LA JUSTICIA Y LA DISCIPLINA DE DIOS APÓSTOL DOCTOR JOSÉ

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LA JUSTICIA Y LA DISCIPLINA DE DIOS
APÓSTOL DOCTOR JOSÉ LUIS DE JESÚS
JESUCRISTO HOMBRE
9 de junio de 2013
Bueno, yo quería compartir con ustedes, para poder hacer el trabajo que yo hago,
llevarlos a lo que está escrito y hablarles sobre un tema que se llama “La Justicia y la
Disciplina de Dios”.
Vamos a comenzar por Romanos capítulo 3, verso 21. Dice el verso:
“Pero ahora, aparte de, qué, de la ley…”
La gente piensa que para ser salvo, tú tienes que cumplir la ley de Dios. Digo, antes de
la cruz, si tú violabas un mandamiento, te hacías culpable de todos los mandamientos.
Si hubiera un judío fiel aquí, un judío, se ofendería con lo que yo voy a decir porque el
judío vive por la ley. Y si hubiera un adventista diría –eso no puede ser, que es aparte
de la ley-, porque está hablando ahí de la ley de Dios, la ley de Moisés.
Pero, lo que te está tratando de decir es que Pablo echa a un lado todo el viejo
testamento. Todo lo que los cristianos creen hoy, Pablo lo está echando a un lado.
Usted sabe que si usted va a una iglesia, la iglesia le va a decir: -Usted tiene que vivir
por la ley de Dios-. Pues, Pablo dice que no es así.
Mira lo que dice:
“Pero ahora, aparte de la ley…”
“Aparte de la ley”, tienes que echar la ley a un lado.
“…aparte de la ley se ha manifestado la justicia de Dios,
testificada por la ley…”
“Testificada por la ley misma”, o sea la ley de Moisés decía que venía algo mejor.
Oye, qué maravilla, ah.
Dice:
“…testificada por la ley y por los profetas;
la justicia de Dios por medio de qué, de la fe en Jesucristo…”
Quiere decir, que si tú crees en Jesucristo, tú no tienes que practicar la ley. Porque
esta justicia no tiene que ver nada con la ley que Él mismo le impuso a Moisés.
Mira lo que dice –más adelantito- el capítulo 4, Romanos 4:6.
“Como también David habla de la bienaventuranza del hombre
a quien Dios atribuye, qué, justicia sin, qué, sin obras…”
Oye, pero que fácil está esto. Alguien dirá: -Ah, entonces esta iglesia es –en Puerto
Rico dicen- un ‘guame’ –algo fácil-. ¿Sin obras?
Bueno, si tú quieres estar bien con Dios. Ahora, si tú quieres añadirle obras, una obra
que tú le hagas pensando que vas a agradar a Dios, Dios te rechaza a ti. Aquí tú no
puedes traer obras, ni buenas ni malas. Si se te zafa una buena, ‘good for you’ (bueno
para ti), si se te zafa una mala, ‘bad for you’ (malo para ti).
Pero, aquí nosotros no vivimos por obras, por eso es que estamos reposados. ¿Tú
sabes lo que es tú servirle a un Dios asustado?
-Ay, Padre. ¿Estaré yo bien con Dios? ¿Dios me estará velando? No recé el rosario
esta mañana, no leí la Biblia, no me hinqué, no oré, no me hice la señal de la cruz a
tiempo, no fue a misa el domingo, hice una mala obra…
Y, Dios dice que Dios te atribuye justicia sin obras.
Bueno, entonces dice que esa justicia, ¿ves la palabra justicia? Esa justicia del hombre,
Dios se la atribuye sin qué, sin obras.
Dime una cosa. ¿Cuando tú estás en la cuna pequeñito, a ti te piden permiso si quieres
ser bueno o malo? Tú naces dañado. ¿Por qué hay policías en una ciudad? ¿Por qué
hay reglas?
Por la maldad que ya tú traes integrada.
