VISCOSO AZABACHE Por: JaaB (J. Augusto Andrade B.) J. Augusto Andrade B. Esta es una obra de ficción. Los nombres, lugares, personajes, incidentes y profesiones son producto de la imaginación del autor o están usados de manera ficticia. Cualquier semejanza con personas actuales, vivas o muertas, acontecimientos o lugares, es mera coincidencia. Queda rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas por las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informativo y la distribución de ejemplares de ella mediantes alquiler o préstamo público. © 2016 José Augusto Andrade Bohórquez Depósito legal: If06120158003894 ISBN: 978-980-12-8529-8 Historia: J. Augusto Andrade B. (JaaB) Diseño Gráfico: J. Augusto Andrade B. (JaaB) Edición: J. Augusto Andrade B. (JaaB) Corrección: J. Augusto Andrade B. (JaaB) y G.G. Ríos. “La mejor forma de combatir una tentación es sucumbir en ella” ÍNDICE PRIMERA RACIÓN _____________________________________ 12 Parte I – Mujer de Negro y Plata __________________________ 13 Parte II – Morbosa y Dulce Cólera ________________________ 25 Parte III – Desfigurada Intriga ____________________________ 41 Parte IV – Origen Morboso ______________________________ 52 Parte V – Inmoralidad Gemela ___________________________ 60 Parte VI – Insidioso Escalofrío ___________________________ 70 Parte VII – Investigación y Chocolate ______________________ 84 Parte VIII – Cadáver Exquisito ___________________________ 93 SEGUNDA RACIÓN ____________________________________109 Parte IX – Treinteno Lascivo _____________________________110 Parte X – Amenaza Virgen ______________________________122 Parte XI – Engendro Renegrido __________________________133 Parte XII – Suculenta Humanidad_________________________144 Parte XIII – Maléfica Victoria ____________________________154 Parte XIV – Donante de Euforia __________________________163 Parte XV – Silenciar el Silencio ___________________________173 Parte XVI – Clínica de Deseos ___________________________180 Parte XVII – Ilusiones del Pasado _________________________193 TERCERA RACIÓN ____________________________________207 Parte XVIII – Crecimiento Desmesurado ___________________208 Parte XIX – Alimentación Sexual _________________________217 Parte XX – Pesquisas Sexuales ___________________________234 Parte XXI – Error Diletante _____________________________243 Parte XXII – Erótico Horror _____________________________254 Parte XXIII – Himen Prohibido __________________________264 Parte XXIV – Anécdotas Viciosas _________________________274 Parte XXV – Aparato Engorroso __________________________283 Parte XXVI – Descubriendo al Enemigo ____________________293 Parte XXVII – Irrupción Noctívaga ________________________302 CUARTA RACIÓN _____________________________________311 Parte XXVIII – Procedimiento de Homicidio ________________312 Parte XXIX – Despedida Injusta __________________________321 Parte XXX – Mirada de Plata ____________________________328 Parte XXXI – DeepWeb Show ___________________________337 Parte XXXII – Pesadilla Audiovisual _______________________346 Parte XXXIII – Altercados Diurnos _______________________359 Parte XXXIV – Delicias Orientales ________________________373 Parte XXXV – Mensaje de Muerte ________________________381 Parte XXXVI – Canto de Absolución ______________________391 QUINTA RACIÓN _____________________________________400 Parte XXXVII – Asuntos Oficiales ________________________401 Parte XXXVIII – Secreto Íntimo__________________________409 Parte XXXIX – Triangulo Incestuoso ______________________417 Parte XL – Mundo de Intenciones ________________________426 Parte XLI – Viaje Inesperado ____________________________435 Parte XLII – Travesía Pícara _____________________________447 Parte XLIII – Oni Tokio ________________________________454 Parte XLIV – Adiestramiento Seductor _____________________465 Parte XLV – Ascendencia Desvelada _______________________475 Parte XLVI – Estirpe Lúgubre ____________________________485 SEXTA RACIÓN _______________________________________493 Parte XLVII – Imperia Siniestra __________________________494 Parte XLVIII – Indagación Peligrosa _______________________500 Parte XLIX – Secuestro Opulento _________________________509 Parte L – Vínculo Transcendido __________________________517 Parte LI – Despertar Azabache ___________________________526 Parte LII – Odiosa Sonrisa ______________________________535 Parte LIII – Abstracta Familia ____________________________543 Parte LIV – Reencuentro Pelirrojo ________________________555 Parte LV – Confluencia de Amor _________________________565 Parte LVI – Maravilla Sanguínea __________________________576 ÚLTIMA RACIÓN ______________________________________588 Parte LVII – Máscara Rota ______________________________589 Parte LVIII – Obsidiana de Plata __________________________600 Parte LIX – Damas Negras ______________________________610 Parte LX – Holocausto Fortuito __________________________619 Parte LXI – Último Polvo _______________________________625 Parte LXII – Tiempo Eterno _____________________________631 AGRADECIMIENTOS ________________________________637 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) PRIMERA RACIÓN 12 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) I MUJER DE NEGRO Y PLATA Ya la tenía en la mira cuando entró al salón de fiestas, Dimitri era audaz, le encantaban los retos y siempre que veía a una chica en algún lugar, se lanzaba a abordarla sin pensarlo. No tenía preferencias en estilo de mujeres, pero si siempre el mismo estereotipo, le encantaban altas y delgadas, todas eran parte de su diversión, su hobby fue siempre la seducción acompañado de romance, deseo y lujuria. Fue un hombre sin límites, dispuesto a usar cualquier artimaña para conquistar su objetivo, morenas desde la piel más oscura hasta la más clara y canela, rubias de cabellera casi blanca hasta cabello amarillo o castaño, pelirrojas y de cabello negro que eran sus preferidas, le hechizaban las mujeres de peinados exóticos, en rulos u ondas, lisos y largos, con pollinas y coletas, incluso aquellas que osaban con pintarse sus hebras de colores fluorescentes y locos, pero había algo que le encantaba, una mujer de pelo corto. ¡Oh! Mis disculpas mi querido lector, la emoción que me produjo este hombre siempre me causa los mismos problemas, incluso olvido lo que hago para hablar de él y alabarlo, fue un hombre espléndi13 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) do del que me enamoré, inclusive… mis disculpas lo volví a hacer, permíteme presentarme… por ahora me conocerás como: «Tu Humilde Narrador». Continuemos con la historia, Dimitri era un joven alto de 29 años, piel blanca, de cabello negro y con una tenue sombra de barba, mirada penetrante como la de un tigre y ojos color miel como los de un águila que caza, y como le gustaba cazar al señor de apellido Damasco. ¡Así es! como la hermosa ciudad de Siria, la exquisita fruta dulce o el eterno acero damasquino. Siempre de buen vestir, le encantaba el color gris, poseía una gran diversidad de trajes de gala de todas las variedades y tonos grisáceos combinados con colores oscuros como el azul, negro y el violeta. Sus cejas acentuaban su mirada como la mira de un francotirador, colocaba los ojos en su presa y como la magia de un vampiro esparcía sus comentarios sutiles y vánales para captar la atención que deseaba. Oh mi querido lector, este hombre era un bárbaro, sus palabras nunca fueron despilfarradas, una vez que un solo comentario se filtrara en los oídos de su presa, el veneno de su engaño funcionaba al instante, la hembra caía a sus pies o mejor dicho de rodillas. 14 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) Ubiquémonos primero en el contexto, nuestra historia tiene lugar en la ciudad de Maracaibo, estado Zulia en Venezuela. Esa noche Dimitri entró en el gran salón, acompañado de un grupo de amigos… en realidad solo un verdadero amigo, este hombre siempre era rodeado de amistades interesadas, al igual que las mujeres que frecuentaba, conocidos envidiosos que trataron de estafarlo y nunca lo consiguieron, compañeros de trabajo y empleados esperando aprender de su jefe, otros fascinados de sus extraños poderes con las mujeres y por último los que más odiaba Dimitri, los pegajosos y molestos aduladores que lo imitaban e incluso repetían sus palabras. Siempre estuvo acompañado de su mejor amigo Dimas Leal; piel canela, alto y jovial de la misma edad de Dimitri, competían juntos para ver quien conseguía a la mejor chica del lugar y aunque Dimas siempre sabía que perdería ante la magia oscura de Dimitri, no ponía objeción para disfrutar una buena riña con su mejor amigo y rival. Una vez dentro del local nocturno, Dimitri, Dimas y sus “amigos” pidieron una mesa y sirvieron las bebidas, los mesoneros conocían las increíbles hazañas de Dimitri, todas las noches apostaban a cual mujer el seductor hombre se llevaría en su carro deportivo. 15 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) Dimitri algunas veces era indiscreto tenía 29 años de edad y en septiembre cumpliría los 30, pero no le interesaba la edad de las mujeres, simplemente consideraba su físico, no le concernía la procedencia, sus creencias, su forma de hablar ni su forma de ser. Y al decir que este joven no era discreto me refiero a no tener miedo de las opiniones ajenas, no le importaba seducir y acostarse con jovencitas menores o con señoras maduras, su estereotipo era lo primordial, cualquiera que cumpliera con ese requisito era bienvenida al palacio del señor Damasco. Una vez se acostó con una hermosa jovencita de 16 años que había entrado a un club nocturno con una identificación falsa, pero ya Dimitri lo sabía, él adivinó lo que ella estaba buscando, era cuestión de lanzar el anzuelo y llevar su presa al gran estanque del placer. Cada vez que concebía encuentros amatorios con menores de edad era una complicación para él, problemas legales fastidiosos que su amigo Dimas, el abogado, le ayudaba a resolver, de una manera muy fácil y rápida, ya que Dimitri poseía un ingreso monetario capaz de persuadir a cualquiera. El hecho de probar lo prohibido lo excitaba y por eso las jóvenes y maduras eran sus presas favoritas, anteponiendo a las señoras que no le causaban problemas legales claro está. 16 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) Volvamos al principio mi querido lector, Dimitri se encontraba sentado en la mesa agitando con cuidado su vaso de whisky en las rocas, su amigo Dimas desataba un sostén en un pasillo oscuro del club mientras besaba a una morena de pelo negro y mechas amarillas, sus manos jugaban en el pecho de la mujer y ambos se divertían en su juego. Por otro lado, Dimitri no dejaba de posar su mirada de halcón, analizaba su presa para atacar y bien sabía que esta nueva hembra sería difícil. Sin distraerse, fue sorprendido por Dimas que con una sonrisa pícara le golpeó la espalda con su palma, la sonrisa delataba su victoria y para alardear se sentó a su lado. –¿Qué te pasa hoy Dim? Te noto distante, ya llevo una en mi lista y tú llevas cero, lo anotaré como un récord, por primera vez te voy ganando– dijo Dimas mientras se servía un trago. –Ya son 2 veces Dimas, ¿Recuerdas esa vez en el crucero en Margarita?