Repositorio Académico - Universidad de Chile

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UNIVERSIDAD DE CHILE
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES
DEPARTAMENTO DE SOCIOLOGÍA
CIUDADANÍA Y SALUD:
DISCURSOS SOBRE LA REFORMA DEL PLAN AUGE EN CHILE,
1998 – 2005
Tesis para obtener el grado de Socióloga
PÍA FRANCISCA ARGAGNON OCAMPO
Profesora Guía
Silvia Lamadrid Álvarez
Santiago – Chile
Noviembre 2011
-2-
ÍNDICE DE CONTENIDOS
CAPÍTULO 1 : Introducción ................................................................................ 9
CAPÍTULO 2 : Antecedentes ............................................................................ 17
Servicio Nacional de Salud (1952): ............................................................. 26
Ley de Medicina Curativa (1968): ............................................................... 27
Reformas del Régimen Autoritario (1979-1986): ........................................ 28
Plan AUGE-GES (2003):............................................................................. 31
CAPÍTULO 3 : Panorama conceptual ............................................................... 37
Entre la Salud y la Enfermedad ................................................................... 37
Del Estado y el Poder Político ..................................................................... 49
Nuevos escenarios para el ejercicio de la ciudadanía .................................. 58
Bienes públicos, políticas públicas .............................................................. 73
CAPÍTULO 4 : Marco metodológico .................................................................. 83
Postura epistemológica ................................................................................ 83
Enfoque de la Investigación ......................................................................... 86
Tipo de Investigación................................................................................... 88
Población y Muestra .................................................................................... 89
Dimensiones del Estudio ............................................................................. 91
Técnicas de producción de información ...................................................... 92
Técnica de análisis ....................................................................................... 97
-3-
CAPÍTULO 5 : Resultados del Análisis ........................................................... 103
Grupos presentes en el Campo Sanitario ................................................... 103
Discursos presentes en el Campo Sanitario ............................................... 128
Estructura del Campo Sanitario: ................................................................ 146
CAPÍTULO 6 : Conclusiones .......................................................................... 156
CAPÍTULO 7 : Bibliografía .............................................................................. 164
CAPÍTULO 8 : ANEXO ................................................................................... 175
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ÍNDICE DE TABLAS E ILUSTRACIONES
Tabla 1: Enfoques Sanitarios y sus correspondientes conceptualizaciones sobre
la Salud y la Enfermedad. ............................................................................................. 40
Tabla 2: Tipos de Capital ................................................................................. 45
Tabla 3: Derechos civiles, políticos y sociales ................................................. 60
Tabla 4: Medición de la desigualdad, 2004...................................................... 71
Tabla 5: Grupos Sociales en muestra, según disposición de información
relevante ........................................................................................................................ 90
Tabla 6: Dimensiones de Estudio. .................................................................... 91
Tabla 7: Lista de Códigos. ............................................................................... 94
Tabla 8: Matriz de clasificación Actores Relevantes ....................................... 97
Tabla 9: Grupos partícipes del proceso de discusión, según disposición de
capitales ...................................................................................................................... 127
Tabla 10: Muestra Final ................................................................................. 176
Tabla 11: Discurso Sanitario, Enero de 1999 a Marzo del 2002 .................... 184
Tabla 12: Discurso Sanitario, Abril del 2002 a Febrero del 2003.................. 187
Tabla 13: Discurso Sanitario, Marzo del 2003 a Abril del 2004 .................... 190
Tabla 14: Discurso Sanitario, Mayo del 2004 a Junio del 2005..................... 191
Tabla 15: Derecho a la Salud, Enero de 1998 a Marzo del 2002 ................... 193
Tabla 16: Derecho a la Salud, Abril del 2002 a Febrero del 2003 ................. 196
-5-
Tabla 17: Derecho a la Salud, Marzo del 2003 a Abril del 2004 ................... 199
Tabla 18: Derecho a la Salud, Mayo del 2004 a Septiembre del 2005 .......... 202
Ilustración 1: Gasto Público en salud en relación con PIB, 1987-2002 ........... 32
Ilustración 2: Población por debajo de la línea de la pobreza nacional, 2004.. 72
Ilustración 3: Posiciones Discursivas ............................................................. 150
Ilustración 4: Estructura Campo Sanitario ..................................................... 155
-6-
RESUMEN
La siguiente investigación trata del proceso de transformación
reciente del Sistema de Salud chileno, proceso cuyos resultados han
modificado no sólo la estructura y el rol de las políticas sociales en este
sector, sino –ante todo- las condiciones de vida de los sujetos que
componen la sociedad.
Puntualmente, se realizó un análisis socio-político del proceso
de discusión del Plan Auge y del Régimen de Garantías Explícitas en
Salud (GES) suscitado entre los años 1998 y 2005. Dicho análisis fue
hecho a partir de los discursos que los distintos actores involucrados
en el debate emitieron entre esas fechas, poniendo especial hincapié
en las nociones de la salud, modelo de atención y derecho a la salud
que emergieron de la discusión, así como las acciones que los actores
realizaron para resguardar sus intereses, imponer sus posturas,
alcanzar o preservar la hegemonía del proceso.
En cuanto a la estructura del texto, se ha ordenado el
documento en 6 capítulos:
En el primer capítulo, se introduce la pregunta y los objetivos
que guiarán la investigación, así como la relevancia de la misma.
Un segundo capítulo referido a los antecedentes generales del
problema. Este capítulo recorre la historia de la institucionalidad
sanitaria chilena, enfatizando en las reformas realizadas en el sector
salud desde 1924 en Chile.
El tercer capítulo contiene el panorama conceptual que
sustentará dicha investigación. Dentro de este capítulo se abordará las
-7-
problemáticas actuales ligadas a la noción de Estado y la ciudadanía,
especialmente en el contexto latinoamericano. Adicionalmente, se
ahondará en el concepto de salud-enfermedad, óptica desde la cual se
construirá la noción de campo sanitario.
En cuarto lugar, se dará cuenta de la estrategia metodológica
mediante la cual se logró identificar la lucha de poder que se produjo
en el contexto de la Reforma. A partir de esta estrategia, se explicarán
en un quinto capítulo las relaciones objetivas que existen entre los
actores que intervienen en el campo sanitario y sus visiones sobre el
modelo de atención, la salud y los derechos que se deben consagrar
mediante la reforma, establecer las posturas dominantes y deducir las
nociones de ideológicas que le subyacen.
Finalmente, en el sexto capítulo se expondrán las conclusiones
finales a las cuales se arribó tras esta investigación.
-8-
Capítulo 1 : Introducción
Chile, a finales del siglo pasado, presentaba importantes avances en
su desarrollo económico, resultados que –sin embargo- eran acompañados
de grados crecientes de desconfianza entre los mismos chilenos y hacia las
instituciones, particularmente hacia los sistemas de salud, previsión,
educación y trabajo. Convivía en el territorio nacional un país pujante y otro
excluyente; en donde la Seguridad Humana1 solo era accesible para unos
pocos. Esta era la situación descrita por el Informe de Desarrollo Humano
hecho sobre Chile en 1998 por el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD, 1998).
No obstante, si bien esta situación pareciera poner en tela de juicio la
estabilidad del sistema democrático chileno, quedaba en entredicho toda vez
que el modelo lograba mostrarse como exitoso, trasladando toda
responsabilidad frente a la falta de protección a los individuos, y el
descontento manifiesto no lograba traducirse en una fuerza ciudadana
articulada que levantara con fuerzas sus demandas, lo cual puede
explicarse por el deterioro de los vínculos sociales (PNUD 1998, 15-31).
En ese momento, la situación sanitaria del país estaba marcada por la
fuerte inequidad y exclusión en salud asociado al género, edad, zona
urbana/rural y región a la que pertenecen las y los beneficiarios del sistema
(MINSAL, 2005). En 1999, un poco más de un millón de chilenos no estaba
afiliado a algún sistema previcional de salud (esto es, un 6,95% de la
1
«La Seguridad Humana supone una situación en la que el desarrollo social, político,
económico y cultural garantice un conjunto de mecanismos a través de los cuales todos los
actores participen en las tareas de la modernización y el cambio. Solo siendo sujetos del
cambio se logra controlar y minimizar sus amenazas y potenciar sus oportunidades de
progreso y bienestar» (PNUD 1998, 36).
9
población según la Encuesta CASEN 2003) y otros miles no contaban con
acceso adecuado a atención de salud, ya sea por deficiencias en la
cobertura y oportunidad del sistema, por los tipos de planes ofertados, o por
cuestiones de carácter cultural, económico y/o geográfico (Celedón y
Miranda 2004).
Del mismo modo, mientras el sistema público de salud atendía al 60%
de los afiliados a un sistema previsional de salud, correspondiente a los
sectores más pobres y menos sanos del país, el sector privado cubría al
25% más rico y menos enfermo de este segmento de la población2 (Arrau,
2004). Chile contaba, entonces, con un sistema de salud dual que segrega
socialmente.
Por otra parte, se identifica la ocurrencia de dos procesos
socioculturales que afectan de forma importante la estructura demográfica
chilena y, por tanto, desafían la institucionalidad sanitaria existente en el
país. Estos procesos son el cambio del patrón epidemiológico y el proceso
de envejecimiento poblacional.
El primer lugar, se observa una disminución sustancial de la
fecundidad. En la década de los sesentas, el nivel de fecundidad ascendía a
5 hijos vivos por cada mujer en edad fértil, mientras que en el 2004 la tasa
global de fecundidad3 fue igual a 1,91 (INE, 2006, INE, 2008). Ahora bien,
existen diferencias en este indicador en relación con el nivel socioeconómico
de las familias, en tanto que las familias del primer quintil son más
numerosas que las del quinto (Arriagada 2001).
No sólo ha variado el número de hijos que las mujeres tienen en la
edad fértil, sino también la edad en que éstas son madres. Si bien la edad
2 El porcentaje restante (15%) corresponde a los afiliados a otros sistemas previsionales de
salud, en su mayoría ligados a las Fuerzas Armadas y de Seguridad.
3 La tasa de fecundidad corresponde al número promedio de hijos por mujer al culminar su
10
en que las mujeres tienen un mayor número de hijos se ha mantenido entre
los 20 y 30 años, la edad en que se concentra el mayor número de
nacimiento se ha desplazado de los 20-25 años en 1990 a los 25-30 años en
el 2002, lo que implicaría el establecimiento de una fecundidad por edades
de tipo tardío (INE, 2006; Pág. 17). Aun así, también puede observarse un
aumento de la fecundidad entre las mujeres de entre 15 a 19 años,
fenómeno que ha sido llamado embarazo adolescente (INE, 2008).
Estos cambios se explicarían por el aumento del nivel de instrucción
de las mujeres, la mayor inserción de éstas en el mercado laboral, la
existencia de programas de salud dirigidos al binomio madre-hijo y de
planificación familiar para mujeres que han sido madres, hechos que
afectarían fuertemente la estructura de las familias chilenas.
En segundo lugar, en Chile se ha vivido una importante disminución
de la mortalidad, expresada en el aumento de la esperanza de vida4. Así,
mientras una persona nacida en 1950 vivía aproximadamente 55 años, se
espera que un recién nacido en el año 2005 viva alrededor de 78 años. La
información entregada por CELADE e INE (2005) muestra que los saltos
más importantes en términos de la esperanza de vida se produjeron en el
quinquenio 1965-1970 y entre 1975 hasta finales de la década de los 80´s,
ligados -en primera instancia- a una disminución significativa de la
fecundidad y a la posterior caída de la mortalidad infantil5.
La reducción de la mortalidad general y de la fecundidad han llevado
edad reproductiva.
4 La esperanza de vida corresponde al tiempo que se espera que vivan los nacidos en un
año X en “promedio”.
5 Chile en el año 1960 tenía una de las tasas de mortalidad infantil más altas de América
Latina: 120 defunciones en menores de 1 año por 1000 nacidos vivos. Hoy esa tasa ha
sufrido un fuerte descenso llegando a 8,9 defunciones por cada 1000 nacidos vivos en el año
2000 (Szot, 2003). La disminución de la mortalidad infantil se ha reflejado en una
disminución de la natalidad y de la tasa general de fecundidad y, además, a un cambio en la
morbilidad de la población.
11
a Chile a un proceso denominado de transición demográfica, cuyo resultado
ha significado que los grupos jóvenes, quienes tradicionalmente habían
tenido una mayor importancia relativa dentro de la población, hayan sido
desplazados por los adultos mayores (Szot, 2003). Las proyecciones
realizadas por el Instituto Nacional de Estadísticas y CEPAL (n.d.) permiten
aseverar que esta tendencia se mantendrá en el tiempo, arribando Chile a
un progresivo envejecimiento poblacional.
El envejecimiento de la población hará que necesariamente la
disminución vivida en términos de mortalidad se revierta, debido al aumento
de enfermedades que afectarían preferentemente a los grupos de tercera
edad. De tal modo, el proceso de transición demográfica vendría aparejado
de un segundo fenómeno: el cambio del patrón epidemiológico. Chile, al
igual que la mayoría de los países industrializados, estaría atravesando por
una transición epidemiológica avanzada (Frenk et all, 1991), cuestión que
alteraría la condición de salud de los habitantes del país y, por tanto, supone
nuevos desafíos para los sistemas de salud nacionales 6.
La situación antes descrita demandaba una adaptación de la
institucionalidad sanitaria del país a los nuevos desafíos y necesidades de la
población, idea que empezó a fraguarse en distintos sectores de la sociedad
desde principios de los noventas. En junio de 1998, la Encuesta del Centro
de Estudios Públicos (CEP) indicaba que según las y los encuestados, los
tres problemas a los que el Gobierno debía dedicar mayores esfuerzos para
solucionarlos eran la salud (44%), la delincuencia, los asaltos y los robos
6 Según el Estudio de Carga de Enfermedad y Carga Atribuible (MINSAL, 2008), en la
actualidad las enfermedades transmisibles, asociadas a causas maternas, del periodo
perinatal y las enfermedades o condiciones nutricionales, provocan solo el 4% de las muerte
de la población, porcentaje que en el año 1969 representaba el 44% de las muertes (Szot,
2003). Por su parte, las enfermedades que más años de vida harían perder a la población
serían las enfermedades no transmisibles y las lesiones, las que explicarían un 84% y un
12% de la carga de enfermedad del país respectivamente. De tal manera, el sistema de
salud debiese adaptarse a las nuevas necesidades sanitarias de la población, pasando de
un modelo de atención curativo a uno principalmente preventivo.
12
(43%) y la pobreza (42%), en el mismo orden de prioridad.
No obstante, sólo se entró en tierra derecha en esta materia cuando
Ricardo Lagos fue electo Presidente de la República, dado que éste había
integrado como uno de los pilares fundamentales de su Programa de
Gobierno la implementación de una necesaria Reforma de Salud: el Plan
AUGE o el posteriormente llamado Régimen de Garantías Explicitas en
Salud (GES).
El diseño y posterior promulgación de los Proyectos de conllevó una
fuerte discusión pública, de la que se hicieron parte distintas personas e
instituciones relacionadas con el área de la salud, cuyo resultado dio forma
al sistema de salud hoy vigente en el país.
En este marco, cabe preguntarse: ¿cuáles fueron los actores en
disputa en el proceso de reforma de la salud? ¿Cuáles fueron las posturas y
los intereses que logran imponerse en este proceso? O, expresado de forma
más general ¿Cómo se estructura el campo sanitario en el contexto de la
discusión de la Reforma de Salud ligada al Plan AUGE-GES? Esta última
será la Pregunta de Investigación de la presente tesis.
De esta manera, el Objetivo General de la investigación es identificar
cómo se estructura el campo sanitario en el contexto de la discusión de la
reforma
ligada
al
Plan
AUGE-GES.
Así,
se
busca
explicar
las
transformaciones que se producen en el área de la salud a partir de la lucha
de intereses que se suscita en este contexto, considerando el lugar que
ocupan los distintos actores y las herramientas que son capaces de
movilizar para imponer sus posturas.
Para lograr este objetivo, se identifican algunos pasos previos que
permitirán alcanzar dicha meta, los que corresponden a los Objetivos
Específicos de la investigación. Estos son:
1. En primer lugar, caracterizar a los actores que se hacen parte del
13
proceso de discusión sobre la reforma, considerando la composición social
del grupo, su identidad, los capitales que poseen y el lugar que ocupan en el
Sistema de Salud.
2. En segundo lugar, definir las nociones que sobre el fenómeno de la
salud-enfermedad, el modelo de atención y el derecho a la salud estuvieron
en juego en la discusión de la Reforma de la Salud.
3. En tercer lugar, explicar la posición que cada uno de los actores
ocupa en el campo y sus relaciones con otros actores, distinguiendo las
posturas hegemónicas y subordinadas.
Para lograr estos objetivos, se indagará en los discursos públicos que
los distintos actores emitieron durante el proceso de reforma. Al mismo
tiempo, se utilizaran datos históricos, documentación y estadísticas oficiales
para validar la información que se producirá en el marco de esta
investigación.
La hipótesis central de esta investigación hace alusión a que los
cambios suscitados en este proceso conllevaron a una reducción del
derecho a la salud, en la medida que el resultado obtenido de la discusión
sobre el Plan AUGE no garantizaría el acceso universal a la atención de
salud, sino únicamente un acceso a determinadas prestaciones. La
reducción de los derechos en salud se sustentaría en la hegemonía de un
concepto restringido de la salud y de una ideología tendiente a la no
intervención del Estado en la economía defendida por grupos con intereses
económicos privados ligados al área de salud (ISAPRES, Clínicas,
Laboratorios y Farmacias).
En segundo lugar, las garantías en salud que se establecen en el
proceso de reforma tienen estricta relación con la demanda social y con la
lucha desarrollada por los actores cercanos a la idea de la medicina social,
pensando que la extensión de los derechos humanos en general ha sido
14
posible en base a las luchas desarrolladas directamente por la sociedad
civil.
En esta línea, se postula que el liderazgo alcanzado por los sectores
privados les permitiría desplazar a otros actores que habían mantenido un
papel protagónico en las políticas del sector (por ejemplo, el Colegio
Médico), quienes perderían su lugar de privilegio y su capacidad de
intervención en las mismas.
En cuarto lugar, se estima que la constitución de un mercado de la
salud, propiciado por las reformas del régimen autoritario, no es revertida
por la actual reforma, contribuyendo con esto a una consolidación de una
estructura dual del sistema de salud chileno. Esta estructura dual se ve
reflejada en la persistencia de dos lógicas contrapuestas: una solidaria
ligada a los servicios públicos y otra individual que opera en los servicios
privados.
Finalmente, se considera relevante indagar en la estructura del
campo en la medida que los resultados de este proceso han logrado
modificar no sólo el rol de las políticas sociales de este periodo, sino –
sobretodo- las condiciones de vida y las posibilidades de existencia de los
sujetos que componen la sociedad. Según María Angélica Illánes (1993), la
enfermedad ha jugado históricamente el rol de develar la pobreza y la
inequidad social presente en la sociedad chilena, convirtiéndose en uno de
los hitos de la llamada cuestión social. En este sentido, se justifica
plenamente observar la estructura del campo sanitario, en tanto ésta da
cuenta de las relaciones sociales en las que se sustentan las definiciones
adoptadas sobre el aparato de salud chileno y da luces sobre las posturas
ético-políticas que sustentan el estado de salud en el que se encuentra hoy
la población del país.
La presente investigación no indagará en la implementación de la
reforma ni en sus resultados, ya que ésta no se ha consolidado aún y sus
15
resultados solo serán evaluables a mediano y largo plazo. Recién en
noviembre del 2008 aparecieron los primeros estudios sobre los resultados
de la reforma, los que sólo analizan algunos de los aspectos de la misma. El
tiempo transcurrido desde que se dio el vamos a la Reforma no permite
observar los efectos que tendrá a nivel general de la población. Además, el
hecho de que ésta sea progresiva, implica que la totalidad de los aspectos
considerados en su diseño no están del todo vigentes. Lo dicho
anteriormente no desestima la necesidad de indagar en estos aspectos, por
el contrario, se espera poder realizar dichos análisis una vez que exista
información suficiente para ello.
16
Capítulo 2 : Antecedentes
La mantención de la salud, la cesación del dolor y el combate a la
enfermedad han sido preocupaciones siempre presentes en las sociedades
humanas. De ellas se han encargado figuras tales como sacerdotes,
curanderos, médicos, comadronas, gimnastas y hasta filósofos, recurriendo
a saberes provenientes tanto de la observación empírica como de las
creencias espirituales.
En occidente7 los albores de la medicina pueden ubicarse en la época
antigua vinculados al culto a Asclepio, quien según la mitología griega
habría aprendido del Centauro Chirón los saberes curativos y el arte de
revivir muertos. Asclepio, conocido como Esculapio por los latinos, habría
sido muerto por Zeus tras los reclamos de Plutón que lo culpaba de
despoblar los infiernos. Tras su muerte, su padre Apolo le habría solicitado a
Zeus que lo situara entre los dioses del Olimpo, quien habría aceptado y lo
habría ubicado en la constelación del Serpentario, razón por la cual sería
identificado con la forma de una serpiente (Sánchez, 1966, págs. 42-43).
Sus descendientes, los asclepíades, entre los que se cuentan a
Macaon y Polidario (destacados por ejercer la medicina durante la guerra de
Troya), Hygia (diosa de la medicina y de la higiene) y Panacea (diosa de las
propiedades curativas de las hierbas), trasmitieron sus conocimientos de
generación en generación hasta que la demanda de sus servicios los obligó
a impartir sus conocimientos a personas ajenas a la familia, no sin antes
obligarles a cumplir el siguiente juramento:
17
“Juro por Apolo el médico y Esculapio, Hygia y Panacea y
todos los dioses y diosas que, de acuerdo con mis
capacidades y mejor discernimiento, he de cumplir este
juramento y lo en él estipulado, de que he de considerar al que
me ha instruido en este Arte como mi propio padre y como a
tal he de amar y con él repartiré mi hacienda y lo he de
remediar en sus necesidades, siempre que para ello fuese
requerido; que he de mirar por sus hijos, al igual que por mis
propios hijos, y que he de instruirlos en este Arte, en el caso
de que quisieran aprenderlo, sin recompensa alguna ni
estipulación previa de ninguna clase; y de que, por medio del
precepto o de la plática, o de cualquier otra forma de
enseñanza, he de instruir en este Arte a mis propios hijos y a
discípulos constreñidos por este juramento, según las leyes de
la medicina, pero a nadie más. Que he seguir la forma de
tratamiento que, de acuerdo a mi mejor saber y
descernimiento, considere mejor para beneficio de mis
pacientes, absteniéndome de dar venenos mortales a nadie,
aunque para ello fuese requerido, ni he de sugerir a nadie tal
consejo. Que he de vivir y practicar mi Arte en pureza y
santidad. Cualquier cosa que viere u oyere, en vida de los
hombres, que no deba repetirse, no la he de divulgar, teniendo
siempre en cuenta que tales cosas deben guardarse secretas.
Que mientras guarde este juramento inviolado me sea
concedida una vida feliz en la práctica de mi Arte, respetado
de todos los hombres en todos los tiempos. ¡Mas si
transgrediera o violara este juramento, que todo lo contrario
sea mi suerte!” (Sánchez, 1966, págs. 44-45).
Dicho juramento se conoce hasta nuestros días como Juramento
Hipocrático en honor a Hipócrates (460-370 AC), el miembro más destacado
de la Escuela de Cos, a la cual pertenecían los asclepíades. Se le atribuye
la introducción del método clínico y de las nociones éticas que regulan la
práctica de la medicina, por lo cual ha sido considerado el padre de la
misma. Su doctrina quedó contenida en un conjunto de 72 libros
denominado el Corpus Hipocratucum entre los que destacan los libros Del
Médico y Del Comportamiento del Médico, Del Pronóstico, De la Anatomía,
De la Naturaleza de los Huesos, De las Fracturas y Luxaciones, De la Dieta
Salubre, entre otros, todos vigentes por varios siglos.
7 Existen otras corrientes del pensamiento de la medicina alópata de origen occidental, en
las cuales no se ahondará mayormente en el marco de esta tesis.
18
Al igual que Hipócrates, destaca el médico romano Claudio Galeno
(129-200 DC), quien alcanzó gran prestigio por sus aciertos en el
diagnóstico y pronóstico clínico. Dentro de su legado también se cuenta la
introducción de la polifarmacia (conocida también como farmacia galénica),
que consiste en la utilización de múltiples medicamentos para apoyar los
procesos de curación, recetados siguiendo una serie de principios basados
en la evidencia empírica acumulada (Sánchez, 1966).
Los conocimientos recopilados por Hipócrates y por Galeno, así como
los de sus continuadores, constituyeron los cimientos de sendas escuelas de
medicina que se desarrollaron hasta el siglo XVIII, minuto en que ha
quedado fechado el nacimiento de la medicina moderna. Antes de esto
ocurriera, quienes se dedicaron al arte de curar desarrollaron sus
conocimientos en torno a su relación con el enfermo y su enfermedad.
Entonces el conocimiento estuvo dado por una metafísica del mal, por la
construcción de fantasmas que traían al exterior las verdades ocultas bajo la
piel.
Según Michel Foucault (2003; Pág. 9) «la medicina como ciencia
clinica apareció bajo condiciones que definen, con su posibilidad histórica, el
dominio de la experiencia y la estructura de la racionalidad». No es que los
médicos hubiesen recuperado la capacidad de observar que desarrollaron
sus precursores, o que hubiesen nuevamente escuchado a la razón en
desmedro de la imaginación; sino que la emergencia de la práctica médica
moderna supuso una nueva alianza entre lo que el autor denomina las
palabras y las cosas, cuestión que permitió que la mirada del hombre como
objeto de conocimiento alcanzace status científico.
Desde esta perspectiva, el nacimiento de la clínica acontece cuando
experimentar los interiores del cuerpo bajo la mirada atenta del ojo clínico se
legitima como un acto positivo. Lo anterior desplazá los mencionados
fantasmas a la mente del sujeto enfermo y lo llena de ignorancia, cuestión
que permitirá que la relación entre médico-paciente no sea recíproca.
19
La formación de los médicos en occidente condujo al desarrollo del
ejercicio privado de la profesión y/o al cuidado de los menesterosos en las
instituciones de caridad que se crearon al amparo de la iglesia o de
filántropos. Para el resto de la humanidad, los cuidados de salud fueron
abordados en el ámbito de lo privado. Esta situación se mantuvo sin
mayores variaciones hasta que en 1883 el Canciller Otto Bismarck de
Alemania estableció el seguro de enfermedad, maternidad, invalidez y
muerte como una forma de contrarrestar las presiones sociales levantadas
por los sindicatos obreros en relación a las precarias condiciones de vida
que debían enfrentar los sectores subalternos como consecuencia del
proceso de transformación provocado por la revolución industrial. Más tarde,
en 1948 Gran Bretaña se crearía el Sistema Nacional de Salud como una
forma de responder a las necesidades de salud de los excombatientes de la
Segunda Guerra Mundial.
Éstas serian las primeras expresiones de lo que más tarde serían la
organización de los modernos sistemas de salud, lo cual en la práctica
implicaba la intervención del Estado en la materia, pasando la salud una
preocupación individual a una responsabilidad colectiva (Bravo, 1982).
En Chile, las primeras expresiones de la práctica médica se dieron
lugar desde la época colonial. Ejemplo de ello es la construcción del Hospital
de San Juan de Dios en el año 1552, 11 años después de la fundación de la
ciudad de Santiago (Medina, 1980; Pág. 11). Desde sus inicios, la medicina
estuvo vinculada a un pequeño número de profesionales que atendían de
forma particular a los sectores acomodados de la sociedad, ubicados
mayoritariamente en la capital. En cambio, los sectores más desfavorecidos,
quienes tenían nulo acceso a este tipo de prácticas, resolvían sus problemas
de salud acudiendo a las instituciones de caridad administradas por la
Iglesia o bien a través del uso de hierbas medicinales, visitas a curanderos,
20
componedores de huesos, machis y otros personajes del mundo popular 8.
A finales del siglo XIX, la decadencia del régimen oligárquico y la
instalación de un sistema capitalista dependiente motivaron la migración de
un gran número de personas desde el campo a la cuidad, en búsqueda de
trabajo y comida. La mayoría de éstas se asentaron en precarios lugares de
alojamiento como cuartos redondos, chacras y conventillos; espacios que
junto a la falta de higiene, el hacinamiento y la pobreza se convirtieron en el
escenario propicio para la propagación de enfermedades (Hidalgo, 2004).
Frente a esto, en los sectores populares se constituyeron las primeras
organizaciones autónomas con el objetivo de enfrentar los síntomas físicos y
sociales de la exclusión social (Illánes, 1993, págs. 22-23). Así, mientras el
Estado de la época en materia de salud pública no se encargaba de más
que el aseo urbano y de las ordenanzas de mercados y mataderos, las
organizaciones autónomas de artesanos y obreros se adelantan en una
concepción social de la salud y la previsión.
En tanto, dadas las precarias condiciones del ejercicio privado de la
medicina, los profesionales comienzan a proponer que el Estado debiese ser
el responsable de la salud de la población, siguiendo así el ejemplo de
naciones como Inglaterra o Alemania. Con este objetivo en 1873 se funda la
Sociedad Médica de Chile (Illánes, 1993).
Sin embargo, fueron los estragos de la viruela y, posteriormente, del
cólera los que impusieron en la agenda pública la necesidad de reformular la
estructura tradicional desarrollada en salud. El primer paso en dicha
dirección se realizó en el gobierno del Presidente Santa María, con la
creación de la Junta Directora de Establecimientos de Beneficencia,
instancia que agrupaba a todos los establecimientos de salud que subsistían
8 Es importante destacar que esta cultura popular de la salud no ha desaparecido del todo,
manteniéndose especialmente en aquellos sectores en donde el acceso a la salud formal
21
gracias a la caridad pública o que eran financiados por fondos estatales, ya
fueran hospitales, hospicios, lazaretos, casa de huérfanos, cementerios,
casa de maternidad u otros. Además, dentro del Ministerio del Interior se
constituyó la sección de Higiene y Beneficencia, la que cumplía el rol de
autoridad sanitaria de la nación.
No obstante, la puesta en marcha de estas políticas avivó un fuerte
debate en donde se contraponía la idea de la libertad individual y el interés
colectivo. Para la aristocracia las políticas sanitarias implicaban la
intromisión del Estado en la administración de la propiedad y la fuerza de
trabajo de sus empleados y/o trabajadores (as), así como en la esfera
privada. Además, la puesta en marcha de medidas sanitarias dio paso a uno
de los conflictos de poder más importantes de fines del siglo XIX que se
cristalizó en la reforma de la Ley de Municipalidades de septiembre de 1887,
ya que las medidas que evitaban la propagación de enfermedades chocaban
con las atribuciones que residían en el municipio como ente responsable de
velar por el bienestar social de sus localidades.
Tras la Guerra Civil de 1891, se aprobó en el Congreso la antes
controversial ley que creaba el Consejo Superior de Higiene y del Instituto
de Higiene. Ambas entidades, encargadas de la desinfección, vacunación y
tratamiento hospitalario de los enfermos, serían la piedra fundacional de la
institucionalidad sanitaria chilena. Paralelamente, se dictó la nueva ley
municipal que les entregaba mayor autonomía respecto a los gobernadores
e intendentes, quienes perdían su función fiscalizadora de las cajas y
presupuestos municipales y debieron traspasar a los municipios la
responsabilidad sobre la seguridad pública. No obstante, los municipios
perdieron parte importante de su rol en el ámbito de salud, en tanto las
nuevas instituciones centrales encargadas de la higiene y la desinfección de
presenta mayores dificultades, como ocurre en las zonas rurales.
22
la población actuaron por encima de éstas. En lo concreto, municipios y el
Consejo Superior de Higiene mantuvieron una especie de dualismo en sus
acciones sanitarias, sin que éstas se coordinaran o aunaran criterios
comunes.
Después de la ardua lucha por la creación del Consejo Superior de
Higiene Pública, el cuerpo médico comenzó a reclamar por su falta de
participación en la dirección de la Beneficencia y especialmente en los
hospitales. «Concretamente se trataba de un grave conflicto que se estaba
dando al interior de los hospitales, entre quienes los administraban –señores
filántropos o de “espíritu público” nombrados por las Juntas de Beneficenciay los médicos,
los que, sabiéndose la pieza maestra de los hospitales,
estaban sin embargo incapacitados para tomar las decisiones respecto a
esos establecimientos» (Illánes, 1993; Pág. 100). Esta pugna fue el segundo
desafío histórico de los galenos.
No obstante, la aparición de una nueva epidemia delineó el rumbo de
la salud chilena. A principios de siglo, cuando Chile vivía gracias a las
ganancias del caliche, una terrible epidemia se expandió en el desierto
chileno:
la
fiebre
bubónica.
Simultáneamente,
la
viruela
azotaba
Antofagasta. La crisis sanitaria provocada por estas dos enfermedades dejó
en evidencia la carencia de autonomía para tomar decisiones sanitarias del
Consejo Superior de Higiene Pública frente al Ministerio del Interior (Illánes,
1993; Pág. 106). Dicho conflicto se diluyó cuando el gobierno de Germán
Riesco Errázuriz promulgó un proyecto de ley que creaba una sección
sanitaria especial en el Ministerio del Interior preocupada de la higiene y
beneficencia pública, sección que debía estar a cargo de un médico-cirujano
de la Universidad de Chile. Esta modificación implicó el ingreso formal del
estamento médico al Estado.
También, dejó en evidencia el malestar que empezaba a fraguarse al
interior del pueblo. Acontecida la Matanza de Santa María de Iquique en
1907, el poder organizado del movimiento obrero se hizo más fuerte. Como
23
epidemias se expandieron las protestas y manifestaciones populares, se
extendió una consciencia que no tenía cura. La aristocracia de la época se
vio obligada a mirar las condiciones en las que trabajaban y vivían los
sectores populares, proliferaron los estudios sobre la cuestión social. Como
parte del mea culpa de los poderosos se impulsaron nuevos proyectos
legislativos, los cuales ponían como principal respuesta a ésta problemática
el mejoramiento de las condiciones de habitabilidad y la protección de la
familia. Pasaría un tiempo mayor hasta que cuestiones como el salario y las
jornadas laborales fuesen abordadas.
En salud, las inhumanas condiciones de trabajo habían degradado a
tal nivel el cuerpo de obreros, mujeres y niños que las instituciones de
beneficencia entraron en colapso. «Desprestigiada y atacada por los
sectores más conscientes del pueblo, desbordada socialmente, incapacitada
económicamente y debilitada institucionalmente, surgió, al interior de la
misma beneficencia, un importante movimiento reformador» (Illánes, 1993;
Pág. 128), el que comprendía que la caridad no se contraponía a la ciencia,
por el contrario, era necesario que la caridad fuese científica y la ciencia
caritativa. Se impuso con mayor fuerza la idea de que el Estado tenía el
deber de asegurar la salud de la población. Esta reflexión tuvo tal efecto que
la beneficencia pasó a llamarse asistencia social.
De este modo, las epidemias provocaron dos hechos importantes: «1)
poner en conflictiva tensión a la institucionalidad privada y pública respecto a
su función social y 2) comenzar a plantear nuevos conceptos y definiciones
sobre el pueblo y su vinculación con el sistema y el Estado» (Illánes, 1993;
Pág. 73).
La primera modificación importante que sufrió la institucionalidad
sanitaria chilena se estableció con la creación en 1924 del Ministerio de
Higiene, Asistencia y Previsión Social y, junto con este, el Seguro Social.
El Seguro Social chileno fue una respuesta a la grave crisis política,
24
económica y social que vivió el país en el marco del tránsito de un régimen
oligárquico al otro de tipo liberal moderno (Labra, 2002), de modo que este
hecho se constituye como el hito fundacional de lo que sería, más tarde, el
moderno Sistema de Salud en Chile.
Esta reestructuración se relaciona, básicamente, con la aprobación de
dos leyes. La primera de estas estuvo dirigida a la clase obrera, en tanto
pretendía regular la relación entre capital y trabajo y, al mismo tiempo,
asegurar la reproducción de los trabajadores. Por su parte, una segunda ley
atendía las reivindicaciones de las Fuerzas Armadas relativas a la
disposición de cajas de seguridad social institucionales. A partir de dicha
legislación surgió la Caja del Seguro Obligatorio, la que entregaba seguridad
social (asistencia médica y previsión) a trabajadores manuales, sus familias
e indigentes y fue financiada por un sistema tripartito en el que participan los
empleadores, los trabajadores y el fisco.
Esta reforma significó un avance importantísimo para los trabajadores
que hasta entonces sufrían de una exclusión social absoluta. No obstante,
en palabras de María Eliana Labra (1997ª) y María Angélica Illánes (1993),
esta poseía grandes imperfecciones e institucionalizaba otras exclusiones.
Al respecto, de este Sistema quedaron excluidos grupos de trabajadores,
como empleados, trabajadores por cuenta propia y campesinos, mientras
que otros mantuvieron o crearon sus propias cajas (ferroviarios, militares,
policías y bancarios).
Con posterioridad, a lo largo de la historia del Sistema de Salud
chileno se pueden contar cuatro procesos de reestructuración que han
modificado la estructura institucional, la cobertura poblacional y la valoración
del derecho a la salud. En los siguientes párrafos se ahondará brevemente
en cada uno de estos procesos. Su revisión se fundamenta toda vez que las
modificaciones que se produjeron en cada uno de éstos son la base de las
directrices que hoy predominan en el actual Sistema de Salud.
25
Servicio Nacional de Salud (1952):
Una vez que llega al poder el Frente Popular en 1938, se inicia el
trámite de un proyecto de ley que buscaba la unificación de las distintas
cajas existentes, proceso que culmina en el gobierno del presidente
González Videla. Este proyecto de ley se sustentaba en el estudio “La
realidad médico social chilena” escrito por el entonces Ministro de
Salubridad, Previsión y Asistencia Social Dr. Salvador Allende. En él,
Allende (1939) mostraba sin rodeos las enormes diferencias en salud
existentes en el país y propugnaba que el Estado debía asumir de forma
prioritaria la responsabilidad de asegurar un nivel digno de vida para los
ciudadanos, llegando incluso a incitar al pueblo a luchar por la conquista de
sus derechos.
Sin embargo, la Ley que dio paso a la instauración del Servicios
Nacional de Salud (S.N.S), no implicó una fusión de la caja de obreros con
las cajas de empleados, primando la ideología conservadora de que el
Estado Benefactor debía proteger apenas a los más débiles (Labra, 1997ª:
10). El S.N.S se erigió como un organismo autónomo, cuya injerencia se
restringía a la asistencia médica de los asegurados que correspondían al
anterior Seguro Social, salvo en los aspectos relativos a salud pública, en
donde tenía plenas facultades.
De forma complementaria,
otros dos hechos permitieron
un
fortalecimiento de la corporación médica. En primero de estos fue la
creación del Colegio Médico (1948) y, el segundo a la promulgación del
Estatuto Médico Funcionario (1951).
El funcionamiento de este sistema se tropezó con tres graves
obstáculos: (1) Déficit financiero, (2) exceso de demanda, propiciado por la
atención informal de personas que no estaban cubiertas por el sistema
público, y (3) rencillas que se desarrollaron entre los funcionarios
26
profesionales de la salud, en las cuales estaba implicado el choque entre
visiones socializantes contra otras posturas que legitimaban el ejercicio
liberal de la profesión.
Para salir del paso, se realizaron modificaciones menores al S.N.S
que permitieron la introducción de una modalidad de libre elección en el
marco del sistema. Esta solución contribuyó a la incubación de una crisis
mayor al interior del S.N.S, en la medida que se polarizaron aun más las
posturas que estaban a favor de la apertura universal de los servicios
públicos en contraposición de quienes intentaban cimentar la diferenciación
social que imponía la existencia de un sistema para obreros y otro para
empleados.
En esta discusión adquiere gran importancia el contingente de
médicos, quienes se convirtieron en un actor central del sector,
especialmente tras la fundación del Colegio Médico de Chile en 1948. Esta
organización alcanzó un gran poder sobre sus miembros y sobre el sistema
de salud de la época, especialmente en lo relativo a la demanda por la
formación de un mercado privado para el ejercicio de la profesión (Labra,
2002).
Ley de Medicina Curativa (1968):
Como respuesta a una serie de movilizaciones populares y frente a la
negativa del Colegio Médico de equiparar el acceso a la salud de obreros y
empleados, se ideó un mecanismo para que los asegurados por otras cajas
accedieran a la atención hospitalaria en el sistema público. Para ello, estas
personas debían atenderse en un horario especial estipulado para ello y
pagar una suma por la prestación recibida a través del Servicio Médico
Nacional de Empleados (SERMENA). Sin embargo, esta fórmula no tardó en
generar problemas mayores que los que resolvía, ya que los funcionarios del
27
S.N.S vieron en la atención de estos pacientes un beneficio económico
inmediato, en desventaja de aquellos que estaban subvencionados por el
Estado.
