CAPOS DE TOGA

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José Sant Roz
Capos de Toga y
Birrete
Quien no ha sido obstinado acusador durante la
prosperidad, debe callar para siempre en la
desgracia
Víctor Hugo.
-
DESMANES EN LAS UNIVERSIDADES
VENEZOLANAS
-
FRAUDES EN INVESTIGACIÓN
-
MANIPULACIÓN ALEGRE DE LOS
PRESUPUESTOS... Mil cajas chicas, mil
traslados, mil rectificaciones... mil
chanchullos.
-
DIRIGENTES ESTUDIANTILES
ENVILECIDOS: VENTA DE CUPOS Y
EXÁMENES. CHANTAJE A PROFESORES...
-
PLAGIOS, ASCENSOS AMAÑADOS,
DESAMPARO JURÍDICO, DESMANES AL
PATRIMONIO... DOCTORADOS HONORIS
GUASA... VIAJADERAS Y COMEDERAS A
COSTILLA DEL PRESUPUESTO...
-
CORRUPCIÓN EN LOS GREMIOS...
PERFIL DE UN UNIVERSITARIO MEDIO:
hombre sin atributos ni carácter, incapaz de
remordimiento
alguno.
Inculto,
adocenado,
eludiendo asumir compromisos con su entorno
social. Envuelto en una atmósfera de tedio y
tristeza, y que resume lo peor del espíritu
pequeño-burgués (sobre todo cuando se dicen de
izquierda o “revolucionarios”), y que no pierde la
esperanza de verse un día orlado con las
supremas preseas de esos capos togados de
nuestros cuerpos rectorales. Respirando siempre
un profundo recelo hacia quien tenga el valor de
expresar
pensamientos
propios.
Nuestro
universitario tiende a solidarizarse con el hombre
vulgar, simpático (chistoso), que carece de espíritu
creador; por lo que estas Almas Máter Muertas
están compuestas por un 5% de seres razonables,
un 10% de incontrolables ladrones y un 85% de
esclavos.
Un profesor universitario es reaccionario por
naturaleza, y le tiene horror a cualquier cambio.
Piensa que los cambios pueden afectarle
peligrosamente su status, y sobre todo el bolsillo.
El típico profesor universitario es un hombre
corriente cuya inteligencia tiende a deteriorarse
rápidamente (pues uno de sus deseos es jubilarse
y dedicarse a otra cosa que nada tenga que ver
con pensar y estudiar). Un ser sin esencia ni
destino. Apagado, imbuido en los pequeños
quehaceres de sus clases docentes y de sus
reducidos espacios laborales, con la mente puesta
en algún bono extra que sin duda le llegará, por
vía de los paros y “huelgas de cerebros caídos”.
Cuando no se lanza a figurar como candidato a
algo, se refugia bajo la férula de algún cacique
atrevido y descarado que vive a la caza de altos
cargos, pues el cacique que busca encumbrarse
requiere el apoyo de muchos parásitos.
Siempre pendiendo, digo, de algún carcamán:
de los viejos y deformantes esquemas, de los
grupos que se reparten las colocaciones y el
poder. Por excelencia un ser egoísta pero de
pequeñas miserias, y sin capacidad para la
generosidad o para prestar servicio social alguno.
Temeroso y apocado, permanentemente con el
rabo entre las piernas suspirando por una casita
en la playa y hacer un crucero cada dos años...
Estudiando para que lo sepan los demás, no para
entender el mundo ni ayudar a sus semejantes, ni
cultivar su talento.
Ahora bien, ¿a quién podría EDUCAR un
hombre así, superficial, que teme asumir
compromisos consigo mismo y con sus
semejantes? No hay absolutamente nada
humanista en estos seres: ábralos, auscúltelos,
penétrelos hasta más allá de los tuétanos y no
encontrará nada. Éstos, en verdad que no tienen
alma. Sin una voz propia, sin un destino, nada del
verbo encarnado. Porque el humanismo no llega
por los libros ni las computadoras ni se puede
aprender de memoria, sino como dice Fernando
Savater, que se contagia. “Y mal pueden contagiar
la enfermedad divina quienes no la padecen”.
Y por ello, unos pocos ladrones, entre veinte
mil profesores, lo controlan todo. Nacen estos
bellacos con el arte de saber tomar las debidas
precauciones para transgredir las normas que
exigen la Contraloría, la Ley de Universidades y el
ejercicio de la autonomía. Uno no puede encontrar
en ese mundo de lánguidas almas un ser solidario
para avanzar hacia algún cambio positivamente
humano. Se buscará inútilmente, por lo que los
maulas cada vez se sienten más seguros en sus
sitiales, incólumes, inamovibles.
Pero, yo, pobre diablo, con mi única arma, la
palabra escrita, aquí les paso mi cuenta, y los
mando al carajo.
Qué estado de asfixia; falta el aire, no se
puede pensar. Casi todos los profesores y
estudiantes ven cada día disminuidas sus dotes
particulares por las relaciones que imponen los
partidos y los grupos de poder. No existe la crítica
sino la solidaridad ciega a los mandones. En la
universidad venezolana como en ningún otro
lugar se percibe la verdad profunda de esa
expresión de Emilio Zolá de que no hay un solo
jefe en el mundo que no sea una mierda.
Por lo que la única reforma posible y
verdadera es aquella que pueda romper con los
exclusivos privilegios de quienes detentan los
equipos rectorales y decanales. Despójeseles de
carros de lujo, de choferes, de las jugosas primas
que reciben por sus cargos (y que se prolongan
más allá de la jubilación); de sus espléndidos
despachos, amanuenses, pajes y besamanos; e
impídaseles
que
sigan
administrando
presupuestos a sus arbitrios y antojos, para
complacer caprichos y apetencias de sus amigazos
de turno. Despójeles de estos poderes y quedará el
terreno despejado para que actúen quienes de
veras desean entregarse patrióticamente, por
amor y por vocación de servicio, a la universidad
venezolana. A los buscadores de votos que han
parido esa caterva de rectores de nuestra
democracia no les interesa una reforma seria,
porque los primeros en desaparecer serían ellos;
en una reforma quedarían como los Pinochets o
Milosevics de la universidad. Resplandecerían
como el ludibrio y la vergüenza del conocimiento,
del saber y de la cultura; como los Al Capones de
cuarenta años de infamias, robos, crímenes,
fraudes, extorsiones y de mentiras sostenidas.
La plaga que dispone como le viene en gana el
80% del presupuesto está apenas conformada por
un 3,5% del profesorado: son los que representan
el tren ejecutivo, administrativo y directivo de
nuestra
universidad,
siempre
enroscados,
enlodándose,
rotándose,
embadurnados
en
negocios y prebendas.
¿Valdrá la pena acaso reformar un cáncer?
¿Podrá un cuerpo con metástasis recibir alivio de
unos mafiosos que llevan 20 o 25 años
engangrenando su autonomía y su misión
primordial que es enseñar y formar? En nuestro
país sobran universidades porque abundan los
brutos que las dirigen; sobran profesores y sobran
estudiantes, porque las han cogido como grandes
redentoras de males de todo tipo, las han
empantanado. Hoy, cualquier doctor es un patán,
un inocuo, un petimetre. Un 69% de nuestros
profesionales no sabe escribir una carta, y 92%
jamás ha leído una novela clásica completa. A un
85% le importa un comino la historia, la música o
la literatura. No saben nuestros profesores
pensar, criticar ni valorar sus propias funciones.
Divina Academia
Ya vamos a entrar en el zulo de los robos; en
la asfixia de la incompetencia; en el secuestro
millárdico de los presupuestos para fines oscuros
y caprichosos, y en esa cloaca perenne de
denuncias que hoy colocan a la ULA en un récord
mundial como universidad, con la existencia de
46 expedientes que cursan por los tribunales de
Mérida, Táchira, Trujillo y Barinas1.
Equivocados estamos quienes escogimos la
universidad creyendo que por medio de ella se
podía evolucionar, prepararnos, ser más humanos
o razonables. Quienes así lo hemos hecho,
descendimos a los círculos del Infierno.
En ella se pasan veinticinco o treinta años, y
se sale amargado, lleno de recelos y de envidias,
1
Informe suscrito por el Coordinador del Consejo Jurídico Asesor, Dr.
Mario Díaz Angulo, en oficio Nº 0.088.001 de fecha 12-03-01.
despotricando unos contra otros. Es como una
gran estafa. Y como no se puede emitir un
pensamiento propio, so pena de ser considerado
loco, advenedizo, raro, qué sabe uno, te echan el
plato
de
lentejas
advirtiéndote
de
las
servidumbres, y de acatar en todo al de “arriba”.
Por atavismo te enteras de la barbarie que impone
el cacique, que no es ajena a esa atmósfera
opresiva de hipocresía y disimulo, de temores
inscritos a la fría crueldad de unas leyes ridículas,
mil veces restregadas en el rostro de todo mundo
(como símbolo de civismo, y que luego con el peor
de los sarcasmos son violadas en cambote por los
Consejos Universitarios, por los Consejos de
Apelación o equipos rectorales o reptales).
universidad venezolana durante cinco años por lo
menos5”. Parágrafo Único: El respectivo Consejo
Universitario, determinará en el reglamento que al
efecto dicte, las condiciones que han de exigirse
para ocupar los cargos de Rector, Vicerrector y
Secretario a los profesores que no hayan obtenido
el título de doctor, en razón de que el mismo no
sea conferido en la especialidad correspondiente
por esa universidad”.
Qué mofa: la Sección II de la Ley de
Universidades, artículo 28: “El Rector, los
vicerrectores y el Secretario de las Universidades,
deben ser venezolanos de elevadas condiciones
morales2”, poseer título de doctor3, poseer
suficientes
credenciales
científicos
(sic)
y
4
profesionales , de haber ejercido con idoneidad
funciones docentes y de investigación en alguna
Definitivamente son como todos los dedicados
a buscar votos y cargos, flojos para el estudio, la
docencia y la investigación.
Resulta que en los actuales momentos, ni el
rector ni vicerrector Administrativo de la ULA,
Genry Vargas y Julio Flores Menessini, poseen el
título de doctor, no obstante que en la Facultad de
Economía a la que prestaban servicios tiene un
doctorado en Estadísticas.
Serviles pero felices
No hay algo que tenga más fuerza de ley en
nuestras universidades que los estropicios. En la
2
¿Cuándo lo han sido?
¿Quién de ellos en los últimos cuarenta años lo ha poseído?
4
¿Qué carcamán de estos posee tales prendas?
3
5
¿Cuándo hemos visto que en alguna universidad venezolana, a
excepción de Heber Sira, estos señores hayan ejercido tales funciones?
ULA, por ejemplo hay un montón de jubilados
ilegalmente, pero el Consejo Universitario no
saber qué hacer con ellos para que retornen a sus
trabajos, pues no se les puede exigir que lo hagan
bajo la figura de personal activo, como tampoco se
les pueden abrir expedientes disciplinarios como
los que rezan en el Estatuto de Personal Docente y
de Investigación. Así pues, por esa tronera legal se
colarán los que vengan detrás, porque ya está
sentado el mal precedente. Por ello, no hay capos
más criminales que hacen una pasantía por un
Consejo Universitario, donde se urden y se
sustentan toda clase de desafueros.
Déjese violar, dice un cartel, y sea feliz. No
indague. Si alguien salta porque no se deja
abusar, de inmediato le tildan de anormal, y
procuran hacerle la vida imposible. Venga, a
dejárselo manosear, ¿o piensas que no vas a
necesitar de alguien en el momento de tu ascenso,
cuando requieras una ayuda extra, un permiso
remunerado? Acuérdate que estás en la lista de
alguien. Tú necesitas de afecto, de solidaridad.
No se sabe de dónde proviene esa filosofía
incrustada en la tradición y en la experiencia de
cualquier universidad nacional, de unos que
llegan para tocar y otros que obligatoriamente
deben dejárselo hacer.
La regla es clara: Si no te interesa ser
universitario coge tus bártulos y vete, pero no
intentes dictarnos a nosotros las normas
democráticas que hemos de seguir. Mide muy bien
tus palabras, tus actos. Si alguna cualidad tienes,
háznosla saber. Nosotros requerimos enterarnos de
cuanto sepas y puedas hacer, pero nada de
lanzarte a una tarea dejándonos de lado. Tú
entiendes. Tú sabes cómo se eligen las
denominadas "autoridades universitarias"; gente
que se joroba por ti; es bueno que lo entiendas de
una buena vez: tu carrera depende esencialmente
de nuestros sacrificios, de nuestra atención. Aquí
entras porque tus concursos los estudiamos
previamente, y tu ingreso está en nuestras manos.
Únete para que puedas enfrentarte con valor,
argucia, contra los petulantes y soberbios con aires
de probos y sabios que querrán ponerte piedras en
el camino.
Lo que vale son nuestras leyes, nuestros
acuerdos y decisiones y lo vuestro es acatar. La ley
es el voto: la única fórmula que te protegerá en
todo. Tú no estás aquí para estudiar ni para saber
más, sino para votar. ¿Somos o no, entonces,
demócratas?
Sed buenos, leales, prudentes, y llegaréis a la
edad provecta (de los 42 años) de vuestra
jubilación, sin problema alguno, ¡Y NUNCA
OLVIDÉIS QUE LA UNIVERSIDAD ES NUESTRA!
De pelos, perlas y Consejos de Apelaciones
Sí, porque además de su código de honor,
tienen muy en alto el andamiaje jurídico para
remendar plagios, fraudes de ascenso, y toda
clase de impugnaciones por irregularidades en
concursos de oposición. Es el arte de la virguería
leguleyérica para la “justa aplicación” de
reglamentos y leyes. Es así como se revela un
documento en el que el Consejo de Apelaciones
mancilla la dignidad universitaria. Mafias que
procuran
(beneficios
personales)
en
la
instrumentación de normas que degraden la
disciplina y el ejercicio del conocimiento y de la
docencia. Documentos en los que se evidencia lo
fácil que resulta demandar a una universidad, de
cómo estas prácticas redundan en un oneroso
negocio. Se asoma uno a esa creación de
empresas para estudiantes que deseen ser
suplantados por otros bachilleres durante
semestres enteros, con apoyo de abogados
especializados en estas prácticas.
En cuanto a trabajos de ascenso, he aquí el
siguiente testimonio del sabio Santiago López
Palacios:
Hace cerca de diez años una profesora de esta
UNIVERSIDAD DE LOS ANDES vino a solicitarme
los nombres botánicos e información bibliográfica
de la cedoaria, la cúrcuma, el fenogresco y otras 12
ó 14 plantas exóticas con el fin de elaborar un
trabajo de ascenso.
Yo le dije que por qué no hacía algo más práctico
y más en relación con nuestro medio, y que
efectuara su investigación, memoria, ensayo, o lo
que fuera con plantas autóctonas, de modo que
resultara utilizable por nuestras gentes.
Entonces ella, con amable franqueza, me
contestó que no le importaba que su trabajo fuera
práctico o no lo fuera, que ya lo tenía planeado así
y que lo que le interesaba era su ascenso que
estaba retrasado.
Felicitaciones
ascender.
para
los
que
así
pueden
Uno de los entes más abominables y absurdos
en la ULA, insisto, ha sido el Consejo de
Apelaciones. Y para muestra más de un botón: la
profesora Luz Marina Pereira presenta quejas ante
este Consejo contra “las mafias de estudiantes
que se encargan de negociar con los exámenes”.
Una comisión encuentra las pruebas irrefutables
de las faltas, se tienen las confesiones por escrito,
se impone la sentencia. Pero pronto el mismo
Consejo de Apelaciones habrá de encontrar, como
ocurre con estos malditos leguleyos, y estas
malditas universidades con sus leyes mil veces
violadas, que “el procedimiento está viciado de
nulidad
porque
sanciona
la
comisión
sustanciadora”, ¡y se salvan los delincuentes!
En muchos casos gravísimos que son llevados
a este Consejo de Apelaciones, terminan saliendo
airosos los delincuentes, los violadores de la ley,
los mafiosos y los que ultrajan y mancillan la poca
dignidad que le queda a la ULA (¿le queda
alguna?).
Otro caso espeluznante en que este
mamotreto inmoral del llamado Consejo de
Apelaciones desbarra brutalmente es el caso de
un miembro de la Facultad de Ciencias-ULA,
quien llegó a ser, nadie sabe cómo, profesor de
Química. Para ingresar a ULA es requisito
burocrático indispensable hacerse un examen
siquiátrico o sicológico. Es decir, ripios
burocráticos o exigencias que se pueden llenar en
cualquier botica.
El escándalo no era nuevo: el profesor de
marras había golpeado a su esposa (o mujer) en el
estacionamiento de Ciencias. A este escándalo
siguió el de dos estudiantes que presentaron
quejas contra el susodicho por “conducta
inadecuada”. El Consejo de Facultad además
encuentra que no atiende con regularidad sus
cursos, no realiza apropiadamente la entrega de
notas y los objetivos de los programas y no
cumple “con las condiciones morales y éticas para
ser profesor universitario”. Luego se descubre algo
más: el referido profesor fue enjuiciado en
Caracas y condenado a cumplir cárcel de 7 años y
8 meses, por el delito de violación realizado junto
con otro compañero, contra una muchacha de 16
años de edad. La noticia la reseña el diario “El
Nacional”, el miércoles 30 de octubre de 1985. La
historia es escabrosa y ningún profesor de dicha
Facultad puede concebir que esté compartiendo
su actividad docente y de investigación con un
personaje de tan negras y funestas prendas. Y que
al parecer no escarmentó para nada la dura
experiencia con un juicio que lo inculpaba de los
delitos de VIOLACIÓN, RAPTO, AGAVILLAMIENTO, LESIONES PERSONALES Y PRIVACIÓN
ILEGÍTIMA DE LA LIBERTAD. La afectada “fue
violada tanto vaginal, anal como bucalmente”, y
qué les parece, señores que de la comunidad
universitaria, que de nuestro maldito Consejo de
Apelaciones, obviando totalmente el artículo 81 de
la Constitución de Venezuela y el 85 de la Ley de
Universidades (para ser miembro del personal
docente y de investigación se requiere poseer
condiciones morales y cívicas que lo hagan apto
para tal función, y la decisión del Consejo de la
Facultad de Ciencias de que el referido profesor
debe ser expulsado de la ULA), opte por una mera
suspensión de sólo 18 meses.
CUPOS
En la ULA era práctica común que los decanos
dispusiesen de un determinado número de cupos
como les viniese en gana, es decir, pasándose por
alto las consabidas exigencias del examen de
admisión. A la par de esta aberración, existe la
competencia en el mercado negro de los cupos,
que de vez en cuando aparecen en las páginas
rojas de nuestros diarios, por corresponder al
Cuerpo de Policía Técnica Judicial llevar a cabo
las investigaciones sobre la existencia de un clan
mafioso que oferta cupos, nada más ni nada
menos que en la Facultad de Ciencias Jurídicas.
Una de estas denuncias la hizo el estudiante
Hugbel Roa, quien aseguró conocer diez casos de
personas que han comprado de manera ilegítima
su ingreso en la ULA.
Una práctica similar se da también con los
llamados “traslados” de una facultad a otra.
Agréguese a esto la forma desmedida y sin
control alguno como son saqueadas las
universidades, y sus bienes desconsideradamente
mal tratados; su formidable patrimonio expoliado
o convertido ocasionalmente en chatarra, aún sin
ser usado. Cómo se negocia con sus bienes, cómo
ha habido casos de personal becado para realizar
estudios en el extranjero, que devengan un sueldo
en dólares, sin que hayan salido del país. Unos
médicos del Hospital Universitario han sido
investigados por sacar equipos multimillonarios
de este centro, para atender a pacientes en
clínicas privadas. Los gremios que convierten las
proveedurías y los presupuestos para la salud en
factorías de sus negocios particulares. La
disposición
caprichosa
de
capital
pagar
multimillonarios avisos, con logotipos de la
institución y firmas de profesores en los que
expresan apoyo moral a un banquero prófugo.
Informes de la Contraloría General de la
República
sobre
irregularidades
con
las
ejecuciones presupuestarias y malversación de
fondos. Cómo se crean empresas fantasmas para
negociar con la universidad, la auto-confesión de
un empleado que echa el cuento de cómo
delinquió y se le mira como a una santa víctima
del sistema. Y otra vez las mafias especializadas
en la venta de cupos y en la suplantación por
semestres y años enteros de estudiantes en
determinadas materias.
El 17 de octubre de 1994, remití la siguiente
comunicación al Consejo Universitario:
“Distinguidos Señores:
El día 26 de abril de 1994, apareció en
importantes diarios nacionales, un remitido:
"AMIGOS
DE
HEBERTO
URDANETA
CONOCEMOS TU RECTA CONDUCTA", firmado
por los señores Michel Rodríguez Villanave, David
Fermín (ex presidente de APULA, y a quien luego
se le dictará un auto de detención), Dulce de
Monagas (esposa de Fermín, entonces), Manuel
Aranguren (decano de Economía), Edel Jiménez,
Arévalo
Patiño,
Hernán
López
Áñez
(ex
vicerrector), Daniel Urdaneta, Martha de Sandia,
Francisco Rivas, en el que se habla de "tu recta
conducta
al
frente
de
las
diferentes
responsabilidades que has tenido, es que te
estamos expresándote a través de la presente
nuestros sentimientos de solidaridad y aprecio,
estando seguro de que saldrás airoso de esta
difícil y pasajera situación", dirigido al señor
Heberto Urdaneta, quien entonces era investigado
por la justicia venezolana en relación con la
quiebra del Banco Latino.
¿Cómo podían estar seguras estas personas de
que Heberto iba a salir airoso, cuando más bien
un año más tarde llega y huye a una isla del
Caribe, y que yo sepa sigue en el mismo plan,
“juyendo”?
¿Por qué tienen que deliberar figuras de la ULA,
en un caso que tenía en vilo, en tensión al país
todo, por los severos desfalcos descubiertos en
varios bancos?
Siendo que el señor Michel Rodríguez Villanave,
rector de la ULA, su nombre, sus opiniones de
carácter público, por fuerza envuelven a la
institución que representa, así como las demás
personas, miembros de la ULA, y utilizando el
logotipo de la Universidad de Los Andes y con ese
titular; sin entrar en consideraciones de
valoración sobre la personalidad del señor
Heberto, ¿no es acaso, en momentos en que se
ventila una investigación judicial y cuando se
realiza un juicio a un particular, del todo
inapropiado que aparezcan pronunciamientos
públicos de esta naturaleza?
Esta preocupación la hice pública en uno de mis
artículos, como muchas otras veces he hecho
observaciones, que a mi modo de ver deberían ser
estudiadas por este cuerpo. Porque no son
caprichos, no son ataques personales ni mucho
menos deseos de esconder veladas intenciones
contra nadie.
En vista de que cuando hice pública esta
preocupación, el Consejo Universitario no
reaccionó en absoluto, hoy solicito se plantee si
fue correcto que nuestro rector expresara una
opinión de este tipo bajo el logotipo de la ULA, en
un momento tan delicado para la República.
Agradezco se me envíe respuesta de esta
decisión”.
Por supuesto, nunca se me respondió. Hoy todo
el mundo sabe que el señor Herberto Urdaneta
todavía, que yo sepa, sigue sin salir airoso de
aquella “difícil situación”.
Los rectores de la democracia olvidaron, o
nunca les interesó saberlo, cuál es su misión
dentro de una universidad. Como por lo general
son mediocres carismáticos, embarrados hasta los
calcañales en compromisos de partido, que no ven
diferencia alguna entre sus meros objetivos
particulares y los colectivos. Los colectivos deben
ser los que satisfacen a los grupos que les llevaron
al poder: es decir, los propios. ¿Qué impulsó al
señor Néstor López Rodríguez6, a los pocos
minutos de saberse rector, a salir corriendo a
retratarse abrazado con un connotado dirigente
adeco, Héctor Alonso López7, y publicar este
retrato a toda página en un diario local?
6
Este rector al estilo de perversa y criminal práctica clientelar incrementó
la nómina de la ULA en unos 900 empleados.
7
Personaje que no tuvo necesidad de estudiar para obtener
su título de bachiller. Durante mucho tiempo, el Ministerio
de Educación otorgó estos títulos a “eminentes” adecos que
no pudieron con los estudios. No tuvo Néstor López
Rodríguez la suficiente delicadeza ni la mentalidad de un
verdadero universitario, para salir retratado con un creador
ni con un catedrático de valiosas prendas intelectuales, sino
con un hombre de partido, en retribución por lo que éste
hizo por su candidatura a rector.
¿Qué hacía el rector Genry Vargas metido en
la celebración de los treinta años del MAS en
Caracas, y además acompañado del adeco Néstor
López Rodríguez?
Como se verá en los testimonios del rector
Joaquín Mármol Luzardo, los rectores de la
democracia han sido los que menos han
comprendido la misión universitaria, que debe
estar desligada de los partidos, de sus redes y
compromisos. Por ello la alma máter (o muerta)
acabó convertida en desaguaderos de plata, en un
liceo grande, en un gran corral para engordar
mamarrachos intelectuales, siempre dirigida por
los mencionados capos.
Genry Vagas es quizás el prototipo del
universitario, siempre medrando a la sombra del
poder. Estuvo dos años y medio sirviéndole al
rector José Mendoza Angulo, cuando cuadraron el
adefesio brutal de FUNDAULA, que comenzó como
una estafa y acabó con otra descomunal estafa.
Luego pasó a servirle durante cuatro años
vicerrector administrativo Michel Rodríguez, en la
Dirección de presupuesto. Después en el siguiente
período da otro salto y acaba en vicerrector
administrativo. Sigue en la encumbradera, y entra
en los negocios de CITEC, y de allí a presidente en
el intervenido Banco Andino. De este banco sale
intempestivamente destituido, y entre las razones
por las que lo echan está “la adquisición de
muebles de alto costo sin necesidad aparente para
el banco, como la antigua sede del Banco Italo, a
un costo superior a los 500 millones de
bolívares”8. Más tarde sigue en la guanábana,
durante el período de Pachano, como miembro del
CU. Prácticamente 25 años enchufado en cargos
burocráticos dentro de la ULA. Seguramente
nunca ha dado clases.
8
Nota de prensa del diario FRONTERA, 1º de septiembre de 1997.
La lucha esencial
El economista y escritor José Luis Cordeiro9,
en su libro El Desafío Latinoamericano10,
planteaba algunos de los problemas más
dolorosos de la Educación en Venezuela:
hiperignorancia, bajo rendimiento académico, alta
tasa de repitencia, absentismo de las aulas, bajo
nivel de graduados, precaria estructura del
sistema educativo, carencia de propósitos, mal
estado de los centros de estudio, indiferencia de la
sociedad ante sus lacras, apatía de padres y
representantes por el destino de sus hijos. Datos
que colocan a Venezuela al nivel educativo de
Mozanbique, aunque ese país sea diez veces más
pobre que el nuestro.
El problema, según el señor Cordeiro se debe,
entre otras cosas, a que los presupuestos para
nuestra educación no son eficientemente
utilizados, y que tanto la educación primaria
como secundaria se encuentran abandonadas. En
1985, según el señor Cordeiro, los coreanos
utilizaban el 10% de su presupuesto educativo en
las universidades mientras que los venezolanos
9
Hay que tener en cuenta que este señor fue educado en el concepto
globalista pequeñoburgés.
10
Mc Graw Hill Interamericana de Venezuela S. A., 1995.
gastaban el 43%. Una de las conclusiones es que
Venezuela
cuenta
con
tantos
analfabetos
funcionales, por ejemplo, cuantos habitantes tiene
Cuba o Singapur.
Cuando el ministro de Educación Antonio Luis
Cárdenas se leyó el libro de Cordeiro, salió a
declarar que la Educación en Venezuela era un
fraude. Pero él con su Ministerio hizo multiplicar
por mil las locuras y perversiones de todos los
fraudes anteriores. Con la revolución chavista
todavía no podemos emitir un juicio, pero las
universidades siguen sin reformarse, impera en
ellas la macolla de los grupos que se reparten el
poder, y el mismo negocio de las colocaciones
clientelares del pasado. No hay coraje, no hay
deseos de reformar nada. El mérito no es lo que
prima sino la incondicionalidad a la política de los
grupos que controlan a los llamados Consejos
Universitarios o a los equipos rectorales. Parece
que para reformar algo en este país hay que
meterse a político de partidos, vía por la que no se
puede transformar nada. Por otra parte, la gente
seria e inteligente se mantiene al margen por
rechazar las humillantes manipulaciones de los
grupos que viven disputándose el poder.
En este libro presentaremos otros hechos que
el señor Cordeiro no toca en su libro, quizás otros
más graves, y que son relativos a la total falta de
carácter para asumir responsabilidades con los
cambios y con el conocimientos; a la manera de
eludir compromisos morales con la institución,
seguidos de una falta brutal de remordimientos
cuando desbarraban o mienten, o estafan. Se
entiende a la Universidad como una abstracción
ajena a nuestras vidas, de donde sus líderes
estudiantiles,
sus
autoridades,
gremios,
sindicatos de obreros o empleados11, tienen sus
cuarteles para medrar y alimentar sus negocios
particulares. Con el testimonio del doctor Joaquín
Mármol Luzardo, se verá de manera trágica cómo
se produjo esta distorsión en la universidad
venezolana.
Todas las universidades públicas venezolanas
han sido señaladas de corruptas, de despilfarrar
sin control y de modo prácticamente inauditable,
porque el truco de los modernos corruptos es
empantanar las cuentas, las actas con avalúos o
11
Una de las últimas reivindicaciones logradas nuestros empleados y
obreros universitarios es no trabajar los viernes por las tardes, además de
que por lo general comienzan sus labores a partir de las 9 a.m., y en la
tarde poco después de las 3.
ejecuciones de contratos de modo que no se
pueda decir si ha habido o no algo ilícito. Por lo
general se contratan a auditores a los cuales se
les dice cómo deben emparejar los desastres
administrativos. Allí está el caso de la Librería
Universitaria de la ULA, mil veces quebrada y mil
veces salvada, y ahora cuando se vuelve a
descubrir otro mono espantoso (siendo rector
Genry Vargas, el adalid de las luchas
anticorrupción contra el rector Felipe Pachano)
por ciento dieciséis millones de bolívares en
pérdidas, en lugar de clausurarla, se solicita otra
auditoría seguramente con intenciones de dejar
las cosas tal cual siempre han estado: oscuras.
Téngase en cuenta que cuando Genry Vargas fue
vicerrector Administrativo en 1987, tuvo bajo su
responsabilidad esta librería, y la convirtió en
compañía anónima. Entonces se perdieron diez
millones de bolívares, y esto fue denunciado en el
diario “El Vigilante”, y ahora el muy cínico acusa
ante la Fiscalía, por otra quiebra, a Felipe
Pachano.
Cuando Felipe Pachano entregó su rectorado
deja su mono de 400 millones de bolívares, lo que
sirve para que Genry Vagas aparente de impoluto
y ahora lo denuncie ante la Contraloría. La vieja e
imparable sucesión de demandas que han
desangrado a la ULA: el doctor Joaquín Mármol
Luzardo que demandó a Pedro Rincón Gutiérrez,
éste que demanda al rector José Mendoza Angulo;
Felipe Pachano que en su momento ventila la olla
podrida del rector Michel Rodríguez, y ahora los
rectores Mendoza Angulo y Genry Vargas que
colocan en el banquillo a Pachano.
Pero por estas cosas nadie ha ido ni irá a la
cárcel.
José Mendoza Angulo pasó uno de los
procesos
judiciales
más
voluminosos,
ampliamente reseñado por la prensa nacional.
Fue cuando se destapó lo de FUNDAULA, el
invento de una fundación a la que la ULA le
donaría parte de sus mejores terrenos y algunos
inmuebles: los estacionamientos de la Facultad de
Ingeniería, la hacienda La Campiña, etc. La
Fundación en estas circunstancias era totalmente
ilegal, y los representantes de la ULA en ella
tendrían derecho a voz, pero no a votar.
Descubierto el enorme timo, sin asidero legal
alguno, los delincuentes se buscaron a Gonzalo
Barrios para que les remendara el estropicio
comprando a jueces bandidos. Entonces eso no
era difícil. Sobre la marcha se constituyó también
Inversora Fundación Universidad de Los Andes
C.A. (INVERFULA).
Así se hizo, corrieron los contratos para hacer
una urbanización, para negociar terrenos, y la
ULA fue expoliada sin conmiseración alguna.
Veamos parte de esta insólita historia:
José Mendoza Angulo
Leonel Vivas y José Mendoza Angulo eran dos
muchachos barineses, apocados y campesinos,
que llegaron a Mérida con ambiciones de hacerse
respetados pequeños burgueses. Como suele
ocurrir en estos casos, en los que los personajes
de marras están poseídos por la ambición de
poder, trillan primero los vericuetos de la
izquierda revolucionaria, porque desde esta
posición se yerguen contra las injusticias de las
desigualdades sociales. No hay derecho a que
existan seres que tengan que comer el duro pan
de la miseria, mientras que a otros les sobra de
todo. Estos dos personajes discurrieron un tiempo
por la izquierda, digo, y lentamente, a medida que
se fueron haciendo respetables, entre la pequeña
burguesía merideña, políticamente se tornaron
light, es decir, reaccionarios.
En esta lucha por alcanzar altas posiciones,
por parte de este par de barineses, de Leonel y
José, tenía por fuerza que presentarse un duelo
mortal; es lo que suele ocurrir cuando se ama y
aspira ardientemente a un mismo destino, y hay
poco espacio para dos. José fue más frontal y
cortó de manera definitiva cualquier lazo con la
izquierda, y se hizo sin muchos preámbulos
definitivamente ADECO. Tan adeco, que fue el
último de los mohicanos de Carlos Andrés Pérez;
cuando ya nadie seguía a CAP, en plena desgracia
por la famosa acción de la Corte Suprema de
Justicia; José, que había sido su jefe de campaña,
fue de los poquísimos que se mantuvieron a su
lado hasta el advenimiento de Chávez.
Su tour por los partidos fue así: primero
adeco, luego del MIR, más tarde del MAS, y
después: definitiva y absolutamente adeco.
A Mendoza Angulo lo beca Pedro Rincón
Gutiérrez, y así hay que decirlo aunque parezca
chocante, porque la ULA no es una institución, y
en aquella época mucho menos lo era. Se va a
Francia, donde pasa tres años, y que se sepa, no
trajo ningún título. Después ascenderá con unos
trabajos lujosamente empastados y llenos de
fotocopias de recortes de periódicos. Hoy, está
claro por qué Genry Vargas hace milagros para
procurar resucitar a José Mendoza Angulo (quien
estuvo unas tres décadas execrado por la
comunidad
universitaria
de
Los
Andes,
principalmente por haber sido el artífice de esa
espantosa lacra llamada FUNDAULA, de la cual
hablaremos más tarde con ciertos pelos y
señales).
Don José suelta las amarras con la
izquierda desde el momento mismo en que le
confiere un doctorado Honoris Causa a Gonzalo
Barrios. Doctorado que habría de ser decisivo
para que se pariese el famoso “Dictamen Barrios”;
efectivamente este dictamen lo salvó de una
condena judicial, cuando el Tribunal Superior de
Salvaguarda del Patrimonio Público (TSSPP)
declarará, que ciertamente, con la donación que la
ULA hizo de algunos de sus bienes a FUNDAULA
se había cometido una aberración jurídica, pero
en todo caso SE HIZO DE MUY FE.
Leonel Vivas prefirió continuar la doble
cara, chupando de lo lindo del statu quo, a la vez
que seguir haciéndole la carantoña a la izquierda.
Ahora bien, si Mendoza Angulo puja porque se le
dé un doctorado Honoris Causa a Gonzalo
Barrios, Leonel hizo lo propio con Guillermo
Morón, en agradecimiento por la publicación que
éste le facilitó a nivel de la Academia de la
Historia, una bazofia llamada “Por los Callejones
del Viento”, a la que en su momento le meteremos
la lupa.
Pero Leonel escogió los caminos verdes:
estuvo con Caldera, pero a la vez era de los
íntimos de José Vicente Rangel. Quemándose así
por los dos cabos, fue prosperando en las
confusas aguas de la década del 90, hasta hoy.
¡MISTERIOS!, ambos, Leonel y José, se
encuentran sirviéndole al mismo proyecto
bolivariano del presidente Hugo Chávez Frías.
Cuando yo llegué a Mérida, en septiembre
de 1984, acababa de terminar el período rectoral
de José Mendoza Angulo, y volvía a su trono Pedro
Rincón Gutiérrez. Poco después estalló el
impresionante escándalo de FUNDAULA, una
organización para-institucional, creada por un
grupo de políticos durante el rectorado de
Mendoza Angulo, con el fin de despojar a la ULA
de sus mejores terrenos, y con ello realizar los
negocios necesarios para mantenerse en la
cúspide del poder local. FUNDAULA nace como
una gran estafa, y muere como una gran estafa,
cuando su presidente es llevado a los tribunales
por el fraude espantoso que se dio con la
urbanización La Campiña, en Ejido.
El nefasto asunto se fue desvelando poco a
poco, y la razón de su origen parece tener hoy
varias versiones. El apocado barinés, José, que a
pulso había logrado hacerse con el rectorado, y
con aquella consigna de que nuestra ULA era
grande, pero que era necesario hacer de ella una
gran universidad, había entrevisto de modo
clarísimo que su destino de ahora en adelante era
llegar tan lejos como las maquinaciones políticas
pudiesen permitírselo. Pero estas maquinaciones
necesitaban capital y amigos con mucho dinero.
Pensó que tenía que ganarse el afecto profundo de
lo que se ha dado en llamar entre nosotros la
godarria merideña. Empezando por allí, el resto de
lo que ansiaba se le daría por añadidura. Y lo
mejor sería pues, crear una especie de
universidad paralela, y entregarla a los que más
mearan entre ciertos godos relacionados con la
Cámara de la Construcción, por ejemplo. Figuraba
mucho entonces aquel colombiano, Carlos Baena,
uno de los jefes del Country Club, donde acudían
las 50 familias más poderosas de la ciudad.
Ser de los asiduos al Country se
consideraba entonces un gran paso para debutar
en sociedad, y estar en la mira de los grandes
proyectos políticos y económicos. A lo mejor fue
en este Club donde se urdió esa pavorosa trama
de crear FUNDAULA, pues la Cámara de Comercio
vivía solicitándole a la ULA que urbanizara parte
de sus extensos y ricos terrenos.
Pronto comenzaron a formar parte de
FUNDAULA figuras de gran preponderancia local,
con linaje de altura; unos como don Eloy Dávila
Celis; pero también ingresaron los Rimer, Michel
Rodríguez, Néstor López Rodríguez, Julián Aguirre
Pe, Pedro Quesada (que desde entonces se hizo
pieza clave del mendocismo, y ha ido tirando con
tino por entre los vericuetos de los últimos cuatro
rectorados). Algunos estuvieron allí, engañados,
como los doctores Julián Aguirre Pe y José
Humberto Ocariz.
Entre los objetivos prioritarios de esta
Fundación, estaba construir La Campiña, con
programa de vivienda unifamiliar de interés social
concebido... para los miembros de la Fundación
que no fueran propietarios de viviendas
preferentemente que pertenezcan a la Universidad;
fondos de Becas para los Universitarios, un
Convenio con el Instituto de Investigaciones
Agropecuarias y el compromiso de construir
residencias de Post-grado, residencia Las Águilas
y
la
Casa
Internacional
de
Congresos
Mucucharastí. Nada de eso se hizo y los culpables
que deberían estar presos por peculado, siguen
siendo
famosos
y
respetables,
y
hasta
simpatizantes de V República.
Cuando Perucho vuelve por sus desafueros
en 1984, llega maleado por el mismo desgano
institucional de su antecesor. Entiende que lo que
prima en los altos cargos es la manipulación.
Entonces su política es dejar hacer. Que todo
avance según las ambiciones y pareceres de sus
amigazos. Es falso, como luego se regó, que era
antimendocista. Lo era tanto como Leonel: porque
buscaban y aspiraban a lo mismo: utilizar el
rectorado como el gran trampolín hacia cargos
cada vez más altos.
Es así como sin querer, un día, se descubre
en los archivos de la ULA el fiasco. Se trata de un
documento de la ministra de Educación, Ruth
Lerner de Almea, de cuatro páginas densas y
concisas, en la que advierte, que por ser los
terrenos y bienes de la ULA los son de la Nación, y
no pueden ser por consiguiente donados a una
fundación particular. Aún cuando el Consejo
Universitario conociese la creación de FUNDAULA,
ignoraba el contenido fulminante de la carta de la
doctora Ruth de Almea. Esa comunicación iba
dirigida al doctor Moisés Troconis, representante
del Ministerio de Educación ante el CU de la ULA
(y redactor del acta constitutiva y de los estatutos
de FUNDAULA).
La doctora Lerner les advertía a los
involucrados en el patuque, que los aportes
encubiertos eran ilegales y que, conforme a la Ley
de Salvaguarda del Patrimonio Público, los
funcionarios que ordenaran pagos por obras o
servicios con el presupuesto de la Universidad,
cuando el resultado de esos pagos no los recibiese
la ULA sino la Fundación, estarían incurriendo en
un grave delito, penalizados con prisión de tres
meses a un año.
Nadie acaba por explicarse por qué se
permitió que esta Fundación, netamente de
carácter privado, se llegara a involucrar tan
hondamente en la vida de la ULA, como si fuese
parte esencial en su misión academicista: además
de succionar (vampirizar) sus recursos, apenas si
se la invita como mirona de palo en sus
actividades, con el abuso inaudito de que este
maldito parapeto llegue a funcionar enteramente a
expensas de su capital, con personal y bienes de
la misma ULA: choferes y carros ... asaltan y se
meten en dos apartamentos de la universidad en
la residencia Los Caciques. Porque es de aclarar
que en los estatutos de FUNDAULA se establecía
que los representantes de la Universidad tendrían
derecho a voz, mas no a voto.
Se ventilaban muchas negociaciones graves
contra el patrimonio de la ULA, entre ellas, las de
canjear unos terrenos de la ULA, en excelente
ubicación, por otros pertenecientes a un miembro
de FUNDAULA, que en absoluto se equiparaban
con los primeros.
Gracias a que este terrible fraude es sacado
a luz pública por el “Diario de Caracas”, entonces
bajo la dirección de Rodolfo Schmidt, comienza un
gran recule de los estafadores, pero que Pedro
Rincón Gutiérrez no detiene del todo. La farsa
estaba al descubierto, y Pedro Rincón Gutiérrez,
en lugar de proceder a restituir los bienes que
habían sido traspasados a FUNDAULA, se hace
más bien el loco. Tiene entre ceja y ceja el asunto
de las manipulaciones políticas, para las cuales se
requieren jugosos fondos (teniendo en cuenta que
nuestro país es lenitivo y alcahuete con los
delincuentes, además de olvidadizo, prefirió
esperar). Entonces en pago por los favores que
Jesús Rondón Nucete había hecho por su
campaña al rectorado, va y le entrega a éste
FUNDAULA, para que a su vez Rondón Nucete se
financie parte de su campaña electoral (y optar así
a dirigir la gobernación del Estado Mérida). Este
profundo agradecimiento de Rondón Nucete es
retribuido espléndidamente: como Perucho, poco
después, no podía ir como diputado en las listas
copeyanas, Rondón Nucete le confeccionó un
partidito a su medida. Lástima que Perucho no
resultara favorecido por el pueblo, que al parecer
lo conoce mucho más que la misma ULA.
Finalmente, el juez (del Juzgado Tercero de
Primera Instancia en lo Penal de Mérida), adeco,
César Nieto Torres absuelve a Mendoza Angulo
por lo de FUNDAULA, pero resulta curioso que
tanto este juez como Moisés Troconis, aparezcan
firmando luego un remitido público apoyando la
reelección de Mendoza Angulo como senador de la
república, por AD.
La sentencia de FUNDAULA fue apelada por el
Ministerio Público, pero el TSSPP, con la
intervención de Gonzalo Barrios confirmó la
decisión del juez Nieto Torres. Casualmente, el
que es presidente encargado del TSSPP para ese
momento, es el otro adeco Cumare Navas, quien
sale premiado durante el reinado de Mendoza
Angulo en el Ministerio de Justicia, pues éste lo
nombra su viceministro. Moisés Troconis queda
en ese mismo ministerio como consultor jurídico.
Bajo la dirección de Rondón Nucete (consuegro de
Antonio Luis Cárdenas), FUNDAULA entra en su
fase terminal: las denuncias por fraudes en la
urbanización La Campiña llenan los titulares de
los periódicos locales; los tribunales se atestan de
expedientes por esta estafa. Cada día son tomadas
las calles del centro, y la misma catedral es
invadida por los afectados. Por cierto, que con
pancartas frente a la entrada de la catedral, se
asientan los estafados para realizar una larga
protesta, y por debajo de la enorme puerta, y
desde adentro les echan baldes de agua para que
se retiren. Se dieron varios casos, en que una
misma casa de La Campiña se les vendió a dos o
tres personas. Varios de los afectados perdieron la
cuota inicial que entregaron, gente muy pobre, y
corría como cierto que Rondón Nucete se había
reservado cuatro casas para sus hijas. De
cincuenta piezas consistía el expediente por esta
espantosa
estafa
de
FUNDAULA,
que
probablemente hoy, ya habrá expirado.
En todo este especioso lío existen grandes
ramificaciones, muchas de ellas entrelazadas con
el actual gobierno revolucionario de Hugo Chávez
Frías. Es muy probable que José Mendoza Angulo
haya entrado a formar parte de la V República
(siendo a la vez presidente de FONPRULA) por
medio de los contactos desplegados a alto nivel
por su cuñado Hiram Gaviria (hoy orondo
embajador en Francia). Amor con amor se paga,
dice Chávez, y es que Hiram en su momento pudo
haber recibido favores de la IV, por influencias de
José Mendoza cuando éste fue senador o ministro
de Carlos Andrés Pérez. Con los cambios Hiram
Gaviria, por sus contactos con los ganaderos y
hacendados hizo buenas migas con Tobías
Carrero y Luis Miquilena. Téngase en cuenta que
Hiram Gaviria iba a ocupar la Secretaría de la
Presidencia de la República, y por unas
grabaciones, 24 horas después ser reveladas a
Chávez, resulta sustituido por Alfredo Peña. Por
influencias de Miquilena, Hiram no sale despedido
del todo, y... cariñosamente le dejan ir a Francia.
Eso lo llaman algunos “tener suerte”.
ENTRE OLLAS PODRIDAS
Entre las universidades más señaladas en los
informes de las contralorías por corruptas, se
encuentran: la ULA, UDO, UNA (Universidad
Nacional Abierta), la Universidad Experimental de
Guayana, UCV, Universidad Experimental del
Táchira
(UNET).
Universidad
Pedagógica
Experimental Libertador, LUZ y la Universidad
Simón Rodríguez.
Es un elemento común pernicioso en todas
ellas, las irregularidades en los trabajos de
ascenso,
cabalgamiento
de
horarios,
incumplimiento de la Ley de Licitaciones y su
Reglamento, endeudamiento sin disponibilidad
presupuestaria, contratación irregular de obras,
total falta de control sobre fundaciones
fantasmas, casos de total omisión a las
recomendaciones de las contralorías relativas a la
creación de asociaciones y empresas por parte de
las universidades; deficiencia en las auditorías y
retraso, y hasta adulteración en los registros
contables. ¿Cuándo se ha visto, por ejemplo, en la
ULA hacer una licitación por los seguros de vida y
accidentes personales de los profesores, obreros y
empleados, por los seguros de la enorme flota de
vehículos o por el seguro de incendio y terremoto
de sus edificaciones.
La UDO ha sido demandada por siete
profesores,
por
graves
irregularidades
administrativas. La UNA es también llevada al
banquillo con motivo de la remodelación del
edificio La Pirámide. La UCV por irregularidades
en la adquisición de equipos de computación y
cableado de fibras ópticas sin cumplir la Ley de
Licitaciones, y el actual despelote en regalos
lujosos, joyas, a funcionarias en el CCHT. La ULA
bate récord con las barbaridades en la suscripción
y ejecución de contratos celebrados entre la ULA y
la Empresa Exportación de Madera Doña Bárbara
(Exmadobarca) para la explotación de la reserva
forestal de Caparo12. En este lío se vio fuertemente
envuelto el decano Douglas Rojas, quien acabó
siendo sancionado por el CNU. Fue una época de
grandes enfrentamientos entre dos bandos que
buscaban el poder, no el adecentamiento de la
Universidad. Usted podía ver de parte y parte los
más enjundiosos artículos y declaraciones,
plagados de conceptos moralistas y éticos sobre el
destino grandioso de la universidad en busca de
la verdad, pero los que atacaban al decano
Gromiko Urdaneta, no veían un solo lunar en la
espantosa deforestación de Caparo y en el
desfalco multimillonario realizado por la empresa
maderera Exmadobarca.
El decano Douglas Rojas en un acto de
valiente confesión, para que no lo confundieran en
absoluto con la clase de pecado que él suponía
recaía sobre Andrey Gromiko, dijo en una
12
Véase el artículo DE CARNICERO A MADERERO, Apéndice, pág.
86.
elocuente y amplia declaración a la prensa,
recogida a todo dar por el periódico “Cambio”:
“PREFIERO SER CORRUPTO Y NO
MARICO”
Seguramente
esto,
al
bando
de
los
antipachanistas (léase, los del grupo de Genry
Vargas) le parecía de maravilla, porque no dijo
absolutamente nada.
Hasta se hizo una marcha POR LA DIGNIDAD
y contra el sobrentendido “marico” de Andrey
Gromiko, en la cual no se mencionaron para nada
los desastres ecológicos de que era responsable el
decano de Ciencias Forestales.
La maldita moral de los grupos en conflicto
dentro de nuestras universidades.
La denuncia de la venta de Provinfar fue
presentada ante el llamado “Poeta Parayma”, o
abogado José Francisco Martínez Rincones,
director entonces del Consejo Jurídico Asesor de
la ULA. A un año de la denuncia aún no se sabía
nada. Es típico de jueces, fiscales, contralores, el
hacerse los suecos o los locos cuando tienen ante
sí denuncias de corrupción en las universidades
nacionales, como ocurrió con el caso de la Prima
Académica de Apoyo Didáctico de los profesores
de la ULA, por la que se les dictó auto de
detención a los profesores David Fermín (ex
presidente de APULA, y militante de la Causa R),
Alirio Peña Molina y Diomedes Cordero (ex
Director de Cultura de APULA, actual celebrador
oficial, siempre está en la cúspide de alguna
efemérides cultural, esta vez en la de los cien años
del nacimiento de Mariano Picón Salas) por el
delito de Apropiación Indebida Calificada. Unos
de los acusadores, el profesor Domingo Ruiz Vega,
tuvo que recusar y pedir la destitución del Juez
Rector de la Corte de Apelaciones Jorge Luis
Villamizar Guerrero, de la primera jueza suplente
Teresa Méndez de Quintero, y de la segunda jueza
suplente Auxiliadora Arias de Caraballo.
Se dio por terminada la averiguación, y las
irregularidades en el proceso fueron el consabido
y maloliente retraso procesal injustificado; se
convirtió en abogado defensor de los acusados
uno de los que habían actuado en la causa como
juez, y quien en el mismo caso se había inhibido.
Los profesores David Fermín, Alirio Peña Molina y
Diomedes Cordero compraron un certificado de
depósito a plazo fijo por la suma de ciento veinte
millones de bolívares, los cuales tomaron de la
cuenta número 151-15795, del Banco de
Venezuela. Este dinero pertenecía a la Prima de
Apoyo Didáctico de los profesores de la ULA. Unos
veinte profesores de la ULA fueron llevados al
banquillo de la policía por culpa de este gravísimo
delito, pero a la final no se hizo justicia. Además
no es raro ver en la prensa local de Mérida, en la
página de sucesos, las fotos de rectores y
vicerrectores,
como
vulgares
delincuentes
compareciendo ante la PTJ para dar declaraciones
por malversación de los dineros de la ULA.
Estas marramuncias eran conocidas por las
altas autoridades de la ULA, pero se hacían los
locos, porque esto es muy común entre nosotros.
David Fermín fue considerado una pieza clave en
las disputas electorales, por el saco de votos
cautivos que meneaba como morocotas y que
ponía con mucho orgullo sobre cualquier mesa
donde se negociaran votos; principalmente para
los aspirantes a rectores, desde 1988; el jefe
máximo del MVR, ex candidato a gobernador por
Mérida y “poeta”, Adelis León Guevara, con una
oda: “¡Oh Rey David!, ¡grande y sublime!”
Cuando yo ataqué la degradación moral que
Fermín había dejado en APULA, al perder su
candidato en las elecciones de 1997, una horda de
mantenidos colocados por este señor en el
Instituto de Previsión del Profesorado y de APULA,
liderados por el causaerretista Federico Ruiz, me
rodearon para pretender golpearme. Hoy, Federico
Ruiz forma parte del tren ejecutivo del gobierno
revolucionario y bolivariano de Hugo Chávez
Frías, en Caracas.
ser menos mierdas. La vida se compone sólo de
bienes y sensaciones, los que detentamos y que
otros quisieran para sí; los que no tengan
condiciones para embarrarse que berreen
entonces desde afuera, pero de aquí no nos saca
ni el Cristo”.
En los tiempos turbulentos del primer
mandato de Fermín, éste contaba prácticamente
con el apoyo de toda la plana superior de los
intelectuales de la Facultad de Humanidades. La
categoría de los personajes que conformaban la
junta directiva de este gremio, era tan baja y
grotesca, que para muestra daré otro botón más:
se dispuso buscar todos los medios posibles para
salir del Secretario de Cultura, el profesor Edgar
Alfonso Arriaga, porque no estaba dispuesto a
seguir las directrices tiránicas y abusivas de
Fermín. El razonamiento que hacía aquella
camarilla que acompañaba a Fermín lo
imaginamos más o menos la siguiente manera:
“Cierto es que somos unos ganapanes y
mentirosos, manipuladores que no nos andamos
con miramientos para destruir a nuestros
enemigos, porque haber llegado al punto donde
nos encontramos no hace a nadie decente ni
honorable; a la vez, quienes nos atacan no pueden
Fue entonces cuando concibieron la idea de
investigar la vida privada de Alfonso-Arriaga, y
empezaron a meterse en los tribunales y buscar
las razones por las cuales Edgar se había
divorciado. Cogieron el expediente y le sacaron
docenas de copias que repartieron por todas
partes, con comentarios soeces.
Uno de los últimos escándalos ha sido que el
Consejo Nacional de Universidades decidió la
suspensión del rector Osmar Buitrago de la
Universidad Nacional Experimental de los Llanos
Ezequiel Zamora13. Es el primer funcionario de
13
Hay que ser imbécil para ponerle el nombre de Ezequiel Zamora a una
universidad, porque éste quemó tres veces a Barinas; el caudillo que dijo
que iría a Caracas a matar a los que supiesen leer o escribir. Me decía P.
N. Tablante Garrido, que si Nerón hubiera nacido en Venezuela ya
tendríamos una universidad con su nombre. No hay que olvidar que uno
de los hombres que más admiraban a Ezequiel Zamora, por ignorante, fue
Carlos Andrés Pérez; en su primer mandato le hizo grandes honores junto
con el fabulador José León Tapias.
este
rango
inhabilitado
durante
esta
administración, informó Luis Fuenmayor Toro,
director de la Oficina de Planificación del Sector
Universitario, OPSU.
Fuenmayor explicó que el CNU abrió, el 17 de
noviembre de 2000, el procedimiento sobre el caso
de la Unellez. Se escuchó la defensa de Buitrago,
y tras el estudio se decidió su suspensión,
amparada en el numeral 12 del artículo 20 de la
Ley de Universidades: previa audiencia del
implicado, el CNU tiene autoridad para
suspenderlo.
Informó el director de la OPSU que los motivos
de la suspensión son resultado de una
investigación solicitada por el Ministerio de
Educación, porque se encontraron irregularidades
en la empresa rental de la universidad, que
presidía el rector y cuyo gerente general fue
nombrado por él mismo. La empresa presentó una
descapitalización severa y pérdida del patrimonio.
Además, se encontraron graves problemas
académicos, como el caso del ascenso de
profesores jubilados; entre ellos, el propio
Buitrago. Así mismo, esta casa de estudios
superiores abrió varios núcleos sin autorización
del CNU, como el que está ubicado en
Guasdualito. También se presentaron otras
irregularidades administrativas; por ejemplo, la
contratación de empresas para hacer fotocopias,
cuando la Universidad ya había adquirido
suficientes y modernos equipos.
También está en el banquillo la UNET por la
ejecución de contratos suscritos con la empresa
“Inversiones Martino Herrera CA”, y “Obras y
Servicios EM”...
El Mal de las Vacas Consagradas
La joven Johanny Medina, de la Universidad del
Zulia, me hace llegar una serie de desquicios de
corruptelas y desmadres ilícitos los cuales son
perfectamente equiparables a muchos de los que
se dan en la ULA. Hay quienes piensan que más
bien en desmanes LUZ puja por superar a la ULA.
Aparece el caso de un abogado indiciado en un
homicidio (el de “Capino”, Alfredo Torres, ocurrido
en 1993) y que concursa para un cargo en
Sociología en la Facultad de Ciencias Jurídicas y
Políticas. Se dan situaciones permanentes de
querellas que suben a la Corte Suprema de
Justicia por fraudes electorales, y como siempre
son las Facultades de Ciencias Jurídicas la madre
de los desmadres legales: Aquí en LUZ, la
Facultad de Ciencias Jurídicas es primero tomada
a la fuerza y luego intervenida, por un lío
horroroso de impugnaciones ante la comisión
electoral
que
provoca
la
existencia
y
funcionamiento de dos decanatos en una misma
facultad. Muy pocos huesos para tantos perros.
En los actuales momentos, LUZ es la meca de
la
delincuencia
encapuchada,
que
vive
secuestrando a la universidad e impide su
funcionamiento varias veces a la semana. En esta
universidad los encapuchados no echan piedra
sino plomo. En noviembre del 2000 entraron a
saco en la Facultad de Veterinaria y volaron a
plomo limpio los monitores de las computadoras
que procesaban unas elecciones estudiantiles,
además de cargar con las urnas electorales. Más o
menos lo que sucedió en Trujillo en las elecciones
estudiantiles en la ULA, en 1999, en las que hubo
muertos y heridos. La cantidad de nombres
ridículos que aparecen en estas elecciones
estudiantiles son para medir la inmensa
mediocridad y estupidez de nuestros pobres
muchachos:
Unión
Estudiantil,
Fuerza
Independiente
Universitaria,
Juventud
de
Juventudes, Con Conciencia, Gente Nueva En
Acción,
Participación
Universitaria,
Maná,
Movimiento 20, Acción 34, Parábolas, Jóvenes con
la Quinta, Proyecto Jesús Enrique Losada, Jóvenes
Por La Patria, Movimiento Universitario Social
Demócrata, Grupo 6, Gente 90, Ave Fénix, Nueva
Participación Estudiantil, Sinergia, Candela, Gente
Sesenta...
Más
de
120
organizaciones
participando en fórmulas en los actos comiciales.
HACIENDO GÁRGARAS CON LA
“AUTONOMÍA”
Lo más cursi es ver a nuestros rectores hacer
gárgaras
con
la
palabrota
“Autonomía”.
Autónomos ellos, no la universidad: Autónomos
para mentir, para malversar los fondos de
nuestras casas de estudio, para infiltrar en la
academia la maldita política de partidos, para
negociar y para destrozar sus recursos.
Esto lo vemos clarísimo cuando el profesor
Eduardo Choren, de LUZ, expone que no hay
recurso espurio que no se utilice en los procesos
eleccionarios: sobornos, compra de votos, canje de
votos por cargos, calumnias, campañas de terror,
y cuanta maniobra de la que se pueda echar
mano para coronar un triunfo. No sólo para los
procesos electorales, dice este profesor, se utilizan
tales artimañas, por lo que no existe carácter legal
ni ético en los órganos del gobierno universitario.
¡Y estos señorones, triunfadores, se viven llenando
la boca con la emputecida palabrita AUTONOMÍA!
AUTONOMÍA para robar, para montar
fraudes, para mentir. Por ello, quienes dirigen
nuestras universidades desde hace cuarenta años
no piensan en las generaciones futuras, en la
educación ni el conocimiento sino únicamente en
elecciones. Termina una elección y ya están, como
en los carnavales de Río, entregados al mono de la
comparsa y de la careta de la próxima que se
avecina.
Dice Choren que en los frecuentes torneos
electorales, las transacciones más frecuentes se
hacen por cargos administrativos o por votos: Hoy
por ti, mañana por mí. Nada de principios. “Es
notorio el caso de un candidato del MAS que
consiguió los votos de COPEI a cambio de las
direcciones centrales”. Todo esto al tiempo que se
arma una estrategia de guerra sucia con
calumnias y mentiras macabras para desarmar al
enemigo.
Al igual que en la ULA, en LUZ los dirigentes
estudiantiles son los repitientes crónicos,
verdaderos ganapanes profundamente mediocres,
con un promedio de 10 años haciendo el papelote
de “estudiantes”. Se creen poderosos y se venden
cual hetairas porque representan el 25% del total
de los votos profesorales, y en ocasiones mucho
más si se toman en cuenta los profesores que
están en el exterior, los que enferman o los
ausentes por cualquier razón. En las últimas
elecciones del 2000, en LUZ, dice el profesor
Choren, que “a dos horas para cerrar las mesas se
ofrecieron a uno de los candidatos 29 votos
estudiantiles a 300.000 bolívares cada uno. Y
nueve
millones
oportunamente
colocados
decidieron una elección, pero de ¿dónde sale tanto
dinero?”, se pregunta este profesor.
Añade el señor Choren: “Pero sería un error
pensar que los vendedores de primogenituras se
conformen con una simple retribución en
metálico. Su amoral situación privilegiada y la
certeza de contar con la ansiedad del bando
profesoral les excita el apetito y piden, además del
dinero,
posiciones
político-administrativas,
capitales para su avidez de poder”, y es así como
se adueñan de la Secretaría Docente de una
facultad, encargada de todos los asuntos
estudiantiles: inscripciones, retiro de materias,
fijación del cupo de ingreso, cambios de escuela,
facultad o núcleo. Como también de los cursos
pagados para los cuales solicitan de modo
gratuito los salones de la misma universidad; hay
que agregar la entrega de cargos administrativos
para la “pandilla” que tiene nexos profusos con los
padrotes de cada decanato. Es muy común ver a
dirigentes estudiantiles que se hacen empleados
de la Universidad. De eso hay todo un
descomunal historial en la ULA. Y es tal la
barbaridad de este sistema electoral, que la UCV y
la ULA resolvieron integrar al universo completo
de estudiantes, aplicando el factor de alícuota al
total de los votos que recibe cada candidato.
Los borrachitos de la Reforma
De modo que para el profesor Choren, LUZ no
es más que un liceo magnificado nepotista y
provinciano,
totalmente
inhabilitado
para
reformarse desde dentro. Ninguna facultad quiere
hacerse el haraquiri. Comisiones para emprender
una reforma universitaria vienen intentándolas
desde hace décadas, porque Hispanoamérica es
rica y prolífica en reformas y revoluciones, que
nunca salen del papeleo y de las extenuantes
discusiones. Mientras más ignorantes son quienes
las prohíjan, más gastan en propaganda, más
pérdida de tiempo y de dinero ocasionan a la
institución.
El convergente Leonel Vivas14, siendo
vicerrector Académico, montó una de estas
14
Hoy flamante embajador de la Republica Bolivariana de Venezuela en
Australia. Este señor Leonel Vivas era el hombre que siempre tuvo
Caldera en la mira para nombrarlo Ministro de Educación, en caso de
tener que reemplazar a don Antonio Luis Cárdenas. Cuando comenzaron
a formarse los primeros cuadros de Convergencia, Leonel, que estaba a la
caza de encumbrarse hacia algún ministerio apenas dejase su Vicerectorado, entró en una pelea frontal contra quienes le pudiesen hacer
sombra en este movimiento calderero o calderista. El 28 de julio de 1993
escribió una desesperada misiva a los todopoderosos del chiripero de
Mérida, a los “señores Sergio Matamoros (quien es hoy
superquintarrepublicano), Eloy Dávila Spinetti, Pedro Izarra, Raúl
Arellano Moreno y demás dirigentes de la Convergencia Con Caldera.
Veámosla:
Presente. Estimados y queridos amigos: He tenido informaciones por
diferentes vías de lo que expreso a ustedes a continuación: 1 La
posibilidad de que el Dr. Alberto Newman encabece las listas de la
Convergencia para el Senado, Diputados o Asamblea Legislativa de
Mérida. Si ello fuere así, quiero manifestar mi total rechazo a cualquiera
de esas posibilidades, por razones que estoy dispuesto a defender pública
y privadamente, si el caso lo amerita. En efecto, considero que debemos
proceder con cuidado en la elección de nuestros candidatos para ser
consecuentes con nosotros mismos, con el Dr. Caldera y los lectores.
Pienso que no podemos, de ninguna manera, privilegiar a alguien con
posiciones que no se haya ganado ni hacerle regalías inmerecidas. El Dr.
Newman, por ejemplo, nunca conozco que haya estado comprometido
con la candidatura del Dr. Caldera o con los ideales y acciones de la
Convergencia. Múltiples razones tengo para hacer esta afirmación que las
expondré en la ocasión que convenga. Muchos consecuentes militantes de
la Convergencia tienen igual o más méritos que Newman, tanto políticos
comisiones, y lo mejor que se hizo fue comer y
beber de lo lindo, en las placenteras instalaciones
de San Javier del Valle. El rector Genry Vargas ha
montado la suya con el despampanante nombre
de “Comisión Coordinadora del Proceso de Cambio
Universitario”, integrado por vacas sagradas y los
mastodontes del podrido sistema universitario del
pasado (junto con algunos terneritos sagrados,
también). El día de la juramentación vimos a
Enrique Corao, quien fue acusado de haber usado
como intelectuales, para optar por estas postulaciones. 2 La posibilidad de
que el Dr. José Mendoza Angulo se integre a la Convergencia o que, al
igual que Newman, forme parte de los postulados a algún cargo de
representación popular por nuestro movimiento merideño, de manera
vehemente me opongo a cualquiera de estas posibilidades, lo cual
también estoy dispuesto, como en el caso anterior, a debatir públicamente
y privadamente. Las razones que tengo al respecto son tan obvias que no
vale la pena señalarlas acá. Sólo adelantaría que la presencia de José
Mendoza Angulo en la forma que fuere en las filas de la Convergencia,
sería vista por propios y extraños como un irritante y desagradable acto de
oportunismo político que causará mucho daño a la candidatura del
Presidente Caldera, a nuestros candidatos por Mérida y al propio
movimiento de Convergencia.
Al agradecer su atención, ruego a ustedes comprender mi actitud que no
es otra sino la de evitar cualquier tipo de desavenencias en un movimiento
político que tiene el alto interés de llevar a la Presidencia de la República
al Doctor Rafael Caldera. Fraternalmente, Leonel Vivas”. ¿Qué dirá ahora
este Leonel Vivas, cuando sepa que también con la V República está
trabajando José Mendoza Angulo?
unos pasajes dobles a Inglaterra, y quien
habiendo sido becado a Londres para obtener un
doctorado, regresó con las manos vacías. Para
empezar su bella reforma gastaron millones de
bolívares en vistosos y lujosos afiches, uno de
ellos emblemático de lo que harán: “No hay nada
más estable que el cambio”. Es decir, que
podemos perfectamente interpretarlo: los cambios
que se buscan son los mismos que se han
emprendido desde que Pedro Rincón Gutiérrez
comenzó su rectorado, y que ha mantenido a la
ULA empantanada por las mafias y los partidos,
por lo que seguimos y seguiremos muy estables.
Nacieron Jubilados y no dejan de joder
El profesor Alexis Romero Salazar de LUZ,
sostiene que uno de los grandes problemas para
lograr los cambios necesarios, es que los electores
universitarios vienen siendo los mismos de hace
30 años. De nada vale que se jubilen porque
siguen jalonando, con sus vicios y desmanes, a la
universidad hacia el foso del clientelismo y de la
manipulación. Es insólito, según Romero, que
estos líderes mantengan su condición de
académico en función del negocio de la política y
de las colocaciones que se ganan en los torneos
electorales. Si alguien se tomara la molestia de
averiguar cuántos trabajos han publicado quienes
monopolizan los rectorados, cuántas clases han
dado en sus grises vidas, veríamos desiertos
humanos, seres tullidos y sin imaginación. Es
increíble la cantidad de seres desalmados que la
política ha producido y produce en nuestras
universidades. El profesor Roberto López Sánchez,
de la misma Universidad del Zulia, afirma que en
LUZ hay 130 profesores que no dan ni una sola
hora de clase por encontrarse ocupando cargos
directivos, cuando en cualquier universidad del
mundo, sostiene, el dar clases es una obligación
que se cumple desde el rector hasta el último
profesor recién ingresado. Yo puedo asegurar, por
ejemplo, que el profesor David Fermín, quien fue
presidente de APULA, y se graduó con un
promedio de 11 puntos, en toda su vida en la
ULA, acaso si habrá dictado un curso desde que
se tituló. Pero se dio el gusto de entregar preseas
a profesores eméritos, estuvo a punto de ser
candidato a rector, manejó millardos de bolívares
como gremialista. Llegó a ser recibido como un
personaje de gran valor intelectual por obispos,
gobernadores, rectores y equipos rectorales, y en
casi todas las elecciones universitarias resultaba
imbatible. Lo que se llama un mediocre
carismático. Añádase el cáncer introducido por los
gremios y sindicatos que han engendrado un
personal que trabaja de 9 a 11 y de 3 a 5 (cuatro
horas al día de una jornada laboral que debe ser
de ocho). La concha de profesores a Dedicación
Exclusiva que apenas si dan sus clases, y que no
se les conoce una publicación, un trabajo de
investigación o extensión, y que cuando un
Consejo de Facultad les niega un ascenso usan el
recurso jerárquico para trepar (ascender a lo
macho).
¡Yo me atrevo asegurar que los rectores Felipe
Pachano y Genry Vargas, no han leído completos
sino chequeras y libros de contabilidad!
Buscadores de votos, que ambos llevan más de
veinte años perteneciendo a los Consejos
Universitarios de la ULA, y que nunca han hecho
nada. El día viernes, 2 de febrero, un periodista
del diario “Frontera” le preguntó sobre la fulana
reforma y contestó: “Consistirá en un gran evento
en el que permanentemente y mientras dure el
proceso, se estarán llevando a cabo conferencias,
foros, mesas de trabajo y un conjunto de
publicaciones
mantendrá
informada
a
la
comunidad universitaria acerca del desarrollo del
evento.” ¿Qué tal, el tío?
Dice enfático Genry Vargas que duélale a
quien le duela se procederán a realizar los
cambios que la ULA está exigiendo y se metieron
con el comedor estudiantil, lo que provocó dos
meses de disturbios en la ciudad de Mérida; unos
cambios que no los toque a ellos, ni a sus
privilegios en un ápice. Unos cambios que no
modifiquen en modo alguno esa flota de carros
lujosos que hacen parecer al edificio del rectorado
un hotel cinco estrellas de la Riviera francesa.
Una reforma que deje intacto el promontorio de
las asquerosas denuncias de corrupción que
esperan por justicia desde hace veinte o treinta
años: que imploren olvido por la espantosa
deforestación que hizo un decano de Ciencias
Forestales en Caparo; por lo del asunto de los
pasajes dobles de un alto funcionario presente en
la juramentación de la fulana comisión; por
cuanto destrozaron Pachano y sus hordas, por las
mil marramuncias ocurridas en la Librería
Universitaria,...
Algo típico de nuestros magnates universitarios,
sean rectores, vicerrectores, secretarios o
decanos, es, que a poco de ganar unas elecciones
se entregan con furia a realizar impresionantes
remodelaciones en sus aposentos. Usted verá que
mientras los laboratorios, salones y bibliotecas
permanecen abandonados, algunos desvencijados,
sin luces ni pupitres, sin reactivos o sin libros
básicos; sin las dotaciones adecuadas, en cambio
los recintos de los visires entogados se decoran
con lujosas alfombras, vidrios laminados,
abultadas y mullidas poltronas, descomunales
escritorios con los últimos gritos de la
teleinformática; con sus entradas muy bien
guarnecidas por pelotones de secretarias,
mayordomos o pajes, choferes, mantenidos o
adulantes de cualquier calibre y condición. Amén,
de que cada día no faltará alguien al que haya que
atender en algún fino restaurante, y del carro
nuevo que estrenará apenas se encarame en su
tabernáculo. Cuánta gente malograda, holgazanes
y palurdos, bostezando, leyendo y releyendo
periódicos, cuando no parloteando en grupos de
cuatro, o jugando barajas o truco, echados en un
sillón, esperando a que salga alguna autoridad
para llevarlo a un restaurante, a su casa, a una
reunión de partido. Y estos muy bien pagados
mayordomos, cobrando extra, mientras su jefe
consume su vida y la de los demás en aburridas e
interminables reuniones de amigazos y saraos.
UCV – CDCHT
Trataremos extensamente el asunto de las
investigaciones científicas y sus tramas o trácalas
en dos densos capítulos de este trabajo. Pero una
de las últimas bombas sobre el tema que nos
ocupa, nos viene de la UCV, esa institución que
flamea el adeco lema de “La Casa Vence las
Sombras”, que allí no hay sino oscuranas: Será La
Casa de Los Guisos, turbideces por donde se le
mire. A raíz de toma que se hizo en la UCV entre
abril y mayo del 2001, Giuseppe Gianetto, al
momento de recuperar su trono, se ufanaba que
las “comunidades” hubiesen hecho una labor de
patria, defendiendo su universidad. Unas
universidades todas plagadas de rectores
delincuentes, y mafiosos, convertidas en cuarteles
de los partidos desde hace cuatro décadas, ahora
y que defendidas por las “comunidades”. Cuando
aquí hasta las piedras venían clamando por un
cambio profundo de esos bastiones del derroche y
de la perdición, de esa oscurana que es la sombra
de todas sombras, festín de arreglos y desarreglos,
entonces, insisto, resulta que ahora quieren
aparecer como próceres, mártires o defensores del
saber. Y quieren meterle a uno ese chuzo de
papel, bien adeco por cierto, además de horrible,
“La Casa que vence las sombras”.
En cuanto a las oscuranas de los CDCHT (es
necesario referir que la ULA si es verdad que no se
anda con esa consigna de la casa que venza
sombra alguna, sino que la que se coge hasta las
sobras, bien gordas, por cierto): profesores que:
a) se llevan los equipos comprados a través de
los proyectos a sus casas (computadoras,
calculadoras, etc.)
b) compran equipos que jamás llegan a
instalarlos, y no obstante se les aprueba los
informes.
c) piden comisiones a las casas comerciales
para adquirir dichos equipos.
El otorgamiento preferencial, por parte del
CDCHT, de pasajes internacionales y nacionales,
se hace sólo a ciertas agencias de viajes de la
ciudad.
El diario “El Nacional”15, del día 5 de febrero del
2001, reseñó la renuncia de la secretaria general
del Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico
en esa casa de estudios, e inmediatamente se deja
al descubierto el uso del presupuesto en una serie
15
En un trabajo que recogen las periodistas Yelitza Linares y Marielba
Núñez
de
gastos
-"menores",
pero
difícilmente
justificables- como la compra millonaria de licores
para agasajos y la adquisición de obsequios
lujosos y electrodomésticos. Dice el reportaje que
la Contraloría Interna de la universidad no ha
encontrado signos de "manejos inadecuados",
aunque sí de "debilidades"
facturas de teléfono celular por más de 1 millón
de bolívares y 2 millones de bolívares pagados a
personal de confianza del CDCH por trabajos
extras en el Programa de Estímulo al Investigador.
Compras de cuadros, prendas de oro y otros
objetos, para ser entregados como obsequios. El
rector no se inmuta.
En este lío, lo primero que resalta es que el
rector Giuseppe Giannetto es un digno
representante de su clase. Se le entregan unas
series
de
documentos
con
registros
de
contabilidad del Departamento de Administración
del CDCH y en donde se encuentran compras de
prendas de joyería, neveras, artículos del hogar,
equipos de sonido, máquinas de coser, artículos
electrónicos
y
otros,
todos
cargados
al
presupuesto". Allí va el rector constando que se
han comprado nueve computadoras para la
Contraloría Interna de la UCV, lo que no compete
a las funciones del CDCH, sobre todo cuando se
vive chillando (palabra que le encanta al
Comandante) que el dinero es escaso y muchos
investigadores aún no han podido ejecutar sus
proyectos. El rector va pasando cheques y
facturas que hablan de gastos de bebidas
alcohólicas por más de 2 millones de bolívares,
En 1998, el CDCH de la UCV recibió la friolera
de 4,4 millardos de bolívares. En el 2000, 6,2
millardos. ¿Pero a qué viene tanto escándalo si lo
que se ha perdido en presuntas irregularidades
son apenas 30 millones de bolívares? Qué ganas.
Se descubre un préstamo por 3 millones de
bolívares a una empleada del CDCH para la
compra de su vivienda y la compra de regalos en
el primer semestre del año pasado, para el
coordinador del CDCH por 285 mil bolívares, y
para la secretaria general, Fulvia Nieves, por 262
mil bolívares. ¿Bueno y qué?, el rector Giuseppe
Giannetto se encoge de hombros. Qué buenos son
los italianos para los negocios.
Pero hay también retiros irregulares de una
cuenta
bancaria,
extrañas
"ayudas
institucionales"...
- ¡Pero yo realmente no veo evidencias de
irregularidades
en
relación
con
manejos
inadecuados de los recursos de la institución!
Es la reacción que comúnmente lanzan estos
protopróceres
académicos
en
situaciones
apretadas como éstas16.
La acusada de recibir golosinas en oro por
parte del director ingresó en el CDCH en 1984
como delegada principal de la Facultad de
Ciencias Económicas y Sociales. Se desempeñó
como secretaria durante tres períodos rectorales y
el año pasado fue ascendida a coordinadora, por
proposición del rector Giuseppe Giannetto, y con
el voto unánime del Consejo Universitario. Vaya.
Cuando se le preguntó que si lo de las facturas
era cierto, contestó que quisiera saber ella con
qué finalidad se presentaron. Seguramente era
para perjudicarla en lo personal. Cuando se le
inquirió de un mar de electrodomésticos que
estaba adquiriendo el CDCHT sin ser ésta su
misión, contestó: “Les entregábamos un obsequio,
en diciembre, a los trabajadores de los
16
El ministro adeco Héctor Navarro, en absoluto criticó esta aberración,
no obstante sí brincó como caucho, diciendo que era imperdonable que
hubiese profesores apoyando a los muchachos que tomaron el Consejo
Universitario de la UCV, en abril del 2001.
departamentos, a los miembros del Directorio, a
los delegados del Consejo, a las autoridades, a la
Dirección de Presupuesto y a los entes externos al
CDCH con quienes manteníamos contacto. A los
delegados les regalábamos maletines, cuadros,
agendas.
Al
personal
de
gerencia,
les
preguntábamos qué necesitaban; por eso aparece
en el informe una tosty arepa y otras cosas más.
Para
cubrirnos
institucionalmente,
le
solicitábamos a nuestro personal gerente que nos
dieran facturas de lo que les íbamos a obsequiar.
Eso fue una decisión del directorio del CDCH. Y la
periodista Marielba Núñez insiste:
- ¿Y la joya que costó más de 100 mil
bolívares?
- Yo cumplo años el 28 de marzo. No sé qué
animó a mis compañeros para hacerme un regalo.
Estábamos al final de una gestión y el
coordinador del CDCH consideró con uno de los
miembros del directorio comprarme una joya
como obsequio de cumpleaños. Querían que me
llevara algo de recuerdo. Esta es la joya (y mostró
una pulsera de oro). El mismo día que
presentaron la denuncia se me reventó.
- ¿Se compró con recursos del CDCH?
- Se compró con recursos de ingresos propios
del CDCH.
- ¿Y las otras joyas, de las cuales también hay
facturas?
- No recuerdo bien, pero cuando las
autoridades rectorales anteriores se fueron, le
compramos un collar de perlas a la secretaria de
la UCV como reconocimiento a su gestión; y a los
rectores y vicerrectores les regalamos bandejas y
tazas de plata, por el apoyo que le dieron al
Consejo.
- ¿No le parece grave que se utilicen los
recursos de la universidad para hacer regalos
personales, mucho más cuando se habla de
crisis? Lo común en cualquier empresa o
institución es que esos regalos salgan del bolsillo
de cada uno.