– mencionó Dimitri subiendo el ánimo de su amigo. –Está bien, está bien… estoy aprendiendo del maestro– rió Dimas ante el comentario de su amigo. 17 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) –Todavía no aprendes nada…tienes pintalabios rojo en la boca– le recalcó el maestro al aprendiz. –¡Ah!– se quejó Dimas quitándose la pintura roja con sus dedos. –¿Por qué no has hecho un movimiento? ¿Qué estas esperando? He visto como 8 chicas que no te han quitado la mirada de encima Dim– le preguntó a Dimitri. Con una sonrisa de triunfo, Dimitri le indicó con su cabeza a Dimas lo que desde hace rato estaba viendo. Sentada en la barra del club tomando un cóctel se encontraba la mujer más llamativa de la noche, un misterioso espécimen que sin duda alguna Dimitri la quería en su colección. Era casi imposible de ignorar, las miradas giraban a su alrededor y los comentarios volaban en el aire como chismes caóticos, nadie se atrevió a acercársele, Dimitri sabía muy bien que deseaba esa imposible mujer ¡Él iba a obtenerla! Esbelta, delgada, tonificada y estilizada mujer de vestido negro ceñido a su escultural cuerpo, resaltando ferozmente sus perfectas curvas y voluminosos pero sutiles glúteos y pecho, su piel era tan blanca como la luz eso la resaltaba en su vestido, pero eso no era lo que llamaba la 18 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) atención de la gente y de Dimitri, la mujer pintó su cabello de color blanco, un blanco casi plateado extremadamente liso y corto a un estilo parecido al Charlestón pero con el cabello bajo en la nuca y las puntas largas simétricas a los costados casi hasta el final del cuello, acompañado con unos despampanantes lentes de contacto blancos casi del mismo color de su cabello, cuando la luz rosaba su cara un brillo terrorífico chispeaba en sus pupilas como si fueran los ojos de un felino o un caimán. Sus uñas y labios combinaban del mismo color plata, el rubor se le notaba a creses por su blanquees y la sombra negra de sus párpados resaltaban la mirada asesina de la fémina tal y como se veían los ojos de Dimitri en su estado de sigilo en caza. Y la cereza sobre el pastel que excitaba más a Dimitri, unos increíbles tatuajes desde su espalda hasta su cuello en formas tribales, casi como notas musicales que cantaban en el oído de Dimitri invitándolo a bañarse en ella. Esa noche representaba un reto especial a Dimitri, normalmente conseguía conquistar hasta 5 mujeres por noche, pero esa mujer lo atrajo tanto que decidió abandonar la posibilidad de otras conquistas y concentrarse plenamente en llevar a ese misterioso modelo ejemplar de mujer al éxtasis de sus perversiones. 19 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) Dimas al detallar a la mujer captó de inmediato la intención de su amigo y con una risa bufona entendió que su rival era único, por más mujeres que él consiguiera esa noche ninguna, incluso sumadas entre sí, le llegarían a los talones a la conquista perfecta de aquella mujer de negro y plata. Mas decidido que nunca, Dimitri dejó el trago en la mesa y caminó hacia la mujer abriéndose paso ante la gente que bailaba en la pista, él se sentía seguro de sí mismo, su victoria esa noche estaba predestinada, la mujer de negro y plata también lo estaba observando y no le quitó la mirada desde que se levantó para acercarse a ella. Se sorprendió un poco cuando la secreta mujer le habló primero a él, no muchas mujeres dan la iniciativa en una conversación. Debe estar aburrida, lleva mucho tiempo sentada en la barra y se encuentra en el club mucho antes que llegáramos, pensó Dimitri. Tuvo cuidado en sus palabras, esa mujer poseía un aire peligroso, inclusive su perfume invitaba al deseo. –Hola– dijo la mujer clavándole sus ojos plateados a Dimitri. 20 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) –Hola, llevas mucho tiempo sentada aquí querida, te he estado observando desde el otro lado– recalcó Dimitri. –Lo sé, yo también te observaba– le respondió la fémina extendiéndole su mano para presentarse. Dimitri sonrió ante tan audaz comentario, y se inclinó para besarle la mano. Sus sospechas eran ciertas, esa mujer era un total riesgo, un peligro inminente, estaba ante una versión femenina de sí mismo, la contrincante que siempre quiso tener, eso lo relajo más, porque al cabo ya sabía en donde terminarían ambos, la carne llama a la carne como dice el dicho y las dos dualidades sentían atracción, querían devorarse uno al otro. –Dimitri Damasco, para complacerte… ¿Y tú eres…?– preguntó amablemente con una voz de total sensualidad, mientras se acercaba más y más hacia la dichosa mujer. –Hoy no te diré mi nombre, regálame un trago– le ordenó la mujer entretanto le sobaba la mejilla a Dimitri. Con un gesto de la cabeza Dimitri le indicó al bartender que le sirviera un par de tragos. Él hombre estaba emocionado, había tratado 21 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) antes con el tipo de mujer dominante, esas que afincan las uñas en la espalda, sus lenguas son látigos y sus órdenes siempre deben ser acatadas. Eso lo emocionó por un instante, se sintió dominado, se dejó ordenar y la complació, sin embargo tomaba distancia, no quería caer por completo en su telaraña de pasión, él también era un arácnido, un escorpión que espera el momento preciso para clavar su aguijón y no se dejaría devorar por una viuda negra. Por breves momentos se miraban a los ojos, no decían nada, hablaban por medio de sus sentidos, se comunicaban a la perfección, a pesar de haberse conocido unos segundos atrás, ahora se encontraban conectados como un solo ser, sus miradas quietas eran como máscaras, ocultando el deseo y la atracción que sentían… oh mi querido lector ya podrás imaginar cómo esta pareja en sincronía se complementarían en la cama. Después de algunos sorbos de sus bebidas y una que otra palabra, Dimitri dio un paso adelante, sostuvo a la mujer por la cadera arrastrándola hacia él, como un reflejo o más bien un relámpago centellante, ella rosó sus labios con los de él, invitándolo a seguir el juego… las dos entidades aceptaron lo inevitable, se sumergieron en un apasionante, 22 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) morboso profundo y viscoso beso, no les importaba nada y nadie a su alrededor, solo complacerse el uno al otro, sus lenguas jugaban una batalla dentro de sus bocas, se acariciaban, sobaban y golpeaban enjuagándose en un sádico baño de fluidos bucales, la mujer de negro y plata le mordía los labios con deseo soltando una risa pervertida, algo que siempre le gustó a Dimitri, sus labios se pegaban, suaves uno al otro como piezas de rompecabezas destinadas a encontrarse. El instante de la deliciosa caricia fue interminable, solo pocos minutos y dentro de sus cabezas volaban pensamientos obscenos de lo que pasaría a continuación, ahora que ya conocían el sabor uno del otro, querían probar más… un solo beso no los dejó satisfechos, Dimitri se contuvo durante el acto para no subir sus manos hacia los senos y manosearlos, debían salir de ese lugar rápido o estallarían del deseo. Despegaron sus cuerpos y rostros, él la bajó con sutileza del taburete de la barra y sosteniendo su mano con dulzura caminaron a paso veloz hacia la salida del club sonriendo entre labios como si fueran dos adolescentes a punto de perder la virginidad. 23 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) Desde la otra mesa, su amigo Dimas se divertía con la facilidad en la que Dimitri consiguió a la mujer de negro y plata. Antes de irse Dimitri volteó y se despidió de su amigo con un saludo característico de ambos, sus dedos, índice y medio por encima de su frente agitándolos en un solo movimiento de victoria. 24 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) II MORBOSA Y DULCE CÓLERA Los dos seres ansiosos de lujuria volvieron a besarse fuera del club nocturno, caminaban entre besos y caricias mientras se dirigían hacia el coche del hombre. El motor encendió y el audaz conductor demostró sus maniobras en la pista al igual que un león enseñando su melena a las hembras. Dimitri estaba anhelante de enseñarle a su pareja nocturna las impactantes y hermosas virtudes de su apartamento, él sabía muy bien del horroroso interés de las mujeres… una anécdota o más bien un dicho que siempre mencionaba Dimitri ante sus conocidos era este: “Todas las mujeres del mundo son interesadas, suponiendo de porcentajes, el 100% de las mujeres del mundo se divide así: del 100%, un 10% de las mujeres no son interesadas, y de ese 10%, un 5% son monjas o participes de una religión que no les permite pensar de ese modo y sin embargo su interés recae en su fe… por otro lado nos deja con un último 5%, en el cual caen mujeres sin atractivo físico ni mental, que solo desean un amor imposible y bien menores que no conocen del sexo y alguna que otra de mente asexual. Pero en términos concretos un interés que se fomentará poco a 25 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) poco por muy insignificante que fuera”, palabras desde la propia boca de Dimitri. En fin, él saboreaba el interés de las mujeres, conocía todos los deseos de ellas y los tenía en su disposición: dinero, sexo, bienes materiales, personalidad única y extrema, y bonitas conversaciones al oído con algún toque de sadismo. Si le demostraba lo que ella quería, no solo la tendría para esa noche sino muchas otras y esta era una presa de la que quería alimentarse más de una vez, un exquisito manjar que tendría en su disposición cuando él quisiera. Dimitri se emocionó, aprovechó la situación y deslizó su mano entre las piernas de la mujer, suavemente subió su mano hacia su entrepierna y jugó con sus dedos, ella gimió con placer y risas, cerró los ojos y posó su cabeza hacia atrás. El auto se detuvo ante un semáforo, ella dramatizó el juego, giró la cabeza de Dimitri con sus manos y volvió a besarlo mientras cambia la luz roja a verde, después del beso la mujer rió pronunciando algo en otro idioma. La curiosidad abrió camino ante ambos, él no entendió nada de lo que ella dijo y Dimitri poseía conocimientos amplios, hablaba varios 26 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) idiomas entre ellos: español, inglés, francés, italiano, portugués, alemán y japonés. Y de entre toda su amplia gama del saber filántropo no pudo comprender la procedencia de ese idioma. –¿De dónde eres?