abstencion electoral en colombia El abstencionismo es sin duda

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abstencion electoral en colombia
El abstencionismo es sin duda alguna una de las constantes más importantes en
nuestro sistema electoral. Cada vez que son citados los colombianos a las urnas, el
numero de personas que renuncian a participar de la escogencia de sus representantes
estatales es de inmensas proporciones. Pero alrededor de este fenómeno electoral ha
surgido una gran polémica, pues, aunque se podría decir que es evidente y
prácticamente un axioma, el hecho que la falta de civismo es la causa prima del
abstencionismo, existen indicios y muchas teorías que indican que el abstencionismo se
debe a políticas nacidas en la percepción que se tiene en el pueblo sobre la política en
general, en la corrupción, y en el total desagrado que se tiene en muchas esferas de la
sociedad hacia los caudillos políticos del país.
Muchos estudios han llevado a que el abstencionismo, único porcentaje cuantificable de
un vacío, halla tomado una importancia total en el movimiento político jurídico
colombiano, así como también se ha vuelto tema a la orden del día en las agendas
gubernamentales de todos los países, pues el fenómeno ha replicado no solo en el
continente sino a nivel mundial. Son muchas los medios por los cuales se ha tratado de
contener este fenómeno, incluyendo grandes propuestas a nivel legislativo como una
incesante campaña enfocada primordialmente ha las clases medias del país, pues son
el mayor numero de abstencionistas electorales. En otros países, se ha implementado
un mecanismo extremo como lo es el voto obligatorio, el cual penaliza el
abstencionismo además que remueve totalmente el civismo de la nación.
Entonces es aquí en este punto cuando surge la duda, no se puede determinar si de
alguna forma la problemática aquí enunciada es de tilde meramente política o si por el
contrario es una problemática que tiene sus raíces en el seno de la opinión popular, y
por tanto es un seudo plebiscito. Si la segunda opción resulta la verdadera, o en su
defecto, la que mas acogida tiene, pues esto nos llevaría a cuatro vertientes aceptadas
por la comunidad erudita y especializada en el estudio de la ciencia política:
a) Desacuerdo y rechazo de la política gubernamental.
b) Carácter antidemocrático del sistema electoral.
c) Propuestas poco interesantes de los diferentes partidos o de sus candidatos.
d) Expresión de protesta y rebeldía ante las condiciones políticas prevalecientes.
Adherido a estas opciones o posibles causas, se tiene como quinta posibilidad la
conformidad de la población (o por lo menos una parte de ella) que no hace parte de la
participación popular por indiferencia y por cierto “conformismo” con el status quo.
Por ultimo, surge como tema importante poder identificar que otros factores incluyen o
mejor confluyen para que el abstencionismo sea tan grande. Entre estos se encuentra
cinco dimensiones (las cuales tomo de la siguiente página
Web: http://www.ciudadpolitica.com/):
1. Demográfica: Los abstencionistas poseen menos recursos personales como
ingresos, educación y otros medios que les impulsarían a la participación electoral.
2. Socio psicológica: Quienes se abstienen manifiestan problemas tales como
alienación e insatisfacción políticas y sentimientos de baja eficacia de sus acciones
políticas.
3. Contextual: Los abstencionistas no son atraídos por las campañas, ni por la
competencia entre los candidatos o por alguna razón no pueden cumplir los requisitos
de registro como electores.
4. Racional: Quienes se abstienen toman una decisión racional que considera los
costos y los beneficios de acudir a votar a las urnas y por ejemplo, perciben a la política
como deshonesta y rechazan a los políticos profesionales por su doble lenguaje.
5. Técnica: Obedece a razones de fuerza mayor como enfermedad, ausencia, distancia
a la casilla, errores en la inscripción como elector, si la elección tiene lugar en día
festivo o laborable, estado del tiempo y similares.
OBJETIVOS:
General: Poder constatar cual es la verdadera razón por la cual se da el abstencionismo
a nivel nacional, regional, y local.
