José Sant Roz Capos de Toga y Birrete Quien no ha sido obstinado acusador durante la prosperidad, debe callar para siempre en la desgracia Víctor Hugo. - DESMANES EN LAS UNIVERSIDADES VENEZOLANAS - FRAUDES EN INVESTIGACIÓN - MANIPULACIÓN ALEGRE DE LOS PRESUPUESTOS... Mil cajas chicas, mil traslados, mil rectificaciones... mil chanchullos. - DIRIGENTES ESTUDIANTILES ENVILECIDOS: VENTA DE CUPOS Y EXÁMENES. CHANTAJE A PROFESORES... - PLAGIOS, ASCENSOS AMAÑADOS, DESAMPARO JURÍDICO, DESMANES AL PATRIMONIO... DOCTORADOS HONORIS GUASA... VIAJADERAS Y COMEDERAS A COSTILLA DEL PRESUPUESTO... - CORRUPCIÓN EN LOS GREMIOS... PERFIL DE UN UNIVERSITARIO MEDIO: hombre sin atributos ni carácter, incapaz de remordimiento alguno. Inculto, adocenado, eludiendo asumir compromisos con su entorno social. Envuelto en una atmósfera de tedio y tristeza, y que resume lo peor del espíritu pequeño-burgués (sobre todo cuando se dicen de izquierda o “revolucionarios”), y que no pierde la esperanza de verse un día orlado con las supremas preseas de esos capos togados de nuestros cuerpos rectorales. Respirando siempre un profundo recelo hacia quien tenga el valor de expresar pensamientos propios. Nuestro universitario tiende a solidarizarse con el hombre vulgar, simpático (chistoso), que carece de espíritu creador; por lo que estas Almas Máter Muertas están compuestas por un 5% de seres razonables, un 10% de incontrolables ladrones y un 85% de esclavos. Un profesor universitario es reaccionario por naturaleza, y le tiene horror a cualquier cambio. Piensa que los cambios pueden afectarle peligrosamente su status, y sobre todo el bolsillo. El típico profesor universitario es un hombre corriente cuya inteligencia tiende a deteriorarse rápidamente (pues uno de sus deseos es jubilarse y dedicarse a otra cosa que nada tenga que ver con pensar y estudiar). Un ser sin esencia ni destino. Apagado, imbuido en los pequeños quehaceres de sus clases docentes y de sus reducidos espacios laborales, con la mente puesta en algún bono extra que sin duda le llegará, por vía de los paros y “huelgas de cerebros caídos”. Cuando no se lanza a figurar como candidato a algo, se refugia bajo la férula de algún cacique atrevido y descarado que vive a la caza de altos cargos, pues el cacique que busca encumbrarse requiere el apoyo de muchos parásitos. Siempre pendiendo, digo, de algún carcamán: de los viejos y deformantes esquemas, de los grupos que se reparten las colocaciones y el poder. Por excelencia un ser egoísta pero de pequeñas miserias, y sin capacidad para la generosidad o para prestar servicio social alguno. Temeroso y apocado, permanentemente con el rabo entre las piernas suspirando por una casita en la playa y hacer un crucero cada dos años... Estudiando para que lo sepan los demás, no para entender el mundo ni ayudar a sus semejantes, ni cultivar su talento. Ahora bien, ¿a quién podría EDUCAR un hombre así, superficial, que teme asumir compromisos consigo mismo y con sus semejantes? No hay absolutamente nada humanista en estos seres: ábralos, auscúltelos, penétrelos hasta más allá de los tuétanos y no encontrará nada. Éstos, en verdad que no tienen alma. Sin una voz propia, sin un destino, nada del verbo encarnado. Porque el humanismo no llega por los libros ni las computadoras ni se puede aprender de memoria, sino como dice Fernando Savater, que se contagia. “Y mal pueden contagiar la enfermedad divina quienes no la padecen”. Y por ello, unos pocos ladrones, entre veinte mil profesores, lo controlan todo. Nacen estos bellacos con el arte de saber tomar las debidas precauciones para transgredir las normas que exigen la Contraloría, la Ley de Universidades y el ejercicio de la autonomía. Uno no puede encontrar en ese mundo de lánguidas almas un ser solidario para avanzar hacia algún cambio positivamente humano. Se buscará inútilmente, por lo que los maulas cada vez se sienten más seguros en sus sitiales, incólumes, inamovibles. Pero, yo, pobre diablo, con mi única arma, la palabra escrita, aquí les paso mi cuenta, y los mando al carajo. Qué estado de asfixia; falta el aire, no se puede pensar. Casi todos los profesores y estudiantes ven cada día disminuidas sus dotes particulares por las relaciones que imponen los partidos y los grupos de poder. No existe la crítica sino la solidaridad ciega a los mandones. En la universidad venezolana como en ningún otro lugar se percibe la verdad profunda de esa expresión de Emilio Zolá de que no hay un solo jefe en el mundo que no sea una mierda. Por lo que la única reforma posible y verdadera es aquella que pueda romper con los exclusivos privilegios de quienes detentan los equipos rectorales y decanales. Despójeseles de carros de lujo, de choferes, de las jugosas primas que reciben por sus cargos (y que se prolongan más allá de la jubilación); de sus espléndidos despachos, amanuenses, pajes y besamanos; e impídaseles que sigan administrando presupuestos a sus arbitrios y antojos, para complacer caprichos y apetencias de sus amigazos de turno. Despójeles de estos poderes y quedará el terreno despejado para que actúen quienes de veras desean entregarse patrióticamente, por amor y por vocación de servicio, a la universidad venezolana. A los buscadores de votos que han parido esa caterva de rectores de nuestra democracia no les interesa una reforma seria, porque los primeros en desaparecer serían ellos; en una reforma quedarían como los Pinochets o Milosevics de la universidad. Resplandecerían como el ludibrio y la vergüenza del conocimiento, del saber y de la cultura; como los Al Capones de cuarenta años de infamias, robos, crímenes, fraudes, extorsiones y de mentiras sostenidas. La plaga que dispone como le viene en gana el 80% del presupuesto está apenas conformada por un 3,5% del profesorado: son los que representan el tren ejecutivo, administrativo y directivo de nuestra universidad, siempre enroscados, enlodándose, rotándose, embadurnados en negocios y prebendas. ¿Valdrá la pena acaso reformar un cáncer? ¿Podrá un cuerpo con metástasis recibir alivio de unos mafiosos que llevan 20 o 25 años engangrenando su autonomía y su misión primordial que es enseñar y formar? En nuestro país sobran universidades porque abundan los brutos que las dirigen; sobran profesores y sobran estudiantes, porque las han cogido como grandes redentoras de males de todo tipo, las han empantanado. Hoy, cualquier doctor es un patán, un inocuo, un petimetre. Un 69% de nuestros profesionales no sabe escribir una carta, y 92% jamás ha leído una novela clásica completa. A un 85% le importa un comino la historia, la música o la literatura. No saben nuestros profesores pensar, criticar ni valorar sus propias funciones. Divina Academia Ya vamos a entrar en el zulo de los robos; en la asfixia de la incompetencia; en el secuestro millárdico de los presupuestos para fines oscuros y caprichosos, y en esa cloaca perenne de denuncias que hoy colocan a la ULA en un récord mundial como universidad, con la existencia de 46 expedientes que cursan por los tribunales de Mérida, Táchira, Trujillo y Barinas1. Equivocados estamos quienes escogimos la universidad creyendo que por medio de ella se podía evolucionar, prepararnos, ser más humanos o razonables. Quienes así lo hemos hecho, descendimos a los círculos del Infierno. En ella se pasan veinticinco o treinta años, y se sale amargado, lleno de recelos y de envidias, 1 Informe suscrito por el Coordinador del Consejo Jurídico Asesor, Dr. Mario Díaz Angulo, en oficio Nº 0.088.001 de fecha 12-03-01. despotricando unos contra otros. Es como una gran estafa. Y como no se puede emitir un pensamiento propio, so pena de ser considerado loco, advenedizo, raro, qué sabe uno, te echan el plato de lentejas advirtiéndote de las servidumbres, y de acatar en todo al de “arriba”. Por atavismo te enteras de la barbarie que impone el cacique, que no es ajena a esa atmósfera opresiva de hipocresía y disimulo, de temores inscritos a la fría crueldad de unas leyes ridículas, mil veces restregadas en el rostro de todo mundo (como símbolo de civismo, y que luego con el peor de los sarcasmos son violadas en cambote por los Consejos Universitarios, por los Consejos de Apelación o equipos rectorales o reptales). universidad venezolana durante cinco años por lo menos5”. Parágrafo Único: El respectivo Consejo Universitario, determinará en el reglamento que al efecto dicte, las condiciones que han de exigirse para ocupar los cargos de Rector, Vicerrector y Secretario a los profesores que no hayan obtenido el título de doctor, en razón de que el mismo no sea conferido en la especialidad correspondiente por esa universidad”. Qué mofa: la Sección II de la Ley de Universidades, artículo 28: “El Rector, los vicerrectores y el Secretario de las Universidades, deben ser venezolanos de elevadas condiciones morales2”, poseer título de doctor3, poseer suficientes credenciales científicos (sic) y 4 profesionales , de haber ejercido con idoneidad funciones docentes y de investigación en alguna Definitivamente son como todos los dedicados a buscar votos y cargos, flojos para el estudio, la docencia y la investigación. Resulta que en los actuales momentos, ni el rector ni vicerrector Administrativo de la ULA, Genry Vargas y Julio Flores Menessini, poseen el título de doctor, no obstante que en la Facultad de Economía a la que prestaban servicios tiene un doctorado en Estadísticas. Serviles pero felices No hay algo que tenga más fuerza de ley en nuestras universidades que los estropicios. En la 2 ¿Cuándo lo han sido? ¿Quién de ellos en los últimos cuarenta años lo ha poseído? 4 ¿Qué carcamán de estos posee tales prendas? 3 5 ¿Cuándo hemos visto que en alguna universidad venezolana, a excepción de Heber Sira, estos señores hayan ejercido tales funciones? ULA, por ejemplo hay un montón de jubilados ilegalmente, pero el Consejo Universitario no saber qué hacer con ellos para que retornen a sus trabajos, pues no se les puede exigir que lo hagan bajo la figura de personal activo, como tampoco se les pueden abrir expedientes disciplinarios como los que rezan en el Estatuto de Personal Docente y de Investigación. Así pues, por esa tronera legal se colarán los que vengan detrás, porque ya está sentado el mal precedente. Por ello, no hay capos más criminales que hacen una pasantía por un Consejo Universitario, donde se urden y se sustentan toda clase de desafueros. Déjese violar, dice un cartel, y sea feliz. No indague. Si alguien salta porque no se deja abusar, de inmediato le tildan de anormal, y procuran hacerle la vida imposible. Venga, a dejárselo manosear, ¿o piensas que no vas a necesitar de alguien en el momento de tu ascenso, cuando requieras una ayuda extra, un permiso remunerado? Acuérdate que estás en la lista de alguien. Tú necesitas de afecto, de solidaridad. No se sabe de dónde proviene esa filosofía incrustada en la tradición y en la experiencia de cualquier universidad nacional, de unos que llegan para tocar y otros que obligatoriamente deben dejárselo hacer. La regla es clara: Si no te interesa ser universitario coge tus bártulos y vete, pero no intentes dictarnos a nosotros las normas democráticas que hemos de seguir. Mide muy bien tus palabras, tus actos. Si alguna cualidad tienes, háznosla saber. Nosotros requerimos enterarnos de cuanto sepas y puedas hacer, pero nada de lanzarte a una tarea dejándonos de lado. Tú entiendes. Tú sabes cómo se eligen las denominadas "autoridades universitarias"; gente que se joroba por ti; es bueno que lo entiendas de una buena vez: tu carrera depende esencialmente de nuestros sacrificios, de nuestra atención. Aquí entras porque tus concursos los estudiamos previamente, y tu ingreso está en nuestras manos. Únete para que puedas enfrentarte con valor, argucia, contra los petulantes y soberbios con aires de probos y sabios que querrán ponerte piedras en el camino. Lo que vale son nuestras leyes, nuestros acuerdos y decisiones y lo vuestro es acatar. La ley es el voto: la única fórmula que te protegerá en todo. Tú no estás aquí para estudiar ni para saber más, sino para votar. ¿Somos o no, entonces, demócratas? Sed buenos, leales, prudentes, y llegaréis a la edad provecta (de los 42 años) de vuestra jubilación, sin problema alguno, ¡Y NUNCA OLVIDÉIS QUE LA UNIVERSIDAD ES NUESTRA! De pelos, perlas y Consejos de Apelaciones Sí, porque además de su código de honor, tienen muy en alto el andamiaje jurídico para remendar plagios, fraudes de ascenso, y toda clase de impugnaciones por irregularidades en concursos de oposición. Es el arte de la virguería leguleyérica para la “justa aplicación” de reglamentos y leyes. Es así como se revela un documento en el que el Consejo de Apelaciones mancilla la dignidad universitaria. Mafias que procuran (beneficios personales) en la instrumentación de normas que degraden la disciplina y el ejercicio del conocimiento y de la docencia. Documentos en los que se evidencia lo fácil que resulta demandar a una universidad, de cómo estas prácticas redundan en un oneroso negocio. Se asoma uno a esa creación de empresas para estudiantes que deseen ser suplantados por otros bachilleres durante semestres enteros, con apoyo de abogados especializados en estas prácticas. En cuanto a trabajos de ascenso, he aquí el siguiente testimonio del sabio Santiago López Palacios: Hace cerca de diez años una profesora de esta UNIVERSIDAD DE LOS ANDES vino a solicitarme los nombres botánicos e información bibliográfica de la cedoaria, la cúrcuma, el fenogresco y otras 12 ó 14 plantas exóticas con el fin de elaborar un trabajo de ascenso. Yo le dije que por qué no hacía algo más práctico y más en relación con nuestro medio, y que efectuara su investigación, memoria, ensayo, o lo que fuera con plantas autóctonas, de modo que resultara utilizable por nuestras gentes. Entonces ella, con amable franqueza, me contestó que no le importaba que su trabajo fuera práctico o no lo fuera, que ya lo tenía planeado así y que lo que le interesaba era su ascenso que estaba retrasado. Felicitaciones ascender. para los que así pueden Uno de los entes más abominables y absurdos en la ULA, insisto, ha sido el Consejo de Apelaciones. Y para muestra más de un botón: la profesora Luz Marina Pereira presenta quejas ante este Consejo contra “las mafias de estudiantes que se encargan de negociar con los exámenes”. Una comisión encuentra las pruebas irrefutables de las faltas, se tienen las confesiones por escrito, se impone la sentencia. Pero pronto el mismo Consejo de Apelaciones habrá de encontrar, como ocurre con estos malditos leguleyos, y estas malditas universidades con sus leyes mil veces violadas, que “el procedimiento está viciado de nulidad porque sanciona la comisión sustanciadora”, ¡y se salvan los delincuentes! En muchos casos gravísimos que son llevados a este Consejo de Apelaciones, terminan saliendo airosos los delincuentes, los violadores de la ley, los mafiosos y los que ultrajan y mancillan la poca dignidad que le queda a la ULA (¿le queda alguna?). Otro caso espeluznante en que este mamotreto inmoral del llamado Consejo de Apelaciones desbarra brutalmente es el caso de un miembro de la Facultad de Ciencias-ULA, quien llegó a ser, nadie sabe cómo, profesor de Química. Para ingresar a ULA es requisito burocrático indispensable hacerse un examen siquiátrico o sicológico. Es decir, ripios burocráticos o exigencias que se pueden llenar en cualquier botica. El escándalo no era nuevo: el profesor de marras había golpeado a su esposa (o mujer) en el estacionamiento de Ciencias. A este escándalo siguió el de dos estudiantes que presentaron quejas contra el susodicho por “conducta inadecuada”. El Consejo de Facultad además encuentra que no atiende con regularidad sus cursos, no realiza apropiadamente la entrega de notas y los objetivos de los programas y no cumple “con las condiciones morales y éticas para ser profesor universitario”. Luego se descubre algo más: el referido profesor fue enjuiciado en Caracas y condenado a cumplir cárcel de 7 años y 8 meses, por el delito de violación realizado junto con otro compañero, contra una muchacha de 16 años de edad. La noticia la reseña el diario “El Nacional”, el miércoles 30 de octubre de 1985. La historia es escabrosa y ningún profesor de dicha Facultad puede concebir que esté compartiendo su actividad docente y de investigación con un personaje de tan negras y funestas prendas. Y que al parecer no escarmentó para nada la dura experiencia con un juicio que lo inculpaba de los delitos de VIOLACIÓN, RAPTO, AGAVILLAMIENTO, LESIONES PERSONALES Y PRIVACIÓN ILEGÍTIMA DE LA LIBERTAD. La afectada “fue violada tanto vaginal, anal como bucalmente”, y qué les parece, señores que de la comunidad universitaria, que de nuestro maldito Consejo de Apelaciones, obviando totalmente el artículo 81 de la Constitución de Venezuela y el 85 de la Ley de Universidades (para ser miembro del personal docente y de investigación se requiere poseer condiciones morales y cívicas que lo hagan apto para tal función, y la decisión del Consejo de la Facultad de Ciencias de que el referido profesor debe ser expulsado de la ULA), opte por una mera suspensión de sólo 18 meses. CUPOS En la ULA era práctica común que los decanos dispusiesen de un determinado número de cupos como les viniese en gana, es decir, pasándose por alto las consabidas exigencias del examen de admisión. A la par de esta aberración, existe la competencia en el mercado negro de los cupos, que de vez en cuando aparecen en las páginas rojas de nuestros diarios, por corresponder al Cuerpo de Policía Técnica Judicial llevar a cabo las investigaciones sobre la existencia de un clan mafioso que oferta cupos, nada más ni nada menos que en la Facultad de Ciencias Jurídicas. Una de estas denuncias la hizo el estudiante Hugbel Roa, quien aseguró conocer diez casos de personas que han comprado de manera ilegítima su ingreso en la ULA. Una práctica similar se da también con los llamados “traslados” de una facultad a otra. Agréguese a esto la forma desmedida y sin control alguno como son saqueadas las universidades, y sus bienes desconsideradamente mal tratados; su formidable patrimonio expoliado o convertido ocasionalmente en chatarra, aún sin ser usado. Cómo se negocia con sus bienes, cómo ha habido casos de personal becado para realizar estudios en el extranjero, que devengan un sueldo en dólares, sin que hayan salido del país. Unos médicos del Hospital Universitario han sido investigados por sacar equipos multimillonarios de este centro, para atender a pacientes en clínicas privadas. Los gremios que convierten las proveedurías y los presupuestos para la salud en factorías de sus negocios particulares. La disposición caprichosa de capital pagar multimillonarios avisos, con logotipos de la institución y firmas de profesores en los que expresan apoyo moral a un banquero prófugo. Informes de la Contraloría General de la República sobre irregularidades con las ejecuciones presupuestarias y malversación de fondos. Cómo se crean empresas fantasmas para negociar con la universidad, la auto-confesión de un empleado que echa el cuento de cómo delinquió y se le mira como a una santa víctima del sistema. Y otra vez las mafias especializadas en la venta de cupos y en la suplantación por semestres y años enteros de estudiantes en determinadas materias. El 17 de octubre de 1994, remití la siguiente comunicación al Consejo Universitario: “Distinguidos Señores: El día 26 de abril de 1994, apareció en importantes diarios nacionales, un remitido: "AMIGOS DE HEBERTO URDANETA CONOCEMOS TU RECTA CONDUCTA", firmado por los señores Michel Rodríguez Villanave, David Fermín (ex presidente de APULA, y a quien luego se le dictará un auto de detención), Dulce de Monagas (esposa de Fermín, entonces), Manuel Aranguren (decano de Economía), Edel Jiménez, Arévalo Patiño, Hernán López Áñez (ex vicerrector), Daniel Urdaneta, Martha de Sandia, Francisco Rivas, en el que se habla de "tu recta conducta al frente de las diferentes responsabilidades que has tenido, es que te estamos expresándote a través de la presente nuestros sentimientos de solidaridad y aprecio, estando seguro de que saldrás airoso de esta difícil y pasajera situación", dirigido al señor Heberto Urdaneta, quien entonces era investigado por la justicia venezolana en relación con la quiebra del Banco Latino. ¿Cómo podían estar seguras estas personas de que Heberto iba a salir airoso, cuando más bien un año más tarde llega y huye a una isla del Caribe, y que yo sepa sigue en el mismo plan, “juyendo”? ¿Por qué tienen que deliberar figuras de la ULA, en un caso que tenía en vilo, en tensión al país todo, por los severos desfalcos descubiertos en varios bancos? Siendo que el señor Michel Rodríguez Villanave, rector de la ULA, su nombre, sus opiniones de carácter público, por fuerza envuelven a la institución que representa, así como las demás personas, miembros de la ULA, y utilizando el logotipo de la Universidad de Los Andes y con ese titular; sin entrar en consideraciones de valoración sobre la personalidad del señor Heberto, ¿no es acaso, en momentos en que se ventila una investigación judicial y cuando se realiza un juicio a un particular, del todo inapropiado que aparezcan pronunciamientos públicos de esta naturaleza? Esta preocupación la hice pública en uno de mis artículos, como muchas otras veces he hecho observaciones, que a mi modo de ver deberían ser estudiadas por este cuerpo. Porque no son caprichos, no son ataques personales ni mucho menos deseos de esconder veladas intenciones contra nadie. En vista de que cuando hice pública esta preocupación, el Consejo Universitario no reaccionó en absoluto, hoy solicito se plantee si fue correcto que nuestro rector expresara una opinión de este tipo bajo el logotipo de la ULA, en un momento tan delicado para la República. Agradezco se me envíe respuesta de esta decisión”. Por supuesto, nunca se me respondió. Hoy todo el mundo sabe que el señor Herberto Urdaneta todavía, que yo sepa, sigue sin salir airoso de aquella “difícil situación”. Los rectores de la democracia olvidaron, o nunca les interesó saberlo, cuál es su misión dentro de una universidad. Como por lo general son mediocres carismáticos, embarrados hasta los calcañales en compromisos de partido, que no ven diferencia alguna entre sus meros objetivos particulares y los colectivos. Los colectivos deben ser los que satisfacen a los grupos que les llevaron al poder: es decir, los propios. ¿Qué impulsó al señor Néstor López Rodríguez6, a los pocos minutos de saberse rector, a salir corriendo a retratarse abrazado con un connotado dirigente adeco, Héctor Alonso López7, y publicar este retrato a toda página en un diario local? 6 Este rector al estilo de perversa y criminal práctica clientelar incrementó la nómina de la ULA en unos 900 empleados. 7 Personaje que no tuvo necesidad de estudiar para obtener su título de bachiller. Durante mucho tiempo, el Ministerio de Educación otorgó estos títulos a “eminentes” adecos que no pudieron con los estudios. No tuvo Néstor López Rodríguez la suficiente delicadeza ni la mentalidad de un verdadero universitario, para salir retratado con un creador ni con un catedrático de valiosas prendas intelectuales, sino con un hombre de partido, en retribución por lo que éste hizo por su candidatura a rector. ¿Qué hacía el rector Genry Vargas metido en la celebración de los treinta años del MAS en Caracas, y además acompañado del adeco Néstor López Rodríguez? Como se verá en los testimonios del rector Joaquín Mármol Luzardo, los rectores de la democracia han sido los que menos han comprendido la misión universitaria, que debe estar desligada de los partidos, de sus redes y compromisos. Por ello la alma máter (o muerta) acabó convertida en desaguaderos de plata, en un liceo grande, en un gran corral para engordar mamarrachos intelectuales, siempre dirigida por los mencionados capos. Genry Vagas es quizás el prototipo del universitario, siempre medrando a la sombra del poder. Estuvo dos años y medio sirviéndole al rector José Mendoza Angulo, cuando cuadraron el adefesio brutal de FUNDAULA, que comenzó como una estafa y acabó con otra descomunal estafa. Luego pasó a servirle durante cuatro años vicerrector administrativo Michel Rodríguez, en la Dirección de presupuesto. Después en el siguiente período da otro salto y acaba en vicerrector administrativo. Sigue en la encumbradera, y entra en los negocios de CITEC, y de allí a presidente en el intervenido Banco Andino. De este banco sale intempestivamente destituido, y entre las razones por las que lo echan está “la adquisición de muebles de alto costo sin necesidad aparente para el banco, como la antigua sede del Banco Italo, a un costo superior a los 500 millones de bolívares”8. Más tarde sigue en la guanábana, durante el período de Pachano, como miembro del CU. Prácticamente 25 años enchufado en cargos burocráticos dentro de la ULA. Seguramente nunca ha dado clases. 8 Nota de prensa del diario FRONTERA, 1º de septiembre de 1997. La lucha esencial El economista y escritor José Luis Cordeiro9, en su libro El Desafío Latinoamericano10, planteaba algunos de los problemas más dolorosos de la Educación en Venezuela: hiperignorancia, bajo rendimiento académico, alta tasa de repitencia, absentismo de las aulas, bajo nivel de graduados, precaria estructura del sistema educativo, carencia de propósitos, mal estado de los centros de estudio, indiferencia de la sociedad ante sus lacras, apatía de padres y representantes por el destino de sus hijos. Datos que colocan a Venezuela al nivel educativo de Mozanbique, aunque ese país sea diez veces más pobre que el nuestro. El problema, según el señor Cordeiro se debe, entre otras cosas, a que los presupuestos para nuestra educación no son eficientemente utilizados, y que tanto la educación primaria como secundaria se encuentran abandonadas. En 1985, según el señor Cordeiro, los coreanos utilizaban el 10% de su presupuesto educativo en las universidades mientras que los venezolanos 9 Hay que tener en cuenta que este señor fue educado en el concepto globalista pequeñoburgés. 10 Mc Graw Hill Interamericana de Venezuela S. A., 1995. gastaban el 43%. Una de las conclusiones es que Venezuela cuenta con tantos analfabetos funcionales, por ejemplo, cuantos habitantes tiene Cuba o Singapur. Cuando el ministro de Educación Antonio Luis Cárdenas se leyó el libro de Cordeiro, salió a declarar que la Educación en Venezuela era un fraude. Pero él con su Ministerio hizo multiplicar por mil las locuras y perversiones de todos los fraudes anteriores. Con la revolución chavista todavía no podemos emitir un juicio, pero las universidades siguen sin reformarse, impera en ellas la macolla de los grupos que se reparten el poder, y el mismo negocio de las colocaciones clientelares del pasado. No hay coraje, no hay deseos de reformar nada. El mérito no es lo que prima sino la incondicionalidad a la política de los grupos que controlan a los llamados Consejos Universitarios o a los equipos rectorales. Parece que para reformar algo en este país hay que meterse a político de partidos, vía por la que no se puede transformar nada. Por otra parte, la gente seria e inteligente se mantiene al margen por rechazar las humillantes manipulaciones de los grupos que viven disputándose el poder. En este libro presentaremos otros hechos que el señor Cordeiro no toca en su libro, quizás otros más graves, y que son relativos a la total falta de carácter para asumir responsabilidades con los cambios y con el conocimientos; a la manera de eludir compromisos morales con la institución, seguidos de una falta brutal de remordimientos cuando desbarraban o mienten, o estafan. Se entiende a la Universidad como una abstracción ajena a nuestras vidas, de donde sus líderes estudiantiles, sus autoridades, gremios, sindicatos de obreros o empleados11, tienen sus cuarteles para medrar y alimentar sus negocios particulares. Con el testimonio del doctor Joaquín Mármol Luzardo, se verá de manera trágica cómo se produjo esta distorsión en la universidad venezolana. Todas las universidades públicas venezolanas han sido señaladas de corruptas, de despilfarrar sin control y de modo prácticamente inauditable, porque el truco de los modernos corruptos es empantanar las cuentas, las actas con avalúos o 11 Una de las últimas reivindicaciones logradas nuestros empleados y obreros universitarios es no trabajar los viernes por las tardes, además de que por lo general comienzan sus labores a partir de las 9 a.m., y en la tarde poco después de las 3. ejecuciones de contratos de modo que no se pueda decir si ha habido o no algo ilícito. Por lo general se contratan a auditores a los cuales se les dice cómo deben emparejar los desastres administrativos. Allí está el caso de la Librería Universitaria de la ULA, mil veces quebrada y mil veces salvada, y ahora cuando se vuelve a descubrir otro mono espantoso (siendo rector Genry Vargas, el adalid de las luchas anticorrupción contra el rector Felipe Pachano) por ciento dieciséis millones de bolívares en pérdidas, en lugar de clausurarla, se solicita otra auditoría seguramente con intenciones de dejar las cosas tal cual siempre han estado: oscuras. Téngase en cuenta que cuando Genry Vargas fue vicerrector Administrativo en 1987, tuvo bajo su responsabilidad esta librería, y la convirtió en compañía anónima. Entonces se perdieron diez millones de bolívares, y esto fue denunciado en el diario “El Vigilante”, y ahora el muy cínico acusa ante la Fiscalía, por otra quiebra, a Felipe Pachano. Cuando Felipe Pachano entregó su rectorado deja su mono de 400 millones de bolívares, lo que sirve para que Genry Vagas aparente de impoluto y ahora lo denuncie ante la Contraloría. La vieja e imparable sucesión de demandas que han desangrado a la ULA: el doctor Joaquín Mármol Luzardo que demandó a Pedro Rincón Gutiérrez, éste que demanda al rector José Mendoza Angulo; Felipe Pachano que en su momento ventila la olla podrida del rector Michel Rodríguez, y ahora los rectores Mendoza Angulo y Genry Vargas que colocan en el banquillo a Pachano. Pero por estas cosas nadie ha ido ni irá a la cárcel. José Mendoza Angulo pasó uno de los procesos judiciales más voluminosos, ampliamente reseñado por la prensa nacional. Fue cuando se destapó lo de FUNDAULA, el invento de una fundación a la que la ULA le donaría parte de sus mejores terrenos y algunos inmuebles: los estacionamientos de la Facultad de Ingeniería, la hacienda La Campiña, etc. La Fundación en estas circunstancias era totalmente ilegal, y los representantes de la ULA en ella tendrían derecho a voz, pero no a votar. Descubierto el enorme timo, sin asidero legal alguno, los delincuentes se buscaron a Gonzalo Barrios para que les remendara el estropicio comprando a jueces bandidos. Entonces eso no era difícil. Sobre la marcha se constituyó también Inversora Fundación Universidad de Los Andes C.A. (INVERFULA). Así se hizo, corrieron los contratos para hacer una urbanización, para negociar terrenos, y la ULA fue expoliada sin conmiseración alguna. Veamos parte de esta insólita historia: José Mendoza Angulo Leonel Vivas y José Mendoza Angulo eran dos muchachos barineses, apocados y campesinos, que llegaron a Mérida con ambiciones de hacerse respetados pequeños burgueses. Como suele ocurrir en estos casos, en los que los personajes de marras están poseídos por la ambición de poder, trillan primero los vericuetos de la izquierda revolucionaria, porque desde esta posición se yerguen contra las injusticias de las desigualdades sociales. No hay derecho a que existan seres que tengan que comer el duro pan de la miseria, mientras que a otros les sobra de todo. Estos dos personajes discurrieron un tiempo por la izquierda, digo, y lentamente, a medida que se fueron haciendo respetables, entre la pequeña burguesía merideña, políticamente se tornaron light, es decir, reaccionarios. En esta lucha por alcanzar altas posiciones, por parte de este par de barineses, de Leonel y José, tenía por fuerza que presentarse un duelo mortal; es lo que suele ocurrir cuando se ama y aspira ardientemente a un mismo destino, y hay poco espacio para dos. José fue más frontal y cortó de manera definitiva cualquier lazo con la izquierda, y se hizo sin muchos preámbulos definitivamente ADECO. Tan adeco, que fue el último de los mohicanos de Carlos Andrés Pérez; cuando ya nadie seguía a CAP, en plena desgracia por la famosa acción de la Corte Suprema de Justicia; José, que había sido su jefe de campaña, fue de los poquísimos que se mantuvieron a su lado hasta el advenimiento de Chávez. Su tour por los partidos fue así: primero adeco, luego del MIR, más tarde del MAS, y después: definitiva y absolutamente adeco. A Mendoza Angulo lo beca Pedro Rincón Gutiérrez, y así hay que decirlo aunque parezca chocante, porque la ULA no es una institución, y en aquella época mucho menos lo era. Se va a Francia, donde pasa tres años, y que se sepa, no trajo ningún título. Después ascenderá con unos trabajos lujosamente empastados y llenos de fotocopias de recortes de periódicos. Hoy, está claro por qué Genry Vargas hace milagros para procurar resucitar a José Mendoza Angulo (quien estuvo unas tres décadas execrado por la comunidad universitaria de Los Andes, principalmente por haber sido el artífice de esa espantosa lacra llamada FUNDAULA, de la cual hablaremos más tarde con ciertos pelos y señales). Don José suelta las amarras con la izquierda desde el momento mismo en que le confiere un doctorado Honoris Causa a Gonzalo Barrios. Doctorado que habría de ser decisivo para que se pariese el famoso “Dictamen Barrios”; efectivamente este dictamen lo salvó de una condena judicial, cuando el Tribunal Superior de Salvaguarda del Patrimonio Público (TSSPP) declarará, que ciertamente, con la donación que la ULA hizo de algunos de sus bienes a FUNDAULA se había cometido una aberración jurídica, pero en todo caso SE HIZO DE MUY FE. Leonel Vivas prefirió continuar la doble cara, chupando de lo lindo del statu quo, a la vez que seguir haciéndole la carantoña a la izquierda. Ahora bien, si Mendoza Angulo puja porque se le dé un doctorado Honoris Causa a Gonzalo Barrios, Leonel hizo lo propio con Guillermo Morón, en agradecimiento por la publicación que éste le facilitó a nivel de la Academia de la Historia, una bazofia llamada “Por los Callejones del Viento”, a la que en su momento le meteremos la lupa. Pero Leonel escogió los caminos verdes: estuvo con Caldera, pero a la vez era de los íntimos de José Vicente Rangel. Quemándose así por los dos cabos, fue prosperando en las confusas aguas de la década del 90, hasta hoy. ¡MISTERIOS!, ambos, Leonel y José, se encuentran sirviéndole al mismo proyecto bolivariano del presidente Hugo Chávez Frías. Cuando yo llegué a Mérida, en septiembre de 1984, acababa de terminar el período rectoral de José Mendoza Angulo, y volvía a su trono Pedro Rincón Gutiérrez. Poco después estalló el impresionante escándalo de FUNDAULA, una organización para-institucional, creada por un grupo de políticos durante el rectorado de Mendoza Angulo, con el fin de despojar a la ULA de sus mejores terrenos, y con ello realizar los negocios necesarios para mantenerse en la cúspide del poder local. FUNDAULA nace como una gran estafa, y muere como una gran estafa, cuando su presidente es llevado a los tribunales por el fraude espantoso que se dio con la urbanización La Campiña, en Ejido. El nefasto asunto se fue desvelando poco a poco, y la razón de su origen parece tener hoy varias versiones. El apocado barinés, José, que a pulso había logrado hacerse con el rectorado, y con aquella consigna de que nuestra ULA era grande, pero que era necesario hacer de ella una gran universidad, había entrevisto de modo clarísimo que su destino de ahora en adelante era llegar tan lejos como las maquinaciones políticas pudiesen permitírselo. Pero estas maquinaciones necesitaban capital y amigos con mucho dinero. Pensó que tenía que ganarse el afecto profundo de lo que se ha dado en llamar entre nosotros la godarria merideña. Empezando por allí, el resto de lo que ansiaba se le daría por añadidura. Y lo mejor sería pues, crear una especie de universidad paralela, y entregarla a los que más mearan entre ciertos godos relacionados con la Cámara de la Construcción, por ejemplo. Figuraba mucho entonces aquel colombiano, Carlos Baena, uno de los jefes del Country Club, donde acudían las 50 familias más poderosas de la ciudad. Ser de los asiduos al Country se consideraba entonces un gran paso para debutar en sociedad, y estar en la mira de los grandes proyectos políticos y económicos. A lo mejor fue en este Club donde se urdió esa pavorosa trama de crear FUNDAULA, pues la Cámara de Comercio vivía solicitándole a la ULA que urbanizara parte de sus extensos y ricos terrenos. Pronto comenzaron a formar parte de FUNDAULA figuras de gran preponderancia local, con linaje de altura; unos como don Eloy Dávila Celis; pero también ingresaron los Rimer, Michel Rodríguez, Néstor López Rodríguez, Julián Aguirre Pe, Pedro Quesada (que desde entonces se hizo pieza clave del mendocismo, y ha ido tirando con tino por entre los vericuetos de los últimos cuatro rectorados). Algunos estuvieron allí, engañados, como los doctores Julián Aguirre Pe y José Humberto Ocariz. Entre los objetivos prioritarios de esta Fundación, estaba construir La Campiña, con programa de vivienda unifamiliar de interés social concebido... para los miembros de la Fundación que no fueran propietarios de viviendas preferentemente que pertenezcan a la Universidad; fondos de Becas para los Universitarios, un Convenio con el Instituto de Investigaciones Agropecuarias y el compromiso de construir residencias de Post-grado, residencia Las Águilas y la Casa Internacional de Congresos Mucucharastí. Nada de eso se hizo y los culpables que deberían estar presos por peculado, siguen siendo famosos y respetables, y hasta simpatizantes de V República. Cuando Perucho vuelve por sus desafueros en 1984, llega maleado por el mismo desgano institucional de su antecesor. Entiende que lo que prima en los altos cargos es la manipulación. Entonces su política es dejar hacer. Que todo avance según las ambiciones y pareceres de sus amigazos. Es falso, como luego se regó, que era antimendocista. Lo era tanto como Leonel: porque buscaban y aspiraban a lo mismo: utilizar el rectorado como el gran trampolín hacia cargos cada vez más altos. Es así como sin querer, un día, se descubre en los archivos de la ULA el fiasco. Se trata de un documento de la ministra de Educación, Ruth Lerner de Almea, de cuatro páginas densas y concisas, en la que advierte, que por ser los terrenos y bienes de la ULA los son de la Nación, y no pueden ser por consiguiente donados a una fundación particular. Aún cuando el Consejo Universitario conociese la creación de FUNDAULA, ignoraba el contenido fulminante de la carta de la doctora Ruth de Almea. Esa comunicación iba dirigida al doctor Moisés Troconis, representante del Ministerio de Educación ante el CU de la ULA (y redactor del acta constitutiva y de los estatutos de FUNDAULA). La doctora Lerner les advertía a los involucrados en el patuque, que los aportes encubiertos eran ilegales y que, conforme a la Ley de Salvaguarda del Patrimonio Público, los funcionarios que ordenaran pagos por obras o servicios con el presupuesto de la Universidad, cuando el resultado de esos pagos no los recibiese la ULA sino la Fundación, estarían incurriendo en un grave delito, penalizados con prisión de tres meses a un año. Nadie acaba por explicarse por qué se permitió que esta Fundación, netamente de carácter privado, se llegara a involucrar tan hondamente en la vida de la ULA, como si fuese parte esencial en su misión academicista: además de succionar (vampirizar) sus recursos, apenas si se la invita como mirona de palo en sus actividades, con el abuso inaudito de que este maldito parapeto llegue a funcionar enteramente a expensas de su capital, con personal y bienes de la misma ULA: choferes y carros ... asaltan y se meten en dos apartamentos de la universidad en la residencia Los Caciques. Porque es de aclarar que en los estatutos de FUNDAULA se establecía que los representantes de la Universidad tendrían derecho a voz, mas no a voto. Se ventilaban muchas negociaciones graves contra el patrimonio de la ULA, entre ellas, las de canjear unos terrenos de la ULA, en excelente ubicación, por otros pertenecientes a un miembro de FUNDAULA, que en absoluto se equiparaban con los primeros. Gracias a que este terrible fraude es sacado a luz pública por el “Diario de Caracas”, entonces bajo la dirección de Rodolfo Schmidt, comienza un gran recule de los estafadores, pero que Pedro Rincón Gutiérrez no detiene del todo. La farsa estaba al descubierto, y Pedro Rincón Gutiérrez, en lugar de proceder a restituir los bienes que habían sido traspasados a FUNDAULA, se hace más bien el loco. Tiene entre ceja y ceja el asunto de las manipulaciones políticas, para las cuales se requieren jugosos fondos (teniendo en cuenta que nuestro país es lenitivo y alcahuete con los delincuentes, además de olvidadizo, prefirió esperar). Entonces en pago por los favores que Jesús Rondón Nucete había hecho por su campaña al rectorado, va y le entrega a éste FUNDAULA, para que a su vez Rondón Nucete se financie parte de su campaña electoral (y optar así a dirigir la gobernación del Estado Mérida). Este profundo agradecimiento de Rondón Nucete es retribuido espléndidamente: como Perucho, poco después, no podía ir como diputado en las listas copeyanas, Rondón Nucete le confeccionó un partidito a su medida. Lástima que Perucho no resultara favorecido por el pueblo, que al parecer lo conoce mucho más que la misma ULA. Finalmente, el juez (del Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Penal de Mérida), adeco, César Nieto Torres absuelve a Mendoza Angulo por lo de FUNDAULA, pero resulta curioso que tanto este juez como Moisés Troconis, aparezcan firmando luego un remitido público apoyando la reelección de Mendoza Angulo como senador de la república, por AD. La sentencia de FUNDAULA fue apelada por el Ministerio Público, pero el TSSPP, con la intervención de Gonzalo Barrios confirmó la decisión del juez Nieto Torres. Casualmente, el que es presidente encargado del TSSPP para ese momento, es el otro adeco Cumare Navas, quien sale premiado durante el reinado de Mendoza Angulo en el Ministerio de Justicia, pues éste lo nombra su viceministro. Moisés Troconis queda en ese mismo ministerio como consultor jurídico. Bajo la dirección de Rondón Nucete (consuegro de Antonio Luis Cárdenas), FUNDAULA entra en su fase terminal: las denuncias por fraudes en la urbanización La Campiña llenan los titulares de los periódicos locales; los tribunales se atestan de expedientes por esta estafa. Cada día son tomadas las calles del centro, y la misma catedral es invadida por los afectados. Por cierto, que con pancartas frente a la entrada de la catedral, se asientan los estafados para realizar una larga protesta, y por debajo de la enorme puerta, y desde adentro les echan baldes de agua para que se retiren. Se dieron varios casos, en que una misma casa de La Campiña se les vendió a dos o tres personas. Varios de los afectados perdieron la cuota inicial que entregaron, gente muy pobre, y corría como cierto que Rondón Nucete se había reservado cuatro casas para sus hijas. De cincuenta piezas consistía el expediente por esta espantosa estafa de FUNDAULA, que probablemente hoy, ya habrá expirado. En todo este especioso lío existen grandes ramificaciones, muchas de ellas entrelazadas con el actual gobierno revolucionario de Hugo Chávez Frías. Es muy probable que José Mendoza Angulo haya entrado a formar parte de la V República (siendo a la vez presidente de FONPRULA) por medio de los contactos desplegados a alto nivel por su cuñado Hiram Gaviria (hoy orondo embajador en Francia). Amor con amor se paga, dice Chávez, y es que Hiram en su momento pudo haber recibido favores de la IV, por influencias de José Mendoza cuando éste fue senador o ministro de Carlos Andrés Pérez. Con los cambios Hiram Gaviria, por sus contactos con los ganaderos y hacendados hizo buenas migas con Tobías Carrero y Luis Miquilena. Téngase en cuenta que Hiram Gaviria iba a ocupar la Secretaría de la Presidencia de la República, y por unas grabaciones, 24 horas después ser reveladas a Chávez, resulta sustituido por Alfredo Peña. Por influencias de Miquilena, Hiram no sale despedido del todo, y... cariñosamente le dejan ir a Francia. Eso lo llaman algunos “tener suerte”. ENTRE OLLAS PODRIDAS Entre las universidades más señaladas en los informes de las contralorías por corruptas, se encuentran: la ULA, UDO, UNA (Universidad Nacional Abierta), la Universidad Experimental de Guayana, UCV, Universidad Experimental del Táchira (UNET). Universidad Pedagógica Experimental Libertador, LUZ y la Universidad Simón Rodríguez. Es un elemento común pernicioso en todas ellas, las irregularidades en los trabajos de ascenso, cabalgamiento de horarios, incumplimiento de la Ley de Licitaciones y su Reglamento, endeudamiento sin disponibilidad presupuestaria, contratación irregular de obras, total falta de control sobre fundaciones fantasmas, casos de total omisión a las recomendaciones de las contralorías relativas a la creación de asociaciones y empresas por parte de las universidades; deficiencia en las auditorías y retraso, y hasta adulteración en los registros contables. ¿Cuándo se ha visto, por ejemplo, en la ULA hacer una licitación por los seguros de vida y accidentes personales de los profesores, obreros y empleados, por los seguros de la enorme flota de vehículos o por el seguro de incendio y terremoto de sus edificaciones. La UDO ha sido demandada por siete profesores, por graves irregularidades administrativas. La UNA es también llevada al banquillo con motivo de la remodelación del edificio La Pirámide. La UCV por irregularidades en la adquisición de equipos de computación y cableado de fibras ópticas sin cumplir la Ley de Licitaciones, y el actual despelote en regalos lujosos, joyas, a funcionarias en el CCHT. La ULA bate récord con las barbaridades en la suscripción y ejecución de contratos celebrados entre la ULA y la Empresa Exportación de Madera Doña Bárbara (Exmadobarca) para la explotación de la reserva forestal de Caparo12. En este lío se vio fuertemente envuelto el decano Douglas Rojas, quien acabó siendo sancionado por el CNU. Fue una época de grandes enfrentamientos entre dos bandos que buscaban el poder, no el adecentamiento de la Universidad. Usted podía ver de parte y parte los más enjundiosos artículos y declaraciones, plagados de conceptos moralistas y éticos sobre el destino grandioso de la universidad en busca de la verdad, pero los que atacaban al decano Gromiko Urdaneta, no veían un solo lunar en la espantosa deforestación de Caparo y en el desfalco multimillonario realizado por la empresa maderera Exmadobarca. El decano Douglas Rojas en un acto de valiente confesión, para que no lo confundieran en absoluto con la clase de pecado que él suponía recaía sobre Andrey Gromiko, dijo en una 12 Véase el artículo DE CARNICERO A MADERERO, Apéndice, pág. 86. elocuente y amplia declaración a la prensa, recogida a todo dar por el periódico “Cambio”: “PREFIERO SER CORRUPTO Y NO MARICO” Seguramente esto, al bando de los antipachanistas (léase, los del grupo de Genry Vargas) le parecía de maravilla, porque no dijo absolutamente nada. Hasta se hizo una marcha POR LA DIGNIDAD y contra el sobrentendido “marico” de Andrey Gromiko, en la cual no se mencionaron para nada los desastres ecológicos de que era responsable el decano de Ciencias Forestales. La maldita moral de los grupos en conflicto dentro de nuestras universidades. La denuncia de la venta de Provinfar fue presentada ante el llamado “Poeta Parayma”, o abogado José Francisco Martínez Rincones, director entonces del Consejo Jurídico Asesor de la ULA. A un año de la denuncia aún no se sabía nada. Es típico de jueces, fiscales, contralores, el hacerse los suecos o los locos cuando tienen ante sí denuncias de corrupción en las universidades nacionales, como ocurrió con el caso de la Prima Académica de Apoyo Didáctico de los profesores de la ULA, por la que se les dictó auto de detención a los profesores David Fermín (ex presidente de APULA, y militante de la Causa R), Alirio Peña Molina y Diomedes Cordero (ex Director de Cultura de APULA, actual celebrador oficial, siempre está en la cúspide de alguna efemérides cultural, esta vez en la de los cien años del nacimiento de Mariano Picón Salas) por el delito de Apropiación Indebida Calificada. Unos de los acusadores, el profesor Domingo Ruiz Vega, tuvo que recusar y pedir la destitución del Juez Rector de la Corte de Apelaciones Jorge Luis Villamizar Guerrero, de la primera jueza suplente Teresa Méndez de Quintero, y de la segunda jueza suplente Auxiliadora Arias de Caraballo. Se dio por terminada la averiguación, y las irregularidades en el proceso fueron el consabido y maloliente retraso procesal injustificado; se convirtió en abogado defensor de los acusados uno de los que habían actuado en la causa como juez, y quien en el mismo caso se había inhibido. Los profesores David Fermín, Alirio Peña Molina y Diomedes Cordero compraron un certificado de depósito a plazo fijo por la suma de ciento veinte millones de bolívares, los cuales tomaron de la cuenta número 151-15795, del Banco de Venezuela. Este dinero pertenecía a la Prima de Apoyo Didáctico de los profesores de la ULA. Unos veinte profesores de la ULA fueron llevados al banquillo de la policía por culpa de este gravísimo delito, pero a la final no se hizo justicia. Además no es raro ver en la prensa local de Mérida, en la página de sucesos, las fotos de rectores y vicerrectores, como vulgares delincuentes compareciendo ante la PTJ para dar declaraciones por malversación de los dineros de la ULA. Estas marramuncias eran conocidas por las altas autoridades de la ULA, pero se hacían los locos, porque esto es muy común entre nosotros. David Fermín fue considerado una pieza clave en las disputas electorales, por el saco de votos cautivos que meneaba como morocotas y que ponía con mucho orgullo sobre cualquier mesa donde se negociaran votos; principalmente para los aspirantes a rectores, desde 1988; el jefe máximo del MVR, ex candidato a gobernador por Mérida y “poeta”, Adelis León Guevara, con una oda: “¡Oh Rey David!, ¡grande y sublime!” Cuando yo ataqué la degradación moral que Fermín había dejado en APULA, al perder su candidato en las elecciones de 1997, una horda de mantenidos colocados por este señor en el Instituto de Previsión del Profesorado y de APULA, liderados por el causaerretista Federico Ruiz, me rodearon para pretender golpearme. Hoy, Federico Ruiz forma parte del tren ejecutivo del gobierno revolucionario y bolivariano de Hugo Chávez Frías, en Caracas. ser menos mierdas. La vida se compone sólo de bienes y sensaciones, los que detentamos y que otros quisieran para sí; los que no tengan condiciones para embarrarse que berreen entonces desde afuera, pero de aquí no nos saca ni el Cristo”. En los tiempos turbulentos del primer mandato de Fermín, éste contaba prácticamente con el apoyo de toda la plana superior de los intelectuales de la Facultad de Humanidades. La categoría de los personajes que conformaban la junta directiva de este gremio, era tan baja y grotesca, que para muestra daré otro botón más: se dispuso buscar todos los medios posibles para salir del Secretario de Cultura, el profesor Edgar Alfonso Arriaga, porque no estaba dispuesto a seguir las directrices tiránicas y abusivas de Fermín. El razonamiento que hacía aquella camarilla que acompañaba a Fermín lo imaginamos más o menos la siguiente manera: “Cierto es que somos unos ganapanes y mentirosos, manipuladores que no nos andamos con miramientos para destruir a nuestros enemigos, porque haber llegado al punto donde nos encontramos no hace a nadie decente ni honorable; a la vez, quienes nos atacan no pueden Fue entonces cuando concibieron la idea de investigar la vida privada de Alfonso-Arriaga, y empezaron a meterse en los tribunales y buscar las razones por las cuales Edgar se había divorciado. Cogieron el expediente y le sacaron docenas de copias que repartieron por todas partes, con comentarios soeces. Uno de los últimos escándalos ha sido que el Consejo Nacional de Universidades decidió la suspensión del rector Osmar Buitrago de la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Ezequiel Zamora13. Es el primer funcionario de 13 Hay que ser imbécil para ponerle el nombre de Ezequiel Zamora a una universidad, porque éste quemó tres veces a Barinas; el caudillo que dijo que iría a Caracas a matar a los que supiesen leer o escribir. Me decía P. N. Tablante Garrido, que si Nerón hubiera nacido en Venezuela ya tendríamos una universidad con su nombre. No hay que olvidar que uno de los hombres que más admiraban a Ezequiel Zamora, por ignorante, fue Carlos Andrés Pérez; en su primer mandato le hizo grandes honores junto con el fabulador José León Tapias. este rango inhabilitado durante esta administración, informó Luis Fuenmayor Toro, director de la Oficina de Planificación del Sector Universitario, OPSU. Fuenmayor explicó que el CNU abrió, el 17 de noviembre de 2000, el procedimiento sobre el caso de la Unellez. Se escuchó la defensa de Buitrago, y tras el estudio se decidió su suspensión, amparada en el numeral 12 del artículo 20 de la Ley de Universidades: previa audiencia del implicado, el CNU tiene autoridad para suspenderlo. Informó el director de la OPSU que los motivos de la suspensión son resultado de una investigación solicitada por el Ministerio de Educación, porque se encontraron irregularidades en la empresa rental de la universidad, que presidía el rector y cuyo gerente general fue nombrado por él mismo. La empresa presentó una descapitalización severa y pérdida del patrimonio. Además, se encontraron graves problemas académicos, como el caso del ascenso de profesores jubilados; entre ellos, el propio Buitrago. Así mismo, esta casa de estudios superiores abrió varios núcleos sin autorización del CNU, como el que está ubicado en Guasdualito. También se presentaron otras irregularidades administrativas; por ejemplo, la contratación de empresas para hacer fotocopias, cuando la Universidad ya había adquirido suficientes y modernos equipos. También está en el banquillo la UNET por la ejecución de contratos suscritos con la empresa “Inversiones Martino Herrera CA”, y “Obras y Servicios EM”... El Mal de las Vacas Consagradas La joven Johanny Medina, de la Universidad del Zulia, me hace llegar una serie de desquicios de corruptelas y desmadres ilícitos los cuales son perfectamente equiparables a muchos de los que se dan en la ULA. Hay quienes piensan que más bien en desmanes LUZ puja por superar a la ULA. Aparece el caso de un abogado indiciado en un homicidio (el de “Capino”, Alfredo Torres, ocurrido en 1993) y que concursa para un cargo en Sociología en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas. Se dan situaciones permanentes de querellas que suben a la Corte Suprema de Justicia por fraudes electorales, y como siempre son las Facultades de Ciencias Jurídicas la madre de los desmadres legales: Aquí en LUZ, la Facultad de Ciencias Jurídicas es primero tomada a la fuerza y luego intervenida, por un lío horroroso de impugnaciones ante la comisión electoral que provoca la existencia y funcionamiento de dos decanatos en una misma facultad. Muy pocos huesos para tantos perros. En los actuales momentos, LUZ es la meca de la delincuencia encapuchada, que vive secuestrando a la universidad e impide su funcionamiento varias veces a la semana. En esta universidad los encapuchados no echan piedra sino plomo. En noviembre del 2000 entraron a saco en la Facultad de Veterinaria y volaron a plomo limpio los monitores de las computadoras que procesaban unas elecciones estudiantiles, además de cargar con las urnas electorales. Más o menos lo que sucedió en Trujillo en las elecciones estudiantiles en la ULA, en 1999, en las que hubo muertos y heridos. La cantidad de nombres ridículos que aparecen en estas elecciones estudiantiles son para medir la inmensa mediocridad y estupidez de nuestros pobres muchachos: Unión Estudiantil, Fuerza Independiente Universitaria, Juventud de Juventudes, Con Conciencia, Gente Nueva En Acción, Participación Universitaria, Maná, Movimiento 20, Acción 34, Parábolas, Jóvenes con la Quinta, Proyecto Jesús Enrique Losada, Jóvenes Por La Patria, Movimiento Universitario Social Demócrata, Grupo 6, Gente 90, Ave Fénix, Nueva Participación Estudiantil, Sinergia, Candela, Gente Sesenta... Más de 120 organizaciones participando en fórmulas en los actos comiciales. HACIENDO GÁRGARAS CON LA “AUTONOMÍA” Lo más cursi es ver a nuestros rectores hacer gárgaras con la palabrota “Autonomía”. Autónomos ellos, no la universidad: Autónomos para mentir, para malversar los fondos de nuestras casas de estudio, para infiltrar en la academia la maldita política de partidos, para negociar y para destrozar sus recursos. Esto lo vemos clarísimo cuando el profesor Eduardo Choren, de LUZ, expone que no hay recurso espurio que no se utilice en los procesos eleccionarios: sobornos, compra de votos, canje de votos por cargos, calumnias, campañas de terror, y cuanta maniobra de la que se pueda echar mano para coronar un triunfo. No sólo para los procesos electorales, dice este profesor, se utilizan tales artimañas, por lo que no existe carácter legal ni ético en los órganos del gobierno universitario. ¡Y estos señorones, triunfadores, se viven llenando la boca con la emputecida palabrita AUTONOMÍA! AUTONOMÍA para robar, para montar fraudes, para mentir. Por ello, quienes dirigen nuestras universidades desde hace cuarenta años no piensan en las generaciones futuras, en la educación ni el conocimiento sino únicamente en elecciones. Termina una elección y ya están, como en los carnavales de Río, entregados al mono de la comparsa y de la careta de la próxima que se avecina. Dice Choren que en los frecuentes torneos electorales, las transacciones más frecuentes se hacen por cargos administrativos o por votos: Hoy por ti, mañana por mí. Nada de principios. “Es notorio el caso de un candidato del MAS que consiguió los votos de COPEI a cambio de las direcciones centrales”. Todo esto al tiempo que se arma una estrategia de guerra sucia con calumnias y mentiras macabras para desarmar al enemigo. Al igual que en la ULA, en LUZ los dirigentes estudiantiles son los repitientes crónicos, verdaderos ganapanes profundamente mediocres, con un promedio de 10 años haciendo el papelote de “estudiantes”. Se creen poderosos y se venden cual hetairas porque representan el 25% del total de los votos profesorales, y en ocasiones mucho más si se toman en cuenta los profesores que están en el exterior, los que enferman o los ausentes por cualquier razón. En las últimas elecciones del 2000, en LUZ, dice el profesor Choren, que “a dos horas para cerrar las mesas se ofrecieron a uno de los candidatos 29 votos estudiantiles a 300.000 bolívares cada uno. Y nueve millones oportunamente colocados decidieron una elección, pero de ¿dónde sale tanto dinero?”, se pregunta este profesor. Añade el señor Choren: “Pero sería un error pensar que los vendedores de primogenituras se conformen con una simple retribución en metálico. Su amoral situación privilegiada y la certeza de contar con la ansiedad del bando profesoral les excita el apetito y piden, además del dinero, posiciones político-administrativas, capitales para su avidez de poder”, y es así como se adueñan de la Secretaría Docente de una facultad, encargada de todos los asuntos estudiantiles: inscripciones, retiro de materias, fijación del cupo de ingreso, cambios de escuela, facultad o núcleo. Como también de los cursos pagados para los cuales solicitan de modo gratuito los salones de la misma universidad; hay que agregar la entrega de cargos administrativos para la “pandilla” que tiene nexos profusos con los padrotes de cada decanato. Es muy común ver a dirigentes estudiantiles que se hacen empleados de la Universidad. De eso hay todo un descomunal historial en la ULA. Y es tal la barbaridad de este sistema electoral, que la UCV y la ULA resolvieron integrar al universo completo de estudiantes, aplicando el factor de alícuota al total de los votos que recibe cada candidato. Los borrachitos de la Reforma De modo que para el profesor Choren, LUZ no es más que un liceo magnificado nepotista y provinciano, totalmente inhabilitado para reformarse desde dentro. Ninguna facultad quiere hacerse el haraquiri. Comisiones para emprender una reforma universitaria vienen intentándolas desde hace décadas, porque Hispanoamérica es rica y prolífica en reformas y revoluciones, que nunca salen del papeleo y de las extenuantes discusiones. Mientras más ignorantes son quienes las prohíjan, más gastan en propaganda, más pérdida de tiempo y de dinero ocasionan a la institución. El convergente Leonel Vivas14, siendo vicerrector Académico, montó una de estas 14 Hoy flamante embajador de la Republica Bolivariana de Venezuela en Australia. Este señor Leonel Vivas era el hombre que siempre tuvo Caldera en la mira para nombrarlo Ministro de Educación, en caso de tener que reemplazar a don Antonio Luis Cárdenas. Cuando comenzaron a formarse los primeros cuadros de Convergencia, Leonel, que estaba a la caza de encumbrarse hacia algún ministerio apenas dejase su Vicerectorado, entró en una pelea frontal contra quienes le pudiesen hacer sombra en este movimiento calderero o calderista. El 28 de julio de 1993 escribió una desesperada misiva a los todopoderosos del chiripero de Mérida, a los “señores Sergio Matamoros (quien es hoy superquintarrepublicano), Eloy Dávila Spinetti, Pedro Izarra, Raúl Arellano Moreno y demás dirigentes de la Convergencia Con Caldera. Veámosla: Presente. Estimados y queridos amigos: He tenido informaciones por diferentes vías de lo que expreso a ustedes a continuación: 1 La posibilidad de que el Dr. Alberto Newman encabece las listas de la Convergencia para el Senado, Diputados o Asamblea Legislativa de Mérida. Si ello fuere así, quiero manifestar mi total rechazo a cualquiera de esas posibilidades, por razones que estoy dispuesto a defender pública y privadamente, si el caso lo amerita. En efecto, considero que debemos proceder con cuidado en la elección de nuestros candidatos para ser consecuentes con nosotros mismos, con el Dr. Caldera y los lectores. Pienso que no podemos, de ninguna manera, privilegiar a alguien con posiciones que no se haya ganado ni hacerle regalías inmerecidas. El Dr. Newman, por ejemplo, nunca conozco que haya estado comprometido con la candidatura del Dr. Caldera o con los ideales y acciones de la Convergencia. Múltiples razones tengo para hacer esta afirmación que las expondré en la ocasión que convenga. Muchos consecuentes militantes de la Convergencia tienen igual o más méritos que Newman, tanto políticos comisiones, y lo mejor que se hizo fue comer y beber de lo lindo, en las placenteras instalaciones de San Javier del Valle. El rector Genry Vargas ha montado la suya con el despampanante nombre de “Comisión Coordinadora del Proceso de Cambio Universitario”, integrado por vacas sagradas y los mastodontes del podrido sistema universitario del pasado (junto con algunos terneritos sagrados, también). El día de la juramentación vimos a Enrique Corao, quien fue acusado de haber usado como intelectuales, para optar por estas postulaciones. 2 La posibilidad de que el Dr. José Mendoza Angulo se integre a la Convergencia o que, al igual que Newman, forme parte de los postulados a algún cargo de representación popular por nuestro movimiento merideño, de manera vehemente me opongo a cualquiera de estas posibilidades, lo cual también estoy dispuesto, como en el caso anterior, a debatir públicamente y privadamente. Las razones que tengo al respecto son tan obvias que no vale la pena señalarlas acá. Sólo adelantaría que la presencia de José Mendoza Angulo en la forma que fuere en las filas de la Convergencia, sería vista por propios y extraños como un irritante y desagradable acto de oportunismo político que causará mucho daño a la candidatura del Presidente Caldera, a nuestros candidatos por Mérida y al propio movimiento de Convergencia. Al agradecer su atención, ruego a ustedes comprender mi actitud que no es otra sino la de evitar cualquier tipo de desavenencias en un movimiento político que tiene el alto interés de llevar a la Presidencia de la República al Doctor Rafael Caldera. Fraternalmente, Leonel Vivas”. ¿Qué dirá ahora este Leonel Vivas, cuando sepa que también con la V República está trabajando José Mendoza Angulo? unos pasajes dobles a Inglaterra, y quien habiendo sido becado a Londres para obtener un doctorado, regresó con las manos vacías. Para empezar su bella reforma gastaron millones de bolívares en vistosos y lujosos afiches, uno de ellos emblemático de lo que harán: “No hay nada más estable que el cambio”. Es decir, que podemos perfectamente interpretarlo: los cambios que se buscan son los mismos que se han emprendido desde que Pedro Rincón Gutiérrez comenzó su rectorado, y que ha mantenido a la ULA empantanada por las mafias y los partidos, por lo que seguimos y seguiremos muy estables. Nacieron Jubilados y no dejan de joder El profesor Alexis Romero Salazar de LUZ, sostiene que uno de los grandes problemas para lograr los cambios necesarios, es que los electores universitarios vienen siendo los mismos de hace 30 años. De nada vale que se jubilen porque siguen jalonando, con sus vicios y desmanes, a la universidad hacia el foso del clientelismo y de la manipulación. Es insólito, según Romero, que estos líderes mantengan su condición de académico en función del negocio de la política y de las colocaciones que se ganan en los torneos electorales. Si alguien se tomara la molestia de averiguar cuántos trabajos han publicado quienes monopolizan los rectorados, cuántas clases han dado en sus grises vidas, veríamos desiertos humanos, seres tullidos y sin imaginación. Es increíble la cantidad de seres desalmados que la política ha producido y produce en nuestras universidades. El profesor Roberto López Sánchez, de la misma Universidad del Zulia, afirma que en LUZ hay 130 profesores que no dan ni una sola hora de clase por encontrarse ocupando cargos directivos, cuando en cualquier universidad del mundo, sostiene, el dar clases es una obligación que se cumple desde el rector hasta el último profesor recién ingresado. Yo puedo asegurar, por ejemplo, que el profesor David Fermín, quien fue presidente de APULA, y se graduó con un promedio de 11 puntos, en toda su vida en la ULA, acaso si habrá dictado un curso desde que se tituló. Pero se dio el gusto de entregar preseas a profesores eméritos, estuvo a punto de ser candidato a rector, manejó millardos de bolívares como gremialista. Llegó a ser recibido como un personaje de gran valor intelectual por obispos, gobernadores, rectores y equipos rectorales, y en casi todas las elecciones universitarias resultaba imbatible. Lo que se llama un mediocre carismático. Añádase el cáncer introducido por los gremios y sindicatos que han engendrado un personal que trabaja de 9 a 11 y de 3 a 5 (cuatro horas al día de una jornada laboral que debe ser de ocho). La concha de profesores a Dedicación Exclusiva que apenas si dan sus clases, y que no se les conoce una publicación, un trabajo de investigación o extensión, y que cuando un Consejo de Facultad les niega un ascenso usan el recurso jerárquico para trepar (ascender a lo macho). ¡Yo me atrevo asegurar que los rectores Felipe Pachano y Genry Vargas, no han leído completos sino chequeras y libros de contabilidad! Buscadores de votos, que ambos llevan más de veinte años perteneciendo a los Consejos Universitarios de la ULA, y que nunca han hecho nada. El día viernes, 2 de febrero, un periodista del diario “Frontera” le preguntó sobre la fulana reforma y contestó: “Consistirá en un gran evento en el que permanentemente y mientras dure el proceso, se estarán llevando a cabo conferencias, foros, mesas de trabajo y un conjunto de publicaciones mantendrá informada a la comunidad universitaria acerca del desarrollo del evento.” ¿Qué tal, el tío? Dice enfático Genry Vargas que duélale a quien le duela se procederán a realizar los cambios que la ULA está exigiendo y se metieron con el comedor estudiantil, lo que provocó dos meses de disturbios en la ciudad de Mérida; unos cambios que no los toque a ellos, ni a sus privilegios en un ápice. Unos cambios que no modifiquen en modo alguno esa flota de carros lujosos que hacen parecer al edificio del rectorado un hotel cinco estrellas de la Riviera francesa. Una reforma que deje intacto el promontorio de las asquerosas denuncias de corrupción que esperan por justicia desde hace veinte o treinta años: que imploren olvido por la espantosa deforestación que hizo un decano de Ciencias Forestales en Caparo; por lo del asunto de los pasajes dobles de un alto funcionario presente en la juramentación de la fulana comisión; por cuanto destrozaron Pachano y sus hordas, por las mil marramuncias ocurridas en la Librería Universitaria,... Algo típico de nuestros magnates universitarios, sean rectores, vicerrectores, secretarios o decanos, es, que a poco de ganar unas elecciones se entregan con furia a realizar impresionantes remodelaciones en sus aposentos. Usted verá que mientras los laboratorios, salones y bibliotecas permanecen abandonados, algunos desvencijados, sin luces ni pupitres, sin reactivos o sin libros básicos; sin las dotaciones adecuadas, en cambio los recintos de los visires entogados se decoran con lujosas alfombras, vidrios laminados, abultadas y mullidas poltronas, descomunales escritorios con los últimos gritos de la teleinformática; con sus entradas muy bien guarnecidas por pelotones de secretarias, mayordomos o pajes, choferes, mantenidos o adulantes de cualquier calibre y condición. Amén, de que cada día no faltará alguien al que haya que atender en algún fino restaurante, y del carro nuevo que estrenará apenas se encarame en su tabernáculo. Cuánta gente malograda, holgazanes y palurdos, bostezando, leyendo y releyendo periódicos, cuando no parloteando en grupos de cuatro, o jugando barajas o truco, echados en un sillón, esperando a que salga alguna autoridad para llevarlo a un restaurante, a su casa, a una reunión de partido. Y estos muy bien pagados mayordomos, cobrando extra, mientras su jefe consume su vida y la de los demás en aburridas e interminables reuniones de amigazos y saraos. UCV – CDCHT Trataremos extensamente el asunto de las investigaciones científicas y sus tramas o trácalas en dos densos capítulos de este trabajo. Pero una de las últimas bombas sobre el tema que nos ocupa, nos viene de la UCV, esa institución que flamea el adeco lema de “La Casa Vence las Sombras”, que allí no hay sino oscuranas: Será La Casa de Los Guisos, turbideces por donde se le mire. A raíz de toma que se hizo en la UCV entre abril y mayo del 2001, Giuseppe Gianetto, al momento de recuperar su trono, se ufanaba que las “comunidades” hubiesen hecho una labor de patria, defendiendo su universidad. Unas universidades todas plagadas de rectores delincuentes, y mafiosos, convertidas en cuarteles de los partidos desde hace cuatro décadas, ahora y que defendidas por las “comunidades”. Cuando aquí hasta las piedras venían clamando por un cambio profundo de esos bastiones del derroche y de la perdición, de esa oscurana que es la sombra de todas sombras, festín de arreglos y desarreglos, entonces, insisto, resulta que ahora quieren aparecer como próceres, mártires o defensores del saber. Y quieren meterle a uno ese chuzo de papel, bien adeco por cierto, además de horrible, “La Casa que vence las sombras”. En cuanto a las oscuranas de los CDCHT (es necesario referir que la ULA si es verdad que no se anda con esa consigna de la casa que venza sombra alguna, sino que la que se coge hasta las sobras, bien gordas, por cierto): profesores que: a) se llevan los equipos comprados a través de los proyectos a sus casas (computadoras, calculadoras, etc.) b) compran equipos que jamás llegan a instalarlos, y no obstante se les aprueba los informes. c) piden comisiones a las casas comerciales para adquirir dichos equipos. El otorgamiento preferencial, por parte del CDCHT, de pasajes internacionales y nacionales, se hace sólo a ciertas agencias de viajes de la ciudad. El diario “El Nacional”15, del día 5 de febrero del 2001, reseñó la renuncia de la secretaria general del Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico en esa casa de estudios, e inmediatamente se deja al descubierto el uso del presupuesto en una serie 15 En un trabajo que recogen las periodistas Yelitza Linares y Marielba Núñez de gastos -"menores", pero difícilmente justificables- como la compra millonaria de licores para agasajos y la adquisición de obsequios lujosos y electrodomésticos. Dice el reportaje que la Contraloría Interna de la universidad no ha encontrado signos de "manejos inadecuados", aunque sí de "debilidades" facturas de teléfono celular por más de 1 millón de bolívares y 2 millones de bolívares pagados a personal de confianza del CDCH por trabajos extras en el Programa de Estímulo al Investigador. Compras de cuadros, prendas de oro y otros objetos, para ser entregados como obsequios. El rector no se inmuta. En este lío, lo primero que resalta es que el rector Giuseppe Giannetto es un digno representante de su clase. Se le entregan unas series de documentos con registros de contabilidad del Departamento de Administración del CDCH y en donde se encuentran compras de prendas de joyería, neveras, artículos del hogar, equipos de sonido, máquinas de coser, artículos electrónicos y otros, todos cargados al presupuesto". Allí va el rector constando que se han comprado nueve computadoras para la Contraloría Interna de la UCV, lo que no compete a las funciones del CDCH, sobre todo cuando se vive chillando (palabra que le encanta al Comandante) que el dinero es escaso y muchos investigadores aún no han podido ejecutar sus proyectos. El rector va pasando cheques y facturas que hablan de gastos de bebidas alcohólicas por más de 2 millones de bolívares, En 1998, el CDCH de la UCV recibió la friolera de 4,4 millardos de bolívares. En el 2000, 6,2 millardos. ¿Pero a qué viene tanto escándalo si lo que se ha perdido en presuntas irregularidades son apenas 30 millones de bolívares? Qué ganas. Se descubre un préstamo por 3 millones de bolívares a una empleada del CDCH para la compra de su vivienda y la compra de regalos en el primer semestre del año pasado, para el coordinador del CDCH por 285 mil bolívares, y para la secretaria general, Fulvia Nieves, por 262 mil bolívares. ¿Bueno y qué?, el rector Giuseppe Giannetto se encoge de hombros. Qué buenos son los italianos para los negocios. Pero hay también retiros irregulares de una cuenta bancaria, extrañas "ayudas institucionales"... - ¡Pero yo realmente no veo evidencias de irregularidades en relación con manejos inadecuados de los recursos de la institución! Es la reacción que comúnmente lanzan estos protopróceres académicos en situaciones apretadas como éstas16. La acusada de recibir golosinas en oro por parte del director ingresó en el CDCH en 1984 como delegada principal de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales. Se desempeñó como secretaria durante tres períodos rectorales y el año pasado fue ascendida a coordinadora, por proposición del rector Giuseppe Giannetto, y con el voto unánime del Consejo Universitario. Vaya. Cuando se le preguntó que si lo de las facturas era cierto, contestó que quisiera saber ella con qué finalidad se presentaron. Seguramente era para perjudicarla en lo personal. Cuando se le inquirió de un mar de electrodomésticos que estaba adquiriendo el CDCHT sin ser ésta su misión, contestó: “Les entregábamos un obsequio, en diciembre, a los trabajadores de los 16 El ministro adeco Héctor Navarro, en absoluto criticó esta aberración, no obstante sí brincó como caucho, diciendo que era imperdonable que hubiese profesores apoyando a los muchachos que tomaron el Consejo Universitario de la UCV, en abril del 2001. departamentos, a los miembros del Directorio, a los delegados del Consejo, a las autoridades, a la Dirección de Presupuesto y a los entes externos al CDCH con quienes manteníamos contacto. A los delegados les regalábamos maletines, cuadros, agendas. Al personal de gerencia, les preguntábamos qué necesitaban; por eso aparece en el informe una tosty arepa y otras cosas más. Para cubrirnos institucionalmente, le solicitábamos a nuestro personal gerente que nos dieran facturas de lo que les íbamos a obsequiar. Eso fue una decisión del directorio del CDCH. Y la periodista Marielba Núñez insiste: - ¿Y la joya que costó más de 100 mil bolívares? - Yo cumplo años el 28 de marzo. No sé qué animó a mis compañeros para hacerme un regalo. Estábamos al final de una gestión y el coordinador del CDCH consideró con uno de los miembros del directorio comprarme una joya como obsequio de cumpleaños. Querían que me llevara algo de recuerdo. Esta es la joya (y mostró una pulsera de oro). El mismo día que presentaron la