DIABETES 14 de noviembre – Día Internacional de la Diabetes Es fundamental la educación al paciente y familia para comprender mejor el mecanismo de la enfermedad, mejorar el control de las glucemias, disminuir la aparición de complicaciones y adquirir una serie de hábitos y habilidades. La Unidad de Diabetes de la clínica cuenta con un equipo multidisciplinar para conseguir un mejor y completo manejo del paciente. LA DIABETES La diabetes mellitus se caracteriza por una hiperglucemia (niveles altos de glucosa en sangre) debida a la alteración en la acción de la insulina o a la ausencia de esta hormona, que es producida en el páncreas para permitir la captación de glucosa por los tejidos (fundamentalmente el músculo) que la utilizan como combustible. Tipos de diabetes Diabetes mellitus tipo 1: No se produce insulina por la destrucción de las células beta del páncreas por un ataque del propio organismo. Diabetes mellitus tipo 2: Existe una resistencia a la acción de la insulina y da lugar a alteraciones en el hígado, páncreas y músculo. Diabetes gestacional: Aparece durante el embarazo y se asocia a un aumento de problemas en la madre y el bebé que se pueden evitar con un buen control metabólico. Otros tipos: Como la diabetes MODY o diabetes secundarias a otras enfermedades o por uso de productos químicos o fármacos. Diagnóstico precoz Detectar a tiempo un trastorno como la diabetes mellitus puede ayudar a evitar las complicaciones derivadas de su evolución en el tiempo. Prediabetes: Es importante su detección para prevenir la aparición de diabetes: con control de peso, tensión arterial y colesterol, y con ejercicio físico. Sobrecarga oral de glucosa: Administración de una dosis oral de glucosa (75 gramos en 300 cc de agua) y la extracción de sangre a los 0 (basal) y 120 minutos. Un resultado de 200 mg/dl de glucosa a los 120 minutos, el diagnóstico de diabetes es definitivo. Glucemia en sangre: Si la analítica en estado de ayunas da un resultado mayor o igual a 126 mg/dl en dos ocasiones, el diagnóstico de diabetes es definitivo. Cuando existen determinados síntomas en un paciente, poliuria o aumento de la cantidad de orina, polidipsia o sed intensa o pérdida de peso inexplicable, se realiza una glucemia en sangre para la que no hace falta estar en ayunas. Si el resultado es superior a 200 mg/ dl de glucosa en sangre, el diagnóstico de diabetes es claro. La ayuda médica que necesita Combinando información actualizada sobre alimentación y ejercicio, y un tratamiento adecuado, la diabetes permite llevar una vida normal. En ocasiones, los cambios inesperados en los niveles de azúcar no resultan fáciles de sobrellevar para la persona con diabetes y para quienes le rodean. Investigación y diabetes Además del trasplante de islotes pancreáticos, que sigue mostrando limitaciones y un escaso rendimiento, las principales esperanzas están puestas en la terapia celular y en la inmunoterapia. La terapia celular busca lograr una fuente inagotable de células productoras de insulina a partir de células madre (embrionarias o adultas) que tengan capacidad de autorregenerarse y diferenciarse a células maduras, en nuestro caso, a células beta productoras de insulina. Hasta la fecha, estas técnicas se han aplicado exclusivamente a modelos experimentales animales, por lo que es aún pronto para sacar conclusiones. La inmunoterapia busca frenar la alteración del sistema inmune que da lugar a la destrucción de las células propias productoras de insulina. En esta línea, hay estudios en pacientes diabéticos tipo 1 en estadios muy iniciales de la enfermedad, como el tratamiento con anticuerpos anti-CD3 no mitogénicos, con resultados prometedores, pero con un efecto que parece transitorio y no exento de efectos secundarios. El tratamiento con células madre mesenquimales adultas estaría a caballo entre estas dos formas terapéuticas, puesto que se trata de células madre, pero con propiedades fundamentalmente inmunomoduladoras. Su obtención es relativamente sencilla, generalmente a partir de la médula ósea del propio paciente, sin precisar inmunosupresión, y su posterior administración intravenosa en un modelo de ratones diabéticos (ratones NOD) protege del desarrollo de la enfermedad en un porcentaje significativo de ratones tratados. DIABETES TIPO 1 La diabetes mellitus es una de las enfermedades cuyo conocimiento por el hombre es más antiguo. En el Papiro de Ebers (1550 AC), los egipcios describen un cuadro clínico que hoy llamaríamos diabetes, término utilizado por primera vez por los griegos en el siglo II (DC) y que hace referencia a la continua pérdida de líquido en forma de grandes cantidades de orina (poliuria) que caracteriza a este trastorno. En los siglos dieciocho y diecinueve comenzó a añadirse el adjetivo mellitus (proveniente de la misma raíz latina de la palabra miel), que señala la dulzura por su alto contenido en glucosa de la orina de estos enfermos. La diabetes mellitus se caracteriza fundamentalmente por la presencia de elevadas concentraciones de glucosa en sangre (hiperglucemia) debido a la alteración en la acción de la insulina o ausencia de esta hormona, que es producida en el páncreas para permitir la captación de glucosa por los tejidos (fundamentalmente el músculo) que la utilizan como combustible. En la diabetes insulino-dependiente tipo 1, las células pancreáticas que producen insulina han sido destruidas. La acumulación de glucosa en la sangre provoca su eliminación por el riñón acompañada de grandes cantidades de agua (lo que explica el aumento de la diuresis en estos pacientes) y es responsable de la alteración de proteínas en arterias de pequeño y gran calibre dando lugar a las complicaciones crónicas de la diabetes. Desde hace décadas consideramos que la mayoría