– preguntó Dimitri, deseoso de una respuesta sincera que sabía él que quizá no obtendría. –Tampoco te lo diré… eso delataría mis orígenes– respondió la osada mujer. –Querida eres una mujer llena de misterios– comentó él. –Y eso es lo que más te gusta de mí, por eso no iremos a tu casa, iremos a la mía, gira en la siguiente esquina a la derecha– le ordenó ella y como un sumiso perro entrenado Dimitri le siguió la corriente. De esta manera él siguió su juego, ahora se embriagaba de una curiosidad extrema, cuando la vio por primera vez supo que era alguien especial de procedencias extranjeras, ninguna mujer de nacionalidad venezolana se atrevería a vestirse de tal manera y mucho menos ser tan atrevida como lo fue ella, el estilo de seducción de las venezolanas es distinto, se enfrascan en atrapar a los hombres en sus encantos sin embargo casi ninguna da el paso adelante, siempre esperan la llegada del 27 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) hombre. Las múltiples conquistas de Dimitri lo volvieron un experto en identificación femenina, pues bien en Maracaibo la mayoría de las mujeres se sienten atraídas por sujetos como él, ya que la totalidad de los otros hombres no acostumbrar a comportarse como un Damasco. El estilo de las venezolanas y de las marabinas no es tan extraño y extravagante como el de la mujer de negro y plata, Dimitri también ha etiquetado en su lista de logros increíbles y hermosas extranjeras en sus viajes y otras visitantes en un país turístico como Venezuela, pero ninguna como la despampanante mujer en su asiento de copiloto. A pesar de la deducción que Dimitri creó, la supuesta extranjera conocía a la perfección la ciudad de Maracaibo… lo extraño era su acento al hablar, en una totalidad neutra sin fallos, preciso y conciso, con un léxico extenso a su disposición. Minutos después, la señorita guió a Dimitri al centro de la ciudad, estacionando el auto en unos edificios no muy bonitos, Dimitri esperaba llegar a un hotel pero el misterio que producía la mujer no la llevaría a delatar sus condiciones, él podía adivinar mucho de ella con tan solo saber el nombre del hotel en donde se hospedaba. Comprendió porque lo llevó ahí, el propósito de ella simplemente era una noche 28 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) salvaje y llevarse un recuerdo perverso de su viaje a Venezuela, pero Dimitri tenía un plan, hacerle el amor con tanta intensidad que su nombre y sus pensamientos de esa noche no se desvanecerían de su mente de tal manera que se enamoraría de él y la obligaría a visitarlo. Bajaron del carro y ella tomó su brazo abrasándolo con dulzura, subieron las escaleras del edificio, era una residencia de pequeños bloques de cuatro pisos sin ascensor, después de llegar al último piso, giraron a la izquierda y descansaron en la puerta de madera de un apartamento durante el sonido de otro largo beso. –¿Tampoco me dirás dónde estamos?– volvió a formular otra pregunta. –Es el paraíso o el infierno, depende de tu perspectiva– respondió ella entre risas. De repente Dimitri se percató de algo, la belleza de la mujer lo distrajo de ese raro detalle, ella sacó una única llave de entre sus senos para abrir el cerrojo del apartamento, y es ahí cuando Dimitri notó que su acompañante no llevaba un bolso, tampoco una pequeña cartera o monedero, algo sumamente inusual para una mujer. 29 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) Por un instante se puso nervioso, sospechó de las intenciones de la mujer, tal vez había malinterpretado las señas y ella era solo un señuelo para un trágico acontecer… un secuestro o algo peor, ya había vivido esto antes pero estaba preparado para esas ocasiones, en sus días libres Dimitri practicaba defensa personal y algunas artes marciales, y por si fuera poco llevaba siempre en su bolsillo un pequeño taser eléctrico para defenderse. –¿Qué ocurre? Te noto preocupado… no hay nadie más adentro, solo estaremos tú y yo, no quiero que nadie nos interrumpa– articuló la hermosa mujer calmando a Dimitri. Volvieron a besarse al entrar al apartamento, ella lo invitó a revisar su “casa” para cerciorarse de que su preocupación no afectara su ímpetu nocturno, el hombre examinó todo el lugar con minucioso cuidado, su única sospecha fue el abandono del sitio, las paredes sucias, viejas y mal pintadas, la cocina sin gas y ningún utensilio, no era más que un sitio de pasajeros, Dimitri finiquitó su teoría, esta mujer solo deseaba una noche con él, buscó un espacio apartado para ambos, probablemente había escuchado hablar de él y sus habilidades en la cama por otras mujeres. 30 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) Terminada la expedición, Dimitri entró en la habitación donde había entrado la mujer para cambiarse… al primer paso la observó de espaldas hacia él completamente desnuda, la luz tenue de la habitación maquinaba una atmósfera sedienta de pasión y el mismo cuerpo de ella funcionaba como un espejo, refractando la luz hacia los ojos de Dimitri… llamándolo al placer. ¡Oh mi querido lector! Presta mucha atención, esta es una de mis partes favoritas de la historia, el encuentro de dos seres que al unirse dan vida al universo y al mismo tiempo se olvidan de él. El macho se acercó a la hembra con sutileza sobando con suavidad la línea húmeda de su espalda con su dedo índice, ella sintió un escalofrío de excitación gimiendo con placer, Dimitri le apretó los glúteos con fuerza en cuanto liberaba su frenesí besándola en la nuca y el cuello, pronto sus manos subían por la delicada cintura, sobaba su vientre jugando con su ombligo que poco a poco se acercaban a los imponentes senos que estrujaba con vehemencia mientras ella volteaba su rostro y con su mano giraba el de él para besarlo nuevamente. 31 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) La locura se apoderó de la mujer, con rapidez se dio vuelta para continuar el beso y con una fuerza demente le destapó la camisa a Dimitri y lo empujó a la cama. La sonrisa de él incitaba a continuar, los pensamientos de Dimitri eran morbosos y pensó que en esa ocasión no le importaba mucho excederse en sus cualidades, ella deseaba todo y él haría con ella lo que quisiera, cosas que muchas mujeres no le permitían hacer. De rodillas en la cama, ella caminó con exquisitez como si fuera un reptil o una serpiente a punto de atacar, agachó su cabeza hacia la entrepierna de él mostrando la figura de su hermosa espalda y su trasero resaltando las líneas finas de sus intrigantes tatuajes. Subió con cuidado hacia los abdominales bien formados del hombre, a todas las mujeres las hipnotizaba el estupendo cuerpo que Dimitri entrenaba, hambrienta de él los mordió y lamió con fogosidad hasta subir del mismo modo hasta su rostro para otro encuentro de sus bocas. Entre besos y mordiscos ella le quitaba el cinturón destapando su pantalón y él le acariciaba el trasero y su intimidad jugando con sus dedos hundiéndolos hasta el fondo. La misteriosa fuerza de la mujer se presentó de nuevo, su frenesí arrancó el pantalón y bóxer de un solo 32 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) jalón, asomando el miembro de Dimitri con ímpetu y orgullo, desenfrenada la mujer se lanzó hacia sexo del hombre iniciando una de las partes favoritas del acto para Dimitri. El sexo oral era su favorito, cuando recibía tal cariño se sentía en la cima del universo, contemplando el mundo como si fuera un rey sentado en su trono dispuesto a mandar, si le fascinaba la boca de la mujer compactada en sus labios no podía imaginarse lo grandioso que se sentiría tener su hombría en la boca y la garganta de la intrigante y sádica chica. El acto inició y ella movió su cabeza entre tanto él le acariciaba el cabello, le maravillaban sus técnicas, amaba su boca y lo experta que era en sus movimientos, le encantaba la forma en la que lo humedecía y besaba, la forma en la que movía su lengua, los sutiles y perfectos mordiscos, la experiencia de aquella mujer era única y casi lo volvió loco, Dimitri se acobardó en pensar que tal vez no diera la talla con esa chica y se incorporó en la escena, sostuvo a la mujer por el cuello para besarla y la arrojó boca arriba en la cama, le mordía el cuello y devoró sus senos por varios minutos colocando sus dedos en la parte intima de ella. De ante mano Dimitri ya sabía que no sería fácil competir con alguien de su mismo calibre pero su misión era despojarla de sus pen33 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) samientos, hacerla desfallecer para que nunca lo olvidara y se enamorara de él ¡Ahora era su turno de actuar! Comenzó por sobarle las piernas cuando le besaba el vientre y lamía su ombligo, arrodillado abrió las piernas de la mujer para besar sus pies elevados, bajando cuidadosamente hasta el monte de Venus, seguido de un acto casi canibalístico comiéndose por completo los genitales de la dama, sus gemidos resonaban por todo el apartamento, Dimitri se hallaba feliz, sabía que estaba ganando el juego y la ventaja que tenía era única. Ahora llegaba una cúspide del juego, el momento que ambos se unirían realmente, Dimitri la atrajo hacia sí abriéndole las piernas, colocándolas por encima de los hombros de ella dándole un beso rápido, con afán por fin entró, afincó su genital dentro de la dama. La mujer esbozó un alarido placentero y por unos instantes solo se miraron sin moverse esperando la reacción del otro. Ella no puso objeción, no preguntó ni sugirió nada, la típica pregunta que siempre aparecía en esas ocasiones ni se asomó en su mirada; «¿Tienes protección?», la pregunta que siempre lo hacía reír. Dimi- 34 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) tri tenía una maldición o más bien una bendición para él, descubrió que era estéril una noticia que más que perturbarlo lo impulsó a convertirse en un cazador omnipotente, no tenía que preocuparse por embarazar a alguna mujer y eso le quitó un gigantesco peso de encima. Pues bien si esta mujer no formuló tal pregunta quería decir que los rumores de su esterilidad habían circulado hasta sus oídos. Dimitri arrebató la calma con furia, iniciando unos movimientos como fuertes puñaladas al vientre de la fémina, ella gritaba del gozo que le producía aquel hombre y como bien lo había pensado antes Dimitri, ella encajó sus uñas en la espalda lastimándolo un poco, esto solo incrementó la intensidad de sus movimientos, a veces la mujer gritaba palabras en su idioma desconocido acelerando el ritmo cardiaco del hombre mientras lo abrazaba para que no se le escapase. Oh mi querido lector aquí es cuando la turbulencia aumenta y el placer ciega los sentidos descubriendo cosas que antes no habías visto. A Dimitri le confortaba reposar su frente entre los senos de sus conquistas, escuchar los rápidos latidos de sus corazones en el acto lo glorificaba, le gustaba sentir y escuchar como la adrenalina de ellas retumbaba en los latidos del pecho… cuando Dimitri se acercó a su pecho no escuchó 35 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) nada, un