- Estoy de acuerdo. En el 99, cuando se
comenzó a sentir la crisis, se suspendió esa
política. Desde que asumí la coordinación no se
cumple esa práctica.
- Pero usted era secretaria ejecutiva de la
gestión anterior.
-Era una política del directorio completo...
-De la cual usted formaba parte...
-Era una política del directorio que se
suspendió en el 99.
En relación con los pagos extras al personal
de confianza, incluyéndola, señaló que se trató de
una bonificación especial otorgada a quienes
trabajaron en horas extras y fines de semana, en
la evaluación y administración del proceso de
apelación
del
Programa
de
Estímulo
al
Investigador. "Eso no forma parte de las funciones
del Consejo, por lo que el Directorio acordó
otorgar la bonificación", precisó.
También justificó la adquisición recurrente de
bebidas alcohólicas: "Forma parte de la política
del CDCH hacer bautizos de sus publicaciones,
que cuando los celebrábamos en diciembre, los
acompañábamos con un brindis. De la misma
manera, conmemoramos, como lo hacen todas las
instancias de la UCV, los 40 años del CDCH, y eso
fue aprobado por el Directorio.
Pero para el rector Giuseppe Giannetto el
contenido de estas denuncias le duelen porque el
CDCH es la estrella insigne de la UCV. Pero
observa: "Si se comprueba alguna irregularidad,
de normas, de procedimientos administrativos y
contables, hay que subsanarla. Eso sería un
reparo administrativo que no tiene que ver con
despilfarro ni corrupción. No creo que se trate de
eso, por los recaudos que vi y por las personas
que están allí; ha sido gente muy honorable".
Y cual otro de su clase, cuando la periodista lo
embiste: - ¿No le parece grave que un Consejo de
Desarrollo Científico haya usado el dinero de la
Universidad para comprar relojes cucú, tosty
arepas, cuatro neveras, una lavadora o una
batidora?, salta cual Felipe Pachano de la ULA:
“No sé si el reloj cucú es para la oficina; pero si
ellos compraron un horno microondas o una
nevera para una cocina kitchenette, que sería
usada por los empleados del CDCH, es normal.
Al insistir la periodista:
- Pero se adquirieron electrodomésticos y
joyas que sobrepasan los 100 mil bolívares.
Responde: La compra de joyas y de
electrodomésticos no está contemplada en ningún
tipo de reglamentación en la administración
pública, pero aquí en el rectorado y en el
vicerrectorado tenemos una nevera y un pequeño
horno microondas que usamos las autoridades y
el personal secretarial. Eso no tiene que ver con
corrupción.
- Sí, pero ¿qué va a hacer el CDCH con una
lavadora y una tostadora?
- Tengo que esperar el informe definitivo de la
Contraloría Interna. Si este informe indica que
hay irregularidades administrativas, vamos a
proceder de acuerdo con lo que indique la
Contraloría y lo vamos a elevar al Consejo
Universitario.
- El CDCH depende del vicerrectorado
académico. ¿Cuando usted fue el vicerrector
académico estuvo al tanto de estas compras?
- No. El presidente del CDCH es el rector, y el
presidente del directorio es el vicerrector
académico, pero el manejo administrativo del día
a día está en manos de la Coordinación y de la
Secretaría General del Consejo. Debo confesar que
cuando conocí esta denuncia, también me
sorprendí.
- La profesora Lamanna dice en su carta de
renuncia que abandona el cargo, entre otras
cosas, porque constató "que los corrillos de pasillo
acerca de la administración del CDCH son
verdad". ¿Conocía esos rumores, rector?
- Hasta conocer esta denuncia, el CDCH era
para mí y para toda la comunidad un organismo
emblemático, a menos que la Contraloría indique
lo contrario. Ha sido un buque insignia que se ha
tomado como ejemplo por su funcionamiento, y
que ha sido copiado por otras universidades. Si yo
me hubiera enterado de esto, hubiera procedido
como lo he hecho en otros casos.
- ¿Cómo se entiende que usted mismo se haya
encargado de proclamar que la Universidad no
tenía recursos para la investigación y que se
presenten estas denuncias de despilfarro?
- Debemos esperar el resultado de la
auditoría, porque ¿cuántas denuncias falsas no
hay por allí? No estamos escondiendo nada. Si se
evidencian
irregularidades,
tomaremos
las
acciones que haya que tomar, como lo hicimos en
el caso de la Biblioteca de la UCV, que nos llevó a
la Fiscalía a formular una denuncia en la
Dirección de Salvaguarda. No creo que este sea el
caso del CDCH.
- ¿Usted duda de las denuncias?
- Sé que se compró una nevera, una lavadora,
un reloj de pared. De repente, fue porque
quisieron darle un presente al personal, por una
labor determinada; pero, si quisieran motivar a los
empleados no me parece que lo más apropiado
sea regalarle una lavadora. Lo que se acostumbra
es comprarles una agenda electrónica, una
calculadora, algún presente; porque estos gastos
están prohibidos por la normativa de la
administración pública. No lo estoy justificando ni
avalando. Si hubiera sabido que el presente para
obsequiar a los empleados iba a ser una nevera o
una lavadora, me hubiera opuesto en el
Directorio.
El último balance arroja17 un total de 12,5
millones de bolívares otorgados en préstamos
personales a 16 empleados; 9,5 millones gastados
en adquisición de obsequios; 24 millones de
bolívares ejecutados en la compra de alimentos y
bebidas... entre enero de 1996 y diciembre de
2000, y de una minúscula caja chica. Y todo
porque a estas alturas no existe un manual de
normas
y
procedimientos
administrativos
contables y de control interno.
Es muy normal en estos casos que se detecten
comprobantes de cheque sin soporte, errores de
17
Reseñado por Yelitza Linares en “El Nacional” del 5 de marzo del
2001.
codificaciones contables y comprobantes sin la
firma autorizada. Un total de 49,5 millones de
bolívares correspondientes a esta partida se
ejecutaron en alimentos y bebidas, obsequios,
préstamos al personal y pago de estacionamiento
sólo en el CDCH de la UCV.
En la cuenta de "alimentos y bebidas"
entraron facturas registradas como "gastos de
almuerzo de Secretaría general por 43.000
bolívares" o "fiesta de fin de año por 1,7 millones
de bolívares (al cambio de 1997), "agasajo,
alimentos a empleados fin de año, por 2 millones
de bolívares" (1998) o "100 hallacas de fiesta de
despedida" por 190.000 bolívares (1998). La "cena
de despedida del director (en julio de 2000) le
costó a la UCV 1,5 millones de bolívares, según
los anexos entregados por el contralor. En los
últimos cuatro años, el CDCH gastó en "alimentos
y bebidas" entre 5 y 6 millones de bolívares
anuales18.
estímulos a jefes de departamentos; obsequios
para
directiva
de
CDCH,
vicerrectorados
académico, administrativo y rectorado; dos
lavadoras; electrodomésticos y hasta se le cargó al
consejo la compra de "dos conjuntos de niños"19.
Además, "se constataron préstamos a
funcionarios, por vía de excepción, para solventar
situaciones personales no aprobados en el
Directorio", según se apunta en el informe. De los
12,5 millones de bolívares otorgados en préstamos
al personal entre 1998 y 1999, 6 millones no se
han reintegrado al Consejo.
En lo referente a los obsequios, la Contraloría
obtuvo
nuevas
evidencias:
regalos
correspondientes a nacimientos de hijos de
empleados, matrimonios y cumpleaños, así como a
En esta reseña de Yelitza Linares se ventila un
hecho que parece darse en casi todas las
universidades nacionales, los nexos de familia
entre quienes detectan muchos cargos dentro de
una misma institución. Dice Yelitza que el informe
del contralor de la UCV, Pedro Rosales, también
hace un aparte sobre los "nexos familiares que
existen entre el personal que labora en el Consejo
de Desarrollo Científico y Humanístico", hecho en
el que se incumple lo establecido en la Ley
Orgánica de Hacienda Pública Nacional, en su
artículo número 123, en el que se establece: "No
18
19
Ibid., textual de Yelitza Linares.
Ibid.
podrán ser empleados de una misma oficina de
Hacienda los cónyuges ni las personas unidas por
parentesco de consanguinidad en la línea recta
(abuelos, padres e hijos) ni en la colateral hasta el
cuarto grado inclusive (hermanos, tíos, sobrinos,
primos), ni de afinidad en la línea recta
(esposos/as) ni en la colateral en el segundo grado
(suegros, nueras o cuñados)".
Lo que no dice el informe del contralor es que
38 empleados, de los 61 que están en la nómina
del CDCH, tienen lazos de familia dentro de la
institución, y para ser más específicos, lazos de
sangre, según informó una fuente vinculada con
el centro que promueve las investigaciones en la
UCV. "Hay hermanos, padres e hijos, y cuñados
que están trabajando aquí", precisó la fuente.
Melindrosos y falsos
Es como una cárcel o un campo de
concentración
o
manicomio,
con
seres
desintegrados que deambulan por aulas y pasillos
como si unos con otros no tuviesen nada que ver
con los papeles y cargos que ejercen ni mucho
menos con el país. El fin prioritario es tener un
sueldo y repetir ad nauseam uno o dos cursos
cada año. La VERDAD, la realidad espantosa de
las cosas parecen no molestarles en lo mínimo. No
se está en una universidad para discutir
VERDADES, ni para plantearse por qué se vive
dentro de una institución harto manipulada,
trampeada y cuyas funciones esenciales han sido
tergiversadas por intereses particulares o de
grupos. No entiende uno por qué estos seres que
viven con una realidad tan chocante, moralmente
repugnantes reciban premios académicos, se
llamen a sí mismos investigadores o intelectuales
y acepten de vez en cuando embozarse con togas y
birretes para que los grandes negociantes y
manipuladores de estas instituciones les den
reconocimientos y les bendigan sus obras y
creaciones. No se puede creer ni aceptar que
quien se incline ante tamaña barbarie sea creador
alguno, mucho menos hombre. Por ello nuestras
universidades están tan relajadas y degradadas,
porque lo que prevalece es la MENTIRA, el
disimulo, el negocio, la debilidad, la cobardía y la
maldad. Una universidad por excelencia debería
ser el santuario de la VERDAD, y las nuestras lo
son de las componendas y del silencio
(complicidades) ante las injusticias más insólitas.
Para el filósofo Julián Marías, la verdad es el
fundamento de la vida humana, el elemento en
que se mueve cuando no se olvidan sus
primordiales principios ciudadanos; por eso es el
fundamento de la convivencia, lo que la hace
posible y asegura su carácter humano; es la
capacidad para expresarla; si nos falta se produce
su degeneración hacia una u otra de estas dos
posibilidades: la cosa o el rebaño.
Y por ello la universidad venezolana es un
rebaño que no hace nada o muy poco por evitar
los errores, y se pliega con facilidad a cualquier
ofensiva a favor de la mentira. Cualquier persona
dentro de una universidad venezolana que se
atreva a mantener una verdad, de inmediato se
verá hostilizado, atacado, catalogado de loco20, de
resentido y desadaptado social. Esto impone el
miedo y tras él la crueldad del silencio y del
rechazo al que se oponga convivir en ese espeso
pantano de negocios y manipulaciones impuesto
por los mandamases de negras escafandras.
No se perdona ver el error ajeno. No se
perdona la crítica porque perturba el negocio de
20
Por yo haber atacado la aberrante conducción de la APULA, varios
profesores de la Facultad de Humanidades escribieron sendos artículos
por la prensa catalogándome de loco; entre ellos Silvio Villegas (ex
presidente de APULA), David Fermín (ex presidente de APULA) y
Roberto Donoso (Director de Publicaciones de la ULA bajo el gobierno
de Genry Vargas).
los grupos de poder que dominan en estas
instituciones.
La mayoría se encoge de hombros y
simplemente dice: “No me consta”, como tampoco
hace el menor esfuerzo por enterarse. Entonces
todo se torna impotencia, un ambiente de
irrespirable indiferencia hacia los males que
brotan por doquier, y ve uno cómo los malvados
se van apoyando sobre esta indiferencia,
haciéndose fuertes incluso para condenar al que
se ha atrevido a denunciar las diversas
trapacerías y delitos.
Lo que hace que la gente honrada se aparte y
viva en medio de una permanente cautela ante
todo lo que huela a oficialismo. El escenario
entonces queda tomado por los descarados y los
facinerosos. Por eso los facinerosos prosperan en
estos medios y van ascendiendo en privilegios y
“méritos”.
EQUIPOS RECTORALES
Al lado de las falacias surge el ritornelo de
cada año, de cada mes, de cada día: no hay dinero
para investigar. Que los gobiernos son indolentes
ante el atraso educativo de la nación. Estas
críticas las hacen aquellos que se suponen
constituyen una parte vital y seria de nuestras
universidades. No obstante, estos mismos señores
nada dicen del mundo de estropicios y
barbaridades que ante sus propias narices
cometen los equipos rectorales y los Consejos
Universitarios (verdaderos círculos herméticos en
los cuales se ha venido cocinando la más grande
degradación moral de las últimas cuatro décadas).
Paséese por los anaqueles de los archivos
secretos de estos centros, por los miles de
documentos que llegan a su Consejo de
Apelaciones, por los informes de la Secretaría... Se
suscita en el seno de un Consejo Universitario
una discusión sobre si un decano de la Facultad
de Ciencias Jurídicas (prof. Andrey Gromiko
Urdaneta) obtuvo o no una maestría (hace 20
años y con la cual ha ido escalando posiciones en
ULA) en la Universidad de Bruselas; en lugar de
exigírsele el documento al instituto europeo donde
este señor pasó varios años estudiando, se somete
el caso a una votación en la que el decano resulta
exculpado de la falta en cuestión21. La polémica se
21
Al igual que nuestros gobiernos, los Consejos Universitarios tienen
siempre extremado cuidado al proceder con sanciones contra algún
personaje de peso, pues la soga condenatoria aterra a todos sus miembros.
hace especiosa. El señor decano no quiere (o no
puede mostrar su título) y dice que se le ataca por
intereses políticos. Solicita una rueda de prensa y
toca dominios particulares donde se “destapa” que
uno de sus denunciantes, el profesor Enrique
Corao, ex Secretario de la ULA “delinquió” al salir
de Año Sabático haciendo uso de un doble pasaje
Mérida-Caracas-Londres-Caracas-Mérida.
La
acusación toca directamente a gente de su tolda
como el profesor Julio Flores Menessini (ex
candidato al vicerrectorado Administrativo) quien
presuntamente prevaricó en el asunto de los
pasajes22.
Por ello cuando se descubre un desquicio nos sale tan costoso: largos
remitidos que nadie entiende salen entonces por la prensa para decir que
el caso se analizó y fue tomado en cuenta, ¡pero a nadie se sanciona!
Como una simple muestra, véase el soberbio remitido del Consejo
Universitario del 19-1-98, aparecido en Frontera, en donde nadie queda
sancionado por una pavorosa explotación y venta de madera que hizo la
ULA (con una extensa deforestación realizada en la Estación
Experimental de la reserva de Caparo) sin autorización del Consejo
Universitario y sin contrato de compra-venta.
22
Pocos días después de que aparecieron estas denuncias por la prensa, el
señor Corao encabezó una manifestación por la DIGNIDAD universitaria.
Tengo este documento de la acusación que ante el Juez Segundo de
Primera Instancia en lo Penal (con copia a la Fiscalía General de la
República, al Juez Rector de Mérida, al Presidente del Consejo de la
Judicatura, al Presidente de la Corte Primera de lo Contencioso
Administrativo y al Presidente de la Sala Penal de la Corte Suprema de
Sólo, digo, resaltan cuando se toca a ciertos
señores del alto poder universitario, de otro modo
las irregularidades hubiesen permanecido ocultas
y secretas. Cuando se quiere “reventar” a alguien
que se atreva acusar a los poderosos, sobra
dossier de donde sacar los más horribles y
espeluznantes delitos. Por este menudo lío se
denuncia ahora que el profesor Mario Peralta
“ingresó como profesor a la ULA de manera
irregular” – según el señor Andrey Gromiko
Urdaneta - en virtud de unas cuestionadas
medidas de Mistajá23; “es un exiliado argentino
que jamás ha presentado un trabajo de ascenso y
Justicia) hace el profesor David Díaz Miranda contra el profesor Enrique
Corao. Y para que se vea que en nuestras universidades todo es lucha de
poder entre grupos políticos, apenas triunfa Genry Vargas, éste de nuevo
incorpora a Corao en un alto cargo, ¿por revancha?, precisamente en el
cargo que antes detentaba David Díaz Miranda. La historia redundante,
digo.
23
Como Venezuela suele ser muy generosa con los inmigrantes, en los
años sesenta, algunos extranjeros dijeron tener títulos universitarios, pero
que en sus países de origen se los habían destrozado las dictaduras (no
quiero decir que este haya sido el caso particular del doctor Mario
Peralta). Y sin problemas fueron admitidos como profesores en nuestras
universidades. Generosidad que ocasionó graves perturbaciones en
nuestra educación superior. Con lo de las Medidas de Mistajá se
confeccionó otra tronera legal por la que los politiqueros ingresaron sin
concursar en nuestra casa de estudio.
que de 40 horas de trabajo sólo cumple dos”24. Se
le ha abierto un expediente por golpear a un
estudiante y a pesar de que vive presentando
permisos
por
enfermedad
éstos
no
le
imposibilitan, según su decano, para viajar a
Bélgica sin los correspondientes permisos del
Consejo de Facultad. El doctor Jorge Albornoz,
quien por su parte adversa al decano Urdaneta,
en pleno mandato del rector Genry Vargas, ha
dicho que la ULA se está convirtiendo en un
burdelito barato.
Al profesor Alfredo Angulo, según el decano
Urdaneta se le ha abierto expediente por fraude
académico al utilizar indebidamente una tesis de
maestría para ascender a la condición de
Asociado.
Uno de los rectorados más denunciados por
corruptos, fue el de Felipe Pachano (le decían
ciertos perros rabiosos, ansiosos ellos de volver
por sus fueros: Filipillo Pillo). No había día en que
por la prensa local no apareciese algún desquicio
cometido por el Consejo Universitario o por el
equipo rectoral en conjunto. Se llegó a conformar
24
Véanse declaraciones del profesor Urdaneta al diario Frontera del día
14-1-98.
una comisión constituida por tres decanos, Inés
Benavides, de Arquitectura; Ceres Boada, de
Forestal, y Patricio Jaspa, de Odontología para
calificar los cartapacios de denuncias y
averiguaciones que debía conocer posteriormente
la Fiscalía del Ministerio Público. Batió record la
suscripción y ejecución de contratos celebrados
entre la ULA y la Empresa Exportación de Madera
Doña Bárbara (Exmadobarca) para la explotación
de la reserva forestal de Caparo25[1]. Entre los
delitos más resaltantes se encontraban: el
sobreprecio en la venta de unos terrenos en
Zumba (donde la ULA pagó, según el profesor
Simón Alcántara, 600 millones de bolívares por
encima de su precio real), la venta de los
Laboratorios de Provinfar (vendido también, según
el mismo Alcántara, con sobreprecio), el alquiler
irregular de un Club de Judo que además había
sido subarrendado para sacarle un dineral al
inmueble. El canon total de arrendamiento por
parte del Club, por ejemplo, para 1999, fue de 8
millones de bolívares, y para ese mismo año, el
Club lo subarrendó, dividiendo el espacio en 372
locales, alquilándolos con cobros mínimos de
220.000, otros hasta por un millón.
También se ventiló mucho la usurpación de
vicerrectorado administrativo por parte de Edilio
Villegas26 y de su jubilación de modo ilegal. El
asunto de las jubilaciones ilegales cunde como
arroz: ahora tenemos la del actual director de
Publicaciones de la ULA, Roberto Donoso, quien
se jubiló seis años antes de lo debido. Para que se
vea hasta dónde llega el cinismo del rector Genry
Vargas (en el caso de Donoso, un director bajo su
rectorado) en el informe que envía a la Contralor
Clodosbaldo Russián denunciando los desmanes
de Pachano, le hace mención al oficio Nº 1102001
de fecha 03-02-01, suscrito por la profesora
Nancy Rivas de Prado, Coordinadora de la OAP,
en el que señala que existen 11 profesores que
hicieron estudios de Postgrado y que incumplieron
el Artículo 77, Numeral 9, del Estatuto de
Personal Docente y de Investigación, aunque se
establece que “Los Profesores deben servir a la
26
25[1]
Para esta estafa véase al final de esta sección, el artículo “DE
CARNICERO A MADERERO”.
Villegas le había quitado fraudulentamente el cargo a Menessini, y el
caso tuvo que ser llevado a la Corte Suprema de Justicia. Nadie sabe
cuánto sufrió Menissini procurando recobrar un cargo que consideraba se
le había arrebatado irregularmente. Las universidades nacionales viven
hundidas en pantanos de amañadas elecciones.
Universidad por lo menos con la misma
dedicación, con que disfrutó de la beca, por un
tiempo no inferior al doble de la donación de la
beca”; aquí se señala evidentemente el caso de
Roberto Donoso.
Menessini,
hoy
vicerrector
administrativo,
hablaba de tener que pasar la vergüenza de que
un fiscal del Ministerio Público procedente de
Caracas estuviese investigando hechos de
corrupción en nuestra universidad.
Ese mismo cinismo se refleja en el caso de la
quiebra de la Librería Universitaria, con tres
sucesivos fracasos, en 1997, 1998 y 1999, y
donde prestaron servicios orondos personajes que
hoy también se lo prestan al rector Genry Vargas.
Allí se detectaron cheques firmados en blanco y la
emisión de trece giros para tapar deudas y
faltantes, y gastos de 331.426 para un fiestón de
despedida que se le hizo al gerente (por cierto hoy
también enchufado con la V República). Se
comprobó, que en una muestra aleatoria sobre
370 títulos registrados como disponibles en el
inventario, 55 no aparecieron, y la gerente
interventora de esta Librería está solicitando
acciones contra una ex empleada de la misma que
se llevó doce millones de bolívares.
Siguen las mafias de toga y birrete, picando y
extendiéndose, que llegan a tocar a la UNET, la
cual es denunciada por la ejecución de contratos
suscritos con la empresa “Inversiones Martino
Herrera CA”, y “Obras y Servicios EM”...
Se hablaba de la dificultad de las
averiguaciones por el forjamiento que se había
encontrado de algunas actas. Con mucha fuerza
se hablaba en febrero del 2000, de una posible
intervención de la ULA, y el mismo Julio Flores
La denuncia a la Fiscalía contra Pachano la
llevaba en gran parte el ex rector José Mendoza
Angulo27, en su calidad de Presidente del Fondo
27
Empantanado por lo de FUNDAULA y los terrenos de la Vega. Con
cada rector saliente se adelantan en los tribunales denuncias por robos,
estafas, malversación de fondos, misterios con traslados injustificados de
partidas... Insistimos: don Joaquín Mármol Luzardo demanda a Perucho;
Perucho demanda a José Mendoza Angulo, éste a Pachano; Pachano hace
lo mismo con el equipo de Michel Rodríguez (y aquí salta lo de la
jubilación doble del ex rector Néstor López Rodríguez); ahora Genry
Vargas ha destapado ante la Fiscalía un mar de delitos cometidos por
Pachano.
Por cierto, que cuando llevé a mi programa de radio “Plomo Parejo” a
Felipe Pachano, para que respondiera por las acusaciones de corrupción
que le hacían, me dijo: “¿Por qué no averiguas los poderosos intereses
que cierta banca tiene con el vicerrector Administrativo Julio Flores
Menessini?” Me habló de apoyo para los gastos electorales que se
de Jubilaciones. Allí se habla específicamente de
la adquisición de un lote de terreno no urbanizado
de 140.983 metros cuadrados al señor Germán
Celis con un sobreprecio de 2.000%. La
transacción, según el informe que se presenta, la
realiza fraudulentamente el mismísimo Pachano.
Por otro lado también se denuncia que el mismo
Pachano en nombre de la ULA le compra a
Laboratorios Provinfar CA, representada por su
director Pedro Rodríguez, una serie de equipos
con más de diez años de uso, con un sobreprecio
de 150 millones de bolívares, saltándose a la
torera la debida aprobación del Consejo
Universitario. Esta denuncia la hacen el doctor
Moisés Troconis y el decano de Farmacia Alfredo
Carabot, el 15 de julio de 1998.
Cuando todas estas denuncias corrían como
pólvora, el rector Felipe Pachano se encontraba en
una gira por Asia con el presidente de la bendita
revolución bolivariana, Chávez, gozando de más
de 8 millones de bolívares en viáticos. Téngase en
cuenta que una de las razones por las que más se
busca ser miembro de un equipo rectoral, decano
o director, ya lo he repetido, es viajar al exterior y
avecinaban y de un apartamento por el que este Vicerrector no pagaba
alquiler alguno...
cobrar viáticos en dólares. Pachano es un
furibundo fanático del fútbol, y qué casualidad
que cuando el Mundial se escenificaba en Francia,
se las ingenió para asistir a unos de estos eventos
académicos en París.
Todas las denuncias arriba señaladas, eran
banderas del grupo de Julio Flores Menessini y
Genry Vargas, quienes se estaban promocionando
políticamente
para
seguir
en
el
cogollo
universitario de la ULA, y lo consiguieron. Y si
Pachano ha de ir a la cárcel, también debe hacerlo
Julio Flores, quien era nada menos que su
administrador, y por fuerza tenía que firmar
cuando la plata salía. En cuanto volvieron a coger
el coroto, Vargas y Flores Menessini, en las
últimas elecciones del julio del 2000, parecen
haber olvidado los abominables actos de
corrupción del grupo que les antecedió. ¿Era sólo
un recurso electorero para hundir al candidato
oficialista, Léster Rodríguez?
Al
mismo
tiempo
se
destapaban
podredumbres similares en la Universidad de
Carabobo: los profesores Jorge Finol y Dinarle
Ortega junto con el estudiante Luis Nieves
reactivaban sus denuncias contra el rector de esta
casa de estudios, por asignación de obras
fraccionadas a un mismo contratista, incluso a su
hijo, sobreprecios, sobrefacturación, falsificación,
dilapidación y malversación de fondos, viáticos,
fraudes, ...
Y como veremos a lo largo de este trabajo,
estas perlas apenas constituyen minucias casi
indignas de ser mencionadas frente al prontuario
de otros delitos que iremos mostrando.
Pero para empezar veamos la siguiente crítica
del profesor Oscar Quijada:
EL DESPELOTE EN LOS ASCENSOS
Oscar Quijada28
Hace ya mucho tiempo que los Consejos
Universitarios junto con sus equipos rectorales
mataron en mí el amor por la Academia.
Literalmente siento asco por el inmenso despelote
en los trabajos de ascenso que no son sino trabajos
de AUMENTO. De aumento de sueldo, claro. Y lo
que me indigna es que estos criminales y orondos
personajes que se achinchorran en el rectorado
dizque a administrar nuestra universidad de
manera ponderada, lo que hagan sea pervertirla
28
Miembro del personal docente y de investigación del Departamento de
Matemáticas de la Facultad de Ciencias, ULA.
aún más obligando a los profesores a ser jurados
de trabajos de ascenso violando la LEY DE
UNIVERSIDADES.
Tengo entendido que más del 80 por ciento de
los profesores de la ULA que han ascendido a
ASOCIADOS, lo han hecho violando la LEY DE
UNIVERSIDADES, expresamente en su artículo 96
que reza que para ascender a esta categoría es
necesario ser doctor. Entonces, cómo han cundido
los llamados trabajos tapa amarilla para ascender.
Si hace unos años nos decían que estas
universidades parecían grandes liceos, qué no se
dirá ahora con ese montón de chinos (amarillos)
deambulando por nuestras aulas y pasillos,
haciendo relucir sus pomposos títulos como
profesores ASOCIADOS y TITULARES.
Claro está que aquí se pone en juego lo del
maldito asunto electoral que nos ha degradado
tanto, porque entre nosotros no se persigue la
preparación seria y exigente porque eso cuesta
mucho, sino el relajo, la disipación, el ocio. Nos
hemos vuelto demasiado blandengues y si antes
nos suplicaban los estudiantes dos puntos para
llegar a diez, y pasar, y se les concedía como quien
da una limosna, lo que ahora se estila es hacerse
el loco y en cuanto se recibe un trabajo de ascenso
para el nivel de ASOCIADO o TITULAR, aunque el
postulante no sea doctor, la regla ES CERRAR LOS
OJOS y también hacerse el loco y echar hacia
delante con el arreo de inmoralidad y bajeza
intelectual.
Pues bien, estos señores que ya ascendieron,
qué les va a importar tener un título de doctor de
ahora en adelante. Ni tontos que fuesen para
sacrificarse estudiando, puesto que ya han
obtenido lo que querían y lo que les ha costado a
otros seis o siete años en bibliotecas, en consultas
con sus tutores y quemándose las cejas. Esto lo
que quiere decir es que se deben entonces eliminar
los programas de doctorados en Venezuela porque
no hacen falta, no se exigen, no sirven para nada.
Ustedes verán cómo esa gente que metió sus tapas
amarillas se echan a pudrir en sus poltronas, sin
ánimo ninguno de superación, porque esto es una
vagabundería, un festín para el manguareo y la
rochela, consentidos por el rector y compañía. De
seguir así, la “Universidad de la Caña”29 va a
quedarle grande a la nuestra.
29
Así hay un bar muy escandaloso y de mala muerte en pleno centro de
Mérida.
Lo que estremece es el cinismo del Consejo
Universitario, que en lugar de ponerles coto a estos
crímenes, decide reglamentarlos violando la LEY
DE UNIVERSIDADES. ¿Por qué se hace esto?
Sencillamente porque es la única manera de que
los burócratas y politiqueros sin talento ni
condiciones para el estudio, puedan ir ascendiendo
y logrando méritos académicos, y como son ellos
los que conforman las consabidas comisiones.
¿Cómo es posible que en la reglamentación
impuesta por el Consejo Universitario en el artículo
165 se añada que para ascender no es vital tener
título de doctor sino “o en su defecto la maestría, o
grados equivalentes”? Luego conforman esta
tronera por donde puedan meterse los consabidos
ociosos de cualquier fórmula rectoral, y por allí el
resto de mediocres que están ansiosos por
ascender: “para ascender a asociado podrán suplir
los siguientes méritos: 1- Haber recibido algún
premio de una institución nacional o internacional,
pública o privada, académica o de otra índole...”
Debería solicitarse una intervención de ese
montón de chatarra con tapas amarillas agolpadas
en el edificio Administrativo y lavar con creolina de
una vez por todas nuestras universidades.
Ahora bien, los que ascienden de esta manera
irregular deberían en delante abstenerse de usar la
ley para ampararse cuando algo lesione sus
derechos, pues han violado la ley y están
totalmente inhabilitados para hacer uso de ella.
Este costoso y espantoso acto de corrupción
amparado y aupado por las autoridades
universitarias
y
sus
alcahuetes
Consejos
Universitarios es razón suficiente para que en una
Nación seria se les exigiese la renuncia y fuesen
expuestos al escarnio público. No son universitarios
sino vulgares negociantes de votos que procuran
cuidar sus propias imágenes y no la de la
ACADEMIA.
¡Criminales!, ¡criminales!, ¡mil veces criminales
ustedes, señores del Consejo Universitario que
están empantanando, desgarrando, prostituyendo
y desquiciando a nuestra universidad con sus
posturas,
con
sus
indecibles
actos
de
prevaricación!
Esta generalizada estafa a la Nación con
escalafones fraudulentos en todas las facultades
provoca una parálisis moral escalofriante. Claro,
cómo va alcanzar la plata si quienes están
obligados a administrarla bien consienten el crimen
de despilfarrarla a manos llenas violando la LEY
DE UNIVERSIDADES. ¿Qué hace la Contraloría
Interna de la Universidad? ¿Cuál es la función de
los empleados de la Contraloría General de la
República que ocupan una fastuosa oficina en el
edificio Administrativo?
Y la Universidad pasa a otro equipo rectoral, y
el Alma Máter o Muerta, sigue igual o peor.
¡Renuncie señor Felipe Pachano! ¡RENUNCIE
VICERRECTOR
CARLOS
GUILLERMO
CÁRDENAS! ENTREGUEN LA UNIVERSIDAD A
GENTE QUE NO LE TIEMBLE EL PULSO PARA
HACER CUMPLIR LA LEY. ¡A GENTE SIN
PARTIDOS!
¡VAMOS, TENGAN VERGÜENZA Y RENUNCIEN!
La Autonomía, parte del negocio...
La idea de Autonomía universitaria quizá se
remonte a la época de Luis XIII, cuando la
Academia francesa formada por su propio
impulso30 no estaba subvencionada, y por tanto,
tampoco sujeta a las disposiciones del Estado.
Cada vez que un honorable miembro de nuestras
universidades habla en público, dos palabras son
30
Diccionario Filosófico de Voltaire.
infaltables en su discurso: Academia y
Autonomía. La primera, para que a la institución
que representa se le “respete” y la segunda para
que se le permita “disponer de sus recursos como
a ella le venga en gana”. Un cuadro que encaja
perfectamente en la estructura de las mafias. Y
que debe quedar claro que a la autonomía no se le
debe violar como tampoco dudarse de su
imperiosa y sagrada función; lo de académico es
la honorable fachada con la que los mandones
guarnecen sus misteriosos y relajados aposentos.
Allí os encontraréis blindados por banderas,
próceres, santos, sabios y “portaaviones” de
cualquier calibre y tamaño.
DE RECTOMANÍA O REPTÓMANOS
Estos reinos (rectorados) junto con sus
principados (decanatos) rectos y relumbrantes,
cuidan con esmero, lo relativo a las apariencias.
Para ello es imprescindible hacerse de unas
cuantas vacas sagradas en los preámbulos de
todas sus declaraciones al asumir el poder. Las
consagran en el Aula Magna bajo juramento para
que les armen una reforma universitaria,
advirtiéndoles, claro, que ni por asomo les vayan a
tocar sus garbanzos, tocinos, majaretes y
¡CHORIZOS¡,... ni las prebendas y negocios que
desde los tiempos del imperio romano tienen
reservados para sus francachelas, los “relapsos”
de la rectomanía. Y que se tomen todo el tiempo
que quieran para que el que venga atrás arree. Es
El Escorial (de los disminuidos Felipillos que por
allí pasan) de la más rectal de todas las escorias,
digo la caca que dejan estas vacas, y de otras
boñigas...
De tantas reformas que hemos tenido ya
nuestras universidades son todas unos trapiches,
y se ven en ciernes las futuras vacas, terneros
hoy, que viven jalando por los rectorados. En
ningún otro lugar se prostituye tan rápida la
juventud como en nuestras universidades, hasta
tal punto que cuando un joven meritorio va
aturdido y le confiesa por ejemplo al doctor Luis
Hernández lo mal que se siente por encontrarse
en un antro tan nauseabundo, éste le aconseja:
“Resiste por un tiempo todo ese veneno, y cuando
salgas de aquí vomítalo. Más jodidos estamos
nosotros, los profesores”.
Pobres las eminencias que nos visitan que en
pocos días también terminan contaminadas, que
los meten a empellones a comer y a beber sin
descanso para que se enteren de nuestros
grandes proyectos siempre in progress. Al fondo
de estos robustos palacios, las boñigas de los
soberbios burros se confunden con el mar de las
carrozas (con carroñas) y las berlinas imperiales
en cuyos interiores revientan los vientres,
redondos de tóxicos floridos, de eructos y petardos
soberanos, con la infaltable nube negra de pajes y
vacas agradecidas. Burros y Vacas. Hubo un
Felipe I y ha seguido otro que bien pudiéramos
definirlo como Felipe –I, pero que llamaremos
como el otro que murió de mal de piedras. Hijo del
rey Carlos I o V. Este Felipe morirá de dispepsia,
atareado y atormentado con las tripas y los
incontrolables pedos que lo ponen a morir.
Lamentablemente el pretexto autonómico es lo
que prima en la bestialidad, conjuntamente con la
intromisión de los partidos políticos, ¡porque
quien puede entonces fiscalizar un recto puede
salir cagado! Un recto por definición es
inauditable, si no que lo diga la Contraloría
General de la República que nunca ha podido.
Y por ser autónomo mucho menos. Cuánta
pompa con la mentada meritocracia: hinchados
los vientres del caciquismo y de la manipulación
chusquera en cincuenta años de Reptopactos,
engrasando claustros y ventilando gases.
La reptoautonomía que por su lado ha
alimentado
la
superpresencia
de
grupos
dominantes en los consejos universitarios y en los
centros decanales, casi siempre los menos
capaces y los menos preparados moral e
intelectualmente. La eficacia de los pícaros
retropropulsores
de
fantásticos
proyectos:
cuadradores de votos, de fórmulas, de concursos
de oposición, de manejos torticeros y oscuros
negocios. Claro. Y como a los gobiernos así les
conviene porque de estos lodos aquellos polvos...,
lo de autonomía convirtióse en DESAFUERO,
vientres llenos, cocos vacíos y memez protocolar;
lo académico
FALSEDAD.
en
horrible
PEDANTERÍA
y
Trocóse lo de buscar el saber en “saber votar
bien”. En cumplir los acuerdos sobrentendidos de
justas y torneos electorales. Amparados con los
más débiles o mediocres, la mayoría. A paso de
bostezadores.
Nunca nuestras universidades han sabido
administrar una pulpería, ¡pero son autónomas¡
Nunca han sabido ser competentes para
seleccionar a los profesores, a sus empleados y
obreros, ¡pero son autónomas! Sus anaqueles
donde se guardan los trabajos de ascensos, tesis
de grado y de investigación, están plagados de
fraudes y plagios, ¡pero son autónomas¡
En palacio, como en todos los palacios, con
las artes trepadoras de San Mamón: en lo alto y
sin calzón. Es decir, mientras más suben, mejor lo
muestran. En verdad nunca pueden ser vencidos,
ni habrá perros más rabiosos aferrados a sus
presas. Si alguien merodea por allí es de la misma
especie. Así destruyeron al nada honorable rector
Felipe I, y ayer los que fueron acusados de hechos
dolosos, han vuelto por sus fueros.
Nuestras universidades han sido autónomas
para malgastar, para derrochar, para permitir que
la institución sea demandada, ultrajada y
burlada: profesores delincuentes que fueron al
exterior por un doctorado regresaron sin él, y
nunca se les pudo sancionar, pero siguieron
mecate arriba, en virtud del negocio del voto y del
clientelismo ascendiendo hasta hacerse titular.
Como momias deambulan, sin rumbo fijo, 93
profesores en la ULA, bajo la denominación de
“Reincorporados en Principio”, que no saben en
qué palo ahorcarse. Autónomas para jubilar. Para
promover paros y huelgas. Para fuero-sindicalizar,
juerguear, embozalar, holgazanear, piratear,
plagiar,
jalar,
chanchullear,
compadrear,
rebuznar (reformas), juramentar (jumentos),
viajar, vivalapepear, prebendear, protestar...
Nuestras universidades han sido autónomas
sin jamás haber competido por los fondos en el
mercado. Nunca fuimos ejemplares administrando
nada:
¡Todas
sus
empresas
quebradas!
Expoliadas. Y sus orondos directores, perdonados,
premiados, adorados. Autónomas para nunca
tener discrecionalidad en el uso de las cataratas
de plata que se les entregan. Autónomas para
parir la mayor producción de botarates, imbéciles,
ladrones y canallas.
¿Por
qué
nuestras
universidades
se
estremecen cada vez que les tocan el asunto de la
AUTONOMÍA si como digo, ella misma está
secuestrada por los partidos? ¿Y si además dicha
autonomía contribuye a la censura? ¿Autonomía
para que tengamos las autoridades que siempre
hemos tenido, bajo la ristra de censurables actos
de dolo y malversación de los dineros del Estado?
¿Para que persista el sistema electoral que ha
venido llevando a los altos cargos no precisamente
a los más preparados, y que va engendrando ese
pelotón de altos funcionarios que día a día han
ido empeorando al país con sus decisiones?
Este deprimente cuadro ya se veía venir a los
comienzos de la presente democracia, hace
cuarenta años.
El
eminente
catedrático,
doctor
José
Izquierdo, quien por sus múltiples prendas sí
merecía el título de académico (mas no el de
academicista) escribía: “Nunca me han gustado
las academias porque me parecen centros de
vanidad y de egoísmo y hasta impropias de una
república... Siempre he aconsejado a mis
discípulos abstenerse de entrar en la Academia de
Medicina; pero son rarísimos los que acatan este
consejo, pues el oropel, el relumbrón, prevalecen
en el ánimo de los jóvenes ansiosos de sonar de
alguna manera. Los aspirantes a académicos se
emulan en lastimosa mendicidad de votos. Deseo
que usted jamás caiga en esa tentación...”31
Pues bien, presa la universidad de los partidos
políticos ello la incapacitó para sancionar
conductas detestables, reñidas con los valores
académicos y con la propia dignidad humana. La
universidad venezolana dejó de ser autónoma
desde los años sesenta, cuando comenzó a
dictársele cátedra desde los movimientos políticos
que deseaban convertirla en sus cuarteles porque
esto suponía dar créditos a sus banderas y a los
ideales que sustentaban. Lo lamentable fue, que
quienes tomaron estas luchas como profesión
dejaron de estudiar y el saber pasó a ser para
ellos lo importante. Y comenzó a gestarse un odio
solapado hacia la disciplina, el trabajo creador y
lo académico, pues su brillo ofendía a sus líderes.
Entonces,
adrede,
la
fueron
matando,
degradando, a la universidad.
31
De la correspondencia privada del doctor Pepe Izquierdo al doctor
Carlos Chalbaud Zerpa, y prestada al autor por este último. Se publica
con permiso del doctor Carlos Chalbaud Zerpa.
Fue cuando comenzó a relucir ese montón de
criminales peticiones como lo de reincorporar a
estudiantes incursos en el Reglamento de
Repitientes; o la obscena banderita de solicitar
que se ingrese en la universidad sin prueba
alguna de admisión; o el mamarracho de la
eliminación de los exámenes finales; o la feroz
protección que dan los líderes a quienes cometen
desafueros, pues para ellos, los alumnos y
profesores menos capacitados deben ser los más
ferozmente protegidos y mantenidos por la FCU32.
Y esas insólitas huelgas de cerebros caídos
durante meses, con aulas, laboratorios y
bibliotecas desolados, porque así les gustan a la
mediocridad de nuestros mandones. Qué decir de
esas estridentes campañas para que a los
“estudiantes” (que no estudian) se les dé sin tener
que pagar nada, pasaje, comida, atenciones
médicas, mientras se echan 15 y 20 años
haciendo una carrera. Las paredes de las
32
Unos dirigentes, vagos, de la Escuela de Geografía, plantearon la
exigencia de presentar un examen recuperativo por cada parcial, además
del diferido, y cuando se trabaja con evaluación continua, esto es, sin
final ni reparación. Si tomamos en cuenta que hay cursos que sólo tienen
5 horas, de 45 minutos cada una, a la semana, esta exigencia se llevaría
cerca del 25% del semestre, en detrimento de las clases que se deberían
dictar.
universidades viven empapeladas con consignas
amenazantes de: “¡No a los tickets del pasaje
preferencial!”, “¡No al pago de los buses de la
ULA!”, “¡No al aumento de los servicios del
comedor!”, “¡No a la exigencia de 15 puntos de
promedio para poder hacer uso del comedor!”,
“¡No al aumento de la inscripción!”, etc. Y
concluyen:
DEFENDAMOS
NUESTRAS
CONQUISTAS. LOS ESTUDIANTES PRIMERO.
¿Qué resalta de ella en estas cuatro últimas
décadas de corrosiva putrefacción que no sean
quemas de carros, un mar de repitientes crónicos,
una desolación en las aulas, bibliotecas y
laboratorios (por demás arropados con gonfalones
reivindicativos que paralizan nuestras actividades
durante varios meses cada año)? Y una dirigencia
estudiantil parásita, insuflada por la acción de los
partidos y que degrada los principios de la
llamada academia. Con una pésima formación de
profesionales. Con un cuantioso capital que se
invierte en educación sólo para que ésta se haga
cada vez peor.
No podemos seguir de metástasis en
metástasis: reducida la vida universitaria a un
torneo inacabable de insultos entre gremios y
ministros de Educación, y abajo entregados
nosotros sus profesores a la eterna espera de un
bono extra, a la rancia rutina de dictar un curso,
al fin de una jornada de trabajo sin otro destino
que el anuncio de una nueva huelga, paro o el
premio de una nueva reivindicación. Es necesario
sacar del fondo de nosotros mismos, con un
esfuerzo formidable, las fórmulas de la renovación
que se nos están exigiendo. No hay un mapa
definitivo para una salida; hay que construirlo con
el esfuerzo persistente y perseverante del que no
espera otra cosa del porvenir que trabajo y más
trabajo. Carecen nuestras universidades de un
POR QUÉ, aunque demos clases, pergeñemos
notas y estructuremos tareas, mientras no
podamos insertarnos en un plan armónico con el
país, con su desarrollo. Lo de país suena casi
ajeno a nuestras funciones. Los pobres
muchachos están allí para que dentro de poco
salgan a abultar las cifras del desempleo, del
clamor social, de la delincuencia, de la
inseguridad. Como no tenemos un POR QUÉ nos
hundimos en la divagación de mil CÓMOS. Hay
miles de doctorados que son fraudulentos
convertidos en CÓMOS para que luego
contribuyan a la ruina y la chatarra que se
pudren en anaqueles y depósitos viejos.
El único POR QUÉ que nos domina y tortura
es la liquidación cuando nos jubilemos, las
perspectivas monetarias cuando dejemos atrás el
tráfago pesado y penoso de nuestros rancios
trabajos universitarios.
¿No estremece acaso oír que algunos
aventajados jóvenes estén reclamando que de este
tránsito por la universidad sólo estén sacando la
rémora de nuestra vejez? No vamos a dejar un
desierto intelectual o académico, que sin duda sí
hay algunas obras de valor y un esfuerzo positivo,
sino que la atención a lo relativo del aspecto
humano que debe redundar en beneficio de
mejores condiciones morales y espirituales, no
está siendo atendido y no está dando resultado.
¿Por qué pareciéramos estar lisiados para
emprender un cambio que claman hasta las
piedras? Ahí frente a nosotros la incuria, la
prepotente injusticia de los diarios estropicios que
relumbran por los medios de comunicación, y no
se hace nada. ¿Vamos a esperar una jubilación
sin haber realizado un último gesto, un esfuerzo
de voluntad para procurar un cambio en este mar
de desalentados? ¿Es que puede existir acaso en
la calle, en nuestra casa, en el aula o el
laboratorio un consuelo superior al bien supremo
de acabar con este pantano en el que venimos
chapoteando desde hace tanto tiempo?
EL CASO LEONEL VIVAS
Hemos tenido catedráticos, señores del equipo
rectoral, que han solicitado de manera pública
censurar la crítica que se les haga por los medios
impresos, y el gran conglomerado de la
universidad no ha dicho nada al respecto. Esta
posición condujo a presiones sobre el obispo
Baltazar Porras, quien decidió expulsar de la
dirección del diario El Vigilante al doctor
Eurípides Moreno. Destituido por dar cabida a los
que criticaban la mala administración de nuestra
universidad. Uno de los que llevaron la voz
cantante en esta censura, fue el entonces Leonel
Vivas, hoy flamante embajador de la República
Bolivariana de Venezuela en Australia.
Leonel Vivas buscaba un bello ramaje para
elevarse (ahorcarse, digo), pero lástima, como era
egresado del Pedagógico Nacional (como Antonio
Luis Cárdenas), no podía ser contratado en la
ULA. No tenía título universitario o equivalente a
licenciado. Pero para eso estaba Perucho, quien se
preguntó: ¿Cuál es?, y los graduó a los dos, en
seis meses, de licenciados en Humanidades,
mención Historia. De historia, como veremos,
Leonel sabe lo que yo de constituciones.
Graduados este par de orondos personajes,
ingresan como contratados, pese a que los
expertos califican este hecho como viciado de
nulidad absoluta. En todo caso, este primer paso
fue suficiente para que quedaran archivados en la
memoria retrovisora y alcahueta del doctor
Caldera (léase José Vicente Rangel).
Ya vimos cómo Leonel Vivas fue chiripero de
Caldera, que no cesaba de hacerse promoción
para altos cargos y que así como el ex recto José
Mendoza Angulo confeccionó su ascenso en la
política de partidos otorgándole un doctorado
Honoris Causa a Gonzalo Barrios, Leonel intentó
lograr su estrellato publicando una bazofia en las
ediciones del libro menor (y bien menor) de la
Academia de Historia. Y un día de aquel
Rectorado, en el que estaba enchufado Leonel,
nos enteramos de que al morisquetero de la
historia venezolana, Guillermo Morón, también
recibía de la ULA su caramelo: Doctorado Honoris
Guasa (Causa, digo). Pero Leonel pertenecía al
grupo de Pedro Rincón Gutiérrez y como este era
de los nostálgicos de izquierda y había conseguido
encamburarse con Caldera (siendo primero
ministro y luego diplomático, y ratificado por José
Vicente Rangel), pronto las piezas del viejo
chiripero se movilizaron para hacer de Leonel una
flamante cucaracha bolivariana.
No olvidemos que el señor Pedro Rincón
Gutiérrez puede decirse que fue del Frente IbáñezMatos: pieza de lujo de los periplos que
disfrutaron a todo dar Lusinchi y su barragana;
estuvo con ellos en Japón y Argentina. José
Vicente lo quiere, porque Perucho siempre
aparentó ser de izquierda (como nuestro
canciller). Residuos de la vaina aquella de los
“nostálgicos”, digo.
Por el mismo camino andaba el otro
ultrachiripa Alirio Liscano, premiado por Caldera
con un consulado (en México), de los que tuvo
“valor” para salir de primero, el 4-F de 1992,
defendiendo por la TAM a la podrida Guanábana.
En cuanto ganó Chávez viró ciento ochenta grados
y se hizo también bolivariano, ratificándolo como
diplomático José Vicente Rangel. La verdad es la
verdad y no hay como cambiarla. Allí están los
hechos para la eternidad. Alirio Liscano decía: “Yo
no me considero sólo un diplomático de
Venezuela, sino también de la Universidad de Los
Andes, y voy a colocar a Simón Bolívar en el
tiempo presente”. Vaya.
Leonel Vivas era un enjuto y apocado ser, que
vivía deambulando con un maletincito verdoso por
los pasillos de nuestra universidad; parecía un
vendedor de féretros, siempre buscando votos
para postularse para algo. Fue Secretario de la
ULA, gremialista en la APULA, miembro de equipo
de softball de su facultad y vicerrecto, permitiendo
toda clase de desmanes cuando la ULA nadaba en
desastres administrativos, como aquí cuando se
hable de los fraudes arqueológicos. De los que
celebró la destitución del doctor Eurípides Moreno
de la dirección del diario El Vigilante, porque con
ello se censuraban cuantos artículos criticaban a
la prostituida ULA. Pero ellos eran tan puros que
en cuanto salieron reventaron mil bubones
sifilíticos y se instauró Felipe I, quien iba a por lo
mismo, es decir, a lo suyo.
Metió baza, digo, don Leonel, en los fraudes
arqueológicos capitaneados por Jacqueline Clarac
de Briceño para que no se le investigase y se le
sancionara, no respondiendo ninguna de las
comunicaciones que al respecto se le hicieron.
Alirio y Leonel echaron alas con Caldera y con
el empuje de José Vicente Rangel ahora vuelan
como cucarachas.
Lo peor de Leonel Vivas es su pasmosa
ignorancia sobre nuestra cultura y sobre nuestra
historia. Cuando Guillermo Morón regentaba la
Academia de Historia como una factoría, como les
conté, dándose bomba, bañándose en whisky,
viajando y tragando a dos carrillos, y
coleccionando reconocimientos como quien recoge
chapitas, le publicó a Leonel Vivas una bazofia. Yo
le dije en aquella ocasión a Leonel, admirando su
audacia (y disimulo intelectual) que iba a llegar
mucho más lejos que Antonio Luis Cárdenas; que
se preparara porque un día cualquiera algún
encumbrado imbécil lo premiaría haciéndolo
ministro, senador o embajador. Premonitorio.
La barbaridad que escribió se titula "Por los
callejones del viento", editado por la Academia
Nacional de la Historia (El libro menor, Nº 180,
1991). En la contraportada se señala que el libro
narra el proceso de fundación de Altamira de
Cáceres, cumplido en 1577, bajo el mando del
capitán Juan Andrés Varela, y pretende de veras
recrear la época, pero nos entrega una versión
atestada
de
anacronismos
insólitos
e
indescifrables anacolutos. Libro que ya habrá
destrozado la poca historia que nos queda,
reforzando la confusión, la abundante y
perniciosa distorsión cultural que hoy nos ahoga.
Comienza
hablando
de
aquellos
conquistadores: "Con su inconfundible acento
peninsular..." (pag. 11). Primer estropicio: Tal
"inconfundible acento" no existía, porque lo que
había era acentos regionales: andaluz, extremeño,
castellano, navarro, gallego, catalán, etc.
De inmediato pasa a describirnos a la
Mérida que teníamos, a dos décadas de haber sido
fundada. Para recibir al mandatario "los zócalos
se remozaron, ventanas y puertas fueron
limpiadas, las calles se veían muy aseadas,
materos con variadas flores..." (pag. 11). Resulta
que ya teníamos "potentados merideños",
pretende impresionar diciendo que la gente
exhibía sus mejores atuendos con "sombreros y
trajes nuevos" (p. 12). ¡Qué trajes nuevos, si es
bien sabido que los conquistadores vestían
harapos que daban lástimas y risa a los recién
llegados de España.
De inmediato comienza en la narración una
bebedera de vino español (de Rioja), que incluye
las páginas 12, 15, 27, 28, 47, 51, 58, 65, 70, 71,
96, 113, 122, 123 y 124, de modo que aquella
vaina parece la inauguración de los Juegos
Universitarios, o una toma de posesión de las
autoridades rectorales (estas tomas de posesión
cuestan una fortuna y suelen hacerse en el hotel
la Pedregosa). ¿Se habían trasladado a Mérida
(luego de pasar por Cartagena, Bogotá, Tunja,
Pamplona...) los viñedos de la provincia de
Logroño? ¡Qué barriles de vino, señor (ni para
beberlo sin medida como dice Leonel, además de
exquisiteces como jamón serrano y queso
manchego), iban a tener aquellos conquistadores,
que a duras penas si podían cargar con las
pesadas armas que llevaban! Se llegó a dar el caso
de conquistadores que se desembarazaron hasta
del oro por las inmensas adversidades que
padecían y este señor nos los coloca llevando por
lo menos media tonelada de barricas de vino cada
uno. Y este es el hombre que ha escogido José
Vicente Rangel para mandárnoslo como nuestro
representante a Australia. Anda.
Luego, para continuar sus inventos dice que
el "camino real, desde la Punta hasta la entrada
del pueblo", fue "reempedrado, de manera
impecable" (p. 12), lo cual es completamente falso,
pues para esa época no estaba empedrado, mucho
menos lo iban a reempedrar. ¿Será que por allí ya
pasaban las atestadas gandolas con jalabolas de
William Dávila Barrios que ya habían destruido
nuestras calles? Habla de la Plaza Mayor "rodeada
de edificaciones", con faroles, lámparas y
candelabros (p. 55); "calles, servicios y otras y
diferentes obras públicas" (pags. 13 y 18), cuando,
según Juan López de Velasco, en 1571, Mérida
tenía 30 vecinos apenas, y las casas eran de
bahareque y paja. Según Fray Pedro Simón,
Mérida en 1610, sólo tenía 10 casas de tapia.
Nos coloca altos dignatarios eclesiásticos,
cuando se tendría tal vez a un cura. Y llega a la
puerilidad insólita de molestarse por el "insidioso"
Juan de Maldonado, quien "peyorativamente"
denominó "Rancherías de la Sierra Nevada" a
Mérida.
¡Qué vaina tan buena!
Y desata entonces la manía, de anteponer en
su discurso, el nombre de los conquistadores o del
gobernador, al del Rey (p. 13). En la p. 14, nos
habla de "aplausos y bulliciosas expresiones de
asombro" dentro de una iglesia, y el gobernador
contestándole, en pleno templo, la homilía al cura.
Pero donde su agudeza sacude las bases del
idioma castellano, es cuando coloca en labios de
los conquistadores la palabra USTED (acuñada
apenas en el siglo XVIII); y estampa sin rubor este
párrafo dicho por Cáceres: "Señor que viváis aquí,
para yo tener el placer y la confianza de
encomendarles... Y tenerlo a usted también aquí,
Don Hernando" (P. 22). Ocho veces la palabra
USTED en boca de los conquistadores.
Así y todo uno termina encariñándose con
tantas estupideces que anda uno ansioso por
saber cuál será la próxima barrabasada.
Un poco más adelante nos habla de
"millares y millares de cimarroneras de ganado
vacuno" (p. 23), ¿pero señor, en 1577 cuántos
hatos había en los llanos venezolanos?; el ganado
cimarrón se formó con las reses escapadas de los
hatos. ¿Y qué tal, cuando este señor hablando de
Varela, dice que éste tenía "fe de carbonario"?;
tiene gracia la barbaridad; quizás en las
penumbras de su memoria había escuchado
alguna vez algo que le hablaba de "fe de
carbonero", que hasta los escolares entienden en
todas partes, pero no, él le coloca "fe de
carbonario", cuando lo de carbonario era una
sociedad secreta, más bien atea y liberal (fundada
en Italia el siglo XIX), y que carecía precisamente
de la fe que el señor Leonel le quería adjudicar a
Varela y Cerrada. ¡Qué bueno! En Australia van a
coger palco, y a lo mejor nos pare otra obra
superior, para que aquí volvamos a coger palco.
Donde nos volvemos a reír es cuando de
Varela se apodera el penetrante deseo de
regresarse a TODA CARRERA (por mar) a España
(p. 33).
Como está dominado por el prurito
burocrático, pone a aquellos desarrapados
conquistadores confiriendo medallas y pergaminos
en pleno páramo (p. 51), y echándose luego
briosos tragos de rioja. Uno cree que de pronto
van a nombrar una comisión para la redacción de
un remitido público (por El Vigilante) o decretar el
otorgamiento de un Honoris Causa a Varela. Pero
una de las mejores partes es cuando un indio
("ladino", porque todos son ladinos), se muere de
mal de páramo, aun siendo de la región.
¿Y qué tal estas bellas metáforas?: "filosos
impulsos de su corazón aventurero" (p. 52); "el
canto de la lechuza, triste y acogedor, lo arrulló"
(p. 53); coño, los murciélagos también deben
arrullar con sus chillidos. "Allí las mulas y
caballos respiraron." (p. 65), para indicar que al
fin descansaron, y "los indios apearon sus
morrales" (que ellos mismos llevaban), ¡miércoles!,
qué bello uso del verbo apear; "los primeros
asomos de un sol perezoso que bostezaba para
levantarse" (p. 85) ¡Horrible!; "estoico capitán en
franca denuncia de conmovedor adiós" (p. 56)
parece que leyó demasiado a Alberto Jiménez Ure.
El show sigue, pues aquella conquista
parecía una carrera de caballos que colocan a
unos tipos con grandes caracoles "con boquillas a
manera de guaruras con los que iban gritando
continuamente a fin de hacer retirar a quienes
caminaban hacia ellos, porque si de pronto se
topaban se perdería una de las dos caballerías" (p.
95); nadie es capaz de entender esto, pero uno
presume que el señor Leonel está preocupado
porque entonces no había fiscales de tránsito en
los caminos para evitar choques. Y el humor
mantiene su nivel, pues nos muestra a unos
soldados matando picures, lapas, paujís y pavas
con arcabuces (p. 132). ¿Dónde carajo se habrá
visto que deba elogiarse a un tipo porque haga
reír a todo el mundo en las peores
circunstancias?, y así lo escribe (p. 107). Pues, un
extremeño tenía esta virtud, y don Leonel lo
coloca como el paño de lágrimas de muchos.
Ciertas personas adjudican a cualquier risa un
don maravilloso, desconociendo que en ocasiones
ésta suele ser extraordinariamente vulgar.
No sabe don Leonel el significado de la
palabra ENCOMENDERO (ni siquiera la buscó en
un diccionario), algo capital para cualquiera que
realice, aunque sea una tarea escolar, y se atreve
la Academia Nacional de la Historia a publicarle
un libro sobre la fundación de uno de nuestros
pueblos. ¡Qué audacia! En la p. 63 dice que
Varela y su gente llegaron a unos bohíos y tres
casas que constituían las encomiendas de
Tabay... "Los tres encomenderos estaban también
en el lugar, para testimoniar al capitán (Varela)
sus respetos..." (p. 64). Sin ninguna duda este
señor confundió (fatalmente) encomenderos por
encomendados.
Un sabio, residenciado en Mérida (a quien
llegó este libro a sus manos), dijo: "Nunca he visto
tanta mierda junta, y merece que algún gobierno
nuestro tendrá que premiarlo con alguna
embajada". ¡Bingo, se dio!
Entre los anacronismos más resaltantes se
encuentra el de colocar a los conquistadores
cargando con cobijas (de bayeta de lana apenas
confeccionadas en Londres el siglo XIX), toldos de
lona y tiendas de campaña (p. 38); la presencia de
“una cinta filmada en los recuerdos de Varela”; del
uso de la medida de peso KILO (apenas
introducido a principios del siglo XIX); por
primera vez en el mundo encontramos a
conquistadores usando catalejos; nos habla de
CUELLO DE MIURA (p. 57); la palabra miura fue
acuñada en 1842. Como pareciera estar dominado
por la sugestión que en las narraciones ejercen las
juergas, el señor Leonel nos pone a los soldados
disfrutando del ritmo de zarzuela, y no sabe que
esto ni es danza ni es tonada, sino una especie de
obra dramática y musical que data del siglo XVII y
que adquirió su carácter popular a mediados del
siglo XVIII. No sólo esto, sino que es tal la
ambigüedad en la escritura del señor Vivas, que
llega a dar la impresión de que confunde a la
zarzuela con un instrumento; escribe: "ya habían
aprendido (los indios, ¡qué valor!) a gustar el ritmo
de guitarra, zarzuela y zapateo". (p. 71).
El origen de la guitarra se remonta al siglo
XVI, y no como la conocemos hoy día; recibió tal
nombre en el siglo XVII, y sólo fue perfeccionada
con seis cuerdas en la segunda mitad del siglo
XVIII. Sería un verdadero hallazgo (mejor que el
de la placa lítica encontrada en el cerro de Las
Flores por Jacqueline Clara de Briceño), si don
Leonel llega a conseguir a algún cronista de Indias
que nos mencione el uso de la guitarra, durante el
siglo XVI.
Es muy común esta clase de anacronismos
en escritores noveles, poco informados y no
documentados; ¿cómo se justifica que estas
barbaridades las haya escrito nuestro Vicerrector
Académico, con la anuencia del director de la
Academia Nacional de la Historia, Guillermo
Morón? Pues por lo mismo que hoy José Vicente
Rangel lo manda de embajador a Australia.
Revisar a medias los horrores de este libro
necesitaríamos unas trescientas páginas; pero
para terminar señalaremos otros detalles, para el
caso en que el señor Leonel decida corregirlo (para
una segunda edición): "remarcar" (NO, señor
embajador, es insistir) (p.14); "tierras a
atravesar", (No señor, debe usted decir: camino a
seguir (p. 26 y 39); ¿Y que son "estrategia a
seguir" (p. 30)?, ¿"jornada a venir" y posición en
"tijeretas" (p. 31)?
También estampa: "la empresa a llevarse a
cabo" (47); "servicios a cumplir" (p. 51);
"chequear" (esa vaina era una giradera de
cheques, lo que le gusta, p. 50); "llanadas" (p. 51);
"junto a su caudillo" (p. 53); "se observaba a la
perfección (p. 57); "camisa tres cuartos de
manga" (p. 59); "peñuscos" (por peñas) (p. 59);
"el río recobró su habitual compostura", (p. 61);
"cuartocreciente" (p. 72) "visteados" (por ver) (p.
76); "el lugar de la primera pernocta" (p. 61);
"lomerías" (por lomas) (p. 81); "cultivos de papa
que en abundancia en los contornos habían"
(p.87); "tortuosas topografías" (¡Vaya expresión,
para un hombre de profesión Geógrafo!) (p. 89); "a
verdad decir" (p. 91); "presencia entrépita"
(102); "espada en cinta" (por espada al cinto) (p.
118); "picherrería" (p. 125); "arreo de ébanos
africanos" (refiriéndose a esclavos, cuando arreo
se usa para mulas o caballos) (p.139).
Alguien me reprochaba el otro día mis críticas,
por este nombramiento de Rangel, y me decía: A
lo mejor fue Chávez quien se leyó ese libro de
historia, él que es tan amante de nuestros
antepasados, le gustó. Quién sabe.
¿Pero entonces – le respondí - por qué no lo
contrataron para que escribiera la vida de
Zamora, Simón Rodríguez o la de Bolívar? Fíjate
que Alirio Liscano se dejó de pendejadas y salió
corriendo a sacar el suyo sobre Bolívar (“Tres
perfiles de Simón Bolívar”) que se lo están
traduciendo al inglés en la embajada de Venezuela
en la India. ¿Por qué en la India?
Igualmente me dicen que Perucho (Pedro
Rincón Gutiérrez) en lugar de jamones, melones
(le encantan los melones) o quesos de Rumania,
en su próxima visita nos va a sorprender con un
libro sobre una visión rumana del Libertador.
Cuando leía este libro "Los callejones del
viento" que muy bien pudiera llamarse
"Cagajonera sin cuentos", apareció un artículo de
Leonel Vivas haciendo una apología de unos viajes
del rector Michel Rodríguez a Francia. Es que
estos señores de los equipos rectos nacieron
marcados para viajar. Esta gente que se gana la
lotería cada cuatro años en elecciones para luego
botar millones viajando.
Cuando se atacó al rector Michel Rodríguez
por la viajadera que tenía, y por ello Leonel Vivas
cogió una arrechera de los mil demonios, él estaba
montando su propio periplo por el mundo: UNA
VISITA A DOSCIENTOS BECARIOS QUE SE
ENCUENTRAN REGADOS EN EL EXTERIOR.
¿Cuántos países se iba a echar al buche? ¿Cuánto
tiempo en el exterior? ¿A cuánto remontarían
aquellos viáticos, desembolsados en dólares?
¿Pero, quién autorizaba estos dispendios sin
nombre para hacer un saludo a la bandera,
existiendo Correos Electrónicos, teléfonos, FAX y
muchos otros mecanismos, de alta comunicación
tecnológica? ¿Es que había que ver al señor
vicerrector Académico en cuerpo y alma por
aquello del verbo encarnado? Pero este personaje,
ahora como nunca, gracias a la benévola mano de
José Vicente Rangel, está gozando en Australia,
de lo que más le gusta.
¡Viva la Revolución Bolivariana!
Y cuando dejan los equipos rectorales,
cansados de viajar y de acumular plata en dólares
por los viáticos que les salen, saltan (o asaltan) a
los ministerios o se hacen representantes de los
pueblos, embajadores o asesores de Bancos, y
continúan con las francachelas y con las farsas.
¿Quién iba a pensar que seguirían sacándose la
lotería con Chávez? Moros Ghersi de rector a
senador; José Mendoza Angulo de rector a
senador, luego ministro de Hacienda (y
últimamente se ha conformado con ser presidente
de otra vaina que maneja mucha plata,
FONPRULA, Fondo de Jubilaciones de los
Profesores y con un alto cargo en la V República);
Perucho fue ministro y ahora embajador. El rector
Néstor López Rodríguez es hoy diputado a la AN.
Todos
supercuadrados
con
los
métodos
politiqueros del pasado, que Chávez ha dicho más
de mil veces que quiere enterrar.
En fin, con razón, el señor Vivas tenía que
guardar profundo silencio con respecto a los
"fabulosos hallazgos" de la señora Jacqueline
Clarac de Briceño, pues los suyos, no eran,
indudablemente, menos importantes. ¡Qué bellas
universidades,
las
nuestras,
pobladas
de
parroquianos tan insignes! Quiera Dios que
nuestra Mérida nunca merezca el nombre de
Ranchería de la Sierra Nevada, y que siga el rector
viajando y el vicerrector académico Leonel Vivas
encomiando
estos
viajes,
y
llamando
“parroquianos” a quienes los critican. Esta es la
revolución del señor Chávez, por la que tanto un
grupo de venezolanos nos jodimos de veras,
cuando toda esa gente como Leonel Vivas era real
y furibundamente antichavista. Ese es su
proyecto con el que nos piensa sacar de abajo y
hacer la verdadera justicia que se reclama,
premiando a los jenízaros del pasado, porque José
Vicente Rangel así lo ha decidido.
Sobre este señor Leonel Vivas habría que
escribir otro Tartufo como el de Moliere. Cuando
William Dávila Barrios, para forrarse, presentó
aquel monstruoso invento de urbanización
llamado Chama – Mérida, apareció nuestro
filósofo, haciendo críticas al proyecto. Lo hizo
desde una pulpería de la ULA, llamada UFORGA.
Dice el ingeniero Jorge Carrero: “UFORGA es una
unidad técnico-ambiental que creó la ULA con
figura jurídica para realizar estudios y asesorías
ambientales fuera del ámbito de la Universidad y
de la misma formaba parte muy clave Leonel
Vivas, por cuanto era el único geomorfólogo de la
Unidad y la mayoría de los problemas del
conjunto residencial Chama-Mérida son de esa
índole”. Decía Leonel entonces que el asiento de
ese desarrollo urbanístico presentaba serios
riesgos físicos o ambientales, como el doble
abanico o torrencial, con altas probabilidades de
inundación durante crecidas, sobre todo de la
quebrada La Sucia y también del río Las
González; aseguraba, textualmente, que “el talud
del abanico superior estaba seriamente afectado
por desprendimientos sucesivos en paquetes
escalonados, pues se trata de materiales de muy
baja consolidación y con alto contenido
arcilloso...”
El
informe
es
largo,
pero
definitivamente presentaba aquel terreno como de
altísima peligrosidad; cual sería nuestra sorpresa,
que al poco tiempo, este gigante defensor del
ambiente (quien desde hace varios años dirige una
página en defensa de la ecología por “Frontera”)
da un giro de 180º, y toda aquella mole de alta
inestabilidad del Chama-Mérida ya no lo es, todo
porque el mismo William Dávila viene y suscribe
con UFORGA un contrato por más de 50 millones
de bolívares. El geomorfólogo Jorge Carrero, dice
que el estudio de impacto ambiental “fue
amañado, y posteriormente aprobado por la
licenciada Carmelina de Lombardi en el MARNRCaracas, porque la División de Planificación y
Ordenación del Ambiente de Mérida, dependencia
a la cual le competía legalmente hacerlo en
primera instancia, lo estaba negando. El profesor
José Rojas López, catedrático de la ULA y para ese
entonces Director de ese organismo en Mérida, fue
quien facilitó la maniobra para oficializar esos
ilícitos”.
“Cuando ya el movimiento de tierra estaba
ejecutado – añade Jorge Carrero - ocultando a la
vista los impactos que estaba causando, cuando
había sido aprobado un estudio de impacto
ambiental con datos inventados y con medidas de
mitigación incluidas por mandato del decreto
mencionado, y luego del reconocimiento del
profesor Leonel Vivas (recortes de prensa anexos)
de que el sector de Las González era el menos
indicado para la instalación de Chama-Mérida, el
entonces gobernador William Dávila contrata con
UFORGA por más de 50 millones de bolívares el
estudio de las medidas de mitigación de ChamaMérida fuera de todo lo exigido por el decreto
1257 violándolo desde la A hasta la Z. Dice
Carrero: “Lo sensato, lo honesto, lo académico y lo
lógico era que UFORGA no hubiera aceptado la
contratación porque resultaba la continuación de
un proceso viciado. ¿Pero por qué? Sencillamente
porque
toda
medida
de
mitigación
que
recomendara UFORGA no respondía para nada a
una identificación y predicción de impactos ni
mucho menos a su valoración como lo ordena el
decreto 1257, porque el movimiento de tierra ya
se había realizado y los mismos se encontraban
ocultos bajo los materiales removidos con la
maquinaria. ¿Por qué convalida y se mete a
remendar entuertos en un proceso con hartos
vicios legales desde el primer día, cuando él
mismo reconoció que Las González era el sitio
menos adecuado para instalar Chama-Mérida?
¿Dónde queda la ética profesional de este señor?
¿Por qué UFORGA, organismo de la Universidad
de Los Andes, contribuyó a ese cúmulo de
irregularidades que creo William Dávila llamado
Chama-Mérida?”
Remata Jorge Carrero: “Pero la cosa no
termina allí por cuanto el Plan de Ordenación del
Territorio, vigente para el momento, le resultó
altamente incómodo a Dávila y a los promotores
para adelantar y culminar Chama-Mérida, de allí
que el gobernador ordenara un nuevo contrato a
UFORGA por nuevamente más de 50 millones de
bolívares para confeccionar un nuevo Plan de
Ordenación del Territorio, con la excusa de que la
ley contemplaba y contempla su revisión cada 5
años. Lo que nunca se le dijo a la opinión pública
es que tanto su confección como su revisión es
competencia de la Comisión Estadal de
Ordenación del Territorio con el Ministerio del
Ambiente a la cabeza por ser la Secretaría Técnica
por mandato de esas leyes que William Dávila
violó a cada momento. Leonel Vivas convalidó
esas irregularidades al haber aceptado trabajar
dentro de ese contrato. ¿Por qué redactar por
completo un nuevo Plan de Ordenación del
Territorio para el Estado Mérida si la lógica
recomendaba solamente su actualización? Si el
sector de Las González estaba catalogado como no
apto para la instalación de un monstruo
urbanístico como Chama-Mérida en el hoy todavía
vigente Plan de Ordenación del Territorio del
Estado Mérida y en las afirmaciones del propio
Leonel Vivas, se podrán imaginar que por obra y
gracia de UFORGA con Leonel Vivas como
ambientalista clave del grupo interdisciplinario
que elaboró el nuevo plan por órdenes de Dávila,
Las González pasó a ser apto para desarrollos
urbanísticos. Más de 50 millones de bolívares
pudieron lo que no pudo la naturaleza en millones
de años.” Y a este grandísimo caimán es al
hombre que escoge José Vicente Rangel para
mandarlo como representante a Australia. Cómo
han engañado a Chávez.
Chávez subió a Miraflores por el clamor de
una inmensa mayoría de venezolanos que
ansiábamos un profundo cambio social. De esa
masa pensante quedan muy pocos con el
presidente. Yo prefiero mantenerme como crítico,
no dejando de reconocer los aciertos del gobierno,
arrechándome de vez en cuando con ese mar de
lodo que envuelve a gran parte de su equipo de
trabajo. Me duele que por hacerse con la veleidosa
aclamación del pueblo se haya enajenado de una
gran porción de hombres valiosos. En cierto modo
Chávez ha preferido la argucia adeca para
sobrevivir en el pleito politiquero, que el apoyo de
la gente talento. Chávez recela de aquel que no
está dispuesto a recibir órdenes ciegamente.
La Quiebra Del Pensamiento
En nuestras universidades es muy peligroso
pensar, y su única misión es enaltecer la mentira.
Volviendo a la destitución de Eurípides Moreno,
de allí en adelante la posición del obispo Baltazar
Porras fue frontal contra quienes venían
criticando al gobierno y a la universidad, y sin
ambages se puso del lado del gobernador Jesús
Rondón Nucete y del equipo rectoral presidido por
Michel Rodríguez Villanave; después se hará
adicto del gobernador William Dávila Barrios, y
por ende en eso: adeco con sotana.
Cerradas las puertas de El Vigilante vino un
especioso y mortal silencio sobre la ciudad: estaba
claro que pensar y disentir era peligroso y
subversivo, y los Leonel Vivas, los Enrique Corao
y Michel Rodríguez, los David Fermín y sus
secuaces de APULA, se sintieron definitivamente
felices y blindados contra toda investigación o
crítica. Si nada en el pasado les había quitado el
sueño, mucho menos ahora santificados y
protegidos por un monseñor y todo el poder de la
Iglesia. Como no habría trabas a los podridos
negocios de siempre los distintos grupos de poder
se dieron a la tarea de confeccionar sus cuadros
de ataque: Felipe Pachano armaba el suyo, Leonel
Vivas el propio y Genry Vargas no teniendo de
momento opción, pasó a la consejería vitalicia del
CU, haciéndose notar con sus poses populistas
para ir cogiendo campo y dar en el venidero
período el ansiado salto.
No había sarao político ni contienda electoral
en la ULA en la que este señor Genry Vargas no
estuviera presente. Nunca he podido imaginar
cómo puede compaginarse con la función
universitaria, una persona que las veinticuatro
horas del día está entregada a una actividad
clientelar. ¿O cómo, en virtud de “sus prendas
universitarias” llega a convertirse en la cabeza
superior de una institución educativa, la más
sagrada?
Don Rafael Pizani, Francisco De Venanzi y
Joaquín Mármol Luzardo fueron de los últimos
que ejercieron funciones de investigación y
docencia al tiempo que eran rectores. Y tampoco
andaban preparando viajes para Europa y
Estados Unidos, teniendo mil veces más razón
que aquellos en función de sus conocimientos. Es
asombrosa la gran cantidad de veces que decanos
y miembros de los equipos rectorales salen sin
ningún motivo al exterior, a cumplir las más
disímiles (como inicuas) misiones. Claro, con los
consabidos pagos de viáticos en dólares, que es lo
que se busca.
Eso sí, se da ancha cancha a frívolos
menesteres como saraos deportivos con juegos de
truco, bolas criollas, dominó y billar donde se
invitan delegaciones de todas las universidades,
pretendiendo ocultar con estas jaranas la
imaginación de que carecen para emprender una
reforma y para producir buenas obras. Porque a
falta de imaginación jugar truco o bolas criollas
no les parece mal. Con un derroche espantoso de
dinero en propaganda, avisos y pancartas, dicen
estar cambiando para seguir estable. Un gesto de
esta clase de vaciedad condujo a que la ULA
desperdiciara cerca de cien millones para
modificar sus logotipos y procurar dar la
sensación de que la universidad estaba
cambiando, cuando en verdad estaba más
anclada que nunca en el pasado: cambia, cambia,
para que sigas estable.
¿Pero se ha preguntado la universidad por qué
se procede a estos cambios de rótulos? ¿Por qué
se hacen, con un despliegue tan millonario, y con
una profusión de necedades tan opuestas al
entendimiento y al saber? ¿Cuál es la fuerza, la
razón, el poder que permite que se tomen
decisiones tan onerosas para ese presupuesto que
se llora cada año?
Por eso, porque se le tiene miedo al cambio
verdadero.
Entonces, sin duda ninguna la universidad
está mal en su cúpula y mal en su base, porque la
estructura política de la universidad es copia fiel
de los vicios que han dejado entre nosotros el
caudillismo del siglo pasado. Que hay un mar de
fondo pastoso y oscuro mundo que funciona casi
de modo mimético, con decisiones irrebatibles,
inapelables.
Se derrocha, se desangra nuestro capital en
proyectos inútiles, en brindis fastuosos, en
celebraciones pantagruélicas, en viajes perennes
sin justificación alguna, mientras uno se
sorprende que haya facultades donde las
fotocopiadoras no funcionan por falta de recursos;
donde hay laboratorios que carecen de reactivos;
donde no hay dinero para una beca-trabajo, para
un contrato perentorio y vital. La educación
nacional es una bazofia, y sobrecoge el que don
Antonio Luis Cárdenas que se anunciaba como un
nuevo Pestalozi, acabara haciendo maravillas para
no hacer nada y dejar al Ministerio de Educación
peor: en más del 80% de los planteles de
educación secundaria no hay instrumentación
para los laboratorios de física, y por ejemplo
MATEC que fue un centro venezolano que pudo
haber dotado al país de estos elementos fue
cerrado (con la anuencia de este ministro
Cárdenas)
porque
no
convenía
a
las
transnacionales y a los timadores de oficio en el
M.E., que suelen lucrarse con el sobreprecio de
los materiales educativos que adquiere la Nación;
porque lo que importa es el criminal negocio de la
importación que deja una buena tajada a los
intermediarios.
Cuestiones
vitales
nos
ahogan
y
la
universidad nuestra nunca ha dado respuestas,
desde el caos del Estado al reto de esa economía
sustentada desde hace un siglo exclusivamente
sobre la exportación petrolera. ¿Dónde están
nuestros planes y nuestros proyectos preventivos
ante estas catástrofes?
