Proyecto Educativo Educación Transpersonal

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Carmen Reyes Cardona
Proyecto Educativo Educación Transpersonal
“Profundización del niño interior”
Introducción
El pequeño mundo que nos rodea, cambia cuando cambiamos nosotros y como
una onda expansiva, se extiende en la sociedad que estamos y vivimos.
Este proyecto está basado en la hondura, en mirar, sentir, traspasar y
comprender profundamente, lo que se encuentra en nuestro interior emocional y
psicológicamente, porque sencillamente está, ya que lo hemos vivido, por ello lo
sentimos, es nuestro, la cuestión está en que hacer con ello.
Nunca rechacé nada que viniera a nivel persona de dentro, con cerca de 30
años de práctica de meditación, sin ser consciente que un buen tramo no sabía que
meditaba, que indagaba dentro, para poder de primero entender a nivel racional, lo
que ocurría fuera en las relaciones con las personas que más amaba.
Me dolía mucho ciertas reacciones y sentimientos que se hacían presentes sin
saber de donde venían, esto me ha llevado a un compromiso conmigo, a sentir mucho
dolor por no saber que pasaba dentro, son más de 25 años de investigación, en ir
descubriendo en el día a día lo que pasaba en mi vida. Mucho de ello no me gustaba,
no tenía a alguien que me comprendiera, que me acompañara cuando el dolor se hacía
más intenso.
Empecé a investigar en algunos libros, el más que me llegó y que sigue estando
en la mesilla de noche, es el Discipulado de la Nueva Era de Alice Bailey, este libro
habla al alma, no se ocupa de lo personal, esto nos corresponde a nosotros traspasarlo
y comprender a nivel físico, emocional y mental.
Una mente que tenía muy condicionada que ya puedo comprenderla y utilizar,
y no que ella me utilice a mi, esto pasa si estoy atenta, en el corazón, en Presencia. Si
me descuido ella me gobierna con su cantidad de personajes, ahora sutiles, no están
en la cabeza, si alrededor, algunos muy espiritualizados y otros muy engañosos,
ilusorios, con todo lo que hemos realizado en nuestra búsqueda de conocimiento, y
quedarnos ahora desnudos, de todo lo que nos sirvió en su momento para ir
avanzando. Ahora para seguir avanzando, se trata de vivir desde Dentro, tarea nada
fácil.
Recuerdo siempre que detrás de todos los personajes está el miedo,
precisamente por causa de nuestros miedos, originados en la niñez, le vamos dando
forma a los roles, que se van convirtiendo en personajes, en la medida que vamos
creciendo para sobrevivir.
Además, son mecanismos de defensa a los que nos agarramos para no morir,
porque nos sentimos morir, al no haber Presencia de las personas que nos rodeaban,
ello creó una soledad, un abandono emocional y afectivo, estaban ahí, pero no estaban
presentes, su vida giraba en la repetición de los viejos patrones de conducta y formas
de vida, más las carencias y necesidades, las estrecheces económicas que les tocó vivir
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a las personas que me criaron. Ahora se vuelve a repetir en la crisis que vive a nivel
mundial para tomar conciencia que el ser humano ha de vivir más desde sí mismo que
desde fuera.
¿Cómo está ese “sí mismo”? Llevamos más de 1000 años escuchando frases
como “Ama a tu prójimo, como a ti mismo”, cómo voy a amar realmente a los demás si
no me amo a mi, si somos en ocasiones nuestros peores enemigos, nos hacemos tanto
daño ocultando, llevando de nuevo al sótano, al inconsciente los sentimientos de
dolor, desamparo, tristeza profunda, enfados, abandonos…
En otras circunstancias, experiencias o vivencias se volverán a repetir y se
vuelve a hacer lo mismo, hay tanto dolor reprimido que impide al ser humano hasta
respirar ampliamente. En otros conocedores de esto, hay miedo de sentir lo que ya se
está sintiendo, aquí con sus mejores argucias la mente condicionada y muy bien
informada (ego) vuelve a apretar todo esto al inconsciente, hasta otro día que
aparezca y así hasta cuando seamos lo suficientemente humildes y valientes, para
aceptar plenamente que lo que vivimos de niños/as fue verdad, que lo que hemos
sentido de niños fue verdad, reconocer plenamente lo vivido, lo sentido, nos lleva a ser
totalmente honestos y valga la redundancia a desnudarnos, a quitarnos los ropajes,
por muy bellos que parezcan, por la trayectoria vivida, a despojarnos de todo, lo
obtenemos Todo.
Muchos de nosotros lo “sabe” a nivel intelectual, otra cosa muy diferente es
experimentarlo, vivirlo e irlo traspasando dure lo que dure su proceso.
Al darnos cuenta a nivel mental, nuestra alma en ese darse cuenta, nos muestra
la visión, y es verdad, decimos: “¡ah, ahora me doy cuenta!”, el alma utiliza la mente
cerebral para reflejar lo que necesita, para avanzar y conseguir su Propósito, por lo que
vino aquí y ese “darse cuenta”, al verlo, es Real, pero solo se ha visto. Ahora toca
experimentarlo por muy doloroso que sea reconocer una realidad humana vivida y no
comprendida profundamente, sino comprendida a otro nivel, saltándose el profundizar
y ver que hay detrás de esto que tanto me duele, me irrita o me atemoriza, me
confunde… y prefiero, volverlo a tapar y seguir hasta que en la próxima vivencia, que
se me mueva y vuelva a aparecer.
Sabemos que la enfermedad es un camino para liberar lo que aplastamos y
enviamos al inconsciente, lo que al final termina alojándose en el cuerpo físico. Si, la
enfermedad es un camino de liberación, algunos no logran sobrevivir a ella, los que lo
logramos, hemos de tener plena conciencia para ir “caminando”, avanzando a la
Conciencia Pura, me viene una frase que es anónima: “Si no has muerto, es que
todavía te queda algo por hacer”.
Comprensión profunda
Estamos en un momento de grandes cambios en la humanidad, estamos
avanzando a una nueva conciencia, esto es bien conocido por muchos, cada vez somos
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más, los que “despertamos” a una nueva forma de vida, a dejar atrás viejos
paradigmas.
Nos encontramos, en la búsqueda de lo sencillo, de lo simple, de dejar de
complicarnos la vida y esto solo lo encontramos Dentro.
