PDF (Capítulo 8)

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SINTAXIS DE LA DECISIÓN TRÁGICA
Sófocles, Ayax: una lectura semiológica
Graciela Maglia
Universidad Javeriana, Colombia
M. del Carmen Cabrero
U. Nacional del Sur, Argentina
Introducción
Irrecondliabilidad. Esa es la característica primordial de la vivencia del héroe trágico: un hombre para el que se ha quebrado la
identidad entre el ser y la esencia; un hombre que ha perdido
para siempre la experiencia de la totalidad, de la comunión inicial
del mundo consagrado, perfecto y cerrado de la épica, en donde el
ser esencial habitaba el mundo y era nombrado por el epos en forma mimética. El héroe épico es un sujeto para el cual el ser y el deber ser son idénticos, dado que su programa coincide con el que
marca la geografía del universo conocido. "Ser y destino, aventura y consumación, vida y esencia son entonces conceptos idénticos".1
En un mundo en el cual el sentido es inmanente a la vida y
el tiempo no es más que un espacio en donde se verifica la consumación del propio destino ejemplarizado por los relatos paradigmáticos del mito, no hay lugar para el conflicto. En medio de las
infatigables aventuras del héroe épico hay una pasividad esencial:
el carro de Aquiles devora distancias como un abrasador incendio: bajo su rueda desaparecen cadáveres y escudos, pero esa acción pertenece a la totalidad extensiva de la vida y no a la totalidad intensiva de la esencia. El tiempo es un acaecer, la aventura,
sólo un demorarse en alcanzar la estrella que brilla eternamente
1
Cfr. Lúkacs, G. Teoría de la novela. México. Grijalbo. 1985: 291.
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en el cielo perpetuo de la épica. Cuando el sentido penetra el
mundo y los dioses conducen al hombre, el héroe recorre las
aventuras como cumplimiento. Pero para el héroe trágico se ha
roto definitivamente esta coincidencia.
El conflicto trágico de Ayax, en Sófocles, nacido de la incongruencia entre el personaje y su entorno, representa el enfrentamiento de la antigua concepción heroica, aristocrática y gentilicia
del mundo con el nuevo movimiento racionalista sofístico, que
florece en Atenas y señala el fin de la época arcaica. Ayax encarna
el héroe ideal, que auna en su ser la autodefinición individual y la
solidaridad hacia la gens. Su figura tiene mucho de la homérica,2
sólo que ha cobrado una dimensión interior que agiganta al antemural de los aqueos, y lo hace más distante.
Sófocles —hijo de un siglo antropocéntrico— ha humanizado el mito. Ya no aparece el homérico héroe de ios combates singulares sino el jefe en la relación con hombres. Aristócrata arcaizante, respetuoso de la religiosidad tradicional, se mantuvo al
margen de la nueva sabiduría sofística a la cual criticó a través de
sus obras. La subversión de los valores de la polis iba resquebrajando la base de la moralidad pública. Estos maestros cuestionaban acerca de la virtud, la justicia, la óúcnc, del hombre y el mundo.
Sus enseñanzas sostenían que la verdad y la moral son relativas.
Protágoras, su mayor exponente, afirmó que el bien y el mal absolutos no existen y es el hombre la medida de todas las cosas. Trasí-
maco —en el libro 1 de la República de Platón— define la Justicia
como el interés del más fuerte.
El mundo aristocrático aspiraba al ideal del hombre KOXÓC
Kai áyaOóc, cuya superioridad estaba fundada en el concepto de
arete —como excelencia humana y no humana, destreza y fuerza
sobresalientes— atributo propio de la nobleza caballeresca. Una
competencia agonal perpetua era necesaria para mantener la arete
conquistada. La vida entera estaba dedicada a la finalidad de ser
elprimus inter pares. Esta rivalidad será suplantada por el igualitarismo de la nueva sabiduría pedagógica y la arete física del valor se
espiritualiza y tiende al ideal del sabio. La arete heroica cobra su
total dimensión en la estimación pública, la nuij. La fuerza moral
que mueve al hombre homérico es el cd5tóc;, el respeto por la opi2
Nos recuerda a Aquiles; no en vano era "el mejor de los aqueos, después
de Aquiles".
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nión de sus semejantes. Por eso, proyecta sobre un poder externo, arn, los fracasos que lo exponen al ridículo o al desprecio.
La arete heroica se perfecciona con la muerte física del héroe
y se perpetúa en su fama. Este heroísmo ostenta un sentimiento
de (tnXcurria y el deseo de una vida breve pero intensa antes que
una existencia larga y mediocre. Esto no significa que desprecien
la vida, sino que subordinan lo físico, el instinto vital, al ideal de
apoderarse de la belleza, motivo de la arete helénica: se trueca la belleza de la vida por la belleza del ideal.
La negación del premio y del honor constituían la más grande tragedia para el héroe. De este modo, los valores que sostiene la
paideia heroica aristocrática prefiguran la visión trágica que determinará la conducta de Ayax: el ejército aqueo lo ofende al otorgar
las armas de Aquiles muerto a Ulises, quien las ganó con engaño.
Así deshonra al Telamonio, quien, enajenado, atenta contra los
aqueos. Ya no podrá, luego, recuperar la identidad heroica en un
universo cuyas leyes han cambiado. Deberá hallar una prueba que
restaure su honor, patrimonio también de su YÉVOC,; entonces se
produce la anagnórisis de su destino y el héroe, autárquico, afirma
su grandeza frente al mundo y elige la muene como salvación.
El concepto de arete evoluciona gradualmente y transforma
el ideal de destreza guerrera en la aspiración por parte del hombre
de virtudes espirituales y sociales, vinculadas a un estado de derecho. Se distiende el rígido principio aristocrático de la antigua nobleza, de modo tal que la pertenencia a una estirpe, la ática, reemplaza a la noción arcaica del estado familiar. Por otra parte, ¡a arete
tiende a desligarse de la exclusividad de la sangre noble, pues se
puede adquirir a cambio de dinero. El prejuicio que sostenía la
preeminencia de la sangre es superado por la preeminencia de lo
espiritual que encuentra su expresión en una arete fundada en el
saber. La arete política es entendida como capaddad intelectual y
oratoria, indispensable para la Atenas democrática del siglo V. Lo
ético cede el lugar a lo intelectual, fluctuante y relativista.
El nuevo tipo de paideia propagada por los sofistas era individualista, naturalista, de orden práctico.3
3
"La sofística no es un movimiento científico, sino la invasión del espíritu
de !a antigua física e historia de los jónicos por otros intereses de la vida
y, ante todo, por problemas pedagógicos y sociales que surgieron a consecuencia de ia transformación del estado económico y social". Jaeger,
W. 1980: LII, C.3.
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Sintaxis de la decisión trágica
Los sofistas relativizan las normas tradicionales de vida y
consideran insolubles los enigmas de la religión, por lo que se los
ha tachado de escépticos. El concepto de naturaleza humana
reemplaza al de sangre divina. La noción defyvmc,es trasladada
del cosmos a la individualidad del hombre. La idea de modelo y
ejemplo que regía lapaideia aristocrática: uíurjou;, cede el lugar a la
ley: 5kr| como el elemento más alto de la educación del ciudadano y expresión concreta de las normas vigentes. Esta cultura práctica y política sostiene al imperio ático en su pretensión de domeñar la totalidad del mundo helénico. Para la mentalidad griega del
siglo V regía la convicción de que el estado era la única fuente de
las normas morales y constituía la única ética para la comunidad.
En la figura de Ayax, Sófocles representa su adhesión a los
ideales heroicos que ya no encuentran lugar en un mundo cuya fe
se basa en la mutabilidad de las fuerzas de la naturaleza y del
hombre y en la veneración del más poderoso, siendo esto independiente de su ética. El choque entre estas dos concepciones del
mundo constituye un conflicto que dará origen a la visión trágica
que hace patente el texto, como respuesta funcional y significativa de la nobleza griega frente a una situación crítica.
Análisis semiótico
4
La semiótica es un procedimiento, una cierta manera de situarse en relación con la enunciación que nos deja un saber acerca
del texto, adquirido a través de la confrontación directa. Los modelos semióticos que estructuran nuestro análisis procuran esclarecer
las categorías semánticas configuradoras de la significación vertebral del corpus: constituyen una clave de lectura que torna homogénea la superficie del texto e intenta resolver las ambigüedades.
Segmentación del corpus 5
La segmentación constituye una primera tarea empírica,
destinada a descomponer el corpus en unidades textuales, deno4
En el presente ejercicio reconocemos nuestra deuda con la metodología
semiótica propiciada por AJ. Greimas. No pretendemos ni la exhaustividad del método, ni una absoluta fidelidad a sus planteamientos, por otra
parte, constantemente renovados.
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minadas secuencias. La autonomía de las secuencias se obtiene
mediante la aplicación de disjunciones categoriales que responden a
variados criterios. Para segmentar los cuatro monólogos de Ayax
hemos manejado el siguiente inventario:
1. Disjunciones Temporales: antes/durante/después
2.
Disjunciones Espaciales: aquí/allá
3.
Disjunciones Actanciales: yo/él
4.
Disjunciones Tímicas: euforia/disforia
5.
Marca del Narrador: proverbios
6.
Demarcadores
Este recorte en secuencias es una de las operaciones de la
textualización que tiene como meta disponer en sucesión las unidades textuales y conducirnos a establecer la isotopía discursiva.
El reconocimiento de las junciones y su integración en los programas narrativos definirá la performance del sujeto.
Programas narrativos
La tragedia griega es indudablemente un teatro sustentado
por la declamación, más que por la comunicación. Hay una constante formulación de ideas, más que un diálogo. La palabra, las
confrontaciones verbales, las lamentaciones, devoran a la acción
propiamente dicha. Por eso es preciso señalar que la mayoría de
los aspectos considerados, en otro tipo de textos teatrales como
acciones, los hallaremos aquí planteados a través de enunciados a
los que Van Dijk6 denomina actos de habla, porque "aunan una intención y un hacer. Poseemos un plan", dice, "más o menos consciente para la ejecución de estos actos de habla y obtenemos una
acción de orden superior, un acto de significación o acción semántica que tiene un objetivo determinado: la interacción."
Las acciones del teatro griego están, pues, predeterminadas
por las palabras. Los únicos movimientos significativos de la escena, son los de las manos y los pies vinculados con la danza, la
entrada y salida de los actores y la llegada del coro que, como sa5
6
Con el fin de facilitar la lectura presentamos el texto integral de los cuatro monólogos de Ayax, que configuran el corpus de nuestro trabajo.
Nuestra traducción fue el punto de partida del análisis. Utilizamos para
esta versión el texto establecido por Paul Masqueray, Sophocle. Tome I.
