Notas en PDF - La Iglesia del Este

1Corintios 11.1
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Imitando a Pablo, así como Pablo imitó a Cristo
No procure su propio beneficio, sino el de muchos.
(1) Contexto
Ya terminamos los tres capítulos relacionados con la doctrina de la libertad en Cristo, pero Pablo para rematar este asunto
y abrir las puertas a los temas siguientes 1 nos deja este corto pero complejo versículo, lleno de implicaciones para nuestra
vida práctica.
Entre las cosas que acabamos de estudiar vimos que en los que vayamos alcanzando cierto grado de madurez debe existir
una facilidad natural para renunciar a nuestros privilegios, por amor a los más débiles y también para ser partícipes en la
propagación del evangelio. De esta manera anteponemos gustosos los intereses de los hermanos y de los inconversos, a
algún beneficio o libertad personal, sabiendo que lo hacemos para edificación, por la causa del evangelio.
Durante la exposición de estas actitudes que deben ser naturales entre los cristianos maduros, Pablo no dudó en ponerse a
sí mismo como ejemplo. Considere los siguientes pasajes:
“Por lo cual, si la comida le es a mi hermano ocasión de caer, no comeré carne jamás, para no
poner tropiezo a mi hermano”. 1Cor. 8.13.
“Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para
que de todos modos salve a algunos. Y esto hago por causa del evangelio, para hacerme
copartícipe de él”. 1Cor. 9.22-23.
“No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios; como también yo en todas
las cosas agrado a todos, no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean
salvos”. 1Cor. 10.32-33.
Pablo no sólo le explicó a los Corintios cómo comportarse, sino que se puso a sí mismo como modelo a seguir. Ya que era
bien sabido por ellos cómo andaba Pablo en su vida, con eso podrían entender más claramente de qué estaba hablando.
Esta actitud le parece a alguna gente un tanto arrogante por parte de Pablo. Después de todo, él como un ser humano
también estaba sujeto a errar. Pero Pablo también estaba bien consciente de sus flaquezas y faltas. El pasaje de hoy nos
da la clave para entender correctamente en la medida que debemos imitar a Pablo, y en general a todo buen cristiano.
La exhortación para todos nosotros es que no procuremos nuestro propio beneficio, sino el de muchos; que dejemos de
lado nuestros privilegios y nos hagamos copartícipes del evangelio.
(2) Desglose del Pasaje
“Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo”. 1Cor. 11.1.
Hoy solo tenemos un versículo, y aun así vamos a dividirlo en dos partes.
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v1a. Imitando a Pablo.
v1b. Así como Pablo imitó a Cristo.
A. v1a. Imitando a Pablo.
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¿En qué cosas debemos imitar a Pablo? - El Contexto.
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Si uno saca este pasaje de su contexto podría enseñar lo que sea acerca de imitar a Pablo.
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Podríamos decir cosas tan absurdas como que debemos imitar la forma en que Pablo se vestía o que
todos tenemos que buscar trabajo haciendo tiendas.
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Podríamos enseñar cosas que no suenan del todo mal, como que debemos imitar la forma en que Pablo
escribía cartas para las iglesias.
1 En los capítulos 11 al 14 estudiaremos un conjunto de doctrinas que regulan las actividades de culto dentro de la
congregación, luego en el capítulo 15 estudiaremos la doctrina de la resurrección y cerramos con el capítulo 16 en donde
se habla sobre las ofrendas y otros asuntos de orden en la iglesia.
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1Corintios 11.1
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Imitando a Pablo, así como Pablo imitó a Cristo
No procure su propio beneficio, sino el de muchos.
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O que como Pablo se quedó sin casar deberíamos evitar el matrimonio (pasando por alto toda la
enseñanza que él mismo escribió sobre la soltería y el don de continencia en 1Cor. 7).
Pablo fue misionero que viajaba de lugar en lugar (Rom. 15.20), ¿quiere decir que todos deberíamos
dejar nuestro país para hacernos misioneros?
Pablo sufrió azotes y prisiones en su vida, ¿quiere decir que si nunca padezco a golpes y en la cárcel por
la causa de Cristo soy un mal discípulo?
Pablo participó en la fundación y establecimiento de muchas iglesias, ¿quiere decir que si yo durante mi
vida me quedo sirviendo en una sola iglesia estoy siendo tibio?
Pablo hizo señales, prodigios y milagros durante algunas etapas de su ministerio (Hch. 14.3; 20.7-12;
28.8-9; 2Cor. 12.12), ¿debo esperar yo también estas manifestaciones en algún momento de mi vida en
el Señor?