Llevar a las personas la Educación Transpersonal, implica que lo vivamos
primero en nosotros, por eso todas/todos estamos “revolucionados” internamente,
una parte adulta lo tiene claro y unas partes inconscientes que vienen de la niñez
vivida con lo viejo, con lo que no nos servía y nuestras mentes sabían, que lo que
estaba viviendo no era, no éramos comprendidos, ni respetados y al traer un alma con
cierto recorrido, como avanzadilla a sembrar la nueva conciencia, esto le afectó
muchísimo al niño/a que hemos sido.
Llenando de dolor e incomprensión a este niño o niña que sabía que aquello
que vivía no era, era castigado, sometido, ignorado, por ser como era, incluso, mirado
como un bicho raro, o algo de rara especie. Algunos de nosotros hemos sido
sobreprotegidos, queridos a través de las carencias y necesidades de los niños en
cuerpos de adultos que demandaban cariño, atención… a nuestros niños. Es un mundo
inconsciente y que lo hemos vivido la gran mayoría en occidente, por no decir que
todos/as.
Las personas que nos criaron sabemos que nos dieron lo que
sus miedos, sus vergüenzas… Nos han amado con la carga de su
Muchos hemos recibido lo mejor de ellos y nos han dado todo
recordemos, que también ellos tienen sus propias vivencias sin
totalmente de ello.
tenían, también
propia historia.
lo que podían,
ser conscientes
Estas personas que nos han dado “todo” nos lleva a mistificarlo y esto nos hace
impedir nuestro avance, “fueron tan buenos, me dieron tanto”, ello nos hace sentir
“malos/as”, si vemos en ellos cualquier tipo de manipulación, nos sentimos culpables,
esta manipulación, basada en sus carencias y necesidades que vienen desde su niñez.
Ver, atreverse a ver nuestra propia realidad humana, reconocerlo nos hace ver
la Realidad nuestra y la del otro y esto nos lleva a la comprensión profunda de
nosotros mismos, paso a paso, y a la comprensión profunda de los otros, esta
comprensión es Amor, Amor del grande y en ello está incluido el perdón.
Atreverse a decir que se puede experimentar para quien así lo decida que hay
un “camino más directo” para llegar a la raíz, a la causa, al origen de nuestro dolor,
angustia, tristeza, abandono, enfado… Ello es a nivel personal, luego podemos ver,
conocer, traspasar, comprender y darle Amor desde nuestro Amor Presencia, a esas
partes nuestras que hacemos conscientes, para darle lo que no tuvo y no porque no les
quisieran, sino porque no les amaron, escucharon, respetaron, protegieron,
atendieron, cuidaron como necesitaba, sino que nos han amado, que nos dieron lo que
tenían y mejor sabían desde donde estaban con sus condicionamientos, viejas formas
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de vidas, patrones de conductas, creencias, necesidades y carencias afectivas y
emocionales.
Poco a poco, en la medida que vamos viajando a nuestro interior, vamos
dándonos cuenta en la Consciencia del Ser, es más profundo, no solo lo hemos visto
reflejado en nuestra mente consciencia cerebral, el alma ha enviado su Luz y es
verdad, ahora hacemos el viaje desde el Amor que emana nuestra Esencia, para
iluminar, amar, abrazar, en su origen, en la raíz, en la causa de tanto dolor, angustia,
tristeza… A través de este viaje al origen, sanamos las heridas de lo que llamamos el
niño interior, que nos lleva al Niño Maravilloso que se asemeja a nuestra alma y ésta
nos conduce a la Esencia que Somos y la Luz y la Sabiduría primordial nos encuentra.
Si leemos desde la cabeza, no lo vamos a comprender, si lo leemos desde el
corazón, si que nos llega.
Llevada de la forma que aquí se expresa la práctica del niño interior, es una
técnica transpersonal que nos libera y nos hace vivir y disfrutar de unas relaciones más
sanas y más conscientes.
Hubo un momento de mi vida que me dije, “¡vasta ya!, estoy cansada de vivir
esto, quiero vivir, quiero comprender, quiero saber de donde parte todo esto que
estoy sintiendo, que me llena de dolor, angustia y que me crea tanto desasosiego”,
sobre todo dolor, hay que tener mucha humildad para reconocer y aceptar
plenamente que lo que me saca de mis casillas y me enfurece y saco lo peor de mi,
está dentro y es mío, lo veo fuera y lo siento, porque pega en lo que siento en mi
interior.
Una experiencia sencilla de comprender es en como repetimos en las
generaciones lo que nos molesta y repatea de nuestra madre o padre, terminamos
siendo y actuando como ellos, cuando nos “cabrea” y nos duele el comportamiento de
mi hijo o mi hija es tan grande el dolor y el enfado, porque me duele doble, lo que
siento fuera, lo que este hijo que expresa su dolor y enfado por el abandono
emocional y afectivo y a veces hasta físico que vivió en su relación conmigo me toca
con mi propio dolor al abandono que viví cuando era niña o preadolescente por no
tener presentes a mis padres, sentirlos, sentir su conexión del amor calentito, eso no
estaba, tampoco mi hijo lo tuvo, porque su madre, no estaba como él necesitaba que
estuviera presente, con Presencia.
Por eso el dolor era laceante, me cortaba por dentro, hoy lo comprendo
profundamente en como lo sentía doble, como me pude liberar de lo que sentía, solo
conozco una vía y es llegar a esa niña que fui, a esa preadolescente, adolescente, todas
las partes éstas, tienen a la niña pequeña dentro, que abandonó su verdadero Ser para
ser alguien que no era para sobrevivir creando los personajes de la fuerte, rebelde,
para mostrarle a los demás que podía, que salía adelante y que también de paso les
sacaría a ellos de donde están, ¡qué pre-potencia!
Y este personaje me ayudó enormemente a salir adelante hasta que comprendí
que no estoy en esta vida para salvar a nadie sino para salvarme y acompañar a los
demás para que lo hagan también en ellos mismos.
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Ahora quiero ser auténtica, sencilla, este personaje mencionado me estorba,
hace que quiera mantenerme en lo viejo, porque si suelto eso, ¿de qué me agarro?,
voy a sacar mi vulnerabilidad, ¡qué vergüenza!, ¡qué me vean débil!, ¡qué miedo!,
todas estas personas a mi alrededor se vendrán abajo, dice otro personaje, “tienes que
hacerte la fuerte”, dice otro personaje.
