PODER JUDICIAL DEL ESTADO SUPREMO TRIBUNAL DE JUSTICIA TERCERA SALA SENTENCIAS QUE CAUSARON ESTADO NÚMERO DE TOCA 427-2015 FECHA EN QUE SE DICTÓ LA SENTENCIA 19 DIECINUEVE DE OCTUBRE DEL AÑO 2015 DOS MIL QUINCE San Luis Potosí, S.L.P., a 19 diecinueve de octubre del año 2015 dos mil quince. V I S T O, para resolver el toca 427-2015, formado con motivo del recurso de apelación interpuesto por la parte actora, en contra de la sentencia definitiva de fecha 21 veintiuno de noviembre del 2014 dos mil catorce, pronunciada por el Juzgado Primero Penal de Ciudad Valles, S.L.P., en el expediente 503/2007, correspondiente al Juicio Ordinario Civil por Declaración Judicial de Vencimiento Anticipado, promovido por el ELIMINADO, a través de su apoderado general para pleitos y cobranzas, Licenciado ELIMINADO, en contra de ELIMINADO; y, RESULTANDO PRIMERO.- La sentencia que se combate en sus puntos resolutivos señala: “PRIMERO.- Este Juzgado fue competente para conocer del presente juicio, compareciendo las partes con personalidad. SEGUNDO.- Conforme se motivó y fundó en el considerando tercero de la presente resolución, se declara improcedente la vía ordinaria civil intentada por el Licenciado ELIMINADO, en su carácter de Apoderado Legal para Pleitos y Cobranzas del ELIMINADO, resultando por ende, innecesario entrar al estudio de la acción y pruebas ofertadas por la actora; así como a las excepciones opuestas por el demandado ELIMINADO; consecuentemente. TERCERO.- Se dejan a salvo los derechos del actor para que los haga valer conforme a sus intereses convenga. CUARTO.- Se condena a la parte actora al pago de las costas y gastos del juicio, previa su regulación en ejecución de sentencia. QUINTO.Al no existir inconformidad de las partes litigantes, la presente sentencia estará a disposición del público para su consulta, cuando así se solicite, incluidos los datos personales de las mismas, conforme al procedimiento de acceso a la información pública y sin perjuicio de la protección que por mandato Constitucional deberá hacerse de oficio en relación a las mismas. SEXTO.- NOTIFÍQUESE PERSONALMENTE.”. SEGUNDO.- Inconforme el representante legal de la parte actora, con la sentencia cuyos puntos resolutivos han quedado transcritos, interpuso recurso de apelación, mismo que fue admitido en ambos efectos, enviándose los autos del expediente al Tribunal de Alzada para su substanciación, tocando conocer por cuestión de turno a esta Tercera Sala, quien mediante proveído de 1° primero de julio del 2015 dos mil quince, con fundamento en lo dispuesto por los artículos 945, 952 y 953 del Código de Procedimientos Civiles vigente en el Estado, se admitió el recurso y se confirmó la calificación de grado hecha por el Inferior y se ordenó que se pusieran los autos a la vista del apelante para que dentro del término de 6 seis días procediera a expresar los agravios que a su derecho corresponde. En el propio auto se hizo del conocimiento de las partes litigantes el derecho que les asiste para manifestar su conformidad o inconformidad para que sus datos personales señalados en el artículo 3° fracción XI, de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Estado, se incluyan en la publicación que se haga del presente fallo, sin que hubiesen manifestado nada al respecto. Posteriormente, se hizo constar la presentación oportuna de los agravios formulados por el apelante, así como que su contraria parte no contestó los mismos. Mediante proveído de 1° primero de octubre del presente año, se decretó el término de 3 tres días para que las partes formularan los alegatos de su intención. Finalmente, por auto del 13 trece siguiente, se citó para resolver el presente asunto, turnándose el expediente al Magistrado Ponente, a quien por sorteo aleatorio correspondió conocer, para la formulación del proyecto de resolución. CONSIDERANDO PRIMERO.- Los agravios formulados por el representante legal de la parte actora, aquí apelante, a la letra dicen: “PRIMERO.- Le causa perjuicio a mi poderdante la totalidad de la resolución recurrida, pero en concreto el considerando segundo en relación con el resolutivo segundo, en donde el C. Juez Inferior de una forma totalmente contraria a derecho, violando las reglas esenciales del procedimiento, declara improcedente la Vía Ordinaria Civil, omitiendo tomar en consideración lo estipulado por los artículos 81 y 83 del Código de Procedimientos Civiles en el Estado, en los que, el primero señala que, “La sentencia debe ser clara y al establecer el derecho, debe absolver o condenar”, mientras que, el segundo señala, en lo que interesa, que “La sentencia se ocupara exclusivamente de las acciones deducidas…..”, sin embargo, en ambos casos, el Inferior fue más allá de sus atribuciones y de lo señalado en estos artículos, pues no hizo ni una, ni otra cosa y si, incorrectamente declara improcedente la vía intentada, bajo el argumento de que la procedente era la Extraordinaria Civil Hipotecaria dejando de considerar lo estipulado por el artículo 252 del Código de Procedimientos Civiles, que literalmente señala que “Todas las contiendas entre partes que no tengan señalada en este Código tramitación especial, se ventilarán en juicio ordinario”, esto es de acuerdo a la fecha de celebración del contrato base de la acción (ELIMINADO) se tiene que dirimir judicialmente el conflicto ocasionado por la falta de pago del crédito en la vía ordinaria civil por ser la aplicable a este asunto en particular, sin que sea viable ejercitar la vía extraordinaria civil hipotecaria como erróneamente lo sostiene el Juzgador primario, ya que las reglas para ese procedimiento empezaron a regularse en el mes de Mayo de 1997, resultando inaplicable el criterio vertido en la resolución, puesto que el contrato génesis de la acción fue formalizado en escritura privada, 5 cinco años antes de la adición y entrada en vigor en el Código de Procedimientos Civiles en el Estado de las reglas del Juicio Extraordinario Civil Hipotecario, lo cual da una certeza de que el derecho ejercitado por mi poderdante a través de la Vía Ordinaria Civil, además de ser legítima, es la correcta, sin embargo, el A quo al haber resuelto de la manera en que lo hizo, dejó de considerar el principio de congruencia que debe contener toda resolución judicial, vulnerando en perjuicio de mi representado la garantía de legalidad y seguridad jurídica contenida en el artículo 17 de nuestra Carta Magna, por lo que derivado de lo anterior es claro que la resolución es incongruente, como se puede ver de los criterios de jurisprudencia que a continuación se citan: Novena Época. Instancia: Segundo Tribunal Colegiado en materias Civil y de Trabajo del Segundo Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo: III, Febrero de 1996. Tesis: II.2º.C.T.7 K. Página: 487. SENTENCIAS, CONGRUENCIA DE LAS.- (LA TRANSCRIBE). Octava Época. Instancia: Segundo Tribunal Colegiado del Sexto Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo: XIV. Julio de 1994. Página 812. SENTENCIA INCONGRUENTE.- (LA TRANSCRIBE). Novena Época. Instancia: Segundo Tribunal Colegiado del Sexto Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo: V, Junio de 1997. Tesis: VI.2º.124 C. Página: 783. SENTENCIA INCONGRUENTE. ES AQUELLA QUE INTRODUCE CUESTIONES AJENAS A LA LITIS PLANTEADA O A LOS AGRAVIOS EXPRESADOS EN LA APELACIÓN.- (LA TRANSCRIBE). SEGUNDO.- La sentencia carece de la debida motivación y fundamentación, ya que de una manera por demás ilógica se excepciona de oficio a la parte apelada, al pretender el A quo que se debe demandar en una Vía ajena a la que regula este juicio, considerando erróneamente que la viable y correcta era la Extraordinaria Civil Hipotecaria, pasando por alto y dejando de considerar o desconociendo las reglas de aplicación señaladas en los decretos 795 y 803, referentes a las adiciones al Código de Procedimientos Civiles en el Estado de la Vía Extraordinaria Civil Hipotecaria, los que fueron publicados en el Periódico Oficial del Estado el 9 y 30 de Mayo de 1997 respectivamente y, que por esa razón no son aplicables al contrato básico de la acción, por haberse formalizado y firmado éste en el año de 1992, esto es, 5 años antes de las adiciones ya indicadas, lo que trae como consecuencia que, en lo que respecta a este asunto en particular, que obligadamente se debe de demandar en la Vía Ordinaria Civil, por ser la vía correcta y aplicable a los contratos celebrados con antelación a las adiciones de los decretos ya indicados, pero para mayor ilustración de mi dicho transcribo el artículo segundo transitorio del segundo decreto invocado y que textualmente señala: “SEGUNDO.- Todos los créditos con garantía hipotecaria contraídos antes del inicio de vigencia de las adiciones contenidas en el decreto 795 de LVI Legislatura, relativas al Código Civil y Código de Procedimientos Civiles para el Estado, así como de las presentes modificaciones, reformas y adiciones, se regirá por las normas civiles y procesales vigentes al momento de la contratación. Lo dispuesto por el párrafo anterior, también se observara tratándose de las reestructuraciones, renegociaciones o nuevos convenios de deuda o créditos cualquiera que sea la forma que adopten para tal efecto que se efectúen con posterioridad al inicio de vigencia de estas reformas, modificaciones y adiciones y que tengan como causa o antecedente, un crédito hipotecario contraído con anterioridad a la vigencia de las mismas, en cuyos casos se aplicara la legislación civil y procesal vigentes antes de las reformas.” Pues bien, es claro que tal transitorio determina que las adiciones y reformas a que se refieren los decretos 795 y 803 de fechas 9 y 30 de Mayo de 1997, excluyen a toda persona en juicio que tenga contratado un crédito con anterioridad a su entrada en vigor, por tanto los litigios en los que mi poderdante sea parte, derivado del multicitado contrato, no podrá aplicarse el procedimiento hipotecario instituido en aquellas reformas, por tratarse de un crédito contratado con anterioridad a su entrada en vigor, puesto que ambos decretos delimitaron el ámbito material de aplicación y temporalidad de las reformas, eximiendo de ellas a los contratos celebrados con anterioridad a su entrada en vigor, como lo es el caso que nos ocupa, sin embargo el A quo, sólo se limita a establecer que el juicio no se ventiló en la vía correcta, cuando era su obligación analizar correctamente la vía intentada, pues el artículo 14 constitucional establece, en la parte que aquí interesa, que en los juicio del orden civil las sentencias definitivas deberán ser conforme a la letra de la ley o a la interpretación, debiéndose atender en el caso concreto a lo dispuesto en el artículo segundo transitorio del Decreto 803 que es claro en exceptuar la aplicación de las mencionadas reformas sin hacer distinción alguna sobre la naturaleza adjetiva o sustantiva de las mismas, a persona alguna que hubiera contratado, novado o reestructurado créditos, con anterioridad a la entrada en vigor de este Decreto, lo cual hace evidente que el propósito de tal transitorio fue el de establecer con claridad que se exceptúan de la aplicación de la totalidad de las reformas a algunas personas, para proteger la seguridad jurídica de un determinado sector de la población entendiéndose a aquellas personas que, como ya se dijo, hayan contratado, novado o reestructurado créditos con anterioridad a la entrada en vigor de las adiciones y reformas ya indicadas. Abundando sobre el particular es de destacar que el A quo omitió considerar que el análisis de retroactividad de las leyes implica estudiar si una determinada norma tiene vigencia o aplicación respecto de derechos adquiridos o situaciones jurídicas acaecidas con anterioridad a la entrada en vigor de la Ley que pretende aplicar y más, si esa adición a la Ley Sustantiva, en razón de la materia tiene aplicación concreta, resultando en este asunto la inaplicación retroactiva de la Ley por así disponerlo el siguiente criterio emitido por nuestro máximo tribunal a través de la siguiente tesis de jurisprudencia: Décima Época. Registro: 160954. Instancia: Primera Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Libro I, Octubre de 2011. Tomo 2. Materia(s): Constitucional. Tesis: 1ª. CCIV/2011 (9ª.). Página: 1064. APLICACIÓN RETROACTIVA DE UNA LEY EN BENEFICIO. NO OPERA EN CONTIENDAS DE NATURALEZA CIVIL.- (LA TRANSCRIBE). TERCERO.- En efecto, contrario a lo sostenido por el Juzgador Inferior es procedente la Vía Ordinaria Civil intentada por mi poderdante, puesto que para dirimir el cumplimiento forzoso o la rescisión del acto plasmado en el fundatorio, se debe acudir ante el órgano jurisdiccional encargado de impartir justicia, en la vía correspondiente, sin perder de vista que no existía otro medio para lograrlo judicialmente más que la vía ordinaria elegida, sin embargo, eso es lo que incorrectamente resuelve el A quo, trayendo como consecuencia que la sentencia tenga serias deficiencias al no estar debidamente fundada y motivada, puesto que la procedencia de la vía no es un asunto que depende del criterio de un juzgador, ya que su procedibilidad se encuentra determinada por el legislador y su ejercicio depende de que así lo permita la Ley y ese ejercicio no puede sustituirse, modificarse o variarse ya que su trámite se encuentra previsto en la ley a fin de garantizar su legalidad, como es el caso que nos ocupa, pues la existencia de diversas vías para lograr el acceso a la justicia responde a la necesidad de respeto a la garantía de seguridad jurídica, la cual se manifiesta como la posibilidad de que los gobernados tengan certeza de que su situación jurídica será modificada sólo a través de procedimientos regulares, establecidos previamente en las leyes, por ello, el sólo hecho de que el A quo considere que mi poderdante debe tramitar un procedimiento en una vía que no corresponda, aunque sea muy similar en cuanto a sus términos a la legalmente procedente, le causa agravio y, por ende, constituye una violación a sus derechos sustantivos por no estarse administrando justicia en los términos establecidos en las leyes aplicables, invoco a este respecto el siguiente criterio: Séptima Época. Instancia: Tercera Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Volumen 28. Cuarta Parte. Página: 79. HIPOTECA. VÍA PROCEDENTE PARA EL COBRO DEL MUTUO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE JALISCO).- (LA TRANSCRIBE). Novena Época. Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo XI, Marzo de 2000. Tesis: IV.1º.P.C.9 K. Página: 1002. JURISPRUDENCIA. CASO EN QUE SU APLICACIÓN ESTÁ SUJETA AL PRINCIPIO DE NO RETROACTIVIDAD.