Razón de Amor de Pedro Salinas

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Razón de Amor de Pedro Salinas
Escritores Actuales / Urbizu Guillermo
Por: Guillermo Urbizu | Fuente: Catholic.net
Por unas cosas y por otras vengo rondando desde hace as la persona y la obra de Pedro Salinas. Un hombre que hizo de su vida, de su
reflexi, un completo e irrenunciable enamoramiento. Uno tiene muy presentes sus ensayos, su teatro, sus versos. Cuando hablo de
imposibles / apriame la mano m que nunca. Y las cartas a su mujer Margarita, y al tambi poeta Jorge Guill (amor de amistad llamaba a
esto C.S. Lewis), y esas otras dirigidas a una inspiraci llamada Catherine Whitmore. Creo que mi naturaleza esta hecha para amar, y a
nadie he amado como a ti.
Siempre he pensado que en la metafica contemporea espala hay tres grandes pilares: la raz vital de Ortega y Gasset, la raz poica de
Mar Zambrano y la raz de amor de Pedro Salinas. (Aunque tampoco debemos olvidarnos de la raz teolica y esencial de Xavier Zubiri).
Una trinidad que se entrecruza y cuya trama conforma, en buena medida, el mejor aliento literario de nuestro siglo XX. La Edad de Plata
se ha llamado -no sin acierto- a este perdo.
La influencia de Salinas -autor de libros tan decisivos como El Contemplado (1946)- fue y sigue siendo enorme. Desde Rafael Alberti a la
generaci del 50 (recuerdo a Jaime Gil de Biedma reconocer esta deuda), pasando por el espldido Francisco Umbral de Mortal y rosa,
libro que escribiinmediatamente despu de la muerte de su hijo, y que titulcon esas palabras que pertenecen a un verso de Salinas.
El poeta madrile fue el primero en hablar de poes de la experiencia, mucho antes que lo hiciera Robert Langbaum en su ya mico libro
The Poetry of Experience. Expresi que luego, debidamente degradada, se ha empleado m como marca comercial que como ingrediente
intelectual. Y tambi fue Salinas el primero que empleen sus versos una lengua coloquial (sobre todo a partir de su libro Todo m claro, de
1949), que aprendien el teatro de Carlos Arniches.
Pero podrmos decir que todo esto es literatura de literatura. A lo que voy es que siempre vuelvo a la poes de Pedro Salinas. Hace unos
ds he releo Largo lamento (1938). Este ltimo texto pertenece a una trilog que es un hito en la historia de la poes hispana y europea, y
que completa a La voz a ti debida (1933) y Raz de amor (1936).
En estos versos -que los lectores pueden encontrar en editoriales como Cedra, Alianza Editorial, Crica o Castalia- el lector siempre
encuentra una emoci, una forma de dar en el amor como fundamento de todo lo dem. Vivimos porque amamos. El amor es civilizaci,
disciplina, vigor, desasimiento, humanidad. Por el amor hacia la conciencia de nosotros mismos y de los dem. Y las nubes fletan el
asombro de un sue recurrente, ilusiones iluminadas por la luz de una mirada limpia, de unas manos que en su caricia nombran el destino
(y borran la distancia), de unos labios que besan porque son alas e indagan en el alma de la persona amada.
Un hola y un hasta pronto, y el largo lamento de un coraz absorto en aquella perfecta intimidad. Una intimidad que se mide en la unidad
mrico espiritual que son sus versos. Hay que querer algo en este mundo, y consagrarse a ello. Somos lo que queremos. Una civilizaci
que desprecia de facto el pensamiento, y envilece de una y mil formas el amor, es una civilizaci que ni piensa, ni ama, ni es
verdaderamente civilizada. Todo estal rev de co es. O debiera ser.
Por eso necesitamos de la poes. Porque ella nos muestra la ra m profunda de las cosas: su clamor divino. Lean, lean a Pedro Salinas.
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