¿Sabe lo que dijo David? El que habla eso, el que profetizó eso, David dijo: “En pecado
me concibió mi madre.”
El niño no se hace un pecador, porque se porta mal, el niño nace en pecado –antes de
la cruz- desde pequeño tú tienes que estar poniéndole reglas. ¿Y quién hizo eso?
Dios.
¿Pues, usted no cree que es bueno que lo arreglara? Pues, él dijo: Yo les voy a pagar.
El mal que les hice, se los voy a pagar. Voy a hacer un plan que si ustedes creen, sin
una obra, los salvo completito, ciento por ciento, salvos.
Entonces, la gracia no es un don inmerecido es bien merecido. Te lo mereces. Te lo
mereces, bendecido. Recíbelo.
Bueno, el tema de hoy es “La Justicia y la Disciplina de Dios”. Hay dos cosas.
Vamos a ver Romanos capítulo 1, verso 17.
“Porque en, la Iglesia Católica…, porque en el evangelio...”
¿En los protestantes?
“Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe,
como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.”
Por esa fe vivirá, en el evangelio.
Ahora, si usted va a la iglesia de la esquina, le van a decir: -Bueno, aquí si no pagas un
precio, el diablo te lleva. Si no pagas un precio, te pierdes, te vas al infierno.
Ahora, en el evangelio, dice que –por fe, por fe…
¿Y, por qué es por fe? Porque eso ya eso Dios lo había decretado antes de tú nacer.
Vamos a ver Romanos capítulo 9, verso 11, para que tú veas que ya tú venías con
eso. Lo que pasa es que Adán se lo quitó a la humanidad y Dios se lo devolvió cuando
Cristo murió. Romanos 9:11, ¿qué dice?
“(pues no habían aún nacido…”
¿Qué, existían?
Existía el espíritu. No habían tenido carne y sangre.
“…no habían aún nacido ni habían hecho aún ni bien ni mal,
para que…”
Diga: PROPÓSITO.
“…para que el propósito de, quién, de Dios conforme a la elección permaneciese,
no, qué, no por las obras sino por, qué, por el que llama)”
Oye, la verdad que tú eres un bendecido, porque a ti te llamaron. Si tú estás aquí en
esta mañana es porque tú eres una oveja que has sido llamada por Papá Dios.
Dígale al que está a su lado: TÚ ESTÁS SANTO. ESTÁS IGUALITO QUE DIOS.
(Aplausos)
Mira, si llega a estar un desobediente de los que no conocen fe, dicen: -Tú no estás
santo nada, yo te vi haciendo esto ayer-, de los muchos que tú conoces. Te dicen: -No,
no, tú no estás santo nada. Si Papá Dios viene ahora mismo, te rechaza.
-Ah, ¿entonces, es por obra?
¿Es por obra? Entonces, si no es por obra y es por fe, ¿cómo está la iglesia? Santa y
perfecta.
Gálatas capítulo 2, verso 21. Dice:
“No desecho la gracia de Dios;
pues si por la ley fuese la, qué, la justicia, entonces… por demás murió Cristo.”
O sea, si es como tú pensabas en tu iglesia, si es como dicen por ahí, Cristo dice: -Yo
no sé para qué yo morí allí, si yo sé me hubiera escapado.
Mira, si es como dicen todos los curas, los sacerdotes, todos los pastores protestantes,
bautistas, metodistas; si es como dicen ellos, Cristo murió por demás. Si es como dice
tu abuelita, Cristo murió por demás. Si es como tú pensabas hace 10 minutos, por
demás murió Cristo. Yo no sé para qué él murió, si tú puedes resolverlo con tu propia
justicia.
Bueno, yo pensé así hasta que me depositaron lo que yo soy hoy, hasta que él vino a
mí. “Conoceré el camino de la perfección cuando vengas a mí.” (Aplausos)
Oye, bendecido. ¿Tú sabes lo que es pensar como nosotros estamos pensando? Te
pones livianito. Pierdas hasta libras, imagínate.
