que comprenbierno y de las Cámaras que han de ser ahora de el acto electoral y todos sus incidentes y acroemplazadas, es producto, quizá, ao tan medita- cidentes posibles y aun probables.
do domo t^oaveadnia, de-las transacciones de vaLa GACETA publicó la ley en los primeroá dias
rias escuelas politioasy encaminadas á asegurar
de este año: LA ÉPOCA la reprodujo integra en sus
hasta la exageración la libertad de la emisión y
números de los dias 14, 15 y 16 de enero último;
la sinceridad de los resultados del voto, y el g o no
la reproducimos por su extensión demasiada;
bierno actual se propone consa^frar la mas preero basta por el momento está cita y llamada
ferente atención á continuar, desenvolver y llela atención de nuestros lectores y del partido á
var á la práctica idea tan recta, en lo que al misque estamos afiliados. Vean este y todos cuanto
rao corresponda; restaurando así eficazmente,
hasta donde sea posible, las fuerzas elebtoráles' dicen esas esenciales disposiciones de la ley mendelpaís por el respeto á la ley escrita y á todos cionada, prepárense á cumplirlo y cúmplanlo en
los elementos de' derecho, de afccion y de propa- su día y hora, como deben hacerlo los partidos
serios y viriles.
ganda que la misina concede k loa ciudadanos.
Si así lo hacen. Dios se lo premie, y si no, se
De modo, que la ley por uHti parte y el go- lo demande.
bierno por otra; garantía son harto segura y bas- :
En el primer caso, habrán cumplido una oblitante del triunfo Üe la verdadera opinión y de la
gación con la patria y cdn su conciencia: en el
libre voluntad pública en los comicios, y cuanto
segundo, habrán faltado al deber mas sagrado
contra esto se diga será infundado, gratuito, ar- de los pueblos monárquico-constitucionales, y las
tificioso; ardid, en fin, suspicaz pero liviano y ri- consecuencias de su falta serán su mas rigoroso
dículo para encubrir la impotencia, la indisciplié ineludible castigo.
na, la desorganización ó la inercia de los parLos momentos son de lucha, y el que no lutidos.
cha aumenta las probabilidades de ser vencido; y
A todos ellos nos dirigimos: á todos ellos ex- , si fueran vencidas las ideas conservadoras, ¡qué
hortamos lealmebteá'la l u c h a : á todos ellosí IM- responsabilidad tan tremenda para los electores
mamtia al cunipUmiento dé íeste deber que la vida .que, habiendo podido salvarlo y ampararlo todo,
política y la salud de la patria imponen: á todos todo lo desamparan y lo arriesgan!
ellos requerimos y convocamos al campo en que ••
S0 riñen estas legales batallas con el denuedo'
MADRID COMO CENTRO INDUSTRIAL.
que inspiran las ideas y el brío que engendran
las convicciones: al campo llano, abierto y despejado en qoe combate el patriotismo honrado y
Nada era menos probable ni estaba menos
entusiasta y vence la extricta justicia: á todos previsto que el que la capital de España, cuya siellos advertimos que, si no acuden á lidiar como
tuación, por falta de vida propia, tanto se ha cenbuenos, faltarán a la patria, á sus partidos respec- surado, llegara á tener una vida independiente
de la que le prestahoy su calidad de residencia
tivos, á sí propios, y perderán todo derecho de
apelación y de queja; porque esa sería una abdi- de la corte de un país sometido á una cencación terminante y deliberada, y las abdicacio- tralización administrativa exagerada. Eso tan
E
SSCE
Coaauicadoi, á pr«(3to8 oonvenolonaiMi.
impensado, eso tan remoto, se presenta ya fá- Madrid, cuando se venzan las preocupaciones de
cil, y Madrid pudiera tomar y aun es proba- hoy, que harto van durando, necesitará 120 locomotoras de esa especie en sus calles, se vé de.sble que tome un cierto carácter industrial que
de luego vida á una fabricación semejante. El
lo trasforme por completo en su manera de ser
y que le dé buen derecho natural á ser la ca- alamTire para nuestra red telegráfica actual y .sus
adiciones casi sostendría por sí á una fábrica qiio
pital, ya que hasta ahora algo artiüc¡üí?ameupuede ser muy importante con la gran cantidad
te lo ha sido. Profetizar la epuca en que Maque haciéndolo barato puede consumir España
drid adquirirá el sello de centro de indu.strias es
para cerramiento de finca.s y oíros muchos UROS.