Les Belles Lettres. París, 1960.
Van Dijk, T. Texto y contexto. Madrid. Cátedra. 1984:69.
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Sintaxis de la decisión trágica
bemos, muy pocas veces se retira hasta el final de la obra. Percibimos sus palabras como estructuras de sucesos vinculantes, o
bien, de unidades que simbolizan esos sucesos. Por lo tanto,
cuando hablamos de performance nos referimos al desarrollo de la
acción verbal y no a la evolución o transformación paulatina de
un personaje desde la óptica psicologista.
Observamos en nuestro corpus que la performance se alcanza
por medio de programas narrativos en los que el sujeto de hacer y el
sujeto de estado están suscriptos, en sincretismo, en un mismo actor:
Ayax. Él es el agente productor de dos "actos de habla" claves para
obtener la performance: el primero, denominado decisión, en el Monólogo I, concierne al compromiso cognoscitivo; el segundo, llamado
ejecución, en el Monólogo IV, da lugar al compromiso pragmático. Sin
embargo, este último está ya implícito en el primero, pues, como
afirman A. J. Greimas y J. Courtés en su Semiótica:7 "La dimensión
cognoscitiva presupone las acciones pragmáticas, pues, se define,
precisamente, por tomarlas a su cargo mediante el saber".
Es decir, que el sujeto-Ayax desde los primeros versos corpus posee un saber-ser que implica de por sí un saber-hacer futuro.
Su recorrido narrativo le permitirá adquirir la competencia para
"ejecutar" su performance final. Performance que se realiza mediante una serie de desembragues cognoscitivos por los que el enunciador establece una separación entre su propio saber y el saber
que quiere atribuir a los sujetos instalados en el discurso: esta
delegación del saber se opera en beneficio de los sujetos cognoscitivos: Eurísaces-Tecmesa-Coro.
Este desembrague da lugar a la producción de los enunciados
de estado que corresponden a las diferentes funciones entre sujetos y objetos, y de los enunciados de hacer que expresan las transformaciones. Ambos enunciados producen los distintos actos de
habla que configuran los planos isotópicos cognoscitivos.
• El acto ilocutorio veridicción de los discursos I y II ejerce un
decir-verdad sobre el alocutario con la intención de lograr su adhesión: un creer que se desprenderá de la correcta interpretación de
su propósito. En el discurso III el locutor ejerce un acto perlocutorio que implica, para parte del alocutorio, la máxima adhesión;
no hacer-hacer. Persuasión poderosa que lo obliga a no interve7
Greimas, A. J. y Courtés, J. Semiótica. Diccionario razonado de la teoría del
lenguaje. Madrid. Gredos: 1982: 59.
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¡57
nir. En el último discurso el locutor instala su hacer pragmático
bajo ei código de honor de su nuij que implica: poder-hacer/libertad, no poder-no hacer/obediencia.
PLANOS ISOTÓPICOS COGNOSCUIVOS
Discurso I
Discurso II
Discurso III
Discurso IV
Informativo
Pedagógico
Retórico-Demostrativo
Ritual-Catártico
Acto
perlocu torio
Acto
ilocutorio
Acto
ilocutorio
OBJETO;
OBJETO:
OBJETO:
VERIDICCIÓN
DECEPCIÓN
SECRETO
Las secuencias segmentadas en el corpus y el trabajo del
campo semántico nos permiten interpretar los distintos programas narrativos que lo constituyen. Se perfila, entonces, una nueva unidad sintáctica, jerárquicamente superior: el recorrido narrativo del Sujeto de Hacer-Ayax. Se trata, pues, de una perspectiva dinámica que sugiere toda la problemática del hacer del sujeto, su performance, un hacer-ser que se expresa por medio de una
estructura modal, constituida por un enunciado de hacer que rige
un enunciado de estado.
La performance se manifiesta como una transformación que
produce un nuevo estado de cosas. Situada en el nivel de las estructuras semióticas profundas, se define en el plano lógico-semántico como el paso de un término a otro en el cuadro semiótico, por medio de las operaciones de negación y aserción. En el
plano narrativo, más superficial, se presenta como una operación
de disjunción o conjunción entre sujetos de estado y objetos de
valor. Sin embargo, toda performance se halla sobremodalizada, es
decir, condicionada, por el tipo de competencia que haya adquirido el sujeto performador y por la rejilla modal del deber ser destinada a seleccionar los valores que integrarán el nuevo estado. La
performance presupone siempre a la competencia, definida como
una serie programada de adquisiciones modales.
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Sintaxis de la decisión trágica
M o n ó l o g o I: E s t a d o inicial
AYAX- ¡Ay, ay..! ¿Quién pudo prever alguna vez que un epónimo, el que me ha sido atribuido como nombre, se ajustaría
de tal modo a mis desventuras? Ahora puedo gritar iay!, dos y
tres veces. ¡Tales son las desgracias con que me encuentro!
Mi padre regresó desde esta región de Ida, trayendo a su hogar inmensa gloria, tras obtener por su valor el primer rango
del ejército. (435)
Yo, en cambio, su hijo, que llegué a esta misma tierra de Troya, con su misma fuerza, que realicé con mi mano iguales empresas, me muero, aquí, deshonrado ante los argivos. (440)
AI menos, estoy seguro de esto: si vivo Aquiles, tuviera que
otorgar a alguien sus armas como distinción por su valor,
ninguno se las adueñaría en mi lugar.
Ahora, sin más, los Atridas las han acordado a un hombre
urdidor de argucias (445), tras desdeñar la fuerza de este varón. Y si mi vista y mi mente extraviadas no me hubieran
apartado de mi propósito, no hubieran votado jamás semejante sentencia en favor de otro mortal.
Ahora, la hija de Zeus, la de aterradora mirada (450), la indómita diosa, en el instante en que levanto mi brazo sobre
ellos, me extravió, infundiéndome una locura tan furiosa
que ensangrentó mis manos en semejantes bestias. Ellos se
burlan porque se han librado de mí, no por mi propia elección: si uno de los dioses (455) se interpone, el cobarde puede escapar al más valiente.
Y ahora ¿qué debo hacer? Soy yo, a quien evidentemente
odian los dioses, el ejército de los helenos me aborrece; me
abomina toda Troya y la llanura ésta.
¿Recorreré el mar Egeo camino a casa? (460) ¿Dejaré este puerto
de anclaje y solos a los Atridas? ¿Y qué imagen le ofreceré al presentarme ante mi padre Telamón? ¿Tolerará algún díafijaren mí
sus ojos si yo apareciera desprovisto de los heroicos trofeos de los
que él mismo obtuvo una ilustre corona de gloria? (465)
Esto es insoportable. ¿Acaso yendo hacia las murallas de
Troya, me enfrentaría solo, cuerpo a cuerpo, a los enemigos
y tras haber logrado algo digno de memoria, moriré allí por
fin? ¡Cómo regocijaría de ese modo a los Atridas!
Esto no es posible: debo emprender alguna hazaña (470) tal
que demuestre a mi anciano padre que no me engendró con
una naturaleza sin agallas. Vergonzoso es para un hombre
gozar de larga vida si no procura salir de sus infortunios.
¿Pues un día junto a otro día qué placer puede dar (475) si
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acerca y al mismo tiempo lo aleja a uno de la muerte? No
aprecio nada al mortal que se nutre con vanas esperanzas.
¡No! es necesario que el hombre noble permanezca vivo con honra, o con honra esté muerto. Has oído todas mis razones (480).
En la sintaxis narrativa de superficie el primer sintagma nos
pone en contacto con un enunciado de hacer que rige un enunciado
de estado y constituye el primer programa narrativo de base (PN).
El S Ayax (sujeto de hacer) entra en conjunción con un /saber/ transformándose en un S/ (sujeto de estado). Denominamos
a esta F ANAGNÓRISIS: frente a la simbología negativa de su nombre, Ayax despierta al llamado de su destino. Lo reconoce y lo acepta,
sin preguntarse por culpas ni responsabilidades. Emerge aquí de la
discordancia y el caos de su locura y su dolor; su tensión psicológica se transforma en conciencia de su destino. El héroe accede a la visión de la legalidad cósmica y su desdicha aparece como una parte
de la armonía universal:
"¡Ay, ay..! ¿Quién pudo prever alguna vez que un epónimo,
el que me ha sido atribuido como nombre se ajustaría de tal
modo a mis desventuras? Ahora puedo gritar iay!, dos y tres
veces. Tales son las desgracias con que me encuentro".
La adquisición de este saber objeto de valor cognoscitivo es
realizada reflexivamente por el sujeto. Es Ayax, quien ante la encrucijada que le plantea su existencia, se hace cargo de su destino. El Sj se erige en Auto-Destinador (Dr) obligado por su cd5wc,
(honor-respeto-opinión pública) y lo trasmite (->) al Destinatario (Drio), S x , que es su yévog (la familia-Ios amigos-la patria). El
Modelo Actancial de este primer monólogo se configura a través
de los siguientes sememas:
Destinador
->
Oc,o $É$Éri(ii
Objeto
->
Destinatario
yévoc
ávavvúpKTic
t
rtáeei uáJdoc,
Adyuvante
Xuooü)5r] vóooc
Aíac
->
Sujeto
<-
Oponente
160
Sintaxis de la decisión trágica
Por nacimiento Ayax lleva en sí al áyaOóc ávijp, la sangre y el
espíritu inspirador de sus hazañas. Cada una de ellas es un gajo
renovado de la antigua áps-nj cuyas raíces se hunden en el subsuelo heroico y mítico y cuyos brotes abarcan al KOIVÓV todo de la
familia y el yévog. Por la sangre heredada llegó a Troya y llevó a
cabo gloriosas empresas inscriptas en el código de honor que
trasmite a su hijo en el segundo discurso. Ayax se convierte en
víctima de la ofensa que el ejército le infiere, al otorgar las armas
de Aquiles muerto a Ulises. Esta acción rompe sus vínculos con
el yévoc al privarlo de esa porción de áptoreía, de la que se consideraba merecedor y de la que se alimentaba la idea de nur) como
bien de la comunidad. Entonces surge el conflicto.
La recuperación de su identidad de héroe sobrepasa los límites de su ser individual. Sabe que debe hallar una prueba tal
que TTeípá -nc, LJITTITÉO: roíaSe ie permita transmitir npij —su único
sueño— a un Destinatario más amplio que su propio ser. El bien
común del YÉVOC, es su vóuoc y necesita de su sacrificio racional y
consciente. Es este vóuoc; el que inspira, ya en Homero, sus airadas palabras a Aquiles durante la embajada:
¡Cruel! En nada apreciaba la amistad de sus compañeros con la
cual le honrábamos en el campamento más que a otro alguno.8
La prueba que Ayax busca debe ser tal que compendie este
concepto de rJpiXauTÍa al modo griego, para que le permita sentirse
digno de honor en gracia a su arete.