(LA TRANSCRIBE). En efecto el A quo pretende aplicar en forma retroactiva la Ley en perjuicio de mi poderdante, al considerar que, en este asunto, la Vía Extraordinaria Civil Hipotecaria debe prevalecer sobre la Ordinaria Civil, lo cual es totalmente absurdo pues es de explorado derecho que para que una ley sea retroactiva, se requiere que obre sobre el pasado y que lesione derechos adquiridos bajo el amparo de leyes anteriores, y, en el caso en concreto, al haberse celebrado un contrato, se creó una situación jurídica concreta, que no puede destruirse por una nueva ley, si no es incurriendo en el vicio de retroactividad, ya que si una obligación nació bajo el imperio de la ley antigua, debe subsistir con los caracteres y las consecuencias que la misma ley le atribuía en el momento de su celebración. Para reafirmar lo ya comentado debo decir que el apelado, al contestar la demanda no impugnó la vía ni dijo nada sobre el particular, razón por la cual, aun y cuando su estudio es oficioso, resultaría procedente declararla aprobada y como consecuencia procedente la acción, pues el incumplimiento de pago en las erogaciones mensuales fue la causa generadora de la denuncia del contrato, de tal forma que, si el demandado, aquí apelado reconoció el atraso en el cumplimiento, era motivo más que suficiente para que el C. Juez Inferior, declarara correcta la vía y la acción y como consecuencia de ello procedentes todas y cada una de las prestaciones reclamadas, luego entonces, bajo esa óptica, resulta incorrecta e ilógica la apreciación del C. Juez en el sentido de que no es correcta la vía ordinaria civil, pues de haber analizado los decretos 795 y 803, referentes a las adiciones al Código de Procedimientos Civiles en el Estado de la Vía Extraordinaria Civil Hipotecaria, que fueron publicados en el Periódico Oficial del Estado el 9 y 30 de Mayo de 1997, se hubiera percatado que la vía intentada era la correcta, pero como no lo hizo, su criterio es inadmisible, por lo que, al no existir base jurídica para decretar la improcedencia de la vía, es obvio que la sentencia impugnada es incongruente y violatoria, en perjuicio de mi poderdante, de los artículos 14 y 16 de la Constitución General de la República. De todo lo manifestado, se advierte inconsistencia en la consideración del Resolutor, porque al desconocer el contenido de los decretos mencionados y hacer una interpretación errónea a los criterios de jurisprudencia mencionados, incrementa lo contradictorio del fallo, por tanto, ese H. Tribunal de Alzada debe llegar a la conclusión de que el juzgador inferior con su razonamiento violó lo dispuesto por los artículos 14 y 16 constitucionales, por infracción al espíritu de congruencia, precisión, claridad, determinación y análisis del estado de los autos violando además los principios de debida fundamentación y motivación que lo obligan al dictar sentencia, a estudiar el contenido de los hechos demostrados, así como las actuaciones judiciales practicadas dentro del juicio, así pues, en atención a los agravios vertidos, y por no existir reenvío, con plenitud de jurisdicción, esa H. Sala Colegiada deberá revocar la Sentencia combatida, efectuar un estudio apegado a derecho de la vía y de la acción intentadas y resolver en sentido de que es procedente condenar a la parte apelada al cumplimiento y pago de todas y cada una de las prestaciones reclamadas.”. SEGUNDO.- Los conceptos de agravio expuestos por el apelante, en relación con las constancias de autos, son substancialmente fundados y suficientes para revocar el fallo recurrido, por las consideraciones que enseguida se precisan. Inicialmente conviene reseñar los antecedentes más relevantes del caso, dentro de los que destacan los siguientes: 1.- Mediante escrito presentado el 7 siete de agosto de 2007 dos mil siete, ante la Oficialía de Partes Común a los Juzgados en Ciudad Valles, S.L.P., ELIMINADO en su carácter de apoderado general para pleitos y cobranzas del ELIMINADO, mismo que por razón de turno fue remitido al Juzgado Tercero Mixto de Primera Instancia en Ciudad Valles, San Luis Potosí, demandó en la Vía Ordinaria Civil a ELIMINADO, por la satisfacción de las siguientes prestaciones: “a).- Por la declaración judicial y aceptación incondicional de la parte demandada de que, por causas imputables a su persona, legalmente ha operado la rescisión del CONTRATO DE OTORGAMIENTO DE CRÉDITO Y CONSTITUCIÓN DE GARANTÍA HIPOTECARIA, de fecha ELIMINADO y consecuentemente se está dando por vencido anticipadamente el plazo pactado para el pago del mismo, bajo la causal de incumplimiento en las obligaciones contraídas por la propia parte demandada para con mi representado, respecto del documento fundatorio. b).- Por el pago de ELIMINADO veces el salario mínimo vigente en el Distrito Federal, multiplicado por ELIMINADO salario mínimo mensual del presente año, que al día ELIMINADO, equivalen a la cantidad de ELIMINADO, o la que resulte posteriormente, según los aumentos que sufra el salario mínimo general en el Distrito Federal, por concepto de suerte principal, derivada del vencimiento anticipado del saldo del crédito a que hace referencia el Contrato de Otorgamiento de Crédito y Constitución de Garantía Hipotecaria, celebrado entre mi representado como acreditante y la parte demandada como acreditada. c).- Por el pago de la cantidad que resulte por concepto de intereses ordinarios, a razón del ELIMINADO anual sobre saldos insolutos y hasta la obtención del pago total reclamado, en términos del contrato fundatorio de la acción, más los que se sigan generando hasta la solución del adeudo y que serán calculados, regulados, cuantificados y reclamados en ejecución de sentencia, atendiendo al salario mínimo general vigente en el Distrito Federal que haya sido determinado en ese momento por la Comisión Nacional de Salarios Mínimos. d).- Por el pago de la cantidad que resulte por concepto de intereses moratorios, a razón del ELIMINADO anual sobre saldos insolutos y hasta la obtención del pago total reclamado, en términos del contrato fundatorio de la acción, más los que se sigan generando hasta la solución del adeudo y que serán calculados, regulados, cuantificados y reclamados en ejecución de sentencia, atendiendo al salario mínimo general vigente en el Distrito Federal que haya sido determinado en ese momento por la Comisión Nacional de Salarios Mínimos. e).- Por la aplicación integra de las cantidades que cubrió la parte demandada, a favor del ELIMINADO, más las que se lleguen a cubrir, las que serán aplicadas a título de pago por el uso y disfrute de la vivienda materia del contrato, conforme lo establece el párrafo tercero del artículo 49 de la Ley del Instituto Nacional del Fondo de Vivienda para los Trabajadores. f).- En el momento procesal oportuno, se haga efectiva la garantía hipotecaria otorgada por la parte demandada a favor del ELIMINADO, en términos del contrato exhibido como base de la acción. g).- Por el pago de los daños y perjuicios que se hayan ocasionado al bien inmueble motivo del crédito otorgado, los que se serán determinados, calculados y cuantificados en la etapa procesal correspondiente. h).- Por el pago de las costas y gastos que se generen con la tramitación del presente juicio.”. 2.- Por auto de 31 treinta y uno de agosto de 2007 dos mil siete, se admitió a trámite la demanda planteada y se ordenó emplazar a juicio al demandado para que dentro del término de 9 nueve días, diera contestación a la misma y opusiera las excepciones y defensas que estimara conducentes; emplazamiento que tuvo lugar el 28 veintiocho de enero de 2009 dos mil nueve. 3.- Mediante escrito presentado ante el Juzgado del conocimiento, el 11 once de febrero de 2009 dos mil nueve, el demandado ELIMINADO, dio contestación a la demanda planteada en su contra; lo que así se acordó de conformidad en proveído de 18 dieciocho de febrero de 2009 dos mil nueve. 4.- Seguido el procedimiento por sus fases legales, el 21 veintiuno de noviembre de 2014 dos mil catorce, se dictó sentencia definitiva, en la que se declaró improcedente la vía ordinaria civil intentada por la parte actora, por lo que estableció que era innecesario entrar al estudio de la acción y excepciones opuestas, así como de las pruebas ofertadas por las partes, dejando a salvo los derechos de la accionante para que los hiciera valer conforme a sus intereses conviniere; determinación que se sustentó en las consideraciones siguientes: “TERCERO.- Previamente al estudio de fondo del presente juicio, el Resolutor estima pertinente estudiar oficiosamente la procedencia de la vía, por ser un presupuesto procesal de orden público, necesario para poder entrar al fondo del negocio y emitir una sentencia apegada a derecho, ya que la vía escogida por la parte actora debe ser procedente, pues de no serlo, el suscrito Juzgador está impedido para resolver sobre las acciones planteadas, porque la ley expresamente establece la vía en que los asuntos deben de tramitarse, dada su naturaleza, sin permitirse a los particulares que a su arbitrio adopten una diversa. Sirve de apoyo a lo anterior la Tesis: 1ª./J. 25/2005 (Contradicción de tesis 135/2004-PS.), localizable con el número de registro: 178.665, Materia(s): Común, Novena Época, Instancia: Primera Sala, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, XXI, Abril de 2005, página: 576, bajo el título y rubro: “PROCEDENCIA DE LA VÍA. ES UN PRESUPUESTO PROCESAL QUE DEBE ESTUDIARSE DE OFICIO ANTES DE RESOLVER EL FONDO DE LA CUESTIÓN PLANTEADA. El derecho a la tutela jurisdiccional establecido por el artículo 17 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos no es ilimitado, sino que está restringido por diversas condiciones y plazos utilizados para garantizar la seguridad jurídica. Así, las leyes procesales determinan cuál es la vía en que debe intentarse cada acción, por lo cual, la prosecución de un juicio en la forma establecida por aquéllas tiene el carácter de presupuesto procesal que debe atenderse previamente a la decisión de fondo, porque el análisis de las acciones sólo puede llevarse a efecto si el juicio, en la vía escogida por el actor, es procedente, pues de no serlo, el Juez estaría impedido para resolver sobre las acciones planteadas. Por ello, el estudio de la procedencia del juicio, al ser una cuestión de orden público, debe analizarse de oficio porque la ley expresamente ordena el procedimiento en que deben tramitarse las diversas controversias, sin permitirse a los particulares adoptar diversas formas de juicio salvo las excepciones expresamente señaladas en la ley. En consecuencia, aunque exista un auto que admita la demanda y la vía propuesta por la parte solicitante, sin que la parte demandada la hubiere impugnado mediante el recurso correspondiente o a través de una excepción, ello no implica que, por el supuesto consentimiento de los gobernados, la vía establecida por el legislador no deba tomarse en cuenta. Por tanto, el juzgador estudiará de oficio dicho presupuesto, porque de otra manera se vulnerarían las garantías de legalidad y seguridad jurídica establecidas en el artículo 14 constitucional, de acuerdo con las cuales nadie puede ser privado de la vida, de la libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento. Luego entonces, el juzgador, en aras de garantizar la seguridad jurídica de las partes en el proceso, debe asegurarse siempre de que la vía elegida por el solicitante de justicia sea la procedente, en cualquier momento de la contienda, incluso en el momento de dictar la sentencia definitiva, por lo que debe realizar de manera oficiosa el estudio de la procedencia de la vía, aun cuando las partes no la hubieran impugnado previamente.”. Para abordar su estudio, se hace necesario transcribir el contenido de los artículos 481.1 y 481.2 del Código de Procedimientos Civiles del Estado: ART. 481.1.- “Se tramitará en la vía extraordinaria, todo juicio hipotecario que tenga por objeto la constitución, ampliación, división, registro y extinción de una hipoteca, así como su nulidad, cancelación, o bien, el pago o prelación del crédito que la hipoteca garantice. Para que el juicio que tenga por objeto el pago o la prelación de un crédito hipotecario se siga según las reglas especiales del presente Capítulo, y supletoriamente conforme a las reglas de los juicios extraordinarios, es, es (sic) requisito indispensable que el crédito conste en escritura pública o escritura privada, según corresponda en los términos de la legislación común y se encuentre inscrito en el Registro Público de la Propiedad y del Comercio y que sea además, de plazo cumplido, o que éste sea exigible en los términos pactados o bien, conforme a las disposiciones legales aplicables.” ART. 481.2.“Procederá el juicio hipotecario sin necesidad de que el contrato esté inscrito en el Registro Público de la Propiedad, cuando: I.- El documento base de la acción tenga carácter de título ejecutivo; II.- El bien se encuentre inscrito a favor del demandado; y III.- No exista embargo o gravamen en favor de tercero, inscrito, cuando menos, noventa días anteriores al de la presentación de la demanda.” Bajo este marco legal, y con fundamento en lo dispuesto por los artículos 481.1 y 481.2 del Código de Procedimientos Civiles del Estado, es dable concluir que, la Vía Ordinaria Civil propuesta por el actor Licenciado ELIMINADO, en su carácter de Apoderado legal para Pleitos y Cobranzas del ELIMINADO, mediante la cual demanda la declaración Judicial de Vencimiento anticipado del plazo para el pago del Crédito celebrado entre su representada y el demandado ELIMINADO, resulta improcedente, ello atendiendo a la naturaleza de la acción, por ser una controversia que debe de ventilarse y decidirse en la Vía Especial Hipotecaria, máxime que del contrato de mérito no se advierte que las partes hubiesen pactado en el mismo un procedimiento convencional. En corolario a lo anterior, se abunda en el hecho de que, el estudio de la procedencia de la vía es de orden público, porque la ley expresamente ordena que determinadas controversias deban tramitarse en una vía específica y, por regla general, no es válido permitirse a los particulares adoptar diversa forma de juicio, según su conveniencia, tal y como lo prevé el numeral 53 del Código Procesal Civil para el Estado: “Para la tramitación y resolución de los asuntos ante los tribunales ordinarios, se estará a lo dispuesto por este Código, sin que por convenio de los interesados puedan renunciarse los recursos ni el derecho de recusación ni alterarse, modificarse o renunciarse las normas del procedimiento.” Por otra parte, debe decirse que la garantía de acceso a la justicia o a la tutela jurisdiccional para los gobernados está contemplada en el artículo 17 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, segundo párrafo, el cual establece textualmente que: “...Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales que estarán expeditos para impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes, ...”