denuncia se me reventó. - ¿Se compró con recursos del CDCH? - Se compró con recursos de ingresos propios del CDCH. - ¿Y las otras joyas, de las cuales también hay facturas? - No recuerdo bien, pero cuando las autoridades rectorales anteriores se fueron, le compramos un collar de perlas a la secretaria de la UCV como reconocimiento a su gestión; y a los rectores y vicerrectores les regalamos bandejas y tazas de plata, por el apoyo que le dieron al Consejo. - ¿No le parece grave que se utilicen los recursos de la universidad para hacer regalos personales, mucho más cuando se habla de crisis? Lo común en cualquier empresa o institución es que esos regalos salgan del bolsillo de cada uno. - Estoy de acuerdo. En el 99, cuando se comenzó a sentir la crisis, se suspendió esa política. Desde que asumí la coordinación no se cumple esa práctica. - Pero usted era secretaria ejecutiva de la gestión anterior. -Era una política del directorio completo... -De la cual usted formaba parte... -Era una política del directorio que se suspendió en el 99. En relación con los pagos extras al personal de confianza, incluyéndola, señaló que se trató de una bonificación especial otorgada a quienes trabajaron en horas extras y fines de semana, en la evaluación y administración del proceso de apelación del Programa de Estímulo al Investigador. "Eso no forma parte de las funciones del Consejo, por lo que el Directorio acordó otorgar la bonificación", precisó. También justificó la adquisición recurrente de bebidas alcohólicas: "Forma parte de la política del CDCH hacer bautizos de sus publicaciones, que cuando los celebrábamos en diciembre, los acompañábamos con un brindis. De la misma manera, conmemoramos, como lo hacen todas las instancias de la UCV, los 40 años del CDCH, y eso fue aprobado por el Directorio. Pero para el rector Giuseppe Giannetto el contenido de estas denuncias le duelen porque el CDCH es la estrella insigne de la UCV. Pero observa: "Si se comprueba alguna irregularidad, de normas, de procedimientos administrativos y contables, hay que subsanarla. Eso sería un reparo administrativo que no tiene que ver con despilfarro ni corrupción. No creo que se trate de eso, por los recaudos que vi y por las personas que están allí; ha sido gente muy honorable". Y cual otro de su clase, cuando la periodista lo embiste: - ¿No le parece grave que un Consejo de Desarrollo Científico haya usado el dinero de la Universidad para comprar relojes cucú, tosty arepas, cuatro neveras, una lavadora o una batidora?, salta cual Felipe Pachano de la ULA: “No sé si el reloj cucú es para la oficina; pero si ellos compraron un horno microondas o una nevera para una cocina kitchenette, que sería usada por los empleados del CDCH, es normal. Al insistir la periodista: - Pero se adquirieron electrodomésticos y joyas que sobrepasan los 100 mil bolívares. Responde: La compra de joyas y de electrodomésticos no está contemplada en ningún tipo de reglamentación en la administración pública, pero aquí en el rectorado y en el vicerrectorado tenemos una nevera y un pequeño horno microondas que usamos las autoridades y el personal secretarial. Eso no tiene que ver con corrupción. - Sí, pero ¿qué va a hacer el CDCH con una lavadora y una tostadora? - Tengo que esperar el informe definitivo de la Contraloría Interna. Si este informe indica que hay irregularidades administrativas, vamos a proceder de acuerdo con lo que indique la Contraloría y lo vamos a elevar al Consejo Universitario. - El CDCH depende del vicerrectorado académico. ¿Cuando usted fue el vicerrector académico estuvo al tanto de estas compras? - No. El presidente del CDCH es el rector, y el presidente del directorio es el vicerrector académico, pero el manejo administrativo del día a día está en manos de la Coordinación y de la Secretaría General del Consejo. Debo confesar que cuando conocí esta denuncia, también me sorprendí. - La profesora Lamanna dice en su carta de renuncia que abandona el cargo, entre otras cosas, porque constató "que los corrillos de pasillo acerca de la administración del CDCH son verdad". ¿Conocía esos rumores, rector? - Hasta conocer esta denuncia, el CDCH era para mí y para toda la comunidad un organismo emblemático, a menos que la Contraloría indique lo contrario. Ha sido un buque insignia que se ha tomado como ejemplo por su funcionamiento, y que ha sido copiado por otras universidades. Si yo me hubiera enterado de esto, hubiera procedido como lo he hecho en otros casos. - ¿Cómo se entiende que usted mismo se haya encargado de proclamar que la Universidad no tenía recursos para la investigación y que se presenten estas denuncias de despilfarro? - Debemos esperar el resultado de la auditoría, porque ¿cuántas denuncias falsas no hay por allí? No estamos escondiendo nada. Si se evidencian irregularidades, tomaremos las acciones que haya que tomar, como lo hicimos en el caso de la Biblioteca de la UCV, que nos llevó a la Fiscalía a formular una denuncia en la Dirección de Salvaguarda. No creo que este sea el caso del CDCH. - ¿Usted duda de las denuncias? - Sé que se compró una nevera, una lavadora, un reloj de pared. De repente, fue porque quisieron darle un presente al personal, por una labor determinada; pero, si quisieran motivar a los empleados no me parece que lo más apropiado sea regalarle una lavadora. Lo que se acostumbra es comprarles una agenda electrónica, una calculadora, algún presente; porque estos gastos están prohibidos por la normativa de la administración pública. No lo estoy justificando ni avalando. Si hubiera sabido que el presente para obsequiar a los empleados iba a ser una nevera o una lavadora, me hubiera opuesto en el Directorio. El último balance arroja17 un total de 12,5 millones de bolívares otorgados en préstamos personales a 16 empleados; 9,5 millones gastados en adquisición de obsequios; 24 millones de bolívares ejecutados en la compra de alimentos y bebidas... entre enero de 1996 y diciembre de 2000, y de una minúscula caja chica. Y todo porque a estas alturas no existe un manual de normas y procedimientos administrativos contables y de control interno. Es muy normal en estos casos que se detecten comprobantes de cheque sin soporte, errores de 17 Reseñado por Yelitza Linares en “El Nacional” del 5 de marzo del 2001. codificaciones contables y comprobantes sin la firma autorizada. Un total de 49,5 millones de bolívares correspondientes a esta partida se ejecutaron en alimentos y bebidas, obsequios, préstamos al personal y pago de estacionamiento sólo en el CDCH de la UCV. En la cuenta de "alimentos y bebidas" entraron facturas registradas como "gastos de almuerzo de Secretaría general por 43.000 bolívares" o "fiesta de fin de año por 1,7 millones de bolívares (al cambio de 1997), "agasajo, alimentos a empleados fin de año, por 2 millones de bolívares" (1998) o "100 hallacas de fiesta de despedida" por 190.000 bolívares (1998). La "cena de despedida del director (en julio de 2000) le costó a la UCV 1,5 millones de bolívares, según los anexos entregados por el contralor. En los últimos cuatro años, el CDCH gastó en "alimentos y bebidas" entre 5 y 6 millones de bolívares anuales18. estímulos a jefes de departamentos; obsequios para directiva de CDCH, vicerrectorados académico, administrativo y rectorado; dos lavadoras; electrodomésticos y hasta se le cargó al consejo la compra de "dos conjuntos de niños"19. Además, "se constataron préstamos a funcionarios, por vía de excepción, para solventar situaciones personales no aprobados en el Directorio", según se apunta en el informe. De los 12,5 millones de bolívares otorgados en préstamos al personal entre 1998 y 1999, 6 millones no se han reintegrado al Consejo. En lo referente a los obsequios, la Contraloría obtuvo nuevas evidencias: regalos correspondientes a nacimientos de hijos de empleados, matrimonios y cumpleaños, así como a En esta reseña de Yelitza Linares se ventila un hecho que parece darse en casi todas las universidades nacionales, los nexos de familia entre quienes detectan muchos cargos dentro de una misma institución. Dice Yelitza que el informe del contralor de la UCV, Pedro Rosales, también hace un aparte sobre los "nexos familiares que existen entre el personal que labora en el Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico", hecho en el que se incumple lo establecido en la Ley Orgánica de Hacienda Pública Nacional, en su artículo número 123, en el que se establece: "No 18 19 Ibid., textual de Yelitza Linares. Ibid. podrán ser empleados de una misma oficina de Hacienda los cónyuges ni las personas unidas por parentesco de consanguinidad en la línea recta (abuelos, padres e hijos) ni en la colateral hasta el cuarto grado inclusive (hermanos, tíos, sobrinos, primos), ni de afinidad en la línea recta (esposos/as) ni en la colateral en el segundo grado (suegros, nueras o cuñados)". Lo que no dice el informe del contralor es que 38 empleados, de los 61 que están en la nómina del CDCH, tienen lazos de familia dentro de la institución, y para ser más específicos, lazos de sangre, según informó una fuente vinculada con el centro que promueve las investigaciones en la UCV. "Hay hermanos, padres e hijos, y cuñados que están trabajando aquí", precisó la fuente. Melindrosos y falsos Es como una cárcel o un campo de concentración o manicomio, con seres desintegrados que deambulan por aulas y pasillos como si unos con otros no tuviesen nada que ver con los papeles y cargos que ejercen ni mucho menos con el país. El fin prioritario es tener un sueldo y repetir ad nauseam uno o dos cursos cada año. La VERDAD, la realidad espantosa de las cosas parecen no molestarles en lo mínimo. No se está en una universidad para discutir VERDADES, ni para plantearse por qué se vive dentro de una institución harto manipulada, trampeada y cuyas funciones esenciales han sido tergiversadas por intereses particulares o de grupos. No entiende uno por qué estos seres que viven con una realidad tan chocante, moralmente repugnantes reciban premios académicos, se llamen a sí mismos investigadores o intelectuales y acepten de vez en cuando embozarse con togas y birretes para que los grandes negociantes y manipuladores de estas instituciones les den reconocimientos y les bendigan sus obras y creaciones. No se puede creer ni aceptar que quien se incline ante tamaña barbarie sea creador alguno, mucho menos hombre. Por ello nuestras universidades están tan relajadas y degradadas, porque lo que prevalece es la MENTIRA, el disimulo, el negocio, la debilidad, la cobardía y la maldad. Una universidad por excelencia debería ser el santuario de la VERDAD, y las nuestras lo son de las componendas y del silencio (complicidades) ante las injusticias más insólitas. Para el filósofo Julián Marías, la verdad es el fundamento de la vida humana, el elemento en que se mueve cuando no se olvidan sus primordiales principios ciudadanos; por eso es el fundamento de la convivencia, lo que la hace posible y asegura su carácter humano; es la capacidad para expresarla; si nos falta se produce su degeneración hacia una u otra de estas dos posibilidades: la cosa o el rebaño. Y por ello la universidad venezolana es un rebaño que no hace nada o muy poco por evitar los errores, y se pliega con facilidad a cualquier ofensiva a favor de la mentira. Cualquier persona dentro de una universidad venezolana que se atreva a mantener una verdad, de inmediato se verá hostilizado, atacado, catalogado de loco20, de resentido y desadaptado social. Esto impone el miedo y tras él la crueldad del silencio y del rechazo al que se oponga convivir en ese espeso pantano de negocios y manipulaciones impuesto por los mandamases de negras escafandras. No se perdona ver el error ajeno. No se perdona la crítica porque perturba el negocio de 20 Por yo haber atacado la aberrante conducción de la APULA, varios profesores de la Facultad de Humanidades escribieron sendos artículos por la prensa catalogándome de loco; entre ellos Silvio Villegas (ex presidente de APULA), David Fermín (ex presidente de APULA) y Roberto Donoso (Director de Publicaciones de la ULA bajo el gobierno de Genry Vargas). los grupos de poder que dominan en estas instituciones. La mayoría se encoge de hombros y simplemente dice: “No me consta”, como tampoco hace el menor esfuerzo por enterarse. Entonces todo se torna impotencia, un ambiente de irrespirable indiferencia hacia los males que brotan por doquier, y ve uno cómo los malvados se van apoyando sobre esta indiferencia, haciéndose fuertes incluso para condenar al que se ha atrevido a denunciar las diversas trapacerías y delitos. Lo que hace que la gente honrada se aparte y viva en medio de una permanente cautela ante todo lo que huela a oficialismo. El escenario entonces queda tomado por los descarados y los facinerosos. Por eso los facinerosos prosperan en estos medios y van ascendiendo en privilegios y “méritos”. EQUIPOS RECTORALES Al lado de las falacias surge el ritornelo de cada año, de cada mes, de cada día: no hay dinero para investigar. Que los gobiernos son indolentes ante el atraso educativo de la nación. Estas críticas las hacen aquellos que se suponen constituyen una parte vital y seria de nuestras universidades. No obstante, estos mismos señores nada dicen del mundo de estropicios y barbaridades que ante sus propias narices cometen los equipos rectorales y los Consejos Universitarios (verdaderos círculos herméticos en los cuales se ha venido cocinando la más grande degradación moral de las últimas cuatro décadas). Paséese por los anaqueles de los archivos secretos de estos centros, por los miles de documentos que llegan a su Consejo de Apelaciones, por los informes de la Secretaría... Se suscita en el seno de un Consejo Universitario una discusión sobre si un decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas (prof. Andrey Gromiko Urdaneta) obtuvo o no una maestría (hace 20 años y con la cual ha ido escalando posiciones en ULA) en la Universidad de Bruselas; en lugar de exigírsele el documento al instituto europeo donde este señor pasó varios años estudiando, se somete el caso a una votación en la que el decano resulta exculpado de la falta en cuestión21. La polémica se 21 Al igual que nuestros gobiernos, los Consejos Universitarios tienen siempre extremado cuidado al proceder con sanciones contra algún personaje de peso, pues la soga condenatoria aterra a todos sus miembros. hace especiosa. El señor decano no quiere (o no puede mostrar su título) y dice que se le ataca por intereses políticos. Solicita una rueda de prensa y toca dominios particulares donde se “destapa” que uno de sus denunciantes, el profesor Enrique Corao, ex Secretario de la ULA “delinquió” al salir de Año Sabático haciendo uso de un doble pasaje Mérida-Caracas-Londres-Caracas-Mérida. La acusación toca directamente a gente de su tolda como el profesor Julio Flores Menessini (ex candidato al vicerrectorado Administrativo) quien presuntamente prevaricó en el asunto de los pasajes22. Por ello cuando se descubre un desquicio nos sale tan costoso: largos remitidos que nadie entiende salen entonces por la prensa para decir que el caso se analizó y fue tomado en cuenta, ¡pero a nadie se sanciona! Como una simple muestra, véase el soberbio remitido del Consejo Universitario del 19-1-98, aparecido en Frontera, en donde nadie queda sancionado por una pavorosa explotación y venta de madera que hizo la ULA (con una extensa deforestación realizada en la Estación Experimental de la reserva de Caparo) sin autorización del Consejo Universitario y sin contrato de compra-venta. 22 Pocos días después de que aparecieron estas denuncias por la prensa, el señor Corao encabezó una manifestación por la DIGNIDAD universitaria. Tengo este documento de la acusación que ante el Juez Segundo de Primera Instancia en lo Penal (con copia a la Fiscalía General de la República, al Juez Rector de Mérida, al Presidente del Consejo de la Judicatura, al Presidente de la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo y al Presidente de la Sala Penal de la Corte Suprema de Sólo, digo, resaltan cuando se toca a ciertos señores del alto poder universitario, de otro modo las irregularidades hubiesen permanecido ocultas y secretas. Cuando se quiere “reventar” a alguien que se atreva acusar a los poderosos, sobra dossier de donde sacar los más horribles y espeluznantes delitos. Por este menudo lío se denuncia ahora que el profesor Mario Peralta “ingresó como profesor a la ULA de manera irregular” – según el señor Andrey Gromiko Urdaneta - en virtud de unas cuestionadas medidas de Mistajá23; “es un exiliado argentino que jamás ha presentado un trabajo de ascenso y Justicia) hace el profesor David Díaz Miranda contra el profesor Enrique Corao. Y para que se vea que en nuestras universidades todo es lucha de poder entre grupos políticos, apenas triunfa Genry Vargas, éste de nuevo incorpora a Corao en un alto cargo, ¿por revancha?, precisamente en el cargo que antes detentaba David Díaz Miranda. La historia redundante, digo. 23 Como Venezuela suele ser muy generosa con los inmigrantes, en los años sesenta, algunos extranjeros dijeron tener títulos universitarios, pero que en sus países de origen se los habían destrozado las dictaduras (no quiero decir que este haya sido el caso particular del doctor Mario Peralta). Y sin problemas fueron admitidos como profesores en nuestras universidades. Generosidad que ocasionó graves perturbaciones en nuestra educación superior. Con lo de las Medidas de Mistajá se confeccionó otra tronera legal por la que los politiqueros ingresaron sin concursar en nuestra casa de estudio. que de 40 horas de trabajo sólo cumple dos”24. Se le ha abierto un expediente por golpear a un estudiante y a pesar de que vive presentando permisos por enfermedad éstos no le imposibilitan, según su decano, para viajar a Bélgica sin los correspondientes permisos del Consejo de Facultad. El doctor Jorge Albornoz, quien por su parte adversa al decano Urdaneta, en pleno mandato del rector Genry Vargas, ha dicho que la ULA se está convirtiendo en un burdelito barato. Al profesor Alfredo Angulo, según el decano Urdaneta se le ha abierto expediente por fraude académico al utilizar indebidamente una tesis de maestría para ascender a la condición de Asociado. Uno de los rectorados más denunciados por corruptos, fue el de Felipe Pachano (le decían ciertos perros rabiosos, ansiosos ellos de volver por sus fueros: Filipillo Pillo). No había día en que por la prensa local no apareciese algún desquicio cometido por el Consejo Universitario o por el equipo rectoral en conjunto. Se llegó a conformar 24 Véanse declaraciones del profesor Urdaneta al diario Frontera del día 14-1-98. una comisión constituida por tres decanos, Inés Benavides, de Arquitectura; Ceres Boada, de Forestal, y Patricio Jaspa, de Odontología para calificar los cartapacios de denuncias y averiguaciones que debía conocer posteriormente la Fiscalía del Ministerio Público. Batió record la suscripción y ejecución de contratos celebrados entre la ULA y la Empresa Exportación de Madera Doña Bárbara (Exmadobarca) para la explotación de la reserva forestal de Caparo25[1]. Entre los delitos más resaltantes se encontraban: el sobreprecio en la venta de unos terrenos en Zumba (donde la ULA pagó, según el profesor Simón Alcántara, 600 millones de bolívares por encima de su precio real), la venta de los Laboratorios de Provinfar (vendido también, según el mismo Alcántara, con sobreprecio), el alquiler irregular de un Club de Judo que además había sido subarrendado para sacarle un dineral al inmueble. El canon total de arrendamiento por parte del Club, por ejemplo, para 1999, fue de 8 millones de bolívares, y para ese mismo año, el Club lo subarrendó, dividiendo el espacio en 372 locales, alquilándolos con cobros mínimos de 220.000, otros hasta por un millón. También se ventiló mucho la usurpación de vicerrectorado administrativo por parte de Edilio Villegas26 y de su jubilación de modo ilegal. El asunto de las jubilaciones ilegales cunde como arroz: ahora tenemos la del actual director de Publicaciones de la ULA, Roberto Donoso, quien se jubiló seis años antes de lo debido. Para que se vea hasta dónde llega el cinismo del rector Genry Vargas (en el caso de Donoso, un director bajo su rectorado) en el informe que envía a la Contralor Clodosbaldo Russián denunciando los desmanes de Pachano, le hace mención al oficio Nº 1102001 de fecha 03-02-01, suscrito por la profesora Nancy Rivas de Prado, Coordinadora de la OAP, en el que señala que existen 11 profesores que hicieron estudios de Postgrado y que incumplieron el Artículo 77, Numeral 9, del Estatuto de Personal Docente y de Investigación, aunque se establece que “Los Profesores deben servir a la 26 25[1] Para esta estafa véase al final de esta sección, el artículo “DE CARNICERO A MADERERO”. Villegas le había quitado fraudulentamente el cargo a Menessini, y el caso tuvo que ser llevado a la Corte Suprema de Justicia. Nadie sabe cuánto sufrió Menissini procurando recobrar un cargo que consideraba se le había arrebatado irregularmente. Las universidades nacionales viven hundidas en pantanos de amañadas elecciones. Universidad por lo menos con la misma dedicación, con que disfrutó de la beca, por un tiempo no inferior al doble de la donación de la beca”; aquí se señala evidentemente el caso de Roberto Donoso. Menessini, hoy vicerrector administrativo, hablaba de tener que pasar la vergüenza de que un fiscal del Ministerio Público procedente de Caracas estuviese investigando hechos de corrupción en nuestra universidad. Ese mismo cinismo se refleja en el caso de la quiebra de la Librería Universitaria, con tres sucesivos fracasos, en 1997, 1998 y 1999, y donde prestaron servicios orondos personajes que hoy también se lo prestan al rector Genry Vargas. Allí se detectaron cheques firmados en blanco y la emisión de trece giros para tapar deudas y faltantes, y gastos de 331.426 para un fiestón de despedida que se le hizo al gerente (por cierto hoy también enchufado con la V República). Se comprobó, que en una muestra aleatoria sobre 370 títulos registrados como disponibles en el inventario, 55 no aparecieron, y la gerente interventora de esta Librería está solicitando acciones contra una ex empleada de la misma que se llevó doce millones de bolívares. Siguen las mafias de toga y birrete, picando y extendiéndose, que llegan a tocar a la UNET, la cual es denunciada por la ejecución de contratos suscritos con la empresa “Inversiones Martino Herrera CA”, y “Obras y Servicios EM”... Se hablaba de la dificultad de las averiguaciones por el forjamiento que se había encontrado de algunas actas. Con mucha fuerza se hablaba en febrero del 2000, de una posible intervención de la ULA, y el mismo Julio Flores La denuncia a la Fiscalía contra Pachano la llevaba en gran parte el ex rector José Mendoza Angulo27, en su calidad de Presidente del Fondo 27 Empantanado por lo de FUNDAULA y los terrenos de la Vega. Con cada rector saliente se adelantan en los tribunales denuncias por robos, estafas, malversación de fondos, misterios con traslados injustificados de partidas... Insistimos: don Joaquín Mármol Luzardo demanda a Perucho; Perucho demanda a José Mendoza Angulo, éste a Pachano; Pachano hace lo mismo con el equipo de Michel Rodríguez (y aquí salta lo de la jubilación doble del ex rector Néstor López Rodríguez); ahora Genry Vargas ha destapado ante la Fiscalía un mar de delitos cometidos por Pachano. Por cierto, que cuando llevé a mi programa de radio “Plomo Parejo” a Felipe Pachano, para que respondiera por las acusaciones de corrupción que le hacían, me dijo: “¿Por qué no averiguas los poderosos intereses que cierta banca tiene con el vicerrector Administrativo Julio Flores Menessini?” Me habló de apoyo para los gastos electorales que se de Jubilaciones. Allí se habla específicamente de la adquisición de un lote de terreno no urbanizado de 140.983 metros cuadrados al señor Germán Celis con un sobreprecio de 2.000%. La transacción, según el informe que se presenta, la realiza fraudulentamente el mismísimo Pachano. Por otro lado también se denuncia que el mismo Pachano en nombre de la ULA le compra a Laboratorios Provinfar CA, representada por su director Pedro Rodríguez, una serie de equipos con más de diez años de uso, con un sobreprecio de 150 millones de bolívares, saltándose a la torera la debida aprobación del Consejo Universitario. Esta denuncia la hacen el doctor Moisés Troconis y el decano de Farmacia Alfredo Carabot, el 15 de julio de 1998. Cuando todas estas denuncias corrían como pólvora, el rector Felipe Pachano se encontraba en una gira por Asia con el presidente de la bendita revolución bolivariana, Chávez, gozando de más de 8 millones de bolívares en viáticos. Téngase en cuenta que una de las razones por las que más se busca ser miembro de un equipo rectoral, decano o director, ya lo he repetido, es viajar al exterior y avecinaban y de un apartamento por el que este Vicerrector no pagaba alquiler alguno... cobrar viáticos en dólares. Pachano es un furibundo fanático del fútbol, y qué casualidad que cuando el Mundial se escenificaba en Francia, se las ingenió para asistir a unos de estos eventos académicos en París. Todas las denuncias arriba señaladas, eran banderas del grupo de Julio Flores Menessini y Genry Vargas, quienes se estaban promocionando políticamente para seguir en el cogollo universitario de la ULA, y lo consiguieron. Y si Pachano ha de ir a la cárcel, también debe hacerlo Julio Flores, quien era nada menos que su administrador, y por fuerza tenía que firmar cuando la plata salía. En cuanto volvieron a coger el coroto, Vargas y Flores Menessini, en las últimas elecciones del julio del 2000, parecen haber olvidado los abominables actos de corrupción del grupo que les antecedió. ¿Era sólo un recurso electorero para hundir al candidato oficialista, Léster Rodríguez? Al mismo tiempo se destapaban podredumbres similares en la Universidad de Carabobo: los profesores Jorge Finol y Dinarle Ortega junto con el estudiante Luis Nieves reactivaban sus denuncias contra el rector de esta casa de estudios, por asignación de obras fraccionadas a un mismo contratista, incluso a su hijo, sobreprecios, sobrefacturación, falsificación, dilapidación y malversación de fondos, viáticos, fraudes, ... Y como veremos a lo largo de este trabajo, estas perlas apenas constituyen minucias casi indignas de ser mencionadas frente al prontuario de otros delitos que iremos mostrando. Pero para empezar veamos la siguiente crítica del profesor Oscar Quijada: EL DESPELOTE EN LOS ASCENSOS Oscar Quijada28 Hace ya mucho tiempo que los Consejos Universitarios junto con sus equipos rectorales mataron en mí el amor por la Academia. Literalmente siento asco por el inmenso despelote en los trabajos de ascenso que no son sino trabajos de AUMENTO. De aumento de sueldo, claro. Y lo que me indigna es que estos criminales y orondos personajes que se achinchorran en el rectorado dizque a administrar nuestra universidad de manera ponderada, lo que hagan sea pervertirla 28 Miembro del personal docente y de investigación del Departamento de Matemáticas de la Facultad de Ciencias, ULA. aún más obligando a los profesores a ser jurados de trabajos de ascenso violando la LEY DE UNIVERSIDADES. Tengo entendido que más del 80 por ciento de los profesores de la ULA que han ascendido a ASOCIADOS, lo han hecho violando la LEY DE UNIVERSIDADES, expresamente en su artículo 96 que reza que para ascender a esta categoría es necesario ser doctor. Entonces, cómo han cundido los llamados trabajos tapa amarilla para ascender. Si hace unos años nos decían que estas universidades parecían grandes liceos, qué no se dirá ahora con ese montón de chinos (amarillos) deambulando por nuestras aulas y pasillos, haciendo relucir sus pomposos títulos como profesores ASOCIADOS y TITULARES. Claro está que aquí se pone en juego lo del maldito asunto electoral que nos ha degradado tanto, porque entre nosotros no se persigue la preparación seria y exigente porque eso cuesta mucho, sino el relajo, la disipación, el ocio. Nos hemos vuelto demasiado blandengues y si antes nos suplicaban los estudiantes dos puntos para llegar a diez, y pasar, y se les concedía como quien da una limosna, lo que ahora se estila es hacerse el loco y en cuanto se recibe un trabajo de ascenso para el nivel de ASOCIADO o TITULAR, aunque el postulante no sea doctor, la regla ES CERRAR LOS OJOS y también hacerse el loco y echar hacia delante con el arreo de inmoralidad y bajeza intelectual. Pues bien, estos señores que ya ascendieron, qué les va a importar tener un título de doctor de ahora en adelante. Ni tontos que fuesen para sacrificarse estudiando, puesto que ya han obtenido lo que querían y lo que les ha costado a otros seis o siete años en bibliotecas, en consultas con sus tutores y quemándose las cejas. Esto lo que quiere decir es que se deben entonces eliminar los programas de doctorados en Venezuela porque no hacen falta, no se exigen, no sirven para nada. Ustedes verán cómo esa gente que metió sus tapas amarillas se echan a pudrir en sus poltronas, sin ánimo ninguno de superación, porque esto es una vagabundería, un festín para el manguareo y la rochela, consentidos por el rector y compañía. De seguir así, la “Universidad de la Caña”29 va a quedarle grande a la nuestra. 29 Así hay un bar muy escandaloso y de mala muerte en pleno centro de Mérida. Lo que estremece es el cinismo del Consejo Universitario, que en lugar de ponerles coto a estos crímenes, decide reglamentarlos violando la LEY DE UNIVERSIDADES. ¿Por qué se hace esto? Sencillamente porque es la única manera de que los burócratas y politiqueros sin talento ni condiciones para el estudio, puedan ir ascendiendo y logrando méritos académicos, y como son ellos los que conforman las consabidas comisiones. ¿Cómo es posible que en la reglamentación impuesta por el Consejo Universitario en el artículo 165 se añada que para ascender no es vital tener título de doctor sino “o en su defecto la maestría, o grados equivalentes”? Luego conforman esta tronera por donde puedan meterse los consabidos ociosos de cualquier fórmula rectoral, y por allí el resto de mediocres que están ansiosos por ascender: “para ascender a asociado podrán suplir los siguientes méritos: 1- Haber recibido algún premio de una institución nacional o internacional, pública o privada, académica o de otra índole...” Debería solicitarse una intervención de ese montón de chatarra con tapas amarillas agolpadas en el edificio Administrativo y lavar con creolina de una vez por todas nuestras universidades. Ahora bien, los que ascienden de esta manera irregular deberían en delante abstenerse de usar la ley para ampararse cuando algo lesione sus derechos, pues han violado la ley y están totalmente inhabilitados para hacer uso de ella. Este costoso y espantoso acto de corrupción amparado y aupado por las autoridades universitarias y sus alcahuetes Consejos Universitarios es razón suficiente para que en una Nación seria se les exigiese la renuncia y fuesen expuestos al escarnio público. No son universitarios sino vulgares negociantes de votos que procuran cuidar sus propias imágenes y no la de la ACADEMIA. ¡Criminales!, ¡criminales!, ¡mil veces criminales ustedes, señores del Consejo Universitario que están empantanando, desgarrando, prostituyendo y desquiciando a nuestra universidad con sus posturas, con sus indecibles actos de prevaricación! Esta generalizada estafa a la Nación con escalafones fraudulentos en todas las facultades provoca una parálisis moral escalofriante. Claro, cómo va alcanzar la plata si quienes están obligados a administrarla bien consienten el crimen de despilfarrarla a manos llenas violando la LEY DE UNIVERSIDADES. ¿Qué hace la Contraloría Interna de la Universidad? ¿Cuál es la función de los empleados de la Contraloría General de la República que ocupan una fastuosa oficina en el edificio Administrativo? Y la Universidad pasa a otro equipo rectoral, y el Alma Máter o Muerta, sigue igual o peor. ¡Renuncie señor Felipe Pachano! ¡RENUNCIE VICERRECTOR CARLOS GUILLERMO CÁRDENAS! ENTREGUEN LA UNIVERSIDAD A GENTE QUE NO LE TIEMBLE EL PULSO PARA HACER CUMPLIR LA LEY. ¡A GENTE SIN PARTIDOS! ¡VAMOS, TENGAN VERGÜENZA Y RENUNCIEN! La Autonomía, parte del negocio... La idea de Autonomía universitaria quizá se remonte a la época de Luis XIII, cuando la Academia francesa formada por su propio impulso30 no estaba subvencionada, y por tanto, tampoco sujeta a las disposiciones del Estado. Cada vez que un honorable miembro de nuestras universidades habla en público, dos palabras son 30 Diccionario Filosófico de Voltaire. infaltables en su discurso: Academia y Autonomía. La primera, para que a la institución que representa se le “respete” y la segunda para que se le permita “disponer de sus recursos como a ella le venga en gana”. Un cuadro que encaja perfectamente en la estructura de las mafias. Y que debe quedar claro que a la autonomía no se le debe violar como tampoco dudarse de su imperiosa y sagrada función; lo de académico es la honorable fachada con la que los mandones guarnecen sus misteriosos y relajados aposentos. Allí os encontraréis blindados por banderas, próceres, santos, sabios y “portaaviones” de cualquier calibre y tamaño. DE RECTOMANÍA O REPTÓMANOS Estos reinos (rectorados) junto con sus principados (decanatos) rectos y relumbrantes, cuidan con esmero, lo relativo a las apariencias. Para ello es imprescindible hacerse de unas cuantas vacas sagradas en los preámbulos de todas sus declaraciones al asumir el poder. Las consagran en el Aula Magna bajo juramento para que les armen una reforma universitaria, advirtiéndoles, claro, que ni por asomo les vayan a tocar sus garbanzos, tocinos, majaretes y ¡CHORIZOS¡,... ni las prebendas y negocios que desde los tiempos del imperio romano tienen reservados para sus francachelas, los “relapsos” de la rectomanía. Y que se tomen todo el tiempo que quieran para que el que venga atrás arree. Es El Escorial (de los disminuidos Felipillos que por allí pasan) de la más rectal de todas las escorias, digo la caca que dejan estas vacas, y de otras boñigas... De tantas reformas que hemos tenido ya nuestras universidades son todas unos trapiches, y se ven en ciernes las futuras vacas, terneros hoy, que viven jalando por los rectorados. En ningún otro lugar se prostituye tan rápida la juventud como en nuestras universidades, hasta tal punto que cuando un joven meritorio va aturdido y le confiesa por ejemplo al doctor Luis Hernández lo mal que se siente por encontrarse en un antro tan nauseabundo, éste le aconseja: “Resiste por un tiempo todo ese veneno, y cuando salgas de aquí vomítalo. Más jodidos estamos nosotros, los profesores”. Pobres las eminencias que nos visitan que en pocos días también terminan contaminadas, que los meten a empellones a comer y a beber sin descanso para que se enteren de nuestros grandes proyectos siempre in progress. Al fondo de estos robustos palacios, las boñigas de los soberbios burros se confunden con el mar de las carrozas (con carroñas) y las berlinas imperiales en cuyos interiores revientan los vientres, redondos de tóxicos floridos, de eructos y petardos soberanos, con la infaltable nube negra de pajes y vacas agradecidas. Burros y Vacas. Hubo un Felipe I y ha seguido otro que bien pudiéramos definirlo como Felipe –I, pero que llamaremos como el otro que murió de mal de piedras. Hijo del rey Carlos I o V. Este Felipe morirá de dispepsia, atareado y atormentado con las tripas y los incontrolables pedos que lo ponen a morir. Lamentablemente el pretexto autonómico es lo que prima en la bestialidad, conjuntamente con la intromisión de los partidos políticos, ¡porque quien puede entonces fiscalizar un recto puede salir cagado! Un recto por definición es inauditable, si no que lo diga la Contraloría General de la República que nunca ha podido. Y por ser autónomo mucho menos. Cuánta pompa con la mentada meritocracia: hinchados los vientres del caciquismo y de la manipulación chusquera en cincuenta años de Reptopactos, engrasando claustros y ventilando gases. La reptoautonomía que por su lado ha alimentado la superpresencia de grupos dominantes en los consejos universitarios y en los centros decanales, casi siempre los menos capaces y los menos preparados moral e intelectualmente. La eficacia de los pícaros retropropulsores de fantásticos proyectos: cuadradores de votos, de fórmulas, de concursos de oposición, de manejos torticeros y oscuros negocios. Claro. Y como a los gobiernos así les conviene porque de estos lodos aquellos polvos..., lo de autonomía convirtióse en DESAFUERO, vientres llenos, cocos vacíos y memez protocolar; lo académico FALSEDAD. en horrible PEDANTERÍA y Trocóse lo de buscar el saber en “saber votar bien”. En cumplir los acuerdos sobrentendidos de justas y torneos electorales. Amparados con los más débiles o mediocres, la mayoría. A paso de bostezadores. Nunca nuestras universidades han sabido administrar una pulpería, ¡pero son autónomas¡ Nunca han sabido ser competentes para seleccionar a los profesores, a sus empleados y obreros, ¡pero son autónomas! Sus anaqueles donde se guardan los trabajos de ascensos, tesis de grado y de investigación, están plagados de fraudes y plagios, ¡pero son autónomas¡ En palacio, como en todos los palacios, con las artes trepadoras de San Mamón: en lo alto y sin calzón. Es decir, mientras más suben, mejor lo muestran. En verdad nunca pueden ser vencidos, ni habrá perros más rabiosos aferrados a sus presas. Si alguien merodea por allí es de la misma especie. Así destruyeron al nada honorable rector Felipe I, y ayer los que fueron acusados de hechos dolosos, han vuelto por sus fueros. Nuestras universidades han sido autónomas para malgastar, para derrochar, para permitir que la institución sea demandada, ultrajada y burlada: profesores delincuentes que fueron al exterior por un doctorado regresaron sin él, y nunca se les pudo sancionar, pero siguieron mecate arriba, en virtud del negocio del voto y del clientelismo ascendiendo hasta hacerse titular. Como momias deambulan, sin rumbo fijo, 93 profesores en la ULA, bajo la denominación de “Reincorporados en Principio”, que no saben en qué palo ahorcarse. Autónomas para jubilar. Para promover paros y huelgas. Para fuero-sindicalizar, juerguear, embozalar, holgazanear, piratear, plagiar, jalar, chanchullear, compadrear, rebuznar (reformas), juramentar (jumentos), viajar, vivalapepear, prebendear, protestar... Nuestras universidades han sido autónomas sin jamás haber competido por los fondos en el mercado. Nunca fuimos ejemplares administrando nada: ¡Todas sus empresas quebradas! Expoliadas. Y sus orondos directores, perdonados, premiados, adorados. Autónomas para nunca tener discrecionalidad en el uso de las cataratas de plata que se les entregan. Autónomas para parir la mayor producción de botarates, imbéciles, ladrones y canallas. ¿Por qué nuestras universidades se estremecen cada vez que les tocan el asunto de la AUTONOMÍA si como digo, ella misma está secuestrada por los partidos? ¿Y si además dicha autonomía contribuye a la censura? ¿Autonomía para que tengamos las autoridades que siempre hemos tenido, bajo la ristra de censurables actos de dolo y malversación de los dineros del Estado? ¿Para que persista el sistema electoral que ha venido llevando a los altos cargos no precisamente a los más preparados, y que va engendrando ese pelotón de altos funcionarios que día a día han ido empeorando al país con sus decisiones? Este deprimente cuadro ya se veía venir a los comienzos de la presente democracia, hace cuarenta años. El eminente catedrático, doctor José Izquierdo, quien por sus múltiples prendas sí merecía el título de académico (mas no el de academicista) escribía: “Nunca me han gustado las academias porque me parecen centros de vanidad y de egoísmo y hasta impropias de una república... Siempre he aconsejado a mis discípulos abstenerse de entrar en la Academia de Medicina; pero son rarísimos los que acatan este consejo, pues el oropel, el relumbrón, prevalecen en el ánimo de los jóvenes ansiosos de sonar de alguna manera. Los aspirantes a académicos se emulan en lastimosa mendicidad de votos. Deseo que usted jamás caiga en esa tentación...”31 Pues bien, presa la universidad de los partidos políticos ello la incapacitó para sancionar conductas detestables, reñidas con los valores académicos y con la propia dignidad humana. La universidad venezolana dejó de ser autónoma desde los años sesenta, cuando comenzó a dictársele cátedra desde los movimientos políticos que deseaban convertirla en sus cuarteles porque esto suponía dar créditos a sus banderas y a los ideales que sustentaban. Lo lamentable fue, que quienes tomaron estas luchas como profesión dejaron de estudiar y el saber pasó a ser para ellos lo importante. Y comenzó a gestarse un odio solapado hacia la disciplina, el trabajo creador y lo académico, pues su brillo ofendía a sus líderes. Entonces, adrede, la fueron matando, degradando, a la universidad. 31 De la correspondencia privada del doctor Pepe Izquierdo al doctor Carlos Chalbaud Zerpa, y prestada al autor por este último. Se publica con permiso del doctor Carlos Chalbaud Zerpa. Fue cuando comenzó a relucir ese montón de criminales peticiones como lo de reincorporar a estudiantes incursos en el Reglamento de Repitientes; o la obscena banderita de solicitar que se ingrese en la universidad sin prueba alguna de admisión; o el mamarracho de la eliminación de los exámenes finales; o la feroz protección que dan los líderes a quienes cometen desafueros, pues para ellos, los alumnos y profesores menos capacitados deben ser los más ferozmente protegidos y mantenidos por la FCU32. Y esas insólitas huelgas de cerebros caídos durante meses, con aulas, laboratorios y bibliotecas desolados, porque así les gustan a la mediocridad de nuestros mandones. Qué decir de esas estridentes campañas para que a los “estudiantes” (que no estudian) se les dé sin tener que pagar nada, pasaje, comida, atenciones médicas, mientras se echan 15 y 20 años haciendo una carrera. Las paredes de las 32 Unos dirigentes, vagos, de la Escuela de Geografía, plantearon la exigencia de presentar un examen recuperativo por cada parcial, además del diferido, y cuando se trabaja con evaluación continua, esto es, sin final ni reparación. Si tomamos en cuenta que hay cursos que sólo tienen 5 horas, de 45 minutos cada una, a la semana, esta exigencia se llevaría cerca del 25% del semestre, en detrimento de las clases que se deberían dictar. universidades viven empapeladas con consignas amenazantes de: “¡No a los tickets del pasaje preferencial!”, “¡No al pago de los buses de la ULA!”, “¡No al aumento de los servicios del comedor!”, “¡No a la exigencia de 15 puntos de promedio para poder hacer uso del comedor!”, “¡No al aumento de la inscripción!”, etc. Y concluyen: DEFENDAMOS NUESTRAS CONQUISTAS. LOS ESTUDIANTES PRIMERO. ¿Qué resalta de ella en estas cuatro últimas décadas de corrosiva putrefacción que no sean quemas de carros, un mar de repitientes crónicos, una desolación en las aulas, bibliotecas y laboratorios (por demás arropados con gonfalones reivindicativos que paralizan nuestras actividades durante varios meses cada año)? Y una dirigencia estudiantil parásita, insuflada por la acción de los partidos y que degrada los principios de la llamada academia. Con una pésima formación de profesionales. Con un cuantioso capital que se invierte en educación sólo para que ésta se haga cada vez peor. No podemos seguir de metástasis en metástasis: reducida la vida universitaria a un torneo inacabable de insultos entre gremios y ministros de Educación, y abajo entregados nosotros sus profesores a la eterna espera de un bono extra, a la rancia rutina de dictar un curso, al fin de una jornada de trabajo sin otro destino que el anuncio de una nueva huelga, paro o el premio de una nueva reivindicación. Es necesario sacar del fondo de nosotros mismos, con un esfuerzo formidable, las fórmulas de la renovación que se nos están exigiendo. No hay un mapa definitivo para una salida; hay que construirlo con el esfuerzo persistente y perseverante del que no espera otra cosa del porvenir que trabajo y más trabajo. Carecen nuestras universidades de un POR QUÉ, aunque demos clases, pergeñemos notas y estructuremos tareas, mientras no podamos insertarnos en un plan armónico con el país, con su desarrollo. Lo de país suena casi ajeno a nuestras funciones. Los pobres muchachos están allí para que dentro de poco salgan a abultar las cifras del desempleo, del clamor social, de la delincuencia, de la inseguridad. Como no tenemos un POR QUÉ nos hundimos en la divagación de mil CÓMOS. Hay miles de doctorados que son fraudulentos convertidos en CÓMOS para que luego contribuyan a la ruina y la chatarra que se pudren en anaqueles y depósitos viejos. El único POR QUÉ que nos domina y tortura es la liquidación cuando nos jubilemos, las perspectivas monetarias cuando dejemos atrás el tráfago pesado y penoso de nuestros rancios trabajos universitarios. ¿No estremece acaso oír que algunos aventajados jóvenes estén reclamando que de este tránsito por la universidad sólo estén sacando la rémora de nuestra vejez? No vamos a dejar un desierto intelectual o académico, que sin duda sí hay algunas obras de valor y un esfuerzo positivo, sino que la atención a lo relativo del aspecto humano que debe redundar en beneficio de mejores condiciones morales y espirituales, no está siendo atendido y no está dando resultado. ¿Por qué pareciéramos estar lisiados para emprender un cambio que claman hasta las piedras? Ahí frente a nosotros la incuria, la prepotente injusticia de los diarios estropicios que relumbran por los medios de comunicación, y no se hace nada. ¿Vamos a esperar una jubilación sin haber realizado un último gesto, un esfuerzo de voluntad para procurar un cambio en este mar de desalentados? ¿Es que puede existir acaso en la calle, en nuestra casa, en el aula o el laboratorio un consuelo superior al bien supremo de acabar con este pantano en el que venimos chapoteando desde hace tanto tiempo? EL CASO LEONEL VIVAS Hemos tenido catedráticos, señores del equipo rectoral, que han solicitado de manera pública censurar la crítica que se les haga por los medios impresos, y el gran conglomerado de la universidad no ha dicho nada al respecto. Esta posición condujo a presiones sobre el obispo Baltazar Porras, quien decidió expulsar de la dirección del diario El Vigilante al doctor Eurípides Moreno. Destituido por dar cabida a los que criticaban la mala administración de nuestra universidad. Uno de los que llevaron la voz cantante en esta censura, fue el entonces Leonel Vivas, hoy flamante embajador de la República Bolivariana de Venezuela en Australia. Leonel Vivas buscaba un bello ramaje para elevarse (ahorcarse, digo), pero lástima, como era egresado del Pedagógico Nacional (como Antonio Luis Cárdenas), no podía ser contratado en la ULA. No tenía título universitario o equivalente a licenciado. Pero para eso estaba Perucho, quien se preguntó: ¿Cuál es?, y los graduó a los dos, en seis meses, de licenciados en Humanidades, mención Historia. De historia, como veremos, Leonel sabe lo que yo de constituciones. Graduados este par de orondos personajes, ingresan como contratados, pese a que los expertos califican este hecho como viciado de nulidad absoluta. En todo caso, este primer paso fue suficiente para que quedaran archivados en la memoria retrovisora y alcahueta del doctor Caldera (léase José Vicente Rangel). Ya vimos cómo Leonel Vivas fue chiripero de Caldera, que no cesaba de hacerse promoción para altos cargos y que así como el ex recto José Mendoza Angulo confeccionó su ascenso en la política de partidos otorgándole un doctorado Honoris Causa a Gonzalo Barrios, Leonel intentó lograr su estrellato publicando una bazofia en las ediciones del libro menor (y bien menor) de la Academia de Historia. Y un día de aquel Rectorado, en el que estaba enchufado Leonel, nos enteramos de que al morisquetero de la historia venezolana, Guillermo Morón, también recibía de la ULA su caramelo: Doctorado Honoris Guasa (Causa, digo). Pero Leonel pertenecía al grupo de Pedro Rincón Gutiérrez y como este era de los nostálgicos de izquierda y había conseguido encamburarse con Caldera (siendo primero ministro y luego diplomático, y ratificado por José Vicente Rangel), pronto las piezas del viejo chiripero se movilizaron para hacer de Leonel una flamante cucaracha bolivariana. No olvidemos que el señor Pedro Rincón Gutiérrez puede decirse que fue del Frente IbáñezMatos: pieza de lujo de los periplos que disfrutaron a todo dar Lusinchi y su barragana; estuvo con ellos en Japón y Argentina. José Vicente lo quiere, porque Perucho siempre aparentó ser de izquierda (como nuestro canciller). Residuos de la vaina aquella de los “nostálgicos”, digo. Por el mismo camino andaba el otro ultrachiripa Alirio Liscano, premiado por Caldera con un consulado (en México), de los que tuvo “valor” para salir de primero, el 4-F de 1992, defendiendo por la TAM a la podrida Guanábana. En cuanto ganó Chávez viró ciento ochenta grados y se hizo también bolivariano, ratificándolo como diplomático José Vicente Rangel. La verdad es la verdad y no hay como cambiarla. Allí están los hechos para la eternidad. Alirio Liscano decía: “Yo no me considero sólo un diplomático de Venezuela, sino también de la Universidad de Los Andes, y voy a colocar a Simón Bolívar en el tiempo presente”. Vaya. Leonel Vivas era un enjuto y apocado ser, que vivía deambulando con un maletincito verdoso por los pasillos de nuestra universidad; parecía un vendedor de féretros, siempre buscando votos para postularse para algo. Fue Secretario de la ULA, gremialista en la APULA, miembro de equipo de softball de su facultad y vicerrecto, permitiendo toda clase de desmanes cuando la ULA nadaba en desastres administrativos, como aquí cuando se hable de los fraudes arqueológicos. De los que celebró la destitución del doctor Eurípides Moreno de la dirección del diario El Vigilante, porque con ello se censuraban cuantos artículos criticaban a la prostituida ULA. Pero ellos eran tan puros que en cuanto salieron reventaron mil bubones sifilíticos y se instauró Felipe I, quien iba a por lo mismo, es decir, a lo suyo. Metió baza, digo, don Leonel, en los fraudes arqueológicos capitaneados por Jacqueline Clarac de Briceño para que no se le investigase y se le sancionara, no respondiendo ninguna de las comunicaciones que al respecto se le hicieron. Alirio y Leonel echaron alas con Caldera y con el empuje de José Vicente Rangel ahora vuelan como cucarachas. Lo peor de Leonel Vivas es su pasmosa ignorancia sobre nuestra cultura y sobre nuestra historia. Cuando Guillermo Morón regentaba la Academia de Historia como una factoría, como les conté, dándose bomba, bañándose en whisky, viajando y tragando a dos carrillos, y coleccionando reconocimientos como quien recoge chapitas, le publicó a Leonel Vivas una bazofia. Yo le dije en aquella ocasión a Leonel, admirando su audacia (y disimulo intelectual) que iba a llegar mucho más lejos que Antonio Luis Cárdenas; que se preparara porque un día cualquiera algún encumbrado imbécil lo premiaría haciéndolo ministro, senador o embajador. Premonitorio. La barbaridad que escribió se titula "Por los callejones del viento", editado por la Academia Nacional de la Historia (El libro menor, Nº 180, 1991). En la contraportada se señala que el libro narra el proceso de fundación de Altamira de Cáceres, cumplido en 1577, bajo el mando del capitán Juan Andrés Varela, y pretende de veras recrear la época, pero nos entrega una versión atestada de anacronismos insólitos e indescifrables anacolutos. Libro que ya habrá destrozado la poca historia que nos queda, reforzando la confusión, la abundante y perniciosa distorsión cultural que hoy nos ahoga. Comienza hablando de aquellos conquistadores: "Con su inconfundible acento peninsular..." (pag. 11). Primer estropicio: Tal "inconfundible acento" no existía, porque lo que había era acentos regionales: andaluz, extremeño, castellano, navarro, gallego, catalán, etc. De inmediato pasa a describirnos a la Mérida que teníamos, a dos décadas de haber sido fundada. Para recibir al mandatario "los zócalos se remozaron, ventanas y puertas fueron limpiadas, las calles se veían muy aseadas, materos con variadas flores..." (pag. 11). Resulta que ya teníamos "potentados merideños", pretende impresionar diciendo que la gente exhibía sus mejores atuendos con "sombreros y trajes nuevos" (p. 12). ¡Qué trajes nuevos, si es bien sabido que los conquistadores vestían harapos que daban lástimas y risa a los recién llegados de España. De inmediato comienza en la narración una bebedera de vino español (de Rioja), que incluye las páginas 12, 15, 27, 28, 47, 51, 58, 65, 70, 71, 96, 113, 122, 123 y 124, de modo que aquella vaina parece la inauguración de los Juegos Universitarios, o una toma de posesión de las autoridades rectorales (estas tomas de posesión cuestan una fortuna y suelen hacerse en el hotel la Pedregosa). ¿Se habían trasladado a Mérida (luego de pasar por Cartagena, Bogotá, Tunja, Pamplona...) los viñedos de la provincia de Logroño? ¡Qué barriles de vino, señor (ni para beberlo sin medida como dice Leonel, además de exquisiteces como jamón serrano y queso manchego), iban a tener aquellos conquistadores, que a duras penas si podían cargar con las pesadas armas que llevaban! Se llegó a dar el caso de conquistadores que se desembarazaron hasta del oro por las inmensas adversidades que padecían y este señor nos los coloca llevando por lo menos media tonelada de barricas de vino cada uno. Y este es el hombre que ha escogido José Vicente Rangel para mandárnoslo como nuestro representante a Australia. Anda. Luego, para continuar sus inventos dice que el "camino real, desde la Punta hasta la entrada del pueblo", fue "reempedrado, de manera impecable" (p. 12), lo cual es completamente falso, pues para esa época no estaba empedrado, mucho menos lo iban a reempedrar. ¿Será que por allí ya pasaban las atestadas gandolas con jalabolas de William Dávila Barrios que ya habían destruido nuestras calles? Habla de la Plaza Mayor "rodeada de edificaciones", con faroles, lámparas y candelabros (p. 55); "calles, servicios y otras y diferentes obras públicas" (pags. 13 y 18), cuando, según Juan López de Velasco, en 1571, Mérida tenía 30 vecinos apenas, y las casas eran de bahareque y paja. Según Fray Pedro Simón, Mérida en 1610, sólo tenía 10 casas de tapia. Nos coloca altos dignatarios eclesiásticos, cuando se tendría tal vez a un cura. Y llega a la puerilidad insólita de molestarse por el "insidioso" Juan de Maldonado, quien "peyorativamente" denominó "Rancherías de la Sierra Nevada" a Mérida. ¡Qué vaina tan buena! Y desata entonces la manía, de anteponer en su discurso, el nombre de los conquistadores o del gobernador, al del Rey (p. 13). En la p. 14, nos habla de "aplausos y bulliciosas expresiones de asombro" dentro de una iglesia, y el gobernador contestándole, en pleno templo, la homilía al cura. Pero donde su agudeza sacude las bases del idioma castellano, es cuando coloca en labios de los conquistadores la palabra USTED (acuñada apenas en el siglo XVIII); y estampa sin rubor este párrafo dicho por Cáceres: "Señor que viváis aquí, para yo tener el placer y la confianza de encomendarles... Y tenerlo a usted también aquí, Don Hernando" (P. 22). Ocho veces la palabra USTED en boca de los conquistadores. Así y todo uno termina encariñándose con tantas estupideces que anda uno ansioso por saber cuál será la próxima barrabasada. Un poco más adelante nos habla de "millares y millares de cimarroneras de ganado vacuno" (p. 23), ¿pero señor, en 1577 cuántos hatos había en los llanos venezolanos?; el ganado cimarrón se formó con las reses escapadas de los hatos. ¿Y qué tal, cuando este señor hablando de Varela, dice que éste tenía "fe de carbonario"?; tiene gracia la barbaridad; quizás en las penumbras de su memoria había escuchado alguna vez algo que le hablaba de "fe de carbonero", que hasta los escolares entienden en todas partes, pero no, él le coloca "fe de carbonario", cuando lo de carbonario era una sociedad secreta, más bien atea y liberal (fundada en Italia el siglo XIX), y que carecía precisamente de la fe que el señor Leonel le quería adjudicar a Varela y Cerrada. ¡Qué bueno! En Australia van a coger palco, y a lo mejor nos pare otra obra superior, para que aquí volvamos a coger palco. Donde nos volvemos a reír es cuando de Varela se apodera el penetrante deseo de regresarse a TODA CARRERA (por mar) a España (p. 33). Como está dominado por el prurito burocrático, pone a aquellos desarrapados conquistadores confiriendo medallas y pergaminos en pleno páramo (p. 51), y echándose luego briosos tragos de rioja. Uno cree que de pronto van a nombrar una comisión para la redacción de un remitido público (por El Vigilante) o decretar el otorgamiento de un Honoris Causa a Varela. Pero una de las mejores partes es cuando un indio ("ladino", porque todos son ladinos), se muere de mal de páramo, aun siendo de la región. ¿Y qué tal estas bellas metáforas?: "filosos impulsos de su corazón aventurero" (p. 52); "el canto de la lechuza, triste y acogedor, lo arrulló" (p. 53); coño, los murciélagos también deben arrullar con sus chillidos. "Allí las mulas y caballos respiraron." (p. 65), para indicar que al fin descansaron, y "los indios apearon sus morrales" (que ellos mismos llevaban), ¡miércoles!, qué bello uso del verbo apear; "los primeros asomos de un sol perezoso que bostezaba para levantarse" (p. 85) ¡Horrible!; "estoico capitán en franca denuncia de conmovedor adiós" (p. 56) parece que leyó demasiado a Alberto Jiménez Ure. El show sigue, pues aquella conquista parecía una carrera de caballos que colocan a unos tipos con grandes caracoles "con boquillas a manera de guaruras con los que iban gritando continuamente a fin de hacer retirar a quienes caminaban hacia ellos, porque si de pronto se topaban se perdería una de las dos caballerías" (p. 95); nadie es capaz de entender esto, pero uno presume que el señor Leonel está preocupado porque entonces no había fiscales de tránsito en los caminos para evitar choques. Y el humor mantiene su nivel, pues nos muestra a unos soldados matando picures, lapas, paujís y pavas con arcabuces (p. 132). ¿Dónde carajo se habrá visto que deba elogiarse a un tipo porque haga reír a todo el mundo en las peores circunstancias?, y así lo escribe (p. 107). Pues, un extremeño tenía esta virtud, y don Leonel lo coloca como el paño de lágrimas de muchos. Ciertas personas adjudican a cualquier risa un don maravilloso, desconociendo que en ocasiones ésta suele ser extraordinariamente vulgar. No sabe don Leonel el significado de la palabra ENCOMENDERO (ni siquiera la buscó en un diccionario), algo capital para cualquiera que realice, aunque sea una tarea escolar, y se atreve la Academia Nacional de la Historia a publicarle un libro sobre la fundación de uno de nuestros pueblos. ¡Qué audacia! En la p. 63 dice que Varela y su gente llegaron a unos bohíos y tres casas que constituían las encomiendas de Tabay... "Los tres encomenderos estaban también en el lugar, para testimoniar al capitán (Varela) sus respetos..." (p. 64). Sin ninguna duda este señor confundió (fatalmente) encomenderos por encomendados. Un sabio, residenciado en Mérida (a quien llegó este libro a sus manos), dijo: "Nunca he visto tanta mierda junta, y merece que algún gobierno nuestro tendrá que premiarlo con alguna embajada". ¡Bingo, se dio! Entre los anacronismos más resaltantes se encuentra el de colocar a los conquistadores cargando con cobijas (de bayeta de lana apenas confeccionadas en Londres el siglo XIX), toldos de lona y tiendas de campaña (p. 38); la presencia de “una cinta filmada en los recuerdos de Varela”; del uso de la medida de peso KILO (apenas introducido a principios del siglo XIX); por primera vez en el mundo encontramos a conquistadores usando catalejos; nos habla de CUELLO DE MIURA (p. 57); la palabra miura fue acuñada en 1842. Como pareciera estar dominado por la sugestión que en las narraciones ejercen las juergas, el señor Leonel nos pone a los soldados disfrutando del ritmo de zarzuela, y no sabe que esto ni es danza ni es tonada, sino una especie de obra dramática y musical que data del siglo XVII y que adquirió su carácter popular a mediados del siglo XVIII. No sólo esto, sino que es tal la ambigüedad en la escritura del señor Vivas, que llega a dar la impresión de que confunde a la zarzuela con un instrumento; escribe: "ya habían aprendido (los indios, ¡qué valor!) a gustar el ritmo de guitarra, zarzuela y zapateo". (p. 71). El origen de la guitarra se remonta al siglo XVI, y no como la conocemos hoy día; recibió tal nombre en el siglo XVII, y sólo fue perfeccionada con seis cuerdas en la segunda mitad del siglo XVIII. Sería un verdadero hallazgo (mejor que el de la placa lítica encontrada en el cerro de Las Flores por Jacqueline Clara de Briceño), si don Leonel llega a conseguir a algún cronista de Indias que nos mencione el uso de la guitarra, durante el siglo XVI. Es muy común esta clase de anacronismos en escritores noveles, poco informados y no documentados; ¿cómo se justifica que estas barbaridades las haya escrito nuestro Vicerrector Académico, con la anuencia del director de la Academia Nacional de la Historia, Guillermo Morón? Pues por lo mismo que hoy José Vicente Rangel lo manda de embajador a Australia. Revisar a medias los horrores de este libro necesitaríamos unas trescientas páginas; pero para terminar señalaremos otros detalles, para el caso en que el señor Leonel decida corregirlo (para una segunda edición): "remarcar" (NO, señor embajador, es insistir) (p.14); "tierras a atravesar", (No señor, debe usted decir: camino a seguir (p. 26 y 39); ¿Y que son "estrategia a seguir" (p. 30)?, ¿"jornada a venir" y posición en "tijeretas" (p. 31)? También estampa: "la empresa a llevarse a cabo" (47); "servicios a cumplir" (p. 51); "chequear" (esa vaina era una giradera de cheques, lo que le gusta, p. 50); "llanadas" (p. 51); "junto a su caudillo" (p. 53); "se observaba a la perfección (p. 57); "camisa tres cuartos de manga" (p. 59); "peñuscos" (por peñas) (p. 59); "el río recobró su habitual compostura", (p. 61); "cuartocreciente" (p. 72) "visteados" (por ver) (p. 76); "el lugar de la primera pernocta" (p. 61); "lomerías" (por lomas) (p. 81); "cultivos de papa que en abundancia en los contornos habían" (p.87); "tortuosas topografías" (¡Vaya expresión, para un hombre de profesión Geógrafo!) (p. 89); "a verdad decir" (p. 91); "presencia entrépita" (102); "espada en cinta" (por espada al cinto) (p. 118); "picherrería" (p. 125); "arreo de ébanos africanos" (refiriéndose a esclavos, cuando arreo se usa para mulas o caballos) (p.139). Alguien me reprochaba el otro día mis críticas, por este nombramiento de Rangel, y me decía: A lo mejor fue Chávez quien se leyó ese libro de historia, él que es tan amante de nuestros antepasados, le gustó. Quién sabe. ¿Pero entonces – le respondí - por qué no lo contrataron para que escribiera la vida de Zamora, Simón Rodríguez o la de Bolívar? Fíjate que Alirio Liscano se dejó de pendejadas y salió corriendo a sacar el suyo sobre Bolívar (“Tres perfiles de Simón Bolívar”) que se lo están traduciendo al inglés en la embajada de Venezuela en la India. ¿Por qué en la India? Igualmente me dicen que Perucho (Pedro Rincón Gutiérrez) en lugar de jamones, melones (le encantan los melones) o quesos de Rumania, en su próxima visita nos va a sorprender con un libro sobre una visión rumana del Libertador. Cuando leía este libro "Los callejones del viento" que muy bien pudiera llamarse "Cagajonera sin cuentos", apareció un artículo de Leonel Vivas haciendo una apología de unos viajes del rector Michel Rodríguez a Francia. Es que estos señores de los equipos rectos nacieron marcados para viajar. Esta gente que se gana la lotería cada cuatro años en elecciones para luego botar millones viajando. Cuando se atacó al rector Michel Rodríguez por la viajadera que tenía, y por ello Leonel Vivas cogió una arrechera de los mil demonios, él estaba montando su propio periplo por el mundo: UNA VISITA A DOSCIENTOS BECARIOS QUE SE ENCUENTRAN REGADOS EN EL EXTERIOR. ¿Cuántos países se iba a echar al buche? ¿Cuánto tiempo en el exterior? ¿A cuánto remontarían aquellos viáticos, desembolsados en dólares? ¿Pero, quién autorizaba estos dispendios sin nombre para hacer un saludo a la bandera, existiendo Correos Electrónicos, teléfonos, FAX y muchos otros mecanismos, de alta comunicación tecnológica? ¿Es que había que ver al señor vicerrector Académico en cuerpo y alma por aquello del verbo encarnado? Pero este personaje, ahora como nunca, gracias a la benévola mano de José Vicente Rangel, está gozando en Australia, de lo que más le gusta. ¡Viva la Revolución Bolivariana! Y cuando dejan los equipos rectorales, cansados de viajar y de acumular plata en dólares por los viáticos que les salen, saltan (o asaltan) a los ministerios o se hacen representantes de los pueblos, embajadores o asesores de Bancos, y continúan con las francachelas y con las farsas. ¿Quién iba a pensar que seguirían sacándose la lotería con Chávez? Moros Ghersi de rector a senador; José Mendoza Angulo de rector a senador, luego ministro de Hacienda (y últimamente se ha conformado con ser presidente de otra vaina que maneja mucha plata, FONPRULA, Fondo de Jubilaciones de los Profesores y con un alto cargo en la V República); Perucho fue ministro y ahora embajador. El rector Néstor López Rodríguez es hoy diputado a la AN. Todos supercuadrados con los métodos politiqueros del pasado, que Chávez ha dicho más de mil veces que quiere enterrar. En fin, con razón, el señor Vivas tenía que guardar profundo silencio con respecto a los "fabulosos hallazgos" de la señora Jacqueline Clarac de Briceño, pues los suyos, no eran, indudablemente, menos importantes. ¡Qué bellas universidades, las nuestras, pobladas de parroquianos tan insignes! Quiera Dios que nuestra Mérida nunca merezca el nombre de Ranchería de la Sierra Nevada, y que siga el rector viajando y el vicerrector académico Leonel Vivas encomiando estos viajes, y llamando “parroquianos” a quienes los critican. Esta es la revolución del señor Chávez, por la que tanto un grupo de venezolanos nos jodimos de veras, cuando toda esa gente como Leonel Vivas era real y furibundamente antichavista. Ese es su proyecto con el que nos piensa sacar de abajo y hacer la verdadera justicia que se reclama, premiando a los jenízaros del pasado, porque José Vicente Rangel así lo ha decidido. Sobre este señor Leonel Vivas habría que escribir otro Tartufo como el de Moliere. Cuando William Dávila Barrios, para forrarse, presentó aquel monstruoso invento de urbanización llamado Chama – Mérida, apareció nuestro filósofo, haciendo críticas al proyecto. Lo hizo desde una pulpería de la ULA, llamada UFORGA. Dice el ingeniero Jorge Carrero: “UFORGA es una unidad técnico-ambiental que creó la ULA con figura jurídica para realizar estudios y asesorías ambientales fuera del ámbito de la Universidad y de la misma formaba parte muy clave Leonel Vivas, por cuanto era el único geomorfólogo de la Unidad y la mayoría de los problemas del conjunto residencial Chama-Mérida son de esa índole”. Decía Leonel entonces que el asiento de ese desarrollo urbanístico presentaba serios riesgos físicos o ambientales, como el doble abanico o torrencial, con altas probabilidades de inundación durante crecidas, sobre todo de la quebrada La Sucia y también del río Las González; aseguraba, textualmente, que “el talud del abanico superior estaba seriamente afectado por desprendimientos sucesivos en paquetes escalonados, pues se trata de materiales de muy baja consolidación y con alto contenido arcilloso...” El informe es largo, pero definitivamente presentaba aquel terreno como de altísima peligrosidad; cual sería nuestra sorpresa, que al poco tiempo, este gigante defensor del ambiente (quien desde hace varios años dirige una página en defensa de la ecología por “Frontera”) da un giro de 180º, y toda aquella mole de alta inestabilidad del Chama-Mérida ya no lo es, todo porque el mismo William Dávila viene y suscribe con UFORGA un contrato por más de 50 millones de bolívares. El geomorfólogo Jorge Carrero, dice que el estudio de impacto ambiental “fue amañado, y posteriormente aprobado por la licenciada Carmelina de Lombardi en el MARNRCaracas, porque la División de Planificación y Ordenación del Ambiente de Mérida, dependencia a la cual le competía legalmente hacerlo en primera instancia, lo estaba negando. El profesor José Rojas López, catedrático de la ULA y para ese entonces Director de ese organismo en Mérida, fue quien facilitó la maniobra para oficializar esos ilícitos”. “Cuando ya el movimiento de tierra estaba ejecutado – añade Jorge Carrero - ocultando a la vista los impactos que estaba causando, cuando había sido aprobado un estudio de impacto ambiental con datos inventados y con medidas de mitigación incluidas por mandato del decreto mencionado, y luego del reconocimiento del profesor Leonel Vivas (recortes de prensa anexos) de que el sector de Las González era el menos indicado para la instalación de Chama-Mérida, el entonces gobernador William Dávila contrata con UFORGA por más de 50 millones de bolívares el estudio de las medidas de mitigación de ChamaMérida fuera de todo lo exigido por el decreto 1257 violándolo desde la A hasta la Z. Dice Carrero: “Lo sensato, lo honesto, lo académico y lo lógico era que UFORGA no hubiera aceptado la contratación porque resultaba la continuación de un proceso viciado. ¿Pero por qué? Sencillamente porque toda medida de mitigación que recomendara UFORGA no respondía para nada a una identificación y predicción de impactos ni mucho menos a su valoración como lo ordena el decreto 1257, porque el movimiento de tierra ya se había realizado y los mismos se encontraban ocultos bajo los materiales removidos con la maquinaria. ¿Por qué convalida y se mete a remendar entuertos en un proceso con hartos vicios legales desde el primer día, cuando él mismo reconoció que Las González era el sitio menos adecuado para instalar Chama-Mérida? ¿Dónde queda la ética profesional de este señor? ¿Por qué UFORGA, organismo de la Universidad de Los Andes, contribuyó a ese cúmulo de irregularidades que creo William Dávila llamado Chama-Mérida?” Remata Jorge Carrero: “Pero la cosa no termina allí por cuanto el Plan de Ordenación del Territorio, vigente para el momento, le resultó altamente incómodo a Dávila y a los promotores para adelantar y culminar Chama-Mérida, de allí que el gobernador ordenara un nuevo contrato a UFORGA por nuevamente más de 50 millones de bolívares para confeccionar un nuevo Plan de Ordenación del Territorio, con la excusa de que la ley contemplaba y contempla su revisión cada 5 años. Lo que nunca se le dijo a la opinión pública es que tanto su confección como su revisión es competencia de la Comisión Estadal de Ordenación del Territorio con el Ministerio del Ambiente a la cabeza por ser la Secretaría Técnica por mandato de esas leyes que William Dávila violó a cada momento. Leonel Vivas convalidó esas irregularidades al haber aceptado trabajar dentro de ese contrato. ¿Por qué redactar por completo un nuevo Plan de Ordenación del Territorio para el Estado Mérida si la lógica recomendaba solamente su actualización? Si el sector de Las González estaba catalogado como no apto para la instalación de un monstruo urbanístico como Chama-Mérida en el hoy todavía vigente Plan de Ordenación del Territorio del Estado Mérida y en las afirmaciones del propio Leonel Vivas, se podrán imaginar que por obra y gracia de UFORGA con Leonel Vivas como ambientalista clave del grupo interdisciplinario que elaboró el nuevo plan por órdenes de Dávila, Las González pasó a ser apto para desarrollos urbanísticos. Más de 50 millones de bolívares pudieron lo que no pudo la naturaleza en millones de años.” Y a este grandísimo caimán es al hombre que escoge José Vicente Rangel para mandarlo como representante a Australia. Cómo han engañado a Chávez. Chávez subió a Miraflores por el clamor de una inmensa mayoría de venezolanos que ansiábamos un profundo cambio social. De esa masa pensante quedan muy pocos con el presidente. Yo prefiero mantenerme como crítico, no dejando de reconocer los aciertos del gobierno, arrechándome de vez en cuando con ese mar de lodo que envuelve a gran parte de su equipo de trabajo. Me duele que por hacerse con la veleidosa aclamación del pueblo se haya enajenado de una gran porción de hombres valiosos. En cierto modo Chávez ha preferido la argucia adeca para sobrevivir en el pleito politiquero, que el apoyo de la gente talento. Chávez recela de aquel que no está dispuesto a recibir órdenes ciegamente. La Quiebra Del Pensamiento En nuestras universidades es muy peligroso pensar, y su única misión es enaltecer la mentira. Volviendo a la destitución de Eurípides Moreno, de allí en adelante la posición del obispo Baltazar Porras fue frontal contra quienes venían criticando al gobierno y a la universidad, y sin ambages se puso del lado del gobernador Jesús Rondón Nucete y del equipo rectoral presidido por Michel Rodríguez Villanave; después se hará adicto del gobernador William Dávila Barrios, y por ende en eso: adeco con sotana. Cerradas las puertas de El Vigilante vino un especioso y mortal silencio sobre la ciudad: estaba claro que pensar y disentir era peligroso y subversivo, y los Leonel Vivas, los Enrique Corao y Michel Rodríguez, los David Fermín y sus secuaces de APULA, se sintieron definitivamente felices y blindados contra toda investigación o crítica. Si nada en el pasado les había quitado el sueño, mucho menos ahora santificados y protegidos por un monseñor y todo el poder de la Iglesia. Como no habría trabas a los podridos negocios de siempre los distintos grupos de poder se dieron a la tarea de confeccionar sus cuadros de ataque: Felipe Pachano armaba el suyo, Leonel Vivas el propio y Genry Vargas no teniendo de momento opción, pasó a la consejería vitalicia del CU, haciéndose notar con sus poses populistas para ir cogiendo campo y dar en el venidero período el ansiado salto. No había sarao político ni contienda electoral en la ULA en la que este señor Genry Vargas no estuviera presente. Nunca he podido imaginar cómo puede compaginarse con la función universitaria, una persona que las veinticuatro horas del día está entregada a una actividad clientelar. ¿O cómo, en virtud de “sus prendas universitarias” llega a convertirse en la cabeza superior de una institución educativa, la más sagrada? Don Rafael Pizani, Francisco De Venanzi y Joaquín Mármol Luzardo fueron de los últimos que ejercieron funciones de investigación y docencia al tiempo que eran rectores. Y tampoco andaban preparando viajes para Europa y Estados Unidos, teniendo mil veces más razón que aquellos en función de sus conocimientos. Es asombrosa la gran cantidad de veces que decanos y miembros de los equipos rectorales salen sin ningún motivo al exterior, a cumplir las más disímiles (como inicuas) misiones. Claro, con los consabidos pagos de viáticos en dólares, que es lo que se busca. Eso sí, se da ancha cancha a frívolos menesteres como saraos deportivos con juegos de truco, bolas criollas, dominó y billar donde se invitan delegaciones de todas las universidades, pretendiendo ocultar con estas jaranas la imaginación de que carecen para emprender una reforma y para producir buenas obras. Porque a falta de imaginación jugar truco o bolas criollas no les parece mal. Con un derroche espantoso de dinero en propaganda, avisos y pancartas, dicen estar cambiando para seguir estable. Un gesto de esta clase de vaciedad condujo a que la ULA desperdiciara cerca de cien millones para modificar sus logotipos y procurar dar la sensación de que la universidad estaba cambiando, cuando en verdad estaba más anclada que nunca en el pasado: cambia, cambia, para que sigas estable. ¿Pero se ha preguntado la universidad por qué se procede a estos cambios de rótulos? ¿Por qué se hacen, con un despliegue tan millonario, y con una profusión de necedades tan opuestas al entendimiento y al saber? ¿Cuál es la fuerza, la razón, el poder que permite que se tomen decisiones tan onerosas para ese presupuesto que se llora cada año? Por eso, porque se le tiene miedo al cambio verdadero. Entonces, sin duda ninguna la universidad está mal en su cúpula y mal en su base, porque la estructura política de la universidad es copia fiel de los vicios que han dejado entre nosotros el caudillismo del siglo pasado. Que hay un mar de fondo pastoso y oscuro mundo que funciona casi de modo mimético, con decisiones irrebatibles, inapelables. Se derrocha, se desangra nuestro capital en proyectos inútiles, en brindis fastuosos, en celebraciones pantagruélicas, en viajes perennes sin justificación alguna, mientras uno se sorprende que haya facultades donde las fotocopiadoras no funcionan por falta de recursos; donde hay laboratorios que carecen de reactivos; donde no hay dinero para una beca-trabajo, para un contrato perentorio y vital. La educación nacional es una bazofia, y sobrecoge el que don Antonio Luis Cárdenas que se anunciaba como un nuevo Pestalozi, acabara haciendo maravillas para no hacer nada y dejar al Ministerio de Educación peor: en más del 80% de los planteles de educación secundaria no hay instrumentación para los laboratorios de física, y por ejemplo MATEC que fue un centro venezolano que pudo haber dotado al país de estos elementos fue cerrado (con la anuencia de este ministro Cárdenas) porque no convenía a las transnacionales y a los timadores de oficio en el M.E., que suelen lucrarse con el sobreprecio de los materiales educativos que adquiere la Nación; porque lo que importa es el criminal negocio de la importación que deja una buena tajada a los intermediarios. Cuestiones vitales nos ahogan y la universidad nuestra nunca ha dado respuestas, desde el caos del Estado al reto de esa economía sustentada desde hace un siglo exclusivamente sobre la exportación petrolera. ¿Dónde están nuestros planes y nuestros proyectos preventivos ante estas catástrofes? Sin justicia no hay Estado, ni educación, ni valores humanos que valgan. Y resulta que nuestras facultades de Derecho son los centros más torcidos, plagados de aberraciones jurídicas. ¿Qué ocurre con la tan anunciada necesidad de presentar un proyecto de transporte para el país? ¿Por qué siempre triunfan las mafias en estos asuntos? ¿Qué pasa con esas macabras listas de malas praxis médicas en Mérida que hasta un decano de Ciencias Jurídicas, un sacerdote, una profesora, y varios estudiantes han muerto de esta manera: por negligencia, por brutalidades, por ver a la medicina como negocio o por simple ignorancia? Y a cada mala praxis médica sigue el olvido, la impunidad. Cómo será este asunto de común, que en el Hospital Universitario, donde debería hacérsele autopsia a por lo menos un ochenta por cierto de los cadáveres, sólo se le practica a un siete por ciento33. Es decir, prácticamente no se sabe por qué se muere allí la gente. ¿Qué pasa, por otro lado, con el asunto de los rellenos sanitarios? ¿Es que acaso la universidad es menos que una momia en un museo y no propone iniciativas que mejoren al país? ¿O mejor le va, por ejemplo, congeniarse con los farsantes como el Ministerio del Ambiente y es así como tenemos un decano que da luz verde para la devastación de la reserva forestal de Caparo, una facultad que fue creada para hacer todo lo contrario de lo que quiso siempre el eminente ambientalista don Arturo Eichler, su fundador? ¿Tan oscura y lánguida e indolente es nuestra universidad que ha consentido la mayoría de nuestros crímenes ecológicos sin siquiera haber hecho un pronunciamiento de vergüenza o de indignación por la prensa? Y qué decir del de este Ministerio Rector de Rectores asesores de sus 33 problema de la salud cuando estuvo encargado el llamado Pedro Rincón Gutiérrez y sus batallones de la ULA que Dato transmitido al autor por el doctor Luis Hernández, jefe del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la ULA. cometieron allí el mayor desfalco jamás visto en esa dependencia. ¿Quién puede explicar qué ocurre con un capital que debe ser entregado a los profesores por haber sido aprobado por el Estado, y aquel tarde tanto en ser entregado porque lo ponen a ganar intereses o lo desvíen para montar negocios particulares, como ha ocurrido en los casos del fideicomiso y de la llamada Prima Académica? ¿Qué es eso de que cuando uno solicita un servicio, un artículo esencial para el funcionamiento de algún trabajo en la universidad, siempre se nos diga: ¡PERO EN ESTE MOMENTO NO HAY DINERO!? Misterios. El misterio es la norma como funciona todo ese entramado presupuestario, como si se tratase de un asunto de partidas secretas. Esa es la universidad que tenemos: rectores que se disputan el meloso consentimiento de dirigentes que con sus actos han desgraciado a la república, con el único propósito de proyectar sus figuras hacia alguna curul, hacia algún ministerio. Es que no concebimos tan desmedido caradurismo, que insisten en ser rectores, porque en nuestro medio las elecciones se acuerdan con camarillas que poco o nada tienen que ver con el saber, con la investigación, con la creación. Buscamos Una Universidad 1. Afectiva. 