poder judicial del estado supremo tribunal de justicia tercera sala

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PODER JUDICIAL DEL ESTADO
SUPREMO TRIBUNAL DE JUSTICIA
TERCERA SALA
SENTENCIAS QUE CAUSARON ESTADO
NÚMERO DE TOCA
427-2015
FECHA EN QUE SE DICTÓ LA SENTENCIA
19 DIECINUEVE DE OCTUBRE DEL AÑO 2015 DOS MIL QUINCE
San Luis Potosí, S.L.P., a 19 diecinueve de octubre del año 2015
dos mil quince.
V I S T O, para resolver el toca 427-2015, formado con motivo del
recurso de apelación interpuesto por la parte actora, en contra de la sentencia
definitiva de fecha 21 veintiuno de noviembre del 2014 dos mil catorce,
pronunciada por el Juzgado Primero Penal de Ciudad Valles, S.L.P., en el
expediente 503/2007, correspondiente al Juicio Ordinario Civil por Declaración
Judicial de Vencimiento Anticipado, promovido por el ELIMINADO, a través de su
apoderado general para pleitos y cobranzas, Licenciado ELIMINADO, en contra
de ELIMINADO; y,
RESULTANDO
PRIMERO.- La sentencia que se combate en sus puntos resolutivos
señala: “PRIMERO.- Este Juzgado fue competente para conocer del presente
juicio, compareciendo las partes con personalidad. SEGUNDO.- Conforme se
motivó y fundó en el considerando tercero de la presente resolución, se
declara improcedente la vía ordinaria civil intentada por el Licenciado
ELIMINADO, en su carácter de Apoderado Legal para Pleitos y Cobranzas del
ELIMINADO, resultando por ende, innecesario entrar al estudio de la acción y
pruebas ofertadas por la actora; así como a las excepciones opuestas por el
demandado ELIMINADO; consecuentemente. TERCERO.- Se dejan a salvo
los derechos del actor para que los haga valer conforme a sus intereses
convenga. CUARTO.- Se condena a la parte actora al pago de las costas y
gastos del juicio, previa su regulación en ejecución de sentencia. QUINTO.Al no existir inconformidad de las partes litigantes, la presente sentencia
estará a disposición del público para su consulta, cuando así se solicite,
incluidos los datos personales de las mismas, conforme al procedimiento de
acceso a la información pública y sin perjuicio de la protección que por
mandato Constitucional deberá hacerse de oficio en relación a las mismas.
SEXTO.- NOTIFÍQUESE PERSONALMENTE.”.
SEGUNDO.- Inconforme el representante legal de la parte actora,
con la sentencia cuyos puntos resolutivos han quedado transcritos, interpuso
recurso de apelación, mismo que fue admitido en ambos efectos, enviándose los
autos del expediente al Tribunal de Alzada para su substanciación, tocando
conocer por cuestión de turno a esta Tercera Sala, quien mediante proveído de 1°
primero de julio del 2015 dos mil quince, con fundamento en lo dispuesto por los
artículos 945, 952 y 953 del Código de Procedimientos Civiles vigente en el
Estado, se admitió el recurso y se confirmó la calificación de grado hecha por el
Inferior y se ordenó que se pusieran los autos a la vista del apelante para que
dentro del término de 6 seis días procediera a expresar los agravios que a su
derecho corresponde. En el propio auto se hizo del conocimiento de las partes
litigantes el derecho que les asiste para manifestar su conformidad o
inconformidad para que sus datos personales señalados en el artículo 3° fracción
XI, de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Estado, se
incluyan en la publicación que se haga del presente fallo, sin que hubiesen
manifestado nada al respecto. Posteriormente, se hizo constar la presentación
oportuna de los agravios formulados por el apelante, así como que su contraria
parte no contestó los mismos. Mediante proveído de 1° primero de octubre del
presente año, se decretó el término de 3 tres días para que las partes formularan
los alegatos de su intención. Finalmente, por auto del 13 trece siguiente, se citó
para resolver el presente asunto, turnándose el expediente al Magistrado Ponente,
a quien por sorteo aleatorio correspondió conocer, para la formulación del
proyecto de resolución.
CONSIDERANDO
PRIMERO.- Los agravios formulados por el representante legal de la
parte actora, aquí apelante, a la letra dicen: “PRIMERO.- Le causa perjuicio a mi
poderdante la totalidad de la resolución recurrida, pero en concreto el
considerando segundo en relación con el resolutivo segundo, en donde el C.
Juez Inferior de una forma totalmente contraria a derecho, violando las
reglas esenciales del procedimiento, declara improcedente la Vía Ordinaria
Civil, omitiendo tomar en consideración lo estipulado por los artículos 81 y
83 del Código de Procedimientos Civiles en el Estado, en los que, el primero
señala que, “La sentencia debe ser clara y al establecer el derecho, debe
absolver o condenar”, mientras que, el segundo señala, en lo que interesa,
que
“La
sentencia
se
ocupara
exclusivamente
de
las
acciones
deducidas…..”, sin embargo, en ambos casos, el Inferior fue más allá de sus
atribuciones y de lo señalado en estos artículos, pues no hizo ni una, ni otra
cosa y si, incorrectamente declara improcedente la vía intentada, bajo el
argumento de que la procedente era la Extraordinaria Civil Hipotecaria
dejando de considerar lo estipulado por el artículo 252 del Código de
Procedimientos Civiles, que literalmente señala que “Todas las contiendas
entre partes que no tengan señalada en este Código tramitación especial, se
ventilarán en juicio ordinario”, esto es de acuerdo a la fecha de celebración
del contrato base de la acción (ELIMINADO) se tiene que dirimir
judicialmente el conflicto ocasionado por la falta de pago del crédito en la vía
ordinaria civil por ser la aplicable a este asunto en particular, sin que sea
viable ejercitar la vía extraordinaria civil hipotecaria como erróneamente lo
sostiene el Juzgador primario, ya que las reglas para ese procedimiento
empezaron a regularse en el mes de Mayo de 1997, resultando inaplicable el
criterio vertido en la resolución, puesto que el contrato génesis de la acción
fue formalizado en escritura privada, 5 cinco años antes de la adición y
entrada en vigor en el Código de Procedimientos Civiles en el Estado de las
reglas del Juicio Extraordinario Civil Hipotecario, lo cual da una certeza de
que el derecho ejercitado por mi poderdante a través de la Vía Ordinaria
Civil, además de ser legítima, es la correcta, sin embargo, el A quo al haber
resuelto de la manera en que lo hizo, dejó de considerar el principio de
congruencia que debe contener toda resolución judicial, vulnerando en
perjuicio de mi representado la garantía de legalidad y seguridad jurídica
contenida en el artículo 17 de nuestra Carta Magna, por lo que derivado de lo
anterior es claro que la resolución es incongruente, como se puede ver de
los criterios de jurisprudencia que a continuación se citan: Novena Época.
Instancia: Segundo Tribunal Colegiado en materias Civil y de Trabajo del
Segundo Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta.
Tomo: III, Febrero de 1996. Tesis: II.2º.C.T.7 K. Página: 487. SENTENCIAS,
CONGRUENCIA DE LAS.- (LA TRANSCRIBE). Octava Época. Instancia:
Segundo Tribunal Colegiado del Sexto Circuito. Fuente: Semanario Judicial
de la Federación. Tomo: XIV. Julio de 1994. Página 812. SENTENCIA
INCONGRUENTE.- (LA TRANSCRIBE). Novena Época. Instancia: Segundo
Tribunal Colegiado del Sexto Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta. Tomo: V, Junio de 1997. Tesis: VI.2º.124 C. Página:
783.
SENTENCIA
INCONGRUENTE.
ES
AQUELLA
QUE
INTRODUCE
CUESTIONES AJENAS A LA LITIS PLANTEADA O A LOS AGRAVIOS
EXPRESADOS EN LA APELACIÓN.- (LA TRANSCRIBE). SEGUNDO.- La
sentencia carece de la debida motivación y fundamentación, ya que de una
manera por demás ilógica se excepciona de oficio a la parte apelada, al
pretender el A quo que se debe demandar en una Vía ajena a la que regula
este juicio, considerando erróneamente que la viable y correcta era la
Extraordinaria Civil Hipotecaria, pasando por alto y dejando de considerar o
desconociendo las reglas de aplicación señaladas en los decretos 795 y 803,
referentes a las adiciones al Código de Procedimientos Civiles en el Estado
de la Vía Extraordinaria Civil Hipotecaria, los que fueron publicados en el
Periódico Oficial del Estado el 9 y 30 de Mayo de 1997 respectivamente y,
que por esa razón no son aplicables al contrato básico de la acción, por
haberse formalizado y firmado éste en el año de 1992, esto es, 5 años antes
de las adiciones ya indicadas, lo que trae como consecuencia que, en lo que
respecta a este asunto en particular, que obligadamente se debe de
demandar en la Vía Ordinaria Civil, por ser la vía correcta y aplicable a los
contratos celebrados con antelación a las adiciones de los decretos ya
indicados, pero para mayor ilustración de mi dicho transcribo el artículo
segundo transitorio del segundo decreto invocado y que textualmente
señala: “SEGUNDO.- Todos los créditos con garantía hipotecaria contraídos
antes del inicio de vigencia de las adiciones contenidas en el decreto 795 de
LVI Legislatura, relativas al Código Civil y Código de Procedimientos Civiles
para el Estado, así como de las presentes modificaciones, reformas y
adiciones, se regirá por las normas civiles y procesales vigentes al momento
de la contratación. Lo dispuesto por el párrafo anterior, también se
observara tratándose de las reestructuraciones, renegociaciones o nuevos
convenios de deuda o créditos cualquiera que sea la forma que adopten para
tal efecto que se efectúen con posterioridad al inicio de vigencia de estas
reformas, modificaciones y adiciones y que tengan como causa o
antecedente, un crédito hipotecario contraído con anterioridad a la vigencia
de las mismas, en cuyos casos se aplicara la legislación civil y procesal
vigentes antes de las reformas.” Pues bien, es claro que tal transitorio
determina que las adiciones y reformas a que se refieren los decretos 795 y
803 de fechas 9 y 30 de Mayo de 1997, excluyen a toda persona en juicio que
tenga contratado un crédito con anterioridad a su entrada en vigor, por tanto
los litigios en los que mi poderdante sea parte, derivado del multicitado
contrato, no podrá aplicarse el procedimiento hipotecario instituido en
aquellas reformas, por tratarse de un crédito contratado con anterioridad a
su entrada en vigor, puesto que ambos decretos delimitaron el ámbito
material de aplicación y temporalidad de las reformas, eximiendo de ellas a
los contratos celebrados con anterioridad a su entrada en vigor, como lo es
el caso que nos ocupa, sin embargo el A quo, sólo se limita a establecer que
el juicio no se ventiló en la vía correcta, cuando era su obligación analizar
correctamente la vía intentada, pues el artículo 14 constitucional establece,
en la parte que aquí interesa, que en los juicio del orden civil las sentencias
definitivas deberán ser conforme a la letra de la ley o a la interpretación,
debiéndose atender en el caso concreto a lo dispuesto en el artículo
segundo transitorio del Decreto 803 que es claro en exceptuar la aplicación
de las mencionadas reformas sin hacer distinción alguna sobre la naturaleza
adjetiva o sustantiva de las mismas, a persona alguna que hubiera
contratado, novado o reestructurado créditos, con anterioridad a la entrada
en vigor de este Decreto, lo cual hace evidente que el propósito de tal
transitorio fue el de establecer con claridad que se exceptúan de la
aplicación de la totalidad de las reformas a algunas personas, para proteger
la
seguridad
jurídica
de
un
determinado
sector
de
la
población
entendiéndose a aquellas personas que, como ya se dijo, hayan contratado,
novado o reestructurado créditos con anterioridad a la entrada en vigor de
las adiciones y reformas ya indicadas. Abundando sobre el particular es de
destacar que el A quo omitió considerar que el análisis de retroactividad de
las leyes implica estudiar si una determinada norma tiene vigencia o
aplicación respecto de derechos adquiridos o situaciones jurídicas
acaecidas con anterioridad a la entrada en vigor de la Ley que pretende
aplicar y más, si esa adición a la Ley Sustantiva, en razón de la materia tiene
aplicación concreta, resultando en este asunto la inaplicación retroactiva de
la Ley por así disponerlo el siguiente criterio emitido por nuestro máximo
tribunal a través de la siguiente tesis de jurisprudencia: Décima Época.
Registro: 160954. Instancia: Primera Sala. Fuente: Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta. Libro I, Octubre de 2011. Tomo 2. Materia(s):
Constitucional. Tesis: 1ª. CCIV/2011 (9ª.). Página: 1064. APLICACIÓN
RETROACTIVA DE UNA LEY EN BENEFICIO. NO OPERA EN CONTIENDAS
DE NATURALEZA CIVIL.- (LA TRANSCRIBE). TERCERO.- En efecto, contrario
a lo sostenido por el Juzgador Inferior es procedente la Vía Ordinaria Civil
intentada por mi poderdante, puesto que para dirimir el cumplimiento
forzoso o la rescisión del acto plasmado en el fundatorio, se debe acudir
ante el órgano jurisdiccional encargado de impartir justicia, en la vía
correspondiente, sin perder de vista que no existía otro medio para lograrlo
judicialmente más que la vía ordinaria elegida, sin embargo, eso es lo que
incorrectamente resuelve el A quo, trayendo como consecuencia que la
sentencia tenga serias deficiencias al no estar debidamente fundada y
motivada, puesto que la procedencia de la vía no es un asunto que depende
del criterio de un juzgador, ya que su procedibilidad se encuentra
determinada por el legislador y su ejercicio depende de que así lo permita la
Ley y ese ejercicio no puede sustituirse, modificarse o variarse ya que su
trámite se encuentra previsto en la ley a fin de garantizar su legalidad, como
es el caso que nos ocupa, pues la existencia de diversas vías para lograr el
acceso a la justicia responde a la necesidad de respeto a la garantía de
seguridad jurídica, la cual se manifiesta como la posibilidad de que los
gobernados tengan certeza de que su situación jurídica será modificada sólo
a través de procedimientos regulares, establecidos previamente en las leyes,
por ello, el sólo hecho de que el A quo considere que mi poderdante debe
tramitar un procedimiento en una vía que no corresponda, aunque sea muy
similar en cuanto a sus términos a la legalmente procedente, le causa
agravio y, por ende, constituye una violación a sus derechos sustantivos por
no estarse administrando justicia en los términos establecidos en las leyes
aplicables, invoco a este respecto el siguiente criterio: Séptima Época.
Instancia: Tercera Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación.
Volumen 28. Cuarta Parte. Página: 79. HIPOTECA. VÍA PROCEDENTE PARA
EL COBRO DEL MUTUO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE JALISCO).- (LA
TRANSCRIBE). Novena Época. Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo XI, Marzo de
2000. Tesis: IV.1º.P.C.9 K. Página: 1002. JURISPRUDENCIA. CASO EN QUE
SU APLICACIÓN ESTÁ SUJETA AL PRINCIPIO DE NO RETROACTIVIDAD.(LA TRANSCRIBE). En efecto el A quo pretende aplicar en forma retroactiva
la Ley en perjuicio de mi poderdante, al considerar que, en este asunto, la
Vía Extraordinaria Civil Hipotecaria debe prevalecer sobre la Ordinaria Civil,
lo cual es totalmente absurdo pues es de explorado derecho que para que
una ley sea retroactiva, se requiere que obre sobre el pasado y que lesione
derechos adquiridos bajo el amparo de leyes anteriores, y, en el caso en
concreto, al haberse celebrado un contrato, se creó una situación jurídica
concreta, que no puede destruirse por una nueva ley, si no es incurriendo en
el vicio de retroactividad, ya que si una obligación nació bajo el imperio de la
ley antigua, debe subsistir con los caracteres y las consecuencias que la
misma ley le atribuía en el momento de su celebración. Para reafirmar lo ya
comentado debo decir que el apelado, al contestar la demanda no impugnó
la vía ni dijo nada sobre el particular, razón por la cual, aun y cuando su
estudio es oficioso, resultaría procedente declararla aprobada y como
consecuencia procedente la acción, pues el incumplimiento de pago en las
erogaciones mensuales fue la causa generadora de la denuncia del contrato,
de tal forma que, si el demandado, aquí apelado reconoció el atraso en el
cumplimiento, era motivo más que suficiente para que el C. Juez Inferior,
declarara correcta la vía y la acción y como consecuencia de ello
procedentes todas y cada una de las prestaciones reclamadas, luego
entonces, bajo esa óptica, resulta incorrecta e ilógica la apreciación del C.
