sobre la "gran fortuna" de un soneto de garcilaso

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SOBRE L A " G R A N
FORTUNA"
DE U N SONETO D E GARCILASO
Pasando el mar Leandro el animoso,
en amoroso fuego todo ardiendo,
esforzó el viento, y fuese embraveciendo
el agua con u n í m p e t u furioso.
Vencido del trabajo presuroso,
contrastar a las ondas no pudiendo,
y más del bien que allí perdía muriendo
que de su propia vida congojoso,
como pudo, esforzó su voz cansada
y a las ondas h a b l ó de esta manera
(mas nunca fue su voz de ellas oída) :
"Ondas, pues no se excusa que yo muera,
dejadme allá llegar, y a l a tornada
vuestro furor esecutá en m i vida".
E n su l i b r o sobre la poesía de Garcilaso, dedica Rafael Lapesa
u n a sección a "cuatro sonetos clásicos" que son el X X I I I ( " E n
tanto que de rosa y azucena"), el X X I X (o sea el que acabo de
c o p i a r ) , el X I ("Hermosas ninfas que en el r í o metidas") y el X I I I
("A Dafne ya los brazos le c r e c í a n " ) . Dice que "son de l o m á s
perfecto y luminoso que salió de l a p l u m a de Garcilaso", y a ñ a d e :
" D o m i n a en ellos la i n s p i r a c i ó n grecolatina, el sentido pagano de
la v i d a y una ejecución primorosa, rica en sugerencias sensoriales.
L a nota í n t i m a , en cambio, falta por completo o está convencionalmente estilizada". A l p r i m e r o de ellos ("el b e l l í s i m o soneto
X X I I I " ) le dedica u n a p á g i n a y media, y al segundo u n solo
p á r r a f o , que dice así:
Inferior en valor poético, tuvo gran fortuna el soneto X X I X ,
que parafrasea un conocido epigrama de Marcial. Garcilaso convierte la instantánea del bilbilitano en un relato de gradual desarrollo y extremada facilidad; sólo en el cuarteto segundo es menos
ágil la amplificación. E l asunto, con su espíritu pagano, era grato
al Renacimiento, y el soneto de Garcilaso tuvo r á p i d a difusión:
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"GRAN FORTUNA" DE UN SONETO DE GARCILASO
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ya en 1536 corría en un pliego suelto, y probablemente despertó
en Boscán la idea de componer su narración, más extensa, inspirada principalmente en el texto de Museo. Después lo imitaron Sa
de Miranda, Cetina, Coloma, Jorge de Montemayor, Ramírez Pagan, Camoens y otros
E l l i b r o de Rafael Lapesa es t a m b i é n " c l á s i c o " (uno de los
pocos con que cuenta el estudioso de l a poesía e s p a ñ o l a del Siglo
de O r o ) . L o es por la claridad y el e q u i l i b r i o de su crítica y de su
lenguaje mismo, y t a m b i é n por su catolicidad, por la generosa sensatez con que incorpora los descubrimientos debidos a otros lectores de Garcilaso. A semejanza de Garcilaso, que en sus "sonetos
clásicos" acoge u n a t r a d i c i ó n , l a reelabora y nos l a retransmite,
Rafael Lapesa reconoce y acepta l a solidez de l o ya " a d q u i r i d o "
(hechos, datos, interpretaciones, análisis, conjeturas: todo aquello
q u e constituye el campo de la i n v e s t i g a c i ó n literaria) ; y cuando él,
a su vez, "adquiere" algo que darnos, cuando avanza u n paso en
l a c o m p r e n s i ó n del poeta (o de su obra, o de su época, o de sus
temas y sus obsesiones: de todo aquello que constituye el p o r q u é
de l a investigación l i t e r a r i a ) , pone siempre su p r o p i a "lectura" al
n i v e l de la de sus c o m p a ñ e r o s de oficio, y no por encima, como
para invitarnos así a nosotros a juzgar por nuestra p r o p i a cuenta,
a tomar partido, a hacernos nuestra p r o p i a idea de las cosas. ( E n
este sentido, m i deuda para con el l i b r o de Lapesa se parece a m i
deuda para con los escritos, las enseñanzas, las palabras y el ejemplo de R a i m u n d o L i d a , m i maestro. ¿ N o son m u y parecidos u n
libro-amigo y u n maestro-amigo?). P o r eso he pensado que l a mejor manera de exponer lo que voy a decir sobre el soneto X X I X ,
el de L e a n d r o el animoso, es tomar pie en el p á r r a f o que Rafael
Lapesa le ha consagrado. C o n todo el respeto debido al l i b r o clásico a que pertenece, voy a tomar ese p á r r a f o y voy a "someterlo" a
una glosa.
"Inferior en valor p o é t i c o " al " b e l l í s i m o " soneto de l a rosa y
la azucena, el de L e a n d r o tuvo sin embargo "gran fortuna". Así
es, en efecto. O sea: si yo me viera en el trance de tener que dar
u n j u i c i o tan sumario (en el b u e n sentido: 'con las menos palabras
posibles'), lo h a r í a tal vez con frases a n á l o g a s . E l soneto X X I I I es
más bello —más inmediatamente bello— que e l otro. Y en los m u chos a ñ o s que hace que " e n s e ñ o " (whatever that means) poesía es1
R A F A E L LAPESA, La trayectoria poética
de Garcilaso, M a d r i d , 1948,
pp. 160-162; 2^ ed., ibid., 1968, pp. 162-164. E l texto t a m b i é n puede verse
ahora en la compilación de estudios sobre L a poesía de Garcilaso, al cuidado
de ELIAS L . RIVERS, Barcelona, 1974, pp. 99-101. Las palabras que he puesto
en cursiva ("Ya en 1 5 3 6 - c o r r í a . . . " ) no figuran m á s que en la 1% edición.
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ANTONIO ALATORRE
p a ñ o l a d e l Renacimiento, n o h a habido, que yo recuerde, u n solo
estudiante al que, de buenas a primeras, le gustara m á s el de L e a n dro. E n el Siglo de O r o , en cambio, l a fortuna d e l soneto X X I X
fue mucho mejor que l a d e l X X I I I . Rafael Lapesa, que n o h a d i c h o
u n a sola palabra sobre l a fortuna de é s t e , sino que ha preferido
dedicar el espacio a u n jugoso análisis de su "filosofía" y de su
materia y su belleza, parece c o m o si en cambio h u b i e r a c r e í d o
necesario consignar, por afán de c o m p e n s a c i ó n , ese hecho visible:
aunque p o é t i c a m e n t e inferior, el soneto X X I X fue a d m i r a d í s i m o
y q u e r i d í s i m o p o r los hombres de los siglos x v i y x v n .
¿ P o r q u é todo esto? ¿Por q u é l a inferioridad? ¿ P o r q u é l a gran
fortuna? Son las preguntas imposibles de contestar. O , si llegan a
contestarse, será poco a poco, c o n dificultades. L a s explicaciones
fáciles suelen n o explicar n a d a . E l p á r r a f o de Lapesa, c o m o conviene a l a í n d o l e clásica de su l i b r o , es m u y cauteloso: describe,
pero casi n o juzga; o, mejor dicho, tiene el arte de amalgamar desc r i p c i ó n y v a l o r a c i ó n e n u n todo cuyos elementos son difíciles de
separar. "Inferior en valor p o é t i c o , tuvo gran fortuna el soneto
X X I X " , leemos en l a p r i m e r a frase. Inconscientemente, ponemos
u n no obstante, u n sin embargo ("tuvo sin embargo gran fortuna") allí donde Lapesa parece haberlo n o ya tachado, sino adrede
evitado. N o hay tal nexo. P o d r í a m o s leer: " G r a n fortuna tuvo
el soneto X X I X , inferior en valor p o é t i c o " , y el mensaje s e g u i r í a
siendo igual de simple, igual de inocente. O tal vez p o d r í a hablarse
de dos mensajes: " E l soneto X X I X es inferior en valor poético" -f- " E l soneto X X I X tuvo gran fortuna". (Y digo, en esta glosa,
que es inferior, porque n o puedo decir que era o que fue inferior
desde que n a c i ó , o desde q u e fue concebido. Sería como acusar de
insensibilidad p o é t i c a a los lectores d e l Siglo de O r o ) . H a y algo
que rechina e n l a y u x t a p o s i c i ó n de las dos oraciones. Busco entonces u n a e x p l i c a c i ó n en e l resto d e l p á r r a f o , y me encuentro ante
dos lecturas posibles.
2
3
L a p r i m e r a lectura sería m á s o menos ésta: " E l soneto X X I X es
inferior en valor p o é t i c o . E n p r i m e r lugar, no es parto de l a musa
2
Que la tuvo: testigos, en primera línea, dos de los más luminosos sonetos
de Góngora, admirador de Garcilaso como lo fue Lope (recuérdese l a punzante aparición del primer verso del soneto X X I I I en boca de Gerarda: La
Dorotea, V , esc. 6, ad fin.; cf. nota de E . S. Morby en su ed., Berkeley, 1958),
y como lo fueron todos los grandes escritores del Siglo de O r o .
U n ejemplo de explicación fácil: para mostrar l a "inferioridad" del
soneto X X I X (aunque sin referirse a Rafael Lapesa), FRANCISCA M O Y A DEL
BAÑO, El tema de Hero y Leandro en la literatura española, Murcia, 1966,
p. 75, ofrece esta razón: "hay u n abuso de gerundios, que riman poco estéticamente: ardiendo, embraveciendo, pudiendo, muriendo". D a n ganas de
preguntarle: ¿y el abuso de adjetivos en -oso: animoso, furioso, presuroso,
congojoso'? (¡¿Y l a pobreza de rimas de todo el Soneto a Cristo Crucificado?!).
3
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"GRAN FORTUNA" DE UN SONETO DE GARCILASO
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de Garcilaso, sino mera paráfrasis de u n epigrama bien conocido.
E n segundo lugar, aunque tiene sus rasgos felices, adolece de falta
de a g i l i d a d en el segundo cuarteto. E n tercer lugar, está excesivamente ligado a l a época en que se e s c r i b i ó : su e s p í r i t u pagano
p o d r á haber sido grato a los lectores d e l R e n a c i m i e n t o , pero a
nosotros n o nos dice ya mucho. Ese paganismo renacentista explica
su r á p i d a difusión: ya en 1536 c o r r í a en u n populachero pliego
s u e l t o . . . " , etc.