vacío extraño, un silencio misterioso reposaba dentro de su caja torácica, inmediatamente subió la mirada para verla a los ojos, el éxtasis de la agitación arqueaba el cuerpo de ella y Dimitri no pudo observar su rostro. La excitación fue tanta que ella mordía sus labios al punto de sangrarlos, Dimitri logró verla a los ojos, detalló los hilos de sangre que brotaban de su boca imitando a una vampiresa después de comer, su sangre era tenebrosamente negra. La mujer le sostuvo la nuca y lo empujó hacia ella para besarlo, las bocas y las lenguas jugaban de nuevo mezclando los fluidos bucales con la turbulenta y espesa sangre. Dimitri probó su sabor, uno sumamente extraño para la sangre, no tenía el característico sabor metálico, la sangre de ella era jugosa, dulce y a la vez amarga como un chocolate, quería probar más y el beso se extendió mucho para seguir succionando el sabor increíble que acababa de descubrir. Bebió una gran cantidad de sangre negra, preocupado de que algo malo pasara por el derramamiento, trató de despegarse de ella pero la mujer no lo dejó, el sabor era hipnotizante y simplemente siguió bebiendo. Había consumido demasiado, Dimitri sabía que algo extraño 36 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) ocurría, ella no podría sangrar tanto por una mordida de labios y aunque el beso continuó, trató de no tragar más… su concentración se agudizó y se percató de otra cosa que quizás por el hecho de estar tan excitado no pudo fijarse antes. Sus rostros fusionados por el infinito beso se acariciaban, sus pieles se rosaban y compartían el sudor, sus narices se tocaban una a la otra… la nariz de ella reposaba sobre la de él… pero Dimitri no sintió su respiración, ni siquiera un pequeño soplo de aire salía de sus fosas nasales, tampoco sintió su agitación pulmonar al estar ambos cuerpos pegados por el calor. ¿Qué pasaba con esa mujer? El mejor sexo de su vida se vio interrumpido por un temor chocante, Dimitri logró despegar su boca de ella y levantarse por completo, trató de retirar su miembro de ella pero algo dentro de la mujer no lo dejó hacerlo… la singular chica comenzó a reír de una manera perversa, aun se encontraba de piernas abiertas y acarició el rostro de Dimitri con sus pies hablándole de nuevo en el raro idioma. 37 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) –¿Quién eres…?– preguntó Dimitri agitado y con miedo. Su vista se nubló, veía borroso como si lo hubiesen drogado. Ella lo apretó con sus piernas, con un movimiento rápido como una gimnasta lo arrojó hacia la cama quedando ella encima de él, Dimitri se golpeó la cabeza con el respaldo de la cama, se sentía mareado y abatido ¿Qué le había hecho? Trató de reincorporarse con todas sus fuerzas, ahora estaba enojado, pero la mujer comenzó a moverse iniciando el acto de nuevo, mientras reía lo cacheteó acostándolo de nuevo en el colchón. Dimitri no podía moverse, sentía nauseas pero no la sensación de vomitar, ella se acercó a besarlo y como un reflejo él no se negó, no podía controlar lo que hacía, sus manos se movieron por si solas acariciando los pechos de la mujer. Ella se inclinó a la derecha revisando la pequeña cómoda donde reposaba la lámpara que iluminaba el cuarto, del cajón sacó unas esposas y comenzó a atar a Dimitri al cabezal de la cama… esto lo encolerizó, estaba furioso, él adoraba el sexo, su propósito de la vida era divertirse a cuestas de ello, había practicado y experimentado muchas 38 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) cosas: tríos, orgías, pedofilia, sexo interracial, experimentos y juegos con comidas, grabarse en el acto, desfogarse con actrices de películas para adultos, noches con prostitutas, una vez experimentó con un hombre y no le gustó, le gustaba tener relaciones con travestis transformados por completo, pensó en practicar la necrofilia si alguna vez se le presentara la oportunidad con un cuerpo perfecto, he incluso le encantaba y practicaba el incesto… pero hasta el mismo Dimitri tenía sus límites sexuales y habían tres cosas que más odiaba del sexo: la zoofilia, los juguetes sexuales y relaciones sadomasoquistas. Aborrecía por completo ese tipo de actos y juegos, no soportaba los juguetes sexuales, decía que le quitaban protagonismo, su resolución siempre era complacer a su amante y no compartiría ese placer con unos objetos… le molestaba ver a un mujer complacida por los artefactos, lo cual era curioso ya que Dimitri siempre trató a sus mujeres como meros juguetes. La furia de Dimitri acrecentaba pero no tenía control sobre sí mismo, su cuerpo lleno de satisfacción solo pensaba en complacer a la mujer encima de él, poco a poco su vista se oscurecía y se moría del miedo, por un momento pensó que después de acabar todo en su lecho 39 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) e inconsciencia aletargada, la mujer robaría sus órganos o algo peor. Decidió soportar hasta el último aliento con su fuerza para que cuando la mujer acabara él tuviera la oportunidad de escapar, pero fue inútil, Dimitri sabía lo poderoso y duradero que podía ser en la cama, lograba persistir hasta un día entero teniendo sexo sin descansar, algo que orgullosamente logró con las prácticas y que por primera vez en su vida se arrepentía. La noche siguió su curso y no pararon de desfogarse en la cama hasta que la pobre mente de Dimitri no tuvo más remedio que apagarse en un desmayo oportuno que sin embargo a pesar de encontrarse inconsciente sintió como su cuerpo seguía erecto y en movimiento, satisfaciendo a aquella bestia sexual que lo secuestró. 40 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) III DESFIGURADA INTRIGA A la mañana siguiente Dimitri logró abrir los ojos recuperando su vista, su cuerpo se hallaba sumamente exhausto… aun estando despierto descansó una hora en la cama sin moverse, afortunadamente no se encontraba atado con las esposas. La urgencia lo llamó, sintió ganas de orinar y se apresuró al baño de la habitación, todavía mareado se tambaleaba sosteniéndose de las paredes como si una resaca insoportable tocara tambores en su cabeza, desnudo frente al retrete Dimitri sostuvo su miembro para vaciar la vejiga y sintió un dolor intenso al orinar botando desde el glande un líquido negro como la sangre de aquella mujer… Dimitri enloqueció, tuvo recuerdos borrosos de la noche, el miedo lo despertó de su letargo y rápidamente entró a la ducha a bañarse, revisó su cuerpo en caso de encontrar alguna cicatriz y cerciorarse de que su mejor amigo en su entrepierna estuviera en perfectas condiciones. En su ducha rápida solo encontró las marcas de rasguños que le dejó la mujer en su espalda, se secó con una toalla vieja que estaba en el 41 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) piso, volvió a la habitación para recoger su ropa casi destrozada del suelo. Antes de desmayarse Dimitri sospechaba que pasaría algo parecido, la mujer se esfumaría a la mañana siguiente, él había hecho esa jugada un par de veces y al decir verdad no era la primera vez que también se lo hacían a él, pero no de esa manera… supuso que ella le robaría, pero sus prendas estaban ahí, su cartera y su dinero no habían desaparecido, ni siquiera sus tarjetas de crédito y documentos, su teléfono celular también estaba todavía en su pantalón, incluso el pequeño taser que les había mencionado, revisó el cajón pero no estaban las malditas esposas. Desde la ventana pudo ver su auto, tampoco se lo había llevado y mientras Dimitri se vestía encontró las llaves debajo de la cama. Su mareo volvió repentinamente y corrió al retrete a vomitar un poco de saliva espesa, caminó tambaleando hacia la cama y se tiró encima boca arriba, rápidamente sacó el teléfono y marcó el número de su amigo Dimas. –Hola Dim, ¿Cómo te fue anoche?– preguntó Dimas al contestar la llamada. 42 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) –Dimas… ¿Dónde estás…? Necesito ayuda– dijo Dimitri hablando muy cansado, no había movido sus cuerdas vocales desde que despertó. –¿Te encuentras bien? ¿Dónde estás?– preguntó Dimas preocupado. –Estoy en el Centro de Maracaibo… no recuerdo donde, búscame con el GPS del celular o de mi carro… me siento terrible no puedo moverme– se explicó Dimitri. Domingo en la tarde y Dimas salió con su auto a socorrer a su mejor amigo, y créame no era la primera vez que lo hacía, ambos se llevaban mucho afecto, se conocían desde muy niños cuando de pequeños competían por el amor de una jovencita. A pesar de tomar distancia cuando iniciaron sus carreras universitarias, Dimitri en Letras e Idiomas y Dimas en Derecho, siempre ocuparon una parte importante en sus vidas y su amistad a pesar de tener altos y bajos nunca se desquebrajó. Y de igual manera Dimitri ayudaba a Dimas con cualquier dificultad, eran inseparables, muchos los conocían como los “Dim” por las primeras letras de sus nombres y he de ahí el apodo que siempre Dimas pronunciaba con afecto a su amigo. 43 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) Recuperando un poco el aliento Dimitri logró levantarse a medias de la cama, caminó desvalido hacia la puerta de entrada y la encontró semiabierta, suspiró de alivio al saber que no se encontraba atrapado y se desplomó en el suelo. Dimas llegó con rapidez, echó una mirada al apartamento y se llevó a Dimitri a su auto. Transcurrieron unos minutos, Dimitri recuperó el aliento y le contó a su amigo la singular noche con aquella mujer, mientras Dimas manejaba en dirección a su propia casa. –Te he dicho siempre que tengas cuidado Dim… tenías que rechazarla cuando te llevó a ese lugar ¡Pero no, a ti te gustan esas cosas! Esto pudo acabar peor ¿Lo sabes?– le dijo Dimas regañándolo, no era la primera vez que lo sacaba de un embrollo similar. –No pude evitarlo… esa mujer… ¡Necesito encontrarla!– Dimitri divagó un poco en su respuesta. –¿De qué estás hablando? Mira en las condiciones que estás, te drogaron amigo, estas pálido y seguro tienes las defensas muy bajas– siguió regañándolo. –No puedes confiarte en esas situaciones Dim ¡Estoy seguro que tampoco usaste protección! ¿No recuerdas lo que pasó la última 44 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) vez? Estuviste casi un año si poder tener sexo, no sabemos si esa mujer tenía alguna enfermedad o un virus… hay que ir a examinarte, te confías mucho de las mujeres– siguió hablando. –Yo no confío en ninguna mujer Dimas…– contestó Dimitri en un tono enojado. –Si claro… siempre te sobrestimas, crees que tienes a todas las mujeres en tu control pero ellas terminan estafándote, despilfarras tu vida muchas veces solo por tener sexo… Dimitri no te enojes conmigo, eres mi hermano solo te hablo con la verdad para que no cometas errores ¿Entiendes?