en extremo difícil, dependiendo on alto grado del
Los arados modernos que se usan ya en las disvaler y previsión de los gobiernos y autoridades
provinciales de los préximos años; pero tarea har- tintas provincias de España, no alimentarían á
ninguna fábrica provincial; pero los que comto mas fácil es presentar los puntos de apoyo de
pran todas las provincias reunidas, y que pueden
nuestras creencias.
ir desde Madrid, si se le unen los artículos conEn Puertollano, población á208 Itilómetros de
la coronada villa, no solo se ha descubierto car- géneres, como la fabricación de gradas, cultivabón de piedra, que ya esto sería mucho, sino que dores, etc., pronto darían pingües beneficios á
una fábrica montada para esa especialidad, porse ha encontrado uno de los depósitos hulleros
que la importación es muy costosa Ramo por sí
mas abundantes, mejor situados y mas fáciles de
formarán
las máquinas de segar y guadañar que
explotar entre los de Esjpaña, y acaso entre los
en una fábrica bien organizada imposibilitarían
de Europa, si se exceptúa la rica, pero un tanto
la importación; y mas difícil, aunque no menos
apartada cuenca de Asturias. Madrid es el punto
lucrativa, .será la con&trnccion con todos los red« importancia mas cercano de aquella cuenca (la
de Ciudad-Real), y teniendo presente que las in- quisitos del éxito de las máquinas de trillar. La
dustrias que no exigen el combustible ¿« situ, industria de la calderería y los depósitos de palastro, que probablemente exige ramo aparte,
buscau siempre las poblaciones mayores próxidebe
ser buena desde luego en Madrid .si .so hace
mas á él, casi puede asegurarse que, salva la
hierro
y acero en Puertollano; y en cuanto á la
metalurgia del plomo, del cobre, del hierro y del
acero en sus primeras operaciones para llegará fabricación del material móvil de ferro-carriles y
tramvías, aquí como en todas partes será una de
la materia tosca, todas las demás industrias de
fabricación y coustruc-cion, si no se las contra- las mas lucrativas y seguras desde que baja mercado, como lo hay ya.
ria, se implantarán de un modo tan natural en
Madrid y sus cercanías, que muchos errores es
Podríamos continuar, una á una, no saliemoa
menester que se sumen en la administración de
hasta dónde, si entráramos á enumerar todas las
la capital y la provincia para alejarlas.
industrias de segundo orden del hierro y acero
que admiten la especialidad en Madrid, y como
lía gran centro de consumo, y mas hallándoluego entran las dudosa.s, por ejemplo, la de
se interiorizado este país, es ya un aliciente para
tuberías y otra.s cuyo éxito está ligado á conorear industrias que satisfagan sus propias necesideraciones que no son de eate momento, m vé
sidades; y conocidamente sucede que, oreadas las
industrias con tal objeto, pronto se mejoran com- á primera vista que solo para las ya citadas se
necesitan algunos años antes de orear personal.
paradas con las de las pequefm.s comarcas, y de
aquí qu«, al agrandarse la zona de consumo de
Las fábricas que podrinn instalar.se para los
lo que en Madrid se produzca por su posición
alambiques y demá.s ramos del cobre, así como
céntrica con respecto al país, crecerá tanto, que
para el plomo, .son muchas, \m-o mas difíciles de
es bien poco aventurado prever que las fábricas
señalar.
mas extensas de todo lo que para el consumo naEn industrias que no seati metalúrgicas puecional se haga con elementos propios, tendrán en
de asimismo esperarse mucho, pero, aute todo y
Madrid grandes elementos de vitalidad vigorosa.
sobre todo, parece que ya, con combustible baraAg^réguese á esto que en nuestra época la in- to, se Vencerá esa incompren.s¡ble dificultad para
dustria no puede caminar ni por un momento di- que sea luorativa la producción de la sosa con loa
vorciada de la ciencia, y que como esnátural
sulfatoa de Ciempozuelos, y, una vez vencida^
que en los establecimientos centrales deense- Madrid será un gran centro de fabricación de ja»
uanza de las carreras técnicas sea donde se en- bon y de cristal.