L a segunda lectura i r í a así: " E l soneto X X I X , no tan bello como
el X X I I I para el lector moderno, fue en c a m b i o el predilecto de
los lectores del Renacimiento, aquellos para quienes Garcilaso l o
e s c r i b i ó . ¡ A f o r t u n a d o soneto! ¡ E n v i d i a b l e suerte l a suya! E n p r i m e r
lugar, era paráfrasis de u n epigrama d e l ingenioso M a r c i a l , y para
aquellos lectores, entusiasmados p o r el redescubrimiento de l a ant i g ü e d a d , l a i m i t a c i ó n de u n poeta antiguo era u n m é r i t o a l t í s i m o
(mientras que nosotros creemos que u n a poesía portadora de reminiscencias de otra poesía es menos b u e n a que l a que está l i m p i a
de ellas). E n segundo lugar, salvo l a p e q u e ñ a falla d e l segundo
cuarteto, esta paráfrasis c o n v e r t í a l a i n s t a n t á n e a del b i l b i l i t a n o en
u n relato de gradual desarrollo y extremada facilidad, grande virtud t a m b i é n s e g ú n los ideales de entonces (mientras que l o gradual,
l o fácil y l o fluido n o caben en los ideales de hoy) . E n tercer lugar,
el asunto, con su e s p í r i t u pagano, era grato a l R e n a c i m i e n t o , esa
é p o c a de efervescencia intelectual y c u l t u r a l . . . " , etc.
Las dos lecturas, aparte de exageradas, son falsas, por el simple
hecho de ser dos. L a cautelosa, " c l á s i c a " frase i n i c i a l del p á r r a f o
de Rafael Lapesa pide u n a sola lectura. Suspendo, pues, m i glosa
de esa frase y paso al resto d e l p á r r a f o .
4
E l epigrama de M a r c i a l era conocido, sí, pero sólo por los
humanistas como Garcilaso, n o por quienes en l a E s p a ñ a de hacia
1530 e s c r i b í a n o l e í a n poesía al uso: n o h u b o en español, que yo
4
E n rigor, Marcial escribió tres epigramas sobre el tema de Leandro: el
27 y el 28 del libro De spectaculis (25 y 256 según otras numeraciones) y
el 181 del libro X I V . E l primero de ellos no cuenta. L a ''fuente" de Garcilaso es el 28 (25b) : " C u m peteret dulces audax Leandros amores / et fessus
tumidis i a m premeretur aquis, / sic miser instantes adíatus dicitur undis: /
Parcite d u m propero, mergite cum redeo". E l tercero es una reducción de
éste: "Clamabat tumidis audax Leander i n undis: / Mergite me, fluctus,
cum rediturus ero". (En su ed. de las Novelas a Mareta Leonarda, M a d r i d ,
1968, p. 184, nota 71, dice Francisco Rico que los versos de Lope de Vega
en Las fortunas de Diana, "Ondas, dejadme pasar / y matadme cuando
vuelva", son traducción del tercero de los epigramas mencionados. Pero el
"dejadme pasar" corresponde a u n parcite que no existe en el tercero, sino
en el segundo). Cuando digo, pues, "el epigrama de Marcial", aludo siempre
al 28 (alias 25b) del De spectacidis.
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ANTONIO ALATORRE
sepa, n i n g u n a t r a d u c c i ó n de ese epigrama antes del soneto de
5
cilaso , ni imitación
o alusión
alguna. O , dicho en
Gar-
presente:
epigrama de M a r c i a l es b i e n conocido hoy por los lectores de
gua
e s p a ñ o l a , m u c h o mejor conocido que
los del
bilbilitano,
soneto de
pero eso
Garcilaso. U n
se
debe, de
el
len-
la inmensa m a y o r í a
de
manera
al
primordial,
conocido epigrama, sí: Garcilaso l o
dio
a conocer.
E n cuanto a l a " m e n o r a g i l i d a d " de la a m p l i f i c a c i ó n
g u n d o cuarteto, es de
los versos 5-6,
que
suponer que
Lapesa no
corresponden, y de
muy
está
en el se-
pensando
cerca, al
en
pentámetro
5
L a "Bibliografía española de Leandro y Hero" presentada en orden
más o menos cronológico por M . MENÉNDEZ PELA YO, Antología
de poetas
líricos castellanos, t. 10, Santander, 1945, pp. 314-332, se inicia con estos
cuatro números: 1) traducción catalana (siglo xiv) de las heroidas de Leandro y Hero, junto con la de las demás Heroidas; 2) traducción castellana
(siglo xv, ¿por Juan Rodríguez del Padrón?) de la misma obra de Ovidio;
3) la Istoria de Leander de Joan R o i c de Corella, y 4) la edición del texto
griego de Museo por Demetrio Ducas (Alcalá [1514]). E l n ú m . 5 es el soneto
de Garcilaso, y el n ú m . 6 la Historia de Leandro de Boscán. Para la difusión
del tema de Hero y Leandro en la literatura castellana nada significaron los
cuatro primeros números. Cabe hoy añadir, encabezando la lista, la versión
de las dos heroidas de Ovidio en la General estoria (ya que, como n o t ó
ANTONIO G . SOLALINDE, RFE,
1, 1914, p. 105, "las Metamorfosis
y las
Heroi-
das puede decirse que están incluidas en su totalidad dentro de la compilación de Alfonso X " ) , pero ¿quién leyó nunca l a General estoria} Falta
t a m b i é n en la "Bibliografía" de Menéndez Pelayo un texto delicioso de
Fernando de la Torre, en el que se dan las siguientes instrucciones para
decorar la sota de oros en cierto juego de naipes: " H a de ser la figura de
la sota la ystoria de Vidus, cómo venía por la mar a nado a ver a su
amiga Merus, que está en una torre de vna ysla, e cómo lo mata la tormenta,
e así muerto lo lieua al pie de l a dicha torre, e como ella lo vee, se mata
con u n espada" {Cancionero y obras en prosa de Fernando de la Torre,
publicado por A . Paz y Mélia, Dresden, 1907, p. 136). "Merus" es Hero,
por supuesto, y "Vidus" es Leandro el de Abido. Claro que Hero no vivía
en una isla, n i tampoco se m a t ó con una espada. Fernando de la Torre ha
oído contar la historia, tal vez en Francia, donde residió algún tiempo, pero
no la recuerda con precisión, y es evidente que no tiene n i n g ú n texto a la
mano. Las hipótesis que discurrió J . M . DE Cossío para explicar esa versión
(RFE, 16, 1929, "174-175) son ociosas. L o único que ocurre es que en el siglo xv la historia de Leandro y Hero no se había divulgado todavía. Después
ya será otra cosa. Unos diez años después de la publicación de las Obras de
Boscán y Garcilaso, u n personaje de Jorge de Montemayor se dispone a
contar u n cuento, y comienza así: "Dezir quiero / el de Leandro y Hero,
si os contenta"; pero se arrepiente, porque "esto es ya sabido entre la gente"
(Égloga II, en Las obras, Anvers, 1554 > El Cancionero, ed. Bibliófilos
Españoles, Madrid, 1932, pp. 101 ss.). Herrera dirá que "la istoria o fábula
de Leandro i Ero [...] es tan común a todos" que no hay para q u é contarla
(Anotaciones a Garcilaso, Sevilla, 1580, p. 199). Los testimonios abundan.
N o es arriesgado decir que fue, en España, la más conocida de todas las fábulas o leyendas clásicas. Eppure...
U n despistado estupendo, llamado Gabriel
NRFH, XXIV
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"GRAN FORTUNA" DE UN SONETO DE GARCILASO
de M a r c i a l et fessus tumidis
iam
previeretur
6
aquis ,
sino en los
versos 7-8, a los cuales, en efecto, n o corresponde n i n g u n a materia
lingüística
bien
discernible
G a r c i l a s o es una paráfrasis,
en
el o r i g i n a l
o sea u n a
l a t i n o . E l soneto
amplificación
de
de
materias
existentes. Pero en los versos 7-8 l a materia es nueva, y el epigrama,
que ha i d o avanzando sin tropiezo en su a m p l i o ropaje
castellano,
se queda allí embarazado, en suspenso, como con u n pie en el aire:
h a p e r d i d o agilidad.
Si se considera el soneto sólo como paráfrasis
se entiende como forma
a m p l i a d a de
(y si l a paráfrasis
traducción),
es claro
que
Lapesa está en lo justo. E x a g e r a n d o l o que él dice con d i s c r e c i ó n ,
c a b r í a hablar de "material de r e l l e n o " . Pero ¿y si no l o c o n s i d e r á ramos como mera paráfrasis? ¿Si l o c o n s i d e r á r a m o s como el soneto
que es, a sabiendas de que n i los versos 7-8 n i varios otros (los vs. 34 y el v. 12, por ejemplo)
¿No
corresponden
a nada del texto l a t i n o ?
s u c e d e r í a entonces que l o que p a r e c í a p é r d i d a
se convierte en ganancia
(de e x p r e s i ó n
(de agilidad)
personal) ? Y o d i r í a
que
7
los versos 7-8 son l a " c l a v e " del s o n e t o , su r a z ó n de ser. Así como
de Castillo Mantilla, en una especie de "vademécum del poeta" intitulado
Laverintho
poético
(Madrid, 1691), brinda los siguientes datos:
"Abido:
fue muger de Leandro"; "Leandro: marido de Abido", y en ambas voces,
Abido y Leandro, remite a Hero, donde leemos, atónitos, que " H e r o y
Leandro fueron tan amigos, que passando Hero a nado por v n estrecho de
mar, por ver a Leandro, se ahogó en él estando a la vista de Leandro, el
qual sintió tanto la muerte de su amigo, que se arrojó en el mismo sitio,
perdiendo el amigo y la vida". (Para colmo, la voz Hero remite luego a la
voz Andromacho, "hijo de Egisto", que "padeció muerte violenta a rigores
de Hero su muger, hija de Danao, la primer noche de su boda").
E l verbo premeretur, por ejemplo, se transparenta en " e l trabajo presuroso", la fatiga que oprime el pecho —acepción ésta de presuroso que falta
en el DRAE; el Dice. Aut. trae pressura 'opresión, aprieto u congoja', pero
pressuroso tiene sólo la acepción de 'pronto, ligero y veloz' (que es, desde
luego, l a más común: cf. el v. 3 del soneto de Acuña copiado infra, p. 176).
