Dictamen En Audiencia A.1334/15/FP15T IUE: 2-36438/2015 INAU _ SIRPA Sr. Juez : La Sra Fiscal Nacional en lo Penal de 15º hallándose en audiencia y evacuando la vista conferida DICE: Atento a las resultancias de autos, a juicio de este Ministerio existen elementos de convicción suficientes para incriminar “prima facie” y sin perjuicio de ulterioridades a los Sres. D D R V, O E A Fy C B M como responsables de un delito de Abuso de autoridad contra los detenidos en concurso formal con reiterados delitos de Lesiones Personales y a C B N como autor responsable de un delito de Abuso de Autoridad contra los detenidos en concurso formal con un delito de Lesiones Personales (arts. 54, 57, 60 , 286 y 316 C.P.).I) Antecedentes : En el marco de la situación conflictiva por la que atravesaba el Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente (SIRPA), se generaron diversos acontecimientos dentro del centro CIEDD entre el 22 y 23 de agosto del corriente año que dieron motivo a la presente investigación.A efectos de dilucidar los hechos acaecidos se dispusieron diversas medidas probatorias, a saber, declaración de los involucrados, esto es, adolescentes internados, miembros de la Guardia Republicana que participaron del operativo, representantes de la INDDHH, funcionarios y autoridades de los centros CIEDD, CEPRILI y autoridades del SIRPA. Se realizó inspección ocular con la constitución en los centros de INAU y del ómnibus donde se efectuó el traslado de los adolescentes, relevamientos fotográficos y planimétricos por parte de Policía Científica. Se realizaron diligencias de reconocimientos, solicitud de informes a las autoridades policiales y de Inau, informes médicos forenses, testimonio de libros de novedades y partes médicos y demás resultancias incorporadas a los presentes que arrojaron luz sobre lo sucedido.Cabe indicar que el día anterior a los hechos investigados habían sido procesados con prisión un número importante de funcionarios del hogar CEPRILI por apremios físicos sobre un grupo de adolescentes. Este hecho produjo conmoción y generó un ambiente de tensión lo que posiblemente contribuyó al desencadenamiento de los hechos sucedidos con posterioridad y que constituyen el objeto del presente. II) En dicho marco, los funcionarios del SIRPA resolvieron adoptar medidas gremiales en reclamo de garantías para el desempeño de sus funciones, por lo que el 22 de agosto, próximo a la hora 18.40, la Directora del Programa Medidas Cautelares Lic. Marina GUERRERO informó que los funcionarios que se encontraban en el CIEDD se retirarían hacia una carpa gremial ubicada fuera del centro permaneciendo ella junto a la directora y las subdirectoras del centro. Se entregó al Lic. Luis Alberto GADEA en control del Centro, mientras que en el Ministerio de Trabajo se encontraban en una mesa de negociación las autoridades del SIRPA con los delegados sindicales de los funcionarios. A la hora 23 se decretó la esencialidad del servicio.En el interín, funcionarios que se encontraban en la carpa sindical ingresaron a prestar asistencia al Lic. GADEA quien informó de la situación a la Presidenta de la Comisión Delegada Lic. FULCO, solicitando la presencia de representantes de la INDDHH, ya que los adolescentes habían comenzado un golpeteo contínuo elevándose la tensión dentro del Centro.Se generó un foco ígneo en el Módulo A del centro CIEDD el cual fue controlado por funcionarios de la Guardia Republicana y en vista de que los adolescentes se encontraban cada vez más alterados se solicitó mayor presencia policial la cual fue autorizada por el Juez de adolescentes Dr. Guido el cual se constituyó en el lugar. A raíz de esto, arribaron un número elevado de efectivos de la guardia republicana. Los adolescentes internados en el Centro de Máxima Contención (CMC) habían roto los candados, salido de sus celdas, proferían cánticos agraviantes y arrojaban diversos objetos contra los efectivos policiales, notoriamente agresivos contra éstos (vide relevamiento fotográfico de fs. 247).Aproximadamente a la hora 