Juez en el sentido de que no es correcta la vía ordinaria civil, pues de haber
analizado los decretos 795 y 803, referentes a las adiciones al Código de
Procedimientos Civiles en el Estado de la Vía Extraordinaria Civil
Hipotecaria, que fueron publicados en el Periódico Oficial del Estado el 9 y
30 de Mayo de 1997, se hubiera percatado que la vía intentada era la
correcta, pero como no lo hizo, su criterio es inadmisible, por lo que, al no
existir base jurídica para decretar la improcedencia de la vía, es obvio que la
sentencia impugnada es incongruente y violatoria, en perjuicio de mi
poderdante, de los artículos 14 y 16 de la Constitución General de la
República. De todo lo manifestado, se advierte inconsistencia en la
consideración del Resolutor, porque al desconocer el contenido de los
decretos mencionados y hacer una interpretación errónea a los criterios de
jurisprudencia mencionados, incrementa lo contradictorio del fallo, por
tanto, ese H. Tribunal de Alzada debe llegar a la conclusión de que el
juzgador inferior con su razonamiento violó lo dispuesto por los artículos 14
y 16 constitucionales, por infracción al espíritu de congruencia, precisión,
claridad, determinación y análisis del estado de los autos violando además
los principios de debida fundamentación y motivación que lo obligan al
dictar sentencia, a estudiar el contenido de los hechos demostrados, así
como las actuaciones judiciales practicadas dentro del juicio, así pues, en
atención a los agravios vertidos, y por no existir reenvío, con plenitud de
jurisdicción, esa H. Sala Colegiada deberá revocar la Sentencia combatida,
efectuar un estudio apegado a derecho de la vía y de la acción intentadas y
resolver en sentido de que es procedente condenar a la parte apelada al
cumplimiento y pago de todas y cada una de las prestaciones reclamadas.”.
SEGUNDO.- Los conceptos de agravio expuestos por el apelante, en
relación con las constancias de autos, son substancialmente fundados y
suficientes para revocar el fallo recurrido, por las consideraciones que enseguida
se precisan.
Inicialmente conviene reseñar los antecedentes más relevantes del
caso, dentro de los que destacan los siguientes:
1.- Mediante escrito presentado el 7 siete de agosto de 2007 dos mil
siete, ante la Oficialía de Partes Común a los Juzgados en Ciudad Valles, S.L.P.,
ELIMINADO en su carácter de apoderado general para pleitos y cobranzas del
ELIMINADO, mismo que por razón de turno fue remitido al Juzgado Tercero Mixto
de Primera Instancia en Ciudad Valles, San Luis Potosí, demandó en la Vía
Ordinaria Civil a ELIMINADO, por la satisfacción de las siguientes prestaciones:
“a).- Por la declaración judicial y aceptación incondicional de la
parte demandada de que, por causas imputables a su persona, legalmente
ha operado la rescisión del CONTRATO DE OTORGAMIENTO DE CRÉDITO Y
CONSTITUCIÓN DE GARANTÍA HIPOTECARIA, de fecha ELIMINADO y
consecuentemente se está dando por vencido anticipadamente el plazo
pactado para el pago del mismo, bajo la causal de incumplimiento en las
obligaciones contraídas por la propia parte demandada para con mi
representado, respecto del documento fundatorio.
b).- Por el pago de ELIMINADO veces el salario mínimo vigente
en el Distrito Federal, multiplicado por ELIMINADO salario mínimo mensual
del presente año, que al día ELIMINADO, equivalen a la cantidad de
ELIMINADO, o la que resulte posteriormente, según los aumentos que sufra
el salario mínimo general en el Distrito Federal, por concepto de suerte
principal, derivada del vencimiento anticipado del saldo del crédito a que
hace referencia el Contrato de Otorgamiento de Crédito y Constitución de
Garantía Hipotecaria, celebrado entre mi representado como acreditante y la
parte demandada como acreditada.
c).- Por el pago de la cantidad que resulte por concepto de
intereses ordinarios, a razón del ELIMINADO anual sobre saldos insolutos y
hasta la obtención del pago total reclamado, en términos del contrato
fundatorio de la acción, más los que se sigan generando hasta la solución
del adeudo y que serán calculados, regulados, cuantificados y reclamados
en ejecución de sentencia, atendiendo al salario mínimo general vigente en
el Distrito Federal que haya sido determinado en ese momento por la
Comisión Nacional de Salarios Mínimos.
d).- Por el pago de la cantidad que resulte por concepto de
intereses moratorios, a razón del ELIMINADO anual sobre saldos insolutos
y hasta la obtención del pago total reclamado, en términos del contrato
fundatorio de la acción, más los que se sigan generando hasta la solución
del adeudo y que serán calculados, regulados, cuantificados y reclamados
en ejecución de sentencia, atendiendo al salario mínimo general vigente en
el Distrito Federal que haya sido determinado en ese momento por la
Comisión Nacional de Salarios Mínimos.
e).- Por la aplicación integra de las cantidades que cubrió la
parte demandada, a favor del ELIMINADO, más las que se lleguen a cubrir,
las que serán aplicadas a título de pago por el uso y disfrute de la vivienda
materia del contrato, conforme lo establece el párrafo tercero del artículo 49
de la Ley del Instituto Nacional del Fondo de Vivienda para los Trabajadores.
f).- En el momento procesal oportuno, se haga efectiva la
garantía hipotecaria otorgada por la parte demandada a favor del
ELIMINADO, en términos del contrato exhibido como base de la acción.
g).- Por el pago de los daños y perjuicios que se hayan
ocasionado al bien inmueble motivo del crédito otorgado, los que se serán
determinados,
calculados
y
cuantificados
en
la
etapa
procesal
correspondiente.
h).- Por el pago de las costas y gastos que se generen con la
tramitación del presente juicio.”.
2.- Por auto de 31 treinta y uno de agosto de 2007 dos mil siete, se
admitió a trámite la demanda planteada y se ordenó emplazar a juicio al
demandado para que dentro del término de 9 nueve días, diera contestación a la
misma y opusiera las excepciones y defensas que estimara conducentes;
emplazamiento que tuvo lugar el 28 veintiocho de enero de 2009 dos mil nueve.
3.- Mediante escrito presentado ante el Juzgado del conocimiento, el
11 once de febrero de 2009 dos mil nueve,
el demandado ELIMINADO, dio
contestación a la demanda planteada en su contra; lo que así se acordó de
conformidad en proveído de 18 dieciocho de febrero de 2009 dos mil nueve.
4.- Seguido el procedimiento por sus fases legales, el 21 veintiuno de
noviembre de 2014 dos mil catorce, se dictó sentencia definitiva, en la que se
declaró improcedente la vía ordinaria civil intentada por la parte actora, por lo que
estableció que era innecesario entrar al estudio de la acción y excepciones
opuestas, así como de las pruebas ofertadas por las partes, dejando a salvo los
derechos de la accionante para que los hiciera valer conforme a sus intereses
conviniere; determinación que se sustentó en las consideraciones siguientes:
“TERCERO.- Previamente al estudio de fondo del presente
juicio, el Resolutor estima pertinente estudiar oficiosamente la procedencia
de la vía, por ser un presupuesto procesal de orden público, necesario para
poder entrar al fondo del negocio y emitir una sentencia apegada a derecho,
ya que la vía escogida por la parte actora debe ser procedente, pues de no
serlo, el suscrito Juzgador está impedido para resolver sobre las acciones
planteadas, porque la ley expresamente establece la vía en que los asuntos
deben de tramitarse, dada su naturaleza, sin permitirse a los particulares que
a su arbitrio adopten una diversa. Sirve de apoyo a lo anterior la Tesis: 1ª./J.
25/2005 (Contradicción de tesis 135/2004-PS.), localizable con el número de
registro: 178.665, Materia(s): Común, Novena Época, Instancia: Primera Sala,
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, XXI, Abril de 2005,
página: 576, bajo el título y rubro: “PROCEDENCIA DE LA VÍA. ES UN
PRESUPUESTO PROCESAL QUE DEBE ESTUDIARSE DE OFICIO ANTES DE
RESOLVER EL FONDO DE LA CUESTIÓN PLANTEADA. El derecho a la tutela
jurisdiccional establecido por el artículo 17 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos no es ilimitado, sino que está restringido por
diversas condiciones y plazos utilizados para garantizar la seguridad
jurídica. Así, las leyes procesales determinan cuál es la vía en que debe
intentarse cada acción, por lo cual, la prosecución de un juicio en la forma
establecida por aquéllas tiene el carácter de presupuesto procesal que debe
atenderse previamente a la decisión de fondo, porque el análisis de las
acciones sólo puede llevarse a efecto si el juicio, en la vía escogida por el
actor, es procedente, pues de no serlo, el Juez estaría impedido para
resolver sobre las acciones planteadas. Por ello, el estudio de la procedencia
del juicio, al ser una cuestión de orden público, debe analizarse de oficio
porque la ley expresamente ordena el procedimiento en que deben
tramitarse las diversas controversias, sin permitirse a los particulares
adoptar diversas formas de juicio salvo las excepciones expresamente
señaladas en la ley. En consecuencia, aunque exista un auto que admita la
demanda y la vía propuesta por la parte solicitante, sin que la parte
demandada la hubiere impugnado mediante el recurso correspondiente o a
través
de
una
excepción,
ello
no
implica
que,
por
el
supuesto
consentimiento de los gobernados, la vía establecida por el legislador no
deba tomarse en cuenta. Por tanto, el juzgador estudiará de oficio dicho
presupuesto, porque de otra manera se vulnerarían las garantías de
legalidad y seguridad jurídica establecidas en el artículo 14 constitucional,
de acuerdo con las cuales nadie puede ser privado de la vida, de la libertad o
de sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido
ante los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las
formalidades esenciales del procedimiento. Luego entonces, el juzgador, en
aras de garantizar la seguridad jurídica de las partes en el proceso, debe
asegurarse siempre de que la vía elegida por el solicitante de justicia sea la
procedente, en cualquier momento de la contienda, incluso en el momento
de dictar la sentencia definitiva, por lo que debe realizar de manera oficiosa
el estudio de la procedencia de la vía, aun cuando las partes no la hubieran
impugnado previamente.”.
Para abordar su estudio, se hace necesario transcribir el
contenido de los artículos 481.1 y 481.2 del Código de Procedimientos
Civiles del Estado: ART. 481.1.- “Se tramitará en la vía extraordinaria, todo
juicio hipotecario que tenga por objeto la constitución, ampliación, división,
registro y extinción de una hipoteca, así como su nulidad, cancelación, o
bien, el pago o prelación del crédito que la hipoteca garantice. Para que el
juicio que tenga por objeto el pago o la prelación de un crédito hipotecario
se siga según las reglas especiales del presente Capítulo, y supletoriamente
conforme a las reglas de los juicios extraordinarios, es, es (sic) requisito
indispensable que el crédito conste en escritura pública o escritura privada,
según corresponda en los términos de la legislación común y se encuentre
inscrito en el Registro Público de la Propiedad y del Comercio y que sea
además, de plazo cumplido, o que éste sea exigible en los términos pactados
o bien, conforme a las disposiciones legales aplicables.” ART. 481.2.“Procederá el juicio hipotecario sin necesidad de que el contrato esté
inscrito en el Registro Público de la Propiedad, cuando: I.- El documento
base de la acción tenga carácter de título ejecutivo; II.- El bien se encuentre
inscrito a favor del demandado; y III.- No exista embargo o gravamen en
favor de tercero, inscrito, cuando menos, noventa días anteriores al de la
presentación de la demanda.”
Bajo este marco legal, y con fundamento en lo dispuesto por los
artículos 481.1 y 481.2 del Código de Procedimientos Civiles del Estado, es
dable concluir que, la Vía Ordinaria Civil propuesta por el actor Licenciado
ELIMINADO, en su carácter de Apoderado legal para Pleitos y Cobranzas del
ELIMINADO,
mediante
la
cual
demanda
la
declaración Judicial
de
Vencimiento anticipado del plazo para el pago del Crédito celebrado entre su
representada y el demandado ELIMINADO, resulta improcedente, ello
atendiendo a la naturaleza de la acción, por ser una controversia que debe
de ventilarse y decidirse en la Vía Especial Hipotecaria, máxime que del
contrato de mérito no se advierte que las partes hubiesen pactado en el
mismo un procedimiento convencional.
En corolario a lo anterior, se abunda en el hecho de que, el
estudio de la procedencia de la vía es de orden público, porque la ley
expresamente ordena que determinadas controversias deban tramitarse en
una vía específica y, por regla general, no es válido permitirse a los
particulares adoptar diversa forma de juicio, según su conveniencia, tal y
como lo prevé el numeral 53 del Código Procesal Civil para el Estado: “Para
la tramitación y resolución de los asuntos ante los tribunales ordinarios, se
estará a lo dispuesto por este Código, sin que por convenio de los
interesados puedan renunciarse los recursos ni el derecho de recusación ni
alterarse, modificarse o renunciarse las normas del procedimiento.”
Por otra parte, debe decirse que la garantía de acceso a la
justicia o a la tutela jurisdiccional para los gobernados está contemplada en
el artículo 17 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
segundo párrafo, el cual establece textualmente que: “...Toda persona tiene
derecho a que se le administre justicia por tribunales que estarán expeditos
para impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes, ...”. Esta garantía
a la tutela jurisdiccional consiste, básicamente, en el derecho que los
gobernados tienen para solicitar a determinados órganos legalmente
competentes que ejerzan la función jurisdiccional. La función jurisdiccional
es una potestad atribuida a determinados órganos para dirimir cuestiones
contenciosas entre diversos gobernados pero, al mismo tiempo, es un deber
impuesto a esos órganos, pues los mismos no pueden negarse a administrar
justicia, ni a utilizar los mecanismos jurídicos establecidos por el legislador
para el ejercicio de la función jurisdiccional. Por otro lado, la garantía de la
que se habla no es absoluta ni irrestricta a favor de los gobernados. Esto es
así, porque el Constituyente otorgó a los órganos legislativos secundarios el
poder de establecer los términos y los plazos en los que
la función
jurisdiccional se debe realizar. El propio Constituyente estableció un límite
claramente marcado al utilizar la frase “en los plazos y términos que fijen las
leyes”, misma que no sólo implica las temporalidades en que se debe hacer
la
solicitud
de
jurisdicción,
sino
que
incluye,
además,
todas
las
formalidades, requisitos y mecanismos que el legislador prevea para cada
clase de procedimiento.
La existencia de determinadas formas y de plazos concretos
para acceder a la justicia no tiene su origen en una intención caprichosa del
Constituyente de dotar al legislador ordinario con un poder arbitrario. Por el
contrario, responde a la intención de aquél de facultar a éste para que pueda
establecer mecanismos que garanticen el respecto a las garantías de
seguridad jurídica y dentro de éstas, la de legalidad en los procedimientos.
