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ARO
IX
NUM. 451
SÁBADO 30 AGOSTO 19U2
SE PUBLICA LOS SÁBADOS
AI. P H B n O DE VEIMTK CKNTlMOb
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FRANCISCO S. GONZÁLEZ
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del l l a m a d o REY DE LOS E S T A F A D O R E S SIMÓN CARNE
p o r Guy B o o t b b y
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A primevii cspifza la he recogido v-n ol i'rsti-dju do un diario do los
que máscircuian.
Describiíuido una do las manif'oHtacioiH^s tumuliiuifias verificadas on París cun ]notivo do lii clausura iiiít'ua (it> las casas i'nÜM^insas de onseñanKa, Tnanii'iíst.aciones ou l a s q u e si> da i>] caso raro dci qiie
los católicos, las pm-s<mas bui^nas y amantr's dol orden líritan (''v'fvf ]a
¡ih'-rhiiU. mientras los pilletcs y los raiorn^ y los golfos irritan ¡vira la
policía!, viva el (iobiorno!, decía el pi'riódieo relativo:
V Poco después do jas tres y mi:dia innji-osa ol gi'upü do los libr<'peiisaduroB una oleada oonsíderablo.»
C()nBÍdorable sería la oleada, tío digo que no; poro lo más considerable dol caso es la ¡ii-noraneia del redactor oncaríí'ado de diluir los
telegramas dol extj-aiijero.
Coiiquíí íiufinifíft, ¿eli?,..
Pues no, hombre, no- no emjyos-n. ENGRUESA se diro.
¡Poi'o qué falla do ir á la escuela y de aprender Eiemoi e-^tos encargados de enseñar á la gente!
liien podía el periódico aludido llevar á su redacción con buíína paga algán maestro do esos que dicen que no cobran...
Verdad es que entro loa maestros á la mod<>rna, {|ue suelen ser tan
podantes como inamovibles, también tus hay ipie no saben conjugar
los verbos irrogularo-s.
Y si no, ahí tenían ustedes á D. Antonio Cánovas ciuo, con ser hijo de
un maestro y haber sido él mismo en su mocedad nuiestro suplente, á
lo mejor se descolgaba con aquello de •• fn'iípícso- gozoso ;•.
Aunque también hay que tenor en cuenta (^ue O, Antonio era académico, y la inlluencia ile la Acad<'mia, p a r a esto de hablar y escribir
bion, es malcüca en grado supoi-Ialivo.
Pues otro periódico de gran circulación, tratando el día pasado di' 3a
nianei-a mejor de resolver una cuesüón dil'íeil, pi'eguulaba:
•i — ¿Oi'inioVj Es decir; ¿de ipié modo, ú en qué l'orma podía arreglarse
éstoV
Y Si' contestaba él misino en segui.da:
Í:—Pues dejundo li las aguas correr poi' su natural rarriJ...»
—¡Pero hoMilo'e! -hnliía i|uo decir al autor do esta tontería;—¿usted
cree iiue las aguas eorre]i por cttml. ó que los nii-i-H'-s se han hecho
pat'a<iue (•(>rran imr ellos las aguas?... ^Ío, hombre, no; las agons no tioiien •.•(tyy/l unlunil. ni artificial tampocu... Lo t[ui' suelen ti'uer es cauco,
pi-i'sa, aeer|u¡j|, etc., p a r a correr de un lado á utro; y si alguna vez corren por >airil. n(i es unluniL sino contra la naiiirali'za ile las cosas.
Los que van por rnrril sun los crfCiTi.v, eosa bien distinta de lasílguas;
y p o r eso el i-ut-i-il se llama cfírrW precisannoue, ])iiri:|ue le han l'orma<h) los viirriis. ríjese ustí^d bien, porque le lian formado los rarros al
pasar, ó le han formado los liumbres pai-a que los carros pasen, y sirve
pai-a que sigan los va¡-n\s pasando.
No liara que corran las aguas...
Pero el liombi-e se conoce que no salíe jo que es í^rfí-jv'/. ni p o r q u é
Si' llama así; y ÍÍS claro, por baldar di- In <)ue no sabía h' pasó lo ipie al
otro de las r/fíJn{lle.\Íones dorsales.
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f
^m^
DIBUJO DE ORTEGA
*
«• s
En otro periódico no menos rotativo, halilando un redactor do las dificultades con quíí tropieza la agricultura en Andalucía, ó sea de los ht('//•»))'•/().'< andaluces, llega (h)nde dice;
í Ari'ondalariosy dueños hállans(> m puflpr i^a labores inrnensas, y ninguoí» de ellos... licne el capital suflciento para drsenvnlverlas...
riEii }n\'U'r los arrendatarios de las laliores?... Sei'á al revés, si acaso...
Aunque tampoco sea muy propio decir que }(ts labores se hallan en poder de los ari'i'ndaiarios y de los dueños. P e r o lo (jue es hallarse éstos
en poder de aquéllas os mucho desatino.
Viene á sor cotiio decir que -ha salido para tal pai-te el capitán H f\l
nntuflo do su compañía*, ó que «saldrá pai-a tal oti-a el coronel X al
viamltt de su regimitMito •, cosas, ó más bien disfiarates, que on estos iliterarios tiempos He usan con i:)ien triste frecuencia.
Sin reparar, los que así se expresan, en que todo eso es lo mismo q u e
decir quo el jefe osla á ki onien do su ordenanza.