Pablo hizo votos y se rasuró la cabeza (Hch. 18.18), fue mordido por una serpiente (Hch. 28.3),
naufragó, fue apedreado, pasó por hambre, desnudez y toda clase de necesidades (2Cor. 11.24-27), y
sufrió muchos años con un aguijón en la carne (2Cor. 12.7).
Pablo también vio al Señor Jesucristo (1Cor. 15.8), le fue dada la revelación de la iglesia entre los
gentiles (Ef. 3.1-7), y hasta fue arrebatado al paraíso para ver cosas que no tenía permiso para expresar
(2Cor. 12.3-4).
El apóstol Pablo hizo muchas cosas, ¿en cuáles de ellas debemos pensar cuando nos dice que le
imitemos?
¡Tengamos mucho cuidado! No debemos torcer la Escritura para hacerla decir cosas que no dice.
“Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también
nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en
todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de
entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras
Escrituras, para su propia perdición. Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano,
guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza”. 2Pe.
3.15-17. [Énfasis mío].
◦
Los capítulos anteriores nos dan el contexto acerca de lo que debemos imitar de Pablo.
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Según el contexto de este pasaje, debemos imitar a Pablo principalmente en dos aspectos de su vida.
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No dudó en despojarse de sus derechos para no poner tropiezo a otros hermanos.
▫
Usó su libertad para llevar el evangelio a las personas, no procurando su beneficio sino el de otros.
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Tanto para el beneficio de otros creyentes, como para salvación de los inconversos, Pablo renunció a su
comodidad por los demás.
“Cuando vinieron a él [a Pablo], les dijo: Vosotros sabéis cómo me he comportado entre
vosotros todo el tiempo, desde el primer día que entré en Asia, sirviendo al Señor con toda
humildad, y con muchas lágrimas, y pruebas que me han venido por las asechanzas d e los
judíos; y cómo nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros
[discipulado], públicamente y por las casas, testificando a judíos y a gentiles acerca del
arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo
[evangelismo]”. Hch. 20.18-21. [Énfasis y notas mías].
“Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número”.
1Cor. 9.19.
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Debemos imitar a Pablo en su renuncia de la comodidad y los privilegios, por el bienestar de los demás.
¿Cómo se desarrolló la vida de Pablo luego de su conversión? - La Estrategia.
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Durante toda su vida como cristiano, Pablo mantuvo cierto orden para llevar a cabo la obra.
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Ya entendiendo el contexto de este pasaje, podemos estudiar brevemente la vida de Pablo para ver cómo
fue que se hizo “siervo de todos para ganar a mayor número”.
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Tomando en cuenta que en todo tiempo tenía presente esta renuncia de su comodidad por la causa del
evangelio, es posible ver en la vida de Pablo un orden, un plan que podemos imitar.
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Así nosotros no estaremos haciendo las cosas a ciegas, a la ventura, sino que podemos seguir un patrón,
una estrategia en cómo vamos a imitar el andar de Pablo.
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Imitando a Pablo, así como Pablo imitó a Cristo
No procure su propio beneficio, sino el de muchos.
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Pablo tuvo un encuentro con el Señor Jesucristo.
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Por supuesto que esto es fundamental: no podemos empezar sin hablar del nuevo nacimiento.
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Pablo inició siendo Saulo, un enemigo del Verdadero Dios.
“Y Saulo asolaba la iglesia, y entrando casa por casa, arrastraba a hombres y a mujeres, y los
entregaba en la cárcel”. Hch. 8.3.
“Yo ciertamente había creído mi deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de
Nazaret; lo cual también hice en Jerusalén. Yo encerré en cárceles a muchos de los santos,
habiendo recibido poderes de los principales sacerdotes; y cuando los mataron, yo di mi voto.
Y muchas veces, castigándolos en todas las sinagogas, los forcé a blasfemar; y enfurecido
sobremanera contra ellos, los perseguí hasta en las ciudades extranjeras”. Hch. 26.9-11.
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Pero es Señor Jesucristo se le apareció camino a Damasco.
“Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó
un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo,
¿por qué me persigues? El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú
persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. El, temblando y temeroso, dijo: Señor,
¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo
que debes hacer”. Hch. 9.3-6.
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Y luego de su encuentro con el Señor, él se hizo un discípulo.