. Esta garantía a la tutela jurisdiccional consiste, básicamente, en el derecho que los gobernados tienen para solicitar a determinados órganos legalmente competentes que ejerzan la función jurisdiccional. La función jurisdiccional es una potestad atribuida a determinados órganos para dirimir cuestiones contenciosas entre diversos gobernados pero, al mismo tiempo, es un deber impuesto a esos órganos, pues los mismos no pueden negarse a administrar justicia, ni a utilizar los mecanismos jurídicos establecidos por el legislador para el ejercicio de la función jurisdiccional. Por otro lado, la garantía de la que se habla no es absoluta ni irrestricta a favor de los gobernados. Esto es así, porque el Constituyente otorgó a los órganos legislativos secundarios el poder de establecer los términos y los plazos en los que la función jurisdiccional se debe realizar. El propio Constituyente estableció un límite claramente marcado al utilizar la frase “en los plazos y términos que fijen las leyes”, misma que no sólo implica las temporalidades en que se debe hacer la solicitud de jurisdicción, sino que incluye, además, todas las formalidades, requisitos y mecanismos que el legislador prevea para cada clase de procedimiento. La existencia de determinadas formas y de plazos concretos para acceder a la justicia no tiene su origen en una intención caprichosa del Constituyente de dotar al legislador ordinario con un poder arbitrario. Por el contrario, responde a la intención de aquél de facultar a éste para que pueda establecer mecanismos que garanticen el respecto a las garantías de seguridad jurídica y dentro de éstas, la de legalidad en los procedimientos. Esas garantías de seguridad jurídica se manifiestan como la posibilidad de que los gobernados tengan certeza de que su situación jurídica no será modificada más que por procedimientos regulares, establecidos previamente, es decir, bajo los términos y plazos que determinen las leyes, como lo establece el precitado artículo 17 constitucional. De esta forma, se dota al legislador ordinario con la facultad de emitir leyes procesales mediante las cuales se regulen los modos y condiciones para la actuación de los sujetos de la relación jurídica procesal. Resulta atendible la Tesis: P./J. 113/2001, sustentada por el Pleno, Novena Época, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo: XIV, septiembre de 2001, página 5, bajo el siguiente tenor: “JUSTICIA, ACCESO A LA. LA POTESTAD QUE SE OTORGA AL LEGISLADOR EN EL ARTÍCULO 17 DE LA CONSTITUCIÓN GENERAL DE LA REPÚBLICA, PARA FIJAR LOS PLAZOS Y TÉRMINOS CONFORME A LOS CUALES AQUÉLLA SE ADMINISTRARÁ NO ES ILIMITADA, POR LO QUE LOS PRESUPUESTOS O REQUISITOS LEGALES QUE SE ESTABLEZCAN PARA OBTENER ANTE UN TRIBUNAL UNA RESOLUCIÓN SOBRE EL FONDO DE LO PEDIDO DEBEN ENCONTRAR JUSTIFICACIÓN CONSTITUCIONAL. De la interpretación de lo dispuesto en el artículo 17, párrafo segundo, de la Constitución General de la República se advierte que en ese numeral se garantiza a favor de los gobernados el acceso efectivo a la justicia, derecho fundamental que consiste en la posibilidad de ser parte dentro de un proceso y a promover la actividad jurisdiccional que, una vez cumplidos los respectivos requisitos procesales, permita obtener una decisión en la que se resuelva sobre las pretensiones deducidas, y si bien en ese precepto se deja a la voluntad del legislador establecer los plazos y términos conforme a los cuales se administrará la justicia, debe estimarse que en la regulación respectiva puede limitarse esa prerrogativa fundamental, con el fin de lograr que las instancias de justicia constituyan el mecanismo expedito, eficaz y confiable al que los gobernados acudan para dirimir cualquiera de los conflictos que deriven de las relaciones jurídicas que entablan, siempre y cuando las condiciones o presupuestos procesales que se establezcan encuentren sustento en los diversos principios o derechos consagrados en la propia Constitución General de la República; por ende, para determinar si en un caso concreto la condición o presupuesto procesal establecidos por el legislador ordinario se apegan a lo dispuesto en la Norma Fundamental deberá tomarse en cuenta, entre otras circunstancias, la naturaleza de la relación jurídica de la que derivan las prerrogativas cuya tutela se solicita y el contexto constitucional en el que ésta se da.” En este contexto, se declara improcedente la Vía Ordinaria Civil intentada por el Licenciado ELIMINADO, en su carácter de Apoderado legal para Pleitos y Cobranzas del ELIMINADO, resultando por ende, innecesario entrar al estudio de la acción y pruebas ofertadas por la actora; así como a las excepciones opuestas por el demandado ELIMINADO; consecuentemente, se dejan a salvo los derechos del actor, para que los haga valer conforme a sus intereses convenga.”. La anterior determinación constituye la resolución reclamada en el recurso de apelación que ahora ocupa. Ahora, el disconforme sostiene esencialmente que la anterior determinación es incorrecta pues se perdió de vista que el juicio instaurado, tiene como sustento un contrato celebrado el ELIMINADO, lo que debe ser tomado en consideración para efectos de establecer la vía correspondiente en términos de lo dispuesto por el transitorio segundo, relativo a las reformas al Código de Procedimientos Civiles, publicadas en el Periódico Oficial del Estado, el 9 nueve y 30 treinta de mayo de 1997 mil novecientos noventa y siete, en las que se adicionó, entre otras cuestiones, el procedimiento para los juicios hipotecarios, fijándose en el citado transitorio que los créditos con garantía hipotecaria contraídos antes del inicio de vigencia de dicha reforma, se regirán por las normas civiles y procesales vigentes al momento de la contratación; y que como consecuencia de ello, es que si el juicio de mérito se tramitó en la vía ordinaria civil, la misma es correcta, pues atendiendo a la temporalidad del contrato basal, no existía un procedimiento especial para ese tipo de asuntos y por ende, se debía seguir la regla general de que todas aquellas acciones que no se encontraran reguladas con un trámite especial, debía substanciarse en la vía ordinaria, tal y como en la especie aconteció. Las anteriores inconformidades son fundadas; y para evidenciar la razón de ello, es menester destacar que mediante decretó 795 publicado en el Periódico Oficial del Estado el 9 nueve de mayo de 1997 mil novecientos noventa y siete, se adicionó el Capítulo V, denominado "del juicio hipotecario" al Título Séptimo del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de San Luis Potosí. Además, en el transitorio segundo, emitido con motivo del decreto 803 publicado en el Periódico Oficial del Estado el 30 treinta de mayo de 1997 mil novecientos noventa y siete, se determinaron las reglas de temporalidad y aplicación de la adición detallada en el párrafo que antecede, en los términos literales siguientes: “SEGUNDO.- Todos los créditos con garantía hipotecaria contraídos antes del inicio de vigencia de las adiciones contenidas en el Decreto 795 de la LIV Legislatura, relativas al Código Civil y Código de Procedimientos Civiles para el Estado, así como de las presentes modificaciones, reformas y adiciones, se regirán por las normas civiles y procesales vigentes al momento de la contratación. Lo dispuesto en el párrafo anterior, también se observará tratándose de las reestructuraciones, renegociaciones o nuevos convenios de deuda o créditos, cualquiera que sea la forma que adopten para tal efecto, que se efectúen con posterioridad al inicio de vigencia de estas reformas, modificaciones y adiciones, y que tengan como causa o antecedente, un crédito hipotecario contraído con anterioridad a la vigencia de las mismas, en cuyos casos se aplicará la legislación civil y procesal vigentes antes de las reformas.”. Del anterior transitorio se colige que el propósito del legislador fue el exceptuar de la aplicación del procedimiento establecido para los juicios hipotecarios, a todos aquellos créditos con garantía hipotecaria contraídos antes del inicio de vigencia de las adiciones, para proteger la seguridad jurídica de un determinado sector de la población entendiéndose a aquellas personas que hayan contratado, novado o reestructurado créditos con anterioridad a la entrada en vigor de las adiciones mencionadas, ello de conformidad con lo dispuesto por el artículo 14 Constitucional que establece, en la parte que aquí interesa, que en los juicios del orden civil, las sentencias definitivas deberán ser conforme a la letra de la ley o a la interpretación, lo que lleva a que para efectos de poder establecer la vía en que deba substanciarse un asunto basado en un contrato de crédito con garantía hipotecaria, deba atenderse a lo dispuesto en el artículo segundo transitorio del Decreto en comento, que es claro en exceptuar la aplicación de las mencionadas adiciones, a los créditos hipotecarios contratados con anterioridad a la entrada en vigor de esa reforma. Luego, si en el caso concreto, la parte actora, ejercitó la acción de vencimiento anticipado, con sustento en un contrato de otorgamiento de crédito y constitución de garantía hipotecaria, celebrado el ELIMINADO, es decir, anterior a las reformas por las cuales se incorporó al Código de Procedimientos Civiles, el procedimiento correspondiente para los juicios hipotecarios, entonces, es inconcuso que para la substanciación del procedimiento, debía atenderse a las normas civiles y procesales vigentes al momento de la contratación, las cuales no regulaban un procedimiento especial para los juicios hipotecarios, pues fue a virtud del decreto 795 antes mencionado, que se incorporó a tal legislación, dicho procedimiento especial; por lo que acorde a lo dispuesto por el artículo 252 del Código Adjetivo Civil, que establece: “Todas las contiendas entre partes que no tengan señalada en este Código tramitación especial, se ventilarán en juicio ordinario.”, es que conforme a la legislación vigente a la fecha de la celebración del contrato basal, no existía un trámite especial para substanciarse el vencimiento anticipado, fundado en un contrato de crédito con garantía hipotecaria, por lo que la demanda de mérito, debe substanciarse en juicio ordinario, tal y como en la especie aconteció; de lo que resulta lo inexacto de lo determinado en el fallo recurrido, poniéndose en evidencia lo fundado de los motivos de disenso expuestos por el disconforme. En esa tesitura, ante lo fundado de los conceptos de agravio y ante la inexistencia de reenvío en nuestro sistema jurisdiccional, este Tribunal de Alzada, asume las facultades del Inferior para el efecto de establecer que, conforme a lo anteriormente expuesto, la vía en que se substanció el procedimiento, fue la correcta; en consecuencia, lo conducente es analizar la procedencia o no de la acción intentada, lo que se hace enseguida. Previamente al estudio de fondo, debe analizarse oficiosamente si en la especie se encuentran dadas las condiciones de la acción, independientemente de que haya o no manifestación al respecto por la parte demanda, porque se trata de una cuestión de orden público y estudio preferente al de los elementos de la acción, el cumplimiento de los requisitos que establece la ley para hacer procedente una acción, a efecto de saber si la parte actora se encuentra o no en aptitud de instaurar la demanda en contra de la parte demandada ELIMINADO, pues de no colmarse las condiciones necesarias para el ejercicio de la acción, resultaría innecesario abordar el estudio de la misma. Sirve de apoyo a lo anterior, la Jurisprudencia sustentada por el Tercer Tribunal Colegiado en materia Civil del Sexto Circuito, visible en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XII, Septiembre de 2000, Novena Época, que es del tenor siguiente: “ACCIÓN. LAS CONDICIONES ESPECIALES PARA SU PROCEDENCIA, DEBEN SER ANALIZADAS DE OFICIO POR EL JUZGADOR EN LA SENTENCIA DEFINITIVA (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE PUEBLA).Es verdad que el artículo 174 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado, establece determinados requisitos formales que deben cumplirse cuando se ejercita una acción, independientemente de cuál sea ésta (dicho precepto legal estatuye: "Al ejercitarse una acción, se determinará con claridad la prestación que se exige, el título o causa de la acción y la disposición legal aplicable."). El cumplimiento de tales condiciones, debe ser analizado por el juzgador a fin de determinar la admisión o desechamiento de una demanda. Sin embargo, los citados requisitos formales no son los únicos que deben ser analizados oficiosamente por el juzgador para determinar la procedencia de la acción, pues al momento de fallar, los órganos jurisdiccionales comunes pueden estimar, aun de oficio, tanto los presupuestos procesales como las condiciones necesarias para el ejercicio de la acción. Ahora bien, independientemente de las condiciones que deben satisfacerse para el ejercicio de cualquier acción civil, la ley de la materia establece también condiciones para la procedencia de las acciones en particular; estas condiciones especiales deben ser estimadas de oficio por el juzgador, en los términos del artículo 456 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Puebla, en relación con la jurisprudencia número 3, visible a foja 11, de la Cuarta Parte, Tercera Sala, del último Apéndice al Semanario Judicial de la Federación, con el rubro: "ACCIÓN. ESTUDIO OFICIOSO DE SU IMPROCEDENCIA.", pues es obvio que para declarar probada una acción, deben analizarse, tanto las condiciones generales y especiales para su ejercicio, como sus elementos constitutivos.”. En el caso concreto, la Institución actora, demandó de ELIMINADO, el vencimiento anticipado por falta de pago del contrato de crédito con garantía hipotecaria, celebrado entre ellos el ELIMINADO; fundando su acción esencialmente en lo pactado en dicho contrato de otorgamiento de crédito y constitución de garantía hipotecaria, en las estipulaciones precisadas en la ELIMINADO, así como en la ELIMINADO; pues afirmó en los hechos expuestos en su demanda, que el demandado incumplió con los pagos convenidos, no obstante las diversas gestiones extrajudiciales que en lo particular se realizaron al demandado. Ahora bien, se advierte que la accionante, exhibió anexo a su demanda, copia certificada del contrato de otorgamiento de crédito y constitución de garantía hipotecaria, celebrado por ELIMINADO, con el ELIMINADO, documental que en términos de lo dispuesto por el artículo 388 del Código de Procedimientos Civiles, tiene valor pleno, documento del que es menester destacar literalmente los términos en que fue expresada la voluntad de los contratantes, siendo lo siguiente: “...SEGUNDA.- EL PLAZO.- EL PLAZO (sic) PARA CUBRIR EL CRÉDITO A QUE SE REFIERE LA CLÁUSULA PRIMERA QUE ANTECEDE, SE CONTARÁ A PARTIR DEL BIMESTRE SIGUIENTE A AQUÉL EN QUE EL PATRÓN HAYA RECIBIDO EL AVISO DE RETENCIÓN RESPECTIVA.- SI TRANSCURRIDO UN PLAZO NO MAYOR DE TREINTA AÑOS DE PAGOS EFECTIVOS, O BIEN TRESCIENTOS SESENTA PAGOS PARA LA AMORTIZACIÓN DEL CRÉDITO OTORGADO, EXISTIERE TODAVÍA ALGÚN SALDO INSOLUTO A CARGO DEL TRABAJADOR, Y SIEMPRE Y CUANDO ÉSTE SE ENCUENTRE AL CORRIENTE DE LAS AMORTIZACIONES, EL INFONAVIT LIBERARA AL TRABAJADOR DEL PAGO DE DICHO SALDO, CANCELANDO EN CONSECUENCIA LOS GRAVÁMENES QUE SE TENGAN CONSTITUIDOS SOBRE LA VIVIENDA OBJETO DEL CRÉDITO. TERCERA:- AMORTIZACIÓN.- EL TRABAJADOR SE OBLIGA EN ESTE ACTO AMORTIZAR EL MONTO DEL CRÉDITO A QUE SE REFIERE LA CLÁUSULA PRIMERA QUE ANTECEDE, DE CONFORMIDAD A LAS SIGUIENTES: ESTIPULACIONES. 1.- EN CUMPLIMIENTO A LO ESTABLECIDO POR LOS ARTÍCULOS NOVENTA Y SIETE FRACCIÓN TERCERA Y CIENTO DIEZ DE LA LEY FEDERAL DEL TRABAJO, EL TRABAJADOR ACEPTA Y AUTORIZA EXPRESAMENTE A SU PATRÓN PARA QUE A PARTIR DEL BIMESTRE SIGUIENTE AL QUE RECIBA EL AVISO PARA RETENCIÓN DE DESCUENTOS QUE GIRE EL INFONAVIT, EMPIECE A REALIZAR LOS DESCUENTOS DE SU SALARIO INTEGRADO EN FORMA SEMANAL, QUINCENAL O SEGÚN LA PERIODICIDAD CON QUE SE PAGUE EL SALARIO, PARA CUBRIR LOS SALARIOS CORRESPONDIENTES A LA AMORTIZACIÓN DEL CRÉDITO OTORGADO. EL MONTO POR AMORTIZAR DEL CRÉDITO OTORGADO SE IRÁ REDUCIENDO EN LA MEDIDA DE LOS PAGOS QUE SE VAYAN RECIBIENDO Y QUE EL INFONAVIT TRADUCIRÁ A MÚLTIPLOS DEL SALARIO MÍNIMO MENSUAL”, TOMANDO COMO BASE EL MONTO DEL SALARIO MÍNIMO GENERAL DIARIO DEL DISTRITO FEDERAL, VIGENTE DURANTE EL PERIODO AL QUE CORRESPONDA LA AMORTIZACIÓN. 2.- EL TRABAJADOR SE OBLIGA A AMORTIZAR EL CRÉDITO QUE SE LE HA CONCEDIDO, MEDIANTE LOS DESCUENTOS QUE SU PATRÓN HABRÁ DE EFECTUAR A SU SALARIO, MISMOS QUE SERÁN CALCULADOS A RAZÓN DEL VEINTE POR CIENTO DEL SALARIO INTEGRADO QUE PERCIBA.... 5.- SI EL TRABAJADOR DEJA DE CUBRIR, POR CAUSAS IMPUTABLES A ÉL, ALGÚN PAGO PARA LA AMORTIZACIÓN DE SU CRÉDITO HECHA LA SALVEDAD DE LA PRÓRROGA A QUE SE REFIERE LA CLÁUSULA QUINTA DE ESTE CAPÍTULO, EL INFONAVIT LO REQUERIRÁ Y EL TRABAJADOR SE OBLIGA A PAGARLE LAS AMORTIZACIONES OMISAS, MÁS LOS AJUSTES POR AUMENTOS A LOS SALARIOS (ILEGIBLE) E INTERESES DE LOS SALDOS AJUSTADOS A QUE ALUDE LA ESTIPULACIÓN ANTERIOR, MÁS UN INTERÉS MORATORIO DEL NUEVE POR CIENTO ANUAL, MIENTRAS SUBSISTA EL INCUMPLIMIENTO. 6.- ASIMISMO, EL TRABAJADOR ACEPTA QUE SU PATRÓN DESCUENTE DE SU SALARIO INTEGRADO EL UNO POR CIENTO QUE POR CONCEPTO DE CUOTA DE ADMINISTRACIÓN, OPERACIÓN Y MANTENIMIENTO DEL CONJUNTO HABITACIONAL DEL CUAL FORMA PARTE LA VIVIENDA QUE POR ESTE ACTO SE TRANSMITE, HABRÁ DE CUBRIR EL TRABAJADOR, EN NINGÚN CASO, EL IMPORTE DEL DESCUENTO DESTINADO AL PAGO DE CUOTAS PARA ADMINISTRACIÓN, OPERACIÓN Y MANTENIMIENTO DEL CONJUNTO HABITACIONAL PODRÁ SER INFERIOR AL UNO POR CIENTO DEL SALARIO MÍNIMO GENERAL DEL ÁREA GEOGRÁFICA RESPECTIVA. 