1 Gilberto Higuita Ortega, estudiante de la Univers

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Bases sobre el acompañamiento rítmico- armónico de los ritmos andinos
colombianos
Por:
Gilberto Higuita Ortega, Medellín, 2012
Muchas investigaciones y escritos se pueden encontrar sobre la música colombiana,
especialmente sobre los ritmos andinos, los cuales fueron adoptados por los compositores
colombianos a finales del siglo XIX y durante el siglo XX. Llevaron desde la práctica
popular a la academia las músicas y danzas más representativas de las regiones. Es
relativamente fácil encontrar sobre su historia y raíces, de cómo surgieron o como se
mestizaron con otros ritmos, también sobre cómo se bailan o sobre las coreografías,
incluso podemos encontrar información sobre la estructura melódica y en algunas
ocasiones aunque algo imprecisas sobre su estructura armónica, pero no encontramos
información sobre como acompañar alguno de estos ritmos, a menos de que tengamos un
instrumento de percusión. La finalidad de este pequeño abrebocas es darle la idea a
cualquier músico en cualquier instrumento (no percutido) sobre cómo puede acompañar
de forma sencilla un ritmo andino colombiano, si algún día se enfrenta ante una melodía
en específica, tener unas bases mínimas para acompañarla aunque su instrumento no
sea típico del ritmo a interpretar.
Así que presentaré las formas más sencillas de acompañar los ritmos andinos
colombianos más representativos con instrumentos melódicos (que tienen poca o no
tienen capacidad de hacer acordes), teniendo en cuenta su estructura armónica, todo esto
basado en algunos artículos y documentos que se acercaban al tema y en el análisis de
piezas escritas por compositores reconocidos del siglo pasado.
Pasillo
El pasillo es principalmente una danza de salón, resultado del mestizaje entre ritmos
andinos y música europea, la cual se producía en las casas más prestantes del país.
Colombia no fue el único país donde se vivió el pasillo, también en Ecuador y en Perú sin
embargo su vivencia musical e interpretación son algo distintas que en la zona andina
colombiana. Es en esta última donde nos centraremos, hablando un poco sobre la
estructura e interpretación de uno de los ritmos más tradicionales en Colombia: el pasillo.
La estructura del pasillo está basada en repeticiones, expone un tema A el cual se repite,
sigue un tema B el cual se repite, re expone el tema A y va hacia una coda o un trió, en
ocasiones termina en este punto, pero es muy común repetir de nuevo el tema A, su
escritura es en compases de ¾, su armonía es tonal con ritmo armónico simétrico, por lo
general de dos compases aunque esto no es una regla fija en el pasillo.
Es necesario aclarar dos diferentes tipos de pasillos; primero el vocal, el cual es lento y
como su nombre lo indica es cantado, este tipo de pasillo fue influenciado por las
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Gilberto Higuita Ortega, estudiante de la Universidad de Antioquia
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melodías cadenciosas del bambuco, imprimiéndole calderones, acelerados, ritardandos, y
otros aspectos dinámicos que lo hacen muy maleable. En contraposición esta el pasillo
fiestero o instrumental, el cual se interpreta más rápido, este tipo de pasillo se asemeja
más al vals europeo.
El acompañamiento del pasillo es muy sencillo, el primer tiempo del compás es marcado,
seguido de un silencio de corchea y una corchea, finalizando con una negra,
generalmente este ritmo es tocado sobre las notas del acorde que se presenta, por
ejemplo:
ó
Aunque este sea el acompañamiento típico del pasillo, debe presentarse algunas
variaciones para evitar la monotonía, esto también depende de lo que se esté
produciendo en la melodía, las variaciones suelen ser con escalas en grados conjuntos
ascendentes o descendentes o un cambio en los acentos de los tiempos, por ejemplo:
El Bambuco
Igualmente resultado de un mestizaje, el bambuco se convirtió en el ritmo más popular de
la región andina y uno de los más representativos de toda Colombia. También se ha
convertido en uno de los más polémicos, los conceptos sobre su interpretación y
estructura es diferente entre varios autores y teorizadores del tema, sin embargo su forma
cadenciosa y asincopoda es citada por todos.
Desde que se empezó a escribir el bambuco han habido dificultades sobre su métrica,
algunos aseguran que es 6/8 y otros en ¾,
lo cierto es que su melodía y
acompañamiento rítmico van variando entre ambas métricas dando saltos entre copases
en subdivisión ternaria y binaria, este es el principal factor por el cual interpretar bambuco
no es tan fácil, su forma cadencial es otro factor, convirtiéndolo en algo muy allegado al
sentir.
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Melódicamente la característica fundamental del bambuco es la sincopa producida por el
alargamiento o unión con la ultima corchea del compas con la primera del siguiente
No voy a hacer mucho hincapié en cuanto a lo melódico solo mostrare otros ejemplos.
