Pilotar un tanque y aplastar coches: oferta de ocio a las puertas de

Anuncio
Formato de impresión
Pilotar un tanque y aplastar coches:
oferta de ocio a las puertas de Berlín
2015-08-10- Curiosidades
Juan Palop
Steinhfel (Alemania). (EFE).- Polvo, gasleo y acero: la nica escuela de grandes tanques
del mundo permite en Alemania pilotar blindados soviticos, montarse en carros de
combate llevados al mximo por profesionales y arrollar coches aplastndolos con las
orugas.
Los 300 caballos del BMP-1 rugen desatados devorando combustible cuando Norbert
Bastner engrana con dificultad la primera marcha y pisa el acelerador para echar a
andar, con algn trompicn, por la pista esta bestia de acero de factura rusa y casi 14
toneladas.
Durante ms de veinte minutos, este alemn de unos 60 aos circula por entre las dunas
del circuito -rectificando a veces de forma precipitada, empleando en otras a fondo la
potencia del blindado- mientras sigue por unos auriculares las directrices de su
instructor y copiloto.
La polvareda se eleva sobre la pista de este negocio, enclavado en un rincn rural del
este de Alemania a 50 kilmetros de Berln y dotado de 13 empleados (en su mayora
mecnicos y conductores) y con 14 carros de combate rehabilitados, en su mayora BMP1 y T-55, dos modelos rusos con mucha aceptacin entre los miembros del Pacto de
Varsovia entre los aos 50 y 70 del siglo pasado.
"Toda una experiencia!", asegura satisfecho a Efe poco despus Bastner, al que sus
excompaeros del trabajo le regalaron un vale para conducir un blindado cuando cambi
de empleo.
"No soy aficionado a las armas ni nada, si me hubiesen invitado a conducir un deportivo
lo hubiese disfrutado igual. Pero reconozco que ha sido muy interesante poder ver la
tcnica desde dentro", asegura tras compartir el paseo con su mujer y sus dos hijos.
A Bastner y su familia le siguen un grupo de jubilados alemanes y ya espera un poco
ms atrs un hombre en sus treinta, que ha venido acompaado de su mujer y su hijo
pequeo. A medioda llegarn once noruegos y por la tarde est previsto que se acerque un
viaje organizado de indios.
"Tenemos una clientela muy internacional. Muchos vienen de Amrica, de Escandinavia,
del sur de Europa,... de todas partes. De media recibimos unos 30,000 visitantes al ao
aproximadamente. Estamos totalmente al completo", asegura a Efe Axel Heyse,
responsable del negocio junto a su hermano Jrg, y destaca que el 40 % de los
interesados son mujeres.
El men del centro incluye desde el paseo bsico de media hora (145 euros) al paquete
completo con noche en un cercano hotel de cuatro estrellas y cena romntica para dos
personas (293 euros), pasando por el extra de embestir un vehculo para el desguace
(260 euros).
Los hermanos Heyse haban sido conductores de tanques durante su instruccin militar
en la Repblica Democrtica Alemana (RDA) y tras la cada del muro de Berln, pese a que
ambos haban encontrado empleo, seguan dndole vueltas a la cabeza sobre cmo volver
a ponerse a los mandos de un blindado.
"Queramos volver a conducir un tanque. Y eso no era posible en Alemania. Entonces no
se poda en ningn lugar del mundo, a menos de que volvieses al servicio militar",
recuerda.
Entonces, la solucin lleg por casualidad, durante una escapada de fin de semana a
Praga en 2002.
"bamos con nuestras mujeres en el coche y, al pasar por un descampado vimos los
restos de un tanque, un BMP-1. Era una chatarra, pero lo reconocimos inmediatamente.
Paramos y fuimos a hablar con el dueo. Con un poco de alemn y un poco de ruso nos
dijo que estaba a la venta y lo compramos", recuerda Heyse.
A continuacin, los hermanos tuvieron que afrontar una odisea burocrtica, ya que, a fin
de cuentas, lo que queran era exportar material armamentstico: desmilitarizaron el carro
de combate, encontraron transporte, consiguieron los pertinentes permisos checos y
alemanes y se lo llevaron de vuelta a casa.
Que el tanque volviese a funcionar les llev dos aos de intenso trabajo manual y de
concienzudas bsquedas por todo el mundo de las piezas y herramientas que les hacan
falta.
Entonces, el alcalde de su localidad les ofreci participar en una fiesta con el blindado,
dar un par de vueltas para mostrarlo a los asistentes.
"Haba cientos de personas esperando para ver el tanque. Todos se queran subir.
Estuvimos de diez de la maana a diez de la noche", explica.
Desde entonces, "el telfono no paraba de sonar" y los dos hermanos decidieron dejar
sus trabajos para dedicarse a tiempo completo a la escuela de blindados.
Copyright ElPeriodicodeMexico.com
Descargar