ANTONIO DE V A L B U E N A
& F:.rí-...-.-.....
INA
TRAGEDIA EN EL MAR
IENTO voirilo ííitigladiiras ll(!vab;i j-Líiulidfis la ••Encjiriiiifiiót) , briek-barca de cuati-ocienlas toneladas déla tniUrículu do Cádiz, el día á qiii' nos roferiniüs. Salió dr arjur-l piiertü fin demanda del do Man i la, el 18di> l'cbrci'n do ISliS. Hacía un iin's quo había dojadu id paralelo de las afilias del Cabo de líuena Es])r]-anzii, poniendo prua a! hendsfi'rio Nurte.
Sobre hi líin-a cjaí^ ln separa del lieinisrerio Sur caltnaron los vientos (tli.iios, oncontrándonos PII plena
zona ti5rrida, cual si estuviera etielavada |;i nave sobre arjuel candente desierttj de a;j,ua.
Siete días llevábamos en diíHesjjerante caltua, sin que el aspecto del cielo ni la indicación del barómetro
señalaran próximo caiubio. El mercurio se estiraba en e[ tubo, y si en el de aijuel inarcaba calma, en el del
termómetro acusaba i'uey;o. l-'uejj,o, en efecto, se i-cf^piraba de día y de noche sobre aquel espejo de plomo
derretido. Las velas, ansiosas de ser aoai'iciadas poi* la bi'isa, caían pesadamente de las ciiK-es pegadas á los
palos, eliírriando la eurcf'j/fliifa y los itu<u-it<i cabos, libres do la sujeción de la ''iii]ii>pf«M ó del htrrio.
El aifurieu/.í/-! dormía, el cordaje b(;d<iaba, el timón no re^^ía y los cn'irío.^ de guardia se esperezaban en
la proa. La quietud del mar solo era interrumpida por la ondulación originada por laslegloues de onoi'ines
tiburones que nos convoyaban, asomando sus negras aletas sobre la superíieie do las aguas.
Toda obaervaeión ei-a iaiiti]: el sestante Inibiei-a dado las mismas i-esuiíancias que siete días antes, en
los ounles la situaeiiín del barco nt) liabía cambiado ni en longitud ni ÍHI latitud.
Encerrados eti aquella l-oiifi. el alturrimiento era iiisutrible. La paci<Micia agotada, la necesidad no satisfecha, hi eoinodidad ausente, el SU'M^H intranquilo, el carácl.er vidrioso, el ei,^oísmo al dc^snudo y el estómago
aguijoneado por el escaso y avi'riado rancho, tíos llevaba á todos en una tensión nerviosa tal que no había
forma do encubrir. Ni se reprimía la audacia de la í'rase, ni se disi>eiisaba inv<duntario movimiento, ni so
escaseaba i a moríiricante agresión. Toda simpatía liabín desaparecido, nos odiaba itujs unos á otros con tanta
más intensidad cuanto mayor era la ajena salisl'aceión. Solo comprenderá este estado de ánimo el que baya
pasado seis ó siete meses encei'rado en un barco de vela, aeotupaflado de un centenar de personas ociosas.
Iban (uitre el pasaje dos niadi-es. Lna, t'uej-tc y robusta, aniarnantaba i)ródígamenle á su Itija. La otra,
escueta y onferiTiiza, diríeilmente lo hacía con la suya. Aquellas mujeres representaban dos razas: la blanca latitia y la cobriza oceánica. El agotamiento y la extenuación de la india se hacían visibles de día en día.
Amaneció uno en que d(;sapareció de sus i^echos la nuti'ición de su hija. La harina se había concluido, lo
mismo que la leche condensada; los huevos conservados en agua de cal, no podían comerse; lo poco que
quedaba en despensa, ó estaba averiado ó era malo, y hubo un instante en que la niñai-echazó todo alimento.
C
Una iioftho supimos quD la indin habfa tenido una terrible cscona con la blanca. Rogó, ofreció, lloró,
amenazó, para qun amaniantara á su hija. Todo fué iiu'itil. ¡La piedad do la inujer la ahogó el egoísmo de
la madre!
El crepúsculo dol día siguientu fué tan rápido como bello. Solo viéndolo os concebible la orgía de colores
quo manchaban ios liorizontos de poniente en aquellas horas vespertinas de los trópicos.
¡Los poslr<'ros destellos del sol ceri'ai'on para siempre los ojitos de la pequeiiuela! La madre la miró con
inefable dulznra, opriiniéndola contra su seno. Ni un grito, ni una lágrima, ni nn quejido, ni una palabra,
delataban af|uel inmenso dolur, Solo el brillo de los ojos dejiiba ver el desgarrón de su alma dolorida.
No hubo foi'ma de separarla en toda la noche de aquellos queridos i-esfos. A la madrugada, ella misma los
colocó en una tosca cajita, que fué lastrada con ios fñnebi-es barrotes de ordenanza.
Vei'ificados los últimos preparativos para la inliumación, fué colocado el pequeño bultito sobre una
tabla que descansaba en la mura de babor de popa, A una indicación del capitán, el tablón buscó la vertical y despacio... muy despacio, resbalaron hacia el abismo aquellos restos. La india miró al mar, vio cerrarse la línea que se abrió al i'oeibir el cuerpo querido, y rápida y violcnlamento irgnió la cabeza, contempló el oriente con ternura inllnita, recibió en sus ojos el pi'im(?r rayo del sol naciente, se dejó acariciar
bañándose en aquella vivísima luz tropical, y aspiró con fuerza cual si vinieran en aquellos destellos del
nuevo día conocidos aromas de sus playas queridas. Súbitamente se tríinsíoi-mó por completo aquella
mujer; se contrajo su cara, brillando en sus pupilas
la ira, la desesperación y el espanto; con pertinaz
-.'