Sin justicia no hay Estado, ni educación, ni
valores humanos que valgan. Y resulta que
nuestras facultades de Derecho son los centros
más torcidos, plagados de aberraciones jurídicas.
¿Qué ocurre con la tan anunciada necesidad
de presentar un proyecto de transporte para el
país? ¿Por qué siempre triunfan las mafias en
estos asuntos? ¿Qué pasa con esas macabras
listas de malas praxis médicas en Mérida que
hasta un decano de Ciencias Jurídicas, un
sacerdote, una profesora, y varios estudiantes han
muerto de esta manera: por negligencia, por
brutalidades, por ver a la medicina como negocio
o por simple ignorancia? Y a cada mala praxis
médica sigue el olvido, la impunidad. Cómo será
este asunto de común, que en el Hospital
Universitario, donde debería hacérsele autopsia a
por lo menos un ochenta por cierto de los
cadáveres, sólo se le practica a un siete por
ciento33. Es decir, prácticamente no se sabe por
qué se muere allí la gente.
¿Qué pasa, por otro lado, con el asunto de los
rellenos sanitarios? ¿Es que acaso la universidad
es menos que una momia en un museo y no
propone iniciativas que mejoren al país? ¿O mejor
le va, por ejemplo, congeniarse con los farsantes
como el Ministerio del Ambiente y es así como
tenemos un decano que da luz verde para la
devastación de la reserva forestal de Caparo, una
facultad que fue creada para hacer todo lo
contrario de lo que quiso siempre el eminente
ambientalista don Arturo Eichler, su fundador?
¿Tan oscura y lánguida e indolente es nuestra
universidad que ha consentido la mayoría de
nuestros crímenes ecológicos sin siquiera haber
hecho un pronunciamiento de vergüenza o de
indignación por la prensa?
Y qué decir del
de este Ministerio
Rector de Rectores
asesores de sus
33
problema de la salud cuando
estuvo encargado el llamado
Pedro Rincón Gutiérrez y sus
batallones de la ULA que
Dato transmitido al autor por el doctor Luis Hernández, jefe del
Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la ULA.
cometieron allí el mayor desfalco jamás visto en
esa dependencia.
¿Quién puede explicar qué ocurre con un
capital que debe ser entregado a los profesores
por haber sido aprobado por el Estado, y aquel
tarde tanto en ser entregado porque lo ponen a
ganar intereses o lo desvíen para montar negocios
particulares, como ha ocurrido en los casos del
fideicomiso y de la llamada Prima Académica?
¿Qué es eso de que cuando uno solicita un
servicio,
un
artículo
esencial
para
el
funcionamiento
de
algún
trabajo
en
la
universidad, siempre se nos diga: ¡PERO EN ESTE
MOMENTO NO HAY DINERO!? Misterios. El
misterio es la norma como funciona todo ese
entramado presupuestario, como si se tratase de
un asunto de partidas secretas.
Esa es la universidad que tenemos: rectores
que se disputan el meloso consentimiento de
dirigentes que con sus actos han desgraciado a la
república, con el único propósito de proyectar sus
figuras hacia alguna curul, hacia algún
ministerio. Es que no concebimos tan desmedido
caradurismo, que insisten en ser rectores, porque
en nuestro medio las elecciones se acuerdan con
camarillas que poco o nada tienen que ver con el
saber, con la investigación, con la creación.
Buscamos Una Universidad
1. Afectiva.
2. Crítica, franca y laboriosa. Donde deseamos
la autoridad natural del ejemplo edificante, del
ejemplo de la austeridad, del ejemplo laborioso,
valiente, decidido, responsable y creativo.
3. Libre de toda traba partidista y cuya
AUTONOMÍA sea el respeto que se les dé al
pensamiento del hombre y sus valores.
4. Donde podamos sentirnos seguros de que
allí serán formados nuestros hijos para lo justo y
para lo noble.
5. Que sea ejemplar para la nación, y que a
ella pueda acudir la Patria en busca de salud, de
orientación y de sabiduría en momentos de
dificultad y de peligro. Y que ella sienta que somos
capaces de asistirla con nuestros conocimientos y
con nuestra experiencia.
6. De puertas francas al talento.
DE CARNICERO A MADERERO
Había debutado en la sociedad merideña como
carnicero, ¿lo llamamos Miguel Rivas? Llevaba su
bata blanca llena de sangre oscura, y las manos
esponjosas por el sebo. Y manejaba el trinchete y
el punzón como un florete. Respiraba el hedor de
las carnes con fruición. Pero contaba con amigos
notables y hasta académicos. Un día se le
presentaron en su casa y sin muchos preámbulos
le dijeron: “Te venimos a proponer un negocio; que
montes una empresa maderera”. El carnicero
sabía que algo bueno le llevaban, pero contestó:
“No conozco el ramo”, a lo que los linces le
replicaron: “Estamos en la pomada, y no hace
falta; lo importante es tener la madera y esa la
ponemos nosotros”. Fundaron entonces la
empresa maderera EXMADOBARCA con dos
millones y medio de Bs. Y entraron en una
licitación con otras dos que también eran del
mismo combo, para un negocio que llegaría a
movilizar más de 14.000 metros cúbicos de
madera, sólo en terrenos de la ULA.
Registraron la empresa en noviembre de 1993 con
tres lochas y en enero del 94, tenían maquinarias
por cientos de millones. El combo charcuteroacadémico iba viento en popa.
La madera no era de nadie (como de nadie es el
país, careciéndose de Estado) porque se trataba
de una reserva forestal (en Caparo). El carnicero,
con bragas de aserrador, le mostró a su banda los
rodales de billetes que cogerían, pues, si por cada
metro cúbico de aquella madera se vendía en el
mercado a unos 250.000 Bs., la vaina era como
para avivar un corazón voraz como el de Al
Capone. ¿Y las leyes o reglamentos? El carnicero
sólo sabía leer sobre las herraduras de los cueros
de las reses, y las leyes venezolanas eran papeles
risibles “para hacer ricos a trabajadores como
nosotros”. “A un decano, por ejemplo, no lo jode
nadie”. Y se rieron, y lo celebraron. El carnicero
brindó con brandy mezclado con ojo de buey. Era
el ojo de la cara de la ULA que se lo habían
sacado, y tragado con la anuencia, indiferencia o
complicidad de todo un Consejo Universitario34.
Comenzaron a deforestar como langostas; y
aserraban árboles y florecían araguaneyes de
34
Téngase en cuenta que por lo del maldito rebusque de votos, ni uno
solo de los poderosos que acabaron acompañando la fórmula rectoral de
Genry Vargas, criticó en absoluto esta insólita degeneración. Mejor dicho,
como el decano de Forestal fue averiguado por Pachano, entonces los
varguistas se hicieron los mudos y los sordos, los locos.
billetes. Exhausto el sector que se les había
concedido urdieron una trampa: prorrogaron el
contrato ya vencido para un área no permitida y
al mismo tiempo que hendían sus cuchillas
solicitaron otro derecho de explotación para 1.100
hectáreas
calificadas
como
área
de
NO
INTERVENCIÓN. La solicitud de prórroga llegó al
rector Michel Rodríguez quien no tuvo problemas
para firmarla. El carnicero suspiraba viendo caer
aquel bosque milenario: mirando los hermosos
rodales, de volúmenes no autorizados por el
Consejo Universitario ni amparados por ningún
contrato de compraventa. “Qué pendejo era siendo
carnicero, y en verdad ¿quién puede contra un
decano?”. Y el carnicero reía, no podía contener la
risa, y cuando se le preguntó: “¿Qué aula
ambiental les dejamos a los estudiantes de
Ciencias Forestales?”, exclamó: “Que se joroben
estudiando el desierto que es lo moderno, no joda.
Y si no, que siembren sebos y sosainas. Qué cosa
tan buena. ¿Y dónde aprendiste tanto de esto,
Douglas?” y el orondo académico contestaba:
“Siendo mirico; en mis tiempos de revolucionario,
cuando de las huelgas de hambre salíamos
robustecidos por las delicatesses que nos traían
las autoridades. Allí es donde uno se forma, vale.
Ojalá hubiera madera para darles a todos”, y
repetían al unísono: Qué cosa tan buena. Y el
carnicero decía: “Es la suerte que me faltaba
porque yo antes no tocaba madera sino carne,
lástima”.
El carnicero se fue empapando de los trajines
universitarios; no se sabe si le dieron alguna
condecoración, pero era invitado infaltable de las
ceremonias protocolares más serias. Cuando
estalló el caso Gromiko, hizo una apuesta: “A que
no lo embroman, ¿qué dices tú Douglas?” El
carnicero sostenía que en la vida de nada valen lo
títulos, sino que se viera su experiencia que de
madera no sabía nada y que ahora era un experto
consumado. Frioleras. Entrevía el carnicero que
un día su amigo de Forestal entraría en una crisis
como la de Gromiko, pero convencido estaba de
que contra un decano nadie puede. Y si contra un
decano nadie puede, ¿cómo será contra un rector?
Efectivamente estalló el conflicto. Don Douglas
seguía fresco como un lechugón, y no se sabe si
fue el mismo carnicero quien le aconsejó: “Es
mejor ser corrupto que marico”, y a él le pareció
genial, porque si de algo estaba claro Douglas era
de que Gromiko en realidad no tenía culpa de
nada, pero si así y todo querían comparárseles, al
menos él había preferido no ser homosexual.
Entonces, no se sabe por qué, pero de aquella
abrupta acusación contra Douglas, el ex rector
Michel Rodríguez la cogió para sí. Un hombre que
todo el mundo lo veía tan sindérico, como diría
Leonel Vivas, entró en crisis. Comenzó a defender
a Douglas (y no se sabe si también al carnicero)
en el CNU, con un frenesí y hasta con una falta de
compostura que llamó la atención de todo el
mundo. Estaba claro que el haber hecho cambiar
en aquel honorable carnicero las morcillas por los
rodales, hizo cambiar el curso de la ULA. Lo que
se debe a la ULA en madera ya se lo repartieron.
Pusieron a trabajar al CNU más de la cuenta y un
paro conmocionó a la Facultad de Ciencias
Forestales, y contra un decano nadie puede.
Moraleja: sigamos eligiendo decanos y autoridades
universitarias y seguirán apareciendo carniceros
como Miguel Rivas.
FALSOS HALLAZGOS ARQUEOLÓGICOS
Piraterías Ejemplares - UN OMBLIGO
CHIBCHA
Ante la descarada imposibilidad de que las
universidades nacionales se reformen a sí
mismas, el Estado venezolano debería solicitar a
la ONU la conformación de una organización
(como la de los Cascos Azules) para intervenirlas.
Que se pueda entrar en ellas a saco para
auditarlas, y requisar ese mar de proyectos de
investigación, avalados por sus altas autoridades
y que han resultado fraudulentos.
¿Qué ocurriría si una comisión internacional
conformada por notables científicos interviniera
los CDCHT de nuestras universidades, para
evaluar la calidad de ciertos proyectos que se
tragan presupuestos multimillonarios? Qué de
sorpresas nos llevaríamos. ¡Con qué cantidad de
piraterías nos encontraríamos!
Para darnos una somera idea de lo que podría
ocurrir, basta con que nos ocupemos de revisar
algunos trabajos de ascensos que reposan en
nuestras bibliotecas.
Con la paradoja de que muchos proyectos que
son realmente útiles y respetables, estos mismos
CDCHT no los consideran dignos de ser
financiados o apoyados académicamente. El
Estado y las universidades deben proceder a una
severa revisión de estos centros de distribución de
inmensos capitales a los que sólo unos pocos
privilegiados tienen acceso.
Como una prueba de lo que planteo relataré
algunos fraudes que pese a ser denunciados en su
momento, en varias ocasiones, de manera pública
y a diferentes niveles de la Universidad de Los
Andes (ULA); ante el Consejo Universitario y ante
el equipo rectoral, los embaucadores jamás
recibieron sanción alguna; por el contrario, los
implicados en el fraude, como la protagonista de
la presente historia, a partir de los desmanes y
descréditos que ocasionaron, fueron premiados y
favorecidos con cargos cada vez más relevantes;
su cotización en el medio académico se disparó de
modo incontrolable. Pareciera que en nuestro país
para ocupar una alta posición política en el
gobierno o en las universidades, se exige
previamente haber delinquido.
No sabemos si esta situación irá a cambiar
con el gobierno de Hugo Chávez Frías, pero por lo
que hemos visto durante su primer año de
gobierno, la tarea se presenta ardua y
amenazadora: hay que luchar contra todo un
mundo muy bien asentado por más de un siglo de
servilismos, de caradurismos y cobardías.
La historia de siempre: si alguien estafa una
bodega o se hace con la gallina de algún vecino,
téngase en cuenta que puede ser procesado por
las leyes de la Nación; pero si usted inventa un
proyecto científico forjado sobre una horrible
mentira y con el cual obtiene jugosos beneficios
monetarios perjudicando al país, poniendo por los
subsuelos la reputación de las universidades,
aunque sea descubierto de manera flagrante con
las manos en la masa, a usted no se le hará nada.
Más aún, habrá recibido, insistimos, el debido
bautizo para poder ingresar en la corte de los
corajudos ladrones del Estado. Entonces no
necesitará carta de presentación cada vez que
requiera solicitar un aval o una “ayuda”.
Automáticamente usted será miembro natura del
Club de los Pícaros, con apoyo de jueces,
poderosos bufetes y fiscales del ministerio
público. La impunidad será su inseparable
compañera, la reina de las puertas victoriosas.
Puede usted declararse según los vientos que
soplen, adeco, copeyano, chiripero o republiquero,
que sus altos dirigentes se desvivirán por acogerlo
en su seno. Allí está el caso del ex rector Felipe
Pachano, quien había emergido de los brazos
adeco-copeyanos, metamorfoseado de pronto en
chavista, y colocándole una quincalla en el
rectorado al MVR para que pudiera funcionar a
pleno pulmón.
Además, si usted se hace el loco y no critica, a
la vez que coge algo de lo que le echan y se hace
cómplice de las más espesas vagabunderías
cocinadas tras bastidores, ¡Y SE HACE EL
INTELECTUAL!, lo meterán en cuanta comisión se
organice para exaltar figuras como Tulio Febres
Cordero, Mariano Picón Salas o Caracciolo Parra
León. Estará usted a un tris de que lo condecoren
y de que lo premien y de que lo tengan por un
valor inmarcesible de la academia, del saber. Uno
de esos oráculos incontenibles que farfullan noche
y día por los medios de comunicación que saben
de todo y que jalan de cualquier lado.
Es como un vicio, como una dulce
condenación. Ahora bien, tenga cuidado, no se
atreva a criticarlos ni a dudar de sus especiosas
consejas, porque le pulverizarán acusándole de
loco. Sólo un loco es capaz de dudar de sus
sabihondeces, porque toda esta armazón de
canallas y ladrones requiere una estructura
inquisitiva, supersticiosa, intelectual y venal que
la proteja, y como insisto, de cobardes. Esta plaga
está incrustada en los equipos Rectorales (y en
algunas de sus ramificaciones), en los Consejos
Universitarios, en las asociaciones de Profesores y
en los Consejo de Facultad. Nunca se podrá medir
el mal inmenso de esta riada malsana y maldita,
que está envenenando a Venezuela.
Los males de la riada infernal, por ejemplo,
que arrasó en diciembre de 1999 con La Guaira,
podrán de algún modo repararse en unos veinte
años, pero lo que esta gente ha hecho y sigue
ocasionando, es larvado, se mete en la sangre, en
los nervios de nuestras generaciones, y para
cambiarla ya se habla de que únicamente es
posible a nivel del sistema cerebroespinal.
PADROTES Y FARSANTES
La profesora Jacqueline Clarac de Briceño35 se
pasea por la universidad como investigadora de
alto rango científico. Es una persona que a
primera vista inspira respeto: viste de manera
sencilla, es delgada y su pelo es enteramente
blanco; usa gafas para miope y cojea de una
pierna. Tiene un hablar pausado y sereno. La
reciben los Consejos de Facultad, sus informes
son piezas magistrales para el Consejo
Universitario y la estela que deja su presencia
pareciera ser un aliciente para que nuestros
noveles científicos se atrevan a mejorar la calidad
35
Esposa de una de las glorias del filósofo J. M. Briceño
Guerrero.
de sus trabajos. Su obra tiene sabor a cuentos
árabes o a sueños caribeños. Porque para nuestro
orgullo la señora Jacqueline no es francesa sino
martiniqueña.
No es tonta. No tiene un pelo de tonta. Ella
sabe administrar muy bien ese aspecto intelectual
con gafas gruesas, pelo un tanto desordenado (a
lo Einstein) y una capciosa cojera con la que de
improviso se presenta en cuanto guiso académico,
cultural o político arman en la ULA.
Esta señora elaboró todo un tinglado
científico bajo los auspicios de centros como la
Gobernación de Mérida, el CONAC y algunas
dependencias culturales que viven cuadrando
información para aderezar presupuestos, inflando
figuras y promoviéndolas mediante avisos de
prensa. A falta de una obra seria hay que forjarse
un nombre aunque sea apoyado en la ignorancia
de los burócratas y políticos de partido. El que es
burócrata y a la vez académico, como no le queda
tiempo para prepararse, el modo de que no haga
aguas su cargo es vivir a la caza de proyectos
fenomenales que lo coloquen en el teleobjetivo de
las televisoras y de los periódicos, y sobre todo de
algún programa vistoso, de los que suelen montar
los llamados equipos rectorales. De este
teleobjetivo a las arcas rebosantes de plata hay
sólo un paso. Igual que los managers de boxeo,
afortunado es el político que consigue apadrinar a
un buen mastodonte del arte o de la ciencia. Si el
burócrata llega a descubrir que el tal mastodonte
intelectual es un soberano farsante, ¡BINGO!,
mejor, pues se ahorrarán los intríngulis del
merodeo formal y se va al grano.
En marzo de 1987, el personal del Museo
Arqueológico Gonzalo Rincón Gutiérrez" de la
ULA, realizó un espectacular "hallazgo" en un sitio
de la Pedregosa Alta, en el cual fueron desvelados
"sitios habitacionales, terrazas de cultivo, canales
de riego (acequias) y cámaras funerarias
(mintoyes) en el sector conocido como Loma de La
Virgen". La audacia del descubrimiento que
implicó uno de los sismos arqueológicos más
violentos de los últimos tiempos, en el país, puso
al descubierto la preparación intelectual y la
calidad humana, no sólo de los descubridores
sino también del universo de seres aletargados y
anodinos
que
conforman
nuestro
mundo
universitario.
Inmediatamente al fenomenal hallazgo, los
distinguidos
investigadores
del
Museo
Arqueológico que habían dado con aquel tesoro,
pusiéronse a ordenar sus resultados científicos. El
tesoro era real pues su revelación se encontraba
en las arcas de la Nación que podía sufragar toda
clase de eventos, viáticos, ponencias en la
ASOVAC (1987), tesis de licenciatura en la
Escuela de Geografía, proyectos de investigación,
que incluían conferencias y viajes al exterior, etc.
En realidad nos encontrábamos en los
prolegómenos
de
una
segunda
versión
fabulosamente ampliada de Las mil y una noches,
como veremos.
Además, al parecer la señora Jacqueline
Clarac de Briceño entendió prontamente que se
encontraba en un país de los del Tercer Mundo
porque tomó el toro por los cuernos y se adelantó
con su batallón de estudiantes, de su Museo, y
sin permiso alguno, se adentró en el corazón del
supuesto ombligo chibcha. Iba a explorar, a
estudiar y a excavar cuantos yacimientos
arqueológicos hubiese en el lugar. Los peligros en
estos casos son considerables si no se actúa a
tiempo con un muy bien remunerado batallón de
funcionarios. Por otro lado, se sabe que la
investigación es una zona minada por la
mezquindad, la envidia y si alguno más descarado
se adelanta te roba el timo, esto es, la “idea”, la
trácala; la envidia y el recelo adquieren
dimensiones verdaderamente demenciales.
Aunque en su caso había otras razones, tal
vez inconfesables, para no darse el gusto de
perder un minuto.
No se detuvo a considerar si existía una
legislación en estos casos por lo cual empezó su
tarea violando el artículo 15 de la ley de
Protección y Conservación de antigüedades y
Obras Artísticas de la Nación. Este primer paso la
internó en una guerra personal y sin cuartel
contra los dueños del terreno donde se
encontraba el fulano “hallazgo”, propiedad del
señor Rodulfo Ruiz Terán.
Obcecada con su proyecto, doña Jacqueline
no calculó lo acelerado e inconveniente de sus
pasos. Corrió a los medio de comunicación para
patentar con una cerca de púas burocráticas su
“hallazgo”. Sobre la marcha emprendió una
campaña de denuncias contra el dueño del lugar
para salvaguardar nuestro patrimonio artístico y
cultural. Como en Mérida algunos meritorios
conocedores del medio no reaccionaban a la
velocidad que ella deseaba, desató una lluvia de
misivas implorantes a la Dirección de Patrimonio
del CONAC, a la Gobernación, al Vicerrectorado
Académico de la ULA y a distintos entes
culturales regionales y nacionales. El que esto
escribe fue conmovedoramente invitado por ella a
partir lanzas por una lucha que salvaguardará
al ombligo de la civilización chibcha. Como
soy ignorante de estos temas arqueológicos me
mantuve a la distancia y renuente a colaborar,
pero algunos figurones (que como el pimentón
están en todas las recetas burocráticas) se
prestaron para aparecer como denodados
defensores de nuestra tradición, y se los tragó
aquel escabroso caso. Debo decir que mi esposa,
la profesora María Fuentes, siendo una
adolescente, vio hacer los fulanos muros de
aquella Civilización Chibcha porque en esa finca
solía pasar sus vacaciones de verano.
una ciudad prehispánica perdida entre los abrojos
de los Andes, aquí cerquita en La Pedregosa?
¿Quién lo impide? Persuadidos de tal certeza se
hicieron promesas secretas de ser los primeros en
verla. “Esa ciudad está antes en nosotros, en
nuestros corazones, y claro, tenemos que ser los
primeros en encontrarla”. Y se dieron a la tarea de
merodear por las lomas de Joyo Caliente, por los
lados del río La Pedregosa, y donde había una
hermosa praderita, “muy especial para que
aterricen allí helicópteros, en caso de que la vaina
reviente y haya que acordonar la zona...”; iban
sopesando cada cosa de raro aspecto que se les
atravesaba, aunque nada raro había allí, ni las
vacas, ni los perros ni las gentes. Bueno, quizá la
gente, sí.
Probablemente aquellos jóvenes del Museo
Arqueológico que encontraron tal ombligo vivían
leyendo historias sobre maravillosos hallazgos, y
estaban preñados por las visiones de un súbito
descubrimiento como el de Machu-Picchu. Leían
sobre las ciudades perdidas de Alejandría y la
Atlántida, y a esta última la suponían situada en
el Caribe, a pocos kilómetros de Venezuela, pero
era muy difícil y caro bucear tan arduas
profundidades. ¿Y por qué estar a cuatro pasos de
Téngase en cuenta que muchas personas
cultas, nacionales y extranjeras, realizaron
investigaciones de campo en esa finca El
Maciegal, propiedad, como dije, de los Ruiz Terán.
Allí estuvo muchas veces el padre Santiago LópezPalacios36, una de las mayores eminencias
36
El padre Santiago López-Palacios nació en Medellín,
Colombia, pero lo mejor de su producción intelectual y de
investigación lo dejó en Venezuela. Fue botánico, autor de
extraordinarios
trabajos
de
literatura,
dominaba
botánicas que se han establecido en Mérida,
hombre de una seriedad y de un don de
observación científica nada común, conocedor de
la civilización Chibcha y prehispánica de nuestro
continente americano, con una vasta y profunda
perfectamente latín, griego, inglés, francés, portugués,
alemán, italiano, hebreo; y conocía el vasco y estudió la
lengua árabe. Nunca hizo alarde de su vasto saber, y más
bien parecía un agricultor. Su obra Verbenacea de
Venezuela, exigió de él una dedicación suprema, y
conocimientos nada comunes en el área de la botánica y el
latín. Sólo un monje como él podía emprender tan
formidable empresa. Había leído, por ejemplo, en sus
lenguas originales El Capital de Carlos Marx, las obras de
Shakespeare, las de Schopenhauer y Kant; poseía memoria
prodigiosa.
Extraordinariamente generoso, jamás evitaba el
trabajo, y como satisfacía a su cuerpo con apenas dos o
tres hora de sueño, lo demás lo dedicaba a leer, estudiar,
sembrar, investigar. Conocía algo de carpintería; llegó a
manejar avionetas, fue alcalde, y recorrió casi toda
Europa, parte de China y América.
Entre sus obras más notables se encuentran además
de su monumental obra de la “Verbenacea” ya mencionada,
Apuntes idiomáticos, Dos ensayos sobre el Quijote y un
inventario, Usos médicos de Plantas Comunes, Catálogo
para una Flora Apícola venezolana, Nombres (origen y
significado) y tradujo del alemán Y ellos no se
avergonzaban (relato de 2.000 años), de Joachim Fernau y
publicada por Kariña Editores.
preparación en el campo científico y humanista;
pues, el padre Santiago se cansó de ver, durante
años, el fulano ombligo de la civilización chibcha,
que encontró la doctora Clarac, y jamás dijo nada.
También fue el padre Santiago gran amigo del
sabio botánico Luis Ruiz Terán (hermano de don
Rodulfo); igualmente del más acucioso historiador
merideño (también estudioso de las plantas), don
Pedro Nicolás Tablante Garrido. El sabio Tablante
Garrido jamás llegó en sus trabajos históricos,
que registra en su columna del diario “Frontera”,
a rozar ni de lejos el mágico paraje chibcha, en
pleno corazón de La Pedregosa Alta. Y eso que
durante
mucho
tiempo
lo
llegó
a
ver
prácticamente todas las semanas.
El impresionante descubrimiento no lo
había hecho, como se puede deducir, un
personaje comparable al francés Juan Francisco
Champollion, quien descifró el rosetón, o el
famoso alemán Schlieman quien halló la ciudad
perdida de Troya, cerca de Hissarlik, sino un
simple estudiante auxiliar de investigación del
Museo Arqueológico de nombre Carlos García.
Apenas vio el joven unos pequeños montículos de
piedra, corrió ante la doctora Jacqueline: “¡Un
nuevo mundo, doctora! ¡Estaba allí, a nuestros
pies y nadie lo había visto! ¡Yo, lo he encontrado!”
grupo "tatuy". Por ahí iba la cosa, pero de que era
prehispánica no había ninguna duda.
La señora Jacqueline desempolvó sus
credenciales de investigadora, encontrando que
sólo era etnóloga y antropóloga social, ¿pero a qué
dar explicaciones en un momento tan crucial que
quizá podía revolucionar todo lo conocido hasta el
presente sobre nuestra cultura?; adelante con los
faroles. Corrió como pudo para cerciorarse
personalmente de aquellos pequeños montículos
que le había referido su más aventajado
subalterno, y cuando estuvo ante ellos profirió
una exclamación digna de una verdadera
arqueóloga: “¡Sí, ciertamente son prehispánicos!".
Esos terrenos del Maciegal constituyen un
paradisíaco lugar, que venían siendo codiciados
por ricos merideños desde hacía mucho tiempo.
Ofertas fabulosas se les habían hecho a los
dueños. Un conocido potentado de Mérida le hacía
periódicas visitas a don Luis Ruiz Terán,
ofreciéndole fuertes sumas de dinero. Parecía que
los Ruiz Terán no encontraban manera de
convencer a estos millonarios de que no deseaban
en absoluto vender sus propiedades. Fue entonces
cuando comenzaron a aparecer en la finca del
Maciegal, ganado muerto, perros guardianes,
gallinas y conejos, envenenados. Por esto llamó
profundamente la atención el que una de las
primeras medidas que propuso la señora
Jacqueline fuese la de declarar el sitio:
PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO DE MÉRIDA, Y
UNA ZONA DONDE DEBE INSTALARSE EL
PARQUE ARQUEOLÓGICO.
Las líneas telefónicas de la ULA no se daban
abasto para difundir la impresionante noticia, y al
mismo tiempo llovían invitaciones para los más
expertos burócratas de insondables fachas por ser
de lo más selecto de nuestros investigadores;
dinero para viáticos sobraba y se podía traer a
cuantos expertos hubiese en la materia. Los
primeros en llegar fueron Luis Molina y María
Ismenia Toledo con seis años de prolífica
experiencia en Quíbor. Estos dos investigadores
quedaron anonadados ante aquel portento de
ciudad que debía ser prechibcha, U’wa, o del
A mí me contó el investigador J. E. Ruiz
Guevara (quien no tiene parentesco alguno con la
familia Ruiz Terán), que cuando estalló la infernal
trama ya se tenía parcelado el sector para una
repartición de esas tierras.
Los viáticos seguían fluyendo al por mayor,
porque el doctor Pedro Rincón Gutiérrez, el Rector
Magnífico o Magnánimo fue, por su patriotismo,
uno de los primeros enrolados por la doctora
Jacqueline en esta cruzada por salvaguardar y
difundir lo nuestro. Lástima que no se aprovechó
aquella ocasión para encontrar de una vez por
todas los huesos de Fray Juan Ramos de Lora y
proceder
a
la
realización
conjunta
de
espectaculares encuentros de espectros y
ciudades fantasmas, pues los huesos de este
prelado se encontraban al lado de la oficina de la
señora Jacqueline. Este otro fenomenal “hallazgo”
(que
trataremos
posteriormente)
salió
prolíficamente detallado en una edición especial
que fue encartada en el diario El Vigilante y
produjo
un
cisma
debilitante
entre
la
Arquidiócesis de Mérida y el Rectorado (pues éste
estaba decidido a levantar un mausoleo con
aquellos restos mientras que la Iglesia los reclama
ardientemente como suyos para meterlos en la
catedral). Afortunadamente, esta guerra que se
avizoraba larga y agobiante y que mostró sus
primeros destellos en los discursos de un
apoteósico acto protocolar con presencia del
equipo rectoral y lo más granado de nuestra
Iglesia (ante tan memorables huesos), sufrió un
colapso: un sencillo profesor de biología de la
Facultad de Ciencias aguó la fiesta al señalar que
lo que se tenía por el cráneo de Fray Juan Ramos
de Lora no era otra cosa que la pelvis de una vaca.
Ojalá tuviéramos tiempo y espacio para reseñar,
aunque fuese someramente, la racha de
descubrimientos arqueológicos de aquella época.
La Cena de los Dioses
Claro, en lo que coincidían los expertos que
se asomaban al sitio milagroso era que las
investigaciones iban a ser COSTOSAS Y
COMPLEJAS.
Nuestro
pequeño
aeropuerto
se
congestionaba. A los del poderoso centro de
investigación de Quíbor se les unieron nada
menos que don Mario Sanoja37 y doña Iraida
Vargas, arqueólogos de la UCV. Estos señores sí
podían clarificar la magnificencia de lo encontrado
pues
eran
reconocidos
nacional
e
internacionalmente, incluso en Martinica, como
expertos en la materia. Para recibirlos dispuso el
entonces decano de la Facultad de Humanidades,
37
El profesor Mario Sanoja es catedrático jubilado de la
Escuela de Antropología de la UCV, individuo de número de
la Academia Nacional de la Historia.
profesor Orlando Monsalve, una exquisita cena.
Entre bocado y trago, felicitaciones y brindis, se
hizo la proposición de solicitar al Ejecutivo unos
500 soldados para limpiar el sitio, como paso
previo a los ulteriores trabajos de campo. Como el
sitio no tiene más 500 metros cuadrados, aquellos
patriotas (protomártires del Plan de Machete
Bolívar 2000, y que a falta de guerras aspiraban a
pasar a la historia cortando monte), habría de
limpiar
cada
uno
un
metro
cuadrado
exactamente.
Se empezó por picar lonjas de cerdo, filetitos
de cordero y champiñones asados, al tiempo que
se descorcharon varios riojas. Progresivamente se
iban renovando los platos, fuertemente castigados
por los encopetados y notables exterminadores de
nuestra cultura local, infaltables en estos actos.
Entre bocado y bocado se estuvo de acuerdo
en que había que declarar el lugar patrimonio
arqueológico del estado Mérida. Se hizo
hincapié en lo imprescindible de comenzar por
hacer allí un Parque Arqueológico, el cual ya
había sido asomado en todas las audiencias
privadas por doña Jacqueline.
Algunos de los estudiantes más avezados en
el tema trataban de asomar temblorosas
observaciones en medio de aquellos portentos
internacionales, y señalaban que en realidad la
maleza impedía ver las calzadas, las habitaciones
y los nichos religiosos. Muchos se preguntaban:
¿Dónde está lo que la eminencia del doctor Sanoja
intuía, pues ni siquiera conocía bien el lugar?, no
obstante la doctora Clarac, ahora sí estaba
maravillada de que un genio como don Mario
reconfirmara cuanto ella había intuido y su
alumno Carlos García había “encontrado”.
Alguien comentó, suspirando: “Qué lástima
que Mérida no pertenezca a Colombia, allí sí hay
tesoros chibchas por montón”, a lo que otro le
contestó: “Pero no importa, que de los chibchas
tenemos su ombligo”.
Aquella comida debió ser esplendorosa
hasta el extremo de que su digestión sugirió
tantas ideas novedosas como fue la de programar
un simposio en Mérida encabezado por la
meritoria doctora Ann Osborn y su equipo de
especialistas; en medio de un eructo colectivo y
sostenido, todos concordaban en que de seguro
por plata no había que detenerse; el rector había
sido convencido de la total veracidad del
descubrimiento (hasta el punto que aún, siendo
embajador en Rumania de la República
Bolivariana de Venezuela es el único que cada día
lo recuerda con un profundo dolor: ¡Cómo
pudieron destruir ese ombligo, Dios mío! ¡Y ahora
dónde se encontrará otro!”). Eso sí, no se podía
ser
tacaño
en
absoluto
ante
tamaño
acontecimiento. Por esta, su magnanimidad
ejemplar, es por lo que el 22 de octubre se
encontrarán en Mérida a seis miembros del
Comité Directivo del Congreso Mundial de
Arqueología.
Es así como aquel hallazgo de la Pedregosa
tuvo tal resonancia internacional, que en la
Ciudad de Los Caballeros comenzó a sonar, para
convertirse en sede del II Congreso Mundial de
Arqueología, en 199038.
Sobre la marcha ya se había impartido una
invitación al doctor Peter Ucko de la Universidad
de Southampton, Inglaterra.
La cena debió ser tan opípara, que el señor
Sanoja tuvo tiempo para elaborar un sainete
cubano sobre lo visto por él, dijo haber visto en el
sitio de La Pedregosa Alta: "se trata de un
asentamiento prehispánico. Nuestra impresión
general, sin haber hecho un estudio en
profundidad
del
sitio,
es
que
presenta
características generales de los asentamientos con
estructuras en piedra seca que caracteriza los
sitios de habitación relacionados con las
sociedades cacicales jerárquicas en el norte de
Suramérica y en Centroamérica".
Remató que aquel complejo arquitectónico
precolombino en piedra "ES YA UNA VERDAD
ACEPTADA EN LA COMUNIDAD CIENTÍFICA".
38
Recuerdo que en una oportunidad la doctora Jacqueline
me abordó, encontrándome en el Consejo de Publicaciones
de la ULA, y me habló amargamente del rector Néstor López
Rodríguez quien se estaba oponiendo tenazmente a que este
Congreso se llevara a cabo en Mérida. Quería que yo metiera
mi puya en tan injusta situación. Si algo positivo debe
reconocérsele al doctor Néstor López Rodríguez, fue el no
haberse dejado embaucar por doña Jacqueline.
Para concluir, también se supo que llegaron al
escenario algunos frascos de bicarbonato, hubo
gases y mareos de carácter digestivo, y la gente se
explayó hablando de la corrupción que en
aquellos días acogotaba al país: de las tropelías de
los adecos, del despropósito de Lusinchi y su
amante, de los abusos y de las manos largas y
peludas de William Dávila Barrios, y de los
inacabables desastres dejados en la Gobernación
del Estado Mérida por todo el que allí ha hundido
y hundirá sus garras. Del reguero de acusaciones
de estafas cometidas por Carlos Andrés Pérez, de
la bendita malversación de fondos, fraudes
fiscales, forjamiento de documentos y la voraz
retahíla de trapicheos en los fulanos entramados
financieros de la Nación. No había ninguna duda
de que los únicos puros del mundo eran ellos, los
que allí disfrutaban por haber palpado el ombligo
chibcha.
LOS ETERNOS MANTENIDOS DE LA CULTURA
La financiación a los entes culturales y
llamados científicos, nunca llega a los que
realmente crean, producen obras y realizan
inventos para mejorar el desarrollo del país. Se los
cogen las vacas sagradas (o agradecidas). Por
ejemplo, Juan Félix Sánchez y Luis Zambrano
fueron unos eternos desconocidos para el CONAC
y cosas parecidas al IDAC39. Claro, los nombraban
en sus programas, pero el dinero se lo cogían los
intermediarios, los agentes de la cultura: los que
hacían exposiciones en sus nombres, los que
cobraban viáticos y los llamados gastos de
representación. Así se dio el caso, que mientras
Juan Félix Sánchez no tenía ni café que tomar,
quienes dirigían la Casa de la Cultura que lleva su
nombre en Mérida, tenían chofer con Cherokee de
lujo, y cuando se jubilaron se llevaron un sueldo
millonario. Y ahora ni viven en el país. En la
llamada investigación ocurre más o menos lo
mismo.
En la continuación del culebrón que venimos
refiriendo, don Mario Sanoja cobró sus viáticos y
regresó a Caracas (esperando nuevas invitaciones
y nuevas cenas en determinado lugar donde
39
¿Se acuerdan cuando William Dávila Barrios le adjudicó la suma de Bs.
36 millones al profesor Fortunato González, para una supuesta Fundación
cultural IEPROL, de las beneficiadas por el Instituto de Acción Cultural,
IDAC, cuando al Centro de Conservación de los Pueblos del Sur sólo le
concedieron 3 millones, a la Academia de Mérida 5, a la Filarmónica 4, al
Consejo Estadal de Artesanos 5, a la Escuela Básica Emiro Fuenmayor 2,
a Comediantes 2, ¡pero a IEPROL: 36 MILLONES? Cuántas loas
derramó después Fortunato por la prensa a favor de WDB, que hasta en su
abogado se convirtió cuando perdió las elecciones en agosto del 2.000.
alguna notable camada de alucinados estuviese a
la caza de otros fabulosos hallazgos científicos).
La señora Jacqueline cumplía entonces una
apretada agenda que le impedía calcular las
dimensiones de sus barbaridades. Uno la ve tan
apagada, comedida y ecuánime, que nos desarma
si no estamos prevenidos. Su mirada es un poco
oblicua a través de sus gruesos lentes, y llama la
atención su vitalidad. Su rostro curtido por las
arrugas tiene algo de lozano y juvenil. Todavía
habla con dificultad el castellano. En medio de
estos ajetreos por el problema de La Pedregosa, en
las dos oportunidades que me la encontré, me
habló mal de alguna institución o algunas
personas que no acababan por comprender lo
maravilloso de su misión; lo hacía tan sutilmente
que uno se llegaba a apiadar de su queja. Su
aspecto de europea, su aire de intelectual, su voz
baja y tenue procuraba alguna veracidad a los
hechos que relataba. Pero por dentro, ¡vaya Dios a
saber lo que llevaba dentro!
Como ciertos encopetados señores de la
cultura viven firmando cheques y memorandos y
no tienen tiempo, o no les interesa realmente
saber qué persiguen estas personas y los
desmanes que ocasionen con sus desquicios,
preferían dejarse alucinar por sus cuentos y
fantasías: poco importaba ya la investigación o
veracidad de lo descubierto, sino lo maravilloso de
la leyenda que se extendía. Doña Jacqueline, de la
Dirección de Cultura de la ULA pasaba al director
de Cine, para solicitar un financiamiento en
conjunto de una bella película sobre el escenario
mismo del descubrimiento. Luego pasaba a
entrevistarse con el gobernador Ramón Vicente
Casanova, amante de la naturaleza a quien le
enseñó unas fotografías que lo emocionaron
profundamente.
En entrevista con el vicerrector Académico
Julián Aguirre le imploró intercediera ante el
gobernador Orlando Gutiérrez para que se vigilara
y protegiera el sitio.
Como los edecanes de este inmenso proyecto
pretendían meterse en el lugar como Pedro por su
casa, sin permiso de ningún tipo, el señor Rodulfo
Ruiz Terán, dueño de esa parcela, se molestó y
tuvo que sacar a aquel enjambre de exploradores
con pantaloncitos cortos, sombreritos de lona y
morrales con aparataje para medición y cálculos
de todo tipo.
Porque ha de saberse que desfilaron por el
sector de Joyo Caliente, que es como se denomina
el punto en conflicto, las siguientes eminencias:
Dr. Peter Ucko, Jefe del Departamento de
Arqueología de la Universidad de Southampton,
Inglaterra. - Dr. Peter Stone, Departamento de
Arqueología de la Universidad de Southampton.
- Dr. Paul Crake, Departamento de Arqueología
de la Universidad de Southampton. - Dra. Jane
Hubert, Departamento de Arqueología de la
Universidad de Southampton. - Dra. Jack
Golson, jefe del Dpto. de Prehistoria de la
Research
School,
Australian
National
University. - Dr. Clare de Golson, del
Departamento de Prehistoria de la Research
School, Australian National University. - Dr.
Oswaldo García Goyco, Universidad Gardens de
Puerto
Rico. - Prof. Marisol Meléndez,
Universidad Gardens de Puerto Rico. - Prof.
Andrés Príncipe Jácome, Universidad Gardens de
Puerto Rico. - Dr. Simon Philippe y Dra.
Catherine Philippe, médicos franceses. - Dr.
Ramón Paolini del CONAC. - Antropóloga Elvira
Ramos, Beca de formación del CDCHT. - La
Técnica en Restauración y Conservación, María
Elena Henríquez, ULA. - El Técnico de laboratorio
y trabajo de campo arqueológico, Antonio Niño,
ULA. - El licenciado en Geografía, Andrés Puig,
ULA. – Finalmente: los bachilleres José Luis
Quintero, Luis Belisario, Carlos García y Ricardo
Briceño, todos de la ULA.
¿Qué pensarán hoy día esos investigadores
serios de aquellas fantásticas "ruinas chibchas"?
En enero de 1988 nuestra oronda científica
viajó a París y recorrió los pasillos, sede de la
UNESCO, y conversó mucho con los señores del
equipe de Préhistoire de Andes, Mne. Daníele
Lavallée
y
M.
Jean-Francois
Bouchart,
especialistas en ciudades precolombinas. Vieron
estos señores las diapositivas y quedaron
anonadados no tanto como Mario Sanoja, pero sí
lo suficiente como para abrigar esperanzas de que
allí debía realizarse una serena y firme
exploración. Es de suponerse que en el lugar se
plantearía, como algo doloroso, lo relativo al
salvajismo e ignorancia de los nativos, que jamás
han llegado a comprender lo mágico y misterioso
de sus antepasados, de su cultura y de que ésta
debe ser salvaguardada como un bien supremo
para la humanidad. Que cómo era posible que no
le dieran las suficientes garantías para que ella,
doña Jacqueline, pudiese tomar aquel lugar como
centro de investigación arqueológica, y que don
Rodulfo se estuviese negando tan fieramente a
entregar... Porque éste era uno de los puntos
críticos de la situación.
De regreso a su país, doña Jacqueline volvió a
querellarse con el señor Rodulfo. Este señor volvió
a insistirle en que las tales ruinas prehispánicas
eran unos simples montículos que él había hecho
junto con su hermano, el eminente botánico, Luis
Ruiz Terán, hacía veintiún años. La señora
Jacqueline no hacía sino desgranar una triste
sonrisa ante tamaña mentira, pues ya había sido
comprobado que aquello era producto de técnicas
indígenas milenarias. Que se lo preguntaran al
experto don Mario Sanoja. No a ella, sino a don
Mario.
juego de irresponsabilidades; que esto era
sumamente serio para permitirse que fuese a
quedar en manos criminales. Los cheques para
estas exploraciones siempre debían estar listos,
pues el rector Pedro Rincón Gutiérrez suspiraba al
ver el inmenso prestigio que adquiriría la ULA con
un monumento arqueológico tan desafiante para
la imaginación como para el conocimiento de la
cultura precolombina; qué de anuncios diciendo
que la ULA tenía los científicos mejor preparados
de Venezuela, de América Latina y quizá del
mundo, y el fulano hallazgo acabaría por
catapultarla de manera determinante y sin
apelación.
Estaba claro pues, que lo que retrasaba su
lucha era la terquedad de un ignorante campesino
dueño del lugar donde se encontraba el susodicho
tesoro. Había que mover cielo y tierra contra este
señor, y fue así como inició otro peregrinaje por
las oficinas del vicerrector Académico, la
Secretaría y de nuevo a la Dirección de Cultura
de la ULA, como pasos previos al ataque que
desplegaría desde El Nacional, y otros diarios
importantes del país. A estos señores les expresó
que de un momento a otro llegaría el francés
Thierry Legros y no se podía seguir con aquel
Daba la gran casualidad, de que mi esposa
María Fuentes Hernández, ya lo dije, solía de
chica pasar las vacaciones en el Maciegal; era
amiga de las hijas de don Rodulfo, Lourdes y
María Eugenia. Mi esposa me contó, cómo ella con
sus propios ojos había visto a don Luis junto con
unos peones hacer aquellos montículos. Fue así,
como un día, cuando doña Jacqueline buscando
refuerzo para vencer la terquedad del viejo Ruiz
Terán, me invitó a partir lanzas por su causa, ya
no porque Mérida fuera sede del II Congreso
Mundial de Arqueología, sino por entrar en el
territorio dominado por los dioses chibchas en
pleno Joyo Caliente. Yo claramente le contesté
que estaba bueno ya de esa tontería, y que, una
de dos: o era demasiado ingenua que todo el
mundo era capaz de engañarla o sencillamente
algo muy tenebroso y sucio estaba ella armando
contra don Luis Ruiz Terán, y que en absoluto
contara conmigo para tamaña bellaquería. Esto se
lo dije en uno de los pasillos del Rectorado.
Ella lo que hizo fue abrir los ojos, y se retiró.
LA PARANOIA DE LA FAMA
Pero faltaban otras sorpresas sobre la
famosa trama del ombligo chibcha.
Ocurrió un hecho insólito el 14 de marzo de
1988. Corrió como pólvora el anuncio de que ya
todo estaba perdido pues el poder sobrehumano
del señor Rodulfo Ruiz Terán había producido una
catástrofe: su fuerza era tan descomunal que con
una tala que había hecho, logró destruir varias
estructuras de piedra; cosa que ni una explosión
con dinamita habría conseguido. El escándalo fue
pavoroso, volaron calzadas y terrazas, muros de
piedra de varios metros de altura; habían
desaparecido las habitaciones y canales de riego y
las cámaras funerarias pletóricas de sonrientes
calaveras. Sí, la fuerza hercúlea y demoníaca del
señor Rodulfo Ruiz Terán fue tal que desquició a
los mismísimos expertos en explosivos de la
Guardia Nacional. Entonces se solicitaron
entrevistas a los corresponsales extranjeros y El
Nacional dedicó su mejor página de arte para
reseñar aquel crimen. Fue por ello por lo que se
solicitaron urgentes sesiones especiales en el
Consejo Universitario y en la Asamblea Legislativa
del Estado para considerar los daños y las
ulteriores acciones judiciales por tomar.
La agitación de doña Jacqueline era olímpica y
paranoica, y seguir con sus círculos viciosos: del
Ministerio del Ambiente pasaba a la Gobernación,
de aquí al edificio Administrativo, de éste al
Rectorado. El comandante en jefe de la
preservación del medio ambiente natural, teniente
coronel Moreno Luna fue tajante al respecto y
afirmó más o menos: "Yo puedo detener la tala
mas no la destrucción de las estructuras de
piedra; ni que fuera el mismísimo Sansón".
Y todos los burócratas merideños fueron
sacados de quicio por el temblor de los
documentos de misia Jacqueline que exigía una
contundente reacción ante el desaforado loco.
Pedía auxilios a la señora Gloria de Gutiérrez,
esposa del gobernador don Orlando Gutiérrez. Al
caer en la cuenta de lo que pasaba la señora de
Gutiérrez, quien nunca se había percatado que
sus estudios de corte y costura pudieran colocarla
en una posición de poder decidir sobre la
existencia o no de ciudades prehispánicas en
Mérida, sufrió un gracioso y risible impacto,
profiriendo: “¡Qué barbaridad!, Dios mío! ¡Habráse
visto!”
Y seguía renovándose el enjambre de
científicos, no ya para valorar el imperio de los
grandes descubrimientos de la señora Jacqueline
cuyo interés comenzaba a mermar, sino para
analizar las formidables condiciones físicas de don
Rodulfo.
El 3 de mayo llegó la imponente comisión del
CONAC constituida por el arquitecto Ramón
Paolini y Luis Molina: todos los presentes en una
reunión donde asistieron estos calificados señores
de la arqueología nacional no podían entender el
poder inaudito de don Rodulfo Ruiz Terán que
había demolido las impresionantes terrazas de
una ciudad que había resistido los embates
destructores del conquistador español, y a las
inclemencias de centenares de años de
permanente erosión dictatorial y democrática de
nuestros pervertidos criollos.
El 22 de mayo de 1988, día infausto para
Venezuela, fue comprobado por éstos y muchos
otros expertos, lo de la devastación del lugar: las
estructuras que formaban antaño avenidas,
muros y sólidas habitaciones, terrazas y otras
construcciones estaban abolladas; piedras de más
de mil kilos habían sido sacadas de cuajo y
esparcidas en todo el terreno o formando
acumulaciones en total desorden.
Fueron
llevadas
unas
reveladoras
fotografías a la prensa que mostraban unas
ramitas en el suelo y abundante estiércol con el
título de PRIMERA DESTRUCCIÓN, MEDIANTE
TALA DE ÁRBOLES. Unos bejucos secos
miserables que también fueron fotografiados
llevaban la reseña: "Destrucción en mayo del 88.
Colocaron ramas encima de las piedras que
quedaron".
Esta historia continuará.
DE CHULETAS Y LOMITOS
El jueves 17 de junio de 1993, aparece un
documento EN el diario “El Vigilante”, que luego
habría de movilizar a un tribunal, no para que se
estudiasen las denuncias que Él planteaba ni
para proceder a castigar a los culpables de todos
los delitos que en él se denunciaban, sino para
pretender amedrentar a su director, el doctor
Eurípides Moreno, y dejase de seguir recibiendo
testimonios de este calibre. He aquí las
denuncias:
LA CORRUPCIÓN AHOGA A LA ULA
El Hombre de la Etiqueta.
He aquí la pléyade de prohombres a quienes
les vamos a poner una etiqueta en el dedo gordo
del pie derecho:
1.- Irregularidades administrativas cometidas
en la Proveeduría de Trujillo por el economista
ALFREDO
MARCANO, quien participó en la
adquisición de una
carnicería-charcutería,
ubicada frente al centro Comercial Mercedes Días
en la ciudad de Valera, valuadas en diez millones
de bolívares.
2.Irregularidades
en
el
Comedor
Universitario por ANTONIO ROJAS y FANNY
VALERA, por el sobreprecio y cobro de jugosas
comisiones en la compra de carne de res, carne de
cerdo, queso, verduras, etc. Antonio Rojas compró
una mansión de veinte millones de bolívares (Bs.
20.000.000) en La Pedregosa.
3.El
exrector
NÉSTOR
LÓPEZ
RODRÍGUEZ, logró la JUBILACIÓN el 23 de julio
de 1987; dicho decreto rectoral señala que se hace
efectiva a partir del quince de diciembre de 1987,
por el monto de veinticuatro mil cuarenta y tres
bolívares (Bs. 24.043, 14) mensual; dicho decreto
expresa: "El Consejo Universitario acordó pagarle
las prestaciones sociales derivadas de antigüedad
y cesantía la cantidad de ochocientos cuarenta y
seis mil trescientos diez bolívares (Bs.846.310,08)
que corresponden a las prestaciones derivadas de
su sueldo".
El Consejo Universitario manipulado y
controlado por Néstor López, el 8 de abril de 1992,
acordó autorizar otras prestaciones sociales
generadas por el trabajo cumplido en forma
ininterrumpida desde el 01 - 02 - 64 hasta el 01 09 - 92 y cobra la bicoca de cuatro millones de
bolívares. Este decreto que también pasará a la
historia termina así: "Se deja constancia expresa
que el Dr. Néstor López Rodríguez, Rector de la
Universidad, no se encontraba presente en la
sesión del 08-04-92; por lo tanto no participó en
la discusión y aprobación de este punto". Qué
cinismo, cómo se jodió la Alma Máter.
Por cierto, un profesor de la Facultad de
Ciencias, James O. Callaghan, solicitó igualmente
al Consejo Universitario que se le recalcularan sus
prestaciones sociales, en vista de que él al igual
que Néstor López, había seguido trabajando
después de jubilado, la respuesta del Consejo
Universitario fue NO PROCEDE. Sin comentarios.
4.- LIBRERÍA UNIVERSITARIA. En el año
1987, la ULA hace una Compañía Anónima y pone
al frente como Presidente de la misma a GENRY
VARGAS, quien luego de ganar el vicerrectorado
por chiripa, encarga de su presidencia a JOSE
SIBIRA, profesor de Economía. Este bellaco la
llevó a la quiebra, se perdieron diez millones de
bolívares por negligencia y mala praxis
administrativa. No fueron sancionados porque
uno era el vicerrector Administrativo y candidato
en aquel momento a rector y el otro director de
Personal.
5.- AEULA, el médico CARLOS RODRÍGUEZ
MENESES dirigió este gremio durante ocho (8)
años, malversó en connivencia con CYA
ALARCÓN, el administrador de CAYCO, la
cantidad de treinta millones de bolívares (Bs.
30.000.000) al presentar CAYCO unos soportes o
recibos sin consistencia jurídica.
Se cobró jugosas comisiones con los seguros
ANAUCO, dinero que compartió con JOSE SIBIRA,
el antiguo director de Personal de la ULA, el
mismo pajarito del ju ju de la Librería
Universitaria.
Desapareció misteriosamente la camioneta
Mitsubishi propiedad de la AEULA que luego
denunciaron en la PTJ que se la habían robado...
la compañía aseguradora pagó la camioneta, pero
la misma se detectó escondida en un
estacionamiento familiar aquí mismo en Mérida.
Igualmente se desarmó en actitud demencial la
motocicleta del Office Boy de la AEULA. Posee un
carnet de la policía secreta adscrita a un general
de las Fuerzas Armadas y se lo enseña a todo el
mundo en forma desafiante.
6.- ULA FÚTBOL CLUB: El "profesor" JOSÉ
ELADIO QUINTERO dirigió la Presidencia de este
equipo profesional durante cinco años. Malversó
aproximadamente treinta millones de bolívares en
rumbas, comilonas, francachelas, viajes y juegos
en los mejores casinos de ARUBA, CURAÇAO Y
BOGOTÁ; por ser el pupilo de Néstor López, no se
le ha podido hacer la denuncia o acusación penal.
Hace unos días el ingeniero CARLOS MÉNDEZ fue
señalado por un presunto desfalco de doscientos
veintitrés mil bolívares (Bs. 223.000). J. Carmelito
Arocha se dirigió al rector con las pruebas y
señalamientos de que se habían recaudado más
de medio millón de bolívares con las ventas de las
entradas ULA-MARÍTIMO, y el ULA-MINERVEN.
7.- LA MAFIA DE SERVICIOS GENERALES.
Esta especie de Cosa Nostra está conformada por
FERNANDO LEÓN, del Departamento Técnico,
FANNY VARELA Y ANTONIO ROJAS, del Comedor
Universitario, LIBIA MATOS, de la administración
y coordinados por MARCOS RIVAS y NELLA
COMISIÓN DO CAMPOS, con el asesoramiento de
GENRY VARGAS. Estos muérganos han hecho
muchas cosas, entre otras: FERNANDO LEÓN
hizo que la universidad comprara 400 teléfonos a
un cuñado de la ERICCSON, estos aparatos era el
material de desecho de esta compañía, todos
llegaron dañados, las autoridades universitarias
conocieron de esta estafa, la mafia impidió que se
tomaran medidas.
FERNANDO LEÓN logra desincorporar dos
ascensores del edificio administrativo porque eran
muy lentos, pero funcionaban, una vez bajados,
las autoridades conocieron de esta situación y
nada. Por supuesto que se compraron nuevos
ascensores sin licitación, la mafia los adquirió a
una cuñada de FERNANDO LEÓN.
8.- CONSTRUCCIONES Y MANTENIMIENTO.
Esta dependencia tiene 160 millones anuales para
gastar en arreglos y construcciones, o sea la
bicoca de 640 millones en cuatro años. Son
muchos los casos, vamos a señalar algunos: a) El
musiú MANZANITA, el gordito que impermeabiliza
los edificios de la ULA; a este señor le otorgaron
varios contratos para ponerle seis capas de manto
asfáltico a varios edificios de La Hechicera, el
gordito sólo les puso tres mantos y estafó la ULA
en veinte (20) millones de bolívares. b) El arreglo
del Estadio Lourdes, comisión de tres millones de
bolívares.
9.- EL JU JU DE LAS COMPUTADORAS. Este
cuadro de corrupción tiene varias aristas: a) Tres
ex
autoridades
universitarias
tienen
dos
compañías que le venden sendas computadoras a
la Universidad, al frente de las mismas tienen a
interpuestas personas para cubrirse las espaldas,
por este motivo el Indio JOSÉ RAFAEL PÉREZ,
violando la dignidad de la Universidad, desconoció
a lo macho la licitación que había ganado VISIÓN
COMPUTER y el Indio la orientó hacia la
compañía
OTIESCA,
adquiriendo
unas
computadoras marca QUANTU,
con la mala
suerte para la Universidad que los referidos
aparatos salieron con vicios ocultos y de muy
mala calidad. b) El consejo de Fomento tiene su ju
ju con los créditos que facilita para que los
profesores adquieran computadoras, en la
próxima entrega le analizaremos esta situación en
detalles.
10.- LA FACULTAD DE ODONTOLOGÍA. La
corrupción en esta facultad opera de esta manera:
a) Comisión en la compra de unidades
odontológicas. Se solicita por fax con antelación la
información de determinada casa comercial que
venda dichas unidades y luego las piden en sobre
lacrado, cuando estos sobres se abren, se conoce
de antemano el ganador; por cierto, las últimas
Unidades no han resultado de buena calidad. b)
El esposo de la decana MELBA DÍAZ DE LEÓN,
trabaja como contador-administrador de la
Facultad violándose la Ley de Hacienda Pública en
su artículo 123. c) Los controles administrativos
para revisión y posible manipulación, son
trasladados a la casa de la decana. d) Entre
septiembre y octubre fue trasladada con arreglo
de arquitectos e ingenieros la casa de la decana
por la misma compañía que en esos mismos
meses estaba realizando los arreglos a los salones
de la facultad. e) Los arreglos del antiguo hotel "La
Sierra" fueron calculados y aprobados con un
presupuesto inicial de cinco millones de bolívares
y hasta la presente se han gastado catorce
millones de bolívares y la obra está a mitad de
camino, vayan para que la vean al frente del
teatro Universitario. f) Los materiales dentales que
se están adquiriendo en esta Facultad son de muy
baja calidad y muchas veces las cátedras no
funcionan porque no tienen materiales, pero sí
hay dinero para comprar computadoras en
OTIESCA.
Estas denuncias de corrupción en la ULA van a
continuar, para motivar a las actuales
autoridades universitarias a tomar medidas. No
olvidemos la denuncia de GUIDO OCHOA,
sobre la compra de ambulancia para los
Bomberos de la Universidad, el rector giró una
orden de comprarla en una casa comercial por
haber ganado en buena lid la licitación; sin
embargo ésta fue anulada, se compró la
camioneta en otra parte para cobrar
comisiones. Estas denuncias continuarán...
SIGUEN LOS TARTUFOS DEL REPARTO
¿Quién puede hacer alarde entre nosotros de
no haber sido estafado por algún banco, partido,
gobierno o por lo que deberían ser nuestras más
respetadas instituciones, la UNIVERSIDAD, por
ejemplo? ¿Quién puede decir con convicción, "yo
creo en fulano de tal"? ¿Quién puede enarbolar la
fe de sus acciones para respaldar a alguien para
un cargo sin estar contando con la gracia, la
ayuda, con la benevolencia del ganador para que
en el futuro le recuerde y complazca sus intereses
personales? Dádivas: la política venezolana vive a
fuerza de dádivas. Aquí se ejerce el mando para
mentir, para secretear, para negociar posiciones,
votos y posturas.
Como nos hemos dado a la tarea de decir que
el dinero no tiene patria, nos encontramos con
ministros de Hacienda que a fuerza de sablazos
con dólares pretenden corregir las fallas del
sistema económico nuestro. Y como salían ellos
ricos y todo el mundo comprado, principalmente
los jueces, no hubo manera de ponerles reparo a
los desbarajustes del Estado. Se pensó que la
universidad podía hacer algo, porque ella venía
desde hace tiempo reclamando participación en el
asunto de las reformas. Cuando se le dio la
oportunidad produjo mayúsculo desastre. ¿Se
recuerdan de aquel Consejo Consultivo? ¿Luego
aquel discurrir de rectores por los ministerios de
Sanidad, Educación, de Justicia cuya voluntad de
antemano le habían comprado los partidos?
Los personajes más incultos tras bastiones
también corrompidos: invirtiendo los valores,
desquiciando las funciones básicas del cargo e
imponiendo la política de la venalidad, del
cohecho; sacudiendo la escala de la inmoralidad y
el dolo en sus más altos y bajos puntos, y... cosa
milagrosa: emergiendo los fulanos personajes de
ese antro, impolutos y gallardos como siempre,
con la sólida prestancia que les dan los adulantes,
y por el otro lado la Nación más arruinada, más
endémica y con menos oportunidades para salir
de las eternas crisis.
Las habilidades para prácticas deshonestas
las viven refinando y actualizando para desvelar
otras formas de hurto que dejan en pañales a las
del famoso Panurgo.
Está
profundamente
demostrado
en
Venezuela,
que
los
delincuentes
son
imprescindibles para que la administración de
cualquier ente público o privado pueda
“funcionar”; hasta los condominios de los edificios
están en manos de delincuentes, porque de otro
modo no podrían moverse los ascensores, ni se
tendría electricidad ni agua. Cómo le encanta al
venezolano vivir sometido a algún patán o ladrón,
y se los cala como si nada.
Llega un nuevo magnate, a encargarse de
una dependencia rica en recursos y sale de ella,
él, más rico y la dependencia más arruinada. Pero
siempre con la aureola de académico, respetable
ex funcionario, educador, con pasaporte premium
para instalarse en una curul, una embajada o
ministerio.
La tradición.
Los magnos latrocinios se utilizan para lanzar
al ruedo de las meriendas electorales a candidatos
que detentan los alucinantes cargos de rector,
vicerrectores, secretario o decanos. Todo se hace
meticulosamente,
saciando
apetitos,
complaciendo avaricias, simulando posturas de
integridad
moral,
favoreciendo
peticiones
personales, alimentando la anarquía para
desvirtuar las pruebas y borrar rastros de
cualquier acto de peculado, mientras las vacas y
los terneros sagrados danzan cogiendo lo suyo.
¡Cuántos sagrados secretos guardarán los
enhiestos pechos de esos pasajeros inquilinos de
la Alma Máter! ¡Cuántos misterios congelados en
esas paredes donde se discute el destino del platal
que deben repartirse y repartir!
Y del silencio, de la alcahuetería del delito,
del disimulo, de la seriedad, ¡Dios mío, qué
seriedad!; la seriedad que es el artilugio que más
verdea a la hora de hablar de academia,
investigación o autonomía. Aquellas poses
enhiestas, aquellos culos de botellas engarzados
como quien bucea en las cajas de seguridad
(botines) del Banco Central, entre togas y birretes:
¡Dráculas!, ¡chupasangres!
Igualitos al mimético ministro José Ángel
Ciliberto cuando lo interrogaron en los pasillos del
Congreso sobre el asunto de los jeep, y contestó
que él no se ocupaba de esas minucias. Pues
exactamente las mismas posturas de nuestras
fulanas autoridades. Un hombre serio debe
mantener su compostura, pues aunque son casi
angelicales, estos seres tienen hijos que necesitan
ser empleados y tienen nietos que deben ser
atendidos por la prosapia rectilínea en virtud del
abolengo que por detentar un alto cargo se
heredó; por ello jamás veréis a un Antonio Luis
Cárdenas lanzar ataques contra un corrupto
importante. No. Esta gente funciona mediante el
ataque a las generalidades más extremas: para
ellos no hay corruptos sino corrupción; cómo les
encanta la palabra crisis y "reflexionar". Poner el
dedo en la llaga, para esta gente es blasfemar y
provocar crisis inconvenientes e innecesarias;
porque los señores como Antonio Luis Cárdenas,
Leonel Vivas o Pedro Rincón Gutiérrez son
siempre prospectos de ministros, diplomáticos,
dadores de doctorados Honoris Causa. Son en
definitiva los que saben llegar bien lejos.
La gran obra del señor Antonio Luis
Cárdenas es haber promovido en las llamadas
escuelas integrales una añeja aspiración de don
Carlos Andrés Pérez: instalar computadoras hasta
en los baños, como si esa vaina por sí misma nos
fuera a colocar en la avanzada moral y científica
que se vive clamando. La misma pose del ministro
de Ciencia y Tecnología Carlos Genatios, con los
infocentros.
Aparecía don Antonio con niños que gozaban
dándoles a las teclas y por ello ya creía que
estábamos incorporados a los grandes retos del
modernismo. Niños que llegarían a los veinte años
sin saber nada de historia o geografía, nada de la
necesidad de defender nuestro ambiente, nada de
humanismo o de música, ni mucho menos de las
tradiciones y de la cultura nuestras. Pendiendo
hasta los tuétanos de todo lo que se importa, que
nada de eso ha provenido de nuestro ingenio y
creación. Las computadoras no son sino meras
herramientas como el lápiz, el borrador o el papel,
no elementos que contribuyan a una sostenida
elevación
del
conocimiento,
como
del
fortalecimiento de los valores morales o humanos.
Los supremos del intelecto nacional
conforman un cogollo mil veces más alucinador y
tramposo que el de los partidos; van del brazo
haciendo y deshaciendo: en Mérida, por ejemplo,
la llave Antonio Luis Cárdenas-Pedro Rincón
Gutiérrez constituyó una pieza clave en los
cocidos electoreros que siempre montó el
arbitrario y prepotente ex gobernador, y
eternamente universitario, Jesús Rondón Nucete.
Como Perucho no llegó a un acuerdo con el
MAS
para
entrar
en
las
planchas
de
Convergencia, Rondón Nucete le confeccionó un
partidito político a su medida. Cuando don
Perucho sufrió una derrota espantosa el 5 de
diciembre de 1993 de inmediato el presidente
Caldera lo premia y lo convierte en uno de sus
predilectos consejeros. El pobre pueblo aplaudió
creyendo que la fulana Convergencia les iba a
corregir las arbitrariedades, cuando en realidad
sólo se hicieron reacomodos de mandones. Otra
bella analogía entre estos personajes es que
cuando se han llevado como asesores de sus
ministerios en Caracas a viejos colegas de la ULA,
éstos han convertido sus dependencias en
verdaderas representaciones del palacio de
Satanás.
Por ello lo esencial es practicar la
versatilidad; si se llega a ser un medias-tinta en
todo, entonces se tiene a Dios cogido por las
barbas. Por ello los equipos rectorales flotan entre
cobardes, adulantes y vendidos. Allí se compran
las voluntades; muchos muestran con su sonrisa,
con su seriedad, con un abrazo, con un apretón
de manos, con la empalagosa doblez de un
comentario, si su precio está tasado en un
almuerzo, en un viaje o en una condecoración o
un halago.
Nada es tan pernicioso como pagar
vanidades, porque éstas se regodean en sí mismas
y se encarecen con los reclamos, y como las
llamas al soplarlas, se ensoberbecen.
Vemos cómo nada detiene la necesidad de
"vencer". No se trata de vencer al contrario para
procurar una política diferente sino de hacer
exactamente lo mismo que todos han hecho:
ganar acólitos, formar la espesa coraza de un
grupo siempre victorioso y protector de las
maniobras que sean necesarias urdir para salir
airoso de cualquier desastre.
No importa cuánto se gaste; no importan las
arbitrariedades que se urdan y se lleven a efecto
con tal de que la red se haga descomunal para
conformar acólitos ciegos y leales al mandón de
turno. Y es cuando usted, señor lector, puede ver
de pronto, llegado de los lugares más lejanos del
exterior del país, a un colega que ha sido traído
(con pago de viáticos, pasajes y de algunas otras
suntuosas comodidades) únicamente para votar
en una simple elección decanal.
Hay que saber hacer las cosas sin dejar
sombra de corrupción, hacerlas inteligentemente,
aunque a veces... Ese dinero del cual se abusa no
es en definitiva de nadie, y la práctica para estos
menesteres se viene haciendo desde tiempos
inmemoriales. Y los que pierden las lides
electorales se eximen de practicar una honesta
oposición porque está sobrentendido que el botín
debe ser usufructuado al máximo por el vencedor;
porque el derrotado, de haber ganado, habría
hecho exactamente lo mismo. Asunto de
"caballeros".
Y al mandón se le va el tiempo en pagar
favores. Los "vivos" que depositaron su voto por él,
habrán de pasar por su oficina por algún
obsequio. Las colas son interminables, y quiera
Dios que el mandón sepa cumplir con sus fieles
servidores porque si no, la intriga, el odio y la
venganza serán atroces. Nada ofende y maltrata
tanto a un "ciudadano de partido" como el desdén
de un mandón, al cual éste caballero dio su voto.
En estas interminables colas se perciben
especiosas secciones de extranjeros que son
atendidos con especial cortesía y amabilidad.
Difícilmente se duda de la capacidad intelectual
de un extranjero, de su honradez, de su voluntad
de trabajo y de servicio. El extranjero sabe
tartamudear cuando le conviene; sabe, por lo
general, disimular muy bien lo que sabe y lo que
no sabe. Y casi todo se le perdona porque no tiene
a dónde ir. Y si sus papeles no están en regla,
pues mejor: es vital en estos tiempos ser
comprensivo y fraternal, y así es como nos
enteramos, por ejemplo que en la ULA existió algo
denominado “medidas de Mistajá”. Sobre todo
cuando se trata de personajes "revolucionarios"
que se han pasado su vida ofrendando su sangre
y sus servicios (aunque lo disimulen muy bien)
por
causas
justas,
causas
populares
y
antiimperialistas. Y estos tipos tienen también por
lo general un verbo y una lógica que fascina a los
mandones. Saben redactar oficios y panfletos, son
melosos y ladinos; traen en la sangre una vieja
tradición como aduladores de pasillo o de salón, y
resultan espléndidos mayordomos de las causas
que viven disfrazadas con los vistosos nombres de
academia, libertad, reforma y paz.
Nuestros
sentimentales.
mandones
suelen
ser
muy
Algunos
extranjeros
han
tenido
la
extraordinaria habilidad de saber modelar nuestra
Universidad de acuerdo con sus conveniencias y
nos ilustran sobre lo que se debe o no
INVESTIGAR; son infaltables en las comisiones
que se viven estructurando para sacarnos de un
atraso que cada vez se hace peor. Porque de eso
se trata, de que el atraso se perfeccione.
Infaltables en los equipos rectorales por ser
expertos en la viciosa divagación dialéctica de las
interpretaciones casuísticas de reglamentos y
mamotretos legales. Por otro lado, los hay
brillantes, honestos y sabios pero éstos a nuestra
Universidad no les interesa: Los trata con
descuido, desprecio y hasta brutalidad aunque
hayan sido los pilares de grandes descubrimientos
y actividades científicas y humanísticas; entre
éstos cabe mencionar a: Jean Marc De Civrieux, el
padre Santiago López Palacios, Andrés Zavrostky,
Arturo Eichler, entre otros.
INVENTARIO DEL INVENTO
Pero aquella dama, aparentemente extraviada,
cuya mayor parte de su tiempo lo utilizaba para
hacer antesalas a los entes burocráticos,
solicitando reuniones con la Asamblea Legislativa,
con los mayordomos de la cultura; pálida, coja,
con su pelo abultado y hundida en las nebulosas
de gafas culo de botella, que no daba paz a su
pluma ni descanso a lengua; cada día un nuevo
frente: seguía en su marcha a machaca martillo, y
reuniendo un arsenal de fotos, y armándose de
paciencia y de serenidad, al fin pudo estructurar
un enjundioso artículo que sus amanuenses no
tardaron en llevar al “Correo de Los Andes”. No se
detuvo a considerar las consecuencias gravísimas
que podía desencadenar aquel informe que incluía
fotos tomadas de la famosa revista Geomundo.
He aquí la otra cara, la oficialista, del
descubrimiento del extraño ombligo chibcha, esta
vez de la mano de la propia investigadora, doña
Jacqueline, y que lo transcribo tal cual, con los
errores ortográficos que trae:
La Pedregosa Alta-Mérida:
Itinerario de una destrucción
Jacqueline Clarac de Briceño
En el mes de abril de 1987 el estudiante
Carlos García – auxiliar de investigación del
Museo Arqueológico – descubrió, al realizar
una prospección a orillas del Río La
Pedregosa, en la parte alta del valle del
mismo nombre, lo que le pareció debía ser un
sitio arqueológico.
El equipo de arqueología del Museo se
desplazó inmediatamente al lugar a fin de
reconocer el sitio y hacer algunas fotografías.
Nos pareció que se trataba efectivamente de
un gran conjunto de estructuras de piedra de
origen prehispánico el cual, al ser esto cierto,
constituiría el primer sitio de este tipo
encontrado en Venezuela.
Sin embargo, como soy etnólogo y
antropólogo social y que los investigadores en
arqueología que trabaja para el Museo
Arqueológico son jóvenes y sin mucha
experiencia, anuncié el descubrimiento a
varios arqueólogos del país, pidiéndoles
visitar el sitio. Los primeros en hacerlo fueron
Luis Molina y María Ismenia Toledo, con seis
años de experiencia en Quíbor, Estado Lara,
quienes respondieron a mi invitación y vieron
el sitio en el mes de junio del mismo año 87,
quedando ambos muy impresionados con su
visita.
Los que luego dieron respuesta a mi
preocupación fueron Mario Sanoja e Iraida
Vargas arqueólogos de la Universidad Central
de Venezuela ampliamente conocidos en el
país y en el exterior, quienes visitaron el sitio
en septiembre 87 y opinaron que era
evidentemente prehispánico. En cena que les
fue ofrecida por el Decano de Humanidades,
Prof. Orlando Monsalve, ellos manifestaron la
necesidad de iniciar pronto el estudio del sitio
y de facilitarnos para empezar unos
quinientos soldados para la limpieza del
mismo; éstos debían ser dirigidos por
especialistas.
26 de septiembre de 1987. Mandé al
Rector de nuestra universidad, Dr. Pedro
Rincón
Gutiérrez,
un
informe
titulado
“Descubrimiento de un sitio Arqueológico de
gran importancia en la Cordillera de Mérida”,
y en el cual daba las coordenadas geográficas
una primera descripción del sitio, e indicaba
ciertas medidas a tomar en seguida, las
cuales habían sido aconsejadas por los
Doctores Sanoja y Vargas:
el
sitio
“Patrimonio
1. Declarar
Arqueológico del Estado Mérida” y la zona
donde se encontraba “Parque Ecológico”.
2. Hacer con urgencia una limpieza del
sitio ya que la cantidad de maleza que lo
había invadido no dejaba caminar ni observar
todas las construcciones, gran parte de las
cuales se encontraba en pleno bosque
secundario; indiqué que lo mejor sería hacer
tal limpieza con un equipo de soldados,
después de lo cual se podría: a) Hacer un buen
montaje de diapositivas y una primera
película,
b)
Hacer
un
levantamiento
topográfico completo, c) Iniciar el estudio
arqueológico, para lo cual pedía traer a dos
arqueólogos
con
experiencia
en
esas
estructuras.
ULA, Dr. Edmundo Aray, éste me prometió su
colaboración para una película sobre el sitio
de la Pedregosa Alta, de modo que le escribí
una carta haciéndole oficialmente la petición
de ésta.
Ya el 18 del mismo mes le había escrito a
la Dra. Ann Osborn (Colombia) con quien
estaba
yo
en
correspondencia
para
comunicarle el descubrimiento del sitio y
ofrecerle hacer un symposium en 1988 en
Mérida, con la colaboración de ella y de su
equipo, en relación a nuestros trabajos en la
Cordillera, de ambos lados de la frontera.
Como nos parecía que se debía mostrar
todo el proceso, se decidió filmar para
empezar
el
estado
actual
de
las
construcciones cubiertas de vegetación.
22 de octubre de 1987; seis miembros del
Comité Directivo del Congreso Mundial de
Arqueología vinieron a Mérida, respondiendo
gentilmente a la invitación hecha por la
Universidad de los Andes, visitaron el sitio de
La Pedregosa Alta y nuestro museo y, en
reunión con las autoridades universitarias, se
llegó con ellos al acuerdo de hacer en Mérida
en la sede de nuestra Universidad el II
Congreso Mundial de Arqueología en 1990.
31 de octubre de 1987, en reunión
organizada por la Directora de Cultura, Dra.
Cecilia Scorza con el Director de Cine de la
7 de noviembre de 1987. Tuve una
entrevista con el Gobernador del Estado
Mérida Ramón Vicente Casanova, le enseñé
una foto del sitio, se entusiasmó mucho y me
prometió su colaboración.
12 de noviembre de 1987. Siguiendo el
consejo del Vicerrector Académico Dr. Julián
Aguirre, escribí un segundo informe para el
Rector,
más
detallado,
titulado
“Sitio
Arquitectónico Pedregosa Alta”, con una carta
en el cual le pedía interceder para que el
Gobernador del Estado, Dr. Ramón Casanova,
asegurara la protección y vigilancia del sitio.
15 de noviembre de 1987. Escribí una
nueva carta al Rector, diciéndole mi
preocupación pues dos miembros del equipo
de cine de la ULA, mandados por el Dr.
Edmundo Aray para conocer el sitio habían
sido brutalmente expulsados de ahí por una
persona.
Habíamos descubierto que el propietario
de la finca donde estaba el sitio era el señor
Rodulfo Ruiz Terán, y este pretendía que esto
“lo había hecho él con su papá”, y ya no
dejaban pasar a los jóvenes investigadores del
Museo a quienes yo mandaba para vigilar el
sitio. Incluso se le amenazó con escopeta.
17 de noviembre de1987. Me dirigió una
carta el Vicerrector Académico Dr. Julián
Aguirre Pe, anunciando en anexo una
comunicación dirigida en la misma fecha por
él al Gobernador. En dicha comunicación le
pedí a éste su ayuda para participar al señor
Ruiz Terán la importancia arqueológica de la
finca de su propiedad y cómo este estudió
podría “marcar un hito en el conocimiento de
los primeros pobladores de nuestra región
andina”.
Supe luego que el Gobernador Casanova
había citado al señor Ruiz Terán, quien no se
presentó.
Enero de 1988. Estando yo en París con
permiso de la Universidad a fin de atender
una invitación que me habían hecho fui a la
UNESCO y conversé con el delegado de
Venezuela Dr. Carlos Ortiz Chalbaud, quien se
interesó mucho por el descubrimiento que
habíamos hecho en Mérida, así como por la
noticia de que el II Congreso Mundial de
Arqueología se realizaría en nuestra ciudad
andina. Me prometió la colaboración de la
delegación de Venezuela en la UNESCO. Visité
a los arqueólogos del CNRS, Equipe de
Préhistoire de Andes: Mne. Daniele Lavallée,
Jefe del Programa de los Andes, y M. JeanFrancois Bouchart, especialistas de ciudades
precolombinas
andinas
y
Jefe
del
Departamento de América del Museo del
Hombre. Vieron mis diapositivas, se mostraron
interesa-dos y ofrecieron su colaboración. Me
dijeron
que
debíamos
proceder
inmediatamente
a:
1)
Anunciar
el
descubrimiento a la comunidad científica
internacional, lo que se podía hacer a través
de nuestro Boletín Antropológico. 2) Medir las
estructuras de piedras, 3) Realizar la
excavación de una de ellas para conocer su
contenido.