Hay gente que tiene tantas preocupaciones que pesan de más. Jajaja, cuando se
pesan, cuando van a la báscula dicen –oye, yo aumenté-, y es que tienen tantas cargas
encima que se reflejan en el peso. Pero entonces, vienen a la iglesia y rebajan 20 libras
en una visita. En una visita nada más. Mira, yo estoy rebajando ya, muchacho.
Oye, qué bien uno se siente que Papá Dios está contento contigo, que él no tiene
problema contigo ‘at all, everything is ok, don’o worry, be happy’ (todo está bien, no te
ocupes, sé feliz). (Aplausos)
Cuando usted sabe que usted está bien y que puede estar mejor, que todo lo que le
falta a usted es ponerse mejor.
-Ay, apóstol es que yo pienso que el mundo va a explotar.
El mundo no va a explotar. Hasta ahora nada lo ha explotado, ¿verdad? El mundo se
va a quedar como está, pero se va a poner mejor, porque viene una justicia de la que
estamos hablando. Eso produce un fruto donde vamos a vivir aquí en la tierra con
cuerpos transformados. (Aplausos)
La esperanza nuestra, de lo que estamos hablando aquí es bien grande.
Mire lo que dice Filipenses capítulo 3, verso 9; para luego ir a la disciplina.
Estamos hablando de la justicia de Dios que es por medio de la fe; que usted cree y
quedó limpiecito, blanco como la nieve. Blanco como la nieve, perfecto, sin mancha.
Muchacho, tantos ayunos que tú cogiste y tanto palo que te daban en ese púlpito
cuando ibas a la iglesia el domingo y salías temblando de esa iglesia.
Cómo te mintieron. Cómo abusaron. Mire, esos son criminales de ovejas. Todos esos
pastores son unos asesinos de mentecitas. Cogen esos niños, en la escuela dominical
y te los matan, te los destruyen desde pequeños y no les dicen la verdad. Que esos
niñitos están perfectos, que tú estás perfecto, que Cristo padeció, derramó toda esa
sangre.
Si usted lee un salmo de lo que él sufrió en la cruz, mire, él sentía como bueyes que le
metían cuernos aquí (en el costado). Bueno, hay un salmo, hablando proféticamente de
lo que él iba a sufrir. Si usted vio la película esa cómo sufrió, para que ahora tú vengas
y que a pagar un ayuno para salvarte, a caminar de rodilla, a bautizarte, a tomar y que
un pedacito de pan con vino.
Cómo te engañaron los romanos. ¡Ufff! No quiero hablar, porque iba a hablar malo, ya.
(Aplausos)
Ya iba a enriquecer mi vocabulario. Cómo te ‘jodieron’. (Aplausos)
Ay, Padre, déjame no hablar de eso, porque últimamente siento una cosa. ¡Oye, qué
daño hace la religión, ah! Eso es un daño tremendo.
Mira lo que dice ahí, (Fil.3:9).
“Y ser hallado en él…, no teniendo, qué, mi propia justicia,
que es por, qué, por la ley…”
¿Y, cuál justicia es la que tú tienes que tener?
“…sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe.”
Esa es la que tú necesitas, esa justicia.
O, te metes en la tuya y vas a estar mal y corto, insuficiente; o, te metes en la de él y
estás perfecto con una sola ofrenda.
Ahora, lo segundo es que los que se benefician de esa justicia gratuita, el profeta Isaías
habló de ella. Isaías 55:1.
“A todos los sedientos:
Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad…”
Pero, ¿cómo tú puedes comprar sin dinero?
“…venid, comprad y comed.
Venid, comprad sin dinero...”
¿Tú sabes lo que eso significa?
“…y sin precio…,”
Pero, ¿qué es eso?