23, los adolescentes del módulo E del CIEDD ex CMC depusieron su actitud y al no contar con candados para cerrar nuevamente las celdas se los trasladó a un salón multiuso donde se produjo un enfrentamiento con los policías a los que arrojaban objetos y salivaban, provocando en este lugar daños en las instalaciones eléctricas. Ello motivó su traslado al centro ex-Puertas ubicado en Burges 3191 para ser alojados en forma provisoria ya que sumado a los daños ocasionados en las piezas, se carecía ahora de iluminación. Se los llevó a un patio abierto a la espera del vehículo que efectuaría el traslado. Esta intervención policial culminó con el adolescente Cristian MARTINEZ sangrando en el rostro, siendo asistido por personal médico de SUAT, único adolescente lesionado previo al traslado. Los adolescentes –salvo algunas excepciones- centran su testimonio en que el “desborde o exceso de la autoridad policial” se produjo en el ómnibus. Los funcionarios del centro, invocado razones gremiales, quedaron fuera del mismo pero a la orden del Licenciado L A G.III) del traslado al centro ex- Puertas El traslado de los adolescentes se efectuó en un ómnibus de la Guardia Republicana y duró entre 5 a 8 minutos en el que no viajó ningún funcionario del centro ni tampoco el oficial a cargo de la misma.El trayecto se desarrolló en forma rápida y se apagaron las luces del ómnibus para un “traslado seguro”. Al momento de ser llevados hacia el bus todos los menores contaban con medidas de sujeción, mientras unos se encontraban esposados o con precintos, otros iban engrilletados o bien ambas cosas, siendo llevados desde el patio hasta el ómnibus cada menor por uno o dos guardias tal como surge de los registros fílmicos incorporados a la causa, donde se puede observar claramente esta parte del procedimiento. Tal como surge de los relevamientos fotográficos glosados en autos, el vehículo presenta particularidades propias, existiendo un carcelaje en la parte trasera con una puerta de acceso la cual si bien puede trancarse, permaneció abierta durante todo el traslado y allí viajaron los diecinueve jóvenes. El chofer del vehículo fue L A D y junto a los adolescentes viajaron cinco efectivos policiales pudiendo determinarse que tres de ellos fueron los indagados D D. R, O E. A y C P B M.Los adolescentes fueron ingresados al vehículo por policías que los acompañaban hasta el interior y se bajaban. Uno de ellos fue C B N quien luego de ascender al menor EM, le propinó un golpe con su bastón lo que produjo que éste se le astillara. Esto fue presenciado por su compañero D, quien lo identificó sin lugar a dudas “...este es el que subió al ómnibus, dio el bastonazo y se astillo el bastón y le pega a un adolescente y me dice que se va a ir, y yo le dije que no se fuera, si él iba a hacer el traslado y me dijo que él estaba en el choque con el guardia de servicio…" (fs. 668 ).Al iniciarse la marcha, el chofer apagó las luces internas quedando solo una luz roja momento en que los efectivos policiales los desafiaban a que continuaran con los cantos ofensivos que momentos antes les habían dedicado y los agentes policiales los comenzaron a golpear e insultar mediante cánticos a los adolescentes que permanecían esposados con los brazos hacia atrás y con la cabeza “gacha”. Los golpes eran efectuados con los bastones o bien con los puños protegidos en algunos casos con guantillas o guantes negros y los efectivos policiales se “turnaban” en efectuar las agresiones.Los adolescentes en forma casi unívoca relataron apremios físicos por parte de todos los funcionarios policiales que viajaron en el ómnibus indicando que quien no agredió fue el chofer. No pudieron determinar con precisión si todos los policías que viajaron lo hicieron con sus rostros descubiertos, ya que, como indicó un adolescente “...si mirabas te pegaban y si no mirabas también te pegaban…”. Relató que recibió un golpe en la cabeza y le chorreó sangre y el guardia dijo “se rompió, ahora no pega más pero pincha y le pinchó con el palo roto…” (fs. 473 y