De este modo, dentro del S.N.S empezaron a convivir dos lógicas
contrapuestas de atención sanitaria: una que garantizaba la atención
gratuita para obreros e indigentes y otra bonificada la atención de
empleados que quisiesen atenderse en el sistema público. La existencia de
estas dos lógicas generó, en términos generales, un desorden administrativo
y el debilitamiento de la atención de los sectores más necesitados.
Paralelamente, este conflicto se vio reforzado por un aumento progresivo de
la demanda y un des-financiamiento del sistema, lo cual obligó a impulsar un
nuevo proceso de reforma en el sector: la Ley de Medicina Curativa.
Cabe destacar que la puesta en marcha de esta reforma implicó un
incremento considerable de la cobertura sanitaria, que alcanzó al 90% de la
población. Aún así, su contenido fue el centro de constantes críticas, dada la
alta polarización política de los actores del sector salud, en lo particular, y
del país, en general. Esta situación ha sido analizada por Arturo Valenzuela
(1989) como una tendencia de los actores políticos a una lógica centrífuga,
lo que habría impedido la mantención del consenso necesario para la
subsistencia de un régimen democrático.
Reformas del Régimen Autoritario (1979-1986):
«La coyuntura económica, política y social de los críticos años 70´s
fue ampliamente favorable a los cortes en el gastos público, sobre todo en el
ámbito social, y a la reorganización de los servicios de salud bajo una
perspectiva economicista, pragmática y restrictiva» (Almeida, 2002; Pág.
905). Así, bajo en el argumento de que el desempeño de los sistemas de
salud no habían mejorado los indicadores sanitarios y de desigualdad en
28
éste ámbito y que había una crisis de costos en sector salud, dada por la
coexistencia de una demanda infinita frente a recursos escasos (Maxwell,
1974, citado por Almeida, 2002), los paises del primer mundo comenzaron a
establecer prioridades en la provisión de servicios que fueran más costoefectivas y eficientes; y a restringir los montos asignados al sector salud.
Ahora, si bien este argumento se presentaba como una propuesta técnica,
desprovista de cualquier referencia ideológica; no era sino consecuencia del
cambio de el modelo de desarrollo mundial inspirado en la ideología
neoliberalista.
En este contexto, Latinoamérica estuvo marcada por la irrupción de
una ola de dictaduras militares, especialmente en el Conosur (Hernández,
2002). Bajo el Terrorismo de Estado y la supresión absoluta de los derechos
políticos y sociales, algunos países latinoamericanos desarrollaron reformas
estructurales tendientes a la eliminación de las bases del Estado de
Compromiso, cuya impronta estuvo dada por las propuestas entregadas por
el Fondo Monetario Internacional (F.M.I) 9. Estas transformaciones se
enmarcaron en un proceso sociopolítico que algunos teóricos han descrito
como la desestructuración de la matriz estatal-nacional-popular vigente
desde la década de 1930 a la de 1980 (Garretón, Cavarozzi, Cleaves,
Gereffi y Hartlyn, 2004: 12).
En el caso de Chile, la implantación del régimen militar comandado
por Augusto Pinochet tenía como objetivo interrumpir el proyecto político de
la Unidad Popular e instalar a ultranza el modelo neoliberal planteado por los
economistas de la Escuela de Chicago, particularmente de Milton Friedman
9 En el caso del sector salud, las propuestas del Fondo Monetario Internacional y otros
organísmos multilaterales apuntaban a restringir el gasto público en salud, a introducir
sistemas de pago para la atención curativa, focalizar el gasto en acciones costo-efectivas,
privatización, separación de funciones (prestación, administración, financiamiento y
modulación), subsidiaridad del Estado y competencia administrada como modelo de gestión
(Celedón & Miranda, 2004).
29
(Klein, 2007). En esta línea, las reformas desarrolladas en el país tuvieron
como resultado la privatización de las empresas y servicios estatales, la
desregulación de los precios y las actividades económicas en general, el
viraje de la producción al comercio exterior y la apertura de la economía a la
inversión extranjera (Garretón & Espinosa, 1992).
En coherencia con ello, en el ámbito de la salud en el año 1971 se
impulsó el Decreto Ley 2763, el cual redefinió las funciones propias del
Ministerio de Salud. En él, se establecía que el Ministerio de Salud
mantendría únicamente una función normativa y de control sobre las
acciones de salud, mientras la función ejecutora quedaría en manos de 27
Servicios de Salud distribuidos a lo largo del territorio nacional (agrupados
en el Sistema Nacional de Servicios de Salud –S.N.S.S) y la función
financiera sería entregada al recién creado FONASA (Fondo Nacional de
Salud).
Por su parte, en 1981 se crearon las Instituciones de Salud
Provisional (ISAPRES), medida con la que se buscaba constituir un mercado
extenso para la acción de los empresarios privados en el sector. También se
municipalizó la Atención Primaria de Salud mediante la aplicación del DFL
13.063, cambio que “consistió en el traspaso de los consultorios y postas a
los municipios y a administradoras privadas no lucrativas” (Labra, 1997ª:
16). Esta modificación implicó una reducción brutal del gasto público del
sector y, con ello, el deterioro de las condiciones laborales de los
funcionarios respectivos, la desarticulación entre los distintos niveles de
atención y el empeoramiento constante de la calidad de los servicios
prestados a la población.
Una mirada global a este periodo comprendido entre los años entre
1979 hasta 1986, permite verificar que las acciones realizadas por el
gobierno militar en salud lograron desmantelar el S.N.S y la lógica
asistencial que conllevaba, siendo reemplazada por una lógica de mercado
en donde los usuarios deben escoger un proveedor acorde a las
30
posibilidades de su familia que previo pago los proteja ante las
enfermedades. Así, la herencia del régimen militar en el sector salud fue el
surgimiento de un nuevo tipo de desigualdad en el acceso a la salud, esta
vez ligada a la concentración de las personas con menores recursos y/o con
mayor carga de enfermedades en el sistema públicos de salud, mientras las
personas más sanas y con mayores recursos económicos se congregan en
el sistema privado: se estratifica el acceso a la salud.
Otro aspecto a considerar de este periodo fue la desarticulación, en lo
general, las organizaciones de trabajadores y, en lo particular, las
organizaciones de trabajadores del área de la salud. Desde entonces,
aparecen en la escena pública los llamados “Gremios de la Salud”, las
cuales pierden poder frente a nuevos actores del sector: las ISAPRES y la
Superintendencia de ISAPRES (Labra, 2002).
Plan AUGE-GES (2003):
En la década de los 90´s, en América Latina proliferó la discusión
sobre la desigualdad en salud y las consecuencias sanitarias de las
reformas instaladas en las décadas anteriores, frente a lo cual se levantaron
nuevamente banderas proclives reformar el sector. Al respecto, en 1997 la
Organización Panamericana de la Salud y la “Agencia de Estados Unidos
para el Desarrollo Internacional” lanzaron la “Iniciativa regional del sector
salud en América Latina y el Caribe” para apoyar los procesos de reforma
sustantivos en los países de la región. A partir de este hecho, se
desarrollaron diversas reformas en el continente, las cuales tienen como
rasgo común la descentralización financiera y administrativa, la focalización
del gasto, el establecimiento de planes básicos de atención y la privatización
de los servicios de salud.
En el caso de Chile, uno de los primeros cambios impulsados por los
31
gobiernos de la Concertación de Partidos por la Democracia fue revertir la
crisis de financiamiento del sistema de salud mediante el aumento del
presupuesto estatal del sector (ver Ilustración 1). Gran parte de este
aumento presupuestario se dirigió a subsanar las necesidades más urgentes
que aquejaban a los servicios públicos como, por ejemplo, las bajas
remuneraciones del personal, la falta de infraestructura y las listas de
espera.
Ilustración 1: Gasto Público en salud en relación con PIB, 1987-2002
3,5
Porcentaje PIB
3
2,5
2
2,1 2,1
2,2
2
1,9
2,3
2,5
2,4
2,2
2,6
2,7
2,8
2,9
2,3 2,3
2
1,5
1
0,5
0
1986
1988
1990
1992
1994
1996
1998
2000
2002
2004
GRÁFICO ELABORADO A PARTIR DEL TEXTO “INDICADORES DE LA SALUD EN CHILE…” (ARRAU,
2004).
Aun así, las medidas adoptadas fueron insuficientes para reparar las
problemáticas del sector. Basándose en ello, surgió la expectativa de
impulsar una nueva reforma sanitaria. Esta pretensión fue recogida en el
programa de gobierno del entonces candidato a la presidencia Ricardo
Lagos y llevada a cabo en su respectivo periodo presidencial.
Dicha reforma comprendió la elaboración de cinco proyectos de ley,
las cuales fueron presentadas al Congreso Nacional entre el 2001 y el 2002.
32
Estos son:
-
Régimen de Garantías Explicitas de Salud, el cual establece
mecanismos para definir garantías de salud, mecanismos de
control tanto para el sistema público como privado a través de la
Superintendencia de Salud y financiamiento el sistema.
-
Ley de Autoridad Sanitaria, con la cual se buscaba fortalece el rol
regulador del MINSAL y mejorar la gestión de los establecimientos
públicos a través de la figura del hospital autogestionado.
-
Modificaciones a la Ley de Isapres, las cuales amplían las
modificaciones estipuladas en la llamada “Ley corta de Isapres”,
aprobada en el Parlamento tras el quiebre de la Isapre Vida Plena
del Grupo Inverlink. En este proyecto se estipula que los planes
entregados por los organismos privados deben adaptarse a las
garantías estipuladas por el Plan AUGE.
-
Ley de Financiamiento de la Reforma de Salud y de Chile
Solidario, en el cuál se legisla respecto a las fuentes que
sustentarán financieramente al AUGE. Estas provienen de
mayores impuestos al tabaco, alcohol, petróleo diesel, juegos de
azar y aumento del IVA en 0,25%.
-
Finalmente se incluyó el proyecto de Ley sobre “Derechos y
Deberes de las personas en materia de Salud”.
La redacción de dichos proyectos de ley quedó a cargo del Consejo
Interministerial para la Reforma de Salud, cuyo trabajo se centró en
proponer un sistema que garantizara el acceso, la calidad, igualdad de
oportunidades y protección financiera de las personas.
El sentido mentado, diría Max Weber (1969a), que guió la elaboración
de estos proyectos fue –entre otros- mejorar el acceso a tratamientos de
33
enfermedades complejas, mejorar la oportunidad de atención, ampliar la red
de establecimientos asociados al Sistema Nacional de Servicios de Salud, y
otorgar al sistema mayor eficiencia, eficacia y transparencia (MINSAL, 2006;
Pág. 12). En esta línea el objetivo prioritario de esta reforma era: «atacar los
problemas estructurales que impedían un desarrollo sanitario acorde con un
Chile más justo, solidario y equitativo» (MINSAL, 2006; Pág. 3).
Las bases de la reforma estuvieron dadas por la definición de los
objetivos sanitarios para la década 2000 – 2010 (MINSAL, 2002). Estos son:
-
Mejorar los logros sanitarios alcanzados, como es la reducción
de la mortalidad materna e infantil. En esta línea, también se
aspira
a
avanzar
en
la
prevención
de
enfermedades
infecciosas mediante vacunas.
-
Enfrentar los desafíos derivados del envejecimiento de la
población y de los cambios de la sociedad, ámbito en el que se
busca controlar los factores determinantes más relevantes
desde el punto de la cantidad y calidad de vida (tabaquismo,
obesidad, sedentarismo, etc.), poner énfasis en el tratamiento
de enfermedades que generan mayor mortalidad y para las
cuales se cuenten con medidas de intervención de efectividad
probada (enfermedades cardiovasculares y osteo-articulares,
cáncer, traumatismos, VIH/SIDA, etc.), y enfrentar aquellos
problemas de salud que sin ser mortales disminuyen la calidad
de vida de las personas (salud mental, abuso y dependencia a
drogas, diabetes, salud oral, cuidados paliativos, etc.).
-
Disminuir las desigualdades en salud, ligado a la disminución
de las brechas existentes en salud por cuestiones socioeconómicas, de género y nivel geográfico.
-
Proveer servicios acordes a las expectativas de la población,
34
cuyo centro es mejorar la satisfacción usuaria sobre los
aspectos no médicos de la atención.
El trabajo de sistematización necesario para la definición de dichos
objetivos fue realizado por la Comisión de Objetivos Sanitarios y Prioridades
Sanitarias y coordinado por el Departamento de Epidemiologia del Ministerio
de Salud. En esta comisión participaron personas provenientes del sector
privado, sector público, así como representantes de los gremios de la salud.
El documento final fue entregado en enero del año 2002, dando cuenta de
los problemas de salud que afectan a la población y las necesidades de
atención.
Paralelamente a la aprobación de los distintos proyectos en el
Congreso, el MINSAL puso en marcha un Plan Piloto del AUGE en el
Hospital de Valdivia en agosto del 2002, el cual se enfocaba en tres
patologías. Una vez aprobado el GES se han agregado progresivamente
nuevas patologías, llegándose en el año 2007 a un total de 56 patologías
garantizadas (tercer régimen de garantías en salud).
De esta manera, mediante la reforma establece un número de
garantías de salud exigibles por la población tanto en los servicios privados
como públicos y una focalización del gasto en aquellas patologías con
mayor prevalencia o gravedad para quienes las sufren10. Aun así, la puesta
en marcha de este plan no estuvo exenta de críticas, ya que distintos
actores cuestionaron la persistencia de dos lógicas contradictorias dentro del
sistema sanitario, esto es, una individual y otra solidaria. Además, surgieron
fuertes disputas sobre el mecanismo de focalización y financiamiento del
Plan.
35
Al respecto, se entiende que las posturas que estuvieron en disputa
en el proceso de la reforma aluden a diferentes nociones sobre la salud y la
enfermedad, el derecho a la salud y al modelo de atención y, al igual que en
los otros procesos mencionados, los resultados final del proceso
dependieron en gran medida de la correlación de fuerza existente entre los
actores involucrados en el proceso. Los siguientes capítulos de esta tesis
entregaran un marco conceptual y metodológico para acercarse y
comprender los pormenores de ese debate y sus resultados.
10 Cabe considerar que se incluyeron otras patologías al plan por la significación social de
estas y/o la presión de ciertos grupos, como fue el caso del VIH – SIDA.
36
Capítulo 3 : Panorama conceptual
Entre la Salud y la Enfermedad
La noción de salud se ha desarrollado tradicionalmente en
contraposición de la enfermedad, en tanto esta última representaría un
estado excepcional que afecta el natural equilibrio del cuerpo. La visión de
equilibrio y armonía asociada a la salud, llevó a que la institución sanitaria
fuese vista como la instancia que estaba llamada a restituir la perfección y la
normalidad (Berlinger 1994), eliminando este mal a través de la supervisión
de los individuos, sus cuerpos y conductas. Por este motivo, el combate de
la enfermedad y la búsqueda de mejor salud han tenido como contrapeso la
normalización, discriminación y condena de ciertos los sujetos o grupos,
convirtiéndose así la salud en fuente y motivo de disputa, en espacio de
poder.
Las conceptualizaciones hechas sobre la salud y la enfermedad han
determinado los modos de observación relativos al cuerpo humano, como
también los espacios de injerencia del conocimiento médico y la
organización de los sistemas sanitarios en distintas épocas y lugares. Ante
esto, se considera oportuno puntualizar algunas reflexiones relativas a las
manifestaciones histórico-concretas de la salud y la enfermedad, y la
construcción social que en torno a éstas se ha hecho. Más tarde se
abordará la relación entre poder y salud-enfermedad, lo cual permitirá
justificar la adopción del modelo de análisis basado en campos para leer el
proceso reciente de la Reforma del Sistema de Salud chileno.
Siguiendo a Giovanni Berlinger (1994), se asumirá que tanto la salud
37
como la enfermedad son parte integrales de la vida y, por ende, son
aspectos propios de la naturaleza humana. Tanto la salud como la
enfermedad conllevan la muerte y pueden relacionarse con situaciones
dolorosas e indoloras11. De este modo, salud y enfermedad no son
fenómenos
contrapuestos,
por
el
contrario,
están
profundamente
interrelacionadas, siendo ambas partes del proceso vital aunque predomine
una por sobre la otra. Salud y enfermedad debaten protagonismo en un
proceso permanente de acción y reacción, al cual se le denominará proceso
de salud-enfermedad o ciclo salud-enfermedad.
Las transformaciones acontecidas en este ámbito han sido atribuidas
al seguimiento de los sistemas sanitarios modernos, el aparato médicoindustrial, el progreso tecnológico y el avance del conocimiento científico.
Resulta innegable que los avances científicos han permitido hacer frente a
muchas de las enfermedades que eran consideradas letales, al punto que se
ha llegado a controlar su propagación y se han aminorado los efectos que
producen sobre el cuerpo individual y social. Aún así, considerándose que
han reaparecido enfermedades que se consideraban controladas (un
ejemplo es el caso de la tuberculosis), se asume que el denominado
progreso científico no ha provocado transformaciones irreversibles y, por
tanto, no constituye un proceso lineal de evolución (Kuhn, 1996).
Hoy existe un fuerte debate sobre el impacto de las instituciones
sanitarias en el nivel general de salud-enfermedad de la población en
relación con otros factores, como la disposición de agua potable y la
reducción del analfabetismo. Hoy aparece con fuerza la noción de los
determinantes sociales en salud, esto es, «las circunstancias en las que las
11 Al respecto, cabe destacar que la homeostasis, esto es, la tendencia del organismo a la
búsqueda de su equilibrio funcional, no necesariamente genera respuestas favorables o
agradables para el individuo que puedan asociarse a un estado de salud satisfactorio. Casos
a evaluar son las enfermedades auto-inmunes como el Lupus, el síndrome de
inmunodeficiencia adquirida (SIDA) y las reacciones alérgicas, como también podría
38
personas nacen, crecen, viven, trabajan y envejecen, las cuales son el
resultado de la distribución del dinero, el poder y los recursos a nivel local,
nacional y/o mundial» (OMS, 2008), para dar cuenta que el acceso a
servicios de salud no es ni el único ni el más importante factor para obtener
mejor salud.
De tal manera, sería en gran medida la pobreza y la desigualdad
social las fuentes generadoras de mala salud, a la vez que la mala salud
estaría involucrada en la regeneración de la pobreza (Wagstaff, 2002).
Frente a esto, es necesario no solo mejorar los sistemas de salud
nacionales, sino generar políticas sectoriales que reduzcan los factores
sociales que explican la mayor parte de las inequidades sanitarias.
Del mismo modo, existen serias dudas sobre la supuesta “mejoría”
que ha generado el desarrollo del aparato médico-industrial, en tanto las
soluciones que se han diseñado para controlar las enfermedades habrían
generado más daños que beneficios al provocar nuevas enfermedades
producto de la medicalización de la vida y al expropiar a las personas de su
capacidad para sanar/sanarse (Illich, 1978).
Por otra parte, se constata que han existido distintos modelos
conceptuales bajo los cuales se ha comprendido el influjo de la salud y la
enfermedad sobre el cuerpo individual y social o enfoques sanitario. Sobre
ello se presenta a continuación una tabla resumen sobre distintos modelos
conceptuales presentes en la literatura.
mencionarse la existencia de ciertas enfermedades asintomáticas.
39
Tabla 1: Enfoques Sanitarios y sus correspondientes conceptualizaciones
sobre la Salud y la Enfermedad.
Enfoque
Conceptualización Salud – Enfermedad
Enfoque biomédico
unicausal
La salud y la enfermedad son la respuesta a la presencia de
agentes externos. En este modelo, el acto de curar depende de la
identificación del agente patógeno causal de la enfermedad.
Enfoque biomédico
multicausal
Se explica el fenómeno de los fenómenos de la salud y, su
contraparte, la enfermedad en relación a la interacción simultanea
de tres factores: agente, huésped y ambiente. Aspecto relevante
de este modelo es el desarrollo de acciones de prevención que se
anticipan a la situación de enfermedad.
Enfoque
sanitarista
La salud y enfermedad son provocadas por las condiciones
ambientales insalubres que rodean al hombre.
Enfoque
epidemiológico
Cercano al anterior modelo, da mayor relevancia a los factores
sociales o ambientales ligados a la enfermedad. En esta línea, se
enfatiza en la identificación de factores de riesgo.
Enfoque
históricosocial
Los distintos perfiles de salud-enfermedad dependen del contexto
histórico, el modelo de producción vigente en la sociedad y las
relaciones sociales en las que los sujetos están inmersos.
Enfoque
geográfico
La enfermedad es el resultante de la interacción entre factores
patológico y los factores propios del ambiente geográfico, entre los
cuales se cuentan factores sociales.
Enfoque bio12
psico-social
El estado de salud-enfermedad, tanto a nivel individual como
social, resulta de la interacción de factores biológicos, psicológicos
y sociales. Bajo esta lógica, el fenómeno debe ser abordado
multidisciplinariamente.
Enfoque
económico
Factores relevantes en el nivel de salud son el ingreso económico,
los patrones de consumo, los estilos de vida, el nivel educativo y
los riesgos ocupaciones a los que están expuestos los individuos.
Desde esta perspectiva, la salud es un bien de inversión y de
consumo, que permite hacer frente a la enfermedad.
FUENTE: MATRIZ GENERADA A PARTIR ARREDONDO, 1992: ANÁLISIS Y REFLEXIÓN SOBRE
MODELOS TEÓRICOS DEL PROCESO DE SALUD - ENFERMEDAD.
12 El modelo bio-psicosocial ha logrado legitimarse en los últimos años, llegando a
desplazar al paradigma biomédico (Ciuffolini y Jure, 2006). Este enfoque está implícito en la
actual definición de salud difundida por la OMS: «la salud es un estado de complejo
bienestar físico, metal y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades»
40
No obstante, es posible constatar en el espacio social no solo
conviven distintas nociones relativas a la salud y la enfermedad, sino que –
además- estas nociones son necesariamente oriundas del ámbito científico,
pudiendo provenir también desde distintas tradiciones culturales y/o
espirituales, alcanzando o no niveles de sincretismo entre sí (Fitzpatrick,
Hinton, Stanton, Graham, & James, 1990). Hoy por hoy existe una tendencia
a repensar y relevar los conocimientos producidos por las distintas culturas
sobre el proceso de salud-enfermedad, intentando romper así el excesivo
eurocentrismo y el cientificismo imperante en la materia (Alarcón, Vidal, &
Neira Rozas, 2003).
De tal modo, es posible argumentar que los factores que intervienen
en el ciclo de salud-enfermedad no son solo de orden biológico y ambiental.
También son psicológicos, sociales y culturales, lo que permite caracterizar
al proceso de salud-enfermedad como un fenómeno complejo, dinámico y
multidimensional. Omitir algunos de éstos factores o mirar uno por sobre el
otro implicaría subestimar su influencia y socavar la comprensión cabal del
fenómeno en cuestión. En este marco, se entenderá que la enfermedad y la
salud son experimentadas por los seres humanos de formas diversas según
las particularidades de sus organismos, los estilos de vida asumidos, la
acción de los sistemas de salud, la cultura y organización de la sociedad y el
lugar que ocupen en ésta.
Al respecto, podemos mencionar las reflexiones de dos autores: por
una parte, Michael Taussig (Taussig, 1995; Pág. 110), quien mencionó que
«las cosas como signos y los síntomas de una enfermedad, tanto como las
técnicas de la curación, no son “cosas en sí mismas”, no son solo biológicas
y físicas, sino que son, también, signos de relaciones sociales disfrazadas
como cosas naturales, ocultando sus orígenes en la reciprocidad humana».
(OMS 2006), mas ello no ha implicado que los resabios del paradigma biomédico hayan
desaparecido del todo.
41
Por otra, Ray Fitzpatrick expresa que «la enfermedad humana se presenta,
de necesidad, dentro de una cultura particular que conforma e influye
fundamentalmente en el modo en que se experimenta la enfermedad»
(Fitzpatrick R. et al., 1990; Pág. 19).
De estas reflexiones se extrae que el contexto socio-cultural
constituye el sustrato desde donde emergen y se sustenta el modelo
sanitario que opera en cada sociedad. De igual modo, subyace a la
conformación de los sistemas sanitarios13 una cierta mirada epistemológica
sobre la salud-enfermedad (Alarcón, Vidal y Neira Rozas 2003), perspectiva
que no es única sino hegemónica en una sociedad. Llamaremos a esta
mirada epistemológica paradigma.
Se entiende que los denominados paradigmas científicos14 son
modos de ver y enunciar que han logrado institucionalizarse, consiguiendo
que sus concepciones se impongan en la comunidad científica. Este
concepto alude a “realizaciones científicas universalmente reconocidas que,
durante cierto tiempo, proporcionan modelos de problemas y soluciones a
una comunidad científica” (Kuhn, 1996; Pág. 13), residiendo la diferencia
entre uno u otro paradigma no tanto los métodos usados para producir
conocimiento, sino en “sus modos inconmensurables de ver el mundo y de
practicar en él las ciencias” (Kuhn, 1996; Pág. 25).
Según Kuhn (1996; Pág. 26), los cambios de paradigmas o
revoluciones científicas suceden cuando los periodos de ciencia normal se
ven interrumpidos por ciertas innovaciones que resultan subversivas para
los componentes básicos o fundamentales de la tradición hegemónica en la
13 Se entiende por sistemas sanitarios (o sistemas médicos) como “un conjunto más o
menos organizado, coherente y estratificado de agentes terapéuticos, modelos explicativos
de salud-enfermedad, prácticas y tecnologías al servicios de la salud individual y colectiva”
(Alarcón, Vidal y Neira Rozas 2003, 1063).
14 Usaremos este término paradigma en el sentido más sociológico dado por el autor (Kuhn,
1996; Pág. 269).
42
comunidad científica, lo cual genera un proceso de reevaluación de los
principales axiomas, métodos y técnicas utilizados por ésta. Sin embargo,
una revolución en estos términos solo acontece cuando emergen los
elementos necesarios para la formación de una nueva matriz disciplinaria15 y
ésta logra cierto reconocimiento por la comunidad científica correspondiente.
El paradigma triunfante es quien, desde su propio lenguaje es capaz de
resolver aquellos puntos críticos que se mantenían en suspenso, logra
apropiarse de los elementos antes producidos y tiene un alto poder
persuasivo en relación a sus predecesores, para lo cual hace valer sus
propias normas y reglas del juego. Quienes sean parte del paradigma no
hegemónico pueden mantenerse y seguir investigando en las disciplinas o
comunidades científicas, subsistiendo los conocimientos producidos con
menos éxito, con menos recursos y menos difusión. De tal modo, un cambio
de
paradigma
implica
una
modificación
del
concepto
de
mundo
predominante en la comunidad científica, un cambio de percepción respecto
al objeto observado y la institucionalización de nuevas conceptualizaciones,
perspectivas o enfoques que lo caracterizan, describen y/o explican, todo lo
cual se da en un proceso paulatino16, no carente de conflictos.
A diferencia de Thomas Kuhn, Pierre Bourdieu plantea que no deben
considerarse solo los elementos internos al ámbito científico 17, dado que la
ciencia no define sus preocupaciones de forma autónoma e independiente al
15 Kuhn define paradigma como “Matriz Disciplinaria”, es decir, a la posesión común y más
menos estructurada por parte de los profesionales de una disciplina de generalizaciones
simbólicas, modelos y ejemplares. Las generalizaciones simbólicas sería todas aquellas
expresiones formales empleadas sin cuestionamiento por los miembros de una disciplina; los
modelos estarían ligados a aquellas analogías utilizadas con fines heurísticos, con las cuales
existe un compromiso metafísico; y los ejemplares serían soluciones a problemas concretos
aceptados por los miembros del grupo (Kuhn, 1996, págs. 279-287).
16 “Su asimilación requiere la reconstrucción de teorías anteriores; un proceso
intrincadamente revolucionario, que es raro que pueda llevar a cabo por completo un hombre
solo y nunca tiene lugar de la noche a la mañana” (Kuhn, 1996; Pág. 29).
17 Es necesario clarificar que esta idea fue también tomada por Kuhn en el prefacio de su
obra, sin que exista un desarrollo posterior sobre esta idea en el texto citado. En otras
palabras, no fue un elemento considerado en su elaboración conceptual.
43
contexto socio-cultural en donde está inserta. En su remplazo, tampoco
bastaría con relevar únicamente las cuestiones externas a ésta; ya que los
elementos estructurales ligados al contexto socio-político, económico y
cultural no determinan del todo sus prácticas; el ámbito científico posee sus
propias especificidades en relación a otros ámbitos presentes en el mismo
contexto (Bourdieu, 2003; Pág. 17). Es en la raíz de la intercepción entre los
elementos internos y externos de la ciencia donde ésta ha construido y
reconstituido su objeto de preocupación, así como ha definido la forma de
abordarlo. Se trata, por tanto, de superar esa oposición abstracta y
reduccionista.
Para realizar el análisis propuesto, el autor utiliza un modelo basado
en la identificación de campos (en el entendido que los distintos ámbitos de
la sociedad son espacios de la lucha o conflictos); los actores que participan
en ellos y sus habitus (o disposiciones recurrentes que los caracterizan y
dirigen sus prácticas).
Se entenderá por campo un espacio social específico en donde los
actores sociales miden sus fuerzas para disponer de forma privilegiada un
tipo particular de recurso o capital propio de cada campo, el cual es
irreductible a otras disputas y a los intereses que en ellos están en juego, el
cual les otorga el poder y autoridad sobre el resto de los actores presentes
en él (Bourdieu, 2002; Pág. 120). La estructura de un campo se define por el
estado de las relaciones de fuerza existente entre los distintos actores
participantes en la lucha en un momento dado, estructura que ha tomado
forma en tiempos pasados y va limitando las posibilidades de acción de los
actores en el presente.
Cabe destacar que cuando se hace mención a los actores no se
alude a los individuos biológicos que sustentas estas relaciones. Estos
existen como tales cuando los sujetos (grupos de individuos de carne y
hueso, que se reconocen como un colectivo diferente a otros, esto es,
poseen una identidad) se disponen a actuar en este campo específico,
44
movilizando para ello los capitales que tienen a su disposición. Los
capitales18, esto es, trabajo acumulado, bien en forma material, bien en
forma
interiorizada
o
“incorporada”
(Bourdieu
2000)
utilizados
principalmente por los actores para intervenir en un campo se resumen en la
siguiente tabla:
Tabla 2: Tipos de Capital
Definición
Capital económico
Es aquel capital que directa o indirectamente convertible en
dinero, y resulta especialmente indicado para la
institucionalización en la forma de derechos de propiedad.
Capital cultural
Ligado al tener conocimiento, saber. Este puede existir en
tres formas o estados: ya sea como 1) disposiciones
duraderas en el organismo o capital cultural incorporado, 2)
en estado objetivado en un soporte físico, en forma de
bienes culturales (cuadros, libros, diccionarios, instrumentos
o máquinas, que son resultado de disputas intelectuales) y
3) en estado institucionalizado como son los títulos
académicos.
Capital simbólico
Es una propiedad cualquiera, fuerza física, valor guerrero,
que, percibida por unos agentes sociales dotados de las
categorías de percepción y de valoración que permiten
percibirla, conocerla y reconocerla, se vuelve
simbólicamente eficiente, confiriendo a sus portadores un
cierto valor superior.
Capital social
Éste está constituido por la totalidad de recursos potenciales
o actuales asociados a la posición de una red duradera de
relaciones más o menos institucionalizadas de conocimiento
y reconocimientos mutuos. En otras palabras, se trata de los
recursos basados en la pertenencia a un grupo.
FUENTE: (BOURDIEU, LAS FORMAS DEL CAPITAL. CAPITAL ECONÓMICO, CAPITAL CULTURAL
Y CAPITAL SOCIAL, 2000).
18 La noción de capital utilizada abarca tanto bienes materiales como habilidades, lazos,
conocimientos y otros elementos que son valorados socialmente. Bourdieu menciona
distintos tipos de capital, dentro de los que se cuentan el capital económico, social, cultural,
estatal, jurídico, informacional y otros.
45
En otras palabras, se hace alusión a un campo de batalla o de juego
(como podría ser un tablero de ajedrez) en donde los soldados o jugadores
que concentran, monopolizan o controlan una gran proporción del elemento
que les da poder sobre el territorio desarrollan estrategias que le permitan
conservar su posición, mientras que los que carecen de él generan
estrategias de subversión. Eso sí, la diferencia entre el objeto al que se ha
recurrido en esta metáfora, el juego, es que de lo que se trata en los campos
es de disputar la forma bajo la cual dichas reglas se generan. En otras
palabras, para un actor lo importante no es competir, sino definir cómo se ha
de jugar el juego.
Para el caso citado, el autor entrega la siguiente definición: “el campo
científico es el lugar (es decir, el espacio de juego) de una lucha competitiva
que tiene por desafío específico el monopolio de la autoridad científica,
inseparablemente definida como capacidad técnica y como poder social, o,
si se prefiere, el monopolio de la competencia científica que es socialmente
reconocida a un agente determinado, entendía en el sentido de capacidad
de hablar e intervenir legítimamente (es decir, de manera autorizada y con
autoridad) en materia de ciencia” (Bourdieu, 2003; Pág. 12). De lo anterior
se desprende que el capital en cuestión corresponde a un tipo específico de
capital
simbólico,
en
tanto
los
actores
ahí
presentes
buscan
el
reconocimiento de sus pares como detentador de la autoridad técnica y
social para delimitar el objeto del trabajo científico, las preguntas y las
respuestas posibles de enunciar.
Quien detenta la autoridad científica tiene el desafío de imponer la
definición de ciencia más conveniente para sus intereses (Bourdieu, 2003;
Pág. 19), como estrategia conservadora para mantener su posición
privilegiada. La legitimidad de cualquier autoridad está sustentada en la
fuerza de los intereses que encarna, pudiendo éste determinar lo científico
bajo sus propios parámetros siempre y cuando mantenga su hegemonía en
el campo. De ahí que los miembros de la comunidad científica no se
46
relacionarían de forma pacífica y desinteresada con sus pares.
De tal modo, para que ocurra una revolución científica no basta con
que exista un nuevo paradigma capaz de responder las preguntas
irresueltas por su antecesor, sino que se requerirá una transformación de la
estructura de distribución del capital científico, esto es, que sea exitosa la
estrategia herética de un actor particular, de modo que le permita romper
con la autoridad considerada antes legítima y levantarse como un nuevo
poder dominante en el campo. Por ello, toda revolución científica tiene
implícita una revolución contra el orden establecido. En palabras de
Bourdieu (2003; Pág. 35), “la invención herética que, poniendo en cuestión
los principios mismos del antiguo orden científico, instaura una alternativa
diferenciada, sin compromiso posible, entre dos sistemas mutuamente
excluyentes”.
Por su parte, el habitus presente en el campo científico corresponde a
las disposiciones adquiridas por medio del aprendizaje implícito o explicito
que funciona como un “un sistema de esquemas generadores de
percepción, de apreciación y de acción que son el producto de una forma
específica de acción pedagógica y que vuelven posible la elección de los
objetos, la solución de los problemas y la evaluación de las soluciones”
(Bourdieu, 2003; Pág. 33). Se entiende, por tanto, que solo se comprenderá
la acción de un agente, lo que está en condición de hacer, lo que hace o no
hace, lo que dice y deja de decir si conocemos “desde dónde está
hablando”, esto es, el lugar que ocupa en ese momento en la estructura del
campo y el habitus que gobierna sus prácticas.
Ahora bien, para Bourdieu no todos los campos son equivalentes.
Existiría una jerarquía de los campos que permite ir desglosando luchas más
pequeñas de otras más grandes y determinantes para la vida social, este
47
último caso correspondería al campo de poder. En otras palabras, el campo
de poder no poseería una valoración equivalente u homogénea a los otros
campos de la sociedad19, sino que se constituiría como una especie de
metacampo, desde donde se establecerían las tasas de cambio y las
condiciones de reproducción de los distintos capitales. Por ello, en este
espacio confluirían los agentes de los distintos campos de la sociedad con el
propósito de mejorar o mantener su posición y, a su vez, hacer de su capital
el más valioso a nivel social.
En esta línea, se entiende que cuando menor es la autonomía del
campo científico respecto del campo de poder, más concreta es la influencia
de las definiciones políticas hegemónicas en las temáticas, problemas,
métodos propios de la ciencia. En tal caso, la ciencia pasa a ocupar un rol
ideológico en la justificación del estado naturalizado de las estructuras
sociales vigentes, llamado por Bourdieu doxa, y en la negación de otros
mundos posibles.
La reflexión recién expuesta introduce el segundo punto en cuestión:
la posibilidad de delimitar analíticamente el campo en el que se desarrolla la
disputa sobre los ámbitos de acción de la institucionalidad sanitaria, lo que
será denominado campo sanitario. En éste el capital específico que se
disputa dice relación con la autoridad social y técnica para definir las
directrices que deben orientar el funcionamiento del sistema de salud
chileno o autoridad sanitaria. De este modo, el campo sanitario no se cierra
necesariamente en torno a quienes padecen problemas de salud o en
quienes administran y/o trabajan en una institución de salud, sino más bien
entre quienes actúan o tienen capacidad para actuar en las decisiones y
definiciones que se hacen sobre la salud y la enfermedad, de forma que las
capacidades para mejorar su salud y evitar, eliminar o aminorar los efectos
19 Bourdieu define genéricamente a un campo como “una red o configuración de relaciones
objetivas entre posiciones” (Bourdieu y W, 1995: 150).
48
de una enfermedad tienen estricta relación con los recursos que pueda
movilizar cada actor social.
Del Estado y el Poder Político
La conceptualización del Estado ha sido una temática tremendamente
controvertida con un profuso desarrollo en disciplinas como la ciencia
política, filosofía, historia, derecho, etc. Resumir todos estos aportes es una
pretensión que se escapa a los márgenes de este estudio, de modo que se
intentará construir una aproximación a la noción de Estado que resulte
operativa para abordar la temática en cuestión.
La aproximación que se utilizará integra cuatro aspectos claves: el
primero referido al carácter contingente del Estado; el segundo ligado a la
multiplicidad de objetivos que pueden buscarse a través de éste; en tercer
lugar, un elemento vinculado a la posibilidad de delimitar los medios
específicos que le son propios y, finalmente, un elemento asociado a la
legitimidad del orden.
En primer lugar, cuando se apela al carácter contingente del Estado,
se entiende que su génesis histórica ha sido un proceso eminentemente
moderno (Weber, 1992), ligado a la consolidación del sistema capitalista y
cuyo producto está en constante transformación. De esta manera, el hecho
de que sea contingente denota que su conformación actual es una de las
tantas rutas entre un abanico de posibilidades y que, en el futuro, ésta
puede volver a transformarse según sean los desafíos históricos a los cuales
la sociedad se enfrente.
49
Dicha conformación histórica vendría aparejada con la emergencia de
una identidad nacional20. Siguiendo la definición de Guillermo O„Donnell, se
entenderá por nación «una construcción político e ideológica que postula la
existencia de un “nosotros” históricamente constituido» (O„Donnell, 2004;
Pág. 18). Dicha construcción se establece a partir de la pertenencia común a
un espacio territorial, una historia y una cultura.
Esta idea introduce un segundo elemento, a saber, que la estructura
estatal puede adaptarse a la consecución de distintos fines, no existiendo un
único sentido para la conducción de este (Weber, 1992). No obstante,
independientes de cuáles sean los objetivos que se busque a través del
Estado, éste siempre conlleva un elemento de dominación.
A partir de la Teoría de la Dominación desarrollada por Max Weber
(1969b; Pág. 170), se entenderá por dominación «la probabilidad de
encontrar obediencia dentro de un grupo determinado para mandatos
específicos (o para todo tipo de mandatos) (…) Un determinado mínimo de
voluntad de obediencia, o sea de interés (externo o interno) en obedecer, es
esencial en toda relación de autoridad». Este autor señala que el concepto
de poder21 es mucho más difuso ya que cualquier característica del ser
humano puede ser utilizada con el fin de imponer la propia voluntad sobre
un grupo humano, de modo que el concepto de dominación es mucho más
preciso en este caso.
De esta manera, puede apelarse (teniendo cuidado de no reducir al
Estado a un mero aparato) al simbolismo marxista de una falsa totalidad, en
la medida que este esconde/oculta en la consecución del interés general de
la comunidad nacional, los intereses particulares de un grupo o clase. Así,
20 En lo sucesivo, se utilizará el término Estado-Nación como referencia a esta unidad.
21 Para Weber, poder significa la probabilidad de imponer la propia voluntad, dentro de una
relación social, aun contra toda resistencia y cualquiera que sea el fundamento de esa
probabilidad» (Weber, Conceptos Sociológicos Fundamentales, 1969a; Pág. 43).
50
«según Marx, el Estado es un órgano de dominación de clase, un órgano de
opresión de una clase por otra, es la creación del “orden” que legaliza y
afianza esta opresión, amortiguando los choques entre clases» (Lenin 1918,
Pág. 299).
