Presidencia de la República Junta Nacional de Drogas CIPA Coordinadora Intersectorial de Políticas sobre Alcohol Implicancias y riesgos del consumo de alcohol en los individuos asociado a su comportamiento en el tránsito Lauro Paulette Fernando Rolando Gaby Lencina Carlos Juambeltz Gerardo Barrios Gabriel Rossi Mauricio Ardus Implicancias y riesgos del consumo de alcohol en los individuos asociado a su comportamiento en el tránsito REPÚBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY – MONTEVIDEO - 2006 Lauro Paulette (1) Fernando Rolando (2) Gaby Lencina (3) Carlos Juambeltz (4) Gerardo Barrios (5) Gabriel Rossi (6) Mauricio Ardus (7) 1 Licenciado en Ciencias de la Comunicación UDELAR. Investigador del OSMET, CEIU, FHCE. 2 Educador Vial y Técnico en Comunicación Social. Comisario DNPC 3 Doctora en Derecho y Ciencias Sociales UDELAR. Asesora Legal División Tránsito. IMM 4 Cirujano general y cirujano pediátrico UDELAR. Docente Universitario. 5 Medico intensivista UDELAR. SMU 6 Medico psiquiatra de niños UDELAR. Master en drogodependencias. SND 7 Medico UDELAR. Director Programa Prevención de Accidentes de Tránsito. MSP Palabras claves ALCOHOL, DROGAS, CONDUCTOR, PEATON, SEGURIDAD VIAL, SINIESTROS DE TRÁNSITO RESUMEN Proponer que el consumo de bebidas alcohólicas tiene implicancias en la siniestralidad en el tránsito, es una hipótesis sostenible de acuerdo a diversos indicadores que permiten establecer una relación directa causa-efecto sobre este fenómeno. El análisis del alcohol como droga lícita de amplia aceptación social, exige su estudio con miras a la concepción de estrategias que ayuden a mitigar el grave perjuicio que ocasiona el consumo problemático de alcohol en amplio sentido social y fundamentalmente, en su relación con la ocurrencia de siniestros de tránsito y la seguridad vial. GENERALIDADES DEL PROBLEMA ALCOHOL – ACCIDENTES DE TRÁNSITO El alcohol es la droga más consumida en nuestro entorno sociocultural, de la que más se abusa y la que con más frecuencia se asocia a problemas sociales y sanitarios (accidentes de tránsito y/o laborales, suicidio, violencia doméstica y/o social, ausentismo escolar y/o laboral, dependencia, etc.). “El etanol, es el principal componente de las bebidas alcohólicas; éstas se obtienen por fermentación o destilación. Según se trate de un procedimiento u otro, se conseguirán bebidas de diferente graduación; así por ejemplo, vinos, cervezas o champán surgen a partir de la 2 fermentación de frutas o granos, mientras que habrá que recurrir a la destilación para lograr ginebra, whisky, ron, etc.”1 El etanol es una sustancia muy volátil, altamente soluble en agua y no soluble en grasas. Para establecer la cantidad de alcohol que tiene una bebida, se debe conocer previamente el grado alcohólico de la misma. Cuando decimos que una bebida (por ejemplo el vino) tiene 12º, estamos diciendo que en una cantidad desconocida de esa bebida, el 12% de esa cantidad es alcohol etílico puro. Traduciendo este concepto a medidas conocidas, un litro de vino tiene 120 centímetros cúbicos de alcohol etílico puro. La cantidad de alcohol presente en el organismo de una persona se conoce como “alcoholemia”. La alcoholemia es el volumen en gramos de alcohol alojado en la sangre por cada mil centímetros cúbicos. Es numerosa la bibliografía internacional que recoge el problema de los siniestros de tránsito2 (ST) y su relación con la ingesta de bebidas alcohólicas por parte de los actores de la vía pública, dejando claramente de manifiesto, una alerta social a la cual se debería prestar atención e intervenir dada la magnitud del problema. “Los accidentes de tráfico (AT) relacionados con el consumo de alcohol son una de las principales causas de mortalidad y morbilidad evitable. Diversos estudios han determinado que concentraciones de alcohol en sangre superiores a 0,5 g/l se correlacionan con un riesgo lineal de tener un AT y presentar lesiones de mayor gravedad”.3 “En