1 O R A CIO N PA N E G IR ICA s . I A JESUS SACRAMENTADO Q U E EN LA SOLEMNE CELEBRADA EN FUNCION LA DEL IGLESIA COffPC/S, PARROQUIAL DE SANTA C A TA LIN A MARTIR DE ESTA CIUDAD DIA 30. DE MAYO D EL PRESENTE AÑO 1826. PRONUNCIÓ £ X Dr. D . B E N IT O F O N S V B O ÍG U E S, Cura de la Parroquial de Campanar. e n f a le NCU: E N L A O F IC IN A D E M IG U E L E S T E V A N , Bajada de San Francisco. A ñ o 1826. 12 '. y : ,■'■ . ,•■ ■ ■‘ •?' V' '■ ’ í/'''"’' .... .'-at' .•• -C; O í tV ,v 4ÍV '.; ' ■• '•• ..r .V¿v‘Vj : r-.-' " T ^ ~ .*. ■•••'■■; λ r,’** ' ’ ÍV SX ét-^ín‘i::iK''A\ '. ; r . ’t i ^ c : •h- -• - V* ‘ -. .i 5 -4 h:-'_ .r» - .í^-í' --n .-ü ■ :-r^.Jv •• » •’ ^‘■ ' >:$ X f’ V :■ y"r*' •1 i 'K ,■ -■ '"O- s ' -'-' -*''j' '«í, k ‘'.2 1,‘ -r ' ■ ..—% ,, - - ^V r ■" * * - . • . r f » • ■' : ^ 't i- 'i í: ■ '-’ ' • '. ■ ’ , . .. !'iiï ■ • ■ :• T'y? :»>«■ ------. , '. . . ,‘fL _ V •;^’ Ç*- -Vt^ . 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IVTisterios inefables de nuestra augusta y sacro­ santa Religión , abismos y profundides de las grandezas d¿ nuestro Dios ; ¡y cuán admirable os presentáis á nuestro limitado entendimiento! ¡có­ mo j Diüs mio , nos podriamos elevar los débiles mortales hasta el excelso trono de vuestra divi­ na Esencia , y contemplar vuestros divinos a tri­ butos , si Vos mismo por un rasgo de vuestra divina bondad y dignación no los hubieses mani­ festado , y nos guiase la antorcha luminosa de vuestra fé por el camino seguro de la divina reve­ lación! Verdaderamente seriáis Vos limitado , D ios mio , si nuestro entendimiento apease toda la inmensidad de tos grand zas y perfecciones infi­ nitas ; mas no podrá jamás Ja razón humana ^ 4 ). , sondear y conocer la extensión de vuestra Om­ nipotencia. N o os deberá sorprender , oyentes mios , que en este solemne dia en e l que la piedad cristia­ na transportada de alborozo y gratitud , solem­ niza el intensísimo amor y triunfo de su divino Salvador sacramentado ; os hablo por incidencia de otros divinos Misterios de nuestra única y verdadera Religión ; como también de los fun­ damentos sólidos de nuestra santa fé , y de otras muchas grandiosas cualidades del Unigénito y Eterno Hijo de Dios hecho hombre , sacramen­ tado y muerto por nuestro amor. Porque á ia ver­ dad 5 oyentes , es cosa lamentable , que en on siglo de tanta ilustración ( n o sé si diría mejor de tanta superficialidad y apariencia) puesto que apenas se conoce la ciencia divina , sin la que todo es vanidid ; y aun los cristianos adictos á la piedad , que tamo se esmeran de repetir la série de las virtudes , y que están impuestos en las vidas y hechos egemplares de los Santos y Héroes de la Religión ; apenas conocen al que es único y supremo Autor de toda virtud y de toda santidad ; y tienen escasas noticias de nues­ tro Salvador , que superabundantemente ñas me­ reció toda gracia ; ni menos al eterno y con­ substancial Espirito , por quien se nos comuni­ can todas las divinas influencias ; porque aunque es c ie r t o , que la maravillosa estructura de los cie­ los , el constante y magestuoso curso de los as­ tros , el orden perfecto , conservación y forma- . ^ s ) d o n de tcdis las criaturas del universo anun­ cian de continuo la existencia del Criador , y cantan sa grandeza , y la magnificencia de su diestra , al paso que corroboran y afianzan nues­ tra fé. Pero jamás , repito , podrémos extender­ nos con estas pruebas esteriores hasta la inmen­ sidad del mismo Dios , que no conoce espacio, ni límites en sus infinitas perfecciones. Solamen­ te animados por la fé divina , y guiados por la revelación pueden ser ilustrados nuestros enten­ dimientos 5 y conversar aun con el mismo Dios, presentandole el sacrificio de sumisión y vasallage que le debemos ¡ adorando reverentes , y es­ perando humildes en sus verdades y promesas, las que faltarán los cíelos y la tierra , pero ellas jamás dejarán de verificarse y cumplirse en toda su extensión. Si 5 carísimos oyentes , nosotros los que v i ­ vimos en esta divina fé , somos en algún modo tabernáculos vivos , en que deposita el mismo Dios sus maravillosos secretos , y mas sabios