1 2 Seminario Regional: “Memoria, verdad, y Justicia de nuestro pasado reciente” 3 Ministerio de Educación y Cultura. Dirección de Derechos Humanos. Reconquista 535, Montevideo, Uruguay. ISBN 9974-360997-8 E-mail: [email protected] Impresora Grafinel Gral. Paz 1557 Bis Tel./Fax: 600 84 44 DL. 336 941 marzo/2006 4 Programa Seminario Regional: “Memoria, Verdad, y Justicia de nuestro pasado reciente” Miércoles 16 de noviembre Legislativo. 19:00 hora Salón de los Pasos Perdidos-Palacio ACTO INAUGURAL Sr. Rodolfo Nin Novoa, Vicepresidente de la República Sr. Pablo Mandeville, Coordinador Residente de las Naciones Unidas y Representante Residente del PNUD Actuación de la Orquesta Sinfónica Juvenil y el Coro de Jóvenes del Ministerio de Educación y Cultura. Jueves 17 de noviembre Edificio MERCOSUR- Sala de Plenario MODULO 1: Memoria, Verdad y Justicia: Visión de los gobiernos de la región Moderadora: Dra. María Elena Martínez Salgueiro Directora de Derechos Humanos Ministerio de Educación y Cultura 09:00 a 10:30 horas APERTURA: Presentación de los Representantes de Estados m iembros del MERCOSUR. Dr. Eduardo Luis Duhalde, Secretaría de Derechos Humanos, Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de la Nación (Argentina) Sr. Júlio Héctor Marín Marín, Jefe de Gabinete de la Secretaría de Derechos Humanos (Brasil) Embajador Mario Sandoval, Director General de Política Multilateral, Ministerio de Relaciones Exteriores (Paraguay) Dr. Gonzalo Fernández, Secretario de la Presidencia de la República (Uruguay) 11:00a12:30horas Presentación de los Representantes de los Estados Asociados Dip. Ricardo Gutiérrez Vicepresidente de la Asamblea Nacional (República Bolivariana de Venezuela) Sr. Bruno Podestá Agregado Cultural (Embajada de Perú) 5 MODULO 2:Desde una ética de los Derechos Humanos, construyendo democracias Moderador: Lic. Alejandra De Bellis Secretaria de Primera en Ginebra Ministerio de Relaciones Exteriores 14:30 a 15:00 horas EXPOSITOR: Dr. Roberto Garretón Representante para Latinoamérica de la Oficina de la Alta Comisionada de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. 15:00 a 16:30 horas PANELISTAS: Dr.Ricardo Cordido, Asesor en Derechos Humanos del Ministerio de Relaciones Exteriores (República Bolivariana de Venezuela) Lic. Patricia Valdéz , “Observatorio de Políticas Públicas de Derechos Humanos del MERCOSUR (Argentina) Sra. Simone Botelho, Secretaria Ejecutiva de la Comisión de Muertos y Desaparecidos (Brasil) Sr. Juan Cabandie , Hijo de padres desaparecidos (Argentino) Pbro. Jorge Osorio Miembro de la “Comisión para la Paz” (Uruguay) 17.00 a 19.00 horas Presentación del libro“Verdad, justicia y reparación”, editado por el Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH). EXPOSITORES: Dr. Roberto Cuéllar, Director Ejecutivo del IIDH (Costa Rica) Dr. Guillermo Payseé, SERPAJ (Uruguay) Dr. Felipe Michelini, Viceministro de Educación y Cultura (Uruguay) Viernes 18 de noviembre MODULO 3: Memoria, para qué y por qué Moderadora: Ministra Adriana Lissidini Ministerio de Relaciones Exteriores 09.00 a 09.30 horas EXPOSITORA: Psic. Gilda Pacheco, Directora Ejecutiva Adjunta del IIDH (Costa Rica) 6 09:30 a 11:30 horas PANELISTAS: Dr. Carlos Portillo, Vicepresidente de la Comisión de Verdad y Justicia (Paraguay) Sra. Luz Ibarburu, Asociación de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos (Uruguay) Prof. Oscar Destouet, Dirección de Derechos Humanos, Ministerio de Educación y Cultura, (Uruguay) Dr. Hernán Quezada, Abogado del Ministerio de Relaciones Exteriores - Abogado de Derechos Humanos – (Chile) 11:30 a 12:00 horas Pausa del café MODULO 4: Justicia para nunca más Moderador: Dr. Felipe Michelini Subsecretario de Educación y Cultura 14:30 a 15:00 horas EXPOSITOR: Dr. Juan Méndez Presidente del Centro para la Justicia Transicional (EEUU) 15:00 a 16:30 horas PANELISTAS: Dr. Juan Carlos Maqueda , Ministro de la Corte Suprema de Justicia (Argentina) Camarista Dr. Horacio Cattanni, (Argentina) Dr. Oscar López Goldaracena, Asesor del Ministerio de Relaciones Exteriores (Uruguay) CONCLUSIONES Y CIERRE Montevideo, 16 de noviembre de 2005 7 8 Volver al índice PRÓLOGO El MERCOSUR nació como un proyecto fundamentalmente orientado a la integración económica y comercial, sin buscar una proyección específica hacia la integración de las sociedades y de los pueblos de la región. Por consiguiente, los derechos humanos no fueron parte de su primer agenda. Es recién en el año 1999 que Paraguay presenta una propuesta de creación de un grupo Ad-hoc de análisis del tema de los derechos humanos. El valor de ser la primera iniciativa en la materia se compensaba con una cierta debilidad: era un grupo no permanente, con participación exclusiva de los representantes gubernamentales y, a medida de su funcionamiento se dejó traslucir un cierto temor de que pudiera ser utilizado como ámbito para formular denuncias. Paulatinamente se fueron produciendo cambios políticos en los gobiernos de la región, gobiernos que llegan al poder con el compromiso de respetar los derechos humanos y de investigar las responsabilidades de anteriores gobiernos dictatoriales en las violaciones masivas de los derechos de sus conciudadanos. En ese período representó un gran apoyo el compromiso de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Sra. Mary Robinson, que visitó Montevideo en el año 2001, donde, por primera vez se realizaba – con el auspicio de la Alta Comisionada - un seminario regional sobre Derechos Humanos en ámbito del MERCOSUR, con representantes gubernamentales y de la sociedad civil de todos los países de la sub región. Los cambios en la situación política, fueron influyendo progresivamente sobre el concepto original de integración, hasta que en diciembre de 2004, por una decisión del MERCOSUR, se crea la Reunión de Altas Autoridades Competentes en Derechos Humanos. La primera Reunión de Altas Autoridades fue celebrada en Asunción en mayo de 2005, siendo el inicio de una actividad que demuestra claramente que la integración de nuestros pueblos en los temas de Derechos Humanos era una realidad de hecho, aunque no hubiera sido asumida en la estructura formal del MERCOSUR. El Seminario Regional sobre “MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA de nuestro pasado reciente”, cuyo desarrollo presentamos a través de esta publicación, surge en la I Reunión de Altas Autoridades Competentes en Derechos Humanos y Cancillerías del MERCOSUR y Estados Asociados, como propuesta de las delegaciones de Argentina y Brasil aprobada por la unanimidad de las delegaciones presentes, para ser realizado durante la Presidencia Pro Tempore de Uruguay. El objetivo de la actividad se centraba en que los Estados analizaran y reflexionaran, extrayendo enseñanzas de su pasado reciente, trabajando conjuntamente con expertos, juristas, académicos y representantes de la sociedad civil de la región. 9 Se trataba de que los Estados y la Sociedad rescataran del olvido las experiencias, las ideas, los hechos y las acciones que juzgaran y valoraran como significativas para su presente y en relación con el futuro, proyectando una visión del derecho y la justicia en la promoción de una sociedad basada en los derechos humanos y que haga realidad el “Nunca Más”. Debemos ser conscientes de lo innovador de esta iniciativa. En los últimos años las organizaciones de la sociedad civil han trabajado sobre las violaciones de los derechos humanos dentro y fuera de las respectivas fronteras, sobre las operaciones de represión coordinadas por las fuerzas policiales y militares de nuestros países, actuando en toda la región. También muchos de los gobiernos están investigando y llevando ante la justicia a los responsables de conductas violatorias no sólo de las legislaciones nacionales sino también de la normativa internacional. Pero en este en este caso se trataba de un desafío diferente. Las autoridades gubernamentales allí presentes en el Seminario, estaríamos enfrentadas a la circunstancia que las graves y sistemáticas violaciones de los más elementales derechos habían sido ejecutadas por autoridades de nuestros propios estados. Y todo esto, no en una reunión a nivel gubernamental, sino en un Seminario, donde participarían juristas, académicos, víctimas de la represión, familiares de asesinados, detenidos-desaparecidos, jóvenes que no conocieron a sus padres porque fueron separados de ellos antes de hacerlos desaparecer, etc. Creo que esta serie de características que rodean el Seminario lo constituyen en una experiencia inédita. No creemos que se haya realizado una circunstancia similar. Para asegurar el desarrollo del Seminario, concentramos el esfuerzo en lograr reunir el más amplio espectro de expositores sobre los temas de la MEMORIA, la VERDAD y la JUSTICIA de nuestro pasado reciente, contando con las ponencias de los delegados de los Estados participantes, exponiendo las posiciones y las realizaciones de los gobiernos y en el mismo nivel, las de víctimas, magistrados, docentes, representantes de organismos internacionales, investigadores. La publicación que ahora se presenta refleja la actividad realizada en el Seminario. Dentro de la riqueza y variedad de las distintas exposiciones formuladas, me parece importante destacar algunos conceptos expuestos por los representantes de los Estados. El Dr. Duhalde, de Argentina expresó: “Un enorme esfuerzo está puesto en iluminar este pasado, no para avivar odios ni rencores, sino precisamente para llevar paz a los espíritus y lograr de este modo – porque la historia enseña –que las nuevas, las actuales y las futuras generaciones de argentinos vean las consecuencias horrendas de los crímenes de lesa humanidad, que es el agujero negro en nuestra conciencia colectiva y 10 como hoy a treinta años del golpe militar son heridas que no han podido cerrarse porque ese pasado sigue siendo presente, en la medida que no se ha hecho justicia” El Sr. Marín, de Brasil, se refirió al derecho a la información: “ Los derechos a la información y a la memoria constituyen en la sociedad democrática contemporánea derechos civiles, políticos y sociales. Los archivos se han tornado públicos, destinados a los ciudadanos..........es necesario pensar de forma sistemática sobre el tema de la represión política, debiéndose focalizar la importancia del derecho a la información y a la memoria, cuyo alcance amplifica los conceptos de transparencia administrativa y ciudadana”. El Embajador Sandoval, de Paraguay, comentó la dictadura de su país, la más prolongada de la región, haciendo un análisis de la nueva institucionalización democrática, con la ratificación de numerosos instrumentos internacionales de derechos humanos, la vigencia de la nueva Constitución y el nombramiento del Defensor del Pueblo y recuerda el funcionamiento de la coordinación represiva regional – el Plan Cóndor – cuyo archivo se ha encontrado en Paraguay, haciéndonos entrega de documentación oficial de ese archivo, referente a detenciones y traslados de ciudadanos uruguayos y argentinos y de canje por detenidos paraguayos. El Dr. Fernández, Secretario de la Presidencia de la República de Uruguay, dijo: “Creo que en estos escasos meses que lleva la gestión del gobierno, la política del Poder Ejecutivo ha hecho un giro fundamental en cuanto a la consideración del tema”. Sin desconocer el papel de la Comisión de la Paz - que el Dr. Fernández integró en representación del Dr. Tabaré Vázquez, relató: “el Presidente de la República dispuso y dio la orden como mando superior de las Fuerzas Armadas, que los Comandantes en Jefe directamente elevarán informes sobre lo que había sucedido con los detenidos desaparecidos durante la dictadura. Fue así que se obtuvo por primera vez al cabo de más de 25 años, que las propias Fuerzas Armadas, en documento escrito reconocieran los que había sucedido, lo que habían hecho”…y… “ como medidas de hecho el Presidente de la República dispone que en aquellos establecimientos militares donde según la tradición oral se había procedido a darle sepultura clandestina a los detenidos desaparecidos, se esta desarrollando, mediante equipos técnicos de la Universidad de la República y en estrecha colaboración con el equipo argentino de antropología forense - que son los expertos de mayor experiencia mundial en la materia - un lento y minucioso proceso de excavación “ Es de señalar que a la fecha del Seminario no se habían encontrado restos, pero a mediados de diciembre se concretaron los primeros hallazgos, habiéndose identificado ya los restos de dos detenidos desaparecidos. El Dr. Gutiérrez, en representación de Venezuela, nos plantea una situación diferente: “Venezuela es un país que extrañamente había sido silenciado, tanto interna como externamente sobre lo que fue su terrible experiencia de violación sistemática de los derechos Humanos durante las décadas de los años 60, 70 y 80. ......Y todo ello no precisamente en el marco de una dictadura militar, como ocurrió en los países del sur, sino en el marco de 11 una democracia representativa, que convocó para su elección la voluntad política de una inmensa mayoría de venezolanos y venezolanas, que el 23 de enero de 1958 habían a su vez derrocado un brutal régimen militar, el de Marcos Pérez Jiménez. Y en el año 1959........, instalamos un proceso de democracia representativa, que bien pronto recurrió a la represión ilegal para castigar la disidencia política con los procedimientos militares y policiales más bárbaros que entonces se tuviesen conocimiento en América Latina”. El Sr. Podestá, en representación de Perú, hizo relación a la “Comisión de Verdad y Reconciliación”, la cual ha tratado puntos relacionados con el ámbito de la justicia, de las reparaciones integrales, reformas institucionales, verdad y memoria y relaciones Estado - Sociedad. Luego de la participación de los representantes de los Estados Miembros y Asociados del MERCOSUR, a lo largo de tres módulos se pronunciaron expertos, representantes de Organizaciones Internacionales, víctimas de la represión y magistrados judiciales, cuyas valiosas elaboraciones enriquecen sin duda el texto de esta publicación. Incluido en el desarrollo del Seminario, se presentó el libro ”Verdad, justicia y reparación. Desafíos para la democracia y la convivencia social” (IDEA – IIHD, San José, 2005), publicación que refleja la última investigación realizada por el Instituto Interamericano de Derechos Humanos –IIDH, por considerarlo un aporte valioso. Como corolario Seminario, las delegaciones presentes de los Estados Partes y Asociados de MERCOSUR, llegaron a las COCLUSIONES que se incluyen también en esta publicación y que constituyen una demostración de la similitud de situaciones que han vivido nuestros pueblos y la coincidencia en los caminos a seguir en el logro de la plena vigencia de un estad de derecho. En definitiva el Seminario constituyó un paso positivo hacia el cumplimiento de un deber ético, histórico y de responsabilidad ciudadana aprender y trasmitir a las nuevas generaciones el terrorismo de estado sufrido por nuestros pueblos, así como reafirmar la democracia como el sistema mejor logrado de convivencia social. Montevideo, marzo de 2006. Dra. María Elena Martínez Salgueiro Directora de Derechos Humanos Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay Queremos agradecer muy especialmente a: “Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD) y a el Alto Comisionado para Los Derechos Humanos de las Naciones Unidas (ACNUDH), que con su aporte hicieron posible la realización del Seminario y la presente publicación. 12 Volver al índice Visión de los gobiernos de la región Dr. Eduardo Luis Duhalde* Es para mi una enorme satisfacción estar aquí en este Seminario Internacional organizado por las Altas Autoridades en materia de Derechos Humanos del MERCOSUR, como expresión de la voluntad colectiva de los Estados parte y de los miembros asociados de colocar la temática de la memoria, de la verdad y de la justicia como uno de los ejes nodales de la actividad de estas autoridades de derechos humanos en materia MERCOSUR. La delegación argentina, a través de la Secretaría de Derechos Humanos, ha traído un documento escrito para información de los asistentes a este seminario por lo que quiero aprovechar estos breves minutos para rescatar la experiencia histórica de la lucha por la memoria, la verdad y la justicia, en Argentina con todos sus avatares, y expresar al mismo tiempo y ratificar la filosofía política que mueve al gobierno de mi país, en esta materia. Evidentemente desde el 25 de mayo del 2003 con la asunción a la presidencia del Dr. Néstor Carlos Kirchner, se ha producido un giro copernicano en la política de derechos humanos del gobierno y del Estado argentino: los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales han pasado a ser un eje central en la política del Estado. Esta lucha por la vigencia de los derechos humanos confrontaba y confronta con una realidad donde la violación de los derechos humanos forma parte de la deuda interna argentina, puesto que una larga década de la aplicación de un modelo neoliberal del ajuste perpetuo con las altísimas cotas de marginación, desocupación, hambre y exclusión social no son remediables ni en un mes, ni en un año. Esa es parte de la acción cotidiana de todas las áreas del gobierno donde los derechos humanos aparecen ya como materia sustantiva de todos los planes y de todas las acciones. Pero, absolutamente convencido el Gobierno de mi país, que no es posible propender a construir ciudadanía, a la elaboración de una sociedad más justa y equitativa en base al olvido, a la negación de justicia, y al ocultamiento del Dr. Eduardo Luis Duhalde - Abogado, historiador y periodista. Secretario de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. Hasta marzo de 2003, se desempeño como Juez de Cámara de los Tribunales Orales en lo Criminal de la Capital Federal. Miembro del Consejo de Presidencia de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de la Argentina y del Consejo de Presidencia de la Rama Argentina de la Asociación Americana de Juristas. Colaborador de la Comisión Internacional de Juristas. Consultor de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y Profesor Consulto de Derecho a la Información en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. Ha sido profesor titular de materias de derecho, historia y política en diversas universidades argentinas y extranjeras. Un acta institucional la Junta le privó de sus derecho civiles y políticos y dispuso la incautación de sus bienes y su captura. Exiliado a fines de 1976 en España. Autor de 24 libros y más de 200 trabajos y comunicaciones. 13 * Dr. Luis Eduardo Duhalde proceso histórico de represión ilegal -verdadero terrorismo de Estado- que asoló nuestro país. Un enorme esfuerzo, también, está puesto en iluminar ese pasado, no para avivar odios ni rencores, sino precisamente para llevar paz a los espíritus, y lograr de este modo – porque la historia enseña – que las nuevas, las actuales y las futuras generaciones de argentinos vean las consecuencias horrendas de los crímenes de lesa humanidad, que es un agujero negro en nuestras conciencia colectiva y como hoy a treinta años del golpe militar son heridas que no han podido cerrarse porque ese pasado sigue siendo presente en la medida en que no se ha hecho justicia, donde se buscó la desmemoria como actitud impuesta al colectivo social y donde la verdad se transformó en mentiras o en medias verdades que es una forma, también, de falsear la realidad. Sería absurdo y falsamente pretencioso decir que esta política de derechos humanos, de recuperación de la memoria, de la búsqueda de la verdad y de la búsqueda de justicia, ha comenzado con este gobierno que hoy me toca representar. Esa lucha que también podríamos llamarla de otras maneras, y decir que es la lucha por la democracia, que es la lucha contra la impunidad, que es la lucha en la construcción del futuro. Porque, así como el amnésico - la amnesia es una patología – es una enfermedad individual que impide a quien la padece conocer su identidad, aprender de su experiencia y poder proyectarse hacia el futuro; la amnesia colectiva, esa patología impuesta - porque generalmente el olvido no es natural a la esencia del hombre, sino a políticas regladas que han buscado el ocultamiento, que han disfrazado la búsqueda de impunidad diciendo que este era un camino para la reconciliación - también impide a los pueblos, recuperar su identidad, aprender de su experiencia y poder proyectarse en el presente y en el futuro. Nosotros los argentinos hemos vivido un largo proceso, donde desoyendo las enseñanzas del filósofo Emanuel Kant, que decía que: “... la política y la ética son inescindibles”, y que cuando se escindían lo que desaparecía es la política, hemos creído – digo a través de los gobiernos sucesivos – que podía taparse el sol con una mano, que podíamos borrar veinte años o diez años de historia de nuestro país, treinta mil desaparecidos, la negación de toda justicia, de toda verdad, de toda memoria y que este era un camino para reconstruir la sociedad. El tiempo demostró que no, y fueron adquiriendo carácter emblemático aquel movimiento de los derechos humanos que durante 30 años mantuvo muy altas las banderas, las exigencias de no resignación, no aceptación del silencio, no aceptación del ocultamiento. Por eso el Presidente Kirchner en la Asamblea de las Naciones Unidas, del año pasado, dijo que los argentinos somos hijos de las Madres y de las Abuelas de Plaza de Mayo. En este largo proceso, en 1983 con la caída de la dictadura, se inició esta búsqueda de conocimiento de lo ocurrido, de búsqueda de los restos de los desaparecidos y con respecto a sus crímenes, responder a las preguntas: ¿quién lo ordenó?, ¿quién lo ejecutó? ¿dónde están? La Comisión Nacional por la Desaparición de Personas, conocida también como la Comisión Sábato, que elaboro el informe “Nunca más”, fue el primer hito en este sentido que permitió corporizar lo que se negaba desde el Estado, que es la existencia de los detenidos-desaparecidos. Este primer paso generó 14 Visión de los gobiernos de la región luego el juicio a los comandantes, un hecho histórico no sólo para Argentina y para América Latina sino, de carácter universal que permitió el juzgamiento de las cúpulas militares. Lamentablemente esta actitud no se sostuvo en el tiempo y en nombre de la real politic del pragmatismo, de un supuesto realismo comenzaron hacerse concesiones que terminaron con el dictado de dos leyes, que avergonzaron posteriormente al parlamento argentino, que fueron las de Obediencia Debida y Punto Final. Allí se comienza, con el dictado de estas leyes, otra etapa de la larga lucha del movimiento de derechos humanos y de muchos hombres que desde los ámbitos de la justicia, desde los ámbitos universitarios, desde muchísimos ámbitos donde había ido generando ese sujeto social de derechos, que en círculos concéntricos cada vez más amplios fue el receptáculo de esa memoria no perdida, de esa exigencia de acceder a la justicia y de impedir la impunidad de los criminales y llegar al conocimiento de la verdad; fue buscando caminos alternativos, primero a través de los niños apropiados que no había sido objeto de juzgamiento por lo tanto tampoco estaban comprendidos dentro de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final y mucho menos por los indultos indignos de los responsables habidos durante el gobierno de Carlos Menem. Así se fueron abriendo espacios de búsqueda a través de acciones judiciales que luego con las presentaciones de los familiares de los desaparecidos, con la recurrencia a la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, en el caso “Lapacó”, se llego a una solución amistosa que permitió la apertura de los juicios de la verdad. En los juicios de la verdad no había una pretensión punitiva, porque estaba vedada por las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, pero si el conocimiento de los hechos, el conocimiento de los responsables, la búsqueda de los restos de los desparecidos asesinados. Hubo una ímproba labor de las Cámaras Federales, algunas que todavía continúan esa tarea, como el caso de la Cámara Federal de la Plata, que ha permitido iluminar hechos prácticamente desconocidos, ubicar a responsables y también identificar los restos de muchos desaparecidos. Así las cosas en este avance cotidiano, con las dificultades, los retrocesos, con esa presencia constante del movimiento de derechos humanos, que no debe sorprendernos porque los que miramos el panorama internacional sabemos muy bien que el motor de todas las transformaciones, del dictado de nuevos tratados, pactos y resoluciones en materia de derechos humanos en Naciones Unidas han sido fundamentalmente organizaciones no gubernamentales y a la sociedad civil. No han sido, esto es preciso reconocerlo, los Estados los que han sido el motor del impulso y crecimiento del Derecho Internacional de los Derechos Humanos sino el Movimiento Internacional de Derechos Humanos, las organizaciones no gubernamentales, los representantes de la sociedad civil, por eso creo que siempre los Estados a la hora de actuar y de legislar en materia de derechos humanos, debemos hacerlo con un carácter, profundamente, participativo de la sociedad civil y con el oído puesto en esa sociedad, porque es allí donde han estado los que en los peores momentos no claudicaron e impulsaron lo que hoy comienza hacer una realidad en nuestros Estados. 15 Dr. Luis Eduardo Duhalde Desde el 25 de mayo del 2003 la política de derechos humanos en esta materia en la Argentina ha tenido cambios sustantivos. Desde el gobierno se impulso la nulidad de las leyes de Obediencia Debida y de Punto Final en el Parlamento; por cierto hubo muchos juristas, académicos, que tal vez perdiendo de vista la realidad, y encerrados en su biblioteca sostenían que un Parlamento no podía decretar la nulidad de leyes y que eso correspondía al Poder Judicial. Yo estuve entre los que sostuvo el criterio que prevaleció, que primero no se podía negar a uno de los tres poderes del Estado, ser partícipe de la reconstrucción de los principios éticos fundamentales del Estado, que son precisamente indisolubles con la construcción de ciudadanía y con la vigencia de los derechos humanos; quien puede lo mas también puede lo menos, si pudieron sancionar esas leyes vergonzosas otros Parlamentos tal vez condicionados, no podía negársele al Parlamento argentino la posibilidad del dictado de la nulidad de esas leyes. Este criterio fue posteriormente ratificado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación al declarar la inconstitucionalidad de las leyes de Obediencia Debida y de Punto Final, implica una jurisprudencia de obligado acatamiento para los tribunales inferiores. Hoy en día el mismo proceso a través de diversos tribunales está sucediendo con los indultos. La pregunta de ¿puede indultarse, crímenes de lesa humanidad imprescriptibles, por parte del Poder Ejecutivo Nacional? La respuesta la está dando la justicia, no. Esos indultos contrarían los principios irrenunciables de la Constitución Nacional Argentina. En este camino, todo este proceso de búsqueda de la verdad, de lucha contra la impunidad, ha sido abonado con múltiples acciones legales del Estado. El Poder Ejecutivo Nacional en la Argentina consideró que no era neutral ni podría estar desentendido de las causas judiciales, donde se investigan los crímenes de la represión ilegal. Por eso como secretario de Estado de Derechos Humanos, me he presentado como parte querellante, ya en buena parte de esas causas, instando el procedimiento porque hoy al Estado de Derecho se involucra en esta por la lucha, por la justicia, por la verdad y por la memoria. Al mismo tiempo se ha creado el Archivo Nacional por la Memoria, de enorme importancia en la Argentina, también dependiente de la secretaría, que permite abrir todos los archivos del Estado y compilar toda la documentación existente sobre la represión ilegal en la Argentina, sin fecha de comienzo, ni fecha de terminación. Porque aunque no sea, ni se pueda periodisar la etapa de violencia sistemática ilegal por parte de agentes del Estado, siempre hay casos de represión ilegal puntuales, que escapan al control de las máximas autoridades del Estado y esto también forma parte de la memoria colectiva. Las leyes reparatorias, el dictado de normas complementarias en todos los aspectos forman un largo entramado de disposiciones, que aún no han concluido, y que el Estado elabora en función de estos principios. Quiero señalar por último, que la acción en el plano internacional a través de la Cancillería y la Secretaría de Derechos Humanos, que lleva el Estado 16 Visión de los gobiernos de la región argentino, se condice con esta filosofía política que tratamos de aplicar en todos los casos. Quiero señalar por último, que consideramos de enorme importancia la coordinación, la trasmisión de experiencias, el aprendizaje de todos nosotros de las experiencias ajenas en el MERCOSUR y en todo lo que hace a los territorios que componen América del Sur. Nuestros países fueron sometidos a una coordinación represiva a un actuar sin fronteras, en esto de suprimir los derechos, perseguir a los opositores, eliminar a los disidentes. Se actuó conjuntamente en nuestros países como si fuera un solo Estado. Nosotros, respetuosos de las leyes y las normas que hacen a cada Estado, lo que planteamos es una coordinación, una voluntad política, una decisión y también actuar en forma conjunta, para ir construyendo un MERCOSUR, una sociedad, unos países, bajo los principios del Estado de derecho, los principios democráticos y la vigencia de los derechos humanos. Muchas gracias. 17 Volver al índice Sr. Julio Héctor Marín Marín* Os primeiros arquivos modernos foram formados a partir do século XVI pelas grandes familias nobres, pela Igreja e pelo Estado nascente. Tratava-se, naquele momento, de arquivos “privados” já que visavam preservar documentação que subsidiasse pretensões dinásticas e religiosas, “direitos” territoriais, enfim, tudo aquilo que garantisse “direitos privados”, isto é, privilégios dos grupos dominantes nas sociedades daquele período. No período que vai de século XVIII ao século XX, com a emergência da democracia este quadro se alterou. A enunciação dos direitos civis e políticos, sociais e económicos provoca uma mutação na natureza do poder na medida em que o direito é separado de uma instância divina – corporificada no rei – e fixado no homem em virtude de um contrato escrito: as Constituições. Com o direito estabelecido no homem, em uma natureza presente em cada indivíduo, emerge a representação de uma sociedade soberana e ao mesmo tempo dividida, posto que há o reconhecimento dos diversos modos de existencia, de atividades, de comunicação, cujos efeitos são indeterminados, bem como há a descoberta da transversalidade das relações sociais, o que em última instancia significa a instituição de uma esfera pública – a sociedade civil – espaço do desenrolar da trama dos negocios humanos. Na medida em que o homem não possui uma natureza estática e imutável, também isto ocorre com sociedade civil, o que significa dizer que os direitos não são imutáveis e permanentes. Ao contrário, a efetivação de direitos conquistados conduziu a reivindicação de novos direitos (LEFORT, Claude. A invenção democrática: os limites da dominação totalitária. São Paulo, Brasiliense, 1987) Os direitos à informação e à memória constituem na sociedade democrática contemporânea, direitos civis, políticos e sociais. Os arquivos tornaram-se públicos, destinados aos cidadãos. A moderna arquivistas é o resultados desta mutação fundamental: trata-se de preservar o direito à informação e ao acesso. O arquivo, enfim, existe para seu usuário, para atender desde a mais “desinteressada” consulta à mais especializada pesquisa. No contexo democrático atual, por ocasião do V Fórum Social Mundial, realizado em Porto Alegre (RS) de 26 a 31 de janeiro de 2005, foi objeto de discussão o papel estratégico dos arquivos da América Latina na garantia de direitos humanos fundamentais. Naquela ocasião e em outras em que a sociedade civil organizada discutiu a questão, foi consignada a necessidade de pensar de forma sistemática, as referências sobre o tema da repressão política em consonância nos países sul americanos, devendo-se focalizar a importância do direito à informação e à memória, cujo alcance dilata os conceitos de transparência administrativa e de cidadania. O impacto social e político da abertura dos arquivos produzidos pelos regimes repressivos também foi objeto de consideração nessa ocasião. Seja para fundamentr ações de reparação, seja para permitir o entendimento do própio * 18 Sr. Julio Héctor Marín Mrín - Jefe de Gobierno de la Secretaría de Derechos Humanos – Brasil Visión de los gobiernos de la región processo histórico vivido pelos latino-americanos nas últimas décadas do século passado, o acesso aos arquivos assume particular relevância e premência no âmbito das políticas de proteção aos direitos humanos nele invocadas. O conhecimento do passado tem sido praticado, ao longo do tempo, em função de múltiplos interesses. Na maior parte das vezes, a eficácia dessa prática retrospectiva depende da meneira como tais interesses são apresentados ou subentendidos, seja para enfatizar o caráter necessariamente comprometido que se atribui às interpretações do passado, sobretudo quando pretendem promover valores a serem partlhados ou acentuar rupturas institucionais, seja para distinguir o campo documental como apartado dos embates que caracterizam, via de regra, o entendimento de um tema de nossa história contemporânea. Nas sociedades atuais o direitos à memória é compreendido como parte dos direitos dos homens. Não se trata mais de uma questão restrita à cidadania. O direito à informão, com a revolução ocorrida nos arquivos a partir da segunda guerra, transcendeu as fronteiras nacionais. As diferentes leis de acesso, existentes nos países de democracia consolidada, estabelecem que este direito não existe somente para questões nacionais. Na Suécia, cuja lei data de 1944, os cidadãos do mundo têm direito a requerer qualquer documento produzido pelo Estado. Na América, o México é o país onde a questão está mais avançada. Trata-se de um direito referido à própia identidade humana, em que a memória é um fator fundamental, pois, como proferia Ernest Cassirer, a história é a essência do homem. O homem é um animal histórico que se constrói na história e que, por sua vez, não existe sem a memória. São as memórias compartilhadas que constituem a comunidade humana e as sociedades nacionais. Diante da magnitude da questão, o Estado tem o dever de zelar pea preservação e pelo compartilhamento, através da divulgação, dos conjuntos documentais que se encontram sob a sua guarda. E procurar aquele patrimônio documental que, a pesar de produzido por ele, encontra-se desconhecido, perdido. No Brasil, o direito de acesso à informação e à proteção aos documentos é ratificado na Constituição Federal de 1988 em vários de seus Títulos, cabendo destacar os seguintes: Título II – Direitos e Garantias Fundamentais, Capítulo I – Dos Direitos e Deveres Individuais e Colectivos – art. 5º, incisos X, XIV, XXXIII, XXXIV, LX, LXXII, LXXIII; Título III – Da Organização do Estado, Capítulo II – Da União – art. 23, incisos III e IV; art. 24, inciso VII; Título VIII – Da Ordem Social, Capítulo III, Da Educação, Da Cultura e Do Desporto – Seção II – art. 215 e art. 216, inciso IV e parágrafos 1º e 2º. A Lei Nº 8.159 (Lei de Arquivos), de 8 de janeiro de 1991, que dispõe sobre a política nacional de arquivos púbilcos e privados para o país, aborda o tema acesso à informação, contemplado em seu Capítiulo V – “Do Acesso e do Sigilo dos Documentos Públicos”, bem como na Lei Nº 9.507, de 12 de novembro de 1997, que regula o direito de acesso a informações e disciplina o rito processual do habeas data. Recentemente, pela Lei 11.111, promulgada em 2005, que regulamenta a 19 Sr.Julio Hécor Marín Marín parte final do disposto no inciso XXXIII do art. 5º da Constituição, retomou-se o prazo máximo de sigilo na Lei de Arquivos que havia sido dilatado ao infinito, no governo anterior e criou a Comissão de Averguação e Análise de Infromações Sigilosas, com a finalidade de decidir pela aplicação da ressalva prevista na parte final do inciso XXXIII do art. 5º da Constituição, notadamente no que se refere aos registros classificados no mais alto grau de sigilo - ulta-secreto. O Estado nas suas diferentes instâncias, tem, de fato, o dever de assumir as suas responsabilidades, e estabelecer políticas públicas capazes de criar as condições para que os acervos documentais sejam localizados, tratdos e disponibilizados. O reconhecimento do direito de acesso à informação leva, como um desaguadouro natural, à consagração do princípio da transparência administrativa. Adisponibilização das informações produzidas e acumuladas pela Administração Pública se justifica pelo interesse geral, em virtude dos princípios do controle democrático e da igualdade dos cidadãos em relação ao Poder Público, bem como porque a confidencialidade administrativa como regra carece de bases jurídicas. A garantia do sigilo é legítima, desde que não prejudique a administração nem o cidadão na defesa de sus direitos. As sociedades modernas se constituíram de costas para o passado. Acreditava-se que, diante do futuro, que haviria de se promissor, o passado era apenas um pretérito imperfeito. Esta não deveria ser referência para os homens modernos, aqueles que construíam a grande aventura do progresso capitalista, com seu imaginário marcado pelo espetáculo tecnológico, onde o homem era apenas um fator de produção. Contudo, o futuro chegou e este espetáculo tornou-se pesadelo para milhares de seres humanos. Hoje, as sociedades contemporâneas voltam-se para o passado em busca de auto-explicação. Não há o que festejar! Trata-se agora de percorrer o passado para tentarmos encontrar, em algum lugar do passado mais que imperfeito, o momento em que o futuro foi empenhado. Desta vusca masceram, nos anos 90, as diferentes ‘comissões de verdade’ que, da África à América Latina, buscam encontrar as identidades soterradas nas suas múltiplas memórias. Durante os anos 80 intensificou-se o processo de desmantelamento de regimes políticos repressivos na América Latina, inclusive no Brasil. Com a transição democrática, os arquivos dos organismos de repressão tornaram-se fonte singular como testemunhos da atuação de tais organismos, a serviço do Estado autoritário. As informações contidas nestes acervos demonstram práticas que foram usadas no exercício das atividades repressivas. Nos tempos atuais, sevem como instrumento essencial para o fortalecimento de novas relações sociais e, conseqüentemente, para a consolidação do processo democrático. A divulgação dos arquivos da repressão tem uma inegável ressonância social e política, o que aumenta sobremaneira as responsabilidades das instituições arquivísticas de guarda, os Arquivos, na gestão e na presevação adequada de tais conjuntos. O papel destes arquivos não se esgota apenas no conhecimento de nossa história recente, sua dimensão é particularmente visível com o uso adminstrativo das informações para o cumprimento de direitos individuais e 20 Visión de los gobiernos de la región coletivos que a democracia proporciona como, por exemplo, a condessão de indenizações ás vítimas da repressão ou a seus famiiares. O Brasil possui um dos maiores acervos documentais constituídos pelo Estado, entre os quais destacam-se aqueles produzidos nos preíodos autoritários. São os arquivos das policías políticas que, desde os anos de 1910, acumularam um impressionante testemunho de cómo nosso Estado contruiu seus adversários e como tratou em detruí-los, terminando por imprimir a marca do autoritarismo em nossa sociedade. Esses docimentos já estão disponibilizados à pesquisa pública nos diversos arquivos estaduais do país. Agora, faz-se necessário transfromar aquilo que foi gerado para negar direitos, e, instrumentos de garantia de direitos, em afirmação dos direitos humanos. Entretanto, existe por conhecer um acervo de potencial importância para e estudo do período, ainda sob a guarda de órgãos e entidades produtores e acumuladores, ou de seus sucessores. Esta documentação debe ser objeto de levantamento com vistas à sua desclassificação do caráter sigiloso e posterior recolhimento às instituiçõoes arquivísticas públicas, de seu âmbito de atuação, para receber tratamento técnico adequado à preservação e acesso. Vale destacar, também, a importância dos acervos documentais produzidos e acumulados pelas diversas comissões de reparação, tanto em âmbito federal, junto à Secretaria Especial de Direitos Humanos, da Presidência da República, como em âmbito dos estados. Tal docmentação está se constituindo no mais importante acervo formado por processos que reúnen documentos prodizidos pelo aparato repressivo do Estado e por depoimentos das vítimas, orgnizados por elas ou seus descendentes. Este acervo documental é único na medida em que traduz a memória vivenciada ou reproduzida por diferentes gerações de brasileiros que, ao longo da história republicana, tiveram as suas vidas atingidas pela ação reoressiva do Estado, diante de sua magnitude, este acervo deve ser presevado, tratado e disponibilizado para a sociedade. O eixo do debate hojem sem dúvida nenhuma, nos nossos paises, deslocase da questão da guarda para a do acesso. Dentro dessa visão, ganha importância o intecâmbio de informações entre instituições. Devemos conceber os Arquivos, Centros de Documentação e Investigação, Bibliotecas e Museus, como um lugar destinado ao conhecimento amplo de toda a sociedade. Que deles façamos os espaço de reflexão e de visão panorâmica dos problemas em um marco internacional. È nosso dever concentrar os esforços em objetivos comuns de presevação da memória dos períodos de regimes ditatoriais e fazermos uma analise da situação dos arquivos de segurança existentes na América Latina. Esse seminário debe nos dar condições teóricas para garantir a irrestrita defesa dos princípios democrátricos e dos direitos humanos. A importância dos arquivos da repressão das ditaduras militares, justificase tanto para a compreensão do nosso passado recente, como para o esclarecimento de crimes contra os direitos humanos e para o uso administrativo no exercício dos direitos própios da democracia. 21 Sr.Julio Hécor Marín Marín Os documentos existem para também como afirmação de nossa identidade. A identidade não está obviamente fora de nós. Conhecer as mais diversas facetas de nossa histótia é um processo de internalização de virtudes e defeitos, de acertos e desacertos que marcaram e marcam a vida de cada se humano em sociedade. Está mais que na hora de trilharmos o caminho de volta e recuperarmos a identidade de muitos cidadãos dos nossos países. Assim, teremos oportunidade de recuperar e mesmo reescrever um período de nossa história, não com sentimento revanchista, mas com o intuito da verdade, como execício do direito à memória e para que as práticas intolerantes desses períodos nunca mais aconteçam. Frimemos, um compromisso político de serviço à cidadania, de respeito ao direito e às instituições democráticas e, sobretudo, do direito à verdade e à memória. Muito obrigado 22 Volver al índice Embajador Mario Sandoval* Quisiera presentar un pequeño escrito que hemos preparado y al final dar lectura a algunos documentos ilustrativos. La resolución sobre el derechos a la verdad, aprobada por la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, en el plenario del 61° período de sesiones de la Comisión de Derechos Humanos, permite avanzar en la efectiva aplicación de este derecho con el establecimiento de comisiones y mecanismos nacionales de investigación. Los estados miembros del MERCOSUR, los cuales hemos sufrido dolorosas y trágicas experiencias durante los largos años de los regímenes dictatoriales, nos sentimos plenamente identificados con dichas iniciativas y es por ello que desde la apertura democrática, producida en la década de los años 80, los países de la región hemos testimoniado el compromiso con los Derechos Humanos de las victimas y sus familiares, estableciendo Comisiones de Verdad y Justicia cada una de ellas conformadas en momentos diferentes y con características propias y en etapas de avances, también diferentes. En ese sentido el Paraguay ha tenido que recorrer un largo y dificultoso camino que culmina su primera etapa en el año 2003, con el establecimiento de esta Comisión de Verdad y Justicia. En efecto desde el 3 de febrero del año 1989, luego del derrocamiento del régimen dictatorial que se prolongó durante aproximadamente 35 años, el Paraguay dio inicio al proceso de construcción y fortalecimiento de la democracia y del Estado de derecho. En ese contexto ese mismo año, en 1989, Paraguay ratifica a través de la Ley Nº 1 - lo cual nos da una muestra de la importancia que le otorgaba la sociedad paraguaya en ese momento – el pacto de San José de Costa Rica, la primera ley después del derrocamiento de Stroessner. Es un símbolo que da la clase política en función de los reclamos de la ciudadanía. Sucesivamente se van incorporando al ordenamiento jurídico paraguayo numerosos instrumentos internacionales en materia de Derechos Humanos y hoy somos parte de absolutamente todos los instrumentos de protección y promoción de Derechos Humanos del sistema interamericano y de la mayoría, más de un noventa por ciento, de los del sistema universal de Naciones Unidas. Todo este bagaje cultural de legislación internacional ratificada por el país, es volcada en el año 1992 al texto de la nueva Constitución Nacional, que en junio de ese año entra en vigencia; garantizando así la vigencia de los Derechos Humanos en el país. Con ese marco legal tenemos ese aspecto cubierto. A partir de ahí comienza la lucha por implementarlo; esta lucha debe enfrentar tanto a personas como grupos, algunas veces difusos, insertos dentro en la sociedad - no plenamente identificados - que pretenden mantener un estado de cosas tal cual era previo a * Embajador Mario Sandoval - ( faltan datos) 23 Embajador Mario Sandoval 1989. Tal es así que hasta ahora, hoy mismo en la actualidad - estamos en víspera de elecciones internas en los partidos – dentro del partido de gobierno hay un grupo que tomó como bandera el propio nombre de Alfredo Stroessner, encabezado por uno de los nietos del dictador. Tiene todo derecho de hacerlo como ciudadano, pero la bandera que esgrime ese grupo reivindica la gestión dictatorial. Imagínense, ni siquiera hay un retroceso en cuanto a la concepción de lo que se hizo antes, sino que hay una especie de intento de reivindicación de esa época. Todo eso lleva a que las diversas fuerzas que están operando en el país, las fuerzas políticas entre otras, tengan que sufrir un vericueto para llegar a concretar hechos concretos que puedan permitir el avance de la aplicación de los Derechos Humanos, una vez que ya se tiene todo el marco jurídico. En el año 1996 el Congreso paraguayo aprueba la legislación que permite la reparación a las victimas de la dictadura. En el año 2001 se produce el nombramiento del “Defensor del Pueblo”, ¡recién en el año 2001!, pese a que la Constitución del 1992 ya había creado la figura, pero el acuerdo político para designar un defensor se da en el 2001, nueve años después. Todo ese tiempo hubo que luchar a nivel del propio Congreso Nacional para sacar adelante ese nombramiento. Y eso es un desgaste muy grande, no es que el marco jurídico está y lo estamos ya aplicando inmediatamente y los pasos siguientes son burocráticos, sino que los pasos siguientes son intensamente políticos y vividos con el riesgo de un retroceso tremendo. Todos ustedes saben que hubo inclusive intentos de regresión de la propia democracia paraguaya. En esa oportunidad el propio MERCOSUR, los países del MERCOSUR Uruguay, Argentina y Brasil y otros países, la OEA, etc, dieron el respaldo para evitar ese retroceso. Entonces, aún 14 años después de derrocado Stroessner, la democracia paraguaya seguía siendo débil. Desde ahí se consolida y podemos decir que estamos consolidados de unos años para acá. En ese tiempo, por primera vez en su historia, Paraguay se propone como candidato y es electo miembro de la Comisión de Derechos Humanos en Naciones Unidas, en el período 2003 -2005. Durante su mandato como miembro de la comisión, el Paraguay ha formulado una invitación abierta y permanente, la “installing invitation”, a los procedimientos especiales de la Comisión de Derechos Humanos en cuyo marco ya se ha producido la misión de trabajo al país del relator especial sobre la venta de niños, la prostitución infantil y utilización de niños en la pornografía, el señor Juan Miguel Petit, del 23 de febrero al 5 de marzo de este año. Y se tiene programado para febrero del 2006 la visita al Paraguay del relator especial de la tortura, quien va realizar un trabajo en ese mismo marco. Es decir, hay un cambio en la actitud del país, para presentarse ante la comunidad internacional, y es interesante porque la presión para ese cambio surge desde instituciones que están trabajando dentro del país pero con el entramado de la presión internacional: esa es la realidad paraguaya. 24 Visión de los gobiernos de la región Al mismo tiempo en Paraguay se han instalado direcciones u órganos de Derechos Humanos, el primero de ellos en la Corte Suprema de Justicia, con el objetivo de incorporar toda la normativa internacional a la jurisprudencia paraguaya, y hacerla viable. El otro hito importante, es el establecimiento de una unidad de Derechos Humanos en el propio Ministerio Público, es decir la Fiscalía. Tenemos en estos momentos fiscales especializados en Derechos Humanos y eso es un avance muy importante; no es la creación simplemente de una unidad en algún ministerio, sino que es la acción o la actitud proactiva de la propia Fiscalía en el tema de Derechos Humanos, y está dando resultados muy positivos. Está conformada por fiscales jóvenes, muy bien formados en el Instituto Interamericano de Derechos Humanos, en diversas Universidades, que vienen a volcar toda su experiencia en Paraguay. También el Ministerio de Justicia la tiene, del mismo modo que la Cancillería. Pero algo a destacar es que el Ministerio de Defensa Nacional, tiene una Dirección de Derechos Humanos y tiene una Unidad de Derechos Humanos. Son dos órganos dentro de la propia institución, que trabajan con muchísimo esfuerzo, porque tienen que reconvertir toda una manera de pensar. Fíjense, Paraguay fue un país que tuvo 35 años de gobierno dictatorial, comparando con el resto de los países, nuestros vecinos de América del Sur, somos los que más tiempo vivimos en régimen dictatorial. Prácticamente más de una generación pasó por ese régimen. Como complemento de estos mecanismos internos de protección y promoción de los Derechos Humanos, el Paraguay ha facilitado el acceso de los individuos a la protección jurisdiccional internacional, con la aceptación desde el año 1993, de la competencia obligatoria de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. En este momento tenemos casos que ingresaron en el año 2003. Ya hay seis casos en la Corte de los cuales tres ya tienen sentencias que están siendo implementadas. Hay otros que están en proceso, y una veintena de casos más en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, donde se está trabajando en cada uno de ellos. La ley número 2225 del 6 de octubre del 2003, crea la Comisión de Verdad y Justicia. Dispone que dicha comisión estará compuesta por nueve miembros y entre los objetivos de la comisión se destaca la investigación a las violaciones a los Derechos Humanos cometidas en el Paraguay durante el período comprendido desde 1954 hasta el 2003 ¡imagínense el período¡ para investigar las desapariciones forzadas, las ejecuciones extrajudiciales, las torturas y el exilio. Para el cumplimiento de dichos fines, el desafío que enfrenta la comisión es realmente ciclópeo, ya que debe investigar cuarenta y nueve años de historia, es decir medio siglo de historia. Es un lapso de tiempo muy prolongado. Son 35 años de dictadura más 14 años de transición y tiene dieciocho meses para hacerlo, prorrogables por seis meses más, es decir dos años. Aún cuando la Comisión para llevar a cabo sus actividades debe hacer frente a un presupuesto absolutamente insuficiente, ha logrado instalarse física e institucionalmente con la cooperación de algunas instituciones y ha establecido 25 Embajador Mario Sandoval centros regionales en el interior del país, Allí hemos comprobado en alguna ocasión, la participación activa de la propia sociedad, la sociedad civil, los jóvenes, los estudiantes universitarios, etc. que voluntariamente están prestando su colaboración, por ejemplo, para la toma de testimonios, etc. Del mismo modo se han establecido convenios de cooperación con organismos internacionales y con otros países. Hemos recibido y estamos recibiendo cooperación de nuestros países vecinos, entre ellos Argentina y de otros con quienes estamos en tratativas. También nos encontramos recopilando una considerable cantidad de testimonios de víctimas de las violaciones de Derechos Humanos por medio de entrevistas realizadas tanto en la sede de la Comisión como en distintas localidades del interior del país. En otro ámbito de cosas hay un museo histórico que se está instalando, en un lugar que es significativo, ya que ahí fue donde se llevaron a cabo muchas de las sesiones de tortura a los detenidos. Este local pertenecía a la Policía, al Ministerio del Interior, y se denominaba “La Técnica” porque era la Dirección o División, no recuerdo con exactitud, Técnica del Departamento de la Policía. La Técnica esta siendo transferida del Ministerio del Interior al Ministerio de Educación donde se va a instalar un museo recordatorio para la ciudadanía en un lugar, que les digo sinceramente, nadie se atrevía a pasar enfrente. Eso es un símbolo para la sociedad, de cómo se esta enfrentando el tema. A continuación se transcriben algunos de los documentos de las fuerzas represivas de la dictadura paraguaya y del relacionamiento con el resto de las dictaduras del MERCOSUR. Señor Jefe de la Policía de la Capital General de División Don Francisco Alcibíades Brites Asunción, 27 de marzo de 1974 Tengo el honor de dirigirme a esa superioridad a fin de elevar el siguiente informe: Esta mañana, en un avión de la Fuerza Aérea Uruguaya fue enviada de la República Oriental del Uruguay, la señorita Victoria Godoy Vera, paraguaya, sindicada en dicho país por haber actuado como elemento subversivo tupamaro. Adjunto fotocopia de la nota enviada por la Fuerza Aérea de la República Oriental del Uruguay, como asimismo la declaración informativa tomadale en esta jefatura. Ampliaremos informe al respecto. Sin otro particular, saludole muy atentamente. (firmado) Pastor M. Coronel Jefe de Investigaciones de la Policía de Paraguay Policía de la Capital 26 Visión de los gobiernos de la región Asunción, 4 de junio de 1977 Nota Nº 497 Trascripción: Nota Nº B417del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas 3 de junio de 1977 Tengo el agrado de dirigirme al señor Jefe de Policía de la Capital, con el objeto de solicitar los antecedentes o lugares de residencias de los nombrados mas abajo sobre quienes pesa captura por parte del Ejercito del Uruguay, ellos son: Néstor Alfredo Barros Martinez, C.I. Nº 1454754 ...... Y así sigue una lista de veintidós personas. Al D3, que es el Departamento de Investigaciones A los efectos consiguientes: Jefe de la Policía de Paraguay Policía de la Capital Departamento de Investigaciones Objeto: Elevar informe Asunción, 16 de mayo de 1977 Al señor Jefe del Tercer Departamento de Investigaciones, Don Pastor Melchades Coronel. Tengo el honor de dirigirme a esa superioridad con el objeto de elevar a su conocimiento que en el día de la fecha, siendo las 16:34 horas en un avión birreactor de la Armada Argentina, con matrícula 5730-0653, piloteado por el Capitán de Corbeta José Abdala, viajaron con destino a la ciudad de Buenos Aires, República Argentina, los siguientes detenidos: Gustavo Edison Inzaurralde, uruguayo, Nelson Rodolfo Santana Scotto, uruguayo, José Nell, argentino, Alejandro José Logolusso, argentino y Dora Marta Landigil, argentina. Las mencionadas personas fueron entregadas por conducto de esta Dirección en presencia del Coronel de Estado Mayor, Don Benito Guames, y del Capitán de Fragata, Lázaro Sosa, al Teniente Primero José Montenegro y a Juan Manuel Berreta, ambos del SIDE (Servicio de Inteligencia del Ejercito). (firmado) Comisario Inspector Alberto B. Cantero Director de Política y Afines de la Policía de Paraguay Asunción, 16 de mayo de 1977 A conocimiento del señor Jefe de Policía (firmado) Pastor Coronel Jefe de Investigaciones Estos documentos revelan lo acontecido en nuestros países en la época 27 Embajador Mario Sandoval nefasta que nos ha tocado vivir. Estos documentos que acabamos de tener a la vista, corresponden al Archivo del Terror paraguayo, descubierto por la perseverancia de un ciudadano que fuera una de las víctimas del terror, el señor Martín Almada, quien ha insistido, recordando los lugares y dirigido la investigación para su descubrimiento. Tal vez sea esta la documentación debidamente seleccionada, analizada y organizada para su fácil comprensión por parte de la ciudadanía, la que estemos adeudando a nuestras sociedades. De tal manera que comprenda, a cabalidad, la dimensión de lo ocurrido y a lo qué se llega cuando los valores del individuo son dejados de lado, cuando el ser humano no es considerado como tal, cuando no existe libertad, cuando no se ejercen los derechos ciudadanos, cuando no están presentes los Derechos Humanos. Y a lo que se puede llegar, cuando nos dejamos estar en época de democracia al no sentar las bases para un verdadero desarrollo con justicia y equidad. Muchas gracias. 28 Visión de los gobiernos de la región Dr. Gonzalo Fernández* Volver al índice Buenos días para todos. En primer lugar, como es de orden, agradezco al Ministerio de Educación y Cultura que me haya invitado a participar en este Seminario, exponiendo desde el Poder Ejecutivo la política que sobre Derechos Humanos hemos llevado adelante en los ocho meses y medio que llevamos en el gobierno. Desde luego, para el gobierno los derechos humanos son el eje central de la democracia, en todos y cada uno de los ámbitos. El respeto y la vigencia de los derechos humanos son el sustento de lo que los constitucionalistas modernos denominan el «estado material de derecho», que no es sólo la vestidura formal del Estado, sino un Estado con plena vigencia de los derechos humanos. Pero en el ámbito especifico de las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura, sin duda que este país tenía una asignatura pendiente. Y creo que sin duda también, en estos escasos meses que lleva la gestión de gobierno, la política del Poder Ejecutivo ha hecho un giro drástico, fundamental, yo diría - tomando una palabra que expresaba hoy el doctor Duhalde - «copernicano», en cuanto a la consideración en el manejo del tema. Este giro en materia de investigación de los hechos ocurridos durante la dictadura, a nuestro modo de ver, pasa por dos variables, o por dos vertientes. La primera se basa en acciones concretas desde el plano fáctico; la otra, a nivel jurídico, acciones de tipo legal. El propio Presidente de la República en su discurso de asunción el 1º de marzo de 2005, anunció la nueva política en materia de violaciones de los derechos humanos durante la dictadura respecto de su investigación y enjuiciamiento. Y creo que el Poder Ejecutivo ha cumplido a cabalidad esos mensajes lanzados ya durante la campaña electoral y proclamados formalmente en el discurso de asunción. Para que se pueda comprender, sobre todo para los participantes del extranjero, cual es la dimensión, el significado, de estos pasos, me parece imprescindible hacer una brevísima reseña en el escaso tiempo de que disponemos, de los antecedentes históricos de este tema. Al restaurarse el Estado democrático de derecho, en el año 1985, se promovieron por parte de los familiares infinidad de denuncias por violaciones a los derechos humanos y fundamentalmente por desapariciones forzadas ocurridas durante la dictadura, ante la Justicia Penal Ordinaria. * Dr. Gonzalo Fernández -Uruguayo. Doctor en Derecho y Ciencias Sociales. Profesor Titular de Derecho Penal en la Universidad de la República (1994). Director del Instituto de Derecho Penal de la Facultad de Derecho. Ex miembro (orden docente) del Consejo de la Facultad de Derecho y de la Asamblea General del Claustro (Universidad de la República). Autor de seis libros sobre Derecho Penal y numerosos artículos monográficos en revistas especializadas. Miembro de la Comisión para la Paz (2000 – 2003). Secretario de la Presidencia de la República Oriental del Uruguay (2005). 