Primer Objetivo Específico: Lograr distinguir cuales son los caracteres propios de los
distintos tipos de abstencionismo.
Segundo Objetivo Específico: Identificar la aplicabilidad de las políticas extranjeras en
nuestro sistema electoral con el fin de aumentar los índices de participación.
Con los objetivos específicos planteados, y si evidentemente se puede determinar las
características que se buscan con la consecucion de estos, se podrá examinar de una
manera mas profunda y por tanto mas concisa será la respuesta a la problemática
planteado de antemano. Si por el contrario el enfoque que se hace de estas
problemáticas no estuviera bien planteado supondría un problema auto provocado.
METODOLOGIA:
A fín de alcanzar los objetivos que han sido formulados anteriormente, la metodologia
consistira en la lectura de tres textos (reseñables) que son: "El reino de la abstención"
del Diario el Pais de Cali; "Elecciones en el Valle y Cali: Entre tumbas inciertas, urnas
vacías y ciudadanía incrédula" de Dr. Hernando Llano Ángel Profesor Asociado del
Departamento de Ciencia Jurídica y Política de la Pontificia Universidad Javeriana Cali;
y el estudio sobre el ABSTENCIONISMO ELECTORAL hecho por el señor Enrique A.
ALCUBILLA.
Además de esto, es importante resaltar que se hara un pequeño trabajo de campo, por
medio del cual se intentara indagar acerca de la participación politica que tienen
distintas personas de distintos estratos sociales, y que evidentemente perciben esta
problematica de forma distinta.
RESULTADOS:
Al finalizar este trabajo se esperan dos resultados principalmente:
-Un Ensayo Final
-Crear conciencia ciudadana principalmente en la comunidad de ICESI, y si es posible
hacer extensiva esta conciencia a Cali; no obstante, si el alcance de este proyecto es
aún mayor, los resultado serian más satisfactorios. Mucho se ha hablado de
abstencionismo electoral por estos días en Colombia pero poco se ha reflexionado a
profundidad sobre las implicaciones del tema. La Misión de Veeduría Electoral de la
OEA incluso le recomendó al país estudiar los “altos niveles de abstención” en los
comicios con miras a “buscar soluciones” para “superar este fenómeno”.
Sin embargo, vista en perspectiva no parece tan obvia la gravedad señalada. En las
elecciones parlamentarias de 1994 el abstencionismo fue del 67,3%. En 1998 del
54,3%, en 2002 del 43,7% (el más bajo porque fue la última vez en que se autorizó la
inscripción de listas múltiples e individual de candidatos independientes, paraíso de la
“operación avispa” que promovía una mayor participación debido a la proliferación de
candidaturas altamente personalistas); en 2006 del 54,3%, en 2010 del 55,8% y el
pasado 9 de marzo alcanzó el 56,4%. Obtenida la media de abstención de las seis
elecciones analizadas (55,3%), no es cierto que la apatía electoral colombiana esté
particularmente disparada este año.
Por su parte, en las elecciones presidenciales el abstencionismo, aunque menor, ha
descrito una curva similarmente regular en el tiempo. Teniendo en cuenta sólo la
segunda vuelta electoral cuando la hubo y en el resto de casos la primera, en 1994 la
abstención representó el 56,7% del potencial de sufragantes, en 1998 el 41,2%, en
2002 el 53,5%, en 2006 el 55% y en 2010 el 55,7%. La mayor participación relativa en
las presidenciales con respecto a las legislativas (la media de abstención fue del 52,4%)
se explica porque las elecciones a cargos uninominales son más personalistas y por lo
tanto despiertan más pasiones en el votante.
Si queremos evitar caer en peticiones de principio, el primer problema filosófico que
plantea el abstencionismo para la teoría democrática es dilucidar si se trata realmente
de un problema. No es un juego de palabras. En todas las democracias modernas un
segmento más o menos significativo de la población se abstiene de votar por diversos
motivos. Simplemente porque le da pereza o porque no es racional, en términos
económicos, invertirle tiempo al hecho de votar y menos aún de informarse para hacerlo
concienzudamente cuando el impacto del sufragio individual en el efecto final es
mínimo.
