149- t COMEDIA NUEYA. DEFENSA DE BARCELONA POR LA MAS FUERTE AM AZONA. POR F E R M IN D EL REYIH A L L A R ^ P E R S O N A S . W ifre d o , Conde J e Barcelona. P etron ila de < g r a n ,u n t, Condesa, L o Tteyna.Gruca. DoÜa Laura. D on B erenguei de Grum anaf. D on G atíott de Mancada. D on Juym e D u r fo t. D on Ju a n , Señor de Cervera. 4 L A S C B N A S E 'TADEORGA,] A lifa m a , G enerai. R ey de CastetU aséns. [ C A L I í E 'D B I t A S j R e y de Trem ecen. M ahom et. Celtn. 'V A L m O ü i ^ O tro M oro. S o ld a dos yílm ugaberet. M oros. b arcas, ] R E P R E S E iV T A J O R N A D A E N B A R C E L O N A , P R I M E R A . S e lv a corta ¡ suenan ca x a s y c la r in e s , y sa le e l R ey d e Castelldaséns 3 y T t t — mecen , acuchillando á D on G a sto n de M oneada. Cas. ^ i n d e la espada , Ó m uere, tocan. M on. M o rir puedo, no ver el rostro a! m iedo; ni acostum bra jam as rendir la espada, un Español^ un n o b le , y un M oneada. Trem , D esarm ardle. M one, Prim ero aquesta vida quedará á vuestra costa bien ren dida. Caxa y Clarin , y salen Cervera , y Soldados. Cer. I r r lit a d , fo ra g id o s, la ira fiera, toe. con tigo estoy M oneada. JMonc. íjt un C e rv era m e di£pensa el a u xilio de »u m ano, poco es todo el E x é rcito A fr ic a ­ no.vase» S e entran ocuchillándose y salen A l i f a ma , M o b o m e !, y Moros. A V tf. ¿ Q ue confusos rnm ores de arm a, v iv a , conm ueven todo el ca m p os M n h . F u g itiv a t r o p a , sej»un perm ite la distancia, con no v is ta arro g an cia , dfr innum erables M oros se defiende. Ahf. T o cad á recoger , ! ijué m al en­ tiende qiiien estien d e , que en trances d e cam p añ a, es el v a lo r efe cto de la safia ! tocan. M a h . Y a los n u estro s, al eco m al so­ n o ro , rer?tándose vienen c o a d eco ro , y la cbristian a tropa perseguida, den tro de la Ciu dad b ailo acogida. A Sa- Saìen los R iy M de CattiUdaséns , y Trem eceuy Morof» Trem . Sin duda .in floye al Español Christiaoo^ ei aliento de M a rta Soberano. ¿ Q u é m otivo , aliados stetnpre ñeleSj tniéntras y o recorría Íes q u arteles, la lid in cita , y vu estro a lien to a lte ra C a f. D isfru ta b a una caim a lisongera, vuestra gente al descaoso , que y a extrañ a redim iendo el afan de ia cam paña, de cootinúos asaltos producid o, bien que in útiles siem pre , quando beri 4 o el parche avisa en ecos con certados, que hacen una salida ios sitia d o s, y que su a rro jo cie g o , en nuestras mismas tiendas prende fuego: acudim os a l punto , mas su suerte e s.tan ta , que sem brando de la m u eite e n tre nosotros , pálidas señales, pues sus güipes fata les, producen el terro r , y el m iedo inspiran, con pérdida m uy co rta se retiran . Trem , Y o rezelo que España se lib erta esta vez de nuestra saña, se¿i¡n se o y e en disticitos^ con tin en tes, el d estro so total de nuestras gentes; y según en aquestos , la e xp erien cia nos expone m a yor in teligen cia , pues si es terro r Oel M jr o el ^ran P e la v o , P e tiu n ila es asombro , es fu iia , es ra yo . A V if. V alien tes A irica u o s, vuestros tristes augurios son m uy vanosj esa ciudad que h ero yca e a tantas lides, glo ria de España , fáb rica de A ic id e s , el orba adm ira , y su extensión coron a, ( que á Tanto es ^uiicleote B are;Iona ) p re sto besará' hum iiue vuestras plantas^. aunque , en fortunas tantas, d iñ c u lte la empresa con fuertes adalides , su Condesa. T a rd e ó nunca las coleras christianas, rom perán las coyundas A fjica n a s; bien que im aginen con extin tas furias en aqueste emi<.ferio , y el de A stu rias enm endar los desastres de R o d rigo , una m uger , y un úébíl enem igo. T re scien to s m il Cam peones, con que tengo cercada á Barcelona, ap o yan la razón de tiiis razones, sin infinita g«nTe , que blasona de (juerer m ilitar en mi- estandarte, p o r gozar de mis triun fos una parte. Presto v e re is aquestos altos m uros, titubear en si propios mas seguros. 9 guando de nuestra gente ]os insalte el asalto nuevamente. M as para castigar de estus cautivos, en parte , los orgullos siem pre altivos: y porque también vean, Sí lo ignoran , tai v e z con quién pelean, m iéntras la tropa algún descanso adquiere^ le perm ito al que un lauro pretendiere, que á particular duelo , y desafio, llam ar pueda ai C h ristian o de mas b rio . Cas, G eneroso A lK am a, cu yo h u d y c o valor , e! orbe aclam a, ese a h o p fn sa m iea to , es p ro d u coo n m uy digna de tu aliento^ y yo ávtes que o tro alguno á igu al aviso la le y raclam a , acep to tu perm iso: qu e si algún A frica n o so licita en el pérfido C h ristian o , em plear por su liooor la dura lan za, y o á im tiem po por mi honor , y mi venganza: pwes no ignoráis , que en Barcelona gim e en la e&clavitud fiera que la oprim e, baxo infam e cadena , vil é im p ía, la in feliz R eyifa G raca , esf osa mia; y si aquesta ra n n h o es suficiente, sea el no ser decente, que eii asuntos de fama , em peSo y g lo ría , digiiOj de vincularse en la m em oria, ni,--gun osacio M oro p rocediera, á quien Casrelldaséns p .r R e y venera. Tr&m. Serian tus razones m uy fundadas, siem pre que entre las huestes aliadas por ventura no hubiese un R ey de T rem ecen que se opusiese. Y o G en eral riel m ar , si de la tierra el iu v icto A l if ma , en esta guerr.7, digno de preferirm e no hallo alguno; y asi este honor es m ió , <!> de ninguno. Cast. ¿ V os , decrépito anciano, á quien tiem blan las arm as en la m ano, á m i osáis oponeros ? Trem . Si en batalla btillasea Jos acero s, tal vez á vista m ía, mas tu joven orgullo tem blaria. Cast. L a prueba te presento. enifufían. Trem . Y o castigaré pronto tu ardim iento. ^ i t f . T e n e d , que y a es preciso, que á los oos exceptúe mi perm iso al veros ir r ita r en mi presencia. Cast. A ella sola se rinde mi obediencia^ mas solo en esta parte protestando, que si iubordinüdus á tu mando servim os todos en ia acción presente A a por 4 * por orden Soberano dependiente de aquellos A m iratas y pose&ores de A fr ic a y de E sp añ a Em peradores, □o bay subordinación en mi gue alcanze á renunciar un trance donde mi honor adquiere un tim bre nuevo. Trem. E l propio es mi dictám en , y renuevo la propuesta in terio r. A a f . N o desconfío de la exp erien cia en vos , en vos del brio, n i pretendo arrogarm e en mis victo rias un derecho , que bu aiille vuestras glorias^ mas reze'o que acaso la fortuna, nunca al valor , ni al m érito oportuna, lograndp un fatal go lp e en vuestras vidas, * dexes mis esperanzas destruidas: pero al v e r obstinados en la acción vuestros pechos esforzado*, im agino hallar m edio , sin desdoro de 9¡guno de los dos , donde el decoro decida. Trem . Sí posible el m edio a d viertes, 2 Q uál es e l que propones ? Á i i j . E ch a r suertes, y á quien la suerte corresponda , lid ie, sin qu e ro aff^ u e la suerte o tro la envidie. €ast. Y o abrazo tu dictám en. Treni. Y o le adm ito. A iiJ . Pues venid á mi tienda , donde os c it o , á dfcíston tan g r a t a , y plegue al cíe lo , porque no se m alogre mi desvelo, que á quien toque la suerte, Jleve en sh inaiio el /lio de la m uerte. Cast. Si hará , sí es que á n)í mano íia el cielo el azote del C h ristian o. Trem . S i hará , quando en mí mismo con tra él llev o las furias del abism o. vanse. ni q u ita , ni dá ventajas ) Suien la Condesa P etro n ilo ¡ la lieythu qnando para el bien ccm u * G raca en tra g e AfricoH O f Gram utiul, nos imporra conservarla. Cervera f y Moneada. Y v o s , Don Juan de C e rv e ra , cuyas ilustres havafias, M one. Si vuestro perdón m erece adm ira el orbe , sabed, quie^ por glo ria de la P a tria , que á mi va lo r encargada, bien que siti" licí'ncia vu estra, quedó solo la defensa expone el pecho á las armas de Barcelona , esta P la za, en e m ig a s, disculpad::: que objeto particular P í t . N o , D on G astón de M oneada: del M ero , sus brios cansa. mal Igüedo disim ular E tta acción m e encargú el C on de una acción tan tem eraria, ro¡ esposo , que ausente se h a lla , com o e ip o n e r vui;s:ra ilustre como- A u x ilia r del Im p e rio , sargre á la enem iga saña, dando triuafos a sus arm as: (íiupuesto que uuíi salida, mas no me a d virtió p erm ita en la adversidad e s pren-Ja escaram uzas bizarra s, dfcl heroísm o. N a , G rao», en que con pérdida nuestra, no sois prisionera , estáis los eaem igos se aplaudan. com o en rehenes en mi casa, Cerv. Pocos aplausos , Señora, donáe os previno hospedaje, tributarán á su fam a no prisión , mi amistad rara , las salidas que hemos h e ch o , si no digno á vuestras prendas, si y a con lenguas de liama decente á vuestra elevada Qo las aplaude e l incendio de sus tiendas de caaipafia. sangre ^ en prueba de esto , no perm irí quando la saña P^í. Y o adm iro vuestro v a lo r, de *os vuestros puso sirio y veo la intolerancia á esta Ciudad , os lle v a ia con que soportáis de un sitio á la de V ich , donde á mi orden la opresion : oías la esperanza conduxéron arrestadas de que ha de llegar un d ia las personas de A larin en que el brio satisfaga y T u iz ; sé bien quanto es grata 5u noble sed en los fieros aun la libertad , que im pide enemigos de la P atria, os puedo adular ; mi esposo, una prisión cortesanaj á quien mi pecbo idolatra, mas fiad que rom pa vuestras ca.^enas Im aginarias llegará presto i ' y entonces, la venida de mi esposo, en decisiva batalla probareis vuestros alientos «;ue anhela gozosa ei aima. G r» -, T an to fjv o r agradezco, con los huestes A frica n o s, { O b ! llegue el día felice con rendirm e á vuestras plantas, P e t. Levantad. en que lisongee á mi alm a S a le D u rf. Señora , dadme la n oticia de su arribo: albricias. pues eo mis amantes ansias, P e t . Ya os las prepara son muchos siglos de ausencia cada instante de tardanza. mi corazon , que me anuncia, regocijos. G ra c. S i en vos la ausencia , Señora, D fi'’]-. li-.ta c.