San Salvador, a las doce horas con veintiún minutos del día nueve d

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85-2009/170-2009
Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia: San Salvador, a las doce horas con
veintiún minutos del día nueve de diciembre de dos mil once.
Los presentes procesos de hábeas corpus acumulados han sido solicitados, el primero -852009- a su favor por el señor Junior Rolando Pérez y, el segundo -170-2009- por la señora Sonia
Margarita Albanés de Pérez, a favor del señor Pérez, condenado por el delito de secuestro
agravado; contra actuaciones de la Policía Nacional Civil, el Tribunal Primero de Sentencia de
Santa Ana y la Sala de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia.
Leído el proceso y considerando:
I.- Los pretensores alegaron que la ilegalidad de la detención provisional impuesta al
favorecido, se basa en una serie de aspectos que atribuyen a las autoridades demandadas, así:
1- Que en el proceso penal por el que ha sido condenado y se encuentra guardando
detención “…se toma como base el dicho del testigo (…) ya que goza del beneficio de criterio de
oportunidad (…) la prueba utilizada en el juicio está viciada y hubo malicia por parte de las
autoridades (…) es evidente que los hechos descritos por el testigo criteriado son contradictorios
(…) es así que llama poderosamente la atención que el Ministerio Público asegure mi
participación en el hecho cuando ni tan siquiera el testigo acusador lo hace, quedandose en
suspenso tal acusación creando un vacío dentro del proceso…” (sic).
2- “…mi captura se realizó a las cinco horas cuarenta minutos del dia dieciséis de abril de
dos mil ocho (…) es sabido que toda persona detenida debe saber de manera inmediata los
motivos de su detención, haciendole saber sus derechos que como imputado tiene; nombrandole
un defensor público si es de escasos recursos para que lo asista, lo cual no pasó, violentándome
de manera directa mis garantías constitucionales ya que no sabía por espacio de tres horas por
que me habían detenido…” (sic).
3- “…nunca tuve participación en los hechos que se me acusan y mi sentencia no es más
que una venganza maquinada en la mente del señor (…) [testigo con criterio de oportunidad] que
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a simple vista lo que hizo fue para desvincularse de hechos delictivos que él mismo cometió en el
pasado…” (sic).
4- “…por sentencia definitiva pronunciada por el Tribunal Primero de Sentencia de la
ciudad de Santana (…) del día cinco de junio del dos mil ocho, el señor (…) fue condenado a
sufrir la pena de trece años y cuatro meses de prisión (…) los abogados (…) actuando como
defensores particulares (…) interpusieron en tiempo y forma FORMAL RECURSO DE
CASACIÓN, en contra de la sentencia definitiva (…) desde la fecha que se interpuso el recurso
de casación aludido [veinticuatro de junio de dos mil ocho] hasta este día [siete de septiembre de
dos mil nueve], la Honorable Sala de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia no ha resuelto el
recurso de casación (…) considero que cuando transcurre un plazo razonable y no se resuelve la
situación jurídica de un procesado en el ámbito penal se violan los Principios Constitucionales…”
(sic).
II.- De conformidad con lo prescrito en la Ley de Procedimientos Constitucionales, en
cada uno de los presentes hábeas corpus se nombró juez ejecutor, quienes informaron lo
siguiente:
El licenciado Boris Romeo García Alvarado, en el hábeas corpus con referencia 85-2009
expuso que “…durante las tres horas que alega el favorecido haber estado sin defensor, no se
realizaron actos de prueba que pudieran ser declarados nulos posteriormente (…) EL SUSCRITO
JUEZ ENCUENTRA QUE EXISTE UNA INCONGRUENCIA ENTRE LOS HECHOS
ACUSADOS Y LOS HECHOS PROBADOS. Que esa incongruencia es la base para afirmar que
el imputado está detenido ilegalmente y que procede ordenar su libertad inmediata…” (sic).
La licenciada Paula Rubidia Martínez Andasol, en el proceso 170-2009 informó que
“…que al señor JUNIOR ROLANDO PEREZ si se le ha violentado los principios del Debido
Proceso, el de Pronta y Debida Justicia, el de Seguridad Jurídica, el de la Debida y Pronta
Defensa, y el principio de Petición y Respuesta como tal como se ha propuesto en el Habeas
Corpus, en cuanto a la tardanza de resolver el Recurso interpuesto por éste…” (sic).
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III.- Mediante informe del día veintinueve de noviembre de este año, la Sala de lo Penal
de esta corte, expresó que el proceso penal en contra del favorecido se encuentra fenecido, y se
remitió certificación de la resolución pronunciada por esa sede el día veinte de agosto de dos mil
diez, mediante la que se declaró no ha lugar a casar la sentencia condenatoria.