Les
dije
que
no
podía
participar
oficialmente este descubrimiento pues no se
había resuelto todavía el problema con el
propietario y que, en nuestro país, la Ley
sobre el Patrimonio Arqueológico existía pero
no solía respetarse; y que no podíamos iniciar
el
estudio
mientras
no
obtuviéramos
protección para el sitio y permiso de entrada
al mismo, pues temíamos mucho que fuese
destruido por el propietario.
5 de febrero de 1988. Estando de regreso a
Mérida visité al señor Rodulfo Ruiz Terán en
su finca de La Pedregosa Alta. Me acompañó
el Ingeniero Agrónomo, Prof. Del Instituto de
Geografía de la ULA, Silvino Reyes. El señor
Ruiz Terán nos afirmó que esto lo había
construido su padre hacía 21 años cuando
compró esta finca.
Le manifestamos nuestra sorpresa de que
su padre pudiera haber hecho con técnica
indígena tantas construcciones para las
cuales pensábamos que se había necesitado
mucha mano de obra, en trabajo colectivo, y
que hubiese hecho tanto trabajo inútil ya que
lo había dejado invadir luego por la maleza y
el
bosque
secundario...
Además
su
información entraba en contradicción con la
de los campesinos.
Participé el resultado de esta visita al
Vicerrector Académico, al Secretario Privado
del Rector y a la directora de Cultura.
2 de febrero de 1988. En respuesta a su
carta de diciembre de 1987 se le mandó a
Yves Saint-Geous (Cooperación Científica,
Institute Francais d’Etudes Andines, Lima) a)
un telegrama para decirle que esperábamos al
experto francés Thierry Legros a quien nos
ofrecía para asesorarnos en el sitio de La
Pedregosa Alta, b) una carta diciendo lo
mismo.
7 de marzo de 1988. La Dra. Scorza,
Directora de Cultura de la ULA, me llevó a
una primera reunión con el nuevo Gobernador
Dr. Orlando Gutiérrez para plantearle la
situación y pedir su colaboración, que él
prometió. Se le indicó además que estaban
operando saqueadores en Mérida y que sería
bueno emitir un decreto a fin de darle a la Ley
del 45 sobre el Patrimonio un instrumento
apropiado a la situación de nuestro estado.
Me pidió hacer el proyecto en este sentido.
14 de marzo de 1988. La Dra. Scorza y yo
nos reunimos nuevamente con el Gobernador,
en su despacho para participarle que el señor
Ruiz Terán había emprendido una tala de
árboles en su finca lo cual había destruido
varias estructuras de piedra. Le dejamos las
fotos de esta destrucción para que él
procediera. Me aconsejo hablar con el
Teniente Coronel Moreno Luna, del Ministerio
del Ambiente. Le entregue el proyecto del
decreto
en
relación
del
Patrimonio
Arqueológico de Mérida.
18 de marzo de 1988. Fui a la sede del
Ministerio
del
Ambiente
en
Mérida
acompañada de Elvira Ramos y Antonio Niño,
investigadores de museo. El Teniente Coronel
tomó enseguida las medidas necesarias para
parar la tala de árboles ya que no se había
dado permiso para la misma y que se trataba
además de la Cuenca del Río La Pedregosa.
Nos advirtió que podía parar la tala pero no
la destrucción de las estructuras de piedras.
6 de abril de 1988. Le dirigí una carta a
la Dra. Cecilia Fuente, Directora de Museos,
CONAC (Ministerio de Cultura, Caracas)
informándole acerca de la sede del próximo
Congreso
Mundial
de
Arqueología
y
anexándole copia de una carta mía al Prof.
Luis Molina, Jefe de la División de
Arqueología e Inventario, CONAC.
En esta carta al Prof. Molina (quien había
visitado el sitio de La Pedregosa Alta en junio
del 87) yo hacía un informe de toda la Zona
que teníamos en estudio arqueológico,
incluyendo la noticia del principio de
destrucción del sitio en cuestión.
16 de abril de 1988. Aproveché una
reunión con la señora Gloria de Gutiérrez,
esposa del Gobernador, para hablar del sitio
la Pedregosa Alta, se entusiasmó mucho y
prometió su ayuda.
18 de abril de 1988. Me avisó el Prof.
Douglas Rivera Prieto de un nuevo sitio en su
finca de Mucusurí, del otro lado del Páramo
de los Conejos, de modo que se desplazó el
equipo del Museo al sitio para examinarlo y
fotografiarlo, descubriendo ahí estructuras
con cierta similitud con las de La Pedregosa
Alta, aunque en menor cantidad.
28 de abril de 1988. Escribí al Rector, al
Vicerrector Académico y al Gobernador una
carta anunciando para el martes 3 de mayo
la llegada de una comisión del CONAC,
pidiendo audiencia para ella.
2 de mayo de 1988. La secretaria del
Gobernador me llamó para confirmar que la
audiencia sería el 2 de mayo en el despacho
del Gobernador, a las 3 p.m,. avisé enseguida
de ello al Vicerrector Académico (el Rector
había salido a Caracas).
3 de mayo de 1988. Llegó a Caracas la
Comisión del CONAC constituida por el
Arquitecto Ramón Paolini, Director de
Patrimonio Cultural, y el Arqueólogo Luis
Molina, Jefe de la División de Arqueología,
quienes, después de visitar el sitio de La
Pedregosa Alta y a constatar la destrucción
que había empezado en el mismo, se reunió el
despacho del Gobernador con el Dr. Aguirre,
Vicerrector Académico, y conmigo. Por estar
ausente el Gobernador la audiencia fue
atendida por el Secretario de Gobierno, señor
Alfonso Rafael Velasco. La Comisión expuso
ante dicho Secretario la importancia de
preservar e investigar el sitio de la Pedregosa
Alta, sobre todo por el hecho de que Mérida
sería la sede del II Congreso Mundial de
Arqueología en 1990 y que “resultaría
injustificable la desaparición de un sitio de
importancia tan próximo a la Ciudad de
Mérida”. El Secretario Velasco se comprometió
a informar al Gobernador y a convocar el
martes siguiente (10 de mayo) al propietario
del sitio, al mismo tiempo que al Vicerrector
Académico a las 3 p.m.
5 de mayo de 1988. Salió un muy pequeño
artículo en el diario nacional El Universal
titulado “Allá las ruinas prehispánicas cerca
de Mérida” y firmado por un tal Asdrúbal
Romero, INNAC. Se informaba que la familia
Ruiz Terán, y que el Secretario de Gobierno,
Alfonso Rafael Velasco “cuida de esos
descubrimientos con el fin de evitar su
destrucción y cualquier alteración que dañe
las muestras halladas”.
10 de mayo de 1988. Por la mañana llamé
a la Gobernación para confirmar la reunión
prevista pero me informó la secretaria del
Gobernador
que
no
sabía
porque
el
Gobernador tenía una gira y porque se
desconocía la dirección del propietario de la
finca. Le indiqué esta dirección y ella me
aseguró que llamaría para anunciar el día de
la reunión.
16 de mayo de 1988. Como no llamó ella,
me
comuniqué
nuevamente
con
la
Gobernación informándome la secretaria que
ignoraba cuándo iba a ser la reunión, ya que
el Gobernador no había dicho nada al
respecto.
25 de mayo de 1988. Viendo que no
avanzaba el asunto, y temiendo por el sitio
mandé a un joven investigador de Museo José
Luis Quintero a visitarlo (entrando por el río,
ya que no dejaban entrar normalmente). Lo
acompañó la geógrafa María Elena Díaz, y se
llevaron la cámara fotográfica.
Regresaron desesperados, pues el sitio
había sido totalmente destruido en el plano
inferior (no registraron los otros planos para
venir más rápido a avisar al respecto). Todas
las estructuras, que formaban avenida, y las
otras, habían desaparecido. Las piedras
estaban esparcidas en todo el terreno, o
acumuladas en ciertos puntos, en desorden.
Unos campesinos que limpiaban el sitio
informaron que se les había mandado a
limpiar el sitio, y que esas estructuras de
piedra siempre habían estado ahí. Trajeron
los
investigadores
doce
fotos
de
tal
destrucción, las cuales fueron reveladas
inmediatamente por la Oficina de Prensa del
Rectorado.
Avisé enseguida a las autoridades, y el
Vicerrector Académico, Dr. Julián Aguirre,
consiguió de la Gobernación una audiencia
para el día siguiente a las 3 p.m. Un
empleado de Museo fue a buscar la citación
hecha al señor Rodulfo Ruiz Terán, para
entregársela personalmente.
28 de mayo de 1988. Por estar en Caracas
el Rector, y por tener que asistir a Consejo
Universitario el Vicerrector Académico, nos
presentamos a la audiencia el abogado y
profesor universitario Dr. Luis Gerardo
Gabaldón en sustitución del Vicerrector José
Luis Quintero (descubridor de la destrucción) y
yo. Se presentó también el señor Rodulfo Ruiz
Terán, quien hizo una declaración confusa
llena de contradicciones, y asegurando que no
iba a permitir a nadie el acceso a su terreno,
que todo esto era su propiedad, el río
también, y que no iba a permitir una
protección policial al sitio, después de la cual
se marchó.
Sitio arquitectónico La Pedregosa Alta
El sitio fue descubierto por el equipo del
Museo Arqueológico de la Universidad de Los
Andes. Ocupa un (a) área que parece ser
bastante extensa. No conocemos todavía sus
dimensiones ya que la exploración no pudo
hacerse más allá de cierto punto, por la
cantidad de maleza existente y por las
características del terreno: Es una pendiente
invadida por la selva. Sólo se puede observar
la “entrada” del sitio.
¿De qué se trata?
Antes de realizar el estudio científico no
se puede decir con exactitud. No es fácil: No
estamos acostumbrados en Venezuela a
encontrar este tipo de construcciones, y los
arqueólogos y etnólogos son prudentes cuando
consiguen algo y esto es algo nuevo en la
arqueología venezolana. Hay que estudiarlo
antes de pronunciarse. El problema es que,
para estudiarlo, harían falta mayores
recursos humanos especializados, un equipo
pluridisciplinario
(arqueólogos,
etnólogos,
geógrafos,
topógrafos,
arquitectos
especialistas en conservación) y obreros.
Habrá que pedir además la asesoría de un
arqueólogo
que
haya
trabajado
sobre
conjuntos arquitectónicos, empezar por una
limpieza del sitio por todo un equipo de
hombres pero dirigidos por especialistas.
Los arqueólogos experimentados que
visitaron el sitio (Drs. Mario Sanoja e Iraida
Vargas y, recientemente el Comité del
Congreso Mundial de Arqueología dirigido por
el Dr. Ucko, de Southampton) quedaron muy
bien impresionados y opinaron que había que
emprender inmediatamente el estudio pero
que éste iba a ser difícil y costoso.
Lo único que se puede decir con certitud es
que:
1. Nos encontramos ante un conjunto
arquitectónico diversificado, de piedras que
ocupa un área bastante amplia.
2. Esto lleva a considerar que el grupo que
lo construyó presentaba probablemente una
división social del trabajo (y no solamente
sexual, como sucede generalmente con los
grupos indígenas venezolanos antes de la
transculturación). Es decir que debían tener
constructores,
agricultores
(quienes
alimentaban a los primeros) y jefes quienes
organizaban el trabajo colectivo.
Así que estamos frente a una sociedad
compleja,
con
conocimientos
técnicos
arquitectónicos y que presenta, en esta zona
por lo menos, una ocupación tal vez de tipo
urbano, o por lo menos pre-urbano.
En cuanto a lo que representaba esto, es
decir, su función, es imposible por el momento
determinarlo antes de haber realizado el
estudio. Sólo podemos tener unas hipótesis al
respecto.
Exploramos primero la posibilidad de que
pudiera ser español pero la rechazamos. No
conocemos restos arquitectónicos españoles
con esta forma ni esta disposición. Además,
de haber sido español hubiera tenido que ser
una especie de sitio de “defensa”. ¿Pero
defensa contra quién? Este no era un sitio
apropiado para que los españoles instalaran
una defensa.
Comparando muy a priori con sitios
prehispánicos de otra parte de América (*)
podríamos hacer algunas conjeturas:
1. Es muy posible que haya sido un sitio de
tipo “ceremonial”, por lo menos en la entrada.
La disposición del conjunto lo sugiere.
2. Es posible, si había un importante sitio
habitacional más arriba, que esta “entrada”
fuese una defensa a la vez contra otros
grupos indígenas y contra el río (los ríos
tienen características mítico-mágicas en la
Cordillera de Los Andes lo mismo que las
lagunas y el agua en general), y el río se
desborda a veces causando inundación.
3. Es posible que más arriba se trate de
terrazas agrícolas y de un poblado.
4. Es posible que más arriba se trate de un
poblado sobre bases de piedras.
Ahora bien por el Páramo y más arriba del
sitio sube un camino empedrado (el cual está
haciendo actualmente destruido por personas
que retiran sistemáticamente las piedras y se
las llevan) el cual tiene probablemente una
relación con el sitio.
¿Quiénes vivían ahí?
Depende de la fecha del sitio. Si es muy
anterior a la llegada de los españoles será
más difícil precisarlo. Sin embargo estamos
más seguros cada vez de que en nuestra
Cordillera hubo un grupo de Chibcha,
Macrochibcha o Prechibcha (los estudios
recientes en Colombia apuntan hacia nuestra
Cordillera de Mérida como habiendo sido el
lugar de origen de los Chibchas o de ciertos
grupos Chibcha) cuyo nombre (Chibcha) sería
U’wa.
Algunos años después de la llegada de los
españoles a Mérida había en la zona cercana
el resguardo de un grupo “tatey”, el cual tenía
una cultura similar a la de los otros grupos
de la cuenca del Chama según nuestras
reconstrucciones
etnológicas.
Una
historiadora que nos está ayudando ahora
haciendo ella el estudio de los documentos de
archivo, ha estado encontrando otros nombres
para referirse a dicho grupo pero esto está
todavía en estudio. Lo que es imposible
establecer por el momento es si el sitio tiene
que ver con el grupo instalado en la zona a la
llegada del español o con otro anterior.
Nota: Por ejemplo, el grupo al cual se le
puso el nombre “Taironas”, Sierra Nevada de
Santa Marta especialmente el sitio Buritica
200 (fechada entre los siglos VI y XIV D.C.).
Para Perú, Bolivia y Ecuador no nos
atrevemos a hacer comparaciones todavía
pero estamos trabajando ahora sobre la
bibliografía.
Mérida, 11-11-1987.
Descubrimiento de un sitio arqueológico
de gran importancia en la Cordillera de Mérida
Señor Rector De la Universidad de Los
Andes,
Dr. Pedro Rincón Gutiérrez
Muy estimado señor Rector:
El Dr. Julián Aguirre me puso al corriente
del viaje de usted a Caracas el próximo lunes,
conjuntamente con el señor Gobernador, Dr.
Casanova, y de la rueda de prensa que piensa
hacer en dicha ciudad.
Me pidió que le mandara a usted un papel
complementario de mi informe del 26-09-87
acerca del descubrimiento de un nuevo sitio
arqueológico de importancia en Mérida en La
Pedregosa Alta.
Le reitero muestras de mi admiración y
respeto.
Tengo el gusto de remitirle ahora dicho
papel y hacer votos para que la diligencia que
va a emprender tenga pleno éxito.
INFORME Para: Señor Rector de la
Universidad de Los Andes y los Señores
Miembros de la Junta Superior del Museo
Arqueológico Gonzalo Rincón Gutiérrez.
Le pido perdón por recordarle la
necesidad, una vez que haya conocimiento
oficial de dicho sitio, de que el señor
Gobernador asegure la protección y vigilancia
del sitio, en efecto, estamos acostumbrados a
la acción depredadora a) de los saqueadores
coleccionistas, b) De los fieles cultos urbanos
mágicos-religiosos que se desplazan los fines
de semana a todos los sitios que tengan
características indígenas prehispánicas (por
ejemplo los petroglifos, que dinamitan para
llevarlos a sus casas y centros), c) De los
curiosos
(andinistas
de
todos
tipos,
especialmente estudiantes y “artesanos”).
Pienso también en la necesidad de
asegurar
que
el
estudio
arqueológicoetnológico y toda película o vídeo a hacer sea
dirigido y/o controlado por la Universidad de
Los Andes.
De: Jacqueline Clarac de Briceño Directora
del Museo.
Asunto: Descubrimiento de un sitio
arqueológico de gran importancia en la
Cordillera de Mérida.
En la Pedregosa Alta a orillas del Río la
Pedregosa, subiendo hacia cerro boscoso
hemos descubierto un sitio arqueológico de
gran importancia por las razones siguientes:
1. Se trata de construcciones sistemáticas
de piedras, forman un conjunto el cual, con
toda probabilidad ha tenido funciones:
a) Ceremoniales (Avenida Ceremonial)
b) Económicas
(terrazas
agrícolas
perfectamente construidas y todavía en buen
estado).
c) Habitacionales (terrazas habitacionales
de piedras). ¿En cuál caso estaríamos frente
al primer conjunto urbanístico prehispánico
encontrado en Venezuela?
Las
coordinadas
aproximadamente:
del
sitio
son
- 71º 11’24” de longitud Este.
- 8º 37’ de latitud Norte.
2. Es la primera vez que en Venezuela se
consigue un conjunto de construcciones de
piedras de este tipo y de esta importancia, lo
que
trasformará
necesariamente
la
concepción de la cultura andina prehispánica
en nuestro país; constituye un aporte
significativo a la arqueología y la historia de
Suramérica.
Los doctores Mario Sanoja e Iraida Vargas,
arqueólogos de conocida trayectoria (el
primero acaba de ser nombrado “individuo de
número” de la Academia Nacional de la
Historia) fueron llevados al sitio por nosotros
y reconocieron su particular importancia.
Avanzaron la hipótesis (por comparación con
sitios de Perú y Bolivia) que dicho conjunto
podría ser del siglo XIV. En una cena que les
ofreció el Decano de Humanidades Prof.
Orlando Monsalve, ellos le manifestaron a
éste su admiración por este descubrimiento y
la necesidad de tomar enseguida en relación
al mismo ciertas medidas como:
1. Declarar
el
sitio
“Patrimonio
Arqueológico” del Estado Mérida, y la zona
donde se encuentra, “Parque Ecológico”.
2. Hacer con urgencia una limpieza del
sitio, porque la cantidad de maleza no deja
caminar ni ver las construcciones en su
totalidad ni en su conjunto. No sabemos
todavía hasta donde llega. Para tal limpieza
se necesitarían unos 500 hombres (podrían
ser soldados de la Guardia Nacional) dirigidos
por especialistas.
Hemos podido explorar hasta ahora sólo
la parte baja o entrada del sitio el cual
pertenece a la cuenca del Río la Pedregosa. Es
posible que nos reserve más sorpresas una vez
que logremos explorarlo todo.
Todavía
es
temprano
para
dar
una
“explicación” del sitio pero una vez limpiado
podremos enseguida:
A- Hacer un buen montaje de diapositivas
así como una película.
B- Hacer
completo.
un
levantamiento
topográfico
C-Iniciar su estudio arqueológico, para lo cual
habría que traer por lo menos 2 arqueólogos con
experiencia, para completar el equipo del Museo
Arqueológico.
Nosotros pensamos que la Universidad de
los Andes, descubridora del sitio y única
institución de la región que por ley pueda hacer
este estudio, debiera hacerse reconocer
oficialmente este derecho, así como el derecho y
exclusividad para explotar luego el sitio con fines
turísticos, lo que significaría un importante
ingreso para la institución.
El sitio por lo menos en su parte inferior,
propiedad de alguien que lo ha adquirido, según
parece, recientemente. Esta persona debe vivir en
Mérida, no hemos podido averiguar todavía su
nombre. Tiene a una pareja cuidando el terreno;
esta pareja vive en una casita a la entrada del
sitio. Es probable, por lo que pudimos observar, que
la intención del propietario sea de desarrollar en el
lugar una cría de ganado de altura, de manera que
habría que darse prisa para actuar, para
salvaguardar este patrimonio arqueológico, el
cual puede ser un día un importante “museo in
situ”, cerca de la Ciudad de Mérida.
Sugiero que, además se nombre una junta de
arqueólogos y etnólogos a nivel nacional, para
supervisar el estudio del sitio (ya que no será un
estudio fácil) para cuyo estudio se necesitará un
importante financiamiento, a conseguir tal vez a
través de la fundación Polar, PDVSA. O algún
organismo internacional como por ejemplo la
Internacional Geographic Society.
Ya que se celebrará en julio de 1988 en La
Haya el nuevo Congreso Internacional de
Americanistas (el cual se realiza cada tres años)
creo importante que el equipo del Museo
Arqueológico Gonzalo Rincón Gutiérrez pueda
presentar ahí este descubrimiento, el cual
necesariamente
interesará
la
comunidad
internacional de especialistas en la materia. Acabo
justamente de recibir este mes la 2ª circular de
dicho Congreso en la cual vi que la Dra. Ann
Osborn dirigirá un simposium sobre el tema “Andes
orientales, Colombia y Venezuela”, donde la parte
de Venezuela nos toca desarrollar a nosotros.
Dicha
especialista
acaba
de
hacer
un
descubrimiento interesante para nosotros: ciertos
grupos Chibchas de Colombia tendrían sus
antepasados en “La Serranía de Mérida”.
En Mérida, 26 de septiembre de 1987.
Informe sobre el sitio arqueológico
Pedregosa Alta
Mérida Estado Mérida.
Durante los días 3 y 4 de mayo por el Arq.
Ramón Paolini y el Antrop. Luis Molina, Director
de Patrimonio de Cultura y Jefe de la División de
Arqueología e Inventario, respectivamente,
visitaron la Ciudad de Mérida con el objetivo de
conocer la situación presentada con relación con
un sitio arqueológico ubicado en la Pedregosa
Alta, descubierto por el Museo Arqueológico
“Gonzalo Rincón Gutiérrez de la Universidad de
Los Andes. La presencia de los funcionarios del
CONAC en Mérida obedeció a una invitación del
Museo en fecha 06-04-88.
En este viaje a Mérida se cumplieron dos
actividades: la visita al sitio arqueológico y una
reunión con el Secretario de Gobierno del Estado
Mérida.
Historia que tiene otros intríngulis aún más
espesos y apestosos.
Ya veremos de qué se trata.
¿PUEDEN HONRAR ESTAS UNIVERSIDADES?
Se estudia y se piensa, pese a nuestras
universidades
Ya hemos hablado sobre la historia del
otorgamiento a Gonzalo Barrios del doctorado
Honoris Causa por parte de la ULA; que este
premio tuvo efectos benéficos en la figuración
política del doctor José Mendoza Angulo para
llegar a ser ministro de Justicia y senador de la IV
República; sin duda que don José es un hombre
práctico, porque ahora está también enchufado
con la V. Para estos señores sí es verdad que no
valen para nada las peroratas de Chávez, de que
¡están muertos!, ¡sepultados!, ¡exterminados! Es
que el MVR es en sí una recertificación de los
cuadros adecos y copeyanos.
Por otro lado, ciertos figurones de "la
izquierda" nuestra, tuvieron la sublime visión de
oponerse rabiosamente, a que se le concediera
una distinción similar al escritor Jorge Luis
Borges. La sabia naturaleza, mediante estos
señores, impidió que se le otorgara una distinción
de esta categoría a un ser, por cuya grandeza nos
habría colocado en una dimensión intelectual y
humana que no merecemos.
La historia de las grises eminencias tiene,
aquí mismo, en nuestra Universidad Viajera, otros
antecedentes que deben ser comentados.
Me llena de extraña tristeza el ver cómo
hombres llegados de otras tierras, aman, cuidan,
estudian y padecen más por Venezuela que
quienes hemos nacido aquí. Nos decimos
venezolanos porque no nos queda más remedio,
en cambio ellos escogieron vivir (sufrir) aquí
conscientemente. Con sólo dar una leve mirada,
por ejemplo, a la historia presente de Mérida, nos
encontramos con un grupo extraordinario de
hombres que han hecho casi todo lo que
actualmente poseemos en el plano de la
investigación natural, científica, intelectual y
hasta literaria. Entre ellos, podemos mencionar a
don Arturo Eichler, quien murió en Mérida, y cuyo
cadáver fue velado en medio de uno de esos
infames derroches de bombas lacrimógenas.
Eichler fue una de las personalidades a quien más
debemos por las contribuciones a los estudios de
la conservación en Venezuela.
Se encuentra en La Mucuy, cerca de nuestra
ciudad, a quien debemos largos y serios estudios
sobre las distintas tribus venezolanas e
investigaciones geológicas y de etnología: don
Jean-Marc Sellier de Civrieux, a quien debemos
Watunna, nuestro Popol-Vuh; con su fabulosa
biblioteca y su larga dedicación al estudio; en sí
mismo, un centro de irradiación constante del
saber, de la cultura en nuestro país. Alguien dijo,
que Jean Marc es “un venezolano que nos llegó
del Orinoco”, no de Francia. Juan Marcos
participó en las tres primeras, más grandes
expediciones realizadas en el Orinoco, y en la de
1951, Franco-Francesa, que le permitió a
Venezuela tener un conocimiento geográfico,
natural e histórico, más cabal de su fabuloso río.
Don Juan Marcos y Lichy (ambos franceses) son
quienes proponen a Pérez Jiménez esta
extraordinaria empresa exploradora y que se llega
a publicar en su época, por fascículos, en “El
Nacional”. Hoy, Juan Marcos vive (y vivirá
siempre) al lado de su querida esposa Gisela
Barrios, quien es su memoria, su albacea
espiritual, su más genuino orgullo y su alma
gemela. Gisela recibe los mensajes que de
diversas partes del mundo le llegan a Juan
Marcos, porque este venezolano es más conocido
en el exterior que entre nosotros, la eterna
historia. “Watunna” (un ciclo de creación en el
Orinoco, nuestro “Popol-Vuh”), por ejemplo, lleva
varias ediciones en Estados Unidos, y ha recibido
elogiosos comentarios de investigadores y
escritores de la talla de John Updike (Premio
Pulitzer de literatura, en un artículo en el “New
Yorker”), Lawrence Sullivan (en el “New Scholar”),
Joseph Campbell y el poeta David M. Guss (editor
y traductor de esta fabulosa obra): cuando le fue
propuesto, por parte de la familia Civreux, al
rector Pedro Rincón Gutiérrez que la ULA,
asumiera la formidable biblioteca de este
eminente antropólogo, ni siquiera se molestó en
responderle.
Aquí en la ciudad de Mérida vivió entre
nosotros otro hombre excepcional, quien junto
con Luis Ruiz Terán, hizo uno de los mayores
aportes a la investigación botánica en Venezuela:
don Santiago López-Palacios. Don Santiago nos
llegó de Colombia y enriqueció el acervo cultural
nuestro con obras de lingüística, trabajos de
literatura, traducciones de obras de historia en
varias lenguas, trabajos etnobotánicos sobre flora
apícola y plantas medicinales. Entre otras
personalidades de gran valor para nosotros y que
afortunadamente llegaron para hacerse más
venezolanos que los que aquí hemos nacido, y que
viven actualmente en Mérida, podemos mencionar
también a la señora Otti Palaush.
Pero hay entre nosotros un personaje cuya
obra me ha conmovido por una santidad que sólo
puede darse en la santa Rusia de Tolstoi y
Dostoyevsqui; por su entrega fervorosa y
auténtica a los demás; su entereza y finura en el
trato: don Andrés Zavrostki.
El único catedrático de la ULA valiente, que se
expresó sin vacilación contra el horrible relajo de
las huelgas, paros y manifestaciones en la ULA. Y
lo hizo con una claridad que nos estremece, que
nos conmueve. Dijo: Yo estoy imposibilitado
para recibir honores, pues la Universidad fue
una
vez
profanada
por
la
actitud
irresponsable
de
unos
elementos
antiuniversitarios y antinacionales, y su
honor jamás fue reivindicado.
Cuando uno ama a alguien profundamente y
ve que la esencia de su ser ha sido profanada, y
no se realiza un esfuerzo supremo para
reivindicar su honor, su esencia espiritual,
entonces
queda
devaluada
para
siempre.
Entonces palabras como alma máter, carecen de
sentido; hablar de academia, saber, cultura,
pedagogía se vuelven galimatías, toda una
especiosa vacuidad.
Eso lo he sentido yo muchas veces; el
espectáculo que una vez vi de una bandada de
delincuentes que se llamaban a sí mismos
"estudiantes", gritándole a una profesora, ¡Puta!
(en el Rectorado), porque en un Consejo
Universitario ella se había opuesto firmemente a
la eliminación de exámenes finales. Yo no he
conocido de ninguna universidad decente del
mundo donde sus estudiantes de modo rabioso y
amenazante deliberen sobre la forma en que ellos
deban ser evaluados, y que si no se hace como lo
exigen, pues a formar el vainón. En la ULA, un
estudiante puede repetir hasta diez veces una
materia. Lo insólito será que al fin y al cabo estos
"estudiantes" acabarán graduándose, para luego
pasar a engrosar el mundo de esos maltrechos
profesionales que asesinan en las salas de
operación de nuestros hospitales; de esos
arquitectos o ingenieros aberrados que destruyen
ríos, hermosas zonas boscosas y áreas de reservas
vegetales para montar sus monstruos de concreto;
abogados que habrán aprendido de maravilla en
nuestras aulas la manera de delinquir, de
burlarse de las leyes.
Pero estas cosas son delicadas y están
dominadas por la nauseabunda politiquería de
nuestros partidos. El RR (Reglamento de
Repitientes) no puede ser abolido, pues saldría
una camada de incontrolable horda (que no
acaban por graduarse y cuyo centro de diversión
es nuestra universidad) de “estudiantes” para
hacer temblar la ciudad con sus "protestas"
callejeras.
¿Cuántas veces no se han saqueado comercios
del centro de Mérida y se han incendiado
vehículos y cauchos en nuestras calles por un
problema dizque académico en la Facultad de
Ingeniería o de Medicina, cuando la mayoría de
las veces estas iras son por miserables caprichitos
y oscuras órdenes emanadas de algún grupo
político? Ahí están todavía palpitantes esos
hechos que se protagonizaron a finales del 2000,
cuando un estudiante completamente ebrio
muere, de 45 años de edad (nadie sabe todavía
por qué) en un estadio. Entonces se saquea de
manera espantosa y brutal a todo el centro de
Mérida, durante dos días. Poco después muere
una estudiante de 22 años en CAMOULA (es tan
horrible este centro que ya lo mientan
CAMOURNA) a la que por error médico se le
perfora la aorta y nadie mueve un dedo. A las dos
semanas siguientes otros dos estudiantes son
horriblemente ultrajados y descuartizados en La
Culata sin que tampoco se escuche una sola
crítica por parte de ese estudiantado “aguerrido y
revolucionario”. Mierda.
De esto estamos asqueados. Se trata del ese
crónico huelguismo que ha relajado las
condiciones para el trabajo, la disciplina, el
estudio, la investigación. Verdad es que los
políticos del país no dan ejemplo de valor y
responsabilidad para nada, pero nuestras
universidades que podrían hacer el mayor
esfuerzo para ejercitar estos principios morales,
no sólo no dan la talla sino que la sustentación de
su ser, su juventud, se encuentra seriamente
dañada por veinte o cincuenta delincuentes que la
paralizan cuando les viene en gana, y con ellos
convive la Universidad y con ellos gobiernan
nuestros equipos rectorales.
el
Nos cuenta el profesor Andrés Zavrostky que
16 de diciembre de 1967, su vida fue
fuertemente afectada por un hecho que ocurrió en
el Aula Magna de la ULA. Una turba interrumpió
un acto de graduación con lanzamiento de objetos
contundentes
contra
familiares
de
los
graduandos, profesores y estudiantes. Esta
actitud irresponsable nunca fue reivindicada por
nuestra Universidad y desde entonces, dijo él,
estamos todos deshonrados y descalificados para
recibir títulos de honor. Esto lo decía, porque el 7
de enero de 1983 la Asociación de Profesores de la
ULA quiso homenajearlo.
Añade el profesor Zavrostky que los
"profesores que hemos dedicado toda nuestra vida
a la Universidad, vivimos PARA la Universidad y
no DE la Universidad: su honor es nuestro honor
y sus pesares son nuestros pesares. Además la
afrenta moral, esta impunidad, crea un estado de
amenaza perpetua para la seguridad de los
profesores y estudiantes que acudan al
paraninfo".
Cuando eso lo expresa un hombre que ha
llegado de lejos, tiene un valor y una fuerza que
sobrepasa cualquier palabra de agradecimiento.
Lo dice no para hacer politiquería, sino porque
hiere su amor por esta tierra, su deseo de hacer el
bien por nosotros pero que la impotencia,
producto de nuestra desidia, lo impide. Don
Andrés fue quien encontró en su constante
peregrinar por los lares merideños, la ciudad
perdida de Acequias, quien ha contribuido con
importantes observaciones a comprender el
fenómeno del Catatumbo y quien pacientemente
ha coleccionado antigüedades de nuestros
antepasados indígenas y, día a día, teniendo
noventa años, listas enteras con nombres de
estudiantes a los que debe atender sobre
problemas de matemáticas, ecología y diversos
temas del saber universal. Para él no había placer
mayor que sentarse a escuchar las preguntas de
los jóvenes, cuadernos y libros en mano,
haciéndoles consultas, viéndoles tomar nota,
recogiendo sus ideas.
La enorme paciencia y amor que ponía en ser
útil, en servir a los jóvenes responsables y
preocupados de la ULA, era verdaderamente
conmovedor y es cuando uno tiembla al pensar
que si quisiéramos expresar nuestro profundo
agradecimiento con un homenaje sincero a este
hombre, entonces descubrimos que estamos
inhabilitados para ello por la forma en que unos
vándalos profanaron la ULA, y la Universidad, por
debilidad o cobardía fue incapaz de reivindicarla.
En el memorando que el profesor Zavrostky
envió a la Asociación de Profesores con fecha 7 de
enero de 1983, subraya que su decisión a no
acudir a cualquier acto académico seguía vigente.
Y él como miembro de APULA se ha propuesto
observar fielmente por el resto de su vida, como lo
ha observado hasta ahora, que no puede
"manchar las manos en el oprobio de nuestra
Alma Máter, contemporizando con sus agresores".
Que el largo tiempo transcurrido desde el
referido acontecimiento tampoco altera la
situación, porque un precedente tiene fuerza de
ley; si lo olvidamos nosotros, los universitarios
honrados, no lo olvidan ellos, los enemigos de la
Universidad, y la interpretan en el sentido de que
esto se permite. Y si durante el próximo acto
académico, cualquier enemigo de la Universidad y
de Venezuela, pertenezca o no a la familia
universitaria, agrede en la misma forma al claustro
y a los concurrentes, tendrá que ser absuelto, pues
dirá en su defensa que los autores de un acto
completamente idéntico no fueron castigados, a
pesar de expresas declaraciones escritas de los
testigos.
Luego, si en la forma que sea - añadía el
profesor Zavrostky - los delincuentes han burlado
definitivamente a la justicia, me veo incapacitado
de recibir distinciones algunas por el resto de mi
vida y en mi testamento rehúso homenaje póstumo
cualquiera, como ya he renunciado a la Orden
Francisco de Miranda, a la Medalla Fray Juan
Ramos de Lora... al grado doctor Honoris Causa
que me propuso la Facultad de Ingeniería, a los
diplomas de honor que me adjudicaron la Facultad
de Ciencias Forestales y la Escuela de Ingeniería
Eléctrica, al puesto de padrino de Promoción de
Ingenieros Electricistas del año 1973, y muchos
otros... Ruego y suplico a la Asociación de
Profesores de la Universidad de Los Andes que se
sirva revocar su acuerdo de otorgarme una placa
de reconocimiento.
LA LÚGUBRE MERIENDA DE VOTOS
ETÍLICOS
La gente que se promociona personalmente
a través de la militancia política, me merece
desprecio
Jorge Luis Borges.
Pero así se ganan elecciones. Del "cuadre"
surge el equipo y del equipo las complacencias.
Así se pasa de decano a ser alguna autoridad
rectoral y de aquí a presidir puestos más elevados
en la administración pública.
Así pues, se le otorgó el doctorado Honoris
Causa a Gonzalo Barrios pero se le negó a Jorge
Luis Borges.
Un doctorado que contribuyó a la
promoción política del rector de turno, el señor
José Mendoza Angulo.
Para mantener este imperio de dulces y
benéficos poderes, siempre bien trajeados con la
deslumbrante toga y el birrete; decorados con las
prístinas formas del saber y de la cultura, hay que
desembolsar cajones o morrales de plata. Esta
clase de poder no se mueve sin el exquisito
whisky, y delicatesses en restaurantes y hoteles
de primera. Y como se puede ver ese dinero no
sale del bolsillo de una persona en particular: sale
del presupuesto que se le entrega a la Universidad
para que se investigue, para que se eduque a los
jóvenes.
Hasta puede apreciarse que en cada
elección para renovar a las autoridades, los
candidatos que surgen de entre los miembros del
equipo rectoral en ejercicio, realizan saraos casi
semanales, en los que abundan el whisky y las
exquisiteces con batallones de bien trajeados
mesoneros. Se trata del voto etílico. Incluso, se ha
llegado hasta asociar la capacidad para iluminar
los escenarios del triunfo con el dispendio en
buenos licores y bocadillos de que es capaz
prodigar un determinado candidato en sus
campañas: de ello depende de la habilidad para
llevar por buen rumbo las riendas de la
Universidad.
El que no tiene la capacidad de repartir a
manos llenas es un perdedor en potencia. Por esta
razón don Antonio Luis Cárdenas nada pudo
frente a la maquinaria del doctor Néstor López
Rodríguez (en las elecciones de 1988).
Y la gente se entretiene con este carnaval.
La parte mejor de las campañas son las
francachelas que algunos denominan "encuentro
con la fórmula de fulano de tal", donde se tantea
el poder de los candidatos en cuanto a
ofrecimientos de parcelas y puestos. El aporte de
votos que cada caudillo sea capaz de sumar es
crucial. Esto produce en muchas personas la idea
de que el candidato debe ser tan generoso como
astuto; un ser hábil que sabrá satisfacer cuantas
peticiones en el futuro se le presenten. Y los
comentarios rondan sobre este asunto, pues hay
quienes recorren, en los días finales de la
contienda los centros de reuniones, de brindis en
brindis catando la calidad de lo que se ofrece para
medir la envergadura del carcamán que compite.
Y allí, por supuesto, no se está en plan de discutir
nada seriamente, sino de tragar y beber sin
medida ni cuento.
Cómo se abrazan; cómo se ponen en
práctica toda clase de ardides, de disimuladas
intenciones para ocultar los pasos ulteriores que
deban acometerse. Un mundo de vaciedad y de
dobleces, donde lo que cuenta es el "cuadre", el
negocio. Quienes han tenido en el pasado alguna
figuración en altos cargos se presentan a negociar
el voto de sus conmilitones como quien negocia
vacas o reses. Las vacas o reses son votos
"firmes", “cautivos”, “seguros” que el posible
triunfador somete a seria "consideración".
Porque la compra de votos es algo que no se
podría describir en dos volúmenes como éste.
Y claro, ¿qué función humana y docente
puede cumplir una universidad dominada por
tales personajes? Tiene que acabar siendo un ente
en viva y pertinaz búsqueda de arreglos a los
distintos
parches
que
por
fraudes
e
irregularidades se presenten cada día.
Esta clase de "universidad" se encuentra
inhabilitada para reformarse a sí misma, puesto
que está viciada por el desorden y la complacencia
de partidos y grupos. Tendría que ser intervenida
por el Estado y este Estado tendría que poseer
mejores prendas y una envergadura moral
contundente, lo cual en Venezuela resulta del
todo imposible.
Entre nosotros ya no tenemos rectores de la
altura de don Francisco De Venanzi quien sembró
cuanto de positivo se recoge hoy en las escuelas
de Biología, Química, Física y Matemáticas de la
UCV. Porque estas Escuelas se formaron bajo la
orientación de un hombre probo y serio,
incansable investigador, que además era un
hombre de saber integral. El doctor De Venanzi
tenía profundos conocimientos sobre nuestra
historia patria; sentía lo que su voz pronunciaba,
y la Universidad estaba afianzada en su conducta
por su fe y por sus méritos, por la experiencia del
día a día con el trabajo de laboratorio, y el
contacto diario con los estudiantes. Él no era de
esa clase de rectores que jamás visitan un aula,
que jamás visitan una dependencia de la
Universidad aunque la tengan a dos cuadras de
su despacho. ¿Cuándo se ha visto que un rector
de la democracia haya dado clases? Y procuró don
Francisco imbuir a los jóvenes que tomaban
carreras científicas a empaparse de humanismo, a
consultar la historia de su país; a indagar de
donde provenían sus raíces, a conocer a los
hombres que nos habían dado patria y ciencia y el
poco país auténtico y trabajador que aún nos
queda. Porque sabía don Francisco De Venanzi
que el único consuelo que le queda al hombre tan
plagado de pequeños egoísmos, de luchas
miserables y rancias diatribas es esa lucha diaria
en la que el maestro es capaz de llevar al aula un
sentimiento franco y humano. Porque se enseña
más con el coraje y con el ejemplo personal que
con las mil artimañas modernas de las didácticas,
la teleinformática y los métodos pedagógicos. Lo
que permanece para siempre en el hombre es la
actitud que asumen unos pocos frente a la
adversidad, ante la estúpida y prejuiciada
mentalidad de la gente de su tiempo. ¿Pero qué
ejemplo podrían dar de sí a los jóvenes, rectores
como José Mendoza Angulo, Néstor López
Rodríguez, Michel Rodríguez, Felipe Pachano o
Genry Vargas, que no sea el podrido mundo de la
politiquería y el grupismo negociador de votos?
Pero don Francisco se daba cuenta de que
la universidad venezolana sufría el sentimiento
derrotista de sus profesores; una especie de
resignación conformista y callada que hoy la
hunde en la mediocridad más baja. Por ello ha
terminado siendo lo que muchos sostienen: un
gran liceo.
Estos centros, indigestos, desorientados,
cuya máxima función parece la de depender de
campañas propagandistas que anuncien cuantos
Honoris Causas han podido repartir en un año; el
permanente destello de Encuentros que dejan
sobre todo cuantiosos gastos a la institución.
Encuentros como aquel que se realizó en la
Universidad del Zulia, entre las direcciones de
Cultura de las distintas universidades de la
Nación, donde se aprobaron centenares de
acuerdos que a nadie importan, meros pretextos
para viajar, comer bien y libar buen licor. ¡Qué
diarrea decretatoria, Dios mío, padecen nuestros
burócratas!
Sobran eventos en los cuales derrochar
dinero: Festival del Bolero, Juvines, Bienales, La
Voz Ranchera... En eso ocupa una buena parte de
su tiempo la universidad venezolana, inventando
eventos con los cuales poder justificar lo que
gasta. Exactamente ese sistema que se les pide a
los profesores que dicen realizar investigación y
deben inventar artificiosas declaraciones para
obtener el visto bueno de los funcionarios o
comisiones que revisan dichos legajos. Muchos
profesores han visto en las solicitudes de
proyectos de investigación métodos para una
entrada extra de dinero.
A veces se inventan "hallazgos", que como
seguiremos viendo, le han costado al país más de
un ojo de la cara. Esos grupos de investigación
dan la impresión de ser compañías ficticias como
ésas que lavan dólares. Pero hay que pedir plata
en nombre de la investigación y del progreso, y
esto no se le puede negar a nadie.
Hay vacas sagradas (y agradecidas) que se
lo merecen todo. Y son ellas las que acaparan las
comisiones más exigentes, las que iluminan los
encuentros académicos de renombre porque
fungen de relumbrones en los documentos que se
dirigen al Congreso de la República o el Ministerio
de Educación ¿Sin tales figurones qué sería de la
Alma Máter?
Desempeñan a la vez un papel clave en la
actividad de los distintos partidos que merodean
las altas oficinas del Rectorado, pues representan
los bastiones del denominado sistema autonómico
como también el de las roscas, como una vez
dijera De Venanzi. Una autonomía que no
llegamos a entender, que pareciera no exigir
responsabilidades sino dar derechos para que a la
universidad se le veje, se le esquilme, se le saquee
y se le destruya. Y lo que una vez alertó De
Venanzi, hoy se está cumpliendo: los valores
académicos han sido reemplazados por las
influencias políticas.
Pero algo peor mina la fortaleza y la
seriedad de estas instituciones, y son esos
personajes que desde el púlpito de las aulas
magnas se quejan horriblemente de las
aberraciones que obstaculizan y pervierten la
función de nuestras universidades, pero que
solapadamente permiten las degeneraciones, los
abusos que en ellas cunden. Son otra vez las
mismas vacas santiguadas cuyo único papel es el
de vivir de las admoniciones intelectuales en foros
y charlas sobre la función y el destino de la
educación: mientras cobran, mugen y se dan el
vuelto.
Y al fondo y a los lados de este cuadro, nos
encontramos con el mar de los indiferentes,
cuerpo inerme, pesado, abotagado, sólo atento de
cuándo llegará la próxima homologación de
sueldos,
cuándo
aumentarán
los
bonos
vacacionales y las entradas extras que cada año
los gremios piden mediante temblores de paros y
neumas caídos.
En fin, una universidad ausente de los
grandes conflictos que estremecen al país, no
porque se encuentre en el limbo de tareas
sublimes, sino porque ni siquiera es capaz de ver
dentro de ella misma y corregirse de lo que la
indigesta y la desquicia. Una universidad en la
que casi nadie cree, sin fuerza de convicción en
sus programas; vencida por mandones de
partidos, acogotada por el derrotismo de sus
profesores, donde brillan más los pendones
reivindicativos con sus convulsas y epilépticas
huelgas que los ejemplos vivos de rectitud, de
conocimiento o austeridad que deben respirarse
en sus aulas, pasillos y laboratorios.
La falacia de las posturas académicas
Quienes llevan la voz cantante en este coro
de vaciedades de la renovación son los que viven
merodeando por las oficinas de nuestros centros
gremiales; como si la renovación la pudiesen
llevar a cabo precisamente los más ineptos.
Los cambios podrían surgir del sacrificio
diario, con la preparación tesonera y disciplinada
de sus miembros; con valor y dignidad. En la
callada labor de los laboratorios y en las
bibliotecas, en las mesas de trabajo, en la
profunda meditación solitaria, donde nada se deje
al azar; donde nada se improvise. Pero quienes
han permitido toda clase de desmanes viviendo
con un sistema harto corrompido, compartiendo y
disfrutando posiciones de responsabilidad en
decisiones que han arruinado a nuestra
institución, ¿ésos quieren enarbolar la bandera de
la renovación dentro del alma máter? Imposible.
Además queda demasiado claro por qué
entre nosotros se persigue una posición de
decano, de autoridad rectoral: el poder, los
beneficios personales que se puedan derivar del
cargo. No se busca precisamente mejorar la
academia, la investigación, la cultura o la
docencia aun cuando sean estos valores los que
más difundan los candidatos durante sus
campañas. Si a una autoridad de nuestras
universidades le estuviera vedada la posibilidad
del disfrute de tantos beneficios, como los de
viajar al exterior cuantas veces lo solicite, el de
recibir una prima por su cargo, y de prolongarla
más allá de la jubilación y de la misma muerte;
como también el de recibir jugosos viáticos en
dólares, tener carro y chofer disponibles las
veinticuatro horas del día como el de chinchorrear
en todas las elevadas comisiones que se nombren,
pero sobre todo, controlar, manipular, el reparto
presupuestario: tener en este reparto voz y voto, y
que de su humor dependa que se dé la buena pro
a quienes negocian con la Universidad; si estas
autoridades, digo, no tuvieran tantos derechos a
tantas oscuras y mercantilistas decisiones, sólo
los de verdadera vocación pedagógica y creadora
buscarían prestar sus servicios en tan delicados e
importantes cargos.
¿Pero por qué un decano ha de disfrutar de
un carro oficial y de chofer? Y apenas se coronan
estrenan carro de lujo. ¿En qué radica la
diferencia entre un decano y un profesor
cualquiera? Ninguna, tanto el uno como el otro
requieren trasladarse por la ciudad por funciones
de su cargo, a veces al Recto, a veces a una
dependencia, al aeropuerto a recibir un colega que
llega del exterior. El decano lo hace en un carro
oficial, el simple profesor debe hacerlo en su carro
particular. Está claro lo que se busca con el cargo.
Entonces a los ambiciosos se les despierta
la codicia y quieren también ser decanos o
autoridades rectorales, y se dedican a conformar
grupos que los eleve a tan luminosa posición.
Nace una pertinaz guerra de recelos. En esa
conformación de grupos se desperdicia la mayor
parte del tiempo y del dinero: diatribas,
reuniones, almuerzos o encuentros. Esto, señores
si tienen alguna vocación y talento en
determinada disciplina acaban por abandonarse
al tráfago de las discusiones de grupo: no leen, no
estudian, pierden toda compostura y disciplina
mental y se hunden en el mar de pleitos e intrigas
interminables.
Pero allí está ante todo el señuelo que
mueve las pasiones de estos grupos: la
esplendorosa flota de vehículos que se estaciona
en los rectorados; flotas que se renuevan cada dos
o tres años. Allí está lo que seduce el pensamiento
de quienes buscarán luego ser los interpretadores
del "sentir universitario".
Así vamos tirando en este mundo de
conformistas; porque como digo, nada es más
difícil de cambiar que el linaje de los figurones de
la academia venezolana; pues allí al frente, en las
narices, tienen la escoria flotando y se hacen los
locos. Porque cuando uno llega al convencimiento
de que el más corrupto no es el miserable que
hace un festín con los dineros de la institución; el
más abyecto representante de la demagogia
enardecida, sublevada y triunfante no es el
mandón tritonante que reparte migajas y dádivas.
La raíz del mal, la fuerza del insólito desquicio, la
depravación más repugnante y rapaz se encuentra
en las focas que contornean sus cuerpos
ferozmente cuando las premian. Las focas que
aplauden en las directivas de los gremios porque
el jefe de la merienda ha repartido sardinas a
manos llenas.
Es un delirio indescriptible ver ese rebaño
de focas (de todas las edades) haciendo sus
graciosas piruetas al tiempo que van recibiendo
un obsequio simbolizado en un cheque que sale a
tiempo, un préstamo que es estudiado con
prontitud; un almuerzo, un regalo. Porque en
nuestro medio aún el cumplimiento más simple
de las funciones de un empleado es una gracia
que se concede, una gracia que debe ser pagada
con actos de servilismo personal. Es la esclavitud
que aún clama en la sangre. Es la esclavitud que
aún nos grita que no merecemos ser libres.
Si un profesor tiene derecho a recibir un
dinero en virtud de su trabajo, el "visir" de las
arcas de nuestros gremios o de nuestros equipos
rectorales le hará sentir que lo recibe por caridad
suya, por su inmarcesible compasión y
generosidad. Estos seres viles, llenos de bajeza y
mezquindad
conocen
profundamente
al
venezolano; saben que es llorón, que le gusta que
se le humille. Entonces ponen en práctica todo el
poder que le concede el cargo: juegan con las
emociones de quien no le es completamente adicto
y servil a su causa. Entonces comienza el jueguito
de la arbitrariedad tan acendrado en el corazón de
nuestros burócratas: "El funcionario no está". "El
funcionario no puede atenderlo hoy". "El
funcionario ha salido de viaje".
El hombre imbuido en la omnipotencia del
cargo. Y estos tipos, con estas prácticas tan
cobardes, son los que se convierten en candidatos
naturales de algún cargo importante ¡y para
completar,
ganan
las
elecciones
abrumadoramente!
He allí por qué el mal proviene de las focas
que se contornean cuando reciben las fulanas
sardinas.
Entonces, las ladinas momias del poder se
envalentonan y encabezan planchas en las que
pretenden aparecer como prospectos de rectores.
Acaparan las encuestas, van y vienen por los altos
salones de la universidad como perro por su casa.
Anchos de agallas les son abiertas todas las
puertas y por ellas adelantan sus jayanes o sus
focas para evaluar los votos con que cuentan.
En nuestro medio no hay ideólogos
programas sino personalismos impositivos.
ni
Lo
peor
es
que
estas
levantiscas
individualidades,
incapacitadas
para
la
abstracción envuelven con sus verbos ridículos a
centenares
de
hombres
que
se
dicen
profesionales. Hay profesores que con la boca
abierta, oyéndoles vociferar lanzan un: "¡Oh! ¡Qué
líder!, ¡Qué temperamento superior!".
Hablan de "tormentas y crisis educativas";
enervan la inteligencia con gritos de "solidaridad
humana", de "luchas y causas proletarias"; de
"corrupción que amenaza con anegarnos a todos",
porque nadie es más anticorrupto que ellos. No
hay nadie más demócrata que ellos: son los
padres de la arbitrariedad inherente a los
regímenes personalistas.
Lo lamentable es que sin estos señores no
se mueve un solo oficio, los cheques se paralizan,
las reuniones se suspenden, las discusiones
penden de sus díscolos pareceres; todo sube o
baja según el humor de estos "supremos". No hay
partida ni traslados. No hay ley contable. No hay
continuidad del proceso administrativo de nada.
El imperio de la administración central, los
entes creados desde la colonia, los miles de
archivos, los centenares de empleados que desde
Caracas sirven a la Universidad han sido creados
para estar atentos a sus nervios y procederes. Ni
siquiera tienen la debilidad de preguntar cómo
van las cosas. Él no tiene tiempo, él no quiere ni
puede estar de acuerdo... él se siente aludido... él
no fue consultado... y punto.
Sus manipulaciones no tienen sosiego. Nada
humano los mueve a reflexionar sobre sus
destinos y sus responsabilidades con la patria. Su
imaginación no llega al nivel de tener que
conmoverse por lo cierto o falso que de él se diga.
Él no se detiene. El sigue su marcha porque su
influjo es su propia vida; su presencia como
mandón es lo único que tiene y que le queda. Y
mientras él tenga poder tendrá focas que le
rodeen, que le pidan migajas. Él no puede vivir sin
focas, como las focas no podrían subsistir sin él.
Así continúa el informe oficialista, sobre el
ombligo chibcha, de la propia mano de doña
Jacqueline Clarac, y el cual transcribo como lo
recibo:
EL SITIO ARQUEOLÓGICO
El sitio arqueológico de La Pedregosa Alta se
encuentra en la margen izquierda de la Quebrada
La Pedregosa y consiste en un conjunto de
estructuras de piedra, de planta rectangular y
cuyo número, disposición y funciones no se han
determinado con exactitud. El sitio fue
descubierto en marzo de 1987 por personal del
Museo Arqueológico “Gonzalo Rincón Gutiérrez”
de la Universidad de Los Andes. Este hallazgo se
hizo dentro de las actividades de prospección
arqueológica que el Museo desarrolla en el área la
Pedregosa, en la cual se han hallado sitios
habitacionales, terrazas de cultivo, canales de
riego (acequias) y cámaras funerarias (mintoyes),
en el sector conocido como Loma de La Virgen.
Acerca de estos hallazgos los investigadores del
Museo Arqueológico han producido tres trabajos
de investigación (presentados a la Convención
Anual de ASOVAC en 1987) y una tesis de la
Licenciatura en la Escuela de Geografía de la
Universidad de Los Andes.
El interés de los investigadores del Museo por
el sitio La Pedregosa Alta radica en su proximidad
al área en estudio en Loma de La Virgen, lo que
ofrece indicios para relacionar estas estructuras de
piedra con los otros elementos arqueológicos
mencionados. Así, las construcciones, en piedra de
La Pedregosa Alta no constituyen un sitio aislado
sino en estrecha relación con un contexto
arqueológico formado por evidencias de actividades
domésticas y funerarias. Además, recientemente
(abril 1988) los investigadores del Museo han
encontrado otras estructuras de piedra en
Mucusurí, cerca de Jají.
Luego de tener conocimiento de la existencia de
este sitio arqueológico, el Museo Arqueológico se
planteó el inicio de su estudio, que consiste
fundamentalmente en un levantamiento topográfico
y elaboración de un plano del lugar. Para ello,
establecieron contacto con los propietarios del
terreno donde se encuentra el yacimiento, familia
Ruiz Terán, a fin de obtener el permiso de iniciar el
trabajo preliminar de levantamiento. Sin embargo,
por parte de los propietarios no ha existido
disposición de colaborar e inclusive en el mes de
marzo próximo pasado efectuaron una intensa
deforestación en el sitio, que además de los
perjuicios ecológicos que pueden originar por su
proximidad a la Quebrada La Pedregosa, causó el
daño de algunas estructuras de piedra, sobre las
cuales cayeron los árboles talados. Esta situación
fue denunciada ante la Dirección de Patrimonio del
CONAC por parte del Museo Arqueológico de la
Universidad de Los Andes y constatada durante
nuestra visita al sitio.
REUNIÓN
REGIONALES
DE
LAS
AUTORIDADES
Asistimos a una reunión con el Secretario de
Gobierno (en representación del Gobernador del
Estado Mérida), el Vicerrector Académico de la
Universidad de Los Andes y la Directora del Museo
Arqueológico. En esta reunión se expuso ante el
Secretario de Gobierno la importancia de preservar
e investigar el sitio La Pedregosa Alta, y la
necesidad de recibir la colaboración en tal sentido
de los propietarios del terreno donde se encuentran
las estructuras, tanto por la importancia que tienen
en sí mismas como por el hecho de que Mérida será
la sede del II Congreso Mundial de Arqueología en
1990
y
resultaría
injustificable
la
desaparición de un sitio de importancia tan
próximo a la ciudad de Mérida.
En esta reunión el Secretario de Gobierno del
Estado Mérida pidió una reunión para la
siguiente semana (martes 10-05-88) a la cual se
convocaría a los propietarios y a los
representantes de la Universidad de Los Andes.
RECOMENDACIONES:
1. Solicitar ante el Ejecutivo del Estado Mérida,
a través del Ministerio de Relaciones Interiores,
toda la colaboración necesaria para garantizar la
conservación y estudio del sitio La Pedregosa Alta.
2. Apoyar, desde el punto de vista técnico, al
Museo Arqueológico “Gonzalo Rincón Gutiérrez” de
la Universidad de Los Andes, a fin de que se inicie
la investigación del sitio de La Pedregosa Alta, este
apoyo puede ser brindado a través de la División
de Arqueología e Inventario de la Dirección de
Patrimonio Cultural del CONAC.
ALABARDEROS DE DOÑA JACQUELINE
Muchas barbaridades llegaban juntas, como
la de haber enviado al diario Correo de Los
Andes un grupo de fotografía de la revista
GEOMUNDO, para ilustrar toda una página sobre:
DESCUBRIMIENTO
DE
UN
SITIO
ARQUEOLÓGICO DE GRAN IMPORTANCIA EN
LA CORDILLERA DE MÉRIDA, cuyo reportaje
apareció el día domingo 10 de julio de 1988.
Eran fotografías a las cuales no se les
colocaron leyendas, las mismas que fueron
enviadas junto con un informe que elaboró la
señora Jacqueline para justificar el “fabuloso
hallazgo”.
A
muchas
eminencias
científicas
tercermundistas mostró la señora Jacqueline
aquellas fotos y diapositivas sobre la "espantosa
destrucción". Como en Río Caribe estaba reunido
un grupo de arqueólogos del Comité asesor de la
Fundación
de
Arqueología
del
Caribe,
inmediatamente les hizo llegar este material, que
fue recibido por los doctores Betty Meggers (de
Washington),
Marcio
Veloz
Maggiolo
(de
Washington), Oscar Fonseca (de Costa Rica),
Agamenón Gus Pantel (de Puerto Rico), Carlos
Augusto Valdés (de Colombia) y otra vez a Mario
Sanoja e Iraida Vargas de la UCV. Los más
sorprendidos eran estos últimos que habían
conocido aquellas ruinas en todo su esplendor.
La consternación fue total.
Allí, en ese evento, todos lamentaron
"profundamente la destrucción" pues opinaron
que tenían estas ruinas un gran parecido con las
de Buritica en Colombia y Guayabo en Costa Rica
y publicaron un documento conmovedor.
"Los sitios descubiertos... presentan un
complejo arquitectónico que se identifica por
primera vez en la arqueología venezolana..."
Pero poco antes, el 9 de julio, dos robustos
miembros del CONAC solicitaban, desde uno de
los mejores hoteles de la ciudad, una urgente
intervención de las autoridades regionales en el
conflictivo lío.
Entra en acción José Francisco Martínez
Rincones
Así será la categoría de estos PIRATAS que
escribieron:
Al tinglado entró por la puerta grande el
abogado José Francisco Martínez Rincones
(llamado en las esferas culturales, “poeta Pedro
Parayma”).
¿Sería
alucinado
por
el
descubrimiento40 o por el lirismo fabuloso que
encerraba el Cuento de las mil y una Hectáreas,
"Nosotros, arqueólogos miembros del Comité
Científico Asesor de la Fundación de Arqueología
del Caribe(*), Organismo Internacional....
"Hemos
recibido
con
consternación
INFORMACIONES EVIDENTES de que sitios de la
región de Mérida... han sido parcialmente
destruidos...
(*)
Obsérvese, que casi todas estas fundaciones en Venezuela
son entes que sirven única y exclusivamente para extraerle
con ganzúa plata al Estado.
40
A Parayma la Gobernación le solicitó un informe, por el cual debió
pagársele bien. Un informe que implicaba movilización de tribunales que
costaban un ojo de la cara. El informe lleva por título: Estudio Jurídico
Sobre El Sitio Arqueológico Denominado “Joyo Caliente” La Pedregosa.
En lo particular nunca cultivé amistad con el doctor Martínez Rincones,
cosa rara en mí porque suelo ser amigo de los poetas. No tengo nada
contra él, y más bien me debería identificar con su amor por la copla
llanera. Pero lo que está en este libro es otra cosa, y mi deber es ser franco
y fiel a la verdad.
Misterios y Duendes, inefables leyendas
indígenas (o lochas o morocotas luminosas que
reverberan allí de noche) encerradas en el
inefable espacio de El Maciegal, Joyo Caliente,
por lo que don Francisco Martínez se dejó
enredar por doña Jacqueline? Porque cayeron
tantos.
¿Cómo un poeta podía dar el salto a estos
catafalcos históricos, cuando estaba siendo
asesor de una empresa que pretendía construir
un resort en La Culata, en lo más puro y sano
del río Mucujún, de donde toma Mérida su
agua potable? Como un crimen recordamos los
merideños aquel el 7 julio de 1988, cuando los
que
defendíamos
el
Mucujún,
fuimos
amenazados de muerte por una turba de
campesinos llevados a la Plaza Bolívar, por el
gobernador Orlando Gutiérrez. Habían sido
sacados estos agricultores de El Valle para que
“defendieran sus tierras porque un tal Sant Roz
quería joderlos y negarles a ganarse la vida
cultivándolas”. A mí me rodearon con
machetes,
escardillas
y
azadones
para
apalearme, porque el 1º de julio, durante una
toma que hicimos de la Vuelta de Lola,
habíamos descubierto que el director del
Ambiente, un tal Manuel Ramírez, ilegalmente
había concedido un permiso para deforestar el
lugar donde hoy ya está levantado el resort La
Culata. Pero días antes a esta conmoción, el
señor Parayma había declarado que el
desarrollo en ese sector no debía detenerse.
¿Por qué un poeta aparecía como asesor de
quienes pretendían sentar sus reales allí?
Sea como fuere, Parayma rápidamente se
convirtió en defensor de las fulanas ruinas, y
llegó a decir y consentir ciertas barbaridades.
La cantidad y calidad de sus barbaridades no
tienen nada de la bella copla llanera, que tanto
le gusta. No se puede comprender como un
poeta y personaje ligado a la izquierda podía al
mismo tiempo ser asesor legal y defensor del
Complejo Hotelero La Culata (a pesar de que
dicha instalación implicaba una gran
deforestación, y siendo que de allí Mérida recibe
la mayor porción de agua potable). Además que
don Pedro Parayma, en función de su condición
de profesor a dedicación exclusiva de la ULA,
moralmente no debía comprometer su
reputación y su talento.
Este mismo papel lo asumiría para una
compañía que ha venido pretendiendo construir
33 cabañas en El Valle, según me ha referido el
doctor Ernesto Palacios Prü. Don Ernesto le
reclamó que tuviera un poco de ética, porque
siendo profesor a dedicación exclusiva no debía
servir como asesor jurídico a una empresa que
pretender hender sus garras en El Valle,
ocasionando daños irreversibles al ambiente.
Pero también, por muchos años, el señor
Martínez Rincones fue miembro de Consejo de
Apelaciones de la ULA, una de las aberraciones
en la que se han urdido toda clase de patrañas
y desafueros para defender, tapar y alcahuetear
a muchos y grandísimos carcamanes.
¿Por qué poeta Parayma, usted se ocupó de la
defensa del profesor Aubert Infante, quien ejecutó
uno de los fraudes más insólitos realizados contra
la ULA? Ocurrió en la facultad de Humanidades;
me cuenta el profesor Pedro Rosales, que el
abogado y "poeta" Pedro Parayma hizo una
denodada defensa de un profesor quien para su
ascenso (logrado hace muchos años) cometió un
horrible plagio.
Descubierto el fraude y echado de la Facultad
el culpable, fue tan magistral la defensa de
Parayma, que el inculpado hubo de ser repuesto
en su cargo. El punto fundamental de la defensa
consistió en señalar que carece de validez el
descubrimiento del fraude, por cuanto que éste no
fue encontrado por el jurado evaluador del mismo
en su debido tiempo. Parece un argumento
emblemático, convertido en una constante en casi
todos los estropicios de este tipo; se apela al
hecho de que lo que se denuncia es
extemporáneo. Me contó Pedro Rosales que la
Facultad
de
Humanidades
se
sintió
profundamente avergonzada con la reposición en
su cargo de Aubert Infante, y que el decano Aníbal
León había decidido sólo aceptarlo con la
dedicación a tiempo completo, es decir no
exclusiva. Pero ha sido tal el descaro del tipo que
envió una comunicación solicitando su Dedicación
Exclusiva, y con el apoyo del legajo del doctor
José Francisco Martínez Rincones hubo que
satisfacerle plenamente. ¿Qué tal?
He aquí la carta que sobre este asunto envié al
Consejo Universitario:
He aquí la carta que sobre este punto envié con
fecha de 17 de octubre de 1994 al Consejo
Universitario de la ULA:
Distinguidos Señores:
1- Con respecto al caso del profesor Aubert
Infante, la comisión designada por el Consejo de
Facultad estableció que los trabajos: "EL
DESARROLLO MOTOR CON EL NIÑO DE 3 A 5
AÑOS Y SU RELACIÓN CON EL JUEGO" para
optar a la categoría de asistente; y "LA
RECREACIÓN Y SU PLANIFICACIÓN" para optar
a la categoría de agregado, son copias fieles y
exactas de los trabajos 'DIDÁCTICA DEL
MOVIMIENTO" de Kurt Mainel, el primero y
"ANIMACIÓN DE RECREACIÓN", publicado por
INCATUR, el segundo. Considerando que esto es
una falta grave, decidió expulsársele por un
período de (5) años, sin goce de sueldo.
2- El Consejo de Apelaciones se consideró
incompetente para pronunciarse. Razones:
A) "Si los jurados fueron sorprendidos en su
buena fe o fueron negligentes en escudriñar la
verdad, en los trabajos de ascenso, estarían
incursos en responsabilidad civil, penal y
administrativa, así como el Consejo de Facultad
que tiene la obligación de nombrar jurados
idóneos, por tanto están incursos, igualmente,
en responsabilidad civil, penal y administrativa.
B) El Consejo de Apelaciones no puede analizar
decisiones definitivamente firmes y los
veredictos son atacables sólo mediante la acción
de nulidad oportunamente ejercida.
C) El Consejo de Apelaciones no tiene facultades
legales, ni estatutarias para conocer un proceso
disciplinario o de supuesto "PLAGIO".
Por todo lo expuesto, el Consejo de Apelaciones
de acuerdo con el Artículo 43 de la Ley de
Universidades, en concordancia con el artículo 46,
Ordinal Primero de la misma Ley, artículo 90 de la
Ley Orgánica de Procedimiento Administrativo y 50
del Reglamento Interno. DECIDE:
REVOCAR LA SUSPENSIÓN DEL CARGO POR EL
LAPSO de 3 AÑOS QUE LE FUE IMPUESTA AL
PROFESOR AUBERT INFANTE, C.I. V-3.642.040
por el Consejo de Facultad el 24-1-94.
Rafael Briceño (presidente) Armando Briceño
(Miembro principal) Carmen Elena Hernández
(Miembro Principal) Elsa Spinetti (Secretaria)
De lo anterior se desprende una serie de
horribles
consideraciones.
Primero,
llama
sobremanera la atención la actitud del Consejo de
Apelaciones cuando dice que NO PUEDE ANALIZAR
DECISIONES DEFINITIVAMENTE FIRMES Y LOS
VEREDICTOS SON ATACABLES SÓLO MEDIANTE
LA ACCIÓN DE NULIDAD OPORTUNAMENTE
EJERCIDA. Es decir, que carecemos en la ULA, de
la posibilidad de la reconsideración ante alguna
equivocación, ante alguna omisión o error. Sostenía
un colega que el caso es parecido al de un tipo que
trae de Colombia coca, y si no lo descubren en
Peracal, se embromaron las demás alcabalas y el
resto de los policías del país. ¡Qué sofisma el de
nuestros jueces!
¿Cómo podremos catalogar el caso de estos
plagios? ¿De abominable moral y vituperio a la
universidad venezolana?
¿Qué pensar de esa observación del Consejo de
Apelaciones, cuando habla de responsabilidades
de carácter civil, penal y administrativo, como si
cualquier jurado del mundo estuviera en la
capacidad de saber y de tener en la cabeza cuanto
se ha publicado en el mundo sobre una
determinada área?
Es sencillamente imposible, el creer que un
jurado pueda tener el listado impresionante de
volúmenes que abarrotan las bibliotecas de la
Tierra, que suman millones sobre cualquier tema,
principalmente en el asunto dedicado a la didáctica
en el deporte.
Si tal cosa fuese así, millares de profesores
del planeta estarían pagando condena en cárceles,
porque resulta que en la mayoría de los asuntos de
plagios, éstos se descubren por casualidad, casi
milagrosamente. No existe una Policía para
investigar plagios. Y que yo sepa, ocurre en
ocasiones que ciertos jurados cometan errores en
sus dictámenes, y ello no implica que deba
aceptarse como irremediables. Por esto se han
instituido varias instancias en los tribunales,
porque según la lógica del Consejo de Apelaciones
basta con que exista uno y sólo un tribunal, que si
éste falla, la determinación tomada es inapelable.
Por dar sólo un ejemplo: el caso del
denominado Narco-indulto, concedido por la
máxima autoridad del país, hubiera carecido por
completo de revisión alguna si aplicamos esta
lógica. La reposición de los casos ventilados en los
tribunales son situaciones harto frecuentes, porque
sencillamente no existe jurado perfecto y dictamen
inapelable en ningún juicio ni en ningún tribunal.
De ser así, como tajantemente lo pretende
hacer ver el Consejo de Apelaciones, aquí nadie se
atreverá a ser jurado en la ULA; primero por el
temor a cometer una injusticia y porque tendría que
pedirse millones de dólares en viáticos para
recorrer las bibliotecas del mundo, no vaya a
existir alguien que pueda copiarse un libro que ha
sido publicado en Ruanda, Mongolia o China.
Señores del Consejo Universitario: ¿Qué
es peor para el Consejo de Apelaciones: el delito
cometido que degrada a nuestra universidad, la
envilece, la pervierte y empantana en virtud de que
reúne los elementos más nocivos para el
conocimiento y la decencia, y además reñidos con
la ética profesional y el buen nombre que debe
llevar en todo momento nuestra institución, o el
desliz explicable de un jurado o de un Consejo de
Facultad que no cayó en la cuenta del fraude que
se había urdido?
Y concluye el informe, declarando que el
Consejo de Apelaciones NO TIENE FACULTADES
LEGALES, NI ESTATUTARIAS PARA CONOCER UN
PROCESO DISCIPLINARIO O DE SUPUESTO
"PLAGIO". Entonces, ¿por qué dictamina revocar la
pena que se había puesto?
El delito que aquí se ventila es uno de los
más escabrosos: Primero, porque el señor Infante
ascendió a asistente mediante un plagio; pasa un
tiempo devengando un sueldo y en una categoría
que no merece, burlando a la sociedad, al saber y
ejecutando funciones arbitrarias ante miles de
estudiantes y profesores. Refrendado este primer
acto e inoculando en nuestra institución y en la
juventud la afrenta injuriosa del engaño intelectual,
donde sí caben acciones penales, civiles,
administrativas, vuelve este señor a ascender a
agregado copiándose otro trabajo.
Señores del Consejo Universitario: ¿los
que cometen estos fraudes, se apoyan en la
debilidad de nuestras instituciones que no crean
una jurisprudencia severa en este sentido?; se
llega hasta creer que estas cosas son de poca
monta. Y ocurre, que descubierto el crimen, no sé
por qué elevación académica y espiritual se
dictamina con toda la frialdad del mundo:
"REVOCAMOS LA SUSPENSIÓN de 5 años que le
fue impuesta al profesor Aubert Infante por el
Consejo de Facultad".
Pero allí no termina la cadena de
barbaridades que encierra este caso: resulta que
con el segundo trabajo que este señor plagió y con
el que ascendió a agregado, compuso un libro con
el mismo título LA RECREACIÓN Y SU
PLANIFICACIÓN, que publicó en el año 1991, el
Consejo de Publicaciones de la ULA. El falso
creador de este trabajo debe haber cobrado los
derechos de autor, y el texto sigue corriendo por
librerías. Leemos en la contrasolapa de este libro:
"Luego de gran dedicación en la Universidad,
pasando por ser Jefe del Departamento,
Coordinador del Convenio ULA - Cuba, en un
equipo de trabajo presenta el proyecto de
Postgrado en Educación Física. Asiste como
conferencista
a
congresos
nacionales
e
Internacionales; culminando etapa de su trabajo
con la presentación de este texto..."
Solicito se realice una investigación sobre el daño
moral que hayan podido causar a la ULA, estas
decisiones del Consejo de Apelaciones, y en caso
de que se determine que no se ha incurrido en
daño alguno, que tal declaración sea expresamente
firmada por los miembros de este Consejo
Universitario, que así lo consideren.
De ustedes atentamente, José Rodríguez R. C.I.
2219738
De máquinas, maquinarias y
maquinaciones
Pues bien, también a Parayma, le tocó llevar la
voz cantante, en el aspecto jurídico, en el tinglado
de La Pedregosa Alta. Elaboró un estudio sobre el
sitio arqueológico de Joyo Caliente, en el que se
insertaron ochenta y cinco fotografías (muchas de
ellas mal tomadas, otras desenfocadas, mucho
desorden, y mucha falta de coherencia y buena
redacción en el informe; todas las fotos sin
leyendas, que bien podían referirse a la India o a
las Batuecas, porque no se especificaban posición
ni coordenadas). Con todo lo deficiente, este
trabajo debió costar una millonada de aquel
tiempo.
Lo que piensa quien se va adentrando en este
mundo de desafueros, es que la maquinaria
infernal para apoderarse de Joyo Caliente
requería previamente de los artilugios legalistas:
hacer primero acopio de cuantas barbaridades se
hubiesen declarado o recogido por la prensa;
mientras más difusas mejor. La presencia de un
bufete poderoso en el lío tenía por fuerza que
hacer recular al “terco viejo” de don Rodulfo.
Hacer mucha bulla con inspecciones judiciales,
citaciones a tribunales y cuerpos represivos, a la
par que hacer acompañar estas matracas con
ruedas de prensa y ruidos de remitidos firmados
por centros culturales, y cuantas vacas sagradas
se arreasen tanto de la ULA, como del CONAC o
de la Gobernación.
Doña
Jacqueline
y
su
equipo
de
precolombineros no perdían oportunidad para ir
preparando
los
elementos
jurídicos
que
condujeran con la expropiación de El Maciegal.
Casualmente, una comisión técnica se reunió en
aquellos días para proponer la creación de las
reservas arqueológicas en Venezuela. Un tal
Carlos Schubert de Centro de Ecología del IVIC,
Lilian Arvelo del Departamento de Antropología de
este mismo centro, Luis Molina de la Dirección
Cultural de CONAC, el paleontólogo Omar Linares
de la Universidad Simón Bolívar junto con
Eduardo Szeplaki (asesor científico de la Comisión
de Ordenación Territorial y Ambiente de la
Cámara de Diputados) constituían ese frente que
presentaría “un gran proyecto de protección de
áreas con riquezas arqueológicas para su estudio,
recolección de material y preservación.41”
Esta Comisión tenía entre sus objetivos,
elaborar un reglamento, con directrices para el
uso de estas áreas. Carlos Schubert fue tajante:
“Debemos tener en cuenta que hay que dejar
sitios intactos para aplicar nuevas técnicas que
vayan surgiendo, ya que pueden dar datos mucho
más ricos que hoy día.”
Pues bien, mientras el “poeta” Parayma
elaboraba su macanudo estudio, por los flancos
de la página roja de los diarios locales había que
hacer fuego cerrado:
El 20 de julio de 1988 estalla otro gran misil
contra don Rodulfo. Con titulares en enormes
letras y en la página de los homicidios y atracos
aparece en Frontera: “En su sesión de ayer:
INVESTIGAR ARQUEOCIDIO ACORDÓ POR
UNANIMIDAD LA ASAMBLEA LEGISLATIVA. La
noticia la recogía Ramón Díaz Suárez. Redactado
de la manera más horrible y apresurada42, decía
esta nota: La Asamblea Legislativa acordó ayer por
unanimidad la proposición del diputado Clodualdo
Salcedo, de iniciar una investigación relacionada
con los arqueocidios que se han perpetrado en La
Pedregosa Alta, sino en otras regiones del Estado,
tales como Timotes y los Pueblos del Sur donde
personas inescrupulosas se han apoderado para
beneficio personal, de ídolos, cerámicas y de otras
artesanías precolombinas que pertenecen al
patrimonio histórico de la Nación.
La exposición de Salcedo se deriba (sic) de las
denuncias que ha venido formulando el Museo
Arqueológico de la Universidad de Los Andes con la
presunta
destrucción
de
monumentos
precolombinos en una finca de La Pedregosa Alta y
cuyo propietario será llamado a la Asamblea para
42
41
Aparecido en el “Correo de Los Andes”, domingo, 17 de julio de 1988.
Como si se tratase de un periodista graduado en la Universidad de la
Caña.
que explique a los diputados todo lo relacionado
con este caso que ha generado preocupación a
todos los arqueólogos del país.
Tal como informáramos en la edición de ayer el
Juzgado de Municipios se trasladó al mencionado
sitio y realizó una inspección ocular que fue
solicitada por el doctor Pedro Martínez, miembro
del Consejo Jurídico Asesor de la Universidad de
Los Andes.
Poco antes, el 18 de julio de 1988 (a las 11:35
de la mañana), Parayma solicita al juez del
Distrito Libertador de la Circunscripción Judicial
del Estado Mérida una inspección judicial para
que se deje constancia de hechos como el
siguiente:
“Tercero: Si en dicha zona se encuentran
piedras trabaja-das por el hombre o seres
humanos y si estas piedras trabajadas
representan alguna evidencia cultural que
pudiera relacionarla con figuras indígenas”. La
vaguedad de esta solicitud tipifica la calidad del
estudio, en la que no se dice nada pero donde se
persiguen implicaciones difusas que cojan por
algún lado lo que se busca. ¡Alguna evidencia
cultural que pudiera relacionarla con figuras
indígenas! ¿Y por qué precisamente FIGURAS? Y
además este Tribunal sabía mucho menos que
doña Jacqueline Clarac de lo que se le estaba
pidiendo, ¿qué clase de respuesta podía darse
ante semejante solicitud? Pero no se olvide que
esta gente era tan pirata, empezando por doña
Jacqueline Clarac, que metieron en la campaña, a
favor del referido descubrimiento nada menos que
a doña Gloria de Gutiérrez, esposa del gobernador
Orlando Gutiérrez, totalmente nula como
intelectual, y que penosamente si sabía redactar
una carta. Y esto lo confiesa con mucho orgullo la
misma Jacqueline Clarac43. Ante una solicitud de
esta naturaleza, cualquier tribunal del mundo se
habría abstenido de actuar. Pero aquí la comparsa
va por dentro.
OTROS MANIERISMOS EN LA IMPOSTURA
Parece
algo
biológico,
íntimamente
relacionado con la condición de cualquier
dirigente estudiantil44 de los últimos cincuenta
años.