N o su clave "formal", que sigue siendo, por ley, la ingeniosa y dramática súplica de Leandro. E n este sentido (que es el mismo sentido en el
cual se puede hablar de p é r d i d a de agilidad en los vs. 7-8), Garcilaso está,
para nosotros, en "competencia" con los muchos poetas españoles que a su
zaga tradujeron de otra suerte, trasladaron a diferentes palabras castellanas
el p e n t á m e t r o "Parche d u m propero, mergite cum redeo", la pointe del
epigrama, e l único de los cuatro versos de Marcial que era u n reto digno
del poeta-traductor. (No me he puesto a comparar traducciones, pero no me
e x t r a ñ a r í a que algunos encontraran mejor, por ejemplo, la traducción de
Boscán que citaré adelante) . L a clave "formal" está ahí, y no puede menos
de estarlo. Pero yo me refiero a la clave que llamaría "poética", con lo
cual quiero decir algo bien simple: que Garcilaso no tradujo/parafraseó a
Marcial porque su epigrama es ingenioso, sino porque se identificó con Leandro. Marcial no dice nada de lo que pasaba por el interior del joven. Garcilaso lo sabe: él ha sentido eso que d e b i ó de haber sentido Leandro. Y es
lo que nos dice en los vs. 7-8.
6
7
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NRFH, XXIV
ANTONIO AL ATORRE
en
el soneto X I I I
identifica
Garcilaso su
con el de A p o l o ante el rechazo definitivo
propio dolorido
de Dafne
ble estado, oh m a l t a m a ñ o . . . ! " ) , así en el X X I X
("¡Oh
funde su p r o p i a
ansia amorosa con l a de L e a n d r o . Y así como el sentido del
soneto X I I I es el m i s m o que el del intimo
tierna madre. . . " ) , así t a m b i é n
clásico
soneto X X I X
soneto I
sentir
miseraclásico
soneto X I V ( " C o m o la
el sentimiento de
los vs. 7-8
es el m i s m o que el de los vs. 7-8 del
del
intimo
( " C u a n d o me paro a contemplar m i estado. . .") : "Sé
que
me acabo, y más he yo sentido / ver acabar c o n m i g o m i c u i d a d o " .
M á s dolorosa que l a p é r d i d a de la v i d a es l a p é r d i d a de los dulces
amores: " y más
del b i e n que
p r o p i a v i d a congojoso. . . "
allí p e r d í a m u r i e n d o /
que
de
su
" l a nota í n t i m a " , en
los
8
(Rafael Lapesa h a b í a d i c h o antes que
cuatro sonetos clásicos, "falta
por
completo o está
convencional-
9
mente e s t i l i z a d a " . S i m i v i s i ó n es aceptable, se c o n c l u i r á que
el soneto X X I X la nota í n t i m a está b i e n presente, y que
zación no tiene nada de convencional, sino que,
está fuertemente t e ñ i d a de
por
en
l a estili-
el contrario,
sentimiento garcilasiano. L a gran
for-
tuna del soneto se e x p l i c a r í a no sólo por el i n t e r é s " r o m á n t i c o " del
tema
1 0
o por el acierto de l a paráfrasis, sino t a m b i é n por
esa tra-
b a z ó n de vida y l i t e r a t u r a ) .
8
A d e l a n t á n d o m e a lo que voy a decir sobre la fortuna del soneto, hago
notar que estos dos versos fueron muy apreciados por los lectores del Siglo
de Oro. Véase, por ejemplo, cómo el pensamiento garcilasiano se gemina en
los cuartetos del soneto de Coloma que copió infra, p. 152. Otro ejemplo:
el pasaje de Las fortunas de Diana (Novelas a Marcia Leonarda, ed. cit.,
pp. 60-61) en que Lope de Vega describe la confusión y el vocerío de un
naufragio en que está a punto de perecer Celio (galán de Diana) ; Celio,
desentendido de todo y "sólo atendiendo a perder a Diana" —leemos—, lo
único que hacía era repetir la súplica de Leandro, tras lo cual emprende
Lope u n precioso excurso acerca del soneto X X I X y de la perenne vitalidad
de la poesía de Garcilaso, todo ello motivado por el recuerdo de los vs. 7-8
del soneto. Y u n ú l t i m o ejemplo: el soneto " A la muerte de Adonis" del
Conde de Villamediana: "Boca con boca Venus porfiaba / a detener el alma
que salía / del desdichado Adonis que moría / más herido del bien que acá
dejaba...":
soneto publicado en RLit, 24 (1963), p. 63.
¿Y si habláramos de ocho "sonetos clásicos"? Marcial está en el X X I X
como Lucrecio está en el X X X I V ("Gracias al cielo d o y . . . " ) ; Horacio y
Ausonio están en el X X I I I como Virgilio en el X ( " ¡ O h dulces prendas...!") ;
Dafne está en el X I I I como Orfeo en el X V ("Si quejas y lamentos pueden
tanto...") ; y las Ninfas están en el X I como ícaro y Faetonte están en el
X I I ("Si para refrenar este deseo..."). L a "nota í n t i m a " está en los ocho.
L a misma razón que tuvo Garcilaso para hacer suya la explosión sentimental de Leandro la tuvo para hacer suya la de Dido; por lo mismo que parafraseó a Marcial parafraseó t a m b i é n a Lucrecio.
" R o m á n t i c o " en el sentido de 'novelesco, exaltado', etc. (el sentido
normal de la palabra en inglés: el America?! Heritage Dictionary sólo en 6<?
lugar da la acepción técnica 'of or characteristic of romanticism i n the
9
1 0
NRFH, XXIV
"Ya
"GRAN FORTUNA" DE UN SONETO DE GARCILASO
desde 1536
c o r r í a impreso el soneto de
149
Garcilaso en
pliego suelto p o r t u g u é s " , o b s e r v ó M e n é n d e z Pelayo; " Y a en
un
1536
c o r r í a en u n pliego suelto", resume Lapesa en l a 1* e d i c i ó n de
su
1 1
l i b r o . E n efecto: en 1536, el a ñ o de l a muerte de Garcilaso, apar e c i ó en las plazas y los mercados de L i s b o a u n pliego suelto
le ofrecía al cliente unas Trouas de dous pastores. . . por
ribeyro.
. . Com
outros dous r o maces com
O belerma. E justa fue
mi perdición.
Y o tengo este pliego suelto
del c u a l no
fica)
sé que
(que
Bernaldim
sitas grosas: que
E passando el mar
que
dizem.
leandro
existe en u n ejemplar
se haya hecho n i n g u n a r e p r o d u c c i ó n
1 2
.
único,
fotográ-
por una de las m á s valiosas joyas b i b l i o g r á f i c a s de l a poesía
e s p a ñ o l a . N o sólo está allí la p r i m e r a e d i c i ó n impresa de u n a
obra
de Garcilaso, sino t a m b i é n , m u y probablemente, la p r i m e r a e d i c i ó n
arts'). Aquí me interesa la historia de la "gran fortuna" del soneto X X I X ,
no la del tema de Hero y Leandro (análoga a la de otros: P í r a m o y Tisbe,
Calisto y Melibea, Romeo y J u l i e t a ) . Pero lo que pasa es que las dos historias suelen entrelazarse.—Dije (supra, nota 5) que la historia de Leandro
fue quizá en España la más conocida de las leyendas clásicas. E l interés
" r o m á n t i c o " del tema c o n t i n u ó después del Siglo de Oro y sobrevivió a los
reajustes de la Ilustración. Cuando Francisco de Miranda (el "precursor"
de la independencia sudamericana) se acerca en su barco a los Dardaneios,
anota en su diario: " C o n m i anteojo pude descubrir donde están las ruinas
de Sestos, y la de A b i d o s . . . , que no me dexaron de recordar a Hero y
Leandro" (Archivo del General Miranda,
t. 2, Caracas, 1929, p. 140; nuevas
menciones ibid., pp. 162, 170 y 187). " L a posibilidad del viaje de Leandro
fue demostrada experimentalmente por L o r d Byron", que atravesó a nado
el estrecho de Dardaneios el 31 de mayo de 1810 ( M . MENÉNDEZ PELAYO,
Antología...,
t. 10, p. 293, nota). Medio siglo después, "un joven criollo
d i n a m a r q u é s " superaba la marca atravesando a nado el Sund, noticia que
dio la Revista de Ciencias, Literatura y Artes de Sevilla, 1 (1855), p. 639,
en la sección de "Miscelánea", con este titulillo: "Recuerdo de los amores
de Hero y Leandro".
1 1
MENÉNDEZ PELAYO, "Bibliografía...", loe. cit., n ú m . 5. Supongo que
Lapesa suprimió estas palabras de su libro (cf. supra, nota 1) por parecerle
que una noticia tan de detalle desequilibraría el cuadro armonioso que él
procura ofrecer todo el tiempo. (Su formulación, " Y a en 1536", era por
cierto mejor que la de Menéndez Pelayo, " Y a desde 1536". Los pliegos
sueltos, voceados y vendidos en las ferias, se agotaban aprisa. E l pliego suelto
portugués impreso en 1536 estaría agotado en 1537).
ANTONIO RODRÍGUEZ-MOÑINO, Diccionario
bibliográfico
de pliegos sueltos poéticos (siglo xvi), M a d r i d , 1970, n ú m . 486 bis (pp. 323-324). " O r l a
plateresca de cuatro bellas piezas, la lateral exterior lleva la fecha: 1536.
Dentro de ella [supongo que por encima del título Trouas de dous pastores. ..] tres grabados: hombre, casa, hombre; sobre el primero y el tercero, respectivamente, los nombres de Siluestre y Amador. E l texto, a tres
columnas, comienza a la vuelta". Sigue siendo útil la descripción de ANTONIO
JOAQUIM ANSELMO, Bibl. das obras impressas em Portugal no sécido
xvi,
Lisboa, 1926, n ú m . 612 (p. 1746).
1 2
#
150
NRFH, XXIV
ANTONIO ALATORRE
impresa de u n poema español versificado a la italiana. Es u n a
e d i c i ó n doblemente p r í n c i p e .