Fíjate, ya Isaías venía hablando de esta justicia, que tú la compras gratis. Tú la crees,
tú dices: -Yo creo en Jesucristo-…
Dilo conmigo: YO CREO EN JESUCRISTO. YO CREO QUE ÉL MURIÓ PARA DARME
ESA JUSTICIA. YO LA RECIBO. YO LA COMPRO… SIN DINERO.
Muchacho. (Aplausos)
Si tú recibes la justicia, el beneficio y la perfección, y no te disciplinas con la disciplina
de Dios, te puede suceder algo.
Mira, mira lo que te puede suceder, Hebreos 12:5.
“…y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo:
Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor,
ni desmayes cuando eres reprendido por él.”
Oye, qué malo cuando te sale algo mal; y tú luchando y no te sale, y tú luchando y no
te sale. Y, ahí hay enseñanza, hay enseñanza.
A mí me ha pasado. Yo he sido disciplinado por esa disciplina, y cómo me molesto
cuando no sale las cosas como yo quiero. Yo empiezo a reprender: -¡Ufff! No recibo
esto-, pero está la disciplina ahí. Y, por más que digas –no lo recibo y ángeles contigo y
ángeles para allá-, muchacho, no trabaja, está trancado eso ahí.
Y, es que te están disciplinando en la paciencia. Están perfeccionando, mira, están
dándole ejercicio a los sentidos. Los sentidos tuyos están siendo ejercitados.
Dice:
“Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo.
Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos;
porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?
Pero si se os deja sin disciplina,
de la cual todos han sido participantes, incluyendo a JH, al apóstol,
de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos.
Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban…
¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus y viviremos?”
(Aplausos)
“Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía,
pero éste para lo que nos es provechoso,
para que participemos de, qué, de su santidad.
Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo,
sino de tristeza;
pero después da fruto, qué, fruto qué, fruto apacible de, qué, de justicia
a los que en ella han sido ejercitados.”
Oye, “fruto apacible”.
¿A ti no te pasa que a veces tú estás en una prueba, y está toda tu familia revuelta, y tú
como si nada? Y, entonces, tú tienes temor que ellos digan –oye, se le fueron los
sentimientos, desde que está yendo a esa iglesia, parece que no ama-.
Ah, y a veces sucede algo a alguien, y tú dices: -Bueno que le pase, va a aprender de
eso-, y el otro familiar llorando.
Y, el otro familiar tuyo, que no ha sido disciplinado en esto dice: -Pero, ¿cómo tú vas a
decir eso?
-Pero, es que le viene bien.
-¿Pero, si está preso?
-Pues, eso es, está bien.
-Nooo. Hay que sacarlo.
-No, no lo saques todavía, déjalo par de diiítas en lo que aprende. Le conviene. El
muchacho está brincando mucho, está haciendo de las suyas, no está apreciando. Le
vino bien que la policía lo parara y le quitara la licencia.
-Ay, pero se va a quedar sin licencia. ¿Y, qué dirán?
-Qué dirán ni qué dirán. Lo importante es que él aprenda disciplina. Qué dirán ni qué
dirán.
Todos tenemos que aprender disciplina. Todos pasamos por momentos difíciles. ¿A ti
te da pena? A mí, no.
Yo a veces escucho cosas de ciertos bendecidos, y antes de reaccionar en carne me
voy a mi espíritu, y mi espíritu me dice –calma, no te apresures, es más, no llames
todavía, espera que él se fume el cigarro completo, o sea que pase el momento y
después llamas, espera que él participe de la disciplina-.
Lo que pasa es que hay padres que todo es sentimiento y llanto, y enseguida se van al
teléfono a llorar y quieren resolver. Cálmese.
Por eso es que a veces usted no tiene ese fruto apacible, porque aunque usted dice
que está en gracia y ya recibió su justicia, pero no quiere disciplina. Cuando llega la
disciplina se vuelve todo una porquería ahí.
-Ay, es que mama.
-Tranquilo.
-Es que papá.
-Que papá ¿qué?