Empiezan
revoltosos,
verbosos,
43
Para quien esté interesado en conocer más sobre la señora
Gloria, puede consultar mi libro: “La Cultura como Sepultura –
Vida de Juan Félix Sánchez y Epifania Gil”, Dirección de Cultura
de la ULA, Mérida, 1996.
44
Hay muy escasas excepciones, entre ellas el caso de Luis Hernández.
Fue otra época.
incontrolables, nadie los saca de sus trece, y
acaban en burócratas, derechones, besaculos, en
policías o soplones de la policía. El patrón parece
ser universal, y el caso más patético es el de
Daniel Cohn-Bendit, el ángel exterminador de la
sacudida del mayo francés. Treinta años después
de que aquella famosa revuelta resulta que el
hombre ha resultado pederasta. Quién no se
acuerda de aquel comecandela, digo, “Daniel El
Rojo”, quien creyó poder darle un puñetazo en la
nariz a De Gaulle. Se cansó de tirar piedras en la
revolución de Mayo, y fue a dar a la cárcel y de
aquí a codearse con los poderosos. En el estilo de
Raúl del Pozo esto tiene una explicación: “Los
franceses que ya construyeron antes un teatro de
la ópera en La Bastilla para ofrecer al pueblo
música regia, integraron a los jóvenes airados. En
realidad, Cohn-Bendit hacía oposiciones para
político. Ahora es un izquierdista arrepentido; se
ha refugiado en las lechugas y en los buitres. El
dios de la Rive Gauche se ha hecho pureta,
necesita la nómina y jubilación de eurodiputado y
ha confesado públicamente algunos métodos
usados por el movimiento juvenil y la
contracultura en los 67 y 69”.
Mucho de esto también le tocó a Venezuela,
donde los poderosos, llámense gobierno, iglesia o
empresarios no han dejado entre nuestros
dirigentes culo sano. Han sentido estos
muchachones un gran placer por ser engañados
siempre y cuando le pasen algo de pasta. Y poco
les importó la crítica, la justicia o el humanismo.
Buscaban la revolución pero para revolcarse en el
bonche, para darle palmaditas en las espaldas a
los comandantes de la Policía, para asistir a
reuniones con la crema de la crema empresarial
en hoteles de lujo. Nunca salió de esa “revolución”
un solo pensador, un solo reformador o ideólogo
de valía, porque no esperaban distinguirse por
sus propias cualidades morales o intelectuales
sino desde las barricadas de los grupos de
partidos. Impotentes para crear, gritaban,
deliraban y quemaban cauchos y tiraban piedras,
a veces en nombre del Ché, y si el caso se daba,
como pregones de algún vagabundo politiquero
que los contratara y escudar así sus latrocinios o
robos.
Entonces algunas estudiantes románticas,
que no tenían mucho tiempo para ver telenovelas,
se enamoraban de estos palurdos, quienes ni
tontos ni perezosos... Y en casándose se acababa
la primera parte de la fulana “revolución”, y luego
lo que querían era hacerse dignatarios. Nada es
más repugnante que ver a esos comecandelas que
acabaron en cabrones de los gobierneros,
haciendo el papel de pajes o mayordomos cinco
estrellas del soberano status quo.
Todos estos “tirapiedras” jamás tuvieron
consideración por los creadores venezolanos.
Jamás los leyeron, jamás quisieron aprender algo
de ellos. ¿Cuándo se supo de un dirigente
estudiantil que visitara al padre Santiago López
Palacios para aprender algo de su inmensa
sabiduría? ¿Cuándo un dirigente estudiantil visitó
con amor a Juan Félix Sánchez para recibir algo
de su nobleza espiritual? ¿Cuándo tuvimos uno
de esas manadas de salvajes que fuese a visitar al
noble cronista de la ULA, don Eloi Chalbaud
Cardona, para proponerle un grupo de
estudiantes que continuasen su descomunal
trabajo histórico sobre nuestra universidad?
¿Cuándo fue uno de ellos a hablar con Andrés
Zavrostky, uno de los santos más extraordinarios
que ha llegado a Venezuela, mil veces superior a
José Gregorio Hernández?
Nada, siempre estos estudiantes se mostraron
hostil y despreciativo hacia los creadores porque
en el fondo siempre les ha herido y ofendido el
verdadero conocimiento y porque su mayor anhelo
es paralizar las clases y hacer huelgas.
Parece que una gran mayoría de estos
dirigentes lo que anhelaban en el fondo era ser
militares o policías, agentes secretos. Y muchos lo
consiguieron aún sin haber llegado a graduarse,
como veremos.
Dirigentes
estudiantiles,
que
hicieron
pasantías en los servicios secretos del Estado
cuando corrían por las calles los sesos de sus
propios compañeros, asesinados por los cuerpos
represivos en esas manifestaciones eternas que
nunca nadie sabe por qué se hacen. Es que
intuían estos dirigentes que había un ascenso en
función del chantaje político, que había que ir
vendiéndose de a poquito como las putas, las
mises o modelos, y a medida que se fuesen
vendiendo ascenderían en las escalas del
funcionariado al servicio del estado: Trepar, de
carguitos en carguitos, hasta que conseguirse una
curul como diputados, o ir tirando de alcaldes,
chupando de los rectos o vice-rectos...
Hoy están también adheridos al Proyecto de la
V República. Chávez ha proclamado que los ama,
y muchos de ellos son hoy parte esencial de su
revolución. Nadie todavía sabe cuál fue el milagro
por el cual el MVR se llenó tan vertiginosamente
de reputadas putas, y por Dios, que no se les
toque a los adecos que se han enchufado en el
gobierno, porque es peor que nombrarles la
madre. Nadie está hoy mejor protegido dentro del
MVR que aquellos cuadros que fueron de lo más
servil a los malditos gobiernos de la guanábana,
dentro del MAS, AD o COPEI.
Lo único homologado entre nosotros es el
robo
El último informe enviado por la ULA a la
Contraloría general de la República, revela que los
dirigentes estudiantiles encargados de las
Federaciones
de
Centros
Universitarios,
despilfarran, roban y malversan como lo hacen
ciertos equipos rectorales. Ahora existe una
modalidad llamada “Providencias Estudiantiles”,
en las que estas federaciones manejan miles de
millones de bolívares, por aportes que se les
entrega por acuerdos nacionales, añadido a los
que contemplan los presupuestos particulares de
cada
universidad.
En
estas
providencias
estudiantiles se han descubierto un total
descontrol con errores abismales a favor de
proveedores, compromisos registrados y en
tránsito que exceden a la disponibilidad
presupuestaria y financiera de estas mismas
Providencias; con el mismo consabido despelote
que hay en todas las dependencias de la ULA,
donde se viola muerto de la risa las disposiciones
administrativas, las normas para gastos, las leyes
y los procesos contables. En estos casos las
conciliaciones bancarias se llevaban a mano, con
una pasmosa lentitud, mares de cheques con
cifras astronómicas, bajo los conceptos de
“ayudas”.
En
la
Dirección
de
Asuntos
Estudiantiles (DAES), el rectorado de Genry
Vargas recibe compromisos pendientes de pagos
en las actas, por Bs. 64.193.623,08 por parte de
las fulanas Providencias Estudiantiles, y sólo Bs.
40.000.000 para enfrentarlas. Esto es así porque
el presidente la FCU en tiempos de Felipe
Pachano, Orlando Dhoy, se le señala en el informe
a Clodosbaldo Russián (por parte de Genry
Vargas) con compromisos no resueltos por el
monto de Bs. 41.868.145,70, y al actual
presidente de la FCU, presidida por César
Romero, en el mismo informe, con una deuda
pendiente de Bs. 22.323.477,38, y para ambas
sólo se dispone con Bs. 38.616.773,25.
Lo más desastroso ha sido la cantidad de
bienes que han desaparecido. No existe acta sobre
ingresos y egresos por el programa de becas
estudiantiles, como tampoco por concepto de
residencias y los gastos de mantenimiento de las
oficinas delegadas en los Núcleos de Táchira y
Trujillo.
DE PARTIDAS, CAJAS CHICAS Y
PRESUPUESTOS
La ridícula nueva comisión para la reforma de
la ULA que se juramentó en enero del 2001, se
hizo con el cuidado de que no fuera a tocar en
absoluto a lo que es del Rey, lo que pertenece a
los de macolla, lo íntimo del poder eterno
establecido desde que aquí los partidos se
cogieron las altas posiciones de la ULA para
forrarse. Desde que se inició el negocio de las
partidas secretas y los arreglos presupuestarios
de cada año. Salía aquel Felipe I embarrado hasta
las narices y entraba Felipe II, Genry Vargas, con
sus hacendosos reformadores, para seguir con los
cambios para que todo lo dejen estable.
El profesor Rubén D. Duque M., presenta un
análisis bastante agudo sobre el problema
presupuestario de la ULA y lo que asoma de
inmediato es: ¿por qué no se le mete el bisturí a
los cierres contables, que nunca han estado al
día? Los ejercicios económicos que se ejecutan del
1º del enero al 31 de diciembre se abren y se
cierran sin el debido control contable. El cierre
contable es lo que permite a ciencia cierta saber
en qué se gastó y cómo se gastó lo que ha entrado
a la ULA. Eso no se conoce en la ULA, el último
que se conoce es del año de 1997, ahora mismo
hacen esfuerzos por cerrar el año 98. Es decir,
que tenemos cuatro ejercicios económicos sin
cierre contable. Lo que quiere decir que los
dineros que pasan de un año a otro, por vía de
ahorro o de presupuesto no ejecutado se manejan
a destiempo, lo que hace inútil cualquier trabajo
de la contraloría interna. Es decir que se actúa
con una formulación presupuestaria ficticia, y que
sólo es cierta por la vía de la asignación del
ejecutivo, y no por lo que fue el ejercicio
presupuestario en sí.
RECTIFICACIONES PRESUPUESTARIAS ¿Por
qué Felipe II, no les pide a los reformadores que
rastreen con cuidado en medio de ese interregno
que existe entre la aprobación y la ejecución del
presupuesto? De acuerdo con la planificación del
presupuesto, se produce un documento que va al
Consejo Universitario y al CNU. Pero en definitiva,
en ambos consejos lo que se acaba aprobando es
un presupuesto irreal, que no habla en
profundidad de cuáles son los gastos que se
tienen previstos. Para los actuales momentos
(2001)
se
puede
tener
una
asignación
presupuestaria de 200 millardos, y al final del año
a lo mejor llegamos a 250 millardos. Es decir, que
aparecen 50 millardos que llegan a escaparse de
la asignación presupuestaria original. Entonces
quedan estos 50 millardos a la decisión arbitraria
de las autoridades universitarias, quedando altas
posibilidades de que ese presupuesto no
corresponda a las necesidades de la institución
sino de los intereses de la estructura de poder. Y
esto se produce por otro lado, de las llamadas
rectificaciones del presupuesto.
¿Qué les parece señores lectores, que nosotros
tenemos entre tres o cuatro rectificaciones
presupuestarias al año? Rectificaciones que
vienen siendo agregados (¿amañados?) al
presupuesto. Agregados que no se debaten a nivel
de las escuelas o departamentos y de las
facultades, que son las unidades académicas por
excelencia. ¿Será allí donde se bate la manteca de
los acuerdos politiqueros y de donde se saca para
las francachelas, celebraciones, asignaciones para
caprichitos y fondos para montar esos brindis
preelectoreros? Existen otras rectificaciones: a
veces cuando ya existen cien millones de bolívares
en un programa, que se desglosa por medio de
subprogramas y en actividades, luego mediante
partidas,
el
ADMINISTRADOR
DE
LA
DEPENDENCIA tiene derecho a revisar esa
asignación presupuestaria para su ejecución, él
hace lo que se llama ajuste presupuestario, y
entonces cambia, de los cien millones de la
partida 01, por ejemplo, pasa 99 millones para la
02. Eso significa que el presupuesto que se
aprueba está administrado discrecionalmente
gracias a los jefes de las dependencias. De modo
que el presupuesto se modifica en un 70% por las
rectificaciones presupuestarias, y de esta manera
¿qué institución funciona correctamente? La
única partida que permanece inmodificable es la
de personal, pero las restantes se mueven de
acuerdo con los intereses inmediatos y personales
de los jefes. Por ejemplo, si yo quiero ganarme
una comisión por la compra de un vehículo,
bueno, sencillamente, paso un dinero a esa
partida y compro el vehículo, aunque no sea
necesario tenerlo. ¿Pero si eso no estaba previsto?
Pues no importa.
VEHÍCULOS: existen alrededor de 400
unidades de transporte, que es la flota automotriz
de la ULA. De éstas sólo 14 o 15 están en manos
de los estudiantes, el resto son unidades para las
autoridades y jefes de dependencias. ¿Por qué al
director de Intercambio Científico, cuyo trabajo es
atender las solicitudes de los profesores, se le
adjudica una Blazer 4x4? En este momento ya no
tenemos flota Blazer 4x4, sino que hemos pasado
a Corolla. Estos charlatanes creen que nos
estamos renovando porque estamos cambiando de
marca en los carros que los llevan y traen como
magnates45. ¡Chorizos!
¡Cómo entonces pueden las universidades
resolver sus necesidades con tamaños papanatas
reformadores que no atacan a la llaga del
problema!
Y qué tal, esa pobre y miserable posición de
APULA que se ufana de exigirle más recursos al
CNU. Sin tener la dimensión política de un Estado
donde sí hay problemas descomunales, entonces
nos los arrogamos y chillamos como mujerzuelas
pidiendo más recursos, pero para botarlos, para
elegir manipuladores, ignorantes y charlatanes.
En una espiral de reclamos sin fin. La universidad
venezolana jamás podrá justificar las inmensas
cataratas de plata que ha recibido. Hay que
debatir urgentemente, reformantes y reformistas
cuál debe ser la orientación del gasto
universitario.
45
Poco antes de llevar este libro a la imprenta, me abordó en la facultad
de Ciencias, el profesor Pedro Quesada, y me reprochó el que yo lo
estuviera incluyendo entre el grupo de corruptos de la ULA. Yo le dije
que él era de los macolludos del Rectorado, que gozan de hartos
privilegios como el uso de carros de lujo y de chófer. De inmediato lo
negó con una rotundidad feroz. Pero ese mismo día, cuando me dirigía al
estacionamiento, lo vi con su chófer, embutiéndose en una Blazer azul,
último modelo, y con las siglas de la ULA. Me puse a su lado con mi
carro, y lo saludé amablemente. El tipo sonreía, iba contento.
Por su lado, el decano de la facultad de Ciencias, Carlos Alvárez, en una
asamblea me contestó que él no era ningún acomplejado para no usar
carro oficial y tener chófer de la ULA.
Si la universidad controlara su epiléptico
gasto, aquí habría dinero para sustituir a los
profesores que se han jubilado; para atender
todos
los
problemas
de
deficiencia
en
investigación y dotar debidamente las distintas
dependencias académicas. Sobraría más bien
dinero. Tendríamos que devolverle dinero al CNU.
Eso sí, metiendo el bisturí hondo y desgarrando la
enorme pudrición que ha introducido el grupismo
y el maldito clientelismo electoral.
PROGRAMA DE FOMENTO: en la ULA hay 11
programas presupuestarios, y se supone que
estos programas son un vehículo para la
inversión. Tenemos docencia, investigación,
servicios generales, académicos, administrativos;
servicios financieros, fomento... Hay un programa
que se llama Protección Socioeconómica. El de
Fomento, está conceptualizado como aquel tipo de
inversión dirigida a reproducir el dinero de la
universidad. Aquí se administra ese programa de
Fomento en dos grandes direcciones: una, el
Consejo de Fomento, y la otra, que casi nadie
sabe, la vía de las facultades. Escuchen chorizos:
¡El rector tiene las pezuñas metidas en el
programa de Fomento!
¡De dónde diablos inventan, ¡ojo chorizos!, que
Felipe II, pueda inmiscuirse en Fomento! Tómese
en cuenta que Fomento tiene para su programa
14 millardos de bolívares, lo que significa que se
están administrando cerca de 1,4 millardos de
bolívares al mes en Fomento. ¿Y qué hace un
empresario venezolano que tenga en sus manos
que repartir 1,4 millardos de bolos? Volverse loco.
Y sin volverse locos, nuestros grandísimos
chorizos, los resultados que tienen para el día de
hoy, es que nuestras empresas están quebradas o
no sirven para nada, ejemplo: la Librería
Universitaria, la Radio, la Televisión. Y todo eso
ocurre
teniendo
nosotros
administradores
especialistas en mercadeo, en administración de
empresas, etc., y somos unos ineptos, incapaces
de poner a producir nada. La razón por la cual
esto no funciona, ¡escuchen señores choriceros!,
es porque deliberadamente es mejor que así sea;
estos fracasos constituyen parte de la corruptela y
la política clientelar de los últimos 40 años, a la
que han pertenecido obteniendo altos cargos y
haciéndose cómplices de las aberraciones de este
sistema: Felipe II, Enrique Corao, Pedro Quesada,
Gladis Becerra, Julio Flores Menessini, Felipe I,
José Mendoza Angulo, etc. Allí estaban, allí están
y si hacen una reforma que dirijan ellos, y a la
que se presten personajes como Miguel Delgado y
don Juan Mendialdúa, allí seguirán por los siglos
de los siglos.
Volvamos al asunto del Consejo de Fomento
de la ULA:
De los 14 millardos que se entregan al
Consejo de Fomento, éste administra 8 mil
millones en todas esas empresas, y 6 mil millones
están en manos de los decanos. De modo que el
programa de Fomento acabó terminando en otro
mar de lodo.
La asignación al Programa de Fomento va
básicamente a lo que se llama la partida 03, una
partida en que se pueden adquirir bienes que
podría formar parte de lo que se llama un proceso
de capitalización de la universidad. Cuando se
analiza esa ejecución presupuestaria lo que te
encuentras son gastos y suministros, todos esos
pequeños detalles que se compran y contribuyen
al negocio de los acuerdos y cuadres por debajo o
por arriba de la mesa: resmas de papel que nunca
se ven, tonterías para oficinas que cada mes se
compran camionadas, que se pagan y nadie sabe
si realmente llegaron o se usaron. Hay el caso de
un decano que manejó cerca de 2 mil millones de
bolívares por el programa de Fomento, y muchos
nos preguntamos, ¡dónde está la rentabilidad de
esos 2 mil millones de bolívares! Sin dejar de
tomar en cuenta que toda esa plata del programa
de Fomento viene alimentada por todos los
ingresos propios que se suponen se generan,
incluyendo las colocaciones bancarias. Y si uno se
pone a pensar, la planificación del presupuesto en
éste solo programa, encuentra que lo menos que
existe es el proceso de rentabilidad. Añada usted
que todas las asignaciones presupuestarias del
año 2000 estaban por encima de las expectativas
que solicitaban las dependencias. En otras
palabras, si alguien solicitaba un millón para
producir hojas de plátano, acababa otorgándosele
dos millones. Es decir que existe un dinero que se
está
distribuyendo
de
la
manera
más
irresponsable y alegre posible.
EL PROGRAMA SOCIOECONÓMICO: es
necesario debatirlo. Se dice que esta universidad
es paternalista con los estudiantes, y lo menos
que se hace es asistir como se debe a los
estudiantes. En el Comedor no se gasta más de
1,5 millardos al año, realmente irrisorio frente al
derroche que uno ve por todos lados. (Hay que
tomar en cuenta que por acuerdos federativos a
nivel nacional, la FCU de la ULA está manejando
cerca del 5 mil millones de bolívares).
LAS CONTRALORÍAS SON APÉNDICES DEL
PODER. No tenemos en la ULA capacidad
contralora. Puede que ese organismo realice algo
en lo relativo a lo que es anterior al gasto,
simplemente como un control después del gasto.
Cuando en esta área se está manejando el control
de gestión, que es una función primordial de la
Contraloría que debería pasearse para ver si
realmente se han adquirido los bienes que se dice,
si ha gastado en lo que se dice, y no que esté
simplemente certificando las compras, sino
investigar qué pasa con esos bienes a un año de
haberse adquirido, y si se encuentran donde
deben estar. Y son muy graves las fulanas
compras nerviosas que se producen entre
noviembre y diciembre, cuando viene el cierre
presupuestario: una total locura en la cual se
compra lo que sea con tal de que haya una
comisión de por medio, cosa que lo sabe todo el
mundo. Las mismas comisiones son las que
determinan esas compras nerviosas. ¿Y quiénes
tienen metidas las manos en estas compras?,
pues los decanos. Y llama sobre manera la
atención que quienes deberían decidir sobre estas
compras casi nunca están presentes: las cátedras,
los departamentos, las escuelas...
PROGRAMAS DE INVESTIGACIÓN: el CDCHT
maneja cerca del 90% del presupuesto para
investigación, el resto está en las facultades. En
términos de presupuesto la Facultad de Ciencias
debería ser la más favorecida. Pero cuando se va a
las cifras se descubre que quienes más tragan
son, por ejemplo, Medicina y Forestales. La
facultad de Ciencias Forestales, que por mucho
tiempo es la madre de las deforestaciones, con
manejos dolosos en contratos para la venta de
madera en Ticoporo, recibe hasta cuatro y cinco
veces más que lo que recibe la Facultad de
Ciencias. Y esto ha ocurrido otra vez, por lo de la
maldita política clientelar cuyos huesos los
conocimos de cerca en los últimos conflictos
internos de la ULA. ¿Cómo es posible que el
Rector y el vicerrectorado Académico manejen
plata para investigación? ¿Cómo es posible que
existan dos bioterios (uno que depende del rector
y otro de Medicina), y hasta dos departamentos de
Biología?
MIL CAJAS CHICAS EN LA ULA: a ese
presupuesto se le puede administrar de muchas
maneras: Por vía del reglamento de compras que
tienen que ver con todos los bienes y servicios de
la
Universidad.
Un
día
se
inventó
la
administración de recursos mediante esa
aberración llamada “Caja Chica”, por donde se
drena una buena porción del dinero de la
Universidad,
y
cuya
administración
y
responsabilidad recae en el jefe de alguna
dependencia. Estas cajas se administran de
acuerdo con unidades tributarias, que pueden
llegar a tener en algunos casos cien o más
unidades
equivalentes
cada
una
aproximadamente a 12 mil bolívares. Cuando
estas cajitas debían ocuparse de cosas menudas,
han pasado a convertirse en desaguaderos hasta
para pagar viáticos y pasajes, y caer otra vez en el
nefasto asunto clientelar.
Es decir, proliferan las taifas, y éstas acaban
por
responder
con
retribuciones
y
“agradecimiento” al gran dispensador, buscador
de votos. Las AUTORIDADES tienen cajas NI TAN
CHICAS, que manejan aproximadamente hasta 5
millones
de
bolívares
al
mes.
¿Señores
reformadores, Miguel Delgado y Juan Mendialdúa,
metan allí la cuchilla y rebanen unos cuantos
chorizos! ¿Podrán?
Ahora bien, nadie sabe quién controla las
cajas chicas, porque ni la Contraloría lo hace.
Según Rubén Duque, las cajas chicas están
constituyendo tres veces la asignación por primas
de quienes ocupan los distintos cargos
representativos de la ULA. Es decir que hay
personas que pueden estar ganando 160 mil
bolívares de prima y por vía de las fulanas cajitas
estar administrando mucho más para sus propios
beneficios (entre 400 a 500 mil bolívares
mensuales, algo más que la prima que del propio
rector de la universidad (Felipe II, por prima
devenga unos 500 mil bolívares). ¡Chorizos!
VIÁTICOS:
en
viáticos,
la
ULA
está
evaporando cerca de 5 millones de bolívares
diarios.
CONVENIOS: ¿Cuántos viajes al año se echan
al buche decanos y equipos rectorales, a veces
sólo para firmar estúpidos y ridículos convenios?
Y si se toma en cuenta que la ULA tiene unos
1.500
convenios
firmados
con
múltiples
instituciones que no nos reportan prácticamente
nada, sino gastos.
Nos preguntamos, ¿podrán los de la reforma
espongiforme bovina, incomodar a los visires
del rectorado con cambios que de veras les
sacudan sus intereses?
ESTADO
CIENTÍFICA
DE
NUESTRA
INVESTIGACIÓN
Claro,
no
pretendemos
generalizar.
Tenemos, como hemos dicho, valiosos científicos
en nuestras universidades, y el área más
respetable es matemáticas, con investigadores de
la calidad de un Carlos Di Prisco, Henry Gzyl,
Hugo Leiva, Carlos Uzcátegui, Antonio Tineo,
Marcos Lizana, Luis Báez Duarte, Miguel Méndez,
etc., quienes muy difícilmente podrían publicar
basura, turbias o indescifrables elucubraciones.
También vale la pena reconocer el trabajo que
realizan los físicos Jesús González y Pedro Grima
en
el
Centro
de
Investigaciones
de
Semiconductores, como el de los esposos Jairo y
Olga Márquez en el Centro de Química Analítica y
Electroquímica de la faculta de Ciencias; también
el laboratorio de Ecología Animal y Botánica a
cargo del profesor Pedro Durant. Otras áreas
científicas no pueden decir lo mismo, y ya han
aparecido, libros, artículos y numerosos ensayos
donde se prueba que no es tan complicado
inventar o falsificar trabajos de investigación,
como el caso de los fraudes arqueológicos
ampliamente reseñados en este trabajo.
Si tomamos en cuenta que Venezuela es un
país prácticamente sin tradición científica, que los
recursos para esta área son asignados más a
políticos o siervos de grupos políticos que a
científicos; que nuestra evolución social, nuestro
progreso jamás ha estado ligado al desarrollo de la
ciencia, con excepción únicamente del aspecto
médico, y que en muy raras ocasiones ésta ha
proporcionado herramientas para la resolución de
problemas
específicos
del
país.
Resulta
prácticamente insólito que en Venezuela,
insertada en grandes programas de carácter
científico y tecnológico, casi nadie entienda de
ciencia.
Menos
del
5%
del
profesorado
universitario venezolano investiga, y la mayor
producción científica en nuestro país, para
revistas internacionales, se dirigen sobre todo
hacia lo especulativo.
Sobre este último aspecto vale la pena señalar
el interesante trabajo de Alan Sokal, profesor de
Física de la Universidad de Nueva York. En 1996
decidió poner en evidencia la farsa en la que, a
menudo,
se
mueve
el
sistema
de
las
investigaciones en el mundo46. Sokal escribió el
artículo Transgrediendo los límites: hacia una
hermenéutica transformadora de la gravedad
cuántica en el que, bajo el paraguas de un
pensamiento posmoderno, mezclaba conceptos
científicos y teorías filosóficas. Entre otras cosas,
Sokal aseguraba que las teorías psicoanalíticas de
Lacan habían sido confirmadas por trabajos en la
teoría de los campos cuánticos. Sokal quería
comprobar si era posible publicar una pieza tan
46
Para ello transcribiré al pie de la letra, el trabajo realizado por J. M.
Martí Font, Barcelona, España.
absurda en una revista científica de referencia.
Social Text lo publicó en 1996 y Sokal denunció la
farsa y se armó el escándalo.
Guillem Bou Bauzá, doctor en Ciencias de la
Educación por la Universidad Autónoma de
Barcelona (UAB), ha hecho lo mismo. Bou envió
tres ponencias con nombres falsos a dos
congresos para especialistas del mundo de la
educación, que contenían párrafos plagiados,
cuando no barbaridades racistas o simples
insultos escondidos en citas en alemán.
Bajo el nombre de Héctor Luis Ormaza Villa,
supuesto director del inexistente Instituto
Nacional para la Tecnología en la Formación
Superior, de Argentina, y asesor del Ministerio de
Educación argentino, Bou presentó al I Congreso
Internacional Docencia Universitaria e Innovación,
celebrado
en
Barcelona
en
junio,
una
comunicación con el título: Balance de la docencia
semipresencial apoyada por recursos telemáticos
en el contexto universitario argentino.
En realidad, se trataba de una parodia de un
artículo de Ramón Pérez Pérez, titular de
Tecnología Educativa de la Universidad de Oviedo,
copiado con un pequeño añadido, un párrafo en el
que se asegura que "es un hecho contrastado" que
"el catalán entorpece las comunicaciones en
internet al ser una lengua minoritaria"; que la
producción literaria en esta lengua "es escasa y de
poca calidad" y que su vocabulario científico es
"inexistente". La ponencia afirma que "desde
cualquier óptica sensata, los agentes sociales y
culturales recomiendan que caiga en desuso
hasta su extinción, a fin de evitar el costoso
mantenimiento
de
un
bilingüismo
estéril
culturalmente".
La segunda comunicación que Bou envió al
congreso de Barcelona la firmaba Hans
Heidelberg, supuesto profesor titular de la
Universidad Politécnica de Mönchengladbach, y
Natalia Ramiro, profesora visitante de la misma
inexistente universidad. El título: Un modelo de
organización para las nuevas tecnologías en la
universidad. La trampa, además de la falsedad de
los autores, se escondía en citas textuales en
alemán. Consignas del estilo "que se metan el
teclado donde les quepa" aderezaban los
supuestos planes de innovación pedagógica del
ICE de Mönchengladbach.
Bou reconoce que puede no haber nadie que
sepa alemán en el comité de selección y que el
nombre del autor del trabajo no levante
sospechas, pese a que la Universidad Politécnica
de Mönchengladbach no exista. Pero apunta que
dentro del mundo académico a cualquiera le
llamaría la atención que el supuesto investigador
envíe sus trabajos desde una dirección del
popular buscador Yahoo. Supuestamente, ambos
textos fueron revisados por el comité científico del
congreso y la bibliografía, contrastada. Sólo así se
explica que el congreso aceptara ambas
comunicaciones, junto con el dinero de la
inscripción - 30.000 pesetas - y que los textos
fueran editados en un CD-ROM avalado por las
tres grandes universidades de Barcelona (UAB), la
Universidad de Barcelona (UB) y la Politécnica
(UPC).
Bou decidió, a continuación, probar en otros
caladeros y se decidió por el Congreso
Internacional Educar para la Diversidad en el
Siglo XXI, celebrado en Zaragoza en julio,
organizado por la Asociación Aragonesa de
Psicopedagogía con el apoyo del Gobierno de
Aragón, el Ministerio de Educación, las
diputaciones de Zaragoza, Huesca y Teruel, el
Ayuntamiento de Zaragoza y varias cajas de
ahorro.
La comunicación enviada bajo el nombre de
Juan Garrido Heidelberg, supuesto funcionario
del Ministerio de Educación de Austria, se
titulaba: Austria después de Haider: una reflexión
sobre la educación y el multiculturalismo en
Europa. El texto era un puro desvarío, pues se
deslizaban consignas como la referencia a un
supuesto decreto del Gobierno de Viena titulado
Toter Kanacker, Guter Kanacker, que significa: "El
mejor extranjero es el extranjero muerto".
Si a todo lo anterior añadimos que Estados
Unidos nos esquilma y nos envilece con sus
tratados, nos desprecia con sus acciones; el único
fin de estos mercantilistas es ejercer un
dominante paternalismo, convertirnos en un
centro más que les suministre divisas como
adictos que somos del consumo de cuanto ellos
producen. Y resulta que cuanto hace nuestra
Universidad es copiar tecnológicamente cada una
de las chatarras que allá se confeccionan en
Estados Unidos y que allá se van desechando,
porque este país es una máquina desbocada que
constantemente está entrando en nuevas
exploraciones científicas con un tren de expertos a
años luz de nuestra velocidad de trabajo y
producción.
Lo que hacemos en función de esta pavorosa
ilusión es nocivo para la independencia de la
Nación. Atado el sentido del conocimiento y del
progreso al engranaje tecnológico del Norte.
Publicar
artículos
en
revistas
norteamericanas, vivir pendiente de lo que ellos
hacen en diversas áreas del conocimiento,
constituye carta de presentación excelente para
cualquier grupo de investigación. Entonces se
hacen los esfuerzos tendientes para que estos
grupos, modeladores de la confusión moral más
reprochable, reciban las asignaciones económicas
que deseen. Por ello se ven esas oleadas de
mulatos
viajando
hacia
el
Norte
para
perfeccionarse y otras oleadas que regresan,
intratables, neuróticos, preocupados por el atraso
del país, y diciendo a los cuatro vientos que no se
puede hacer nada porque no hay recursos ni
infraestructura
tecnológica
suficientemente
equipada.
Entonces estos señores comienzan a
conformar las comisiones del famoso CDCHT, casi
siempre bajo la dirección de algún eminente
extranjero (que pueda haber hecho cosas tan
maravillosas que ni el mismo Cristo... Claro, el tío
sabe cómo se mueve la manteca en las
publicaciones del exterior y no le interesa si tal
proyecto nos trae o no algún beneficio o progreso).
Por allí hay unos tipos extraordinariamente
ecuánimes que se llenan la boca diciendo: "Pero
chico, el conocimiento es universal, y cuanto
contribuya a engrandecer el conocimiento nos
hace mejor a nosotros los venezolanos”. Pero los
gringos no piensan lo mismo. Y le sacan un
provecho
inmenso
a
lo
que
nuestros
investigadores hacen y por ello no pagan un
céntimo, ni siquiera lo reconocen. Siendo que los
gringos no ponen interés en cuestiones que no
lleven por delante el señuelo del dinero, un jugoso
pago en dólares.
¿Y qué decir de esa investigación de última
hora que promueven los señores tutores
extranjeros en que se abordan temas y
circunstancias que por lo complejo, requieren un
aparataje refinado imposible de adquirir? Esto por
fuerza produce una dependencia desquiciante en
el pobre criollo que no podrá jamás realizar algo
sin la muleta del maestro que dejó en el Norte.
Nos llenamos la boca diciendo que fulano y
zutano están en la NASA, en Harvard, en
Princenton, en M.I.T., sin darnos cuenta de que
esos señores están por fuerza distanciados de
Venezuela, tanto como lo puede estar un noruego
inmerso en sus laboratorios de trabajo, que jamás
ha venido a nuestro país.
Y esto representa cataratas de dólares que
se echan por la borda sólo para llenar con letreros
de oro los titulares de prensa que digan las
maravillas
que
están
haciendo
nuestras
universidades. Todos los días se habla de la
fulana independencia tecnológica que están a
punto de alcanzar nuestras universidades cuando
más bien si apenas arañamos los peldaños más
miserables del pavoroso edificio que representa el
andamiaje del progreso norteamericano. Nos
apoyamos
enteramente
en
tecnología
estadounidense, hasta tal punto que hoy se haría
imposible pensar sin ella. La Universidad
venezolana y lo que ella hace no tendría ningún
sentido si se desconectara de la realidad
intelectual norteamericana. Podríamos hacer
desaparecer a Bolívar y cuanto hizo por nosotros;
podríamos borrar del mapa a los últimos restos
aborígenes que nos quedan; podríamos incluso
destruir los testimonios de nuestro acervo
histórico, y no obstante existir como Nación en
virtud de cuanto nos llega de Estados Unidos. Es
decir, con lo que no podríamos cortar es con lo
que le da vida a nuestra industria, con los
gringos.
Uno de los ejemplos más típicos al respecto,
ha sido el proyecto diseñado por el doctor Alberto
Serraval, llamado el Tren Electromagnético para
Mérida. Al pobre Serraval nadie le ha querido
ayudar, porque no es rentable su proyecto: cuesta
dinero, ingenio, sacrificio, constancia y voluntad
de trabajo, prendas de las que solemos carecer los
venezolanos. Entonces todos los gobiernos
siempre le han dicho que para ahorrarse tantas
exigencias mejor sería importar trenes de Francia,
Alemania o Estados Unidos. Pero las limitaciones
nuestras tecnológicamente constituyen unas
trabas que nos desquician moralmente, y cuando
el doctor Serraval en una oportunidad tenía casi
listo su proyecto, y a través del CDCHT, quiso
importar unos componentes electrónicos para
poner en marcha su máquina, luego de pagar
varios millones por ellos, le pusieron horribles
trabas. A la final, se le preguntó que para qué
quería tales componentes, y cuando les explicó
que para construir un tren, de inmediato la
compañía le contestó: “Si quieren trenes, nosotros
los hacemos. Cómprenlos que nosotros se los
vendemos. Sorry”.
Estoy seguro de que esta nefasta copia de la
tecnología norteamericana y de los procedimientos
de la investigación extranjera para justificar los
estudios en Venezuela, es algo ya indetenible, de
lo cual se hace necesario no seguir mintiendo y
establecer de una vez una política que nos vaya
preparando (no para ser venezolanos) sino para
vivir según el modelo materialista de los yanquis.
las roscas directoras y la masa espongiforme,
madre de nuestros torneos electorales.
La Universidad no quiere o no puede, como
está actualmente conformada, ejercer un severo
control sobre este derroche de dinero, que se
evapora bajo el sublime señuelo de la
investigación. Insisto, ya casi para terminar, que
la Universidad venezolana se divide en tres
grandes secciones: las vacas cuerdas y
consagradecidas
de
la
investigación
(que
realmente no se sabe a ciencia cierta qué es lo que
hacen en beneficio de nuestro país), los "plebeyos
de las actas gremiales" que se pasan la vida
balbuceando peticiones reivindicativas, y en
medio de estas distantes clases, el Mar de los
Indiferentes o de las focas, los resignados a
permitir que se haga lo que sea con los recursos
de nuestra universidad. Ese "batallón de
indiferentes" viene a constituir en el fondo el
verdadero motor de los desmanes que permiten
Las "focas", como hemos visto, que sólo
saben aplaudir y pedir; elogiar, encomiar y callar
pacientemente, esperando dádivas y decisiones en
las que nunca participan.
Estas clases en apariencia son disjuntas; es
prácticamente imposible que alguien pueda al
mismo tiempo pertenecer a dos de ellas.
El Consejo Universitario se compone de tres
categorías.
La clase que sobrevive a cualquier cambio
de nombres, y son infaltables en las decisiones de
altura, es el de las "vacas consagradas". Estas
"vacas" son muy serias, muchos de ellos llevan
nombres extraños, saben muy bien manejar la
ironía y se hacen con una aureola de grandeza
que los pendejos criollos somos incapaces de
descifrar.
Los de la "plebeyez gremial", triste es decirlo
pero es así, se componen por lo general de los
menos
preparados;
prácticamente
son
el
desperdicio intelectual de la Universidad.
Graduados con las calificaciones más miserables,
que vegetan en las categorías inferiores y cuyas
aspiraciones son: una casita en el campo, una
Wagoneer con rines de magnesio y la aceptación
en un club donde se permita hacer mondongos,
cruzados, parrillas con bastante chinchurria,
mojito, yuca y caraotas negras, y pueda uno
echarse cervecitas bien frías; y departir con
disciplinas de truco, dominó y bolas criollas.
Los "nostálgicos de la izquierda venezolana"
merecen capítulo aparte; son los seres más
volubles, más grises y débiles que se puedan
conocer. Lo único que hacen es quejarse a
hurtadillas de la situación nacional; cualquier
caimacán los embauca; viven a la defensiva y en
secreto aspirando a detentar los cargos luminosos
de sus capataces para hacerlo igual o peor.
¿Quién puede contar con un individuo que se dice
de "izquierda" para afrontar la degradación de la
Universidad o del país, si aquellos que se
adjudicaban este título acabaron siendo asesores,
consejeros de la derecha y para imponer
precisamente lo más vil y lo más reaccionario
(caso ejemplar: Petkoff).
No sabe nadie cómo podría realizarse una
reforma con tales divisiones tan dispares y donde
es muy difícil encontrar verdaderos luchadores y
maestros.
Las poquísimas voces que protestan han
sido ahogadas por el mar de los indiferentes,
repito.
Vanitas vanitatum
En medio de las denuncias terribles que se
hacían a APULA, y cuando los de la directiva de
este gremio estaban llamados a dar respuestas
claras del mal manejo de los dineros de la
Asociación, usándolos para el derrape con
sancochos privados o en clubes, en restaurantes;
con la consabida manipulación de colocar en
cargos importantes y de manera totalmente
arbitraria a personas alcahuetas de la directiva47,
como la de nombrar gerente administradora de la
Proveeduría a la esposa del Tesorero Claudio
Valentino; ser complacientes con la negociación
que hizo el presidente de APULA, David Fermín,
de alquilar un apartamento de su familia para el
IPP, etc. Cuando se ventilaban estas y otras
docenas más de abusos y desafueros, el
47
En esa época, las denuncias también recayeron sobre la profesora
Gladis Becerra quien pertenecía a esta directiva de APULA. Hoy la
profesora Becerra es Secretaria, la más votada en las últimas elecciones
rectorales.
presidente de APULA llega y organiza una
repartición a manos llenas de reconocimientos a
profesores por años de servicios prestados a la
ULA.
Las líneas telefónicas de la ciudad se
congestionaron haciendo llamados implorantes a
los profesores para que asistieran al acto. Se
repartían centenares de lujosas invitaciones, se
invirtieron cientos de miles de bolívares en
propaganda por la prensa; se acudió incluso al
invento más insólito, como fue el difundir que a
ciertos profesores se les iba a premiar con un
bono de veinte mil bolívares por cada cinco años
de servicio prestado. Se tocó un punto
extraordinaria-mente
sensitivo
de
nuestros
colegas, y haya que reconocer que el recurso
propagandístico para atraerlos al lugar resultó
efectivo y genial. El gremialista que lo instrumentó
se auscultó a sí mismo descubriendo un halago al
que la inmensa mayoría de los colegas no podía
sustraerse.
La directiva de APULA entonces dispuso del mejor
whisky, se llevaron tantos pasapalos que no
encontraban dónde colocarlos, y se habilitaron
como mesas los escritorios de las oficinas. Yo
casualmente estuve allí por otros motivos y me
sorprendí con aquel enjambre de carros que
congestionaban el sector. Cuando me acerqué a la
entrada, me topé con aquel mar de honorables
matronas, jubilables, colgadas del brazo de sus
hijas o nietas, haciendo relucir en sus cuellos, las
cintas de los cordones que les habían sido
colocados por un presidente recientemente
acusado de cometer insólitos actos de corrupción,
que a la postre lo conducirían a que se le dictase
auto de detención. Pero nada, los profesores
premiados, sonrientes, eufóricos, haciendo notar
sus
pergaminos
dorados,
abrazándose,
revolcándose con sus preseas y reconocimientos,
y acosados sin cesar por buenos whiskies de
primera.
Como en un cuento de hadas, los nietos (o los
hijos) de aquellas profesoras, con sus trajes
vaporosos y sus finos perfumes, rodeando, y
echándole flores (profundamente agradecidas), a
un presidente de APULA catalogado de "Ogro
hormonal48". En realidad era un acto para salvar
a una junta directiva plagada de oscuros manejos.
Semejaba aquello, los últimos saraos en los días
48
Así calificado por una nota de prensa publicada en el diario El
Vigilante el día domingo 3 de octubre de 1993. Aparece íntegra en los
DOCUMENTOS DE LA CORRUPCIÓN.
de Rasputín, en la decadente corte del zar Nicolás
II, cuando era necesario levantar el espíritu de un
gobierno prostituido mediante el lujo y los
derroches.
Lo insólito era que allí, en primera fila, entre
quienes esperaban recibir del presidente de
APULA estos "memorables reconocimientos", se
encontraba nada menos que don Felipe Pachano,
el futuro despampanante rector de la ULA; en
primera fila, con sus piernas recogidas, y en
actitud de profunda atención49.
Felipe Pachano estuvo entre los candidatos
que disputaron el "cetro" del rectorado en 1991. Y
estas campañas para los derrotados son
interminables. Para él era imperioso estar
presente en aquel acto de repartición de preseas.
Para él no había (ni nunca lo habrá), nada que
reprocharle a Fermín pues éste fue su aliado, o lo
sigue siendo, y eso es lo que cuenta.
A raíz del artículo EL ESPANTOSO
DERROCHE
DE
LAS
UNIVERSIDADES,
aparecido en El Globo, se generó en Mérida una
serie de denuncias terribles contra la Universidad.
49
En 1996 el profesor Pachano consigue ser rector de la ULA, en parte
gracias al apoyo del profesor David Fermín.
Poco antes yo le había hecho una visita al
vicerrector Académico Leonel Vivas y le entregué
personalmente una carta en que solicitaba se
investigara el procedimiento mediante el cual el ex
rector Néstor López Rodríguez se había jubilado
dos veces. El señor Leonel me recibió
cordialmente y con gestos que le hacían mover la
cara de un lado a otro, y quedarse fijamente
mirando el techo, me hizo ver que él estaba
horriblemente condicionado en sus movimientos
reformistas, por un medio excesivamente
mediocre. Comenzó a musitar “José, ay José, si tú
supieras. Ay José”. A mí estos teatros me los
hacen sólo una vez.
Lo cierto fue que don Leonel nunca respondió
mi solicitud ni mostró el menor interés en
ocuparse de ella. Luego siguió su campaña para
extrapolarse a otros cargos más importantes.
El jueves 17 de junio de 1993 aparece en El
Vigilante: LA CORRUPCIÓN AHOGA A LA ULA
(IMPUNIDAD Y DELITO).
Se destapan con nombres y apellidos delitos
insólitos. Se trata de desmanes y latrocinios que
todo el mundo comenta en la ULA, pero que no se
difunden por la prensa; nuestra prensa regional
era tremendamente anodina hasta que apareció el
doctor Eurípides Moreno, el director de El
Vigilante y permitió que por las páginas de este
periódico se criticaran tantos desafueros.
Pronto se desataron más críticas, y la gente
pregonaba que El Hombre de la Etiqueta se
había quedado corto.
Esta actitud de un periódico habría de
provocar una nueva catarata de remitidos, porque
como se sabe, la gente "seria" de nuestros equipos
rectorales jamás puede permitir que ésos sean
procedimientos civilizados para llevar a cabo una
campaña de adecentamiento de nuestras
universidades. Las cosas deben hacerse en los
tribunales de la República (exactamente como lo
ha pedido el consentidor de gravísimos desmanes
en APULA, el profesor David Fermín), con las
pruebas en la mano: no obstante que resaltan los
hechos que se denuncian en informes y señalarse
la
forma
extremadamente
irregular
como
funcionan muchas de nuestras dependencias.
En
aquellos
días
las
inmensas
irregularidades de FUNDAULA habían sido
mantenidas ocultas. Se hablaba del remate de
propiedades de la ULA, para cumplir con
demandas que se estaban realizando por la mala
administración de esta Fundación. El presidente
de FUNDAULA, como se sabe, era el mismo
gobernador Jesús Rondón Nucete.
La movilización que jamás se había puesto
en efecto para indagar los males que con
frecuencia atacan a nuestra institución, se realizó
para criticar con fuerza al director de El
Vigilante. Un juez se trasladó a El Vigilante para
hacer una inspección y exigir se le entregaran los
documentos que habían sido publicados y cuyo
autor era El Hombre de la Etiqueta.
El día viernes, 18 de junio, aparece un
comunicado de la Secretaría de la ULA referente a
FUNDAULA.
Ante este cúmulo de denuncias, las
autoridades rectorales deciden pararle el trote al
"descalabro moral" que pueden producir las
denuncias en el ámbito académico, y solicitan una
reunión urgente con el director de El Vigilante,
doctor Eurípides Moreno. Le piden calma y
cordura, y como puede sobrentenderse, le
imploran que sea mucho más cauto en cuanto a
las tremendas críticas que se hacen contra la
institución sin que se tengan "pruebas". Porque la
salvación de los que se sienten aludidos por estas
denuncias es que nunca se puedan aportar
"pruebas".
El lunes 21 de junio aparece el artículo
MALDITO EL CLAUSTRO SI DEJA IMPUNE LOS
DESMANES DE FUNDAULA. Y al lado de este
artículo, otro, firmado por José Orlando Quintero,
quien sostiene, en la columna DÍGALO USTED:
"La ULA nuevamente amenazada por sindicaleros
de oficio...", y enumera otra vez la tragedia de las
imparables paralizaciones que cada año sufre
nuestra universidad por parte de obreros y
empleados. A pesar de que los profesores hacen
sus huelgas y paros criminales, por lo menos
cumplen con la docencia y en medio de la abulia
general crean y algo producen, pero nuestros
obreros y empleados en un altísimo porcentaje lo
que saben es hacer huelgas y paros. ¿Qué le han
dado de positivo estos señores a la ULA? ¿Cuándo
han hecho un gesto de generosidad y grandeza
humana por ella?
El 22 de junio, el presidente de APULA,
ansioso por no dejar de aparecer en la prensa
sostiene que es arbitrario el que el Consejo
Universitario elimine la cláusula 79 del Acta de
Convenio que asegura la entrada automática de
los hijos de los profesores en la ULA. Por cierto
que esta crítica indujo al caricaturista Carlos Páez
a elaborar un dibujo en el que un burro le dice a
otro: "Consíguete un trabajo en la ULA para
asegurar la inscripción de nuestros hijos".
En medio de esta amarga diatriba, el decano
Mauro Briceño me contó que David Fermín había
apoyado la proposición que en este sentido había
hecho Leonel Vivas, y que luego salió a la calle
enarbolando la bandera contraria. Yo le dije
entonces a Mauro: "¿Pero entonces por qué el
rector no lo desenmascaró en esa alocución que
hizo la noche pasada, hablando del problema?" La
respuesta de Mauro Briceño es típica del carácter
de los "ecuánimes". Me quiso sugerir que el rector
Michel Rodríguez era un hombre demasiado
SERIO y que no se iba a “empatar en una de
pleitos verbales con un tipo tan ordinario como
Fermín”.
Ese mismo 22 de junio, el rector sale en una
delicada fotografía, bien montada, sonriente,
amplio, sereno y cordial, muy a propósito para las
difíciles circunstancias que estaba pasando la
ULA. La nota de prensa dice: el rector de la ULA
hizo entrega de una ambulancia a CAMOULA.
Al lado del rector aparece el vicerrector Hernán
López Áñez. Por cierto, que mientras los
eminentes señores del Rectorado solicitan para sí,
carros último modelo, en cambio para la Salud,
para los servicios de CAMOULA, se compraron
una chatarra, con los cauchos completamente
lisos.
El día miércoles 23, en la columna QUÉ DE
COSAS VEREDES, firmada por Sancho Panza, se
plantea que el rector Michel Rodríguez quiere
hacer desaparecer de un plumazo las deudas de
FUNDAULA para que el gobernador Jesús Rondón
Nucete no quede mal.
Para salvar su imagen de revolucionario
ante esta avalancha de denuncias, David Fermín
sale otra vez proponiendo un referéndum para
dilucidar el problema de la admisión de los hijos
de los profesores. Estos señores, proponen los
más insólitos referendos; es como si FAPUV
pidiera un referéndum entre los profesores
universitarios sobre si debe o no el gobierno
obsequiarnos con un carro nuevo cada año. ¿Por
qué no se le piden al pueblo estas consultas?
El 25 de junio vemos una nota de prensa
titulada: AL MARGEN DE LA BUROCRACIA,
donde se habla de un intercambio cultural
realizado por la Secretaría de Cultura de APULA y
ciertos sectores del quehacer artístico de
Barquisimeto. Esto provoca una airada protesta
de David Fermín que es elevada hasta la dirección
del diario El Vigilante. Por cierto que en una
oportunidad el propio Eurípides me contó que era
tal la molestia de Fermín que no le estaba
enviando publicidad a El Vigilante. Lo mismo
estaban haciendo en aquel momento las propias
autoridades universitarias.
El 27 de junio, día domingo, se lanza un
ataque al Hombre de la Etiqueta, firmada por
Nella García Rullo de Do Campo con el título:
HOMBRE DE LA ETIQUETA, USTED SE
EQUIVOCÓ. Es un artículo confuso y tembloroso,
y se nota que se ha sentido aludida por las
denuncias. Ella sostiene que es una funcionaria
de la ULA a la cual sirve con dedicación y mística,
y en cuya razón de ser cree firmemente. Le pide
furiosamente que se identifique si se considera
un hombre, "pero que ya no puede serlo porque ya
evidenció su mediocridad".
El 28 de junio, día lunes, resalta en la
primera página de El Vigilante; TRIBUNAL
INICIÓ AVERIGUACIÓN SOBRE CORRUPCIÓN
EN LA ULA. Más específicamente: "El Tribunal
Segundo de Primera Instancia en lo Penal, inició las
averiguaciones sobre el caso de varias denuncias,
que señalan presuntos hechos de corrupción en la
ULA. Para tal fin, el juez segundo penal, Luis Raúl
Rodríguez Molina comenzó a recabar material
escrito y a entrevistarse con personas que pudieran
arrojar datos importantes sobre la veracidad de los
presuntos hechos irregulares cometidos en la
máxima Casa de Estudios. En este sentido solicitó
a este diario ampliar datos sobre noticias
publicadas en el artículo LA CORRUPCIÓN AHOGA
A LA ULA (IMPUNIDAD Y DELITO). Así mismo se
hizo un llamado a personas o instituciones que
poseen información clave para aclarar este caso,
aportar datos con el objeto de determinar una vez
por todas si son ciertos o no los actos irregulares
de los que se acusa a la ULA".
Toda esta alharaca era pura impostura. Si
de veras querían hacer justicia les bastaba con
pedirle al rector un horrible informe que
recientemente se había hecho sobre gravísimos
delitos cometidos en el Comedor, donde se
evaporaban millones de bolívares. ¡Incluso se
hablaba de la pérdida de una res diaria! El
infrascrito
denunció
por
escrito
ciertas
irregularidades cometidas en el otorgamiento de
negocios que la propia ULA hizo con profesores de
la Universidad, sobre el cual se guardó el mayor
hermetismo. La Universidad realiza con frecuencia
contratos con funcionarios de la misma
institución.
Ese mismo día 28 de junio aparece el
remitido
de
las
autoridades
rectorales,
dirigiéndose a la opinión pública, reprochando el
método de denuncia utilizado por el Hombre de la
Etiqueta.
Téngase en cuenta que ya las mismas
autoridades
rectorales
habían
pedido
entrevistarse con monseñor Baltazar Porras
solicitando más moderación al diario El Vigilante.
El ex rector Néstor López Rodríguez, en un
costoso remitido hace una gruesa petición de
cordura a monseñor Baltazar Porras.
Desde el miércoles 30 de junio el director
Eurípides Moreno comienza su ataque frontal
contra la corrupción universitaria mediante una
serie de cintillos bastante notables. El primero
dice:
Si considera el Consejo Universitario que es
malo denunciar la corrupción anónimamente,
es peor conocerla y ni siquiera denunciarla.
Eurípides Moreno
Desde Caracas, Domingo Alberto Rangel
comienza a echar-les plomo a las autoridades de
la ULA, pero corre Leonel Vivas a decirle que no lo
siga haciendo porque está muy mal informado.
El 21 de abril de 1994 aparece otro
comunicado, pésima-mente redactado50, que
desnuda el alma de sus firmantes, Michel
Rodríguez y Enrique Corao, y de todos los que lo
suscribieron. Comienza diciendo: “El Consejo
Universitario de Los Andes ante las expresiones
ofensivas que miembros de la comunidad
universitaria, en particular profesores, profieren a
través (sic) de los medios de prensa contra la
dignidad e integridad moral y familiar de sus
colegas, sin considerar (sic) que tal proceder
vulnera los derechos ciudadanos y académicos del
injuriado y lo somete al escarnio público, ha
considerado (sic) oportuno y obligante hacer saber
a la comunidad que este tipo de actos y
comportamientos también lesionan la integridad
de la Institución Universitaria e incluso
contravienen los artículos 1º y 4º de la Ley de
Universidades y por consiguiente, quienes lo
50
Por cierto que cuando lo transcribí a la computadora se me dañó el
sistema.
infrinjan se exponen a la aplicación del Artículo
110 de la misma Ley, que a letra dice:
“Los profesores titulares, asociados, agregados
y asistentes, sólo podrán ser removidos de sus
cargos docentes de investigación en los casos
siguientes:
“Numeral B: Cuando participen o se solidaricen
activa o pasivamente con actos y medidas que
atenten contra la inviolabilidad del recinto
universitario o contra la integridad de la institución
o la dignidad de ella o de cualquiera de sus
miembros.”
“Por su parte, es una incongruencia, además
incomprensible que los universitarios a menudo
invoquemos concepto como el de la libertad de
expresión, derechos humanos y autonomía, si
con actitudes de la naturaleza que ahora
censuramos, se violan, justamente la dignidad
de la persona humana y se atenta contra la
propia institucionalidad Universitaria. Así
mismo, vea con preocupación el Consejo
Universitario, el uso abusivo de los medios de
comunicación
para
dirimir
asuntos
universitarios que la mayoría de las veces, no
son tratados a través (sic) de los organismos
competentes.
“El Consejo Universitario desea igualmente,
instar a los directivos de los órganos de prensa
Merideña, a tomar consideración este mensaje
de alerta y les solicita la mayor colaboración
para el mantenimiento de la buena imagen de
la Universidad, valiéndose no sólo de su propia
conciencia, sino también de la justa aplicación
del derecho de información y de la ética
periodística.
“El Consejo Universitario hace un llamado a la
comunidad Universitaria para que rechace
cualquier agresión contra sus miembros y
contribuya a orientar a la opinión pública para
que está sienta a la Universidad como propia,
preserve su imagen y defienda su misión... De
buscar la verdad y afianzar los valores
trascendentales del hombre”.
Como puede verse, este es un documento digno
de ser apoyado y suscrito por atrasados
mentales, que jamás hubiesen pasado por una
universidad seria, mucho menos ser profesores
de ella.
Este terrible mar de denuncias y lucha
concluye con el famoso PORRASO, cuando el
obispo
don
Baltazar
Porras
fuertemente
presionado por el gremio de APULA, el Consejo
Universitario y el gobernador Jesús Rondón
Nucete, decide destituir de la dirección de El
Vigilante al doctor Eurípides Moreno. Quedamos
sin voz un grupo pequeño de profesores que nos
habíamos atrevido a desafiar a los partidos y a los
poderosos de la ULA. Esto produjo una rumbosa
celebración de los triunfantes, pero queda aquí, al
menos, el testimonio de esa lucha.
CUANDO SE CAE LA FARSA
No, la historia del ombligo chibcha se niega a
morir, a lo mejor nunca muera. Aquí retomamos otros
de sus estertores, que como el de los grandes reyes en
desgracia, van cubiertos de cábalas y turbios acertijos.
Ya la cosa, como vimos, había pasado a los tribunales,
esa mar que recibe los detritus de los centros
burócratas de la Nación, y que no limpia nada porque
está más negra y espesa que el corazón mismo del
demonio, invadida por toda la mierda que le llega de
sindicatos y cuarteles, de hospitales y universidades...
Dado lo retardado que suelen ser en sus
menesteres
los
tribunales
nuestros, lo
más
impresionante fue que la inspección judicial se realizó
el mismo día que se solicitó, el 18 de julio, a las dos y
quince de la tarde (previo traslado y la habilitación
correspondiente).
Llamaba sobre manera la atención que el Tribunal
nombrase como el práctico de la inspección a José
Luis Quintero51. Cuando se llega al punto crucial de la
solicitud de la inspección, el Tribunal dice en peculiar,
lánguido y penoso castellano: “A pedimento del
solicitante, el Tribunal deja constancia que se observó
en un sitio, pocos metros arriba del sitio donde fueron
observados los árboles caídos una formación de
piedras superpuestas (sic), del tipo mojón de piedras
de dos metros de longitud por su frente más angosta,
con una altura aproximada de un metro con cincuenta
centímetros y por sus costados dos metros con
cincuenta centímetros de longitud aproximadamente,
con una altura decreciente hacia su parte posterior y
algunas más piedras en el terreno. Las piedras de la
estructura presentan52 vegetación, especialmente la
llamada musgo. Hacia la parte de arriba, a menos de
cuatro metros aproximadamente de la formación de
piedras mencionadas, se encuentra otra formación tipo
mayor en forma semicircular, de aproximadamente
cuatro metros de longitud de piedras interpuestas, que
se encuentra cubierta prácticamente de vegetación
51
Quien hasta esta época creía en las fábulas de doña Clarac, pero que
posteriormente, harto de ver fraudes en el Museo Arqueológico que ella
presidía, decide emprender en su contra una campaña de denuncias por la
prensa. José Luis puso al descubierto, como se verá en la segunda parte
de este trabajo, la forma cómo urdían sus vulgares tramas los “científicos”
al servicio de doña Clarac.
baja. Más arriba, a una distancia aproximada de diez
metros, se observó otro montón de piedras en su
mayor parte esparcidas por el terreno y hacia la parte
de abajo, como a unos cinco metros de distancia otro
espacio de terreno en donde se encuentran piedras
esparcidas cubiertas con vegetación...”.
Total, nada absolutamente de nada.
Pero no defraudados por los resultados de esta
inspección judicial, porque eso es lo que menos
importa para gente como esta, el “poeta” Parayma
procedió a solicitar una segunda, con el objeto de que
en esta ocasión las pruebas las suministrara la propia
señora Jacqueline Clarac. Esta solicitud fue
presentada el 22 de julio, para que se realizase en el
Museo Arqueológico, y dejar constancia: Primero: Si
existen en dicho Museo Arqueológico las mencionadas
muestras fotográficas que reflejen la existencia de los
monumentos
arqueológicos
de
Joyo
Caliente.
Segundo: Si existen documentos explicativos o notas
explicativas de dichos documentos fotográficos.
Tercero: Si existen en dicho Museo Arqueológico
informes y estudios relacionados con los hallazgos
arqueológicos de Joyo Caliente.
La inspección se produjo el día 25 de julio, en
donde por cierto no se refleja nada de lo que se
solicita. Lo más notorio asentado en el documento
reza: “...en los archivos de este Museo Arqueológico se
encuentra un legajo de fotografías, unas en color y
otras en blanco y negro, las cuales se encuentran
fijadas en hojas de papel común color blanco, también
se encuentran separadas por hojas de papel banco en
donde se encuentran los enunciados que mencionó el
solicitante.” Más nada.
El día domingo 24 de julio de 1988 en la última
página del diario FRONTERA, aparece el titular:
"MENTIRA DEL SIGLO SE HA INSTRUMENTADO EN
LA
PEDREGOSA"
Según
arqueólogos
y
antropólogos -.
El 27 de julio de 1988 apareció una bella
declaración de la facultad de Ciencias Económicas y
Sociales, Escuela de Antropología, de la UCV, firmada
por Víctor Rago A., Presidente del Consejo de
Antropología.
En
ella
se
estampaba
un
CONSIDERANDO que hablaba del descubrimiento en
la Pedregosa Alta, el cual "constituye un hecho de
singular significación sociocultural e histórico para el
país...
"Que el sitio en cuestión proporciona SÓLIDA
BASE PARA UNA NUEVA INTERPRETACIÓN DE LAS
SOCIEDADES
Y
CULTURAS
DEL
PERÍODO
ABORIGEN EN LA REGIÓN ANDINA, etc., etc."
Para no quedarse atrás, el Consejo Universitario
de la ULA hizo lo mejor que sabe hacer en estos casos:
publicó un remitido cuatro veces más grande que el de
la UCV y con más adjetivos todavía, iluminando a los
dioses dormidos de los sitios prehispánicos que
quedaban en esta cordillera... Entre otras cosas dijo:
"El descubrimiento de un valioso sitio arqueológico
en La Pedregosa Alta, realizado por el personal del
Museo Arqueológico Gonzalo Rincón Gutiérrez dio
inicio a una programación experimental, para
verificación científica de las huellas que podían haber
conducido a elevadas expresiones culturales de los
pueblos precolombinos...".
Al mismo tiempo llovían cartas de protesta, desde
muchos rincones del mundo, lamentándose por la
horrible destrucción hecha por el Rambo Rodulfo Ruiz
Terán. Escribían solidarizándose con doña Jacqueline,
de la Universidad Autónoma de México, de la Escuela
Nacional de Antropología e Historia, etc.
Todo esto dio motivo para que el Museo
Arqueológico lanzara una edición extraordinaria de su
Boletín editado en un ampuloso formato, contentiva de
146 páginas. El gobernador Orlando Gutiérrez, para esta
época, ya tenía preparado el decreto con el que se
procedería a la expropiación del sitio Joyo Caliente.
El 5 de agosto es cuando se tiene listo el Informe
de Parayma, con una introducción pésima y
escalofriante.
El 15 de agosto, el profesor J. E. Ruiz Guevara
publica un artículo criticando el brutal y desmedido
abuso de hacer públicas unas fotografías de una
revista tan conocida como GEOMUNDO para procurar
impresionar a los incautos; es entonces cuando la
señora Jacqueline corre al CORREO DE LOS ANDES y
entrega una aclaratoria sobre este bochornoso plagio,
pero para el momento ya había pasado más de un mes
y la evidencia del estropicio era demasiado elocuente
para venir ahora con una disculpa.
Ante esta temeridad, el doctor J. E. Ruiz-Guevara
se ve en la necesidad de enviar una carta a la directora
de GEOMUNDO, donde le dice lo siguiente:
Me es grato enviar copias fotostáticas de dos
recortes de prensa de los diarios CORREO DE LOS
ANDES y FRONTERA, que circulan en esta ciudad.
En el CORREO DE LOS ANDES aparece un informe
de la Sra. Jacqueline Clarac de Briceño en el que
incluye unas fotografías publicadas en GEOMUNDO
ilustrando un artículo titulado "Explorando las ruinas de
la ciudad perdida en Colombia", pp. 362 a 383, vol. 4
N? 4/abril de 1980, sin citar la procedencia de las fotos
tomadas, cosa que constituye a todas luces un flagrante
plagio.
En FRONTERA aparece un artículo mío titulado "UN
CUESTIONABLE HALLAZGO ARQUEOLÓGICO, en el
que denuncio la indebida utilización de las fotografías
mencionadas. Al permitirme hacer de conocimiento suyo
tal anomalía, me suscribo de usted.
Atentamente Hist. J. E. Ruiz-Guevara
Venezuela.
Mérida -
GEOMUNDO responde al señor Ruiz Guevara:
Mil gracias por su carta-denuncia, tal vez tanto el
CORREO de los Andes como la autora del artículo
ignoran que está prohibida la reproducción de estas
fotografías, aun dándoles el crédito correspondiente.
Vamos a ponernos en contacto con ellos.
Podría pensarse que la señora Jacqueline Clarac
había sido víctima de una alucinación que a
cualquiera nos puede pasar, y que por tanto no se
debía ser tan dura con ella. Nada eso. Poco después
esta misma doctora iba a ser protagonista de otro
invento mil veces peor que el relatado sobre el fulano
ombligo chibcha. Con toda la tranquilidad del mundo
nuestra investigadora habría de catalogar como EL
DESCUBRIMIENTO
ARQUEOLÓGICO
MÁS
IMPORTANTE DE VENEZUELA al de un souvenir que
venden en los mercados peruanos y que sería
“descubierto” en el cerro de Las Flores por los mismos
que lo enterraron, sus subalternos del Museo
Arqueológico. Qué cosa. De nuevo traerían al experto
Mario Sanoja para que bendijera con su sabiduría este
objeto que con su elocuente enjundia, en una
tumultuosa conferencia, lo catalogó de este modo:
“Estamos en presencia de un hecho de una tremenda
importancia histórica que por donde lo miremos es
auténtico, ahí no hay duda... (aplausos)”. Para que
poco después la mismísima señora Jacqueline
declarara en un voluminoso informe al Rectorado que
todo había sido producto de una trampa que un
campesino les había tendido.
************
La
señora
Jacqueline
enviaba
informes
contestando docenas de documentos que la
acorralaban y la hacían aparecer como una
desquiciada farsante. Casi gritaba en sus informes al
Consejo Universitario que "las universidades de
nuestro país gastan dinero para formar a sus
especialistas para que luego no se respeten dichas
especialidades y que cualquier persona (J.E. Ruiz
Guevara es cualquier persona) pueda ser considerada
especialista de cualquier cosa".
Lo verdaderamente increíble, repito, que habiendo
sido publicadas las famosas fotos sobre el sitio de
Buritaca en Colombia extraídas de la revista
GEOMUNDO, el día domingo 10 de julio de 1988,
venga a ser el 19 de agosto, un día después de la
aparición del artículo de Ruiz Guevara cuando esta
señora venga a reaccionar. Su pudor científico debió
impulsarla a enviar una aclaratoria inmediata al diario
EL CORREO DE LOS ANDES, no esperar que ella se
viera grotescamente envuelta en tan bochornoso
plagio.
Desvelada, pues, la trama montada con las
fotografías de GEOMUNDO, la señora Jacqueline envía
la siguiente carta al director del Correo de Los Andes,
señor Alberto Garrido:
Mérida, 19 de agosto de 198
Estimado Director:
Le agradecería publicar en el periódico que usted
TAN EXITOSAMENTE DIRIGE una aclaratoria en
relación a lo siguiente:
El domingo 10 de julio de 1988 publicó el periódico
CORREO cuatro páginas (B-5, 6,7 y 8) en relación a la
destrucción del sitio arquitectónico de la Pedregosa Alta.
Esas páginas estuvieron a cargo de Bayardo Vera y
Carlos Danez. Este último fue quien entró en
comunicación directa conmigo a causa de su
preocupación por lo sucedido, de lo cual le estoy muy
agradecida.
Le entregué a Danez algunos documentos, así como
unas fotos del sitio antes de su destrucción y una
bibliografía especializada, recientemente publicada en
Colombia acerca de nuestra cordillera de Mérida.
En la misma carpeta de la Pedregosa Alta teníamos
en el Museo la revista GEOMUNDO de abril de 1980
(¡Qué casualidad!), en el (sic) cual hay un artículo sobre
Buritaca de la Sierra Nevada de Santa Marta,
Colombia, porque varios especialistas habían opinado
que ese sitio era lo que aparentemente se acercaba más
a la de La Pedregosa Alta, y que en ese momento eran
las únicas fotos que teníamos a mano acerca de
Buritaca. Al verlas me las pidió Carlos Danez que le
prestara unas páginas, para incluirlas en el artículo que
iba a sacar, lo que hice avisándole que se debía indicar
cuáles fotos correspondían a la Pedregosa y cuáles a
Buritaca (pero tuvo el valor, que habiendo conocido
después lo publicado, como insisto, no procediera de
inmediato con una aclaratoria sino que dejó pasar todo
un mes, y claramente lo hace impulsada por las
evidencias del plagio que pone de manifiesto don J. E.
Ruiz Guevara, así y todo, que esta señora tenga el tupé
de llamarse a sí misma científica, doctora en
antropología,
especialidades:
Etnología,
etnolingüística, etnomedicina, antropología social.
¿Acaso
desconocía
que
está
prohibida
la
reproducción de estas fotografías, aun dándoles el
crédito correspondiente?). Esto no se hizo por un
error involuntario del periódico, PERO LA SERIEDAD
CIENTÍFICA QUE SIEMPRE ME HA CARACTERIZADO, Y
POR LA CUAL SOY CONOCIDA EN VENEZUELA Y EN EL
EXTERIOR, me obliga a pedirle el favor de publicar la
aclaratoria enseguida de que se regrese de vacaciones
el personal universitario.
Agradeciéndole su colaboración, quedo de usted
muy atentamente, Jacqueline Clarac de Briceño.
Sin embargo, en enardecida comunicación
(informe del 27 de julio de 1989) enviada por la señora
Jacqueline
al
Consejo
Universitario,
expresa
textualmente:
"4- Lo dicho anteriormente vale para la
"acusación" que se me hace en relación a (sic) unas
fotos del sitio de Buritaca en Colombia, provenientes
de la revista GeoMundo, y que fueron publicadas
conjuntamente con nuestras fotografías del sitio La
Pedregosa. NO ES MI CULPA SI NO TENEMOS UN
PERIODISMO CIENTÍFICO EN MÉRIDA Y SI LOS
PERIODISTAS
SE
CONFUNDEN
CON
LA
INFORMACIÓN QUE SE LES DA. No los culpo porque
tuvieron buena voluntad y éste era un asunto muy
nuevo para ellos".
Cuando fue ella misma quien les suministró la
fotos a unos individuos que de muy buena fe se le
habían acercado para ayudarla, y que ella sabía no
eran tampoco periodistas; mucho peor es su
barbaridad, cuando permitió que unos pobres
muchachos, novatos, fuesen los que difundieran por
doquier la idea de que se había encontrado el ombligo
de la civilización chibcha.
Uno percibe el estremecimiento de su indignación
en este informe cuando clama:
"Es sorprendente que se haya
credibilidad a todas esas personas que:
dado
mayor
1) a mi persona, cuando yo sí soy especialista(*)
de la antropología - etnología y antropología social - y a
nivel del doctorado, especialidad que hice en la
Escuela de los Altos Estudios en Ciencias Sociales,
Universidad de París, y que soy conocida por mis
publicaciones en estas especialidades, las cuales son
todas el resultado de mis trabajos de investigación en
la Cordillera Andina y especialmente en la Cordillera
de Mérida, desde 1971.
2) que a la persona del Dr. Mario Sanoja, que es
también doctor en antropología y es conocido por sus
trabajos y publicaciones en arqueología.
3) que los conocidos especialistas de la
arqueología, todos doctores de antropología, quienes
constituyen el Comité Científico Aseso de la Fundación
de Arqueología del Caribe y son todos reconocidos a
nivel internacional...”
La razón de este y muchos otros informes que
redactaría la señora Jacqueline en aquellos días, que
debieron ser harto aciagos para ella, era que el
veterano investigador J. E. Ruiz Guevara les estaba
haciendo una crítica frontal a sus inventos y fantasías.
SE ARRANCAN MÁS CARETAS
El sábado 23 de julio, por El Vigilante, Ruiz
Guevara arremete: MÁS PUBLICIDAD QUE CIENCIA
(*)
Subrayado por ella misma.
EN EL ESCÁNDALO ARQUEOLÓGICO. Allí lamenta
este investigador el desprestigio inmenso que estaba
representando en aquel momento para la ULA las
manías de doña Jacqueline, aseverando que la ligereza
y locuacidad con que se hablaba del asunto era
prácticamente deportiva, sobre todo en lo relativo a lo
dicho por el doctor Martínez Rincones, en el sentido de
que en aquel "hueco de La Pedregosa Alta es el lugar
donde se originaron los chibchas... Pensar - dijo - que
los chibchas nacieron en Mérida y luego se marcharon
hacia lo que hoy es Colombia sin dejar mayores
rastros, es inconcebible".
Añadió en aquella ocasión que las piedras del
lugar no tenían la menor señal de haber sido
intervenidas por la mano del hombre. No presentan
glifos, ni han sido talladas o siquiera cortadas. "En
cuanto a los muros son simples cercas que se han
construido con fines agrícolas en los más distantes
sitios de Lo Andes".
Y añadió algo, que luego recalcaría en unas
declaraciones que daría al diario El Nacional, el
martes 23 de agosto de 1988: "Todo indica, que los
hizo construir el eminente científico merideño Luis
Ruiz Terán..., cuya casa de campo estaba sólo a 300
metros del lugar. Al parecer fueron hechos para que
sirviesen de cortavientos, con el fin de asegurar la
evolución normal de sus experimentos con la flora. Por
otra parte aquí surge una inquietud: “¿Por qué, como
lo planteamos al principio, siendo el doctor Ruiz Terán
un acucioso investigador, no vio ni divulgó el
"portentoso" hallazgo que hoy se acredita el museo de
Los Andes (y que de paso fue encontrado por un
simple estudiante de arqueología adscrito al Museo
Arqueológico)?”
En las declaraciones a El Nacional, asevera Ruiz
Guevara: "Fui a La Pedregosa por propia iniciativa,
porque toda persona con más de 30 años de estudios
en esta materia, como yo, se siente motivada por este
tipo de noticias. Pero lo que encontré es que este caso
se ha manejado más publicitaria que científicamente...
No es cierto que se haya producido ninguna
deforestación en la cuenca del río La Pedregosa.
Simplemente se talaron unos cinco o seis árboles con
permiso del Ministerio del Ambiente, en una extensión
de 30 hectáreas. Y no son como ellos dicen, especies
en vías de extinción, sino árboles que conforman todos
los bosques merideños.
"Expresó que “tampoco es cierto que se hubiera
producido una dinamitación del lugar, ya que eso es
un pequeño vallecito en el que cualquier explosión se
hubiera llevado hasta la casa de los que allí habitan, y
sin embargo, no hay huella alguna de explosión allí,
como lo han constatado altos funcionarios, desde el ex
gobernador del Estado, hasta altos prelados de la
Iglesia, que fueron a visitar el lugar".
La trama se caía, pero la señora Jacqueline seguía
lanzando ataques contra quienes le criticaban. Gracias
a Dios no todos se tragaron el anzuelo. El tinglado era
tan estúpido, tan vago y tan carente de valor
arqueológico alguno, que si ella hubiera logrado
sustentarlo hasta hoy, sería la locura jamás vista en el
mundo. Imagínense que aquello hubiese sido
declarado Patrimonio arqueológico de la nación, que se
hubiesen expropiado aquellas tierras y se arma todo
aquel tinglado de un Parque Arqueológico (que
parecía en el fondo todo el objetivo de la trama): ¿qué
iban a hacer con esas cercas de piedras que se pueden
ver en casi todos los parajes andinos? ¿Es que
pretendían embaucar para siempre a sabios de otros
países, que sí tienen harta experiencia en
investigaciones de esta clase?
A lo mejor lo hubieran conseguido, en Venezuela
se dan cosas como estas, y hasta peores.
En el informe redactado por la Procuradora del
Estado53, doctora Ana Mireya Zambrano, encontramos
que el sitio de Joyo Caliente abarca apenas una
hectárea; en esa hectárea pretendió situarse el ombligo
de la civilización chibcha.
Este informe es tajante en el sentido de que jamás
y de ningún modo posible, la señora Jacqueline y su
53
Informe de la Procuraduría del Estado Mérida. Archivos de la
Gobernación del Estado Mérida.
equipo pudieron probar, que antes de la supuesta
destrucción, existiera realmente un conjunto de
estructuras de piedras de planta rectangular de origen
prehispásnico. Que ninguna de las personas a las que
alude la señora Jacqueline como testigos presenciales
del fastuoso hallazgo dejó ninguna clase de informe
respaldadas con sus firmas y que pudiesen atestiguar
que realmente vieron allí alguna ciudad prehispánica.
Lo único que dijeron era que la zona se debía
investigar, pero no que se encontraran monumentos
algunos.
Sobre
la
"Impresionante
tala",
sobre
la
devastadora destrucción", sobre el bombardeo, único
en los anales de Venezuela, el Tribunal del Distrito,
"en su inspección deja constar que hay seis (6) árboles
caídos y cuatro troncos que presentan cortes de
hacha. De esta afirmación no se evidencia que haya
restos arqueológicos"
Añade el informe de la procuradora: "No observó el
Tribunal movimiento o remoción de tierra y deja
constancia de que encontró un montón de piedras
superpuestas, del tipo mojón de piedras, señalando
igualmente otros dos mojones de piedras; observó
piedras esparcidas, señalando que algunas de ellas
están recubiertas de musgo...".
"Que las fotos consignadas por el Museo
Arqueológico al Tribunal lo que muestran son unos
montones de piedras y otros árboles caídos, pero
ninguna de ellas contiene monumentos o elementos
que el tribunal haya observado y señalado como de
valor histórico o arqueológico".
Insiste en que "el Tribunal constató montones de
piedras, algunas de ellas superpuestas, en la forma
típica de los cercados que acostumbran hacer los
trabajadores andinos"
En ninguno de los documentos que la señora
Jacqueline suministró al Tribunal se "establece la
existencia de monumentos o restos de valor histórico o
arqueológico en el sitio Joyo Caliente, mucho menos
de los que se citan en el documento inspeccionado
tales como calzadas, basamentos, acueductos,
estanques, etc.".
"En la inspección judicial realizada en el Museo
fue solicitado al Tribunal dejara constancia de la
existencia de documentos o notas explicativas, de
informes o estudios relacionados con los hallazgos
arqueológicos en Joyo Caliente, y el Tribunal no dejó
constancia, sencillamente
porque
tales notas,
estudios, informes, documentos explicativos no
existen. ESTA SITUACIÓN RESTA CREDIBILIDAD A
LA
INSTITUCIÓN
QUE
PATROCINA
LA
INVESTIGACIÓN, PUES SOLO FUERON APORTADAS
FOTOGRAFÍAS SIN LEYENDA ALGUNA, UNAS DE
ELLAS PERTENECIENTES A
LEJANAS A JOYO CALIENTE(*)".