Es la visión de Ilya Somin en su libro “Democracy and Political Ignorance” (2013), que
aconseja profundizar la descentralización para multiplicar la oferta de gobiernos locales
de tal forma que los electores puedan escoger bajo qué “jurisdicción” vivirán,
desplazándose al área de su preferencia en función de las políticas públicas adoptadas
(verbigracia bajos impuestos, mercados abiertos, calidad de los servicios públicos, etc.),
de manera similar a como lo hacen al momento de comprar un artículo de consumo,
una lavadora por ejemplo, es decir, con consciencia de que un error en la decisión tiene
una influencia real en el resultado final y los afecta de manera directa.
Somin propone entonces como solución el tránsito de la metodología masiva de la urna
electoral (Ballot Box) en la que el ciudadano no tiene alternativa distinta de la impuesta
por el vasto gobierno nacional, al denominado “voto con los pies” (Foot Voting) en
experiencias de micro-gobierno, que deberían acompañarse de la reducción de los
costos de desplazamiento para facilitar la migración no solo a nivel interno sino incluso
internacional.
El abstencionismo más estructurado suele ser consecuencia de que el potencial elector
no cree en el proceso democrático por múltiples razones, muy serias, que pueden ir
desde el elitismo que incontestablemente instrumentan todas las democracias
representativas conocidas (recordemos la irrefutable "Ley de hierro de la oligarquía"
postulada por Robert Michels en 1911, que afirma que "tanto en autocracia como en
democracia siempre gobernará una minoría”) hasta la repugnancia por un modelo que
no garantiza la elección de los más preparados ni la toma de las mejores decisiones. En
definitiva, la posibilidad de abstención desde esta perspectiva puede considerarse una
gran virtud de la democracia liberal en la medida en que es el único modelo de gobierno
que le permite al ciudadano ser tan libre que puede descreer del sistema en un gesto
político legítimo que constituye un derecho antes que un deber.
Pero el abstencionismo también puede concebirse como la expresión de un grave
defecto del modelo democrático, que consiste en su incapacidad de materializar la
participación plena en los comicios y por ende la legitimidad de los gobiernos elegidos.
Las diferentes modalidades de sufragio obligatorio adoptadas alrededor del mundo,
aunque aumentan la participación, suponen un sacrificio más o menos intenso de la
libertad ciudadana según el tipo de medidas coercitivas establecidas como sanción al
elector por abstenerse de votar, pero no se conoce una sola democracia electoral en la
que todos los ciudadanos voten sin excepción.
Ahora bien, si asumimos que el abstencionismo es algo definitivamente indeseable en
cualquier democracia, la pregunta crucial que surge para la ciencia política desde un
punto de vista empírico es qué tipo de incentivos se deben utilizar para combatirlo y qué
clase de participación se busca estimular. Es una pregunta de diseño de políticas
públicas que atraviesa la discusión sobre las modalidades y conveniencia del voto
obligatorio, tema del que me ocuparé en la próxima columna. es el acto por el cual un
potencial votante en unas elecciones decide no ejercer su derecho al voto, ya sea en
unas elecciones generales o si, en un procedimiento parlamentario, el representante
está presente en la votación pero no vota. En ambos casos, el sujeto se atiene al
resultado del voto de los electores que sí votaron, al igual que ocurre con el voto en
blanco.
Aunque la abstención no suele considerarse una de las opciones ante la toma colectiva
de una decisión, una alta abstención se considera generalmente como un desinterés o
malestar entre el cuerpo de votantes que puede llegar a deslegitimar políticamente las
elecciones o el propio sistema político.1 Ésa es una de las razones por las que en
ocasiones la ley establece el sufragio obligatorio. En ocasiones, el carácter político de la
abstención se ve reforzado si es necesario un determinado quórum (porcentaje de
votantes efectivos sobre el total del cuerpo electoral) para dar validez al resultado. 2
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