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Cimentando la Existencia en la Luz, la Vida y el Amor
-Nuestro Ideal RosacruzPor Pablo C. Delgado Guerra F.R.C.
Los Rosacruces, utilizamos el circulo para representar el universo, el ser
supremo “Dios”, que es la esencia de la realidad absoluta, de ahí todo lo existente, que
no existe por su propia realidad, sino en la de Dios, por lo tanto, todo lo que
percibimos y aun lo que no, es una extensión de la energía divina manifestada de su
esencia. Para conocer la naturaleza divina, habría que ser como Dios. Sin embargo,
podemos buscar entender esa naturaleza por medio de sus manifestaciones, es así que
como principios fundamentales, la tradición rosacruz habla de La Luz, La Vida y El
Amor como cualidades del Ser Cósmico, es así como podemos experimentar y
comprender lo que cada quien llama el Dios de su corazón y de su comprensión, pues
la divina esencia, la verdadera deidad, no puede ser revelada en su estado verdadero.
Sería incomprensible para nosotros.
Por lo anterior, parece absurdo tratar de establecer si hubo un motivo para la
manifestación del universo. Al respecto, nuestro anterior Imperator, Fr. Ralph M.
Lewis escribió, que “El Ser es un estado que tiene su origen en sí mismo y no reconoce
causa, uno que es autosuficiente y sin forma. La Mente Universal penetra todo y su
Conciencia es la sensitividad de su propia naturaleza, funcionando no por un propósito,
sino por la necesidad de lo que es”.
Sin embargo, somos nosotros quienes debemos relacionar con un propósito,
-con un ideal- los principios anteriormente mencionados. Podríamos considerar que
la voluntad divina es inherente a las manifestaciones de sus atributos que podemos
conocer, experimentar y comprender para así conocer la realidad divina, realizar la
experiencia del amor y acceder a la iluminación, pues el propósito de la existencia del
ser humano es reflejar esa imagen, proveniente de su interior.
La Luz, La Vida y El Amor cada uno en si mismo, son lenguajes divinos que
buscan transmitirnos la verdad de la unidad. Así podríamos considerar que de la Luz
emanó Todo, la Vida conjuntaría a la Luz y el Amor, para que puedan ser accesibles a
nuestra comprensión y finalmente el Amor sería el mediador entre la Vida y la Luz. El
ser humano, como expresión de la voluntad divina debe poseer dichos atributos y es
su obligación externarlos. Al buscar manifestar los atributos divinos, acercaría su
inteligencia a la Omnisciencia, la Inteligencia Divina, siendo Luz; también acercaría su
vida a la Energía Divina, la Omnipotencia, la Vida Divina, siendo Vida; y acercaría su
amor a la armoniosa Unidad Divina, a la Omnipresencia, el Amor Divino,
convirtiéndose en Amor.
¿Cómo alcanzar dicho propósito? A través de la vivencia mística, durante la cual
uno percibe, alcanzando un conocimiento trascendental, la Fuente de toda Existencia y
por tanto la causa primera por lo cual todo fue manifestado. Al entrar en contacto con
la Luz, el pensamiento resultará iluminado. De la Luz, debemos alcanzar Sabiduría que
es el conocimiento profundo en el arte de la vida: vida, silencio y recogimiento.
Consecuentemente nos ligaremos con la Vida, expandiremos y alcanzaremos un
mayor grado de Consciencia y Comprensión del ser esencial manifestándose. Así nos
fusionaremos con el Amor, manifestaremos devoción, dedicación y servicio. Del Amor,
debemos alcanzar Compasión, entendiendo esta no como conmiseración y lástima,
sino como el compartir y participar de los tropiezos materiales, personales y
espirituales que aquejan a los demás, con el interés y la decisión de emprender
acciones que les faciliten y ayuden a superar las condiciones adversas, la compasión,
en ese sentido es lo que nos hace comprender, identificarnos y manifestarnos en
actitud de servicio, siendo éste, piedra angular en el trabajo Rosacruz.
La figura de abajo representa el logro de lo que podemos alcanzar por
medio de nuestras experiencias místicas, al fundamentar nuestra vida –
representada por la figura del hombre- en los atributos de la divinidad, -las tres esferas
de la Luz, La Vida y El Amor-, que reflejen, por medio de las virtudes cardinales en
nuestro actuar -las cuatro esferas, justicia, prudencia, temperancia y fortalezapudiendo establecer firmemente nuestra vida terrenal,
-representada por el
cuadrado, la base solida y estable para la permanencia de la verdad y el conocimiento,
que encierra el círculo, simbolizando éste el universo inmediato del hombre-, y
rodeado por la paz profunda. La manifestación de la rosacruz en el centro del cuerpo,
sería la concreción de nuestro Ideal Rosacruz.
La rosa equivale a la Luz, la cruz a la Vida y el aroma de la rosa al Amor.
Así, desde la Luz Mayor, origen de donde todo, -que fue manifestado por la
voluntad divina y expresada a través de la Luz, la Vida y el Amor-, fue emanado,
viajando simbólicamente a través de los vértices de este sagrado triangulo, podremos
reintegrarnos a ella. Vivamos nuestro Ideal Rosacruz, encarnándolo, para gloria de
Dios, su reino y en beneficio de todos los seres, pues en su complacencia nos otorgo su
reino. Seamos uno con nuestro amado padre y disfrutemos nuestra herencia.
Desde el centro de donde tuvo origen el universo manifestado, todo fue creado por y
para nosotros por esa parte divina, que permanece oculta, aguardándonos.
Bendito Soy, porque al bendecirme, bendigo mi Alma.
Bendito Soy, porque al bendecirme, bendigo su creación.
Bendito Soy, porque al bendecirme, bendigo a todo ser humano, mi hermano.
Bendito Soy, porque al bendecirme, bendigo a Dios, mi padre y supremo maestro.
Por este principio oculto en la magia de la rosa, que irradia su esencia, dulce aroma de
mi amado, me bendigo.
¡Que desde el origen de donde todo fue manifestado por y para nosotros, la luz, la vida
y el amor te irradien Paz Profunda mi hermano!
Nota: Para mayor claridad, se anotan a continuación las palabras contenidas en la
imagen.
-LUX-VITA-
-CARITAS-OMNIPRAESENTIA- OMNIPOTENTIA-OMNISCIENTIA-IUSTITIA-PRUDENTIA-TEMPERANTIA-FORTALESSA-PAX PROFUNDIS-
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