que los Filosófos profanos conocemos con una e v i­ dencia 5 de que sale fiador el mismo Dios , las eternas y sublimes verdades. Tenemos , á mas de esto , per convicción de dichas verdades el tes­ timonio de los Apóstoles y Discípulos del S a l­ vador , y muchísimos Mártires que murieron en d fensa de nuestra santa fé. Tenemos la prueba incontrastable de tantos Padres , Doctores , C o n ­ fesores y Virgines santísimos , que predicaron y defendieron constantemente las mismas verdades. ( 6 ) Tenemos por mas sòlido ap oyo los Indestructi­ bles y eternos fundamentos de la Iglesia santa, que ilustrada por el Espíritu Santo ensefía , tie­ ne y confiesa estas idénticas verdades. Tenemos, finalmente , por el mas seguro é indefectible tes­ timonio de nuestra creencia al mismo Jesucristo; Hijo unigénito y muy querido del Todopodero­ so , á quien está engendrando desde la eternidad, v iv a imágen de su divina substancia , y de c u ­ y o eterno , mutuo y substancial amor procede el Espíritu Santo. Este divino Salvador es quien poseyó siem­ pre el conocimiento perfectísimo de todos los Mis­ terios profundísimos de la Divinidad , y nos los a n u n c ió , no con aquella sorpresa , admiración é Ímpetu agitado con que los descifraban los san­ tos Profetas , inspirados y movidos por el espí­ ritu de Dios ; sino con aquella grandeza sericiila , aquella afabilidad augusta , aquel sosiego magestuoso y lenguage divino , propios de una persona , à quien era familiar la Divinidad , pues era juntamente Dios , aunque por su amor , y nuestro bien ocultaba cuasi siempre los rayos y esplendor de su divino carácter. Este divino Ver­ bo humanado nos declaró expresamente la uni­ dad de Dios en tres Personas , su propia misión y Encarnación necesaria para la gloiia de Dios, y salud del género humano ; y que ésia fue dis­ puesta por su Eterno Padre , aceptada libremen­ te por sí mismo que era su Hijo , y cbrada poi concurso del Espíritu Santo. Este divino Salva^ ( 7 ) dor es el que Heno de inefable bondid y dulzu­ r a , y no satisfecho su ardentísimo amor de ha­ ber encarnado por los hombres ^ y de haberse de entregar á la Pasión y Muerte mas amarga ds C ru z : antes de la fiesta de P a s c u a , sabiendo que habia de pasar de este mundo al Padre , conmo­ vido el cielo de su gloria , é impaciente porque iba á separarse de sus escogidos , por quienes habia venido ; trazó la invención mas admirable y divina que jamás vieron las generaciones de Jos hombres , y que sirve de pasmo á los mismos Ángeles. Instituyó movido por su indecible ca ­ ridad el Santísimo Sacramento de su Cuerpo y Sangre , por medio del cual pudiésemos percibir todos los méritos de su Vida , Pasión y Muerte , y unirnos á este Sumo Bien con lazo indestructible de inestimable amor. Quiso este Padre amorosísi­ mo fortalecer con el alimento de su carne divina y vivificante á sus huérfanos hijos , y comunicar por este medio maravilloso con ellos , uniéndo­ se secreta y amorosamente , y dejindoles antes de su muerte en nuevo y eterno testamento un re­ medio seguro y universal para curar sus dolencias, y borrar los pecados que habian de cometer. Q u l so en fin enriquecerlos con todos los tesoros , gra­ cias y bendiciones que les habia de merecer por su pasión y muerte , para que viviesen seguros en el proceloso mar de esta vida , hasta que des­ pués en la otra les mostrase toda la extensión de su gloria , poder , sabiduría y a m o r , é inundase SUS almas en los torrentes de eternas delicias. ( 8 ) Y á vista de tan inefable bondad ¿no dríamos exclamar 5 transportados de gratitud jdi* chosos nosotros los pecadores , que hemos mere­ cido tan divino Redentor! el cual no solamen­ te nos elevó á hijos de Dios , hermanos suyos y compañeros de los mismos Angeles , sino que for* mó de nosotros un vivo templo del Espíritu San­ to , un santuario del misoio Dios , hasta divini­ zarnos en algbn modi) con la participación y üso de ese Divino minjar , asegurándonos él mis­ mo de la indefectible verdad de tan augusto Mis­ terio. Si 5 oyentes mios 5 ya existia la sabiduría increada en el seno de su eterno Padre ; y aun no había cielo , no