“Y habiendo tomado alimento, recobró fuerzas. Y estuvo Saulo por algunos días con los
discípulos que estaban en Damasco. En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo
que éste era el Hijo de Dios. Y todos los que le oían estaban atónitos, y decían: ¿No es éste el
que asolaba en Jerusalén a los que invocaban este nombre, y a eso vino acá, para llevarlos
presos ante los principales sacerdotes? Pero Saulo mucho más se esforzaba, y confundía a los
judíos que moraban en Damasco, demostrando que Jesús era el Cristo”. Hch. 9.19-22.
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Pablo tuvo comunión con otros cristianos.
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Estuvo con los discípulos de Damasco.
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Luego de tres años fue a Jerusalén (Gál. 1.18) y trataba de juntarse con los discípulos (Hch. 9.26-28).
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Durante 15 días estuvo con Pedro y con Jacobo, el hermano del Señor (Gál. 1.19).
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Pero tuvieron que llevarle a Tarso por miedo a los griegos que querían matarlo (Hch. 9.29).
Pablo tuvo un proceso de formación para madurar en su fe.
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En Tarso estuvo sirviendo a la iglesia y aprendiendo durante unos 13 años, y luego Bernabé lo llevó para
que le ayudara en Antioquía (Hch. 11.25-26; Gál. 2.1).
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Incluso teniendo ya bastante clara su misión de ir a llevar el evangelio a los gentiles, Pablo no salió a
predicar y abrir nuevas iglesias sino hasta que estuvo maduro y la congregación recibió confirmación de
Dios para enviarlo.
“Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el
que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el
tetrarca, y Saulo. Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a
Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. Entonces, habiendo ayunado y orado, les
impusieron las manos y los despidieron”. Hch. 13.1-3.
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Pablo asumió y desarrolló su ministerio.
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Una vez enviado a sus viajes misioneros, Pablo no descansó sino que siguió predicando y estableciendo a
los discípulos en todas las iglesias.
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Aún con sus altibajos, y en una gran variedad de situaciones, él siempre mantuvo como su prioridad la
predicación del evangelio.
“¿Qué, pues? Que no obstante, de todas maneras, o por pretexto o por verdad, Cristo es
anunciado; y en esto me gozo, y me gozaré aún”. Fil. 1.18.
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Imitando a Pablo, así como Pablo imitó a Cristo
No procure su propio beneficio, sino el de muchos.
“Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad;
y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio! Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa
tendré; pero si de mala voluntad, la comisión me ha sido encomendada”. 1Cor. 9.16-17.
◦
Pablo invirtió todas sus fuerzas en cumplir la misión.
▪
Todas las prioridades de su vida antes de Cristo pasaron a segundo plano.
“Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.
Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de
Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar
a Cristo”. Fil. 3.7-8.
▪
Él se dedicó completamente a la expansión del evangelio por el resto de su vida.
“Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la
buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la
corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino
también a todos los que aman su venida”. 2Tim. 4.6-8.
◦
Si usted ya está seguro de su salvación y como cristiano desea imitar a Pablo, anteponiendo el bien de los
otros al suyo propio, puede usar esta estrategia.
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Tenga comunión con los hermanos de una buena iglesia, donde se predique la Palabra de Dios.
▪
Asegúrese de pasar por un tiempo de formación, donde pueda madurar como cristiano.
▪
Encuentre y desarrolle su ministerio dentro del Cuerpo de Cristo.
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Invierta todas sus fuerzas en cumplir la misión que Dios nos ha encargado.
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí
todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo
por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo
reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos
encargó a nosotros la palabra de la reconciliación”. 2Cor. 5.17-19. [Énfasis mío].
B. v1b. Así como Pablo imitó a Cristo.
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¿Cómo se despojó Cristo de sus privilegios? - El Ejemplo.
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Pablo nos dice que le imitemos así como él imita a Cristo.
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Viendo el contexto podemos entender qué es aquello que Pablo imitaba de Cristo.
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El Señor es nuestro ejemplo máximo alguien que rechaza su comodidad por el bien de muchos.
▪
Dios hizo el sacrificio máximo, y también llegó a ser en Sí mismo el ejemplo máximo.
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No estamos hablando de limitarse de comer un poco de carne.
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No estamos hablando de pasar por un poco de cansancio o falta de sueño.
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Ni siquiera estamos hablando de las penalidades por las que Pablo tuvo que atravesar.