La conducción del Estado sería, entonces, el resultado de una lucha
de intereses en la que participarían distintos agentes con pretensiones sobre
el aparato estatal, luchas que conformarían lo que Pierre Bourdieu (1995) ha
llamado campo de poder. La supremacía sobre el campo de poder tendría,
así, estricta relación con la capacidad de los actores para imponerse,
convencer, excluir y/o neutralizar a los otros actores y, también, con la
incapacidad de esos otros para contraponerse e influir en la política
respectiva.
Al respecto, Teun Van Dijk (199926) dirá que «los grupos tienen (más
o menos) poder si son capaces de controlar (más menos), en su propio
interés, los actos y las mentes de los (miembros de) otros grupos». Bajo
esta lectura, el poder se entiende en términos sintéticos como control, el
cual puede ser ejercido por el acceso privilegiado a ciertos recursos sociales
tales como la fuerza, el dinero, el estatus, el conocimiento, la información, la
cultura y, también, a medios para la comunicación de discursos públicos.
De tal modo, quienes son poseedores de los discursos más
influyentes, tienen más posibilidades de controlar las cogniciones de otros y
también sus acciones, y así reproducir su poder y dominio en la sociedad.
Esta definición de los mecanismos usados por los grupos para reproducir y –
así- conservar su poder es central para esta investigación, en tanto da
cuenta de la importancia del discurso difundido en los mass medias como
recurso particular de poder y como fuente de capital simbólico.
Por otra parte, Van Dijk describe dos formas principales de
reproducción discursiva del dominio: uno relativo al control del contexto, esto
es, de aquellas “propiedades de la situación social que son relevantes para
51
la producción y comprensión del discurso”, así como la definición de los
géneros, temas y las estructuras de los mismos que son plausibles en cada
momento dado (Van Dijk, El análisis crítico del discurso 1999, 27-28) y, otro
referente al control sobre las mentes, que implica la aceptación por parte de
los
receptores
del
discurso
transmitido
por
fuentes
consideradas
autorizadas, fidedignas o creíbles, ya sea frente a la inexistencia de de otros
discursos alternativos disponibles o por la falta de conocimientos o
información necesarias cuestionar dichos discursos.
Al respecto, parece interesante el aporte de Antonio Gramsci respecto
del concepto de hegemonía: «referida a la habilidad de una clase para
asegurar la adhesión y el consentimiento libre de las masas» (Larraín 2008,
109), la cual no necesariamente está dada por la fuerza, sino sobre todo por
la influencia moral e intelectual del grupo dominante.
Otro elemento consustancial a la idea de dominación, dice relación
con la existencia dentro de determinada sociedad de grupos dominados y
dominantes, gobernados y gobernantes, dirigentes y dirigidos. Frente a esto,
Gramsci (2008; Pág. 26) establece que «la división entre gobernados y
gobernantes, si bien, en última instancia corresponde a una división de
grupos sociales, existe también en el seno del mismo grupo, aunque sea
homogéneo desde el punto de vista social». En este sentido, dentro de cada
grupo, existe un sub-sector que desarrolla y difunde la base conceptual y
actitudinal con la que su grupo domina a otros, siendo a su vez el referente
intelectual y moral de su propio grupo.
Gramsci (1949, Pág. 52-62), además, aportará que para el análisis de
las relaciones de fuerza bajo las cuales se configurará los mapas de
posiciones más específicas entre los grupos sociales, tanto dominados
como hegemónicos, deberán identificarse diversos momentos o grados:
Un primer momento, relacionado con aquellas relaciones de fuerza
basadas en las estructuras objetivas de distribución del capital económico, la
52
cual permite evidenciar la función y posición específica que cada grupo en el
marco del modelo de producción imperante.
Un segundo momento relativo a aquellas relaciones de fuerza política,
el cual comprende a su vez tres niveles progresivos en la configuración de
los elementos de diferenciación ideológicos e identitarios del grupo. El
primero de estos niveles, está relacionado con la consolidación de grupos
sociales altamente homogéneos, organizados y con conciencia de sí
mismos. En un segundo nivel, estos grupos establecen relaciones de
solidaridad con su sector social, aunque exclusivamente en el terreno
económico. En este momento, su relación hacia el Estado se plantea para
exigir ciertos grados de igualdad jurídico-política respecto al grupo
dominante, y con ello, reivindicar su derecho de participar en los procesos
legislativos y en la administración pública. Finalmente, el tercer nivel, dice
relación con aquellos grupos que logran conciencia de sus intereses en
términos estratégicos, superando los elementos netamente económicos, y
aspirando a representar en ellos los intereses de una mayoría.
Y un tercer momento, dado por el establecimiento de relaciones de
fuerza militares, en dos grados: uno técnico-militar o militar en sentido
estricto, y otro político-militar.
Cabe destacar que no siempre las estructuras de dominación son tan
claramente evidentes o tan verticales como de lo anterior pudiese
desprenderse, especialmente en sociedades democráticas. De esta manera,
cuando existen diversos grupos que disputan simultáneamente el poder, no
necesariamente existe una única forma de resistencia o un solo grupo que
hegemonice todos los discursos públicos, como tampoco resulta extraño que
algunos grupos de las posiciones más elevadas inicien acciones en
solidaridad de los grupos menos aventajados o que existan posiciones
dispares dentro del sector dominante (Van Dijk, El análisis crítico del
discurso 1999, Pág. 32-33).
53
En tercer lugar, se alude a que el Estado puede ser definido a partir
sus medios específicos. Max Weber (1991, Pág. 92) y Bourdieu (2002, Pág.
97), enfatizan en el monopolio del Estado sobre el poder físico y el capital
simbólico, respectivamente22. El control de la fuerza física se ligaría a las
fuerzas armadas y de orden, las cárceles y hospitales, mientras que el
capital simbólico operaría primordialmente a través de las instituciones
educacionales y del derecho. De tal modo, si consideramos que ambos
elementos están presentes, el actor que tenga el poder del Estado, en tanto
sub-sector de la clase hegemónica, sumará a los capitales que ya posee la
violencia física y el poder simbólico, de los cuales podrá disponer con el
objetivo de mantener su lugar privilegiado dependiendo del mapa de
relaciones de poder presentes en el campo de poder.
En el orden de lo simbólico, juegan un papel tremendamente
relevante de lo que Gramsci denomina ideologías, concepto que no estaría
basado en la idea de falsa consciencia usado por Marx (Larraín 2008). Para
este autor, ideología, en tanto ideología orgánica, sería «una concepción de
mundo que está implícitamente presente en el arte, en el derecho, en la
actividad económica y en todas las manifestaciones de la vida colectiva e
individual», la cual tendría la capacidad de establecer normas de conducta y,
por ello, orientar la acción de quién adhiriera a cada una de éstas (Gramsci,
1971 en Larraín, 2008; Pág. 108).
En tales términos, la ideología sería el terreno en donde los hombres
adquirirían conciencia del lugar que ocupan en la sociedad, dimensionarían
los conflictos en los que deben hacerse parte y asentarían sus luchas,
siendo ésta la que permitiría a una clase ejercer la hegemonía sobre otras
clases. En este sentido, la mantención de la capacidad de dominio de un
22 Cabe considerar que, respecto a las nociones propuestas por Weber y Bourdieu sobre el
monopolio del Estado sobre estos medios específicos, no se apela necesariamente un
dominio exclusivo, sino un manejo preponderante de estos a nivel social. A su vez, se aclara
54
sector social por sobre otro se generaría ante todo gracias a un liderazgo
intelectual y moral, más que por la cohesión física. En esta misma línea,
Gramsci esbozaría que para que un grupo pueda ganar (legítimamente) el
poder del Estado deberá contar previamente con un liderazgo ideológico
(Larraín, 2008; Pág. 109-111).
Por su parte, Van Dijk (1996, 16) se aproxima a la relación entre
discurso e ideología, dando cuenta cómo específicamente se desarrollan las
ideologías a través del discurso, y, de tal modo, cómo éstas controlan o
influyen en los textos y el habla de quienes están bajo su influencia. En
dicho texto, el autor entiende a los usuarios del lenguaje como miembros de
una comunidad, grupo u organización, y por tanto como personas que
hablan, escriben o comprenden desde una posición social específica. Como
tales, comparten las representaciones sociales que están en la base de su
grupo de pertenencia, de modo que al momento de elaborar o enunciar un
determinado texto, seleccionarán estratégicamente aquellos valores y
normas sociales de su cultura que expresen de forma más óptima los fines e
intereses de su grupo.
Ahora bien, toda acción discursiva tendría implícita una dimensión
cognitiva, de modo que en el texto quedaría de manifiesta la particular
comprensión de la sociedad del hablante, así como sus experiencias
personales vividas en este contexto. Así, las ideologías serían sistemas de
proposiciones axiomáticas que sustentan las cogniciones sociopolíticas de
los grupos y, también, ponen de manifiesto una estructura polarizada entre
nosotros y ellos. Ante esto, el discurso tiene una doble función, por una
parte, de “poner en juego” las ideologías subyacentes y, por otra, ser medios
de persuasión que buscan influir de una u otra forma en las posiciones
ideológicas de los (as) receptores (as) (Van Dijk, 1996).
que estos medios no son exclusivos del Estado y tampoco su uso es habitual.
55
Ahora bien, la articulación entre discurso e ideología es más bien
indirecta, dado que quienes los enuncian pueden sentirse identificados o
pertenecer a distintos grupos, pueden verse influenciados por una biografía
particular que le haga tomar distancia respecto a algunos postulados que
generan sentido dentro de su grupo de pertenencia, o pueden quedar de
manifiesto su personalidad singular a la hora de expresar ciertas ideas. «El
conocimiento socialmente compartidos, las actitudes y las ideología, el
propio texto y el habla son susceptibles de recibir influencia de tales
cogniciones personales» (Van Dijk 1996, Pág. 23). Así, quienes elaboran los
discursos que son difundidos socialmente, no necesariamente expresan con
toda coherencia el desarrollo social de las ideologías a las cuales adscriben,
pudiendo verse afectado el proceso de elaboración discursiva por variados
factores mentales.
Con todo, es posible extraer desde estos discursos información
relativa a las ideologías subyacentes. Dicha información corresponde, según
Van Dijk (1996, Pág. 28-31), a:
- Definiciones auto-identitarias: ¿Quiénes somos?, ¿Quiénes (no)
pertenecen a nosotros?
- Descripciones de actividad: ¿Qué hacemos nosotros?, ¿cuáles son
nuestras actividades?, ¿Cuáles son nuestros papeles sociales?
- Descripciones de propósitos: ¿Cuáles son las metas de estas
actividades?
- Descripciones de normas y valores: ¿Qué normas y valores
representamos en tales actividades?
- Descripción de posición y de relación: ¿Con qué grupos estamos
relacionados?
- Descripción de los recursos: ¿Cuáles son los valores a los que
56
típicamente tenemos o no acceso (privilegiado)?
Finalmente, se ha considerado que el monopolio sobre diversos
medios no le imprime automáticamente poder, sino que el orden debe
contar, además, con legitimidad. Según Weber (Weber, 1969b), la
legitimidad sería un elemento inherente al Estado, el cual operaría
regularmente en base a la creencia en la legalidad y validez de las normas
establecidas, así como en la autoridad de quienes han sido llamados a
hacer cumplir esas normas, en este caso el cuadro administrativo
burocrático.
La codificación de las normas sociales se realizaría apelando tanto al
carácter científico, neutral e impersonal del derecho como a la supremacía
que en estas normas tendrían los valores inalienables de una sociedad
(derecho natural). Además, mediante el derecho se buscaría regular las
conductas de los sujetos y establecer un espacio neutral para la resolución
de conflictos.
Aun así, en la definición de las leyes estarían presentes las
aspiraciones y/o reivindicaciones que los distintos actores consideran que
deben ser resguardadas formalmente, es decir, en torno a éstas también se
constituiría un espacio de lucha. De este modo, al delimitar lo bueno de lo
malo, lo legal de lo ilegal e, incluso, lo normal de lo anormal, el derecho
instituye una cierta visión de la realidad social, generada a partir de las
nociones de justicia y equidad prevalecientes dentro de la estructura social.
A partir de los aspectos señalados, se concluye que el Estado es un
espacio en disputa, desde donde los agentes esperan conducir distintos
procesos sociales y lograr beneficios para un cierto grupo o clase social.
Debe considerarse que el análisis concreto de este concepto no puede
realizarse de forma aislada, es decir, sin considerar las condiciones socio-
57
históricas en las que emerge 23.
Nuevos escenarios para el ejercicio de la ciudadanía
Gran parte de la construcción que se ha hecho del Estado-Nación ha
sido puesta en duda por los procesos de transformación que hoy enfrenta la
sociedad moderna. Como parte de esos hitos transformadores, puede
mencionarse a la globalización y la conformación de nuevas identidades
(Garretón, 2000).
La globalización ha permeado económica, cultural y políticamente a
las sociedades modernas, en la medida que ha sido capaz de homogenizar
las culturas e inter-penetrar los mercados, lo que ha dado pie a nuevas
formas de exclusión e inclusión social. Por su parte, la formación de nuevas
identidades basadas en principios no adscriptivos como el género, edad,
raza y etnia, ha fortalecido la articulación y vinculación de los sujetos a
niveles locales y/o mundiales, desplazando al sentido de pertenencia a un
Estado-Nación como principal vínculo identitario.
Emergen nuevos escenarios que parecen difusos y difíciles de
interpretar. Aun así, resulta poco sensato hablar de rupturas definitivas, ya
que no es posible determinar si estos cambios serán definitivos o si son sólo
la punta de un iceberg. Al respecto, Manuel Antonio Garretón (2000) se
aventura a describir este periodo como un momento de tránsito entre dos
23 Para esto, Manuel Antonio Garretón utilizará la noción de matriz sociopolítica, estructura
analítica que da cuenta de «las relaciones entre el Estado, una estructura de representación
o un sistema de partidos políticos (…) y una base socioeconómica de actores sociales con
orientaciones y relaciones culturales (lo que incluye la participación y diversidad de la
sociedad civil fuera de estructuras estatales formales), todo ello mediado institucionalmente
por el régimen político» (Garretón, 2004a: 17).
58
tipos societales: el paso de una sociedad industrial de Estado Nacional a la
sociedad pos-industrial globalizada. Se pasaría de una sociedad donde los
principales ejes vinculantes para los actores sociales eran la política y la
economía a otra sociedad organizada entorno a lo social y lo cultural; los
actores por excelencia dejan de ser los partidos políticos y los movimientos
sociales, para aflorar con potencia los espectadores, los mass medias y los
poderes fácticos (Garretón, 2000).
Frente a los cambios descritos, cabe preguntarse por las condiciones
actuales para el ejercicio de la ciudadanía y el modo en que esos
ciudadanos se vinculan al Estado, esto es, por el régimen político.
El término ciudadanía hace referencia al «status para cada persona
como miembro de pleno derecho de una comunidad, y abarca diversas
esferas que se expresan en derechos y obligaciones» (PNUD, 2004; 50). En
cuanto a los derechos asociados a la noción de ciudadanía, es posible
distinguir tres grupos: derechos cívicos, políticos y sociales (Ver Tabla 4),
siendo estos últimos más tarde definidos de forma amplia como DESC
(derechos económicos, sociales y culturales). Por su parte, las obligaciones
que deben contraer los ciudadanos hacen alusión básicamente al pago de
impuestos, la educación de los hijos y el cumplimiento del servicio militar en
el caso de los hombres. Si bien se apela a otro tipo de obligaciones, estas
son más bien difusas, pudiendo englobarlas todas al respeto a la ley y a las
normas básicas de convivencia.
59
Tabla 3: Derechos civiles, políticos y sociales
Aspectos de la
Ciudadanía:
Derechos
asociados:
Definición:
Instituciones:
- Libertad de
expresión
- Libertad de prensa
Elemento cívico
Ligado a los
derechos que
permiten la libertad
individual, el
resguardo de la
propiedad y la
igualdad ante la ley.
- Libertad de
pensamiento
- Libertad de
religión
- Derecho a la
propiedad
Tribunales de
Justicia
- Derecho a
establecer contratos
válidos
- Derecho a la
justicia
Elemento político
Relativo al derecho
de los miembros de
una comunidad a
participar en las
decisiones
colectivas, ya sea a
través el ejercicio
directo de algún
cargo público o
como elector de
quienes lo
representen en
estos.
- Derecho a voto,
libre e informado
60
Congreso Nacional
Aspectos de la
Ciudadanía:
Definición:
Elemento social
Se refiere al
derecho de los
miembros de una
comunidad política
para acceder a un
nivel digno de
bienestar en
relación con el nivel
alcanzado por su
sociedad.
Derechos
asociados:
Instituciones:
- Derecho a la
vivienda
- Derecho a la salud
- Derecho a la
educación
Servicios y
programas públicos.
- Derecho al trabajo
- Derecho a la
jubilación
TABLA ELABORADO A PARTIR DEL TEXTO “CIUDADANÍA Y CLASE SOCIAL” (MARSHALL, 1998)
Thomas Humphrey Marshall (1998) reconstruye la historia y génesis
del concepto de ciudadanía, entendiendo que esta noción se fue ampliando
progresivamente a medida que se fueron consolidando en las sociedades
modernas, primero los derechos civiles, luego los derechos políticos y,
finalmente, los derechos sociales24. El autor menciona que los derechos
civiles surgieron como una forma de conservar las diferencias de clase
propias del sistema capitalista de producción y, a través de estos,
resguardar la propiedad privada y establecer un mercado libre de
trabajadores. Por su parte, los derechos políticos y sociales se constituyeron
en abierta confrontación con las distinciones de clase, motivando propuestas
tendientes a la disminución de la desigualdad social.
24 Así, si bien no se puede realizar una distinción taxativa sobre el momento en que cada
uno de estos se consolidó, Marshall se refiere genéricamente al Siglo XVIII como el siglo de
los derechos civiles, al Siglo XIX como el siglo de los derechos políticos y al Siglo XX como
el de los derechos sociales.
61
De lo anterior se desprende que la emergencia de los derechos
políticos y sociales no ha sido gratuita, sino que ha sido una respuesta a
situaciones de alta conflictividad y movilización social. De tal modo, a pesar
de que la ampliación del concepto de ciudadanía ha permitido un avance
progresivo en términos de unificar e integrar a los distintos grupos de la
población, no es posible hablar de una evolución lineal ascendente, toda vez
que la realización concreta de los derechos que esta noción encarna
depende de la articulación de fuerzas internas de cada país en cada
momento de su historia.
En el caso de los sistemas de seguridad social, estos emergieron
como una estrategia de resolución o contención de la llamada “cuestión
social”, especialmente en las sociedades industrializadas. La consideración
de que la pobreza, la desigualdad y sus problemáticas asociadas eran una
responsabilidad que debía ser resuelta socialmente y, por tanto, que el
Estado debían desarrollar los mecanismos institucionales adecuados para
enfrentarla. Tuvo su expresión más elevada en el denominado Estado de
Bienestar Social o Welfare State.
Siguiendo a Fleury y Molina (2000; Pág. 1), se pueden agrupar en tipo
ideales los distintos sistemas de seguridad social que se han desarrollado 25,
considerando sus fundamentos y el tipo de ciudadanía a la cual estos están
ligados. Estos son:
Asistencia social o residual:
Este modelo se sustenta en la idea de que los mercados tienen la
capacidad para auto-regular sin la necesidad de intervención del Estado, el
cual únicamente debe velar por que los individuos tengan la capacidad para
25 El hecho que este esquema clasificatorio haya sido formulado en base a la tipología de
tipos ideales propuesta por Max Weber implica que no existen sistemas concretos que
reproduzcan fielmente los modelos puros que a continuación serán señalados.
62
satisfacer individualmente sus necesidades personas y/o familiares. En este
contexto, las acciones del Estado son mínimas, iniciativas de carácter
caritativo-compensatorio dirigidas a los grupos que son incapaces de
proveerse por sí mismos de las condiciones adecuadas para participar en el
mercado (focos de pobreza o grupos vulnerables). Como fundamento de
este modelo se apela a valores tales como la libertad, el individualismo y la
igualdad de oportunidades.
Según los autores, es propia de este modelo la construcción de una
ciudadanía de tipo invertida, esto es, los beneficiarios de la política se
encuentran en dicha condición a causa de su fracaso social, de modo que
en ningún caso por el hecho de que un individuo reciba un beneficio esto lo
convierte en sujeto de derecho. Todos los recursos recibidos se entienden
como temporales y, por ello, cada quien debe documentar su condición
deficitaria. Otras características de este modelo son la no diferenciación
entre las acciones públicas y privadas, y la generación de estructuras
fragmentadas y discontinuas de protección social.
Seguro social o meritocrático:
El modelo denominado de seguro social se basa en la cobertura a los
grupos económicamente activos a través de un sistema de cotización
obligatoria regulada y administrada por el Estado. En este sistema se busca
asegurar, a través de mecanismos de solidaridad, el status socioeconómico
de los grupos ocupacionales, toda vez que ante la pérdida del empleo él o la
trabajadora sigue recibiendo el mismo nivel de beneficios que en la situación
anterior.
De este modo, dicho modelo se sustenta en una idea de meritocracia,
legitimando las diferencias entre los distintos grupos ocupacionales, quienes
reciben beneficios en un nivel proporcional a las contribuciones entregadas
al seguro. Cabe considerar que como mecanismo de financiamiento este
sistema ha utilizado esquemas tripartitos en los que se suma al aporte
63
entregado por el empleado, uno de su empleador y otro del Estado.
El modelo de ciudadanía constituido en este caso es de tipo regulada,
en tanto la adquisición de derechos sociales está condicionada a la efectiva
inserción de los individuos en la estructura productiva.
Seguridad social o institucional:
Por su parte, el modelo de seguridad social estuvo inspirado en el
principio de justicia social, bajo el cual se legitimó el acceso a un mínimo
vital como derecho de todos los ciudadanos. Por ello, se considera que el
tipo de ciudadanía a la cual da lugar este modelo es universal.
El acceso a los beneficios sociales estaba únicamente determinado
por la necesidad de los sujetos, quienes tenían garantizado el acceso
universal a los beneficios establecidos socialmente, esto sin mediación
previa del aporte que éstos hicieran como contribuyentes al sistema. En este
sentido, la solidaridad y el compromiso entre generaciones fueron también
valores constitutivos de los sistemas que surgieron en base a este esquema,
toda vez que los recursos entregados por una generación son utilizados
para cubrir todas las necesidades existentes en ese minuto (lógica de
reparto), suponiéndose que una vez que ellos dejen de contribuir sus
necesidades serán financiadas con los aportes de las generaciones que le
sucedan.
Como ha de suponerse, en este modelo la acción del Estado es
primordial
en
la
administración
del
sistema,
el
cual
se
financia
mayoritariamente por impuestos generales. En este caso, la denominación
de “Institucional” dada a este modelo se refiere a que dar cumplimiento a los
principios
igualitarios
señalados,
debieron
crearse
los
mecanismos
institucionales ad hoc, habitualmente caracterizados por su nivel de
articulación y centralización.
64
Una síntesis de esta clasificación se presenta en la siguiente tabla:
Rasgos/modalidad
Asistencia
Seguro
Seguridad
Ideología
Liberal
Corporativa
Social-Democ.
Principio
Caridad
Solidaridad
Justicia
Efecto
Discriminación
Manutención
Redistribución
Status
Descalificante
Privilegio
Derecho
Finanza
Donaciones
% Salaria
Presupuesto
Actuarial
Fondos
Acumulación
Público
Cobertura
Focal
Ocupacional
Repartición
Beneficio
Bienes/servicios
Prop./Salario
Universal
Acceso
Prueba de medios
Afiliación
Mínimo vital
Administración
Filantrópica
Corporativa
Necesidad
Organización
Local
Fragmentada
Pública
Referencia
“Poor laws”
Bismark
Central Beveridge
Ciudadanía
Invertida
Regulada
Universal
Ejemplos
EEUU (1966)
Canadá (1948)
Inglaterra (1942)
Chile (1979)
Suecia (1955)
Suecia (1963)
Alemania (1883)
Cuba (1959)
Uruguay (1975)
Chile (1952)
Costa Rica (1975)
FUENTE: CUADRO DE FLEURY, S, 1997, CITADO EN FLEURY & MOLINA, 2000
Cada uno de estos modelos es -a la vez- producto y variable
condicionante del contexto socio-político y cultural a partir del que emerge 26.
De este modo, al institucionalizarse un cierto sistema de protección social,
éste interfiere en el peso y la relación entre los actores públicos y privados,
así como en la vinculación entre Estado y ciudadanía, esto es: en la
distribución de poder y recursos existente en la estructura social. A su vez,
26 Por cierto, estos modelos dan cuenta más pertinentemente de los sistemas de seguridad
desarrollados con anterioridad a la década de los 90´s, quedando pendiente una
reelaboración más actualizada que incluya las nuevas formulas y perspectivas imperantes en
la materia.
65
los modelos de protección social adoptados tendrían una fuerte vinculación
con el modelo de desarrollo económico por el cual se ha adoptado y sus
resultados27, de modo que cualquier ímpetu por modificar el sistema debe
considerar una reflexión en torno a éste y a la valoración –también
económica- dada a ámbitos de la vida social como la seguridad social y a la
salud.
No obstante, se rechaza la existencia de un curso ascendente o
irreversible de desarrollo de la protección social, de modo que el hecho de
que un país en particular haya asumido uno de estos modelos no significa
que esto sea definitivo ni implica que posteriormente no pueda volver al
esquema precedente.
La clasificación propuesta se sustenta en la idea que la adopción de
uno u otro esquema en un país en particular puede comprenderse en base a
una compleja trama en la que se articulan las ideologías dominantes, los
valores socialmente consensuados, los conflictos de intereses existentes,
los arreglos institucionales, los conocimientos y las tácticas de intervención
de cada sector.
En relación al derecho a la salud, Constitución de la Organización
Mundial de la Salud establece que «goce del grado máximo de la salud que
se pueda lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano
sin distinción de raza, religión, política o condición económica o social»
(OMS, 2006). Esta idea amplia la noción establecida en el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966, en
tanto no solo se considera el acceso oportuno y adecuado a la atención de
27 En este sentido, pueden establecerse un cierto correlato entre los modelos de seguridad
social expuestos y los tres tipos de modernización descritos en el Informe de Desarrollo
Humano anteriormente citado (PNUD, 1998, págs. 39-40), a saber: modernización en
nombre de la igualdad, modernización en nombre de la libertad y modernización mixta o
Estado de Bienestar. Decimos “cierto correlato” en tanto la propuesta de Sonia Fleury y
Carlos Molina no hace deferencia dentro de su tipologia un modelo de seguridad social
66
salud, sino también se considera el acceso garantizado a condiciones
sanitarias adecuadas, condiciones sanas y seguras en el trabajo y el medio
ambiente, acceso una nutrición adecuada, y acceso a información sobre
cuestiones relacionadas con la salud, en las que se incluye la salud sexual y
reproductiva; factores que como se mencionó anteriormente son los factores
determinantes de la salud (OMS, 2007)
Así, según esta definición, el derecho a la salud abarca cuatro
elementos:
1) Disponibilidad: contar con número suficiente de establecimientos,
bienes, servicios y programas de salud para cubrir las necesidades de la
población en este ámbito;
2) Accesibilidad, la cual se refiere a que establecimientos, servicios,
bienes y programas deben ser accesibles a toda la población del país, en
cuanto no discriminar a ninguna persona o grupo, deben ser accesibles en
términos físicos y asequibles en términos económicos. Además, se
establece que éstos deben entregar información necesaria para que los
usuarios los conozcan a cabalidad y puedan hacer uso de ellos.
3) Aceptabilidad, lo cual implica que los servicios, bienes y programas
de salud deben ser respetuosos de la ética médica y la cultura del país, así
como ser sensibles a los requisitos de género y de las distintas etapas del
ciclo de la vida.
4) Calidad, toda vez que los establecimientos, bienes, servicios y
programas disponibles deben ser pertinentes y satisfactorios desde el punto
de vista científico y médico.
A modo de síntesis, se considera que la noción de ciudadanía,
propio de las economías socialistas.
67
además de referirse al status de cada persona como miembro de derecho
dentro de una comunidad, alude al “status adscriptivo a la nación”
(O„Donnell, 2004: 20). Así, la aproximación que se utilizará a la noción de
ciudadanía vincula tres aspectos claves, a saber: (1) derechos civiles y
políticos, (2) derechos económicos, sociales y culturales y (3) adscripción
nacional.
En esta línea, resulta relevante revisar el concepto de cohesión
social, en tanto éste alude a la capacidad de las sociedades de otorgar a sus
miembros las condiciones para que ellos puedan ejercer su ciudadanía en el
marco de la equidad, la inclusión social y bienestar, y -de esta maneragenerar un sentido de pertenencia hacia ésta.
Emile Durkheim hace alusión a una idea de cohesión social en su
texto “La División del Trabajo Social” (1893). En éste, el autor establece que
el paso de las sociedades pre-modernas a la modernidad generó una
pérdida de la vinculación existente entre los individuos y el grupo social dada
por la solidaridad mecánica, como consecuencia de la división social del
trabajo. Ante esto, las sociedades modernas desarrollarían un nuevo tipo de
solidaridad que les permitiría mantener la articulación entre individuos y
sociedad: la solidaridad orgánica. Así, la emergencia de este nuevo tipo de
solidaridad parecería coincidir con el desafío actual de las sociedades
contemporáneas relativo a la consolidación de nuevos mecanismos y
valores que permitan una mayor cohesión social en un contexto marcado
por la globalización y la emergencia de identidades locales.
Según CEPAL (2007, Pág. 16), la cohesión social es «la dialéctica
entre mecanismos instituidos de inclusión y exclusión sociales y las
respuestas, percepciones y disposiciones de la ciudadanía frente al modo en
que ellos operan». Así vista, la cohesión social implicaría tanto la reducción
de las brechas socio-económicas que afectan el ejercicio de la ciudadanía y,
por tanto, la integración social de los sujetos una comunidad nacional, como
también aquellas consideraciones que la ciudadanía tiene sobre el proyecto
68
de sociedad en el que está inmersa, en términos de su adhesión al sistema
político y al ordenamiento económico.
Garantizar el ejercicio de los derechos cívicos, políticos y sociales,
propiciar la participación de todos los actores en las definiciones país,
reducir las diferencias sociales injustas y valorar las diferencias sociales no
injustas, parecen ser fórmulas para generar mayor cohesión social y, por
tanto, más y mejor democracia.
Por otra parte, el régimen político es “una expresión que describe un
patrón de gobierno institucional, es decir, el modo como las personas se
vincula con el Estado (como ciudadanos, clientes o de una manera
completamente subordinada) y como se procesan las demandas y los
conflictos sociales” (Garretón et all., 2004: Pág. 17). A continuación se hará
una revisión únicamente del régimen político democrático, ya que éste es el
que se ha extendido en el contexto latinoamericano actual 28.
Los antecedentes de la democracia moderna pueden encontrarse en
la Grecia clásica. En “La Política”, Aristóteles (1998, Pág. 81) considera que
el mejor régimen de gobierno es la república o politeia, a saber, un régimen
en el que la masa gobierna en vista del interés común. La democracia, en
cambio, sería una desviación de la república en la que gobernaría el interés
de los pobres, pero sin miras al bien común.
Según Alain Touraine (2000), la democracia moderna se diferenciaría
de la democracia clásica en la medida que éstas estarían basadas en una
visión distinta de la libertad (contraposición que sido caracterizada en
términos de libertad de los antiguos v/s libertad de los modernos). Así, la
libertad de los antiguos simbolizaría la integración a la totalidad (sociedad
28 Se considera que la masificación de regímenes democráticos América Latina es un
fenómeno novedoso en la región, puesto que, si bien algunos países poseían una historia
democrática, gran parte de estos vivían con una fuerte inestabilidad política. Ahora, cabe
69
política), mientras que la de los modernos expresa la capacidad de los
miembros de dicha unidad para actuar sobre esta 29.
Siguiendo esta idea, Touraine (2000: Pág. 43) propone tres
dimensiones que -en su articulación- definirían la democracia moderna,
estas son: (1) respeto de los derechos fundamentales, (2) ciudadanía y (3)
representatividad de los dirigentes. Por su parte, O„Donnell (2004, 39)
definiría este régimen político en función de cuatro características:
-
Elecciones limpias e institucionalizadas;
-
Una apuesta inclusiva y limitadamente universalista;
-
Un sistema legal que sanciona y respalda –al menos- los
derechos y libertades incluidas en la definición del régimen
democrático; y
-
Un sistema legal que previene a cualquiera ser de legibus
solutus o, en otras palabras, respalda el estado de derecho.
La democracia, de esta forma, sería un régimen inclusivo en donde la
ley garantiza los derechos cívicos, políticos y sociales necesarios para el
ejercicio de la ciudadanía, regula el control del poder y el modo de elección
de los representantes. Aun así, no puede eludirse el hecho de que concepto
está socialmente impregnado de aspectos ético-valóricos que lo elevan más
a allá de lo que es: una forma de gobierno.
Según el PNUD (2004), las democracias latinoamericanas poseerían
un carácter particular: son pobres y desiguales. Ignorar esta realidad
equivale a cerrar la vista a las problemáticas que hoy afectan a nuestro
considerar que las trayectorias seguidas por cada país son particulares y disímiles.
29 De ahí que la democracia moderna estaría ineludiblemente ligada a la idea de un sujeto o
agente provisto de razón y derechos que pretende controlar el poder político.
70
continente.
La desigualdad es, sino el primero, uno de los problemas más graves
que afectan a Latinoamérica. La transversalidad de este fenómeno se debe,
en gran parte, a la condición de dependencia de nuestras economías
respecto a los mercados internacionales.
Tabla 4: Medición de la desigualdad, 2004
País
Coef. de Gini
Noruega
25,8
Chile
52,1
Uruguay
42,4
México
51,7
Venezuela, RB
43,5
Perú
48,0
Ecuador
49,0
Brasil
53,9
Colombia
58,5
Bolivia
57,3
TABLA ELABORADA A PARTIR DEL
“INFORME DE DESARROLLO HUMANO” (PNUD, 2011)
La Tabla 4 muestra los resultados del coeficiente de GINI, el cual
mide cuán lejos está la distribución real de los ingresos de una distribución
uniforme de los recursos o situación ideal. Los datos indican que los niveles
de desigualdad presentes en 9 países de América Latina se aleja
sustancialmente de la situación ideal, doblando en promedio las cifras de
desigualdad de Noruega, país ubicado en el lugar número uno según el
Índice de Desarrollo Humano (IDH).
Por su parte, la pobreza se entiende como “la incapacidad de las
71
personas de vivir una vida tolerable” (PNUD, 1997 en Ferres y Mancero,
2001; 7). Al respecto, se puede citar que según el último Informe de
Desarrollo Humano en los países latinoamericanos mencionados un 5,34%
de la población vivirían con menos de 1,25 dólares diarios, esto es, bajo la
línea de la pobreza. Ahora bien, como se muestra en el Gráfico 2, alrededor
de 34,4% de la población estaría por debajo de las líneas de pobreza
establecidas en cada país.
Ilustración 2: Población por debajo de la línea de la pobreza nacional, 2004
GRÁFICO ELABORADO EN BASE AL TEXTO “INFORME DE DESARROLLO HUMANO” (PNUD, 2011)
La vigencia de problemas como la pobreza y la desigualdad son una
señal clara del déficit democrático de la región, en la medida que la
masificación de este régimen político no ha venido aparejado de procesos
de democratización política y social que le permitan consolidarse y
extenderse en el tiempo. Del mismo modo, estos fenómenos reflejarían la
existencia de una ciudadanía de baja intensidad, toda vez que el ejercicio de
los derechos políticos y cívicos queda fuertemente restringido en quienes no
posee las condiciones mínimas de existencia, condiciones para subsistir con
salud, bienestar y dignidad (PNUD, 2004).
72
Bienes públicos, políticas públicas
Con el objetivo de revertir esta situación de desigualdad y pobreza, se
han impulsado distintas políticas redistributivas, entre las cuales se cuentan
las desarrolladas en el sector salud. Las políticas públicas son “aquellas
acciones y flujos de información relacionados con un objetivo político
definido en forma democrática; las que se desarrollan por el sector público y,
frecuentemente, con participación de la comunidad y el sector privado”
(Lahera, 2004: 35). En este marco, las políticas redistributivas serías un tipo
de política público al otorgan beneficios a un amplio sector social, afectarían
la estructura de distribución del ingreso de la sociedad (Regonini, 1990).
La cuestión de las políticas públicas implica, por cierto, una
delimitación de cuáles son las problemáticas que afectan a la sociedad,
cuáles son los mecanismos de resolución más eficientes, cuáles son los
bienes que debe proveer el Estado y en qué magnitud.
El neo-keynesiano Joseph Stiglitz (2000: 150) aporta una distinción
clara de los bienes públicos respecto a los bienes provistos por el sector
privado, en tanto los primeros “se caracterizarían por el consumo no rival y
la imposibilidad de excluir a nadie de sus beneficios”. Se habla de bienes
rivales cuando el consumo de una persona limita o impide el consumo de
otra, mientras que la condición de exclusión se cumpliría cuando es posible
excluir a una persona del consumo de un bien sin incurrir en grandes costos.
Sobre la base de estas características, el autor clasifica los bienes públicos
en bienes públicos puros e impuros, según si los bienes que este suministra
cumplen o no con las dos condiciones mencionadas.
No obstante, debe considerarse como criterio fundamental que una
de las principales diferencias entre los bienes públicos y los privados es que
en las decisiones privadas está en juego la maximización de los beneficios
económicos (posibilidad de reproducción del capital), mientras que en lo
73
público intervienen consideraciones relacionadas con la equidad, eficiencia y
la redistribución del ingreso30.
En el caso de la salud, se establecer que la provisión de servicios
debiese ser considerado un bien público puro para dar cumplimiento efectivo
al derecho a la salud establecido por la Constitución de la OMS (2006), pues
sería obligación del Estado garantizar que ninguna persona presente
limitaciones para acceder a servicios de salud y alcanzar su bienestar; y la
exclusión de ciertas personas y grupos de los servicios generaría altos
costos sociales y económicos al país.
No obstante, como se mencionó anteriormente, la emergencia de
determinadas concepciones del derecho a la salud no es ajena a la lucha de
fuerza contexto sociopolítico de cada país, de modo que en contextos
menos favorables a la contención de las diferencias entre clases, pueden
legitimarse nociones que admitan el lucro en salud, a pesar de los efectos
que esto genere para el bienestar y la cohesión social.
Los principales argumentos que rechazan la provisión de bienes por
parte del Estado se refieren a que este genera dos tipos de ineficiencia, a
saber, el sub-consumo del bien y el suministro deficiente. Bajo esta
perspectiva, al Estado en materia económica le cabe como responsabilidad
primordial
garantizar
el
correcto
funcionamiento
del
mercado.
Evidentemente, dicho argumento viene acompañado de la consideración de
que estas ineficiencias no se producirían si estos bienes fuesen producidos
por empresas privadas, ya que el mercado se auto-regularía.
La eficiencia en la asignación de recursos ocurriría cuando no se
puede mejorar el bienestar de unos sin perjudicar a otros (óptimo de Pareto).
30 Usando este criterio, podríamos decir que las organizaciones de la sociedad civil que
actúan sin fines de lucro operan bajo criterios altruistas y no privados, aunque requieren de
ciertas acciones de financiamiento que le permitan mantener sus operaciones.
74
Al respecto, Stiglitz (2000) ha construido un modelo para medir la eficiencia
en el caso de los bienes públicos, el cual consiste en que los bienes públicos
puros se suministran eficientemente cuando la suma de las relaciones
marginales de sustitución (de todas las personas) es igual a la relación
económica marginal de transformación, donde la relación marginal de
sustitución representa la cantidad del bien privado que está dispuesto a
renunciar cada individuo para obtener una unidad más del bien público y la
relación económica marginal de transformación corresponde a la cantidad
del bien privado que debe ser renunciado para obtener una unidad adicional
del bien público, teniendo en consideración los costes adicionales de
transacción
Este modelo contempla que los bienes públicos tienen dos
particularidades, a saber: (1) que en la oferta de los bienes públicos no
inciden los cambios en la demanda, ya que la producción corresponde a una
decisión política de las autoridades de gobierno, y (2) que los individuos
receptores de los bienes públicos no pagan necesariamente el mismo precio
para acceder a esos bienes, ya que existen distintos mecanismos de
racionamiento utilizados por el Estado (impuestos, pago diferenciado según
nivel socioeconómico, subsidios focalizados, etc.). Respecto a este último
punto, el autor asevera que los consumidores estarían más dispuestos a
sacrificar parte de los bienes privados que adquieren si el Estado fuese
capaz de mejorar la administración de los impuestos recaudados, esto es,
aumentar la eficiencia en el gasto y la administración de los recursos
públicos.
En relación con esta propuesta teórica-conceptual se entiende que la
eficiencia del gasto público contribuiría a una mejor distribución de la renta.