-rta tan tristes efectos causa, quando os enconrrais csñ ida lu’e d io un soldado , que llega de m arciales alabanzas, dei K xé cito d« F ran cia. y vuestro esposo aclam ado P e t. Don Jaym e D jr fo t , á tnnto p o r las naciones extrañas, don no hay prec.o que e q u ív ilg a , sino el ser partes á ios gozos, ¿ que no m otivará en m i, s o la , p ris io n e ra , esclava,, que en mi corazon resaltan. L e tra es üe mi es,>oso el C o n d e j é ignorante del d-jstino Cabal e r :s , escucaadia, qi'ie á mi esposo le am enaza? P e t . S en tir la ausencia es efecto q'je el am or de mis vaiaílos. exige igual coafianza. del am or ; mas la constancia Am ada esposa m ia, orig en de mi pena y a le g ría , los continuos afames de una gu erra, que de tus dulces lazos me destierra, j a e x t in to s , m e permiten a visarte, que su ceño feroz serena M a rte, por lo que mi partida suspirada no ha de tardar en verse efectuada. C u id a de B arcelona , siem pre a ltiv a , m ientras mi espada en tu socorro, arriba: con los Condes de U r g é l, de T arrago n a, de K o c a b e r ti, B e s a lú , y Cardona, qu e que reclutan en F ra n cia gen te para que domen la arrogancia del intrusa A frican o , regidas por su iiup ulso, y por su m ano, é iurerin al deseo corresponde, su éxito ; á D io s rai bien ; -tu E sposo el Conde. N obles p atricios , vasaiJos G ru m a n a r, solo en vosotros leales , vedme empeñada estriba mi confianza. nuevaiiieote en la defensa A todos abrazo fina, que mi esposo me reencarg*. y á todos os d o y las gracias; D ifícil es «1 asum o, ¿ pero qué clarin es este ? tocan. p ero si vuestras espadas Cerv, A caso será llam ada me asisten , como hasta ahora» del cam po al muro. en e&ia universal causa, P e t. Pues vamos al muro á in quirir la causa; presto espero destruir las M oriscas ajiechanzas, mas sí intenta proponeros y desem peñar del Conde p artidos el A lifim a mi esposo « la confianza. irritan do nuestras iras, C e fv . Si mis antigiios servicios inútilm ente se cansa. Grum Los partidos que anhelam os agregan á mis palabras en las hoj s a re 'a a a s aigiin créd ito , os la d o y de m orir en ia demz.nda, se han »'e escribir con su sangre. M one, Salgam s á la cam paña, que es quanto puede o frecer, en ¡goales circunstancias, y muera el perro. D on Juan , Señor de C e rv e r a , P e t. V en id , y escuchemos lo que tra^a, á D io s , á v o s , y la P atria. G fum . Üerengue! de Grum anat que si el lance lo exig iere, sv.s oftrtds os dilata, también sé reñ ir la espada, hasta que la oca^ion misma que una cosa es nu buscar la ocacion , y otra excusarla. sea capaz de acreditarlas. C e 'V . L a prudencia y el v^lor M onr. y o con servir , com o siem pre, ó inm ortalizar mi fama solamente en vos se herm anan. M one. V am os, mas sea diciendo. aspiraré. C erv . N uestra ícaltad. Z>»yf. Y quantos robles D u r f. N uestras ansias. en Karcelona se hallan Tod. T riu n fe P etron ila , muera por mi os ofrecen lo mismo. el M oro , y v iv a la P atria. v a n se . P e t . C e rv era , D u ifo c , M oneada, S e l v i h r g e y tnuro con puerta p racticáhle , y v is ta de Ciudad^ y salen C a tte J ldaséns y Tremecen. Cast. Pues os tocó la suerte venturosa de salir á la lid , pues mi destino me rehúsa una empresa tan gloriosa, y me o frecí á serviro s de padrino, porque mi cim ita rra nunca ociosa de un modo ü o tro em plee el tem ple fino, haced á la ciudad llam ada nueva, é inspirado el cla rin sn atención mueva. Trem , R e y de Castelldaséns , m uy obligado á vuestra urbanidad me considero en que á la su en e el cuello b a ya is doblado, . y en ia lid me acompañe vuestro acero. N o se observa en el m uro algún soldado, re- repetid la llamaday roas y a infiero correspondido aquel m etal soaoro> Escuchadm e , C h ristian os. A l muro la Condesa y ¡ot Cbrittianot. Cerv. Habla , M oro. Trem . C autivos , cu y o bárbaro ardiraienco sacudir solicita ia co yun da, que á la misma porfía del a lien to construís mas gravosa y mas profiinda, sabed mi pretensión , oid m i intento^ si el pavor de escucharm e no os iauncia, m iéntras lim ites se hallan á una g u erra , que es universal pasmo de la tierra. Y o el R e y de Treraecen , cu ya s victo rias sum ioiscran asuntos á 1a fam a, m irando en inacciun mis propias glo rias, y ocioso el noble ard o r , que el pech o in iU m a , reconozco que en vano á las m em orias posteriores mi nom bre se derram a, si v<^r)20 á un enem igo am edrantado, y en la tumba de un m uro sepultado, y asi , porque mi esfuerzo se glo rie, de una acción quá sin tím ido em barazo, no de todo un E jé r c it o se fíe, sino de un sQjp im pulso , un solo brazo, in cito vuestro o rg u llo á que desvie su pánico terro r un breve p^aio, porque le substitu ya el m arcial brío, Y á singular b a ta lla os desafío. S a lid , victim as tr is te s , si la m uerte co rta vuestros alien tos deflcados, m orid com o acostum bra el varón fuerte^ DO murais qual cau tivo s encerrados; fallecer de cobardes es v il suerte; pelead , y m orid com o soldados, que aunque s iiis del muro sin estruendo, m u y mal pelea el que pelea h u yen d o . S a lga contra mi solo el que en la varia vo z de ese vulgo mas renom bre adquiera^ S a lga el de A rañon et , salga A n g u la ria , © ia p d e , D om s , M enargas y C e rv era , salga el de G ru in a n a t, si la contraria su e n e en su sacrificio perset'era, y si anhelan la c ív ic a coron a, salgan D u z a ll , D u r f o t , Sa ró y Cardon a. U n o á uno os espero , ved que A po lo y a declina entre débiles trasuntos; mas si alguno recela el sa lir s o lo , salid qu e os desafío á todos juntos. T iem b le al clarín el contrapuesto p o lo , y el que im agine á bélicos asuntos fiz a r su aom bre en superior esfera, tocan y p ondenns, • bus- busqtae el p e lig r o , l i d i e , trJutjfe, 6 maera. P e f. V a iero se A frica n o , cu y o intento á U m uerte coiiduce tu pie erran te, bieo pudiera form ar alto escarm iento en vosotros em presa sem ejante: que la victim a seas m ucho siento destinada al acero fulm inante, pues no o lvido , á pesar de tu arro g an cia , la educación que te debí en mi infancia. M as si juzgas mi brio aniquilado, presto v e rá s q u aa n ecio te a treviste; y pues para elecciones de tal grad o, el derecho form al solo en mi existe, à la facción prefiero al esforzado G ru m aa at , cu ya s glo rias con ociste; y no os desaíro en esto , ilustres G odos, que no faltarán triunfos para todos. Cerv. Y o , bien que á mi pesar tu gusto sigo. M o n e. M i obediencia á m i pena se adelanta. Q ru m . Y o vu elvo á ca stig ar al enem igo, besando por esta honra vuestra planta. P e t . Una oculta in strucció n , que ahora no os d igo , habéis de p ra cticar en duda tanta. G rum . T am bién de o bed ecer se honra el soldado M o ro , tu desafio está aceptado. Trem . N o «ardéis , que en m i esfuerz® co u getu ro recobrar , ó D elfina , tu persona, ren d ir las altiv eces de ese m uro, y abrasar 1a indom able B arcelon a. P e t . E l valor ha de hacerlo. Trem . Y o Jo juro. G rum . D ifícilm ente cum ple quien blasoaa. T rem . Y a está próxim o el tran ce. Grum. Y tu castigo. Treni. Y o te espero , C h rjstian o. Grum . Y y o te sigo. Sa lón corto. Salen la He^na G ra ca , trocada Ja experim ento L a u ro , y Dam as. en hospedage: ei m otivo, Lanr, P or suave que se proponga de donde mis desconsuelos la ca d en a , siem pre es h ierro se producen , es la ausencia de la forruna , y á quien de mi esp o so ; y aunque esper«^ la sufre ago via su peso; que en fé de la lib ertad , mns viéndoos agasajada cu y a prom esa me ha hecb * en el Real Palacio excelso la Condesa , podré ve rle de la Condesa , y mandando, m u y apriesa , no sosiego, se os sirva con el esm ero, que e a esperanzas de am or, que á su persona , parece tardan siglos los momentos, in grato vu estro desvelo. L a u r . L a Condesa se d irig e , G ra c. L aura mia , no presumas gran Señora , á este aposente, que es m í prisión la que sien to, desde el m uro que confina pues ésta m odificada con él. con el alhago y el zelo G rac. V en d rá , según c r e o , de ia heroica P etro n ila, á re ite ra r sus finezas. Lo L o Condesé "Pettoniì» , CefVttM , y Moneada. P e t . E 1 justo amor que os profeso, G ra ca lierm esa , me estim ula á no ca re cer mas tiempo de vuestra vista. Qrac. Un instante no hay en que no añadafs nueros eslabones á mi alm a, y a que el pie se libra de ellos. M as decidm e , gran Sefiora, si me es lícita ei saberlo, ¿ á qué fin fué la ila n iid a , que hizo al m uro ei Sarraceno cam po ? pues en esta duda v a cila mi pensamiento, por si puede deducirse de ella el general consuelo. V e t. N o , G raca , tan solo fué del A frica n e el intento, in cita r á un desafío particuJar , mis guerreros; y siendo el de T rem ecen el r e ta io r á este em peño, nombré ai noble G rum an at, con el designio secreto, y la expresa órJea , d e que en el ardor m is violento de ia lid , no le rem ate, si es que hacerle prisionero pudiese , para lo quai, se practicarán Jos medios mas justos; y a os es notorio, que en mi puericia un treme, á a trance de a rm is nte co n d u jo á sus brazos alhagüeños: que ie debí las- fineza« de p a d r e , que ful creciendo baxo esta credulidad; y que el único pretexto, que á pretender parte en esta guerra m otiva su acero, quando su edad ie precisa á abandonarle en el templo de la paz , es el de-signio de recobrarm e , volviendo á sus brazos mi persona, y mis brazos á su cucilo. D iñ c il empresa sigue, pues ni Ja ie y que profeso, en cu y o honor verterla •quanta sangre arch iva el pecho, a i la am oroía ternura. qoe á mí ausente esp oio debo, posde tener proporcion con sus ilusos deseos. M a s mi gratitu d me obliga á m ostrarle aquel respeto, que e sig e su ancianidad: su caracter siem pre excelso, y los paternos afanes, que en mí corazon conservo, no obstante su in trep id ez, m e hacen tem er el efecto, no porque ignore ni dude d e G rum anat los alien tos, sino porque en uu altivo corazon , se trueca presto en despecho la osadía; y áotes- que rendir el cue2!d al vencedor , rendirá tciia su sangre al acero. Cerv. N o receleis, gran Sefiora, del éxiro : y o os prom eto, que G rum anat satisfaga m uy bien lo s designios vuestros. N o el trance de un desafío, m ts de todo el tinivcrso ia conquista , .coníiára yo 4 feliz ardim iento. ¿ Y qué M onarca se puede g lo r ia r , desde el contrapuesto polo , de tener vasallos tan valerosos , y expertos ? L »s teatros de la guerra jaínás surtidos Si vieron, ni de escenas mas plausibles s i a e mas ilustres hechos, que itesde que en nuestros L ares prencHo su voraz incendio, confundida-! las memorias '] de los manos y G riegos, Monc> Bien la verdad acreditan las experiencias , supuesto, que y a en abiertas bataüas, ^ y a en particulares duelos, y a en la defensa deJ muro, siem pre , ó casi siem pre fueron de! Éspí’ ñot las victorias, y del Mo'-o eJ escürm iento. íccan, P e t. MaS esperad , | qué confuso rum or de m írciales ecos cerca deJ in‘¡ro se escucha. M o u : . Y o ¡ré , S eñ o ra , á s a b e r lo .' S ú le \>urf. T eüe.i , M on eada, que y o , pues üe n eiado el suceso B d e s- IO desde el m uro , fo d iré. T e t. D ecid. D u r f. E l glorioso efe cto dei desafíu h-i sicerzd o todo el e xé rcito opuesto co n tra G rum an at j mas é l, fav o recid o dei grueso A lm u ga b er que llevaba, burló SüS viles intentos; y el frtitü de sii victo ria conduce á tus pies excelsos. T e t. ; O h CxGopcon ei uias va lien te ! andad , d irig id le presto i m i presencia. Dur/'. Y a cum