habia tierra , no había ma­ res 3 no habían sido hechos los Angeles , ni el resto de las criaturas. Y Juego que él mismo lo dijo fueron hechas todas ; luego que él lo man­ dó fueron criadas ttdas de la nada. Pues el missno que lo hizo tcdo , y por quien todo se hi­ zo , ese mismo Verbo cíivino con una voz om­ nipotente activa , y obradora de toda maravìlla, dijo : Es^e es mi Cuerfo : y quedó convertido el pan en su propio Cuerpo : el mismo, dijo ; E ste es el Cáliz de mi Sangre : y fue convertido el vino en su propia Sangre , uniJos por concomi­ tancia á entrambos los divim^s aiiibutos , resul­ tando vivo en ese augusto Sacramento todo Je­ sucristo Dios y Hombre verdadero. ¡O poder inefable y divino! ¿Q ué nos res­ ta ya j fieles oyentes 3 mas que esperar , creer y amar con toda nuestra alma , cuando la misma ( 9 ) rerdad eterna nos asegura de la realidad de tan divino M iste rio , y de todos sus maravillosos y celestiales efectos ; y que entrega su ilim itado poder á los ministros suyos los Apóstoles , D is­ cípulos s y demás Sacerdotes , mandándoles que renueven este mismo Sacrificio en su nombre y meiTioria , pues de este modo estará con ellos hasta ]a consumación de los s ig lo s? ¿ Y podre­ mos dejar de corresponder á nuestro Redentor^ cuando para atraernos con dulzura á la frecuen­ cia de este Manjar d ivin o, nos protesta y ase­ gura repetidas veces , tener sus delicias en estar con los hijos d2 los hombres ; que lleguemos con­ fiadamente á comerio , pues es pan vivo que ba­ jó del cielo , pan de vida , de cu y o pan los que comieren vivirán eternamente , y jamás morirán, como los que comieron el Maná figurativo en el desierto. A ñ id e este divino Salvador la p r o ­ mesa de que permanecerá en aquellos , que c o ­ mieren y bebieren dignamente su Cuerpo y San­ gre ; amenazando dulcemente á ios que se apar­ tan de tan celestial convite de que seisn pri­ vados de la vida de ia gracia. Omitiendo por último Jos inumerables testimonios con que nues­ tro divino Salvador nos asegura de Ja verdad y efectos de este excelso Misterio de a m o r , nos di­ ce compendiosamente Jo que propuse en el princi}-io 5 á Sdber ; que asi como viviendo el Padre envió á su Hijo 5 y e-te Señor vive por su Pa­ dre : asi el que come A este divino Señor , e¿ mhmo vive fo r éL D e todo lo cual sacaré una ( IO ) evidente consolatoria , y necesaria consecuencia j proposicion q u e vais á oír : J e s u c r i s t o e n l a i n s ­ titu ció n E terno LA DE L P S adre SU PR E M A a n tísim o una S acram ento v ic t im a M aGESTAD DE eterna DiOS , o fr e ció al d ig n a de y V DE PERPETUO , SALUD y PROPICIACION P A R A LOS HOMBRES. Q uiera el C ielo santo resulte cuanto diga en g lo ­ ria del Altísimo y provecho de vuestras almas. AMOR A ys M a r ía . E n el principio de los tiempos crió Dios el universo con la sabiduría j órden y magnificenT d a 5 tan propias de su grandeza y poder infini­ tos , manifestando por este medio los inmensos tesoros de su bondad al hombre , que se dignó formar á su imágen y semejanza. G ra vó por con­ siguiente en su alma la suma de toda la R e li ­ gión , revelándole sus divinos atributos , y co ­ municandole las obligaciones sagradas , que ha­ bla conirahido para con su Autor. L e prescribió igualmente el cu lto , homenage y sacrificios que le habia de tributar para gloria y santificación de su Nombre sacrosanto , y reconocimiento del supremo dominio que tenia sobre él y las cria­ turas todas ; imponiéndole al mismo tiempo en los castigos y premios eternos que habían de se­ guirse á la observancia ó abandono de sus d ivi­ nos Preceptos. Mas como deslumbrados nuestros primeros padres por la ambición y soberbia de ser independiente , y asemejarse al mismo Dios, dieron crédito á la infernal serpiente , y comie­ ron la fatal y desdichada fruta del árbol del bien ( ” ) y del mal ; quedaron entregados al poder del de­ monio , á quien habian obedecido ciegam ente, y convertidos en vasos de ira y abominación , in­ capaces de aplacar y complacer al Eterno con sus victimas , sacrificios y oblaciones ; n¡ dar el cu lto y honor debidos á la suprema Magestad. Vanos y