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insistencia miraba á occidente y de pronto, <'ual si ^ : • '.
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hubiera encontrado en sus lejanías l o q u e buscaba,
•
,.; •••
sacudió con fuerza su hermosa cabellera, se llevólas
••}'."
crispadas manos á la cabeza y febrilmente se agitó
on su alma el hervoi" de alguna horrible idea.
Sarcásticamente sonrió, su cuerpo se agrandó y sus
labios se apretaron al pasar poi- ellos palabras de
imp7'ecación tagala en que devolvía toda la hiél de
los desengaños y amarguras f|ue llenaban su existencia. La resolución estaba tomada, y tan rápida como
fué su concepción, fué sn realización.
Abandonó la popa, y veloz ef)mo el rayo enti-ó en
la camar('ta de la europea, arrancándola violentamente á SLi liija; y corriendo con ella, en dos saltos se
colocó sobre la borda del castillo de popa.
Allí, rígida, siniestra, medio desnuda, enmarañado
el pelo y roja la pupila, dejaba adivinar horrible tragedia. Su ]nano izi]nierda se aíianzaba íil conlaje; su
derecha oprimía fuerte mente á la niña. Su actitud era
resuelta. A un fj,t'ito arrancado del alma de la madre,
compendio de todos los ruegos y de todas las súplicas del humano corazón, pareció conmoverse la india. Su vacilación solo fué momentánea. A un niU"íV0
lamento de la polu-e mujer que imploraba al pie del
castillo, rompió su lúgubre silencio la siníesti-a imagen quo se balanceaba al bord(i de la tumba. Con voz
enron<|uecida dijo:
^Quietos; al monoi' movimiento todo se acabó. Ahí
abajo queda mi hijarvoy en su busca llevando la tuya.
Oprimió á la niña contra su brunccado seno, soltó
hi nvAno áol atfi/ajií. inclinó el cuerpo y lánguida y
poroKOsamente cayó al mar.
Un gi'ito d(' espanto y do horror se escapó de todos
los labios. ¡El socorro era inútil, la tintorei-a no perdona! La pobre madre se abalanzó hacia la boi'da,
pero antes de llegar á ella cayó rodando sobre la cubierta. Lo (|uo entonces presenciamos fué hon-ible.
lastanláneamentc desaparecieron bajo las aguas la
mujer y la niña. Se agitó la supcrllcie, presagiando
vorazlucha,y ancho círculo rojizo maniihólas aguas
de aquel océano de fuego...
A los treinta días echamos ancla en la bah'a de Manila, registrándose ti-es bajas en el nill d(í la •Encarnación-. A las pocas liorasde desemfiai'car el pasaj<.:,
la casa de hicos de la pimort^sca ¡sleta de -La Convalecencia'' albe]"gaba un huésped más.
Después... todos los días se veía á la sombra de los
árboles fiel lieiiéíleu asilo, ó entre los macizos de las
verdi^s ln)jas del ilaiiif-ilami. ó de Ins carnosas corolas
de \\vs sriiii¡iacas. á una pobre loca que rantnrreaba.
acompañada de los trinos del jifijar» >}M sul, triste
cünción velando el sm^ño del ser quei'ido que creía
vei' su razón enferma en informe revoltijo de trapos.
OIBUJOS OE ESTEVAN
J. ALVAIÍEZ GUERRA
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'-u-^-'-V.^-U'
V-'
LOS FESTEJOS DE MALAGA
.U-.^-^
•«-•1
•• ' ' " l í f ^ v -
í^n/x X^
\
/"'-m^'
DETALLES
DE LA BATALLA
DE
FLORES
(Fúts. de Eüsoli)
DESDE S A N S E R E N Í
SERVICIO PAIÍTICULAR
(DE
NUESTRO CORRESPONSAL PARTICULARI
(l'AttTICCILArt)
.SVfj) Sei-fíví 2(1 (7,17)
LLEGADA DE VIAJEROS
Los expresos de esta larde lian llf^ado llentís de
jnte y do baúles. Venían también maletas. Torearán
gente
eiiCami'loitiae]
U p r o XI m O d o mingo.
Entro las disIr7
tinguidas l'ilMlilias do los disiinguidos viiíjeroK d e l distinguido tren, lian
venido Cíómez,
Pérez, Cachupín
y Lópex.
También ha venido García, al que ospcraban varios de Hus admii'adüresy algunos de los ingleses que
dejó el aiío pasado,
UNA FIESTA EX EL CASINO
El asalto do armas... tomar que so lia voriñcado
esta tarde en el Cursi-elub lia resultado brillante,
hasta el punto de
que muelios aseg u r a b a n que no
era aquello asalto, sino ajfíílrvz.
Se han distinguido tirandoLupiánez, c o s t u m bro adquií'ida antevi á r m e n t e en
una carreta, y el
distinguido tonto
Gorito, eampeón
de sable. Después d d asalto se organizó un baile capaz do eausar envidia martes Gómez. Señm'as entregáronse furor al vals y á bi'ber agua. Distinguido
autor cómico que ha vimido San Stírení á lavar pezuñas, asegura) ser el rujua 'I" vals. El cliisti' iiizn mucha gracia á la l'amilia y figurará la temporada próxima en un jiigueti' eómico-melodi'amálico.