cuentren los hombres ma» sabios ó ilustrados del
No vemofeá la capital gran porvenir como l'apaís, serán las industrias de la corte las que mas
iiricacion de tejidos; pero no Iremos de dejar de
puedan contar con elemento tan valioso, y por
decir por esto que cuando por las otras industrias
olio solo tienen las fábricas que aUi se establea86 desarrolle y cuando albergue un millón de hacan las mayores probabilidades de prosperar, una
bitantes, cifra harto probable si el gobierno no lo
vez que se hallen favorecidas por la abundancia
contraría y la Diputación provincial lo favorece,
de combustible y sus consecuencias^ La índole alguna fabricación de tejidos será tan natural,
de las industrias que en Madrid y sus cercanías
que oasi se puede contar con ella.
caben es tan varínda y pows h.omogéne»,ique casi
El poíveuir industrial de Madrid no está, sin
)uede decirse que habrá de todas menos de aque- embargo, tan directamente en manos del golas en que represente un papel muy importante
bierno Como en las de las compañías extranjealguna primera materia importable, y que por
ras, que poseen las minas de Puertollano y lo»
ello tenga situación mas propia en algún puerto
ferro-carriles de España; y es una triste verdafl,
ó que sea industria de exportación'.
que debe decirse al pais clara, que en njaciias
Las fundiciones de hierro con todos sus múl- cuestiones de altísimo interés econóir/ico naciotiples ramos de la construcción son ciertamente
nal, nuestra suerte se decide en paris, y con crilas que mas pronto tomarán vuelo, pues estas in- terio tan perfeetamente ee"C.lsta, si no hostil, codustrias, tanto mas lucrativas cuanto mas pue- mo en Londres se d.cóide de la de Turquía ó el
den dedicarse á especialidades, en ninguna
Egipto. Mucho es menester que prevean y sepan
parte pueden aspirar á encerrarse con éxito en
nuestros ministros de Fomento y de Hacienda
los estrechos limites de una especialidad como
del porvenir, si nos han de sacar' incólumes del
en Madrid, desde donde tendrán por mercado á
natural afán de lucro de las casas banqueras, que
toda España. Los ramos de la construcción ferrera
con sus ejórcito.s de capitalistas y su oficialidad
son tan infinitos, que no se vé hoy límite prác- de ingenieros y oficinistas, han sabido hacerse
tico al número de establecimientos que tendrían
mas arbitros de los destinos económicos de Esparazón de ser en la capital al contar con carbón
ña que el señor conde de Toreno ó el señor mareconómico. Una fábrica especial para prensas de
qués de Orovio. Un gran esfuerzo de inteligencia
uvas y de aóeites en Madrid, es indudable que
y trabajo necesita hacer España para sacudir el
haria mas aparatos al cabo del año que ninguna
yugo económico á que esta uncida, y quizás en
de Sevilla, de Valencia ó Barcelona, y por el he- el modo de jugar el lance de la cuenca de Puertocho de hacer mas, no se tardaría en descubrir
llano y en saber determinar que Madrid sea un
que las haría mas baratasy se convertiría en una
centro industrial, hay mas donde asirse para reverdadera especialidad con todas sus oirounstanconquistar la independencia económica de Espa¡ cias.
ña que en ninguna otra parte. Si nosotros fuéra!
Otro ramo bastante grande por sí seria una mos el señor conde de Toreno, haríamos en este
punto nuestro programa en esta ó íparecida forí fabricación de motores de ciertas dimensiones, y
ma: El carbón de Puertollano se venderá en las
' aunque somos poco aficionados á sacar á colación á París, no podemos menos de traer á nues- minas, antes de un año, á ocho pesetas tonelada
cuando mas; el trasporte de Puertollano á Madrid
tra imaginación la fábrica Ilermann La Chapelle
costaría ocho pesetas á lo sumo, y por tanto e.se
para darnos cuenta de cuánto mejor situada que
combustible se venderá en Madrid en wagones á
aquella estaría una fábrica en Madrid cuando se
16 pesetas ó menos. Ya sabemos que hay un saprodujera hierro en Puertollano.
crilegio
económico inmenso para los teóricos sa
Ramo aparte podría formarse también de las
locomotoras íle tramvías, y pensando que solo suponer que los gobernantes pueden ÍYiievvenir
f
SSE
—Pues bien, os diré que he estudiado el sistema fcocial: «Una familia sin mancilla no se alia á una faDia 13.