En razón de dicha circunstancia, debe decirse que la restricción al derecho de libertad de
la que se conoce en este proceso constitucional –detención provisional− ha perdido vigencia, en
razón de la firmeza que adquirió la sentencia condenatoria emitida en contra del señor Pérez. Al
respecto, la jurisprudencia de este tribunal, de manera reiterada, ha permitido el conocimiento de
posibles violaciones a derechos constitucionales que hubieren incidido en el derecho de libertad
de la persona favorecida, aún y cuando durante la tramitación del hábeas corpus haya cambiado a
una situación jurídica distinta a la que se encontraba en el momento de requerir la actividad
jurisdiccional de esta Sala. Lo anterior, a efecto de que, de ser procedente su pretensión, se
reconozcan las violaciones a sus derechos constitucionales ―v. gr. resolución de HC 85-2008 de
fecha 4/03/2010―.
En ese sentido, este tribunal se encuentra habilitado para conocer de la pretensión
propuesta, debido a que en la fecha de presentación de este hábeas corpus, la medida cautelar de
detención provisional era la que generaba la restricción al derecho de libertad del favorecido.
IV.- Para decidir los diferentes aspectos propuestos en los hábeas corpus acumulados, se
considera adecuado que, en el orden relacionado en el considerando I de la presente, se analice la
propuesta efectuada por los peticionarios, a efecto de determinar la procedencia de su pretensión.
1- En cuanto a la supuesta contradicción del testigo al que se otorgó dentro del proceso
penal el criterio de oportunidad, en tanto no vincula al favorecido en la comisión del delito por el
que fue condenado; se considera que ese alegato constituye un aspecto que no se encuentra
vinculado a afectaciones constitucionales, no obstante alegarse vulneraciones de esta naturaleza –
presunción de inocencia y favorabilidad al imputado en caso de duda sobre su responsabilidad–,
ya que la queja se hace descansar en situaciones fácticas cuya procedencia está determinada en la
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valoración judicial de los elementos de prueba que constan en el proceso penal, especialmente
respecto a la prueba consistente en declaración judicial del testigo “criteriado”.
Entonces, el argumento referido a haberse vulnerado las categorías constitucionales
señaladas, por la condena impuesta al favorecido para cumplir pena de prisión, por la declaración
del testigo antes indicado, el cual –a decir del primero de los peticionarios–, no lo vincula en el
delito atribuido; constituye una circunstancia que se traduce en los denominados por la
jurisprudencia como “asuntos de mera legalidad”, pues su análisis y procedencia corresponde a
los jueces creados previamente por ley para conocer en materia penal.
Por ello, de conocerse y decidirse sobre ese reclamo en el proceso constitucional de
hábeas corpus, implicaría una invasión a las competencias que le son propias a los jueces penales,
volviendo a esta sala una instancia más dentro del proceso de esa naturaleza, lo que
desnaturalizaría la función constitucional que le ha sido encomendada. Por tanto, deberá emitirse
un sobreseimiento sobre este aspecto.
2- Se reclama de la supuesta vulneración al derecho de defensa del señor Pérez por no
habérsele informado de los hechos que se le atribuían de manera inmediata sino que hasta tres
horas después de su captura.
Al respecto, debe decirse que según lo determina el artículo 13 inciso 2º de la
Constitución, la persona detenida debe ser informada de manera inmediata y comprensible de sus
derechos y las razones de su detención. Este derecho es presupuesto indispensable para el
ejercicio de otros, entre ellos el de defensa, en tanto únicamente quien conoce los motivos de la
restricción a su libertad física puede, en ejercicio del último de los derechos citados, aportar la
prueba que estime conveniente para refutar la imputación o manifestarse respecto a ella según lo
considere pertinente.
En ese sentido, efectivamente la detención de una persona implica la obligación de la
autoridad que la ejecuta de poner en conocimiento de la persona capturada, entre otros, los
hechos constitutivos de delito que se le atribuyen.
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Ahora bien, tan importante resulta determinar el cumplimiento o no de esta obligación por
parte de las autoridades correspondientes, como verificar la incidencia que la supuesta omisión
puede tener en los derechos del imputado en la fecha de presentación de la solicitud de este
proceso constitucional. Esto es así, porque la jurisprudencia de esta sala ha sostenido que el
agravio constituye uno de los elementos integradores de la pretensión de hábeas corpus, a efecto
de su procedencia; de forma que, cuando se solicita la protección constitucional, la persona debe
efectivamente encontrarse afectada en las categorías relacionadas en el artículo 11 inciso segundo
de la Constitución, directamente por las actuaciones u omisiones contra las cuales se reclama –
véase resolución de HC 22-2011 de fecha 17/6/2011–.