29 Dr. Gonzalo Fernández Cuando esas denuncias comenzaban a instruirse, y antes siquiera de que fueran citados los militares a quienes se les atribuía participación en los hechos, se dictó la Ley 15.848, llamada de la Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado. Contra esa Ley se interpuso, en algún caso por vía de oficio por parte de los propios magistrados, en otro caso por parte de los denunciantes, acciones de inconstitucionalidad para tratar de declararla incompatible con la Constitución de la Republica. Pero la Suprema Corte de Justicia de la época, en apretada mayoría de tres votos contra dos, declaró que esa Ley era constitucional, es decir, que no vulneraba ningún principio de la Constitución. De ahí en adelante comenzó una larga lucha, no sólo del Partido que hoy está en el gobierno, sino también de diversas organizaciones no gubernamentales, y fundamentalmente la Asociación de Familiares de Detenidos Desparecidos, para promover un recurso de referéndum que se interpuso y logró convocar a un plebiscito respecto de la Ley. Esta consulta electoral lamentablemente dividió las aguas en el entonces llamado voto verde contra la Ley o voto amarillo a favor del mantenimiento de la Ley, la cual finalmente terminó siendo confirmada o ratificada por plebiscito popular. Entre tanto los expedientes que fueron elevados a consulta del Poder Ejecutivo, los expedientes judiciales que fueron llevados a consulta al Poder Ejecutivo, como lo imponía la Ley, fueron devueltos todos sin excepción, declarando que el caso se hallaba comprendido dentro de la Ley de Caducidad y por ende todas las causas fueron archivadas. La primer pequeña fisura que se produjo en el ámbito de la investigación de la verdad, fue durante el período pasado de gobierno cuando se constituyó la llamada Comisión para la Paz, que tuvimos el honor de integrar en representación del actual Presidente de la República. Esta Comisión intentó, en cuanto le fue posible, tratar de averiguar e investigar la verdad de las desapariciones forzadas, desde luego que con muy limitadas facultades o potestades, ya que sólo podía recibir voluntariamente declaraciones de quienes así se prestaban a hacerlo y recopilar antecedentes documentales de información, pero sin ninguna atribución de carácter coercitivo. La Comisión para la Paz concluyó con un informe donde explícitamente se decía al Presidente de la República: “Señor Presidente esto es lo poco que hemos podido averiguar, hasta acá llegamos y ahora corresponde que el Gobierno continúe con otros medios la investigación”. Lamentablemente no sucedió así porque el mismo día en que se elevó el informe final de la Comisión para la Paz, este fue aprobado sin que siguiera ninguna otra acción de investigación complementaria posterior. Y así llegamos, como les decía, al actual período de gobierno donde en el plano de las acciones fácticas, de las medidas de hecho, el Presidente de la República dispone que en aquellos establecimientos militares donde según la tradición oral se había procedido a darle sepultura clandestina a los detenidos desaparecidos, el Presidente dispone, les reitero, que se trata de predios puestos 30 Visión de los gobiernos de la región a disposición de la Presidencia de la República y mediante equipos técnicos de la Universidad de la República en estrecha coordinación con el equipo argentino de antropología forense, que son los expertos de mayor experiencia mundial en la materia, comienza un lento y minucioso proceso de excavación en los cuarteles militares para la búsqueda de los restos que pudieran hallarse1 . Ese proceso hasta ahora no ha dado resultado positivo, lo que puede obedecer a tres hipótesis distintas: la primera de ellas es que todavía no se ha llegado al lugar exacto donde fueron sepultadas las personas; la segunda que la información brindada a los Comandantes en Jefe sobre los lugares de enterramiento sea falsa, no sea verdadera; la tercera posibilidad es que una operación de la que desde hace mucho tiempo se habla en el país de desenterramiento de los cuerpos e incineración de los mismos haya sido tan meticulosa o prolijamente realizada y que no queden vestigios. Este proceso de búsqueda que es una acción de hecho, aún no ha culminado. Se está analizando en tres lugares distintos, calculamos que falta todavía aproximadamente un mes para que concluya. Hasta ahora y en forma periódica el equipo de arqueólogos ha elevado la información respectiva. Y junto a lo fáctico está lo jurídico, el Presidente de la República dispuso y dio la orden como mando superior de las Fuerzas Armadas que los Comandantes en Jefe directamente elevarán informes sobre lo que había sucedido con los detenidos desaparecidos durante la dictadura. Fue así que se obtuvo por primera vez al cabo de más de 25 años, que las propias fuerzas Armadas en documento escrito reconocieran lo que había sucedido, reconocieran lo que habían hecho. El tercer nivel es el nivel estrictamente normativo. Se ha introducido ya a nivel parlamentario un extenso proyecto que tiende a implementar la aplicación de la Corte Penal Internacional y a tipificar por vez primera en el Derecho uruguayo como obligación la adecuación del derecho interno a los delitos de genocidio y de lesa humanidad, proyecto sobre el cual no quiero extenderme porque supongo que el Doctor López Goldaracena va a considerarlo mañana. Paralelamente, y es el tema álgido de estos días y que probablemente puedan ustedes verlo en los medios de prensa, se ha introducido en el día martes un proyecto en el Senado de la República, un proyecto interpretativo de la Ley de Caducidad sobre el cual quisiera brevemente detenerme y explicárselos. En estos últimos meses, se han replanteado algunos casos ante la Justicia, cuatro específicamente. Estos fueron elevados en consulta al Poder Ejecutivo y desde la Secretaría de la Presidencia de la República hemos dado una interpretación diferente de la que hasta ahora se había dado a la Ley de Caducidad. Esta interpretación fue respaldada por el Presidente de la República, quien en acuerdo con los Ministros de Defensa Nacional y de Interior, devolvió los expedientes a la Justicia diciéndole que debía instruirlos. Y en base a los criterios manejados en los dictámenes de la Presidencia de la República y de la Secretaría de la Presidencia un grupo de Senadores articuló conjuntamente con nosotros un proyecto de Ley interpretativo de la Ley de Caducidad que es el que acaba de ingresar al Senado. ¿Qué es la Ley de Caducidad?. Para quienes no la conozcan me atrevería a decirles que, más allá de la opinión política que sobre la misma pueda tenerse, 31 Dr. Gonzalo Fernández es un mamarracho jurídico que establece, por ejemplo, que la lógica de los hechos tiene efecto jurídico y determina un efecto jurídico tan importante como la caducidad de la pretensión punitiva, la caducidad de la pretensión penal, es decir, la lógica de los hechos aparece en esta Ley como fuente normativa. Pero esta Ley de Caducidad no solo es deficiente desde el punto de vista técnico, sino que hasta ahora ha sido manejada en su interpretación por parte de los Poderes Ejecutivos anteriores con total liberalidad y discrecionalidad, de una forma tal que nosotros entendemos no cumplimenta los requisitos mínimos exigidos por la Ley. Se ha dicho y se dice estos días para fundamentar la eventual inconstitucionalidad de este nuevo proyecto que acaba de entrar en Cámara, que la Ley de Caducidad fue una Ley de Amnistía y que como tal es irrevocable. Yo no quisiera que en este acto el profesor traicione al panelista, pero me atrevo a decirles que es muy fácil de fundamentar que la Ley de Caducidad no supone una Ley de Amnistía. La amnistía en el derecho uruguayo y en todo el derecho comparado significa la extinción de la responsabilidad penal e individual y la extinción del delito. La caducidad de la pretensión penal es solo un presupuesto para perseguir el delito, atiene a la llamada persiguibilidad penal del hecho. Se ha argumentado también que no es procedente, al cabo de 20 años de aplicación salir a interpretar una Ley, y con esto, sobre todo los extranjeros asistentes al Seminario pueden tomar la falsa idea de que la Ley 15.848 ha venido aplicándose constantemente desde la fecha de su sanción en el año 1986, cual si se tratara de una Ley de Desalojo, o una Ley de Divorcios, donde en el interregno entre la fecha de su sanción y la fecha de interpretación se han promovido y sustanciado miles o cientos de miles de procesos. Esto tampoco es verdad, la Ley de Caducidad se aplicó básicamente en un único momento, cuando se elevaron al Poder Ejecutivo en consulta las causas y el Poder Ejecutivo contestó diciendo que estaban comprendidas en la Ley, determinando su archivo. Entonces más allá de que no conozco ningún límite temporal para la interpretación de las leyes en nuestro ordenamiento positivo, digo, que tampoco crea esto una situación de caos, incerteza o inseguridad jurídica. ¿Cuál es el contenido de este proyecto interpretativo que recoge los criterios que anticipáramos desde la Secretaría de la Presidencia?. Es muy sencillo. En primer lugar establece con claridad que la valoración, la calificación que le incumbe realizar al Poder Ejecutivo cuando el Poder Judicial le eleva un expediente en consulta, no es un acto discrecional, no es un acto caprichoso o donde se tenga o se pueda tener criterios de valoración política, sino que es un acto reglado. Y el acto administrativo reglado significa un acto administrativo que debe pronunciarse cumpliendo los requisitos que se le establecen. Y estos son que el Poder Ejecutivo verifique a la vista de la causa que se le eleva en consulta, si están cumplidos o no los elementos que condicionan la caducidad de la pretensión punitiva. Es decir, en primer término, si se trata de un delito cometido por funcionarios militares o policiales asimilados o equiparados, en segundo lugar y coetáneamente 32 Visión de los gobiernos de la región si ha sido cometido durante el período de facto. Y en este sentido lo único que la Ley aclara es que el comienzo del período de facto se sitúa el día 27 de junio de 1973, día en que ocurrió el golpe de Estado y donde se aprobaron los Decretos de disolución de las Cámaras. En tercer lugar, que el delito esté establecido o se haya cometido por móviles políticos; en cuarto lugar que el delito haya sido cometido en ocasión del cumplimiento de funciones y en quinto lugar que el delito se haya cometido en ocasión de acciones ordenadas por los mandos. Todo esto que no lo estamos inventando ahora, sino que está en la redacción originaria de la Ley 15.848 y es lo que el Poder Ejecutivo debe verificar con carácter previo para declarar comprendido o no comprendido el caso dentro de la Ley. Por ende para arribar a semejante pronunciamiento es obvio que el Poder Judicial debe instruir las causas y no está el Poder Ejecutivo capacitado para expedirse en base a la mera elevación de una denuncia no instruida, no indagada, donde no han declarado las personas a quienes se indican como involucradas en estos delitos. En segundo lugar la Ley interpretativa excluye de la caducidad de la pretensión punitiva cosas que ya están dichas en el texto originario de la Ley: los delitos cometidos por civiles. Los civiles nunca fueron sujetos susceptibles de ser amparados en la caducidad. En segundo término los delitos cometidos en procura de lograr un provecho económico para sí o para un tercero, fórmula que también está consignada en la redacción originaria de la Ley. En tercer lugar, los delitos cometidos por los mandos, y acá no estamos tampoco improvisando nada. Ya en el año 1990, habíamos emitido una opinión a pedido de la Cámara de Senadores sosteniendo que los mandos no estaban incluidos en el marco de la caducidad. Y esto por otra parte es lógico. Dentro de la racionalidad de la fórmula de la caducidad lo que se buscó es una suerte de obediencia debida donde se eximia de responsabilidad al subordinado que hubiere ejecutado el hecho en aplicación de una orden pero no al jerarca superior que hubiere impartido la misma. Y el otro aspecto del proyecto interpretativo es que quedan excluidos de la Ley de Caducidad los delitos cometidos fuera del territorio nacional. Sobre esto también se han planteado en los últimos días críticas, a pesar de que no hace sino respetar los principios generales de la legislación penal nacional y de todo el derecho penal comparado. Tampoco quiero acá que el profesor traicione al panelista, pero en principio general, en materia de vigencia espacial de la Ley Penal el principio es el de la territorialidad. Las leyes penales, tanto las incriminatorias como las despenalizadoras, valen y tienen vigencia para los delitos cometidos dentro del territorio nacional, entendiendo por tal, desde luego, territorio terrestre, flotante, aéreo y marítimo. ¿Por qué? Porque si se trata de delitos cometidos en territorio extranjero, el propio Código Penal uruguayo establece que la jurisdicción nacional es tan sólo subsidiaria y que prevalece la jurisdicción de la ley del Estado donde se cometió el delito, el llamado «locus comici delit», de modo que esto nos parece que es una consecuencia natural y congruente de nuestro sistema jurídico. 33 Dr. Gonzalo Fernández Y la ultima disposición del proyecto de ley interpretativa, consigna a nuestro modo de ver, algo muy simple: la Ley de Caducidad obligaba, una vez que quedó confirmada su constitucionalidad y ratificada por plebiscito, obligaba al juez a elevar en consulta la causa al Poder Ejecutivo. Y la fórmula empleada por los Tribunales era naturalmente «elévese al Poder Ejecutivo en cumplimiento del artículo tal de la Ley». Y el Poder Ejecutivo contestaba, diciendo «se declara este caso comprendido dentro de la Ley», y entonces el Tribunal de Instancia decretaba «Archívese sin perjuicio», que es la fórmula rutinaria de archivo de un expediente a mitad de la indagatoria. Como nosotros sostenemos que el pronunciamiento del Poder Ejecutivo no es un acto de carácter discrecional, sino reglado, que debe verificar previamente los supuestos que acabamos de enunciar, estamos sosteniendo que esos autos de archivo, o providencias de archivo, que no ingresaron al fondo del asunto y que no dispusieron el archivo por razón de mérito, no pasan en la autoridad de cosa juzgada, no son sentencias que decidan sobre el fondo del asunto, que tengan carácter ejecutorio. Ello determina que pueden revisarse y reabrirse las causas respectivas. Todo archivo en materia penal, y esto tampoco es una innovación, es siempre un “archivo sin perjuicio” hasta tanto no medie un pronunciamiento fundado y por razones de fondo. Yo quiero terminar diciendo que el Poder Ejecutivo va a mantener estos criterios en todos los casos que le sean consultados, se apruebe o no se apruebe el nuevo proyecto interpretativo y quiero decir también, porque he oído que hoy se habla como objeción a esta iniciativa, del argumento del espíritu de la Ley de Caducidad, de lo que fue el espíritu de la Ley de Caducidad. Frente a esos argumentos yo me atengo al mandato del Código Civil, que en el título preliminar de las leyes establece que cuando el tenor literal de la Ley, el texto de la Ley, es claro, no se puede soslayarlo so pretexto de ignorar su espíritu. Muchas gracias. 1 Finalmente en diciembre de 2005, pocas semanas después de la realización de este Seminario, se concretaron los primeros hallazgos de restos óseos en campos pertenecientes a unidades militares. Luego de los correspondientes exámenes de ADN, fueron identificados Ubagesner Chávez Sosa y Fernando Miranda. (NE)"." 34 Volver al índice Visión de los gobiernos de la región Presentación de los Representantes de los Estados Asociados Diputado Ricardo Gutiérrez* En primer lugar deseo agradecer a la Dra. María Elena Martínez, en su condición de Directora de Derechos Humanos del Ministerio de Educación y Cultura de la República Oriental del Uruguay, y al gobierno uruguayo quién en el ejercicio de la Presidencia Pro – Tempore del MERCOSUR nos ha formulado esta invitación. Como ustedes saben, lo sabe nuestro país, lo sabe América Latina y el mundo, estamos haciendo esfuerzos que ya están en su última fase, para que Venezuela pase a ser miembro pleno del MERCOSUR. Y de este modo asumir en toda su plenitud esta importante iniciativa para la unidad, la cooperación, el estrechamiento de nuestras relaciones, no solamente comerciales y económicas sino, también, en materias tan importantes como esta, como es el tema de los derechos humanos. Venezuela es un país que extrañamente había sido silenciado, tanto interna como externamente sobre lo que fue su terrible experiencia de violación sistemática de los derechos humanos durante las décadas de los años 60,70 y 80. Lograron los gobiernos de aquella época silenciar cualquier esfuerzo de las venezolanas y venezolanos, que no solamente fueron víctimas sino que trataron de denunciar ante el mundo lo que ahí ocurría. No fue posible, hubo una compleja red de complicidades que nos derrotaron. Pero la historia de los pueblos, no la hacen ni la escriben sólo los vencedores. En el año 1998 hubo un intenso proceso político que llevó a la Presidencia de la República a Hugo Chávez Frías. Desde allá para acá, la historia ha comenzado a cambiar y últimamente de manera fundamental en lo que se refiere a investigar, conocer y denunciar, ante todas las instancias que sean necesarias, esa verdadera historia de la década de los años 70 y 80. Desde la Asamblea inicial, y por iniciativa y concertación con el Gobierno Nacional, con el Poder Ejecutivo, tanto con el presidente Hugo Chávez, como con el vicepresidente ejecutivo de la República, Dr. José Vicente Ranquel, la directiva de la Asamblea de la cual me honro en formar parte como su primer vicepresidente, ha acordado crear una Comisión Especial para investigar las muertes, los asesinatos por decirlo de manera más directa, las desapariciones forzadas y las torturas de miles de venezolanos durante esos años. Esta es una Comisión que ya está dando sus frutos. En verdad tenemos solamente seis meses de instalada, y ha querido el gobierno de Venezuela y ha querido la Asamblea Nacional, que sea mi persona la que presente este sucinto texto que voy a leer. El mismo informa sobre la situación que estamos viviendo en esta materia, los esfuerzos que hemos hecho, y sobre todo lo que estamos * Diputado Ricardo Gutiérrez - Vicepresidente de la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela 35 Diputado Ricardo Gutiérrez dispuestos hacer con ustedes para lograr que la verdad, que la memoria – me parece verdaderamente importante, que ustedes hayan agregado esa palabra – que la Memoria, que la Verdad y la Justicia resplandezcan, se abran paso en nuestros países y en nuestra historia. Montevideo 16 - 17 del año 2005 Seminario Memoria Verdad y Justicia, concebido en la segunda Reunión de las Altas Autoridades competentes en Derechos Humanos y Cancillerías del MERCOSUR y Estados Asociados Queremos en primer lugar en nombre del Gobierno y de la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, agradecer esta invitación a tan importante Seminario que nos ha formulado la Directora de Derechos Humanos del Ministerio de Educación y Cultura de la República Oriental del Uruguay, Dra. María Elena Martínez. La discusión que abordaremos durante estos tres días de debate, es para nosotros un tema de especial importancia. Que recién hemos comenzado a trabajar de manera concertada los diferentes poderes públicos del Estado, como un asunto de significativa relevancia en el histórico proceso de cambios y transformaciones que vive nuestro país, orientado en lo fundamental, a construir una verdadera y auténtica democracia, que ajuste nuestros valores políticos, sociales, económicos y humanísticos a los que hemos plasmado como proyecto país en nuestra reciente aprobada Carta Magna. Esta tarea nos impone en lo inmediato, hacer un ajuste de cuentas, de lo que fueron las violaciones de los derechos humanos de miles de venezolanos y venezolanas, la experiencia vivida durante las décadas de los años 60, 70 y 80, en las cuales una política de Estado hizo del asesinato político, la desaparición forzada y la tortura, una práctica cotidiana amparada desde los más altos niveles del gobierno. Y todo ello no precisamente en el marco de una dictadura militar, como ocurrió en los países del sur, sino en el marco de una democracia representativa, que convocó para su elección la voluntad política de una inmensa mayoría de venezolanos y venezolanas, que el 23 de enero de 1958 habían a su vez derrotado un brutal régimen militar, el de Marcos Pérez Jiménez. Y en el año de 1959, luego de esas elecciones a las que se hizo referencia, instalamos un proceso de democracia representativa, que bien pronto recurrió a la represión ilegal para castigar la disidencia política con los procedimientos militares y policiales más bárbaros que para entonces se tuviesen conocimiento en América Latina. Allí comenzaron por primera vez, aquellas torturas de prisioneros en un avión que sobrevolaba zonas montañosas, y que bajo apremio eran obligados a confesar y entregar información. Y quienes no lo hacían eran lanzados desde las alturas. Así murieron muchos compatriotas venezolanos cuyos restos aún estamos buscando con la ayuda del testimonio de quienes participaron como pilotos, como personal técnico adjunto y han dado la información necesaria para confirmar la veracidad, la ocurrencia de estos hechos. 36 Visión de los gobiernos de la región Los esfuerzos por establecer la justicia y la verdad en nuestro país, se han expresado en la creación de una Comisión Especial Legislativa, que recién comienza a investigar las muertes, las desapariciones y las torturas ocurridas, como hemos señalado, en las décadas de los 60,70 y 80. Investigación no solamente promovida por el Poder Ejecutivo, especialmente en la persona del vicepresidente ejecutivo de dicha Comisión, el Dr. José Vicente Regenbave, sino que cuenta con la colaboración del alto mando militar, del Ministro y del Ministerio de Relaciones Interiores y Justicia y sus órganos policiales adscriptos. Los cuales no sólo han dado su apoyo, sino se han comprometido con estas instituciones en la ardua labor de sustanciar los hechos ocurridos, identificar las autorías materiales e intelectuales, localizar los restos de quienes fueron desaparecidos y colocar al día los miles de expedientes que reportan en las fiscalías y tribunales de nuestra nación. Este trabajo mancomunado de la Comisión de la Asamblea Nacional, con el Poder Ejecutivo y con el alto mando de la fuerza militar, ya nos ha permitido sustanciar de manera precisa, la muerte y desaparición de 714 ciudadanas y ciudadanos venezolanos. Hemos igualmente, y ello es importante destacarlo, logrado la apertura de un número importante de archivos militares y policiales, que nos invitan a acelerar la marcha y los esfuerzos de esta colosal tarea, que como Estado y sociedad nos hemos planteado. Debemos hacer un reconocimiento especial, a las madres, esposas, viudas, hijos e hijas, a los compañeros de militancia, de todos aquellos que fueron asesinados, desaparecidos y que durante estas tres décadas o cuatro décadas se han mantenido organizados, activos y exigiendo justicia e información sobre el destino de sus familiares y de las víctimas y que ahora, han encontrado en el gobierno del presidente Hugo Chávez Frías y la revolución Bolivariana, la oportunidad de que su memoria sea también la memoria de todos los venezolanos, en esta tarea histórica de redimir, la Democracia, la Memoria, la Verdad y la Justicia. El nombre que lleva este seminario se inspira en las mejores luchas y esfuerzos para el logro de esos objetivos. Queremos señalar, que estamos convencidos, de que esta lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia, es una lucha también contra la impunidad, y sus más diversas formas, sutiles unas, directas otras, para perpetuar silencio y olvido. Desde diversos foros, se defiende la validez y permanencia de las llamadas leyes de Punto Final, de Historias Oficiales, de Leyes de Reconciliación, entre otras, para impedir este nuevo despertar de pueblos y gobiernos latinoamericanos por establecer la verdad sobre los hechos ocurridos en décadas pasadas, y que significaron las violaciones a los derechos humanos, de las más diversas categorías de ciudadanos. Y para impedir que los casos puedan ser reabiertos, sometidos a juicios y condenados sus autores intelectuales y materiales. Nuestra novísima Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, aprobada mediante referéndum popular, establece en su artículo 19 y en el marco del principio de que somos y seremos, un Estado democrático de derecho 37 Diputado Ricardo Gutiérrez y de justicia, la imprescriptibilidad de los delitos que signifiquen violación de los derechos humanos. Y se coloque en sintonía, nuestra Constitución, con la mayoría de las convenciones internacionales, tales como la Convención de Ginebra, las resoluciones de la Organización de Naciones Unidas y las resoluciones de la Organización de los Estados Americanos, de la cual formamos parte y las cuales declaran que “los delitos de lesa humanidad, no prescriben”, y que al contrario, tienen un valor y una forma jurídica, más allá de cualquier orden jurídico y limitación nacional, para cumplir su cometido. Es por ello, que en el marco que venimos adelantando, en esta Comisión Especial, creada por la Asamblea Nacional, hemos solicitado a nuestro más alto tribunal de la República, el Tribunal Supremo de Justicia, una interpretación sobre el tema de la imprescriptibilidad de los delitos de violaciones de derechos humanos. E igualmente estamos solicitando la adhesión de nuestro gobierno a la Convención de la Organización de Naciones Unidas, sobre la imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y de los crímenes de lesa humanidad, adaptada y abierta a la firma, ratificación y adhesión por la Asamblea General de la ONU en su resolución 2991 del 26 de noviembre de 1968, y a la cual los gobiernos anteriores al del presidente Chávez, jamás quisieron adherirse. Consideramos que las altas convicciones de nuestro pueblo por defender los derechos humanos, plasmado en nuestra constitución de 1999, la voluntad política del presidente Hugo Chávez Frías, de la Asamblea Nacional, representada aquí por mi persona, y de nuestro sistema judicial, son garantía de que Venezuela se sumará con el mismo entusiasmo de los hermanos países que integran el MERCOSUR, convocantes a este seminario, para que las terribles violaciones de derechos humanos que han sufrido nuestros países y sus ciudadanos, no queden impunes. Sean juzgados, castigados sus autores y que por sobre todo, nuestros pueblos tomen conciencia, - como lo sentenció ayer, el señor vicepresidente de la República Oriental del Uruguay – que “... nunca, nunca jamás, estas violaciones a los derechos humanos, vuelvan a ocurrir en estos países”. Muchas gracias. 38 Volver al índice Visión de los gobiernos de la región Presentación de los Representantes de los Estados Asociados Bruno Podestá* El agradecimiento al Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay, por esta invitación y muy especialmente, a la doctora María Elena Martínez. Hay un documento que está a disposición de todos los participantes y simplemente quiero hacer algunos comentarios de contexto sobre el mismo, para que ustedes lo puedan leer, porque es un documento muy detallado que da razón de avances específicos en una serie de campos. En el Perú tuvimos lo que se denominó la Comisión de la Verdad y Reconciliación, que quizás alguno de ustedes conozcan y que trabajó durante dos años. Fue una Comisión independiente, que presidió el Rector Lerner, un educador, un intelectual muy reconocido en el Perú, Rector de la Universidad durante estos dos años, que produjo este informe final que está a disposición de todos. Dicho documento está referido justamente al informe final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación. El mismo refleja la posición oficial del Estado. Se trata de una exposición que el Señor Ministro de Justicia del Perú, Dr. Alejandro Atudela Chopitea, hiciera en el mes de octubre en el 123° período de sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. En el mismo se da cuenta de los avances que se han llevado a cabo en el período de febrero a setiembre del presente año en el cumplimiento de las recomendaciones que la mencionada Comisión efectuara. Y por lo tanto brinda información sobre cinco puntos en el ámbito de la justicia, en el de las reparaciones integrales, en las reformas institucionales, en la verdad y la memoria y en el ámbito de las relaciones Estado – Sociedad. Como anticipé, no lo voy a leer ya que el detalle lo tienen ustedes ahí, está muy pormenorizado y de cualquier manera da razón de lo que se ha avanzado en este campo. Y al mismo tiempo es la contribución que el Perú pone a consideración en este seminario. Finalmente quisiera reiterar el alto compromiso que el Perú mantiene en el tema de Derechos Humanos en general y de su tratamiento en el marco del MERCOSUR al cual se ha sumado como país asociado recientemente. Muchas Gracias * Bruno Podestá -Agregado Cultural Embajada de Perú en Uruguay 39 40 Volver al índice Desde una ética de los Derechos Humanos, construyendo democracias. Roberto Garretón* Buenos días a todos. Me honro en representar en este Seminario a la Jueza Louise Arbour, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, para de esa manera responder a la invitación formulada por el Ministerio de Educación y Cultura de la República Oriental del Uruguay, a fin de presentar sus aportes en relación con los fundamentos jurídicos, alcances, contenidos significados y recomendaciones para la construcción del derecho a la Verdad en el derecho internacional. El tratamiento de los temas vinculados a la impunidad de las violaciones de los derechos humanos, como lo sostiene Louis Joinet, el experto de la Comisión de Derecho Humanos de la ONU, tiene origen latinoamericano, y se produce al término de las dictaduras militares que asolaron la región durante las décadas de los 60, 70 y 80. Los horrores vividos, la existencia de una mentira oficial que por un lado negaba los hechos, pero por otro los justificaba, y contradictoriamente terminaba por amnistiarlos, provocaron el clamor del “nunca más”. Quizás sea por ello que los mayores desarrollos doctrinales son los generados por los órganos de protección del sistema interamericano, tanto de la Comisión como de la Corte. En palabras de Douglass Cassel, el desarrollo jurisprudencial por la Comisin y la Corte Interamericana es la doctrina ms restrictiva de la impunidad de todo el sistema internacional de los derechos humanos. No obstante, los órganos del sistema universal también han desarrollado una muy abundante, reiterada y sólida construcción de lo que, visto desde un punto de vista positivo, debiéramos llamar “el derecho a la justicia”. Las disposiciones convencionales básicas son aquellas que consagran, en cada tratado, la obligación del Estado de promover y garantizar los derechos reconocidos en esos instrumentos, obligación que es incompatible con la impunidad. De esas disposiciones, consistentemente interpretadas, fluye la obligación de los Estados Partes en los referidos instrumentos de combatir las violaciones de los derechos humanos, y en caso que ellas ocurran, de sancionarlas con penas adecuadas. Las débiles democracias emergentes propusieron a sus pueblos dos valores, el de la verdad y el de la justicia, como fundamentos de una futura reconciliación. * Roberto Garretón - Chileno, sociólogo y doctor en sociología por L’Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales de París. Profesor titular en el Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile desde 1994. Ex profesor – investigador de la Facultad de Ciencias Sociales (FLACSO) Chile de 1975 a 1995. Coordinador de la Comisión Estado y Política de CLACSO desde 1995. Miembro del Directorio de la Sociedad Chilena de Sociología. 41 Roberto Garretón Al poco tiempo, sin embargo, los esfuerzos iniciales comenzaron a debilitarse, para ofrecer cuotas parciales de verdad, y más parciales aún de justicia, quizás por no considerar, como lo sostiene la actual Alta Comisionada, que “a través de un marco jurídico que honre plenamente los derechos a la verdad, a la justicia y a la reparación de las víctimas se logran conciliar los intereses de la paz con los de la justicia”. Sin embargo, y particularmente después de 1998 y como consecuencia de la detención del ex dictador chileno Augusto Pinochet, los jueces de numerosos países de la región asumieron su misión fundamental de investigar y sancionar crímenes generalmente considerados como de lesa humanidad. La impunidad La dimensión más conocida de la impunidad es la jurídica, judicial o penal, que es, en palabras de Mary Robinson, la ausencia de “sanción efectiva de los responsables de violaciones de derechos humanos e infracciones al derecho internacional humanitario”. Pero se trata de un fenómeno más complejo, en el que también hay que incluir variables políticas, morales e históricas. Todas estas dimensiones tienen un factor común: la mentira. Toda violación de derechos humanos va siempre acompañada de una mentira. De allí la imprescindible necesidad de la verdad. Impunidad poltica. La impunidad política, que es consecuencia de la impunidad jurídica o penal, es la que no distingue entre la forma democrática y la forma criminal de gobernar, de modo que los grandes represores, con su conciencia tranquila y apoyo político, alcanzan las más altas distinciones ciudadanas. ¡Cuántos torturadores, opresores, aprehensores, o censores, terminadas las dictaduras, son legalmente elegidos congresistas, nombrados ministros, jefes provinciales o ejercen la docencia, o se transforman en jueces! Y ¡cuantos dictadores latinoamericanos, al poco tiempo de dejar el poder, son elegidos popularmente como presidentes! La impunidad política consagra un auténtico empate moral, entre quien fue torturado y el torturador, haciendo desaparecer la condena social que todo delito debe producir, especialmente los crímenes que lesionan a la humanidad entera. El mensaje de Nuremberg fue fundamental para la descalificación política y cultural del nazismo. Pero por sí sólo no lo habría logrado. En Nuremberg sólo fueron condenadas 19 personas de las 21 juzgadas, mientras que en otros 12 juicios se juzgó sólo a 185 individuos. El nazismo quedó políticamente destruido, más que por Nuremberg, por las políticas de desnazificación puestas en práctica, primero por el Consejo de Control de los Aliados, y después por los Gobiernos democráticos, y si a veces algún retroceso se advierte, se debe a una relajación de las políticas de desnazificación. 42 Desde una ética de los Derechos Humanos, construyendo democracias. El Comité de Derechos Humanos ha reclamado por la impunidad política. En sus Observaciones finales al Tercer Informe presentado por Argentina, el Comité expresó que le preocupa que “muchas personas que actuaban con arreglo a esas leyes sigan ocupando empleos militares o en la administración pública y que algunos de ellos hayan incluso obtenido ascensos en los años siguientes. El Comité reitera, pues, su inquietud ante la sensación de impunidad de los responsables de graves violaciones de los derechos humanos bajo el gobierno militar”. Y agregó que “las violaciones graves de los derechos civiles y políticos durante el gobierno militar deben ser perseguibles durante todo el tiempo necesario y con toda la retroactividad necesaria para lograr el enjuiciamiento de sus autores. El Comité recomienda que se siga desplegando un esfuerzo riguroso a este respecto y que se tomen medidas para cerciorarse de que las personas que participaron en violaciones graves de los derechos humanos no sigan ocupando un empleo en las fuerzas armadas o en la administración pública” (CCPR/CO/70/ARG de 3 de noviembre de 2000)1 . Respecto de Chile, el Comité agregó sentirse “profundamente preocupado por los enclaves de poder que siguen estando controlados por miembros del antiguo régimen militar”. Impunidad moral Si bien es de carácter subjetivo, tiene profundas consecuencias políticas y jurídicas. La impunidad moral es aquella perversión en que los criminales asumen que un ideal superior los obliga a conductas atroces, pero revestidas de legitimidad, tales como “salvar a la patria”; “salvar la civilización occidental”, etc. Los superiores ordenan a los subalternos asegurándoles que de nada tendrán que arrepentirse, que en nombre de la Patria –o de Dios o de la etnia- todo es lícito y prometiéndoles que nunca serán juzgados. Salvar a la Patria no es delito, sino un acto de honor y de gloria. El histórico “son ellos, o nosotros” del San Bartolomé francés de 1572, es exactamente la misma frase con que el General Emilio Ponce arengó a los que encargó de eliminar a los jesuitas en El Salvador en 1989, y con la que numerosos militares chilenos justifican hoy lo que hicieron bajo Pinochet. Ninguno se siente delincuente, sino héroe y no logran entender que ahora se les juzgue y encarcele por hechos que consideran lícitos. He citado al General Ponce, pues desde 2003 ha reorganizado el más temido de los batallones de la época de la guerra, con el mismo argumento de entonces: “hay una amenaza real a este sistema, hay que mantener al país en el camino correcto. La agresión comunista es totalitarista y busca introducir un sistema como el cubano”. Desde luego, sobre esas bases de convivencia no es posible la construcción de una sociedad justa. Nuevamente acierta el Comité de Derechos Humanos, y por ello reclama políticas de educación en derechos humanos. En sus observaciones finales al cuarto informe sobre Venezuela, en marzo de 2001, exigió al Estado Parte “intensificar los programas de educación en derechos humanos de todas aquellas 43 Roberto Garretón fuerzas del Estado cuyas funciones estén relacionadas con el tratamiento de detenidos”. En las observaciones al informe inicial de Brasil aludió expresamente a la necesidad de una educación que sensibilizara a los miembros de las policías: para prevenir y combatir las violaciones de los derechos humanos cometidas por miembros de las fuerzas de seguridad se requieren medidas como “la educación y sensibilización, en materia de derechos humanos de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley” (CCPR/C/79/Add. 66, párrafo 19, 24 de julio de 1996). Impunidad histórica. La impunidad histórica es la mentira y es el olvido. Los Estados que violan los derechos humanos se apoyan, siempre, en la mentira. Desde la negación de los hechos, hasta su justificación, sin importar la contradicción esencial entre ambas explicaciones. Dentro del combate a la impunidad, el derecho a la verdad ha ido consagrándose cada vez más como un derecho autónomo. Si bien no está explícitamente consagrado en algún Pacto o Declaración, sí ha tenido un importante desarrollo en la práctica de los organismos internacionales de supervisión de los derechos humanos. Quizás si el primer reconocimiento formal fue el de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en su célebre informe de 1986, relativo al caso de Argentina: “Toda sociedad tiene el irrenunciable derecho de conocer la verdad de lo ocurrido, así como las razones y circunstancias en las que aberrantes delitos llegaron a cometerse, a fin de evitar que esos hechos vuelvan a ocurrir…”, agregando que “a la vez, nada puede impedir a los familiares de las víctimas conocer lo que aconteció con sus seres más cercanos”. Con posterioridad también la Corte Interamericana ha respaldado la misma opinión, con un mayor énfasis en el carácter de derecho personal de las familias que en el derecho de la sociedad. Los casos más emblemáticos son los de Bamaca (25 de noviembre de 2000), Barrios Altos (14 de marzo 2001), Durand y Ugarte (16 de agosto de 2000). Instrumento privilegiado para la consagración del derecho a la verdad han sido las llamadas genéricamente “Comisiones de la Verdad”2 . Las Comisiones de la Verdad nacieron en América Latina, específicamente en Argentina en 1983, al término de la dictadura militar. Si bien no son -o no debieran sersubstitutos de la justicia, suelen percibirse como tales. En realidad su función es básicamente de recuperación de la verdad histórica, tan dañada por el discurso dictatorial; de establecimiento de los hechos en su globalidad lo que no logra normalmente el proceso penal que busca responsabilidades individuales. Normalmente no determinan responsabilidades individuales, salvo en El Salvador y en la República de Sudáfrica, en la que, además la Comisión estuvo facultada para aplicar o eximir de pena a quienes negaran o aportaran información. Según la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, las Comisiones de Verdad sirven de importante herramienta en la lucha contra la impunidad en una sociedad que ha sufrido por años la violencia. Para ello, agrega, deben identificar a los perpetradores que sea posible; señalar los roles de cada actor 44 Desde una ética de los Derechos Humanos, construyendo democracias. en el perpetuación de la violencia, y compensar a los sobrevivientes y sus familias en cuanto sea posible. La lucha contra la impunidad ha de ser perpetua. No se agota con el acto de una sanción, penal o política: debe perdurar, y de allí que hoy numerosas organizaciones no gubernamentales e instituciones académicas centran su actividad en mantener “la memoria”. Por eso la última Conferencia Mundial sobre Racismo, Discriminación Racial, Xenofobia e Intolerancia conexa, por ejemplo, recordó que “jamás debe olvidarse el Holocausto”. Hoy el derecho a la verdad, parte integrante y fundamento de hecho del derecho a la justicia está consolidado. Joinet ha propuesto, entre sus principios de la lucha contra la impunidad, los siguientes cuatro vinculados directamente con la verdad, y que él generaliza como “el derecho a saber”: Principio 1 - El derecho inalienable a la verdad, que concierne a los pueblos: “Cada pueblo tiene el derecho inalienable de conocer la verdad sobre los acontecimientos pasados, así como sobre las circunstancias y las razones que llevaron, por la violación masiva y sistemática de los derechos humanos, a la perpetración de crímenes aberrantes. El ejercicio pleno y efectivo del derecho a la verdad es esencial para evitar en el futuro que tales actos no se reproduzcan. Principio 2 - El deber de la memoria. El conocimiento por un pueblo de la historia de su opresión pertenece a su patrimonio y, como tal, debe ser preservado por medidas apropiadas en el nombre del deber a la memoria que incumbe al Estado. Esas medidas tienen por objeto la finalidad de preservar del olvido la memoria colectiva, principalmente para prevenir el desarrollo de tesis revisionistas y negacionistas. En este sentido, la educación en derechos humanos no puede prescindir de la historia. En un pasaje magistral, la Comisión de la Verdad del Uruguay expresó la necesidad que se ensee y estimule a todo nivel, a partir del anlisis crtico de la triste realidad que vivi el pas durante los aos sesenta y hasta principios de los ochenta, la plena vigencia de conceptos, valores y principios que hacen a nuestra propia esencia como Nacin y son la mejor garanta contra toda forma de violencia y arbitrariedad (prrafo 81, literal b. del Informe de la Comisin para la Paz). Principio 3 - El derecho de saber de las víctimas. Independientemente de toda acción en Justicia, las familias de las víctimas tienen el derecho de conocer la verdad en lo que concierne a la suerte que fue reservada a sus parientes. En caso de desaparición forzada o de secuestro de niños este derecho es imprescriptible. La Comisión de Derechos Humanos, en su resolución 2005/66, que trata directamente “el derecho a la verdad”, da otro paso hacia adelante, al proclamar que este derecho incluye “conocer la verdad de los sucesos ocurridos, en particular la identidad de los autores de los hechos que dieron lugar a las violaciones”. Y agrega que este derecho es “una necesidad imperativa”. No está demás destacar que la resolución, presentada por la Argentina, fue adoptada por consenso, es decir, estuvieron de acuerdo todos los Estados miembros. 45 Roberto Garretón Particular importancia tiene la preservación de los archivos que registran las violaciones de los derechos humanos. Pero obsérvese que no se trata sólo de los archivos formados por las víctimas y las agrupaciones de defensa de derechos humanos que los formaron. También deben ser de conocimiento públicos los archivos de los organismos represores. La Comisión de Derechos Humanos de la ONU no distingue: “los Estados deberían preservar los archivos y otras pruebas relativos a violaciones manifiestas de los derechos humanos y violaciones graves del derecho internacional humanitario para facilitar el conocimiento de tales violaciones, investigar las denuncias y proporcionar a las víctimas acceso a un recurso efectivo de conformidad con el derecho internacional”. Quizás este derecho a la verdad tenga un desarrollo mayor en los próximos años, especialmente si lo vinculamos con el concepto de crímenes de lesa humanidad. La conceptualización de estos crímenes se basa en el principio que, siendo la humanidad entera la afectada por su perpetración, toda ella tiene interés en su sanción. Del mismo modo, entonces, toda ella es titular del derecho a la verdad, y ningún Estado puede adjudicarse la titularidad de la verdad: ella pertenece a todos los miembros de la familia humana. Principio 4 - Garantías destinadas a hacer efectivo el derecho de saber. Corresponde a los Estados el tomar las medidas apropiadas para hacer efectivo el derecho de saber. Cuando las instituciones judiciales fallan, la prioridad debe ser, en una primera etapa, las medidas tendientes, por una parte, a la creación de comisiones no judiciales de investigación y por otra, a la preservación y al acceso a los archivos. Impunidad jurídica Desde Nuremberg se ha ido estableciendo un corpus iuris cada vez más sólido, tanto desde el punto de vista penal como procesal para impedir la impunidad. Los principios de Nuremberg; la Convención sobre represión y castigo del crimen de genocidio; la Convención sobre represión y castigo del crimen de apartheid; la Convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes; la Convención sobre imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y de lesa humanidad; los Pactos de derechos humanos que exigen a los Estados garantizar el respeto de los derechos humanos; los Estatutos de los Tribunales para la ex Yugoslavia y para Ruanda y de la Corte Internacional Permanente; los proyectos de Códigos de crímenes internacionales; las resoluciones de las Comisiones regionales de Derechos Humanos y de las dos Cortes especializadas, y un Conjunto de Principios adoptados por los organismos internacionales, etc., no pueden ser hoy desconocidos, y dejar en la impunidad crímenes que agravian a la humanidad entera. Este corpus juris funciona sobre la base de tres órdenes de tribunales: (a) desde luego, los tribunales de jurisdicción interna del lugar en que se cometió el delito; (b) tribunales extranjeros actuando en el ejercicio de la llamada jurisdicción universal; y (c) tribunales penales internacionales. Por la naturaleza de este Seminario, sólo referiré a los primeros. 46 Desde una ética de los Derechos Humanos, construyendo democracias. Desde luego, los tribunales nacionales son los jueces naturales para conocer delitos cometidos en el territorio de su jurisdicción, y así se desprende de todas las normas procesales, nacionales e internacionales. Lamentablemente, no todos los tribunales nacionales cumplen debidamente su función en el combate a la impunidad, y, peor aún, muchos de ellos se han transformados en garantes de la injusticia. Me refiero a los tribunales militares. En su comentario general N° 14, el Comité de Derechos Humanos estimó que si bien los tribunales militares no son per se contrarios al Pacto, en la práctica se han transformado en garantes de la falta de responsabilidad para los responsables de violaciones a los derechos humanos. Respecto a Chile, al conocer del Cuarto Informe periódico, en marzo de 1999, el Comité criticó que “la jurisdicción amplia de los tribunales militares para conocer de todos los casos relacionados con el enjuiciamiento de personal militar y sus facultades de juzgar causas pertenecientes a los tribunales civiles, contribuyen a la impunidad de que goza dicho personal y que impide su castigo por las violaciones graves de los derechos humanos. Además, la persistente jurisdicción de los tribunales militares chilenos para procesar a civiles no es acorde con el artículo 14 del Pacto”. Y, en consecuencia, el Comité recomendó “que se enmiende la ley para limitar la jurisdicción de los tribunales militares solamente al enjuiciamiento de personal militar, acusado de delitos de carácter exclusivamente militar”. En las Observaciones Finales al Cuarto Informe sobre Guatemala, el Comité sostuvo que “la jurisdicción amplia de los tribunales militares para conocer de todos los casos relacionados con el enjuiciamiento de personal militar y sus facultades de fallar causas pertenecientes a los tribunales comunes, contribuyen a la impunidad de que goza dicho personal e impide su castigo por violaciones graves de los derechos humanos, como lo reconoció el Estado Parte al incluir las reformas que no fueron aprobadas en el referéndum de 1999”; por lo que recomendó “enmendar la ley para limitar la jurisdicción de los tribunales militares al enjuiciamiento de personal militar acusado de delitos y faltas de carácter exclusivamente militar (artículos 6, 7, 9 y 14 del Pacto) (agosto de 2001). Igual recomendación hizo el Comité al Brasil al conocer de su informe inicial (julio 1996), y en un sinnúmero de otros casos. Más todavía, conociendo el Comité el Cuarto Informe de la República Dominicana, “deploró que la Policía Nacional tenga a su cargo un órgano judicial propio, ajeno al establecido por la Constitución para juzgar las faltas y delitos de sus miembros”, lo que atenta a la igualdad frente a la ley, por lo que recomendó que los juzgamientos por delitos comunes cometidos por la Policía deberían ser trasladados a la justicia civil ordinaria. Por el contrario, conociendo el cuarto informe del Ecuador, el Comité acogió “con beneplácito la información de que se ha limitado la jurisdicción de los tribunales militares a los miembros de las fuerzas armadas en ejercicio de sus funciones oficiales, que esos tribunales no tienen jurisdicción sobre los civiles, y que los casos de violaciones de los derechos humanos por miembros del ejército y de las fuerzas de seguridad corresponden a la jurisdicción de los tribunales civiles” (julio de 2001). 47 Roberto Garretón El procesamiento de los responsables de violaciones de los derechos humanos es opuesto a las leyes de amnistía que dictan los países para los delitos que adquieren el carácter de crímenes de lesa humanidad. Muchas veces estas leyes tienen nombres bastante ajenos a su objetivo manifiesto. En Uruguay se llamó “caducidad de la pretensión punitiva del Estado”; en Argentina, las dictadas durante la última de la época militar fueron denominadas como “de pacificación nacional”, y las promovidas en regímenes democráticos “obediencia debida”, “punto final” y otros. El efecto de estas leyes es contrario al Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, como también lo es a la Convención Americana de Derechos Humanos. Los dos órganos del sistema interamericano las han condenado en forma explícita en informes y sentencias relativas a Chile, Argentina, Uruguay, Perú, El Salvador y Guatemala, y han recomendado a los Estados su derogación sin más. El Comité de Derechos Humanos ha proclamado su postura contraria a las leyes de amnistía, tanto en sus Comentarios Generales, como en sus Observaciones Finales relativas a informes de los Estados, y en observaciones recaídas en comunicaciones individuales. La Observación General N° 20 sostiene que “las leyes de amnistía respecto de las violaciones de los derechos humanos son generalmente incompatibles con el deber del Estado de investigar esas violaciones, garantizar que las personas no estén sujetas a dichas violaciones dentro de su jurisdicción y velar por que no se cometan violaciones similares en el futuro”. Por último, el Comité de Derechos Humanos y la Comisión y la Corte Interamericanas, cada día reiteran que uno de los instrumentos más eficaces de justicia y de lucha contra la impunidad es el ejercicio efectivo de la obligación del Estado de reparar e indemnizar a las víctimas de atropellos a los derechos humanos. Se trata de una obligación que a estas alturas ya puede considerarse, incluso para los Estados que se resisten a hacerlo, parte de los instrumentos internacionales de derechos humanos, que ha adquirido categoría de derecho internacional consuetudinario. Cada año se aprueban resoluciones en la Comisión de Derechos Humanos sobre esta materia, cada día son más frecuentes e insistentes las observaciones e informes de los organismos de control internacional que se refieren a este derecho humano y a la consiguiente obligación estatal. En lo que se refiere a nuestra región, en prácticamente todas las observaciones finales recaídas en los informes de todos los Estados, el Comité insiste en recomendar pago de una indemnización a las víctimas; dar una indemnización apropiada; reparar las consecuencias, etc. Muchas gracias 1 En el mismo sentido, Observaciones al Segundo informe sobre Bolivia, en que manifestó su inquietud porque “los miembros de las fuerzas armadas y otros funcionarios públicos que participaron en las violaciones más graves de los derechos humanos no han sido destituidos y continúan manteniendo sus cargos, lo cual refuerza la impunidad dentro del Estado Parte” (mayo de 1997). 48 Desde una ética de los Derechos Humanos, construyendo democracias. Y respecto de la ley de El Salvador agregó que “Además, si no se excluye a los responsables (de las violaciones masivas de los derechos humanos ocurridas en el pasado) de todos los cargos públicos, en particular en las fuerzas armadas, la policía nacional y la judicatura, se perjudicará gravemente la transición a la paz y la democracia” (CCPR/C/79/add.34, párrafo 34, de 18 de abril de 1994). En las recomendaciones señala expresamente que “exhorta a que se adopten medidas vigorosas y continuas para garantizar que las personas estrechamente asociadas a violaciones de los derechos humanos no vuelvan a ingresar en la fuerza de policía, en el ejército o en las fuerzas de seguridad”. 2 “Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas” (Argentina, 1984); de Verdad y Reconciliación (Chile 1990 y Sudáfrica 1998); Comisión de la Verdad (El Salvador, 1993); Comisión Nacional de Verdad y Justicia (Haití, 1994); Comisión para el Esclarecimiento Histórico (Guatemala, 1997); Comisión de Paz (Uruguay 2000); Comisión de la Verdad y Reconciliación, (Perú 2000, no obstante el Decreto Supremo Nº 65/2001, la denomina sólo Comisión de la Verdad) y otros. 49 Volver al índice Dr. Ricardo Cordido* Ante todo, agradezco al gobierno de la República Oriental del Uruguay, a los Estados miembros y Asociados del MERCOSUR y a la Dra. Ma. Elena Martínez, por permitirle a la delegación de Venezuela compartir con ustedes esta tarde. Y aprovecho para augurarme que si Dios quiere este mismo año, Venezuela pasará a formar parte como miembro pleno del MERCOSUR. Básicamente después de esa excelente exposición del Dr. Roberto Garretón no queda mucho más por hablar. Fundamentalmente la exposición de Venezuela, además de compartir experiencias que presento hoy al MERCOSUR, se basa en propuestas que se han realizado en el seno de la democracia venezolana. Tenemos mucha experiencia en el área de la democracia, ya que Venezuela tiene muchos años en el ejercicio de la misma, y he visto a lo largo de este día, que se ha hablado mucho sobre las dictaduras militares. Quería reflexionar con ustedes acerca de que la democracia sola, no evita la violación de los Derechos Humanos, eso es importante tenerlo en cuenta. No creamos que por pasar de un gobierno de facto a una democracia representativa, ya se acaban los problemas y bienvenidos son la democracia y los Derechos Humanos. En ese sentido en Venezuela, como lo dijo anteriormente el diputado de la Asamblea, Vicepresidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, la mayoría de las violaciones de Derechos Humanos, las desapariciones forzosas, las torturas, etc., ocurrieron durante la época democrática, durante la democracia representativa. Para contrarrestar esto, en Venezuela se implementó, a partir del año 1999, lo que llamamos nosotros “la democracia participativa y protagónica”, la que involucra a la ciudadanía en general, a la sociedad civil, al pueblo, a la gente común, a quien la hace participar y formar parte de todo el Estado y del gobierno En ese sentido, la democracia participativa, ha involucrado una cantidad de actores, entre estos quiero resaltar la presencia de las mujeres que ahora tienen una participación mucho mayor en la vida activa, a través del Instituto Nacional de la Mujer. Se ha involucrado también a los niños, a las niñas y los adolescentes, a través del Consejo Nacional de Derecho del Niño Adolescente. Se ha involucrado a los indígenas que representan en Venezuela aproximadamente el 2 por ciento y antes no eran tomados en cuenta, eran completamente excluidos. Además tenemos una representación de hecho en la Asamblea Nacional, de una parte muy llamativa de la población indígenas. Involucramos ahora también, a los adultos mayores; nosotros normalmente los llamamos ancianos, pero hoy en día se les llaman adultos mayores en Naciones Unidas. Los afro descendientes cada vez participan más en la sociedad venezolana, al igual que las personas con discapacidad. Estos son hechos importantes y relevantes, que nos gusta compartir con ustedes, para que vean todo lo que está ocurriendo en Venezuela. * Dr. Ricardo Cordido - Asesor en Derechos Humanos del Ministerio de Relaciones Exteriores República Bolivariana de Venezuela 50 Desde una ética de los Derechos Humanos, construyendo democracias. De hecho recientemente, tuve la oportunidad de participar en el 56ª Reunión del Comité Ejecutivo del ACNUR1 , en Ginebra, donde pude conocer al Secretario General. Ellos quedaron gratamente impresionados de la delegación venezolana, que estaba compuesta, justamente, de una manera pluricultural y multiétnica, y dijeron que era la primera vez que veían de parte de un país una diversidad de esa característica. Y eso es justamente Venezuela, esos son nuestros países latinoamericanos. Todos tenemos esa mezcla que nos hace tan interesantes. Otra propuesta que lleva a cabo el gobierno bolivariano del presidente Hugo Chávez, es la Carta Social de las Américas. Esta Carta en el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA), busca profundizar en los derechos económicos, sociales y culturales, además de los civiles y políticos, que ya están enmarcados en la Carta democrática. Esta Carta busca ir más allá, a la raíz de todos nuestros problemas, por lo menos los problemas de Venezuela específicamente. Solicitamos como ya está ocurriendo en la OEA, el apoyo de todos para que esa iniciativa se siga discutiendo y se lleve adelante. De nada servirían todos estos pactos que hemos hablado anteriormente, la Declaración de los Derechos Humanos del 10 de diciembre de 1948, ni los pactos sucesivos, ni las diferentes convenciones que se han realizado, si no se pusieran en práctica esos Derechos Humanos. Esta parte del Seminario justamente habla de eso, de construir la democracia, a través de los Derechos Humanos, que de nada servirían si no los ponemos en práctica. En ese sentido es que Venezuela sé están poniendo en práctica las Misiones; imagino que muchos de ustedes saben lo que son. Las Misiones son poner en práctica esos Derechos Humanos, llevarlos del papel, de la teoría, a la práctica, eso es muy importante y fundamental. Ya son más de 12. Quiero mencionarles la Misión Barrio Adentro, donde abordamos el derecho a la Salud, área en la que se han hecho importantes avances. Normalmente en Venezuela existían los hospitales, los grandes hospitales; pero las zonas más pobres no tenían acceso a ellos. Los pobres tenían que acercarse a los hospitales, hoy en día son los hospitales, los médicos, los que se acercan al pueblo, a la ciudadanía en general. Eso ha significado un cambio sustancial y muy efectivo. Otra de las Misiones importantes, es la Misión Robinson, que consagra el derecho a la Educación. A través de ella han alfabetizadas más de 1.5 millones de personas, dato éste avalado por las Naciones Unidas. Luego tenemos la Misión Habitad, que consagra el derecho a la Vivienda. La Misión Mercal, que consagra del derecho a la Alimentación. Todas estas misiones, lo que hacen es poner en práctica los Derechos Humanos, porque de nada sirve que nos sentemos hoy aquí, a hablar y hablar sobre Derechos Humanos, sino los ponemos en práctica y si la gente realmente no entiende de lo que se trata. 51 Dr. Ricardo Cordido Como decía el Dr. Garretón, la educación sobre los Derechos Humanos hoy en día es algo fundamental, y en Venezuela, se están educando a los diferentes cuerpos, policiales, militares, civiles, para que profundicen los mismos. Y por último, me gustaría hablar de lo que es el Alba, yo sé que recientemente se habló algo, pero es básicamente, la alternativa bolivariana para las Américas. Es una iniciativa que busca profundizar los Derechos Humanos, en la parte económica social y cultural, es básicamente hacer una realidad de esos Derechos Humanos pero en un sentido muy latinoamericano, muy nuestro y desde nuestra perspectiva, no importando modelos sino haciendo algo completamente nuestro. Para finalizar, simplemente quiero decir que Venezuela se mantiene firme en la promoción, divulgación y respeto a los Derechos Humanos. Por ello creo que este Seminario es clave para nosotros como país que próximamente ingresará en el MERCOSUR. Es importante escucharlos para aprender, y presentar nuestros pequeños aportes, modestos, pero esperamos que útiles. Muchas gracias 1 52 ACNUR – Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados Volver al índice Desde una ética de los Derechos Humanos, construyendo democracias. Lic. Patricia Valdéz* Buenas tardes y muchas gracias por la invitación a participar de esta reunión de Autoridades en Derechos Humanos del MERCOSUR. Voy a tratar de hacer algunos comentarios, algunas notas, básicamente en función de las exposiciones que escuchamos en la mañana de parte de los representantes de los Estados, con la esperanza de que contribuyan, de alguna manera, a que avancemos un poco más hacia niveles de concreción en los tres temas Memoria, Verdad y Justicia que convocan a ésta reunión. Nuestros países han compartido un pasado signado por la ruptura del Estado de Derecho, la represión ilegal y clandestina que dejó un saldo de miles de desaparecidos, asesinados y torturados, con secuelas en las familias, en la vidas cotidianas de nuestras sociedades, en la cultura política y en los ordenamientos jurídicos que, todavía en muchos aspectos, no aseguran la vigencia de derechos y garantías para la población, en particular para los más débiles. Los gobiernos ilegítimos de entonces actuaron de manera coordinada y traspusieron las fronteras para llevar adelante sus prácticas sistemáticas de persecución y eliminación física de los opositores. Estamos hoy en un contexto radicalmente distinto -y pensando en el título del panel de esta tarde- muchos de los que aquí estamos presentes trabajamos durante largos años, hablando de los Derechos Humanos como ética de la política. Hoy nos toca ser más creativos para incorporar los Derechos Humanos en la construcción de las democracias de nuestros países. Por eso valoramos muy especialmente, la puesta en marcha de este espacio de diálogo y tratamiento de propuestas sobre temas claves de Derechos Humanos en el ámbito del MERCOSUR y Estados Asociados, que son esenciales para garantizar el funcionamiento pleno de las instituciones democráticas. El desarrollo del plan de trabajo que se propone la reunión de Autoridades competentes en Derechos Humanos debiera traducirse en medidas concretas de avances en los países del MERCOSUR y sus Estados Asociados, en temas ejes que tienen que ver con la profundización en el conocimiento de la verdad, la actuación eficaz de la justicia, el resguardo de la herencia documental y la contribución a la construcción de memoria social. Esta última es parte esencial de nuestras identidades nacionales y de nuestra identidad como región latinoamericana. A la vez, para asegurar los pasos que ya se han transitado y los que vendrán, en lo que respecta a los ejes principales de esta acción en Derechos Humanos debe proponerse tomar medidas que aseguren conseguir una difusión amplia en cada uno de los países que conformamos el MERCOSUR, para que sean asumidos por funcionarios y organizaciones gubernamentales, por organizaciones de la sociedad civil y sobre todo por la opinión pública. * Lic. Patricia Valdéz - Argentina, licenciada en Trabajo Social por la Universidad Nacional de Córdoba y Master en ciencias sociales en FLACSO – Buenos Aires. Desde 1995 integra la comisión directiva del Centro de Estudios Legales y Sociales –CELS. Ex Directora de la Comisión de la Verdad de El Salvador (1992). Ex Coordinadora Nacional de Derechos Humanos de Perú. Directora Ejecutiva de Memoria Abierta de Argentina. 53 Lic. Patricia Valdéz El compromiso de nuestras sociedades para incorporar la memoria del pasado y las acciones que desde el Estado se emprendan en apoyo de este proceso, no pueden basarse en valorar a las memorias sólo como conocimientos de hechos históricos, o como evocación nostálgica de cambios estructurales intentados y fracasados, o como recuerdo épico de personas y grupos. La memoria resulta significativa, indispensable y vital para nuestro presente porque dice algo sobre las situaciones que hoy están viviendo nuestros países. En este sentido, propongo un esfuerzo en la difusión amplia de los avances en materia de verdad, pero sobre todo de justicia, porque esa será la clave, que promueva una conciencia social y una cultura ciudadana respetuosa de los Derechos Humanos y refractaria a los brotes y las tentaciones autoritarias a la que nuestros países pueden deslizarse, cuando se trata de hallar soluciones a los graves problemas de exclusión social que tenemos en el presente. Pretendemos que los países de MERCOSUR y de América Latina, en general, sean una región con memoria. Una memoria que se alimenta del conocimiento progresivo y cada vez más profundo y minucioso de la verdad de los hechos del pasado reciente, un componente básico que da lugar y profundiza la acción de la justicia. ¿Podemos formular algunos indicadores, que nos permitan evaluar cuán cerca o cuán lejos estamos de ser una región con memoria? Escuchando las exposiciones de la mañana, estaba tratando de pensar cómo desde el Estado y desde la sociedad civil, podemos construir o establecer algunos criterios que nos permitan, más allá de las afirmaciones centrales, evaluar avances específicos. Me parece que algunos de los documentos que integran la carpeta que recibimos esta mañana, constituyen programas de acción y proveen criterios más que amplios para formular indicadores. En particular me refiero al documento de Naciones Unidas que hiciera mención Roberto Garretón, escrito entre otros por Louis Joinet. En todo caso, sólo voy a plantear algunos criterios que desde las organizaciones defensoras de Derechos Humanos valoramos especialmente. Me estoy refiriendo a los Derechos Humanos como un componente esencial de la relación entre nuestros países y los Derechos Humanos como orientadores de la política exterior de cada país, en relación con el mundo. El apoyo irrestricto a las decisiones de los foros interamericanos en favor del respeto a los Derechos Humanos y el avance en la formulación de garantías. Me refiero a cuestiones especificas como la resolución de “Lapacó” referida al Derecho de la Verdad, la resolución de “Barrios Altos” referida a la imprescriptibilidad de crímenes de lesa humanidad, las resoluciones en el caso “Mirna Mac” sobre la imposibilidad de alegar secretos de Estado cuando se trata de documentos que echan luz sobre crímenes de lesa humanidad. Y todas las resoluciones referidas a las políticas de reparación. Ese apoyo de parte de nuestros países debe traducirse en cumplimiento de las decisiones de los órganos interamericanos en los propios países, así como en el impulso a nuevas investigaciones y resoluciones que afirmen lo ya avanzado. 