Poüetin de LA ÉPOCA,
Nám, 22.
de Darwin sobre la flliaeion de los seres, y he sacado milia manchada.> ¡Y era el hijo de Ooralia el que hade él conclusiones crueles, pero lógicas. El ilustro na- blaba asi!
turalista ha echado por el suelo á la ciencia, algo á a
—Oa doy gracia?, dijo 4 Daniel-. Iríerfied ¿ vos, me ,
manera de Cromwell, cuando puso el Parlamento á
hallo en paz con mi conciencia.
POR
la puerta. Ya sabéis que él dividió todo lo quo vive,
Separáronse ambos á la puerta delcapitan, y BruniMR. ALBERTO DELPIT.
hombre, animal ó planta, en dos grande.s familia»; la. quel se fué reflexionando sobre esa ley misteriosa que
de los vencidos y la de los vencedores.
hace pesar el crimen del culpable sobro la frente del ,
{Pobre Battien Sa franqueza, su lealtad, se coa*
Tal especie será vencida porque está desprovista de
inocente. En lo general era cierta, lil hijo de una famivertiau eu enemigos suyos. Atogabatn contra «nja y
medios de defensa; tal otra será vencedora porque eslia ilustte ó simplemente honorable tiene abiertos lona carácter recto apróbíLlia déimténíano la condacta de
tá constituida para triunfar. La una, débil en su orí- dos los caminos; no encuentramas que protectores ó
I^ftmiqftél. Este eedólia da haber tendido ese lazo al
gen, ha trasmitido su debilidad á los descendientes; la
amigos. La sociedad cree fácilmente eu la trasmisión
joven, y sin embargo, no hacia mas que repetir lo que
otra, fuerte, ha trasmitido su fuerza. ¿No vemos acaso
del talento y de las virtudes. Como decia Daniel, la noRe habia dicho ya ¿1 mismo.
que los animales heredan unos de otros sus cualidades
bleza hereditaria ;io se exphcaria de otra manera. Del
ó sus vicios? El cachorro de la hiena será fatalmente mismo modo el hijo de un criminal, de un ladrón tro—Bajo el punto de vista general; estáis «n lo cierto,
cobarde; el leoncillo será fatalmente valiente. Oreo,
mi querido capitán. ¿Berá lo mismo bajo el punto de
pieza siempre con obstáculos que se renuevan sin cepor mi parte, que lo que la ciencia ha reconocido como
vista particular en qno yo mo coloco? Esos dos jóvenes
sar. ¡Preocupaciones! dicen algunos. Bruniquel se preexacto bajo el punto de vista físico, lo es igualmente
«8 ámail, y Ved ahf dos corazones destrozados por mi
guntaba si las preocupaciones no serian otra cosa que
bajo el punto de vista moral. Se hereda, no solo la beculpa.
verdades oscurecidas que subsisten en estado vago en
lleza ó la fealdad de las formas, sino también las virel alma de los pueblos. Esa conversación con Daniel
—Si su amor es profundo é inmutable, su separatudes y los vicios. Hay muchas probabilidades deque
dispertaba en él reflexiones inesperadas. En eí caso es*''*^^^^fíf'"'*W pttíuií-tiéBkpO. POdeio tenor tranquila
el hijo de un hombre de bien sea un hombre honrado,
pecial que le preocupaba no vacilaba ya. Enteraría,
la con'cidñcik. Sü'eeüá lo'qtto quiera, nada tiene de que
y de que el hijo de un tunapte sea un bribón. El prinreconvenirse el que ha obedecido á su conciencia.