de los casos de diabetes pueden clasificarse en dos grandes tipos que desde 1997 se aconseja denominarlos diabetes mellitus tipo 1 y diabetes mellitus tipo 2. La diabetes mellitus tipo 1 (antes llamada diabetes juvenil o insulinodependiente) corresponde a un 10-20 % de todos los casos de diabetes, y se caracteriza por la deficiencia de insulina desde el momento del diagnóstico clínico lo que hace necesario el tratamiento sustitutivo de esta hormona de por vida. Aunque la mayoría de casos se diagnostican entorno a los 14 años, ahora sabemos que puede manifestarse a cualquier edad. Cuáles son sus causas La diabetes mellitus tipo 1 es una enfermedad autoinmune, esto quiere decir que el fallo original está en nuestro sistema inmunitario, cuya función principal es defendernos de lo extraño (como ocurre en las infecciones, en las que los leucocitos y anticuerpos nos defienden de virus y bacterias), y que en estas enfermedades reconoce erróneamente como ajeno un tejido propio y lo destruye. En el caso de la diabetes mellitus tipo 1 son atacadas y destruidas las células productoras de insulina: las células beta del páncreas. Al carecer de insulina no se puede realizar correctamente el metabolismo de los hidratos de carbono, grasas y proteínas. El desencadenamiento de este ataque autoinmune se produce por una combinación de factores genéticos y ambientales. Entre los factores ambientales, los virus parecen los candidatos más probables. Hasta el momento no se han identificado causas específicas (incluyendo vacunas y elementos de la dieta) que puedan desencadenar esta enfermedad en personas que deben tener previamente una susceptibilidad genéticamente condicionada. Los factores hereditarios parecen tener un papel importante, pero el problema, prácticamente, nunca se adquiere directamente por herencia. Cuáles son sus síntomas Los síntomas principales antes del diagnóstico son habitualmente cansancio, pérdida de peso, sed intensa y continua producción de orina, incluso por la noche. Es especialmente grave la elevación incontrolada en sangre de glucosa y los llamados cuerpos cetónicos (que se producen en el hígado por un exceso de grasas liberadas al torrente circulatorio en situaciones de gran insulinodeficiencia) ya que, sin tratamiento, es potencialmente mortal cuando llega al extremo del llamado coma cetoacidótico. Cómo se diagnostica En las personas no diabéticas, el nivel normal de azúcar en la sangre es de cerca de 90 mg/dl. Tras una comida, este aumenta a casi 126 mg/dl. En general, no existe azúcar en la orina si el nivel de azúcar en la sangre es inferior a 180 mg/dl. El diagnóstico en estos casos suele ser sencillo al determinarse un valor de glucosa en sangre claramente elevado (habitualmente superior a 200 mg/dl) en el contexto de los síntomas antes mencionados. Esta prueba se puede realizar con una gota de sangre obtenida mediante un pequeño pinchazo en el dedo y con un sencillo medidor de glucosa, "glucómetro", en la consulta del médico, en un servicio de urgencias o en una farmacia. En muchos casos, el diagnóstico también puede realizarse midiendo la glucosa y los cuerpos cetónicos ("acetona") en la orina, con una tira reactiva. Cuál es el tratamiento inicial Desde el momento del diagnóstico debe iniciarse el tratamiento con insulina. El páncreas normal presiente un aumento en el azúcar de la sangre, tras una comida e, inmediatamente, ajusta el suministro de insulina al organismo. La insulina inyectada, sin embargo, es absorbida por la sangre, independientemente del nivel de azúcar en la sangre. Las personas diabéticas deben aprender a ajustar las comidas e inyecciones adecuadamente, de modo que eviten los extremos: el exceso de azúcar en la sangre (hiperglucemia) y la presencia de muy poco azúcar en la sangre (hipoglucemia). La mejor forma de hacerlo es medir el nivel de azúcar en la sangre, en varias ocasiones del día. Un diabético puede imitar al pancreas normal, inyectándose insulina de acción corta, a la hora de la comidas y de insulina de acción prolongada, antes de acostarse. Algunas personas diabéticas pueden conseguir resultados aceptables con menos inyecciones de insulina de acción prolongada o con mezclas de insulina de acción corta y prolongada. En la mayoría de los casos puede ser necesario un ingreso hospitalario durante algunos días para iniciar el tratamiento insulínico (que se administra por vía subcutánea en dos a cuatro inyecciones diarias), el ajuste de las dosis necesarias y, sobretodo, para recibir a través de un equipo especializado, la instrucción necesaria para la autoinyección de insulina, el análisis domicialiario de glucosa mediante aparatos denominados glucómetros y el seguimiento de una dieta adecuada. Los alimentos pueden dividirse en dos categorías: aquellos que contienen azúcares rápidos (hidratos de carbono rápidamente absorbidos) y aquellos que contienen azúcares lentos (hidratos de carbono lentamente absorbidos). Los alimentos con azúcares rápidos contienen azúcar refinado e incluyen compotas, dulces, caramelos, frutas, zumos de fruta y leche. Estos azúcares rápidos producen niveles de azúcar en la sangre muy elevados (dependiendo de la cantidad consumida) porque el azúcar llega a la sangre en un corto espacio de tiempo. Por lo tanto, es mejor ingerir azúcares lentos. Estos están contenidos en alimentos como patatas, vegetales y arroz. Son mucho más seguros para el diabético porque llegan a la sangre más lentamente y permiten que el organismo los absorba antes de que se "acumulen" (concentren) en la sangre. Las fibras de los alimentos también atrasan la absorción de los azúcares. El ejercicio aumenta la sensibilidad del organismo a la insulina, por lo que tiende a disminuir el nivel de azúcar en la sangre. Es preferible