LAS liKíiATAS
Las animciadas rt'gaias verilieadas playa hiin re>
sultado flojas. Barcos tripuhulos hombrea Uegarím
tardo, oíros (ripulados seiiürns obtuvieron
premio.
Bello .'^exn reg a t e a si I: m pro
con bm^noH i'oHLill.:idiií, díganlo linidiis AvC'
nidii.
El b a l i i i i d r o
AUtli. Irijnilarlo
por el i'diiiicido
yachíntan P a c o
Nanclares, so inutilizó mitad carrera porque ¡inchlmait metió un i'oiiii).
La heridü es de poca importancia y no \o impedirá
seguir haciendo gansadas ai indii'ado Irijiulante del
Alali.
UNA INTERVIEW
Aprovechando estancia en esta playa did eminente hombre público Sr. Pérez Besugo, he celebrado
1--,
con él importan- ^ wi>"^^^-• • —i— ^^ conrereneia.
" T . VIJI'^\~^^ ^
Pérez l í e s u g o
muéstrase e s c a mado, asegura
q u e p a r a caída
hoja c a e r á Gobierno y entrará
on elgabinele.
Temóme no le
dejen pasar del
recibiniiento.
Hizo declaraciones importantes, asegurando que
los pueblos cuanto mejor viven más l'olicos son. Paróeeme que en esto coincide Pero Grullo.
TIEMl'O HERMOSO
Los numerosos vei-aneantes están entusiasmados
con el hermoso tiempo quo hace, tributando grandes e l o g i o s a l
A y u n t a m i e n t o , ¡¿^r^i-^^,^,
ffy-^T^T'ír ^^-i^
de quien es (dn-a
^~^!ir^f'/--•^K^^'^ÍÍ
la temperatura.
'
" '^'^
Jloy muchos de
los f o r a s t e r o s
ha n e s t a d o en
la playa viendu
las (das que iban
y las olas que veJ^^**--^gí^^
t'^'
nían y jos bolas
con quo se saludaba la gente.
Kealineiite el espectáculo es admirable, pues se ve
Tnueha cantidad dtí nguií.
Naturales del pui'blo asegúranme hay más debajo.
NOTICIAS DE SOCIEDAD
Un confK'ido duque que está aquí veraneando, acaba de perder en
r-^\
/ ^ . , _-^-,j«* ,-: |„
id Casino todo el
"•'•"" •»»'Jniii'i"* dinero que traía
y segundo apellido. Desplumado
completamente,
dormirá esta noche banco hnnlerarif. e m p r e n diendo camino do
regreso á gatas,
pues carece dinero tren do vuelta.
LA COIÍRIDA DK 'fOROS
La coi'i'ida verificada hoy ha i'csultado alegre; habido eiiíitro heridos. I'^raneeses entusiasmados: l'rancosillas locas. Jil
Anafre chico superior en todo.
Ha sido vidleado :!2 veci's, saeandn trajr parecía zorríts.
Matndo c i n c o
toros de seis estocadas (rada Lino,
CDiieetiido tres
orejas.
^" •'--.'•'".
Público asegui-a sobrarle todas las orejas.
l*úr ol r.Drresjionsftl, qtio no EJilu; firmar,
A. R. BÜ^íNAT.
DIBUJOS DE T O V A R
E.TANüt) iiparli; lu.s yuspctos qiiií HUÍ
inoi-íMien law iiaiüiri y lii uiuiiriilaf]
D
dnl niiii'st.ro Jllíisru, quo lia CUISL'U-
hiortu quo ('ii ¡Madrid sf? piisii el voi'aiiü mejor qiifí en nítigilii lado, t(íni,^(j ni
liüdor d<' di'Cílarar tirhi "I urh'. que no estoy
conforiiio con talrs ali]'inacioiiüs, ani)r|Lie
eoncitü liis iras did ilusirc oscritüi". Dií^a
lü qu(! quiera el Sr. IlJasi-D, Iii cistiitH^ia ••ii
Madidd durante ¡a ostación de Ion í'iiJoi'es
' ' " ' " ' " ' " I
ir¡::nii'": '^i'"'|T7rM77ii-ir;T¡ üi ii',';i| ••!, ;¡¡
es itisn[>oi"lab!e, y buena pi'uebii de olio
es que teda pei'Kona que liniie más de dos
MESAS DEL CAFE. EUROPEO EN EL BOULEVARD
poaota.s s<i aleja de Ja nei'te IMI cuanto el
vei'aiuí hiiee su prosíMilaeióii oiiciiil, aun á irui^fiuo de sufrir las molestias do los trenes do baños y hntijas, que
serán baratos, pero lo que es iii cómodos, ¡lu son liasla dejarlo di3 sobra! Porque en este Madrid del organillo
libre, aparte del Prado, donde acuden centiíuares de niñas casaderas, y donde se tra^^a el polvo por toneladas; de los jardinillos ele la IMaKH de Oriento y del misterioso Heeoletos, que continúa siendo el lugar favorito de los enam'nriidus y de las eliicas que tieiiiíii buena ropa que lucir, no existo otro sifio dondíí pasar el
verano. De modo que para ima capital de 70Ü.0Ü0 almas y que tiendo á europeizarse, no son muchos,que digamos, los sitios do esparcimiento de que el púbiico puede disponer para hallar un relativodescanso do las
faenas diarias.
