POESÍA BARROCA GÓNGORA Hermana Marica, mañana, que es fiesta, no irás tú a la amiga ni yo iré a la escuela. Pondrás el corpiño y la saya buena, cabez6n labrado, toca y albanega; y a mí me pondrán mi camisa nueva, ayo de palmilla, media de estameña y si hace bueno traeré la montera que me dio la Pascua mi señora abuela, y el estadal rojo con lo que le cuelga, que trajo el vecino cuando fue a la feria. Iremos a misa, veremos la iglesia, darános un cuarto mi tía la ollera. Compraremos de él (que nadie lo sepa) chochos y garbanzos para la merienda; y en la tardecica, en nuestra plazuela, jugaré yo al toro y tú a las muñecas con las dos hermanas Juana y Madalena y las dos primillas Marica y la tuerta; y si quiere madre dar las castañetas, podrás tanto de ello bailar en la puerta; y al son del adufe cantará Andrehuela: «no me aprovecharon, madre, las hierbas»; y yo de papel haré una librea teñida con moras porque bien parezca, y una caperuza con muchas almenas; pondré por penacho las dos plumas negras del rabo del gallo, que acullá en la huerta anaranjeamos las Carnestolendas. y en la caña larga pondré una bandera con dos borlas blancas en sus tranzaderas; y en mi caballito pondré una cabeza de guadamecí, dos hilos por riendas; y entraré en la calle haciendo corvetas yo, y otros del barrio, que son más de treinta. jugaremos cañas junto a la plazuela porque Barbolilla salga acá y nos vea; Barbola, la hija de la panadera, la que suele darme tortas con manteca, porque algunas veces hacemos yo y ella las bellaquerías detrás de la puerta. ¡Que se nos va la Pascua, mozas, que se nos va la Pascua! Mozuelas las de mi barrio, loquillas y confiadas, mirad no os engañe el tiempo, la edad y la confianza. No os dejéis lisonjear de la juventud lozana, porque de caducas flores teje el tiempo sus guirnaldas. ¡Que se nos va la Pascua, mozas, que se nos va la Pascua! Vuelan los ligeros años, y con presurosas alas nos roban, como harpías, nuestras sabrosas viandas. La flor de la maravilla esta verdad nos declara, porque le hurta la tarde lo que le dio la mañana. ¡Que se nos va la Pascua, mozas, que se nos va la Pascua! Mirad que cuando pensáis que hacen la señal de la alba las campanas de la vida, es la queda, y os desarma de vuestro color y lustre, de vuestro donaire y gracia, y quedáis todas perdidas por mayores de la marca. ¡Que se nos va la Pascua, mozas, que se nos va la Pascua! Yo sé de una buena vieja que fue un tiempo rubia y zarca y que al presente le cuesta harto caro el ver su cara; porque su bruñida frente y sus mejillas se hallan más que roquete de obispo encogidas y arrugadas. ¡Que se nos va la Pascua, mozas, que se nos va la Pascua! Y sé de otra buena vieja que un diente que le quedaba se lo dejó estotro día sepultado en unas natas; y con lágrimas le dice: «Diente mío de mi alma, yo sé cuando fuiste perla, aunque ahora no sois nada». ¡Que se nos va la Pascua, mozas, que se nos va la Pascua! Por eso, mozuelas locas, antes que la edad avara el rubio cabello de oro convierta en luciente plata, quered cuando sois queridas, amad cuando sois amadas; mirad, bobas, que detrás se pinta la ocasión calva ¡Que se nos va la Pascua, mozas, que se nos va la Pascua! Ándeme yo caliente y ríase la gente. Traten otros del gobierno del mundo y sus monarquías, mientras gobiernan mis días mantequillas y pan tierno; y las mañanas de invierno naranjada y aguardiente, y ríase la gente. Coma en dorada vajilla el Príncipe mil cuidados, como píldoras dorados; que yo en mi pobre mesilla quiero más una morcilla que en el asador reviente, y ríase la gente. Cuando cubra las montañas de blanca nieve el enero, tenga yo lleno el brasero de bellotas y castañas, y quien las dulces patrañas del Rey que rabió me cuente, y ríase la gente. Busque muy en hora buena el mercader nuevos soles; yo conchas y caracoles entre la menuda arena, escuchando a Filomena sobre el chopo de la fuente, y ríase la gente. Pase a media noche el mar, y arda en amorosa llama Leandro por ver su dama; que yo más quiero pasar del golfo de mi lagar la blanca o roja corriente, y