54 Desde una ética de los Derechos Humanos, construyendo democracias. Afirmar un rol de apoyo y de complementariedad en las instancias interamericanas, que tanto ha costado consolidar me parece que podría ser uno de los ejes del trabajo coordinado por parte de los países de MERCOSUR y Estados Asociados en las Asambleas de OEA y otros foros que trabajen sobre estos temas. Un criterio que me parece central -que la realidad de los regímenes democráticos en la región me parece que da una base auspiciosa para trabajar en este sentido- es que las medidas de avance en términos de Justicia, de Verdad y de apoyo a la construcción de Memoria social, permanezcan en el tiempo como políticas de Estado de carácter estratégico, trascendiendo las presentes administraciones gubernamentales. Finalmente, quisiera formular algunas notas concretas en relación con los tres temas del Seminario. Tanto los esfuerzos de Verdad como los esfuerzos de Memoria deben estar claramente orientados, porque los resultados, justamente, se ven en este tercer ámbito, que es el ámbito de la Justicia. En el caso del tema de Verdad - como ya todos lo hemos señalado - es importante recalcar la importancia de sostener el Derecho a la Verdad ya consagrado a nivel interamericano y a nivel de las Naciones Unidas. Quiero también enfatizar dos instrumentos que nos acercan al conocimiento de la verdad: las exhumaciones y la reparación por parte del Estado a las víctimas. Las exhumaciones en particular aportan el derecho a la verdad, en tanto brindan evidencia incontrastable sobre cómo y de qué manera el Estado aplicó su práctica ilegal y eliminó a quienes se le oponían. En relación a los Archivos, retomando la exposición de la mañana de los representantes de Brasil, me parece que se han hecho, en general, avances importantes en todos los países de MERCOSUR en lo que significa rescatar archivos que dan cuenta de lo ocurrido durante los períodos autoritarios o durante los períodos de dictadura. En algunos casos, también con avances desiguales, hay organización y preservación de esos documentos. Sin embargo tenemos un déficit, que compartimos todos, y es que no hay en los países de la región una ley de acceso a la información pública, en la mayoría de ellos no hay una ley de archivos y no hay una ley que determine con claridad el tema de los secretos de Estado. Estas aparecen con claridad como las prioridades para trabajar en el tema de archivos. En los últimos dos o tres años se han sucedido muchos foros y mesas de discusión sobre “Archivos” y “Dictadura”. Desde las organizaciones no gubernamentales en Argentina, hicimos un relevamiento que dio lugar a una Guía de archivos en Derechos Humanos en MERCOSUR, que incluye a Chile, y que tiene hasta el momento censados 33 archivos. El mismo se está ampliando con la inclusión de los archivos de Perú y de otros países andinos que se incorporarán en estos meses. Pero falta debatir la manera de avanzar sobre formas concretas y democráticas de acceder a la información; separando la discusión del tema secretos de Estado que no es más que un artilugio, una manera de confundir temas. Finalmente me parece importante señalar, que si bien se han recuperado bastantes archivos referidos a policías políticas, es casi un común denominador 55 Lic. Patricia Valdéz que los países de la región no han podido acceder aún a los archivos militares y la mayor parte de la documentación que atesoran los Estados, es documentación sobre el pasado construida en democracia, sea por las comisiones de verdad o comisiones investigadoras y en particular por documentación aportada por las víctimas. Por lo tanto, me parece que una manera concreta de avanzar en políticas de Estado referidas a archivos, es avanzar sobre la determinación de existencia, de lo que son los archivos militares. Hay que trabajar sobre las medidas temporales de embargo, que en algunos casos a fuerza de acumular períodos se convierten en infinitas, y de incorporar criterios democráticos y de transparencia al manejo de esa información. En el caso de la Justicia, dos cuestiones muy breves porque ya básicamente se ha dicho todo Me parece, que pese a los obstáculos la aspiración en medidas concretas, la aspiración de obtener justicia sobre los crímenes del pasado, atraviesa los países de MERCOSUR. En aquellos que se ha avanzado en la nulidad de leyes de impunidad, hace falta trabajar, en fortalecer, en mejorar, en cambiar las condiciones estructurales que hagan posible la acción de la justicia. Esto implica desde la provisión de medios a la preservación y rapidez para el acceso a los archivos, así como el fortalecimiento de las unidades de fiscales que son, finalmente, las que dan dinamismo a estos procesos. Finalmente sobre el tema de Memoria, quiero decir que la memoria como el pasado resulta un tema central del presente, porque alude directamente a la búsqueda de Verdad y Justicia y estas últimas son las que permiten hablar de temas de Derechos Humanos en la misma construcción de una lógica democrática de gobierno. Por eso el tema Memoria - en mi opinión particular se trabaja a partir de tres temas centrales, el tema de archivos, a los que ya me referí, y en vez de dos voy a decir un solo tema: el tema de educación. En él quisiera remarcar que un elemento central es mostrar lo que es evidencia, lo es procurar su preservación; son los lugares donde se produjeron hechos de represión. Es decir, aquellos sitios históricos que son testimonio vivo del funcionamiento ilegal del aparato del Estado son vehículos privilegiados de educación, aunque no en sí mismos. Necesitan de una acción que desde el Estado trabaje en su preservación y en su uso público en coordinación con aquellos grupos que desde la sociedad tienen vinculación, interés o simplemente conciencia cívica de su preservación. Trabajar sobre los lugares históricos que aluden a la memoria de nuestro pasado reciente es un imperativo y es una obligación. Sobre la relación Estado y Sociedad Civil, me parece que es a partir de programas específicos y concretos, donde las organizaciones de Derechos Humanos que llevaron adelante una lucha obstinada durante tantos años podemos aportar sobre todo a la sostenibilidad de programas que puedan aterrizar en medidas y cambios concretos. Creo que es un rol del Estado que en nuestros países se está reconstituyendo, después de una etapa de políticas que se orientaron a su reducción a la mínima expresión y a su desintegración. Es importante recordar desde la sociedad civil, que cuando el Estado se achica no es la sociedad civil la que gana, sino 56 Desde una ética de los Derechos Humanos, construyendo democracias. que gana el poder económico y que cuando el Estado se pone renuente a la participación de la sociedad civil, otra vez los que ganan son los intereses del poder económico y los intereses que no quieren que los Derechos Humanos y la participación cívica sea un elemento dinamizador de estas democracias, que tanto nos costó conseguir y hoy estamos tratando de hacer duraderas. Muchas gracias. 57 Volver al índice Sra. Simone Botelho * Relatório Comissão Lei 9140/95 - Brasil No Brasil existem duas Comissões ativas a nível federal que tratam de reconhecimento da responsabilidade do Estado repressivo em danos morais e materiais a pessoas que participaram ou foram acusadas de terem participado de atividades políticas. A Comissão de Anistia que pertence ao Ministério da Justiça e que trata da indenização por danos materiais sofrido por pessoas durante o regime ditatorial. E a Comissão Especial de Mortos e Desaparecidos Políticos instituída pela Lei nº 9140 de 4 de dezembro de 1995 que será o foco da minha explanação. Na Lei 9.140/95, o Estado brasileiro reconheceu como mortas às pessoas desaparecidas no período de 2 de setembro de 1961 a 15 de agosto de 1979. Com a promulgação desta Lei o Estado brasileiro reconheceu a responsabilidade no desaparecimento forçado de 136 pessoas relacionadas no Anexo I (Cabe destacar que essa lista era a apresentada pelas entidades de defesa dos Direitos Humanos, Grupo Tortura Nunca Mais e que consta no Dossiê dos Mortos e Desaparecidos Políticos a partir de 1964), além de prever ainda a criação de uma Comissão Especial que tem por incumbência a análise dos requerimentos e documentos nos processos encaminhados por familiares de mortos e desaparecidos políticos. Esta comissão, que tem por integrantes: o Ministério Publico Federal , Ministério das Relações Exteriores , a Comissão de Direitos Humanos do Poder Legislativo, as Forcas Armadas, o representante dos familiares de mortos e desaparecidos políticos, em uma primeira fase de trabalho, que compreendeu os anos de 1996 a 2003, reconheceu além dos casos que contavam no Anexo I da Lei, casos de pessoas que por terem participado ou por terem sido acusadas de participação em atividades políticas, no período de 2 de setembro de 1961 a 15 de agosto de 1979, tenham falecido, por causa não naturais, em dependências policiais ou assemelhadas. Nesta etapa foram protocolados 373 processos, referente a 366 vítimas e realizadas 26 Reuniões Ordinárias. Sendo reconhecido a culpabilidade do estado em 282 casos. Em 14 de agosto de 2002, foi promulgada a Lei nº 10.536 que alterou a Lei nº 9140 de 4 de dezembro de 1995, e ampliou o período de abrangência, para de 02 de setembro de 1961 a 5 de outubro de 1988 e reabriu o prazo por mais cento vinte dias para apresentação de novos requerimentos. * Sra. Simone Botelho - Secretaria Ejecutiva de la Comisión de muertos y desaparecidos Brasil 58 Desde una ética de los Derechos Humanos, construyendo democracias. Em 24 de março de 2004, foi publicada a Medida Provisória nº 176 (Lei 10875/2004) alterando a Lei 9.140 de 1995, ampliando os critérios de reconhecimento, contemplando as vitimas de manifestações públicas ou de conflitos armados com agentes do poder público, e as que tenham falecido em decorrência de suicídio praticado na iminência de serem presas ou em decorrência de seqüelas psicológicas resultantes de atos de tortura. Neste ato a Comissão Especial passou a estar vinculada à Secretaria Especial de Direitos Humanos da Presidência da Republica. Foram então encaminhados a Comissão mais 166 requerimentos que encontram-se em fase final de apreciação. Além da atribuição do reconhecimento das vitimas do terrorismo de estado a Comissão de Mortos e Desaperecidos Políticos tem a atribuição de, quando houver indícios, localizar os corpos de desaparecidos e mortos pela ditadura. Recentemente houve o reconhecimento da 5 ª vítima , Flavio Roberto Molina, que fora enterrado com nome falso e posteriormente misturado a outras 1048 ossadas , em uma vala comum , no cemitério de Perus –SP. Temos ainda sob a responsabilidade da Comissão, mais 2 ossadas que aguardam a identificação por DNA. Neste sentido a Comissão esta trabalhando no sentido de implantar um banco de dados para identificação de mortos e desaparecidos onde estarão armazenados as informações genéticas de familiares para confronto com as possíveis ossadas. A expectativa é que no próximo ano , teremos encerrado os trabalhos de reconhecimento e a análise dos processos estando programada a entrega de todo o acervo da Comissão composto de dossiês pessoais com documentos de arquivos sobre a repressão e da repressão, ao Arquivo Nacional do Brasil . Bem como a divulgação do Relatório Final dos Trabalhos realizados ao longo de 10 anos . 59 Volver al índice Juan Cabandie * Buenas tardes a todos. Gracias a los organizadores de este evento y gracias también al Secretario de Derechos Humanos de la Nación Argentina, Dr. Eduardo Luis Duhalde, por invitarme. Para comenzar les diré que soy docente y estudiante de la carrera de sicología y trabajo en el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, Argentina. Mi nombre es Juan Cabandie y este no es un dato menor, porque durante casi 26 años no supe que era Juan Cabandie. Mis padres militaban en los años 70, ellos eran muy jóvenes, tenían una militancia barrial importante y pertenecían a la Organización Montoneros. En el año 1977 los desaparecen; los detienen ilegalmente y los llevan a dos centros clandestinos de detención – en Argentina hubo 400 de estos centros clandestinos de detención – y finalmente los separan y a mi mamá la llevan a la ESMA1 . Ahí justamente la dictadura Argentina tenía montada una maternidad clandestina, donde las embarazadas que caían detenidas en los distintos centros clandestinos del país, eran llevadas a parir; luego desde ese mismo lugar se distribuía sádicamente a los hijos nacidos en cautiverio, quienes se entregaban a familias pertenecientes a la dictadura. Así es mi caso. Yo nazco en marzo de 1978 y luego de estar veinte días con mi madre; me roban las fuerzas militares dictatoriales y me entregan a una familia que pertenecía a una de estas fuerzas que implementó y llevo a cabo la represión y el terrorismo de Estado. Así vivo, aproximadamente, casi 26 años con esta familia, sin conocer mi identidad, porque me la falsearon, porque también falsificaron la documentación y porque nunca me dijeron que era hijo adoptado. Si bien no era adoptado, fui robado y se me ocultó mi identidad. Mientras tanto yo pensaba que era hijo de este matrimonio, porque además tenía rasgos físicos muy parecidos a ellos. Cuando tengo aproximadamente 15 años, leo por primera vez el libro “Nunca más” que la Comisión Nacional de Desaparición de Personas (CONADEPE) editó en Argentina, luego de la recuperación de la democracia. Es un libro que contiene un informe de lo acontecido durante el período que va desde 1976 a 1983. Es ahí cuando empiezo a leer en algunas páginas, nombres de personas que habitualmente veía y que eran amigos de éste matrimonio que me robó. A mí me llamó mucho la atención pero quizás no pude profundizar ese concepto. * Juan Cabandie Argentino, nació en la maternidad de la ESMA en marzo de 1978, tras el parto permaneció 20 días junto a su mamá, que entonces fue trasladada y habría sido asesinada. Alicia Alfonsín, su madre, tenia 16 años cuando fue secuestrada en noviembre de 1977 junto a su esposo Damián Cabandié. La pareja estuvo en el Centro Clandestino de Detención “Club Atlético” y luego trasladada a “El Banco”, según sobrevivientes. 60 Desde una ética de los Derechos Humanos, construyendo democracias. Aproximadamente a los 22, quizás a los 23 años, no le encontraba razón a ciertos estados de depresión en mi personalidad, y en algún momento se me ocurre ir a buscar fotos de mi madre – de quien hasta ese momento yo pensaba que era mi madre - fotos de su embarazo y no las encontré. Eso también me llamó mucho la atención, pero quizás ese no fue el momento para afrontarlo. Posteriormente en el 2003, encaro más fehacientemente la búsqueda, las respuestas a lo que buscaba, aunque sin saber en realidad lo que era. Y en un momento formulo una hipótesis juntando estos distintos elementos: pienso que soy hijo de desaparecidos, que soy uno de esos hijos de desaparecidos que las Abuelas de Plaza de Mayo estaban buscando. Además esta familia con la que me crié, estaba muy relacionada a un caso muy conocido, tanto para los argentinos como para los paraguayos, que fue el de los mellizos Regiardo – Toloza. Esto también fue un disparador que me sirvió para plantear esa hipótesis: yo podría ser uno de esos hijos de desaparecidos. Finalmente, me acerco a Abuelas de Plaza de Mayo y a partir del resultado del ADN, que me hacen en un hospital público – y acá es importante resaltar la presencia del Estado en políticas de Derechos Humanos – recupero mi identidad en enero del 2004. Siempre digo que la verdad me hizo libre, y no estoy descubriendo América. Pero, ciertamente, si hablamos de Memoria, Verdad y Justicia, es importante retrotraernos en la memoria y ver la memoria como construcción colectiva y como instalación de debate, de discusión, hasta en los mismos ámbitos educativos. Y en esto también quería destacar, que nada de lo sucedido es un hecho aislado de Argentina sino que la dictadura se ha implementado en toda Latinoamérica. Pienso que quizás haga falta hacer un análisis histórico de esto, para poder entender ciertos procesos y hablar de Derechos Humanos. Las dictaduras que se implementaron en Latinoamérica tenían objetivos puntuales, que venían de países del norte. Estos objetivos eran ir contra el Estado de Derecho y vehiculizar medidas de represión desde el Estado. Las dictaduras tuvieron un eje común, ciertas ideologizaciones de distintos grupos vinculados a países centrales. Un gran ejemplo de cómo se utilizó la tortura, la desaparición de personas y la represión, fue lo que implementó el gobierno de Francia en Argelia, la famosa Batalla de Argel. También hay elementos y vinculaciones de la dictadura Argentina con represores de origen francés que vinieron a educarla en esa escuela, en esa mecánica de desaparición de personas y en esa mecánica del terror implementada por la dictadura tanto en Argentina como en otros países de Latinoamérica. Hay elementos que se toman de Estados Unidos. Por ejemplo cuando en Vietnam el ejercito estadounidense se vio dificultado y limitado en la posibilidad 61 Juan Cabandie de ganar la guerra en los propios campos de batalla, comenzó a pensar que a lo mejor la guerra había que ganarla a partir de la desaparición de personas, matando de raíz la problemática y la idiosincrasia de los vietnamitas. Por esa razón acuden a las universidades a matar a los estudiantes para que dejen de impulsar esa impronta que unía a los vietnamitas en la defensa de su tierra. Estos son elementos comunes a Latinoamérica, y en este análisis histórico a veces hay que entender que la dictadura no es un hecho aislado, obra particular de ciertos personajes que estuvieron a cargo de los gobiernos, sino que hay también todo un aparato organizado de la sociedad civil que impulsó y apoyó a esas dictaduras. La discusión siempre recae en lo mismo: la distribución de la riqueza, la distribución equitativa o no de la riqueza. Hay sectores oligárquicos en Latinoamérica, que impulsaron y apoyaron con hechos esas dictaduras. En el caso de Argentina, por ejemplo, hay una familia muy rica, de renombre, que tiene alguno ingenios azucareros en el norte y que utilizó esos establecimientos para torturar a los supuestos subversivos, que querían un país mas justo. También existía un centro clandestino de detención en la misma fábrica de Ford. Esto habla que la sociedad civil “motorizó” a las dictaduras. Quiero referirme también a la importancia del Estado, cuando se hace presente e impulsa políticas de Derechos Humanos. Creo que el efecto que logra es expansivo, multiplicador y de reflexión en el conjunto de la sociedad e incluso en los propios medios de comunicación. Estos, que muchas veces se opusieron a los derechos del pueblo, toman hoy la problemática de los Derechos Humanos y la impulsan para seguir construyendo esta memoria colectiva. Puntualmente, cuando recupero mi identidad, el martes 27 de enero del 2004 se hace presente la Secretaría de Derechos Humanos como querellante en la causa contra los apropiadores que me robaron Esto habla de un Estado presente. La importancia que podamos discutir, que podamos recuperar el tiempo, hace que hoy sea este el momento para hablarlo. Quiero recordar que Argentina modificó su Constitución en 1994, y ahí incorpora al cuerpo de la Constitución el Pacto de San José de Costa Rica, la Convención Internacional de los Derechos del Niño. Pero es también interesante recalcar que pese a ello, pese a la modificación a la que hacía referencia, hasta el año 2003 todo fue letra muerta. No hubo una teoría, pero tampoco hubo una práctica concreta en políticas públicas y en políticas de Derechos Humanos, y recién en el año 2003 cuando asume el gobierno de Kirchner se empiezan a implementar con certeza políticas de Derechos Humanos. Quiero mencionar la recuperación de la ESMA, hoy Museo de la Memoria, que el mismo presidente entregara a los organismos de Derechos Humanos, a esos organismos que comienzan a funcionar desde 1977. Por la ESMA pasaron más de 5000 personas, 5000 compañeros, en su gran mayoría desaparecidos. Hay un dato escalofriante: tan sólo 100 de las personas que por ahí pasaron fueron liberadas. 62 Desde una ética de los Derechos Humanos, construyendo democracias. Volviendo a los organismos de Derechos Humanos ellos fueron los que impulsaron muchas de las políticas de las cuales el Estado hoy se hace cargo, se las pone en su espalda y las concreta. ¡Lo importante que es un Estado presente!. No tiene límites cuando es del mismo Estado quien empieza a impulsar esas políticas; creo que es como una “bomba de amor expansiva” que empieza a instalarse en la sociedad. Quisiera reflexionar acerca de otro concepto, en el que me siento incluido, y que como latinoamericanos también todos nos sentimos incluidos: si hablamos de Verdad, Justicia y Memoria, ¿ por qué no hablar también de identidad ? Esto de identidad está totalmente unido a la Memoria, la Verdad y la Justicia. Como ya dije, en mi caso particular tuve y tengo un gran problema de identidad. Tal cual narré al principio, durante 26 años no fui Juan Cabandie, tuve otra familia, otro barrio, muchas cosas distintas a las que tengo hoy, y estoy en pleno proceso de construcción de mi identidad. Pero creo que, como sociedad y como ciudadanos de Latinoamérica, aún tenemos que saldar esa pregunta sobre nuestra identidad. No son simplemente los 400 hijos de desaparecidos, que Abuelas de Plazo de Mayo aún buscan, porque están apropiados por las familias militares. La búsqueda de la identidad es para todos, es para el conjunto de la sociedad de Latinoamérica. Hay ciertas ideas y ciertas personas, que tienen un proyecto de país que va totalmente en desmedro del pueblo argentino; que conciben una distribución de la riqueza en forma totalmente inequitativa y totalmente dispar. Y hay personas que piensan en otro tipo de país, en otra inclusión social. Que piensan en transitar un camino de liberación. Porque si hablamos de Derechos Humanos también tenemos que hablar de derechos sociales: del derecho a trabajar, del derecho a la educación, del derecho a la vivienda, del derecho a la salud. Esos son los derechos que cada uno de nosotros tiene la obligación de impulsar. Aún nos falta poder ubicar una identidad regional. La misma hay que buscarla en esta integración, en estos vientos favorables, con distintos presidentes, que tienen un proyecto de país y de integración distintos. Hay que buscarla en una alternativa bolivariana en desmedro de otra que justamente va en contra de nuestros pueblos, como es el caso del ALCA. Entiendo que los Derechos Humanos y los derechos sociales van de la mano, como ser el derecho a gozar de una plenitud laboral y una plenitud de educación, y creo que la mejor forma de llevar a cabo esos derechos es a partir de la reconstrucción de la memoria, de esos caminos por los que ya se puede comenzar a transitar. Durante muchos años en la historia de nuestros países han ganado otros. Hay una frase que caracteriza la realidad que dice “la historia la escriben los que ganan” y en la década de los 90, sobre todo, la historia la han escrito los que ganaron. Las dictaduras no vinieron simplemente para hacer desaparecer gente, vinieron a implementar el mejor de los planes neoliberales que podían haber 63 Juan Cabandie implementado. El más efectivo y expeditivo de los planes económicos. Por tanto yo me pregunto: Si 220 millones de habitantes, en Latinoamérica, están bajo el nivel de pobreza ¿ello no es fruto, justamente, de esas dictaduras y esos planes neoliberales que se implementaron en los años 70?. Entonces, la dictadura no terminó, porque tenemos una discusión que saldar y un camino que empezar a transitar de inclusión social y de liberación de las personas. Por eso es que yo refuto que las dictaduras terminaron; porque vinieron a implementar este modelo que aún sigue vigente. Pero hoy la historia la empezamos a escribir nosotros, a partir de una integración, de poder instalar desde los mismo Estados la discusión de los Derechos Humanos. La historia la escriben los que ganan y hoy estamos ganando nosotros. Hoy podemos empezar a escribir la historia. Gracias. 64 Volver al índice Desde una ética de los Derechos Humanos, construyendo democracias. Pbro. Jorge Osorio* ETICA: sin necesidad de entrar en una definición académica de la “ética”, en la vida cotidiana la asociamos a un determinado comportamiento de las personas. Comportamiento que ha de estar caracterizado por la verdad, lo correcto, lo justo... Si hiciéramos una mirada desde la Biblia, diríamos que el comportamiento ético es el del “hombre justo” aquel que respeta a Dios y al ser humano, por ser criatura de Este, hecho a Su imagen y semejanza. Derecho Humanos: hablar de derechos humanos es necesariamente tener que profundizar en estos dos conceptos, que hacen uno solo. Derechos que tenemos todas las personas, todos los humanos y que deben ser respetados también, por todas las personas. Derecho a la vida, y a una vida digna; a la libertad de pensamiento, de opciones, de opinión, etc., derecho a la identidad; a una familia. Derechos que hacen a la esencia misma del ser humano y que van de la mano con la obligación de respetarlos y de hacerlos respetar. Desde una perspectiva cristiana decimos que Dios ha creado al ser humano, hombre y mujer, y le ha regalado el don de la vida, para vivirla en plenitud, no en opresión y sometimiento. ¿Y cómo ubicamos entre estos grandes conceptos la COMISION PARA LA PAZ? La Comisión para la Paz fue creada por Resolución de la Presidencia de la República, en la administración del Dr. Jorge Batlle, el 9 de agosto del año 2000, atendiendo a la necesidad (cito la resolución) de “dar los pasos posibles para determinar la situación de los detenidos-desaparecidos durante el régimen de facto, así como de los menores desaparecidos en iguales condiciones”. La Comisión, según leemos en su Informe Final “intentó dar cumplimiento a una obligación ética del Estado, encarando una tarea imprescindible para preservar la memoria histórica de la Nación, así como para consolidar la pacificación nacional y sellar para siempre la paz entre los uruguayos”. Estuvo integrada por 6 personas que, si bien su nominación fue personal, no dejaron de ser representantes de diferentes sectores o pilares socio-políticos: los tres partidos políticos mayoritarios, el movimiento sindical, la Iglesia Católica y los familiares de los detenidos-desaparecidos. En mi caso personal me integro a la Comisión, ya en marcha, en abril del año 2001 reemplazando (tarea casi imposible) al P. Luis Pérez Aguirre, incansable luchador por la plena vigencia de los derechos humanos. Y lo hago a solicitud de los Familiares * Pbro. Jorge Osorio - Uruguayo, sacerdote católico, el 11 de agosto de 1983 junto al padre Luis Pérez Aguirre y al pastor metodista Adhemar Olivera realizó un ayuno de 14 días en Cristo Rey (Montevideo) por la libertad y la democracia. A la muerte del padre Luis Pérez Aguirre se integra a solicitud de Madres y Familiares de Uruguayos Desaparecidos a la Comisión para la Paz. Actualmente presta funciones pastorales en la ciudad de Río Branco, departamento de Cerro Largo, Uruguay. 65 Pbro. Jorge Osorio . En el apartado D “Cometidos y atribuciones” del Capítulo 1 del Informe Final de la Comisión leemos: “El cometido asignado a la Comisión fue el de recibir, analizar, clasificar y recopilar información sobre las desapariciones forzadas ocurridas durante el régimen de facto... Para el cumplimiento de esa labor, se le otorgaron a la Comisión las más amplias facultades para recibir documentos y testimonios, imponiéndole asimismo el deber de mantener estricta reserva sobre sus actuaciones, así como de guardar la más absoluta confidencialidad respecto de las fuentes de información obtenidas”. Si bien la Comisión tuvo muy bien acotadas sus atribuciones, no cabe dudas que marcó un momento importante en la búsqueda de la verdad sobre el destino de los detenidos-desaparecidos. Por primera vez, desde la vuelta a la democracia, un gobierno reconocía el hecho de la desaparición forzada; la tortura y la desaparición de personas en unidades militares; la acción conjunta de las fuerzas represivas en los distintos países del Cono Sur sobre todo entre Uruguay y Argentina; y planteaba, a su vez, una estrategia o camino a seguir para buscar la verdad de todos estos hechos. En la tarea de la Comisión, y en el trabajo personal y a ritmos distintos de cada uno de sus miembros, se sintió el deseo de llegar a la verdad; también se sintió -yo por lo menos lo sentí- que en esta búsqueda había un “techo”: llegar a la “verdad posible” y esto dejaba afuera, como dejó, muchas situaciones. Quizás porque se esgrimieron razones de justicia y de ética, que no voy a detallar, sin tomar conciencia que ética, verdad y justicia no pueden separarse. Por parte de gobierno de aquel momento se quiso encontrar en la Comisión para la Paz un instrumento para llegar “al estado del alma”, como según el propio Dr. Batlle lo definió. Ese estado suponía el reencuentro o reconciliación de todos los uruguayos. Sí marcó un momento importante en la búsqueda de la verdad, como lo dije anteriormente y no caben dudas que pudo ayudar a dar algunos pasos hacia ese “estado del alma”; pero en la medida en que no realizó una investigación a fondo de los hechos que la ocupaban, pues no estaba dentro de sus cometidos ni tenía atribuciones para hacerlo, no significó tampoco un instrumento de reencuentro. Para reencontrarse, primero hay que encontrar. Encontrar la verdad toda, no sólo la posible. Encontrar caminos que lleven realmente a la justicia. Creo que hubo honestidad en el trabajo, por ello también creo que se actuó dentro de los parámetros que la ética exige y se contribuyó a que ella fuera buscada y valorada, como elemento de juicio, en los distintos hechos y actuaciones que se analizaron. De hecho, como lo mencioné anteriormente, “la creación de la Comisión intentaba dar cumplimiento a una obligación ética del Estado”; sólo que, a mi entender, no se pusieron los elementos necesarios para cumplir decididamente dicha obligación. Creo también, que se enmarcó en una tarea de reivindicación de la vigencia de respeto a los derechos humanos, así como de condena a todas aquellas situaciones o personas que atentaron y atenten, contra estos mismos derechos. 66 Desde una ética de los Derechos Humanos, construyendo democracias. Le faltó fuerza e instrumentos, y quizás voluntad política, para llegar a aportar más en la búsqueda y concreción de la verdad. Fue un instrumento válido, por el momento histórico en el que se ubicó, que en ninguna circunstancia pudo ni puede ser considerado como punto final. En esta materia aún no hay nada laudado, la realidad así lo dice. La búsqueda de la verdad y de la justicia está vigente y continúa. En aquel momento, como lo dice en el Nº 38 el Informe Final de la Comisión, “se trató, en definitiva, no de lograr una verdad o la verdad más conveniente, sino solamente la verdad posible” que, en definitiva, es la verdad que la claridad, confusión o desinformación de los hechos, permitió corroborar; el testimonio de las víctimas sobrevivientes, permitió ampliar y confirmar; la disponibilidad y respuesta a la persuasión o la indiferencia y el engaño de quienes actuaron en la represión, permitió clarificar y definir. A mi entender, pensar que el trabajo de la Comisión para la Paz y su Informe Final fue un éxito, es un error. Pensar que no sirvió para nada y sólo dice cosas que se conocían, es también un error y, además, cierra caminos que a partir de la existencia de esta Comisión, se han abierto. Por lo tanto es necesario, para unos y para otros, reconocer las limitaciones que la Comisión y la tarea en sí tuvo, así como los logros alcanzados. 67 Volver al índice Presentación del libro “Verdad, justicia y reparación”, editado por el Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH) Dr. Roberto Cuéllar* Honorables miembros de la Integración Regional MERCOSUR; autoridades del ilustrado Gobierno de la República Oriental del Uruguay; señor Presidente de la Corte Electoral del Uruguay, mi distinguido y querido amigo Dr. Carlos Urruti; señor Vicepresidente de la Asamblea de la República Bolivariana de Venezuela; distinguido representante la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, y querido ex director del Instituto Interamericano de Derechos Humanos y representante del Secretario General de Naciones Unidas Don Juan Méndez; autoridades diplomáticas. Queridas y queridos colegas de organizaciones no gubernamentales del Uruguay; apreciada María Elena Martínez; Patricia Valdez, coautora del libro que presentamos hoy, Gilda Pacheco, Directora Adjunta del Instituto que representamos; queridas amigas y queridos amigos. Junto a IDEA Internacional, hemos editado un libro que es el resultado de la investigación aplicada en cinco países sobre los difíciles procesos para establecer la verdad, y para llevar ante la justicia las atrocidades y violaciones a los Derechos Humanos del pasado reciente, y al mismo tiempo medir y analizar su impacto en el proceso de democratización de las Américas. Ese es el fin primero y último de la investigación, que con IDEA de Suecia y el Instituto llevamos adelante durante el último año. El libro pionero en el Instituto en estos ámbitos tan sensibles para la democratización, fue editado por Juan Méndez, ex director del Instituto aquí presente, en homenaje a Emilio Fermín Mignone, ese gran argentino que en varias ocasiones nos inspiró, no solamente en el Instituto Interamericano, sino en varias organizaciones no gubernamentales, por su enfoque y coraje en el trabajo de Derechos Humanos. Hasta hace poco más de una década, todavía se sufrían las consecuencias humanas y los traumas que causaron las guerras y los conflictos, las dictaduras y autoritarismos que marcaron los últimos 30 años de siglo XX de las Américas. Varias poblaciones fueron diezmadas y se cometieron millares de crímenes en personas que fueron desaparecidas, en presos torturados, en mujeres que fueron destrozadas y violadas y niños entregados a los represores en sociedades sin justicia. La historia del horror, está dicha en los informes que se elaboraron en los cinco países de los que se ocupa este libro: en Argentina, en Chile, en Salvador, mi país, en Guatemala y en Perú. Como un acto de escalofriante aceptación fueron creadas cinco comisiones, dos por Naciones Unidas y tres a través de los esfuerzos nacionales para establecer la verdad, reparar el daño causado y promover la reconciliación. *Dr. Roberto Cuéllar - Abogado, Salvadoreño, Secretario de Monseñor Romero, a su asesinato debió exiliarse; actualmente es el Director Ejecutivo del Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH). 68 Desde una ética de los Derechos Humanos, construyendo democracias. “No hay mañana sin ayer”, dijo el presidente Lagos luego de abrir la puerta de Moranden, en el Palacio de la Moneda, y lo reiteró luego de recibir los documentos espeluznantes del obispo Sergio Balex, con 35 mil declaraciones de personas torturadas durante la dictadura. Otros presidentes hoy han hecho también lo mismo de manera valiente. El presidente de la República Argentina, hizo lo propio cuando a mitad de este año se adelantó a la histórica decisión del Tribunal Supremo de Justicia. Audacia moral y emoción histórica son las sensaciones que nos han dejado, la creación y puesta en marcha de las comisiones que comenzaron en la Argentina y terminaron con la de Perú. En la reflexión analítica y comparada, entre la relación que hoy tienen los Derechos Humanos y la democratización de las Américas versa el libro que ahora presentamos a ustedes entre IDEA y el Instituto Interamericano de Derechos Humanos. La verdad sobre la verdadera historia del abominable pasado de los Derechos Humanos, tiene todavía mucho que recorrer en los túneles escabrosos de hoy, tiene mucho que recorrer también en el proceso de afirmación de la democracia. Es también posible que algunos de ustedes, los más jóvenes no lo recuerden con claridad No está de más por eso recordar que en nuestros países, hubo una época en que atreverse hablar de la realidad de los Derechos Humanos, era visto como temeridad, como desatino, como desesperación. A nosotros nos decían “mejor no discrepes, y si lo haces no te salgas de los cánones prefijados”. ” Mejor no te metas”. Eso quería decir en buen romance, que hablar de Derechos Humanos, era demostrar sensibilidad, y por eso te podían confundir, es decir, hacerte sospechoso. O “no te tomaron en serio” sencillamente como le sucedió a muchas organizaciones no gubernamentales, y tal información acarreaba distorsión y desbordamiento. El señor viceministro de Educación, mi querido amigo Felipe Michelini, sabe precisamente de esto. Con él hicimos un estudio, hace ya como diez años, en toda América sobre el dilema de las organizaciones no gubernamentales, y los desafíos de estas entidades, precisamente a la salida de un pasado trágico. Esa negación sistemática, ese ocultamiento perverso de la verdad, llegó hasta las últimas consecuencias en estos cinco países. Cada cual con su verdad, hasta destruir al otro, cada cual hasta destrozar a quien se opone y a quién disiente. Eso hoy en democracia no es válido, no se debe permitir. A esa carga brutal se agregó otra más gruesa, y otra más perversa, creer que los Derechos Humanos estaban sólo de la parte oficial. En algunos de estos países estos ciclos brutales han llegado a durar más de 40 años, como lo discutimos hace cuatro días en Asunción, con la historia del querido Paraguay, que no es objeto de estudios en este libro. La necesidad de hacer valer los Derechos Humanos fue el hilo conductor en los cinco procesos de solución de los países citados. Y esa necesidad, tiene un método, y ese método se llama democracia. Las relaciones entre Derechos Humanos y democracia son íntimas e institucionales, la verdad en Derechos 69 Dr. Roberto Cuéllar Humanos nunca funciona sin democracia, y la democracia jamás se va a sostener sin la justicia y sin los Derechos Humanos. Unos más otros menos, estos cinco procesos todavía tienen mucho camino que recorrer. Hay un juego de partidos políticos, donde inclusive los ex grupos guerrilleros de Guatemala y el Salvador, participan como entidades políticas en las elecciones. Hay muy importantes contribuciones al pensamiento del Derecho Electoral, por los Jurados, por las Cortes Electorales, por los Ministros Electorales de los cinco países, que funcionan con bastante independencia. Hay prensa libre, no hay censura en los cinco países y en cuatro de ellos, ex miembros de la guerrilla son diputados, ministros y magistrados en las asambleas, o forman parte de los gobiernos. Como dije, estos cinco procesos tienen aún mucho camino que recorrer, en el campo de la democratización y de la justicia. Pero uno de los déficit que encontramos principalmente al comparar este cuadro, es precisamente que en los cinco no han logrado cuajar, no ha logrado concretarse en los términos de esfuerzos educativos nacionales, una política de educación en valores y Derechos Humanos desde la primera edad escolar. Mucho menos se ha pensado en serio integrarlos al currículum escolar para que en sus contenidos, puede trasmitirse el impacto de esta historia. Ciertamente se está dibujando un horizonte en las elecciones, un horizonte partidario, con sus dificultades ciertamente en el sistema de partidos, en la justicia. Ya estamos comenzando a comprender que un monumento de reparación para las víctimas, o de homenaje a las víctimas, es ponerle punto final a las leyes de Obediencia Debida y que cumplir con alguna sentencia de reparación, de verdad, vale más que mil promesas electorales incumplidas. Sin embargo, quiero insistir que uno de los déficit, está en la educación en Derechos Humanos y en la educación en valores democráticos, a fin de que nuestra niñez nuestra adolescencia que van a ser dentro de cinco o diez años, líderes de partidos políticos, miembros de partidos políticos, jóvenes que van a ser en el futuro líderes sindicales, líderes universitarios, comprendan esta historia, y reconozcan precisamente ese pasaje en que los valores democráticos se trastocaron violentamente, para que nunca se repita. Haber iniciado pues esta evolución hacia la verdad de la historia más reciente de los Derechos Humanos, es haber iniciado este ejercicio de democracia que nuestros cinco pueblos reconocen. Sin embargo como ustedes notarán en el libro, lo que está en cuestión es la credibilidad del esfuerzo democratizador. Eso es lo que hace la diferencia en el capital político de cada uno de los cinco países. Ustedes lo juzgaran después de considerar la lectura del libro. Por ello, creemos en el Instituto Interamericano de Derechos Humanos, que es responsabilidad de la sociedad civil mantener vivo y sano tal esfuerzo en Derechos Humanos para el beneficio y la prosperidad del futuro de nuestras democracias. El libro no es una cronología de las etapas vividas, el libro no es una sumatoria de casos, el libro no es una multiplicación de relatos, el libro que hicimos con IDEA y el Instituto Interamericano de Derechos Humanos, aborda también 70 Desde una ética de los Derechos Humanos, construyendo democracias. aspectos tan delicados como la diferenciación de genero, a la hora de valorar estos procesos. Por otra parte el libro, no plantea de que en cada caso haya que llegar a la verdad, ¡ojalá que eso fuera cierto!. En mi país no creo que 125 mil casos pasen por la justicia. Pero sí quiero sinceramente compartir con ustedes, que el sentido principal del libro, es el descubrimiento y la aceptación que aunque duela, hay que pedir perdón. Una democracia, no puede vivir sin esa actitud y sin esa verdad. La reconciliación se impulsa a través de la justicia y el perdón. Sé que esto es difícil de hablarlo en algunas sociedades. Vengo del Salvador, vi morir a mi jefe a las 6 y 20 de la tarde, lo asesinaron en el altar. Hoy los salvadoreños, este día precisamente, recordamos que hace 16 años estábamos enterrando a todos mis profesores, entre ellos al padre Ignacio Ellacuría, la madrugada del 16 de noviembre de 1989. Ese día mientras dormían fueron cobardemente asesinados en el recinto universitario seis curas jesuitas y dos de sus empleadas. Hoy los conmemoro con fe. La reconciliación sólo se puede impulsar a través de la justicia, pero también a través del perdón y del pedir perdón. Hay que preservar, entonces, esa verdad en Derechos Humanos de modo que no se contamine. Como ya dije, los salvadoreños, siempre recordamos que el virus más infeccioso y contaminante de la violencia fue el sesgo y el disimulo, la falsedad: la mentira que se oficializó en nuestra sociedad. ¡Cuanto se mintió sobre la vida impecable de estos curas!. ¡Cuanto escondieron, después de su muerte! Y en este sentido quiero hacer un homenaje a las víctimas de todos nuestros países latinoamericanos y muy especialmente, a los familiares de las víctimas de la República Oriental del Uruguay. Simone Weill, fue la primera mujer Presidenta del Parlamento Europeo, fue ministra y sobreviviente de Auschwitz, es una mujer que ha marcado a Europa y a Francia. Hace dos semanas ella recibió el premio Príncipe de Asturias, para la Cooperación y Solidaridad Internacional, de manos de los reyes y el príncipe de España. El premio lo recibió, por su defensa de la libertad y el papel de la mujer en la sociedad. Ella conoció el drama de la guerra en toda su crueldad, sus padres y una de sus hermanas murieron en los campos de exterminio, y su madre murió en su presencia. Y precisamente, para evitar que esto pudiera repetirse ha luchado toda la vida promoviendo la justicia, luchando por la justicia y el perdón. Una de las sensaciones que más la estremeció, fue que a su regreso a Francia, no querían oír el relato de los deportados, mientras que en cambio quienes habían escapado a la muerte, si hablaban entre ellos, lo compartían como una especie de psicoterapia. Pero lo que más le chocó, es que había personas para las que aquel horror, no era suficiente, y querían saber patológicamente si era cierto, que las temibles SS, las habían hecho violar por sus perros. Pero en líneas generales, dice ella, la 71 Dr. Roberto Cuéllar actitud que más le chocó, era que la gran mayoría de la gente no la quería escuchar. En el libro, ustedes encontrarán repetidamente esta caracterización psicosocial, inclinada al olvido y sesgada a la evasión social. A la condición de víctima se añade su trágica invisibilidad, es decir el de seres difícilmente perceptibles e ignorados. Como si en nuestras sociedades no hubiera pasado nada. Y eso realmente duele más que un juicio no logre su cometido, duele más que no se levante un monumento de reparación. Y es que la indiferencia a la verdad, escapa a nuestra preocupación, a nuestra percepción sensorial, está ahí, está en ese rasgo que, en una sociedad más, en otras menos de las cinco estudiadas, pertenecen a esos insidiosamente distinguibles sentimientos que son los más profundos y afectivos para las víctimas. Queridas, amigas y amigos, queridos colegas hay muchos delitos abominables y atroces violaciones contra la dignidad humana de los que nunca jamás se ha contado la verdad, de los que nunca jamás se va a contar la verdad, y por los que nunca se ha pedido perdón a lo largo de la historia del siglo XX en las Américas. A inicios hoy de este siglo XXI, que le creíamos y así esperamos, el siglo de la esperanza, la cadena que engarza las deudas es casi infinita: matanzas y desaparecimientos, represiones, aislamientos y contaminaciones, dictaduras, soledad y muerte. Hoy quiero citar de memoria, no sé quien es su autor a ciencia cierta, más bien creo que es una frase de la filosofía oriental, que bien puede aplicarse a varias historias sufridas, y que sin ser relatadas en este libro, están caracterizadas en el estudio que hoy presentamos a ustedes.“Para sentir el orgullo de la libertad, hay que dominar antes el arte de pedir perdón” Y eso lo tiene que hacer la parte oficial. Pero la frase que más me impactó por su certeza, la frase que más me conmovió por su oportunidad y por su premonición, fue la de Martín Luther King, “cuando reflexionemos sobre nuestro siglo XX”, dijo ese mártir de las libertades públicas, y la lucha contra la discriminación en los Estados Unidos, “cuando reflexionemos sobre nuestro siglo XX, no nos parecerá lo más grave las fechorías y abominaciones de los malvados, los más grave será, el escandaloso silencio de las buenas personas”, no lo permitamos esto nunca jamás. Muchas gracias. 72 Volver al índice Desde una ética de los Derechos Humanos, construyendo democracias. Dr. Guillermo Paysee* Buenas tardes a todos y a todas. La intención es dividir en dos etapas mi ponencia. La primera está vinculada al análisis del libro. En ese sentido agradezco en nombre de las organizaciones de Derechos Humanos, al Instituto Interamericano de Derechos Humanos, en la persona de la vicepresidenta, Dra. María Elena Martínez. Agradezco también a las autoridades del Instituto para la Democracia y la Asistencia Electoral, el habernos distinguido para estar hoy aquí. Ya en una oportunidad anterior se nos había invitado. Fue en ocasión de la presentación por parte del Instituto Interamericano de Derechos Humanos de un libro sobre el Protocolo Facultativo de la Convención de las Naciones Unidas contra la tortura y otros tratos y penas crueles, inhumanas o degradantes. Finalmente este Protocolo se hizo Ley, la Ley Nº 17914, y Uruguay se convirtió en uno de los primeros países en haber aprobado este protocolo. Permítanme decirles que la militancia de las organizaciones de Derechos Humanos, sumada sin duda a otros esfuerzos, influyó para que nuestros legisladores tomaran esa decisión. Decía que voy a dividir la ponencia en dos partes, en la primera abordaré el marco teórico que tiene el libro que hoy se presenta sobre “Verdad, justicia y reparación” y en una segunda parte haré referencia a situaciones que vive nuestro país, que quizás sean conocidas por los uruguayos que están aquí – que son la mayoría – pero no por los extranjeros a los que sin duda les puede servir para notar el atraso en el que nos encontramos. Creo que estamos en una de las últimas posiciones en lo que tiene que ver en avances en materia de derechos humanos a lo largo de los 20 años que van desde el 1º de marzo del 85, cuando asumió el primer gobierno democrático. En la publicación a comentar, prologada por el presidente de Chile Ricardo Lagos, se presentan los desafíos de la reconciliación desde el contexto del proceso de democratización, tomando la experiencia de cinco países: Argentina, Chile, Perú, El Salvador y Guatemala. No existe una formula, receta o modelo único que se pueda aplicar a la totalidad de las sociedades para abordar el tema de la reconciliación en países que han padecido regímenes dictatoriales, conflictos violentos en algunos y guerras civiles en otros, que dejaron graves violaciones a los Derechos Humanos, muertes, desapariciones, amenazas, etc. y severos trastornos psicosociales. Los países de la región se plantean cómo cerrar los procesos de reconciliación, y en la obra que presentamos se ofrecen reflexiones, consejos de expertos, informes de experiencias en distintos lugares del mundo para que las personas involucradas en esos procesos de reconciliación puedan tener una orientación y un punto de referencia. * Dr. Guillermo Paysee -Uruguayo, abogado y defensor de oficio de menores. Coordinador del Servicio Paz y Justicia (SERPAJ) – Uruguay. Especialista en temas carcelarios. 73 Dr. Guillermo Payseé Este libro enfoca, particularmente, la reconciliación como proceso y elemento fundamental de la construcción de la democracia. Se parte de la estrecha interdependencia existente entre “reconciliación” y “democracia”. La reconciliación refuerza la democracia al fomentar una recuperación de las relaciones fundamentales necesarias para la implementación de los cambios. Así como existe un argumento moral a favor de la reconciliación, también se da un poderoso argumento pragmático. Las relaciones funcionales positivas generan el ambiente favorable para el desarrollo de un buen gobierno, mientras que las relaciones negativas socavan hasta el mejor sistema de gobierno. En la mayoría de los países latinoamericanos el sistema democrático tiene garantías constitucionales. Hace 25 años alcanzaban los dedos de una mano para contar los países que tenían un sistema democrático. Nos situamos en un continente en el que se iniciaron conflictos violentos que tuvieron su origen en profundos problemas políticos, económicos y sociales, dónde la pobreza, la marginalización y la violencia han ido en crecimiento. La recuperación de la democracia, lamentablemente, no ha permitido superar estos conflictos por lo que se plantea un desafío para la misma en cuanto a enfrentar, por ejemplo, que el 42.8 de la población viva bajo del límite de pobreza, cifra que equivale a 218 millones de habitantes. América Latina es una de las regiones del mundo con mayor desigualdad en la distribución de la riqueza, con una creciente exclusión social de grandes grupos de poblaciones indígenas, de mujeres y jóvenes. El debate político y académico sobre la reconciliación en sociedades en transición se ha desarrollado particularmente en los últimos 15 años. La reconciliación como fin en sí es una ambición, un ideal que le da dirección al proceso de cambio y lo hace más contundente, pero es la dimensión del proceso la que garantiza el cambio afectivo, gradual y sostenible en las relaciones sociales. Al día de hoy, no existe consenso acerca de que la Verdad y la Justicia sean en sí mismas una garantía suficiente para la reconciliación. Si bien hemos afirmado en nuestra organización que “no hay reconciliación sin verdad, ni verdad sin justicia”. El poder político ve muchas veces a la reconciliación como una amenaza, y por consecuencia la excluye de la agenda política. La falta de voluntad política representa un obstáculo para la implementación de las recomendaciones de las Comisiones para la Verdad y Reconciliación. La reconciliación se da a dos niveles: a) el individual o comunitario y b) entre el estado y la sociedad civil. En este caso se necesitan medidas que permitan crear nuevas relaciones de poder, tendientes a fortalecer la confianza de la sociedad en las instituciones. La idea principal de este libro es que los procesos de reconciliación exitosos, son esenciales para construir una democracia sostenible, que apoya decididamente la consolidación de la misma y el respeto de los Derechos Humanos a través de una reflexión amplia sobre la brecha que existe en los procesos de reconciliación en la región. 74 Desde una ética de los Derechos Humanos, construyendo democracias. Otra finalidad es contribuir a relanzar el debate público para ampliar el concepto de política de reconciliación, e incluirlo en una agenda de democratización que incorpore medidas para abordar las causa profundas de conflictos como la inequidad o la discriminación y fomentar la inclusión social, económica y política y en última instancia el respeto pleno de los Derechos Humanos en su conjunto. El Dr. Carlos Martín Beristain, profesor español, realiza un estudio sobre las características de los procesos de reconciliación y ese marco teórico es el que voy a tomar, a continuación, en mi exposición. En referencias a ellos señala que es un proceso largo, que necesita tiempo, lo cual ubica esta perspectiva lejos de la visión a corto plazo que con tanta frecuencia caracteriza a las agendas de negociación política o a los ritmos que la presión internacional impone en muchos conflictos. Es además un proceso amplio, en el que debe implicarse todo el mundo; no sólo aquellas personas que sufrieron directamente o que perpetraron los actos violentos. Las actitudes y creencias que subyacen en un conflicto violento se extienden a toda la comunidad y el proceso de reconciliación debe contemplar esa dimensión. Es un proceso profundo ya que implica un cambio de actitudes, expectativas, emociones e inclusive creencias sociales. Son retos difíciles y dolorosos que necesitan acciones convergentes y sostenidas en el tiempo. En este sentido en muchos procesos de paz, los sectores armados o dirigentes políticos enfrentados, han llevado a cabo procesos de diálogo y negociación para llegar a acuerdos sobre espacios de participación política. No hay recetas únicas, para lograr el éxito dada la especificidad de cada situación. Como elementos esenciales para una reconciliación duradera se señalan: a)que deberán producirse cambios en las actitudes: tolerancia en vez de revancha b)en la conducta: colaboración por objetivos, ceremonias y memoriales y un entorno institucional que lo posibilite c)en la necesidad de promover cambios sociales para la paz. Es necesario ver los procesos de negociación política que tratan de terminar con conflictos armados de una manera comprensiva. Estos procesos deben ser considerados integralmente como parte de la reconstrucción del tejido social, de las organizaciones, grupos, luchas y esperanza de la población. Los procesos de negociación tienen distintas etapas. La primera cambiar miedo por coexistencia no violenta; la segunda construir la confianza entre los grupos en conflicto y la tercera – en el que me voy a detener – es favorecer la empatía y promover cambios sustanciales. Se necesitan medidas que aborden el impacto del sufrimiento, la memoria colectiva y las formas de colaboración en el presente. Este trabajo se ha delegado en Comisiones de la Verdad que hacen un reconocimiento oficial de la historia y el dolor, que ayudan a compartir un sufrimiento colectivo y establecen los grados de responsabilidad de los hechos. 75 Dr. Guillermo Payseé En esta etapa se requiere trabajar con líderes, grupos o programas para discutir intereses comunes en ambas poblaciones. A veces tampoco se trata de disminuir el conflicto, sino que el conflicto cambie de condiciones. Muchas de estas cosas implican hacer la discusión mucho más abierta, contribuyendo a cambiar las reglas y como las partes se ven en ellas. Es injusto pedir a las víctimas que perdonen sin que los perpetradores expresen su rechazo a los delitos cometidos y se sometan a la sanción social. El mero paso del tiempo no genera reconciliación, el tiempo no lo cura todo. Sin una estrategia para enfrentar los problemas las consecuencias pueden empeorar o enquistarse los conflictos. Se necesitan políticas activas de Verdad, Justicia y Reparación para que impacten en los procesos nacionales y locales. A vía de ejemplo se expresa que un proceso de Comisión de la Verdad, al que no siga de cerca la puesta en marcha de las medidas recomendadas o que muestre una falta de voluntad política del gobierno en su implementación, puede generar mayor frustración en un tiempo que se presumía de esperanza. Las Organizaciones Sociales y Movimientos de Derechos Humanos y de Víctimas, tienen que ser concientes de esas dificultades para impulsar Agenda de la Verdad y la Reparación en los contextos de transición. Se resalta la importancia de prestar atención a los diferentes tiempos que juegan en un proceso de reconstrucción. Así la atención para sanar a las víctimas necesita comenzar de inmediato para que no se vean atrapadas por el aislamiento y el dolor. Con todo, aunque el hecho de decir la verdad e implementar medidas de reparación proporciona grandes beneficios, a corto plazo generalmente no elimina las causas que subyacen en la violencia del pasado. Estas deben buscarse a través de medidas que logren una reconciliación duradera. La situación de las víctimas. Se suele afirmar que las víctimas están en el centro del proceso de reconciliación. Se tiende a poner sobre los hombros de las víctimas esos procesos sin que se produzcan las acciones necesarias por aparte de los perpetradores como reconocimiento de los hechos, sometimiento a la justicia, aceptación de su responsabilidad, compromisos de prevención y acciones de reparación. Se señalan algunos aspectos necesarios en las políticas hacia las víctimas: a)ser conscientes de las consecuencias de optar por una definición particular de víctima, no sólo en términos económicos sino de consideración con las distintas formas de sufrimiento b)respetar la percepción personal de las víctimas, sobre lo que les ha ocurrido y sus formas de participación colectiva c)reconocer que el proceso de recuperación tiene diferentes etapas y que cualquier medida de apoyo tiene que mostrar que esta orientada a las necesidades de las víctimas. Los mecanismos implementados tienen que tener una legitimidad moral, ajena a la discusión política, así como una capacidad de absorber la rabia o 76 Desde una ética de los Derechos Humanos, construyendo democracias. malestar que las víctimas probablemente tienen. Deben proporcionarse medidas de apoyo en las áreas de la salud, educación y vivienda tanto en términos individuales como comunitarios, cuando se han dado hechos de violencia masiva. En cuanto a los perpetradores. En principio un proceso de reconstrucción post-conflicto debería incluir a todos ellos para establecer la gravedad de sus violaciones y la diversidad de sus culpas. Se estima que conocer y entender “él por qué” y “el cómo” los perpetradores cometieron actos atroces, no es lo mismo que exculparlos o tratar de legitimar su acción, pero es sí una precondición de toda política de reconciliación. Hay obstáculos a señalar para la reconciliación por parte de los perpetradores. Tratan de negar la culpabilidad y la responsabilidad, basándose en actitudes tales como omitir hechos significativos, manipular las asociaciones de los hechos, responsabilizar a las circunstancias. No es de menor importancia el uso de un etiquetaje social vinculado al uso de términos neutros para evitar reconocer las violaciones. Hay una brecha en la percepción respecto a la magnitud de la violencia ocurrida. Los victimarios generalmente subevalúan el impacto como mecanismo de justificación y para evitar reconocer las consecuencias de sus actos. Mientras que las víctimas sienten todo el peso del sufrimiento. Las disculpas de los perpetradores pueden ser cruciales, pero las disculpas sin admitir la responsabilidad hacia las víctimas no conducen hacia un proceso genuino, son mas bien un intento de lograr legitimación social. Así es que muchas víctimas encuentran que las disculpas incompletas, confusas e interesadas son ofensivas. La búsqueda de la justicia. Es un anhelo universal. Su papel en los procesos de reconciliación es múltiple y puede valerse de diferentes perspectivas: a)la retributiva, basada en el proceso legal b)la restaurativa, basada en la mediación c)la histórica, basada en las Comisiones de la Verdad d)la compensatoria, basada en la reparación. Un argumento frecuente en el trabajo de los Derechos Humanos es que no hay paz ni reconciliación sin que se haga justicia y se castigue a los culpables de los crímenes. Frente a este argumento los detractores plantean en ocasiones algunas objeciones, referentes particularmente a la justicia retributiva. Se indica que puede llegar a poner en peligro frágiles procesos de paz y reconciliación y estimular el surgimiento de redes desestabilizadoras hostiles a la democratización y minar la gobernabilidad. Vamos a analizar, los beneficios de la justicia penal en el proceso de reconciliación. Reduce el riesgo de venganzas personales; protege a la sociedad de la posible vuelta al poder de los perpetradores; crea la confianza de que el pasado no se repetirá; satisface una obligación para con las víctimas, dado que restaura la auto confianza; individualiza la culpa, lo cual es crucial para evitar la peligrosa 77 Dr. Guillermo Payseé percepción de que la responsabilidad en las atrocidades es de toda la comunidad; fortalece la legitimidad y el proceso de democratización, la justicia se constituye en un ritual ético y de renacimiento político que consolida el valor de a democracia. Mientras que la impunidad produce descrédito de la democracia como ha sucedido en muchos países de América Latina en los procesos de transición. De ahí la importancia de romper el círculo de la impunidad como una forma de prevención de nuevos abusos contra los Derechos Humanos. Asimismo la justicia puede hacer también que muchos responsables de la violencia salden cuentas con su pasado. Se analiza la amnistía como una alternativa cuestionable de alto riesgo. En muchas sociedades las grandes atrocidades no se han perseguido ni reconocido públicamente, con el impacto que eso supone en las víctimas y el propio proceso democrático. Las amnistías incrementan la desconfianza y fomentan la desilusión pública en el proceso de reconciliación. En Argentina la Junta Militar decretó una Ley de Pacificación Nacional para amnistiar los crímenes de militares, y sucesivos gobiernos las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final hoy anuladas. En cuanto a las Comisiones de la Verdad, se afirma en el libro que estamos comentando, que el establecimiento de la verdad es otro de los elementos indispensables para avanzar en los procesos de reconciliación. Las Comisiones de la Verdad son uno de los mecanismos más utilizados para conseguir ese objetivo. En las últimas tres décadas se han puesto en marcha comisiones de éste tipo en más de veinticinco países con diferentes nombres y mandatos. Los cinco países cuyas referencias hace el libro que hoy presentamos han tenido una Comisión de la Verdad. Las experiencias de las Comisiones suelen tener precedentes en el trabajo de grupos de Derechos Humanos que han recogido denuncias sobre violaciones en los períodos más difíciles de una dictadura o conflicto armado. Se cita la experiencia de proyectos nacidos de la sociedad civil, como el proyecto de SERPAJ en Uruguay, en 1980, o el proyecto Interdiocenano de la recuperación de la memoria histórica de Guatemala, de 1995 a 1998, que facilitó, posteriormente, el trabajo de la Comisión de Esclarecimiento Histórico Oficial. Aporte de las Convenciones de la Verdad en sociedades en transición. Nos parece importante en este sentido destacar: a)Ayuda a establecer la verdad sobre el pasado b) Promueve que los perpetradores de las violaciones de derechos asuman su responsabilidad c) Brinda una plataforma pública a las víctimas d) Informa y cataliza el debate público e) Recomienda reparaciones a las víctimas f) Recomienda las reformas legales e institucionales necesarias g) Promueve la reconciliación h) Ayuda a consolidar una transición democrática. Hay factores diversos que surgen del contexto de transición, que pueden afectar la creación de una comisión o el trabajo de la misma una vez establecida. Uno de ellos es el temor al recrudecimiento de la violencia si se llega a investigar los crímenes del pasado. La clase dirigente puede tener poco interés en la 78 Desde una ética de los Derechos Humanos, construyendo democracias. investigación de las violaciones o pueden existir presiones de sectores más interesados en una amnistía que en el conocimiento de la verdad. Otro factor es la carencia de recursos financieros y de estructuras institucionales básicas. Por ejemplo, tal es el caso de Paraguay donde la Comisión nombrada recientemente, ha contado con obstáculos financieros y políticos a pesar del acuerdo parlamentario logrado para su constitución. Las Comisiones de la Verdad demandan un fuerte apoyo de la sociedad civil, en particular de las asociaciones de víctimas, grupos de Derechos Humanos y líderes religiosos e intelectuales. En cuanto al funcionamiento de la Comisión, vamos hacer referencia a su mandato y sus facultades. Los objetivos principales de una Comisión son: a)Esclarecer la verdad sobre el pasado b)Contribuir a la reconciliación nacional c) Formular recomendaciones para ayudar a las víctimas d) Prevenir un retorno a un régimen autoritario. En cuanto a su composición, las personas seleccionadas para formar parte de la Comisión determinarán en gran parte el éxito o fracaso de la misma. Sus integrantes dirigen las investigaciones, dan forma a la política de la Comisión y tienen la última palabra con respecto al informe final. En cuanto a su estrategia de comunicación, además de su trabajo de investigación las comisiones tienen que realizar toda una actuación pública durante el desarrollo de sus actividades, ya que el alcance que tenga su trabajo dependerá del proceso de participación, información y de apoyo en redes que logre realizar. La mayor parte de información que recoge una Comisión es de las propias víctimas, testigos o sobrevivientes mediante reuniones privadas. La recepción de testimonios apunta al objetivo de establecer la verdad sobre el pasado y brinda la oportunidad a las víctimas de narrar sus experiencias traumáticas en un ambiente seguro y compresivo. Realiza además, la investigación y procesamiento de una enorme cantidad de información, lo cual requiere una base de datos efectiva para la custodia, organización y recuperación de la misma. En algunos países, como en el caso de Sudáfrica, Perú o Sri Lanka, hay experiencias de audiencias públicas dónde las víctimas y los sobrevivientes tienen la oportunidad de contar su historia. Los informes finales bien documentados y con una metodología apropiada y sólida suelen servir como una protección contra la distorsión de la historia. Estos informes constituyen el verdadero legado de las Comisiones de la Verdad que se convierte en una fuente para la educación en Derechos Humanos y para procesos posteriores. Algunas comisiones han tenido la facultad de nombrar públicamente aquellas personas que son halladas responsables de crímenes contra los Derechos Humanos, como el caso de El Salvador o Sudáfrica, así como otros tenían en su mandato el poder de no hacerlo, como la de Guatemala. 