Esas garantías de seguridad jurídica se manifiestan como la posibilidad de
que los gobernados tengan certeza de que su situación jurídica no será
modificada
más
que
por
procedimientos
regulares,
establecidos
previamente, es decir, bajo los términos y plazos que determinen las leyes,
como lo establece el precitado artículo 17 constitucional. De esta forma, se
dota al legislador ordinario con la facultad de emitir leyes procesales
mediante las cuales se regulen los modos y condiciones para la actuación
de los sujetos de la relación jurídica procesal. Resulta atendible la Tesis:
P./J. 113/2001, sustentada por el Pleno, Novena Época, Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta, Tomo: XIV, septiembre de 2001, página 5, bajo
el siguiente tenor: “JUSTICIA, ACCESO A LA. LA POTESTAD QUE SE
OTORGA AL LEGISLADOR EN EL ARTÍCULO 17 DE LA CONSTITUCIÓN
GENERAL DE LA REPÚBLICA, PARA FIJAR LOS PLAZOS Y TÉRMINOS
CONFORME A LOS CUALES AQUÉLLA SE ADMINISTRARÁ NO ES
ILIMITADA, POR LO QUE LOS PRESUPUESTOS O REQUISITOS LEGALES
QUE SE ESTABLEZCAN PARA OBTENER ANTE UN TRIBUNAL UNA
RESOLUCIÓN SOBRE EL FONDO DE LO PEDIDO DEBEN ENCONTRAR
JUSTIFICACIÓN CONSTITUCIONAL. De la interpretación de lo dispuesto en
el artículo 17, párrafo segundo, de la Constitución General de la República se
advierte que en ese numeral se garantiza a favor de los gobernados el
acceso efectivo a la justicia, derecho fundamental que consiste en la
posibilidad de ser parte dentro de un proceso y a promover la actividad
jurisdiccional que, una vez cumplidos los respectivos requisitos procesales,
permita obtener una decisión en la que se resuelva sobre las pretensiones
deducidas, y si bien en ese precepto se deja a la voluntad del legislador
establecer los plazos y términos conforme a los cuales se administrará la
justicia, debe estimarse que en la regulación respectiva puede limitarse esa
prerrogativa fundamental, con el fin de lograr que las instancias de justicia
constituyan el mecanismo expedito, eficaz y confiable al que los gobernados
acudan para dirimir cualquiera de los conflictos que deriven de las
relaciones jurídicas que entablan, siempre y cuando las condiciones o
presupuestos procesales que se establezcan encuentren sustento en los
diversos principios o derechos consagrados en la propia Constitución
General de la República; por ende, para determinar si en un caso concreto la
condición o presupuesto procesal establecidos por el legislador ordinario se
apegan a lo dispuesto en la Norma Fundamental deberá tomarse en cuenta,
entre otras circunstancias, la naturaleza de la relación jurídica de la que
derivan las prerrogativas cuya tutela se solicita y el contexto constitucional
en el que ésta se da.”
En este contexto, se declara improcedente la Vía Ordinaria Civil
intentada por el Licenciado ELIMINADO, en su carácter de Apoderado legal
para Pleitos y Cobranzas del ELIMINADO, resultando por ende, innecesario
entrar al estudio de la acción y pruebas ofertadas por la actora; así como a
las
excepciones
opuestas
por
el
demandado
ELIMINADO;
consecuentemente, se dejan a salvo los derechos del actor, para que los
haga valer conforme a sus intereses convenga.”.
La anterior determinación constituye la resolución reclamada en el
recurso de apelación que ahora ocupa.
Ahora, el disconforme sostiene esencialmente que la anterior
determinación es incorrecta pues se perdió de vista que el juicio instaurado, tiene
como sustento un contrato celebrado el ELIMINADO, lo que debe ser tomado en
consideración para efectos de establecer la vía correspondiente en términos de lo
dispuesto por el transitorio segundo, relativo a las reformas al Código de
Procedimientos Civiles, publicadas en el Periódico Oficial del Estado, el 9 nueve y
30 treinta de mayo de 1997 mil novecientos noventa y siete, en las que se
adicionó, entre otras cuestiones, el procedimiento para los juicios hipotecarios,
fijándose en el citado transitorio que los créditos con garantía hipotecaria
contraídos antes del inicio de vigencia de dicha reforma, se regirán por las normas
civiles y procesales vigentes al momento de la contratación; y que como
consecuencia de ello, es que si el juicio de mérito se tramitó en la vía ordinaria
civil, la misma es correcta, pues atendiendo a la temporalidad del contrato basal,
no existía un procedimiento especial para ese tipo de asuntos y por ende, se debía
seguir la regla general de que todas aquellas acciones que no se encontraran
reguladas con un trámite especial, debía substanciarse en la vía ordinaria, tal y
como en la especie aconteció.
Las anteriores inconformidades son fundadas; y para evidenciar la
razón
de
ello,
es
menester
destacar
que
mediante
decretó
795
publicado en el Periódico Oficial del Estado el 9 nueve de mayo de 1997 mil
novecientos noventa y siete, se adicionó el Capítulo V, denominado "del juicio
hipotecario" al Título Séptimo del Código de Procedimientos Civiles para el Estado
de San Luis Potosí.
Además, en el transitorio segundo, emitido con motivo del decreto
803 publicado en el Periódico Oficial del Estado el 30 treinta de mayo de 1997 mil
novecientos noventa y siete, se determinaron las reglas de temporalidad y
aplicación de la adición detallada en el párrafo que antecede, en los términos
literales siguientes:
“SEGUNDO.- Todos los créditos con garantía hipotecaria
contraídos antes del inicio de vigencia de las adiciones contenidas en el
Decreto 795 de la LIV Legislatura, relativas al Código Civil y Código de
Procedimientos Civiles para el Estado, así como de las presentes
modificaciones, reformas y adiciones, se regirán por las normas civiles y
procesales vigentes al momento de la contratación.
Lo dispuesto en el párrafo anterior, también se observará
tratándose de las reestructuraciones, renegociaciones o nuevos convenios
de deuda o créditos, cualquiera que sea la forma que adopten para tal efecto,
que se efectúen con posterioridad al inicio de vigencia de estas reformas,
modificaciones y adiciones, y que tengan como causa o antecedente, un
crédito hipotecario contraído con anterioridad a la vigencia de las mismas,
en cuyos casos se aplicará la legislación civil y procesal vigentes antes de
las reformas.”.
Del anterior transitorio se colige que el propósito del legislador fue el
exceptuar de la aplicación del procedimiento establecido para los juicios
hipotecarios, a todos aquellos créditos con garantía hipotecaria contraídos antes
del inicio de vigencia de las adiciones, para proteger la seguridad jurídica de un
determinado sector de la población entendiéndose a aquellas personas que hayan
contratado, novado o reestructurado créditos con anterioridad a la entrada en vigor
de las adiciones mencionadas, ello de conformidad con lo dispuesto por el artículo
14 Constitucional que establece, en la parte que aquí interesa, que en los juicios
del orden civil, las sentencias definitivas deberán ser conforme a la letra de la ley o
a la interpretación, lo que lleva a que para efectos de poder establecer la vía en
que deba substanciarse un asunto basado en un contrato de crédito con garantía
hipotecaria, deba atenderse a lo dispuesto en el artículo segundo transitorio del
Decreto en comento, que es claro en exceptuar la aplicación de las mencionadas
adiciones, a los créditos hipotecarios contratados con anterioridad a la entrada en
vigor de esa reforma.
Luego, si en el caso concreto, la parte actora, ejercitó la acción de
vencimiento anticipado, con sustento en un contrato de otorgamiento de crédito y
constitución de garantía hipotecaria, celebrado el ELIMINADO, es decir, anterior a
las reformas por las cuales se incorporó al Código de Procedimientos Civiles, el
procedimiento correspondiente para los juicios hipotecarios, entonces, es
inconcuso que para la substanciación del procedimiento, debía atenderse a las
normas civiles y procesales vigentes al momento de la contratación, las cuales no
regulaban un procedimiento especial para los juicios hipotecarios, pues fue a
virtud del decreto 795 antes mencionado, que se incorporó a tal legislación, dicho
procedimiento especial; por lo que acorde a lo dispuesto por el artículo 252 del
Código Adjetivo Civil, que establece: “Todas las contiendas entre partes que no
tengan señalada en este Código tramitación especial, se ventilarán en juicio
ordinario.”, es que conforme a la legislación vigente a la fecha de la celebración
del contrato basal, no existía un trámite especial para substanciarse el vencimiento
anticipado, fundado en un contrato de crédito con garantía hipotecaria, por lo que
la demanda de mérito, debe substanciarse en juicio ordinario, tal y como en la
especie aconteció; de lo que resulta lo inexacto de lo determinado en el fallo
recurrido, poniéndose en evidencia lo fundado de los motivos de disenso
expuestos por el disconforme.
En esa tesitura, ante lo fundado de los conceptos de agravio y ante la
inexistencia de reenvío en nuestro sistema jurisdiccional, este Tribunal de Alzada,
asume las facultades del Inferior para el efecto de establecer que, conforme a lo
anteriormente expuesto, la vía en que se substanció el procedimiento, fue la
correcta; en consecuencia, lo conducente es analizar la procedencia o no de la
acción intentada, lo que se hace enseguida.
Previamente al estudio de fondo, debe analizarse oficiosamente si en
la especie se encuentran dadas las condiciones de la acción, independientemente
de que haya o no manifestación al respecto por la parte demanda, porque se trata
de una cuestión de orden público y estudio preferente al de los elementos de la
acción, el cumplimiento de los requisitos que establece la ley para hacer
procedente una acción, a efecto de saber si la parte actora se encuentra o no en
aptitud de instaurar la demanda en contra de la parte demandada ELIMINADO,
pues de no colmarse las condiciones necesarias para el ejercicio de la acción,
resultaría innecesario abordar el estudio de la misma.
Sirve de apoyo a lo anterior, la Jurisprudencia sustentada por el
Tercer Tribunal Colegiado en materia Civil del Sexto Circuito, visible en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XII, Septiembre de 2000,
Novena Época, que es del tenor siguiente:
“ACCIÓN.
LAS
CONDICIONES
ESPECIALES
PARA
SU
PROCEDENCIA, DEBEN SER ANALIZADAS DE OFICIO POR EL JUZGADOR
EN LA SENTENCIA DEFINITIVA (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE PUEBLA).Es verdad que el artículo 174 del Código de Procedimientos Civiles para el
Estado, establece determinados requisitos formales que deben cumplirse
cuando se ejercita una acción, independientemente de cuál sea ésta (dicho
precepto legal estatuye: "Al ejercitarse una acción, se determinará con
claridad la prestación que se exige, el título o causa de la acción y la
disposición legal aplicable."). El cumplimiento de tales condiciones, debe ser
analizado por el juzgador a fin de determinar la admisión o desechamiento
de una demanda. Sin embargo, los citados requisitos formales no son los
únicos que deben ser analizados oficiosamente por el juzgador para
determinar la procedencia de la acción, pues al momento de fallar, los
órganos jurisdiccionales comunes pueden estimar, aun de oficio, tanto los
presupuestos procesales como las condiciones necesarias para el ejercicio
de la acción. Ahora bien, independientemente de las condiciones que deben
satisfacerse para el ejercicio de cualquier acción civil, la ley de la materia
establece también condiciones para la procedencia de las acciones en
particular; estas condiciones especiales deben ser estimadas de oficio por el
juzgador, en los términos del artículo 456 del Código de Procedimientos
Civiles para el Estado de Puebla, en relación con la jurisprudencia número 3,
visible a foja 11, de la Cuarta Parte, Tercera Sala, del último Apéndice al
Semanario Judicial de la Federación, con el rubro: "ACCIÓN. ESTUDIO
OFICIOSO DE SU IMPROCEDENCIA.", pues es obvio que para declarar
probada una acción, deben analizarse, tanto las condiciones generales y
especiales para su ejercicio, como sus elementos constitutivos.”.
En el caso concreto, la Institución actora, demandó de ELIMINADO,
el vencimiento anticipado por falta de pago del contrato de crédito con garantía
hipotecaria, celebrado entre ellos el
ELIMINADO; fundando su acción
esencialmente en lo pactado en dicho contrato de otorgamiento de crédito y
constitución de garantía hipotecaria, en las estipulaciones precisadas en la
ELIMINADO, así como en la ELIMINADO; pues afirmó en los hechos expuestos
en su demanda, que el demandado incumplió con los pagos convenidos, no
obstante las diversas gestiones extrajudiciales que en lo particular se realizaron al
demandado.
Ahora bien, se advierte que la accionante, exhibió anexo a su
demanda, copia certificada del contrato de otorgamiento de crédito y constitución
de garantía hipotecaria, celebrado por
ELIMINADO, con el
ELIMINADO,
documental que en términos de lo dispuesto por el artículo 388 del Código de
Procedimientos Civiles, tiene valor pleno, documento del que es menester
destacar literalmente los términos en que fue expresada la voluntad de los
contratantes, siendo lo siguiente:
“...SEGUNDA.- EL PLAZO.- EL PLAZO (sic) PARA CUBRIR EL
CRÉDITO A QUE SE REFIERE LA CLÁUSULA PRIMERA QUE ANTECEDE, SE
CONTARÁ A PARTIR DEL BIMESTRE SIGUIENTE A AQUÉL EN QUE EL
PATRÓN HAYA RECIBIDO EL AVISO DE RETENCIÓN RESPECTIVA.- SI
TRANSCURRIDO UN PLAZO NO MAYOR DE TREINTA AÑOS DE PAGOS
EFECTIVOS,
O
BIEN
TRESCIENTOS
SESENTA
PAGOS
PARA
LA
AMORTIZACIÓN DEL CRÉDITO OTORGADO, EXISTIERE TODAVÍA ALGÚN
SALDO INSOLUTO A CARGO DEL TRABAJADOR, Y SIEMPRE Y CUANDO
ÉSTE SE ENCUENTRE AL CORRIENTE DE LAS AMORTIZACIONES, EL
INFONAVIT LIBERARA AL TRABAJADOR DEL PAGO DE DICHO SALDO,
CANCELANDO EN CONSECUENCIA LOS GRAVÁMENES QUE SE TENGAN
CONSTITUIDOS SOBRE LA VIVIENDA OBJETO DEL CRÉDITO.
TERCERA:- AMORTIZACIÓN.- EL TRABAJADOR SE OBLIGA EN
ESTE ACTO AMORTIZAR EL MONTO DEL CRÉDITO A QUE SE REFIERE LA
CLÁUSULA PRIMERA QUE
ANTECEDE,
DE
CONFORMIDAD
A LAS
SIGUIENTES:
ESTIPULACIONES.
1.-
EN
CUMPLIMIENTO
A
LO
ESTABLECIDO
POR
LOS
ARTÍCULOS NOVENTA Y SIETE FRACCIÓN TERCERA Y CIENTO DIEZ DE LA
LEY FEDERAL DEL TRABAJO, EL TRABAJADOR ACEPTA Y AUTORIZA
EXPRESAMENTE A SU PATRÓN PARA QUE A PARTIR DEL BIMESTRE
SIGUIENTE AL QUE RECIBA EL AVISO PARA RETENCIÓN DE DESCUENTOS
QUE GIRE EL INFONAVIT, EMPIECE A REALIZAR LOS DESCUENTOS DE SU
SALARIO INTEGRADO EN FORMA SEMANAL, QUINCENAL O SEGÚN LA
PERIODICIDAD CON QUE SE PAGUE EL SALARIO, PARA CUBRIR LOS
SALARIOS CORRESPONDIENTES A LA AMORTIZACIÓN DEL CRÉDITO
OTORGADO.
EL MONTO POR AMORTIZAR DEL CRÉDITO OTORGADO SE IRÁ
REDUCIENDO EN LA MEDIDA DE LOS PAGOS QUE SE VAYAN RECIBIENDO
Y QUE EL INFONAVIT TRADUCIRÁ A MÚLTIPLOS DEL SALARIO MÍNIMO
MENSUAL”, TOMANDO COMO BASE EL MONTO DEL SALARIO MÍNIMO
GENERAL DIARIO DEL DISTRITO FEDERAL, VIGENTE DURANTE EL
PERIODO AL QUE CORRESPONDA LA AMORTIZACIÓN.
2.- EL TRABAJADOR SE OBLIGA A AMORTIZAR EL CRÉDITO
QUE SE LE HA CONCEDIDO, MEDIANTE LOS DESCUENTOS QUE SU
PATRÓN HABRÁ DE EFECTUAR A SU SALARIO, MISMOS QUE SERÁN
CALCULADOS A RAZÓN DEL VEINTE POR CIENTO DEL SALARIO
INTEGRADO QUE PERCIBA....
5.- SI EL TRABAJADOR DEJA DE CUBRIR, POR CAUSAS
IMPUTABLES A ÉL, ALGÚN PAGO PARA LA AMORTIZACIÓN DE SU
CRÉDITO HECHA LA SALVEDAD DE LA PRÓRROGA A QUE SE REFIERE LA
CLÁUSULA QUINTA DE ESTE CAPÍTULO, EL INFONAVIT LO REQUERIRÁ Y
EL TRABAJADOR SE OBLIGA A PAGARLE LAS AMORTIZACIONES OMISAS,
MÁS LOS AJUSTES POR AUMENTOS A LOS SALARIOS (ILEGIBLE) E
INTERESES
DE
LOS
SALDOS
AJUSTADOS
A
QUE
ALUDE
LA
ESTIPULACIÓN ANTERIOR, MÁS UN INTERÉS MORATORIO DEL NUEVE
POR CIENTO ANUAL, MIENTRAS SUBSISTA EL INCUMPLIMIENTO.