2. Crítica, franca y laboriosa. Donde deseamos la autoridad natural del ejemplo edificante, del ejemplo de la austeridad, del ejemplo laborioso, valiente, decidido, responsable y creativo. 3. Libre de toda traba partidista y cuya AUTONOMÍA sea el respeto que se les dé al pensamiento del hombre y sus valores. 4. Donde podamos sentirnos seguros de que allí serán formados nuestros hijos para lo justo y para lo noble. 5. Que sea ejemplar para la nación, y que a ella pueda acudir la Patria en busca de salud, de orientación y de sabiduría en momentos de dificultad y de peligro. Y que ella sienta que somos capaces de asistirla con nuestros conocimientos y con nuestra experiencia. 6. De puertas francas al talento. DE CARNICERO A MADERERO Había debutado en la sociedad merideña como carnicero, ¿lo llamamos Miguel Rivas? Llevaba su bata blanca llena de sangre oscura, y las manos esponjosas por el sebo. Y manejaba el trinchete y el punzón como un florete. Respiraba el hedor de las carnes con fruición. Pero contaba con amigos notables y hasta académicos. Un día se le presentaron en su casa y sin muchos preámbulos le dijeron: “Te venimos a proponer un negocio; que montes una empresa maderera”. El carnicero sabía que algo bueno le llevaban, pero contestó: “No conozco el ramo”, a lo que los linces le replicaron: “Estamos en la pomada, y no hace falta; lo importante es tener la madera y esa la ponemos nosotros”. Fundaron entonces la empresa maderera EXMADOBARCA con dos millones y medio de Bs. Y entraron en una licitación con otras dos que también eran del mismo combo, para un negocio que llegaría a movilizar más de 14.000 metros cúbicos de madera, sólo en terrenos de la ULA. Registraron la empresa en noviembre de 1993 con tres lochas y en enero del 94, tenían maquinarias por cientos de millones. El combo charcuteroacadémico iba viento en popa. La madera no era de nadie (como de nadie es el país, careciéndose de Estado) porque se trataba de una reserva forestal (en Caparo). El carnicero, con bragas de aserrador, le mostró a su banda los rodales de billetes que cogerían, pues, si por cada metro cúbico de aquella madera se vendía en el mercado a unos 250.000 Bs., la vaina era como para avivar un corazón voraz como el de Al Capone. ¿Y las leyes o reglamentos? El carnicero sólo sabía leer sobre las herraduras de los cueros de las reses, y las leyes venezolanas eran papeles risibles “para hacer ricos a trabajadores como nosotros”. “A un decano, por ejemplo, no lo jode nadie”. Y se rieron, y lo celebraron. El carnicero brindó con brandy mezclado con ojo de buey. Era el ojo de la cara de la ULA que se lo habían sacado, y tragado con la anuencia, indiferencia o complicidad de todo un Consejo Universitario34. Comenzaron a deforestar como langostas; y aserraban árboles y florecían araguaneyes de 34 Téngase en cuenta que por lo del maldito rebusque de votos, ni uno solo de los poderosos que acabaron acompañando la fórmula rectoral de Genry Vargas, criticó en absoluto esta insólita degeneración. Mejor dicho, como el decano de Forestal fue averiguado por Pachano, entonces los varguistas se hicieron los mudos y los sordos, los locos. billetes. Exhausto el sector que se les había concedido urdieron una trampa: prorrogaron el contrato ya vencido para un área no permitida y al mismo tiempo que hendían sus cuchillas solicitaron otro derecho de explotación para 1.100 hectáreas calificadas como área de NO INTERVENCIÓN. La solicitud de prórroga llegó al rector Michel Rodríguez quien no tuvo problemas para firmarla. El carnicero suspiraba viendo caer aquel bosque milenario: mirando los hermosos rodales, de volúmenes no autorizados por el Consejo Universitario ni amparados por ningún contrato de compraventa. “Qué pendejo era siendo carnicero, y en verdad ¿quién puede contra un decano?”. Y el carnicero reía, no podía contener la risa, y cuando se le preguntó: “¿Qué aula ambiental les dejamos a los estudiantes de Ciencias Forestales?”, exclamó: “Que se joroben estudiando el desierto que es lo moderno, no joda. Y si no, que siembren sebos y sosainas. Qué cosa tan buena. ¿Y dónde aprendiste tanto de esto, Douglas?” y el orondo académico contestaba: “Siendo mirico; en mis tiempos de revolucionario, cuando de las huelgas de hambre salíamos robustecidos por las delicatesses que nos traían las autoridades. Allí es donde uno se forma, vale. Ojalá hubiera madera para darles a todos”, y repetían al unísono: Qué cosa tan buena. Y el carnicero decía: “Es la suerte que me faltaba porque yo antes no tocaba madera sino carne, lástima”. El carnicero se fue empapando de los trajines universitarios; no se sabe si le dieron alguna condecoración, pero era invitado infaltable de las ceremonias protocolares más serias. Cuando estalló el caso Gromiko, hizo una apuesta: “A que no lo embroman, ¿qué dices tú Douglas?” El carnicero sostenía que en la vida de nada valen lo títulos, sino que se viera su experiencia que de madera no sabía nada y que ahora era un experto consumado. Frioleras. Entrevía el carnicero que un día su amigo de Forestal entraría en una crisis como la de Gromiko, pero convencido estaba de que contra un decano nadie puede. Y si contra un decano nadie puede, ¿cómo será contra un rector? Efectivamente estalló el conflicto. Don Douglas seguía fresco como un lechugón, y no se sabe si fue el mismo carnicero quien le aconsejó: “Es mejor ser corrupto que marico”, y a él le pareció genial, porque si de algo estaba claro Douglas era de que Gromiko en realidad no tenía culpa de nada, pero si así y todo querían comparárseles, al menos él había preferido no ser homosexual. Entonces, no se sabe por qué, pero de aquella abrupta acusación contra Douglas, el ex rector Michel Rodríguez la cogió para sí. Un hombre que todo el mundo lo veía tan sindérico, como diría Leonel Vivas, entró en crisis. Comenzó a defender a Douglas (y no se sabe si también al carnicero) en el CNU, con un frenesí y hasta con una falta de compostura que llamó la atención de todo el mundo. Estaba claro que el haber hecho cambiar en aquel honorable carnicero las morcillas por los rodales, hizo cambiar el curso de la ULA. Lo que se debe a la ULA en madera ya se lo repartieron. Pusieron a trabajar al CNU más de la cuenta y un paro conmocionó a la Facultad de Ciencias Forestales, y contra un decano nadie puede. Moraleja: sigamos eligiendo decanos y autoridades universitarias y seguirán apareciendo carniceros como Miguel Rivas. FALSOS HALLAZGOS ARQUEOLÓGICOS Piraterías Ejemplares - UN OMBLIGO CHIBCHA Ante la descarada imposibilidad de que las universidades nacionales se reformen a sí mismas, el Estado venezolano debería solicitar a la ONU la conformación de una organización (como la de los Cascos Azules) para intervenirlas. Que se pueda entrar en ellas a saco para auditarlas, y requisar ese mar de proyectos de investigación, avalados por sus altas autoridades y que han resultado fraudulentos. ¿Qué ocurriría si una comisión internacional conformada por notables científicos interviniera los CDCHT de nuestras universidades, para evaluar la calidad de ciertos proyectos que se tragan presupuestos multimillonarios? Qué de sorpresas nos llevaríamos. ¡Con qué cantidad de piraterías nos encontraríamos! Para darnos una somera idea de lo que podría ocurrir, basta con que nos ocupemos de revisar algunos trabajos de ascensos que reposan en nuestras bibliotecas. Con la paradoja de que muchos proyectos que son realmente útiles y respetables, estos mismos CDCHT no los consideran dignos de ser financiados o apoyados académicamente. El Estado y las universidades deben proceder a una severa revisión de estos centros de distribución de inmensos capitales a los que sólo unos pocos privilegiados tienen acceso. Como una prueba de lo que planteo relataré algunos fraudes que pese a ser denunciados en su momento, en varias ocasiones, de manera pública y a diferentes niveles de la Universidad de Los Andes (ULA); ante el Consejo Universitario y ante el equipo rectoral, los embaucadores jamás recibieron sanción alguna; por el contrario, los implicados en el fraude, como la protagonista de la presente historia, a partir de los desmanes y descréditos que ocasionaron, fueron premiados y favorecidos con cargos cada vez más relevantes; su cotización en el medio académico se disparó de modo incontrolable. Pareciera que en nuestro país para ocupar una alta posición política en el gobierno o en las universidades, se exige previamente haber delinquido. No sabemos si esta situación irá a cambiar con el gobierno de Hugo Chávez Frías, pero por lo que hemos visto durante su primer año de gobierno, la tarea se presenta ardua y amenazadora: hay que luchar contra todo un mundo muy bien asentado por más de un siglo de servilismos, de caradurismos y cobardías. La historia de siempre: si alguien estafa una bodega o se hace con la gallina de algún vecino, téngase en cuenta que puede ser procesado por las leyes de la Nación; pero si usted inventa un proyecto científico forjado sobre una horrible mentira y con el cual obtiene jugosos beneficios monetarios perjudicando al país, poniendo por los subsuelos la reputación de las universidades, aunque sea descubierto de manera flagrante con las manos en la masa, a usted no se le hará nada. Más aún, habrá recibido, insistimos, el debido bautizo para poder ingresar en la corte de los corajudos ladrones del Estado. Entonces no necesitará carta de presentación cada vez que requiera solicitar un aval o una “ayuda”. Automáticamente usted será miembro natura del Club de los Pícaros, con apoyo de jueces, poderosos bufetes y fiscales del ministerio público. La impunidad será su inseparable compañera, la reina de las puertas victoriosas. Puede usted declararse según los vientos que soplen, adeco, copeyano, chiripero o republiquero, que sus altos dirigentes se desvivirán por acogerlo en su seno. Allí está el caso del ex rector Felipe Pachano, quien había emergido de los brazos adeco-copeyanos, metamorfoseado de pronto en chavista, y colocándole una quincalla en el rectorado al MVR para que pudiera funcionar a pleno pulmón. Además, si usted se hace el loco y no critica, a la vez que coge algo de lo que le echan y se hace cómplice de las más espesas vagabunderías cocinadas tras bastidores, ¡Y SE HACE EL INTELECTUAL!, lo meterán en cuanta comisión se organice para exaltar figuras como Tulio Febres Cordero, Mariano Picón Salas o Caracciolo Parra León. Estará usted a un tris de que lo condecoren y de que lo premien y de que lo tengan por un valor inmarcesible de la academia, del saber. Uno de esos oráculos incontenibles que farfullan noche y día por los medios de comunicación que saben de todo y que jalan de cualquier lado. Es como un vicio, como una dulce condenación. Ahora bien, tenga cuidado, no se atreva a criticarlos ni a dudar de sus especiosas consejas, porque le pulverizarán acusándole de loco. Sólo un loco es capaz de dudar de sus sabihondeces, porque toda esta armazón de canallas y ladrones requiere una estructura inquisitiva, supersticiosa, intelectual y venal que la proteja, y como insisto, de cobardes. Esta plaga está incrustada en los equipos Rectorales (y en algunas de sus ramificaciones), en los Consejos Universitarios, en las asociaciones de Profesores y en los Consejo de Facultad. Nunca se podrá medir el mal inmenso de esta riada malsana y maldita, que está envenenando a Venezuela. Los males de la riada infernal, por ejemplo, que arrasó en diciembre de 1999 con La Guaira, podrán de algún modo repararse en unos veinte años, pero lo que esta gente ha hecho y sigue ocasionando, es larvado, se mete en la sangre, en los nervios de nuestras generaciones, y para cambiarla ya se habla de que únicamente es posible a nivel del sistema cerebroespinal. PADROTES Y FARSANTES La profesora Jacqueline Clarac de Briceño35 se pasea por la universidad como investigadora de alto rango científico. Es una persona que a primera vista inspira respeto: viste de manera sencilla, es delgada y su pelo es enteramente blanco; usa gafas para miope y cojea de una pierna. Tiene un hablar pausado y sereno. La reciben los Consejos de Facultad, sus informes son piezas magistrales para el Consejo Universitario y la estela que deja su presencia pareciera ser un aliciente para que nuestros noveles científicos se atrevan a mejorar la calidad 35 Esposa de una de las glorias del filósofo J. M. Briceño Guerrero. de sus trabajos. Su obra tiene sabor a cuentos árabes o a sueños caribeños. Porque para nuestro orgullo la señora Jacqueline no es francesa sino martiniqueña. No es tonta. No tiene un pelo de tonta. Ella sabe administrar muy bien ese aspecto intelectual con gafas gruesas, pelo un tanto desordenado (a lo Einstein) y una capciosa cojera con la que de improviso se presenta en cuanto guiso académico, cultural o político arman en la ULA. Esta señora elaboró todo un tinglado científico bajo los auspicios de centros como la Gobernación de Mérida, el CONAC y algunas dependencias culturales que viven cuadrando información para aderezar presupuestos, inflando figuras y promoviéndolas mediante avisos de prensa. A falta de una obra seria hay que forjarse un nombre aunque sea apoyado en la ignorancia de los burócratas y políticos de partido. El que es burócrata y a la vez académico, como no le queda tiempo para prepararse, el modo de que no haga aguas su cargo es vivir a la caza de proyectos fenomenales que lo coloquen en el teleobjetivo de las televisoras y de los periódicos, y sobre todo de algún programa vistoso, de los que suelen montar los llamados equipos rectorales. De este teleobjetivo a las arcas rebosantes de plata hay sólo un paso. Igual que los managers de boxeo, afortunado es el político que consigue apadrinar a un buen mastodonte del arte o de la ciencia. Si el burócrata llega a descubrir que el tal mastodonte intelectual es un soberano farsante, ¡BINGO!, mejor, pues se ahorrarán los intríngulis del merodeo formal y se va al grano. En marzo de 1987, el personal del Museo Arqueológico Gonzalo Rincón Gutiérrez" de la ULA, realizó un espectacular "hallazgo" en un sitio de la Pedregosa Alta, en el cual fueron desvelados "sitios habitacionales, terrazas de cultivo, canales de riego (acequias) y cámaras funerarias (mintoyes) en el sector conocido como Loma de La Virgen". La audacia del descubrimiento que implicó uno de los sismos arqueológicos más violentos de los últimos tiempos, en el país, puso al descubierto la preparación intelectual y la calidad humana, no sólo de los descubridores sino también del universo de seres aletargados y anodinos que conforman nuestro mundo universitario. Inmediatamente al fenomenal hallazgo, los distinguidos investigadores del Museo Arqueológico que habían dado con aquel tesoro, pusiéronse a ordenar sus resultados científicos. El tesoro era real pues su revelación se encontraba en las arcas de la Nación que podía sufragar toda clase de eventos, viáticos, ponencias en la ASOVAC (1987), tesis de licenciatura en la Escuela de Geografía, proyectos de investigación, que incluían conferencias y viajes al exterior, etc. En realidad nos encontrábamos en los prolegómenos de una segunda versión fabulosamente ampliada de Las mil y una noches, como veremos. Además, al parecer la señora Jacqueline Clarac de Briceño entendió prontamente que se encontraba en un país de los del Tercer Mundo porque tomó el toro por los cuernos y se adelantó con su batallón de estudiantes, de su Museo, y sin permiso alguno, se adentró en el corazón del supuesto ombligo chibcha. Iba a explorar, a estudiar y a excavar cuantos yacimientos arqueológicos hubiese en el lugar. Los peligros en estos casos son considerables si no se actúa a tiempo con un muy bien remunerado batallón de funcionarios. Por otro lado, se sabe que la investigación es una zona minada por la mezquindad, la envidia y si alguno más descarado se adelanta te roba el timo, esto es, la “idea”, la trácala; la envidia y el recelo adquieren dimensiones verdaderamente demenciales. Aunque en su caso había otras razones, tal vez inconfesables, para no darse el gusto de perder un minuto. No se detuvo a considerar si existía una legislación en estos casos por lo cual empezó su tarea violando el artículo 15 de la ley de Protección y Conservación de antigüedades y Obras Artísticas de la Nación. Este primer paso la internó en una guerra personal y sin cuartel contra los dueños del terreno donde se encontraba el fulano “hallazgo”, propiedad del señor Rodulfo Ruiz Terán. Obcecada con su proyecto, doña Jacqueline no calculó lo acelerado e inconveniente de sus pasos. Corrió a los medio de comunicación para patentar con una cerca de púas burocráticas su “hallazgo”. Sobre la marcha emprendió una campaña de denuncias contra el dueño del lugar para salvaguardar nuestro patrimonio artístico y cultural. Como en Mérida algunos meritorios conocedores del medio no reaccionaban a la velocidad que ella deseaba, desató una lluvia de misivas implorantes a la Dirección de Patrimonio del CONAC, a la Gobernación, al Vicerrectorado Académico de la ULA y a distintos entes culturales regionales y nacionales. El que esto escribe fue conmovedoramente invitado por ella a partir lanzas por una lucha que salvaguardará al ombligo de la civilización chibcha. Como soy ignorante de estos temas arqueológicos me mantuve a la distancia y renuente a colaborar, pero algunos figurones (que como el pimentón están en todas las recetas burocráticas) se prestaron para aparecer como denodados defensores de nuestra tradición, y se los tragó aquel escabroso caso. Debo decir que mi esposa, la profesora María Fuentes, siendo una adolescente, vio hacer los fulanos muros de aquella Civilización Chibcha porque en esa finca solía pasar sus vacaciones de verano. una ciudad prehispánica perdida entre los abrojos de los Andes, aquí cerquita en La Pedregosa? ¿Quién lo impide? Persuadidos de tal certeza se hicieron promesas secretas de ser los primeros en verla. “Esa ciudad está antes en nosotros, en nuestros corazones, y claro, tenemos que ser los primeros en encontrarla”. Y se dieron a la tarea de merodear por las lomas de Joyo Caliente, por los lados del río La Pedregosa, y donde había una hermosa praderita, “muy especial para que aterricen allí helicópteros, en caso de que la vaina reviente y haya que acordonar la zona...”; iban sopesando cada cosa de raro aspecto que se les atravesaba, aunque nada raro había allí, ni las vacas, ni los perros ni las gentes. Bueno, quizá la gente, sí. Probablemente aquellos jóvenes del Museo Arqueológico que encontraron tal ombligo vivían leyendo historias sobre maravillosos hallazgos, y estaban preñados por las visiones de un súbito descubrimiento como el de Machu-Picchu. Leían sobre las ciudades perdidas de Alejandría y la Atlántida, y a esta última la suponían situada en el Caribe, a pocos kilómetros de Venezuela, pero era muy difícil y caro bucear tan arduas profundidades. ¿Y por qué estar a cuatro pasos de Téngase en cuenta que muchas personas cultas, nacionales y extranjeras, realizaron investigaciones de campo en esa finca El Maciegal, propiedad, como dije, de los Ruiz Terán. Allí estuvo muchas veces el padre Santiago LópezPalacios36, una de las mayores eminencias 36 El padre Santiago López-Palacios nació en Medellín, Colombia, pero lo mejor de su producción intelectual y de investigación lo dejó en Venezuela. Fue botánico, autor de extraordinarios trabajos de literatura, dominaba botánicas que se han establecido en Mérida, hombre de una seriedad y de un don de observación científica nada común, conocedor de la civilización Chibcha y prehispánica de nuestro continente americano, con una vasta y profunda perfectamente latín, griego, inglés, francés, portugués, alemán, italiano, hebreo; y conocía el vasco y estudió la lengua árabe. Nunca hizo alarde de su vasto saber, y más bien parecía un agricultor. Su obra Verbenacea de Venezuela, exigió de él una dedicación suprema, y conocimientos nada comunes en el área de la botánica y el latín. Sólo un monje como él podía emprender tan formidable empresa. Había leído, por ejemplo, en sus lenguas originales El Capital de Carlos Marx, las obras de Shakespeare, las de Schopenhauer y Kant; poseía memoria prodigiosa. Extraordinariamente generoso, jamás evitaba el trabajo, y como satisfacía a su cuerpo con apenas dos o tres hora de sueño, lo demás lo dedicaba a leer, estudiar, sembrar, investigar. Conocía algo de carpintería; llegó a manejar avionetas, fue alcalde, y recorrió casi toda Europa, parte de China y América. Entre sus obras más notables se encuentran además de su monumental obra de la “Verbenacea” ya mencionada, Apuntes idiomáticos, Dos ensayos sobre el Quijote y un inventario, Usos médicos de Plantas Comunes, Catálogo para una Flora Apícola venezolana, Nombres (origen y significado) y tradujo del alemán Y ellos no se avergonzaban (relato de 2.000 años), de Joachim Fernau y publicada por Kariña Editores. preparación en el campo científico y humanista; pues, el padre Santiago se cansó de ver, durante años, el fulano ombligo de la civilización chibcha, que encontró la doctora Clarac, y jamás dijo nada. También fue el padre Santiago gran amigo del sabio botánico Luis Ruiz Terán (hermano de don Rodulfo); igualmente del más acucioso historiador merideño (también estudioso de las plantas), don Pedro Nicolás Tablante Garrido. El sabio Tablante Garrido jamás llegó en sus trabajos históricos, que registra en su columna del diario “Frontera”, a rozar ni de lejos el mágico paraje chibcha, en pleno corazón de La Pedregosa Alta. Y eso que durante mucho tiempo lo llegó a ver prácticamente todas las semanas. El impresionante descubrimiento no lo había hecho, como se puede deducir, un personaje comparable al francés Juan Francisco Champollion, quien descifró el rosetón, o el famoso alemán Schlieman quien halló la ciudad perdida de Troya, cerca de Hissarlik, sino un simple estudiante auxiliar de investigación del Museo Arqueológico de nombre Carlos García. Apenas vio el joven unos pequeños montículos de piedra, corrió ante la doctora Jacqueline: “¡Un nuevo mundo, doctora! ¡Estaba allí, a nuestros pies y nadie lo había visto! ¡Yo, lo he encontrado!” grupo "tatuy". Por ahí iba la cosa, pero de que era prehispánica no había ninguna duda. La señora Jacqueline desempolvó sus credenciales de investigadora, encontrando que sólo era etnóloga y antropóloga social, ¿pero a qué dar explicaciones en un momento tan crucial que quizá podía revolucionar todo lo conocido hasta el presente sobre nuestra cultura?; adelante con los faroles. Corrió como pudo para cerciorarse personalmente de aquellos pequeños montículos que le había referido su más aventajado subalterno, y cuando estuvo ante ellos profirió una exclamación digna de una verdadera arqueóloga: “¡Sí, ciertamente son prehispánicos!". Esos terrenos del Maciegal constituyen un paradisíaco lugar, que venían siendo codiciados por ricos merideños desde hacía mucho tiempo. Ofertas fabulosas se les habían hecho a los dueños. Un conocido potentado de Mérida le hacía periódicas visitas a don Luis Ruiz Terán, ofreciéndole fuertes sumas de dinero. Parecía que los Ruiz Terán no encontraban manera de convencer a estos millonarios de que no deseaban en absoluto vender sus propiedades. Fue entonces cuando comenzaron a aparecer en la finca del Maciegal, ganado muerto, perros guardianes, gallinas y conejos, envenenados. Por esto llamó profundamente la atención el que una de las primeras medidas que propuso la señora Jacqueline fuese la de declarar el sitio: PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO DE MÉRIDA, Y UNA ZONA DONDE DEBE INSTALARSE EL PARQUE ARQUEOLÓGICO. Las líneas telefónicas de la ULA no se daban abasto para difundir la impresionante noticia, y al mismo tiempo llovían invitaciones para los más expertos burócratas de insondables fachas por ser de lo más selecto de nuestros investigadores; dinero para viáticos sobraba y se podía traer a cuantos expertos hubiese en la materia. Los primeros en llegar fueron Luis Molina y María Ismenia Toledo con seis años de prolífica experiencia en Quíbor. Estos dos investigadores quedaron anonadados ante aquel portento de ciudad que debía ser prechibcha, U’wa, o del A mí me contó el investigador J. E. Ruiz Guevara (quien no tiene parentesco alguno con la familia Ruiz Terán), que cuando estalló la infernal trama ya se tenía parcelado el sector para una repartición de esas tierras. Los viáticos seguían fluyendo al por mayor, porque el doctor Pedro Rincón Gutiérrez, el Rector Magnífico o Magnánimo fue, por su patriotismo, uno de los primeros enrolados por la doctora Jacqueline en esta cruzada por salvaguardar y difundir lo nuestro. Lástima que no se aprovechó aquella ocasión para encontrar de una vez por todas los huesos de Fray Juan Ramos de Lora y proceder a la realización conjunta de espectaculares encuentros de espectros y ciudades fantasmas, pues los huesos de este prelado se encontraban al lado de la oficina de la señora Jacqueline. Este otro fenomenal “hallazgo” (que trataremos posteriormente) salió prolíficamente detallado en una edición especial que fue encartada en el diario El Vigilante y produjo un cisma debilitante entre la Arquidiócesis de Mérida y el Rectorado (pues éste estaba decidido a levantar un mausoleo con aquellos restos mientras que la Iglesia los reclama ardientemente como suyos para meterlos en la catedral). Afortunadamente, esta guerra que se avizoraba larga y agobiante y que mostró sus primeros destellos en los discursos de un apoteósico acto protocolar con presencia del equipo rectoral y lo más granado de nuestra Iglesia (ante tan memorables huesos), sufrió un colapso: un sencillo profesor de biología de la Facultad de Ciencias aguó la fiesta al señalar que lo que se tenía por el cráneo de Fray Juan Ramos de Lora no era otra cosa que la pelvis de una vaca. Ojalá tuviéramos tiempo y espacio para reseñar, aunque fuese someramente, la racha de descubrimientos arqueológicos de aquella época. La Cena de los Dioses Claro, en lo que coincidían los expertos que se asomaban al sitio milagroso era que las investigaciones iban a ser COSTOSAS Y COMPLEJAS. Nuestro pequeño aeropuerto se congestionaba. A los del poderoso centro de investigación de Quíbor se les unieron nada menos que don Mario Sanoja37 y doña Iraida Vargas, arqueólogos de la UCV. Estos señores sí podían clarificar la magnificencia de lo encontrado pues eran reconocidos nacional e internacionalmente, incluso en Martinica, como expertos en la materia. Para recibirlos dispuso el entonces decano de la Facultad de Humanidades, 37 El profesor Mario Sanoja es catedrático jubilado de la Escuela de Antropología de la UCV, individuo de número de la Academia Nacional de la Historia. profesor Orlando Monsalve, una exquisita cena. Entre bocado y trago, felicitaciones y brindis, se hizo la proposición de solicitar al Ejecutivo unos 500 soldados para limpiar el sitio, como paso previo a los ulteriores trabajos de campo. Como el sitio no tiene más 500 metros cuadrados, aquellos patriotas (protomártires del Plan de Machete Bolívar 2000, y que a falta de guerras aspiraban a pasar a la historia cortando monte), habría de limpiar cada uno un metro cuadrado exactamente. Se empezó por picar lonjas de cerdo, filetitos de cordero y champiñones asados, al tiempo que se descorcharon varios riojas. Progresivamente se iban renovando los platos, fuertemente castigados por los encopetados y notables exterminadores de nuestra cultura local, infaltables en estos actos. Entre bocado y bocado se estuvo de acuerdo en que había que declarar el lugar patrimonio arqueológico del estado Mérida. Se hizo hincapié en lo imprescindible de comenzar por hacer allí un Parque Arqueológico, el cual ya había sido asomado en todas las audiencias privadas por doña Jacqueline. Algunos de los estudiantes más avezados en el tema trataban de asomar temblorosas observaciones en medio de aquellos portentos internacionales, y señalaban que en realidad la maleza impedía ver las calzadas, las habitaciones y los nichos religiosos. Muchos se preguntaban: ¿Dónde está lo que la eminencia del doctor Sanoja intuía, pues ni siquiera conocía bien el lugar?, no obstante la doctora Clarac, ahora sí estaba maravillada de que un genio como don Mario reconfirmara cuanto ella había intuido y su alumno Carlos García había “encontrado”. Alguien comentó, suspirando: “Qué lástima que Mérida no pertenezca a Colombia, allí sí hay tesoros chibchas por montón”, a lo que otro le contestó: “Pero no importa, que de los chibchas tenemos su ombligo”. Aquella comida debió ser esplendorosa hasta el extremo de que su digestión sugirió tantas ideas novedosas como fue la de programar un simposio en Mérida encabezado por la meritoria doctora Ann Osborn y su equipo de especialistas; en medio de un eructo colectivo y sostenido, todos concordaban en que de seguro por plata no había que detenerse; el rector había sido convencido de la total veracidad del descubrimiento (hasta el punto que aún, siendo embajador en Rumania de la República Bolivariana de Venezuela es el único que cada día lo recuerda con un profundo dolor: ¡Cómo pudieron destruir ese ombligo, Dios mío! ¡Y ahora dónde se encontrará otro!”). Eso sí, no se podía ser tacaño en absoluto ante tamaño acontecimiento. Por esta, su magnanimidad ejemplar, es por lo que el 22 de octubre se encontrarán en Mérida a seis miembros del Comité Directivo del Congreso Mundial de Arqueología. Es así como aquel hallazgo de la Pedregosa tuvo tal resonancia internacional, que en la Ciudad de Los Caballeros comenzó a sonar, para convertirse en sede del II Congreso Mundial de Arqueología, en 199038. Sobre la marcha ya se había impartido una invitación al doctor Peter Ucko de la Universidad de Southampton, Inglaterra. La cena debió ser tan opípara, que el señor Sanoja tuvo tiempo para elaborar un sainete cubano sobre lo visto por él, dijo haber visto en el sitio de La Pedregosa Alta: "se trata de un asentamiento prehispánico. Nuestra impresión general, sin haber hecho un estudio en profundidad del sitio, es que presenta características generales de los asentamientos con estructuras en piedra seca que caracteriza los sitios de habitación relacionados con las sociedades cacicales jerárquicas en el norte de Suramérica y en Centroamérica". Remató que aquel complejo arquitectónico precolombino en piedra "ES YA UNA VERDAD ACEPTADA EN LA COMUNIDAD CIENTÍFICA". 38 Recuerdo que en una oportunidad la doctora Jacqueline me abordó, encontrándome en el Consejo de Publicaciones de la ULA, y me habló amargamente del rector Néstor López Rodríguez quien se estaba oponiendo tenazmente a que este Congreso se llevara a cabo en Mérida. Quería que yo metiera mi puya en tan injusta situación. Si algo positivo debe reconocérsele al doctor Néstor López Rodríguez, fue el no haberse dejado embaucar por doña Jacqueline. Para concluir, también se supo que llegaron al escenario algunos frascos de bicarbonato, hubo gases y mareos de carácter digestivo, y la gente se explayó hablando de la corrupción que en aquellos días acogotaba al país: de las tropelías de los adecos, del despropósito de Lusinchi y su amante, de los abusos y de las manos largas y peludas de William Dávila Barrios, y de los inacabables desastres dejados en la Gobernación del Estado Mérida por todo el que allí ha hundido y hundirá sus garras. Del reguero de acusaciones de estafas cometidas por Carlos Andrés Pérez, de la bendita malversación de fondos, fraudes fiscales, forjamiento de documentos y la voraz retahíla de trapicheos en los fulanos entramados financieros de la Nación. No había ninguna duda de que los únicos puros del mundo eran ellos, los que allí disfrutaban por haber palpado el ombligo chibcha. LOS ETERNOS MANTENIDOS DE LA CULTURA La financiación a los entes culturales y llamados científicos, nunca llega a los que realmente crean, producen obras y realizan inventos para mejorar el desarrollo del país. Se los cogen las vacas sagradas (o agradecidas). Por ejemplo, Juan Félix Sánchez y Luis Zambrano fueron unos eternos desconocidos para el CONAC y cosas parecidas al IDAC39. Claro, los nombraban en sus programas, pero el dinero se lo cogían los intermediarios, los agentes de la cultura: los que hacían exposiciones en sus nombres, los que cobraban viáticos y los llamados gastos de representación. Así se dio el caso, que mientras Juan Félix Sánchez no tenía ni café que tomar, quienes dirigían la Casa de la Cultura que lleva su nombre en Mérida, tenían chofer con Cherokee de lujo, y cuando se jubilaron se llevaron un sueldo millonario. Y ahora ni viven en el país. En la llamada investigación ocurre más o menos lo mismo. En la continuación del culebrón que venimos refiriendo, don Mario Sanoja cobró sus viáticos y regresó a Caracas (esperando nuevas invitaciones y nuevas cenas en determinado lugar donde 39 ¿Se acuerdan cuando William Dávila Barrios le adjudicó la suma de Bs. 36 millones al profesor Fortunato González, para una supuesta Fundación cultural IEPROL, de las beneficiadas por el Instituto de Acción Cultural, IDAC, cuando al Centro de Conservación de los Pueblos del Sur sólo le concedieron 3 millones, a la Academia de Mérida 5, a la Filarmónica 4, al Consejo Estadal de Artesanos 5, a la Escuela Básica Emiro Fuenmayor 2, a Comediantes 2, ¡pero a IEPROL: 36 MILLONES? Cuántas loas derramó después Fortunato por la prensa a favor de WDB, que hasta en su abogado se convirtió cuando perdió las elecciones en agosto del 2.000. alguna notable camada de alucinados estuviese a la caza de otros fabulosos hallazgos científicos). La señora Jacqueline cumplía entonces una apretada agenda que le impedía calcular las dimensiones de sus barbaridades. Uno la ve tan apagada, comedida y ecuánime, que nos desarma si no estamos prevenidos. Su mirada es un poco oblicua a través de sus gruesos lentes, y llama la atención su vitalidad. Su rostro curtido por las arrugas tiene algo de lozano y juvenil. Todavía habla con dificultad el castellano. En medio de estos ajetreos por el problema de La Pedregosa, en las dos oportunidades que me la encontré, me habló mal de alguna institución o algunas personas que no acababan por comprender lo maravilloso de su misión; lo hacía tan sutilmente que uno se llegaba a apiadar de su queja. Su aspecto de europea, su aire de intelectual, su voz baja y tenue procuraba alguna veracidad a los hechos que relataba. Pero por dentro, ¡vaya Dios a saber lo que llevaba dentro! Como ciertos encopetados señores de la cultura viven firmando cheques y memorandos y no tienen tiempo, o no les interesa realmente saber qué persiguen estas personas y los desmanes que ocasionen con sus desquicios, preferían dejarse alucinar por sus cuentos y fantasías: poco importaba ya la investigación o veracidad de lo descubierto, sino lo maravilloso de la leyenda que se extendía. Doña Jacqueline, de la Dirección de Cultura de la ULA pasaba al director de Cine, para solicitar un financiamiento en conjunto de una bella película sobre el escenario mismo del descubrimiento. Luego pasaba a entrevistarse con el gobernador Ramón Vicente Casanova, amante de la naturaleza a quien le enseñó unas fotografías que lo emocionaron profundamente. En entrevista con el vicerrector Académico Julián Aguirre le imploró intercediera ante el gobernador Orlando Gutiérrez para que se vigilara y protegiera el sitio. Como los edecanes de este inmenso proyecto pretendían meterse en el lugar como Pedro por su casa, sin permiso de ningún tipo, el señor Rodulfo Ruiz Terán, dueño de esa parcela, se molestó y tuvo que sacar a aquel enjambre de exploradores con pantaloncitos cortos, sombreritos de lona y morrales con aparataje para medición y cálculos de todo tipo. Porque ha de saberse que desfilaron por el sector de Joyo Caliente, que es como se denomina el punto en conflicto, las siguientes eminencias: Dr. Peter Ucko, Jefe del Departamento de Arqueología de la Universidad de Southampton, Inglaterra. - Dr. Peter Stone, Departamento de Arqueología de la Universidad de Southampton. - Dr. Paul Crake, Departamento de Arqueología de la Universidad de Southampton. - Dra. Jane Hubert, Departamento de Arqueología de la Universidad de Southampton. - Dra. Jack Golson, jefe del Dpto. de Prehistoria de la Research School, Australian National University. - Dr. Clare de Golson, del Departamento de Prehistoria de la Research School, Australian National University. - Dr. Oswaldo García Goyco, Universidad Gardens de Puerto Rico. - Prof. Marisol Meléndez, Universidad Gardens de Puerto Rico. - Prof. Andrés Príncipe Jácome, Universidad Gardens de Puerto Rico. - Dr. Simon Philippe y Dra. Catherine Philippe, médicos franceses. - Dr. Ramón Paolini del CONAC. - Antropóloga Elvira Ramos, Beca de formación del CDCHT. - La Técnica en Restauración y Conservación, María Elena Henríquez, ULA. - El Técnico de laboratorio y trabajo de campo arqueológico, Antonio Niño, ULA. - El licenciado en Geografía, Andrés Puig, ULA. – Finalmente: los bachilleres José Luis Quintero, Luis Belisario, Carlos García y Ricardo Briceño, todos de la ULA. ¿Qué pensarán hoy día esos investigadores serios de aquellas fantásticas "ruinas chibchas"? En enero de 1988 nuestra oronda científica viajó a París y recorrió los pasillos, sede de la UNESCO, y conversó mucho con los señores del equipe de Préhistoire de Andes, Mne. Daníele Lavallée y M. Jean-Francois Bouchart, especialistas en ciudades precolombinas. Vieron estos señores las diapositivas y quedaron anonadados no tanto como Mario Sanoja, pero sí lo suficiente como para abrigar esperanzas de que allí debía realizarse una serena y firme exploración. Es de suponerse que en el lugar se plantearía, como algo doloroso, lo relativo al salvajismo e ignorancia de los nativos, que jamás han llegado a comprender lo mágico y misterioso de sus antepasados, de su cultura y de que ésta debe ser salvaguardada como un bien supremo para la humanidad. Que cómo era posible que no le dieran las suficientes garantías para que ella, doña Jacqueline, pudiese tomar aquel lugar como centro de investigación arqueológica, y que don Rodulfo se estuviese negando tan fieramente a entregar... Porque éste era uno de los puntos críticos de la situación. De regreso a su país, doña Jacqueline volvió a querellarse con el señor Rodulfo. Este señor volvió a insistirle en que las tales ruinas prehispánicas eran unos simples montículos que él había hecho junto con su hermano, el eminente botánico, Luis Ruiz Terán, hacía veintiún años. La señora Jacqueline no hacía sino desgranar una triste sonrisa ante tamaña mentira, pues ya había sido comprobado que aquello era producto de técnicas indígenas milenarias. Que se lo preguntaran al experto don Mario Sanoja. No a ella, sino a don Mario. juego de irresponsabilidades; que esto era sumamente serio para permitirse que fuese a quedar en manos criminales. Los cheques para estas exploraciones siempre debían estar listos, pues el rector Pedro Rincón Gutiérrez suspiraba al ver el inmenso prestigio que adquiriría la ULA con un monumento arqueológico tan desafiante para la imaginación como para el conocimiento de la cultura precolombina; qué de anuncios diciendo que la ULA tenía los científicos mejor preparados de Venezuela, de América Latina y quizá del mundo, y el fulano hallazgo acabaría por catapultarla de manera determinante y sin apelación. Estaba claro pues, que lo que retrasaba su lucha era la terquedad de un ignorante campesino dueño del lugar donde se encontraba el susodicho tesoro. Había que mover cielo y tierra contra este señor, y fue así como inició otro peregrinaje por las oficinas del vicerrector Académico, la Secretaría y de nuevo a la Dirección de Cultura de la ULA, como pasos previos al ataque que desplegaría desde El Nacional, y otros diarios importantes del país. A estos señores les expresó que de un momento a otro llegaría el francés Thierry Legros y no se podía seguir con aquel Daba la gran casualidad, de que mi esposa María Fuentes Hernández, ya lo dije, solía de chica pasar las vacaciones en el Maciegal; era amiga de las hijas de don Rodulfo, Lourdes y María Eugenia. Mi esposa me contó, cómo ella con sus propios ojos había visto a don Luis junto con unos peones hacer aquellos montículos. Fue así, como un día, cuando doña Jacqueline buscando refuerzo para vencer la terquedad del viejo Ruiz Terán, me invitó a partir lanzas por su causa, ya no porque Mérida fuera sede del II Congreso Mundial de Arqueología, sino por entrar en el territorio dominado por los dioses chibchas en pleno Joyo Caliente. Yo claramente le contesté que estaba bueno ya de esa tontería, y que, una de dos: o era demasiado ingenua que todo el mundo era capaz de engañarla o sencillamente algo muy tenebroso y sucio estaba ella armando contra don Luis Ruiz Terán, y que en absoluto contara conmigo para tamaña bellaquería. Esto se lo dije en uno de los pasillos del Rectorado. Ella lo que hizo fue abrir los ojos, y se retiró. LA PARANOIA DE LA FAMA Pero faltaban otras sorpresas sobre la famosa trama del ombligo chibcha. Ocurrió un hecho insólito el 14 de marzo de 1988. Corrió como pólvora el anuncio de que ya todo estaba perdido pues el poder sobrehumano del señor Rodulfo Ruiz Terán había producido una catástrofe: su fuerza era tan descomunal que con una tala que había hecho, logró destruir varias estructuras de piedra; cosa que ni una explosión con dinamita habría conseguido. El escándalo fue pavoroso, volaron calzadas y terrazas, muros de piedra de varios metros de altura; habían desaparecido las habitaciones y canales de riego y las cámaras funerarias pletóricas de sonrientes calaveras. Sí, la fuerza hercúlea y demoníaca del señor Rodulfo Ruiz Terán fue tal que desquició a los mismísimos expertos en explosivos de la Guardia Nacional. Entonces se solicitaron entrevistas a los corresponsales extranjeros y El Nacional dedicó su mejor página de arte para reseñar aquel crimen. Fue por ello por lo que se solicitaron urgentes sesiones especiales en el Consejo Universitario y en la Asamblea Legislativa del Estado para considerar los daños y las ulteriores acciones judiciales por tomar. La agitación de doña Jacqueline era olímpica y paranoica, y seguir con sus círculos viciosos: del Ministerio del Ambiente pasaba a la Gobernación, de aquí al edificio Administrativo, de éste al Rectorado. El comandante en jefe de la preservación del medio ambiente natural, teniente coronel Moreno Luna fue tajante al respecto y afirmó más o menos: "Yo puedo detener la tala mas no la destrucción de las estructuras de piedra; ni que fuera el mismísimo Sansón". Y todos los burócratas merideños fueron sacados de quicio por el temblor de los documentos de misia Jacqueline que exigía una contundente reacción ante el desaforado loco. Pedía auxilios a la señora Gloria de Gutiérrez, esposa del gobernador don Orlando Gutiérrez. Al caer en la cuenta de lo que pasaba la señora de Gutiérrez, quien nunca se había percatado que sus estudios de corte y costura pudieran colocarla en una posición de poder decidir sobre la existencia o no de ciudades prehispánicas en Mérida, sufrió un gracioso y risible impacto, profiriendo: “¡Qué barbaridad!, Dios mío! ¡Habráse visto!” Y seguía renovándose el enjambre de científicos, no ya para valorar el imperio de los grandes descubrimientos de la señora Jacqueline cuyo interés comenzaba a mermar, sino para analizar las formidables condiciones físicas de don Rodulfo. El 3 de mayo llegó la imponente comisión del CONAC constituida por el arquitecto Ramón Paolini y Luis Molina: todos los presentes en una reunión donde asistieron estos calificados señores de la arqueología nacional no podían entender el poder inaudito de don Rodulfo Ruiz Terán que había demolido las impresionantes terrazas de una ciudad que había resistido los embates destructores del conquistador español, y a las inclemencias de centenares de años de permanente erosión dictatorial y democrática de nuestros pervertidos criollos. El 22 de mayo de 1988, día infausto para Venezuela, fue comprobado por éstos y muchos otros expertos, lo de la devastación del lugar: las estructuras que formaban antaño avenidas, muros y sólidas habitaciones, terrazas y otras construcciones estaban abolladas; piedras de más de mil kilos habían sido sacadas de cuajo y esparcidas en todo el terreno o formando acumulaciones en total desorden. Fueron llevadas unas reveladoras fotografías a la prensa que mostraban unas ramitas en el suelo y abundante estiércol con el título de PRIMERA DESTRUCCIÓN, MEDIANTE TALA DE ÁRBOLES. Unos bejucos secos miserables que también fueron fotografiados llevaban la reseña: "Destrucción en mayo del 88. Colocaron ramas encima de las piedras que quedaron". Esta historia continuará. DE CHULETAS Y LOMITOS El jueves 17 de junio de 1993, aparece un documento EN el diario “El Vigilante”, que luego habría de movilizar a un tribunal, no para que se estudiasen las denuncias que Él planteaba ni para proceder a castigar a los culpables de todos los delitos que en él se denunciaban, sino para pretender amedrentar a su director, el doctor Eurípides Moreno, y dejase de seguir recibiendo testimonios de este calibre. He aquí las denuncias: LA CORRUPCIÓN AHOGA A LA ULA El Hombre de la Etiqueta. He aquí la pléyade de prohombres a quienes les vamos a poner una etiqueta en el dedo gordo del pie derecho: 1.- Irregularidades administrativas cometidas en la Proveeduría de Trujillo por el economista ALFREDO MARCANO, quien participó en la adquisición de una carnicería-charcutería, ubicada frente al centro Comercial Mercedes Días en la ciudad de Valera, valuadas en diez millones de bolívares. 2.Irregularidades en el Comedor Universitario por ANTONIO ROJAS y FANNY VALERA, por el sobreprecio y cobro de jugosas comisiones en la compra de carne de res, carne de cerdo, queso, verduras, etc. Antonio Rojas compró una mansión de veinte millones de bolívares (Bs. 20.000.000) en La Pedregosa. 3.El exrector NÉSTOR LÓPEZ RODRÍGUEZ, logró la JUBILACIÓN el 23 de julio de 1987; dicho decreto rectoral señala que se hace efectiva a partir del quince de diciembre de 1987, por el monto de veinticuatro mil cuarenta y tres bolívares (Bs. 24.043, 14) mensual; dicho decreto expresa: "El Consejo Universitario acordó pagarle las prestaciones sociales derivadas de antigüedad y cesantía la cantidad de ochocientos cuarenta y seis mil trescientos diez bolívares (Bs.846.310,08) que corresponden a las prestaciones derivadas de su sueldo". El Consejo Universitario manipulado y controlado por Néstor López, el 8 de abril de 1992, acordó autorizar otras prestaciones sociales generadas por el trabajo cumplido en forma ininterrumpida desde el 01 - 02 - 64 hasta el 01 09 - 92 y cobra la bicoca de cuatro millones de bolívares. Este decreto que también pasará a la historia termina así: "Se deja constancia expresa que el Dr. Néstor López Rodríguez, Rector de la Universidad, no se encontraba presente en la sesión del 08-04-92; por lo tanto no participó en la discusión y aprobación de este punto". Qué cinismo, cómo se jodió la Alma Máter. Por cierto, un profesor de la Facultad de Ciencias, James O. Callaghan, solicitó igualmente al Consejo Universitario que se le recalcularan sus prestaciones sociales, en vista de que él al igual que Néstor López, había seguido trabajando después de jubilado, la respuesta del Consejo Universitario fue NO PROCEDE. Sin comentarios. 4.- LIBRERÍA UNIVERSITARIA. En el año 1987, la ULA hace una Compañía Anónima y pone al frente como Presidente de la misma a GENRY VARGAS, quien luego de ganar el vicerrectorado por chiripa, encarga de su presidencia a JOSE SIBIRA, profesor de Economía. Este bellaco la llevó a la quiebra, se perdieron diez millones de bolívares por negligencia y mala praxis administrativa. No fueron sancionados porque uno era el vicerrector Administrativo y candidato en aquel momento a rector y el otro director de Personal. 5.- AEULA, el médico CARLOS RODRÍGUEZ MENESES dirigió este gremio durante ocho (8) años, malversó en connivencia con CYA ALARCÓN, el administrador de CAYCO, la cantidad de treinta millones de bolívares (Bs. 30.000.000) al presentar CAYCO unos soportes o recibos sin consistencia jurídica. Se cobró jugosas comisiones con los seguros ANAUCO, dinero que compartió con JOSE SIBIRA, el antiguo director de Personal de la ULA, el mismo pajarito del ju ju de la Librería Universitaria. Desapareció misteriosamente la camioneta Mitsubishi propiedad de la AEULA que luego denunciaron en la PTJ que se la habían robado... la compañía aseguradora pagó la camioneta, pero la misma se detectó escondida en un estacionamiento familiar aquí mismo en Mérida. Igualmente se desarmó en actitud demencial la motocicleta del Office Boy de la AEULA. Posee un carnet de la policía secreta adscrita a un general de las Fuerzas Armadas y se lo enseña a todo el mundo en forma desafiante. 6.- ULA FÚTBOL CLUB: El "profesor" JOSÉ ELADIO QUINTERO dirigió la Presidencia de este equipo profesional durante cinco años. Malversó aproximadamente treinta millones de bolívares en rumbas, comilonas, francachelas, viajes y juegos en los mejores casinos de ARUBA, CURAÇAO Y BOGOTÁ; por ser el pupilo de Néstor López, no se le ha podido hacer la denuncia o acusación penal. Hace unos días el ingeniero CARLOS MÉNDEZ fue señalado por un presunto desfalco de doscientos veintitrés mil bolívares (Bs. 223.000). J. Carmelito Arocha se dirigió al rector con las pruebas y señalamientos de que se habían recaudado más de medio millón de bolívares con las ventas de las entradas ULA-MARÍTIMO, y el ULA-MINERVEN. 7.- LA MAFIA DE SERVICIOS GENERALES. Esta especie de Cosa Nostra está conformada por FERNANDO LEÓN, del Departamento Técnico, FANNY VARELA Y ANTONIO ROJAS, del Comedor Universitario, LIBIA MATOS, de la administración y coordinados por MARCOS RIVAS y NELLA COMISIÓN DO CAMPOS, con el asesoramiento de GENRY VARGAS. Estos muérganos han hecho muchas cosas, entre otras: FERNANDO LEÓN hizo que la universidad comprara 400 teléfonos a un cuñado de la ERICCSON, estos aparatos era el material de desecho de esta compañía, todos llegaron dañados, las autoridades universitarias conocieron de esta estafa, la mafia impidió que se tomaran medidas. FERNANDO LEÓN logra desincorporar dos ascensores del edificio administrativo porque eran muy lentos, pero funcionaban, una vez bajados, las autoridades conocieron de esta situación y nada. Por supuesto que se compraron nuevos ascensores sin licitación, la mafia los adquirió a una cuñada de FERNANDO LEÓN. 8.- CONSTRUCCIONES Y MANTENIMIENTO. Esta dependencia tiene 160 millones anuales para gastar en arreglos y construcciones, o sea la bicoca de 640 millones en cuatro años. Son muchos los casos, vamos a señalar algunos: a) El musiú MANZANITA, el gordito que impermeabiliza los edificios de la ULA; a este señor le otorgaron varios contratos para ponerle seis capas de manto asfáltico a varios edificios de La Hechicera, el gordito sólo les puso tres mantos y estafó la ULA en veinte (20) millones de bolívares. b) El arreglo del Estadio Lourdes, comisión de tres millones de bolívares. 9.- EL JU JU DE LAS COMPUTADORAS. Este cuadro de corrupción tiene varias aristas: a) Tres ex autoridades universitarias tienen dos compañías que le venden sendas computadoras a la Universidad, al frente de las mismas tienen a interpuestas personas para cubrirse las espaldas, por este motivo el Indio JOSÉ RAFAEL PÉREZ, violando la dignidad de la Universidad, desconoció a lo macho la licitación que había ganado VISIÓN COMPUTER y el Indio la orientó hacia la compañía OTIESCA, adquiriendo unas computadoras marca QUANTU, con la mala suerte para la Universidad que los referidos aparatos salieron con vicios ocultos y de muy mala calidad. b) El consejo de Fomento tiene su ju ju con los créditos que facilita para que los profesores adquieran computadoras, en la próxima entrega le analizaremos esta situación en detalles. 10.- LA FACULTAD DE ODONTOLOGÍA. La corrupción en esta facultad opera de esta manera: a) Comisión en la compra de unidades odontológicas. Se solicita por fax con antelación la información de determinada casa comercial que venda dichas unidades y luego las piden en sobre lacrado, cuando estos sobres se abren, se conoce de antemano el ganador; por cierto, las últimas Unidades no han resultado de buena calidad. b) El esposo de la decana MELBA DÍAZ DE LEÓN, trabaja como contador-administrador de la Facultad violándose la Ley de Hacienda Pública en su artículo 123. c) Los controles administrativos para revisión y posible manipulación, son trasladados a la casa de la decana. d) Entre septiembre y octubre fue trasladada con arreglo de arquitectos e ingenieros la casa de la decana por la misma compañía que en esos mismos meses estaba realizando los arreglos a los salones de la facultad. e) Los arreglos del antiguo hotel "La Sierra" fueron calculados y aprobados con un presupuesto inicial de cinco millones de bolívares y hasta la presente se han gastado catorce millones de bolívares y la obra está a mitad de camino, vayan para que la vean al frente del teatro Universitario. f) Los materiales dentales que se están adquiriendo en esta Facultad son de muy baja calidad y muchas veces las cátedras no funcionan porque no tienen materiales, pero sí hay dinero para comprar computadoras en OTIESCA. Estas denuncias de corrupción en la ULA van a continuar, para motivar a las actuales autoridades universitarias a tomar medidas. No olvidemos la denuncia de GUIDO OCHOA, sobre la compra de ambulancia para los Bomberos de la Universidad, el rector giró una orden de comprarla en una casa comercial por haber ganado en buena lid la licitación; sin embargo ésta fue anulada, se compró la camioneta en otra parte para cobrar comisiones. Estas denuncias continuarán... SIGUEN LOS TARTUFOS DEL REPARTO ¿Quién puede hacer alarde entre nosotros de no haber sido estafado por algún banco, partido, gobierno o por lo que deberían ser nuestras más respetadas instituciones, la UNIVERSIDAD, por ejemplo? ¿Quién puede decir con convicción, "yo creo en fulano de tal"? ¿Quién puede enarbolar la fe de sus acciones para respaldar a alguien para un cargo sin estar contando con la gracia, la ayuda, con la benevolencia del ganador para que en el futuro le recuerde y complazca sus intereses personales? Dádivas: la política venezolana vive a fuerza de dádivas. Aquí se ejerce el mando para mentir, para secretear, para negociar posiciones, votos y posturas. Como nos hemos dado a la tarea de decir que el dinero no tiene patria, nos encontramos con ministros de Hacienda que a fuerza de sablazos con dólares pretenden corregir las fallas del sistema económico nuestro. Y como salían ellos ricos y todo el mundo comprado, principalmente los jueces, no hubo manera de ponerles reparo a los desbarajustes del Estado. Se pensó que la universidad podía hacer algo, porque ella venía desde hace tiempo reclamando participación en el asunto de las reformas. Cuando se le dio la oportunidad produjo mayúsculo desastre. ¿Se recuerdan de aquel Consejo Consultivo? ¿Luego aquel discurrir de rectores por los ministerios de Sanidad, Educación, de Justicia cuya voluntad de antemano le habían comprado los partidos? Los personajes más incultos tras bastiones también corrompidos: invirtiendo los valores, desquiciando las funciones básicas del cargo e imponiendo la política de la venalidad, del cohecho; sacudiendo la escala de la inmoralidad y el dolo en sus más altos y bajos puntos, y... cosa milagrosa: emergiendo los fulanos personajes de ese antro, impolutos y gallardos como siempre, con la sólida prestancia que les dan los adulantes, y por el otro lado la Nación más arruinada, más endémica y con menos oportunidades para salir de las eternas crisis. Las habilidades para prácticas deshonestas las viven refinando y actualizando para desvelar otras formas de hurto que dejan en pañales a las del famoso Panurgo. Está profundamente demostrado en Venezuela, que los delincuentes son imprescindibles para que la administración de cualquier ente público o privado pueda “funcionar”; hasta los condominios de los edificios están en manos de delincuentes, porque de otro modo no podrían moverse los ascensores, ni se tendría electricidad ni agua. Cómo le encanta al venezolano vivir sometido a algún patán o ladrón, y se los cala como si nada. Llega un nuevo magnate, a encargarse de una dependencia rica en recursos y sale de ella, él, más rico y la dependencia más arruinada. Pero siempre con la aureola de académico, respetable ex funcionario, educador, con pasaporte premium para instalarse en una curul, una embajada o ministerio. La tradición. Los magnos latrocinios se utilizan para lanzar al ruedo de las meriendas electorales a candidatos que detentan los alucinantes cargos de rector, vicerrectores, secretario o decanos. Todo se hace meticulosamente, saciando apetitos, complaciendo avaricias, simulando posturas de integridad moral, favoreciendo peticiones personales, alimentando la anarquía para desvirtuar las pruebas y borrar rastros de cualquier acto de peculado, mientras las vacas y los terneros sagrados danzan cogiendo lo suyo. ¡Cuántos sagrados secretos guardarán los enhiestos pechos de esos pasajeros inquilinos de la Alma Máter! ¡Cuántos misterios congelados en esas paredes donde se discute el destino del platal que deben repartirse y repartir! Y del silencio, de la alcahuetería del delito, del disimulo, de la seriedad, ¡Dios mío, qué seriedad!; la seriedad que es el artilugio que más verdea a la hora de hablar de academia, investigación o autonomía. Aquellas poses enhiestas, aquellos culos de botellas engarzados como quien bucea en las cajas de seguridad (botines) del Banco Central, entre togas y birretes: ¡Dráculas!, ¡chupasangres! Igualitos al mimético ministro José Ángel Ciliberto cuando lo interrogaron en los pasillos del Congreso sobre el asunto de los jeep, y contestó que él no se ocupaba de esas minucias. Pues exactamente las mismas posturas de nuestras fulanas autoridades. Un hombre serio debe mantener su compostura, pues aunque son casi angelicales, estos seres tienen hijos que necesitan ser empleados y tienen nietos que deben ser atendidos por la prosapia rectilínea en virtud del abolengo que por detentar un alto cargo se heredó; por ello jamás veréis a un Antonio Luis Cárdenas lanzar ataques contra un corrupto importante. No. Esta gente funciona mediante el ataque a las generalidades más extremas: para ellos no hay corruptos sino corrupción; cómo les encanta la palabra crisis y "reflexionar". Poner el dedo en la llaga, para esta gente es blasfemar y provocar crisis inconvenientes e innecesarias; porque los señores como Antonio Luis Cárdenas, Leonel Vivas o Pedro Rincón Gutiérrez son siempre prospectos de ministros, diplomáticos, dadores de doctorados Honoris Causa. Son en definitiva los que saben llegar bien lejos. La gran obra del señor Antonio Luis Cárdenas es haber promovido en las llamadas escuelas integrales una añeja aspiración de don Carlos Andrés Pérez: instalar computadoras hasta en los baños, como si esa vaina por sí misma nos fuera a colocar en la avanzada moral y científica que se vive clamando. La misma pose del ministro de Ciencia y Tecnología Carlos Genatios, con los infocentros. Aparecía don Antonio con niños que gozaban dándoles a las teclas y por ello ya creía que estábamos incorporados a los grandes retos del modernismo. Niños que llegarían a los veinte años sin saber nada de historia o geografía, nada de la necesidad de defender nuestro ambiente, nada de humanismo o de música, ni mucho menos de las tradiciones y de la cultura nuestras. Pendiendo hasta los tuétanos de todo lo que se importa, que nada de eso ha provenido de nuestro ingenio y creación. Las computadoras no son sino meras herramientas como el lápiz, el borrador o el papel, no elementos que contribuyan a una sostenida elevación del conocimiento, como del fortalecimiento de los valores morales o humanos. Los supremos del intelecto nacional conforman un cogollo mil veces más alucinador y tramposo que el de los partidos; van del brazo haciendo y deshaciendo: en Mérida, por ejemplo, la llave Antonio Luis Cárdenas-Pedro Rincón Gutiérrez constituyó una pieza clave en los cocidos electoreros que siempre montó el arbitrario y prepotente ex gobernador, y eternamente universitario, Jesús Rondón Nucete. Como Perucho no llegó a un acuerdo con el MAS para entrar en las planchas de Convergencia, Rondón Nucete le confeccionó un partidito político a su medida. Cuando don Perucho sufrió una derrota espantosa el 5 de diciembre de 1993 de inmediato el presidente Caldera lo premia y lo convierte en uno de sus predilectos consejeros. El pobre pueblo aplaudió creyendo que la fulana Convergencia les iba a corregir las arbitrariedades, cuando en realidad sólo se hicieron reacomodos de mandones. Otra bella analogía entre estos personajes es que cuando se han llevado como asesores de sus ministerios en Caracas a viejos colegas de la ULA, éstos han convertido sus dependencias en verdaderas representaciones del palacio de Satanás. Por ello lo esencial es practicar la versatilidad; si se llega a ser un medias-tinta en todo, entonces se tiene a Dios cogido por las barbas. Por ello los equipos rectorales flotan entre cobardes, adulantes y vendidos. Allí se compran las voluntades; muchos muestran con su sonrisa, con su seriedad, con un abrazo, con un apretón de manos, con la empalagosa doblez de un comentario, si su precio está tasado en un almuerzo, en un viaje o en una condecoración o un halago. Nada es tan pernicioso como pagar vanidades, porque éstas se regodean en sí mismas y se encarecen con los reclamos, y como las llamas al soplarlas, se ensoberbecen. Vemos cómo nada detiene la necesidad de "vencer". No se trata de vencer al contrario para procurar una política diferente sino de hacer exactamente lo mismo que todos han hecho: ganar acólitos, formar la espesa coraza de un grupo siempre victorioso y protector de las maniobras que sean necesarias urdir para salir airoso de cualquier desastre. No importa cuánto se gaste; no importan las arbitrariedades que se urdan y se lleven a efecto con tal de que la red se haga descomunal para conformar acólitos ciegos y leales al mandón de turno. Y es cuando usted, señor lector, puede ver de pronto, llegado de los lugares más lejanos del exterior del país, a un colega que ha sido traído (con pago de viáticos, pasajes y de algunas otras suntuosas comodidades) únicamente para votar en una simple elección decanal. Hay que saber hacer las cosas sin dejar sombra de corrupción, hacerlas inteligentemente, aunque a veces... Ese dinero del cual se abusa no es en definitiva de nadie, y la práctica para estos menesteres se viene haciendo desde tiempos inmemoriales. Y los que pierden las lides electorales se eximen de practicar una honesta oposición porque está sobrentendido que el botín debe ser usufructuado al máximo por el vencedor; porque el derrotado, de haber ganado, habría hecho exactamente lo mismo. Asunto de "caballeros". Y al mandón se le va el tiempo en pagar favores. Los "vivos" que depositaron su voto por él, habrán de pasar por su oficina por algún obsequio. Las colas son interminables, y quiera Dios que el mandón sepa cumplir con sus fieles servidores porque si no, la intriga, el odio y la venganza serán atroces. Nada ofende y maltrata tanto a un "ciudadano de partido" como el desdén de un mandón, al cual éste caballero dio su voto. En estas interminables colas se perciben especiosas secciones de extranjeros que son atendidos con especial cortesía y amabilidad. Difícilmente se duda de la capacidad intelectual de un extranjero, de su honradez, de su voluntad de trabajo y de servicio. El extranjero sabe tartamudear cuando le conviene; sabe, por lo general, disimular muy bien lo que sabe y lo que no sabe. Y casi todo se le perdona porque no tiene a dónde ir. Y si sus papeles no están en regla, pues mejor: es vital en estos tiempos ser comprensivo y fraternal, y así es como nos enteramos, por ejemplo que en la ULA existió algo denominado “medidas de Mistajá”. Sobre todo cuando se trata de personajes "revolucionarios" que se han pasado su vida ofrendando su sangre y sus servicios (aunque lo disimulen muy bien) por causas justas, causas populares y antiimperialistas. Y estos tipos tienen también por lo general un verbo y una lógica que fascina a los mandones. Saben redactar oficios y panfletos, son melosos y ladinos; traen en la sangre una vieja tradición como aduladores de pasillo o de salón, y resultan espléndidos mayordomos de las causas que viven disfrazadas con los vistosos nombres de academia, libertad, reforma y paz. Nuestros sentimentales. mandones suelen ser muy Algunos extranjeros han tenido la extraordinaria habilidad de saber modelar nuestra Universidad de acuerdo con sus conveniencias y nos ilustran sobre lo que se debe o no INVESTIGAR; son infaltables en las comisiones que se viven estructurando para sacarnos de un atraso que cada vez se hace peor. Porque de eso se trata, de que el atraso se perfeccione. Infaltables en los equipos rectorales por ser expertos en la viciosa divagación dialéctica de las interpretaciones casuísticas de reglamentos y mamotretos legales. Por otro lado, los hay brillantes, honestos y sabios pero éstos a nuestra Universidad no les interesa: Los trata con descuido, desprecio y hasta brutalidad aunque hayan sido los pilares de grandes descubrimientos y actividades científicas y humanísticas; entre éstos cabe mencionar a: Jean Marc De Civrieux, el padre Santiago López Palacios, Andrés Zavrostky, Arturo Eichler, entre otros. INVENTARIO DEL INVENTO Pero aquella dama, aparentemente extraviada, cuya mayor parte de su tiempo lo utilizaba para hacer antesalas a los entes burocráticos, solicitando reuniones con la Asamblea Legislativa, con los mayordomos de la cultura; pálida, coja, con su pelo abultado y hundida en las nebulosas de gafas culo de botella, que no daba paz a su pluma ni descanso a lengua; cada día un nuevo frente: seguía en su marcha a machaca martillo, y reuniendo un arsenal de fotos, y armándose de paciencia y de serenidad, al fin pudo estructurar un enjundioso artículo que sus amanuenses no tardaron en llevar al “Correo de Los Andes”. No se detuvo a considerar las consecuencias gravísimas que podía desencadenar aquel informe que incluía fotos tomadas de la famosa revista Geomundo. He aquí la otra cara, la oficialista, del descubrimiento del extraño ombligo chibcha, esta vez de la mano de la propia investigadora, doña Jacqueline, y que lo transcribo tal cual, con los errores ortográficos que trae: La Pedregosa Alta-Mérida: Itinerario de una destrucción Jacqueline Clarac de Briceño En el mes de abril de 1987 el estudiante Carlos García – auxiliar de investigación del Museo Arqueológico – descubrió, al realizar una prospección a orillas del Río La Pedregosa, en la parte alta del valle del mismo nombre, lo que le pareció debía ser un sitio arqueológico. El equipo de arqueología del Museo se desplazó inmediatamente al lugar a fin de reconocer el sitio y hacer algunas fotografías. Nos pareció que se trataba efectivamente de un gran conjunto de estructuras de piedra de origen prehispánico el cual, al ser esto cierto, constituiría el primer sitio de este tipo encontrado en Venezuela. Sin embargo, como soy etnólogo y antropólogo social y que los investigadores en arqueología que trabaja para el Museo Arqueológico son jóvenes y sin mucha experiencia, anuncié el descubrimiento a varios arqueólogos del país, pidiéndoles visitar el sitio. Los primeros en hacerlo fueron Luis Molina y María Ismenia Toledo, con seis años de experiencia en Quíbor, Estado Lara, quienes respondieron a mi invitación y vieron el sitio en el mes de junio del mismo año 87, quedando ambos muy impresionados con su visita. Los que luego dieron respuesta a mi preocupación fueron Mario Sanoja e Iraida Vargas arqueólogos de la Universidad Central de Venezuela ampliamente conocidos en el país y en el exterior, quienes visitaron el sitio en septiembre 87 y opinaron que era evidentemente prehispánico. En cena que les fue ofrecida por el Decano de Humanidades, Prof. Orlando Monsalve, ellos manifestaron la necesidad de iniciar pronto el estudio del sitio y de facilitarnos para empezar unos quinientos soldados para la limpieza del mismo; éstos debían ser dirigidos por especialistas. 26 de septiembre de 1987. Mandé al Rector de nuestra universidad, Dr. Pedro Rincón Gutiérrez, un informe titulado “Descubrimiento de un sitio Arqueológico de gran importancia en la Cordillera de Mérida”, y en el cual daba las coordenadas geográficas una primera descripción del sitio, e indicaba ciertas medidas a tomar en seguida, las cuales habían sido aconsejadas por los Doctores Sanoja y Vargas: el sitio “Patrimonio 1. Declarar Arqueológico del Estado Mérida” y la zona donde se encontraba “Parque Ecológico”. 2. Hacer con urgencia una limpieza del sitio ya que la cantidad de maleza que lo había invadido no dejaba caminar ni observar todas las construcciones, gran parte de las cuales se encontraba en pleno bosque secundario; indiqué que lo mejor sería hacer tal limpieza con un equipo de soldados, después de lo cual se podría: a) Hacer un buen montaje de diapositivas y una primera película, b) Hacer un levantamiento topográfico completo, c) Iniciar el estudio arqueológico, para lo cual pedía traer a dos arqueólogos con experiencia en esas estructuras. ULA, Dr. Edmundo Aray, éste me prometió su colaboración para una película sobre el sitio de la Pedregosa Alta, de modo que le escribí una carta haciéndole oficialmente la petición de ésta. Ya el 18 del mismo mes le había escrito a la Dra. Ann Osborn (Colombia) con quien estaba yo en correspondencia para comunicarle el descubrimiento del sitio y ofrecerle hacer un symposium en 1988 en Mérida, con la colaboración de ella y de su equipo, en relación a nuestros trabajos en la Cordillera, de ambos lados de la frontera. Como nos parecía que se debía mostrar todo el proceso, se decidió filmar para empezar el estado actual de las construcciones cubiertas de vegetación. 22 de octubre de 1987; seis miembros del Comité Directivo del Congreso Mundial de Arqueología vinieron a Mérida, respondiendo gentilmente a la invitación hecha por la Universidad de los Andes, visitaron el sitio de La Pedregosa Alta y nuestro museo y, en reunión con las autoridades universitarias, se llegó con ellos al acuerdo de hacer en Mérida en la sede de nuestra Universidad el II Congreso Mundial de Arqueología en 1990. 31 de octubre de 1987, en reunión organizada por la Directora de Cultura, Dra. Cecilia Scorza con el Director de Cine de la 7 de noviembre de 1987. Tuve una entrevista con el Gobernador del Estado Mérida Ramón Vicente Casanova, le enseñé una foto del sitio, se entusiasmó mucho y me prometió su colaboración. 12 de noviembre de 1987. Siguiendo el consejo del Vicerrector Académico Dr. Julián Aguirre, escribí un segundo informe para el Rector, más detallado, titulado “Sitio Arquitectónico Pedregosa Alta”, con una carta en el cual le pedía interceder para que el Gobernador del Estado, Dr. Ramón Casanova, asegurara la protección y vigilancia del sitio. 15 de noviembre de 1987. Escribí una nueva carta al Rector, diciéndole mi preocupación pues dos miembros del equipo de cine de la ULA, mandados por el Dr. Edmundo Aray para conocer el sitio habían sido brutalmente expulsados de ahí por una persona. Habíamos descubierto que el propietario de la finca donde estaba el sitio era el señor Rodulfo Ruiz Terán, y este pretendía que esto “lo había hecho él con su papá”, y ya no dejaban pasar a los jóvenes investigadores del Museo a quienes yo mandaba para vigilar el sitio. Incluso se le amenazó con escopeta. 17 de noviembre de1987. Me dirigió una carta el Vicerrector Académico Dr. Julián Aguirre Pe, anunciando en anexo una comunicación dirigida en la misma fecha por él al Gobernador. En dicha comunicación le pedí a éste su ayuda para participar al señor Ruiz Terán la importancia arqueológica de la finca de su propiedad y cómo este estudió podría “marcar un hito en el conocimiento de los primeros pobladores de nuestra región andina”. Supe luego que el Gobernador Casanova había citado al señor Ruiz Terán, quien no se presentó. Enero de 1988. Estando yo en París con permiso de la Universidad a fin de atender una invitación que me habían hecho fui a la UNESCO y conversé con el delegado de Venezuela Dr. Carlos Ortiz Chalbaud, quien se interesó mucho por el descubrimiento que habíamos hecho en Mérida, así como por la noticia de que el II Congreso Mundial de Arqueología se realizaría en nuestra ciudad andina. Me prometió la colaboración de la delegación de Venezuela en la UNESCO. Visité a los arqueólogos del CNRS, Equipe de Préhistoire de Andes: Mne. Daniele Lavallée, Jefe del Programa de los Andes, y M. JeanFrancois Bouchart, especialistas de ciudades precolombinas andinas y Jefe del Departamento de América del Museo del Hombre. Vieron mis diapositivas, se mostraron interesa-dos y ofrecieron su colaboración. Me dijeron que debíamos proceder inmediatamente a: 1) Anunciar el descubrimiento a la comunidad científica internacional, lo que se podía hacer a través de nuestro Boletín Antropológico. 