– se manifestó Dimas. –Lo siento… me dejé llevar, esa mujer… tú la viste Dimas, si no lo hacía no me lo iba a perdonar nunca– se excusó Dimitri cuando se tocaba la cabeza por su jaqueca. –El dinero y tus amigos médicos no te van a salvar siempre, tienes que tener cuidado… pensándolo bien, vamos directo a ver a Jonathan– ostentó Dimas entre dientes. Ese día estuvo aburrido para el ánimo de Dimitri, se recuperó tras vomitar por la ventana del auto y a paso lento llegaron a casa de 45 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) Jonathan, el conocido amigo doctor de Dimitri. Una llamada de los Dim para Jonathan siempre estaba acompañada de un percance fastidioso pero con una historia interesante detrás de todo el problema, y como le divirtió la historia de la mujer de negro y plata mi querido lector. Después de una rápida revisión médica, Jonathan concluyó que Dimitri efectivamente fue intoxicado con una droga fuerte pero sus consecuencias eran limitadas y no procedían a ningún efecto colateral, mortal o dañino. –Generalmente ese tipo de droga suelen utilizarla para confundir a la gente, robarla, convencerla de hacer alguna cosa, como firmar un cheque o algo así, he escuchado que es popular para convencer a las mujeres difíciles, ustedes me entienden– comentó Jonathan. –Yo no firmé ningún cheque, tampoco me robaron…– respondió Dimitri. –Esa mujer no me ofreció nada, yo mismo pagué y pedí unos tragos, ella no tenía ninguna droga, ni siquiera llevaba una cartera– justificó Dimitri. –El bartender estaba en complicidad con ella, puso droga en las bebidas– mencionó Dimas. 46 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) –No Dimas, Dimitri de alguna forma no te diste cuenta, esa mujer colocó pastillas debajo de su lengua, eso que probaste y te gustó tanto no era sangre, ahí está tu respuesta– respondió el médico. –¿Y qué hay de ese descontrol corporal que sufrió? ¿Es algo normal que su cuerpo se mueva por si solo?– formuló Dimas preocupado. –Eso jamás sucedió Dimas, todo fue producto de la imaginación de Dimitri bajo los efectos de la droga– recalcó el médico dándole unos golpes suaves en el hombro a Dimitri. –Esta vez tuviste suerte amigo, esa chica solo quería una ocasión para acostarse contigo, no creo que la vuelvas a ver– y terminó de hablar. –No concuerdo contigo… ¡Voy a encontrarla!– respondió Dimitri recuperando el ánimo. –Hazle una foto cuando lo hagas– señaló Jonathan riendo un poco y palpó la espalda de Dimitri nuevamente. –Toma estas pastillas el resto de la semana y descansa hoy. Conociéndote en la noche podrás acostarte con quien quieras, y sigue el consejo de Dimas, tu esterilidad no te hace inmune amigo, protégete– y se despidieron. 47 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) Los Dim se marcharon de la residencia de Jonathan pero la discusión no había terminado, Dimas seguía reprendiendo a nuestro hombre. Por su seguridad lo llevó a casa de su madre para que descansase, Dimas pensó que era buena idea dejarlo al cuidado de su progenitora sin recordar los actos que Dimitri le encantaba hacer. –Dim, imagínate por un segundo que esa mujer quisiera hacerte daño, no estarías hablando conmigo en este momento– reanudó el tema de conversación. –¿Te puedes callar un momento Dimas? Hablas como si fueras mi esposa, ni siquiera mi madre me habla así– le conversó Dimitri que se encontraba casi en perfecto estado, su rostro recupera el brillo. –Volveré a contratar guardaespaldas para que no te preocupes más querida– dijo él a carcajadas. Bromeó con los comentarios pero sabía que su amigo lo apreciaba mucho y nadie en el mundo lo protegía más que Dimas, un verdadero hermano digno de admiración, siempre en el tope de sus personas más queridas. La relación de Dimitri con sus padres siempre fue más que amena, pero la crianza que depositaron en él lo llevó a confiar más 48 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) en sus amigos, sus padres eran objetos admirados a los que respetaba tanto que veces por algún miedo infantil le avergonzaba contar con ellos para hablar como lo hacía con Dimas. El padre de Dimitri, el señor Deuteros Damasco nunca se casó con su madre ya que estaba comprometido con otra mujer, con otros hijos. Se veían de lejos y visitaba a sus otros hijos más a menudo que a Dimitri y sus hermanas, sin embargo el señor Deuteros amaba a Dimitri por encima de todas las cosas, sus otros hijos interesados en sus bienes materiales y fortuna lo perturbaban de tal manera que sentía que no lo amaban a él, de ese modo Dimitri pasó a ser su hijo número uno a pesar de ser producto de una aventura fuera de su matrimonio, el jovencito disfrutaba de la compañía de su padre, no le importaba la fortuna que poseía, solo quería un modelo a seguir y admirar. El cariño del señor Damasco fue tanto, que Dimitri y sus hermanas conservaron el apellido y el fatídico día que Deuteros murió se llevaron la sorpresa de heredar toda la fortuna del viejo y no solo eso, también el fruto sagrado de dónde provenía tal fortuna. Ahora Dimitri era dueño de «DamasKing» uno de los bancos más importantes del país. Después de terminar sus estudios universitarios, Dimitri se dedicó por 49 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) completo a administrar y seguir el imperio que su padre creó. Pese a sus responsabilidades el joven Damasco, como ya bien lo conoces mi querido lector, no tenía la madera suficiente para estar frente a un escritorio toda su juventud, por lo tanto lo ayudaba una hermosa y madura secretaria muy bien pagada para ocuparse de la mayoría de sus cargos y claro está, Dimitri tampoco desperdiciaba la figura de la mujer y se aprovechaba para acostarse con ella en su oficina a pesar de estar casada y no solo eso también tener relaciones con sus hijas. La tertulia en la discusión de los Dim se fue apaciguando, la calma volvió entre la amistad, Dimitri retenía memorias de la noche y revivía los recuerdos de excitación en su cuerpo, él quería encontrarla de nuevo, no para vengarse, no para preguntarle su nombre… quería acostarse de nuevo con ella. –Dimas, necesito tu ayuda, tengo que encontrar a esa mujer– le pidió Dimitri a su amigo. –Será muy difícil conseguirla… ni siquiera te dijo su nombre, dijiste que habló otro idioma que no pudiste reconocer, seguramente ya se fue del país…– Dimas miró la cara de su amigo que suplicaba por su ayuda, se 50 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) sintió como una de las mujeres que seducía Dimitri, se dejó convencer por su mirada. –Voy a ayudarte, esa mujer me mata de curiosidad– respondió sin saber las verdaderas intenciones de su amigo. Más de la mitad de la tarde transcurrió, Dimas dejó a su amigo recostado en la cama de su antigua habitación en la casa de su madre y se marchó contándole el acontecimiento a la señora Imperia, la madre de Dimitri. 51 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) IV ORIGEN MORBOSO Acostado en la cama Dimitri navegaba en un barco en el mar de sus recuerdos, reviviendo esa noche con minuciosos detalles, como dice el dicho, recordar es vivir y él no se tragó el pretérito cuento que formuló Jonathan… un suceso enigmático estaba tras el telón que lo cubrió esa noche, esa indescifrable mujer llevaba una interrogante de enormes proporciones, él quería las respuestas y no se iba a quedar cruzado de brazos hasta tenerlas, movería todas las piedras del mundo para encontrar a su mujer, tenía como propósito saberlo todo de ella y hacerla suya para siempre. Esa noche alrededor de las ocho, Dimitri se levantó de su cama caminando a la cocina a saludar a su madre que lavaba los platos tarareando una canción. Cariñosamente la abrazó por espalda y la saludó dándole un beso en el cuello… oh mi querido lector esto te sorprenderá, Dimitri lamió el cuello de su madre hasta llegar a su oreja para morderle el lóbulo entre tanto subía sus manos a los senos para sobarlos y pellizcarlos. 52 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) –Mi consentido despertó con ánimos, ¿Ya te sientes mejor?– preguntó la señora Imperia. –En perfectas condiciones, gracias– contestó el hijo sin parar de acariciar a su madre. –Vamos a la cama madre, quiero recuperar mi día– le pidió Dimitri tiernamente. –No tienes remedio Dimitri, deja que termine de lavar los platos– objetó la madre empujándolo hacia atrás con el trasero. La señora Imperia o como le gustaba que la llamaran; señorita Imperia Báez, siempre fue una mujer espléndida con un cuerpo perfecto y tonificado, rubia de cabello ondulado con increíbles ojos verdes, una cara tan fina y hermosa como una veinteañera a pesar de ya tener los 53 años de edad. Esta mujer era la responsable de la actitud y adicción sexual de sus hijos, especialmente en el caso obsesivo de Dimitri. Para esta mujer sus conceptos sexuales de la vida concretaban en diversiones y juegos pervertidos, perdió la virginidad desde muy pequeña afincándose en una admiración por el sexo que la llevó a trabajar a los 16 años en industrias y productoras de películas para adultos a pesar de ser menor de edad, elevándose en el estrato como actriz llegando a una populari- 53 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) dad y buena fama. A los 20 años conoció a Deuteros, el padre de Dimitri y comenzó a relacionarse con él de una manera poco usual para ella, iba más del sexo y diversión, por primera vez se enamoró de un hombre y al poco tiempo decidió tener a Dimitri quedando embarazada a los 23 años, en los términos y condiciones que el señor Damasco le propuso, ya que Imperia era solo una aventura fuera de su matrimonio y no quería arruinar la vida de ambos y de su futuro hijo con problemas legales y financieros. Dimitri creció en un mundo de alto contenido erótico, la perversión de su madre y el trabajo que ella adoraba, para él siempre fueron algo común en una vida aparentemente normal, conocía en concreto el trabajo de su madre y llegó el día que se aprovechó de ello. A los 10 años de edad perdió la virginidad con su propia madre, en una fiesta que ella misma organizó con algunas de sus amigas laborales, actrices de la mejor categoría, que la convencieron de enseñarle a su primogénito a complacer a una mujer y entrenarlo para convertirlo en el hombre perfecto. Esa fue una de las noches que Dimitri jamás olvidó, cumplió la fantasía incestuosa de muchos e hizo el amor con su madre y con varias de sus amigas. 