79 Dr. Guillermo Payseé La experiencia sugiere que la mejor práctica es permitir que la Comisión pueda dar nombres, pero es preferible dejar a la discreción de la misma él hacerlo o no, en función de la evaluación del proceso. El conocimiento de los nombres y responsabilidades individuales es muy importante en la lucha contra la impunidad. Si una Comisión decide no nombrar a los perpetradores, debería al menos, dar razones de orden político, moral y legal. Cuando se señalan responsables se debe aclarar que sus investigaciones necesitan confirmarse mediante una investigación judicial. Finalmente la necesidad de seguimiento. Las Comisiones deber proponer mecanismos que aseguren un apropiado monitoreo y seguimiento, ya que una vez que entrega el informe final o archiva sus expedientes, y se disuelve formalmente, el cumplimiento de sus recomendaciones recae en general en otras manos. Finalmente las políticas de reparación. Se señalan diferentes políticas de reparación. La restitución que busca restablecer la situación previa de la víctima. La indemnización que se refiere a la compensación monetaria por daños y perjuicios, tanto daño pecuniario, como moral (miedo, humillación, estrés, problemas mentales, reputación, etc.) La rehabilitación que incluye medidas tales como la atención médica y psicológica, así como servicios legales y sociales. Las medidas de satisfacción, como la verificación de los hechos y conocimiento público de la verdad, restauración de derechos y actos de desagravio, que se sancionen los perpetradores, la conmemoración y tributo a las víctimas, y las garantías de no repetición incluyendo el cese de las violaciones, las reformas institucionales y legales que promuevan cambios en servicios de seguridad, promoción en Derechos Humanos etc. La reparación tiene que estar ligada a la Verdad y la Justicia. Si la indemnización se usa solamente para comprar el silencio de las víctimas, su rehabilitación no será posible. La reparación se debe entender como la política orientada a favorecer el retorno a la ciudadanía y el reconocimiento de las víctimas, como sujetos con derechos que fueron vulnerados. Una de las premisas básicas para que las medidas puestas en marcha, sean reparadoras, tiene que ver con la dignidad. La restitución de la dignidad, tiene que estar presente en cada acción, de forma que suponga un reconocimiento de la injusticia y un respeto a los derechos y al valor de las víctimas. La reparación debe demostrar el compromiso del gobierno de asumir de manera inmediata las responsabilidades, y apoyar a los sectores más afectados y no ofrecer dudas en términos legales internacionales, que el gobierno o el régimen post-conflicto es responsable de los abusos del régimen anterior. Quiero aprovechar algunos minutos suplementarios que me dan desde la mesa, para hacer referencia a la realidad nacional, luego de haber hecho mención al marco teórico del libro. Obviamente no puedo comprometer a toda las instituciones de Derechos Humanos, pero sí al Servicio de Paz y Justicia que es a la que represento. Esto se relaciona con dos temas que vamos a plantear en el informe de Derechos Humanos que se va a presentar el 12 de diciembre. Allí nosotros plantearemos si no ha llegado el momento de anular la Ley de 80 Desde una ética de los Derechos Humanos, construyendo democracias. Caducidad. Y el otro tema que yo me planteo también en esta exposición, es si el camino que se tomó una vez que se aprobó la Ley de Caducidad, el camino del Referéndum, fue un camino apropiado o si el mismo debe ser cuestionado. De esta forma nos planteamos si los Derechos Humanos, la justicia, la libertad son valores que pueden plebiscitarse, o si hay instrumentos de Derechos Humanos internacionales, están por arriba de la voluntad popular. El proceso de salida de la dictadura y los caminos políticos que se eligieron, condicionaron negativamente la resolución de los temas vinculados a los Derechos Humanos. Hoy a más de 20 años de las primeras elecciones postdictadura, para la sociedad uruguaya siguen siendo un tema traumático y sin solución en el corto plazo. El actual gobierno ha comprometido desde el momento de su asunción una política diferente en la materia de los que los precedieron. Y así lo ha demostrado entre otros actos en la valoración de los casos puestos en su conocimiento por los jueces penales, de acuerdo al artículo 4to de la Ley de Caducidad, los que no incluyó en la misma permitiendo su investigación. A ellos se suma la exigencia a los militares para que revelen la información que tienen celosamente guardada, desde el retorno de la democracia. A ello debemos agregar las excavaciones en predios militares resultados de las informaciones brindadas por los mandos, la sanción de una ley de declaración de ausencia, etc. Y como último aporte el Proyecto de Ley interpretativo de la Ley de Caducidad donde se establecen entre otras cosas que quedan excluidos de la Caducidad de la Pretensión Punitiva los delitos cometidos fuera del territorio nacional y los cometidos por los civiles y mandos militares y policiales. En una de las normas más significativas, su artículo 5to habilita la reapertura de los presumarios donde los Poderes Ejecutivos precedentes, no contemplaron los presupuestos exigidos en los artículos 3° y 4° de la Ley de Caducidad. Recordemos que el Poder Ejecutivo del Dr. Sanguinetti destinó para investigar el esclarecimiento de situaciones de desaparición forzada, homicidio, etc., a dos coroneles que indefectiblemente y con un calco en sus resoluciones, establecían que no habían encontrado responsabilidad en integrantes de las Fuerzas Armadas en los hechos que se le denunciaban. Es decir que quienes votaron la Ley de Caducidad, luego no la respetaron, la trampearon no realizando las investigaciones con la imparcialidad debida, encargándola a militares sujetos a jerarquías y en algún caso acusados de violaciones a los Derechos Humanos. El Parlamento votó la Ley de Pacificación Nacional Nº 15.737, el 8 de marzo de 1985, que establecía: “que quedaban excluidos de la amnistía los delitos cometidos por funcionarios militares o policiales, equiparados o similares, que fueran autores coactores o cómplices de tratamientos inhumanos, crueles o degradantes de la detención, luego desaparecidos y por quienes hubieran encubierto cualquiera de estas conductas”. Es el mismo Parlamento que vota un año y medio después, la Ley de Caducidad, donde se excluye que puedan ser penados esos militares y policías. 81 Dr. Guillermo Payseé Justificó su accionar la clase política en evitar un desacato de integrantes de las Fuerzas Armadas, que se negaban a ir a declarar a un Juzgado Penal. Entonces para evitar el mismo dictan una norma, que nada tiene de jurídica, que viola la Constitución de la República atenta contra la división de poderes y contra normas contenidas en la Convención Americana de Derechos Humanos, como lo señaló la propia Comisión Interamericana de Derechos Humanos en su resolución 2992, donde recomendaba entre otras cosas al Estado uruguayo, “la adopción de las medidas necesarias para esclarecer los hechos e individualizar a los responsables”. Esta decisión de un gran valor jurídico y político impone la obligación al Estado uruguayo de adecuarse a las normas internacionales de Derechos Humanos, y de suprimir el contexto de impunidad. Desde 1992 a la fecha el Estado uruguayo ha incumplido en forma abierta y contumaz las recomendaciones del informe 2992, además de incumplir – sumando en materia de incumplimientos – el integrar a la legislación interna el delito de tortura y el delito de desaparición forzada. No olvidemos que Uruguay ratificó la Convención contra la Tortura en el ámbito de Naciones Unidas y también en el ámbito americano, en la Convención Interamericana de Desaparición Forzada de Personas, que establece en su artículo 3ro que “los Estados Parte se comprometen adoptar con arreglos en sus procedimientos constitucionales las medidas legislativas que fueren necesarias para tipificar como delitos la desaparición forzada de personas y a imponerle una pena apropiada que tenga en cuenta su gravedad”, Ley 16.794 del 1º de noviembre del 85. También en materia de incumplimientos, por Ley 17.510 del 27 de junio del 2002, se ratificó el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, que fuera firmado por el gobierno uruguayo el 19 de diciembre del 2000. A la fecha aún no se ha implementado en el orden jurídico interno por lo que carecemos de normativa adecuada para juzgamiento de los crímenes establecidos según el Estatuto de Roma y la efectiva cooperación con la Corte Penal Internacional. Retornando a la Ley de Caducidad recordemos que se intentó derogar la misma realizándose un posterior plebiscito el 16 de abril de 1989, en donde el 57 por ciento de la ciudadanía votó por confirmar la Ley. Quiere decir que en estas condiciones políticas muy especiales cuatro de cada diez uruguayos votaron por derogar ésta Ley. Y el respeto a la expresión popular negativa a su derogación, entiendo que, es uno de los hechos más importantes que han ocurrido para enlentecer el proceso contra la impunidad. Por tanto me pregunto ¿fue correcta la posición que se tomó de plebiscitar los Derechos Humanos?. Haré una breve referencia, para terminar, de un artículo que el asesor de SERPAJ, el doctor Oscar López Goldaracena, nos presentó hace un tiempo atrás y que saldrá publicado en el informe de Derechos Humanos. “Toda opción política tiene límites jurídicos, y para el caso, la facultad de amnistiar estaba vedada. El Estado uruguayo debía abstenerse de dictar normas de impunidad. ¿Cómo revertir esta situación? Readecuando el orden jurídico interno al Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Si las violaciones a los Derechos Humanos perpetradas por el gobierno uruguayo constituyen crímenes contra la humanidad, debe declararse la nulidad 82 Desde una ética de los Derechos Humanos, construyendo democracias. de la Ley de Caducidad ya que resulta inadmisible por su antijuricidad intrínseca.” La anulación de la Ley de Caducidad constituiría el cumplimiento cabal de las obligaciones contenidas en el artículo 2 del Pacto de San José de Costa Rica, “los Estados Parte se comprometen a adoptar con arreglos en sus procedimientos constitucionales y a las disposiciones de esta Convención, las medidas legislativas y de otro carácter que fueran necesarias para hacer efectivos tales derechos y libertades”. Tengamos presente que estamos hablando de declarar la nulidad y no la derogación. La derogación implica la extinción de la vigencia de una Ley con efecto hacia el futuro, pero durante el período en que estuvo vigente surgió efectos validamente, y por tratarse de una materia penal, aunque la Ley de Caducidad se derogue no se altera el régimen de impunidad que benefició a los violadores de los Derechos Humanos. Por el contrario la nulidad implica declarar la inexistencia de la norma. Esto es, hacer de cuenta que nunca existió, y para el caso revertir íntegramente el contexto de impunidad. El Poder Legislativo está en condiciones de dictar una ley anulatoria sin necesidad de mayorías especiales. Diríamos más, no solamente puede sino que debe hacerlo cuando constata un vicio jurídico intrínseco que sería causa de la nulidad absoluta. Debemos entender esto claramente, no puede anularse cualquier Ley, sino únicamente aquellas que por tener un vicio de tal magnitud son consideradas absolutamente nulas para el Derecho. Hay un antecedente, que es la Ley 15.738 del 22 marzo de 1985, que declaró la nulidad absoluta y la inexistencia de determinadas leyes sancionadas por el Consejo de Estado. Partiendo de la base que todos los actos de dicho órgano eran jurídicamente inexistente y absolutamente nulos por “incompetencia y haber sido dictados al margen de la Constitución” Si bien la mencionada Ley convalidó determinadas leyes, derogó y suspendió otras, también anuló aquellas que entendió contrarias al principio a los principios democráticos. En su momento esta Ley de Anulación fue impugnada por inconstitucional, pero la Suprema Corte de Justicia, en sentencia Nº 1 del 3 de febrero de 1988, la declaró ajustada de derecho. Entendemos por tanto, perfectamente transitable el camino de la anulación de la Ley de Caducidad para el cual existen sobrados argumentos jurídicos. En la República Argentina la Ley 25.779, del 21 de agosto del 2003, declaró insanablemente nulas las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. La argumentación para la anulación, similar a la de las sentencias que ya habían declarado inconstitucionales las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, se basa en que para los crímenes contra la humanidad se impone el juzgamiento a los responsables por norma de derecho internacional general y que son nulos los actos que amparan la impunidad. Muchas gracias. 83 Volver al índice Dr. Felipe Michelini * Buenas tarde a todas y a todos. Antes que nada quiero agradecer, muy especialmente, al Instituto Interamericano de Derechos Humanos, a la Dirección de Derechos Humanos del Ministerio de Educación y Cultura y a la Instituto IDEA por permitirme estar en esta presentación y además poder dirigir la palabra a los aquí presentes muchos de los cuales tienen una larguísima trayectoria en la defensa, protección y promoción de los Derechos Humanos, y que seguramente tendrían todas las condiciones para realizar esta presentación. Quiero felicitar a las Altas Autoridades competentes en Derechos Humanos y Cancillerías del MERCOSUR y Estados Asociados por la realización de éste Seminario “Memoria, Verdad y Justicia” que coincide con el ejercicio de la presidencia Pro Témpore de Uruguay en el MERCOSUR. Mientras escuchaba al director del Instituto Interamericano de Derechos Humanos, el amigo Roberto Cuellar, y al representante del Servicio de Paz y Justicia, doctor Guillermo Paysee, me preguntaba ¿en qué calidad voy a dirigirme ante esta audiencia? Lo haré en calidad de Subsecretario del Ministerio de Educación y Cultura pero también como hombre político. Es una feliz coincidencia la realización de este Seminario y la presentación del libro “Verdad justicia y reparación” cuya tarea fue asumida por el Instituto Interamericano de Derechos Humanos y en el que se presentan casos emblemáticos de la región. Como decía, es especialmente oportuno. En primer lugar por darle a estos temas del pasado reciente un abordaje regional o continental, porque me parece que muchas veces hemos supuesto que la lucha contra la impunidad, la denuncia del terrorismo de Estado, la denuncia de las graves y sistemáticas violaciones a los Derechos Humanos en un marco de conflicto interno, se circunscribía simplemente a un Estado. Creo que ha habido fenómenos continentales o regionales que nos permiten afirmar que en todo el Cono Sur se desarrolló un terrorismo de Estado, una cooperación ilegal represiva, en el marco de lo que después se ha denominado Operación Cóndor. Y por lo tanto este abordaje regional resulta muy importante y muy adecuado. El segundo acierto de ambas iniciativas, tanto del libro como del Seminario, es presentar estos temas con una visión evaluativa. Se pretende evaluar lo que se ha hecho. Esto es especialmente necesario porque en algunos casos cesaron las violaciones más aberrantes o porque en otros las mismas han continuado. Y esto es naturalmente muy importante para las organizaciones de Derechos Humanos. * Dr. Felipe Michelini - Uruguayo, abogado, master por la Escuela de Derecho de la Universidad de Columbia, Nueva York, EE.UU. Profesor de derechos humanos en la Facultad de Derecho de la Universidad de la República desde 1991. Ex consultor de la Secretaría General de la Organización de Naciones Unidas en la Comisión de la Verdad de El Salvador. Ex consultor del Instituto Interamericano de Derechos Humanos (1993-94). Director del entro de Justicia y Derecho Internacional para América del Sur (CEJIL.SUR) entre 1993 y 1994. Diputado por Montevideo en dos períodos. Desde el 1º de marzo de 2005 ejerce como Vice Ministro de Educación y Cultura. 84 Desde una ética de los Derechos Humanos, construyendo democracias. Hemos sostenido que no puede haber una democracia plena cercenando la justicia, y que además no puede haber una democracia plena y una convivencia en el marco de los lineamientos de los Derechos Humanos, si no hay en definitiva una memoria activa que denuncie permanentemente los hechos más graves, y que además dignifique a las víctimas. Y que esa dignificación además, las repare fundamentalmente en su dignidad. Todos los que hemos trabajado en esa línea, hemos tenido que dar una batalla política, ideológica y filosófica muy importante. Mirando hacia atrás uno se recuerda de hombres y mujeres que de buena fe sostenían que la democracia por el sólo hecho de serlo no admitía, de ninguna manera, violaciones a los Derechos Humanos. Tampoco admitían las responsabilidades del Estado; no reconocían la violación a los Derechos Humanos de su pasado reciente. Eso lo decían en nuestros países, lo decían en Washington, lo decían en Ginebra y lo decían donde se les podía escuchar. “La democracia, no aceptaba ni iba a aceptar de ninguna manera, esa cuenta”. En cambio nosotros sosteníamos, que la democracia, para ser una democracia plena, tenía que cumplir estrictamente las responsabilidades que nuestros Estados habían asumido, como parte de sus compromisos internacionales. Y que los mismos habían sido asumidos en forma libre y sin ningún tipo de condicionamiento, como por ejemplo, el Pacto de San José de Costa Rica, o la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto de los Derechos Civiles etc. El otro argumento escuchado durante años estaba basado en la lógica de victimizar doblemente a las víctimas. Las víctimas tenían que hacerse cargo de la paz de una democracia que les impedía el ejercicio de la justicia. Los familiares de detenidos desaparecidos, no debían protestar porque si protestaban ponían en peligro la democracia, la ponían bajo sospecha, alentaban las dictaduras militares. Y esa fue una dura batalla, que mirando para atrás hemos ganado. Y creemos que finalmente se ha reconocido, que hay legítimo derecho de las víctimas y sus familiares, a seguir reclamando por el tiempo que sea necesario, hasta satisfacer plenamente los Derechos Humanos, que son inherentes a su personalidad. En Uruguay los presidentes de la república demoraron quince años en darle una entrevista a la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos. Y cuando finalmente la concedieron fue impactante. Porque después de considerarlas peligrosas durante años, de tratarlas como irresponsables, finalmente se las recibió y se las trató como familiares que tenían reclamos legítimos. Frente a esto es que yo digo, que en el terreno indagatorio, las democracias se tienen que hacer cargo con mayor responsabilidad que las dictaduras de los Derechos Humanos. Y que además hay un derecho irrenunciable de las víctimas y familiares a reclamar por lo que corresponde. Y creo firmemente que en ese terreno hemos avanzado mucho. Un tercer elemento que me parece especialmente importante recalcar, es que nuestro compromiso con la causa de Derechos Humanos ni podía ni debía cesar el día que asumiéramos el gobierno. No se trataba de que llegado ese día todo se pondría en una biblioteca, como una experiencia pasada y que ahí 85 Dr. Felipe Michelini quedaría, casi olvidada, sin desarrollarse ni avanzar. Creo yo que, paso a paso, con mucha tranquilidad - esta propia reunión de hoy es un ejemplo - estamos haciendo que por primera vez los Estados como tales, puedan reflexionar sobre estos temas. Pienso que es una batalla que se pueda hablar en clave de Derechos Humanos, que se pueda hablar en clave de cumplir, de buena fe, las obligaciones que nuestros Estados han asumido y que no abandonaremos ni un ápice, aquello por lo que hemos trabajado y siempre hemos pregonado. Quiero hacer una breve referencia al Área Coordinación de Derechos Humanos, del Ministerio de Educación y Cultura, que a partir del 1º de enero del próximo año se convertirá en Dirección. Me interesa destacar su dialogo permanente con las organizaciones no gubernamentales y su iniciativa de convocar a expertos independientes, como es el caso del Dr. Oscar López Goldaracena, a fin de establecer un proyecto de cooperación con la Corte Penal Internacional y reglamentar en el plano interno todo lo concerniente a los delitos de Lesa Humanidad y Genocidio. Como bien se sabe estos son temas en los que el Estado uruguayo tiene una enorme deuda. Ese proyecto realizado a instancias del Área de Coordinación de Derechos Humanos, y que hoy tiene estado parlamentario, es una excelente propuesta y aspiramos que tenga rápida sanción. Para terminar, digo en fin que estos conceptos de Verdad, Justicia, Memoria y Reparación, se concentran, se pueden reflejar, expresar o trasmitir, en un solo concepto, que es la lucha contra la impunidad. La lucha para que los casos más aberrantes y más repugnantes, para que las situaciones que en definitiva son delitos de Lesa Humanidad que nos ofenden a todos, no sucedan nunca más. Que haya conocimiento de los hechos, que haya esclarecimiento de las situaciones, que haya justicia a través del debido proceso sea nacional o internacional, que haya la reparación que corresponda y en definitiva, que haya una memoria activa para que estos hechos no sucedan más. En síntesis, esa es la lucha contra la Impunidad. Naturalmente en el transcursos de esa lucha, mucho se ha experimentado: ha habido también muchos tropiezos y estrategias diversas, acciones diferentes, propuestas cambiantes y naturalmente uno puede evaluar si tal o cual acción fue mejor o peor. También eso es parte de la acumulación, de la construcción de la memoria institucional de aquellos que estamos trabajando por estos temas. Hay que tener presente siempre, que la línea es la lucha contra la Impunidad. Un dirigente político uruguayo asesinado en Buenos Aires, le trasmitía a un dirigente de un pequeño pueblo de Uruguay, en Villa Soriano en la época más dura de la represión, le mandaba un mensaje que decía, “paciencia y buena memoria”, en eso estamos. Muchas gracias. 86 Volver al índice Memoria, para qué y por qué. Psic. Gilda Pacheco.* Un paso difícil pero necesario: recuperar la memoria histórica** Quisiera, antes que nada, agradecer la invitación que se formulara al Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH) para participar en este importante esfuerzo por abordar los temas que nos convocan, desde las instancias aquí representadas. Me ha correspondido intervenir en el módulo sobre (Re)construcción de la memoria, el para qué y sus limitaciones y lo haré desde la perspectiva de cómo la recuperación de la memoria histórica es el punto de partida para asumir integralmente la deuda pendiente de la verdad, la justicia y la reparación en democracia. Para ello, me centraré en cuatro aspectos esenciales que permiten comprender el nivel de interdependencia entre la recuperación de la memoria, no como un fin en sí mismo sino como inicio de un proceso para propiciar una verdadera reconciliación, el fortalecimiento de la democracia y el compromiso del Estado de responder por las violaciones de los Derechos Humanos en el pasado. Iniciaré entonces planteando un problema sobre el polémico concepto de la reconciliación, su vínculo con la democracia, las iniciativas que esta ha promovido en la búsqueda de la verdad y el papel de las organizaciones de víctimas y de la sociedad en su conjunto. Problematización del concepto de reconciliación El debate sobre la reconciliación es complejo, ya que no hay consenso sobre su definición y sus alcances. Además, muchas veces, se pretende reconciliar a sectores que quizás nunca estuvieron “conciliados” y se plantean confusiones entre la reconciliación, como fin y como proceso. La reconciliación como fin en sí, es una meta, un ideal que le da dirección al proceso de cambio y lo hace más contundente; pero es la dimensión de proceso lo que garantiza el cambio efectivo, gradual y sostenible en las relaciones sociales. La reconciliación no es un concepto neutral, sino un concepto sensible y políticamente controvertido, que es asumido de diferentes maneras, según el enfoque y la ideología desde los cuales se interpreta. En forma resumida, y para efectos de esta presentación, podemos identificar dos tendencias antagónicas: * Psic. Gilda Pacheco - Directora Adjunta del Departamento de Sociedad Civil del Instituto Interamericano de Derechos Humanos (San José de Costa Rica). Ha desarrollado un intenso trabajo en la promoción de los derechos de la mujer. 87 Psic. Gilda Pacheco La primera se sustenta en la pretensión de sacrificar la memoria, la verdad y la justicia con llamados al perdón y al olvido del pasado, con lo cual se favorece la impunidad. Esta ha sido garantizada ya mediante leyes que recurrieron a un distorsionado concepto de reconciliación en medio de una campaña en la que se confunden, intencionalmente, los reclamos de justicia con el resentimiento y el revanchismo atribuidos a las víctimas de hechos que se quisiera dejar en el olvido. En algunos países se ha aducido, incluso, que la reconciliación y el olvido son necesarios para no hurgar en las heridas del pasado, como si estas hubieran sanado, o para no poner en peligro la incipiente democracia con la posibilidad, en algunos casos, de un golpe de Estado gestado por militares, quienes podrían sentir amenazada su impunidad. Como reacción a esto, surge una segunda tendencia que vincula la reconciliación con la reconstrucción de las relaciones sociales. Esta tendencia propicia una ideología incluyente y no discriminatoria: el entendimiento entre las personas de diferentes culturas y el arrepentimiento de los victimarios por los delitos cometidos. También se considera la reconciliación como la restitución y la reparación de las víctimas, y todas aquellas medidas que sean necesarias para garantizar las condiciones mínimas para una convivencia social. Desde esta perspectiva, la reconciliación refuerza la democracia, al fomentar una recuperación de las relaciones fundamentales entre los grupos relacionados, y reafirma la estrecha interdependencia entre ambas. Pero, además de la atención a las víctimas y a sus familiares, también reclama estructuras justas, la distribución del poder, el cumplimiento de los compromisos políticos y un clima favorable a la protección de los Derechos Humanos y de la justicia económica. La diferencia central entre estas dos tendencias reside en las implicaciones que tendrá, para el fortalecimiento o fisura de la democracia, el asumir o no los problemas del pasado. Los estudios realizados en el libro “Verdad, Justicia y reparación. Desafíos para la Democracia y la Convivencia Social” reafirman la tesis de que, cuanto más se consolida la democracia y su institucionalidad, mayor voluntad política existe para enfrentar con valentía el combate a la impunidad. Dos ejemplos dignos de destacar son la inscripción social de la memoria y el recurso a la justicia, que culminó con la derogación de las leyes de obediencia debida y punto final en Argentina, y la relación entre los avances democráticos en Chile, reflejados en los logros de la justicia, la verdad y las reparaciones, como se puso de manifiesto en el reciente informe de la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura, el juicio seguido al general Pinochet y las políticas de reparación. Interdependencia entre reconciliación y democracia Para evidenciar la interdependencia entre la reconstrucción de la memoria y la búsqueda de la verdad, la justicia y la reparación, como desafíos para los retornos a la democracia, quisiera retomar las palabras del Presidente de Chile, Sr. Ricardo Lagos, en el prólogo del libro mencionado. 88 Memoria, para qué y por qué Destaca al respecto: “Hemos comenzado el camino que lleva a superar las secuelas de la violencia. Sin embargo, algunas de sus causas profundas persisten en nuestros países: la pobreza y la falta de inclusión en la sociedad. América Latina tiene una de las distribuciones de ingreso más desiguales del mundo y muchos grupos -indígenas, mujeres, jóvenes- siguen marginalizados”. Agrega, además, que “el proceso de reconciliación se puede hacer más dinámico y sostenible si se va desarrollando conjuntamente con una visión compartida del futuro y, ante todo, con la construcción de la democracia. La sustancia de ambos debe ser la mejoría en la situación de los pobres y la progresiva desaparición de las desigualdades que hoy siguen campeando en la región”. Muchas iniciativas democratizadoras en estas sociedades que emergen de dictaduras o conflictos armados tienen que enfrentar las dolorosas secuelas del pasado, con una realidad desafiante caracterizada por la inequidad, la injusticia y la exclusión que fueron, a la vez, causa de graves violaciones y conflictos pasados. Sin embargo, hay avances en la región y por ello es necesario asimilar lecciones, identificar opciones y rutas para responder a los desafíos de la reconciliación y la democratización De este pasado aún vigente, de esas etapas de dolor e impunidad, hay lecciones que no podemos olvidar: -Reconocer el valor irremplazable de la democracia y la verdad. -Enseñar a las nuevas generaciones, desde la edad escolar, el valor de la vida en democracia, la tolerancia y la preeminencia de los Derechos Humanos. -Aceptar que el proceso de recuperación de la confianza social y de la armonía pública pasa, necesariamente, por reconocer y aceptar la otredad, para no regresar a la actitud de rechazo y de violencia que destrozan cualquier intento de reconciliación y de democratización, en sociedades afectadas por graves violaciones a los Derechos Humanos. Todos estos problemas del pasado se han abordado muchas veces estrictamente desde el punto de vista de los Derechos Humanos. En la mayoría de los casos, los liderazgos políticos representados por los gobiernos, parlamentos, partidos políticos y medios de comunicación, no han incluido el tema de reconciliación, de una manera estructurada, en la agenda principal para la paz y la democracia. Para poder construir una democracia consolidada es necesario buscar cómo disminuir estas brechas y aumentar la inclusión de todos los grupos sociales en el desarrollo del país, incluyendo a las víctimas de la represión. La fuerte demanda de justicia por los casos graves de violaciones a los Derechos Humanos se enfrenta a la impunidad de muchos perpetradores e instigadores de la violencia. En este contexto, el deber de acabar con la situación de impunidad no tiene alternativas. Sin embargo, su éxito depende de la consolidación de una democracia representativa, del Estado de derecho, del pluralismo político y de la capacidad efectiva de las instituciones para enfrentar los desafíos sociales y económicos. Conlleva el fortalecimiento del sistema político incluyente y representativo, un sistema electoral con credibilidad que 89 Psic. Gilda Pacheco promueva participación sin profundizar polarizaciones, supeditar las fuerzas armadas al poder civil y su depuración cuando se requiera, impulsar políticas de desarrollo equitativo y cambiar la lógica de seguridad del Estado por seguridad ciudadana, entre otras. La democracia amplía el diálogo entre los grupos sociales y fortalece las instituciones; en este sentido, constituye el marco adecuado para crear oportunidades de participación política y social en igualdad de condiciones, integrando especialmente a los sectores marginales y las minorías étnicas, culturales y religiosas. Claramente, la reconciliación forma parte esencial de este proceso participativo y democrático y existe una estrecha interdependencia entre reconciliación y democracia. Comisiones de la verdad e institucionalización de sus recomendaciones El establecimiento de la verdad es otro de los elementos indispensables para avanzar en los procesos de reconciliación. Las comisiones de la verdad, en los casos estudiados, han sido un paso fundamental para dar respuesta a la deuda pendiente con las víctimas de la violencia y con la sociedad en su conjunto; también para superar, en muchos casos, la negación sistemática de los hechos históricos y la complicidad de las mismas instituciones a las que se recurría para denunciar las violaciones. En las últimas tres décadas, se han puesto en marcha comisiones de este tipo en más de 25 países, aunque con diferentes nombres y mandatos. En América Latina existen cinco experiencias: en Argentina, Chile, El Salvador, Guatemala y Perú. Estas iniciativas no son cuerpos judiciales ni deben considerarse como sustitutos de los juicios penales. Son entidades temporales que investigan patrones de abusos y violaciones de Derechos Humanos y normas humanitarias cometidos en un período determinado. Están oficialmente facultadas por el Estado y, en algunos casos, por la oposición o por un acuerdo de paz respaldado por las Naciones Unidas. Entre los aportes de las Comisiones de la Verdad en sociedades en transición se pueden destacar: -Ayudan a establecer la verdad sobre el pasado. -Promueven que los perpetradores de las violaciones a los DDHH asuman su responsabilidad. -Brindan una plataforma pública a las víctimas. -Informan y catalizan el debate público. -Recomiendan reparaciones para las víctimas. -Recomiendan las reformas legales e instituciones necesarias. -Promueven la reconciliación. -Ayudan a consolidar una transición democrática. A pesar de su potencial, su conformación también despierta reacciones diferentes, pues hay sectores que manifiestan nuevamente el temor de que recrudezca la violencia, si se llegan a investigar los crímenes del pasado. La 90 Memoria, para qué y por qué clase dirigente puede mostrar, en algunos casos, escaso interés en la investigación; puede haber presiones hacia leyes de amnistía, más que hacia el conocimiento de la verdad. Y, a pesar del acuerdo parlamentario, en su conformación es posible que tenga que enfrentar obstáculos financieros y políticos. Por otro lado, constituyen una esperanza para amplios sectores de la sociedad civil, en particular asociaciones de víctimas, grupos de Derechos Humanos y líderes religiosos e intelectuales que impulsan el establecimiento de la comisión, y son una garantía para el proceso. Las experiencias latinomericanas analizadas demuestran, independientemente de sus particularidades, que es fundamental que la conformación de esta instancia asegure una amplia legitimidad moral y un equilibrio justo en la representación de tendencias políticas, grupos religiosos, étnicos y de hombres y mujeres. Una vez que una comisión de la verdad entrega su informe final, archiva sus expedientes y se disuelve formalmente; el cumplimiento de sus recomendaciones recae, en general, en otras manos y estas no tienen un poder ejecutivo. Desafortunadamente, incluso cuando existe la obligación legal del gobierno de cumplirlas, con frecuencia existe una falta de voluntad política, de capacidad institucional o de fondos suficientes. Este mandato restringido hace que muchas veces haya escepticismo con respecto a su incidencia en los procesos de reconciliación; pero es indudable su contribución en muchos casos y es necesario ver el modo en que este aporte se puede potencializar. Esto será así en la medida que las Comisiones de la Verdad propongan mecanismos que aseguren un apropiado monitoreo y seguimiento, de ser posible incluyendo en su mandato algunas de las acciones para que esta importante iniciativa no se constituya, nuevamente, en una fuente de frustración para las víctimas e incremente la falta de credibilidad, en la sociedad en general, sobre la legítima voluntad política del Estado para reparar estos hechos. Papel de las organizaciones de víctimas y familiares y de la sociedad en su conjunto Las luchas por la verdad, la justicia y la reparación de las violaciones de los Derechos Humanos, producto de las dictaduras y los conflictos armados, siempre fueron reivindicadas por las víctimas y/o sus familiares, en algunos casos con el acompañamiento de organizaciones de Derechos Humanos. Evidentemente, por sus propias experiencias, fueron las voces que alertaban a la sociedad sobre lo que estaba sucediendo; sucesos que la sociedad ignoraba o minimizaba por sus propios temores de verse involucrada en la represión indiscriminada. Con el retorno a la democracia y el surgimiento de las Comisiones de la Verdad y Justicia y otras iniciativas para enfrentar este pasado, un paso fundamental es involucrar en estos esfuerzos a toda la ciudadanía. Es preciso promover la conciencia de que esta lucha no compete exclusivamente a las víctimas y que no puede recaer nuevamente sobre sus hombros la responsabilidad de ser las únicas interesadas en dar seguimiento a las recomendaciones de la Comisiones de la Verdad. 91 Psic. Gilda Pacheco Es fundamental trasmitir a la sociedad en su conjunto la idea de que, en la medida que emerge de períodos de represión política, conserva las secuelas del pasado y estas, de una u otra manera, no afectan exclusivamente a las víctimas o sus familiares, sino que abarcan todas las dimensiones de la vida social e individual. Su destructividad se extiende no sólo sobre las partes enfrentadas, sino que permea todo el cuerpo social con su secuelas materiales, como el desarraigo de grandes contingentes, e inmateriales, expresadas en el miedo, la angustia, el dolor causados por las múltiples pérdidas. De acuerdo con lo experimentado en otros países de la región, esto explica en parte por qué la violencia, y la impunidad que la acompaña generalmente, han debilitado la confianza entre las personas, y entre ellas y las instituciones, destruyendo así la trama del tejido social y las redes solidarias. Asimismo, se ha perdido la credibilidad en la justicia y se ha naturalizado la impunidad, reforzando el odio y el resentimiento. Aunque si hipotéticamente, la sociedad entera lograra ponerse de acuerdo en el “borrón y cuenta nueva”, la violencia y sus efectos no enfrentados continuarán determinando las relaciones sociales. Posiblemente se olviden los hechos, pero el cuerpo social mantendrá las sensaciones de temor, angustia y menosprecio por la vida. El ciclo de la violencia, favorecido por la impunidad, se repetirá al quedar intactas tanto las estructuras desde las que se ejecuta, como las personas responsables, por no haber recibido la sanción correspondiente a sus actos. Por lo tanto, constituye un compromiso social buscar la incorporación estructural del tema de la reconciliación no solo en las propuestas educativas sino también en las agendas de la democratización. En este sentido la comunidad internacional -las agencias de cooperación y las organizaciones internacionalesjuegan un papel importante ya que debería promoverse el enfoque de la reconciliación en los programas de cooperación al desarrollo, combate a la pobreza y programas de educación formal e informal. La responsabilidad de la justicia, la memoria y las reparaciones, que ha recaído en las víctimas y sus familiares, debe ser retomada por las instituciones y por la sociedad en su conjunto, de modo que las acciones emprendidas no sean hechos aislados, producto del voluntariado de ciertos sectores sociales, sino que se constituyan en políticas de Estado, dirigidas a restituir la confianza en la democracia. En tal sentido y para garantizar la sostenibilidad de los esfuerzos, la problemática mencionada debe constituir un aspecto relevante en la agenda nacional, no sólo en la de las víctimas. Es preciso tener presente que el olvido, promovido o impuesto, no solamente instaura una cultura siniestra con todos sus efectos, sino que abre las puertas a la posible repetición de los hechos. La pesada herencia de los abusos del pasado exige que las nuevas democracias se ocupen de tratarlos y repararlos. La razón más importante para combatir la impunidad, más allá de evitar su repetición, es la necesidad de que un daño socialmente causado pueda ser socialmente reparado. 92 Memoria, para qué y por qué Deseo concluir reiterando un reconocimiento muy especial del IIDH a esta actividad y retomar las palabras del Comisionado de Honduras, Leo Valladares, en la presentación de su trabajo Los hechos hablan por sí mismos: informe preliminar sobre los desaparecidos en Honduras 1980-1993: “Los grandes países no son aquellos que no han tenido épocas oscuras y de barbarie, son los que pudieron examinarlas sin temores para así superarlas. Las verdaderas democracias son las que pueden examinarse a sí mismas. Las naciones con futuro son las que pueden, con valentía, enfrentar la verdad”. Agrego por mi parte que son quienes, además de enfrentar la verdad, hacen realidad la justicia y acogen en su seno a las víctimas, reparando el daño y aliviando su sufrimiento, sin olvidar las causas que causaron estos horrores en el pasado, para que no vuelvan a ocurrir nunca más. Muchas gracias por su atención. * Esta ponencia se basa en el libro “Verdad, Justicia y Reparación. Desafíos para la Democracia y la Convivencia Social”, IDEA-IIDH, San José. 2005 93 Volver al índice Dr. Carlos Portillo* Para comenzar quiero presentar las excusas de Monseñor Mario Medina, presidente de nuestra Comisión, quien está imposibilitado de concurrir debido a compromisos previamente asumidos y a quien intentaré sustituir. Saludo a todas las autoridades del Uruguay, a los miembros de las diversas instituciones de Derechos Humanos, a todas y todos los representantes de los países miembros del MERCOSUR y Estados Asociados. Al Relator Especial de Naciones Unidas; a la representación de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas, apreciada amiga y apreciado amigo del Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH), Gilda Pacheco y Roberto Cuellar; a las representaciones diplomáticas y sobre todo a las compañeras y compañeros de lucha por la defensa y la vigencia de los Derechos Humanos, en la construcción de esta red vincular que nos une. Celebramos la oportuna invitación de este Seminario, adoptando este espacio como una puerta abierta para comentarles sobre la experiencia paraguaya, en un momento tan delicado de la vida institucional de nuestro país. Tomamos la iniciativa como un intento integracionista. Nos unen, no sólo la solidaridad y las luchas compartidas por la igualdad, la equidad social, las utopías de un mundo mejor, sino también esta historia del dolor compartido; la otra historia, como preferimos llamarla algunos. Y esto lo expreso con pena, ya que el dolor compartido es la historia de los acontecimientos que agredieron la dignidad humana, que se tornaron una epidemia en nuestras naciones. Y lo más paradójico, es que esto se hizo en nombre de la democracia, en una distorsión y prostitución del concepto de la misma. En consecuencia, hay una deuda histórica no saldada, Y es a ella a la que debemos sumar el esfuerzo por rediseñar el modelo democrático, como forma de convivencia colectiva fundada en la tolerancia del otro, la aceptación del “diferente”. Existe un antes, un durante y un después, no sólo de ésta Comisión de Verdad y Justicia, sino sobre todos los acontecimientos históricos que nos toca investigar, testimoniar, argumentar, comprobar y sobre todo mostrar y convencer. Los sucesivos informes de las relatorías especiales de Naciones Unidas, dan cuenta entre otras cosas, que en algunos países de América, la tradición de mal trato a los detenidos era la constante. Esto también lo relato con pena: hay más que serios indicios, como dicen los abogados, más que presunciones diría pruebas contundentes, de que Paraguay exportó conocimientos en técnicas represivas y de control social totalitarios. Si por cierto, al inicio fueron burdas, desde finales de los años 60, se convirtieron en técnicas más sofisticadas, producto del asesoramiento, la difusión, el intercambio de información y la propagación de las mismas en casi todo el mundo. * Dr. Carlos Portillo - Paraguayo. Médico siquiatra y sicoterapeuta. Miembro de la Red Latinoamericana y del Caribe de Instituciones de Salud y Derechos Humanos. Comisionado y Vicepresidente de la Comisión de Verdad y Justicia – Paraguay. 94 Memoria, para qué y por qué Si en el calendario de acontecimientos históricos de nuestro país, se coloca el 3 de febrero de 1989 como fecha que marca un hito; la decepción, el desgaste y la decadencia, fueron la pendiente constante, el cuesta abajo por el que rodamos como ciudadanos, desde entonces hasta nuestros días. Además de tener que cargar con la pesada herencia de 35 años de dictadura, vimos que se agregaban el descreimiento y el escepticismo de la opinión pública en las instituciones. Y la Comisión de Verdad, no escapa a este clima, no está inmunizada ante esto. Es loable la iniciativa del Estado de suscribir, ratificar y adherirse a los diversos instrumentos jurídicos internacionales, cuyo listado omito para no incurrir en el tedio de la repetición, ya que fueron descritos por nuestro Embajador. La dificultad está en el cumplimiento y aplicación de los mismos, y también como asignatura pendiente, en la incorporación de ellos a la normativa jurídica nacional, y la inclusión, como prioridad, de la temática de los Derechos Humanos en la agenda política paraguaya. Otra tarea más para las organizaciones de la sociedad civil: convencer a los administradores de turno del Estado, de la necesidad de que los Derechos Humanos sean el principio y el fin de reconstrucción del país. El descubrimiento de los archivos policiales, en diciembre de 1992, documentos recopilados, integrados y puestos en custodia en el centro de Documentación y Archivos a cargo de la Corte Suprema de Justicia, más conocidos como “Archivos del Terror”, constituyen hoy un acervo documental, patrimonio de los ciudadanos del MERCOSUR. Su contenido se ha convertido en elemento probatorio de las violaciones de los Derechos Humanos de millares de paraguayas, paraguayos y ciudadanas y ciudadanos extranjeros. Estas violaciones intentaron ser legitimadas por la Doctrina de Seguridad Nacional y ejecutadas como parte del Operativo Cóndor. Coincidimos los Comisionados, sin embargo, que en los mismos no se consignan datos valiosos, referidos a “Torturas y /o tratos o penas crueles, inhumados o degradantes” y otras violaciones graves a los Derechos Humanos, que la Comisión debe analizar por mandato de la Ley 2225. Es digno destacar, que existen iniciativas previas, por parte de la sociedad civil, que datan de los años inmediatamente posteriores al término de la dictadura, cuando se crearon Comisiones de la Verdad y se difundieron informes, investigaciones y publicaciones referentes a violaciones a los Derechos Humanos. En este sentido, la Comisión de la Verdad, se ubica como un eslabón, dentro del proceso de reconstrucción de ciudadanía y con un cúmulo de tareas aún por realizar. Las mismas no concluyen con el período asignado para ella, ni comenzaron cuando la Comisión inicia sus actividades. Las luchas por las libertades y por los Derechos Humanos, se inician desde el momento mismo de la instalación de la dictadura. Siempre hubo oposición. Y la preservación, la resistencia y el rescate de la memoria histórica la debemos a la tenacidad de las víctimas. 95 Dr.Carlos Portillo El período que debe cubrir la Comisión de Verdad y Justicia de Paraguay, se inicia en 1954, y finaliza en el año 2003. Sobre esto quiero expresar algunos comentarios: La práctica de violaciones sistemáticas, como parte de la política del Estado, en la que se sustentaba el poder totalitario, va desde el golpe militar perpetuado en mayo de 1954. Las detención arbitraria o secuestro, las torturas y /o tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, las ejecuciones sumarias, la prisión prolongada y /o el exilio en forma masiva, fueron sistematizados dentro de los conceptos de guerra de baja intensidad y la declaración de la existencia del enemigo interno, la figura del subversivo. En el caso paraguayo, la estigmatización con el sello “comunista”, data de la década del 50. Sin omitir que muchas de aquellas prácticas eran producto de la inventiva sanguinaria de militares criollos, es posible afirmar que otras fueron fruto del asesoramiento extranjero en el marco de la Doctrina de Seguridad Nacional. En los años 1959 y 1960 se aplicaron los vuelos de la Muerte, se arrojaron cuerpos humanos de opositores en las Selvas del Paraná, con señales de mutilación de partes del cuerpo, incluso órganos vitales. Algunos de ellos fueron encontrados flotando en el río Paraná, en costas argentinas, y sus fotos fueron publicadas en periódicos de la época en la Argentina. No en vano se ha considerado al Paraguay como un gran laboratorio de experimentación de técnicas represivas, de terrorismo de Estado, de exterminio. Es allí donde se inaugura, al menos en el Cono Sur la Doctrina de seguridad Nacional. La extensión del período a investigar, desde 1989 al 2003, posibilita dar cuenta que las violaciones a los Derechos Humanos, aunque con algunos rasgos diferenciales, persisten. Ellas incluyen, las nuevas formas de violaciones a los Derechos Humanos como la criminalización de la protesta social y la pobreza. El tiempo necesario para la investigación deberá prolongarse, y en tal sentido solicitamos el apoyo de la comunidad internacional para lograrlo. También el logro de una estabilidad presupuestaria financiera es una necesidad imperiosa, sobre la que estamos realizando considerables esfuerzos. Estamos avanzando pues, aunque lentamente, hacia la conquista de una convivencia fundada en el respeto, el pluralismo y la tolerancia, construyendo el Estado de derecho, por el cual se sigue luchando. Construyendo subjetividad y ciudadanía, ya que en la recuperación de la memoria intervienen tanto saberes como vivencias y sentimientos. Se incorporan en el tesoro de la memoria, tanto aquellos conocimientos propios de la jurisprudencia, el conocimiento de leyes, como los aspectos sentidos como producto de las vivencias. Las normas jurídicas son incorporadas y cuando son volcadas en el debate público y abierto, se convierten en costumbres y hábitos de la convivencia colectiva. “La ley es innecesaria, cuando la costumbre es buena”, sentenciaba Voltaire, y la deuda de no llegar al sistema educativo formal e informal, que mencionaba mi amigo Roberto Cuellar, consiste precisamente en que para la puesta en práctica y en vigencia de los Derechos Humanos, ellos deben convertirse en hábitos y costumbres de nuestro relacionamiento y convivencia cotidianos. Lo contrario eleva los riesgos de que el cuerpo de normativas jurídicas se convierta en letra muerta. La memoria colectiva es un campo de batalla donde se disputan valores simbólicos del pasado y donde los elementos que pretenden ser olvidados con la 96 Memoria, para qué y por qué desmemoria, han sido propiciados con leyes de Obediencia Debida, Punto Final, de Indulto, de Auto Amnistía. Los mismos carecen de valor desde el momento que son impulsadas por los perpetradores, que pretenden seguir usurpando la memoria al auto erigirse en jueces. Aunque la Comisión de Verdad y Justicia de Paraguay, se instala a posterioridad de los sucesos que deben ser investigados, su sola instalación prueba que la verdad, aparentemente silenciada por el olvido, puja por salir, queda latente y pocos o muchos años después reaparece, como una deuda histórica no saldada. Como prueba de ello es la necesidad del pueblo español de saber sobre los acontecimientos sucedidos durante la guerra civil, ya que para elaborar y confeccionar un proyecto futuro, orientado por un modelo de utopía, es necesario el esclarecimiento de los acontecimientos del pasado. Las Comisiones de la Verdad, se ubican en ese proceso evolutivo, donde las etapas deben ser recorridas sucesivamente en este orden: primero la verdad, el esclarecimiento, el análisis, el porqué, el cómo fue posible tanto horror, inenarrable, indescriptible. Luego la justicia, que implica la atribución de las responsabilidades, donde la información también debe provenir de los victimarios y no siempre está basada en el arrepentimiento. Y finalmente la reparación, que nunca puede estar centrada, hegemónicamente, en el resarcimiento económico, que la haría caer en el riesgo de una perspectiva fragmentaria e incompleta. Lo que la reparación debe buscar es la recuperación integral, la reinserción del sujeto en su condición de ciudadano pleno, reconocido con sus capacidades y diferencias. De esa manera será posible la reconstrucción del tejido social roto y fragmentado, cuando se creen, se propicien, se habiliten, espacios de igualdad de oportunidades, de condiciones equitativas y justas para ejercer el derecho a la participación. No es casual que en los trabajos de la Comisión de Verdad y Justicia de Paraguay , los datos testimoniales recolectados hasta el momento, provengan mayoritariamente de ciudadanos provenientes de áreas rurales, o sea campesinos. En esto no somos la excepción. Coincidentemente con los informes de las Comisiones de otros países, notamos que la poblaciones afectadas masivamente, victimizadas por las violaciones a los Derechos Humanos, poseían condiciones de vida de exclusión y marginación social. Notamos también que dichas condiciones persisten, por lo que se dificulta aún más la viabilidad de la reparación y la reconciliación. Aunque existan datos en fuentes secundarias, tales como: archivos, publicaciones y procesos judiciales iniciados, la entrevista posee características que además del valor testimonial, tomada como acta documental, se convierte en espacio y oportunidad privilegiada donde se otorga a la víctima la contención y el apoyo. La víctima expresa su verdad histórica, acorde con la lógica de su pensamiento y sentimiento. Ella misma al recontar su historia, rescata el sentido biográfico y la identidad de sí misma, como sujeto activo y como miembro de un grupo. 97 Dr.Carlos Portillo No debemos perder nunca la capacidad de asombro y de conmovernos con los relatos, de abrir esa actitud de escucha, aprendizaje y descubrimiento. Lejos de ser una serie repetida y monótona de datos e informaciones, cada historia posee rasgos de identidad y reabre nuevas pistas que orientan, concretamente, la búsqueda de algún desaparecido o brindan nuevas informaciones que nos permiten avanzar en nuestro informe. Tal vez nunca sepamos toda la verdad. Pero en cada verdad contada, relatada, se perfila la figura de un ser humano que representa a todas ellas. Todas fueron y son personas con nombre y apellido, con un pensamiento y sentimientos. Tal vez la figura del desaparecido sea la que representa más acabadamente el recorrido de todas las formas de violaciones graves a los Derechos Humanos, la persecución, la exclusión, la estigmatización, la detención arbitraria, el secuestro, las torturas, la ejecución sumaria y a desaparición. Podemos afirmar que pronto nos aproximaremos a la verdad. Nuestra Comisión es única en su género, como lo es nuestra historia. Esta compuesta por nueve miembros, cuatro propuestos por las víctimas de la dictadura, tres por la sociedad civil, un representante de Poder Ejecutivo y uno del Poder Legislativo. Esto establece condiciones de equilibrio en su funcionamiento y dinámica. En cuanto a nuestra historia, es necesario recordar en primer lugar que tuvimos la dictadura mas prolongada del Cono Sur. Las violaciones a los Derechos Humanos se cometieron a lo largo de todo ese período de casi cuatro décadas, afectando a grupos de sindicalistas, opositores disidentes del propio partido de gobierno, miembros de partidos políticos de oposición, grupos de campesinos organizados, organizaciones sociales.... Las violaciones fueron cometidas a cara descubierta, hoy sabemos quienes son y donde están los victimarios. Y muchas veces las víctimas se ven obligadas a convivir con sus verdugos en la misma comunidad. Durante el proceso de la creación de la Comisión de Verdad y Justicia de Paraguay, como era de esperarse, se confrontaron posiciones antagónicas: por un lado las del perdón y el olvido, fundamentada en la impunidad, ya que las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final, Indultos o Amnistías, fueron innecesarias. Los casos con juicios y sentencias de 25 años de prisión, fueron basados en tipificaciones por delitos de homicidio agravado, no de violaciones a los Derechos Humanos, lo que hizo que algunos de los victimarios declarasen que el Estado, concentrado en el poder del dictador, les confería el mandato de torturar. Esta postura estaba defendida por privilegios y poderosos intereses económicos heredados de la dictadura, además de por la permanencia en puestos de poder del Estado de colaboradores y victimarios. Era enfrentada por otro lado por la posición de construcción de la verdad, fundada en el legítimo deseo de reconstrucción de la memoria histórica, en tanto esta rescata hechos y acontecimientos que muestran la verdad. 98 Memoria, para qué y por qué Los objetivos de la Comisión incluyen analizar e investigar los comportamientos que desde las distintas instituciones de Estado y otras organizaciones contribuyeron a las grandes violaciones de los Derechos Humanos, tales como: “Desapariciones forzadas” “Torturas y otras lesiones graves” “Exilio” “Otras graves violaciones de Derechos Humanos “. Entre las que se decidió investigar: Detenciones ilegales Violencia contra mujeres niñas y niños. Violaciones contra los pueblos indígenas Apropiación indebida de bienes Represión a la prensa y la cultura Esta aparente variedad y cantidad de hechos y aspectos que deben ser estudiados, buscando establecer puntualizaciones en algunos de ellos, muestra, la sistematicidad y la complementariedad de las distintas y diversas formas de violaciones. Es la excepción y no la regla que algún grupo y /o persona haya padecido sólo una de ellas. Casi todas recorrieron desde la persecución al exilio o la desaparición. La población de exiliados además de ser cuantiosa, lo fue por períodos de tiempo prolongado y abarcó personas pertenecientes a una intelectualidad que produjo sus mejores obras en el exilio. Sabemos que nuestra tarea no es fácil, sobre todo en una coyuntura en la que el país debe afrontar problemas sociales de envergadura, tales como el crecimiento alarmante de los índices de pobreza, la ausencia de justicia social, la distribución desigual de recursos, el deterioro ambiental y la corrupción generalizada, solo por citar algunos ejemplos. Así los Derechos Humanos siguen violándose en diferentes formas, apañados por un sistema de control de la delincuencia basado en la represión y no en soluciones de fondo de los problemas sociales. Problemas que guardan relación directa con el pasado y que eran imperantes como sistema impuesto por la dictadura. El mandato de la comisión comprende, además, preservar la memoria y testimonio de las víctimas, procurando determinar el paradero y situación de los afectados por estas violaciones e identificar en la medida de lo posible a los victimarios. La responsabilidad de la Comisión culmina en la elaboración de un informe final que se propone esclarecer la verdad de manera oficial y recomendar la adopción de medidas y reformas institucionales, legales, educativas y de otro tipo, como garantía de prevención, a fin de que sean procesadas y atendidas por medio de iniciativas legislativas, políticas o administrativas. El desafío que enfrenta la Comisión de Verdad y Justicia de Paraguay es grande, teniendo en cuenta que debe investigar 49 años de historia, 35 años de dictadura más 14 años de transición en un periodo de tan solo 18 meses prorrogables por 6 meses más. 99 Dr.Carlos Portillo Aún con el exiguo presupuesto otorgado por el Estado, para ejecutar los trabajos de investigación, la Comisión ha conseguido consolidarse en el ámbito nacional e internacional, instalarse física y estructuralmente, recoger una considerable cantidad de testimonios de víctimas y testigos de hechos violatorios de Derechos Humanos, mediante entrevistas realizadas en el local de la Comisión y distintas localidades del interior del país, con funcionarios voluntarios capacitados por los miembros de la Comisión. Se están ejecutando convenios de cooperación con organismos nacionales e internacionales, con el propósito de establecer centros regionales en el interior del país; realizar audiencias públicas para dar a muchas víctimas la oportunidad de contar a la Nación que lucharon y sufrieron; localizar e identificar restos de desaparecidos para que sus familiares puedan completar su duelo; identificar a los victimarios y llevarlos a la justicia. En fin, trabajamos para evitar que los atropellos a la dignidad humana se repitan y de tal forma consolidar un Estado democrático y social de derecho con plena vigencia de los Derechos Humanos, y de ese modo fomentar una cultura de paz, de solidaridad y de concordia entre paraguayas y paraguayos. Muchas gracias. 