OTRAS
REGIONES
Lo que consideró más grave el informe de la
procuradora fue el hecho de que en la inspección
judicial realizada por el Juzgado del Distrito Libertador
del estado Mérida, en un legajo de fotografías que se
encontraban en el Museo de Arqueología de la ULA,
bajo el título de SEGUNDA VISITA AL SITIO DE LA
PEDREGOSA EN COMPAÑÍA DEL DR. MARIO SANOJA
Y DRA., IRAIDA VARGAS, la octava fotografía en color,
es la misma identificada como perteneciente al sitio
Mucusurí, de Jaji.
Remata el informe que las únicas fotografías para
apoyar la existencia de estructuras de piedra son las
que se publicaron, tomadas de la revista GEOMUNDO.
De modo que todas las fotografías con las que se
pretendió reforzar la existencia de restos arqueológicos
en la zona son ajenas al tiempo y el espacio del sitio de
Joyo Caliente.
Como el abogado Pedro Parayma había solicitado
al gobernador requiriera de la DISIP para una
investigación y solicitara del Ministerio Público un
informe para determinar si se había cometido o no
daño, la procuradora determinó que tal requerimiento
era improcedente, pues la DISIP no era organismo
instructor, y el Ministerio Público no podía poner en
(*)
El realce de este párrafo es del autor.
funcionamiento un aparato judicial cuando se carecía
de certeza, evidencias o fundamentos firmes de que se
había cometido un hecho de carácter punible.
Obsérvese pues, las alucinaciones en las que
envolvieron a un poeta, además de izquierda (y que en
varias ocasiones había viajado a Cuba por
intercambios culturales), solicitando la acción de un
cuerpo policial tan represivo como repulsivo, para
amenazar a un campesino, hermano del más eminente
botánico de Mérida, el doctor Luis Ruiz Terán. Eso es
lo malo de cambiar la copla por esos filosos códigos
que puyan por todos lados, especialmente contra el
que los usa.
Sin embargo, luego de comprobado el fraude
inmenso que se había pretendido cometer en La
Pedregosa Alta no se exigieron a las autoridades
policiales se hiciera una investigación sobre los
motivos que llevaron a la señora Jacqueline y a su
grupo, intervenir, penetrar como Pedro por su casa en
los predios de los Ruiz Terán; de provocar el odio
público hacia esta familia, de hacer ver que eran unos
monstruos taladores de árboles, ecocidas, de tener
una jauría de perros y una escopeta para agredir a
quienes pisasen sus pertenencias y ser, en definitiva,
destructores de piezas arqueológicas valiosísimas. No
se sancionó el desprestigio enorme que causó a la
ULA, al patrimonio económico y su moral, sus
elucubraciones; ni siquiera el menor gesto de dolor o
de vergüenza por parte del Consejo Universitario.
En nuestras universidades se carece, ante estas
cosas, de vergüenza. Y viven llenando las páginas de
los diarios con lastimeras peticiones de mejor
presupuesto para que ocurran estos desagües y estas
aberraciones, las que nunca condenan. Y que esta
señora Jacqueline Clarac de Briceño, la gran
promotora de todo esta inmensa trama haya
permanecido inmune a cualquier castigo o sanción, y
no sólo eso, sino que posteriormente haya sido
premiada con mejores cargos y metida como el
pimentón en numerosos proyectos arqueológicos,
culturales y políticos por los imbéciles que dirigen
nuestra universidad, es algo que revela el grado de
horrible putrefacción en que se desenvuelven los
Consejos Universitarios, los equipos rectorales y
directores de medios culturales de Venezuela54.
Esas son nuestras universidades, señores, en gran
parte antro de ciertos extranjeros sin escrúpulos, que
conocen muy bien cómo se estafa, cómo se miente,
cómo pueden llegar a utilizar nuestros recursos en
beneficio de sus nefastos intereses.
54
Jacqueline Clarac de Briceño fue miembro de la Comisión
Universitaria Constituyente creada por el vicerrectorado Académico que
presidió Carlos Guillermo Cárdenas, y que fue montada a mediados de
1999.
Pues ocurre, me decía en una ocasión el profesor
José Zambrano, que nosotros los criollos no sabemos
sobreponernos al influjo tremendo que sobre nosotros
ejercen ciertos extranjeros. Para nosotros, cuanto ellos
hacen no puede ni debe estar sometido a la duda, a la
desconfianza. Y llevamos esta servidumbre en la
sangre. Cada criollo lleva un esclavo por dentro.
Difícilmente un criollo habría sido capaz de sostener
por tanto tiempo, de mover hilos tan poderosos, de
poner de su parte a entes soberbios como el CONAC, el
diario "El Nacional" y casi todos los organismos
oficiales del Estado Mérida, como lo consiguió la
señora Jacqueline Clarac de Briceño con su aureola de
francesa (o de la isla de Martinica, qué más da).
Y no sólo eso, sino salir completamente impune e
inmune; más aún, con fuerzas renovadas para realizar
peores delitos y ser llevada a cargos cada vez más
elevados, insisto. Pues, luego de este increíble crimen,
como veremos en el siguiente capítulo, la señora
Jacqueline volvió en sus inventos, con una placa lítica,
de origen boliviano, que fue enterrada ex-profeso en el
cerro de Las Flores, y con la que muy oronda presentó
una ponencia en Colombia.
SEGUNDO
SIGLO
ATRACO
ARQUEOLÓGICO
DEL
Había en el aire un sentimiento de funestas
calamidades. El país andaba dando tumbos de
mamarracho, desde el Caracazo del 27 de febrero.
Se estaba engendrando otro gran trancazo social,
porque el gobierno no daba pie con bola, y el
famoso Consejo Consultivo del cual formaba parte
Pedro Rincón Gutiérrez, estaba entregado a la
modorra y a los discursos. El Estado parecía un
ente embotado y enteco, sin respuestas a los
inmensos males, acumulados desde hacía medio
siglo.
Aunada a esta inmensa tragedia nacional, el
bachiller José Luis Quintero Moreno había pasado el
fin de año de 1991 pensando si seguía o no en el
trabajo que tenía en el Museo Arqueológico de la ULA.
José Luis era entonces un bachiller cargado de
ilusiones, quien recientemente se había casado con
una médica, desempleada. Pero para él no era posible
(como sí lo es, para casi todas las personas que
trabajan en nuestras universidades), seguir con el
remordimiento que representa tener que tragarse las
inmensas falacias que día a día se urden para afirmar
que se "investiga", que se "progresa", que se "avanza en
el conocimiento". José Luis se lo plantearía muchas
veces: "No puedo aguantar más mentiras. No soporto
ya tanta inmundicia. Ayer fue un ombligo de la
civilización chibcha en La Pedregosa Alta; hoy es el
invento de esa placa lítica comprada en un mercado
público de Bolivia o Perú. Tantos inventos en esos
informes y excavaciones arqueológicas. Por mantener
un trabajo, ¿cuántas miserias debe uno soportar?
¿Mañana con qué cuento nuevo nos vendrán?"
Más pudo el pudor, más pudo la dignidad y
apenas comenzando el año, José Luis el 9 de enero de
1992, entregó la siguiente carta a la doctora
Jacqueline Clarac de Briceño:
Muy estimada Dra.
El motivo de la presente es con la finalidad de
expresarle el más profundo pesar ante la obligación
moral de tener que renunciar a seguir prestando mis
servicios como investigador en esta institución; pesar
que se manifiesta por la permanente indolencia suya,
ante la grave crisis que azota al Museo, así como por la
falta de receptividad respecto a las constantes
denuncias mías sobre los fraudes de un "investigador"
como Antonio Niño. Acusaciones que Usted siempre ha
calificado como de "celos profesionales", "envidia",
"mentalidad subdesarrollada", "resentimiento", etc., etc.,
etc., de parte de quienes hemos denunciado a este
señor, cuando hubiese bastado apenas una sencilla
investigación - en cada caso - para determinar la
veracidad de estos múltiples hechos.
Paso a recordarle parte de las denuncias que yo
personalmente
o
conjuntamente
con
otros
investigadores he hecho a lo largo de varios años, tanto
de manera verbal como escrita:
Ricardo Briceño en enero de ese mismo año al iniciar
juntos los trabajos.
- En 1987, en reunión con Elvira Ramos y Andrés
Puig, demostramos la falta de seriedad y metodología
por parte de A. Niño en la excavación de cámara
funeraria en el sector Loma de la Virgen en La
Pedregosa.
- En 1989, en excavaciones de cámara funeraria
en Bella Vista, denuncié ante Ud., que sin ninguna
metodología, A. Niño excavó una cámara funeraria,
destruyendo toda la información y hasta los restos
óseos que en ella se encontraban.
- En 1989, como consecuencia de la novedad de la
aparición de vestigios arqueológicos encontrados en el
cerro Las Flores, Bella Vista, reunidos en la dirección
del Museo en presencia de Andrés Puig, Belkis Rojas,
Ud. y mi persona; A. Niño, ante la falta de seriedad de
su investigación, presumía muy asustado que a lo mejor
la placa de Wiracocha habría sido puesta por un amigo
suyo (Ruiz Guevara) para "hacerle una broma". Ante la
pregunta de nosotros sobre los pormenores del hallazgo
no hizo más que contradecirse, demostrando con ello un
fraude en la investigación. No dudamos de la
autenticidad que pudiera tener tal placa, pero,
¿realmente estaba dentro de esa cámara funeraria?
- En 1990, habiéndose realizado excavaciones en
Monterrey, El Valle, denuncié conjuntamente con Carlos
García, Sonia Miranda y Alexandra Calvo R., por
escrito, el nuevo fraude arqueológico al inventar y
falsificar la mayoría de la información que luego se
publicara en el Boletín Nº 20.
- En 1989, en referencias a excavaciones de El
Bolo, Escagüey, donde denuncié ante Ud., que A. Niño
comenzó unas excavaciones en el mes de junio, fuera
del orden de reticulado que yo ya había implementado
en el sitio; rompiendo así con toda la estrategia y
metodología. Igualmente dejó abandonado el pozo de
excavación (a los 80 centímetros de profundidad), pozo
que ya había comenzado a trabajar previamente
- En 1990, señalé a Ud., que la ponencia de A.,
Niño presentada en el Congreso Mundial de
Arqueología, da como fecha para un presunto taller
Lítico 4.550 años a.C., por considerarlo "asociado" a un
sitio de enterramiento. En esa oportunidad, le manifesté
a Ud., que resulta increíble que se tratara de buscar
una asociación forzosa entre los desechos de un taller
lítico y un cementerio (un enterramiento particular),
porque los contextos culturales no solamente se
sustentan con asociación espacial sino también
temporal. Este apresuramiento de Niño, le ha conferido
a unos desechos de placas líticas la fecha particular de
un sólo enterramiento; únicamente así podría plantear
su descabellada hipótesis del origen de las placas
aladas.
Sobre este caso particular me permití decirle a Ud.,
que la única persona que había trabajado en El Bolo,
quien hizo todas las investigaciones y tomó las
muestras para ser fechadas había sido yo. Por tanto,
nadie más que mi persona manejaba esa información.
- En 1991, al realizarse trabajos de prospección de
momias en Pueblo Nuevo del Sur, denuncié
conjuntamente con Carlos García y Reina Aranguren,
las múltiples trabas que A. Niño puso para trabajar una
momia en el sector Las Pavas; perdiéndose alrededor
de cinco visitas al lugar y no pudiéndose trabajar por
negligencia suya. Posteriormente, fue solo hasta el lugar
extrayendo los restos óseos como usualmente lo hace
sin ningún tipo de metodología, en un solo día; cuando
realmente la dificultad de la topografía del lugar,
aunado a que la estrechez de la cueva hacía que
tuviese que implementarse una estrategia y metodología
que llevaría un tiempo mínimo de cuatro días, con
personal calificado.
Con asombro pudimos oír su ponencia de ASOVAC
en Maracaibo, la gran cantidad de datos inventados
que tuvo que esgrimir ante la falta de seriedad de un
trabajo de investigación.
Igualmente ese mismo año, denuncié ante Ud., el
mal trato y abuso que Antonio Niño profiriera a
habitantes de Pueblo Nuevo del Sur, motivo por el cual
fuera expulsado de su comunidad.
- En 1991, en El Bolo, Escagüey, reinicia después
de dos años los trabajos de excavación del pozo que
comenzara en 1989. De la noche a la mañana aparece
con el nuevo fraude de una presunta cámara funeraria
de cajón", cuestión que denuncio ahora ante Ud., ya que
habiendo conversado con los campesinos de Escagüey
se pudo averiguar que Antonio Niño, fue muy pocas
veces al sitio a trabajar. Por eso nunca aceptó - ante
una propuesta que hiciéramos Reina A., Carlos García y
mi persona por iniciativa suya, Dra.- que fuéramos a
ayudarle a hacer las investigaciones en El Bolo,
después de que anunciara el hallazgo de la tal cámara
de cajón, ante el temor de verse descubierto.
Aparte de estas denuncias, hice muchas otras,
sobre el permanente saboteo de mi trabajo, cuando se
trataba de asignarme equipo y herramientas, las que él
ha manejado con criterio muy egoísta y prepotente.
Recuerde el caso del envío de las muestras de TL
(Pedregosa), las cuales fueron demoradas bajo
pretextos inconsistentes durante dos meses.
Han sido muchas más las acusaciones, no sólo de
parte mía sino de otros investigadores del Museo en
contra de Antonio Niño. Denuncias a las que Ud., les ha
dado largas, jamás les presta atención, o ha intentado
investigar; aún habiéndosele propuesto en muchas
oportunidades reuniones con las personas interesadas
a fin de aclararlas. Tampoco por parte de Antonio Niño,
quien es la persona denunciada y quien tendría que
poner en claro su situación y defender su integridad,
jamás ha tenido la más mínima intención -y resulta
entendible - que a las denuncias les diera curso.
Es por todo ello, Dra. Jacqueline, que me he visto en
la imperiosa necesidad moral de renunciar al Museo
Arqueológico; porque no puedo seguir compartiendo
institucionalmente la responsabilidad de toda esa serie
de abusos, desmanes y fraudes arqueológicos de un
"investigador" como Antonio Niño, quien le está
ocasionando al Museo un daño irreparable. Valga decir
que ya mucha información fraudulenta ha sido
publicada en el boletín antropológico.
No está a mi alcance hacer otra cosa más que
denunciar y ahora renunciar - aunque me quede sin
trabajo -. Tocará en su debida oportunidad a la
comunidad científica establecer las responsabilidades
pertinentes; ya que tarde o temprano, esos fraudes no
podrán sostenerse ante el rigor científico.
Lamento mucho por otro lado, que Ud., con una
larga y fructífera trayectoria de investigación y como
forjadora e investigadores como yo (que sin duda, lo que
soy como investigador se lo debo a Ud.) esté tan
manipulada y sorprendida en su buena fe por gente sin
escrúpulos que han llevado a la Institución a una crisis
insostenible.
Por último, le manifiesto mis mejores deseos porque
la Institución que Ud., preside sea saneada y se pueda
trabajar honestamente. Cuando ello ocurra, cuente con
mi desinteresada colaboración y trabajo aunque sea ad
honorem, así como muchos lo hicimos bajo su acertada
conducción cuando emprendimos hace algunos años el
rescate del Museo de las manos de otro inescrupuloso y
fraudulento "investigador" como fue Adrián Lucena.
Sin más por el momento se despide de Ud.
Atentamente, Lic. José Luis Quintero Moreno.
Transcurridos unos dos meses y viendo que su
carta no había producido efecto alguno, José Luis
decidió recurrir a la prensa. Ya no tenía trabajo; él, un
don nadie, a quién podía dolerle que se fuera de su
trabajo por mantener sus principios, por ser honrado y
"pendejo". Claro, estaba triste, sentíase impotente.
Meditó tantas cosas; pensó en esa justicia venezolana
tan prostituida y cobarde. Y lo que hizo fue escribir el
siguiente artículo, el cual tuvo que moderar bastante
para que le dieran cabida en la prensa:
EL DESCUBRIMIENTO ARQUEOLÓGICO
MÁS IMPORTANTE EN VENEZUELA
José Luis Quintero Moreno
Esto muestra claramente que todo era un ridículo
invento y demuestra, por demás, la falta de inteligencia
que ligada al desquicio, no permitió preparar una
versión con más coherencia y credibilidad. Por tanto,
cualquier investigador someramente lúcido advertirá
con la lectura de dicho artículo, que se trata de una
farsa tal investigación y hallazgo.
A esta placa jamás se le hizo ningún análisis (serio
por lo menos), e incluso se ocultó por espacio de casi
dos años hasta que fuera mostrada en la sala de
exposición de esa dependencia como lo que es: un
simple objeto aislado sin contexto cultural alguno. En
septiembre de 1990, en el Segundo Congreso
Mundial de Arqueología realizado en Barquisimeto,
esta placa habría sido observada por el Dr. Luis
Lumbreras, experto arqueólogo, Director de Museos de
la Nación de Perú, quien habría opinado que "pareciera
auténtica"; sin embargo, hasta hoy día nos "extraña"
que a pesar de las diligencias hechas por la Dirección
del Museo Arqueológico para que el Dr. Lumbreras envíe
algún reporte escrito sobre lo que habría observado en
el mencionado Congreso, ni se conozca respuesta
alguna del mismo. Pero aún más, no conocemos - hasta
la fecha - de ningún investigador en Venezuela que se
manifestara y comunicara con el Museo en Mérida para
obtener más detalles de tan magno descubrimiento. Lo
que sin duda refuerza la hipótesis del fraude.
LA PLACA DE WIRACOCHA. ESE GRAN
DESCUBRIMIENTO ARQUEOLÓGICO" NO ES MÁS QUE
UNA DE LAS TANTAS COPIAS DE ARCILLA (CON
MOLDE) QUE LOS CAMPESINOS Y ARTESANOS
PERUANOS HACEN PARA VENDER COMO SOUVENIR A
LOS TURISTAS QUE VISITAN ESA REGIÓN. Ello explica
por qué el experto arqueólogo Lumbreras jamás se
comunicó con el Museo Arqueológico, pues sin duda
debió darse cuenta de tan descabellada patraña.
La ciencia se estremece y los investigadores
honestos nos horrorizamos ante esta desmesurada
barbaridad. ¿Cómo es posible que alguien, que se dice
investigador-científico, sea capaz de causarles a la
ciencia y a nuestro Museo Arqueológico, a nuestra
Universidad, a nuestro país, semejante daño?;
haciéndonos quedar en ridículo. Creyendo que no
existimos gente honesta e inteligente capaces de
analizar, discernir y denunciar estos hechos
abominables.
Precisamente, tengo más de cuatro años
denunciando éste y otros casos de fraude en los que
también está involucrado el mismo "descubridor" de la
Placa por otros hallazgos sospechosos; denuncias a las
que la Dirección del Museo jamás prestó la debida
atención, razón por la cual en enero de este año decidí
renunciar a mi trabajo como investigador, después de
más de diez años de labor en esa institución. He
lamentado mucho al igual que la mayoría de mis ex
compañeros de trabajo, que una institución pionera en
el campo de la investigación arqueológica, hubiera sido
tomada como reducto de gente inescrupulosa que le ha
minado las bases éticas y morales que cimentáramos
un grupo de jóvenes investigadores allá por los años 8086. Ha sido doloroso, porque muchos nos formamos allí,
en esa casa; y ahora que la vemos hundirse
contemplamos impávidos que se la traga el abismo de
la mediocridad ante la indiferencia de quienes, a tiempo
debimos hacer algo por salvarla.
Estas críticas y denuncias no intentan dañar al
Museo Arqueológico, ni mucho menos escandalizar para
acabar con él; al contrario, aprecio mi Centro de
Formación. Sólo que no podemos dejar que se nos siga
aplicando aquel chantaje de que si denunciamos
dañamos la institución. Al contrario, si no denunciamos
estamos siendo cómplices pasivos de quien inventa
estos fraudes. Por ello ahora después de haber
cumplido y agotado mi labor de denuncia dentro del
Museo, me he retirado para seguir mi labor fuera de él.
Con la convicción de que ese centro de Investigaciones
vuelva por sus derroteros honestos.
Ha sido una lucha verdaderamente ardua en la
que he tenido que soportar cualquier tipo de
improperios y atropellos por parte de una Dirección
que, ante la incapacidad de rebatir profesionalmente
mis denuncias, ha tenido que caer en ataques
personales. Por suerte55, ahora mismo las autoridades
rectorales de nuestra máxima casa de estudios (ULA)
están haciendo las diligencias pertinentes que, como
55
¡Qué ilusiones!
tales, les compete, a fin de dilucidar ésta y otras
denuncias que les hiciera llegar en carta enviada a sus
respectivas dependencias en el mes de marzo del año
en curso.
Sí hay investigadores honestos dentro del Museo
Arqueológico, la mayoría lo son. Creo que merecemos un
poco de consideración y respeto. Esperamos que se
haga justicia, puesto que - en este caso particular de
fraude - las pruebas son irrefutables.
La Charca de la Indolencia
Pero el mundo seguía tal cual, indolentemente
callado como una piedra, y José Luis no podía
entender por qué nos tragamos tan resignados las
falacias. Por qué las mentiras son tan indiferentemente
aceptadas; las personalidades de la ULA que leían sus
denuncias las echaban al cesto de la basura y seguían
igual, como si hubiesen leído unas comiquitas.
Entonces fue cuando nació en él la idea de enviar una
comunicación al vicerrector Académico, pues el Museo
Arqueológico dependía de esta entidad. He aquí la
carta enviada el 13 de marzo de 1992, al doctor Carlos
Guillermo Cárdenas:
Estimado Dr.
Me dirijo a Ud. en ocasión de hacer de su
conocimiento el atropello de que he sido objeto por parte
de la Dirección del Museo arqueológico "Gonzalo Picón
Gutiérrez-ULA", con motivo de mi renuncia a dicha
Institución.
investigación que el denunciante realizó durante diez
años, plasmada en la ya citada "Constancia".
No hay duda de que todo esto constituye un
verdadero atropello hacia mí, tanto de carácter
profesional como personal. Resulta inconcebible,
bochornoso y hasta grosero que se esté tomando esa
actitud malsana en mi contra, cuando yo - y
permítaseme la inmodestia - considero que he sido una
de las personas que más han trabajado por esa
Institución; una labor a tiempo completo aun en
vacaciones, no importando el sueldo irrisorio que se me
pagaba (esto se llama mística de trabajo), de esto
pueden dar fe mis ex compañeros de trabajo y
allegados a la Institución. De manera que,
lastimosamente se entiende que todo este atropello no
es más que el producto de una actitud soberbia para
repeler y evadir las denuncias que yo planteara.
Quiero manifestar en este momento (una vez más)
mi renovado interés en que de alguna manera se les
ponga atención a mis denuncias y al atropello de que
estoy siendo objeto. Que las autoridades universitarias
y especialmente Ud., Dr. Cárdenas, tomen cartas en el
asunto. Además debo advertir ciertamente que no soy
enemigo de la Dra. Jacqueline Clarac, aún menos del
Museo Arqueológico; a ella la he tratado con especial
consideración
porque
creo
que
profesional
y
personalmente ha sido una investigadora y persona
respetable, forjadora de muchos investigadores como
yo, desde las aulas de la Escuela de Historia y luego en
el propio Museo Arqueológico y que por tanto no puedo
más que responder a esos principios profesionales que
muy acertadamente ella me inculcara y por los cuales
denuncié y renuncié a esa institución muy estimada
para mí. Es en base a ello que también quiero advertir
que presumo que la Dra. Clarac ha estado siendo
últimamente manipulada y sorprendida en su buena fe
por el señor Antonio Niño (sobre quien recaen las
denuncias presentadas por mí). Sólo de esa manera se
entiende la desconsiderada actuación de la Dra. Clarac
en estos tiempos en mi contra.
Valdría la pena reflexionar sobre lo siguiente:
Estas reflexiones son lo bastante elocuentes como
para mostrar la triste realidad que se le avecina a quien
como yo ha tomado una posición honesta y firme; una
realidad que se ha manifestado primero, dando largas
y burlando las denuncias; segundo (ya con la
denuncia), tratando de amedrentar al denunciante
amenazándole en demandarlo; tercero, una campaña
de desprestigio tratando de hacer ver que el
denunciante es un "loco psiquiátrico" y, por último -por
ahora - una campaña para desacreditar la labor de
Entiéndase pues que mi intención es que se abra
una investigación con base en las denuncias que he
formulado y que no se incurra simplemente en
pretender sopesar mi palabra ante la Dra. Clarac o
cualquier otra persona. No se trata entonces de dejarse
llevar "por rumores infundidos", sino por la realidad de
los hechos objetivamente investigados, estableciendo
así las responsabilidades respectivas a que haya lugar.
Sin más a qué hacer referencia y esperando de sus
buenos oficios la mejor receptividad, se despide.
Atentamente,
Moreno
Licenciado
José
Luis
Quintero
Pobre José Luis. Pese a todas estas denuncias la
farsa continuaba. Don Guillermo Cárdenas estaba
interesado en lanzar su candidatura para las próximas
elecciones y le era embarazoso criticar a una colega
como la señora Jacqueline, quien le podía quitar
algunos votos. Además, ¿quién era ese pobre empleado
de José Luis? Entonces a este joven no le quedó otra
vez sino el recurso de la prensa, y el 2 de junio de
1992 el diario Frontera le publicó el siguiente artículo:
Wiracocha: un dios obligado a emigrar o el
itinerario de un fraude arqueológico
José Luis Quintero Moreno
A mediados de 1988 (cuando aún resonaban las
acaloradas discusiones en torno a la existencia de un
"presunto sitio arqueológico" en La Pedregosa AltaMérida, donde se produjo un sinnúmero de
informaciones que degeneraron en imprecisiones y
hasta exageraciones de las partes en conflicto, y que
terminaron por poner en tela de juicio la seriedad del
Museo Arqueológico de la ULA) de improviso apareció la
TABLA DE SALVACIÓN: un descubrimiento arqueológico
portentoso que vendría a pretender recuperar la
credibilidad de dicha institución ante la opinión
científica y general. El descubrimiento de una placa
lítica antropomorfa que representa la figura central de
la Puerta del Sol de Tiwanaku (Bolivia) encontrada en
una cámara funeraria del cerro Las Flores (Mérida).
Cuando conocimos de aquella inusitada noticia, ya
algunos de los investigadores serios que allí
laborábamos avizoramos con preocupación que podría
tratarse de alguna broma (porque ya conocíamos muy
bien al "investigador" que hizo este descubrimiento).
Entonces, personalmente denuncié ante la Dirección del
Museo (a finales de 1988) los argumentos que a mi
juicio hacían dudoso tal descubrimiento.
En el Boletín Antropológico Nº 15 de 1988 apareció
un artículo intitulado: Excavaciones Arqueológicas
en el cerro Las Flores, La Hechicera-Mérida, cuyo
autor es Antonio Niño, en el que se relata que el objeto
descubierto "... una placa de piedra la cual dadas sus
características consideramos es una pieza atípica para
la Arqueología de los Andes merideños y por ende para
Venezuela; (...) es una representación antropomorfa
muy similar a la existente en la figura central de la
Puerta del Sol del sitio Tiwanaku..." (pp.25).
Hay que estar verdaderamente desquiciado y/o en
su defecto convencido de menospreciar y subestimar a
los demás como para pretender quien inventó esta
farsa- que la comunidad científica nacional e
internacional fuera inocente y mediocre como para no
darse cuenta del fraude que se cometía. Basta con
hacer un somero análisis lógico del artículo en cuestión
como para advertir que carece de todo rigor científico
advirtiéndose la falsedad de las informaciones allí
emitidas: Primero, cuando el autor relata el proceso de
excavación de la cámara funeraria Nº 3 (donde
presuntamente descubrió la Placa de Wiracocha) dice
haber terminado de excavar y extraer todo el sedimento
de la misma sin novedad (al igual que lo hiciera con las
dos cámaras anteriores); sin embargo, decidió regresar
a esta tercera cámara a fin de obtener sedimentos del
fondo para análisis; relato éste bastante contradictorio
hecho, ¿pues de dónde podría tener un sedimento ya
extraído? Pero por si fuera poco, relata que localizó diez
centímetros más abajo la famosa placa, y que por tanto
continuó decapando aún más... ¡todo esto es una
cámara que ya había excavado! Segundo, se señala que
ante la MAGNITUD DEL HALLAZGO se abre un
sinnúmero de interrogantes e hipótesis y que por tanto,
se continuarán los trabajos de investigación en el sitio.
Ante tales afirmaciones, cabe preguntarse después de
más de tres años del suceso ¿por qué jamás se
continuaron los trabajos de investigación en un sitio tan
prometedor?
************
Intrigado por las mentiras que se cocinaban con
desparpajo en el Museo Arqueológico, y con la
anuencia o indiferencia del Consejo Universitario que
las conocía y las ocultaba (y entonces presidido por el
rector Pedro Rincón Gutiérrez), el famoso investigador
J.E. Ruiz Guevara publicó en el diario El Vigilante, el
siguiente artículo:
¿Otro paquete chileno?
J. E. Ruiz Guevara
Recientemente, al visitar el Museo Arqueológico de
la Universidad de Los Andes en la ciudad de Mérida y
al admirar su hermosa exposición, no pude menos que
contemplar con mucha atención una de las piezas allí
expuestas que representa el motivo principal de la
Puerta del Sol de las ruinas arqueológicas de Tiwanaku
en Bolivia. Sin duda esta pieza resalta por sobre todas
las demás debido a su carácter atípico para esta región
de los Andes venezolanos y en general para Venezuela.
Para nosotros relacionados íntimamente con la
disciplina arqueológica no cabe duda de que tan
portentoso hallazgo en el cerro Las Flores de esta
ciudad, permite asomar una serie de interrogantes y
novedosas hipótesis en cuanto a las relaciones de
intercambio que pudieron haber tenido los diferentes
grupos étnicos que poblaron la América.
Con el ánimo entonces de obtener toda la
información posible sobre esta pieza arqueológica y su
contexto, decidí adquirir la revista científica de dicho
Museo, vale decir, el Boletín Antropológico. Y si antes
me sorprendí gratamente al observar esta placa de
piedra, ahora me sorprendía el hecho de que la
información relacionada con este hallazgo es muy
escasa, poco científica y profesional. La única
información al respecto se encuentra en el Boletín
Antropológico Nº 15 de 1988, en el artículo
"Excavaciones Arqueológicas en el Cerro Las Flores, La
Hechicera, Mérida" cuyo autor es el arqueólogo Antonio
Niño (investigador de esa Institución)56. Allí he
observado, en primera instancia, que a pesar de que
este hallazgo se hizo a mediados del año 1988, han
transcurrido hasta ahora más de tres años sin que se
tengan
noticias
de
la
continuación
de
las
investigaciones en el referido lugar.
Debido entonces a la escasa información de la
revista científica, decidí ponerme en contacto informal
con algunos de los investigadores de esa Institución
para que me facilitaran cualquier otra información y
orientación. Pudiendo sacar como conclusión de esas
conversaciones que el hallazgo de esta pieza
56
Véanse REFERENCIAS, al final de este capítulo.
arqueológica estuvo siempre rodeado de un clima de
incertidumbre y desconfianza hacia quien hizo tales
excavaciones arqueológicas; pues aparentemente no se
realizó un trabajo de investigación serio, y hasta se
pensó que pudiera tratarse de un FRAUDE.
Esto me llevó de nuevo a releer cuidadosamente el
ya mencionado artículo encontrando que realmente se
aprecian muchas fallas. Primero, el autor se contradice
cuando señala que: "...parecía poco probable la no
existencia de yacimientos (arqueológicos) adyacentes a
la ciudad..." para luego decir que existen reportes de
cronistas y excavaciones realizadas en la zona.
Segundo, al referirse a las excavaciones de cada una de
las cámaras funerarias, se nota en el discurso cierto
acomodo atropellado de la información y que en todo
caso da lugar a cualquier interpretación de la misma.
En este caso el autor señala: "... una vez terminado de
excavar y extraer todo el sedimento del interior de la
cámara Nº 3 (donde se encontrara la placa de
Wiracocha), decidió que era preferible trabajar en otra
cámara vecina..." esto no tiene sentido, porque si se
terminó de excavar dicha cámara, lo más lógico es
excavar otra cámara, y no preferible. Posteriormente
agrega que "... decidió regresar a esta tercera estructura
a fin de obtener una muestra de sedimento del fondo de
la cámara..." esto también carece de sentido, porque de
dónde podría obtener el sedimento si menciona que ya
lo extrajo con anterioridad. Pero más adelante señala
que "... ¡fue entonces cuando se localizó, 10 cms. más
abajo del nivel dejado en la excavación la placa de
piedra y que incluso por esta razón continuó la
excavación aún más abajo!...”, esto último aún menos
tiene sentido, ya que no se entiende cómo después de
extraer todo el sedimento de la cámara y abandonar la
misma, vuelve y es capaz de excavar más de 10 cms.
en la cámara ya excavada. Nos muestra todo ello una
evidente y real contradicción en las informaciones que
hace el autor.
Luego de examinar detenidamente el artículo del
Boletín, de analizar las entrevistas con algunos de los
investigadores del Museo de Arqueología y de hacer mis
propias reflexiones saco como conclusión que estamos
frente a un caso realmente EXTRAÑO de posible
FRAUDE CIENTÍFICO, que resumidamente puedo
afianzar en los siguientes criterios: Primero, el autor nos
muestra una información carente de la metodología
mínima para este tipo de investigaciones; una
información, por demás confusa, contradictoria, sin
sentido y hasta acomodaticia. Segundo, los propios
investigadores de ese centro de Investigaciones
muestran un marcado escepticismo e incredulidad sobre
el hallazgo y la persona que lo hizo. Tercero, y como
consecuencia de todo ello, resulta muy lógico que nunca
más se investigara sobre ese sitio particular,
temiéndose quizás la posibilidad clara de un FRAUDE.
Porque en realidad no se explica que el hallazgo más
importante en la Cordillera de Mérida y Venezuela se
quedara olvidado.
Lamentablemente no sé a qué atenerme en cuanto
a la seriedad de esta Revista Científica y de la
Institución que la edita y promueve las investigaciones.
Por otro lado no sé si se trata de una falla de parte del
profesional arqueológico que realizó la investigación; en
todo caso resulta claro que a esa Institución y a su
Boletín se le hace un daño tremendo con este tipo de
artículos "científicos" carentes de toda metodología y
con una pobreza de datos que en ningún momento
argumentan tal investigación. Esto es inaudito aunque
no extraño, pues ahora recuerdo el famoso escándalo
que protagonizó el mencionado Museo Arqueológico con
la "Mentira del Siglo" cuando afirmaba la existencia de
un "Sitio Arqueológico Fantasma" en un sector de La
Pedregosa Alta de esta misma ciudad, en el año 1988.
Pendejos pero porfiados
José Luis comenzó a encontrar eco de sus propios
ecos; un eco muy tenue, pero suficiente como para
impulsarle a publicar esta nota:
La cultura de la indiferencia
Subestimados, burlados, atropellados...
José Luis Quintero Moreno
En nuestro país, en nuestra Universidad,
observamos tales vagabunderías, que son ya
insuficientes los adjetivos para calificarlas y sin
embargo, permanecemos callados, impávidos, como si
la cosa no fuera con nosotros; como si nos asolara una
fatal resignación de impotencia ante quienes desangran
nuestra sociedad. Como bien lo dice Eduardo Galeano
en su libro El Descubrimiento de América, que
todavía no fue... "Cada conciencia ganada por la
indiferencia y el derrotismo egoísta es una victoria del
enemigo"... Nada más cierto: esa falta de respuestas
contundentes ante los atropellos y burlas, esa
autosubestimación,
ese
temor,
ese
sello
de
"subdesarrollados" que como al ganado nos han
endosado sutilmente "los que saben", es el mejor caldo
de cultivo para reproducir una y otra vez tan nefastas
prácticas que ejercen unos cuantos "vivos" para quienes
la mejor arma de ataque es nuestro temor a
enfrentarlos. Practican con nosotros estos "vivos
sabihondos" una especie de colonialismo, pues con esa
actitud de prepotencia desquiciada y derroche de
subestimación hacia la mayoría, han cultivado la
mediocridad, el vandalismo... en detrimento de la
honestidad y el trabajo. Nos quieren seguir cambiando
espejitos por oro.
Muchas veces no denunciamos porque pareciera
que a los universitarios "nos da pena" tener que
reconocer y aceptar que unos cuantos vivos nos han
hecho pasar por pendejos. Es la indiferencia una férrea
máscara insípida, sin expresión alguna, que
solapadamente oculta lo que padecemos internamente.
Porque uno no se explica, excepto bajo esta premisa,
que a los universitarios (a sus autoridades) no les
importe que esos fraudes arqueológicos pongan en tela
de juicio nuestra Universidad y nuestro país, pues con
ello, entre otras cosas, se está atentando directamente
contra nuestra identidad cultural falseando nuestra
historia. Estamos "dando la cómica" y quedando como
unos verdaderos ridículos ante la comunidad científica
nacional, pues para colmo buena parte de la
información fraudulenta se ha divulgado en la revista
científica del Museo Arqueológico.
Por si fuera poco, esos seudocientíficos se dan el
lujo de despilfarrar en fraudes los pocos recursos que
se le asigna a la investigación. ¡Qué vergüenza! Y de
paso no podemos denunciar estas irregularidades,
porque si lo hacemos, nos atropellan calificándonos de
resentidos, enfermos, detractores... e incluso se nos
niega o se nos desacredita profesionalmente. Nunca
atacan el problema demostrando científicamente que
uno no tiene razón, recurriendo así a cualquier artimaña
para desviar la atención. Para muestra un botón:
inmediatamente después de la denuncia que hice sobre
el caso de fraude de la Placa Wiracocha, ésta, que
permanecía expuesta en la sala de exposición del
mencionado Museo, fue retirada de inmediato con el
pretexto de hacerle algunos "análisis, lo que sin duda es
el colmo de la burla, pues cómo se justifica que a estas
alturas, después de cuatro años pretendan realizar
algunos "análisis" a lo que según sus conceptos
constituye "el descubrimiento arqueológico más
importante de Venezuela". Se ha pretendido, también,
obtener
reconocimientos
"científicos"
que
den
autenticidad a la mencionada placa de parte de
investigadores (arqueólogos, antropólogos) nacionales y
extranjeros a quienes se están reseñando y
sorprendiendo en su buena fe.
¡Hasta cuándo nos van a seguir viendo la cara de
pendejos, de idiotas...! ¿Dónde está la comunidad
científica nacional específicamente arqueológica? ¿Qué
hacen las Autoridades Universitarias ante tan
abominable desafuero? ¿Dónde están los investigadores
de Mérida quienes conocen tanto como yo esta
problemática? ¿Acaso van a seguir bailando la
sempiterna danza del miedo y la indiferencia al compás
de la música de esos "vivos burlones quienes han
dañado nuestro Centro de Investigaciones? Es hora de
que dejemos de vivir a la sombra de esos "sabelotodo",
que los bajemos de ese pedestal y les quitemos a esa
aureola "inmaculada", a ver si recuperamos un poco la
credibilidad y dignidad.
*****************
En las universidades entonces se daban algunos
cambios de decorado en los espejos, en los apliques
dorados, alfombras y muebles. El militante de Acción
Democrática Néstor López Rodríguez salía de su
rectorado con una vigorosa reforma de las alfombras
de sus oficinas que le costaron a la ULA otra
millonada, y entraba otro adeísta, don Michel
Rodríguez con la decidida determinación de ponerse a
tono con los tiempos y adquiriendo otra flota de
vehículos oficiales de la Universidad. Salía del
vicerrectorado Académico el socialcristiano Carlos
Guillermo Cárdenas y entraba el convergente (de
cualquier tolda que pudiera formarse) Leonel Vivas. Se
iba el Secretario Felipe Pachano, de un color indefinido
entre verde y rojo (aunque dispuesto a pactar con el
Diablo si era necesario para volver por sus fueros), y
entraba el “negro” Enrique Corao discípulo de don
Pedro
Rincón Gutiérrez. Y
al
vicerrectorado
Administrativo llegaba un hombre de una frente tan
alta, de una seriedad tan inmensa que le sobraba todo
lo que al resto de su equipo le faltaba, don Hernán
López Áñez.
José Luis Quintero Moreno tuvo una de esas
emociones que hacen vibrar a los inocentes y a los
despistados
porque
conociendo
la
trayectoria
revolucionaria de un hombre que había sido dirigente
estudiantil de izquierda, el profesor Leonel Vivas,
“reconocido intelectual” de nuestro medio, individuo
probo e “incorruptible”, se dijo: “No hay que
abandonar la lucha. Ahora sí podría cambiar el asunto
de las falacias y dilaciones con que me ha venido
jugando el doctor Carlos Guillermo Cárdenas.
¿Ahora sí podía limpiarse el Museo Arqueológico?
Ingenuo como todos los pendejos de este país,
José Luis pasó varias noches estructurando la
siguiente carta:
Mérida, 14 de Septiembre de 1992
Ciudadano
Académico
Dr.
Leonel
Vivas
Vicerrector
Estimado Dr.
La presente es con la finalidad de hacer de su
conocimiento una serie de irregularidades que se han
venido sucediendo en el museo Arqueológico "Gonzalo
Picón Gutiérrez", hechos que bien podrían calificarse
como fraudes en investigación arqueológica.
1- Por qué razón antes de mi renuncia yo era una
persona estimada, un buen investigador (ver anexo Nº
5) y, ahora paso a ser un "enfermo", un mediocre
trabajador (ver anexo Nº 4).
2- Por qué razón no se han refutado mis denuncias
con las correspondientes averiguaciones, demostrando
que estoy equivocado y por qué, más bien, se ha puesto
tanto empeño en desprestigiarme como denunciante.
3- Si en el supuesto negado, como aparece en la
"Constancia" yo fui un mediocre trabajador, que no
rendía lo suficiente, que nunca entregaba informes, etc.,
etc., ¿cómo se explica que la Dirección del Museo nunca
hubiese tenido la autoridad para despedirme? ¿Cómo
se explica además que asistiera a Congresos nacionales
e Internacionales con ponencias sobre trabajos de
investigación, que apenas el año pasado (1991)
realizara y presentara la XLI Convención anual de
ASOVAC en Maracaibo el primer trabajo de
investigación que en el país se hace sobre Vivienda
indígena y Prehispánica en la Cordillera de Mérida, y
que a mediados de ese mismo año estuviera encargado
de la exploración e inicios de las excavaciones
arqueológicas en La Pedregosa Alta (considerado uno
de los sitios arqueológicos de la Cordillera).
Firman los mismos que aparecen en el Acta del 6 de
marzo.
En fecha 09 de enero del presente año decidí, muy
a mi pesar, renunciar al Museo (ver anexo Nº 1) debido
a que nunca se atendió a una serie de denuncias que
hice respecto a graves irregularidades que venían
ocurriendo
allí,
específicamente
los
fraudes
arqueológicos cometidos por el señor Antonio Niño,
quien labora allí como investigador (ver anexo 2). Nunca
se dio curso a estas denuncias, más por el contrario,
comenzó una campaña de hostigamiento y burla en
contra de los investigadores que denunciábamos alguna
irregularidad. Envié mi carta de renuncia a la Dra.
Jacqueline Clarac de Briceño quien funge como
Directora de dicha institución, explicando el motivo de la
misma y, de manera inaudita, a los pocos días ya
estaban circulando varios rumores (entiéndase como
campaña premeditada de la dirección del Museo) entre
mis ex compañeros de trabajo y allegados al Museo en
los que se me trataba de amedrentar primero y luego
desprestigiarme; en razón de lo cual, opté por enviar en
fecha 30 de enero del presente, una carta a la Dra.
Clarac pidiéndole muy respetuosamente dar cese a esa
campaña en mi contra, todo ello en muy buenos
términos (ver anexo 3).
Posteriormente y en fecha 20 de febrero me acerqué
al Museo Arqueológico para retirar una constancia de
trabajo que había solicitado en fecha 30 de enero,
sorprendiéndome sobremanera que se me entregó una
"Constancia" (ver anexo Nº 4) de tres páginas que
podría catalogar como de "expediente" en el que grosso
modo se dice que durante mis diez años en el Museo
Arqueológico como investigador no hice nada y que lo
poco que hice fue negativo o mal hecho. Para no entrar a
pormenorizar esta "constancia" me limito a decir que
prácticamente toda la información allí contenida es
tendenciosa y no se ajusta a la realidad.
Como podrá observar en los documentos anexos,
tomé la determinación, en enero de este año, de
renunciar a mis labores como investigador del
mencionado Museo, motivado a que a pesar de las
constantes denuncias que sobre fraudes arqueológicos
hice ante la Directora Jacqueline Clarac de Briceño, ésta
jamás les concedió la más mínima atención
prestándose con ello al encubrimiento como única vía
para obviar lo que a la luz de las evidencias resultaba
claramente una irregularidad grave.
Uno de los fraudes arqueológicos, el más notorio
por lo descabellado, trata de la desquiciada pretensión
del bachiller Antonio Niño (actual investigador del
Museo Arqueológico) de intentar hacer pasar una pieza
de artesanía actual por el "descubrimiento arqueológico
más importante de Venezuela" (ver artículos de prensa
anexos, informes y revista Arqueológica). Fraude
premeditadamente encubierto desde el primer momento
por la Dra. Clarac, lo que entre otras cosas se explica
por el hecho de que jamás se continuaron los trabajos
de excavación en el sitio del "hallazgo" desde 1988,
mucho menos a tal pieza se le hizo algún tipo de
análisis y, más bien, por el contrario, se ha tratado de
manipular permanentemente a la comunidad científica
con subterfugios.
Me he privado muy a pesar, del trabajo que
desempeñaba después de casi doce años de
investigación para no tener que seguir compartiendo
institucionalmente
esos
intolerables
desmanes
cometidos por el Br. Niño y esa descarada actitud
encubridora y falta de autoridad de la Directora del
Museo al no ponerle coto a tal situación. Esto ha traído
como consecuencia que se me atropelle de diversas
maneras: primero: descalificándoseme como profesional
en todas las actividades que realicé en el Museo
Arqueológico;
segundo,
desacreditándoseme
personalmente con rumores y comentarios malsanos,
práctica muy de moda por aquellos que no tienen
argumentos
valederos
para
defenderse
profesionalmente y que así han ido perjudicando a
osado
e ineludible respuesta del Vicerrectorado Académico que
Ud. preside, al cual está adscrito el Museo Arqueológico.
Como Ud. comprenderá, Dr. Vivas, estos casos de
fraude arqueológico comprometen seriamente la
credibilidad de la Universidad de Los Andes y por ende
de nuestro país. Con ello se está ridiculizando y
haciendo un grave daño al quehacer científico de
nuestra Máxima Casa de Estudios al pretender
descarada y premeditadamente burlar nuestra
identidad cultural al falsear nuestra historia. Con la
gravedad de que ya buena parte de esas
"investigaciones" han sido publicadas en el Boletín
Antropológico
y
han
trascendido
nacional
e
internacionalmente.
Por lo demás, quedo a su entera disposición para
colaborar en todo lo que permita esclarecer las
denuncias que he hecho, pues para ello existen
suficientes y contundentes pruebas y argumentos
científicos.
muchos profesionales
enfrentarlos.
serios
que
hemos
Ud., como docente e investigador serio, entenderá
la
verdadera
gravedad
que
revisten
esas
irregularidades, por lo que le pido muy encarecidamente
en nombre de los universitarios honestos, de la ciencia
y de nuestra Universidad, se sirva hacer todas las
diligencias pertinentes para investigar y establecer las
debidas responsabilidades del caso con el fin de sanear
ese centro de investigación. Lamentablemente las
autoridades universitarias anteriores se mostraron
indiferentes ante tal situación. Por fortuna Ud., Dr.
Vivas, es conocido por ser un profesional serio y de
buena trayectoria académica, por lo que no dudo
tomará muy en cuenta este caso en el que está
comprometido el prestigio de la Universidad y la debida
Sin más por el momento y en espera de la mayor
receptividad y pronta respuesta, queda de Ud. muy
atentamente,
Lic. José Luis Quintero Moreno
Demasiado evidente resultaba que las autoridades
no querían enredarse tomando en cuenta que cuanto
les planteaba don José Luis, no podía refutarse en
absoluto. El señor Leonel vino a resultar mil veces
peor que su antecesor, pues aspiraba al rectorado y no
podía menear mucho la manteca de los desquicios que
reverberaban en su despacho. Además, molestar a
doña Jacqueline era meterse con la secta filosófica de
su esposo, don J. M. Briceño Guerrero. Nada podía
hacerse pese a que a los pocos días se produjo una
nueva estampida del Museo Arqueológico.
Veamos la siguiente carta dirigida a las siguientes
instituciones y personalidades como: BOLETÍN
ANTROPOLÓGICO - Ministerio de Sanidad y Asistencia
Social - Instituto Venezolano de Investigaciones (IVIC)
- Depto. de Arqueología - Dra. Jacqueline Clarac de
Briceño - Directora del Centro de Investigaciones del
Museo - Museo Arqueológico de la Universidad de Los
Andes.
Mérida, Edo Mérida
Estimada Dra. Clarac.
Me veo obligada a renunciar como árbitro al
Boletín Antropológico que usted dirige, el cual
además se ha caracterizado en tiempos recientes por
publicar
algunos
artículos
"subjetivos"
y/o
tendenciosos, los cuales no parecen haber pasado por
árbitros idóneos.
Atentamente
Dra. Erika Wagner, Ph.D
Jefe de Laboratorio de Arqueología
c.c Dra. Nelly Arvelo Jiménez, Jefe Depto. de
Arqueología IVIC - Dr. Walter Bishop, Presidente
CDCHT, ULA, Mérida - Dra. Herminia Gil, Secretaria
General, - AsoVAC, Capítulo Mérida- Dra. Ana
Herrera, Secretario General AsoVAC. Capítulo
Central - Dr. Vidal Rodríguez Lemoine (Editor Jefe
de Acta Científica Venezolana) -Dra. Eldrys Rodulfo
de Gil-FUNDACITE, Mérida - Dr. Leonel Vivas,
Vicerrector Académico de la Universidad de Los
Andes, Mérida.
La señora Jacqueline es realmente admirable; con
su frente siempre en alto, respondió a la doctora
Wagner en los siguientes términos:
“Lamentamos que la Dra. Wagner se vea "obligada
a renunciar como árbitro de nuestra revista"; si su
nombre sigue apareciendo en la lista de árbitros del
presente número es porque: a) ya estaba éste en
prensa cuando recibí su carta, b) porque en este
número y en el anterior hay artículos que no fueron
publicados porque ella los arbitró negativamente y que
respetamos su arbitraje.
“Su renuncia se debe a que, además, nuestro
Boletín Antropológico se habría "caracterizado en
tiempos recientes por publicar algunos artículos
subjetivos y/o tendenciosos, los cuales no parecen
haber pasado por árbitros idóneos". Pasaremos por
alto el desprecio manifiesto por los otros árbitros para
preguntarle a la Dra. Wagner si ha sido en vano la
discusión internacional de los últimos cuarenta años
acerca de los conceptos de objetividad-subjetividad en
ciencia. Discusión que ha tenido un lugar primordial
en la teoría de la ciencia y muy especialmente en
antropología y a la cual es importante reportarse para
conocer posiciones actuales al respecto
“Lamentamos también que, en lugar de renunciar,
no haya señalado más bien la Dra. Wagner cuáles
fueron esos artículos y que no haya escrito una crítica
constructiva al respecto, lo que me parece hubiera sido
más pedagógico ya que hay estudiantes de
antropología y jóvenes investigadores que leen nuestra
revista y se hubieran ilustrado con esta polémica.
“De cualquier manera respetamos su decisión de
renunciar, pues tiene pleno derecho a ello, pero no
podemos estar de acuerdo con los argumentos que da
para hacerlo”.
Jacqueline Clarac de Briceño.
LA DEFENSA MARIO SANOJA
Lo que sigue a continuación es una conferencia
dictada por don Mario Sanoja a un grupo de
universitarios, relativa a la fraudulenta placa lítica, y
que fue grabada. Téngase en cuenta que don Mario
Sanoja es toda una autoridad en asuntos
arqueológicos de Venezuela.
Esta transcripción me fue facilitada por José Luis
Quintero Moreno:
... Y ahora llegamos precisamente a esta placa de
piedra la cual ha sido objeto de muchas diatribas pero
no discusiones en el sentido científico. Y yo quisiera en
este punto, en esta charla detenerme un poco en esto
porque evidentemente si ustedes comparan con lo que
les mostré antes, este diseño que pertenece a wali, esta
plaqueta evidentemente reproduce formalmente muchas
de las características de la talla de piedra de la figura
Wali en Tiwanaku. Pero por supuesto y eso es bien
interesante, esta plaqueta tiene como característica que
el estudio iconográfico de los elementos que ella
contiene, nos indican por una parte que hay una mezcla
de elementos simbólicos iconográficos, unos que tienen
que ver con elementos locales del norte de Suramérica
y, otros que como vamos a ver, tienen que ver con las
tradiciones iconográficas que existían en el área andina.
Una de las características esenciales para mostrar
la autenticidad o no de un trabajo en piedra es la
naturaleza de las incisiones. Cuando un trabajo de este
tipo ha sido hecho hoy, o sea, digamos que es una
réplica o un falso, quienes hagan estos trabajos tienen
que recurrir generalmente a instrumentos metálicos, los
cuales dejan una huella, algo que es imposible de
ocultarlo, que los trazos que dejan sobre la piedra
reflejan generalmente los cortes, las raspaduras que
hace el instrumento de metal sobre la piedra. Estas son
piedras blandas. Ustedes pueden ver en este caso que
se trata de un trabajo de incisiones que han sido
hechas, tiene formas genuinas que lo vamos a ver más
en detalle y que son justamente producto de la
utilización de abrasión, elementos abrasivos pueden ser
madera, arena, etc., que permitía hacer este intrincado
diseño digamos iconográfico, que tiene como vamos a
ver ahora una serie de motivos que nos indican que la
persona que hizo esta talla tenía evidentemente un
conocimiento tanto global digamos de ideas que
manejaba la sociedad andina, y al mismo tiempo de
elementos que eran característicos de esta región al
norte de Suramérica, pero que tenía que ver con el
mundo andino.
Ustedes pueden ver acá, por ejemplo, estas
características en las incisiones, que son incisiones que
no evidencian precisamente la característica de lo que
sería utilizado instrumentos de metal, que son los
canales en forma de V, en forma de quilla y las formas
de desgaste usando elementos de metal. Bueno, estos
son distintos elementos que nos muestran el carácter
digamos técnico de la fabricación de esta plaqueta.
Ahora cuando llegamos ya al estudio concreto de la
parte iconográfica, vamos a ver por ejemplo, la
existencia de este motivo; este motivo evidentemente
podría interpretarse como una garra de felino, es una
huella de felino; la pata y las uñas. Ahora esto es muy
interesante, porque dentro de la iconografía que
podamos por ejemplo, observar en la alfarería de
Barrancas y el bajo Orinoco, este elemento está
presente, y está presente en las vasijas que nosotros
inicialmente, esto está en el libro que inicialmente le
regalaba a la Dra. Clarac, Las Culturas Formativas
del Oriente de Venezuela; este motivo que nosotros
llamamos del pie, porque parecía evidentemente la
huella de un pie, aparece en Barrancas y aquí aparece
también asociado con estos elementos que tienen la
figura, que representan una figura, un elemento
también felino.
Aquí hay por ejemplo, en esta parte que es el
tocado de este personaje, vamos a ver por ejemplo, que
hay digamos, ya visto en detalle, hay una serie de
elementos que conforman digamos este adorno, que
está integrado fundamentalmente por huellas de felino
o, como vemos en este caso con representaciones de la
cabeza de felino y que nos demuestra por otro lado lo
que ya vimos en esas vasijas que yo les mostré que son,
que también pertenecen a Wali en los Andes centrales y
que representan esta forma de felino.
Ahora ustedes van a ver por ejemplo, que en esta
cara que vemos acá, tiene unos elementos que forman
como una especie de ganchos aparecen en muchas
representaciones felinas asociadas de Cahvin en
adelante, con los colmillos felinos, que se representan o
bien cuando vimos que estábamos hablando,
mostrando esas figuras de Colombia en San Agustín,
que son los colmillos digamos longitudinales que
también son los colmillos en forma de ángulo, porque
aparentemente se hace como una transposición entre
los colmillos felinos de la serpiente que también es otro
elemento que está representado acá.
Estos son aparentemente según la iconografía de
Wali, son elementos de la serpiente, pero al mismo
tiempo que tienen elementos felinos, porque en el
mundo de la conciencia estos elementos son
complementarios... Y vemos por otro lado que esto que
parece ser como una especie de pectoral que está
formado también, ustedes pueden ver, por elementos
felinos, que son estas huellas felinas, huellas de tigre y
las garras. Estas son las incisiones, el carácter de las
mismas, que significa que fueron hechas por abrasión.
Aquí tenemos otro detalle de cómo se alternan las
grecas con los elementos felinos, o sea los rostros de
felinos con los elementos que posiblemente son huellas
de felino. Y luego acá por ejemplo, que esto es la mano,
vean ustedes que ésta es una mano, pero una mano
que tiene elementos otra vez felinos que está
representada con una especie de manto que tiene como
representación unas grecas. Entonces si ustedes ven
bien, son los mismos colmillos que aparecen acá,
aparecen aquí, esta vez como colmillos de felino, pero
puestos de forma de gracca. Ahora, esto es bien
interesante por ejemplo, cuando uno desarrolla por
ejemplo, el caso de Barrancas; este, cierto motivo como
el que nosotros llamamos motivo de tachuela que es un
motivo que es como una T, cuando se desarrolla estilo
greca obtenemos este mismo efecto. Es decir un efecto
como una greca donde estos elementos se van
alterando como una diversidad de espejos y que
reproduce el mismo efecto que éste.
Es decir, aquí hay cosas bien interesantes, porque
este motivo felino que vemos acá también está presente
por ejemplo, en Barrancas el del mil a. C. Es decir, son
y al mismo tiempo tienen relaciones desde el punto de
vista conceptual de la iconografía con Chavin en la
región amazónica del Perú. Entonces vemos cómo todo
esto por ejemplo, alternan; es como un código, ustedes
lo ven, un código simbólico, donde se van alternando
elementos felinos, de serpiente, etc., con una lectura que
yo decía esta mañana hablando con Antonio Niño, que
si uno pudiese hacer el estudio de esta plaqueta y
comenzar a identificar por ejemplo, los motivos que la
integran llegando hasta los motivos más simples, uno
podría perfectamente hacer una lectura por áreas de
esta plaqueta, donde cada una de estas áreas tiene
una lectura particular; es decir, los símbolos que se
agrupan de manera muy particulares según por
ejemplo, que estén en el pectoral, que estén en la mano
o que estén en la cintura. Entonces esto en realidad
como totalidad parece representar más bien un
mensaje, un mensaje simbólico que la gente por
supuesto quienes conocían los símbolos sabían leerlo
perfectamente bien.
... Entonces aquí por ejemplo, tenemos, acuérdense
de lo que yo les mostré cuando les estaba mostrando
estas formas del diseño de Wali, estos motivos, estos
rectángulos incisos que aparecen acá. Entonces, fíjense
que si uno por ejemplo, empieza a leer esto, empieza: un
motivo felino, un motivo en forma de U, un rectángulo
inciso y otro motivo felino. Y aquí por ejemplo, que no
solamente aparece aquí, sino que aparece también en
los petroglifos venezolanos, éste es un elemento que
aparece corrientemente; o sea, que quien hizo esto
andaba manejando un código simbólico que ya se
usaba, que ya también estaban reproduciendo otros
indígenas venezolanos a nivel de los petroglifos. Y por
ejemplo, en el caso de Guayana, en el caso de...
concretamente, aparece este motivo de la T que es una
simbolización de la figura humana, aparece pero
comúnmente.
Es decir, yo lo que quiero significarles es que esta
plaqueta en realidad creo que está vinculada con una
expresión iconográfica precolombina muy clara, incluso
con símbolos. Yo por ejemplo, digamos, luego de QUE
LA ESTUVE ESTUDIANDO EN DETALLE, es que vengo a
entender que en realidad allí estaba digamos plasmada
una serie de códigos comunicacionales vamos a decir
así, que TIENEN QUE VER NO SOLAMENTE CON ESTA
PLAQUETA SINO QUE TIENEN QUE VER CON UNA
COSMOVISIÓN QUE ENGLOBA PRÁCTICAMENTE
DIGAMOS A VENEZUELA. Yo diría que, que, yo no me
atrevo digamos todavía a decir más nada, yo creo que
la idea nuestra es hacer un estudio de este elemento en
sus distintos componentes tanto del informe de sitio, el
análisis iconográfico del mismo y luego toda la parte
interpretativa que tiene que ver con el ... etc., y los
petroglifos.
Pero yo diría por ejemplo, que aquí vamos a
encontrar una serie de claves, verdad. YO DIRÍA QUE
SERÍA COMO UNA PIEDRA DE ROSETA, que sería
mucho decir no, pero esto va a ser como un referente
para poder entonces entrarle ahora al estudio por
ejemplo, del arte en Venezuela; sean petroglifos, o sean
por ejemplo, pintura rupestre, partiendo de una
referencia que es esta plaqueta, donde vamos a
encontrar una cantidad de símbolos que comienzan a
darse separadamente en los motivos de petroglifos,
pero que aquí tienen una forma orgánica y estructurada
y que se refiere a un mensaje que está plasmado dentro
de esta figura y que resume, por ejemplo, estos
elementos que tenemos acá, estas especies de
rectángulos que en Barrancas son unos elementos muy
importantes que se usan también como separadores,
separadores de iconos. También por ejemplo, en el caso
de la alfarería polícroma tardía del estado Lara
aparecen estos separadores, POSIBLEMENTE, SON
COINCIDENCIAS; verdad, pero vamos a encontrar que
aquí hay un manejo de información iconográfica muy
orgánica que después la vamos a encontrar como
dispersa en otras áreas particularmente vinculadas en
el caso de Barrancas a la alfarería, que como yo
siempre he dicho, más que alfarería es como una
especie de escultura en barro con el uso de grandes
volúmenes en lugar de simples incisiones modeladas; y
luego en el caso de los petroglifos.
...POR ESO DIGO Y ES MI OPINIÓN MUY SINCERA,
YO CREO QUE TODAS LAS OPINIONES QUE HAYAN
HABLADO Y QUE HAN TRATADO DE DESVIRTUAR LO
IMPORTANTE DE ESTE HALLAZGO Y POR SUPUESTO
DE MENOSPRECIAR LA IMPORTANCIA DEL TRABAJO
QUE ESTÁN HACIENDO LOS ARQUEÓLOGOS DEL
MUSEO DE MÉRIDA VERDAD, NO SON REALMENTE
CIENTÍFICAS; SON COSAS QUE NO PUEDEN TOMARSE
EN CUENTA PORQUE NO TIENEN SERIEDAD. Es decir,
hoy día por ejemplo, ya nadie puede estar diciendo:
mire, esa persona me cae mal porque no sabe. No eso
ya no tiene valor. Hoy día estamos viviendo una
comunidad creativa, donde hay gente que tiene trabajo
hecho, trabajo serio, verdad. Entonces uno no puede
decir: bueno, yo no estoy de acuerdo con eso; pero no
estar de acuerdo no quiere decir que no sirva o que no
tiene importancia, simplemente que no estamos de
acuerdo es un mecanismo normal, es un mecanismo
normal dentro de cualquier comunidad científica o
intelectual.
Entonces, YO REALMENTE CREO QUE ESTAMOS
EN PRESENCIA, DESPUÉS DE HABER VISTO ESTO, DE
UNA DIGAMOS NEGACIÓN DE ALGO QUE ES
EVIDENTE, ES DEL TAMAÑO DE UNA MONTAÑA. ES
UN HECHO DE UNA TREMENDA IMPORTANCIA
HISTÓRICA QUE ES IMPOSIBLE QUE DE ALGUNA
MANERA SE DESVIRTÚE DICIENDO QUE ESO ES UNA
MENTIRA, QUE ES UN FALSO. ES TOTALMENTE
IMPOSIBLE, TÉCNICAMENTE IMPOSIBLE, ADEMÁS
INSENSATO DE QUE ALGUIEN HAYA ENCONTRADO
ESTO EN OTRA PARTE Y LO HAYA, DIGAMOS DEJADO
CAER EN UN SITIO ARQUEOLÓGICO, ES BIEN
INVEROSÍMIL. Porque por otro lado, el contexto que esto
representa puede ser perfectamente identificado con las
tradiciones iconográficas que aparecen en otras partes
de Venezuela. O SEA QUE POR DONDE LO MIREMOS,
ES UN ELEMENTO AUTÉNTICO, AHÍ NO HAY DUDA.
Yo diría que cuando terminemos este trabajo que ya hoy
nos hemos planteado como una posibilidad a corto
plazo, vamos a encontrar de que efectivamente esto no
son puras palabras.
Aquí termino y quisiera que ustedes intervinieran si
tienen alguna pregunta (Aplausos)
(Intervención de la Dra. Jacqueline Clarac de
Briceño):
- Yo no quiero hacer preguntas sino nada más una
reflexión también, que varios de esos elementos (de la
plaqueta) que están en los petroglifos, nosotros los
tenemos también en los petroglifos de Mérida y también
en los petroglifos del Táchira, muy cerca de aquí y yo
los he visto en efecto en los petroglifos. Pero también los
indígenas todavía de hoy de Mérida como los indios de
Lagunillas, cuando tienen ciertas danzas, ese motivo
especialmente que es redondo con un punto central,
ellos lo dibujan en la espalda para sus danzas rituales.
Es decir, que eso es todavía algo permanente, vivo en
los indios de Lagunillas de Mérida. Sí, por eso digo, yo,
realmente pienso, que lo importante de esta plaqueta es
que en realidad eso que está disperso digamos en
distintos yacimientos arqueológicos o incluso en
manifestaciones contemporáneas, aquí tienen digamos
un contexto orgánico; o sea, que puede establecer una
relación entre lo que sería por ejemplo, una especie de
cartilla donde están todas las letras, es decir, la
mayoría de las letras que en otras partes están solas:
una A, una B, una Z, una X, una Y. Pero aquí (en la
plaqueta) están representadas y tienen sentido. Por eso
digo que esto en ese sentido es algo que merece una
investigación seria de estudio iconográfico y su
ubicación dentro del contexto precolombino.
Siguen otras preguntas...
Todo lo anterior pudo haber quedado sepultado
del modo más inocente en los altos sitiales del Consejo
Universitario o del equipo rectoral, como mueren cada
mes o cada año exabruptos monstruosos contra la
inteligencia y el conocimiento, pero no fue así.
Conservamos esta grabación con las barbaridades de
uno de las eminencias científicas más respetables de
la Nación.
Las alcahueterías del CDHCT
Ella y sus inventos tenían por fuerza que
depender del vicerrectorado académico. Quisiera yo
saber cuánto dinero ha financiado el CDCHT y otros
organismos o dependencias, para mantener la
fulgurante carrera de estropicios arqueológicos que ha
hecho esta señora. Yo le pedí al señor Walter Bishop,
entonces coordinador del CDCHT-Mérida y al
vicerrector Leonel Vivas que cumplieran con su deber
de realizar una investigación de estos desmanes. Que
no me vengan con esas ridiculeces de pretender hacer
una reforma en la ULA, cuando no tienen la suficiente
entereza ni el debido valor para acabar con estas
insólitas aberraciones, que se realizan apenas a sólo
cuatro pasos de su propio despacho.
Está claro que el doctor Carlos Guillermo
Cárdenas no hizo nada y fue encubridor de las
fantasías de doña Jacqueline.
Allí se describe la
falacia del supuesto hallazgo arqueológico MÁS
IMPORTANTE DE VENEZUELA, el de una "placa
lítica", que no es "más que una de las tantas copias en
arcilla (elaborada con molde) que los campesinos y
artesanos peruanos hacen para vender como souvenir
a los turistas que visitan la región".
La señora Jacqueline, sacándole provecho al
"hallazgo" había enviado una ponencia57, sobre esta
placa, al VI CONGRESO DE ANTROPOLOGÍA EN
COLOMBIA "LA CONSTRUCCIÓN DE LAS AMÉRICAS",
Santa Fe de Bogotá, que se realizaría del 22 de julio al
25 de julio de 1992. Envía una fotografía de la placa,
para burla y escarnio de la ULA, y expresa que tal
"mamarracho" fue encontrado en La Hechicera, cuenca
del río Albarregas. Nada la detenía. Y llena del furor
por su endiablada invención se trae al delirante
investigador Mario Sanoja para que ratificara la
autenticidad del estropajo arqueológico. Este señor, en
conferencia dada en Mérida, con toda desfachatez
exclamó: "POR DONDE LA MIREMOS ES UN
ELEMENTO AUTÉNTICO, AHÍ NO HAY DUDA". Dijo
otras barbaridades insólitas como que ciertos motivos
de la pieza aparecen también en petroglifos
venezolanos de Guayana; que había en la plaqueta
códigos comunicacionales que tienen que ver con una
cosmovisión que engloba a Venezuela y reafirmó que
57
Véase REFERENCIAS relativas a esta sección.
las opiniones para desvirtuar ese importante hallazgo
no eran científicas. Quisiera yo saber cuánto le costó a
la ULA traer a este mastodonte, dizque experto en
culturas preincaicas. Responda señor Leonel Vivas,
responda señor Bishop: ¿Cuánto costó tener entre
nosotros al señor Sanoja?
Este exabrupto, pienso yo, animó a otros
expedicionarios en la búsqueda de otros restos
perdidos y al anuncio de que unos desperdicios de
vacas, pollos y otros bichejos no mamíferos fueran
declarados solemnemente como los restos de Fray
Juan Ramos de Lora. Aquí se botó otro platal, y lo más
triste fue el acta que firmó el equipo rectoral, sobre
este soberbio hallazgo. Aparecían en una foto con la
frente muy en alta mirando hacia el techo, Michel
Rodríguez, Nelson López Rodríguez, Enrique Corao
Febres y Hernán López-Áñez.
De Cárdenas a Leonel Vivas y... todo siguió
igual
He aquí cómo se lo planteé entonces a Leonel:
Hubo, pues, cambio de autoridades y entra el señor
Leonel Vivas a continuar las funciones de su antecesor;
pues Quintero Moreno le hace llegar a Leonel una carta
con fecha del 14 de septiembre de 1992, donde
nuevamente le señala otra vez los estropicios de la
fulana "placa lítica”.
¿Qué diferencia hay entre Leonel Vivas, y
cuantos en el pasado han ocultado anomalías de toda
especie contra la Universidad venezolana? ¿Realmente
cambia la Universidad porque varíen de nombre sus
autoridades? ¿O es que acaso el funcionamiento de ella
forma parte de un juego en el que sólo ciertos iniciados
toman parte? ¿Cuántas cosas más guardará el pecho
enhiesto de este señor que no se atreve a agitar las
aguas de su despacho, como dije, porque podría
conducir al "deterioro de la institución", al descrédito del
alma máter a la perturbación de la Buena Imagen de la
Universidad? No se extrañen pues, que los rumores
sobre repartición gratuita de tarjetas de crédito, engorde
de partidas mediante retención de pagos y multitud de
negocios ilícitos, que van de boca en boca, con estas
nuevas revelaciones se robustezcan, adquiriendo la de
ser hechos constantes y probados.
Descubierto el fraude de la "placa lítica", y de
una manera que ya no se podía seguir trayendo "vacas
sagradas" que le dieran carácter de autenticidad, la
señora Jacqueline, con la inmensa frescura de su genial
porte, entrega un documento al vicerrectorado
Académico donde dice que la han engañado. ¡La
engañaron como la banca lo hizo con Lusinchi! Aquí
cualquiera nos engaña, y al parecer fue una vieja ebria
la que engatusó a la señora Jacqueline. Y tarde vino a
piar esta señora cuando muchas personas se lo venían
advirtiendo de todos los modos posibles. En lugar de
rectificar desató un odio mezquino; quiso imponer el
descrédito
contra
los
que
descubrieron
el
embaucamiento, por ejemplo, contra José Luis Moreno
Quintero. Pero cuando ya no se le pudo sacar más jugo
a la plaqueta maravillosa (¡al rosetón que descifraría la
cultura americana!), se llegó a la conclusión de que era
falsa. En el Boletín Enero-Abril de 1993, leemos la
increíble revelación de esta señora, donde dice que un
habitante del cerro de Las Flores había enterrado esa
placa para echarle a ella una broma; como si eso fuera
tan simple. Absurdo, pues ¿por qué va a ser tan genial como lo admitió el mismo Mario Sanoja - un cualquiera
de barrio de mala muerte, para poder confundir a la
plana mayor de los investigadores del Museo
Arqueológico y a otras "vacas" que traían de Caracas?
Mentiras. El "embarque", es la única explicación posible,
tuvo que cocinarse entre la gente del mismo Museo
Arqueológico. Eso está claro, neto, formal. ¿Sería el
famoso Antonio Niño? La fresca señora Jacqueline
Clarac, confiesa: "Esta broma nos costó tiempo y
dinero, por la correspondencia que engendró y los
desplazamientos que tuvimos que hacer nosotros o
nuestros invitados al respecto. Por lo menos ya se
aclaró".
¡Por lo menos ya se aclaró!
Si a ellos los engatusa cualquier pobre diablo,
entonces ¿cómo queda la autoridad académica y
científica de los miembros de la Universidad?; ¿me
puedo yo poner a inventar cuestiones fantasiosas a
costa del desmadre generalizado de la ULA?; porque
señores, no es la primera vez que nos "embarca" este
Museo, y no a costa del bolsillo de doña Jacqueline,
sino del mismo pueblo.
Francamente, esta señora está de atar.
Pero nuestro vicerrectorado académico fue
comprensivo, mucho más de lo que fue la CSJ en el caso
CAP o Lusinchi: recibió a la compungida dama y
engavetó, como cosa de muy poca monta, el terrible
estropicio que contra la ULA ella había cometido. No
hubo sanción; no se establecieron responsabilidades.
Así funcionamos. ¡Y esto, señores, se llama una
universidad seria! ¡Pilotan esta nave con insólitos
farsantes dentro y viento en popa con sus gonfalones
del ser académico! Criminales fariseos que han
permitido esta burla. Y por allí sigue viéndose a la
señora Jacqueline, con sus gonfalones culturales, que
nadie sabe qué se trae ahora entre manos; la gente
seria se ha ido apartando de sus falsedades e
invenciones, de sus exabruptos, y una de las últimas
que lo hizo fue Erika Wagner mediante una
esclarecedora carta que fue enviada al CDCHT, a
Leonel Vivas y donde indignada le dice que se ve
obligada a renunciar como árbitro al BOLETÍN
ANTROPOLÓGICO.
Y el señor Leonel Vivas, teniendo esta carga
sobre sus espaldas, anda promoviendo una reforma de
la Universidad, y diciendo que debemos cambiar en
beneficio de la Universidad venezolana. Es el hombre
que queriendo cambiar no encuentra cómo hacerlo él
mismo: tiene dos carros y dos choferes adscritos a su
dependencia y permitió que después que se chocara el
carro adscrito a la Dirección de Cultura de la ULA, en
premio a la decencia, como castigo al derroche que él
quiere liderizar, nada dijo cuando se le adjudicó un
bello jeep a esa Dirección (que su orondo director
Eleazar Ontiveros lleva y trae por todas partes como
una de las cosas más relevantes que ha hecho la
Dirección de Cultura en los últimos tiempos). ¿Ese es el
hombre que quiere reformarnos? ¡Sandeces! Por favor,
disimulen de un modo más cuidadoso sus poses;
tengan un poco de pudor. ¿Cómo se atreve usted, señor
Vivas, realizar una reunión en la Hospedería San Javier
del Valle para estudiar una reforma, cuando todavía
nos cuesta ver su verdadera naturaleza de hombre
nuevo y diferente ante los ingentes problemas que
siguen trastornando al saber universitario? Permítame
decírselo claramente, señor Vivas: YO NO CREO EN
USTED; YO NO CREO EN SU POSE DE REFORMADOR,
COMO TAMPOCO CREO EN ERNESTO PÉREZ BATISTA
NI EN LOS CHISTES DE FELIPE PACHANO. De lo único
que todo el mundo supo de los planteamientos hecho
por Felipe Pachano durante su campaña electoral, fue
de que, en su fórmula, había un "negro". Este otro negro
era Enrique Corao. A cuanta reunión asistía, decía:
""Somos la única opción que lleva un "negro". Claro, y la
gente se reía; y el "negro" salió elegido Secretario y él se
quedó haciendo escarpines para alumbrar su
candidatura en la próxima... ¡Qué broma! Y allá en
APULA lo vimos, como sacristán recién comulgado,
recibiendo de manos de Fermín, chapitas que, como
excusa para no entregar cuentas, a manos llenas,
repartió el otro negro de la misma fórmula.
En fin, señor Leonel, ¿cómo se le ocurre invitarme
a un acto donde se encontraba el señor Pérez Batista,
apéndice de David Fermín y quien se dirigió a su
despacho para exigirle que se prohibiera Foro ¿Tiene
salida Venezuela? Donde yo iba a participar.
¿Usted cree que una reforma se pueda
estructurar con una deuda inmensa de desmanes y
malos hábitos? ¿Usted cree que una reforma se pueda
llevar a cabo con los viejos vicios y con los mismos
patrones de conducta; alcahuetes y encubridores de
fraudes y estafas, realizadas contra la misma
Universidad (ésa que usted pretende cambiar)?
No, gracias, señor Leonel. Adelante con sus
proyectos, que como Antonio Luis Cárdenas y Pedro
Rincón Gutiérrez, usted es un académico que está
predestinado a "llegar muy lejos". Lo felicito. Únase con
Pérez Batista y la directiva de APULA y "eche pa´lante"
ese proyecto que está a punto de parir una universidad
nueva, plena de horizontes y soluciones esplendorosas.
Adelante con sus programas de austeridad y las
virtudes de su fortaleza moral que están abriendo una
más sólida Venezuela. Si le roban el Swift que tiene en
este momento, cámbielo por un Toyota y usted verá
cómo mejoraremos académicamente. Usted verá cómo
se nos afinará el entendimiento para convocar
voluntades a su alrededor. Porque el único cambio que
todo el mundo ha visto desde que usted se encargó del
vicerrectorado académico es el cambio que hubo de un
Chevecito amarillo por una Swift. Adelante con los
faroles. Ahora péguese a la fórmula del doctor Caldera,
y cuélguese para que lo haga ministro, y después si
Chávez gana, guíndesele para que lo haga diputado o
embajador. Jale, jale, jale, jale... Pero eso sí: no cuente
conmigo, así como yo no cuento para nada con usted.
Hay muchas cosas más que me atropellan en estos días
pero no tengo tiempo ni la disposición de veinte
periódicos a la vez para hacerlas del conocimiento de la
opinión pública. Esperemos a que salgan remitidos en
mi contra y panfletos cargados de ofensas y vaciedad
para afinar la puntería y darle cauce a este mar de
infamia que nos ahoga.
OTRO “HALLAZGO”.
Reviso mi diario, y encuentro lo siguiente:
(8-3-93)
Me cuentan que hay un serio y extraño forcejeo entre
Monseñor Baltazar Porras y el rector Michel Rodríguez
por la posesión de los "restos de Fray Juan Ramos de
Lora", porque el primero ha amenazado con usar todo su
poder para llevárselos a la catedral.
El forcejeo por la posesión de los “restos” de Fray
Juan Ramos de Lora continúa. Razón tiene un amigo
que me dice que Porras es un niño grande pero sin la
ingenuidad de los niños. De Michel no digo nada
porque me parece un hombre nulo totalmente; las
veces que le he visto me ha inspirado una lástima. No
sé por qué. A lo mejor es muy sabio, y tiene la virtud
de disimular todo lo bueno que hace, que sabe y
piensa...
Me recuerda el padre Santiago López Palacios que
en el Obradoiro, Santiago de Compostela, donde dicen
estar los restos del Apóstol, don Miguel de Unamuno
sostuvo que eran de Prisciliano, heresiarca español del
siglo IV. "¿Qué cuento - me dice don Santiago -; esos
restos que tienen en el Obradoiro, son los del hereje
Prisciliano, decapitado en 385, por orden del
emperador Máximo". Prisciliano era hombre de gran
inteligencia y fervor cristiano.