a y de ningún mérito hubiesen sido desde entonces los sacrificios , oblaciones y v íc ­ timas ofrecidas por los Patriarcas , Justos y P ro­ fetas de todas Jas edades , y de los Ministros de la L e y . N i los mismos Angeles podían ofrecer v íc ­ tima y sacrificio proporcionados á Ja divina Jus­ ticia 5 por ser bj i que perfectas criaturas , pero finitas y de limitado mérito. Solamente el Hijo de Dios hecho hombre por amor al hombre , ofre­ ciéndose á sí mismo , pudo presentar holocausto digno del honor y culto á la Magestad divi­ na , y de propiciación y salud eterna para los hombres. E l cual con el sacrificio que habia de ofrecer debía atraer todas las cosas á sí mismo. P or Jo que dispuso el Altísimo con sabia y ma­ ravillosa economía , que todas las cosas previ­ niesen de antemano el advenim iento, obras y ca ­ lidades asombrosas de aquel divino mediador , que ofreciendose por Sacerdote y víctima á un mis­ mo tiempo 3 hermanase el cielo con Ja tierra y reconciliase el género humano con el mismo Dios. Bajo estos sublimes caracteres vereis anun­ ciado á nuestro divino Redentor por ios orácu­ los y profecías , representado por los Justos que ( vivieron hasta sa nacicniento , preparado por las revoluciones de los siglos y acontecimientos politicos ; y simbolizado con muchísima extensioa y claridad por las figuras , victimas y sacrifi­ cios egecutados en la L e y natural y escrita , los cuales solo tuvieron representación , y fueron meri­ torios en la aceptación divina por la relación que tenian con el verdadero sacrificio que había de ofrecer el divino Reparador. C on promesas rei­ teradas 3 y Juramentos renovados por su misma b o c a , prometió el Todopoderoso á los Patriarcas ds la L e y natural enviar al Primogénito de los predestinados , que le había de ofrecer digna hos­ tia de alabanza , é invocar debidamente el nom­ bre del Señor , y bendecir al mismo tiempo t o ­ das las generaciones , obrando su redención. D e la misma manera fue anunciado en la L e y escri­ ta por toda la serie de los Profetas bajo imá­ genes diferentes , tanto roas expresivas cuanto se acercaba la plenitud de los tiempos , en tanto que el santo D a n i e l , moderno entre los P rofe­ tas y llamado por el A ngel varón de deseos j lle­ g ó á prefijar el tiempo del Nacimiento 5 y to­ das las circunstancias que acompañarían al R e ­ parador. y hablando y a de los Justos que precedie­ ron á su venida , y que ofrecieron sacrificios y holocaustos con Ja viva fé y esperanza del ver­ dadero Mesías : vemos en Adán representado á Cristo Adán divino , que con su obediencia has­ ta la muerte de C ru z , compensa la rebelión del ( 13 ) p rim ero , y egecuta en el árbol de !a C ru z la re­ paración de los hombres , que el otro habla per­ dido ; y que con el manjar de &u Cuerpo y San­ gre da luz 5 vida y gracia abundantísima á los que por haber comido de la fruta prohibida es­ taban rodeados de m uerte, tinieblas y horror. E l justo A b el ofreciendo víctimas puras al Eterno, y muerto por la envidia de su hermano , repre­ senta á nuestro Salvador que habia de ser la mis­ ma inocencia , y ofrecer un sacrificio aceptable y de propiciación á Dios Padre. E n N oé fabri­ cando el A rca j y ofreciendo el sacrificio de pac­ to y confederación con Dios , se representa al mismo Salvador , quien habia de formar la nue­ va arca de la Iglesia , dentro de la cual única­ mente se habian de salvar los electos que entra­ sen en ella , y por quienes se habia de ofrecer el grande sacrificio que firmase la paz entre el cielo y la tierra. E n Melchisedech Sacerdote por excelencia , que ofrecía á D ios v ìv o él pan y vino en sacrificio , y bendecía á Abrahan COn su posteridad , se vé delineado nuestro sumo y eterno Sacerdote Jesús , que despues se habia de ofrecer á sí mismo en sacrificio bajo las especies de pan y vino , íiibutando en el digno culto á la Magestad de D i o s , y mereciendo la salud y bendición eterna para los que habia de redimir hijos y descendientes de Abrahan. F ig u ra iguaK mente expresiva de Jesucristo nuestro bien había sido el mismo Patriarca , Padre y G tfe de todoi los creyentes , preparando en su Tabernáculo ( 14 ) aquel figurativo convite en que los Angeles le aD u nciaron la milagrosa fecundidad de Sara 9 y nacimiento de Isaac. Este le figuró llevando so­ bre sus hombros la leña en que había de con­ sumir el voluntario sacrificio de sí mismo. Josef vendido y sentenciado á muerte por sus mismos hermanos , preso por calumnia entre los delin­ cuentes , pero hecho despues salvador de E g ip to y árbitro del mismo Soberano , dando con abun­ dancia alimentos , perdonando y colmando de gracias á los mismos que le habian ultrajado, lúe un b ello retrato de nuestro amantisimo Sal­ vador, Moysés humillado y perseguido en su cu* na , pero despues nombrado C audillo por Dios y mediador para libertar ai pueblo de I s ra e l, dic­ tando leyes , ofreciendo sacrificios y conducién­ dole con seguridad á la tierra de Promision ; era figura de nuestro divino mediador. D a v id ::: ¿Pe­ ro para qué os canso en el detai de tantos Jus* tos de la antigua ley , que seria cuasi infinito é interminable? B^iste aseguraros que cada uno de los Justos de aquellas edades llevaba algún ras­ g o que representase á nuestro divino Salvador. Tam poco os molestaré en referir por extenso el curso alternativo y al parecer casual de todos los siglos , reynados é imperios , de su eleva­ ción y subversión progresiva , pues todas es­ tas edades y acontecimientos únicamente sirvie­ ron para comprobar los designios eternos del Todopoderoso , y anunciar la venida , reynado poderoso y verdadero sacrificio del Hijo de Dios. ( »5 ) E n cuanto á las antiguas figuras , omitiendo otras muchas , conoceréis representar vivamente á nuestro S a lv a d o r , aquella misteriosa piedra he­ rida por mandato de Dios , y que seguia al pue­ blo de I s r a e l, dando aguas copiosas y saludables, pues él con mas razón es la v iv a piedra y ma­ nantial eterno de todas nuestras dichas , en cu ya fuente divina bebemos las celestiales aguas que conducen á la vida eterna. L a Serpiente de me­ tal 5 que levantada sobre el palo era para los Hebreos señal de victoria contra los enemigos 9 y de salud para los enfermos , representa al v iv o la salud y victoria que nos había de asegurar nuestro Reparador sobre el mundo , sobre el demonio, sobre las pasiones y sobre la misma muerte. Mas con muchísima particularidad y mayor expresión se halla representado nuestro Salvador, Sumo Sacerdote , ofreciéndose en el Santísimo Sa­ cramento del A ltar por todos aquellos sacrificios que en el antiguo Testamento los Justos y Patriar­ cas inmolaban sobre los montes , y los Sacerdotes en los Templos y Tabernáculos , erigidos al Ser Supremo. A ese divino é inmaculado Co:d¿ro , cu ­ y a presencia y magestad estamos adorando j se referia el Cordero Pascual comido con todo el aparato de ceremonias prevenidas por la L e y : i él figuraba el otro Cordero misterioso , siempre tendido sobre el A ltar : al mismo aquel inocente C h ivo quemado fuera de la Ciudad : el otro C a ­ brío emisario , que se enviaba al desierto , des pues de haberle cargado, con los pecados del pueblo. ( ) Fígürabale también la B aca roja , sacrificada al tenor del ceremonial : aquellos Panes de proposi­ cion expuestos de continuo á la presencia del Se* ñor : la sangre de la víctima sin ia cual no po­ día entrar el Sumo Sacerdote en el Sancta Sanv^ tomín , só pena de muerte fulminada por el mismu Dios. Y resumidamente figuraban á esa d iv i­ na victima de nuestro adorable Salvador la san­ g re , que se echaba siete veces sobre el velo del T e m p lo : aquella con que se rociaba el Pueblo, el Tabernáculo , el L ib ro que contenia ia L e y y todas las demás victimas , que se cfrecian para a lc a n z a r-e l perdón , cu ya remisión no se podía lograr según la L e y , sin ia efusión de esta sangre figurativa. Mas os quiero prevenidos , carísimos oyentes , que todos los o rá cu lo s, las profecías to­ das , oraciones y sacrificios de los Justos j vícti­ mas , ceremonias , tabernáculos , templo , el mis­ mo sacerdocio supremo , y cuanto se contiene en la ley natura! y e sc rita , todo era una conti-^ nuada figura , alegoría y representación que la sa­ biduría