vto.). Otro adolescente indicó: “…me pega en la cabeza con un palo… después me recuperé y me dieron en la espalda, no pude ver quien me pegó. Estaba con casco y pasamontaña y estaba oscuro el bus… nos daban palo y palo...” (fs. 470).Al llegar a destino fueron colocados en celdas las cuales carecían de candados por lo cual se mantuvo a los adolescentes con las medidas de sujeción en que habían viajado. Luego de llegar, algunos jóvenes informaron de las agresiones sufridas en el traslado a los funcionarios, quienes solicitaron la asistencia del SUATT a efectos de brindarles atención médica primaria.A posteriori, e informadas las autoridades del estado sanitario que presentaban los menores se dispuso que fueran vistos por SUATT (fs. 660 a 663) y luego por la Dra. M los que constataron lesiones en la mayoría de los casos conforme resulta de los registros de historias clínicas obrantes fojas 355 y siguientes. El Médico Forense informó días después - lo que dificultó la instrucciónque varios de los adolescentes presentaron diversos tipos de lesiones que los inhabilitaron para tareas ordinarias por un lapso menor a 20 días sin peligro de vida. Presentaron traumatismos de cráneo, hematomas en cueros cabelludos, en región occipital, en miembros superiores e inferiores, heridas cortocontusas, equimosis en tórax, muñecas, todo ello coincidente con el relato brindado (fs. 676).Conforme resulta de fs. 451 y ss. familiares de varios de los adolescentes ratificaron las denuncias presentadas por éstos. Así, por ejemplo F A, indicó que solo los golpearon lo efectivos policiales dentro del bus, detallando que recibió un golpe en la cabeza. Ello se ve corroborado por el hematoma de cuero cabelludo constatado por la Dra. M (fs. 358) y por el Médico Forense: “…hematoma en cuero cabelludo región occipital, erosión vertical de 3 cm. en región fronto-temporal izquierda. Hematoma bipalpebral de ojo izquierdo. Erosiones circulares en ambas muñecas…”(fs. 215).“; y relevamiento fotográfico de fs. 81 y 82 donde a simple vista se pueden apreciar las lesiones recibidas las que se compadecen con el relato. La madre del adolescente efectuó la instancia pertinente conforme resulta de fs. 193.Por su parte, D R, manifestó que cuando subieron al ómnibus “nos dijeron bienvenidos al infierno y nos pegaron con los palos y piñazos. Subió un PUMA y me partió la boca con un palo y volvió a bajar…” Al ser examinado por la Dra. M a fs. 371 resulta que presentaba “gran hematoma de labio superior. Traumatismo de piezas dentales superiores. Equimosis de ambos MMII de forma alargada…” el que a posteriori fue constatado por el M.F a fs. 216.Los funcionarios policiales L D, D D R, O A y C P B M admitieron haber viajado junto con los adolescentes en el ómnibus negro. D admitió haber sido el chofer en la ocasión. Además, indicó que ente los cinco policías que viajaban se encontraban R, A y B M. En igual sentido declaró el Men relación a A y B M.D, refirió que si bien eran cinco los efectivos que intervinieron en el traslado a los otros dos no puede identificarlos ya que tenían puestas “balaclavas” que le impidieron visualizar sus rostros. También D identificó al policía C GB N (quien se encontraba con el rostro descubierto) como el policía que al subir al bus a uno de los adolescentes, le pegó con su bastón el que se quebró por el golpe. C P B M, admitió ser el único PUMA que participó junto con Ay el chofer.Los adolescentes son contestes en afirmar que viajaron esposados con las manos hacia atrás y con la cabeza “gacha” por lo que algunos de ellos manifestaron no poder divisar bien los rostros de los policías o poder efectuar el reconocimiento solo de algunos. A ello debe sumarse que había dentro del ómnibus policías con el rostro cubierto por el uso de pasamontañas o balaclava. Ello aunado a que al iniciar el viaje se apagaron las luces internas del ómnibus, inclinan a este Ministerio a ser cauteloso en la valoración de los resultados de los reconocimientos efectuados, debiendo concatenarlos con demás elementos recogidos en la causa para su valoración.A título ilustrativo, S P (fs. 484) afirma que no puede reconocer a los policías que iban en el bus porque “apagaron la luz y no se veía nada pero creo que eran los mismos…”. IV) de la responsabilidad.