A h o r a b i e n : durante esos años (y aun m u c h o tiempo después)
los pliegos sueltos de E s p a ñ a y de P o r t u g a l solían combinar dos
clases de atractivos: las novedades, por u n a parte, y por otra las
cosas conocidas, las que gozaban por anticipado del favor p ú b l i c o
porque estaban de moda. L o uno ayudaba a l a venta de lo otro.
Las Trovas de dous pastores de B e r n a r d i m R i b e i r o , poeta maduro
y prestigioso, eran desde luego, en l a i n t e n c i ó n de G e r m á o Galharde
(el impresor lisboeta de cuyo taller salió el pliego suelto), l a piéce
de résistance.
E l t í t u l o las declaraba 'nouamente
empremidas''
(nuevamente: o sea, n u n c a antes impresas), y l o que primero a t r a í a
la m i r a d a del titubeante comprador eran los grabados en madera
con el nombre de los dos pastores, Silvestre y A m a d o r . D e las d e m á s
composiciones se puede asegurar, en cambio, que no eran novedad
alguna: n i los "dous romances" (que en realidad son u n romance,
" O h Belerma, oh B e l e r m a " , y u n villancico, "Justa fue m i perdic i ó n " ) , n i las glosas de esas composiciones (porque a veces lo nuevo
era l a glosa), n i tampoco el soneto de L e a n d r o . Los historiadores de la poesía e s p a ñ o l a renacentista tal vez no han tenido m u y
en cuenta ese documento. D e s p u é s de hablar de los fundadores
(Boscán y G a r c i l a s o ) , suelen pasar a los continuadores (Cetina y
los d e m á s ) y a los opositores (Castillejo y los d e m á s ) d e j á n d o n o s
la i m p r e s i ó n de que los moldes italianos se i m p u s i e r o n poco a poco
sobre l a sensibilidad del pueblo español, venciendo las m i l resistencias de los tradicionalistas. E l pliego suelto de L i s b o a nos hace
ver algo m u y simple: desde el p r i m e r momento, el exquisito soneto X X I X de Garcilaso le g u s t ó a la gente .
1 3
1 4
1 3
E l error de los "dous romances" es trivial: no hay que atribuirlo a
ignorancia portuguesa de las cosas castellanas. H a b í a en esos años entre
España y Portugal una homogeneidad de cultura literaria como no la había
habido antes, y como no volvió a haberla. Es lo que muestra justamente, de
manera tan gráfica, el pliego suelto de 1536. MENÉNDEZ PELA YO observa
(loe. cit.): " E l editor de este pliego creyó que los versos del soneto eran
coplas de arte menor, y los dividió de esta extravagante manera: Passando
el mar Leandro / el animoso / en amoroso fuego / todo ardiendo". Yo
sugiero una explicación menos regañona: el ancho de las tres columnas que
ocupan la plana es el adecuado para los octosílabos, medida en que están
todas las composiciones del pliego, salvo el soneto. Los impresores de pliegos
sueltos estaban acostumbrados a los versos de arte mayor, que solían formarse
a dos columnas. Pero para una cosita de sólo catorce versos no valía la pena
alterar la formación.
E n otras palabras: el pliego de 1536 es, ciertamente, el primer eslabón
de una cadena de testimonios de la gran fortuna del soneto, pero es también
el último y precioso eslabón de una cadena histórica a ú n más interesante:
la que va desde el momento en que Garcilaso lo escribió hasta el momento
en que G e r m á o Galharde lo publicó al lado de un romance y un villancico
1 4
NRFH, XXIV
El
151
"GRAN FORTUNA" DE UN SONETO DE GARCILASO
soneto de
Garcilaso, prosigue Lapesa, " p r o b a b l e m e n t e des-
p e r t ó en B o s c á n l a idea de componer su n a r r a c i ó n , m á s extensa"
(mucho m á s extensa, d a n ganas de c o m e n t a r ) . T a m b i é n es probable l o contrario. B o s c á n
a c u d i ó a muchas fuentes:
al poema
de
1 5
M u s e o en l a t r a d u c c i ó n l a t i n a de M a r c o M u s u r o , a l a Favola di
Leandro ed Ero
de B e r n a r d o Tasso, a las dos heroidas de
Ovidio
y a otros textos clásicos referentes a l a leyenda, entre ellos,
por
supuesto, el epigrama de M a r c i a l , cuyo delicado e ingenioso p e n t á metro final tradujo él, y m u y
su desmesurada Historia de
b i e n por cierto, en a l g ú n lugar
de
Leandro:
"Mientras que voy, ¡oh aguas!, amansaos:
a h ó g a m e después, cuando volviere.
T o d o l o cual debe haberle llevado a ñ o s . Es fácil i m a g i n a r a Bosc á n m o s t r á n d o l e a Garcilaso las partes ya hechas de su poema. Y es
fácil
dar
imaginar
a Garcilaso c o n c i b i e n d o entonces su
al epigrama de
soneto,
para
M a r c i a l u n relieve mayor, para desplegar
su
sentido. E n tal caso n o c a b r í a mencionar a B o s c á n entre los " i m i bien conocidos, y cuyas glosas no eran nuevas. A n t o n i o Rodríguez-Moñino
me dijo una vez (y es probable que lo haya escrito: no tengo tiempo para
comprobarlo) que estaba convencido de que los pliegos sueltos españoles
subsistentes en bibliotecas (incluidas las de lugares remotísimos, como Cracovia, incluidas t a m b i é n las particulares de señorones delosos de sus tesoros
bibliográficos) no representan n i el diez por ciento de los que se imprimieron. Si M o ñ i n o viviera, estoy seguro de que, con su gran conocimiento de la
materia, a p a d r i n a r í a mis hipótesis: no sólo es probable que el pliego de
Galharde ya estuviera agotado en 1537 (como dije en la nota 11), sino
también que el impresor haya acudido, para llenar el espacio que quedaba
libre después de las Trovas de Bernardim Ribeiro, a u n pliego suelto castellano más o menos reciente o "de moda". (Del romance y del villancico sí
se sabe que corrían en pliegos sueltos). O sea: es probable que l a 1* ed. del
soneto X X I X se haya hecho antes de 1536. Garcilaso m u r i ó a fines de 1536.
"Durante su breve carrera cortesana y militar —dice ELIAS L . RIVERS, introd.
a su ed. de Clás. Castalia, M a d r i d , 1969, p. 16—, Garcilaso no publicó ninguna poesía suya". Justo. N o se puede decir que él le haya mandado al
impresor portugués, por correo, u n producto de su pluma. Es incluso probable que n i se haya enterado de la cosa. Y si por alguna casualidad llegó
a ver u n día el pliego suelto de Galharde (o, mejor, alguno de los impresos
en España, según m i hipótesis), tal vez se haya limitado a decir: " Q u é curioso: hasta en pliegos de cordel anda ya m i soneto".
1 5
L a narración de Boscán, dice Lapesa, está "inspirada principalmente en el
texto de Museo". Sí, pero no en el texto griego. MENÉNDEZ PELAYO, Antolog í a . t . 13, p. 301, razona que, "habiendo sido Museo el primer autor griego
impreso en E s p a ñ a y el que m á s c o m ú n m e n t e debía leerse en las cátedras,
es muy verosímil que Boscán se fijase en él desde su juventud y en él hiciese
el aprendizaje de la lengua". " A nosotros —digo con FRANCISCA M O Y A DEL
BAÑO, op. cit., p. 14— nos parece del todo inverosímil. .. Juzgamos que
Boscán no sabía griego". N o hay prueba alguna de que lo supiera.
152
ANTONIO ALATORRE
NRFH, XXIV
tadores" de Garcilaso (con C e t i n a y C o l o m a , por e j e m p l o ) , n i
c o n t a r í a el hecho entre los testimonios de l a "gran fortuna" del
soneto X X I X . Sería m á s b i e n l o contrario: el poema de Boscán
estará lleno de fárrago, pero n o se puede negar que tuvo su fortuna: d i o a conocer a los e s p a ñ o l e s u n a bella historia " r o m á n t i c a " .
Y el p r i m e r testimonio de l a fortuna del poema de Boscán puede
m u y bien haber sido el soneto de Garcilaso.
E n cuanto a G u t i e r r e de C e t i n a y J u a n C o l o m a , n o existe n i
sombra de duda. Es evidente (para decirlo con algunas de las palabras que Lapesa emplea a p r o p ó s i t o de Boscán) que el soneto X X I X
de Garcilaso d e s p e r t ó en ellos l a idea de componer sus respectivos
sonetos, los cuales son, "declaradamente", por así decir, unas como
re-formulaciones del admirado modelo. P e r o l a historia de los
sonetos de C e t i n a y C o l o m a no es tan simple, y vale l a pena detenerse u n poco en ella.
E n el momento de copiar, por p r i n c i p i o de cuentas, el soneto
de C o l o m a , me veo ante u n p e q u e ñ o problema. E l soneto nos ha
llegado a través de cuatro fuentes, dos impresas y dos manuscritas . E l texto m á s autorizado es el impreso de 1554, pero u n o de
sus versos está estropeado y necesita c o r r e c c i ó n . H e c h a , pues, la
p e q u e ñ a o p e r a c i ó n de cirujía plástica, el soneto dice así:
1 6
E n el soberbio mar se vía metido
Leandro, y de sus ondas trastornado,
y menos del temor de muerte helado
que del fuego de amores encendido,
cuando, de congojoso y oprimido,
de aliento y fuerza ya desamparado,
de aquel estorbo solo desmayado
más que de su morir entristecido,
habló de esta manera (mas fue en vano),
echando el alma en el postrer aliento
de una cansada voz y dolorida:
"¡Oh riguroso mar y airado viento!
1 6
Las fuentes son éstas:
C: Cancionero general de obras nueuas, nunca hasta aora impressas. ..,
Zaragoza (Esteban G . de N á j e r a ) , 1554, fol. clxviii r°. E l único ejemplar
conocido está en la biblioteca ducal de W o l f e n b ü t t e l . H e visto una fotocopia,
propiedad de m i amigo Elias L . Rivers, garcilasista de primera. ALFRED
MOREL-FATIO incluyó una edición completa de ese cancionero en su libro
L'Espagne au xvi et au xvii siècle, H e i l b r o n n , 1878 (el soneto está en la
p. 580).
T: JUAN TIMONEDA, Sarao de amor, Valencia, 1561, fol. lxxvj r°.
M: B . N . M . , manuscrito 1132 (no a n o t é el f o l i o ) .