Cuando esto ocurre y muestro mi vulnerabilidad, mi “debilidad”, se muestra un
Gran Regalo, ya no tengo que hacerme la fuerte, soy Fuerte, porque me he rendido,
me he entregado con toda humildad, he aceptado la vulnerabilidad plenamente, y, a
su vez, brota la Fortaleza. Y esto no queda ahí, los de fuera, los que me rodeaban, el
Equipo de la ONG AdA, mis hijos, empezaron a crecer, al verme que soy como ellos,
que me muestro como soy, que la trayectoria de terapeuta eficaz y útil no se vino
abajo, todo lo contrario, me volví más cercana, más humana, más amorosa, ¡qué
descanso!
Desmontar todo el tinglado que había montado, en una personalidad que se
resistía a entregarse al alma.
Los personajes que había creado eran muy poderosos, los había creado o mejor
dicho, les había empezado a dar forma en los roles que de niña iba adoptando para
sobrevivir, para obtener un poco de atención, en definitiva, un poco de cariño.
Y lo hice teniendo como base el miedo, por miedo a que no me miraran o sentir
que no existía para ellos. Así, vamos comprendiendo, que eso de no existir, nos
conecta como muertes, el abandono, por eso ese miedo, y el dolor más fuerte con el
que conecta el ser humano que también soy. Este dolor, tristeza profunda se da en las
separaciones, en las pérdidas, toca esa experiencia, con la primera experiencia de
dolor y ello se nos va repitiendo en nuestra vida hasta que decidamos viajar hacia la
raíz de todos nuestros dolores, angustias y terrores, para encontrar al niño/a que
hemos sido, así vamos repitiendo historia de generación en generación, no somos
culpables de nada, si responsables de nuestra vida, de lo que siento, pienso, hablo y
actúo, liberarnos en esta vida de todos los personajes que hemos creado para
sobrevivir, ellos seguirán estando pero más sutiles, ya no gobiernan nuestra vida, para
ello la observación y la atención desde la Presencia, porque se nos cuela en cualquier
momento que nos descuidemos.
Creíamos que estábamos viviendo, sin embargo sobrevivíamos, obteníamos
una libertad personal y no nos sentíamos libres dentro, es una libertad que hay que
experimentar para saber como es o qué es eso que llamamos Libertad, que es más que
sentirnos libres. Nos atamos inconscientemente y otras dándonos cuenta desde un
adulto que sabe lo que quiere y hacia donde quiere ir, pero hay unas partes pequeñas
que se hacen muy poderosas que estropean las relaciones con nuestros seres más
queridos, con las personas que más amamos.
El niño que hemos sido que está todavía esperando que papá o mamá le quiera
como necesita ser querido, busca sustituto de ellos en las parejas y como éstas tienen
las mismas necesidades y carencias, porque por ley, atraemos lo igual o sus extremos u
opuestos que en el fondo es lo mismo.
¿Hacia dónde miran estas partes nuestras tan necesitadas de cariño, de
atención, abrazos, en definitiva de Amor?
Lo buscamos en los hijos o hijas, ahí buscamos el sustituto de papá o mamá y lo
encontramos, porque los niños cuando venimos, cuando somos tan pequeñitos,
estamos llenos de amor y el amor que se queda en la persona lo entregamos a los
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niños que percibimos, intuimos, en nuestros padres. Como niños somos generosos,
solidarios, amorosos y lo damos todo a nivel personal, aquí ya nos hemos separado de
nuestro Ser o Esencia para vivir en el otro o con el otro, pero separado de mi Ser, dejo
de ser, para adaptarme a lo que me demandan, me someten, me obligan, ahí empiezo
a darle forma a ese pequeño yo en el que voy convirtiéndome cargado de personajes.
He dejado de Ser, para ser alguien que no soy y además vacío, separado de lo que
realmente soy, y el camino, la búsqueda, es precisamente llegar, para que me
encuentre lo que un día dejé.
Por ello, elegimos muchos la meditación como camino de que se revele lo que
intuyo y Sé en lo profundo que soy. Pero la meditación no es todo, porque llega un
momento, en que esas emociones y sentimientos nos “visitan” y nos pueden y en ese
momento podemos echar mano de un terapeuta transpersonal que nos acompañe,
para liberar lo que se nos ha quedado atascado emocionalmente, luego volvemos a la
meditación, nos sentamos, respiramos ¡huy, que alivio!
Acompaño una de las meditaciones guiadas de Encuentro con el Niño Interior,
que suelo utilizar en los encuentros, talleres y consultas terapéuticas. (Se adjunta Cd)
Compartir que cada encuentro que tenemos sobre la profundización del niño
interior es único, en el cual, la intuición revela lo que la persona está viviendo y se
muestra claramente, porque la presencia es Luz, que ilumina los recovecos que uno ve
en sí mismo y los ve también en la otra persona. Uno llega al otro, en la misma medida
que ha llegado así mismo. Por ello cada meditación se adapta a lo que el ser humano
que tenemos enfrente necesita en ese momento para iluminar su sombra. Y nace a su
vez otra comprensión más profunda.
Lo que me ayuda enormemente, me da Serenidad y Respeto, nadie puede
hacerle ver a otro, lo que uno ve, ha de experimentarlo por sí mismo. Cada uno abre su
propia puerta cuando es su momento, que es lo mismo que decir, abrir el Corazón.
Educamos para la vida
Educamos para aprender a vivir unas mejores relaciones, más sanas y
conscientes, a la vez, de forma amorosa, compasiva y respetuosa. Que empieza hacia
nosotros mismos, a empezar a amarnos realmente, como vía, sin ningún tipo de
esfuerzo, es sin esfuerzo, porque lo que realmente hemos de hacer es soltar, soltar
tantas “cosas” y que ese soltar no es pasar, que lo más que le cuesta al ser humano es
no hacer nada, que es el mayor de los haceres, en ese no hacer nada, no es estar
quieto, hay acción, acción en una aceptación plena de lo que es y de lo que toca en ese
momento, dejando a un lado todo lo que me sirvió ayer, muy probable no te sirva
Ahora.
Para amar realmente a los demás y acompañar sus vidas, conlleva nuestro
propio desarrollo y autodescubrimiento, conocerse, profundizando en la raíz de los
conflictos internos que generan sufrimiento porque nos quedamos pegados al dolor.
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La aceptación plena de lo que la vida ofrece nos va dando recursos, habilidades
o técnicas que se van desarrollando a nivel físico, emocional, mental y espiritual.
