REVISTA DE LA SEMANA.

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„..
NUM.
41.
PRECIO DE L * SÜSCRICION.—«ABRID, por números
sui'itus a i T¿.: tres meses 22 r s . ; seis meMS
XI r s . ; un año Su rs.
REVISTA DE LA SEMANA.
lindada ó no fundada
en principios verdaderos, la homeopatía ha
obtenido en esta semana una especie de
triunfo, siendo llamados los homeópatas
para asistir á la infanta doña Concepción en
la grave enfermedad
que padece, y habiéndose dado por despedi,su
cabecera
los
alópatas.
Primeramente
fue lia—
E °0á P alacio e l señor Hvsern, y después se han celeJ™!
juntas de graves doctores homeópatas. Sus conZ1Os estaban orgullosos con el hecho de que hasta
°rano habia podido ningún homeópata tener entrada
Palacio paraortomar
el pulso á ningún individuo de la
e s 0 1()
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triunfan,, ha—
P s 0 '' yy los
o homeópatas
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j en mano, llas pulsaciones
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contar,
reloj
"naainfanta.
Uj i' taita que los hidrópatas se apresuren á formar
ítem s^res^M11'1''1' prosélitos. Asi en lugar de dos, tenu ni06? 11
' grandes caminos por donde salir para el otro
iL toc ' a r c 8 ' a Y P r o v ' s t ü s dol correspondiente pa' °s pobres hidrópatas no adelantan gran cosa en
Partid • SSet se' e ^s t e''s e s ttoe ms ea t ' (! ' )e 1 UC ' l a 5 í l P o c o s médicos
li I1S1Se
'° ' Cn a t ' 1S n s r-a r Como
todo el plan 101
hidropá°
'" ' ' ' agg1111 YYm a s agua
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uera
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i
l i
p,j . >er por activa
y por pasiva, y esto cualquiera
est m ( > °' ( l u c s c decide a buscar su curación
n ces°: 'io apenas necesita médico, ó mejor dicho,
ita. No sucede
lo mismo con los homeópatas,
s' j " 8 au" (!v;
" 1 l l n botiquín, aunque homeopático,
m u<!
' . l °' 1 liitiiiii- algo á lo que dan sea una
v
"l o r n i ! ¡'' l ' U Ive' ; i - Tiene la homeopatía además para el
r\
')tajas:
en primer lugar deja obrar á
hom - a 'a t al ' e cV1C
' 01H ' e s e deduce que no hay un mé(,,„
P Í1 pueda matar á un enfermo : lo mas
at(!
es dejarle que se muera; en segundo lugar
MADRID 13 DE OCTUBRE DE 18(51.
no incomoda á los enfermos, por lo cual suelen preferirla las mujeres, los niños, gente caprichosa , y los
muy nerviosos, para quienes ciertos remedios son peores que la misma enfermedad: por último , cuando hay
fe en el plan y en el médico por parte del enfermo, suele
contribuir á la curación como cualquier otro sistema.
Y aquí es ocasión de hablar de otros médicos, que debian procurar ensanchar la esfera de sus operaciones;
hablamos de los magnetizadores. No disputaremos si el
fluido magnético y el eléctrico son dos distintos fluidos,
ó diversas manifestaciones de un Huido mismo. Es lo
cierto que hay un agente eléctrico ó magnético que
produce en el organismo humano fenómenos hasta
ahora no suficientemente esplicados, pero que mas que
á ninguna otra cosa tienen aplicación al tratamiento de
las enfermedades.
Pero la gran singularidad del magnetismo es que necesita para su aplicación eficaz nada menos que las tres
virtudes teologales, Fe, Esperanza y Caridad, y sobro
todo la primera. La Fe produce verdaderos milagros, y
aun los mismos alópatas los han observado.
Téngase en cuenta que definimos la Fe para el caso
actual, la firme creencia en la eficacia y virtud del medio que se emplea; Esperanza la persuasión mas ó menos íntima de que en el caso concreto de que se trata
ha de surtir buen efecto ; y Caridad la buena intención
con que el médico hace sus esperimenlos magnéticos.
Pues bien, la Fe en muchas ocasiones ha dado virtud
curativa á medios é instrumentos que jamás se habia
sospechado que la tuviesen , y uno de estos instrumentos es la mano. Muchos milagros que refieren las leyendas pueden esplicarse naturalmente por la Fe vivísima
de los operados y la Fe, la Esperanza y la Caridad de los
operadores. Sobre esta materia hay toi'avía mucho que
estudiar y mucho que descubrir; y si no se ha adelantado mas, es porque habiéndose apoderado de los fenómenos magnéticos una multitud de charlatanes, los
hombres de estudio y de ciencia temen que se les confunda con ellos y se les crea como ellos embaucadores
ó titiriteros.
Volviendo á la infanta diremos que, según los partes
de los facultativos, continuaba el viernes último en un
estado bastante grave, aunque con alguna mas esperanza de vida que en los dias anteriores.
El domingo se verificó en palacio la recepción de la
embajada marroquí con gran solemnidad. Varios coches
de la Real Casa tirados por magníficos caballos lujosamente enjaezados y servidos por mozos y palafreneros pa-
í'ríiíviNcus.—Tres meses '28 rs.: >eis meses 50 rs.,
un Jño üfi rs.—CURA, PIERTO-KICO Y KSTÜANJUÍO,
un año 7 pesos.—AMERICA Y A S I A , I() a i;i pesus.
AÑO
v.
saron á buscar al embajador y su comitiva. Muley-Abbas
entró en un coche de concha enviado ex-profeso para él,
y precedido de sus generales en otros suntuosos vehícu¡os, y seguido de una escolta se trasladó á palacio, donde la reina le aguardaba vestida de blanco y azul, adornada de riquísimas joyas y deslumbrantes piedras preciosas, sentada en el trono, y teniendo á su izquierda al
, rey , delante de sí al príncipe de Asturias y detrás los
ministros, las damas, gentiles hombres y demás individuos de la corte.
Habíase preparado asiento para el príncipe Abbas;
pero este no quiso aceptarlo, y pronunció en pié un
discurso en lengua árabe, que traducido leyó el señor
ministro de Estado, y al cual la reina dio la contestación que el caso requería, y que estaba ya preparada.
Hecha después la presentación de la embajada á cada
uno de los individuos de la familia real, Muley-Abbas
y su séquito se retiraron para asistir á una corrida de
toros y después al teatro de Oriente, donde se representaba Luisa Miller, que por cierto salió bastante mal
: cantada.
i El jueves se dice que comenzaron las conferencias
i entre el príncipe Abbas y el ministro de Estado espa• ñol acerca de las proposiciones que envia la corte marroquí. En cuanto á los regalos, todavía no han llegado,
porque según parece, en el buque que los conducía
hubo un caso sospechoso de cólera, y fue enviado el buque al lazareto. Nos quedamos, pues, por ahora sin saber si en efecto vienen los dos leones, y el sexo á que
pertenecen. Y á propósito de leones, hemos recibido
una nota á lo que dijimos en la última revista sobre la
historia de los leones domésticos, en la cual se nos re| cuerda que el rey de Castilla don Juan II tenia uno que
dio varios sustos y no flojos á ciertos embajadores. Hablase también de magníficos jaeces bordados en Fez, y
que están próximos á llegar, y sobre todo de 2.000,000
de duros que según noticias Berberiscas se hallan reunidos para entregarlos en el tesoro español á cuenta de
cuentas. Las noticias de procedencia berberisca, aunque no es imposible que sean ciertas, tampoco son artículos de fé.
Se habla hace dias de un mievo cometa que dicen se
ve á las diez de la noche hacia la constelación de Orion,
y que tiene la cola en forma de cono. Por acá no le hemos visto todavía, por lo cual suponemos que sea un
cornetilla cualquiera de cola poco magesluosa.
Gran debate se ha suscitado entre varios abonados al
teatro de Oriente y la empresa de este teatro sobre las
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EL MUSEO UNIVERSAL
322
—Pero ¿es posible esté usted resuelta á seguir á ese y de todo ello hacen un bollo ó mazato. De ordinir'
reformas introducidas on él por osla última : quéjuiise
los primeros de que habiéndose elevado mucho los pre- calavera? O no es verdad lo que ustedes cuentan de ese orillas de un arroyo deslien en un víate un poco di *
cios de las localidades, se han aumentado estas también famoso Oriente , ó me parece increíble que una señora bollo y con ello hacen lo que llaman la forzaría P t
considerablemente, estrechándose no solo las butacas, tenga suficiente valor y resignación para emprender se- su alimento durante todo el viaje. Las mujeres nimi'8
sino el espacio entre las filas, y cerrándose todas las mejante viaje.
acompauan vienen cargadas con los mazatos A dn,puertas de entrada menos una. De esta suerte los abo—Ya le hice una vez. Y lo esencial en estas cosas es nadas de Arclndona , al pasar el rio Fondache v i
nados han perdido tanto en interés pecuniario como en perder el miedo.
es, á
á las
las cuatro
cuatro iormd!
¡orma
ppaso también del Cozanga,
g , esto es,
iormd!
comodidad y holgura, sin haber ganado en calidad los
—Pero, ¿el recuerdo?
[ dejan ocultos algunos de estos mazatos para lla VHPII
espectáculos, pues la compañía no es de lo mejor que
—Los recuerdos son muy débiles obstáculos contra el i del viaje. Cuando se contratan estos indios para volver
volver
pudiera traerse. La empresa contesta á estos cargos di- deseo de asegurar el porvenir y evitar se disipe como el ron cargas, es costumbre pagarles anticipadopara
o ell vi
viaje, á
ciendo: r|ue los cantantes son de primo eartello; que la humo.
razón de S reales amiba. Ordinariamentev t rarm,
g' í l " tl r «
subida de los precios y el aumento de localidades son
Con los
Ins 2
-)íÍ reales
voni..c ~,u
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3 " ^ _ " *compran
La que este diálogo sostenía era una joven de veinte arrobas. Con
de su
producto,
debidos al deseo de nivelar los gastos con los ingresos, años, tez morena, grandes y rasgados ojos negros, y no algún lienzo
lien/.í y herramientas y un real de pan paraZ
habiendo sido en el año anterior mayores los primeros menos negros cabellos: llamábase Carinen. Mis lectores
"11 !U'imrrKnr,(n i .