plo, Señora , vuestros preceptos. P e t . Tenfcd , que según ei gozo de los victo res del Pueblo, y la conm ocion festiva, que en todo el P alacio a d vierto , pro xim o debe de estar. Soberano D io s , ¿ qué premios equivalen á esta h^izaña ? M m c . I Oh quán tristes sentim ieatos de no ser mía esta acción se despiertan en mi peeho ! P s t . Llegue felice á mis brazos el H eroe , de cu y o sfuerzo pende el a liv io común. G fu m a n a t, los R syes 'Irem eren C a s te li(iasens , y SolJoáos. Grum. F o rzo so es , S ;fiora , serlo qui^n pudo cum plir con tu orden, y *;on su valor á uu tiem po. G ra c. Mi esposo , -¡ rara desdicha ! Cast. ;<^ué afrertta ! ¡q»é vitu p e rio ! P e t. Y vos , K e y d e T rem eceo , üegad. Trem . S i tus pies merezco besar , mas e mi v ic to ria , me honrará mi abatim iento. P e t. N o á mis pies , sino á mis brazos os convido. T cim . E n este .seno recibisieís ¡ o h D e’ fina! los alhagos üe un paterno a m o r , p a'a com pensarle iWíDuss con un ca u 'iv e rio . P e í. Ñ© lo es ei que yo es destino, íln& hospedaje , en que quiero «ie»50srrar quán vivo existe «n ti'ii el agradecimiento^ y para que te a cre ü it* díst!nfam«ot« sien to , ea m i Palacio señalo i ios tres alhojam iento. A vos , áefior , por prisioB , ' toda ia ciudad con cedo, y al R e y de Castelldaséns le d o y el propio aposento de su esposa G ra ca , en tan to, que y a el cange , y a el convenio, a l A frica n o quarte], perwiteri vuestro regreso. Cast. A vuestras plantea... P e t . A lzad . Y vos , ilustre G u e rre ro , referidm e de esta empresa circunstancias , y progresos. A unque desluce el valor la propia alabanza , siendo m érito el obedecer á tan soberano dueño, p erm itaaie la m odestia, m erecer obedeciendo. Salí del m uro , llevando seis m il hombres de refuerzo, 1)0 por mi seguridad, sino por e) cum plim ieato de vuestra o rd e n , en el caso de conseguir el efecto^ y deiiándolos vecinos al muro con voto expreso de flo anticipar alguna defensa, clam or, ni estrueudo, rae adelanté v/'iozmente hasta el señalado puesto. Estaba en expectación el form idable A gareno campo , form udo en batalla pronto á qualesquier suceso. A distancia regular vi apresurarse á mi encuentro el de T rem ecen , llevando por su padrino , en el di’ eío , a l de Castelldaséns , quien mas tem erario que cuerdo, prorrum pe en of-*n5a mia m il afrentosos d icterio s; pero pues quedan vengados, queden también al silencio. E l de Tr-^mecen v a lie n te , separándose un pequeño «spacio de él , deseoso de a a r principio al suceso, intim ándom e el com bate, qcie ^ue con im pacienciA espere, coQtra m i pecho se arroja: mas y o eatónces , recibiendo el go lp e en el fuerte ariiés, b a xé mi lanza hasta el suelo, y uniendo de Jos caballos los dos arrogantes pechos, pude abrazarm e con éJ, en cu y o porfiado arresto, que renovó á la mem oria la lid de Hércules y A nteo, fué insuficiente su brío, sus d ilig e n c ia s '7 7 ’ esfuerzos, á evirar que l e sacase de borren y estribo á un tiempo» V a n a glo rio so del triun fo, con el en ¡Ob brazos vuelo, donde mi escoita me aguarda, y rendido se le entrego porque á tus plantas publique com o cum plo tus preceptos. V is to ei suceso fata l, acuJs á su desempeño CasteJIdaséns , provocando á nueva iid mi ardim iento: a cép ío le el desafio, y enristré los duros frenos; em bestim os tau veloces, que del form idable en cu eatr«, á su pesar , les caballos vacilaron , y cediéron: recuperados , en fin, desnuda al brillante acero: y o le Iruito ; él se adelanta; y renova lo el sangriento com bate , anduvo /a suerte in d c íis a , discurriendo á quien debia ceder el lauro del vencim iento, siendo los m éritos dos, y siendo u&o solo el premio. Y o también , en el espaci* que perm itía ei empeño, rae proponía ia idea de rendirle , sin el riesgo de su m uerte , para hacer á su consorte el obsequio de restaurarle á sus brazos, ñ a s bien de am or prisionero, que prisionero de M arte, siendo notorio el aprecio e n que teneís á su esposa, la K e y n a G i a c a j 7 sabiendo^ gu an to v u estrt alm a sensible se interesa en sus consuelos: proporcionó la fortuna el lance con mis deseos, pues herido su alazan de una punta , m idió el suelo: mas disputando aun el triunfo el arrogante guerrero, exclam aba , no has vencido niiéntras respira mi pecho. Y o entonces , por desm en tirle, bien como el neblí lig e ro , sobre Ja garza se abate en las ca m p iñ as del vien to, roe arro jé á él , y de sus b ra zo s, los impulsos reprim iendo, con ia opresion de los m ios, le despojé del azero: de la tierra le levanto, y casi en hombros le lle v o a l esquadron prevenido, que en aplausos lisonjeros solem nizaba m i nom bre, í tiem po que el Sarraceno, ardiendo en rabia y enojo, se avanzaba , con intento d e recobrar ámbas presas, y enmendar su vituperio; y trocándose en batalla form al , el singular duelo, se d ivid ió en dos acciones, la principal del em pego, destinándose ios unos, á sostener el encuen tro, m ientras á la ciudad otros conducen los prisioneros. L o s A frican o s al ver frustrarse sus pensamientos, desesperados pelean: los A lm ugaberes fieros, al p eligro se abandonan, haciendo gala el despecho; entre cuyos dos impulsos, andaba M arte sangriento, derram ando los horrores, la confüsion y el estruendo. P ero y o considerando cum plidos y a tus preceptos, mandé á m i escoita se fuese retiran d o en buen co n cierto , lo que executó animosa sin vo lv er la espalda al riesgo, d exin d ese ántes sembrado B 2 la d e cadáveres el suelo; en cu ya p h iisib íe accior» ij:>e ium orta izará el tk n ip o , quedó airosa mi obediencia, efectuad,.s tus deseos, triun fan tes tus esqu-ittrones, , m is d;b<irrs sa:i echos, sin victo ria el A t’r.cano, p ero no sin escann c fitj: y a&í solicita , ¿nip-eiuie P'lorias , ap'ausos , iro 'eo s, íiificultadttS , c( u-5..¡st!is, triutífos , diaJpfnis , 1 i.pecios porq’oe ei c b in de fa fs>U4, e x p la y e en sonoros ecus, el nombre de Petroni a, i los sig*is venidfiros. P e t. Si h a iá quien tiene Soldados tan valerosos y diestros, que el fiarles l>s eLiiprei>’iS es lograr los desompefios. G r a c a , do p<*pdo lUwS la 'o s quaoro os estim o y a p recio , Oiojor que en reit l^ir un esposo á v jt s t r o p.cfio. V o s , S eñ o r, seguicj mis pasos donde vuestro a!i>|aniíento se dii^po'iga , y conceptuad p or el presentí suceso si es culpable lui tcsuti en la defcn-a que efíiprt*n:ío. T r e fi. Q ué i.ñporta , si el ’^Üfama tiene uo exército inmenso, y no siempre la furtuna ayuda al atreyiniiento. P e t. M uchos exé^citüs va it so lo un «sp-iñol a zsro , y nuestra fortuna pende, d e un D ios oodarüsos y recto , vase, Grum. { t)"! C a to 'ic a A n u zo n a I tus dias d ilite el cíelo. v-ite. G ro e. Bspuso , llega á mis brazos, y a que me eblif>a el ¡adverso desnno injusto , á com prar iH s dichas á t;n to precio: y vt-n dond¿ Petronila ■wca til agrid eciii.ren to. C u ít. T u qtae ii)dif- rente dobla* i ia vil coyunda e! (» eiio puedes afectar hum ildes gra'itucles . yo que pienso sola líente ea mi ven^an«a, cus piedades abucrezco. v?sfa h u ir determ ltao, y sus favores detrsto. GruCt Mas no v-*s , a m i lo cfp9$o, que es íni.t''l tu despecho? C u sí. Será u tíl cutitra nu vid a Ja pOQzofia , o ei a zero . G rac. tíl ced^T á la fo riu iia , es heruiro veticuiiientu. Cust. V iv ir el ii f e l i z , es d -xarse vencer del m iedo. G ra c. L a rai-oa re cu p e ra d a que a h o ra ofu»ca e l scD iim i-o t?, SD te h a rá v e r ... Catt. Q ue es in fr o c tjjs a tu persuasioa. G 'u c . ¿ Q ue no pa**do re d u cirte? C-ut. N o lo esp eres. C r o e . Pues en tam o deiconsue.o. Caít. E a ta n to rei/COr. G^ar. En tam a desdicha com o p .e vco . C u st. F u t í a s , dadm e vuestro auxi'iOi G ra c. A lá , dadme sufrim iento. JO R N AD A SEGUN D A. T ifn da de campaba , Mahomet , C e'in y> A if -mtt ¡tiyendé una ca rta para s i. Mah, T an to pavor ha infütt^ido e o el exerciro e) trance d e la lid ulti.:ia , que recelo nos sean fatales sus C' nseqÜKncias. Cel. N o h^y dud a, ia pérdida de tau grandes canape >'ies; y d e m ij de esto ias circüiistinc^as del lance^ «in la anterior e x p erien cia , d?xan poro favorables esperanzas. M »b. A fiad id , si el e xé rcito llegase d el im p erio . Cei. ¿^se Stria el-co lm o de nuestros males: un nuniero r--ducido de gent-^s, á c< da instante dá ai incendio nuestr.is rienda«, p ieu d e nuestro C a f iu n c s , y ú v o re c e el sccu iro qué iijtrodiice su Alm irante^ «iu que vem ajas alguua* «O- sobr« la ciudad alcuncea: v e d , ¡que no barian unidos poderes tan form idables ! infelices de nosotros si co n sig u iísen ... A/J/'. | Q uáji fá cil BU pusilánim e pecho al tenaur se persuade ! ¿ Jo zgais que son iovencibles lo s tem idos Cafa^anes; qoe co n tra nuestros alientos h a y deidad qtie ios am pare, ó que á lidiar en su a u x ilio baxa de su «stVra M arte í pues y o os q u iero conceder que a^'í sea ; mas laudable será vuestro triunfo ; 7 para i)ue ve a 's qu as de cobátdes an ticip áis i .s desdichas, y p eponderais L s m ales; sabed , q e ]a prisión de Castelidaséns, que os displace, no ha cuntí ibüido poco i nuestrcs uoiversuies interesrs. V ed la prueba: • y a sabéis que os d ix j áates, ^ue por m edio de su astucia consigue com uaicarm e quanto en ia ciudad sucede, sin peligro del exim en . P o r ei he sabido , que tem eroso del avaaze de nuestras hues'^s habiao retirad o al h om ’ ftage del C a stillo de C en iellas i T u ie , y A la r in ; y afiade, que á leve costa podrías sus personas restaurarse; por lo qual , en vié ai fuerte K e y de Va.tencia en su alcance,, con cin coen ta m il Soídailos. H o y desde su carcelage, nuevo aviso me repite, no ménos interesante, con c u y o logro im-igino, qu e vuestros temores calm en, bien que es necesíirio mucho ▼a’or para practicarle. M e escribe , que «n M oro escJav» de la Condesa , inform arle puedo , de que en sus ja 'd iñ e s k a y una mina , que sale desde ellos á nuestro campo^ dgode los quarteles caea del R e y de M u r c ia , que mal ccgada , y de e lla ignorantes los Christianos , puede á pocas fatigas habilitarse; que acostum bra la Cond'*sa redim iendo los afanes de la gu erra , y lo s ardores d e la estación , espaciarse por ia BOcfae entre sus quadros s.'B que alguno la acom pañe mas que sus Dam as , y que si ia interpresa «>Rcargase y o á pocos, soldados , per» valerosos , y leales, podrían en tra r por esta m ina dor.de la m a t» s fo , ó prendiesen , consiguiendo sin cos(a alguna de sangre un triu 'ifo , dei que pudiera s e r , que *l principal dim ane, pues la ciudad c e d e r li vien d o falta r á su arlante: quando no , se castigaban m s a l t iv í c e s , en p arte, y era yna satisfacción debida i nuestros