Hoy aparece encartada El Vigilante, toda una
sección especial con el título Estilo Universitario,
dedicada al fenomenal descubrimiento de los restos de
Fray Juan Ramos de Lora. Cuánta locura con esta
excavadera que lleva ya varias semanas, con obreros
que parecen topos hendiendo sus picos por entre la
maraña de bases del viejo Auditorio. Grandes
camiones atravesados en el pequeño boulevard,
promontorios de tierra, electricistas, plomeros y
carpinteros. Tengo entendido que ni el equipo rectoral
ni Baltazar Porras pueden conciliar el sueño desde que
han comenzado a enumerar los huesos, y por ello con
frecuencia se ven cargamentos de víveres y alimentos,
a la espera de la gran celebración. Me he preguntado si
algo tiene que ver en todo esto el Museo Arqueológico.
Pues ya estoy en casa revisando el encartado de El
Vigilante, que trae al frente una descomunal foto con
la estatua del primer obispo de Mérida y un título que
es como un grito: "FRAY RAMOS DE LORA QUERÍA
QUE LO SACARAN". Dice el autor de este trabajo, el
señor Oswaldo Acosta Sanabria: "Indudablemente la
noticia fue el hallazgo de lo que se consideran los
restos del primer Obispo de Mérida y fundador de la
Universidad de Los Andes, Fray Ramos de Lora. La
noticia ha dado la vuelta al mundo. Un ingeniero
merideño, Rosendo Carmargo, especialista en
estructuras,... se empeñó con criterios lógicos de
ingeniería y documentación existente en diagnosticar
el lugar donde pudiera encontrarse la tumba del
prelado..."
Esto me huele a sainete tipo Ombligo Chibcha.
14-3-93 Tremendo fiasco, el equipo rectoral y
Porras han quedado estupefactos. No eran los huesos
de Fray Juan Ramos de Lora. Si antes habían
beatificados restos de vacas, tendrán que hacer un
acto de desbeatificación. Lo que sí no podremos
quitarle a esta gente es lo bailado, es decir los vinos y
ricos condumios que en nombre de esa huesera de
mercado público, trasegaron y castigaron. Veamos el
siguiente remitido:
UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
A LA OPINIÓN PÚBLICA
En relación a la búsqueda de los restos del Obispo
Fray Juan Ramos de Lora, quienes suscribimos,
creemos oportuno informar a la opinión pública lo
siguiente:
1) La paciente y rigurosa labor de investigación
adelantada por el Ingeniero Rosendo Camargo Mora,
condujo a la ubicación precisa del área donde debieron
haber sido inhumados los restos del Obispo Lora.
2) En las excavaciones efectuadas en fecha 6 de
marzo de 1993, se hallaron restos óseos que en un
primer momento se creyó correspondían a restos
humanos, sin embargo, una vez efectuados los análisis
y experticias sobre los mismos, se llegó a la conclusión
que no son los de Fray Juan Ramos de Lora.
3) Dado que todas las características de la
excavación realizada hasta ahora indican que se trata
de un sitio de enterramiento, se prosigue la labor ante
la posibilidad de encontrar los restos del obispo Lora.
Grotesco.
Al pasar por el rectorado observé que un grupo de
hombres que parecen choferes de la lujosa flota de
vehículos de nuestros decanos y el equipo rectoral,
reían escandalosamente. Me he acercado para
preguntarles sobre los adelantos que se hacen en la
búsqueda de los restos de Fray Ramos de Lora; me
responden jocosamente que eso ya fue paralizado; que
echaron cemento al inmenso hueco y que "no seguirán
sacando huesos de gallina y de vaca" que era cuanto
allí había. Pues, ese lugar fue cocina de un potrero,
propiedad de un cura, y que allí no se encontró un
solo hueso humano. Me retiré, y al alejarme escuché
que en son de broma, uno decía que en su casa
guardaba una clavícula de Fray Ramos de Lora y otro
un fémur. La chanza generalizada era contra el equipo
rectoral.
Pero a esta gente a nadie le agua la fiesta, y
siempre tienen en puerta alguna cosa que celebrar.
El profesor Jaime Perfau (de la Facultad de
Ciencias) me dice que a él le mostraron lo que se
suponía era el cráneo de Fray Juan Ramos de Lora: ¡la
pelvis de una vaca!
Cuando el científico Mario Sanoja (porque don
Mario había sido sacado otra vez de sus elevadas
investigaciones en Caracas) entró y vio el inmenso
hueco cavado a los trancazos, preguntó: "¿Quién hizo
esta barbaridad?"
La plana mayor del rectorado (Michel Rodríguez,
López Añez, Corao Febres, y el juez rector) junto con el
ex rector Néstor López Rodríguez y el arzobispo Porras,
quedaron como muchachos regañados, ante la
solemne expresión que en realidad lo que planteaba
era: “¡Quién hizo esta cochinada!”.
Esa es parte de la ULA científica, rectora de
nuestra juventud que vive celebrando en lujosas
tascas y restaurantes de la ciudad los grandes
descubrimientos y adelantos que hacemos o ponemos.
El doctor Carlos Chalbaud me dice que tiene en su
casa un hueso de megaterio que es la segunda
clavícula perdida de Fray Juan Ramos de Lora, y
piensa enviarla con una etiqueta al Consejo
Universitario.
Según me cuenta un distinguido investigador, el
Museo Arqueológico, a raíz de sus grandes inventos, se
encontraba completamente desacreditado, hasta el
punto de que de un momento a otro podía ser cerrado;
pero con los restos de vaca que fueron confundidos
con los huesos de Fray Juan Ramos de Lora está
ganando punto la señora Clarac de Briceño gritar
quien ahora ha podido gritar orgullosa: "¿Y entonces
qué diferencia puede haber entre el equipo rectoral
y nosotros, los del Museo Arqueológico?" En este
ambiente de trampas, desquicios y autoestafas, se ha
decidido restituir en sus altas misiones al personal de
Museo Arqueológico.
Que siga en nombre del saber la mentira, y sobre
todo ahora que la practiquemos conscientemente.
Coño, no nos cansamos de robar y de cargar esta
máscara del demonio.
El asunto no es darse uno un tiro, sino que ese
tiro debería tener la fuerza de una hecatombe total.
Otro artículo que publico el diario El Vigilante el
30 de julio de 1993, procurando que se investiguen las
bazofias
de
los
llamados
“descubrimientos”
arqueológicos. Ante mis arremetidas por la prensa, el
Consejo Universitario de la ULA permanece impávido.
He aquí mi artículo:
¿LA INVESTIGACIÓN UNIVERSITARIA COMO
FRAUDE?
¿Quién ha olvidado el famoso "hallazgo" de una
antiquísima ciudad indígena en la Pedregosa Alta y que
acabó en uno de los fraudes más grandes que puedan
ser recordados en este país? ¿Qué pasó con el otro
"hallazgo" de una piedra lítica en el cerro de las Flores y
que sirvió para darse bomba académica quienes la
"encontraron"? ¡Cuántos viajes, cuántas conferencias,
cuántas
maldades
anidadas
en
estos
"descubrimientos"! ¡Cuánta incapacidad moral de
quienes usufructúan como negocio la dirección de
nuestra Universidad, que no dicen nada, que permiten
estas barbaridades y burlas sin descanso ni medida;
para escarnio de todos nosotros y que delitos que
además quedan sin castigo!
Así se va una gran parte de los recursos de la
Universidad: en farsas, en mentiras. Y tienen el coraje
de publicar esas barbaridades en revistas dizque
científicas; quisiera saber cuánto le ha dado el CDCHT
a estos señores, para que promuevan un descrédito tan
grande de la ULA, de Mérida y del país.
Nadie quiere meter el bisturí en el tumor; no lo
quiere meter Leonel Vivas porque quiere ser rector; no lo
quiere meter Michel Rodríguez, porque ha compartido
mucho tiempo decisiones importantes en la ULA, y quién
sabe a qué aspirará después de este mandato; no lo
quiere meter Corao porque no tiene título para tanto, ni
mucho menos López Añez, quien ha preferido
convertirse en asesor taurino de las Ferias del Sol.
TERCER ATRACO ARQUEOLÓGICO DEL SIGLO
Después de todo lo relatado anteriormente, la señora
Jacqueline Clarac siguió tan campante dentro de la
Universidad de Los Andes. Asistía a Congresos
internacionales y nacionales. Era pieza clave en las
ponencias de todo tipo: culturales, folklóricas, indigenistas
e incluso pasó a formar de la Comisión Universitaria para
la Constituyente que se votó en 1999. Como el pimentón,
ella estaba en todo guiso intelectual de nuestra ULA. Pero
ya, para no perder la costumbre, en esa época, cometió
otro adefesio tan mayúsculo como el de La Pedregosa: Se
estuvo reproduciendo por miles en Mérida, la carta donde
Jacqueline Clarac de Briceño admite que el antropólogo
Lino E. Meneses Pacheco plagió de manera despiadada un
trabajo del profesor Christian Páez Rivadeneira. Resulta
que la doctora Jacqueline, otra vez empeñada en no
desmentir su carrera de locuras (siendo presidenta de un
jurado donde hay un espantoso fraude), califica la tesis
presentada de “Excelente con derecho a publicación”. El
timador se copió hasta los errores ortográficos que
cometió el doctor Christian Páez; en cuanto el doctor
Christian se entera de lo que han hecho con su trabajo, se
reúne de urgencia con la doctora Jacqueline; ésta al
principio se muestra “sorprendida” por el paquete chileno,
y para que el escándalo no se difunda, de inmediato
acuerda con el afectado redactar de su puño y letra un
documento, donde efectivamente ella reconoce que Lino
E. Meneses ha pecado gravemente copiándose tan
descaradamente la tesis que ha presentado. Estampa la
oronda señora en este escrito lo siguiente: “Reunidos en
mi casa el día 22 de noviembre, el profesor Christian Páez
y yo, hemos hecho una lectura comparada de la tesis de
Lino Meneses “La producción y uso del espacio en un
pueblo de doctrina: S. Antonio de Mucuño, Acequias,
Edo. Mérida”, y el texto de Christian Páez “Estudio de la
morfología urbana de S. Antonio de Mucuño”, de fecha
diciembre de 1997, constatando que en el texto del
antropólogo Meneses aparecen más de 17 páginas
extraídas del texto de Páez sin citarlo.”
Sigue la Carta: “Acordamos, en virtud del evidente
plagio encontrado, solicitar al antropólogo Meneses reescriba el cap. 2 de dicha tesis y la parte del cap. 4
cuyo título es “la fundación de San Antonio de
Mucuño”, enteramente. Así mismo, que re-haga las
fuentes hemerográficas tomadas de C. Páez.” Firma,
Jacqueline Clarac de Briceño.
“Acordamos igualmente darle un lapso prudente
de 15 días para realizar el cambio especificado, a
partir de la fecha de hoy. En Mérida, 22 de noviembre
de 1999”. Firma, Jacqueline Clarac.
Han sido incalculables los males que esta señora le ha
hecho a Venezuela y a la ULA, con sus inventos y
arbitrariedades, pero en este país de indios con cachuchas
(o con boina), en la que ella es experta, cualquiera comete
barbaridades de este tipo. Se pretende darle a quien
comete el plagio, especiales condiciones para que
rectifique su crimen, que es como si uno encuentra a unos
asaltantes en un banco y les pida que en devolviendo el
dinero robado, no les pasará nada, y seguirán por el
mundo frescos y benditos, y ascendiendo hasta llegar a ser
doctores o titulares. Sépase que en nuestras Máximas
(Ínfimas) Casa de estudios hay docenas de ladrones que
salieron a obtener un título de doctorado al exterior, y
llegaron cargados de peroles pero no con el fulano
diploma, y sin embargo la universidad los premió. Y
algunos de estos delincuentes cuando se les pretendió
castigar por sus delitos hasta la demandaron (a la
universidad, digo), luego de pasarse varios años sin
trabajar.
Pues bien, algunos extranjeros sin escrúpulos
viendo estos desmanes se anotan para cometer los
suyos.
Así hay todo un corral de enjundiosas vacas insisto en
nuestras universidades que en nombre de la investigación
le sacan un ojo de la cara al presupuesto nacional. Y casi
nadie se atreve a tocarlos, porque chillan más que las
ratas, siendo los primeros en salir a defenderles o a
protegerles los orondos señores de los equipos rectorales y
del mismo gobierno regional o nacional. Y todavía tiene
Chávez el valor de decir que se denuncien cuantas
bellaquerías se sepan. ¿Para qué? Yo me he pasado la vida
en esto y cada vez que denuncio a un cabrón, a poco de
denunciarlo ya lo han premiado con una embajada, y hasta
cuenta con el apoyo del mismo comandante, y aumenta su
popularidad entre esas vacas espongiformes y entre esa
canalla de estudiantes repitientes y profesores que siempre
andan postulándose para algún cargo político, y que se
vuelven invencibles e imprescindibles para la propia
Quinta República. Mierda, digo, Mérida... Sorry.
Advertía además que, por ejemplo el orificio localizado en su extremo
REFERENCIAS
superior, por su morfología no podía ser tallado (excavación por
Más aclaratorias acerca de la placa lítica encontrada
en 1988, en el sitio arqueológico del Cerro Las Flores.
raspado o abrasión), sino producto de una incisión cuando la arcilla
La Hechicera-Mérida
Quintero.
aún estaba fresca.
–
por
José
Luis
Moreno
Cuando en 1842 se hicieron las gestiones para
trasladar los restos del Libertador, de la catedral de Santa
Marta donde estaban enterrados, éstos estaban tan
irreconocibles, mezclados con otros cadáveres, desplazada la
tumba, que no fue posible saber nunca si los trasladados al
Panteón Nacional tienen algo que ver con Bolívar. ¿Qué
podríamos decir de los restos de Fray Juan Ramos de Lora?
En el mes de mayo de 1988 el Museo Arqueológico
recibió la información del señor Montes que, en la parte alta
del Cerro de Las Flores, cara norte, al efectuar trabajos para
colocar una tubería se había localizado dos huecos que
contenían en su interior restos óseos humanos en mal
estado de conservación, los cuales habían sido retirados por
los obreros que allí trabajaban.
Ya para comienzos de 1988 yo advertía claramente -y en base a mi
experiencia como escultor y tallista de piedra- que esta placa de
Wiracocha no era de piedra sino de cerámica, porque no presentaba a mi juicio- visos de tallado sino más bien de modelado; es decir, que
podría tratarse de una placa de arcilla preparada en un molde.
A mediados de 1988 (cuando aún resonaban las acaloradas
discusiones en torno a la existencia de un "presunto sitio
arqueológico" en La Pedregosa Alta-Mérida, donde se generó un
sinnúmero de informaciones que degeneraron en imprecisiones y
hasta exageraciones de las partes en conflicto, y que terminaron por
poner en tela de juicio la seriedad del Museo Arqueológico de la
ULA) de improviso apareció la TABLA DE SALVACIÓN: un
descubrimiento arqueológico portentoso que pretendería recuperar la
credibilidad de dicha institución ante la opinión científica y general:
Se trataba del descubrimiento de una placa lítica antropomorfa que
representa la figura central de la Puerta del Sol de Tiwanaku (Bolivia)
encontrada en una cámara funeraria del cerro Las Flores (Mérida).
Ese año 1988, realizando labores de rescate en ese sitio
arqueológico, descubierto durante la colocación de una
tubería para abastecer de agua a la comunidad de la zona,
se encontró como se dijo, una placa lítica atípica para la
zona y en general para la arqueología venezolana. Todo esto
informó en el Boletín Antropológico Nº 15 (Niño Antonio:
Excavaciones arqueológicas en el Cerro Las Flores, La
hechicera, Mérida, junio-diciembre 1988).
Por fortuna, a finales de 1990, unos amigos quienes visitaron varios
sitios arqueológicos de Ecuador, Bolivia y Perú y muy especialmente
las ventas de artesanías (a quienes les había comentado
la figura central de la Puerta del Sol del sitio Tiwanaku..."
(pp.25).
anteriormente sobre el hallazgo), me trajeron las pruebas materiales
que confirmaron mis apreciaciones sobre el fraude que se había
EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS
EN EL CERRO LAS FLORES - LA HECHICERA
cometido.
Boletín Arqueológico No 15- ,1988.
Efectivamente, con fecha 2 de junio de 1992 en el diario
Frontera, y con el título WIRACOCHA: UN DIOS
OBLIGADO A EMIGRAR O EL ITINERARIO DE UN
FRAUDE ARQUEOLÓGICO, José Luis A. M, denunció
públicamente este otro fraude arqueológico. Denuncia ésta
que se negó a investigar como hemos visto toda de la
Dirección de dicho Museo, las Autoridades Universitarias
(Rector, Vicerrector Académico y Administrativo, Decano de
la Facultad de Humanidades y Educación y el Director de
Cultura y Coordinador del C.D.C.H.T). El fraude en cuestión
consistió en pretender hacer pasar una pieza de artesanía
contemporánea, que comúnmente se adquiere como
souvenir en las tiendas turísticas de Bolivia y Perú, por un
objeto arqueológico de incalculable valor histórico.
En ese Boletín Antropológico Nº 15 de 1988, aparece un
artículo intitulado: Excavaciones Arqueológicas en el cerro
Las Flores, La Hechicera-Mérida, cuyo autor es Antonio
Niño, en el que se relata que el objeto descubierto "... una
placa de piedra la cual dadas sus características
consideramos es una pieza atípica para la Arqueología de los
Andes merideños y por ende para Venezuela; (...) es una
representación antropomorfa muy similar a la existente en
Antonio Niño*
Introducción
Este informe es una descripción de los resultados de
las excavaciones que en los meses de julio a diciembre de
1988 se realizaron en el yacimiento arqueológico localizado
en el Cerro Las Flores, próximo a la ciudad de Mérida.
Nos parecía poco probable la no existencia de
yacimientos adyacentes a la ciudad; por ello pensábamos
que era necesario el estudio de un área que había
permanecido hasta ahora poco conocida para la arqueología
de la región.
Existían dos razones de peso considerables para esto,
como son:
En los reportes de cronistas y de investigadores
recientes (Samudio 1988) se menciona la presencia de
comunidades asentadas en esta zona durante la conquista,
y posteriormente.
*
Museo Arqueológico "Gonzalo Rincón Gutiérrez"-ULA.
Para el año de 1969, el Profesor Adrián Lucena Goyo
realizó en la hacienda Santa Ana (propiedad del señor
Hemeterio Montes Guillén) algunos sondeos, los cuales
permitieron localizar una cámara subterránea con un
posible entierro asociado a dos vasijas de cerámica (una
grande y una pequeña) así como fragmentos cerámicos,
información ésta aportada por el señor Carlomar Montes,
hijo del entonces dueño de los terrenos; lamentablemente
desconocemos hasta el presente el destino de estos
materiales y si fue publicado algún informe sobre dicho
trabajo.
En la primera etapa del trabajo nos hemos limitado al
estudio de una parte de lo que puede ser el contexto general
al cual han debido estar vinculadas las cámaras
subterráneas localizadas en el sitio.
En el mes de mayo de 1988 el Museo Arqueológico
recibió la información del señor Montes que, en la parte alta
del Cerro Las Flores, cara norte, al efectuarse trabajos para
la colocación de una tubería se había localizado dos huecos
que contenían en su interior restos óseos humanos en mal
estado de conservación, los cuales habían sido extraídos por
los obreros que allí trabajaban.
Revisamos el sitio, descubriendo que se trataba de
cámaras subterráneas, aparentemente del mismo tipo de las
localizadas en La Pedregosa (misma zona, pero ubicadas
más hacia el Este). (Niño 1988, Ramos y otros, 1988); como
no había personal disponible para trabajar de inmediato, el
Sr. Montes se encargó de brindarle al sitio protección hasta
que pudiéramos emprender su estudio, mes y medio
después. En julio 1988 se iniciaron las investigaciones de
campo con la convicción de que, si bien se hacían en
estructuras ya saqueadas, al menos nos aportarían
información sobre la forma y técnica de elaboración de las
cámaras, pudiendo asimismo obtener nuevos datos para
enriquecer el esquema propuesto a nivel de tipología de
cámaras subterráneas (Niño, 1988).
Se consideró de igual forma que los análisis de PH,
polen y fósforo que, de los sedimentos del fondo de las
cámaras como de la trinchera, se pudieran efectuar, nos
permitirían comprobar en todo caso cuál había podido ser el
último uso de estas estructuras:
Bien como cámaras funerarias, bien como silos (esta
última hipótesis fue planteada con anterioridad por algunos
investigadores para esta zona (Wagner, 1980; Vargas, 1969).
No descartamos la posibilidad de que nuestro trabajo
permitiera dar con cámaras no alteradas, como en realidad
ocurrió.
BOLETIN ANTROPOLOGICO. Mayo-Agosto 92 No 25
Noticia aclaratoria acerca de la placa lítica
encontrada en 1988 en el sitio arqueológico del Cerro
Las Flores, La Hechicera, Mérida:
En ese año, realizando labores de rescate en este sitio
arqueológico descubierto durante la colocación de una
tubería para abastecer de agua a la comunidad de la zona,
se encontró en una de las cámaras subterráneas, 3 de las
cuales ya habían sido saqueadas, una placa lítica atípica
para la zona y en general para la arqueología venezolana. Al
respecto se había informado lo siguiente en el Boletín
Antropológico No 15 (Niño Antonio: Excavaciones
arqueológicas en el Cerro Las Flores, La Hechicera, Mérida,
junio-diciembre, de 1988):
"Nivel 12/ 110 a 120 cms. En este nivel de la cámara
(Nº 3, MR-109-1-3) se encontró una placa de piedra, la cual
dadas sus características consideramos es una pieza atípica
para la arqueología de los Andes Merideños y por ende para
Venezuela; la pieza en cuestión es una representación
antropomorfa muy similar a la existente en la figura central
de la "Puerta del Sol" del sitio Tiwanaku, próximo al lago de
Titicaca en Bolivia. Su presencia dentro de una cámara
subterránea en el área andina merideña abre un sinnúmero
de interrogantes y conjeturas, las cuales considero prudentes
no tocar en este trabajo, ya que por la magnitud del hallazgo
se hace necesario que especialistas de las culturas pre-incas
conozcan de dicha pieza y del contexto arqueológico y
etnológico de la zona, así como de la región, para que
puedan explicar su presencia en el sitio (ver pp. 25-26 de
dicho número de nuestro Boletín).
Pues bien, después de cuatro años de consulta a
especialistas venezolanos y extranjeros al respecto, tuvimos
este año una noticia desagradable pero aclaratoria,
finalmente, de la presencia de dicho objeto en el
mencionado sitio: Nos confesó un habitante del lugar que
la había enterrado ahí "para jugarle una broma" al
investigador encargado, y que luego, "le había dado
pena confesarlo"; había recibido dicha placa muchos
años antes en el mismo sitio de Tuwanaku, de manos
de campesinos. Esta "broma" nos costó tiempo y dinero,
por
la
correspondencia
que
engendró
y
los
desplazamientos que tuvimos que hacer nosotros o
nuestros invitados al respecto. Por lo menos, ya se
aclaró, y el arqueólogo boliviano José Esteves Castillo, del
Instituto Nacional de Arqueología de Bolivia, invitado por
nosotros a Mérida confirmó que se trata de una pieza de
artesanía antigua, que ya no se hace en Bolivia desde hace
unos 50 años, pues se perdió este arte. Las piezas actuales,
en efecto, son mucho más burdas. Dice que nunca se han
conseguido placas de este tipo en las excavaciones
realizadas en su país.
Pero era que se estaba cocinando algo muy gordo y
había que darse caché aunque fuese inventando las bazofias
más absurdas. Es así como nos topamos con el:
VI CONGRESO DE ANTROPOLOGIA EN COLOMBIA
"LA CONSTRUCCIÓN DE LAS AMÉRICAS"
UNIVERSIDAD DE LOS ANDES - FACULTAD DE
HUMANIDADES
Y
CIENCIAS
SOCIALES
DEPARTAMENTO DE ANTROPOLOGÍA
SANTAFÉ DE BOGOTÁ - JULIO 22 AL 25 DE 1992
*Los Mu-Ku y su relación Prehispánica con Bogotá y
con el tronco Lingüístico Chibcha
Ponente: Jacqueline Clarac de Briceño.
*Resistencia Lingüística presentada ante el idioma
español por los aborígenes de los Andes venezolanos y sus
descendientes.
Ponente: Luis bastidas
*Las estructuras de pensamiento dual en el ámbito de
las sociedades indígenas de los Andes orientales.
Ponente: Roberto Lleras.
*El lugar de los sacerdotes en la Organización social
Muisca.
Ponente Eduardo Londoño.
Ponencia: Los Mu-Ku y su relación prehispánica con Bogotá y con el
tronco Lingüístico Chibcha.
Ponente: Jacqueline Clarac de Briceño.
Los grupos humanos asentados en nuestra Cordillera
de Mérida a la llegada de los españoles tenían
probablemente unos quince siglos de haberse instalado en
esta región, por lo menos según nos indican las fechas
obtenidas del trabajo arqueológico realizado en la misma
hasta el presente. Es probable que esos grupos encontraran,
al conquistar la cordillera, a otro grupo ya instalado
anteriormente, desconociéndose todavía la procedencia y
cultura de éste, aunque pensamos que legó a los que lo
siguieron algo de su religión, de su horizonte cerámico y de
sus técnicas de cultivo, por lo menos.
Los trabajos ya realizados para la presente fecha (1992)
en arqueología y etnología nos permiten entonces establecer
que la población de la Cordillera se constituyó a través del
tiempo con:
-Un primer grupo étnico que llegó al comienzo de
nuestra era y se mantuvo en la cordillera hasta la llegada de
los españoles, siendo parte de nuestra población actual
descendiente de él. Puede ser ubicado, por las
características de su cultura, mitología, religión, patrones
funerarios, construcción de viviendas, patrones de
asentamiento, técnicas agrícolas, dentro de la cultura
Chibcha, de la cual sabemos hoy que se extendía a América
central, gran parte de Colombia (oriental) y al Occidente de
Venezuela (en zonas de los actuales territorios de los
Estados Zulia, Lara, Trujillo, Mérida, Barinas y Táchira)
especialmente, aunque es posible que esta influencia haya
llegado también a otras partes de nuestro país.
-Un grupo (o varios) llegó más tarde, probablemente
alrededor del siglo IX de nuestra era, pertenecía a la cultura
arawat, una de las más extensas e importantes de América
del Sur como del Mar Caribe.
-Es probable que haya penetrado también más
tardíamente (poco antes de la llegada de los españoles en el
siglo XVI un grupo de la etnia Caribe, la cual conquistó gran
parte de América del Sur, las Antillas y parte de
Centroamérica. Los Caribes estaban en pleno proceso de
expansión marítima, terrestre y comercial al llegar los
europeos, razón por la cual fue una de las etnias que mayor
resistencia armada presentaron a éstos.
Es para el segundo grupo, que pertenecía con toda
probabilidad a la cultura Chibcha y estuvo más tiempo
asentado en nuestra cordillera en nuestra era, que
poseemos la mayor (aquí falta material)
Aunque
pudo
provocar
este
descubrimiento
desconcierto a los arqueólogos, menos raras excepciones no
parece haber desconcertado a Luis Lumbreras, especialista
de la cultura prehincaica a la cual se conoce bajo el nombre
de Tiahuanaco. Fue consultado al respecto en el seno del II
Congreso Mundial de Arqueología (Barquisimeto, Venezuela,
septiembre de 1990). Tampoco podía desconcertar este
descubrimiento a los etnólogos, conocedores de la gran
cantidad de contactos que hubo entre las distintas etnias
americanas.
Luis Lumbreras, al analizar detenidamente la placa
grabada en piedra, hizo el diagnóstico siguiente, que basó
en demostraciones: a) La placa es una auténtica joya del
Tiahuanaco Clásico" (Siglos VIII-IX de nuestra era).
El impacto de la cultura Tiahuanaco se habría
producido hacia el siglo VIII (alrededor de 750 según Engel,
1972, 1979). Este nombre de Tiahuanaco o Tiahuanacu
se atribuye a uno de los más importantes conjuntos
arquitectónicos del continente sudamericano, situado a
unos 3,900 metros de altitud y a unos 18 kilómetros del
Lago Titicaca, en una región húmeda y pantanosa que fue
estudiada por primera vez en el siglo XIX por Max Uhle. Se
ha podido mostrar las grandes destrucciones de las cuales
ha sido objeto este sitio desde la época incaica, pasando
luego por la época hispánica, hasta hoy.
El llamado estilo Tiahuanaco" comprende en realidad
tres estilos principales como explicó Lumbreras (II Congreso
Mundial
de
Arqueología.
BarquisimetoVenezuela,
septiembre de 1990) que corresponde a tres épocas
diferentes desde el siglo V antes de nuestra era hasta el
siglo IX después de ésta. Se ha basado primero en los
motivos de la llamada "Puerta del Sol", estilo clásico, siglos
VIII-IX. En las Tiahuanaco narices son rectas, los ojos
excavados en sus órbitas, la nariz del dios central de dicha
Puerta es incluso tan recta y puntiaguda que parece, según
Engel (1972-1979 "un triángulo trazado con una regla".
Tiahuanaco ha reproducido un tema muy típico del arte
Chavín anterior, o Tiahuanaco antiguo: el de los animales
serpentiformes que se escapan del cuerpo de un personaje
generalmente armado de un propulsor. Sin embargo, en el
Tiahuanaco clásico, la cabeza del animal es a veces la de
un felino (como en Chavín o en Paracas) a veces el de un
águila (Tiahuanaco clásico).
Entre otros motivos este estilo está en el chuyo o gorro,
que está presente en casi todas las estatuas, y que nuestro
campesino merideño de ciertas zonas (como Lagunillas, por
ejemplo antigua Jamu) pretende haber sido, junto con la
ruana muy larga, uno de los atributos más típicos de los
primeros habitantes de nuestra Cordillera, según contaban
sus antepasados, razón por la cual aseguran todavía dichos
campesinos que aquellos habitantes eran "peruanos..."
Se ha hablado de un "horizonte tuahuanacoide", así
como habría habido también un "horizonte Chavín",
habiendo llegado ambos muy lejos en su influencia. Incluso
se ha pensado que toda la cordillera Andina habría tenido
un periodo de "gran fusión bajo la dirección de Tiahuanaco
pero sólo puede constituir esto, en el estado actual de
nuestro conocimiento una hipótesis de trabajo, la cual
podría recibir un primer elemento de comprobación,
cuantitativamente, poco significativo, pero cualitativamente
muy importante, con el descubrimiento de este objeto
arqueológico en la Cordillera de Mérida.
La aseveración de Luis Lumbreras (1990) de que la
placa sería del estilo Tiahuanaco Clásico y dataría por
consiguiente del siglo VIII o del IX, coincide con la hipótesis
a menudo elaborada por los investigadores recientes de una
expansión de esta cultura hacia estos siglos la cual se pudo
producir a través de "pequeñas colonias tiahuanicoides
aisladas", como lo expresa Engel. Incluso algunos autores
hablan de un "proselitismo religioso" de parte de dicha
cultura, el cual habría abarcado muchas zonas como lo
hace ver el mismo Engel y como lo ha tratado también
Triana para Colombia (1982, 83 y 84) e incluso para
Venezuela G. Antolinez (1972: 239-240). Si fue así habría
desaparecido esta importante cultura incaica, Chibcha de
Colombia y del occidente de Venezuela.
Esta influencia religiosa tendría que ver especialmente
con una muy antigua divinidad, Wiracocha, dios creador al
mismo tiempo que héroe cultural, que "habría enseñado a
su pueblo cómo vivir" (Mason, 1961: 191. Su culto, según
Mason habría construido "más una religión filosófica que
animista" este antiguo dios habría sido asimilado al sol y al
arco iris, y su nombre de VIRACOCHA sería sólo uno de los
numerosos nombres que recibía. Significaría el mismo AIRELAGUNA o ARCO IRIS LAGUNA siendo para El Perú antiguo
su correspondiente femenino COCHA-MAMA fuertemente
relacionado este último con las lagunas y culebras
gigantescas de agua, mientras que el dios tiene una fuerte
relación con el jaguar y los felinos en general desde la época
de Chavín, antes...
CONSECUENCIAS DEL MARZO
SANGRIENTO
Fui testigo de los días terribles del 13 de marzo 1987,
y cuanto voy a referir fue minuciosamente investigado a
través de testimonios orales trasmitidos por los
protagonistas y mediante documentos consultados en
distintas hemerotecas del país, principalmente la de Tulio
Febres Cordero, en la ULA.
Aquel 24 de marzo de 1987, como ya dije, fue
cuando la Decana de la Facultad de Ciencias, la
doctora Eldrys Rodulfo de Gil bajaba las escaleras del
Rectorado, en medio del atronador abucheo de los
enardecidos estudiantes. Ya se sabe que el "crimen" de
la doctora Gil, no era haber destruido El Valle, el río
Chama o Mucujún, ni haber convertido en un pantano
la Zona de San Antonio en el Arenal o haberse
enriquecido con la trácala de FUNDAULA; tampoco
haber deforestado los últimos reductos vírgenes de
nuestros bosques andinos; mucho menos estar
planeando la intervención de la Laguna de Caparú o
haber influenciado para que la población padeciera los
desmanes de nuestros malos servicios públicos. No,
toda su "criminal" actitud, su aberrante e intolerable
maldad de "ramera" se encontraba en haberse opuesto
a la eliminación de los Exámenes Finales en la ULA.
La ciudad ardía en temblores y rumores de toda
clase, y el crujir de las llamas, el despelote de las
carreras en la Plaza Bolívar y los disparos de
perdigones no hacían variar la firme determinación de
un grupo de forajidos (llamados por la generosidad del
tiempo y de nuestra democracia: "estudiantes"),
fuertemente pertrechados en el edificio del Rectorado:
"¡Eliminación de Exámenes o Nada!", gritaban
furibundos.
El rector Pedro Rincón Gutiérrez estaba anegado
en lágrimas por los efecto de los gases lacrimógenos, y
los altos "dirigentes estudiantiles" se disputaban un
espacio para poderle limpiar la cara, por llevarle
pañuelos húmedos en vinagre. El Rector respiraba con
dificultad, pero nada lo hacía retirarse de su puesto de
combate, mucho menos cuando estaba en juego una
de las jornadas más felices de la historia estudiantil de
la ULA. Muchos pregonaban que aquellas jornadas
dejarían "chiquitos" cuanto se había hecho durante el
famoso Mayo Francés.
Todo esto sucedía el día miércoles, 1º de abril de
1987. El Consejo Universitario sesionaba a puerta
cerrada y estuvo deliberando hasta muy tarde; en
realidad sesionaría hasta las tres de la madrugada. La
ciudad se iluminaba con las enormes bolas de fuego de
las grandes barricadas que ardían en las calles. Los
iracundos estudiantes se entretenían (mientras se
esperaba la histórica decisión), viendo películas en el
Aula Magna; otros, como ocurría en estos casos,
libaban licor en botellitas que llevaban a escondidas en
el mismo portafolio de sus libros.
El
ambiente
era
tenso.
Una
decisión
desfavorable en cuanto a la eliminación de los
Exámenes Finales, podía ser "reaccionaria, retrotraer
las luchas estudiantiles" hacía la época más negra del
gomecismo. Mientras algunos grupos deliberaban,
otros más radicales lanzaban objetos contra tres
comercios colindantes con la parte sur del Rectorado.
A las cuatro de la tarde se escucharon rechiflas,
aplausos; algunas puertas habían sido abiertas; un
negrito radical fue alzado en hombros y en medio de la
gritería dio un discurso que casi nadie escuchó o
entendió. El rumor que corría era que la reja que
conduce al Consejo Universitario había sido abierta.
Pronto se comprendió que sólo era para que entraran
los fotógrafos de la prensa. También llegaban gritos
desde el Aula Magna donde se proyectaba la película
"Por un puñado de dólares". No se sabía qué estaba
mejor, si la guerra a tiros que mantenía Clint Istwood
contra unos bandidos o la posible carajada de la
eliminación de los exámenes por las presiones como se
debatía en el seno del CU.
A las 5:05 p.m., alguien, desde lo alto del
segundo corredor advirtió que "la vaina se estaba
poniendo fea. Los enemigos del estudiantado y de la
autenticidad
revolucionaria
estaban
con
el
"contraanálisis" que se derivaba de la eliminación de
los exámenes finales, únicamente por un pinche
semestre". Esta jerga sin duda constituía una burla,
una sorda coñodemadrada, cuando a todos nos consta
que no ha sido culpa nuestra las perturbaciones que ha
sufrido la ciudad... y la pérdida sistemática de clases
en todas las Escuelas... ¡Resistid! ¡Un esfuerzo más y
seréis libres! Compañeros. ¡Aquí no vamos a transigir ni
con la sangre del mismo Cristo!".
El estudiante que hablaba era un prospecto de
candidato a presidir la Federación de Centro
Universitarios, y le urgía hacerse notar. Su estridencia
verbal era como el golpeteo a una lata.
Los gritos que se proferían en el hueco central del
edificio llegaban hasta la sala de sesiones,
precisamente cuando una corriente se inclinaba por
derogar la anulación de las pruebas finales (esta
corriente
era
"izquierdosa
y
por
supuesto
antifascista"). Entre tanto la otra no acaba por hablar
con claridad. Don Perucho, que toda la vida había
sabido divagar magistralmente para aparecer siempre
como el padre de la ecuanimidad y de la cordura, un
ser supremamente heroico y revolucionario, se
aferraba a un silencio capcioso y confuso. Por nada del
mundo habría permitido que se derrotara la posición
de sus seres queridos, los estudiantes revolucionarios,
“el sueño futuro de la patria que había que sembrar
cada mañana en la hora dura del dolor y de la lucha a
paso de vencedores...”. Su silencio mortal era
interpretado como un desafío contra las fuentes de
oscuras aguas de donde emergen los reaccionarios
albañales que siempre han empantanado los
subterráneos veneros de nuestros sueños".
El ron seguía corriendo con profusión. Algunos se
divertían de lo lindo tras los grandes bastiones de las
escalinatas y los jardines, acurrucados y echados
idílicamente a la espera de una decisión que favorable
o no a los que buscaban tenía por fuerza que terminar
en un incontrolable saqueo de la ciudad. Alguien, de
manera aburrida, encaramado en el pedestal de la
estatua de Fray Juan Ramos de Lora, exigía también la
eliminación de los profesores que aplazaran a los
estudiantes con notas de 9 puntos. Se acordó la
repontenciación del galardón del "Pirata de Oro", al
tiempo que corría con sorna la advertencia de expoliar
con furia los misterios ocultos de dos nuevas licorerías
recientemente instaladas por la cercanía de Ingeniería.
Ya a la final, no sólo valía la pena eliminar los
exámenes finales sino también cancelar a la
Universidad eternamente.
Se escuchaba de todo, como es de suponerse.
En las sombras, aquellos rostros mostraban
brillantes sonrisas, locuacidades preñadas de
incógnitas; de vez en cuando algún pánico disimulado
adosado a cada noticia nueva se apoderaba de los ojos
de alguna bella joven libertaria.
El grupo de la "Comisión de Juristas de la
Federación" se abrió paso hasta la estatua de Fray
Juan Ramos de Lora:
-¿Y si nos tiramos con un Recurso de Amparo?
- Imposible, compañeros.
Los gritos no se dejaron esperar: "-¡No queremos
rajados!", "¡Mueran los cobardes!", "¡Abajo el
gobierno!".
La película no había terminado y estaba en su
mejor parte, pues ni uno solo de quienes la seguían se
movieron de su puesto; incluso, dos jóvenes de una
Comisión nombrada por los mismos estudiantes para
averiguar lo de un complot del gobierno en la muerte
del estudiante Carvallo Cantor.
Algunos de los más violentos, reunidos tras el
pilar que da al traspatio del Museo Arqueológico
llegaron a la conclusión de que sería mejor suspender
temporalmente la discusión sobre la eliminación de los
exámenes finales y llamar a una huelga de hambre.
Las huelgas de hambre en Venezuela son las más
largas del mundo, capaces de engordar en pocos días a
los habitantes de diez países como Biafra. Son las
huelgas de donde salen voluminosos y sanos, tantos
los promotores como sus más declarados mártires.
Hasta se habilita una sección especial del Comedor
Universitario que funciona durante las veinticuatro
horas y mientras se cumplen estas dietéticas jornadas
reivindicativas.
¡Qué bueno si el mundo viviera en una eterna
huelga de hambre!
Algunos "revolucionarios" de vieja data, con sus
mechones sueltos y sus boinas rojas, desplazábanse
cabizbajos por los pasillos. Estos tipos eran verdaderos
catadores de bombas lacrimógenas, pues sostenían
que las que estaban tirando en aquel momento eran
coreanas. Pero estas disquisiciones eran sostenidas en
medio de las enormes vacilaciones que producían
temores y ardores violentos, pues de no ser más
radicales no sólo se perdía una lucha que había
llegado tan lejos, porque lo más grave era el
"entredicho" en que quedaría la ULA, la más brava de
las universidades de América. Había que crear un
sistema de evaluación continúa como se realiza en
Canadá, Francia y los Estados Unidos.
Ya era de noche, y llegaban los refrigerios
ordenados por alguna autoridad rectoral, que pensaba
vencer en lides ulteriores. La masa estudiantil seguía
creciendo y llegaban con chamarras, colchonetas y
cobijas, dispuestos a pasar la noche en el Rectorado.
Los periodistas se ubicaron en la parte alta cuando el
mar de jóvenes gritaba: "¡De aquí no sale nadie si se
aprueban esos inquisitoriales exámenes finales!"
"Las meretrices de la concordia" o los "lobos
disfrazados de ovejas" (con locuacidades de monos),
llamaban al orden y exigían compresión ante las
difíciles y críticas circunstancias. Era otro momento
coyuntural que estremecía a la Universidad
venezolana. Cada vez que un representante estudiantil
salía de las sesiones del Consejo Universitario, una
nube de jóvenes rodeaba (menos los que veían las
películas o los que gozaban a hurtadillas con las
golosinas de alguna nueva revelación moral, por los
lados
de
los
pasillos
de
Odontología).
Se
intercambiaban ideas y surgían esas palabras
grandilocuentes de "La vaina está crítica, mano"; "Nos
mantenemos firmes en nuestra posición, pana". "Sólo
la Eldrys nos está echando la partida para atrás".
"Pero nuestro Rector es oro puro, camaradas... Oro
puro..."
Cerca de las 3 de la madrugada se escuchó un
alarido que estremeció hasta los restos de Fray Juan
Ramos de Lora (que por cierto, aún no habían sido
confundidos con los de una vaca): estaba a punto de
mantenerse la eliminación de los exámenes finales, y
que había sido la justa posición fuertemente elevada
hasta los máximos organismos el día martes, 24 de
marzo. Sólo faltaba "acordar medidas supletorias,
indispensables para instrumentar cabalmente la
medida de suspensión de la prueba académica
respectiva por este semestre... porque la Eldrys sigue
echando vaina".
Entonces comenzaron los estallidos de tumbaranchos. "¡Vale, ¿ustedes no se dan cuenta de que nos
quieren echar la partida pa' atrás?", le espetaba un
ducho dirigente a otro. "Calma, vale. Tú no conoces a
fondo nuestra estrategia. Déjalos tranquilos, que
nosotros los esperamos en la bajaíta?"
De repente se escucharon vallenatos mezclados
con ritmos de cumbia. Los "altos dirigentes" tenían
alguna bomba entre manos. Se había triunfado porque
anticipadamente se ratificó la decisión del martes. "Lo
conseguimos sin presión - gritaba una dirigente
estudiantil. ¡Qué hubiera pasado si de veras nos
arrechamos...!"
Y entonces se salió a la calle a quemar cauchos,
a desafiar a la policía, y se levantaron barricadas
desde la Plaza Bolívar hasta las inmediaciones de la
iglesia de Belén todos los pipotes de basuras rodaron
por las calles. "Se gozó un bolón". Los dirigentes
estudiantiles, abrazándose y festejando decían: “¡Se
salvó la dignidad de la ULA y hemos puesto de
arrodilla a los traidores!”. Esa noche se tomó caña en
exceso. Emperifollados prospectos de candidato a
autoridades o a funciones elevadas en el medio
académico, hicieron acto de presencia ante los
eminentes y atrevidos desarrapados que habían
logrado arrancar un triunfo tan luminoso a los rancios
enemigos del estudiantado. Como en la podrida Roma
hubo de todo lo necesario para calmar la sed de una
turba tan aguerrida y sacrificada.
El día jueves 2 de abril, el Correo de Los Andes
salió con un titular esplendoroso: LA DIGNIDAD
ESTUDIANTIL.
Decía: "En vísperas de la marcha por la
dignidad universitaria, anticipándose a la expresión y
al sentir de la comunidad estudiantil el mensaje de
protesta juvenil comenzó enarbolarse en pancartas y
emblemas por las calles de Mérida. Y la voz escrita de
Ni terroristas ni narcotraficantes, somos estudiantes...
LA CARNAVALADA DEL MARZO SANGRIENTO
El pretexto infame para exigir la eliminación de los
exámenes finales como hemos dicho, había surgido a
causa del asesinato en la persona del Luis Ramón
Carvallo Cantor. Fue realmente un macabro día
viernes 13, por la noche. Un grupo de estudiantes
recién graduados celebraba con las consabidas
caravanas de carros por las calles de Mérida. De
pronto se escuchó un disparo. Un conocido abogado
de la ciudad acababa de matar a un estudiante, que
ese mismo día se había recibido de ingeniero de la
República. El abogado lo mató frente a su casa, en la
avenida 4, entre las calles 30 y 31, por estar
orinándose cerca de su jardín.
El sacudimiento fue tremendo. Comenzaron a
llegar jóvenes de todos los sectores aledaños. El
terrible anuncio corrió con una intensidad y una
emoción nunca vista: "Mataron a un estudiante". La
casa del abogado, autor del disparo, de nombre
Bernardino Navas, fue saqueada y reducida a cenizas
en cosa de minutos. El carro Toyota del abogado fue
sacado del estacionamiento y convertido en una
inmensa hoguera.
Durante la noche de ese viernes se oyeron
tronar más sirenas. El centro de la ciudad estaba
obstruido por promontorios de chatarras de todo tipo,
similar a esas escenas que con escombros hemos visto
sobre la guerra en Bosnia. Se respiraba un aire de
tragedia y grandeza que cada cual interpretaba a su
manera. Veíanse colchones, cauchos, escritorios,
sillas, metales retorcidos, enormes peñascos, tambores
y basura por doquier. Parecían los restos dejados por
una guerra que se hubiese librado casa a casa.
El día sábado amaneció con una tensión
abrasadora. Ya a las 9 de la mañana había una
concentración multitudinaria de jóvenes en Glorias
Patrias, cerca de la funeraria donde se velaban los
restos del estudiante asesinado. Pero el caos era total.
Las bombas lacrimógenas y los saqueos se sucedían
en muchos lugares del Centro. La guerra fue durante
todo el día y la noche. Muchos estudiantes apostados
por los sectores del Rectorado y la Plaza Bolívar y que
mantuvieron en jaque a la policía con sus piedras y
bombas molotov, habían estado la noche del sábado
14, libando licor.
El gobierno de Lusinchi se tambaleó feamente
y tuvo el presidente que dirigirse a la Nación, pero en su
torpeza relacionó los disturbios con acciones del
narcotráfico. Nuestros depresivos gobiernos siempre
requieren de unos espectros para lanzar sus dardos
asesinos al tiempo que cometen desmanes. En el pasado
sus conductas represivas, sus masacres, fueron siempre
atribuidas a la subversión; ahora el chivo expiatorio era
otra vez el asunto de las drogas. Casualmente en aquellos
días don Jaime Lusinchi estaba preparando una ponencia
sobre narcotráfico en la ONU, de modo que discurrió
largamente por la televisión sobre este asunto; allí estaba
el meollo de la tragedia de Mérida.
Tal fue el horror que causó este estallido a nivel
nacional, que un reclamo de aumento de salarios para
el sector público que se tenía pendiente desde hacía
varios meses, don Jaime ordenó hacerlo efectivo de
inmediato. Se vivieron en una parte de Venezuela los
primeros síntomas de lo que habría de darse el 27 de
febrero de 1989. La noticia recorrió el mundo, pero el
relajo estudiantil jamás habría podido convertir aquel
movimiento en algo serio. En realidad, si alguien
hubiese podido entonces capitalizar el enorme
descontento nacional, se le habría adelantado al
proyecto de Chávez. En verdad se estaba maduro para
que se diera un gran vuelco político, sólo que faltaba
un líder.
El Alto Mando militar se reunió de urgencia y se
coordinaron acciones, disponiendo de inmediato el
envío de centenares de efectivos de la brigada
antitanques. Yo recuerdo que bullía un gran estado de
descomposición moral en todos los niveles del
gobierno, y que se avecinaba un gran golpe; yo quería
que ese golpe se diera en Mérida. Tenía el enorme
presentimiento de una conmoción en puertas, y
busqué desesperadamente al rector Pedro Rincón
Gutiérrez para proponerle que se erigiera en jefe de
una sublevación popular. Se respiraba el sentimiento
de una gran guerra que podía volcar todo el presente,
y comencé a rondar por la casa del rector, sintiendo
con honda tristeza que don Pedro Rincón Gutiérrez no
tenía guáramo para lanzarse en un proyecto
revolucionario. A lo mejor, para empezar a cambiar, a
él debía colgarse de primero. Pero bueno, así son las
revoluciones, unos las empiezan para que luego se les
pase por encima, y para que vengan los verdaderos
revolucionarios.
El pobre Perucho estaba demasiado relajado por
los pequeños acuerditos de partidos: hoy estaba con
los radicales de ultra, mañana con el MAS, después
con COPEI. Además, Perucho sentía un profundo
aprecio por Lusinchi y Blanca Ibáñez. Qué maldición y
qué desgracia la de este país, donde la gente que
tendría alguna capacidad política para dirigir un
movimiento de protesta, y provocar un vuelco general
de las podridas instituciones, se encuentra seriamente
maleada y comprometida con las componendas de
gobierno, con el servil oficialismo. Estuve a punto de
entrar en aquella de casa de Perucho, y antes de tocar
el timbre me sobrevino una horrible náusea. Sentí una
horrible y profunda soledad. ¡Aquí no hay hombres,
coño¡, me dije una y mil veces, y yo era un pobre
diablo.
Almacenes de la Guardia Nacional. Las cárceles
estaban abarrotadas de "zagaletones".
LAS LLORONAS DE TODAS LAS TRAGEDIAS
Ya el arma que mató al estudiante se
encontraba en poder de la Policía. Se quiso mentir al
principio diciendo que Bernardino actuó en defensa
propia. El arma era un revolver calibre 38 mm que
desde el día del crimen fue llevado y traído por varias
dependencias de la PTJ. El Comisario Orlando Jordán
Petit vino a Mérida con los resultados de la experticia.
Se veía cuán tembloroso y aterrado se encontraba el
gobierno que enviaron de urgencia al Comisario
General acompañado de altas personalidades de la PTJ
de Caracas. En el aeropuerto Carnevalli, a todas las
preguntas de los periodistas, el Comisario respondía:
"Eso es parte del sumario".
El domingo por la tarde, luego de muchas
vacilaciones del gobernador Carlos Consalvi, el ejército
tomó a Mérida. La ciudad amaneció cubierta con la
bruma de un blanco sudario con la neblina mezclada
con los gases lacrimógenos. Los soldados armados
hasta
los
dientes,
con
máscaras
antigases,
chaquetones, y pantalones de camuflaje parecían como
si estuviesen en medio de una guerra bacteriológica.
Para entonces habían sido ya saqueados e incinerados
la Casa Distrital de Acción Democrática y los
VENPRES informaba escuetamente que Acción
Democrática, seccional Mérida, había emitido un
acuerdo de duelo por la muerte del estudiante Luis
Carvallo, quien era militante del "partido del pueblo" e
hijo de un miembro de AD.
COPEI desvinculó al estudiante de todo hecho
político y dijo que se trataba de un asunto
enteramente personal. El abogado Bernardino Navas
recientemente había sido postulado por COPEI a
presidir los destinos del Colegio de Abogados.
Bernardino Navas también había sido Consultor
Jurídico de la Policía durante la administración de
Luis Herrera Campins. En el momento de los hechos
se desempeñaba como Vicepresidente de la Asociación
de Ganaderos de Altura.
La
Fracción
de
Estudiantes
de
AD,
inmediatamente el mismo domingo, difundió un
decreto por el cual declaraba 8 días de duelo, y se
hacía mención al hecho de que un grupo de militantes
de este partido habían contratado los servicios de
abogados penalistas para acusar al homicida.
El día lunes 16, docenas de botellas vacías,
producto del saqueo que se hizo a varias licorerías
podían verse por los costados del rectorado, las
adyacencias al Bulevar de los Pintores y de los
alrededores a la gobernación.
La gente no hacía sino preguntarse:
Bernardino?, ¿dónde tienen a Bernardino?"
"¿Y
El abogado se había acogido al precepto
constitucional de no decir una palabra hasta llegar al
punto de la indagatoria; en su casa habían encontrado
dos revólveres más del mismo calibre 38 mm.
El día lunes por la tarde la guerra se extendió
hasta
las
instalaciones
estudiantiles
de
las
Residencias Albarregas y Domingo Salazar; también
por Las Marías. Las agencias internacionales de
noticias referían los acontecimientos con lujo de
detalles. Pero la orden del gobierno había sido declarar
que los hechos se desataron por provocaciones del
narcotráfico.
Inmediatamente comenzaron a cundir las
declaraciones de las distintas fuerzas vivas (o muertas)
del pueblo y de la Universidad. El profesor Simón
Alcántara, de los más reconocidos gremialistas de la
ULA, fue enfático al declarar: "La protesta estudiantil
debe tener eco en los líderes políticos". Aseguró que los
profesores se encontraban consternados por la
situación de emergencia y que la protesta debía
mantenerse dentro del marco cívico, y concluyó
tajantemente: "Ya es justo que se haga justicia".
Léster
Rodríguez,
presidente
de
APULA
confundido por la conmoción sólo pudo articular: "En
el fondo de su corazón el pueblo debe creer en la
Justicia". Suplicaba que el pueblo no hiciera justicia
por sus propias manos, ni se continuara en la horrible
zozobra ciudadana.
En medio de las declaraciones de los
representantes profesorales y electoreros, cundían
alarmas por la ciudad de que estaban estallando
nuevos brotes de saqueos. Grupos de bomberos se
dirigían hacia Los Chorros y El Paseo de la Feria. El
sargento primero Ligio Rafael González, de ese Cuerpo,
no dejaba de pregonar que tenía el corazón crispado
por lo que estaba viendo y sucediendo. Les pedía a los
estudiantes que dejaran la justicia en manos divina.
El presidente de la Federación de Centros
Universitarios era el bachiller Rafael Mora, del partido
Acción Democrática, a quien se le conocía como "Burro
con sueño". Éste estaba preocupado en aquel
momento por el asunto de las Ferias, pues no le
habían pagado completo el alquiler (ilegal) que hizo de
ciertas instalaciones donde funcionaba la Federación.
De este alquiler estaba obteniendo una buena tajada.
Entonces pedía la cordura suficiente a fin de lograr la
calma y el retorno normal de las actividades
comerciales que era lo que más le interesaba, pues los
bancos estaban cerrados y a él le urgía cambiar un
cheque. Le "enardecía" que se estuviera violando tan
ferozmente la propiedad privada.
Mora no se aparecía por los centros más
conflictivos y desde su guarida o desde la radio hacía
llamados a la confianza en las autoridades
competentes, en la justicia. Todavía no se hablaba de
reflexión; esa palabrita aparecería el 4 de febrero de
1992.
Al fin, el día lunes sí se le pudo al fin vérsele la
cara al gobernador. Apareció con su infaltable
chaqueta negra, caminando por las calles del Centro y
constatando la efectividad de las medidas para
restablecer el orden. Habló de grupos anárquicos que
pretendían crear un clima de zozobra y de
inestabilidad social. Se veía que acababa de desayunar
copiosamente, pues con frecuencia eructaba y se
llevaba la mano a la boca. "Como gobernador -dijo a la
prensa- pido a la ciudadanía que tenga confianza en
mí y me brinde todo el apoyo posible. La situación
actual no significa ningún brote significativo...
garantizo que las investigaciones se llevarán hasta el
final. El clima de alteración del orden público lo
catalizan los agitadores de oficio".
Héctor Alonso López, con su impecable peinado
a lo Juana de Arcos, sosteniendo tajantemente que "en
la sociedad hay sicópatas y dementes". Rodeado de
micrófonos estuvo declarando que estas cosas eran
inevitables,
pero
que
lamentablemente
"los
acontecimientos han traído consecuencias que hacen
pensar que hay una intención mucho más allá de
lograr justicia frente a este abominable suceso". Fue
enfático recalcando el padre del muchacho asesinado
era de Acción Democrática, y concurrieron por la
causa que su gente representa. También hizo hincapié
en que no "se puede acusar a COPEI, por un acto
cometido por uno de sus militantes".
Como estos políticos se creen muy listos,
cuando soltó estas conclusiones sonrió venenosamente
mirando hacia tres mozalbetes que sostenían unas
banderas verdes con la emblemática lanza con la puya
aquella: Con la que Caldera y Luis Herrera se
cansaron de puyarnos a todos. Porque lo insólito era
que, siendo el asesinado un miembro de AD, se
hubiese procedido al incendio de la Casa Distrital de
este partido. Por ello José Salcedo, Secretario Juvenil
del “partido del pueblo” (cada vez con más partido y
menos pueblo) en el Distrito Libertador, sostenía ante
los medios de comunicación que la destrucción de la
Casa Distrital no tenía justificación de ningún tipo.
Compungido y anonadado, exclamaba que se habían
perdido todos los archivos, una mesa de tenis, una
rockola, planillas y oficios, y que lo más grave era que
no tendrían dónde reunirse ahora, aunque el trabajo
en las comunidades proseguía con toda normalidad.
¡Demasiada estulticia en tan pocas palabras!
Pero la crispación ni por asomo estaba
controlada. Cuando el joven Salcedo declaraba, en Las
Marías la gente fue atrapada en medio de otro mar de
bombas lacrimógenas. El presupuesto de un año de la
Policía se había despilfarrado en tres días, y ya se
hacía un urgente inventario en los depósitos para
pedir cuatro contenedores a Israel o Corea. Enormes
deben ser los beneficios que reportan estas bombas
para los proveedores. En Mérida se tiran bombas
lacrimógenas hasta para controlar cualquier altercado
en un inocente choque de vehículos. La gente del
sector de Las Marías estuvo durante horas
imposibilitada de salir ni siquiera para sacar a sus
ancianos y niños. Cuando los periodistas llegaron a
entrevistar a centenares de jóvenes estudiantes que
allí vivían, en medio de llantos y risas, declararon: "¿Cuándo va terminar este toque de queda?".
conocido por huelgas y paros que por el saber que allí
se imparte) en reunión extraordinaria acordó
suspender
las
actividades
académicas
y
administrativas hasta viejo aviso (porque allí nada es
nuevo). Esto lo informó su director, Narciso Lameda.
La ULA paralizada, el comercio cerrado y de
pronto corrió como pólvora el anuncio de que el IUTE
se sumaba a la suspensión. ¡Qué valientes resultan los
estudiantes de Ejido para solidarizarse con las
suspensiones de clase! Cuando las autoridades
educativas
o
universitarias
por
motivos
de
perturbación social suspenden las clases, los
dirigentes salen a formar barricadas para que se
inicien las labores docentes. Cuando hay clases hacen
lo posible porque las suspendan. Con una sonrisa de
oreja a oreja, el Consejo Directivo de la máxima
autoridad del Instituto Universitario de Ejido (más
Nadie entonces entendía por qué el gobierno
ponía tanto empeño en que la razón de los líos estaba
en el narcotráfico. Esta manía llevó a muchos a la
conclusión de que algo muy raro había entre los
mafiosos de la droga, el propio gobierno regional y las
autoridades de la ULA, porque evidentemente los
pendejos que quemaban cauchos y tiraban piedras,
sólo podían ser, si acaso, la gran mampara de lo que
se urdía con el fulano narcotráfico. A Lusinchi le debió
llegar información en este sentido, pero por no se
atrevía a ser frontal en sus ataques.
La decisión fue tomada en base a los análisis de
los sucesos acaecidos.
Como el presidente de la República seguía
sosteniendo que las perturbaciones en Mérida eran
producto del narcotráfico, Leonel Vivas saltó a la
palestra a dar declaraciones sobre un interesante Foro
titulado Narcotráfico en Venezuela; se haría ese
mismo lunes, a la 7 de la noche en el Liceo Libertador.
Hablarían don Baltazar Porras, José Vicente Rangel,
David Morales Bello y Vladimir Gessen; Leonel Vivas
sería el moderador.
Los deportistas también se unían a la protesta,
aunque no estaban en absoluto de acuerdo con el
pillaje y demás guilindajos anárquicos por lo que
pidieron no un minuto de silencio sino dos, en medio
de las nauseabundas canchas deportivas de la
Facultad de Ingeniería.
Abultadísimos comunicados de la ULA se
tragaban todo el tripaje de la prensa local. Uno de
ellos, un Considerando hablaba del trágico
fallecimiento del Br. Luis Carvallo que impedía el
normal desarrollo de las actividades académicas. Y
ACUERDA: "suspender totalmente las actividades
universitarias, exceptuando las labores de vigilancia,
hasta que se haga una evaluación de la situación..."
Estos documentos se redactaban con lágrimas,
pues la ciudad estaba como se sabe, envuelta en
densas nubes lacrimógenas; totalmente tomada por
carros blindados de la Guardia Nacional y en medio de
un estado de pánico. Las tanquetas impedían el acceso
al Centro, pero eran acosadas con certeras pedradas
que lanzaban bandadas de carajitos realengos de los
distintos barrios adyacentes.
Ya la frase más mentada era: "Violación del recinto
Universitario"; ¿es el Alma Mater la única virgen del
mundo que ha sido violada más de mil veces y al
parecer continua virgen? Un misterio superior al de la
Trinidad.
La Comisión por la Defensa de los Derechos
Humanos dirigida en aquel momento por Alfredo
Hernández se solidarizaba con la familia Carvallo y
declaraba que estaba con la protesta siempre y cuando
se hiciera cívicamente e hizo un largo llamado a las
autoridades superiores, incluso a Dios, para que se
pusiera reparo a tantos desmanes. La Comisión de los
Derechos Humanos también quedó vigilante ante
cualquier acto desmedido de los cuerpos represivos.
Las autoridades universitarias, después de un
desayuno en conjunto con las autoridades civiles, se
dirigieron al rectorado para deliberar con las fuerzas
vivas (de “vivos”, se entiende) de la ciudad. El rector se
encontraba convaleciente de una reciente operación,
por ello no se hallaba en su puesto de combate. El
Vicerrector Académico, Dr. Julián Aguirre P. negó lo de
la violación al recinto del Alma Mater, y de que se
estuvieran escondiendo allí saqueadores. "Ni violación
ni saqueo", contestaba con evidente nerviosismo.
¿Sería que se estaban imponiendo con
chantajes, la alianza Policía -Estudiantes para
repartirse los saqueos? Durante estos vandalismos se
sucedían unas extrañas treguas para habilitar sitios
seguros donde guardar o esconder los despojos que se
hacían. Los policías para “ganar méritos” llevaban a
sus superiores parte del botín. Posteriormente se
institucionalizaron estos vandalismos de modo que
cada vez que se produjeran saqueos y quemas, el
gobierno y la universidad se responsabilizarían
económicamente
por
los
desmanes
que
se
ocasionaban58. El eterno perverso negocio.
Como
en
las
sainetes
de
nuestras
“revoluciones”, ya el mismo lunes 16 de marzo, cuando
apenas habían transcurrido dos días del abominable
asesinato, grupos de estudiantes con arpa, cuatro y
maracas danzaban y entonaban canciones bailables de
la época. En todos florecía la risa y coreaban
consignas de ¡el pueblo unido jamás será vencido! y
¡Carvallo, a patadas tu muerte será vengada!
El peloteo entre jueces del caso Bernardino Navas
sería espantoso. Ningún juez quería encargarse de su
caso y se hizo lo imposible para cambiarlo de
jurisdicción59. Señalaban estos jóvenes, que dentro del
dolor y de la amargura que sentían querían dejar
constancia de estar actuando con plena conciencia,
con razón y no procurando la destrucción, sino
pidiendo una sola cosa: Justicia. Era difícil entenderles
porque estaban muy emocionados.
58
Hace poco, en el 2000, indemnizaron a la familia de un estudiante de
45 años de edad, que completamente ebrio, y durante un partido de fútbol,
recibió un tremendo golpe en la cabeza, y se murió.
59
El que asumió una dureza casi vesánica contra Bernardino fue el
dirigente estudiantil Caracciolo León, para luego terminar siendo
grandísimos amigos.
A pesar de la represión se cantaban también
algunas rancheras con lentos y sostenidos quejidos del
alma, sobre todo la preferida de Carlos Andrés Pérez y
Pinochet, “Y sigo siendo el Rey”. Estas concentraciones
ocurrían sobre todo el edificio El Sagrario.
Lo que más impresionaba de estos hechos era la
forma locuaz, sonriente, silogística, animada, emotiva,
como tomaban la desgracia recientemente acaecida
como si se tratara de otra feria. Llamaba la atención el
inmenso interés colectivo en ir a declarar a la prensa.
Y se consumió mucho miche, el promontorio de
botellas de ron vacías seguía creciendo, principalmente
por los costados de las vetustas edificaciones del
centro. Ya no quedaba licorería que no hubiese sufrido
alguna tronera en el centro de la ciudad.
Por la tarde, en la parte alta de la ciudad, el
sector de la vieja Facultad de Humanidades y en las
adyacencias al barrio Andrés Eloy Blanco estaban
controlados por funcionarios armados con fusiles
automáticos livianos. Estos policías se mostraban
ansiosos por probar sus máquinas con ráfagas al aire,
y provocaban con insultos y vulgaridades a los
residentes del sector.
El mayor José Ramón González, segundo
comandante de la Policía, se acercaba con frecuencia a
los grabadores de los periodistas y refiriéndose a los
estudiantes, decía: "Les dimos un madrugonazo".
Frotándose las manos aseguraba que había "arreado"
a más de doscientos detenidos. "La lucha ha sido
amarga, pues tenemos varios efectivos lesionados; hay
heridos de la DISIP y de la propia Guardia Nacional. Y
de continuar el combate tendremos que solicitar
ayuda. El Retén no se da abasto".
Un periodista le dijo al segundo comandante
que habían detenidos por gusto y que esto "conculcan
derechos ciudadanos", y el Comandante contestó: "Allá
ustedes".
Los periodistas andaban molestos y llevaron de
lo mismo que se les mandaba a los “sapos”. Por los
lados de las residencias Albarregas fueron recibidos
con una lluvia de piedras. Y en el Hospital
Universitario se escenificaba otra guerra de
insuficiencias. Los heridos por perdigones atestaban
las salas de emergencia; el joven Juan Oscar Gil tenía
agujereada la cara, dos balazos en la pierna izquierda
y estaba tendido en una camilla.
Ya el mismo lunes se supo que el Juez
Instructor del caso sería el doctor Quintero Moreno, en
el mismo instante en que pelotones de uniformados
procedentes de Trujillo, San Cristóbal, Barinas y Santa
Bárbara del Zulia llegaban por carretera.
Así llegó el día del juicio final sin juicio alguno,
porque no hay justos en una sociedad como la
nuestra. Lo dicho aquí, nos pone frente a la evidencia
de que no tenemos donde ir con nuestras quejas y
nuestros dolores, y que esta democracia con sus
abuelos y patriarcas está fundamentada sobre caos y
tierra movediza. RIP.
CARACCIOLO LEÓN: ¿DIRIGENTE ESTUDIANTIL
Y AL MISMO TIEMPO CONFIDENTE DE LA DISIP?
Entre los principales personajes que tuvieron una
participación fundamental en los sucesos de marzo de
1987 se encuentra el dirigente estudiantil Alfonso
Isaac León Avendaño, que actúa en el medio político y
social bajo el seudónimo de Caracciolo León. Este
personaje, se mantuvo muchos años como estudiante
en la ULA, encabezando marchas, enterrando
estudiantes
muertos,
manteniéndose
erguido
comecandela entre cauchos quemados y pelotones de
tirapiedras. Con dotes de orador que sabe darle al
verbo esos altibajos que le sacan sudorones de
arrecheras a las masas, sublevándolas para que
alcancen el cielo con las patas, llegó a ser considerado
el Federico Engels de Venezuela, el Robespierre
andino, el Lenin de la Sierra, “un Águila caza moscas”,
cuando Chávez ni siquiera era militar, ni en Mérida
casi ni quedaban águilas ni aún habían llegado las
moscas.
Pero sobre todo Caracciolo fue el fundador del
"Movimiento 13", el cual ha tenido una participación
crucial en todas las conmociones sociales que han
surgido desde aquel aciago día de 1987, cuando
asesinaron a Carvallo Cantor hasta finalizado el siglo
XX, cuando su equipo mayor cae en desgracia por la
derrota que sufre el adeco William Dávila Barrios.
Manteniendo la norma aquí impuesta por casi
todos los dirigentes estudiantiles de izquierda
(empezando por Teodoro Petkoff y Gumersindo
Rodríguez), Caracciolo terminó pasándose al bando
contrario en menos de lo que espabila un loro loco.
Mejor dicho, siempre estuvo en un mismo bando, pero
al principio, claro aparentaba ser de izquierda.
Al parecer, su verdadera vocación estaba en ser
militar o policía, una vocación que suele ser muy
común entre los chácharos. Aún todavía en la época
de Pérez Jiménez, Betancourt y Leoni, el 75% de los
miembros de la policía en Caracas, eran andinos.
Por razones que desconocemos, Caracciolo eligió la
carrera de Derecho. Llama la atención que poco
después de concluir sus estudios (que fueron bien
largos) ejerció funciones de inteligencia en el páramo,
ya bajo las órdenes de William Dávila Barrios, WDB.
Debieron haber sido excelentes los servicios que le
prestó a WDB porque contra toda la plana mayor de
AD en la región (no habiendo pertenecido jamás a este
partido), WDB, contra viento y marea, lo impuso como
su Secretario General de Gobierno.
Para aquel marzo de 1987, el entonces rector de la
ULA (el doctor Pedro Rincón Gutiérrez) y Caracciolo
León mantenían una amistad muy estrecha; y en las
posteriores jornadas populares y revolucionarias en las
que la ULA se verá envuelta, Caracciolo va a estar muy
cerca de este seductor rector.
Caracciolo León llegó a alcanzar una popularidad
tan inmensa, que conquistó con holgada facilidad la
presidencia de la Federación de Centros Universitarios.
Fue, insistimos, un líder de líderes, de verbo encendido
y meteórico, que su voz llegó a provocar el
sacudimiento de mil tarimas, de cien micrófonos, de
gonfalones y consignas por todo el espinazo de los
centros políticos más importantes de la época. Lástima
que Caracciolo no hubiese tomando tan en serio sus
cualidades de agitador de masas, que le hubiese
podido latir en la cueva de la historia a los mismísimos
Jóvito Villalba, Rómulo Betancourt, Caldera, a Teodoro
Pettkoff. Donde se discutían los tremendos traumas
que enervaban a la nación, y él llegaba, se
congestionaba las salas reclamándole para darle la
mano, y en cuanto hablaba las palmas de las manos
echaban fuego, aplaudiéndole.
El asesinato y las jornadas estudiantiles en
procura de una severa cuanto justa condena a
Bernardino Navas, generó una polémica despiadada en
el medio merideño que catapultó a Caracciolo por los
cielos de la prensa nacional.
Lástima que poco después se destapara el asunto
de que era soplón de la DISIP, algo que desquició a
medio mundo, y que el propio Caracciolo no desmintió
en su momento (ni en ningún otro momento, que yo
sepa60); según el abogado Carlos Ramírez López, el
dirigente estudiantil Caracciolo León trabajaba en
aquellos días aciagos de 1987 para el servicio de
Inteligencia de la DISIP. Desde los años sesenta,
cuando el hervidero revolucionario alcanzó su punto
más alto, muchos fueron los "dirigentes estudiantiles"
quienes sirvieron a un mismo tiempo a la "causa del
proletariado" y a la policía secreta del Estado.
El asunto reventó el 27 de marzo de 1987, en un
enorme titular de prensa, con letras gruesas y rojas,
aparecidas en el diario Frontera, que decía:
Cobraba mensualmente.
CARACCIOLO LEÓN ES CONFIDENTE DE LA
DISIP, ASEGURO A LA PRENSA EL ABOGADO
RAMÍREZ LÓPEZ
A partir de esta denuncia y otras muchas contra
Caracciolo León, el abogado Carlos Ramírez adquirió
una sólida presencia política en la sociedad merideña
(llegó a ser tan elogiado y solicitado por su valor), al
60
Porque de haber sido falso cuanto sobre él se dijo por sus trabajos para
los servicios secretos de la DISIP, sus acusadores habrían tenido que
purgar cárcel por tan reiterado y desmedido invento.
desenmascarar como sostenían muchos, al afamado
dirigente estudiantil, que posteriormente sería
candidato a diputado al Congreso de la República y
candidato a gobernador del estado Mérida61.
Caracciolo León pudo después, si lo quería,
ladrarle en la cueva a Carlos Ramírez López, pues se
graduaría también de abogado, y alcanzaría cierta
notoriedad en el medio judicial defendiendo a
estudiantes y profesores que hubiesen sido detenidos
por órdenes de las policías secretas del Estado (como
la misma DISIP o la DIM).
Extrañamente Caracciolo León sufrió un severo
retraimiento, teniendo dotes mesiánicas para la
política.
Ese 27 de marzo, leímos en el diario Frontera la
siguiente información recogida por el periodista Ramón
Díaz Suárez:
El Dr. Carlos Ramírez López dijo que el bachiller
Alfonso León, mejor conocido como Caracciolo, pertenece
al servicio de Inteligencia de la DISIP y le pagan por los
61
Es muy probable que el doctor Carlos Ramirez sea hoy en día (enero de
1998) muy amigo de Caracciolo. Recuerdo que entonces, el director de
Frontera, el doctor Luis Velázquez (profesor universitario y viejo
miembro del MAS, trastocado ahora en diputado a la AN por el MVR)
daba cabida en su periódico a cualquier ataque frontal que se le hiciera a
Caracciolo. El doctor Velázquez tenía entonces una gran admiración por
Carlos Ramírez.
análisis que sobre los movimientos de izquierda en la
Universidad presenta todos los meses. Manifestó por
otra parte que introducirá una acusación penal contra el
secretario Privado del Gobernador del Estado, Lic.
Nicolás Rondón Nucete, por la persona que llamó a
Radio Universidad azuzando al estudiantado para que
sacaran de la misma a su hermano José Rafael
Ramírez, lo cual constituye un intento de homicidio.
Es pública y notoria mi relación con la DISIP, soy
amigo de la DISIP, es una policía que aprecio -afirmó el
conocido abogado- admiro y me siento ligado a ella
espiritualmente hablando; es una policía que cumple
con una verdadera función en defensa de los
ciudadanos. A mí me han hecho reconocimientos
públicos, tengo placas y tengo testimonios escritos, en
los periódicos se ha recogido mi presencia con altos
directivos de la DISIP, tengo estrecha relación con los
altos funcionarios de ese organismo, por esas
circunstancias puedo afirmar con toda responsabilidad
que Caracciolo León presta servicios en la División de
Inteligencia de la DISIP, estos servicios son: el de pasar
un análisis mensual a la División de Inteligencia donde
se recoge las distintas posiciones, situaciones,
perspectivas de las políticas de los grupos de izquierda,
él hace esos análisis mensual y recibe por eso paga,
dinero; eso es servicio secreto, yo considero que ser
policía es bueno, es honroso, a mí no me parece nada
malo y por eso defiendo la policía y no me parecería
nada malo que me dijeran que soy policía, a mí me
gustaría ser policía62, pero lo que sí es incongruente es
ser dirigente estudiantil de izquierda y ser a su vez
miembro de los servicios secretos de la División de
Inteligencia de la DISIP, y yo creo inclusive que eso no
le conviene al movimiento estudiantil, a la izquierda ni a
la DISIP.
¿Cuáles son los motivos por los cuales usted
hace esta denuncia contra el bachiller Caracciolo
León?
-Hago esta denuncia en virtud de que - yo sé que
esto me va a repercutir negativamente en mi relación
con la DISIP- me veo obligado a hacerlo por los
reiterados ataques que Caracciolo me viene haciendo
todos los días, dañando mi honor y mi reputación sin
tener moral alguna para hacerlo y por eso he puesto en
juego mi relación con la DISIP y asumo la
responsabilidad de decir lo que sé al respecto.
Refiriéndose a la escolta policial, que según el
mismo bachiller León le puso el Gobernador, el doctor
Carlos Ramírez dijo: -Esto es inaudito y no puede tener
ninguna otra explicación que la actitud impropia que ha
tenido el gobernador del Estado en todo este problema
que ha hecho una inexplicable llave con Caracciolo.
Caracciolo ha incitado a delinquir, ha llamado a
asaltar los tribunales, a romper vidrieras, ha asumido
62
Hay que decir que las declaraciones de este abogado son realmente
patéticas y reveladoras de un arquetipo moral que nos deja sin aliento.
responsabilidades de los saqueos en esta ciudad y
encima de que ha hecho todo eso, que ha pisoteado las
leyes, que se ha burlado de todo lo que implica
autoridad, entonces ahora anda protegido, en vez del
gobierno buscar un abogado para que le haga una
acusación penal por todos los graves daños que le ha
ocasionado a la ciudad y a los comerciantes. La
Cámara de Comercio se quejó por eso, y el gobernador
le pone una custodia, no entiendo. La única cosa que
tiene parangón es cuando el gobernador se paró a echar
un mitin al lado de Caracciolo, es una llave que no
entiende nadie en esta ciudad.
Por otra parte, el doctor Carlos Ramírez López
calificó de insólita la actitud del Secretario Privado, Lic.
Nicolás Rondón Nucete. Tengo la información -dijoprecisa y concreta que de llevarla a los tribunales la voy
a llevar, de que él fue el autor de mandar a una
persona para que llamara a Radio Universidad cuando
mi hermano, el periodista José Rafael Ramírez, que
estaba allá conversando, para que lo fueran a sacar e
intentar contra él. Rondón Nucete es el Secretario
Privado del gobernador y altera también la paz pública.
No entiendo qué ocurre en Mérida, un gobernador
echándoselas de dirigente estudiantil, un Secretario
Privado incitando a la gente en contra de mi hermano y
le voy a meter una acusación porque eso es un intento
de asesinato.
LAS
REACCIONES
ESTUDIANTIL
DEL
MOVIMIENTO
La reacción del "Movimiento 13" fue inmediata. A
Frontera corrieron por la tarde del día 27, tres
connotados representantes de este movimiento, y que
con los años se convertirían en los directores de
muchas revueltas juveniles acaecidas en la ciudad, y
después en otros altos funcionarios del Estado: Luis
Aché, Pilín Zapata y José Villarroel (el Goyo Villarroel).
Con aspectos compungidos desmadejados por el
esfuerzo que habían hecho para llegar a Ejido, aún un
poco jadeantes, dijeron que estaban allí para
desmentir al doctor Carlos Ramírez López; aducían con
suma preocupación, que las denuncias de ese abogado
constituían una difamación y porque tal cosa iba a
alinear la represión en el Estado"(sic).
Añadieron que debían luchar contra tal denuncia
porque después "desvalorizaba la verticalidad de un
compañero reconocido en toda la ciudad de Mérida
como alguien que ha estado al lado de las causas más
nobles". Que estaban contra esta maniobra porque
más adelante otros "compañeros se les podía hacer la
misma acusación y esto puede traer graves
consecuencias a uno de ellos". ¡Insólito!
Poco tiempo después el profesor Ernesto Palacios
Prü me habría de referir que "Goyo Villarroel tenía
especial estima por el comandante de la Policía (y se
jugaban como un par de muchachos); este
comandante fue acusado por el pueblo merideño y el
mismo estudiantado de ser uno de los hombres más
represivo que llegó a tener este estado andino. Me
contó Ernesto que siendo miembro de una comisión
que debía presentarse en la Policía para gestionar la
libertad de un grupo de estudiantes, al entrar
sorpresivamente al despacho del comandante, lo
encontró junto con Goyo y otros individuos en franca
camaradería; en medio de bromas y chanzas, se
jurungaban con el índice por los costados.
ES UN HONOR SER "SAPO"
La situación se tornaba cada vez más deprimente,
porque el 31 de marzo, este titular de Frontera nos
dejó fríos:
El día 2 de abril, aparece en Frontera, página 3, la
ficha que revela que Caracciolo es funcionario de la
Dirección General de los Servicios de Inteligencia y
Prevención, dependiente del Ministerio de Relaciones
Interiores, que en aquel momento se encontraba bajo
la dirección del saurio José Ángel Ciliberto. Esta Ficha
de Control Interno, muestra el nombre del portador, el
CODIGO J, 35-K, CLASIFICACIÓN: Colaborador.