.
g d i e n t e . Asi sf les
que los últimos, y que si se han cerrado las puertas de habrán quizá adivinado que esta señora de tipo andaluz, camino. El^ resto lo emplean en aguardíente'rAsi'se
ve con tanta frecuencia tirados por las calles en el ma«
entrada menos una, lia sido para evitar resfriados á los era casada y que su esposo era el coronel Lazerda.
lastimoso estado de embriaguez. Cuando lian acotadopl
concurrentes. Añade además la empresa que en el priLlegó este á la sazón adonde nos hallábamos, rodeamer mes no es fácil juzgar del mérito de un cantante, do de unos cincuenta indios orientales, ó del Ñapo, que, último rale recocen las cargas y emprenden el viaií
porque el cambio de clima influye mucho en la modifi- aunque catequizados, tenían todo el sello característico eslenuados y hambrientos. Apremiados por tan an°us
tioso estado comen cuanto encuentran, ratas -ranas"
cación accidental de sus facultades.
del salvaje. Había ya visto algunos discurriendo por las larvas y lo que pueden haber á mano. Desgraciado el
Según pare.ee, sucede con la voz de los cantantes calles de Quito, pero, nunca de cerca y á mi gusto que les confia víveres y no les acompaña: los comen
como con los vinos : algunos se tuercen si se trasladan á como entonces. Vestían un pantalón que les cubría ape- y si se les reprende contestan lacónicamente- «f m ¿
distintas latitudes, y otros ganan: unos necesitan atra- nas seis dedos de cada muslo. Un pedazo de tela, ancho hambre.»
vesar los puertos para adquirir buena calidad, y otros ser de dos palmos, con una abertura en n.edio, por donde
Yo soy todavía para ellos el apu No les pagaré sino
paseados por los mares, mientras los hay á quienes los | metían la cabeza, cubríales, dejando desnudos los brazos, en género. Además mi cuñado volverá con ellos: llevará
aires del puerto y del mar dañan considerablemente. i el pecho y la espalda, y quedaba adherido á la cintura provisiones, les dará de comer y por mañana y tarde
Mucho celebraremos que todos los artistas residentes con un ceñidor de cuero. La tela era de algodón muy habrá aguardiente. Aquí les doy también para que estén
hoy en Madrid consigan en breve una perfecta aclima- basto , teñido de un color morado. Los miombror, que contentos; pero no permito que se embriaguen.
tación. El otro dia se puso en escena la Xorma, y ob- dejaba visibles este sencillísimo traje, estaban abigarra•—¿Y qué lengua habla esta eente?
servamos que á escepcion de la Lagrange y de los coros, dos con achiote y otros jugos vegetales. Algunos usa—El quichua. Los indios infieles hablan otros dialeclos demás artistas todavía no se h.m aclimatado.
ban pantalón ajustado ¡le la misma tela y largo hasta el tos muy difíciles de entender Yo sin embargo sé algo
Por lo demás, creemos que habrá una transacción tobillo. Un bastón con puño dorado denotaba ejercían de zaparo y de jívaro. Lo aprendí cuando estuve entre
conveniente entre los abonados y la empresa, y que por el cargo de Justicias. Había entre estos indios algunas ellos.
lo menos se abrirán algunas puertas.
mujeres. Consistía su traje, en una especie de saco con
--Amigo mió , voy á drjar á usted. El objeto de mí
El teatro de Novedades se ha inaugurado el miércoles tirantes, que les cubre del pecho á las rodillas: un gran visita es suplicar á esta señora y á usted vengan mañaúltimo con un drama apologético en tres actos, titulado pedazo de lienzo, sujeto á los hombros y recogido en la na á pasar el día con nosotros. *
Cervantes, original de don Joaquín Torneo y Benedicto. cintura con una especie de faja : los brazos quedan desPrometiéronlo así y despedíme, reflexionando en la
Buenos versos, buenas situaciones, buenos pensamien- nudos. El rostro y todo lo visible del cuerpo estaba triiste condición de los infelices ñápenos.
tos: el autor fue llamado á la escena. Después se leyeron igualmente abigarrado.
tres composiciones poéticas alusivas al inmortal ingeluciéronnos estos estraños seres singulares saludos y
XXXII.
nio, entre las cuales descolló y fue colmada de aplausos fuéronse al patio donde tenían preparadas las cargas.
la del señor Hartzenbusch.
Consistían estas en lienzos, machetes, grandes cuLlenaron Lazerda y su interesante señora el comproEn Jovellanos se estrenó el mismo miércoles la zar- chillos para cortar los árboles, rosarios, abalorios y miso contraído. Estuvimos juntos todo el siguiente día.
zuela nueva del señor Serra que lleva por título Kl loco otras chucherías.
Después del t é , recayó de nuevo la conversación sode la boardilla. Con decir que es su autor el señor
—¿Compran estn los indios? dije á Lazerda.
bre su proyectado viaje al Ñapo; y como mostráramos
Serra, hemos dicho que está salpicada de chistes, y lle—Los indios no compran nunca, pero se les reparte. curiosidad de saber algunas particularidades de aquel
na de delicadeza y sentimiento y que el público la aplau—¿Y con qué pagan?
país singular, hízonos Lazerda la siguiente narración:
dió con entusiasmo. El señor Serra y el señor Caballero,
—Con oro, que liban en los ríos, ó con la pita que
—«Presenta el Oriente del Ecuador la forma de un
autor de la música , fueron llamados al palco escénico. elaboran.
triángulo, cuya base es la serranía oriental de la gran
El Príncipe, siguiendo la costumbre de las épocas de
—¿Y cómo se consigue el pago?
cordillera de los Andes, y cuyo vértice á ella opuesto
ferias, está dando los Polvos de la madre Celestina. Es
—Es necesario estar de acuerdo con el gobernador y está formado por la intersección ó confluencia del Ñapo
como arrojarnos polvo á los ojos para que no veamos con los curas. Ordinariamente el gobernador y los mis- con el Amazonas. Es un esteusísimo y casi horizontal
mas por ahora.
mos curas son los que hacen el comercio.
país desde las faldas de la cordillera hasta que se reúnen
•—Y si Manuel, dijo entonces su interesante, esposa, los dos ríos. Parece que la serranía, esperimentando
Por esta revista y la parte no firmada de este
hubiera sido menos pródigo de lo que hizo en tiempo de por aquel lado, un hundimiento, se desplomó, dejando
numero,
su gobierno,no tendríamos ahora necesidad de volver al al derrumbarse, picachos, quiebras, precipicios, hoNEMESIO FER>\NDEZ CUESTA.
Ñapo.
qnedades, crestas y todo género imaginable de trastor—No importa, replicó Lazerda, son seis meses de nos, en su rápido y prolundísímo descenso, cubierto
sacrificio.
de chaparros, arbustos, malezas, siempre en progresivo
EL GENERAX CIALDINI.
—Pero , como usted no es ahora gobernador...
aumento de lozanía y espesura desde la cima á la falda.
—Cierto. Esto seria un mal, si el nuevo gobernador Precipítense, por doquiera, caudalosos y rapidísimos
Damos hoy el retrato de este célebre general, que des- no fuera negro. Los indios creen que los negros son
empeña la lugartencncia de Ñapóles por el rey Víctor gentes malditas, carbonizadas en las hogueras inferna- torrentes, formando prodigiosas y elevadís'imas cascadas
Manuel, y cuya conducta es hoy objeto de grandes dis- les. No obedecerán á (¡oyó. Yo soy su amigo y haré sus al sallar los enormes y variados peñascos, por todo el
cusiones entre los periódicos políticos de toda Europa. veces. De las ganancias se liarán dos partes : una para descenso, esparcidos. Obsérvanse á trechos pendientes
Cialdini, en 1834, siendo aun muy joven, emigró de mi, otra para él. Solo no baria nada. Los indios catequi- descarnadas de piedra viva, y todo allí presenta un aspecto imponente y terrible. "
Italia, su país, á consecuencia de las convulsiones de zados jamás le reconocerán por su apn.
«Desdólas faldas de la montaña, estiéndese una horique aquel hermoso suelo había sido teatro, y sirvió en
—¿Üué quiere decir apu!
zontal
llanura
de espesísimas
espesísimas selvas
selvas ae
de eievam
elevadizoniai
llanura cubierta
cuuierta
de
Francia en la legión estranjera. Cuando la última guer—Amo, señor Yo, seré paradlos el verdadero amo r . m ^,. ,.„„,.....i,.,
•<->)0]eS;
C U y a p rof ijgj
ra civil en España, vino ;i nuestro país y eomoatió en y señor.
simos y variados árboles,
cuya prodigiosa vegetación no
terráque: ni las palmelas fi;as constitucionales con valor y decisión bajo las
conoce igual en la superficie terráque:i:
—¡ Bravo ! si no fuera el viaje.
órdenes primero del valiente y desgraciado Borso di Car—Con toda esta gente se íiaee menos mal. Ya sabe ras do la India, ni los vegetales colosos del Congo, supeminati, y después á las del duque de la Victoria. En i S iS usted que soy diestro.
ran las palmeras y los gigantes colosos del Ñapo. Surera coronel de la guardia civil en Madrid, y se había
can estos vírgenes bosques, formando como cintas de
—¿Y
cómo
pudo
usted
hacer
venir
aquí
estos
indios?
casado con una española; pero la revolución de Ita—Mis trabajos me ha costado, aunque acostumbran trasparente y purísimo cristal, los innumerables afluenlia le llamó á combatir por su patria, y entonces
tes de este rio y del caudalosísimo Amazonas. Solas alcon licencia ilimitada marchó al Piamonte con otros venir, á traer y llevar cargas. Siempre hay que hacerlos gunas poco ele'vadas y amarillentas cordilleras que se
muchos compatriotas suyos, de los que en España h a - poner en marcha. Al efecto fue allá mí cuñado. Este desprenden de la principal, interrumpen el verde colobian militado en nuestro ejército: en el Piamonte se se habrá valido de los justicias, y de los curas, y en rido de esta especie de mar de esmeralda.
.
distinguió por sus escelentes dotes de mando, y allí último caso se les habrá amenazado con un indio'za«Viven errantes en estas inmensas soledades tropas"
paro.
Los
catequizados
de
Quijos
temen
mucho
á
e
s
logró el empleo de general, asistiendo á todas las grandes batallas que se han dado por la independencia ita- tos infieles salvajes; porque los maltratan y les roban monos, ardillas, jabalíes, y otros animales dignoseim
^
liana. Su último grande hecho de armas fue la toma las mujeres y los hijos. Lo estraño es que cuándo no les los de las tribus salvajes.
«Los vistosísimos guacamayos, los loros, los ) *
de Gaeta, y hoy está encargado de pacilicar las pro- autorizan los pocos blancos q ie van al Ñapo, jamás los
r
pericos, los cltcrlecleses y otras mil pintadas v n " r \ .
vincias napolitanas en cuyas montañas se abrigan va- maltratan los zaparos.
—Y dígame usted. Observo que usted les lleva algo- aves interrumpen con sus alegres cantos ó agudos,.
nas partidas de defensores' de Francisco de Borbon.
frllt0
?A*
don blanco y que ellos le usan inorado. ¿Cómo se opera tos, el profundo silencio de las selvas. Los
Cialdini tiene de cuarenta y ocho á cincuenta años, esta metamorfosis?
sus árboles producen maduran sucesivamente desu
15 1 1
y e s de fisonomía simpática y de buena presencia. Com— Le tifien ellos misinos con las hojas de un árbol orillas del Amazonas hasta la proximidad de I' , ' ' c
panero y hermano de armas de muchos oficiales de que llaman san!.
de la cordillera , siguiendo la gradación del calor a^H
nuestro ejército; casado con una española , tiene m u —¿Y cómo no toman las de Villadiego, durante el están animados. Acompañan oslas naturales cosecn chos amigos en la Península.
huéspedes de toda la comarca: brutos y reptiles, a - •
viaje ?
or.
—Ya suelen hacerlo. A los poquísimos comercian- salvajes.
«Como hasta unas treinta leguas distante déla
tes que van allá , les suceden mil percances de esta e s 0
RECUERDOS DE MIS VIAJES.
pecie. A la venida arrojan las cargas de pila y las aban- dillera, habitan h* catequizados, que llaman u"» .did'ji
donan; á la vuelta, les roban las cargas'do. provisiones. tíanos.
PRIMER VIAJE Á AMERICA.
«Desde este límite, se eslíendenlos infieles, ^ ' f i n Verdad es que oslo lo lineen por lo común acosados del
en diversas tribus y familias: hay muchas; pero \&Y
ECUADOR.
hambre. El mejor medio de retener estos indios CF
XXXI.