Ahora bien, frente a las posibilidades de modificar la estructura distributiva
de una sociedad, debe contemplarse que –como todo acto desarrollado por
humanos- toda política pública puede tener consecuencias no previstas e
inclusive indeseables. Al respecto, Marshall (1998: Pág. 60) advierte que los
75
servicios prestados por el Estado pueden ayudar a disminuir las diferencias
de clase como contribuir a su reproducción.
Por ello, el estudio de las políticas públicas debe centrarse en la
evaluación de las decisiones adoptadas, la forma en que se adoptaron y los
actores involucrados, como una manera de propiciar una reflexión crítica
sobre estas que contribuya a una mejor resolución de los conflictos y
problemáticas que afectan a la sociedad.
En cuanto a los actores que participan en las políticas públicas
existen, dentro de la literatura, dos perspectivas: (1) una centrada
exclusivamente en las acciones desarrolladas por la clase política, las
organizaciones de intereses y la burocracia, denominadas monocentrícas, y
(2) una segunda perspectiva que considera que los actores que intervienen
en el proceso político provienen -muchas veces- de espacios que exceden a
la formalidad del Estado (Regonini, 1990). A juicio de la autora de esta tesis,
esta última apuesta sería la más apropiada para analizar el conflicto
específico sobre el que versa esta investigación.
Debe contemplarse, además, que la participación de los actores no se
limita a la etapa de elaboración o implementación de las políticas, pudiendo
hacerse sentir en todo el ciclo de vida de la política pública. Cada una de las
etapas de la política pública (emergencia de la preocupación por la temática
a abordar, desarrollo de las propuestas, decisión sobre las alternativas
posibles, implementación de la política pública, evaluación de los resultados,
extinción o transformación de la misma) conllevan la participación de
distintos actores y de distintas estrategias de acción. Ahora, si bien es cierto
que estas etapas se pueden delimitar analíticamente, estas etapas están
inter-relacionadas, de forma que operan como un continuum.
Otro punto relevante en el estudio de las políticas públicas se refiere a
cómo se decide, es decir, la forma en que las posturas de los distintos
participantes prevalecen en el proceso (estrategias y formas de presión).
76
Sobre esto, se entiende que la existencia de una arena pública en la que
confluyen diversos actores de la sociedad es uno de los factores que nutren
una democracia de calidad. Ahora, es importante considerar que, más allá
de las consideraciones éticas posibles, la existencia de una discusión
potente sobre la base de una multiplicidad de posturas puede –
potencialmente- poner en riesgo la estabilidad democrática, como también
afectar los intereses resguardados por ésta. Por este motivo, el espacio
público es uno de los lugares más resentidos en regímenes no democráticos
o en democracias de baja intensidad.
Para que esta discusión permita generar acuerdos propicios para
responder a las demandas y necesidades sociales se requiere –
principalmente- voluntad política (voluntad para tolerar y escuchar otras
propuestas), cuestión que es vital cuando se inician procesos de reforma
sectorial.
Los
procesos de
reforma
se
caracterizan
por
ser
cambios
sistemáticos y permanentes que persiguen determinados objetivos. Las
transformaciones provocadas por una reforma alteran la organización
interna de un sector, sus formas de financiamiento, regulación y
participación de los distintos actores, incluyendo a los usuarios (Lenz,
2007:8). Su contenido y desarrollo dependerá, en gran medida, del contexto
socio-político en el que esta emerge, esto es, de la lucha de fuerzas
existentes en el campo de poder y en otros campos específicos.
No
obstante,
resulta
relevante
diferenciar
ciertas
tendencias
generales en la organización de los sistemas de salud. A continuación se
presenta la categorización realizada por Alfredo Bravo (1979 y 1982) en este
sentido.
77
Esquema Servicio Público (Modelo cubano)
Este esquema establece que el Estado es responsable de la salud de
todos los habitantes del país, por lo que éste debe proveer los recursos
necesarios para cubrir íntegramente las necesidades sanitarias de la
población. En este sentido, la atención es gratuita y la cobertura universal,
para lo cual se cuenta con un financiamiento fiscal para todas las acciones
de salud, tanto de prevención, promoción, curación y rehabilitación.
Para ello, la organización y planificación del sistema está centralizada
en el Ministerio de Salud, instancia que se encarga de la supervisión técnica,
administrativa y financiera de éste. De esta forma, existe una integración de
las instituciones de salud, incluyendo los prestadores de servicios, las
industrias de producción y comercialización de insumos médicos, fármacos y
las universidades a cargo de la formación del personal técnico y profesional.
Operativamente, el país se divide en regiones y estos a su vez en
áreas, sectores y subsectores. Los distintos niveles de atención se
encuentran vinculados de forma escalonada.
Si existe la práctica privada de médicos y dentistas, esta se reduce a
un pequeño grupo de profesionales que mantienen consultorios propios.
Esquema Servicio Nacional de Salud (Modelo británico)
Al igual que el anterior esquema, éste establece que la salud es una
responsabilidad del Estado y que este debe garantizar un acceso igualitario
a todos los habitantes del país. En este sentido, se establece la atención
gratuita y se garantiza la cobertura universal y continúa de la salud “desde la
cuna a la tumba”.
Para ello, se han integrado todas las acciones de protección, fomento
y recuperación de la salud desarrolladas por las distintas instituciones de
salud existentes en el país bajo la administración de un organismo técnico
78
semiautónomo
respecto
al
Ministerio
de
Salud.
Dicho
organismo,
denominado Servicio Nacional de Salud (SNS), tenía a su cargo todas las
instituciones de salud del país. Por su parte, el SNS contaba con un Consejo
Nacional de Salud en donde participaba el Director General de Salud y eran
representadas tanto las autoridades de gobierno como los proveedores de
servicios, los usuarios, los profesionales y las instituciones encargadas de
su formación.
El objetivo de dicha instancia es reunir en un solo organismo la
dirección y administración de la infraestructura sanitaria disponible en el país
y desligar las decisiones técnicas tomadas en esta materia de las influencias
políticas, dando así mayor continuidad a las políticas adoptadas.
Como mecanismo de financiamiento, el SNS contaba principalmente
con un aporte fiscal, el cual era complementado con las entradas obtenidas
por donaciones y venta de servicios y algunos cobros puntuales realizados a
los
usuarios
por
servicios
especiales.
Dadas
las
dificultades
de
financiamiento que afectaron a los países que implementaron este esquema,
en algunos casos este esquema se combinó con recursos obtenidos en
base a un Seguro de Salud, en los cuales los usuarios debían cotizar. De tal
modo, en la práctica la cobertura de salud era universal únicamente para las
acciones de promoción y fomento de la salud y parcial para los servicios de
atención médica, la que era limitada a los afiliados al seguro y para los
indigentes.
Al que el modelo anteriormente mencionado, la práctica privada existe
en una proporción muy menor respecto al resto del sistema.
Cabe destacar que este esquema tiene su origen en la aprobación en
1948 del Plan elaborado por Lord William Beveridge en Inglaterra a pedido
del primer ministro Winston Churchill. Éste fue luego implementado en Chile
en 1952, estructura que fue modificada durante la dictadura militar en 1979.
79
Esquema Seguro Nacional de Salud (Modelo canadiense)
En este esquema la provisión y administración de los servicios de
salud es dirigida por el Ministerio de Salud, el cual financia las acciones de
prevención, promoción, curación y rehabilitación en base a los recursos
obtenidos mediante un seguro de salud al que todos los ciudadanos deben
contribuir en proporción a sus ingresos y al tamaño de su grupo familiar. De
esta manera, se asegura solidariamente el financiamiento
de las
necesidades de salud de la población y se logra otorgar cobertura universal
para toda la población.
Administrativamente, la provisión de salud es realizada de forma
descentralizada, la cual queda a cargo de los gobiernos provinciales.
Esquema Seguro Social (Modelo costarricense)
Este modelo es semejante al anteriormente mencionado con la
diferencia que el seguro de salud no opera bajo la lógica de una empresa de
servicio público encargada de financiar exclusivamente las acciones de
salud como en el modelo canadiense, sino como parte integrante de la
política de seguridad social del Estado realizada a través del Instituto o Caja
de Previsión Social, instancia a la cual están afiliados todos los habitantes
del país. El financiamiento de los servicios de salud requeridos por la
población es recaudado por la Caja en base a un sistema tripartito de
cotización que combina los aportes dados por el trabajador, su empleador y
el Estado; los trabajadores independientes también pagan una cuota,
mientras que las cotizaciones de los indigentes son pagadas íntegramente
por el Estado.
De este modo, bajo este esquema la atención médica es prestada en
su totalidad por la Caja de Previsión Social o Instituto, reduciéndose las
funciones del Ministerio de Salud a la rectoría y provisión de acciones de
salud pública.
80
Esquema Economía Social de Mercado (Modelo Alemán).
Una tercera variante del esquema de Seguros fue el desarrollado en
Alemania bajo la lógica de una economía social de mercado. Este modelo
tiene sus orígenes en el Seguro de Enfermedad, Maternidad, Invalidez y
Muerte, el cual fue establecido por Otto Bismarck en 1883, cual entregaba
atención médica estandarizada para los trabajadores industriales y sus
familias.
Los recursos entregados por este seguro son administrados por Cajas
de Seguro, en donde los y las trabajadoras deben cotizar voluntaria o
obligatoriamente. Dichas cajas son propiedad principalmente por sindicatos,
quedando reducida a un porcentaje muy marginal la participación directa de
las empresas privadas en el sistema. Esta figura era posible gracias a una
larga tradición organizativa desarrollada por los sectores obreros, la cual les
permitía resolver autónomamente las necesidades de salud de sus
miembros.
Las cotizaciones de dichos seguros eran pagadas mediante un
sistema tripartito en el que participaban el Estado, los empleadores y
trabajadores.
Esquema Mutualista (Modelo Belga)
El esquema mutualista está basado en la idea de la cooperación
mutua entre grupos laborales con intereses comunes. También es
desarrollado por algunos países como mecanismo de auto-ayuda de
minorías étnicas extranjeras. Por último, este esquema ha sido emulado por
algunos seguros privados ofrecidos a grupos laborales cerrados y
relativamente homogéneos (en Estados Unidos este mecanismo ha sido
denominada Group Medical Practice).
En la práctica, este esquema resulta operativo para grupos pequeños
de población que no cuentan con cobertura de salud adecuada a sus
81
necesidades y no ha resultado una solución efectiva a nivel nacional, salvo
en países pequeños en población en donde no se cuenta con un sistema
estatal organizado. Otra deficiencia de este esquema es que éste otorga
cobertura
únicamente
a
sus
afiliados
y
ha
entregado
cobertura
principalmente curativa y dirigida al individuo.
Esquema Empresa Privada (Modelo Estadounidense)
Finalmente, en este esquema se subentiende que la salud es
exclusiva responsabilidad del individuo. En este caso, las empresas privadas
otorgan gran parte de los servicios de salud requeridos por la población,
mientras que el Estado solo mantiene un pequeño número de hospitales y
centros municipales de salud que entregan servicios gratuitos a un
porcentaje muy minoritario de la población (programa estatal “Medicaid”). De
este modo, gran parte de los servicios de salud son pagados directamente
por las personas ya sea a los prestadores de servicios de salud o a través
de seguros privados que poseen planes de beneficios específicos para la
atención ambulatoria (Blue Shield) o hospitalaria (Blue Cross). En la
práctica, los usuarios deben contratar ambos tipos de seguro, para contar
con cobertura para todo evento.
Este esquema se caracteriza por la proliferación y expansión
explosiva de la industria de la salud, la cual ha sido criticada por su alto
costo y fragmentación. Como se anticipó, otra característica de este
esquema es que, en los países en que éste ha existido, han debido
mantenerse como complemento con sistema de asistencia social o
beneficencia pública, encargada de ofrecer servicios mínimos de carácter
curativo a la población en condición de indigencia, esquema financiado por
donaciones caritativas o por subvenciones estatales.
82
Capítulo 4 : Marco metodológico
Postura epistemológica
Para dar cuenta de la postura epistemológica en la cual se
asienta esta investigación, se partirá por la siguiente premisa: la
sociedad es compleja. Si bien esta consideración pareciese obvia,
posee implicancias en términos de las posibilidades de construcción
del conocimiento sociológico.
En la realidad social interactúa una multiplicidad de factores, los
cuales se relacionan en menos o mayor grado dependiendo del
contexto histórico en el que se susciten. La trayectoria de dichos
factores pueden ser aprehendidos mediante simplificaciones analíticas,
modelos o constructos teórico-conceptuales. En este punto, la
sociología
pretende
aprehender
el
conjunto
de
los
factores
involucrados en los fenómenos de orden social, tarea que es -sin dudade gran magnitud31.
Recurriendo al Teorema de la Incompletitud de Kurt Gödel, se
puede afirmar que la sociología opera sobre la base de una
comprensión parcial de su objeto de estudio, en tanto la realidad que
31 Sobre este punto, parece necesario especificar que los fenómenos sociales no solo
pueden ser explicados, como diría Durkheim en sus Reglas del Método Sociológico
(Durkheim s.f.), por otros “hechos sociales”, dado que también en esta misión pueden
ser usados fenómenos de otros ámbitos del conocimiento, como la política, la cultura,
la historia, etc. La distinción necesaria en este caso es cómo analizar dichos
fenómenos usando las teorías, conceptos, nociones y métodos desarrollados por la
sociología, integrando incluso en ello aspectos que están más allá de las
83
estudia es móvil y múltiple. Por ello, se le considera un conocimiento
en permanente construcción, pues su quehacer se refiere a un ámbito
inacabado,
una
realidad
en
permanente
cambio
que
resulta
inabarcable en su totalidad.
Asimismo, se entiende que el conocimiento generado por la
sociología es auto-referencial, esto es, se refiere a cuestiones propias
del espacio social en los cuales están inmersos (as) los (as)
profesionales que la ejercen. Por este motivo, se considera que la
contribución que esta disciplina hace al saber es, a su vez, una
construcción social, no neutral, no independiente del contexto político,
histórico y socio-cultural en el que es producido.
Como apuesta investigativa se ha adoptado la mirada propia de
un “estructuralismo constructivista”, la cual hace referencia a estos dos
términos en el siguiente sentido:
a) Estructuralismo, dando cuenta que en lo social existen
estructuras objetivas, las cuales son capaces de orientar o coartar sus
prácticas y sus representaciones por sobre la conciencia y la voluntad
de los agentes;
b) Constructivismo, dando cuenta que existe un origen social en
los esquemas de percepción, de pensamiento y de acción que son
constitutivos del habitus, origen que es compartido en parte con las
estructuras sociales (P. Bourdieu, 1988; Pág. 127), (Bourdieu, 2002b).
De tal forma, siguiendo a Bourdieu32, se aspira observar las
competencias disciplinares de ésta.
32 Cabe destacar que la reflexión propuesta por Pierre Bourdieu está contenida
también en las Tesis sobre Feuerbach de Karl Marx, en las cuales se destaca la
existencia objetiva de relaciones sociales que gobiernan el actuar de los sujetos, así
como también la existencia objetiva de una praxis humana que posibilita la
84
transformaciones de las estructuras sociales sin olvidar al sujeto, así
como mirar las acciones de los sujetos sin olvidar las estructuras
sociales. En otras palabras, la libertad de acción de los sujetos no es
irrestricta, como tampoco el influjo de las estructuras es total.
En esta visión se articulan dos corrientes que parecían
irreconciliables: objetivismo y subjetivismo. De tal modo, se propone
incorporar al análisis sociológico una mirada que se centre en las
relaciones, las cuales se suscitan en la interacción dialéctica entre de
estructuras y representaciones.
De esta manera, a diferencia de las teorías interaccionistas, la
legitimación de determinada postura en el debate no deviene de la
búsqueda racional y objetiva del mejor argumento, sino de la capacidad
de cada actor de imponer su postura en función de las herramientas
que tiene a disposición.
Por otra parte, la autonomía de cada campo respecto a otros es
relativa, siendo la vinculación o permeabilidad de éste con otros
campos variable. No obstante, a diferencia de las teorías sistémicas, se
entiende que los sujetos y sus luchas son el motor de la historia, de
modo que las trasformaciones que en cada uno de los espacios no son
producto de su propia inercia, sino que hay sujetos de carne y hueso
que se esfuerzan para modificar la dinámica imperante en ellos, no sin
que ellos se vean limitados y condicionados por la estructura de éste.
transformación social (Marx, 1955).
85
Enfoque de la Investigación
El enfoque de la investigación que se ha adoptado es de
carácter cualitativo. Se explicitará a continuación las razones que
permiten justificar la utilidad de este enfoque para comprender la
estructura del campo de discusión que se suscito sobre la salud en el
contexto de la pasada reforma del sector.
En primer lugar, los discursos son construcciones simbólicas
que dan cuenta del sentido que los sujetos imprimen a su acción 33,
pudiendo aparecer éste de forma implícita en el texto analizado 34 o
debiéndose desentrañar cuando está de forma latente.
Al respecto, cabe puntualizar que los “discursos” son ante todo
una
construcción
analítica
desarrollada
por
un
equipo
de
investigadores en torno a un fenómeno socialmente construido,
proceso que es realizado a través de la metodología de “tipos ideales”
presentada por Max Weber (Conde Gutierrez del Álamo 2009, 33-48).
Por ello, se les debe diferenciar de aquello que hemos denominado
“texto”, material empírico en base al cual se realizará esta
investigación, el cual corresponde a la expresión directa de los
hablantes.
En segundo lugar, el sentido mentado de la acción puede ser
definido sobre la base de una argumentación razonada sobre los
medios que el sujeto utilizará para llegar a ciertos fines y –por cierto-
33 La sociología, según Max Weber, «pretende entender, interpretándola, la acción
social para de esa manera explicarla causalmente en su desarrollo y efecto» (M.
Weber, Los Tipos de Dominación 1969b, 5).
34 Se entenderá por “texto” todo lo que se dice en el cuerpo de la obra manuscrita o
impresa, a diferencia de lo que en ella va por separado; como las portadas, las notas,
los índices, etc. (RAE, 2003), siendo este el material empírico en base al cual se
realizará esta investigación.
86
también con relación a otros elementos de carácter subjetivos como
valores,
deseos,
impulsos,
etc.
que
no
pueden
justificarse
racionalmente pero que poseen una fuerte influencia en la dirección
que adopte una acción determinada. De dicha argumentación también
se extraerá el motivo asociado a la acción, esto es, el fundamento de la
conducta.
En tal sentido, la acción social desarrollada por los actores que
participan en el campo es entendida como «una conducta humana
(bien consista en un hacer externo o interno, ya en un omitir o permitir)
siempre que el sujeto o los sujetos de la acción enlacen en ella una
sentido subjetivo. La acción social, por tanto, es una acción en donde
el sentido mentado que le es otorgado por los actores está referido a la
conducta de otros, orientándose por ésta en su desarrollo (Weber,
1969b, Pág. 5).
Los discursos a los que se aboca esta investigación hacen
referencia a concepciones ético-políticas de distintos grupos de
intereses, las cuales pueden ser abarcadas o comprendidas de forma
más integra, rescatando sus distintos matices, a través de un enfoque
cualitativo, pues este enfoque hace referencia a la dimensión subjetiva
del sujeto investigado, lo cual permite que emerja el habla y su
significado social (Canales, 2006).
Cabe destacar que en la adopción de este enfoque de
investigación no ha sido determinante el hecho que el objeto de estudio
esté referido a discursos emitidos mediante el habla, puesto que la
investigación cuantitativa puede perfectamente trabajar con datos
numéricos como con textos. Por el contrario, lo que ha primado es el
hecho que el contenido de estos discursos adquiere significados
distintos según el contexto en el que se desarrollan y la postura que
asuma quien lo emite, aspectos que no pueden ser comprendidos en
87
su complejidad desde enfoques que asume neutralidad valorativa,
como en el caso del cuantitativo.
Asimismo, el hecho que se haya asumido un enfoque cualitativo,
no supone que se niegue a priori la utilidad de un enfoque cuantitativo
para analizar el fenómeno en cuestión desde otra perspectiva, la cual
podría resultar complementaria con la postura asumida por la autora de
esta tesis.
Finalmente, se establece que los discursos serán considerados
la unidad de análisis de esta investigación. No obstante, el foco final de
análisis no será el sentido y la motivación implicada en cada acción,
sino las relaciones que -en base a ellas- se producen entre los distintos
actores partícipes del campo.
Tipo de Investigación
En cuanto al tipo de investigación, este estudio pretende, por
una parte, caracterizar los discursos que los distintos actores enuncian
en torno a la Reforma de la Salud y, por otra, dar cuenta de la
influencia que los actores poseen en este proceso y de las relaciones
que establecen entre sí. De esta forma, la investigación pretende
caracterizar a los actores, describir sus discursos y explicar la
composición del campo de discusión de la reforma de la salud durante
el periodo comprendido entre el año 1998 y 2005.
Para ello, la investigación hará uso de un diseño longitudinal
retrospectivo, en la medida que se seguirá un fenómeno que se ubica
cronológicamente en el pasado.
88
Población y Muestra
La población de origen de la investigación fue definida de la
siguiente manera: “serán objeto de la investigación todos los discursos
públicos35 emitidos por diferentes personas o grupos entre los años
1998 y 2005 con el propósito de hacerse parte de la discusión sobre la
reforma de la salud, que estuvieran disponibles en la actualidad como
textos impresos y/o en formato digital”. La decisión de trabajar
únicamente con discursos públicos se debe a que estos son emitidos
con la intensión de hacerse parte de un debate –a su vez- público,
dirigiéndose hacia el entendimiento con otros actores. Además, se
trabaja con ellos bajo el supuesto que este tipo de textos son
representativos del grupo que los emite, cuestión que permite inferir las
posturas que como actor asume dentro del conflicto con relativa
validez.
Para la selección de los discursos a analizar se dispuso como
requisito que: los documentos (1) tuvieran como temática central el
tema de la salud y (2) que sus autores buscaran influir en los procesos
de reforma, ya sea motivando nuevos cambios, respaldando los
procesos de reforma en marcha, presionando para la no-aprobación de
las modificaciones propuestas o criticando el contenido de los
proyectos de ley respectivos.
Asimismo, para acotar la muestra se definió dar prioridad a los
documentos que desde el criterio de la investigadora poseyeran
información cualitativamente superior y que mejor representaran al
grupo de origen en cada momento específico. No fueron contemplados
35 Entiéndase por discursos públicos todo tipo de documento (artículo periodístico,
publicaciones científicas, informe, etc.) que hayan sido publicados a través de medios
89
en la muestra aquellos documentos que no se encontraron disponibles
(ya sea por su valor comercial como por las restricciones para su
acceso) en el periodo que se realizó el estudio, aunque se considere
que su contenido pudiese ser de interés para este. Además, se utilizó
el criterio de saturación de la muestra para detener el proceso
producción de información.
La búsqueda inicial de textos se realizó de forma dirigida a
ciertos grupos sociales que, según la información recabada en los
antecedentes, podrían intervenir en el periodo de análisis definido. En
la Tabla siguiente se especifican los grupos sociales que inicialmente
se contemplaron y si se encontró disponible información relevante
sobre la materia de esta investigación:
Tabla 5: Grupos Sociales en muestra, según disposición de información
relevante
Grupos sociales
Información
disponible
El gobierno y sus distintas reparticiones públicas
Sí
Funcionarios de la red asistencial de salud, tanto de
establecimientos hospitalarios como de servicios primarios y sus
organizaciones representativas (Gremios de la Salud, Sindicatos,
Asociaciones, Federaciones, etc.)
Sí
Instituciones, organismos o agrupaciones internacionales que estén
interesados en el proceso de reforma de la salud en Chile, ya sea en
lo relativo a sus contenidos políticos, económicos, sanitarios o
sociales
Sí
Intelectuales o Centros de Estudios independientes
Medios de comunicación
36
Sí
Sí
de comunicación formales y que estén a disposición del público general.
36 Se entiende por “Independientes” a todos aquellos que no difunden sus
investigaciones de forma directa a través de otras instancias como el gobierno,
partidos políticos o universidades y que, por ende, hablan en nombre propio.
90
Partidos políticos y organizaciones político-sociales que funcionen
durante este periodo de tiempo, independiente de sí están
constituidos formal o informalmente dentro de la institucionalidad
chilena
Sí
Universidades del consejo de rectores y privadas, sus académicos,
estudiantes y sus organizaciones representativas
Sí
Comités de usuarios, Organizaciones no gubernamentales y
organizaciones socio-culturales
Sí
A
los
documentos
encontrados,
se
agregaron
otros
mencionados en por los actores ya mencionados, destacando dentro
de ellos los compilados en el portal on-line de la Biblioteca del
Congreso Nacional. En total, la muestra final de la investigación estuvo
compuesta por 140 documentos. El detalle de los documentos
consultados se presenta anexo (Ver Tabla 10).
Dimensiones del Estudio
Tabla 6: Dimensiones de Estudio.
Objetivos Específicos:
Dimensiones:
Caracterizar a los actores
que se hacen parte del
proceso de discusión
sobre la reforma,
considerando la
Actores relevantes
composición social del
grupo, su identidad, los
capitales que poseen y su
lugar que ocupan en el
Sistema de Salud.
Descripción:
Se refiere a los grupos
compuestos por personas,
agrupaciones, gremios,
partidos políticos,
instituciones, etc., que
poseen ciertas pretensiones
o intereses en el campo y
que actúen para influir en
los contenidos de las
reformas del sector salud, y
que, por tanto, actúan como
un grupo.
91
Definir las nociones que
sobre el fenómeno de la
salud-enfermedad, el
modelo de atención y el
derecho a la salud que
estuvieron en juego en la
discusión de la Reforma
de la Salud.
Derecho a la Salud
Ideas específicas que los
actores relevantes poseen
sobre los derechos,
individuales o colectivos,
que deben asegurarse en el
ámbito de la salud.
Enfoque Sanitario
Ideas específicas que los
actores relevantes poseen
sobre las nociones de salud
y enfermedad.
Modelo de Atención
Ideas específicas que los
actores relevantes poseen
sobre la forma de
organizarse el sistema de
salud chileno para dar
respuesta a las
necesidades sanitarias de la
población.
Explicar la posición que
cada uno de los actores
ocupa en el campo
sanitario y sus relaciones
Posición en el campo
con otros actores,
distinguiendo las posturas
hegemónicas y
dominadas.
Se refiere al lugar en el que
cada uno de los actores
relevantes se ubica en el
campo de discusión que se
suscita en torno a la
reforma de salud.
Técnicas de producción de información
Respecto a la producción de información, se asume que el
investigador
(o
“produce/construye”
información
que
la
investigadora,
ciertos
datos,
previamente
no
como
en
la
estaba
en
medida
este
que
caso)
articula
interrelacionada.
El
investigador nunca es neutro respecto a los datos que utilizara, como
de las inferencias que de estos extrae, de modo que de alguna manera
altera la realidad del sujeto/objeto analizado de acuerdo a sus intereses
y necesidades.
92
Ahora bien, de la misma forma que él o la investigador (a)
produce/construye su objeto de observación, éste (a) también se ve
modificado en su proceso de investigación, de modo que las certezas e
interrogantes que surgieron inicialmente no se mantuvieron inalteradas,
en otras palabras, sería también un “sujeto en proceso” (Ibáñez, 1979
en Conde Gutierrez del Álamo, 2009).
En el marco de esta investigación no se produjeron insumos
para la observación directa de la realidad, como ocurre en el caso de
las encuestas o entrevistas, sino que se hizo uso de documentos
producidos directamente por los actores que fueron parte del análisis.
No obstante, para el análisis de los textos contenidos en la muestra se
diseñó una pauta que la cual se establecía una lista de conceptos o
códigos37 que debían ser identificados y extraídos para su posterior
análisis.
Si bien se estableció una nómina inicialmente, ésta se fue
modificando y completando en la lectura de los textos seleccionados. A
continuación se presenta la lista de códigos definitiva y sus respectivas
definiciones operacionales:
37 Por códigos nos referimos a las categorías de análisis que operaran como la
materia prima para el proceso de indagación que se realizará sobre los textos
seleccionados en la muestra, es decir, del análisis de discurso de los mismos. En
otras palabras, podría asumirse que los códigos poseen una función similar al de los
indicadores en el contexto de un estudio cuantitativo.
93
Tabla 7: Lista de Códigos.
Códigos:
Definición:
Antecedentes de la
Reforma
Se refiere a las condiciones culturales, sociales, económicas y/o
políticas que precedieron a la formulación de la propuesta de
reforma en discusión, los cuales son usados como referencia
para evaluar la misma. Al respecto, se considerarán también
antecedentes la información que los actores entreguen sobre la
situación en la que se encontraban las instituciones del Servicio
Nacional de Servicios de Salud en cuanto a infraestructura,
presupuesto, prestaciones de salud, entre otros puntos.
Relación entre
actores
Se refiere a las relaciones objetivas que los actores poseen entre
sí, ya sea de reconocimiento mutuo, dependencia económica,
cooperación, influencia o contraposición explicita.
(Des)acuerdos con
la Propuesta de
Reforma
Se refiere al posicionamiento explicito que realizan los actores
respecto del contenido específico de la propuesta de reforma de
salud presentada por el Ejecutivo.
Se refiere a las propuestas y nociones que los distintos actores
Participación social elevan sobre participación ciudadana, esto es, sobre los
– Rol de la Sociedad espacios, vías y formas en las que se expresan las demandas
Civil
ciudadanas y las posibilidades de decisión que poseen estos en
las instituciones públicas.
Rol del Estado
Visión que cada uno de los actores posee sobre las obligaciones
que debe contraer el Estado con el país y sus ciudadanos y que,
por tanto, deben extenderse más allá de los compromisos
contraídos por un gobierno en particular.
Rol del Mercado
Visión que cada uno de los actores posee sobre las capacidades
que tienen los privados para responder a las distintas
necesidades y demandas existentes en una sociedad,
especialmente de aquellas que son imprescindibles para la vida
humana.
Visión
Antropológica
Visión que cada uno de los actores posee sobre el Hombre, es
decir, sobre la humanidad compuesta por hombres y mujeres, en
lo relativo a su naturaleza, sus capacidades de intervención en la
realidad, sus limitaciones, etc.
94
Códigos:
Definición:
Actor
Se refiere a las personas, agrupaciones, gremios, partidos
políticos o instituciones que los autores mencionan como actores
intervinientes en el proceso, ya sean como miembros de su
propio grupo de acción o como parte de otros grupos.
Bibliografía
Dice relación con los textos relativos a la reforma de salud que los
autores mencionan y que podrían entrar en la muestra del
presente estudio.
Capital
Se refiere a los recursos materiales, culturales-simbólicos y/o
sociales propios o de de otros actores que son utilizados para
influir en los contenidos de las reformas del sector salud.
Composición del
Grupo
Se refiere a las personas, agrupaciones, gremios, partidos
políticos o instituciones que los autores mencionan como
miembros integrantes de su grupo de acción.
Derecho a la Salud
Ideas específicas que los actores relevantes poseen sobre los
derechos, individuales o colectivos, que deben asegurarse en el
ámbito de la salud.
Puntualmente, hace referencia a la posición de los actores
respecto al establecimiento de garantías en salud, priorización en
salud, judicialización.
Enfoque salud
Conceptualización que se realice sobre los ámbitos que engloba
el proceso de salud-enfermedad y, por tanto, que son materias de
preocupación para las instituciones del sector salud.
Expectativas
Se refiere al posicionamiento explicito que realizan los actores
respecto a los elementos que debiesen establecerse como
criterios centrales de una reforma del sector y, por tanto, sobre
los alcances que ésta debiese alcanzar.
95
Códigos:
Definición:
Se refiere a la definición que los actores realizan sobre la forma
en que debiese organizarse el sistema de salud chileno. En este
sentido, trata sobre los objetivos y directrices del sector salud, su
estructura organizacional y el uso eficiente y eficaz de los
recursos disponibles.
Modelo de Atención
En lo específico, integra los conflictos derivados del Proyecto de
Ley sobre Autoridad Sanitaria y Ley de Isapres. Asimismo, se
refiere al rol que debe cumplir los distintos niveles de Atención,
especialmente la Atención Primaria y Hospitalaria.
También recoge el debate sobre el Financiamiento del Sistema
de Salud chileno y las propuestas que al respeto aparecieron en
el proceso de discusión: inversión en salud, impuestos, Fondo de
Compensación Solidario, Fondo inter-ISAPRES, etc.
Necesidades
Urgentes en Salud
Se refiere las problemáticas de las cuales se debe abocar una
reforma del sector salud, en cuanto constituyen necesidades
urgentes tanto para el sistema de salud como para la población.
Intereses
Dice relación con aquellas cuestiones que los actores desean
resguardar, dado que afectan directamente los recursos
materiales, culturales-simbólico y/o sociales que poseen o desean
poseer en el campo, los cuales les permiten influir en mayor
medida sobre las definiciones que se adoptan en el mismo.
Táctica
Se refiere a las acciones que los actores comentan han realizado
en el campo para intervenir en el proceso de reforma.
96
Tabla 8: Matriz de clasificación Actores Relevantes
Actores
Descripción
Posición:
Se refiere al lugar que los distintos agentes, personas o
instituciones ocupan en la estructura de distribución de
capitales del campo sanitario. Por capitales se entiende los
recursos, no sólo de carácter económico, que poseen los
actores y que le permiten tener cierta incidencia en el campo
sanitario.
Participación en la
reforma
Hace referencia al rol que cada grupo tuvo en el proceso de
reforma tanto en los procesos de diseño, legislación e
implementación.
Función en el
Sistema de Salud
Función que cada actor desempeñan dentro del Sistema de
Salud chileno, independientemente de si él se encuentra
vinculado de forma directa o indirecta a este.
Composición del
Grupo
Personas, agrupaciones, gremios, partidos o instituciones
que se encuentran vinculados entre sí y cuyas acciones
buscan conseguir objetivos similares o compatibles en el
sistema de salud chileno.
Identidad
Dice relación con aquellos componentes socio-culturales y
ético-políticos del discurso que otorgan prioritariamente
sentido a la acción de los actores del campo, a los cuales
estos adscriben.
Relación con otros
actores
Se refiere al vinculo que cada actor establece con los otros
actores intervinientes en el campo, ya sean relaciones de
alianza o cooperación, contraposición o de enemistad que
han generado antes o durante el proceso de discusión.
Técnica de análisis
El análisis de discurso fue la técnica empleada para analizar los
documentos que forman parte de la muestra, lo cual fue realizado a
través del software para análisis de datos textuales Atlas ti 5.0 38.
38 Atlas ti es un software que permite el análisis cualitativo de datos, lo cual en
términos técnicos ha sido denominado CAQDAS. El análisis en Atlas ti se realiza en
97
Según Conde (2009), el análisis de discurso «pretende realizar
la investigación social con el mayor rigor posible con el objetivo,
implícito
en
cada
investigación
concreta,
de
mejorar
nuestra
comprensión de los fenómenos sociales, especialmente relativos a la
interacción del mundo simbólico, del mundo ideológico (entendido en
sentido amplio) y los procesos de mantenimiento y de cambio de un
determinado orden social (…)».
Esta propuesta ha sido asumida por diversas corrientes tanto
teóricas39
como
metodológicas40,
las
cuales
han
generado
innumerables variantes de esta técnica en función del enfoque, la
unidad de análisis al cual han abocado su estudio, el tipo de abordaje
que han definido y de los objetivos de la investigación.
Entre todas estas variantes del análisis de discurso, se ha
escogido el análisis crítico de discursos (Van Dijk, 1996, Pág. 1999).
Según este autor, el análisis crítico de discurso ideológico es un tipo
específico de análisis de discurso socio-político mediante el cual se
busca relacionar la estructura del discurso con las estructuras sociales
y, con ello, relevar las posiciones de poder que ocupan los productores
dos niveles: uno textual y otro conceptual. En el nivel textual Atlas ti permite
segmentar el texto en citas (quotations) y relacionar estas citas a distintos códigos
(codes), mientras que en el segundo nivel de análisis permite establecer relaciones
entre códigos y representarlas de forma gráfica (networks).
39
En las corrientes anglosajonas destacan: el positivismo, el post-positivismo, la teoría
crítica, el constructivismo, la fenomenología, la heurística, la teoría de sistemas, la
teoría de la complejidad, teoría fundamentada y desarrollos teóricos derivados del
feminismo y la teoría queer. Por su parte, también ha sido recogida por otras
tradiciones europeas ligadas a la semiótica, el estructuralismo y el psicoanálisis,
representadas en autores como Saussure, Levi-Strauss, Barthes, Adorno, Horkheimer
y Foucault. Por otra parte, destaca en ello la Escuela Cualitativa de Madrid, escuela
española de la cual son parte Jesús Ibáñez, Alfonso Ortí, Ángel de Lucas, entre otras
figuras (Conde Gutierrez del Álamo 2009, 15-20).
40 En la literatura metodológica pueden encontrarse variantes del análisis de discurso
denominadas: análisis de contenidos, análisis temático, análisis por categorías,
análisis estructural y análisis crítico del discurso (Conde Gutierrez del Álamo 2009, 2132).
98
del discurso. Citando a Fairclough y Wodak (1994, págs. 241-270 en
Van Dijk, 1999; Pág. 24-25) los principios básicos del ACD son:
-
El ACD trata de problemas sociales
-
Las relaciones de poder son discursivas
-
El discurso constituye la sociedad y la cultura
-
El discurso hace un trabajo ideológico
-
El discurso es histórico
-
El enlace entre el texto y la sociedad es inmediato
-
El análisis del discurso es interpretativo y explicativo
-
El discurso es una forma de acción social
Siguiendo esta perspectiva, se entiende que cada actor habla
desde una época, desde una posición en el conflicto, y que sus ideas
ético-políticas son coherentes con los intereses particulares que éste
tiene en el campo de disputa. De igual forma, se asume que el análisis
mismos está situado sociopolíticamente, de modo que el investigador
no solo habla desde su rol como profesional científico, sino también
como ciudadano y actor.
En lo que concierne a esta investigación, dicho análisis de
discurso se realizó en las etapas que se presentan a continuación:
En primer lugar, se procedió a la producción de la información,
que para estos efectos consistió básicamente en la recopilación de los
documentos que eran factibles de integrar la muestra y su conversión
99
al formato RTF, MP3 o AVI, según correspondiese 41.
Una vez concluida la primera fase, se hizo una lectura rápida de
todos los documentos de la muestra, con el fin de obtener una visión
general de los datos. Esta etapa ha sido denominada Lectura Flotante.
En relación con la anterior, se corrigió la lista de códigos, en
base a información que no había sido considerada, ajustando las
definiciones contenidas en los códigos de análisis para su mejor
aplicabilidad en la muestra.
Posteriormente, se extrajeron citas de los documentos de la
muestra y se clasificaron según las distintas dimensiones de análisis, lo
cual corresponde al proceso de codificación.
Luego, se identificaron las relaciones existentes entre las citas y
los códigos definidos, lo cual sirvió como insumo para el proceso de
análisis propiamente tal.
Una vez que se arribó a la muestra final, se clasificaron los
textos bajo 4 criterios: (1) el actor que representen, (2) el tipo de
publicación (ya sea un artículo de revista, un artículo periodístico, un
discurso público, etc.), (3) el año de edición y (4) la etapa de la
discusión en la que se emitieron.
En cuanto a este último criterio, se identificaron algunos
momentos cronológicos que generaban cambios o variaciones en los
discursos, posturas y/o argumentos presentados por los (as) actores
41 Sin duda, la dificultad de este proceso dependerá del formato de origen en que se
encuentre el documento incorporados a la muestra. En general, lo que se pretende es
transformar los archivos que estén impresos o en otros formatos digitales (ejemplo,
PDF) en un texto con los cual se pueda trabajar en el Software Atlas Ti, versión 5.0.
De la misma forma se procederá con los archivos de audio y video, los cuales deben
estar en formato MP3 o AVI respectivamente.
100
participantes, simbolizados en la ocurrencia de determinados hechos o
hitos. En función de lo anterior, se definieron cuatro periodos o hitos
que marcan el devenir del debate, a saber:
El Periodo que va desde Enero de 1998 a Marzo del 2002, el
cual coincide, primero, con la formulación del Programa de Gobierno
de la candidatura de Ricardo Lagos y, una vez que asume como
presidente, con la conformación de la Comisión Interministerial para la
Reforma de Salud encabezada por Hernán Sandoval como Presidente
de la Comisión Técnica y Michelle Bachelet como Ministra de Salud. En
esta etapa, se constituye una comisión para definir las directrices del
sector salud para la siguiente década, cuyo producto es el documento
sobre Objetivos Sanitarios para los años 2000-2010.
El segundo hito abarca desde Abril de 2002 a Febrero del 2003.
Este hito está marcado por la presentación de la propuesta de reforma
del gobierno a la opinión pública y que se cierra al culminarse la
discusión de la reforma en la Cámara de Diputados.
El tercer hito se inicia en Marzo 2003 y termina en Abril del
2004, periodo que abarca la discusión de la Reforma en el Senado.