Se profundiza amorosamente hacia dentro, para descubrir nuestras
potencialidades y la sabiduría que está en lo profundo, la mente condicionada nos
engaña, diciéndonos que si vamos a esos sentimientos que se repiten, vamos a sufrir,
para qué viajar al interior, el pequeño yo al que empezamos a darle forma en las más
tiernas edades o llamado ego, no quiere perder su poder, con él hemos sobrevivido,
hemos salido adelante. Se trata ahora, de liberarlo de sus condicionamientos
mentales, de conocer que trae detrás de cada sentimiento que se repite en momentos
puntuales de nuestra vida y con las relaciones de nuestros seres más cercanos, que
brotan y nos hacen sentir dolor que se va acrecentando a la vez que lo vamos tapando
y de nuevo enviándolo al “sótano” del inconsciente.
Con el tiempo este dolor emocional, que son los sentimientos que sentimos y
que brotan hacia fuera, se vuelven en una angustia profunda que nos quitan o nos
roban la alegría de vivir. Nos engañamos de forma inconsciente por la tanta
información que tiene la mente en muchos de nosotros, nos quedamos atrapados en
planos emocionales, en un astral alto, luminoso, que nos mete en un espejismo e
ilusión y además nos sentimos encandilados.
Al saltarnos los sentimientos que obstaculizan y que vienen de lo que hemos
vivido en la niñez o adolescencia, recordando que el adolescente tiene al niño dentro y
luego continúa dentro del adulto.
Queremos trascender, vivir en la Presencia saltándonos esto, cuando
meditamos, si somos honestos, no nos queda otra que aceptar plenamente que a nivel
personal hemos vivido, lo que hemos vivido, nos guste o no, podemos incluso,
mistificar a nuestro padre o nuestra madre y otros aspectos.
En todo esto, está nuestro aprendizaje y lecciones de vida, así como el
propósito del alma, si no lo hemos experimentado y luego descubierto y sanado las
heridas emocionales de lo vivido, ¿cómo vamos a comprender profundamente,
realmente a los demás, en nuestras profesiones de acompañamiento al sufrimiento
humano, con sus crisis existenciales incluidas? El alma sabia, elije lo que necesita para
seguir avanzando y realizar su propósito elegido.
“Si no te conoces nada conoces”. Aurobindo
La trascendencia no hay que buscarla, Ella nos encuentra. El fuego interno que
no quema, el fuego del Amor nos encuentra al abrir el Corazón de par en par, en esa
honestidad de aceptación plena y de soltar mis más bellos tesoros de cualquier tipo.
En ello cuenta la humildad para que llegue esa comprensión profunda que a la
vez trae consigo y pone luz y sabiduría en todo lo vivido que nos guste o no, ha sido
necesario para llegar aquí, para hacer lo que hacemos o queremos hacer, desde la
Serenidad y Lucidez de una Consciencia Pura.
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La palabra perdón se queda aquí sin validez, la culpa igualmente, como invento
humano y tantos otros aspectos que en estos momentos no nos sirven para avanzar.
Esta comprensión profunda, trae de la mano el perdón, tanto hacia uno mismo,
como hacia los demás.
Cuando vivimos en el Corazón, en el Ser, este refleja su luz en la mente, todo se
aclara, todo se va comprendiendo, en la medida que se atraviesa, sin saltarse cualquier
sentimiento que aparezca, está dentro, por lo tanto es mío. Aparecerán viejas técnicas
que fueron útiles y necesarias, ahora es otro momento. Tener la humildad de dejar
atrás hasta lo que fue muy preciado, ello requiere fortaleza, que brota del poder
interior donde nace una Confianza que aunque el pequeño yo se aferre a lo que sea,
Confiamos, aunque no sepa realmente a donde me lleva la Vida, aquí es necesario la
atención sostenida, el discernimiento y la aceptación plena para que nos ponga en la
realidad, tal y como es, ya que en ocasiones lo que intuimos a niveles profundos nos
lleva a un fracaso ¿por qué?, ¿desde donde lo estamos haciendo?, ¿desde un
espejismo o desde el Alma?
Hemos de tener muy en cuenta, en este mundo cambiante constantemente,
que dentro de nosotros existen muchas experiencias vividas y si no se aceptan
plenamente que fue verdad, que lo que se sintió fue verdad en nuestros primeros años
de vida, esto obstaculiza mucho, porque dolió, porque sentimos abandono emocional
y afectivo, de aquí brota la tristeza profunda en las crisis existenciales, nos conecta con
ese abandono vivido como muerte, porque allí tuvimos que abandonar nuestro Ser
Esencial, para ir dándole forma a un yo pequeño.
Tras este párrafo, les comparto la experiencia de un paciente que llega a
consulta, donde siente unos miedos paralizantes, que no sabe de dónde viene,
acompañado de un abandono y soledad que se siente morir y se asusta. En una
meditación guiada del niño interior, llega al origen, a la raíz de ese miedo que se le
repetía en ocasiones en su vida cotidiana. Donde el adulto consciente llega a esa
experiencia vivida de dolor reprimido, donde las necesidades del bebé, en este caso,
no fueron atendidas como él necesitó, lo que la Vida le muestra a este ser humano,
para que se pueda comprender profundamente, es la escena, donde se ve de bebé,
acostadito en la cuna, llorando desesperadamente, por la necesidad natural de
contacto humano de mamá y de Presencia, su madre llega a él y le echa un grito, de
mala forma le coloca la chupa y le dice: ¡qué te pasa bobo, cállate ya! y se va. ¿Cuántas
veces se habrá repetido en la vida de ese bebé esta vivencia?
¿Cuál fue la toma de conciencia del adulto tras observar esa escena viva, desde
ese viaje al inconsciente? Comprendió que desde ahí le viene el hecho de no pedir,
pues cuando pido, mis necesidades no son satisfechas y es mejor estar calladito y
reprimirlo. El adulto tomó al bebé en sus brazos, el bebé lo miraba porque sentía la
Presencia de ese Ser que estaba ahí, lo abrazó, lo envolvió en el Amor que brotaba de
él desde lo más profundo, el bebé contento le miraba y él le expresaba desde el
corazón: “ya nunca más vas a estar solo, siempre vas a estar conmigo, confía en mí, ya
nunca más vas a sentir ese abandono, cada vez que necesites algo te lo brindo” y así,
suavemente, con mucha ternura y Amor, lo integró dentro de él.
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Del adulto brotaban lágrimas de liberación y contento, que delicadamente
descendían por sus mejillas, como limpiando un pasado doloroso, transformado ahora
en Alegría y Amor, conectaba con el Amor que somos.