6.- ASIMISMO, EL TRABAJADOR ACEPTA QUE SU PATRÓN
DESCUENTE DE SU SALARIO INTEGRADO EL UNO POR CIENTO QUE POR
CONCEPTO
DE
CUOTA
DE
ADMINISTRACIÓN,
OPERACIÓN
Y
MANTENIMIENTO DEL CONJUNTO HABITACIONAL DEL CUAL FORMA
PARTE LA VIVIENDA QUE POR ESTE ACTO SE TRANSMITE, HABRÁ DE
CUBRIR
EL
TRABAJADOR,
EN
NINGÚN
CASO,
EL
IMPORTE
DEL
DESCUENTO DESTINADO AL PAGO DE CUOTAS PARA ADMINISTRACIÓN,
OPERACIÓN Y MANTENIMIENTO DEL CONJUNTO HABITACIONAL PODRÁ
SER INFERIOR AL UNO POR CIENTO DEL SALARIO MÍNIMO GENERAL DEL
ÁREA GEOGRÁFICA RESPECTIVA.
7.- SI EL TRABAJADOR DEJA DE PERCIBIR SU SALARIO POR
CUALQUIER CAUSA, SALVO LA PREVISTA EN LOS ARTÍCULOS CUARENTA
Y UNO Y CINCUENTA Y UNO DE LA LEY DEL INFONAVIT TENDRÁ LA
OBLIGACIÓN DE SEGUIR AMORTIZANDO EL CRÉDITO QUE LE HA SIDO
OTORGADO EN LOS TÉRMINOS DEL REGLAMENTO QUE EXPIDA EL H.
CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN PARA EL RÉGIMEN ESPECIAL DE
AMORTIZACIÓN....
QUINTA.- PRÓRROGA.- CUANDO EL TRABAJADOR DEJE DE
PRESTAR SUS SERVICIOS A UN PATRÓN, INDEPENDIENTEMENTE DE QUE
EXISTA LITIGIO EN TRÁMITE SOBRE LA SUBSISTENCIA DE LA RELACIÓN
DE TRABAJO, EL INFONAVIT A PETICIÓN EXPRESA DEL TRABAJADOR, LE
OTORGARÁ A PARTIR DE ESA FECHA UNA PRÓRROGA SIN CAUSA DE
INTERESES EN LOS PAGOS DE AMORTIZACIÓN QUE TIENE QUE CUBRIR
POR CONCEPTO DE CAPITAL E INTERESES, PARA TAL EFECTO, EL
TRABAJADOR ACREDITADO DEBERÁ DAR AVISO POR ESCRITO AL
INSTITUTO DENTRO DEL MES SIGUIENTE A LA FECHA EN QUE DEJE DE
PRESTAR SUS SERVICIOS, ACOMPAÑANDO A LA SOLICITUD COPIA DEL
“AVISO DE BAJA DEL TRABAJADOR” Y COPIA DE LA BAJA DEL SEGURO
SOCIAL O CUALQUIER OTRO DOCUMENTO QUE ACREDITE LO ANTERIOR.DICHA PRÓRROGA TENDRÁ UN PLAZO DE DOCE MESES Y TERMINARÁ
ANTICIPADAMENTE CUANDO EL TRABAJADOR VUELVA A ESTAR SUJETO
A UNA RELACIÓN DE TRABAJO, DE CONFORMIDAD CON LO DISPUESTO
POR EL ARTÍCULO CINCUENTA Y UNO DE LA LEY DEL INFONAVIT...
OCTAVA.- CAUSALES DE RESCISIÓN.- EL INFONAVIT SIN
NECESIDAD DE DECLARACIÓN JUDICIAL, DARÁ POR RESCINDIDOS LOS
CONTRATOS DE COMPRAVENTA DEL INMUEBLE OBJETO DEL PRESENTE
Y DE OTORGAMIENTO DE CRÉDITO, QUE CONCEDE AL TRABAJADOR EN
ESTE ACTO. SI EL TRABAJADOR INCURRE EN CUALESQUIERA DE LAS
CAUSALES QUE MÁS ADELANTE SE ENUMERAN, POR LO QUE EL
TRABAJADOR O QUIEN HABITE LA VIVIENDA DEBERÁ DESOCUPARLA Y
ENTREGARLA AL INFONAVIT EN UN TÉRMINO MÁXIMO DE CUARENTA Y
CINCO DÍAS NATURALES CONTADOS A PARTIR DE LA FECHA EN QUE
RECIBA POR PARTE DEL INFONAVIT EL AVISO RESPECTIVO.
ASIMISMO Y CON FUNDAMENTO EN EL ARTÍCULO CUARENTA
Y NUEVE DE LA LEY DEL INFONAVIT, EL TRABAJADOR SE HACE
SABEDOR Y EXTIENDE EN ESTE ACTO SU CONFORMIDAD PARA QUE EN
CASO DE QUE OPERE LA RESCISIÓN POR HABER INCURRIDO EN ALGUNA
DE LAS CAUSALES PREVISTAS EN LA PRESENTE ESTIPULACIÓN, LAS
CANTIDADES QUE HUBIERE CUBIERTO ASÍ COMO LAS QUE EN SU CASO
ADEUDARE
POR
CONCEPTO
DE
AMORTIZACIÓN
DEL
CRÉDITO
OTORGADO HASTA LA FECHA EN QUE DESOCUPE LA VIVIENDA
INCLUSIVE, SE APLICARÁN INTEGRAMENTE A FAVOR DEL INFONAVIT Y
TÍTULO DE PAGO POR EL USO Y DISFRUTE DE LA VIVIENDA OBJETO DEL
PRESENTE, DE LA MISMA MANERA TODAS LAS MEJORAS Y ACCESIONES
QUE SE HUBIESEN REALIZADO EN EL INMUEBLE MATERIA DE ESTA
OPERACIÓN QUEDARÁN A BENEFICIO DEL INFONAVIT POR EL MISMO
CONCEPTO.- SON CAUSAS DE CANCELACIÓN DEL CRÉDITO, ASÍ COMO
DE RESCISIÓN DE LOS CONTRATOS RESPECTIVOS SIN NECESIDAD DE
DECLARACIÓN JUDICIAL LAS SIGUIENTES:
1.- SI EL TRABAJADOR DEJARE DE CUBRIR POR CAUSAS
IMPUTABLES
A
ÉL
DOS
PAGOS
CONSECUTIVOS
O
TRES
NO
CONSECUTIVOS EN EL CURSO DE UN AÑO, DE LAS CUOTAS DE
AMORTIZACIÓN AL CRÉDITO, O LOS PAGOS CORRESPONDIENTES AL
UNO
POR
CIENTO
ADMINISTRACIÓN,
DE
SU
SALARIO
PARA
LOS
GASTOS
DE
OPERACIÓN Y MANTENIMIENTO DEL CONJUNTO
HABITACIONAL.
SALVO EN LOS CASOS DE LAS PRÓRROGAS A QUE SE
REFIERE LA CLÁUSULA QUINTA DE ESTE CAPÍTULO.- SIN PERJUICIO DE
LO ANTERIOR, EL INFONAVIT REQUERIRÁ AL TRABAJADOR EL PAGO DE
LAS AMORTIZACIONES OMISAS MÁS INTERESES MORATORIOS EN LOS
TÉRMINOS QUE HAN QUEDADO PRECISADOS EN LAS ESTIPULACIONES
NÚMERO CUATRO Y CINCO DE LA CLÁUSULA TERCERA DE ESTE
CAPÍTULO.
2).- SI EL TRABAJADOR NO HABITA, ENAJENA, GRAVA,
ARRIENDA O POR CUALQUIER OTRO TÍTULO TRANSMITE EL USO O
ALGÚN OTRO DERECHO REAL SOBRE EL INMUEBLE OBJETO DEL
PRESENTE CONTRATO.
3).-
SI
SUSTANCIALMENTE
EL
LA
TRABAJADOR
CONSTRUCCIÓN
ALTERA
SIN
EL
O
MODIFICA
CONSENTIMIENTO
EXPRESO DEL INFONAVIT DADO POR ESCRITO, O CONSTRUYE O CERCA
LOS BIENES COMUNES PARA SU EXCLUSIVO PROVECHO, O DESTINA LA
VIVIENDA TOTAL O PARCIALMENTE
A UN FIN DISTINTO AL DE
HABITACIÓN FAMILIAR.
4).- SI EL TRABAJADOR NO DA AVISO POR ESCRITO AL
INFONAVIT, EN EL CASO DE QUE CAMBIE DE PATRÓN O DEJE DE
PERCIBIR SU SALARIO POR CUALQUIER CAUSA, DENTRO DE LOS QUINCE
DÍAS SIGUIENTES A AQUÉL EN QUE SE DÉ EL HECHO.
5).- SI DURANTE LA VIGENCIA DE ESTE CONTRATO APARECE
QUE
EL
TRABAJADOR
PROPORCIONÓ
DATOS
FALSOS
PARA LA
OBTENCIÓN DEL CRÉDITO QUE SE FORMALIZA EN EL PRESENTE.
6).- SI EL TRABAJADOR NO PAGARE POR DOS SEMESTRES
CONSECUTIVOS EL IMPUESTO PREDIAL O LOS DERECHOS POR SERVICIO
DE AGUA DE LA VIVIENDA MATERIA DE ESTA OPERACIÓN O NO PAGARE
CUALQUIER
OTRO
ADEUDO
FISCAL
A
CARGO
DEL
INMUEBLE,
OBLIGÁNDOSE A EXHIBIR LOS COMPROBANTES DE PAGO CUANDO SE
LOS REQUIERA EL INFONAVIT.
7).-
SI
EL
TRABAJADOR
INCUMPLE
OTRA
DE
LAS
OBLIGACIONES QUE CONTRAE EN ESTE ACTO Y QUE SE CONTIENE EN EL
PRESENTE INSTRUMENTO, ASÍ COMO CUALQUIER CAUSA SEÑALADA EN
LA LEY Y REGLAMENTOS DEL INFONAVIT. ...”.
De lo anterior se advierte, que fue voluntad de los contratantes
establecer dos supuestos para que la parte demandada cumpliera con su
obligación de pago.
En el primero, los pagos se realizarían mediante la aceptación y
autorización expresa a su patrón, por parte del trabajador para que a partir del
bimestre siguiente al que recibiera el aviso para retención de descuentos que gire
el INFONAVIT, empezara a realizar los descuentos de su salario integrado.
En el segundo, se convino que si el trabajador dejaba de percibir su
salario por cualquier causa, salvo lo previsto en los artículos 41 y 51 de la Ley del
Infonavit, tendría la obligación de seguir amortizando el crédito.
Además, que en este último caso se previó que la parte demandada
podría ejercer una prórroga para el pago de las amortizaciones mensuales que no
podría ser mayor de ELIMINADO meses y que ésta concluiría en el momento
mismo en que fuera nuevamente sujeto de una nueva relación laboral.
También pactaron las partes, la facultad del accionante de dar por
vencido anticipadamente el plazo para el pago de crédito otorgado, sin necesidad
de declaración judicial, si la parte demandada, dejara de cubrir por causas
imputables a ella, dos pagos consecutivos o tres no consecutivos en el curso de
un año de las cuotas de amortizaciones de crédito y que sin perjuicio de lo antes
estipulado, el INFONAVIT podrá requerir al trabajador el pago de las
amortizaciones omisas, más intereses moratorios.
Es conveniente destacar la Jurisprudencia 1a./J. 64/2013 (10a.)
sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
localizable en la página 433 del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Libro XXIII, Agosto de 2013, Tomo 1, Décima Época, que es del tenor siguiente:
“CONTRATO DE MUTUO CON INTERÉS CELEBRADO ENTRE UN
TRABAJADOR Y EL INSTITUTO DEL FONDO NACIONAL DE LA VIVIENDA
PARA LOS TRABAJADORES. EL PAGO DE LAS AMORTIZACIONES DEBE
REQUERIRSE EN EL DOMICILIO DEL DEUDOR ANTES DE QUE PUEDA
CONSIDERARSE QUE INCURRIÓ EN MORA (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE
MÉXICO ABROGADA).- Si al celebrarse un contrato de mutuo con interés se
establece una mecánica de pago, de acuerdo con la cual el patrón asume la
obligación de realizar descuentos directos al salario del trabajador
acreditado, para enterarlos mensualmente al Instituto del Fondo Nacional de
la Vivienda para los Trabajadores, pero no se establece un lugar en el que el
acreditado pueda cumplir con su obligación cuando por alguna razón
(diversa a la prórroga) dicha mecánica no se realiza, cobra aplicación la regla
general contenida en el artículo 1911 del Código Civil del Estado de México,
abrogado mediante decreto publicado en la Gaceta del Gobierno de la
entidad el 7 de junio de 2002, y conforme a la cual el pago debe hacerse en el
domicilio del deudor, lo que implica que el instituto acreedor debe
constituirse en el domicilio del trabajador, a efecto de obtener el pago; por
tal motivo, no puede tener aplicación la mora solvendi ex re, también
conocida como mora automática, porque en todo caso, la que puede
actualizarse es la mora solvendi ex personae, para lo cual es preciso que el
acreditado incumpla con su obligación de pago a pesar de haber sido
requerido por el acreedor. Así, aunque la regla general mencionada admite
como salvedades que las partes hayan convenido otra cosa, que lo contrario
se desprenda de las circunstancias, de la naturaleza de la obligación o de la
ley, éstas no tienen aplicación, pues aunque las partes hayan pactado una
mecánica de pago, si en ella no se prevé un domicilio específico en el que el
acreditado
pueda
cumplir
con
su
obligación
cuando
por
alguna
circunstancia esa mecánica no tenga operatividad, no puede considerarse
que para ese supuesto específico las partes hayan convenido otra cosa; por
otro lado, en atención a lo establecido en el texto de la ley, se tendría que
concluir que cobra aplicación la regla general citada, pues al tratarse de un
contrato de mutuo con interés, en donde lo prestado consiste en dinero, su
restitución ante la falta de un lugar específico para tal efecto, de acuerdo con
en el numeral 2241, fracción II, del propio ordenamiento abrogado, debe
realizarse en el domicilio del deudor; y, finalmente, tampoco cobra
aplicación la salvedad relacionada con las circunstancias y la naturaleza de
la obligación, porque teniendo en cuenta que el contrato de referencia
permite concretar una prestación de carácter laboral a la par de que cumple
con una función de tipo social, en tanto que a través de él, el trabajador
accede a un crédito barato y suficiente para que él y su familia puedan gozar
de una vivienda digna y decorosa, a efecto de que dichos derechos
reconocidos a nivel constitucional e internacional no resulten lesionados,
deben tenerse en cuenta las circunstancias que de facto pueden dar lugar a
que el instituto considere que el trabajador ha incumplido con su obligación
de pago, pues de no hacerlo se incurriría en el error de no considerar la
existencia de casos en los que el patrón es quien incumple con la obligación
de realizar los descuentos o que aun habiéndolos realizado, no los reporte al
instituto y, en consecuencia, ignorante de esa situación, el trabajador
tampoco cubra los pagos directamente, por lo que ante la posibilidad de que
ello ocurra, es preciso que el instituto requiera de pago al deudor en su
domicilio, no sólo por la ausencia de un lugar específico para realizarlo, sino
porque, además, de ser el caso que el patrón sea quien haya incumplido la
obligación que para él derivase de la celebración del contrato, debe darse la
oportunidad de que el trabajador, sin necesidad de entablar una controversia
en su contra, pueda demostrar que ha cumplido con su obligación de pago.”.
