RLA. Revista de Lingüística Teórica y Aplicada Concepción (Chile), 21, 1983 PRESTIGIO Y ESTIGMATIZACIÓN: FACTOR DETERMINANTE EN LA ENSEÑANZA INSTITUCIONALIZADA DE LA LENGUA MATERNA HUMBERTO VALDIVIESO Universidad de Concepción 1. Las mayores dificultades con que se enfrenta la enseñanza institucionalizada de la lengua en una comunidad extensa y compleja como la nuestra parecieran, a primera vista, provenir del amplio rango de variación que muestra el código lingüístico como consecuencia, principalmente, de la estratificación sociocultural que determina la existencia de diferentes sociolectos y de la gran diversidad de situaciones que dan origen a múltiples modalidades o registros de lengua. Si sólo se tratara de variaciones, la enseñanza de la lengua, aunque sería una actividad con un objeto complejo, no tendría el carácter conflictivo que suele presentar muchas veces, porque cada estudiante cultivaría el sociolecto que posee cuando llega a la escuela y ejercitaría su modulación en diferentes registros. Todos sabemos, sin embargo, que la realidad no es ésa. Frecuentemente el estudiante debe reemplazar, no pocas veces sin violencia, los usos lingüísticos ya adquiridos por otros que la escuela le impone. Creemos que lo que determina esta situación, calificada de conflictiva, es el hecho de que la lengua, como muchos otros fenómenos sociales, está sometida a un proceso constante de valoración social. La intervención de este factor implica un ordenamiento jerárquico de las variaciones: existen usos que tienen prestigio y usos que son estigmatizados. Frente a esta realidad, la enseñanza institucionalizada de la lengua debe poner a disposición del hablante las variantes y usos de prestigio, vale decir la norma culta, y, si es necesario, informar del grado de estigmatización que tengan otros usos y variantes. Ahora bien, todos, en cuanto miembros de la comunidad de hablantes, tenemos una intuición -cuyo nivel de conciencia puede obviamente variar- sobre el grado de prestigio o estigmatización de determinada forma, pero ello no puede ser utilizado sin más, porque un proceso tan importante como es la enseñanza de la lengua, no puede estar basado en meras intuiciones personales, por muy respetables que ellas sean. Se hace necesario, en la actualidad, contar con descripciones objetivas que incorporen las principales variantes diastráticas y diafásicas confrontadas con el factor valoración social. De allí, entonces, que la lingüística no sólo debe describir la lengua tal como ella efectivamente es realizada, empezando por los niveles de mayor cultura, sin que, además, debe elaborar los métodos y realizar las investigaciones sistemáticas tendientes a establecer los índices relativos de prestigio o estigmatización cuando existan variantes que pudieran alternar en las mismas situaciones. En consonancia con lo expuesto, informaremos sobre una investigación recientemente terminada cuyo propósito era medir de manera objetiva la valoración subjetiva que los miembros de la comunidad hacen de un conjunto de usos lingüísticos que alternan. Dicho trabajo, realizado con el patrocinio de la Vicerrectoría de Investigación, se centraba en el sociolecto culto-formal y consideraba los planos fonético, morfosintáctico y léxico1. En la presente exposición, nos limitaremos sólo a los resultados obtenidos en el plano fonético. 2. Metodología y procedimiento de la investigación 2.1. Usos lingüísticos sometidos a juicio de valor En el plano fonético se midió la valoración subjetiva en cinco casos de alternancia2: 1. [s] versus [h] [dos.per.'so.nas] ~ [doh.per.'so.nah] 2. [r] versus [ɹ] ['ka.ro] ~ ['ka. ɹo] 3. [tɾ] versus [tɹ] ['tɾo.pi.ko] ~ ['tɹo.pi.ko] 4. [tʃ] versus [ʃ] ['tʃi.le] ~ ['ʃi.le] 5. [rl] y [rn] versus [ll] y [nn] [o.'soɾ.no] ~ [o.'son.no] La selección de todos los usos alternativos fue apriorística y dictada por nuestra experiencia inmediata de los hablantes. Desde una perspectiva netamente teórica pareciera que, previo a un estudio de la valoración de los usos lingüísticos, debería procederse a una constatación exhaustiva de ellos y a una medición objetiva de sus frecuencias. Sin embargo, en la práctica es perfectamente legítimo proceder de inmediato al estudio de la valoración social de una gran cantidad de usos lingüísticos alternativos, pues su existencia es evidente y la indagación científica solamente corroboraría tal existencia. 2.2. Los informantes Se trabajó con un total de 550 informantes. Todos hablantes nativos y originarios de Concepción 3 o residentes por años en la ciudad. Se los seleccionó de acuerdo con un esquema de doce subrupos diferentes con el objeto de tener una muestra intencionalmente estratificada según las variantes de sexo, edad (jóvenes – adultos)4 y nivel cultural (bajo-medio-superior)5. La muestra es proporcional en cuanto 1 2 3 4 5 Un informe más detallado de este trabajo de investigación fue presentado bajo el título de “Valoración subjetiva de los usos lingüísticos” al VI Congreso de la Asociación de Lingüística y Filología de la América Latina realizado en Phoenix, Estados Unidos, el año 1981. Se ha reemplazado la notación RFE utilizada en el texto original por AFI. (Nota del transcriptor). En realidad, no hemos tomado como límite geográfico la ciudad misma, sino toda la conurbación (Concepción, Talcahuano, Penco, San Pedro, etc.) El límite entre joven y adulto fue fijado arbitrariamente. Jóvenes son los hablantes que no tienen más de 21 años y adultos son los mayores de 25. El nivel cultural está determinado por la escolaridad. Al nivel bajo corresponde ausencia de escolaridad o educación básica sistemática. Al nivel medio y al nivel superior corresponden la educación media y superior, respectivamente. a la variable sexo, pero no lo es con respecto a las otras variables. Dentro de la muestra se mantuvieron aparte dos subgrupos: uno constituido por diez profesores de castellano y otro formado por igual número de profesores de lenguas extranjeras (inglés, francés, alemán). 