Finalmente, el periodo que va desde Mayo del 2004 a
Septiembre 2005. Dicho proceso se inicia una vez que se retira del
proyecto de ley la iniciativa sobre Fondo de Compensación Solidario y
culmina al entrar en vigencia el primer régimen de garantías explícitas
que contemplaba las primeras 25 patologías tras la aprobación en el
Parlamento y posterior promulgación de la Ley.
En función de estos datos identificaron los discursos presentes
en cada uno de los hitos respecto a las temáticas relevantes para la
investigación: respecto al derecho a la salud, las nociones existentes
sobre el proceso de salud-enfermedad y del modelo de atención.
101
Finalmente, se estableció un cruce entre los discursos existentes
y los actores que los encarnaron, lo cual permitió arribar a un mapa del
campo sanitario en el contexto de la reforma de salud.
En el siguiente apartado se relatarán los resultados a los cuales
arribó esta investigación una vez que se concretaron cada una de
estas etapas aquí relatadas.
102
Capítulo 5 : Resultados del Análisis
A continuación revisaremos el debate que se suscito en torno a
la reciente reforma de salud realizada en Chile entre los años 1998 y
2005, considerando los puntos de vista que sobre esta materia
presentaron distintas personalidades, organizaciones e instituciones. A
partir de ello se definirán los actores relevantes del proceso y sus
posturas específicas en torno a la salud y la enfermedad (discurso
sanitario), el nivel de protección que debía entregársele a cada
habitante del país en esta materia (derecho a la salud) y la forma de
organización que debía establecerse para ello en el sistema de salud
(modelo de atención). Lo anterior, permitirá finalmente establecer cómo
se estructura el campo sanitario en este contexto y cómo se configuran
socialmente los discursos hegemónicos que en él se imponen.
Grupos presentes en el Campo Sanitario
El proceso de revisión de los documentos mencionados, permitió
identificar 6 grupos de los cuales se obtuvo registro de su participación
en el proceso. A continuación se caracterizará cada uno de ellos.
En primer lugar, se identifican los grupos que están asociados a
la estructura de Partidos Políticos existente en Chile, quienes se
agrupan en tres tendencias claras:
Grupo 1: Izquierda Extraparlamentaria – Juntos Podemos:
103
El grupo denominado “Izquierda Extraparlamentaria”
está
conformado por el Partido Comunista, Partido Humanista y la Izquierda
Cristiana, quienes más tarde se agruparían con otras organizaciones
políticas primero en el bloque “Juntos Podemos” y después en el
“Juntos Podemos Más”42.
La Izquierda Extraparlamentaria buscará en esta discusión
impedir la privatización del sistema de salud e instalar cómo idea que
los trabajadores y usuarios del sistema de salud chileno deben
participar en la toma de decisiones del sector. Para ello, intentarán
posicionar su postura especialmente en los gremios de la salud y la
ciudadanía en general a través de los medios de comunicación con los
que cuentan, a saber, Radio “Nuevo Mundo” y los Periódicos “El Siglo”
y “Punto Final”.
«"Es maquiavélica la forma como la autoridad de
salud hace uso y abuso de los medios de comunicación
para vender su idea y convencer a la gente de que ésta
es la solución a sus problemas, y no deja espacio para
que la comunidad, los trabajadores y quienes quieran
hablar del tema podamos confrontar ideas y pensar si es
la solución que queremos", afirma Gladys Corral,
presidenta del Colegio de Enfermeras.
Para el ciudadano común y corriente, en tanto, la
nebulosa de la reforma persiste. Resultan un misterio
términos o conceptos como: realidad epidemiológica,
autonomía, autogestión, garantías específicas, etc.
Además, cada día surgen desde el gobierno nuevos
temas; las preguntas y dudas se van acumulando y
quedan sin aclaración, incluso para los trabajadores de
la salud. Su propia situación laboral, la creación de
organismos innecesarios, la apertura de los prestadores,
van apareciendo desde una caja de Pandora. "Nos están
bombardeando con distintos tipos de información, con
42
Cabe destacar que este grupo no representa necesariamente a todo el espectro de
organizaciones políticas de la izquierda, sino solo a los dos principales partidos
políticos que son agrupados bajo esta denominación.
104
documentos de trabajo, con iniciativas legales, con
borradores de trabajos, etc.", señala la presidenta de las
enfermeras.
"¿Por qué nos están apurando? ¿Por qué esa presión
del gobierno para que nos sentemos a conversar?".
Comenta que tal vez quieren agotar la capacidad de
análisis de los trabajadores, para que se les pasen
algunas cosas por alto. "Pero como somos muchos
leyendo, finalmente nos formamos una idea global de
por dónde transita cada tema y podemos emitir una
opinión"» [Periódico Punto Final, Julio de 2002].
En términos de su capital social disponible, este grupo posee
una inserción limitada en la institucionalidad política vigente, cuestión
generada por el sistema binominal que norma la elección de cargos por
votación popular. Así, si bien en este periodo son elegidas personas
vinculadas a este sector político en cargos de alcalde o concejales, no
cuenta con representación alguna en el Congreso Nacional. En este
sentido, su poder dentro de la estructura del Estado es marginal.
No obstante, este grupo cuenta con una estructura nacional, no
disponible para otras organizaciones de izquierda extra-institucional, y
posee de una red de apoyo en organizaciones sindicales, sociales y/o
barriales, como también del respaldo en grupos profesionales.
En cuanto a su Capital Económico, este grupo tiene recursos
económicos modestos -muy por debajo de los que poseen otros
partidos políticos-, condición que le impide contrarestar la información
difundida por el Gobierno sobre la reforma. En términos concretos, este
grupo cuentan con algunos inmuebles principalmente en Santiago,
logra movilizar los recursos económicos que entregan los militantes a
su
organización
y
reciben
algunos
aportes
de
instituciones
internacionales, los cuales se han visto reducidos tras el retorno a la
democracia.
En cuanto a su Capital Cultural, en su mayoría los miembros de
105
este grupo cuentan con una tradición de militancia política y en algunos
casos cuentan con una formación profesional de enfoque laico.
Finalmente, se identifica como principal Capital Simbólico la
actitud de lucha contra aquellas fuentes de injusticia e inequidad que
afectan al pueblo chileno. En esta misma línea, su identidad está
asociada a “lo popular” y la “ciudadanía activa”, cuestión basada en
una convergencia de ideas ligadas a una postura anti-neoliberal. Estas
ideas, como se mencionó previamente, son difundidas a través de
medios de comunicación como Radio “Nuevo Mundo” y Periódicos
como “El Siglo” y “Punto Final”.
«"Hay una propuesta del gobierno con un gran apoyo
comunicacional y la ciudadanía no sabe que estamos
frente a una propuesta que es claramente neoliberal,
que contrasta con aquella que construyeron los
trabajadores y que podría reparar la inequidad de la
salud en el país", afirma Gladys Corral, presidenta del
Colegio de Enfermeras (…)
Difícil, porque no cuentan con recursos suficientes, es
el trabajo que desarrollan los gremios de la salud para
informar a la comunidad sobre la reforma a la salud y su
contenido privatizador. "Se está haciendo un verdadero
trabajo de hormiga", señala Juan Díaz, presidente de la
Federación de Profesionales Universitarios de la Salud,
Fenpruss. Por ejemplo, en la unidad vecinal La Pincoya
estamos entregando documentos y los mismos
pobladores harán puerta a puerta para informar a la
gente, organizar movilizaciones, crear comités y apoyar
el programa de actividades para defender la salud
pública".
Díaz añade que es importante que la gente entienda
que no solamente está en juego la continuidad de la
salud pública, sino que además, ésta es lo único
solidario que va quedando, una suerte de isla dentro del
salvajismo del modelo neoliberal. "Si se acaba el
sistema público de salud, perderá el país, porque
seguirá aumentando la inequidad, la injusticia, la
desigualdad", sostienen los trabajadores de la salud»
[Periódico Punto Final, Abril 2002].
106
Grupo 2: Centroizquierda – Concertación de Partidos por la
Democracia:
Este grupo está conformado por el Partido Socialista (PS),
Partido Radical Social-Demócrata (PR-SD), Partido por la Democracia
(PPD) y Partido Demócrata Cristiano (DC), los cuales componen a la
coalición en el poder, denominada Concertación de Partidos por la
Democracia.
Dentro de este grupo se identifican tres subgrupos, por una
parte, los miembros del Gobierno de Ricardo Lagos43, los miembros de
la Secretaría Técnica en manos de quien quedó la tarea de diseñar los
proyectos de ley que fueron parte de la reforma, y los denominados
“Díscolos” que representan las posturas críticas existentes dentro de la
Concertación.
En el contexto de la Reforma de Salud, el grupo asociado al
Gobierno se ve representado directamente por la figura del Presidente
Ricardo Lagos y el Ministerio de Salud (MINSAL). En este periodo tres
personas fueron designadas para asumir del MINSAL, dirigiendo cada
uno de ellos una etapa distinta del proceso de reforma, a saber:
Dra. Michelle Bachelet Jeria (11 de Marzo del 2000 – 6 de Enero
del 2002). Durante el primer periodo, se definieron los conceptos y las
especificaciones técnicas que serían la base del proceso, a través de la
comisión interministerial dirigida por Hernán Sandoval.
Dr. Osvaldo Artaza Barrios (7 de Enero del 2002 – 2 de Marzo
del 2003) En el segundo periodo, se prepararon los proyectos de ley
43
Se entiende por Gobierno a las posturas oficiales dadas por la Presidencia (tanto
directamente por el Mandatario como por sus voceros), los Ministerios y
subsecretarias.
107
sobre autoridad sanitaria, garantías de salud, financiamiento y
regulación de las Instituciones de Salud Previsional.
Dr. Pedro García Aspillaga (3 de Marzo del 2003 – 10 de Marzo
del 2006). En un tercer periodo, el ministro García tuvo la misión de
concretar el proceso de discusión parlamentaria de los nombrados
proyectos de ley.
El interés prioritario de este subgrupo en la discusión fue hacer
que la Reforma de Salud fuera el “Proyecto Estrella” de la
administración
del
Presidente
Lagos,
siendo
sus
promotores
principales. Con este fin, intervinieron tanto en el diseño, promulgación
e implementación de los cuerpos legales que fueron propuestos por el
Consejo Interministerial para la Reforma de Salud 44.
«Una de las tareas principales de mi gobierno será
llevar adelante una profunda reforma de la salud,
centrada en los derechos y garantías de los pacientes y
con un esquema de financiamiento solidario.
Queremos que todas las familias puedan acceder a
una atención digna y satisfactoria. Chile puede y debe
proponerse ahora este objetivo.
La primera meta que anuncié como Presidente de la
República fue terminar con las colas en los consultorios.
Sé que es un objetivo ambicioso, estamos trabajando en
esa dirección, pero prefiero proponerme objetivos
ambiciosos a quedar en la inacción por el temor a
cumplir las metas. ¡Ese es el signo de mi gobierno! (…)
El próximo año pondremos a vuestra consideración
una ley de reforma integral al sistema de salud, en la
cual estamos trabajando concienzudamente. Estoy
seguro que esta reforma contará con vuestra
comprensión y con vuestros valiosos aportes en el
proceso legislativo y con una aprobación rápida que nos
permita dar una respuesta a las demandas urgentes de
44 El Comité Interministerial para la Reforma era presidido por el respectivo Ministro
de Salud junto a sus homólogos de Hacienda, Trabajo y Previsión Social.
108
nuestra gente» [Ricardo Lagos, Discurso Presidencial,
21 de Mayo 2000].
Para ello, utilizó como táctica el cambio de la estrategia
comunicacional de la Presidencial, la Secretario General de Gobierno y
del Ministerio de Salud, y el apoyo de las autoridades del MINSAL que
fueron objeto de críticas; acciones que fueron difundidas especialmente
por medios como el Diario La Nación y Televisión Nacional de Chile TVN. Además, este grupo introdujo cambios en los cargos de esta
cartera, estableció acuerdos, rompió otros y detuvo las negociaciones
con determinados actores.
Los capitales con los que cuenta este grupo de forma
privilegiada son:
Capital Económico: cuentan como principal capital económico el
presupuesto fiscal, en el cual intervienen en su definición, distribución y
en la ejecución del mismo. Del mismo modo, al encontrarse éstos al
mando de Estado, tienen la capacidad de gestionar los aportes que
diferentes organizaciones internacionales entregan al país. Además,
como conglomerado cuentan con los aportes en dinero que entregan
sus militantes y con las donaciones que reciben de algunos
empresarios que simpatizan con sus políticas.
Capital Cultural: Tanto el Presidente de la República, sus
Ministros y sus colaboradores de confianza son personas altamente
calificadas, quienes cuentan con formación universitaria tanto de
pregrado como postgrado, lo cual les permite erigirse socialmente
como expertos en las materias que tienen a cargo. También resulta
relevante que, tras dos periodos presidenciales, este grupo ha
desarrollado una cierta cultura de Estado, que les permite saber cómo
gobernar y como enfrentar procesos complejos como reformas
sectoriales.
109
Capital Social: este grupo cuenta con los cargos de votación
popular más altos del Estado y, por ello, la capacidad de designar o
elegir a un número importante de funcionarios asociados al Ministerio
de Salud y al proceso de reforma. Dentro de este punto destaca que
tanto el presidente de la comisión de salud de la cámara de diputados y
del senado pertenecían a dicha coalición (Patricio Cornejo y Mariano
Ruiz-Esquide, respectivamente). Esto además les permite contar a su
favor con el trabajo de la burocracia estatal.
Así, en este periodo, el “Gobierno” cuenta con un amplio poder
sobre las decisiones sanitarias del país, considerando los cargos que
ostentan y su capacidad de negociación con diversos actores de la
realidad social.
Por otra parte, destaca que un número importante de los
miembros de este grupo han sido funcionarios o asesores de
organizaciones internacionales, cuestión que les permite gozar de
importantes redes de apoyo y colaboración en este nivel.
Capital Simbólico: Este grupo se ha erigido como los
demócratas que lograron vencer la dictadura militar de Augusto
Pinochet y como aquellos que encarnan el sentido de lo público. Al
respecto, a Ricardo Lagos se le recuerda como el hombre que fue
capaz de increpar públicamente a Augusto Pinochet durante su
régimen y se le reconoce la habilidad de ser un estadista, a saber, una
persona con amplio saber y experiencia en los asuntos del Estado.
A lo anterior se suma la gran legitimidad y respaldo con que
cuenta la Coalición de Gobierno, ratificados por los resultados del las
encuestas CEP en donde el Gobierno de Ricardo Lagos obtiene en
110
promedio un 50,4% de aprobación, siendo el porcentaje de aprobación
más bajo obtenido un 40% (Junio 2001) y el más alto un 61% (JunioJulio 2005)45. Ayudan de gran manera a la mantención de dicha
legitimidad el control de los medios de comunicación estatales:
Televisión Nacional de Chile (TVN) y Diario La Nación.
En cuanto a su identidad, este grupo cuenta con un marcado
sentido de identificación con “lo público”. El gobierno de Ricardo Lagos
pone el acento en el proyecto democratizador que encarnaría la
Concertación de Partidos por la Democracia. En el discurso del
Gobierno se evidencia su preocupación por legitimar el “proyecto país”
basado en la constitución de una sociedad democrática que conjugue
valores como la equidad y la libertad económica, y asegurar la
continuidad en el poder de dicha coalición.
«Los gobiernos de la Concertación hemos
encabezado una de las décadas de mayores
transformaciones en la historia de Chile (…) Es un
balance positivo pero queda todavía mucho por hacer.
Diversas reformas siguen pendientes por falta de
acuerdo a veces, o de buenas ideas otras. Pero nuestros
compatriotas, sin excepción, saben lo mucho que ha
cambiado su vida en los últimos diez años con lo que
hemos hecho (...) Chile necesita un liderazgo que
impulse el cambio para entrar a esta Nueva Época. Que
lo gestione con audacia y con responsabilidad. Es lo que
la ciudadanía respaldó en la última elección presidencial;
es lo que espera del primer gobierno de este siglo. Es
ahora tarea de todos los actores políticos materializar
estas aspiraciones de cambio y de progreso para
nuestro pueblo.
Si ahora Chile no emprende, ahora y no mañana, una
nueva ola de reformas que lo pongan a la altura de los
cambios que mueven al mundo actual, corre el riesgo,
como sociedad, de quedarse atrás.
45
Evolución de aprobación de Gobiernos de Patricio Aylwin, Eduardo Frei, Ricardo
Lagos, Michelle Bachelet y Sebastián Piñera en Encuesta CEP (extraído de
www.cepchile.cl, 27 de Julio del 2011).
111
Por eso aquí hoy lo digo sin estridencia, pero con
firmeza: EL NUESTRO SERÁ EL GOBIERNO DE LAS
REFORMAS para llevar a Chile a ser un país
desarrollado el 2010.
Emprenderemos reformas en las esferas social,
política, económica y cultural. No cualquier tipo de
reformas, porque lo que Chile necesita no es cualquier
tipo de cambio, sino aquel que le permita a todos sus
hijos crecer en igualdad y en libertad, que aquel que
nace en esta tierra nuestra, tiene iguales posibilidades,
no importa el lugar o la cuna en que nació» [Ricardo
Lagos, Mensaje Presidencial 21 de Mayo del 2000].
En segundo lugar, se identifica como subgrupo la Secretaría
Técnica adosada al Consejo Interministerial para la Reforma de Salud,
instancia que estaba compuesta por nueve miembros que poseían gran
pericia en temas de la medicina, salud pública, economía, bioética,
etc.46. Este equipo, que fue encabezado por su Secretario Ejecutivo Dr.
Hernán Sandoval, tenía como objetivo desarrollar una propuesta
técnica que nutriera los proyectos de ley a presentar por el ejecutivo.
El interés de este grupo en el proceso estuvo marcado por su
intención de incidir en la definición de los mecanismos más pertinentes
para garantizaran el acceso y la oportunidad de atención para todos
aquellos problemas de salud considerados prioritarios, y así ser
disminuir
las
desigualdades
sanitarias
evitables,
injustas
e
innecesarias. Para ello, trabajaron en la revisión y análisis de distintas
alternativas técnicas que permitieran de forma efectiva y factible
mejorar y mantener la salud de la población chilena, en base a
principios como el Derecho a la salud, la Equidad en Salud y la
Eficiencia en el uso de recursos.
46
Los grupos que se vieron representados en el interior de esta comisión fueron la
Academia Chilena de Medicina, las Facultades de Medicina, las Escuelas de
Economía, entre otros.
112
«En Chile existe desigualdad respecto de la salud de
las personas, tanto en el acceso a los servicios como
en los resultados observados en los indicadores
nacionales, que se expresan, entre otros, en diferencias
significativas en la esperanza de vida y en la
discapacidad, estrechamente relacionadas con los
niveles de instrucción, ingreso y ocupación de las
personas. La búsqueda de la equidad en salud consiste
en reducir las desigualdades que sean evitables, injustas
e innecesarias, es decir que no estén condicionadas
por una variable biológica inevitable. Es in dudable la
necesidad de reducir las desigualdades en salud por
la vía de otorgar mayores niveles de protección en
educación, trabajo, vivienda y acceso universal a la
atención de salud a todas las personas. La equidad en
salud es un tema ético que se relaciona con la
capacidad de una sociedad de incluir a todos sus
miembros en los beneficios del progreso.
La inequidad
es producto de una forma de
organización social que genera exclusión y marginación
del progreso económico y social, que abarca muchas
esferas de la vida de las personas. Sin embargo, es en
el ámbito de la salud donde se expresa con singular
dureza en la disminución de la esperanza y calidad de
vida de las personas
y en un aumento de la
discapacidad y dependencia.
Por el contrario, la equidad es el resultado de una
acción intencionada para identificar y disminuir los
factores o condiciones que generan las desigualdades
evitables y ello es el mayor objetivo de la reforma del
sistema de salud» [Hernán Sandoval, 2004].
En cuanto a su capital social, estos poseen una importante
cercanía y respaldo de la Presidencia de la República y de quienes
fueron dedignados como Ministros de Salud en el periodo analizado, lo
cual les permite contar a su favor las redes ligadas a la Concertación
de Partidos por la Democracia y del Estado mismo. Por su parte,
cuentan con amplias redes de expertos a nivel internacional, dado que
varios de los miembros de esta Comisión fueron funcionarios y
asesores de organismos internacionales como la Organización
Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud.
Su principal capital simbólico está dado por su calidad de
113
expertos en distintas temáticas relativas a la salud, cuestión que los
valida a la hora de proponer las directrices que guiaran la propuesta de
reforma que presentará el Gobierno. De esta manera, desde el punto
de vista técnico, los miembros de este equipo son reconocidos como
los “verdaderos artífices de la reforma”. En esta misma línea, se puede
establecer que este grupo desarrolla una cierta identidad ligada a su
condición de especialistas en salud pública, esto es, como un grupo
que conoce las necesidades más urgentes de la población en esta
materia y que posee las herramientas para establecer las soluciones
que mejor se ajusten a la realidad actual del país.
«Los dos primeros gobiernos de la concertación
abordaron el problema enfrentando las necesidades
más urgentes y evidentes, relacionadas
con
remuneraciones e infraestructura. Se reguló en mayor
medida el mercado de las ISAPRE y se instalaron
incentivos de gestión y financiamiento para una mayor
eficiencia y calidad. Durante esa época se efectuó la
mayor inversión histórica en el sistema de salud, con un
aumento en el gasto per cápita del sistema público
cercano al 200%
Sin embargo, fue pareciendo evidente que una
reforma al modelo de atención era imprescindible si se
quería obtener mejoras significativas. Esta tarea la
asumió durante su campaña presidencial el tercer
presidente del nuevo periodo democrático del país, don
Ricardo Lagos Escobar.
Con
firme voluntad el nuevo presidente buscó
realizar una reforma que permitiera mejorar la salud de
toda la población ajustando el modelo de atención a
los principales problemas de salud; garantizar el
mejoramiento o superación de las inequidades
epidemiológicas y financieras; resolver las dificultades
introducidas por el gobierno militar, y mejorar la
satisfacción global de la población con su sistema.»
[Hernán Sandoval, 2004].
En tercer lugar, los denominados “Díscolos” eran un pequeño
grupo de militantes y parlamentarios del PS y del PPD que, si bien
pertenecían a la coalición de gobierno, asumían posturas críticas a la
114
posición oficial. Dentro de los parlamentarios destacan: Sergio Aguiló
(PS), Enrique Accorsi (PPD), Guido Girardi (PPD).
El interés de este grupo en el proceso está centrado en
evidenciar las limitaciones de la propuesta de Gobierno en relación a
las ideas que habían sido levantadas inicialmente sobre la Reforma de
Salud en el Programa de Gobierno de Ricardo Lagos: fortalecimiento y
modernización del sistema público de salud, mayor equidad y
solidaridad del sistema. De esta manera, ellos intentan representar los
genuinos valores de la Concertación y de sus propuestas políticas.
«Ayer, unos cincuenta dirigentes socialistas
precisaron sus críticas, diciendo que la reforma
“exacerba la lógica mercantil en el sector, que
indefectiblemente llevará al colapso al sistema público,
el que terminará absorbido por los privados”.
Este es el fundamento ideológico del paro que los
médicos, con el apoyo de los trabajadores de hospitales
y consultorios, decidieron llevar adelante el martes y
miércoles próximos, pese a que el gobierno desistió de
abrir las salas comunes a los asegurados de las Isapres.
Sí, se trata de un paro ideológico, uno que tiene como
norte impedir la privatización gradual del sistema público
de salud, idea que subyace en los planes de
complementación del gobierno entre los sistemas
privado y estatal. Es también un paro político. Porque
no hay ninguna seguridad para sus convocantes de que
la iniciativa retirada no se apruebe finalmente en alguna
instancia parlamentaria.
También porque se busca derechamente la salida del
ministro de Salud, quien con su lobby secreto ante la
derecha -calificado incluso de “traición”- ya no da
garantías al gremio de la salud y a los parlamentarios
que se identifican con él. Y ojo: los médicos no sólo
terminaron de derribar al antecesor -el doctor Artaza-,
sino que también al único ministro -Jiménez de la Jaraque el Presidente Aylwin se vio obligado a despedir
durante sus cuatro años de gobierno» [Radio
Universidad de Chile, 11 de diciembre del 2003].
Su participación tuvo lugar en el Parlamento Nacional, tanto en
115
la Cámara de Diputados como en el Senado y en las Comisiones en
las que se trataron los proyectos de ley de la reforma (Comisión de
Salud y Hacienda). También se hicieron parte de las movilizaciones
convocadas por los Gremios de Trabajadores de la Salud y de los
debates que se difundieron por diversos medios de comunicación
(radios, televisoras y prensa escrita).
El capital social de los Díscolos es bajo, al ser este un grupo
pequeño y heterogéneo, no cohesionado en términos políticos. Dado
que representan una postura crítica al interior de la Concertación,
poseen dificultades ciertas para utilizar las redes de contactos con los
que cuentan sus partidos y obtener respaldo en su sector político.
Por su parte, en cuanto a su capital simbólico, se les reconoce
por ser el ala crítica al interior de la Concertación de Partidos por la
Democracia, manteniéndose firme en torno a sus convicciones a pesar
de la postura oficial de sus partidos y de la coalición al poder. En esta
misma línea, su identidad está dada por su pertenencia a un ideario
político progresista.
«DC defiende a García: “no les vamos a dejar pasar
una” al PS y PPD
La petición de la renuncia del ministro de Salud, por
parte de diputados del PS y PPD, despertó la furia de la
DC. Su secretario general acusó “injurias” de los
diputados del bloque progresista y dijo que sus críticas
van, más que en contra del ministro García, en contra
del propio Presidente Lagos.
“No les vamos a dejar pasar una”, advirtió hoy el
secretario general de la DC, diputado Jaime Mulet, a los
diputados del PS y PPD que llamaron a renunciar al
ministro Pedro García por la polémica desatada en torno
a la píldora del día después que le costó la salida del
gobierno al Antonio Infante.
Mulet, junto al jefe de la bancada DC Edmundo Salas,
afirmó que "la crítica y las injurias que los diputados
Girardi y Rossi hacen, más bien se dirigen al Presidente
116
de la República, porque es él quien tomó la decisión que
terminó con la salida del subsecretario”.
Para Mulet la petición de la renuncia del ministro,
hecha por los diputados Fulvio Rossi (PS), Guido Girardi
(PPD) y Enrique Accorsi (PPD), resulta injusta y se basa
en injurias que afectan de forma personal al secretario
de Estado, por lo que les advirtió que “no les vamos a
dejar pasar una, van a tener contestación nuestra, hay
un exceso una y otra vez y -en esto- incluso del punto de
vista personal del ministro, de injuriar al ministro que
sacó la reforma del Presidente Lagos adelante”» [La
Nación, 15 de marzo del 2005].
Tanto la Secretaría Técnica de la Comisión de Salud como los
Díscolos cuentan con un capital cultural cercano al de la Concertación
de Partidos por la Democracia. No obstante, dado que estos dos
grupos no se constituyen como organizaciones propiamente tales,
cuentan con un capital económico bastante escaso, pudiendo movilizar
sólo los recursos económicos de sus miembros (personas de sectores
medios-altos).
Grupo 3: Derecha – Alianza por Chile:
Finalmente se encuentra el sector de la Derecha, representados
por el Partido Renovación Nacional (RN) y la Unión Demócrata
Independiente (UDI). Estos dos partidos conformaran el bloque político
denominado "Alianza por Chile", principal de oposición al Gobierno.
El objetivo de este grupo en la discusión de la Reforma de Salud
fue posicionar la privatización de la salud y otras áreas de la vida social
en las cuales interviene el Estado. En esta línea, se intentará desvalidar la acción del Estado en salud, limitando más su acción en este
ámbito, y ampliar el número de usuarios que deben contraer servicios
de salud en el mercado.
117
«Diputado Melero delineó aspectos de la propuesta
de la UDI para financiar el Plan Auge que consiste en:
“primero, la obligación de la cotización a los trabajadores
independientes. En segundo lugar, ahorro fiscal en la
mala gestión del sector público de salud. En tercer lugar,
vía crecimiento y desarrollo económico del país y en
último lugar, mediante la enajenación de algunas
empresas del Estado”» [UDI, Santiago, 22 de Mayo
2002].
La participación de este grupo en la Reforma de Salud se da a
través del debate de ideas, la vía de la presión y/o negociación con el
gobierno y la búsqueda de acuerdos con éste. En este contexto, un rol
importantísimo adoptan las discusiones que se suscitan dentro del
parlamento, tanto en la Comisión de Salud del Senado y de la Cámara
Baja, como también las generadas a través de los medios de
comunicación (Ejemplo, Diario El Mercurio, Diario La Tercera, Canal
13, La Red y Megavisión). Además, esta postura fue respaldad por
algunos centros de estudios, como Libertad y Desarrollo y Centro de
Estudios Públicos (CEP).
Los capitales con los que cuenta este grupo de forma
privilegiada se detallan a continuación.
Capital Económico: los miembros de este grupo pertenecen a
los sectores más acaudalados de la población, llegando incluso
algunos de sus militantes a ubicarse en posiciones altas de los ranking
de multimillonarios más poderosos del mundo. Además, este grupo
cuenta con el apoyo económico de las organizaciones empresariales
chilenas.
Capital Social: Sus miembros han sido elegidos en cargos de
votación popular en los distintos niveles de la estructura estatal, desde
concejales, pasando por alcaldes y diputados, hasta senadores de la
República. En este punto, cabe destacar que el sistema binominal
vigente en Chile para la elección de cargos por votación popular sobre118
representa a este grupo.
A esto se suma que sus militantes representan los intereses del
empresariado chileno, sector desde donde emergen los poderes
fácticos que imperan en el país. Este poder es facilitado por el control
de la mayoría de los medios de comunicación privados del país, ya sea
prensa escrita, radio o televisión, entre los que se cuentan el Diario El
Mercurio, Diario La Tercera, Canal 13 y Megavisión.
De tal modo, este grupo tiene una fuerte influencia, no solo en la
toma de decisiones país, sino también en la reproducción de la
estructura socio-económica del mismo.
Capital Cultural: dada su disposición de recursos, sus miembros
cuentan en su mayoría con una formación universitaria especializada.
También han incorporado una fuerte experticia técnica en el ámbito
privado de la economía.
Capital Simbólico: este grupo ha sido el principal ideario del
modelo de sociedad en el que vivimos: el neo-liberalismo, el cual está
basado en reducción de la intervención del Estado en la Economía y en
el funcionamiento autónomo de los mercados. En el contexto
estudiado, estas ideas alcanzaron gran legitimidad, instalándose con
fuerza que la privatización genera mayor eficiencia, mientras que la
mantención de estructuras estatales genera gastos que el país no
puede asumir.
Los parlamentarios de oposición Patricio Melero (UDI)
y María Angélica Cristi (RN) expresaron este lunes al
ministro de Salud, Osvaldo Artaza, su rechazo al
financiamiento de la Reforma a la Salud aumentando los
impuestos a las empresas, ya que expresaron que antes
se debe mejorar la gestión y administración de los
recursos ya existentes.
Lo anterior fue lo que plantearon al titular de Salud
como respuesta al anuncio hecho el viernes pasado por
119
el presidente del Partido por la Democracia (PPD),
Guido Girardi, quien planteó que para financiar el fondo
solidario de salud se debía aumentar en un punto los
tributos a las empresas, subir el impuesto al tabaco,
alcohol, juegos de azar, transporte público y a las
ganancias de capital por bienes raíces.
A juicio de Melero, antes de pensar en un aumento de
los impuestos se deben buscar formas innovadoras de
mejor la gestión y austeridad fiscal» [Diario el Mercurio,
14 de enero del 2002].
En segundo lugar, se detectaron otros dos grupos que están
presentes en la discusión sobre el proceso de reforma del sistema de
salud chileno, los cuales provienen de la sociedad civil: los empresarios
privados asociados a la provisión de servicios salud y los gremios de
trabajadores del sector salud.
Grupo 4: Gremios
El
grupo
nominado
"Gremios",
está
integrado
por
las
organizaciones gremiales de trabajadores de la salud, tanto de
profesionales como de no profesionales, que participan en el proceso
de discusión de la reforma de salud. Dentro de este grupo, se pueden
diferenciar claramente dos segmentos, por una parte los colegios
profesionales, cuyo principal referente es el Colegio Médico de Chile y,
por otra parte, las organizaciones de trabajadores de los servicios
públicos de salud.
Como
parte
de
las
organizaciones
ligadas
a
colegios
profesionales se cuentan: El Colegio de Enfermeras de Chile, Colegio
de Químico Farmacéuticos y Bioquímicos de Chile, Colegio de Cirujano
Dentista de Chile, Colegio de Nutricionistas de Chile, Colegio de
Terapeutas Ocupacionales de Chile, Colegio de Tecnólogos Médicos
de Chile (TECMED), Colegio Médico, Academia Chilena de Medicina,
120
la Asociación de Facultades de Medicina (ASOFAMECH), Asociación
de Sociedades Científicas de Medicina (ASOCIMECH), etc. Por otra
parte, entre las organizaciones de trabajadores de la salud, se cuentan
la
Confederación
Nacional
de
Trabajadores
de
la
Salud
(CONFENATS), Federación de Profesionales Universitarios de la Salud
(FENPRUSS), y Confederación Nacional de Funcionarios de Salud
Municipalizada (CONFUSAM), entre otras.
Estas organizaciones ponen el acento en su discurso en el
estado de des-financiamiento en el que se encuentra el sistema público
de salud, y en la necesidad de aumentar el gasto público del sector,
mientras que los colegios profesionales lo harán en torno a la
implementación de una reforma que permita el acceso universal e
integral a la salud y a resguardar en este proceso la idea de la libre
atención en salud.
A pesar de sus diferentes intereses, estos coinciden en la
necesidad de una reforma del sistema de salud que fortalezca el
sistema público de salud, mantenga su lógica solidaria, asegure el
derecho a la salud y reduzca las desigualdades existentes en el
sistema. Del mismo modo, buscan insertarse en el proceso de
discusión como el principal actor social del ámbito de la salud y velar
por sus derechos como trabajadores.
«Un intenso debate en torno a la reforma y al Plan
Auge se pronostica para los próximos meses. Los
gremios del sector y organizaciones sociales han
comenzado a manifestar sus planteamientos y críticas.
En una conferencia de prensa de la Fuerza Social y
Democrática que contó con participación de
representantes de los trabajadores de la salud, se
solicitó al presidente de la República "que cumpla con el
compromiso contraído como candidato de realizar una
reforma solidaria de salud, fortaleciendo el sistema
público para lograr equidad". Además lo instaron a no
apresurar el envío al Parlamento del proyecto de reforma
121
para "crear las condiciones para realizar un amplio
debate nacional sobre la reforma que Chile necesita"»
[Punto Final, Abril del 2002].
«El lenguaje empleado y los conceptos que se
adivinan como fundamento, no se condicen con el trato
respetuoso y deferente que merecen todos los
trabajadores de Chile, mas aun los trabajadores de la
salud, sean profesionales o no profesionales, puesto
que siempre han demostrado su compromiso con la
salud de la población y con el Sistema Público
aceptando condiciones de trabajo realmente indignas y
remuneraciones totalmente insuficientes.
Los planteamientos del Ministerio de Salud en este
tema, hacen necesario que a la brevedad se diseñe una
política global de recursos humanos basadas en
estudios serios y no en descalificaciones, muchas veces
gratuitas.
Con lo señalado en las letras precedentes queda
muy claro que los trabajadores no son considerados la
pieza fundamental de la reforma como se ha dicho, sino
más bien como el último engranaje de ella.
Por otra parte es evidente la gran desconfianza, y la
visión negativa del desempeño de los trabajadores.
Resulta difícil de aceptar la sinceridad de las
afirmaciones en el sentido que la reforma se hará con
los trabajadores y no contra ellos» [Colegio Médico,
2002].
Por ello, estas organizaciones se agrupan bajo un referente
gremial único llamado “CONGRES” - Consejo de Gremios de la Salud,
instancia a través de la cual concretaron reuniones de trabajo con el
Ministerio de Salud y la Comisión de Salud del Congreso, organizaron
seminarios e instancias de discusión, convocaron manifestaciones
masivas y paralizaciones del sector público de salud, aparecieron en
medios
de
comunicación
y
llevaron
a
cabo
una
campaña
comunicaciones en contra de la propuesta de Reforma impulsada por
el Gobierno con el slogan “No se puede tapar el sol con un dedo”.
Dentro de estas acciones, destacar el rol jugado por el presidente del
Colegio Médico en este periodo, a saber, el Dr. Juan Luis Castro.
122
Ahora, si bien los Gremios de trabajadores de la salud
desarrollan una multiplicidad de acciones, no logran insertarse
mayormente en los espacios de definición de la Reforma, esto pues la
Secretaría Técnica no congregó una multiplicidad de actores sociales
como lo harían luego los Consejos Asesores Presidenciales y porque en lo general- los Partidos Políticos con representación en el Congreso
Nacional no defendieron la postura presentada por éstos. Frente a esto
es importante resaltar que, a diferencia de la mayoría de los gremios
mencionados, el Colegio Médico sí contaba en ese minuto con
representación en el Congreso Nacional a través de los parlamentarios
Fulvio Rossi (PS), Alberto Robles (PSRD), Carlos Jarpa (PRSD), Guido
Girardi (PPD), Enrique Accorsi (PPD), Mariano Ruiz-Esquide (DC),
Patricio Cornejo (DC), Carlos Olivares (DC), Karla Rubilar (RN),
Osvaldo Palma (RN) y Roberto Sepúlveda (RN); los llamado miembros
de la "Bancada Médica".
En cuanto a la disposición de capitales, las personas que
pertenecen a este grupo en su mayoría cuentan con calificación
técnica-universitaria e ingresos medios-altos, cuestión que les permite
disponer como organizaciones de algunos inmuebles y medios de
comunicación propios (Revista Vida Médica, Revista Médica de Chile,
Cuadernos Médico Sociales, etc.), así como con recursos suficientes
para levantar campañas comunicaciones a nivel nacional.
Entre ellos, establecen una amplia red de contactos y vínculos,
asociados a su pertenencia a un área específica, como es el sector
salud. Dichos vínculos comprenden desde organizaciones políticosociales, corporaciones, universidades, medios de comunicación,
instituciones internaciones e organismos privados.
Como grupo representan un sector altamente calificado, que
personifica la reducción del dolor y la extensión de la vida, por lo cual
123
cuentan con un alto status social.
Ahora bien, cabe destacar que sus acciones como colectivo no
logran generar mucha simpatía por la población, dado que la
paralización de los centros de atención públicos generaban retrasos en
la consultas de los usuarios, quienes provienen de los segmentos más
pobres de la población. Esto se vio reforzado por la fuerte campaña
comunicacional que desarrolló tanto el Gobierno como la Derecha para
desacreditar a los gremios de trabajadores del sector salud. Así, a
pesar de los esfuerzos realizados, lo anterior no les permitió legitimar
su postura a nivel social, apareciendo en los medios como un sector
preocupado únicamente en hacer valer sus privilegios e intereses
particulares.
La identidad de este grupo está vinculada al sentido de
pertenencia a una intelligenzia, esto es, un grupo de elite intelectual
cuya misión es dirigir o iluminar el desarrollo de la nación con sus
conocimientos
y
al
servicio
público,
en
tanto
se
consideran
responsables de hacer funcionar en las mejores condiciones un
sistema público incluso en una situación de franco desfinanciado.
«Este trabajo, que nos enorgullece como médicos,
demuestra cómo, en una actitud seria y responsable, un
colegio Profesional puede aportar de manera
propositiva, como coadyuvante del Estado, planteando
soluciones en el ámbito de su competencia, a un tema
que es preocupación de todos los chilenos.
Tenemos hoy una sociedad que en definitiva nos
exige que seamos nosotros, los médicos, los
responsables de enfrentar la estimulante aunque difícil
tarea de conciliar ética con economía. Creemos que con
las líneas de análisis y solución que hemos expuesto
iniciamos un acercamiento moderno a este desafío»
[Colegio Médico, 1998].
Grupo 5: Empresarios Privados
124
En último lugar se encuentran los empresarios privados, grupo
compuesto por los dueños o representantes de los prestadores
privados de servicios de salud y administradores de seguros de salud,
entre los que se cuentan las 17 instituciones de salud previsional
abiertas (Isapres).
Éstos se hacen parte de la discusión para resguardar los
intereses económicos que poseen en el sector, lo cual realizan a través
de su participación en las secciones de la Comisión de Salud del
Congreso y con intervenciones en los medios de comunicación.
Además, se puede estimar, que estos desarrollaron acciones de
presión directas hacia el Ejecutivo, ya sea a nombre de la Federación
Gremial de Instituciones Privadas de Seguridad Social, Salud y
Seguros, la Asociación de Isapres de Chile (Isapres de Chile),
Asociación de Clínicas y Prestadores de Salud Privados (AGLECLIN),
“Clínicas de Chile” o a través de la SOFOFA, organización que integra
a la Asociación Industrial de Laboratorios Farmacéuticos, Cámara de la
Industria Farmacéutica, y Asociación Gremial de Industriales Químicos
de Chile. También participará en esta línea la Fundación Salud y
Futuro, el Centro de Estudios de Administración en Salud de la
Universidad de Chile y el Instituto de Políticas Públicas y Gestión en
Salud de la Universidad Andrés Bello.