Jurisprudencia la anterior, que nació de la ejecutoria emitida por la
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que es del tenor
siguiente:
“SEXTO. Determinación del criterio a prevalecer. Para resolver la
presente contradicción, esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación estima que en primer lugar se debe tener presente la naturaleza y
la función que desempeña el contrato de crédito que para la adquisición de
una vivienda se celebra entre un trabajador y el Instituto del Fondo Nacional
de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit); después se debe analizar en
qué consiste la mora (en especial la conocida como solvendi o debitoris) y la
manera en que ésta opera en el abrogado Código Civil para el Estado de
México,(2) pues ello es relevante, a fin de determinar el criterio que debe
prevalecer con carácter de jurisprudencia.
Por tal motivo, a fin de abordar cada uno de esos temas, el presente
estudio se dividirá en cuatro apartados:
I. Naturaleza y función del contrato de crédito que para la
adquisición de una vivienda se celebra entre un trabajador y el Instituto del
Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit)
Para entender la naturaleza y la función que desempeña el
contrato citado, se debe tener presente que si bien el derecho a tener una
vivienda digna y decorosa, corresponde en principio a todo ser humano en
lo individual, como garantía de su dignidad existencial, no se puede
desconocer que la vivienda también es una necesidad familiar básica, que
emerge como una de las necesidades más sentidas y apremiantes de la
población, pues además de brindar seguridad al núcleo familiar, su
satisfacción se encuentra vinculada a la manera, grado y calidad en que se
pueden satisfacer otras necesidades que tienen trascendencia en el orden
familiar, como son la alimentación, la salud y la educación.
Así, aunque el derecho a la vivienda se reconoce en principio
como una condición inherente a la dignidad del ser humano, también
representa una condición social que incide directamente en el nivel y calidad
de vida de la sociedad, pues su carencia se traduce en una problemática de
carácter social por las insatisfacciones que provoca y las frustraciones que
genera.
Por ello, como la vivienda es un elemento que resulta
indispensable no sólo para la dignidad existencial del ser humano, sino
también para el bienestar familiar y la paz social, a través de la reforma
constitucional publicada el 7 de febrero de 1983, en el Diario Oficial de la
Federación, el Estado Mexicano, en el artículo 4o. constitucional reconoció
como un derecho de carácter social, que: "Toda familia tiene derecho a
disfrutar de vivienda digna y decorosa."
Ese derecho también se encuentra reconocido en los dos
ámbitos mencionados, es decir, tanto en lo individual como en lo familiar, en
el artículo 11, apartado 1, del Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, pues al respecto establece lo siguiente:
"Artículo 11. 1. Los Estados partes en el presente pacto
reconocen el derecho a toda persona a un nivel de vida adecuado para sí y
su familia, incluso alimentación, vestido y vivienda adecuada, y a una mejora
continua en las condiciones de existencia. Los Estados partes tomarán
medidas apropiadas para asegurar la efectividad de este derecho,
reconociendo al efecto, la importancia esencial de la cooperación (sic)
fundada en el libre consentimiento."
No obstante, cabe señalar que la preocupación por la vivienda
de las familias mexicanas, tiene antecedentes más remotos, pues en algunos
documentos programáticos del Partido Liberal Mexicano de 1906, ya se
postulaba cubrir la necesidad de las familias asalariadas de contar con una
vivienda satisfactoria.
Lo anterior se vio reflejado en los debates de la Constitución de
1917, en donde prevaleció la idea de reconocer como una obligación de
carácter social, el generar las condiciones que permitieran dotar de
habitación digna a las clases trabajadoras.
Es por ello que en la fracción XII del artículo 123 constitucional,
se impuso como obligación a los empresarios agrícolas, industriales o de
cualquier índole de trabajo, el proporcionar a los trabajadores habitaciones
cómodas e higiénicas; sin embargo, teniendo en cuenta que la vivienda es
un elemento que requiere la intervención del Estado en su papel regulador y
que se debe generar una conciencia colectiva de que la familia mexicana,
por su significado en términos de bienestar, salud, productividad y como
factor real de progreso debe contar con habitación digna, en el año de 1971
se reformó dicha fracción, sustituyendo la obligación que el patrón tenía en
forma individual, para establecer un mecanismo a través de aportaciones
que las empresas deben hacer a un fondo nacional de vivienda, a fin de
constituir depósitos en favor de los trabajadores y armar un sistema de
financiamiento que les permita acceder a un crédito barato y suficiente para
adquirir en propiedad tales habitaciones.(3)
Así, a raíz de esa reforma publicada el 14 de febrero de 1972 en
el Diario Oficial de la Federación, la fracción XII del apartado A del artículo
123 constitucional, en sus dos primeros párrafos, dispone lo siguiente:
"XII. Toda empresa agrícola, industrial, minera o de cualquier
otra clase de trabajo, está obligada, según lo determinen las leyes
reglamentarias, a proporcionar a los trabajadores habitaciones cómodas e
higiénicas. Esta obligación se cumplirá mediante aportaciones que las
empresas hagan a un fondo nacional de la vivienda a fin de constituir
depósitos a favor de sus trabajadores y establecer un sistema de
financiamiento que permita otorgar a éstos un crédito barato y suficiente
para que adquieran en propiedad tales habitaciones.
"Se considera de utilidad social la expedición de una ley para la
creación de un organismo integrado por representantes del Gobierno
Federal, de los trabajadores y de los patrones, que administre los recursos
del fondo nacional de la vivienda. Dicha ley regulará las formas y
procedimientos conforme a los cuales los trabajadores podrán adquirir en
propiedad las habitaciones antes mencionadas."
Para dar cumplimiento a esa disposición constitucional de
carácter social, que a la vez se traduce en una prestación de carácter laboral,
surgió el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores.
En efecto, de acuerdo con lo dispuesto en los artículos 2o. y 3o.
de la Ley del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los
Trabajadores,(4) 137 y 138 de la Ley Federal del Trabajo,(5) dicho instituto se
crea como un organismo de servicio social que entre otras cosas tiene por
objeto, administrar los recursos del Fondo Nacional de la Vivienda,
establecer y operar un sistema de financiamiento que permita a los
trabajadores adquirir en propiedad habitaciones cómodas e higiénicas,
construir, reparar, ampliar o mejorar sus habitaciones y el pago de pasivos
contraídos por los conceptos anteriores.
Ahora bien, como en los recursos de ese fondo resultan de vital
importancia las aportaciones que las empresas realizan en favor de sus
trabajadores, el artículo 29 de la Ley del Instituto del Fondo Nacional de la
Vivienda para los Trabajadores,(6) impone diversas obligaciones a los
patrones, entre ellas las siguientes:
• Proceder a inscribirse e inscribir a sus trabajadores en el
instituto;
• Determinar el monto de las aportaciones del 5% sobre el
salario de los trabajadores a su servicio; y mientras exista la relación laboral
y hasta que exista un aviso de baja, efectuar el pago en las entidades
receptoras que actúen por cuenta y orden del instituto, para su abono en la
subcuenta de vivienda de las cuentas individuales de los trabajadores;
• Hacer descuentos a los trabajadores en sus salarios, conforme
a lo previsto en los artículos 97 y 110 de la Ley Federal del Trabajo, y enterar
dichos descuentos a las entidades receptoras que actúen por cuenta y orden
del instituto, a efecto de que éstos se destinen al pago de abonos para cubrir
préstamos otorgados por el instituto;
• Proporcionar al instituto los elementos necesarios para
precisar la existencia, naturaleza y cuantía de las obligaciones a su cargo;
• Atender a los requerimientos de pago e información que
formule el instituto, etcétera.
Obligaciones que en caso de ser incumplidas, pueden dar lugar
a diversas sanciones a cargo del patrón, impuestas por la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público y el propio instituto,(7) que además pueden
generar en los trabajadores el derecho a ejercitar las acciones que se
deriven de ese incumplimiento.(8)
Así, como ya se anticipó, la función social que desempeña el
Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores, cuando
les otorga créditos para la adquisición de una vivienda, también se traduce
en una prestación de carácter laboral.
Ello es así, pues cuando los trabajadores celebran un contrato
de crédito con el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los
Trabajadores, éstos no sólo tienen derecho a elegir la vivienda nueva o
usada a la que se debe aplicar el importe del crédito que reciban con cargo
al Fondo Nacional de la Vivienda, misma que podrá o no ser parte de
conjuntos habitacionales financiados con recursos de dicho fondo; además
el monto de las aportaciones patronales que hasta entonces se hayan
efectuado a su favor y que constituyen el saldo de la subcuenta de vivienda
individual, debe ser aplicado como pago inicial del crédito, y durante la
vigencia de éste, las aportaciones patronales a su favor se deben utilizar
para reducir el saldo insoluto del crédito, el cual, por regla general, no podrá
tener una duración mayor a treinta años, pues transcurrido ese plazo, el
instituto deberá liberar al trabajador del saldo pendiente.
Luego, si bien no se desconoce que durante la vigencia del
crédito, el saldo del mismo debe ser revisado cada vez que se modifiquen
los salarios mínimos, incrementándose en la misma proporción en que
aumente el salario mínimo general que rija en el Distrito Federal,
devengando intereses sobre el saldo insoluto del mismo, cuya tasa no podrá
ser menor del cuatro por ciento anual, lo cierto es que dicha tasa siempre
deberá ser benéfica para el trabajador, afecto de que realmente le resulte un
crédito barato, a través del cual pueda acceder a obtener en propiedad
habitaciones cómodas e higiénicas que a su vez se traduzcan en un una
vivienda digna y decorosa, tal y como lo estatuye el artículo 4o.
constitucional, pues de lo contrario se desnaturalizaría la función social que
desempeña dicho instituto; además, a fin de beneficiar al trabajador y
cumplir con la función social antes mencionada, dicho crédito deberá estar
cubierto por un seguro a cargo del instituto, para los casos de incapacidad
total o permanente o de muerte que libere al trabajador o a sus beneficiarios
de las obligaciones, gravámenes o limitaciones de dominio a favor del
instituto derivados de dicho crédito.
Aunado a lo anterior, y a fin de cumplir con la función social
mencionada, cuando el trabajador deja de percibir ingresos salariales, éste
tiene derecho a que el instituto le conceda prórrogas en los pagos de la
amortización que tenga que hacer por concepto de capital e intereses
ordinarios, prórrogas que no podrán ser mayores a doce meses cada una, ni
exceder en su conjunto de veinticuatro meses, las cuales terminarán
anticipadamente cuando el trabajador inicie una nueva relación laboral, para
lo cual, el único requisito que se exige, es que el trabajador presente al
instituto una solicitud de prórroga dentro del mes siguiente a la fecha en que
deje de percibir ingresos salariales, pues de no solicitarse la prórroga en el
plazo de treinta días concedido para ese efecto, ésta no se le autorizará.(9)
Así, es evidente que el contrato de crédito que el Instituto del
Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores celebra con éstos, a fin
de que se vean beneficiados en la adquisición de una vivienda, cumple con
una función social que a su vez se traduce en una prestación de carácter
laboral, de ahí que en términos de lo dispuesto en los artículos 29, fracción
III, de la Ley del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los
Trabajadores,(10) 97, fracción III y 110, fracción III, de la Ley Federal del
Trabajo,(11) su celebración obliga a los patrones, aun sin participar en forma
directa en él, a descontar del salario del trabajador los pagos de las
amortizaciones destinadas a cubrir dicho préstamo.
No obstante, se debe tener presente que dicho contrato como
tal, más allá de su finalidad y de las obligaciones que con motivo de él se
deriven a cargo del patrón, se celebra en un ámbito de igualdad entre el
instituto y el trabajador, razón por la cual, en su celebración adquiere
relevancia el principio de autonomía de la voluntad, por ello, las
controversias que se susciten con motivo del cumplimiento o
incumplimiento de las obligaciones que por éste adquieren los trabajadores,
se rigen por el derecho civil, en donde adquiere importancia la
obligatoriedad del contrato a través del principio de exactitud en el
cumplimiento de las obligaciones, pues por regla general, los contratos
deben ser puntualmente cumplidos.
II. Mora
Como se anticipó, en el derecho civil adquiere relevancia la
obligatoriedad del contrato, a través del principio de exactitud, que según
Rafael Rojina Villegas,(12) tiene cuatro grandes manifestaciones:
• Exactitud en el tiempo;
• Exactitud en el lugar;
• Exactitud en la forma o modo de ejecutar la obligación; y,
• Exactitud en la sustancia.
Lo anterior implica que por regla general, las obligaciones
deben cumplirse en el tiempo y lugar pactados y, además, deben
satisfacerse en la forma o modo indicado en el contrato, a través de la cosa
exactamente convenida.
Ahora bien, de acuerdo con el Diccionario de la Lengua de
Española de la Real Academia Española, la mora consiste en la "dilación o
tardanza en cumplir una obligación; por lo común, la de pagar cantidad
líquida y vencida".
Escriche de manera genérica la define como "dilación o
tardanza de alguna persona en cumplir con la obligación que se había
impuesto; como la de un deudor en pagar la deuda, la de un vendedor en
entregar al comprador la cosa vendida, la de un comodatario en restituir al
comodante la cosa prestada, etcétera."
Scaevola, también de modo genérico la define como el "retraso,
dilación, tardanza en el cumplimiento de las obligaciones de hacer o de
dar."(13)
Rafael Rojina Villegas, la define como "el injusto retardo en el
cumplimiento de una obligación".(14)
Como se advierte de esta última definición, si bien la mora surge
del retraso, dilación, tardanza o retardo en el cumplimiento de una
obligación, no cualquier retraso, dilación, tardanza o retardo actualizan la
mora como tal, sino sólo aquella que es injustificada, es decir, que no esté
exenta de culpa.
Así, si una obligación debe cumplirse puntualmente o de manera
oportuna a efecto de no incurrir en mora, entonces es evidente que en su
actualización adquiere relevancia el principio de exactitud en el tiempo, pues
si los contratantes no cumplen con la obligación asumida en el tiempo
exactamente convenido, se considera que incurren en mora.
En consecuencia, y de acuerdo con el Diccionario Histórico
Judicial de México,(15) se considera que tanto el acreedor como el deudor
pueden incurrir en mora.
En efecto, el acreedor incurre en mora, conocida como
accipiendi o creditoris, cuando pone reparos o se rehúsa a recibir la
prestación del obligado en el tiempo convenido.
Por su parte, el deudor incurre en mora, conocida como
solvendi o debitoris, cuando no cumple con su obligación en el debido
momento.
La mora solvendi en que puede incurrir el deudor, admite dos
variantes.
La primera llamada solvendi ex persona, es aquella en que
incurre el deudor desde la interpellatio, que no es otra cosa que la
interpelación, requerimiento o intimidación que el acreedor hace al deudor
de cumplir con la obligación.
La segunda denominada solvendi ex re, es aquella en que
incurre el deudor en obligaciones engendradas con un día específico de
vencimiento, en cuyo caso no se exige que el acreedor requiera al deudor,
puesto que el propio vencimiento del día establecido sin cumplir con la
obligación, da lugar a la mora.
Ciertamente, en este caso se actualiza el principio romano
conforme al cual el día interpela por el hombre -dies interpellat pro homine-,
en tanto que se considera que en la obligación a plazo, el simple
vencimiento del término establecido en el acuerdo de voluntades, hace
exigible la obligación en él contenida, sin que exista necesidad de algún tipo
de requerimiento, pues la sola llegada del plazo sin el cumplimiento de la
obligación coloca en mora al deudor.
Ahora bien, para determinar cuándo se actualiza una y cuándo la
otra, es indispensable atender a lo convenido por las partes, pues es cuando
cobra relevancia el principio de exactitud en el tiempo y en el lugar.
Ello es así, pues la interpelación, requerimiento o intimidación
se hace necesaria, cuando en el contrato en que se contiene la obligación no
se establece un plazo o tiempo concreto para cumplir con ella, o cuando a
pesar de haberse estipulado éste, no se define el lugar en que debe
cumplirse y esa falta de definición no se encuentra suplida por la ley.
III. Cómo opera la mora (solvendi o debitoris) en el Código Civil
abrogado para el Estado de México
Para determinar cómo opera la mora del deudor en el
ordenamiento citado, se debe tener presente que éste en los artículos 1626,
1661, 1688, 1782, 1783, 1785, 1891, 1907, 1908, 1909, 1910, 1911, 1912 y 1913,
disponen lo siguiente:
"Artículo 1626. La validez y el cumplimiento de los contratos no
pueden dejarse al arbitrio de uno de los contratantes."