El objeto de este recorrido, la ávayvwpicng de su destino, es
un acto de afirmación frente al mundo, de su grandeza de héroe y
del derecho a su dominio. Autárquico como es, Ayax prueba tal
dominio en forma de heroico desprecio por la vida. (v. 479 - 480).
Logra la ávavvwpiaic, de su destino gracias a Trá6ei páOoc, el
paso al conocimiento a través del dolor, que lo reintegra en el orden del mundo. Disfrutar de npf), de estimación pública, era para
el héroe arcaico el ideal máximo. La mayor fuerza moral dentro
de esta cultura de vergüenza no reside en el temor de Dios sino en
el respeto por la opinión pública: odSwg.
Este Modelo Actancial responde a la denominación semiótica de Sintaxis Interior definida como: "...una sintaxis de sujetos que
no son actores sino sujetos que pueden cohabitar en el mismo ac8
Homero, ¡liada. Canto IX: "Embajada a Aquileo".
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tor". La semiótica considera así la vida interior del actor llamado
"persona" como un campo de ejercicios sintácticos, donde un gran
número de sujetos (sintácticos) coexisten, se enfrentan, ejecutan
recorridos y participan de maniobras tácticas y estratégicas.9
En Sófocles la acción trágica no implica sólo la soberanía
del destino, sino la activa participación del hombre en el cumplimiento de la justicia cósmica. Es por eso que no hay una resignación inconsciente del sujeto, sino la voluntaria aceptación del
Destino.
De este recorrido sólo observamos el final porque la historia heroica del Actante Ayax se reconstruye a través de hitos que
inciden sobre el PN de base como PN de uso (PNu), presupuestos y necesarios para captar el valor ejemplar de lo heroico y efectuar posteriormente nuevos PN. Tres PN de uso instauran, por
medio de una memoria paradigmática del pasado, a los arquetipos con los que confronta su propia figura: S2Telamón, S4 Atridas, S3 Aquiles y S5 Ulises
Nos enfrentamos de esta manera con la situación desencadenante de la üppic, de Ayax: las armas de Aquiles fueron atribuidas por los Atridas a Ulises y no a él.
Para "protegerlo" Atenea descarga sobre el héroe una "furiosa locura" que lo impulsa a ejecutar su venganza sobre los rebaños en lugar de asesinar a los Atridas como era su intención.
Hay, por lo tanto, otro PN de uso que permite, mediante una
nueva dimensión temporal, inserta como puntualidad en el /ahora/ (vs. 450), operar desde su pasado inmediato. Los sujetos son:
S, Ayax, S6 Atenea y el objeto la "locura".
Cuando un héroe actúa de modo contrario al sistema de
disposiciones que conoce, su acción no es propiamente suya sino
que le ha sido dictada por un sujeto-agente externo.
Asumido, en el plano cognoscitivo, su estado —empoc, (sec.
3, vs 440)— busca un hacer transformador en el plano pragmático que le permita operar su performance y recuperar el objeto de
valor perdido: nuij. Se verifica una aceptación del contrato propuesto por el Ddor (cdSúi;) y lo lleva a seleccionar las posibilidades que restan para acceder al Cruce del umbral: "y ahora ¿qué
debo hacer?".
9
Latella, G. Metodología y teoría semiótica. Buenos Aires. Hachette. 1985:
38.
162
Sintaxis de la decisión trágica
Preso en un mundo que lo odia, rechaza las dos primeras
opciones: a) regresar a su patria, "Esto es insoportable" (vs. 466)
y, b) combate singular con los troyanos, "Esto no es posible" (v.
470). Arriba así a la tercera opción: c) la prueba calificante para
cruzar el umbral: "Debo emprender una prueba tal que...demostraré...".
La conciencia que tiene Ayax de una ley exterior (los dioses,
la TÚxu, la Necesidad) deja intacta su iniciativa y vuelve significativo su sufrimiento. Ayax no "elige" como tampoco elige Agamenón ni Aquiles ni Antígona. Admite alternativas y procede según
le indica lo que podemos denominar su voz interior —la conciencia o el mito—. Es un breve intervalo de palabras con las que el
héroe recorre el camino que media entre el conocimiento, la acción y el compromiso. La prueba calificante no hace hincapié en
ei sentido de la libertad. Ei valor deóníico dei adjetivo verbal
OiTrrréa le quita todo matiz de opción voluntaria para connotar
un sentimiento de entrega al deber.
El saber recientemente adquirido por el Sujeto Ayax en el
PN de base, es un saber sobre una carencia: su nurj. Es por eso
que si la disjunción del sujeto con su nuij, transforma a ésta en
Objeto de Valor Virtual; el saber que el sujeto posee de esta disjunción ejerce una nueva transformación del Valor Virtual en Valor Actualizado. Hay pues una bi-isotopía que resulta primero del
doble hacer cognoscitivo (virtual/actual) y en segundo lugar del
valor modal/deber-hacer/ instaurado en el discurso por primera
vez con la tercera opción.
El Sujeto-Agente que hasta aquí no era sino un querer-ser,
ahora, gracias a la mediación del saber adquirido se ha transformado en sujeto de un nuevo querer, el querer-deber y esto constituye el punto de partida de los nuevos PN desarrollados en los
monólogos siguientes.
La estructura profunda del primer monólogo, moldeada
por la modalidad deóntica, afecta la competencia del Sujeto. El
Ddor ejerce un hacer /"deber-hacer"/ sobre el Sujeto, pero no
prescribe tal o cual "hacer". El sujeto coteja opciones para hallar
el deber-hacer calificativo de su condición de eúyevijc. El cuadrado semiótico recoge la estructura elemental bajo los siguientes
semas:
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CONMINATORIO
+
r,fjv KOXÜC.
•*
^
/deber-hacer/
prescripción
N^
permisión
/no deber no-hacer/
_y^
napa nc CrrrriTta
roiaoe
/deber no hacer/
prohibición
^—
^^
^ ^
autorización
/ n o deber hacer/
^\^
•<
?fjv KCOCÍÜC
•
.
FACULTATIVO
M o n ó l o g o II: E s t a d o de c o m p e t e n c i a
AYAX- Tráelo, tráelo hasta aquí: no se espantará ante la vista de estas víctimas recién degolladas, si en verdad mi hijo es
igual a su padre. Hay que domarlo cuanto antes con las rudas
leyes de su padre y hacer que se le asemeje totalmente en el
temple. ¡Hijo, sé más dichoso que tu padre (550), iguálalo
en todo y así nunca serás cobarde!
Sin embargo ahora te envidio al menos esto; que no percibas
ninguno de estos males; no pensar nada, esto es lo más dulce
de la existencia, hasta que llegue un día en que aprendas qué
es el placer y qué el sufrimiento (555). Cuando llegues a ese
día, es preciso que tú demuestres entre los enemigos de tu
padre quién eres y de qué padre has nacido. Hasta tanto,
críate con esas brisas inocentes, nutriendo tu tierna alma,
alegría de tu madre.
Yo bien lo sé, ninguno de los aqueos te ultrajará (560) con injuriosas afrentas, aunque yo te falte. Aunque ahora se halla
distante, ocupado en cazar enemigos, te dejaré en Teucro un
guardián protector e infatigable para que te eduque, ¡Soldados míos, tropa marina (565), también les confío a ustedes
este favor común! Anuncíale además este encargo: que tras
conducir este niño a casa, se lo muestre a Telamón y a mi madre Eribea, para que sea constante sustento de su vejez (570),
hasta que lleguen a las profundidades del dios infernal.
Y mis armas, no las adjudicarán a los aqueos, ningún jurado
ni mucho menos el que me ha apestado. Tú, niño mío, como
Sintaxis de la decisión trágica
164
indica tu propio nombre, Eurísaces, conserva el gran escudo
indestructible (575), guarnecido con siete cueros de buey y
manéjalo por su bien labrado correaje: que las otras armas
sean sepultadas juntamente conmigo. Toma a este niño rápidamente y enciérrate en la tienda, no llores públicamente.
¡Qué cosa fácil de enternecer es la mujer! (580)
¡Cierra pronto! No es propio de un médico sabio murmurar
conjuros ante un mal que reclama amputación (582).
A partir del segundo monólogo se engloba la noción del sentido de pertenencia a un determinado orden cultural, en el que se
funda ese nuevo querer-deber del Sujeto planteado al final del monólogo anterior, con implicación de nuevos valores virtuales.
E. R. Dodds puntualiza: "La familia fue la piedra angular
de la estructura social arcaica, la primera unidad organizada, el
primer ámbito de la ley. Su organización, como en todas las sociedades indoeuropeas, era patriarcal; su ley era la patria potestad".10 El marco de esta herencia cultural perduró en Atenas
hasta el siglo VI, en el cual las reformas de Solón permitieron
ciertos cambios.
Es este estado de cosas el que se plasma en el Modelo
Actancial definiendo claramente la figura del Destinador —concienciafilonómica—que obliga a Ayax a admitir su inclusión en un
mundo sometido al cambio que impone un nuevo orden cultural,
un vóuoc; diferente al suyo. Este Ddor instituye a Ayax como sujeto Agente negador, en su rol de Padre de ese nuevo orden, a través de la Ttai5eía transmitida a su Destinatario-Eurísaces;
Destinador
conciencia filonómica
Objeto
Destinatario
preservación del
linaje
Eurísaces
t
Teucro y marineros salaminios
Aíac
'Axaioí
Adyuvante
Sujeto
Oponente
10 Dodds, E.R. Los griegos y lo irracional. Revista de Occidente, Madrid,
1960.
Graciela Maglia
165
Nos interesa la naturaleza de esta naxbeía que tiene como
objeto la preservación del linaje y su relación con Ayax. En primer lugar debemos verla como un vóuoc; totalmente previo al
Drio, pero que hará posible su existencia futura de héroe y al cual
éste debe obediencia y sumisión. Respecto a su padre, el hijo revela tener deberes pero no derechos. Los verbos de la sec. 10 con
los que se define este querer-deber así lo expresan: "Hay que domarlo pronto con las rudas leyes de su padre y hacer que se le asemeje totalmente en el temple" (vs. 548-549).
La correspondencia entre la acción —moXoSauvsfv— y el objeto de valor al que tiende, touoic, év vóuoic Ttarpóg, es una imagen
perfecta del guerrero. Es una moral dura, impuesta por las duras
circunstancias de una sociedad que conserva aún mucho de ciclópea. La conciencia del Ddor es algo ásperamente reclamado por
Ayax desde el comienzo: "Si en verdad es mi hijo, de la raza del
padre" (vs. 547).