general se puede afirmar que en la constelación de fallos humanos que dan lugar al accidente, el consumo de alcohol parece tener un especial protagonismo. La evidencia epidemiológica acumulada de muchos años indica que el consumo de alcohol por los conductores de vehículos a motor es responsable entre el 30 – 50% de los accidentes con víctimas mortales, del 15% al 35% de los que causan lesiones graves y del 10% de los que no causan lesiones”.4 Aunque no podemos mencionar datos definitivos, si tomamos diversos indicadores emergentes de los trabajos realizados en el año 1991 por el Instituto Técnico Forense de nuestro país, sobre la base de un relevamiento con casos de fallecidos en ST y niveles de alcohol en sangre, los resultados señalaron que al menos el 38% de los fallecidos presentaron niveles de alcohol etílico en sangre superiores a 0,8 gramos por litro.5 De este 38 % casi la mitad fueron peatones embestidos y el porcentaje restante, conductores de vehículos. Esto nos introduce en un fenómeno epidemiológico, en el que el tema ST, no sólo abarca a los conductores de vehículos sino también a los peatones. Estas indagaciones nos permiten inferir que en Uruguay, los ST y los niveles elevados de alcoholemia, se vinculan a guarismos similares a países como España. En setiembre de 1994, el parlamento uruguayo sancionó la ley 16.585, que estableció un máximo de alcoholemia permitida para conductores de cualquier tipo de vehículos, en 0,8 gr./l exceptuando de ello a los conductores de vehículos de pasajeros. 1 Roldán, J., Frauca, C., Dueñas, A. “Intoxicación por alcoholes”. ANALES Sis San Navarra 2003, Vol. 26, Suplemento 1. España. 2003. 2 Nos referiremos a siniestros de transito y no a accidentes de transito, entendemos que se precisa un cambio conceptual al termino, el denominarlos “accidentes” genera la percepción que los mismos no son prevenibles cuando es todo lo contrario. 3 Martínez, X., Plaséncia, A., Rodríguez-Martos A., Santamariña, E., Martí, J., Torralba, L. “Características de los lesionados por accidente de tráfico con alcoholemia positiva”. Barcelona. 2002. 4 Montoro, L. y otros “Manual de Seguridad Vial: el Factor Humano”. INTRAS MAPFRE. España. .2000. 5 Berro, G. Conferencia en “Primer encuentro nacional para la prevención de los accidentes de tránsito”. Comisión Nacional de Control y Prevención de Accidentes de Tránsito (Ley 16585). Montevideo, Uruguay. 1998. 3 Ciertos estudios han sugerido que el nivel de alcoholemia es directamente proporcional al riesgo de sufrir un siniestro de tránsito. En España por ejemplo “el nivel de alcoholemia permitido por la ley es de 0,5 gr. /l” pero se sabe que “incluso con niveles inferiores a los autorizados puede haber alteraciones en nuestra capacidad de conducción. Para el máximo legal de 0,5 gr./l se ha calculado que la probabilidad de accidentes se multiplica por 3 respecto de los que no tienen alcohol en sangre, y por 300 si la alcoholemia supera los 1,5 gr./l.6”. Gráfico Nro. 1 Corroborando esta tendencia, en nuestro país diversas intervenciones de campo llevadas a cabo por la Dirección Nacional de Policía Caminera, permiten una confirmación primaria acerca de la relación entre alcoholemia elevada y siniestralidad vial. En función de esto y según datos de esta institución policial, durante el año 2005 se produjeron 2019 ST en nuestras rutas nacionales, constatándose que el 15% de los conductores intervinientes en dichos siniestros, presentaban alcohol en sangre. De este porcentaje, su gran mayoría (10,4 %) registró alcoholemias superiores a 0,8 gramos por litro (tasa legal permitida en nuestro país).7 Conviene aclarar que estos datos refieren a personas en las que la prueba de espirometría se pudo realizar, quedando excluidos los lesionados graves y fallecidos. Varios estudios avalan la vinculación del consumo elevado de bebidas alcohólicas en los jóvenes, con el incremento de la ocurrencia de siniestros de tránsito. La edad juega un papel destacado en este tema, donde se conjuga la inexperiencia en la conducción y diversos factores fisiológicos8 generados por la ingesta de alcohol. “Los accidentes de vehículos a motor constituyen la primera causa de defunción entre los varones de 1-34 años y entre las mujeres de 1-24 años. Independientemente de la edad, las tasas específicas son siempre más altas en varones que en mujeres, registrándose en ambos casos un momento de especial riesgo entre los 15 y los 24 años.” 9 6 Amador, C., Amengual Munar, M.”Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas”. España. 1994. N. De los A.: el subrayado del texto y el gráfico es nuestro. 7 Dirección Nacional de Policía Caminera. “Datos de accidentes de tránsito y su relación con alcoholemia”. Informe interno. Montevideo. 2005. 8 Ver cuadro 1 9 Ministerio de Sanidad y Consumo. Secretaría General de Salud. Dirección General de Salud Pública. “Alcohol y Salud Pública”. España. 1994. 4 En nuestro país, la siniestralidad en el tránsito presenta un comportamiento similar a la encontrada en los países industrializados, siendo la primera causa de muerte en personas menores de 40 años y la tercera causa a nivel general de la población. En Montevideo, ciudad que alberga casi la mitad de la población del país y el 45% del total de los conductores, la distribución de la siniestralidad vial se refleja de la siguiente manera: de lunes a jueves se vincula con las actividades laborales, mientras que los días viernes, sábado y domingo está asociada con actividades recreativas, donde resultan gravemente lesionados o muertos los jóvenes, representando el 40 % de todos los siniestros.10 La relación siniestralidad vial y consumo de alcohol, se presenta como una problemática de altos costos asociados para nuestro país y sin lugar a dudas, deberían establecerse estudios de mayor profundidad que permitan circunscribir adecuadamente el problema y oportunamente ejecutar medidas. COMO ACTUA EL ALCOHOL EN EL ORGANISMO Nuestro organismo establece su relación con el entorno, mediante facultades sensoriales propias, que le permiten aprehender el ambiente en el cual se desarrolla. El individuo, como ser sensible recibe la información a través de los sentidos y es procesada por el Sistema Nervioso Central (SNC), siendo el cerebro, el centro administrador de dicha actividad. Nuestros movimientos responden a millones de complicadas series de conexiones entre las células del sistema nervioso. En este papel ordenador, el cerebro es el centro donde se procesan estas complejas acciones que nos permiten desde cruzar una calle, conducir un vehículo, escribir un libro, entre otras. El etanol tiene su mayor efecto en el SNC, una vez que ha sido absorbido por el sistema digestivo y se distribuye en el resto de los tejidos. Es un depresor no selectivo del sistema nervioso central, pudiendo producir desinhibición conductual, emocional y trastornos en la velocidad de reacción. “Como ocurre con otros depresores del SNC, la estimulación aparente resulta de la depresión de los mecanismos de control inhibitorio corticales cerebrales (Rall, Th., 1991)”. 11 Como sustancia de alta solubilidad, el etanol se reparte en el cuerpo humano de acuerdo a las zonas de mayor concentración de agua. Por este motivo, es la sangre el primer lugar donde se aloja y luego el cerebro, siendo el tejido adiposo y los huesos las zonas de menor concentración. Esta situación, presenta consecuencias significativas en el control de las facultades respecto de los individuos que deben ejecutar acciones de extrema coordinación motora y de otras que involucran una decisión acertada frente a situaciones complejas, como es la interacción con sus semejantes en el espacio del tránsito. El tiempo que demora el alcohol en comenzar a producir efectos en el organismo, en general “es relativamente rápido. El pico de las concentraciones séricas ocurre entre los 30 min. a 90 min., tras la ingestión (Marco, C., 1990; Rall, Th., 1991)”12. De todas maneras, no todos los individuos se comportan igual frente a la sustancia, existiendo una serie de condicionantes que pueden incidir en la rapidez de su efecto. 