2) Medir las estructuras de piedras, 3) Realizar la excavación de una de ellas para conocer su contenido. Les dije que no podía participar oficialmente este descubrimiento pues no se había resuelto todavía el problema con el propietario y que, en nuestro país, la Ley sobre el Patrimonio Arqueológico existía pero no solía respetarse; y que no podíamos iniciar el estudio mientras no obtuviéramos protección para el sitio y permiso de entrada al mismo, pues temíamos mucho que fuese destruido por el propietario. 5 de febrero de 1988. Estando de regreso a Mérida visité al señor Rodulfo Ruiz Terán en su finca de La Pedregosa Alta. Me acompañó el Ingeniero Agrónomo, Prof. Del Instituto de Geografía de la ULA, Silvino Reyes. El señor Ruiz Terán nos afirmó que esto lo había construido su padre hacía 21 años cuando compró esta finca. Le manifestamos nuestra sorpresa de que su padre pudiera haber hecho con técnica indígena tantas construcciones para las cuales pensábamos que se había necesitado mucha mano de obra, en trabajo colectivo, y que hubiese hecho tanto trabajo inútil ya que lo había dejado invadir luego por la maleza y el bosque secundario... Además su información entraba en contradicción con la de los campesinos. Participé el resultado de esta visita al Vicerrector Académico, al Secretario Privado del Rector y a la directora de Cultura. 2 de febrero de 1988. En respuesta a su carta de diciembre de 1987 se le mandó a Yves Saint-Geous (Cooperación Científica, Institute Francais d’Etudes Andines, Lima) a) un telegrama para decirle que esperábamos al experto francés Thierry Legros a quien nos ofrecía para asesorarnos en el sitio de La Pedregosa Alta, b) una carta diciendo lo mismo. 7 de marzo de 1988. La Dra. Scorza, Directora de Cultura de la ULA, me llevó a una primera reunión con el nuevo Gobernador Dr. Orlando Gutiérrez para plantearle la situación y pedir su colaboración, que él prometió. Se le indicó además que estaban operando saqueadores en Mérida y que sería bueno emitir un decreto a fin de darle a la Ley del 45 sobre el Patrimonio un instrumento apropiado a la situación de nuestro estado. Me pidió hacer el proyecto en este sentido. 14 de marzo de 1988. La Dra. Scorza y yo nos reunimos nuevamente con el Gobernador, en su despacho para participarle que el señor Ruiz Terán había emprendido una tala de árboles en su finca lo cual había destruido varias estructuras de piedra. Le dejamos las fotos de esta destrucción para que él procediera. Me aconsejo hablar con el Teniente Coronel Moreno Luna, del Ministerio del Ambiente. Le entregue el proyecto del decreto en relación del Patrimonio Arqueológico de Mérida. 18 de marzo de 1988. Fui a la sede del Ministerio del Ambiente en Mérida acompañada de Elvira Ramos y Antonio Niño, investigadores de museo. El Teniente Coronel tomó enseguida las medidas necesarias para parar la tala de árboles ya que no se había dado permiso para la misma y que se trataba además de la Cuenca del Río La Pedregosa. Nos advirtió que podía parar la tala pero no la destrucción de las estructuras de piedras. 6 de abril de 1988. Le dirigí una carta a la Dra. Cecilia Fuente, Directora de Museos, CONAC (Ministerio de Cultura, Caracas) informándole acerca de la sede del próximo Congreso Mundial de Arqueología y anexándole copia de una carta mía al Prof. Luis Molina, Jefe de la División de Arqueología e Inventario, CONAC. En esta carta al Prof. Molina (quien había visitado el sitio de La Pedregosa Alta en junio del 87) yo hacía un informe de toda la Zona que teníamos en estudio arqueológico, incluyendo la noticia del principio de destrucción del sitio en cuestión. 16 de abril de 1988. Aproveché una reunión con la señora Gloria de Gutiérrez, esposa del Gobernador, para hablar del sitio la Pedregosa Alta, se entusiasmó mucho y prometió su ayuda. 18 de abril de 1988. Me avisó el Prof. Douglas Rivera Prieto de un nuevo sitio en su finca de Mucusurí, del otro lado del Páramo de los Conejos, de modo que se desplazó el equipo del Museo al sitio para examinarlo y fotografiarlo, descubriendo ahí estructuras con cierta similitud con las de La Pedregosa Alta, aunque en menor cantidad. 28 de abril de 1988. Escribí al Rector, al Vicerrector Académico y al Gobernador una carta anunciando para el martes 3 de mayo la llegada de una comisión del CONAC, pidiendo audiencia para ella. 2 de mayo de 1988. La secretaria del Gobernador me llamó para confirmar que la audiencia sería el 2 de mayo en el despacho del Gobernador, a las 3 p.m,. avisé enseguida de ello al Vicerrector Académico (el Rector había salido a Caracas). 3 de mayo de 1988. Llegó a Caracas la Comisión del CONAC constituida por el Arquitecto Ramón Paolini, Director de Patrimonio Cultural, y el Arqueólogo Luis Molina, Jefe de la División de Arqueología, quienes, después de visitar el sitio de La Pedregosa Alta y a constatar la destrucción que había empezado en el mismo, se reunió el despacho del Gobernador con el Dr. Aguirre, Vicerrector Académico, y conmigo. Por estar ausente el Gobernador la audiencia fue atendida por el Secretario de Gobierno, señor Alfonso Rafael Velasco. La Comisión expuso ante dicho Secretario la importancia de preservar e investigar el sitio de la Pedregosa Alta, sobre todo por el hecho de que Mérida sería la sede del II Congreso Mundial de Arqueología en 1990 y que “resultaría injustificable la desaparición de un sitio de importancia tan próximo a la Ciudad de Mérida”. El Secretario Velasco se comprometió a informar al Gobernador y a convocar el martes siguiente (10 de mayo) al propietario del sitio, al mismo tiempo que al Vicerrector Académico a las 3 p.m. 5 de mayo de 1988. Salió un muy pequeño artículo en el diario nacional El Universal titulado “Allá las ruinas prehispánicas cerca de Mérida” y firmado por un tal Asdrúbal Romero, INNAC. Se informaba que la familia Ruiz Terán, y que el Secretario de Gobierno, Alfonso Rafael Velasco “cuida de esos descubrimientos con el fin de evitar su destrucción y cualquier alteración que dañe las muestras halladas”. 10 de mayo de 1988. Por la mañana llamé a la Gobernación para confirmar la reunión prevista pero me informó la secretaria del Gobernador que no sabía porque el Gobernador tenía una gira y porque se desconocía la dirección del propietario de la finca. Le indiqué esta dirección y ella me aseguró que llamaría para anunciar el día de la reunión. 16 de mayo de 1988. Como no llamó ella, me comuniqué nuevamente con la Gobernación informándome la secretaria que ignoraba cuándo iba a ser la reunión, ya que el Gobernador no había dicho nada al respecto. 25 de mayo de 1988. Viendo que no avanzaba el asunto, y temiendo por el sitio mandé a un joven investigador de Museo José Luis Quintero a visitarlo (entrando por el río, ya que no dejaban entrar normalmente). Lo acompañó la geógrafa María Elena Díaz, y se llevaron la cámara fotográfica. Regresaron desesperados, pues el sitio había sido totalmente destruido en el plano inferior (no registraron los otros planos para venir más rápido a avisar al respecto). Todas las estructuras, que formaban avenida, y las otras, habían desaparecido. Las piedras estaban esparcidas en todo el terreno, o acumuladas en ciertos puntos, en desorden. Unos campesinos que limpiaban el sitio informaron que se les había mandado a limpiar el sitio, y que esas estructuras de piedra siempre habían estado ahí. Trajeron los investigadores doce fotos de tal destrucción, las cuales fueron reveladas inmediatamente por la Oficina de Prensa del Rectorado. Avisé enseguida a las autoridades, y el Vicerrector Académico, Dr. Julián Aguirre, consiguió de la Gobernación una audiencia para el día siguiente a las 3 p.m. Un empleado de Museo fue a buscar la citación hecha al señor Rodulfo Ruiz Terán, para entregársela personalmente. 28 de mayo de 1988. Por estar en Caracas el Rector, y por tener que asistir a Consejo Universitario el Vicerrector Académico, nos presentamos a la audiencia el abogado y profesor universitario Dr. Luis Gerardo Gabaldón en sustitución del Vicerrector José Luis Quintero (descubridor de la destrucción) y yo. Se presentó también el señor Rodulfo Ruiz Terán, quien hizo una declaración confusa llena de contradicciones, y asegurando que no iba a permitir a nadie el acceso a su terreno, que todo esto era su propiedad, el río también, y que no iba a permitir una protección policial al sitio, después de la cual se marchó. Sitio arquitectónico La Pedregosa Alta El sitio fue descubierto por el equipo del Museo Arqueológico de la Universidad de Los Andes. Ocupa un (a) área que parece ser bastante extensa. No conocemos todavía sus dimensiones ya que la exploración no pudo hacerse más allá de cierto punto, por la cantidad de maleza existente y por las características del terreno: Es una pendiente invadida por la selva. Sólo se puede observar la “entrada” del sitio. ¿De qué se trata? Antes de realizar el estudio científico no se puede decir con exactitud. No es fácil: No estamos acostumbrados en Venezuela a encontrar este tipo de construcciones, y los arqueólogos y etnólogos son prudentes cuando consiguen algo y esto es algo nuevo en la arqueología venezolana. Hay que estudiarlo antes de pronunciarse. El problema es que, para estudiarlo, harían falta mayores recursos humanos especializados, un equipo pluridisciplinario (arqueólogos, etnólogos, geógrafos, topógrafos, arquitectos especialistas en conservación) y obreros. Habrá que pedir además la asesoría de un arqueólogo que haya trabajado sobre conjuntos arquitectónicos, empezar por una limpieza del sitio por todo un equipo de hombres pero dirigidos por especialistas. Los arqueólogos experimentados que visitaron el sitio (Drs. Mario Sanoja e Iraida Vargas y, recientemente el Comité del Congreso Mundial de Arqueología dirigido por el Dr. Ucko, de Southampton) quedaron muy bien impresionados y opinaron que había que emprender inmediatamente el estudio pero que éste iba a ser difícil y costoso. Lo único que se puede decir con certitud es que: 1. Nos encontramos ante un conjunto arquitectónico diversificado, de piedras que ocupa un área bastante amplia. 2. Esto lleva a considerar que el grupo que lo construyó presentaba probablemente una división social del trabajo (y no solamente sexual, como sucede generalmente con los grupos indígenas venezolanos antes de la transculturación). Es decir que debían tener constructores, agricultores (quienes alimentaban a los primeros) y jefes quienes organizaban el trabajo colectivo. Así que estamos frente a una sociedad compleja, con conocimientos técnicos arquitectónicos y que presenta, en esta zona por lo menos, una ocupación tal vez de tipo urbano, o por lo menos pre-urbano. En cuanto a lo que representaba esto, es decir, su función, es imposible por el momento determinarlo antes de haber realizado el estudio. Sólo podemos tener unas hipótesis al respecto. Exploramos primero la posibilidad de que pudiera ser español pero la rechazamos. No conocemos restos arquitectónicos españoles con esta forma ni esta disposición. Además, de haber sido español hubiera tenido que ser una especie de sitio de “defensa”. ¿Pero defensa contra quién? Este no era un sitio apropiado para que los españoles instalaran una defensa. Comparando muy a priori con sitios prehispánicos de otra parte de América (*) podríamos hacer algunas conjeturas: 1. Es muy posible que haya sido un sitio de tipo “ceremonial”, por lo menos en la entrada. La disposición del conjunto lo sugiere. 2. Es posible, si había un importante sitio habitacional más arriba, que esta “entrada” fuese una defensa a la vez contra otros grupos indígenas y contra el río (los ríos tienen características mítico-mágicas en la Cordillera de Los Andes lo mismo que las lagunas y el agua en general), y el río se desborda a veces causando inundación. 3. Es posible que más arriba se trate de terrazas agrícolas y de un poblado. 4. Es posible que más arriba se trate de un poblado sobre bases de piedras. Ahora bien por el Páramo y más arriba del sitio sube un camino empedrado (el cual está haciendo actualmente destruido por personas que retiran sistemáticamente las piedras y se las llevan) el cual tiene probablemente una relación con el sitio. ¿Quiénes vivían ahí? Depende de la fecha del sitio. Si es muy anterior a la llegada de los españoles será más difícil precisarlo. Sin embargo estamos más seguros cada vez de que en nuestra Cordillera hubo un grupo de Chibcha, Macrochibcha o Prechibcha (los estudios recientes en Colombia apuntan hacia nuestra Cordillera de Mérida como habiendo sido el lugar de origen de los Chibchas o de ciertos grupos Chibcha) cuyo nombre (Chibcha) sería U’wa. Algunos años después de la llegada de los españoles a Mérida había en la zona cercana el resguardo de un grupo “tatey”, el cual tenía una cultura similar a la de los otros grupos de la cuenca del Chama según nuestras reconstrucciones etnológicas. Una historiadora que nos está ayudando ahora haciendo ella el estudio de los documentos de archivo, ha estado encontrando otros nombres para referirse a dicho grupo pero esto está todavía en estudio. Lo que es imposible establecer por el momento es si el sitio tiene que ver con el grupo instalado en la zona a la llegada del español o con otro anterior. Nota: Por ejemplo, el grupo al cual se le puso el nombre “Taironas”, Sierra Nevada de Santa Marta especialmente el sitio Buritica 200 (fechada entre los siglos VI y XIV D.C.). Para Perú, Bolivia y Ecuador no nos atrevemos a hacer comparaciones todavía pero estamos trabajando ahora sobre la bibliografía. Mérida, 11-11-1987. Descubrimiento de un sitio arqueológico de gran importancia en la Cordillera de Mérida Señor Rector De la Universidad de Los Andes, Dr. Pedro Rincón Gutiérrez Muy estimado señor Rector: El Dr. Julián Aguirre me puso al corriente del viaje de usted a Caracas el próximo lunes, conjuntamente con el señor Gobernador, Dr. Casanova, y de la rueda de prensa que piensa hacer en dicha ciudad. Me pidió que le mandara a usted un papel complementario de mi informe del 26-09-87 acerca del descubrimiento de un nuevo sitio arqueológico de importancia en Mérida en La Pedregosa Alta. Le reitero muestras de mi admiración y respeto. Tengo el gusto de remitirle ahora dicho papel y hacer votos para que la diligencia que va a emprender tenga pleno éxito. INFORME Para: Señor Rector de la Universidad de Los Andes y los Señores Miembros de la Junta Superior del Museo Arqueológico Gonzalo Rincón Gutiérrez. Le pido perdón por recordarle la necesidad, una vez que haya conocimiento oficial de dicho sitio, de que el señor Gobernador asegure la protección y vigilancia del sitio, en efecto, estamos acostumbrados a la acción depredadora a) de los saqueadores coleccionistas, b) De los fieles cultos urbanos mágicos-religiosos que se desplazan los fines de semana a todos los sitios que tengan características indígenas prehispánicas (por ejemplo los petroglifos, que dinamitan para llevarlos a sus casas y centros), c) De los curiosos (andinistas de todos tipos, especialmente estudiantes y “artesanos”). Pienso también en la necesidad de asegurar que el estudio arqueológicoetnológico y toda película o vídeo a hacer sea dirigido y/o controlado por la Universidad de Los Andes. De: Jacqueline Clarac de Briceño Directora del Museo. Asunto: Descubrimiento de un sitio arqueológico de gran importancia en la Cordillera de Mérida. En la Pedregosa Alta a orillas del Río la Pedregosa, subiendo hacia cerro boscoso hemos descubierto un sitio arqueológico de gran importancia por las razones siguientes: 1. Se trata de construcciones sistemáticas de piedras, forman un conjunto el cual, con toda probabilidad ha tenido funciones: a) Ceremoniales (Avenida Ceremonial) b) Económicas (terrazas agrícolas perfectamente construidas y todavía en buen estado). c) Habitacionales (terrazas habitacionales de piedras). ¿En cuál caso estaríamos frente al primer conjunto urbanístico prehispánico encontrado en Venezuela? Las coordinadas aproximadamente: del sitio son - 71º 11’24” de longitud Este. - 8º 37’ de latitud Norte. 2. Es la primera vez que en Venezuela se consigue un conjunto de construcciones de piedras de este tipo y de esta importancia, lo que trasformará necesariamente la concepción de la cultura andina prehispánica en nuestro país; constituye un aporte significativo a la arqueología y la historia de Suramérica. Los doctores Mario Sanoja e Iraida Vargas, arqueólogos de conocida trayectoria (el primero acaba de ser nombrado “individuo de número” de la Academia Nacional de la Historia) fueron llevados al sitio por nosotros y reconocieron su particular importancia. Avanzaron la hipótesis (por comparación con sitios de Perú y Bolivia) que dicho conjunto podría ser del siglo XIV. En una cena que les ofreció el Decano de Humanidades Prof. Orlando Monsalve, ellos le manifestaron a éste su admiración por este descubrimiento y la necesidad de tomar enseguida en relación al mismo ciertas medidas como: 1. Declarar el sitio “Patrimonio Arqueológico” del Estado Mérida, y la zona donde se encuentra, “Parque Ecológico”. 2. Hacer con urgencia una limpieza del sitio, porque la cantidad de maleza no deja caminar ni ver las construcciones en su totalidad ni en su conjunto. No sabemos todavía hasta donde llega. Para tal limpieza se necesitarían unos 500 hombres (podrían ser soldados de la Guardia Nacional) dirigidos por especialistas. Hemos podido explorar hasta ahora sólo la parte baja o entrada del sitio el cual pertenece a la cuenca del Río la Pedregosa. Es posible que nos reserve más sorpresas una vez que logremos explorarlo todo. Todavía es temprano para dar una “explicación” del sitio pero una vez limpiado podremos enseguida: A- Hacer un buen montaje de diapositivas así como una película. B- Hacer completo. un levantamiento topográfico C-Iniciar su estudio arqueológico, para lo cual habría que traer por lo menos 2 arqueólogos con experiencia, para completar el equipo del Museo Arqueológico. Nosotros pensamos que la Universidad de los Andes, descubridora del sitio y única institución de la región que por ley pueda hacer este estudio, debiera hacerse reconocer oficialmente este derecho, así como el derecho y exclusividad para explotar luego el sitio con fines turísticos, lo que significaría un importante ingreso para la institución. El sitio por lo menos en su parte inferior, propiedad de alguien que lo ha adquirido, según parece, recientemente. Esta persona debe vivir en Mérida, no hemos podido averiguar todavía su nombre. Tiene a una pareja cuidando el terreno; esta pareja vive en una casita a la entrada del sitio. Es probable, por lo que pudimos observar, que la intención del propietario sea de desarrollar en el lugar una cría de ganado de altura, de manera que habría que darse prisa para actuar, para salvaguardar este patrimonio arqueológico, el cual puede ser un día un importante “museo in situ”, cerca de la Ciudad de Mérida. Sugiero que, además se nombre una junta de arqueólogos y etnólogos a nivel nacional, para supervisar el estudio del sitio (ya que no será un estudio fácil) para cuyo estudio se necesitará un importante financiamiento, a conseguir tal vez a través de la fundación Polar, PDVSA. O algún organismo internacional como por ejemplo la Internacional Geographic Society. Ya que se celebrará en julio de 1988 en La Haya el nuevo Congreso Internacional de Americanistas (el cual se realiza cada tres años) creo importante que el equipo del Museo Arqueológico Gonzalo Rincón Gutiérrez pueda presentar ahí este descubrimiento, el cual necesariamente interesará la comunidad internacional de especialistas en la materia. Acabo justamente de recibir este mes la 2ª circular de dicho Congreso en la cual vi que la Dra. Ann Osborn dirigirá un simposium sobre el tema “Andes orientales, Colombia y Venezuela”, donde la parte de Venezuela nos toca desarrollar a nosotros. Dicha especialista acaba de hacer un descubrimiento interesante para nosotros: ciertos grupos Chibchas de Colombia tendrían sus antepasados en “La Serranía de Mérida”. En Mérida, 26 de septiembre de 1987. Informe sobre el sitio arqueológico Pedregosa Alta Mérida Estado Mérida. Durante los días 3 y 4 de mayo por el Arq. Ramón Paolini y el Antrop. Luis Molina, Director de Patrimonio de Cultura y Jefe de la División de Arqueología e Inventario, respectivamente, visitaron la Ciudad de Mérida con el objetivo de conocer la situación presentada con relación con un sitio arqueológico ubicado en la Pedregosa Alta, descubierto por el Museo Arqueológico “Gonzalo Rincón Gutiérrez de la Universidad de Los Andes. La presencia de los funcionarios del CONAC en Mérida obedeció a una invitación del Museo en fecha 06-04-88. En este viaje a Mérida se cumplieron dos actividades: la visita al sitio arqueológico y una reunión con el Secretario de Gobierno del Estado Mérida. Historia que tiene otros intríngulis aún más espesos y apestosos. Ya veremos de qué se trata. ¿PUEDEN HONRAR ESTAS UNIVERSIDADES? Se estudia y se piensa, pese a nuestras universidades Ya hemos hablado sobre la historia del otorgamiento a Gonzalo Barrios del doctorado Honoris Causa por parte de la ULA; que este premio tuvo efectos benéficos en la figuración política del doctor José Mendoza Angulo para llegar a ser ministro de Justicia y senador de la IV República; sin duda que don José es un hombre práctico, porque ahora está también enchufado con la V. Para estos señores sí es verdad que no valen para nada las peroratas de Chávez, de que ¡están muertos!, ¡sepultados!, ¡exterminados! Es que el MVR es en sí una recertificación de los cuadros adecos y copeyanos. Por otro lado, ciertos figurones de "la izquierda" nuestra, tuvieron la sublime visión de oponerse rabiosamente, a que se le concediera una distinción similar al escritor Jorge Luis Borges. La sabia naturaleza, mediante estos señores, impidió que se le otorgara una distinción de esta categoría a un ser, por cuya grandeza nos habría colocado en una dimensión intelectual y humana que no merecemos. La historia de las grises eminencias tiene, aquí mismo, en nuestra Universidad Viajera, otros antecedentes que deben ser comentados. Me llena de extraña tristeza el ver cómo hombres llegados de otras tierras, aman, cuidan, estudian y padecen más por Venezuela que quienes hemos nacido aquí. Nos decimos venezolanos porque no nos queda más remedio, en cambio ellos escogieron vivir (sufrir) aquí conscientemente. Con sólo dar una leve mirada, por ejemplo, a la historia presente de Mérida, nos encontramos con un grupo extraordinario de hombres que han hecho casi todo lo que actualmente poseemos en el plano de la investigación natural, científica, intelectual y hasta literaria. Entre ellos, podemos mencionar a don Arturo Eichler, quien murió en Mérida, y cuyo cadáver fue velado en medio de uno de esos infames derroches de bombas lacrimógenas. Eichler fue una de las personalidades a quien más debemos por las contribuciones a los estudios de la conservación en Venezuela. Se encuentra en La Mucuy, cerca de nuestra ciudad, a quien debemos largos y serios estudios sobre las distintas tribus venezolanas e investigaciones geológicas y de etnología: don Jean-Marc Sellier de Civrieux, a quien debemos Watunna, nuestro Popol-Vuh; con su fabulosa biblioteca y su larga dedicación al estudio; en sí mismo, un centro de irradiación constante del saber, de la cultura en nuestro país. Alguien dijo, que Jean Marc es “un venezolano que nos llegó del Orinoco”, no de Francia. Juan Marcos participó en las tres primeras, más grandes expediciones realizadas en el Orinoco, y en la de 1951, Franco-Francesa, que le permitió a Venezuela tener un conocimiento geográfico, natural e histórico, más cabal de su fabuloso río. Don Juan Marcos y Lichy (ambos franceses) son quienes proponen a Pérez Jiménez esta extraordinaria empresa exploradora y que se llega a publicar en su época, por fascículos, en “El Nacional”. Hoy, Juan Marcos vive (y vivirá siempre) al lado de su querida esposa Gisela Barrios, quien es su memoria, su albacea espiritual, su más genuino orgullo y su alma gemela. Gisela recibe los mensajes que de diversas partes del mundo le llegan a Juan Marcos, porque este venezolano es más conocido en el exterior que entre nosotros, la eterna historia. “Watunna” (un ciclo de creación en el Orinoco, nuestro “Popol-Vuh”), por ejemplo, lleva varias ediciones en Estados Unidos, y ha recibido elogiosos comentarios de investigadores y escritores de la talla de John Updike (Premio Pulitzer de literatura, en un artículo en el “New Yorker”), Lawrence Sullivan (en el “New Scholar”), Joseph Campbell y el poeta David M. Guss (editor y traductor de esta fabulosa obra): cuando le fue propuesto, por parte de la familia Civreux, al rector Pedro Rincón Gutiérrez que la ULA, asumiera la formidable biblioteca de este eminente antropólogo, ni siquiera se molestó en responderle. Aquí en la ciudad de Mérida vivió entre nosotros otro hombre excepcional, quien junto con Luis Ruiz Terán, hizo uno de los mayores aportes a la investigación botánica en Venezuela: don Santiago López-Palacios. Don Santiago nos llegó de Colombia y enriqueció el acervo cultural nuestro con obras de lingüística, trabajos de literatura, traducciones de obras de historia en varias lenguas, trabajos etnobotánicos sobre flora apícola y plantas medicinales. Entre otras personalidades de gran valor para nosotros y que afortunadamente llegaron para hacerse más venezolanos que los que aquí hemos nacido, y que viven actualmente en Mérida, podemos mencionar también a la señora Otti Palaush. Pero hay entre nosotros un personaje cuya obra me ha conmovido por una santidad que sólo puede darse en la santa Rusia de Tolstoi y Dostoyevsqui; por su entrega fervorosa y auténtica a los demás; su entereza y finura en el trato: don Andrés Zavrostki. El único catedrático de la ULA valiente, que se expresó sin vacilación contra el horrible relajo de las huelgas, paros y manifestaciones en la ULA. Y lo hizo con una claridad que nos estremece, que nos conmueve. Dijo: Yo estoy imposibilitado para recibir honores, pues la Universidad fue una vez profanada por la actitud irresponsable de unos elementos antiuniversitarios y antinacionales, y su honor jamás fue reivindicado. Cuando uno ama a alguien profundamente y ve que la esencia de su ser ha sido profanada, y no se realiza un esfuerzo supremo para reivindicar su honor, su esencia espiritual, entonces queda devaluada para siempre. Entonces palabras como alma máter, carecen de sentido; hablar de academia, saber, cultura, pedagogía se vuelven galimatías, toda una especiosa vacuidad. Eso lo he sentido yo muchas veces; el espectáculo que una vez vi de una bandada de delincuentes que se llamaban a sí mismos "estudiantes", gritándole a una profesora, ¡Puta! (en el Rectorado), porque en un Consejo Universitario ella se había opuesto firmemente a la eliminación de exámenes finales. Yo no he conocido de ninguna universidad decente del mundo donde sus estudiantes de modo rabioso y amenazante deliberen sobre la forma en que ellos deban ser evaluados, y que si no se hace como lo exigen, pues a formar el vainón. En la ULA, un estudiante puede repetir hasta diez veces una materia. Lo insólito será que al fin y al cabo estos "estudiantes" acabarán graduándose, para luego pasar a engrosar el mundo de esos maltrechos profesionales que asesinan en las salas de operación de nuestros hospitales; de esos arquitectos o ingenieros aberrados que destruyen ríos, hermosas zonas boscosas y áreas de reservas vegetales para montar sus monstruos de concreto; abogados que habrán aprendido de maravilla en nuestras aulas la manera de delinquir, de burlarse de las leyes. Pero estas cosas son delicadas y están dominadas por la nauseabunda politiquería de nuestros partidos. El RR (Reglamento de Repitientes) no puede ser abolido, pues saldría una camada de incontrolable horda (que no acaban por graduarse y cuyo centro de diversión es nuestra universidad) de “estudiantes” para hacer temblar la ciudad con sus "protestas" callejeras. ¿Cuántas veces no se han saqueado comercios del centro de Mérida y se han incendiado vehículos y cauchos en nuestras calles por un problema dizque académico en la Facultad de Ingeniería o de Medicina, cuando la mayoría de las veces estas iras son por miserables caprichitos y oscuras órdenes emanadas de algún grupo político? Ahí están todavía palpitantes esos hechos que se protagonizaron a finales del 2000, cuando un estudiante completamente ebrio muere, de 45 años de edad (nadie sabe todavía por qué) en un estadio. Entonces se saquea de manera espantosa y brutal a todo el centro de Mérida, durante dos días. Poco después muere una estudiante de 22 años en CAMOULA (es tan horrible este centro que ya lo mientan CAMOURNA) a la que por error médico se le perfora la aorta y nadie mueve un dedo. A las dos semanas siguientes otros dos estudiantes son horriblemente ultrajados y descuartizados en La Culata sin que tampoco se escuche una sola crítica por parte de ese estudiantado “aguerrido y revolucionario”. Mierda. De esto estamos asqueados. Se trata del ese crónico huelguismo que ha relajado las condiciones para el trabajo, la disciplina, el estudio, la investigación. Verdad es que los políticos del país no dan ejemplo de valor y responsabilidad para nada, pero nuestras universidades que podrían hacer el mayor esfuerzo para ejercitar estos principios morales, no sólo no dan la talla sino que la sustentación de su ser, su juventud, se encuentra seriamente dañada por veinte o cincuenta delincuentes que la paralizan cuando les viene en gana, y con ellos convive la Universidad y con ellos gobiernan nuestros equipos rectorales. el Nos cuenta el profesor Andrés Zavrostky que 16 de diciembre de 1967, su vida fue fuertemente afectada por un hecho que ocurrió en el Aula Magna de la ULA. Una turba interrumpió un acto de graduación con lanzamiento de objetos contundentes contra familiares de los graduandos, profesores y estudiantes. Esta actitud irresponsable nunca fue reivindicada por nuestra Universidad y desde entonces, dijo él, estamos todos deshonrados y descalificados para recibir títulos de honor. Esto lo decía, porque el 7 de enero de 1983 la Asociación de Profesores de la ULA quiso homenajearlo. Añade el profesor Zavrostky que los "profesores que hemos dedicado toda nuestra vida a la Universidad, vivimos PARA la Universidad y no DE la Universidad: su honor es nuestro honor y sus pesares son nuestros pesares. Además la afrenta moral, esta impunidad, crea un estado de amenaza perpetua para la seguridad de los profesores y estudiantes que acudan al paraninfo". Cuando eso lo expresa un hombre que ha llegado de lejos, tiene un valor y una fuerza que sobrepasa cualquier palabra de agradecimiento. Lo dice no para hacer politiquería, sino porque hiere su amor por esta tierra, su deseo de hacer el bien por nosotros pero que la impotencia, producto de nuestra desidia, lo impide. Don Andrés fue quien encontró en su constante peregrinar por los lares merideños, la ciudad perdida de Acequias, quien ha contribuido con importantes observaciones a comprender el fenómeno del Catatumbo y quien pacientemente ha coleccionado antigüedades de nuestros antepasados indígenas y, día a día, teniendo noventa años, listas enteras con nombres de estudiantes a los que debe atender sobre problemas de matemáticas, ecología y diversos temas del saber universal. Para él no había placer mayor que sentarse a escuchar las preguntas de los jóvenes, cuadernos y libros en mano, haciéndoles consultas, viéndoles tomar nota, recogiendo sus ideas. La enorme paciencia y amor que ponía en ser útil, en servir a los jóvenes responsables y preocupados de la ULA, era verdaderamente conmovedor y es cuando uno tiembla al pensar que si quisiéramos expresar nuestro profundo agradecimiento con un homenaje sincero a este hombre, entonces descubrimos que estamos inhabilitados para ello por la forma en que unos vándalos profanaron la ULA, y la Universidad, por debilidad o cobardía fue incapaz de reivindicarla. En el memorando que el profesor Zavrostky envió a la Asociación de Profesores con fecha 7 de enero de 1983, subraya que su decisión a no acudir a cualquier acto académico seguía vigente. Y él como miembro de APULA se ha propuesto observar fielmente por el resto de su vida, como lo ha observado hasta ahora, que no puede "manchar las manos en el oprobio de nuestra Alma Máter, contemporizando con sus agresores". Que el largo tiempo transcurrido desde el referido acontecimiento tampoco altera la situación, porque un precedente tiene fuerza de ley; si lo olvidamos nosotros, los universitarios honrados, no lo olvidan ellos, los enemigos de la Universidad, y la interpretan en el sentido de que esto se permite. Y si durante el próximo acto académico, cualquier enemigo de la Universidad y de Venezuela, pertenezca o no a la familia universitaria, agrede en la misma forma al claustro y a los concurrentes, tendrá que ser absuelto, pues dirá en su defensa que los autores de un acto completamente idéntico no fueron castigados, a pesar de expresas declaraciones escritas de los testigos. Luego, si en la forma que sea - añadía el profesor Zavrostky - los delincuentes han burlado definitivamente a la justicia, me veo incapacitado de recibir distinciones algunas por el resto de mi vida y en mi testamento rehúso homenaje póstumo cualquiera, como ya he renunciado a la Orden Francisco de Miranda, a la Medalla Fray Juan Ramos de Lora... al grado doctor Honoris Causa que me propuso la Facultad de Ingeniería, a los diplomas de honor que me adjudicaron la Facultad de Ciencias Forestales y la Escuela de Ingeniería Eléctrica, al puesto de padrino de Promoción de Ingenieros Electricistas del año 1973, y muchos otros... Ruego y suplico a la Asociación de Profesores de la Universidad de Los Andes que se sirva revocar su acuerdo de otorgarme una placa de reconocimiento. LA LÚGUBRE MERIENDA DE VOTOS ETÍLICOS La gente que se promociona personalmente a través de la militancia política, me merece desprecio Jorge Luis Borges. Pero así se ganan elecciones. Del "cuadre" surge el equipo y del equipo las complacencias. Así se pasa de decano a ser alguna autoridad rectoral y de aquí a presidir puestos más elevados en la administración pública. Así pues, se le otorgó el doctorado Honoris Causa a Gonzalo Barrios pero se le negó a Jorge Luis Borges. Un doctorado que contribuyó a la promoción política del rector de turno, el señor José Mendoza Angulo. Para mantener este imperio de dulces y benéficos poderes, siempre bien trajeados con la deslumbrante toga y el birrete; decorados con las prístinas formas del saber y de la cultura, hay que desembolsar cajones o morrales de plata. Esta clase de poder no se mueve sin el exquisito whisky, y delicatesses en restaurantes y hoteles de primera. Y como se puede ver ese dinero no sale del bolsillo de una persona en particular: sale del presupuesto que se le entrega a la Universidad para que se investigue, para que se eduque a los jóvenes. Hasta puede apreciarse que en cada elección para renovar a las autoridades, los candidatos que surgen de entre los miembros del equipo rectoral en ejercicio, realizan saraos casi semanales, en los que abundan el whisky y las exquisiteces con batallones de bien trajeados mesoneros. Se trata del voto etílico. Incluso, se ha llegado hasta asociar la capacidad para iluminar los escenarios del triunfo con el dispendio en buenos licores y bocadillos de que es capaz prodigar un determinado candidato en sus campañas: de ello depende de la habilidad para llevar por buen rumbo las riendas de la Universidad. El que no tiene la capacidad de repartir a manos llenas es un perdedor en potencia. Por esta razón don Antonio Luis Cárdenas nada pudo frente a la maquinaria del doctor Néstor López Rodríguez (en las elecciones de 1988). Y la gente se entretiene con este carnaval. La parte mejor de las campañas son las francachelas que algunos denominan "encuentro con la fórmula de fulano de tal", donde se tantea el poder de los candidatos en cuanto a ofrecimientos de parcelas y puestos. El aporte de votos que cada caudillo sea capaz de sumar es crucial. Esto produce en muchas personas la idea de que el candidato debe ser tan generoso como astuto; un ser hábil que sabrá satisfacer cuantas peticiones en el futuro se le presenten. Y los comentarios rondan sobre este asunto, pues hay quienes recorren, en los días finales de la contienda los centros de reuniones, de brindis en brindis catando la calidad de lo que se ofrece para medir la envergadura del carcamán que compite. Y allí, por supuesto, no se está en plan de discutir nada seriamente, sino de tragar y beber sin medida ni cuento. Cómo se abrazan; cómo se ponen en práctica toda clase de ardides, de disimuladas intenciones para ocultar los pasos ulteriores que deban acometerse. Un mundo de vaciedad y de dobleces, donde lo que cuenta es el "cuadre", el negocio. Quienes han tenido en el pasado alguna figuración en altos cargos se presentan a negociar el voto de sus conmilitones como quien negocia vacas o reses. Las vacas o reses son votos "firmes", “cautivos”, “seguros” que el posible triunfador somete a seria "consideración". Porque la compra de votos es algo que no se podría describir en dos volúmenes como éste. Y claro, ¿qué función humana y docente puede cumplir una universidad dominada por tales personajes? Tiene que acabar siendo un ente en viva y pertinaz búsqueda de arreglos a los distintos parches que por fraudes e irregularidades se presenten cada día. Esta clase de "universidad" se encuentra inhabilitada para reformarse a sí misma, puesto que está viciada por el desorden y la complacencia de partidos y grupos. Tendría que ser intervenida por el Estado y este Estado tendría que poseer mejores prendas y una envergadura moral contundente, lo cual en Venezuela resulta del todo imposible. Entre nosotros ya no tenemos rectores de la altura de don Francisco De Venanzi quien sembró cuanto de positivo se recoge hoy en las escuelas de Biología, Química, Física y Matemáticas de la UCV. Porque estas Escuelas se formaron bajo la orientación de un hombre probo y serio, incansable investigador, que además era un hombre de saber integral. El doctor De Venanzi tenía profundos conocimientos sobre nuestra historia patria; sentía lo que su voz pronunciaba, y la Universidad estaba afianzada en su conducta por su fe y por sus méritos, por la experiencia del día a día con el trabajo de laboratorio, y el contacto diario con los estudiantes. Él no era de esa clase de rectores que jamás visitan un aula, que jamás visitan una dependencia de la Universidad aunque la tengan a dos cuadras de su despacho. ¿Cuándo se ha visto que un rector de la democracia haya dado clases? Y procuró don Francisco imbuir a los jóvenes que tomaban carreras científicas a empaparse de humanismo, a consultar la historia de su país; a indagar de donde provenían sus raíces, a conocer a los hombres que nos habían dado patria y ciencia y el poco país auténtico y trabajador que aún nos queda. Porque sabía don Francisco De Venanzi que el único consuelo que le queda al hombre tan plagado de pequeños egoísmos, de luchas miserables y rancias diatribas es esa lucha diaria en la que el maestro es capaz de llevar al aula un sentimiento franco y humano. Porque se enseña más con el coraje y con el ejemplo personal que con las mil artimañas modernas de las didácticas, la teleinformática y los métodos pedagógicos. Lo que permanece para siempre en el hombre es la actitud que asumen unos pocos frente a la adversidad, ante la estúpida y prejuiciada mentalidad de la gente de su tiempo. ¿Pero qué ejemplo podrían dar de sí a los jóvenes, rectores como José Mendoza Angulo, Néstor López Rodríguez, Michel Rodríguez, Felipe Pachano o Genry Vargas, que no sea el podrido mundo de la politiquería y el grupismo negociador de votos? Pero don Francisco se daba cuenta de que la universidad venezolana sufría el sentimiento derrotista de sus profesores; una especie de resignación conformista y callada que hoy la hunde en la mediocridad más baja. Por ello ha terminado siendo lo que muchos sostienen: un gran liceo. Estos centros, indigestos, desorientados, cuya máxima función parece la de depender de campañas propagandistas que anuncien cuantos Honoris Causas han podido repartir en un año; el permanente destello de Encuentros que dejan sobre todo cuantiosos gastos a la institución. Encuentros como aquel que se realizó en la Universidad del Zulia, entre las direcciones de Cultura de las distintas universidades de la Nación, donde se aprobaron centenares de acuerdos que a nadie importan, meros pretextos para viajar, comer bien y libar buen licor. ¡Qué diarrea decretatoria, Dios mío, padecen nuestros burócratas! Sobran eventos en los cuales derrochar dinero: Festival del Bolero, Juvines, Bienales, La Voz Ranchera... En eso ocupa una buena parte de su tiempo la universidad venezolana, inventando eventos con los cuales poder justificar lo que gasta. Exactamente ese sistema que se les pide a los profesores que dicen realizar investigación y deben inventar artificiosas declaraciones para obtener el visto bueno de los funcionarios o comisiones que revisan dichos legajos. Muchos profesores han visto en las solicitudes de proyectos de investigación métodos para una entrada extra de dinero. A veces se inventan "hallazgos", que como seguiremos viendo, le han costado al país más de un ojo de la cara. Esos grupos de investigación dan la impresión de ser compañías ficticias como ésas que lavan dólares. Pero hay que pedir plata en nombre de la investigación y del progreso, y esto no se le puede negar a nadie. Hay vacas sagradas (y agradecidas) que se lo merecen todo. Y son ellas las que acaparan las comisiones más exigentes, las que iluminan los encuentros académicos de renombre porque fungen de relumbrones en los documentos que se dirigen al Congreso de la República o el Ministerio de Educación ¿Sin tales figurones qué sería de la Alma Máter? Desempeñan a la vez un papel clave en la actividad de los distintos partidos que merodean las altas oficinas del Rectorado, pues representan los bastiones del denominado sistema autonómico como también el de las roscas, como una vez dijera De Venanzi. Una autonomía que no llegamos a entender, que pareciera no exigir responsabilidades sino dar derechos para que a la universidad se le veje, se le esquilme, se le saquee y se le destruya. Y lo que una vez alertó De Venanzi, hoy se está cumpliendo: los valores académicos han sido reemplazados por las influencias políticas. Pero algo peor mina la fortaleza y la seriedad de estas instituciones, y son esos personajes que desde el púlpito de las aulas magnas se quejan horriblemente de las aberraciones que obstaculizan y pervierten la función de nuestras universidades, pero que solapadamente permiten las degeneraciones, los abusos que en ellas cunden. Son otra vez las mismas vacas santiguadas cuyo único papel es el de vivir de las admoniciones intelectuales en foros y charlas sobre la función y el destino de la educación: mientras cobran, mugen y se dan el vuelto. Y al fondo y a los lados de este cuadro, nos encontramos con el mar de los indiferentes, cuerpo inerme, pesado, abotagado, sólo atento de cuándo llegará la próxima homologación de sueldos, cuándo aumentarán los bonos vacacionales y las entradas extras que cada año los gremios piden mediante temblores de paros y neumas caídos. En fin, una universidad ausente de los grandes conflictos que estremecen al país, no porque se encuentre en el limbo de tareas sublimes, sino porque ni siquiera es capaz de ver dentro de ella misma y corregirse de lo que la indigesta y la desquicia. Una universidad en la que casi nadie cree, sin fuerza de convicción en sus programas; vencida por mandones de partidos, acogotada por el derrotismo de sus profesores, donde brillan más los pendones reivindicativos con sus convulsas y epilépticas huelgas que los ejemplos vivos de rectitud, de conocimiento o austeridad que deben respirarse en sus aulas, pasillos y laboratorios. La falacia de las posturas académicas Quienes llevan la voz cantante en este coro de vaciedades de la renovación son los que viven merodeando por las oficinas de nuestros centros gremiales; como si la renovación la pudiesen llevar a cabo precisamente los más ineptos. Los cambios podrían surgir del sacrificio diario, con la preparación tesonera y disciplinada de sus miembros; con valor y dignidad. En la callada labor de los laboratorios y en las bibliotecas, en las mesas de trabajo, en la profunda meditación solitaria, donde nada se deje al azar; donde nada se improvise. Pero quienes han permitido toda clase de desmanes viviendo con un sistema harto corrompido, compartiendo y disfrutando posiciones de responsabilidad en decisiones que han arruinado a nuestra institución, ¿ésos quieren enarbolar la bandera de la renovación dentro del alma máter? Imposible. Además queda demasiado claro por qué entre nosotros se persigue una posición de decano, de autoridad rectoral: el poder, los beneficios personales que se puedan derivar del cargo. No se busca precisamente mejorar la academia, la investigación, la cultura o la docencia aun cuando sean estos valores los que más difundan los candidatos durante sus campañas. Si a una autoridad de nuestras universidades le estuviera vedada la posibilidad del disfrute de tantos beneficios, como los de viajar al exterior cuantas veces lo solicite, el de recibir una prima por su cargo, y de prolongarla más allá de la jubilación y de la misma muerte; como también el de recibir jugosos viáticos en dólares, tener carro y chofer disponibles las veinticuatro horas del día como el de chinchorrear en todas las elevadas comisiones que se nombren, pero sobre todo, controlar, manipular, el reparto presupuestario: tener en este reparto voz y voto, y que de su humor dependa que se dé la buena pro a quienes negocian con la Universidad; si estas autoridades, digo, no tuvieran tantos derechos a tantas oscuras y mercantilistas decisiones, sólo los de verdadera vocación pedagógica y creadora buscarían prestar sus servicios en tan delicados e importantes cargos. ¿Pero por qué un decano ha de disfrutar de un carro oficial y de chofer? Y apenas se coronan estrenan carro de lujo. ¿En qué radica la diferencia entre un decano y un profesor cualquiera? Ninguna, tanto el uno como el otro requieren trasladarse por la ciudad por funciones de su cargo, a veces al Recto, a veces a una dependencia, al aeropuerto a recibir un colega que llega del exterior. El decano lo hace en un carro oficial, el simple profesor debe hacerlo en su carro particular. Está claro lo que se busca con el cargo. Entonces a los ambiciosos se les despierta la codicia y quieren también ser decanos o autoridades rectorales, y se dedican a conformar grupos que los eleve a tan luminosa posición. Nace una pertinaz guerra de recelos. En esa conformación de grupos se desperdicia la mayor parte del tiempo y del dinero: diatribas, reuniones, almuerzos o encuentros. Esto, señores si tienen alguna vocación y talento en determinada disciplina acaban por abandonarse al tráfago de las discusiones de grupo: no leen, no estudian, pierden toda compostura y disciplina mental y se hunden en el mar de pleitos e intrigas interminables. Pero allí está ante todo el señuelo que mueve las pasiones de estos grupos: la esplendorosa flota de vehículos que se estaciona en los rectorados; flotas que se renuevan cada dos o tres años. Allí está lo que seduce el pensamiento de quienes buscarán luego ser los interpretadores del "sentir universitario". Así vamos tirando en este mundo de conformistas; porque como digo, nada es más difícil de cambiar que el linaje de los figurones de la academia venezolana; pues allí al frente, en las narices, tienen la escoria flotando y se hacen los locos. Porque cuando uno llega al convencimiento de que el más corrupto no es el miserable que hace un festín con los dineros de la institución; el más abyecto representante de la demagogia enardecida, sublevada y triunfante no es el mandón tritonante que reparte migajas y dádivas. La raíz del mal, la fuerza del insólito desquicio, la depravación más repugnante y rapaz se encuentra en las focas que contornean sus cuerpos ferozmente cuando las premian. Las focas que aplauden en las directivas de los gremios porque el jefe de la merienda ha repartido sardinas a manos llenas. Es un delirio indescriptible ver ese rebaño de focas (de todas las edades) haciendo sus graciosas piruetas al tiempo que van recibiendo un obsequio simbolizado en un cheque que sale a tiempo, un préstamo que es estudiado con prontitud; un almuerzo, un regalo. Porque en nuestro medio aún el cumplimiento más simple de las funciones de un empleado es una gracia que se concede, una gracia que debe ser pagada con actos de servilismo personal. Es la esclavitud que aún clama en la sangre. Es la esclavitud que aún nos grita que no merecemos ser libres. Si un profesor tiene derecho a recibir un dinero en virtud de su trabajo, el "visir" de las arcas de nuestros gremios o de nuestros equipos rectorales le hará sentir que lo recibe por caridad suya, por su inmarcesible compasión y generosidad. Estos seres viles, llenos de bajeza y mezquindad conocen profundamente al venezolano; saben que es llorón, que le gusta que se le humille. Entonces ponen en práctica todo el poder que le concede el cargo: juegan con las emociones de quien no le es completamente adicto y servil a su causa. Entonces comienza el jueguito de la arbitrariedad tan acendrado en el corazón de nuestros burócratas: "El funcionario no está". "El funcionario no puede atenderlo hoy". "El funcionario ha salido de viaje". El hombre imbuido en la omnipotencia del cargo. Y estos tipos, con estas prácticas tan cobardes, son los que se convierten en candidatos naturales de algún cargo importante ¡y para completar, ganan las elecciones abrumadoramente! He allí por qué el mal proviene de las focas que se contornean cuando reciben las fulanas sardinas. Entonces, las ladinas momias del poder se envalentonan y encabezan planchas en las que pretenden aparecer como prospectos de rectores. Acaparan las encuestas, van y vienen por los altos salones de la universidad como perro por su casa. Anchos de agallas les son abiertas todas las puertas y por ellas adelantan sus jayanes o sus focas para evaluar los votos con que cuentan. En nuestro medio no hay ideólogos programas sino personalismos impositivos. ni Lo peor es que estas levantiscas individualidades, incapacitadas para la abstracción envuelven con sus verbos ridículos a centenares de hombres que se dicen profesionales. Hay profesores que con la boca abierta, oyéndoles vociferar lanzan un: "¡Oh! ¡Qué líder!, ¡Qué temperamento superior!". Hablan de "tormentas y crisis educativas"; enervan la inteligencia con gritos de "solidaridad humana", de "luchas y causas proletarias"; de "corrupción que amenaza con anegarnos a todos", porque nadie es más anticorrupto que ellos. No hay nadie más demócrata que ellos: son los padres de la arbitrariedad inherente a los regímenes personalistas. Lo lamentable es que sin estos señores no se mueve un solo oficio, los cheques se paralizan, las reuniones se suspenden, las discusiones penden de sus díscolos pareceres; todo sube o baja según el humor de estos "supremos". No hay partida ni traslados. No hay ley contable. No hay continuidad del proceso administrativo de nada. El imperio de la administración central, los entes creados desde la colonia, los miles de archivos, los centenares de empleados que desde Caracas sirven a la Universidad han sido creados para estar atentos a sus nervios y procederes. Ni siquiera tienen la debilidad de preguntar cómo van las cosas. Él no tiene tiempo, él no quiere ni puede estar de acuerdo... él se siente aludido... él no fue consultado... y punto. Sus manipulaciones no tienen sosiego. Nada humano los mueve a reflexionar sobre sus destinos y sus responsabilidades con la patria. Su imaginación no llega al nivel de tener que conmoverse por lo cierto o falso que de él se diga. Él no se detiene. El sigue su marcha porque su influjo es su propia vida; su presencia como mandón es lo único que tiene y que le queda. Y mientras él tenga poder tendrá focas que le rodeen, que le pidan migajas. Él no puede vivir sin focas, como las focas no podrían subsistir sin él. Así continúa el informe oficialista, sobre el ombligo chibcha, de la propia mano de doña Jacqueline Clarac, y el cual transcribo como lo recibo: EL SITIO ARQUEOLÓGICO El sitio arqueológico de La Pedregosa Alta se encuentra en la margen izquierda de la Quebrada La Pedregosa y consiste en un conjunto de estructuras de piedra, de planta rectangular y cuyo número, disposición y funciones no se han determinado con exactitud. El sitio fue descubierto en marzo de 1987 por personal del Museo Arqueológico “Gonzalo Rincón Gutiérrez” de la Universidad de Los Andes. Este hallazgo se hizo dentro de las actividades de prospección arqueológica que el Museo desarrolla en el área la Pedregosa, en la cual se han hallado sitios habitacionales, terrazas de cultivo, canales de riego (acequias) y cámaras funerarias (mintoyes), en el sector conocido como Loma de La Virgen. Acerca de estos hallazgos los investigadores del Museo Arqueológico han producido tres trabajos de investigación (presentados a la Convención Anual de ASOVAC en 1987) y una tesis de la Licenciatura en la Escuela de Geografía de la Universidad de Los Andes. El interés de los investigadores del Museo por el sitio La Pedregosa Alta radica en su proximidad al área en estudio en Loma de La Virgen, lo que ofrece indicios para relacionar estas estructuras de piedra con los otros elementos arqueológicos mencionados. Así, las construcciones, en piedra de La Pedregosa Alta no constituyen un sitio aislado sino en estrecha relación con un contexto arqueológico formado por evidencias de actividades domésticas y funerarias. Además, recientemente (abril 1988) los investigadores del Museo han encontrado otras estructuras de piedra en Mucusurí, cerca de Jají. Luego de tener conocimiento de la existencia de este sitio arqueológico, el Museo Arqueológico se planteó el inicio de su estudio, que consiste fundamentalmente en un levantamiento topográfico y elaboración de un plano del lugar. Para ello, establecieron contacto con los propietarios del terreno donde se encuentra el yacimiento, familia Ruiz Terán, a fin de obtener el permiso de iniciar el trabajo preliminar de levantamiento. Sin embargo, por parte de los propietarios no ha existido disposición de colaborar e inclusive en el mes de marzo próximo pasado efectuaron una intensa deforestación en el sitio, que además de los perjuicios ecológicos que pueden originar por su proximidad a la Quebrada La Pedregosa, causó el daño de algunas estructuras de piedra, sobre las cuales cayeron los árboles talados. Esta situación fue denunciada ante la Dirección de Patrimonio del CONAC por parte del Museo Arqueológico de la Universidad de Los Andes y constatada durante nuestra visita al sitio. REUNIÓN REGIONALES DE LAS AUTORIDADES Asistimos a una reunión con el Secretario de Gobierno (en representación del Gobernador del Estado Mérida), el Vicerrector Académico de la Universidad de Los Andes y la Directora del Museo Arqueológico. En esta reunión se expuso ante el Secretario de Gobierno la importancia de preservar e investigar el sitio La Pedregosa Alta, y la necesidad de recibir la colaboración en tal sentido de los propietarios del terreno donde se encuentran las estructuras, tanto por la importancia que tienen en sí mismas como por el hecho de que Mérida será la sede del II Congreso Mundial de Arqueología en 1990 y resultaría injustificable la desaparición de un sitio de importancia tan próximo a la ciudad de Mérida. En esta reunión el Secretario de Gobierno del Estado Mérida pidió una reunión para la siguiente semana (martes 10-05-88) a la cual se convocaría a los propietarios y a los representantes de la Universidad de Los Andes. RECOMENDACIONES: 1. Solicitar ante el Ejecutivo del Estado Mérida, a través del Ministerio de Relaciones Interiores, toda la colaboración necesaria para garantizar la conservación y estudio del sitio La Pedregosa Alta. 2. Apoyar, desde el punto de vista técnico, al Museo Arqueológico “Gonzalo Rincón Gutiérrez” de la Universidad de Los Andes, a fin de que se inicie la investigación del sitio de La Pedregosa Alta, este apoyo puede ser brindado a través de la División de Arqueología e Inventario de la Dirección de Patrimonio Cultural del CONAC. ALABARDEROS DE DOÑA JACQUELINE Muchas barbaridades llegaban juntas, como la de haber enviado al diario Correo de Los Andes un grupo de fotografía de la revista GEOMUNDO, para ilustrar toda una página sobre: DESCUBRIMIENTO DE UN SITIO ARQUEOLÓGICO DE GRAN IMPORTANCIA EN LA CORDILLERA DE MÉRIDA, cuyo reportaje apareció el día domingo 10 de julio de 1988. Eran fotografías a las cuales no se les colocaron leyendas, las mismas que fueron enviadas junto con un informe que elaboró la señora Jacqueline para justificar el “fabuloso hallazgo”. A muchas eminencias científicas tercermundistas mostró la señora Jacqueline aquellas fotos y diapositivas sobre la "espantosa destrucción". Como en Río Caribe estaba reunido un grupo de arqueólogos del Comité asesor de la Fundación de Arqueología del Caribe, inmediatamente les hizo llegar este material, que fue recibido por los doctores Betty Meggers (de Washington), Marcio Veloz Maggiolo (de Washington), Oscar Fonseca (de Costa Rica), Agamenón Gus Pantel (de Puerto Rico), Carlos Augusto Valdés (de Colombia) y otra vez a Mario Sanoja e Iraida Vargas de la UCV. Los más sorprendidos eran estos últimos que habían conocido aquellas ruinas en todo su esplendor. La consternación fue total. Allí, en ese evento, todos lamentaron "profundamente la destrucción" pues opinaron que tenían estas ruinas un gran parecido con las de Buritica en Colombia y Guayabo en Costa Rica y publicaron un documento conmovedor. "Los sitios descubiertos... presentan un complejo arquitectónico que se identifica por primera vez en la arqueología venezolana..." Pero poco antes, el 9 de julio, dos robustos miembros del CONAC solicitaban, desde uno de los mejores hoteles de la ciudad, una urgente intervención de las autoridades regionales en el conflictivo lío. Entra en acción José Francisco Martínez Rincones Así será la categoría de estos PIRATAS que escribieron: Al tinglado entró por la puerta grande el abogado José Francisco Martínez Rincones (llamado en las esferas culturales, “poeta Pedro Parayma”). ¿Sería alucinado por el descubrimiento40 o por el lirismo fabuloso que encerraba el Cuento de las mil y una Hectáreas, "Nosotros, arqueólogos miembros del Comité Científico Asesor de la Fundación de Arqueología del Caribe(*), Organismo Internacional.... "Hemos recibido con consternación INFORMACIONES EVIDENTES de que sitios de la región de Mérida... han sido parcialmente destruidos... (*) Obsérvese, que casi todas estas fundaciones en Venezuela son entes que sirven única y exclusivamente para extraerle con ganzúa plata al Estado. 40 A Parayma la Gobernación le solicitó un informe, por el cual debió pagársele bien. Un informe que implicaba movilización de tribunales que costaban un ojo de la cara. El informe lleva por título: Estudio Jurídico Sobre El Sitio Arqueológico Denominado “Joyo Caliente” La Pedregosa. En lo particular nunca cultivé amistad con el doctor Martínez Rincones, cosa rara en mí porque suelo ser amigo de los poetas. No tengo nada contra él, y más bien me debería identificar con su amor por la copla llanera. Pero lo que está en este libro es otra cosa, y mi deber es ser franco y fiel a la verdad. Misterios y Duendes, inefables leyendas indígenas (o lochas o morocotas luminosas que reverberan allí de noche) encerradas en el inefable espacio de El Maciegal, Joyo Caliente, por lo que don Francisco Martínez se dejó enredar por doña Jacqueline? Porque cayeron tantos. ¿Cómo un poeta podía dar el salto a estos catafalcos históricos, cuando estaba siendo asesor de una empresa que pretendía construir un resort en La Culata, en lo más puro y sano del río Mucujún, de donde toma Mérida su agua potable? Como un crimen recordamos los merideños aquel el 7 julio de 1988, cuando los que defendíamos el Mucujún, fuimos amenazados de muerte por una turba de campesinos llevados a la Plaza Bolívar, por el gobernador Orlando Gutiérrez. Habían sido sacados estos agricultores de El Valle para que “defendieran sus tierras porque un tal Sant Roz quería joderlos y negarles a ganarse la vida cultivándolas”. A mí me rodearon con machetes, escardillas y azadones para apalearme, porque el 1º de julio, durante una toma que hicimos de la Vuelta de Lola, habíamos descubierto que el director del Ambiente, un tal Manuel Ramírez, ilegalmente había concedido un permiso para deforestar el lugar donde hoy ya está levantado el resort La Culata. Pero días antes a esta conmoción, el señor Parayma había declarado que el desarrollo en ese sector no debía detenerse. ¿Por qué un poeta aparecía como asesor de quienes pretendían sentar sus reales allí? Sea como fuere, Parayma rápidamente se convirtió en defensor de las fulanas ruinas, y llegó a decir y consentir ciertas barbaridades. La cantidad y calidad de sus barbaridades no tienen nada de la bella copla llanera, que tanto le gusta. No se puede comprender como un poeta y personaje ligado a la izquierda podía al mismo tiempo ser asesor legal y defensor del Complejo Hotelero La Culata (a pesar de que dicha instalación implicaba una gran deforestación, y siendo que de allí Mérida recibe la mayor porción de agua potable). Además que don Pedro Parayma, en función de su condición de profesor a dedicación exclusiva de la ULA, moralmente no debía comprometer su reputación y su talento. Este mismo papel lo asumiría para una compañía que ha venido pretendiendo construir 33 cabañas en El Valle, según me ha referido el doctor Ernesto Palacios Prü. Don Ernesto le reclamó que tuviera un poco de ética, porque siendo profesor a dedicación exclusiva no debía servir como asesor jurídico a una empresa que pretender hender sus garras en El Valle, ocasionando daños irreversibles al ambiente. Pero también, por muchos años, el señor Martínez Rincones fue miembro de Consejo de Apelaciones de la ULA, una de las aberraciones en la que se han urdido toda clase de patrañas y desafueros para defender, tapar y alcahuetear a muchos y grandísimos carcamanes. ¿Por qué poeta Parayma, usted se ocupó de la defensa del profesor Aubert Infante, quien ejecutó uno de los fraudes más insólitos realizados contra la ULA? Ocurrió en la facultad de Humanidades; me cuenta el profesor Pedro Rosales, que el abogado y "poeta" Pedro Parayma hizo una denodada defensa de un profesor quien para su ascenso (logrado hace muchos años) cometió un horrible plagio. Descubierto el fraude y echado de la Facultad el culpable, fue tan magistral la defensa de Parayma, que el inculpado hubo de ser repuesto en su cargo. El punto fundamental de la defensa consistió en señalar que carece de validez el descubrimiento del fraude, por cuanto que éste no fue encontrado por el jurado evaluador del mismo en su debido tiempo. Parece un argumento emblemático, convertido en una constante en casi todos los estropicios de este tipo; se apela al hecho de que lo que se denuncia es extemporáneo. Me contó Pedro Rosales que la Facultad de Humanidades se sintió profundamente avergonzada con la reposición en su cargo de Aubert Infante, y que el decano Aníbal León había decidido sólo aceptarlo con la dedicación a tiempo completo, es decir no exclusiva. Pero ha sido tal el descaro del tipo que envió una comunicación solicitando su Dedicación Exclusiva, y con el apoyo del legajo del doctor José Francisco Martínez Rincones hubo que satisfacerle plenamente. ¿Qué tal? He aquí la carta que sobre este asunto envié al Consejo Universitario: He aquí la carta que sobre este punto envié con fecha de 17 de octubre de 1994 al Consejo Universitario de la ULA: Distinguidos Señores: 1- Con respecto al caso del profesor Aubert Infante, la comisión designada por el Consejo de Facultad estableció que los trabajos: "EL DESARROLLO MOTOR CON EL NIÑO DE 3 A 5 AÑOS Y SU RELACIÓN CON EL JUEGO" para optar a la categoría de asistente; y "LA RECREACIÓN Y SU PLANIFICACIÓN" para optar a la categoría de agregado, son copias fieles y exactas de los trabajos 'DIDÁCTICA DEL MOVIMIENTO" de Kurt Mainel, el primero y "ANIMACIÓN DE RECREACIÓN", publicado por INCATUR, el segundo. Considerando que esto es una falta grave, decidió expulsársele por un período de (5) años, sin goce de sueldo. 2- El Consejo de Apelaciones se consideró incompetente para pronunciarse. Razones: A) "Si los jurados fueron sorprendidos en su buena fe o fueron negligentes en escudriñar la verdad, en los trabajos de ascenso, estarían incursos en responsabilidad civil, penal y administrativa, así como el Consejo de Facultad que tiene la obligación de nombrar jurados idóneos, por tanto están incursos, igualmente, en responsabilidad civil, penal y administrativa. B) El Consejo de Apelaciones no puede analizar decisiones definitivamente firmes y los veredictos son atacables sólo mediante la acción de nulidad oportunamente ejercida. C) El Consejo de Apelaciones no tiene facultades legales, ni estatutarias para conocer un proceso disciplinario o de supuesto "PLAGIO". Por todo lo expuesto, el Consejo de Apelaciones de acuerdo con el Artículo 43 de la Ley de Universidades, en concordancia con el artículo 46, Ordinal Primero de la misma Ley, artículo 90 de la Ley Orgánica de Procedimiento Administrativo y 50 del Reglamento Interno. DECIDE: REVOCAR LA SUSPENSIÓN DEL CARGO POR EL LAPSO de 3 AÑOS QUE LE FUE IMPUESTA AL PROFESOR AUBERT INFANTE, C.I. V-3.642.040 por el Consejo de Facultad el 24-1-94. Rafael Briceño (presidente) Armando Briceño (Miembro principal) Carmen Elena Hernández (Miembro Principal) Elsa Spinetti (Secretaria) De lo anterior se desprende una serie de horribles consideraciones. Primero, llama sobremanera la atención la actitud del Consejo de Apelaciones cuando dice que NO PUEDE ANALIZAR DECISIONES DEFINITIVAMENTE FIRMES Y LOS VEREDICTOS SON ATACABLES SÓLO MEDIANTE LA ACCIÓN DE NULIDAD OPORTUNAMENTE EJERCIDA. Es decir, que carecemos en la ULA, de la posibilidad de la reconsideración ante alguna equivocación, ante alguna omisión o error. Sostenía un colega que el caso es parecido al de un tipo que trae de Colombia coca, y si no lo descubren en Peracal, se embromaron las demás alcabalas y el resto de los policías del país. ¡Qué sofisma el de nuestros jueces! ¿Cómo podremos catalogar el caso de estos plagios? ¿De abominable moral y vituperio a la universidad venezolana? ¿Qué pensar de esa observación del Consejo de Apelaciones, cuando habla de responsabilidades de carácter civil, penal y administrativo, como si cualquier jurado del mundo estuviera en la capacidad de saber y de tener en la cabeza cuanto se ha publicado en el mundo sobre una determinada área? Es sencillamente imposible, el creer que un jurado pueda tener el listado impresionante de volúmenes que abarrotan las bibliotecas de la Tierra, que suman millones sobre cualquier tema, principalmente en el asunto dedicado a la didáctica en el deporte. Si tal cosa fuese así, millares de profesores del planeta estarían pagando condena en cárceles, porque resulta que en la mayoría de los asuntos de plagios, éstos se descubren por casualidad, casi milagrosamente. No existe una Policía para investigar plagios. Y que yo sepa, ocurre en ocasiones que ciertos jurados cometan errores en sus dictámenes, y ello no implica que deba aceptarse como irremediables. Por esto se han instituido varias instancias en los tribunales, porque según la lógica del Consejo de Apelaciones basta con que exista uno y sólo un tribunal, que si éste falla, la determinación tomada es inapelable. Por dar sólo un ejemplo: el caso del denominado Narco-indulto, concedido por la máxima autoridad del país, hubiera carecido por completo de revisión alguna si aplicamos esta lógica. La reposición de los casos ventilados en los tribunales son situaciones harto frecuentes, porque sencillamente no existe jurado perfecto y dictamen inapelable en ningún juicio ni en ningún tribunal. De ser así, como tajantemente lo pretende hacer ver el Consejo de Apelaciones, aquí nadie se atreverá a ser jurado en la ULA; primero por el temor a cometer una injusticia y porque tendría que pedirse millones de dólares en viáticos para recorrer las bibliotecas del mundo, no vaya a existir alguien que pueda copiarse un libro que ha sido publicado en Ruanda, Mongolia o China. Señores del Consejo Universitario: ¿Qué es peor para el Consejo de Apelaciones: el delito cometido que degrada a nuestra universidad, la envilece, la pervierte y empantana en virtud de que reúne los elementos más nocivos para el conocimiento y la decencia, y además reñidos con la ética profesional y el buen nombre que debe llevar en todo momento nuestra institución, o el desliz explicable de un jurado o de un Consejo de Facultad que no cayó en la cuenta del fraude que se había urdido? Y concluye el informe, declarando que el Consejo de Apelaciones NO TIENE FACULTADES LEGALES, NI ESTATUTARIAS PARA CONOCER UN PROCESO DISCIPLINARIO O DE SUPUESTO "PLAGIO". Entonces, ¿por qué dictamina revocar la pena que se había puesto? El delito que aquí se ventila es uno de los más escabrosos: Primero, porque el señor Infante ascendió a asistente mediante un plagio; pasa un tiempo devengando un sueldo y en una categoría que no merece, burlando a la sociedad, al saber y ejecutando funciones arbitrarias ante miles de estudiantes y profesores. Refrendado este primer acto e inoculando en nuestra institución y en la juventud la afrenta injuriosa del engaño intelectual, donde sí caben acciones penales, civiles, administrativas, vuelve este señor a ascender a agregado copiándose otro trabajo. Señores del Consejo Universitario: ¿los que cometen estos fraudes, se apoyan en la debilidad de nuestras instituciones que no crean una jurisprudencia severa en este sentido?; se llega hasta creer que estas cosas son de poca monta. Y ocurre, que descubierto el crimen, no sé por qué elevación académica y espiritual se dictamina con toda la frialdad del mundo: "REVOCAMOS LA SUSPENSIÓN de 5 años que le fue impuesta al profesor Aubert Infante por el Consejo de Facultad". Pero allí no termina la cadena de barbaridades que encierra este caso: resulta que con el segundo trabajo que este señor plagió y con el que ascendió a agregado, compuso un libro con el mismo título LA RECREACIÓN Y SU PLANIFICACIÓN, que publicó en el año 1991, el Consejo de Publicaciones de la ULA. El falso creador de este trabajo debe haber cobrado los derechos de autor, y el texto sigue corriendo por librerías. Leemos en la contrasolapa de este libro: "Luego de gran dedicación en la Universidad, pasando por ser Jefe del Departamento, Coordinador del Convenio ULA - Cuba, en un equipo de trabajo presenta el proyecto de Postgrado en Educación Física. Asiste como conferencista a congresos nacionales e Internacionales; culminando etapa de su trabajo con la presentación de este texto..." Solicito se realice una investigación sobre el daño moral que hayan podido causar a la ULA, estas decisiones del Consejo de Apelaciones, y en caso de que se determine que no se ha incurrido en daño alguno, que tal declaración sea expresamente firmada por los miembros de este Consejo Universitario, que así lo consideren. De ustedes atentamente, José Rodríguez R. C.I. 2219738 De máquinas, maquinarias y maquinaciones Pues bien, también a Parayma, le tocó llevar la voz cantante, en el aspecto jurídico, en el tinglado de La Pedregosa Alta. Elaboró un estudio sobre el sitio arqueológico de Joyo Caliente, en el que se insertaron ochenta y cinco fotografías (muchas de ellas mal tomadas, otras desenfocadas, mucho desorden, y mucha falta de coherencia y buena redacción en el informe; todas las fotos sin leyendas, que bien podían referirse a la India o a las Batuecas, porque no se especificaban posición ni coordenadas). Con todo lo deficiente, este trabajo debió costar una millonada de aquel tiempo. Lo que piensa quien se va adentrando en este mundo de desafueros, es que la maquinaria infernal para apoderarse de Joyo Caliente requería previamente de los artilugios legalistas: hacer primero acopio de cuantas barbaridades se hubiesen declarado o recogido por la prensa; mientras más difusas mejor. La presencia de un bufete poderoso en el lío tenía por fuerza que hacer recular al “terco viejo” de don Rodulfo. Hacer mucha bulla con inspecciones judiciales, citaciones a tribunales y cuerpos represivos, a la par que hacer acompañar estas matracas con ruedas de prensa y ruidos de remitidos firmados por centros culturales, y cuantas vacas sagradas se arreasen tanto de la ULA, como del CONAC o de la Gobernación. Doña Jacqueline y su equipo de precolombineros no perdían oportunidad para ir preparando los elementos jurídicos que condujeran con la expropiación de El Maciegal. Casualmente, una comisión técnica se reunió en aquellos días para proponer la creación de las reservas arqueológicas en Venezuela. Un tal Carlos Schubert de Centro de Ecología del IVIC, Lilian Arvelo del Departamento de Antropología de este mismo centro, Luis Molina de la Dirección Cultural de CONAC, el paleontólogo Omar Linares de la Universidad Simón Bolívar junto con Eduardo Szeplaki (asesor científico de la Comisión de Ordenación Territorial y Ambiente de la Cámara de Diputados) constituían ese frente que presentaría “un gran proyecto de protección de áreas con riquezas arqueológicas para su estudio, recolección de material y preservación.41” Esta Comisión tenía entre sus objetivos, elaborar un reglamento, con directrices para el uso de estas áreas. Carlos Schubert fue tajante: “Debemos tener en cuenta que hay que dejar sitios intactos para aplicar nuevas técnicas que vayan surgiendo, ya que pueden dar datos mucho más ricos que hoy día.” Pues bien, mientras el “poeta” Parayma elaboraba su macanudo estudio, por los flancos de la página roja de los diarios locales había que hacer fuego cerrado: El 20 de julio de 1988 estalla otro gran misil contra don Rodulfo. Con titulares en enormes letras y en la página de los homicidios y atracos aparece en Frontera: “En su sesión de ayer: INVESTIGAR ARQUEOCIDIO ACORDÓ POR UNANIMIDAD LA ASAMBLEA LEGISLATIVA. La noticia la recogía Ramón Díaz Suárez. Redactado de la manera más horrible y apresurada42, decía esta nota: La Asamblea Legislativa acordó ayer por unanimidad la proposición del diputado Clodualdo Salcedo, de iniciar una investigación relacionada con los arqueocidios que se han perpetrado en La Pedregosa Alta, sino en otras regiones del Estado, tales como Timotes y los Pueblos del Sur donde personas inescrupulosas se han apoderado para beneficio personal, de ídolos, cerámicas y de otras artesanías precolombinas que pertenecen al patrimonio histórico de la Nación. La exposición de Salcedo se deriba (sic) de las denuncias que ha venido formulando el Museo Arqueológico de la Universidad de Los Andes con la presunta destrucción de monumentos precolombinos en una finca de La Pedregosa Alta y cuyo propietario será llamado a la Asamblea para 42 41 Aparecido en el “Correo de Los Andes”, domingo, 17 de julio de 1988. Como si se tratase de un periodista graduado en la Universidad de la Caña. que explique a los diputados todo lo relacionado con este caso que ha generado preocupación a todos los arqueólogos del país. Tal como informáramos en la edición de ayer el Juzgado de Municipios se trasladó al mencionado sitio y realizó una inspección ocular que fue solicitada por el doctor Pedro Martínez, miembro del Consejo Jurídico Asesor de la Universidad de Los Andes. Poco antes, el 18 de julio de 1988 (a las 11:35 de la mañana), Parayma solicita al juez del Distrito Libertador de la Circunscripción Judicial del Estado Mérida una inspección judicial para que se deje constancia de hechos como el siguiente: “Tercero: Si en dicha zona se encuentran piedras trabaja-das por el hombre o seres humanos y si estas piedras trabajadas representan alguna evidencia cultural que pudiera relacionarla con figuras indígenas”. La vaguedad de esta solicitud tipifica la calidad del estudio, en la que no se dice nada pero donde se persiguen implicaciones difusas que cojan por algún lado lo que se busca. ¡Alguna evidencia cultural que pudiera relacionarla con figuras indígenas! ¿Y por qué precisamente FIGURAS? Y además este Tribunal sabía mucho menos que doña Jacqueline Clarac de lo que se le estaba pidiendo, ¿qué clase de respuesta podía darse ante semejante solicitud? Pero no se olvide que esta gente era tan pirata, empezando por doña Jacqueline Clarac, que metieron en la campaña, a favor del referido descubrimiento nada menos que a doña Gloria de Gutiérrez, esposa del gobernador Orlando Gutiérrez, totalmente nula como intelectual, y que penosamente si sabía redactar una carta. Y esto lo confiesa con mucho orgullo la misma Jacqueline Clarac43. Ante una solicitud de esta naturaleza, cualquier tribunal del mundo se habría abstenido de actuar. Pero aquí la comparsa va por dentro. OTROS MANIERISMOS EN LA IMPOSTURA Parece algo biológico, íntimamente relacionado con la condición de cualquier dirigente estudiantil44 de los últimos cincuenta años. Empiezan revoltosos, verbosos, 43 Para quien esté interesado en conocer más sobre la señora Gloria, puede consultar mi libro: “La Cultura como Sepultura – Vida de Juan Félix Sánchez y Epifania Gil”, Dirección de Cultura de la ULA, Mérida, 1996. 