, /es algún aguardiente por mañana y larde. Tienen to- cípales son las de 'los zaparos y las de los j¡«"*j j e n te
«Hice según ustedes saben mi primer viaje a
fin,
—A los pies de usted, señora ;Cuándn Bo i
i o d o s , l l " a i ' n s i o " ™:fisiva por las bellidas alcohólicas. Y como desterrado político. Entonces hallé que v ' do
n
c l u i ?
veríl
lo
- M u y pronto. Ya todo está dispuesto Hi o™
^
<I"«
pa»«A
I»
salida
del
Ñapo
para
la
siertro los jívaros y pude estudiar sus costumbres. ^ ) ] ( ) .
y viene
los indios por las cargas.
'
" r a - "laehacan gran cantidad de yuca , rajas de plátano
verde tostado , alguna carne de caza, y guisos picantes, he vuelto al Ñapo de gobernador, hallé ocasión a ¡ a .
cer los zaparos. Los indios cristianos ya yo les c
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323
[ti una estrecha zona, á lo largo de las faldas de la : te ir en compañía del que me los habia dado á conocer. j lido del seno de las aguas; y parece que los poetas t i e nen hasta cierto punto razón. Su vida fue como la de
.Norte, Canelos, en el centro, y .]/«c<isalSur.» dialecto de los jívaros me era incomprensible.
I una mujer hermosa, y llora hoy en su vejez los triunfos
!
ios aquí al amigo Lazerda, para darle
«Salimos, pues, de Macas, y nos internamos en los de su pasada y galante juventud. Fue traidora y venga<Tacias poi" su amabilidad y para suplicarle, que asi bosques: es incomprensible el instinto del salvaje para tiva como seductora hembra, celebraron los poetas su
"'monos habia dado en pocas palabras, una clara idea dirigirse sin vacilar por entre eslas soledades. Seguía- hermosura, sus glorias y sus desventuras, sirviéronla
j°|país oriental, nos la completara con la relación de mos las orillas del Paslasa. Las cabanas de los indios sus hijos como á una mujer que se ama y los cantos
I mas notable que hubiese observado durante su per- eslán separadas entro s i , al menos, una legua. Son (pie los hijos del Adriático hicieron resonar bajo aquel
manencia cn're los salvajes, y aun entre los indios ea- unas grandes ramadas cubiertas de hojas de palma, y cielo sereno y trasparente parecen repetirse hoy de lalequizados.
formadas de entrelazados y gruesos palos do chonta. En guna en laguna como un eco melancólico,
\'ose hizo de rogar el complaciente viajero, que la parle anterior tienen una puerta, y en la posterior ii «Semejante á la Cibeles de los mares con su tiara de
orgullosas torres, magestuosa en su marcha como la
reanudó su narrativa de la siguiente manera:
otra. Por la primera entran, por la segunda salen.
((Hallábame en Riobamba, cuando me intimaron la
nCondújome el jívaro que me acompañaba á su pro- reina de las aguas,') asi describió el gran poeta inglés á
«rilende destierro. De los tres corregimientos cristianos pia ramada. Rodeáronle al instante los de la familia; la soberbia Venecia, cuando su último Dux habia arroiieOriente, Macas, es el menos espuesto, mejor el cami- pero observé que las mujeres, asi que notaron mi pre- jado como una inútil carga el cuerno ducal y el anillo
no mas posible la subsistencia. Apercibido de lo nece- sencia, se retiraron á una ramada construida en el in- que liahian llevado los ilustres Dándolo y Fosean. Pero
sario púseme en marcha. Con trabajos, parecidos á los terior de la misma easa. Estos salvajes son muy celosos. la Venecia de hoy que gime bajo el peso de los batallones
me acabamos de pasar en nuestro último viaje, hice el La mujer infiel es castigada atravesándole el ma: ido el croatas, parece que sonríe á un nuevo dia, y que espemió á caballo hasta el descenso de la cordillera. Dejé brazo ó el muslo con un cuchillo ó chuzo. Jamás per- ra el momento en que sacudiendo el yugo estranjero y
Iras mí las miserables aldeas de San Luis, Sania liosa, donan al seductor: su sola muerte les satisface; pero siendo como sus hermanas Florencia, Milán y Ñapóles,
ciudad italiana renazca al fin su antigua prosperidad y
Pulucaíc, Columbre y (¡ñamóte. Detúvome solo en el necesitan ser mas fuertes para conseguirla venganza.
su nombre vuelva á ser respetado y poderoso.
pueblecillo de Cebadas. Es de aspecto triste, clima frió,
«A poco de nuestra llegada, presentáronnos caza asav está situado en el riñon de la cordillera. Como nadie da, yuca, patatas y chicha. A las seis de la tarde todo
Es imposible hacer una completa descripción del pame daba prisa , visité el solitario lago Cola;/, cuyas ori- quedo en silencio. Rodea el interior de la ramada, una lacio ducal, sin entraren detalles históricos que nos llellas están cubiertas de una especie de juncos llamados tarima hecha de canas entretejidas, y ancha de un m e - varían demasiado lejos, pues cada maravilla de arte r e totora: en su centro hay una islita, en forma de cúpula tro: algunos centímetros (lisiante hay un palo colocado cuerda un triunfo, cada sala nos habla de la grandeza y
vcubierta de eterna verdura. Todo es árido y desierto
sobre dos horquillas. Por todo este frente encienden de la gloria que alcanzó la república en sus prósperos
entorno del lago. Sin embargo, animan su presencia
fogatas
pequeñas. Acostáronse todos sobre esta tarima, días, recuerda asimismo todas las sangrientas iniquimuchedumbre do indios el mes de mayo. Concurren allí
colgados
los pies, que á veces apoyaban en el palo ó dades que aquella terrible inquisición de estado cometió
para hacer provisión de aves. Ks un fenómeno singuviga
de
en
frente. A las doce de la noche, hora que el á mansalva y en los horrores del silencio y del misterio
lar el que entonces se presencia. Por octubre llegan
y arraslra la imaginación tan allá, que es imposible que
bandadas de pájaros yli-gUses asi llamados por la senic- indio conoce instintivamente y por hábito, pusiéronse ¡oslímites en que tenemos que encerrarnos, nos permijaiuadel nombre con sus gritos, y se esparcen por los ¡ en pié silenciosos todos los jívaros de mi ramada. Obser- tan estender tanto como se necesita si hubiéramos de
anegadizos, praderas y mesetas circunvecinas. Retí— ; vábales con cuidado y no sin temor. ¡.Qué iban á hacer? evocar los gloriosos triunfos de la república veneciana.
ranse estas bandadas de pájaros en mayo, y cuantas pa- ; Pronto salí de dudas. Vinieron las mujeres de mayor \
El palacio ducal, encierra digámoslo asi, dentro de sus
san por encima del lago caen en él asfixiadas. Lánzanse i edad y avivaron el fuego. Allí prepararon un cocimiento hermosas paredes de mármol, la historiarle Venecia. La
entonces lus indios al agua, montados en caballos hechos que todos tomaron , y del cual me ofrecieron; pero que institución de los dogas, fue el principio de la grandeza
de totora, y recogen en sacos gran cantidad de estas no acepté. A poco rato todos comenzaron á vomitar. Es , de la república, y el antiguo palacio fue desde el siglo X,
ares, que salan, conservan y venden. He probado esta la costumbre de los jívaros. El cocimiento es de hojas mudo testigo de las tempranas glorias de aquel poder
carne y no es mala. De Cebadas fui á Afilio. Este mismo de guat/usa. Terminada esta limpieza estomacal rodea- naciente. La primera cruzad i permitió á la reina del
pueblo' es la puerta por donde se entra en los bosques ron todos al jefe de la familia, y comenzaron á hilar ' Adriático echarlas cimientos de su futura dominación
ue Oriente. Aquí comenzó mi peregrinación á pié. Ato- algodón. Aquel especie de patriarca hízoles entonces un en Asia y desde entonces su creciente prosperidad no
lladeros, cerradas é impenetrables malezas, estacadas, larguísimo discurso de cualro horas que oyeron todos ' decayó durante algunos siglos.
vívoras, de todo se encuentra. Caminé dos dias por en- silenciosos, y con la mayor atención. No le entendía,
tre desiertas y vírgenes selvas hasta el pueblecillo de pero no me atreví á chistar, tal era el recogimiento que • Sufrió en cambio la orgulloso, ciudad la opresora tiStmai. Con no menores obstáculos seguí mi viaje aun tres allí reinaba. Con el alba, terminóla plática. — ¿Qué ranía á que la sujetó el patriciado, y el pueblo vio escafa,y pasando por Paira y las rancherías de Samangal- dijo el apu? pregunté á mi indio.—Refirió como de cos- pársele poco á poco de sus manos, los derechos quejati, llegué por fin á Macas". Esta villa es la antigua y fa- tumbre los sucesos de nuestros antepasados, las sor- más logró recuperar. Aquella oligarquía aristocrática
mosa Sevilla de Oro, situada á orillas del Upano. Tiene presas (pie hicieron, las cabezas que han corlado, la se habia hecho tan temible, ¡pie nadie osaba á los que
solas dos calles con casas ó chozas de madera, cubier- fama de valientes que han merecido, y les exhortó á imi- disponían del veneno, y de las silenciosas aguas de la
tas de hojas de palma. Ilabítanla unos trescientos veci- tarlos y á lomar venganza de sus agravios. Cada cual laguna que no devolvían sus presas, y solo puede pernos, casi todos blancos. Cultivan la yuca, plátano, maíz, lomó entonces las armas y marchó á la caza, á la pesca, donarse su tiranía á aquellas soberbias familias que se
hortalizas y tabaco: las chacras ó sembrados eslán en ó á sus otros quehaceres. A poco rato oí un ruido es- disputaron y gozaron á medias del poder, por los dias
las cercanías y poco (lisiantes. Engordan también los traño como el de un tambor ó bombo.—¿Qué es eso de gloria y de prosperidad que dieron á la república.
rascaveos muchos cerdos. Quizá al uso inmoderado de pregunté á m¡ intérprete?—El tonduli.—Ahora comuViéronsc florecer las ciencias y las artes, el comersucarne, en un país tan húmedo y tan cálido, sea debida nicamos á toda nuestra Iribú la señal para queesté pron- cio estendió sus relaciones á los mas remotos climas,
la horrible enfermedad que casi todos ellos padecen: la ta á la guerra: es la trasmisión de la orden del a p u , que marinos venecianos como Marco Polo, recorrían el Áfrilepra ó cúrete. Al elegir á Macas para mi destierro, se- hemos nombrado para (pie nos dirija. Es valiente y gra- ca, la China y la India , pintores como Tíciano y el Tindujéramc lo mas practicable del camino, la idea de vivir ve. Cada casa I ¡ene un touduli colocado en una eminencia toreto daban dias do gloria á la república, escultores
wtre blancos y la abundancia de víveres, cosas todas de cercana para trasmitir las órdenes del jefe »
como Sansovino ilustraban los mas notables monumenque se carece en Canelos y Quijos. Pero la vista de la intos, y los soberbios palacios que se miraban en las tranPero
señores,
dijo
enlonc.es
Lazerda,
es
ya
tarde,
y
lo
munda enfermedad de que adolecían casi cuantos me
quilas ondas de las lagunas , eran el orgullo y el encanque
tengo
que.
referir,
no
poco,
si
be
de
llenar
los
rodeaban produjo en mí tal movimiento de repulsiva anto de la hermosa ciudad.
tipatía, que sin detenerme á meditar las consecuencias, deseos de ustedes. Mejor será (pie hagamos aqui punto,
¿Cómo no ser, pues, el palacio de los duques, el gran
y
continuaremos
mañana.
tomé la he.'óíoa resolución de internarme en los bosques
Y á poco ralo Lazerda y su señora, nos dejaron , olre- edificio en que , cada siglo que pasase, cada gran arí tascar asilo entre los jívaros.
tista que, apareciese bajo aquel sereno cielo, no dejase
ciéndonos volver al dia siguiente.
allí las huellas de su paso?