10 Barrios, G. "Estudio Multicéntrico de Injuria Traumática, análisis de 202 pacientes ingresados en Terapia Intensiva ", Trabajo Libre en el IV Congreso Uruguayo de Medicina Intensiva, Montevideo 12 al 15 de octubre de 1993. 11 Ibid 1 12 Ibid 5 Los efectos del alcohol en el organismo pueden acelerarse a consecuencia de ciertas variables: Si el estómago está sin comida, el alcohol se absorbe rápidamente. Una hidratación inadecuada del organismo, incide en los niveles de alcoholemia. Si se toma bebida alcohólica en forma rápida, la alcoholemia asciende también rápidamente. La graduación alcohólica de la bebida ingerida incide en la alcoholemia. La tolerancia o intolerancia que la persona tenga a esta sustancia. Las bebidas fermentadas se absorben más lentamente que las destiladas. En los más jóvenes y en los adultos mayores, la vulnerabilidad a los efectos del alcohol es mayor. Diferencias entre hombres y mujeres: Las mujeres tienen menor tolerancia al alcohol. A igualdad de peso y ante la misma ingesta alcohólica, las mujeres presentan una alcoholemia más alta que los hombres. Esto responde a la diferente cantidad de tejido adiposo (grasa) y de agua presente en sus organismos. Por otra parte, las mujeres tienen una menor acción de la enzima ADH – alcoholdeshidrogenasa- que es la que metaboliza parte del alcohol. Tomado y modificado de L. Montoro (2000) VALORES DE ALCOHOLEMIA La alcoholemia es la cantidad de alcohol en la sangre después de consumir alcohol. Esta se mide realizando una extracción de sangre y corroborando la cantidad de alcohol en la misma. Otro método para estimar la alcoholemia es la espirometría, el cual es ampliamente usado en nuestro país y a nivel internacional. Para establecer la alcoholemia, se estima primero los gramos de alcohol absoluto ingerido y no los centímetros cúbicos que consumió la persona. La fórmula es la siguiente: Gramos de alcohol absoluto = volumen (en dl) X la graduación de la bebida alcohólica x 0,8 (densidad del alcohol). Ejemplo: La persona consumió 100 c.c. de Whisky (40º) 1 X 40 X 0,8 = 32 gramos de alcohol absoluto ingerido. La alcoholemia puede estimarse indirectamente, dividiendo el peso en gramos de alcohol puro ingerido, entre el peso de la persona en kilogramos, multiplicado por el valor de la constante de reducción. La constante de reducción para el hombre es de 0,68 y para la mujer de 0,55. Siguiendo con el ejemplo anterior, si la persona es un hombre y pesa 80 kilos, el resultado sería el siguiente. 32 80 X 0,68 = 0,27 gr./lt. 6 En base a estos parámetros, en el ayuntamiento de Barcelona se construyó con valores aproximados la siguiente tabla. Los datos no son excluyentes, sólo tienen fines orientativos. Se debe de tener en cuenta que para España la unidad de bebida (UBE) es de 10 gramos de alcohol absoluto, Esto equivale: 1 UBE = 1 copa de vino, 1 lata de cerveza. ( a pesar que tiene diferente graduación alcohólica al tomar más c.c. de cerveza se toma aproximadamente la misma cantidad en gramos de alcohol absoluto) 2 UBES = 1 medida de whisky. 3 UBES = 1 medida de vodka. Alcohol en sangre una hora después de tomar : en ayunas / habiendo comido PESO Hombre 65 k. 70 k. 75 k. 80 k. Mujer 55 k. 60 k. 65 k. 70 k. UNIDADES DE BEBIDA 1 2 3 4 5 6 0.30 / 0.20 0.55 / 0.35 0.80 / 0.50 1.10 / 0.85 1.40 / 0.95 1.60 /1.20 0.25 / 0.15 0.50 / 0.30 0.75 / 0.45 1.00 / 0.80 1.30 / 0.90 1.50 /1.10 0.25 / 0.15 0.45 / 0.25 0.75 / 0.40 0.90 / 0.75 1.20 / 0.85 1.50/ 1.00 0.20 / 0.10 0.40 / 0.20 0.65 / 0.40 0.85 / 0.70 1.10 / 0.80 1.30 / 0.90 0.40 / 0.30 0.75 / 0.55 1.20 / 0.85 1.50 / 1.00 1.80 / 1.40 2.20 / 1.60 0.35 / 0.25 0.70 / 0.50 1.10 / 0.80 1.40 / 0.95 1.70 / 1.30 2.00 / 1.50 0.35 / 0.25 0.65 / 0.45 1.00 / 0.75 1.30 / 0.90 1.60 / 1.20 1.90 / 1.40 0.30 / 0.20 0.60 / 0.40 0.90 / 0.70 1.20 / 0.85 1.40 / 1.10 1.70 / 1.30 Cuadro de Alicia Rodríguez Martos publicado por la agencia de salud publica de Barcelona, España (2004) Cuadro Nro. 2 Para ejemplificar como afectan diferentes grados de alcohol en sangre sobre la capacidad de conducción de vehículos presentamos la siguiente tabla. En la misma se destaca que la única posibilidad de tener un dominio pleno sobre las facultades para conducir un vehículo, se dan cuando la persona no ha bebido. Es así que la siguiente tabla ha sido confeccionada basándonos en modelos similares a nivel internacional. En general, los diferentes autores mantienen un acuerdo acerca de los efectos que se generan en el individuo a determinados niveles de alcohol en la sangre. No obstante ello, el cuadro tiene como objetivo clarificar estos efectos y sus aseveraciones solo tienen fines orientativos. 7 Cuadro Nro. 3 En el tránsito, cuando mencionamos que las personas tienen alcohol en sangre, nos estamos refiriendo al consumo sin hacer una catalogación de la persona consumidora. Entre éstas, podemos encontrar: bebedores sociales, bebedores problemáticos y bebedores dependientes del alcohol o alcoholistas. Remarcamos que los valores de la tabla, refieren a una persona que no es dependiente de la sustancia. En caso de que lo fuera, puede ocurrir que con las tasas de alcoholemia reseñadas, la persona no tenga la sintomatología detallada en el cuadro. En dicho caso, estaría presentando una tolerancia al alcohol, lo que significa que debería aumentar la dosis ingerida para obtener el efecto citado en la tabla. Existe toda otra serie de alteraciones que ya son rastreables en niveles bajos de alcoholemia. “Con una alcoholemia de 0,2 – 0,5 gramos aparece dificultad en percibir correctamente luces y señales. A un nivel de 0,5 – 0,8 gramos por mil comienza a apreciarse de forma equivocada las distancias; la capacidad de los ojos para adaptarse a condiciones de luz cambiante se reduce, y la sensibilidad a la luz roja disminuye (dificultad en percibir los semáforos rojos y las señales luminosas en general). Con tasas de alcoholemia superiores a 0,75 – 0,80 gramos por mil aparecen cambios en los patrones de búsqueda visual, y la percepción del brillo, la constancia de la forma y la constancia del tamaño se ven seriamente deterioradas. Con 0,8 – 8 1,2 gramos por mil se reduce el campo visual (visión en túnel), existiendo una seria perturbación de la adaptación de los ojos de claro a oscuro, pudiendo ocurrir, por tanto, alteraciones después de cualquier tipo de deslumbramiento”.13 La alteración de la capacidad de responder en tiempo adecuado a una situación, es quizás una de las complicaciones más importantes que el alcohol produce en los individuos, con el consiguiente peligro para la seguridad vial. En la tabla que se agrega a continuación se visualiza la alteración de la capacidad para controlar a tiempo una situación en el tránsito, si el alcohol está presente en el organismo del individuo. En el cuadro se ha tomado como variable un vehículo que circula a 100 km./hora y su conductor debe decidir en función de su entorno, frenar ante un obstáculo en el camino. Tasa de alcoholemia Distancia de reacción 0 0,8 2 21 metros 33 metros 61 metros Incremento de distancia de reacción 58% 121% Fuente: Referencia cita 12 Cuadro Nro. 4 INGESTA DE ALCOHOL Y ELIMINACIÓN DEL ORGANISMO “El alcohol comienza a actuar sobre el SNC, no en el momento exacto en el que se produce su ingestión, sino cuando se incorpora al torrente sanguíneo y a través de este al cerebro. Este periodo de intoxicación, aun no siendo instantáneo, es mucho más rápido y más breve que el de la desintoxicación. Aunque no es una regla de exactitud matemática, suele estimarse que el tiempo que tarda en producir una intoxicación etílica es doce o catorce veces inferior al necesario para eliminarlo. Por ejemplo, si, después de haber terminado de beber, el alcohol, tarda media hora en producir sus efectos máximos, hacen falta 6 o 7 horas para que estos desaparezcan totalmente.” 