"Artículo 1661. En los contratos civiles cada uno se obliga en la
manera y términos que aparezca que quiso obligarse, sin que para la validez
del contrato se requieran formalidades determinadas, fuera de los casos
expresamente designados por la ley."
"Artículo 1688. Las disposiciones legales sobre contratos serán
aplicables a todos los convenios y a otros actos jurídicos, en lo que no se
opongan a la naturaleza de éste o a disposiciones especiales de la ley sobre
los mismos."
"Artículo 1782. Es obligación a plazo aquella para cuyo
cumplimiento se ha señalado un día cierto."
"Artículo 1783. Entiéndase por día cierto aquel que
necesariamente ha de llegar."
"Artículo 1785. El plazo en las obligaciones se contará de la
manera prevenida en los artículos 927 al 931."(16)
"Artículo 1891. Pago o cumplimiento es la entrega de la cosa o
cantidad debida, o la prestación del servicio que se hubiere prometido."
"Artículo 1907. El pago deberá hacerse del modo que se hubiere
pactado; y nunca podrá hacerse parcialmente sino en virtud del convenio
expreso o de disposición de ley.
"Sin embargo, cuando la deuda tuviere una parte líquida y otra
ilíquida, podrá exigir al acreedor y hacer el deudor el pago de la primera sin
esperar a que se liquide la segunda."
"Artículo 1908. El pago se hará en el tiempo designado en el
contrato, exceptuando aquellos casos en que la ley permita o prevenga
expresamente otra cosa."
"Artículo 1909. Si no se ha fijado el tiempo en que deba hacerse
el pago y se trata de obligaciones de dar, no podrá el acreedor exigirlo sino
después de los treinta días siguientes a la interpelación que se haga, ya
judicialmente, ya en lo extrajudicial, ante un notario o ante dos testigos.
Tratándose de obligaciones de hacer, el pago debe efectuarse cuando lo
exija el acreedor, siempre que haya transcurrido el tiempo necesario para el
cumplimiento de la obligación."
"Artículo 1910. Si el deudor quisiere hacer pagos anticipados y
el acreedor recibirlos, no podrá éste ser obligado a hacer descuentos."
"Artículo 1911. Por regla general el pago debe hacerse en el
domicilio del deudor, salvo que las partes convinieren otra cosa, o que lo
contrario se desprenda de las circunstancias, de la naturaleza de la
obligación o de la ley.
"Si se han designado varios lugares para hacer el pago, el
acreedor puede elegir cualquiera de ellos."
"Artículo 1912. Si el pago consiste en la tradición de un
inmueble o en prestaciones relativas al inmueble, deberá hacerse en el lugar
donde éste se encuentre."
"Artículo 1913. Si el pago consistiere en una suma de dinero
como precio de alguna cosa enajenada por el acreedor, deberá ser hecho en
el lugar en que se entregó la cosa, salvo que se designe otro lugar."
Como se advierte de los preceptos reproducidos, en los
contratos del orden civil regulados por el Código Civil abrogado para el
Estado de México, cada uno de los contratantes se obliga en la manera y
términos en que aparezca que quiso obligarse, lo cual implica que en ese
tipo de contratos opera plenamente el principio de exactitud en el
cumplimiento de las obligaciones, pues la validez y el cumplimiento de las
mismas no pueden dejarse al arbitrio de uno de ellos; de ahí que por regla
general, las obligaciones asumidas deben cumplirse en el tiempo convenido
y en el lugar específicamente destinado para tal efecto, además deben
satisfacerse en la forma y manera pactadas.(17)
En ese orden de ideas, cuando las partes establecen una
obligación a plazo, es decir, una para cuyo cumplimiento se ha señalado un
día cierto, el obligado asume la responsabilidad de cumplir dicha obligación
el día señalado para tal efecto, de manera que si no lo hace así,
necesariamente incurre en mora, en tanto que así quiso obligarse ante el
acreedor y el cumplimiento de lo pactado no puede quedar a su voluntad.
En consecuencia, se puede afirmar que por regla general en el
Código Civil abrogado para el Estado de México opera la mora solvendi ex
re, pues una vez que se llega el plazo establecido en el contrato para el
cumplimiento de la obligación sin que ésta haya sido satisfecha, el deudor
automáticamente incurre en mora, por ende, no es necesario que el acreedor
requiera al deudor, en tanto que el propio vencimiento del día establecido sin
cumplir con la obligación, da lugar a la mora.
Ciertamente, en el citado código cobra plena aplicación el
principio dies interpellat pro homine (el día interpela por el hombre), en tanto
que el simple vencimiento del término establecido para el cumplimiento de la
obligación sin que ésta haya sido satisfecha, coloca en mora al deudor, de
ahí que no haya necesidad de algún tipo de requerimiento por parte del
acreedor, pues como ya se dijo, la sola llegada del plazo sin el cumplimiento
de la obligación, coloca en mora al deudor.
Ahora bien, el hecho de que en los contratos civiles regidos por
el Código Civil abrogado para el Estado de México, por regla general opere la
mora solvendi ex re, comúnmente llamada mora automática, no implica que
dicho ordenamiento desconozca la mora solvendi ex persona, pues de
acuerdo con esa legislación sustantiva civil, aunque de inicio las
obligaciones deben cumplirse en el tiempo designado en el contrato, si no
se ha fijado el tiempo en que deba hacerse el pago, la mora opera de manera
diversa, según se trate de obligaciones de dar o hacer.
En efecto, si se trata de obligaciones de dar, el acreedor no
podrá exigir el pago o el cumplimiento de la obligación, sino después de los
treinta días siguientes a la interpelación que se haga al deudor, ya
judicialmente, ya en lo extrajudicial, ante un notario o ante dos testigos.
En cambio, si se trata de obligaciones de hacer, el pago debe
efectuarse cuando lo exija el acreedor, siempre que haya transcurrido el
tiempo necesario para el cumplimiento de la obligación.
Lo anterior implica que en esas hipótesis opera la mora solvendi
ex persona, pues para que incurra en mora el deudor es preciso un
requerimiento por parte del acreedor.
No obstante, se debe tener presente que existen casos
excepcionales en los que el propio ordenamiento sustantivo civil establece
el tiempo en que deben cumplirse algunas obligaciones, cuando éste no se
establece en el propio acuerdo de voluntades.(18)
En consecuencia, aunque por regla general el Código Civil
abrogado para el Estado de México opera la mora solvendi ex re,
comúnmente conocida como mora automática, ésta no tiene aplicación
cuando en el acuerdo de voluntades que contiene la obligación que debe
cumplir el deudor no se establece el tiempo en que ésta debe satisfacerse y
la legislación no suple esa omisión, pues en esos casos, opera la mora
solvendi ex persona, en tanto que para actualizar la mora es preciso un
requerimiento por parte del deudor.
Además, se debe tener presente que aun y cuando en el acuerdo
de voluntades se establezca el plazo o término en que el deudor deba
cumplir con la obligación, si en ese acuerdo no se estableció el lugar en que
debe efectuarse el pago, no siempre tiene aplicación la llamada mora
automática.
Ello es así, pues de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 1911
del Código Civil abrogado para el Estado de México, si las partes no
convienen el lugar en que deba satisfacerse la obligación, por regla general
ésta deberá ser satisfecha en el domicilio del deudor, lo cual implica que es
el acreedor quien tiene el deber de acudir al domicilio del deudor a requerir
el pago, pues de no hacerlo así, no puede considerarse que el deudor
incurra en mora, pues en este supuesto no cobra aplicación la llamada mora
automática.
De igual manera, se debe tener presente que el referido artículo
1911 también
dispone que la regla general de la cual se desprende que cuando en el
acuerdo de voluntades no se señala lugar de pago éste debe ser en el
domicilio del deudor, tendrá aplicación, a menos que lo contrario se
desprenda de las circunstancias, de la naturaleza de la obligación o de la ley.
Así, en el propio código se establecen diversas excepciones a
esa regla. Entre ellas las siguientes:
1. Cuando el pago consiste en la tradición de un inmueble o en
prestaciones relativas al inmueble, éste deberá hacerse en el lugar donde se
encuentre dicho inmueble (artículo 1912);(19)
2. Si el pago consistiere en una suma de dinero como precio de
alguna cosa enajenada por el acreedor, deberá ser hecho en el lugar en que
se entregó la cosa (artículo 1913).(20) -Esto se corrobora con lo siguiente-;
3. En la compraventa, si no se han fijado tiempo y lugar, el pago
se hará en el tiempo y lugar en que se entregue la cosa (artículo 2148);(21)
4. Tratándose del contrato de arrendamiento, la renta será
pagada en el lugar convenido, y a falta de convenio, en la casa habitación o
despacho del arrendatario (artículo 2281);(22)
5. En el contrato de mutuo, cuando no se ha señalado lugar, la
cosa prestada se entregará en el lugar donde se encuentre; si el préstamo
consiste en efectos, en el lugar donde se recibieron y si consiste en dinero
en el domicilio del deudor (artículos 2240 y 2241);(23) etcétera.
IV. Criterio que debe prevalecer
Como se analizó, en el considerando que antecede, la
problemática que se presenta en la contradicción de tesis que nos ocupa,
consiste en determinar si en los casos en que un trabajador se ha visto
beneficiado con un contrato de crédito otorgado a su favor por el Instituto
del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), para la
adquisición de una vivienda, en el cual no se señala un lugar específico para
cubrir las amortizaciones, debido a que en él se pactó que para cubrirlas el
patrón del trabajador realizaría descuentos de su salario, cuando por alguna
causa, dicho patrón deja de realizar esos descuentos, y como consecuencia
el trabajador no cumple con su obligación de pago ¿para que incurra en
mora, según la legislación civil sustantiva abrogada para el Estado de
México, es preciso que éste sea requerido de pago en su domicilio o incurre
en mora automática?
Así, una vez que se ha dejado en claro cuál es la naturaleza y la
función que desempeña el contrato de crédito que para la adquisición de una
vivienda se celebra entre un trabajador y el Instituto del Fondo Nacional de la
Vivienda para los Trabajadores, en qué consiste la mora y la manera en que
ésta opera en el Código Civil abrogado para el Estado de México, esta
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, considera que la
respuesta a la interrogante que motiva la presente contradicción, es que el
Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit),
sí debe requerir de pago al deudor en su domicilio a efecto de que se pueda
considerar que éste incurrió en mora.
Lo anterior en razón de lo siguiente:
Cuando haciendo uso del derecho laboral previsto en la fracción
XII del apartado A del artículo 123 constitucional, el cual le permite acceder a
habitaciones cómodas e higiénicas, el trabajador celebra un contrato de
mutuo con interés(24) con el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para
los Trabajadores, a efecto de obtener un crédito barato y suficiente que le
permita adquirir en propiedad una vivienda digna y decorosa para él y su
familia, por disposición expresa de los artículos 141, fracción III, de la Ley
Federal del Trabajo(25) y 43 Bis de la Ley del Instituto del Fondo Nacional de
la Vivienda para los Trabajadores,(26) dicho trabajador tiene derecho a que
el saldo de la subcuenta de vivienda de su cuenta individual se aplique como
pago inicial del crédito obtenido, de igual manera, de lo dispuesto en los
artículos 97, fracción III, 110, fracción III, de la ley Federal del Trabajo,(27) 29,
fracción III, de la Ley del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los
Trabajadores,(28) 2o., fracción III, del Reglamento Interior del citado Instituto
en Materia de Facultades como Organismo Fiscal Autónomo(29) y 2o.,
fracción III, del Reglamento para la Imposición de Multas por Incumplimiento
de las Obligaciones que la Ley del Instituto del Fondo Nacional de la
Vivienda para los Trabajadores y sus reglamentos establecen a cargo de los
patrones,(30) se deriva que el resto del crédito debe ser pagado a través de
descuentos directos al salario del trabajador acreditado, que el patrón, aun
sin haber participado de manera directa en el contrato de crédito -mutuo con
interés-, está obligado a realizar junto con la aportación patronal equivalente
al 5% sobre el salario base de aportación de los trabajadores al instituto.(31)
Ahora bien, de acuerdo con lo dispuesto en el numeral 35 de la
ley del instituto multirreferido,(32) dichos pagos deben ser entregados al
Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores a través de
las entidades receptoras que obran por cuenta y orden del mismo, a más
tardar los días diecisiete del mes inmediato siguiente.
De lo anterior se advierte que en ese tipo de contratos, el
trabajador acreditado asume una obligación de pago, que debe ser
satisfecha de manera mensual ante el instituto, a través de los descuentos
realizados a su salario por el patrón, descuentos que cabe aclarar, no
necesariamente deben realizarse de manera mensual al salario del
trabajador, pero que como ya se dijo, sí deben ser entregados mensualmente
por el patrón, a más tardar a los días diecisiete del mes inmediato siguiente
en las entidades receptoras que actúan por cuenta y orden del instituto.
Lo anterior implica que con independencia de que los
descuentos al trabajador por parte del patrón se hagan de manera semanal,
quincenal o mensual, etcétera, en este tipo de contratos sí existe un tiempo
específico para cumplir con la obligación de pago al instituto acreedor, la
cual es mensual.
Se estima de esa manera, porque aun y cuando en el contrato se
llegase a omitir la estipulación referente al tiempo en que el trabajador debe
cumplir con su obligación de pago, de la propia ley se deriva que dicha
obligación es mensual.
En esa tesitura, se puede afirmar que en este tipo de contratos,
al igual que en cualquier otro del orden civil, adquiere relevancia el principio
de exactitud en el tiempo.
Ello es así, porque si bien es verdad que la propia Ley del Fondo
Nacional de la Vivienda para los Trabajadores establece como excepción al
principio de exactitud en el tiempo en que debe cumplirse la obligación de
pago del acreditado, el caso en que el trabajador se quede sin ingresos
salariales, hipótesis en la que podrá obtener prórrogas en sus pagos a partir
de que deje de percibir tales ingresos, siempre y cuando presente su
solicitud dentro del mes siguiente a la fecha en que deje de percibir ingresos
salariales, caso en que las prórrogas no podrán ser mayores a doce meses
cada una y tampoco podrán exceder de veinticuatro meses en su
conjunto;(33) lo cierto es que una vez superada esa excepción, ya sea
porque el acreditado vuelva a trabajar o porque se haya cumplido el plazo
máximo de la prórroga o prórrogas, los pagos deben seguir realizándose de
manera mensual, en el primer supuesto a través de los descuentos
realizados por el nuevo patrón que como ya se dijo tiene la obligación de
enterarlos a más tardar los días diecisiete del mes inmediato siguiente; y en
el segundo supuesto, a través de los pagos mensuales realizados
directamente por el trabajador, de ahí que se considere que en este tipo de
contratos sí tiene relevancia el principio de exactitud en el tiempo en que
debe cumplirse la obligación de pago asumida por el trabajador acreditado.
Ahora bien, aunque por las razones antes precisadas, en ese
tipo de contratos no exista duda del tiempo en que el trabajador acreditado
debe cumplir con su obligación de pago, cuando debido a la mecánica
establecida para efectuar los pagos mensuales -que es precisamente a
través de descuentos directos al salario por parte del patrón-, no se
establece un lugar para que el trabajador pueda realizar los pagos
mensuales pactados en caso de que éste asuma la obligación de efectuarlos
en forma directa, es decir, cuando debido a la falta de ingresos salariales,
dichos pagos ya no se realizan a través de un patrón, para que el trabajador
incurra en mora en el cumplimiento de la obligación de pago asumida, de
acuerdo con lo dispuesto en el Código Civil abrogado para el Estado de
México, dicho trabajador necesariamente debe ser requerido de pago por
parte del instituto acreedor en su domicilio.
Ello es así, porque si en dicho contrato no se establece un lugar
para que el trabajador pueda cumplir con la obligación de pago asumida,
cuando por alguna razón, sin importar cuál sea ésta, pero distinta a una
prórroga; no se aplica la mecánica de descuentos directos al salario
señalada para efectuar los pagos, entonces atendiendo a lo dispuesto en el
artículo 1911 del Código Civil abrogado para el Estado de México, cobra
aplicación la regla general que establece que el pago debe hacerse en el
domicilio del deudor, lo cual implica que para obtener los pagos mensuales
pactados, el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los
Trabajadores, debe constituirse en el domicilio del deudor a efecto de
obtenerlos.