.1. DE AVKNDAXO.
I.a orgullosa república ¿dejaría de embellecer, de
. »Mo tomé empero, este partido cstremo sin algún moadornar, de dar magnificencia y esplendor, y grandeza
tivo y garantía. Tienen los jívaros en el interior de su
al palacio, en el cual, vivia el dux, el consejo tenia sus
Pa's igua salina cuya sal estraen por evaporación. M U sesiones, y la inquisición de Estado su tenebrosa moTOS de estos salvajes vienen á Macas á cambiar no solo
es
rada? Aquella ciudad que empezó con sus casas y edita. sal, sino algunas sustancias terrosas de colores v ¡ v
ficios de madera, hoy los tiene de magníficos mármoles
EL PALACIO DFX DUX EN YENECIA.
°sy cervatanas, por herramientas, cuchillos, tijeras,
griegos, y la ciudad de los comerciantes, pudo decir
'Worios y otras chucherías. El mismo dia de mi llega—
Cuando se visita Venecia, la reina del Adriático , c o - bien pronto que era á la vez de los artistas.
"a.á Macas, conocí uno de estos jívaros, que hablaba
El palacio ducal lo prueba claramente.
fichua. Asi pudimos entendernos. De él tomé lenguas mo la llaman los poetas, cuando se va de calle en calle
Ya á la entrada de la Piazzelta detienen al viajero las
'cerca de los usos y costumbres de la Jivaria. De sus no- evocando los recuerdos de su poder, y se quiere hallar
rias deduje, que'si bien las numerosas tribus de esta encada monumento que se presenta a la vista del viaje- soberbias columnas de granito, que recuerdan ai pueblo
™nilia de salvajes, son todavía muy dadas á la guerra, ro, un vivo testigo que habla á los hombres de hoy de veneciano su poder cu Asia, y sobre ¡as cuales , pusiesiendo casi su normal estado una perpetua lucha con las aquellos pasados dias de grandeza y de prosperidad, se ron el león alado de la república y á San Teodoro, pa"ibus vecinas da achuales, cachis, pinduales , chiria- ve que ningún palacio, ninguna iglesia, encierra tantos trono de la ciudad. Ambos parecen velar por ella desde,
^s> etc., no por eso es temible penetrar en sus inmen- recuerdos, en ninguna, digámoslo asi está tan admira- su altura, pero aun á su alrededor pasan los soldados
«s selvas, ni recorrer las alegres orillas de sus ríos, que blemente compendiada la historia de la terrible repúbli- y los magistrados austríacos, que hablan á los veneciaiL e . st ' enc ' GI1 ' l í l s t a e ' caudaloso Amazonas. Supe por el ca, como en el palacio del Bux que aun hoy se levanta nos de boy de su presente esclavitud.
no fallaban blancos, que solos atravesaban las como una gigantesca sombra, al lado de la iglesia de San
Por eso el palacio ducal se levanta mas triste é imcon mercancías y se dirigían al Brasil, navegan- Marcos esa dulce y gloriosa compañera que compartió ponente , pues recuerda lo mismo al viajero que al hijo
las glorias y las prosperidades de las lagunas, los hermosos y prósperos dias de la r e ¡ aquel rio. En efecto, mas tarde me convencí que con el orgulloso p'alacio
palai
J*Jívaros son todavía iracundos, esforzados, valientes, de la patria.
pública: existo todavía la gran escalera de mármol en
Si en verdad, cuanto de grande y de glorioso , cuanto que se coronaba el dux, se ve la gran sala del Con«utos y bravios; pero también hospitalarios y hasta
jjasajadores con los viajeros. Son además de agradable de terrible é indigno guarda en sus páginas la historia sejo, en fin, lodo está allí, mármoles, frescos, escul] a ono 'nía, y de piel casi blanca. Viven generalmente de de Venecia; los plomos, como la s:\ladel Consejo, la gran turas, pero falta el dux, los soberbios patricios inscriescalera de mármol blanco por donde el Dux elegido tos en el libro de oro, la vida, en fin, pues el palacio
pesca y de la caza; pero poseen además chacras don
'
'
"~
'"""
'
resto
irán yuca, nlálanos. maíz v nalalas. Suelen criar
Un
os animales,
'°s macavec»
Cuando
• OcuPfulera: este territorio está dividido en tres secciones: i Tenia para mí la gran ventaja de hablar quichua: el
Air.
1
lalíOr
V ( ' 1 l i e i l l I IU I I I M ; « ' M i l
C U Cill^ll , C U 111UU
m^.iviují»' 1 '"
,
<.'
-
.
.
«godon y f r i c a r lejídos. Tinelos luego de vistosos coLa historia de Venecia, es en verdad una historia ad• Y tiace con ellos su vestuario tan sencillo y poco I rnirable: nadie dina cuando en 421 ^ S e n a d o d e I adua
mandaba
construir una ciudad enRialto, que aquella
pl . . como el de todo salvaje. Tienen muy incoa:Otrn • ( '° ' a < u v u | idad. Creen hay un genio bueno y ciudad habia de dominar en Constantinopla y ser el
»R ma ' 0 ' P e r o ^°. l o tributan ningún género de culto.» terror de las mas poderosas repúblicas de Italia.
Dijeron los poetas que Venecia, como Venus habia sa"esuelto a vivir entre salvajes, creí lo mas pruden-
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cuya grandeza solo tiene un rival en su hermana la iglesia de San Marcos, que fue asimismo la iglesia de la república!
Edificado sobre las ruinas de otro antiguo palacio, su
soberbia fachada de mármol rojo y blanco, ofrece al
curioso viajero una mezcla estraña de gótico y árabe
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32 i
EL MUSEO UNIVERSAL
que fue un tiempo el verdadero
estilo veneciano, como si quisiera dar á enlender con oslo,
que la pequeña república había
celebrado un vielorioso consorcio con el soberbio imperio de
Oriente.
Semejante estilo presta al
magnífico edificio un no sabemos qué de grandioso y fantástico , que encanta y sorprende,
sobre todo cuando se levanta la
vista y se ve destacar en el azul
del cielo la cornisa almenada,
que le rodea. Los adornos caprichosos con queel estilo oriental pobló la hermosa fachada no
la hacen perder nada de su natural severidad y magnificencia,
pues al contrario, suavizan la
severa grandeza de sus principales delineamientos.
De sus tres fachadas, la que
corre entre este palacio y el edificio délas cárceles, es sin duda
alguna la menos importante, pero las dos primeras llaman con
justicia la atención del que las
contempla. Constitúyenla dos
órdenes de pórticos sobrepuestos sobre los cuales se levanta
una inmensa pared adornada
sencillamente con hermosos embutidos de mosaico en la cual se
abren siete ventanas, viéndose
la del medio adornada con hermosas balaustradas y con un
frontis piramidal sobre el que
se levanta una figura alada que
toca en la cornisa.
El pórtico interior y esterior
que antiguamente no eslaba cubierto , pues semejante á los
templos griegos estaba abierto á
todos los vientos , están formados por pesadas y macizas columnas, cuyos diversos capiteles están curiosamente esculpidas por Felipe Candelario, dan
una idea exacta de la que era
la todavía bárbara escultura del
principio del siglo XIV. Los pedestales se ven hoy empotrados
en el suelo , pues frecu
inundaciones obligaron
tar el p 1S0 de la plaza
las
enterradas
lo'cual
efecto
y destruve
algú
armonía del cuerpot?
Desde la desgraciada
de MarmoFaherohabia n ú !
do interrumpida la obra d e l T
berbio palacio hasta que Fosto
dispuso continuarla
La puerta principal y el Kran
dioso patio llamado de la Con»
es de lo mas hermoso y notable
que puede imaginarse,'v á cu
yo mérito artístico se une sil
importancia histórica. Empieza
por hallarse la estatua arrod?.
Hada de aquel desdichado Fos
can , al que rodean cuatro figuras que representan las virtudes
de aquel dux cuya ambición tan
terriblemente fue castigada por
sus enemigos, pero al cual no
pudieron menos de rendir este
precioso homenaje, por las virtudes que le adornaron, pues
él fue quien levantó el poder
y preponderancia de Venecía á
una altura á que no había ¡legado todavía.
El sorprendente patio á que
da entrada esta puerta, es de lo
mas bello que existe en el palacio ducal, pues sus cuatro lados presentan la mas preciosa
decoración arquitectónica. La
fachada que da frente á la puerta, cuya obra empezó el inmortal Bregno, estiende su larga
serie de pórticos y sus tres pisos
de hermosos mármoles, en una
inmensa longitud. El suelo del
patio está enlosado con grandes
piedras y en el centro se hallan
las dos cisternas de bronce para
uso de palacio, cuyas graciosas y delicadas esculturas, son
obra de Nicolás de Conti y Alfonso Albergbetti. Alrededor de
este patio se ve la galería llamada el Brodio, especie de forum
en donde los grandes se reunían
El. I.ENERAI. CIALOIM.
-^^Wí^J,
VIAJE AI, ECLADOK.—El. COTAC.Af.HE VISTO DESDE LAS CERCANÍAS DE O.UITO. ( D E UN CUAUKO.
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EL MUSEO UNIVERSAL.
(le los asuntos de la república; e! león de
tmíir
coloso hasta o.l estremo y solo permitia
Marco? e
d su iinmóvil
ó i l cabeza
b
de política,
allí d
donde
y sus esli
flis alas, pudiesen hacer creer á los imprudentes
1
us palabras eran escuchadas, pues todos creían que
'"e W» qufi I a5 columnas y hermosas estatuas traídas
!? Precia y q"« adornaban el patio, que las paredes
l»s rodeaban , repetirían en los oídos de los t e r ?l inquisidores las palabras que se escaparan de los
[tos de los que no temiesen las iras del león
¿a escalera llamada de los G i líes, que conuce al segundo
pórtico, es de marSol blanco, y sobre ella se verificábala coronación
jel dux al otro
diade su elección.
Obra del maestro
baBreeno,
randas
d están de tal
modo trabajadas,
son tan minuciosos sus adornos,
mepor su delicadeza parecen hermosos encajes, cuyas labores se esrapan ala vista del
que pasa. Coronan
y dan nombre á
ésta soberbia escalera, dos preciosas
estatuas medio colosales, de Septu«o y Marte, obra
deSansonino, cuyo nombre es tan
popular en Venecia, como el de Miguel Ángel en Florencia, cuyo estilo
imitó como se ve
en dichas dos e s tatuas que no son
sin embargo la mejor obra de aquel
artista.
dan á todo un aspecto estraño y pintoresco. Las capillas
y las salas están llenas de las obras maestras de los
pintores de la escuela veneciana. En la capilla de San
Nicolás se ven frescos de Ticiano; la primera sala i n mediata A la escalera, llamada d é l a s Cuatro
puertas,
está decorada cou cuadros del Veronés, siendo obra del
Tintoretto la pintura emblemática del cielo raso, que
representa á Júpiter conduciendo á Venecia por el Adriático, de quien era dueña. Próxima á esta sala se halla
la que llaman de los Diez, donde el Veronés p ; ntó ¡í
No parece sino
que los venecianos
quisieron reunir
en esta escalera,
losprodigiosdesus
mejores artistas:
tepues de la baranda, aun hay
que admirar los estacados con que
Alejandro Villoría,
discípulo de San soJM, cuya nobleza
de estilo y gracia
«sus composiciones, le dan entre
™s artistas contemporáneos , un
P « o preferenle,
Puesto que los estacados de que h a Wamos, quedaron
como modelos cláSlcos
, ya por la
lección de d i ™|o, vapor la adorable y variada
".Veza de invención.