44 Hay muy escasas excepciones, entre ellas el caso de Luis Hernández. Fue otra época. incontrolables, nadie los saca de sus trece, y acaban en burócratas, derechones, besaculos, en policías o soplones de la policía. El patrón parece ser universal, y el caso más patético es el de Daniel Cohn-Bendit, el ángel exterminador de la sacudida del mayo francés. Treinta años después de que aquella famosa revuelta resulta que el hombre ha resultado pederasta. Quién no se acuerda de aquel comecandela, digo, “Daniel El Rojo”, quien creyó poder darle un puñetazo en la nariz a De Gaulle. Se cansó de tirar piedras en la revolución de Mayo, y fue a dar a la cárcel y de aquí a codearse con los poderosos. En el estilo de Raúl del Pozo esto tiene una explicación: “Los franceses que ya construyeron antes un teatro de la ópera en La Bastilla para ofrecer al pueblo música regia, integraron a los jóvenes airados. En realidad, Cohn-Bendit hacía oposiciones para político. Ahora es un izquierdista arrepentido; se ha refugiado en las lechugas y en los buitres. El dios de la Rive Gauche se ha hecho pureta, necesita la nómina y jubilación de eurodiputado y ha confesado públicamente algunos métodos usados por el movimiento juvenil y la contracultura en los 67 y 69”. Mucho de esto también le tocó a Venezuela, donde los poderosos, llámense gobierno, iglesia o empresarios no han dejado entre nuestros dirigentes culo sano. Han sentido estos muchachones un gran placer por ser engañados siempre y cuando le pasen algo de pasta. Y poco les importó la crítica, la justicia o el humanismo. Buscaban la revolución pero para revolcarse en el bonche, para darle palmaditas en las espaldas a los comandantes de la Policía, para asistir a reuniones con la crema de la crema empresarial en hoteles de lujo. Nunca salió de esa “revolución” un solo pensador, un solo reformador o ideólogo de valía, porque no esperaban distinguirse por sus propias cualidades morales o intelectuales sino desde las barricadas de los grupos de partidos. Impotentes para crear, gritaban, deliraban y quemaban cauchos y tiraban piedras, a veces en nombre del Ché, y si el caso se daba, como pregones de algún vagabundo politiquero que los contratara y escudar así sus latrocinios o robos. Entonces algunas estudiantes románticas, que no tenían mucho tiempo para ver telenovelas, se enamoraban de estos palurdos, quienes ni tontos ni perezosos... Y en casándose se acababa la primera parte de la fulana “revolución”, y luego lo que querían era hacerse dignatarios. Nada es más repugnante que ver a esos comecandelas que acabaron en cabrones de los gobierneros, haciendo el papel de pajes o mayordomos cinco estrellas del soberano status quo. Todos estos “tirapiedras” jamás tuvieron consideración por los creadores venezolanos. Jamás los leyeron, jamás quisieron aprender algo de ellos. ¿Cuándo se supo de un dirigente estudiantil que visitara al padre Santiago López Palacios para aprender algo de su inmensa sabiduría? ¿Cuándo un dirigente estudiantil visitó con amor a Juan Félix Sánchez para recibir algo de su nobleza espiritual? ¿Cuándo tuvimos uno de esas manadas de salvajes que fuese a visitar al noble cronista de la ULA, don Eloi Chalbaud Cardona, para proponerle un grupo de estudiantes que continuasen su descomunal trabajo histórico sobre nuestra universidad? ¿Cuándo fue uno de ellos a hablar con Andrés Zavrostky, uno de los santos más extraordinarios que ha llegado a Venezuela, mil veces superior a José Gregorio Hernández? Nada, siempre estos estudiantes se mostraron hostil y despreciativo hacia los creadores porque en el fondo siempre les ha herido y ofendido el verdadero conocimiento y porque su mayor anhelo es paralizar las clases y hacer huelgas. Parece que una gran mayoría de estos dirigentes lo que anhelaban en el fondo era ser militares o policías, agentes secretos. Y muchos lo consiguieron aún sin haber llegado a graduarse, como veremos. Dirigentes estudiantiles, que hicieron pasantías en los servicios secretos del Estado cuando corrían por las calles los sesos de sus propios compañeros, asesinados por los cuerpos represivos en esas manifestaciones eternas que nunca nadie sabe por qué se hacen. Es que intuían estos dirigentes que había un ascenso en función del chantaje político, que había que ir vendiéndose de a poquito como las putas, las mises o modelos, y a medida que se fuesen vendiendo ascenderían en las escalas del funcionariado al servicio del estado: Trepar, de carguitos en carguitos, hasta que conseguirse una curul como diputados, o ir tirando de alcaldes, chupando de los rectos o vice-rectos... Hoy están también adheridos al Proyecto de la V República. Chávez ha proclamado que los ama, y muchos de ellos son hoy parte esencial de su revolución. Nadie todavía sabe cuál fue el milagro por el cual el MVR se llenó tan vertiginosamente de reputadas putas, y por Dios, que no se les toque a los adecos que se han enchufado en el gobierno, porque es peor que nombrarles la madre. Nadie está hoy mejor protegido dentro del MVR que aquellos cuadros que fueron de lo más servil a los malditos gobiernos de la guanábana, dentro del MAS, AD o COPEI. Lo único homologado entre nosotros es el robo El último informe enviado por la ULA a la Contraloría general de la República, revela que los dirigentes estudiantiles encargados de las Federaciones de Centros Universitarios, despilfarran, roban y malversan como lo hacen ciertos equipos rectorales. Ahora existe una modalidad llamada “Providencias Estudiantiles”, en las que estas federaciones manejan miles de millones de bolívares, por aportes que se les entrega por acuerdos nacionales, añadido a los que contemplan los presupuestos particulares de cada universidad. En estas providencias estudiantiles se han descubierto un total descontrol con errores abismales a favor de proveedores, compromisos registrados y en tránsito que exceden a la disponibilidad presupuestaria y financiera de estas mismas Providencias; con el mismo consabido despelote que hay en todas las dependencias de la ULA, donde se viola muerto de la risa las disposiciones administrativas, las normas para gastos, las leyes y los procesos contables. En estos casos las conciliaciones bancarias se llevaban a mano, con una pasmosa lentitud, mares de cheques con cifras astronómicas, bajo los conceptos de “ayudas”. En la Dirección de Asuntos Estudiantiles (DAES), el rectorado de Genry Vargas recibe compromisos pendientes de pagos en las actas, por Bs. 64.193.623,08 por parte de las fulanas Providencias Estudiantiles, y sólo Bs. 40.000.000 para enfrentarlas. Esto es así porque el presidente la FCU en tiempos de Felipe Pachano, Orlando Dhoy, se le señala en el informe a Clodosbaldo Russián (por parte de Genry Vargas) con compromisos no resueltos por el monto de Bs. 41.868.145,70, y al actual presidente de la FCU, presidida por César Romero, en el mismo informe, con una deuda pendiente de Bs. 22.323.477,38, y para ambas sólo se dispone con Bs. 38.616.773,25. Lo más desastroso ha sido la cantidad de bienes que han desaparecido. No existe acta sobre ingresos y egresos por el programa de becas estudiantiles, como tampoco por concepto de residencias y los gastos de mantenimiento de las oficinas delegadas en los Núcleos de Táchira y Trujillo. DE PARTIDAS, CAJAS CHICAS Y PRESUPUESTOS La ridícula nueva comisión para la reforma de la ULA que se juramentó en enero del 2001, se hizo con el cuidado de que no fuera a tocar en absoluto a lo que es del Rey, lo que pertenece a los de macolla, lo íntimo del poder eterno establecido desde que aquí los partidos se cogieron las altas posiciones de la ULA para forrarse. Desde que se inició el negocio de las partidas secretas y los arreglos presupuestarios de cada año. Salía aquel Felipe I embarrado hasta las narices y entraba Felipe II, Genry Vargas, con sus hacendosos reformadores, para seguir con los cambios para que todo lo dejen estable. El profesor Rubén D. Duque M., presenta un análisis bastante agudo sobre el problema presupuestario de la ULA y lo que asoma de inmediato es: ¿por qué no se le mete el bisturí a los cierres contables, que nunca han estado al día? Los ejercicios económicos que se ejecutan del 1º del enero al 31 de diciembre se abren y se cierran sin el debido control contable. El cierre contable es lo que permite a ciencia cierta saber en qué se gastó y cómo se gastó lo que ha entrado a la ULA. Eso no se conoce en la ULA, el último que se conoce es del año de 1997, ahora mismo hacen esfuerzos por cerrar el año 98. Es decir, que tenemos cuatro ejercicios económicos sin cierre contable. Lo que quiere decir que los dineros que pasan de un año a otro, por vía de ahorro o de presupuesto no ejecutado se manejan a destiempo, lo que hace inútil cualquier trabajo de la contraloría interna. Es decir que se actúa con una formulación presupuestaria ficticia, y que sólo es cierta por la vía de la asignación del ejecutivo, y no por lo que fue el ejercicio presupuestario en sí. RECTIFICACIONES PRESUPUESTARIAS ¿Por qué Felipe II, no les pide a los reformadores que rastreen con cuidado en medio de ese interregno que existe entre la aprobación y la ejecución del presupuesto? De acuerdo con la planificación del presupuesto, se produce un documento que va al Consejo Universitario y al CNU. Pero en definitiva, en ambos consejos lo que se acaba aprobando es un presupuesto irreal, que no habla en profundidad de cuáles son los gastos que se tienen previstos. Para los actuales momentos (2001) se puede tener una asignación presupuestaria de 200 millardos, y al final del año a lo mejor llegamos a 250 millardos. Es decir, que aparecen 50 millardos que llegan a escaparse de la asignación presupuestaria original. Entonces quedan estos 50 millardos a la decisión arbitraria de las autoridades universitarias, quedando altas posibilidades de que ese presupuesto no corresponda a las necesidades de la institución sino de los intereses de la estructura de poder. Y esto se produce por otro lado, de las llamadas rectificaciones del presupuesto. ¿Qué les parece señores lectores, que nosotros tenemos entre tres o cuatro rectificaciones presupuestarias al año? Rectificaciones que vienen siendo agregados (¿amañados?) al presupuesto. Agregados que no se debaten a nivel de las escuelas o departamentos y de las facultades, que son las unidades académicas por excelencia. ¿Será allí donde se bate la manteca de los acuerdos politiqueros y de donde se saca para las francachelas, celebraciones, asignaciones para caprichitos y fondos para montar esos brindis preelectoreros? Existen otras rectificaciones: a veces cuando ya existen cien millones de bolívares en un programa, que se desglosa por medio de subprogramas y en actividades, luego mediante partidas, el ADMINISTRADOR DE LA DEPENDENCIA tiene derecho a revisar esa asignación presupuestaria para su ejecución, él hace lo que se llama ajuste presupuestario, y entonces cambia, de los cien millones de la partida 01, por ejemplo, pasa 99 millones para la 02. Eso significa que el presupuesto que se aprueba está administrado discrecionalmente gracias a los jefes de las dependencias. De modo que el presupuesto se modifica en un 70% por las rectificaciones presupuestarias, y de esta manera ¿qué institución funciona correctamente? La única partida que permanece inmodificable es la de personal, pero las restantes se mueven de acuerdo con los intereses inmediatos y personales de los jefes. Por ejemplo, si yo quiero ganarme una comisión por la compra de un vehículo, bueno, sencillamente, paso un dinero a esa partida y compro el vehículo, aunque no sea necesario tenerlo. ¿Pero si eso no estaba previsto? Pues no importa. VEHÍCULOS: existen alrededor de 400 unidades de transporte, que es la flota automotriz de la ULA. De éstas sólo 14 o 15 están en manos de los estudiantes, el resto son unidades para las autoridades y jefes de dependencias. ¿Por qué al director de Intercambio Científico, cuyo trabajo es atender las solicitudes de los profesores, se le adjudica una Blazer 4x4? En este momento ya no tenemos flota Blazer 4x4, sino que hemos pasado a Corolla. Estos charlatanes creen que nos estamos renovando porque estamos cambiando de marca en los carros que los llevan y traen como magnates45. ¡Chorizos! ¡Cómo entonces pueden las universidades resolver sus necesidades con tamaños papanatas reformadores que no atacan a la llaga del problema! Y qué tal, esa pobre y miserable posición de APULA que se ufana de exigirle más recursos al CNU. Sin tener la dimensión política de un Estado donde sí hay problemas descomunales, entonces nos los arrogamos y chillamos como mujerzuelas pidiendo más recursos, pero para botarlos, para elegir manipuladores, ignorantes y charlatanes. En una espiral de reclamos sin fin. La universidad venezolana jamás podrá justificar las inmensas cataratas de plata que ha recibido. Hay que debatir urgentemente, reformantes y reformistas cuál debe ser la orientación del gasto universitario. 45 Poco antes de llevar este libro a la imprenta, me abordó en la facultad de Ciencias, el profesor Pedro Quesada, y me reprochó el que yo lo estuviera incluyendo entre el grupo de corruptos de la ULA. Yo le dije que él era de los macolludos del Rectorado, que gozan de hartos privilegios como el uso de carros de lujo y de chófer. De inmediato lo negó con una rotundidad feroz. Pero ese mismo día, cuando me dirigía al estacionamiento, lo vi con su chófer, embutiéndose en una Blazer azul, último modelo, y con las siglas de la ULA. Me puse a su lado con mi carro, y lo saludé amablemente. El tipo sonreía, iba contento. Por su lado, el decano de la facultad de Ciencias, Carlos Alvárez, en una asamblea me contestó que él no era ningún acomplejado para no usar carro oficial y tener chófer de la ULA. Si la universidad controlara su epiléptico gasto, aquí habría dinero para sustituir a los profesores que se han jubilado; para atender todos los problemas de deficiencia en investigación y dotar debidamente las distintas dependencias académicas. Sobraría más bien dinero. Tendríamos que devolverle dinero al CNU. Eso sí, metiendo el bisturí hondo y desgarrando la enorme pudrición que ha introducido el grupismo y el maldito clientelismo electoral. PROGRAMA DE FOMENTO: en la ULA hay 11 programas presupuestarios, y se supone que estos programas son un vehículo para la inversión. Tenemos docencia, investigación, servicios generales, académicos, administrativos; servicios financieros, fomento... Hay un programa que se llama Protección Socioeconómica. El de Fomento, está conceptualizado como aquel tipo de inversión dirigida a reproducir el dinero de la universidad. Aquí se administra ese programa de Fomento en dos grandes direcciones: una, el Consejo de Fomento, y la otra, que casi nadie sabe, la vía de las facultades. Escuchen chorizos: ¡El rector tiene las pezuñas metidas en el programa de Fomento! ¡De dónde diablos inventan, ¡ojo chorizos!, que Felipe II, pueda inmiscuirse en Fomento! Tómese en cuenta que Fomento tiene para su programa 14 millardos de bolívares, lo que significa que se están administrando cerca de 1,4 millardos de bolívares al mes en Fomento. ¿Y qué hace un empresario venezolano que tenga en sus manos que repartir 1,4 millardos de bolos? Volverse loco. Y sin volverse locos, nuestros grandísimos chorizos, los resultados que tienen para el día de hoy, es que nuestras empresas están quebradas o no sirven para nada, ejemplo: la Librería Universitaria, la Radio, la Televisión. Y todo eso ocurre teniendo nosotros administradores especialistas en mercadeo, en administración de empresas, etc., y somos unos ineptos, incapaces de poner a producir nada. La razón por la cual esto no funciona, ¡escuchen señores choriceros!, es porque deliberadamente es mejor que así sea; estos fracasos constituyen parte de la corruptela y la política clientelar de los últimos 40 años, a la que han pertenecido obteniendo altos cargos y haciéndose cómplices de las aberraciones de este sistema: Felipe II, Enrique Corao, Pedro Quesada, Gladis Becerra, Julio Flores Menessini, Felipe I, José Mendoza Angulo, etc. Allí estaban, allí están y si hacen una reforma que dirijan ellos, y a la que se presten personajes como Miguel Delgado y don Juan Mendialdúa, allí seguirán por los siglos de los siglos. Volvamos al asunto del Consejo de Fomento de la ULA: De los 14 millardos que se entregan al Consejo de Fomento, éste administra 8 mil millones en todas esas empresas, y 6 mil millones están en manos de los decanos. De modo que el programa de Fomento acabó terminando en otro mar de lodo. La asignación al Programa de Fomento va básicamente a lo que se llama la partida 03, una partida en que se pueden adquirir bienes que podría formar parte de lo que se llama un proceso de capitalización de la universidad. Cuando se analiza esa ejecución presupuestaria lo que te encuentras son gastos y suministros, todos esos pequeños detalles que se compran y contribuyen al negocio de los acuerdos y cuadres por debajo o por arriba de la mesa: resmas de papel que nunca se ven, tonterías para oficinas que cada mes se compran camionadas, que se pagan y nadie sabe si realmente llegaron o se usaron. Hay el caso de un decano que manejó cerca de 2 mil millones de bolívares por el programa de Fomento, y muchos nos preguntamos, ¡dónde está la rentabilidad de esos 2 mil millones de bolívares! Sin dejar de tomar en cuenta que toda esa plata del programa de Fomento viene alimentada por todos los ingresos propios que se suponen se generan, incluyendo las colocaciones bancarias. Y si uno se pone a pensar, la planificación del presupuesto en éste solo programa, encuentra que lo menos que existe es el proceso de rentabilidad. Añada usted que todas las asignaciones presupuestarias del año 2000 estaban por encima de las expectativas que solicitaban las dependencias. En otras palabras, si alguien solicitaba un millón para producir hojas de plátano, acababa otorgándosele dos millones. Es decir que existe un dinero que se está distribuyendo de la manera más irresponsable y alegre posible. EL PROGRAMA SOCIOECONÓMICO: es necesario debatirlo. Se dice que esta universidad es paternalista con los estudiantes, y lo menos que se hace es asistir como se debe a los estudiantes. En el Comedor no se gasta más de 1,5 millardos al año, realmente irrisorio frente al derroche que uno ve por todos lados. (Hay que tomar en cuenta que por acuerdos federativos a nivel nacional, la FCU de la ULA está manejando cerca del 5 mil millones de bolívares). LAS CONTRALORÍAS SON APÉNDICES DEL PODER. No tenemos en la ULA capacidad contralora. Puede que ese organismo realice algo en lo relativo a lo que es anterior al gasto, simplemente como un control después del gasto. Cuando en esta área se está manejando el control de gestión, que es una función primordial de la Contraloría que debería pasearse para ver si realmente se han adquirido los bienes que se dice, si ha gastado en lo que se dice, y no que esté simplemente certificando las compras, sino investigar qué pasa con esos bienes a un año de haberse adquirido, y si se encuentran donde deben estar. Y son muy graves las fulanas compras nerviosas que se producen entre noviembre y diciembre, cuando viene el cierre presupuestario: una total locura en la cual se compra lo que sea con tal de que haya una comisión de por medio, cosa que lo sabe todo el mundo. Las mismas comisiones son las que determinan esas compras nerviosas. ¿Y quiénes tienen metidas las manos en estas compras?, pues los decanos. Y llama sobre manera la atención que quienes deberían decidir sobre estas compras casi nunca están presentes: las cátedras, los departamentos, las escuelas... PROGRAMAS DE INVESTIGACIÓN: el CDCHT maneja cerca del 90% del presupuesto para investigación, el resto está en las facultades. En términos de presupuesto la Facultad de Ciencias debería ser la más favorecida. Pero cuando se va a las cifras se descubre que quienes más tragan son, por ejemplo, Medicina y Forestales. La facultad de Ciencias Forestales, que por mucho tiempo es la madre de las deforestaciones, con manejos dolosos en contratos para la venta de madera en Ticoporo, recibe hasta cuatro y cinco veces más que lo que recibe la Facultad de Ciencias. Y esto ha ocurrido otra vez, por lo de la maldita política clientelar cuyos huesos los conocimos de cerca en los últimos conflictos internos de la ULA. ¿Cómo es posible que el Rector y el vicerrectorado Académico manejen plata para investigación? ¿Cómo es posible que existan dos bioterios (uno que depende del rector y otro de Medicina), y hasta dos departamentos de Biología? MIL CAJAS CHICAS EN LA ULA: a ese presupuesto se le puede administrar de muchas maneras: Por vía del reglamento de compras que tienen que ver con todos los bienes y servicios de la Universidad. Un día se inventó la administración de recursos mediante esa aberración llamada “Caja Chica”, por donde se drena una buena porción del dinero de la Universidad, y cuya administración y responsabilidad recae en el jefe de alguna dependencia. Estas cajas se administran de acuerdo con unidades tributarias, que pueden llegar a tener en algunos casos cien o más unidades equivalentes cada una aproximadamente a 12 mil bolívares. Cuando estas cajitas debían ocuparse de cosas menudas, han pasado a convertirse en desaguaderos hasta para pagar viáticos y pasajes, y caer otra vez en el nefasto asunto clientelar. Es decir, proliferan las taifas, y éstas acaban por responder con retribuciones y “agradecimiento” al gran dispensador, buscador de votos. Las AUTORIDADES tienen cajas NI TAN CHICAS, que manejan aproximadamente hasta 5 millones de bolívares al mes. ¿Señores reformadores, Miguel Delgado y Juan Mendialdúa, metan allí la cuchilla y rebanen unos cuantos chorizos! ¿Podrán? Ahora bien, nadie sabe quién controla las cajas chicas, porque ni la Contraloría lo hace. Según Rubén Duque, las cajas chicas están constituyendo tres veces la asignación por primas de quienes ocupan los distintos cargos representativos de la ULA. Es decir que hay personas que pueden estar ganando 160 mil bolívares de prima y por vía de las fulanas cajitas estar administrando mucho más para sus propios beneficios (entre 400 a 500 mil bolívares mensuales, algo más que la prima que del propio rector de la universidad (Felipe II, por prima devenga unos 500 mil bolívares). ¡Chorizos! VIÁTICOS: en viáticos, la ULA está evaporando cerca de 5 millones de bolívares diarios. CONVENIOS: ¿Cuántos viajes al año se echan al buche decanos y equipos rectorales, a veces sólo para firmar estúpidos y ridículos convenios? Y si se toma en cuenta que la ULA tiene unos 1.500 convenios firmados con múltiples instituciones que no nos reportan prácticamente nada, sino gastos. Nos preguntamos, ¿podrán los de la reforma espongiforme bovina, incomodar a los visires del rectorado con cambios que de veras les sacudan sus intereses? ESTADO CIENTÍFICA DE NUESTRA INVESTIGACIÓN Claro, no pretendemos generalizar. Tenemos, como hemos dicho, valiosos científicos en nuestras universidades, y el área más respetable es matemáticas, con investigadores de la calidad de un Carlos Di Prisco, Henry Gzyl, Hugo Leiva, Carlos Uzcátegui, Antonio Tineo, Marcos Lizana, Luis Báez Duarte, Miguel Méndez, etc., quienes muy difícilmente podrían publicar basura, turbias o indescifrables elucubraciones. También vale la pena reconocer el trabajo que realizan los físicos Jesús González y Pedro Grima en el Centro de Investigaciones de Semiconductores, como el de los esposos Jairo y Olga Márquez en el Centro de Química Analítica y Electroquímica de la faculta de Ciencias; también el laboratorio de Ecología Animal y Botánica a cargo del profesor Pedro Durant. Otras áreas científicas no pueden decir lo mismo, y ya han aparecido, libros, artículos y numerosos ensayos donde se prueba que no es tan complicado inventar o falsificar trabajos de investigación, como el caso de los fraudes arqueológicos ampliamente reseñados en este trabajo. Si tomamos en cuenta que Venezuela es un país prácticamente sin tradición científica, que los recursos para esta área son asignados más a políticos o siervos de grupos políticos que a científicos; que nuestra evolución social, nuestro progreso jamás ha estado ligado al desarrollo de la ciencia, con excepción únicamente del aspecto médico, y que en muy raras ocasiones ésta ha proporcionado herramientas para la resolución de problemas específicos del país. Resulta prácticamente insólito que en Venezuela, insertada en grandes programas de carácter científico y tecnológico, casi nadie entienda de ciencia. Menos del 5% del profesorado universitario venezolano investiga, y la mayor producción científica en nuestro país, para revistas internacionales, se dirigen sobre todo hacia lo especulativo. Sobre este último aspecto vale la pena señalar el interesante trabajo de Alan Sokal, profesor de Física de la Universidad de Nueva York. En 1996 decidió poner en evidencia la farsa en la que, a menudo, se mueve el sistema de las investigaciones en el mundo46. Sokal escribió el artículo Transgrediendo los límites: hacia una hermenéutica transformadora de la gravedad cuántica en el que, bajo el paraguas de un pensamiento posmoderno, mezclaba conceptos científicos y teorías filosóficas. Entre otras cosas, Sokal aseguraba que las teorías psicoanalíticas de Lacan habían sido confirmadas por trabajos en la teoría de los campos cuánticos. Sokal quería comprobar si era posible publicar una pieza tan 46 Para ello transcribiré al pie de la letra, el trabajo realizado por J. M. Martí Font, Barcelona, España. absurda en una revista científica de referencia. Social Text lo publicó en 1996 y Sokal denunció la farsa y se armó el escándalo. Guillem Bou Bauzá, doctor en Ciencias de la Educación por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), ha hecho lo mismo. Bou envió tres ponencias con nombres falsos a dos congresos para especialistas del mundo de la educación, que contenían párrafos plagiados, cuando no barbaridades racistas o simples insultos escondidos en citas en alemán. Bajo el nombre de Héctor Luis Ormaza Villa, supuesto director del inexistente Instituto Nacional para la Tecnología en la Formación Superior, de Argentina, y asesor del Ministerio de Educación argentino, Bou presentó al I Congreso Internacional Docencia Universitaria e Innovación, celebrado en Barcelona en junio, una comunicación con el título: Balance de la docencia semipresencial apoyada por recursos telemáticos en el contexto universitario argentino. En realidad, se trataba de una parodia de un artículo de Ramón Pérez Pérez, titular de Tecnología Educativa de la Universidad de Oviedo, copiado con un pequeño añadido, un párrafo en el que se asegura que "es un hecho contrastado" que "el catalán entorpece las comunicaciones en internet al ser una lengua minoritaria"; que la producción literaria en esta lengua "es escasa y de poca calidad" y que su vocabulario científico es "inexistente". La ponencia afirma que "desde cualquier óptica sensata, los agentes sociales y culturales recomiendan que caiga en desuso hasta su extinción, a fin de evitar el costoso mantenimiento de un bilingüismo estéril culturalmente". La segunda comunicación que Bou envió al congreso de Barcelona la firmaba Hans Heidelberg, supuesto profesor titular de la Universidad Politécnica de Mönchengladbach, y Natalia Ramiro, profesora visitante de la misma inexistente universidad. El título: Un modelo de organización para las nuevas tecnologías en la universidad. La trampa, además de la falsedad de los autores, se escondía en citas textuales en alemán. Consignas del estilo "que se metan el teclado donde les quepa" aderezaban los supuestos planes de innovación pedagógica del ICE de Mönchengladbach. Bou reconoce que puede no haber nadie que sepa alemán en el comité de selección y que el nombre del autor del trabajo no levante sospechas, pese a que la Universidad Politécnica de Mönchengladbach no exista. Pero apunta que dentro del mundo académico a cualquiera le llamaría la atención que el supuesto investigador envíe sus trabajos desde una dirección del popular buscador Yahoo. Supuestamente, ambos textos fueron revisados por el comité científico del congreso y la bibliografía, contrastada. Sólo así se explica que el congreso aceptara ambas comunicaciones, junto con el dinero de la inscripción - 30.000 pesetas - y que los textos fueran editados en un CD-ROM avalado por las tres grandes universidades de Barcelona (UAB), la Universidad de Barcelona (UB) y la Politécnica (UPC). Bou decidió, a continuación, probar en otros caladeros y se decidió por el Congreso Internacional Educar para la Diversidad en el Siglo XXI, celebrado en Zaragoza en julio, organizado por la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía con el apoyo del Gobierno de Aragón, el Ministerio de Educación, las diputaciones de Zaragoza, Huesca y Teruel, el Ayuntamiento de Zaragoza y varias cajas de ahorro. La comunicación enviada bajo el nombre de Juan Garrido Heidelberg, supuesto funcionario del Ministerio de Educación de Austria, se titulaba: Austria después de Haider: una reflexión sobre la educación y el multiculturalismo en Europa. El texto era un puro desvarío, pues se deslizaban consignas como la referencia a un supuesto decreto del Gobierno de Viena titulado Toter Kanacker, Guter Kanacker, que significa: "El mejor extranjero es el extranjero muerto". Si a todo lo anterior añadimos que Estados Unidos nos esquilma y nos envilece con sus tratados, nos desprecia con sus acciones; el único fin de estos mercantilistas es ejercer un dominante paternalismo, convertirnos en un centro más que les suministre divisas como adictos que somos del consumo de cuanto ellos producen. Y resulta que cuanto hace nuestra Universidad es copiar tecnológicamente cada una de las chatarras que allá se confeccionan en Estados Unidos y que allá se van desechando, porque este país es una máquina desbocada que constantemente está entrando en nuevas exploraciones científicas con un tren de expertos a años luz de nuestra velocidad de trabajo y producción. Lo que hacemos en función de esta pavorosa ilusión es nocivo para la independencia de la Nación. Atado el sentido del conocimiento y del progreso al engranaje tecnológico del Norte. Publicar artículos en revistas norteamericanas, vivir pendiente de lo que ellos hacen en diversas áreas del conocimiento, constituye carta de presentación excelente para cualquier grupo de investigación. Entonces se hacen los esfuerzos tendientes para que estos grupos, modeladores de la confusión moral más reprochable, reciban las asignaciones económicas que deseen. Por ello se ven esas oleadas de mulatos viajando hacia el Norte para perfeccionarse y otras oleadas que regresan, intratables, neuróticos, preocupados por el atraso del país, y diciendo a los cuatro vientos que no se puede hacer nada porque no hay recursos ni infraestructura tecnológica suficientemente equipada. Entonces estos señores comienzan a conformar las comisiones del famoso CDCHT, casi siempre bajo la dirección de algún eminente extranjero (que pueda haber hecho cosas tan maravillosas que ni el mismo Cristo... Claro, el tío sabe cómo se mueve la manteca en las publicaciones del exterior y no le interesa si tal proyecto nos trae o no algún beneficio o progreso). Por allí hay unos tipos extraordinariamente ecuánimes que se llenan la boca diciendo: "Pero chico, el conocimiento es universal, y cuanto contribuya a engrandecer el conocimiento nos hace mejor a nosotros los venezolanos”. Pero los gringos no piensan lo mismo. Y le sacan un provecho inmenso a lo que nuestros investigadores hacen y por ello no pagan un céntimo, ni siquiera lo reconocen. Siendo que los gringos no ponen interés en cuestiones que no lleven por delante el señuelo del dinero, un jugoso pago en dólares. ¿Y qué decir de esa investigación de última hora que promueven los señores tutores extranjeros en que se abordan temas y circunstancias que por lo complejo, requieren un aparataje refinado imposible de adquirir? Esto por fuerza produce una dependencia desquiciante en el pobre criollo que no podrá jamás realizar algo sin la muleta del maestro que dejó en el Norte. Nos llenamos la boca diciendo que fulano y zutano están en la NASA, en Harvard, en Princenton, en M.I.T., sin darnos cuenta de que esos señores están por fuerza distanciados de Venezuela, tanto como lo puede estar un noruego inmerso en sus laboratorios de trabajo, que jamás ha venido a nuestro país. Y esto representa cataratas de dólares que se echan por la borda sólo para llenar con letreros de oro los titulares de prensa que digan las maravillas que están haciendo nuestras universidades. Todos los días se habla de la fulana independencia tecnológica que están a punto de alcanzar nuestras universidades cuando más bien si apenas arañamos los peldaños más miserables del pavoroso edificio que representa el andamiaje del progreso norteamericano. Nos apoyamos enteramente en tecnología estadounidense, hasta tal punto que hoy se haría imposible pensar sin ella. La Universidad venezolana y lo que ella hace no tendría ningún sentido si se desconectara de la realidad intelectual norteamericana. Podríamos hacer desaparecer a Bolívar y cuanto hizo por nosotros; podríamos borrar del mapa a los últimos restos aborígenes que nos quedan; podríamos incluso destruir los testimonios de nuestro acervo histórico, y no obstante existir como Nación en virtud de cuanto nos llega de Estados Unidos. Es decir, con lo que no podríamos cortar es con lo que le da vida a nuestra industria, con los gringos. Uno de los ejemplos más típicos al respecto, ha sido el proyecto diseñado por el doctor Alberto Serraval, llamado el Tren Electromagnético para Mérida. Al pobre Serraval nadie le ha querido ayudar, porque no es rentable su proyecto: cuesta dinero, ingenio, sacrificio, constancia y voluntad de trabajo, prendas de las que solemos carecer los venezolanos. Entonces todos los gobiernos siempre le han dicho que para ahorrarse tantas exigencias mejor sería importar trenes de Francia, Alemania o Estados Unidos. Pero las limitaciones nuestras tecnológicamente constituyen unas trabas que nos desquician moralmente, y cuando el doctor Serraval en una oportunidad tenía casi listo su proyecto, y a través del CDCHT, quiso importar unos componentes electrónicos para poner en marcha su máquina, luego de pagar varios millones por ellos, le pusieron horribles trabas. A la final, se le preguntó que para qué quería tales componentes, y cuando les explicó que para construir un tren, de inmediato la compañía le contestó: “Si quieren trenes, nosotros los hacemos. Cómprenlos que nosotros se los vendemos. Sorry”. Estoy seguro de que esta nefasta copia de la tecnología norteamericana y de los procedimientos de la investigación extranjera para justificar los estudios en Venezuela, es algo ya indetenible, de lo cual se hace necesario no seguir mintiendo y establecer de una vez una política que nos vaya preparando (no para ser venezolanos) sino para vivir según el modelo materialista de los yanquis. las roscas directoras y la masa espongiforme, madre de nuestros torneos electorales. La Universidad no quiere o no puede, como está actualmente conformada, ejercer un severo control sobre este derroche de dinero, que se evapora bajo el sublime señuelo de la investigación. Insisto, ya casi para terminar, que la Universidad venezolana se divide en tres grandes secciones: las vacas cuerdas y consagradecidas de la investigación (que realmente no se sabe a ciencia cierta qué es lo que hacen en beneficio de nuestro país), los "plebeyos de las actas gremiales" que se pasan la vida balbuceando peticiones reivindicativas, y en medio de estas distantes clases, el Mar de los Indiferentes o de las focas, los resignados a permitir que se haga lo que sea con los recursos de nuestra universidad. Ese "batallón de indiferentes" viene a constituir en el fondo el verdadero motor de los desmanes que permiten Las "focas", como hemos visto, que sólo saben aplaudir y pedir; elogiar, encomiar y callar pacientemente, esperando dádivas y decisiones en las que nunca participan. Estas clases en apariencia son disjuntas; es prácticamente imposible que alguien pueda al mismo tiempo pertenecer a dos de ellas. El Consejo Universitario se compone de tres categorías. La clase que sobrevive a cualquier cambio de nombres, y son infaltables en las decisiones de altura, es el de las "vacas consagradas". Estas "vacas" son muy serias, muchos de ellos llevan nombres extraños, saben muy bien manejar la ironía y se hacen con una aureola de grandeza que los pendejos criollos somos incapaces de descifrar. Los de la "plebeyez gremial", triste es decirlo pero es así, se componen por lo general de los menos preparados; prácticamente son el desperdicio intelectual de la Universidad. Graduados con las calificaciones más miserables, que vegetan en las categorías inferiores y cuyas aspiraciones son: una casita en el campo, una Wagoneer con rines de magnesio y la aceptación en un club donde se permita hacer mondongos, cruzados, parrillas con bastante chinchurria, mojito, yuca y caraotas negras, y pueda uno echarse cervecitas bien frías; y departir con disciplinas de truco, dominó y bolas criollas. Los "nostálgicos de la izquierda venezolana" merecen capítulo aparte; son los seres más volubles, más grises y débiles que se puedan conocer. Lo único que hacen es quejarse a hurtadillas de la situación nacional; cualquier caimacán los embauca; viven a la defensiva y en secreto aspirando a detentar los cargos luminosos de sus capataces para hacerlo igual o peor. ¿Quién puede contar con un individuo que se dice de "izquierda" para afrontar la degradación de la Universidad o del país, si aquellos que se adjudicaban este título acabaron siendo asesores, consejeros de la derecha y para imponer precisamente lo más vil y lo más reaccionario (caso ejemplar: Petkoff). No sabe nadie cómo podría realizarse una reforma con tales divisiones tan dispares y donde es muy difícil encontrar verdaderos luchadores y maestros. Las poquísimas voces que protestan han sido ahogadas por el mar de los indiferentes, repito. Vanitas vanitatum En medio de las denuncias terribles que se hacían a APULA, y cuando los de la directiva de este gremio estaban llamados a dar respuestas claras del mal manejo de los dineros de la Asociación, usándolos para el derrape con sancochos privados o en clubes, en restaurantes; con la consabida manipulación de colocar en cargos importantes y de manera totalmente arbitraria a personas alcahuetas de la directiva47, como la de nombrar gerente administradora de la Proveeduría a la esposa del Tesorero Claudio Valentino; ser complacientes con la negociación que hizo el presidente de APULA, David Fermín, de alquilar un apartamento de su familia para el IPP, etc. Cuando se ventilaban estas y otras docenas más de abusos y desafueros, el 47 En esa época, las denuncias también recayeron sobre la profesora Gladis Becerra quien pertenecía a esta directiva de APULA. Hoy la profesora Becerra es Secretaria, la más votada en las últimas elecciones rectorales. presidente de APULA llega y organiza una repartición a manos llenas de reconocimientos a profesores por años de servicios prestados a la ULA. Las líneas telefónicas de la ciudad se congestionaron haciendo llamados implorantes a los profesores para que asistieran al acto. Se repartían centenares de lujosas invitaciones, se invirtieron cientos de miles de bolívares en propaganda por la prensa; se acudió incluso al invento más insólito, como fue el difundir que a ciertos profesores se les iba a premiar con un bono de veinte mil bolívares por cada cinco años de servicio prestado. Se tocó un punto extraordinaria-mente sensitivo de nuestros colegas, y haya que reconocer que el recurso propagandístico para atraerlos al lugar resultó efectivo y genial. El gremialista que lo instrumentó se auscultó a sí mismo descubriendo un halago al que la inmensa mayoría de los colegas no podía sustraerse. La directiva de APULA entonces dispuso del mejor whisky, se llevaron tantos pasapalos que no encontraban dónde colocarlos, y se habilitaron como mesas los escritorios de las oficinas. Yo casualmente estuve allí por otros motivos y me sorprendí con aquel enjambre de carros que congestionaban el sector. Cuando me acerqué a la entrada, me topé con aquel mar de honorables matronas, jubilables, colgadas del brazo de sus hijas o nietas, haciendo relucir en sus cuellos, las cintas de los cordones que les habían sido colocados por un presidente recientemente acusado de cometer insólitos actos de corrupción, que a la postre lo conducirían a que se le dictase auto de detención. Pero nada, los profesores premiados, sonrientes, eufóricos, haciendo notar sus pergaminos dorados, abrazándose, revolcándose con sus preseas y reconocimientos, y acosados sin cesar por buenos whiskies de primera. Como en un cuento de hadas, los nietos (o los hijos) de aquellas profesoras, con sus trajes vaporosos y sus finos perfumes, rodeando, y echándole flores (profundamente agradecidas), a un presidente de APULA catalogado de "Ogro hormonal48". En realidad era un acto para salvar a una junta directiva plagada de oscuros manejos. Semejaba aquello, los últimos saraos en los días 48 Así calificado por una nota de prensa publicada en el diario El Vigilante el día domingo 3 de octubre de 1993. Aparece íntegra en los DOCUMENTOS DE LA CORRUPCIÓN. de Rasputín, en la decadente corte del zar Nicolás II, cuando era necesario levantar el espíritu de un gobierno prostituido mediante el lujo y los derroches. Lo insólito era que allí, en primera fila, entre quienes esperaban recibir del presidente de APULA estos "memorables reconocimientos", se encontraba nada menos que don Felipe Pachano, el futuro despampanante rector de la ULA; en primera fila, con sus piernas recogidas, y en actitud de profunda atención49. Felipe Pachano estuvo entre los candidatos que disputaron el "cetro" del rectorado en 1991. Y estas campañas para los derrotados son interminables. Para él era imperioso estar presente en aquel acto de repartición de preseas. Para él no había (ni nunca lo habrá), nada que reprocharle a Fermín pues éste fue su aliado, o lo sigue siendo, y eso es lo que cuenta. A raíz del artículo EL ESPANTOSO DERROCHE DE LAS UNIVERSIDADES, aparecido en El Globo, se generó en Mérida una serie de denuncias terribles contra la Universidad. 49 En 1996 el profesor Pachano consigue ser rector de la ULA, en parte gracias al apoyo del profesor David Fermín. Poco antes yo le había hecho una visita al vicerrector Académico Leonel Vivas y le entregué personalmente una carta en que solicitaba se investigara el procedimiento mediante el cual el ex rector Néstor López Rodríguez se había jubilado dos veces. El señor Leonel me recibió cordialmente y con gestos que le hacían mover la cara de un lado a otro, y quedarse fijamente mirando el techo, me hizo ver que él estaba horriblemente condicionado en sus movimientos reformistas, por un medio excesivamente mediocre. Comenzó a musitar “José, ay José, si tú supieras. Ay José”. A mí estos teatros me los hacen sólo una vez. Lo cierto fue que don Leonel nunca respondió mi solicitud ni mostró el menor interés en ocuparse de ella. Luego siguió su campaña para extrapolarse a otros cargos más importantes. El jueves 17 de junio de 1993 aparece en El Vigilante: LA CORRUPCIÓN AHOGA A LA ULA (IMPUNIDAD Y DELITO). Se destapan con nombres y apellidos delitos insólitos. Se trata de desmanes y latrocinios que todo el mundo comenta en la ULA, pero que no se difunden por la prensa; nuestra prensa regional era tremendamente anodina hasta que apareció el doctor Eurípides Moreno, el director de El Vigilante y permitió que por las páginas de este periódico se criticaran tantos desafueros. Pronto se desataron más críticas, y la gente pregonaba que El Hombre de la Etiqueta se había quedado corto. Esta actitud de un periódico habría de provocar una nueva catarata de remitidos, porque como se sabe, la gente "seria" de nuestros equipos rectorales jamás puede permitir que ésos sean procedimientos civilizados para llevar a cabo una campaña de adecentamiento de nuestras universidades. Las cosas deben hacerse en los tribunales de la República (exactamente como lo ha pedido el consentidor de gravísimos desmanes en APULA, el profesor David Fermín), con las pruebas en la mano: no obstante que resaltan los hechos que se denuncian en informes y señalarse la forma extremadamente irregular como funcionan muchas de nuestras dependencias. En aquellos días las inmensas irregularidades de FUNDAULA habían sido mantenidas ocultas. Se hablaba del remate de propiedades de la ULA, para cumplir con demandas que se estaban realizando por la mala administración de esta Fundación. El presidente de FUNDAULA, como se sabe, era el mismo gobernador Jesús Rondón Nucete. La movilización que jamás se había puesto en efecto para indagar los males que con frecuencia atacan a nuestra institución, se realizó para criticar con fuerza al director de El Vigilante. Un juez se trasladó a El Vigilante para hacer una inspección y exigir se le entregaran los documentos que habían sido publicados y cuyo autor era El Hombre de la Etiqueta. El día viernes, 18 de junio, aparece un comunicado de la Secretaría de la ULA referente a FUNDAULA. Ante este cúmulo de denuncias, las autoridades rectorales deciden pararle el trote al "descalabro moral" que pueden producir las denuncias en el ámbito académico, y solicitan una reunión urgente con el director de El Vigilante, doctor Eurípides Moreno. Le piden calma y cordura, y como puede sobrentenderse, le imploran que sea mucho más cauto en cuanto a las tremendas críticas que se hacen contra la institución sin que se tengan "pruebas". Porque la salvación de los que se sienten aludidos por estas denuncias es que nunca se puedan aportar "pruebas". El lunes 21 de junio aparece el artículo MALDITO EL CLAUSTRO SI DEJA IMPUNE LOS DESMANES DE FUNDAULA. Y al lado de este artículo, otro, firmado por José Orlando Quintero, quien sostiene, en la columna DÍGALO USTED: "La ULA nuevamente amenazada por sindicaleros de oficio...", y enumera otra vez la tragedia de las imparables paralizaciones que cada año sufre nuestra universidad por parte de obreros y empleados. A pesar de que los profesores hacen sus huelgas y paros criminales, por lo menos cumplen con la docencia y en medio de la abulia general crean y algo producen, pero nuestros obreros y empleados en un altísimo porcentaje lo que saben es hacer huelgas y paros. ¿Qué le han dado de positivo estos señores a la ULA? ¿Cuándo han hecho un gesto de generosidad y grandeza humana por ella? El 22 de junio, el presidente de APULA, ansioso por no dejar de aparecer en la prensa sostiene que es arbitrario el que el Consejo Universitario elimine la cláusula 79 del Acta de Convenio que asegura la entrada automática de los hijos de los profesores en la ULA. Por cierto que esta crítica indujo al caricaturista Carlos Páez a elaborar un dibujo en el que un burro le dice a otro: "Consíguete un trabajo en la ULA para asegurar la inscripción de nuestros hijos". En medio de esta amarga diatriba, el decano Mauro Briceño me contó que David Fermín había apoyado la proposición que en este sentido había hecho Leonel Vivas, y que luego salió a la calle enarbolando la bandera contraria. Yo le dije entonces a Mauro: "¿Pero entonces por qué el rector no lo desenmascaró en esa alocución que hizo la noche pasada, hablando del problema?" La respuesta de Mauro Briceño es típica del carácter de los "ecuánimes". Me quiso sugerir que el rector Michel Rodríguez era un hombre demasiado SERIO y que no se iba a “empatar en una de pleitos verbales con un tipo tan ordinario como Fermín”. Ese mismo 22 de junio, el rector sale en una delicada fotografía, bien montada, sonriente, amplio, sereno y cordial, muy a propósito para las difíciles circunstancias que estaba pasando la ULA. La nota de prensa dice: el rector de la ULA hizo entrega de una ambulancia a CAMOULA. Al lado del rector aparece el vicerrector Hernán López Áñez. Por cierto, que mientras los eminentes señores del Rectorado solicitan para sí, carros último modelo, en cambio para la Salud, para los servicios de CAMOULA, se compraron una chatarra, con los cauchos completamente lisos. El día miércoles 23, en la columna QUÉ DE COSAS VEREDES, firmada por Sancho Panza, se plantea que el rector Michel Rodríguez quiere hacer desaparecer de un plumazo las deudas de FUNDAULA para que el gobernador Jesús Rondón Nucete no quede mal. Para salvar su imagen de revolucionario ante esta avalancha de denuncias, David Fermín sale otra vez proponiendo un referéndum para dilucidar el problema de la admisión de los hijos de los profesores. Estos señores, proponen los más insólitos referendos; es como si FAPUV pidiera un referéndum entre los profesores universitarios sobre si debe o no el gobierno obsequiarnos con un carro nuevo cada año. ¿Por qué no se le piden al pueblo estas consultas? El 25 de junio vemos una nota de prensa titulada: AL MARGEN DE LA BUROCRACIA, donde se habla de un intercambio cultural realizado por la Secretaría de Cultura de APULA y ciertos sectores del quehacer artístico de Barquisimeto. Esto provoca una airada protesta de David Fermín que es elevada hasta la dirección del diario El Vigilante. Por cierto que en una oportunidad el propio Eurípides me contó que era tal la molestia de Fermín que no le estaba enviando publicidad a El Vigilante. Lo mismo estaban haciendo en aquel momento las propias autoridades universitarias. El 27 de junio, día domingo, se lanza un ataque al Hombre de la Etiqueta, firmada por Nella García Rullo de Do Campo con el título: HOMBRE DE LA ETIQUETA, USTED SE EQUIVOCÓ. Es un artículo confuso y tembloroso, y se nota que se ha sentido aludida por las denuncias. Ella sostiene que es una funcionaria de la ULA a la cual sirve con dedicación y mística, y en cuya razón de ser cree firmemente. Le pide furiosamente que se identifique si se considera un hombre, "pero que ya no puede serlo porque ya evidenció su mediocridad". El 28 de junio, día lunes, resalta en la primera página de El Vigilante; TRIBUNAL INICIÓ AVERIGUACIÓN SOBRE CORRUPCIÓN EN LA ULA. Más específicamente: "El Tribunal Segundo de Primera Instancia en lo Penal, inició las averiguaciones sobre el caso de varias denuncias, que señalan presuntos hechos de corrupción en la ULA. Para tal fin, el juez segundo penal, Luis Raúl Rodríguez Molina comenzó a recabar material escrito y a entrevistarse con personas que pudieran arrojar datos importantes sobre la veracidad de los presuntos hechos irregulares cometidos en la máxima Casa de Estudios. En este sentido solicitó a este diario ampliar datos sobre noticias publicadas en el artículo LA CORRUPCIÓN AHOGA A LA ULA (IMPUNIDAD Y DELITO). Así mismo se hizo un llamado a personas o instituciones que poseen información clave para aclarar este caso, aportar datos con el objeto de determinar una vez por todas si son ciertos o no los actos irregulares de los que se acusa a la ULA". Toda esta alharaca era pura impostura. Si de veras querían hacer justicia les bastaba con pedirle al rector un horrible informe que recientemente se había hecho sobre gravísimos delitos cometidos en el Comedor, donde se evaporaban millones de bolívares. ¡Incluso se hablaba de la pérdida de una res diaria! El infrascrito denunció por escrito ciertas irregularidades cometidas en el otorgamiento de negocios que la propia ULA hizo con profesores de la Universidad, sobre el cual se guardó el mayor hermetismo. La Universidad realiza con frecuencia contratos con funcionarios de la misma institución. Ese mismo día 28 de junio aparece el remitido de las autoridades rectorales, dirigiéndose a la opinión pública, reprochando el método de denuncia utilizado por el Hombre de la Etiqueta. Téngase en cuenta que ya las mismas autoridades rectorales habían pedido entrevistarse con monseñor Baltazar Porras solicitando más moderación al diario El Vigilante. El ex rector Néstor López Rodríguez, en un costoso remitido hace una gruesa petición de cordura a monseñor Baltazar Porras. Desde el miércoles 30 de junio el director Eurípides Moreno comienza su ataque frontal contra la corrupción universitaria mediante una serie de cintillos bastante notables. El primero dice: Si considera el Consejo Universitario que es malo denunciar la corrupción anónimamente, es peor conocerla y ni siquiera denunciarla. Eurípides Moreno Desde Caracas, Domingo Alberto Rangel comienza a echar-les plomo a las autoridades de la ULA, pero corre Leonel Vivas a decirle que no lo siga haciendo porque está muy mal informado. El 21 de abril de 1994 aparece otro comunicado, pésima-mente redactado50, que desnuda el alma de sus firmantes, Michel Rodríguez y Enrique Corao, y de todos los que lo suscribieron. Comienza diciendo: “El Consejo Universitario de Los Andes ante las expresiones ofensivas que miembros de la comunidad universitaria, en particular profesores, profieren a través (sic) de los medios de prensa contra la dignidad e integridad moral y familiar de sus colegas, sin considerar (sic) que tal proceder vulnera los derechos ciudadanos y académicos del injuriado y lo somete al escarnio público, ha considerado (sic) oportuno y obligante hacer saber a la comunidad que este tipo de actos y comportamientos también lesionan la integridad de la Institución Universitaria e incluso contravienen los artículos 1º y 4º de la Ley de Universidades y por consiguiente, quienes lo 50 Por cierto que cuando lo transcribí a la computadora se me dañó el sistema. infrinjan se exponen a la aplicación del Artículo 110 de la misma Ley, que a letra dice: “Los profesores titulares, asociados, agregados y asistentes, sólo podrán ser removidos de sus cargos docentes de investigación en los casos siguientes: “Numeral B: Cuando participen o se solidaricen activa o pasivamente con actos y medidas que atenten contra la inviolabilidad del recinto universitario o contra la integridad de la institución o la dignidad de ella o de cualquiera de sus miembros.” “Por su parte, es una incongruencia, además incomprensible que los universitarios a menudo invoquemos concepto como el de la libertad de expresión, derechos humanos y autonomía, si con actitudes de la naturaleza que ahora censuramos, se violan, justamente la dignidad de la persona humana y se atenta contra la propia institucionalidad Universitaria. Así mismo, vea con preocupación el Consejo Universitario, el uso abusivo de los medios de comunicación para dirimir asuntos universitarios que la mayoría de las veces, no son tratados a través (sic) de los organismos competentes. “El Consejo Universitario desea igualmente, instar a los directivos de los órganos de prensa Merideña, a tomar consideración este mensaje de alerta y les solicita la mayor colaboración para el mantenimiento de la buena imagen de la Universidad, valiéndose no sólo de su propia conciencia, sino también de la justa aplicación del derecho de información y de la ética periodística. “El Consejo Universitario hace un llamado a la comunidad Universitaria para que rechace cualquier agresión contra sus miembros y contribuya a orientar a la opinión pública para que está sienta a la Universidad como propia, preserve su imagen y defienda su misión... De buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre”. Como puede verse, este es un documento digno de ser apoyado y suscrito por atrasados mentales, que jamás hubiesen pasado por una universidad seria, mucho menos ser profesores de ella. Este terrible mar de denuncias y lucha concluye con el famoso PORRASO, cuando el obispo don Baltazar Porras fuertemente presionado por el gremio de APULA, el Consejo Universitario y el gobernador Jesús Rondón Nucete, decide destituir de la dirección de El Vigilante al doctor Eurípides Moreno. Quedamos sin voz un grupo pequeño de profesores que nos habíamos atrevido a desafiar a los partidos y a los poderosos de la ULA. Esto produjo una rumbosa celebración de los triunfantes, pero queda aquí, al menos, el testimonio de esa lucha. CUANDO SE CAE LA FARSA No, la historia del ombligo chibcha se niega a morir, a lo mejor nunca muera. Aquí retomamos otros de sus estertores, que como el de los grandes reyes en desgracia, van cubiertos de cábalas y turbios acertijos. Ya la cosa, como vimos, había pasado a los tribunales, esa mar que recibe los detritus de los centros burócratas de la Nación, y que no limpia nada porque está más negra y espesa que el corazón mismo del demonio, invadida por toda la mierda que le llega de sindicatos y cuarteles, de hospitales y universidades... Dado lo retardado que suelen ser en sus menesteres los tribunales nuestros, lo más impresionante fue que la inspección judicial se realizó el mismo día que se solicitó, el 18 de julio, a las dos y quince de la tarde (previo traslado y la habilitación correspondiente). Llamaba sobre manera la atención que el Tribunal nombrase como el práctico de la inspección a José Luis Quintero51. Cuando se llega al punto crucial de la solicitud de la inspección, el Tribunal dice en peculiar, lánguido y penoso castellano: “A pedimento del solicitante, el Tribunal deja constancia que se observó en un sitio, pocos metros arriba del sitio donde fueron observados los árboles caídos una formación de piedras superpuestas (sic), del tipo mojón de piedras de dos metros de longitud por su frente más angosta, con una altura aproximada de un metro con cincuenta centímetros y por sus costados dos metros con cincuenta centímetros de longitud aproximadamente, con una altura decreciente hacia su parte posterior y algunas más piedras en el terreno. Las piedras de la estructura presentan52 vegetación, especialmente la llamada musgo. Hacia la parte de arriba, a menos de cuatro metros aproximadamente de la formación de piedras mencionadas, se encuentra otra formación tipo mayor en forma semicircular, de aproximadamente cuatro metros de longitud de piedras interpuestas, que se encuentra cubierta prácticamente de vegetación 51 Quien hasta esta época creía en las fábulas de doña Clarac, pero que posteriormente, harto de ver fraudes en el Museo Arqueológico que ella presidía, decide emprender en su contra una campaña de denuncias por la prensa. José Luis puso al descubierto, como se verá en la segunda parte de este trabajo, la forma cómo urdían sus vulgares tramas los “científicos” al servicio de doña Clarac. baja. Más arriba, a una distancia aproximada de diez metros, se observó otro montón de piedras en su mayor parte esparcidas por el terreno y hacia la parte de abajo, como a unos cinco metros de distancia otro espacio de terreno en donde se encuentran piedras esparcidas cubiertas con vegetación...”. Total, nada absolutamente de nada. Pero no defraudados por los resultados de esta inspección judicial, porque eso es lo que menos importa para gente como esta, el “poeta” Parayma procedió a solicitar una segunda, con el objeto de que en esta ocasión las pruebas las suministrara la propia señora Jacqueline Clarac. Esta solicitud fue presentada el 22 de julio, para que se realizase en el Museo Arqueológico, y dejar constancia: Primero: Si existen en dicho Museo Arqueológico las mencionadas muestras fotográficas que reflejen la existencia de los monumentos arqueológicos de Joyo Caliente. Segundo: Si existen documentos explicativos o notas explicativas de dichos documentos fotográficos. Tercero: Si existen en dicho Museo Arqueológico informes y estudios relacionados con los hallazgos arqueológicos de Joyo Caliente. La inspección se produjo el día 25 de julio, en donde por cierto no se refleja nada de lo que se solicita. Lo más notorio asentado en el documento reza: “...en los archivos de este Museo Arqueológico se encuentra un legajo de fotografías, unas en color y otras en blanco y negro, las cuales se encuentran fijadas en hojas de papel común color blanco, también se encuentran separadas por hojas de papel banco en donde se encuentran los enunciados que mencionó el solicitante.” Más nada. El día domingo 24 de julio de 1988 en la última página del diario FRONTERA, aparece el titular: "MENTIRA DEL SIGLO SE HA INSTRUMENTADO EN LA PEDREGOSA" Según arqueólogos y antropólogos -. El 27 de julio de 1988 apareció una bella declaración de la facultad de Ciencias Económicas y Sociales, Escuela de Antropología, de la UCV, firmada por Víctor Rago A., Presidente del Consejo de Antropología. En ella se estampaba un CONSIDERANDO que hablaba del descubrimiento en la Pedregosa Alta, el cual "constituye un hecho de singular significación sociocultural e histórico para el país... "Que el sitio en cuestión proporciona SÓLIDA BASE PARA UNA NUEVA INTERPRETACIÓN DE LAS SOCIEDADES Y CULTURAS DEL PERÍODO ABORIGEN EN LA REGIÓN ANDINA, etc., etc." Para no quedarse atrás, el Consejo Universitario de la ULA hizo lo mejor que sabe hacer en estos casos: publicó un remitido cuatro veces más grande que el de la UCV y con más adjetivos todavía, iluminando a los dioses dormidos de los sitios prehispánicos que quedaban en esta cordillera... Entre otras cosas dijo: "El descubrimiento de un valioso sitio arqueológico en La Pedregosa Alta, realizado por el personal del Museo Arqueológico Gonzalo Rincón Gutiérrez dio inicio a una programación experimental, para verificación científica de las huellas que podían haber conducido a elevadas expresiones culturales de los pueblos precolombinos...". Al mismo tiempo llovían cartas de protesta, desde muchos rincones del mundo, lamentándose por la horrible destrucción hecha por el Rambo Rodulfo Ruiz Terán. Escribían solidarizándose con doña Jacqueline, de la Universidad Autónoma de México, de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, etc. Todo esto dio motivo para que el Museo Arqueológico lanzara una edición extraordinaria de su Boletín editado en un ampuloso formato, contentiva de 146 páginas. El gobernador Orlando Gutiérrez, para esta época, ya tenía preparado el decreto con el que se procedería a la expropiación del sitio Joyo Caliente. El 5 de agosto es cuando se tiene listo el Informe de Parayma, con una introducción pésima y escalofriante. El 15 de agosto, el profesor J. E. Ruiz Guevara publica un artículo criticando el brutal y desmedido abuso de hacer públicas unas fotografías de una revista tan conocida como GEOMUNDO para procurar impresionar a los incautos; es entonces cuando la señora Jacqueline corre al CORREO DE LOS ANDES y entrega una aclaratoria sobre este bochornoso plagio, pero para el momento ya había pasado más de un mes y la evidencia del estropicio era demasiado elocuente para venir ahora con una disculpa. Ante esta temeridad, el doctor J. E. Ruiz-Guevara se ve en la necesidad de enviar una carta a la directora de GEOMUNDO, donde le dice lo siguiente: Me es grato enviar copias fotostáticas de dos recortes de prensa de los diarios CORREO DE LOS ANDES y FRONTERA, que circulan en esta ciudad. En el CORREO DE LOS ANDES aparece un informe de la Sra. Jacqueline Clarac de Briceño en el que incluye unas fotografías publicadas en GEOMUNDO ilustrando un artículo titulado "Explorando las ruinas de la ciudad perdida en Colombia", pp. 362 a 383, vol. 4 N? 4/abril de 1980, sin citar la procedencia de las fotos tomadas, cosa que constituye a todas luces un flagrante plagio. En FRONTERA aparece un artículo mío titulado "UN CUESTIONABLE HALLAZGO ARQUEOLÓGICO, en el que denuncio la indebida utilización de las fotografías mencionadas. Al permitirme hacer de conocimiento suyo tal anomalía, me suscribo de usted. Atentamente Hist. J. E. Ruiz-Guevara Venezuela. Mérida - GEOMUNDO responde al señor Ruiz Guevara: Mil gracias por su carta-denuncia, tal vez tanto el CORREO de los Andes como la autora del artículo ignoran que está prohibida la reproducción de estas fotografías, aun dándoles el crédito correspondiente. Vamos a ponernos en contacto con ellos. Podría pensarse que la señora Jacqueline Clarac había sido víctima de una alucinación que a cualquiera nos puede pasar, y que por tanto no se debía ser tan dura con ella. Nada eso. Poco después esta misma doctora iba a ser protagonista de otro invento mil veces peor que el relatado sobre el fulano ombligo chibcha. Con toda la tranquilidad del mundo nuestra investigadora habría de catalogar como EL DESCUBRIMIENTO ARQUEOLÓGICO MÁS IMPORTANTE DE VENEZUELA al de un souvenir que venden en los mercados peruanos y que sería “descubierto” en el cerro de Las Flores por los mismos que lo enterraron, sus subalternos del Museo Arqueológico. Qué cosa. De nuevo traerían al experto Mario Sanoja para que bendijera con su sabiduría este objeto que con su elocuente enjundia, en una tumultuosa conferencia, lo catalogó de este modo: “Estamos en presencia de un hecho de una tremenda importancia histórica que por donde lo miremos es auténtico, ahí no hay duda... (aplausos)”. Para que poco después la mismísima señora Jacqueline declarara en un voluminoso informe al Rectorado que todo había sido producto de una trampa que un campesino les había tendido. ************ La señora Jacqueline enviaba informes contestando docenas de documentos que la acorralaban y la hacían aparecer como una desquiciada farsante. Casi gritaba en sus informes al Consejo Universitario que "las universidades de nuestro país gastan dinero para formar a sus especialistas para que luego no se respeten dichas especialidades y que cualquier persona (J.E. Ruiz Guevara es cualquier persona) pueda ser considerada especialista de cualquier cosa". Lo verdaderamente increíble, repito, que habiendo sido publicadas las famosas fotos sobre el sitio de Buritaca en Colombia extraídas de la revista GEOMUNDO, el día domingo 10 de julio de 1988, venga a ser el 19 de agosto, un día después de la aparición del artículo de Ruiz Guevara cuando esta señora venga a reaccionar. Su pudor científico debió impulsarla a enviar una aclaratoria inmediata al diario EL CORREO DE LOS ANDES, no esperar que ella se viera grotescamente envuelta en tan bochornoso plagio. Desvelada, pues, la trama montada con las fotografías de GEOMUNDO, la señora Jacqueline envía la siguiente carta al director del Correo de Los Andes, señor Alberto Garrido: Mérida, 19 de agosto de 198 Estimado Director: Le agradecería publicar en el periódico que usted TAN EXITOSAMENTE DIRIGE una aclaratoria en relación a lo siguiente: El domingo 10 de julio de 1988 publicó el periódico CORREO cuatro páginas (B-5, 6,7 y 8) en relación a la destrucción del sitio arquitectónico de la Pedregosa Alta. Esas páginas estuvieron a cargo de Bayardo Vera y Carlos Danez. Este último fue quien entró en comunicación directa conmigo a causa de su preocupación por lo sucedido, de lo cual le estoy muy agradecida. Le entregué a Danez algunos documentos, así como unas fotos del sitio antes de su destrucción y una bibliografía especializada, recientemente publicada en Colombia acerca de nuestra cordillera de Mérida. En la misma carpeta de la Pedregosa Alta teníamos en el Museo la revista GEOMUNDO de abril de 1980 (¡Qué casualidad!), en el (sic) cual hay un artículo sobre Buritaca de la Sierra Nevada de Santa Marta, Colombia, porque varios especialistas habían opinado que ese sitio era lo que aparentemente se acercaba más a la de La Pedregosa Alta, y que en ese momento eran las únicas fotos que teníamos a mano acerca de Buritaca. Al verlas me las pidió Carlos Danez que le prestara unas páginas, para incluirlas en el artículo que iba a sacar, lo que hice avisándole que se debía indicar cuáles fotos correspondían a la Pedregosa y cuáles a Buritaca (pero tuvo el valor, que habiendo conocido después lo publicado, como insisto, no procediera de inmediato con una aclaratoria sino que dejó pasar todo un mes, y claramente lo hace impulsada por las evidencias del plagio que pone de manifiesto don J. E. Ruiz Guevara, así y todo, que esta señora tenga el tupé de llamarse a sí misma científica, doctora en antropología, especialidades: Etnología, etnolingüística, etnomedicina, antropología social. ¿Acaso desconocía que está prohibida la reproducción de estas fotografías, aun dándoles el crédito correspondiente?). Esto no se hizo por un error involuntario del periódico, PERO LA SERIEDAD CIENTÍFICA QUE SIEMPRE ME HA CARACTERIZADO, Y POR LA CUAL SOY CONOCIDA EN VENEZUELA Y EN EL EXTERIOR, me obliga a pedirle el favor de publicar la aclaratoria enseguida de que se regrese de vacaciones el personal universitario. Agradeciéndole su colaboración, quedo de usted muy atentamente, Jacqueline Clarac de Briceño. Sin embargo, en enardecida comunicación (informe del 27 de julio de 1989) enviada por la señora Jacqueline al Consejo Universitario, expresa textualmente: "4- Lo dicho anteriormente vale para la "acusación" que se me hace en relación a (sic) unas fotos del sitio de Buritaca en Colombia, provenientes de la revista GeoMundo, y que fueron publicadas conjuntamente con nuestras fotografías del sitio La Pedregosa. NO ES MI CULPA SI NO TENEMOS UN PERIODISMO CIENTÍFICO EN MÉRIDA Y SI LOS PERIODISTAS SE CONFUNDEN CON LA INFORMACIÓN QUE SE LES DA. No los culpo porque tuvieron buena voluntad y éste era un asunto muy nuevo para ellos". Cuando fue ella misma quien les suministró la fotos a unos individuos que de muy buena fe se le habían acercado para ayudarla, y que ella sabía no eran tampoco periodistas; mucho peor es su barbaridad, cuando permitió que unos pobres muchachos, novatos, fuesen los que difundieran por doquier la idea de que se había encontrado el ombligo de la civilización chibcha. Uno percibe el estremecimiento de su indignación en este informe cuando clama: "Es sorprendente que se haya credibilidad a todas esas personas que: dado mayor 1) a mi persona, cuando yo sí soy especialista(*) de la antropología - etnología y antropología social - y a nivel del doctorado, especialidad que hice en la Escuela de los Altos Estudios en Ciencias Sociales, Universidad de París, y que soy conocida por mis publicaciones en estas especialidades, las cuales son todas el resultado de mis trabajos de investigación en la Cordillera Andina y especialmente en la Cordillera de Mérida, desde 1971. 2) que a la persona del Dr. Mario Sanoja, que es también doctor en antropología y es conocido por sus trabajos y publicaciones en arqueología. 3) que los conocidos especialistas de la arqueología, todos doctores de antropología, quienes constituyen el Comité Científico Aseso de la Fundación de Arqueología del Caribe y son todos reconocidos a nivel internacional...” La razón de este y muchos otros informes que redactaría la señora Jacqueline en aquellos días, que debieron ser harto aciagos para ella, era que el veterano investigador J. E. Ruiz Guevara les estaba haciendo una crítica frontal a sus inventos y fantasías. SE ARRANCAN MÁS CARETAS El sábado 23 de julio, por El Vigilante, Ruiz Guevara arremete: MÁS PUBLICIDAD QUE CIENCIA (*) Subrayado por ella misma. EN EL ESCÁNDALO ARQUEOLÓGICO. Allí lamenta este investigador el desprestigio inmenso que estaba representando en aquel momento para la ULA las manías de doña Jacqueline, aseverando que la ligereza y locuacidad con que se hablaba del asunto era prácticamente deportiva, sobre todo en lo relativo a lo dicho por el doctor Martínez Rincones, en el sentido de que en aquel "hueco de La Pedregosa Alta es el lugar donde se originaron los chibchas... Pensar - dijo - que los chibchas nacieron en Mérida y luego se marcharon hacia lo que hoy es Colombia sin dejar mayores rastros, es inconcebible". Añadió en aquella ocasión que las piedras del lugar no tenían la menor señal de haber sido intervenidas por la mano del hombre. No presentan glifos, ni han sido talladas o siquiera cortadas. "En cuanto a los muros son simples cercas que se han construido con fines agrícolas en los más distantes sitios de Lo Andes". Y añadió algo, que luego recalcaría en unas declaraciones que daría al diario El Nacional, el martes 23 de agosto de 1988: "Todo indica, que los hizo construir el eminente científico merideño Luis Ruiz Terán..., cuya casa de campo estaba sólo a 300 metros del lugar. Al parecer fueron hechos para que sirviesen de cortavientos, con el fin de asegurar la evolución normal de sus experimentos con la flora. Por otra parte aquí surge una inquietud: “¿Por qué, como lo planteamos al principio, siendo el doctor Ruiz Terán un acucioso investigador, no vio ni divulgó el "portentoso" hallazgo que hoy se acredita el museo de Los Andes (y que de paso fue encontrado por un simple estudiante de arqueología adscrito al Museo Arqueológico)?” En las declaraciones a El Nacional, asevera Ruiz Guevara: "Fui a La Pedregosa por propia iniciativa, porque toda persona con más de 30 años de estudios en esta materia, como yo, se siente motivada por este tipo de noticias. Pero lo que encontré es que este caso se ha manejado más publicitaria que científicamente... No es cierto que se haya producido ninguna deforestación en la cuenca del río La Pedregosa. Simplemente se talaron unos cinco o seis árboles con permiso del Ministerio del Ambiente, en una extensión de 30 hectáreas. Y no son como ellos dicen, especies en vías de extinción, sino árboles que conforman todos los bosques merideños. "Expresó que “tampoco es cierto que se hubiera producido una dinamitación del lugar, ya que eso es un pequeño vallecito en el que cualquier explosión se hubiera llevado hasta la casa de los que allí habitan, y sin embargo, no hay huella alguna de explosión allí, como lo han constatado altos funcionarios, desde el ex gobernador del Estado, hasta altos prelados de la Iglesia, que fueron a visitar el lugar". La trama se caía, pero la señora Jacqueline seguía lanzando ataques contra quienes le criticaban. Gracias a Dios no todos se tragaron el anzuelo. El tinglado era tan estúpido, tan vago y tan carente de valor arqueológico alguno, que si ella hubiera logrado sustentarlo hasta hoy, sería la locura jamás vista en el mundo. Imagínense que aquello hubiese sido declarado Patrimonio arqueológico de la nación, que se hubiesen expropiado aquellas tierras y se arma todo aquel tinglado de un Parque Arqueológico (que parecía en el fondo todo el objetivo de la trama): ¿qué iban a hacer con esas cercas de piedras que se pueden ver en casi todos los parajes andinos? ¿Es que pretendían embaucar para siempre a sabios de otros países, que sí tienen harta experiencia en investigaciones de esta clase? A lo mejor lo hubieran conseguido, en Venezuela se dan cosas como estas, y hasta peores. En el informe redactado por la Procuradora del Estado53, doctora Ana Mireya Zambrano, encontramos que el sitio de Joyo Caliente abarca apenas una hectárea; en esa hectárea pretendió situarse el ombligo de la civilización chibcha. Este informe es tajante en el sentido de que jamás y de ningún modo posible, la señora Jacqueline y su 53 Informe de la Procuraduría del Estado Mérida. Archivos de la Gobernación del Estado Mérida. equipo pudieron probar, que antes de la supuesta destrucción, existiera realmente un conjunto de estructuras de piedras de planta rectangular de origen prehispásnico. Que ninguna de las personas a las que alude la señora Jacqueline como testigos presenciales del fastuoso hallazgo dejó ninguna clase de informe respaldadas con sus firmas y que pudiesen atestiguar que realmente vieron allí alguna ciudad prehispánica. Lo único que dijeron era que la zona se debía investigar, pero no que se encontraran monumentos algunos. Sobre la "Impresionante tala", sobre la devastadora destrucción", sobre el bombardeo, único en los anales de Venezuela, el Tribunal del Distrito, "en su inspección deja constar que hay seis (6) árboles caídos y cuatro troncos que presentan cortes de hacha. De esta afirmación no se evidencia que haya restos arqueológicos" Añade el informe de la procuradora: "No observó el Tribunal movimiento o remoción de tierra y deja constancia de que encontró un montón de piedras superpuestas, del tipo mojón de piedras, señalando igualmente otros dos mojones de piedras; observó piedras esparcidas, señalando que algunas de ellas están recubiertas de musgo...". "Que las fotos consignadas por el Museo Arqueológico al Tribunal lo que muestran son unos montones de piedras y otros árboles caídos, pero ninguna de ellas contiene monumentos o elementos que el tribunal haya observado y señalado como de valor histórico o arqueológico". Insiste en que "el Tribunal constató montones de piedras, algunas de ellas superpuestas, en la forma típica de los cercados que acostumbran hacer los trabajadores andinos" En ninguno de los documentos que la señora Jacqueline suministró al Tribunal se "establece la existencia de monumentos o restos de valor histórico o arqueológico en el sitio Joyo Caliente, mucho menos de los que se citan en el documento inspeccionado tales como calzadas, basamentos, acueductos, estanques, etc.". "En la inspección judicial realizada en el Museo fue solicitado al Tribunal dejara constancia de la existencia de documentos o notas explicativas, de informes o estudios relacionados con los hallazgos arqueológicos en Joyo Caliente, y el Tribunal no dejó constancia, sencillamente porque tales notas, estudios, informes, documentos explicativos no existen. ESTA SITUACIÓN RESTA CREDIBILIDAD A LA INSTITUCIÓN QUE PATROCINA LA INVESTIGACIÓN, PUES SOLO FUERON APORTADAS FOTOGRAFÍAS SIN LEYENDA ALGUNA, UNAS DE ELLAS PERTENECIENTES A LEJANAS A JOYO CALIENTE(*)". OTRAS REGIONES Lo que consideró más grave el informe de la procuradora fue el hecho de que en la inspección judicial realizada por el Juzgado del Distrito Libertador del estado Mérida, en un legajo de fotografías que se encontraban en el Museo de Arqueología de la ULA, bajo el título de SEGUNDA VISITA AL SITIO DE LA PEDREGOSA EN COMPAÑÍA DEL DR. MARIO SANOJA Y DRA., IRAIDA VARGAS, la octava fotografía en color, es la misma identificada como perteneciente al sitio Mucusurí, de Jaji. Remata el informe que las únicas fotografías para apoyar la existencia de estructuras de piedra son las que se publicaron, tomadas de la revista GEOMUNDO. De modo que todas las fotografías con las que se pretendió reforzar la existencia de restos arqueológicos en la zona son ajenas al tiempo y el espacio del sitio de Joyo Caliente. Como el abogado Pedro Parayma había solicitado al gobernador requiriera de la DISIP para una investigación y solicitara del Ministerio Público un informe para determinar si se había cometido o no daño, la procuradora determinó que tal requerimiento era improcedente, pues la DISIP no era organismo instructor, y el Ministerio Público no podía poner en (*) El realce de este párrafo es del autor. funcionamiento un aparato judicial cuando se carecía de certeza, evidencias o fundamentos firmes de que se había cometido un hecho de carácter punible. Obsérvese pues, las alucinaciones en las que envolvieron a un poeta, además de izquierda (y que en varias ocasiones había viajado a Cuba por intercambios culturales), solicitando la acción de un cuerpo policial tan represivo como repulsivo, para amenazar a un campesino, hermano del más eminente botánico de Mérida, el doctor Luis Ruiz Terán. Eso es lo malo de cambiar la copla por esos filosos códigos que puyan por todos lados, especialmente contra el que los usa. Sin embargo, luego de comprobado el fraude inmenso que se había pretendido cometer en La Pedregosa Alta no se exigieron a las autoridades policiales se hiciera una investigación sobre los motivos que llevaron a la señora Jacqueline y a su grupo, intervenir, penetrar como Pedro por su casa en los predios de los Ruiz Terán; de provocar el odio público hacia esta familia, de hacer ver que eran unos monstruos taladores de árboles, ecocidas, de tener una jauría de perros y una escopeta para agredir a quienes pisasen sus pertenencias y ser, en definitiva, destructores de piezas arqueológicas valiosísimas. No se sancionó el desprestigio enorme que causó a la ULA, al patrimonio económico y su moral, sus elucubraciones; ni siquiera el menor gesto de dolor o de vergüenza por parte del Consejo Universitario. En nuestras universidades se carece, ante estas cosas, de vergüenza. Y viven llenando las páginas de los diarios con lastimeras peticiones de mejor presupuesto para que ocurran estos desagües y estas aberraciones, las que nunca condenan. Y que esta señora Jacqueline Clarac de Briceño, la gran promotora de todo esta inmensa trama haya permanecido inmune a cualquier castigo o sanción, y no sólo eso, sino que posteriormente haya sido premiada con mejores cargos y metida como el pimentón en numerosos proyectos arqueológicos, culturales y políticos por los imbéciles que dirigen nuestra universidad, es algo que revela el grado de horrible putrefacción en que se desenvuelven los Consejos Universitarios, los equipos rectorales y directores de medios culturales de Venezuela54. Esas son nuestras universidades, señores, en gran parte antro de ciertos extranjeros sin escrúpulos, que conocen muy bien cómo se estafa, cómo se miente, cómo pueden llegar a utilizar nuestros recursos en beneficio de sus nefastos intereses. 