Venimos viviendo de atrás en todas las generaciones, sobre todo en occidente,
un maltrato inconsciente a los niños, un daño que se lleva dentro, esas viejas formas
de imponer, de reprimir sentimientos, ya que ello era síntoma de debilidad y nos
enseñaban a ser fuertes, a través de un personaje que vamos dándole forma y para
demostrarles que valemos, que servimos, me exijo, ese personaje exigente se sigue
alimentando y crea otro, el perfeccionista o el que lo puede todo, el independiente,
esa desmedida exigencia, hace que exija a los demás y que vaya creando a su vez, otro
personaje, el juez o el infalible u otro más despiadado con el que nos hacemos mucho
daño y todo eso y más, está en la cabeza y enredados con mucha información de
desarrollo personal. Esas herramientas obtenidas, las utiliza los personajes y con su
diálogo nos hacemos daño, y así años y años de meditación, estoy hablando de mi
experiencia.
Llega un día que hemos de tener la humildad de ir al “sótano” de nuestro
inconsciente y ponerle luz, tocar el interruptor, es la Consciencia la que lo pulsa. Si no
lo hacemos así, como también lo viví, esto se aloja en el cuerpo físico y lo viviremos en
forma de enfermedad, y todo está “bien”, pues la enfermedad es el camino de la
liberación en esta experiencia. Aquí va muy bien, esta frase de Osho:
“Se total y profundo en todo lo que hagas, porque los secretos están en las raíces no
en las flores”.
Cuando me resistí a penetrar dentro, a lo más profundo, había un miedo, miedo
al poder interior. Una vez atravesado todo esto, aceptando plenamente que soy
merecedora de todo lo Bello de la Vida, fui consciente más que nunca, lo que a nivel
personal escondía. Una niña pequeña que se sentía “mala” por no cumplir, hiciera lo
que hiciera, las expectativas o exigencias de las personas que tenía alrededor.
Descubrí que había algo más, la niña en lo más profundo sentía que “algo” malo
había en ella, porque hiciera lo que hiciera, no la querían como necesitaba ser querida.
Necesitaba sentir que estas personas estaban presentes, para sentir que existía
para ellos. A nivel profundo sentir el Amor “calentito” de sus corazones, ellos no
estaban presentes, aunque sus cuerpos, las palabras que nos decían, cuando nos
daban de comer, cuando nos bañaban, vestían, y si estaban en ciertos momentos, era
para obtener inconscientemente el cariño de la niña, éste, desinteresado, generoso,
solidario, para que estuvieran contentos.
Mi niña sentía, intuía, sabía las necesidades de sus niños en sus cuerpos de
adultos, en vez de recibir de ellos, ella les daba, y esto no queda aquí, recogí a su vez,
sus sentimientos de tristeza, de descontento, de confusión o de enfados y con ellos
viajó toda su vida, hasta que me hice consciente.
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Ellos como niños y niñas, hicieron lo mismo que hice yo, le entregaron a las
personas que los criaron el cariño que llevaban dentro.
Por ello, a nivel personal nos quedamos vacíos, oímos a las personas y a
nosotros mismos en su momento, ¡me siento tan vacío! y no es un vacío espiritual, es
un vacío emocional y afectivo, que cuando se nos hace presente queremos llenarlo con
algo, compañías, a quién llamo por teléfono para sentir que existo para alguien, busco
alguna relación para sentir su contacto, aunque esta persona esté igual o peor que yo.
Un vacío que se llenaba momentáneamente, con alcohol, ordenador, drogas, compras,
bingo, comida…
Vemos, sentimos con el tiempo que este hueco solo se llena realmente en
darme Amor, como reconocimiento, aceptación, comprensión, a todas las partes mías
que se quedaron en el camino del aprendizaje de lo vivido. Para avanzar se trata de no
rechazar nada, para no hacernos daño, hayamos vivido lo que hayamos vivido. Detrás
en lo profundo del inconsciente, se hayan estas necesidades, esas carencias y por ello,
hay que ir a la raíz, hacia donde nació las necesidades, así vamos comprendiéndonos
profundamente, dándole Amor a todas esas partes para llenar el vacío de carencias y
no mirar hacia otro lado para no sentirlas, para no reconocer que todo lo que vivimos y
sentimos de niño fue verdad, que dejemos de mistificar o de odiar a nuestros padres o
personas que nos criaron.
Recordemos que la palabra odio, que tanto nos asusta, solo está a nivel
humano y es solo un sentimiento como otro. Lo vivimos así desde esas partes
necesitadas y con mucho miedo a estar solos, porque nos sentimos abandonados
como cuando éramos pequeñitos y el abandono que sentimos como adultos, nos
conecta con el abandono que está dentro y nos sentimos morir, porque se vivió como
una muerte la experiencia de abandonar al Ser que somos, para empezar a vivir fuera
de mi, creando roles que se convierten en la medida que voy creciendo en personajes
llenos de historias y así vivieron nuestros padres, como niños y niñas, abuelos,
bisabuelos.
Todo ello nos lleva a la comprensión profunda de nosotros mismos y esta Luz
que es Consciencia, el darme cuenta dentro, no sólo a nivel cerebral, que es el
comienzo, hace que comprenda a todos los que han pasado por mi vida.
La mistificación, el pensar que mis padres fueron tan “buenos” y es real fueron
buenos, generosos… Todo lo que fuera, pero también está las manipulaciones, las
dependencias emocionales (apego) o el no tomarnos en cuenta o vivir asfixiado
controlándonos… Que vienen de sus niños, en sus cuerpos de adultos.
La mistificación no nos deja avanzar, fue verdad, que nos dieron todo lo que
tenían a su alcancen, que nos brindaron su tiempo, su amor contaminado, con sus
miedos y sus vergüenzas… Con lo que ellos vivieron y llevan dentro.
Se trata de ver la realidad tal y como es y llamar las cosas por su nombre, ellos
igual que nosotros, a nivel humano no eran, ni somos perfectos, como seres humanos
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estamos aquí para aprender y traspasar las lecciones pendientes. Por ello, el
autoengaño no nos sirve, por muy loable que sea.
Ver, sentir, reconocer, Aceptar, Comprender… es la vía que nos libera y libera
realmente las relaciones que he tenido o tengo.
En el inconsciente y más en el “sótano” está lo más repudiado, lo más
rechazado y finalmente, éste aparecerá en las relaciones o en las crisis existenciales
que forman parte de nuestra evolución de aprendizajes, desarrollo y descubrimientos.