ríase la gente. Pues Amor es tan cruel que de Píramo y su amada hace tálamo una espada, do se junten ella y él, sea mi Tisbe un pastel y la espada sea mi diente, y ríase la gente Dineros son calidad, ¡verdad! Más ama quien más suspira, ¡mentira! Cruzados hacen cruzados, escudos pintan escudos, y tahúres muy desnudos con dados ganan condados; ducados dejan ducados, y coronas majestad: ¡verdad! Pensar que uno solo es dueño de puerta de muchas llaves, y afirmar que penas graves las paga un mirar risueño, y entender que no son sueño las promesas de Marfira: ¡mentira! Todo se vende este día, todo el dinero lo iguala: a Corte vende su gala, la guerra su valentía; hasta la sabiduría vende la Universidad: ¡verdad! En Valencia muy preñada y muy doncella en Madrid, cebolla en Valladolid y en Toledo mermelada, Puerta de Elvira en Granada, y en Sevilla doña Elvira: ¡mentira! No hay persona que hablar deje al necesitado en plaza; todo el mundo le es mordaza, aunque él por señas se queje; que tiene cara de hereje y aun fe la necesidad: ¡verdad! Siendo como un algodón nos jura que es como un hueso Valladolid, de lágrimas sois valle, y no quiero deciros quien las llora, valle de Josafat, sin que en vos hora, cuanto más día de jüicio se halle. Pisado he vuestros muros calle a calle, donde el engaño con la corte mora, y cortesano sucio os hallo ahora, siendo un tiempo villano de buen talle. Todos son condes, no sin nuestro daño; dígalo el andaluz, que en un infierno debajo de una tabla escrita posa. y quiere probarnos eso con que es su cuello almidón, goma su copete, y son sus bigotes alquitira ¡mentira! Cualquiera que pleitos trata, aunque sean sin razón, deje el río Marañón, y entre el río de la Plata; que hallará corriente grata y puerto de claridad: ¡verdad! Siembra en una artesa berros la madre, y sus hijas todas son perras de muchas bodas, y bodas de muchos perros; y sus yernos rompen hierros en la toma de Algecira: ¡mentira! A pesar del lucero de su frente, le hacen oscuro, y él en dos razones, que en dos truenos libró de su Occidente: “Si quieren, respondió, los pedantones luz nueva en hemisferio diferente, den su memorïal a mis calzones”. A DON FRANCISCO DE QUEVEDO Anacreonte español, no hay quien os tope, que no diga con mucha cortesía, que ya que vuestros pies son de elegía, que vuestras suavidades son de arrope. No encuentra al de Buendía en todo el año al de Chinchón sí ahora, y el invierno al de Niebla, al de Nieva, al de Lodosa. ¿No imitaréis al terenciano Lope, que al de Belerofonte cada día sobre zuecos de cómica poesía se calza espuelas y le da un galope? DE LOS QUE CENSURARON SU “POLIFEMO” Con cuidado especial vuestros antojos dicen que quieren traducir el griego, no habiéndolo mirado vuestros ojos. Pisó las calles de Madrid el fiero monóculo galán de Galatea, y cual suele tejer bárbara aldea soga de gozques contra forastero, Prestádselos un rato a mi ojo ciego, porque a luz saque ciertos versos flojos, y entenderéis cualquier gregüesco luego. rígido un bachiller, otro severo, (crítica turba al fin, si no pigmea) su diente afila y su veneno emplea en el disforme cíclope cabrero. Mientras por competir con tu cabello, oro bruñido al sol relumbra en vano, mientras con menosprecio en medio el llano mira tu blanca frente el lilio bello; mientras a cada labio, por cogello, siguen más ojos que al clavel temprano, y mientras triunfa con desdén lozano del luciente cristal tu gentil cuello; goza cuello, cabello, labio y frente, antes que lo que fue en tu edad dorada oro, lilio, clavel, cristal luciente, no sólo en plata o vïola troncada se vuelva, mas tú y ello juntamente en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada. SOLEDAD PRIMERA y el Sol todos los rayos de su pelo-, luciente honor del cielo, en campos de zafiro pace estrellas; cuando el que ministrar podía la copa a Júpiter mejor que el garzón de Ida náufrago y desdeñado, sobre ausente-, lagrimosas de amor dulces querellas da al mar; que condolido fue a las ondas, fue al viento el mísero gemido, segundo de Arión dulce instrumento. Del