desaires, A fa ó . i Y habéis resuelto seguir tan peligroso dictám en ? A lt/'. i>i , y en cum plim iento de é l ácites de com un icarle / lo p-se ea p rá ctici , puesto que en asuntos c e tal clase náda si nu la presteza disculpa el y erro : esta taide se reconocio la mina: A l i , y otros dos A lca y d e s con cien M o ra s e n su escolta, sa¿>rán conseguir el laoce. Y pues se avanza ia noche, vaffios i donde se sabe que ia mina desemboca y «u su centro , transitable y a , se introduzca la gente, que la fortuna inconstante, cuidará del logro. CeJ. V am os , aunque temo lam entables resui'as. A l i f . Pues y o concibo una esperanza m uy grande, de que por aqueste m edio, he de conseguir triun fan te, sobre la indócil muralla t t t m v l v - a i s escaodatte«. Salen la Cf^ndeia , y CervdrA* V e t, ¿ C o n iagraticud ran rara , corresponde á mi bsn igoo genio ei de CascelJdaséns, que de su o cu lto re tiro no sale á verm e ? Gram . E n el tiem po , Señora, que le asistim os pGr vuestra Orden en Pa.lacio, solam ente se le ha visto salir , bien que pocas veces^ á un balcón , c u y o registro al camp3 A frica n o cae, donde suete d ivertid o pasar algunos momentos. P e t . Ü e su situación no adm iro la tristeza , ni que athague su corazon atìigido, con la vista de sus gentes. Cerv. Aun.]ue intentase atrevido hacer fuga por é l , harto distante está el m uro , y no la logre. Trem. j Y quién pudiera ser tan infam e , é iniquo^ que con traición sem ejaote respondiese á tan benigno tra to t Condesa D elfin a, ¡ de qué le sirven fos grillos y las cadenas , á quien prende con Jos beneficios ? fiax o palabra de honor s o y prisionero ; y te afirm o, jque no me cuesta el cum plirla n'ngun afan exquisito. V ien es c ie n o , qwe mi amor h¿cid tí tiene distinto origen T u s tiernos años ^ á sombra de mis carifios creciéron . j O h ! quién pudiera» expresar el regocijo que quando me preseotároti tu' persona en el «enfíicto de A gram un t sintió mi pecbo; pero es demás , si co lijo quanto bien le acreditáron Jos paternales o ficio s, que hasta tu pérdida en jéveti «dad practiqué con tigo. P e f. Y a sab éis, Señor , que v iv c a en mi corazon escritos, y espero recompensarlos C" parte | quando ei destiao i mis brazos re s tiíu y t e l ausente, espeso m ió. Entonces regresareis á vuestro cam po ai provis#, con todos los prisioneros, ba£0 decentes partidos, que m i esposo aceptará pues que y e se lo suplico, y de este bieo , solo á vo s, q uedarás agradecidos. Trem. Y y o lo estoy al ilustre guerrero que dio m o tivo , de que y o en ti acreditase am or tan constante , y fiao. A cre ed o r á grande premio por tanta acción le im agino, y creeré de tu co rd ara, que ei mas justo habrá obtenido, porgue quién sino é l .. G fum . Señor, el premio ( si he m erecido alguno ) ya le he logrado, fioio con haber servido: vuestra rendición no fue im pulso del valor mÍo, sino erro r de la fo rtu n a; y quando lo hubiera sido, creed que baxo las vanderas de la Condesa , á quien sirv o , todos los soJdades son capaces de h a ce r lo mismo. Trem. L a m odestia os agradezc#, y la arrogan cia os e n vid ie. M nnc. d->nt. D exadm e entrar. P e t. j Q iié es aquesto 9 S a le ñfaneada can un M oro d isfra za d o, M cn c. Y o , que á tus pies me anticipo lo d iré. Este tra y d o r M o ro , en trage fispañol vestid o , fu é de un soldado á las puertts de P alacio conocido y no dudando que fuese espía de! enemigo, ie traigo á Cu vista , para que trocados ¡os avisos, lo que cauteló á tu daño resulte á tu beneficio. Pasa a l l í , M oro , m al hay» la perra que ce ha parido. P i t . E sclarecido M oneada, m ucho el presente os estim o. A fr ic a n o , ¿ cgn qué fin te aventuraste a l p eligro de de en tra r a q a í disfrazado ? ikÍ9r. S i la vida que ce pido me co n ce d e s, y o d iré quanto en mi silen cio cifro. P e r. T e ia concedo : d i , M oro. M « r. £1 A frica n o ha sabido, que a l C astillo de C entellas se conducían cautivos á T u iz , y A larin , sus deudos, y á recobrarlos altivo destacó a! R e y de V a le o cia , eon cincuenta m il M oriscos; pero en V ic h , los E spañoles sorprehendiéron de im proviso nuestras e s c u a d ra s , trustaado el logro de sus designios) y ei de V a le n cia me envia á nuestro cam po á d ecirlo , y al R e y de CasteiM aséns, siendo eí que ha contribuido á nuestras operaciones con sus frecu en tes avisos. V e t. ¿Qtté es lo que dicesj el R e y de Castel'daséns ha sido quien á vuestro cam po anuncia nuestros secretos designios ? M o r. S i , S e ñ .ra . F e t. ¿ Y como pudo í M or. Eso no sé. ¥ e t. M uch o adm iro que un hombre noble responda tan mal á los benefícios, y que así ultraje las ieyes de la hospitalidad , visto que hospedage , y no prisión es la que y o le permito. M onc. L a feroz intolerancia con que sufre su destino, hace evidente esa duda. Trem . ¿ Y es posible persuadiros á credulidad tan vana por tán débiles in d ic io s? Y o creo que el miedo abulta todo (o que el M uro ha d ich o , que ei R e y de C asteildasén s, aunque im placable y a ltiv o , es noble , y ei noble nunca se v ió desagradecido. P e t A sí es verdad; tú , A frica n o , p o r defenderte , has querido, á sombra de un nombre ilustre califica r tu d e lito , e s c e s o , que te gradúa de mis piedades indigno} mas porque veas qu e un pecho constante , hero yco é in v icto , aun en un supuesto falso , cum ple lo que una v e z d ixo , la cautela te perdono y el inform e desestim o, co n la condición , de que v a y as á tu cam po mismo, y á tu G en eral le digas que sus torpes artificios, su cobardía demi]estr;in y animan el v a lo r m ió: que se apresure al asalto, y coti un noble priaciptu rengan fiii hostilidades, y estragos ^ que y o im agino excusarle la fatiga d e escalar ei m uro a ltiv o , disputando en cam po abierto la victo ria en el co u ü icto , doude su triun fo y mi ruina solem nicen m is suspiros, ó mis aplausos , y glorias esm alte el tem plado filo, arrastrando sus l-:uieles al pie del S elio que piso. M or. Beso tus plantas. C erv. Señora, sin em bargo he d iscu rrid o , que no es cuerdo el dem asiado desprecio del enemigo. E se M oro... "Pet. Por librarse habrá Intentado ese arbitrio, que et de Castelldaséns puede ser iracundo y altivo^ pero no a le v e , tra y d o r, inexórable é iniquo. Y j cóm o pudiera haber p racticado igual aviso sino se vió que excediese el lím ite del re tiro , ' que destiné á su prisión ? N o creo tal desvario, c i sin indicios mas cierto s, ha de ofender mi c&riño Ja fé de G ra ca , su esposa, con los tem ores precisos, que produxftse en su pecho m f desconfianza. Es digno de esta atención su ca rá cter; mas por do hacer desperdicio c u l- cuJpable de la a d veften cía, des le h o y á todos intiuio la psnsion de vig ila r sus acciones de continuó. Y vos , Señor , retirao s, pues el feudo sucfesivo, exige la n o c h e , m ientras esparce el sol nuevos b r i l l a s , que yo sspdrar á la aurora en el ja^-dia determ ino, com o acostum bro , fiando bre v2S plazos al aliv io de M o r té o , y largas horas á los pensamientos m íos; que £i es culpable en dorm ir (juiss d u srm j co a en em ig o s 6 la v is’-a , co a am or y ausencia es m a y o r d elito quanto de un e xte rio r riesgo, aista uu in te rio r peligro L a animosa io d iieren cia , qus CB nuestra Condesa m iró, pudiera sernos fatal. S \ r f , M oneada , tal e s su b rio , que en su com paración queda icfp rio r qualquier peligro. Cerv. iVIas quan superior es siem pre la p recacciou al descuido. G ruvt. Un ánimo noble , prest© se persuade com pasivo á ia probidad agena. Trem. G rum an at , vos habéis dicho bien , pero y o en la prim era re fle x ió n , que h i c e , me afirm o. G>'ttw. V o s , Señor , no sois culpable en d'scn ip ar un deliro que se halla en ua parcial vuestro, pues no h ay duda , que es indigno lunar que su honor manchado doxe el vuestro obscurecido; mas y o siem pre.., T fem . CiruiTunar, tened la vo z os suplico, ’ y ved que en el sol no im prim en los negros vapores frio s , que exh.iLa en humos la tierra , y eleva el viento en suspiros. ¿ M i h o n o r? nú honor* siem pre existe indem ne de ágenos vicios, vu estra sospecha es cobarde producción de un miedo iuclignoj pero si -en Castelldaséns se evidencian los in dicios. el d e T róm eeea serS su mas opuesto enemigo: mas d iré : si averiguados^ para exp iar sus deUt«s, faltase á la excucion el riguroso m inistro, y o propio cou este a zero , que en el español recioto cortó laureles d e IVIarte, nunca ocioso, y siem pre in v ic to , derribaré de sus hombros Su cabeza , en sacrificio d e la lealtad y e l honor que amo , respeto y estim #. ¡Generosos sentim ientos de un corazon poseído de su gloria 1 Pero y a que eti mauseolos de vid rio , sepulta el sol sus ardores, velar el muro es p reciso; por que si AÜfnm a in tenta sorprshenderaos atrevido, encuent4’e en nuestros ed ita d o s sus ardides preveaidos; y vea ei de T re m ecen que el precaver los p eligros, n o es tem erlos , quando adm ire, si el efecto no lo dixo y su situación presente pasa mi triuu ív al o lv id o , que en defensa de la p atria, y horror de sus en em igos, es c a d i pecho español un b ro n c e , un m árm ol y un ris co . J ü rJ in a-i)rna. o de fu e n te s y ettatuav. a l fo r o habrá un c(fncavo g ru fetco en medio p u n t o c a y o hueco deberá ocupar una fu e n te con e l simulacro de t^ e n u s , y será e l p sra g e donde baya de venir la mina. H abrá un cam^pé ju n to á eila^ qae im ite ser de mármol y y sobre é l dos al-^ mohadas ; e l teatro e stó obscuro , y sa ­ le Petron ila , Laura y Dam as. P e t . I A qual de mis D am as h o y . le corre.«ponde mi guardia ? L aur. A m í , Señora. P e t. Pues vete á reposar lo que falta de la noche , que y o aquí me quedaré reclinada. L au r. M as advertid... P e t . N ada dudes. L a u r, Y a obedezco lo que mandas. 1 Pet, P e e . E s esta verde mansíoa, donde solo me acom pañaa, vieatos , que no escuchan , troncos oue a o ven , y flores ,. q u e am an, isaJgan desde m i'sile n cio a mis labios las palabras, envueltas en tre suspires, leves desahogos del alma. D estin o in j .sto y cru el; por ventura , ¿ bastaba verm e ausente de la prenda, que el coraron Idolatra, expuesta ú tantas i<»tígas, quantas produce la saña d s M arte , entre quütro rnuro^ op rim ida y asediada, sin que de cada v ic to ria , lluevo p eligro rena/C ? S i es verdad que el R e y injusto de Cascelldaséns prepara aue.stra ruina .. ¿Mas qué sordo rum or es éste ? M e engLfia tal ve* la ar>rehension. N o se o y e ruido alguuü. ^ Q uán cercana del tem or v iv e U'ia triste im aginación bastarda ! Mns , ¿ y o tem or ? ¡ qué d e lirio í vuel'/o á iu Jid de mis arsias. S i Castelldascns in grato, con iioa tra y cio n villana corresponde á mis fúeJades, satisfará mi venganza, pues.