54 Jacqueline Clarac de Briceño fue miembro de la Comisión Universitaria Constituyente creada por el vicerrectorado Académico que presidió Carlos Guillermo Cárdenas, y que fue montada a mediados de 1999. Pues ocurre, me decía en una ocasión el profesor José Zambrano, que nosotros los criollos no sabemos sobreponernos al influjo tremendo que sobre nosotros ejercen ciertos extranjeros. Para nosotros, cuanto ellos hacen no puede ni debe estar sometido a la duda, a la desconfianza. Y llevamos esta servidumbre en la sangre. Cada criollo lleva un esclavo por dentro. Difícilmente un criollo habría sido capaz de sostener por tanto tiempo, de mover hilos tan poderosos, de poner de su parte a entes soberbios como el CONAC, el diario "El Nacional" y casi todos los organismos oficiales del Estado Mérida, como lo consiguió la señora Jacqueline Clarac de Briceño con su aureola de francesa (o de la isla de Martinica, qué más da). Y no sólo eso, sino salir completamente impune e inmune; más aún, con fuerzas renovadas para realizar peores delitos y ser llevada a cargos cada vez más elevados, insisto. Pues, luego de este increíble crimen, como veremos en el siguiente capítulo, la señora Jacqueline volvió en sus inventos, con una placa lítica, de origen boliviano, que fue enterrada ex-profeso en el cerro de Las Flores, y con la que muy oronda presentó una ponencia en Colombia. SEGUNDO SIGLO ATRACO ARQUEOLÓGICO DEL Había en el aire un sentimiento de funestas calamidades. El país andaba dando tumbos de mamarracho, desde el Caracazo del 27 de febrero. Se estaba engendrando otro gran trancazo social, porque el gobierno no daba pie con bola, y el famoso Consejo Consultivo del cual formaba parte Pedro Rincón Gutiérrez, estaba entregado a la modorra y a los discursos. El Estado parecía un ente embotado y enteco, sin respuestas a los inmensos males, acumulados desde hacía medio siglo. Aunada a esta inmensa tragedia nacional, el bachiller José Luis Quintero Moreno había pasado el fin de año de 1991 pensando si seguía o no en el trabajo que tenía en el Museo Arqueológico de la ULA. José Luis era entonces un bachiller cargado de ilusiones, quien recientemente se había casado con una médica, desempleada. Pero para él no era posible (como sí lo es, para casi todas las personas que trabajan en nuestras universidades), seguir con el remordimiento que representa tener que tragarse las inmensas falacias que día a día se urden para afirmar que se "investiga", que se "progresa", que se "avanza en el conocimiento". José Luis se lo plantearía muchas veces: "No puedo aguantar más mentiras. No soporto ya tanta inmundicia. Ayer fue un ombligo de la civilización chibcha en La Pedregosa Alta; hoy es el invento de esa placa lítica comprada en un mercado público de Bolivia o Perú. Tantos inventos en esos informes y excavaciones arqueológicas. Por mantener un trabajo, ¿cuántas miserias debe uno soportar? ¿Mañana con qué cuento nuevo nos vendrán?" Más pudo el pudor, más pudo la dignidad y apenas comenzando el año, José Luis el 9 de enero de 1992, entregó la siguiente carta a la doctora Jacqueline Clarac de Briceño: Muy estimada Dra. El motivo de la presente es con la finalidad de expresarle el más profundo pesar ante la obligación moral de tener que renunciar a seguir prestando mis servicios como investigador en esta institución; pesar que se manifiesta por la permanente indolencia suya, ante la grave crisis que azota al Museo, así como por la falta de receptividad respecto a las constantes denuncias mías sobre los fraudes de un "investigador" como Antonio Niño. Acusaciones que Usted siempre ha calificado como de "celos profesionales", "envidia", "mentalidad subdesarrollada", "resentimiento", etc., etc., etc., de parte de quienes hemos denunciado a este señor, cuando hubiese bastado apenas una sencilla investigación - en cada caso - para determinar la veracidad de estos múltiples hechos. Paso a recordarle parte de las denuncias que yo personalmente o conjuntamente con otros investigadores he hecho a lo largo de varios años, tanto de manera verbal como escrita: Ricardo Briceño en enero de ese mismo año al iniciar juntos los trabajos. - En 1987, en reunión con Elvira Ramos y Andrés Puig, demostramos la falta de seriedad y metodología por parte de A. Niño en la excavación de cámara funeraria en el sector Loma de la Virgen en La Pedregosa. - En 1989, en excavaciones de cámara funeraria en Bella Vista, denuncié ante Ud., que sin ninguna metodología, A. Niño excavó una cámara funeraria, destruyendo toda la información y hasta los restos óseos que en ella se encontraban. - En 1989, como consecuencia de la novedad de la aparición de vestigios arqueológicos encontrados en el cerro Las Flores, Bella Vista, reunidos en la dirección del Museo en presencia de Andrés Puig, Belkis Rojas, Ud. y mi persona; A. Niño, ante la falta de seriedad de su investigación, presumía muy asustado que a lo mejor la placa de Wiracocha habría sido puesta por un amigo suyo (Ruiz Guevara) para "hacerle una broma". Ante la pregunta de nosotros sobre los pormenores del hallazgo no hizo más que contradecirse, demostrando con ello un fraude en la investigación. No dudamos de la autenticidad que pudiera tener tal placa, pero, ¿realmente estaba dentro de esa cámara funeraria? - En 1990, habiéndose realizado excavaciones en Monterrey, El Valle, denuncié conjuntamente con Carlos García, Sonia Miranda y Alexandra Calvo R., por escrito, el nuevo fraude arqueológico al inventar y falsificar la mayoría de la información que luego se publicara en el Boletín Nº 20. - En 1989, en referencias a excavaciones de El Bolo, Escagüey, donde denuncié ante Ud., que A. Niño comenzó unas excavaciones en el mes de junio, fuera del orden de reticulado que yo ya había implementado en el sitio; rompiendo así con toda la estrategia y metodología. Igualmente dejó abandonado el pozo de excavación (a los 80 centímetros de profundidad), pozo que ya había comenzado a trabajar previamente - En 1990, señalé a Ud., que la ponencia de A., Niño presentada en el Congreso Mundial de Arqueología, da como fecha para un presunto taller Lítico 4.550 años a.C., por considerarlo "asociado" a un sitio de enterramiento. En esa oportunidad, le manifesté a Ud., que resulta increíble que se tratara de buscar una asociación forzosa entre los desechos de un taller lítico y un cementerio (un enterramiento particular), porque los contextos culturales no solamente se sustentan con asociación espacial sino también temporal. Este apresuramiento de Niño, le ha conferido a unos desechos de placas líticas la fecha particular de un sólo enterramiento; únicamente así podría plantear su descabellada hipótesis del origen de las placas aladas. Sobre este caso particular me permití decirle a Ud., que la única persona que había trabajado en El Bolo, quien hizo todas las investigaciones y tomó las muestras para ser fechadas había sido yo. Por tanto, nadie más que mi persona manejaba esa información. - En 1991, al realizarse trabajos de prospección de momias en Pueblo Nuevo del Sur, denuncié conjuntamente con Carlos García y Reina Aranguren, las múltiples trabas que A. Niño puso para trabajar una momia en el sector Las Pavas; perdiéndose alrededor de cinco visitas al lugar y no pudiéndose trabajar por negligencia suya. Posteriormente, fue solo hasta el lugar extrayendo los restos óseos como usualmente lo hace sin ningún tipo de metodología, en un solo día; cuando realmente la dificultad de la topografía del lugar, aunado a que la estrechez de la cueva hacía que tuviese que implementarse una estrategia y metodología que llevaría un tiempo mínimo de cuatro días, con personal calificado. Con asombro pudimos oír su ponencia de ASOVAC en Maracaibo, la gran cantidad de datos inventados que tuvo que esgrimir ante la falta de seriedad de un trabajo de investigación. Igualmente ese mismo año, denuncié ante Ud., el mal trato y abuso que Antonio Niño profiriera a habitantes de Pueblo Nuevo del Sur, motivo por el cual fuera expulsado de su comunidad. - En 1991, en El Bolo, Escagüey, reinicia después de dos años los trabajos de excavación del pozo que comenzara en 1989. De la noche a la mañana aparece con el nuevo fraude de una presunta cámara funeraria de cajón", cuestión que denuncio ahora ante Ud., ya que habiendo conversado con los campesinos de Escagüey se pudo averiguar que Antonio Niño, fue muy pocas veces al sitio a trabajar. Por eso nunca aceptó - ante una propuesta que hiciéramos Reina A., Carlos García y mi persona por iniciativa suya, Dra.- que fuéramos a ayudarle a hacer las investigaciones en El Bolo, después de que anunciara el hallazgo de la tal cámara de cajón, ante el temor de verse descubierto. Aparte de estas denuncias, hice muchas otras, sobre el permanente saboteo de mi trabajo, cuando se trataba de asignarme equipo y herramientas, las que él ha manejado con criterio muy egoísta y prepotente. Recuerde el caso del envío de las muestras de TL (Pedregosa), las cuales fueron demoradas bajo pretextos inconsistentes durante dos meses. Han sido muchas más las acusaciones, no sólo de parte mía sino de otros investigadores del Museo en contra de Antonio Niño. Denuncias a las que Ud., les ha dado largas, jamás les presta atención, o ha intentado investigar; aún habiéndosele propuesto en muchas oportunidades reuniones con las personas interesadas a fin de aclararlas. Tampoco por parte de Antonio Niño, quien es la persona denunciada y quien tendría que poner en claro su situación y defender su integridad, jamás ha tenido la más mínima intención -y resulta entendible - que a las denuncias les diera curso. Es por todo ello, Dra. Jacqueline, que me he visto en la imperiosa necesidad moral de renunciar al Museo Arqueológico; porque no puedo seguir compartiendo institucionalmente la responsabilidad de toda esa serie de abusos, desmanes y fraudes arqueológicos de un "investigador" como Antonio Niño, quien le está ocasionando al Museo un daño irreparable. Valga decir que ya mucha información fraudulenta ha sido publicada en el boletín antropológico. No está a mi alcance hacer otra cosa más que denunciar y ahora renunciar - aunque me quede sin trabajo -. Tocará en su debida oportunidad a la comunidad científica establecer las responsabilidades pertinentes; ya que tarde o temprano, esos fraudes no podrán sostenerse ante el rigor científico. Lamento mucho por otro lado, que Ud., con una larga y fructífera trayectoria de investigación y como forjadora e investigadores como yo (que sin duda, lo que soy como investigador se lo debo a Ud.) esté tan manipulada y sorprendida en su buena fe por gente sin escrúpulos que han llevado a la Institución a una crisis insostenible. Por último, le manifiesto mis mejores deseos porque la Institución que Ud., preside sea saneada y se pueda trabajar honestamente. Cuando ello ocurra, cuente con mi desinteresada colaboración y trabajo aunque sea ad honorem, así como muchos lo hicimos bajo su acertada conducción cuando emprendimos hace algunos años el rescate del Museo de las manos de otro inescrupuloso y fraudulento "investigador" como fue Adrián Lucena. Sin más por el momento se despide de Ud. Atentamente, Lic. José Luis Quintero Moreno. Transcurridos unos dos meses y viendo que su carta no había producido efecto alguno, José Luis decidió recurrir a la prensa. Ya no tenía trabajo; él, un don nadie, a quién podía dolerle que se fuera de su trabajo por mantener sus principios, por ser honrado y "pendejo". Claro, estaba triste, sentíase impotente. Meditó tantas cosas; pensó en esa justicia venezolana tan prostituida y cobarde. Y lo que hizo fue escribir el siguiente artículo, el cual tuvo que moderar bastante para que le dieran cabida en la prensa: EL DESCUBRIMIENTO ARQUEOLÓGICO MÁS IMPORTANTE EN VENEZUELA José Luis Quintero Moreno Esto muestra claramente que todo era un ridículo invento y demuestra, por demás, la falta de inteligencia que ligada al desquicio, no permitió preparar una versión con más coherencia y credibilidad. Por tanto, cualquier investigador someramente lúcido advertirá con la lectura de dicho artículo, que se trata de una farsa tal investigación y hallazgo. A esta placa jamás se le hizo ningún análisis (serio por lo menos), e incluso se ocultó por espacio de casi dos años hasta que fuera mostrada en la sala de exposición de esa dependencia como lo que es: un simple objeto aislado sin contexto cultural alguno. En septiembre de 1990, en el Segundo Congreso Mundial de Arqueología realizado en Barquisimeto, esta placa habría sido observada por el Dr. Luis Lumbreras, experto arqueólogo, Director de Museos de la Nación de Perú, quien habría opinado que "pareciera auténtica"; sin embargo, hasta hoy día nos "extraña" que a pesar de las diligencias hechas por la Dirección del Museo Arqueológico para que el Dr. Lumbreras envíe algún reporte escrito sobre lo que habría observado en el mencionado Congreso, ni se conozca respuesta alguna del mismo. Pero aún más, no conocemos - hasta la fecha - de ningún investigador en Venezuela que se manifestara y comunicara con el Museo en Mérida para obtener más detalles de tan magno descubrimiento. Lo que sin duda refuerza la hipótesis del fraude. LA PLACA DE WIRACOCHA. ESE GRAN DESCUBRIMIENTO ARQUEOLÓGICO" NO ES MÁS QUE UNA DE LAS TANTAS COPIAS DE ARCILLA (CON MOLDE) QUE LOS CAMPESINOS Y ARTESANOS PERUANOS HACEN PARA VENDER COMO SOUVENIR A LOS TURISTAS QUE VISITAN ESA REGIÓN. Ello explica por qué el experto arqueólogo Lumbreras jamás se comunicó con el Museo Arqueológico, pues sin duda debió darse cuenta de tan descabellada patraña. La ciencia se estremece y los investigadores honestos nos horrorizamos ante esta desmesurada barbaridad. ¿Cómo es posible que alguien, que se dice investigador-científico, sea capaz de causarles a la ciencia y a nuestro Museo Arqueológico, a nuestra Universidad, a nuestro país, semejante daño?; haciéndonos quedar en ridículo. Creyendo que no existimos gente honesta e inteligente capaces de analizar, discernir y denunciar estos hechos abominables. Precisamente, tengo más de cuatro años denunciando éste y otros casos de fraude en los que también está involucrado el mismo "descubridor" de la Placa por otros hallazgos sospechosos; denuncias a las que la Dirección del Museo jamás prestó la debida atención, razón por la cual en enero de este año decidí renunciar a mi trabajo como investigador, después de más de diez años de labor en esa institución. He lamentado mucho al igual que la mayoría de mis ex compañeros de trabajo, que una institución pionera en el campo de la investigación arqueológica, hubiera sido tomada como reducto de gente inescrupulosa que le ha minado las bases éticas y morales que cimentáramos un grupo de jóvenes investigadores allá por los años 8086. Ha sido doloroso, porque muchos nos formamos allí, en esa casa; y ahora que la vemos hundirse contemplamos impávidos que se la traga el abismo de la mediocridad ante la indiferencia de quienes, a tiempo debimos hacer algo por salvarla. Estas críticas y denuncias no intentan dañar al Museo Arqueológico, ni mucho menos escandalizar para acabar con él; al contrario, aprecio mi Centro de Formación. Sólo que no podemos dejar que se nos siga aplicando aquel chantaje de que si denunciamos dañamos la institución. Al contrario, si no denunciamos estamos siendo cómplices pasivos de quien inventa estos fraudes. Por ello ahora después de haber cumplido y agotado mi labor de denuncia dentro del Museo, me he retirado para seguir mi labor fuera de él. Con la convicción de que ese centro de Investigaciones vuelva por sus derroteros honestos. Ha sido una lucha verdaderamente ardua en la que he tenido que soportar cualquier tipo de improperios y atropellos por parte de una Dirección que, ante la incapacidad de rebatir profesionalmente mis denuncias, ha tenido que caer en ataques personales. Por suerte55, ahora mismo las autoridades rectorales de nuestra máxima casa de estudios (ULA) están haciendo las diligencias pertinentes que, como 55 ¡Qué ilusiones! tales, les compete, a fin de dilucidar ésta y otras denuncias que les hiciera llegar en carta enviada a sus respectivas dependencias en el mes de marzo del año en curso. Sí hay investigadores honestos dentro del Museo Arqueológico, la mayoría lo son. Creo que merecemos un poco de consideración y respeto. Esperamos que se haga justicia, puesto que - en este caso particular de fraude - las pruebas son irrefutables. La Charca de la Indolencia Pero el mundo seguía tal cual, indolentemente callado como una piedra, y José Luis no podía entender por qué nos tragamos tan resignados las falacias. Por qué las mentiras son tan indiferentemente aceptadas; las personalidades de la ULA que leían sus denuncias las echaban al cesto de la basura y seguían igual, como si hubiesen leído unas comiquitas. Entonces fue cuando nació en él la idea de enviar una comunicación al vicerrector Académico, pues el Museo Arqueológico dependía de esta entidad. He aquí la carta enviada el 13 de marzo de 1992, al doctor Carlos Guillermo Cárdenas: Estimado Dr. Me dirijo a Ud. en ocasión de hacer de su conocimiento el atropello de que he sido objeto por parte de la Dirección del Museo arqueológico "Gonzalo Picón Gutiérrez-ULA", con motivo de mi renuncia a dicha Institución. investigación que el denunciante realizó durante diez años, plasmada en la ya citada "Constancia". No hay duda de que todo esto constituye un verdadero atropello hacia mí, tanto de carácter profesional como personal. Resulta inconcebible, bochornoso y hasta grosero que se esté tomando esa actitud malsana en mi contra, cuando yo - y permítaseme la inmodestia - considero que he sido una de las personas que más han trabajado por esa Institución; una labor a tiempo completo aun en vacaciones, no importando el sueldo irrisorio que se me pagaba (esto se llama mística de trabajo), de esto pueden dar fe mis ex compañeros de trabajo y allegados a la Institución. De manera que, lastimosamente se entiende que todo este atropello no es más que el producto de una actitud soberbia para repeler y evadir las denuncias que yo planteara. Quiero manifestar en este momento (una vez más) mi renovado interés en que de alguna manera se les ponga atención a mis denuncias y al atropello de que estoy siendo objeto. Que las autoridades universitarias y especialmente Ud., Dr. Cárdenas, tomen cartas en el asunto. Además debo advertir ciertamente que no soy enemigo de la Dra. Jacqueline Clarac, aún menos del Museo Arqueológico; a ella la he tratado con especial consideración porque creo que profesional y personalmente ha sido una investigadora y persona respetable, forjadora de muchos investigadores como yo, desde las aulas de la Escuela de Historia y luego en el propio Museo Arqueológico y que por tanto no puedo más que responder a esos principios profesionales que muy acertadamente ella me inculcara y por los cuales denuncié y renuncié a esa institución muy estimada para mí. Es en base a ello que también quiero advertir que presumo que la Dra. Clarac ha estado siendo últimamente manipulada y sorprendida en su buena fe por el señor Antonio Niño (sobre quien recaen las denuncias presentadas por mí). Sólo de esa manera se entiende la desconsiderada actuación de la Dra. Clarac en estos tiempos en mi contra. Valdría la pena reflexionar sobre lo siguiente: Estas reflexiones son lo bastante elocuentes como para mostrar la triste realidad que se le avecina a quien como yo ha tomado una posición honesta y firme; una realidad que se ha manifestado primero, dando largas y burlando las denuncias; segundo (ya con la denuncia), tratando de amedrentar al denunciante amenazándole en demandarlo; tercero, una campaña de desprestigio tratando de hacer ver que el denunciante es un "loco psiquiátrico" y, por último -por ahora - una campaña para desacreditar la labor de Entiéndase pues que mi intención es que se abra una investigación con base en las denuncias que he formulado y que no se incurra simplemente en pretender sopesar mi palabra ante la Dra. Clarac o cualquier otra persona. No se trata entonces de dejarse llevar "por rumores infundidos", sino por la realidad de los hechos objetivamente investigados, estableciendo así las responsabilidades respectivas a que haya lugar. Sin más a qué hacer referencia y esperando de sus buenos oficios la mejor receptividad, se despide. Atentamente, Moreno Licenciado José Luis Quintero Pobre José Luis. Pese a todas estas denuncias la farsa continuaba. Don Guillermo Cárdenas estaba interesado en lanzar su candidatura para las próximas elecciones y le era embarazoso criticar a una colega como la señora Jacqueline, quien le podía quitar algunos votos. Además, ¿quién era ese pobre empleado de José Luis? Entonces a este joven no le quedó otra vez sino el recurso de la prensa, y el 2 de junio de 1992 el diario Frontera le publicó el siguiente artículo: Wiracocha: un dios obligado a emigrar o el itinerario de un fraude arqueológico José Luis Quintero Moreno A mediados de 1988 (cuando aún resonaban las acaloradas discusiones en torno a la existencia de un "presunto sitio arqueológico" en La Pedregosa AltaMérida, donde se produjo un sinnúmero de informaciones que degeneraron en imprecisiones y hasta exageraciones de las partes en conflicto, y que terminaron por poner en tela de juicio la seriedad del Museo Arqueológico de la ULA) de improviso apareció la TABLA DE SALVACIÓN: un descubrimiento arqueológico portentoso que vendría a pretender recuperar la credibilidad de dicha institución ante la opinión científica y general. El descubrimiento de una placa lítica antropomorfa que representa la figura central de la Puerta del Sol de Tiwanaku (Bolivia) encontrada en una cámara funeraria del cerro Las Flores (Mérida). Cuando conocimos de aquella inusitada noticia, ya algunos de los investigadores serios que allí laborábamos avizoramos con preocupación que podría tratarse de alguna broma (porque ya conocíamos muy bien al "investigador" que hizo este descubrimiento). Entonces, personalmente denuncié ante la Dirección del Museo (a finales de 1988) los argumentos que a mi juicio hacían dudoso tal descubrimiento. En el Boletín Antropológico Nº 15 de 1988 apareció un artículo intitulado: Excavaciones Arqueológicas en el cerro Las Flores, La Hechicera-Mérida, cuyo autor es Antonio Niño, en el que se relata que el objeto descubierto "... una placa de piedra la cual dadas sus características consideramos es una pieza atípica para la Arqueología de los Andes merideños y por ende para Venezuela; (...) es una representación antropomorfa muy similar a la existente en la figura central de la Puerta del Sol del sitio Tiwanaku..." (pp.25). Hay que estar verdaderamente desquiciado y/o en su defecto convencido de menospreciar y subestimar a los demás como para pretender quien inventó esta farsa- que la comunidad científica nacional e internacional fuera inocente y mediocre como para no darse cuenta del fraude que se cometía. Basta con hacer un somero análisis lógico del artículo en cuestión como para advertir que carece de todo rigor científico advirtiéndose la falsedad de las informaciones allí emitidas: Primero, cuando el autor relata el proceso de excavación de la cámara funeraria Nº 3 (donde presuntamente descubrió la Placa de Wiracocha) dice haber terminado de excavar y extraer todo el sedimento de la misma sin novedad (al igual que lo hiciera con las dos cámaras anteriores); sin embargo, decidió regresar a esta tercera cámara a fin de obtener sedimentos del fondo para análisis; relato éste bastante contradictorio hecho, ¿pues de dónde podría tener un sedimento ya extraído? Pero por si fuera poco, relata que localizó diez centímetros más abajo la famosa placa, y que por tanto continuó decapando aún más... ¡todo esto es una cámara que ya había excavado! Segundo, se señala que ante la MAGNITUD DEL HALLAZGO se abre un sinnúmero de interrogantes e hipótesis y que por tanto, se continuarán los trabajos de investigación en el sitio. Ante tales afirmaciones, cabe preguntarse después de más de tres años del suceso ¿por qué jamás se continuaron los trabajos de investigación en un sitio tan prometedor? ************ Intrigado por las mentiras que se cocinaban con desparpajo en el Museo Arqueológico, y con la anuencia o indiferencia del Consejo Universitario que las conocía y las ocultaba (y entonces presidido por el rector Pedro Rincón Gutiérrez), el famoso investigador J.E. Ruiz Guevara publicó en el diario El Vigilante, el siguiente artículo: ¿Otro paquete chileno? J. E. Ruiz Guevara Recientemente, al visitar el Museo Arqueológico de la Universidad de Los Andes en la ciudad de Mérida y al admirar su hermosa exposición, no pude menos que contemplar con mucha atención una de las piezas allí expuestas que representa el motivo principal de la Puerta del Sol de las ruinas arqueológicas de Tiwanaku en Bolivia. Sin duda esta pieza resalta por sobre todas las demás debido a su carácter atípico para esta región de los Andes venezolanos y en general para Venezuela. Para nosotros relacionados íntimamente con la disciplina arqueológica no cabe duda de que tan portentoso hallazgo en el cerro Las Flores de esta ciudad, permite asomar una serie de interrogantes y novedosas hipótesis en cuanto a las relaciones de intercambio que pudieron haber tenido los diferentes grupos étnicos que poblaron la América. Con el ánimo entonces de obtener toda la información posible sobre esta pieza arqueológica y su contexto, decidí adquirir la revista científica de dicho Museo, vale decir, el Boletín Antropológico. Y si antes me sorprendí gratamente al observar esta placa de piedra, ahora me sorprendía el hecho de que la información relacionada con este hallazgo es muy escasa, poco científica y profesional. La única información al respecto se encuentra en el Boletín Antropológico Nº 15 de 1988, en el artículo "Excavaciones Arqueológicas en el Cerro Las Flores, La Hechicera, Mérida" cuyo autor es el arqueólogo Antonio Niño (investigador de esa Institución)56. Allí he observado, en primera instancia, que a pesar de que este hallazgo se hizo a mediados del año 1988, han transcurrido hasta ahora más de tres años sin que se tengan noticias de la continuación de las investigaciones en el referido lugar. Debido entonces a la escasa información de la revista científica, decidí ponerme en contacto informal con algunos de los investigadores de esa Institución para que me facilitaran cualquier otra información y orientación. Pudiendo sacar como conclusión de esas conversaciones que el hallazgo de esta pieza 56 Véanse REFERENCIAS, al final de este capítulo. arqueológica estuvo siempre rodeado de un clima de incertidumbre y desconfianza hacia quien hizo tales excavaciones arqueológicas; pues aparentemente no se realizó un trabajo de investigación serio, y hasta se pensó que pudiera tratarse de un FRAUDE. Esto me llevó de nuevo a releer cuidadosamente el ya mencionado artículo encontrando que realmente se aprecian muchas fallas. Primero, el autor se contradice cuando señala que: "...parecía poco probable la no existencia de yacimientos (arqueológicos) adyacentes a la ciudad..." para luego decir que existen reportes de cronistas y excavaciones realizadas en la zona. Segundo, al referirse a las excavaciones de cada una de las cámaras funerarias, se nota en el discurso cierto acomodo atropellado de la información y que en todo caso da lugar a cualquier interpretación de la misma. En este caso el autor señala: "... una vez terminado de excavar y extraer todo el sedimento del interior de la cámara Nº 3 (donde se encontrara la placa de Wiracocha), decidió que era preferible trabajar en otra cámara vecina..." esto no tiene sentido, porque si se terminó de excavar dicha cámara, lo más lógico es excavar otra cámara, y no preferible. Posteriormente agrega que "... decidió regresar a esta tercera estructura a fin de obtener una muestra de sedimento del fondo de la cámara..." esto también carece de sentido, porque de dónde podría obtener el sedimento si menciona que ya lo extrajo con anterioridad. Pero más adelante señala que "... ¡fue entonces cuando se localizó, 10 cms. más abajo del nivel dejado en la excavación la placa de piedra y que incluso por esta razón continuó la excavación aún más abajo!...”, esto último aún menos tiene sentido, ya que no se entiende cómo después de extraer todo el sedimento de la cámara y abandonar la misma, vuelve y es capaz de excavar más de 10 cms. en la cámara ya excavada. Nos muestra todo ello una evidente y real contradicción en las informaciones que hace el autor. Luego de examinar detenidamente el artículo del Boletín, de analizar las entrevistas con algunos de los investigadores del Museo de Arqueología y de hacer mis propias reflexiones saco como conclusión que estamos frente a un caso realmente EXTRAÑO de posible FRAUDE CIENTÍFICO, que resumidamente puedo afianzar en los siguientes criterios: Primero, el autor nos muestra una información carente de la metodología mínima para este tipo de investigaciones; una información, por demás confusa, contradictoria, sin sentido y hasta acomodaticia. Segundo, los propios investigadores de ese centro de Investigaciones muestran un marcado escepticismo e incredulidad sobre el hallazgo y la persona que lo hizo. Tercero, y como consecuencia de todo ello, resulta muy lógico que nunca más se investigara sobre ese sitio particular, temiéndose quizás la posibilidad clara de un FRAUDE. Porque en realidad no se explica que el hallazgo más importante en la Cordillera de Mérida y Venezuela se quedara olvidado. Lamentablemente no sé a qué atenerme en cuanto a la seriedad de esta Revista Científica y de la Institución que la edita y promueve las investigaciones. Por otro lado no sé si se trata de una falla de parte del profesional arqueológico que realizó la investigación; en todo caso resulta claro que a esa Institución y a su Boletín se le hace un daño tremendo con este tipo de artículos "científicos" carentes de toda metodología y con una pobreza de datos que en ningún momento argumentan tal investigación. Esto es inaudito aunque no extraño, pues ahora recuerdo el famoso escándalo que protagonizó el mencionado Museo Arqueológico con la "Mentira del Siglo" cuando afirmaba la existencia de un "Sitio Arqueológico Fantasma" en un sector de La Pedregosa Alta de esta misma ciudad, en el año 1988. Pendejos pero porfiados José Luis comenzó a encontrar eco de sus propios ecos; un eco muy tenue, pero suficiente como para impulsarle a publicar esta nota: La cultura de la indiferencia Subestimados, burlados, atropellados... José Luis Quintero Moreno En nuestro país, en nuestra Universidad, observamos tales vagabunderías, que son ya insuficientes los adjetivos para calificarlas y sin embargo, permanecemos callados, impávidos, como si la cosa no fuera con nosotros; como si nos asolara una fatal resignación de impotencia ante quienes desangran nuestra sociedad. Como bien lo dice Eduardo Galeano en su libro El Descubrimiento de América, que todavía no fue... "Cada conciencia ganada por la indiferencia y el derrotismo egoísta es una victoria del enemigo"... Nada más cierto: esa falta de respuestas contundentes ante los atropellos y burlas, esa autosubestimación, ese temor, ese sello de "subdesarrollados" que como al ganado nos han endosado sutilmente "los que saben", es el mejor caldo de cultivo para reproducir una y otra vez tan nefastas prácticas que ejercen unos cuantos "vivos" para quienes la mejor arma de ataque es nuestro temor a enfrentarlos. Practican con nosotros estos "vivos sabihondos" una especie de colonialismo, pues con esa actitud de prepotencia desquiciada y derroche de subestimación hacia la mayoría, han cultivado la mediocridad, el vandalismo... en detrimento de la honestidad y el trabajo. Nos quieren seguir cambiando espejitos por oro. Muchas veces no denunciamos porque pareciera que a los universitarios "nos da pena" tener que reconocer y aceptar que unos cuantos vivos nos han hecho pasar por pendejos. Es la indiferencia una férrea máscara insípida, sin expresión alguna, que solapadamente oculta lo que padecemos internamente. Porque uno no se explica, excepto bajo esta premisa, que a los universitarios (a sus autoridades) no les importe que esos fraudes arqueológicos pongan en tela de juicio nuestra Universidad y nuestro país, pues con ello, entre otras cosas, se está atentando directamente contra nuestra identidad cultural falseando nuestra historia. Estamos "dando la cómica" y quedando como unos verdaderos ridículos ante la comunidad científica nacional, pues para colmo buena parte de la información fraudulenta se ha divulgado en la revista científica del Museo Arqueológico. Por si fuera poco, esos seudocientíficos se dan el lujo de despilfarrar en fraudes los pocos recursos que se le asigna a la investigación. ¡Qué vergüenza! Y de paso no podemos denunciar estas irregularidades, porque si lo hacemos, nos atropellan calificándonos de resentidos, enfermos, detractores... e incluso se nos niega o se nos desacredita profesionalmente. Nunca atacan el problema demostrando científicamente que uno no tiene razón, recurriendo así a cualquier artimaña para desviar la atención. Para muestra un botón: inmediatamente después de la denuncia que hice sobre el caso de fraude de la Placa Wiracocha, ésta, que permanecía expuesta en la sala de exposición del mencionado Museo, fue retirada de inmediato con el pretexto de hacerle algunos "análisis, lo que sin duda es el colmo de la burla, pues cómo se justifica que a estas alturas, después de cuatro años pretendan realizar algunos "análisis" a lo que según sus conceptos constituye "el descubrimiento arqueológico más importante de Venezuela". Se ha pretendido, también, obtener reconocimientos "científicos" que den autenticidad a la mencionada placa de parte de investigadores (arqueólogos, antropólogos) nacionales y extranjeros a quienes se están reseñando y sorprendiendo en su buena fe. ¡Hasta cuándo nos van a seguir viendo la cara de pendejos, de idiotas...! ¿Dónde está la comunidad científica nacional específicamente arqueológica? ¿Qué hacen las Autoridades Universitarias ante tan abominable desafuero? ¿Dónde están los investigadores de Mérida quienes conocen tanto como yo esta problemática? ¿Acaso van a seguir bailando la sempiterna danza del miedo y la indiferencia al compás de la música de esos "vivos burlones quienes han dañado nuestro Centro de Investigaciones? Es hora de que dejemos de vivir a la sombra de esos "sabelotodo", que los bajemos de ese pedestal y les quitemos a esa aureola "inmaculada", a ver si recuperamos un poco la credibilidad y dignidad. ***************** En las universidades entonces se daban algunos cambios de decorado en los espejos, en los apliques dorados, alfombras y muebles. El militante de Acción Democrática Néstor López Rodríguez salía de su rectorado con una vigorosa reforma de las alfombras de sus oficinas que le costaron a la ULA otra millonada, y entraba otro adeísta, don Michel Rodríguez con la decidida determinación de ponerse a tono con los tiempos y adquiriendo otra flota de vehículos oficiales de la Universidad. Salía del vicerrectorado Académico el socialcristiano Carlos Guillermo Cárdenas y entraba el convergente (de cualquier tolda que pudiera formarse) Leonel Vivas. Se iba el Secretario Felipe Pachano, de un color indefinido entre verde y rojo (aunque dispuesto a pactar con el Diablo si era necesario para volver por sus fueros), y entraba el “negro” Enrique Corao discípulo de don Pedro Rincón Gutiérrez. Y al vicerrectorado Administrativo llegaba un hombre de una frente tan alta, de una seriedad tan inmensa que le sobraba todo lo que al resto de su equipo le faltaba, don Hernán López Áñez. José Luis Quintero Moreno tuvo una de esas emociones que hacen vibrar a los inocentes y a los despistados porque conociendo la trayectoria revolucionaria de un hombre que había sido dirigente estudiantil de izquierda, el profesor Leonel Vivas, “reconocido intelectual” de nuestro medio, individuo probo e “incorruptible”, se dijo: “No hay que abandonar la lucha. Ahora sí podría cambiar el asunto de las falacias y dilaciones con que me ha venido jugando el doctor Carlos Guillermo Cárdenas. ¿Ahora sí podía limpiarse el Museo Arqueológico? Ingenuo como todos los pendejos de este país, José Luis pasó varias noches estructurando la siguiente carta: Mérida, 14 de Septiembre de 1992 Ciudadano Académico Dr. Leonel Vivas Vicerrector Estimado Dr. La presente es con la finalidad de hacer de su conocimiento una serie de irregularidades que se han venido sucediendo en el museo Arqueológico "Gonzalo Picón Gutiérrez", hechos que bien podrían calificarse como fraudes en investigación arqueológica. 1- Por qué razón antes de mi renuncia yo era una persona estimada, un buen investigador (ver anexo Nº 5) y, ahora paso a ser un "enfermo", un mediocre trabajador (ver anexo Nº 4). 2- Por qué razón no se han refutado mis denuncias con las correspondientes averiguaciones, demostrando que estoy equivocado y por qué, más bien, se ha puesto tanto empeño en desprestigiarme como denunciante. 3- Si en el supuesto negado, como aparece en la "Constancia" yo fui un mediocre trabajador, que no rendía lo suficiente, que nunca entregaba informes, etc., etc., ¿cómo se explica que la Dirección del Museo nunca hubiese tenido la autoridad para despedirme? ¿Cómo se explica además que asistiera a Congresos nacionales e Internacionales con ponencias sobre trabajos de investigación, que apenas el año pasado (1991) realizara y presentara la XLI Convención anual de ASOVAC en Maracaibo el primer trabajo de investigación que en el país se hace sobre Vivienda indígena y Prehispánica en la Cordillera de Mérida, y que a mediados de ese mismo año estuviera encargado de la exploración e inicios de las excavaciones arqueológicas en La Pedregosa Alta (considerado uno de los sitios arqueológicos de la Cordillera). Firman los mismos que aparecen en el Acta del 6 de marzo. En fecha 09 de enero del presente año decidí, muy a mi pesar, renunciar al Museo (ver anexo Nº 1) debido a que nunca se atendió a una serie de denuncias que hice respecto a graves irregularidades que venían ocurriendo allí, específicamente los fraudes arqueológicos cometidos por el señor Antonio Niño, quien labora allí como investigador (ver anexo 2). Nunca se dio curso a estas denuncias, más por el contrario, comenzó una campaña de hostigamiento y burla en contra de los investigadores que denunciábamos alguna irregularidad. Envié mi carta de renuncia a la Dra. Jacqueline Clarac de Briceño quien funge como Directora de dicha institución, explicando el motivo de la misma y, de manera inaudita, a los pocos días ya estaban circulando varios rumores (entiéndase como campaña premeditada de la dirección del Museo) entre mis ex compañeros de trabajo y allegados al Museo en los que se me trataba de amedrentar primero y luego desprestigiarme; en razón de lo cual, opté por enviar en fecha 30 de enero del presente, una carta a la Dra. Clarac pidiéndole muy respetuosamente dar cese a esa campaña en mi contra, todo ello en muy buenos términos (ver anexo 3). Posteriormente y en fecha 20 de febrero me acerqué al Museo Arqueológico para retirar una constancia de trabajo que había solicitado en fecha 30 de enero, sorprendiéndome sobremanera que se me entregó una "Constancia" (ver anexo Nº 4) de tres páginas que podría catalogar como de "expediente" en el que grosso modo se dice que durante mis diez años en el Museo Arqueológico como investigador no hice nada y que lo poco que hice fue negativo o mal hecho. Para no entrar a pormenorizar esta "constancia" me limito a decir que prácticamente toda la información allí contenida es tendenciosa y no se ajusta a la realidad. Como podrá observar en los documentos anexos, tomé la determinación, en enero de este año, de renunciar a mis labores como investigador del mencionado Museo, motivado a que a pesar de las constantes denuncias que sobre fraudes arqueológicos hice ante la Directora Jacqueline Clarac de Briceño, ésta jamás les concedió la más mínima atención prestándose con ello al encubrimiento como única vía para obviar lo que a la luz de las evidencias resultaba claramente una irregularidad grave. Uno de los fraudes arqueológicos, el más notorio por lo descabellado, trata de la desquiciada pretensión del bachiller Antonio Niño (actual investigador del Museo Arqueológico) de intentar hacer pasar una pieza de artesanía actual por el "descubrimiento arqueológico más importante de Venezuela" (ver artículos de prensa anexos, informes y revista Arqueológica). Fraude premeditadamente encubierto desde el primer momento por la Dra. Clarac, lo que entre otras cosas se explica por el hecho de que jamás se continuaron los trabajos de excavación en el sitio del "hallazgo" desde 1988, mucho menos a tal pieza se le hizo algún tipo de análisis y, más bien, por el contrario, se ha tratado de manipular permanentemente a la comunidad científica con subterfugios. Me he privado muy a pesar, del trabajo que desempeñaba después de casi doce años de investigación para no tener que seguir compartiendo institucionalmente esos intolerables desmanes cometidos por el Br. Niño y esa descarada actitud encubridora y falta de autoridad de la Directora del Museo al no ponerle coto a tal situación. Esto ha traído como consecuencia que se me atropelle de diversas maneras: primero: descalificándoseme como profesional en todas las actividades que realicé en el Museo Arqueológico; segundo, desacreditándoseme personalmente con rumores y comentarios malsanos, práctica muy de moda por aquellos que no tienen argumentos valederos para defenderse profesionalmente y que así han ido perjudicando a osado e ineludible respuesta del Vicerrectorado Académico que Ud. preside, al cual está adscrito el Museo Arqueológico. Como Ud. comprenderá, Dr. Vivas, estos casos de fraude arqueológico comprometen seriamente la credibilidad de la Universidad de Los Andes y por ende de nuestro país. Con ello se está ridiculizando y haciendo un grave daño al quehacer científico de nuestra Máxima Casa de Estudios al pretender descarada y premeditadamente burlar nuestra identidad cultural al falsear nuestra historia. Con la gravedad de que ya buena parte de esas "investigaciones" han sido publicadas en el Boletín Antropológico y han trascendido nacional e internacionalmente. Por lo demás, quedo a su entera disposición para colaborar en todo lo que permita esclarecer las denuncias que he hecho, pues para ello existen suficientes y contundentes pruebas y argumentos científicos. muchos profesionales enfrentarlos. serios que hemos Ud., como docente e investigador serio, entenderá la verdadera gravedad que revisten esas irregularidades, por lo que le pido muy encarecidamente en nombre de los universitarios honestos, de la ciencia y de nuestra Universidad, se sirva hacer todas las diligencias pertinentes para investigar y establecer las debidas responsabilidades del caso con el fin de sanear ese centro de investigación. Lamentablemente las autoridades universitarias anteriores se mostraron indiferentes ante tal situación. Por fortuna Ud., Dr. Vivas, es conocido por ser un profesional serio y de buena trayectoria académica, por lo que no dudo tomará muy en cuenta este caso en el que está comprometido el prestigio de la Universidad y la debida Sin más por el momento y en espera de la mayor receptividad y pronta respuesta, queda de Ud. muy atentamente, Lic. José Luis Quintero Moreno Demasiado evidente resultaba que las autoridades no querían enredarse tomando en cuenta que cuanto les planteaba don José Luis, no podía refutarse en absoluto. El señor Leonel vino a resultar mil veces peor que su antecesor, pues aspiraba al rectorado y no podía menear mucho la manteca de los desquicios que reverberaban en su despacho. Además, molestar a doña Jacqueline era meterse con la secta filosófica de su esposo, don J. M. Briceño Guerrero. Nada podía hacerse pese a que a los pocos días se produjo una nueva estampida del Museo Arqueológico. Veamos la siguiente carta dirigida a las siguientes instituciones y personalidades como: BOLETÍN ANTROPOLÓGICO - Ministerio de Sanidad y Asistencia Social - Instituto Venezolano de Investigaciones (IVIC) - Depto. de Arqueología - Dra. Jacqueline Clarac de Briceño - Directora del Centro de Investigaciones del Museo - Museo Arqueológico de la Universidad de Los Andes. Mérida, Edo Mérida Estimada Dra. Clarac. Me veo obligada a renunciar como árbitro al Boletín Antropológico que usted dirige, el cual además se ha caracterizado en tiempos recientes por publicar algunos artículos "subjetivos" y/o tendenciosos, los cuales no parecen haber pasado por árbitros idóneos. Atentamente Dra. Erika Wagner, Ph.D Jefe de Laboratorio de Arqueología c.c Dra. Nelly Arvelo Jiménez, Jefe Depto. de Arqueología IVIC - Dr. Walter Bishop, Presidente CDCHT, ULA, Mérida - Dra. Herminia Gil, Secretaria General, - AsoVAC, Capítulo Mérida- Dra. Ana Herrera, Secretario General AsoVAC. Capítulo Central - Dr. Vidal Rodríguez Lemoine (Editor Jefe de Acta Científica Venezolana) -Dra. Eldrys Rodulfo de Gil-FUNDACITE, Mérida - Dr. Leonel Vivas, Vicerrector Académico de la Universidad de Los Andes, Mérida. La señora Jacqueline es realmente admirable; con su frente siempre en alto, respondió a la doctora Wagner en los siguientes términos: “Lamentamos que la Dra. Wagner se vea "obligada a renunciar como árbitro de nuestra revista"; si su nombre sigue apareciendo en la lista de árbitros del presente número es porque: a) ya estaba éste en prensa cuando recibí su carta, b) porque en este número y en el anterior hay artículos que no fueron publicados porque ella los arbitró negativamente y que respetamos su arbitraje. “Su renuncia se debe a que, además, nuestro Boletín Antropológico se habría "caracterizado en tiempos recientes por publicar algunos artículos subjetivos y/o tendenciosos, los cuales no parecen haber pasado por árbitros idóneos". Pasaremos por alto el desprecio manifiesto por los otros árbitros para preguntarle a la Dra. Wagner si ha sido en vano la discusión internacional de los últimos cuarenta años acerca de los conceptos de objetividad-subjetividad en ciencia. Discusión que ha tenido un lugar primordial en la teoría de la ciencia y muy especialmente en antropología y a la cual es importante reportarse para conocer posiciones actuales al respecto “Lamentamos también que, en lugar de renunciar, no haya señalado más bien la Dra. Wagner cuáles fueron esos artículos y que no haya escrito una crítica constructiva al respecto, lo que me parece hubiera sido más pedagógico ya que hay estudiantes de antropología y jóvenes investigadores que leen nuestra revista y se hubieran ilustrado con esta polémica. “De cualquier manera respetamos su decisión de renunciar, pues tiene pleno derecho a ello, pero no podemos estar de acuerdo con los argumentos que da para hacerlo”. Jacqueline Clarac de Briceño. LA DEFENSA MARIO SANOJA Lo que sigue a continuación es una conferencia dictada por don Mario Sanoja a un grupo de universitarios, relativa a la fraudulenta placa lítica, y que fue grabada. Téngase en cuenta que don Mario Sanoja es toda una autoridad en asuntos arqueológicos de Venezuela. Esta transcripción me fue facilitada por José Luis Quintero Moreno: ... Y ahora llegamos precisamente a esta placa de piedra la cual ha sido objeto de muchas diatribas pero no discusiones en el sentido científico. Y yo quisiera en este punto, en esta charla detenerme un poco en esto porque evidentemente si ustedes comparan con lo que les mostré antes, este diseño que pertenece a wali, esta plaqueta evidentemente reproduce formalmente muchas de las características de la talla de piedra de la figura Wali en Tiwanaku. Pero por supuesto y eso es bien interesante, esta plaqueta tiene como característica que el estudio iconográfico de los elementos que ella contiene, nos indican por una parte que hay una mezcla de elementos simbólicos iconográficos, unos que tienen que ver con elementos locales del norte de Suramérica y, otros que como vamos a ver, tienen que ver con las tradiciones iconográficas que existían en el área andina. Una de las características esenciales para mostrar la autenticidad o no de un trabajo en piedra es la naturaleza de las incisiones. Cuando un trabajo de este tipo ha sido hecho hoy, o sea, digamos que es una réplica o un falso, quienes hagan estos trabajos tienen que recurrir generalmente a instrumentos metálicos, los cuales dejan una huella, algo que es imposible de ocultarlo, que los trazos que dejan sobre la piedra reflejan generalmente los cortes, las raspaduras que hace el instrumento de metal sobre la piedra. Estas son piedras blandas. Ustedes pueden ver en este caso que se trata de un trabajo de incisiones que han sido hechas, tiene formas genuinas que lo vamos a ver más en detalle y que son justamente producto de la utilización de abrasión, elementos abrasivos pueden ser madera, arena, etc., que permitía hacer este intrincado diseño digamos iconográfico, que tiene como vamos a ver ahora una serie de motivos que nos indican que la persona que hizo esta talla tenía evidentemente un conocimiento tanto global digamos de ideas que manejaba la sociedad andina, y al mismo tiempo de elementos que eran característicos de esta región al norte de Suramérica, pero que tenía que ver con el mundo andino. Ustedes pueden ver acá, por ejemplo, estas características en las incisiones, que son incisiones que no evidencian precisamente la característica de lo que sería utilizado instrumentos de metal, que son los canales en forma de V, en forma de quilla y las formas de desgaste usando elementos de metal. Bueno, estos son distintos elementos que nos muestran el carácter digamos técnico de la fabricación de esta plaqueta. Ahora cuando llegamos ya al estudio concreto de la parte iconográfica, vamos a ver por ejemplo, la existencia de este motivo; este motivo evidentemente podría interpretarse como una garra de felino, es una huella de felino; la pata y las uñas. Ahora esto es muy interesante, porque dentro de la iconografía que podamos por ejemplo, observar en la alfarería de Barrancas y el bajo Orinoco, este elemento está presente, y está presente en las vasijas que nosotros inicialmente, esto está en el libro que inicialmente le regalaba a la Dra. Clarac, Las Culturas Formativas del Oriente de Venezuela; este motivo que nosotros llamamos del pie, porque parecía evidentemente la huella de un pie, aparece en Barrancas y aquí aparece también asociado con estos elementos que tienen la figura, que representan una figura, un elemento también felino. Aquí hay por ejemplo, en esta parte que es el tocado de este personaje, vamos a ver por ejemplo, que hay digamos, ya visto en detalle, hay una serie de elementos que conforman digamos este adorno, que está integrado fundamentalmente por huellas de felino o, como vemos en este caso con representaciones de la cabeza de felino y que nos demuestra por otro lado lo que ya vimos en esas vasijas que yo les mostré que son, que también pertenecen a Wali en los Andes centrales y que representan esta forma de felino. Ahora ustedes van a ver por ejemplo, que en esta cara que vemos acá, tiene unos elementos que forman como una especie de ganchos aparecen en muchas representaciones felinas asociadas de Cahvin en adelante, con los colmillos felinos, que se representan o bien cuando vimos que estábamos hablando, mostrando esas figuras de Colombia en San Agustín, que son los colmillos digamos longitudinales que también son los colmillos en forma de ángulo, porque aparentemente se hace como una transposición entre los colmillos felinos de la serpiente que también es otro elemento que está representado acá. Estos son aparentemente según la iconografía de Wali, son elementos de la serpiente, pero al mismo tiempo que tienen elementos felinos, porque en el mundo de la conciencia estos elementos son complementarios... Y vemos por otro lado que esto que parece ser como una especie de pectoral que está formado también, ustedes pueden ver, por elementos felinos, que son estas huellas felinas, huellas de tigre y las garras. Estas son las incisiones, el carácter de las mismas, que significa que fueron hechas por abrasión. Aquí tenemos otro detalle de cómo se alternan las grecas con los elementos felinos, o sea los rostros de felinos con los elementos que posiblemente son huellas de felino. Y luego acá por ejemplo, que esto es la mano, vean ustedes que ésta es una mano, pero una mano que tiene elementos otra vez felinos que está representada con una especie de manto que tiene como representación unas grecas. Entonces si ustedes ven bien, son los mismos colmillos que aparecen acá, aparecen aquí, esta vez como colmillos de felino, pero puestos de forma de gracca. Ahora, esto es bien interesante por ejemplo, cuando uno desarrolla por ejemplo, el caso de Barrancas; este, cierto motivo como el que nosotros llamamos motivo de tachuela que es un motivo que es como una T, cuando se desarrolla estilo greca obtenemos este mismo efecto. Es decir un efecto como una greca donde estos elementos se van alterando como una diversidad de espejos y que reproduce el mismo efecto que éste. Es decir, aquí hay cosas bien interesantes, porque este motivo felino que vemos acá también está presente por ejemplo, en Barrancas el del mil a. C. Es decir, son y al mismo tiempo tienen relaciones desde el punto de vista conceptual de la iconografía con Chavin en la región amazónica del Perú. Entonces vemos cómo todo esto por ejemplo, alternan; es como un código, ustedes lo ven, un código simbólico, donde se van alternando elementos felinos, de serpiente, etc., con una lectura que yo decía esta mañana hablando con Antonio Niño, que si uno pudiese hacer el estudio de esta plaqueta y comenzar a identificar por ejemplo, los motivos que la integran llegando hasta los motivos más simples, uno podría perfectamente hacer una lectura por áreas de esta plaqueta, donde cada una de estas áreas tiene una lectura particular; es decir, los símbolos que se agrupan de manera muy particulares según por ejemplo, que estén en el pectoral, que estén en la mano o que estén en la cintura. Entonces esto en realidad como totalidad parece representar más bien un mensaje, un mensaje simbólico que la gente por supuesto quienes conocían los símbolos sabían leerlo perfectamente bien. ... Entonces aquí por ejemplo, tenemos, acuérdense de lo que yo les mostré cuando les estaba mostrando estas formas del diseño de Wali, estos motivos, estos rectángulos incisos que aparecen acá. Entonces, fíjense que si uno por ejemplo, empieza a leer esto, empieza: un motivo felino, un motivo en forma de U, un rectángulo inciso y otro motivo felino. Y aquí por ejemplo, que no solamente aparece aquí, sino que aparece también en los petroglifos venezolanos, éste es un elemento que aparece corrientemente; o sea, que quien hizo esto andaba manejando un código simbólico que ya se usaba, que ya también estaban reproduciendo otros indígenas venezolanos a nivel de los petroglifos. Y por ejemplo, en el caso de Guayana, en el caso de... concretamente, aparece este motivo de la T que es una simbolización de la figura humana, aparece pero comúnmente. Es decir, yo lo que quiero significarles es que esta plaqueta en realidad creo que está vinculada con una expresión iconográfica precolombina muy clara, incluso con símbolos. Yo por ejemplo, digamos, luego de QUE LA ESTUVE ESTUDIANDO EN DETALLE, es que vengo a entender que en realidad allí estaba digamos plasmada una serie de códigos comunicacionales vamos a decir así, que TIENEN QUE VER NO SOLAMENTE CON ESTA PLAQUETA SINO QUE TIENEN QUE VER CON UNA COSMOVISIÓN QUE ENGLOBA PRÁCTICAMENTE DIGAMOS A VENEZUELA. Yo diría que, que, yo no me atrevo digamos todavía a decir más nada, yo creo que la idea nuestra es hacer un estudio de este elemento en sus distintos componentes tanto del informe de sitio, el análisis iconográfico del mismo y luego toda la parte interpretativa que tiene que ver con el ... etc., y los petroglifos. Pero yo diría por ejemplo, que aquí vamos a encontrar una serie de claves, verdad. YO DIRÍA QUE SERÍA COMO UNA PIEDRA DE ROSETA, que sería mucho decir no, pero esto va a ser como un referente para poder entonces entrarle ahora al estudio por ejemplo, del arte en Venezuela; sean petroglifos, o sean por ejemplo, pintura rupestre, partiendo de una referencia que es esta plaqueta, donde vamos a encontrar una cantidad de símbolos que comienzan a darse separadamente en los motivos de petroglifos, pero que aquí tienen una forma orgánica y estructurada y que se refiere a un mensaje que está plasmado dentro de esta figura y que resume, por ejemplo, estos elementos que tenemos acá, estas especies de rectángulos que en Barrancas son unos elementos muy importantes que se usan también como separadores, separadores de iconos. También por ejemplo, en el caso de la alfarería polícroma tardía del estado Lara aparecen estos separadores, POSIBLEMENTE, SON COINCIDENCIAS; verdad, pero vamos a encontrar que aquí hay un manejo de información iconográfica muy orgánica que después la vamos a encontrar como dispersa en otras áreas particularmente vinculadas en el caso de Barrancas a la alfarería, que como yo siempre he dicho, más que alfarería es como una especie de escultura en barro con el uso de grandes volúmenes en lugar de simples incisiones modeladas; y luego en el caso de los petroglifos. ...POR ESO DIGO Y ES MI OPINIÓN MUY SINCERA, YO CREO QUE TODAS LAS OPINIONES QUE HAYAN HABLADO Y QUE HAN TRATADO DE DESVIRTUAR LO IMPORTANTE DE ESTE HALLAZGO Y POR SUPUESTO DE MENOSPRECIAR LA IMPORTANCIA DEL TRABAJO QUE ESTÁN HACIENDO LOS ARQUEÓLOGOS DEL MUSEO DE MÉRIDA VERDAD, NO SON REALMENTE CIENTÍFICAS; SON COSAS QUE NO PUEDEN TOMARSE EN CUENTA PORQUE NO TIENEN SERIEDAD. Es decir, hoy día por ejemplo, ya nadie puede estar diciendo: mire, esa persona me cae mal porque no sabe. No eso ya no tiene valor. Hoy día estamos viviendo una comunidad creativa, donde hay gente que tiene trabajo hecho, trabajo serio, verdad. Entonces uno no puede decir: bueno, yo no estoy de acuerdo con eso; pero no estar de acuerdo no quiere decir que no sirva o que no tiene importancia, simplemente que no estamos de acuerdo es un mecanismo normal, es un mecanismo normal dentro de cualquier comunidad científica o intelectual. Entonces, YO REALMENTE CREO QUE ESTAMOS EN PRESENCIA, DESPUÉS DE HABER VISTO ESTO, DE UNA DIGAMOS NEGACIÓN DE ALGO QUE ES EVIDENTE, ES DEL TAMAÑO DE UNA MONTAÑA. ES UN HECHO DE UNA TREMENDA IMPORTANCIA HISTÓRICA QUE ES IMPOSIBLE QUE DE ALGUNA MANERA SE DESVIRTÚE DICIENDO QUE ESO ES UNA MENTIRA, QUE ES UN FALSO. ES TOTALMENTE IMPOSIBLE, TÉCNICAMENTE IMPOSIBLE, ADEMÁS INSENSATO DE QUE ALGUIEN HAYA ENCONTRADO ESTO EN OTRA PARTE Y LO HAYA, DIGAMOS DEJADO CAER EN UN SITIO ARQUEOLÓGICO, ES BIEN INVEROSÍMIL. Porque por otro lado, el contexto que esto representa puede ser perfectamente identificado con las tradiciones iconográficas que aparecen en otras partes de Venezuela. O SEA QUE POR DONDE LO MIREMOS, ES UN ELEMENTO AUTÉNTICO, AHÍ NO HAY DUDA. Yo diría que cuando terminemos este trabajo que ya hoy nos hemos planteado como una posibilidad a corto plazo, vamos a encontrar de que efectivamente esto no son puras palabras. Aquí termino y quisiera que ustedes intervinieran si tienen alguna pregunta (Aplausos) (Intervención de la Dra. Jacqueline Clarac de Briceño): - Yo no quiero hacer preguntas sino nada más una reflexión también, que varios de esos elementos (de la plaqueta) que están en los petroglifos, nosotros los tenemos también en los petroglifos de Mérida y también en los petroglifos del Táchira, muy cerca de aquí y yo los he visto en efecto en los petroglifos. Pero también los indígenas todavía de hoy de Mérida como los indios de Lagunillas, cuando tienen ciertas danzas, ese motivo especialmente que es redondo con un punto central, ellos lo dibujan en la espalda para sus danzas rituales. Es decir, que eso es todavía algo permanente, vivo en los indios de Lagunillas de Mérida. Sí, por eso digo, yo, realmente pienso, que lo importante de esta plaqueta es que en realidad eso que está disperso digamos en distintos yacimientos arqueológicos o incluso en manifestaciones contemporáneas, aquí tienen digamos un contexto orgánico; o sea, que puede establecer una relación entre lo que sería por ejemplo, una especie de cartilla donde están todas las letras, es decir, la mayoría de las letras que en otras partes están solas: una A, una B, una Z, una X, una Y. Pero aquí (en la plaqueta) están representadas y tienen sentido. Por eso digo que esto en ese sentido es algo que merece una investigación seria de estudio iconográfico y su ubicación dentro del contexto precolombino. Siguen otras preguntas... Todo lo anterior pudo haber quedado sepultado del modo más inocente en los altos sitiales del Consejo Universitario o del equipo rectoral, como mueren cada mes o cada año exabruptos monstruosos contra la inteligencia y el conocimiento, pero no fue así. Conservamos esta grabación con las barbaridades de uno de las eminencias científicas más respetables de la Nación. Las alcahueterías del CDHCT Ella y sus inventos tenían por fuerza que depender del vicerrectorado académico. Quisiera yo saber cuánto dinero ha financiado el CDCHT y otros organismos o dependencias, para mantener la fulgurante carrera de estropicios arqueológicos que ha hecho esta señora. Yo le pedí al señor Walter Bishop, entonces coordinador del CDCHT-Mérida y al vicerrector Leonel Vivas que cumplieran con su deber de realizar una investigación de estos desmanes. Que no me vengan con esas ridiculeces de pretender hacer una reforma en la ULA, cuando no tienen la suficiente entereza ni el debido valor para acabar con estas insólitas aberraciones, que se realizan apenas a sólo cuatro pasos de su propio despacho. Está claro que el doctor Carlos Guillermo Cárdenas no hizo nada y fue encubridor de las fantasías de doña Jacqueline. Allí se describe la falacia del supuesto hallazgo arqueológico MÁS IMPORTANTE DE VENEZUELA, el de una "placa lítica", que no es "más que una de las tantas copias en arcilla (elaborada con molde) que los campesinos y artesanos peruanos hacen para vender como souvenir a los turistas que visitan la región". La señora Jacqueline, sacándole provecho al "hallazgo" había enviado una ponencia57, sobre esta placa, al VI CONGRESO DE ANTROPOLOGÍA EN COLOMBIA "LA CONSTRUCCIÓN DE LAS AMÉRICAS", Santa Fe de Bogotá, que se realizaría del 22 de julio al 25 de julio de 1992. Envía una fotografía de la placa, para burla y escarnio de la ULA, y expresa que tal "mamarracho" fue encontrado en La Hechicera, cuenca del río Albarregas. Nada la detenía. Y llena del furor por su endiablada invención se trae al delirante investigador Mario Sanoja para que ratificara la autenticidad del estropajo arqueológico. Este señor, en conferencia dada en Mérida, con toda desfachatez exclamó: "POR DONDE LA MIREMOS ES UN ELEMENTO AUTÉNTICO, AHÍ NO HAY DUDA". Dijo otras barbaridades insólitas como que ciertos motivos de la pieza aparecen también en petroglifos venezolanos de Guayana; que había en la plaqueta códigos comunicacionales que tienen que ver con una cosmovisión que engloba a Venezuela y reafirmó que 57 Véase REFERENCIAS relativas a esta sección. las opiniones para desvirtuar ese importante hallazgo no eran científicas. Quisiera yo saber cuánto le costó a la ULA traer a este mastodonte, dizque experto en culturas preincaicas. Responda señor Leonel Vivas, responda señor Bishop: ¿Cuánto costó tener entre nosotros al señor Sanoja? Este exabrupto, pienso yo, animó a otros expedicionarios en la búsqueda de otros restos perdidos y al anuncio de que unos desperdicios de vacas, pollos y otros bichejos no mamíferos fueran declarados solemnemente como los restos de Fray Juan Ramos de Lora. Aquí se botó otro platal, y lo más triste fue el acta que firmó el equipo rectoral, sobre este soberbio hallazgo. Aparecían en una foto con la frente muy en alta mirando hacia el techo, Michel Rodríguez, Nelson López Rodríguez, Enrique Corao Febres y Hernán López-Áñez. De Cárdenas a Leonel Vivas y... todo siguió igual He aquí cómo se lo planteé entonces a Leonel: Hubo, pues, cambio de autoridades y entra el señor Leonel Vivas a continuar las funciones de su antecesor; pues Quintero Moreno le hace llegar a Leonel una carta con fecha del 14 de septiembre de 1992, donde nuevamente le señala otra vez los estropicios de la fulana "placa lítica”. ¿Qué diferencia hay entre Leonel Vivas, y cuantos en el pasado han ocultado anomalías de toda especie contra la Universidad venezolana? ¿Realmente cambia la Universidad porque varíen de nombre sus autoridades? ¿O es que acaso el funcionamiento de ella forma parte de un juego en el que sólo ciertos iniciados toman parte? ¿Cuántas cosas más guardará el pecho enhiesto de este señor que no se atreve a agitar las aguas de su despacho, como dije, porque podría conducir al "deterioro de la institución", al descrédito del alma máter a la perturbación de la Buena Imagen de la Universidad? No se extrañen pues, que los rumores sobre repartición gratuita de tarjetas de crédito, engorde de partidas mediante retención de pagos y multitud de negocios ilícitos, que van de boca en boca, con estas nuevas revelaciones se robustezcan, adquiriendo la de ser hechos constantes y probados. Descubierto el fraude de la "placa lítica", y de una manera que ya no se podía seguir trayendo "vacas sagradas" que le dieran carácter de autenticidad, la señora Jacqueline, con la inmensa frescura de su genial porte, entrega un documento al vicerrectorado Académico donde dice que la han engañado. ¡La engañaron como la banca lo hizo con Lusinchi! Aquí cualquiera nos engaña, y al parecer fue una vieja ebria la que engatusó a la señora Jacqueline. Y tarde vino a piar esta señora cuando muchas personas se lo venían advirtiendo de todos los modos posibles. En lugar de rectificar desató un odio mezquino; quiso imponer el descrédito contra los que descubrieron el embaucamiento, por ejemplo, contra José Luis Moreno Quintero. Pero cuando ya no se le pudo sacar más jugo a la plaqueta maravillosa (¡al rosetón que descifraría la cultura americana!), se llegó a la conclusión de que era falsa. En el Boletín Enero-Abril de 1993, leemos la increíble revelación de esta señora, donde dice que un habitante del cerro de Las Flores había enterrado esa placa para echarle a ella una broma; como si eso fuera tan simple. Absurdo, pues ¿por qué va a ser tan genial como lo admitió el mismo Mario Sanoja - un cualquiera de barrio de mala muerte, para poder confundir a la plana mayor de los investigadores del Museo Arqueológico y a otras "vacas" que traían de Caracas? Mentiras. El "embarque", es la única explicación posible, tuvo que cocinarse entre la gente del mismo Museo Arqueológico. Eso está claro, neto, formal. ¿Sería el famoso Antonio Niño? La fresca señora Jacqueline Clarac, confiesa: "Esta broma nos costó tiempo y dinero, por la correspondencia que engendró y los desplazamientos que tuvimos que hacer nosotros o nuestros invitados al respecto. Por lo menos ya se aclaró". ¡Por lo menos ya se aclaró! Si a ellos los engatusa cualquier pobre diablo, entonces ¿cómo queda la autoridad académica y científica de los miembros de la Universidad?; ¿me puedo yo poner a inventar cuestiones fantasiosas a costa del desmadre generalizado de la ULA?; porque señores, no es la primera vez que nos "embarca" este Museo, y no a costa del bolsillo de doña Jacqueline, sino del mismo pueblo. Francamente, esta señora está de atar. Pero nuestro vicerrectorado académico fue comprensivo, mucho más de lo que fue la CSJ en el caso CAP o Lusinchi: recibió a la compungida dama y engavetó, como cosa de muy poca monta, el terrible estropicio que contra la ULA ella había cometido. No hubo sanción; no se establecieron responsabilidades. Así funcionamos. ¡Y esto, señores, se llama una universidad seria! ¡Pilotan esta nave con insólitos farsantes dentro y viento en popa con sus gonfalones del ser académico! Criminales fariseos que han permitido esta burla. Y por allí sigue viéndose a la señora Jacqueline, con sus gonfalones culturales, que nadie sabe qué se trae ahora entre manos; la gente seria se ha ido apartando de sus falsedades e invenciones, de sus exabruptos, y una de las últimas que lo hizo fue Erika Wagner mediante una esclarecedora carta que fue enviada al CDCHT, a Leonel Vivas y donde indignada le dice que se ve obligada a renunciar como árbitro al BOLETÍN ANTROPOLÓGICO. Y el señor Leonel Vivas, teniendo esta carga sobre sus espaldas, anda promoviendo una reforma de la Universidad, y diciendo que debemos cambiar en beneficio de la Universidad venezolana. Es el hombre que queriendo cambiar no encuentra cómo hacerlo él mismo: tiene dos carros y dos choferes adscritos a su dependencia y permitió que después que se chocara el carro adscrito a la Dirección de Cultura de la ULA, en premio a la decencia, como castigo al derroche que él quiere liderizar, nada dijo cuando se le adjudicó un bello jeep a esa Dirección (que su orondo director Eleazar Ontiveros lleva y trae por todas partes como una de las cosas más relevantes que ha hecho la Dirección de Cultura en los últimos tiempos). ¿Ese es el hombre que quiere reformarnos? ¡Sandeces! Por favor, disimulen de un modo más cuidadoso sus poses; tengan un poco de pudor. ¿Cómo se atreve usted, señor Vivas, realizar una reunión en la Hospedería San Javier del Valle para estudiar una reforma, cuando todavía nos cuesta ver su verdadera naturaleza de hombre nuevo y diferente ante los ingentes problemas que siguen trastornando al saber universitario? Permítame decírselo claramente, señor Vivas: YO NO CREO EN USTED; YO NO CREO EN SU POSE DE REFORMADOR, COMO TAMPOCO CREO EN ERNESTO PÉREZ BATISTA NI EN LOS CHISTES DE FELIPE PACHANO. De lo único que todo el mundo supo de los planteamientos hecho por Felipe Pachano durante su campaña electoral, fue de que, en su fórmula, había un "negro". Este otro negro era Enrique Corao. A cuanta reunión asistía, decía: ""Somos la única opción que lleva un "negro". Claro, y la gente se reía; y el "negro" salió elegido Secretario y él se quedó haciendo escarpines para alumbrar su candidatura en la próxima... ¡Qué broma! Y allá en APULA lo vimos, como sacristán recién comulgado, recibiendo de manos de Fermín, chapitas que, como excusa para no entregar cuentas, a manos llenas, repartió el otro negro de la misma fórmula. En fin, señor Leonel, ¿cómo se le ocurre invitarme a un acto donde se encontraba el señor Pérez Batista, apéndice de David Fermín y quien se dirigió a su despacho para exigirle que se prohibiera Foro ¿Tiene salida Venezuela? Donde yo iba a participar. ¿Usted cree que una reforma se pueda estructurar con una deuda inmensa de desmanes y malos hábitos? ¿Usted cree que una reforma se pueda llevar a cabo con los viejos vicios y con los mismos patrones de conducta; alcahuetes y encubridores de fraudes y estafas, realizadas contra la misma Universidad (ésa que usted pretende cambiar)? No, gracias, señor Leonel. Adelante con sus proyectos, que como Antonio Luis Cárdenas y Pedro Rincón Gutiérrez, usted es un académico que está predestinado a "llegar muy lejos". Lo felicito. Únase con Pérez Batista y la directiva de APULA y "eche pa´lante" ese proyecto que está a punto de parir una universidad nueva, plena de horizontes y soluciones esplendorosas. Adelante con sus programas de austeridad y las virtudes de su fortaleza moral que están abriendo una más sólida Venezuela. Si le roban el Swift que tiene en este momento, cámbielo por un Toyota y usted verá cómo mejoraremos académicamente. Usted verá cómo se nos afinará el entendimiento para convocar voluntades a su alrededor. Porque el único cambio que todo el mundo ha visto desde que usted se encargó del vicerrectorado académico es el cambio que hubo de un Chevecito amarillo por una Swift. Adelante con los faroles. Ahora péguese a la fórmula del doctor Caldera, y cuélguese para que lo haga ministro, y después si Chávez gana, guíndesele para que lo haga diputado o embajador. Jale, jale, jale, jale... Pero eso sí: no cuente conmigo, así como yo no cuento para nada con usted. Hay muchas cosas más que me atropellan en estos días pero no tengo tiempo ni la disposición de veinte periódicos a la vez para hacerlas del conocimiento de la opinión pública. Esperemos a que salgan remitidos en mi contra y panfletos cargados de ofensas y vaciedad para afinar la puntería y darle cauce a este mar de infamia que nos ahoga. OTRO “HALLAZGO”. Reviso mi diario, y encuentro lo siguiente: (8-3-93) Me cuentan que hay un serio y extraño forcejeo entre Monseñor Baltazar Porras y el rector Michel Rodríguez por la posesión de los "restos de Fray Juan Ramos de Lora", porque el primero ha amenazado con usar todo su poder para llevárselos a la catedral. El forcejeo por la posesión de los “restos” de Fray Juan Ramos de Lora continúa. Razón tiene un amigo que me dice que Porras es un niño grande pero sin la ingenuidad de los niños. De Michel no digo nada porque me parece un hombre nulo totalmente; las veces que le he visto me ha inspirado una lástima. No sé por qué. A lo mejor es muy sabio, y tiene la virtud de disimular todo lo bueno que hace, que sabe y piensa... Me recuerda el padre Santiago López Palacios que en el Obradoiro, Santiago de Compostela, donde dicen estar los restos del Apóstol, don Miguel de Unamuno sostuvo que eran de Prisciliano, heresiarca español del siglo IV. "¿Qué cuento - me dice don Santiago -; esos restos que tienen en el Obradoiro, son los del hereje Prisciliano, decapitado en 385, por orden del emperador Máximo". Prisciliano era hombre de gran inteligencia y fervor cristiano. Hoy aparece encartada El Vigilante, toda una sección especial con el título Estilo Universitario, dedicada al fenomenal descubrimiento de los restos de Fray Juan Ramos de Lora. Cuánta locura con esta excavadera que lleva ya varias semanas, con obreros que parecen topos hendiendo sus picos por entre la maraña de bases del viejo Auditorio. Grandes camiones atravesados en el pequeño boulevard, promontorios de tierra, electricistas, plomeros y carpinteros. Tengo entendido que ni el equipo rectoral ni Baltazar Porras pueden conciliar el sueño desde que han comenzado a enumerar los huesos, y por ello con frecuencia se ven cargamentos de víveres y alimentos, a la espera de la gran celebración. Me he preguntado si algo tiene que ver en todo esto el Museo Arqueológico. Pues ya estoy en casa revisando el encartado de El Vigilante, que trae al frente una descomunal foto con la estatua del primer obispo de Mérida y un título que es como un grito: "FRAY RAMOS DE LORA QUERÍA QUE LO SACARAN". Dice el autor de este trabajo, el señor Oswaldo Acosta Sanabria: "Indudablemente la noticia fue el hallazgo de lo que se consideran los restos del primer Obispo de Mérida y fundador de la Universidad de Los Andes, Fray Ramos de Lora. La noticia ha dado la vuelta al mundo. Un ingeniero merideño, Rosendo Carmargo, especialista en estructuras,... se empeñó con criterios lógicos de ingeniería y documentación existente en diagnosticar el lugar donde pudiera encontrarse la tumba del prelado..." Esto me huele a sainete tipo Ombligo Chibcha. 