54 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) A partir de esa ocasión Dimitri sacaba partido en sus días libres en el colegio y se colaba al trabajo de su madre para verla actuar en algún vídeo para adultos, aprovechaba esas oportunidades y tenía sexo con las otras actrices tras bastidores, el niño precoz, bello y consentido hijo de la famosa actriz Imperia les parecía hermoso y delicioso, todas las mujeres les encantaba complacer los caprichos del muchacho. La vida sexual de la familia se extendió a niveles absurdos y el apetito carnal de Dimitri se convirtió en una regla de oro para él, volviéndolo un adicto al placer. Las amigas de su madre lo entrenaron de tal forma que conoció todos los secretos de cómo conquistar mujeres, aprendió rápidamente y siguió su forma de vida “convencional” de adolescente arrebatando corazones por donde pasaba, mientras practicaba nuevas técnicas en la cama ayudado por su madre que disfrutaba de su ímpetu y fogosidad juvenil. Pues bien después de conversar, Dimitri convenció a Imperia finalmente y la despampanante mujer cedió antes los deseos sexuales de su hijo, no tardaron en comenzar la función al entrar a la habitación de Dimitri, se quitaban la ropa bruscamente fomentando un fuego que nunca se apagaba, sus besos eran distintos a los demás, depositaban 55 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) caricias morbosas y sádicas, Imperia era la mayor responsable de comisuras rotas en los labios de su hijo, le encantaba mordérselos. Dimitri mordía su cuello con morbosidad, bajó hasta los senos para seguir con sus mordiscos y chupones, se divertían en grande, para él su madre era la mujer perfecta e ideal, una diosa en la cúspide de sus expectativas, la idolatraba como a ninguna otra, un cuerpo y figura inmensurablemente perfectos, el mejor rostro acompañado de la mejor sonrisa, una personalidad y actitud divinamente morbosas, entre muchas otras cualidades, la amaba tanto por lo que le enseñó. Los gustos de Dimitri eran producto de despliegues en recuerdos de Imperia, Dimitri agradecía con creces como su madre lo había criado y en lo que lo convirtió, la resolución de sus actos con ella se enfocaba en complacerla lo más que pudiera, sin embargo a pesar de todo el amor que le tenía, Dimitri la veía igual que las otras mujeres, un juguete para su diversión y no cualquier juguete ¡Su favorito! El que más usaba por su más alta calidad. 56 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) Le encantaban sus senos, siempre se enfocaba más en tragarlos, un consentimiento que jamás se le negó desde su nacimiento, de pequeño Imperia calmaba a su consentido jugando con su entrepierna para enseñarle y le permitía devorar sus pechos para dormir. Siguiendo en el acto, sentada en la cama la madre destapó el interior de su hijo. Imperia abrió la boca para comer su postre favorito antes de la cena, el miembro de su hijo era su predilecto entre todos los que había probado, la extrema fascinación que tenía Dimitri por el sexo oral se debía al placer que esta mujer siempre le proporcionó, sus técnicas eran únicas y de tanta experiencia que ni la mujer de negro y plata podría equipararla, además de ser la única mujer capaz de tragar su tamaño por completo, ella sabía cómo satisfacerlo, como una buena madre entendía perfectamente los caprichos de su hijo y disfrutaba en complacerlo en cualquier momento. La perversión que sentían dedicaba intensiones depravadas, no les importaba experimentar entre ellos y usar habilidades para ponerlas a prueba. Dimitri cogió a su madre por la cintura y la levantó por el aire tumbándola en la cama bocarriba con jocosidad, abrió sus piernas para devolverle el favor de hace unos minutos, de igual manera Dimitri ado57 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) raba divertir y complacer a su madre, siempre supo que Imperia se enorgullecía de las proezas sexuales de su hijo. Ambos se divertían en grande, competían entre sí para ver quién podía llevar al éxtasis al otro más rápido. Imperia no se dejó dominar por completo de Dimitri, lo arrojó a la cama sosteniéndole la cabeza con las piernas dejándolo para acostarlo boca arriba, ella se colocó encima de él y continuaron dándose placer oralmente por varios minutos, de todas las posiciones que practicaban el comúnmente conocido como «El 69» era la favorita de los dos. Después el hijo tomó a la madre por la espalda y la estrujó contra la pared afincando su miembro por el trasero, Dimitri disfrutaba de poseer esa parte de ella, en el sexo con Imperia nunca faltaba usar esa parte o no sería perfecto. Gozaba grandemente de su madre, conocía cuando ella fingía y actuaba y con él nunca lo hizo, cuando Imperia se regocijaba en el sexo, siempre acompañaba sus gemidos con risas divertidas y sádicas que alegraban a Dimitri, mientras aumentaba el ritmo de sus movimientos con la violencia que apasionaba a su progenitora. Los músculos del trasero apretaban el miembro con fuerza cada vez que Dimitri empuja hacia dentro, estaban casi a punto de llegar al clímax en un orgasmo pero algo le sucedió al muchacho, comenzó a 58 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) toser con un ruido estruendoso, la flema se acumuló en su garganta y le dio nauseas, se paralizó al escupir un poco de sangre en el hombro de Imperia. Ella asustada paró el acto de inmediato limpiándose el hombro y la boca de su hijo con la franela negra que se había quitado, Dimitri volvió a toser de nuevo y corrió al baño a vomitar la flema mezclada con sangre. –Todavía no te has recuperado Dimitri, no debí hacerte caso, debes seguir en reposo el resto de la noche– lo regañó su madre. –Tranquila… es lo último que me faltaba por drenar, ya estoy bien– se excusaba el hijo secándose la cara. –Ya estas grandecito para esto Dimitri, pero voy a tener que castigarte ¡No más sexo por esta noche! Ve y date una ducha, como castigo también vas a cocinar la cena para mí y tus hermanas– contestó Imperia disgustada. –Eso no es un castigo madre, de todas formas lo iba a hacer– respondió Dimitri. –Y ya me siento mejor, te lo aseguro– Imperia lo miró amargada. 59 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) V INMORALIDAD GEMELA Imperia recogió su ropa restante del suelo y se marchó de la habitación. Dimitri todavía en el baño se miró al espejo, supo que algo malo pasaba con él, la mujer de negro y plata fue un veneno que con gusto había aceptado y a partir de ahora vería las consecuencias. Siguió el consejo de su madre y tomó un baño, después de asearse entró a la cocina para revisar la nevera y sacar algunos ingredientes para preparar la cena, Dimitri en su extenso aprendizaje para conquistar mujeres dedicó algo de su tiempo en aprender a cocinar, tomó algunos cursos de cocina y repostería, si bien a él le encantaba una mujer que supiera cocinar y un hombre con tales aspectos enamoraría a cualquier chica a través de su apetito. Preparó una tortilla española con unos pequeños toques personales, abrió ocho huevos y los batió en un envase para realizar la mezcla, peló y rebanó dos papas y las frió con poco aceite de oliva para empaparlas antes de echarlas en la mezcla del huevo, rebanó unos tirones gruesos de un queso mozzarella que encontró colocándolos encima de las papas, 60 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) por último cortó en trocitos unas espinacas para adornar y complementar el sabor de la tortilla. La picó en cuatro partes iguales y las acompañó con pan cortado en rodajas en cada plato, sirvió un jugo de naranja que el mismo exprimió y acomodó el comedor llamando a su madre y sus hermanas. Cocinar para Dimitri era un pasatiempo divertido y lo ayudaba a despejar su mente relajándolo en los artes culinarios que empleaba como un chef, su perturbado ataque de tos le agrietó la garganta y lo llevó de vuelta a su enojo con la mujer nocturna, ahora se encontraba pasivo, distante al pensamiento de cólera, encaminado a los sentimientos amenos que le produjo esa mujer. Las mujeres de la casa llegaron contentas al comedor, se sentaron rápidamente en la mesa y tomaron los cubiertos emocionadas al contemplar el espléndido plato que preparó Dimitri, la comida que él preparaba maravillaba sus paladares, cada vez que entraba a la cocina a trabajar, la espera detrás de la imaginación del cocinero era eterna pero siempre con resultados espectaculares, especialmente para sus hermanas, las gemelas Dana y Dina de 18 años de edad. Dimitri siempre las con- 61 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) sentía preparándoles exquisitos y encantadores postres como sacados de programas de cocina. Acomodados en la mesa dispusieron a devorar la cena y más temprano que tarde las hermosas gemelas rubias idénticas a su madre comenzaron a preguntar sobre la noche de Dimitri, como todas las gemelas siempre idénticas se diferenciaban por su personalidad y estilo; Dana era una artista nata, vestía muy alocada, siempre llevaba coletas y un mechón de cabello que constantemente cambiaba de color, esta vez lo llevaba rosa, por otro lado Dina era la más seria, vestía elegante como su hermano y usaba lentes aunque le molestaba llevarlos puestos. –Mamá nos contó lo que hiciste– mencionó Dana hablando con comida en la boca, una costumbre muy mala que tenía. –Estás loco Dimitri, ¿Cómo era esa chica?– preguntó Dina riéndose un poco. El joven inició su relato nuevamente, esta vez con muchos más detalles, especificando cada movimiento que ambos realizaban, la relación entre familia era tan buena que Dimitri no especulaba en ocultar 62 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) algún detalle de la historia por muy morboso que fuera, al fin y al cabo ellas sabían de lo que era capaz su hermano. –Ella estuvo estupenda hasta que las cosas se salieron de mi control– narró Dimitri. –Una mujer magnifica, superó mis expectativas de cualquier otra, fue como hacerlo con una versión femenina de mí mismo– siguió contando. –Parece que nuestro hermano se enamoró– declaró Dina intercambiado sonrisas con su hermana. –Nos vamos a poner celosas Dimitri– le respondió Dana que seguía hablando mientras masticaba. –¿No estarás pensando en buscar a esa mujer?– le preguntó Imperia a su hijo. –Por supuesto que si madre– le respondía Dimitri al instante. –Tengo cuentas pendientes con ella, y no voy a dejar que se me escape una presa como esa– manifestó con cara perversa y ambiciosa. –En otra situación no le tomaría importancia Dimitri, pero esa mujer es peligrosa– anunció la madre apuntándolo con el tenedor. –Sé que no me 63 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) harás caso y la buscarás. Pero no te recomiendo estar a solas con ella de nuevo, de vez en cuando deberías prestar atención a los consejos que Dimas te da, él es un buen muchacho– terminó de hablar. –Dimas me ayudará a encontrarla, él también tiene una cierta intriga a lo que me pasó o lo que sea que me haya hecho ella, estaremos bien– recalcó Dimitri mientras seguía comiendo. La señora Imperia se levantó de la mesa, recogió su plato y el de Dana que habían terminado y los depositó en el fregadero. –De igual manera estas castigado Dimitri, también lavarás los platos– señaló la mujer. –Y ustedes niñas ¡Nada de sexo con su hermano!