Volviendo a la mistificación o su opuesto el odio, recordemos lo vivido en las
relaciones desde estas partes carentes, “si me quieres y me das lo que necesito, si te
sometes a mí, te quiero, si no me lo das, y pasas de mí, me rechazas o me abandonas,
te odio”. Así que el odio o los celos son sentimientos que están ahí, para recordarnos
lo poco que nos hemos ocupado de nosotros, lo poco que nos hemos respetado y lo
separados que estamos de nosotros mismos, aunque algún personaje de la cabeza nos
pueda decir lo contrario, “¡cómo vas a estar sintiendo eso, con lo buenos que fueron
tus padres, es que eres mala!”
Sin darnos cuenta, vivimos en el plano de las emociones o astral, por muy
iluminado que parezca, hay que dar el gran salto a la Mente en la que se refleja la Luz
del Alma, ese salto, pasa por pasar revista, sentir y atender lo que hemos vivido en la
niñez, conlleva también, soltar hasta lo más preciado, que nos ha servido en el pasado
para avanzar, este, es otro momento nuevo.
Esto, hay que vivirlo, esto es pura experiencia, lo que se vive, se torna mágico,
hay una gran sintonía con la Vida, el mundo emocional lo seguimos viviendo,
aceptando cuanto aparezca y detrás de ellas hay un lago en calma.
Se trata de experimentarlo desde la Consciencia, significa no tapar, ni rechazar
cualquier sentimiento que aparezca, no hablamos de los sentimientos que pienso y
siento, que está condicionado con la información intelectual y con las vivencias
pasadas, que no tiene nada que ver, con lo que realmente vivo ahora.
Son los sentimientos que se nos repiten puntualmente en nuestras relaciones, y
al taparlo o rechazarlos, volverán a aparecer y repetirse. Ellos en realidad nos quieren
mostrar, me quieren ayudar, no es nada “malo”, son mis sentimientos y son amigos no
enemigos, por ello, aquí se hacen más poderosa la máxima de Krishnamurti:
“Aquello a lo que nos resistimos finalmente nos conquista”.
El camino a nivel emocional
Este es un camino a recorrer a nivel emocional, para muchos la energía del
Alma pasa por el cuerpo emocional, por ello hay que limpiarlo.
Lo Divino está en todo, hasta en lo más pequeño, en apariencia insignificante.
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En el mundo de las relaciones humanas si no hacemos la “limpieza” de nuestras
historias, ello se hará presente con las relaciones que tenemos ahora y con las
personas que más amamos.
Y no se trata de vivir un estado emocional tan tapado, que pareciera que
estuviéramos congelados o constreñidos, de lo bajito que se habla, del miedo a que
brote cualquier reacción inoportuna. Esta actitud, nos impide ser nosotros mismos y
voy más lejos, auténticos, espontáneos, naturales y el dejar de vivir pendiente,
pendiente, que es control y detrás del control está el miedo, a equivocarme, a no dar
la talla, a que me puedan llamar la atención porque no lo estoy haciendo “bien”.
El soltar todo esto, nos hace vivir realmente en lo espiritual o transpersonal, ya
que la puerta para llegar a lo transpersonal (estado del Ser) pasa por lo personal
(emociones y personajes). Si no tenemos esta consciencia, entramos en el bypass
espiritual. Si no nos sentimos estamos perdidos, perdidos de nosotros mismos, de
nuestra Esencia, de lo que realmente somos.
El encuentro y sanación del niño interior, se torna consciente en nuestras
relaciones y una vez que vemos lo nuestro, los niños y adolescentes actuando dentro,
al atravesarlo, reconocerlo y darles el Amor que necesita, esto nos trae Alegría y buen
Humor, por eso el viaje hacia el niño interior es transpersonal, el Humor y el Amor que
sale del Alma de un Observador que está en una atención constante, porque no hay
nada que temer, hay Confianza y si surge algo inesperado de nosotros, que no nos
gusta, lo podemos a su vez, ver y sentir con Alegría, ¡anda, vaya, de dónde aparecería
esto!
Cuando me siento a meditar viajaré con ello y veré y sentiré que me trae, y así
todas las veces que hagan falta, eso es conocernos, saber que nos pasa, dejar de una
vez por todas, estar viviendo del autoengaño por muy bonito que parezca, recordemos
que el viajar hacia lo que hemos vivido, hemos de hacerlo desde el Amor que emana
de nuestra Presencia, no desde algún personaje, por muy informado que éste esté, nos
quedaremos enredados entonces.
Todas esas partes nuestras vividas de niños, reconocerán al tomar contacto, el
verdadero Amor, ellos o ellas, lo reconocen, saben que lo traían con ellos, antes de
perderse de sí mismos, se entregarán dócilmente y te dirán al llegar a ello, ¿por qué
has tardado tanto?, se lanzarán hacia ti, para que les des el Amor que ellos o ellas
necesitan, que sólo se lo podemos dar nosotros desde el Amor que somos, con
Presencia hacer el viaje.
Este viaje, a su vez, nos saca de los personajes que tienen detrás los roles
creados por los niños que fuimos. En este proceso de autodescubrimiento, nos hace
consciente de los sentimientos que han brotado, de esos personajes que no son ni
“malos”, ni “buenos” a los que hemos de tratar con Amor, con Firmeza, desde la
Serenidad, aunque nos cueste Aceptarlo, nos ha salvado la Vida, gracias a ellos, hemos
llegado hasta aquí, nos sirvieron para sobrevivir y Ahora queremos Vivir. No hay
rechazarlos, ni pelear con ellos, fueron necesarios. Ahora queremos ser Auténticos y
queremos seguir adelante, evolucionando, ahora toca dejarlos atrás, aunque
realmente no se quedan atrás, serán los danzarines vanidosos que sutilmente,
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danzarán alrededor del Alma y habrá momentos, que querrán volver a tomar el
mando. Por ello, Atención y Observación.
Este viaje hacia el niño interior, hacia nuestra historia vivida, el no
reconocimiento de ello, traspasarlo y sanarlo, nos hace en las relaciones enfrascarnos
en enfrentamientos con las personas más cercanas y lo que hay en realidad son dos
niños enfrentados, en los cuerpos de los adultos, los niños ahora “poderosos”, “ahora
tengo un cuerpo grande”, con información y andadura, nos sale uno de los personajes,
el rebelde: “y va a saber”, “¡qué es lo que te crees tú!”. Esto solo nos lleva a un dolor,
que si se repiten estos enfrentamientos, se vuelve en angustia, ya lo comentaba
anteriormente.
Sacar del inconsciente lo que brota, sin rechazarlo de ninguna forma y hacernos
consciente de ello, ir a la raíz, se acaba la repetición.
El Amor y el Humor que brotan del Alma, es la gran Recompensa que viene sin
buscarla.