Enfrenta aquí a Eurísaces con la vista de la sangre "poder
orgiástico que frenetiza al hombre"11 e implícitamente con la
muerte de futuros enemigos, endureciendo su corazón, preparándolo a sufrir.
El S Ayax representa el mundo de los mandamientos y
prohibiciones, que pone obstáculos a la instintividad y a la subversión para expresar también el principio tradicional. IluXoSauveív instaura una metáfora biopsicológica de la naiSeía en la que
el caballo, como símbolo de los deseos exaltados de los instintos,
representa esa zona natural, inconsciente, instintiva, aún no domada.
El hijo rendía al padre la misma obediencia, indiscutible,
que a su debido tiempo obtendría, a su vez, de sus hijos. Esto le
permite al Ddor proyectarse en el Drio y usarlo como sustituto de
sí mismo. Le impone el antiguo sentimiento de la solidaridad de
la familia, sentimiento aristocratizante que engloba la trasmisión
y conservación del linaje. Lo incluye además en una sociedad
guerrera modeladora de un tipo de héroe que exhibe su valor en
la defensa de su yévoc; y su okoc;: "Cuando a ese día llegues, es
preciso que tú demuestres, entre los enemigos de tu padre quién
eres y de qué padre has nacido" (vs. 556-57).
11
Cirlot, J.E, Diccionario de símbolos tradicionales. Miracle Editor. Barcelona:
139.
166
Sintaxis de la dedsión trágica
El sumo bien del hombre homérico no es disfrutar de una
conciencia tranquila, sino disfrutar de nuij, de estimación pública. El triunfo es, por lo tanto, la meta obligada de esta educación
y el criterio decisivo es el valor y la capacidad de ser un apicnroc; a
quien el éxito acompaña.
El PN2 deja así planteado el compromiso pedagógico de esta
arcaica cultura de vergüenza. En él no entran los elementos distorsionadores de una sociedad en transición que están minando
la conciencia filonómica del Ddor. Busca consolidar el lazo familiar, detener su relajamiento, ya iniciado con el reclamo, por parte del individuo, de sus derechos y responsabilidades personales.
Se manifiesta aquí también, sin duda, la oposición entre esta
;rca5dc( arcaica cuyo TÉXOC, está év vóuoir; üpoíg narpóc,, en un ser
moldeado y la TtaiSeia sofística con la que el conflicto entre los derechos de padres e hijos se hizo consciente.
La confrontación entre la infancia y la madurez, que abarca la
sec. II, refleja una serie de transformaciones psíquicas entre ambas
etapas de la vida. Pone el acento en la ávaioGEcña propia de la infancia, es decir, en un estado de inconsciencia, de conflictos no reconocidos, que una vez alcanzada la madurez aflorarán a través de
la capacidad del ópoveiv. El recogimiento interior que implica c))póveaic, es una cualidad del alma, se la siente y se la vive, no se la razona. El Ddor asume primero el rol del pater familias homérico, el
O'ÍKOIO avcci; y luego se humaniza en un rol de padre sensibilizado,
envidioso de esa fíStcrrog píoc, que supone la niñez, durante la cual el
ser humano aún no se culpa porque no sabe —p-áOric,— qué es el
placer y qué el dolor: no reconoce los deseos de su corazón.
Se perciben extraños sentimientos de añoranza de una etapa de candidez e ignorancia (vs. 554), sobre todo con respecto al
problema de la autoridad humana y divina. Este saber que, como
adulto posee Ayax, se ve amenazado por una serie de circunstancias sociales que afectan la evolución de las relaciones familiares
y hacen que su autoridad de padre recalque la necesidad de una
sanción moral.
La misma modalidad del /deber/ había regido la prueba calificativa que lo capacita para adquirir su competencia eñ el monólogo primero. Se constata, pues, que/querer/y/deber/ se presentan en este segundo monólogo íntimamente emparentados.
Se distinguen por la forma en que organizan los programas narra-
Graciela Maglia y María del Carmen Cabrero
167
tivos: en tanto la modalidad del querer, se ejerce sobre una organización reflexiva, la del deber será de tipo transitivo.
El tercer PN de base plantea la protección del vévog, mediante la figura de Teucro, en primer lugar. Responde al deseo,
característico de la educación homérica, de todo progenitor preocupado por iniciar a sus hijos en el aprendizaje de la vida, poniéndolos en manos de hombres idóneos, para que, como sus tutores,
los aconsejen y protejan.
El Sj Ayax —sujeto agente— en conjunción con un saber
acerca de su destino (sec. 14), realiza una nueva conjunción con
un saber (vs. 560) acerca de los hechos futuros que atañen al destino de su hijo. Este PN3 tiene subordinados PN de uso que lo complementan. Gracias al /hacer/ ejecutado por el S8, el S7, será conducido a Salamina y podrá operar la última parte del PN de base 3
que revierte la relación padre-hijo al proyectar la protección del
hijo al padre-anciano. El niño como símbolo del futuro se recorta
en oposición a la figura de los yéptovreg que significan el pasado,
pero también la fase de la vida en que el anciano adquiere la misma
simplicidad de la infancia y requiere, como ella, de ayuda y cobijo.
Este niño Drio, en quien proyecta todas sus obligaciones
como héroe y como hijo de Telamón y Euribea, es el anuncio de
que la metamorfosis espiritual, que hará de Ayax un sujeto Competente, va a producirse bajo signo favorable.
Los tres PN de base analizados hasta ahora han sido modalizados por el Sujeto de la enunciación dándoles el estatuto del
deber-ser, propio de un sistema12 de coerciones y son asumidos
como un saber-hacer, como un proceso virtual.
Finalmente, el PN de uso 3 pone al Drio en conjunción con
el escudo-arma defensiva con poder autónomo, con la que su padre sigue protegiéndolo del mundo de los adultos. Este don, ya
implícito en la ceremonia de atribución del nombre EúpíoccKEc,
—el de ancho escudo— parece decirle: "Tú no eres vulnerable".
Las otras armas, las que sirven para herir no escapan al destino de su dueño. El estado de conjunción preserva su status de
guerrero. El último PN de uso introduce a Tecmesa como interlocutora y desvaloriza su presencia. El griego arcaico, dice Lasso de
la Vega,13 cultiva cuidadosamente el nietzcheano pathos de la dis12 Cirlot, J.E. Op. Cit.
13 Lasso de la Vega, ].Ideales de laformacióngriega. Madrid. Rialp S.A. 1966.
2 68
Sintaxis de la decisión trágica
tancia: griego frente a bárbaro, hombre frente a mujer, adulto
frente a niño.
El cuadrado semiótico reúne la estructura profunda de este
segundo monólogo bajo la categoría modal virtualizante alética
que instaura en el discurso la modalidad del /querer/.
El /querer/ pertenece al eje sujeto/objeto y por lo tanto instituye al sujeto como tal, mientras que el /saber/ y el /poder/ que
se plantean en los monólogos siguientes están en relación directa
con el hacer.
Esta modalidad afecta, pues, la relación de estado conjuntiva, disjuntiva o suspensiva, entre el héroe y su conciencia filonómica, porque ésta encierra, tanto la supeditación fáctica a su
vóuoc, como el compromiso con su yévog, por el cual el héroe
constituye y sostiene su cdSóx;:
ávSpetocKai
;
,
eunixnc
.
.
•*
•
/querer ser/
^"^^
/no querer no ser/
^
Ti¡) 7tá6ei uaSoc.
^ ^ ^
/querer no ser/
^^_^
•*
KaKOC
/no querer ser/
•
((IIXOÍKTUJTOV
Monólogo III: Estado de competencia
AYAX- Todo lo invisible lo saca a la luz el largo e inconmensurable tiempo y, una vez revelado, lo sepulta en las tinieblas. Todo se puede esperar: tanto el terrible juramento
como que las mentes más obstinadas se puedan quebrar.
También yo, que me mantuve en terrible porfía por un tiempo (650), como el acero al temple, suavicé mi filo, por mi
mujer, pues me lastima abandonarla, desprotegida en medio
de mis enemigos, y dejar huérfano al niño.
Me voy a las praderas aledañas, al mar y a los baños para, tras
purificar mis manchas (655), procurar escapar a la grave cólera de la diosa. Me voy y, cuando encuentre un paraje inhollado, ocultaré allí mi espada, la más odiosa de las armas, en-
Graciela Maglia y María del Carmen Cabrero
169
terrándola donde nadie la vea. ¡La noche y el mismo Infierno
la protejan abajo! (660).
Yo, por cierto, desde que la recibí en mi mano de las manos
de Héctor, como regalo de mi mayor adversario, nada valioso
pude hacer ante los ojos de los argivos. Es, pues, verdadero
el proverbio de los mortales: los dones de los enemigos ni
son dones ni dan provecho. (665)
Así pues, en lo sucesivo sepamos ceder ante los dioses y
aprendamos a venerar a los Atridas. Son los jefes, de modo
que debemos obedecer; ¿por qué no?
Lo más tremendo y aún lo más poderoso se somete ante los
honores. Así el invierno de paso de nieve (670) da lugar al
estío que se cuaja de frutos; el tenebroso ciclo de la noche se
aleja ante la aurora de blancos caballos para que irradie su
luz. El soplo de los terribles vientos duerme al retumbante
mar; y el sueño que a todos vence (675) libera, aunque antes
aprisionó, y no retiene para siempre lo que ha abrazado.
¿Cómo nosotros no hemos de aprender a ser prudentes?
Yo acabo de aprender que al enemigo hay que odiarlo a tal
punto que no impida que mañana se trueque en amigo, y que
hay que amar al amigo (680) y socorrerlo como a quien no
permanecerá siempre fiel. ¡Para la inmensa mayoría de los
mortales resulta desleal el puerto de la amistad!
Pero en lo que me concierne ya está bien. Tú, mujer, entra
ahora y haz súplicas a los dioses (685) para que alcance mi
corazón lo que con ansia desea.
Y ustedes, compañeros, respétenme esto del mismo modo
que ella, y a Teucro —cuando venga— díganle que cuide de
nosotros y que se muestre benévolo con ustedes.
Yo, pues, me voy allá donde debo ir (690). Ustedes hagan lo
que les advierto y pronto, quizás, me entenderán: aunque
ahora soy desdichado, estoy ya a salvo.
El tercer monólogo de Ayax despliega un nuevo plano isotópico en el que continúa la adquisición de su competencia modal. U n a primera segmentación revela cuatro macrosecuencias
de ritmo binario:
-*•
Tema/Mutabilidad vs. 646 - 653
•
Tema/Purificación vs. 654 - 665
•*•
Aspecto Pedagógico vs. 666 - 683
>
Compromiso del vévoc, vs. 684 -692
170
Sintaxis de la decisión trágica
Esta estructura toma la forma sintáctica de una serie de
programas narrativos que ejercen dos organizaciones modales.