4 Godefroy en aquel mismo dia, pera si consideraba la
cipio hereditario de la nobleza,no tiene otro fundacuestión de mas alto, medía la crueldad irónica déla
—Confesareis al menos, que es muy doloroso hamento, y hasta en nuestra clase media contemporánea,
vida. ¡El hijo de Coraba arrastrado por sus estudios,
cer recaer sobro un hombre Uonraiioel peso déla falta
en la que la idea de lionorabiHdad ha reemplazado á la
por sus creencias filosóficas, á excluirse de la virtud y
comiítitla por BU pit()re.
de nobleza, casi,nunca .veréis que una familia sin mandel honor! El anticuario desharía el casamiento y no
Daniel se sonrió. A Brnniquel, intorrogAndohjJsocilla se alie ú una familia.manchada. Esto es injusto,
habría mas que hablar. Daniel ignoraría siempre, por
bre una circunstancia de su vida, le habia contestado
^8 irritante, convengo en ello; pero no negareis su
fortuna,quién era su loadfe^oon sus ideas sufriria'horcomo creia deber hacerlo, U cueotion cambiaba ahora
evidencia. Veo que mí teoría os sorprende; no le deis
riblemente. Además, ¿no^ra él mismo la condenación
de terreno.
otra importancia que la de una fantasíaflloBÓflcaori- , viviente de esas ideas? Todo el mundo le estimaba; su
—Observad, reposo, qne solo me habíais pedido mi
ginal.
; reputación era inmaoulaáa; era generoso, delicado,
opinión sobre un caso especial,, y,os, he dicho con toda
expansivo, bueno, amante. Coraba, una mujer perdilealtad lo que pensaba. Ahora 1» conversación cambia
Bruniquel no estaba solamente sorprendido: Dada, habia dado 6 luz un hijo digno de pertenecer á una
de giro, y os lamáis en la,ga;Mt,t«<»í* do la r^ponsaniel le coninoyiá^Íprofunda|aeate, No hablaba una pafamilia ilustre por una larga tradición de honor. Verbfiidad. Permitidmo qao gm«de.4sU«Msio, porque solabra que ño fuera su propia condenación. ¿I noble
dad es que podia haber heredado las virtudes del pabro ése ptinto tengo Idea» tan ospeoiok», que os pare- caballero no estaba,bastante versado en la historia nadre; pero Bruniquel no era hombre para entregarse
eorian bastante paradóglcas.
. tural para conocer bien á.foBdp las teorías de barwin,
largo
tiempo á reflexiones de, un ó?:dea,t^n especula—No tal, replicó con viveza Bjraaiqusl. Doy la mani pensaba mas en seguir al capitán en ese extraño
tivo.
j a r ImpibHílneía á conocer vaentra opinión,por com- ' terreno de la filiaci^a de loa séref. Lo único que sacapletó.
ba do esa conversapion er<i4^ cp^sfocueacia, ínimaíia
Tepia un deber que .cumplir, segimla^propia ejcpre-
LAJtEüBNtlTON DE LA. COLPA
hQ» aauMio» d« Mtdm M KdaitM 11 n*, • y «rmafi luk««
«n Iw ofleinu d« LM •pMU»,oitlo <!« ] • Ut^rttd, 11
*•I « •f iDttma,
loi d« ProvinsiM «nyiaitda ilbmnxM >1 AdtotutvIAular.
POLÍTICO.
ó inñuir en tales cuestiones; pero nuestra
respuesta es terminante y clara; es el único correctivo que pueden tener otros errores infinitamente mayores cometido.s ya, y que no ea pertinente e,speeiflcar en e.ste momento.
|
...^.
,
SRRVICIOS MiÍ^ICrP\LKS
Puesto que la capital de España entra re-sueítamente en la vía de loa progreaos inaterialei y
se emprenden con actividad y energía granaos
obras de salubridad y ornato, no será iuconvoniente poner de manifiesto algunas mejoras qu«
.son neoesariag, y que urge emprender cuanto
antes, no sea que el desarrollo de la edificacioo
las hagan mas adelante imposibles ó de enorme
costo. Mas de una vez ha tenido la fortnca
LA ÉPOCA, de insertar algunas observacvoues
sobro reformas municipales, y sin exap-tíracion
de amor propio, hade sernos licito afia'áir que en
Blgiina ocasión han .sido atendidas, 'áebiéndo.'je á
ella.s la mejora de algún servie/,o. Estohttooel
elogio de nuestro municipio, quo escucha las observaciones fundadas, y pore.% nos permitimüa
citarlo,
.