el ejercicio regular, porque fases súbitas de ejercicio vigoroso pueden causar problemas con el control del azúcar en la sangre. ¿Qué avances se han producido en los últimos años en el tratamiento con insulina? Puede decirse que la disponibilidad de insulina es ya una realidad relativamente reciente, comenzando su producción en 1923. Sin embargo en las últimas décadas se han producido grandes avances entre los que se encuentran la producción de insulina humana mediante técnicas de recombinación, la aparición de insulinas premezcladas (insulina rápida y lenta en diversas proporciones), el desarrollo de nuevos sistemas de administración como las plumas de insulina (precargadas desechables o recargables) y, sobretodo, las bombas de infusión continua de insulina. Estas últimas son sistemas de infusión continua de insulina por vía subcutánea o en algunos casos intraperitoneal de pequeño tamaño que permiten la programación exhaustiva de la administración de insulina que es administrada de forma continuada las 24 horas del día y en forma de bolus antes de cada comida simulando de forma más precisa por tanto la producción fisiológica de insulina por el páncreas. Además de la insulina humana se han desarrollado en los últimos años nuevos análogos de insulina mediante la modificación de la molécula original de la insulina que aportan ventajas en el perfil de absorción de ésta. Así disponemos actualmente de dos análogos de acción "ultrarrápida" - Lyspro (Humalog®) y Aspart (NovoRapid®)- y uno de larga duración (en torno a 24 h) y sin picos como insulina basal: Glargina (Lantus®). En relación con otros avances técnicos, también disponemos actualmente de métodos de monitorización contínua de glucosa mínimamente invasivos que permiten de forma cómoda y segura establecer el perfil de glucemia de una persona con diabetes durante las 24 h del día en estudios de más de 24 horas. Estos dispositivos aportan in formación valiosísima para detectar hipoglucemias nocturnas, fenómeno del alba, efecto Somogyi, errores en el autoajuste de insulina rápida a la ingesta,... Sin embargo, posiblemente el gran avance en el tratamiento con insulina de las últimas décadas es el autocontrol. Este modelo integral de tratamiento consiste en la modificación por parte de la persona con diabetes de su tratamiento insulínico de forma autónoma gracias a la posibilidad de determinar el valor de su glucosa en sangre en cualquier momento de forma rápida y sencilla mediante dispositivos denominados glucómetros y sobretodo a la educación diabetológica recibida a través de su Unidad de Diabetes. Estudios con grandes grupos de población (como el DCCT en Estados Unidos) han confirmado los beneficios de este modelo para conseguir un tratamiento intensivo de la diabetes tipo 1 y así prevenir sus complicaciones y además permite una mayor independencia y flexibilidad en su tratamiento a las personas con diabetes. DIABETES TIPO 2 El diagnóstico se realiza mediante la determinación glucosa en ayunas. El 6% de la población española tiene diabetes. La diabetes mellitus tipo 2 o no insulino-dependiente, supone el 80-90% de los casos de diabetes. La frecuencia de la diabetes mellitus está aumentando en todo el mundo de forma acelerada. Si en 1997 los datos de prevalencia se encontraban en torno a 124 millones de personas, se estima que en el año 2025 esta cifra llegará a 300 millones. En este tipo de diabetes se producen trastornos metabólicos caracterizados por una elevación inapropiada de la glucosa en sangre (hiperglucemia) que da lugar a complicaciones crónicas por afectación de grandes y pequeños vasos y nervios. La alteración subyacente en esta enfermedad es la dificultad para la acción de la insulina (como una pérdida de sensibilidad de los tejidos a esta hormona) que denominamos insulinorresistencia y una secreción inadecuada de insulina por las células encargadas de su producción en el páncreas. Además de aumentar la concentración de glucosa la acción deficiente de la insulina se traduce frecuentemente en elevación de los niveles de colesterol y/o triglicéridos. La mayor parte de los casos de diabetes mellitus tipo 2 se producen en el contexto de lo que llamamos Síndrome Metabólico. En este síndrome se asocian diabetes, hipertensión arterial, aumento de los niveles de colesterol, triglicéridos y/o ácido úrico y sobrepeso probablemente debidos también a la insulinorresistencia. El Síndrome Metabólico eleva notablemente el riesgo cardiovascular y es una causa fundamental de muerte en los países desarrollados. ¿Por qué se produce la diabetes mellitus tipo 2? Es bien conocida la mayor frecuencia de diabetes tipo 2 en personas con antecedentes familiares de diabetes. En los últimos años se han descubierto muchos genes relacionados con la posterior presentación de diabetes aunque este componente genético es complejo y, posiblemente, debe acompañarse de factores ambientales relacionados en este caso fundamentalmente con los hábitos de vida: sedentarismo y alimentación inadecuada. El 80 % de las personas con diabetes tipo 2 son obesas. En la diabetes Tipo 2, las células del páncreas todavía producen insulina, pero pueden haber perdido su capacidad de reponer el suministro de insulina rápidamente, cuando es necesario. Si el número de receptores de insulina en la superficie de las células es demasiado pequeño o si no funcionan debidamente, el azúcar de la sangre no puede entrar libremente en las células. Esta situación es llamada resistencia a la insulina o insensibilidad a la insulina. Cuando el azúcar entra en una célula, es conducido al lugar en el que es necesario, por un sistema de transportadores. Un defecto en este sistema es otra posible causa de resistencia a la insulina. ¿Cuáles son sus síntomas iniciales? La