F: Flores de baria poesía ("Recopilosse en la çiudad de Mexico A n n o del
nasçimiento de N r o Saluador IHuchristo de 1577 A n n o s " ) , ms. 2973 de la
B . N . M . , p. 88.
e
e
NRFH, XXIV
153
'GRAN FORTUNA" DE UN SONETO DE GARCILASO
Dejadme adonde voy allegar sano,
y luego me ahogad a l a v e n i d a " .
17
¿ P o r q u é se t o m ó J u a n C o l o m a el trabajo de escribir este soneto? L o ú n i c o que podemos contestar es que, al ejercitar en él su
p l u m a , al ponerse a decir " l o mismo, pero con
rendía
un
t r i b u t o de
admiración
otras palabras",
a Garcilaso. A r r a s t r a d o por
d e v o c i ó n a l modelo, este garcilasista de l a p r i m e r a h o r a hizo
l l a n a y simple i m i t a c i ó n
do"
>
é l : "en
amoroso fuego todo ardien-
" d e l fuego de amores e n c e n d i d o " ; "mas
de ellas o í d a "
plificado:
de
>
"mas
fue
su
una
en v a n o " . . . (variatio
n u n c a fue
su voz
con algo de
am-
los vs. 7-8 del soneto de Garcilaso reaparecen en el suyo
n o s ó l o en los vs. 7-8, sino t a m b i é n en los vs. 3-4). L a c o n c e p c i ó n ,
el
desarrollo, las palabras mismas del i n g e n u o soneto de
Coloma
1 S
son u n homenaje al gran i n i c i a d o r .
C e t i n a , otro de los garcilasistas de l a p r i m e r a hora, es u n poeta
de m u c h í s i m o m á s n o m b r e que
1 7
1 9
Coloma ,
y, p o r
otra parte,
no
E n C, el v. 7 dice "de aquel estonio ya desamparado", con repetición
mecánica del "ya desamparado" del v. 6 (el v. 8 tiene otra errata, pequeña:
"de su morir y entristecido"). MOREL-FATIO, loe. ext., observa que el final
del v. 7 no es " a u t é n t i c o " . J . HAZAÑAS, en nota a su ed. de las Obras de
Gutierre de Cetina, Sevilla, 1895, pp. 114-115 (copiado por F . M O Y A DEL
BAÑO, op. cit., p. 219), deja intacto el v. 7 y corrige el 6 (con resultado
p a u p é r r i m o : "de aliento y fuerza ya desesperado, / de aquel estorvo ya
desamparado"). Y o he corregido el v. 7 de acuerdo con T y con M . Recojo
las demás variantes significativas: 1 se vio metido T | se auia metido FM || 2
Leandro de las F \ contrastado M 11 4 que de fuego F 11 5 Quedando congoxoso
T 11 8 muy mas que de su muerte T 11 5-8 Viéndose de las ondas combatido, / del uiento, y fuerzas ya desamparado / • y sin su hermosa Hero
auergoncado / al punto de la muerte auer uenido F || 10 postrero aliento
F || 11 da una F || con vna boz cansada y T || 12 o r i g u r o s o . . . , o airado
FMT
|| 13 que llegue sano F || 14 en la venida F | en el camino [sic!] M.~No
vale la pena analizar estas variantes. Las de T parecen obedecer a u n afán
de pulimiento; las de F, a una laguna en la memoria del compilador.
Todas las composiciones de Coloma que figuran en el Cancionero de
1554 están impregnadas de garcilasismo. L a m á s extensa es una égloga,
"Clara y fresca r i b e r a . . . " , de 785 versos, y l a m á s ambiciosa una Historia de
Orfeo (fols. cxxxvii ss. = ed. Morel-Fatio, pp. 563-568) en 61 octavas reales
(488 versos), de l a cual ofrezco estas muestras: Aristeo, pretendiente de
Eurídice, se nos muestra "en amoroso fuego todo ardiendo"; en la descripción de la muerte de Eurídice hay estos versos: " . . . luego el cuerpo dell'alma
despedido / q u e d ó en la verde yerua allí tendido"; y Orfeo canta: "Perdí
todo m i bien iunto en v n ' hora". Los ejemplos de copias textuales podrían
multiplicarse.—No he visto el artículo de J . P . WICKERSHAM CRAWFORD, "Notes
on the sonnets i n the Spanish Cancionero general de 1554", RR, 7 (1916),
328-337.
A Coloma "hoy apenas lo mencionan las obras especializadas", dice
BEATRIZ ENTENZA DE SOLARE en sus sólidos "Datos para la biografía de don
J u a n Coloma", FU, 13 (1968-69), 165-175, donde recoge cinco elogios que
de él se hicieron en el siglo x v i (uno de ellos, de Cervantes en el Canto
1 8
1 9
154
NRFH, XXIV
ANTONIO ALATORRE
creo que sus lectores l o califiquen de ingenuo. V e r d a d es que sus
lectores l o son sobre todo de u n b r e v í s i m o madrigal, e x p r e s i ó n nada
ingenua, sino altamente refinada, de u n o de los m á s tenaces tópicos
literario-vitales d e l R e n a c i m i e n t o : l a esclavitud amorosa, e l masoq u i s m o petrarquista. E l soneto de que a q u í se habla n o es, sin
embargo, m u y distinto del de C o l o m a . P e r o antes de copiarlo debo
copiar este otro ingenuo soneto de L e a n d r o , que se p u b l i c ó por
vez primera, sin nombre de autor, en l a e d i c i ó n de 1557 del Cancionero general de H e r n a n d o del Castillo:
Leandro, que de amor en fuego ardía,
puesto que a su deseo contrastaba
el fluctuoso mar que no cesaba,
nadando, a su pesar, pasar quería.
Allí mortal congoja le afligía;
la fuerza y el aliento le faltaba;
y más de aquel estorbo desmayaba
que del mortal peligro en que se vía.
H a b l ó de esta manera (mas fue en vano),
echando el alma en el postrer acento
de una cansada voz y dolorida:
" O h riguroso mar, terrible viento,
dejadme donde voy allegar sano,
y luego me ahogad a l a venida" .
2 0
¿Es distinto este soneto del de C o l o m a ? A l lector le toca decidir. Salvo u n adjetivo ( airado viento", "terrible v i e n t o " ) , los tercetos son i d é n t i c o s ; pero a d e m á s , l a materia toda del segundo cuarteto es en los dos sonetos l a misma, verso a verso. Parece como si
alguien h u b i e r a tomado el soneto de C o l o m a y h u b i e r a rehecho
o reestructurado los cuartetos, poniendo l a fácil r i m a -ía/-aba en
lugar de l a r i m a igualmente fácil -ido/-ado, y alterando bastante,
de paso, el p r i m e r c u a r t e t o .
<e
21
de Caliope). E n 1573 Coloma era virrey de Cerdeña, y en 1576 publicó en
Cagliari u n libro con dos largos poemas religiosos.
Cancionero general...
con algunas cosas nueuas de modernos . . . , Anvers
(M a r t í n N u c i ó ) , 1557, fol. ccclvj v°. Corrijo las erratas de los vs. 12 y 13:
mas en vez de mar, y a llegar en vez de allegar.
E n uno de los mss. del soneto de Coloma (cf. supra, nota 17, la lista
de variantes) el v. 2 dice "Leandro y de sus ondas contrastado", lo cual
puede relacionarse con e l v. 2 del a n ó n i m o de Amberes: "puesto que a su
deseo contrastaba / .. .el mar". Si ésta fuera prueba suficiente, se concluiría
que el a n ó n i m o refundidor tenía a la vista un manuscrito y no el libro de
Cancionero general de muchos y diuersos autores se llamó el de Hernando del Castillo en sus primeras ediciones; y el publicado por Esteban G .
de Nájera en Zaragoza se llamó Cancionero general de obras nueuas. "Nada
tiene que ver este Cancionero general de obras nuevas con el de Castillo",
observa oportunamente A . RODRÍGIJEZ-MOÑINO en su ed. del Cancionero genial de Castillo, M a d r i d , 1958, p. 38.
2 0
2 1
NRFH, XXIV
"GRAN FORTUNA" DE UN SONETO DE GARCILASO
A h o r a , he a q u í el soneto de
155
Cetina:
Leandro, que de amor en fuego ardía,
puesto que a su deseo contrastaba
el fortunoso mar que no cesaba,
nadando, a su pesar, pasar quería;
mas viendo ya que el fin de su osadía
a l a rabiosa muerte l o tiraba,
mirando aquella torre donde estaba
Hero, a las fieras ondas se volvía,
a las cuales con ansia enamorada
dijo: "Pues aplacar furor divino
enamorado ardor no puede nada,
dejadme al fin llegar de este camino,
pues poco ha de tardar, y a la tornada
secutad vuestra saña y m i destino" .
2 2
H e r r e r a , que fue q u i e n puso el n ú m e r o X X I X
sando el mar L e a n d r o el a n i m o s o "
2 3
a l soneto " P a -
, p u b l i c a en su c o m e n t a r i o a
él varios textos p o é t i c o s , entre ellos el de C e t i n a , precedido de u n
breve comentario: " C e t i n a ,
G.
que
parece que quiso contender c o n
L . en algunos sonetos, h i z o este mesmo [o sea el de Garcilaso]
desta suerte". Y en efecto, eso es l o q u e d e b i ó de m o v e r a C e t i n a :
el deseo de "contender" c o n Garcilaso. L a e m u l a c i ó n es u n a de las
formas d e l homenaje.
2 2
L a 1» edición de este soneto está en las Anotaciones de Herrera, pp. 204205. Pero el texto que doy no es el de Herrera, sino e l de las Flores de
baria poesía, ms. cit., p. 88. E n Herrera se lee v. 4 "vencer quería", v. 7
"en donde estaba" y v. 13 "he de tardar". (J. HAZAÑAS, ed. cit., t. 1, p p . 111112, ofrece e l texto de Herrera y a ñ a d e u n a errata: v. 3 "al fortunoso m a r " ) .
N i n g u n a de esas variantes se impone. Es probable que Herrera no conociese
el soneto de Coloma n i el a n ó n i m o del Cancionero de Amberes. D e haber
conocido este último, quizá hubiera preferido la "variante" fluctuoso para
el v. 3 (en vez de fortunoso, voz m á s anticuada). Sospecho que e l vencer
del v. 4 es corrección suya (para evitar el pesar ¡pasar). Pero son conjeturas
ociosas.