«., pero no es ilusión, que otra vez resuena en mi alma el e co de aquellos golpes, que a'iuque el m iedo ms engañára, e! corazun , que á latidos m e avisa alguna desgracia, no es capa« de equivocarse: ¿ q u é h ré ^ ¿ esp eraré arrestada a exám in ir el orig»-», ó convocaré mi guurdia ? mas seria dar inri icios de tem or. N'n , aquesta hazaña la h s le com pletar y o sola, averiguan do la causa de esce subterráneo estruendo que á mi prcbo sobresalta; pero exponerse á un peligro, ral v e z por victo ria escasa, si es noble tm julso , no de:ca de ser a cció n tem eraria. L lam aré á mis gHardias ^ pues... pero alguna de mis Dam as estará cerca . ¿ O la ? Sa/e L oa r. ¿Qué me O rdenáis , Señora ? P e t . ¿ Estaba» y a recogida ? L our. A unque vos lo m andasteis , retirada m e quedé en vu estra custodia, pues quando vos veláis...» P e t . C a lla , y escucha : ¿no oyes rum or ? L quv, Sí , detrás de aquella estatua de V en u s , á lentes golpes, parece que despedazan débil obstáculo. V et. A questa es traycion : anda , v e , y llama ¿ C e rv era , G rum anat; á todos *, dil«s , que salgan á reconoctsr armados el jardin ; ve que y a tardas. I P o r quánto V en u s no babria de ser quien apadrinára viles delitos ? Parece que y a el tardo ru tso r calm a. P or e l tdncovo dicho salen varios Mofox» ] . Y a es capaz e l corto iiueco para salir : no deshagas mas pared , pues á los golpes era fá cil despertára la Condesa ; si tal- vez en este jardin descansa. P s t . U na voz mediosa se o y e , y no distante pisadas, I . Mas aquí está una muger: será ella : llega.l , y echadla ese cendal en el rostro. P e t. Î O h quánto los mios tardan I ¿ M ís quien es ? 1. Q ien porti viene, y qui< n , si la vox levantas, atravesará tu pecho mil veces. P e t. Ha d e mi guardia; traydores. ( . E lla es , am igos. L a asen. Salen Grumanat , Cervera^ M onra.iií, D u rfo t can hacbat encenJidaSf envisten ó los M oros que huyen por lo t bastidores y la mina. Grum. iQ u é es esto? a h , p erra canalla: mueran todos. M or. A la m isa. flfonc. A unque os dé el vien to siis alas, será in ú til diligencia. C P e t. P f/ . T c n e íl, tei.'ed fxs espadas, que acnso , /na» qt'e sus in uertes, son süfi vidas d« i-mp>orC'.ncia. Lüur. £n vano iiam ais , Sctíora, qae q«ai Ixíooes de A ib au ia , siguiendo los M oros , entran pci' la rotura que halJaa e a la pared. P e t. A h o ra ve v , quánto he procedido incauta. E l h e y de Castelldaséns, sio duda t supo se hallaba aquí esta mina , com o eilos poscyéron dilatadas e d id ís esta ciudad, y diú esta trayd u ra traza para p re n d e rm e , o m atarm e. ¿ M as corno es posible ? So isn {Jrumanat: , y ¡Pioncada por ¡a tai­ na : y p or h t híJitUor&s , C erv eta , y D u rfo t, Grum . jR a ra aievosin í mas y a , Señora , está castigada. Jf/onc. Ninguno escapo con vid a. C e fv . Sino algunos que bsxaban por los jardines , á quienes hice arrestar por tas gu ardias, porque sus deciaracione:» nuestras dudas satisfagan. Pet- A certada precaución ha sido -y y pues y a dei aiba se perciben los retíexos, vacnos donde exám inadas sos ideas , justifique Jas resultas de mi saSa; y en teniendo , com o creo , ia m alicia com probada, pasaré inm ediatim etite al aposento de G ra ca , que en la dÍ!^t¡ncion con que la trato ^ no será extra ñ a m i visita , donde acabe d e confirm ar lo que falta. E sta rotura , que hasta hoy füé á nosotros ignorada, terra d con piedra y fagina y ocúpese en custodiarla buen núm ero de soldados. jHasta quando , estrella infausta, han de suceders^ e n mi serenidad y borrasca ! v a je. M onc. I V e is , G ruiuanat , si fué In ú lil m i sospecha ? C e r v , Y a culpaba y o su genecosidad: pero sigam os sa p h n ta , y averigüem os unidos una acción tan tem eraria. Grum . { O h quántas veces al nobie su mibma piedad le eogaSa! S a h n con mesa , y escribanía : e l R ey de Castelldaséns. Cast. E l poco distante estruendo de confusas voces y arm as, que apeoas rie el aurora, de mi reposo me ap arta, me hace a cre d ita r , que ha sido fiuestra em presa m alograda; Y pue 3 en aqueste pliego le p.evtiv.ia á A litam a, qnanto im parta apresurar e l asalto de U P laza, quiero añadir la noticia de su expedición in fausta; de cu y o m alogro acaso fué su im p ericia la causa. A q u í hay recado : escribo ahora: despues por esta ventana, una i^echa , bien com o otras veces , prestará sus alas al aviso. A lá perm ita el lo gro á nuestra esperanza. S e sien ta á escribir. S a le G ra c. L a conmocion del Palacio, y v e r que mi esposo falta de m i aposento , me obliga... pero el está en esta sala escribiendo. ¿ Q ué será lo que desvcsía sus ansias tanto ? quiero desde aquí acech arlo , retirada. (Cast. Y a escribí. A hora , pues la Im del d ia está declarada a p é n a s, y aqueste sitio , negado á la vigilan cia de alguno , quiero fixar en esta flecha la ca rra, pues y a el M o r o , que acostum bra salir a l cam po á esperarla, vendrá cuidadoso. Prenda de mi libertad am ada, vu ela fe liz , que en e l entrego a! a y r e m is esperanzas. S a le G rac. ¿ Q ué haces t detente. C a st. N o im pidas m i acción : no des voces , G raca: no publiquen tus extrem o s, lo que aun tú aiisma. ignorabas. í Gfrae. ¿ P u e s qué vas á hacer 7 C a ff. Ñ o mas que lo que im porta á mi fama^ á aai libertad , y honor, avisando eo esta carta a l G en eral de mt campo la situación de la P la z a , el m alógro de la em presa, que puso el Palacio e a arm a esta noche : y que y a no h a y arb itrio de repararla. Grac. Luego tú ... C u íé, ¿ Puede bacfl- ménos e l que VQ tíranizaiía su libertad , o prim ida su esposa , y su enojo en calm a, que a rro stra r qualquier recurso de desm entir su desgracia ? G m c . ¡ Ha ! no el querer desm entirla produzca el acred itarla. C'asf. ¿ C óm o ? G rac. Llegando á saber ia Con desa... C a tf. V eces varias, sin riesgo de su n oticia lo g r é esta acció n . • G ra c. M as se cansa de favorecer la suerte á quien porfía en forzarla. Y qu?ndo te asista siem pre propensa , y jam ás co n trariaj ¿ será justo que en tu oprobio publique después la fam a, que Cu libertad fué precio de una traición ? C a st. ¿ T raició n llam as q u erer librarse un cau tivo de las cíd en a s que arrastra ? Gtrac. S i , pues quando Petronila nos ofrece quebrantarlas, y a es preciso á sus favo res, quedar nuestra fé obligada; pretender la libertad de otra mano , será infam ia. C a st. F in eza de un enem igo, es sonrojo para una alm a ilustre : mi libertad, quando y o puedo alcanzarla por mi , en ser dadiva de o tro , ni45 se hum illa , que se ensalza; y y o en adm itirla hiciera una acción torpe y villana. G roe, js Y es acción noble rom per el homenage y palabra^ que d iste sobre tu b o n o r ? C a st. Prom esas in volnn íarias, á que obliga la violencia no debe el honor guardarlas. G rac. S i debe , quando la misma g ra titu d las afianza. C o sí. A ofensas que al Honor tocan, no h ay gratitud que equ ivalga. G rac. ¿ Y qué ofensas P etro n ila te hizo ? T riu n fa r en catfipafia de ti ; aquesta no es ofensa: in ju sticia es de tu escasa fortun a , que pocas veces la suerte al m érito am para; y caso que fuese ofensa, deberlas con las armas rostro á rostro , y en el cam po, satisfacerte y ven garla; mas no con una traición tan infome , indigna y baza. C a st. S i d e esa form a no puedo, de aquesta rae satisfaga: y asi no me estorbes ahora la ocasion. G rac. M i bien , repara ^ue peligran nuestras vidas, si tus designios se alcanzan. Cast. Si he de m orir , muera al filo de mi propia intolerancia. G rac. D esiste de ese tesón: ese infam e papel rasga, y despues sea despojo com bustible de la llam a, si mi ru ego.... Cast. E s nm y iajnsro. G ra c. Si mi a m o r.... Cast. P orfía vana» G rac. S i ruego , ai am or te obligan , mis lágrim as te persuadan. Cast. M e persuaden á un p eligro , io sé , y debo despreciarlas. G rac. Pues el llanto no m e v a le , el rendim iento me valga. M iram e á tus píes : eo fillos perm aneceré postrada, hasta que á mi vista rasgues aquese papel. C a st, L evan ta. O será de aquesta su e rte, atropellando mi planta. G rac. j A y de m í ! Salen ia Cond eso, Tremecen , Grumanat^ M oneado , y moldados, P e t . ¿Q 'jé es esto ? G rac, jA b e stre lla s ! Cast. I D e h ie lo soy viva estatu a l G rac. } Pudo haber mas in fortu nio i C a st, I C ie lo s , la sn srte esta echada { C a P e t. ao P e t . A u n -jíe y a la ciccìon prcf.tiitc m e in fo iu 'a , de quien me a gra v ia , y quien me defiende ; aquel p.-pel me ce rcio re . A gu a rd a , no le CkcuUes. C a it, N o lo in ten to , porque em presas tem erarias, solo las Hace plausibles e l tesón de susteatarias. . P e t . L eed vos , Señor. 'rem. A sí dice. tíra c. D u ro (ranee. C a tt. Suerte infausta. Trem. E n continunctoH d« ¡o í avisot que he practicada k a tta ahora , os bago f retente que ia CiuJud etp cra por int~ tantes a l E x é t c iio Iw p e r ia li t i ámbos poderes te unen , será im posible su conqüista , acelerad e i asalto , que yo Cúntrihui'é a l Jeiempefío con la f r e q u ’ fíte f. *i ia de quu/iio ocurr.i , y a que mi tituacion no m-: perm ite oíru cofii. inte>pr s t que Oí propure^ d eb id pcH gr.jr en ia i x e cu ton p> ¡me­ ro , y y a sera d i f í c il (.on:eguirÍj, porque:-.',-, P e t . N o prosigas ; cesa , cesa: q j e para rai agravio b 's ta lo que has lei:t>. T r a y a o r M o r o , de huRiíide prosapia, en guien el r/gio carácter se vilipeijília , y se ultraja: ¿ es esta la gratitt<d con que tu incsn&ible alma reconoce m is piedades^ y mis beneficios paga ? O ia , soldados , ai punto le despojad de ias arm as, y cojidacíd íe á una torre, t n cu y a lóbrega esiancia c i aun le consuele el sol , m ientras C mi ju sticia satisfaga« G rnc. Piedad , Señora. V et. Es en vano: y a h s visto com o se trata la piedad : vea él ahora el peso de mi vi^ngan-za. Cost. N o m e in tin iiJa la muerte^ quando tu pasión tirana so licite que Ja sufra; pero el in victo AJifam a, s i no pudiese im p edirla, podrá á lo mciiui> vengarla. ITrem. D eten la voz fem entido, vu elve ai pecho las palabras» 7 9 sontojo , injuria y afren ta d e U N scion A fricana. ¿ T ú eres digno descendiente de aquellos , cu yas e&tan>pas inm ortalm ente se fijan en el tetnplo de la fam a, y de distantes regiones, aquí los convíujü el ansia de adquirir glo ria y honor ? N o : si lo crees te engañas: para nuestro oprobio eterno pasó tu origen í España; ¿ y cóm o te persuiidiste • qt>e tu m uerte inreresára los corazones ilustres de Jos H éroes de la P a tria , que protegiendo á un trayd o r infam asen sus hazañas ? Pues si el E x é ic ito nuestro ia sorp resi m editada intentó , licito ha sido ei ardid en a cam páfja; pero , aleve , dct ardid á ia traición hay distancts. C a tt. Y o perdono esas inju.'