siempre en la montaña opuesto pino al enemigo Noto, piadoso miembro roto -breve tabla- delfín no fue pequeño al inconsiderado peregrino que a una Libia de ondas su camino fio, y su vida a un leño. Del Océano pues antes sorbido, y luego vomitado no lejos de un escollo coronado de secos juncos, de calientes plumas -alga todo y espumas-, halló hospitalidad donde halló nido de Júpiter el ave Era del año la estación florida en que el mentido robador de Europa -media luna las armas de su frente, (VERSIÓN PROSIFICADA) Era la época de la primavera en que el sol coincide con la constelación de Tauro (que recuerda el rapto de Europa por Júpiter transformado en toro), cuya figura, como un sol radiante, coronado por la media luna de sus astas, parece que pace estrellas en los campos azules del cielo; cuando un joven, comparable por su belleza a Ganimedes, copero de Júpiter -náufrago, desdeñado y lejos de la que ama-, vierte en el mar tristes lamentos de amor; de tal suerte que, conmovido el mar, comenzó a amainar la tempestad, como si el amargo llanto del joven repitiera el prodigio del músico Ari6n, que, gracias a su lira, se salvó de morir ahogado. 15-21. Una pequeña tabla de pino -resto del naufragio-, árbol siempre opuesto en la montaña al viento Noto, sirvió de delfín (corno a Ari6n, que a lomos de un delfín, atraído por su música, ganó la costa) al temerario peregrino que se atrevi6 a confiar su camino a un desierto de olas, y su vida a una nave. 22-28. Tragado por el Océano y luego vomitado por é1 -cubierto de algas y espumas-, halló refugio cerca de unas rocas donde hablo un nido de águilas -aves dedicados a Júpiter- hecho de secos juncos y calientes plumas. Él os quiere gozar, a lo que entiendo, si os coge en esta selva tosca y ruda: su aljaba suena, está su bolsa muda; el perro, pues no ladra, está muriendo. QUEVEDO AFECTOS VARIOS DE SU CORAZÓN FLUCTUANDO EN LAS ONDAS DE LOS CABELLOS DE LISI En crespa tempestad el oro undoso, nada golfos de luz ardiente y pura mi corazón, sediento de hermosura, si el cabello deslazas generoso. Leandro, en mar de fuego proceloso, su amor ostenta, su vivir apura; Ícaro en senda de oro mal segura, Arde sus alas por morir glorioso. Buhonero de signos y planetas, viene haciendo ademanes y figuras, cargado de bochornos y cometas. Esto la dije; y en cortezas duras de laurel se ingirió contra sus tretas, y, en escabeche, el sol se quedó a oscuras. RECETA PARA HACER SOLEDADES EN UN DÍA Quien quisiere ser culto en sólo un día La jeri (aprenderá) gonza siguiente: fulgores, arrogar, joven, presiente, candor, construye, métrica, armonía, Con pretensión de fénix encendidas sus esperanzas, que difuntas lloro, intenta que su muerte engendre vidas. poco, mucho, si no, purpuracía, neutralidad, conculca, erige, mente, pulsa, ostenta librar, adolescente, señas traslada: pira, frustra, arpía; Avaro y rico y pobre, en el tesoro, el castigo y la hambre imita a Midas, Tántalo en fugitiva fuente de oro. cede, impide, cisuras, petulante, palestra, liba, meta, argento, alterna, si bien disuelve émulo canoro. A UN HOMBRE DE GRAN NARIZ Érase un hombre a una nariz pegado, érase una nariz superlativa, érase una alquitara medio viva, érase un pez espada mal barbado; era un reloj de sol mal encarado, érase un elefante boca arriba, érase una nariz sayón y escriba, era Ovidio Nasón mal narigado. Érase el espolón de una galera, érase una pirámide de Egipto, los doce tribus de narices era; érase un naricísimo infinito, frisón archinariz, caratulera, sabañón, garrafal, morado y frito. A DAFNE HUYENDO DE APOLO Tras vos un alquimista va corriendo, Dafne, que llaman sol, ¿y vos, tan cruda? Vos ol volvéis murciélago sin duda, pues vais del sol y de la luz huyendo. Use mucho de líquido y de errante, su poco de nocturno y de caverna, anden listos livor, adunco y poro. Que ya toda Castilla, con sola esta cartilla, se abrasa de poetas babilones, escribiendo sonetos confusiones; y en la Mancha pastores y gañanes, atestadas de ajos las barrigas, hacen ya Soledades como migas. LETRILLA SATÍRICA Poderoso caballero