«Sus dudas sobre la viabilidad de una reforma de
salud con un financiamiento solidario, que provenga de
los bolsillos de los cotizantes de los sistemas público y
privado de salud, manifestó hoy el director de la
Asociación de Isapres, Rafael Caviedes.
El representante de la entidad señaló que la
existencia de dicho fondo conformado por el total (7,0
por ciento) o una parte (3,0 por ciento) del dinero de los
afiliados, como lo proponen la Concertación y el Colegio
Médico respectivamente, significaría un incremento
altísimo para ellos, el cual, según el plan y los
porcentajes fluctuaría entre el 269 y 861 por ciento.
125
En ese sentido, Caviedes explicó a La Segunda que
si una persona gana 400.000 pesos mensuales, su
cotización alcanza un promedio de 39.000 pesos, y que
debería aumentar esta última a 144.000 pesos, "siempre
y cuando se mantenga afiliado a la institución de salud
previsional".
"Esto hay que verlo desde la perspectiva que se
transforma en un impuesto. A los planes de las isapres
no les pasará nada, van a seguir costando igual",
señaló, puntualizando que el problema se generará
cuando el dinero vaya al fondo solidario y la persona
tenga que destinar un presupuesto adicional a su actual
plan» [El Mercurio, 24 de abril del 2001].
En términos de la disposición de capitales, este grupo tiene una
conformación social equivalente a la del grupo vinculado al sector
político de la derecha chilena.
Por otro lado, en cuanto a su identidad, éstos se vinculan en
torno a su historia como oligarquía mercantil y latifundista, desde
donde se piensan como el sector que ha permitido el desarrollo del
tecnológico del sector salud del país y el crecimiento de éste como una
industria en auge. En la misma línea, se consideran un sector de gran
importancia para el país en tanto poseen la capacidad de proveer
servicios de salud a la población de forma más eficiente que el sistema
público. Esta identidad como empresariado entra, principalmente, en
conflicto con las definiciones de orden estatal, en la medida que este
actor representa una “amenaza” al rol que ellos quieren ejercer a nivel
social.
«Isapres sostienen que fondo solidario es inviable
El director de la Asociación de Isapres, Rafael
Caviedes, señaló que la existencia de dicho fondo
conformado por el total o una parte del dinero de los
afiliados, como lo proponen la Concertación y el Colegio
Médico respectivamente, significaría un incremento
altísimo para ellos.
SANTIAGO.- Sus dudas sobre la viabilidad de una
reforma de salud con un financiamiento solidario, que
126
provenga de los bolsillos de los cotizantes de los
sistemas público y privado de salud, manifestó hoy el
director de la Asociación de Isapres, Rafael Caviedes.
El representante de la entidad señaló que la
existencia de dicho fondo conformado por el total (7,0
por ciento) o una parte (3,0 por ciento) del dinero de los
afiliados, como lo proponen la Concertación y el Colegio
Médico respectivamente, significaría un incremento
altísimo para ellos, el cual, según el plan y los
porcentajes fluctuaría entre el 269 y 861 por ciento.
En ese sentido, Caviedes explicó a La Segunda que
si una persona gana 400.000 pesos mensuales, su
cotización alcanza un promedio de 39.000 pesos, y que
debería aumentar esta última a 144.000 pesos, "siempre
y cuando se mantenga afiliado a la institución de salud
previsional".
"Esto hay que verlo desde la perspectiva que se
transforma en un impuesto. A los planes de las isapres
no les pasará nada, van a seguir costando igual",
señaló, puntualizando que el problema se generará
cuando el dinero vaya al fondo solidario y la persona
tenga que destinar un presupuesto adicional a su actual
plan.
Ante este panorama, el director de la Asociación de
Isapres dijo que lo que se pretende hacer es "estatizar la
salud", que no prevé un modelo certero de eficiencia en
la redistribución de los ingresos, argumentando que el
presupuesto destinado al sector entre 1992 y 1999 se
incrementó en un 2,16 veces, mientras que el
crecimiento del país llegó a 1,9, logrando una
productividad del 45 por ciento» [Diario El Mercurio, 24
de Abril del 2001].
Tabla 9: Grupos partícipes del proceso de discusión, según disposición
de capitales
Grupo
Capital
Económico
Capital
Social
Capital
Cultural
Capital
Simbólico
Gobierno




Derecha




127
Empresarios
Privados




Gremios de
Trabajadores de la
Salud




Secretaría Técnica




Díscolos




Izquierda
Extraparlamentaria




En síntesis, se aprecia que la disposición de capitales dentro del
campo sanitario es dispar entre los distintos participantes, lo cual
permite la emergencia de ciertos actores con mayores herramientas
para hacerse de la autoridad sanitaria y, con ello, definir las directrices
que orientarán el sistema de salud chileno tras el proceso de reforma.
De esta manera, tanto el Gobierno como la Derecha y el Empresariado
contaran con condiciones ventajosas para hegemonizar el campo,
mientras que los Gremios de la Salud, los Díscolos y la Izquierda
Extraparlamentaria enfrentaron el debate en una situación de franca
desventaja.
Discursos presentes en el Campo Sanitario
A continuación, se presentarán los distintos discursos que
emergen a lo largo de la discusión en los tres tópicos analizados, a
saber: Enfoque Sanitario, Derecho a la Salud y Modelo de Atención.
128
Enfoque Sanitario:
En cuanto a la primera dimensión del análisis, relativa a la
conceptualización que los diversos grupos hacen sobre el proceso de
salud-enfermedad y, por tanto, sobre las materias de preocupación
para el sector salud, se han identificado 3 enfoques sanitarios en el
campo (Ver Anexo, Tablas 11 a 18). Los discursos identificados son los
siguientes:
En primer lugar, fue identificado un discurso que establece que
el nivel de salud alcanzado por los individuos es (o debe ser) el
producto de sus elecciones personales.
El objeto principal de este discurso, que será llamado “Enfoque
Conductual Mercantil”, es el individuo, sus necesidades y preferencias.
Quienes ostentan este enfoque reconocen que las preferencias y
necesidades han variado a lo largo de la historia y son heterogéneas
en la sociedad actual.
Así entendida, la salud se constituye en un bien transable en el
mercado, cuyos productos principalmente son de orden curativo. Las
necesidades en salud son infinitas y los recursos escasos, de modo que
el cuidado y la recuperación total de la salud se convierten en una
empresa sin fin, irrealizable en la práctica.
«Los costos en salud son siempre crecientes, dado
que la demanda por servicios de salud corresponde a la
demanda por un bien sobre-normal, es decir, las
personas estarán dispuestas a destinar (o en su defecto,
hacer gastar a un tercero, en este caso el Fisco) una
proporción mayor de recursos ante un leve incremento
de sus ingresos (o de los fondos dispuestos y
comprometidos, por ejemplo, para las patologías
cubiertas por el Plan AUGE)» [Vito Sciaraffia, 2004].
«El gran cambio de la reforma a la salud no sólo
implica la mejora en la calidad de la misma que por ley el
129
sistema público y privado estarán obligados a entregar,
sino también ha significado una transformación en la
visión que, asociaciones de médicos, prestigiosas
clínicas privadas, sociedades de inversión en la que los
principales accionistas son las isapres, tienen del
modelo chileno y porque la eficiente "gestión en salud"
es un saludable negocio que crece y reporta jugosas
utilidades a sus propietarios» [Diario El Sur, Concepción,
08 de Agosto de 2004].
En segundo lugar, aparece otro discurso que entiende por salud
un proceso bio-médico, que se contrapone a la enfermedad, siendo el
objeto principal de su preocupación la patología. Así, el “Enfoque
Tecnológico-Medicalizado", percibe a las personas como usuarios del
sistema de salud y como pacientes en términos del acto médico.
Quienes encarnan este discurso indican que los factores que
afectan a la salud son biológicos, socio-demográficos y económicos. La
transformación del patrón epidemiológico se explican -en gran medidapor las políticas públicas adoptadas en salud, cambios que son
evaluados en base a indicadores convencionales tales como la
mortalidad general, mortalidad infantil y morbilidad.
«La reducción de enfermedades transmisibles,
especialmente aquellas prevenibles con vacunas, ha
sido uno de los éxitos epidemiológicos de la acción de
salud emprendida en Chile. Mantener estos logros
requiere continuar el esfuerzo en términos de
vacunación, cobertura y calidad de los programas»
[Cristián Aedo, 2001].
«Es sabido que no es indiferente la manera como
se utilizan los recursos, por lo que se espera lograr
que, a determinado nivel de recursos, exista
determinado impacto en la salud de la población.
Analizando experiencias internacionales, se puede
constatar que, en países con distinto nivel de gasto,
no existe, necesariamente, una relación estricta con el
resultado sanitario de la población, lo que se explica en
razón de la forma en que la sociedad enfrenta las
causas de generación de las enfermedades y en que
está organizado su sistema de atención y en que los
recursos son invertidos» [Comisión de Salud, Primer
130
Informe, Cámara de Diputados, Congreso Nacional,
2002].
«Queremos un sistema capaz de prevenir las
enfermedades, muchas de las cuales son distintas a las
del pasado por el mayor nivel de desarrollo alcanzado
por el país» [Ricardo Lagos, 2001].
Como puede extraerse de estas citas, desde esta perspectiva
los cambios que ocurren en el nivel de vida de las personas son
progresivos, estableciéndose una continuidad histórica lineal. El nivel
de salud de un país dependería del desarrollo económico y, en ese
sentido, existiría un estado de salud propio de las naciones
subdesarrolladas y otro de las desarrolladas.
El último de ellos, denominado “Enfoque Biopsicosocial”, apela a
que la salud y la enfermedad conformarían un fenómeno complejo en
el cual influirían factores biológicos, psicológicos y sociales, para cuyo
tratamiento se requiere de una perspectiva multidisciplinaria. No
obstante, se destaca que los cambios introducidos en cada uno de
estos factores no generan modificaciones mecánicas en el nivel de
salud de una población.
De este modo, la salud sería un estado de equilibrio dinámico
entre las personas y las poblaciones en relación a su ambiente y
condiciones de vida. En su nivel óptimo corresponde al máximo
bienestar físico, mental y social, unido al máximo desarrollo de las
potencialidades personales y sociales. Como tal, la salud es un
derecho humano, el cual está estrechamente vinculado al derecho a la
vida.
«Por ser un bien esencial, la salud tiene estatuto de
derecho humano, de responsabilidad compartida por el
conjunto de los ciudadanos y de las instituciones
nacionales públicas o privadas. Dejar la salud a la
responsabilidad individual es una simplificación
dramática que tiene consecuencias graves (ver por
ejemplo el problema de la contaminación del medio
131
ambiente). Sectores como educación, vivienda y
urbanismo, transportes para dar solamente algunos
ejemplos, tienen responsabilidad en la salud de la
población» [Colegio Médico, 1998].
«El ser humano no es la enfermedad que tenga en
ese minuto, es mucho más que eso. Por eso, el modelo
de salud que tenemos que crear debe ser un modelo de
integralidad.
Con el tipo de estructura que plantean las iniciativas
legales de esta reforma, lo único que se hace es
centrarse en las enfermedades y separa las acciones de
salud pública de las personas. Eso también desarticula,
no permite la integralidad» [Periódico Punto Final, Julio
de 2002].
Así, para ellos la salud sería un bien social clave para el
desarrollo sustentable, la cohesión social y la gobernabilidad del país,
cuya importancia estratégica es equivalente a la educación. Por ello,
debe ser asumido como un bien público, en donde las personas son
consideradas en su condición de ciudadanos. En la misma línea, se
rechaza toda concepción que defina la salud como un bien privado y
que apele a la privatización del sistema público de salud.
Ahora bien, la presencia de estos 3 enfoques sanitarios en cada
uno de los hitos mencionados, tanto en términos cuantitativos como
cuantitativos, decrece fuertemente a medida que la discusión sobre la
reforma avanza. Esto ocurre, especialmente en aquellos grupos que
participan en este proceso desde sus inicios y que logran mayor
influencia en éste (Gobierno y Comisión de Salud). De tal modo, en los
momentos finales del debate subsisten en los textos enunciados solo
dos discursos, el Biopsicosocial y el Conductual-Mercantilizado, los que
intentan instalar, por un lado, el discurso de la medicina social y, por
otro, un discurso neoliberal en el sector salud.
No obstante, se establece que las ideas sobre la salud y la
enfermedad que posee cada grupo en un primer momento se
132
mantienen a pesar que éstas no aparezcan implícitamente en los
documentos que emiten posteriormente; existiendo una toma de
postura en este ámbito que permanece en el tiempo. Así, quienes se
incorporan a éste debate pasan por este punto inicial antes de avanzar
hacia propuestas más concretas y más específicas del campo sanitario
relativas a cómo debe ser el modelo de atención que Chile asuma y
cuánto debe resguardarse el Derecho a la Salud en nuestro país.
Al alero de estos tres discursos existentes sobre el proceso
salud-enfermedad, surgen tres bandos bien definidos: por una parte,
los Gremios de la Salud, agrupados en CONGRES, junto a las
organizaciones y partidos de la Izquierda Extraparlamentaria y la
Comisión Interministerial para la Reforma de la Salud, quienes
asumirán
un
enfoque
biopsicosocial
del
fenómeno
de
salud-
enfermedad. Destaca que la postura encargada por la Comisión
Interministerial para la Reforma no coincide con la asumida por el
Gobierno, sector que defenderá el poder magnánimo que tienen las
políticas públicas del sector en la salud de la población (Enfoque
Tecnológico-Medicalizado). Finalmente, se ubicarán los Empresarios
Privados, los que defenderán como postura la visión de la salud como
bien transable en el mercado.
Derecho a la Salud:
En cuanto al segundo tópico de esta investigación, se observan
tres posturas claramente diferenciadas: por una parte, quienes
reclaman que los “Derechos Sociales” o Derechos de segunda
generación sean garantizados íntegramente por el Estado; por otra,
quienes intentan proteger sólo los “Derechos Individuales”; y,
finalmente, quienes buscan resguardar la llamada “Libertad Individual”.
133
Como puede desprenderse de lo anterior, la primera de estas
posturas comprende a la salud como un derecho social, el cual debe
ser garantizado universalmente a toda la población. Desde esta
perspectiva, su resguardo es una obligación ética que contribuye al
crecimiento de los países y al mejoramiento de la calidad de vida de
sus miembros.
Para hacer efectivo este derecho, el Estado debe garantizar el
bienestar físico, psicológico y social de la población, así como dar
acceso universal a servicios de salud de calidad, de forma oportuna y
con protección financiera. Para ello también, tanto la ciudadanía como
las instituciones públicas y privadas deben hacerse responsables de
sus actos en éste ámbito. Las personas son reconocidas en su
condición de ciudadanos (as) y se apela a la participación social como
un componente principal del derecho a la salud.
De este discurso resalta su preocupación por la accesibilidad,
asequibilidad e integralidad de las prestaciones de salud. En esta línea,
se establece que el acceso a prestaciones de salud debe hacerse sin
exclusiones
de
ningún
tipo,
pues
limitar
su
acceso
afecta
especialmente a aquellos grupos que por sus escasos recursos no
pueden obtener ayuda médica por su cuenta, aumentando así la
inequidad en salud. Finalmente, se apela a la aceptabilidad de las
acciones emprendidas, considerando que el derecho a la salud debe
respetar la ética médica, en lo que respecta a la no maleficencia, así
como la diversidad cultural existente en este ámbito.
«La implementación de los seguros públicos y
privados, implica la portabilidad de los indigentes, de los
usuarios de libre elección, de los usuarios de Isapres, de
ir con sus fondos donde quieran. Pero la portabilidad
conlleva la competencia. Además, los seguros tienen
exclusiones, por lo tanto, quién asegura el resto de las
prestaciones. Esa lógica no va a responder a las
necesidades de salud de la población, no sólo a las de
134
los más desposeídos, sino a las de todos» [Punto Final,
Julio 2002].
«"Con el plan AUGE (Acceso Universal con Garantías
Explícitas), al haber ciertas prioridades y ciertos dineros
sólo y exclusivamente para esas enfermedades,
dejamos fuera muchas otras", explicó Castro, quien
subrayó que los médicos no están dispuestos a "definir
enfermos de primera o segunda categoría".» [Juan Luis
Castro, Entrevista en Radio Cooperativa, 16 de
Diciembre del 2003]
El segundo discurso que emerge sobre este tema, como se
estableció previamente, pone énfasis en la protección de los llamados
derechos fundamentales, estos son, el derecho a la vida y la integridad
física, libertad individual, libertad de expresión, libertad de reunión e
igualdad ante la ley. Así, respecto a la salud, quienes asumen este
discurso entienden que todos los y las chilenas poseen derechos
equivalentes en éste ámbito, independiente de su sexo, edad o nivel
socioeconómico. Por ello, debe protegerse tanto a los usuarios del
sistema públicos como a los del sistema privado el acceso a servicios
de salud de calidad, de forma oportuna y con protección financiera.
Por otra parte, argumentando que los recursos del Estado son
limitados y no pueden satisfacer todas las necesidades de la población,
asumen que los derechos humanos, en general, y el de la salud, en lo
específico, son los valores últimos a los cuales aspira cada sociedad,
no siendo imperativo que éstos se cumplan a cabalidad en la
actualidad. De este modo, se propone avanzar de forma progresiva
hacia su cumplimiento total, a medida que los recursos del país
aumentan, focalizando los recursos públicos en aquellas personas que
se encuentran en situación de vulnerabilidad o minusvalía. En esta
línea, se propone también racionalizar la atención en salud, cubriendo
solo aquellas necesidades sanitarias más relevantes, esto es, aquellas
enfermedades o condiciones de salud que causan mayor mortalidad,
discapacidad y pérdida de calidad de vida.
135
De tal modo, bajo este discurso se relativiza el cumplimiento del
derecho a la salud en función de aquellas acciones de salud que el
Estado puede garantizar efectivamente para los usuarios del sistema
público y privado del país, en el entendido de que el Estado debe
resguardar una línea básica de cobertura de salud para su población e
igualdad de trato en la atención de las prestaciones cubiertas.
«El sistema AUGE establece las bases para la
aplicación del acceso universal de garantías explícitas,
instrumento que permitirá dar prioridad y garantizar de
manera explícita la atención integral de las necesidades
de salud que hoy causan la mayor mortalidad,
discapacidad y pérdida de calidad de vida. Con el
AUGE, 56 patologías calificadas como prioritarias serán
garantizadas, con tiempos de espera definidos, con
copagos razonables y con topes para proteger el ingreso
familiar» [Osvaldo Artaza, Ministro de Salud, Exposición
en Comisión de Salud, Cámara de Diputados, 2002].
«Es fácil coincidir en que la totalidad de la salud debe
estar garantizada y de hecho así aparece en la
Constitución pero esto corresponde a los llamados
derechos no exigibles, es decir, si el principio no se
cumple nadie es responsable. La propuesta de Reforma
incluye gradualmente enfermedades en que, tanto el
sistema público como el privado, asumen la total
responsabilidad, incluyendo que un paciente que no
tenga “cupo” en la red pública puede y debe ser atendido
en la red privada pero, a diferencia de antes, pagado
íntegramente por el asegurador público» [Álvaro Erazo,
Revista Foro, Fundación Chile 21].
Por último, en el tercer discurso, subyace la idea de las
libertades individuales, sin que se haga referencia a la idea de derecho
a la salud. En éste, se entiende que los sujetos tienen la
responsabilidad
de
cuidar
su
salud
como
la
de
su
familia,
proveyéndose de los servicios necesarios para ello. Esto implica que
todas las personas, independiente de su nivel de ingreso, debiesen
adquirir un plan de salud, cuyo valor sea coherente con sus ingresos y
necesidades.
136
Este discurso se sustenta en la idea de que a nivel mundial el
gasto en salud ha tendido al alza, lo cual hace imposible que el Estado
se haga cargo de este ámbito de la vida social, y que el mercado es el
mecanismo
más
apropiado
para
asegurar
que
el
nivel
de
aseguramiento en salud con la que una persona cuenta sea
precisamente aquella que ésta quiere obtener en función de los
recursos que está dispuesto a invertir. Para que esto se cumpla sería
vital reducir la dispersión de información, haciéndola más clara y
accesible de modo que las personas puedan decidir entre las distintas
alternativas existentes en el mercado.
Frente a esto, el Estado debe limitarse a resguardar la libertad
de los individuos para elegir el nivel de aseguramiento con el que
desean resguardarse y en qué institución hacerlo, tal y como se
establece en la Constitución de la República de Chile de 1980; así
como procurar que el mercado de prestadores de la salud sea
competitivo y transparente. De tal manera, será el juego del mercado el
que permitirá entregar planes más económicos y adecuados para las
personas, y no la intervención del Estado en esta materia. En este
escenario, FONASA debiese comportarse como una Isapre más.
«Un quinto principio orientador es que los planes de
salud puedan ser provistos competitivamente, lo que
evita conductas monopólicas que perjudiquen a los
ciudadanos. Este principio asegura que exista elección y
que los ciudadanos no sean sometidos a sólo una
opción. Un sexto elemento que debe contener la reforma
es que no se debe permitir la discriminación por edad,
sexo o riesgo médico de los beneficiarios. Sólo así se
garantiza que las personas accedan a los planes de
salud deseados. Por supuesto, esto no impide a los
aseguradores ajustar sus primas a los riesgos
percibidos» [Harald Beyer y Rodrigo Vergara, 2001].
«Los costos en salud son siempre crecientes, dado
que la demanda por servicios de salud corresponde a la
demanda por un bien sobre-normal, es decir, las
personas estarán dispuestas a destinar (o en su
137
defecto, hacer gastar a un tercero, en este caso el Fisco)
una proporción mayor de recursos ante un leve
incremento de sus ingresos (o de los fondos dispuestos
y comprometidos, por ejemplo, para las patologías
cubiertas por el Plan AUGE)» [Vito Sciaraffia, 2004].
Estos tres discursos se mantienen en el tiempo, con la misma
presencia e intensidad, siendo este un punto sobre el cual no se arriba
a acuerdo en el proceso. De esta manera, se puede establecer que la
disputa respecto a la Reforma de Salud está en gran medida ligada a
las distintas interpretaciones sobre qué derechos o libertades deben
garantizarse en el ámbito de la salud y sobre el rol que en esto tiene el
Estado y el Mercado.
Con respecto al Derecho a la Salud, los grupos participantes
aportan tres posiciones bien definidas, que coinciden con la tradicional
separación entre los grupos políticos de Derecha, Centro-Izquierda e
izquierda. A esta última postura no solo se acercarán los miembros de
los partidos de la Izquierda Extraparlamentaria, sino también los
trabajadores
y
profesionales
de
la
salud,
a
través
de
sus
organizaciones gremiales, así como algunos miembros progresistas de
la Concertación de Partidos de la Concertación, los llamados
“Díscolos”, quienes defenderán el derecho a la salud como un valor
social que debe garantizarse a toda la población, de forma universal,
integral y sin exclusiones de ningún tipo.
En
tanto,
los
Empresarios
Privados,
patrocinarán
la
mercantilización de servicios de salud a partir de la idea de las
libertades individuales; mientras que el Gobierno junto a la Comisión
Interministerial para la Reforma de Salud defenderán la necesidad de
priorizar la atención de aquellas prestaciones más costo-efectivas,
garantizando así una línea base equivalente para afiliados del
subsistema público y privado. Esta propuesta supone una mirada del
derecho a la salud como un ideal irrealizable en la práctica, quedando
138
éste reducido en base a criterios económicos.
Destaca que todos estos discursos omiten los aspectos de
aceptabilidad social implicados en el derecho a la salud, lo cual se
puede comprender por la importante influencia que tienen los enfoques
sanitarios bio-médicos basados en la salud alópata. En este sentido,
hasta los discursos más comprometidos con los derechos sociales
pasan por alto la coherencia cultural de los modelos de salud
instalados, lo cual tiene su correlato en la falta de legitimación de
lecturas no occidentales sobre la salud en nuestro país.
Modelo de Atención:
Finalmente, sobre la organización de la institucionalidad
sanitaria chilena, pueden distinguirse dos discursos, los cuales son
mutuamente excluyentes y -por tanto- antagónicos.
Por una parte, se plantea como postura el resurgimiento del
Sistema Nacional de Salud, existente en el país hasta 1979, por lo que
se ha llamado a este discurso “SNS”. Por otro lado, se postula que
Sistema Nacional de Servicios de Salud actualmente vigente debe
conducir definitivamente hacia un “Modelo de Multiseguros”.
Quienes poseen el primer discurso, sostienen que la base del
sistema de salud debe ser la prevención de la enfermedad y la
promoción de salud, desarrollándose acciones de recuperación,
rehabilitación y cuidados paliativos cuando sea necesario. En esta
línea, son críticos de la concentración de recursos a nivel hospitalario.
Tanto la atención primaria como la hospitalaria son indispensables y
complementarias, no obstante coinciden en que la atención primaria es
el motor del sistema de salud, debiendo resolverse en ésta parte
139
importante de la demanda de atención. Para ello, se propone un
modelo de atención con un nivel primario fuerte y alta vinculación entre
los distintos niveles de atención.
Asimismo, se insiste en una atención integral de la salud en el
marco de un modelo de salud familiar, lo cual implica no limitar la
atención al individuo, sino que debe incluir el contexto cercano en el
que éste está inmerso.
El Estado ha de cumplir un rol de proveedor, fiscalizador y
regulador en este ámbito. Éste, a través del Ministerio de Salud, debe
ser el principal órgano rector del sistema de salud, cuyas directrices
sean aplicadas por los servicios regionales en función de las
especificidades y necesidades locales. A su vez, el Estado debe ser el
principal proveedor de servicios de salud, administrando directamente
los establecimientos públicos de distintos niveles de atención. En su
concepción de las redes asistenciales públicas, no se contempla la
participación
de
los
privados,
el
cual
posee
una
lógica
de
funcionamiento contraria a la del FONASA y –por tanto- no son
homologables.
Por otra parte, se enfatiza en la regulación del sistema privado.
La desregularización es negativa para el sistema de salud, toda vez
que hace aumentar irracionalmente los costos. Por su parte, la
supervisión del sistema público no debe recaer en un organismo
independiente que vigile en iguales términos a las aseguradoras
privadas, sino en las instancias de contraloría interna.
En la organización del sistema han de primar los criterios de
salud pública por sobre las cuestiones de orden financiera o
administrativa; la eficiencia no es un valor en sí mismo, sino que está
supeditado al mejoramiento de la equidad y calidad de la atención.
140
El financiamiento del subsistema público debe provenir en su
mayor parte de impuestos generales, más el aporte que hagan los
cotizantes a éste. En cuanto a la distribución de recursos del sector
salud, debe primar la eficacia técnica, la solidaridad y la equidad en
salud. Mientras mejor se utilicen los recursos, mejor cobertura y calidad
de vida tendrá la población, por ello se enfatiza fuertemente en la
probidad en el manejo de recursos públicos.
Finalmente, enfatizan que la atención de salud debe ser
dedicada, digna, oportuna, satisfactoria y de calidad. También, ésta
debe ser acorde a las necesidades de las personas, por lo cual se
considera
contraproducente
establecer
cualquier
tipo
de
estandarizaciones de los servicios a entregar.
«Informó que otra de las materias que formaban parte
del acuerdo marco celebrado con el Gobierno decía
relación con que el Fonasa debía mantener el rol
solidario que ha tenido desde su creación. Destacó que
en el proyecto de ley existe más de un elemento que lo
lleva a pensar que se estaría transformando al Fonasa
en un seguro más, que otorgará un plan de salud que
cubrirá sólo las prestaciones de ese plan y que los
demás tendrán que ser pagadas mediante copagos o
mediante un adicional. Cree que eso es así, por cuanto
no se entiende por qué se está proponiendo que el
Fonasa pueda otorgar otras prestaciones que no están
en el Auge sino es a través de un pago extra por parte
de los cotizantes.
Otro tema que lo lleva a concluir que el Fonasa
cambiará su rol actual y adquirirá la calidad de
asegurador dice relación con la proposición de crear una
Superintendencia de Garantías en Salud, que será la
que fiscalizará al Fonasa. Estimó que, si se tiene en
cuenta que la función principal del Fonasa es ser el
distribuidor de recursos, no entiende para qué se está
creando esta Superintendencia, a menos que se esté
pensando en transformarlo en un asegurador privado»
[FENPRUSS, Comisión de Salud, Cámara de
Diputados].
«El parlamentario señaló que en las últimas
negociaciones que hubo en el Senado, "el ministerio de
141
Salud ha andado para atrás y no para adelante y es un
traje a la medida para las isapres. No ha hecho nada en
la atención primaria como el Presidente se los pidió,
pero el Presidente a lo mejor no es experto en estos
temas; el ministerio no ha hecho nada en la prevención",
sostuvo.
El parlamentario recordó que el proyecto Auge no
está recogiendo dos fundamentos básicos: no se está
cumpliendo con la atención ambulatoria en los
consultorios ni la prevención de las enfermedades.
"Dónde está el Auge preventivo, dónde está la
garantía explícita para las acciones de prevención, no
existen, se les perdieron en el camino, eso era lo más
importante. Si había algo que hacer primero, era eso. No
ha pasado, se han entregado algunos recursos, es
cierto, pero ese sistema tal como está organizado no
sirve de nada, es un centro de derivación y no resuelve
casi nada", afirmó Girardi» [Guido Girardi y Enrique
Accorsi, Periódico El Sur, 2004].
En tanto, el discurso llamado “Modelo de Multiseguros” enfatiza
en la homologación de los prestadores de servicios de salud públicos y
privados, y a la reducción de las barreras para la competencia en el
sector. De igual modo, supone que los precios de los planes y
prestaciones deben adaptarse al mercado, el cual debe tender a la
auto-regulación.
En este marco, el Estado tendría un rol rector y normativo,
regulador, debiendo desprenderse progresivamente de su rol de
proveedor de servicios de salud, función que ha de quedar en manos
de los privados. La fiscalización, en tanto, debe recaer en un
organismo independiente al Ministerio de Salud, para asegurar que la
vigilancia imparcial del funcionamiento de los prestadores de salud.
Además, el Estado deberá subsidiar a quienes por su condición
socioeconómica no cuenten con los recursos para costear el valor de
este plan básico de salud. Dichos recursos deben ser entregados
directamente a los usuarios a través de subsidios portables, de modo
142
que ellos sean libres de elegir el prestador de salud que prefieran.
Los distintos proveedores de servicios de salud deben
acreditarse ante la autoridad sanitaria, función debe estar concentrada
en una sola entidad pública para evitar aumentar la burocracia propia
del Estado.
Desde esta perspectiva, la estructuración del sistema de salud
debe contemplar el aporte realizado tanto por el subsector público
como por el privado, los cuales han de articularse territorialmente en
una red de prestadores única. A su vez, deben diferenciarse las
acciones de salud pública, ámbito de acción exclusivo del Estado, de la
provisión de servicios de salud.
Por otra parte, se proponen entregar mayor autonomía
financiera y administrativa de los servicios de salud locales,
especialmente en lo que se refiere al manejo de los recursos humanos
y materiales. En relación a esto, se propone la figura de los hospitales
auto-gestionados, bajo la cual los privados tendrán la posibilidad de
hacerse cargo íntegramente de los servicios públicos de salud a través
de un sistema de concesiones.
Esta visión se sustenta en que, dado el cambio de perfil
epidemiológico y el proceso de envejecimiento poblacional, pierde
sentido cualquier acción que busque prevenir las enfermedades y, por
tanto, el sistema de salud debe preocuparse principalmente de
entregar atención para curar enfermedades. La unidad básica para la
acción del sistema es entonces el individuo.
Además, argumentan que el Estado no puede garantizar la
atención universal en salud, ya que establecer garantías para todo
evento sería una decisión inconveniente para la sana administración de
la hacienda pública.
143
Como criterios para la distribución de recursos deben primar la
eficiencia y la competencia. La atención de salud debe ser oportuna y
de calidad. En cuanto al alza de costos en salud, se propone mejorar la
gestión, racionalizar el uso de los recursos, evitar el gasto excesivo y el
sobre-aseguro de las personas.
«Hizo presente su coincidencia con los expertos
sobre los efectos negativos que podría ocasionar la
fiscalización dual, ya que ello podría producir dos
estándares diferentes de exigencias al existir dos
Superintendencias.
Debería
existir
un
solo
superintendente con autoridad de árbitro arbitrador
independiente del Gobierno, y designado con acuerdo
del Senado y que no pudiera ser removido de su cargo
hasta el término de su mandato.
En materia de control de garantías, en cuanto a la
definición y actualización del régimen, la institucionalidad
del Consejo Consultivo debería ser una instancia técnica
independiente que resista las presiones de los grupos de
interés, por lo que la composición del mismo adquiere
relevancia y es fundamental» [Libertad y Desarrollo,
Comisión de Salud, Cámara de Diputados].
«La Superintendencia de Salud será la entidad única
encargada de la fiscalización (dejando de existir la
Superintendencia de Isapres), velando por el
funcionamiento de FONASA e ISAPRES. Cabe señalar
que la función de acreditación será efectuada por
entidades públicas y privadas acreditadas por la misma
Superintendencia de Salud. La Superintendencia de
Redes se preocupará de la articulación de la red
prestadora y de la complementación pública-privada
para el funcionamiento del Plan AUGE. Sin lugar a
dudas, estos cambios en la estructura organizacional del
sistema involucrarán un amplio espacio para producir
eficiencias y al mismo tiempo una amenaza latente:
aumentar la burocracia al crear nuevas estructuras.
Estos cambios no tendrán mayor efecto (ganancia en
eficiencia) sino se produce efectivamente el
funcionamiento de los Hospitales Auto-gestionados, los
que deben contar con todas las herramientas para
realizar gestión. Por otra parte, la anunciada
complementariedad
público-privado
requiere
la
generación de mecanismos a partir de los cuales los
privados puedan participar en el sistema de salud
público y que implique además nuevas formas de
144
obtener recursos para el sector público» [Vito Sciaraffia,
2004].
Cada una de estas posturas surge con gran fuerza en cada uno
de los momentos o hitos del debate, sin que ello implique la existencia
de posturas intermedias o de consenso que posibiliten una salida al
conflicto.
Cabe destacar que el primer grupo, compuesto por los Gremios
del Sector Salud, la Izquierda Extraparlamentaria y algunos miembros
progresistas de la Concertación, poseen un discurso bastante
elaborado respecto de los objetivos, las características y el modelo de
estructuración que debe alcanzar el modelo de atención, cuestión que
tiene su correlato en su propuesta de financiamiento y administración.
Por el contrario, el segundo grupo se centra mayormente en
desprestigiar el funcionamiento del subsistema público y de plantear
cuestiones de orden financiero y administrativo, sin desarrollar
mayormente nociones sobre el Modelo de Atención en una lógica de
multiseguros.
En ambas posturas, queda al descubierto las nociones que cada
grupo poseen en torno al Estado y el Mercado, y la vinculación que
estos deben tener en el ámbito de la salud. De este modo, mientras los
Empresarios Privados y el Gobierno valoran la administración gerencial
de las instituciones públicas y homologación de FONASA a los
prestadores privados, los Gremios de la Salud exigen un subsistema
público fuerte e independiente, capaz de resolver las necesidades
globales de salud de la población. En esta línea, este segundo grupo
se refiere al subsistema privado como un sector que debe ser regulado
y puesto al margen de la red asistencial pública.
145
Estructura del Campo Sanitario:
Ahora bien, en relación al análisis de los distintos momentos por
los cuales atraviesa el debate, pudo identificase una variación abrupta
en las relaciones de fuerza que predominan el campo sanitario.
En una primera instancia, las consideraciones éticas y valóricas
respecto a la posibilidad de una reforma del sector salud toman un gran
impulso en la configuración de un ambiente propicio para iniciar un
proceso de estas magnitudes. Estas consideraciones son respaldadas
por otros argumentos técnicos, como la transformación del patrón
epidemiológico y el envejecimiento de la población. Los grupos que
predominan en esta instancia son principalmente los Gremios de la
Salud y expertos del área.
Sin embargo, una vez que se da el vamos a la reforma, el punto
de encuentro para la discusión se traslada desde la inteligenzia
médica, a una instancia técnica restringida que es la Comisión
Interministerial para la Reforma de Salud, especialmente a la
Secretaría Técnica de la misma.
Hasta este punto, los grupos que representaban a los
empresarios de la salud no tuvieron una participación muy directa en el
debate. Éstos dirigieron sus esfuerzos a la batalla que se libraría en el
Congreso
Nacional,
que
reforzaron
mediante
campañas
comunicacionales en contra del Gobierno y los Gremios de la Salud.
Una vez en el Congreso (Hito 2, 3 y 4), fueron estos grupos
quienes dominan la discusión, consiguiendo que uno de los pilares de
la propuesta fuera eliminado de cuajo: el Fondo de Compensación
Solidario. El discurso hegemónico en este minuto establece que “el
Estado no es el órgano más apto para entregar salud a la población”,
146
por lo que ésta debe ser entregada a los privados.
El debate que se dio inmediatamente a la aprobación de la
Reforma de Salud permitió recoger nuevamente las posturas críticas
del proceso, que intentaban desmitificar los supuestos logros que
traería la implementación de la Reforma, sin que ello tuviera
repercusión alguna en la implementación de ésta.
El viraje que sufrió la discusión en torno a la reforma del sector
salud entre 1998 y el 2005 se puede explicar por el cambio que tuvo el
mismo promotor de la Reforma a lo largo del periodo; desde un
discurso centrado en la igualdad hacia otro marcado por el crecimiento
económico. La Reforma de Salud impulsada por el Gobierno de
Ricardo Lagos, si bien se inició desde una crítica frontal a la inequidad
del sistema, culminó con una marcada política de control del gasto
fiscal y promoción de la inversión privada en el marco de la llamada
Agenda Pro Crecimiento (Gutierrez 2005).
Los resultados recién expuestos permiten configurar, finalmente,
un mapa de relaciones entre los distintos grupos que participan en el
proceso de discusión y las posturas que estos asumen sobre la
propuesta general de reforma. De tal manera, pudo establecerse que
entre el año 1998 y el 2005, el campo se debatió entre tres posturas
específicas en el campo sanitario, las cuales eran encarnadas en tres
actores principalmente:
Por una parte, existe un actor “Gobierno” que promueve la idea
de legislar en materia de salud sobre la base de una propuesta que
busca focalizar el gasto público en salud a aquellas intervenciones que
son más costo-efectivas, para lo cual se establece que un equipo
técnico debe ratificar el número de prestaciones que serán incluidas
progresivamente en un Plan de Garantías Específicas en Salud. En
esta línea, consideran que el Estado debe complementar sus acciones
147
de provisión de servicios de salud con el sector privado, en el contexto
de una economía mixta. Por ello, se ha denominado este discurso
"Intervención Focalizada del Estado en Salud".
En este actor que comprende a los altos puesto de Gobierno,
integra además a la coalición al poder: la Concertación de Partidos por
la Democracia, y la Secretaría Técnica del Consejo Interministerial para
la Reforma de Salud.
En segundo lugar tenemos a un actor “Gremios de la Salud”,
que defienden la idea de que cualquier proceso de reforma debe
conducir al establecimiento de un sistema de atención universal e
integral en salud, esto sobre la base de que el Estado debe garantizar
el derecho a la salud de sus ciudadanos. De tal modo, el discurso ha
sido denominado “Ciudadanía en Salud”, supone la necesidad de un
Sistema de Salud Púbico robusto, que propicie la solidaridad entre los
usuarios del sistema y la participación social en el diseño, ejecución y
evaluación del sistema.
Como ya se mencionó, la posición de estas organizaciones es
respaldada por partidos políticos de la Izquierda Extraparlamentaria,
así como de los llamados Díscolos de la Concertación.
Cabe destacar que dentro de la postura de los Gremios de
Trabajadores de la Salud coexisten dos miradas del ejercicio privado
en salud: una mirada positiva, que considera que debe mantenerse un
pequeño ámbito para la acción de los privados para quienes puedan y
quieran pagar por servicios de salud, y una mirada negativa que realiza
una exaltación de los servicios públicos de salud.
Finalmente, se ubica el actor “Empresarios Privados”, quienes
congregan a los dueños y/o representantes de los prestadores privados
de servicios de salud y administradores de seguros de salud en
148
conjunto con los miembros de la Alianza por Chile, bloque político
asociados al empresariado chileno. Este actor posee un discurso que
es proclive a la limitación de la intervención estatal en la salud,
apelando a que los organismos públicos generan ineficiencias en el
sistema. Por ello, se ha denominado este discurso "Privatización de la
Salud". Dentro de éste, existen cientos matices, en la medida que
algunos apelan a que el Estado debe retirarse completamente de la
provisión de servicios de salud, mientras otro consideran que éste debe
mantener algunas acciones ligadas a los planes de salud pública
(ejemplo: programas de vacunación) y a la entrega de prestaciones
mínimas dirigidas a los sectores más desbeneficiados de la sociedad,
esto es, que el Estado debe hacerse cargo de aquellas acciones en
salud
que
son
poco
rentables
para
el
sector
privado.