-ias al tem or, que es el ^ue en tí habla. Trem . Y o no puedo tem er tnas que el sonrojo de tu infamia. C a tt. C on un prisionero ¿ qué cobarde no se propasa i Trem . M e es sensible tu, prisión por tu d?sei’ gaño. B tt. Basta. L 'e v a d le luego á la torre, y entended , qu f si en venganza é su e xé rcito incitó el valeroso A ü fa m a , no im pedirán sus impulsos los progresos de mi safía. B astante á su costa sabe quanto pesan las espadas de mis soldados. fiusc;id en fé de vuestra am enaza, quien le- inform e por extenso Vuestra situación a ciarga, y le diga , que apresure al desem p eñ o , sus a rm is, ¿ntes que á irrita r su orgu llo , y á fru strar sus esperanzas, salga con mis E spañoles del centro de estas m urallas: derramando entre sus tropas m uerte , horror , estrago y llamas» ^u« si en DÚaieio sus huestes^ i las mías aventajan^ un acero español v&le mas que muchas cim itarras. Y quando Héroes tan Ilustres del lado m io falrarán, y o s o I a ,v iv ^ m enojo, y o s o la , y o confiada en D io s , brazo om nipotente, en su M adre soberana, y en el Aposto! , de cuyoblasoQ mi som bre se esm alta, sabría , vistiendo el pecho de acero , y de fùria el alm aj ocupar diestra el borren, blandir a ltiv a la lanza, hacer rostro á los peligros. J O R N A D A y en las m oriscas esquadras, in tro d u cir' los terrores, el pavor , la ira y la safia, hasta conseguir dicliosa, 6 lam entar desdichada, ruina p recipicio y m uerte, ó tr iu n fo , victo ria y fam a. P'/tse con h t Cahallerot. G rac. Y o la sigo , por si logran eníerueceria mis ansias. O r v . Conducidle. C a sf. S i ia vida Canto inñuxd adverso enlaza, fe liz es el in felice que siem pre opuesto á la saña d e las estrellas , m uriendo, CCQ sus infiuxos acaba. T E R C E R A . G ra n sahn d i A udiencia , con trono a l fo r o , y s ills r en Órden : la Condesa en é l , *u dereiba en una silla T rem ecen , y en la s d en á s Cervera , Moneada , Durfot^ séquito de Caballeros , y guardia. P e t. V alerosos vasallos , c u y o aliento^ el universo dignam ente adm ira, y en quienes vivo , siem pre confiada, d e arrancar la raiz que profundiza, de g r in tiem po á esta p a r t e , en este suelo con fecundidad tanta la M orism a; y a sabéis quanto en fé de mi clem en cia, 1« traición se adelanta , y que ofendidas lUis piedades , de absurdo tan enorm e, ante mi T ribunal piden justicia. U n esem plar sean mis vasalJos en un c a s t i g ó l a ! misino tiempo intim a el asalto A iifam a á nuestros muros: v e o quanto podrá irrita r sus iras la sangre derram ada del aleve K e y de Castelldaséns , y que ella m ism a pudiera ser resguardo oe la nuestra, si á pactar nos reduce la o jeriza de la co n traria suerte , también veo que en quien la fé cató lica dom ina, pactar con sus tiranos enemigos^ es oprobio , es itiju'ria , es villa n ia ; y que ántes de com prar la vid a á p re cio tan hum ilde , es m ejer perder la vid a. A qu esta idea me inspiró enviase al Barón G rum an at , á la vecin a m ontaña de V id r e r a s , donde existen cin co m ii AJmugaberes , á vista del A gareno vu lgo , porque mi órden eomunique á » s tropas aguerridas, pa- «« p a n i)ue en el asalto prevenido, embaracen las fu ria s enemigas; que no dudo lo grar con su socorro si no el trofeo , contener la ruina; sin em bargo , ni aquesta co n can sa, ni el horror de la culpa en que se m ira convencido ese reo , no quisiera condujese á un exceso nuestras iras. P o r lo qual os convoco , donde unidos, re£0ivais si la barbara perfidia dei de Castelldaséns adquirir puede contra el carg o disculpas que le e iim a n , si uo absolutamente del castigo, io ménos de su frir la Jey p rescrita. E l se obstina en ca llar sus confidentes, no obstaiite que es forzoso ios tendria: y a he mandado á mi guardia conducirle; votad , sin qu e respetos os lo im pidan; pero con la advertencia , de que en medio de una amenaza , y de una alevosía, oi este d elito e itin g u e mi clem en cia, ni aquel furor mi pecho atem oriza. C erv. M i d ictám en , S eñ o ra, si mis canas de aquesta preferencia se hacen dign as, es que sufra el gravamen del ca stig o, según contra un tra y d cr la le y le d icta . L a piedad , si trasciende hasta el extrem o , en vicio degenera y la desidia en castigar el crim en , es culpable: si despues las esquadras enemigas satisfacción exigen del a gravio , □o se le negarán nuestras cuchillas. Mone. M i voto se re fe r e á ese dictám en. D a rj. Y el m io , gran Se&ora , es que se adm ita. Sacan a l R e y de C a s te lld a té n f, y sa le Gract», Cerv. Y a conducen al reo á tu presencia. Cast, ¿Que pretendeis estrellas siem pre esquivas? ¿ aun no estáis satisfechas d e u ltrajaraie ? Grac. Y y o vengo Sefíora , d irig id a de mi propio dolor , donde conozca el precio de mis lágrim as vertidas. P e t . M e com place en extrem o , qoe concurras, donde el erro r de la piedad distingas. Cast. Yo estoy ¡ O h P etro n ila! ante tu sóli«, donde espero m irar con qué osadía te atreves arrogante á unos derechos, correspondientes solo á la divina tnano , que es quien juzgar xebe á los R e y es. com ó R e y o b ra s e s , bien d ir ía s , mas rin R ey no promueve las traiciones: un K e y no recom pensa eoo perfidias beneficios : un R e y ... ¿ aias que rae caos» ? UQ hombre de la clase mas indigna^ sa- »a sabe gu ard ar respetos tan Inmunes: contra su bienhechor jam ás conspira: demás , que no eres R e y j eres m i e scla vo , y subdito in feliz de mi ju sticia ; la fortuna piiniero , y tu delito después , tus preem inencias aniquilan sabes que á t ru suerte arbitro , puedo reducirte á prisiones escondidas, donde siem pre arrastrases mis cadenas. M as y o ¿ quán generosa y com pasiva suavizé de tus hados ei gravám en? no ]o ignoras ; excusa lo rep ita. ¿ C o n qué recompensaste m is fa v o re s? Con una tra icio a bárbara é in iqu a, 4fue ante D io s, ante et mundo, ante los R e y e s , m is determ inaciones justi/íca; no obstante , porque nunca se persuadan las naciones rem otas , ó T ecin as, quien en mi pecho venganza , ó i-encores, á ia integridad justa predom inan; y o desciendo del trono , y é su esfera ensalzo un J u e z , que tu razón decida: y si ha de doblegarse en algún modo sea hácia m i p i^ a d , no hacia mis iras. V o s , R e y de T rem ecen , en quien no puede residir la p a s ió n , que en mi creerían , juzgad aquese reo , según vuestras leyei^f id , ocupad la ilustre silla, en vufStros labios pongo ]a sentencia; m i desagravio en vuestra voz se cifra ; Ja decisión postrera de vos pende, sin que h aya apelación que la resista. N o os seduzca el afecto , ni la patria: el es reo , y o parte , y vos J u sticia. C á ít. C ie lo s , ; qué oigo f G rac. j Q u é escucho , A lá divino ! Trem . Perm ite que me excus», ( joh Petronila í ) de un cargo tan ageno , pues mi su erte... V et. Perm itid , la excusa no os admira. Trem . M as y o ... P et* V o s, á mis ordenes sujeto^ (a u n q u e esta voz mi corazon me r iñ a ),, nu debeis resistir á mis mandaros; demás , qnie os lo suplico por mi vid a. . Trem. Pues si he de obedecer, y a ocupo el T r o n o , en cu ya esfera , el H éroe se indem niza de vulgares pasiones , ; justos cielos ! inspiradme en acción tan nunca oída. C ost. ¡E s t e ultraje fa lta b a ! G ra c. j 6 h quán h orrible sentencia , mis temores pronostican ! T rem . R e y de Ca«tellda6éns , vos á este sóUo com parecéis , cu bierto de Ja in dign a nácuJft de t r a y d o r : vuestro d e lk o b ts- bastante le com prueba vu estra firm a: ]a declarach)n propia de los M oros, que las in teligencias atestiguan vuestras en el F x ército enem igo; y despues la evideocia lo acredita, A esra cuipa &e agrega vuestra iat'aiDÍa é in gratitud ; y todo os acrim in a sin que se iiaile un vislum bre de descargo, que el peso de las ley e s os exim a; p er lo que hallo ser Justo que un cuchülo^ de vuestros hombros ia ce rv iz divida: que vuestra Iniiel cabeza se le entregue á vuestra esposa G r a c a , y que ella misma la conduzca ai E x ército A frica n o , porque de exem plo á los trayd o fea s irv a , para que se c o n o z c a , quán sin fru to se vale de cautelas fem entidas, siendo m a yor aplauso ser vencidocon glo ria , que triun far con ignom inia. Ctíst. j B á rb a ro ! G fa c. ¡in fie l ! P e t , Cesad» (tra c. Y vos ; Señora, '«n cu y o noble pecho predominan de la 'n a tu ra le za , los mas grato s senticnientos , ¿ o ir é is sin terror é ira la decisión de un bárbaro saogrieoto, y teRdreis corazon paia cum plirla ? P e t. G r a c a , vuestros laa;entos toe enternecen, y conocerei« pronto , á que m e obligan. Señor , ai solio augusto me presento, no á irritar el furor , parte ofen dida, sino parte doliente , á suplicaros, que m oderéis sentencia tan esquiva. Y o pospongo nú in ju ria á mis piedades: ved si se halla un recurso que reprim a castigo tan severo en vuestras leyes. T rem . Y o 00 lo encuentro en ellas, si vos misma, que sois árbitro y p a it e , com o parce DO desponeis la ofensa com pasiva, mandad ahora , com o árb ritro , que s«a derogada ia le y , pero advertida, d e que la autoridad que refundisteis en mi crea ilusa , é irrisiv a , pues para desayrar mis decisiones, me elevasteis al T ro n o de justicia. P e t . No: mas G ra c a ¿en que ba sido deHnqUeote^ para que también sufra la ignom inia, y el rubor de Jj pena ? Trem, En ei iadiclo de que la traición bárbara sabria, y por tem or del riesgo de su esposo, sepultó en el silencio la n oticia. G rac. D e cre ten cielo y tierra m i exterm ioio, si delinquente soy eo tal perfidia. T tem . Esa averiguación es m uy d ifícil. P e t. «a P í f . Siendo así que no es fá c il dcfioirJ«, bagase sacrificio de ia duda á la clem encia , y quede redim ida por mi súp lica , G ra c a , del ultraje. T rem Sube o tra vex al T ro n o , PetroniISi y decide á tu agrado , . s i conoces que la tazón é in tegridad te inspira un dictám eo diverso : que ^ en tanto qu e le ocupo , no es fá cil que desista) ni que á balan cear m ueva m i discurso, r u e ^ ^ ó f a v o r , c le m e n c ia , ni ojeriza. K é tra ta r un M onarca sobre el T ro n o s p e r a n o sus leyes d e c is iv a s, e s ^ a c e r ver qu e pudo errar , y en esto m ucho la M agestad se hum illarla. V u e lv e á o cup arle t ú , y en él decide: sé piadosa , o cruel , prem ia , ó castigai qu e y o J e él me separo , satisfecho co n saber , que juzgué según debía. V e t. C o n que en f i a , ¿ á tan rigida sen tea cit no h ay efu gio ? Trem . N o le halio. P e t . Pues cum plidla. ó ¡os suyos. Sg entra la Condesa y C a b a ller o s , y queda parte d e la guardia* C a st. ; E stre liss inhumanas { ¿ y