N° entraremos
f la descripción
d
*HadadelosdeWamentos, sa% capillas, c á r ~les, porque esto
"os llevaría muy lejos, sin embargo, pasaremos como
""'osos viajeros"y enumeraremos sus principales belle,; aunque con la sucinta rapidez que es necesario,
hemos dicho ya, residió en este palacio la I n i, y aun se ve en la tribuna eslerior de San Márugaren donde los crueles inquisidores mandaban
í a r las cabezas
zas dde llos reos qque condenaban.
Hasta en la dislribucion de los diversos departamená todos
d
jl i k ' S e v o e ' e s P ' r ' t i l aristocrático que presidia á
J Pensamientos de la oligarquía veneciana, pues las
"C|nas menos importantes se hallaban en el piso bajo, y
fK n s u '""l'orlanciay categoría asi iban subiendo hasta
cíon a ' t o ( I UI; ocupaba el triunvirato de la lnquisisunr C ° m o s i s c f l"'siera significar que era este el poder
TONO (ie | a república, el arbitro de su suerte.
. n e l primer piso, y de trecho en trecho, se ven
as en la pared multitud de cabezas de león, que
Anterior
PALACIO DF.L Dl.'X KN VKNEC1A.
325
qués y en Ibri. Curiosísimas son también la Sala del
Consejo adornada con los retratos de los duces, y la del
Sufragio, donde se reunía el Senado para hacer la
elección de diputados, sala en que abundan como un
recuerdo de la perdida gloria do Venecia , las pinturas,
en que los artistas venecianos delinearon las principales
hazañisde aquellos guerreros que tan alto levantaron
el nombre y el poder de la soberbia y opulenta república.
Aquí concluiremos la r.ípida y sucinta descripción del
mas notable, del
mas interesante de
los edificios de Ve— ~-__.-^=.
necia, sin hablar
del edificio llamado
las Cárceles, que
se lialla unido al
palacio por el soberbio puente llamado de los Suspiros , por no hacer
mas estenso este
trabajo. Las Cárceles fueron obra
del arquitecto veneciano Antonio ría
Ponta , de quien
liaremos aquí la
merecida mencici,
siquiera porque a
él debemos la conservación del histórico palacio que
acabamos de describir.
Un horroroso incendio que amenazó arrasarlo en
1577, hizo que se
deliberara acerca
de si debía demolerse ó no. El ilustre Paladio fue de
esta opinión ; tal
vez el severo arquiteetohabía concebido ya un nuevo edificio conque
reemplazarle; pero por fortuna Antonio da Ponta
ofreció restaurarlo, y á él se debe
en efecto que la
pintoresca obra del
maestro Candelario no haya sido
sustituida por la severidad y grandeza
de una obra clásica, pero que ciertamente no compensaría la desgracia que á Venecia
y á las artes ocasionaba la pérdida
del magnífico edificio , que será
siempre el orgullo de Venecia, y
una prv.eba del talento artístico de
Felipe Candelario,
cuyas hábiles manos trabajaron, según se asegura, los
hermosos capiteles del palacio ducal, cuyos hermosos ramilletes de
hojas, cuyas figuritas simbólicas están llenas de vida
y movimiento, y
dan una muestra
su vez el magnífico techo cu que aludiendo á las funciones que desempeñaban los que allí se reunían para
decidir de la suerte del Estado y do los ciudadanos, se
ve á Júpiter lanzando sus terribles rayos contra los v i cios, y un genio alado con un libro en la mano, en
donde se escriben los sabios decretos.
La sala de las Armas, es de las mas dignas de ser
visitadas por los objetos que allí se guardan. Sus puertas son de cedro del Líbano, traídas de Chipre por los victoriosos venecianos, y anuncian ya que dentro se e n cierran curiosidades de que la república se muestra
or«ullosa Efectivamente, allí estaban, antes que las i n vasiones 'francesas y austríacas hicieran desaparecer
•s objetos, multitud de bustos de guerreros ceJ
,
i.M.»
"•••"« jas cuales
Inicio
de la delicadeza de su cincel, que parecía adivinar las
obras maestras del Renacimiento.
M.
MlJKCL'IA.
IA LECHE.
La leche ha sido siempre uno de los alimentos mas
principales del hombre; la mayor parte de. los pueblos,
aun en la antigüedad mas reinóla , hacían uso frecuente de ella y criaban ciertas clases de animales domésticos con el único fin de proporcionarse la necesaria
para su sustento. Los pueblos que habitaban la (¡ermania en tiempo de los romanos cogían á las hembras de
los búfalos cuando eran de poco tiempo, las domesticaban y después bebían 'su leche. En la actualidad el uso
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EL MUSEO UNIVERSAL.
330
de este alimento está estendido por todo el mundo lor amarillo de sus gotas de grasa si estas son muy ] Por úllimo, hallamos siempre en
con muy pocas eseepciones. Las leches usadas mas grandes y muy numerosas; como por ejemplo en la | les en diferentes cantidades, que en su parte nías
frecuentemente son la de. vacas y la de cabras; la de capa ó costra que se forma sobre la leche cuando está cial están compuestas de cal fosfórica, de ácido f J^'
C0
ovejas no es tan general porque la lana de estos ani- ¡ mucho tiempo sin moverse; enlonces rechaza mucha de. magnesia, de óxido do hierro, etc., v que f
males padece con la acción frecuente de ordeñarlos y luz y deja que penetre muy poca dando lugar á que la ¡ una parle constitutiva de la leche y de nuestro en 0"
porque en realidad el sabor de esla leche no es tan leche aparezca amarilla. Si por el contrario, la leche j sin embargo, están en tan pequeña cantidad en la? '
agradable como el de, la de vacas ó de, cabras. Para cier- tiene pocas uotas de grasa y mas suero, este contribuye che, que solo vendrán a ser la centésima parte £,e S11
tos enfermos se usa á veces la leche de burra. En el mas á la descomposición de la luz , los rayos se corlan peso.
Norte de Europa se usa la leche de rengífera que es de un modo delerniinado y se verifica el fenómeno de
Además de estas parles principales y del a^ia w h
muy del gusto de los suecos, rusos, lapones y otros pue- los colores apareciendo la leche como azulada. Estas son lian en la leche algunas otras que 'son aírcidér'-'
las
razones
físicas
por
las
que
una
leche
gruesa
aparece
blos. Las hembras de los búfalos son las que proporciopor ejemplo hiél, por ciertas enfermedades de las
nan la leche necesaria á los habitantes de. la India Orien- amarilla y otra mas delgada y mas líquida toma un eo- j lo cual comunica á la leche un sabor amargo La'
lor
azulado.
'
\
tal ; en la Arabia y en Egipto usan la de camella y en
loma un tinte colorado, mezclándose con sanare rela Tartaria la de yegua. Por lo que hemos dicho se ve
Si después de examinar las partes microscópicas que heridas ó irritaciones de la ubre, ó cuando elactnH»
que no se toma mas leche que la de los animales her- ¡ forman la leche y las causas de su color pasamos á ana- i ordenar se hace con rudeza. Sucede muchas vecesm»
veces Z
hívoros y que aun entre estos, es preferida la de los j li/.arla químicamente, hallaremos que eslá compuesta en un mismo establo la leche de unauchas
vaca tiene™'
rumiantes. Solo entre muy pocos pueblos eslá prohi- I de, las partículas de grasa ya mencionadas, de la materia color azulado muy marcado, al pasoo que
la
de
q
l d otra
bido el uso de la leche; las tribus medio salvajes de los | que forma el queso, de azúcar, de diferentes sales, y amarillenta; ambas cosas provienen aparentemente di
nagalis y de los garrows , algunas de la ludia Transgan- linalmente , de agua.
unos anímales infusorios llamados ribrio c;/anoqenus\
gétiea y los coehinchinos la consideran sin embargo ¡ Las partículas de grasa que vemos en la leche en for- vibrio xantlionrmis, el primero de los cuales da el color
como impura.
ma de ojos constituyen la parte principal de la manteca, azul, y el segundo el amarillo; mas sin embargo no heLa leche se divide en tres clases: la que se eslrae de pero no son simples, sino que, hay que considerarlas mos hallado aun ocasión de cerciorarnos personalmente
la ubre de los anímales mamíferos, la que se presenta como formadas de tres materias diversas, á saber: de, de esto.
como jugo de ciertas plantas, y la que se, hace artificial- una sólida llamada margarina , de otra líquida llamada í La leche de los diferentes mamíferos no es completomente de aceite y semillas de plantas. Hay también oleína y de otra sólida y blanda . al mismo tiempo lla- I mente igual, sino que cada una de ellas se diferenciado
otras sustancias alimenticias que llevan este nombre; mada buh/rina , que es la verdadera grasa. Esla úllima I las demás por el peso de ciertas partes, y por la a°repero son completamente estrañas á ella tanto por su domina particularmente, porque comunica su propio ¡ gacion de otras. La leche de cabras es en algunos paW
olor á la manteca y porque el ácido de butyrina contiene mas espesa que la de vacas, debe contener mas sales v
combinación como por el objeto para que sirven.
tiene frecuentemente un olor particular que desngradaéí)
La leche animal. — Cualquiera que mire la leche á la óxido de glycerina y oirás materias.
Se ha cuestionado mucho sobre si los ojos que forma general; la de ovejas tiene mucha grasa líquida, po'rlocuat
simple vista, creerá que está compuesta de un líquido
blanco é igual que debe su color á una materia blanca la leche están cubiertos por una especie de telilla , pero su queso y su manteca son siempre muy blandos. La lecualquiera del mismo modo que la sangre debe el suyo lo que puede asegurarse por los ensayos del alemán che de burra tiene mucha azúcar y poca manteca;la di>
á una materia de color encarnado ; pero examinándola Ascherson, es que un fluido albuminoso se condesa yegua tiene mucha manteca, y todavía mas azúcar;h
mejor, encontrará una diferencia notable entre ambos por las gotas de grasa y forma una capa gruesa seme- abundancia de azúcar la hace entrar fácilmente en ferlíquidos, pues la sangre deja una mancha encarnada en jante á una tela. Por la grande analogía (pie existe entre mentación, siempre que se la pone en contacto con leel punto en que cae, al paso que la leche no deja color i la materia del queso y el albumen se deduce que este vadura; los tártaros se aprovechan de esto para hacer
alguno aunque caiga en un paño ú objeto oscuro y sí se condensa del mismo modo por los ojos de grasa de de la leche de sus yeguas un aguardiente que llaman
(iriki ó tuiniss, que por medio del opio llega á ser una
solo una marca grasicnta , pero no blanca. Solo la telilla la leche.
que se forma en la superficie de la leche, cocida conser- ¡ La materia del queso llamada caseum es muy seme- bebida que embriaga con mucha facilidad. Los residuos
va aun cuando esté seca , un color blanco y permanente jante á la que constituye la sangre y al albumen. Esta de esta leche sirven para hacer una especie de queso
Además de esto , la circunstancia do que la leche se- | materia se halla no solo en la leche de todos los mamí- llamado archa, que tiene un sabor particular. Déla
gún su calidad aparece amarillenta, blanca ó azula- feros , sino también en el jugo de la mayor parle de las leche de camella y de rengífera, se sabe únicamenteqiw
da, prueba que es imposible que sea un liquido blan- : plantas, principalmente en ei de aquellas legumbres cu- I son mas espesas que la de vacas, que la primera tieiw
co é igual, sino que por el contrario debe estar forma- yos frutos están contenidos en vainas como las habas, ! un sabor salado , y que la segunda snbe á sebo, aunque
da de diferentes materias cuyas distintas combinacioites : los guisantes y las lentejas. El caseum puro de las plan- tal vez provenga en ambas de la suciedad de las vasijas
la dan sus diversos colores. Antes do examinar quími- tas se llama también legumhia y no se diferencia del de en donde la echan. Finalmente, la leche de las mujeres
camente estas materias, nos basta echar una mirada con los animales mas que en el nombre. El caseum se puede es mus dulce que la de vacas y se agria menos, lo que
el microscopio para conocer las principales de ellas.