149
Ilustración 3: Posiciones Discursivas
150
De tal modo, puede construirse un mapa de discursos en los
presentes en el campo sanitario, tal y como muestra la Ilustración 3. En
ella, se han distribuido las posturas en relación a dos ejes: 1) el eje que
va desde la solidaridad a la individuación del sistema y 2) el eje que va
de la protección del derecho a la salud al resguardo de las libertades
individuales. Estos dos ejes son los que, a criterio de la autora de esta
tesis, son los que explican en mayor magnitud la postura que estos
actores adoptan en el marco de esta discusión.
Resulta importante aclarar que la postura que se ubica en el
baricentro del mapa cartesiano es efectivamente la postura que más se
repite a lo largo de los documentos analizados, tanto en lo general
como hito a hito. No obstante, como se verá a continuación, el hecho
de ser el discurso más difundido no implica que esta sea la postura
hegemónica del campo.
En cuanto a las relaciones que se establecen entre los actores
mencionados, es posible confirmar que la constitución misma de éstos
se basa en las redes de apoyo y solidaridad particulares entre grupos
menores. Por ejemplo, el actor “Gremios de la Salud” hace alusión
directa al Consejo de Gremios de la Salud - CONGRES, quienes si
bien comparten una misma relación contractual con el sistema de salud
chileno, esto es, se relacionan con él en tanto trabajadores; poseen a
su vez intereses disímiles, no siempre coincidentes. De esta manera,
puede comprenderse que este actor, en lo sucesivo, podría
desarticularse en función de los intereses que persigan cada una de las
organizaciones que lo conforman.
Del mismo modo, la articulación de los Gremios de la Salud con
otros grupos participantes en el campo (Díscolos e Izquierda
Extraparlamentaria), también quedará supeditada a los intereses
particulares de cada uno de éstos en torno a esta temática en otros
151
contextos específicos.
Otro ejemplo es la relación de la Secretaría Técnica respecto del
Gobierno. En los inicios de la Reforma este grupo actúa como uno de
los pilares para la elaboración de la propuesta del ejecutivo en salud y,
por tanto, entre ellos se establece una relación de cooperación mutua.
Sin embargo, a medida que la propuesta original se va diluyendo en el
legislativo, el vínculo de cooperación irrestricta se va rompiendo.
Ahora, en cuanto a las relaciones de contraposición se aprecia
que, como bien expresan los actores involucrados, existe en el campo
una lucha de poderes que tienden a polarizarse:
«Desde los inicios del debate se percibió una rotunda
polarización de los actores políticos y sociales en dos
ejes principales: por una parte los gremios de la salud y
dirigentes de los partidos de la concertación, con el
apoyo soterrado de la burocracia del Ministerio de la
Salud; y por otra, las Isapre, la prensa y los partidos de
oposición» [Hernán Sandoval, Cuadernos Médico
Sociales, 2004].
De esta manera, una primera contraposición dice relación con la
relación entre Gremios de la Salud v/s Gobierno, pues una vez que el
Gobierno asume una postura clara respecto a la reforma que desea
impulsar, las organizaciones gremiales de la salud se sienten excluidas
de la discusión que en ese momento se daba preferentemente al
interior del Consejo Interministerial para la Reforma de Salud. De esta
forma, en la medida que se mantiene la cooperación descrita entre
Gobierno y Ministerio de la Salud, por un lado, y la Secretaría Técnica,
por otro, la contraposición entre Gobierno y Gremios de la Salud
también involucrará a dicha Secretaría.
Por otro lado, se verifica una segunda ruptura entre los agentes
identificados con el servicio público de quienes pertenecen al sector
privado-empresarial de la salud. Los sectores privados no aprueban –
152
en lo general- las modificaciones a la normativa legal propuesta por el
Gobierno, salvo que esto implique una mayor regulación de las
acciones estatales en el mercado en el que ellos participan o mejores
condiciones para sus negocios lucrativos. Por ello, al final del proceso
el Gobierno retira de los proyectos de ley aquellos puntos más
controversiales para el mundo privado (dentro de ello, la iniciativa del
Fondo de Compensación Solidario), para así asegurar la votación de la
Reforma en el Parlamento a pesar de las discrepancias existentes en
su coalición.
« ¿Cómo se explica el acuerdo casi absoluto entre
Gobierno y oposición que se graficó en la aprobación del
Auge en el Congreso?
La oposición no quería aparecer obstruyendo un
cambio en salud, por un tema más de populismo, de
imagen. Pero, por lo que me tocó conversar con
senadores y diputados, ese sector político nunca ha
creído en esta Reforma e incluso apuesta a su fracaso,
porque la ven inconsistente y saben que no va a resolver
los grandes problemas de la salud. Es muy dañino
escuchar ese tipo de confesiones en un país serio,
donde lo lógico habría sido que la discusión en el
Congreso se hiciera de cara al país, con mucha
transparencia en lo que cada sector planteaba.
Pero dentro del Gobierno, tampoco parecían todos de
acuerdo...
También hubo muchas críticas. Recordemos que la
Ley del Auge salió con los votos disidentes del sector
PS-PPD. Tuvieron que llegar a un acuerdo a última hora
y adquirir compromisos, porque entre las propias filas el
Gobierno había muchas críticas al contenido del Auge»
[Salgredo, 2004].
De este modo, las posiciones adoptadas por los distintos actores
en relación a la discusión de la reforma de salud configuran la
estructura del campo sanitario, la cual intenta representarse en la
ilustración 4.
153
En cuanto a los pesos relativos que cada uno de los actores
tienen en el proceso, se establece que la balanza se inclina hacia a los
actores que se ubican en la parte superior de la Ilustración 4, en la
medida que sus posturas son las que tienen mejor cabida en las
definiciones finales. En este sentido, las consideraciones técnicas de
eficiencia, costo-beneficio, focalización del gasto según necesidades
de la población son las que prevalecen en el marco legal del Plan,
mientras que las consideraciones éticas sobre equidad y acceso
universal de la salud quedan fuera de este.
154
Ilustración 4: Estructura Campo Sanitario
155
Capítulo 6 : Conclusiones
El proceso de discusión recién analizado se inicia en el año
1998 cuando el candidato presidencial Ricardo Lagos incluye como
una de las propuestas principales de su Programa de Gobierno la
Reforma Integral de la Salud (Concertación de Partidos por la
Democracia, 1999). Este hecho re-avivó la discusión que se venía
dando desde principios de los noventas sobre la necesidad de
reestructurar el sistema de salud chileno, en la que se habían hecho
parte los Ministerios de Salud y Hacienda, los Directores de FONASA,
los Directivos de los Servicios de Salud, el Colegio Médico, los voceros
de los Partidos Políticos y el Banco Mundial, este último financiando los
equipos técnicos que generaron las propuestas de reforma.
Tras el análisis de 140 documentos emitidos entre los años 1998
y 2005, fue posible identificar una serie de personas y grupos que
participaron en el debate relativo al Plan AUGE - GES. Su intervención
no se limitó exclusivamente a la emisión de discursos públicos, sino
que abarcó un sin número de acciones de distinto formato; desde la
paralización de los servicios públicos de salud, la apariciones en
medios de comunicación, el establecimiento de acuerdos con otros
actores, la participación en la Comisión Técnica y en las Comisiones de
Salud y Hacienda del Parlamento, presiones directas al Gobierno, etc.
En este sentido, el análisis de los discursos realizado permitió acceder
a una fuente rica en información sobre las distintas acciones
emprendidas y los objetivos que éstas tenían en el contexto estudiado.
Del mismo modo, pudo confirmarse que su intervención no se
156
redujo únicamente a la discusión de los proyectos de ley que fueron
enviados por el Gobierno al Parlamento. Por el contrario, el debate
supera con creces la discusión parlamentaria, posicionándose como
una reflexión ideológica potente en la arena política nacional.
Como resultado del análisis, se constató que en el periodo
estudiado los participantes del debate conformaban 3 actores del
campo sanitario, estos son: el Gobierno, los Gremios de la Salud y los
Empresarios Privados del sector. Cada uno de éstos encarnó una
postura
específica
sobre
la
forma
que
debía
alcanzar
la
institucionalidad sanitaria del país, la cual mantuvieron a lo largo de
todo el proceso.
En el caso del actor “Gremios de la Salud”, integrado por
distintos Colegios Profesionales y Organizaciones Sindicales de
Trabajadores del Sistema Público de Salud, junto a los partidos
políticos de la Izquierda Extraparlamentaria y los Díscolos de la
Concertación, levantaron un discurso denominado “Ciudadanía en
Salud”. Éste supone que el país debe contar con un sistema de salud
público que de forma autónoma sea capaz de atender integralmente
las necesidades de salud de la población, sobre la base de que el
Estado debe garantizar el derecho a la salud de todos sus ciudadanos.
Para ello, debe fortalecerse el Sistema Público de Salud, establecer
mecanismos de solidaridad entre los usuarios del sistema y propiciar la
participación social en el diseño, implementación y evaluación del
sector.
Este actor corresponde a un grupo bastante homogéneo en
términos socioculturales, muy organizado y con conciencia de sí
mismo, pero con capitales bastante escasos respecto a otros actores
presentes en el campo. Esto generó que, a pesar de reivindicar su
participación en las definiciones del campo sanitario en iguales
157
condiciones que la clase política nacional, sus ideas sobre la
institucionalidad sanitaria no tuvieran mayor influencia.
Destaca que, si bien este actor presenta las ideas más
elaboradas sobre los tópicos “enfoque sanitario” y “modelo de
atención”, no se constituye en un actor con una postura ideológica
definida y con pretensión de mayorías. Aun así, podría deducirse que
su postura política es de carácter progresista, heredera de las ideas de
la medicina social levantadas otrora por las organizaciones de
trabajadores de la salud.
Por su parte el actor Empresarios Privados, que encarna la
postura de los dueños y/o representantes de los prestadores privados
de servicios de salud y administradores de seguros del mismo sector,
en conjunto con la derecha política chilena, levanta un discurso que ha
sido denominado “Privatización de la Salud”. Éste promueve como idea
central que debe limitarse la intervención del Estado en el área de la
salud, mejorar la competencia en el sector y la eficiencia en la gestión,
pues los servicios públicos no generan más que ineficiencias en un
contexto de necesidades infinitas y recursos escasos. Este grupo
dispondrá de abundantes capitales, tanto económicos, sociales,
culturales como simbólicos, gracias a los cuales logrará instalar su
ideología como una verdad incuestionable: el neo-liberalismo.
Finalmente,
el
Gobierno
encarna
un
discurso
que
ha
denominado Intervención Focalizada del Estado en Salud, en el cual se
enfatiza que el Estado debe garantizar únicamente a aquellas
prestaciones que sean más costo-efectivas y que impliquen mayor
mortalidad y pérdida de calidad de vida para la población, lo cual debe
entregarse de igual forma por los prestadores públicos y privados.
Además, propone establecer un Plan Básico de Salud, un modelo de
gestión gerencial de los centros hospitalarios públicos bajo la figura de
158
los “hospitales auto-gestionados”, y ampliar la red de servicios de salud
públicos con el fin de establecer una red de prestadores única en
donde cohabiten prestadores públicos y privados, esto en el marco de
una economía mixta.
El Gobierno es el actor que tiene a su disposición la mayor
cantidad de capitales sociales, culturales y simbólicos y una cantidad
no menor de recursos económicos asociados a la administración del
presupuesto fiscal, lo cual le permite contrarrestan la fuerza económica
de quienes lo superan en este punto.
Su postura, si bien contiene en el discurso ideas ligadas a mayor
democracia, igualdad y justicia social, asume los preceptos de la
ideológica neoliberal, lo cual es coherente con las acciones que este
actor emprende y en las relaciones que privilegia en el campo sanitario.
Al respecto, se concluye que el actor que hegemoniza el campo
sanitario en este minuto es el Gobierno, cuya intervención permite la
consolidación del modelo dual existente en el sector salud, sobre la
base de que los individuos deben elegir el sistema de salud que más
se acerque a sus necesidades y que el Estado debe subvencionar la
atención de las personas de menores recursos. De tal modo, el sistema
de salud chileno se estructura de forma muy cercana al esquema de
empresa privada (modelo estadounidense), en el marco de una política
de seguridad social de asistencia residual.
Ciertamente, la postura asumida por el Gobierno no es
compartida por toda su coalición, razón por la cual ciertos miembros
disconformes de esta política apoyan a los Gremios de la Salud: los
Díscolos.
A raíz de estos resultados se confirma la permanencia de ciertos
actores que habían participado en otros procesos de reforma de la
159
institucionalidad sanitaria chilena, como son los Gremios de la Salud y
los Empresarios Privados del sector. Estos actores se han posicionado
en el campo sanitario como los dos polos de una gradiente, marcada
por una parte por el concepto de solidaridad y por otra el de
individuación (Molina Bustos 2010). La emergencia del actor Gobierno
y su hegemonía en el campo sanitario dan cuenta de que la balanza
sigue a favor de la privatización del sector salud.
De tal modo, las relaciones de fuerza existente en el campo son
desfavorables para los Gremios de la salud, quienes años atrás eran
los actores principales del sector, conduciendo los procesos de reforma
y las políticas sanitarias del país. Esta situación se asienta en la
dictadura militar y es reforzada en el devenir de esta reforma. El
término de la hegemonía de los médicos le quita definitivamente su rol
de inteligenzia y los deslegitima como los verdaderos conocedores de
la salud pública.
Lo anterior dio pie a una reducción importante del derecho a la
salud, en tanto éste solo será garantizado en el ámbito de la atención
de salud de ciertas patologías, las que han sido seleccionadas en
función de criterios técnico-económicos. En otras palabras, la postura
hegemónica asume que el derecho a la salud es de carácter individual,
que puede limitarse o ampliarse en relación de los recursos
disponibles, y que en último lugar es un derecho que puede o debe ser
suprimido en pos de la libertad individual, tal y como establece la
Constitución de 1980.
Quienes encabezan esta postura, los Empresarios Privados,
apelan a una intervención mínima del Estado en la economía y, en este
caso, en el sector salud. No obstante, su reclamo es contradictorio, ya
que en la práctica le exigen al Estado que intervenga en las materias
que les parecen menos provechosas y, con ello, les provea de las
160
condiciones necesarias para el funcionamiento del mercado.
Por otra parte, se constata la inexistencia de un discurso
autónomo de los usuarios del sistema de salud durante este proceso,
esto es, que se levante con ideas e identidades independientes a los
otros actores mencionados. La población usuaria participa casi
exclusivamente mediante encuestas y grupos de discusión realizados
desde la Secretaría Técnica y algunos Centros de Estudios. En este
sentido, dicha participación es indirecta y meramente consultiva.
Como contraparte, la totalidad de los actores involucrados en el
proceso intentan representar la postura de los usuarios como una
forma instrumental de legitimar sus propios intereses. En este sentido,
ellos no establecen un vínculo sustantivo con los usuarios ni menos
realizan un acercamiento desinteresado con las inquietudes de la
ciudadanía, la cual se encuentra en ese minuto en una situación de
fuerte desintegración y exclusión política.
Esto lleva nuevamente a repensar las conclusiones del Informe
de Desarrollo Humano publicado por el PNUD en 1998, en cuanto a la
carencia de un proyecto país que haga sentido en la ciudadanía y que
se traduzca en un proceso de profundización de la democracia,
cuestión que en el ámbito de la salud queda de manifiesto en un
sentido de inseguridad y creciente desprotección que viven los
usuarios del sistema. Ante esto, resulta clave apelar al fortalecimiento
del tejido social, que sea capaz de convertir las necesidades sentidas
de la población en salud en demandas que se expresen en la arena
pública. Esta necesidad resulta urgente ante el debate que hoy se
inicia sobre el sector, el cual se orienta a una reformulación del sistema
que resultó de la pasada reforma.
En último término, el debate suscitado en torno al Plan AUGE –
GES se nutrió de las distintas visiones en juego, no como un espacio
161
de discusión inclusiva y democrática, sino como la construcción de un
tejido incompleto, que encarna las contradicciones y disparidades de
sus materiales, en donde cada uno de los actores involucrados puede
ir entretejiendo con retazos en función de sus fuerzas. En este proceso,
aquellas fuerzas que no predominan en el campo no desaparecen del
mismo,
sino
que
permanecen
ahí,
dominados,
intentando
no
abandonar la batalla.
Hoy por hoy, la salud sigue estando dentro de los temas que
mayor preocupación generan en la población, como ha quedado
claramente expresado en los resultados de la última Encuentra CEP
(Junio - Julio 2011), en donde ésta se posiciona en el tercer nivel de
preocupación, con un 41%, bajo el 47% obtenido por la delincuencia,
asaltos y robos y el 44% otorgado a la educación. Posiblemente, como
tituló el Periódico “El Ciudadano” en su edición de septiembre, “la
rebelión que se viene” se librará en el campo de la salud.
Si trasladamos el análisis realizado al presente, se puede
estimar que frente al cambio de las relaciones de fuerza acontecida
tras la elección de Sebastián Piñera, representante de la derecha, el
actor privado posiblemente buscará reponer en la agenda legislativa
aquellos aspectos que no logró imponer en el proceso de reforma
recién pasado, lo cual queda claramente expresado en la propuesta
técnica entregada por la Comisión Asesora Presidencial convocada
con estos fines durante el 2010 (Comisión Presidencial de Salud, 2010
y 2011).
El resultado de este proceso seguirá siendo favorable a la
privatización del sistema, mientras se mantenga en el campo sanitario
la carencia de un actor social extendido que encarne las necesidades e
intereses de los trabajadores de la salud y la ciudadanía, tal y como
establece la tesis del trabajo de Carlos Molina sobre la institucionalidad
162
sanitaria chilena (2010; 187-191). Solo la emergencia de éste actor ha
permitido que las ideas de la medicina social se impongan en el campo
sanitario y marquen el devenir del sistema de salud chileno.
El debate que hoy se inicia sobre el sector salud demanda de
forma urgente una mayor amplitud de voces y de actores que entren al
dialogo sobre el nivel de bienestar e integración que se aspira para la
población.
La reactivación de los actores sociales, suscitado a propósito de
la lucha por educación pública y más democracia, permiten considerar
que posiblemente se repondrán en el país nuevas fuerzas sociales que
cuestionen el discurso hegemónico y luchen por establecer un sistema
de salud más equitativo y justo para todas y todos los chilenos.
163
Capítulo 7 : Bibliografía
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Zárate Campos, M. (. (2008). Por la salud del cuerpo. Historia y Políticas
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174
Capítulo 8 : ANEXO
175
Tabla 10: Muestra Final
N°
Título del Texto
1
¿Quién financia el Plan Auge? Periódico Punto Final, Abril de 2002
2
Abrumador apoyo del Senado al Plan AUGE. Diario La Segunda, Santiago, 19 de Mayo
de 2004
3
Aedo I, Cristián: Las reformas en la salud en Chile. En "La transformación económica
de Chile". Larraín, F. y Vergara, R. (Marzo 2001) CEP, Santiago de Chile.
4
Aguirre A, Mauricio: Juan Luis Castro desmiente al polémico desencuentro entre Lagos
y Colegio Médico. El Mostrador, 14 de Junio de 2003
5
Anunciando plan Auge todavía no convence a los médicos. Diario Crónica, Concepción,
16 de Mayo de 2002
6
Artaza ni ahí con conflictos por discusión sobre el Auge. Diario Crónica, Concepción, 24
de Agosto de 2002
7
Artaza presentó al país lineamientos de la reforma a la salud. Diario El Mercurio,
Santiago, 26 de Junio de 2002
8
Artaza, Osvaldo: Salud, ni mercancía ni limosna. El Mostrador, 22 de Agosto de 2002
9
AUGE en isapres: el rol clave lo tiene la red de prestadores. Diario El Mercurio,
Economía y Negocios, 31 de Mayo de 2005
10
AUGE: un gran paso adelante. Editorial Diario La Nación, 30 de Agosto de 2004. Pág. 6
11
12
Barria, Pedro (2001): Isapres: Radiografía del sistema y consejos a los usuarios.
Editorial Sudamericana.
Beyer Burgos, Harald: Propuestas necesarias para el sector salud. En "¿Qué hacer
ahora? Propuestas para el Desarrollo. Beyer, H. y Vergara, R. (2001) CEP, Santiago de
Chile.
13
Cámara de Diputados aprueba plan AUGE. Diario La Segunda, Santiago, 10 de Agosto
de 2004
14
Caviedes, Rafael: Plan Auge y competencia desleal. Diario La Tercera, Santiago, 16 de
Septiembre de 2005, Pág. 5
15
Caviedes, Rafael: Plan Auge y competencia desleal. Diario La Tercera, Santiago, 16 de
Septiembre de 2005, Pág. 5
16
Centro de Estudios de la Mujer - CEM: Argumentos para el cambio. Santiago, Junio,
2002.
17
Clínicas critican puesta en marcha del plan AUGE a un día de su estreno. Noticiero
Teletrece, Canal 13, 30 de Junio de 2005
176
N°
Título del Texto
18
Colegio Médico cuestionó fórmula para financiar Plan AUGE. Diario La Segunda,
Santiago, 26 de Junio de 2002
19
Colegio Médico recolecta 5 mil formas de renuncia. Diario La Nación, Santiago, 9 de
enero de 2003
20
Colegio Médico: Análisis comentado de la Propuesta del Gobierno sobre Reforma a la
Salud. Colegio Médico, Serie Publicación Técnica N°23, 2002
21
Colegio Médico: Análisis general y descriptivo del "Plan de Acceso Universal con
Garantías Explícitas - AUGE". Colegio Médico, Serie Publicación Técnica N°21.
22
Colegio Médico: Autoridad Sanitaria y Reforma de la Ley de Isapre. Colegio Médico,
Serie Publicación Técnica N°20
23
Colegio Médico: Citas que ilustran el sentido de los cambios propuestos. Colegio
Médico, Serie Publicación Técnica N°24, Julio, 2002
24
Colegio Médico: La reforma de la Salud del ejecutivo. Colegio Médico, Serie
Publicación Técnica N°25
25
Colegio Médico: Política de Salud para Chile: Nuestra Visión. Colegio Médico,
Documentos. 1998
26
Colegio Médico: Régimen de Garantías en Salud. Estudio del Mensaje que lo propone
al Parlamento. Colegio Médico, Serie Publicación Técnica N°22, Junio, 2002
27
Colegio Médico: Sobre "Una Propuesta de Cambios para el sector de la Salud en Chile"
28
29
30
31
32
33
Comisión Hacienda, Cámara de Diputados: Primer Informe de la Comisión de Hacienda
recaído en el proyecto de ley que establece un régimen de garantías en salud (Boletín
N°2947 -11). BNC, Boletín N°2947-11. Disponible en: http://www.bcn.cl
Comisión Hacienda, Cámara de Diputados: Segundo Informe de la Comisión de
Hacienda recaído en el proyecto de ley que establece un régimen de garantías en
salud (Boletín N°2947 -11). BNC, Boletín N°2947-11. Disponible en: http://www.bcn.cl
Comisión Hacienda, Cámara de Senadores: Informe de la Comisión de Hacienda,
recaído en el proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que establece el
Régimen de Garantías en Salud (Boletín N°2947 -11). BNC
Comisión Salud, Cámara de Diputados: Informe de la Comisión de Salud sobre el
proyecto de ley que establece el Régimen de Garantías en Salud (Boletín N°2947 -11).
BNC
Comisión Salud, Cámara de Diputados: Segundo Informe de la Comisión de Salud
sobre el proyecto de ley que establece el Régimen de Garantías en Salud. Boletín
N°2947 -11 (2). BNC
Comisión Salud, Cámara de Senadores: Informe de la Comisión de Salud, recaído en el
proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que establece el Régimen de
Garantías en Salud (Boletín N°2947 -11). BNC
177
N°
Título del Texto
34
Comisión Salud, Cámara de Senadores: Segundo Informe de la Comisión de Salud,
recaído en el proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que establece el
Régimen de Garantías en Salud (Boletín N°2947 -11). BNC.
35
Concertación cerró filas en torno al Presidente Lagos y al Plan AUGE. Radio
Cooperativa, 03 de Julio de 2002
36
Confenats cree que Gobierno cederá a presión de gremios de la salud en 2004. Radio
Cooperativa, 28 de Diciembre de 2003
37
Confusam amenaza con paros si no se detiene Reforma de Salud. Diario La Segunda,
Santiago, 7 de Diciembre de 2003
38
Confusam convocó a un paro nacional de salud para el 20 de mayo. Radio Cooperativa,
04 de Abril de 2004
39
Consultorios paran hoy en protesta al Plan Auge. Diario La Segunda, Santiago, 20 de
Mayo de 2004
40
Costos y tratamientos de las enfermedades AUGE. Diario La Nación, 7 de Febrero de
2005
41
DC defiende a García: "no les vamos a dejar pasar una" al PS y PPD. Diario La Nación,
15 de Marzo de 2005.
42
Despacho de la Ley de Isapres: Gobierno saca adelante el último proyecto de la
reforma sanitaria. Diario El Mercurio, Santiago, 20 de Abril 2005, Cuerpo C, Pág. 9.
43
Diputados de RN critican proyecto de reforma a la salud. Diario El Mercurio, Santiago,
20 de Julio de 2001
44
Diputados de RN y UDI opuestos a mayores impuestos para reforma de salud. Diario El
Mercurio, Santiago, 14 de Enero de 2002
45
Diputados PPD: El Auge no enfrenta bien tema de atención primaria. Diario El Sur,
Concepción, 27 de Abril de 2004
46
Dr. Artaza y la Reforma: Reunión con Isapres refuerza confianza. Diario El Sur,
Concepción, 04 de Junio de 2002
47
El Gobierno busca que Fonasa y el sistema de isapre se complementen. Radio
Cooperativa, 12 de Agosto de 2004
48
Entrevista a Carlos Villarroel. Entregar camas a las isapres es privatizar la salud. Radio
Universidad de Chile, 03 de Noviembre de 2003
49
Entrevista a Senador Alberto Espina. AUGE: El Gobierno está perdido. Radio
Universidad de Chile, 10 de Septiembre de 2003
50
Erazo Latorre, Álvaro: La reforma de la Salud: una obligación social. Revista Foro,
Fundación Chile 21
51
Fenats no participará de paro nacional de salud este jueves. Radio Cooperativa, 16 de
Mayo de 2004
178
N°
Título del Texto
53
Ferrer, Marcela: Plan Auge y Reforma de Salud, vía a la equidad en salud
53
Fin a la Reforma Sanitaria: Derecha y DC logran aprobar Ley de Isapres. Diario El
Mercurio, Santiago, 20 de Abril 2005, Cuerpo C, Pág. 1.
54
Giaconi, Juan: Reforma de la Salud: búsqueda de consensos. Debate "Reforma al
Sistema de Salud". Expansiva
55
Gobierno fijó gradualidad del Plan Auge. Diario La Segunda, Santiago, 25 de Marzo de
2004
56
Gobierno retiró tema Fondo de Compensación para destrabar el Plan Auge. Diario La
Segunda, Santiago, 12 de Mayo de 2004
57
Gremios de la salud presentarán propuestas de reforma para el sector. Diario El
Mercurio, Santiago, 09 de Abril de 2001
58
Gremios de la Salud reiteran dura oposición a proyectos AUGE. Diario La Segunda,
Santiago, 21 de Enero de 2004
59
Gremios de la salud se suman al paro médico. Diario El Mercurio, Santiago, 09 de
Diciembre de 2002
60
Gremios de la salud sostienen que Auge no es plan estrella. Diario La Crónica,
Concepción, 10 de Mayo de 2002
61
Gremios insisten en congelar el AUGE. Primera Línea, 16 de Diciembre de 2002
62
Hernán Doren, presidente de la Asociación de Isapres: "El AUGE ha sido un gran
acierto en la salud pública de nuestro país". Diario El Mercurio, 30 de Julio de 2005
63
Hoy va un "paro estratégico". Diario Crónica, Concepción, 02 de Julio de 2002
64
Inicios del Plan AUGE. Diario El Mercurio, Santiago, 17 de Agosto de 2005, Pág. 3
65
Intriga política en la Reforma a la Salud. Radio Universidad de Chile, 11 de Diciembre
de 2003
66
Isapres fijan posible valor mensual: Entre $500 y $1.700 costará AUGE. Diario El
Mercurio, Santiago, 29 de Abril de 2005
67
Isapres no aumentarán costo de planes de salud. Diario La Nación, 13 de Agosto de
2004. Pág. 8
68
Isapres piden reordenamiento de agenda de Reforma de la Salud. Diario El Mercurio,
Santiago, 05 de Octubre de 2001
69
Isapres presentan Plan Garantizado de Salud. Diario El Mercurio, Santiago, 02 de Abril
de 2002
179
N°
Título del Texto
70
Isapres sostienen que fondo solidario es inviable. Diario El Mercurio, Santiago, 24 de
Abril de 2001
71
Isapres terminan con planes "sin útero" antes de la partida del AUGE. Diario La
Tercera, Santiago, 12 de Agosto de 2004
72
Jofré Leal, Pablo: Pocos ganan con la reforma de salud en Chile. Adital, 07 de Junio de
2004
73
Lagos Escobar, Ricardo: Discurso Presidencial 21 de mayo del 2000. BNC, Mensajes
Presidenciales.
74
Lagos Escobar, Ricardo: Discurso Presidencial 21 de mayo del 2001. BNC, Mensajes
Presidenciales.
75
Lagos Escobar, Ricardo: Discurso Presidencial 21 de mayo del 2002. BNC, Mensajes
Presidenciales.
76
Lagos Escobar, Ricardo: Discurso Presidencial 21 de mayo del 2003. BNC, Mensajes
Presidenciales.
77
Lagos Escobar, Ricardo: Discurso Presidencial 21 de mayo del 2004. BNC, Mensajes
Presidenciales.
78
Lagos Escobar, Ricardo: Discurso Presidencial 21 de mayo del 2005. BNC, Mensajes
Presidenciales.
79
Lagos Escobar, Ricardo (1999): Mi idea de país. Editorial PROSA, Chile.
80
Las Isapres gozan de buena salud. Negocio redondo. Diario La Nación, 12 de
Septiembre de 2004
81
Lehmann, Carla: Hablan los usuarios a través de la última encuesta CEP
82
Los descargos de Hernán Sandoval. Diario La Nación, 05 de Julio de 2005
83
Masiva marcha de trabajadores de la salud en Valparaíso. Radio Cooperativa, 06 de
Enero de 2004
84
Médicos aseguran que paro es para lograr una "verdadera reforma". Radio
Cooperativa, 16 de Diciembre de 2003
85
Ministerio de Salud desmintió que se haya ocultado información sobre plan AUGE
Radio Cooperativa, 17 de Septiembre de 2002
86
Ministerio de Salud: Regulación de Recursos Humanos de Salud en Chile. Ministerio de
Salud, División de Recursos Humanos, Santiago, Febrero de 2000
87
Ministro Artaza descarta reforma sin conflictos. Diario Crónica, Concepción, 27 de
Abril de 2002
180
N°
Título del Texto
88
Ministro García enfrenta amenaza de paralización para mañana. Diario La Nación,
Santiago, 04 de Julio de 2004
89
Montoya Aguilar, Carlos: Algunos conceptos subyacentes al debate sobre el sector
salud. Colegio Médico, Serie Publicación Técnica N°12
90
Observatorio de Equidad de Género: Aspectos significativos del proceso de reforma de
la salud en cuyo marco se ha efectuado la vigilancia ciudadana desde el Observatorio
91
Opositores al Auge piden abrir dos meses de mayor diálogo. Diario El Mercurio,
Santiago de Chile, 02 de Diciembre de 2002.
92
Oyarzo, César y Vergara, Marcos: Reforma de la salud en Chile: lo logrado y lo
pendiente. Expansiva
93
Parlamentarios UDI calificaron de "engañosa y demagógica" propuesta del Gobierno
para financiar Plan AUGE. Web UDI
94
Paso decisivo: Plan Auge logra apoyo unánime en el Senado. Diario La Tercera,
Santiago, 05 de Agosto de 2004. Pág. 17
95
Patricio Melero: Auge, caída y muerte del AUGE. El Mostrador, Santiago, 25 de Abril de
2003
96
Patricio Melero: Spot del AUGE, tres lecciones para no olvidar. El Mostrador, Santiago,
29 de Agosto de 2003
97
Plan Auge continúa en la polémica. Diario La Nación, 9 de Febrero de 2005
98
Plan AUGE listo para ser ley y cubrir 56 patologías. Diario La Nación, 11 de Agosto de
2004. Pág. 3
99
Plan Auge pasó a tercer trámite a la Cámara. Diario La Segunda, Santiago, 05 de
Agosto de 2004
100 Plan Auge. Editorial Diario El Mercurio, Santiago, 06 de Junio de 2004
101 Plan Auge. Editorial Diario El Sur, Concepción, 29 de Marzo de 2004
102 Plan Auge: de la teoría a la práctica. Diario La Tercera, Santiago, 30 de Agosto de 2004
103 Plan AUGE: El negocio está primero. Periódico Punto Final, Julio de 2002
Poblete Herrera, Jorge: Nueva Polémica tras la promulgación del plan AUGE: Duro
104 informe cuestiona reparto de platas del fondo solidario interisapres. El Mostrador,
Santiago, 25 de Agosto de 2004
Ponen lápida a plazos del AUGE. Evelyn Matthei fue enfática al sentenciar que no se
105 cumplirán los plazos impuestos por La Moneda. Diario Estrella de Iquique, Iquique, 8
de Abril de 2003
181
N°
Título del Texto
106
PPD dio a conocer su propuesta para reformar la salud. Diario La Cuarta, Santiago, 16
de Junio de 2002
107
Presidente del PS llama a la Concertación a actuar unidad en la Reforma de Salud.
Diario El Mercurio, Santiago, 02 de Junio de 2002
108
Presidente evocó rol de Bachelet, Artaza y Sandoval en puesta en marcha de AUGE.
Radio Cooperativa, 01 de Julio de 2005
109
Presidente Lagos califica como una "falta de respeto" el paro de la salud. Diario La
Segunda, 13 de Diciembre de 2003
110
Reforma a la Salud: Gobierno admite que el gran cambio es mejorar atención primaria.
Radio Cooperativa, 22 de Julio de 2002
111
Reforma de la Salud: UDI critica que Plan Auge aún no cumpla con lo prometido. Diario
El Sur, Concepción, 29 de marzo de 2004
112
Reformas en la salud privada. Diario El Mercurio, Santiago, 13 de Febrero de 2005,
Pág. 3
Relativa normalidad en hospitales en primera jornada de paralización. Diario La
Segunda, Santiago, 16 de Diciembre de 2003
Rosselot, J, Eduardo: Aspectos bioéticos en la Reforma de la Atención de Salud en
114 Chile: discriminación, libre elección y consentimiento informado. Revista Médica de
Chile, N° 131. Santiago, Octubre 2004. Pág. 1329-1336
113
115
Ruidosa marcha de la salud en el centro, con carro mortuorio incluido. Diario La
Segunda, Santiago, 17 de Diciembre de 2003
116
Ruiz-Esquide, Mariano: La reforma de Salud según un Médico Legislador. Revista Vida
Médica, Vol. 55, N°2, Santiago de Chile.
117
Sagredo, Fernando: Nueva Medicina Privada: la imperiosa necesidad de organizarse.
Revista Vida Médica, Vol. 56 (3); Agosto, 2005.
118
Sagredo, Fernando: Presidente del Colegio Médico, Dr. Juan Luis Castro. Los desafíos
tras la aprobación del Auge. Revista Vida Médica, Vol. 56 (3); Agosto, 2006.
119
Salgredo, Mariel: Proyecto de Ley de Isapres: apadrinando el negocio de la salud.
Revista Vida Médica, Vol. 56 (3); Agosto, 2004
120
Salud posterga inversiones para financiar Plan Auge. Diario La Tercera, Santiago, 10 de
Septiembre de 2004
121
Salud Privada: Amplia brecha en costos del AUGE en las isapres. Diario El Mercurio,
Economía y Negocios, 31 de Mayo de 2005
122 Sandoval Orellana, Hernán: La salud como un Derecho Humano en Chile. Mimeo
Sandoval Orellana, Hernán: Mejor salud para los chilenos. Fundamentos sanitarios,
123 políticos y financieros de la necesidad y oportunidad de hacer una Reforma al Sistema
de Salud chileno. Cuadernos Médico Sociales, Vol. 43 (1); Marzo, 2004. Pág. 5-20
182
N°
Título del Texto
124 Sandoval Orellana, Hernán: Mejor salud para los chilenos. Mimeo
125
Sciaraffia Merino, Vito: Una reforma a la Salud con orientación al mercado. Revista
Cuadernos Médico Sociales, Vol. 43, N°1, Marzo, 2004. Pág. 37-42
126 Sepúlveda-Álvarez, Claudio: El significado de la reforma de la atención en Chile
127
Sólo urgencias se atenderán en el marco del paro de la Salud. Diario La Segunda,
Santiago, 16 de Diciembre de 2003
128
Suman y siguen protesta anti AUGE. Diario Crónica, Concepción, 12 de Octubre de
2002
129
Superposiciones: AUGE entraba el seguro catastrófico de las isapres. Diario El
Mercurio, Santiago, 25 de Agosto de 2004
Titelman, Daniel: Reformas al sistema de salud en Chile: desafíos pendientes.
130 CEPAL/ECLAC. Unidad de Financiamiento para el desarrollo. Naciones Unidas, Santiago
de Chile.
131 Un spot ilegal, caro y malo. El Mostrador, 23 de Noviembre de 2001
132
Único consejo de Artaza a sucesor: "No pierda la fe". La Segunda, Santiago, 03 de
Marzo de 2003
133
Urriola, Rafael: Economía de la salud: una visión complementaria. Revista Cuadernos
Médico Sociales, Chile, Septiembre 2004, Vol. 44. N°3. Pág. 176-178
134
Usuarios están conformes con el sistema mixto de salud, según sondeo. Radio
Cooperativa, 08 de Noviembre de 2004
135 Valdés, Glenda: Reforma de la Salud: Plazos Imposibles. Vida Médica,
Valdivieso, Vicente: La reforma de salud en Chile y el rol de las Facultades de
136 Medicina: un intento de síntesis. Revista Médica de Chile, N°10. Santiago, Octubre
2000
137
Valenzuela, Carlos: Reflexión Ético-Médica sobre el AUGE. Cuaderno Médico Sociales,
Vol. 45 (1), Abril, 2005. Pág. 6-10
138
Vega, Jeannette: Enfermo de Pobre. Las inequidades sociales y la salud en Chile.
Revista Universitaria, N° 73, 2001. Pág. 43-56
139 Villena, David: El Auge, a la carga nuevamente. Revista Vida Médica, Vol. 56 (2); 2004
140
Y el negocio de tener clínicas ¿hacia donde el modelo de salud chileno? Diario El Sur,
Concepción, 08 de Agosto de 2004
183
Tabla 11: Discurso Sanitario, Enero de 1999 a Marzo del 2002
Noción de Salud
Se apela a un enfoque biopsicosocial, en tanto la salud y la enfermedad conformarían un fenómeno
complejo en el cual influyen diversos factores biológicos, psicológicos y sociales y que para cuyo
tratamiento se requiere de una perspectiva multidisciplinaria. A modo de ejemplo, se mencionan como
factores involucrados en este fenómeno el nivel de educación, las condiciones de vida, trabajo y salubridad,
superándose con creces el ámbito de la atención médica (determinantes sociales de la salud). Asimismo,
son relevantes como factores los patrones culturales, los estilos de vida y los aspectos psicosociales. No
obstante, los cambios introducidos en estos factores no generan modificaciones mecánicas en el nivel de
salud de una población.
Discurso 1:
Enfoque
Biopsicosocial
De este modo, la salud sería un estado de equilibrio dinámico entre las personas y las poblaciones en
relación al ambiente y las condiciones de vida. En su nivel óptimo corresponde al máximo bienestar físico,
mental y social, unido al máximo desarrollo de las potencialidades personales y sociales (definición OMS).
Como tal, la salud es un derecho humano, el cual está estrechamente vinculado al derecho a la vida. En
este sentido, la salud es un bien social clave para el desarrollo sustentable, la cohesión social y la
gobernabilidad del país. En términos políticos, su importancia estratégica es equivalente a la educación.
«La salud es un derecho humano universal y factor clave del desarrollo sustentable de las sociedades. El
nivel de justicia, equidad e inversión en capital social que un país alcance determina la calidad de vida y el
nivel de desarrollo humano. Por eso el Estado debe garantizar el derecho de todos a la salud y los
ciudadanos deben participar en la construcción personal y comunitaria de modelos de vida saludable»
[Jeannette Vega, 2001].