La moda de establecer los caTés y las lioi-cliatorías á la inteiiipcrio, como el Bnhiar, Ccrranti-f; y la KViia,
m e parece de perlas; y mo parecería muchísimo mejor y hasta daría un golpe de bcmibo y platillos á la autojridad municipal, si ósta evitase, ó por lo menos contuviese á esa niibe de pobres de solemnidad quo á
todas lioraa del día circula á sus anchas por his callos de Madrid y quo cae de noche sobre los que toman
café no dejándoles vivir ni sosegar.
Créame el señor alcaide: sería un servicio que todos agradeceríamos, tanto como si un día se decidiese
á suprimir los organillos de un plumazo.
También han obtenido gran éxito los viajes en los tranvías á que la musa popular ha aplicado el remo-
qucitñ (li: camirejos. rasearsu hora y niediii on
coclie por die?. eémiiiiDS os el eoltiio de la baratura. Esto explica que todas las iiociics se
librcííi verdaderas batallas por lograr un asilanto en el cavun^ju.
: ^^'i
El sitio prcdiloeto de los vecinos de la parto
Sur de Madrid es la puerta de Atoclia, que de
todo tiene monos do puerta.
Allí acuden diariamente miles de personas á
mereiídar ó á cenar, lo cual supone un sanea•do negocio para las innumerables tabcrnais
allí establecidas.
Poro segut-aniente no causará muy buena
impresión á las personas que por priiiK'ra vez
vengan á Madrid, encontrarse con las taberUN CORRO EN LA CALLE DEL
AVEMARÍA
naíi situadas al aire libn; en uno do Jos sitios
que no tardará inuclios años en ser de los más
bonitos y poblados de la capital. Y por último, la gente quogusta de i r á tomar café á los
ya citados, ó no quiere pasearse en iruKji-''jii. toma et l'resco modestamente en medio del
a r r o y o , con la compañía del indispensable botijo, que en esta época del año es ia m*.
más grata compañía.
Tales son, en conjunto y en detalle, los ati-activos que ofrece la villa y corU\ á los desdichados que, por obligación ó por falta de dinero, tienen forzosammti^ que permanece]•on ella.
Decididamente el maosti-o Blasco ve las cosas á través de unos lentes de color do rosa,
pues de otro modo no so explica esa reiterada pi-o])aganda en favor de ¡Madrid, donde el
<iuo pe]'mane(;c un vi'rano acri'dita su valor lieróico y tione, por consecuencia, o])eión á
Ja cruz do San i-^rnando, destinada sólo á premiar á los iiéroes. — M. S.
JAHDÍNERA
ARRASTRADA
POR UN
"CANQREJO'
[Fota. iJü Oroatoa-Calvot)
LLECÜDA
DE UN TREN
A
ESPINHO
EXCURSIÓN Á ESPINHO Y OPORTO
•~» "T"o lia siiio. 011 vi'i'diidj un éxito ni primer tren botijo ortíanizado
\
á Ks])inho. (¡rjinjii y Oporto. Lejos de eso, comparado con lo
[\
quo Hi! Iiíibía ya<íonsesuidoon las nxpediciuntí-s entro Madrid
i- 1 y Lisboa, ha sido Orite v¡a]« un verdadero l'racaso, oii d cual
sóiü pérdid;is pueden luibsr resultado pai-a las compañías porluguosa y ospañnla, organizadoras do la excursión. liaste decir que apenas
ííi pasábamos de sesr^ita los que lioniOH licclio el viaji'.
No poílía sí'i' ésto, sin enibar;j,-nj niás tenrador. Vi-intisiete pesetas
en segunda ciase y (¡uinco en ti'i'cera, ida y vuelta,doMadrid á <.)p(H'to, ó Granja y líspinlio, es el colmo de ia bai-atura. Croo que ni á
céntimo sale el lulómeiro.
Sin embarco, como ya lie dicho, sesenta i'i muy poi'OH man ej'a el
total de excursionistas, al paso que en los trenes es])ecia|ns de ida y
vuelta or^rjinízados entre Madrid y Lisboa, ha pasado siempre el
número <li.> viajeros de enatrocienít)? y quinientos. El último, de Lisboa á Madi'id, irajo seiscientos y ])ieo de viajeros de LisbtKt. Los
trenes boíijíjs á las ¡irovineias tiel Norie y á las de Levante, suelen
llevar ooboí'ienlos y más bañistas. El j'i-acaso, sin embargo, no es
jiara desalentar á las eom])añias en los vm-arios veni-_•
deros, porque ha cansistido''en que siendo para bañistas
ese tren, in/rucron éstos los
CAR3ADOHAS DE LA ESTACIÓN
fiuo lo iitilÍKa]'on,sino aquellos que por una ú oíi'a eausa tr^nían que
Iiacer ese viaje, A los baí^istas os prceis(t, por lo menos, concedei-lcs
mayor número de días ]>ara la expedición, y prepararles también
Cdclies de primera, ó haeor en i-l pfiblico medio inás ])ropaganda
acerca de his condicioaes de vida y alojamiento en ins playasportugLiesas, pai'a evitar el tcMiior, nalural en los que las desconozcan, do
que las ventajas de la baratura en el billete do viaje las [uerdan con
creces en e] costi'del do liospodaje y estancia en aquellos pui'blos.