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Esto se trata del Dios Eterno, dejando algunos de sus derechos, privilegios y atributos como Dios, para
someterse a la más indignante humillación y al trato más cruel por parte de los hombres, y sufrir en su
alma la ira del Padre, con el fin de satisfacer las demandas de su justicia perfecta y poder ofrecer
justificación a los hombres.
“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en
forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se
despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando
en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y
muerte de cruz”. Fil. 2.5-8. [Énfasis mío].
“Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará
mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos”. Is. 53.11.
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Imitando a Pablo, así como Pablo imitó a Cristo
No procure su propio beneficio, sino el de muchos.
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Específicamente, ¿de qué se trató el ministerio del Señor en la tierra? - La Misión.
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Nuestro Señor Jesucristo vino para ser siervo, para buscar y salvar lo que se había perdido (los hombres).
“Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en
rescate por muchos”. Mc. 10.45.
“Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”. Lc. 19.10.
◦
El Hijo de Dios se hizo semejante a los hombres, pero sin pecado, para ofrecerse como sacrificio por los
pecados de los hombres.
“Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos
justicia de Dios en él”. 2Cor. 5.21.
◦
Entonces no se confunda, el blanco es muy claro, el objetivo es bien especifico: la salvación de los hombres.
(3) Aplicaciones.
Histórica: Pablo cierra con esta sección relacionada con la libertad de Cristo con un ejemplo final. Los Corintios debían
entender claramente que para poder renunciar a los privilegios de su libertad por amor a algún hermano, y entregarse de
lleno a la causa del evangelio por amor a los incrédulos, tenían que seguir el ejemplo de Pablo que él a su vez tomaba del
Señor Jesús, quien no estimó su comodidad siendo en forma de Dios, sino que renunció a ella por el bien de muchos.
Doctrinal: Para ver la aplicación doctrinal de las cartas a los Corintios siempre es bueno tener en cuenta a la iglesia de
Tiatira (Ap. 2.18-29). En este caso, lo que podemos es comparar la actitud de Pablo y más aún la de Cristo mismo, con la
actitud de un liderazgo corrupto como el que existía en Tiatira, y como estaba peligrando levantarse en Corinto. Este falso
liderazgo busca ser servido en lugar de servir, mientras enseña al pueblo a cometer fornicación e idolatría, dos cosas de las
cuales Pablo muy expresamente nos advierte “huid” (1Cor. 6.18; 10.14). Un buen liderazgo no procura su propio beneficio,
sino el de muchos, dedicando su vida entera y honestamente al progreso del evangelio.
Personal: Si quiere imitar a Pablo, debe tener en cuenta específicamente qué era lo que él imitaba de Cristo. El Señor
Jesús renunció a su comodidad para ser “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”, por el bienestar de muchos
entre los cuales probablemente está usted. Si Dios hizo algo tan grandioso por usted, ¿porqué le cuesta tanto
desprenderse de un pequeño privilegio por amor de los demás?
¿No cree la Biblia? ¿No cree en el infierno? ¿No cree en el ministerio de la reconciliación? Nuestra misión también es buscar
y salvar lo que se había perdido. Cristo hizo lo que hizo por las almas de los hombres: a través de su pasión, muerte y
resurrección el Señor Jesucristo venció a la muerte y ahora ofrece vida eterna y perdón de pecados. Pablo lo sabía, y
estaba dispuesto a seguir el ejemplo de Cristo, renunciando a su comodidad para poder ganar al mayor número.
Entonces siempre tenga claro que el objetivo de ser cristianos es la predicación del evangelio para la
salvación de las almas. Todo debe girar en torno a esto, o de otra manera es perder el tiempo.
Usted no es cristiano para andar disfrutando de “un rato de esparcimiento y realización personal”. No estamos acá para
iniciar más instituciones, perseguir reformas sociales, impactar la política internacional o crear una nación cristiana. Todo
lo que hagamos, debe ser “para ganar a mayor número”. Vea el buen ejemplo de los Tesalonisenses:
“Porque partiendo de vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor, no sólo en Macedonia y
Acaya, sino que también en todo lugar vuestra fe en Dios se ha extendido”. 1Tes. 1.8.
No procure su propio beneficio, sino el de muchos. Tenga claro de qué está hablando Pablo, y despójese de su amor por la
comodidad para salir a predicar el evangelio a los que están pereciendo en sus pecados. Imite la estrategia que usó Pablo
en su vida y póngase en acción. ¿Qué va a hacer?
- FIN DEL ESTUDIO [1/1] [12 - Octubre - 2012]
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