7.- SI EL TRABAJADOR DEJA DE PERCIBIR SU SALARIO POR CUALQUIER CAUSA, SALVO LA PREVISTA EN LOS ARTÍCULOS CUARENTA Y UNO Y CINCUENTA Y UNO DE LA LEY DEL INFONAVIT TENDRÁ LA OBLIGACIÓN DE SEGUIR AMORTIZANDO EL CRÉDITO QUE LE HA SIDO OTORGADO EN LOS TÉRMINOS DEL REGLAMENTO QUE EXPIDA EL H. CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN PARA EL RÉGIMEN ESPECIAL DE AMORTIZACIÓN.... QUINTA.- PRÓRROGA.- CUANDO EL TRABAJADOR DEJE DE PRESTAR SUS SERVICIOS A UN PATRÓN, INDEPENDIENTEMENTE DE QUE EXISTA LITIGIO EN TRÁMITE SOBRE LA SUBSISTENCIA DE LA RELACIÓN DE TRABAJO, EL INFONAVIT A PETICIÓN EXPRESA DEL TRABAJADOR, LE OTORGARÁ A PARTIR DE ESA FECHA UNA PRÓRROGA SIN CAUSA DE INTERESES EN LOS PAGOS DE AMORTIZACIÓN QUE TIENE QUE CUBRIR POR CONCEPTO DE CAPITAL E INTERESES, PARA TAL EFECTO, EL TRABAJADOR ACREDITADO DEBERÁ DAR AVISO POR ESCRITO AL INSTITUTO DENTRO DEL MES SIGUIENTE A LA FECHA EN QUE DEJE DE PRESTAR SUS SERVICIOS, ACOMPAÑANDO A LA SOLICITUD COPIA DEL “AVISO DE BAJA DEL TRABAJADOR” Y COPIA DE LA BAJA DEL SEGURO SOCIAL O CUALQUIER OTRO DOCUMENTO QUE ACREDITE LO ANTERIOR.DICHA PRÓRROGA TENDRÁ UN PLAZO DE DOCE MESES Y TERMINARÁ ANTICIPADAMENTE CUANDO EL TRABAJADOR VUELVA A ESTAR SUJETO A UNA RELACIÓN DE TRABAJO, DE CONFORMIDAD CON LO DISPUESTO POR EL ARTÍCULO CINCUENTA Y UNO DE LA LEY DEL INFONAVIT... OCTAVA.- CAUSALES DE RESCISIÓN.- EL INFONAVIT SIN NECESIDAD DE DECLARACIÓN JUDICIAL, DARÁ POR RESCINDIDOS LOS CONTRATOS DE COMPRAVENTA DEL INMUEBLE OBJETO DEL PRESENTE Y DE OTORGAMIENTO DE CRÉDITO, QUE CONCEDE AL TRABAJADOR EN ESTE ACTO. SI EL TRABAJADOR INCURRE EN CUALESQUIERA DE LAS CAUSALES QUE MÁS ADELANTE SE ENUMERAN, POR LO QUE EL TRABAJADOR O QUIEN HABITE LA VIVIENDA DEBERÁ DESOCUPARLA Y ENTREGARLA AL INFONAVIT EN UN TÉRMINO MÁXIMO DE CUARENTA Y CINCO DÍAS NATURALES CONTADOS A PARTIR DE LA FECHA EN QUE RECIBA POR PARTE DEL INFONAVIT EL AVISO RESPECTIVO. ASIMISMO Y CON FUNDAMENTO EN EL ARTÍCULO CUARENTA Y NUEVE DE LA LEY DEL INFONAVIT, EL TRABAJADOR SE HACE SABEDOR Y EXTIENDE EN ESTE ACTO SU CONFORMIDAD PARA QUE EN CASO DE QUE OPERE LA RESCISIÓN POR HABER INCURRIDO EN ALGUNA DE LAS CAUSALES PREVISTAS EN LA PRESENTE ESTIPULACIÓN, LAS CANTIDADES QUE HUBIERE CUBIERTO ASÍ COMO LAS QUE EN SU CASO ADEUDARE POR CONCEPTO DE AMORTIZACIÓN DEL CRÉDITO OTORGADO HASTA LA FECHA EN QUE DESOCUPE LA VIVIENDA INCLUSIVE, SE APLICARÁN INTEGRAMENTE A FAVOR DEL INFONAVIT Y TÍTULO DE PAGO POR EL USO Y DISFRUTE DE LA VIVIENDA OBJETO DEL PRESENTE, DE LA MISMA MANERA TODAS LAS MEJORAS Y ACCESIONES QUE SE HUBIESEN REALIZADO EN EL INMUEBLE MATERIA DE ESTA OPERACIÓN QUEDARÁN A BENEFICIO DEL INFONAVIT POR EL MISMO CONCEPTO.- SON CAUSAS DE CANCELACIÓN DEL CRÉDITO, ASÍ COMO DE RESCISIÓN DE LOS CONTRATOS RESPECTIVOS SIN NECESIDAD DE DECLARACIÓN JUDICIAL LAS SIGUIENTES: 1.- SI EL TRABAJADOR DEJARE DE CUBRIR POR CAUSAS IMPUTABLES A ÉL DOS PAGOS CONSECUTIVOS O TRES NO CONSECUTIVOS EN EL CURSO DE UN AÑO, DE LAS CUOTAS DE AMORTIZACIÓN AL CRÉDITO, O LOS PAGOS CORRESPONDIENTES AL UNO POR CIENTO ADMINISTRACIÓN, DE SU SALARIO PARA LOS GASTOS DE OPERACIÓN Y MANTENIMIENTO DEL CONJUNTO HABITACIONAL. SALVO EN LOS CASOS DE LAS PRÓRROGAS A QUE SE REFIERE LA CLÁUSULA QUINTA DE ESTE CAPÍTULO.- SIN PERJUICIO DE LO ANTERIOR, EL INFONAVIT REQUERIRÁ AL TRABAJADOR EL PAGO DE LAS AMORTIZACIONES OMISAS MÁS INTERESES MORATORIOS EN LOS TÉRMINOS QUE HAN QUEDADO PRECISADOS EN LAS ESTIPULACIONES NÚMERO CUATRO Y CINCO DE LA CLÁUSULA TERCERA DE ESTE CAPÍTULO. 2).- SI EL TRABAJADOR NO HABITA, ENAJENA, GRAVA, ARRIENDA O POR CUALQUIER OTRO TÍTULO TRANSMITE EL USO O ALGÚN OTRO DERECHO REAL SOBRE EL INMUEBLE OBJETO DEL PRESENTE CONTRATO. 3).- SI SUSTANCIALMENTE EL LA TRABAJADOR CONSTRUCCIÓN ALTERA SIN EL O MODIFICA CONSENTIMIENTO EXPRESO DEL INFONAVIT DADO POR ESCRITO, O CONSTRUYE O CERCA LOS BIENES COMUNES PARA SU EXCLUSIVO PROVECHO, O DESTINA LA VIVIENDA TOTAL O PARCIALMENTE A UN FIN DISTINTO AL DE HABITACIÓN FAMILIAR. 4).- SI EL TRABAJADOR NO DA AVISO POR ESCRITO AL INFONAVIT, EN EL CASO DE QUE CAMBIE DE PATRÓN O DEJE DE PERCIBIR SU SALARIO POR CUALQUIER CAUSA, DENTRO DE LOS QUINCE DÍAS SIGUIENTES A AQUÉL EN QUE SE DÉ EL HECHO. 5).- SI DURANTE LA VIGENCIA DE ESTE CONTRATO APARECE QUE EL TRABAJADOR PROPORCIONÓ DATOS FALSOS PARA LA OBTENCIÓN DEL CRÉDITO QUE SE FORMALIZA EN EL PRESENTE. 6).- SI EL TRABAJADOR NO PAGARE POR DOS SEMESTRES CONSECUTIVOS EL IMPUESTO PREDIAL O LOS DERECHOS POR SERVICIO DE AGUA DE LA VIVIENDA MATERIA DE ESTA OPERACIÓN O NO PAGARE CUALQUIER OTRO ADEUDO FISCAL A CARGO DEL INMUEBLE, OBLIGÁNDOSE A EXHIBIR LOS COMPROBANTES DE PAGO CUANDO SE LOS REQUIERA EL INFONAVIT. 7).- SI EL TRABAJADOR INCUMPLE OTRA DE LAS OBLIGACIONES QUE CONTRAE EN ESTE ACTO Y QUE SE CONTIENE EN EL PRESENTE INSTRUMENTO, ASÍ COMO CUALQUIER CAUSA SEÑALADA EN LA LEY Y REGLAMENTOS DEL INFONAVIT. ...”. De lo anterior se advierte, que fue voluntad de los contratantes establecer dos supuestos para que la parte demandada cumpliera con su obligación de pago. En el primero, los pagos se realizarían mediante la aceptación y autorización expresa a su patrón, por parte del trabajador para que a partir del bimestre siguiente al que recibiera el aviso para retención de descuentos que gire el INFONAVIT, empezara a realizar los descuentos de su salario integrado. En el segundo, se convino que si el trabajador dejaba de percibir su salario por cualquier causa, salvo lo previsto en los artículos 41 y 51 de la Ley del Infonavit, tendría la obligación de seguir amortizando el crédito. Además, que en este último caso se previó que la parte demandada podría ejercer una prórroga para el pago de las amortizaciones mensuales que no podría ser mayor de ELIMINADO meses y que ésta concluiría en el momento mismo en que fuera nuevamente sujeto de una nueva relación laboral. También pactaron las partes, la facultad del accionante de dar por vencido anticipadamente el plazo para el pago de crédito otorgado, sin necesidad de declaración judicial, si la parte demandada, dejara de cubrir por causas imputables a ella, dos pagos consecutivos o tres no consecutivos en el curso de un año de las cuotas de amortizaciones de crédito y que sin perjuicio de lo antes estipulado, el INFONAVIT podrá requerir al trabajador el pago de las amortizaciones omisas, más intereses moratorios. Es conveniente destacar la Jurisprudencia 1a./J. 64/2013 (10a.) sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, localizable en la página 433 del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro XXIII, Agosto de 2013, Tomo 1, Décima Época, que es del tenor siguiente: “CONTRATO DE MUTUO CON INTERÉS CELEBRADO ENTRE UN TRABAJADOR Y EL INSTITUTO DEL FONDO NACIONAL DE LA VIVIENDA PARA LOS TRABAJADORES. EL PAGO DE LAS AMORTIZACIONES DEBE REQUERIRSE EN EL DOMICILIO DEL DEUDOR ANTES DE QUE PUEDA CONSIDERARSE QUE INCURRIÓ EN MORA (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE MÉXICO ABROGADA).- Si al celebrarse un contrato de mutuo con interés se establece una mecánica de pago, de acuerdo con la cual el patrón asume la obligación de realizar descuentos directos al salario del trabajador acreditado, para enterarlos mensualmente al Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores, pero no se establece un lugar en el que el acreditado pueda cumplir con su obligación cuando por alguna razón (diversa a la prórroga) dicha mecánica no se realiza, cobra aplicación la regla general contenida en el artículo 1911 del Código Civil del Estado de México, abrogado mediante decreto publicado en la Gaceta del Gobierno de la entidad el 7 de junio de 2002, y conforme a la cual el pago debe hacerse en el domicilio del deudor, lo que implica que el instituto acreedor debe constituirse en el domicilio del trabajador, a efecto de obtener el pago; por tal motivo, no puede tener aplicación la mora solvendi ex re, también conocida como mora automática, porque en todo caso, la que puede actualizarse es la mora solvendi ex personae, para lo cual es preciso que el acreditado incumpla con su obligación de pago a pesar de haber sido requerido por el acreedor. Así, aunque la regla general mencionada admite como salvedades que las partes hayan convenido otra cosa, que lo contrario se desprenda de las circunstancias, de la naturaleza de la obligación o de la ley, éstas no tienen aplicación, pues aunque las partes hayan pactado una mecánica de pago, si en ella no se prevé un domicilio específico en el que el acreditado pueda cumplir con su obligación cuando por alguna circunstancia esa mecánica no tenga operatividad, no puede considerarse que para ese supuesto específico las partes hayan convenido otra cosa; por otro lado, en atención a lo establecido en el texto de la ley, se tendría que concluir que cobra aplicación la regla general citada, pues al tratarse de un contrato de mutuo con interés, en donde lo prestado consiste en dinero, su restitución ante la falta de un lugar específico para tal efecto, de acuerdo con en el numeral 2241, fracción II, del propio ordenamiento abrogado, debe realizarse en el domicilio del deudor; y, finalmente, tampoco cobra aplicación la salvedad relacionada con las circunstancias y la naturaleza de la obligación, porque teniendo en cuenta que el contrato de referencia permite concretar una prestación de carácter laboral a la par de que cumple con una función de tipo social, en tanto que a través de él, el trabajador accede a un crédito barato y suficiente para que él y su familia puedan gozar de una vivienda digna y decorosa, a efecto de que dichos derechos reconocidos a nivel constitucional e internacional no resulten lesionados, deben tenerse en cuenta las circunstancias que de facto pueden dar lugar a que el instituto considere que el trabajador ha incumplido con su obligación de pago, pues de no hacerlo se incurriría en el error de no considerar la existencia de casos en los que el patrón es quien incumple con la obligación de realizar los descuentos o que aun habiéndolos realizado, no los reporte al instituto y, en consecuencia, ignorante de esa situación, el trabajador tampoco cubra los pagos directamente, por lo que ante la posibilidad de que ello ocurra, es preciso que el instituto requiera de pago al deudor en su domicilio, no sólo por la ausencia de un lugar específico para realizarlo, sino porque, además, de ser el caso que el patrón sea quien haya incumplido la obligación que para él derivase de la celebración del contrato, debe darse la oportunidad de que el trabajador, sin necesidad de entablar una controversia en su contra, pueda demostrar que ha cumplido con su obligación de pago.”. Jurisprudencia la anterior, que nació de la ejecutoria emitida por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que es del tenor siguiente: “SEXTO. Determinación del criterio a prevalecer. Para resolver la presente contradicción, esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación estima que en primer lugar se debe tener presente la naturaleza y la función que desempeña el contrato de crédito que para la adquisición de una vivienda se celebra entre un trabajador y el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit); después se debe analizar en qué consiste la mora (en especial la conocida como solvendi o debitoris) y la manera en que ésta opera en el abrogado Código Civil para el Estado de México,(2) pues ello es relevante, a fin de determinar el criterio que debe prevalecer con carácter de jurisprudencia. Por tal motivo, a fin de abordar cada uno de esos temas, el presente estudio se dividirá en cuatro apartados: I. Naturaleza y función del contrato de crédito que para la adquisición de una vivienda se celebra entre un trabajador y el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) Para entender la naturaleza y la función que desempeña el contrato citado, se debe tener presente que si bien el derecho a tener una vivienda digna y decorosa, corresponde en principio a todo ser humano en lo individual, como garantía de su dignidad existencial, no se puede desconocer que la vivienda también es una necesidad familiar básica, que emerge como una de las necesidades más sentidas y apremiantes de la población, pues además de brindar seguridad al núcleo familiar, su satisfacción se encuentra vinculada a la manera, grado y calidad en que se pueden satisfacer otras necesidades que tienen trascendencia en el orden familiar, como son la alimentación, la salud y la educación. Así, aunque el derecho a la vivienda se reconoce en principio como una condición inherente a la dignidad del ser humano, también representa una condición social que incide directamente en el nivel y calidad de vida de la sociedad, pues su carencia se traduce en una problemática de carácter social por las insatisfacciones que provoca y las frustraciones que genera. Por ello, como la vivienda es un elemento que resulta indispensable no sólo para la dignidad existencial del ser humano, sino también para el bienestar familiar y la paz social, a través de la reforma constitucional publicada el 7 de febrero de 1983, en el Diario Oficial de la Federación, el Estado Mexicano, en el artículo 4o. constitucional reconoció como un derecho de carácter social, que: "Toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa." Ese derecho también se encuentra reconocido en los dos ámbitos mencionados, es decir, tanto en lo individual como en lo familiar, en el artículo 11, apartado 1, del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, pues al respecto establece lo siguiente: "Artículo 11. 1. Los Estados partes en el presente pacto reconocen el derecho a toda persona a un nivel de vida adecuado para sí y su familia, incluso alimentación, vestido y vivienda adecuada, y a una mejora continua en las condiciones de existencia. Los Estados partes tomarán medidas apropiadas para asegurar la efectividad de este derecho, reconociendo al efecto, la importancia esencial de la cooperación (sic) fundada en el libre consentimiento." No obstante, cabe señalar que la preocupación por la vivienda de las familias mexicanas, tiene antecedentes más remotos, pues en algunos documentos programáticos del Partido Liberal Mexicano de 1906, ya se postulaba cubrir la necesidad de las familias asalariadas de contar con una vivienda satisfactoria. Lo anterior se vio reflejado en los debates de la Constitución de 1917, en donde prevaleció la idea de reconocer como una obligación de carácter social, el generar las condiciones que permitieran dotar de habitación digna a las clases trabajadoras. Es por ello que en la fracción XII del artículo 123 constitucional, se impuso como obligación a los empresarios agrícolas, industriales o de cualquier índole de trabajo, el proporcionar a los trabajadores habitaciones cómodas e higiénicas; sin embargo, teniendo en cuenta que la vivienda es un elemento que requiere la intervención del Estado en su papel regulador y que se debe generar una conciencia colectiva de que la familia mexicana, por su significado en términos de bienestar, salud, productividad y como factor real de progreso debe contar con habitación digna, en el año de 1971 se reformó dicha fracción, sustituyendo la obligación que el patrón tenía en forma individual, para establecer un mecanismo a través de aportaciones que las empresas deben hacer a un fondo nacional de vivienda, a fin de constituir depósitos en favor de los trabajadores y armar un sistema de financiamiento que les permita acceder a un crédito barato y suficiente para adquirir en propiedad tales habitaciones.