3 Véase m i artículo "Garcilaso, Herrera, Prete J a c o p í n y d o n T o m á s
Tamayo de Vargas" e n el v o l . La poesía de Garcilaso (cit. supra, nota 1 ) ,
p. 358, nota 38. E n la ed. de 1543, el soneto de Leandro está a l principio
del volumen, mientras que el resto de las obras de Garcilaso va al final (constituye el "libro I V " ) . E l impresor lo hace notar muy claramente (fol. sign.
A r°) : "Soneto de Garcilasso que se o l u i d ó de poner a la f i n con sus obras".
Según MENÉNDEZ PELAYO, "Bibliografía...". cit., n ú m . 5, "en algunas ediciones antiguas de Garcilaso falta e l soneto, y en otras se atribuye a Boscán".
T a l vez por eso dice HERNÁNI CIDADE, "Dividas de Camóes á poesía espanhola",
Homenatge a Antoni Rubio i Lluch, t. 3, Barcelona, 1936, p. 400: " É de
Boscan o u de Garcilaso o soneto Pasando el mar Leandro, el animoso}
É duvidosa a autoría, como é sabido". L o cual es mucho* decir. Desde e l siglo x v i hasta el nuestro, siempre se ha sabido que el soneto es de Garcilaso.
L>
6
156
NRFH, XXIV
ANTONIO ALATORRE
Sí, pero m á s que al de Garcilaso, el soneto de C e t i n a se parece
al a n ó n i m o d e l Cancionero general de 1557 y, a través de él, al de
C o l o m a . L o s tres sonetos son, casi, " u n o mesmo", dicho de tres
suertes distintas. T a l es l a c o n c l u s i ó n que se saca si se leen en el
orden en que los he colocado: hay u n b i e n visible desarrollo del
soneto de C o l o m a al a n ó n i m o del Cancionero, y de éste al de
C e t i n a . Pero puede ser que el orden c r o n o l ó g i c o n o haya sido
ése. Entonces l a e x p l i c a c i ó n h i s t ó r i c a de los tres sonetos t e n d r í a
que ser m u y o t r a . Siento, sin embargo, que el orden que propongo es el m á s lógico. Y de las tres "versiones", siento que l a de
C e t i n a es l a culminante. E n todo caso, era necesario colocar el
soneto a n ó n i m o a l lado de los otros dos, obra de poetas conocidos.
2 4
2 5
Q u e d a n los d e m á s poetas mencionados por Rafael Lapesa: Sá de
M i r a n d a , Montemayor, R a m í r e z Pagan, Camoes " y otros". Es una
lista coherente: son, todos ellos, autores de sonetos sobre el tema
de H e r o y L e a n d r o , y todos, desde luego, conocieron el soneto de
Garcilaso. P e r o antes de decir sobre esto l o que pienso decir, quier o considerar otros aspectos de l a fortuna d e l soneto de Garcilaso.
U n a de las primeras señales de su inmensa fama fue l a aparic i ó n de u n penéant,
de u n s o n e t o - c o m p a ñ e r o . " N o le está b i e n ser
solo", debe haberse d i c h o alguien. Y de l a costilla del soneto de
L e a n d r o c r e ó e l soneto de H e r o . Éste se puede leer en varias
reimpresiones modernas, pero de todos modos l o voy a copiar, porque no sólo tuvo a su vez u n a gran fortuna, sino que esta fortuna
está m u y trabada con l a del de Garcilaso. C u a n d o se i m p r i m i ó , en
1557, era ya u n "soneto viejo". E l de Garcilaso, s e g ú n eso, era
v i e j í s i m o . H a c í a años que circulaban los dos de boca en boca. H e
a q u í el texto:
2 6
Hiero, del alta torre do m i r a b a
a su Leandro que en el mar venía,
2 4
Pongo corno ejemplo el sintagma 'más d e . . . que d e . . . ' (y su variante 'menos d e . . . que d e . . . ' ) : aparece en los vs. 3-4 y 7-8 del soneto
de Coloma; el a n ó n i m o del Cancionero lo suprime de los vs. 3-4, y Cetina
lo elimina por completo.
Se v e n d r í a al suelo, así, lo que en la nota anterior dije sobre el sintagma 'más d e . . . que dfe...', y de las ruinas h a b r í a que levantar otro peq u e ñ o edificio. Sean 1, 2, 3 los sonetos según m i colocación. Puede ser
que el orden de composición haya sido 1, 3, 2. E n ese caso, 2 es u n mosaico
de 1 y 3. Puede ser que e l orden sea 3, 2, 1, y para probarlo se podría
alegar que el ú l t i m o terceto de 3 es el m á s parecido a l último terceto del
soneto original. T a m b i é n es posible que 1 y 2 sean obra de Coloma (2,
estado m á s avanzado de 1), o que 2 y 3 sean obra de Cetina (2, estado
embrionario de 3) . E t c .
H e estado tentado a seguir el ejemplo de Alonso Pérez (cf. infra, final
2 5
2 6
NRFH, XXIV
157
"GRAN FORTUNA" DE UN SONETO DE GARCILASO
helósele l a sangre que tenía;
murióse cuando v i o que muerto estaba.
C o n lágrimas el mar acrecentaba;
el aire con sospiros encendía;
extremos eran grandes los que hacía;
palabras eran tales las que hablaba:
" O h mal logrado esposo, oh dulce amigo,
espérame, no partas, que ya muero;
de u n golpe d i o l a muerte dos heridas;
recíbeme, m i bien, allá contigo;
a do m u r i ó Leandro, muera Hero;
parézcanse las muertes a las vidas" .
2 7
E l verso f i n a l es especialmente acertado: n o sólo es u n b u e n remate de los otros trece, sino que consagra e l soneto todo como " l a
otra tabla d e l d í p t i c o " . E s u n soneto hecho para ser recitado a
c o n t i n u a c i ó n d e l de Garcilaso. Salta a l a vista el parecido " t e x t u a l " :
d e s c r i p c i ó n d r a m á t i c a d e l trance, seguida de e x c l a m a c i ó n p a t é t i c a
y m e m o r a b l e . E s c o m o si el poeta a n ó n i m o q u e e s c r i b i ó "parézcanse las muertes a las vidas" h u b i e r a q u e r i d o que su soneto sobre
la muerte de H e r o se pareciera a l soneto sobre l a muerte de L e a n de la nota 36) y escribir "lo miraba" en vez de "do miraba". E l pronombre
lo da u n sentido m á s satisfactorio ("Hero, desde l a alta torre, miraba a
Leandro") que el adverbio do ("Hero, desde l a torre de donde miraba
a Leandro, se le h e l ó l a sangre"). HAYWARD KENISTON, The syntax of Castilian
prose: the 16th century, Chicago, 1937, § 8.822, cita textos como éste de la
Tragicomedia de Lisandro y Roselia: " B i e n puede dormir descuidado Lisandro, que fasta su cama la h a r á venir a Roselia'*. Pero tal anticipación pronominal del objeto directo (muy c o m ú n hoy en e l R í o de l a Plata: "ayer
lo v i a Pedro") no parece haber sido frecuente en e l siglo x v i , y por eso,
quizá, prevaleció do en vez de lo. Sobre este m i n ú s c u l o detalle véase también infra, nota 50. (MENÉNDEZ PELAYO, " B i b l i o g r a f í a . . . " , n ú m . 12, escribe
erradamente " H e r o del alta torre que mirava").
Cancionero general. . A n v e r s , 1557, fols. cccc v°-ccccj r ° . T í t u l o : "Soneto viejo". Se encuentra a l final del volumen, en l a ú l t i m a sección de
"Obras nueuas", que ocupa los últimos quince folios (del ccclxxxviij r° al
ccccij v°) y va anunciada así: "Síguense ciertos Sonetos, coplas y canciones
nueuos, hechos en l a ciudad de Londres en Yngalaterra, A ñ o M . D . L V . , por
dos caualleros cuyos nombres se dexan para mayores cosas, con ciertas obras
de otro autor, cuyo nombre t a m b i é n se reserua". Entre los once "sonetos
nueuos" hay dos mitológico-garcilasianos: u n o sobre Icaro y otro sobre
M i r r a . E l de Hero, no nuevo, sino expresamente calificado de viejo, se
incluye porque va seguido de una "Glosa nueua a l Soneto de arriba", obra
de uno de los dos caballeros que a c o m p a ñ a b a n a Felipe I I e n Londres el
año 1555, o bien del tercer "autor" que, como los otros dos, quiso perma2 7
necer a n ó n i m o .
CAROLINA MICHAELIS
DE VASCONCELOS,
en ZRPh,
8
(1884),
p. 615, nota, creía que el autor del soneto de H e r o era portugués, y hasta
sugería: " (Montemayor?)". (Cf. ibid., pp. 443-444, donde dice que Teófilo
Braga se l o colgó nada menos que a CamÓes). Véase también, de l a misma
autora, u n a nota m á s sobre el soneto en RHi, 22 (1910), 548-549.
158
NRFH, XXIV
ANTONIO ALATORRE
dro,
fuera d i g n o de él. E l hecho es que
los dos
sonetos t u v i e r o n ,
2 8
en efecto, u n a v i d a p a r e c i d a . Y n o p o r q u e el de H e r o se valiese
d e l prestigio del de L e a n d r o , o b r a d e l p r í n c i p e de los poetas, sino
por
sus m é r i t o s propios, de tal m a n e r a que
los
dos
que
n o es osado decir
se ayudaron y se enaltecieron r e c í p r o c a m e n t e .
en el Cancionero
general
de
Es
que
verdad
1557 n o e s t á n juntos; pero cinco
a ñ o s d e s p u é s , J u a n T i m o n e d a , poeta-librero d o t a d o de
olfato
edi-
t o r i a l , los colocó el u n o al lado d e l o t r o en u n c a n c i o n e r i l l o de
muchos
que
"Soneto de
publicó,
Leandro"
la hermosa H e r o "
2 9
y
les
(sin
puso,
mención
adecuadamente,
de
Garcilaso)
estos
y
los
títulos:
"Soneto
de
. D u r a n t e m á s de u n siglo el p o p u l a r l i b r i t o
de
versos c o m p i l a d o por T i m o n e d a s i g u i ó i m p r i m i é n d o s e ,
para bene-
f i c i o de generaciones de e s p a ñ o l e s seguramente n o refinados,
sí amigos de leer y releer l o q u e r i d o y conocido
3 0
pero
.