I estraer artificialmente del albumen disolviendo esle úl- proviene de una cantidad mayor de sosa, y debe tener
una manteca compuesta de materia grasa, mas líquida
Una gota de lecho aparece en el microscopio como timo en agua y añadiéndole algún álcali. El caseum que sólida.
puro
es
de
color
blanco
cuando
está
húmedo
y
de
color
un fluido trasparente, en el que una multitud de golas
de grasa, flotan rnas bien que nadan. A estos fluidos , de ámbar cuando seco. Cuesta mucho trabajo disolverle
La leche sirve de alimento á los mamíferos'recienque contienen pequeños cuerpos Ilutantes divididos en en el agua, siendo necesarias cual rocíen I as partes de agua nacidos, cuyo aparato digestivo no es todavía bastante
para
disolver
una
de
caseum.
Puesto
que
en
la
leche
iguales proporciones, se los da el nombre de emulfuerte para poder tomar el alimento que usan sus pasión. A ellos pertenece la sangre, por ejemplo, que eslá hay una cantidad considerable, de esta materia con otra dres. Para esle fin la naturaleza hace que poco antes y
cantidad
pruporeionalmenle
pequeña
de
líquido,
se
deformada de linfa clara y trasparente y de pequeños glódespués del parto, en ciertos órganos, es decir, en las
bulos encarnados (pie la dan el color que tiene. La l e - duce de esloque el caseum no estará en ella puro y sin glándulas para la leche, se presente esla en todas las
mezcla
;
efectivamente
eslá
mezclado
con
sosa
y
esto
le
che por el contrario está formada de pequeños ojos de
hembras de los mamíferos. Estas glándulas están forgrasa de, color amarillento, y de suero, pero falla es— hace mas soluble. Esta unión con la sosa es de suma im- madas de largos tubos, semejantes al conducto de una
portancia
[rara
el
uso
de
la
leche
como
veremos
después.
plicar cómo estos ojos amarillos pueden dar á la leche
pluma que desde los pezones se estienden en forma de
el color blanco que tiene. Para la esplieacion de este El caseum, por causas que aun no conocemos baslanle, rayos, y por esta razón las glándulas del pecho femenino
se
hace
en
parle
insoluble
al
contacto
del
aire,
y
por
hecho tenemos que recurrir á las propiedades físicas de
pueden compararse con bastante propiedad á los rayos
la luz conforme á las cuales, uu solo rayo de luz blanca, medio de la evaporación al cocer la leche se separa de de una estrella.
ella
formando
una
especie
de
telilla
ó
nata
que
queda
esta compuesto do una especie de gavilla de distintos
La leche llamada calostros, que tienen todas las hemrayos teñidos de los siete colores conocidos: encarnado, j en la superficie. Los químicos separan el caseum en dos bras antes y poco después del parto, se lia examina*naranjado, amarillo, verde, azul claro, azul oscuro y ¡ clases distintas: la una que, como el albumen, contiene mucho, particularmente la de las mujeres. Según alguviolado. Cada uno de eslos colores está cortado bajo otro algo de azufre , la otra que no contiene parle alguna de nos su peso está formado de 00 parles de agua, y solo i
ángulo por cuerpos trasparentes con superficies latera- esla materia ; pero esla distinción no tiene apenas i m - do grasa y de otras materias sólidas, mientras que •
les oblicuas unas á otras, siendo la luz de azul oscuro portancia alguna para los usos domésticos.
verdadera" leche ao tiene mas que 85 partes rtea-u.
la mas refrangible y la amarilla la menos. Una conseAdemás de la grasa y del caseum la leche contiene y t:¡ de materias sólidas; los análisis químicos nano.tr
cuencia de esla propiedad es la descomposición de la aun azúcar; se conocen varias clases distintas de azú- mostrado que estas partes sólidas son diferentes en_
luz blanca en los colores, por el prisma, en el arco car : azúcar de caña, de remolacha, de arce, la que calostros y en la leche, pues además de la grasa e n .
iris por las nubes ó también por pequeñas gotas como destilan las uvas, y ciertos frutos dulces, y la de los ma do ojos que ya liemos mencionado, la leche ^
nos muestra el brillo adiamantado del rocío. Las golas orines de los que padecen incontinencia de orina; la caseum disuello;" en los calostros no se encuentra
de leche hacen lo mismo que las de rocío, cortan los azúcar mucílagínosa y no cristali/.able del jugo de di- seum sino albumen. Con la ayuda del m l c r o f c T a r f ; i
rayos de luz en sus colores aislados uno de otro. De- versas plantas, la de la miel y la azúcar propia de la le- ven en los calostros algunos corpúsculos partjcu -^
bíamos estar en el caso de poder ver en la leche el juego che de ciertos mamíferos, la°del manuá, la de algunas que están formados de una aglomeración de 8!"un"a]0£;
mas brillante de colores del arco iris y asi sucedería en plañías y la del palo regaliz. Las (res primeras sobre- de ojos do grasa. La diferencia que hay entre 10^ ^^_
efecto si cada rayo de luz estuviese cortado solo u n * nadan en la fermentación si se las disuelve en agua aña- tros y la leche, se conoce á la simple vista, pue- ' f)
vez; pero el rayo do luz en su camino por un vaso d e diéndoles levadura ú olía materia cualquiera que pro- tima es blanca, y los primeros de un color azuia
leche se corla muchos miles de veces por los muchos duzca fermentación, y dejan después una especie de cierta transparencia.
, , Dario,
millares de gotas pequeñas que encuenlra á derecha y á alcohol; pero las últimas no lieuen esta propiedad. Toda
Los
calostros
duran
ocho
días
después
oei
i ^
izquierda, arriba y abajo; esta circunstancia destruye azúcar es dulce, se disuelve en agua y en alcohol y
vcllla a
J n ( , 0 cónla visión de los colores; pues del mismo modo que un se descompone por el calor. Los cuerpos animales nú y desde entonces viene la leche. La
0
rayo de luz blanca puede dividirse en los siete colores tienen mas azúcar fjno la "de la leche, esceplo el e s - eonsiste en que suministran un alimento P ' : o c r 0 y
por medio del prisma, asi también por medio de otro Iraño caso de la enfermedad de incontinencia de ori- sistente á los recien nacidos, pues es nwj ^«-nó
prisma pueden reunirse estos colores y formar un solo na. La azúcar de la leche es muy semejante por su se digiere fácilmente, porque contiene alto 1
rayo de luz blanca. Esta operación la hacen las diversas ; combinación química á la de la vid; entre todas las caseum.
_
Versa*
gotas de grasa; toda la luz que separan las primeras, j clases de azúcar es la menos dulce y la menos soEl doctor Lamperiere hizo años atrás, el M D , ¡ .
la reúnen las últimas. De este modo queda destruido el luble, tiene un sabor farinoso y mezclándola con j u - lies, algunas observaciones con respecto a . s t 8 ) y
lenomeno de los colores cuando la luz se esparce en gos animales se convierte en ácido láctico. La causa de dad de leche que puede tener una mujer ro ^ n n a
todas direcciones, produciendo enlonces una luz o m - ; que la azúcar do la leche se convierta lan fácilmente en le dieron el resultado siguiente: cada dos ^ ^ ,
ptetamente blanca, ó uu color blanco, como decimos : ácido láctico eslá en que ambas sustancias están forma- mujer robusta tiene en cada pecho de M ' ^ v'¡cnl>
toflo
con mas f r e c r - - •
•
•
•
'
. . | i o , prósidas de iguales cantidades de la misma materia, es de- mos ó -2 onzas; de esle modo durante
cir, de doce parles de carbono, veinle y cuatro de hi- á tener entre ambos pechos unos tres cuartuí color
a
r ¡ a s de '
drógeno y doce de oxígeno ; ambas están ordenadas de mámenle.
sa
El paslo y todas las circunstancias acces
^ cr¡ar
un modo aun desconocido. ¡No es necesario añadir ni
contiene
quitar nada para (pie la azúcar de la leche se convierta alimentación, son de una tirando influencia. i
ce
e ¿n
en ácido láctico , basta únieamcnle (pie los átomos ten- mas ó menos leche; el forraje es el alimeini" i (]a,,
110 son mu uu.siM.enies , por | 0 ftua| vc,]nUim
de luz cu vez de ser atravesados por ellos'y esta es la gan otra disposición. El ácido láctico es una parte muy mas leche, y las materias de otra clase
'
.
Hnrante ^'
causa de que la sangre conserve el colnr rmVn,..,ó \,[ i' j importante del cuerpo animal y se halla en diferentes menos.
El doctor Thomson hizo observaciones o ^ ] o s ¿jfesus glóbulos, en vez de ser b l a n c a . - E n det^mhiad s j Huidos en la carne, asi como en' el análisis de las matecircunstancias también la leche puede conservar el c o - 1 rias animales ó vegetales.
días, en dos vacas para ver la leche que ad
rentes alimentos, y halló el resultado siguió
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EL MUSEO UNIVERSAL.
Cnarii los
327
I.'bns
de man CCJ
También compré.
—Yo uo la vendo... ¡pues!... la doy... ¡Ah! hacedme
HISTORIA DE UN LIBRO.
la fineza de ese sello que lleváis en vuestro reloj.
ni
3 —:¡O
La di el sello, tomé un puñado de cerezas, y poco
(AMT.IIOTA VLT.ÍDIC.A).
:?— Í:Í
107
después me hice cargo de que con el sello se había ido
:¡—20
102
IV.
el reloj también.
W», n<->'»y otras materias.
100
—Todo el inundo me ha comprado; ya no me queLos
primeros
albores
del
día empezaban á blanquear
¡veW,heno y granos de linaza.
IOS
dan mas, porque soy la vendedora á la' moda. No es las puntas de los minaretes de la capital musulmán y el
3—72
108
de buen tono comer lo que viene de un establecimien- sol á dorar con sus rayos las altas colinas, cuando conufo embargo, el mismo doctor Thomson ha observa- to cualquiera. No tengo mas que Imcsos, pero arrojan- cluyó el sueño de Ismael, y terminaron los efectos del enMuela cantidad de leche disminuyo cuando se da el do los huesos, creerán los que os vean que habéis co- dulzado vino griego. Despertando todo azorado , y entre
cansado y perezoso , estado propio del que sufre' tantas
«iiino alimento á los animales durante muchos días, y mido cerezas.