diabetes mellitus tipo 2 se caracteriza precisamente por ser prácticamente asintomática en sus fases iniciales. Este es en realidad el gran problema, ya que diagnosticamos diabetes con retraso (varios años con frecuencia) y se calcula que hasta un 50 % de personas con diabetes mellitus tipo 2 permanecen sin diagnosticar en este momento. Esto hace que con frecuencia (hasta un 20 %) las personas con este tipo de diabetes presenten signos de complicaciones en el momento del diagnóstico. Todo ello hace que la diabetes mellitus tipo 2 haya que buscarla de forma específica en las personas con riesgo, esto es, cualquier persona a partir de los 45 años y menores de 45 con: Obesidad Antecedentes familiares de DM Diabetes durante anteriores embarazos o niños con peso al nacer superior a 4 kg Hipertensión arterial Colesterol o triglicéridos elevados Antecedentes de alteraciones de la glucosa en sangre ¿Cómo se diagnostica? El diagnóstico se realiza inicialmente mediante la determinación glucosa en ayunas. Actualmente se considera patológico un valor repetido de glucosa mayor de 126 mg/dl. En un examen de glucosa aleatorio (sin ayunar) se sospecha la existencia de diabetes si los niveles son superiores a 180 mg/dl. En casos dudosos se recurrirá a la realización de una curva de glucosa (determinación de glucosa en sangre de forma seriada) tras la toma de un preparado con 75 g de glucosa. ¿Cuál es el tratamiento inicial? Es importante comprender que la diabetes Tipo 2 requiere atención cuidadosa aunque existan pocos o ningún síntoma. La diabetes Tipo 2, no tratada puede tener un efecto gradual y sutil. Existe también el riesgo de desarrollo de complicaciones más graves, llamadas complicaciones tardías de la diabetes porque pueden tardar años en aparecer. Son esencialmente problemas circulatorios y nerviosos y son mucho más frecuentes en los diabéticos que en los no diabéticos. Incluyen: Riesgo aumentado de ataques cardíacos y trombosis Circulación sanguínea deficiente y pérdida de sensación en las piernas y pies Lesiones en los ojos y enfermedad renal. El tratamiento de la diabetes tipo 2 se basa en tres pilares fundamentales: seguimiento de un plan de alimentación equilibrado, práctica de ejercicio físico regular y tratamiento farmacológico personalizado. Como hemos indicado anteriormente, un buen número de personas con este tipo de diabetes presenta un grado variable de obesidad, por lo que un objetivo primordial en estos casos es la reducción de peso. Este tratamiento debe ser individualizado en cada uno de sus aspectos y adecuado al modo de vida del paciente. ¿Qué avances se han producido en los últimos años en el tratamiento? Si su peso es normal, probablemente será necesario hacer únicamente pequeñas alteraciones en sus hábitos alimenticios. Si tiene exceso de peso, su médico le ayudará a cambiar su dieta para conseguir una pérdida de peso segura y a largo plazo. El ejercicio aumenta la sensibilidad del organismo a la insulina, por lo que tiende a disminuir el nivel de azúcar en la sangre. Es preferible el ejercicio regular, porque fases súbitas de ejercicio vigoroso pueden causar problemas con el control del azúcar en la sangre. En el momento actual disponemos de varios grupos de fármacos (estimulantes de la secreción de insulina, sensibilizadores de los tejidos a la insulina, inhibidores de la absorción de hidratos de carbono o grasas...) que permiten seleccionar el tratamiento más oportuno para cada paciente de acuerdo con sus características: obesidad, cantidad de insulina que produce su páncreas... Además de nuevos tipos de fármacos, han aparecido algunos con un perfil de acción y seguridad que los hace más eficaces, con menor número de efectos adversos y más cómodos para el paciente. Entre los fármacos recientes sobresale el papel de los denominados de forma genérica Tiazolidindionas o Glitazonas. Actualmente disponemos de dos: Rosiglitazona (Avandia®) y Pioglitazona (Actos®). Estos nuevos medicamentos para la diabetes son insulinosensibilizadores, es decir, favorecen la acción de la insulina en múltiples órganos y tejidos (hígado, tejido adiposo, músculo...). Además de mejorar el control glucémico en monoterapia o en combinación con otros fármacos han demostrado beneficios reduciendo las alteraciones asociadas a la diabetes tipo 2 y el síndrome metabólico (hipertensión arterial, alteraciones de los lípidos...). También podrían retrasar el inicio del tratamiento insulínico. La diabetes Tipo 2 puede no requerir insulina en las fases iniciales, pero la insulina puede resultar la mejor elección, simplemente porque otros tipos de tratamiento se han ido mostrando gradualmente inadecuados. El enfermo debe controlar sus niveles de azucar, tanto si está tratando su diabetes con comprimidos, con insulina o sólo con dieta y ejercicio. Cómo prevenir la diabetes tipo 2 Es conocido por todos. Los casos de diabetes tipo 2 aumentan de forma imparable en las últimas décadas, afectando en la actualidad a un 13,8% de los españoles mayores de 18 años. Además ya son numerosos los casos de este tipo de diabetes también en población infantil, algo poco corriente hasta hace pocos años. La buena noticia es que para la prevención de este tipo de diabetes, el remedio está en nuestras manos. La receta se basa en reconocer la importancia de mantener una correcta alimentación y practicar ejercicio físico de forma habitual. Esta será la fórmula para la prevención de la diabetes tipo 2. A continuación os presento un diálogo con preguntas y respuestas que pueden aclarar cómo prevenir la diabetes solamente con algunos cambios en la alimentación e incluyendo un poco de ejercicio en nuestra rutina. El ejercicio físico para prevenir la diabetes tipo 2 Practicar ejercicio físico de forma habitual aporta