Ante todo, sea líci+'orecordar que, no .solo me.
recen atención lo'^ progresos materiales, sino que
los interese.» morales deben ser al par atendidos:
no so f3 ue pan vive el hombre ni forman e^ciclo
coxipleto de su desarrollo los adelantos y perfecciones de la materia. A.simismo, no solo hay quí»
atender en una población á que haya calles anchurosas, grandes parques y bollos paseos: el
municipio debe cuidar también de que loa intereses del espíritu se desarrollen y extiendan, y entía
ellos, ningunfi.s mas esenciales que los religio.'j'¿>í.
Harto decaído anda este sentimiento, y por demás aíanada.s nuestras generaciones por los goces del lujo y los explondores de la materia, para
que no sea conveniente prestar á aquello» al
mayor apoyo.
Pues bien: la necesidad de templos so '^ot»
hoy en Madrid de una manera imperiosa Cuándo por viejos, cuándo por necesidades doalineacion y ensanche, cuándo, en fin, •r;of motiyos Ó
pasiones políticas, ,se han derrib':,clc) en grak número espaciosas iglesiiis, coir.tíidiendo esa disminución de locales dedicados a 1 culto católico WM
el notable y creciente 'aumento que ha tenido y
tiene el vecindario, ^je ahí que sean insuflcientoi
loa que lioy^ qued.ftn, y que haya "grandes zoiiái
de la capital qi^e no cuenten ni con una modesta
capilla en o;,ie a.sistir al Santo Sacrificio de la Misa, y que en las demás iglesias sea tal la aglomft-raciou de gente, que hacen imposible, no ya la
devoción, pero ni siquiera la debida compoitura.
Verdades que en esto, como siempre que «o
siente una necesidad verdadera, surgen de BUS
mismas exigencias los medj.os de safisfeóeria; y
que consecuencia de asía ley constante, la Iniciativa pírtioiilar ha sacudido en alguna medida
á re,iiiediarla. A ell'd sé deben l a iglesia de Tatúan, la de la Ptosperidad, la rt« las Peñuelas, la
capilla de San Andrés de los Flathoncos en el barrio de Salamanca y la del convento de las Vallécas en la calle de Isabel la Católica. Paro esto no
basta; porque si hay iglesias tan bellas como la
de las Peñuelas, otros locales son reducidos y
mezquinos, y no queda satisfecho el decoro ni
cumplida la misión del Ayuntamiento de Madrid
con que fundaciones privadas ó ipteresea particulares sean los únicos que hagan algo en «tt«
punto.
Ahora se presenta una ocasión de suplir esta
falta. Van á ser puestos en venta en un plazo
mas ó menos próximo el solar de ¡la que fué iglesia de Santo Tomás y el edificio que ocupa el
f?upremo Tribunal de Guerra y Marina^ ¿Seria,
por ventura, tan difícil re.servar una parte da
esos inmensos solares para la construcción de u n
templo? í,Por qué no reedificar el hermoso templo de Santo Tomás? No pretendemos que tenga
las vastas proporciones del derruido: con que fiíese de extensión mas reducida, bastaría á cumplir
su objeto; y quedaría siempre ba.stante terrona
utilizable para la venta, no causándose por lo
tanto grave perjuicio áloa intereses públicos, que
de e.sa enagenaoion esperan, y con motivo, sacar
considerable» rendimientca.
