PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL ECUADOR FACULTAD DE MEDICINA Nombre: Ana Carolina Izurieta P. Nivel: 6 Paralelo: 5 PRÁCTICAS MÉDICAS TRADICIONALES "Solo el que sabe es libre, y más libre el que más sabe... Sólo la cultura da libertad... No proclaméis la libertad de volar, sino dad alas; no la de pensar, sino dad pensamiento. La libertad que hay que dar al pueblo es la cultura." Miguel de Unamuno. La medicina tradicional, como práctica derivada de la transmisión oral de conceptos y experiencias obtenidos en el cuidado de la salud a través del tiempo, hace radicar su derecho a existir en la congruencia entre el conjunto de conocimientos y el universo representativo cultural del grupo social que lo practica, han sido de tal importancia estas diferentes prácticas tradicionales en el mundo que la OMS declaró en 1976 la necesidad de promocionar y desarrollar otras alternativas médicas con el fin de ampliar coberturas y utilizar al máximo los recursos humanos y las tecnologías apropiadas que cada país posee y pueda utilizar. El Ecuador siendo un país lleno de biodiversidad social y cultural, lleva consigo espectros mágicos y míticos que muy pocos de los que habitamos en este país lleno de tradiciones, conocemos. La enfermedad desde tiempos muy remotos ha sido tomada como un problema cultural, la misma que se debe a una manipulación mágica de fuerzas y por tanto la práctica adecuada para tratar la misma es la hechicería, llegando a ser considerada como un arte negro propio de personas que solo quieren hacer daño. Es de esta manera como surgen los conflictos en el campo médico en donde la intolerancia y controversias sobre distintas prácticas se han convertido en una barrera para el conocimiento de nuestra cultura. La medicina tradicional en el Ecuador tiene raíces históricas que se remontan diez mil años en el tiempo, cuya permanencia se ha hecho plausible a lo largo de tres siglos de colonia española y dos de vida republicana. Vigencia que ha sido sustentada en satisfacer las necesidades y cosmovisiones de los pueblos necesitados del Ecuador, así se han nutrido con su esencia indios, mestizos, montubios, campesinos, desde cuando la medicina solo era una práctica de curanderos y shamanes hasta la actualidad, en la cual muchas personas encuentran una alternativa menos costosa y más efectiva, principalmente en aquellos pueblos donde la promoción de la salud rara vez se ha hecho ver. La nueva medicina, no debería ser la barrera donde se limita la comunicación entre las prácticas tradicionales y actuales, sino debería ser un punto donde converjan de manera integral todos los viejos y nuevos conocimientos promoviendo una visión integral de la salud, que se exprese en el equilibrio espiritual, social, ambiental, mental y físico del hombre. A mi forma de ver la medicina tradicional no solo es la suma completa de conocimientos, técnicas y prácticas fundamentadas en las teorías, creencias y experiencias propias de diferentes culturas y que se utilizan para mantener la salud y prevenir, diagnosticar, mejorar o tratar trastornos físicos o mentales, sino que la misma pertenece a la identidad de cada país, como podemos siquiera permitir que estas prácticas se vayan perdiendo y con ellas nuestra identidad, es por esta razón que en el Ecuador se ha tratado de fomentar y recuperar el verdadero espíritu de la medicina tradicional ecuatoriana, por medio de su introducción y aceptación como Sistema de Salud y en la Constitución actual del Ecuador, dentro de una visión pluricultural y nacional. Es verdad que muy pocos son los estudios o ensayos que sustentan que sus prácticas son beneficiosas para la salud, por ejemplo al citar a los sobadores los cuales se definen como curanderos populares que con sus manos mágicas dicen poder sanar cualquier tipo de dolor. Esta práctica es de tal popularidad en nuestro país que incluso antes de que una persona vaya al médico a causa de un dolor, torcedura e incluso fractura acuden a los sobadores donde muchas veces ellos terminan haciendo más daño que la propia fractura. Por otro lado, este tipo de medicina utiliza mucho el efecto placebo, efecto que muchas veces los médicos modernos no son capaces de utilizar para aliviar las molestias del paciente, son muchas veces los médicos modernos los que utilizan un sinfín de medicinas en un persona que puede estar simplemente desequilibrada emocionalmente, es decir los médicos modernos muchas veces no toman el contexto bio-psico-social de la persona mientras que la medicina tradicional se fundamenta en esto, toma al ser humano como un todo lleno de emociones y espiritualidad y que muchas veces los males que se expresan en el cuerpo son simplemente producto de un desequilibrio alma-cuerpo. Son por estas razones, por las cuales yo estoy a favor de proteger y salvaguardar estas prácticas que nos identifican. Deberíamos incluir las mismas, y hacerlas conocer, para saber incluso cuáles son beneficiosas para la salud del paciente y cuáles podrían causar daño, de tal manera que las personas estén informadas y no tengan miedo de contar al médico o al curandero sobre si han asistido a la práctica tradicional o a la moderna respectivamente, ya que casi el 80% de nuestra población ecuatoriana ha recurrido alguna vez a estas prácticas.