CATALUÑA / 31 EL PAÍS, miércoles 5 de septiembre de 2007 Tranquilo, Sirera, tranquilo ENRIC SOPENA Preparativos para la celebración de la Diada en la explanada de la Cascada del parque de la Ciutadella. / J. ROVIRALTA El PP retoma la participación en el homenaje a Rafael de Casanova Ciutadans propone que la Diada se celebre el día de Sant Jordi E. C., Barcelona Tras dos años de ausencia, la dirección del PP de Cataluña participará el próximo martes en la ofrenda floral a Rafael de Casanova, convertida desde principios del siglo XX en tradicional punto de confluencia de los catalanistas para conme- Los dirigentes del PP comenzaron a participar en 1992 en la ofrenda floral ante el monumento a Casanova, pero dejaron de hacerlo en 2004 hartos de que algunos grupos de independentistas radicales les abuchearan y arrojaran monedas y, en alguna ocasión, incluso intentaran ahuyentarles del lugar por las malas. Al dar cuenta de la decisión de retomar la participación en el acto, el presidente del PP, Daniel Sirera, explicó que obedecía a su firme voluntad de acabar con el “monopolio” de la Diada por los nacionalistas. Sirera sostuvo que la Diada “es de todos”, aunque el cariz que le dan los nacionalistas ha hecho que “la inmensa mayoría de catalanes no se haya sentido representado” en ella. “Se tiene que acabar el tiempo en que la fiesta de Cataluña es sólo de los nacionalistas y los que reclaman la independencia”, afirmó. La decisión del PP se inserta en la pretensión de “normalidad” que los dirigentes del partido quieren dar a la militancia en una or- morar la Diada del Onze de Setembre. En cambio, Ciutadans-Partido de la Ciudadanía, ha decidido no participar en la ofrenda “para no rendir pleitesía a ningún mito del nacionalismo” catalán y propone que la Diada se celebre el 23 de abril, fiesta de Sant Jordi, patrón de Cataluña. ganización que en las elecciones legislativas de 2003 no logró ni un escaño en las provincias de Lleida y Girona. Cataluña no sería un país normal, argumentó Sirera, si todos los partidos no pudieran participar en todos los actos. Recordó, además, que él era el presidente de la rama juvenil del partido cuando el PP decidió participar por vez primera en la ofrenda floral, en 1992. Por el contrario, Ciutadans ha decidido no sumarse a la ofrenda floral a Casanova porque a su juicio se trata de un acto específicamente nacionalista. El presidente de Ciutadans, Albert Rivera, anunció que su partido dedicará la jornada a explicar que la Guerra de Sucesión que en Cataluña finalizó en 1714 “fue una guerra entre dinastías y no una guerra entre Cataluña y España”. Ciutadans ha abierto una consulta interna para que los afiliados decidan si sus dirigentes y representantes electos han de participar o no en los actos oficiales de la Diada, como la recepción en el Parlament. La hostilidad con que grupos de radicales apostados ante el monumento a Casanova abroncan e insultan a las direcciones de los partidos que no les gustan, a la del PP sobre todo, pero también a la del PSC y otras, fue uno de los motivos que impulsó al anterior presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, a programar una conmemoración de la Diada en el parque de la Ciutadella que tuviera la condición de acto con participación oficial y popular. El de este año se celebrará en la plaza de la Cascada del parque de la Ciutadella. Entre las actuaciones previstas destacan las de la cantante mallorquina Maria del Mar Bonet y el cantaor flamenco catalán Miguel Poveda, la soprano Roda Mateu, la Cobla Sant Jordi Ciutat de Barcelona y la orquesta sinfónica de la Escuela Superior de Música de Cataluña. La recepción oficial ofrecida por el presidente del Parlament con motivo de la Diada a las representaciones institucionales, sociales y económicas se ha adelantado este año a la tarde del día 10. Piqué y Vendrell devolverán sus actas de parlamentarios del PP antes de un mes EL PAÍS, Barcelona El ex portavoz del PP en el Parlament, Francesc Vendrell, abandonará su acta de diputado a comienzos de octubre, aunque sí continuará conservando el carnet de militante, según avanzó ayer el propio Vendrell en RAC1. Vendrell confirmó que Josep Piqué hará lo propio antes que él. El aún diputado popular, que acudió ayer a la primera reunión del grupo parlamentario del PP después de las vacacio- nes, indicó que Josep Piqué será “más ágil” y abandonará su responsabilidad de diputado antes. De hecho, Piqué ya no participó en el encuentro del grupo ayer. El presidente del PP de Cataluña, Daniel Sirera, indicó en rueda de prensa que esta decisión de Vendrell todavía no ha sido comunicada de forma oficial a la dirección popular, aunque agradeció de todas formas el “trabajo realizado” por Vendrell. Fuentes del PP de Cataluña aseguraron ayer que Josep Piqué y Vendrell ya no asistirán al primer pleno del curso político, previsto para la última semana de septiembre. Con el abandono de su acta de diputado en el Parlament, Piqué también perderá la condición de senador. Respecto a las primeras semanas de presidencia de Sirera, Vendrell negó haber visto un giro “demasiado claro” respecto a la línea de Piqué, pues las diferencias son más “de apariencia que de realidad”, consideró. El nuevo líder del PP de Cataluña, Daniel