(3) Así, a raíz de esa reforma publicada el 14 de febrero de 1972 en el Diario Oficial de la Federación, la fracción XII del apartado A del artículo 123 constitucional, en sus dos primeros párrafos, dispone lo siguiente: "XII. Toda empresa agrícola, industrial, minera o de cualquier otra clase de trabajo, está obligada, según lo determinen las leyes reglamentarias, a proporcionar a los trabajadores habitaciones cómodas e higiénicas. Esta obligación se cumplirá mediante aportaciones que las empresas hagan a un fondo nacional de la vivienda a fin de constituir depósitos a favor de sus trabajadores y establecer un sistema de financiamiento que permita otorgar a éstos un crédito barato y suficiente para que adquieran en propiedad tales habitaciones. "Se considera de utilidad social la expedición de una ley para la creación de un organismo integrado por representantes del Gobierno Federal, de los trabajadores y de los patrones, que administre los recursos del fondo nacional de la vivienda. Dicha ley regulará las formas y procedimientos conforme a los cuales los trabajadores podrán adquirir en propiedad las habitaciones antes mencionadas." Para dar cumplimiento a esa disposición constitucional de carácter social, que a la vez se traduce en una prestación de carácter laboral, surgió el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores. En efecto, de acuerdo con lo dispuesto en los artículos 2o. y 3o. de la Ley del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores,(4) 137 y 138 de la Ley Federal del Trabajo,(5) dicho instituto se crea como un organismo de servicio social que entre otras cosas tiene por objeto, administrar los recursos del Fondo Nacional de la Vivienda, establecer y operar un sistema de financiamiento que permita a los trabajadores adquirir en propiedad habitaciones cómodas e higiénicas, construir, reparar, ampliar o mejorar sus habitaciones y el pago de pasivos contraídos por los conceptos anteriores. Ahora bien, como en los recursos de ese fondo resultan de vital importancia las aportaciones que las empresas realizan en favor de sus trabajadores, el artículo 29 de la Ley del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores,(6) impone diversas obligaciones a los patrones, entre ellas las siguientes: • Proceder a inscribirse e inscribir a sus trabajadores en el instituto; • Determinar el monto de las aportaciones del 5% sobre el salario de los trabajadores a su servicio; y mientras exista la relación laboral y hasta que exista un aviso de baja, efectuar el pago en las entidades receptoras que actúen por cuenta y orden del instituto, para su abono en la subcuenta de vivienda de las cuentas individuales de los trabajadores; • Hacer descuentos a los trabajadores en sus salarios, conforme a lo previsto en los artículos 97 y 110 de la Ley Federal del Trabajo, y enterar dichos descuentos a las entidades receptoras que actúen por cuenta y orden del instituto, a efecto de que éstos se destinen al pago de abonos para cubrir préstamos otorgados por el instituto; • Proporcionar al instituto los elementos necesarios para precisar la existencia, naturaleza y cuantía de las obligaciones a su cargo; • Atender a los requerimientos de pago e información que formule el instituto, etcétera. Obligaciones que en caso de ser incumplidas, pueden dar lugar a diversas sanciones a cargo del patrón, impuestas por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y el propio instituto,(7) que además pueden generar en los trabajadores el derecho a ejercitar las acciones que se deriven de ese incumplimiento.(8) Así, como ya se anticipó, la función social que desempeña el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores, cuando les otorga créditos para la adquisición de una vivienda, también se traduce en una prestación de carácter laboral. Ello es así, pues cuando los trabajadores celebran un contrato de crédito con el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores, éstos no sólo tienen derecho a elegir la vivienda nueva o usada a la que se debe aplicar el importe del crédito que reciban con cargo al Fondo Nacional de la Vivienda, misma que podrá o no ser parte de conjuntos habitacionales financiados con recursos de dicho fondo; además el monto de las aportaciones patronales que hasta entonces se hayan efectuado a su favor y que constituyen el saldo de la subcuenta de vivienda individual, debe ser aplicado como pago inicial del crédito, y durante la vigencia de éste, las aportaciones patronales a su favor se deben utilizar para reducir el saldo insoluto del crédito, el cual, por regla general, no podrá tener una duración mayor a treinta años, pues transcurrido ese plazo, el instituto deberá liberar al trabajador del saldo pendiente. Luego, si bien no se desconoce que durante la vigencia del crédito, el saldo del mismo debe ser revisado cada vez que se modifiquen los salarios mínimos, incrementándose en la misma proporción en que aumente el salario mínimo general que rija en el Distrito Federal, devengando intereses sobre el saldo insoluto del mismo, cuya tasa no podrá ser menor del cuatro por ciento anual, lo cierto es que dicha tasa siempre deberá ser benéfica para el trabajador, afecto de que realmente le resulte un crédito barato, a través del cual pueda acceder a obtener en propiedad habitaciones cómodas e higiénicas que a su vez se traduzcan en un una vivienda digna y decorosa, tal y como lo estatuye el artículo 4o. constitucional, pues de lo contrario se desnaturalizaría la función social que desempeña dicho instituto; además, a fin de beneficiar al trabajador y cumplir con la función social antes mencionada, dicho crédito deberá estar cubierto por un seguro a cargo del instituto, para los casos de incapacidad total o permanente o de muerte que libere al trabajador o a sus beneficiarios de las obligaciones, gravámenes o limitaciones de dominio a favor del instituto derivados de dicho crédito. Aunado a lo anterior, y a fin de cumplir con la función social mencionada, cuando el trabajador deja de percibir ingresos salariales, éste tiene derecho a que el instituto le conceda prórrogas en los pagos de la amortización que tenga que hacer por concepto de capital e intereses ordinarios, prórrogas que no podrán ser mayores a doce meses cada una, ni exceder en su conjunto de veinticuatro meses, las cuales terminarán anticipadamente cuando el trabajador inicie una nueva relación laboral, para lo cual, el único requisito que se exige, es que el trabajador presente al instituto una solicitud de prórroga dentro del mes siguiente a la fecha en que deje de percibir ingresos salariales, pues de no solicitarse la prórroga en el plazo de treinta días concedido para ese efecto, ésta no se le autorizará.(9) Así, es evidente que el contrato de crédito que el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores celebra con éstos, a fin de que se vean beneficiados en la adquisición de una vivienda, cumple con una función social que a su vez se traduce en una prestación de carácter laboral, de ahí que en términos de lo dispuesto en los artículos 29, fracción III, de la Ley del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores,(10) 97, fracción III y 110, fracción III, de la Ley Federal del Trabajo,(11) su celebración obliga a los patrones, aun sin participar en forma directa en él, a descontar del salario del trabajador los pagos de las amortizaciones destinadas a cubrir dicho préstamo. No obstante, se debe tener presente que dicho contrato como tal, más allá de su finalidad y de las obligaciones que con motivo de él se deriven a cargo del patrón, se celebra en un ámbito de igualdad entre el instituto y el trabajador, razón por la cual, en su celebración adquiere relevancia el principio de autonomía de la voluntad, por ello, las controversias que se susciten con motivo del cumplimiento o incumplimiento de las obligaciones que por éste adquieren los trabajadores, se rigen por el derecho civil, en donde adquiere importancia la obligatoriedad del contrato a través del principio de exactitud en el cumplimiento de las obligaciones, pues por regla general, los contratos deben ser puntualmente cumplidos. II. Mora Como se anticipó, en el derecho civil adquiere relevancia la obligatoriedad del contrato, a través del principio de exactitud, que según Rafael Rojina Villegas,(12) tiene cuatro grandes manifestaciones: • Exactitud en el tiempo; • Exactitud en el lugar; • Exactitud en la forma o modo de ejecutar la obligación; y, • Exactitud en la sustancia. Lo anterior implica que por regla general, las obligaciones deben cumplirse en el tiempo y lugar pactados y, además, deben satisfacerse en la forma o modo indicado en el contrato, a través de la cosa exactamente convenida. Ahora bien, de acuerdo con el Diccionario de la Lengua de Española de la Real Academia Española, la mora consiste en la "dilación o tardanza en cumplir una obligación; por lo común, la de pagar cantidad líquida y vencida". Escriche de manera genérica la define como "dilación o tardanza de alguna persona en cumplir con la obligación que se había impuesto; como la de un deudor en pagar la deuda, la de un vendedor en entregar al comprador la cosa vendida, la de un comodatario en restituir al comodante la cosa prestada, etcétera." Scaevola, también de modo genérico la define como el "retraso, dilación, tardanza en el cumplimiento de las obligaciones de hacer o de dar."(13) Rafael Rojina Villegas, la define como "el injusto retardo en el cumplimiento de una obligación".(14) Como se advierte de esta última definición, si bien la mora surge del retraso, dilación, tardanza o retardo en el cumplimiento de una obligación, no cualquier retraso, dilación, tardanza o retardo actualizan la mora como tal, sino sólo aquella que es injustificada, es decir, que no esté exenta de culpa. Así, si una obligación debe cumplirse puntualmente o de manera oportuna a efecto de no incurrir en mora, entonces es evidente que en su actualización adquiere relevancia el principio de exactitud en el tiempo, pues si los contratantes no cumplen con la obligación asumida en el tiempo exactamente convenido, se considera que incurren en mora. En consecuencia, y de acuerdo con el Diccionario Histórico Judicial de México,(15) se considera que tanto el acreedor como el deudor pueden incurrir en mora. En efecto, el acreedor incurre en mora, conocida como accipiendi o creditoris, cuando pone reparos o se rehúsa a recibir la prestación del obligado en el tiempo convenido. Por su parte, el deudor incurre en mora, conocida como solvendi o debitoris, cuando no cumple con su obligación en el debido momento. La mora solvendi en que puede incurrir el deudor, admite dos variantes. La primera llamada solvendi ex persona, es aquella en que incurre el deudor desde la interpellatio, que no es otra cosa que la interpelación, requerimiento o intimidación que el acreedor hace al deudor de cumplir con la obligación. La segunda denominada solvendi ex re, es aquella en que incurre el deudor en obligaciones engendradas con un día específico de vencimiento, en cuyo caso no se exige que el acreedor requiera al deudor, puesto que el propio vencimiento del día establecido sin cumplir con la obligación, da lugar a la mora. Ciertamente, en este caso se actualiza el principio romano conforme al cual el día interpela por el hombre -dies interpellat pro homine-, en tanto que se considera que en la obligación a plazo, el simple vencimiento del término establecido en el acuerdo de voluntades, hace exigible la obligación en él contenida, sin que exista necesidad de algún tipo de requerimiento, pues la sola llegada del plazo sin el cumplimiento de la obligación coloca en mora al deudor. Ahora bien, para determinar cuándo se actualiza una y cuándo la otra, es indispensable atender a lo convenido por las partes, pues es cuando cobra relevancia el principio de exactitud en el tiempo y en el lugar. Ello es así, pues la interpelación, requerimiento o intimidación se hace necesaria, cuando en el contrato en que se contiene la obligación no se establece un plazo o tiempo concreto para cumplir con ella, o cuando a pesar de haberse estipulado éste, no se define el lugar en que debe cumplirse y esa falta de definición no se encuentra suplida por la ley. III. Cómo opera la mora (solvendi o debitoris) en el Código Civil abrogado para el Estado de México Para determinar cómo opera la mora del deudor en el ordenamiento citado, se debe tener presente que éste en los artículos 1626, 1661, 1688, 1782, 1783, 1785, 1891, 1907, 1908, 1909, 1910, 1911, 1912 y 1913, disponen lo siguiente: "Artículo 1626. La validez y el cumplimiento de los contratos no pueden dejarse al arbitrio de uno de los contratantes." "Artículo 1661. En los contratos civiles cada uno se obliga en la manera y términos que aparezca que quiso obligarse, sin que para la validez del contrato se requieran formalidades determinadas, fuera de los casos expresamente designados por la ley." "Artículo 1688. Las disposiciones legales sobre contratos serán aplicables a todos los convenios y a otros actos jurídicos, en lo que no se opongan a la naturaleza de éste o a disposiciones especiales de la ley sobre los mismos." "Artículo 1782. Es obligación a plazo aquella para cuyo cumplimiento se ha señalado un día cierto." "Artículo 1783. Entiéndase por día cierto aquel que necesariamente ha de llegar." "Artículo 1785. El plazo en las obligaciones se contará de la manera prevenida en los artículos 927 al 931."(16) "Artículo 1891. Pago o cumplimiento es la entrega de la cosa o cantidad debida, o la prestación del servicio que se hubiere prometido." "Artículo 1907. El pago deberá hacerse del modo que se hubiere pactado; y nunca podrá hacerse parcialmente sino en virtud del convenio expreso o de disposición de ley. "Sin embargo, cuando la deuda tuviere una parte líquida y otra ilíquida, podrá exigir al acreedor y hacer el deudor el pago de la primera sin esperar a que se liquide la segunda." "Artículo 1908. El pago se hará en el tiempo designado en el contrato, exceptuando aquellos casos en que la ley permita o prevenga expresamente otra cosa." "Artículo 1909. Si no se ha fijado el tiempo en que deba hacerse el pago y se trata de obligaciones de dar, no podrá el acreedor exigirlo sino después de los treinta días siguientes a la interpelación que se haga, ya judicialmente, ya en lo extrajudicial, ante un notario o ante dos testigos. Tratándose de obligaciones de hacer, el pago debe efectuarse cuando lo exija el acreedor, siempre que haya transcurrido el tiempo necesario para el cumplimiento de la obligación." "Artículo 1910. Si el deudor quisiere hacer pagos anticipados y el acreedor recibirlos, no podrá éste ser obligado a hacer descuentos." "Artículo 1911. Por regla general el pago debe hacerse en el domicilio del deudor, salvo que las partes convinieren otra cosa, o que lo contrario se desprenda de las circunstancias, de la naturaleza de la obligación o de la ley. "Si se han designado varios lugares para hacer el pago, el acreedor puede elegir cualquiera de ellos." "Artículo 1912. Si el pago consiste en la tradición de un inmueble o en prestaciones relativas al inmueble, deberá hacerse en el lugar donde éste se encuentre." "Artículo 1913. Si el pago consistiere en una suma de dinero como precio de alguna cosa enajenada por el acreedor, deberá ser hecho en el lugar en que se entregó la cosa, salvo que se designe otro lugar." Como se advierte de los preceptos reproducidos, en los contratos del orden civil regulados por el Código Civil abrogado para el Estado de México, cada uno de los contratantes se obliga en la manera y términos en que aparezca que quiso obligarse, lo cual implica que en ese tipo de contratos opera plenamente el principio de exactitud en el cumplimiento de las obligaciones, pues la validez y el cumplimiento de las mismas no pueden dejarse al arbitrio de uno de ellos; de ahí que por regla general, las obligaciones asumidas deben cumplirse en el tiempo convenido y en el lugar específicamente destinado para tal efecto, además deben satisfacerse en la forma y manera pactadas.