En consecuencia, es claro que cuando en este tipo de contratos
no se establece un lugar específico de pago, no puede tener aplicación la
mora solvendi ex re, también conocida como mora automática, pues en todo
caso sólo podría tener aplicación la mora solvendi ex persona, en tanto que
para ello es preciso que el trabajador acreditado no cumpla con el pago
pactado a pesar de que el instituto acreedor requiera al deudor de ese pago
en su domicilio; en tanto que como ya se dijo, en el caso cobra aplicación la
regla general contemplada en el artículo 1911 del Código Civil abrogado para
el Estado de México, de acuerdo con la cual, el pago debe efectuarse en el
domicilio del deudor.
En efecto, aunque no pasa inadvertido que el artículo 1911
señala que por regla general el pago debe hacerse en el domicilio del
deudor, salvo que las partes convinieren otra cosa, o que lo contrario se
desprenda de las circunstancias, de la naturaleza de la obligación o de la ley,
lo cierto es que cuando en los contratos de mutuo con interés celebrados
entre el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores y
un trabajador, a efecto de que éste acceda a un crédito barato y suficiente
para adquirir una vivienda, sólo se establece una mecánica de descuentos a
realizar por el patrón a efecto de realizar los pagos mensuales, pero no se
prevé un lugar específico para realizar el pago en caso de que el trabajador
los deba de realizar de manera directa, no se actualiza ninguna de esas
salvedades.
Lo anterior en razón de lo siguiente:
• La salvedad relativa a que las partes hubieran convenido otra
cosa no puede actualizarse, porque si bien en este tipo de contratos, las
partes concuerdan en establecer una mecánica específica para realizar los
pagos, de acuerdo con la cual es el patrón quien debe realizar los
descuentos directos al salario del trabajador a fin de entregarlos al instituto
a través de las entidades receptoras que actúan por cuenta y orden del
instituto, en esa mecánica no se prevé un domicilio específico en el que el
trabajador pueda realizar directamente sus pagos en caso de que por alguna
circunstancia distinta a las prórrogas contempladas en la ley esa mecánica
no tenga operatividad, de ahí que en ese sentido, no puede considerarse que
para ese específico supuesto las partes hayan convenido otra cosa.
• La salvedad relativa a que de la ley se desprenda lo contrario
no tiene aplicación, porque atendiendo al texto de la ley, en este caso el
Código Civil abrogado para el Estado de México, de cualquier manera se
tendría que concluir que cobra aplicación la regla general de que el pago
debe hacerse en el domicilio del deudor.
Ello es así, pues aun y cuando el crédito otorgado a un
trabajador por el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los
Trabajadores sea con la finalidad de que el trabajador pueda adquirir en
propiedad una vivienda y, por ende, dicho crédito se encuentre vinculado a
un contrato de compraventa, no se debe perder de vista que el contrato que
rige la relación contractual entre el instituto mencionado y el trabajador
derivada de ese crédito, tiene sustento en un contrato de mutuo con interés
y, que por ende, en todo caso cobraría aplicación lo dispuesto en el numeral
2241, fracción II, del Código Civil abrogado para el Estado de México, que es
concordante con la regla general establecida en el artículo 1911 del propio
ordenamiento, pues de acuerdo al numeral citado en primer término, si no se
ha señalado lugar para restituir lo prestado y el préstamo consiste en dinero,
la restitución debe hacerse en el domicilio del deudor.
• La salvedad relativa a que de las circunstancias o la naturaleza
de la obligación se desprenda lo contrario, no puede tener aplicación en los
contratos de mutuo con interés celebrados entre un trabajador y el Instituto
del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores, ello es así, porque
si se atiende a las circunstancias que pueden rodear el incumplimiento de
ese contrato, la naturaleza de éste y de las obligaciones asumidas en él, para
no violentar los derechos laborales y sociales que se vinculan a ese tipo de
contrato, se tendría que concluir que el pago debe hacerse en el domicilio
del deudor; y que, por ende, no puede operar la mora solvendi ex re, también
conocida como mora automática.
Se estima de esa manera, pues si se tiene en cuenta que ese
tipo de contrato, no sólo permite concretar una prestación de carácter
laboral, sino que además cumple con una función de carácter social al
permitir que el trabajador y su familia gocen de una vivienda digna y
decorosa, a efecto de que dichos derechos reconocidos a nivel
constitucional e internacional, no resulten lesionados o transgredidos,
resulta preponderante tener en cuenta todas las circunstancias o hipótesis
que de facto pueden dar lugar a que el multirreferido instituto considere que
el trabajador ha incumplido con su obligación de pago.
Ello es así, pues es evidente que en términos generales, para el
instituto se actualizaría un incumplimiento en la obligación de pago por parte
del acreditado, cuando el patrón no entrega los descuentos realizados al
salario del trabajador, y éste tampoco realiza de manera directa el pago de
las mensualidades acordadas, a pesar de no gozar de alguna prórroga.
No obstante, estimar que la actualización de esa hipótesis por sí
sola es suficiente para considerar que el trabajador ha incumplido con su
obligación de pago, y que, por tanto, es innecesario algún requerimiento por
parte del acreedor al trabajador acreditado para que éste incurra en mora,
sería un error que necesariamente trascendería al goce de los derechos de
carácter laboral y social que se relacionan con ese tipo de contratos.
Se asevera lo anterior, porque pueden existir casos en los que el
patrón no cumpla con la obligación que se deriva para él de la celebración
del contrato en el sentido de realizar descuentos al salario del trabajador a
efecto de enterarlos al instituto, o que en concordancia con la mecánica de
pago establecida en el contrato, el patrón sí esté realizando descuentos
directos al salario del trabajador, pero a pesar de ello no cumpla con la
obligación de enterarlos al Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para
los Trabajadores, a través de las entidades receptoras que actúan por cuenta
y orden del mencionado instituto; y que como consecuencia, ignorante de
esa situación, el trabajador tampoco realice de manera directa los pagos de
las mensualidades acordadas.
Así, ante la sola posibilidad de que eso pueda ocurrir, es preciso
que cuando el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los
Trabajadores estime que un trabajador ha incumplido con su obligación de
pago, éste sea requerido de pago en su domicilio, ello no sólo por la
ausencia del señalamiento de un lugar específico para realizarlo, sino
porque además de darse el caso de que el patrón sea quien esté
incumpliendo con la obligación que tiene a su cargo, en el sentido de enterar
al instituto los descuentos realizados al salario del trabajador, éste, sin
necesidad de que exista una controversia planteada en su contra, podría
demostrar que sí ha cumplido con sus pagos, y que en todo caso, fue el
patrón quien incumplió con una obligación a su cargo.
Así considerar lo contrario, es decir, que el trabajador no tiene
que ser requerido de pago en su domicilio, implicaría negarle la posibilidad
de demostrar sin necesidad de ir a juicio una situación que de facto puede
ocurrir y que incluso fue prevista en el Reglamento para Imponer Multas por
Incumplimiento de Obligaciones que la ley del instituto y su reglamento
establecen a cargo de los patrones, entre ellas la relativa a la omisión total o
parcial de enterar al instituto los descuentos efectuados al salario del
trabajador.(34)
Atendiendo a lo anterior, por las circunstancias que pueden
rodear el incumplimiento de las obligaciones a cargo del trabajador, por la
naturaleza de esas obligaciones, los derechos que se vinculan a ese
contrato y la función social que éste desempeña, se debe concluir que
cuando en ese tipo de contratos no se señala un lugar específico de pago,
para la hipótesis en que por alguna razón no tenga aplicación la mecánica de
pago establecida a través de descuentos al salario del trabajador,
necesariamente debe tener aplicación la regla general prevista en el numeral
1911 del Código Civil abrogado para el Estado de México, de acuerdo con la
cual el pago debe hacerse en el domicilio del deudor, pues ello es acorde a
la naturaleza y función del contrato; además, considerar lo contrario y que,
por ende, en ese tipo de contratos a pesar de no haberse señalado un lugar
específico de pago, puede operar la mora automática, sería tanto como
desconocer situaciones que de facto se pueden dar en perjuicio del
trabajador acreditado, las cuales pueden dar lugar a transgredir aun cuando
sea de manera indirecta, los derechos laborales y sociales que se vinculan a
ese tipo de contratos, derechos que al tener también vinculación con el
derecho humano reconocido en el artículo 11, apartado 1, del Pacto
Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, obligan a
esta Primera Sala, en términos de lo dispuesto en el artículo 1o.
constitucional, a adoptar a través de la presente contradicción, las medidas
necesarias a efecto de asegurar su efectiva protección, de ahí que por ese
motivo, no puede cobrar aplicación la salvedad que se analiza.
En consecuencia, se debe concluir que conforme al Código Civil
abrogado para el Estado de México cuando en un contrato de mutuo con
interés celebrado entre un trabajador y el Instituto del Fondo Nacional de la
Vivienda, no se establece un lugar específico de pago en que el mutuatario
puede realizar directamente los pagos al mutuante, porque no tenga
aplicación la mecánica de descuentos directos al salario establecida en él, y
no se está en el supuesto de una prórroga, cobra aplicación la regla general
de la legislación citada, conforme a la cual el pago previsto en el artículo
1911 debe realizarse en el domicilio del deudor, en tanto que no se actualiza
ninguna de las salvedades previstas en dicho artículo.
Atendiendo a lo anterior y de acuerdo con las consideraciones
que se han expuesto, debe prevalecer con carácter de jurisprudencia, en
términos de los artículos 215, 216, segundo párrafo y 225 de la Ley de
Amparo, Reglamentaria de los Artículos 103 y 107 Constitucionales, en vigor
a partir del día tres de abril de dos mil trece, el criterio que a continuación
sustenta esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación:
CONTRATO DE MUTUO CON INTERÉS CELEBRADO ENTRE UN
TRABAJADOR Y EL INSTITUTO DEL FONDO NACIONAL DE LA VIVIENDA
PARA LOS TRABAJADORES. EL PAGO DE LAS AMORTIZACIONES DEBE
REQUERIRSE EN EL DOMICILIO DEL DEUDOR ANTES DE QUE PUEDA
CONSIDERARSE QUE INCURRIÓ EN MORA (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE
MÉXICO ABROGADA).- Si al celebrarse un contrato de mutuo con interés se
establece una mecánica de pago, de acuerdo con la cual el patrón asume la
obligación de realizar descuentos directos al salario del trabajador
acreditado, para enterarlos mensualmente al Instituto del Fondo Nacional de
la Vivienda para los Trabajadores, pero no se establece un lugar en el que el
acreditado pueda cumplir con su obligación cuando por alguna razón
(diversa a la prórroga) dicha mecánica no se realiza, cobra aplicación la regla
general contenida en el artículo 1911 del Código Civil del Estado de México,
abrogado mediante decreto publicado en la Gaceta del Gobierno de la
entidad el 7 de junio de 2002, y conforme a la cual el pago debe hacerse en el
domicilio del deudor, lo que implica que el instituto acreedor debe
constituirse en el domicilio del trabajador, a efecto de obtener el pago; por
tal motivo, no puede tener aplicación la mora solvendi ex re, también
conocida como mora automática, porque en todo caso, la que puede
actualizarse es la mora solvendi ex personae, para lo cual es preciso que el
acreditado incumpla con su obligación de pago a pesar de haber sido
requerido por el acreedor. Así, aunque la regla general mencionada admite
como salvedades que las partes hayan convenido otra cosa, que lo contrario
se desprenda de las circunstancias, de la naturaleza de la obligación o de la
ley, éstas no tienen aplicación, pues aunque las partes hayan pactado una
mecánica de pago, si en ella no se prevé un domicilio específico en el que el
acreditado pueda cumplir con su obligación cuando por alguna
circunstancia esa mecánica no tenga operatividad, no puede considerarse
que para ese supuesto específico las partes hayan convenido otra cosa; por
otro lado, en atención a lo establecido en el texto de la ley, se tendría que
concluir que cobra aplicación la regla general citada, pues al tratarse de un
contrato de mutuo con interés, en donde lo prestado consiste en dinero, su
restitución ante la falta de un lugar específico para tal efecto, de acuerdo con
el numeral 2241, fracción II, del propio ordenamiento abrogado, debe
realizarse en el domicilio del deudor; y, finalmente, tampoco cobra
aplicación la salvedad relacionada con las circunstancias y la naturaleza de
la obligación, porque teniendo en cuenta que el contrato de referencia
permite concretar una prestación de carácter laboral a la par de que cumple
con una función de tipo social, en tanto que a través de él, el trabajador
accede a un crédito barato y suficiente para que él y su familia puedan gozar
de una vivienda digna y decorosa, a efecto de que dichos derechos
reconocidos a nivel constitucional e internacional no resulten lesionados,
deben tenerse en cuenta las circunstancias que de facto pueden dar lugar a
que el instituto considere que el trabajador ha incumplido con su obligación
de pago, pues de no hacerlo se incurriría en el error de no considerar la
existencia de casos en los que el patrón es quien incumple con la obligación
de realizar los descuentos o que aun habiéndolos realizado, no los reporte al
instituto y, en consecuencia, ignorante de esa situación, el trabajador
tampoco cubra los pagos directamente, por lo que ante la posibilidad de que
ello ocurra, es preciso que el instituto requiera de pago al deudor en su
domicilio, no sólo por la ausencia de un lugar específico para realizarlo, sino
porque, además, de ser el caso que el patrón sea quien haya incumplido la
obligación que para él derivase de la celebración del contrato, debe darse la
oportunidad de que el trabajador, sin necesidad de entablar una controversia
en su contra, pueda demostrar que ha cumplido con su obligación de pago.”.
Ahora, en la ejecutoria trascrita, se analizó un caso substancialmente
idéntico, al que aquí ocupa, con la salvedad de que se interpretó el Código Civil
abrogado para el Estado de México, mismo que respecto a los numerales
analizados, es decir, 1626, 1661, 1688, 1782, 1783, 1785, 1891, 1907, 1908,
1909, 1910, 1911, 1912 y 1913, son de redacción esencialmente igual y
respectivamente, a la prevista por el Código Civil para el Estado de San Luis
Potosí, en sus artículos 1633, 1668, 1695, 1786, 1787, 1789, 1895, 1911, 1912,
1913, 1914, 1915, 1916 y 1917, de lo que deriva la plena aplicación de dicha
ejecutoria al caso que ocupa.
Es conveniente citar, que el artículo 217 de la Ley de Amparo,
literalmente establece:
Artículo 217.- “La jurisprudencia que establezca la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, funcionando en pleno o en salas, es
obligatoria para éstas tratándose de la que decrete el pleno, y además para
los Plenos de Circuito, los tribunales colegiados y unitarios de circuito, los
juzgados de distrito, tribunales militares y judiciales del orden común de los
Estados y del Distrito Federal, y tribunales administrativos y del trabajo,
locales o federales.
La jurisprudencia que establezcan los Plenos de Circuito es
obligatoria para los tribunales colegiados y unitarios de circuito, los
juzgados de distrito, tribunales militares y judiciales del orden común de las
entidades federativas y tribunales administrativos y del trabajo, locales o
federales que se ubiquen dentro del circuito correspondiente.
La jurisprudencia que establezcan los tribunales colegiados de
circuito es obligatoria para los órganos mencionados en el párrafo anterior,
con excepción de los Plenos de Circuito y de los demás tribunales
colegiados de circuito.
La jurisprudencia en ningún caso tendrá efecto retroactivo en
perjuicio de persona alguna.”.
De lo anterior, se advierte que esta autoridad se encuentra obligada
a aplicar la jurisprudencia antes citada.
Asimismo, es de destacarse que de la lectura de la ejecutoria
previamente trascrita, se observa que la Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, analizó entre otros aspectos, los momentos en que nace la
obligación, en los que se actualiza la mora, así como que cada parte se obliga de
los términos que quiso hacerlo y que en el contrato basal de la cláusula
ELIMINADO se desprende que aceptó como causas de vencimiento anticipado, la
falta de pago y que en la especie se imputa al demandado la omisión de pago.