Ambas revelan la presencia de un sujeto modalizador diferente del sujeto cuyo predicado es modalizado. Se llaman, pues,
modalidades traslativas, ya que, en oposición a la relación transitiva que define la acción del hombre sobre las cosas, se trata aquí
de la acción del hombre sobre el hombre o manipulación.
Ayax ejerce un /hacer-hacer/ que apoyado en un determinado esquema de veredicción establece de antemano el recorrido
narrativo de los sujetos modalizados y, sobre todo, su competencia. Debemos señalar, por lo tanto, que el hacer de Ayax como sujeto manipulador es producto de una nueva performance de orden
estrictamente cognoscitivo. Se plantea así el problema de su propia competencia cognoscitiva —como sujeto modalizador mismo— pues aquí se trata de un saber acerca de las virtualidades de
la competencia de los sujetos a modalizar y en ello radica, entendemos, la complejidad que suscita la interpretación de este monólogo.
Proponemos desentrañar el juego de la verdad que maneja
el corpus, planteando dos Modelos Actanciales. Aplicamos para
ello la modalidad veredictoria. El predicado modal /el ser del ser/
es definido como una categoría que se descompone en /ser/ versus /parecer/ y origina un cuadro semiótico:
Verdad
r
N
ser
parecer
Secreto
Mentira
no parecer
no ser
V
/
Falsedad
Aquí el nivel de parecer/no parecer constituye el plano de la
manifestación y el de ser/no ser es denominado inmanencia. El
monólogo III nos lleva, entonces, a un análisis en dos niveles:
Graciela Maglia y María del Carmen Cabrero
171
Nivel del parecer: manifestación
Destinador
Objeto
ética sofística
oio((ipo(TÚvn
->
Destinatario
Tecmesa. Coro.
Teucro
t
¿6r|Xi3venv
<rró(ia
Aíotc
Adyuvante
Sujeto
ética heroica
<-
Oponente
Nivel del ser: inmanencia
Destinador
Objeto
Destinatario
ética heroica
b ú s q u e d a de
purificación
oEaco(j|jevov
t
ilusión
aneen]
Aíac
protección del
vévoc
Adyuvante
Sujeto
Oponente
La isotopía que pone en correlación los dos esquemas tiene
su clave en el eje Sujeto-Objeto. El sujeto-Ayax —común a los dos
modelos— urde desde el comienzo del monólogo un plan que inscribe su acción en el ámbito de la intriga, ya que lo que le interesa
es operar una manipulación cognoscitiva del yévog, manipulación
efectuada por medio del estatuto del saber de la ética sofística.
La apertura del discurso, con una reflexión cosmológica en
la que afloran ecos de la doctrina heradítea, da lugar a una reflexión personal: É6nXúver|v crróua —ablandé mi filo—, la situación
trágica del héroe, sustentada por la ostentación permanente de
su propio yo, por el alto concepto de sí mismo. Su üf3pic, cede lugar
a esta confesión ambigua, inspirada por la retórica sofística que a
172
Sintaxis de la decisión trágica
la vez que enseñaba a jugar con las palabras, enseñaba, también,
la mutabilidad del poder en el mundo físico y humano y la necesidad de adaptación. En todos los niveles el hombre se siente penosamente limitado hasta el punto de aprender el salto que va de la
ostentación a la devaluación del yo.
Los dos niveles afloran, por primera vez, en la misma secuencia:
, ,,
.
, ,
doblego mis palabras
vs.
doblego mi identidad
, , ,
/el ser/
vs.
/el parecer/
El estatuto de verdad de este PN se halla en la deixis de la
Mentira y por eso los destinatarios, —Tecmesa-Coro—, reciben
un saber-falso y no el saber-verdadero, pues éste, al tener el estatuto del secreto, sólo es conocido por el Sujeto del ser.
Ayax plantea su necesidad de entrar en conjunción con un
/hacer-purificador/ que le permita lavar su deuda y reconciliar el
equilibrio del cosmos, roto por su ate. Un hacer que lo libere definitivamente de la terrible cólera de Atenea.
Tal programa narrativo debe inscribirse en la isotopía religiosa y necesita un lugar inhollado, que entre en conjunción con su
hacer y se transforme en sagrado. Vemos proyectarse en esta secuencia el simbolismo del centro y sus implicaciones cosmológicas. "La noción de espacio sagrado —afirma Mircea Eliade— u
implica la idea de repetición de la hierofanía primordial que consagró aquel espacio, transfigurándolo, singularizándolo; en una
palabra: aislándolo del espacio profano circundante". Por ser el
lugar por donde pasa el axis mundi, canal de unión entre el cielo,
la tierra y el Hades, la dialéctica del espacio sagrado es paradójica
y ambivalente. Esta ambivalencia juega un papel fundamental en
la construcción del siguiente programa narrativo.
Este PN6 que le permitirá aislarse, escapar a la mirada y al
hacer vigilante del yévoc. para entrar en conjunción con el espacio
sagrado, rige el programa narrativo de uso que opera el desplazamiento desde el Espacio Paratópico (EP)/Tiendas de Ayax, hacia
el Espacio Utópico (EU)/Lugar inhollado.
14
Eliade, M. Tratado de historia de las religiones. Madrid. Cristiandad. 1981.
Graciela Maglia y María del Carmen Cabrero
173
El análisis de la organización espacial del corpus corrobora
la relación que establece el sujeto-manipulador con el espacio ritual, en donde llevará a cabo su performance, gracias a la soledad
que obtiene como fruto de su manipulación. La conjunción del
héroe con el Espacio Utópico implica un Hacer-Purificador:
HACER PURIFICADOR
VERDAD
ser
parecer
héroe n espada
héroe n agua (s. 23)
héroe O. espada
(s. 25)
héroe O. tierra
(s. 25)
o
H
w
*
«
HACER MORTAL
->
MONÓLOGO IV
no parecer
Este Hacer-Purificador se inscribe claramente en la Deixis del
Secreto, sobre la cual recae la conjunción del héroe con su espada,
dilatándose y culminando con el Monólogo IV como Hacer Mortal.
El agua y la espada tienen un rico simbolismo como instrumentos de purificación. La descripción no recae sobre las
acciones rituales propiamente dichas, pero la mención de estos dos símbolos a través de los lexemas Xourpá y eyxog alude
concretamente al rito: TÓ Xourpóv era el lugar donde se efectuaba la inmersión en las aguas que liberaban al sujeto de impurezas físicas y espirituales. El campo semántico se completa con el lexema XvJua6a, de TÓ Xüpct, el agua usada en una purificación y cryvíaac,, de áyvígtü, llevar a cabo los ritos que purifican
por el agua, TÓ zvypc, alude a cualquier tipo de arma, también señala la espada.
Ayax se desprende de este don que procede de su peor enemigo y que, como tal, se inscribe como un don negativo: "Los dones de los enemigos ni son dones si dan provecho" vs. 665. Este
proverbio alude al canto VII de Ilíada, donde Homero relata el
combate singular de Héctor y Ayax. Ambos salieron victoriosos y
por intervención de los heraldos se suspendió la lucha, intercam-
1 74
Sintaxis de la decisión trágica
biándose magníficos dones: Ayax a Héctor: tahalí púrpura; Héctor a Ayax: espada de argénteos clavos.15
Reiteradamente hallamos en el teatro de Sófocles la idea de
que los muertos matan a los vivos. Ayax y Héctor, tradicionales
enemigos, intercambian presentes que luego les resultarían letales. Así lo señala Teucro, en esta tragedia, cuando encuentra
muerto a Ayax con la espada que recibiera de Héctor. El don de
Héctor recorre todo el corpus protagonizando diferentes programas narrativos, en los que Ayax juega con su doble poder: creador y destructor. Su poder destructor la configura, al comienzo
de la obra, como el instrumento de exterminio con el que Ayax,
en su ceguera, ha dado muerte al ganado. Ahora, sepultándola en
la tierra sagrada, Ayax reúne dos símbolos del eje del mundo que
confluyen y provocan la inversión de ese poder negativo:
TEUCRO: Debías haber pensado que con el tiempo, muerto
Héctor te debía matar... Héctor, con el cinturón que de éste
recibió como regalo, atado al carro (de Aquiles), fue destrozado poco a poco hasta que perdió la vida; y éste con esta espada que en cambio recibió de aquél, se suicidó con golpe
mortal (vs. 1027 y s.s.).
Espada n espacio sagrado: de esta conjunción surge un nuevo
efecto del hacer-manipulador. En efecto, en el nivel del ser sabemos
que es el puño lo que está clavado en tierra; en el nivel del parecer el
mitema del ocultamiento alude a sepultura (xpúipto), a desaparición
total (uf| TÍCJ otperai). Su poder creador nace de esta manipulación de
la verdad que mantiene su empleo como instrumento de purificación psíquica en la deixis del secreto. Para efectuar las funciones que
operan el hacer purificador, el sujeto-Ayax elabora una serie de subprogramas narrativos regidos por la modalidad factitiva. Su hacer
persuasivo está destinado a provocar en sus destinatarios (Tecmesa-Coro) un hacer interpretativo que responda a la modalidad volitiva
de /querer estar/ en disjunción con el héroe. La manipulación se
presenta en el cuadro semiótico en el eje del parecer:
15 Homero. Ilíada. C.VII: v.300 y ss. "Hagámonos magníficos regalos para
que digan Aqueos y Teucros; Combatieron con roedor encono y se separaron unidos por la amistad —cuando hubo dicho esto, entregó a Ayante
una espada guarnecida con argénteos clavos, ofreciéndosela con la vaina
y el bien cortado ceñidor; y Ayante regaló a Héctor un vistoso tahali teñido de púrpura. Separáronse luego, volviendo el uno a las tropas aqueas y
el otro al ejército de ios teucros".
Graciela Maglia y María del Carmen Cabrero
175
ser
/hacer-hacer/
parecer
•
<
hacer no hacer
no parecer
no ser
no hacer no hacer
no hacer hacer
Los subprogramas que ejercen este /hacer no hacer/ producen la ártá-rn, el engaño, la ilusión, característica del teatro sofocleo. Con ella el sujeto manipulador logra, en este caso, que el
yévoc, no intervenga; lo excluye de su performance.
Los dos tipos de hacer cognoscitivo —persuasivo e interpretativo— se corresponden con las dos posiciones actanciales:
la del Destinador, que busca la aceptación de su saber por parte
del Destinatario, y la del Destinatario que tiende a descifrar ese
saber según su propio código modal.