2.3. Los tests de evaluación subjetiva6 Confección. Para cada caso de alternancia se redactó un texto con la forma y el estilo de noticia radiofónica en que el fenómeno estudiado aparecía en diversos contextos y de manera discretamente reiterada. Con hablantes muy entrenados se hicieron dos grabaciones de cada texto, cuya única diferencia era la presencia sistemática de uno u otro uso alternativo. En la misma forma, se hicieron grabaciones de textos que reunían todos los fenómenos estudiados y cuya función sería la de servir de control. Aplicación. Primero, se pedía a los informantes que asumieran ficticiamente un rol bien preciso: ser los encargados de seleccionar los locutores que contrataría una emisora de prestigio; después, se les hacía escuchar las grabaciones y se les pedía que evaluaran cada lectura en una escala continua que iba de pésimo a excelente. Interpretación. Dado que las dos lecturas de un mismo texto difieren solamente por el uso fonético alternativo, toda diferencia de evaluación entre ellas que realice un sujeto es atribuible al fenómeno en estudio. 3. Resultados 3.1. Actitud general de los sujetos frente a los tests Por el diseño mismo de los tests, era posible que más de algún sujeto, en lugar de abstenerse, fingiera responder cuando, en realidad, era indiferente a lo que se le preguntaba. Por ese motivo, precisamente en el test de fonética, se incluyó una lectura de control cuya función era detectar esta actitud más general de los sujetos, es decir, la actitud frente al hecho de ser interrogado sobre la corrección o aceptabilidad de las formas lingüísticas. Según esta actitud, los sujetos fueron clasificados en dos grupos: los que respondieron válidamente, es decir, aquellos cuyas respuestas correspondían a su juicio de valor y los que no respondieron válidamente. Si consideramos el gráfico N°1, podemos apreciar que un 75% del total de la muestra respondió válidamente y sólo la cuarta parte no lo hizo así. La diferencia que se observa entre hombres y mujeres, por una parte, y entre jóvenes y adultos, por prueba de X 2 con un nivel de significación del orden del 5%. En cambio, si consideramos la muestra en sus distintos niveles culturales, las diferencias son apreciables. En el nivel bajo, sólo un 40% respondió válidamente, mientras que en el nivel medio ese porcentaje se eleva a más del 80% y en el nivel superior alcanza al 100% (A y B representan los grupos de profesores de lenguas). 6 Para la elaboración de los tests de evaluación subjetiva nos sirvieron como modelo los “tests de reacción subjetiva” diseñados por W. Labov. Véase: --Labov, William: The Social Stratification of English in New York City, Washington, D.C., Center for Applied Linguistics, 1966, Part III “Social evaluation”, pp. 405-503. Se aprecia claramente una correlación muy estrecha entre el nivel cultural y el interés del sujeto por manifestar un juicio de valor sbre el lenguaje en los términos en que se le solicitaba. Se puede afirmar que a mayor nivel cultural, mayor interés por participar en el proceso de normalización lingüística. 3.2. Valoración de los usos fonéticos El gráfico N°2 muestra comparativamente qué porcentajes de sujetos consideran de mayor valor, más acaptables las articulaciones panhispánicas [tɾ], [r], [s], [rn] -[rl] y [tʃ] y, correlativamente, de menor valor y menos aceptables los usos alternativos correspondientes. Podemos apreciar que el conjunto de los informantes, considerado como totalidad, tolera más la asibilación, tanto del grupo [tɾ] como de [r], que la aspiración de [s] implosiva, la asimilación de los grupos [rn]-[rl] y la fricativización de [tʃ]. Este último fenómeno es el más rechazado, ya que más de un 70% de los sujetos considera que [tʃ] es superior a [ʃ]. Salvo la asibilación del grupo [tɾ], las mujeres se muestran más partidarias de las articulaciones panhispánicas que los hombres, esta preferencia, sin ninguna excepción, se aprecia mucho más marcada cuando comparamos los jóvenes con los adultos. La misma preferencia aumenta o disminuye según sube o baja el nivel cultural. Por último, los grupos especiales A y B (profesores de lenguas) son los que muestran los niveles más altos de preferencia por las articulaciones panhispánicas, frente a los usos alternativos correspondientes. 4. Conclusión A título de conclusión deseamos destacar dos fenómenos importantes constatados por nuestras mediciones que requieren, en nuestras opinión, la atención no sólo de lingüistas sino de sociólogos. El primero es la gran uniformidad y regularidad que, en términos generales, muestra la comunidad interesada en participar activamente en el proceso de normalización lingüística, en lo referente a la valoración de los usos que hemos denominado panhispánicos frente a los usos locales. El segundo fenómeno que nos parece interesante es la preferencia sistemática de los jóvenes por los usos panhispánicos, frente a la mayor tolerancia lingüística de los adultos.