CONTENIDO • • • • • • • • • PRESENTACIÓN INTRODUCCIÓN SIGLAS QUÉ SON LAS PEQUEÑAS COMUNIDADES PARROQUIALES PERFIL DE SERVIDOR DE LAS PCP EL PÁRROCO, PRINCIPAL SERVIDOR DE LA PCP METODOLOGÍA DE LOS ENCUENTROS GUIA PARA DESARROLLAR UN ENCUENTRO SIGLAS DOS ENCUENTROS PRELIMINARES 1: En busca de la luz 2: Cristo vive ¡volvamos a Él! Retiro espiritual y CELEBRACIÓN de la inscripción del nombre PRIMERA ETAPA: ENCUENTRO CON EL PLAN DE DIOS: LAS GRANDES EXPERIENCIAS BÍBLICAS (ENCUENTRO 3 AL 11) 3. Vivamos en alianza con el Señor (La Alianza) 4. La verdadera liberación (El Éxodo) 5. El desierto, camino de liberación (el desierto) 6. Con Cristo vencemos las tentaciones 7. Cristo está en los pobres 8. Cristo está en los que llevan su palabra (profetas) 9. Cristo está en el justo perseguido (el Siervo de Yahvé) 10. Cristo está en medio de los que se reúnen (La Iglesia) 11. La alegría que nadie nos puede quitar (El Reino) - Retiro espiritual y CELEBRACIÓN de la entrega de las Sagradas Escrituras - Evaluación general de la primera etapa y paso a la segunda SEGUNDA ETAPA: ENCUENTRO CON JESUCRISTO: EL VERDADERO Y ÚNICO MAESTRO (ENCUENTRO 12 AL 21) 12. Nos encontramos con Dios en Cristo 13. Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre 14. Nacido de una mujer 15. Vida oculta de Jesús ENCUENTRO CELEBRATIVO-FRATERNO DE TODAS LAS COMUNIDADES PARROQUIALES 16. Bautismo, vocación y misión 17. ¿Quién es Jesús? 18. Una muerte con sentido 19. Muéstranos al Padre 20. La hora del Espíritu 21. Dios es comunidad de amor Retiro espiritual y CELEBRACIÓN: entrega del símbolo (El Credo) Evaluación general de la segunda etapa y paso a la tercera (servidores) TERCERA ETAPA: ENCUENTRO CON EL HOMBRE NUEVO: EL PECADO DEL HOMBRE Y LA SALVACIÓN DE DIOS (ENCUENTROS 22 AL 41) 22. Del hombre viejo al hombre nuevo 23. Convencidos por el Espíritu 24. Cristo es nuestro salvador 25. El verdadero amor según el evangelio 26. El trabajo nos dignifica 27. La autoridad como servicio 28. Adorar en Espíritu y en verdad 29. Lo cristiano de nuestras relaciones 30. Compartir nos hace ricos ENCUENTRO CELEBRATIVO – FRATERNO DE TODAS LAS COMUNIDADES PARROQUIALES 31. “Hasta setenta veces siete” 32. Dignidad y derechos del hombre 33. La situación puede cambiar 34. El hombre nuevo, configurado en Cristo 35. De la ley al Evangelio 36. Amar a Dios con todo el corazón 37. Mi padre, mi madre y mis hermanos 38. Amen a sus enemigos y oren por los que persiguen 39. Por la fidelidad del corazón 40. ¿Servir a Dios o al dinero? 41. Caminar en la verdad Retiro espiritual y CELEBRACIÓN del sacramento de la Reconciliación Evaluación general de la tercera etapa y paso a la cuarta (servidores) PRESENTACIÓN Presento con inmenso gozo a todos los fieles de nuestra Iglesia particular de Zipaquirá el texto de catequesis “Crezcamos juntos en la fe de la Iglesia” para la formación cristiana de jóvenes, adultos y mayores a realizar en las pequeñas comunidades cristianas en la parroquia. Se trata de un texto que viene a responder a una necesidad urgente, importante y esencial cual es la de la formación cristina de la fe y de la vida para todo discípulo de Cristo y de la Iglesia. Es un hecho incuestionable el de la ignorancia religiosa de los cristianos. La formación cómo se hacía hace unas décadas ya no se da por diferentes razones y circunstancias; por eso, este texto ofrece una formación nueva y adecuada a la vida de los bautizados. Todo discípulo de Cristo para ser misionero también está llamado a dar razón de la esperanza que lo anima según I Pedro: “dar razón significa haber dado respuesta a las preguntas ¿Qué creo?, ¿Para qué creo?, ¿Cómo creo?, puesto que somos seres inteligentes creados así por Dios”. La formación cristiana es un deber que los pastores han de brindar, un deber de cada uno y un derecho a recibirlo; por eso, nuestra Iglesia Diocesana quiere responder a esta tarea de primer orden que le corresponde. El presente camino de formación está dirigido de manera particular para que sea desarrollado en las pequeñas comunidades cristianas que Crezcamos juntos en la fe de la Iglesia han de surgir de la visita domiciliaria de la Misión Parroquial Familiar y de los Encuentros Kerigmáticos posteriores. Han de adquirirla tanto los encargados de cada pequeña comunidad de orientar las sesiones, como también los participantes para un mejor aprovechamiento. El proceso de formación cristiana que aquí se propone es un excelente y útil medio para ir haciendo realidad nuestro Plan de Renovación Parroquial –P.R.P.