(17) En ese orden de ideas, cuando las partes establecen una obligación a plazo, es decir, una para cuyo cumplimiento se ha señalado un día cierto, el obligado asume la responsabilidad de cumplir dicha obligación el día señalado para tal efecto, de manera que si no lo hace así, necesariamente incurre en mora, en tanto que así quiso obligarse ante el acreedor y el cumplimiento de lo pactado no puede quedar a su voluntad. En consecuencia, se puede afirmar que por regla general en el Código Civil abrogado para el Estado de México opera la mora solvendi ex re, pues una vez que se llega el plazo establecido en el contrato para el cumplimiento de la obligación sin que ésta haya sido satisfecha, el deudor automáticamente incurre en mora, por ende, no es necesario que el acreedor requiera al deudor, en tanto que el propio vencimiento del día establecido sin cumplir con la obligación, da lugar a la mora. Ciertamente, en el citado código cobra plena aplicación el principio dies interpellat pro homine (el día interpela por el hombre), en tanto que el simple vencimiento del término establecido para el cumplimiento de la obligación sin que ésta haya sido satisfecha, coloca en mora al deudor, de ahí que no haya necesidad de algún tipo de requerimiento por parte del acreedor, pues como ya se dijo, la sola llegada del plazo sin el cumplimiento de la obligación, coloca en mora al deudor. Ahora bien, el hecho de que en los contratos civiles regidos por el Código Civil abrogado para el Estado de México, por regla general opere la mora solvendi ex re, comúnmente llamada mora automática, no implica que dicho ordenamiento desconozca la mora solvendi ex persona, pues de acuerdo con esa legislación sustantiva civil, aunque de inicio las obligaciones deben cumplirse en el tiempo designado en el contrato, si no se ha fijado el tiempo en que deba hacerse el pago, la mora opera de manera diversa, según se trate de obligaciones de dar o hacer. En efecto, si se trata de obligaciones de dar, el acreedor no podrá exigir el pago o el cumplimiento de la obligación, sino después de los treinta días siguientes a la interpelación que se haga al deudor, ya judicialmente, ya en lo extrajudicial, ante un notario o ante dos testigos. En cambio, si se trata de obligaciones de hacer, el pago debe efectuarse cuando lo exija el acreedor, siempre que haya transcurrido el tiempo necesario para el cumplimiento de la obligación. Lo anterior implica que en esas hipótesis opera la mora solvendi ex persona, pues para que incurra en mora el deudor es preciso un requerimiento por parte del acreedor. No obstante, se debe tener presente que existen casos excepcionales en los que el propio ordenamiento sustantivo civil establece el tiempo en que deben cumplirse algunas obligaciones, cuando éste no se establece en el propio acuerdo de voluntades.(18) En consecuencia, aunque por regla general el Código Civil abrogado para el Estado de México opera la mora solvendi ex re, comúnmente conocida como mora automática, ésta no tiene aplicación cuando en el acuerdo de voluntades que contiene la obligación que debe cumplir el deudor no se establece el tiempo en que ésta debe satisfacerse y la legislación no suple esa omisión, pues en esos casos, opera la mora solvendi ex persona, en tanto que para actualizar la mora es preciso un requerimiento por parte del deudor. Además, se debe tener presente que aun y cuando en el acuerdo de voluntades se establezca el plazo o término en que el deudor deba cumplir con la obligación, si en ese acuerdo no se estableció el lugar en que debe efectuarse el pago, no siempre tiene aplicación la llamada mora automática. Ello es así, pues de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 1911 del Código Civil abrogado para el Estado de México, si las partes no convienen el lugar en que deba satisfacerse la obligación, por regla general ésta deberá ser satisfecha en el domicilio del deudor, lo cual implica que es el acreedor quien tiene el deber de acudir al domicilio del deudor a requerir el pago, pues de no hacerlo así, no puede considerarse que el deudor incurra en mora, pues en este supuesto no cobra aplicación la llamada mora automática. De igual manera, se debe tener presente que el referido artículo 1911 también dispone que la regla general de la cual se desprende que cuando en el acuerdo de voluntades no se señala lugar de pago éste debe ser en el domicilio del deudor, tendrá aplicación, a menos que lo contrario se desprenda de las circunstancias, de la naturaleza de la obligación o de la ley. Así, en el propio código se establecen diversas excepciones a esa regla. Entre ellas las siguientes: 1. Cuando el pago consiste en la tradición de un inmueble o en prestaciones relativas al inmueble, éste deberá hacerse en el lugar donde se encuentre dicho inmueble (artículo 1912);(19) 2. Si el pago consistiere en una suma de dinero como precio de alguna cosa enajenada por el acreedor, deberá ser hecho en el lugar en que se entregó la cosa (artículo 1913).(20) -Esto se corrobora con lo siguiente-; 3. En la compraventa, si no se han fijado tiempo y lugar, el pago se hará en el tiempo y lugar en que se entregue la cosa (artículo 2148);(21) 4. Tratándose del contrato de arrendamiento, la renta será pagada en el lugar convenido, y a falta de convenio, en la casa habitación o despacho del arrendatario (artículo 2281);(22) 5. En el contrato de mutuo, cuando no se ha señalado lugar, la cosa prestada se entregará en el lugar donde se encuentre; si el préstamo consiste en efectos, en el lugar donde se recibieron y si consiste en dinero en el domicilio del deudor (artículos 2240 y 2241);(23) etcétera. IV. Criterio que debe prevalecer Como se analizó, en el considerando que antecede, la problemática que se presenta en la contradicción de tesis que nos ocupa, consiste en determinar si en los casos en que un trabajador se ha visto beneficiado con un contrato de crédito otorgado a su favor por el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), para la adquisición de una vivienda, en el cual no se señala un lugar específico para cubrir las amortizaciones, debido a que en él se pactó que para cubrirlas el patrón del trabajador realizaría descuentos de su salario, cuando por alguna causa, dicho patrón deja de realizar esos descuentos, y como consecuencia el trabajador no cumple con su obligación de pago ¿para que incurra en mora, según la legislación civil sustantiva abrogada para el Estado de México, es preciso que éste sea requerido de pago en su domicilio o incurre en mora automática? Así, una vez que se ha dejado en claro cuál es la naturaleza y la función que desempeña el contrato de crédito que para la adquisición de una vivienda se celebra entre un trabajador y el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores, en qué consiste la mora y la manera en que ésta opera en el Código Civil abrogado para el Estado de México, esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, considera que la respuesta a la interrogante que motiva la presente contradicción, es que el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), sí debe requerir de pago al deudor en su domicilio a efecto de que se pueda considerar que éste incurrió en mora. Lo anterior en razón de lo siguiente: Cuando haciendo uso del derecho laboral previsto en la fracción XII del apartado A del artículo 123 constitucional, el cual le permite acceder a habitaciones cómodas e higiénicas, el trabajador celebra un contrato de mutuo con interés(24) con el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores, a efecto de obtener un crédito barato y suficiente que le permita adquirir en propiedad una vivienda digna y decorosa para él y su familia, por disposición expresa de los artículos 141, fracción III, de la Ley Federal del Trabajo(25) y 43 Bis de la Ley del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores,(26) dicho trabajador tiene derecho a que el saldo de la subcuenta de vivienda de su cuenta individual se aplique como pago inicial del crédito obtenido, de igual manera, de lo dispuesto en los artículos 97, fracción III, 110, fracción III, de la ley Federal del Trabajo,(27) 29, fracción III, de la Ley del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores,(28) 2o., fracción III, del Reglamento Interior del citado Instituto en Materia de Facultades como Organismo Fiscal Autónomo(29) y 2o., fracción III, del Reglamento para la Imposición de Multas por Incumplimiento de las Obligaciones que la Ley del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores y sus reglamentos establecen a cargo de los patrones,(30) se deriva que el resto del crédito debe ser pagado a través de descuentos directos al salario del trabajador acreditado, que el patrón, aun sin haber participado de manera directa en el contrato de crédito -mutuo con interés-, está obligado a realizar junto con la aportación patronal equivalente al 5% sobre el salario base de aportación de los trabajadores al instituto.(31) Ahora bien, de acuerdo con lo dispuesto en el numeral 35 de la ley del instituto multirreferido,(32) dichos pagos deben ser entregados al Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores a través de las entidades receptoras que obran por cuenta y orden del mismo, a más tardar los días diecisiete del mes inmediato siguiente. De lo anterior se advierte que en ese tipo de contratos, el trabajador acreditado asume una obligación de pago, que debe ser satisfecha de manera mensual ante el instituto, a través de los descuentos realizados a su salario por el patrón, descuentos que cabe aclarar, no necesariamente deben realizarse de manera mensual al salario del trabajador, pero que como ya se dijo, sí deben ser entregados mensualmente por el patrón, a más tardar a los días diecisiete del mes inmediato siguiente en las entidades receptoras que actúan por cuenta y orden del instituto. Lo anterior implica que con independencia de que los descuentos al trabajador por parte del patrón se hagan de manera semanal, quincenal o mensual, etcétera, en este tipo de contratos sí existe un tiempo específico para cumplir con la obligación de pago al instituto acreedor, la cual es mensual. Se estima de esa manera, porque aun y cuando en el contrato se llegase a omitir la estipulación referente al tiempo en que el trabajador debe cumplir con su obligación de pago, de la propia ley se deriva que dicha obligación es mensual. En esa tesitura, se puede afirmar que en este tipo de contratos, al igual que en cualquier otro del orden civil, adquiere relevancia el principio de exactitud en el tiempo. Ello es así, porque si bien es verdad que la propia Ley del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores establece como excepción al principio de exactitud en el tiempo en que debe cumplirse la obligación de pago del acreditado, el caso en que el trabajador se quede sin ingresos salariales, hipótesis en la que podrá obtener prórrogas en sus pagos a partir de que deje de percibir tales ingresos, siempre y cuando presente su solicitud dentro del mes siguiente a la fecha en que deje de percibir ingresos salariales, caso en que las prórrogas no podrán ser mayores a doce meses cada una y tampoco podrán exceder de veinticuatro meses en su conjunto;(33) lo cierto es que una vez superada esa excepción, ya sea porque el acreditado vuelva a trabajar o porque se haya cumplido el plazo máximo de la prórroga o prórrogas, los pagos deben seguir realizándose de manera mensual, en el primer supuesto a través de los descuentos realizados por el nuevo patrón que como ya se dijo tiene la obligación de enterarlos a más tardar los días diecisiete del mes inmediato siguiente; y en el segundo supuesto, a través de los pagos mensuales realizados directamente por el trabajador, de ahí que se considere que en este tipo de contratos sí tiene relevancia el principio de exactitud en el tiempo en que debe cumplirse la obligación de pago asumida por el trabajador acreditado. Ahora bien, aunque por las razones antes precisadas, en ese tipo de contratos no exista duda del tiempo en que el trabajador acreditado debe cumplir con su obligación de pago, cuando debido a la mecánica establecida para efectuar los pagos mensuales -que es precisamente a través de descuentos directos al salario por parte del patrón-, no se establece un lugar para que el trabajador pueda realizar los pagos mensuales pactados en caso de que éste asuma la obligación de efectuarlos en forma directa, es decir, cuando debido a la falta de ingresos salariales, dichos pagos ya no se realizan a través de un patrón, para que el trabajador incurra en mora en el cumplimiento de la obligación de pago asumida, de acuerdo con lo dispuesto en el Código Civil abrogado para el Estado de México, dicho trabajador necesariamente debe ser requerido de pago por parte del instituto acreedor en su domicilio. Ello es así, porque si en dicho contrato no se establece un lugar para que el trabajador pueda cumplir con la obligación de pago asumida, cuando por alguna razón, sin importar cuál sea ésta, pero distinta a una prórroga; no se aplica la mecánica de descuentos directos al salario señalada para efectuar los pagos, entonces atendiendo a lo dispuesto en el artículo 1911 del Código Civil abrogado para el Estado de México, cobra aplicación la regla general que establece que el pago debe hacerse en el domicilio del deudor, lo cual implica que para obtener los pagos mensuales pactados, el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores, debe constituirse en el domicilio del deudor a efecto de obtenerlos. En consecuencia, es claro que cuando en este tipo de contratos no se establece un lugar específico de pago, no puede tener aplicación la mora solvendi ex re, también conocida como mora automática, pues en todo caso sólo podría tener aplicación la mora solvendi ex persona, en tanto que para ello es preciso que el trabajador acreditado no cumpla con el pago pactado a pesar de que el instituto acreedor requiera al deudor de ese pago en su domicilio; en tanto que como ya se dijo, en el caso cobra aplicación la regla general contemplada en el artículo 1911 del Código Civil abrogado para el Estado de México, de acuerdo con la cual, el pago debe efectuarse en el domicilio del deudor. En efecto, aunque no pasa inadvertido que el artículo 1911 señala que por regla general el pago debe hacerse en el domicilio del deudor, salvo que las partes convinieren otra cosa, o que lo contrario se desprenda de las circunstancias, de la naturaleza de la obligación o de la ley, lo cierto es que cuando en los contratos de mutuo con interés celebrados entre el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores y un trabajador, a efecto de que éste acceda a un crédito barato y suficiente para adquirir una vivienda, sólo se establece una mecánica de descuentos a realizar por el patrón a efecto de realizar los pagos mensuales, pero no se prevé un lugar específico para realizar el pago en caso de que el trabajador los deba de realizar de manera directa, no se actualiza ninguna de esas salvedades. Lo anterior en razón de lo siguiente: • La salvedad relativa a que las partes hubieran convenido otra cosa no puede actualizarse, porque si bien en este tipo de contratos, las partes concuerdan en establecer una mecánica específica para realizar los pagos, de acuerdo con la cual es el patrón quien debe realizar los descuentos directos al salario del trabajador a fin de entregarlos al instituto a través de las entidades receptoras que actúan por cuenta y orden del instituto, en esa mecánica no se prevé un domicilio específico en el que el trabajador pueda realizar directamente sus pagos en caso de que por alguna circunstancia distinta a las prórrogas contempladas en la ley esa mecánica no tenga operatividad, de ahí que en ese sentido, no