Anunciados eon tiempo estos trenes especiales y conocedor el
público de la biíratura eon ([uo se vive en cualquier playa de Portuij,-al, en donde i^l hoiol más caro apenas si cuesta seis poseías por
[)ersona, abundando las casas de liuésjn'des de oolio, diez y doce
reales diarios, os indudablí* que esas excursimu's están llamadas á
'oncr un í,^ran óxit.o íinaneiero para las compartías j'ei-roviarias, apart.> del servicio que no dejan de prestar en el oi'dcn moral á estos
dos reinos, que nadita diría que son hermanos por lo apartados que
T!PO DE MUJERES
DEL PUEBLO
viven uno de otro y por lo poco que se conocen y comunican entre sí.
El viaje es cómodo, y ol trayecto por todo
extrñnio pintoresco é interesante. Por l'nrilina para Fortui^al, no m ven en üitio al<íuno
do su campiña osos campos yiTmos y áridos
que tanto abundan en España.
Hermoso y crecido arliolado encucniraso
por todas partes, abundandi) principaliiiontc los pinai'CK, los (íuales representan una
riqueza miiy considerable.
A las siiMe de la tarde llegamos áEspinlio.Próxinios á la
estación p u d i m o s oi>servar
rjue Fe nos pri'pai-aba un i'ecibimientoi'ntutiastíi y eariñoKo. Dos bandas di' música saludaron la llCiy,ada d e l tren
tíicando la marcha real espa^^^
fióla.
"^•""
La estación y las calles estaban enj^alaiiadas de banderas y gallardetes, y g e n t í o inmenso
prorrumpía en vivas ájii^EKiña y á los
españoles.
Espinho es un pueblo precioso ])ai'a
veranear.Su
playa eshcrinosa.
El mar, en
^ pocas partes
j en uingii-
LA FABRICA
DE SAFíDJNAS EN
CONSERVA
al día, todo comprendido. Los tipos del país son muy
curiosos é interesantes, y la industria local la constituye, Tuei-a de la tf^mporada de playa para el comercio, la pesca de sardina. Esta tieno Tama en todo
Portugal.
El lenguaje español, si
no lo habla, lo cntitmde lodo el mundo, a u n q u e lo
eonti-ario, os decir, entender nosotros á los portugueses, resulta algo más
t .".'•'.•'•• :-,^
na que roflil'ícil.
'"""
eordemoB,
[|ay tiendas de todo y
UN TIPO
r o m n e SU'-;
para todo, siendo la más
MUY POPULAR I f ' ^ i P f ' ^ L l b
notable la de Flm'ivin. en
olas<'ori tandondo so comprayciicuenta ó i^^ual fuei'za, en grado
tra cuanto se puede necetal qin> allí no es posible
sitar, l'lorindo cambia el
el baño agarrado á ia madinero español, Moritido
r o m a , ni menos toinai'lo
busca casas para alojarse^
.sin el auxilio de baftero.
Elori ndo
Esto es una garantía, y no
suministra
representa un gasto apeel vino, las
nas, pues caseta y bañero
conservas,
sólo ctieslan un pHftro. es
m an t e c a ,
decir, veinte cóntimns.
D. JOAQUÍN
PINTO
COELHO
c a r n e , ca,
Los lúdeles son buenos
PRESIDENTE
DE LA CÁMARA
MUNICIPAL
c e r o I a s,
D. JOSÉ
MOURAO
y baratos. Entre ellos hay
juguetesADMINISTRADOR
DEL
CONCELHO
que contar en primera límueble
(l''ol, úi> Cftrvlillio)
nea el Hotel Braganza,do
en Fin, h
un o s p a ñ o l , ]). Antonio
el Particular y de
ta en canarios tralica; siempre sen
I-'"ernándoz,
olii'ial la colonia portuguesa. En
Oporto,
en antiguo
donde afluye
cilio, álable y servicial con la colocaidista.
Hay
oci-os
más,
como
todos, la estancia es muy barata: cinco ó seis pi'srdas
nia espíiñola.
IÍ,es])ecto al sabor local,
""••^
nada par'u nuestros lectores
más cxpcosivo que las reI>roducciones que aquí presentamos de las hermosísimas f o togi-a rías tomadas por
niKíStro corresponsal artístico D. Germán iMillán, el
simpático diputado provincial do Cáceres f|ue se baila
verani'ando en l^'.spiíiho. Al CONCEl^aON
ver quo ciintábamos <.-<n\ «•] MÁRQUEZ,
ENDEDOfíA
oiini'in'si* de tal mai'slro,(pie V DE PESCADO
]Kir l'oriuna aneslra nos cncoiitranois a l l í , guai'damos en su Tunda
nuestra inslaatánoa, dejando o] campo libi'O
al Sr. Millán, uno de los alicionadtis más
iiotablcsde España.
\^t^'j. r^ .^r* : ' - T ^ - - - '
Y fuerza es que hagamos aquí punto, ya
((ue et espacio a l a presente información
LANCHA PESCADORA "NUESTRA SEÑORA DE AJUCA"
dedicado tiene su limito en ostc lugar.
(li'oto|ír;ifilis fíe n n o s t r o corrospoiiMil artistico Sr. Milliui l'ctitj
^ N. M.
r
LOS ORGANIZADORES
DEL MEETING NACIONAL
CELEBRADO EN LOS JARDINES
DEL BUEN
RETIRO
SALIENDO.
EN MANIFESTACIÓN.
CON DIRECCIÓN A LA PRESIDENCIA
DEL CONSEJO
I |i'olo!!;riiJia de X. M.)
.