En este caso, el anterior criterio resulta relevante debido a que del análisis de la solicitud
presentada a este tribunal por el señor Pérez se puede concluir que si bien reclama sobre el
aspecto en análisis, más adelante desarrolla los hechos que le fueron atribuidos y las razones que
llevaron al tribunal respectivo a finalmente emitir una sentencia condenatoria en su contra. Es
decir, el inicial desconocimiento que alega respecto de los hechos que le fueron atribuidos, en la
fecha de promoción de este proceso constitucional no generaba efectos en el ámbito de
protección constitucional del favorecido, porque es justamente él quien los expone a este tribunal
para sostener otras de las quejas que también indica.
Entonces, no basta con la existencia de una supuesta vulneración como la descrita, sino
que esta tenga la capacidad de generar en quien la alega una afectación a sus derechos
constitucionales cuando inicia la acción de hábeas corpus, ya que de no estar vigente este
elemento, esta sala carece del elemento objetivo indispensable para analizar y decidir la
propuesta efectuada, según se ha indicado. Por tanto, en el caso del señor Pérez, concurre un
vicio que impide analizar su reclamo, y se genera la procedencia de la terminación anormal del
proceso a través de la figura del sobreseimiento.
3- Respecto a la falta de participación en el delito atribuido al favorecido, al igual que el
primero de los reclamos analizados, este tribunal carece de competencia para evaluar si dentro del
proceso se ha logrado establecer o no este extremo del delito, a partir de las posturas y elementos
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de convicción que se hayan aportado dentro del proceso penal, ya que esa es una labor que
corresponde de manera exclusiva al juez penal, en las distintas fases procesales. Entonces, carece
de sustento que en este proceso constitucional se pretenda requerir la evaluación de este tipo de
circunstancias, con lo cual los conceptos indicados en el número 1 de este considerando son
perfectamente aplicables para este reclamo, así como la decisión que corresponde emitir en el
hábeas corpus, es decir, el sobreseimiento.
4- Por último, sobre el exceso atribuido a la tramitación del recurso de casación
interpuesto a favor del señor Pérez, debe señalarse que como se ha reiterado en la jurisprudencia
constitucional, no constituye parte de la competencia de esta sala en materia de hábeas corpus
verificar y controlar el mero cumplimiento de los plazos dispuestos por el legislador en un
proceso penal; sin embargo, sí es competencia de este tribunal tutelar al particular frente a
dilaciones indebidas advertidas en la tramitación de un proceso de esa naturaleza, cuando exista
una orden de restricción a la libertad física de la persona en contra de quien se ejerce la acción
penal.
En este caso, el análisis de constitucionalidad a efectuarse se justifica a partir de la
situación de detención provisional que ha sufrido el beneficiado, pues debe atenderse siempre el
carácter de temporalidad que tiene la medida cautelar de detención provisional, la cual no puede
prolongarse injustificadamente.
Respecto a ello, debe tenerse claro que la detención provisional, como medida cautelar
propiamente dicha, persigue asegurar la eficacia de una resolución definitiva, es decir implica su
sujeción a un proceso específico con el propósito de garantizar las resultas del mismo; pero su
misma naturaleza cautelar exige que no pueda mantenerse indefinidamente, debiendo estar
siempre sujeta a plazos máximos de duración, tal circunstancia define su carácter de temporalidad
e implica que la imposición de la medida debe reducirse al mínimo, pues en la instrucción de un
proceso penal debe prevalecer la obligación, y la idea en el juzgador, en virtud de la presunción
de inocencia, de que el imputado es inocente en tanto no se establezca legalmente su
responsabilidad penal.
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En razón de lo dicho, las autoridades judiciales, independientemente de la existencia de
elementos que dificulten la tramitación expedita de un proceso penal, deben cumplir los plazos
legales dispuestos para ello, y con mayor razón si el inculpado se encuentra en estado de
detención provisional.