—¡ Y compré los huesos]
emociones en tan cortos intervalos, quiso abrir las c o r Le por el contrario variáudoles, aumenta la leche. La
'|[atotal ile movimiento, el tomarle sin interrupción en
Todavía volví á comprar cerezas á una que las tenia tinas de su lecho, se revolvió en él y pareeiéndole muy
«1 establo, los pastos escasos y el movimiento escesivo, en una canastilla de junco, y á otra cuyo fruta estaba duros y l'rios los colchones , tenló por lodos lados , y no
halló mas que unos pedruscos muy duros que se le claMiden que los animales den mucha leche.
puesta en una preciosa jarra de porcelana del Japón.
• uando ya hube comprado cerezas á todas las ven- vaban en las costillas, y le enfriaban y quebrantaban
Ciertas propiedades de los alimentos se comunican j
laminen á la leche. Las yerbas olorosas de los montes la dedoras, creyendo que siempre la última que se p r e - los huesas. En su estado aun soñoliento y atolondrado
"Va; el ajo que dan á las vacas en algunos sentaba tenia las mejores ó de una especie diferente, se por efecto de la embriaguez, no le había sitio posible aun
reponerse, reunir ideas... y juzgar. Restregóse los ojos,
¡ases, hace, que la leche tenga un sabor picante, y las acercó á mí un hombre cargado de años, y me, dijo:
—Esta mañanita muy temprano con las primeras lu- \ vio que la luna perdía su luz viniendo á reemplazaría el
verlas amargas la quitan su dulzura. í,o mismo sucede
¡«irespecto al color; el trigo negro la da un tinte azul ees del alba, vino aquí una mujer del campo con su po- día, cuya mañana era hermosa... y se convenció de que
llino: este pollino conducía dos grandes cestos: en di- estaba á lodiis vientns: levantóse tan repentinamente,
¡la rubia encarnado.
' Cualquiera enfermedad de la res hace que la leche sea chos cestos habia hecho la recolección de un cerezo cual si un alacrán le aguijonease, y no quedándole duda
que tiene en su huerta: todas sus cerezas son las de las ¡ alguna de su desgracia, comenzó á maldecir del judío y
^agradable y nociva.
su raza entera, acabando por desesperarse al observarle
La leche se altera ya algo en la ubre de las vacas; la ' revendedoras: la vieja las cedió á cada una por parles falta en la mano su sortija , y que habia sido robado del
lirteoleaginosa queda encima, y esto hace que siempre iguales, pues ella misma es la que las ha repartido. Toda ¡ dinero y otras alhajas compietísímamente.
pe se ordeña, la primera leche sea mas ligera que la esa fruía que acabáis de comprar es del mismo cesto, i
— ¡Castigo del cielo es este por haber yo faltado á la
lima. Para | robarlo, Schubler, ordeñó una vaca en lia sido cogida en el mismo árbol. y es absolutamente
filosofía! esclamó Ismael. Me quedé hecho un bobo, prodato vasijas de igual tamaño, y halló en la primera :¡ igual.
Y me desperté, preguntándome confuso y medio siguió diciendo en sus reflexiones, y al entrar en la ciu(«r 100 de crema, en la segunda 8, en la tercera I I 1 . , ,
dad todo me sorprendía.... y admiraba; me abandoné
'
í«lacuarta 13 ' / j , y en la quinta 17 ' .,. I.aúltima parle dormido aun:
—¿Y será esta la historia de las mujeres , de la h e r - al mayor dolor al verla desgracia de rnitio y sospechar
ilela leche contiene 3 ' „ veces mas crema y manteca .
la que podía amenazarme; eché una mentira, m a n i|ne la primera. Seria muy conveniente que cada vez mosura, del amor?...
Tero cuando hube despertado del todo comprendí chando mis labios por evitarla; alégreme con loco esceifiese ordeña u ñ a r e s , se hiciera en dos vasijas distinI»,aplicando la leche sacada en la última á la elabora- que esta suposición era poco respeluosa, y la deseché so; puse mi estimación y confianza en el judío que me
libertó la vida, y pequé además contra la templanza:
de mí.
don de la manteca.
A.
¿pero como podía yo aguardarla magnífica y sorprenM. Y. TABOADA.
dente vista del panorama que presenta Constanlinopla,
capaz ile suspender hasta el mas escéptico: la desgracia
de mi tio , suceso desagradable y repugnante ; la buena
COGER LA OCASIÓN POR LA MELENA.
conduela del judío, escorpión maligno, que le hacia,
(liE ALFONSO KARR.)
equivocadamente ya lo veo, digno de mi amistad
y
ASIR LA OCASIÓN I'OR LOS CAHEl.LOS.
sobre todo el vinillo griego que tanto se pegó á mi p a Soñaba noches pasadas que, bajo una espesa bóveda
Locuciones con las que espresamos que, debemos co- ladar , y que es causa en parte del miserable estado a
Je verdes sicómoros, habia como una docena de mujeIB,salvo error: la u n a , sentada sobre un banco, te- jer las cosas con oportunidad, á tiempo, aprovechando que me veo reducido? Malo es todo esto... sí; ¿ p e r o . . .
ú encima de, una mesa cerezas de muy buena apa- ¡ el crítico momento en queso nos presenian, porque pa- qué se ha de hacer?... No hay mas que tener paciencia
rancia.—Las mejores, como se puede suponer, estaban sado este, es muy probable que no vuelva otra coyuntu- y acordarme de lo que en cuanto á desgracias me aconsejó mi padre... Mas ¿el caso ha sido que para ninguno
encima, y la vendedora gritaba:
¡ ra igualmente favorable ó conveniente.
Estos modismos vienen de que los antiguos represen- de estos accidentes me hallaba preparado? Para otra vez
-¡A las ricas, á mis buenas cerezas , á las ricas!... i
instadlas, que son de miel!... I'robadlas, señor, pro- taban á esta alegórica divinidad bajo el aspecto de un ya tendré mas cuidado.
joven ó mujer con alas en los pies, puesta la punta de
De rellexioii en reflexión... y de congetura en c o n Wlas, antes de que me las compréis.
.Haciacalor, sentí sed, guste una, y aumentándose uno de ellos sobre una voluble rueda, con un copete de gelura...y haciendo un estudio de cuanto le habia
'ised, n¡e decidí á comprar.
! cabellos que lecaian sobre el rostro y enteramente cal- ocurrido desde su entrada en la capital de la S u blime Puerta, caminaba Ismael entregado á sus m e Otra vendedora tenia colocadas con gracioso esmero j va la parte posterior de la cabeza.
Con esta representación cuya primera idea atribuyen ditaciones, muy triste, sin saber ni aliñar qué p a r * cerezas, adornadas con hojas de vid entre las cua* había puesto algunas llores: esta no permitía que á Fidías, querían espresar según hemos dicho que pa- tido ó resolucii n tomar: maldecía su mala suerte, que
sada la oportunidad ó la ocasión sin haber aprovechado le habia sacado del lado de su padre el filósofo, y hecho
* las tocase.
—¡Estas sí que me parecen mejores! dije para mis el momento crítico de cogerla por el cabello, no era ya cometer tantas faltas por su torpeza con grave desdoro
de su filosofía decantada ; y buscando un caravanseray
«tros; y luego compré.
¡ posible hacerlo.
lin confirmación de lo que decimos citaremos una donde ocultarse y acallar su hambre, si era caso que
Una tercera vendedora las habia cocido en compota, ¡
hallaba con qué, cuando salióle al encuentro un turco
Jtenia otras además puestas en aguardiente ; acerqué- especie de diálogo que se lee en la Antología griega y natural del país que le hizo detener los pasos para p r e W
que
se
refiere
á
una
estatua
de
la
Ocasión.
J compré de las unas y de las otras.
|
¿Qué artista le ha construido? pregunta un pasajero guntarle si se llamaba Ismael Culoskich.
wa tenia un gran cesto herméticamente cerrado , y
liso será conforme, respondió nuestro escarmentcia:
' i á la estatua.
tado filósofo; no me llamo asi si venis á hacerme daño;
l'no natural de Sicionc , contesta esta.
~Yo tengo mejores frutas que todas esas mujeres,
pero si queréis libertarme de morir de hambre ó tenéis
¿Cuál es su nombre?
W> las doy mas caras y quiero venderlas todas de una
encargo de defenderme, seré quien queráis.
Lysippo.
^íquiero que me paguéis adelantado, y os llevaré el
tesl
—Ahora bien , replicó el interpelante, si yo fuese
¿Quién eres tú?
"tal como está, sin abrirlo , hasta que estemos en
un negociante á quien Ismael Culoskich hubiera encarEl étrbitro supremo de todas las cosas, la OCASIÓN.
"fracasa.
gado que buscase á su hijo en Constantinopla; si h a ¿l'or qué te sostienes sobre la punta del pié?
Quise decidirla á que me vendiese una ó dos libras,
Para indicar que no me fijo jamás en ninguna parte. biéndole buscado en vano desde ayer, viendo que t e •«sellase resistió, y yo tomé el cesto cerrado.
¡
neis aire de forastero os detuviese hoy con intento de
¿ Y te lian puesto alas en los pies?
wa atravesaba la'caileconaireligero; llevaba su fruta
averiguar si erais el que busco y de ser asi, daros
Si, porque mi vuelo aventaja al mismo viento.
»todo género de precauciones para que nadie, la viese, •
2,000 zequíes ¿seréis Ismael Culoskich?
¿Por
qué
tienes
esa
navaja
en
la
mano?
entras yo me detenia á contemplar cómo la ocultaba. ;
—Sí por cierto , salló lleno de gozo nuestro filósofo.
Para demostrar á los hombres que soy mas cortan( a s
ri
liabi"
l'' ' ' l' 'la, yo no la tengo, decía; pero
—Pues entonces seguidme, añadió el negociante, y
te que ninguna cuchilla.
ful, ° as'> P01' l m movimiento imprevisto, la dejó
¿Y esa cabellera que desciende Iiasta tu frente?
e ei
dándome recibo de ellos, os contaré y entregaré les
^ \Tomé dos puñados y la arrojé mi dinero.
Es para ser cogida fácilmente por el primero que 2,000 zequíes que os he dicho.
«Ira S ' ( I l l e ' !IS l e i l S ° l l u l y buenas y hermosas, decia
( Ue Sc s i l n í l j a e
V.
'
''
' " ocultar un costo muy cerrado; me encuentre.
1
Observo que no tienes un solo cabello en la parte
vender. Me gusta verlas podrirse en
No se engañó por esta vez Ismael, diéronle su d i posterior de la cabeza.
A fin de que ninguno de aquellos que mc habrán nero , y aun le ofrecieron una muy cómoda habitación,
que aceptó gustoso. Llevaba el padre la idea de que sin
dejado pasar sin cojerme puedan luego realizarlo.
¿Con qué objeto el artista que te ha esculpido te ha ser gravoso á nadie pudiese su hijo solicitar algún empleo en el diván; pero la desgraciada suerte de su tio
colocado en este pórtico?
le impedia intentar cualquier pretensión; sin embargo,
Sábelo estranjero; para instruirte.»
aquel negociante se interesó por él con tan buen celo,
La Ocasión es la madre de los grandes acontecique logró que el gran visir conviniese en que no fuese
mientos.
responsable de la falla que su tio habia cometido, favor
Los genios vivos la pierden por la precipitación con extraordinario en aquel imperio.
que quieren cogerla, mientras que los calmosos por la
Culoskich hijo, se halló de repente con el empleo que
razón contraria no pueden servirse de ella porque ha
habia dejado vacante un agá de los genízaros, á quien
pasado siempre cuando llegan.
