Zorraquín Sancho - Centro de Estudios Cervantinos

Anuncio
De la métrica medieval, del rap y de un tal Zorraquín Sancho El primer cantar paralelístico en castellano se escribió en Ávila en el s. XII Cantan de Roldán, cantan de Oliveros E non de Zorraquín que fue buen caballero Cantan de Oliveros, cantan de Roldán E non de Zorraquín que fue buen barragán. Estos versos de rima y léxico paralelístico aparecen en la Crónica de la población de Ávila, del siglo XIII. Es una de las primeras coplas escritas en castellano. Hasta entonces primaba el gallego‐portugués o el astur‐leonés para las obras más cultas. En aquellos tiempos tan ricos como convulsos, cuando se componía con palabras en castellano transcritas a grafía árabe o hebrea – textos aljamiados‐ , la poesía no estaba hecha para ser leída sino recitada. Jarchas, canciones, cantigas de amigo, de amor, de escarnio y de maldecir, paseaban por salones recreadas por juglares, clérigos y trovadores –autores estos últimos de sus propias obras‐ y por las calles, donde pervivieron hasta la época dorada de las coplas de ciego. El pueblo las hacía suyas y el boca en boca convertía a sus protagonistas en héroes, villanos o escarnecidos. Manuscritos de El Libro de Alexandre y del Libro del buen amor de la Biblioteca Nacional El tal Zorraquín Sancho debió de ser el caballero del que se enorgullecía la población de Ávila en conjunto, harta de tanto héroe alabado en la lírica provenzal, última moda entonces. En cuanto al léxico medieval, es preciso releer con cuidado aquellas crónicas. Por ejemplo, en castellano antiguo, barragán significa soldado bravo y valiente, y no ha de ser asociado con barragana –dícese de aquella mujer que vivía, y por extensión yacía, con el cura‐, un término mucho más despectivo. De su copla a nuestro rap La poesía de las composiciones del s. XIII nacía para ser recitada o cantada, no como un texto jurídico, nacido para ser leído. Los recursos métricos que emplean estos poemas se ven muchas veces reproducidos en las composiciones actuales: ”el estudio de la métrica de la Edad Media ‐jarchas, cantigas, villancicos…‐ hace posible descubrir los mecanismos rítmicos que se mantienen en algunos casos en la música folclórica, las canciones infantiles o la tradición oral de nuestros días”, señala la directora, Elena González‐Blanco. El codirector, Fernándo Gómez, recuerda que la métrica y la temática de los poemas del s XIII fue recreada por los modernistas, como Rubén Darío o Manuel Machado, que recuperan figuras tradicionales como El Cid y componen en versos alejandrinos, como hizo en su momento el autor del Libro de Alexandre. Salvando las distancias, podríamos explicar el proceso recitativo de los juglares con el fenómeno del rap. “Si estudiamos la métrica del rap”, indica Gómez, “descubrimos esquemas rítmicos, tipo recitativo. Aunque difieren en sus características melódicas, observamos su capacidad de improvisación y repetición, un contenido de versos breves de 6 sílabas, con un par de acentos dominantes que permiten atraer hacia la pauta rítmica del primer verso a todos los que le siguen. Todas ellas prácticas constantes en la creación literaria del mundo medieval”. La directora del curso , Elena Gómez‐Blanco y el codirector, Fernando Gómez, en un momento de la clase Por: Aida Fernández 
Descargar