Acotado lo anterior, debe decirse que el derecho a la jurisdicción garantiza el
cumplimiento de la obligación constitucional de satisfacer dentro de un plazo razonable las
pretensiones de las partes o de dictar sin demora la sentencia y realizar su ejecución; exigencia
contenida adicionalmente en los artículos 9.3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos y 7.5 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Del plazo razonable, se ha considerado que el derecho de defensa en juicio incluye el
derecho de todo imputado a obtener un pronunciamiento en el cual se defina su posición frente a
la ley y a la sociedad dentro de un término razonable. Los parámetros para considerar cuando un
plazo es razonable han sido reiterados por la jurisprudencia de esta Sala, estos consisten en
verificar si hubo “plazos muertos”, es decir, períodos de inactividad del juez que no estén
justificados y que alarguen el proceso; tomando en cuenta además la complejidad del caso y el
comportamiento de las partes. Por ello, los tribunales deberán lograr una administración de
justicia rápida dentro de lo razonable, evitando así que los procesos se prolonguen excesivamente
por los motivos antes señalados. –v. gr. resolución de HC 32-2008 de fecha 8/10/2010-.
Con base en ello, dentro de este proceso consta el informe rendido por la Sala de lo Penal
de esta corte, en el que sobre el reclamo presentado ase concluyó que “…la referida tardanza
denunciada por la impetrante, se justifica debido a la saturación de los expedientes penales que
ingresan para la tramitación del recurso de casación, y además por la actitud de la contra parte en
el presente caso, ya que el día veintiséis de febrero del presente año [dos mil diez], se suspendió
la celebración de la audiencia oral, que en su libelo impugnativo solicitó la defensa del imputado
Junior Rolando Pérez, ante la inasistencia de la representación fiscal…”
Al analizar lo reclamado por la solicitante, la jurisprudencia constitucional y la defensa
presentada por la autoridad demandada, se tiene que efectivamente se presentó recurso de
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casación contra la sentencia condenatoria dictada en contra del señor Pérez, la cual fue recurrida
en casación dentro del plazo legalmente dispuesto para ello, y el proceso penal fue remitido a la
Sala de lo Penal para la decisión del medio de impugnación planteado.
Si bien no se tiene una fecha exacta en la que fue recibido en esta última sede judicial,
consta en el informe rendido por esta el diez de febrero de dos mil diez –folio 61- que se registró
el recurso con el número 432-Cas-2008, es decir, su ingresó se dio en el año dos mil ocho; sin
embargo, en la fecha de presentación del proceso de hábeas corpus con referencia 170-2009 –
siete de septiembre de dos mil nueve, aún no se había emitido pronunciamiento sobre dicha
decisión, es decir, habían transcurrido como mínimo nueve meses aproximadamente sin que se
hubiera emitido decisión respecto al recurso interpuesto.
Ahora bien, lo señalado por la autoridad para justificar el retraso en la decisión requerida,
tomando como parámetro el plazo legalmente dispuesto para ello, ha sido la excesiva carga
laboral que enfrenta. Sobre este punto, de manera reiterada se ha dicho que la explicación judicial
sobre la saturación de procesos, no tiene la entidad suficiente para justificar, por sí misma,
exceder los plazos legales para cualquiera de las etapas del proceso.
Y es que, resulta común en la actividad judicial encontrar carencias estructurales que
determinan los tiempos utilizados en la tramitación de los procesos penales, sumado al elevado
volumen de trabajo que soportan en muchos casos. Ahora bien, la contraparte de estas
limitaciones era el deber de la autoridad judicial de garantizar que la función que se le
encomienda se realice dentro de los parámetros legalmente establecidos. Por tanto, someter la
expectativa del justiciable de obtener la definición de su situación jurídica en cualquiera de las
etapas procesales a un tiempo excedido de lo legalmente dispuesto, haría nugatoria la obligación
constitucional que tiene toda autoridad de tramitar los procesos penales dentro de los parámetros
temporales legalmente establecidos –v. gr. resolución de HC 66-2010 de fecha 18/08/2010-.
Entonces, este argumento resulta insuficiente para justificar la dilación acontecida en la decisión
del recurso de casación.
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Por otro lado, la autoridad demandada en este caso afirmó que la omisión de una de las
partes de concurrir a la audiencia programada dentro del incidente de casación propició la
dilación en su trámite.
Al respecto, debe decirse que una de las circunstancias que se verifica para establecer la
existencia o no de una dilación indebida es el comportamiento de las partes –ver resolución de
HC 39-2008 de fecha 25/3/2010–. En este caso, el dato aportado por la autoridad demandada
tampoco tiene la capacidad de justificar una dilación como la ocurrida en el proceso penal
relacionado a este hábeas corpus, ya que únicamente se trata de la incomparecencia de una de las
partes a una audiencia programada y no a sucesivos actos tendientes a retrasar el trámite del
recurso, de los que pudiera inferirse una actitud que provoque una dilación como la acontecida
dentro del proceso penal; sobre todo porque la autoridad judicial tiene la obligación de hacer
cumplir las decisiones que emitan y tomar las medidas legalmente dispuestas para evitar que
comportamientos de las partes provoquen un retraso en la tramitación del proceso en cualquiera
de sus fases.