•;• *
<• •
•;• «
•>
•
SVAREZ INCLAN
EW LUANCO
l-j| ministro de Agricultura acEibu de i'enliií;ir
un viaje que diiinucstra qnu cuando loa iiombroH
públicos Listan ajiiinndns de bufjios propúsitos y
traducen éstos eti iMKíliosidi'JándoHc de la liuecii
palabrería, Jos piuiblos sabi'ii a^n'adfcei- lu (.[uc
poi' ellos so bac^e. TerniiiuKla Ja niisión del ministro de Agricultura como directoi- del viaje VÍ-gio por la bermosa región asturiana, el Sr. láuárez itiulán se i-eliró unos días á Lúa neo, jírrcioso
MUELLE
DE LUANCO;
HECHO ALSR.
EL. SR.
PASANDO
SUAREZ
LNCLÁN
EN
SU
AUTOMÓVIL
POR EL ARCO LEVANTADO
EN
(Ji'ots. de G-ftrcía Eosquot)
SU
HONOR
SUÁREZ
RECrBlMlENTO
7NCLAN
punto de la costa situado entre Gijón y Aviles, á donde lo condujo el vaporcito E¡rira
(|ue al llegar á Luaneo tuvo que atravesar
por entre tanclias (empavesadas.
El i'oeibimiento fué de los más al'octuosos,
ostentando colgaduras ios balcones y lialiándose engalanadas las calles con hermosos arcos.
Al atracar el vapor al muelle oj'óse la
marcha real y diéronsü numerosos vivas al
ministro, desplegándose al mismo tiempo
una bandera con una inscripción en honor
del Sr. Suárez Inclán.
La expedición, pues, no ha podido ser m á s
brillante y ha patentizado el afecto y cariño
que en aquella región sienten por el ministro de Agricultura.—r. DE A. D.
PAMPLONA:
EL fíEY
Y EL PRÍNCIPE
DE ASTURIAS
EN LAS MANIOBRAS
MILITARES
EL VIAJE DEL REY
Durante su tistancia cix Píimplona vÍPÍtó S. M. el rey el
l'uortp di^ San Crtstüba], una de las obi-at^ de fortificación
i|ui! inát^altü lia puL^sto el nombrí^ CÍÜ los ingenieros mililares, quo fueron los encargados do su construeuión. S. H.
examinó atentamenti; .el fuerte, ti'ibutHnck) entusiastas
elogios á los directores de las obras. El fuerte de San
Ci-tstñbal os, sin disputa, una de las obras de defensa mejoi' iiííabadas de i']spaña.
La salida de Pamplona, quo tuvo lugar en la mañana
del 20, (lió lugar á nuevas y elocuentes manifestaciones
(le simpatía que el pueblo navarní tríbulo al rey parados pedirle.
]^l elementa carlista, que es muy nuiuei'oso en r a m plona, lio din ninguna nota discordanic mientras dur('í la
permanencia del rey en la capital do Navarra.
Al Ibígar i). Alfonso y su lucido aeoinpañamiento á Vitoria faé r(í(;ibiflo soíemneincnte, dirigiéndose todos á la
iglesia de San ÜUguel, dundo se cantó el Te-lh-nm.y ufío.
vez terminada esta ceremonia trasladóse la comitiva á
la TUputaeión provincial, en la que se verilieó larocep(áón de las autoridades y corporaciones.
Tanto á la llegada como á la salida del i'ey, que tuvieron lugar en el mismo día, el pueblo alavés dispensó al
monarca grandes homenajes do simpatía. Como lia ocurririo en todas las poblaciones visitadas, la presencia
de S. M. ba despertado curiosidad y entusiasmo,
La llegada á linrgos fué solemnísima. La liistórica ciudad del Cid se vistió de ga.la para recibir la honrosa visita del rey de Esparta. El pueblo invadía las callos que
había do recorrer ia comitiva, siendo cosa menos que
imposible los esfuerzos de los guardias para abrir paso.
Para los aficionados á las obras de arte arquitectónico,
Burgos ofrece, como muchas capitales españolas, considerable innnero de aquéllas. I^'igura en primer término
VITORIA: ARCO DE LA DIPUTACIÓN E7-I HONOR
hi suntuosa Catedral, que encierra cuanto en a n o h a n
DEL REY
ii'üts. da EBCobftr)
p r O d u c i d o iOS Siglos XtlI, XIV y XV.
kh^t\^:ir->
D. PEDRO
ORDOÑO.
ALCALDE
DE
VITORIA
EL BATALLÓN
ESCOLAR GUARN ECIEN DO EL FUERTE
CON5TRUÍDO
POR EL
AYUNTAMIENTO
Comenzó á edificarse en tiempo do l'^ornando l i l y
os uno de los mejores templos de España, tanto por
su estilo cuanto por la solidez dñ SLI construerión.
También es muy notable el arco do l^'ernán-íjonzáloz, pituado en lu callo de este nombre. Componenlo dos columnas dóricas en cada lado que sostienen
su cornisamiento, y un segando cuerpo que eoncluye
en un pequeño frontón con relieves, que representan
las armas de Burgos.