100 Volver al índice Memoria, para qué y por qué Sra. Luz Ibarburu* Muy buenos días a todas y todos. Quiero expresar en nombre del grupo que integro, el agradecimiento a los organizadores de este Seminario por la invitación que hemos recibido. La Memoria es una capacidad natural del hombre. Recordamos los acontecimientos vividos, la familia, el país de procedencia de nuestros ancestros. Recordamos, aún involuntariamente, y el recuerdo va teñido de afectividad. También hay una memoria colectiva que tiene gran importancia como escuela de futuro y hay formas de fomentarla y explicitarla: por la enseñanza curricular, por los libros, por los símbolos, por los memoriales y monumentos, etc. El conocimiento por parte de un pueblo de su historia forma parte de su patrimonio, y por ello debe conservarse adoptando las medidas adecuadas en aras del deber de recordar, que incumbe al Estado, para preservar del olvido la memoria colectiva. Olvidar los crímenes pasados, sería un nuevo crimen contra el género humano, escribió nuestro amigo y defensor de los derechos humanos, Perico Pérez Aguirre. Uno de los caminos de la justicia reparatoria, que alimenta la conciencia social, es la memoria de lo ocurrido. Para neutralizar los efectos de la impunidad, la memoria debe mantenerse viva. Pero no se juzga el pasado sólo para castigar, sino para aprender. Hay períodos históricos en los que la humanidad camina despacito, y los seres humanos como pequeñas partículas, casi no percibimos su movimiento. Otros en los que quiere dar grandes pasos hacia atrás, que hasta las piedras lo sufren y los hay también – como el que está viviendo nuestro país en este momento – en que cada uno de nosotros percibe que avanza a zancadas. Hablar de la significación que tiene para nosotros, madres y familiares de uruguayos desaparecidos, que nuestras palabras tengan eco, sólo es posible comparando este tiempo con los años de silencio. Por eso valoramos, enormemente, el esfuerzo que hoy se realiza para dar respuesta a nuestras demandas históricas: Verdad, Justicia, Memoria y Nunca más. No es posible elaborar, ni superar la violencia del terrorismo de Estado, mientras esos crímenes sean vividos sólo en el ámbito familiar. No pueden hacerlo los familiares pero tampoco lo puede hacer el pueblo uruguayo. Nuestra sociedad no sólo ha sufrido los secuestros, la tortura, la prisión, la desaparición, la trata de vientres y de niños; sino que además, se le quiso imponer lo imposible, que lo olvidara, que olvidara el horror. Y es doblemente imposible el olvido, cuando día a día surgen nuevas noticias de lo que ha pasado. Así * Sra. Luz Ibarburu - Uruguaya, contadora de profesión, integra la Asociación de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos desde el secuestro y desaparición de su hijo Juan Pablo Recagno en el año 1976 en la ciudad de Buenos Aires en un operativo conjunto de fuerzas represoras de Argentina y Uruguay. 101 Sar.Luz Ibarburu aparecieron, hace algunos años, los Archivos del Terror de Paraguay, y actualmente en nuestro país, se presenta un testigo de un asesinato de cuatro adultos y el robo de un niño ocurridos en las proximidades de Soca en 1974. Se amenazó de muerte a este testigo si decía lo que había visto y ahora, recién después de más de 30 años, va a testimoniar judicialmente. Es un claro ejemplo de lo que pudo el terror en este persona. Quisieron anestesiar el sistema democrático impidiéndole la independencia de poderes. Mediante la presión y el miedo lograron del Poder Legislativo una Ley de Impunidad, y también que el Poder Judicial se negara a sí mismo y no se atreviera a interpretarla; porque los Poderes Ejecutivo y Judicial tenían la obligación de investigar para que aflorara la verdad. Tampoco se hizo cumplir el mandato respecto de los mandos militares y policiales que no estaban amparados en la caducidad de la pretensión punitiva del Estado. La justicia que reclamamos no es sólo para nuestros familiares, sino para la sociedad en su conjunto como garantía de que no se repetirán los crímenes del pasado. En lugar de ello se ocultaron o tergiversaron. Tenemos el triste honor de ser el país donde no se ha juzgado a ningún militar ni policía culpable, y cuando se juzgó a un civil se lo dejó en libertad. porque se cambió la acusación de desaparición de una ciudadana por la de muerte. Se había inventado, incluso, un diccionario de la impunidad. Había palabras tan incómodas como nosotros mismos: dictadura, crimen de lesa humanidad, justicia, por ejemplo. Aún ahora los militares informan sin llamar a las cosas por su nombre. Los desaparecidos no fueron torturados salvajemente hasta la muerte más horrorosa, sino que fallecieron; incluso de algunos se dice cínicamente que se deprimieron y se suicidaron. Los familiares hemos sido lo contrario de la desaparición, hemos sido una presencia molesta. A través de nosotros ellos estaban acá. Éramos presencia viva de todo lo que sucedió y no podía borrarse, todos los que no bajaron la cabeza estaban presentes. Queremos verdad porque es necesario rescribir nuestra historia reciente. Hasta ahora la historia la escribieron, siempre, los vencedores . Es necesario acceder a los archivos y documentar, investigar como lo están haciendo algunos compañeros, y como desde que nacieron, lo vienen haciendo las organizaciones de derechos humanos. Para que se sepa que pasó. Para que los jóvenes estudien en los libros de historia la verdad. Para que puedan leer que un ministro de Relaciones Exteriores, es cómplice del delito de desaparición forzada. Se debe conocer toda la verdad, porque no puede rechazarse lo que no se conoce. La única forma de que haya conciencia crítica y condena moral de los atroces hechos del pasado, es que se conozcan. Nos importa recalcarlo, la verdad es también un derecho humano. Es necesario oponer a la cultura del secreto la cultura de la transparencia, porque la transparencia genera control social y no impunidad. 102 Memoria, para qué y por qué Queremos también justicia, porque queremos una verdadera democracia. La garantía de que no se repitan los crímenes, es que la sociedad, a través de los mecanismos democráticos que le otorga la Constitución, condene la barbarie y juzgue a los que fueron capaces de violar, torturar y asesinar, erradicando la cultura de impunidad que infiltra toda nuestra sociedad. Tenemos derecho a recordar a nuestros familiares, lo que les enseñamos, lo que nos enseñaron; tenemos derecho a evocarlos como eran, de distintas edades, diferente educación, diferente composición familiar, diferentes tendencias política. Todos fueron culpables de querer un mundo mejor. Contra ellos se cometieron crímenes de lesa humanidad, crímenes imprescriptibles según el derecho humanitario. Y también tenemos derecho a recordar nuestra historia reciente: la individual y la colectiva. Hoy la sociedad debe interrogarse sobre qué mensaje dejamos a las nuevas generaciones. Nuestra consigna es Verdad, Justicia, Memoria y Nunca Más. ¿Por qué memoria? Porque no hemos de anestesiar una preciosa facultad humana. Porque seríamos desagradecidos si olvidáramos lo bueno que hemos recibido, seríamos ingratos con quienes se inmolaron luchando por sus ideales. Y porque los puentes de la memoria impiden que el delito tenga la última palabra. ¿Y para qué memoria? Para aprender nosotros y las siguientes generaciones. Para no ir por los caminos cerrados que ya se transitaron. Para el nunca más a las dictaduras, las injusticias vividas. Para esforzarnos en emular a quienes nos precedieron y tuvieron una entrega generosa a sus ideales. Reiteramos así nuestra consigna Verdad, Justicia, Memoria y Nunca Más. Muchas gracias. 103 Volver al índice Prof. Oscar Destouet * Creo no equivocarme al decir que es la primera vez que delegados de 10 Estados Latinoamericanos se reúnen para reflexionar y aprender de su pasado reciente basándose en la búsqueda la Verdad sobre los hechos del Terrorismo de Estado sufridos en varios de los países aquí convocados. El pasado es siempre conflictivo. A él se refieren, en competencia, la memoria y la historia Porque la historia no siempre puede creerle a la memoria, y la memoria desconfía de una reconstrucción que no ponga en su centro los derechos del recuerdo, los derechos a la vida, a la de justicia, a la de subjetividad. Del pasado no se prescinde por un ejercicio de decisión ni de inteligencia: tampoco se lo convoca simplemente por un acto de la voluntad. El regreso del pasado no es siempre un momento liberador del recuerdo, sino en muchas ocasiones es una abrupta llegada, una captura del presente. Proponerse no recordar es como proponerse no percibir un olor, porque el recuerdo, como el olor, asalta, incluso cuando no es convocado. “Lo que se quiso olvidar”, escribe el psicólogo Daniel Gil, “y se creyó que se podía, después reaparece”. El olvido es una forma de memoria y no es la buena, porque lo que se “olvida”, es decir, lo que se reprime, retorna como síntoma individual o social. Lo peor de todo no es que algo se reprima, sino la pretensión de que algo que pasó, que es terrible, se haga como que no hubiera existido, porque en ese caso el retorno va a ser el más siniestro”. ¿Puede alguien pensar que un norteamericano deje en el olvido el 11 de setiembre, que borre de su memoria a las Torres Gemelas; o que un africano olvide el apartheid o un judío el Holocausto?. Debemos mirar al futuro pero nunca desde la desmemoria o desde la ignorancia. Si bien es más importante comprender que recordar, para comprender es preciso previamente recordar. Olvidar es perder parte de nuestra condición humana, el olvido es una forma de empobrecimiento. El recuerdo – la memoria -, escribe Susana Mallo, no es tener ojos en la nuca sino estar alerta sobre el poder del terror, es recordar que la palabra no puede ser silenciada ni la verdad vuelta mentira. Sin verdad secuestrada ni memoria prohibida, sentenciaba el Padre Luis Pérez Aguirre. El olvido es una injusticia sobre la que está edificado buena parte de nuestro presente. Y ese presente es el que queremos cambiar * Prof. Oscar Destouet - Uruguayo, Profesor de Historia, egresado del Instituto de Profesores Artigas e investigador en temas del pasado reciente y derechos humanos. Autor de 5 Vertientes de la Izquierda y coautor de Memoria de Semana83 - Historias de la Resistencia. Actualmente es el responsable del área Memoria de la Dirección de Derechos Humanos del Ministerio de Educación y Cultura. 104 Memoria, para qué y por qué La Memoria ha sido el deber ciudadano del Uruguay pos dictadura. El testimonio hizo posible la condena del terrorismo de Estado; la idea del “nunca más” se sostiene en que sabemos a qué nos referimos cuando deseamos que eso no se repita. El deber de memoria induce a una relación afectiva, moral, con el pasado, poco compatible con la puesta de distancia y la búsqueda de los porqué, que son el oficio del historiador. Uruguay vivió una polarización política generada por la llamada guerra fría, que dividió al mundo en “buenos” y “malos”. Y a los malos, quienes eran llamados subversivos, debían ser exterminados. No existió, de parte de los gobernantes, ningún lazo de humanidad para con sus víctimas. Primero las grandes sesiones de tortura física, luego la tortura psicológica permanente, por último la prisión prolongada como método generador del miedo colectivo. A veces la muerte o la desaparición forzada. La polarización entre “nosotros” y “ellos” es propia de un pensamiento militar en tono de guerra. En un mundo polarizado el enemigo se convierte en un objeto y se le saca del conjunto de las obligaciones humanas. Una de las características del terrorismo de Estado es la a-tipificación del delito. Nadie sabe qué lo puede convertir en culpable o en sospechoso: qué amigo, qué gesto, qué saludo le pueden significar pasar a la lista de ser el “otro”. La arbitrariedad es por definición exclusividad de los estados autoritarios. El disciplinamiento a que fue conducida toda nuestra sociedad tiene como base la cultura del miedo. En Uruguay se construyó una cultura del miedo y basado en ella, una cultura del silencio. También bajo los gobiernos democráticos post dictadura se cultivó el silencio. Nos cuesta, todavía hoy, nombrar a las cosas por su verdadero nombre. A la dictadura le llamábamos régimen de facto, o simplemente “el régimen” como si fuera la denominación genérica de algún orden político. Nos costó mucho usar la palabra dictadura e incorporarla al lenguaje y usarla sin pudores. Tal vez porque junto a otras palabras habían sido expresamente prohibidas, erradicadas del uso público y condenadas a ser usadas en corrillos y en voz baja. Algunos autores identifican tres momentos en la construcción de la memoria: registrar para defender la vida y lograr la libertad. Fue la tarea desarrollada por las víctimas, sus familiares y organizaciones defensoras de los Derechos Humanos. Comunicaron el horror que estaban viviendo. Con su habla desahogaban, advertían, solidarizaban, resistían, intentaban comprender. mantener la memoria histórica, para dignificar a las víctimas y sus familiares, restablecer verdades inobjetables, aunar fuerza social y preservar el futuro. Fue la tarea llevada adelante por las llamadas Comisiones de la Verdad y posicionar culturalmente la verdad, exigir justicia y alcanzar un repudio social categórico ante las violaciones a los derechos humanos. La construcción de una memoria colectiva, entendida como un conjunto de recuerdos, hechos, ideas y personas es una experiencia con las cual aprendemos en un doble sentido. No se intenta recordar ni recuperar alguna identificación 105 Prof. Oscar Destouet autoexaltante o positiva a imitar. La síntesis simbólica es el rechazo y una negación: “Nunca Más”. Pero también una reafirmación, que es un reclamo: “Más y mejor calidad de Democracia”. La tarea no es tan solo recordar el pasado, tenemos que recordar las lecciones del pasado, y por lo tanto tenemos que tener una dimensión educativa. Existen tres misiones hoy en día, nos enseña el Premio Nobel Elie Wiesel: “educación, memoria y concientización”. La principal meta no debe ser enseñar la muerte sino rescatar los valores de la vida, como ser la solidaridad, la resistencia espiritual, el respeto al otro, al diferente, al que no piensa como yo. Que la memoria funcione como un dispositivo fundacional, como un deseo de reconocimiento del otro y así evitar el daño que cualquier ser humano siente al ser ignorado Una justa “territorialización” de la memoria nos permite construir la condición humana con dignidad, con voluntad, con acción y con juicio. Vivimos en un mundo donde lo único seguro es la incertidumbre. La construcción de puentes entre presente y pasado al acercarnos críticamente al pasado reciente nos garantiza una cimentación profunda y fuerte del futuro. La identidad nacional, como sociedad y nación, se fortalece en la edificación fundada en valores de solidaridad, tolerancia, respeto al prójimo, vigencia plena de los derechos humanos. La memoria es una construcción de carácter ideológico, por lo tanto cada sociedad, en cada época, decide que es lo que recuerda y que es lo que olvida y decide el valor que le da a esa memoria. Relata en una monografía sobre el tema un estudiante liceal de 3º año: “Las generaciones posteriores en primer lugar deben conocer a fondo ese pasado, el de los años de la dictadura y los que le precedieron. Quien no conoce no puede tener opinión. Sabiendo toda aquella política supongo que se debería valorar y cuidar las libertades y el régimen democrático por sobre todas las cosas”. En la novela La próxima vez el fuego, el norteamericano James Baldwin escribía a comienzos de la década del ’60: “Mientras nos neguemos a aceptar nuestro pasado, en ningún lugar, en ningún continente tendremos el futuro entre nosotros (...). Ten conciencia de tus orígenes; si conoces tus orígenes, entonces no habrá límites que no puedas superar”. El conocimiento completo de los hechos y condicionantes, es la única manera de cerrar, de forma definitiva, una herida histórica reciente y aún abierta en nuestro país. Esto no quiere decir, en ningún caso, caer en el olvido sino incorporar estos conocimientos a la memoria colectiva de un pueblo, y convertirlo en instrumento para la construcción de un futuro seriamente comprometido con la libertad y con la paz. No hay memoria sin olvido. Nuestro problema radicará en saber (poder) elegir qué será lo olvidado. Determinar que olvidar para mejor recordar. Muchas gracias. 106 Volver al índice Memoria, para qué y por qué Hernán Quezada* La situación de Chile durante los años de la dictadura y hasta nuestros días, incluyendo todo el período de transición desde el 11 de marzo de 1990 hasta hoy, está marcada por la presencia del ex dictador Augusto Pinochet. Esto se ilustra muy bien narrando, aunque más no sea brevemente, las acciones que las organizaciones de Derechos Humanos, los familiares de las víctimas y los abogados de Derechos Humanos hemos mantenido en los últimos años para que Augusto Pinochet sea juzgado. Como todos ustedes saben, en 1998 con ocasión de un viaje a Inglaterra, presumiblemente por negocios de armas, Augusto Pinochet fue detenido en Londres, a raíz de una orden de arresto emanada de la justicia española ejerciendo jurisdicción universal por los delitos contra la humanidad cometidos durante la dictadura chilena. Luego de un año y medio, aproximadamente, Augusto Pinochet logró salvar esa situación y fue devuelto a Chile porque, de acuerdo a los médicos ingleses que lo examinaron, no era una persona apta para enfrentar un juicio, atendidas sus numerosas dificultades de salud. Augusto Pinochet retornó a Chile mofándose de los chilenos, de los ingleses, de la comunidad internacional, al recuperarse milagrosamente y volver a ser el mismo individuo perverso de siempre. Sin embargo, esa situación marcó una gran diferencia con la situación existente hasta entonces, marcó un gran cambio en nuestro país, en materia de persecución a los criminales de la dictadura. Efectivamente, a partir de ese momento y como consecuencia de la detención de Pinochet y de su regreso, nuestros tribunales, especialmente la Corte Suprema, comenzaron paulatinamente a modificar su jurisprudencia, que hasta entonces había sido de aplicación rigurosa del Decreto Ley de Amnistía del año 1978, la auto amnistía dictada por el propio Pinochet, así como el traspaso de la mayoría de los procesos judiciales a la justicia militar, por cuanto los ejecutores, los autores de los crímenes, habían sido funcionarios de las Fuerzas Armadas. Esto último implicaba que en esos procesos del fuero militar no se realizaba, obviamente, investigación judicial alguna que permitiera establecer un mínimo de verdad. Augusto Pinochet fue desaforado, perdió su fuero constitucional como ex «Presidente de la República», fue sometido a proceso en el caso conocido como “Caravana de la muerte”. Simultáneamente se le practicaron nuevos exámenes médicos en Chile que confirmaron, básicamente, lo que se había establecido en Inglaterra y que, para los efectos de la legislación penal y procesal penal chilena, concluyeron con el diagnóstico de una supuesta “demencia subcortical moderada” debido a los daños neurológicos que padecía. Hernán Quezada - Abogado del Ministerio de Relaciones Exteriores - Chile Abogado de Derechos Humanos * 107 Hernán Quezada Esto implicó su sobreseimiento definitivo en el caso Caravana de la Muerte», que luego tuvo efecto en otras causas, entre ellas el caso “Prats”, es decir, el proceso por el asesinato del General Carlos Prats González, en Argentina, a manos de los Servicios de Seguridad de la dictadura chilena el año 1974. El año 2004, en el caso denominado “Operación Cóndor”, tema tan conocido en los países de América del Sur, Augusto Pinochet fue procesado nuevamente y se le practicaron otros exámenes médicos. En esa oportunidad, salvo el perito de la parte querellante, los demás expertos coincidieron en que el imputado seguía padeciendo “demencia subcortical moderada” por lo que, una vez más, se dejó sin efecto el auto de procesamiento. Sorpresivamente, podría decirse, durante el presente año 2005 Pinochet fue desaforado por la Corte de Apelaciones de Santiago y por la Corte Suprema en otro proceso judicial, el denominado “Operación Colombo”. Se le practicaron, hace pocas semanas, nuevos exámenes médicos, ahora en un contexto muy particular. Como es sabido, se han descubierto en los últimos meses millonarias cuentas de Augusto Pinochet en el extranjero, que hasta ahora suman aproximadamente 27 millones de dólares. Sin duda ello influyó en los jueces chilenos que hasta entonces habían creído en la supuesta incapacidad mental del ex dictador. En el proceso en que se investigan los delitos económicos que habría cometido Pinochet, se pudo establecer que él manejaba, personalmente, sus cuentas corrientes en el extranjero hasta el año 2004, aproximadamente. Como se acaba de señalar, se le practicaron nuevos exámenes médicos al ex dictador hace pocas semanas, cuyos resultados indican que Augusto Pinochet es una persona normal desde el punto de vista psiquiátrico, salvo para el perito de su propia su defensa, quien insistió en el diagnóstico formulado desde el año 2000 en adelante. Todo esto indigna a quienes trabajamos en la defensa de los derechos humanos. Hemos sido testigos de una «farsa» que, seguramente, incluyó presiones hacia los médicos que participaron en los exámenes anteriores. En esta oportunidad han sido cinco médicos y dos psicólogos quienes llegaron a esta conclusión: Augusto Pinochet es una persona normal desde el punto de vista psiquiátrico, y puede ser sometido a proceso y enjuiciado en Chile. Esto marca, en alguna medida, lo que ha sido nuestra lucha por la justicia y en contra de la impunidad. Estos dos aspectos han estado en permanente tensión desde la época de la dictadura, cuando agrupaciones de familiares de las víctimas, organizaciones de Derechos Humanos, entidades de la Iglesia Católica, llevaron a cabo una permanente lucha por salvaguardar, ya en esa época, la vida, la dignidad y los derechos más elementales de los perseguidos. Lucha que ha continuado después del 11 de marzo de 1990, por cierto en un nuevo marco, en un nuevo contexto político. En este sentido debe reconocerse que los gobiernos democráticos han tenido oficialmente – con todas las dificultades surgidas, con todos los altibajos producidos, con todos los avances y retrocesos experimentados– una política fundada en los pilares de la Verdad, la Justicia y la Reparación. Y aquí me quiero referir, brevemente, a cuáles han sido las políticas 108 Memoria, para qué y por qué gubernamentales en esta materia, para luego examinar cómo esto se inserta en la lucha que aún siguen dando diversas organizaciones de la sociedad civil. Al igual que en otros casos, Chile siguió el modelo, en principio, de creación de Comisiones de Verdad, y la primera de ellas fue la Comisión de Verdad y Reconciliación, del año 1990, recién asumido el primer gobierno democrático post dictadura. En el año 1991 esta Comisión culminó su labor con un informe que efectivamente fue, para nuestro país, un aporte sustancial al tema de la verdad y que, además, tuvo incidencia en el tema de la reparación, en la medida que en el mismo se hicieron propuestas muy serias para reparar a las víctimas y a los familiares de éstas. Este informe calificó, aproximadamente, a 3200 víctimas de las más graves violaciones a los derechos humanos que incluyeron, para ser precisos, los casos de detenidos desaparecidos y de ejecutados políticos. No consideró -al parecer las condiciones del país recién terminada la dictadura no lo hacían posible- los casos de los torturados. El informe fue cuestionado, en algunos sentidos, por parte de las propias organizaciones de Derechos Humanos. Primero, porque no dio, no individualizó, los nombres de los victimarios y, además, incluyó casos de violencia política en que las víctimas, aunque en un número muy reducido, eran agentes de la propia dictadura como resultado de algunas acciones militares aisladas de grupos de izquierda en contra del régimen de facto. Se criticó esto porque, según se sostuvo, no podían hacerse equivalentes las violaciones a los Derechos Humanos por parte de agentes del Estado con aquellas acciones armadas, cuestionables o no, que grupos políticos habían realizado en oposición a la dictadura. Sin embargo, en su conjunto, la evaluación del informe de la Comisión de Verdad y Reconciliación permitió concluir que el mismo constituía un avance inmenso en esta materia. Por primer vez el Estado, a través de una comisión gubernamental compuesta por personalidades incluso de sectores conservadores que apoyaron a la dictadura, reconoció oficialmente que en Chile se habían cometido graves, masivas y sistemáticas violaciones a los Derechos Humanos, incluida la desaparición forzada y la ejecución sumaria. Como continuadora y ejecutora de las propuestas que formulara la Comisión de Verdad y Reconciliación, se creó en el año 1992 la Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación, que continuó con la calificación de algunos casos que no habían podido ser resueltos y, además, llevó a cabo una política destinada a implementar las medidas de reparación, especialmente de reparación material, propuestas por la Comisión de Verdad y Reconciliación. El gobierno, a partir del año 1996 y luego de extinguirse legalmente la Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación, se hizo cargo de algunas de las funciones de esta entidad a través de un Programa de Derechos Humanos dependiente del Ministerio del Interior que, si bien no tiene atribuciones fundadas directamente en la ley puesto que su creación emana de un Decreto presidencial, en los hechos ha continuado esa labor y, más aún, ha incursionado muy activamente en los procesos judiciales que se siguen en contra de ex agentes 109 Hernán Quezada de la dictadura (causas relativas a ejecutados políticos y detenidos desaparecidos), actuando como parte coadyuvante en esos casos, lo que ha permitido dinamizar, extraordinariamente, muchos de tales procesos. Desde el punto de vista de la justicia, tanto la Comisión de Verdad y Reconciliación como la Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación remitieron a los tribunales, al término de sus funciones, los antecedentes de diversos casos de víctimas cuyas situaciones no se habían investigado judicialmente o cuyos procesos se encontraban sobreseídos y archivados. Esto permitió - aunque en esos primeros años con pocos resultados prácticos desde el punto de vista judicial – reactivar causas que de otra manera se habrían visto amenazadas por la prescripción de la acción penal, que es otra de las instituciones jurídicas que se han utilizado en Chile para favorecer la impunidad de los criminales de la dictadura. De todas formas, desde el año 2001 se ha actuado en 400 procesos que incluyen y comprenden la situación de 1260 víctimas. Esto no significa que los mismos sean los únicos procesos judiciales en que se investiga la situación de las violaciones a los derechos humanos en Chile durante la dictadura, sino que son aquellos en que este Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior actúa como parte coadyuvante. Desde el ámbito del Estado, en materia de Justicia, no podemos dejar de hacer algunas consideraciones sobre el Poder Judicial chileno, que actuó según un “molde” no ajeno a lo sucedido en otros países de la región. Pero en Chile se presentó la particularidad de que ese Poder Judicial, sobre todo en su cúspide, la Corte Suprema, no pudo alegar desconocimiento de las violaciones a los Derechos Humanos que se cometieron, porque diversas organizaciones y actores de la sociedad civil - especialmente las Ongs, la Iglesia Católica, los abogados de Derechos Humanos- sistemáticamente y desde el día siguiente al golpe militar actuaron ante los tribunales, presentando numerosos recursos judiciales, incluidos miles de habeas corpus. Por lo tanto, los integrantes de las Cortes de Apelaciones y de la Corte Suprema conocieron día a día los horrores que se vivían en los centros de detención y tortura de nuestro país, las detenciones ilegales y las desapariciones forzadas. Este mismo Poder Judicial que, en su cúspide no experimentó modificaciones cuando asumió el primer gobierno democrático, continuó básicamente en su misma postura hasta el año 1998, aproximadamente, aplicando sistemáticamente el Decreto Ley de Amnistía o la prescripción de la acción penal o, en la mayoría de los casos, remitiendo las causas a la Justicia Militar, lo cual significaba que el resultado final sería el mismo: aplicación de la amnistía o de la prescripción. Desde el año 1998, y coincidentemente con la detención de Augusto Pinochet en Londres, se empieza a observar un ligero cambio en la Corte Suprema de Chile, que hoy día se ha consolidado en algunos aspectos, aunque no podríamos afirmar que de manera definitiva. Pero, al menos, podemos observar que los procesos por violaciones a los derechos humanos cometidos por agentes de la dictadura ya no son remitidos a la Justicia Militar y que prácticamente el 90 por ciento o más de estas causas se encuentran en los tribunales ordinarios. 110 Memoria, para qué y por qué Tratándose de procesos relativos a detenidos desaparecidos, la Corte Suprema ha aplicado desde el año 1998, en forma más o menos sistemática, la doctrina del delito permanente. En consecuencia, al no conocerse el paradero de los detenidos desaparecidos hasta el día de hoy, ha entendido el máximo tribunal que el delito de secuestro se sigue cometiendo y, por lo tanto, no puede operar ni la amnistía ni la prescripción de la acción penal. Y todavía muy tímidamente -pero es lo que esperamos se pueda impulsar con más fuerza para que la jurisprudencia de los tribunales chilenos esté verdaderamente con los tiempos- la Corte Suprema ha reconocido la vigencia de algunos tratados internacionales de Derechos Humanos y de Derecho Internacional Humanitario, y en dos casos hizo aplicación de los Convenios de Ginebra del año 1949 . Como resultado de ello, en un caso se revocó un sobreseimiento definitivo y en el otro se dejó a firme una condena impuesta por el secuestro de un detenido desaparecido. Este proceso por la verdad y la justicia ha sido extraordinariamente largo. Llevamos 17 años de democracia o de transición democrática, en los que hemos avanzado a través de los pequeños pasos que se han podido dar. Sin embargo, la verdad y la justicia siguen pendientes en la gran mayoría de los casos. Para esto, las acciones que hay que emprender en el futuro deberán contar, como ha sido hasta ahora, con las participación de la sociedad civil y, muy particularmente, de las agrupaciones de familiares de las víctimas, sin cuya presencia, sin cuya lucha, los avances hasta ahora logrados no habrían sido posibles. Como resumen de la situación actual, nuestra percepción es que en Chile la Verdad terminó por imponerse. Ya no escuchamos las voces, no tan aisladas como ocurría hasta hace pocos años, de personas que no querían reconocer la situación de graves violaciones a los derechos fundamentales que se vivió en nuestro país durante la dictadura militar. Hoy día podríamos decir que hay consenso en reconocer los horrores del pasado y en valorar el rol jugado, para arribar a dicho consenso, por los informes de la Comisión de Verdad y Reconciliación y, más recientemente, la Comisión de Prisión Política y Tortura. Ambos, en parte, han reivindicado la memoria de miles y miles de víctimas que sufrieron las ignominiosas formas de violación de los Derechos Humanos que se llevaron a cabo en Chile. Igualmente, podemos constatar avances importantes en las investigaciones judiciales realizadas en los últimos años por algunos jueces independientes que, en forma muy valiente, han sometido a proceso y encarcelado a muchos ex agentes de la dictadura. Actualmente se encuentran abiertos cerca de 500 procesos judiciales a lo largo del país, la mayoría de ellos en la Región Metropolitana, incluida la ciudad de Santiago. Se ha concretado también un conjunto de acciones en materia de reparación a cargo del Estado, que van desde la atención social a los familiares de las víctimas, pasando por el apoyo jurídico en los procesos judiciales y la regularización de diversas situaciones resultantes de la ausencia de la víctima detenido desaparecido o ejecutado político-, expresadas en problemas de paternidad, de administración de bienes, de estado civil, entre otros. 111 Hernán Quezada Se ha otorgado, desde el Estado y las Ongs, apoyo psicológico a las víctimas y, más recientemente, se ha estado impulsando una cultura de respeto a los Derechos Humanos a través de diversas obras ejecutadas en el marco de la reparación, tales como los Memoriales a los detenidos desaparecidos que se han inaugurado en varias regiones del país. De no menor importancia ha sido el impulso en los curriculum de los establecimientos educacionales de enseñanza media y, en algunos casos, de enseñanza superior, a cursos, seminarios y, en general, programas sobre Derechos Humanos. Para terminar, quiero señalar que todavía nos queda mucho por hacer. Necesitamos el apoyo y el incentivo de la comunidad internacional para seguir avanzando. Es indispensable que nuestros tribunales, nuestros jueces, en un mundo donde se habla tanto de la globalización de la economía, entiendan que la justicia moderna también tiene un carácter universal y global, y que los crímenes contra la humanidad, como los perpetrados en Chile y en otros países de América del Sur, independientemente del paso de los años, deben ser investigados, y que los responsables deben ser juzgados y efectivamente sancionados, sin olvidar la justa reparación que exige el Derecho Internacional para las víctimas. Muchas gracias. 112 Volver al índice Justicia para nunca más Dr. Juan Méndez* Para mí es un gran honor, un gran gusto, venir a Montevideo en un momento en que se habla de recuperar la memoria histórica y de impulsar la reivindicación de las víctimas del terrorismo de Estado. También es un privilegio, un gran honor, compartir la mesa con los dos magistrados argentinos y también con el doctor López Goldaracena. Es también un alto honor, traerles el saludo de la organización que actualmente dirijo, que es el Centro Internacional por la Justicia de Transición. Un organismo no gubernamental, de reciente creación, de no más de cinco años de vida, que trata de trabajar en el mundo de los derechos humanos, con la perspectiva de aprovechar las experiencias sociales y políticas de todos los países de América del Sur que han tenido que enfrentar estos legados históricos de violaciones de los derechos humanos. Y me resulta especialmente importante destacar que estos países resuelven enfrentar ese legado con las armas del derecho, con las armas de la justicia, de la moral y la reivindicación de los valores más inherentes a la personalidad humana, que las dictaduras en su momento violaron. Especialmente es de mucho interés para nosotros, el enfoque regional que el MERCOSUR le está empezando a dar a la lucha por la Verdad y la Justicia. Tengo que decir que este tema lo hace a uno siempre cambiar de opiniones y de ideas, de forma tal de no quedarnos atascados en posiciones esquemáticas. En algún momento pensaba que la búsqueda de la verdad y la recuperación de la memoria, eran intrínsecamente una función nacional. Pensaba que era la sociedad misma la que debía hacer este esfuerzo, y que entonces, la creación de comisiones internacionales de la verdad, por muy bien intencionadas que fuera tenían un error básico. Precisamente, que estas son experiencias históricas que las sociedades mismas tienen que transitar, y que la comunidad internacional no puede sustituir a la comunidad nacional. Pero debo reconocer que esto tiene algunas variaciones. Y los enfoques regionales, que no implican esa sustitución, sino por lo contrario, el aprendizaje de experiencias mutuas, la posibilidad de adaptación de las mismas porque las realidades son parecidas y son cercanas, me han llevado a relativizar aquella posición original. * Dr. Juan Méndez - Argentino, abogado de presos políticos durante la dictadura, fue preso político entre 1975 y 1977. Preside el Centro Internacional para la Justicia en Transición. Fue nombrado por el Secretario General de ONU como su asesor especial para la Prevención del Genocidio. Trabajó en Human Rights Watch en Nueva York y en Oxford dicta clases en una maestría en Derechos Humanos. Fue Director Ejecutivo del Instituto Interamericano de Derechos Humanos en el período 1996 – 1999. Miembro de la Comisión Internacional de Juristas con sede en Ginebra. Comisionado y segundo vicepresidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (OEA), electo por los países miembros para el ejercicio 2000 – 2003. 113 Dr.Juan Méndez Hace poco, en setiembre, estuve en Belgrado, donde las organizaciones de la sociedad civil de la ex Yugoslavia, están empezando a generar propuestas regionales colectivas al legado de violaciones históricas de la guerra de los años 90. Nosotros desde el Centro Nacional por la Justicia Social y Transición, apoyamos con bastante entusiasmo esta propuesta emanada de la sociedad civil. Porque pensamos que lo peor que puede pasar, es que distintas comisiones de la verdad y distintos procesamientos penales, resulten en versiones radicalmente distintas de la realidad. Obviamente eso no es un peligro en América, pero si es un peligro muy latente y posible en la ex Yugoslavia. Por lo tanto debo decir que hay intentos de aproximación regionales a estas problemáticas y a estas soluciones; y que por lo mismo lo que ustedes hagan desde el MERCOSUR, va a concitar también la atención de otras regiones del mundo. Especialmente, es muy alentador para mi volver a Nueva York mañana y poder decir que por lo menos la iniciativa de enfoques regionales sobre la verdad y la justicia, parecen contar con el apoyo decidido de los Estados mismos. Porque por supuesto resuelve un problema inicial muy grande, que los derechos humanos siempre tienen. Espero que se entienda que estamos frente a un proceso largo; es un camino que se empieza y que no hay soluciones mágicas. Quisiera alentar a quienes están encargados de estas cosas desde el MERCOSUR, a que consideren al Centro Internacional por la Justicia de Transición, como un aliado posible, si es que podemos hacer algo por ayudarles. Especialmente en el intercambio de documentación a través de los distintos gobiernos, en la cooperación para la extradición de presuntos culpables de violación de los derechos humanos. En todo tipo de iniciativa en las cuales la colaboración entre los Estados sea importante. En ningún lugar esto es más importante que en los países que hoy integran el MERCOSUR, porque la coordinación represiva aquí dejó una secuela que se debe revertir con la cooperación de derechos humanos. En tal sentido es para mi un gran gusto poder saludar esta iniciativa y ponerme a disposición de ustedes para ayudar en lo que podamos. Nosotros le llamamos a estos mecanismos justicia de transición, y no es un buen nombre porque tenemos que explicar lo que significa. Aunque en América del Sur no necesitamos explicar mucho. De hecho nos basamos en lo que consideramos normas emergentes en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, que han producido en pocos años, unos avances muy importantes en la normativa de los mismos. Las podríamos resumir de la siguiente manera: a) qué obligaciones tienen los estados que enfrentan una herencia de violaciones masivas y sistemáticas de los derechos humanos; b) qué obligaciones tienen con respecto a las víctimas de esas violaciones y c) qué obligaciones tienen con respecto a la sociedad en su conjunto. Afortunadamente, se ha dado un avance normativo muy importante. Quiero 114 Justicia para nunca más empezar por destacar que ese avance normativo es impulsado fundamentalmente por las prácticas sociales. Y que estas prácticas sociales empezaron precisamente en el Cono Sur de América Latina, como resultado de la transición de la dictadura a la democracia que se vino produciendo a partir de los años 80. Son esas prácticas sociales las que informan unos cambios normativos importantes a los que me quiero referir. Todo empieza con la lucha contra las amnistías, empezando por la lucha contra las auto amnistías. Ya la Corte Interamericana de Derechos Humanos, cuando todavía no había transición - cuando todavía estos países estaban gobernados por dictaduras militares – fulminó a las auto amnistías, especialmente la de Pinochet en el año 1978. Y la fulminó como un caso de violación intrínseca de las obligaciones del Estado según los tratados internacionales de los derechos humanos. Pero además después se produjeron, como ustedes conocen, distintas formas de amnistías, dictadas por gobiernos democráticos, de alguna manera bajo la presión de estamentos militares, que no querían someterse a la autoridad democrática y a la autoridad civil. Por eso el derecho internacional, a partir de las luchas sociales, tuvo que ocuparse de en qué condiciones las amnistías, dictadas por gobiernos elegidos democráticamente, también podían ser violatorias de normas específicas de los tratados de los derechos humanos. En este momento está bien aceptado por el Derecho Internacional y por los especialistas, que hay amnistías que son válidas, especialmente las que ponen fin a un conflicto armado interno. Y así lo dispone el mismo Protocolo Segundo de las Convenciones de Ginebra, que pide que al final del conflicto las partes se den, recíprocamente, una generosa amnistía. Pero está bien establecido, también, que esa amnistía cubre solamente los delitos de rebelión y sedición; los delitos de alzarse en armas contra el orden jurídico y otros delitos relativamente menores. Pero no cubre las violaciones al derecho de la guerra, no cubre los crímenes de guerra y por extensión no puede cubrir los crímenes de lesa humanidad que se producen aún en el contexto no de conflicto armado, sino de represión. Es en ese contexto que diversos órganos de protecciones internacionales han establecido, que la obligación principal del Estado cuando firma un tratado internacional de Derechos Humanos es no solamente la de respeto: es decir la de no violar las normas mismas de cada derecho que consagra en ese tratado, sino también la de garantía, es decir la obligación es que cuando hay una violación es necesario ofrecer un recurso, un remedio a la víctima. Y por definición las amnistías que van más allá del Protocolo Segundo, las amnistía abiertas e indiscriminadas, que impiden la investigación de los hechos, que impiden el conocimiento de la verdad y que son un obstáculo al procesamiento de los responsables, son también una violación de la obligación de garantía en el sentido que le niegan a la víctima el derecho a la justicia. En estas elaboraciones de normas emergentes también se ha empezado a hablar del Derecho a la Verdad, que surge de la interpretación que hacen los 115 Dr.Juan Méndez organismos internacionales de protección. Además de lo ya mencionado sobre la Comisión Interamericana, la Corte Interamericana de Derechos Humanos en su primer caso Velásquez contra Honduras, estableció un criterio general de debida diligencia. En el sentido que cuando se produce una violación, el Estado está obligado a investigar, procesar y sancionar a los responsables Y también revelar a las víctimas y a la sociedad, todo lo que se pueda saber sobre las circunstancias en las que se produjo la violación. Este caso Velásquez ha dado la vuelta al mundo y es citado para orgullo de nosotros los latinoamericanos, como una fuente de trabajo en la interpretación progresiva del Derecho Internacional de los Derechos Humanos. A partir de Velásquez, la Comisión dictó los informes 28 y 29, declarando la Inconsistencia o la Incoherencia de las leyes de Caducidad en Uruguay, y de Obediencia Debida y Punto Final en Argentina, con las obligaciones internacionales emanadas de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Y también lo hizo en casos relacionados con Chile, El Salvador y Perú. En este repaso muy somero quiero mencionar el que para mí es el caso más decisivo. Es el de “Barrios Altos” del año 2000, en el que la Corte Interamericana calificó de violación de la Convención dos leyes pasadas por el gobierno de Fujimori. Una de Amnistía y otra que impedía la interpretación de la Ley de Amnistía por parte de los jueces peruanos. En ese caso, “Barrios Altos”, la Corte no solamente ratificó que las amnistías de éste tipo son violatorias de la Convención Americana, sino que además dijo que el Estado esta obligado a negarles efecto jurídico en el derecho interno. Lo interesante de eso es que, afortunadamente, para entonces Fujimori ya no estaba en el poder y la Corte Suprema del Perú, no sólo aceptó la validez de la sentencia de “Barrios Altos” por parte de la Corte Interamericana, sino que ordenó la reapertura del caso “Barrios Altos” y el re-arresto de los implicados en ese caso, que incluía a quien fuera el Jefe de Inteligencia de la época de Fujimori. Esto me lleva a otro punto muy importante en el cual los latinoamericanos estamos dando ejemplos al mundo. Es la incorporación de normas emergentes en el derecho interno de los países. Tenemos afortunadamente, y cada vez más, decisiones judiciales del derecho interno de cada uno de estos países, en los que los magistrados se hacen cargo de dar efecto a las obligaciones internacionales del Estado mediante decisiones en derecho interno que implementan decisiones de organismos internacionales o interpretaciones rigurosas y fieles de cuales son las obligaciones que los Estados contraen cuando suscriben tratados internacionales. En ese sentido además de la conducta ejemplar de la Corte Suprema del Perú, en el caso “Barrios Altos”, quiero destacar, y hacer un homenaje, a los dos magistrados argentinos por la sentencia de la Corte Suprema Argentina, en junio del 2005, en el caso “Simón” en el que haciendo una interpretación de las obligaciones internacionales del Estado, se declaró inconstitucionales las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Quiero destacar, que el sistema interamericano es, tal vez, la fuente más rica de estas normas emergentes a las que me refiero; pero no es, de ninguna manera, la única. 116 Justicia para nunca más En el sistema universal, diversos órganos de protección de tratados, como el Comité de Derechos Humanos que es el órgano de implementación del Pacto Internacional de Derecho Civiles y Políticos, en reiteradas ocasiones ha hablado de obligaciones del Estado al enfrentar legados de violaciones históricas. Lo ha hecho especialmente en los informes por países, en informes periódicos por países; pero también en casos individuales. En tal sentido es que ha habido una sucesión de informes de Relatores Especiales, como van Bowen como Relator para reparaciones y compensaciones, Joinet como Relator para impunidad y más recientemente Diane Orentlicher, quienes han elaborado sistemáticamente en qué consisten estas obligaciones para enfrentar legados de violaciones históricas. En lo referente a las Naciones Unidas, para mí, lo más decisivo ocurre en el año 1999. Es entonces que aparecen unas guías para mediadores de Naciones Unidas. Están dirigidas a quienes son llamados a mediar en conflictos internos y expresamente dicen que no pueden ni deben las Naciones Unidas refrendar y aceptar, ni aún en el caso de negociaciones que lleven a poner fin a un conflicto, amnistías que tengan como efecto jurídico el impedir la realización de todas estas obligaciones. Es decir amnistías que vayan más allá de la amnistía prevista en el Protocolo Segundo. Mas recientemente, en el año 2004, el Secretario General de Naciones Unidas dictó un documento que se llama “Estado de Derecho y justicia transicional en conflictos y post conflictos” donde reelabora y establece como doctrina de Naciones Unidas toda esta temática emergente como normas emergentes en Derecho Internacional. En el ámbito regional, la Corte Europea de Derechos Humanos, recientemente se ha empezado a pronunciar. En el caso de la Corte Europea el enfoque es más casuístico. Hay varios casos relacionados con Turquía: se llaman Aksovia, Activay . Pero especial mención merece el conocido como Cuts. En ellos la Corte Europea ha dicho, en forma bien concreta, que para ciertas violaciones de derechos humanos, lo que nosotros calificamos de delitos de lesa humanidad, etc., las obligaciones del Estado no pueden reducirse al pago de indemnizaciones. Que la obligación de investigar y castigar es inherente a las obligaciones de respeto y de garantía bajo la Convención Europea. Este es un repaso muy superficial de porqué hablamos de normas emergentes en Derecho Internacional alrededor de ésta temática. Pero quiero destacar que hay un gran acuerdo sobre esto, que no hay realmente discusión sobre este tipo de obligaciones. Pero también debo decir, que esa es la dimensión jurídica y que no debemos engañarnos, que no basta con decir que en Derecho Internacional estamos obligados En Derecho Internacional las formas de obligar a los Estados son todavía muy rudimentarias y además no debemos obviar las dimensiones políticas y las dimensiones éticas que enfrentamos cuando tenemos que hacernos cargo de violaciones masivas y sistemáticas en un contexto de transición. 117 Dr.Juan Méndez En cuanto a las dimensiones políticas quiero decir que soy un poco agnóstico, escéptico sobre la fundamentación de la Verdad y la Justicia sobre la base del Nunca más. Por supuesto que queremos que el efecto de toda esta tarea sea que no se vuelvan a repetir violaciones masivas y sistemáticas de los derechos humanos, pero eso realmente no es algo que podamos predecir. Me preocupa, aunque parezca una discusión meramente teórica, que establezcamos como condición de legitimidad y como objetivo, la no repetición, porque si se repitieran las violaciones a los derechos humanos podríamos estar descalificando y deslegitimando acciones que de todas maneras tienen su propia legitimidad y su propia justificación. En otras palabras, no quiero argumentar desde la perspectiva del “nunca mas”, porque no quiero que la Verdad, la Justicia, las Reparaciones se justifiquen solamente como instrumentos de la reconciliación, como instrumentos de evitar violaciones futuras. Creo que la verdad, la justicia y la reparación a las víctimas tienen su propia justificación y no deben considerárselas meramente instrumentales. De todas maneras, por supuesto, esto no implica que yo no crea en la necesidad de tomar medidas para evitar las violaciones en el futuro. Simplemente quiero decir que como justificación de por sí o como única justificación no me parece la más convincente. Creo que el argumento político fundamental está relacionado con la democracia, está relacionado con el tipo de sociedad que queremos crear sobre las ruinas de la sociedad represiva, del Estado de seguridad nacional. Sobre esas ruinas queremos construir Estado de Derecho y Estado de Derecho Democrático y no podemos concebir la democracia como una democracia con privilegios, como una democracia donde algunos pagan los pecados y los delitos, porque son poco poderosos, y otros que cometieron delitos mucho más aberrantes, pero los cometieron abusando de la autoridad el Estado, se ahorran de tener que pagar por sus culpas. Precisamente esa ausencia de privilegios debe ser la primer característica de la democracia que queremos construir, y segundo esta noción de Estado de Derecho, que es un ejercicio cotidiano de la democracia, es un ejercicio por el cual las instituciones aplican la Ley sin sujeción a distintas excepciones que se puedan dar por razones de desequilibrios en los poderes o desequilibrio de poder entre distintos sectores sociales. Entonces me parece mucho más sólido como argumento político para la necesidad de la verdad y la justicia, tener claro el tipo de democracia que queremos construir. Esto tiene además dimensiones éticas. Y me parece que la justificación ética fundamental de la obligación de investigar y castigar las violaciones de derechos humanos y de conocer la verdad, tiene que ver con la reivindicación de las víctimas, con la reivindicación no solamente de su carácter de víctimas sino de que fueron víctimas porque eran ciudadanas y ciudadanos de segunda clase y ahora van a ser ciudadanas y ciudadanos de primera clase con todos los atributos de la ciudadanía. Entre ellos la obligación de que el Estado les dé respuestas a sus demandas de justicia y de verdad. Es esa característica de la 118 Justicia para nunca más democracia sin privilegios y sin discriminaciones lo que hace obligatorio que enfrentemos el pasado de ésta manera. Quiero decir rápidamente que estas normas emergentes resultan en varias obligaciones del Estado y que son obligaciones de medio y no de resultado. Es decir los Estados de buena fe satisfacen sus obligaciones internacionales si se toman en serio éstas obligaciones: si averiguan toda la verdad, si castigan a todos los posibles responsables, si pagan compensaciones y reparaciones económicas absolutamente a todas las víctimas. Es un criterio de obligación de medio, no de resultado, pero eso sí es una obligación de buena fe, es una obligación que hay que tomársela con toda la sinceridad y con todo el esfuerzo. Y por lo mismo requiere de políticas públicas. No basta con decir “están abiertas las puertas de los juzgados” cuando en realidad está lleno de obstáculos el camino a la justicia; sino que los Estados tienen la obligación de generar políticas públicas que resulten en el cumplimiento de estas obligaciones. Lo otro que quiero decir sobre el carácter de las obligaciones es que no son un “menú”, no son una serie de alternativas que los Estados pueden elegir: vamos a pagar indemnización pero no vamos a investigar los hechos o vamos a crear Comisiones de la Verdad pero no vamos a castigar a ningún responsable, ni tampoco solamente procesar y castigar. Estas obligaciones deben ser, ejecutadas e implementadas en la forma más armónica posible. Mi impresión es que estas normas emergentes implican cuatro obligaciones distintas por parte de los Estados: la obligación de la justicia, la obligación de la verdad, la obligación de las reparaciones a las víctimas y la obligación de la reforma institucional. Por supuesto en la literatura existente hay algunas variaciones de esto, pero al menos, esta es mi interpretación de las decisiones y principios que mencioné antes. En cuanto a la Verdad, quiero destacar que la obligación es la de investigar los hechos hasta las últimas consecuencias y revelarlos, diseminarlos a la sociedad y especialmente a las víctimas. Pero la obligación no es la de crear una Comisión de la Verdad. Estas son un mecanismo, y desde luego, las distintas sociedades y Estados deben buscar los mecanismos que más se adecuen a sus características, a sus contextos y circunstancias. Pero sí tienen la obligación de no dejar en el olvido e impedir la negación de los hechos que llevaron a las violaciones masivas y sistemáticas de los derechos humanos. Si se hacen a través de juicios transparentes y abiertos sin necesidades de Comisiones de la Verdad, se puede satisfacer de todas manera esta obligación. De todas formas, las Comisiones de la Verdad, especialmente las que se dieron en distintos contextos históricos de América Latina, han dado pasos en el sentido correcto de satisfacer esta obligación de la verdad. Han dado, en cambio pasos fallidos, cuando se han concebido como alternativas a las otras obligaciones, cuando el objetivo ha sido “vamos a hacer un informe para que no nos pidan que hagamos juicios, castigos, etc. “. En esos casos no solamente 119 Dr.Juan Méndez es una ilusión que la gente va a dejar de exigir justicia nada más que porque le den un informe; sino que también crea mayores frustraciones en el camino de la justicia de transición. Especialmente la verdad no puede ser sustitutivo de la justicia. Esto me lleva a la segunda obligación; la de la justicia, que implica investigar, castigar y procesar a todos los que puedan ser responsables. En esto no puede haber distinciones entre quienes tienen mayores responsabilidades y menores responsabilidades porque no podemos violar el principio que viene de Nuremberg, que esta por cumplir 60 años, “que la obediencia a órdenes ilegítimas no es excusa” especialmente cuando la ilegalidad de la orden es manifiesta y hay alternativas éticas posibles. Entonces la obligación es la de castigar, tanto a los máximos responsables como a los instrumentos de las políticas represivas. Debiendo también tener presente que no siempre es posible investigar y castigar todos los hechos, y que siempre estamos bajo una condición absolutamente no negociable que es “que la investigación y castigo tiene que ser con todas las normas de debido proceso y juicio justo” que son también obligaciones del Estado bajo los tratados internacionales de Derechos Humanos. Por eso cuando hablamos de justicia, hablamos fundamentalmente de justicia penal. No tenemos que hablar con eufemismos, tenemos que hablar de la justicia penal Y si los Estados no están en condiciones de dar juicios justos, hay que crear las condiciones para que estos se puedan hacer en el menor tiempo posible. Para eso, a veces, es importante una Comisión de la Verdad que analice el contexto, que reúna y acumule pruebas que después puedan ser procesadas por los tribunales de justicia. En este caso, afortunadamente, tenemos la asistencia de Organismos Internacionales de Justicia Penal, como los tribunales ad-hoc, que se crearon para la Ley de Yugoslavia y Ruanda, y posteriormente, también algunos tribunales llamados híbridos o mixtos, como en Sierra Leona, en Timor del Este y, aparentemente, a corto plazo en Kampuchea, pero fundamentalmente por la creación de la Corte Penal Internacional. Pero tenemos que tener presente que la Justicia Internacional Penal es estrictamente subsidiaria a la obligación nacional del Estado de crear los mecanismos de justicia. Aún cuando intervengan los tribunales penales internacionales, como la Corte Penal Internacional, la obligación del Estado sigue siendo vigente. El Estado debe crear instancias de justicia penal bajo el derecho interno. E insisto en que estamos hablando de la justicia penal, porque hay algunas fórmulas que son muy válidas para otras situaciones pero no para las que estamos ahora discutiendo y que en algunas condiciones pueden ser una tergiversación de ésta obligación. Así, por ejemplo, cuando hablamos de justicia restaurativa, creo ciertamente, que hay mecanismos de justicia restaurativa aplicables en los delitos que se comenten en el seno familiar o de vecindad y que son excelentes alternativas a la penalización y al encarcelamiento. Pero que cuando se aplican a los temas de justicia de transición pueden ser 120 Justicia para nunca más una tergiversación de la obligación internacional de investigar y castigar a los responsables. En el caso de Colombia y la desmovilización de los paramilitares, la Ley que dictó el gobierno tiene 40 páginas de excelente lenguaje sobre la lucha de la impunidad y sobre la obligación de investigar y castigar. Pero en los últimos renglones tergiversa todo y crea condiciones de absoluta impunidad para los delitos más graves cometidos por los paramilitares. Y que se justifique eso bajo una condición de justicia restaurativa, implica contrastar la justicia restaurativa con la justicia penal, convirtiendo aquella en una excusa para la impunidad. Reitero, no quiero decir que la justicia restaurativa no tenga lugar aún en la justicia de transición, pero no tiene lugar si es una especie de alternativa a la justicia penal para los crímenes más graves de violaciones de los derechos humanos. La tercer obligación es la de las reparaciones. Esto es una obligación claramente establecida en los tratados internacionales, ya no como norma emergente, sino como letra clara. Sin embargo es la obligación que tiene menos estándares internacionales Es casi imposible tomar mano de estándares internacionales y decir a cuanto debe asumir el monto de las reparaciones o las formas. Lo único que está bien establecido es que a través de las experiencias comparadas no se pueden aceptar reparaciones que insulten la dignidad inherente a la persona humana de las víctimas. Tienen que ser reparaciones que impliquen realmente un esfuerzo del Estado, y también que reivindiquen la dignidad esencial de la víctima, tanto en su monto como en su modalidad. Pero más allá de eso nos se pueden dar precisiones. Y la cuarta obligación es la de la reforma institucional. Joinet en su informe habla de la reforma institucional como una de las medidas para evitar la repetición. Creo que ha evolucionado y es una obligación independiente. Empieza por la descalificación, la impugnación de quienes violaron los derechos humanos en el ejercicio abusivo de su autoridad como integrantes de los cuerpos de seguridad, o de la justicia o del ministerio público. Esta obligación que en Naciones Unidas es llamada “vetting” se esta abriendo camino como una obligación de los Estados. De más está decir que muchas veces para cumplimentarlas tienen necesidad de asistencia internacional, de cooperación internacional. Hay ejemplos negativos de esto también, como la llamada leyes de “lustración” que ocurrieron en Europa Oriental, después de la caída del comunismo, donde bajo el pretexto de la impugnación se pudo terminar en una especie de “caza de brujas”. Cualquiera que tuviera un carné de comunista, o hubiera integrado un cuerpo de seguridad, automáticamente estaba deslegitimado para continuar en funciones públicas, para ejercer el periodismo, etc. Es necesario, entonces, que el vetting (la impugnación) se haga con criterios objetivos, con criterios transparentes, con criterios abiertos y que se le dé un mínimo de debido proceso a los que van a ser afectados por la medida para que no violemos una norma básica del Derecho Internacional sobre debido proceso que se aplica, no solamente a la justicia sino también a los procedimientos administrativos. 121 Dr.Juan Méndez Les llamará la atención que no me haya referido a la reconciliación ya que algunos autores dicen que hay una quinta obligación que es la reconciliación. Creo que en algunos casos esto es cierto. Por ejemplo, en mi función de Asesor Especial del Secretario General de Naciones Unidas para prevención del genocidio, me ha tocado estar en Darfur Sudan, y estoy convencido que allí para impedir el genocidio o prevenirlo y también para castigar lo que ya se ha producido – independientemente de que le llamemos genocidio o no – se debe por supuesto enviar el caso a la Corte Penal Internacional, y tomar varias medidas de protección física de las personas. pero especialmente estoy convencido que el enfrentamiento étnico ha alcanzado hoy tales dimensiones, que la enemistad entre distintas tribus es tal, que si no hay una política afirmativa de conversaciones intercomunales, de reconciliación entre comunidades, el problema no se va a resolver. Y esto es necesario porque en este momento las víctimas no distinguen, entre los victimarios y las comunidades a los que los victimarios dijeron pertenecer o representar. Pero también para insistir en que las culpas no son transferibles, que todas las comunidades tienen derecho a ser reconocidas como grupos humanos legítimos, a pesar que en nombre de ellas se hayan cometido violaciones muy graves. Y para eso me parece que es necesario una política específica de reconciliación. Pero eso es muy distinto de hablar de reconciliación en términos de decretos de reconciliación o decisiones del Estado de decir “porque tenemos que reconciliarnos no vamos a investigar los delitos, no vamos hacer Comisión de la Verdad porque eso remueve viejas heridas, etc.” Esta reconciliación, en estos términos, como pretexto de impunidad es lo que se ha constituido en una mala palabra para los latinoamericanos. Pero la idea general de la reconciliación, la idea general de que los conflictos fueron la ocasión de las violaciones de derechos humanos, tienen también que superarse. Afortunadamente en América Latina en general, no hay comunidades enfrentadas, ni siquiera ideológicamente o políticamente. Los protagonistas de los conflictos ideológicos de la década de los 70 y 80 ya no son actores políticos que necesitan reconciliarse de alguna manera. Por esa misma razón no es necesario, bajo el principio de reconciliación negarse a las tareas sociales, políticas y estatales que impliquen cumplir con estas obligaciones internacionales a las que me he referido. Que también implican y fundamentalmente, generar una nueva forma de convivencia sobre la base del respeto a la dignidad esencial de cada persona humana, a los plenos derechos de ciudadanía de quienes fueron menos poderosos y que económicamente, quizás, sigan siendo menos poderosos y que políticamente, y bajo nuestra concepción del Estado de Derecho y Democracia, tienen derecho a la justicia, tienen derecho a la verdad y tienen derecho a ser reconocidos como personas por el Estado y por la sociedad. Muchas gracias. 