14-3-93 Tremendo fiasco, el equipo rectoral y Porras han quedado estupefactos. No eran los huesos de Fray Juan Ramos de Lora. Si antes habían beatificados restos de vacas, tendrán que hacer un acto de desbeatificación. Lo que sí no podremos quitarle a esta gente es lo bailado, es decir los vinos y ricos condumios que en nombre de esa huesera de mercado público, trasegaron y castigaron. Veamos el siguiente remitido: UNIVERSIDAD DE LOS ANDES A LA OPINIÓN PÚBLICA En relación a la búsqueda de los restos del Obispo Fray Juan Ramos de Lora, quienes suscribimos, creemos oportuno informar a la opinión pública lo siguiente: 1) La paciente y rigurosa labor de investigación adelantada por el Ingeniero Rosendo Camargo Mora, condujo a la ubicación precisa del área donde debieron haber sido inhumados los restos del Obispo Lora. 2) En las excavaciones efectuadas en fecha 6 de marzo de 1993, se hallaron restos óseos que en un primer momento se creyó correspondían a restos humanos, sin embargo, una vez efectuados los análisis y experticias sobre los mismos, se llegó a la conclusión que no son los de Fray Juan Ramos de Lora. 3) Dado que todas las características de la excavación realizada hasta ahora indican que se trata de un sitio de enterramiento, se prosigue la labor ante la posibilidad de encontrar los restos del obispo Lora. Grotesco. Al pasar por el rectorado observé que un grupo de hombres que parecen choferes de la lujosa flota de vehículos de nuestros decanos y el equipo rectoral, reían escandalosamente. Me he acercado para preguntarles sobre los adelantos que se hacen en la búsqueda de los restos de Fray Ramos de Lora; me responden jocosamente que eso ya fue paralizado; que echaron cemento al inmenso hueco y que "no seguirán sacando huesos de gallina y de vaca" que era cuanto allí había. Pues, ese lugar fue cocina de un potrero, propiedad de un cura, y que allí no se encontró un solo hueso humano. Me retiré, y al alejarme escuché que en son de broma, uno decía que en su casa guardaba una clavícula de Fray Ramos de Lora y otro un fémur. La chanza generalizada era contra el equipo rectoral. Pero a esta gente a nadie le agua la fiesta, y siempre tienen en puerta alguna cosa que celebrar. El profesor Jaime Perfau (de la Facultad de Ciencias) me dice que a él le mostraron lo que se suponía era el cráneo de Fray Juan Ramos de Lora: ¡la pelvis de una vaca! Cuando el científico Mario Sanoja (porque don Mario había sido sacado otra vez de sus elevadas investigaciones en Caracas) entró y vio el inmenso hueco cavado a los trancazos, preguntó: "¿Quién hizo esta barbaridad?" La plana mayor del rectorado (Michel Rodríguez, López Añez, Corao Febres, y el juez rector) junto con el ex rector Néstor López Rodríguez y el arzobispo Porras, quedaron como muchachos regañados, ante la solemne expresión que en realidad lo que planteaba era: “¡Quién hizo esta cochinada!”. Esa es parte de la ULA científica, rectora de nuestra juventud que vive celebrando en lujosas tascas y restaurantes de la ciudad los grandes descubrimientos y adelantos que hacemos o ponemos. El doctor Carlos Chalbaud me dice que tiene en su casa un hueso de megaterio que es la segunda clavícula perdida de Fray Juan Ramos de Lora, y piensa enviarla con una etiqueta al Consejo Universitario. Según me cuenta un distinguido investigador, el Museo Arqueológico, a raíz de sus grandes inventos, se encontraba completamente desacreditado, hasta el punto de que de un momento a otro podía ser cerrado; pero con los restos de vaca que fueron confundidos con los huesos de Fray Juan Ramos de Lora está ganando punto la señora Clarac de Briceño gritar quien ahora ha podido gritar orgullosa: "¿Y entonces qué diferencia puede haber entre el equipo rectoral y nosotros, los del Museo Arqueológico?" En este ambiente de trampas, desquicios y autoestafas, se ha decidido restituir en sus altas misiones al personal de Museo Arqueológico. Que siga en nombre del saber la mentira, y sobre todo ahora que la practiquemos conscientemente. Coño, no nos cansamos de robar y de cargar esta máscara del demonio. El asunto no es darse uno un tiro, sino que ese tiro debería tener la fuerza de una hecatombe total. Otro artículo que publico el diario El Vigilante el 30 de julio de 1993, procurando que se investiguen las bazofias de los llamados “descubrimientos” arqueológicos. Ante mis arremetidas por la prensa, el Consejo Universitario de la ULA permanece impávido. He aquí mi artículo: ¿LA INVESTIGACIÓN UNIVERSITARIA COMO FRAUDE? ¿Quién ha olvidado el famoso "hallazgo" de una antiquísima ciudad indígena en la Pedregosa Alta y que acabó en uno de los fraudes más grandes que puedan ser recordados en este país? ¿Qué pasó con el otro "hallazgo" de una piedra lítica en el cerro de las Flores y que sirvió para darse bomba académica quienes la "encontraron"? ¡Cuántos viajes, cuántas conferencias, cuántas maldades anidadas en estos "descubrimientos"! ¡Cuánta incapacidad moral de quienes usufructúan como negocio la dirección de nuestra Universidad, que no dicen nada, que permiten estas barbaridades y burlas sin descanso ni medida; para escarnio de todos nosotros y que delitos que además quedan sin castigo! Así se va una gran parte de los recursos de la Universidad: en farsas, en mentiras. Y tienen el coraje de publicar esas barbaridades en revistas dizque científicas; quisiera saber cuánto le ha dado el CDCHT a estos señores, para que promuevan un descrédito tan grande de la ULA, de Mérida y del país. Nadie quiere meter el bisturí en el tumor; no lo quiere meter Leonel Vivas porque quiere ser rector; no lo quiere meter Michel Rodríguez, porque ha compartido mucho tiempo decisiones importantes en la ULA, y quién sabe a qué aspirará después de este mandato; no lo quiere meter Corao porque no tiene título para tanto, ni mucho menos López Añez, quien ha preferido convertirse en asesor taurino de las Ferias del Sol. TERCER ATRACO ARQUEOLÓGICO DEL SIGLO Después de todo lo relatado anteriormente, la señora Jacqueline Clarac siguió tan campante dentro de la Universidad de Los Andes. Asistía a Congresos internacionales y nacionales. Era pieza clave en las ponencias de todo tipo: culturales, folklóricas, indigenistas e incluso pasó a formar de la Comisión Universitaria para la Constituyente que se votó en 1999. Como el pimentón, ella estaba en todo guiso intelectual de nuestra ULA. Pero ya, para no perder la costumbre, en esa época, cometió otro adefesio tan mayúsculo como el de La Pedregosa: Se estuvo reproduciendo por miles en Mérida, la carta donde Jacqueline Clarac de Briceño admite que el antropólogo Lino E. Meneses Pacheco plagió de manera despiadada un trabajo del profesor Christian Páez Rivadeneira. Resulta que la doctora Jacqueline, otra vez empeñada en no desmentir su carrera de locuras (siendo presidenta de un jurado donde hay un espantoso fraude), califica la tesis presentada de “Excelente con derecho a publicación”. El timador se copió hasta los errores ortográficos que cometió el doctor Christian Páez; en cuanto el doctor Christian se entera de lo que han hecho con su trabajo, se reúne de urgencia con la doctora Jacqueline; ésta al principio se muestra “sorprendida” por el paquete chileno, y para que el escándalo no se difunda, de inmediato acuerda con el afectado redactar de su puño y letra un documento, donde efectivamente ella reconoce que Lino E. Meneses ha pecado gravemente copiándose tan descaradamente la tesis que ha presentado. Estampa la oronda señora en este escrito lo siguiente: “Reunidos en mi casa el día 22 de noviembre, el profesor Christian Páez y yo, hemos hecho una lectura comparada de la tesis de Lino Meneses “La producción y uso del espacio en un pueblo de doctrina: S. Antonio de Mucuño, Acequias, Edo. Mérida”, y el texto de Christian Páez “Estudio de la morfología urbana de S. Antonio de Mucuño”, de fecha diciembre de 1997, constatando que en el texto del antropólogo Meneses aparecen más de 17 páginas extraídas del texto de Páez sin citarlo.” Sigue la Carta: “Acordamos, en virtud del evidente plagio encontrado, solicitar al antropólogo Meneses reescriba el cap. 2 de dicha tesis y la parte del cap. 4 cuyo título es “la fundación de San Antonio de Mucuño”, enteramente. Así mismo, que re-haga las fuentes hemerográficas tomadas de C. Páez.” Firma, Jacqueline Clarac de Briceño. “Acordamos igualmente darle un lapso prudente de 15 días para realizar el cambio especificado, a partir de la fecha de hoy. En Mérida, 22 de noviembre de 1999”. Firma, Jacqueline Clarac. Han sido incalculables los males que esta señora le ha hecho a Venezuela y a la ULA, con sus inventos y arbitrariedades, pero en este país de indios con cachuchas (o con boina), en la que ella es experta, cualquiera comete barbaridades de este tipo. Se pretende darle a quien comete el plagio, especiales condiciones para que rectifique su crimen, que es como si uno encuentra a unos asaltantes en un banco y les pida que en devolviendo el dinero robado, no les pasará nada, y seguirán por el mundo frescos y benditos, y ascendiendo hasta llegar a ser doctores o titulares. Sépase que en nuestras Máximas (Ínfimas) Casa de estudios hay docenas de ladrones que salieron a obtener un título de doctorado al exterior, y llegaron cargados de peroles pero no con el fulano diploma, y sin embargo la universidad los premió. Y algunos de estos delincuentes cuando se les pretendió castigar por sus delitos hasta la demandaron (a la universidad, digo), luego de pasarse varios años sin trabajar. Pues bien, algunos extranjeros sin escrúpulos viendo estos desmanes se anotan para cometer los suyos. Así hay todo un corral de enjundiosas vacas insisto en nuestras universidades que en nombre de la investigación le sacan un ojo de la cara al presupuesto nacional. Y casi nadie se atreve a tocarlos, porque chillan más que las ratas, siendo los primeros en salir a defenderles o a protegerles los orondos señores de los equipos rectorales y del mismo gobierno regional o nacional. Y todavía tiene Chávez el valor de decir que se denuncien cuantas bellaquerías se sepan. ¿Para qué? Yo me he pasado la vida en esto y cada vez que denuncio a un cabrón, a poco de denunciarlo ya lo han premiado con una embajada, y hasta cuenta con el apoyo del mismo comandante, y aumenta su popularidad entre esas vacas espongiformes y entre esa canalla de estudiantes repitientes y profesores que siempre andan postulándose para algún cargo político, y que se vuelven invencibles e imprescindibles para la propia Quinta República. Mierda, digo, Mérida... Sorry. Advertía además que, por ejemplo el orificio localizado en su extremo REFERENCIAS superior, por su morfología no podía ser tallado (excavación por Más aclaratorias acerca de la placa lítica encontrada en 1988, en el sitio arqueológico del Cerro Las Flores. raspado o abrasión), sino producto de una incisión cuando la arcilla La Hechicera-Mérida Quintero. aún estaba fresca. – por José Luis Moreno Cuando en 1842 se hicieron las gestiones para trasladar los restos del Libertador, de la catedral de Santa Marta donde estaban enterrados, éstos estaban tan irreconocibles, mezclados con otros cadáveres, desplazada la tumba, que no fue posible saber nunca si los trasladados al Panteón Nacional tienen algo que ver con Bolívar. ¿Qué podríamos decir de los restos de Fray Juan Ramos de Lora? En el mes de mayo de 1988 el Museo Arqueológico recibió la información del señor Montes que, en la parte alta del Cerro de Las Flores, cara norte, al efectuar trabajos para colocar una tubería se había localizado dos huecos que contenían en su interior restos óseos humanos en mal estado de conservación, los cuales habían sido retirados por los obreros que allí trabajaban. Ya para comienzos de 1988 yo advertía claramente -y en base a mi experiencia como escultor y tallista de piedra- que esta placa de Wiracocha no era de piedra sino de cerámica, porque no presentaba a mi juicio- visos de tallado sino más bien de modelado; es decir, que podría tratarse de una placa de arcilla preparada en un molde. A mediados de 1988 (cuando aún resonaban las acaloradas discusiones en torno a la existencia de un "presunto sitio arqueológico" en La Pedregosa Alta-Mérida, donde se generó un sinnúmero de informaciones que degeneraron en imprecisiones y hasta exageraciones de las partes en conflicto, y que terminaron por poner en tela de juicio la seriedad del Museo Arqueológico de la ULA) de improviso apareció la TABLA DE SALVACIÓN: un descubrimiento arqueológico portentoso que pretendería recuperar la credibilidad de dicha institución ante la opinión científica y general: Se trataba del descubrimiento de una placa lítica antropomorfa que representa la figura central de la Puerta del Sol de Tiwanaku (Bolivia) encontrada en una cámara funeraria del cerro Las Flores (Mérida). Ese año 1988, realizando labores de rescate en ese sitio arqueológico, descubierto durante la colocación de una tubería para abastecer de agua a la comunidad de la zona, se encontró como se dijo, una placa lítica atípica para la zona y en general para la arqueología venezolana. Todo esto informó en el Boletín Antropológico Nº 15 (Niño Antonio: Excavaciones arqueológicas en el Cerro Las Flores, La hechicera, Mérida, junio-diciembre 1988). Por fortuna, a finales de 1990, unos amigos quienes visitaron varios sitios arqueológicos de Ecuador, Bolivia y Perú y muy especialmente las ventas de artesanías (a quienes les había comentado la figura central de la Puerta del Sol del sitio Tiwanaku..." (pp.25). anteriormente sobre el hallazgo), me trajeron las pruebas materiales que confirmaron mis apreciaciones sobre el fraude que se había EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS EN EL CERRO LAS FLORES - LA HECHICERA cometido. Boletín Arqueológico No 15- ,1988. Efectivamente, con fecha 2 de junio de 1992 en el diario Frontera, y con el título WIRACOCHA: UN DIOS OBLIGADO A EMIGRAR O EL ITINERARIO DE UN FRAUDE ARQUEOLÓGICO, José Luis A. M, denunció públicamente este otro fraude arqueológico. Denuncia ésta que se negó a investigar como hemos visto toda de la Dirección de dicho Museo, las Autoridades Universitarias (Rector, Vicerrector Académico y Administrativo, Decano de la Facultad de Humanidades y Educación y el Director de Cultura y Coordinador del C.D.C.H.T). El fraude en cuestión consistió en pretender hacer pasar una pieza de artesanía contemporánea, que comúnmente se adquiere como souvenir en las tiendas turísticas de Bolivia y Perú, por un objeto arqueológico de incalculable valor histórico. En ese Boletín Antropológico Nº 15 de 1988, aparece un artículo intitulado: Excavaciones Arqueológicas en el cerro Las Flores, La Hechicera-Mérida, cuyo autor es Antonio Niño, en el que se relata que el objeto descubierto "... una placa de piedra la cual dadas sus características consideramos es una pieza atípica para la Arqueología de los Andes merideños y por ende para Venezuela; (...) es una representación antropomorfa muy similar a la existente en Antonio Niño* Introducción Este informe es una descripción de los resultados de las excavaciones que en los meses de julio a diciembre de 1988 se realizaron en el yacimiento arqueológico localizado en el Cerro Las Flores, próximo a la ciudad de Mérida. Nos parecía poco probable la no existencia de yacimientos adyacentes a la ciudad; por ello pensábamos que era necesario el estudio de un área que había permanecido hasta ahora poco conocida para la arqueología de la región. Existían dos razones de peso considerables para esto, como son: En los reportes de cronistas y de investigadores recientes (Samudio 1988) se menciona la presencia de comunidades asentadas en esta zona durante la conquista, y posteriormente. * Museo Arqueológico "Gonzalo Rincón Gutiérrez"-ULA. Para el año de 1969, el Profesor Adrián Lucena Goyo realizó en la hacienda Santa Ana (propiedad del señor Hemeterio Montes Guillén) algunos sondeos, los cuales permitieron localizar una cámara subterránea con un posible entierro asociado a dos vasijas de cerámica (una grande y una pequeña) así como fragmentos cerámicos, información ésta aportada por el señor Carlomar Montes, hijo del entonces dueño de los terrenos; lamentablemente desconocemos hasta el presente el destino de estos materiales y si fue publicado algún informe sobre dicho trabajo. En la primera etapa del trabajo nos hemos limitado al estudio de una parte de lo que puede ser el contexto general al cual han debido estar vinculadas las cámaras subterráneas localizadas en el sitio. En el mes de mayo de 1988 el Museo Arqueológico recibió la información del señor Montes que, en la parte alta del Cerro Las Flores, cara norte, al efectuarse trabajos para la colocación de una tubería se había localizado dos huecos que contenían en su interior restos óseos humanos en mal estado de conservación, los cuales habían sido extraídos por los obreros que allí trabajaban. Revisamos el sitio, descubriendo que se trataba de cámaras subterráneas, aparentemente del mismo tipo de las localizadas en La Pedregosa (misma zona, pero ubicadas más hacia el Este). (Niño 1988, Ramos y otros, 1988); como no había personal disponible para trabajar de inmediato, el Sr. Montes se encargó de brindarle al sitio protección hasta que pudiéramos emprender su estudio, mes y medio después. En julio 1988 se iniciaron las investigaciones de campo con la convicción de que, si bien se hacían en estructuras ya saqueadas, al menos nos aportarían información sobre la forma y técnica de elaboración de las cámaras, pudiendo asimismo obtener nuevos datos para enriquecer el esquema propuesto a nivel de tipología de cámaras subterráneas (Niño, 1988). Se consideró de igual forma que los análisis de PH, polen y fósforo que, de los sedimentos del fondo de las cámaras como de la trinchera, se pudieran efectuar, nos permitirían comprobar en todo caso cuál había podido ser el último uso de estas estructuras: Bien como cámaras funerarias, bien como silos (esta última hipótesis fue planteada con anterioridad por algunos investigadores para esta zona (Wagner, 1980; Vargas, 1969). No descartamos la posibilidad de que nuestro trabajo permitiera dar con cámaras no alteradas, como en realidad ocurrió. BOLETIN ANTROPOLOGICO. Mayo-Agosto 92 No 25 Noticia aclaratoria acerca de la placa lítica encontrada en 1988 en el sitio arqueológico del Cerro Las Flores, La Hechicera, Mérida: En ese año, realizando labores de rescate en este sitio arqueológico descubierto durante la colocación de una tubería para abastecer de agua a la comunidad de la zona, se encontró en una de las cámaras subterráneas, 3 de las cuales ya habían sido saqueadas, una placa lítica atípica para la zona y en general para la arqueología venezolana. Al respecto se había informado lo siguiente en el Boletín Antropológico No 15 (Niño Antonio: Excavaciones arqueológicas en el Cerro Las Flores, La Hechicera, Mérida, junio-diciembre, de 1988): "Nivel 12/ 110 a 120 cms. En este nivel de la cámara (Nº 3, MR-109-1-3) se encontró una placa de piedra, la cual dadas sus características consideramos es una pieza atípica para la arqueología de los Andes Merideños y por ende para Venezuela; la pieza en cuestión es una representación antropomorfa muy similar a la existente en la figura central de la "Puerta del Sol" del sitio Tiwanaku, próximo al lago de Titicaca en Bolivia. Su presencia dentro de una cámara subterránea en el área andina merideña abre un sinnúmero de interrogantes y conjeturas, las cuales considero prudentes no tocar en este trabajo, ya que por la magnitud del hallazgo se hace necesario que especialistas de las culturas pre-incas conozcan de dicha pieza y del contexto arqueológico y etnológico de la zona, así como de la región, para que puedan explicar su presencia en el sitio (ver pp. 25-26 de dicho número de nuestro Boletín). Pues bien, después de cuatro años de consulta a especialistas venezolanos y extranjeros al respecto, tuvimos este año una noticia desagradable pero aclaratoria, finalmente, de la presencia de dicho objeto en el mencionado sitio: Nos confesó un habitante del lugar que la había enterrado ahí "para jugarle una broma" al investigador encargado, y que luego, "le había dado pena confesarlo"; había recibido dicha placa muchos años antes en el mismo sitio de Tuwanaku, de manos de campesinos. Esta "broma" nos costó tiempo y dinero, por la correspondencia que engendró y los desplazamientos que tuvimos que hacer nosotros o nuestros invitados al respecto. Por lo menos, ya se aclaró, y el arqueólogo boliviano José Esteves Castillo, del Instituto Nacional de Arqueología de Bolivia, invitado por nosotros a Mérida confirmó que se trata de una pieza de artesanía antigua, que ya no se hace en Bolivia desde hace unos 50 años, pues se perdió este arte. Las piezas actuales, en efecto, son mucho más burdas. Dice que nunca se han conseguido placas de este tipo en las excavaciones realizadas en su país. Pero era que se estaba cocinando algo muy gordo y había que darse caché aunque fuese inventando las bazofias más absurdas. Es así como nos topamos con el: VI CONGRESO DE ANTROPOLOGIA EN COLOMBIA "LA CONSTRUCCIÓN DE LAS AMÉRICAS" UNIVERSIDAD DE LOS ANDES - FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES DEPARTAMENTO DE ANTROPOLOGÍA SANTAFÉ DE BOGOTÁ - JULIO 22 AL 25 DE 1992 *Los Mu-Ku y su relación Prehispánica con Bogotá y con el tronco Lingüístico Chibcha Ponente: Jacqueline Clarac de Briceño. *Resistencia Lingüística presentada ante el idioma español por los aborígenes de los Andes venezolanos y sus descendientes. Ponente: Luis bastidas *Las estructuras de pensamiento dual en el ámbito de las sociedades indígenas de los Andes orientales. Ponente: Roberto Lleras. *El lugar de los sacerdotes en la Organización social Muisca. Ponente Eduardo Londoño. Ponencia: Los Mu-Ku y su relación prehispánica con Bogotá y con el tronco Lingüístico Chibcha. Ponente: Jacqueline Clarac de Briceño. Los grupos humanos asentados en nuestra Cordillera de Mérida a la llegada de los españoles tenían probablemente unos quince siglos de haberse instalado en esta región, por lo menos según nos indican las fechas obtenidas del trabajo arqueológico realizado en la misma hasta el presente. Es probable que esos grupos encontraran, al conquistar la cordillera, a otro grupo ya instalado anteriormente, desconociéndose todavía la procedencia y cultura de éste, aunque pensamos que legó a los que lo siguieron algo de su religión, de su horizonte cerámico y de sus técnicas de cultivo, por lo menos. Los trabajos ya realizados para la presente fecha (1992) en arqueología y etnología nos permiten entonces establecer que la población de la Cordillera se constituyó a través del tiempo con: -Un primer grupo étnico que llegó al comienzo de nuestra era y se mantuvo en la cordillera hasta la llegada de los españoles, siendo parte de nuestra población actual descendiente de él. Puede ser ubicado, por las características de su cultura, mitología, religión, patrones funerarios, construcción de viviendas, patrones de asentamiento, técnicas agrícolas, dentro de la cultura Chibcha, de la cual sabemos hoy que se extendía a América central, gran parte de Colombia (oriental) y al Occidente de Venezuela (en zonas de los actuales territorios de los Estados Zulia, Lara, Trujillo, Mérida, Barinas y Táchira) especialmente, aunque es posible que esta influencia haya llegado también a otras partes de nuestro país. -Un grupo (o varios) llegó más tarde, probablemente alrededor del siglo IX de nuestra era, pertenecía a la cultura arawat, una de las más extensas e importantes de América del Sur como del Mar Caribe. -Es probable que haya penetrado también más tardíamente (poco antes de la llegada de los españoles en el siglo XVI un grupo de la etnia Caribe, la cual conquistó gran parte de América del Sur, las Antillas y parte de Centroamérica. Los Caribes estaban en pleno proceso de expansión marítima, terrestre y comercial al llegar los europeos, razón por la cual fue una de las etnias que mayor resistencia armada presentaron a éstos. Es para el segundo grupo, que pertenecía con toda probabilidad a la cultura Chibcha y estuvo más tiempo asentado en nuestra cordillera en nuestra era, que poseemos la mayor (aquí falta material) Aunque pudo provocar este descubrimiento desconcierto a los arqueólogos, menos raras excepciones no parece haber desconcertado a Luis Lumbreras, especialista de la cultura prehincaica a la cual se conoce bajo el nombre de Tiahuanaco. Fue consultado al respecto en el seno del II Congreso Mundial de Arqueología (Barquisimeto, Venezuela, septiembre de 1990). Tampoco podía desconcertar este descubrimiento a los etnólogos, conocedores de la gran cantidad de contactos que hubo entre las distintas etnias americanas. Luis Lumbreras, al analizar detenidamente la placa grabada en piedra, hizo el diagnóstico siguiente, que basó en demostraciones: a) La placa es una auténtica joya del Tiahuanaco Clásico" (Siglos VIII-IX de nuestra era). El impacto de la cultura Tiahuanaco se habría producido hacia el siglo VIII (alrededor de 750 según Engel, 1972, 1979). Este nombre de Tiahuanaco o Tiahuanacu se atribuye a uno de los más importantes conjuntos arquitectónicos del continente sudamericano, situado a unos 3,900 metros de altitud y a unos 18 kilómetros del Lago Titicaca, en una región húmeda y pantanosa que fue estudiada por primera vez en el siglo XIX por Max Uhle. Se ha podido mostrar las grandes destrucciones de las cuales ha sido objeto este sitio desde la época incaica, pasando luego por la época hispánica, hasta hoy. El llamado estilo Tiahuanaco" comprende en realidad tres estilos principales como explicó Lumbreras (II Congreso Mundial de Arqueología. BarquisimetoVenezuela, septiembre de 1990) que corresponde a tres épocas diferentes desde el siglo V antes de nuestra era hasta el siglo IX después de ésta. Se ha basado primero en los motivos de la llamada "Puerta del Sol", estilo clásico, siglos VIII-IX. En las Tiahuanaco narices son rectas, los ojos excavados en sus órbitas, la nariz del dios central de dicha Puerta es incluso tan recta y puntiaguda que parece, según Engel (1972-1979 "un triángulo trazado con una regla". Tiahuanaco ha reproducido un tema muy típico del arte Chavín anterior, o Tiahuanaco antiguo: el de los animales serpentiformes que se escapan del cuerpo de un personaje generalmente armado de un propulsor. Sin embargo, en el Tiahuanaco clásico, la cabeza del animal es a veces la de un felino (como en Chavín o en Paracas) a veces el de un águila (Tiahuanaco clásico). Entre otros motivos este estilo está en el chuyo o gorro, que está presente en casi todas las estatuas, y que nuestro campesino merideño de ciertas zonas (como Lagunillas, por ejemplo antigua Jamu) pretende haber sido, junto con la ruana muy larga, uno de los atributos más típicos de los primeros habitantes de nuestra Cordillera, según contaban sus antepasados, razón por la cual aseguran todavía dichos campesinos que aquellos habitantes eran "peruanos..." Se ha hablado de un "horizonte tuahuanacoide", así como habría habido también un "horizonte Chavín", habiendo llegado ambos muy lejos en su influencia. Incluso se ha pensado que toda la cordillera Andina habría tenido un periodo de "gran fusión bajo la dirección de Tiahuanaco pero sólo puede constituir esto, en el estado actual de nuestro conocimiento una hipótesis de trabajo, la cual podría recibir un primer elemento de comprobación, cuantitativamente, poco significativo, pero cualitativamente muy importante, con el descubrimiento de este objeto arqueológico en la Cordillera de Mérida. La aseveración de Luis Lumbreras (1990) de que la placa sería del estilo Tiahuanaco Clásico y dataría por consiguiente del siglo VIII o del IX, coincide con la hipótesis a menudo elaborada por los investigadores recientes de una expansión de esta cultura hacia estos siglos la cual se pudo producir a través de "pequeñas colonias tiahuanicoides aisladas", como lo expresa Engel. Incluso algunos autores hablan de un "proselitismo religioso" de parte de dicha cultura, el cual habría abarcado muchas zonas como lo hace ver el mismo Engel y como lo ha tratado también Triana para Colombia (1982, 83 y 84) e incluso para Venezuela G. Antolinez (1972: 239-240). Si fue así habría desaparecido esta importante cultura incaica, Chibcha de Colombia y del occidente de Venezuela. Esta influencia religiosa tendría que ver especialmente con una muy antigua divinidad, Wiracocha, dios creador al mismo tiempo que héroe cultural, que "habría enseñado a su pueblo cómo vivir" (Mason, 1961: 191. Su culto, según Mason habría construido "más una religión filosófica que animista" este antiguo dios habría sido asimilado al sol y al arco iris, y su nombre de VIRACOCHA sería sólo uno de los numerosos nombres que recibía. Significaría el mismo AIRELAGUNA o ARCO IRIS LAGUNA siendo para El Perú antiguo su correspondiente femenino COCHA-MAMA fuertemente relacionado este último con las lagunas y culebras gigantescas de agua, mientras que el dios tiene una fuerte relación con el jaguar y los felinos en general desde la época de Chavín, antes... CONSECUENCIAS DEL MARZO SANGRIENTO Fui testigo de los días terribles del 13 de marzo 1987, y cuanto voy a referir fue minuciosamente investigado a través de testimonios orales trasmitidos por los protagonistas y mediante documentos consultados en distintas hemerotecas del país, principalmente la de Tulio Febres Cordero, en la ULA. Aquel 24 de marzo de 1987, como ya dije, fue cuando la Decana de la Facultad de Ciencias, la doctora Eldrys Rodulfo de Gil bajaba las escaleras del Rectorado, en medio del atronador abucheo de los enardecidos estudiantes. Ya se sabe que el "crimen" de la doctora Gil, no era haber destruido El Valle, el río Chama o Mucujún, ni haber convertido en un pantano la Zona de San Antonio en el Arenal o haberse enriquecido con la trácala de FUNDAULA; tampoco haber deforestado los últimos reductos vírgenes de nuestros bosques andinos; mucho menos estar planeando la intervención de la Laguna de Caparú o haber influenciado para que la población padeciera los desmanes de nuestros malos servicios públicos. No, toda su "criminal" actitud, su aberrante e intolerable maldad de "ramera" se encontraba en haberse opuesto a la eliminación de los Exámenes Finales en la ULA. La ciudad ardía en temblores y rumores de toda clase, y el crujir de las llamas, el despelote de las carreras en la Plaza Bolívar y los disparos de perdigones no hacían variar la firme determinación de un grupo de forajidos (llamados por la generosidad del tiempo y de nuestra democracia: "estudiantes"), fuertemente pertrechados en el edificio del Rectorado: "¡Eliminación de Exámenes o Nada!", gritaban furibundos. El rector Pedro Rincón Gutiérrez estaba anegado en lágrimas por los efecto de los gases lacrimógenos, y los altos "dirigentes estudiantiles" se disputaban un espacio para poderle limpiar la cara, por llevarle pañuelos húmedos en vinagre. El Rector respiraba con dificultad, pero nada lo hacía retirarse de su puesto de combate, mucho menos cuando estaba en juego una de las jornadas más felices de la historia estudiantil de la ULA. Muchos pregonaban que aquellas jornadas dejarían "chiquitos" cuanto se había hecho durante el famoso Mayo Francés. Todo esto sucedía el día miércoles, 1º de abril de 1987. El Consejo Universitario sesionaba a puerta cerrada y estuvo deliberando hasta muy tarde; en realidad sesionaría hasta las tres de la madrugada. La ciudad se iluminaba con las enormes bolas de fuego de las grandes barricadas que ardían en las calles. Los iracundos estudiantes se entretenían (mientras se esperaba la histórica decisión), viendo películas en el Aula Magna; otros, como ocurría en estos casos, libaban licor en botellitas que llevaban a escondidas en el mismo portafolio de sus libros. El ambiente era tenso. Una decisión desfavorable en cuanto a la eliminación de los Exámenes Finales, podía ser "reaccionaria, retrotraer las luchas estudiantiles" hacía la época más negra del gomecismo. Mientras algunos grupos deliberaban, otros más radicales lanzaban objetos contra tres comercios colindantes con la parte sur del Rectorado. A las cuatro de la tarde se escucharon rechiflas, aplausos; algunas puertas habían sido abiertas; un negrito radical fue alzado en hombros y en medio de la gritería dio un discurso que casi nadie escuchó o entendió. El rumor que corría era que la reja que conduce al Consejo Universitario había sido abierta. Pronto se comprendió que sólo era para que entraran los fotógrafos de la prensa. También llegaban gritos desde el Aula Magna donde se proyectaba la película "Por un puñado de dólares". No se sabía qué estaba mejor, si la guerra a tiros que mantenía Clint Istwood contra unos bandidos o la posible carajada de la eliminación de los exámenes por las presiones como se debatía en el seno del CU. A las 5:05 p.m., alguien, desde lo alto del segundo corredor advirtió que "la vaina se estaba poniendo fea. Los enemigos del estudiantado y de la autenticidad revolucionaria estaban con el "contraanálisis" que se derivaba de la eliminación de los exámenes finales, únicamente por un pinche semestre". Esta jerga sin duda constituía una burla, una sorda coñodemadrada, cuando a todos nos consta que no ha sido culpa nuestra las perturbaciones que ha sufrido la ciudad... y la pérdida sistemática de clases en todas las Escuelas... ¡Resistid! ¡Un esfuerzo más y seréis libres! Compañeros. ¡Aquí no vamos a transigir ni con la sangre del mismo Cristo!". El estudiante que hablaba era un prospecto de candidato a presidir la Federación de Centro Universitarios, y le urgía hacerse notar. Su estridencia verbal era como el golpeteo a una lata. Los gritos que se proferían en el hueco central del edificio llegaban hasta la sala de sesiones, precisamente cuando una corriente se inclinaba por derogar la anulación de las pruebas finales (esta corriente era "izquierdosa y por supuesto antifascista"). Entre tanto la otra no acaba por hablar con claridad. Don Perucho, que toda la vida había sabido divagar magistralmente para aparecer siempre como el padre de la ecuanimidad y de la cordura, un ser supremamente heroico y revolucionario, se aferraba a un silencio capcioso y confuso. Por nada del mundo habría permitido que se derrotara la posición de sus seres queridos, los estudiantes revolucionarios, “el sueño futuro de la patria que había que sembrar cada mañana en la hora dura del dolor y de la lucha a paso de vencedores...”. Su silencio mortal era interpretado como un desafío contra las fuentes de oscuras aguas de donde emergen los reaccionarios albañales que siempre han empantanado los subterráneos veneros de nuestros sueños". El ron seguía corriendo con profusión. Algunos se divertían de lo lindo tras los grandes bastiones de las escalinatas y los jardines, acurrucados y echados idílicamente a la espera de una decisión que favorable o no a los que buscaban tenía por fuerza que terminar en un incontrolable saqueo de la ciudad. Alguien, de manera aburrida, encaramado en el pedestal de la estatua de Fray Juan Ramos de Lora, exigía también la eliminación de los profesores que aplazaran a los estudiantes con notas de 9 puntos. Se acordó la repontenciación del galardón del "Pirata de Oro", al tiempo que corría con sorna la advertencia de expoliar con furia los misterios ocultos de dos nuevas licorerías recientemente instaladas por la cercanía de Ingeniería. Ya a la final, no sólo valía la pena eliminar los exámenes finales sino también cancelar a la Universidad eternamente. Se escuchaba de todo, como es de suponerse. En las sombras, aquellos rostros mostraban brillantes sonrisas, locuacidades preñadas de incógnitas; de vez en cuando algún pánico disimulado adosado a cada noticia nueva se apoderaba de los ojos de alguna bella joven libertaria. El grupo de la "Comisión de Juristas de la Federación" se abrió paso hasta la estatua de Fray Juan Ramos de Lora: -¿Y si nos tiramos con un Recurso de Amparo? - Imposible, compañeros. Los gritos no se dejaron esperar: "-¡No queremos rajados!", "¡Mueran los cobardes!", "¡Abajo el gobierno!". La película no había terminado y estaba en su mejor parte, pues ni uno solo de quienes la seguían se movieron de su puesto; incluso, dos jóvenes de una Comisión nombrada por los mismos estudiantes para averiguar lo de un complot del gobierno en la muerte del estudiante Carvallo Cantor. Algunos de los más violentos, reunidos tras el pilar que da al traspatio del Museo Arqueológico llegaron a la conclusión de que sería mejor suspender temporalmente la discusión sobre la eliminación de los exámenes finales y llamar a una huelga de hambre. Las huelgas de hambre en Venezuela son las más largas del mundo, capaces de engordar en pocos días a los habitantes de diez países como Biafra. Son las huelgas de donde salen voluminosos y sanos, tantos los promotores como sus más declarados mártires. Hasta se habilita una sección especial del Comedor Universitario que funciona durante las veinticuatro horas y mientras se cumplen estas dietéticas jornadas reivindicativas. ¡Qué bueno si el mundo viviera en una eterna huelga de hambre! Algunos "revolucionarios" de vieja data, con sus mechones sueltos y sus boinas rojas, desplazábanse cabizbajos por los pasillos. Estos tipos eran verdaderos catadores de bombas lacrimógenas, pues sostenían que las que estaban tirando en aquel momento eran coreanas. Pero estas disquisiciones eran sostenidas en medio de las enormes vacilaciones que producían temores y ardores violentos, pues de no ser más radicales no sólo se perdía una lucha que había llegado tan lejos, porque lo más grave era el "entredicho" en que quedaría la ULA, la más brava de las universidades de América. Había que crear un sistema de evaluación continúa como se realiza en Canadá, Francia y los Estados Unidos. Ya era de noche, y llegaban los refrigerios ordenados por alguna autoridad rectoral, que pensaba vencer en lides ulteriores. La masa estudiantil seguía creciendo y llegaban con chamarras, colchonetas y cobijas, dispuestos a pasar la noche en el Rectorado. Los periodistas se ubicaron en la parte alta cuando el mar de jóvenes gritaba: "¡De aquí no sale nadie si se aprueban esos inquisitoriales exámenes finales!" "Las meretrices de la concordia" o los "lobos disfrazados de ovejas" (con locuacidades de monos), llamaban al orden y exigían compresión ante las difíciles y críticas circunstancias. Era otro momento coyuntural que estremecía a la Universidad venezolana. Cada vez que un representante estudiantil salía de las sesiones del Consejo Universitario, una nube de jóvenes rodeaba (menos los que veían las películas o los que gozaban a hurtadillas con las golosinas de alguna nueva revelación moral, por los lados de los pasillos de Odontología). Se intercambiaban ideas y surgían esas palabras grandilocuentes de "La vaina está crítica, mano"; "Nos mantenemos firmes en nuestra posición, pana". "Sólo la Eldrys nos está echando la partida para atrás". "Pero nuestro Rector es oro puro, camaradas... Oro puro..." Cerca de las 3 de la madrugada se escuchó un alarido que estremeció hasta los restos de Fray Juan Ramos de Lora (que por cierto, aún no habían sido confundidos con los de una vaca): estaba a punto de mantenerse la eliminación de los exámenes finales, y que había sido la justa posición fuertemente elevada hasta los máximos organismos el día martes, 24 de marzo. Sólo faltaba "acordar medidas supletorias, indispensables para instrumentar cabalmente la medida de suspensión de la prueba académica respectiva por este semestre... porque la Eldrys sigue echando vaina". Entonces comenzaron los estallidos de tumbaranchos. "¡Vale, ¿ustedes no se dan cuenta de que nos quieren echar la partida pa' atrás?", le espetaba un ducho dirigente a otro. "Calma, vale. Tú no conoces a fondo nuestra estrategia. Déjalos tranquilos, que nosotros los esperamos en la bajaíta?" De repente se escucharon vallenatos mezclados con ritmos de cumbia. Los "altos dirigentes" tenían alguna bomba entre manos. Se había triunfado porque anticipadamente se ratificó la decisión del martes. "Lo conseguimos sin presión - gritaba una dirigente estudiantil. ¡Qué hubiera pasado si de veras nos arrechamos...!" Y entonces se salió a la calle a quemar cauchos, a desafiar a la policía, y se levantaron barricadas desde la Plaza Bolívar hasta las inmediaciones de la iglesia de Belén todos los pipotes de basuras rodaron por las calles. "Se gozó un bolón". Los dirigentes estudiantiles, abrazándose y festejando decían: “¡Se salvó la dignidad de la ULA y hemos puesto de arrodilla a los traidores!”. Esa noche se tomó caña en exceso. Emperifollados prospectos de candidato a autoridades o a funciones elevadas en el medio académico, hicieron acto de presencia ante los eminentes y atrevidos desarrapados que habían logrado arrancar un triunfo tan luminoso a los rancios enemigos del estudiantado. Como en la podrida Roma hubo de todo lo necesario para calmar la sed de una turba tan aguerrida y sacrificada. El día jueves 2 de abril, el Correo de Los Andes salió con un titular esplendoroso: LA DIGNIDAD ESTUDIANTIL. Decía: "En vísperas de la marcha por la dignidad universitaria, anticipándose a la expresión y al sentir de la comunidad estudiantil el mensaje de protesta juvenil comenzó enarbolarse en pancartas y emblemas por las calles de Mérida. Y la voz escrita de Ni terroristas ni narcotraficantes, somos estudiantes... LA CARNAVALADA DEL MARZO SANGRIENTO El pretexto infame para exigir la eliminación de los exámenes finales como hemos dicho, había surgido a causa del asesinato en la persona del Luis Ramón Carvallo Cantor. Fue realmente un macabro día viernes 13, por la noche. Un grupo de estudiantes recién graduados celebraba con las consabidas caravanas de carros por las calles de Mérida. De pronto se escuchó un disparo. Un conocido abogado de la ciudad acababa de matar a un estudiante, que ese mismo día se había recibido de ingeniero de la República. El abogado lo mató frente a su casa, en la avenida 4, entre las calles 30 y 31, por estar orinándose cerca de su jardín. El sacudimiento fue tremendo. Comenzaron a llegar jóvenes de todos los sectores aledaños. El terrible anuncio corrió con una intensidad y una emoción nunca vista: "Mataron a un estudiante". La casa del abogado, autor del disparo, de nombre Bernardino Navas, fue saqueada y reducida a cenizas en cosa de minutos. El carro Toyota del abogado fue sacado del estacionamiento y convertido en una inmensa hoguera. Durante la noche de ese viernes se oyeron tronar más sirenas. El centro de la ciudad estaba obstruido por promontorios de chatarras de todo tipo, similar a esas escenas que con escombros hemos visto sobre la guerra en Bosnia. Se respiraba un aire de tragedia y grandeza que cada cual interpretaba a su manera. Veíanse colchones, cauchos, escritorios, sillas, metales retorcidos, enormes peñascos, tambores y basura por doquier. Parecían los restos dejados por una guerra que se hubiese librado casa a casa. El día sábado amaneció con una tensión abrasadora. Ya a las 9 de la mañana había una concentración multitudinaria de jóvenes en Glorias Patrias, cerca de la funeraria donde se velaban los restos del estudiante asesinado. Pero el caos era total. Las bombas lacrimógenas y los saqueos se sucedían en muchos lugares del Centro. La guerra fue durante todo el día y la noche. Muchos estudiantes apostados por los sectores del Rectorado y la Plaza Bolívar y que mantuvieron en jaque a la policía con sus piedras y bombas molotov, habían estado la noche del sábado 14, libando licor. El gobierno de Lusinchi se tambaleó feamente y tuvo el presidente que dirigirse a la Nación, pero en su torpeza relacionó los disturbios con acciones del narcotráfico. Nuestros depresivos gobiernos siempre requieren de unos espectros para lanzar sus dardos asesinos al tiempo que cometen desmanes. En el pasado sus conductas represivas, sus masacres, fueron siempre atribuidas a la subversión; ahora el chivo expiatorio era otra vez el asunto de las drogas. Casualmente en aquellos días don Jaime Lusinchi estaba preparando una ponencia sobre narcotráfico en la ONU, de modo que discurrió largamente por la televisión sobre este asunto; allí estaba el meollo de la tragedia de Mérida. Tal fue el horror que causó este estallido a nivel nacional, que un reclamo de aumento de salarios para el sector público que se tenía pendiente desde hacía varios meses, don Jaime ordenó hacerlo efectivo de inmediato. Se vivieron en una parte de Venezuela los primeros síntomas de lo que habría de darse el 27 de febrero de 1989. La noticia recorrió el mundo, pero el relajo estudiantil jamás habría podido convertir aquel movimiento en algo serio. En realidad, si alguien hubiese podido entonces capitalizar el enorme descontento nacional, se le habría adelantado al proyecto de Chávez. En verdad se estaba maduro para que se diera un gran vuelco político, sólo que faltaba un líder. El Alto Mando militar se reunió de urgencia y se coordinaron acciones, disponiendo de inmediato el envío de centenares de efectivos de la brigada antitanques. Yo recuerdo que bullía un gran estado de descomposición moral en todos los niveles del gobierno, y que se avecinaba un gran golpe; yo quería que ese golpe se diera en Mérida. Tenía el enorme presentimiento de una conmoción en puertas, y busqué desesperadamente al rector Pedro Rincón Gutiérrez para proponerle que se erigiera en jefe de una sublevación popular. Se respiraba el sentimiento de una gran guerra que podía volcar todo el presente, y comencé a rondar por la casa del rector, sintiendo con honda tristeza que don Pedro Rincón Gutiérrez no tenía guáramo para lanzarse en un proyecto revolucionario. A lo mejor, para empezar a cambiar, a él debía colgarse de primero. Pero bueno, así son las revoluciones, unos las empiezan para que luego se les pase por encima, y para que vengan los verdaderos revolucionarios. El pobre Perucho estaba demasiado relajado por los pequeños acuerditos de partidos: hoy estaba con los radicales de ultra, mañana con el MAS, después con COPEI. Además, Perucho sentía un profundo aprecio por Lusinchi y Blanca Ibáñez. Qué maldición y qué desgracia la de este país, donde la gente que tendría alguna capacidad política para dirigir un movimiento de protesta, y provocar un vuelco general de las podridas instituciones, se encuentra seriamente maleada y comprometida con las componendas de gobierno, con el servil oficialismo. Estuve a punto de entrar en aquella de casa de Perucho, y antes de tocar el timbre me sobrevino una horrible náusea. Sentí una horrible y profunda soledad. ¡Aquí no hay hombres, coño¡, me dije una y mil veces, y yo era un pobre diablo. Almacenes de la Guardia Nacional. Las cárceles estaban abarrotadas de "zagaletones". LAS LLORONAS DE TODAS LAS TRAGEDIAS Ya el arma que mató al estudiante se encontraba en poder de la Policía. Se quiso mentir al principio diciendo que Bernardino actuó en defensa propia. El arma era un revolver calibre 38 mm que desde el día del crimen fue llevado y traído por varias dependencias de la PTJ. El Comisario Orlando Jordán Petit vino a Mérida con los resultados de la experticia. Se veía cuán tembloroso y aterrado se encontraba el gobierno que enviaron de urgencia al Comisario General acompañado de altas personalidades de la PTJ de Caracas. En el aeropuerto Carnevalli, a todas las preguntas de los periodistas, el Comisario respondía: "Eso es parte del sumario". El domingo por la tarde, luego de muchas vacilaciones del gobernador Carlos Consalvi, el ejército tomó a Mérida. La ciudad amaneció cubierta con la bruma de un blanco sudario con la neblina mezclada con los gases lacrimógenos. Los soldados armados hasta los dientes, con máscaras antigases, chaquetones, y pantalones de camuflaje parecían como si estuviesen en medio de una guerra bacteriológica. Para entonces habían sido ya saqueados e incinerados la Casa Distrital de Acción Democrática y los VENPRES informaba escuetamente que Acción Democrática, seccional Mérida, había emitido un acuerdo de duelo por la muerte del estudiante Luis Carvallo, quien era militante del "partido del pueblo" e hijo de un miembro de AD. COPEI desvinculó al estudiante de todo hecho político y dijo que se trataba de un asunto enteramente personal. El abogado Bernardino Navas recientemente había sido postulado por COPEI a presidir los destinos del Colegio de Abogados. Bernardino Navas también había sido Consultor Jurídico de la Policía durante la administración de Luis Herrera Campins. En el momento de los hechos se desempeñaba como Vicepresidente de la Asociación de Ganaderos de Altura. La Fracción de Estudiantes de AD, inmediatamente el mismo domingo, difundió un decreto por el cual declaraba 8 días de duelo, y se hacía mención al hecho de que un grupo de militantes de este partido habían contratado los servicios de abogados penalistas para acusar al homicida. El día lunes 16, docenas de botellas vacías, producto del saqueo que se hizo a varias licorerías podían verse por los costados del rectorado, las adyacencias al Bulevar de los Pintores y de los alrededores a la gobernación. La gente no hacía sino preguntarse: Bernardino?, ¿dónde tienen a Bernardino?" "¿Y El abogado se había acogido al precepto constitucional de no decir una palabra hasta llegar al punto de la indagatoria; en su casa habían encontrado dos revólveres más del mismo calibre 38 mm. El día lunes por la tarde la guerra se extendió hasta las instalaciones estudiantiles de las Residencias Albarregas y Domingo Salazar; también por Las Marías. Las agencias internacionales de noticias referían los acontecimientos con lujo de detalles. Pero la orden del gobierno había sido declarar que los hechos se desataron por provocaciones del narcotráfico. Inmediatamente comenzaron a cundir las declaraciones de las distintas fuerzas vivas (o muertas) del pueblo y de la Universidad. El profesor Simón Alcántara, de los más reconocidos gremialistas de la ULA, fue enfático al declarar: "La protesta estudiantil debe tener eco en los líderes políticos". Aseguró que los profesores se encontraban consternados por la situación de emergencia y que la protesta debía mantenerse dentro del marco cívico, y concluyó tajantemente: "Ya es justo que se haga justicia". Léster Rodríguez, presidente de APULA confundido por la conmoción sólo pudo articular: "En el fondo de su corazón el pueblo debe creer en la Justicia". Suplicaba que el pueblo no hiciera justicia por sus propias manos, ni se continuara en la horrible zozobra ciudadana. En medio de las declaraciones de los representantes profesorales y electoreros, cundían alarmas por la ciudad de que estaban estallando nuevos brotes de saqueos. Grupos de bomberos se dirigían hacia Los Chorros y El Paseo de la Feria. El sargento primero Ligio Rafael González, de ese Cuerpo, no dejaba de pregonar que tenía el corazón crispado por lo que estaba viendo y sucediendo. Les pedía a los estudiantes que dejaran la justicia en manos divina. El presidente de la Federación de Centros Universitarios era el bachiller Rafael Mora, del partido Acción Democrática, a quien se le conocía como "Burro con sueño". Éste estaba preocupado en aquel momento por el asunto de las Ferias, pues no le habían pagado completo el alquiler (ilegal) que hizo de ciertas instalaciones donde funcionaba la Federación. De este alquiler estaba obteniendo una buena tajada. Entonces pedía la cordura suficiente a fin de lograr la calma y el retorno normal de las actividades comerciales que era lo que más le interesaba, pues los bancos estaban cerrados y a él le urgía cambiar un cheque. Le "enardecía" que se estuviera violando tan ferozmente la propiedad privada. Mora no se aparecía por los centros más conflictivos y desde su guarida o desde la radio hacía llamados a la confianza en las autoridades competentes, en la justicia. Todavía no se hablaba de reflexión; esa palabrita aparecería el 4 de febrero de 1992. Al fin, el día lunes sí se le pudo al fin vérsele la cara al gobernador. Apareció con su infaltable chaqueta negra, caminando por las calles del Centro y constatando la efectividad de las medidas para restablecer el orden. Habló de grupos anárquicos que pretendían crear un clima de zozobra y de inestabilidad social. Se veía que acababa de desayunar copiosamente, pues con frecuencia eructaba y se llevaba la mano a la boca. "Como gobernador -dijo a la prensa- pido a la ciudadanía que tenga confianza en mí y me brinde todo el apoyo posible. La situación actual no significa ningún brote significativo... garantizo que las investigaciones se llevarán hasta el final. El clima de alteración del orden público lo catalizan los agitadores de oficio". Héctor Alonso López, con su impecable peinado a lo Juana de Arcos, sosteniendo tajantemente que "en la sociedad hay sicópatas y dementes". Rodeado de micrófonos estuvo declarando que estas cosas eran inevitables, pero que lamentablemente "los acontecimientos han traído consecuencias que hacen pensar que hay una intención mucho más allá de lograr justicia frente a este abominable suceso". Fue enfático recalcando el padre del muchacho asesinado era de Acción Democrática, y concurrieron por la causa que su gente representa. También hizo hincapié en que no "se puede acusar a COPEI, por un acto cometido por uno de sus militantes". Como estos políticos se creen muy listos, cuando soltó estas conclusiones sonrió venenosamente mirando hacia tres mozalbetes que sostenían unas banderas verdes con la emblemática lanza con la puya aquella: Con la que Caldera y Luis Herrera se cansaron de puyarnos a todos. Porque lo insólito era que, siendo el asesinado un miembro de AD, se hubiese procedido al incendio de la Casa Distrital de este partido. Por ello José Salcedo, Secretario Juvenil del “partido del pueblo” (cada vez con más partido y menos pueblo) en el Distrito Libertador, sostenía ante los medios de comunicación que la destrucción de la Casa Distrital no tenía justificación de ningún tipo. Compungido y anonadado, exclamaba que se habían perdido todos los archivos, una mesa de tenis, una rockola, planillas y oficios, y que lo más grave era que no tendrían dónde reunirse ahora, aunque el trabajo en las comunidades proseguía con toda normalidad. ¡Demasiada estulticia en tan pocas palabras! Pero la crispación ni por asomo estaba controlada. Cuando el joven Salcedo declaraba, en Las Marías la gente fue atrapada en medio de otro mar de bombas lacrimógenas. El presupuesto de un año de la Policía se había despilfarrado en tres días, y ya se hacía un urgente inventario en los depósitos para pedir cuatro contenedores a Israel o Corea. Enormes deben ser los beneficios que reportan estas bombas para los proveedores. En Mérida se tiran bombas lacrimógenas hasta para controlar cualquier altercado en un inocente choque de vehículos. La gente del sector de Las Marías estuvo durante horas imposibilitada de salir ni siquiera para sacar a sus ancianos y niños. Cuando los periodistas llegaron a entrevistar a centenares de jóvenes estudiantes que allí vivían, en medio de llantos y risas, declararon: "¿Cuándo va terminar este toque de queda?". conocido por huelgas y paros que por el saber que allí se imparte) en reunión extraordinaria acordó suspender las actividades académicas y administrativas hasta viejo aviso (porque allí nada es nuevo). Esto lo informó su director, Narciso Lameda. La ULA paralizada, el comercio cerrado y de pronto corrió como pólvora el anuncio de que el IUTE se sumaba a la suspensión. ¡Qué valientes resultan los estudiantes de Ejido para solidarizarse con las suspensiones de clase! Cuando las autoridades educativas o universitarias por motivos de perturbación social suspenden las clases, los dirigentes salen a formar barricadas para que se inicien las labores docentes. Cuando hay clases hacen lo posible porque las suspendan. Con una sonrisa de oreja a oreja, el Consejo Directivo de la máxima autoridad del Instituto Universitario de Ejido (más Nadie entonces entendía por qué el gobierno ponía tanto empeño en que la razón de los líos estaba en el narcotráfico. Esta manía llevó a muchos a la conclusión de que algo muy raro había entre los mafiosos de la droga, el propio gobierno regional y las autoridades de la ULA, porque evidentemente los pendejos que quemaban cauchos y tiraban piedras, sólo podían ser, si acaso, la gran mampara de lo que se urdía con el fulano narcotráfico. A Lusinchi le debió llegar información en este sentido, pero por no se atrevía a ser frontal en sus ataques. La decisión fue tomada en base a los análisis de los sucesos acaecidos. Como el presidente de la República seguía sosteniendo que las perturbaciones en Mérida eran producto del narcotráfico, Leonel Vivas saltó a la palestra a dar declaraciones sobre un interesante Foro titulado Narcotráfico en Venezuela; se haría ese mismo lunes, a la 7 de la noche en el Liceo Libertador. Hablarían don Baltazar Porras, José Vicente Rangel, David Morales Bello y Vladimir Gessen; Leonel Vivas sería el moderador. Los deportistas también se unían a la protesta, aunque no estaban en absoluto de acuerdo con el pillaje y demás guilindajos anárquicos por lo que pidieron no un minuto de silencio sino dos, en medio de las nauseabundas canchas deportivas de la Facultad de Ingeniería. Abultadísimos comunicados de la ULA se tragaban todo el tripaje de la prensa local. Uno de ellos, un Considerando hablaba del trágico fallecimiento del Br. Luis Carvallo que impedía el normal desarrollo de las actividades académicas. Y ACUERDA: "suspender totalmente las actividades universitarias, exceptuando las labores de vigilancia, hasta que se haga una evaluación de la situación..." Estos documentos se redactaban con lágrimas, pues la ciudad estaba como se sabe, envuelta en densas nubes lacrimógenas; totalmente tomada por carros blindados de la Guardia Nacional y en medio de un estado de pánico. Las tanquetas impedían el acceso al Centro, pero eran acosadas con certeras pedradas que lanzaban bandadas de carajitos realengos de los distintos barrios adyacentes. Ya la frase más mentada era: "Violación del recinto Universitario"; ¿es el Alma Mater la única virgen del mundo que ha sido violada más de mil veces y al parecer continua virgen? Un misterio superior al de la Trinidad. La Comisión por la Defensa de los Derechos Humanos dirigida en aquel momento por Alfredo Hernández se solidarizaba con la familia Carvallo y declaraba que estaba con la protesta siempre y cuando se hiciera cívicamente e hizo un largo llamado a las autoridades superiores, incluso a Dios, para que se pusiera reparo a tantos desmanes. La Comisión de los Derechos Humanos también quedó vigilante ante cualquier acto desmedido de los cuerpos represivos. Las autoridades universitarias, después de un desayuno en conjunto con las autoridades civiles, se dirigieron al rectorado para deliberar con las fuerzas vivas (de “vivos”, se entiende) de la ciudad. El rector se encontraba convaleciente de una reciente operación, por ello no se hallaba en su puesto de combate. El Vicerrector Académico, Dr. Julián Aguirre P. negó lo de la violación al recinto del Alma Mater, y de que se estuvieran escondiendo allí saqueadores. "Ni violación ni saqueo", contestaba con evidente nerviosismo. ¿Sería que se estaban imponiendo con chantajes, la alianza Policía -Estudiantes para repartirse los saqueos? Durante estos vandalismos se sucedían unas extrañas treguas para habilitar sitios seguros donde guardar o esconder los despojos que se hacían. Los policías para “ganar méritos” llevaban a sus superiores parte del botín. Posteriormente se institucionalizaron estos vandalismos de modo que cada vez que se produjeran saqueos y quemas, el gobierno y la universidad se responsabilizarían económicamente por los desmanes que se ocasionaban58. El eterno perverso negocio. Como en las sainetes de nuestras “revoluciones”, ya el mismo lunes 16 de marzo, cuando apenas habían transcurrido dos días del abominable asesinato, grupos de estudiantes con arpa, cuatro y maracas danzaban y entonaban canciones bailables de la época. En todos florecía la risa y coreaban consignas de ¡el pueblo unido jamás será vencido! y ¡Carvallo, a patadas tu muerte será vengada! El peloteo entre jueces del caso Bernardino Navas sería espantoso. Ningún juez quería encargarse de su caso y se hizo lo imposible para cambiarlo de jurisdicción59. Señalaban estos jóvenes, que dentro del dolor y de la amargura que sentían querían dejar constancia de estar actuando con plena conciencia, con razón y no procurando la destrucción, sino pidiendo una sola cosa: Justicia. Era difícil entenderles porque estaban muy emocionados. 58 Hace poco, en el 2000, indemnizaron a la familia de un estudiante de 45 años de edad, que completamente ebrio, y durante un partido de fútbol, recibió un tremendo golpe en la cabeza, y se murió. 59 El que asumió una dureza casi vesánica contra Bernardino fue el dirigente estudiantil Caracciolo León, para luego terminar siendo grandísimos amigos. A pesar de la represión se cantaban también algunas rancheras con lentos y sostenidos quejidos del alma, sobre todo la preferida de Carlos Andrés Pérez y Pinochet, “Y sigo siendo el Rey”. Estas concentraciones ocurrían sobre todo el edificio El Sagrario. Lo que más impresionaba de estos hechos era la forma locuaz, sonriente, silogística, animada, emotiva, como tomaban la desgracia recientemente acaecida como si se tratara de otra feria. Llamaba la atención el inmenso interés colectivo en ir a declarar a la prensa. Y se consumió mucho miche, el promontorio de botellas de ron vacías seguía creciendo, principalmente por los costados de las vetustas edificaciones del centro. Ya no quedaba licorería que no hubiese sufrido alguna tronera en el centro de la ciudad. Por la tarde, en la parte alta de la ciudad, el sector de la vieja Facultad de Humanidades y en las adyacencias al barrio Andrés Eloy Blanco estaban controlados por funcionarios armados con fusiles automáticos livianos. Estos policías se mostraban ansiosos por probar sus máquinas con ráfagas al aire, y provocaban con insultos y vulgaridades a los residentes del sector. El mayor José Ramón González, segundo comandante de la Policía, se acercaba con frecuencia a los grabadores de los periodistas y refiriéndose a los estudiantes, decía: "Les dimos un madrugonazo". Frotándose las manos aseguraba que había "arreado" a más de doscientos detenidos. "La lucha ha sido amarga, pues tenemos varios efectivos lesionados; hay heridos de la DISIP y de la propia Guardia Nacional. Y de continuar el combate tendremos que solicitar ayuda. El Retén no se da abasto". Un periodista le dijo al segundo comandante que habían detenidos por gusto y que esto "conculcan derechos ciudadanos", y el Comandante contestó: "Allá ustedes". Los periodistas andaban molestos y llevaron de lo mismo que se les mandaba a los “sapos”. Por los lados de las residencias Albarregas fueron recibidos con una lluvia de piedras. Y en el Hospital Universitario se escenificaba otra guerra de insuficiencias. Los heridos por perdigones atestaban las salas de emergencia; el joven Juan Oscar Gil tenía agujereada la cara, dos balazos en la pierna izquierda y estaba tendido en una camilla. Ya el mismo lunes se supo que el Juez Instructor del caso sería el doctor Quintero Moreno, en el mismo instante en que pelotones de uniformados procedentes de Trujillo, San Cristóbal, Barinas y Santa Bárbara del Zulia llegaban por carretera. Así llegó el día del juicio final sin juicio alguno, porque no hay justos en una sociedad como la nuestra. Lo dicho aquí, nos pone frente a la evidencia de que no tenemos donde ir con nuestras quejas y nuestros dolores, y que esta democracia con sus abuelos y patriarcas está fundamentada sobre caos y tierra movediza. RIP. CARACCIOLO LEÓN: ¿DIRIGENTE ESTUDIANTIL Y AL MISMO TIEMPO CONFIDENTE DE LA DISIP? Entre los principales personajes que tuvieron una participación fundamental en los sucesos de marzo de 1987 se encuentra el dirigente estudiantil Alfonso Isaac León Avendaño, que actúa en el medio político y social bajo el seudónimo de Caracciolo León. Este personaje, se mantuvo muchos años como estudiante en la ULA, encabezando marchas, enterrando estudiantes muertos, manteniéndose erguido comecandela entre cauchos quemados y pelotones de tirapiedras. Con dotes de orador que sabe darle al verbo esos altibajos que le sacan sudorones de arrecheras a las masas, sublevándolas para que alcancen el cielo con las patas, llegó a ser considerado el Federico Engels de Venezuela, el Robespierre andino, el Lenin de la Sierra, “un Águila caza moscas”, cuando Chávez ni siquiera era militar, ni en Mérida casi ni quedaban águilas ni aún habían llegado las moscas. Pero sobre todo Caracciolo fue el fundador del "Movimiento 13", el cual ha tenido una participación crucial en todas las conmociones sociales que han surgido desde aquel aciago día de 1987, cuando asesinaron a Carvallo Cantor hasta finalizado el siglo XX, cuando su equipo mayor cae en desgracia por la derrota que sufre el adeco William Dávila Barrios. Manteniendo la norma aquí impuesta por casi todos los dirigentes estudiantiles de izquierda (empezando por Teodoro Petkoff y Gumersindo Rodríguez), Caracciolo terminó pasándose al bando contrario en menos de lo que espabila un loro loco. Mejor dicho, siempre estuvo en un mismo bando, pero al principio, claro aparentaba ser de izquierda. Al parecer, su verdadera vocación estaba en ser militar o policía, una vocación que suele ser muy común entre los chácharos. Aún todavía en la época de Pérez Jiménez, Betancourt y Leoni, el 75% de los miembros de la policía en Caracas, eran andinos. Por razones que desconocemos, Caracciolo eligió la carrera de Derecho. Llama la atención que poco después de concluir sus estudios (que fueron bien largos) ejerció funciones de inteligencia en el páramo, ya bajo las órdenes de William Dávila Barrios, WDB. Debieron haber sido excelentes los servicios que le prestó a WDB porque contra toda la plana mayor de AD en la región (no habiendo pertenecido jamás a este partido), WDB, contra viento y marea, lo impuso como su Secretario General de Gobierno. Para aquel marzo de 1987, el entonces rector de la ULA (el doctor Pedro Rincón Gutiérrez) y Caracciolo León mantenían una amistad muy estrecha; y en las posteriores jornadas populares y revolucionarias en las que la ULA se verá envuelta, Caracciolo va a estar muy cerca de este seductor rector. Caracciolo León llegó a alcanzar una popularidad tan inmensa, que conquistó con holgada facilidad la presidencia de la Federación de Centros Universitarios. Fue, insistimos, un líder de líderes, de verbo encendido y meteórico, que su voz llegó a provocar el sacudimiento de mil tarimas, de cien micrófonos, de gonfalones y consignas por todo el espinazo de los centros políticos más importantes de la época. Lástima que Caracciolo no hubiese tomando tan en serio sus cualidades de agitador de masas, que le hubiese podido latir en la cueva de la historia a los mismísimos Jóvito Villalba, Rómulo Betancourt, Caldera, a Teodoro Pettkoff. Donde se discutían los tremendos traumas que enervaban a la nación, y él llegaba, se congestionaba las salas reclamándole para darle la mano, y en cuanto hablaba las palmas de las manos echaban fuego, aplaudiéndole. El asesinato y las jornadas estudiantiles en procura de una severa cuanto justa condena a Bernardino Navas, generó una polémica despiadada en el medio merideño que catapultó a Caracciolo por los cielos de la prensa nacional. Lástima que poco después se destapara el asunto de que era soplón de la DISIP, algo que desquició a medio mundo, y que el propio Caracciolo no desmintió en su momento (ni en ningún otro momento, que yo sepa60); según el abogado Carlos Ramírez López, el dirigente estudiantil Caracciolo León trabajaba en aquellos días aciagos de 1987 para el servicio de Inteligencia de la DISIP. Desde los años sesenta, cuando el hervidero revolucionario alcanzó su punto más alto, muchos fueron los "dirigentes estudiantiles" quienes sirvieron a un mismo tiempo a la "causa del proletariado" y a la policía secreta del Estado. El asunto reventó el 27 de marzo de 1987, en un enorme titular de prensa, con letras gruesas y rojas, aparecidas en el diario Frontera, que decía: Cobraba mensualmente. CARACCIOLO LEÓN ES CONFIDENTE DE LA DISIP, ASEGURO A LA PRENSA EL ABOGADO RAMÍREZ LÓPEZ A partir de esta denuncia y otras muchas contra Caracciolo León, el abogado Carlos Ramírez adquirió una sólida presencia política en la sociedad merideña (llegó a ser tan elogiado y solicitado por su valor), al 60 Porque de haber sido falso cuanto sobre él se dijo por sus trabajos para los servicios secretos de la DISIP, sus acusadores habrían tenido que purgar cárcel por tan reiterado y desmedido invento. desenmascarar como sostenían muchos, al afamado dirigente estudiantil, que posteriormente sería candidato a diputado al Congreso de la República y candidato a gobernador del estado Mérida61. Caracciolo León pudo después, si lo quería, ladrarle en la cueva a Carlos Ramírez López, pues se graduaría también de abogado, y alcanzaría cierta notoriedad en el medio judicial defendiendo a estudiantes y profesores que hubiesen sido detenidos por órdenes de las policías secretas del Estado (como la misma DISIP o la DIM). Extrañamente Caracciolo León sufrió un severo retraimiento, teniendo dotes mesiánicas para la política. Ese 27 de marzo, leímos en el diario Frontera la siguiente información recogida por el periodista Ramón Díaz Suárez: El Dr. Carlos Ramírez López dijo que el bachiller Alfonso León, mejor conocido como Caracciolo, pertenece al servicio de Inteligencia de la DISIP y le pagan por los 61 Es muy probable que el doctor Carlos Ramirez sea hoy en día (enero de 1998) muy amigo de Caracciolo. Recuerdo que entonces, el director de Frontera, el doctor Luis Velázquez (profesor universitario y viejo miembro del MAS, trastocado ahora en diputado a la AN por el MVR) daba cabida en su periódico a cualquier ataque frontal que se le hiciera a Caracciolo. El doctor Velázquez tenía entonces una gran admiración por Carlos Ramírez. análisis que sobre los movimientos de izquierda en la Universidad presenta todos los meses. Manifestó por otra parte que introducirá una acusación penal contra el secretario Privado del Gobernador del Estado, Lic. Nicolás Rondón Nucete, por la persona que llamó a Radio Universidad azuzando al estudiantado para que sacaran de la misma a su hermano José Rafael Ramírez, lo cual constituye un intento de homicidio. Es pública y notoria mi relación con la DISIP, soy amigo de la DISIP, es una policía que aprecio -afirmó el conocido abogado- admiro y me siento ligado a ella espiritualmente hablando; es una policía que cumple con una verdadera función en defensa de los ciudadanos. A mí me han hecho reconocimientos públicos, tengo placas y tengo testimonios escritos, en los periódicos se ha recogido mi presencia con altos directivos de la DISIP, tengo estrecha relación con los altos funcionarios de ese organismo, por esas circunstancias puedo afirmar con toda responsabilidad que Caracciolo León presta servicios en la División de Inteligencia de la DISIP, estos servicios son: el de pasar un análisis mensual a la División de Inteligencia donde se recoge las distintas posiciones, situaciones, perspectivas de las políticas de los grupos de izquierda, él hace esos análisis mensual y recibe por eso paga, dinero; eso es servicio secreto, yo considero que ser policía es bueno, es honroso, a mí no me parece nada malo y por eso defiendo la policía y no me parecería nada malo que me dijeran que soy policía, a mí me gustaría ser policía62, pero lo que sí es incongruente es ser dirigente estudiantil de izquierda y ser a su vez miembro de los servicios secretos de la División de Inteligencia de la DISIP, y yo creo inclusive que eso no le conviene al movimiento estudiantil, a la izquierda ni a la DISIP. ¿Cuáles son los motivos por los cuales usted hace esta denuncia contra el bachiller Caracciolo León? -Hago esta denuncia en virtud de que - yo sé que esto me va a repercutir negativamente en mi relación con la DISIP- me veo obligado a hacerlo por los reiterados ataques que Caracciolo me viene haciendo todos los días, dañando mi honor y mi reputación sin tener moral alguna para hacerlo y por eso he puesto en juego mi relación con la DISIP y asumo la responsabilidad de decir lo que sé al respecto. Refiriéndose a la escolta policial, que según el mismo bachiller León le puso el Gobernador, el doctor Carlos Ramírez dijo: -Esto es inaudito y no puede tener ninguna otra explicación que la actitud impropia que ha tenido el gobernador del Estado en todo este problema que ha hecho una inexplicable llave con Caracciolo. Caracciolo ha incitado a delinquir, ha llamado a asaltar los tribunales, a romper vidrieras, ha asumido 62 Hay que decir que las declaraciones de este abogado son realmente patéticas y reveladoras de un arquetipo moral que nos deja sin aliento. responsabilidades de los saqueos en esta ciudad y encima de que ha hecho todo eso, que ha pisoteado las leyes, que se ha burlado de todo lo que implica autoridad, entonces ahora anda protegido, en vez del gobierno buscar un abogado para que le haga una acusación penal por todos los graves daños que le ha ocasionado a la ciudad y a los comerciantes. La Cámara de Comercio se quejó por eso, y el gobernador le pone una custodia, no entiendo. La única cosa que tiene parangón es cuando el gobernador se paró a echar un mitin al lado de Caracciolo, es una llave que no entiende nadie en esta ciudad. Por otra parte, el doctor Carlos Ramírez López calificó de insólita la actitud del Secretario Privado, Lic. Nicolás Rondón Nucete. Tengo la información -dijoprecisa y concreta que de llevarla a los tribunales la voy a llevar, de que él fue el autor de mandar a una persona para que llamara a Radio Universidad cuando mi hermano, el periodista José Rafael Ramírez, que estaba allá conversando, para que lo fueran a sacar e intentar contra él. Rondón Nucete es el Secretario Privado del gobernador y altera también la paz pública. No entiendo qué ocurre en Mérida, un gobernador echándoselas de dirigente estudiantil, un Secretario Privado incitando a la gente en contra de mi hermano y le voy a meter una acusación porque eso es un intento de asesinato. LAS REACCIONES ESTUDIANTIL DEL MOVIMIENTO La reacción del "Movimiento 13" fue inmediata. A Frontera corrieron por la tarde del día 27, tres connotados representantes de este movimiento, y que con los años se convertirían en los directores de muchas revueltas juveniles acaecidas en la ciudad, y después en otros altos funcionarios del Estado: Luis Aché, Pilín Zapata y José Villarroel (el Goyo Villarroel). Con aspectos compungidos desmadejados por el esfuerzo que habían hecho para llegar a Ejido, aún un poco jadeantes, dijeron que estaban allí para desmentir al doctor Carlos Ramírez López; aducían con suma preocupación, que las denuncias de ese abogado constituían una difamación y porque tal cosa iba a alinear la represión en el Estado"(sic). Añadieron que debían luchar contra tal denuncia porque después "desvalorizaba la verticalidad de un compañero reconocido en toda la ciudad de Mérida como alguien que ha estado al lado de las causas más nobles". Que estaban contra esta maniobra porque más adelante otros "compañeros se les podía hacer la misma acusación y esto puede traer graves consecuencias a uno de ellos". ¡Insólito! Poco tiempo después el profesor Ernesto Palacios Prü me habría de referir que "Goyo Villarroel tenía especial estima por