puede considerarse que para ese específico supuesto las partes hayan convenido otra cosa. • La salvedad relativa a que de la ley se desprenda lo contrario no tiene aplicación, porque atendiendo al texto de la ley, en este caso el Código Civil abrogado para el Estado de México, de cualquier manera se tendría que concluir que cobra aplicación la regla general de que el pago debe hacerse en el domicilio del deudor. Ello es así, pues aun y cuando el crédito otorgado a un trabajador por el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores sea con la finalidad de que el trabajador pueda adquirir en propiedad una vivienda y, por ende, dicho crédito se encuentre vinculado a un contrato de compraventa, no se debe perder de vista que el contrato que rige la relación contractual entre el instituto mencionado y el trabajador derivada de ese crédito, tiene sustento en un contrato de mutuo con interés y, que por ende, en todo caso cobraría aplicación lo dispuesto en el numeral 2241, fracción II, del Código Civil abrogado para el Estado de México, que es concordante con la regla general establecida en el artículo 1911 del propio ordenamiento, pues de acuerdo al numeral citado en primer término, si no se ha señalado lugar para restituir lo prestado y el préstamo consiste en dinero, la restitución debe hacerse en el domicilio del deudor. • La salvedad relativa a que de las circunstancias o la naturaleza de la obligación se desprenda lo contrario, no puede tener aplicación en los contratos de mutuo con interés celebrados entre un trabajador y el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores, ello es así, porque si se atiende a las circunstancias que pueden rodear el incumplimiento de ese contrato, la naturaleza de éste y de las obligaciones asumidas en él, para no violentar los derechos laborales y sociales que se vinculan a ese tipo de contrato, se tendría que concluir que el pago debe hacerse en el domicilio del deudor; y que, por ende, no puede operar la mora solvendi ex re, también conocida como mora automática. Se estima de esa manera, pues si se tiene en cuenta que ese tipo de contrato, no sólo permite concretar una prestación de carácter laboral, sino que además cumple con una función de carácter social al permitir que el trabajador y su familia gocen de una vivienda digna y decorosa, a efecto de que dichos derechos reconocidos a nivel constitucional e internacional, no resulten lesionados o transgredidos, resulta preponderante tener en cuenta todas las circunstancias o hipótesis que de facto pueden dar lugar a que el multirreferido instituto considere que el trabajador ha incumplido con su obligación de pago. Ello es así, pues es evidente que en términos generales, para el instituto se actualizaría un incumplimiento en la obligación de pago por parte del acreditado, cuando el patrón no entrega los descuentos realizados al salario del trabajador, y éste tampoco realiza de manera directa el pago de las mensualidades acordadas, a pesar de no gozar de alguna prórroga. No obstante, estimar que la actualización de esa hipótesis por sí sola es suficiente para considerar que el trabajador ha incumplido con su obligación de pago, y que, por tanto, es innecesario algún requerimiento por parte del acreedor al trabajador acreditado para que éste incurra en mora, sería un error que necesariamente trascendería al goce de los derechos de carácter laboral y social que se relacionan con ese tipo de contratos. Se asevera lo anterior, porque pueden existir casos en los que el patrón no cumpla con la obligación que se deriva para él de la celebración del contrato en el sentido de realizar descuentos al salario del trabajador a efecto de enterarlos al instituto, o que en concordancia con la mecánica de pago establecida en el contrato, el patrón sí esté realizando descuentos directos al salario del trabajador, pero a pesar de ello no cumpla con la obligación de enterarlos al Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores, a través de las entidades receptoras que actúan por cuenta y orden del mencionado instituto; y que como consecuencia, ignorante de esa situación, el trabajador tampoco realice de manera directa los pagos de las mensualidades acordadas. Así, ante la sola posibilidad de que eso pueda ocurrir, es preciso que cuando el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores estime que un trabajador ha incumplido con su obligación de pago, éste sea requerido de pago en su domicilio, ello no sólo por la ausencia del señalamiento de un lugar específico para realizarlo, sino porque además de darse el caso de que el patrón sea quien esté incumpliendo con la obligación que tiene a su cargo, en el sentido de enterar al instituto los descuentos realizados al salario del trabajador, éste, sin necesidad de que exista una controversia planteada en su contra, podría demostrar que sí ha cumplido con sus pagos, y que en todo caso, fue el patrón quien incumplió con una obligación a su cargo. Así considerar lo contrario, es decir, que el trabajador no tiene que ser requerido de pago en su domicilio, implicaría negarle la posibilidad de demostrar sin necesidad de ir a juicio una situación que de facto puede ocurrir y que incluso fue prevista en el Reglamento para Imponer Multas por Incumplimiento de Obligaciones que la ley del instituto y su reglamento establecen a cargo de los patrones, entre ellas la relativa a la omisión total o parcial de enterar al instituto los descuentos efectuados al salario del trabajador.(34) Atendiendo a lo anterior, por las circunstancias que pueden rodear el incumplimiento de las obligaciones a cargo del trabajador, por la naturaleza de esas obligaciones, los derechos que se vinculan a ese contrato y la función social que éste desempeña, se debe concluir que cuando en ese tipo de contratos no se señala un lugar específico de pago, para la hipótesis en que por alguna razón no tenga aplicación la mecánica de pago establecida a través de descuentos al salario del trabajador, necesariamente debe tener aplicación la regla general prevista en el numeral 1911 del Código Civil abrogado para el Estado de México, de acuerdo con la cual el pago debe hacerse en el domicilio del deudor, pues ello es acorde a la naturaleza y función del contrato; además, considerar lo contrario y que, por ende, en ese tipo de contratos a pesar de no haberse señalado un lugar específico de pago, puede operar la mora automática, sería tanto como desconocer situaciones que de facto se pueden dar en perjuicio del trabajador acreditado, las cuales pueden dar lugar a transgredir aun cuando sea de manera indirecta, los derechos laborales y sociales que se vinculan a ese tipo de contratos, derechos que al tener también vinculación con el derecho humano reconocido en el artículo 11, apartado 1, del Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, obligan a esta Primera Sala, en términos de lo dispuesto en el artículo 1o. constitucional, a adoptar a través de la presente contradicción, las medidas necesarias a efecto de asegurar su efectiva protección, de ahí que por ese motivo, no puede cobrar aplicación la salvedad que se analiza. En consecuencia, se debe concluir que conforme al Código Civil abrogado para el Estado de México cuando en un contrato de mutuo con interés celebrado entre un trabajador y el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda, no se establece un lugar específico de pago en que el mutuatario puede realizar directamente los pagos al mutuante, porque no tenga aplicación la mecánica de descuentos directos al salario establecida en él, y no se está en el supuesto de una prórroga, cobra aplicación la regla general de la legislación citada, conforme a la cual el pago previsto en el artículo 1911 debe realizarse en el domicilio del deudor, en tanto que no se actualiza ninguna de las salvedades previstas en dicho artículo. Atendiendo a lo anterior y de acuerdo con las consideraciones que se han expuesto, debe prevalecer con carácter de jurisprudencia, en términos de los artículos 215, 216, segundo párrafo y 225 de la Ley de Amparo, Reglamentaria de los Artículos 103 y 107 Constitucionales, en vigor a partir del día tres de abril de dos mil trece, el criterio que a continuación sustenta esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación: CONTRATO DE MUTUO CON INTERÉS CELEBRADO ENTRE UN TRABAJADOR Y EL INSTITUTO DEL FONDO NACIONAL DE LA VIVIENDA PARA LOS TRABAJADORES. EL PAGO DE LAS AMORTIZACIONES DEBE REQUERIRSE EN EL DOMICILIO DEL DEUDOR ANTES DE QUE PUEDA CONSIDERARSE QUE INCURRIÓ EN MORA (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE MÉXICO ABROGADA).- Si al celebrarse un contrato de mutuo con interés se establece una mecánica de pago, de acuerdo con la cual el patrón asume la obligación de realizar descuentos directos al salario del trabajador acreditado, para enterarlos mensualmente al Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores, pero no se establece un lugar en el que el acreditado pueda cumplir con su obligación cuando por alguna razón (diversa a la prórroga) dicha mecánica no se realiza, cobra aplicación la regla general contenida en el artículo 1911 del Código Civil del Estado de México, abrogado mediante decreto publicado en la Gaceta del Gobierno de la entidad el 7 de junio de 2002, y conforme a la cual el pago debe hacerse en el domicilio del deudor, lo que implica que el instituto acreedor debe constituirse en el domicilio del trabajador, a efecto de obtener el pago; por tal motivo, no puede tener aplicación la mora solvendi ex re, también conocida como mora automática, porque en todo caso, la que puede actualizarse es la mora solvendi ex personae, para lo cual es preciso que el acreditado incumpla con su obligación de pago a pesar de haber sido requerido por el acreedor. Así, aunque la regla general mencionada admite como salvedades que las partes hayan convenido otra cosa, que lo contrario se desprenda de las circunstancias, de la naturaleza de la obligación o de la ley, éstas no tienen aplicación, pues aunque las partes hayan pactado una mecánica de pago, si en ella no se prevé un domicilio específico en el que el acreditado pueda cumplir con su obligación cuando por alguna circunstancia esa mecánica no tenga operatividad, no puede considerarse que para ese supuesto específico las partes hayan convenido otra cosa; por otro lado, en atención a lo establecido en el texto de la ley, se tendría que concluir que cobra aplicación la regla general citada, pues al tratarse de un contrato de mutuo con interés, en donde lo prestado consiste en dinero, su restitución ante la falta de un lugar específico para tal efecto, de acuerdo con el numeral 2241, fracción II, del propio ordenamiento abrogado, debe realizarse en el domicilio del deudor; y, finalmente, tampoco cobra aplicación la salvedad relacionada con las circunstancias y la naturaleza de la obligación, porque teniendo en cuenta que el contrato de referencia permite concretar una prestación de carácter laboral a la par de que cumple con una función de tipo social, en tanto que a través de él, el trabajador accede a un crédito barato y suficiente para que él y su familia puedan gozar de una vivienda digna y decorosa, a efecto de que dichos derechos reconocidos a nivel constitucional e internacional no resulten lesionados, deben tenerse en cuenta las circunstancias que de facto pueden dar lugar a que el instituto considere que el trabajador ha incumplido con su obligación de pago, pues de no hacerlo se incurriría en el error de no considerar la existencia de casos en los que el patrón es quien incumple con la obligación de realizar los descuentos o que aun habiéndolos realizado, no los reporte al instituto y, en consecuencia, ignorante de esa situación, el trabajador tampoco cubra los pagos directamente, por lo que ante la posibilidad de que ello ocurra, es preciso que el instituto requiera de pago al deudor en su domicilio, no sólo por la ausencia de un lugar específico para realizarlo, sino porque, además, de ser el caso que el patrón sea quien haya incumplido la obligación que para él derivase de la celebración del contrato, debe darse la oportunidad de que el trabajador, sin necesidad de entablar una controversia en su contra, pueda demostrar que ha cumplido con su obligación de pago.”. Ahora, en la ejecutoria trascrita, se analizó un caso substancialmente idéntico, al que aquí ocupa, con la salvedad de que se interpretó el Código Civil abrogado para el Estado de México, mismo que respecto a los numerales analizados, es decir, 1626, 1661, 1688, 1782, 1783, 1785, 1891, 1907, 1908, 1909, 1910, 1911, 1912 y 1913, son de redacción esencialmente igual y respectivamente, a la prevista por el Código Civil para el Estado de San Luis Potosí, en sus artículos 1633, 1668, 1695, 1786, 1787, 1789, 1895, 1911, 1912, 1913, 1914, 1915, 1916 y 1917, de lo que deriva la plena aplicación de dicha ejecutoria al caso que ocupa. Es conveniente citar, que el artículo 217 de la Ley de Amparo, literalmente establece: Artículo 217.- “La jurisprudencia que establezca la Suprema Corte de Justicia de la Nación, funcionando en pleno o en salas, es obligatoria para éstas tratándose de la que decrete el pleno, y además para los Plenos de Circuito, los tribunales colegiados y unitarios de circuito, los juzgados de distrito, tribunales militares y judiciales del orden común de los Estados y del Distrito Federal, y tribunales administrativos y del trabajo, locales o federales. La jurisprudencia que establezcan los Plenos de Circuito es obligatoria para los tribunales colegiados y unitarios de circuito, los juzgados de distrito, tribunales militares y judiciales del orden común de las entidades federativas y tribunales administrativos y del trabajo, locales o federales que se ubiquen dentro del circuito correspondiente. La jurisprudencia que establezcan los tribunales colegiados de circuito es obligatoria para los órganos mencionados en el párrafo anterior, con excepción de los Plenos de Circuito y de los demás tribunales colegiados de circuito. La jurisprudencia en ningún caso tendrá efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna.”