es don Dinero. Madre, yo al oro me humillo; él es mi amante y mi amado, pues, de puro enamorado, de contino anda amarillo; que pues, doblón o sencillo, hace todo cuanto quiero, poderoso caballero es don Dinero. Nace en las Indias honrado, donde el mundo le acompaña; viene a morir en España, y es en Génova enterrado. Y pues quien le trae al lado es hermoso, aunque sea fiero, poderoso caballero es don Dinero. Es galán y es como un oro, tiene quebrado el color, persona de gran valor, tan cristiano como moro. Pues que da y quita el decoro y quebranta cualquier fuero, poderoso caballero es don Dinero. Son sus padres principales, y es de nobles descendiente, porque en las venas de Oriente todas las sangres son reales; y pues es quien hace iguales al duque y al ganadero, poderoso caballero es don Dinero. Mas ¿a quién no maravilla ver en su gloria sin tasa que es lo menos de su casa doña Blanca de Castilla? Pero, pues da al bajo silla y al cobarde hace guerrero, poderoso caballero es don Dinero Sus escudos de armas nobles son siempre tan principales, que sin sus escudos reales no hay escudos de armas dobles; y pues a los mismos robles ¿Qué captas nocturnal con tus canciones, Góngora bobo con crepusculallas, si cuando anhelas más garcibolallas, las reptilizas más y subterpones. Microcosmote Dios de inquiridiones y quieres te investiguen por medallas, como priscos, estigmas o antiguallas, por desitinerar vates tirones. Tu forasteridad es tan eximia que te ha de detractar el que te rumia, pues ructas viscerable cacoquimia. Farmacofolorando como numia, si estomacabundancia das tan nimia, metamorfoseando el arcadumia. REPRESÉNTASE LA BREVEDAD DE LO QUE SE VIVE Y CUÁN NADA PARECE LO QUE SE VIV1Ó da codicia su minero, poderoso caballero es don Dinero. Por importar en los tratos y dar tan buenos consejos, en las casas de los viejos gatos le guardan de gatos. Y pues él rompe recatos y ablanda al juez más severo, poderoso caballero es don Dinero. Y es tanta su majestad (aunque son sus duelos hartos), que con haberle hecho cuartos, no pierde su autoridad; pero, pues da calidad al noble y al pordiosero, poderoso caballero es don Dinero. Nunca vi damas ingratas a su gusto y afición; que a las caras de un doblón hacen sus caras baratas; y pues las hace bravatas desde una bolsa de cuero, poderoso caballero es don Dinero. Más valen en cualquier tierra (mirad si es harto sagaz) sus escudos en la paz que rodelas en la guerra. Y pues al pobre le entierra y hace propio al forastero, poderoso caballero es don Dinero. « ¡Ah de la vida!"... ¿Nadie me responde? ¡Aquí de los antaños que he vivido! La Fortuna mis tiempos ha mordido; las Horas mi locura las esconde. ¡Que sin poder saber cómo ni adónde la salud y la edad se hayan huido! Falta la vida, asiste lo vivido, y no hay calamidad que no me ronde. Ayer se fue; mañana no ha llegado; hoy si., está yendo sin parar un punto: soy un fue, y un será, y un es cansado. En el hoy y mañana y ayer, junto pañales y mortaja, y he quedado presentes sucesiones de difunto. Miré los muros de la patria mía, si un tiempo fuertes, ya desmoronados, de la carrera de la edad cansados, por quien caduca ya su valentía. Salíme al campo: vi que el sol bebía los arroyos del hielo desatados, y del monte quejosos los ganados, que con sombras hurtó su luz al día. Entré en mi casa; vi que, amancillada, de anciana habitación era despojos; mi báculo, más corvo y menos fuerte; vencida de la edad sentí mi espada. Y no hallé cosa en que poner los ojos que no fuese recuerdo de la muerte. AMOR CONSTANTE MÁS ALLÁ DE LA MUERTE Cerrar podrá mis ojos la postrera sombra que me llevaré el blanco día, y podrá desatar esta alma mía hora a su afán ansioso lisonjera; mas no de esotra parte en la ribera, dejará la memoria, en donde ardía: nadar sabe mi llama la agua fría, y perder el respeto a ley severa. Alma a quien todo un dios prisión ha sido, venas que humor a tanto fuego han dado, medulas que han gloriosamente ardido, su cuerpo dejará, no su cuidado; serán ceniza, mas tendrá sentido; polvo serán, mas polvo enamorado.