El conectivo Toryáp vincula directamente con los proverbios
del comienzo del monólogo. La libertad, que Ayax niega primero
a la naturaleza, sometida a una ley inflexible, se la niega también,
ahora, al hombre. Deja así de ser un ser libre y polémico. Aprende:
eiaóiisaQa pa6qaópga6a, una política de obediencia y sometimiento que da lugar a un Hacer-Político:
HACER POLÍTICO
VERDAD
parecer
héroe
no parecer
vs
oÉ(3tiv
n
obediencia
no ser
El hacer Político se proyecta sobre la Deixis de la Mentira
mostrando que la conjunción del Héroe con una política de obediencia y sometimiento a los que detentan el poder es totalmente
ajena al plano del ser. El cruce de verbos que se efectúa en el nivel
del parecer indica ese mundo cambiado que Ayax observa a su al-
Sintaxis de la decisión trágica
176
rededor, donde la disposición interior del hombre frente a lo sagrado se ha roto y los dos mundos, el cósmico y el político, confluyen inarmónicamente.
Arabos verbos, EI'KEIV y oÉfieiv, significan básicamente retroceder y por ende ceder ante algún tipo de poder. La acción verbal que
corresponde al plano divino es la que indica el lexema /OÉ^EIV/
atribuido como predicado a 'ArpeíSac. La del lexema /EI'KEIV/
alude a un hacer que se ejerce en el plano humano e integra frecuentemente el vocabulario militar (retroceder, recular ante el
enemigo); aquí lo hallamos atribuido como predicado a GEOTC,.
El hacer interpretativo del destinatario ve en esta secuencia
la resignada aceptación del héroe hacia los cambios de TÚXM que
otorga el poder y exige obediencia a quienes lo detentan: "Son los
jefes, de modo que debemos obedecer" vs. 668.
Un acto persuasivo compromete doblemente a los destinatarios con el desafío retórico de la EÜoépEicc, esa piedad hacia los dioses que se enmascara aquí bajo una política de adaptación y ejerce
un /saber someterse/ a los decretos de xúxq, complemento ideal
de la falta de libertad y de la debilidad del hombre.
A continuación, se inicia la metáfora física portadora de un
nuevo /hacer/, el Hacer-Cósmico. El conflicto ya planteado políticamente en los versos anteriores, continúa su desarrollo en una
vertiente diferente. La concepción dinámica del cosmos como un
todo animado por las Leyes, impulsos y ritmos binarios se organiza en dos deixis de valoración contrapuesta afectadas por la categoría tímica euforia/di sforia:
HACER CÓSMICO
Disforia (-)
Euforia (+)
Invierno
Verano
Noche
Día
Viento
Mar
Sueño
Vigilia
Esterilidad
Fecundidad
Los sememas de la deixis eufórica connotan la noción, de fecundidad: el verano, cargado de frutos; el día, que irradia luz; el
Graciela Maglia y María del Carmen Cabrero
177
mar, origen de la vida; la vigilia, tiempo del hombre consciente de
sí mismo y dueño de su hacer-creador.
La deixis disfórica está integrada por una categoría semémica
opuesta, que comporta valores negativos para la concepción vitalista griega y produce el efecto de sentido esterilidad: el invierno
de paso de nieve; la noche angustiante que en medio de las tinieblas promete el día; el viento, poseído de cierto aspecto malévolo;
el sueño, como ausencia de consciencia, especie de poder superior, externo, que domina transitoriamente al hombre.
Este hacer-cósmico configura un universo axiológico que
contribuye a esclarecer el sentido del monólogo persuadiendo de
que nunca deja de cumplirse la legalidad cósmica (EÍuapuÉvn): lo
infértil da paso a lo fecundo y le cede el poder.
Esta ley que preside con perpetua regularidad el movimiento del cosmos es la clara conciencia de una legalidad inmanente
de las cosas. No se trata de leyes que están sobre la naturaleza de
las cosas: las cosas mismas, en su mutuo movimiento, son las
que producen la justicia cósmica.16
A continuación, se plantea como pregunta retórica que manipula el hacer-interpretativo del destinatario: "¿Cómo entonces
no hemos de aprender a ser prudentes?" (vs 677).
La Ética Sofística —Ddor en el nivel del Parecer— identifica
a la justicia con el movimiento político de la ciudad, regido por la
TÚxn- Es una concepción fatalista que condiciona al héroe a una
actitud de pasividad extraña a su temple. Estas determinaciones
apuntan a configurar en los Destinatarios (Tecmesa-Coro), una
dimensión cognoscitiva engañosa.
La Ética Heroica —Destinador en el nivel del ser— identifica la justicia con la idea de la legalidad cósmica, EÍuapuévr), que
implica, además, la responsabilidad del hombre como uno de sus
componentes activos. Es una idea de justicia que no deja de ser
contradictoria, pero en ella se halla el germen de lo heroico que
dará origen al conflicto trágico de Ayax.
El Destinatario de esta ética es, pues, la salvación del héroe,
—oEotoouÉvov— y ella implica morir OavEív. La noción de justicia,
identificada con el orden cósmico, con el movimiento natural del ser
y con el movimiento político de la comunidad fue claramente expre16 Cfr. Jaeger, W. Paideia. México. F.C.E. 1980.
178
Sintaxis de la decisión trágica
sada por Amaximandro.17 Esta visión de la justicia como un cosmos, englobada en el Demarcador tiene el estatuto del Secreto.
Se produce un nuevo salto hacia el tema de la mutabilidad.
Ahora el centro de la reflexión son las relaciones humanas: la
fluctuación de la vida social que transforma en enemigos a los
que hoy son nuestros amigos y a la inversa: "Para la inmensa mayoría de los mortales resulta desleal el puerto de la amistad" (vs.
682-683).
La sentencia de Anaximandro, fluyendo desde la /ética heroica/, en el nivel del ser, como señalamos, ya encierra la visión
polémica del mundo que nos dará Herádito, presente en la /ética
sofística/ del nivel del parecer. El hacer político, el hacer social, el
hacer individual, revelan que: el mundo cambiando, reposa.
Ayax ha entrado en conjunción con este saber y lo usa para
manipular a su vévoc pero no le sirve para cumplir su performance
porque se siente ajeno a él. Discursivamente, estos contenidos
que dieron lugar al PN5 y al PN6 se despliegan en dos programas
narrativos de uso: pn : y pn2. Ambos tienen un recorrido paralelo
en el nivel del parecer: p n / y pn2'.
Demarcador 6
. . .
aprendamos sofrosxne
vs.
Demarcador 5
de modo que debemos
, .
. ,
obedecer; ícomo no?
Monólogo IV
AYAX- Ya el acero homicida está erguido de tal modo que
resulte el más cortante ¡como si alguien tuviera paz para
considerarlo! Fue regalo de Héctor, el hombre más aborrecido por mí entre todos los extranjeros y el más odioso de ver.
Está clavado en la enemiga tierra troyana recién afilado con
la piedra que corroe el hierro (820). Lo he hundido bien, yo
mismo, tras prepararlo con esmero, lo más benévolo conmigo, para morir de una vez.
Así estamos dispuestos. Fuera de esto, tú mismo, el primero
17 Cfr. Kirk- G.S. y Raven, J.E. Los filósofos presocráticos. Madrid. Gredos.
1981. "Las cosas tienen que cumplir la pena y sufrir la expiación que se
deben recíprocamente por su injusticia según los decretos del tiempo".
(Frag. 103 A).
Graciela Maglia y Maria del Carmen Cabrero
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—¡oh Zeus!— como es natural, ayúdame. No te pediré alcanzar larga vejez (825); envía en mi nombre algún mensajero que lleve la triste noticia a Teucro, para que sea él el primero que me levante cuando me halle traspasado por esta
espada recién bañada en sangre. No sea que mis enemigos
me sorprendan antes y sea arrojado para presa de perros y
buitres. (830) Esto te imploro, ¡oh Zeus!
Invoco, además, al Hermes que conduce a los infiernos: que
me aletargue dulcemente, sin espasmos, con certero salto,
cuando desgarre mi pecho con esta espada.
Suplico a las vírgenes perennes, protectoras, (835) que permanentemente vigilan todos los padecimientos humanos, a
las venerables Erinias, de ágiles pies, para que sepan cómo,
desdichado, perezco a causa de los Atridas.
Y ojalá, a éstos, cobardes e infames los precipiten a la más
funesta ruina. Así, como me ven a mí (840) sucumbir, herido por mi propia mano, así, sucumban ellos a manos de los
seres que más aman. ¡Vuelen, veloces y vengadoras Erinias;
ceben vuestra ira en todo el ejército y no perdonen a nadie.
Y tú, Sol, que recorres el inaccesible cielo con tu carro alado
(845), cuando veas la tierra de mis padres, retén la dorada
rienda y anuncia mi ceguera y mi infortunio a mi anciano padre y a mi desventurada madre.
¡Ah, desdichada! cuando oiga esta noticia (850) proferirá
profundos gemidos por toda la ciudad.
Pero es inútil detenerse en estos vanos lamentos. ¡Vamos,
hay que comenzar pronto la tarea! i Oh muerte, muerte, ya es
hora de que pongas tus ojos en mí! aunque pronto hablaré
contigo de igual a igual ( 855).
¡A ti, oh esplendor resplandeciente día y al sol que conduce
el carro, me dirijo, por última vez y ya nunca más!
¡Oh luz, oh suelo sagrado de mi tierra patria, Salamina; oh
sede del fuego del hogar paterno (860); oh Atenas gloriosa y
progenie con la que me crié y fuentes y ríos de aquí y planicies troyanas los saludo: ¡adiós, oh sustentos míos! Ayax les
hace oír esta última palabra, pues en lo sucesivo en la mansión de Hades, hablaré con los de allí abajo (865).
Performance principal
Asumido su estado de competencia el Sujeto-Ayax busca en
el plano pragmático un hacer transformador que le permita conjuntarse con su objeto de Valor: Muerte. Este hacer es concebido
180
Sintaxis de la decisión trágica
como una actualización reflexiva del Sujeto que implica renunciación a la vida y resulta de una Performance Modal que le permitirá ejecutar la Prueba Glorificante.