- en su gran programa de Iniciación Cristiana que quiere llegar a todos los bautizados, especialmente a los que se han alejado de Dios. Agradezco especialmente a los que hicieron posible esta guía, fruto de un gran amor por nuestra Iglesia y de un trabajo consagrado lleno de sabiduría y experiencia en la evangelización. + HÉCTOR CUBILLOS PEÑA Obispo de Zipaquirá Zipaquirá, Enero de 2012 INTRODUCCIÓN Con el compromiso de cumplir el mandato del Señor de hacer discípulos misioneros y la esperanza de renovar la vida y la pastoral parroquial emprendida con el plan quinquenal de pastoral, nuestra diócesis viene realizando la misión parroquial familiar en cada una de las parroquias, con la cual también nos unimos a la misión continental (Ver PQ 134-135). Una de las gracias de esta experiencia misionera es el nacimiento de pequeñas comunidades que buscan crecer en la vida de la Iglesia como discípulos en torno a la Palabra, la Eucaristía y la caridad. Pensando en ellos y además con el anhelo de iniciar un verdadero itinerario catecumenal de adultos, que ayude a fundamentar su fe, y a crecer como discípulos misioneros corresponsables del anuncio del evangelio y una renovada conciencia de parroquia, la diócesis ofrece este nuevo itinerario catequético para adultos denominado: CREZCAMOS JUNTOS EN LA FE DE LA IGLESIA (Ver PQ 144 y 150). Estamos convencidos que son muchas las personas que pueden encontrar, si se les ofrece de manera cercana y creíble, el interés por una fe católica que les ayude a vivir y superar las difíciles situaciones que a diario tiene que afrontar. Esto constituye un verdadero desafío a la comunidad cristiana, pues la reta a no contentarse con una catequesis que tiene a los niños como únicos destinatarios, sino a ser capaz de dedicar los mejores esfuerzos para que los que quieren recuperar la fe encuentren el camino para poder hacerlo. Las catequesis propuestas vienen desarrolladas con base en unos núcleos temáticos que se inspiran en la invitación que nos presenta el documento de Aparecida a ser misioneros con la alegría de la fe para proclamar el evangelio de Jesucristo y en él, la buena nueva de la dignidad humana, de la vida, de la familia, del trabajo, de la ciencia y de la solidaridad con la creación (DA 104-125). Estos anuncios tienen como objetivo ayudarnos a conocer, profundizar y vivir como discípulos las verdades centrales de nuestra fe católica. Anotamos que son encuentros catequísticos, no son encuentros de reflexión bíblica con el método de la lectio divina, por eso los textos bíblicos no siguen la liturgia dominical, sino el tema a tratar. Es necesario tener en cuenta que al proponer un itinerario, conviene centrar siempre la catequesis en el mensaje y en las personas. Dar importancia a sus necesidades reales, fomentar la experiencia de la fe vivida en pequeñas comunidades, que se conocen, se ayudan, se aman. Celebrar los aniversarios de matrimonio, los cumpleaños, diferentes ágapes, los acontecimientos humanos. Realizar otras actividades siempre de común acuerdo, por ejemplo: paseos, caminatas, peregrinaciones, y todo aquello que son aspectos constitutivos de la vida de una comunidad cristiana. Los recursos, los lugares, las celebraciones, los responsables, los días, las horas de los encuentros y otros detalles han de ser fijados por los animadores de cada itinerario para poder ponerlos a consideración de los miembros de la pequeña