Por tanto, se considera que la Sala de lo Penal incumplió su deber de tramitar el proceso
penal dentro de los parámetros legales fijados para tal efecto, con lo cual su conducta generó un
exceso durante dicha etapa que incidió en el cumplimiento de la medida cautelar de detención
provisional más allá de lo necesario.
V.- Ahora bien, el reconocimiento de violación constitucional respecto al último punto
analizado no produce para el caso en estudio, la puesta en libertad del señor Junior Rolando
Pérez, en tanto que la haberse declarado no ha lugar a casar la sentencia condenatoria, tal como se
indicó previamente, actualmente no se encuentra guardando detención provisional sino en el
cumplimiento de la pena de prisión que le fue impuesta. Por tanto, su actual privación de libertad
no se ve afectada por aquel reconocimiento, al no haber sido sometida a control constitucional en
el presente hábeas corpus.
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VI. En otro orden, esta sala advierte que el favorecido señaló para recibir notificaciones el
Centro Penal de Apanteos, lugar donde se encontraba recluido al requerir la actividad de este
tribunal.
A ese respecto, se considera pertinente, con el objeto de garantizar el derecho de
audiencia y a la protección jurisdiccional del señor Pérez, mediante el conocimiento real y
oportuno de la presente resolución, aplicar de forma supletoria el artículo 141 inciso 1° del
Código Procesal Civil y Mercantil, disposición que regula la figura del auxilio judicial. De
manera que, deberá requerirse la cooperación del Juzgado Primero de Paz de Santa Ana para
notificar este pronunciamiento al favorecido en el centro penal antes indicado.
Ahora bien, si la autoridad judicial requerida informa de alguna circunstancia que haya
imposibilitado la comunicación que se ordena efectuar a la peticionaria, deberá realizarse la
misma, a través del tablero de esta sala, de conformidad con el artículo 171 del Código Procesal
Civil y Mercantil. Ello, en virtud de que el auxilio judicial, en este caso,
representa el
agotamiento de los medios legalmente dispuestos para hacer saber la decisión a la solicitante, por
lo que de no ser positivo el resultado de esta gestión, lo procedente es realizar la notificación a
través del tablero judicial.
Con fundamento en los artículos 2, 11 inciso 2º y 12 inciso 1º de la Constitución, 9.3 del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y 7.5 de la Convención Americana sobre
derechos Humanos, 13, 31 y 71 de la ley de Procedimientos Constitucionales, 141 inciso 1° y 192
del Código Procesal Civil y Mercantil, esta sala RESUELVE:
1. Sobreséense los presentes procesos constitucionales acumulados solicitados, el primero
-85-2009- a su favor por el señor Junior Rolando Pérez y, el segundo -170-2009- por la señora
Sonia Margarita Albanés de Pérez, a favor del señor Pérez; respecto a la valoración de los
elementos probatorios aportados dentro del proceso penal para determinar su participación en el
delito atribuido, por constituir un asunto de estricta legalidad; y sobre la violación a su derecho de
defensa en el momento de su captura por falta de actualidad en el agravio.
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2. Ha lugar al hábeas corpus, en virtud de haberse vulnerado el derecho de defensa y
presunción de inocencia del señor Pérez, por no haber sido procesado dentro de un plazo
razonable, en la tramitación del recurso de casación, lo que incidió directamente en su derecho de
libertad física. Continúe en la situación jurídica en la que se encuentra por depender su actual
restricción a dicho derecho de la pena de prisión impuesta.
3. Requiérase auxilio al Juzgado Primero de Paz de Santa Ana, para que notifique este
pronunciamiento al favorecido en el Centro Penal de Apanteos.
4. Ordénase a la secretaría de esta sala que, con el fin de cumplir el requerimiento
dispuesto en el número precedente, libre el oficio correspondiente junto con la certificación de
esta decisión.
5. Solicítese al funcionario judicial comisionado que informe a esta sala, a la brevedad
posible, sobre la realización de dicho acto procesal de comunicación.
6. Notifíquese a la señora Albanés de Pérez en la dirección señalada para recibir los actos
de comunicación.
7. Archívese.
---J. B. JAIME---F. MELÉNDEZ--- E. S. BLANCO R.---R. E. GONZÁLEZ B.---PRONUNCIADO POR
LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO C.---RUBRICADAS.
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