Alejados de la escena los otros personajes, incluso el coro,
como fruto de la competencia operada con el hacer-persuasivo
del Monólogo III, la soledad en la que se encuentra el Sujeto le
permitirá operar la inversión de la situación anterior. En efecto,
tiene lugar aquí el resurgimiento del Sujeto del Ser sin alternar
más con el del Parecer. La acción se despliega, de ahí en más, sobre la Isotopía de la Verdad. Dos hechos claves van configurando
su performance: la adquisición del saber sobre el valor de la Muerte
y la adquisición del saber sobre el poder dominador de Aden. Sobre esta base se perfila el siguiente modelo actancial:
Destinador
->
Objeto
->
salud cósmica
6óevaToc
Aíioi
Destinatario
t
plano divino
Adyuvante
vida
Aíac
->
Sujeto
<-
Oponente
La conjunción del Sujeto con el Objeto Oávaroi; es el último
tramo de su peregrinaje, aceptado como instrumento y término
de su áscesis purificadera. Tiene como Destinatario la /salud del
cosmos/ pero conlleva la propia salud, ya que todas las modalizaciones del Sujeto han estado regidas por el vóuoc, que encarna en
este modelo el Destinador: Aíicn. El Sujeto se comportaría como
un esclavo si prefiriera la /vida/ a la /salvación/, aunque esta implique /eávarocy.
aceptación
->
/no vida/
->
salvación
rechazo
->
/vida/
->
esclavitud
La búsqueda de eávaroc. está basada en un programa narrativo centrado en el /poder-hacer/ del Sujeto. Al ser proyectado en
el Cuadro Semiótico produce el correspondiente Modelo Constitucional:
Graciela Maglia y María del Carmen Cabrero
Poder-hacer
(libertad)
(obediencia)
/ctrac yópoc/
no poder- no hacer
181
Poder-no hacer
/aüro(|)aYf|c/
(independencia)
(impotencia)
/Cflv/
no poder-hacer
Remarcamos el término S —libertad— y lo confrontamos
con su término complementario P —necesidad— en el modelo
del /poder-ser/. Se pone así de relieve esta ardua libertad que
Ayax asume, que tiene el rostro de la necesidad: la necesidad de
suicidarse es su libertad ya que S presupone P:
S: poder-hacer = libertad
P: no poder-no ser = necesidad
Ayax no puede negar su libertad, como no puede desconocer su destino porque su libertad no es suya, como sus riquezas o
su vida. La propia vida puede negarla exponiéndola en el campo
de batalla. Lo que no puede es traicionar, negar, el vópog en el
cual se dan ser y libertad.
En Sófocles las acciones humanas no se hallan controladas
por los dioses pero, puesto que Aúm trabaja a través del curso natural de los acontecimientos, Ayax no es un Sujeto independiente
(P) para /poder-no hacer/. Ese principio de orden, que prevalece
en el universo físico y humano, manteniendo el equilibrio de
fuerzas, nos garantiza como Destinador que los hechos no ocurren por azar. Están destinados a ocurrir así, pues los asuntos humanos obedecen a una ley. Queda así en evidencia el plano pedagógico de la enunciación en la tragedia sofódea. La performance se
opera a través de tres programas narrativos de base: Hacer Mortal, Hacer Ritual y Despedida.
El Hacer Mortal tiene como protagonista a la espada. Arma
de doble filo, dual, también, en cuanto a sus poderes, instrumento de ataque de los enemigos, ofensiva y por ende ajena a la idio-
182
Sintaxis de la decisión trágica
sincrasia de Ayax, cuyo armamento esencial está dado por su escudo y la lanza no arrojadiza.
El hacer manipulador de Ayax, en el Monólogo III, transforma la espada, hasta ahora tan sólo un instrumento de muerte, en
un instrumento de purificación. Este nuevo poder del arma es
creador en tanto que, al quitarle la vida, le permite acceder a un
nuevo estado, regenerador de la vida, que lo conjunta con su nuij.
Este primer programa narrativo opera a través de un PN de uso
en el que la espada se convierte en Sujeto Operador del Hacer
Mortal.
Mediante un desembrague actancial asoma, una vez más, el
odio que Ayax profesa a Héctor. Además del combate singular,18
Héctor y Ayax se enfrentan en numerosas ocasiones.19 Transfiere
los valores negativos que encierra su espada a la figura del héroe
troyano, paradigma de todo lo que Ayax no pudo ser: hijo ejemplar, arquetipo social, familiar y guerrero.
La rivalidad entre Ayax y Héctor es tradicional y aparece en
la Ilíada ilustrada en diversas situaciones —Ayax era el mejor de los
aqueos después de Aquiles— máximo enemigo de Héctor, y encabezaba la armada griega contra Troya en ausencia del Pelida. Las
tiendas de Ayax ocupaban el extremo izquierdo, opuesto a Aquiles, pues ambos eran el sostén de los aqueos.20
Por medio del Hacer Ritual, el Sujeto opera la conjunción
con los dioses celestiales e infernales, reclamando así que su
competencia implica también una áscesis en la que la piedad no
está ausente. Su voz se alza por última vez para modular una plegaria, que es de por sí la más primitiva manifestación de religiosidad, ya que el consuelo producido en la adversidad por la oración
tampoco les era desconocido a los héroes homéricos. Lo hace en
un tono persuasivo, que presupone, por su parte, una fe firme en
el orden de las cosas y en la benevolencia divina. No hay coacción
sobre la voluntad de los dioses, sino exhortación y ruego: otpxEaov, ayúdame; anfjaouai, te pido; TtpoorpÉTrw, te imploro; KOCX.W,
suplico; uoXwv £mcn<£<t)at, ven a socorrerme.
18 {Ilíada, VII 183 y ss)
19 {Ilíada XI, 558; XIII, 810; XIV, 402; XV, 415; XVI, 358; XVII, 282; XVIII,
148)
20 {Ilíada, VHI, 212).
Graciela Maglia y María del Carmen Cabrero
183
Los semas verbales encierran, por cierto, el reconocimiento
tácito de que los dioses aprobarán su derecho a defender su honor con el suicidio. Aunque el derecho no pueda ser afirmado,
existe. Pero en última instancia el hombre depende de los dioses
y sólo con su ayuda puede obtener éxito.
Este Hacer Ritual tiene el carácter formulario característico
de las plegarias de los héroes homéricos, respetando sus dos momentos esenciales: en primer lugar hay una invocación a la Divinidad en la cual se especifican sus títulos y atributos: EmKXr|cn<;.
Luego, se expresa la súplica concreta que se presenta casi como la
reclamación de un derecho: EÜxfj. Falta la alusión a los merecimientos personales que confieren derechos al suplicante.
Ayax se dirige a las divinidades celestiales, a través de las figuras de Zeus y Helios, y a las crónicas, representadas por Hermes y las Erinnias. Dentro de nuestro corpus, los dioses son llamados directamente por su nombre pues esta circunstancia especial implica una interpelación directa a la divinidad. El dios aparece, entonces, enmarcado en la estricta esfera de la actividad a la
que se apela.
Zeus, en cuanto supremo entre los dioses y representante
del cuerpo divino, es invocado primero. Su autoridad relevante y
su soberanía se recortan en forma muy escueta pero tajante: "Tú
el primero, oh Zeus, como es natural, asísteme" (vs. 623).
Al supremo dios celestial le pide que sea Teucro quien descubra primero el cadáver con el fin de no ser vituperado por el
enemigo. En cierto modo, Sófocles preanuncia el tema del entierro, que ocupará la segunda parte de la tragedia. Allí reelabora lo
que dice el mito en cuanto a la privación de los ritos funerarios
correspondientes al cadáver de un héroe y reemplaza cremación
versus inhumación versus no entierro.
La plegaria dirige luego su voz hacia Hermes, acentuando
su misión de acompañar al Hades las almas de los difuntos. Se
trata de Hermes Infernal —Psicopompo—, guía de ultratumba.
De este modo las dos comunidades divinas, la urania y la
ctónica, están presentes en la oración. El dios invocado en cada
ocasión se perfila como único o como el más poderoso y representa a toda la comunidad divina.
En la plegaria a las Erinias hay una minuciosa y reiterada
alusión a sus epítetos, que refuerzan las circunstancias en que se
184
Sintaxis de la decisión trágica
efectúa su interpelación. Ayax las invoca largamente preparando
así la maldición: "Invoco también a las vírgenes perennes, protectoras, que vigilan indormibles todos los padecimientos humanos, a las veneradas Erinias de veloz andar... Ea, vengadoras y
perseguidoras Erinias..." (vs. 835-843). Las vengadoras, las Erinias, se encargan de velar por el cumplimiento de la maldición
que castiga la violación de los juramentos.
La última invocación se dirige nuevamente a un dios celestial: Helios 5i(|)pr|XaT¿5v. Con este epíteto alude ya a la súplica que
le va a encomendar.21
El Hacer Ritual del Monólogo IV se presenta como una acción ejecutada por el Sujeto mismo para entrar en conjunción con
diferentes objetos concretos. En la invocación a Zeus: anunciar
su muerte a Teucro y comprometerlo en la tarea que será clave en
ei resto de ia tragedia. Por io tanto, ei cumplimiento de este programa narrativo es la llave que abre los nuevos programas del
drama:
En la EÜXN a las Erinias: les implora el castigo y la destrucción de quienes son ahora sus enemigos —los Atridas y todo el
ejército— por perjurio, al negarle las armas de Aquiles. El juramento, sagrado en su esencia, era uno de los imperativos del código del honor heroico. En su eúxrj a Helios, Ayax le pide anunciar
su infortunio y su destino a sus padres. Entre este Hacer Ritual y
la Despedida se inserta un verso netamente pragmático, que
constituye otra arista de la deixis de la persuasión. Hay un querer-poder hacer y el sujeto de la enunciación se halla inmerso
como Destinatario de este acto de habla: "Pero es inútil detenerse en estos vanos lamentos; ¡ea comencemos rápidamente!" vs.
853-53.
El programa narrativo de base del Hacer Mortal se halla casi
al final del corpus (en los versos 854/55). Revela con plenitud
que el Sujeto-Ayax se siente ya muy cerca del Objeto de su búsqueda y anhela entrar en conjunción.
La Performance Principal ha operado la transformación del
Sujeto (héroe) que, de un Estado Inicial (1) sin junción con su
Objeto de Valor (rtuij) modalizado por las categorías del deber
21 La acción de suplicar había sido encomendada por Ayax a Tecmesa y al
Coro en el Monólogo III, vs. 686: "Haz súplicas a los dioses para que alcance mi corazón lo que con ansia desea".
Graciela Maglia y María del Carmen Cabrero
185
(Monólogo I), el querer (Monólogo II) y el saber (Monólogo III),
se ha convertido en un Sujeto Operador apto para pasar del Estado I al Estado II: S-Ayax fl Oávarog.
A la aparición de eávcrroc, —que implica conjunción con la
noche y la oscuridad— le sigue el micro-relato de Despedida de la
vida:
S U O / vida
S n O / muerte
Disjunción cognoscitiva
con los valores de la vida
Conjunción pragmática
con los valores de la muerte
La despedida está estructurada en una gradación diacrónica-diatópica que refleja el recorrido de la propia existencia de
Ayax. Comienza por el día, la luz, como diametralmente opuestos a la noche de la muerte. Sigue por Salamina, su tierra patria;
Atenas y parientes de su vévoc, y concluye en Troya, lugar en el
cual culmina su historia. Ayax saluda al mundo físico a través de
los cuatro elementos. Es curioso que su último adiós a la naturaleza ocupe un lugar prioritario y no haya más que una vaga alusión a las relaciones afectivas que ha entablado en su vida.