14 “El etanol es excretado directamente a través del pulmón, orina, o sudor, pero cerca del 90% es metabolizado a acetal-aldehído en el hígado. Es casi completamente oxidado en el hígado siguiendo una cinética de orden cero independiente de la concentración a un ritmo de 15 a 20 mg/dl/hora dependiendo del peso corporal”. 15 Se considera que entre el 90 y 98% del alcohol que ingresa al organismo, será oxidado en forma secuencial degradándose a productos inocuos para nuestro cuerpo. Aunque todos los tejidos colaboran en este proceso, es el hígado el que evidencia en mayor medida este fenómeno. Para oxidar el etanol, utiliza la enzima ADH que tiene la facultad de poder convertir el alcohol en acetaldehído y desde allí a otros compuestos que pueden ser reutilizados por el organismo o eliminados. Los pulmones eliminan una parte del alcohol al volatizarse en el aire espirado (2 a 3 %). Este mecanismo permite medir con certeza el nivel de alcohol en sangre con el espirómetro. “Se ha calculado que, por norma general, cada hora se metabolizan entre 0,1 y 0,2 cc por litro, estableciéndose el término medio en 0,15 cc por litro, lo que equivale a 0,12 g/l. Es decir, la tasa de alcoholemia descenderá, teniendo en cuenta las variaciones individuales, 0,12 13 Muñoz Medina, M. Informe sobre jóvenes conductores. Instituto MAPFRE de Seguridad Vial. España. 1997. 14 Ibid. Cita 12. N. De los A.: el subrayado es nuestro 15 ibid Cita 12 9 g/l cada hora aproximadamente. La velocidad de oxidación no se modifica por la cantidad de alcohol ingerido. Se verifica, para cada persona y situación, a una velocidad constante, esto es, siempre se oxida a una misma cantidad de alcohol por unidad de tiempo”.16 INTERACCION DEL ALCOHOL CON OTRAS DROGAS Es un problema no resuelto completamente. En forma continua surgen nuevas investigaciones que aportan más información al respecto. Esto va de la mano de la industria farmacológica, que constantemente reformula las drogas (y por ende sus efectos), existiendo no obstante, ciertas indagaciones que han definido una serie de correspondencias en esta relación. Los medicamentos tienen implicancias directas sobre el SNC, al igual que el alcohol, por ello “el efecto no deseado de un medicamento sobre la capacidad de conducir puede ser también consecuencia de la interacción entre distintos medicamentos o entre los medicamentos y el alcohol “…….., los efectos de niveles de alcohol en sangre que se encuentran dentro del rango legalmente aceptado, pueden, en presencia de medicamentos depresores del SNC, ser equivalentes a los efectos producidos por niveles de alcohol en el límite superior o por encima de él, en lo que respecta a la disminución de la capacidad para conducir. Por otra parte, el alcohol también puede interaccionar con los medicamentos produciendo una modificación de su efecto terapéutico (aumento del efecto hipotensor de determinados antihipertensivos)”.17 La constante que emerge de estos estudios es la incompatibilidad de mezclar sustancias farmacológicas con alcohol. Queda un camino importante por recorrer en la asociación del alcohol con otras sustancias sicoactivas, pero en general la bibliografía se inclina por un potenciamiento de los efectos de las mismas, con resultados perniciosos para el individuo. Con relación a la interacción de los medicamentos más comunes con el alcohol, presentamos el siguiente cuadro de efectos asociados: Medicamento Antidepresivos Antihistamínicos Ansiolíticos e hipnóticos Antisicóticos Relajantes musculares Interacción con el alcohol Aumento de efectos sedantes de los antideporesivos tricíclicos y relacionados. Los efectos del alcohol se ven aumentados por los antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS) Aumento de efectos sedantes Aumento de efectos sedantes Aumento de efectos sedantes Aumento de efectos sedantes Fuente: ibid cita 16 Cuadro Nro.5 La recomendación recurrente en la bibliografía consultada al respecto para prevenir los problemas que representa la ingesta alcohólica y el consumo de fármacos giran en torno a dos variables principales: - El diálogo del médico tratante con el paciente sobre los efectos de los medicamentos. 