numerosos beneficios: mejora los niveles de colesterol, la presión arterial, ayuda a controlar el peso corporal y, especialmente, mejora la resistencia a la insulina, factor clave en el desarrollo de la diabetes. Además nos aporta beneficios psicológicos como la disminución de los niveles de ansiedad o el aumento de la autoestima y laautoconfianza. Desde hace años muchos estudios demuestran que aquellas personas que realizan ejercicio físico de forma habitual desarrollan menos casos de diabetes tipo 2que aquellas otras que permanecen sedentarias, sobre todo en aquellas personas que ya tienen alto riesgo de padecer diabetes. - ¿Qué tipo de ejercicio es más recomendable? El objetivo principal es incrementar nuestro gasto energético global. Por tanto, cualquier ejercicio físico aportará interesantes beneficios para la salud. Debemos procurar ser más activos en nuestro día a día, es decir, incrementar nuestra actividad física habitual en casa o en el trabajo y se complementará con algunos ejercicios de carácter aeróbico, como caminar rápido, montar en bicicleta, nadar o salir de excursión. Estos son los ejercicios que consumen más cantidad de glucosa mientras se realizan y por tanto tienen un mayor efecto preventivo de la diabetes tipo 2. - ¿Cuánto ejercicio físico es necesario realizar? Al hacer ejercicio no solo se consume glucosa sino que también se estimulan las fibras musculares dándoles la capacidad de transportar glucosa al interior de las células. Se produce el mismo efecto que la insulina. Estos efectos se producen cuando el ejercicio físico realizado tiene una duración de más de 30-60 minutos. Además este efecto puede durar hasta más de 12-24 horas después de haber finalizado la actividad. Por ello, se recomienda realizar ejercicio físico a diario o como mínimo en días alternos, para así aprovechar al máximo este efecto del ejercicio en las horas posteriores. - ¿Cómo realizar el ejercicio? El ejercicio físico debe incluirse como una actividad más dentro de nuestra agenda semanal. Idealmente, será una actividad placentera, que además ayude a relajarnos y eliminar ansiedad o tensiones adquiridas durante el día a día. No obstante, en la actualidad sabemos que la mayor prevención de la diabetes se produce cuando el ejercicio se realiza a intensidad moderada. Si paseamos o hacemos bicicleta estática a ritmo muy suave obtendremos algunos beneficios para la salud pero el efecto sobre el consumo de glucosa no será demasiado importante. Un método para controlar la intensidad a la que se practica el ejercicio es medir la frecuencia cardiaca. Esto lo podemos hacer de forma muy sencilla midiendo el pulso radial (en la muñeca) o carotídeo (en el cuello) o de forma más precisa mediante el uso de aparatos denominados pulsómetros. Estos los podemos encontrar en tiendas de deportes a precios cada vez más asequibles. Para realizar el ejercicio a intensidad moderada se deberán mantener unos valores cercanos al 70% de la frecuencia cardiaca máxima de cada persona. Esta frecuencia cardiaca máxima depende fundamentalmente de la edad de cada persona. A continuación podéis encontrar una tabla en la que aparece la frecuencia cardiaca recomendada según la edad a la cual se debe realizar el ejercicio físico: Edad (en años) Frecuencia cardiaca Edad (latidos por minuto) (en años) Frecuencia cardiaca (latidos por minuto) 15 143 50 121 20 140 55 118 25 136 60 116 30 133 65 113 35 129 70 111 40 126 75 108 45 123 80 106 En el caso de que no se quiera o pueda controlar la frecuencia cardiaca existe un sistema más fácil de adaptar a cualquier persona. Se denomina el “Test del Habla”. Se trata de que, al realizar actividades de carácter aeróbico como caminar o ir en bicicleta, se debe mantener un ritmo en el cual usted note que empieza a perder ligeramente la respiración. Eso sí, sin llegar a notarse ahogado o con dificultad para respirar. Se denomina test del habla porque a esa intensidad podría hablar a la vez que hace el ejercicio pero necesitará hacer alguna pausa mientras habla para poder tomar aire. Mantener esta intensidad de ejercicio es muy importante en la prevención de la diabetes pues es a esta intensidad cuando el organismo comienza a utilizar más glucosa para realizar la actividad muscular. Así, al empezar a perder la respiración es el signo como el organismo nos indica que empieza a quemar una buena cantidad de glucosa para realizar esa actividad. - ¿Se debe evitar algún tipo de ejercicio físico? Especialmente en aquellas personas que actualmente son sedentarias y quieren iniciarse en la práctica de ejercicio físico, de inicio, deberían evitar aquellos ejercicios de elevada intensidad (por encima de la frecuencia cardiaca recomendada). Por otro lado, es recomendable evitar aquellas actividades denominadas de alto impacto, como correr, saltar, etc. en aquellas personas con sobrepeso importante o que ya padezcan problemas osteo-articulares. En estos casos, será mejor realizar actividades de mucho menor impacto como aquellas que se realizan en el agua, como aquagym, u otras como gimnasia o trabajo con pesos. La alimentación para prevenir la diabetes tipo 2 Otro punto fundamental en la prevención de la diabetes es el cuidado de la alimentación.Un buen control alimentario reduce la probabilidad de padecer diabetes a la vez que ayuda a prevenir otros trastornos como hipertensión o aumentos delcolesterol habitualmente asociados a la diabetes y que incrementan la posibilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares. - ¿El exceso de peso aumenta el riesgo de padecer diabetes tipo 2? Claramente sí. El exceso de peso, sobre todo cuando este se distribuye en la zona abdominal aumenta el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Por tanto, la alimentación, junto al