el comandante de la Policía (y se jugaban como un par de muchachos); este comandante fue acusado por el pueblo merideño y el mismo estudiantado de ser uno de los hombres más represivo que llegó a tener este estado andino. Me contó Ernesto que siendo miembro de una comisión que debía presentarse en la Policía para gestionar la libertad de un grupo de estudiantes, al entrar sorpresivamente al despacho del comandante, lo encontró junto con Goyo y otros individuos en franca camaradería; en medio de bromas y chanzas, se jurungaban con el índice por los costados. ES UN HONOR SER "SAPO" La situación se tornaba cada vez más deprimente, porque el 31 de marzo, este titular de Frontera nos dejó fríos: El día 2 de abril, aparece en Frontera, página 3, la ficha que revela que Caracciolo es funcionario de la Dirección General de los Servicios de Inteligencia y Prevención, dependiente del Ministerio de Relaciones Interiores, que en aquel momento se encontraba bajo la dirección del saurio José Ángel Ciliberto. Esta Ficha de Control Interno, muestra el nombre del portador, el CODIGO J, 35-K, CLASIFICACIÓN: Colaborador. FUNCIÓN: Analista. SUELDO: Bs. 3.000.oo p/inf (c/cargo p, sec). En la parte superior de esta ficha se muestra una foto de Caracciolo, y al lado un titular que dice: En estas declaraciones el señor Luis Borjas, en franca solidaridad con Caracciolo León, dijo entre otras cosas: La denuncia hecha en los últimos días donde se señala a Caracciolo León como policía, como confidente de un organismo de seguridad del Estado son sumamente graves para el movimiento estudiantil de la Universidad de Los Andes, declaró Héctor Luis Acosta, miembro de la dirección juvenil del MAS. Esto nunca se había planteado en la Universidad de Los Andes donde nuestros dirigentes se han caracterizado por llevar adelante una pelea digna contra los organismos represivos del Estado. Este joven por ser gran líder estudiantil goza del aprecio de todos los cuerpos policiales con los cuales él, por elemental conveniencia, sostiene muy buenas relaciones que le sirven para diligenciar a favor de sus compañeros estudiantes cuando ellos se encuentran en situaciones difíciles. Nosotros pedimos que se aclare la situación y el Consejo Universitario debe opinar al respecto ya que si la cuestión es verdadera esto sería una intromisión de los cuerpos de seguridad en la Universidad, violando la autonomía universitaria. Si es mentira la misma Universidad debe convertirse en acusadora para SERÍA UN HONOR PARA LA DISIP, TENER DE CONFIDENTE A CARACCIOLO LEÓN - sostiene el Comisario Luis Borjas Castellanos. salvaguardar su nombre ya que ha sido ofendida por fuerzas extrañas a ella. al Consejo Universitario; este Consejo permaneció doce horas secuestrado por los iracundos muchachos. Nos parece rara la pasividad con que actúa el organismo estudiantil del cual forma parte el dirigente estudiantil acusado de policía y pedimos que se pronuncie al respecto. El día 8 de abril de 1987, nuevamente el doctor Carlos Ramírez, da unas declaraciones a Frontera donde ratifica lo dicho contra Caracciolo; sostiene que Caracciolo anda "ofendido porque dije públicamente lo que de él yo sé; su condición de agente secreto, lo cual en verdad es cierto y él más que nadie lo sabe y está consciente de que yo lo sé". Héctor Acosta finaliza sus declaraciones agregando lo siguiente: "Si la ficha es verdadera es una intromisión del gobierno en la Universidad y sería una bofetada al propio gobierno ya que dejaría ver su intención de corromper el movimiento estudiantil, si es mentira entonces los denunciantes deben ir a la cárcel por irrespetar al movimiento estudiantil. El MAS pide que se investigue y se diga la verdad, que todo quede claro. Para bien del movimiento estudiantil esperamos que esta sea una trampa del gobierno a la cual responderemos. Pero queremos, como todo el movimiento estudiantil, que se aclare todo, con pruebas precisas, con honestidad, sin tapar nada". Confirmado en confidencias El 4 de abril en la columna "Confirmado en Confidencias", de Frontera, pudimos leer: "Lo que faltaba para un fuerte nos lo ha proporcionado los exabruptos, señalando al revolucionario con mayúscula, Caracciolo León, Sapo de la DISIP". Todos estos temblores se sucedían, al tiempo que el día 16, el movimiento estudiantil arreciaba y arrinconaba Agregó el Dr. Ramírez, que en realidad Caracciolo no debía preocuparse, pues "esa es una profesión honrosa, pero no es compatible con la de dirigente estudiantil". Contribuye el doctor Ramírez en esta declaración con otros datos a la confección de una HISTORIA DE LOS SOPLONES "REVOLUCIONARIOS "EN VENEZUELA, que podría llegar a constar de 3 gruesos volúmenes. Dice el doctor Ramírez, que "en Mérida existía un precedente terrible con Leovigildo Briceño, quien era uno de los más violentos dirigentes estudiantiles de izquierda, al punto de que abandonó la presidencia del Centro de Ingeniería para irse a las guerrillas y cuando se le descubrió su condición de agente secreto de la DIGEPOL metió preso a medio mundo, especialmente a quienes habían sido sus compañeros de lucha, y que ingenuamente creyeron en él; los delataba y en muchos casos los persiguió, los apresó y personalmente hasta los torturó". A fin de cuentas, la muerte de Carballo Cantor sirvió para muchas cosas, unas miserables y otras loables: El crimen no quedó impune, nació otro Movimiento estudiantil que habría de tener honda participación en casi todas las conmociones que han sacudido a Mérida durante los últimos quince años, se encontró que Caracciolo trabaja para la DISIP y en nombre de esa misma muerte de Caracciolo se solicitó la eliminación de los exámenes finales. UNA MARCHA NO PAGA Y no he dejado preguntarme: ¿Quién será el responsable de los estudiantes que mueren cada año, cada mes en este país? El protocolo de estas muertes nos los sabemos de memoria: reuniones con el gobernador, luego con el obispo, más tarde con el rector y el comandante de la policía Concluido este rito sigue la misma historia. dirigente estudiantil sin ser en parte, responsable de los que caen abatidos por la policía? Pero esta gente cree que ellos han cumplido con la revolución llevándolos al cementerio. Mañana será otro día. No están en guerra, no viven en la clandestinidad. Nada de eso, están becados por el gobierno y disfrutan de los más altos beneficios económicos, del multimillonario presupuesto que el ME da a las Federaciones de Centros Universitarios. Estos centros son capaces de movilizar millones en cada campaña electoral, con un derroche que provoca asco e indignación. Me deprime el lenguaje triste, incoherente, vacuo y poblado de barbaridades retóricas, enervantes, de nuestros “dirigentes estudiantiles”. Esos que dicen luchar pero que no se preparan ni leen o estudian. No me refiero a una preparación oficial en una Universidad. Eso es lo que menos importa. En tanto las muertes prosperan a la luz de las moscas y el abandono. Una marcha no está mal para lavar la sangre del inocente que ha sido vilmente asesinado. Por esta razón antiguos dirigentes estudiantiles se dedicaron a la acción revolucionario solo como preámbulo para debutar en sociedad y servir a los mismo vencidos estamentos que hoy nos corrompen y envilecen con sus políticas y malvadas acciones. Viendo estas marchas, me detengo a observar a los dirigentes con sus boinas, que van al frente de las mismas sosteniendo enormes pancartas y llevando la voz cantante de las consignas, y horrorizado me he preguntado: ¿Cómo podría yo autonombrarme ¿Qué fueron de aquellos bastiones de las UCV como un Germán Lairet, Carlos Blanco, Pastor Heydra, Rigoberto Lanz o Juvencio Pulgar, Moisés Moleiro, Américo Martín, Teodoro Petkoff, Gumersindo Rodríguez..., que sacaron gritos de furor a la juventud de los años sesenta? Han llegado al poder y a las direcciones máximas del Estado por la vía repulsiva del arribismo. Y hasta el presente ninguno de ellos hizo gran cosa para orientarnos hacia un régimen de verdadera justicia. Y la razón principal es que carecen de principios, de firmeza moral y de cultura para poder lograrlo. ¿Hacia dónde apunta una lucha sin verdadera cabeza que aglutine a los desesperados, sin un verdadero pensamiento que nos cohesione, sin un destino claro y convincente de esa lucha donde mueren tantos inocentes en las calles? Fidel Castro no es un inculto. Siendo un abogado tenía un profundo conocimiento de la obra y del pensamiento de Bolívar y Martí. El Che Guevara no era ningún ignorante de la historia latinoamericana. Gandhi era un santo que conocía profundamente de literatura y de la historia universal; Ho Chi Min era un asceta. Bolívar leía mucho, tanto en la paz como en guerra, con disciplina, con una estricta dedicación al estudio. Para cambiar es necesario crear, pero no se puede crear sin cultura ni preparación. Cuántas veces me he echado a contemplar el pasado en una sucesión espantosa de cadáveres y momias que hoy abarrotan nuestras oficinas de la burocracia y conformismo. donde pastan derrotados por el Aclaro que nunca en mi vida me he autodenominado "revolucionario" ni "dirigente" de nada. He procurado identificarme con los más débiles. He querido dar la muestra de un descontento que recibo en el diario vivir de este mundo absurdo; lo he hecho a título personal, sin ondear bandera ninguna. No tengo capacidad política ni intelectual para dirigir a nadie. ACTO ESTUDIANTIL DE SOLIDARIDAD CON LA POLICÍA Poco años después de las sangrientas jornadas del 13 de marzo, sucedió otro insólito hecho pero ahora puertas adentro de la Comandancia de Policía. Una numerosa representación había congestionado todo el sector de la plaza Glorias Patrias. Los gritos que yo escuché llegaban un poco más abajo del Hotel Caribay, y decían: ¡VIVA LA POLICÍA! ¡VIVA LA INSURRECCIÓN POPULAR! Nos encontrábamos a principios de junio de 1992. Encabezaba la marcha el presidente de la FCU, bachiller Diógenes Andrade, mejor conocido como el “Fantasma”. Rodeado este dirigente de micrófonos y grabadoras declaró cerca del monumento a Páez: "Yo creo que nosotros los estudiantes debemos apoyar la justa causa de la Policía del Estado, cuando pide mejores sueldos y reivindicaciones salariales...” No sabe uno cómo entender esta poderosa y hasta gozosa compenetración que se da entre una policía represiva y los llamados dirigentes estudiantiles. Diógenes Andrade resultó una versión actualizada del dirigente Caracciolo León, quien lo estaba sustituyendo en el alto mando de la FCU. Pero no se crea que el adefesio de la marcha comprometía únicamente a estos aberrados dirigentes. La multitud liderada por el Fantasma63 contaba en aquel momento con el apoyo de varias Asociaciones de Vecinos y de casi todos los periodistas de Mérida. Hacía poco, por cierto, que la televisora Andina de Mérida, TAM, había mostrado un programa especial donde un grupo de periodistas trataba de arrancar de la Policía a unos niños que eran salvajemente golpeados. Mensualmente se desataba una campaña por la radio dirigida por el periodista Juan Carlos Urbina pidiendo colaboración para poder hacerles tomografías a niños, cuyos cráneos habían sido fracturados por golpes de bombas lacrimógenas. Yo he visto estudiantes de la Universidad de Los Andes con la cara destrozada, víctimas de una brutal golpiza propinada por los miembros de una policía entrenada para matar y reprimir. Estaba allí para dar un apoyo irrestricto a la causa de una Policía que en gran parte ha sido entrenada para reprimir manifestaciones; para actuar con fiereza, con bombas lacrimógenas, contra los edificios donde habitan niños y ancianos, seres enfermos e indefensos. 63 El Fantasma por crear su propia fuerza de choque se enfrentó al Movimiento 13. Aburrido de gobernar a la FCU como le daba la gana, terminó graduándose de ingeniero después de 20 años de vivir gritando y tirando piedra en la Avenida Tulio Febres Cordero. Pero no le perdió el gusto a la politiquería, y anduvo durante mucho tiempo buscando en qué otro palo ahorcarse. Se la pasaba en el aeropuerto Alberto Carnavelli, viendo a qué político de grueso calibre se le pegaba. Un día me vio que iba con William Izarra, y me quiso hacer ver que a él le gustaba Democracia Directa. Lo último que ha conseguido es ser presidente del Colegio de Ingeniero. Es decir, sigue en la misma vaina: de mecate en mecate, nada nos sorprendería si se le paga al Presidente Chávez y de allí a conseguir una curul en el Congreso. La violencia une a sus protagonistas. El líder universitario "El Fantasma", insisto, en aquella ocasión pedía un sueldo más justo para atropellar, para reprimir, para torturar. No para proteger a la ciudadanía. No para proteger a los estudiantes. Yo había quedado impresionado cuando durante las acciones de un cacerolazo contra el gobernador Jesús Rondón Nucete, las acciones represivas de la Policía se hicieron con tal frenesí que llegaron a lugares impensables. El padre Santiago López-Palacios tragó bocanadas de gases lacrimógeno pese a vivir en una calle ciega de un sector de la Panamericana, a cuatro kilómetros del Centro. Las residencias Cardenal Quintero fueron bombardeadas por el maldito gas y se disparo hacia las ventanas a ex profeso y mansalva: niños y ancianos corrieron a la deriva por todo el sector que se encontraba infernalmente acordonado por policías, igualmente en Las Marías, Los Apamates, El Trébol y San Eduardo. cárcel, envió una comunicación solidarizándose con las peticiones reivindicativas de la represiva Policía de Mérida. Eso fue así, señores, y eso lo denuncié yo en su momento. Está escrito, véase la prensa de aquellos días. A los pocos meses volvieron a verse esparcidos sesos de estudiantes por las calles de Mérida65. La policía seguía justificando con inusitada energía el aumento de sueldos que para ella habían pedido Hugo Chávez Frías y el presidente de la FCU Diógenes Andrade66. Se volvía a hablar de un grueso objeto que había penetrado el cerebro de un estudiante. Se volvía a repetir algo atroz y absurdo, que he escuchado más de mil veces: "De objetos contundentes no permitidos en las manifestaciones"; como si fuera posible reglamentar en el deporte de las manifestaciones de nuestra ciudad, lo que está y no está permitido disparar. Claro, los cuerpos represivos teniendo mejor paga iban mejor a lo suyo: a convertir nuestra ciudad en un campo de fútbol para que en los consabidos saqueos, aventajar en las reparticiones a los vándalos. Algunos periodistas que habían compartido emparedados y jugos de naranja64 con la causa de los líderes uniformados, clamaban durante el cacerolazo consideración para la indefensa población atenazada por los gases. Y téngase en cuenta que aquí se desató una fuerte golpiza contra los periodistas, en la que la peor parte la llevó el Juan Carlos Urbina; este caso fue llevado a la Comisión de Medios de la Cámara de Diputados. Las "protestas" en esta ciudad, lo sabe todo el mundo, se alimentan del ruido, del escándalo, de los incendios y saqueos y de los nauseabundos regueros de basura; de piedras que tienen pesos y medidas, de perdigones que sacan ojos y cuantas cosas contundentes puedan caber en las manos o en los chopos y armas de la Policía y de los Pero la locura no acaba allí: El comandante Hugo Chávez Frías, quien tiene sus razones para admirar a los uniformados, por pura politiquería y desde la 65 64 Esto es tal cual lo narro por que yo mismo lo vi; estaban en la panadería que se encuentra frente a Glorias Patrias. Hay que reconocer, que desde que Chávez está gobernando, se han acabado estos crímenes en Mérida. 66 Coño, realmente no sé por qué hoy el Fantasma no es del MVR. estudiantes. De modo que, ¿qué chiste es ése que hay cosas muy precisas que sólo están permitidas lanzarse en nuestras "protestas" callejeras?". Después, cuando corren vísceras por las calles, sangre a borbotones, entonces aparecen los hombres conmovidos con palabras de increíble "preocupación", hablando de excesos policiales, otros de vandalismo y crueldad de los encapuchados. Quienes han perdido parte del cerebro, de la cara o de un brazo, tendrán que conformarse con gritos y espasmos públicos, con remitidos de prensa, lo cual, por supuesto no repondrán los órganos dañados y los traumas recibidos. Estoy cansado de escuchar que nuestra Policía no da seguridad al ciudadano; de que aquí no hay vigilancia de noche en el Centro; es decir que tenemos esencialmente una Policía, como digo, para reprimir, y para esa Policía el señor Diógenes Andrade salió, con el frenesí con que suele dar respaldo a todas las "causas populares", a pedir que se les aumentara el sueldo para golpear a jóvenes y envenenar con gases lacrimógenos a la ciudad. El día 17 de febrero de 1994 otro estudiante fue víctima de un objeto contundente en la cabeza, que le desgarró parte del cerebro. En las imágenes de prensa y televisión podía verse, al Fantasma al lado de otros "dirigentes" estudiantiles, por detrás o por delante de los médicos informantes del caso, hablando de los Derechos Humanos y que llevaran el caso a los tribunales locales e internacionales. Téngase en cuenta que es una tortura escuchar hablar a este señor Fantasma; no me explico cómo con varios años en una Universidad, no aprendió expresarse coherentemente, carezca de dicción y vapulee tan despiadadamente al castellano. Este es el único país del mundo donde los que protestan son los mejores aliados del gobierno. Aquí no hay una sola protesta que no termine en un estercolero. Aquí la gente trabajadora, seria, honrada y culta le da asco hablar de protestas, aún cuando pueda haber mil razones para hacerlas. ¿Pero quién va a salir a protestar si tales medios están minados por parásitos que no leen, que no piensan, cuyas obras están en vivir hablando sandeces en las esquinas, en los bares o en las interminables reuniones con gobernadores, obispos y rectores? Con razón una manifestación multitudinaria, que no produjo un sólo atentado contra nadie, en Brasil, condujo a la condenación de Collor de Melo; en cambio aquí, con dos intentos de golpes de Estado, cientos de saqueos y miles de manifestación, cómo costó condenar a Carlos Andrés Pérez, y fue casi de leche. Y nuestros presidentes de la república están contentos de que los dirigentes nacionales se parezcan todos al Fantasma, porque así están seguros de que la Nación con sus traumas y aberraciones permanecerá eternamente hundida. Por esta manera de ser, Bolívar decía que nosotros, los venezolanos, no había cosa decente que no hubiésemos degradado. Pero aquí tenemos que conformarnos con los "dirigentes" que tenemos; y esperar que venga algún día un cataclismo social que nos aplaste a todos. Maldigo cada vez que aquí hieren o matan un estudiante, y me llenaba de arrechera viendo a personajes como Pedro Rincón Gutiérrez, quien fue uno de los abuelos de estas sanguinolentas comedias, marchando hasta los cementerios cantando: "¡Te sembraremos, camarada!", y todo para repetir la película mil veces escenificada protagonizadas por los camaradas que después salen a pedir aumento de salario para quienes asesinan, y todo para que después Pedro Rincón Gutiérrez, cogiera sus macutos y se largara de Venezuela, y no le importara más nunca ni el destino ni la situación actual de la ULA ni de los familiares de los pobres diablos acribillados por la policía. Lo que nos cuesta la figuración de un nuevo dirigente estudiantil en las jaranas públicas nuestras: destrucción alumbrados eléctricos y semáforos, queman comercios, autobuses y busetas; destrozos de casillas telefónicas, furiosas arremetidas contra comedores de ancianos; regueros de basuras en toda la ciudad para que cundan moscones, ratas y cucarachas... Estas han sido las obras supremas que han legado a las futuras generaciones estos degenerados, más nada digno de mencionar, hasta ahora. Vaya. DOS TESTIMONIOS Andrés Zavrostky (1904-1995) 9-9-93: Las autoridades rectorales, en ocasiones, cometen errores imperdonables, por ese afán de querer mostrar alguna novedosa ingeniosidad cuando hablan en público. Ayer tarde, el Vice-rector Leonel Vivas, en un acto de apertura de la VI Escuela Venezolana de Matemáticas, queriendo dar primicias, dijo que agradecía altamente al profesor Andrés Zavrotsky, la donación que éste hacía a la ULA, de su biblioteca. En el acto, se encontraba el profesor Zavrostky. Concluido los discursos, el profesor Zavrostky se acercó a un grupo de profesores, entre los cuales nos encontrábamos el doctor Carlos Domingo y el doctor Alberto Serraval y dijo, en voz baja: "Tengo algo que explicar confidencialmente. Yo no he donado mi biblioteca a la universidad. Simplemente la legué en mi testamento. De modo- añadió sonriendo - que me han adelantado la fecha (de defunción)". ************ Cuando Zavrostky murió, a ninguna autoridad de la ULA le interesó su biblioteca. Sus libros quedaron abandonados, y corrió el peligro de que un supuesto hijo suyo (recién aparecido de última hora, llegado de Caracas) los rematara a vendedores ambulantes. Hice esfuerzos ante varios entes de la ULA para que asumiera la responsabilidad de salvar esta biblioteca, pero no, los orondos jefes de nuestra Casa Superior estaban sumamente picados de pruritos de legalidad y no querían tocarlos. Spiridom Rassias, el decano de la Facultad de Ciencias tampoco quiso comprometerse. Entonces, fue cuando invité al profesor Pedro Durant y al ingeniero Luis Alfonso Rodríguez Torres para que cargásemos con tan maravilloso monumento corriendo los riesgos de cualquier tipo. Así se hizo, hoy, el Departamento de Matemáticas conserva este extraordinario tesoro en un salón especial llamado “Espacios Andrés Zavrostky”. He aquí unas de las primeras notas que hice en mi diario sobre Zavrostky: 9-2-93 He ido a visitar al profesor Zavrostky. Es un anciano de origen ruso, de unos noventa años, radicado en el país desde hace casi cincuenta años. Ya lo había conocido durante las jornadas de la V Escuela Venezolana de Matemáticas donde se le hizo un homenaje. Llegué con Rómulo Aranguren a su casa, a eso de las 10:30 a.m.; estaba como siempre lo he visto por las calles de Mérida: impecablemente vestido de flux y corbata, y los zapatos negros brillantes, pulidos. Un traje marrón y la corbata del mismo color. Él mismo nos abrió la puerta y lo primero que dijo:’’- Lástima que llegan cuando ya hemos quitado el pesebre. El pesebre estuvo allí - dijo señalando hacia un rincón de su amplia sala - hasta ayer’’. Al ocupar un puesto en aquel espacio casi desierto y austero, vimos un joven que muy respetuosamente pidió retirarse; don Andrés le contestó que por ningún motivo. Era un bachiller que recibiendo clases de matemáticas, de modo que tuvimos que esperar un poco. Observé que sobre una pequeña mesita había cuaderno, y Rómulo me dijo que era allí donde Zavrostky iba anotando a los alumnos que tenía cita con él. La lista de una semana tenía por los menos unos quince estudiantes. Me sorprendía que este anciano tuviera tan excelente vista, que no requiera de lentes para leer las explicaciones que él escribía al joven estudiante. El señor Andrés unas tres veces interrumpió su clase para buscar algo en lo cual nos pudiéramos entretener mientras él atendía al joven. Téngase en cuenta que jamás cobraba un céntimo por dar consultas a estos bachilleres, a quienes atendía con paciencia benedictina. Nos trajo algunos artículos suyos. Considerando que podíamos perturbar la clase yo le dije a Rómulo que haría una diligencia y volvería más tarde, pero el distinguido anciano en cuanto vio que me ponía de pie me pidió que me sentara en un sofá que estaba a su lado. ‘’- Espere. Mire - dijo señalando hacia un motivo japonés que colgaba en la pared -, ¿quiere que le traduzca lo que dice eso?’’. Se incorporó y con agilidad se acercó al cuadro, cuyos símbolos que sostenía una mujer en la mano leyó primero en japonés. Luego dijo en castellano: “En medio de los sueños un corazón sensible recibe revelaciones de los sucesos futuros’’. Leía haciendo énfasis en la terminación de cada palabra. Entonces me invitó a sentarme de nuevo. Yo aproveché para decirle que queríamos tener una serie de conversaciones con él, y que si no le perturbaba que las grabáramos. Se estuvo un momento en silencio, mirado fijamente sobre algo lejano, para después decir: “- Yo quiero ser determinante en que no se me hagan preguntas sobre mi vida privada’’. Más tarde agregó que prefería hablar sin tener un grabador a su lado. Nosotros convenimos en que todo se haría como él lo considerara más conveniente. Volvió a quedarse en silencio. Yo trataba de adivinar el estado interior del anciano; si su “defensa’’ ante el mundo externo era muy fuerte. Rómulo estuvo hablando sobre los problemas por los que había pasado para poder donar sus papeles a la universidad. Se nombró a un Colegio o a una Asociación y repentinamente el anciano dijo que él quería renovar su inscripción en el colegio, creo que de Egresados. Entonces me miró durante un instante, cómo preguntándome cómo hacía para lograrlo. Yo dije que antes había pertenecido a ese Colegio pero que había renunciado, de modo que nada sabía, “pero podemos averiguar”. Dejó vagar su mirada, y luego volvió a perderse en algo lejano, cuando yo agregaba que había dejado de pertenecer porque no encontraba nada que valiera la pena estando en algo donde no se hacía otra cosa que jugar dominó y bolas criollas. Entonces sonrió. Yo continué hablando de otros asuntos de los gremios: “Doctor, gremio entre nosotros huele a huelga, a pleito de partidos y brindis”, y le expliqué que el Departamento de matemáticas de la Facultad de Ciencias le tenía una alta estima y que en varias oportunidades habíamos estado conversando para organizar una visita a su persona; que en nada queríamos enredarle con homenajes. Que queríamos ser los depositarios de su obra, y mantener una más estrecha relación con él. Dije muchas cosas más y cuando hube terminado, él, al parecer había quedado sólo pendiente de cuanto le dije sobre el Colegio de Egresados; fue entonces cuando añadió: ‘’- Una vez vino de Caracas una delegación de la Sociedad Venezolana de Ciencias Naturales, porque querían establecer aquí una filial. Eso hace como unos treinta años y quedó de presidente Antonio Luis Cárdenas. Se hicieron varios discursos y cuando me toco el turno, yo dije que era una buena idea que bajo esta sociedad quede las investigaciones que se hicieran sobre el fenómeno del Catatumbo, el estudio sobre la sociedad de las abejas, la ciudad perdida de Acequias (la vieja), las lagunas coloradas, y de pronto alguien que fungía de moderador me interrumpió: - Profesor usted está fuera de orden, lo que nos concierne en este momento es los relativo al cóctel de clausura.... Bueno yo dejé de hablar, y ocurrió que un año más tarde cuando volvió la misma delegación y nos reunimos para que se diera cuenta de lo que se había hecho hasta entonces nadie recordaba otra cosa que lo del cóctel’’. Después de esta conversación, el profesor Zavrostky aceptó que lleváramos el grabador, pero eso sí, no quería que se le tomaran fotos. A partir del 15 de febrero de 1993, inicié otra serie de conversaciones con el profesor Zavrostky, sobre diferentes temas, de la cual he seleccionado los siguientes temas: Sobre el huelguismo de nuestras universidades me dijo: - Como es más honroso ganar enemigos por una protesta que ganar enemigos por adulación, yo contestaré. - Los profesores ganábamos el sueldo completo por firmar el libro de asistencia. - Cada día -durante las huelgas- yo iba a clase, veía que los estudiantes no estaban, no sabía si por la guerra de Vietnam o si porque en alguna universidad habían despedido a algún empleado, entonces -ante la ausencia de estudiantes- firmaba el libro de asistencia y volvía a casa; hago constar que la presente crisis, no solamente universitaria sino nacional no se debe al imperialismo como muchos dicen o a la intransigencia del Fondo Monetario Internacional, sino al huelguismo; éste es el verdadero enemigo de Venezuela. Durante todas estas marchas, mientras estudiantes gritan contra los imperialistas extranjeros, el colonialismo, con sus palabras le desafían y con sus actos le ayudan porque son ellos los que traicionan la independencia de Venezuela. De cómo algunos burócratas interpretan el estudio y la investigación - Hace como unos 30 años, hice un estudio sobre el Faro del Catatumbo, sacamos unas fotos, hicimos un estudio espectroscópico, gráfico, meteorológico, todo esto naturalmente, inconcluso. Después de esto, en tiempos más recientes, yo me dirigí a la Dirección del Cine Universitario, proponiendo que se realizara este mismo estudio a mayor escala; bueno, me contestaron que para esto se necesitaría comprar un equipo nuevo, me propusieron hacer un edificio, un observatorio en la región del Catatumbo, de modo que según sus cálculos este estudio costaría, hasta donde recuerdo, unos 7 millones de bolívares.. Yo a esto contesté: ‘‘-La suma me parece un poco exagerada’’, porque en aquel primer estudio que yo hice, que no era nada conclusivo, que sí dio unos resultados valiosos, para ser exacto, yo gasté solamente cien bolívares. Sobre la manera alegre como algunos jurados aprueban tesis de grado en nuestras universidades - Una vez un estudiante me propuso como tesis de grado, un estudio sobre el Faro del Catatumbo, yo le tracé el programa, le hice el estudio topográfico, determinación del epicentro, estudio espectroscópico para determinar la composición química de los gases que emiten esta luz, y algunos otros aspectos; para todo esto ya existe el instrumentario necesario; le dimos para efectuar este trabajo seis meses, tiempo suficiente: el viaje de aquí a Santa Bárbara dura hora y media, de modo que no existía impedimento; pasaron los seis meses y ni siquiera había salido de Mérida; ni siquiera hizo el viaje para ver con sus ojos este fenómeno, mucho menos se sacaron las fotos; yo dije entonces: ‘‘-Señores del jurado, no hay de dónde sacarle un sólo punto’’; entonces propusieron los miembros del Jurado cambiarle de tema; ¿cómo le parece?; que en lugar del estudio del fenómenopropuso el Jurado- que presente un estudio bibliográfico; que busque en la literatura quienes han escrito sobre éste fenómeno; yo me opuse a esto, pero quedé en una minoría: un voto contra dos. Bueno, entonces le dicto la lista de los autores que habían escrito sobre esto, Humboldt, Codazzi, Eduardo Rohl, Alfredo Ernst y otros; ni siquiera los leyó; no hizo absolutamente nada. Entonces en la reunión del Jurado, yo dije que no había que discutir, que no había de donde sacar un sólo punto; pero otra vez con la mayoría de votos, fue aprobado y ahora es doctor. Las protestas estudiantiles son actos de traición a la patria - Yo recomendaría por parte de los profesores mayor firmeza frente a las llamadas protestas estudiantiles, porque estas protestas en su mayoría vienen de los que no estudian; que la palabra estudiante es participio activo del verbo estudiar y no del verbo inscribirse; los que se inscriben y no estudian, se inscriben para no estudiar y para no dejar estudiar; y no pertenecen a la clase social de los trabajadores sino a la de los parásitos. La concepción dialéctica de la holgazanería - Una vez que yo estaba viajando en el Estado Lara, pasé por el pueblo llamado Miscucuy. Cuando el autobús se acercó a un riachuelo, de ancho más o menos de dos metros, con profundidad si apenas que llega a la rodilla; se formó una cola de gente que están esperando para que el autobús los pasara. Yo les pregunto, bueno por qué no hacen el puente. Y contestan: ‘‘_Ya hace años que estamos pidiendo al gobierno que nos haga este puente, y no nos hacen caso’’. Un pueblo de dos mil habitantes y que ellos mismos no puedan fabricar un puente para peatones siquiera; un puente de tablas; pero esperan todo del gobierno. Todo esto, tiene un denominador común: la vieja palabra p e r e z a. Es el gran vicio; pero vivimos en el siglo de la dialéctica. Si se necesita dar una definición de la dialéctica, yo diría así: ‘‘Dialéctica es el arte de dar hermosos nombres a los feos hechos, y al holgazán que se decía antiguamente, ahora lo llaman huelguista; esto último suena mucho mejor para el oído’’. ¿Heredamos la viveza de los andaluces? - Una vez un andaluz hizo una apuesta con un chino: Qué cultura es más antigua, la andaluza o la china. El chino dijo que en la China hicieron excavaciones en las cuevas prehistóricas del siglo de piedra y encontraron alambre que se parece mucho al que se usa en el telégrafo, de modo que hace diez mil años, los chinos conocían el telégrafo. El andaluz contestó: En Andalucía hicieron excavaciones en unas cuevas y no encontraron nada; luego, desde aquellos tiempos, los andaluces conocían el telégrafo sin hilo. Anecdotario sobre las pertinaces interrupciones de clases - Una vez en la Facultad de Ingeniería, que estaba totalmente apagada, gracias a las huelgas, yo era el único profesor que estaba dando la clase, mi voz era la única que sonaba que este edificio ante la concurrencia completa de los estudiantes; entonces se acercaron los huelguistas, el comité de huelgas, y me pidieron permiso, en forma perfectamente correcta, para dirigirle la palabra a los estudiantes. Yo les permití no más de cinco minutos porque todo nuestro tiempo pertenecía a la universidad. Entonces se dirigieron a los compañeros, y les aconsejaron que tenían que unirse a la huelga; que asistir a la clase era mal compañerismo. Cuando terminaron, yo tomé la palabra y dije: ‘‘-Yo dejo la puerta abierta. Quien quiera asistir a la clase que asista, quien quiera retirarse que se retire, y les recomiendo no acudir a la violencia; porque con esto saldrían perdiendo’’. Terminé con este discurso y no se movió ni uno solo de los estudiantes. Quedaron todos escuchando hasta el final la clase. Pero yo fui el único profesor que hizo esto. Otras prendas sobre la viveza y perdición nacional - En cierta ocasión fui a visitar a un comerciante de Mérida, que me conocía, y me dijo: ‘‘-Uno de mis hijos estudia la Ingeniería, y debe ser uno de sus alumnos; yo quisiera saber cómo asiste él a sus clases’’. Por casualidad yo llevaba (conmigo) la lista de las asistencias. La revisé y le dije: ‘‘-Señor, su hijo asistió durante todo este año, una sola vez, la primera clase y nunca volvió a aparecer’’. Al viejito se le erizaron los cabellos: ‘‘-Cómo va a ser; y él cada día a las ocho, dice: papá me voy a las clases, bendición, dame plata para la merienda; después vienen a almorzar a las doce; a las dos sale otra vez, ¿y resulta ahora que no va a la universidad? Yo no sé dónde va. - Pues, esto no fue un caso único; con casos como éste yo podía llenar un libro. Aristóteles y el proceso de la degeneración en política - Aristóteles, en su libro Política, dice que a cada régimen bueno puede degenerar en algo malo si llega al exceso; así por ejemplo, la monarquía ser en ciertas condiciones ser favorable, pero no debe degenerar en el despotismo. Las Aristocracia es algo bueno pero no debe degenerar en la Oligarquía. La Democracia, pues, corre el peligro de degenerar en la demagogia. De la misma manera como las virtudes humanas, cuando llegan al exceso se convierten en vicios. Por ejemplo el valor, que es una virtud, si llega al exceso se convierte en la temeridad; la prudencia en exceso se convierte en cobardía. La generosidad en exceso degenera en la prodigalidad, y el ahorro que también es loable puede degenerar en la tacañería. Poca voluntad y dedicación de nuestros jóvenes ante la adversidad y el trabajo - Una vez un estudiante me dijo (desesperado): ‘‘Profesor he intentado ya resolver este problema cinco veces, y no resulta nada; y no puede seguir así, es demasiado’’. Yo le dije: ‘‘-Usted lo intentó cinco veces y ha desesperado. Ahora, un médico alemán, cuyo apellido no recuerdo, estaba buscando un remedio contra cierta enfermedad, él no lo intento no cinco veces, sino seiscientas cinco veces; y fracasó seiscientos cinco veces, y no se desalentó. Lo intento por seiscientas sexta vez y con esto salvó millones de vida. De modo que la medicina se llama sí, Número seiscientos seis’’. Joaquín Mármol Luzardo El 19 de diciembre del 2000, al fin pude entrevistarme con el doctor Joaquín Mármol Luzardo, uno de los más eminentes cirujanos que tiene y ha tenido Venezuela, quien llegó a ser miembro titular de la Sociedad Internacional de Cirugía; quizás el último rector serio que tuvo la Universidad de Los Andes, un verdadero hombre de ciencia y académico, y quien además jamás llegó a comprometer su alta investidura universitaria con asuntos de partidos políticos. No obstante por sus méritos profesionales y sus grandes dotes morales, llegó a ser figura de primer orden y testigo excepcional de ciertos hechos que se desarrollaron desde 1955 hasta la caída del presidente, general Marcos Pérez Jiménez. Retirado de la vida universitaria por los sucesos que siguieron al 23 de enero de 1958, se dedicó enteramente al trabajo de la medicina donde perfeccionó sus conocimientos mediante la investigación. Médico de raza y de la estirpe de los José Francisco Torrealba, Jacinto Convit, Francisco De Venanzi y José Izquierdo. Si se toma en cuenta que ya para 1948 el doctor Mármol Luzardo había realizado 5.600 intervenciones quirúrgicas, haciendo en ocasiones verdaderos milagros, y siendo requerido de distintas partes del país para que abordase casos graves y delicados, podrá tenerse una somera idea de la inmensa obra prestada por él a este país y de la calidad y profundidad de su ciencia, que aún hoy a sus 89 años de edad (los cumplía el 31 de diciembre), todavía opera y atiende numerosos pacientes todos los días de la semana (incluyendo sábados y domingos) en un consultorio de gran reputación médica, en Caracas67. Habla con mesura y seguridad como si estuviera frente a una máquina de escribir para darle orden a un trabajo de creación, con una memoria selectiva formidable. La entrevista fue posible gracias a mi amigo y también mi maestro, el doctor Carlos Chalbaud Zerpa, quien fue su alumno, y quien es amigo del doctor Mármol Luzardo, y a la hija del doctor Chalbaud, Carolina, biógrafa de este eminente médico. El doctor Mármol Luzardo fue médico de la familia Chalbaud, y ambos son de aquella vieja escuela de la decencia con elevado sentido de la ética profesional que no era que los pacientes les llegaban a sus consultorios sino que ellos los buscaban en los campos, en los barrios más apartados de la ciudad de Mérida; alejados de la vanidad de los títulos y honores, hoy casi extinguida: del pundonor profesional de quienes siempre han detestado hacer de la medicina un comercio; don Carlos Chalbaud, por ejemplo, jamás ha querido pertenecer a una academia, desde que su eximio maestro y amigo, el doctor Pepe Izquierdo le 67 Me hizo gracia, cuando conversando con él, de la manera más inocente me cuenta que le da miedo salir después de las 10 de la noche en Caracas, y que sólo lo hace en una ambulancia. aconsejara que no lo hiciera porque era centro de vanidad y estupidez, a los que se va sobre todo a perder el tiempo. Pese a que al doctor Mármol Luzardo fue escogido en varias oportunidades para ser investido con la Orden del Libertador, Francisco de Miranda o de Andrés Bello, jamás quiso aceptarlas. Consideraba que no las “merecía”. Cuando en 1966, contra su voluntad, la Universidad de Los Andes decide jubilarlo, opta por no cobrar más su sueldo y le hace saber a la ULA que le vaya acumulando ese dinero, para posteriormente organizar una fundación que les dé becas a los estudiantes de Medicina más destacados. Atareado con sus ocupaciones en Caracas, es en 1990 cuando el doctor Mármol Luzardo decide acercarse al Rectorado de la ULA para saber cuánto dinero lleva ya reunido, y comenzar de una vez a levantar aquel sueño. Sorpresas: Nadie sabe nada. El dinero se ha perdido, y hasta el día de hoy don Joaquín de ello no sabe nada y ya hasta se ha olvidado, para no agitar más las amarguras que hierven tras los desmadres de la corrupción o los desordenes burocráticos. Escuchen meritorios jubilados: ¡El doctor Joaquín Mármol Luzardo con todos los méritos que tiene, jamás cobró ni cobrará una locha de la ULA como jubilado! UNA CABAÑA LLENA DE HISTORIA Estoy en la cabaña de don Joaquín, en el Valle, una casa de enormes techos, que él llama la finca. Construida en 1948, a la que acudió en varias ocasiones el general Marcos Pérez Jiménez. Es un precioso paraje con grandes ventanales que dan al río Mucujún y desde de donde se aprecia un precioso prado y grupos de reses pastando en serenos y verdes pastizales. Es una tarde de sol esplendoroso y llegamos al umbral de la casa, a través de un camino cercado por enormes pinos. Son las 3:30 de la tarde y una señora me pide que pase a la sala, a la vez que escucho de un corredor cercano arreglo de platos y cubiertos. Es el doctor Mármol quien ha terminado de almorzar; yo paso a la sala y me siento frente una antigua chimenea, pero apenas me acomodo cuando aparece en la puerta mi personaje; de inmediato me saluda como a un viejo compañero: “-Cómo está usted; venga vamos a sentarnos cómodamente.” Lo recordaba con bigotes en una obra del doctor Carlos Chalbaud: “Compendio Histórico de la Universidad de Los Andes de Mérida de Venezuela”, en un óleo del Cardenal J. Humberto Quintero. Su pelo plateado, sus ojos de un azul indefinido, sereno. Todavía de porte vigoroso, de hablar claro, pausado y seguro. Hay soledad en su alma, veo unos libros espirituales sobre la mesita de la sala, entre ellos un grueso volumen antológico de poesía universal, “Cancionero del Amor y del Dolor”. Me entero que su señora que cuidaba con tanto fervor el jardín de esta bella casa falleció hace dos años, luego de un matrimonio de sesenta años: “Éramos una sola persona”. Silencio68. Conversamos un poco sobre amigos comunes, y pronto comenzamos a rememorar tiempos muy lejanos donde las fechas llegan a confundirse y a traspapelarse con los dolores, las alegrías y las luchas de un sustantivo y noble vivir. - ¿Y cómo eran las preocupaciones de la familia de aquella época de Gómez que usted conoció? - Antes de salir yo a estudiar Medicina, papá se encerró conmigo en un departamento de su consultorio que él tenía para cambiarse de ropa, me dijo: “Bueno hijo, usted se va. Caracas está políticamente muy alterada, y si usted tiene algún contacto político lo meten a la cárcel porque hay muchos estudiantes presos, y si a usted lo ponen preso, su mamá y yo nos vamos a morir. Luego usted me tiene que jurar que no intervendrá en nada político.” Yo me fui a Caracas con esa intención. EL VIAJE A CARACAS - ¿Qué tal, doctor, era el ambiente de aquella capital? - Estuve muy poco en Caracas, porque la enfermedad que yo tenía era muy seria. Estuve cursando primer año en la Universidad Central, y luego me trasladé a Mérida hasta el quinto año, para después volver a Caracas y recibir mi título allá. Pero había cierta convulsión política contra el general Juan Vicente Gómez. En enero del año 32, fue Eduardo Gallegos Mancera para invitarme a una reunión, y yo le dije: “No, yo le he prometido a mi padre que no voy a tomar parte en nada de eso. Pero como tú ya me has hablado de estas cosas, puedes tener la seguridad de que a nadie le diré por ahora que tú me has convocado a esta reunión con el fin de comprometerte a ti. Ellos forcejearon un poquito, pero yo rotundamente me negué. De tal manera que yo fui a Caracas a estudiar. - ¿Cómo pudo usted darse cuenta tan joven, de que con la política usted no iría a ninguna parte? - Para mí eso estaba muy claro: El que hacía política no era un buen estudiante. Yo tuve la suerte de ser el único estudiante suma cum lauden en mi curso. Siempre tuve las materias sobresalientes tanto en la UCV como en la ULA, excepto una, en la que me pusieron 18. - ¿Cuándo ingresa a trabajar con la ULA? 68 Esta entrevista consta de unas cincuenta página, pero para este trabajo sólo presento el tema que tiene que ver estrictamente con nuestra universidad de la ULA. - Cuando yo me gradué, estaba aquí de rector, el doctor Pulido Méndez, el Secretario era amigo mío, el doctor Medina. Como era fines de julio, el doctor Pulido Méndez se iba a pasar vacaciones a Tovar, de donde era su esposa. Me trasladé hasta Tovar y le dije al rector, quien me conocía de nombre mucho, que yo quería entrar a la Universidad, pero que no había pedido nada hasta ese momento ni lo iba pedir. Que yo quería entrar por concurso. Me dijo él que eso no se usaba en la Universidad, ni nunca se había usado. “Pero no, si lo necesitamos”, me contestó él. Finalmente se hizo abrir un concurso por credenciales, pero ninguno aspiró a la cátedra que yo llegué a regentar en Odontología que fue la de Anatomía Dental, y en Medicina, yo entré en Patología Quirúrgica Segunda; el doctor Antonio Parra León daba Patología Quirúrgica Primera que se daba en Tercer Año y yo la daba en Cuarto Año. Unos años después fui solicitado para ser profesor de Clínica Quirúrgica y nos repartimos el trabajo entre el doctor Antonio Parra León y yo. Eran 32 pacientes que diariamente atendíamos los dos y nos alternábamos, un año estaba él en mujeres y yo en hombres, el año siguiente intercambiábamos. Hasta que yo fui jefe de los dos servicios y regentaba la Clínica Quirúrgica tanto en mujeres como en hombres, y operaba los cinco primeros días de la semana, y las clases las daba después de las operaciones, además de atender las urgencias ya que con alguna frecuencia llegaban heridos, accidentes agudos de tipo quirúrgico a los cuales era yo llamado para ver si se intervenían. Yo salía del hospital cerca de las 11 de la mañana para la clínica. - ¿Y cuántas operaciones ha hecho usted doctor? ¿Tiene un cálculo aproximado? - Para 1948, existía una relación en la que figura que para ese momento ya había realizado 5.600 operaciones. Cuando yo me fui para Londres, me había pedido el Currículo meses antes el Consejo Científico Cultural Británico, valiéndose de la Embajada Británica en Caracas. A los pocos meses vino el Embajador quien me dijo que le había agradado mucho el currículo mío, y que estaba dispuesto el Consejo Científico Cultural Británico que yo me fuese a Londres. Esto fue en el año 54, y fue para hacer un postgrado en Cirugía, y fui asignado al Saint George Hospital donde trabaja tres días (lunes, miércoles y viernes) y al King Hospital donde trabajaba martes, jueves y sábados. - ¿Pudo cumplir sus metas profesionales, allí en Inglaterra? - Estuve bastante tiempo trabajando en estos dos hospitales, pero me vine porque me propusieron de modo conminatorio el rectorado de la Universidad de Los Andes. Yo recibí el 6 de setiembre de 1955, un telegrama del ministro José Loreto Arismendi en el cual me decía: Siguiendo instrucciones del ciudadano presidente de la República me comunicaba que había decidido designarme rector de la Universidad de Los Andes, por estar esta Institución en conflictos bastantes severos,... lo cual ellos creían que yo aceptaría, sabiendo mis vinculaciones con esa institución... Decidimos venirnos el 24 de setiembre, el Día de Las Mercedes que solemos celebrar aquí en El Valle. Salimos de Londres el 4 de octubre, de modo que llegamos a Maiquetía el 6 de octubre. - ¿Pero usted, doctor, ya con anterioridad había estado haciendo un postgrado en París? - Sí. Eso fue durante la Segunda Guerra Mundial. De allí me tuve que venir obligado por el tío de mi esposa, el doctor Jaime Picón Febres, quien estaba encargado de la Embajada. Las cosas al principio fueron muy bien durante varios meses. Yo estaba trabajando mucho en el Hospital Laennec y en el Hospital Larivoisier, estudiando Cirugía, Medicina Interna, y Oído, Nariz y Garganta. Por cierto, me preguntaban algunos profesores que por qué yo estaba estudiando Medicina Interna si estaba estudiando Cirugía. Les dije que muy sencillo: No quiero ser un simple operador, sino un médico cirujano, primordialmente médico para saber lo que hago. EL RECTORADO DE LA UNIVERSIDAD DE LOS ANDES - Volvamos al momento en que usted asume el rectorado de la Universidad de Los Andes. - Bueno, cuando yo asumo se hace el primer acto democrático en la historia de la Universidad, en el sentido que de acuerdo con la ley promulgada en el mes de agosto del año en que comencé a actuar, ley que me leí al llegar, me hacía responsable de todo, pero los que nombraban todo el personal, hasta los bedeles y portero, se encontraban en Caracas. Yo cuando me fui a juramentarme con el doctor José Loreto Arismendi, le hice saber que yo no podía responder por una cosa que yo no hacía, porque eran ellos los que sin conocer el medio nombraban. Entonces convinimos, en que él los nombraría de acuerdo con lo que yo dijera. Reuní a las Facultades existentes para esa época; el doctor P. N. Tablante Garrido fue mi colaborador, y me organizó las urnas con unas cajas grandes cartón, con el fin de que se pusiesen de acuerdo qué decanos y qué directores administrativos querían en sus respectivas facultades. - ¿Y cuándo conoce usted al general Pérez Jiménez? - Mi hermano fue militar y muy apreciado por el general Marcos Pérez Jiménez, el Comandante Ramón Mármol Luzardo, menor que yo, hizo Estado Mayor en la Escuela de Chorrillos, donde también lo hizo el general Pérez Jiménez, y estuvo entre los diez primeros del cuadro de honor, y quedó de segundo porque no podía estar de primero sino un peruano. A él lo nombraron en un Departamento de Instrucción de las Fuerzas Armadas y escribió algunos libros, los cuales se seguían usando, según me contó un general. Mi hermano fue quien embarcó en Caracas la madrugada del 23 de enero al general Pérez Jiménez en el avión que la gente llamó Vaca Sagrada y que lo llevó a Santo Domingo. Y fueron testigos de este hecho, dos personas muy allegadas a mí, de una calidad humana excepcional: el doctor Alfonso Dávila Matute y el ingeniero Víctor Müller. Mi hermano también había estado como segundo jefe de la Casa Militar, Alberto Paoli de primer jefe y se habían mantenido en los días terribles de enero, 23 días sin dormir. Luego lo pasaron a posición de disponibilidad, y encontrándose así lo retiraron del ejército. A él le afectó mucho esto porque además había sido el primer estudiante de la Escuela Militar durante sus cuatro años de estudio, y el general García Villasmil le dice cuando se encuentran: “Mi alférez Mayor, cómo está.” - De modo que eran viejos conocidos. - El general Pérez Jiménez pasaba vacaciones en esta casa, por lo menos una vez al año. - ¿Antes del año 52, venía aquí? - Sí, como no. Cuando fue gobernador Alberto Paoli primero, y luego Vicente Tálamo después, él venía por aquí, creo que sobre todo después del 48. Y después siendo Presidente venía también, y yo lo recibía. Y con Paoli y Tálamo acompañándoles, les decía que quedaban en su casa para que pudieran pasar con entera libertad sus vacaciones. Yo me iba para Mérida y él me mandaba a buscar algunas veces, para que estuviera un rato con él, y aquí en esta sala jugábamos dominó: con Pacanins que era gobernador de Caracas, y con Soulés Baldó que era su secretario. Cuando se estaba aquí yo me iba para Mérida, y sólo venía si él me mandaba a llamar. - ¿Ese 1º de enero de 1958, cómo recibe los acontecimientos que se desarrollan en Caracas y Maracay? - Yo estaba en el aeropuerto esperando al doctor José Domingo Leonardi, rector de la Universidad del Zulia, quien venía de Maracaibo para pasar unos días conmigo. Gran cirujano y muy apreciado en Maracaibo. Como él había estado en la docencia y era rector de la Universidad, siempre se informaba conmigo de muchas cosas; yo tenía muchos años siendo profesor y había sido decano, y él quería que yo le informara sobre muchos detalles. Además, nos reuníamos cada tres meses para armonizar el funcionamiento de las tres universidades nacionales, la de la Central, el Zulia y la de Mérida. Por otro lado aprovechaba para estudiar con él casos quirúrgicos importantes que yo tenía aquí en Mérida. Después de hora y media de estar en el aeropuerto, me dijeron allí: Hemos tenido información de que no hay vuelos, ni de Caracas ni de Maracaibo. Lo lamenté mucho y me fui para mi casa, y después supimos que Hugo Trejo se había alzado. - ¿Y esos acontecimientos conmoción le causaron? del 1º, qué - Me dolió mucho más que no hubiese podido ver al doctor Leonardi, que lo otro. Yo creí que lo otro sería una cosa pasajera. - ¿Recibió solidaridad de sus colegas? - Sí, como no, de todo el mundo. En ese momento no hubo nada en contra mía. - Solidaridad de muchos que luego se pasarían al bando contrario. - Por lo menos del ochenta por ciento, que luego se pasaron al bando contrario, y un grupo que había sido perejimenista hasta ese momento lo dejó de ser por intereses que esperaban explotar. EL GENERAL PÉREZ JIMÉNEZ, PEDRO ESTRADA Y PEDRO RINCÓN GUTIÉRREZ - En agosto del año de 1957, le dije en Miraflores al general Pérez Jiménez: “El país, general, se ha acostumbrado a ver con naturalidad la cantidad de obras que usted inaugura cada 2 de diciembre, yo creo que hay que buscar otra manera para impresionar más. Si usted pusiera en libertad a esa cantidad de presos políticos que son incapaces de matar una mosca, todos esos familiares, hermanas, hijos y amigos quedarían agradecidísimos de usted. Dé una amnistía general”. Esto se lo dije privadamente en su despacho, y sabe usted lo que me dijo después Pedro Estrada cuando se enteró: “El hilo del gobierno lo tengo yo, y usted no tiene por qué meterse en esto.” Yo le contesté: “Yo no sabía que usted mandaba más que el presidente.” Sin embargo, el mismo general Pérez Jiménez convino en que era muy razonable lo que yo planteaba. Años después, el general me dijo: “Y ahora hemos hablado mucho, Pedro (Estrada) y yo, y nos hemos preguntado por qué no se hizo aquello que usted nos aconsejó.” Y el propio Pedro Estrada me lo repitió una vez que comimos en Francia. - ¿Qué motivó esa entrevista el general Pérez Jiménez? - Bueno, yo estaba en Barinas en una cacería con mi hermano José Otilio en ese agosto de 1957, y él me mandó a llamar. El Secretario del gobernador de Barinas (en ese momento el doctor García Monsant) era un coronel retirado, que después fue agregado militar en la Argentina y murió en ese país, me arregló todo para que yo me trasladara a Caracas. Estaba de jefe de la Escuela Militar el general Pedro José Quevedo, me presenté en palacio a las 9 de mañana. Entonces el general Quevedo me dijo lo siguiente: “Lo acaba de llamar el general porque quiere hablar algo con usted, usted debe aceptar lo que él le diga porque él es un genio.” Así mismo me lo dijo el general Quevedo. (Después usted ya sabe lo que hizo contra el general Pérez Jiménez). Yo le contesté: “Todo depende de lo que me diga, porque uno tiene que pensar lo que puede y lo que no puede. Vamos a ver, porque yo no soy político, general.” En esa ocasión el general Pérez Jiménez me trato muchas cosas porque había trastornos en el Ministerio de Educación, yo le saqué el cuerpo en muchas cosas también. - ¿Quería Educación? proponerle el Ministerio de - No lo sé. Él me dijo: “Y si usted se viniera para Caracas el año entrante que va haber reelección”. Le dije: “General, yo soy primordialmente médico cirujano”. Se convino entonces en que en el Hospital Militar yo podía entrar, y trabajar de 7 a 9. Bueno, pero él estaba angustiado porque ¿a quién podía dejar yo de rector en la Universidad de Los Andes? Fue cuando yo le recomendé al doctor Pedro Rincón Gutiérrez, cosa que se supo no sé por qué, ya que el doctor Pedro Rincón Gutiérrez vino a darme las gracias por la recomendación que yo había hecho de su persona ante el presidente y me contestó lo bien que haría su trabajo para satisfacción del general Pérez Jiménez. Que él atendería la Universidad de Los Andes al margen de la política como lo había mantenido yo, esto y lo otro. Varias veces vino aquí, a la finca, Pedro Rincón Gutiérrez a expresar su profundo agradecimiento. Pero no hubo tiempo para llegar a esta resolución por cuanto el 23 de enero siguiente sucedió el golpe de Estado y tumbaron al general Pérez Jiménez. - ¿Por qué se amnistía general? le ocurrió plantearle una - Yo sufría mucho porque estaban presos personas por las que yo tenía gran estimación, como por ejemplo Régulo Burelli Rivas, quien fue a la cárcel como consecuencia de un cuñado de él que lo había invitado a una reunión. Régulo era poeta y un hombre muy fino. Como le digo, muchos que estaban presos, yo veía que no eran capaces de hacer daño. - ¿Era el general sensible a propuestas como esta? - Bueno, yo no le hablé de nombres, pero él me dijo: “Mire que me agrada que usted me haya tocado eso. Hay que pensarlo, consultarlo y proceder después. Pero vamos a estudiarlo.” Porque era algo que yo consideraba le favorecía, moralmente. Creí que estaba en la obligación de decirle esto, que yo pensaba. Probablemente luego, él habló con Pedro Estrada, y éste se negó. - Recapitulemos algunos puntos en los que considero debemos extendernos un poco, y sobre todo en lo relativo al doctor Pedro Rincón Gutiérrez, llamado el rector “Magnífico” por muchos. “Magnífico” en la democracia, cuando estuvo decidido a servirle con mucha solidaridad al general Pérez Jiménez. - Me llamó mucho la atención, porque en la circunstancia que ya yo le he relatado cuando el general Pérez Jiménez me preguntó quién podría ser el rector de la Universidad con la garantía de que no habría desórdenes, yo le contesté: “Allá está un joven, Pedro Rincón Gutiérrez, quien fue alumno mío, sobre todo muy allegado al doctor Antonio José Uzcátegui (persona muy distinguida y honorable); él, estoy seguro que sería un buen rector.” Eso tranquilizó un poco al general Pérez Jiménez. Entonces se supo, como ya se lo he contado y el doctor Rincón Gutiérrez vino a darme las gracias porque lo había recomendado y yo le noté francamente que él deseaba ser rector, estando el general Pérez Jiménez allá. Mucha gente va llegando a casa del doctor Mármol Luzardo, y debemos interrumpir con cierta frecuencia nuestra conversación: Familiares, sobrinos, ahijados, una señora médica, directora de un ambulatorio en Mérida que lleva el nombre del doctor Mármol Luzardo; todos van desfilando por esta finca en El Valle, que todavía no sé si tiene algún nombre en particular. Está aquí su yerno, el doctor Carlos Claverie Rodríguez y su esposa, acompañados de un precioso animal, tan feo como cariñoso (no sé si la fealdad pueda existir en los perros), que por cierto me ha tomado bastante cariño, como reclamándome que le ponga tanta atención como la que le dispenso al doctor Mármol. Me he enterado que la única hija del doctor Mármol falleció en un accidente de tránsito, y veo en la sala la fotografía de una hermosa joven, y me han dicho: “Es la hija del doctor”, y es cuando he guardado profundo silencio. Con frecuencia también el doctor debe atender el teléfono, que frecuentemente lo están llamando de distintas partes de Venezuela, pacientes, amigos y familiares, pero sobre todo pacientes. Una gran parte de la conversación la está escuchando en estos momentos, el señor Julio Ramírez, acompañado de su hijo un profesor de Ingeniería Química de la ULA. El señor Julio fue el portero del doctor Mármol cuando éste era rector, y lleva en un llavero como una reliquia, la llave maestra que el doctor le entregó para que pudiera acceder a los distintos despachos del rectorado. Buscamos el hilo de nuestra conversación y hemos caído en un hecho que revela la independencia, con criterios propios, autónomos, como entonces, la universidad, en plena la dictadura, manejaba sus asuntos internos. Dice el doctor Mármol que en una ocasión el ministro de Educación, el doctor José Loreto Arismendi le escribió una carta: - Una carta muy cordial – me va explicando el doctor Mármol -, en la cual me decía que él veía con cierta preocupación y molestia, que se invitara a tantos enemigos del gobierno para dictar conferencias, intervenir en actos conmemorativos de cada año nuevo que cumplía la universidad. Que los amigos del gobierno eran relativamente pocos. Él me hacía esa observación, si nada más. Solamente eso. En virtud de esto, yo me dije: No puedo seguir siendo rector. Tengo que renunciar al rectorado para que manden a uno que sea complaciente. Entonces, escribí mi renuncia, y la mandé a Caracas al doctor Loreto, diciéndole que yo en realidad no sabía cumplir los deseos de ellos, porque yo tenía mi manera de ser y que yo no estaba dispuesto a deponer mis actitudes por complacencias y que por lo tanto que ellos pensaran en un nuevo rector, y que yo con mucho gusto le organizaría todo para que él marchara bien, pero que yo no quería seguir siendo el rector. Este oficio lo organicé junto con el doctor Néstor Briceño Paredes, y fue entonces cuando yo mandé a Julio Ramírez a Caracas un sábado por la mañana y que se hospedara en el hotel Veroes, ¿te acuerdas?, y que el lunes en la mañana estuviera en el Ministerio de Educación, preguntando por el Director, el doctor López Herrera, de parte del doctor Mármol. Yo creo que esto fue a principios del 57. Todo eso está en mis archivos los cuales conservo perfectamente bien. El martes siguiente se presentó aquí en avión el doctor Francisco López Herrera, con un oficio del doctor Arismendi, en la cual me decía que él estaba muy preocupado y que no tomara para nada en cuenta el oficio que él me había mandado, y que yo podía hacer lo que quisiera dentro de la universidad, a mi manera de ver lo mejor. Y allí concluyó ese episodio desagradable. La mesa está servida y nos llaman, tenemos que cortar pero sabemos cómo, que no encontramos cómo romper el hilo vasto e interesante de cuanto conversamos. Queda pendiente una anécdota del doctor José Francisco Torrealba, algo relativo al comandante Chávez y un viejo y doloroso recuerdo sobre el doctor Nerio Neri. Que la comida se enfría. Vamos andando y deteniéndonos, “doctor, usted que tiene mejor memoria que yo, no se le olvide recoger el hilo...” Al doctor Mármol le brota esa generosidad bastante perdida entre los humanos de esta época que yo he conocido en hombres eminentes como don Eloi Chalbaud (o su hijo Carlos), el escritor Ramón Sender, Juan Félix Sánchez o el gran matemático Andrés Zavrostky. Vamos pues, a un corredor desde donde se aprecia una formidable vista de El Valle. Hay allí una larga mesa a la que nunca le faltan visitantes de todas partes de Venezuela. Luego del almuerzo pasamos a la sala. Hace un poco de frío, y ya será hora de hacer fuego en la chimenea la cual tiene muy buen tiro. Caemos por otros vericuetos a la figura del doctor Pedro Rincón Gutiérrez a quien vemos en una foto muy vieja. - Luego que usted sale de Mérida, ¿cómo fue la posición del doctor Rincón Gutiérrez hacia su persona? - Lo primero es que habiendo sido yo una persona que había trabajado desde antes de graduarme como preparador, en todas las materias que presenté. En Segundo Año fui preparado de Anatomía Topográfica, en Tercero de Medicina Operatoria y después fui distinguido con todas las menciones honoríficas que me dio la Universidad como estudiante. Yo tenía una vinculación muy grande con todos mis estudiantes. El doctor Pedro Rincón Gutiérrez cuando yo era rector estaba muy contento dando sus clases, y cuando se ofrecieron las firmas para darle la aprobación al plebiscito que se iba a realizar para reelegir al general Pérez Jiménez en el año 58, el doctor Rincón Gutiérrez y otros amigos, vinieron aquí a decirme que ellos no querían firmar; yo les dije: “- Miren, ustedes no tienen por qué firmar, porque la universidad es una cosa y el gobierno otra, y estamos comprometidos el doctor Tálamo y yo en que yo no me meto en las cosas de él, pero él no puede llevar la política a la universidad, ni indirecta ni mucho menos directamente. De tal manera que ustedes le dicen que yo les aconsejé que si no tenían el deseo de firmar, que no firmaran. Yo no voy a firmar, le dije al doctor Rincón Gutiérrez”. - ¿Y usted no firmó? - No. Ni de casualidad. No me meto en política. - Entonces el doctor Pedro Rincón tampoco firmó. - Cuando yo bajé, y le hablé al doctor Tálamo al mediodía, en virtud de lo conversado con el doctor Rincón Gutiérrez (ya había estado la noche antes el doctor Pedro Rincón aquí, en la cabaña por este asunto), para decirle que yo no deseaba que ningún profesor universitario se invitara a firmar sino que ellos lo hicieran espontáneamente si querían. Y me dijo: “Pero qué raro, si ya el doctor Pedro Rincón Gutiérrez estuvo aquí para firmar espontáneamente”. - ¿Entonces ya había firmado? - Sí, cuando yo estuve al mediodía. Había firmado a favor del plebiscito. Y estuvo, como le digo, muy contento de tener la posibilidad de seguir en la línea que yo había iniciado como rector, si lo nombraba el general Pérez Jiménez. Estaba por esto sumamente contento y muy agradecido a mí por haber hablado a su favor, en caso de que alguien tuviera que sustituirme. - ¿Y ese agradecimiento tuvo continuidad en el tiempo, principalmente en lo relativo a su obra como rector? - No. Lo único que recibí inmediatamente después del 23 de enero se lo contaré luego. Nos separaron a muchos profesores, a los más importantes, por ejemplo al doctor Eloy Dávila Celis, al doctor Néstor Briceño Paredes que eran cabezas de la universidad. Y yo demandé, no a la universidad, sino a las autoridades universitarias porque no habían cumplido con la ley para separarme de mi cargo, porque yo no había cometido ninguna falta, ni académica ni de ninguna clase. Más aún, cuando el año anterior me había dado una mención honorífica firmada por todos, incluso los que ahora me solicitaban mi separación; todos los profesores sin excepción alguna, en la que entre otras cosas me proponían como ejemplo para las posteriores generaciones. - ¿Y el doctor Pedro Rincón Gutiérrez supo guardar silencio posteriormente ante todo esto? - Yo no lo quise tratar por muchísimo tiempo. Yo lo demandé ante la Corte Suprema de Justicia, no para obtener prebendas para mí. Estaba claro en la demanda que todo lo que se debía pagar, lo asumirían las autoridades universitarias y no el patrimonio universitario. - ¿Usted ganó la demanda? - Sí. Me vino a felicitar un miembro de la Corte Suprema de Justicia, el doctor Saúl Ron. Habían pretendido las autoridades darme una jubilación para justificar el haberme separado de la Universidad, pero yo no había pedido la jubilación y además no hice nunca uso de la jubilación. - ¿Volvió usted a tratar al doctor Pedro Rincón Gutiérrez? - Si lo vi muchas veces y me saludaba, pero yo naturalmente que no era cordial con él. - Sin embargo supongo que él debió sentirse algo arrepentido por todo lo sucedido entre usted y él. - No creo que él tenga condiciones arrepentirse de las cosas mal hechas. para CONSECUENCIAS DE LOS CAMBIOS - Entonces, después sentirse herido por el Universidad de Los Andes. del 58, usted debió rumbo que tomó la - Fui objeto de una injusticia muy grande, se puede demostrar perfectamente bien, porque yo hice que los profesores modificaran su sueldo, se lo rebajaran, y yo modifiqué sustancialmente el mío, para hacer un fondo y construir la casa central de la universidad que estaba en ruinas. Hice sacrificios por la universidad, como también la mayoría de los profesores me acompañaron; y habían sido más consecuentes con la universidad los que fueron retirados que los que se quedaron. - ¿Es decir que ese edificio donde hoy funciona el rectorado, y que representaba entonces el área fundamental de la universidad de entonces se hizo con fondos propios? - El gobierno no puso nada para eso. Yo me bajé dos mil bolívares de mi sueldo, por ejemplo. El edificio donde está hoy el Aula Magna y todo; todo, todo, todo. Todas las dependencias universitarias. Sin incluir el vicerrectorado que estaba en una pequeña parte, y que el doctor Roberto Picón Lares ya había reformado. Toda la manzana que compromete a la universidad: Incluye la Facultad de Odontología a la que se llevaron 75 unidades Ritter pagadas por nosotros hasta ese momento, y compradas al precio de la otra unidad, de otra marca que era mucho más baratas. Yo puse en tela de juicio a esta otra casa que vendía unidades dentales con la propuesta de que la universidad le iba hacer propaganda a ellos gratuitamente. La Ritter que eran las mejores eran las que yo quería. No las podía comprar por el precio de 30 mil bolívares y las conseguí por la tercera parte de lo que valían, porque llevé las cosas hasta ese punto. Y como le digo, instalé 75 unidades Ritter con todo el equipo para trabajar, más los laboratorios adicionales que requería la Facultad de Odontología para los revelados y todo lo demás. Llevé algunos pintores para que acondicionaran la bóveda del Aula Magna con motivos universitarios, con los cuales el doctor Manuel Mujica Millán quedó complacidísimo, y él era muy exigente. El doctor Mujica fue quien hizo los planos y se ocupó de la parte arquitectónica, con el fin de que la compañía que vino a realizar los trabajos, la universidad pudiese controlarla, y le hicieron este servicio a la universidad el doctor González Jaimes y otro de la Facultad de Ingeniería quienes estuvieron pendientes de la resistencia que debían tener todas las estructuras que se iban hacer allí, y lo hicieron gratuitamente también. - Todo con fondos propios. - Sí señor; con fondos propios. Nadie me dio nada. Cuando se inauguró, que vino el general Pérez Jiménez con un séquito muy grande y vio lo que se había hecho allí, se quedó asombrado. El vino en diciembre de 1956, y se inauguró la universidad el 16 del mismo mes. Se hizo una calle de profesores, todos entogados, y el general Pérez bajo de su vehículo y caminó con las personas que lo acompañaban por el centro de las dos filas de profesores universitarios, entre los cuales estaban los que después protestaron. ¿Entiende? - ¿Todos querían saludarle? - Todos querían darle la mano. Eso fue un acto muy solemne que empezó en la calle. Yo mandé hacer en una joyería en Maracaibo tres llaves, porque la universidad tenía tres puertas de hierro: en plata dos, copiando las de las puertas laterales, en oro una para la puerta central con el escudo nacional y con el escudo de la universidad. Esas llaves se pusieron en una bandeja, con la indicación de que la de la derecha era para el doctor Spósito Jiménez, la de la izquierda para el doctor José Domingo Leonardi y la del centro para el Presidente de la República. Y con esas tres llaves se abrieron las tres puertas de la universidad. Pero de las llaves esas tenía yo copia para hacer el archivo desde ese momento de la universidad, y las coloqué en el salón que era del Rectorado en una vitrina69, junto con el libro de visitantes en el cual firmaron todos los que estaban allí. El general Pérez no salía de su asombro y no dejaba de preguntarme: “¿Y cuánto le ha costado todo esto, doctor? Es increíble lo que he visto, estoy sorprendidísimo, yo no me imaginé que esto pudiera ser como lo ha hecho usted, ¡con mármol en el Aula Magna, en madera tallada, para seiscientas personas...! ¡Esto es increíble! Y además, la Facultad de Odontología con una cuadra de máquinas de lado y lado”. Me habló de todo eso, y le dije: “Hemos hecho un sacrificio económico todos, y estamos satisfecho de que Dios nos hubiera dado el momento oportuno de poder hacer algo por la universidad tan meritísima y tan querida, y además estando yo en la magistratura máxima. Es un gran placer para mí, y será motivo en el futuro, de recordar muy gratamente este momento.” Entonces me dijo él: “¿Y usted quedó debiendo algo de esto?” Le dije: “Quedé debiendo algunas cosas, parte de la construcción, y sobre todo me preocupa las letras que firmé para las unidades 69 Más tarde le pregunté al doctor Mármol por el destino de estas llaves y me dijo que se las habían robado. Luego yo supe quién había sido el ladrón, un profesor que posteriormente se hizo “revolucionario” y ocupó importantes cargos en la administración pública. Ritter, pero yo arreglaré todo eso porque tenemos previsto cómo lo vamos a hacer, ya que todos los profesores hemos contribuido: nos hemos bajado los sueldos para crear un fondo común.” Me dijo él: “Con respecto a lo que yo he visto, me ha parecido grandioso, y deseo hacerle un obsequio a la Universidad”. Entonces dijo: “Doctor Soulés: Me hace el favor, el mismo día que lleguemos a Caracas, de hacer un cheque para la Universidad de Los Andes por quinientos mil bolívares, que quiero donarle, para que el doctor Mármol, alivie la carga que debe tener en cuanto a lo quedó debiendo.” Ese cheque me sirvió para pagar las letras que yo había firmado en nombre de la universidad con Rodríguez Sabogal, por lo de las unidades Ritter. - ¿Y hubo un agasajo al general? - Claro. Fue en el Prado Río. El doctor Pedro Rincón Gutiérrez fue el que le entregó el acuerdo al presidente de la República en el cual había muchos considerandos, para el que yo no había intervenido en nada, porque yo no hacía elogios. Daba las gracias por el bien que se hubiera hecho. Eso sí, estoy muy agradecido. Pero se pelearon, se disputaron algunos (los que después tuvieron con Acción Democrática o la oposición) para darle al general Pérez Jiménez las menciones honoríficas de cada Facultad por haber asistido y por haberle dado realce al acto de inauguración. El doctor Pedro Rincón Gutiérrez fue quien hizo entrega de la mención honorífica por parte de la Facultad de Medicina que llevaba muchos elogios. Hay que recordar a esta altura de la conversación, que la Escuela de Humanidades, como la transformación de la Escuela de Ciencias Forestales fueron obras realizadas por el doctor Mármol Luzardo, lo cual nunca ha sido reconocido oficialmente por las autoridades universitarias de la democracia. - Ahora bien doctor, ¿su rectorado se caracterizó por ser tranquilo? ¿Tuvo usted perturbaciones estudiantiles o reclamos amenazantes por parte de los profesores? - Durante mi gestión no se perdió un día de clases, porque hasta el 22 de enero estuvimos dando clase hasta en la noche. Al día siguiente como estaba revuelto todo esto me quedé en casa del doctor Pedro Pineda León. El día siguiente me trajo el doctor Oscariz aquí, a esta casa. Yo renuncié irrevocablemente esa misma mañana del 23 de enero, y pedí que me autorizaran para entregarle al Vicerrector que era Néstor Briceño Paredes, quien le entregó al nuevo rector que vino. Pasé un tiempo en esta cabaña, y luego unos días nos fuimos Valentina y yo a la casa nuestra, el 29 de enero, que quedaba donde está el edificio Florida, frente al Hotel Caribay, que la tuvo ocupada el doctor Tálamo. Encontrándome en esta casa recibí un oficio del decano de la Facultad de Medicina, el doctor Abdel Fuenmayor, quien había sido mi discípulo, por cierto brillante, y a quien yo había ayudado para su especialización en México como cardiólogo. El oficio que me envió rezaba exactamente así: “Ciudadano Rector Joaquín Mármol Luzardo, profesor de Clínica Quirúrgica de Quinto y Sexto Año. Ciudad. Siguiendo instrucciones del Ilustre Consejo Universitario hago de su conocimiento que ha sido usted suspendido de sus cargos docentes y de investigación por ser su presencia incompatible con el nuevo régimen democrático que vive la Universidad. Dios y Federación. Abdel Fuemayor, Decano.” - ¿Y usted cómo sintió ese documento? - Fuimos cincuenta y siete profesores los separados de esa misma forma. A la plana mayor. A mí me molestó enormemente eso, porque hacía un poco más de un año, me habían dado un diploma, inmenso, con la firma de ciento cincuenta y ocho profesores y un acuerdo, cuyo último considerando es: “Que el doctor Joaquín Mármol Luzardo ha dado ejemplos excepcionales en todos los aspectos, como ciudadano y como médico, creemos que se debe proponer su nombre para la historia...” - ¿Incompatibilidad suya con la Universidad? - Yo no lo entendía. Porque tal vez ellos entendían que yo actuaba con una disciplina que ellos no iban a aceptar. Yo no iba a permitir desórdenes ni atropellos dentro de la universidad ni que le faltaran el respeto a alguna autoridad, porque eso no iba con mi manera de ser. No iba a permitir nada que fuera en contra de lo que significa el indispensable respeto que institucionalmente debíamos observar. - ¿Sufrió usted en esos días convulsos alguna agresión, doctor? - Absolutamente ninguna. Tengo que anotar que yo sospecho lo siguiente: El doctor Duque Sánchez, a quien aprecié mucho, era el gobernador de Mérida después del Golpe, y el Secretario General era el doctor Omar Eladio Quintero. El doctor Duque Sánchez, sabiendo que yo me iba fue a mi casa, allí en la Florida, y me dijo que él deseaba llevarme al Aeropuerto, porque sabía que yo me marchaba. Eso fue el día 11 de febrero, y estuvo en mi casa muy de mañana. Yo iba para Maracaibo y después viajaría a Viena para hacer un curso de Microscopía Vaginal. Quería pasar unos días con papá y mamá en Maracaibo. El doctor Duque Sánchez me dijo: “Yo vengo a buscarlo para llevarlo”. Entonces le dije: “No, doctor, yo soy hombre. Yo me sé defender. Yo no necesito protección de nadie.” Recibí esa gentileza la cual agradezco profundamente por parte del doctor Duque Sánchez de quien fui muy amigo y de quien tengo un recuerdo imperecedero por su bondad y por su generosidad. - ¿Y a la vista de hoy cómo ve ese pasado? - Bueno, fue un desorden muy grande. Se descompusieron todas las instituciones. Yo no pude apreciarlo mucho, porque como le digo, me fui a Viena, y lo hice el 12 de febrero, Día de la Juventud. - Mil gracias, doctor, por su amabilidad.