– levantó la voz retirándose del comedor. Pasada la media noche las gemelas negaron el mandato de su madre y se infiltraron a la habitación de su hermano, entraron como dos ninjas en las sombras, levantaron la sábana de los pies de Dimitri y se metieron dentro como dos animales buscando refugio del frío. Las hermanitas desabrocharon el short para agarrar la carne, inician el aperitivo de lo que se avecinaba, las lenguas jugaban bajo las sábanas entre mordidas y sorbos, Dimitri las había notado entrar a la 64 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) cama y les siguió la corriente, las chicas entre risas subieron por el estómago del muchacho sin parar su faena hasta llegar a la boca de su hermano mayor. Los hermanos tenían la mala costumbre en desobedecer algunas reglas, cuando se presentaba alguna prohibición o tabú su finalidad era romperlo, Dimitri sabia de ante mano que sus hermanas llegarían a la habitación después de lo que dijo su madre y él no las iba a rechazar. Oh mi querido lector, Dimitri era un hombre de suma fortuna, la fantasía sexual más anhelada de los hombre siempre es tener sexo con unas hermosas gemelas, y el favorable Dimitri tenía esa fantasía sexual a su disposición cada vez que él quisiera, Dina y Dana permutaban de cualquier situación para acondicionarse a su hermano, del mismo modo que Dimitri idolatraba a su madre Imperia, las gemelas adoraban a su hermano por encima de cualquier hombre, ellas nunca le negaban nada. Se deleitaba con las maniobras de sus hermanas debajo de su ombligo, sus pequeñas bocas no daban abasto para su tamaño, se divertía al ver como las chicas trataban de comerlo. Desde muy jóvenes los hermanos se iniciaron en juegos sexuales que su madre jamás criticó, todos 65 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) los días el vicio perverso se acumulaba en sus actos amorosos, él les mostraba su miembro para enseñarles a complacerlo y muy encantadas ellas lo hacían, dormían sin ropa para besarse y sobarse entre ellos, más adelante los juegos aumentaron su nivel al punto de tener relaciones sexuales casi todos los días, Dimitri estaba consciente de la edad de sus hermanas y no se atrevía a penetrarlas sin el consentimiento que esperaba de su madre, pero haciendo caso omiso a la esperada respuesta de un «Si», Dimitri las complacía de la mejor forma, con sus manos y boca, con sus roces y besos, hasta hacerlas desfallecer, del mismo modo que su madre Imperia complacía a sus hijas, pero con la fuerza e ímpetu de un hombre. Cuando las gemelas cumplieron los 16 años, la señora Imperia le permitió a su hijo tomar la virginidad de sus hermanas, el mejor regalo de cumpleaños que ellas siempre habían querido, la noche perfecta donde por fin se convirtieron en mujeres a costa de su adorado hermano que para ese entonces tenía 27 años. Dimitri les enseño todo lo que saben, fue un maestro para ellas del mismo modo que Imperia y sus amigas lo fueron para él. Mientras las gemelas seguían devorando la erección, Dimitri las desvestía con cuidado, él las adoraba mucho y las trataba con suma deli- 66 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) cadeza, no quería dañar ni lastimar sus cuerpos delgados y frágiles, el sexo con ellas nunca fue brusco ni violento, todo lo contrario, se apoderaba de ellas con un romanticismo sublime que jamás fallaba al llegar a los orgasmos. Dimitri sobaba sus partes con suavidad, movía sus dedos con delicadeza, levantó sus rostros para besarlas mientras las acurrucaba encima de él, sostuvo sus nucas y juntó sus bocas para ver como ellas mismas compartían sus lenguas, a Dimitri le encantaba verlas hacer eso. Dimitri las acostó una encima de otra para que siguieran besándose mientras sus senos se rosaban entre sí, el hermano dispuso de sus habilidades bocales en las entrepiernas de sus hermanas que seguían rosándose con sus fluidos. Lamía, mordía y chupaba con suavidad, haciendo gritar a las chicas. –Hagan silencio chicas… mamá nos va a escuchar– dijo Dimitri entre una risa pervertida mientras colocaba su miembro en medio de los genitales de sus hermanas, las venas y el duro espesor del hombre rosaba con fervor los botones intermedios entre el sexo de las chicas, imitando una penetración común, una práctica que acostumbraban de antes y que por gusto no dejaron de habituar. 67 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) –¿Quién será la primera?– preguntó Dimitri susurrándoles al oído, en tanto ellas exclamaban «Yo» al mismo tiempo. La veteranía de Dimitri era excelente, complacía a sus hermanas del mismo modo sin dejarlas envidiar, nunca se sintieron celosas una de la otra, Dimitri poseía habilidades únicas cuando se trataba de un trío o una orgía, podía satisfacer hasta tres mujeres al mismo tiempo. El amor que poseía Dimitri por sus hermanas era especial, las deseaba tanto como si fueran sus hijas ya que sin la presencia constante de un padre él tuvo la mayor responsabilidad en cuidarlas, Dina y Dana también lo amaban como un padre y él mismo lo sabía, por ello al acostarse con ellas sentía que por breves instantes que cumplía su fantasía sexual anhelada, hacer el amor con un ser de su interior, de su propia piel, sangre y genes, con sus propias hijas… un deseo mi querido lector que jamás cumpliría por su esterilidad. Entre el caprichoso acto entre hermanos Dimitri sintió otro vuelco en el pecho, la tos volvía y se asustó, no quería manchar ni perturbar a sus adoradas hermanas con un accidente repetido como el de su madre. Comenzó a toser tapándose la boca y saltó de la cama directo al 68 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) baño a vomitar de nuevo saliva con un poco de líquido negro y baboso mezclado con sangre. Las gemelas avergonzadas se levantaron a ayudarlo y se arrepintieron de haber desobedecido a su madre. –¿Te encuentras bien Dimitri?– dudó Dina sobando la espalda de su hermano. –Creo… creo que daremos esto por terminado chicas… lo siento– contestó Dimitri respirando hondo y entrecortado. –Perdónanos, no sabíamos que te haría daño hacerlo…– discrepó Dana disculpándose en nombre de ambas. El hermano mayor levantó la mano para callarla, les besó la frente y las tomó de la mano sentándolas en la cama. –Mamá se va a enojar, no le digan nada de lo que vieron ¿Entienden?– les ordenó Dimitri, las gemelas se preocuparon y se le humedecieron los ojos. –Pero pueden quedarse a dormir conmigo– las abrazó arropándolas junto a él cubriéndolas con la sábana. 69 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) VI INSIDIOSO ESCALOFRÍO A las 7:00 a.m. del lunes Dimitri recibió una llamada de Dimas, en el transcurso de la mañana le llevaría su automóvil e iniciarían la investigación de la mujer de negro y plata. Al levantarse notó que sus hermanas ya no están en la cama, las muy astutas despertaron mucho antes para que su madre no las descubriese. Media hora después se levantó y preparó el desayuno a su madre que lo miraba con una cara de sospecha y enojo, ella sabía que sus hijas la habían desobedecido. A esas horas las gemelas se encontraban estudiando en la universidad, recién ingresadas y dispuestas a progresar en sus carreras, Dana estudiaba Artes Plásticas y Dina Contaduría. Transcurrido el desayuno y algunas horas, Dimitri se preparó y en pocos minutos Dimas apareció montado en el carro de nuestro protagonista que rescató de los suburbios en aquel edificio solitario. Dimas se encontraba alegre, su enojo y preocupación anterior se esfumaron volviéndolo a la normalidad, bajó del carro saludando a su amigo y le 70 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) cedió el puesto de piloto. Dimitri acomodó un poco el asiento y el retrovisor, sin más prisa los Dim partieron en su búsqueda. –¿Por dónde comenzamos Dimas? Me gustaría ir a Blue Bar, donde estuvimos la noche del sábado– comentó Dimitri mientras manejaba. –Ya me adelanté, hablé con el supervisor de Blue Bar anoche, nos permitirá ver las cámara de seguridad del local para tomar una fotografía digital de esa mujer, pero ya sabes cómo funciona todo… hay que aflojar el bolsillo– respondió Dimas audazmente, esta era una de las cosas que Dimitri más admiraba de su compañero, tal vez él era un experto en la cacería del género opuesto, pero cuando se trataba de resolver un problema Dimas poseía una rapidez inmediata, capacidad analítica y desenvolvimiento competente en solucionarlo todo. Al llegar al local, el supervisor los esperaba en la parte de atrás, abrió las puertas y los guió a una habitación pequeña donde revisó la computadora con los datos de las grabaciones de las cámaras del sábado por la noche. Adelantando el vídeo lograron captar a la mujer sentada en la barra justo cuando Dimitri se acercó a hablarle, sin embargo el vídeo solo consiguió grabar a la chica de espaldas y no se podía divisar su ros- 71 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) tro, mientras se adelantaba el vídeo en cámara rápida el programa no alcanzó mostrar la cara de la mujer por ninguna de las perspectivas de la visión de las cámaras, ambos comenzaban a preocuparse. Pasaron algunas horas viendo el vídeo para así encontrar el momento que la mujer entró al bar pero en toda la noche la mujer no apareció en el vídeo de la cámara principal de la entrada, el supervisor de Blue Bar enfureció un poco y entró a los archivos de la cámara de seguridad de la salida trasera pero del mismo modo a pesar de su exhaustiva búsqueda no lograron obtener visión alguna de la misteriosa mujer. –Esto jamás había pasado en Blue Bar…– dijo el supervisor con una intranquilidad honda mientras tragó asustado. –¿Ahora si me crees Dimas? Esa mujer es un misterio, a mí no me drogaron esa noche– recalcó Dimitri confiado en sus palabras durante una pausa muda de Dimas. –Dispondré de alguien para que revise las grabaciones completas y saber en qué momento entró esa mujer al bar… si mi jefe se entera de esto…– encrespado el supervisor dejó la frase en el aire. –Cuando obtenga una 72 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) fotografía buena del rostro de ella les avisaré de inmediato– repuso el encargado. Los Dim se marcharon decepcionados de Blue Bar, con ansias esperarían la fotografía de la mujer de negro y plata, por ahora formalizarían un plan contingente para seguir investigando. –Dim ¿Qué tan dispuesto estas en encontrar a esta mujer? Y me refiero a la importancia que le tomas y el dinero que quieres invertir en ello– encuestó Dimas a Dimitri. –Te responderé con otra pregunta, ¿Alguna vez has visto que he estado tan interesado en encontrar a una mujer?– respondió él. –La verdad Dim… si lo has hecho, pero este es un caso especial por lo que te hizo– miró a Dimitri con incredulidad. –Por lo que veo no piensas escatimar en gastos– siguió conversando. –Tú lo dijiste Dimas, ¿Cuál es el siguiente paso?– curioseó Dimitri. –Primordialmente necesitamos la fotografía de la mujer, mientras tanto vendremos en la noche a Blue Bar, hablaremos con los empleados del local hasta que nos den la fotografía– explicó Dimas. 