ejercicio físico, es una de las herramientas imprescindibles. Es importante considerar la gran dificultad que entraña bajar peso y, especialmente, mantener a largo plazo el peso perdido. Si bien la reducción aconsejada se sitúa en torno al 5-10% del peso corporal, en un estudio reciente, menos del 10% de los sujetos estudiados habían conseguido mantener pérdidas del 5-10% del peso después de solamente un año de seguimiento. - ¿Qué tipo alimentación es más recomendable? Tradicionalmente, la pauta de alimentación recomendada para prevenir la diabetes tipo 2 ha sido la clásica dieta denominada hipocalórica. Esta trata de reducir las calorías totales de la alimentación, a base de restringir principalmente la cantidad de grasas y alimentos proteicos de la dieta y manteniendo una mayor proporción de alimentos ricos en hidratos de carbono. En los últimos años varias investigaciones están aportando datos que indican que otros tipos de pauta alimentaria podrían ser más beneficiosas que esta tradicional pauta hipocalórica. Recientemente se ha encontrado que la dieta Mediterránea reduce el número de casos nuevos de diabetes un 50% más que la dieta hipocalórica tradicional. Atención, seguir una pauta de alimentación hipocalórica todavía se considera como una buena opción para prevenir la diabetes tipo 2, pero parece ser que el estilo de alimentación Mediterráneo, bien sea utilizando aceite de oliva o bien frutos secos sería todavía más beneficioso. Otros estudios publicados en los últimos años brindan otra posibilidad. Se trata de seguirdietas con menor contenido en hidratos de carbono que las tradicionales. Consiste en modelos de alimentación equilibrada y saludable pero en los que se reduce la cantidad y la frecuencia de aquellos alimentos más ricos en hidratos de carbono como azúcares y dulces pero también harinas como arroz, pasta, patata, legumbres, pan y cereales. Por el contrario se tiende a incrementar la cantidad de alimentos proteicos (como carnes, pescados o huevo) y de alimentos grasos, especialmente de aceite de oliva u otras grasas cardiosaludables. Con estos sistemas de alimentación de menor contenido en hidratos de carbono se producen pérdidas de peso corporal algo superiores a las que se consiguen con dietas hipocalóricas tradicionales por lo que pueden ser utilizadas para reducir peso corporal y así reducir el riego de diabetes tipo 2 - ¿Debo evitar consumir azúcar? Durante mucho tiempo, el principal consejo para evitar o tratar la diabetes tipo 2 ha sido disminuir o evitar el consumo de azúcares. Este es un consejo muy importante pero no suficiente para prevenir la diabetes. El azúcar o los alimentos ricos en azúcares suelen ser alimentos de bajo interés nutricional, con poca cantidad de nutrientes beneficiosos y alta cantidad de nutrientes poco deseables como grasas saturadas, colesterol y sal. Pero puede ser que no sea suficiente con solamente eliminar los azúcares de la alimentación. Hoy día sabemos que aquellos alimentos que contienen gran cantidad de harinas refinadas, como pan blanco, cereales, arroz blanco o bollería se digieren y pasan a la sangre de forma casi tan rápida como los azúcares. Ello contribuye a una mayor demanda de insulina por lo que serían alimentos poco recomendables en la prevención de la diabetes tipo 2. En su lugar, se deberían elegir alimentos menos refinados y con un mayor contenido en fibra, como arroz integral o panes de cereales menos refinados como los de avena, centeno o quinoa. Este tipo de harinas se digieren con mayor lentitud, provocando un menor efecto sobre los valores de glucosa en sangre a la vez que ayudan a calmar el apetito pues producen una mayor sensación de saciedad. - ¿Cuántas veces al día debo comer? Una de las recomendaciones habituales en la prevención o tratamiento de la diabetes escomer 5 ó 6 veces al día. Esto se basa en que si se reparte la alimentación varias tomas a lo largo del día el impacto sobre las cifras de glucosa en sangre es mucho menor, a la vez que se consigue moderar algo más el apetito. No obstante, cabe insistir en que se trata de comer 5 ó 6 veces al día, sino de repartir lo que ya se toma desayuno, comida y cena en 5 comidas diarias. Nuevos dispositivos asistenciales para hacer frente a la elevada prevalencia de la diabetes El Hospital Universitario de Bellvitge es uno de los centros pioneros en Cataluña en poner en marcha una Unidad Funcional de Pie Diabético con el objetivo de mejorar la asistencia del 15% de pacientes con riesgo de sufrir una lesión grave en el pie. La puesta en marcha de consultas virtuales entre médicos de familia y endocrinos de referencia ahorran derivaciones presenciales innecesarias a los especialistas y agilizan así el tratamiento del enfermo diabético. El Aula de Pacientes favorece la comunicación entre médicos, pacientes y familiares, cosa que mejora el conocimiento de su enfermedad y su estado de ánimo. La diabetes es una enfermedad sin cura que afecta aproximadamente al 14% de la población española. El aumento del envejecimiento, el sedentarismo y la obesidad están haciendo que la prevalencia de enfermos diabéticos aumente año tras año. Entre un 20% y un 30% del total de pacientes que ingresan en el Hospital Universitario de Bellvitge padecen diabetes. Por ello, es primordial encontrar nuevas formas más eficaces de tratar a este tipo de enfermos, dispositivos que agilicen y optimicen su tratamiento. La Unidad Funcional de Pie Diabético del Hospital Universitario de Bellvitge, puesta en marcha hace un mes, es uno de los centros pioneros en Cataluña que permite que los diferentes especialistas que intervienen en la enfermedad aborden conjuntamente y en una sola visita al paciente. Así, facultativos de los servicios de Endocrinología, Medicina