Y ya que de iglesias nos ocupamos, hemos de
insistir desnne-s de lo dicho en otro artículo que
insertó L \ ÉPOCA, en llamar la atención del Ayimtiiniento sobre dos templos, únicos que exiiJteá
con carácter parroquial en dos grandes centro*
de población, ó sean el del barrio de Salamanca
*-=
sion de Da;:-,e"j, y eso era lo que veía mas claro. A pe- ortcio. Encima del despacho, en el piso priBcipal, es<»ba
**?.;:.¿el sol ardiente que lanzaba sobre el Buelo sus ra- la habitación particular do Mr. Bonehamp; una «habiyos implacableís, se pa.so á dar paseos por la calle de las
tación de provincia,» con lo cual está, hecha su descripacacias, preguntindose cómo abordaría aquel asunto
ción. El notario estaba durmiendo la siesta cuando lo
de conversación. Es difícil ir á casa de uno y decirle:
anunciaron la visita de Mr. de Bruniquel, y el hombro *
«¿Sabéis, caballero, quo vuestro futuro yerno es hijo d«
repitió dos veces el nombre del visitante, reatrogindoao
una bribona?» Bruniquel se convencía mas y mas de
los ojos. En tantos aiíos,'era aquella la primera vez quo
que nada hay mas complicado que meterse en los asiin- el noble caballero se presentaba en su caaa. Bolita
tod de los demás. Al pronto le pareció e.«;o muy sencillo;
verse por término medio seis veee» por semana en cae»
pero cuando so reflexiona, m llega casi é la conclusión
de Godefroy, y con eso se daban ambos por coade qne los egoistas! no dejan de tener razón.
tentos.
'
—Espero, dijo tendiéndole la mano, que ueoosita—Por mi vida, tanto peor, pflnsó; mi conciencia e.sroia del notario, no del hombre. ¿Tendríais acaüo intá tranquila, graciaH á ese pobre Daniel; ya me he ocupado bastante de mí. Tómelo á mal, .si quiere, (ín- tención de haceros propietario en Montauban?
Leyó en el semblante de Bruniquel una resolución
defroy.
iirmemente adoptada, y comprendió con su oWato da
Bruniquel se detuvo. Verdaderamente era quisquilo» hombres y de las cosas, que el motivo de la visita
llosa su conciencia. Cierto es que Daniel le dictaba PU
conducta; pero ¿estaba él seguro de no sacar provecho era importante. Dej4 oir por áos ó tres veces un ¡jum!
¡jum! y luego, indicándole un sillón,
de todo eso? Poco á poco iba volviendo á sus primeros
—Principiad por tomar asiento, le dijo, porque,si no
cálculos. Roto el matrimonio, habría de seguirse fatalme equivoco, nuestra conversación tiene traKas de ser
mente un escándalo, y se tendrían por muy dichosos
larga. No osVxtrañe mi perftpieaeia: es hábito de noen encontrar áél, á Bruniquel, 4 punto para casarse
tario.
con una heredera comprometida. Pues bien, no; no
—Habéis acertado, querido seSor, y vuestra pera»
quería tener nada que echarse en cara. Desde aquel
picacia, como decís, me abre el camino para abordar el
momento abdicaba todos sus derechos á la mano de
delicado asunto que ma trae á veros. Se trata del maEdith. Se ausentaría después de haber cumplido su
triste deber, y de ese modo no tendría su conciencia el trimonio de la seiorita Godefroy. Ante todo una progunta. ¿saboia que amo á laseRorila Edithl
m~enor derecho para murmurar. Faltaba la manera de
Mr. Bonehamp se sonrió: la sonrisa eamiicbaav»entablar la conversación con Godefroy. Bruniquel se
oes una respuesta. Bruniquel lo comprendió y condio una palmada en la frente. Podía decírselo todo á
tinuó:
•Bonchamp.I¿Oómo no habia caldo en eso? ¡Una cosa
-Espero que me conoceréis lo bastante para concetan sencilla!
derme vuestra estimación, ya que no sea vuestra amisEl notario vivía ,en el centro déla ciudad, donde
tad, y que mo supondréis, por lo tanto, incapaz de todo
ocupaba una antigua casa. En el piso bajo tenía su
lo que pueda a(?e»ej«r»e á una Insinuación. Ma apr«despacho con tres piezas lóbregas, muy altas de techo
suro á deolararofl qjie al resolverme i dar oste paso,
y'ooft ventanas provistas de enverjados, tras do loa
abdico toda pretensión á la mano de la seiíorita Godocuales se distinguían las caras macilentas y aburridas froj.. Los hombres como yo solo pueden advertir, nuB«
délos dependientes. El uno, con la plumf^ BQ^IO la ca deaunclar. Vuestra ahijada no pafdo oasaote coa «1
oreia, oompulsalba.un .ejtpediente; e\ oti;o esQribi* ¿0° capitán Daniel.
'e^aatWion purapente maquinal que ef prw»* <J"
[S* ctatinmré.')
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