También se varía con silencios y otros alargamientos, algunos ejemplos:
Pasando al acompañamiento armónico y rítmico, generalmente este va en división
ternaria silenciando el primer tiempo y acentuando el tercero, así:
Se puede hacer sobre la nota fundamental del acorde o en inversión, con el adecuado
tratamiento de la progresión de los acordes:
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Hay muchas formas de acompañar un bambuco, pero dependen de la frase melódica que
se esté llevando, en algunas ocasiones hacer un acompañamiento en tres no resulta por
la métrica de la melodía, para esto se pueden buscar con combinaciones como:
Incluso combinaciones de todos estos:
El Torbellino
De carácter mestizo, el torbellino igualmente es un ritmo tradicional en Colombia, sus
prácticas se ven sobresalientes en los departamentos de Boyacá, Cundinamarca y
Santander.
El torbellino es comparado armónicamente con el joropo y el galerón, otros ritmos que se
desarrollaron en el país en otras regiones, debido a su simplicidad en la progresión
armónica, esto compensado con la fluidez melódica y la velocidad de interpretación.
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La secuencia armónica en tónica –subdominante-dominante, con ritmo de blanca, negra y
blanca con puntillo en compases de ¾:
También se suele hacer negras en el primer compás así:
Armónicamente el torbellino siempre se mueve de esa manera, si queremos hacer notas
sueltas sin acordes podemos acompañar el torbellino de esta manera (cumpliendo
siempre la progresión armónica):
Este ejemplo el cual está escrito en C mayor se ve cómo podemos llevar el ritmo
armónico sin hacer propiamente los acordes y dejar la progresión armónica clara.
También hay otra forma de acompañar un torbellino rítmicamente:
La combinación de notas puede variar, siempre y cuando cumpla con la armonía propia
del torbellino.
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La Guabina
Originalmente una práctica cantada con coplas, nacida en las montañas de Antioquia, sin
embargo se fue perdiendo la práctica en este departamento y se traslado hacia otros
lugares como Santander y Huila, allí empezó a tomar aires diferentes a la primera práctica
en su melodía y en su estilo de interpretación.
La guabina es comúnmente enlazada con el torbellino, algunos teóricos afirman que el
contacto de estos dos ritmos (el torbellino y la guabina antioqueña) llevó a la guabina
actual. De hecho su acompañamiento rítmico-armónico no es muy diferente al del
torbellino solo hay que tener en cuenta la armonía, que en la guabina no siempre es tan
simple como en el torbellino, incluso la métrica es también en ¾.
En primer lugar podemos usar este ritmo básico para acompañar, teniendo en cuenta la
armonía. Tocando notas del acorde, principalmente moviéndonos entre la fundamental y
el 5º grado.
.
Otra forma de acompañamiento que podemos usar es esta serie de corcheas, también
usada en el torbellino, debemos tener en cuenta la armonía y hacer notas del acorde. Es
muy importante acentuar el primer y el tercer tiempo del compás.
La velocidad de interpretación depende del tipo de guabina, suelen ser agiles, ya que
originalmente como se menciono antes eran coplas que estaban precedidas de una
intervención instrumental.
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San Juanero y Rajaleña
Nacidos en el Huila, son considerados ritmos hermanos, sin embargo tienen diferencias
en sus letras y más notoriamente en la forma de baile.
Estructuralmente son muy parecidos al bambuco, sin embargo no son tan cadenciosos,
son de hecho más rápidos, más alegres para sus fines fiesteros y de danza.
Sin embargo su melodía se comporta como la del bambuco. Sus acompañamientos
funcionan igual, por esa razón no se establecerán las diferencias entre rajaleña y
sanjuanero, ya que el fin de este escrito es tratar el tema de acompañamiento.
Los tipos de acompañamientos más comunes entonces son parecidos al del bambuco,
estos suelen ir en compases ternarios.
Como primer ejemplo tenemos negras en el segundo y tercer tiempo, se pueden ver en
dos métricas diferentes, a diferencia del bambuco el tercer tiempo en este tipo de
acompañamiento no está acentuado.
Otra forma de acompañamiento es silenciando el primer tiempo o la primera corchea, y
uniendo las dos últimas:
Al igual que en los demás ritmos es necesario tener en cuenta la armonía y moverse entre
las notas cordales.
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El Porro
Ya saliéndonos de la región andina. El porro es mas de la región atlántica y del Caribe,
rítmicamente monótono y armónicamente sencillo, se interpreta a dos o en compas
partido. Su estilo es alegre y fiestero
Para acompañar un porro podemos partir desde algo básico, una blanca y dos negras,
moviéndonos con la fundamental y el 5º grado del acorde.
Generalmente el porro se mueve entre la tónica y la dominante cada dos compases
usando combinaciones de estos ritmos
También se presentan cromatismos siempre con dirección hacia la tónica o la dominante
Importante mantener la variedad de acuerdo a las frases melódicas, otra forma de
acompañarlo es con sincopas
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Bibliografía
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