t ( í , aleve A fric a n o , cro e l , no te horrorizas de derram ar la sangre , que debieras co n servar á la P a tria ? G ra c. Y oo vacila» baxo tus pies la cierra , confundiendo en abysm os de horror tu tyra n ia ¥ C ast. T u in justicia villana::: Trem . T u delito te condena á m orir , no m i in ju sticia. v a te , G ra c. Y o espiraré en cus brazos , siendo:.: C ast. A p a rta , m otivo prin cipal de lo i desdicha. T u eres quien me conduce a l sacrificio^ tu , que mis iatenciooes resistías: t u , que distes t u g a r á que se h iciese n otoria ipi traicíoQ : h u ye m i vista, p érfiJa , que tu aspecto pavoroso, con la m em oria solo me intim ida: m as n o , y o huiré de t í , donde el ínfluso d e mí bárbara estrella me destina, detestando tus necias gratitudes, tu vil pecho y tu infam e cobardía. vate* G rac. Justo A l á ) ^ negareis á una in feliz un dogal , 0 un a cero , que n*dima su triste corazon de tantas penas ? m uero de horror , fallezco de agonías. C ie lo s, si os com padecéis de m i quebranté)» «ia0me constancia igu al á m i desdicha. D 5o* S a h n co rto, C e r v ir a , D u r fo t , y Mondada* D a r f. E l ánim o ioexa rabie del de T r e m e c e n , adm ira com o ¡náudito« C erv. E ! cederle ia sancencia Pi^tronila, fué querer ju stificar el castigo en la perfidiav y sincerarle del cargtj en que , ao'iso la m a licia, pretendería in clu irle, sos/techando que podia, por ser igual su in terés, ie r cóiuphce su o jíriza . S le P e t. ¡ O quánco m e com padece ia situación enem iga de G ia c a ! ¿ LVIas cómo puedo enm endarla o resistirla, si habiendo depuesto en otra mano ias ufensas mías;, y a no existe en mí ia acción &uñciente á rem itirlas I Cerv. V o s , Señora , ext-cutasteis quanto en tul caso d ebíais, y podéis tran qu iliziro s con satisfacción ta:i digna. Sa le Monc. E a , Ebp ¡fio.es , ahora si que llego vuestro Qia. P e t. M o n ead a, ¿ q u é novedad os alegra y regocija ? M onc. Haber visto desde el m oro, que la canalla enem iga, para darnos el asalto á la ciudad se encamina. N o podo fingir taa bello pais la im agin ativa, «ümo et que ai rumper la m archa, da si> nüuiero á la vista. Salid , y vereis , Señora, qué adm irable perspectiva: vereis nevados los vientos de cándidas muselinas, quando aljubas carttiesi v a lle s , y selvas m atizan; vereis que al confuso estruendo de aña files , y bocinas, levantan nubes de polvo, q u e 'e n si prupio se disipacr, los andaluces caballos, y las yeguas barberiscas; J reverberando el sol e o las adargas y picas, nuevo E x ército copioso propone á la fantasía^ y por ultim o , v-reis lo qti» mi gozo o rigin a, pues al con sideiar soto, que esa profusíon a ltiv a , » que ese fau sto viene á ser despajo de nuestras iras, vengo á vuestros pies , íiefiora, reventando de a'egríaP e t. En mi causa igual er?Sto, M o n e a d a , vu estra ootlVla^ psri) al ver que G rum nnat no llega , y que se anticipa el A lifa m a á el asalto^ me ofrece tristes prem isas, de que ha de e n tra r en la P laza, con gran riesgo de so vida. M onc. V an o es vuestro tem or , pues Sin que el ingreso le im pidan y a entró G rum anat , y solo Se detiene en quanto quita el m orisco disfraz , para llegar mas digno i. tu vista. S a le Grum C o n tan feliz desem peSo, com o el é x ito publica, pues llegando á las montañas de V¡drer:>,s , donde alistan con tra e) A í icavio , cin co mil soldados , que acaudillan í^aliás , O sana , y Salius, vistiéndom e de uioriscas ropas , qu9 me disfrazasen les intim é las prescritas órdenes vuestras , que todds reciben con alegría; y no tan solo be adquirido, en la acción que me confian v u e strís órdenes , ia g l 'ría de übadecer , y cuiupli las, mas tuve el bonor de babeóme con gregado á la mas digna em presa que ha visto el S o l, en quantas regiones gira desde el cdfjtrapuesto polo; pü<»s co n cu irí , por mi dicha^ al recobro de seiscienfos tiernos infantes , que habia robado el iMoro de todas las pobiaciun. s vecinas, con e! enerm e designio d e c u ltiv a r su p uericia eo eo la depravada secta, que ofusca sus fantasías. S i hubiera de describir los sucesos d s aquei dia, el estrago , los horrores, la confusiun , y la g rim a , qualquiera exágeracion, h^bia de ser concisa: baste d íc ir , que el encono, el furor , y la o jeriza , prestaba á los aceros sus pasioees veogativas; form auJu iiuescros impiiisps sobre la turba m orisca, una herida en cada am ago, y una m uerte en cada herida. L ograd a ia acción , dispuse m i regreso á vuestra vista, p euitran do de un extrem o á o tro , la ^ frtc a o a lin ea, p or donde pude in q u irir que A lita m a determ ina darnos el últim o analto, con sus fuerzas reunidas; y asi prevenid , Señora, el castigo á la osadía, i J a s sienes el laurel, y el JesempsfiO vos misma; p ara que el bárbaro encuentre lo s trofeos qué co d icia , convertidos en ulti aje, p en t , estrago , m uerte y ruina. P e t. Y o confio que asi sfea, si D ios mis impulsos guia; y p uci QO h a y que prevenir, supueaío q u j y a se m ira, por ia vigiU n cia vuestra, U ciudad abasfeclda de víveres , m .iniciones, fucga-,, M aestros, riechas, picas, y quanto tx ig e ei fiero arte de ta guerra , en nuestros dias, no pretendo , nobies G odos, presentaros á la vista lo s ultrajes padecidos, por esa g tijie enem iga, dtsde que tra vd o r Juiian , y la in felice F lo rin d a, la franquearen nuestras p certas, p aia id cbn.un desdicha; sulo quiero píeven íros, que el Jf-gro de redim irlas, consiste ah o ra en evitar •r sv persecusion itnpia: si vence el iUioro, v o lv e n o s á su esclavitud indigna, y y a sabéis quanto el cuello, su infam e cadena oprim a. S u frir el ultraje , el fausto, despotism o y tiranía:::: marcha de caxa piana. de c u y a v il opresion, no se esim e honor y vid a, seria el siem pre in felice fru to de nuestra desidia: nuestros L ares , otra ve* á sti dom in io vendrían: nuestra prole á sus cadenas: uuestra paciencia á sus iras; y donde , con sacrificios tiernos , nuestra fé cu ltiv a oblaciones á Jesús, c a x i y clarín piano» alabanzas á M aria, darían adoraciones á un vil im postor, que habita los horrores del infierno, por su viciosa doctrin a. Sola esta im aginación me conm ueve , y horroriza: el pie tím ido se alien ta: torpe el corazon se agita: la respiración se enciende: y el alm a se abrasa en ira. N o , heroycos Barceloneses, no llegará el fatal día; pues y o , en quien los femeniles tem ores obrar podían, áíites de butn ílljrm e á tanto riesgo , afrenta é ignom ia, expondré el pecho á la espada, y entre las huestes M oriscas, en tre el destrozo , la sangre, el p recip icio y Ja ruina perm aneceré anim osa, firm e , resuelta y a ltiv a , peleando hasta ganar el triun fo , o perder la vida. ^rum . ¿ Q u é soldado habrá remiso si tan valien te heroyna le conduce á las victorias? Suene el tror.ce , el parche gim a, y lúnicnte su exterm in io tocan, fa ta l la hueste enem iga, C erv . A h o ra el trá gico suceso del tra y d o r , -que preiendia D s obs* ohsctifpeef r u fs tr a s ftíorías en fé de «na accio a indigna, (p u e s y a no p arde tardar cn lle g a r é su noticia, ) irrita rá nuevanienre del A frica n o ías Iras. flfonc. D eeota su erte, el A lifam a verá com o se castigan sus torpes máquinas , siendo un e je m p la r , que le avisa del peligro , á qoe su o rg u llo su in íiel cabeza aproxim a. P e t . V am o s , y en Ja confianza de que la victo ria es m ia, cantem os el triu n fo , dando á D io s gracias in fin itas. Tod. V iv a la gran P é , v ic to ria , B a rce lo aa y P etro n ila. vante. S e lv a la rg o , muro v p u erta pracíicahley con v ista de ia C iu d jd , ocam pw icnto de M oros , tocan murchu , y saíen todot ios M oros por cbaxo t y en iu muraUa se ven algunos Christianos. A li f - Y a , vaii'cntfcS A frica n o s, li‘!gó á su Haes postrera la ob&tinacion encniiga 4 e la plaza , y mi paciencia: yA el K e y de Castelldaséns, aua sus a viso s m« n iega, y de la tropa enviada i la nocturna sorpresa, a o regreso alguno . in/iero las fatales consecuencias que habrá tenido ia accio o , y no pretendo que sean segunda vez mis ardicies, d esp ojo de su fiereza, Avisos de su ignorancia, ó Índices de nuestra afren ta: y a he resu;)to el tx fe rm in io díi e<& tenaz genre ciega, ^ue con numero tan co rto , quiere hac^r una defensa tau im posible : y a están reunidas nuestras fuerzas, y los R eyes de Ssgo rve, M u r c ia , Sevilla y V a len cia, prontos á dar el asalto c o a e l de T o led o , esperan ia le y qo e intim en las ca xa s, p ara cu m p lir la sentencia. que fioestro rencor fuím ín», so br- esta ciudad soberbia. H o y , antas que el soJ declíne, veréis su augusta opufenciaj ó trín sform ada en cen izas, ó con vertida en pavssas. Cet. Vened , que si nn ms engaño, parece qae abren las puertas. A l i f . ¿ T em írá , tal v e z , la osadía de im aginar su Condesa presentarnos la batalla ? /ó b re n la s p u e r to s ^ ^ tft’e Gracia con un a za fa te en /-1 rutenos c u b ijr to , llorando, y parándose con dolor, Mr.h. Solo ha salido por ellas una m uger en el trage africano , y despoes cierran . / iif. ¿ S i los s itia d o s , á* vista <le mis esquadras inm ensas, constesnadcs del tem o r, á partido darse intentan, y envían á i na muger pcrqoe mis piedades m u eva ? CeK S ír d u 'a , pues )o ac edita el llanto y dolor que ostenta*, y el vestir el africano trage , será para oiuesti'a de que ya , com o ¿ su duefio, hasta en eso os lisongean. J lía t. U n azafate en sus inasos cu bierto de roxas sedas conduce. Cel. S erá presente, con que con ciliarse pieiisao tu atención. A l i f . S eráa las llaves de ia ciudad que me entregan m iéntras para recibirm e, se dispone )a Duquesa. G rac. P resu ntjosos A frican o s, viles tropas A garenas, al-ives hijos del òdio del re n c o r, y ¡a fiereza, vosotros , Cijya am bición desde las playas m aternas, d irig e vuestros impulsos á intestar las extrangeras: oh antes que la infam e planta hubieseis fixado en cH-i, en torbellinos de espuma los m ares os sum ergieran; os fulm inaran los C ie lo s, 3 ó fatigada la tierra * ea sus obdCuias rntrafias os fabricabe ia huesa, para e v ita r ios horrores> calam idades , tragedias, sustos , estragos , ruinas, que la humanidad him cnta, que los cieios aborrecen y mi corazor. penetran ! vosotros , digo , tiranos, - cuyas indignas proezas, si la traición no las rig&, el valo r no las fom entaj aqu< teneis el aviso que esperáis con impacienci»; m i triste osposo os le envia firm ado co ) sangre : aquesta es vu estra in ju ria y mi llan to , vuestro- aviso , y su c.ibeza. destapaie. A l i f . ¡ J u íto A lá ! L o s dos. j M ahom a excelso J G ra c, V ed la ia fflic e cosecha de vuestras torpes insidias, traicio n es y extrafagem as. V