Asimismo merece citarse el arco de Snnta María,
edificado on el siglo xvi; es de piedra do sillería y lo
Mi
l^M
1
irfJJHK^^^if^'VÍ
.jss^^yffSjJtl ^ E B t ^ H
^^HB
TENIENTE
flanquean seis torreones almenados. Consta de ti'cs
cuerpos: forma el primero la bóveda del ti-ánsito; el
segundo tiene en prímo]" término las estatuas de
Nuñü Rasura, el conde Poccellos y Lato Calvo, y encima las de Fernán-donzálea, Ca]-los J y el Cid Campeador; y el tercero se compone de un arco semicircular eon una estatua del Ángel Custodio, coronando
BU frontispicio un ático de gusto romano con la imagen de la Virgen.
También merece especial mención la casa de Iñigo Ángulo, eonstruída á mediados del siglo xviii, Su
~ IJ-Jí- .
jff"
VITORIA:
D. V.
GUTIÉRREZ.
CAPITÁN
INSTRUCTOR
DEL BATALLÓN
ESCOLAR
J^^^K^m^i
m^^m^^.
EL REY SALIENDO
DE LA
CORONEL Y CORNETÍN
DE
DEL BATALLÓN
ESCOLAR
CATEDRAL
ÓRDENES
A RCO DEL
DESFILE
EJERCITO
DEL BATALLÓN
iFoL.s. du Esoobiir)
ESCOLAR
facliada es de puro estilo
reníicimumto y tiene una
bonita portada con esbeltas columnas coronadas de leones.
Otro edilicio muynotabte es la casa del Cor/lón.
en la que se halla instalada la Capitanía genera]. Ea un edificio del siglo XV con t o r r e ó n o s ,
crestería en ia fachada y
cordón de orden teutónieo,qu(; le da nombre, esculpido sobre la puerta
principal.
Xo olvidaremos las Casas C o n s i s t o r i a l e s , de
construcción elegante y
sólida; en la fachada principal hay seis columnas
íGon tres ingresos á un
pórtico y dos torrecillas;
•el salón de sesiones lo
•forman dieciseis columlUas corintias que sostienen el cornisamiento.
Y por liltiniü, ol cole•i^iü de San Nicolás, obra
del siglo XVI, tiene sunituosa fachada principal,
EL REY EF^ LAS CALLES DE BUHCOS
•de severo estilo, y hermosas galerías en ol patio, en el cual so halla instalado el Instituto, Kl Tlospilal del Rey, fundado por Alfonso VIII, se encuentra al linal del paseo del l'arral. í-iu puerta principal, llamada do h)s lioutero'^: es un
magníMcü modelo del renacimiento, de gusto platerescir, á su derecha esiá la casa de Romeros, con hermosos calados. La puerta de la i.glesia, bajo un arco ujival de] siglo xii, es de nogal, con relieves, entre ollas una
Kv'd de mucho valor artístico.
EL REY SALIENDO
DE LA CÁTEDRA L DE BURGOS DESPUÉS
(Fobografiaa iJo J. BurgOB)
DEL TE-DEUM'
'.•;
-.^.ir
••••
Al dí:i si^^uiente dodiííóse S. M. á visitar
todo cuanto do notable «nciinTa Burgos,
comn Ja Catedral, !a Cartuja, ]<}& restos
dol Cid, las CasasConsisturialcis y, jior íi]timo, ol líoal MoTiastorio do. las Huolgas.
En éste la coinitiva l'ué recibida con un
repique genoral do campanai^. Las avenidas del histórico templo, i^l iirimero de
España en proeminonelas, estaban profusamente adornadas con arcos 5' Horcs. Los
puentes denoiuinados de los Reyes, que
únicamente so abren para aquéllos, estaban adornados con ricas colgaduras, lo
mismo que Jos claustros.
La abadesa, lima. Sra. D." Nicolasa Euiz
Puente, recibió al roy con las ceremonias
de ritual, rolicitándii'le en breve y sioitida
arenga, y ofreciéndole en una bandeja la
llave de oro que existo para estos casos.
Después se cantó el Tf-Dewm. coricui-riendo el coro y ofreciendo agua beodiía al
rey. Después se veriílcí) Ja recepción de
costumbre á la abailesa y toda la comu-
ARCO DÉLA
GUARNICIÓN
DE
BURGOS
nidad. S. M. el rey visitó el panteón dondo descansan los restos de Alfonso VJII.
fundadoi", y la reina doña LOÍUHU-; el del
rey Enrique I, hijo del fundador; el do
Sancho f^l DeKcnth}. el de Alfonso el tía>ii<¡.
los de la reina doña Jíerengucla y doña
Beatriz, hija do Felipe II; el de doña Urraca, mujer del rey de Portugal; doña l^conor, hija do Alfonso VIH, y ol do otra
doña Leonor, hija de l^'oriiando IV /-.I Em.plnsfuio.
EN
LOS
GIGANTONES
LA PLAZA DE SANTA
ESPERANDOALREY
MARÍA
CoJí íU viaje á linrgiis ha terminado, por
ahora, ol viajo regio, que ha sido brillantísimo. ]:Í1 rey lia sid(j aclamado con entusiasmo en todas las poblaciones visitadas,
que guardarán imperecedero reeunrdt) do
la regia visita. ICI día aiJregrtíSÓ S. M. á tían
Sebastián, donde fué recibido con ol entusiasmo de siempre. IJH corle permanecei'á en la capital donostiai'ra hasta que en
la época do costumbre regrese ú ^ladrid,
pues se ha aplazado indeftnidamento el
viaje á Galicia, ofectuándoso solanionte ol
anunciado á Bilbao.
[.LEGADA DEL REY AL MONASTERIO
DE LAS
HUELGAS
{Vois. de ,1. Diirgoa)