16 Ibid. Cita 12. Generalitat Valenciana. Conselleria de sanitat. “Conducción de vehículos y uso de medicamentos.” España, 17 10 - La regla por excelencia donde no se debe beber alcohol si se está consumiendo fármacos y por ende no manejar vehículos . Recomendaciones: Tomando en consideración los datos que se manejan en este trabajo y el acuerdo internacional sobre esta problemática, deberían ser tenidos en cuenta para el caso uruguayo las siguientes recomendaciones para su evaluación e implementación: NECESIDAD DE UN CENTRO NACIONAL COORDINADOR DE LOS DIVERSOS ASPECTOS QUE INVOLUCRAN LA SEGURIDAD VIAL.- Como afirma la OPS “la seguridad vial no es accidental”, la misma debe responder a criterios planificados y existe consenso entre los profesionales de la seguridad vial que las estrategias deben estar apoyadas en dos pilares fundamentales: una política de estado de seguridad vial y un centro o Instituto centralizador, coordinador, normativo y ejecutivo a nivel nacional que atienda la problemática de la seguridad en el tránsito en sus varias disciplinas. Esta institución atendería aspectos vinculares donde el consumo de alcohol y la inserción de los individuos en el tránsito dependen de estrategias interdisciplinarias para su abordaje (médico, legal, comunicacional, educacional, formativo, etc.). Ejemplos de reconocido prestigio internacional como lo son el Centro Superior de educación Vial de la Universidad de Salamanca y el Instituto de Investigación de Seguridad Vial INTRAS perteneciente al Grupo Mapfre – España y otras experiencias emergentes en América Latina como el CAECIT (Centro de Altos Estudios de Tránsito en Buenos Aires – Argentina). NO CONSUMO DE ALCOHOL PARA CONDUCIR COMO REGLA.- Está demostrado que concentraciones de etanol en sangre muy bajas ya causan efectos sobre los individuos y esto afecta particularmente a quienes conducen vehículos. Por esto, la idea central que debería recorrer todos los mensajes que se brinden a la población sobre la relación alcohol – participación en el tránsito, deberían dejar claramente expuesta la NEGACIÓN de estos elementos uno contra otro, es decir, que son totalmente incompatibles el consumo de alcohol y la participación en el tránsito, ya sea como conductor o como peatón. DISMINUCIÓN DE LA TASA LEGAL DE ALCOHOLEMIA.- De acuerdo a la mayor parte de la bibliografía internacional clínica que versa en la materia, es necesario adecuar la legislación de nuestro país disminuyendo la tasa legal de alcoholemia uruguaya de 0,8 a 0,3, por ser el dato clínico más recomendado internacionalmente, ya que está lo suficientemente sostenida y comprobada la hipótesis que una tasa legal de alcoholemia de 0,8 o 0,5 está marcando un nivel de alcohol en sangre donde el individuo se encuentra en condiciones inapropiadas para conducir un vehículo. Por lo tanto estos niveles de alcohol no pueden estar asociados a la circulación de cualquiera de los actores del tránsito en la vía pública. 11 ESPIROMETRÍA- ALCOHOLEMIA – Sería importante distinguir en qué casos se podría aplicar uno u otro procedimiento. El procedimiento de espirometría debiera ser utilizado con fines preventivos, reservándose la alcoholemia en caso de siniestros de tránsito en los cuales no es posible obtener la muestra de aire espirado, ya que de tal hecho pueden derivar consecuencias penales, civiles, etc. Esta diferenciación se fundamenta en que el procedimiento para obtener alcoholemia, se ve condicionado por determinados factores –cadena de seguridad, centros hospitalarios que la extraigan y reciban, adiestramiento médico específico, el cálculo restrospectivo espirométrico necesario, la creciente cantidad de conductores que son detectados en infracción, entre otros- que lo hacen poco práctico por la ausencia de infraestructura y logística necesaria, además del elevado costo que implica para el Estado, hecho que no se justifica, en razón de la confiabilidad del examen espirométrico cuando el fin que se persigue es indagar preventivamente en actores del tránsito. SEGUNDA TOMA DE ANÁLISIS ESPIROMÉTRICO.