e d e! fra to saagiiiHario d e vuestras vastas ideas: contem plad ie , y recread lo im aginación sedienta de sangre , en aqueste objeto ^ae en ella misma se anega, v lc tim i sacrificada á las seducciones vuestras, <)ue pide con mudas voces, llan to á la naturalez>'>, venganza a l cielo d iv in o j y rayos á las esferas V e d le iropios , y tem ed, que A lá poderoso vu elva sobre vosotros el rostro, de ios furores que l^echa con tra mi corazon triste» Y a los C h ristian os se aprestan á vengarm e de vosotros, %ue origen de mis tragedias eonduxisteis á las aras d el sacri^ cio la ofrenda. V e d que y a airados los cielos m ilitan en su defensa; :^o'-'os Jos cbristiam s o l wuro^. y si sale de los nmros la gente C h ristian a , es fuerza qu e esta cabeza in felice, os cueste muchas cabeaa&. V ed le que^ y o consternada, y en mis sollozos en vu elta, vu elvo á la insigne c iv d a d , á ve rte r sobre la tie rra , que ei corazon de mi esposo cubre , m is lágrim as tiernas. suena ca xa y clarin, h asta que de mi dolor, lastim adas las estrellas, m e franqueer» favorables la siem pre agradable n u eva, ■ ' de que ha abierto á vuestra fuga el m ar sus profundas serdas, la tierra su obscuro seno, y el abismo sus cavern as, porque quando m uera y o , vengada á io ménos , muera, v ase. A U f . S egu id la. M ah. Y a no es p o sib le , p orque llegando á las puertas, despues de reconocida, al punto se las franquean, A l i f . ¡ O K e y de Castelldaséns, quán grande p recio te cuesta tu lealtad ! apartad ese fiero horror de mi presencia, porque su vista en mi pecho todas las furia*» engendra del abysm o. E a , A frica n o s, I nuestro v slo r , á qoe {spera, si no estim ulsn venganzas esre baldón , tsta a fre n ta ? Inunden nuestros clarin es de terrores las esferas, y cavg sn esas m urauas en humo y ceniza en^^uelias. AI asalto , y o el pri;r>ero he de pisar sus alm ioas, A l toqus de caxa y c h r in v.io saliendo i'js ¿i'Joruí , V for<nán o si en h u ta i l ■f i o r j e l asalto ; la Conde:i> y lo s 'u yos a l muro ; etyipieza e! aiac^ue v^vaments, K n ¡o trovado d i él (I tis tianas que em hiiten la re í ^lutfdia d e l M oro y le desofUetum , si¿>ino tiimkien r e ­ chupado dc¡ »iuro , c.hren las fu ertí-s de la C iu d jd ¡ salen h s ccf-.i-ill- iOi ten bunderas tendid n ¡ y en n-.edio lo Duquesa b izn rra m itte nrnu,da (•• xt p w d e i t r á c&h/iil: ) form an u n j hc‘ tn .i ó d ti curas con varia s evjlu'.ion es y luef-o so tn trun los M eros iejiuiJ-QS’ de U s L.'rhtrat.os, S e lv ,! corta : Gi}irr>anat , y ÁUfam a. Grum . Kindete , iVloro. 4 -4 Anf. so A l i f . C h riítían o , c u y a gaiJarda fiereza, i ram a v ic to ria a sp ira , y á tanto em peño te alien ta, ¿ qué quieres ? Grum. Perro , llevarm e con tu espada , tu cabeza. ^ l i f . S i mi cabeza , y mi espada es todo lo que deseas, m ira qusnro se defiende una j y otra quanto pesa. G rum . ¿ Q u é im porta si con tra el bri® Español no h a y resistencia ? Salen Ceiin y M oros, C e l. H uyam os por aqui j j pero qué m ir o ! el Chrisciano muera. Grum . i^robid bárbaros, Cel. Señor, pon cu vida en salvo m ientras y o muero. Saie ¡a Condesa , y Caballeros» P e t . Soldados mios, e tra vez se renueva la batalla. C erv. Huid , cobardes, M onc. M ueran iodos, se entren riñendo. ToS. A rm a , guerra. S o lé A l i f . M ohom et f Celin y M orot. d^iif. M aboraa , de 4 reniego. ¿ C o m o consiente la tierra el peso de un in fe liz ? L as esquadras A garenas vergonzosauíente huyen derrotadas y deshechas. V o J v e d , v o lv e d . A fricanos, y desm entid Jas afrentas de la fuga. M ob. Inútilm ente quieres que á reunirse vuelvan á tus voces : el estrago p o r todas partes nos c&rcaj salva tu vid a , Señor. A l i f . } E stos C h risíian o s son fieras, ,ó las parcas , que ei abysm o, dentro de su seno en cierra, los abortaron tal vez, para nuestra infam ia eterna? Caxa y clarin. R ecobrém onos , am igos, y retirada parezca la que es fu ga , cerctretuos á distancia esa soberbia ciudad , m iéntras á mis tropas nueves socorros se agregan, y entonces , este d esayre enm endará m i fierez^ no dexando en sus altiv o s, m u r o s , piedra sobre piedra, sangre entre sus ciudadanos, que mi rencor no se bebaj n i edificio , que á la llam a, que m i corazon fom enta, no se disipe en estragos, p olvo , fu ín a , humo y pavesas, vante. S e lv a larga con marina , y desembarco’. S a le n por ¡a derecha P etron ila, Cervera, Moneada , D u rfo t y Soldados. y o c e t . V iv a W tr o n ils , viva. O tros. V iv a , lid ie , triunfe y ven*». C e rv . Esta acción pone en olvido quantas la fama pondera d e Sem iram is : el orbe, jam ás o y ó tan com pleta victo ria eutre quantos triunfos canta R om a , escriben Grecia» A iifa m a h u ye afrentado: sus quarteles y sus tiendas, desperdicio oe la llam a, al a y re en cenizas vuelan. Maj> de vein te mil esclavos á nuestro a lve d rlo d esaa y un exqú isito botín ^ de innum erables riquezas. P e t . A 0 ios se tributen gracias, que infundió tal fortaleza en vuestros heroycos brazos: m as si en tan gloriosa em presa he perdido á G rum an at, bastante ca ro me cuesta. M one, Y o le v i l i d i a r , ceñido de M oros , con tal fiereza, que el valor inim itable, se pudo fo rm a r trincheras de cadáveres inmensos: entonces , á roda priesa quise acu d ir á su a u xilio ; mas de mi vista le lleva veloz tropel de caballos, e n tre las confusas nieblas, que el p o lvo , el estrago y hum o, entretexen y condensan. J^u*f. Y o le v i seguir su fuga, escoltado de pequeña esquadra , qoe reunida por su valerosa d iestra, iba sembrando terrores en las T ro p as A garenas. P e t . Pues si G rum an at es m uerto, ó p risio cero le llev a o . he d e s tg u ir ei a icasce hasta recobrar la presa, o pen etrar animosa las A frica n a s ribsras. S a h T tem eien y G raca p ‘: r p u erta de la ciudad. Trem . E n hora buena , triun fan te, y orneada de lauros vu elva al obrigo de sus m uros, la h eroyca P an tasiléi. P e t. Bien ■ recompensáis , Sefior, ios pesares íj ie me deba p roducir el vuestro , al v2r que mis gloriosas e/npcsas hayan de ser consegHidas, siem pre tan á c o s ti vuestra. T rem . E l desso de que triunfen las £squadras Sarracenas, no iiupide en mi e! goaa de que mi bienhechora venza. G roe. Y o os fe licito , SeSora, vuestros lauros , y aunque en esta acción , son incom patibles, vuestro aplauso y mi tristeza, d el modo que me p erm ite, os rinde Ja enhorabuena. tocan. T e t. ¿ M as que es estíj? Cerv. G rum an at á Muestra visca se acerca. P e t. ¡Oh , Soldado valero so ! F e liz á mis brazos vuelva S a le Grum. F u erza es q n - llegue feliz» quien conduce alegres nuevas: p or em p eñ a rm e. Señora, dem asiado en la sangrienta bitaJla , que aterroriza a l m onte , ai valle , v la s e lv a , d e/ grueso que acaudillaba, m e vi separado apenas; quando un c e r ra d o e sq u ad ro n d e lanzas , picas y flechas, á m i e x t e r m in io cODSpira, ó á mi rendición anhela; nías desempeñado de é l, v o lv í al caballo las riendas, para unirme con mi gente; pero fué mi d iligen cia iniiril , pues y a corrían el cam po nuestras banderas; y donde perdi ntis tropas apénas hallé las huellas. D eseoso de saber qual nuestra situación e ra , para iilcaasar c o a la v is ta io que á la planta se niega» de una co lin a tomé la in tran sitable vereda, donde uea antigu a a ta la y a , que los enem igos dexan, me perm itió v e r el triun fo de nuestras arm as excelsas. D esde una em inente cum bre v i las h ero ycas proezas de tus v a lie n ’es soldados; el incendio d e las tiendas enem igas , el destrozo de id canalla p erversa, d eclarad a su vil fu ga, y nuestra v ic to ria cie rta . 'i b a á descender al llano, quando mi oido em belesan por la tierra y p o r el m ar, nuevos trinos de sirenas n iilífares , cu yo estruendo me in citó á fx p e G ta c io n nueva; y descubrió mí a ten ción , en d o s acciones opuestas, cubierto el m ar de b a x e íe s , y de estandartes la tie r r a , cu yo s ro x o s tafetanes, dístintam eete demuestrfin el blasón de nuestras B arras, que en golfos de o re se anegan» siendo ho rro r del A fric a n o , y asom bro de las efferas; de lo que JJegó á in fe rir la felicidad com p leta, y que nuestro amado Conde cefiifJo d e triunfos lle g a , con el Im perial socorro prom etido , donde sea de sus leales vasallos P^norie , cohunna y defensa. t . jOh DicsJ q u á n to 'reg o cijo mi fiel corazoi) p en etra, i q u é esperanzas no con cibe d e ver arran car Jas fieras r a x e s , que en este suelo afirm ó la infanie secta i N obles vasallos , corred; coniiuzcanjos á su excelsa planta , todos los trofeos habidos en esta guerra; ofJen su frente m is lauros» y las lunadas banderas, arrastradas á sus p ie s , nuestra v ic to ria engraadezcan. Sq S e descubren v a rio t b a x e le t , que te van acercando a l puerlo , y en ellos numeroso téquito de Caballeros , y hscen salv a de caxa y clarin j entran , y talen . G rum . Y a se escuchao los cla rises, M one. Y a se avistan sus banderas. Cerv. Y ya los menores baques, viran sus proas á cierra. "Pet* Pues las salvas m ilitares unas i otras se sucedan. Tocan marcha , con la que desenkare/i e l Conde y y Caballeros con comparsa , los de tierra los ayudan á desem barcar, y €« e l tablado se abrazan mutuamente t y se arrastran li^s banderas M oriscas , á h t p i e f d e l Cgnde W ifre d s. V e t. E n hora fe liz , esposo^ triunfante á mis brazos vuelvas. Wif. S i haré, pues honran mis CriuQfos, tus viccor¡9sas empresas. P e t . » Q ué felicidad ? W i f . ¿ Q ué d icha V L o s dos. Se com para con la nuestra. i V i f , F ra n cia y Lom bardia , absortas^ e l nombre Español respetan por m i e sfu e rio , y p o r el toyt» A fr ic a op rim ida tiem bla, ¡>¿¿ de cu y a derrota , el vien to te llevó al agua la nueva. F e t. Pues entre aplausos y g lo ria s , halle lugar ia clem encia; ve aquí el R e y de T rem ecen , que ilustró tiii edad prim era; v e aquí á la in felice G ra ca , que aunque desdichada , es R e jr s t : éstos nobles prisioneros, E sposo , izii am or te entrega, se arrodilla. y él te pide que á tu rnasA su dulce libertad deban. W i f . Y o se la concedo , al puato que la m orism a dispersa evacúen nuestros confines; para c u y o fín , apénas, co rto descanso p erm ita brevo ocio á >a quietud nuestra, quando seguirán su alcance m is victoriosas banderas. C erv . Pues decid , triunfantes íié r o e s , de tanta a legría en m uestra. ^ o c e f. W ifr e d o , y PetroniU | vivan edades eternas. Tod. Y vivan los que piadososi Questros defectos toierao« F IN. CON ÍICE N C iá. Barcelona : En la Oficina de JU AN F R A N CISC O P IP E R R E R , Impresor de S, M .; véndese en su librería adffliaútfid« por Juan Sellent*