- No escapa a este Ministerio la existencia de distintas posiciones doctrinales en cuanto a la calificación jurídica que pudiera caber sobre los hechos de autos. Sin perjuicio de ello, “prima facie”, a juicio de esta Representante, la conducta desplegada por los indagados se adecúa a lo previsto en los artículos 316 y 286 del Código Penal. En efecto, en esta instancia y en virtud de la provisoriedad que la caracteriza, la Fiscalía no solicitará imputación conforme lo establecido en el art. 22 la Ley 18026 como aboga la Letrada patrocinante de los adolescentes. Ello en virtud de lo establecido en el art. 19 de esa ley en cuanto a que “….se consideran crímenes de lesa humanidad, los delitos que se tipifican en el capítulo 2 y será de aplicación lo dispuesto en la parte I de esta ley…”. Precisamente el delito de tortura se encuentra dentro del capítulo 2 y por tanto se considera un crimen de lesa humanidad para esta ley. Para ser considerado crimen de lesa humanidad la tortura en dicho marco legal, debe ser cometida como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque conforme lo establece del Estatuto de Roma. En efecto, el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional –el cual es mencionado reiteradas veces en la referida ley y en especial en la parte primera a la que remite expresamente el art. 19 - define los crímenes de lesa humanidad en el art. 7 como todos los que enumera cuando “se cometa como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque” y en el lit. F) indica precisamente a la tortura. La conducta desplegada por los funcionarios policiales, se desarrolló en un régimen democrático con todas las garantías vigentes y no dentro de un contexto institucional que aliente acciones contra los derechos fundamentales de los adolescentes privados de libertad. El art. 286 del C.P. indica como sujeto pasivo a toda persona privada de libertad ambulatoria por la autoridad legalmente competente para ello y el elemento estructural del delito se encuentra en el hecho de cometer actos arbitrarios sobre el detenido o someterlo a rigores no permitidos, hipótesis que encuadra en el caso a estudio. El bien tutelado por la norma es la libertad individual del detenido ilegalmente alterada por actos arbitrarios o rigores y no el bienestar de la humanidad toda, como valores esenciales del género humano como en los delitos de lesa humanidad. En el caso, los agentes policiales que viajaron junto a los adolescentes en el ómnibus, sometieron a los adolescentes a insultos y rigores no permitidos, severidades absolutamente excesivas y arbitrarias golpeándolos durante el traslado al centro ex -Puertas en clara contravención al art. 286 del C.P. y a lo establecido en el art. 26 de la Constitución, provocando las Lesiones Personales constatadas en los informes médicos incorporados a la causa. Este Ministerio centra su requerimiento en los hechos ocurridos en el traslado de los adolescentes, sin perjuicio de considerar que deberá continuarse la investigación sobre lo ocurrido a posteriori por lo cual solicitará se continué la investigación y requerirá el diligenciamiento de probanzas. En mérito a lo expuesto, y conforme a lo dispuesto en los arts. 15 de la Constitución, 125 y ss. del C.P.P, 54, 57, 60, 286, 316 y 322 del C.P. la Fiscalía solicita: 1.- el procesamiento y prisión de los Sres. D D R V, Oscar E A F y C B M como responsables de un delito de Abuso de autoridad contra los detenidos en concurso formal con reiterados delitos de Lesiones Personales y a C B N como autor responsable de un delito de Abuso de Autoridad contra los detenidos en concurso formal con un delito de Lesiones Personales. 2.- A efectos de continuar la instrucción de los hechos, se recabe la declaración de los Sres. C R y S D L así como de W P .Montevideo, 22 de diciembre de 2015. Sb