La recuperación del niño interior, es una de las prácticas básicas, necesarias y
útiles, en el camino de nuestro desarrollo y descubrimiento para llegar a la
Comprensión Profunda de lo que realmente Es, en la labor como educadores
transpersonales, ya que lo transpersonal, es mirar, reconocer, traspasar, todo lo que
aparezca a nivel persona, para que nos encuentre lo que Es, lo Inefable, lo Divino.
Podamos educar de forma consciente, de todo lo que aparezca en nosotros a
nivel persona y podamos a su vez, estar presentes y atentos, en una observación con
Presencia, educar desde aquí, desde lo que somos realmente.
Conscientes de nuestras historias podemos respetar, escuchar, acompañar,
poner límites claros, serenos, amorosos y firmes, la firmeza que trae el Amor y la
seguridad en uno mismo, la confianza afianzada que se siente al ir rompiendo la
cadena que viene de atrás, abriendo pasito a pasito, el eslabón que me ha
correspondido y saliendo de él.
Recuerdo siempre, para mí misma, que todo empieza por mí, lo que me doy,
doy.
Los límites llevados a la práctica de esta forma, hace que los educandos tengan
seguridad y confianza en sí mismos, estos límites, son como bastones donde se
apoyan.
Cuento: Las hormiguitas
Hace unos días, pasé una estancia en Segovia, fui a un convento para estar en
silencio, para disfrutar del silencio, de la conexión con la Vida, personas, naturaleza,
animales, bichitos… He gozado, todo es naturaleza, allí escribí un cuentito que
comparto.
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Cuando era muy niña, pequeñita, mis padres que eran de un pueblo, en el
norte de Gran Canaria, me llevaban a visitar a los abuelos, Gabriela y Valentín, con
ellos pasaba varios días y era la más feliz de las niñas.
El abuelo Valentín tenía vacas y cabras y me llevaba cada tarde a visitar a los
animalitos que muían de contento cuando lo veían llegar, sabían ellas que la ración
sabrosa de comida no se hacía esperar y el abuelo, también contento se las servía.
A todas ellas les ponía nombre, una vaca se llamaba Lucero, otra Aurora, otra
Chispita… Y así, todas tenían su nombre, ellas respondían mirándoles, el abuelo
Valentín, aprovechaba para darme a mí la merienda, leche calentita recién ordeñada.
Luego regresábamos a casa, ya cerca de ella le decía al abuelo que me quedaba un rato
en el camino mirando la naturaleza, me encantan los árboles, las flores, el olor que
desprende la naturaleza, su colorido, me sentía feliz. También, me gustaba ver a las
hormigas, me podía pasar largo rato, incluso horas, observándolas, me preguntaba
cómo unos animalitos tan pequeños, podían con una carga tres o cuatro veces más
grande que ellas. Me quedaba mirándolas y en cómo les costaba meter dicha carga por
el agujero de la “casa” donde habitaban. Seguramente, guardaban alimento para
cuando llegaran las lluvias y no pudieran salir.
Hoy, sesenta años después, me encuentro en un pueblo de Segovia donde paso
unos días de descanso y contemplación, un lugar precioso, lleno de paz.
Voy cada día a caminar junto a un río, y en un caminito me quedo mirando la
laboriosidad de las hormigas y me viene el recuerdo de cuando era niña, en cómo me
gustaba mirarlas y me asombraba viéndolas, como cargaban el alimento para el
invierno y lo llevaban al agujerito por donde entraban.
Hoy me he sentado a verlas como cuando era niña, ahora, con la Conciencia de
cierta andadura en el mundo interior, me quedo mirando a las hormiguitas y como
cuando era niña el asombro me invade y me maravilla, veo a una que trasladaba una
especie de espiga cuatro veces mayor que ella, en ocasiones se le trababa en alguna
piedra, daba un rodeo, la destrababa y continuaba. Sigue, y le pasa lo mismo, un poco
más adelante, esta vez, otra hormiga que pasa, le ayuda para que la destrabe, una vez
hecho, cada una sigue su camino.
Más adelante, le ocurre otra vez, esta vez son dos las que le acompañan, le
ayudan y cada una sigue su camino.
Más adelante se les acerca varias y quedan juntas, como si estuvieran
conversando, una de ellas se dirige hacia donde está una espiguita, como la que
trasladaba, con la que un rato antes conversaba, se dirige hacia ella y cada una con su
espiga, van caminando juntas.
Más adelante, se repite, se reúnen varias, dos de ellas, van en busca de sus
espigas y se encuentran las cuatro, caminan y se acompañan y llegan después de largo
recorrido, donde se repetía lo narrado. Cuando algunas de ellas se quedaban
atascadas, una de las viajeras de paso, le ayudaba y cada una seguía su camino.
Al llegar al agujero, les costó entrar la espiga, hasta que la cuadraban de tal
manera y las entraban de frente, unas ayudaban a las otras y al final, entraban solas,
cada una independiente, así hasta que entraron las cuatro y ahí, ya las perdí de vista.
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Cuanto ayuda a uno mismo la naturaleza. Cuanto tenemos que aprender de ella.
Práctica Vivencial y Experimental de Profundización en el Niño Interior
Los encuentros grupales con lo que empezamos esta práctica, han de ser de un
máximo de 7 personas.
En cada grupo ha de haber un educador o terapeuta transpersonal, con
apertura de corazón, compartiendo su propia experiencia como igual, acompañando
con Presencia los dolores o lo que sientan las personas.
Ha de hacer preguntas claves que lleven al sentir, para que vayan descendiendo
de la cabeza al corazón.
El terapeuta ha de tener una atención plena a los personajes que están muy
bien informados y en ocasiones son muy sutiles.
Sentir es la clave y se trata de acompañar desde la Presencia intuitivamente,
para que la persona por sí misma, llegue a ese momento clave, donde sintió tanto
dolor y sufrimiento, aquí acompaño una frase de Alice Miller:
“No son los traumas que padecemos en la infancia los que nos enferman
emocionalmente, sino nuestra incapacidad de expresarlos”.
El acompañamiento se realiza desde el Amor, la Serenidad y la Firmeza,
recordemos que son los niños heridos, en el cuerpo de los adultos, los que se están
expresando, hemos de brindarles el lugar apropiado, donde se sientan seguros y
confiados.
En ocasiones, a los que están muy en la cabeza, se les van poniendo límites
amorosos, serenos y firmes e invitarles suavemente a que escuchen y sientan.