Sin embargo, el Máximo Tribunal del País, también analizó la
naturaleza y la función del contrato de crédito para la adquisición de una vivienda,
celebrado entre un trabajador y el ELIMINADO; analizó la mora y como opera
ésta, advirtiendo los puntos que en vía de agravio expuso el ahora disidente,
empero, estableció que no obstante lo anterior, el ELIMINADO (ELIMINADO), sí
debe requerir de pago al deudor en su domicilio a efecto de que se pueda
considerar que éste incurrió en mora.
Lo que consideró así la Primera Sala del Máximo Tribunal del País,
partiendo de que el trabajador tiene derecho a que el saldo de la subcuenta de
vivienda de su cuenta individual se aplique como pago inicial del crédito obtenido,
de igual manera, se establece que el resto del crédito debe ser pagado a través de
descuentos directos al salario del trabajador acreditado, que el patrón, aún sin
haber participado de manera directa en el contrato de crédito, está obligado a
realizar junto con la aportación patronal equivalente al ELIMINADO% sobre el
salario base de aportación de los trabajadores al instituto.
Luego, si dichos pagos deben ser entregados al ELIMINADO a
través de las entidades receptoras, en la que el trabajador acreditado asume una
obligación de pago, que debe ser satisfecha de manera mensual ante el instituto, a
través de los descuentos realizados a su salario por el patrón.
Por tanto, concluyó que en este tipo de contrato adquiere relevancia
el principio de exactitud en el tiempo, con excepción de que el trabajador se quede
sin ingresos salariales, hipótesis en la que podrá obtener prórrogas en sus pagos
a partir de que deje de percibir tales ingresos, siempre y cuando presente su
solicitud dentro del mes siguiente a la fecha en que deje de percibir ingresos
salariales, caso en que las prórrogas no podrán ser mayores a ELIMINADO
meses cada una y tampoco podrán exceder de ELIMINADO meses en su
conjunto; lo cierto es que una vez superada esa excepción, ya sea porque el
acreditado vuelva a trabajar o porque se haya cumplido el plazo máximo de la
prórroga o prórrogas, los pagos deben seguir realizándose de manera mensual.
Revelando que en el primer supuesto citado, a través de los
descuentos realizados por el nuevo patrón quien tiene la obligación de enterarlos a
más tardar los días ELIMINADO del mes inmediato siguiente.
Y en el segundo supuesto, a través de los pagos mensuales
realizados directamente por el trabajador.
Luego, concluye esa Primera Sala que aun cuando no existe duda
del tiempo en que el trabajador acreditado debe cumplir con su obligación de
pago, sin embargo, no se establece un lugar para que el trabajador pueda
realizar los pagos mensuales pactados en caso de que éste asuma la
obligación de efectuarlos en forma directa, es decir, cuando debido a la falta de
ingresos salariales, dichos pagos ya no se realizan a través de un patrón, para que
el trabajador incurra en mora en el cumplimiento de la obligación de pago
asumida, dicho trabajador necesariamente debe ser requerido de pago por
parte del instituto acreedor en su domicilio, ante la falta de un lugar pactado en
el contrato, para que el trabajador pueda cumplir con la obligación de pago
asumida; cobrando aplicación en ese caso, la regla relativa a que el pago debe
hacerse en el domicilio del deudor, lo cual implica que para obtener los pagos
mensuales pactados, el ELIMINADO, debe constituirse en el domicilio del deudor
a efecto de obtenerlos.
De todo lo anterior, se hace patente, que si en la especie, en el
contrato basal, no se señaló un lugar especificó para que el acreditado realizara
los pagos, en aquellos casos en que no se realizaran por conducto de su patrón,
es que para que pueda considerársele en mora, debe previamente ser requerido
en forma fehaciente en su domicilio.
Luego, tal como lo precisó la Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, la salvedad relativa a que las partes hubieran convenido otra
cosa no puede actualizarse, respecto a la forma de realizar los pagos cuando
éstos no se efectúen por conducto del patrón, puesto que no se prevé un domicilio
específico en el que el trabajador pueda realizar directamente sus pagos, de ahí
que no puede considerarse que para ese específico supuesto las partes hayan
convenido otra cosa.
Asimismo, se desprende que si no se ha señalado lugar para restituir
lo prestado y el préstamo consiste en dinero, la restitución debe hacerse en el
domicilio del deudor; además de que aun cuando para el Instituto actor se
actualizaría un incumplimiento en la obligación de pago por parte del acreditado,
cuando el patrón no entrega los descuentos realizados al salario del trabajador, y
éste tampoco realiza de manera directa el pago de las mensualidades acordadas,
a pesar de no gozar de alguna prórroga; lo cierto es que dicha omisión no es
imputable al trabajador; toda vez que pueden existir casos en los que el patrón no
cumpla con la obligación que se deriva para él de la celebración del contrato en el
sentido de realizar descuentos al salario del trabajador a efecto de enterarlos al
instituto, o que en concordancia con la mecánica de pago establecida en el
contrato, el patrón sí esté realizando descuentos directos al salario del trabajador,
pero a pesar de ello no cumpla con la obligación de enterarlos al ELIMINADO, a
través de las entidades receptoras que actúan por cuenta y orden del mencionado
instituto.
Por tanto, es preciso que cuando el
ELIMINADO estime que un
trabajador ha incumplido con su obligación de pago, éste sea requerido de pago
en su domicilio, ello no sólo por la ausencia del señalamiento de un lugar
específico para realizarlo, sino porque además de darse el caso de que el patrón
sea quien esté incumpliendo con la obligación que tiene a su cargo, en el sentido
de enterar al instituto los descuentos realizados al salario del trabajador, éste, sin
necesidad de que exista una controversia planteada en su contra, podría
demostrar que sí ha cumplido con sus pagos, y que en todo caso, fue el patrón
quien incumplió con una obligación a su cargo.
Por lo que de no hacerlo así, implicaría negarle la posibilidad de
demostrar sin necesidad de ir a juicio una situación que de facto puede ocurrir y
que incluso fue prevista en el Reglamento para Imponer Multas por Incumplimiento
de Obligaciones que la Ley del instituto y su reglamento establecen a cargo de los
patrones, entre ellas la relativa a la omisión total o parcial de enterar al instituto los
descuentos efectuados al salario del trabajador.
Atendiendo a lo anterior, por las circunstancias que pueden rodear el
incumplimiento de las obligaciones a cargo del trabajador, por la naturaleza de
esas obligaciones, los derechos que se vinculan a ese contrato y la función social
que éste desempeña, es de concluirse que cuando en ese tipo de contratos no se
señala un lugar específico de pago, para la hipótesis en que por alguna razón no
tenga aplicación la mecánica de pago establecida a través de descuentos al
salario del trabajador, necesariamente debe tener aplicación la regla general
relativa a que el pago debe hacerse en el domicilio del deudor, pues ello es acorde
a la naturaleza y función del contrato. Entenderlo de manera diversa, sería
desconocer situaciones que de facto se pueden dar en perjuicio del trabajador
acreditado, las cuales podría trascender drásticamente en forma indirecta, en los
derechos laborales y sociales que se vinculan a ese tipo de contratos, derechos
que al tener también vinculación con el derecho humano reconocido en el artículo
11, apartado 1, del Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, obligan, a adoptar las medidas necesarias a efecto de asegurar su
efectiva protección, de ahí que por ese motivo, no puede cobrar aplicación la
salvedad que alega el disconforme.
Concluyéndose por ende, que cuando en un contrato de mutuo con
interés celebrado entre un trabajador y el ELIMINADO, no se establece un lugar
específico de pago en que el mutuatario puede realizar directamente los pagos al
mutuante, porque no tenga aplicación la mecánica de descuentos directos al
salario establecida en él, y no se está en el supuesto de una prórroga, el pago
debe realizarse mediante requerimiento en el domicilio del deudor, en tanto que no
se actualiza ninguna de las salvedades previstas en dicho artículo.
De lo anterior, resulta que para que el Instituto actor, se encontrara
en aptitud de ejercitar la acción en cuestión, era necesario que estableciera que la
causa por la cual se atribuía el incumplimiento, pues al no haberlo hecho se
desconoce si el demandado es o no sujeto de una relación de trabajo y por otro
lado, es incierta la causa generadora del impago, porque se desconoce si es que
el patrón retuvo el pago del crédito, entregándolo o no al ELIMINADO, o bien, si
el demandado, se encontraba constreñido a hacer el pago directo.
Luego, es claro, conforme a lo antes destacado, que con
independencia de lo convenido en el contrato basal; lo cierto es que dada la
naturaleza del contrato de otorgamiento de crédito para la adquisición de un
inmueble, por parte de trabajadores, es necesario que previamente se realice el
requerimiento al demandado bajo las consideraciones ya precisadas y que al
ejercitarse la acción, sea anexado el mismo.
No pasa desapercibido que la demandante además del contrato
basal, anexó el estado de cuenta certificado del adeudo que reclama, así como la
confesional con cargo al demandado, sin embargo, con independencia del valor
que las mismas merezcan, la primera sólo acredita el adeudo que reporta el
demandado, respecto de lo pactado en el contrato fundatorio y por cuanto hace a
la confesional, sólo tiende a demostrar si se celebró el contrato en cuestión y si
fueron o no cubiertos los pagos en que se sustenta la acción; pero dichas
probanzas, de ninguna manera evidencian si la omisión de los pagos reclamados,
es imputable al demandado o al patrón de éste, y menos aún, que para efectos de
esclarecer este aspecto, se hubiera requerido al demandado en los términos antes
anotados. De lo que resulta que para los efectos precisados, las mismas resultan
inconducentes.
Por tanto, si en la especie no se dio cumplimiento a ello, es
inconcuso que no se encuentra satisfecha la condición necesaria para ejercitar la
acción en cuestión, pues no obstante que la parte actora en el hecho identificado
como 12, refirió haber realizado diversas gestiones extrajudiciales al demandado,
requiriéndolo por el pago, sin embargo, no aportó probanza alguna que así lo
acreditara; luego, al tratarse de una condición necesaria para el ejercicio de la
acción, tal extremo debe quedar plenamente acreditado y ante la falta de
demostración, es inconcuso, que no puede estimarse que se hubiera realizado
requerimiento alguno al demandado.
En ese tenor, es claro que ante la falta de requerimiento al
demandado por el pago del adeudo, resulta innecesario entrar al estudio de los
elementos de la acción, por lo que se dejan a salvo los derechos de la parte
actora.
Ahora bien, ante la conclusión alcanzada y toda vez que la fracción I
del artículo 135 establece: “Siempre se hará condenación en costas, pídanlo o
no las partes: I.- En contra del litigante que no obtuviere resolución
favorable, ya en lo principal, ya en los incidentes que surgieren;...”, y toda
vez que la parte actora no obtuvo resolución favorable, se le condena al pago de
costas y gastos del juicio.
En consecuencia, con apoyo en las anteriores consideraciones y
además con fundamento en el ordinal 936 del Código de Procedimientos Civiles
para el Estado, se revoca la resolución recurrida de 21 veintiuno de noviembre de
2014 dos mil catorce, pronunciada por el Juzgado Primero Penal de Ciudad
Valles, S.L.P., en el expediente 503/2007, correspondiente al Juicio Ordinario Civil
por
Declaración
Judicial
de
Vencimiento
Anticipado,
promovido
por
el
ELIMINADO, a través de su apoderado general para pleitos y cobranzas,
Licenciado ELIMINADO, en contra de ELIMINADO, para quedar en los términos
siguientes: “PRIMERO.- Este Juzgado fue competente para conocer del
presente juicio, compareciendo las partes con personalidad. SEGUNDO.- El
Licenciado ELIMINADO, compareció a juicio en su carácter de apoderado
general del ELIMINADO. TERCERO.- La vía ordinaria civil resultó procedente.
CUARTO.- Por las razones expuestas en la presente sentencia y ante la
ausencia de una condición necesaria para el ejercicio de la acción,
consistente en la falta de previo requerimiento de pago efectuado a la parte
demandada, resulta innecesario entrar a su estudio. QUINTO.- Se dejan a
salvo los derechos de la parte actora, que deriven del documento base de la
acción, para que los haga valer en la forma y vía que corresponda. SEXTO.Se condena a la parte actora, al pago de costas y gastos de juicio al no haber
obtenido
fallo
favorable.
SÉPTIMO.-
Notifíquese
personalmente,
Comuníquese y Cúmplase.”.
TERCERO.- En virtud de no actualizarse ninguna de las hipótesis a
que se refiere el artículo 135 de la Ley Adjetiva Civil del Estado, no se hace
especial condenación en cuanto al pago de costas de esta segunda instancia.
CUARTO.- No obstante de que en el auto de radicación de esta Sala,
se ordenó hacer del conocimiento de los litigantes su derecho para manifestar su
conformidad o inconformidad para que sus datos personales señalados en el
artículo 3°., fracción XI de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información
Pública del Estado, se incluyan en la publicación que se haga del presente fallo,
con fundamento en lo dispuesto por los artículos 3º., 18, 23 fracción III, 44 y
relativos de la Ley en cita, así como 13 fracción XIII, 14, 15 fracción I, 21 y 22 del
Reglamento del Poder Judicial del Estado para la aplicación de la mencionada
Ley, hágase del conocimiento de las mismas que la sentencia pronunciada en el
presente asunto estará a disposición del público para su consulta, cuando así se
solicite, incluidos los mencionados datos, sin perjuicio de la protección que por
mandato constitucional deba hacerse de oficio en relación a los mismos.
Por lo anteriormente expuesto y fundado, se resuelve:
PRIMERO.- Los motivos de inconformidad expresados por el
apelante, resultaron esencialmente fundados.
SEGUNDO.- En consecuencia se REVOCA la resolución recurrida
de 21 veintiuno de noviembre de 2014 dos mil catorce, pronunciada por el
Juzgado Primero Penal de Ciudad Valles, S.L.P., en el expediente 503/2007,
correspondiente al Juicio Ordinario Civil por Declaración Judicial de Vencimiento
Anticipado, promovido por el ELIMINADO, a través de su apoderado general para
pleitos y cobranzas, Licenciado ELIMINADO, en contra de ELIMINADO, para
quedar en los términos siguientes: “PRIMERO.- Este Juzgado fue competente
para
conocer
del
presente
juicio,
compareciendo
las
partes
con
personalidad. SEGUNDO.- El Licenciado ELIMINADO, compareció a juicio en
su carácter de apoderado general del ELIMINADO. TERCERO.- La vía
ordinaria civil resultó procedente. CUARTO.- Por las razones expuestas en la
presente sentencia y ante la ausencia de una condición necesaria para el
ejercicio de la acción, consistente en la falta de previo requerimiento de
pago efectuado a la parte demandada, resulta innecesario entrar a su
estudio. QUINTO.- Se dejan a salvo los derechos de la parte actora, que
deriven del documento base de la acción, para que los haga valer en la forma
y vía que corresponda. SEXTO.- Se condena a la parte actora, al pago de
costas y gastos de juicio al no haber obtenido fallo favorable. SÉPTIMO.Notifíquese personalmente, Comuníquese y Cúmplase.”.
TERCERO.- Por las razones precisadas en el considerando tercero
de la presente resolución, no se hace especial condenación en cuanto al pago de
costas en esta segunda instancia.
CUARTO.- Atendiendo al considerando cuarto, al no existir
inconformidad de las partes litigantes, la presente sentencia estará a disposición
del público para su consulta, cuando así se solicite, incluidos los datos personales
de las mismas, conforme al procedimiento de acceso a la información, sin perjuicio
de la protección que por mandato constitucional deba hacerse de oficio en relación
a los mismos.
QUINTO.- Con
copia
certificada
de
la
presente
resolución,
devuélvase el expediente al juzgado de su origen para los efectos legales
consiguientes y en su oportunidad archívese el toca como asunto concluido.
SEXTO.- Notifíquese personalmente, comuníquese y cúmplase.
A S Í, por unanimidad de votos lo resolvieron y firman los señores
Magistrados que integran la Tercera Sala del H. Supremo Tribunal de Justicia del
Estado, Licenciados ELIMINADO, ELIMINADO y ELIMINADO, quienes actúan
con Secretario de Acuerdos que autoriza y da fe, Licenciado ELIMINADO, siendo
ponente el ELIMINADO de los Magistrados nombrados y Secretaria de Estudio y
Cuenta, Licenciada ELIMINADO. Doy Fe.
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