LA NAVIDAD EN EL TERCER MUNDO ¿Qué pensamos cuando nos viene a la cabeza la palabra “Navidad”? ¿Regalos? ¿El Belén? ¿Papá Noel? En un país como el nuestro, esta etapa del año es sinónimo de felicidad y de reunión familiar. En países tercermundistas, en cambio, la realidad es otra. En este sentido, siempre se ha dicho que la Navidad es una fecha completamente elitista, pues sólo la disfrutan los que todo lo tienen en abundancia mientras que los necesitados se quedan con las manos y los estómagos vacíos. Verbi gratia: aquí, un niño se enfada cuando no le traen el juguete que ha pedido; allí, harían lo que fuese por un poco de pan. La hipocresía de nuestro mundo. Desgraciadamente, en algunos de estos países, como por ejemplo Tanzania, no hay una fecha distinguida, simplemente son días semejantes al resto del año donde se carece de fiestas o celebraciones. Por el contrario, a pesar de la miseria, en países como Perú se visita albergues infantiles o residencias de ancianos entonando villancicos, las empresas obsequian a sus empleados con cestas de navidad y el pavo, el panetón (bollo con pasas y frutas confitadas) y el chocolate se instalan en las mesas del país sudamericano. Por otro lado, en Indonesia presentan sorprendentemente la Navidad de una forma similar a la occidental, es decir, con la decoración de centros comerciales, con Papá Noel e incluso con muñecos de nieve pero sin ser de nieve ya que los 33º en esas fechas son algo natural debido a su ubicación en el hemisferio sur. En resumen, la Navidad es una fecha con múltiples facetas dependiendo del país en el cual uno se encuentre, siendo aciaga para unos y próspera para otros.