. De lo anterior, se advierte que esta autoridad se encuentra obligada a aplicar la jurisprudencia antes citada. Asimismo, es de destacarse que de la lectura de la ejecutoria previamente trascrita, se observa que la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, analizó entre otros aspectos, los momentos en que nace la obligación, en los que se actualiza la mora, así como que cada parte se obliga de los términos que quiso hacerlo y que en el contrato basal de la cláusula ELIMINADO se desprende que aceptó como causas de vencimiento anticipado, la falta de pago y que en la especie se imputa al demandado la omisión de pago. Sin embargo, el Máximo Tribunal del País, también analizó la naturaleza y la función del contrato de crédito para la adquisición de una vivienda, celebrado entre un trabajador y el ELIMINADO; analizó la mora y como opera ésta, advirtiendo los puntos que en vía de agravio expuso el ahora disidente, empero, estableció que no obstante lo anterior, el ELIMINADO (ELIMINADO), sí debe requerir de pago al deudor en su domicilio a efecto de que se pueda considerar que éste incurrió en mora. Lo que consideró así la Primera Sala del Máximo Tribunal del País, partiendo de que el trabajador tiene derecho a que el saldo de la subcuenta de vivienda de su cuenta individual se aplique como pago inicial del crédito obtenido, de igual manera, se establece que el resto del crédito debe ser pagado a través de descuentos directos al salario del trabajador acreditado, que el patrón, aún sin haber participado de manera directa en el contrato de crédito, está obligado a realizar junto con la aportación patronal equivalente al ELIMINADO% sobre el salario base de aportación de los trabajadores al instituto. Luego, si dichos pagos deben ser entregados al ELIMINADO a través de las entidades receptoras, en la que el trabajador acreditado asume una obligación de pago, que debe ser satisfecha de manera mensual ante el instituto, a través de los descuentos realizados a su salario por el patrón. Por tanto, concluyó que en este tipo de contrato adquiere relevancia el principio de exactitud en el tiempo, con excepción de que el trabajador se quede sin ingresos salariales, hipótesis en la que podrá obtener prórrogas en sus pagos a partir de que deje de percibir tales ingresos, siempre y cuando presente su solicitud dentro del mes siguiente a la fecha en que deje de percibir ingresos salariales, caso en que las prórrogas no podrán ser mayores a ELIMINADO meses cada una y tampoco podrán exceder de ELIMINADO meses en su conjunto; lo cierto es que una vez superada esa excepción, ya sea porque el acreditado vuelva a trabajar o porque se haya cumplido el plazo máximo de la prórroga o prórrogas, los pagos deben seguir realizándose de manera mensual. Revelando que en el primer supuesto citado, a través de los descuentos realizados por el nuevo patrón quien tiene la obligación de enterarlos a más tardar los días ELIMINADO del mes inmediato siguiente. Y en el segundo supuesto, a través de los pagos mensuales realizados directamente por el trabajador. Luego, concluye esa Primera Sala que aun cuando no existe duda del tiempo en que el trabajador acreditado debe cumplir con su obligación de pago, sin embargo, no se establece un lugar para que el trabajador pueda realizar los pagos mensuales pactados en caso de que éste asuma la obligación de efectuarlos en forma directa, es decir, cuando debido a la falta de ingresos salariales, dichos pagos ya no se realizan a través de un patrón, para que el trabajador incurra en mora en el cumplimiento de la obligación de pago asumida, dicho trabajador necesariamente debe ser requerido de pago por parte del instituto acreedor en su domicilio, ante la falta de un lugar pactado en el contrato, para que el trabajador pueda cumplir con la obligación de pago asumida; cobrando aplicación en ese caso, la regla relativa a que el pago debe hacerse en el domicilio del deudor, lo cual implica que para obtener los pagos mensuales pactados, el ELIMINADO, debe constituirse en el domicilio del deudor a efecto de obtenerlos. De todo lo anterior, se hace patente, que si en la especie, en el contrato basal, no se señaló un lugar especificó para que el acreditado realizara los pagos, en aquellos casos en que no se realizaran por conducto de su patrón, es que para que pueda considerársele en mora, debe previamente ser requerido en forma fehaciente en su domicilio. Luego, tal como lo precisó la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la salvedad relativa a que las partes hubieran convenido otra cosa no puede actualizarse, respecto a la forma de realizar los pagos cuando éstos no se efectúen por conducto del patrón, puesto que no se prevé un domicilio específico en el que el trabajador pueda realizar directamente sus pagos, de ahí que no puede considerarse que para ese específico supuesto las partes hayan convenido otra cosa. Asimismo, se desprende que si no se ha señalado lugar para restituir lo prestado y el préstamo consiste en dinero, la restitución debe hacerse en el domicilio del deudor; además de que aun cuando para el Instituto actor se actualizaría un incumplimiento en la obligación de pago por parte del acreditado, cuando el patrón no entrega los descuentos realizados al salario del trabajador, y éste tampoco realiza de manera directa el pago de las mensualidades acordadas, a pesar de no gozar de alguna prórroga; lo cierto es que dicha omisión no es imputable al trabajador; toda vez que pueden existir casos en los que el patrón no cumpla con la obligación que se deriva para él de la celebración del contrato en el sentido de realizar descuentos al salario del trabajador a efecto de enterarlos al instituto, o que en concordancia con la mecánica de pago establecida en el contrato, el patrón sí esté realizando descuentos directos al salario del trabajador, pero a pesar de ello no cumpla con la obligación de enterarlos al ELIMINADO, a través de las entidades receptoras que actúan por cuenta y orden del mencionado instituto. Por tanto, es preciso que cuando el ELIMINADO estime que un trabajador ha incumplido con su obligación de pago, éste sea requerido de pago en su domicilio, ello no sólo por la ausencia del señalamiento de un lugar específico para realizarlo, sino porque además de darse el caso de que el patrón sea quien esté incumpliendo con la obligación que tiene a su cargo, en el sentido de enterar al instituto los descuentos realizados al salario del trabajador, éste, sin necesidad de que exista una controversia planteada en su contra, podría demostrar que sí ha cumplido con sus pagos, y que en todo caso, fue el patrón quien incumplió con una obligación a su cargo. Por lo que de no hacerlo así, implicaría negarle la posibilidad de demostrar sin necesidad de ir a juicio una situación que de facto puede ocurrir y que incluso fue prevista en el Reglamento para Imponer Multas por Incumplimiento de Obligaciones que la Ley del instituto y su reglamento establecen a cargo de los patrones, entre ellas la relativa a la omisión total o parcial de enterar al instituto los descuentos efectuados al salario del trabajador. Atendiendo a lo anterior, por las circunstancias que pueden rodear el incumplimiento de las obligaciones a cargo del trabajador, por la naturaleza de esas obligaciones, los derechos que se vinculan a ese contrato y la función social que éste desempeña, es de concluirse que cuando en ese tipo de contratos no se señala un lugar específico de pago, para la hipótesis en que por alguna razón no tenga aplicación la mecánica de pago establecida a través de descuentos al salario del trabajador, necesariamente debe tener aplicación la regla general relativa a que el pago debe hacerse en el domicilio del deudor, pues ello es acorde a la naturaleza y función del contrato. Entenderlo de manera diversa, sería desconocer situaciones que de facto se pueden dar en perjuicio del trabajador acreditado, las cuales podría trascender drásticamente en forma indirecta, en los derechos laborales y sociales que se vinculan a ese tipo de contratos, derechos que al tener también vinculación con el derecho humano reconocido en el artículo 11, apartado 1, del Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, obligan, a adoptar las medidas necesarias a efecto de asegurar su efectiva protección, de ahí que por ese motivo, no puede cobrar aplicación la salvedad que alega el disconforme. Concluyéndose por ende, que cuando en un contrato de mutuo con interés celebrado entre un trabajador y el ELIMINADO, no se establece un lugar específico de pago en que el mutuatario puede realizar directamente los pagos al mutuante, porque no tenga aplicación la mecánica de descuentos directos al salario establecida en él, y no se está en el supuesto de una prórroga, el pago debe realizarse mediante requerimiento en el domicilio del deudor, en tanto que no se actualiza ninguna de las salvedades previstas en dicho artículo. De lo anterior, resulta que para que el Instituto actor, se encontrara en aptitud de ejercitar la acción en cuestión, era necesario que estableciera que la causa por la cual se atribuía el incumplimiento, pues al no haberlo hecho se desconoce si el demandado es o no sujeto de una relación de trabajo y por otro lado, es incierta la causa generadora del impago, porque se desconoce si es que el patrón retuvo el pago del crédito, entregándolo o no al ELIMINADO, o bien, si el demandado, se encontraba constreñido a hacer el pago directo. Luego, es claro, conforme a lo antes destacado, que con independencia de lo convenido en el contrato basal; lo cierto es que dada la naturaleza del contrato de otorgamiento de crédito para la adquisición de un inmueble, por parte de trabajadores, es necesario que previamente se realice el requerimiento al demandado bajo las consideraciones ya precisadas y que al ejercitarse la acción, sea anexado el mismo. No pasa desapercibido que la demandante además del contrato basal, anexó el estado de cuenta certificado del adeudo que reclama, así como la confesional con cargo al demandado, sin embargo, con independencia del valor que las mismas merezcan, la primera sólo acredita el adeudo que reporta el demandado, respecto de lo pactado en el contrato fundatorio y por cuanto hace a la confesional, sólo tiende a demostrar si se celebró el contrato en cuestión y si fueron o no cubiertos los pagos en que se sustenta la acción; pero dichas probanzas, de ninguna manera evidencian si la omisión de los pagos reclamados, es imputable al demandado o al patrón de éste, y menos aún, que para efectos de esclarecer este aspecto, se hubiera requerido al demandado en los términos antes anotados. De lo que resulta que para los efectos precisados, las mismas resultan inconducentes. Por tanto, si en la especie no se dio cumplimiento a ello, es inconcuso que no se encuentra satisfecha la condición necesaria para ejercitar la acción en cuestión, pues no obstante que la parte actora en el hecho identificado como 12, refirió haber realizado diversas gestiones extrajudiciales al demandado, requiriéndolo por el pago, sin embargo, no aportó probanza alguna que así lo acreditara; luego, al tratarse de una condición necesaria para el ejercicio de la acción, tal extremo debe quedar plenamente acreditado y ante la falta de demostración, es inconcuso, que no puede estimarse que se hubiera realizado requerimiento alguno al demandado. En ese tenor, es claro que ante la falta de requerimiento al demandado por el pago del adeudo, resulta innecesario entrar al estudio de los elementos de la acción, por lo que se dejan a salvo los derechos de la parte actora. Ahora bien, ante la conclusión alcanzada y toda vez que la fracción I del artículo 135 establece: “Siempre se hará condenación en costas, pídanlo o no las partes: I.- En contra del litigante que no obtuviere resolución favorable, ya en lo principal, ya en los incidentes que surgieren;...”, y toda vez que la parte actora no obtuvo resolución favorable, se le condena al pago de costas y gastos del juicio. En consecuencia, con apoyo en las anteriores consideraciones y además con fundamento en el ordinal 936 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado, se revoca la resolución recurrida de 21 veintiuno de noviembre de 2014 dos mil catorce, pronunciada por el Juzgado Primero Penal de Ciudad Valles, S.L.P., en el expediente 503/2007, correspondiente al Juicio Ordinario Civil por Declaración Judicial de Vencimiento Anticipado, promovido por el ELIMINADO, a través de su apoderado general para pleitos y cobranzas, Licenciado ELIMINADO, en contra de ELIMINADO, para quedar en los términos siguientes: “PRIMERO.- Este Juzgado fue competente para conocer del presente juicio, compareciendo las partes con personalidad. SEGUNDO.- El Licenciado ELIMINADO, compareció a juicio en su carácter de apoderado general del ELIMINADO. TERCERO.- La vía ordinaria civil resultó procedente. CUARTO.- Por las razones expuestas en la presente sentencia y ante la ausencia de una condición necesaria para el ejercicio de la acción, consistente en la falta de previo requerimiento de pago efectuado a la parte demandada, resulta innecesario entrar a su estudio. QUINTO.- Se dejan a salvo los derechos de la parte actora, que deriven del documento base de la acción, para que los haga valer en la forma y vía que corresponda. SEXTO.Se condena a la parte actora, al pago de costas y gastos de juicio al no haber obtenido fallo favorable. SÉPTIMO.- Notifíquese personalmente, Comuníquese y Cúmplase.”. TERCERO.- En virtud de no actualizarse ninguna de las hipótesis a que se refiere el artículo 135 de la Ley Adjetiva Civil del Estado, no se hace especial condenación en cuanto al pago de costas de esta segunda instancia. CUARTO.- No obstante de que en el auto de radicación de esta Sala, se ordenó hacer del conocimiento de los litigantes su derecho para manifestar su conformidad o inconformidad para que sus datos personales señalados en el artículo 3°., fracción XI de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Estado, se incluyan en la publicación que se haga del presente fallo, con fundamento en lo dispuesto por los artículos 3º., 18, 23 fracción III, 44 y relativos de la Ley en cita, así como 13 fracción XIII, 14, 15 fracción I, 21 y 22 del Reglamento del Poder Judicial del Estado para la aplicación de la mencionada Ley, hágase del conocimiento de las mismas que la sentencia pronunciada en el presente asunto estará a disposición del público para su consulta, cuando así se solicite, incluidos los mencionados datos, sin perjuicio de la protección que por mandato constitucional deba hacerse de oficio en relación a los mismos. Por lo anteriormente expuesto y fundado, se resuelve: PRIMERO.- Los motivos de inconformidad expresados por el apelante, resultaron esencialmente fundados. SEGUNDO.- En consecuencia se REVOCA la resolución recurrida de 21 veintiuno de noviembre de 2014 dos mil catorce, pronunciada por el Juzgado Primero Penal de Ciudad Valles, S.L.P., en el expediente 503/2007, correspondiente al Juicio Ordinario Civil por Declaración Judicial de Vencimiento Anticipado, promovido por el ELIMINADO, a través de su apoderado general para pleitos y cobranzas, Licenciado ELIMINADO, en contra de ELIMINADO, para quedar en los términos siguientes: “PRIMERO.- Este Juzgado fue competente para conocer del presente juicio, compareciendo las partes con personalidad. SEGUNDO.- El Licenciado ELIMINADO, compareció a juicio en su carácter de apoderado general del ELIMINADO. TERCERO.- La vía ordinaria civil resultó procedente. CUARTO.- Por las razones expuestas en la presente sentencia y ante la ausencia de una condición necesaria para el ejercicio de la acción, consistente en la falta de previo requerimiento de pago efectuado a la parte demandada, resulta innecesario entrar a su estudio. QUINTO.- Se dejan a salvo los derechos de la parte actora, que deriven del documento base de la acción, para que los haga valer en la forma y vía que corresponda. SEXTO.- Se condena a la parte actora, al pago de costas y gastos de juicio al no haber obtenido fallo favorable. SÉPTIMO.Notifíquese personalmente, Comuníquese y Cúmplase.”. TERCERO.- Por las razones precisadas en el considerando tercero de la presente resolución, no se hace especial condenación en cuanto al pago de costas en esta segunda instancia. CUARTO.- Atendiendo al considerando cuarto, al no existir inconformidad de las partes litigantes, la presente sentencia estará a disposición del público para su consulta, cuando así se solicite, incluidos los datos personales de las mismas, conforme al procedimiento de acceso a la información, sin perjuicio de la protección que por mandato constitucional deba hacerse de oficio en relación a los mismos. QUINTO.- Con copia certificada de la presente resolución, devuélvase el expediente al juzgado de su origen para los efectos legales consiguientes y en su oportunidad archívese el toca como asunto concluido. SEXTO.- Notifíquese personalmente, comuníquese y cúmplase. A S Í, por unanimidad de votos lo resolvieron y firman los señores Magistrados que integran la Tercera Sala del H. Supremo Tribunal de Justicia del Estado, Licenciados ELIMINADO, ELIMINADO y ELIMINADO, quienes actúan con Secretario de Acuerdos que autoriza y da fe, Licenciado ELIMINADO, siendo ponente el ELIMINADO de los Magistrados nombrados y Secretaria de Estudio y Cuenta, Licenciada ELIMINADO. Doy Fe.