- La toma de una segunda muestra de aire por parte de quien solicita la prueba de alcoholimetría por espirómetro no es en nuestro país una práctica recurrente por parte de los cuerpos controladores. La misma debería realizarse con el fin de asegurar los resultados y descartar variables que se presumen pueden estar afectando el resultado final de la prueba. Este mecanismo no está consagrado en la ley y sería necesario, a la luz de la eficacia ya comprobada de este método, que el mismo estuviese afianzado legislativamente. Esta segunda prueba espirométrica debería sustituir la prueba de alcoholemia prevista en la ley 16585. PRUEBA DE ALCOHOLEMIA EN SITUACIONES CLINICAS.- En nuestro país la alcoholemia no es tenida en cuenta como examen rutinario en puerta de emergencia hospitalarias o en otras situaciones en que se considere necesario adjuntar esta exploración a la ficha general de un individuo. Esto obedece a valoraciones sobre el tema que deberían ser disueltas mediante la obligatoriedad de realizar el análisis en todos aquellos individuos que, por ejemplo, llegan a puerta de emergencia de los nosocomios por siniestros de tránsito y otras situaciones. El procedimiento deberá estar claramente definido en un protocolo integrado por una ficha policial, médica y de laboratorio. PRUEBA DE ALCOHOLEMIA FACULTATIVA PARA EL USUARIO.- Cualquier ciudadano que sea sometido a una prueba de espirometría tendrá el pleno derecho a realizarse exámenes complementarios para refutar el examen espirométrico primario. Los mismos deberían ser de su estricta responsabilidad y cargo, pudiendo realizarlos en los institutos habilitados y de acuerdo al protocolo que se establezca oportunamente. CERTIFICACIÓN DE LOS ESPIRÓMETROS.- El espirómetro es el aparato que nos permite definir toda una serie de responsabilidades civiles y/o penales para quien es medido (el individuo al que se desea explorar el nivel de alcohol en su sangre) así como para quien solicita esa exploración (los cuerpos controladores del tránsito). Por este motivo se hace necesario que el procedimiento esté garantizado totalmente para ambas partes. La certificación de calibración de los espirómetros, así como la calidad de los mismos (marca, modelo, tipo de 12 medición, etc.) es un asunto crucial que en nuestro país no esta debidamente regulado. Se propone instaurar un protocolo de certificación público de los espirómetros mediante instituciones que cuentan con experiencia en la materia (LATU, Universidad de la República, etc.) a fin poder certificar los mismos. AUDITORIA DE MENSAJES MASIVOS Y PUBLICITARIOS.- La sociedad asume muchas veces, percepciones de la realidad y construcciones simbólicas a través de la comunicación masiva. En la publicidad se concentra el mayor esfuerzo de los proveedores de alcohol a la sociedad como estrategia de mantenimiento del consumo, así como la iniciación y el convencimiento del mismo a los jóvenes. Los mensajes masivos y fundamentalmente la comunicación persuasiva a través de la publicidad son trasmisores de valoraciones y conductas que muchas veces no se condicen con los esfuerzos para mitigar el problema que estamos tratando. En este sentido, auditar la comunicación masiva específica y la publicidad son herramientas que deberían incluirse en un proyecto serio de prevención. Bibliografía consultada - Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras. http://www.nhtsa.dot.gov/people/injury/alcohol/ABCsBACSpanWeb/page2.htm Estados Unidos. - Alvarez, J. 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