comunidad. Las seis etapas del presente itinerario catequético, tipificadas como “encuentros” giran en los siguientes ejes temáticos: • • • • El plan de Dios revelado a lo largo de la historia. La verdad sobre Jesucristo, la Iglesia y la familia. El misterio del pecado y la salvación en Jesucristo. La misión de los discípulos al servicio de la vida y la dignidad humana. El itinerario comienza con un ANUNCIO MISIONERO donde tiene lugar la comunicación de la primera experiencia de fe en orden a la conversión. Se trata ante todo de una primera comunicación existencial viva, es el poder del testimonio (Temas 1-2), concluyen con un retiro espiritual, la celebración de la inscripción del nombre y el paso a la primera etapa. Finalizada la breve fase del primer anuncio (puesto que este itinerario está pensado para las pequeñas comunidad parroquiales surgidas de la MPF), comienza la INICIACIÓN O REINICIACIÓN CRISTIANA en 6 etapas con los encuentros basados en las realidades fundamentales de la fe. LA PRIMERA EPATA: es la iniciación en las grandes experiencias Bíblicas, cuyo objetivo es ir al encuentro de Cristo por los caminos de Dios. Estas experiencias preparan hoy también los caminos del Señor y conducen al encuentro con Él (temas 3-11), que concluyen con un retiro espiritual, la celebración de la entrega de las sagradas escrituras y el paso a la segunda etapa. LA SEGUNDA ETAPA es la iniciación (o reiniciación) en la experiencia cristiana de la fe, en relación al encuentro con Jesucristo. En esta experiencia nos abrimos a su misterio expresión del rostro amoroso del Padre y a la profesión viva de la fe como aconteció en los momentos centrales de la vida apostólica (Temas 12-21), se culmina con un retiro espiritual y la celebración: entrega del símbolo de la fe (el credo). En esta segunda etapa conviene realizar un encuentro celebrativo y fraternal de todas las pequeñas comunidades de la parroquia, apenas realizado el encuentro No. 15, con el propósito de valorar el esfuerzo de crecimiento en la fe y de compromiso de quienes han perseverado hasta este momento y el paso a la tercera etapa. LA TERCERA ETAPA, nos conduce a reconocernos pecadores y a vivir la transformación o recreación por la fe en Jesucristo, el hombre nuevo. Configurarnos con Jesucristo constituye la más grande decisión de nuestra vida. (PQ 72,78.85), (temas 22-41), que culmina con un retiro espiritual y la celebración penitencial o sacramento de la reconciliación. En esta tercera etapa conviene realizar un encuentro celebrativo y fraternal de todas las pequeñas comunidades de la parroquia, (apenas realizado el encuentro No. 30) con el propósito de compartir el crecimiento en la fe y el compromiso de quienes han perseverado hasta este momento y el paso a la cuarta etapa. LA CUARTA ETAPA, desarrolla “el encuentro con la comunidad”. Los discípulos de Jesús están llamados a vivir la comunión trinitaria, fuente, modelo y meta de la vida de la Iglesia, cuya misión central es construir el Reino de Dios a través de la evangelización (DA 154 ss) (Temas 42-51), termina con una convivencia fraterna y el paso a la quinta etapa. LA QUINTA ETAPA, desarrolla el encuentro con la Iglesia doméstica. Aquí nos motivamos para valorar y reconocer la familia como primera escuela de la fe y lugar fundamental de la formación de los discípulos misioneros de Jesucristo y de la Iglesia (PQ 235 ss) (Temas 52-60), esta etapa concluye con un retiro espiritual, la celebración de renovación de los compromisos matrimoniales o familiares y el paso a la sexta etapa. LA SEXTA ETAPA desarrolla el encuentro con “El cielo nuevo y la tierra nueva”. Jesucristo, en quien Dios ha renovado todas las cosas, nos invita a construir como discípulos suyos un nuevo orden con la fe viva y comprometida en los valores del Reino. Su victoria sobre la muerte y el pecado que celebramos en los sacramentos son el fundamento de nuestra esperanza que nos mantiene enamorados de las promesas