Interna, Enfermedades Infecciosas, Cirugía Vascular, Cirugía Plástica, Traumatología y Rehabilitación trabajan conjuntamente y en conexión directa en el tratamiento de aquellos pacientes con diabetes que desarrollan una úlcera en el pie. La diabetes es la principal causa de amputación no traumática en nuestro país, aproximadamente un 15% de los diabéticos tienen una úlcera en el pie que puede evolucionar en lesión grave y posible amputación. "El enfermo con complicaciones asociadas con el pie diabético necesita una atención especial ya que ésta es una enfermedad de gran complejidad. El abordaje debe ser rápido para evitar lesiones graves, algo que conseguimos con la Unidad Funcional de Pie Diabético, la cual permite a los médicos de primaria y a los propios especialistas derivar a los pacientes con un tiempo de espera de muy corta duración", explica el Dr. Manuel Pérez Maraver, jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario de Bellvitge. El manejo multidisciplinario bajo un protocolo conjunto que se consigue con esta unidad es el tipo de tratamiento que más garantiza las probabilidades de éxito. Otro nuevo dispositivo implantado hace dos semanas en el área de referencia del hospital es la consulta virtual. Mediante una agenda electrónica especial, los facultativos de los centros de atención primaria están conectados en cualquier momento con los especialistas del hospital. "Las consultas virtuales son una herramienta clave para que los médicos de familia puedan resolver cualquier duda que tengan con los endocrinos sin necesidad de derivar al paciente a una cita convencional. La respuesta se produce en menos de una semana", asegura el Dr. Pérez Maraver. Así, se consigue una conexión directa con los CAP, que son los que mantienen más contacto con los enfermos, y se ahorran derivaciones innecesarias a los hospitales, lo que permite alcanzar una respuesta más rápida y eficaz. La llamada Aula de Pacientes es un nuevo proyecto creado por el Hospital Universitario de Bellvitge destinado a favorecer la comunicación tanto entre médicos y pacientes, como entre los propios pacientes y sus familiares. En estas sesiones monográficas abiertas a todos se intercambian de manera distendida informaciones y experiencias que tienen que ver con la enfermedad, con el objetivo de mejorar las condiciones de salud del colectivo en cuestión. "En las reuniones los pacientes y los familiares se relajan y nos hacen preguntas que en la consulta no se atreven. Además, las experiencias compartidas ayudan a mejorar el estado de ánimo de los pacientes y de sus familiares", indica el Dr. Pérez Maraver. Por otra parte, la bomba de insulina se ha constatado como el mejor tratamiento en pacientes con diabetes tipo 1, enfermos que habitualmente comienzan la enfermedad en una edad joven y necesitan de insulina desde el comienzo, cuando su control es especialmente difícil. Este perfusor subcutáneo tiene la ventaja de poder programar la cantidad de insulina exacta que el enfermo recibirá en cada momento, por tanto, es más preciso que las inyecciones convencionales. "La bomba de insulina es muy útil en determinados casos cuando con el tratamiento convencional, 3 o 4 dosis de insulina diaria, no se alcanza un buen control". De esta manera, se establece un tratamiento óptimo y se evitan los molestos pinchazos. Casi un tercio de los ancianos en España tiene diabetes Pese a que el tratamiento de la diabetes en el paciente anciano representa un problema de salud pública1, el abordaje de la patología ha recibido escasa atención en este grupo de edad2 Unos 70 médicos internistas se reúnen para elaborar un consenso sobre el uso eficiente de recursos diagnósticos y tratamientos para los ancianos con diabetes y otros factores de riesgo cardiovascular El encuentro “Choosing Wisely in Management of Cardiometabolic Risk in the Elderly Patient”, está organizado por la Alianza Boehringer Lilly en Diabetes junto con la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) En España, la prevalencia de diabetes en personas mayores de 75 años es del 30,7% en varones y del 33,4% en mujeres, mientras que “cerca del 40% de los casos no están diagnosticados”, asegura el Dr. Ricardo Gómez Huelgas, coordinador del Grupo de Diabetes y Obesidad de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI). Siguiendo los datos del estudio Di@abetes, más de la mitad de la población con diabetes tipo 2 (DM2) en nuestro país tendría más de 65 años de edad. A pesar de la elevada prevalencia, los expertos sostienen que el tratamiento de este grupo poblacional ha recibido escasa atención y que existe una carencia de ensayos clínicos específicos sobre el riesgo-beneficio del tratamiento antidiabético intensivo a largo plazo. Mejorar la calidad en el cuidado de este tipo de pacientes es una de las preocupaciones actuales de los expertos, pero también lo es optimizar el uso de los recursos diagnósticos y los tratamientos para los ancianos con diabetes. Con estos objetivos, cerca de 70 internistas especialistas en diabetes, hipertensión arterial y dislipemias se han reunido en Valencia en el encuentro ‘Choosing Wisely in Management of Cardiometabolic Risk in the Elderly Patient’. Las conclusiones de la reunión, organizada por la Alianza Boehringer Lilly en Diabetes junto con la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), se recogerán en un documento de consenso en forma de recomendaciones para el tratamiento del anciano con diabetes. “Dada la alta prevalencia de la diabetes y otros factores de riesgo cardiovascular y el incremento de costes que representan, un uso coste-eficaz de los recursos disponibles resulta esencial para la sostenibilidad del sistema sanitario”, apunta el Dr. Ricardo Gómez Huelgas, quien dirige el encuentro ‘Choosing Wisely’. Abordaje individualizado El Dr. Gómez Huelgas ha recordado que “la clave para abordar adecuadamente esta enfermedad de carácter pandémico reside en implementar unas adecuadas políticas de prevención -lucha contra la obesidad, promoción de una dieta saludable y del ejercicio físico- y, por otro lado, realizar un enfoque integral de los factores de riesgo de la población”. Centrándose en los pacientes de edad avanzada con diabetes, ha señalado que representan una población muy heterogénea y tienen peculiaridades que condicionan su diagnóstico y tratamiento: comorbilidades, alto riesgo de hipoglucemia o problemas nutricionales4, entre otros. “Por todo ello, resulta imprescindible realizar un abordaje individualizado, adaptando el tratamiento antidiabético y los objetivos de control glucémico a las características del paciente”, remarca el Dr. Gómez Huelgas. La terapia deberá evitar las hipoglucemias, que suponen el principal efecto secundario del tratamiento antidiabético en los ancianos, y que pueden tener graves consecuencias como la disminución de la calidad de vida, el deterioro cognitivo, el mayor riesgo de caídas y fracturas o los episodios cardiovasculares4. “Es importante, asimismo, que los medicamentos hipoglucemiantes sean seguros desde el punto de vista CV y compatibles con la presencia de insuficiencia renal, enfermedades muy frecuentes en este tipo de pacientes”, subraya el experto. En el encuentro se ha hablado de hipertensión arterial, cuyo adecuado control “proporciona mayores beneficios que el propio control glucémico”, según el Dr. Gómez Huelgas. En cuanto a la obesidad y la nutrición, el director de ‘Choosing Wisely’ ha hecho hincapié en que la modificación del estilo de vida -dieta y ejercicio“resulta imprescindible para planificar un adecuado tratamiento de la diabetes en el anciano, aunque debe adaptarse a las posibilidades y al estado nutricional de los pacientes”. Expertos coinciden en que, sin la implicación del paciente con diabetes, el tratamiento de la enfermedad no tendrá éxito La individualización de la terapia antidiabética permite una mejor adherencia al tratamiento y puede suponer un ahorro a corto-medio plazo para el sistema sanitario al evitar las complicaciones de la diabetes El 15% delas consultas de Atención Primaria se relacionan con la diabetes1, y puede suponer la segunda causa de consulta en endocrinología, según los expertos Especialistas en diabetes han hablado sobre la necesidad de individualizar la terapia antidiabética teniendo en cuenta las características y necesidades personales de cada paciente, de manera que sea este el que tome un papel protagonista en el manejo de su enfermedad hasta el punto que, sin su implicación, los expertos aseguran que el tratamiento de la diabetes no tendrá éxito. Estas son las principales conclusiones del simposio ‘¿Es posible la individualización del tratamiento en las personas con diabetes tipo 2?’, organizado por la Alianza Boehringer Ingelheim y Lilly en Diabetes en el 35º Congreso Nacional de SEMERGEN. En él han participado el Dr. Javier Escalada, del Departamento de Endocrinología y Nutrición de la Clínica Universidad de Navarra, y el Dr. José Javier Mediavilla Médico de Familia del Centro de Salud Burgos Rural. Diabetes en Atención Primaria y Endocrinología La diabetes mellitus tiene un peso cada vez más relevante tanto en las consultas de Atención Primaria (AP), donde supone el 15% del total de visitas1, como en las endocrinológicas, en las que “probablemente es la segunda causa de consulta, con un porcentaje de entre el 33 y el 50%. Además, hay especialistas dedicados casi exclusivamente al tratamiento de la diabetes, lo que puede suponer hasta el 90% de sus consultas endocrinológicas”, asegura el Dr. Escalada. Los doctores han subrayado que el tratamiento individualizado se refiere a la atención centrada en la persona y se aplica no sólo en lo referente a los fármacos, sino también al estilo de vida del paciente. “La toma de decisiones se realiza de forma compartida entre médico y paciente, de tal manera que ambos actúan como socios, intercambiando mutuamente información y reflexionando sobre las distintas opciones, con el fin de llegar a un consenso respecto a la línea de actuación terapéutica”, subraya le Dr. Mediavilla. Los aspectos a valorar por ambos a la hora de decidir qué terapia aplicar son la edad del paciente, los años de evolución de la diabetes, el grado de control glucémico, la presencia de comorbilidades o los recursos socioeconómicos y culturales. En este sentido, el endocrinólogo Javier Escalada apunta que, en los últimos años, “se ha pasado del ‘café para todos’ a la necesidad de identificar determinadas características de nuestros pacientes a la hora de decidir qué pauta terapéutica es la más adecuada para ellos y en ese momento concreto de la evolución de su diabetes”. El amplio abanico de fármacos antidiabéticos existentes en la actualidad también facilita a los profesionales escoger aquel que resulta más adecuado para cada paciente teniendo en cuenta los aspectos anteriores, según han señalado los expertos. Ventajas de la individualización Entre las ventajas de la personalización, el médico de AP y el endocrinólogo han destacado una mejor adherencia del paciente al tratamiento, asegurando un mejor cumplimiento terapéutico, y el ahorro de costes para el sistema de salud: “aunque inicialmente pueda suponer un mayor coste por la elección de fármacos de aparición más reciente y, por tanto, más caros, la individualización puede traducirse en un ahorro a corto-medio plazo en cuanto a la disminución de complicaciones derivadas de hipoglucemias, determinación de glucemias capilares e incluso eventos cardiovasculares”, enfatiza el Dr. Mediavilla.