FUNCIÓN: Analista. SUELDO: Bs. 3.000.oo p/inf
(c/cargo p, sec). En la parte superior de esta ficha se
muestra una foto de Caracciolo, y al lado un titular
que dice:
En estas declaraciones el señor Luis Borjas, en
franca solidaridad con Caracciolo León, dijo entre
otras cosas:
La denuncia hecha en los últimos días donde se
señala a Caracciolo León como policía, como confidente
de un organismo de seguridad del Estado son
sumamente graves para el movimiento estudiantil de la
Universidad de Los Andes, declaró Héctor Luis Acosta,
miembro de la dirección juvenil del MAS. Esto nunca se
había planteado en la Universidad de Los Andes donde
nuestros dirigentes se han caracterizado por llevar
adelante una pelea digna contra los organismos
represivos del Estado.
Este joven por ser gran líder estudiantil goza del
aprecio de todos los cuerpos policiales con los cuales él,
por elemental conveniencia, sostiene muy buenas
relaciones que le sirven para diligenciar a favor de sus
compañeros estudiantes cuando ellos se encuentran en
situaciones difíciles.
Nosotros pedimos que se aclare la situación y el
Consejo Universitario debe opinar al respecto ya que si
la cuestión es verdadera esto sería una intromisión de
los cuerpos de seguridad en la Universidad, violando la
autonomía universitaria. Si es mentira la misma
Universidad debe convertirse en acusadora para
SERÍA UN HONOR PARA LA DISIP, TENER DE
CONFIDENTE A CARACCIOLO LEÓN - sostiene el
Comisario Luis Borjas Castellanos.
salvaguardar su nombre ya que ha sido ofendida por
fuerzas extrañas a ella.
al Consejo Universitario; este Consejo permaneció doce
horas secuestrado por los iracundos muchachos.
Nos parece rara la pasividad con que actúa el
organismo estudiantil del cual forma parte el dirigente
estudiantil acusado de policía y pedimos que se
pronuncie al respecto.
El día 8 de abril de 1987, nuevamente el doctor
Carlos Ramírez, da unas declaraciones a Frontera
donde ratifica lo dicho contra Caracciolo; sostiene que
Caracciolo anda "ofendido porque dije públicamente lo
que de él yo sé; su condición de agente secreto, lo cual
en verdad es cierto y él más que nadie lo sabe y está
consciente de que yo lo sé".
Héctor Acosta finaliza sus declaraciones agregando
lo siguiente: "Si la ficha es verdadera es una intromisión
del gobierno en la Universidad y sería una bofetada al
propio gobierno ya que dejaría ver su intención de
corromper el movimiento estudiantil, si es mentira
entonces los denunciantes deben ir a la cárcel por
irrespetar al movimiento estudiantil. El MAS pide que se
investigue y se diga la verdad, que todo quede claro.
Para bien del movimiento estudiantil esperamos que
esta sea una trampa del gobierno a la cual
responderemos. Pero queremos, como todo el
movimiento estudiantil, que se aclare todo, con pruebas
precisas, con honestidad, sin tapar nada".
Confirmado en confidencias
El 4 de abril en la columna "Confirmado en
Confidencias", de Frontera, pudimos leer: "Lo que
faltaba para un fuerte nos lo ha proporcionado los
exabruptos,
señalando
al
revolucionario
con
mayúscula, Caracciolo León, Sapo de la DISIP".
Todos estos temblores se sucedían, al tiempo que el
día 16, el movimiento estudiantil arreciaba y arrinconaba
Agregó el Dr. Ramírez, que en realidad Caracciolo
no debía preocuparse, pues "esa es una profesión
honrosa, pero no es compatible con la de dirigente
estudiantil".
Contribuye el doctor Ramírez en esta declaración
con otros datos a la confección de una HISTORIA DE
LOS
SOPLONES
"REVOLUCIONARIOS
"EN
VENEZUELA, que podría llegar a constar de 3 gruesos
volúmenes. Dice el doctor Ramírez, que "en Mérida
existía un precedente terrible con Leovigildo Briceño,
quien era uno de los más violentos dirigentes
estudiantiles de izquierda, al punto de que abandonó
la presidencia del Centro de Ingeniería para irse a las
guerrillas y cuando se le descubrió su condición de
agente secreto de la DIGEPOL metió preso a medio
mundo, especialmente a quienes habían sido sus
compañeros de lucha, y que ingenuamente creyeron en
él; los delataba y en muchos casos los persiguió, los
apresó y personalmente hasta los torturó".
A fin de cuentas, la muerte de Carballo Cantor
sirvió para muchas cosas, unas miserables y otras
loables: El crimen no quedó impune, nació otro
Movimiento estudiantil que habría de tener honda
participación en casi todas las conmociones que han
sacudido a Mérida durante los últimos quince años, se
encontró que Caracciolo trabaja para la DISIP y en
nombre de esa misma muerte de Caracciolo se solicitó
la eliminación de los exámenes finales.
UNA MARCHA NO PAGA
Y no he dejado preguntarme: ¿Quién será el
responsable de los estudiantes que mueren cada año,
cada mes en este país?
El protocolo de estas muertes nos los sabemos de
memoria: reuniones con el gobernador, luego con el
obispo, más tarde con el rector y el comandante de la
policía Concluido este rito sigue la misma historia.
dirigente estudiantil sin ser en parte, responsable de
los que caen abatidos por la policía? Pero esta gente
cree que ellos han cumplido con la revolución
llevándolos al cementerio. Mañana será otro día. No
están en guerra, no viven en la clandestinidad. Nada
de eso, están becados por el gobierno y disfrutan de
los
más
altos
beneficios
económicos,
del
multimillonario presupuesto que el ME da a las
Federaciones de Centros Universitarios. Estos centros
son capaces de movilizar millones en cada campaña
electoral, con un derroche que provoca asco e
indignación.
Me deprime el lenguaje triste, incoherente, vacuo y
poblado de barbaridades retóricas, enervantes, de
nuestros “dirigentes estudiantiles”. Esos que dicen
luchar pero que no se preparan ni leen o estudian. No
me refiero a una preparación oficial en una
Universidad. Eso es lo que menos importa.
En tanto las muertes prosperan a la luz de las
moscas y el abandono. Una marcha no está mal para
lavar la sangre del inocente que ha sido vilmente
asesinado.
Por esta razón antiguos dirigentes estudiantiles se
dedicaron a la acción revolucionario solo como
preámbulo para debutar en sociedad y servir a los
mismo vencidos estamentos que hoy nos corrompen y
envilecen con sus políticas y malvadas acciones.
Viendo estas marchas, me detengo a observar a
los dirigentes con sus boinas, que van al frente de las
mismas sosteniendo enormes pancartas y llevando la
voz cantante de las consignas, y horrorizado me he
preguntado: ¿Cómo podría yo autonombrarme
¿Qué fueron de aquellos bastiones de las UCV
como un Germán Lairet, Carlos Blanco, Pastor Heydra,
Rigoberto Lanz o Juvencio Pulgar, Moisés Moleiro,
Américo Martín, Teodoro Petkoff, Gumersindo
Rodríguez..., que sacaron gritos de furor a la juventud
de los años sesenta? Han llegado al poder y a las
direcciones máximas del Estado por la vía repulsiva
del arribismo. Y hasta el presente ninguno de ellos
hizo gran cosa para orientarnos hacia un régimen de
verdadera justicia. Y la razón principal es que carecen
de principios, de firmeza moral y de cultura para poder
lograrlo.
¿Hacia dónde apunta una lucha sin verdadera
cabeza que aglutine a los desesperados, sin un
verdadero pensamiento que nos cohesione, sin un
destino claro y convincente de esa lucha donde
mueren tantos inocentes en las calles?
Fidel Castro no es un inculto. Siendo un abogado
tenía un profundo conocimiento de la obra y del
pensamiento de Bolívar y Martí. El Che Guevara no era
ningún ignorante de la historia latinoamericana.
Gandhi era un santo que conocía profundamente de
literatura y de la historia universal; Ho Chi Min era un
asceta. Bolívar leía mucho, tanto en la paz como en
guerra, con disciplina, con una estricta dedicación al
estudio.
Para cambiar es necesario crear, pero no se puede
crear sin cultura ni preparación.
Cuántas veces me he echado a contemplar el
pasado en una sucesión espantosa de cadáveres y
momias que hoy abarrotan nuestras oficinas de la
burocracia y
conformismo.
donde
pastan
derrotados
por
el
Aclaro que nunca en mi vida me he
autodenominado "revolucionario" ni "dirigente" de
nada. He procurado identificarme con los más débiles.
He querido dar la muestra de un descontento que
recibo en el diario vivir de este mundo absurdo; lo he
hecho a título personal, sin ondear bandera ninguna.
No tengo capacidad política ni intelectual para
dirigir a nadie.
ACTO ESTUDIANTIL DE SOLIDARIDAD CON
LA POLICÍA
Poco años después de las sangrientas jornadas del
13 de marzo, sucedió otro insólito hecho pero ahora
puertas adentro de la Comandancia de Policía. Una
numerosa representación había congestionado todo el
sector de la plaza Glorias Patrias. Los gritos que yo
escuché llegaban un poco más abajo del Hotel Caribay,
y decían:
¡VIVA LA POLICÍA!
¡VIVA LA INSURRECCIÓN POPULAR!
Nos encontrábamos a principios de junio de 1992.
Encabezaba la marcha el presidente de la FCU,
bachiller Diógenes Andrade, mejor conocido como el
“Fantasma”. Rodeado este dirigente de micrófonos y
grabadoras declaró cerca del monumento a Páez: "Yo
creo que nosotros los estudiantes debemos apoyar
la justa causa de la Policía del Estado, cuando pide
mejores sueldos y reivindicaciones salariales...”
No sabe uno cómo entender esta poderosa y hasta
gozosa compenetración que se da entre una policía
represiva y los llamados dirigentes estudiantiles.
Diógenes Andrade resultó una versión actualizada del
dirigente Caracciolo León, quien lo estaba sustituyendo en el
alto mando de la FCU. Pero no se crea que el adefesio de la
marcha comprometía únicamente a estos aberrados
dirigentes. La multitud liderada por el Fantasma63 contaba en
aquel momento con el apoyo de varias Asociaciones de
Vecinos y de casi todos los periodistas de Mérida.
Hacía poco, por cierto, que la televisora Andina
de Mérida, TAM, había mostrado un programa especial
donde un grupo de periodistas trataba de arrancar de
la Policía a unos niños que eran salvajemente
golpeados. Mensualmente se desataba una campaña
por la radio dirigida por el periodista Juan Carlos
Urbina pidiendo colaboración para poder hacerles
tomografías a niños, cuyos cráneos habían sido
fracturados por golpes de bombas lacrimógenas. Yo he
visto estudiantes de la Universidad de Los Andes con
la cara destrozada, víctimas de una brutal golpiza
propinada por los miembros de una policía entrenada
para matar y reprimir.
Estaba allí para dar un apoyo irrestricto a la
causa de una Policía que en gran parte ha sido
entrenada para reprimir manifestaciones; para actuar
con fiereza, con bombas lacrimógenas, contra los
edificios donde habitan niños y ancianos, seres
enfermos e indefensos.
63
El Fantasma por crear su propia fuerza de choque se enfrentó al
Movimiento 13. Aburrido de gobernar a la FCU como le daba la gana,
terminó graduándose de ingeniero después de 20 años de vivir gritando y
tirando piedra en la Avenida Tulio Febres Cordero. Pero no le perdió el
gusto a la politiquería, y anduvo durante mucho tiempo buscando en qué
otro palo ahorcarse. Se la pasaba en el aeropuerto Alberto Carnavelli,
viendo a qué político de grueso calibre se le pegaba. Un día me vio que
iba con William Izarra, y me quiso hacer ver que a él le gustaba
Democracia Directa. Lo último que ha conseguido es ser presidente del
Colegio de Ingeniero. Es decir, sigue en la misma vaina: de mecate en
mecate, nada nos sorprendería si se le paga al Presidente Chávez y de allí
a conseguir una curul en el Congreso.
La violencia une a sus protagonistas. El líder
universitario "El Fantasma", insisto, en aquella
ocasión pedía un sueldo más justo para atropellar,
para reprimir, para torturar.
No para proteger a la ciudadanía. No para
proteger a los estudiantes.
Yo había quedado impresionado cuando
durante las acciones de un cacerolazo contra el
gobernador Jesús Rondón Nucete, las acciones
represivas de la Policía se hicieron con tal frenesí que
llegaron a lugares impensables. El padre Santiago
López-Palacios tragó bocanadas de gases lacrimógeno
pese a vivir en una calle ciega de un sector de la
Panamericana, a cuatro kilómetros del Centro. Las
residencias Cardenal Quintero fueron bombardeadas
por el maldito gas y se disparo hacia las ventanas a ex
profeso y mansalva: niños y ancianos corrieron a la
deriva por todo el sector que se encontraba
infernalmente acordonado por policías, igualmente en
Las Marías, Los Apamates, El Trébol y San Eduardo.
cárcel, envió una comunicación solidarizándose con
las peticiones reivindicativas de la represiva Policía de
Mérida. Eso fue así, señores, y eso lo denuncié yo en
su momento. Está escrito, véase la prensa de aquellos
días.
A los pocos meses volvieron a verse esparcidos sesos
de estudiantes por las calles de Mérida65. La policía seguía
justificando con inusitada energía el aumento de sueldos
que para ella habían pedido Hugo Chávez Frías y el
presidente de la FCU Diógenes Andrade66. Se volvía a
hablar de un grueso objeto que había penetrado el cerebro
de un estudiante. Se volvía a repetir algo atroz y absurdo,
que he escuchado más de mil veces: "De objetos
contundentes no permitidos en las manifestaciones"; como
si fuera posible reglamentar en el deporte de las
manifestaciones de nuestra ciudad, lo que está y no está
permitido disparar.
Claro, los cuerpos represivos teniendo mejor paga
iban mejor a lo suyo: a convertir nuestra ciudad en un
campo de fútbol para que en los consabidos saqueos,
aventajar en las reparticiones a los vándalos. Algunos
periodistas que habían compartido emparedados y
jugos de naranja64 con la causa de los líderes
uniformados, clamaban durante el cacerolazo
consideración para la indefensa población atenazada
por los gases. Y téngase en cuenta que aquí se desató
una fuerte golpiza contra los periodistas, en la que la
peor parte la llevó el Juan Carlos Urbina; este caso fue
llevado a la Comisión de Medios de la Cámara de
Diputados.
Las "protestas" en esta ciudad, lo sabe todo el mundo,
se alimentan del ruido, del escándalo, de los incendios y
saqueos y de los nauseabundos regueros de basura; de
piedras que tienen pesos y medidas, de perdigones que
sacan ojos y cuantas cosas contundentes puedan caber en
las manos o en los chopos y armas de la Policía y de los
Pero la locura no acaba allí: El comandante Hugo
Chávez Frías, quien tiene sus razones para admirar a
los uniformados, por pura politiquería y desde la
65
64
Esto es tal cual lo narro por que yo mismo lo vi; estaban en la panadería
que se encuentra frente a Glorias Patrias.
Hay que reconocer, que desde que Chávez está gobernando, se han
acabado estos crímenes en Mérida.
66
Coño, realmente no sé por qué hoy el Fantasma no es del MVR.
estudiantes. De modo que, ¿qué chiste es ése que hay
cosas muy precisas que sólo están permitidas lanzarse en
nuestras "protestas" callejeras?".
Después, cuando corren vísceras por las calles, sangre
a borbotones, entonces aparecen los hombres conmovidos
con palabras de increíble "preocupación", hablando de
excesos policiales, otros de vandalismo y crueldad de los
encapuchados. Quienes han perdido parte del cerebro, de
la cara o de un brazo, tendrán que conformarse con gritos
y espasmos públicos, con remitidos de prensa, lo cual, por
supuesto no repondrán los órganos dañados y los traumas
recibidos.
Estoy cansado de escuchar que nuestra Policía no
da seguridad al ciudadano; de que aquí no hay
vigilancia de noche en el Centro; es decir que tenemos
esencialmente una Policía, como digo, para reprimir, y
para esa Policía el señor Diógenes Andrade salió, con
el frenesí con que suele dar respaldo a todas las
"causas populares", a pedir que se les aumentara el
sueldo para golpear a jóvenes y envenenar con gases
lacrimógenos a la ciudad.
El día 17 de febrero de 1994 otro estudiante fue
víctima de un objeto contundente en la cabeza, que le
desgarró parte del cerebro. En las imágenes de prensa
y televisión podía verse, al Fantasma al lado de otros
"dirigentes" estudiantiles, por detrás o por delante de
los médicos informantes del caso, hablando de los
Derechos Humanos y que llevaran el caso a los
tribunales locales e internacionales.
Téngase en cuenta que es una tortura escuchar
hablar a este señor Fantasma; no me explico cómo con
varios años en una Universidad, no aprendió
expresarse coherentemente, carezca de dicción y
vapulee tan despiadadamente al castellano.
Este es el único país del mundo donde los que
protestan son los mejores aliados del gobierno. Aquí no
hay una sola protesta que no termine en un
estercolero. Aquí la gente trabajadora, seria, honrada y
culta le da asco hablar de protestas, aún cuando
pueda haber mil razones para hacerlas. ¿Pero quién va
a salir a protestar si tales medios están minados por
parásitos que no leen, que no piensan, cuyas obras
están en vivir hablando sandeces en las esquinas, en
los bares o en las interminables reuniones con
gobernadores, obispos y rectores?
Con razón una manifestación multitudinaria,
que no produjo un sólo atentado contra nadie, en
Brasil, condujo a la condenación de Collor de Melo; en
cambio aquí, con dos intentos de golpes de Estado,
cientos de saqueos y miles de manifestación, cómo
costó condenar a Carlos Andrés Pérez, y fue casi de
leche. Y nuestros presidentes de la república están
contentos de que los dirigentes nacionales se parezcan
todos al Fantasma, porque así están seguros de que la
Nación con sus traumas y aberraciones permanecerá
eternamente hundida.
Por esta manera de ser, Bolívar decía que
nosotros, los venezolanos, no había cosa decente que
no hubiésemos degradado.
Pero aquí tenemos que conformarnos con los
"dirigentes" que tenemos; y esperar que venga algún
día un cataclismo social que nos aplaste a todos.
Maldigo cada vez que aquí hieren o matan un
estudiante, y me llenaba de arrechera viendo a
personajes como Pedro Rincón Gutiérrez, quien fue
uno de los abuelos de estas sanguinolentas comedias,
marchando hasta los cementerios cantando: "¡Te
sembraremos, camarada!", y todo para repetir la
película mil veces escenificada protagonizadas por los
camaradas que después salen a pedir aumento de
salario para quienes asesinan, y todo para que
después Pedro Rincón Gutiérrez, cogiera sus macutos
y se largara de Venezuela, y no le importara más
nunca ni el destino ni la situación actual de la ULA ni
de los familiares de los pobres diablos acribillados por
la policía.
Lo que nos cuesta la figuración de un nuevo
dirigente estudiantil en las jaranas públicas nuestras:
destrucción alumbrados eléctricos y semáforos,
queman comercios, autobuses y busetas; destrozos de
casillas telefónicas, furiosas arremetidas contra
comedores de ancianos; regueros de basuras en toda
la ciudad para que cundan moscones, ratas y
cucarachas... Estas han sido las obras supremas que
han legado a las futuras generaciones estos
degenerados, más nada digno de mencionar, hasta
ahora. Vaya.
DOS TESTIMONIOS
Andrés Zavrostky (1904-1995)
9-9-93: Las autoridades rectorales, en ocasiones,
cometen errores imperdonables, por ese afán de querer
mostrar alguna novedosa ingeniosidad cuando hablan
en público. Ayer tarde, el Vice-rector Leonel Vivas, en
un acto de apertura de la VI Escuela Venezolana de
Matemáticas, queriendo dar primicias, dijo que
agradecía altamente al profesor Andrés Zavrotsky, la
donación que éste hacía a la ULA, de su biblioteca. En
el acto, se encontraba el profesor Zavrostky. Concluido
los discursos, el profesor Zavrostky se acercó a un
grupo de profesores, entre
los cuales nos
encontrábamos el doctor Carlos Domingo y el doctor
Alberto Serraval y dijo, en voz baja: "Tengo algo que
explicar confidencialmente. Yo no he donado mi
biblioteca a la universidad. Simplemente la legué en mi
testamento. De modo- añadió sonriendo - que me han
adelantado la fecha (de defunción)".
************
Cuando Zavrostky murió, a ninguna autoridad de
la ULA le interesó su biblioteca. Sus libros quedaron
abandonados, y corrió el peligro de que un supuesto
hijo suyo (recién aparecido de última hora, llegado de
Caracas) los rematara a vendedores ambulantes. Hice
esfuerzos ante varios entes de la ULA para que
asumiera la responsabilidad de salvar esta biblioteca,
pero no, los orondos jefes de nuestra Casa Superior
estaban sumamente picados de pruritos de legalidad y
no querían tocarlos. Spiridom Rassias, el decano de la
Facultad de Ciencias tampoco quiso comprometerse.
Entonces, fue cuando invité al profesor Pedro Durant y
al ingeniero Luis Alfonso Rodríguez Torres para que
cargásemos con tan maravilloso monumento corriendo
los riesgos de cualquier tipo. Así se hizo, hoy, el
Departamento
de
Matemáticas
conserva
este
extraordinario tesoro en un salón especial llamado
“Espacios Andrés Zavrostky”.
He aquí unas de las primeras notas que hice en mi diario
sobre Zavrostky:
9-2-93 He ido a visitar al profesor Zavrostky. Es
un anciano de origen ruso, de unos noventa años,
radicado en el país desde hace casi cincuenta años. Ya
lo había conocido durante las jornadas de la V
Escuela Venezolana de Matemáticas donde se le hizo
un homenaje. Llegué con Rómulo Aranguren a su
casa, a eso de las 10:30 a.m.; estaba como siempre lo
he visto por las calles de Mérida: impecablemente
vestido de flux y corbata, y los zapatos negros
brillantes, pulidos. Un traje marrón y la corbata del
mismo color. Él mismo nos abrió la puerta y lo primero
que dijo:’’- Lástima que llegan cuando ya hemos
quitado el pesebre. El pesebre estuvo allí - dijo
señalando hacia un rincón de su amplia sala - hasta
ayer’’. Al ocupar un puesto en aquel espacio casi
desierto y austero, vimos un joven que muy
respetuosamente pidió retirarse; don Andrés le
contestó que por ningún motivo. Era un bachiller que
recibiendo clases de matemáticas, de modo que
tuvimos que esperar un poco. Observé que sobre una
pequeña mesita había cuaderno, y Rómulo me dijo que
era allí donde Zavrostky iba anotando a los alumnos
que tenía cita con él. La lista de una semana tenía por
los menos unos quince estudiantes. Me sorprendía que
este anciano tuviera tan excelente vista, que no
requiera de lentes para leer las explicaciones que él
escribía al joven estudiante. El señor Andrés unas tres
veces interrumpió su clase para buscar algo en lo cual
nos pudiéramos entretener mientras él atendía al
joven. Téngase en cuenta que jamás cobraba un
céntimo por dar consultas a estos bachilleres, a
quienes atendía con paciencia benedictina. Nos trajo
algunos artículos suyos. Considerando que podíamos
perturbar la clase yo le dije a Rómulo que haría una
diligencia y volvería más tarde, pero el distinguido
anciano en cuanto vio que me ponía de pie me pidió
que me sentara en un sofá que estaba a su lado. ‘’-
Espere. Mire - dijo señalando hacia un motivo japonés
que colgaba en la pared -, ¿quiere que le traduzca lo
que dice eso?’’. Se incorporó y con agilidad se acercó al
cuadro, cuyos símbolos que sostenía una mujer en la
mano leyó primero en japonés. Luego dijo en
castellano: “En medio de los sueños un corazón
sensible recibe revelaciones de los sucesos futuros’’.
Leía haciendo énfasis en la terminación de cada
palabra. Entonces me invitó a sentarme de nuevo. Yo
aproveché para decirle que queríamos tener una serie
de conversaciones con él, y que si no le perturbaba
que las grabáramos. Se estuvo un momento en
silencio, mirado fijamente sobre algo lejano, para
después decir: “- Yo quiero ser determinante en que no
se me hagan preguntas sobre mi vida privada’’. Más
tarde agregó que prefería hablar sin tener un grabador
a su lado. Nosotros convenimos en que todo se haría
como él lo considerara más conveniente.
Volvió a quedarse en silencio. Yo trataba de
adivinar el estado interior del anciano; si su “defensa’’
ante el mundo externo era muy fuerte. Rómulo estuvo
hablando sobre los problemas por los que había
pasado para poder donar sus papeles a la universidad.
Se nombró a un Colegio o a una Asociación y
repentinamente el anciano dijo que él quería renovar
su inscripción en el colegio, creo que de Egresados.
Entonces me miró durante un instante, cómo
preguntándome cómo hacía para lograrlo. Yo dije que
antes había pertenecido a ese Colegio pero que había
renunciado, de modo que nada sabía, “pero podemos
averiguar”. Dejó vagar su mirada, y luego volvió a
perderse en algo lejano, cuando yo agregaba que había
dejado de pertenecer porque no encontraba nada que
valiera la pena estando en algo donde no se hacía otra
cosa que jugar dominó y bolas criollas. Entonces
sonrió. Yo continué hablando de otros asuntos de los
gremios: “Doctor, gremio entre nosotros huele a
huelga, a pleito de partidos y brindis”, y le expliqué
que el Departamento de matemáticas de la Facultad de
Ciencias le tenía una alta estima y que en varias
oportunidades habíamos estado conversando para
organizar una visita a su persona; que en nada
queríamos enredarle con homenajes. Que queríamos
ser los depositarios de su obra, y mantener una más
estrecha relación con él. Dije muchas cosas más y
cuando hube terminado, él, al parecer había quedado
sólo pendiente de cuanto le dije sobre el Colegio de
Egresados; fue entonces cuando añadió: ‘’- Una vez
vino de Caracas una delegación de la Sociedad
Venezolana de Ciencias Naturales, porque querían
establecer aquí una filial. Eso hace como unos treinta
años y quedó de presidente Antonio Luis Cárdenas. Se
hicieron varios discursos y cuando me toco el turno,
yo dije que era una buena idea que bajo esta sociedad
quede las investigaciones que se hicieran sobre el
fenómeno del Catatumbo, el estudio sobre la sociedad
de las abejas, la ciudad perdida de Acequias (la vieja),
las lagunas coloradas, y de pronto alguien que fungía
de moderador me interrumpió: - Profesor usted está
fuera de orden, lo que nos concierne en este momento es
los relativo al cóctel de clausura.... Bueno yo dejé de
hablar, y ocurrió que un año más tarde cuando volvió
la misma delegación y nos reunimos para que se diera
cuenta de lo que se había hecho hasta entonces nadie
recordaba otra cosa que lo del cóctel’’. Después de esta
conversación, el profesor Zavrostky aceptó que
lleváramos el grabador, pero eso sí, no quería que se le
tomaran fotos.
A partir del 15 de febrero de 1993, inicié otra serie
de conversaciones con el profesor Zavrostky, sobre
diferentes temas, de la cual he seleccionado los
siguientes temas:
Sobre el huelguismo de nuestras universidades
me dijo:
- Como es más honroso ganar enemigos por una
protesta que ganar enemigos por adulación, yo
contestaré.
- Los profesores ganábamos el sueldo completo por
firmar el libro de asistencia.
- Cada día -durante las huelgas- yo iba a clase,
veía que los estudiantes no estaban, no sabía si por la
guerra de Vietnam o si porque en alguna universidad
habían despedido a algún empleado, entonces -ante la
ausencia de estudiantes- firmaba el libro de asistencia
y volvía a casa; hago constar que la presente crisis, no
solamente universitaria sino nacional no se debe al
imperialismo como muchos dicen o a la intransigencia
del
Fondo
Monetario
Internacional,
sino
al
huelguismo; éste es el verdadero enemigo de
Venezuela. Durante todas estas marchas, mientras
estudiantes gritan contra los imperialistas extranjeros,
el colonialismo, con sus palabras le desafían y con sus
actos le ayudan porque son ellos los que traicionan la
independencia de Venezuela.
De cómo algunos burócratas interpretan el estudio y la
investigación
- Hace como unos 30 años, hice un estudio sobre
el Faro del Catatumbo, sacamos unas fotos, hicimos
un estudio espectroscópico, gráfico, meteorológico,
todo esto naturalmente, inconcluso. Después de esto,
en tiempos más recientes, yo me dirigí a la Dirección
del Cine Universitario, proponiendo que se realizara
este mismo estudio a mayor escala; bueno, me
contestaron que para esto se necesitaría comprar un
equipo nuevo, me propusieron hacer un edificio, un
observatorio en la región del Catatumbo, de modo que
según sus cálculos este estudio costaría, hasta donde
recuerdo, unos 7 millones de bolívares.. Yo a esto
contesté: ‘‘-La suma me parece un poco exagerada’’,
porque en aquel primer estudio que yo hice, que no era
nada conclusivo, que sí dio unos resultados valiosos,
para ser exacto, yo gasté solamente cien bolívares.
Sobre la manera alegre como algunos jurados aprueban
tesis de grado en nuestras universidades
- Una vez un estudiante me propuso como tesis de
grado, un estudio sobre el Faro del Catatumbo, yo le
tracé el programa, le hice el estudio topográfico,
determinación del epicentro, estudio espectroscópico
para determinar la composición química de los gases
que emiten esta luz, y algunos otros aspectos; para
todo esto ya existe el instrumentario necesario; le
dimos para efectuar este trabajo seis meses, tiempo
suficiente: el viaje de aquí a Santa Bárbara dura hora
y media, de modo que no existía impedimento; pasaron
los seis meses y ni siquiera había salido de Mérida; ni
siquiera hizo el viaje para ver con sus ojos este
fenómeno, mucho menos se sacaron las fotos; yo dije
entonces: ‘‘-Señores del jurado, no hay de dónde
sacarle un sólo punto’’; entonces propusieron los
miembros del Jurado cambiarle de tema; ¿cómo le
parece?; que en lugar del estudio del fenómenopropuso el Jurado- que presente un estudio
bibliográfico; que busque en la literatura quienes han
escrito sobre éste fenómeno; yo me opuse a esto, pero
quedé en una minoría: un voto contra dos. Bueno,
entonces le dicto la lista de los autores que habían
escrito sobre esto, Humboldt, Codazzi, Eduardo Rohl,
Alfredo Ernst y otros; ni siquiera los leyó; no hizo
absolutamente nada. Entonces en la reunión del
Jurado, yo dije que no había que discutir, que no
había de donde sacar un sólo punto; pero otra vez con
la mayoría de votos, fue aprobado y ahora es doctor.
Las protestas estudiantiles son actos de traición a la patria
- Yo recomendaría por parte de los profesores
mayor firmeza frente a las llamadas protestas
estudiantiles, porque estas protestas en su mayoría
vienen de los que no estudian; que la palabra
estudiante es participio activo del verbo estudiar y no
del verbo inscribirse; los que se inscriben y no
estudian, se inscriben para no estudiar y para no dejar
estudiar; y no pertenecen a la clase social de los
trabajadores sino a la de los parásitos.
La concepción dialéctica de la holgazanería
- Una vez que yo estaba viajando en el Estado
Lara, pasé por el pueblo llamado Miscucuy. Cuando el
autobús se acercó a un riachuelo, de ancho más o
menos de dos metros, con profundidad si apenas que
llega a la rodilla; se formó una cola de gente que están
esperando para que el autobús los pasara. Yo les
pregunto, bueno por qué no hacen el puente. Y
contestan: ‘‘_Ya hace años que estamos pidiendo al
gobierno que nos haga este puente, y no nos hacen
caso’’. Un pueblo de dos mil habitantes y que ellos
mismos no puedan fabricar un puente para peatones
siquiera; un puente de tablas; pero esperan todo del
gobierno. Todo esto, tiene un denominador común: la
vieja palabra p e r e z a. Es el gran vicio; pero vivimos
en el siglo de la dialéctica. Si se necesita dar una
definición de la dialéctica, yo diría así: ‘‘Dialéctica es el
arte de dar hermosos nombres a los feos hechos, y al
holgazán que se decía antiguamente, ahora lo llaman
huelguista; esto último suena mucho mejor para el
oído’’.
¿Heredamos la viveza de los andaluces?
- Una vez un andaluz hizo una apuesta con un
chino: Qué cultura es más antigua, la andaluza o la
china. El chino dijo que en la China hicieron
excavaciones en las cuevas prehistóricas del siglo de
piedra y encontraron alambre que se parece mucho al
que se usa en el telégrafo, de modo que hace diez mil
años, los chinos conocían el telégrafo. El andaluz
contestó: En Andalucía hicieron excavaciones en unas
cuevas y no encontraron nada; luego, desde aquellos
tiempos, los andaluces conocían el telégrafo sin hilo.
Anecdotario sobre las pertinaces interrupciones de clases
- Una vez en la Facultad de Ingeniería, que estaba
totalmente apagada, gracias a las huelgas, yo era el
único profesor que estaba dando la clase, mi voz era la
única que sonaba que este edificio ante la
concurrencia completa de los estudiantes; entonces se
acercaron los huelguistas, el comité de huelgas, y me
pidieron permiso, en forma perfectamente correcta,
para dirigirle la palabra a los estudiantes. Yo les
permití no más de cinco minutos porque todo nuestro
tiempo pertenecía a la universidad. Entonces se
dirigieron a los compañeros, y les aconsejaron que
tenían que unirse a la huelga; que asistir a la clase era
mal compañerismo. Cuando terminaron, yo tomé la
palabra y dije: ‘‘-Yo dejo la puerta abierta. Quien
quiera asistir a la clase que asista, quien quiera
retirarse que se retire, y les recomiendo no acudir a la
violencia; porque con esto saldrían perdiendo’’.
Terminé con este discurso y no se movió ni uno solo de
los estudiantes. Quedaron todos escuchando hasta el
final la clase. Pero yo fui el único profesor que hizo
esto.
Otras prendas sobre la viveza y perdición
nacional
- En cierta ocasión fui a visitar a un comerciante
de Mérida, que me conocía, y me dijo: ‘‘-Uno de mis
hijos estudia la Ingeniería, y debe ser uno de sus
alumnos; yo quisiera saber cómo asiste él a sus
clases’’. Por casualidad yo llevaba (conmigo) la lista de
las asistencias. La revisé y le dije: ‘‘-Señor, su hijo
asistió durante todo este año, una sola vez, la primera
clase y nunca volvió a aparecer’’. Al viejito se le
erizaron los cabellos: ‘‘-Cómo va a ser; y él cada día a
las ocho, dice: papá me voy a las clases, bendición,
dame plata para la merienda; después vienen a
almorzar a las doce; a las dos sale otra vez, ¿y resulta
ahora que no va a la universidad? Yo no sé dónde va.
- Pues, esto no fue un caso único; con casos como
éste yo podía llenar un libro.
Aristóteles y el proceso de la degeneración en
política
- Aristóteles, en su libro Política, dice que a cada
régimen bueno puede degenerar en algo malo si llega
al exceso; así por ejemplo, la monarquía ser en ciertas
condiciones ser favorable, pero no debe degenerar en el
despotismo. Las Aristocracia es algo bueno pero no
debe degenerar en la Oligarquía. La Democracia, pues,
corre el peligro de degenerar en la demagogia. De la
misma manera como las virtudes humanas, cuando
llegan al exceso se convierten en vicios. Por ejemplo el
valor, que es una virtud, si llega al exceso se convierte
en la temeridad; la prudencia en exceso se convierte en
cobardía. La generosidad en exceso degenera en la
prodigalidad, y el ahorro que también es loable puede
degenerar en la tacañería.
Poca voluntad y dedicación de nuestros jóvenes
ante la adversidad y el trabajo
- Una vez un estudiante me dijo (desesperado): ‘‘Profesor he intentado ya resolver este problema cinco
veces, y no resulta nada; y no puede seguir así, es
demasiado’’. Yo le dije: ‘‘-Usted lo intentó cinco veces y
ha desesperado. Ahora, un médico alemán, cuyo
apellido no recuerdo, estaba buscando un remedio
contra cierta enfermedad, él no lo intento no cinco
veces, sino seiscientas cinco veces; y fracasó
seiscientos cinco veces, y no se desalentó. Lo intento
por seiscientas sexta vez y con esto salvó millones de
vida. De modo que la medicina se llama sí, Número
seiscientos seis’’.
Joaquín Mármol Luzardo
El 19 de diciembre del 2000, al fin pude
entrevistarme con el doctor Joaquín Mármol Luzardo,
uno de los más eminentes cirujanos que tiene y ha
tenido Venezuela, quien llegó a ser miembro titular de
la Sociedad Internacional de Cirugía; quizás el último
rector serio que tuvo la Universidad de Los Andes, un
verdadero hombre de ciencia y académico, y quien
además jamás llegó a comprometer su alta investidura
universitaria con asuntos de partidos políticos. No
obstante por sus méritos profesionales y sus grandes
dotes morales, llegó a ser figura de primer orden y
testigo excepcional de ciertos hechos que se
desarrollaron desde 1955 hasta la caída del
presidente, general Marcos Pérez Jiménez. Retirado de
la vida universitaria por los sucesos que siguieron al
23 de enero de 1958, se dedicó enteramente al trabajo
de la medicina donde perfeccionó sus conocimientos
mediante la investigación. Médico de raza y de la
estirpe de los José Francisco Torrealba, Jacinto
Convit, Francisco De Venanzi y José Izquierdo. Si se
toma en cuenta que ya para 1948 el doctor Mármol
Luzardo
había
realizado
5.600
intervenciones
quirúrgicas, haciendo en ocasiones verdaderos
milagros, y siendo requerido de distintas partes del
país para que abordase casos graves y delicados,
podrá tenerse una somera idea de la inmensa obra
prestada por él a este país y de la calidad y
profundidad de su ciencia, que aún hoy a sus 89 años
de edad (los cumplía el 31 de diciembre), todavía opera
y atiende numerosos pacientes todos los días de la
semana (incluyendo sábados y domingos) en un
consultorio de gran reputación médica, en Caracas67.
Habla con mesura y seguridad como si estuviera frente
a una máquina de escribir para darle orden a un
trabajo de creación, con una memoria selectiva
formidable.
La entrevista fue posible gracias a mi amigo y
también mi maestro, el doctor Carlos Chalbaud Zerpa,
quien fue su alumno, y quien es amigo del doctor
Mármol Luzardo, y a la hija del doctor Chalbaud,
Carolina, biógrafa de este eminente médico. El doctor
Mármol Luzardo fue médico de la familia Chalbaud, y
ambos son de aquella vieja escuela de la decencia con
elevado sentido de la ética profesional que no era que
los pacientes les llegaban a sus consultorios sino que
ellos los buscaban en los campos, en los barrios más
apartados de la ciudad de Mérida; alejados de la
vanidad de los títulos y honores, hoy casi extinguida:
del pundonor profesional de quienes siempre han
detestado hacer de la medicina un comercio; don
Carlos Chalbaud, por ejemplo, jamás ha querido
pertenecer a una academia, desde que su eximio
maestro y amigo, el doctor Pepe Izquierdo le
67
Me hizo gracia, cuando conversando con él, de la manera más inocente
me cuenta que le da miedo salir después de las 10 de la noche en Caracas,
y que sólo lo hace en una ambulancia.
aconsejara que no lo hiciera porque era centro de
vanidad y estupidez, a los que se va sobre todo a
perder el tiempo. Pese a que al doctor Mármol Luzardo
fue escogido en varias oportunidades para ser
investido con la Orden del Libertador, Francisco de
Miranda o de Andrés Bello, jamás quiso aceptarlas.
Consideraba que no las “merecía”. Cuando en 1966,
contra su voluntad, la Universidad de Los Andes
decide jubilarlo, opta por no cobrar más su sueldo y le
hace saber a la ULA que le vaya acumulando ese
dinero, para posteriormente organizar una fundación
que les dé becas a los estudiantes de Medicina más
destacados. Atareado con sus ocupaciones en Caracas,
es en 1990 cuando el doctor Mármol Luzardo decide
acercarse al Rectorado de la ULA para saber cuánto
dinero lleva ya reunido, y comenzar de una vez a
levantar aquel sueño. Sorpresas: Nadie sabe nada. El
dinero se ha perdido, y hasta el día de hoy don
Joaquín de ello no sabe nada y ya hasta se ha
olvidado, para no agitar más las amarguras que
hierven tras los desmadres de la corrupción o los
desordenes
burocráticos.
Escuchen
meritorios
jubilados: ¡El doctor Joaquín Mármol Luzardo con
todos los méritos que tiene, jamás cobró ni cobrará
una locha de la ULA como jubilado!
UNA CABAÑA LLENA DE HISTORIA
Estoy en la cabaña de don Joaquín, en el Valle,
una casa de enormes techos, que él llama la finca.
Construida en 1948, a la que acudió en varias
ocasiones el general Marcos Pérez Jiménez. Es un
precioso paraje con grandes ventanales que dan al río
Mucujún y desde de donde se aprecia un precioso
prado y grupos de reses pastando en serenos y verdes
pastizales. Es una tarde de sol esplendoroso y
llegamos al umbral de la casa, a través de un camino
cercado por enormes pinos. Son las 3:30 de la tarde y
una señora me pide que pase a la sala, a la vez que
escucho de un corredor cercano arreglo de platos y
cubiertos. Es el doctor Mármol quien ha terminado de
almorzar; yo paso a la sala y me siento frente una
antigua chimenea, pero apenas me acomodo cuando
aparece en la puerta mi personaje; de inmediato me
saluda como a un viejo compañero: “-Cómo está usted;
venga vamos a sentarnos cómodamente.” Lo recordaba
con bigotes en una obra del doctor Carlos Chalbaud:
“Compendio Histórico de la Universidad de Los Andes
de Mérida de Venezuela”, en un óleo del Cardenal J.
Humberto Quintero. Su pelo plateado, sus ojos de un
azul indefinido, sereno. Todavía de porte vigoroso, de
hablar claro, pausado y seguro. Hay soledad en su
alma, veo unos libros espirituales sobre la mesita de la
sala, entre ellos un grueso volumen antológico de
poesía universal, “Cancionero del Amor y del Dolor”.
Me entero que su señora que cuidaba con tanto fervor
el jardín de esta bella casa falleció hace dos años,
luego de un matrimonio de sesenta años: “Éramos una
sola persona”. Silencio68.
Conversamos un poco sobre amigos comunes, y
pronto comenzamos a rememorar tiempos muy lejanos
donde las fechas llegan a confundirse y a
traspapelarse con los dolores, las alegrías y las luchas
de un sustantivo y noble vivir.
- ¿Y cómo eran las preocupaciones de la
familia de aquella época de Gómez que usted
conoció?
- Antes de salir yo a estudiar Medicina, papá se
encerró conmigo en un departamento de su
consultorio que él tenía para cambiarse de ropa, me
dijo: “Bueno hijo, usted se va. Caracas está
políticamente muy alterada, y si usted tiene algún
contacto político lo meten a la cárcel porque hay
muchos estudiantes presos, y si a usted lo ponen
preso, su mamá y yo nos vamos a morir. Luego usted
me tiene que jurar que no intervendrá en nada
político.” Yo me fui a Caracas con esa intención.
EL VIAJE A CARACAS
- ¿Qué tal, doctor, era el ambiente de aquella
capital?
- Estuve muy poco en Caracas, porque la
enfermedad que yo tenía era muy seria. Estuve
cursando primer año en la Universidad Central, y
luego me trasladé a Mérida hasta el quinto año, para
después volver a Caracas y recibir mi título allá. Pero
había cierta convulsión política contra el general Juan
Vicente Gómez. En enero del año 32, fue Eduardo
Gallegos Mancera para invitarme a una reunión, y yo
le dije: “No, yo le he prometido a mi padre que no voy a
tomar parte en nada de eso. Pero como tú ya me has
hablado de estas cosas, puedes tener la seguridad de
que a nadie le diré por ahora que tú me has convocado
a esta reunión con el fin de comprometerte a ti. Ellos
forcejearon un poquito, pero yo rotundamente me
negué. De tal manera que yo fui a Caracas a estudiar.
- ¿Cómo pudo usted darse cuenta tan joven,
de que con la política usted no iría a ninguna
parte?
- Para mí eso estaba muy claro: El que hacía
política no era un buen estudiante. Yo tuve la suerte
de ser el único estudiante suma cum lauden en mi
curso. Siempre tuve las materias sobresalientes tanto
en la UCV como en la ULA, excepto una, en la que me
pusieron 18.
- ¿Cuándo ingresa a trabajar con la ULA?
68
Esta entrevista consta de unas cincuenta página, pero para este trabajo
sólo presento el tema que tiene que ver estrictamente con nuestra
universidad de la ULA.
- Cuando yo me gradué, estaba aquí de rector, el
doctor Pulido Méndez, el Secretario era amigo mío, el
doctor Medina. Como era fines de julio, el doctor
Pulido Méndez se iba a pasar vacaciones a Tovar, de
donde era su esposa. Me trasladé hasta Tovar y le dije
al rector, quien me conocía de nombre mucho, que yo
quería entrar a la Universidad, pero que no había
pedido nada hasta ese momento ni lo iba pedir. Que yo
quería entrar por concurso. Me dijo él que eso no se
usaba en la Universidad, ni nunca se había usado.
“Pero no, si lo necesitamos”, me contestó él.
Finalmente se hizo abrir un concurso por credenciales,
pero ninguno aspiró a la cátedra que yo llegué a
regentar en Odontología que fue la de Anatomía
Dental, y en Medicina, yo entré en Patología
Quirúrgica Segunda; el doctor Antonio Parra León
daba Patología Quirúrgica Primera que se daba en
Tercer Año y yo la daba en Cuarto Año. Unos años
después fui solicitado para ser profesor de Clínica
Quirúrgica y nos repartimos el trabajo entre el doctor
Antonio Parra León y yo. Eran 32 pacientes que
diariamente atendíamos los dos y nos alternábamos,
un año estaba él en mujeres y yo en hombres, el año
siguiente intercambiábamos. Hasta que yo fui jefe de
los dos servicios y regentaba la Clínica Quirúrgica
tanto en mujeres como en hombres, y operaba los
cinco primeros días de la semana, y las clases las daba
después de las operaciones, además de atender las
urgencias ya que con alguna frecuencia llegaban
heridos, accidentes agudos de tipo quirúrgico a los
cuales era yo llamado para ver si se intervenían. Yo
salía del hospital cerca de las 11 de la mañana para la
clínica.
- ¿Y cuántas operaciones ha hecho usted
doctor? ¿Tiene un cálculo aproximado?
- Para 1948, existía una relación en la que figura
que para ese momento ya había realizado 5.600
operaciones. Cuando yo me fui para Londres, me
había pedido el Currículo meses antes el Consejo
Científico Cultural Británico, valiéndose de la
Embajada Británica en Caracas. A los pocos meses
vino el Embajador quien me dijo que le había agradado
mucho el currículo mío, y que estaba dispuesto el
Consejo Científico Cultural Británico que yo me fuese
a Londres. Esto fue en el año 54, y fue para hacer un
postgrado en Cirugía, y fui asignado al Saint George
Hospital donde trabaja tres días (lunes, miércoles y
viernes) y al King Hospital donde trabajaba martes,
jueves y sábados.
- ¿Pudo cumplir sus metas profesionales, allí
en Inglaterra?
- Estuve bastante tiempo trabajando en estos dos
hospitales, pero me vine porque me propusieron de
modo conminatorio el rectorado de la Universidad de
Los Andes. Yo recibí el 6 de setiembre de 1955, un
telegrama del ministro José Loreto Arismendi en el
cual me decía: Siguiendo instrucciones del ciudadano
presidente de la República me comunicaba que había
decidido designarme rector de la Universidad de Los
Andes, por estar esta Institución en conflictos
bastantes severos,... lo cual ellos creían que yo
aceptaría, sabiendo mis vinculaciones con esa
institución... Decidimos venirnos el 24 de setiembre, el
Día de Las Mercedes que solemos celebrar aquí en El
Valle. Salimos de Londres el 4 de octubre, de modo
que llegamos a Maiquetía el 6 de octubre.
- ¿Pero usted, doctor, ya con anterioridad
había estado haciendo un postgrado en París?
- Sí. Eso fue durante la Segunda Guerra Mundial.
De allí me tuve que venir obligado por el tío de mi
esposa, el doctor Jaime Picón Febres, quien estaba
encargado de la Embajada. Las cosas al principio
fueron muy bien durante varios meses. Yo estaba
trabajando mucho en el Hospital Laennec y en el
Hospital Larivoisier, estudiando Cirugía, Medicina
Interna, y Oído, Nariz y Garganta. Por cierto, me
preguntaban algunos profesores que por qué yo estaba
estudiando Medicina Interna si estaba estudiando
Cirugía. Les dije que muy sencillo: No quiero ser un
simple
operador,
sino
un
médico
cirujano,
primordialmente médico para saber lo que hago.
EL RECTORADO DE LA UNIVERSIDAD DE LOS
ANDES
- Volvamos al momento en que usted asume el
rectorado de la Universidad de Los Andes.
- Bueno, cuando yo asumo se hace el primer acto
democrático en la historia de la Universidad, en el
sentido que de acuerdo con la ley promulgada en el
mes de agosto del año en que comencé a actuar, ley
que me leí al llegar, me hacía responsable de todo,
pero los que nombraban todo el personal, hasta los
bedeles y portero, se encontraban en Caracas. Yo
cuando me fui a juramentarme con el doctor José
Loreto Arismendi, le hice saber que yo no podía
responder por una cosa que yo no hacía, porque eran
ellos los que sin conocer el medio nombraban.
Entonces convinimos, en que él los nombraría de
acuerdo con lo que yo dijera. Reuní a las Facultades
existentes para esa época; el doctor P. N. Tablante
Garrido fue mi colaborador, y me organizó las urnas
con unas cajas grandes cartón, con el fin de que se
pusiesen de acuerdo qué decanos y qué directores
administrativos querían en sus respectivas facultades.
- ¿Y cuándo conoce usted al general Pérez
Jiménez?
- Mi hermano fue militar y muy apreciado por el
general Marcos Pérez Jiménez, el Comandante Ramón
Mármol Luzardo, menor que yo, hizo Estado Mayor en
la Escuela de Chorrillos, donde también lo hizo el
general Pérez Jiménez, y estuvo entre los diez primeros
del cuadro de honor, y quedó de segundo porque no
podía estar de primero sino un peruano. A él lo
nombraron en un Departamento de Instrucción de las
Fuerzas Armadas y escribió algunos libros, los cuales
se seguían usando, según me contó un general. Mi
hermano fue quien embarcó en Caracas la madrugada
del 23 de enero al general Pérez Jiménez en el avión
que la gente llamó Vaca Sagrada y que lo llevó a Santo
Domingo. Y fueron testigos de este hecho, dos
personas muy allegadas a mí, de una calidad humana
excepcional: el doctor Alfonso Dávila Matute y el
ingeniero Víctor Müller. Mi hermano también había
estado como segundo jefe de la Casa Militar, Alberto
Paoli de primer jefe y se habían mantenido en los días
terribles de enero, 23 días sin dormir. Luego lo
pasaron a posición de disponibilidad, y encontrándose
así lo retiraron del ejército. A él le afectó mucho esto
porque además había sido el primer estudiante de la
Escuela Militar durante sus cuatro años de estudio, y
el general García Villasmil le dice cuando se
encuentran: “Mi alférez Mayor, cómo está.”
- De modo que eran viejos conocidos.
- El general Pérez Jiménez pasaba vacaciones en
esta casa, por lo menos una vez al año.
- ¿Antes del año 52, venía aquí?
- Sí, como no. Cuando fue gobernador Alberto
Paoli primero, y luego Vicente Tálamo después, él
venía por aquí, creo que sobre todo después del 48. Y
después siendo Presidente venía también, y yo lo
recibía. Y con Paoli y Tálamo acompañándoles, les
decía que quedaban en su casa para que pudieran
pasar con entera libertad sus vacaciones. Yo me iba
para Mérida y él me mandaba a buscar algunas veces,
para que estuviera un rato con él, y aquí en esta sala
jugábamos dominó: con Pacanins que era gobernador
de Caracas, y con Soulés Baldó que era su secretario.
Cuando se estaba aquí yo me iba para Mérida, y sólo
venía si él me mandaba a llamar.
- ¿Ese 1º de enero de 1958, cómo recibe los
acontecimientos que se desarrollan en Caracas y
Maracay?
- Yo estaba en el aeropuerto esperando al doctor
José Domingo Leonardi, rector de la Universidad del
Zulia, quien venía de Maracaibo para pasar unos días
conmigo. Gran cirujano y muy apreciado en
Maracaibo. Como él había estado en la docencia y era
rector de la Universidad, siempre se informaba
conmigo de muchas cosas; yo tenía muchos años
siendo profesor y había sido decano, y él quería que yo
le informara sobre muchos detalles. Además, nos
reuníamos cada tres meses para armonizar el
funcionamiento de las tres universidades nacionales,
la de la Central, el Zulia y la de Mérida. Por otro lado
aprovechaba para estudiar con él casos quirúrgicos
importantes que yo tenía aquí en Mérida. Después de
hora y media de estar en el aeropuerto, me dijeron allí:
Hemos tenido información de que no hay vuelos, ni de
Caracas ni de Maracaibo. Lo lamenté mucho y me fui
para mi casa, y después supimos que Hugo Trejo se
había alzado.
- ¿Y esos acontecimientos
conmoción le causaron?
del
1º,
qué
- Me dolió mucho más que no hubiese podido ver
al doctor Leonardi, que lo otro. Yo creí que lo otro sería
una cosa pasajera.
- ¿Recibió solidaridad de sus colegas?
- Sí, como no, de todo el mundo. En ese momento
no hubo nada en contra mía.
- Solidaridad de muchos que luego se pasarían
al bando contrario.
- Por lo menos del ochenta por ciento, que luego
se pasaron al bando contrario, y un grupo que había
sido perejimenista hasta ese momento lo dejó de ser
por intereses que esperaban explotar.
EL GENERAL PÉREZ JIMÉNEZ, PEDRO ESTRADA Y
PEDRO RINCÓN GUTIÉRREZ
- En agosto del año de 1957, le dije en Miraflores
al general Pérez Jiménez: “El país, general, se ha
acostumbrado a ver con naturalidad la cantidad de
obras que usted inaugura cada 2 de diciembre, yo creo
que hay que buscar otra manera para impresionar
más. Si usted pusiera en libertad a esa cantidad de
presos políticos que son incapaces de matar una
mosca, todos esos familiares, hermanas, hijos y
amigos quedarían agradecidísimos de usted. Dé una
amnistía general”. Esto se lo dije privadamente en su
despacho, y sabe usted lo que me dijo después Pedro
Estrada cuando se enteró: “El hilo del gobierno lo
tengo yo, y usted no tiene por qué meterse en esto.” Yo
le contesté: “Yo no sabía que usted mandaba más que
el presidente.” Sin embargo, el mismo general Pérez
Jiménez convino en que era muy razonable lo que yo
planteaba. Años después, el general me dijo: “Y ahora
hemos hablado mucho, Pedro (Estrada) y yo, y nos
hemos preguntado por qué no se hizo aquello que
usted nos aconsejó.” Y el propio Pedro Estrada me lo
repitió una vez que comimos en Francia.
- ¿Qué motivó esa entrevista el general Pérez
Jiménez?
- Bueno, yo estaba en Barinas en una cacería con
mi hermano José Otilio en ese agosto de 1957, y él me
mandó a llamar. El Secretario del gobernador de
Barinas (en ese momento el doctor García Monsant)
era un coronel retirado, que después fue agregado
militar en la Argentina y murió en ese país, me arregló
todo para que yo me trasladara a Caracas. Estaba de
jefe de la Escuela Militar el general Pedro José
Quevedo, me presenté en palacio a las 9 de mañana.
Entonces el general Quevedo me dijo lo siguiente: “Lo
acaba de llamar el general porque quiere hablar algo
con usted, usted debe aceptar lo que él le diga porque
él es un genio.” Así mismo me lo dijo el general
Quevedo. (Después usted ya sabe lo que hizo contra el
general Pérez Jiménez). Yo le contesté: “Todo depende
de lo que me diga, porque uno tiene que pensar lo que
puede y lo que no puede. Vamos a ver, porque yo no
soy político, general.” En esa ocasión el general Pérez
Jiménez me trato muchas cosas porque había
trastornos en el Ministerio de Educación, yo le saqué
el cuerpo en muchas cosas también.
- ¿Quería
Educación?
proponerle
el
Ministerio
de
- No lo sé. Él me dijo: “Y si usted se viniera para
Caracas el año entrante que va haber reelección”. Le
dije: “General, yo soy primordialmente médico
cirujano”. Se convino entonces en que en el Hospital
Militar yo podía entrar, y trabajar de 7 a 9. Bueno,
pero él estaba angustiado porque ¿a quién podía dejar
yo de rector en la Universidad de Los Andes? Fue
cuando yo le recomendé al doctor Pedro Rincón
Gutiérrez, cosa que se supo no sé por qué, ya que el
doctor Pedro Rincón Gutiérrez vino a darme las gracias
por la recomendación que yo había hecho de su
persona ante el presidente y me contestó lo bien que
haría su trabajo para satisfacción del general Pérez
Jiménez. Que él atendería la Universidad de Los Andes
al margen de la política como lo había mantenido yo,
esto y lo otro. Varias veces vino aquí, a la finca, Pedro
Rincón
Gutiérrez
a
expresar
su
profundo
agradecimiento. Pero no hubo tiempo para llegar a esta
resolución por cuanto el 23 de enero siguiente sucedió
el golpe de Estado y tumbaron al general Pérez
Jiménez.
- ¿Por qué se
amnistía general?
le
ocurrió
plantearle
una
- Yo sufría mucho porque estaban presos
personas por las que yo tenía gran estimación, como
por ejemplo Régulo Burelli Rivas, quien fue a la cárcel
como consecuencia de un cuñado de él que lo había
invitado a una reunión. Régulo era poeta y un hombre
muy fino. Como le digo, muchos que estaban presos,
yo veía que no eran capaces de hacer daño.
- ¿Era el general sensible a propuestas como
esta?
- Bueno, yo no le hablé de nombres, pero él me
dijo: “Mire que me agrada que usted me haya tocado
eso. Hay que pensarlo, consultarlo y proceder después.
Pero vamos a estudiarlo.” Porque era algo que yo
consideraba le favorecía, moralmente. Creí que estaba
en la obligación de decirle esto, que yo pensaba.
Probablemente luego, él habló con Pedro Estrada, y
éste se negó.
- Recapitulemos algunos puntos en los que
considero debemos extendernos un poco, y sobre
todo en lo relativo al doctor Pedro Rincón
Gutiérrez, llamado el rector “Magnífico” por
muchos. “Magnífico” en la democracia, cuando
estuvo decidido a servirle con mucha solidaridad al
general Pérez Jiménez.
- Me llamó mucho la atención, porque en la
circunstancia que ya yo le he relatado cuando el
general Pérez Jiménez me preguntó quién podría ser el
rector de la Universidad con la garantía de que no
habría desórdenes, yo le contesté: “Allá está un joven,
Pedro Rincón Gutiérrez, quien fue alumno mío, sobre
todo muy allegado al doctor Antonio José Uzcátegui
(persona muy distinguida y honorable); él, estoy
seguro que sería un buen rector.” Eso tranquilizó un
poco al general Pérez Jiménez. Entonces se supo,
como ya se lo he contado y el doctor Rincón Gutiérrez
vino a darme las gracias porque lo había recomendado
y yo le noté francamente que él deseaba ser rector,
estando el general Pérez Jiménez allá.
Mucha gente va llegando a casa del doctor Mármol
Luzardo, y debemos interrumpir con cierta frecuencia
nuestra conversación: Familiares, sobrinos, ahijados,
una señora médica, directora de un ambulatorio en
Mérida que lleva el nombre del doctor Mármol
Luzardo; todos van desfilando por esta finca en El
Valle, que todavía no sé si tiene algún nombre en
particular. Está aquí su yerno, el doctor Carlos
Claverie Rodríguez y su esposa, acompañados de un
precioso animal, tan feo como cariñoso (no sé si la
fealdad pueda existir en los perros), que por cierto me
ha tomado bastante cariño, como reclamándome que
le ponga tanta atención como la que le dispenso al
doctor Mármol. Me he enterado que la única hija del
doctor Mármol falleció en un accidente de tránsito, y
veo en la sala la fotografía de una hermosa joven, y me
han dicho: “Es la hija del doctor”, y es cuando he
guardado profundo silencio. Con frecuencia también el
doctor debe atender el teléfono, que frecuentemente lo
están llamando de distintas partes de Venezuela,
pacientes, amigos y familiares, pero sobre todo
pacientes. Una gran parte de la conversación la está
escuchando en estos momentos, el señor Julio
Ramírez, acompañado de su hijo un profesor de
Ingeniería Química de la ULA. El señor Julio fue el
portero del doctor Mármol cuando éste era rector, y
lleva en un llavero como una reliquia, la llave maestra
que el doctor le entregó para que pudiera acceder a los
distintos despachos del rectorado. Buscamos el hilo de
nuestra conversación y hemos caído en un hecho que
revela la independencia, con criterios propios,
autónomos, como entonces, la universidad, en plena la
dictadura, manejaba sus asuntos internos. Dice el
doctor Mármol que en una ocasión el ministro de
Educación, el doctor José Loreto Arismendi le escribió
una carta:
- Una carta muy cordial – me va explicando el
doctor Mármol -, en la cual me decía que él veía con
cierta preocupación y molestia, que se invitara a
tantos enemigos del gobierno para dictar conferencias,
intervenir en actos conmemorativos de cada año nuevo
que cumplía la universidad. Que los amigos del
gobierno eran relativamente pocos. Él me hacía esa
observación, si nada más. Solamente eso. En virtud de
esto, yo me dije: No puedo seguir siendo rector. Tengo
que renunciar al rectorado para que manden a uno
que sea complaciente. Entonces, escribí mi renuncia, y
la mandé a Caracas al doctor Loreto, diciéndole que yo
en realidad no sabía cumplir los deseos de ellos,
porque yo tenía mi manera de ser y que yo no estaba
dispuesto a deponer mis actitudes por complacencias
y que por lo tanto que ellos pensaran en un nuevo
rector, y que yo con mucho gusto le organizaría todo
para que él marchara bien, pero que yo no quería
seguir siendo el rector. Este oficio lo organicé junto
con el doctor Néstor Briceño Paredes, y fue entonces
cuando yo mandé a Julio Ramírez a Caracas un
sábado por la mañana y que se hospedara en el hotel
Veroes, ¿te acuerdas?, y que el lunes en la mañana
estuviera en el Ministerio de Educación, preguntando
por el Director, el doctor López Herrera, de parte del
doctor Mármol. Yo creo que esto fue a principios del
57. Todo eso está en mis archivos los cuales conservo
perfectamente bien. El martes siguiente se presentó
aquí en avión el doctor Francisco López Herrera, con
un oficio del doctor Arismendi, en la cual me decía que
él estaba muy preocupado y que no tomara para nada
en cuenta el oficio que él me había mandado, y que yo
podía hacer lo que quisiera dentro de la universidad, a
mi manera de ver lo mejor. Y allí concluyó ese episodio
desagradable.
La mesa está servida y nos llaman, tenemos que
cortar pero sabemos cómo, que no encontramos cómo
romper el hilo vasto e interesante de cuanto
conversamos. Queda pendiente una anécdota del
doctor José Francisco Torrealba, algo relativo al
comandante Chávez y un viejo y doloroso recuerdo
sobre el doctor Nerio Neri. Que la comida se enfría.
Vamos andando y deteniéndonos, “doctor, usted que
tiene mejor memoria que yo, no se le olvide recoger el
hilo...” Al doctor Mármol le brota esa generosidad
bastante perdida entre los humanos de esta época que
yo he conocido en hombres eminentes como don Eloi
Chalbaud (o su hijo Carlos), el escritor Ramón Sender,
Juan Félix Sánchez o el gran matemático Andrés
Zavrostky. Vamos pues, a un corredor desde donde se
aprecia una formidable vista de El Valle. Hay allí una
larga mesa a la que nunca le faltan visitantes de todas
partes de Venezuela. Luego del almuerzo pasamos a la
sala. Hace un poco de frío, y ya será hora de hacer
fuego en la chimenea la cual tiene muy buen tiro.
Caemos por otros vericuetos a la figura del doctor
Pedro Rincón Gutiérrez a quien vemos en una foto
muy vieja.
- Luego que usted sale de Mérida, ¿cómo fue la
posición del doctor Rincón Gutiérrez hacia su
persona?
- Lo primero es que habiendo sido yo una
persona que había trabajado desde antes de
graduarme como preparador, en todas las materias
que presenté. En Segundo Año fui preparado de
Anatomía Topográfica, en Tercero de Medicina
Operatoria y después fui distinguido con todas las
menciones honoríficas que me dio la Universidad como
estudiante. Yo tenía una vinculación muy grande con
todos mis estudiantes. El doctor Pedro Rincón
Gutiérrez cuando yo era rector estaba muy contento
dando sus clases, y cuando se ofrecieron las firmas
para darle la aprobación al plebiscito que se iba a
realizar para reelegir al general Pérez Jiménez en el
año 58, el doctor Rincón Gutiérrez y otros amigos,
vinieron aquí a decirme que ellos no querían firmar; yo
les dije: “- Miren, ustedes no tienen por qué firmar,
porque la universidad es una cosa y el gobierno otra, y
estamos comprometidos el doctor Tálamo y yo en que
yo no me meto en las cosas de él, pero él no puede
llevar la política a la universidad, ni indirecta ni
mucho menos directamente. De tal manera que
ustedes le dicen que yo les aconsejé que si no tenían el
deseo de firmar, que no firmaran. Yo no voy a firmar, le
dije al doctor Rincón Gutiérrez”.
- ¿Y usted no firmó?
- No. Ni de casualidad. No me meto en política.
- Entonces el doctor Pedro Rincón tampoco
firmó.
- Cuando yo bajé, y le hablé al doctor Tálamo al
mediodía, en virtud de lo conversado con el doctor
Rincón Gutiérrez (ya había estado la noche antes el
doctor Pedro Rincón aquí, en la cabaña por este
asunto), para decirle que yo no deseaba que ningún
profesor universitario se invitara a firmar sino que
ellos lo hicieran espontáneamente si querían. Y me
dijo: “Pero qué raro, si ya el doctor Pedro Rincón
Gutiérrez estuvo aquí para firmar espontáneamente”.
- ¿Entonces ya había firmado?
- Sí, cuando yo estuve al mediodía. Había firmado
a favor del plebiscito. Y estuvo, como le digo, muy
contento de tener la posibilidad de seguir en la línea
que yo había iniciado como rector, si lo nombraba el
general Pérez Jiménez. Estaba por esto sumamente
contento y muy agradecido a mí por haber hablado a
su favor, en caso de que alguien tuviera que
sustituirme.
- ¿Y ese agradecimiento tuvo continuidad en
el tiempo, principalmente en lo relativo a su obra
como rector?
- No. Lo único que recibí inmediatamente
después del 23 de enero se lo contaré luego. Nos
separaron a muchos profesores, a los más
importantes, por ejemplo al doctor Eloy Dávila Celis, al
doctor Néstor Briceño Paredes que eran cabezas de la
universidad. Y yo demandé, no a la universidad, sino a
las autoridades universitarias porque no habían
cumplido con la ley para separarme de mi cargo,
porque yo no había cometido ninguna falta, ni
académica ni de ninguna clase. Más aún, cuando el
año anterior me había dado una mención honorífica
firmada por todos, incluso los que ahora me
solicitaban mi separación; todos los profesores sin
excepción alguna, en la que entre otras cosas me
proponían como ejemplo para las posteriores
generaciones.
- ¿Y el doctor Pedro Rincón Gutiérrez supo
guardar silencio posteriormente ante todo esto?
- Yo no lo quise tratar por muchísimo tiempo. Yo
lo demandé ante la Corte Suprema de Justicia, no
para obtener prebendas para mí. Estaba claro en la
demanda que todo lo que se debía pagar, lo asumirían
las autoridades universitarias y no el patrimonio
universitario.
- ¿Usted ganó la demanda?
- Sí. Me vino a felicitar un miembro de la Corte
Suprema de Justicia, el doctor Saúl Ron. Habían
pretendido las autoridades darme una jubilación para
justificar el haberme separado de la Universidad, pero
yo no había pedido la jubilación y además no hice
nunca uso de la jubilación.
- ¿Volvió usted a tratar al doctor Pedro Rincón
Gutiérrez?
- Si lo vi muchas veces y me saludaba, pero yo
naturalmente que no era cordial con él.
- Sin embargo supongo que él debió sentirse
algo arrepentido por todo lo sucedido entre usted y
él.
- No creo que él tenga condiciones
arrepentirse de las cosas mal hechas.
para
CONSECUENCIAS DE LOS CAMBIOS
- Entonces, después
sentirse herido por el
Universidad de Los Andes.
del 58, usted debió
rumbo que tomó la
- Fui objeto de una injusticia muy grande, se
puede demostrar perfectamente bien, porque yo hice
que los profesores modificaran su sueldo, se lo
rebajaran, y yo modifiqué sustancialmente el mío, para
hacer un fondo y construir la casa central de la
universidad que estaba en ruinas. Hice sacrificios por
la universidad, como también la mayoría de los
profesores me acompañaron; y habían sido más
consecuentes con la universidad los que fueron
retirados que los que se quedaron.
- ¿Es decir que ese edificio donde hoy
funciona el rectorado, y que representaba entonces
el área fundamental de la universidad de entonces
se hizo con fondos propios?
- El gobierno no puso nada para eso. Yo me bajé
dos mil bolívares de mi sueldo, por ejemplo. El edificio
donde está hoy el Aula Magna y todo; todo, todo, todo.
Todas las dependencias universitarias. Sin incluir el
vicerrectorado que estaba en una pequeña parte, y que
el doctor Roberto Picón Lares ya había reformado.
Toda la manzana que compromete a la universidad:
Incluye la Facultad de Odontología a la que se llevaron
75 unidades Ritter pagadas por nosotros hasta ese
momento, y compradas al precio de la otra unidad, de
otra marca que era mucho más baratas. Yo puse en
tela de juicio a esta otra casa que vendía unidades
dentales con la propuesta de que la universidad le iba
hacer propaganda a ellos gratuitamente. La Ritter que
eran las mejores eran las que yo quería. No las podía
comprar por el precio de 30 mil bolívares y las
conseguí por la tercera parte de lo que valían, porque
llevé las cosas hasta ese punto. Y como le digo, instalé
75 unidades Ritter con todo el equipo para trabajar,
más los laboratorios adicionales que requería la
Facultad de Odontología para los revelados y todo lo
demás.
Llevé
algunos
pintores
para
que
acondicionaran la bóveda del Aula Magna con motivos
universitarios, con los cuales el doctor Manuel Mujica
Millán quedó complacidísimo, y él era muy exigente. El
doctor Mujica fue quien hizo los planos y se ocupó de
la parte arquitectónica, con el fin de que la compañía
que vino a realizar los trabajos, la universidad pudiese
controlarla, y le hicieron este servicio a la universidad
el doctor González Jaimes y otro de la Facultad de
Ingeniería quienes estuvieron pendientes de la
resistencia que debían tener todas las estructuras que
se iban hacer allí, y lo hicieron gratuitamente también.
- Todo con fondos propios.
- Sí señor; con fondos propios. Nadie me dio
nada. Cuando se inauguró, que vino el general Pérez
Jiménez con un séquito muy grande y vio lo que se
había hecho allí, se quedó asombrado. El vino en
diciembre de 1956, y se inauguró la universidad el 16
del mismo mes. Se hizo una calle de profesores, todos
entogados, y el general Pérez bajo de su vehículo y
caminó con las personas que lo acompañaban por el
centro de las dos filas de profesores universitarios,
entre los cuales estaban los que después protestaron.
¿Entiende?
- ¿Todos querían saludarle?
- Todos querían darle la mano. Eso fue un acto
muy solemne que empezó en la calle. Yo mandé hacer
en una joyería en Maracaibo tres llaves, porque la
universidad tenía tres puertas de hierro: en plata dos,
copiando las de las puertas laterales, en oro una para
la puerta central con el escudo nacional y con el
escudo de la universidad. Esas llaves se pusieron en
una bandeja, con la indicación de que la de la derecha
era para el doctor Spósito Jiménez, la de la izquierda
para el doctor José Domingo Leonardi y la del centro
para el Presidente de la República. Y con esas tres
llaves se abrieron las tres puertas de la universidad.
Pero de las llaves esas tenía yo copia para hacer el
archivo desde ese momento de la universidad, y las
coloqué en el salón que era del Rectorado en una
vitrina69, junto con el libro de visitantes en el cual
firmaron todos los que estaban allí. El general Pérez no
salía de su asombro y no dejaba de preguntarme: “¿Y
cuánto le ha costado todo esto, doctor? Es increíble lo
que he visto, estoy sorprendidísimo, yo no me imaginé
que esto pudiera ser como lo ha hecho usted, ¡con
mármol en el Aula Magna, en madera tallada, para
seiscientas personas...! ¡Esto es increíble! Y además, la
Facultad de Odontología con una cuadra de máquinas
de lado y lado”. Me habló de todo eso, y le dije: “Hemos
hecho un sacrificio económico todos, y estamos
satisfecho de que Dios nos hubiera dado el momento
oportuno de poder hacer algo por la universidad tan
meritísima y tan querida, y además estando yo en la
magistratura máxima. Es un gran placer para mí, y
será motivo en el futuro, de recordar muy gratamente
este momento.” Entonces me dijo él: “¿Y usted quedó
debiendo algo de esto?” Le dije: “Quedé debiendo
algunas cosas, parte de la construcción, y sobre todo
me preocupa las letras que firmé para las unidades
69
Más tarde le pregunté al doctor Mármol por el destino de estas llaves y
me dijo que se las habían robado. Luego yo supe quién había sido el
ladrón, un profesor que posteriormente se hizo “revolucionario” y ocupó
importantes cargos en la administración pública.
Ritter, pero yo arreglaré todo eso porque tenemos
previsto cómo lo vamos a hacer, ya que todos los
profesores hemos contribuido: nos hemos bajado los
sueldos para crear un fondo común.” Me dijo él: “Con
respecto a lo que yo he visto, me ha parecido
grandioso, y deseo hacerle un obsequio a la
Universidad”. Entonces dijo: “Doctor Soulés: Me hace
el favor, el mismo día que lleguemos a Caracas, de
hacer un cheque para la Universidad de Los Andes por
quinientos mil bolívares, que quiero donarle, para que
el doctor Mármol, alivie la carga que debe tener en
cuanto a lo quedó debiendo.” Ese cheque me sirvió
para pagar las letras que yo había firmado en nombre
de la universidad con Rodríguez Sabogal, por lo de las
unidades Ritter.
- ¿Y hubo un agasajo al general?
- Claro. Fue en el Prado Río. El doctor Pedro
Rincón Gutiérrez fue el que le entregó el acuerdo al
presidente de la República en el cual había muchos
considerandos, para el que yo no había intervenido en
nada, porque yo no hacía elogios. Daba las gracias por
el bien que se hubiera hecho. Eso sí, estoy muy
agradecido. Pero se pelearon, se disputaron algunos
(los que después tuvieron con Acción Democrática o la
oposición) para darle al general Pérez Jiménez las
menciones honoríficas de cada Facultad por haber
asistido y por haberle dado realce al acto de
inauguración. El doctor Pedro Rincón Gutiérrez fue
quien hizo entrega de la mención honorífica por parte
de la Facultad de Medicina que llevaba muchos
elogios.
Hay que recordar a esta altura de la conversación,
que la Escuela de Humanidades, como la
transformación de la Escuela de Ciencias Forestales
fueron obras realizadas por el doctor Mármol Luzardo,
lo cual nunca ha sido reconocido oficialmente por las
autoridades universitarias de la democracia.
- Ahora bien doctor, ¿su rectorado se
caracterizó por ser tranquilo? ¿Tuvo usted
perturbaciones
estudiantiles
o
reclamos
amenazantes por parte de los profesores?
- Durante mi gestión no se perdió un día de
clases, porque hasta el 22 de enero estuvimos dando
clase hasta en la noche. Al día siguiente como estaba
revuelto todo esto me quedé en casa del doctor Pedro
Pineda León. El día siguiente me trajo el doctor
Oscariz
aquí,
a
esta
casa.
Yo
renuncié
irrevocablemente esa misma mañana del 23 de enero,
y pedí que me autorizaran para entregarle al
Vicerrector que era Néstor Briceño Paredes, quien le
entregó al nuevo rector que vino. Pasé un tiempo en
esta cabaña, y luego unos días nos fuimos Valentina y
yo a la casa nuestra, el 29 de enero, que quedaba
donde está el edificio Florida, frente al Hotel Caribay,
que la tuvo ocupada el doctor Tálamo. Encontrándome
en esta casa recibí un oficio del decano de la Facultad
de Medicina, el doctor Abdel Fuenmayor, quien había
sido mi discípulo, por cierto brillante, y a quien yo
había ayudado para su especialización en México como
cardiólogo. El oficio que me envió rezaba exactamente
así: “Ciudadano Rector Joaquín Mármol Luzardo,
profesor de Clínica Quirúrgica de Quinto y Sexto Año.
Ciudad. Siguiendo instrucciones del Ilustre Consejo
Universitario hago de su conocimiento que ha sido
usted suspendido de sus cargos docentes y de
investigación por ser su presencia incompatible con el
nuevo régimen democrático que vive la Universidad.
Dios y Federación. Abdel Fuemayor, Decano.”
- ¿Y usted cómo sintió ese documento?
- Fuimos cincuenta y siete profesores los
separados de esa misma forma. A la plana mayor. A mí
me molestó enormemente eso, porque hacía un poco
más de un año, me habían dado un diploma, inmenso,
con la firma de ciento cincuenta y ocho profesores y
un acuerdo, cuyo último considerando es: “Que el
doctor Joaquín Mármol Luzardo ha dado ejemplos
excepcionales en todos los aspectos, como ciudadano y
como médico, creemos que se debe proponer su
nombre para la historia...”
- ¿Incompatibilidad suya con la Universidad?
- Yo no lo entendía. Porque tal vez ellos entendían
que yo actuaba con una disciplina que ellos no iban a
aceptar. Yo no iba a permitir desórdenes ni atropellos
dentro de la universidad ni que le faltaran el respeto a
alguna autoridad, porque eso no iba con mi manera de
ser. No iba a permitir nada que fuera en contra de lo
que
significa
el
indispensable
respeto
que
institucionalmente debíamos observar.
- ¿Sufrió usted en esos días convulsos alguna
agresión, doctor?
- Absolutamente ninguna. Tengo que anotar que
yo sospecho lo siguiente: El doctor Duque Sánchez, a
quien aprecié mucho, era el gobernador de Mérida
después del Golpe, y el Secretario General era el doctor
Omar Eladio Quintero. El doctor Duque Sánchez,
sabiendo que yo me iba fue a mi casa, allí en la
Florida, y me dijo que él deseaba llevarme al
Aeropuerto, porque sabía que yo me marchaba. Eso
fue el día 11 de febrero, y estuvo en mi casa muy de
mañana. Yo iba para Maracaibo y después viajaría a
Viena para hacer un curso de Microscopía Vaginal.
Quería pasar unos días con papá y mamá en
Maracaibo. El doctor Duque Sánchez me dijo: “Yo
vengo a buscarlo para llevarlo”. Entonces le dije: “No,
doctor, yo soy hombre. Yo me sé defender. Yo no
necesito protección de nadie.” Recibí esa gentileza la
cual agradezco profundamente por parte del doctor
Duque Sánchez de quien fui muy amigo y de quien
tengo un recuerdo imperecedero por su bondad y por
su generosidad.
- ¿Y a la vista de hoy cómo ve ese pasado?
- Bueno, fue un desorden muy grande. Se
descompusieron todas las instituciones. Yo no pude
apreciarlo mucho, porque como le digo, me fui a Viena,
y lo hice el 12 de febrero, Día de la Juventud.
- Mil gracias, doctor, por su amabilidad.
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