de Dios habia declarado , mandado y diilgido para que anunciasen el verdadero sacrincío, que en su adorable persona habia de ofrecer el H i ­ jo del mismo Dics , sumo , único y verdadero Sa­ cerdote , preparado desde la eternidad para piedra angular sobre que se «rigiese el Templo de Dios vivo. Por tanto el Eterno , cuya sabiduría se extien­ de entre lo infinito del uno al otio extremo , y que dispone con suavidad y fortaleza todas las cosas^ ( 17 ■) celoso de sus glorias y de reparar los soberanos derechos de Ja Divinidad tan olvidados j y su j u s ­ ticia 5 culto y honor torpemente ultrajados por Jos hombres ; quiso preparar por si mismo Ja obra maravillosa de nuestra redención , trazando todas Jas cosas con admirable economía , á fin de que Jos miseros mortales pudiesen conocer la necesi­ dad del médico soberano que habia de curar tan 'inveteradas dolencias ; fijasen y a sus ansias y de­ seos 9 creyesen sus divinas promesas y esperasen 'únicamente la vida , salud y propiciación perpe­ tua en el sacrificio y victima de su Unigénito que habia de enviar , y cuyo Sacerdocio eterno estaba firmado con juramento irrevocable. Y este es ^ dilectisimos o y en tes, aquel divin Salvador , que movido por su inefable misericor­ dia por Jos hombres se vistió de nuestra carne , á fin de enseñarnos persi mismo el camino de la pru•dencia. Este es nuestro Legislador j nuestra única esperanza y aquella interminable luz divina que í e dignó ilustrar á Jos hombres , salvándolos del abismo de tantas miserias, y haciéndonos hijos del mismo Dios. Este es el que fijó en el mundo un reynado perpetuo de fortaleza , de justicia y de todas las virtudes tan olvidadas por los hombres hasta entonces ; y estableció una Religión sacro­ santa 5 é instituyó amoroso un Sacrificio real, perpetuo y divino , que convirtiese las antiguas sombras en verdadera luz ; en la realidad las fi­ guras 5 y en luminosa verdad los oráculos y pro^ íecias que habían precedido. ( i8 ) S í , cristianos oyentes j el celo de la gloria de su Padre , y su ardentísimo amor hácia los hombres, que hizo á nuestro Salvador divino en su nacimien­ to nuestro hermano , en la predicación nuestro mé­ dico y maestro , nuestra redención en su muerte, en la Resurrección nuestra gloria , en su Ascen­ sión nuestro abogado , en la venida del Espíritu Santo nuestro consuelo y fortaleza , en e l cielo nuestro término ^ nuestra dicha y recompensa , y en todos los estados de su vida y muerte las de­ licias y gloria de su Padre 3 y santificación de lo s hombres ; le ob ligó antes de partir de este mun­ do á instituir el augusto Sacramento y soberano sacrificio de la Eucaristía , constituyéndose á sí nusmo víctima inmaculada y Sacerdote diviao , y perpetuando así el eterno sacrificio de su Cuerpo y Sangre , en que se diese digno culto al Ser su­ p re m o , y sirviese al mismo tiempo de perpetua santificación , amor y vida para los hombres , á fin de que alimentándonos con su propia Carne y San­ gre viviésemos una misma vida con él , al modo que él vive con su eterno Padre ¡Qué institución tan admirable y d iv in a , carísin^os oyentes! jqué misterio tan asombroso! V er­ daderamente no pueden menos de admirarse los cielos á su v i s t a , conmoverse de alegría la tierra y abrasarse de fé , amor y gratitud los hombres viéndose elevados á tan sublime gerarquia , y uni­ dos tan íntimamente á su mismo Dios. A s í es, hermanos mtos , que aquel augusto y divino Sacrificador hubiera tenido por víctima impropor- . ( 19 ) clonada y poco digna de su Padre j impropia de sus manos , y nada correspondiente al celo y amor que le consumían , otra que su propia C a r ­ ne y Sangre , y á sí mismo. E ra preciso y con­ forme á su Magestad j y al empeño que había contrahido de mediador entre Dios y los hom­ bres 9 que el sacrificio fuese perpetuo , augusto y divino en todas sus partes , y por lo mismo en la institución de la santísima Eucaristia el mismo seno del Padre debía servir de tem plo, J e ­ sucristo bien nuestro habia de ser su A ltar ¿ su Sacerdote y su victima , y el Espíritu Santo el fuego divino que abrasase y consumiese la H os­ tia divina : en una palabra , en aquel sacrificio del Dios hombre todo habia d s ser D i o s , y para su gloria y culto debidos , y todo a m o r , propiaciacíon y salud perpetua para los hombres Y es­ te es el mismo Sicrificador á quien constituyén­ dole Sacerdote su Eterno P a d r e , y derramando so­ bre él el aceyte de a ’egria que sirviese de bálsa­ mo vital á todos los e sc o g id o s , le dijo : Tú eres Sacerdote por una eternidad , según el orden de M elchisedech. Este es el Pontífice supremo de los bienes futuros , levantado sobre los c ie lo s , y co ­ locado para siempre a la diestra del poder de su Padre ; Poíitífice en toda verdad inocente que no necesita como los demás ofrecer el sacrificio por sus pecados , pues es la sanidad misma ; sino por los pecados de su caro pueblo , de los que voluntariamente se habia cargado ; y por consi­ guiente si ruega á su P a d r e , si expía y si pide. C 20 . ^ si satisface' nadà hace por si mismo , sino para nosotros , por nuestros delitos , y para nuestra salud y propiciación. Y tal debía ser e l Sacerdote para el grande sacrificio de la ley de gracia ; esto es , Santo, Inocente , segregado de los pecadores , mas alto que los cielos , tierno y compasivo con nuestra flaqueza , y siempre árbitro y poderoso para los que piden su gracia y mediación. Por último, este divino Sacerdote no había de tener necesi­ dad de entrar á menudo en el Santuario como ios demás Sacerdotes á ofrecer víctimas imperfectas, esto es , incruentas, y como el Sumo Sacerdote, de la antigua ley entrar en el Tabernáculo hecho por manos de los hombres , llevando cada vez la sangre de una nueva víctima , porque su T aber­ náculo y Santuario lo tiene este divino Sacerdo­ te en el c i e l o , en donde solo ha entrado una vez para afianzar su eterno Sacerdocio , dejando al mismo tiempo sobre la tierra Ministros s u y o s , que en su nombre y poder exercitasen tan santo y formidable IMinisterio , renovando por este medio todos los dias la memoria de su Pasión y M uer­ te , y de esta divina Institución , por la cual se digno permanecer con nosotros hasta la consumaclon de los siglos. N o menos grande , amoroso y divino se os­ tenta nuestro Salvador , ofreciéndose víctima en este adorable Sacramento. Porque él es á quien vió en espíritu el R eal Profeta elevado sobre el monte santo de Sion , cxerciendo su dominio de C ai ) uno á otro mar , desde el oriente al occidente, desde el septentrión al mediodía , recibiendo ho-r menages de todos los Soberanos, de todos los p u e ­ blos y de las naciones todas. E l es el mismo á quien vió Isaías nacer de Madre Virgen , destinado á ocupar un trono celestial. E l es á quien vió D a ­ niel acercándose al mas anciano de los dias , y recibir de su mano un reyno inmutable y eter­ no 5 compuesto de todas las naciones del mundo, sobre cu y o vestido y persona divisó San Juaft el glorioso é incomunicable título de R e y de re­ yes y Señor da los imperios. En pocas palabras, esa víctima sacrosanta que adorais en el Samísinio Sacramento , es el Verbo eterno humanado, Jesucristo, Hijo de Dios , igual al Padre según la D iv in id a d , engendrado desde la eternidad en el es­ plendor de los S a n tos, y en cuanto hombre nacido en la plenitud de los tiempos de María Santísima, la mas pura y bendita entre todas las mugeres. D e esta víctima y Pan divino se alimentaroa los Apóstoles y Discípulos del S e ñ o r , y recibieroa los dones celestiales de ciencia y vida , que despues sembraron maravillosamente por todo el mundo pa* ra salud de las almas y gloría de su Nombre sa­ crosanto. E n este divino manantial bebieron el celo heroyco y valor invencible un número infinito de Mártires , que hermosearon sus Estolas en la San* gre del Cordero , y sellaron con sus vidas las in­ contrastables verdades del Evangelio. Este divina Manjar comunicó ciencia , luz y consuelo á todos los Doctores Santos , A nacoretas , Solitarios fer- ( sa ) vorosos y eminentes Confesores, que ensalzaron y dieron testimonio glorioso de nuestra santa F é. De esta celestial M esa sacaron la invencible fortaleza tantas inmaculadas Vírgenes , que elevándose so­ bre si