El paso de la vida a la muerte implica:
dolor cognoscitivo
<->
alegría somática
i
i
SOL
MUERTE
/luz-día/
Salaminasede del hogar-Atenas
/noche-oscuridad/
Hades
Glosario de términos semióticas21
Competencia: capacidad del S. Operador para realizar la
transformación. Debe poseer cuatro condiciones o modalidades,
/querer hacer/; /poder hacer/; /saber hacer/; /deber hacer/.
22
Las definiciones del Glosario de términos semióticos han sido extractadas de: Greimas AJ. y Courtés, J. Semiótica. Diccionario razonado de la teoría del lenguaje. Gredos. Madrid. 1982.
186
Sintaxis de la decisión trágica
Cuadro semiótico: es la representación visual de la articulación lógica de una categoría semántica cualquiera. Estructura
elemental de la significación definida como relación entre, al menos, dos términos. Sólo descansa en una distinción de oposición
que caracteriza al eje paradigmático del lenguaje. Es suficiente,
por lo tanto, para constituir un paradigma compuesto de n términos. Su representación gráfica es la siguiente.
51 i
• S2
52
SI
donde:
relación de contradicción
i
• relación de contrariedad
S relación de complementariedad
51 - S2: eje de los contrarios
52 - SI: eje de los subcontrarios
51 - SI: esquema positivo
52 - S2: esquema negativo
51 - S2: deixis positiva
52 - SI: deixis negativa
Deónticas (modalidades): la estructura modal deóntica aparece cuando el enunciado modal, teniendo como predicado el deber, determina el enunciado de hacer. La proyección binaria en el
cuadro semiótico de esta estructura permite la formulación de la
categoría modal deóntica:
deber hacer
deber no hacer
no deber no hacer
no deber hacer
Desembrague: expulsión, fuera de la instancia de la enunciación, de los términos categóricos que sirven de soporte al enunciado. Si se concibe la instancia de la enunciación como un sincretismo de "yo-aquí-ahora", el desembrague consistirá en inaugurar el enunciado y articular la instancia de la enunciación misma.
El desembrague actancial consistirá en disyuntar el sujeto
de la enunciación, un no-yo, y proyectarlo en el enunciado. El desembrague temporal postula un no-ahora distinto del tiempo de
Graciela Maglia y María del Carmen Cabrero
187
la enunciación y el desembrague espacial opone al lugar de la
enunciación un no-aquí.
Disjunción: se utiliza en los procedimientos de segmentación para denominar los criterios que permiten introducir lo discontinuo en la continuidad sintagmática del discurso.
Embrague: designa el efecto de retorno de la enunciación,
exigido por la suspensión de la oposición entre ciertos términos
de las categorías de persona y/o espacio y/o tiempo, así como por
la denegación de la instancia del enunciado. Todo embrague presupone una operación de desembrague anterior.
Encajadura: la encajadura es un procedimiento complementario de la localización espacial o temporal que depende de la
subarticulación de la categoría de concomitancia. E. Temporal:
un período está incluido dentro de otro período y el programa narrativo se encuentra entonces doblemente localizado.
Enunciado: en sentido general, enunciado es toda magnitud
provista de sentido, dependiente de la cadena hablada o del texto
escrito, previa a cualquier análisis lingüístico o lógico.
Enunciación de estado: representados como: "F junción (S;
O)". Dado que la junción se articula en dos términos contradictorios (conjunción-disjunción) se hacen posibles dos tipos de
enunciados de estado: conjuntivos ( S n O ) y disjuntivos (S UO).
Enunciación de hacer: representados como: "F transformación
(S; O)" explican el paso de un estado a otro.
Estado: relaciones de conjunción (D) o disjunción (U) entre
sujeto de Estado (S) y un objeto (O). Expresado por verbos de ser
o tener.
Estructura profunda: opuestas en semiótica a las estructuras
superficiales. Estas dependen del dominio de lo observable. Las
otras son subyacentes al enunciado. La profundidad está ligada a
la semántica (y sugiere cierta "calidad" de significación) y/o la dificultad de su desciframiento.
Ambos tipos de estructura sirven para designar, una, la posición de partida, y la otra, el punto de llegada de una cadena de
transformaciones que se presenta como un proceso de generación, como un recorrido generativo de conjunto, dentro del que
cabe distinguir tantas etapas e hitos como sea necesario para la
claridad de la explicación.
188
Sintaxis de la decisión trágica
Función (semiótica): es la relación que existe entre la forma
de la expresión y la del contenido. Definida como presuposición
recíproca, esta relación es constituyente de los signos y —por
este hecho— creadora de efectos de sentido. El acto de lenguaje
consiste sobre todo en establecer la función semiótica.
Isotopía: Inicialmente iteratividad a lo largo de una cadena
sintagmática de dasemas que aseguran al discurso enunciado su
homogeneidad. Posteriormente, el concepto se extendió y designó la recurrencia de categorías sémicas tanto temáticas (abstractas) o figurativas.
Lexema: constituido por un conjunto de sememas (que
—eventualmente— puede ser monosémico) reunidos por un núcleo sémico común. El lexema es —en cuanto reunión de sememas— el resultado del desarrollo histórico de una lengua natural.
Objeto de valor: en ei marco de ia reflexión epistemológica,
objeto es lo pensado o percibido, en tanto que distinto del acto de
pensar o percibir y del sujeto que lo piensa o lo percibe, sólo la relación entre el sujeto cognoscente y el objeto de conocimiento los
constituye a éstos como existentes y entre sí distintos. Resultado
de la construcción efectuada por el sujeto cognoscente, el objeto
semiótico se reduce a puntos de intersección entre el conjunto de
sus relaciones. El objeto de valor se define como el lugar del sentimiento de los valores o de las determinaciones con los que el
sujeto está conjunto o disjunto.
Parecer: es el término positivo del esquema de la manifestación que depende del cuadro semiótico sobre el que se encuentra
proyectada la categoría modal de la veridicción. El término parecer estar en relación de contrariedad con el de ser (entendido, en
este sentido, como término positivo del esquema de la inmanencia) . La doble operación que tiene por efecto la aserción de los
términos parecer y ser, produce el término veridictorio complejo
llamado verdad (que caracteriza un estado del cual se dice que
"parece" y "es" al mismo tiempo). La categoría de la veridicción
está constituida por la puesta en correlación de dos esquemas; el
esquema parecer/no parecer es llamado manifestación, y el de
ser/no ser, inmanencia. Entre estas dos dimensiones de la existencia se cumple el "juego de la verdad".
Performance: trátese de un PN simple o complejo, el conjunto sintagmático así reconocido corresponde a la "performance del
Graciela Maglia y María del Carmen Cabrero
189
sujeto", a condición de que los sujetos de hacer y de estado estén
en sincretismo en un actor determinado. El PN llamado performance presupone el PN de la competencia. El resultado del encadenamiento lógico entre ambas es denominado recorrido narrativo, nueva unidad sintáctica jerárquicamente superior.
Perlocutorio (acto): la enunciación sirve a fines más lejanos
que el interlocutor puede no comprender. Así, al interrogar a alguien podemos tener la intención de ayudarlo, de perturbarlo, de
hacerle creer que apreciamos su opinión, etc. Este acto de habla
implica que el oyente también realiza una acción: la de ser persuadido. Acto locutorio, en cambio, es un hecho de habla que
transmite una información sin intención de modificar la conciencia del oyente.
Plano cognitivo: plano del reconocimiento en donde se da un
"saber" acerca del "hacer" y del "ser" de los actores.
Plano pragmático: en él se operan las transformaciones en las
que se intercambian objetos breves.
Programa narrativo: (PN) relato que alinea dos estados entre
los cuales ocurre una transformación. Es un sintagma elemental
de la sintaxis narrativa de superficie, constituido por un enunciado de estado.
Programa Narrativo de uso: un PN simple se transforma en un
PN complejo cuando exige previamente la realización de otro
PN. El PN general será llamado PN de base. Los PN presupuestos
y necesarios serán llamados PN de uso. Estos son de número indefinido según la complejidad de la tarea a cumplir. Se indican:
PN 1, 2, etc. El PN de uso puede realizarse ya sea por el sujeto
mismo, ya por otro sujeto delegado del primero.
Relaciónfiduciaria:es la que se establece entre dos planos del
ser y del parecer, cuando, por el hacer interpretativo, se pasa del
uno al otro acertando, sucesivamente, uno y otro.
Roles actanciales: el sujeto (actante) tendrá distintos roles según sea su posición en el encadenamiento narrativo (S. reconocido, etc.) según la modalidad que le sea atribuida (S. Según el poder, S. Instaurado por el querer, etc.); según el lugar en el orden
cognitivo (S. Secreto, verdadero, falso o engañoso).
Sema: comunmente designa la unidad mínima de la significación situado en el plano del contenido. La naturaleza de los se-
190
Sintaxis de la decisión trágica
mas es relacional y no sustancial. Se define como término resultado de la relación con otro término de la misma red relacional.
Semema: corresponde a lo que en lenguaje ordinario se comprende por "acepción" "sentido particular" de una palabra. Es un
hecho estructural, una unidad del plano del contenido. El semema no es una unidad de significación delimitada por las dimensiones del signo mínimo. Es una figura sémica. Sólo en el momento de manifestarse en el discurso se reúne con su base clasemática constituida por semas contextúales.
Semiosis: es la operación productora de signos mediante la
instauración de una presuposición recíproca entre la forma de la
expresión y la del contenido o entre el significante y el significado. En este sentido, todo acto de lenguaje implica una semiosis.
Es un término sinónimo de función semiótica. También se entiende por semiosis la categoría sémica cuyos términos constitutivos son la forma de la expresión y la del contenido (significante
y significado).
Ser: la categoría de la veridicción está constituida por la
puesta en correlación de los esquemas: el esquema parecer/no parecer, llamado manifestación, y del ser-no ser, inmanencia. Entre
estas dos dimensiones de la existencia se cumple el "juego de la
verdad".
Sujeto: en el marco del enunciado elemental, el sujeto aparece como un actante cuya naturaleza depende de la función en la
que se inscribe. A ambos tipos de enunciados elementales
—enunciados de estado y de hacer— les corresponde dos tipos de
sujetos: los sujetos de estado —caracterizados por la relación de
yunción con los objetos de valor— y los sujetos de hacer, definidos
por la relación de transformación.
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