73 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) –Perfecto, durante el día contrataré los guardaespaldas que me dijiste, mi madre también me regañó– comentó Dimitri. –Ya que mencionas los guardaespaldas, después de obtener la imagen de la mujer, me gustaría encontrar algunas personas que se dedicaran a visitar sitios nocturnos para preguntar por ella, nosotros mismos también lo haremos– propuso el abogado. –Me parece bien, pongámonos en marcha– aclaró Dimitri. El sol en la cúspide de la tarde acaloraba el asfalto en la ciudad de Maracaibo. Los Dim dispusieron de su tiempo para cumplir sus diligencias y pasada la tarde Dimitri contaba con dos fornidos guardaespaldas que lo seguían a distancia en una camioneta negra blindada. Ahora que la protección lo acompañaba como en los viejos tiempos Dimitri se desconfía un poco, siempre le incomodaron los guardaespaldas y escoltas, eran unos estorbos incómodos a la hora de captar el olor de una hembra, individuos curiosos en saber que haría Dimitri con sus mujeres, no le gustaba ser visto por ellos. Casi a las 7:00 p.m. de la noche dejó a Dimas en su casa, se encontrarían más tarde en Blue Bar, Dimitri en su inconforme incomodi74 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) dad llevó a sus escoltas a su apartamento para que conocieran su nuevo labor, les mostró su hogar y les explicó todas las cosas que deberían hacer y cómo le gustaba a él que se hicieran, recalcando el hecho de no querer notar su presencia cuando lo siguieran, por último uno de los hombres bajó para quedarse en la planta baja, mientras que el otro permaneció sentado en un sofá en la gigantesca sala del penthouse. Dimitri reflejaba una emoción fogosa, se sentía como en un relato policial, un detective investigando un asesinato, volvía a sentir la diversión de un niño al jugar, esa noche comenzaría la verdadera cacería femenina, la mujer de negro y plata no escaparía de él. Tomó una ducha para relajar los músculos, el agua fría no lo ayudó y la tos apareció de nuevo sin tanta intensidad, al mismo tiempo sintió ganas de orinar, un tenso frío desagradable corrió por dentro de su miembro hasta salir acompañado de un dolor agudo como si sufriera de una infección o un cálculo renal, al igual que la última vez brotó desde su glande una orina mezclada con un líquido negro espeso, aunque fue corto y rápido el dolor destrozó la tranquilidad de Dimitri elevando su tensión arterial disparando su preocupación. 75 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) El juicio del hombre se turbó de una manera extraña, divisó un futuro muy cercano con alguna enfermedad venérea nunca antes vista, no podría usar sus genitales de nuevo para complacer, se vio en un mundo pasivo y aburrido sin sexo. Tomó su miembro y comenzó a masturbarse, tenía la idea de sacar todo el líquido que posiblemente quedaba en él, recordó aquel momento cuando fue a retirar su órgano dentro de la mujer y ella de algún modo lo retuvo… algo debió haber hecho ahí dentro que lo perjudicó. Su mano se movía a toda velocidad sobando su piel de arriba abajo, se exprimiría y secaría todo con tal de expulsar ese color negro que llevaba dentro, su cuerpo se agitaba y encorvaba mientras el sudor del orgasmo se mezclaba con el agua de la regadera. Finalizó el acto eyaculando su esperma con algunas gotas del espeso líquido negro en el suelo, la corriente del agua de la ducha terminó llevándoselo por el drenaje, le desagradó la forma en la que había actuado, por primera vez en su vida se había masturbado sin pensar en algo morboso, estaba asustado… Terminó de bañarse y fue directo al congelador de su cocina y destapó una cerveza bebiendo todo su contenido a pecho, la cebada del alcohol lo obligaría a evacuar de nuevo y en 76 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) ese momento lo único que pasaba por su mente era deshacerse de esa mancha negra en su interior. Siempre tuvo una resistencia increíble al beber alcohol, había bebido casi media caja de cerveza y su cabeza seguía en perfecto estado, mientras bebía se encontraba parado frente al retrete esperando el aviso de su entrepierna. Durante el resto de la noche Dimitri orinó unas cuatro veces hasta que no salió más del líquido negro. Después de su intranquilidad, la calma lo atajó de golpe y decidió comenzar a arreglarse para ir a Blue Bar. Vistió su mejor traje de color gris con finas rayas blancas decorativas, casi igual al de un mafioso portando la elegancia y el carácter de un gángster. Los Dim llegaron al club nocturno, no pagaron entrada y el vigilante de la puerta los escoltó a la puerta trasera donde los esperaba el supervisor con buenas noticias, rápidamente volvieron a entrar a la pequeña habitación donde les mostraron el vídeo que finalmente pudo conseguir capturar la cara de la hermosa mujer. 77 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) –No pudimos encontrar una imagen de ella entrando por la puerta principal… de repente apareció en uno de los cubículos del baño y entró al bar, probablemente se coló por la ventana– mencionó el supervisor. –¿Tienen cámaras de seguridad en los baños?– objetó Dimas un poco irritado. –Mucha gente se droga y tiene sexo en los baños, es cuestión de seguridad amigo– le respondió el encargado con una seriedad autoritaria en su voz, mientras Dimitri sonreía un poco. –Esta pista solo hace más interesante a esta presa, no creo que haya entrado por una ventana– repuso Dimitri. –Hay algo oscuro detrás de su bonita máscara– terminó de hablar el joven. –Deben tener cuidado amigos… ¡Esa mujer es un demonio! Ya había escuchado hablar de historias así en otros bares– dijo el encargado avivando una conversación. –Un demonio…– dijo Dimitri mofándose del hombre, Dimas lo golpeó con suavidad con el codo. 78 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) –Dicen que el Diablo se apareció en una discoteca, la gente cuenta que entró un hombre sumamente hermoso, todas las mujeres se enamoraron de él, invitó a bailar a una chica tímida diciéndole que la trataría muy bien pero que sobre todo mientras bailaran no podía verle los pies– narró el señor. –La chica curiosa no aguantó los deseos de echar un vistazo y cuando bajó la mirada se dio cuenta que ese hombre tenía patas de cabra… ella huyó despavorida y poco después murió– terminó de hablar el hombre. –Patrañas y mitos que solo entretienen a la gente, eso es mentira – contestó Dimitri al relato. –¡Es verdad! Yo fui a esa discoteca y vi las marcas de las pesuñas del Diablo en el suelo, incluso olía a azufre– juró el supervisor. –Eso es publicidad amigo, los demonios no existen y lo que estamos buscando es una mujer real con piernas reales, quizá si sea una diabla por dentro, pero no es lo que te imaginas– dialogó Dimitri. –Pero no voy a negarle que hay algo paranormal tras esa figura y esas piernas– terminó de hablar. 79 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) Ambos guardaron la imagen en sus teléfonos celulares y en una unidad pendrive, apresurados entraron al bar y comenzaron los interrogatorios. Dimitri caminó directamente hacia el bartender que lo atendió esa noche y le mostró la fotografía a través de su celular. –¿Recuerdas a esta mujer?– preguntó. –¿Quién podría olvidarla? Esa mujer era un poco loca para vestirse así, y más loco fue usted al llevársela señor, sin ofender– respondió el sujeto. –No lo puedo negar, me gustan las mujeres extravagantes, pero dime ¿Te habló? ¿Sabes alguna cosa de ella? Necesito encontrarla– dialogó Dimitri. –¿Qué ocurrió? ¿Le robó?– preguntó mientras acomodaba unas botellas de vodka. –Digamos que si… y bien ¿Qué te dijo?– siguió la conversación. –No habló mucho, pidió una piña colada y pagó con unos billetes que se sacó de los senos ¿Se dio cuenta que no llevaba cartera? Eso sí es raro– le dijo el hombre advirtiéndole a Dimitri sobre ella. –Solo se quedó 80 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) sentada ahí mirando todo, nadie se atrevió a llegarle menos usted claro, solo sé que era muy extraña, desde que la vi llegar me dio mala espina– terminó por hablar el hombre. –¿Nadie además de mi habló con ella?– volvió a preguntar. Entre tanto hablaba, el bartender preparaba un cóctel a una hermosa chica de piel morena al lado de Dimitri que escuchaba la conversación, Dimas también se acercó para hablar y la morena indiscreta lo apartó de su amigo para charlarle a Dimitri. –Yo hablé con esa chica el sábado, también te vi con ella– le dijo la morena a Dimitri sobándole el brazo. –¿Qué sabes de ella?– le respondió Dimitri con una sonrisa encantadora en el rostro que inmediatamente captó la atención de la morena. –Tenía una mirada muy intrigante, dijo que no me podía decir su nombre– mencionó la chica sonriente ante la mirada hipnotizante de Dimitri. –Pensé que estaba un poco loca, me acerqué a preguntarle donde había comprado sus lentes de contacto plateados, ¿Y sabes lo que me respondió? Dijo que no eran lentes de contacto– terminó de contar la chica 81 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) colocando una mueca desorbitada tratando de hacer olvidar a la mujer de la mente de Dimitri. –Otra anécdota tétrica de la mujer de negro y plata– agregó Dimas a la conversación. –Los otros empleados no saben mucho, la vieron pasar y nada más– finiquitó el tema. –Demos por concluida la investigación de hoy Dimas, parece que ya tengo una cita– aludió Dimitri sosteniendo suavemente a la morena por la cintura que rió un poco al comentario. –Mañana tengo que levantarme temprano, además de conseguir las personas que necesitamos para la búsqueda, me iré, que te diviertas– repuso Dimas despidiéndose de su amigo. Al marcharse Dimas, Dimitri no tardó en sacar a bailar a la hermosa chica, se deslizaron agitando sus cuerpos en la pista de baile al ritmo de la música mientras bebían un trago. –¿Vienes sola?– consultó Dimitri a la joven. –Estoy con unas amigas– alegó ella señalándolas. 82 Viscoso Azabache JaaB (J. Augusto Andrade B.) –¿Crees que se molestarían si te llevo a otro sitio?– agregó Dimitri acercando sus labios muy cerca de los de ella. El plan de Dimitri funcionó como una trampa de oso que engancha a un pequeño animal indefenso, al poco tiempo ambos estaban en su apartamento revolcándose en la cama, probando sus delicias en el dulce sabor de la morbosa pasión. Dimitri por otro lado sentía un ritmo furioso en su pecho, el hecho de acercarse un poco más a la mujer de aquella noche lo alegraba de tal manera que su ímpetu sexual se fortificaba como un volcán en erupción, dejó totalmente acabada a la preciosa chica de piel canela. De repente mientras dormían abrazados el ataque de tos tocó la puerta del desespero y Dimitri corrió de nuevo al baño a vomitar el desagradable color negro que tanto temía, por fortuna la chica ni se enteró del suceso. Después de limpiarse la cara y calmarse, el intrigado hombre se relajó abrazando el cuerpo desnudo de su último postre. 83