Sirera, ha mostrado en EL PAÍS su inquietud, o malestar, porque ve a “Convergència i Unió muy radicalizada”. “No le pido nunca a nadie que renuncie a sus principios para llegar a acuerdos. Lo que veo es una CiU muy radicalizada y que compite con ERC para ver quién es más nacionalista. Así es muy difícil llegar a acuerdos”, advierte Sirera, la nueva esperanza blanca del Partido Popular de Cataluña. No le falta razón al joven dirigente conservador. Es cierto que la cúpula de Convergència —aunque no de Unió, como es bien sabido— ha acentuado formalmente sus planteamientos nacionalistas hasta transformarlos en soberanistas. El soberanismo es un concepto más bien ambiguo, que viene a ser sinónimo, no obstante, de lo que se entiende comúnmente por independentismo o, en lenguaje más tradicional o antiguo, por separatismo. Pero el soberanismo de CDC no es nuevo. Ha estado siempre instalado en el desiderátum de amplios sectores convergentes, empezando por el propio Jordi Pujol, maestro sin embargo en el arte del posibilismo llevado con suma habilidad hasta sus últimos extremos. En un mismo discurso, Pujol era capaz de decir una cosa y la contraria a la vez, insinuando además que ambas eran perfectamente compatibles. Artur Mas y sus más estrechos colaboradores —entre los cuales sobresale por diversas y poderosas razones Oriol Pujol Ferrusola— proyectan una imagen sin duda más nacionalista que sus predecesores. Pero hay que tener en cuenta que no gobiernan y que, en efecto, compiten al respecto con ERC. Una parte del electorado es intercambiable y puede votar a CiU o a ERC, según la coyuntura. Por lo demás, conviene no olvidar el pragmatismo exhibido por Mas cuando las circunstancias propiciaron su acuerdo con José Luis Rodríguez Zapatero sobre el nuevo Estatuto. No deja de ser curioso, en todo caso, que Sirera acuse a CiU de radicalismo. ¿No ha ascendido Sirera en el escalafón de su partido gracias precisamente a que Josep Piqué era tildado de blandengue, de moderado o de centrista desde el interior del PP y de sus territorios mediáticos más próximos? A Piqué cada dos por tres lo sacudían desde los píos micrófonos de la COPE. Su pecado era el de ser dialogante o —más grave todavía— el de intentar que el PP participara, aun críticamente, en el proceso del Estatut. Eso lo debía de saber bien Sirera. En primer lugar, por razones obvias al ser, durante muchos años, un observador privilegiado dentro del estado mayor del Partido Popular catalán. En segundo lugar, porque conoce a fondo las claves ideológicas de Federico Jiménez Losantos, asimismo promotor de Libertad Digital, periódico de la derecha extreDaniel Sirera. ma donde ha venido colaborando de modo regular el sustituto de Piqué. Y donde, junto con la cadena radiofónica episcopal y otros medios afines a Génova 13 y/o a FAES, se llevó a cabo la campaña de envenenamiento contra la reforma del Estatuto. ¿Considera Sirera que la demonización del Estatuto, con la movilización de la derecha recogiendo firmas por doquier, y llevando el texto al Tribunal Constitucional, es o no un signo de radicalismo político, por otra parte altamente peligroso desde la lógica de la convivencia ciudadana? En orden a radicalismos, Sirera tendría que tener en cuenta la reflexión de Esopo en su apólogo o fábula llamada Los ríos y el mar. “Antes de culpar a otros, fíjate primero si no eres el verdadero culpable”, escribió Esopo con admirable tino, siete siglos antes de Cristo. Sirera no es el culpable, ni principal ni directo, de la radicalización derechista del PP, incluyendo en este paquete la furibunda obsesión del España se rompe, acuñada básicamente a raíz del Estatuto. Pero sí se acercan más a esa culpabilidad, aludida por el escritor griego, personajes como Ángel Acebes —entre otros—, que tanto tuvieron que ver con la defenestración de Piqué. En cuanto a futuros acuerdos, habría que recomendar a Sirera que no sufra en exceso, ahora que —con las elecciones de marzo casi a la vista— en el PP muchas voces destacadas, con Mariano Rajoy a la cabeza, vuelven a acordarse de CiU y hasta del PNV. Al día siguiente de las urnas de marzo de 1996, José María Aznar llamó a Rodrigo Rato y le transmitió el siguiente mensaje: “Rodrigo, hay que llegar a un pacto de legislatura con Convergència i Unió. Quiero que las negociaciones las lleves tú”, según puede leerse en la hagiografía Aznar. La vida desconocida de un presidente, publicada en 1999 y escrita por dos periodistas en la órbita genovesa. Rato —que no Rajoy, alerta— acabó consiguiendo lo que entonces parecía a priori misión casi imposible. Aznar logró su objetivo —ser presidente del Gobierno— tras declarar en TV-3 que la lengua catalana “es una de las expresiones más perfectas que conozco de las lenguas de España, y no sólo la leo y la comprendo desde hace muchos años, sino que la hablo en círculos poco numerosos”. En la intimidad, vaya. Y si Pujol le hubiera puesto como condición añadida que, en la plaza de Sant Jaume, Aznar y Ana Botella bailaran una sardana, la habrían bailado. Tranquilo, Sirera, tranquilo. La aritmética parlamentaria hace prodigios. Pero sólo un milagro convertiría a Rajoy, a estas alturas de la película, en jefe del Gobierno. Enric Sopena es director del diario digital Elplural.com