Aquí todo el mundo lleva su propia carga. Usted no tiene que estar llevando las cargas
de los demás.
Sí, hay padres que quieren amar más que Dios. Madres que quieren amar más que
Dios, y Dios apretando y usted suavizando. Entonces, Dios dice –pues, déjalo que se
fastidien, entonces.
No, usted tiene que estar a la par con la disciplina de Dios. Usted tiene que ser una
persona dueña de sí mismo, usted tiene que tener sus emociones controladas, para
que Papá pueda trabajar en todo y que su familia un día todos -sus hijos y usted- den
fruto apacible. Y ya, no tiene que preocuparse por las drogas, por las porquerías, por
las tonterías. Deja que el muchacho, a veces cuando joven pasa, pero déjelo
tranquilito, que él recibe sus azotazos ahí. Pero, mira cuando ya tiene 22 ó 23 añitos
comienza, y ya a sus 24, ya el muchacho está fuerte, robusto, bien disciplinado y se
casa y no le da tanto problema a esa pobre muchacha.
Tenemos que ser disciplinados. Tenemos que ser disciplinados. Es verdad, que a
veces no se ve bien la cosa y no produce -Abba Padre-, lo que produce es -estoy
atribulado- y da tristeza, pero luego da fruto qué, apacible. Diga: FRUTO APACIBLE.
Oye, ¿qué significa apacible? De paz, verdad. Eso suena como a un remanso, como un
dosel de tranquilidad, es más, que la gente dice –oye, yo no me explico cómo esta
mujer o este hombre puede tener esa y tranquilidad encima, con lo que le ha pasado.
-Pero, ¿y, qué le paso?
-¡Hum! Qué no le pasó, muchacho.
-¿Pero, y está tan tranquilo?
-Es que recibió la justicia y la disciplina, y al muchacho ó el muchacho está completito.
No le huelen ni las azucenas. (Aplausos)
No le huele nada, porque es que ejercitó los sentidos. Cuando esto se ejercita -la
mente-, usted no ve que ese es el templo suyo, el templo, cuando usted lo limpia bien y
saca todo el polvo, eso trae unos efectos.
¿Usted ha visto cuando usted coge un garaje y lo lava ahí a presión? ¿O, un motor de
carro -para los jóvenes-, un motor de carro que lo deja bien limpiecito y le quita toda la
grasa? ¿O, una ama de casa, cuando coge esa casa y la limpia, y ya está cansada, y
después se sienta así a mirar lo lindo que le quedó toda la habitación, perfumadita y
todito?
Pues, así es su mente. A su mente hay que darle un lavado de cerebro para sacarle
toda esa musaraña que aprendiste en tu país, y con tu abuela, y con tu abuelo, y toda
la familia, que no es la disciplina de Dios es la disciplina como les parecía. Ellos te
disciplinaban como les parecía. Y a veces, a ti te han hecho tanto daño, y estás tan
malcriado y estás tan mal formado, que cuando llegas a la disciplina de Papá Dios,
Papá Dios -de momento- empieza educando tu espíritu.
¿Para qué? ¿Para dañarte? No. Como decía una amiga mía americana, decía -a veces
Dios nos pasa por aguas turbulentas, no para ahogarte, sino para lavarte-. (Aplausos)
Y ¿qué más dice ahí? Hebreos 12:12.
“Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas;…”
Eso es simbólico, porque tú puedes levantar la mano así, y aquí nada (en la mente).
Está bruto el muchacho. Está muy ignorante. No es levantar la mano, eso es simbólico.
“…y las rodillas paralizadas; y haced senda derecha para vuestros pies,
para que lo cojo, porque estás cojo, pero que no se salga del camino…”
Muchacho, yo debiera tener como veinte muletas, pero aunque sea estoy ahí.
“…sino que sea sanado.
“Seguid la paz con todos y, la disciplina, la santidad, sin la cual nadie vera al Señor.”
¿Ahora se entendió ese verso?