El educador escucha amorosamente, con presencia, empáticamente, sintiendo
al otro, aunque a nosotros se nos mueva lo nuestro. Este es el Regalo, y la oportunidad
para sacar lo nuestro, expresarlo y atravesarlo, compartiendo con naturalidad, como
uno más y a la vez, manteniendo el encuentro de forma ordenada, escuchar sin
interrumpir cuando está la persona sintiendo, no parar ese sentir que sale desde el
inconsciente, pues se está atravesando lo que vivió y sintió y para el niño fue verdad y
hay que validarle sus sentimientos.
La persona siente que este es un espacio de Confianza y Seguridad, pues así el
educador se lo ha transmitido, donde puede expresar y atravesar lo que en el
momento presente le está impidiendo avanzar, y que es precisamente, donde nos
quedamos atrapados en las relaciones actuales.
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El Respeto como base fundamental, la Confianza, la Escucha Empática y
Silenciosa, el Amor que expresa nuestra Presencia y la Confidencialidad.
El Amor y la liberación se hacen presentes, al atravesar las heridas del niño, es
entonces que aparece radiante el Niño Maravilloso (como la niña que miraba las
hormigas) con su Inocencia, Creatividad, Contento, Espontaneidad, Autenticidad, que
se asombra sin asombro por todo, se conecta con la Vida, atravesamos todo esto,
Aceptándolo Plenamente con Alegría y Agradecimiento y llegamos a la Conciencia Pura
y de Unidad.
Esas heridas que estaban en el inconsciente, muchas veces en el “sótano”,
donde nuestra Presencia se presenta y le da al interruptor para poner Luz en la
oscuridad, integrado los aprendizajes de esta vida hasta donde vamos siendo
conscientes y el Camino continúa.
Estoy hay que vivirlo, si no, no es comprendido, pues no tenemos la experiencia
viva.
Este encuentro es totalmente práctico y liberador, va a la raíz, a la causa.
Todos los que hemos acompañado y a la vez vivido y experimentado estas
vivencias, nos sentimos inmensamente agradecidos por el gran Regalo que nos da la
Vida.
Así viajando dentro de nosotros, podemos descubrir lo que realmente Somos:
“¿Quién eres realmente? Descubre tu identidad esencial, atraviesa la que figura en el
DNI de tu nivel persona”. José María Doria.
Descripción de la práctica de Profundización del Niño Interior
De primero, breve reconocimiento y descripción de la historia personal de
nuestros padres. Cómo fue su niñez, de lo que nos hemos enterado, su juventud, como
se conocieron ambos, se enamoraron, se unieron, cuál es nuestro lugar en el orden
familiar, si tenemos hermanos antes que nosotros o no, si hubieron abortos o muertes
antes de nuestro nacimiento. Los hechos y experiencias más significativas antes de
nacer.
 Nacimiento.
Expresar lo más significativo de nuestro embarazo y nacimiento.
Meditación guiada, prácticas y dinámicas relacionadas con esta etapa.
 De 0 a 7 años.
Nuevamente, expresar lo más significativo de estas edades.
Meditación guiada de acorde a esta edad, prácticas y dinámicas relacionadas
con esta etapa.
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 De 7 a 14 años.
Expresar lo vivido y sentido en estas edades, más significativos.
Meditación guiada, prácticas y dinámicas relacionadas con estas edades.
 De 14 a 21 años.
Expresar lo vivido y sentido en estas edades más significativo.
Meditación guiada, prácticas y dinámicas relacionadas con estas edades.
 De 21 a 28 años.
Expresar lo más significativo en estas edades.
Meditación guiada, prácticas y dinámicas relacionadas con esta edad.
 De 28 hasta el momento actual.
Expresar lo más significativo de esta etapa.
Meditación guiada, prácticas y dinámicas relacionadas hasta el momento
actual.
Conclusión Personal
¿Qué descubrimientos personales he tenido en la realización de este proyecto
educativo?
Que mi niña interior está contenta, sabe que la comprendo, además la cuido, la
protejo, es mágica. Ahora tengo mayores sincronías. El agradecimiento está constante.
¿Cómo me ha ayudado a contestar las preguntas iniciales que inspiraron este trabajo?
Como el proyecto ya lo llevo a cabo, solo es seguir adelante, descubriendo y
siendo cada día un poco más consciente, por ello no las tomé. Gracias
¿Cómo ha apoyado este trabajo mi propio proceso de desarrollo personal?
He traspasado varios miedos y vergüenzas, me ha dado más seguridad y
confianza, me siento más libre.
¿Qué sentimientos se han desarrollado en este proceso, y cuál es tu sentir sobre las
posibilidades de poner en práctica tu proyecto educativo?
Los sentimientos que se han desarrollado en este proceso son de Respeto y
Agradecimiento. Y me ha aportado Humildad.
Como dije anteriormente, ya se está llevando a la práctica y me siento
inmensamente Agradecida.
¿Qué sentido tiene para mi vida abordar este proyecto? ¿De qué manera me ayuda a
desplegar mi propósito existencial?
Tiene el sentido de estarlo experimentando y de que la “relación” que
mantengo conmigo es Serena y Armoniosa y muy atenta y amorosa, con lo que
conlleva el verdadero Amor, Aceptación, Comprensión, Fortaleza, Compasión… Hacia
la familia y las personas que están en mi vida a través del proyecto de la ONG AdA
(Acompañamiento, desarrollo, Autodescubrimiento) que brindan su tiempo, su Amor y
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propósito de vida, donde nuestra alma actúa y guía con su Luz, esta Luz como
Conciencia.
Me ayuda a que mi vida tenga sentido y a tener la certeza que es el propósito
del alma que hace que la Conciencia se despliegue y se expanda, el corazón está
contento y vibrante, la mente recibe su reflejo y expande Luz.
En estos momentos es seguir avanzando atenta a las señales, agradecida por las
sincronías que van mostrando el camino y el aprendizaje al mismo tiempo.
La Vida es amable conmigo, no me evita las experiencias, si me facilita el
traspasarlo, estoy en un momento de total agradecimiento por todo lo que se va
revelando, me entrego al alma, por eso se facilita. Me ha costado atravesar lo que
expreso, por ello me siento muy agradecida, por vivir cada vez más conectada con la
Vida, por ello la certeza y el agradecimiento, aunque no sepa hacia donde voy o que
me depara mañana la Vida, me entrego, atendiendo lo que hay, le pido al alma que me
de Luz, Sabiduría y Fortaleza para seguir avanzando, ahora experimento con otra
Conciencia, que el Amor es el Camino.
Gran Canaria, a 27 de agosto de 2012
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