de Dios (DA Mensaje final, 2). (Temas 61 - 83). Que culmina con una GRAN CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA DE TODAS LAS PEQUEÑAS COMUNIDADES EN LA PARROQUIA. En esta sexta etapa conviene realizar dos encuentros celebrativos o fraternales de todas las pequeñas comunidades de la parroquia, apenas realizados los encuentros No. 67 y 75), con el propósito de valorar el esfuerzo de crecimiento en la fe y de compromiso de quienes han perseverado hasta este momento y que seguramente culminarán el proceso. Al terminar cada etapa sugerinos motivar unos comentarios evaluativos por parte de todos los que participaron en los encuentros, con el fin de corregir aquellas cosas a que haya lugar e incrementar las cosas positivas que ayudan al crecimiento en la fe de la pequeña comunidad. Otro tipo de evaluación es el que proponemos con algunas pistas, y que se debe hacer por parte del párroco con el equipo de animadores. En este primer volumen se encuentran las tres primeras etapas del itinerario programado. QUÉ SON LAS PEQUEÑAS COMUNIDADES PARROQUIALES (PCP) Son las células surgidas como frutos de la MPF que se realiza en cada una de las parroquias de la Diócesis. Estas pequeñas comunidades parroquiales pretender crecer y madurar en su fe cristiana y en su amor a la Iglesia, adquiriendo un compromiso afectivo y efectivo con ella. Sus miembros han participado activamente en los 10 encuentros evangelizadores y en las tres celebraciones desarrolladas en la etapa anterior, es decir, en la MPF. Las PCP conforman la gran comunidad parroquial, pues La parroquia es comunidad de comunidades, célula viva de la Iglesia que, como la diócesis, es llamada a ser casa y escuela de comunión: «Espacio de la iniciación cristiana, de la educación y celebración de la fe, abierta a la diversidad de carismas, servicios y ministerios, organizada de modo comunitario y responsable, integradora de los movimientos de apostolado» (Cf. DA 170). A las parroquias se les pide reformular sus estructuras, para que sea una «red de comunidades y grupos» de discípulos misioneros, dejando atrás la imagen de la parroquia «agencia de servicios religiosos» (Cf. DA 172). Puesto que se reconoce que es inmenso el número de alejados, a las parroquias se les pide que sean «misioneras» convocando y formando, para ello, a sus laicos (Cf. DA 173-174). Central para todas las comunidades será la celebración de la Eucaristía, verdadera escuela de vida cristiana; sin descuidar, por supuesto, los otros sacramentos, que serán celebrados en la alegría del Señor (Cf. DA 175). Las PCP dentro de la parroquia, buscan identificarse con las primeras comunidades cristianas, siguiendo sus huellas “San Lucas en el texto “Hechos 2,42-47” nos presenta brevemente la vida interna de la primera comunidad de Jerusalén como efecto inmediato del don del Espíritu. El escritor sagrado describe las actitudes y prácticas que expresan y mantienen esa vida, las cuales han de estar presentes en toda parroquia: La escucha asidua de las enseñanzas de los apóstoles, ▪ La «fracción del pan» y la oración, ▪ La participación en la vida comunitaria ▪ La experiencia de la comunión de bienes” (PQ 129) ▪ A las PCP se les puede aplicar las palabras de Pablo VI en Evangelii Nuntiandi cuando se refiere a las comunidades eclesiales de base: “surgen y se desarrollan en el interior de la Iglesia, permaneciendo solidarias con su vida, alimentadas con sus enseñanzas, unidas a sus pastores. Nacen de la necesidad de vivir todavía con más intensidad la vida de la Iglesia o del deseo de una dimensión más humana que difícilmente pueden ofrecer la comunidad eclesial, sobre todo en las grandes ciudades contemporáneas que favorecen el anonimato y la masificación… Se quieren reunir para escuchar la Palabra de Dios, para los sacramentos, el ágape fraternal de las personas que la vida misma encuentra ya unidas en la lucha por la justicia, la ayuda fraterna a los pobres, la promoción humana” (EN 58).