¿Tú sabes lo que hacen los bandiditos estos, niños en Cristo? ¿Los enemiguitos
nuestros?
Ellos dicen: “Sin santidad nadie vera al Señor “. ¿Y, tú sabes lo que ellos están
diciendo?
-Si no te quitas los aretes, no verás al Señor. Si usas pantalones, no verás al Señor -a
las mujeres-. Si te pones muy linda, no verás al Señor.
Tú sabes, todos esos legalistas, que la santidad es por ropa, todo externo.
Aquí no está hablando de nada externo. Ahí está hablando de la disciplina. Sin la
disciplina, sin la formación que le da el Señor a tu espíritu, tú no lo vas a ver, aunque
seas salvo. Van a haber mucha gente salva que no van a ser transformados en esta
primera ronda, en esta etapa. Sólo los que han renovado su mente son los que van a
estar transformados.
¿Cómo Dios va a transformar a un hombre y que venga donde mí transformado y me
diga: -Apóstol. Aleluya? Muchacho, ¿dónde tú estabas metido?
–Apóstol, Dios le bendiga.
-Imagínate, tiene que renovarse. (Aplausos)
Hay que disciplinarse. ¿Cuál es el tema? La justicia y la Disciplina de Dios, ambas van.
Eso es como un botecito con dos remos, uno aquí y otro aquí y vamos hacia adelante.
Ahora, si le das a un solo remo, qué pasa, vas en círculos.
La Justicia por fe. La disciplina por conocimiento.
Entonces, esa dos caminando, te van llevando un fruto apacible. Mira, tú puedes tener
dinero y si no tienes esto, tú eres un infeliz con todo ese dinero.
Yo fui a visitar a un primo mío en una cárcel por allá en New York. Ese muchacho tenía
tanto dinero, que él lloraba y me decía:
–Mira, yo tengo para comprarme cuarenta televisores, si quiero. Me compro diez
Mercedes Benz, si quiero y mira dónde estoy metido-, y llorando ahí.
¿Y, qué tú haces con diez Mercedes Benz? ¿Con veinte casas? ¿Con millones,
guardaditos en el banco? Sin esta disciplina. te comen. No vas a ser feliz.
Ahora, tú sabes lo que es tú estar justificado, con la justicia de Dios, bien edificado y
con platita, también, porque hace falta la plata, cómodo en tu casa, conociendo el bien
y el mal, congregándote, tranquilito, pensando como Dios piensa, entonces tú eres
feliz. Te llega la felicidad y mira y esperas la transformación.
Porque –hello-, la recompensa viene. Los que pensamos así, un día la misma carne
nuestra no va a soportar tanta información, que los cuerpos van a reventar con la
transformación. (Aplausos)
Ahora, para eso tienes que congregarte en el Ministerio Internacional Creciendo En
Gracia. Es el único lugar donde tú encuentras esta medicina.
Ahora, si tú quieres sufrir un poco, si no quieres parar de sufrir, visita cualquier iglesia,
que todos los caminos llegan al mismo lugar, llegan al mismo lugar, a la tristeza.
Ahora, si quieres parar de sufrir, métete a la gracia, a las catorce epístolas del apóstol
Pablo, a la interpretación de JH. (Aplausos)
Vamos a estar en pie. Y, yo quiero que tú saludes al que está a tu lado, y le digas: HE
RECIBIDO LA DISCIPLINA DE DIOS.
Oye, yo recibo que las visitas que vinieron no se hayan sentido insultados, porque aquí
no insultamos a nadie, sino que le recomendamos, le recomendamos esta gracia,
porque esta gracia hace feliz. Esto es un negocio -como decimos en Puerto Rico- un
negocio redondo, no pierdes. En él no pierdes nada, te vas a enriquecer. Tu vida se va
a enriquecer, vas a ser mejor padre, vas a ser mejor madre, mejor amigo, mejor novio,
novia, esposo, esposa. (Aplausos)
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