mismas y su débil sexo acompañaron triun* fantes al celestidi Esposo con Jas antorchas de ca­ ridad encendida y palmas d el m aniiío. P e r el mé­ rito de esta sacrosanta victima y participación de su espíritu pudieron los hijos de ia primitiva Igle­ sia destruir por todas partes Ja idolatria » derri­ bar sus altares sacrilegos , arrasar los templos abo m in ab les, hollar sus ídolos y falsas deidades; abolir Jas infames supersticiones , y elevar sobre tan horribles monstruos el reyno del Evangelio, que es el de todas las virtudes ; formándose de nuevo un pueblo santo , una nación escogida , un Sacerdocio real. En suma , una Iglesia pura , sin m a n ch a , ni a r r u g a , digna del a f e c t o , grandeza y sabiduría de sü divino Esposo Jesucristo , de Jas complacencias é inmenso poder del Padre Eterno, y de las caricias del divino Espíritu. Finalmente , en este augusto Sacramento es­ tá la víctima divina , que también nosotros po­ demos ofrecer con igual fruto lodos Jos días al Eterno , y a en el incruento sacrificio de la Misa, y a asistiendo ante Ja Magestad de ese divino Se­ ñor expuesto y sacramentado , como también re­ cibiéndole dignamente en la comunion. En todos tiem po s, sí amados oyentes , pero especialmente en el presente en que por un efecto de Ja benig­ nidad del Pastor universal de todos los fíeles nucs- ( 23 ) tro Santísimo Padre Papa L eon Duodecimo se ha­ lla abierto el preciosísimo tesoro de los inñnttos méritos de ese divino Salvador ; y en todas estas ocasiones presentarémos una oblacíon digna de la Magestad y aceptación divina , y una ofrenda superabundantísima para quedar nosotros santifìcados y limpios de todas nuestras iniquidades, li­ brarnos de la muerte , comer con abundancia la vida , y aun con la participación de su Espíri­ tu y unión á su voluntad ser también nosotros ofrenda aceptable del mismo D i o s , darle verda­ dero honor y culto ; y lo que es mas , tener una vida con Jesucristo a l modo que este divino Señor v iv e con su Eterno Padre. ¡O Salvador y bien mio , sacramentado por nuestro amor ! ¡y qué agradecimiento tan indeci­ ble no me inspira vuestra inmensa bondad! ¡y cuán liberal y amóroso os mostráis en esa v iv a y perpetua Hostia , en la que os ofreceis para en­ riquecer á los hombres , que tan misericordiosa­ mente habéis rescatado con Ja efusión de vues­ tra Sangre divina l Vos , dueño mio , encubrien­ do los rayos de tu divina grandeza en ese Sa­ cramento de amor os hacéis mas apreciable á nuestrcs ojos , mas estimado de nuestro corazon que era ya todo vuestro , y mas digno de reynar sobre nosotros tus queridos hijos. V o s , Jesús y dulce Padre mio , habéis sido á toda prueba el mas tierno y amoroso Padre , pues no sola­ mente quisisteis dar tu preciosa vida para que vi­ viesen tus compungidos hijos ; sí que nos alimea- tais de continuo con vuestra Carne y Sangre , unién­ donos á Vos mismo para que nuestra vida no sea otra que la que Vos teneis con vuestro Padre. ¡O admirable unión ! ¡ó misterio de sublime grandeZd! Sin düda j Salvador m i o , habéis consumado en la institución de! Santísimo Sacramento la may<ir obra y prodigio de la Omnipotencia. Por tanto , permitidnos ¡ supremo R e y de la gloria 5 q ’j e postradas todos ante vuestra Magestad excelsa , y penetrados da la mas profonda vene­ ración , ternura y amor j uniendo nuestros con­ ciertos á los de la Santa Iglesia y de toda la Corte celestial , entonemos transportados de im­ ponderable gozo 5 obsequio , gratitud , honra y gloria vuestra aquel soberano y triunfil cántico, que quisiéramos fuera eterno en nuestras lengua^: Santo 5 Santo , Santo , Señor D h s Omnipotente: hendicion y gloria sean dadas al Criador y al que esih sobre el Trono ; porque es digno aquel C o r­ dero que ha sido inmolado por nosotros , y que nos ha rescatado con su Sangre , de recibir el poder 3 la sabiduría , la divinidad , la honra , la gloria y las bendiciones de todas las criaruras que hay en el cielo y en la tierra por infinitos siglos de los siglos. Asi sea , y á todos vosotros BU gracia y gloria. F 1 N. Puede imprimirse: J3r. Toranzo^ G. V , G . Imtirímase: Heredia. Ä