122 Volver al índice Justicia para nunca más Dr. Juan Carlos Maqueda * El Largo Camino de los Derechos Humanos en la Argentina Democrática El gobierno constitucional que accedió al poder por elección popular el 10 de diciembre de 1983, en el ejercicio de las facultades que le acuerda el art.86, incs.1° y 15 de la Constitución Nacional dictó el Decreto 158/1983 por el cual dispuso someter a juzgamiento a los integrantes de las Juntas Militares que usurparon el poder el 24 de marzo de 1976 por los delitos de homicidio, privación ilegal de la libertad y aplicación de tormentos a los detenidos, sin perjuicio de los demás que resulten autores mediatos o inmediatos, instigadores o cómplices los oficiales superiores. Por decreto 187/83 el Poder Ejecutivo creó la Comisión Nacional de Desaparición de Personas que se encargó de realizar una investigación que sirvió de base a la que llevarían luego los tribunales. A su vez, la ley 23.049,sancionada con posterioridad por el Congreso(9/2/ 84), disponía que resultaban imputables por los delitos cometidos entre el 26 de marzo de 1976 y el 26 de diciembre de 1983 el personal militar de las fuerzas Armadas y el personal de las Fuerzas de Seguridad, policial y penitenciario bajo control de las Fuerzas Armadas.1 En este contexto legal se iniciaron los juzgamientos. Una de las causas emblemáticas en la que se investigó tales violaciones a los derechos humanos lo ha sido la denominada “Causa 13”, una particularidad que tuvo dicho proceso es que allí fueron materia de acusación sólo 700 casos de todos los que habían sido denunciados. Esto aparece como una primera limitación en el camino al esclarecimiento total los hechos. En efecto el fiscal en su acusación señalaba que la condena que recayera sobre los casos escogidos implicaba que no podía volver a investigarse a los ex miembros de la junta militar por los restantes que fueron denunciados pero que no eran materia de acusación2 . Luego en diciembre de 1986, y en un contexto de fuertes presiones institucionales, con riesgo cierto para el sistema democrático, el Congreso de la Nación dicta la ley 23.492 (29/12/86) denominada de “ Punto Final”, por la cual se dispuso la extinción de las acciones penales por presunta participación, en cualquier grado, en los delitos tipificados en la ley 23.049 (15/12/84) y por aquellos vinculados a la instauración de forma violentas de acción política de toda persona que no estuviera prófuga o declarada en rebeldía o que no haya sido ordenada su citación a prestar declaración indagatoria en los sesenta días corridos anteriores a la fecha de promulgación de la presente ley. La extinción no era extensiva a los delitos de sustitución de estado civil y de sustracción y ocultación de menores ni a las acciones civiles. En otros términos acotó lo plazos para investigar. * Dr. Juan Carlos Maqueda - Argentino, abogado. Profesor Agregado a la Cátedra de Derecho Político, Prof. Adjunto de Derecho Natural y Prof. de Derecho Constitucional de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica de Córdoba. Fue Senador Nacional y en el 2001 Vicepresidente del H. Senado de la Nación. Desde el 2002 a la fecha es Ministro de la Corte Suprema de la Justicia de la Nación. 123 Dr.Juan Carlos Maqueda En la misma dirección en junio de 1987, el Congreso de la Nación dictó la ley 23.521, conocida con el nombre de “ ley de Obediencia Debida”. En su artículo 1° dispuso que no eran punibles por los delitos a que se refería la ley 23.049 por presumirse, sin admitir prueba en contrario, que quienes revistaban como oficiales jefes, oficiales subalternos, suboficiales y personal de tropa de las Fuerzas Armadas, de seguridad, policiales y penitenciarias habían obrado en virtud de obediencia debida. Idéntica presunción se hacía extensiva para los oficiales superiores que no hubieren revistado como comandantes en jefe, jefe de zona, jefe de subzona o jefe de fuerza de seguridad policial o penitenciaria si no se resolvía en un término de treinta días de promulgación de la ley que tuvieron capacidad decisoria o participaron en la elaboración de las órdenes. El criterio enunciado en la norma era considerar de pleno derecho que las personas indicadas habían actuado en estado de coerción, bajo subordinación de la autoridad superior y en cumplimiento de órdenes, sin facultad ni posibilidad de inspección, oposición o resistencia a ellas en cuanto a su oportunidad y legitimación. El artículo 2° dejaba a salvo que la presunción no era aplicable respecto de los delitos de violación, sustracción y ocultación de menores o sustitución de estado civil y apropiación extensiva de inmuebles. La ley se aplicaba de oficio, y en todas las causas pendientes, cualquiera fuera el estado procesal, debía actuarse en consecuencia de manera de liberar del proceso al universo al que refería la norma. En consecuencia, los procesamientos y condenas sólo se hicieron efectivos contra los oficiales superiores de las fuerzas armadas conforme lo había dispuesto el decreto 153/1983 y 280/84, a quienes se les atribuyó la autoría y participación en los delitos que constituyeron las graves violaciones a los derechos humanos. Pero lo cierto es que en el año 1989 el Presidente Carlos Menem dispuso perdonar con un indulto ha aquellos oficiales superiores que fueron condenados por las atrocidades cometidas 3 . Por su parte la Corte Suprema en la causa Camps ( 22/6/87) había declarado la validez tanto de la ley de punto final como la de obediencia debida4 . Para así decidir –entre otros argumentos- consideró que el Congreso estaba autorizado para establecer presunciones iure et de iure de exenciones de responsabilidad de los cuadros inferiores. Ante este marco jurídico e histórico que fue estrechando las posibilidades de establecer las responsabilidades penales de los autores, las víctimas y sus familiares reclamaron entonces el “derecho a la verdad”. La Corte Suprema de Justicia de la Nación tuvo oportunidad de pronunciarse acerca del derecho a la verdad y a la información respecto de lo sucedido con las víctimas de la persecución militar a solicitud de los familiares. Sin duda, la primera cuestión era distinguir aquello sobre lo que disponían las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, de aspectos conexos, y que por su gravedad y en orden a las obligaciones del Estado argentino, fuertemente reforzadas por los tratados de derechos humanos, podían habilitar ciertos recursos dentro del sistema para obtener una protección efectiva de derechos fundamentales afectados como consecuencia directa del obrar militar. 124 Justicia para nunca más En tal sentido, en la reforma constitucional de 1994 la incorporación del artículo 75 inc. 22 a la Constitución Nacional, reconociendo jerarquía a los tratados de derechos humanos allí consignados, y a aquellos que se fueran agregando en un futuro por decisión del Poder Legislativo conforme el procedimiento dispuesto por el constituyente reformador en la norma citada, fue determinante no sólo para el reconocimiento al derecho a la verdad sino para reencauzar los procesos penales. El máximo Tribunal de la República en el caso Urteaga5 (15/10/98) por unanimidad, aunque por diversos argumentos, reconoció el derecho a saber sobre la suerte corrida por las personas desaparecidas y a que el sistema les brinde a los familiares las vías expeditas y rápidas para tales objetivos. El caso Urteaga tuvo una enorme importancia desde lo institucional ya que pocos meses antes, en la causa Suárez Mason6 ( 13/8/98), la mayoría de la Corte Suprema se había pronunciado en sentido contrario. Para ello, la mayoría había entendido que las diligencias de investigación tenían por finalidad comprobar la existencia de un hecho punible y descubrir a los autores, lo que implicaba la reapertura del proceso y la actividad jurisdiccional contra quienes habían sido sobreseídos por las conductas que dieron lugar a la formación de la causa, ya que carecía de toda virtualidad la acumulación de prueba de cargo sin un sujeto pasivo contra el cual pudiera hacerse valer. Por su parte la disidencia, con sustento en el derecho a la verdad con rango constitucional y en el respeto por la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, entendió que la clausura de persecución penal no implica el cierre de la investigación, ni la posibilidad de verificar las circunstancias en que los hechos se produjeron. Asimismo, la pretensión intentaba acceder a las bases de datos de los organismos del Estado como medio para obtener información. En referencia con la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, se sostuvo que los términos de la misma obligan a una interpretación armónica y complementaria de aquella en integración con la norma constitucional y que la Corte Suprema debía velar por el cumplimiento del derecho internacional. Así la jurisprudencia internacional en materia de derechos humanos fue acrecentando su influencia en los estrados argentinos. Pero el nuevo contexto constitucional a partir de 1994 por la incorporación de los tratados internacionales, también derivó en un nuevo replanteo y objeciones al modo en cómo habían sido resueltas las causa penales. De este modo con la reforma constitucional de 1994 no sólo se reconoció la mayor jerarquía de los tratados respecto de las leyes nacionales, sino que dio rango constitucional a un grupo de instrumentos internacionales, que serían decisivos entre ellos la Convención Interamericana de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes7 . Uno de los reclamos se centró en que el Estado argentino estaba obligado a investigar y establecer condenas respecto de aquellos delitos de la causa denominada 13 que no habían sido materia de acusación por parte del fiscal, pese a que era materia de denuncia. En efecto recuérdese que pese a que se 125 Dr.Juan Carlos Maqueda reconoció oficialmente que había miles de casos denunciados, el fiscal sólo acusó por 700, y ese fue el objeto del proceso. Éste reclamo fue aceptado recientemente por la Corte Argentina en la causa Videla (21/8/03) al sostener que no podía considerarse que los setecientos casos materia de acusación tenían la virtualidad de provocar una absolución implícita respecto de los demás hechos delictivos que surgen del mismo proceso histórico. De este modo los nuevos proceso no violaban la garantía contra el non bis in ídem8 . En este caso se investigaba la posible comisión de los delitos de sustracción de menores, nacidos en el cautiverio de sus madres detenidas-desaparecidas, falsificación de documentos y supresión y suposición de estado civil de cinco menores hoy mayores de edad-, delitos todos ellos excluidos en forma expresa de los beneficios de la ley de punto final y obediencia debida. La excepción de cosa juzgada opuesta por la defensa del imputado se sustentaba en el argumento de haber sido ya juzgado por tales hechos, ya que la causa en la que había sido condenado se refería a todos los delitos que pudieran haber cometido los integrantes de las FF. AA y de Seguridad durante el período de su desempeño. En relación con la alegación de violación a la garantía de cosa juzgada, ligada al presupuesto de non bis in ídem, el Tribunal indicó: 1.- La procedencia de la excepción de cosa juzgada requiere que concurran tres identidades clásicas: identidad de persona, de objeto de persecución y de causa de persecución. .2.- La imputación en el caso concreto se refiere a hechos cometidos contra personas determinadas los que no fueron imputados en la causa anterior. 3.- Cada proceso se refiere a un hecho o hechos individualizados y concretos. 4.- El sistema de garantías impide la imputación abstracta, por lo tanto el principio de defensa determina que no hay juicio sin acusación sobre hechos concretos. 5.- La garantía de cosa juzgada sólo pude hacerse valer respecto de hechos por los cuales se tomó declaración indagatoria pues constituían el objeto del proceso. En síntesis, el holding del fallo se centró en que no se trataba de los mismos hechos por los cuales habían sido oportunamente juzgados, y en su caso condenados o absueltos, lo que por tal razón no habían sido motivo de declaración indagatoria y que, además, no estaban previstos expresamente en el decreto que dio origen al juzgamiento en 1983. Una absolución en abstracto y a futuro respecto a hechos y víctimas no conocidos resultaba inaceptable. Se agregó que el juzgador se encontraba ante hechos nuevos, que subsistían en forma autónoma e independiente de las conductas oportunamente juzgadas. En consecuencia, que en una causa se hayan investigado determinado número de casos no puede implicar la imposibilidad de promover acciones persecutorias, no conocidos al momento que se instruyó la causa o que eventualmente se estaban cometiendo respecto de aquellos otros hechos que eran independientes . 126 Justicia para nunca más En igual sentido, la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el caso Hagelin9 (8/9/03) se pronunció respecto al rechazó de pedido de reapertura de las actuaciones para investigar la desaparición de la hija del actor, que se basaba en que se había firmado un acuerdo de solución amistosa por el que se había hecho efectivo un monto indemnizatorio, al mismo tiempo que se había renunciado a todo otro reclamo por cualquier concepto. Debe destacarse que el convenio de referencia fue firmado a partir de una petición formulada ante la Comisión Americana de Derechos Humanos. Dicha petición fue interpuesta con motivo del incumplimiento del Estado Argentino de una sentencia judicial que ordenaba el pago de la indemnización solicitada, dictada por los tribunales del país. El Tribunal sostuvo que: 1.- El recurrente no ejerce la acción penal sino que se ha presentado como particular damnificado 2.- El haber percibido la indemnización no lo priva de interés para buscar la verdad histórica, que encuadra en episodios de trascendencia ética e institucional. 3.- El Estado tiene el deber de suministrar todos los datos que tenga de una persona desaparecida. 4.- El reconocimiento amplio de los derechos de las víctimas10 5.- El derecho a la reparación económica es independiente del derecho a reclamar la investigación y la sanción 6.- Cualquier legislación o accionar que importe excluir a las víctimas de protección viola la garantía de protección judicial efectiva11 7.- La Convención Americana sobre Derechos Humanos impone a los estados partes el deber de tomar todas las medidas necesarias para remover los obstáculos al ejercicio de los derechos que la Convención reconoce. En materia de indemnizaciones de carácter civil como método subsidiario de reparación, en el caso Vaca Narvaja12 la Corte Suprema de Justicia de la Nación hizo extensivo los beneficios de la ley 20.043 y su modificatoria- en cuanto reconoce derecho a una indemnización del Estado a quienes hubieran estado a disposición del Poder Ejecutivo Nacional o que siendo civiles hubiesen estado a disposición de autoridades militares entre el 6 de noviembre de 1974 y el 10 de diciembre de 1983- a quien en condiciones de refugiado político debió asilarse en otro país durante el último gobierno de facto, con fundamento en que tal alternativa no fue producto de una elección voluntaria o libremente adoptada, sino que fue la única posibilidad para salvar la vida. El Tribunal sostuvo que no encuadrar tales situaciones en las disposiciones de la ley es contrario a la intención del legislador y a la ratio del texto normativo, ya que la norma tiene por fin otorgar compensación económica a las personas privadas de su libertad en virtud de actos ilegítimos emanados de tribunales militares o de quienes ejercían el Poder Ejecutivo durante el denominado proceso de reorganización nacional. En tal sentido, la expresión “ detención arbitraria” resulta equiparable al confinamiento obligatorio de toda una familia en una embajada extranjera así como su posterior exilio, único medio para evitar la detención, supuesto que debe ser asimilado a una de las formas de menoscabo de la libertad ambulatoria. Las víctimas también iniciaron trámites judiciales para obtener la identificación de cuerpos13 . También se iniciaron muchas causas tendientes a 127 Dr.Juan Carlos Maqueda la identificación de niños que habían sido sustraídos ilegalmente y entregados irregularmente a otras familias14 . Si bien esta lubricación de los procesos penales y aún civiles, a instancia de la jurisprudencia internacional, sirvió de base a los tribunales argentinos para remover las “acotaciones” que se habían hecho eco de la presión sobre las instituciones que diluían las posibilidades de una esclarecimiento total, estos nuevos hálitos también influyeron en la determinación y distinción precisa de la naturaleza de los delitos aberrantes materia de investigación de aquellos otros delitos comunes. En este sentido a la Corte Suprema de Justicia argentina le toca decidir (2/ 11/95) un caso referente a si correspondía conceder o no la extradición de un ex oficial nazi solicitado por Italia que se lo acusó de cometer delitos aberrantes en aquel país15 . Allí el Tribunal, con cita de la Convención para la Prevención del Delito de Genocidio y el artículo 75 inc.22 de la Constitución, consideró que los hechos por los cuales se solicitaba la extradición de Priebke prima facie constituían delito de genocidio, y que estos así como los delitos contra la humanidad pertenecían al juris cogens del derecho internacional. Se señaló que el carácter de “juris cogens” de los delitos contra la humanidad, implicaba que el transcurso del tiempo no purgaba ese tipo de ilegalidades, también se citó el artículo 118 de la Carta Magna como receptor del derecho de gentes. Por su parte la Corte Interamericana emitiría el trascendental pronunciamiento “Barrios Altos” (14/3/2001)16 donde consideró “ inadmisibles las disposiciones de amnistía, las disposiciones de prescripción y el establecimiento de excluyentes de responsabilidad que pretendan impedir la investigación y sanción de los responsables de las violaciones graves de los derechos humanos tales como la tortura, las ejecuciones sumarias, extralegales o arbitrarias y las desapariciones forzadas, todas ellas prohibidas por contravenir derechos inderogables reconocidos por el Derecho Internacional de los Derechos Humanos”. El precedente “Barrios Altos” fue mencionado por algunos jueces de la Corte en causas vinculadas a derechos humanos17 En Fallos 326:2805 en su voto el juez Petracchi manifestó que a partir del Caso Barrios Altos,” han quedado establecidas fuertes restricciones a las posibilidades de invocar la defensa de cosa juzgada para obstaculizar la persecución penal respecto de conductas como las que se le atribuyen a Jorge Rafael Videla... corresponde rechazar en el caso toda interpelación extensiva del alcance de cosa juzgada que impidiera la persecución penal del imputado por hechos que constituyen violaciones graves a los derechos humanos..” Por su parte, el Juez Maqueda sostuvo que “ al momento de juzgar la proporcionalidad de las restricciones de derechos que todo proceso penal conlleva ya no basta contraponer el interés legítimo estatal con el de la persona que soporta la restricción sino que debe ponderarse los derechos de las víctimas...” agregando que “ en concordancia con lo resuelto por la Corte Interamericana en el Caso Barrios Altos...son inadmisibles las disposiciones de amnistía, las disposiciones de prescripción y el establecimiento de excluyentes de responsabilidad que pretendan impedir la investigación y sanción de los responsables de las violaciones graves de los 128 Justicia para nunca más derechos humanos...prohibidas por contravenir derechos inderogables reconocidos por el Derecho Internacional de los Derechos Humanos...”. En la causa Astiz18 (11/12/03) donde se solicitaba que se concediera la extradición para que Alfredo Astiz pudiera ser juzgado en Francia, requerido por la supuesta complicidad en la detención ilegal de las monjas Alice Domon y Léonie Duquet, con sustento –entre otras razones- en la imposibilidad jurídica que implicaban las leyes de Obediencia Debida y Punto Final para que el mismo pueda ser juzgado en la Argentina, los jueces Petracchi, Zaffaroni y Maqueda citaron el precedente de la Corte Interamericana, recordando la imprescriptibilidad de los delitos investigados. Esta categorización de los delitos de lesa humanidad, cuya característica principal es la no prescripción y la imposibilidad de aplicar eximentes de responsabilidad implicó una fuerte embestida para las leyes de Punto Final y Obediencia Debida que fueron declaradas inconstitucionales por la gran mayoría de la justicia federal argentina tanto de primera como de segunda instancia, con sustento fundamentalmente, en la jurisprudencia internacional, en especial el precedente “Barrios Altos”19 . Cabe poner de relieve que las nuevas causa criminales abiertas, y aquellas otras reabiertas en la Argentina tienen importantes implicancias que trasciende las fronteras de nuestro país. En efecto, en la Argentina también se han iniciado causas que involucran a las autoridades que gobernaron Chile durante la dictadura militar, entre ellos a Augusto Pinochet. En el caso Arancibia Clavel (24/8/04) el tribunal de juicio tuvo por probado que Arancibia Clavel formaba parte de un grupo destinado a perseguir, reprimir y exterminar sistemáticamente a opositores políticos del régimen dictatorial instaurado en la República de Chile, a partir de septiembre 1973 (DINA exterior), grupo que operaba dentro del territorio nacional. Recientemente la Corte, apartándose de lo resuelto por la Cámara Nacional de Casación Penal, consideró que la acción penal respecto de los hechos investigados no se encontraba prescripta, para así decidir señaló que correspondía calificar a la conducta atribuida a Arancibia Clavel como delito de lesa humanidad, conforme al art. 7 del Estatuto de Roma, señaló además que no podía sostenerse que si los homicidios, la tortura, tormentos y la desaparición forzada de personas, eran delitos contra la humanidad, el formar parte de una asociación ilícita destinada a cometerlos no lo sea, pues constituiría un contrasentido tal afirmación, toda vez que este último sería un acto preparatorio punible de los otros20 . Además está en curso en la Argentina un proceso donde se investiga la supuesta la relación ilegítima establecida entre los gobiernos y servicios de inteligencia de distintos países de América durante la década del ’70 (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay) cuyo objeto principal habría sido el de compartir información y cooperar para perseguir ilegalmente a opositores políticos de los distintos gobiernos. Estos hechos que hoy son investigados, los imputados han solicitado la declaración de prescripción de la acción penal, lo que no ha sido admitida por considerarse que se trata de delitos de lesa humanidad de modo tal imprescriptible21 . En otras instancias incluso se ha puesto en tela de juicio la constitucionalidad de los indultos22 . 129 Dr.Juan Carlos Maqueda Como corolario de todo ello se están reabriendo causas que habían quedado prescriptas por la aplicación de la ley de Punto Final, y se están iniciando nuevas, respectos de todos aquellos oficiales intermedios que quedaron exentos de responsabilidad por la ley de Obediencia Debida. Nulidad e inconstitucionalidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Caso Simón Si bien gran parte de la justicia federal del país, a partir, fundamentalmente, de una interpretación de los tratados internacionales a la luz de la reforma constitucional y del artículo 27 de la Convención de Viena23 , declararon la inconstitucionalidad de las normas mencionadas, finalmente y en consonancia la Corte Argentina dictó el histórico fallo Simón 24 donde declaró la inconstitucionalidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final.25 En dicho pronunciamiento hay que destacar el análisis de dos cuestiones. Por un lado, la declaración de nulidad de las leyes 23.521 y 23.492 dispuesta por el Congreso de la Nación en la ley 25.779 ( 3/9/03) , ya derogadas por la ley 24.952 de abril de 1998. Por el otro, la procedencia de la declaración de constitucionalidad o inconstitucionalidad de las respectivas normas, a cargo del Poder Judicial. En cuanto a la declaración de nulidad, la mayoría del Tribunal, con independencia de una serie de matices en los fundamentos, sostuvo que: 1.- La declaración de nulidad de las leyes de obediencia debida y punto final respondió al intento del Poder Legislativo de dar cumplimiento a los Tratados de Derechos Humanos con jerarquía constitucional, de manera de remover los obstáculos que pudieran impedir la investigación, persecución y sanción de los responsables de delitos de lesa humanidad 2.- Cada uno de los tres poderes del Estado aplica e interpreta la Constitución por sí mismo cuando ejercita sus facultades. 3.- La decisión política que implica declarar la nulidad de las leyes de referencia significa reconocer que el acatamiento de la Constitución Nacional no es patrimonio exclusivo del Poder Judicial. 4.- El Poder Legislativo en su condición de poder constituido y ante una eventual responsabilidad del Estado argentino en el ámbito internacional y con el fin último de dar cumplimiento al texto de la norma fundamental, consideró oportuno asumir la responsabilidad institucional de remover obstáculos para hacer posible la justiciabilidad. 5.- El Poder Legislativo está obligado a dar cuenta de su accionar ya que el art.75 inc. 22 de la Constitución Nacional obliga a todos los poderes del Estado, en el ámbito de sus respectivas competencias, a hacer posible vigencia de los derechos y garantías constitucionales. 6.- La declaración de nulidad se impone por mandato internacional, que pone en juego la esencia misma de la Constitución y la dignidad de la Nación Argentina. 7.- La declaración de nulidad ha tenido en mira subsanar la infracción al derecho internacional de los derechos humanos y cumplir de manera debida las obligaciones asumidas a través de los tratados internacionales, eliminando todo aquello que pudiera constituir un impedimento normativo de derecho interno. 130 Justicia para nunca más En cuanto a la declaración de inconstitucionalidad, el Tribunal sostuvo: 1.- La progresiva evolución del derecho internacional de los derechos humanos, con el rango establecido en el art.75 inc.22 de la Constitución Nacional, limita sustancialmente la facultad del Poder Legislativo de dictar amnistías. 2.- La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha considerado en el caso “Barrios Altos” que son inadmisibles las disposiciones de amnistía, las disposiciones de prescripción y el establecimiento de excluyentes de responsabilidad que pretendan impedir la investigación y sanción de los responsables de las violaciones graves de los derechos humanos, tales como la tortura, las ejecuciones sumarias, extralegales o arbitrarias y las desapariciones forzadas. Los Estados tienen la obligación de tomar las providencias de toda índole para que nadie sea sustraído de la protección judicial y del ejercicio de un recurso sencillo y eficaz. 3.- Existe una manifiesta incompatibilidad entre las leyes de autoamnistía y la Convención Americana de Derechos Humanos. 4.- En el marco del derecho internacional de los derechos humanos se ha reconocido el derecho preexistente de los individuos a no ser objeto de persecuciones por el Estado. 5.- El ejercicio de la función pública tiene límites dados por los derechos humanos que son atributos inherentes a la dignidad humana y, en consecuencia, superiores al poder del Estado. 6.- La consagración positiva del derecho de gentes- art.118 de la Constitución Nacional- permite considerar que al momento que se produjeron los hechos investigados existía un sistema de protección de los derechos humanos que resultaba obligatorio independientemente del consentimiento expreso de las naciones. 7.- El juris cogens deriva de conceptos jurídicos antiguos según los cuales existe un orden superior de normas jurídicas que las leyes de los hombres o de las naciones no pueden contravenir. 8.- Las fuentes de derecho internacional consideran como aberrantes la ejecución de cierta clase de actos – delitos de lesa humanidad- y que por tal razón dichas actividades deben considerarse incluidas dentro del marco normativo que procura la persecución de aquellos que los cometieron 9.- Al momento de producirse los hechos existía un doble orden de prohibiciones que rechazaba toda idea de impunidad. Por un lado, un sistema imperativo internacional y, por el otro, un sistema internacional de protección de los derechos humanos constituido, en el caso, por la Convención Americana sobre Derechos Humanos, aprobada el 1° de marzo de 1984 por la ley 23.054. 10.- La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha impuesto las siguientes obligaciones: a.- Esclarecer los hechos y responsabilidades b.- Garantizar el acceso a la justicia y la protección judicial c.- Identificar y sancionar a los autores intelectuales de las violaciones d.- Adoptar todas las disposiciones de derecho interno que sean necesarias para evitar la impunidad e.- Atender a los derechos de las víctimas f.- Deber de investigar las violaciones y procesar a los responsables De este modo para la Corte Suprema de Justicia de la Nación así como para la mayoría de la justicia federal argentina los graves delitos cometidos durante el gobierno militar, no están prescriptos ni sujetos a exenciones de responsabilidad. 131 Dr.Juan Carlos Maqueda El largo camino de los derechos humanos en la Argentina democrática se ha construido sobre el dolor pero también sobre la búsqueda de la verdad y la justicia. 1 Ley 23.049,modificatoria del Código de Justicia Militar. Sancionada el 9 de febrero de 1984. En su artículo 10 disponía que “ El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas conocerá mediante el procedimiento sumario en tiempo de paz establecido por los artículos 502 al 504 y concordantes del Código de Justicia militar, de los delitos cometidos con anterioridad a la vigencia de esta ley siempre que; 1°) Resulten imputables al personal militar de las Fuerza Armadas, y al personal de las Fuerzas de seguridad, policial y penitenciario bajo control operacional de las Fuerzas Armadas y que actuó desde el 24 de marzo de 1976 hasta el 26 de setiembre de 1983 en las operaciones emprendidas con el motivo alegado de reprimir el terrorismo, y 2°) estuviesen previstos en el Código Penal y las leyes complementarias comprendidas en los incisos 2,3,4 b, 5 del artículo 108 del Código de Justicia Militar en su anterior redacción...procederá en estos casos un recurso ante la Cámara Federal de Apelaciones...cumplidos seis meses de la iniciación de las actuaciones, el consejo Supremo dentro del plazo de los cinco días siguientes informará a la Cámara Federal los motivos que hayan impedido su conclusión...La cámara Federal podrá ordenar la remisión del proceso y fijar un plazo para la terminación del juicio...” 2 Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de la Capital, del 9 de diciembre de 1985, en Fallos:309: 5, 306. 3 Decretos 1002 a 1005/89 y 2746/90 4 CSJN : C.547.XXI. Causa incoada en Virtud del Decreto 280/84 del Poder Ejecutivo Nacional –Camps, Ramón Juan Alberto, sentencia del 22/06/87, publicada en Fallos: 310:1162 . En cuanto a los indultos ver causa publicada en Fallos: 316:609. 5 C.S.J.N. Fallos: 321:2767 6 C.S.J.N. Fallos: 321:2031 7 Art.75 inc 22 de la Constitución Nacional. Los otros tratados son La Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, la Convención sobre la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, la Convención sobre los Derechos del Niño . También cuenta con el mismo rango la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas (ley 24.556) y la Convención sobre la Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de los Crímenes de Lesa Humanidad (ley 25.778). 8 CSJN: in re: V.34 “Videla Jorge Rafael s/ excepción de cosa Juzgada y falta de jurisdicción”, sentencia del 21 de agosto del 2003. 9 CSJN en Fallos: 326: 3268. 10 La Corte Interamericana de Derechos Humanos al pronunciarse en el Caso Velázquez Rodríguez-sentencia del 21/7/89, - sobre la procedencia de una indemnización compensatoria sostuvo el deber del Estado de investigar mientras se mantenga la incertidumbre sobre la suerte final de la persona desaparecida, deber al que se suma el de prevenir desapariciones forzadas y sancionar a los responsables de tales hechos. 11 Convención Americana de Derechos Humanos artículos 8 y 25. 12 CSJN en Fallos: 327:4241, pronunciamiento del 14 de octubre del 2004. 13 CSJN en Fallos: 316: 609 (1993) 14 Para ello se creo el Banco Nacional de Datos Genéticos (ley 23.511). Recientemente la Corte debió resolver si antes fuertes probabilidades que determinada persona era en realidad hijo de desaparecido, los familiares de sangre tenían derecho a obligar a una persona a someterse a un análisis compulsivo de ADN (Corte Suprema en V.356 “Vazquez Ferra, Avelín Karina s/incidente de apelación”, sentencia del 30/9/03 15 CSJN in re: “Priebke Erich S/SOLICITUD DE EXTRADICIÓN S/CUADERNO DE PRUEBA DE LA DEFENSA –CAUSA N° 172-112-94”, sentencia del 2 de noviembre de 1995, publicada en Fallos: 318:2148 16 CORTE INTERAMERICANA . Caso “Barrios Altos (CHUMBIPUMA AGUIRRE Y OTROS V.PERU)”, sentencia del 14 de marzo del 2001, párr. 41 y 42 . 17 CSJN en Fallos 326:2805 . 132 Justicia para nunca más CSJN Fallos: 326:4797 La Sala II de la Cámara Criminal y Correccional Federal de la Capital Federal en “Simón”, la mencionada Cámara en pleno en la causa “Esma n° 761” . Las causas “Videla”, y la n° 44 denominada “Camps”, también en el mismo sentido se expidieron la justicia federal de Salta, Chaco, Santa Fe, Buenos Aires, etc, y obviamente el juez Cavallo ya el 6 de marzo del 2001. Sobre la influencia de Barrios Altos y la restante jurisprudencia internacional en los tribunales federales argentinos ver: Luis Márquez Urtubey en “Non Applicability of Statutes of Limitation for Crimes Commited in Argentina: Barrios Altos” publicado en Southwestern Journal of Law and Trade in The Americas , volumen XI 2005 n°1. 20 CSJN en Fallos: 327:3312 21 Cámara Criminal y Correccional Federal de la Capital Federal; Sala I: causa nº 33714 Videla, Jorge R. S/procesamiento, sentencia del 23 de mayo del 2002. . 22 Causa n°. 14.216/2003 (ex-causa n°. 450 de la Excma. Cámara Federal) caratulada «SUAREZ MASON, Guillermo y otros s/homicidio agravado, privación ilegal de la libertad agravada». 23 El art. 27 de la Convención de Viena impone a los órganos del Estado argentino asignar primacía al tratado ante un eventual conflicto con cualquier norma interna contraria. 24 CSJN in re: S.1725 Simón Julio Héctor s/Privación Ilegítima de la Libertad (Poblete) sentencia del 14 de junio del 2005. 25 También se había expedido a favor de la inconstitucionalidad de la ley de Punto Final y de Obediencia Debida el Procurador General de la Nación ante la Corte Suprema argentina en dos oportunidades , en “Procurador General .S.1767,L.XXXVII. “Simón, Julio Héctor y otros s/ privación ilegítima de la libertad del, resolución de 29 de agosto del 2002 y en Procurador General de la Nación en “Conrado Gómez , resolución del 29 de agosto del 2002 . 18 19 133 Volver al índice Camarista Dr. Horacio Cattani* Queremos trasmitir nuestra experiencia de integrar el Tribunal Federal, la Cámara Federal de la Capital Federal, a la que por distintas razones históricas le ha tocado - con otra integración – no solo el enjuiciamiento de la Junta sino seguir batallando en estos avatares que acá llamaron de la “larga marcha hacia la justicia”. Esta “larga marcha” empezó con viento a favor pero se fue frenando. Creo que la primavera fue la integración de la CONADEP (Comisión Nacional de Desaparición de Personas). La CONADEP fue el primer estudio serio de la verdad, porque la CONADEP recepcionó a las víctimas, las escuchó, estudió el modus operandi del terrorismo de Estado, con muchísima entereza, y esos testimonios fueron después utilizados en el llamado juicio a la Junta o lo que nosotros llamamos la “causa trece”. La “causa trece” tuvo una limitación en cuanto a la selección de casos, a esto me refería al hablar del criterio del penalista. El criterio del penalista selecciona casos para obtener éxitos, sobre todo desde el punto de vista del ministerio público –éxitos en el sentido de condenas – y no le interesa tanto el descubrimiento de la verdad. Diría que el descubrimiento de la verdad de la “causa trece” se produjo gracias a que allí testimoniaron una gran cantidad de víctimas. Víctimas relacionadas con el modus operandi del terrorismo de Estado, básicamente los métodos de secuestro de personas, y esa trágica condición de desaparecido El desaparecido, como dijo el dictador Videla “es el que no está en ningún lado, no existe, no está, no está y no lo busquen”. Nosotros tomamos con mucha atención estas menciones de los propios dictadores No en vano los semiólogos dicen que “el lenguaje siempre expresa “. Antes de la Ley de auto - amnistía del año 1983, que se dictaron un mes antes de las elecciones de ese año, los dictadores dieron a conocer un mensaje por la Justicia y por el Derecho a la Vida. Como ustedes ven las palabras, justicia, vida, memoria las puede usar cualquiera. En este mensaje el gobierno militar asume la toda responsabilidad histórica. Afirma que la guerra “constituye un acto de servicio”, “como en todo conflicto bélico se cometieron errores, que quedan liberados al juicio de Dios” Y a partir de esto empieza con una clasificación que después nos fue muy útil para mostrarnos por donde teníamos que ampliar el modus operandi de búsqueda de la verdad y de los hechos, que no habían sido determinados con anterioridad. “Los terroristas suicidados no identificados fueron sepultados como NN”, el informe es breve, es así estilo militar todos los sepultados como NN fueron suicidados, “Los desaparecidos no exiliados en la clandestinidad, se consideran muertos, aunque * Dr. Horacio Cattani - Argentino, Licenciado en Criminología. Juez de la Cámara Criminal y Correccional Federal de la Capital y Profesor de Derecho Penal y Criminología en las Facultades de Derecho y Sicología de la Universidad de Buenos Aires. 134 Justicia para nunca más no pueda precisarse la cusa ni la oportunidad de su deceso”. Y concluye afirmando que “Las Fuerzas Armadas, actuaron y lo volverán hacer todas las veces que sea necesario” – hay una forma de vocación, una especie de repetición – este es el famoso Mensaje por la Justicia y el Derecho a la Vida de abril del 1983. Como acá se relató, las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, fueron precedidas por hechos graves, que es de toda justicia recordar. A raíz del Punto Final, los organismos de derechos humanos trataron de que quedaran comprendidos la mayor cantidad de militares en la ley de Punto Final. Eso provocó citaciones en todos los puntos de la república. Las citaciones en todos los puntos de la república, provocaron a su vez, resistencias; se encerraban en los cuarteles etc, y eso provocó los primeros alzamientos y rebeliones militares. Entre otros el del general Rico en la Escuela de Infantería, que terminó con el célebre “felices Pascuas”. Básicamente, vino la ley de Punto Final y Obediencia y después se produjeron otros alzamientos militares. Culminamos este paroxismo de alzamientos militares ya en el gobierno del presidente Menem en diciembre del 1990. A partir de ahí se producen los indultos, que fueron muy generosos, porque en realidad, no solamente abarcaron a militares condenados, procesados; sino también a los responsables de los alzamientos militares, y a los responsables de la ocupación de las Islas Malvinas. Todo eso quedó indultado. Tal es la situación de los años 1990 y1991, en los que el camino a la verdad parecía cerrado. Lo primero que hizo el Tribunal que integro, fue tener presente que justamente, había 710 casos, pero había muchas más víctimas, y de hecho se había instrumentado un sistema de pago de reparaciones. También vimos que había una cantidad de restos exhumados, una cantidad de cabos sueltos, de piezas sueltas, que aún sin jurisdicción para castigar, podíamos sí ordenar. Recuerdo que en esa época, había aparecido información respecto a que podía haber restos humanos en determinado lugar y buscando los restos humanos de una persona, aparecieron once restos. Ahí comienza, mucho antes de la consolidación jurídica de la búsqueda de verdad, la tarea del Tribunal, en el sentido de ir reparando a las víctimas. Creo que eso fue lo que impidió que estas causas tan voluminosas, con las idas y vueltas que tiene la burocracia, no hubieran pasado a un archivo. El segundo momento en esta reconstrucción de la verdad, nace en el año 1995. Ustedes saben que en ese año el capitán Scilingo básicamente le describe al periodista Verbirsky algo que había quedado acreditado en las causas: el sistema de “los vuelos” y también la incineración de cadáveres en el campo de deportes de la ESMA . Las declaraciones de esta persona, que comenta y dice ante las cámaras de televisión, públicamente y a quién lo quiera escuchar, que él participó de uno 135 Camarista Dr. Horacio Cattani de esos vuelos, que las personas eran tiradas con vida, narcotizadas y que en una oportunidad, se resbaló y casi el también cae, generaron una reacción que fue muy bien aprovechada por los organismos de derechos humanos. En ese momento se consolida el derecho a la verdad, como un derecho humano fundamental. Me parece que corresponde como una cuestión de afecto, rendir un homenaje a Emilio Mignone. El pedía por su hija Mónica, y creo que resultó muy importante que se presentara, exigiendo saber donde estaban sus restos para poder darles cristiana sepultura. Por eso nosotros construimos el derecho a la verdad. Ese derecho emergente del que nos hablaba Juan Méndez, Y al mismo tiempo afirmamos que era un derecho, que no era una opción; que uno no podía decir “bueno descubrimos esto, ya la deuda está saldada” no. Declaramos que era un derecho después de avances y retrocesos porque algunos integrantes del Tribunal sostenían que “no era un derecho, era una razón de humanidad”, mientras otros afirmaban que correspondía al Poder Ejecutivo buscar la verdad. Finalmente triunfó el buen criterio, pues nadie mejor que los Tribunales de Justicia estamos en condiciones de encontrar la verdad, respetando todos los derechos y garantías. A partir de aquí se abren distintas acciones. Así por ejemplo, la de la Cámara Federal de La Plata, en cuya jurisdicción no se habían realizado juicios, a pesar de tener un alto nivel de desaparecidos. Para quienes no la conozcan, La Plata es por esencia una ciudad estudiantil, y como siempre las bajas del Terrorismo de Estado recaen en general en los más jóvenes. El camino que elegimos empezó siendo muy duro pero a la postre nos dio grandes resultados, Y creo que los mejores resultados, los obtuvimos con la identificación de las madres fundadoras del grupo de la Iglesia de la Santa Cruz y la hermana Leonides Duqué. Porque en realidad, pudimos acreditar el recorrido completo, la fecha del secuestro, la fecha aproximada del vuelo, la fecha aproximada en que aparecieron los restos en las costas atlánticas y luego, la identificación de los mismos. Nos pusimos como meta, y quería trasmitir una experiencia que me parece útil; que esta investigación se tenía que hacer como una clásica investigación penal. No se podía hacer una investigación de este tipo a través de los medios de comunicación No se podía allanar un edificio y decir “allá vamos”, para que al llegar la prueba hubiera desaparecido. Los primeros pasos fueron buscar donde había documentación. Durante mucho tiempo nosotros pensábamos que había documentación en el mito de “archivo único” ,“el archivo negro” Luego comprendimos que ese mito que íbamos a encontrar todo en un lugar era imposible, y encima más imposible porque pese al “mea culpa” que hicieron algunos jefes militares, no nos iban alcanzar la información. De hecho la teníamos que buscar. Lo primero que hicimos fue buscar una información, que en la jerga de la causa de los Comandantes, llamamos “carátula blanca”. Eran los expedientes 136 Justicia para nunca más que hacía el Consejo de Guerra Estable cuando quería “truchar” muertes NN. Es decir inventaba un expediente falso, con fotos, con algún peritaje; algunos eran francamente absurdos, porque cuando uno veía las fotos ya sabía que esas personas llevaban mucho tiempo de muertos, y que sus muerte no eran producto de un enfrentamiento. Estos expedientes de “carátula blanca”, fueron esenciales en el Juicio a la Junta. Nosotros partimos de la base, que esos expedientes de “carátula blanca” debían estar en la Jefatura de Ejército. Lógicamente no allanamos la Jefatura de Ejército. Yo era el juez responsable de la búsqueda de la verdad, y si hubiéramos allanado todas las pruebas habrían desaparecido. Fue gente del Tribunal, del equipo argentino de Antropología Forense, que es para nosotros el brazo derecho-, quienes fueron a buscar cosas viejas. Y encontraron los “carátula blanca” y pudimos recuperar 145. Esos 145 contenían enfrentamientos “truchos”, y todos terminaban con un NN muerto. de acuerdo con la práctica que un NN es alguien que se enfrentó y no tenía documentos o que se suicidó. Estos NN al final del expediente tenían una individual dactiloscópica. Por lo tanto, lo primero que nos planteamos, fue cotejar las huellas dactilares con las del Registro Nacional de las Personas. Esta fue una tarea lenta y muy paciente, cuya primera etapa era cumplir con el objetivo de identificar una persona, el sacarla de la categoría de NN, aún por el método de huella digital, aunque sin saber donde estaban los restos. El segundo momento fue realmente obra de una jueza de Provincia, de la Provincia de Buenos Aires, de La Plata, que con mucha valentía, había allanado una dependencia policial y había obtenido un micro films con huellas digitales. Aquí nosotros aprendimos que la burocracia, es burocracia siempre. Por más que le digan a la burocracia que destruya, que no anote, el hallazgo de este micro films demostró lo contrario. En realidad el burócrata tiene que dejar alguna constancia porque tiene miedo que su gestión desaparezca. Sobre la base de este hallazgo de micro films en la Provincia de Buenos Aires, se nos ocurrió que podrían haber más en la Policía Federal. Ahí encontramos una documentación impresionante; no solamente más micro films, sino también un libro que se llama “Archivos NN Cadáver” Este libro contenía la descripción del NN pero en lo referente a la causa de la muerte, nunca nos indicaba nada, porque ustedes saben que cuando se quiere ocultar la causa de la muerte, ayer, hoy y siempre se dice “paro cardio respiratorio”. Desde luego que después, si lográbamos encontrar los restos, el diagnóstico forense cambiaba. Eran estrellamientos por caídas de aviones, fracturas múltiples, proyectiles que todavía se encontraban dentro del cuerpo etc. A partir de la identificación dactiloscópica, fuimos llegando a los cementerios donde estaban enterrados como NN. Empezamos a investigar en los registros de los cementerios, allí aparecían NN en lugares especiales, como en el Cementerio de Avellaneda. Ahí en ese cementerio el equipo de antropólogos, 137 Camarista Dr. Horacio Cattani sacó una cantidad impresionante de registros fotográficos de los restos. Algunos todavía estaban atados y con proyectiles de 9 milímetros dentro del cuerpo. En un sector, el 134 del Cementerio de Avellaneda, habían parado a los cadáveres sobre una pared para practicar tiro. Nosotros en los ochenta y pico, encontramos proyectiles de 9 milímetros en las paredes del cementerio. Cuando lográbamos la identificación individual dactiloscópica, íbamos a buscar los restos. En esos casos la suerte era muy diversa; o habían pasado a una fosa en común o estaban mezclados. Cuando yo les de algunos datos, ustedes van a ver que les voy a dar datos de identificaciones positivas, y datos de restos encontrados. En el cementerio de Avellaneda, y en especial el sector 134 es donde tenemos mucha tarea por realizar aún. Ahí hay 336 esqueletos, en los registros figuran menos de 200, es decir que tenemos que empezar a elaborar hipótesis, y tratar de saber de que centros clandestinos de detención provienen y de que forma fueron a parar allí. Es nuestra tarea pendiente, y lamentablemente pudimos identificar a sólo dos personas de los 336 esqueletos. Ahora el Equipo Argentino de Antropología Forense, esta mirando desde un nuevo enfoque, estamos separando mujeres de hombres a ver si logramos avanzar en las investigaciones. En materia de ciudadanos uruguayos, podemos decir que en el año 2001 existía una información, que contrastamos con los familiares, porque nos es muy importante la información pre-morte, aún para el ADN mitocondrial. En el caso de los ciudadanos uruguayos, identificamos por impresiones digitales ocho personas y pudimos repatriar restos de dos personas. También aquí tenemos por delante una tarea muy lenta. En esta tarea sin pausa tenemos que luchar contra el tiempo y la ocultación, por más que afortunadamente hoy tenemos tecnología más moderna. Tenemos 56 casos de identificación positiva, donde pudimos reconstruir y entregar al familiar la historia, así como 37 casos de entrega de restos. Algunos fueron víctimas de la masacre de Fátima, donde se eliminó con explosivos a aproximadamente 30 personas De esos restos ya tenemos identificados 11. Ustedes se estarán preguntando si esto es la “danza del horror” No. Ahora que las leyes de impunidad cayeron, ahora que podemos alcanzar justicia, estos son elementos de prueba. Como un ejemplo, me gustaría comentarles cómo se produzco el hallazgo de los restos de las madres fundadoras y de Duqué. Fue en una zona de la costa atlántica donde siempre aparecían restos, producto de los siniestros vuelos de la muerte. Vuelos que empezó haciendo la Armada, la Prefectura y después siguió el Ejercito etc. Estos restos también aparecían aquí, en las costas uruguayas y en otros lugares de la costa atlántica, y siempre el gobierno militar decía que “provenían de un barco Chino”. Nosotros sabíamos que en las costas habían aparecido restos y que esos restos habían sido exhumados, habían sido embolsados y llevados a la asesoría 138 Justicia para nunca más pericial de La Plata, y de ahí al cementerio. La duda era saber en cuales sectores del Cementerio Gral. Lavalle habían sido depositados. Comenzamos a pedir los expedientes originales, los expedientes que labraron cuando la aparición de los restos. En uno de esos expedientes nos aparece un NN femenino con fracturas múltiples, estallido de baso, compatible con la caída de avión, que tenía las impresiones digitales. Nosotros tomamos esas impresiones digitales y la mandamos a varios lugares para lograr obtener la identificación. Y esa identificación fue la de una de las integrantes del Grupo de la Santa Cruz, Ángela Guarch. A partir de Ángela, empezamos a buscar todas las apariciones de restos en la costa que pudieran ser contemporáneas a la fecha de secuestro de las personas del Grupo de la Santa Cruz, que fue en el mes de diciembre del 77. Con esa perspectiva en enero de este año, se le dio indicaciones al Equipo de Antropología Forense, previo hacer muchas investigaciones de campo en el cementerio, que fueran a buscar en otra sección, donde no había sido muy removido el suelo. Guiándonos por un expediente de los años 70, que hablaba de seis o siete restos mayoritariamente femeninos procedimos a exhumarlos en diciembre del 2004 y enero del 2005. Lo que primero nos arrojó el ADN mitocondrial, con parientes de la línea materna fue el 99,99 para Esther Balestrino de Careaga, el 99,99 para María Eugenia Ponce Bianco, y para Azucena Villaflor el 99,99. Quiero terminar con esto y nuevamente decirles que tenemos mucha tarea por delante. Ahora como dijo el doctor Maqueda, nuestras últimas resoluciones, son de identificación, de entrega de restos y de remisión a los juzgados con competencia en las causas abiertas. Muchas gracias.1 1 Versión no corregida por el expositor. 139 Volver al índice Dr. Oscar López Goldaracena* Muchas gracias. En primer lugar quiero expresar que es un placer haber recibido esta invitación. Antes de empezar mi exposición, creo que es necesario un expreso y especial reconocimiento al esfuerzo realizado por la Dirección de Derechos Humanos del Ministerio de Educación y Cultura, a la Dra. María Elena Martínez, en lo que tiene relación con la organización y desarrollo de éste Seminario. Un placer, asimismo, compartir con los distinguidos panelista esta instancia de reflexión. Cuando se trata de examinar las últimas décadas en nuestra región, advertimos procesos dictatoriales que aplicaron instrumentos generalizados de represión, que cometieron en forma constante, continua y coordinada, actos que en sí mismo implicaron una violación masiva y sistemática de los Derechos Humanos. Establecida la democracia, nuestras sociedades se encuentran con este pasado, que debieron y deben seguir enfrentando. Por ello hoy quiero señalar que hablo desde el gobierno de Uruguay, desde el nuevo gobierno instalado el 1º de marzo. Nuestro principal desafío es enfrentar el pasado. Pero al mismo tiempo, reestructurar las relaciones sociales que ese pasado dejó rotas por la violación sistemática de los Derechos Humanos. Contemporáneamente establecer nuevos valores, establecer nuevos consensos sociales en el modelo de convivencia al que aspiramos los uruguayos y que deseamos compartibles para la región. La estrategia de ese proceso de reconstitución social y de ese proceso de afianzamiento de valores, implica una política activa. ¿Por qué? Hemos aprendido en las últimas décadas que el mero transcurso del tiempo, por si sólo, no genera ningún consenso en valores en relación con los modelos de convivencia a adoptar en el futuro, condicionados por las violaciones a los Derechos Humanos ocurridas en el pasado. También hemos advertido, que el proceso histórico hacia estos nuevos valores implica un proceso largo, muchas veces de décadas y a menudo muy contradictorio. Decía ayer el doctor Gonzalo Fernández, que “a partir del 1º de marzo pasado Uruguay dio un giro sustancial en la política de los Derechos Humanos”. * Dr. Oscar López GoldaracenaDoctor en Derecho y Ciencias Sociales. Especializado en Derechos Humanos y Derecho Económico. Consultor de ONGs y asesor en derechos humanos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay. Tuvo a su cargo la elaboración y redacción del Proyecto de Ley sobre Crímenes Internacionales e Implementación del Estatuto de Roma para la República Oriental del Uruguay (“Genocidio, Crímenes de Lesa Humanidad, Crímenes de Guerra y Cooperación con la Corte Penal Internacional”) por encargo del Ministerio de Educación y Cultura. Representó a Uruguay en el Grupo de Trabajo de Naciones Unidas que elaboró el texto de la “Convención Internacional para la protección de todas las personas contra la Desaparición Forzada de Personas” (Ginebra, setiembre de 2005). 140 Justicia para nunca más ¡Enhorabuena! Pero tengamos presente que estamos en el 2005 y que la dictadura terminó en 1985. Han transcurrido 20 años. En el marco de estos desafío, de enfrentar el pasado y construir el futuro, ayer se mencionaban políticas activas en materia de Derechos Humanos y se hacía referencia, también, a propuestas normativas, relacionadas con la consolidación de los valores. En los últimos meses se ha estado trabajando en un proyecto de Ley titulado “Genocidio, crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra y cooperación con la Corte Penal Internacional” que nos fuera encargado por el Subsecretario del Ministerio de Educación y Cultura, el doctor Felipe Michelini, el día 2 de marzo de 2005, el día siguiente a la asunción del gobierno. Ese proyecto – que tuvimos el honor de preparar – fue debatido por la sociedad civil, presentado a los partidos políticos y luego al Parlamento, e implica implementar las disposiciones del Estatuto de Roma para nuestro país. Pero al mismo tiempo implica consensuar y consolidar los valores esenciales de convivencia en relación con los delitos contra la humanidad, crímenes de guerra y otras violaciones a los Derechos Humanos. El proyecto “Genocidio, crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra” no sólo implica actualizar la normativa a lo dispuesto por el Estatuto de Roma y la Corte Penal Internacional, sino incorporar a la normativa jurídica uruguaya obligaciones que nos impone el mismo Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Para que ustedes se hagan una idea, Uruguay ratifica la Convención contra el Genocidio en el año 1966, sin embargo al día de hoy no existe tipificado en nuestro Derecho el delito de genocidio. Estructuramos dicho proyecto sobre la base de un principio general “el derecho y el deber de juzgar” Esto, a nuestro criterio, debe ser expresión sustancial de un principio de derecho internacional general, para evitar logren impunidad quienes cometan las acciones más aberrantes que conoce la humanidad. Derecho y deber de juzgar, que se materializa en tomar medidas contra cualquier sospechoso, que esté bajo jurisdicción del Estado uruguayo, aunque los supuestos delictivos no tuviesen conexión con nuestra jurisdicción. Juzgar o extraditar, pero tomar en todos los casos las medidas indispensables para evitar la impunidad. El principio de “derecho y deber de juzgar”, lo estimamos complementario con el principio de la punibilidad sin excepciones. Para este tipo de delitos no será admitido ni el asilo, ni el refugio, ni la prescripción, ni ningún otro instituto de clemencias soberana, la gracia y/o el indulto. No será admitida la obediencia debida, no serán admitidas las jurisdicciones especiales, ni se establece la responsabilidad jerárquica sin distingos entre el personal civil y militar. Se trata de principios esenciales para los crímenes contra la humanidad. Principios que hoy existen en el derecho internacional consuetudinario y existen además, por las convenciones y tratados internacionales que obligan al Uruguay en relación a la regulación de estos supuestos. 141 Dr. Oscar López Goldararcena Pero al mismo tiempo se tipifican en forma autónoma, el delito de desaparición forzada de personas, el delito de tortura, el delito de privación de libertad cuando es cometido por agentes del Estado, el delito de agresión sexual a persona detenida, el delito de financiamiento o lavado de activos relacionados con actividades provenientes de genocidio, crímenes de lesa humanidad y/o crímenes de guerra. Se tipifican como crímenes de guerra, infracciones a los convenios de Ginebra y otras violaciones de Derecho Internacional Humanitario que no estaban comprendidas en el Estatuto de Roma Y de esa forma adecuar íntegramente la normativa positiva de Uruguay a la normativa internacional en la materia. Cuando hablamos de tipificación de los delitos de desaparición forzada, tortura u homicidio por motivos políticos y demás, lo tipificamos no en su carácter de sistemático o práctica generalizada, sino como delito autónomo con carácter de crimen contra la humanidad, aún cuando se cometa como un acto aislado. Este proyecto complementado, en su última parte, con mecanismos de cooperación con la Corte Penal Internacional, ha recibido hasta el momento el consenso de las organizaciones no gubernamentales, que integra la sociedad civil, y no ha habido mayores disonancias con los actores políticos. Por lo que estimamos que pueda ser sancionado próximamente y reafirmar un marco normativo esencial, en cumplimiento de una exigencia ética, en cumplimiento de una exigencia histórica, para evitar que desde el gobierno de un Estado se produzcan los desvíos y abusos del Poder que violan impunemente los Derechos Humanos. Este proceso se marca en ese tránsito, en ese proceso largo y contradictorio muchas veces, - al que hacíamos referencia al comienzo – en ese proceso hacia una cultura integral de Derechos Humanos, hacia una cultura de consenso en los valores esenciales de convivencia. Pero este proyecto en cuanto recoge aspectos normativos y principios esenciales de derecho internacional, no alcanza para cerrar ese camino tortuoso de búsqueda de justicia y verdad. Se están también estableciendo mecanismos normativos de prevención. Pero no alcanza. Mirando hacia el futuro, en términos de compromiso, esto implica una plataforma normativa sólida, pero también debemos mirar hacia el pasado, y mirar hacia el pasado en términos de responsabilidad. Y aquí es cuando debemos instrumentar políticas de verdad y políticas de justicia. El doctor Gonzalo Fernández, en el día de ayer, hacía referencia a un proyecto de Ley interpretativo de la Ley de Caducidad, que permitiría, aplicándola correctamente, la punibilidad de situaciones que hasta el momento se encontraban excluidas, y llevar hacia delante política de justicia. También política de verdad, en cuanto reconocer a la verdad como derecho colectivo de la sociedad, como derecho a saber en detalle las circunstancias de lo ocurrido, el contexto, sus razones y las causas. 142 Justicia para nunca más Política de justicia y política de verdad son esenciales en un proceso de paz, en un proceso de reconstrucción del entramado social, de reconstrucción de valores y de asentamiento en un modelo de convivencia sobre nuevos valores. Ahora bien, el proyecto de Ley interpretativo, que comparto y considero adecuado en la medida que permitiría excluir de la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado determinadas situaciones que pasarían a ser juzgadas, ha recibido en los últimos días algunas críticas en relación al espíritu de la Ley de Caducidad, asimilando la Ley de Caducidad con una Ley de Amnistía. Y aquí, y hablando a título personal, y reafirmando conceptos expuesto y defendidos desde hace mas de 20 años debo decir: si la Ley de Caducidad es una Ley de amnistía, es una Ley absolutamente nula. Porque es una Ley contraria a las normas de jus cogen, que estaban vigentes para el Uruguay en función de principios del Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Si vamos a debatir jurídicamente los alcances de una Ley interpretativa, en el marco de debatir jurídicamente los alcances o la calificación de la Ley de Caducidad, deberíamos, también, debatir si la Ley de Caducidad no es violatoria del Derecho Internacional de los Derechos Humanos y consecuentemente en lugar de interpretarla deberíamos asumir el desafió de anularla lisa y llanamente. Muchas gracias. 143 144 Volver al índice Conclusiones Reunión de Altas Autoridades competentes en Derechos Humanos y Cancillerías del MERCOSUR y Estados Asociados. Las delegaciones presentes de los Estados Partes y Asociados del MERCOSUR, reunidos en el Seminario Regional “Memoria, Verdad y Justicia de nuestro pasado reciente”, durante la Presidencia Pro-Tempore del MERCOSUR que ejerce el Uruguay, llegan a las siguiente CONCLUSIONES: 1 La importancia de estas Jornadas, con el fin de analizar los desarrollos nacionales en materia de Verdad, Memoria y Justicia, en el marco de las graves, masivas y sistemáticas violaciones de los derechos humanos ocurridos en los países de la región, en las décadas precedentes. 2 En la mayor parte de nuestros Estados las violaciones estuvieron amparadas por el Terrorismo de Estado, apoyadas por la coordinación represiva ilegal, en el marco de la Operación Cóndor. 3 Es la primera vez que Estados de América del Sur, se reúnen para analizar los temas de Memoria, Verdad y Justicia, lo que constituye un hito histórico, político y jurídico dada la cercanía temporal de los hechos. 4 El derecho que asiste a las víctimas de las violaciones manifiestas de los derechos humanos, sus familias y la sociedad en su conjunto, ha conocer la verdad sobre tales violaciones, en particular las causas, hechos y circunstancias relacionados con la violaciones, así como la identificación de los responsables. 5 Compartir el criterio de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, aprobado en la 59ª sesión del 20 de abril de 2005, sobre “El Derecho a la Verdad” por el cual se reconoce la importancia de respetar y garantizar el derecho a la verdad para contribuir a acabar con la impunidad, promover y proteger los derechos humanos. 6 El derecho que asiste a las víctimas a la justicia, especialmente en situaciones de crímenes de lesa humanidad. Lo que incluye la posibilidad de reclamar el acceso a la justicia para ejercer acciones pertinentes mediante la sustentación plena de las sanciones judiciales. 