2 8
Si las huellas manuscritas del soneto X X I X de Garcilaso son escasas,
t a m b i é n lo son las de "Hero del alta torre...". N o h a b í a necesidad de copiarlos, excepto cuando alguien c o m p o n í a o compilaba una serie de cuatro o
cinco sonetos sobre el tema e incorporaba alguno de ellos, o cuando u n
poeta lo copiaba para hacerlo seguir de una glosa. E l soneto de Garcilaso
está, sin embargo, en el Cancionero manuscrito de Pedro del Pozo, ed. A .
Rodríguez-Moñino, M a d r i d , 1950, p. 51 ( n ú m . 116) y en el "Cancionero
toledano" estudiado y
editado
por
ROSA
MARÍA
FALGUERAS GOROSPE en
su
tesis mecanografiada El ms. 17.698 de la Biblioteca Nacional de Madrid,
Barcelona, 1963, fol. 433, n ú m . 130 ( = fol. 126 v° del ms. 17.698): las
variantes son mínimas; en los dos mss. el v. 8 dice "que de su propia muerte
congoxoso" (Timoneda imprime una vez muerte y otra vez vida: cf. infra,
notas 29 y 46). E l soneto "Hero del alta torre..." está en el ms. X de la
H . S . A . (Cancionero h i s p a n o - p o r t u g u é s ) , fol. 49 r° (cf. ANTONIO RODRÍGUEZMOÑINO y M A R Í A BREY MARINO, Catálogo de los manuscritos poéticos caste-
llanos (siglos xv, xvi y xvii) de The Hispanic Society of America, N e w York,
1965, t. 1, p. 79) y t a m b i é n en u n ms. de É v o r a (GXIV-2-2, fol. 156 v ° ) ,
según C . MICHAÉLIS DE VASCONCELOS, RHi,
2 9
22
(1910), p. 548.
Cancionero llamado "Flor de enamorados", sacado de diuersos auctores,
agora nueuamente por muy linda orden copilado (Barcelona, 1562), ed. A .
R o d r í g u e z - M o ñ i n o y D . Devoto, Valencia, 1954, fols. 64 v°-65 r°. E l v. 8 del
soneto de Leandro dice "que de su propia muerte congoxoso". E l de H e r o
parece retocado por Timoneda, sobre todo en el primer cuarteto: "Hero del
alta torre, do miraua / a su Leandro qu'en la mar yazía / quajósele la sangre
que t e n í a / al punto que lo vio que muerto estaua".
L a ú l t i m a ed. conocida de la Flor de enamorados es de Barcelona, 1681.
L a popularidad conjunta de los sonetos p o d r á sorprender hoy. E l "discurso
poético" de Garcilaso se nos hace m á s avanzado que el de su imitador. E l
soneto de H e r o nos resulta mucho m á s ingenuo. E n este sentido, el soneto
" H e r o del alta torre..." no se parece a "Pasando e l mar L e a n d r o . . . " , sino
al igualmente a n ó n i m o "Leandro, que de amor en fuego ardía", que es
el que efectivamente le sirve de compañía, si b i e n a 44 folios de distancia,
en el Cancionero general de 1557.—Cuando hablo a q u í de "ingenuidad" me
refiero a cosas concretas, como la sintaxis. E l soneto de Hero se compone de
frases separables por u n simple punto y coma; y esos dos endecasílabos,
"extremos eran grandes los que hacía, / palabras eran tales las que hablaba",
8 0
NRFH, XXIV
"GRAN FORTUNA" DE UN SONETO DE GARCILASO
159
E n p r i m e r lugar, así como el "Soneto de L e a n d r o " m e r e c i ó el
homenaje de l a triple i m i t a c i ó n que acabo de recordar, así el "Soneto de l a hermosa H e r o " fue imitado por u n poeta de l a misma
g e n e r a c i ó n que C o l o m a y Cetina, y probablemente hacia l a misma época. Se puede decir, glosando a H e r r e r a , que H e r n a n d o de
A c u ñ a parece que quiso contender con el soneto d e l Cancionero
general e " h i z o este mesmo desta suerte":
De l a alta torre al mar Hero miraba,
al mar, que siempre más se embravecía;
y esperando a Leandro se temía,
mas siempre con temerse le esperaba..., etc.
E l p r i m e r verso es casi i d é n t i c o , y las rimas de los cuartetos son las
mismas que en el modelo, pero l a " d i c c i ó n " es m u c h o m á s concentrada. Las palabras finales se condensan t a m b i é n en solos dos
versos. A l precipitarse de l a torre a l a muerte, H e r o exclama:
" A l m a , pues otro bien ya no se espera,
éste, al menos, te será otorgado".
P e r o el soneto de A c u ñ a , seguramente por haberse p u b l i c a d o demasiado tarde, n u n c a p u d o medirse con e l del Cancionero
general .
Es m u y posible que el "soneto viejo" de H e r o se haya traducido
a lenguas extranjeras durante los siglos x v i y.xvn, pero n o me consta. D e l soneto de Garcilaso, en cambio, consta que fue traducido a l
italiano (antes de 1580) y al inglés (en l a segunda m i t a d del si31
¿a q u i é n no le suenan a octosílabos de romance viejo? JOSÉ MARÍA DE Cossío,
Fábulas mitológicas en España, M a d r i d , 1952, p. 152, dice que los versos del
soneto de H e r o son " m á s bien desmayados". Yo prefiero llamarlos ingenuos
y amables.
N o he encontrado el soneto de A c u ñ a en n i n g ú n cancionero manuscrito. L a primera edición de sus Varias poesías es de M a d r i d , 1591. Véase el
texto del soneto allí, fol. 144 r°, o en dos eds. modernas: la de A . Vilanova,
Barcelona, 1954, p. 259, y la de E . Catena de V i n d e l , M a d r i d , 1954, p. 340.
E n l a ed. original el v. 9 dice "Esclareciendo en esto l a triste E r o " . H a y que
hacer una no muy imaginativa corrección: " E n esto la triste Hero, esclareciendo," para que rime con el diziendo del v. 12. Los dos editores modernos
(y J . Hazañas, que incluye el soneto de A c u ñ a en su ed. de Cetina, t. 1,
p. 48) n i siquiera parecen darse cuenta de la errata. [Reflexión amarga:
¿valen la pena esas colecciones pomposamente llamadas "Selecciones bibliófilas" y "Biblioteca de antiguos libros hispánicos", si los textos que ofrecen
son tan desaliñados?].—J. HIMELBLAU, en RR, 58 (1967), 178-179, dice que
el soneto de Hernando de A c u ñ a "derives its inspiration, i n the main, from the
Greek poet Musaeus". E n realidad, no. Para escribir su soneto, A c u ñ a no
necesitaba leer a Museo, n i tampoco "entrarse en el carro largo" del poema
de Boscán. L e bastaba el soneto viejo, que H i m e l b l a u no parece conocer.
3 1
160
NRFH, XXIV
ANTONIO ALATORRE
3 2
glo x v i ) . E n otra forma de d i f u s i ó n
constancia d e l " p a r e c i d o " que
" i n t e r n a c i o n a l " hay
h u b o entre ellos:
también
ios dos
fueron
puestos en m ú s i c a e n u n a é p o c a en que los villancicos, madrigales
y canciones en lengua e s p a ñ o l a
eran m u y estimados en
Europa.
Y podemos estar ciertos de que c u a n d o u n m ú s i c o elegía u n texto
p o é t i c o como materia, t e n í a siempre en cuenta e l gusto l i t e r a r i o
del
público,
porque este gusto i b a a predisponerlo a gustar d e l
j u e g o de sonidos aportado p o r é l , creado p o r é l
Tanto la traducción
3 3
.
c o m o l a mise en musique
siguen funcio-
n a n d o en nuestros d í a s . E n c a m b i o , l a costumbre de las glosas y
l a costumbre de las contrahechuras " a l o d i v i n o " , sobre todo en l a
f o r m a casi m a n í a c a
que llegaron a tener en l a E s p a ñ a
d e l Siglo
de O r o , v a n q u e d a n d o relegadas al o l v i d o . P e r o eran t a m b i é n hono8 2
Alonso Pérez incluyó e l soneto de H e r o (con u n a glosa propia) en su
continuación de l a Diana de Montemayor (cf. infra, p. 162 y nota 36). Esta
"segunda parte" fue traducida por lo menos a l francés y a l inglés (quizá
t a m b i é n a l alemán y a l holandés: los datos de PALAU, Manual, t. 10, pp. 99-100,
no son siempre precisos). Pero ¿se traducía todo? ¿ T a m b i é n las poesías intercaladas?, ¿se tradujo también el soneto? (¿y l a glosa?). S i en la mayor parte
de este artículo m i ignorancia es parcial, en éste confieso que es total.—En
cuanto a las traducciones de "Pasando el mar L e a n d r o . . . " , l a primera noticia
se l a debo a FERNANDO DE HERRERA, Anotaciones, p . 206: " u n Pedro Pintor",
italiano (Pietro Pittore?), " t r a d u z i ó . . . , como él dize, palabra por palabra i
verso por verso con las mesmas rimas" (cosa que a l sensato Herrera le parece
absurda, por programática o m e c á n i c a ) , e l soneto de Garcilaso. L a otra noticia l a encuentro en MARIO PRAZ, "Stanley, Sherburne and Ayres as translators
and imitators of Italian, Spanish and Frendr poets", MLR, 20 (1925), p. 429:
el soneto fue traducido/imitado por P h i l i p Ayres, nacido en 1638 ("Leander
drowned"; incipit: " T h o ' winds and seas oppose their utmost s p i t e . . . " ) .
E n PALAU, loe. cit., p. 100a, me topo con esto: " T a m b i é n tenemos nota de
que Barnaby Googe tradujo textos de Montemayor y de las Obras de Boscán
y Garcilaso bajo e l título: Diana, Eglogs, Epytaphes & Sonettes". (¿De c u á n d o
es este libro? ¿Incluye una traducción d e l soneto X X I X ? De nuevo: m i
ignorancia es total).