1 Es menester tener presente que la ocasión es como el gran señor acababa de regalar el fatal cordón. No tarí la nieve que se derrite ó desaparece al momento que dó Ismael mucho tiempo en hacerse insolente y orgulloi cae, y que por lo misino es necesario tomarla al aire y so, creyendo que habia llegado á lijar la rueda de la
¡ fortuna, y que no tardaría mucho en'ser jefe de aquella
cogerla al vuelo.
terrible tropa, de la que era uno de los principales oficia; Decia un filósofo que tres son las cosas que solo se les. La ambición atormentaba, pues el corazón de Ismael,
! conocen en tres ocasiones: El valor en lu guerra: el ¡ tenia inquieta su alma; y para cúmulo de desdichas,
sabio en su cólera y el amigo en la necesidad.
i como tampoco era insensible al amor, acudió esta pai sion á aumentar el desorden que en su pecho reinaba.
i
V. JOAQUÍN BASTÍS.
Aumento.
ili'leilio.
LAS VENDEDORAS DE CEREZAS.
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KL MUSEO UNIVERSAL.
328
Tenia Ismael uno de los mejcres serrallos deConstantinopla, lleno de hermosísimas georgianas,
pero como lodas ellas le miraban
con el mayor respeto y sn misión,
ninguna llegó á ganar su corazón,
hasta que una nuichachuela, no
muy bonita, pudo apoderarse de
él,"vengando de este modo la
afrenta que parecía hacer á su sexo
con su insensibilidad.
Fue el caso que paseándose un
dia nuestro lilúsofo militar por la
plaza en que se celebraba el mercado de las esclavas, vio á un mercader armenio que juraba en turco
bien claro , y á una muchachuela que se burlaba de él en Imen
francés.,.
—¿No es gran chasco el que yo
me he llevado? decia el armenio. He
comprado esta perra francesa en
40 zequies, y ni siquiera me ofrecen uno, de modo que tendré que
quedarme con ella.
—Malo es eso, dijo Ismael, que
picaba en generoso , y casi sin reparar en la prenda que compraba,
añadió, ahí tienes los 40 zequies, y
lleva esa francesilla á mi palacio;
después de lo cual volviéndose de
espaldas fue á perderse entre el b u llicio. El vendedor recogió sus monedas con la codicia del que tiene
por perdido un caudal y la casualidad se lo devuelve , y se apresuró á cumplir la orden del olicial
de los genízaros Ismael Culoskicli.
La francesilla tuvo entrada en el
palacio del filósofo.
COMERCIO AMBULANTE DE MADRID.
VIH»
VI.
Enriqueta, asi se llamaba de
nombre la francesilla, no pudiendo
dar á conocer el apellido por... que
no lo apuntan las crónicas, Enriqueta, pues, decimos, pasó m u chos días en el serrallo de Ismael
sin que este fuese siquiera á visitarla ; y este desprecio, que tanto hubiera afligido á una hermosa m u jer del Asia, no le daba la menor
pena á la de Francia. No creía ella
que un turco fuese capaz de amar,
ni digno por tanto, de ser amado,
y mas la había enfadado la sosería y torpeza de sus compañeras, que agradado su estraordinaria
hermosura; ni la admiraba la belleza singular que las
distinguía, ni menos las envidiaba por ser queridas
del amo.
—Tanto mas agradable me será mi cautiverio , decia
á sus solas, cuanto mas caso haga este turco de las gracias de mis compañeras y... desprecie las mías,... y es
cierto que soy dichosa en que no tenga inteligencia alguna en cuanto á gracias...
Pero Ismael llegó á ser inteligente en esta parte para
tormento y mal suyo.
Tuvo una tarde el capricho de hablar con Enriqueta,
para que ella misma le dijese cómo lo pasaba en su nuevo estado , y si echaba de menos á su patria: respondió
á todas estas preguntas con la ayuda de un intérprete,
que luego transcurridos unos dias, ya no fue necesario.
Le aseguró que gemia noche y dia por el feliz instante
en que podia recobrar su libertad, y añadió que no gozaba en el serrallo de ningún placer que pudiese hacerla
agradable aquella morada.
Mucho estrañó Ismael esta respuesta, y aun se picó
de ella.
—Pues á tus compañeras, dijo, les sucede todo lo
contrario , teniéndose por las mujeres mas felices de I oda
la Turquía.
•—Ellas lian nacido para ser esclavas, repuso Enriqueta sin perder su aplomo, y asi es que ni siquiera se
quejan de una prisión que tanto me atormenta; y mudando de tono, y dando á su rostro una espresion varonil que la hacia entonces parecer bella , añadió: reináis
en sus corazones y el mióos aborrece; vuestra fastidiosa
persona las Jlena'de júbilo , y á mí me repugna; en íin,
sois su... señor... y ésto es cuanto (illas necesitan.
—¿Y que querrías tú? repuso nuestro filósofo, un tanto descompuesto por la estraña salida, que no esperaría
sin
u d a , d e la
' '
'
sin dduda,'do
la IVnnmcn
acesa
- S e ñ o r . . . . contestó Enriqueta, yo... querría, í i i i u ra .. atención,... respeto,... Wenos nodales
talento;... en una palabra , e l d o n (lo a l a d a r i o W de
asustar; bien se que son cosas, todasias qué do que
biéndola costado solo para con»"
guirlo derramar sobre su amante
dos o tres amorosas miradas 1
esas , que las mujeres saben so'stT
ner cuando... les interesa
Creyéndose con esto ismael-' c,
«•I apogeo de su dicha, la descubrió
con la mayor franqueza la trama aZ
tema preparada, y combinada con
el visir, y la cual como no podíame
nos de suceder, produciría buen
electo, y por lo tanto, la añadió
que su rendido amante se veriacoií
esto decorado con una de las primeras dignidades del imperiootomano
NAVAJAS, TIJERAS, LIGAS Y TIBANTES.
tan bruscamente atacado por persona en quien no debería suponerse tanta osadía.
Este modo de esplicarse era enteramente nuevo para
Culoskicli; pero su efecto fue aun mas nuevo , pronto
y estraño ,• pues sintió en su pecho Ismael una fuerte pasión que le obligó á emplear todos los medios posibles para vencerla ó satisfacerla, y asi pidió como un
favor un bien de que se creia dueño.
Aquel orgulloso musulmán, que antes de ser militar
había profesado el indiferentísimo filosófico, no pudo resistir mas el impulso, y se arrojó á los pies de su propia
esclava, haciéndola soberana absoluta de su suerte; todo
este abatimiento sirvió para contentar la vanidad de la
dama, pero no para contrarestar su indiferencia y estoicismo hacia el turco su .señor.
Tres meses después de tan amorosa confianza y en uno de esos dias
en q u e todo nos parece felicidad
con sorpresa se publicó una órdeñ
del sultán, por la que se. desterraba
al visir á u n a isla del Archipiélago,
y Culoskich supo no sin la mayor
sorpresa y sobresalto, que el agá á
quien ellos habían intentado per\
d e r , ocupaba el empleo del visir.
v
Sospechó al instante que la francesilla podia haber sido causa de tal
enredo,, y para salir de dudas fue
corriendo á su habitación; y en
v e r d a d , solo para ver hasta dónde
llegaba su desgracia. Ya no habia
allí tal Enriqueta, que había huido
con el esclavo que la guardaba. Con
esto, no le quedó duda á Ismael de
que aquella bribonzuela le habia
vendido, descubriendo alaga el secreto , y alcanzando en pago del
abuso de confianza, su libertad. Y
asi era, pues Enriqueta, sobonian"do al e u n u c o que la guardaba, hize
que el agá supiese la trama que se
le urdia, y aprovechándose de esta
noticia derribase á los que intentaban perderle, y á ella se la proporcionase el escapar.
Ya tenemos á nuestrofilósofosumido en nuevas desgracias; pero él
se puso á meditar cual lo hacia de
c o s t u m b r e , y sin rebajar un ápice
de la buena opinión que de sí mismo tenia formada, atribuyó todos
estos errores y contratiempos a cierta suerte fatal que le perseguía, sin
q u e le quedase arbitrio para evitarla. No obstante, su orgullo no te
permilia volver á casa de su padre,
! donde es de creer no le hubiera dejado llegar la coie«
del visir n u e v o ; pues entiéndase que posición, riquezas, todo, todo le habia sido confiscado, y mandoseiesalir de la ciudad.
, „
So aprovechó nuestro joven de l.i coyuntura ae <uw
caravana q u e pasaba á la Persia, y asi pudo escapa'^
Constantiiíoplá, fugándose de las garras de su <
pudiendo llevarse algunas de sus mas preciosas aiiwj^
y dejando sus demás bienes en poder de sus cont •••
Pero como la desgracia le perseguía por t o d a s ,'!'" d o ] é
fue robado e n el c a m i n o , y e n t o n c e s , 1V>1 q "variable
otro r e c u r s o , se arbitró de m e d i o s , y tomó la inv
resolución de dirigirse á casa de su padre.
n;]
Puso en práctica su pensamiento, y e ° n t a "
idea sintió calmarse sus penas.
EDI-ARDO BORBII1.
VII.
(Se continuará.I
Han transcurrido algunos dias desde la escena habida
entre el oficial de los genízaros Ismael Culoskich y su
esclava la francesa Enriqueta.
Conviene detenerse aquí, y dar algunos pormenores
que interesan para el mejor relato del cuento.
Mientras Ismael se dejaba dominar por el amor, el
visir, su protector, solo se ocupaba en adelantar y aumentar sus intereses, satisfaciendo su avaricia y sus
particulares resentimientos; habíase atrevido el primer
agá, que era un sugeto no menos rico que poderoso, á
contradecirle delante del sullan , y resentido de esto el
visir, andaba buscando medios de perderle y de apoderarse de sus inmensas riquezas. Hallólos en una trama
muy bien urdida, que solo Culoskich sabia en secreto,
para lo cual también le había prometido el empleo de su
enemigo; esta esperanza hizo revivir su adormecida ambición , mirando su nueva dignidad corno un medio mas
AVISO. —Los señores suscritores de hf M ofreCidas
fuerte para poder ganar el corazón de Enriqueta. Aunqueiiueslro filósofo visitaba á su ihiiua con la misma VERSAL ((ui! optaron por alguna de las opras o g e rlo
frecuencia que antes, dándola iguales pruebas de cari- y les falte recibir el último tomo, se servirá»
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ño, como ella era en eslremo astuta y pícamela , bien á la mayor brevedad.
• ,ronto descubrió claro que traia entre manos Ismael
GASPAR.
¡os turcos ignoran, y vos... m a s que nÍD¿auo\ ím¡ J,,. ' ' algún negocio arduo. Queriendo hacer prueba valedera
DIRECTORT
del poder que ejercía sobre el filósofo barbilampiño,
Koimn RESPONSABLE IJ. JOSÉ R O I G . — I M P . DE GASPAH I
Y dio un cierto aire de espresion á estas últimas fra- se le metió en la 'cabeza el sacarlo aquel secreto que le
EDITORES. MADRID : I'RIKCIPE. * •
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ses , que hizo casi perder el color a Ismael, que se veia preocupaba, y la fue fácil el lograrlo, y lo arrancó, ha-
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