7 En consecuencia, sugerimos que se promueva: * Actuar coordinadamente para promover la preservación de la memoria, la búsqueda de la verdad y la acción de la justicia en los casos de violaciones de los derechos humanos. * El intercambio de experiencias entre los Estados Partes del MERCOSUR y Estados Asociados, sobre la creación y funcionamiento 145 Conclusiones de mecanismos judiciales específicos, como las comisiones de la verdad, así como otros mecanismos extrajudiciales y la coordinación con organismos regionales o universales existentes. * La promoción de un esquema regional de cooperación emergente en materia de memoria, verdad y justicia a efectos de minimizar la percepción de que se trata de querellas internas, particulares de los países afectados, sino de la puesta en vigencia de una doctrina regional sobre la lucha contra la impunidad en los casos de violaciones a los derechos humanos. * El intercambio de información para la identificación, conservación y difusión pública de archivos oficiales y privados sindicado como indispensables para preservar la memoria frente a graves violaciones a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario. * La adopción, en los ámbitos internos, de medidas administrativas, legales y de otra índole con miras a establecer reparaciones materiales a las víctimas y a sus familiares, y simbólicas que corresponden también a la sociedad toda. * El desarrollo de políticas educativas activas sobre memoria e historia de nuestro pasado reciente. * La reflexión académica, intra regional y extra continental y el diálogo con la sociedad civil. *La importancia de la promoción de asistencia de la cooperación internacional, para ejecución de éstas políticas por los Estados Partes y Asociados. Montevideo, 18 de noviembre de 2005. 146 Volver al índice Acta 147 Acta 148 Volver al índice Anexos. SECRETARÍA DE DERECHOS HUMANOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA: SÍNTESIS DE LA EXPERIENCIA ARGENTINA 17 de Noviembre de 2005 Este Informe presenta una breve síntesis de la experiencia argentina sobre temas relacionados con la Memoria, la Verdad y la Justicia. El mismo está dividido en cinco títulos o aspectos. El primero se refiere a las políticas impulsadas por el Poder Ejecutivo de la Nación en materia de Memoria, Verdad y Justicia y en contra de la impunidad de los responsables de las violaciones de los derechos humanos. El segundo aspecto está relacionado con los antecedentes y con la creación de la Dirección del Archivo Nacional de la Memoria (ANM) en la jurisdicción de la Secretaría de Derechos Humanos de la República Argentina y con los Sitios de Memoria del terrorismo de Estado. El tercer punto detalla sucintamente las actividades de investigación, cooperación e intercambio de información y documentación llevados a cabo por nuestra Secretaría a nivel internacional. Por su parte, en el cuarto apartado se destacan algunos de los Seminarios, Conferencias y Encuentros organizados o en los que participó la Secretaría de DDHH conexos con el tema que hoy nos convoca. Finalmente, se describe la experiencia argentina en relación al derecho a la verdad1, especialmente en lo que se refiere a los denominados “juicios de la verdad”. 1. POLITICAS DEL ESTADO NACIONAL POR LA VERDAD Y LA JUSTICIAY CONTRA LA IMPUNIDAD DE LOS RESPONSABLES DE LAS VIOLACIONES DE LOS DERECHOS HUMANOS Como es sabido, las leyes de obediencia debida y de punto final y los indultos obstaculizaron en gran medida el avance de las causas penales seguidas en la Argentina contra los autores de las más graves violaciones a los derechos humanos. Sin embargo, las leyes de impunidad –como se conocen genéricamente a esas normas- no significaron un obstáculo para el normal avance de las causas seguidas en el exterior, en países tales como Francia, España, Italia, Suecia, Suiza, entre muchos otros. Lo que sí se había constituido en un impedimento legal –contrario a la obligación de juzgar o extraditar de la Republica Argentinaera el Decreto del Poder Ejecutivo Nacional Nº 1581/01 que impedía las extradiciones de represores argentinos a otros países. Una de las primeras medidas de la actual administración en relación al avance de la justicia y a la lucha contra la impunidad, fue la derogación de esa norma. Otra medida importante fue la ratificación de la Convención sobre la Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de los Crímenes de Lesa Humanidad. 1 Los principios del derecho a la verdad se encuentran contenidos y desarrollados principalmente en el Informe del Dr. Louis Joinet elaborado para la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, en la Resolución 2005 /66 sobre el “Derecho a la Verdad” de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los DDHH, así como en la parte pertinente del Preámbulo y del artículo 24 del “proyecto de Convención Internacional para la Protección de todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas”. 149 Anexos Estas iniciativas significaron un fuerte impulso del Poder Ejecutivo para lograr la anulación de las leyes de punto final y de obediencia debida que habían impedido -desde 1986 y 1987, respectivamente, el juzgamiento de los responsables de los crímenes de lesa humanidad cometidos por la dictadura militar. La anulación de estas leyes fue finalmente aprobada por el Parlamento en agosto de 2003. Concomitantemente, la Corte de Suprema de Justicia de la Nación declaró en junio de 2005-en el “caso Simón”- la inconstitucionalidad de las leyes de obediencia debida y de punto final debido a que contradecían la Constitución Nacional y los tratados de derechos humanos reconocidos en ella. La Corte Suprema recordó –citando a la decisión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en Barrios Altos- que las amnistías para violaciones graves de los derechos humanos son contrarias a la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Actualmente la sociedad y algunos juzgados debaten la declaración de inconstitucionalidad de los indultos que, si se sigue la lógica del último fallo de la Corte Suprema y del derecho internacional, deberían seguir la misma suerte que las leyes de impunidad. En este sentido, la Sala I de la Cámara Federal en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal declaró, en abril del 2005, la inconstitucionalidad de los indultos en la causa referida a los crímenes en el 1er. Cuerpo de Ejército. Otra iniciativa fue la creación de la “Unidad Especial de Investigación de la Desaparición de Niños como Consecuencia del accionar del terrorismo de Estado”2 en el ámbito de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI)3. Dicha Unidad asiste de modo directo los requerimientos de la CONADI, las peticiones judiciales o las provenientes de fiscales relacionadas con su objeto. Además puede efectuar investigaciones por sí misma, debiendo comunicar sus resultados a las autoridades judiciales y al Ministerio Público Fiscal. Por su parte, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación (SDH) viene desarrollando una amplia labor en estos ámbitos. En lo que respecta al avance de las investigaciones penales, se presentó como parte querellante en numerosas causas judiciales que investigan los crímenes cometidos por la última dictadura militar. A su vez, el ANM –órgano descentralizado bajo la orbita de la Secretaria- aporta a los juzgados donde se sustancian esas causas, copias digitalizadas de su acervo documental con el objeto de contribuir a optimizar su tramitación. La SDH tiene a su cargo la tramitación de las leyes reparatorias, que otorgan una compensación económica a victimas y a familiares, de algunos de los daños irremediables causados por el terrorismo de estado. En la actualidad la SDH Decreto Nro.715/2004 La CONADI está presidida por el Secretario de Derechos Humanos de la Nación e integrada por dos representantes del Ministerio Público (Procuración General de la Nación y Defensoría General de la Nación); dos representantes de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo; y dos representantes del Poder Ejecutivo Nacional, a propuesta de la SDH. Sus objetivos, facultades y obligaciones están consignadas en la Ley 25.457. 2 3 150 Anexos promueve ante el Parlamento la sanción de una ley de reparación para todas aquellas personas que fueron detenidas, perseguidas o asesinadas por razones políticas entre 1955 y 1976, las cuales habían quedado excluidas de las leyes reparatorias antes mencionadas. Este proyecto ya cuenta con la aprobación de dos Comisiones del Senado de la Nación y se estima que próximamente será tratado por la Cámara de Diputados. También continúa su trabajo en la identificación de personas desaparecidas. En julio de 2005, con el apoyo del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) fueron identificadas Azucena Villaflor, Esther Ballestrino de Careaga y María Eugenia Ponce de Bianco, cofundadoras de Madres de Plaza de Mayo. En septiembre de 2005 fueron identificadas Ángela Auad y la monja francesa Leonie Duquet. Asimismo, la SDH colaboró en la organización de una misa homenaje y ceremonia de inhumación en la Iglesia de la Santa Cruz, convocada por los familiares de las víctimas. Como es sabido, la Iglesia de la Santa Cruz era el lugar de reunión de las primeras agrupaciones de familiares de desaparecidos y allí mismo fueron secuestradas las víctimas. Otra de las tareas que lleva adelante la SDH no está directamente relacionada con la justicia o con la verdad pero sí con las reformas estructurales del Estado, es la que se conoce como “garantías de no repetición”. Es decir, la revisión de los legajos de los miembros de las fuerzas armadas que son considerados por la Comisión de Acuerdos del Senado de la Nación para su promoción. La SDH busca e informa si el miembro de la fuerza armada, sometido a su consideración, aparece en los archivos de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CoNaDep) como participe de violaciones a los derechos humanos. 2. CREACIÓN DEL ARCHIVO NACIONAL DE LA MEMORIA Y DE LOS SITIOS DE MEMORIA a) EL ARCHIVO NACIONAL DE LA MEMORIA (ANM). El ANM tiene la misión de mantener viva la historia argentina contemporánea y de transmitir sus lecciones y legados a las generaciones presentes y futuras. Entre sus objetivos se destacan los de proveer a la búsqueda de la verdad, la justicia y la reparación ante las graves violaciones de los derechos humanos en nuestro país, fomentar la investigación y la difusión de estos hechos y contribuir a la coordinación de archivos de similares características tanto de la Argentina como del exterior. Fue creado en diciembre de 2003 (Decreto del Poder Ejecutivo Nacional N° 1259) “para obtener analizar, clasificar, duplicar, digitalizar y archivar informaciones, testimonios y documentos sobre el quebrantamiento de los derechos humanos y las libertades fundamentales en que esté comprometida la responsabilidad del Estado Argentino y sobre la respuesta social e institucional ante esas violaciones” (cfr. artículo 1º, Decreto citado). Su acervo original está constituido por el Archivo CoNaDeP y la documentación relacionada con las leyes de reparación a las víctimas del terrorismo de Estado. Cabe recordar que la CoNaDep fue el órgano no jurisdiccional establecido por el primer gobierno democrático posterior a la última dictadura militar, a quien se le encargó, en apoyo de la justicia, la investigación de las desapariciones forzadas de personas entre otras violaciones a los derechos humanos y que culminó su tarea con la publicación del famoso informe “Nunca Más”. 151 Anexos Otros antecedentes son las experiencias de recuperación de la memoria en el interior del país, como por ejemplo la Comisión Provincial de la Memoria de la Provincia de Buenos Aires (ley Nº 12.483 del 13/07/2000); el Museo de la Memoria de la Secretaría de la Cultura de la Ciudad de Rosario (Ordenanza Nº 6506 del 26/02/1998); la “Mansión Seré” en la Municipalidad de Morón, Provincia de Buenos Aires; etc. El ANM cuenta con testimonios y con otro tipo de información sobre personas detenidas desaparecidas, encarceladas y/o asesinadas; sobre las circunstancias en que estos hechos ocurrieron; y sobre los centros clandestinos de detención, los circuitos represivos y los responsables que han podido identificarse. A la vez, el ANM procede a la digitalización de causas judiciales sobre violaciones de los derechos humanos cometidas por el Estado. Todo este material se actualiza en forma permanente y constituye la base del trabajo de análisis y de investigación que se realiza. En la actualidad, se encuentra también en marcha un relevamiento orientado a la búsqueda y recuperación de documentos que pudieran existir en diversas esferas de la Administración Pública centralizada y descentralizada -tanto en las Fuerzas Armadas y de Seguridad, como en los distintos Ministerios y agencias gubernamentales- que permitan profundizar el conocimiento sobre el funcionamiento de la represión ilegal y descubrir los diversos mecanismos utilizados por el terrorismo de Estado en su plan represivo. A fin de asegurar esta recuperación se implementó un mecanismo de intangibilidad que impide la destrucción, modificación, alteración o rectificación de la documentación obrante en dependencias estatales. El ANM también ha suscripto acuerdos de cooperación e intercambio con otros poderes del Estado, con organismos de gobiernos provinciales y municipales -entre ellos las comisiones y archivos de memoria de distintas jurisdicciones- y con instituciones no gubernamentales tales como medios de comunicación, asociaciones políticas, gremiales, profesionales y empresarias, entre otras, que permiten acceder y/o duplicar material gráfico y audiovisual que se encuentre en sus respectivos archivos. Asimismo y a partir de convenios con distintos países de América del Sur, se promueve el intercambio de documentación relacionada con acciones represivas, coordinadas internacionalmente, tales como el Plan Cóndor, con el objetivo de avanzar en la conformación de un archivo Regional de derechos humanos. a) SITIOS DE MEMORIA DEL TERRORISMO DE ESTADO En el marco de una política de reparación histórica y preservación de la memoria, el Estado Nacional promueve la identificación y la señalización de los lugares donde funcionaron los centros clandestinos de detención, tortura y exterminio -cuyo número supera los cuatrocientos (400) en todo el país- y la creación en esos sitios de espacios para la memoria y para la defensa de los derechos humanos. 152 Anexos Además de su valor probatorio en los distintos procesos judiciales, se considera fundamental la conservación de estos espacios, en tanto testimonio material y simbólico de la violencia ilegal de Estado y del plan sistemático de exterminio implementado por la dictadura entre 1976/83. La iniciativa más significativa llevada adelante por el Estado Nacional en este sentido fue la decisión adoptada el 24 de marzo de 2004 de crear el “Espacio para la Memoria y para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos” en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). La ESMA además de ser sede de dependencias de la Marina de Guerra, fue uno de los mayores centros clandestinos de detención y exterminio. La decisión adoptada implica el desalojo del predio y sus treinta y cinco edificios -cuya desocupación completa está prevista para los primeros meses de 2006- y la apertura de un proceso de debate y presentación de propuestas para definir, con la más amplia participación de los sobrevivientes, familiares de las víctimas, organismos de derechos humanos y la ciudadanía en general, los alcances y características que tendrá el nuevo espacio. Existen muchas otras iniciativas de desocupación de predios donde funcionaron centros clandestinos de detención -ya se trate de instalaciones de las fuerzas armadas o de seguridad o, en menor medida, de propiedades privadaspara su reutilización como sitios de memoria y defensa de los derechos humanos, que responden a un reclamo histórico de los organismos de derechos humanos, sobrevivientes, familiares de las víctimas y otros colectivos sociales, que se expresan en un trabajo articulado con estados municipales y organizaciones de la sociedad civil. Se destacan la cesión por parte del Estado Nacional a la Ciudad de Buenos Aires y a la Municipalidad de Morón de los predios de la Policía Federal Argentina y de la Fuerza Aérea Argentina donde respectivamente funcionaron los centros clandestinos de detención “El Olimpo” y RIBA (Regional de Inteligencia de Buenos Aires). También la recuperación del aeropuerto de Trelew, en la provincia del Chubut, que fue escenario de la fuga de prisioneros políticos que culminó con los fusilamientos conocidos como la “Masacre de Trelew” en 1972. El Estado Nacional, a través de la SDH, también respalda las iniciativas que llevan adelante gobiernos locales e instituciones no gubernamentales, en relación con las declaratorias de monumentos históricos de los lugares donde funcionaron centros clandestinos de detención y colabora en la organización de actividades que contribuyan a la difusión de los crímenes perpetrados en estos espacios, como así también de las causas y consecuencias del terrorismo de Estado en la sociedad argentina. Para el 30° aniversario del golpe de Estado –que se cumplirá el próximo 24 de marzo de 2006- se prevé la señalización, con placas de identificación, de cada uno de los sitios donde funcionaron centros clandestinos de detención a lo largo y a lo ancho del país. 153 Anexos 3. ACTIVIDADES DE INVESTIGACIÓN, INTERCAMBIO DE INFORMACIÓN Y DOCUMENTACIÓN Y COOPERACIÓN INTERNACIONAL En este rubro las principales actividades han sido las siguientes: -Firma de un Convenio de Cooperación entre la SDH y la Comissao do Acervo da Luta contra a Dictadura, en enero del 2005 en el marco del V Foro Social Mundial en Porto Alegre, titulado “Apertura y acceso a los archivos de las dictaduras militares en América Latina”. Su objetivo es establecer la cooperación entre ambos organismos a fin de incrementar mutuamente sus capacidades, convirtiéndose en herramientas importantes en la aplicación de políticas de Estado en la materia; y articular medidas apropiadas para hacer efectivo el derecho a saber, el derecho a la justicia y el derecho a la reparación. Asimismo, el convenio estipula la asistencia del ANM para la creación en la “Comissao” de los Archivos Documental, Digital, Audiovisual y de las Áreas de Investigación y Relaciones Institucionales que permitan el esclarecimiento de casos de desaparición forzada de personas; y fomenta la actividad de investigación, cursos, seminarios, consultas técnicas, especialistas, expertos, e intercambio de información. -Firma del Acuerdo Marco de Cooperación Técnica entre el ANM de la República Argentina y la Secretaría Especial de los Derechos Humanos de la Presidencia de la República Federativa del Brasil (6 de mayo de 2005). Allí se establece la cooperación entre las partes signatarias con el objeto de incrementar la capacidad de los organismos involucrados en la aplicación de políticas de Estado en la materia y hacer efectivos el derecho a saber, el derecho a la verdad, a la justicia y a la reparación. Se determinan áreas y actividades de cooperación tales como investigación, consultas técnicas, adiestramiento de especialistas, realización de cursos, seminarios y reuniones, intercambio de documentos e informaciones, lineamientos informáticos, entre otras. -Firma de la Resolución SDH Nº 042 con el objeto de instrumentar la Declaración Presidencial conjunta entre los gobiernos de la República Argentina y el Superior Gobierno de la República Oriental del Uruguay (2 de septiembre de 2005). El propósito de la misma es investigar conjuntamente los casos de violaciones de los derechos humanos en que hayan sido víctimas personas de nacionalidad uruguaya, sus familiares o allegados a los mismos, especialmente en casos en que hayan actuado coordinadamente fuerzas represivas argentinas y uruguayas. - Como fruto del Interés común expresado por los Señores Presidentes de los Gobiernos de Argentina y de España en impulsar la investigación de los casos de graves y sistemáticas violaciones de los derechos humanos, en los que hayan sido víctima personas de nacionalidad española y familiares de los mismos, durante la última dictadura militar y las represiones ilegales que la precedieron, con fecha 30 de septiembre de 2005, se firmó la Resolución SDH Nro.051. En ella se establece una unidad especial de investigación para la organización, dirección, control, coordinación de tareas de investigación, elaboración de informes y elevación de las respectivas conclusiones. 154 Anexos -Como producto de los encuentros de intercambio realizados entre Argentina y Paraguay se elaboró una Propuesta de Convenio con la Comisión de Verdad y Justicia y la Fundación Celestina Pérez de Almada de la República del Paraguay para investigar y avanzar en la identificación de víctimas del Plan Cóndor. El trabajo conjunto con la Republica del Paraguay se profundizó con una misión de asistencia técnica de la SDH y el EAAF a la Comisión de Verdad y Justicia de ese país, en el marco del Programa Argentino de Cooperación Horizontal (FO AR) del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la República Argentina. -Visita al Estado de Israel para recibir de parte de las autoridades de dicho país documentación referida a la represión ejercida por el terrorismo de Estado en la Argentina, durante el período 1976/1983. Este material se encontraba en la Embajada Argentina en ese país y en la Comisión creada por la KNESSET, en conjunto con la Asociación de Familiares residentes en Israel. También se visitó el Bosque de la Memoria (en homenaje a las víctimas de la dictadura argentina), la Universidad Hebrea de Jerusalén y el Museo del Holocausto, entre otras instituciones dedicadas a la memoria y a la educación sobre el genocidio nazi. -Se elaboraron sendos proyectos de hermanamiento entre: 1) el Museo de la Liberación de Roma (Museo de Via Tasso), el Parque por la Paz de “Villa Grimaldi” (Santiago de Chile) y el “Espacio para la Memoria y para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos” de la ESMA (Buenos Aires); y 2) entre la “Casa de la Historia y la Memoria” de Roma y el ANM de la Argentina. -Se establecieron acciones de coordinación con el Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior de la Republica de Chile. 4. ORGANIZACIÓN DE SEMINARIOS, CONFERENCIAS Y EN CUENTROS La SDH organizó en marzo y agosto del 2005 en la Ciudad de Buenos Aires, el 1er. y el 2do. Encuentro Internacional de Derechos Humanos: Memoria, Verdad, Justicia. Acciones contra la Impunidad. Asimismo y con el objeto de facilitar el intercambio de experiencias entre el Archivo Nacional de la Memoria y distintas instituciones de la Argentina, se están llevando a cabo en estos momentos en la Ciudad de Buenos Aires los Talleres de capacitación e intercambio de experiencias sobre archivos y memoria, con el patrocinio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Por otra parte, la SDH de la Nación y el ANM han participado y presentado ponencias en numerosos eventos organizados en el país y en el exterior por entidades académicas, gubernamentales y sociales. 155 Anexos 5. DERECHO A LA VERDAD Se estima que uno de los aportes más importantes que puede ofrecer la experiencia argentina en la lucha contra la impunidad, se da en el campo de la búsqueda de la verdad. Además de lo ya mencionado sobre la CONADEP – una de las primeras comisiones de la verdad en el mundo- los llamados “juicios de la verdad”, llevados adelante por varias Cámaras Federales en lo Penal de nuestro país fueron una de las iniciativas más novedosas en la materia. Como ya se ha mencionado, las leyes de impunidad habían significado un impedimento para el avance de las causas penales. Sin embargo, las declaraciones hechas por algunos militares (como Rolón y Pernías ante el Senado y especialmente la confesión de Scilingo en marzo de 1995), llevaron a los familiares a reclamar el “derecho a la verdad”. Las declaraciones de Scilingo incluían el reconocimiento de haber visto en la ESMA a las monjas francesas Alice Domon y Leonnie Duquet. Esto motivó al abogado representante de los causahabientes de las familias de desaparecidos franceses en la Argentina, a solicitar a la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de la Ciudad de Buenos Aires, que interviniera en el proceso judicial iniciado por la desaparición de las dos religiosas, proceso interrumpido por el dictado de la ley llamada de obediencia debida en 1987. En su presentación, los familiares solicitaban al tribunal que ordenara a la Armada Argentina y al Presidente de la Nación –en su carácter de Comandante en Jefe de las tres armas- la remisión de las listas de todas las personas que se encontraron detenidas en la ESMA y que informara sobre su destino final. El tribunal hizo lugar a lo peticionado y solicitó las informaciones requeridas. Por su parte el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) inició entonces una serie de presentaciones judiciales (casos Mignone y Lapacó) destinadas a lograr la continuación de las investigaciones. Estas acciones judiciales se fundaban explícitamente en el Derecho a la Verdad como un derecho subjetivo de los familiares y un derecho colectivo de la sociedad a conocer su historia. Para el supuesto de las víctimas de desaparición forzada, estas presentaciones alegaban también la existencia de un Derecho al Duelo de los familiares, como uno de los pilares de la cultura humana sobre la muerte. Se invocó además el derecho internacional de los derechos humanos, las obligaciones de la República Argentina contenida en los tratados de derechos humanos y la eventual responsabilidad internacional por su incumplimiento. Las presentaciones también se basaron en la Constitución Nacional; si bien ésta no reconoce en forma expresa el derecho a la verdad, se consideró que se trata de uno de los derechos implícitos en la forma republicana de gobierno, contenidos en el artículo 33 de la ley fundamental. El CELS sostuvo que se estaba ante crímenes atroces y aberrantes y que el establecimiento de la verdad era uno de los objetivos fundamentales del proceso penal y no sólo el castigo de los responsables. Se consideró que no existía otra vía más idónea para el establecimiento de la verdad que esta adaptación del procedimiento penal, ya que las acciones civiles no sólo no eran suficientes, sino que estaban destinadas a otros fines, como por ejemplo la reparación. Por su parte, la vía administrativa no contaba por entonces con las facultades institucionales necesarias para impulsar una investigación capaz de esclarecer los hechos. 156 Anexos Luego de algunos avances iniciales, hubo retrocesos importantes y las causas llegaron a la Corte Suprema. En la causa Lapacó ésta afirmó que el proceso penal tenía por fin comprobar la existencia de un hecho punible y descubrir a los autores y que las leyes de punto final y de obediencia debida oponían un obstáculo insalvable a esa pretensión. Dos meses después, en la causa Urteaga, el mismo Tribunal reconocía la existencia del derecho a la verdad, aunque no hubo unanimidad en cuanto el mecanismo institucional que los interesados debían utilizar. Los peticionarios en la causa Lapacó denunciaron al Estado argentino ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), por considerar que con el pronunciamiento de la Corte Suprema en su caso, se había violado tanto el derecho a la verdad como el derecho a la justicia. El caso fue objeto de un procedimiento de solución amistosa, en el marco del cual se acordó lo siguiente: ·DERECHO A LA VERDAD. El Gobierno argentino acepta y garantiza el derecho a la verdad, que consiste en el agotamiento de todos los medios para alcanzar el esclarecimiento acerca de lo sucedido con las personas desaparecidas. Es una obligación de medio, no de resultado, que se mantiene en tanto éste no se alcance, en forma imprescriptible. Particularmente acuerdan este derecho en relación a la desaparición de Alejandra Lapacó. ·COMPETENCIA EXCLUSIVA DE LAS CÁMARAS FEDERALES. El Gobierno argentino gestionará la normativa para que las Cámaras Nacionales en lo Criminal y Correccional Federal de todo el país, tengan competencia exclusiva en todos los casos de averiguación de la verdad, sobre el destino de las personas desaparecidas con anterioridad al 10 de diciembre de 1983, con la única excepción de las causas por secuestro de menores y sustracción de identidad que continuarán según su estado. ·FISCALES ESPECIALES COADYUVANTES.El Gobierno argentino gestionará ante el Ministerio Público Fiscal para que destine un cuerpo de fiscales ad hoc –por lo menos dos- para que actúen en forma coadyuvante, sin desplazar a los naturales, en todas las causas de averiguación de verdad y destino final de personas desaparecidas, a fin de que se alcance una especialización en la búsqueda e interpretación de datos y una mejor centralización y circulación de información entre las causas dispersas. ·SUSPENSIÓN DE LAACCIÓN: La actora congela su acción internacional mientras se cumple el acuerdo4. Los juicios por la búsqueda de la verdad se instruyeron en varias Cámaras de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de distintas jurisdicciones del país. La Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de la Ciudad de Buenos Aires en septiembre del 2003 expresaba que “en el marco de tales procesos se tomaron numerosos testimonios y declaraciones, se formaron más de cien legajos de investigación 4 El acuerdo de solución amistosa fue firmado en Buenos Aires el 15 de noviembre de 1999. Ver CIDH Informe N° 21/00. Caso 12.059 Carmen Aguiar de Lapacó. Argentina, 29 de febrero de 2000. 157 Anexos y se logró establecer a aquella fecha la identidad de más de treinta y cinco víctimas que se encontraban en condición de desaparecidos, a la vez que se pudo concretar la recuperación de los restos mortales para proceder a su entrega a sus allegados en veinte de esos casos.” Por su parte, en la ciudad de La Plata el juicio se inició en 1998 a raíz de una presentación de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de esa Ciudad (APDH La Plata). La Cámara reconoció por unanimidad el derecho a la verdad y resolvió substanciar sus procedimientos en pleno. Esta resolución fue complementada el 7 de abril de 2005, mediante un fallo que si bien limita la investigación a los hechos sucedidos entre el 24 de marzo de 1976 al 10 de diciembre de 1983, autoriza la investigación de hechos anteriores, siempre que ello contribuya a probar hechos ocurridos durante el período de referencia de la dictadura militar. Hasta la fecha se han recibido alrededor de 1000 declaraciones en audiencias orales y públicas y se encuentran en trámite 2.417 causas. En cuatro causas se efectuaron identificaciones y se entregaron los restos a los familiares. Se pudo determinar también la identidad de otros desaparecidos, a partir de los datos recabados en las causas y en la documentación de la Policía de la Provincia de Buenos Aires y de otros organismos, aunque no fue posible entregar los restos a los familiares. En el mes de septiembre ha finalizado la exhumación de restos N.N. en el cementerio de Ezpeleta de la Provincia de Buenos Aires y el EAAF se encuentra a cargo de la identificación. ·El papel del Equipo Argentino de Antropología Forense Desde hace más de una década el EAAF actúa conjuntamente con la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de la Capital Federal y con el Juzgado Federal Numero 3 de Córdoba, en este último caso en relación con las fosas del cementerio de San Vicente. En lo que respecta a la aplicación del derecho a la verdad el EAAF trabaja sobre casos específicos, lo que podría llamarse el establecimiento de la verdad individual –el esclarecimiento de casos- en contraposición a la búsqueda de la verdad global, más referida a situaciones y a procesos que pueden incluir el contexto histórico, político y social de las violaciones a los derechos humanos. Luego de la anulación de las leyes de impunidad, la reciente reapertura de las causas por violación de los derechos humanos tiene consecuencias respecto de la aplicación del derecho a la verdad, ya que si bien no es éste su fin principal, sus implicaciones favorecen el esclarecimiento de hechos interconectados. Por ejemplo el reciente peritaje exitoso de identificación de cinco desparecidos tiene relevancia no sólo como aplicación del derecho a la verdad, en el esclarecimiento del caso de la Iglesia de la Santa Cruz, sino también para la persecución penal ya que ahora forma parte de la causa de la ESMA, a cargo del Juzgado Federal No.12 de la Capital Federal. 158 Anexos DEMOCRACIA, DIREITOS, ARQUIVOS E DOCUMENTAÇÁO Os primeiros arquivos modernos foram formados a partir do século XVI pelas grandes familias nobres, pela Igreja e pelo Estado nascente. Tratava-se, naquele momento, de arquivos «privados» ja que vlsavam preservar documentaçáo que subsidiasse pretensóes dinásticas e religiosas, «direitos» territoriais, enfim, tudo aquilo que garantisse «direitos privados», isto é, privilegios dos grupos dominantes ñas sociedades daquele período. No período que vai do século XVIII ao século XX, com a emergencia da democracia este quadro se alterou. A enunciaçáo dos direitos civis e políticos, sociais e económicos provoca uma mutaçáo na natureza do poder na medida em que o direito é separado de uma instancia divina - corporificada no rei - e fixado no homem em virtude de um contrato escrito: as Constituiçóes. Com o direito estabelecido no homem, em urna natureza presente em cada individuo, emerge’a representaçáo de urna sociedade soberana e ao mesmo tempo dividida, posto que ha o reconhecimento dos diversos modos de existencia, de atividades, de comunicaçáo, cujos efeitos sao indeterminados, bem como ha a descoberta da transversalidade das relacoes sociais, o que em última instancia significa a instituiçáo de urna esfera pública - a sociedade civil - espago do desenrolar da trama dos negocios humanos. Na medida em que o homem nao possui urna natureza estática e imutável, também isto ocorre com a sociedade civil, o que significa dizer que os direitos nao sao imutáveis e permanentes. Ao contrario, a efetivaçáo de direitos conquistados conduziu a reivindicaçáo de novos direitos (LEFORT, Claude. A invençáo democrática: os limites da dominaçáo totalitaria. Sao Paulo, Brasiliense, 1987). Os direitos á ínformaçao e á memoria constituem na sociedade democrática contemporánea, direitos civis, políticos e sociais. Os arquivos tornaram-se públicos, destinados aos cidadáos. A moderna arquivistica é o resultado desta mutaçáo fundamental: trata-se de preservar o direito á informaçáo e ao acesso. O arquivo, enfim, existe para seu usuario, para atender desde a mais «desinteressada» consulta á mais especializada pesquisa. No contexto democrático atual, por ocasiáo do V Fórum Social Mundial, realizado em Porto Alegre (RS) de 26 a 31 de Janeiro de 2005, foi objeto de discussao o papel estratégico dos arquivos da América Latina na garantía de direitos humanos fundamentáis. Naquela ocasiáo e em outras em que a sociedade civil organizada discutiu a questáo, foi consignada a necessidade de pensar de forma sistemática, as referencias sobre o tema da repressáo política em consonancia nos países sul americanos, devendo-se focalizar a importancia do direito á informaçáo e á memoria, cujo alcance dilata os conceitos de transparencia administrativa e de cidadania. O impacto social e político da abertura dos arquivos produzidos pelos regimes repressivos também foi objeto de consideraçáo nessa ocasiáo. Seja para fundamentar acóes de reparagáo, seja para permitir o entendimento do proprio processo histórico vivido pelos latino-americanos ñas últimas décadas do século passado, o acesso aos arquivos assume particular relevancia e preméncia no 159 Anexos ámbito das políticas de proteçáo aos direitos humanos nele invocadas. O conhecimento do passado tem sido praticado, ao longo do tempo, em fungáo de múltiplos interesses. Na maior parte das vezes, a eficacia dessa prática retrospectiva depende da maneira como tais ¡nteresses sao apresentados ou subentendidos, seja para enfatizar o caráter necessariamente comprometido que se atribuí as interpretantes do passado, sobretudo quando pretendem promover valores a serem partilhados ou acentuar rupturas institucionais, seja para distinguir o campo documental como apartado dos embates que caracterizam, via de regra, o entendimento de um tema de nossa historia contemporánea. Ñas sociedades atuais o direito á memoria é compreendido como parte dos direitos dos homens. Nao se trata mais de urna questao restrita á cidadania. O direito á informaçao, com a revoluçáo ocorrida nos arquivos a partir da segunda guerra, transcendeu as fronteiras nacionais. As diferentes leis de acesso, existentes nos países de democracia consolidada, estabelecem que este direito nao existe sementé para questóes nacionais. Na Suécia, cuja lei data de 1944, os cidadáos do mundo tém direito a requerer qualquer documento produzido pelo Estado. Na América, o México é o país onde a questao está mais avançada. Trata-se de um direito referido á própria identidade humana, em que a memoria é um fator fundamental, pois, como proferia Ernest Cassirer, a historia é a esséncia do homem. O homem é um animal histórico que se constrói na historia e que, por sua vez, nao existe sem a memoria. Sao as memorias compartilhadas que constituem a comunidade humana e as sociedades nacionais. Diante da magnitude da questao, o Estado tem o dever de zelar pela preservaçáo e pelo compartilhamento, através da divulgagáo, dos conjuntos documentáis que se encontram sob a sua guarda. E procurar aquele patrimonio documental que, apesar de produzido por ele, encontra-se desconhecido, perdido; No Brasil, o direito de acesso á informagao e á protegáo aos documentos é ratificado na Constituigáo Federal de 1988 em varios de seus Títulos, cabendo destacar os seguintes: Título II - Dos Direitos e Garantías Fundamentáis, Capítulo I - Dos Direitos e Deveres Individuáis e Coletivos - art. 5°, incisos X, XIV, XXXIII, XXXIV, LX, LXXII, LXXIII; Título III - Da Organizado do Estado, Capítulo II - Da Uniáo - art. 23, incisos III e IV; art. 24, Inciso Vil; Título VIII • Da Ordem Social, Capítulo III, Da Educaçáo, Da Cultura e Do Desporto - Secáo II - art. 215 e art. 216, inciso IV e parágrafos 1° e 2°. A Leí n° 8.159 (Lei de Arquivos), de 8 de Janeiro de 1991, que dispoe sobre a política nacional de arquivos públicos e privados para o país, aborda o tema acesso á informaçáo, contemplado em seu Capítulo V - «Do Acesso e do Sigilo dos Documentos Públicos», bem como na Lei n° 9.507, de 12 de novembro de 1997, que regula o direito de acesso a informaçoes e disciplina o rito processual do habeas data. 160 Anexos Recentemente, pela Lei 11.111, promulgada em 2005, que regulamenta a parte final do disposto no inciso XXXIII do art. 5° da Constituiçáo, retomou-se o prazo máximo de sigilo na Lei de Arquivos que havia sido dilatado ao infinito, no governo anterior e criou a Comissao de Averiguaçáo e Análise de Informaçóes Sigilosas, com a finalidade de decidir pela aplicagçáo da ressalva prevista na parte final do inciso XXXIII do art. 5° da Constituiçáo, notadamente no que se refere aos registros classificados no mais alto grau de sigilo - ultra-secreto. O Estado ñas suas diferentes instancias, tem, de fato, o dever de assumir as suas responsabilidades, e estabelecer políticas públicas capazes de criar as condiçóes para que os acervos documentáis sejam localizados, tratados e disponibilizados. O reconhecimento do direito de acesso á informagáo leva, como um desaguadouro natural, á consagraçáo do principio da transparencia administrativa. A disponibilizaçáo das informagóes produzidas e acumuladas pela Administragáo Pública se justifica pelo interesse geral, em virtude dos principios do controle democrático e da igualdade dos cidadáos em relagáo ao Poder Público, bem como porque a confidencialidade administrativa como regra carece de bases jurídicas. A garantía do sigilo é legítima, desde que nao prejudique a administraçáo nem o cidadáo na defesa de seus direitos. As sociedades modernas se constituirán de costas para o passado. Acreditava-se que, diante do futuro, que haveria de ser promissor, o passado era apenas um pretérito imperfeito. Este nao deveria ser referencia para os homens modernos, aqueles que construíam a grande aventura do progresso capitalista, com seu imaginario marcado pelo espetáculo tecnológico, onde o homem era apenas um fator de producáo. Contudo, o futuro chegou e este espetáculo tornou-se pesadelo para milhares de seres humanos. Hoje, as sociedades contemporáneas voltam-se para o passado em busca de auto-explicagáo. Nao ha o que festejar! Trata-se agora de percorrer o passado para tentarmos encontrar, em algum lugar do passado mais que imperfeito, o momento em que o futuro foi empenhado. Desta busca nasceram, nos anos 90, as diferentes ‘comissóes de verdade1 que, da África á América Latina, buscam encontrar as identidades soterradas ñas suas múltiplas memorias. Durante os anos 80 intensificou-se o processo de desmantelamento de regimes políticos repressivos na América Latina, inclusive no Brasil. Com a transiçáo democrática, os arquivos dos organismos de repressao tornaram-se fonte singular como testemunhos da atuaçáo de tais organismos, a servigo do Estado autoritario. As Informaçóes contidas nestes acervos demonstram práticas que foram usadas no exercício das atividades repressivas. Nos tempes atuais, servem como instrumento essencial para o fortalecimento de novas relagoes sociais e, conseqüentemente, para a consolidaçáo do processo democrático. A divulgaçáo dos arquivos da repressáo tem urna inegável ressonáncia social e política, o que aumenta sobremaneira as responsabilidades das instituicóes arquivisticas de guarda, os Arquivos, na gestáo e na preservaçáo adequada de tais conjuntos. O papel destes arquivos nao se esgota apenas no conhecimento 161 Anexos de nossa historia recente. Sua dimensáo é particularmente visível com o uso administrativo das informacóes para o cumprimento de direitos individuáis e coletivos que a democracia proporciona como, por exemplo, a concessáo de indenizaçóes as vítimas da repressáo ou a seus familiares. O Brasil possui um dos maiores acervos documentáis constituidos pelo Estado, entre os quais destacam-se aqueles produzidos nos períodos autoritarios. Sao os arquivos das policías políticas que, desde os anos de 1910, acumularam um impressionante testemunho de como nosso Estado construiu seus adversarios e como tratou em destruí-los, terminando por imprimir a marca do autoritarismo em nossa sociedade. Esses documentos ja estao disponibilizados á pesquisa pública nos diversos arquivos estaduais do país. Agora, faz-se necessário transformar aquilo que foi gerado para negar direitos, em instrumentos de garantía de direitos, em afirmaçáo dos direitos humanos. Entretanto, existe por conhecer um acervo de potencial importancia para o estudo do período, aínda sob a guarda de órgaos e entidades produtores e acumuladores, ou de seus sucessores. Esta documentacáo deve ser objeto de levantamento com vistas á sua desclassificagao do caráter sigiloso e posterior recolhimento as instituiçóes arquivisticas públicas, de seu ámbito de atuaçáo, para receber tratamento técnico adequado á preservaçáo e acesso. Vale destacar, também, a importancia dos acervos documentáis produzidos e acumulados pelas diversas comissóes de reparaçáo, tanto em ámbito federal, junto á Secretaria Especial de Direitos Humanos, da Presidencia da República, como em ámbito dos estados. Tal documentaçáo está se constituindo no mais importante acervo formado por processos que reúnem documentos produzidos pelo aparato repressivo do Estado e por depoimentos das vítimas, organizados por elas ou seus descendentes. Este acervo documental é único na medida em que traduz a memoria vivenciada ou reproduzída por diferentes geraçóes de brasileiros que, ao longo da historia republicana, tiveram as suas vidas atingidas pela açáo repressiva do Estado. Diante de sua magnitude, este acervo deve ser preservado, tratado e disponibilizado para a sociedade. O eixo do debate hoje, sem dúvida nenhuma, nos nossos países, desloca-se da questáo da guarda para a do acesso. Dentro dessa visáo, ganha importancia o intercambio de informacóes entre instituiçóes. Devenios conceber os Arquivos, Centros de Documentaçáo e Investigaçáo, Bibliotecas e Museus, como um lugar destinado ao conhecimento ampio de toda a sociedade. Que deles fagamos o espaço de reflexáo e de visáo panorámica dos problemas em um marco internacional. É nosso dever concentrar os esforgos em objetivos comuns de preservaçáo da memoria dos períodos de regimes ditatoriais e fazermos urna analise da situaçáo dos arquívos de seguransa existentes na América Latina. Esse seminario deve nos dar condicóes teóricas para garantir a irrestrita defesa dos principios democráticos e dos direitos humanos. A importancia dos arquivos da repressáo das ditaduras militares, justificase tanto para a compreensáo do nosso passado recente, como para o 162 Anexos esclarecimento de crimes contra os direitos humanos e para o uso administrativo no exercício dos direitos próprios da democracia. Os documentos existem para também como afirmagao de nossa identidade. A identidade nao está obviamente fora de nos. Conhecer as mais diversas facetas de nossa historia é um processo de internalizaçáo de virtudes e defeitos, de acertos e desacertos que marcaram e marcam a vida de cada ser humano em sociedade. Está mais que na hora de trilharmos o caminho de volta e recuperarmos a identidade de muitos cidadáos dos nossos países. Assim, teremos oportunidade de recuperar e mesmo reescrever um período de nossa historia, nao com sentimento revanchista, mas com o intuito da verdade, como exercício do direito á memoria e para que as práticas intolerantes desses períodos nunca mais acontegam. Firmemos, um compromisso político de serviso á cidadania, de respeito ao direito e as instituiçoes democráticas e, sobretudo, do direito á verdade e á memoria. 163 Anexos Resumen Ejecutivo Comisión de Verdad y Justicia de la República del Paraguay Seminario «Memoria, Verdad v Justicia», Montevideo, 16 al 18 de noviembre de 2005 El 3 de febrero del año 1989, luego del derrocamiento del régimen dictatorial que se prolongó durante 35 años, el Paraguay dio inicio al largo proceso de construcción y fortalecimiento de la democracia y del Estado de Derecho. En este contexto, ese mismo año el Paraguay ratifica el Pacto de San José de Costa Rica, y en el mes de jimio del año 1992, entra en vigencia una nueva Constitución Nacional, que incorpora a su moderna normativa todos los derechos reconocidos y garantizados por los instrumentos internacionales en materia de Derechos Humanos. En el mes de diciembre de ese mismo año, se descubren los archivos policiales de la época dictatorial, conocidos como el «Archivo del Terror», los cuales integran la documentación del Centro de Documentación y Archivo de la Corte Suprema de Justicia. En el año 1996, el Congreso paraguayo aprueba la legislación que permite la reparación a las victimas de la dictadura, y en el año 2000, se produce el nombramiento del Defensor del Pueblo. Asimismo, es de importancia destacar que, por vez primera en su historia, el Paraguay ha sido Miembro de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas durante el periodo 2003-2005, como así también, que un jurista paraguayo es Miembro de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. En la actualidad, el Paraguay es Estado Parte de todos los instrumentos internacionales de Derechos Humanos del Sistema Interamericano, como así también, de la mayoría de los instrumentos internacionales existentes en esta materia., dentro del Sistema de las Naciones Unidas. El proceso mencionado se ha fortalecido más recientemente, con la Ley N° 2.225 del 6 de octubre del año 2003, que crea la Comisión de Verdad y Justicia, la cual está conformada por nueve miembros: 1 representante del Poder Ejecutivo, un representante del Poder Legislativo, cuatro miembros propuestos por el Movimiento Nacional de Víctimas de la Dictadura y tres miembros propuestos por organizaciones de la Sociedad Civil. Entre los objetivos de la Comisión, se destaca la investigación de las violaciones a los Derechos Humanos cometidas en el Paraguay durante el periodo comprendido desde el año 1954 hasta el 2003, tales como desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, torturas y exilios. El mandato de la Comisión comprende, asimismo, preservar la memoria y los testimonios de las víctimas, procurando determinar el paradero de las víctimas a las violaciones de los Derechos Humanos y, en la medida de lo posible, identificar a los victimarios. La responsabilidad principal de la Comisión consiste en la elaboración y presentación de un informe final que esclarezca, de manera oficial, la verdad, y recomendar la adopción de acciones, reformas institucionales, educativas y de otro tipo, a fin de que las mismas sean atendidas por medio de iniciativas leg islativas, políticas y administrativas. Para el cumplimiento de dichos fines, el desafío que enfrenta la Comisión es ciclópeo, ya que debe investigar 49 años de historia (35 años de la dictadura, más 14 años de transición), en un periodo de tiempo de tan sólo 18 meses, prorrogables por 6 meses adicionales. Aún cuando la Comisión, para llevar a cabo todas sus actividades, debe hacer frente a un presupuesto insuficiente, ha logrado instalarse 164 Anexos física e institucionalmente, con el progresivo establecimiento de centros regionales en el interior del país, al tiempo que ha conseguido consolidarse en el ámbito nacional e internacional, con la concreción y ejecución de convenios de cooperación con organismos nacionales e internacionales. Igualmente, se encuentra recopilando una considerable cantidad de testimonios de víctimas de violaciones a los Derechos Humanos, por medio de entrevistas realizadas en la Sede de la Comisión y en distintas localidades del interior del país. 165 Anexos La lucha por la Verdad y la Justicia en Uruguay La República Oriental del Uruguay vivió entre 1973 y 1985 uno de los períodos más traumáticos de su historia. El 27 de junio de 1973 se produjo un quiebre institucional, cuando el entonces Presidente de la República Juan María Bordaverry disolvió las Cámaras Legislativas y las Juntas Departamentales por decreto Nº 464/973. Tres días más tarde fue ilegalizada la central sindical de trabajadores (CNT). El 27 de octubre se produce la intervención de la Universidad de la República, la prisión de su Rector y de varios de sus Decanos. Luego el turno fue a los partidos y movimientos de izquierda, así como a la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay, y el 28 de noviembre se suspende toda actividad política de los demás partidos. “1º) Declárese disueltas la Cámara de Senadores y la Cámara de Representantes; 2º) Créase un Consejo de Estado, integrado por los miembros que oportunamente se designarán; 3º) Prohíbase la divulgación por la prensa oral, escrita y televisiva de todo tipo de información, comentario o grabación que, directa o indirectamente mencione o se refiera a lo dispuesto por el presente decreto atribuyendo propósitos dictatoriales al Poder Ejecutivo, o pueda perturbar la tranquilidad y el orden públicos; 4º) Facúltese a las Fuerzas Armadas y Policiales a adoptar las medidas necesarias para asegurar la prestación ininterrumpida de los servicios públicos; 5º) Comuníquese, etc.”1 . Fue el comienzo de una larga suspensión de libertades y de violaciones a los más elementales derechos humanos según lo denunció en varias oportunidades la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, así como decenas de gobiernos y organismos de Derechos Humanos a lo largo y ancho del mundo y los propios uruguayos/as que por varios miles marcharon al exilio. Por decreto Nº 466/973 se dispuso que el ejercicio del derecho de reunión en lugares abiertos o cerrados, públicos o privados con fines políticos sólo podrá ejercerse con previa autorización. El decreto Nº 1.207 del 30 de noviembre de 1973, agregó que el derecho de reunión en lugares abiertos o cerrados, públicos o privados, por parte de estudiantes, sólo podrá ejercerse con previa autorización del Poder Ejecutivo mientras permanezcan las circunstancias que motivara el decreto. La resolución Nº 1.804 del 15 de octubre de 1973 estableció la censura previa a todo despacho de prensa emitido hacia el exterior. La Comisión Internacional de Juristas señaló: “La situación de los Derechos Humanos en Uruguay es muy grave... una represión política muy dura, con varios miles de detenidos, algunos de los cuales murieron durante la detención. En un primer momento se dirigió contra los grupos de guerrilla urbana (...) y continuó contra otros sectores de izquierda y, posteriormente, se extendió hasta reprimir todo tipo de manifestación política de oposición al gobierno. Actualmente, es el país que ostenta el triste honor de tener en sus cárceles y campos de internación el mayor número relativo de prisioneros políticos de toda América Latina” 2 . 166 Anexos El nuevo régimen instaurado en 1973 se fundó en la Doctrina de la Seguridad Nacional cuyo primer elemento de destaque es su concepción bipolar del mundo, donde divide a los actores en dos campos nítidamente diferenciados. Cada uno representa concepciones del mundo diferentes y excluyentes. Por un lado identifica, la civilización occidental y cristiana, que refleja el estilo de vida tradicional fundado en el valor de la libertad personal, la propiedad privada y la democracia, y por otro lado, el comunismo internacional, que representa (para esta concepción) la aniquilación de las libertades y de la propiedad privada. La dictadura del 73 se ubica en el polo occidental, cristiano y capitalista. Es el polo orientado por los Estados Unidos de América. “La guerra actual es distinta. Están enfrentados bloques. ¿Cómo se pelean y se enfrentan esos bloques? A través de estos estados de subversión, infiltrándose en los distintos países. Basta mirar el mapa del mundo para darse cuenta cómo el marxismo – leninismo ha ido acaparando países sin gastar un solo tiro. ¿Por qué? Porque se ha infiltrado por dentro. Ha hecho la revolución interna y se ha apropiado del gobierno”3 . A partir de 1976 el gobierno uruguayo procedió a una “depuración política e ideológica” de todas las personas que trabajaban en la administración pública, incluyendo a la enseñanza, a través de un recurso administrativo: la obtención de un certificado policial que acreditaba la afiliación “democrática” de los ciudadanos. Todos los uruguayos fueron calificados, de acuerdo con los antecedentes policiales y militares, en tres categorías A, B y C. De acuerdo con las mismas, las personas quedaban habilitadas para continuar o ingresar en cualquier cargo público o privado en empresas o instituciones de cierta importancia. El retorno a la democracia se logró en marzo de 1985 con la asunción a la Presidencia de la República del Dr. Julio María Sanguinetti. El tema de las violaciones a los Derechos Humanos acaparó el centro de atención política de la nueva etapa institucional del país. A pocos días de instaurarse el nuevo gobierno se promulgó la llamada “Ley de Reconciliación Nacional” Nº 15.737 por la cual se amnistió a los presos políticos y se conmutó la pena a aquellos que hubieren cometido delitos de sangre. La totalidad de los procesados por la llamada Justicia Militar fueron liberados. De igual forma los uruguayos en el exilio podían retornar al país sin problemas. Art. 1º de la Ley 15.737: “Decrétese la amnistía de todos los delitos políticos, comunes y militares conexos con éstos, cometidos a partir del 1 de enero de 1962. Respeto a los autores y coautores de delitos de homicidio intencional consumados, la amnistía sólo operará a los fines de habilitar la revisión de las sentencias en los términos previstos en el artículo 90 de esta ley” Art. 9º: “Los Tribunales de Apelaciones de lo Penal... procederán a la liquidación de la nueva pena en la proporción de tres días de pena por cada día de privación de libertad efectivamente sufrida”. En esta amnistía se excluyó expresamente a los funcionarios sean militares o policiales que hubiesen participado en violaciones a derechos humanos. 167 Anexos Art. 5 de la Ley Nº 15.737: “Quedan excluidos de la amnistía los delitos cometidos por funcionarios policiales o militares, equiparados o asimilados, que fueron autores, coautores o cómplices de tratamientos inhumanos, crueles o degradantes de la detención de personas luego desaparecidas, y por quienes hubieren encubierto cualquiera de dichas conductas. Esta exclusión se extiende asimismo, a todos los delitos cometidos aun por móviles políticos, por personas que hubieren actuado amparadas por el poder del Estado en cualquier forma o desde cargos de gobierno”. Por una norma promulgada inmediatamente después, llamada “Ley de Convalidación, Derogación y Anulación de Normas del Gobierno de Facto” Nº 15.738, se ajustó el régimen normativo de facto a uno de derecho. El Parlamento comenzó a discutir un proyecto de ley, que en el mismo año 85 se sancionó, por el cual se restituyó en sus funciones en la administración pública a los destituidos por persecución política, así como a los docentes en igual situación. Luego de un amplio debate y en momentos en que la justicia se prestaba a citar a militares acusados de violaciones a los derechos humanos, el 22 de diciembre de 1986 fue aprobada por el parlamento la llamada “Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado” Nº 15.848. Dicha ley deja sin efecto la acción de la Justicia frente a los delitos que implican violaciones a los derechos humanos cometidos en el período comprendido hasta el 1º de marzo de 1985 por personal militar o asimilado, exceptuando aquellos delitos de carácter económico. Art. 1º de la Ley Nº 15.848: “Reconócele que, como consecuencia de la lógica de los hechos originados por el acuerdo celebrado entre partidos políticos y las Fuerzas Armadas en agosto de 1984 y a efecto de concluir la transición hacia la plena vigencia del orden constitucional, ha caducado el ejercicio de la pretensión punitiva del Estado respecto de los delitos cometidos hasta el 1º de marzo de 1985 por funcionarios militares y policiales, equiparados y asimilados por móviles políticos o en ocasión del cumplimiento de, sus funciones y en ocasión de acciones ordenadas por los mandos que actuaron durante el período de facto”. En el artículo 4º de dicha ley se establecía que el Poder Ejecutivo debería investigar los presuntos casos de situaciones de desapariciones así como el de menores presuntamente secuestrados. Esta investigación nunca se llevó a cabo en forma seria, imparcial y de buena fe. Poco tiempo después de sancionada la ley, se creó la “Comisión Nacional Pro Referéndum”4 con el objeto de someter a plebiscito la Ley de Caducidad. El mecanismo constitucional, previsto en su artículo 79 consiste en obtener dentro del plazo de un año, la voluntad expresa en ese sentido del veinticinco por ciento del cuerpo electoral5 . El 16 de abril de 1989 la ciudadanía fue convocada para decidir la vigencia o no de la ley, siendo ratificada y por lo tanto quedo firme. Por este acuerdo en Uruguay no habría juicio penal ni castigo alguno para ningún responsable de violaciones de los derechos humanos. 168 Anexos La búsqueda de la verdad Para el presente trabajo hemos decidido incluir lo elaborado en el ámbito estatal y en organismos no gubernamentales. “Las Comisiones de la Verdad, independientemente de su naturaleza, denominación, funciones y resultado concreto, han sido uno de los instrumentos de las noveles democracias a posteriori de los regímenes militares en el Cono Sur, para abordar la verdad sobre su pasado reciente de Terrorismo de Estado y construir una memoria viva para que estos hechos no vuelvan a repetirse”6 . Desde la iniciativa privada, dos informes merecen nuestra atención por el rigor en su elaboración y el cúmulo de información que aporta. Ellos son: “Uruguay Nunca Más – Informe sobre la Violación a los Derechos Humanos 1972 - 1985” editado en febrero de 1989 por el Servicio Paz y Justicia de Uruguay (SERPAJ), y “A todos ellos” de diciembre de 2004 de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos. En el ámbito del Estado, desde 1985 a la fecha, varios y con diversa efectividad han sido los instrumentos de búsqueda de verdad. Comisiones Investigadoras Parlamentarias (Comisión Investigadora sobre la Desaparición de Personas; Comisión Investigadora sobre los asesinatos de Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz; Comisión Investigadora sobre la desaparición de Elena Quinteros); Informe del Fiscal Militar José Sambucetti; Comisión para la Paz; Informes Militares del año 2005. El objetivo de estas comisiones fue establecer un relato sobre el pasado reciente de las violaciones a los Derechos Humanos, recurriendo a diferentes fuentes. Una de sus principales debilidades fue carecer del poder coactivo contra aquel que no se presentara voluntariamente a testificar y no disponer de acceso a documentación oficial. -5 Uruguay Nunca Más. Informe sobre la Violación a los Derechos Humanos (1972 – 1985) Elaborado por el Servicio Paz y Justicia fue editado por primera vez en febrero de 1989, siendo el Prof. Francisco Bustamante quien supervisó a un grupo multidisciplinar de abogados, médicos y especialista en derechos humanos y en la redacción final del informe. Consta de una introducción y tres partes: 1) el proceso histórico; 2) la practica del Terrorismo de Estado; 3) los derechos políticos, sociales y culturales; el exilio; y las secuelas del Terrorismo de Estado. Como anexo hay un listado de uruguayos muertos en prisión, en enfrentamientos (civiles y militares/ policiales), y otro de detenidos desaparecidos en nuestro país y el extranjero. Para su realización se utilizaron 313 entrevistas a ex presos políticos así como denuncias de familiares de víctimas del Terrorismo de Estado. En el capítulo “Palabras Finales” se escribe: “Este nunca más es una vuelta fulgurante y compasiva hacia tanta miseria y dolor, hacia la pesadumbre y la desesperanza acumuladas sobre tantos seres indefensos. Pasados los años 169 Anexos tenemos que convocar a esas sombras dolorosas que, faltas de reposo, buscan un abrigo en nuestra memoria. ¿Acaso habrá que cerrar para siempre, habrá que olvidar, a estos ojos que suplicaron, espantados, un mínimo de justicia? ¡No! Verdad y Justicia es lo que reclaman, y escribir ha sido para nosotros una contribución a esa causa. Nuestro acto de escritura ha querido forzar los límites que el arrogante poder de la muerte nos impone”. - A todos ellos. Informe de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos Elaborado por el grupo de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos fue presentado públicamente el 10 de diciembre de 2004. Es un trabajo colectivo que analiza caso a caso la situación de secuestro y desaparición de los uruguayos desaparecidos en nuestro país y en Argentina, Chile, Bolivia y Paraguay. Un capítulo especial recoge la información existente sobre los niños secuestrados y desaparecidos. El informe intenta acercar respuestas a las interrogantes planteadas por el Grupo: ¿Cuándo, dónde, cómo, por qué, quién? En el anexo 1 se incluye un listado de represores denunciados en testimonios de víctimas, corroboradas sus identidades con la utilización de otras fuentes (escalafones militares, etc.). También se brinda una descripción de lugares de detención clandestina y de unidades militares donde fueron alojados los detenidos luego desaparecidos, así como los nombres de los militares al mando de esos centros. En el capítulo final del informe se concluye: “A través del presente informe, hemos demostrado que detrás de cada nombre de un desaparecido hay una persona con historia, con humanas venturas y desventuras. El saber qué pasó con ellos es parte de la reconstrucción de la Memoria, restituyéndoles la verdad secuestrada, pero no perdida. Ese saber más es una forma de reacción frente al despotismo, un contribuir a derrotar el discurso prepotente y justificador del avasallamiento de la dignidad humana. El objetivo, tantas veces manifestado, es el Nunca Más. Nunca más dictadura, nunca más detenciones arbitrarias y torturas, nunca más exilios, nunca más asesinatos, nunca más desaparecidos. El saber más, estamos convencidos, ayuda a forjar la conciencia y el compromiso de los integrantes de la sociedad, para que en el futuro no se repitan las atrocidades que nos tocó vivir en el pasado reciente”7 . Informes Parlamentarios8 Los trabajos de las tres comisiones parlamentarias fueron secretos o reservados, siguiendo la normativa vigente, y si bien el debate parlamentario sobre las conclusiones de las mismas fue publico, el trabajo de fondo no fue difundido en forma oficial y masiva. Estas no contaron con la colaboración del Poder Ejecutivo, solamente con testimonios voluntarios por lo que sus capacidades de investigación fueron mínimas y no se llegó a conclusiones definitivas. 