«Por ser un bien esencial, la salud tiene estatuto de derecho humano, de responsabilidad compartida por el
conjunto de los ciudadanos y de las instituciones nacionales públicas o privadas. Dejar la salud a la
responsabilidad individual es una simplificación dramática que tiene consecuencias graves (ver por ejemplo
el problema de la contaminación del medio ambiente). Sectores como educación, vivienda y urbanismo,
transportes para dar solamente algunos ejemplos, tienen responsabilidad en la salud de la población»
[Colegio Médico, 1998].
«La salud es un estado de equilibrio dinámico entre las personas y poblaciones, por una parte, y el
ambiente y condiciones en que viven, por otra y según la definición de la OMS, en su nivel óptimo, la salud
es el máximo bienestar físico, mental y social, unido al pleno desarrollo de las potencialidades personales y
sociales» [Colegio Médico, 1998].
184
Noción de Salud
El nivel de salud alcanzado por la población está relacionado con el desarrollo económico del país, siendo
uno de los factores principales la cobertura del sistema de salud. De este modo, los cambios en el patrón
epidemiológico se explican en gran medida por las políticas públicas adoptadas en salud, cambios que son
evaluados en base a indicadores convencionales tales como la mortalidad general, mortalidad infantil y
morbilidad.
Discurso 2:
Así, se asume una lógica evolutiva en salud, en tanto mientras más desarrollado es el país, mejor políticas
públicas genera y, de esta manera, mejor salud posee su población y menos necesidades estarán no
cubiertas.
Enfoque
TecnológicoMedicalizado
Las acciones de salud son pensadas para superar la enfermedad y, por ello, son relativas principalmente a
lo curativo. En esta línea, la salud se contrapone a la enfermedad, siendo un suceso que reside
principalmente en el individuo.
«La reducción de enfermedades transmisibles, especialmente aquellas prevenibles con vacunas, ha sido
uno de los éxitos epidemiológicos de la acción de salud emprendida en Chile. Mantener estos logros
requiere continuar el esfuerzo en términos de vacunación, cobertura y calidad de los programas» [Cristián
Aedo, 2001].
«Queremos un sistema capaz de prevenir las enfermedades, muchas de las cuales son distintas a las del
pasado por el mayor nivel de desarrollo alcanzado por el país» [Ricardo Lagos, 2001].
185
Noción de Salud
Discurso 3:
Enfoque
Conductual–
mercantil
El nivel de salud alcanzado por los individuos es (o debe ser) el producto de sus elecciones personales. De
este modo, la salud reside principalmente en el individuo, él cual se constituye en el actor primordial de la
misma.
La salud es un bien transable en el mercado, cuyos productos son principalmente de orden curativo. Las
necesidades en salud son infinitas y los recursos escasos, de modo que el cuidado y la recuperación total
de la salud se convierten en una empresa sin fin, irrealizable en la práctica.
«Esta denuncia busca crear conciencia de la necesidad de modificar una legislación injusta y desigual para
los afiliados. También pretende llamar la atención de autoridades de salud y parlamentarios acerca del
carácter inconstitucional e injusto de la propuesta de privar a los afiliados de Isapres de tres séptimos (3/7)
del valor de su cotización legal para salud, tema que se analiza en el último capítulo. Tras soportar por
veinte años los abusos de las Isapres, se cierne ahora sobre nosotros otra amenaza, proveniente de los
proyectos de autoridades estatales. En concreto, afiliados y usuarios de Isapres aspiramos a que esa
propuesta, lesiva para nuestros derechos adquiridos, sea desechada» [Pedro Barría, 2001].
«Un cuarto elemento que debe reconocer toda reforma es que se debe aspirar a un plan básico de salud
equivalente para todos los chilenos sin que ello impida que aquellos que deseen hacerlo puedan adquirir
planes que estén por sobre ese plan básico. Sólo así se asegura en salud la igualdad de oportunidades. Un
quinto principio orientador es que los planes de salud puedan ser provistos competitivamente, lo que evita
conductas monopólicas que perjudiquen a los ciudadanos. Este principio asegura que exista elección y que
los ciudadanos no sean sometidos a sólo una opción. Un sexto elemento que debe contener la reforma es
que no se debe permitir la discriminación por edad, sexo o riesgo médico de los beneficiarios. Sólo así se
garantiza que las personas accedan a los planes de salud deseados. Por supuesto, esto no impide a los
aseguradores ajustar sus primas a los riesgos percibidos» [Harald Beyer, 2001].
186
Tabla 12: Discurso Sanitario, Abril del 2002 a Febrero del 2003
Noción de Salud
Discurso 1:
Enfoque
Biopsicosocial
La salud es un derecho humano y, por tanto, es un ámbito de la vida que debe ser abordado
colectivamente a través de políticas públicas. En otras palabras, existe una responsabilidad social en
la provisión de este bien, en donde las personas son consideradas en su condición de ciudadanos. Por
ello, se rechaza toda concepción que define la salud como un bien privado y que apele a la
privatización del sistema público de salud.
Al mismo tiempo, se apela a la noción del proceso de salud-enfermedad como fenómeno complejo y
multi-causal. Bajo esta noción autodefinida como “integral”, se establece que las necesidades en salud
de las personas y las comunidades son heterogéneas. En este sentido, se entiende que no existe,
necesariamente una relación entre el mayor gasto y los resultados obtenidos en términos de salud, ya
sea por la mala utilización de los recursos como por la organización propia de los sistemas de salud.
«La salud de los chilenos es un patrimonio nacional y por lo tanto
responsabilidad de todos. Por lo señalado anteriormente la reforma que
planteamos busca ofrecer al país mayor equidad en salud y un sistema de
atención capaz de prevenir y atender adecuadamente la enfermedad» [Hernán
Sandoval, 2002].
«El ser humano no es la enfermedad que tenga en ese minuto, es mucho
más que eso. Por eso, el modelo de salud que tenemos que crear debe ser un
modelo de integralidad.
Con el tipo de estructura que plantean las iniciativas legales de esta
reforma, lo único que se hace es centrarse en las enfermedades y separa las
acciones de salud pública de las personas. Eso también desarticula, no
permite la integralidad» [Periódico Punto Final, Julio de 2002].
187
Noción de Salud
Discurso 2:
Enfoque
TecnológicoMedicalizado
Se entiende la salud como un proceso bio-médico, definiendo la salud en contraposición al de
enfermedad. En este sentido, el objeto principal de preocupación es la patología. Por su parte, las
personas son vistas como usuarios del sistema de salud y como pacientes en términos del acto
médico.
Los cambios que ocurren sobre el nivel de vida de las personas son progresivos, se establece una
continuidad histórica lineal. Nivel de salud depende del desarrollo país y, en ese sentido, se entiende
que existe un estado de salud propio de las naciones subdesarrolladas y otro de las desarrolladas.
Los factores que afectan la salud son biológicos, socio-demográficos, culturales y económicos. La
actual transformación del perfil epidemiológico sería resultado del proceso globalizatorio, derivado de
un cambio cultural. Dicha transformación se evidencia a partir de los cambios acontecidos en los
estilos de vida, el envejecimiento poblacional y las condiciones de trabajo.
«Nuestro país vive un proceso de transformación del perfil de
enfermedades que afectan a la población, como consecuencia de su
progresivo envejecimiento, del cambio en los hábitos de vida y de las
condiciones de trabajo. Esta transición forma parte de cambios sociales,
económicos y culturales, insertos en un mundo globalizado.
Lo anterior significa que coexisten problemas de salud de diversa índole.
Por una parte, hay enfermedades infecciosas y problemas derivados de malas
condiciones de saneamiento ambiental propios de una sociedad en desarrollo,
y por otra, hay enfermedades cardiovasculares, cánceres y traumatismos, que
predominan en el patrón de mortalidad actual y que se asemejan al perfil
epidemiológico de una sociedad desarrollada» [Comisión de Salud, Primer
Informe, Cámara de Diputados, Congreso Nacional, 2002].
188
Noción de Salud
Discurso 3:
Enfoque
Conductualmercantil
Se define la salud como mercancía y, por ende, las personas son consideradas consumidores,
estando el nivel de salud de cada persona directamente relacionada con los servicios de salud que han
adquirido éstos.
De este modo, el objeto principal de preocupación desde este discurso es el individuo, sus
necesidades y preferencias. Dichas preferencias y necesidades han variado a lo largo de la historia y
son heterogéneas en la sociedad actual.
«A pesar de que salud es, según la opinión pública, el segundo problema al
que debería dedicar el mayor esfuerzo en solucionar el Gobierno, la
satisfacción que muestran los usuarios con la última atención de salud recibida
puede ser calificada de alta. En el total de la muestra ésta alcanza a 59%,
crece a 68% entre los usuarios de Isapre y cae a 56% entre los usuarios de
FONASA (...) Pero, ¿cómo se conjugan estas respuestas que muestran a una
opinión pública relativamente satisfecha con la salud que está recibiendo con
aquellas que muestran que la salud es el segundo problema del país de un
listado de 15?
En esto puede suceder lo mismo que ocurre con el tema del empleo. El
empleo es el principal problema para los chilenos, sin embargo, la mayor parte
de la gente no está desempleada. En salud, tal vez, la sensación es que hay
problemas, aun cuando se está satisfecho con la propia atención de salud.
Estos hallazgos también ponen de manifiesto un hecho importante: La
salud chilena tiene problemas pero no está en crisis. Y estos problemas tienen
más que ver con el acceso oportuno a la prestación requerida que con la
calidad de ésta» [Carla Lehmann, 2002].
189
Tabla 13: Discurso Sanitario, Marzo del 2003 a Abril del 2004
Noción de Salud
Discurso 1:
La salud es un fenómeno complejo afectado por factores biológicos, psicológicos y sociales.
Enfoque Biopsicosocial
Hoy por hoy los hábitos y estilos de vida tienen una gran importancia en la calidad de vida de las
personas. Por ello se propone abordar el fenómeno poniendo énfasis en los factores socioculturales, superando aquellos paradigmas que restringen la salud a la atención médica.
«La crisis de los sistemas de salud está instalada en los hechos y en
las limitaciones del modelo vigente para enfrentar los desafíos de la
transición demográfica y epidemiológica; sin embargo no forma parte del
sentido común de nuestra sociedad y su superación implica la capacidad
de lograr la aceptación de la necesidad de modificar el modelo y la
creación de un nuevo paradigma.
Todo lo anterior nos lleva a considerar que no hay posibilidades de
generar realmente una Reforma de la Salud si ésta no se da en el plano
cultural, es decir en lo que entendemos por salud, qué es la salud para
nosotros y qué salud queremos para nuestra población. Esto nos indica
que ante todo un intento de Reforma debe transcurrir en el plano cultural,
aunque los instrumentos para lograrlo sean legales, financieros o de otra
naturaleza» [Hernán Sandoval, 2002].
Discurso 2:
Enfoque Conductualmercantil
La salud es un bien transable en el mercado en forma de servicios de salud. Así, desde esta
postura, parece relevante integrar los elementos aportados por las Ciencias Económicas a la
administración y financiamientos de los sistemas de salud, tanto públicos como privados,
entendiendo que la demanda de este bien aumenta a medida que sus costos también lo hacen.
«Los costos en salud son siempre crecientes, dado que la demanda
por servicios de salud corresponde a la demanda por un bien sobrenormal, es decir, las personas estarán dispuestas a destinar (o en su
defecto, hacer gastar a un tercero, en este caso el Fisco) una proporción
mayor de recursos ante un leve incremento de sus ingresos (o de los
fondos dispuestos y comprometidos, por ejemplo, para las patologías
cubiertas por el Plan AUGE)» [Vito Sciaraffia, 2004].
190
Tabla 14: Discurso Sanitario, Mayo del 2004 a Junio del 2005
Noción de Salud
Discurso 1:
Enfoque
Biopsicosocial
La salud es un derecho humano y, por tanto, es un ámbito de la vida que debe ser abordado
colectivamente.
La salud es un fenómeno multi-causal, lo cual lo hace difícil de abordar. El concepto de salud abarca
mucho más que los ámbitos de acción del sistema de salud, en tanto es un fenómeno en el que
intervienen múltiples factores tales como el nivel socioeconómico, las condiciones de trabajo, la
vivienda, educación, etc.
«La salud es, ante todo, un fenómeno multidimensional. Por ello, la
búsqueda de la equidad en salud también es multidimensional, incluyendo los
aspectos relacionados con el logro y posibilidad de alcanzar una buena salud y
no sólo con el acceso a los servicios de atención de salud» [Marcela Ferrer,
2004].
«Desde hace un par de décadas, Chile presenta un perfil de morbimortalidad comparable al de países con mayor grado de desarrollo. Este perfil
trae consigo problemas de salud pública de complejo abordaje, debido a su
estrecha vinculación con dimensiones socioculturales y modos de vida en la
comunidad y en el trabajo que subyacen a lo que se denominan
“determinantes” del estado de salud de la población, las que, por sus
características, ofrecen un panorama multi-causal difícil de abordar. Es así
como esta situación se transforma en un obstáculo para los efectos de
organización y desempeño sectorial, cuyas fronteras se ven sobrepasadas por
el desafío y donde el “modelo de atención” de los problemas ha quedado
rezagado en prácticas asociadas a un “momento” epidemiológico anterior»
[César Oyarzo y Marcos Vergara, 2005].
191
Noción de Salud
Discurso 2:
Enfoque
Conductualmercantil
Subyace a ésta mirada del sector una perspectiva que asocia la salud con un bien transable en el
mercado, el cual puede ofrecer cuantiosas ganancias para quienes intervengan en él desde la
medicina privada. De tal modo, el concepto de salud pierde su significado en pos de la idea de servicio.
«El gran cambio de la reforma a la salud no sólo implica la mejora en la
calidad de la misma que por ley el sistema público y privado estarán obligados
a entregar, sino también ha significado una transformación en la visión que,
asociaciones de médicos, prestigiosas clínicas privadas, sociedades de
inversión en la que los principales accionistas son las isapres, tienen del
modelo chileno y porque la eficiente "gestión en salud" es un saludable
negocio que crece y reporta jugosas utilidades a sus propietarios» [Diario El
Sur, Concepción, 08 de Agosto de 2004].
192
Tabla 15: Derecho a la Salud, Enero de 1998 a Marzo del 2002
Derecho a la Salud
Entendiendo que la salud es un fenómeno complejo y múltiple, éste debe ser abarcado de forma
multisectorial, cubriendo íntegramente las necesidades que las personas pueden presentar en este
ámbito.
El resguardo del derecho a la salud es una obligación ética, la cual además contribuye al
crecimiento país; es una inversión de largo plazo. En este sentido, es deber del Estado garantizar
el bienestar de la población y el acceso universal a servicios de salud de forma oportuna, de
calidad y con protección financiera, según sus necesidades. La accesibilidad a la salud debe ser
tanto física, económica y social.
Adicionalmente, se entiende el derecho a la salud como un derecho humano de responsabilidad
compartida, siendo el conjunto de la ciudadanía con las instituciones públicas y privadas quienes
deben hacerse responsables en conjunto de este ámbito de la vida social. En esta línea, se apela a
la participación social como un componente principal del derecho a la salud.
Discurso 1:
Derechos sociales
Existe una preocupación por la equidad del sistema, en tanto el acceso equitativo a la salud
contribuye a la cohesión social. Asimismo, se pone énfasis en la disposición de los recursos
humanos, materiales, tecnológicos y de infraestructura adecuados para cubrir las necesidades de
atención de la salud.
Finalmente, se apela al criterio de aceptabilidad, considerando que el derecho a la salud debe
respetar la ética médica, en lo que respecta a la libre elección y la no maleficencia.
«Por ser un bien esencial, la salud tiene estatuto de derecho humano, de
responsabilidad compartida por el conjunto de los ciudadanos y de las
instituciones nacionales públicas o privadas. Dejar la salud a la
responsabilidad individual es una simplificación dramática que tiene
consecuencias graves (ver por ejemplo el problema de la contaminación del
medio ambiente). Sectores como educación, vivienda y urbanismo,
transportes para dar solamente algunos ejemplos, tienen responsabilidad
en la salud de la población» [Colegio Médico, 1998].
193
Derecho a la Salud
En el marco de los llamados derecho individuales o fundamentales (estos son, el derecho a la vida
y la integridad física, libertad individual, libertad de expresión, libertad de reunión e igualdad ante
la ley), se entiende que debe protegerse la salud tanto a los usuarios del sistema públicos como a
los del sistema privado el acceso a servicios de salud de calidad, de forma oportuna y con
protección financiera.
Ahora bien, considerando que los recursos del Estado son limitados y no pueden satisfacer todas
las necesidades de la población, se asume que los derechos humanos, en general, y el de la
salud, en lo específico, son valores a los cuales aspira la sociedad, no siendo imperativo que éstos
se cumplan a cabalidad en la actualidad.
Para reducir las discriminaciones que se generan hacia las personas de menores recursos y
mayores riesgos médicos (cream skimming) deben integrarse mecanismos de solidaridad que
operen tanto en las instituciones públicas como privados, garantizándose así el acceso universal a
servicios de salud para aquellas condiciones o problemas de salud que son más significativas,
costosas o nefastas para la calidad de vida.
Discurso 2:
Derechos
fundamentales
Las personas poseen ciertos deberes, entre ellos, cuidar su estado de salud y aportar al sistema a
través de una cotización mensual en una de las institución de salud previsional existentes. El
Estado, en tanto, tiene el deber de proveerle a las personas condiciones ambientales y de trabajo
adecuadas para su salud, así como garantizar el acceso a servicios de salud a quienes por sus
escasos recursos no pueden hacerlo por su cuenta.
«Chile tendrá un plan Garantizado de Salud, que comprometerá tanto al
Fonasa como a las Isapres. Este Plan establece garantías de atención
eficiente y oportuna para todas las chilenas y chilenos frente a las
enfermedades más frecuentes, más graves y de mayor costo» [Ricardo
Lagos, Discurso Presidencial, 21 de Mayo 2001].
«La consideración fundamental que orienta la doctrina del Supremo
Gobierno es la salud como un derecho de las personas. Esto significa que
el país requiere un sistema de salud que garantice a toda persona,
independiente de su edad, ingreso, sexo, educación, etnia u orientación
sexual, la existencia de condiciones saludables en su comunidad y trabajo
y una atención de salud adecuada para enfrentar situaciones de
enfermedad, sujetas a las capacidades y recursos del país» [Hernán
Sandoval, 2002].
194
Derecho a la Salud
Los sujetos tienen la responsabilidad de cuidar su salud y proveerse de los servicios necesarios
para ello. Esto implica que todas las personas, independiente de su nivel de ingreso, debiesen
adquirir un plan de salud, pagando para ello una suma proporcional a su ingreso. Frente a esto, el
Estado debe garantizar la libertad de éstos para elegir el nivel de aseguramiento con el que
desean resguardarse y en qué institución hacerlo.
Según esta perspectiva, las condiciones actuales del mercado de la salud obligan a desestimar la
posibilidad de entregar una atención integral de las necesidades ligadas a este ámbito, de modo
que las coberturas de los planes deben ser parciales (menores al 100%), estableciéndose los
valores a pagar por los usuarios en caso de sufrir de una enfermedad o condición de salud fuera
de cobertura.
Discurso 3:
Libertad Individual
La equidad, de tal modo, es entendida como igualdad de oportunidades para acceder a los
servicios ofertados en el mercado de la salud, sin que los factores económicos sean un
impedimento para ello. Al respecto, no sería deber de los privados ajustar los precios de sus
planes a los riesgos médicos de sus pacientes, siendo que sería el Estado el encargado de
compensar a través de subsidios portables este factor para que las personas puedan acceder
efectivamente a los servicios más acordes a sus necesidades y expectativas.
A su vez, sería vital para la realización de esta libertad individual reducir la dispersión de
información, haciéndola más clara y accesible para que las personas puedan decidir entre las
distintas alternativas existentes en el mercado.
«Un quinto principio orientador es que los planes de salud puedan ser
provistos competitivamente, lo que evita conductas monopólicas que
perjudiquen a los ciudadanos. Este principio asegura que exista elección y
que los ciudadanos no sean sometidos a sólo una opción. Un sexto
elemento que debe contener la reforma es que no se debe permitir la
discriminación por edad, sexo o riesgo médico de los beneficiarios. Sólo
así se garantiza que las personas accedan a los planes de salud
deseados. Por supuesto, esto no impide a los aseguradores ajustar sus
primas a los riesgos percibidos» [Harald Beyer y Rodrigo Vergara, 2001].
195
Tabla 16: Derecho a la Salud, Abril del 2002 a Febrero del 2003
Derecho a la Salud
La salud es un derecho social, razón por la cual el Estado debe asegurar el bienestar físico,
psicológico y social de todos los habitantes del país. El hecho que la salud sea asumida por el
Estado, implica que todos las y los ciudadanos aportan a su financiamiento a través de impuestos
generales y, por tanto, se les debe garantizar una atención integra y promover su participación.
Además, existe una preocupación especial por accesibilidad, asequibilidad e integralidad de las
prestaciones de salud. En esta línea, se apela a que el acceso a prestaciones de salud debe
hacerse sin exclusiones de ningún tipo; limitar su acceso afecta especialmente a aquellos grupos
que por sus escasos recursos no pueden obtener ayuda médica por su cuenta, aumentando así la
inequidad en este ámbito.
Discurso 1:
Derechos Sociales
«Nos parece adecuado que el ejercicio del derecho a la salud cuente
con garantías, sin embargo debemos recordar que el derecho a la salud es
mucho más que el derecho a las atenciones de salud, como ya lo hemos
señalado.
Por otra parte el derecho a las atenciones de salud contempla que cada
persona reciba las atenciones que necesita con la más amplia cobertura y
no con un listado de patologías restringido» [Colegio Médico, 2002].
«No contribuye a la equidad, ni a la solidaridad, el hecho de que el
Estado realice un aporte fiscal para financiar el Régimen Auge para
indigentes y/o personas carentes de recursos, entendiendo además que en
este grupo -al que se suma una proporción importante de pobres no
indigentes- se producirá con mayor intensidad el fenómeno discriminatorio
Auge - no Auge. Los grupos de mayores ingresos podrán complementar
sus planes de salud en el sector privado, al contrario de los grupos de
bajos ingresos, quienes tendrán asegurado solamente el plan Auge»
[Esteban Maturana, Presidente de la CONFUSAM, Comisión de Salud,
Primer Informe, Cámara de Diputados, Congreso Nacional, 2002].
196
Derecho a la Salud
Las personas poseen derecho y deberes en salud. Como derecho, todos los habitantes del país
deben contar con acceso a los servicios de salud necesarios para enfrentar las situaciones de
enfermedad que se les presenten, así como condiciones saludables en su entorno social y laboral,
dentro de los recursos disponibles en el país. Respecto a sus deberes, se entienden que es
responsabilidad de las personas cuidar su estado de salud y aportar al sistema de acuerdo a su
nivel socioeconómico.
Se enfatiza en evitar la discriminación de las personas en el sistema de salud, ligada a su
capacidad de pago, sexo y género, ante lo que se propone establecer subsidios focalizados hacia
quienes tiene una condición socio-económica carenciada y subsidios compensatorios para
redistribuir los recursos a los grupos más riesgosos (adultos mayores y mujeres).
Discurso 2:
Derechos
Fundamentales
Garantizar la atención universal e integral parece una utopía irrealizable en el escenario actual,
considerando que los recursos del país son escasos en relación a las necesidades infinitas. Se
pretende racionalizar la atención en salud, cubriendo solo aquellas necesidades sanitarias más
relevantes, esto es, aquellas enfermedades o condiciones de salud que causan mayor mortalidad,
discapacidad y pérdida de calidad de vida, y posteriormente ir aumentando las garantías en
relación al crecimiento país.
Asimismo, se establece la diferenciación entre “derechos nominales” y “derechos exigibles”; no
basta con que el Estado consagre ciertos derechos, también es necesario establecer los
mecanismos para que estos sean efectivamente exigibles (judicialización).
«Para el Gobierno, la salud es un derecho de las personas. Esto
significa que toda persona residente en el territorio nacional debe contar
con un mecanismo de protección social y con acceso universal a una
atención de salud adecuada y oportuna para enfrentar situaciones de
enfermedad, y a la existencia de condiciones saludables en su comunidad
y en su trabajo, dentro de las capacidades y recursos del país.
Para resguardar el derecho a la salud, es necesario establecer
garantías explícitas de acceso, oportunidad, calidad y protección
financiera y crear los instrumentos para el efectivo ejercicio de éstas,
dotando a los usuarios de las facultades y mecanismos para hacerlas
exigibles» [Cámara de Diputados, Primer Informe Comisión de Salud,
2002].
197
Derecho a la Salud
Discurso 2:
Derechos
Fundamentales
«El sistema AUGE establece las bases para la aplicación del acceso
universal de garantías explícitas, instrumento que permitirá dar prioridad y
garantizar de manera explícita la atención integral de las necesidades de
salud que hoy causan la mayor mortalidad, discapacidad y pérdida de
calidad de vida. Con el AUGE, 56 patologías calificadas como prioritarias
serán garantizadas, con tiempos de espera definidos, con copagos
razonables y con topes para proteger el ingreso familiar» [Osvaldo Artazar,
Ministro de Salud, Exposición en Comisión de Salud, Cámara de
Diputados, 2002].
Según queda consagrado en la Constitución de 1980, el Estado debe resguardar la libertad de las
personas para elegir el nivel de cobertura de salud que desean para sí y sus familias de acuerdo a
sus necesidades y expectativas. Para ello, deben generarse las condiciones para que los privados
ofrezcan planes de salud de forma competitiva, abriéndose así las opciones para que las personas
elijan la opción que más se acerca a sus requerimientos.
De tal manera, será el juego del mercado el que permitirá entregar planes más económicos y
adecuados para las personas, y no la intervención del Estado en esta materia. En este escenario,
FONASA debiese comportarse como una Isapre más.
Discurso 3:
Libertad Individual
Por ello, se rechaza la propuesta de gobierno en el sentido de que el Estado no debiese fijar
cuotas mínimas de aseguramiento ni montos de referencia para las prestaciones para ser
aplicados de forma obligatoria por las Isapres. Únicamente su acción debiese estar ligada a
recomendar cuales serían los niveles adecuados de aseguramiento para sus afiliados y garantizar
que el mercado de prestadores de la salud sea competitivo y transparente.
«Respecto del producto que se establece en el proyecto de ley, cree
positivo que exista una regulación de beneficios mínimos obligatorios,
complementado con un régimen de garantías Auge, la cobertura financiera
del Fonasa de libre elección y del plan complementario. Sin embargo, cree
que este plan complementario debe ser convenido libremente por las
partes, eliminándose regulaciones que se detallan en el proyecto, tales
como el límite inferior de cobertura del inciso primero del artículo 33 y el
establecimiento de un arancel único» [Rodrigo Castro, Libertad y
Desarrollo, Cámara de Diputados, Primer Informe de la Comisión de Salud,
Congreso Nacional, 2002].
198
Tabla 17: Derecho a la Salud, Marzo del 2003 a Abril del 2004
Derecho a la Salud
El Estado debe proteger la salud a todos los habitantes del país, sin que factores biológicossanitarios, económicos, políticos o socioculturales generen limitaciones ni exclusiones de ningún
tipo. Se propone como meta la Equidad en Salud, entendida como la capacidad de una sociedad
para hacer parte a todos sus miembros de los beneficios del progreso (inclusión social).
La salud es una responsabilidad colectiva, compartida por el Estado y la Sociedad Civil. Se
reconoce a los/las usuarios/as en su condición de ciudadanos/as, sujetos de derechos y deberes
en salud. Surge la preocupación por la aceptabilidad y transparencia de las políticas sanitarias, las
cuales deben ser legitimadas por los usuarios. En esta línea, quienes mantienen este discurso
destacan como desafío para la protección del derecho a la salud reducir la asimetría existente en
información y en la toma de decisiones.
Discurso 1:
Derechos Sociales
«"Con el plan AUGE (Acceso Universal con Garantías Explícitas), al
haber ciertas prioridades y ciertos dineros sólo y exclusivamente para esas
enfermedades, dejamos fuera muchas otras", explicó Castro, quien
subrayó que los médicos no están dispuestos a "definir enfermos de
primera o segunda categoría".» [Juan Luis Castro, Entrevista en Radio
Cooperativa, 16 de Diciembre del 2003]
«Nunca, como ahora, la humanidad ha sido más rica y poderosa en
conocimientos y poder de curar y de matar. Sin embargo, nunca se ha
sufrido tan enorme injusticia en la repartición de esa riqueza o tanta
soledad del hombre...
«La Participación Social en salud es uno de los pilares para la
formulación, desarrollo y evaluación de las políticas y programas
sectoriales. Constituye una instancia de fiscalización por parte de la
comunidad, de la calidad, efectividad y oportunidad del servicio, y del uso
eficiente de los recursos. También constituye la tribuna indispensable
donde la comunidad expresa sus preferencias y expectativas. En definitiva,
implica un mecanismo de mejoramiento social de las actividades de salud,
puesto que exige transparencia tanto en el desarrollo como en el resultado
del proceso, asegurando la legitimación social del sistema de salud y la
superación de la insatisfacción ciudadana» [Hernán Sandoval, 2004].
199
Derecho a la Salud
Toda persona residente en el país, con independencia de su edad, sexo, educación, etnia,
preferencias sexuales o ingreso, debe contar con acceso a atención adecuada y oportuna, y con
condiciones saludables en su comunidad y trabajo, todo esto en consideración de los recursos
disponibles en el país. El desafío, en este caso, para el Estado es ir avanzando gradualmente
hacia la protección íntegra del derecho a la atención de la salud.
Dado que los recursos son escasos, el Estado está obligado a delimitar y explicitar las garantías a
las cuales las personas tienen derecho y que, por tanto, pueden exigir. De igual manera, los
recursos públicos deben focalizarse en aquellas personas que se encuentran en situación de
vulnerabilidad o minusvalía.
Discurso 2:
Derechos
Fundamentales
«El Derecho a la Salud, se refiere al reconocimiento de que toda
persona residente en el territorio nacional, y con independencia de su
edad, sexo, educación, etnia, preferencias sexuales o ingresos, debe
contar con un mecanismo de protección social, con acceso universal a una
atención
de salud adecuada y oportuna y al aseguramiento de
condiciones saludables en su comunidad y en su trabajo, todo en
consideración a las capacidades y recursos del país. Este reconocimiento
implica establecer garantías explícitas de acceso, oportunidad, calidad y
protección financiera, empoderando a la población con las herramientas y
facultades para hacerlas exigibles» [Hernán Sandoval, 2004].
«Y este año, en abril, hemos incluido dos nuevas patologías con
cobertura garantizada. En primer lugar, el cáncer cérvico-uterino, con
cobertura de atención del cien por ciento y, en segundo lugar, los cuidados
paliativos del dolor, que mejoran la calidad de vida de todos aquellos
pacientes que tienen cáncer terminal.
En otras palabras, en tanto entre en aplicación el plan completo del
AUGE, por la vía de los planes piloto estamos avanzando de manera que
la población tenga claro que lo que estamos haciendo es garantizar tiempo
y acceso, en cada una de estas enfermedades. Así será con las 56
patologías que están hoy incluidas en el Plan AUGE» [Ricardo Lagos,
Presidente de la República 2000-2006, Discurso Presidencial, 21 de Mayo
de 2003].
200
Derecho a la Salud
Siguiendo la tendencia mundial, los gastos en salud tenderán al alza, lo cual impide que el Estado
se haga cargo de este ámbito de la vida social. Frente a esto, los servicios de salud deben
constituirse únicamente como bienes transables en el mercado, lo cual permite asegurar que el
nivel de aseguramiento con la que una persona cuente en salud sea precisamente aquella que
ésta quiere obtener en función de los recursos que está dispuesto a invertir en ello.
Para ello, se propone eliminar las barreras de entrada y de salida al mercado como, por ejemplo,
es la reducción de los servicios a ofertar por los privados a sus usuarios, la ambigüedad de las
fuentes de información y la obligatoriedad de cotizar un 7% en salud.
Discurso 3:
Libertad Individual
«Propusimos un grupo de patologías que se atiendan preferentemente,
sin descuidar el resto de las enfermedades. La atención será de la misma
calidad en todos los casos, con la única diferencia de que las patologías no
prioritarias deberán esperar un poco más para ser atendidas, salvo que la
persona logre un copago mayor. Eso es lo que pasa en todas partes del
mundo, y eso es lo que está fallando porque el gobierno no ha definido qué
va a hacer con el Auge» [Alberto Espina. Entrevista Radio Universidad de
Chile. 09 de Octubre de 2003].
«Los costos en salud son siempre crecientes, dado que la demanda por
servicios de salud corresponde a la demanda por un bien sobre-normal, es
decir, las personas estarán dispuestas a destinar (o en su defecto, hacer
gastar a un tercero, en este caso el Fisco) una proporción mayor de
recursos ante un leve incremento de sus ingresos (o de los fondos
dispuestos y comprometidos, por ejemplo, para las patologías cubiertas
por el Plan AUGE)» [Vito Sciaraffia, 2004].
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Tabla 18: Derecho a la Salud, Mayo del 2004 a Septiembre del 2005
Derecho a la Salud
La salud es un derecho intrínseco del ser Humano, lo cual implica que los criterios técnicos de
orden sanitario, económico o legales adoptados no pueden ir en detrimento del bienestar de
ninguno de los miembros que componen la sociedad. Las personas son reconocidas en su
condición de ciudadanos (as) con derechos, todos los cuales deben ser integrados al desarrollo
social del país. Dado que el derecho a la salud no se agota en la atención médica, se valora
profundamente la equidad en salud como objetivo de la política pública a lograr mediante acciones
intersectoriales dirigidas a la justicia social. A su vez, se valora la participación social, lo cual
permite el ejercicio concreto del derecho a la salud a través del establecimiento de un vínculo más
horizontal entre prestadores de salud y usuarios, y su inclusión en la toma de decisiones del
sector.
Discurso 1:
Derechos Sociales
«El Proyecto está basado, en la práctica, en la definición de un listado
de enfermedades que serán “mejor” atendidas que antes del Proyecto,
dejando a las enfermedades no listadas para ser atendidas “peor” que las
incluidas en AUGE (…) Con AUGE la persona humana es mediatizada por
el diagnóstico al cual se pueda llegar; una vez llegado a él y sin su
consentimiento será derivada a un sistema supuesto “mejor” o “peor” con
lo que se viola los principios de respeto a la autonomía, justicia, no
maleficencia y beneficencia» [Valenzuela, 2005].
«En el nuevo escenario, la apropiación y ejercicio de derechos por parte
de la población aparece como clave para la efectiva realización de los
cambios en materia de acceso a la atención y a los recursos, de
participación ciudadana en salud y de cumplimiento de las garantías. Por
esta razón, es preocupante la ausencia de debate parlamentario y, en
consecuencia, la no aprobación de la denominada Ley de Derechos y
Deberes de los Pacientes, que fue el primer proyecto que se envió al
Parlamento durante el proceso legislativo de la reforma sectorial. Es un
marco poco alentador, que retarda los avances culturales y el ejercicio
efectivo de ciudadanía en salud, elemento insustituible del bienestar y la
calidad de vida» [Observatorio de Equidad en Salud, 2005].
202
Derecho a la Salud
El Estado debe velar por un adecuado nivel de salud para su población, poniendo especial énfasis
en aquellas personas que no cuentan con los recursos suficientes para pagar el valor real de las
prestaciones.
Al respecto, el rol de Estado dice relación con asegurar un piso mínimo en salud, el cual sea
exigible tanto por los usuarios del sistema público como del sistema privado, ya que dada la
escasez de recursos es imposible asegurar acceso universal a ésta.
De tal modo, el derecho a la salud es entendido como la garantía con la que cada persona debe
contar con acceso a prestaciones de salud de calidad, con oportunidad y protección financiera.
Discurso 2:
Derechos
Fundamentales
«Es fácil coincidir en que la totalidad de la salud debe estar garantizada
y de hecho así aparece en la Constitución pero esto corresponde a los
llamados derechos no exigibles, es decir, si el principio no se cumple nadie
es responsable. La propuesta de Reforma
incluye gradualmente
enfermedades en que, tanto el sistema público como el privado, asumen la
total responsabilidad, incluyendo que un paciente que no tenga “cupo” en
la red pública puede y debe ser atendido en la red privada pero, a
diferencia de antes, pagado íntegramente por el asegurador público»
[Álvaro Erazo, Revista Foro, Fundación Chile 21].
«-¿Por qué no se las pudo incluir a todas las patologías?
-Esto de garantizar derechos es una cosa novedosa dentro de los
sistemas de salud mundiales. Las que están incorporadas dentro del Auge
dan cuenta del 80% de los problemas importantes de las personas. Por
cierto que quedan un montón de cosas de las cuales la gente se enferma y
no estarán garantizados, pero desde el punto de vista epidemiológico y de
salud si nosotros logramos instalar estos 56 problemas el 2007, debería
haber un impacto muy importante en la mortalidad y en la calidad de vida
de las personas» [Entrevista Osvaldo Salgado, Subsecretario de Redes
Asistenciales del MINSAL, Diario La Nación, Santiago, 9 de Febrero de
2005].
203
Derecho a la Salud
Las personas son responsables de contratar los servicios que sean necesarios para contar con un
nivel de aseguramiento en salud óptimo para sus necesidades y las de su familia. En este sentido,
la salud corresponde a un bien transable en el mercado, de cuya transacción se benefician tanto
los usuarios como sus proveedores.
El Estado debe garantizar las condiciones necesarias para que sea efectiva la libertad de elección
en dicho ámbito, dirigiendo las políticas públicas a mejorar la transparencia y competencia del
mercado de seguros de salud. En esta línea, cualquier legislación que norme e imponga
prioridades en salud, no puede ir en detrimento de la libertad de los individuos para contratar otros
seguros complementarios.
«Superposiciones: AUGE entraba el seguro catastrófico de las isapres.
Asociación de empresas privadas de salud pide claridad y no aplicar el
anunciado Fondo de Compensación.
Discurso 3:
Libertad Individual
A días de que se retome la discusión de la reforma a la salud con la
modificación del sistema de isapres, la asociación que agrupa a estas
empresas comenzó su ofensiva pública para aclarar puntos que le
inquietan.
El más importante, por ahora, es la superposición del AUGE con el
seguro catastrófico.
La incorporación del plan también tiende a confundir con la Cobertura
Adicional para Enfermedades Catastróficas (CAEC), dijo Hernán Doren,
presidente de la Asociación de Isapres.
Tanto el plan AUGE y sus 56 prioridades sanitarias como la CAEC
apuntan en el mismo sentido: coberturas financieras conocidas como
copagos con topes máximos que bordean las 130 unidades de fomento
(dos millones de pesos).
Según Doren, llegado el momento, la gente no sabrá si pedir cobertura
por AUGE o CAEC. Para zanjar la duda, pidió que el Ejecutivo clarifique
que las 56 prestaciones del AUGE -que serán obligatorias en las isapresse excluyan de forma explícita de la CAEC.
204
Derecho a la Salud
"Así, la cobertura catastrófica será una especie de AUGE plus", dijo
Doren» [El Mercurio, Santiago, 25 de Agosto de 2004].
«El gran cambio de la reforma a la salud no sólo implica la mejora en la
calidad de la misma que por ley el sistema público y privado estarán
obligados a entregar, sino también ha significado una transformación en la
visión que, asociaciones de médicos, prestigiosas clínicas privadas,
sociedades de inversión en la que los principales accionistas son las
isapres, tienen del modelo chileno y porque la eficiente "gestión en salud"
es un saludable negocio que crece y reporta jugosas utilidades a sus
propietarios.
Discurso 3:
Libertad Individual
La rentabilidad de las clínicas es de 12 a 14% sobre capital (1,4% el de
las isapres) por lo que es un negocio atractivo para cualquier inversionista,
reconoció el doctor Claudio Santander Kelly, presidente del directorio de
Empresas Masvida.
Explicó que a partir del 2 de enero de 2005, 17 patologías tendrán que
ser atendidas en todas las clínicas, estar protocolizadas y tener un costo
conocido. Las isapres tienen que tener estas 17 patologías en sus planes
con el mismo costo que establece la ley para cada una de ellas (2,7 UF
como precio mínimo). Al 2007 serán 56 patologías.
Si bien esto ya está incorporado en los planes de salud, la novedad es
que incluye los honorarios médicos, lo que legitimiza la modalidad
institucional, es decir una isapre puede ofrecer el "paquete completo". En
esta modalidad el que más se beneficia es el paciente. Se crea la
Superintendencia de Salud que tiene la función de acreditación de las
clínicas y de los prestadores. Se establece una especie de Sernac de la
salud que podrá publicar la lista de precios de cada una de las entidades,
todo lo que contribuirá a la transparencia y mayor competencia del
sistema, señaló» [Diario El Sur, Concepción, 08 de Agosto de 2004].
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