170 Anexos Los antecedentes fueron enviados al Poder Judicial que, para cumplir con la Ley de Caducidad, solicitaba al Poder Ejecutivo que informase si los hechos denunciados estaban en el marco de dicha ley. El Presidente de la República sostuvo siempre que las denuncias estaban comprendidas en la ley, por lo que nada se pudo investigar en los tribunales. -Comisión Investigadora sobre la situación de las Personas Desaparecidos y hechos que la motivaron9 . Actuó en el período que va del 9 de abril de 1985 al 4 de noviembre de ese mismo año. Creada en el ámbito de la Cámara de Representantes, estuvo integrada por 11 miembros. Su mandato fue “esclarecer la situación de las personas desaparecidas y de los hechos que la motivaron”. La Comisión presentó su informe final el 4 de noviembre de 198510 . De integración plural en lo político, se rigió por la normativa vigente para el trabajo de las comisiones investigadoras parlamentarias. Su objeto de estudio no implicó modificaciones de índole alguna. Para realizar su tarea dividió en dos áreas el trabajo: los casos denunciados de personas desaparecidas en Uruguay y las desaparecidas en el extranjero, particularmente en Argentina. Se convocó por la prensa de la capital a todo aquél que tuviera conocimiento de los hechos para que lo comunicara a la misma. De sus conclusiones se registra 164 desapariciones denunciadas, de las cuales 118 son hombres, 38 mujeres y 8 niños. De estas desapariciones, 32 ocurrieron en nuestro país, 127 en Argentina, 3 en Chile y 2 en Paraguay. De los testimonios presentados surge a consideración de la Comisión una “clara vinculación de las desapariciones ocurridas en ambos territorios (Uruguay y Argentina) y la presencia de militares uruguayos, identificados en algunos casos, en las desapariciones operadas en la Argentina, apareciendo muchos de ellos a su vez vinculados a casos de desapariciones en nuestro país”. Se reconoce la práctica de la tortura como el denominador común que tuvieron que soportar los secuestrados – desaparecidos. Un punto de destaque mereció los casos de los niños desaparecidos: “La Comisión concluye en que muchos de ellos fueron entregados a familiares de los integrantes del mismo aparato represor”. Las actuaciones de la Comisión fueron enviadas al Poder Judicial y al Poder Ejecutivo con la nómina de Oficiales de las Fuerzas Armadas y Policiales que figuran denunciados como violadores de los derechos humanos. 171 Anexos Las actuaciones judiciales posteriores concluyeron en el archivo de la denuncia judicial, puesto que el Poder Ejecutivo entendió que los hechos planteados estaban comprendidos en el artículo 1º de la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado. -Comisión Investigadora sobre Secuestro y Asesinato perpetrados contra los ex legisladores Héctor Gutiérrez Ruiz y Zelmar Michelini. Esta comisión actuó en el período que va del 9 de abril de 1985 al 13 de octubre de 1997. Creada en el ámbito de la Cámara de Representantes, estuvo integrada por 11 miembros, con representación en ella de todos los lemas partidarios. Su mandato fue el esclarecimiento del secuestro y asesinato perpetrados contra los ex legisladores Héctor Gutiérrez Ruiz, presidente de la Cámara de Representantes en el año del golpe de Estado, y Zelmar Michelini, senador, en la ciudad de Buenos Aires, en mayo de 1976. Ambos fueron secuestrados el 18 de mayo de 1976 por la noche en sus respectivos domicilios. El 21 de mayo, tres días después, fueron encontrados sus cuerpos en un auto, junto al de Rosario Barredo y William Whitelaw11 , uruguayos exiliados en el vecino país, con signos de haber sido torturados y asesinados de un balazo en la cabeza. La comisión recibió numerosos testimonios y consultó los expedientes judiciales argentinos, entre otros, de la llamada “Causa 13“ conocida también como “Causa grande”. En tres ocasiones delegaciones de la comisión se trasladaron a la Argentina en búsqueda de mayor información. La comisión llegó a las siguientes conclusiones: 1º) “Los secuestros y asesinatos de Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz, y los de las personas cuyos cadáveres aparecieron conjuntamente con los nombrados, fueron efectuados por delincuentes que dependían operacionalmente del Ejército Argentino”. “Esta Comisión no ha reunido prueba de participación directa, en los secuestros y homicidios, de personas de nacionalidad oriental”12 . 2º) La actitud de quienes actuaban en el gobierno de la República sindicó a las víctimas como enemigos del régimen imperante lo que provocó un grave peligro. El desinterés manifiesto por las autoridades configuró una grave e inocultable responsabilidad, para la Comisión. 3º) La Comisión constató la existencia de actividades represivas ilícitas, con participación uruguayo y argentino en una época muy próxima a los homicidios. Por unanimidad, se resolvió la remisión de los antecedentes a la justicia penal. En segundo término se aprobó por mayoría el informe de la Comisión que entre otras cosas afirmó la existencia de una coordinación represiva entre Uruguay y Argentina13 . El expediente judicial fue archivado en marzo de 1989, por decisión del Poder Ejecutivo, en virtud de considerar al caso comprendido en la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado. En marzo de 2005 el Presidente de la República anunció que estos casos quedaban fuera de la competencia de dicha ley. 172 Anexos -Comisión Investigadora relacionada con la actuación del Dr. Juan Carlos Blanco al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores en el caso de la Sra. Elena Quinteros14 . Esta comisión actuó en el período que va del 20 de junio de 1990 al 7 de setiembre del mismo año. Creada en el ámbito de la Cámara de Senadores, estuvo integrada por siete miembros, con representación en ella de todos los lemas partidarios. Su mandato fue establecer si cupo responsabilidad al senador Dr. Juan Carlos Blanco, canciller de la República en la fecha del secuestro y posterior desaparición de la maestra Elena Quinteros, de los jardines de la embajada de Venezuela. Quedaron expresamente excluidos de las funciones de esta comisión indagar acerca de la suerte corrida posteriormente por Elena Quinteros. Los elementos que pudo obtener esta comisión estuvieron basados en la investigación documental, recepción de testimonios y las respuestas a solicitudes de informes a reparticiones estatales, principalmente actuaciones y actas del servicio exterior ante organismos internacionales. La maestra Elena Quinteros15 estando detenida argumentó el hecho de tener un contacto en una calle con un compañero y logra convencer a sus captores de ser conducida a una zona próxima a la sede diplomática de Venezuela. El 28 de junio de 1976 salta el muro perimetral de la Embajada, siendo secuestrada por personal policial/militar. Fueron agredidos funcionarios de la embajada que intentaron ayudar a la Sra. Quinteros lo que motivó la ruptura de relaciones diplomáticas16 hasta el restablecimiento de la democracia en 1985. Una pieza central en esta investigación fue la realizada dentro del Ministerio de Relaciones Exteriores17 por la Dra. Luján Flores de Sapriza en 1987, quien aportó un memorándum secreto de fecha 2 de julio de 1976 donde se analizaban las ventajas y desventajas de entregar o no a Elena Quinteros a las autoridades de Venezuela que exigían respetar el derecho de asilo. Ese memorándum había sido preparado para una reunión del Consejo de Seguridad Nacional integrado, entre otros, por el Presidente de la República, el Ministro de Relaciones Exteriores y la Junta de Comandantes en Jefe. La decisión de la dictadura fue desconocer la detención de Quinteros y darla por desaparecida. Los días 6 y 7 de setiembre de 1990, fueron considerados los informes sobre los hechos analizados por la comisión parlamentaria. El Senado de la República aprobó la resolución del informe en mayoría: “Declárase que no hay lugar a la formación de causa ni a declarar suspendido en sus funciones al señor senador Juan Carlos Blanco”18 . Por consiguiente, no pudo ser considerada la moción presentada sobre el pase de los antecedentes a la Justicia. Igualmente, un grupo de senadores de todos los partidos políticos con representación parlamentaria resolvió la presentación de la denuncia ante la Justicia Penal19 . 173 Anexos Informes del Poder Ejecutivo -Informe del Fiscal Militar Cnel. José Sambucetti En mayo de 1987 el entonces Ministro de Defensa Nacional del gobierno del Dr. Julio María Sanguinetti, Dr. Juan Vicente Chiarino designó al fiscal militar Cnel. José Sambucetti para que cumpliera con lo establecido por el artículo 4º de la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado. En julio se conocieron los resultados del llamado “Informe Sambucetti”: no hay pruebas de desaparición de personas en el Uruguay. En sus conclusiones se destaca que no se constata la participación de personal militar o policial en los casos denunciados. Para este informe no hubo investigación, ni se procuraron pruebas, ni se realizaron careos, el trabajo del Fiscal Militar Sambucetti se limitó a un interrogatorio sin repreguntas a sus subordinados que respondían invariablemente “no tener conocimiento de absolutamente nada”. -Comisión Para la Paz La Comisión para la Paz fue creada por resolución Nº 858 del Presidente de la República Dr. Jorge Batlle el 9 agosto del 2000. Su integración fue a título personal pero existió un equilibrio partidario entre sus integrantes, incluyendo también a personalidades del ámbito social. Fueron sus miembros: Presidente Monseñor Nicolás Cottugno (Arzobispo de Montevideo), Dr. Carlos Ramela (Partido Colorado), Dr. José Claudio Williman (Partido Nacional), Dr. Gonzalo Fernández (Frente Amplio), Padre Luis Pérez Aguirre S.J. (vinculado al grupo de Madres y Familiares de Uruguayos Desaparecidos) y José D’Elia (Presidente Honorario del PIT – CNT). Ante el fallecimiento del padre Pérez Aguirre su lugar fue ocupado por el Padre Jorge Osorio. La fundamentación se plasma en los considerandos del decreto presidencial: “se entiende necesario, para consolidar la pacificación nacional y sellar para siempre la paz entre los uruguayos, dar los pasos posibles para determinar la situación de los detenidos – desaparecidos”. “Ello constituye una obligación ética del Estado y una tarea imprescindible para preservar la memoria histórica, que permitirá, además, generar las condiciones necesarias para aprobar, en su momento, las medidas legales que correspondan para reparar las situaciones que se consideren”. Su mandato se limitó a la situación de los detenidos desaparecidos durante el régimen de facto y su trabajo se rigió por la confidencialidad de sus fuentes, debiendo informar sólo al Presidente de la República. En el artículo 1º de la resolución presidencial se estableció su objetivo: “recibir, analizar, clasificar y recopilar información sobre las desapariciones forzadas ocurridas durante el régimen de facto”. El artículo 3º establece su modalidad: “La Comisión tendrá las más amplias facultades para recibir documentos y testimonios, debiendo mantener 174 Anexos estricta reserva sobre sus actuaciones y la absoluta confidencialidad de las fuentes de donde resulte la información obtenida”. La Comisión tuvo facultades para recibir documentos y testimonios pero no tuvo potestades de orden coercitivo. Se entrevistó a integrantes de las fuerzas policiales y de las Fuerzas Armadas que actuaron en la época de estudio y se apeló “únicamente a su poder de persuasión, tratando de convencer a aquellos policías y militares para que aportaran en forma voluntaria la información a su alcance”20 . Dividió su trabajo según la localización territorial donde se produjo el secuestro de la persona denunciada presumiblemente desaparecida. En las consideraciones finales se afirma como confirmados 26 casos de personas desaparecidas secuestradas en Uruguay. “Fueron detenidas en procedimientos no oficiales o no reconocidos como tales, sometidas a apremios físicos y torturas en centros clandestinos de detención y fallecieron, como consecuencia de los castigos recibidos –en la enorme mayoría de los casos- o como consecuencia directa de actos y acciones tendientes a provocar su muerte en algún caso excepcional”. Un considerando sobre los antecedentes políticos de las personas desaparecidas hecha por tierra un discurso sostenido por los defensores del régimen cívico – militar: “la enorme mayoría de ellas no participaba en forma directa en actos de violencia ni integraban organizaciones subversivas. La fecha de sus muertes pone de manifiesto, por su parte, que la mayoría de ellas se verificaron después que la sedición había sido desarticulada y derrotada y cuando sus integrantes se hallaban detenidos en establecimientos de reclusión”. Los restos de estas 26 personas de acuerdo a lo recogido por la Comisión habrían sido –24 en total – enterrados en dependencias de las Fuerzas Armadas. Hacia fines de 1984 habrían sido exhumados e incinerados o cremados mediante la utilización de calderas u horno de fabricación informal y arrojados al Río de la Plata. Los otros dos cuerpos, uno fue rescatado de la zona del Lago de Rincón del Bonete (Dpto. de Tacuarembo). El restante habría sido enterrado en el departamento de Maldonado. También analizó los casos denunciados de uruguayos secuestrados en el extranjero, se elaboró una lista que da cuenta de 182 desaparecidos en la República Argentina, 2 en Paraguay, 1 en Bolivia y 7 en Chile. De su informe, aprobado por decreto Nº 146/003 de 16 de abril de 2003, se desprende el primer listado oficial que el Estado uruguayo reconoce de detenidos – desaparecidos. El Informe Final fue hecho publico por diferentes medios de prensa; además en particular a cada familiar le fue entregado otro con las conclusiones a que arribaron en el caso concreto denunciado. Con la colaboración del Equipo Argentino de Antropología Forense se logró poder ubicar cómo fallecieron 13 ciudadanos uruguayos, donde fueron sepultados y qué pasó con sus restos. En algún caso se los pudo repatriar. 175 Anexos Confirma que 5 extranjeros fueron secuestrados en territorio uruguayo en operativos no oficiales o no reconocidos como oficiales. Reconoce como confirmada una denuncia de que una mujer detenida en Argentina fue trasladada a Uruguay donde dio a luz una hija que le fue quitada y entregada a una familia uruguaya. Por resolución presidencial fue creada una Secretaría de Seguimiento el 10 de abril de 2003, que en el Informe Final de la Comisión para la Paz especifica sus competencias: “naturaleza estrictamente administrativa, que actúe en el seguimiento y apoyo de los procesos y trámites pendientes”. Entre los trámites previstos a seguir se estipuló: “cotejos y pericias decadactilares en trámite, rectificación de partidas de defunción, procesos de exhumación de cuerpos enterrados en tumbas NN y eventuales repatriaciones de nuevos restos a nuestro país”. Presidencia del Dr. Tabaré Vázquez La llegada al gobierno del Dr. Tabaré Vázquez marcó un cambio en el énfasis de la resolución del tema de las violaciones a los derechos humanos acontecidos durante la dictadura cívica – militar y la búsqueda de la verdad y la justicia. En el discurso inaugural de su mandato el 1º de marzo de 2005 definió las líneas principales que sobre el tema encararía su gobierno: “Con la verdad buscaremos que nuestra sociedad recupere la paz, la justicia y sobre todo que el horror de otras épocas nunca más vuelva a pasar. Nunca más”21 . El mismo 1º de marzo en horas de la noche en el discurso público en las escalinatas del Palacio Legislativa amplió su visión sobre el tema: “Nuestro gobierno cumplirá el mandato establecido en el artículo 4º de la Ley Nº 15.848, procurando agotar la investigación sobre lo sucedido con los detenidos – desaparecidos e investigando al efecto en los establecimientos militares correspondientes”. El Presidente Vázquez estableció la necesidad de dar a conocer lo sucedido: “Se publicará lo que se sabe, se publicará lo que se conoce, no con el fin de alimentar odios, no con el fin de llevar a nadie frente a la Justicia, fuera de los que establece la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado, sino para que lo que pasó nunca más en el Uruguay”. Otro aspecto innovador del nuevo gobierno ha sido el considerar fuera del alcance de la ley de Caducidad los casos de María Claudia García Irureta Goyena de Gelman y los asesinatos de los ex legisladores Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz. Recientemente incluyó fuera de la competencia de la ley 15.848 los casos de Washington Barrios, Gerardo Gatti y Simón Riquelo (uruguayos secuestrados y desaparecidos en territorio argentino). La Secretaría de Seguimiento creada en la Administración Batlle como soporte administrativo de la Comisión para la Paz tuvo una intensa actuación en el 2005. En acuerdo a sus competencias continuó su trabajo, en conexión con el Gobierno de la República Argentina; con el Instituto de Antropología Forense 176 Anexos de Argentina; con instituciones chilenas como la Iglesia Católica y el Juzgado actuante en causas de uruguayos desaparecidos en aquel país; etc. Una nueva tarea le asignó la Ley Nº 17.894 de Declaración de Ausencia por Desaparición Forzada22 aprobada por nuestro parlamento el 14 de setiembre de 2005: la entrega de un certificado de ausencia a los familiares de los detenidos desaparecidos. -Informes Militares 200523 En el correr del año fueron presentados al Presidente de la República 4 informes, correspondientes al Ejército, Fuerza Aérea y dos de la Armada Nacional. a)Informe del Ejército Nacional (8 de agosto de 2005) La metodología utilizada fue la entrevista voluntaria a personal militar actuante en la época, información publica, documentos referidos a las personas involucradas en archivos del SID y OCOA (organismos involucrados fundamentalmente, hoy disueltos) e información anónima recibida por escrito. Se reconoce el ocultamiento realizado frente a la muerte de algunos detenidos. Con respecto a los restos de “los detenidos fallecidos y sepultados en predios militares, en el año 1984, se posee la convicción que se procedió a su exhumación, cremación en hornos artesanales, completándose por trituración lo que no fue posible cremar”. b)Informe de la Fuerza Aérea (8 de agosto de 2005) Hace referencia a la suerte corrida por dos uruguayos desaparecidos reconociendo su detención por parte de personal de dicha fuerza y enterrados en una chacra particular cerca de Montevideo; y de operaciones aéreas en que se transportaron personas detenidas en Buenos Aires con destino Montevideo. En relación con vuelos se mencionan dos (el primero el 24 de julio, el siguiente el 5 de octubre de 1976) ambos ordenados por el SID (Servicio de Información de Defensa). c)1º Informe de la Armada Nacional (8 de agosto de 2005) La información obtenida provino de entrevistas con ex integrantes de la fuerza y análisis de archivos existentes en el arma En el punto 2 del Informe especifica el modus operandi de las fuerzas represivas “la forma de operar de as Fuerzas Conjuntas varió, pequeños grupos en forma compartimentado, utilizando seudónimos y de civil”. En referencias a los uruguayos secuestrados y desaparecidos en territorio nacional (26 casos) declara que ninguno involucra a la Armada Nacional. 177 Anexos d)2º Informe de la Armada Nacional (6 de octubre de 2005) La información recabada surge de datos de archivo, investigaciones llevadas a cabo por los Almirantes y entrevistas a oficiales y subalternos quienes revistieron en la época24 . La transcendencia de este segundo informe radica en el reconocimiento y entrega de material documental, hasta ahora considerado perdido, que revela el plan operativo de varios de los secuestros ocurridos en Argentina y actas de interrogatorio a siete uruguayos detenidos desaparecidos. Así mismo se reconoce la detención y posterior entrega a la ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada de Argentina) del ciudadano de dicho país Oscar De Gregorio previa coordinación gubernamental, operación realiza en estricto secreto y que condujo a la desaparición del mismo. Conclusiones finales La búsqueda de verdad y justicia en el Uruguay pos dictatorial ha sido lenta, plagada de dificultades e incertidumbres, pero constante. Un reclamo ciudadano, por momento silencioso y otro estruendoso, acompaño la lucha por el derecho a saber. En Uruguay se fue construyendo una cultura del silencio, alentada desde ámbitos gubernamentales, que se vio respaldada por la aprobación de la llamada ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado en el año 1989, una verdadera ley de impunidad que excluyó a violadores de los derechos humanos de comparecer ante los tribunales de justicia y que con una interpretación maximalista realizada por diferentes gobiernos imposibilitó la investigación de los hechos denunciados. La construcción de una memoria colectiva, entendida como un conjunto de recuerdos de experiencias, hechos, ideas y personas de las cuales aprendemos en un doble sentido, una negación “nunca más” volver a repetirlo y un aspecto positivo “más y mejor calidad de democracia”, es una necesidad de nuestra sociedad. Vivimos en un mundo donde lo único seguro es la incertidumbre. La construcción de puentes entre presente y pasado al acercarnos críticamente al pasado reciente nos garantiza una cimentación profunda y fuerte del futuro. La identidad nacional, como sociedad y nación, se fortalece en la edificación fundada en valores de solidaridad, tolerancia, respeto al prójimo, vigencia plena de los derechos humanos. Los instrumentos utilizados en la búsqueda de verdad han sido variados y por momentos escasos, con una efectividad que no ha contado con el beneplácito de familiares de las víctimas ni de la sociedad que con el transcurrir del tiempo a mostrado más y mayores necesidades de conocer su pasado reciente y enfrentar críticamente las actuaciones de los diferentes actores. 178 Anexos La profundidad en la investigación del pasado reciente esta íntimamente ligada a la realidad política, donde el empeño de los gobernantes determina en buena medida el éxito o no de los esfuerzos. El accionar compartimentado de las fuerzas actuantes, el sentimiento de impunidad que rodeo todas las actuaciones, así como la dificultada en la ubicación de documentos escritos conspiran en el logro de rápidos éxitos. El nuevo gobierno encabezado por el Dr. Tabaré Vázquez ha mostrado, en el corto laxo de su administración, voluntad política en profundizar la búsqueda de verdad, justicia y por ende de la memoria. Diversas acciones han impulsado su gobierno y su fuerza política, desde el Poder Ejecutivo y desde el Poder Legislativo. Excavaciones en los regimientos militares Nº 13 y 14 y chacra que fuera de la Fuerza Aérea denunciados por familiares de desaparecidos y por la Comisión para la Paz como lugares de enterramiento de detenidos; exigencia a los mandos militares de aportar toda la información disponible; entrega de documentación existente en los Ministerios de Relaciones Exteriores y del Interior a familiares de víctimas y organizaciones de Derechos Humanos; aprobación de ley sobre ausencia por desaparición forzada de personas. Los informes de las Comisiones parlamentarias y en especial el de la Comisión para la Paz son por sí mismo reparadores, a pesar de las limitaciones ya expuestas. Han reconocido a las víctimas en su calidad de tales y a sus núcleos familiares, recuperando la dignidad de la persona y restituyendo su entidad ciudadana. Fueron un instrumento útil para la construcción de la memoria colectiva en una sociedad fragmentada y golpeada por las prácticas del Terrorismo de Estado y la ruptura de las reglas de convivencia democrática que han sido orgullo de nuestro país desde la Revolución Artiguista al presente. La construcción de Memoria fundada en la Verdad de los hechos es una tarea de construcción permanente, nuestro pueblo ya comenzó a edificarla. Su resultado será un presente – futuro de Justicia. Anexo Ley de ausencia por desaparición forzada. Fue aprobada el 14 de setiembre de 2005. Establece en su artículo 1º “declárese ausentes por causa de desaparición forzada a las personas cuyo desaparecimiento dentro del territorio nacional resultó confirmado en el Anexo 3.1 del Informe Final que produjo la Comisión para la Paz, creada por resolución de la Presidencia de la República Nº 858/000, de 9 de agosto de 2000, de 16 de abril de 2003. Asimismo, estarán comprendidos aquellos casos iniciados por la Comisión para la Paz que el Poder Ejecutivo resuelva, previo informe de la Secretaría de Seguimiento creada por resolución de la Presidencia de la República de 10 de abril de 2003”. La declaración de ausencia implica la apertura legal de la sucesión del ausente. 179 Anexos La ley prevé en caso de uruguayos declarados ausentes por la legislación de Argentina y /o Chile sus familiares podrán solicitar a la Secretaría de Seguimiento el certificado previsto para aquellos incluidos en el Anexo 3.1. EL certificado expedido por la Secretaría de Seguimiento antes mencionada habilitará la inscripción en el Registro de Estado Civil de la calidad de ausente por desaparición forzada de la persona en él mencionada (Art. 5º). Prof. Oscar Destouet Noviembre de 2005 1 Decreto presidencial Nº 464/973 disolución de las Cámaras Legislativas, Montevideo 27 de junio de 1973. 2 Revista de la Comisión Internacional de Juristas, Ginebra, Nº 16 junio – diciembre de 1976. 3 Gral. Julio Rapela. Actas del Parque Hotel, DINARP, Montevideo, Sesión 16/6/83. 4 La Comisión Nacional Pro Referéndum fue presidida por Matilde Rodríguez de Gutiérrez Ruiz, Elisa Dellepiane de Michelini y María Esther Gatti de Zaffaroni. 5 La Comisión Pro Referéndum comenzó a recolectar firmas el 5 de enero de 1987; logró entregar 604.721 sobre un total de habiitados de aproximadamente 2 millones. 6 Michelini, Felipe. El largo camino de la verdad. Revista IIDH. Pág. 157, julio – diciembre 1996. 7 Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos. A todos ellos, Montevideo, noviembre de 2004. Pág. 539. 8 Artículo 120, Constitución de la República: Las Cámaras podrán nombrar comisiones parlamentarias de investigación o para suministrar datos con fines legislativos. 9 La creación de la comisión consta en el Diario de Sesiones de la Cámara de Representantes XLIIa Legislativa. Tomo 617, Montevideo, 9 de abril de 1985. Pág. 59 a 63. 10 El Informe Final consta en el Diario de Sesiones de la Cámara de Representantes XLIIa Legislatura. Tomo 620, Montevideo, 7 de noviembre de 1985. Pág. 540. 11 Rosario Barredo y William Whitelaw fueron detenidos el 13 de mayo de 1976 de su casa en la calle Matorras, Bs. As. en un basto operativo de personas de civil. Ambos se encontraban refugiados en Argentina desde 1973. Exp. 293/76, fs. 69. 12 Diario de Sesiones de la Cámara de Representantes XLII Legislatura. Tomo 631, Montevideo 13 de octubre de 1987. Pág. 549. 13 Diario de Sesiones de la Cámara de Representantes XLIIa Legislatura. Tomo 631, Informe Final, Montevideo, 13 de octubre de 1987. Pág. 537 a 599. 180 Anexos EXPOSICIÓN DEL SEÑOR MINISTRO DE JUSTICIA DEL PERÚ, DOCTOR ALEJANDRO TUDELA CHOPITEA 123° PERIODO DE SESIONES - COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS AUDIENCIA:SEGUIMIENTOYCUMPLIMIENTODELASRECOMENDACIONES DEL INFORME DE LA COMISIÓN DE LA VERDAD Y RECONCILIACIÓN En la presente exposición tengo el honor de dar cuenta de los avances que se han llevado a cabo (er el periodo febrero - septiembre del 2005) en el cumplimiento de las recomendaciones de la Comisiór de la Verdad y Reconciliación. Para ello, se brindará información en los siguientes rubros: 1) En el ámbito de la Justicia; 2) En el ámbito de Reparaciones Integrales; 3) En el ámbito de Reformas Institucionales; 4) En el ámbito de la Verdad y la Memoria, y 5) En el ámbito de la Relación Estado/sociedad. I, Seguimiento de las Recomendaciones de la CVR en el ámbito de la Justicia. 1.1 Instalación de un Sistema de Justicia Especializada en Derechos Humanos.La Comisión de la Verdad y Reconciliación en su Informe Final llamó la atención sobre la necesidad de contar con un sistema especializado que se avocara al conocimiento de los procesos por violaciones a los derechos humanos. A fin de cumplir con esta recomendación: El Poder Judicial y el Ministerio Público, desde el mes de octubre del año 2004, han emitido diversas normas que han hecho posible el establecimiento de un sistema especializado temporal para procesar casos de violaciones a los derechos humanos De conformidad con la normatividad vigente, este subsistema está compuesto por la Sala Penal Nacional que está conformada por cuatro colegiados y una Fiscalía Superior Penal conformada, a su vez, por 4 fiscalías superiores que tienen competencia para conocer casos de violaciones a derechos humanos y terrorismo. En el Ministerio Público se han designado cinco fiscalías penales supraprovinciales en Lima y una fiscalía supraprovincial en Ayacucho con igual competencia funcional. 181 Anexos Otras 3 fiscalías penales y mixtas fueron designadas, para conocer casos de violaciones a derechos humanos con retención de su carga, en los departamentos de Huancavelica y Junín, y en la provincia de Coronel Portillo. Asimismo, en el mes de agosto del presente año se han designado otras 13 fiscalías penales y mixtas en distintos distritos judiciales del país, con competencia en derechos humanos y terrorismo, con retención de su carga procesal. 1.2. Resolución de la Fiscalía de la Nación No. 815-2005-MP-FN.- Un hecho que merece ser destacado, es la expedición, por parte de la Fiscalía de la Nación, de la Resolución No. 815-2005-MP-FN, mediante la cual se dispone que los fiscales deberán solicitar al Juez Penal en los procesos que conocieron y en los cuales se aplicaron las leyes de amnistía, la ejecución de las sentencias de fondo e interpretativa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el caso Barrios Altos. 1.3. Estado del trámite de los 47 casos presentados por la CVR.- Respecto de los 47 casos presentados por la CVR -que han devenido en 50 procesos o investigaciones preliminares- cabe mencionar que, a la lista de los 18 casos con proceso judicial en trámite se han agregado 4 casos más; es decir a la fecha existen 22 casos con proceso judicial en trámite. Adicionalmente a ello, un único caso se encuentra en etapa de ajecución de sentencia a mérito de una condena impuesta por la Corte Superior de Justicia de Ayacucho, el 15 de julio de 1986, en un proceso iniciado antes de la creación de la CVR. De los 22 casos con proceso penal en curso, en uno de ellos se ha dictado sentencia absolutoria en primera instancia; otros 9 casos se encuentran en etapa de juicio oral pendientes del inicio del mismo, mientras que 12 están en etapa de instrucción. Los otros 24 casos aún se encuentran en investigación preliminar a cargo del Ministerio Público. Cabe mencionar que en 3 casos -de estos 24- la investigación fiscal se encuentra concluida y se proyecta la formalización de la denuncia. Situación de los presuntos responsables.Los 22 casos con proceso judicial en trámite involucran a 383 procesados; sin embargo, se trata en realidad de 378 procesados, debido a que 5 de ellos se encuentran procesados en más de un caso. De estas 378 procesados, 273 (72.3%) pertenecen al Ejército, 64 (16.7%) a la Policía Nacional y 15 (3.9%) a la Marina. Asimismo, 23 (6%) procesados son civiles. De estos 23 civiles, 10 son miembros de rondas campesinas y 10 pertenecen a la agrupación subversiva Sendero Luminoso. Respecto de los procesados, se dictaron con los autos apertorios de los casos 277 mandatos de detención y 106 de comparecencia. En éstos últimos, a 76 procesados se les impuso alguna de las restricciones establecidas en el artículo 143° del Código Procesal Penal, entre éstas, el impedimento de salida. 182 Anexos Actualmente vienen siendo juzgados con mandato de detención 252 procesados, mientras 131 tienen mandato de comparecencia. Excepciones interpuestas por los presuntos responsables. Por otro lado, en el trámite de los casos presentados por la CVR se han interpuesto 32 excepciones. 13 corresponden a la excepción de cosa juzgada, 8 a la excepción de amnistía, 7 por prescripción y 4 corresponden a la excepción de naturaleza de la acción. De las 32 excepciones, la mayoría han sido declaradas infundadas por los órganos judiciales competentes, quienes se basaron en lo señalado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso Barrios Altos: «...son inadmisibles las disposiciones de prescripción y el establecimiento de excluyentes de responsabilidad que pretendan impedir la investigación y sanción de los responsables de las violaciones graves a los derechos humanos...». 10 excepciones aún están pendientes de ser resueltas. Respecto de las excepciones de Amnistía interpuesta por los procesados en los casos presentados por la CVR, cabe mencionar, que el total de estas excepciones fueron declaradas infundadas por el Quinto Juzgado Penal Especial, mediante resolución de 19 de mayo de 2005, que estableció lo siguiente: « (...) ante la manifiesta incompatibilidad entre las leyes de autoamnístía y la Convención Americana sobre Derechos Humanos, las mencionadas leyes carecen de efectos jurídicos y no pueden seguir representando un obstáculo para las investigaciones (...) existe una obligación específica del estado de investigar y de informar, que no sólo consiste en facilitar el acceso de los familiares a la documentación que se encuentra bajo control oficial, sino también en la asunción de las tareas de investigación y corroboración de hechos denunciados (...)». Calificación jurídica de los casos de violaciones a los Derechos Humanos.Como se muestra en el Gráfico No. 6, De las violaciones a los derechos humanos identificadas en los 26 casos con proceso judicial en trámite (22 casos de la CVR y 4 casos que fueron presentados por la Defensoría del Pueblo) se han identificado principalmente las siguientes conductas penales: Delito de homicidio calificado (15 casos), Delito de desaparición forzada (10 casos), Delito de secuestro (8 casos) y Delito de tortura (3 casos). Asimismo, se han identificado, en menor medida, los delitos de homicidio simple, secuestro agravado, tortura calificada, terrorismo agravado, genocidio y violación sexual. 183 Anexos 1.4. Medidas de Protección a las víctimas de violaciones a los Derechos Humanos, a sus familiares y testigos. De conformidad con la información proporcionada por la Defensoría del Pueblo, sólo en dos casos -»Ejecuciones arbitrarias en Pucará» y «Matanza de 34 campesinos en Lucmahuayco»-, los pedidos de protección se resolvieron favorablemente. Respecto de los 34 testimonios presentados por la CVR en donde se recomendó expresamente que se adoptaran medidas de protección, se decidió asignarles una clave de identificación y mantener su verdadera identidad en reserva. Si bien los avances en este rubro no son muchos, existe un marco normativo que establece medidas de protección para colaboradores, testigos, peritos y víctimas involucradas en las investigaciones preliminares y judiciales por delitos contra la humanidad o por delitos comunes que constituyan violaciones a los derechos humanos. Este marco normativo está constituido por Ley No. 27378 -Ley que establece beneficios por colaboración eficaz en el ámbito de la criminalidad organizada- y su Reglamento, el Decreto Supremo No. 020-2001-JUS. El artículo 21 de la Ley 27378 establece: «Las medidas de protección previstas en este capítulo son aplicables a quienes en calidad de colaboradores, testigos, peritos o víctimas intervengan en los procesos penales materia de la presente ley». De los incisos 1) y 3) del artículo 1° de la Ley N° 27378, se desprende que el régimen establecido es aplicable tanto a delitos comunes como homicidio, lesiones o secuestro, cuando en ellos haya participado una pluralidad de agentes entre los que se encuentren funcionarios públicos (inciso 1) y a los delitos contra la humanidad -genocidio, desaparición forzada o tortura- (inciso 3). El artículo 2° del Decreto Supremo N° 020-2001-JUS señala que: «Corresponde a la Fiscalía de la Nación, en coordinación con el Poder Judicial y el Ministerio del Interior establecer un sistema integral y programas específicos de protección de colaboradores, víctimas, testigos y peritos.» Entre las medidas de seguridad que incluye esta norma, están: • • • Protección policial; Reserva de la identidad y de cualquier otro dato que pueda servir para la identificación del protegido; Cambio de identidad; • Cambio de domicilio del protegido; • 184 Protección de los derechos laborales. Anexos Respecto de este punto, es importante mencionar, asimismo, que la Comisión Especial encargada de «estudiar los procedimientos y normativa existente en materia de colaboración eficaz, así como de evaluar y proponer modificaciones necesarias para el mejoramiento del funcionamiento integral de dicho sistema» elaboró el Proyecto de Ley N° 13398/2004-PE que fue presentado por el Ejecutivo al Congreso de la República, el 20 de julio de 2005, y en la actualidad se encuentra pendiente de debate. Dicha Comisión Especial estuvo conformada por un representante del Ministerio de Justicia, del Ministerio del Interior, del Instituto Nacional Penitenciario, un representante del Presidente de la Corte Suprema de Justicia y un representante de la Fiscal de la Nación. II. Seguimiento de las Recomendaciones de la CVR en el ámbito de las Reparaciones Integrales.2.1. Labor de la Comisión Multisectorial de Alto Nivel encargada del seguimiento de las acciones y políticas del Estado, en los ámbitos de la Paz, la Reparación Colectiva y la Reconciliación Nacional (CMAN).- Programación Multianual del Plan Integral de Reparaciones. Posteriormente a la aprobación del Marco Programático de la acción del Estado en materia de reparaciones integrales (Decreto Supremo No. 0622004-PCM), se aprobó «La programación Multianual 2005-2006 del Plan Integral de Reparaciones (DS 047-2005-PCM). Con esta norma se materializa la obligación del gobierno nacional así como de los gobiernos regionales y locales de incluir en sus pliegos presupuéstales los recursos necesarios para ¡mplementar el Plan Integral de Reparaciones. Este Plan tiene como objetivo general «reparar y compensar las violaciones de los derechos humanos cometidas durante el período 1980 y 2000, así como las pérdidas o daños sociales, morales y materiales sufridos por las víctimas como resultado del conflicto armado interno». Esta Programación multianual (2005-2006) comprende 5 programas e implica una inversión aproximada de SI. 349’562,163.00 millones de nuevos soles, es decir un aproximado de US$ 109’278,176.00 millones de dólares. Programa Monto en US$ Restitución de Derechos Ciudadanos 1,910,921 Reparaciones en Educación 12,599,966 Reparaciones en Salud 16,465,926 Reparaciones Colectivas 75,558,248 Reparaciones Simbólicas 2,703,115 185 Anexos De manera directa, se han asignado 10 millones de soles para ser invertidos, en el 2005, en comunidades afectadas de los Departamentos de Ayacucho, Junín, Huancavelica y Apurimac. Ley que establece el Marco Normativo del Plan Nacional de Reparaciones (Ley 28592).Esta norma, publicada el 29 de julio de 2005, establece el marco legal sobre el cual deben diseñarse, coordinarse y ejecutarse las acciones y políticas del Estado en materia de reparaciones. Así las acciones que han venido desarrollándose con anterioridad a esta norma, deberán adecuarse o compatibilizarse con lo establecido en esta ley. Esta norma se inspira en el DS 047-2005-PCM. Los principales temas de los que se ocupa Ley N° 28592 son los siguientes: 1) el universo de víctimas y de beneficiarios del Plan Integral de Reparaciones; 2) los programas que conforman el PIR; 3) el Registro Único de Víctimas, 4) el Consejo de Reparaciones; y 5) las responsabilidades de la CMAN en la ¡mplementación de la Ley N°28592. Los programas de reparación específicos que esta norma incluyen son los siguientes: a) b) c) d) e) f) Salud; Educación; Reparaciones simbólicas; Reparaciones colectivas; Restitución de derechos; Promoción y facilitación al acceso habitacional, y g) «Otros programas que la Comisión Multisectorial apruebe». Es pertinente señalar que la Ley N° 28592 no incluye expresamente el programa de reparaciones monetarias individuales que había propuesto la CVR. Sin embargo, como el inciso g) contiene una cláusula abierta que señala «otros programas que la Comisión Multisectorial apruebe», las mencionadas reparaciones monetarias individuales podrían ser incorporadas en el PIR. El Registro Único de Victimas y el Consejo de Reparaciones La CMAN, de conformidad con esta Ley, será la institución encargada de diseñar la organización y funcionamiento del Consejo de Reparaciones que se hará cargo del Registro Único de Víctimas. 186 Anexos La ley N° 28592 señala que los registros sobre víctimas de la violencia creados en las diversas entidades del sector público deberán integrarse al Registro Único de Víctimas. Estos registros son los siguientes: a) Registro de ausencia por desaparición forzada a cargo de la Defensoría del Pueblo, creado mediante Ley N° 28413; b) Registro Nacional para las personas desplazadas a cargo del Ministerio de la Mujer y el Desarrollo Social (MIMDES), creado mediante Ley N°28223; c) Registro de Víctimas del Terrorismo a cargo del Consejo Nacional de Calificación de Víctimas de Accidentes, Terrorismo o Narcotráfico de la Presidencia del Consejo de Ministros. Propuesta de Reglamento a la Ley No. 28592 Si bien el Reglamento de la Ley No. 28952 no ha sido aprobado a la fecha, ya se cuenta con una propuesta de Reglamento, elaborado por un Grupo de Trabajo compuesto por miembros de la CMAN y de la Sociedad Civil. Este proyecto se encuentra disponible en el Portal Electrónico delMinisterio de la Mujer y Desarrollo Social y organizaciones de derechos humanos (Coordinadora Nacional de Derechos Humanos). Un aspecto que merece ser destacado de este Proyecto de Reglamento es la inclusión de dos programas más de reparaciones, a la lista de programas fijados por Ley 28592. Así, este proyecto de reglamento propone la inclusión del Programa de Reparación económica y el Programa de promoción y facilitación al acceso laboral. 2.2. Acciones tomadas por los Gobiernos Regionales y Locales en materia de Reparaciones a las víctimas de la violencia A nivel, regional y local también se han promulgado diversas normas que establecen reparaciones a las víctimas de la violencia. Ejemplos de ello son: • La aprobación del Plan Integral de Reparaciones 2005-2006 en el Gobierno Regional de Huanuco cuyo costo total asciende a más de 17 millones de soles; (Ordenanza Regional N°028- 2005-E-CR-GRH, de 3 de agosto de 2005). • La aprobación, en Huancavelica, del Plan Integral de Reparaciones para los afectados por la violencia política vivida en la mencionada región entre 1980 y el 2000 (Ordenanza Regional N°012-GR~HVCA/CR, de 12 de setiembre de 2004). Este plan contiene propuestas concretas en materia de educación y salud. • La Municipalidad de Huanta dispuso la inscripción gratuita permanente de todos tos niños, adolescentes y adultos indocumentados. Autorizó, asimismo, la modificación de la nomenclatura de diversos de pasajes, jirones y avenidas con el nombre de las víctimas que murieron durante la violencia política. 187 Anexos • La Municipalidad de Huanuco, por otro lado, institucionalizó el 28 de agosto de cada año como el «Día de la Verdad, Justicia y Reconciliación», y estableció la creación de una Comisión Multisectorial de Justicia y Paz. 2.3. Reparaciones en Salud.- El Ministerio de Salud (MINSA) viene implantando las Recomendaciones de la CVR, a través del desarrollo de una política que prioriza a la salud mental. En julio de 2004 se aprobó la Estrategia Sanitaria Nacional de Salud Mental y Cultura de paz, como una de las 10 prioridades sanitarias del MINSA. El MINSA ha creado la Comisión encargada de elaborar el «Programa de Reparaciones en Salud» (Resolución Ministerial No. 1045-2004/MINSA, de fecha 26 de octubre del año 2004) Por otro lado, se creó también la Comisión encargada de coordinar la implementación de las recomendaciones formuladas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en materia de salud (Resolución Ministerial No. 1054-2004/MINSA, de fecha 3 de noviembre de 2004). El MINSA, además, ha continuado con el desarrollo de diversas acciones en las cinco líneas propuestas por la CVR (Capacitación, intervención comunitaria, intervención clínica, acceso a la salud y promoción a la salud). Las acciones más importantes tomadas en este último semestre son las siguientes: • En mayo de 2005 se firmó el Convenio con la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), la Universidad Mayor de San Marcos y el Ministerio de Salud denominado «Proyecto de fortalecimiento de la atención de salud integral en personas víctimas de la violencia y violación de derechos humanos». Dicho convenio tiene por objetivo brindar capacitación al personal de salud en la atención integral a las víctimas, tendrá una duración de tres años y se hará efectivo en cinco localidades del país -Lima Este, Cuzco, Ayacucho, Junín y Huancavelica-. • Desde junio del 2005, se establecieron cinco Equipos Permanentes de Salud Mental compuestos por un psiquiatra y dos psicólogos en cinco regiones: Huancavelica, Ayacucho, Andahuaylas, Abancay y Junín (Satipo) quienes trabajarán hasta fines del 2006. • Se gestionó el Convenio especifico MINSA-Cooperación Europea PASA 2005-2006, denominado Atención Integral de Salud Mental a la Población afectada por la Violencia Política, el cual se firmó en mayo del 2005. Con este Convenio se financiarán las intervenciones de los equipos itinerantes y permanentes de salud mental en Ayacucho (Humanga, Huancapi, San Miguel y Puqui) y otras regiones afectadas por violencia política, desde junio del 2005 hasta fines del 2006. 2.4. Reparaciones en Educación.- Labor del Ministerio de Educación El Sector Educación participa en la implementación de los dos primeros 188 Anexos ejes establecidos en las recomendaciones de la CVR: Reformas Institucionales y el Programa Integral de Reparaciones -PIR. Con respecto a la participación en la implementación del Plan Integral de Reparaciones - PIR, el Ministerio de Educación ha informado que, al corte del primer semestre 2005, se tiene previsto S/. 201 404 327 nuevos soles para acciones relacionadas al PIR, de los cuáles se ha ejecutado S/. 74 846 812, esto es el 37% de lo programado. Las metas esperadas al cierre del 2006 son: 18,546 personas a las que se les ha restituido el acceso a la educación básica regular; 18,546 personas que se les posibilitó la recuperación de oportunidades de profesionalización y capacitación laboral; y 250 obras de reconstrucción y fortalecimiento de la infraestructura y calidad educativa. Además el MED tiene programado diversas acciones para el año 2005, entre ellas: La impresión de guias para estudiantes y docentes, sobre el conflicto armado interno y los valores promovidos por la CVR. Labor de la Defensoría del Pueblo La Defensoría ha informado que se ha dado cumplimiento al Decreto Supremo No. 038-2002-ED, que dispone la exoneración del examen de ingreso, y de los pagos correspondientes, en los institutos públicos de educación superior y en los centros educativos de educación primaria y secundaria, para las víctimas o familiares de víctimas de los 159 casos que se encuentran ante la Comisión Interamericana de Derechos Restitución de derechos ciudadanos Humanos y forman parte del Comunicado de Prensa Conjunto suscrito con el Estado Peruano, el 22 de febrero de 2001. 2.5. Restablecimiento de Derechos Civiles La Defensoría del Pueblo ha informado que a través del Programa de Protección a Poblaciones Afectadas por la Violencia (PPPAV) ha emprendido diversas acciones a fin de cumplir con la recomendación referida a la «regularización de la situación de los indocumentados». En estas campañas la Defensoría del Pueblo ha identificado las zonas con mayor número de población indocumentada y ha acompañado a la entidad estatal Registro Nacional de Identificación(RENIEC) en su labor de documentar a las personas, sufragando, además, el costo de las fotografías. Como se observa en el siguiente Gráfico, durante los años 2003, 2004 y hasta agosto de 2005 se han subvencionado 127, 783 [ciento veintisiete mil setecientos ochenta y tres] Documentos de Identidad en las zonas de mayor afectación por el terrorismo. • Hasta julio de 2005, se han conformado 7 Comités Regionales Interinstitucionales en Salud Mental adscritos al Consejo Regional de Salud en has zonas afectadas por violencia política; • Hasta julio de 2005 se han realizado diez Talleres de Formulación de 189 Anexos planes estratégicos regionales y siete talleres regionales interinstitucionales de socialización de experiencias en Salud Mental en las zonas afectadas por violencia política, como base para la formulación de un Programa de Intervención de Salud Mental, con participación de la sociedad civil organizada. Los talleres se han realizado en Ayacucho, Abancay, Andahuaylas, Huancavelica, Huanuco, San Martín, Junín, Pasco, Cuzco y Ucayali. • Se realizó el Primer Taller Macroregional de Salud Mental «Modelos de intervención en regiones afectadas por violencia política» del 14 al 16 de marzo, el que contó con la participación de expertos internacionales con experiencia de intervención en poblaciones afectadas por violencia política con enfoque comunitario, responsables de salud mental de las regiones afectadas, realizado con el apoyo de la cooperación Europea (AMARES). Asimismo, el RENIEC ha informado que durante los mencionados años se han tramitado un total de 113,321 [ciento trece mil trescientos veintiuno] DNS’s en Comunidades Nativas y campesinas.? Avances del Registro de Ausencia por Desaparición Forzada y verificación de casos de personas desaparecidas a cargo de la Defensor/ a del Pueblo. Se ha creado el Registro Especial de Ausencia por Desaparición Forzada (Ley No. 28413 del 2004), a cargo de la Defensoría del Pueblo. Esta norma constituye un avance importante en cuanto la regularización de la situación de las personas desaparecidas. De acuerdo con ella, la Defensoría del Pueblo otorgará la Constancia de Ausencia por desaparición Forzada, previa verificación e individualización de la persona desaparecida. Según lo informado por la Defensoría del Pueblo, durante el periodo agosto 2004 a septiembre de 2005 se han recibido 165 solicitudes de constancias de ausencia por desaparición forzada, que comprenden a 186 victimas de desaparición. La Defensoría del Pueblo ha informado, asimismo, que de las 186 personas desaparecidas, 163 eran hombre y 23 mujeres. De otro lado -según se muestra en el Gráfico No. 9- el 66% de las solicitudes de constancia por ausencia por desaparición forzada han sido presentadas por mujeres y el 34% por hombres. Asimismo, de las 165 solicitudes, 23 se han concluido y 142 se encuentran en proceso de verificación (Ver Gráfico 10). 20 constancias han sido otorgadas, mientras que en 2 casos se denegó la constancia por encontrarse fuera del marco de la Ley No. 28413. 2.6. Reparaciones Colectivas.- Ley sobre los Desplazamientos Internos Se expidió la Ley N° 28223, Ley sobre los Desplazamientos Internos, cuyo objeto es: «definir los derechos y garantías pertinentes para la protección de las personas contra el desplazamiento forzado, la asistencia durante el 190 Anexos desplazamiento y durante el retorno o el reasentamiento e integración, adecuando a la realidad y a la legislación nacional los Principios Rectores sobre Desplazamientos internos de la comisión de Derechos Humanos y el Consejo Económico y social de la Organización de las Naciones Unidas» (art. 1). La precitada ley ha otorgado al Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social (MIMDES) el papel de rectoría para la atención y protección de los Desplazados internos. Ante ello, el MIMDES ha creado una nueva estructura del Ministerio denominada «Dirección General de Desplazados y Cultura de Paz», a nivel normativo, y, en el nivel operativo, «la Unidad de Promoción de la Paz, adscrita al Fondo de Cooperación para el Desarrollo Social FONCODES. La precitada ley crea el Registro Nacional de Desplazados a cargo del MIMDES; este Registro se pondrá en marcha desde el mes de octubre de 2005 en los departamentos de Ayacucho, Junín, y Lima; gradualmente se irá ampliando a otros departamentos previa coordinación con los Gobiernos Regionales y Locales. Cabe mencionar, que el Reglamento de esta Ley fue aprobado el pasado 24 de febrero del presente año (Decreto Supremo 004-2005-MIMDES). III. Seguimiento de las Recomendaciones de la CVR en el ámbito de las Reformas Integrales 3.1 Delimitación de la competencia de los Tribunales Militaras en casos de violaciones a los derechos humanos.- En este punto es importante mencionar la declaración del Ex presidente del Consejo Supremo de Justicia Militar mediante la cual admite que el fuero militar resulta incompetente para juzgar violaciones a los derechos humanos, debido a que el Código de Justicia Militar no contempla tales delitos: ‘(...) la justicia militar, es una jurisdicción vigente y reconocida constitucionalmente, tiene delimitada sus funciones para la investigación y juzgamiento de los delitos de función cometidos por personal militar y policial en situación de actividad’. (Oficio No. 454-PCSJM, de 15 de octubre de 2004, dirigido al Defensor del Pueblo) Papel del Tribunal Constitucional. El Tribunal Constitucional ha emitido diversas sentencias que constituyen precedentes obligatorios en esta materia. Entre ellas, se encuentra la sentencia publicada en el diario oficial El Peruano el 24 de agosto de 2004, (Expediente N°0017-2003-AI/TC), mediante la cual se establece que el fuero militar es incompetente para juzgar violaciones a los derechos humanos, pues ellas no configuran delitos de función, siendo irrelevante que se hayan cometido en estados de emergencia. 191 Anexos Papel de la Corte Suprema de Justicia.La Corte Suprema de Justicia ha resuelto (en el periodo 2004-2005) tres contiendas de competencia a favor del fuero común, siguiendo los criterios establecidos por el Tribunal Constitucional y estableciendo, asimismo, un precedente obligatorio para las futuras contiendas de competencia en materia de violaciones a los derechos humanos. Se trata de los casos de «El homicidio de Indalecio Pomatanta Albarrán», «La Desaparición forzada de las autoridades de Chuschi» y «Efraín Aporte Ortiz». Papel de la Sala de Guerra del Consejo Supremo Militar.La Sala de guerra del Consejo Supremo de Justicia Militar también ha resulto que la justicia militar es incompetente para juzgar violaciones a los derechos humanos. En el caso «Huanta», la Sala de Guerra del Consejo Supremo de Justicia Militar, mediante la Resolución de fecha 25 de noviembre de 2004, resolvió inhibirse del conocimiento del proceso, otorgando la competencia al fuero común. 3.2 Plan Nacional de Derechos Humanos.- Elaboración de un Plan Nacional de Derechos Humanos, a cargo del Consejo Nacional de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia, organismo éste de carácter multisectorial estatal y con la participación de la sociedad civil (miembros observadores) y presidido por el Ministerio de Justicia. A la fecha, se ha culminado con la etapa de Audiencias Públicas Regionales, habiéndose realizado 18 en todo el país, con la asistencia aproximadamente 2800 representantes institucionales. El objeto de estas Audiencias Públicas fue levantar un diagnostico y propuestas de acción a ser comprendidas en el documento del Plan Nacional de Derechos Humanos. De conformidad con lo manifestado por el señor Presidente de la República, en su mensaje a la nación del 28 de julio de 2005, dicho Plan se presentará el 10 de diciembre del presente año -día en que se celebra el aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos-. 3.3 Reformas en el Sistema de Educación.- También se han tomado acciones a fin de implantar una «Reforma que asegure una educación de calidad, que promueva los valores democráticos, entre ellos el respecto a los derechos humanos, respeta a las diferencias, valoración del pluralismo y la diversidad cultural, que contemple visiones actualizadas y complejas de la realidad peruana, especialmente en zonas rurales.» Para ello, se emitió la Ley General de Educación, Ley N° 28044 (del 28 de julio de 2003). Esta ley ya contemplaba la propuesta de reformas institucionales en el campo de la educación formulada por la CVR; ello en razón de que la propuesta de la Ley fue el resultado de un trabajo consensuado a nivel nacional. El Ministerio de Educación ha informado que, al primer semestre del 2005, se ha completado el marco regulatorio general correspondiente a las Reformas 192 Anexos Institucionales en Educación, a través de la aprobación de las reglamentaciones a la Ley General de Educación y el Diseño Curricular Nacional que integra la curricula de los tres niveles de la Educación Básica Regular. IV. Seguimiento de las Recomendaciones de la CVR on el ámbito de ía Verdad y la! ¡Memoria.H 4.1. Creación del Centro de Información para la Memoria Colectiva y Derechos Humanos El Centro de Información se encuentra a cargo de la Defensoría del Pueblo; está conformado sobre la base del acervo documental de la CVR y tiene como finalidad asegurar que la documentación recabada por la CVR sea conocida y consultada. El Centro de Información brinda los siguientes servicios: a) Atención de consultas y pedidos de información; b) Sala de lectura de expedientes, documentos, libros y revistas; c) Exhibición de videos y audición de cáseles; d) Consultas de las bases de datos; e) Visitas guiadas por el Centro de Información; f) Préstamo de muestras fotográficas itinerantes. V. Seguimiento de las Recomendaciones de la CVR en el ámbito de la Relación Estado Sociedad.La Sociedad Civil también se encuentra comprometida con las recomendaciones de la CVR, lo que constituye un hecho positivo que refuerza las acciones que el Estado viene realizando a fin de cumplir con estas recomendaciones. Muestra de este compromiso es la organización por parte de la Defensoría del Pueblo, la Meza de Concertación para la Lucha contra la Pobreza y el movimiento ciudadano ‘Para que no se repita’ de diversos eventos, entre los cuales se señala: 1. «La Caminata por la Paz y la Solidaridad».En ella se recorrieron 2,200 kilómetros, a través del Camino Inca, (Capac Ñan), atravesando 12 regiones del país y más de 100 localidades, muchas de las cuales se encuentran entre las más afectadas por la violencia. 2. «La confección del Gran Quipu de la Memoria» Se tejió a lo largo y ancho del Perú, en zonas que vivieron la violencia y aquellas que estuvieron alejadas de ella como el norte y selva del país. De conformidad con lo informado por la Defensoría del Pueblo, cientos de organizaciones, escuelas, instituciones públicas y privadas, comunidades y gremios entregaron sus quipus simbolizando en sus nudos los 69,280 peruanos y peruanas que no están hoy entre nosotros como consecuencia de la violencia política. 193 Anexos 3. Inauguración de la primera etapa de la Alameda de la Memoria.En el marco del segundo aniversario de la entrega del informe final de la CVR, fue inaugurada la primera etapa de la Alameda de la Memoria, en el Campo de Marte de Jesús María, en esta Alameda se alberga la escultura «El ojo que llora» que busca no olvidar jamás lo que ocurrió en el país. Entre el 1° de agosto de 2004 y el 27 de julio de 2005, se atendieron 1,132 pedidos de información. 194 Indice Prólogo...............................................................................................................9 *Visión de los gobiernos de la región Dr. Eduardo Luis Duhalde,.............................................................................13 Secretaría de Derechos Humanos, Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de la Nación (Argentina) Sr. Júlio Héctor Marín Marín, .....................................................................18 Jefe de Gabinete de la Secretaría de Derechos Humanos (Brasil) Embajador Mario Sandoval,............................................................................23 Director General de Política Multilateral, Ministerio de Relaciones Exteriores (Paraguay) Dr. Gonzalo Fernández,...................................................................................29 Secretario de la Presidencia de la República (Uruguay) Dip. Ricardo Gutiérrez,..................................................................................35 Vicepresidente de la Asamblea Nacional (República Bolivariana de Venezuela) Sr. Bruno Podestá,...........................................................................................39 Agregado Cultural (Embajada de Perú) *Desde una ética de los Derechos Humanos, construyendo democracias Dr. Roberto Garretón,.....................................................................................41 Representante para Latinoamérica de la Oficina de la Alta Comisionada de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Dr.Ricardo Cordido,.........................................................................................50 Asesor en Derechos Humanos del Ministerio de Relaciones Exteriores (República Bolivariana de Venezuela) Lic. Patricia Valdéz ,......................................................................................53 “Observatorio de Políticas Públicas de Derechos Humanos del MERCOSUR (Argentina) Sra. Simone Botelho,.......................................................................................58 Secretaria Ejecutiva de la Comisión de Muertos y Desaparecidos (Brasil) Sr. Juan Cabandie ,..........................................................................................60 Hijo de padres desaparecidos (Argentino) Pbro. Jorge Osorio,.........................................................................................65 Miembro de la “Comisión para la Paz” (Uruguay) ir a segunda página Indice 195 *Presentación del libro “Verdad, Justicia y reparación”, editado por el Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH). Dr. Roberto Cuéllar,........................................................................................68 Director Ejecutivo del IIDH (Costa Rica) Dr. Guillermo Payseé,.....................................................................................73 SERPAJ (Uruguay) Dr. Felipe Michelini,........................................................................................84 Viceministro de Educación y Cultura (Uruguay) *Memoria, para qué y por qué Psic. Gilda Pacheco,........................................................................................87 Directora Ejecutiva Adjunta del IIDH (Costa Rica) Dr. Carlos Portillo,..........................................................................................94 Vicepresidente de la Comisión de Verdad y Justicia (Paraguay) Sra. Luz Ibarburu,..........................................................................................101 Asociación de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos (Uruguay) Prof. Oscar Destouet,....................................................................................104 Dirección de Derechos Humanos, Ministerio de Educación y Cultura, (Uruguay) Dr. Hernán Quezada,......................................................................................107 Abogado del Ministerio de Relaciones Exteriores - Abogado de Derechos Humanos – (Chile) *Justicia para nunca más Dr. Juan Méndez,.............................................................................................113 Presidente del Centro para la Justicia Transicional (EEUU) Dr. Juan Carlos Maqueda,.............................................................................123 Ministro de la Corte Suprema de Justicia (Argentina) Camarista Dr. Horacio Cattanni,.................................................................134 (Argentina) Dr. Oscar López Goldaracena,.....................................................................140 Asesor del Ministerio de Relaciones Exteriores (Uruguay) * Conclusiones........................................................................................................145 *Acta............................................................................................................................147 *Anexos......................................................................................................................149 196 197