Para e l soneto de Garcilaso véase GALLARDO, Ensayo, t. 3, cois. 1234-1235
(composición del Libro de música de vihuela de Diego Pisador, Salamanca,
1552), y FELIPE PEDRELL, Cátalech de la biblioteca musical de la Diputado
de Barcelona, t. 2, Barcelona, 1909, p . 130 (composición del Libro de música
para vihuela intitulado "Orphénica
tyra" de M i g u e l de Fuenllana, Sevilla,
1554). E n e l Libro de Pisador hay sólo dos composiciones cuya letra está en
metro italiano: el soneto de Garcilaso y la octava "Flérida para m í dulce y
sabrosa", de la Égloga I I I (que Pisador, por cierto, intitula también "soneto") , y en ambos casos advierte: " L a s tres voces tañidas y l a otra cantada
por de fuera", lo cual quiere decir que eran originalmente madrigales a
cuatro voces, reducidos por Pisador a u n a voz con a c o m p a ñ a m i e n t o de
vihuela. E n esa misma forma (polifonía de cuatro voces) pasó a l lenguaje
musical el soneto de Hero: es uno de los Madrigales (1561) de Pedro Alberto
V i l a : he visto en l a Biblioteca Central de Barcelona (signatura 49) el cuadernillo de "Altus", la ú n i c a de las cuatro voces que se ha salvado de
la ruina.
8 3
NRFH, XXIV
161
"GRAN FORTUNA" DE UN SONETO DE GARCILASO
res que sólo se tributaban a las poesías m u y queridas de l a gente,
a las que estaban grabadas en su m e m o r i a y en su sentimiento.
E l 'Soneto de L e a n d r o " y el "Soneto de l a hermosa H e r o " los
r e c i b i e r o n en abundancia.
¿ Q u é era l a glosa nueva publicada en 1557 sino u n homenaje
al soneto viejo de H e r o ? S u a n ó n i m o autor p o d í a , como Fernando
de Rojas, estar seguro de halagar a ciertos lectores que " q u e r í a n
que se alargasse en e l processo de su deleyte" desta historia. Y así
es: todo el p a t é t i c o deleite del soneto queda alargado. L a glosa
consta de siete octavas de rimas m o n ó t o n a s ABBA/ABBA,
cada
una de las cuales termina con dos versos d e l soneto. Baste ver c ó m o
la p r i m e r a octava a m p l í a el cuadro de l a angustiada espera:
4
L a hora que Leandro pretendía
gozar de sus amores se acercaba;
la noche muy obscura se mostraba;
l a luna claridad dar no podía;
el mar, cuanto más va, m á s se encendía;
y aquella tempestad notando estaba
fíero del alta torre do miraba
a su Leandro que en el mar venía.
" L a consecuencia p r i n c i p a l de l a c o n s i d e r a c i ó n de esta glosa —dice
u n c r í t i c o moderno-—, es notar en ella u n declive arcaizante fatal,
y pese a ser de tema moderno lleva e l recuerdo a l a poesía tradicional m á s a u t é n t i c a " . Y o d i r í a algo parecido, pero de otra manera
(y con otra s i n t a x i s ) . L a glosa n o es, en realidad, "de tema mod e r n o " : e l tema es ya tan viejo como el soneto, y a ú n m á s . P e r o
hacia 1555, cuando l a poesía italianizante en lengua e s p a ñ o l a está
dando ya frutos bastante refinados, l a glosa d e l caballero a n ó n i m o ,
poete de dimanche
tiene l a m i s m a arcaica i n g e n u i d a d del soneto
v i e j o . A h o r a b i e n : como es ésta, justamente, u n a é p o c a de enor8 4
>
3 5
3 4
Él "crítico moderno" es J . M . DE Cossío, Fábulas
mitológicas
en
España, p. 151. Y o pienso que el tema no tiene que ver con la calidad
de l a poesía. P o r lo demás, ya en las listas de "amadores" del siglo xv las
figuras clásicas se codean con T r i s t á n e Iseo y con Macías el Enamorado. Sin
ir m á s lejos, en el Cancionero general de 1557 hay, entre las "Obras nueuas",
u n poema sobre Orfeo en coplas de arte mayor (fols. cccxciiij ss.) y una
" O b r a nueua que es vn Canto de Amadís quando hazía penitencia por
mandado de su señora Oriana en l a P e ñ a Pobre, incerto autore", en impecables octavas italianizantes (fols. ccclxxviij ss.).
L a glosa se encuentra en e l lugar cit. supra, nota 27. N o se sabe
(dije allí) si es de uno de los dos caballeros o del tercer "autor". E n vista
de que e l poema de Orfeo que aparece entre las "Obras nueuas" tiene l a
doble singularidad de ser lo ú n i c o escrito en el verso de J u a n de M e n a y de
llevar como título " O b r a hecha por v n autor cuyo nombre se escusa", no es
arriesgado imaginar que la glosa es de uno de los dos caballeros que acom3 5
162
ANTONIO AL ATORRE
NRFH, XXIV
me efervescencia, apenas h a n pasado siete a ñ o s cuando ya l a simpleza de esa glosa es " r u i n d a d " para u n A l o n s o P é r e z , autor de l a
segunda parte de l a Diana y poeta m u y d u e ñ o del oficio. E l soneto
m i s m o sigue siendo hermoso. Y a nadie lo puede ver con ojos críticos: sus versos son tan intocables como los de " V i v e leda si pod r á s " , como los de " L a b e l l a m a l m a r i d a d a " , como los d e l soneto
de Garcilaso. Intocables y a l a vez provocadores, d i g n í s i m o s de ser
glosados de manera decorosa, " a l a a l t u r a de los tiempos". P o r su
lenguaje y por su simple estructura m a t e r i a l (catorce estancias de
ottava rima en vez de siete coplas rimadas a l estilo de las d e l antiguo "arte m a y o r " ) , l a glosa de A l o n s o P é r e z es de m á s clara d i g n i d a d r e n a c e n t i s t a . L a glosa " m u y r u i n " de que h a b l a A l o n s o
P é r e z tiene que ser l a d e l Cancionero
general. P e r o él supone que
d e b e n de haberse hecho otras "muchas", y que algunas de ellas
s e r á n " m u y buenas". D e esas muchas, si es que las h u b o , no nos
36
p a ñ a b a n a Felipe II en Londres y se a b u r r í a n soberanamente, de manera
que, sin ser poetas de oficio, se dedicaron a hacer versos para matar el
tiempo. Y tampoco es arriesgado imaginar que el que hizo la glosa del viejo
soneto hizo t a m b i é n las de dos viejas canciones: "Vive leda si p o d r á s " y
" L a bella malmaridada" (fols. cccxcj v° y cccxcvj v ° ) , pero éstas, naturalmente, en metros castellanos. Los aficionados a las glosas no distinguían entre
lo tradicional y lo italianizante: bastaba que l a poesía que glosaban mereciera
la pena. Cf. infra, notas 37, 38 y 51 (hacia el final).
H e aquí las palabras que preceden a l a glosa: "Por ser este soneto,
amigo lector, de historia tan agradable y trillada de todos, y t a m b i é n por
auerle visto con vna glosa muy ruyn (dexo muchas que de secreto aura muy
buenas), probé esta que aquí está" (y que comienza "Sobre las raudas aguas
del estrecho..."). Alonso Pérez glosa u n segundo soneto, mucho más moderno,
que seguramente era t a m b i é n muy de su agrado (y del agrado del p ú b l i c o ) :
"Pues tuve corazón para p a r t i r m e . . . " P o d í a estar seguro de la respuesta del
"amigo lector", y él y los libreros sabían lo que hacían al poner en la portada
misma del libro un anzuelo: Segunda parte de la Diana de lorge de Montemayor, compuesta por Alonso Pérez, médico salmantino. Van al cabo dos
glosas del autor: la vna del soneto que dize "Hero d'un alta torre lo miraua"
%cc, la otra del que dize "Pues tuue coracón para partirme"...,
como se lee
en l a ed. de Venecia, 1568, que es según PALAU, Manual, t. 10, p. 97, l a primera de las muchas que tuvo esta obra. Pero J . B . AVALLE-ARCE, La novela
pastoril española, M a d r i d , 1959, p. 87, nota 7, nos dice que en 1564 corrían
ya por lo menos tres ediciones: la de Valencia que Palau tiene por "fantasma", una de Salamanca [¿la a u t é n t i c a ed. príncipe?] y otra más de Burgos,
por Felipe de Junta, que él posee. L a enorme proliferación bibliográfica de
las Dianas tiene que haber contado mucho para la difusión de l a historia
de H e r o y Leandro. J . M . DE Cossío, op. cit., se ocupa de esta glosa en las
pp. 151-152. Se equivoca cuando dice que "aparece desde la edición de Venecia de 1585". L l a m a a Alonso Pérez "poeta mediocre", y sin embargo dice que
en ciertas octavas "alcanza verdadera elocuencia" o incluso "verdadera dignidad poética". (Las dos octavas que él reproduce son en verdad muy buenas).
Observo que Alonso Pérez lee " H e r o d'un alta torre lo miraba", y no "do
miraba" (cf. supra, nota 2 6 ) .
3 6
*
NRFH, XXIV
h a llegado, que yo sepa, m á s que
u n a sola. P e r o en cuanto a esta
tercera glosa estamos casi totalmente ayunos de
Del
163
"GRAN FORTUNA" DE UN SONETO DE GARCILASO
"Soneto de
37
noticias .
L e a n d r o " conozco c i n c o glosas, escritas todas
ellas en l a segunda m i t a d d e l siglo x v i . L a m á s antigua parece ser
la que
figura en el cartapacio salmantino de P e d r o de Lemos,
catorce octavas reales m á s u n
38
siete v e r s o s .
Idéntica
Francisco de A l d a n a ,
curioso "estrambote" n a r r a t i v o
empresa
(salvo
el
3 9
estrambote)
"el divino c a p i t á n " .
l a c i ó n m e x i c a n a de Flores
de
baria poesía
en
de
acometió
E n l a famosa recopi-
hay otra glosa, esta vez
en catorce liras garcilasianas, de las cuales cito l a p r i m e r a :
Rendido a su ventura,
forzado de deseo congojoso,
en una noche oscura
alegre iba y penoso
pasando el mar Leandro el
L a s otras dos
reales: u n a
Cervantes
4 1
de
glosas e s t á n
escritas, de
40
animoso .
nuevo, en
ellas se debe a P e d r o de
Padilla,
catorce octavas
gran amigo
de
, y la otra a A n t o n i o de L o Frasso, u n o de los despista-
3 7
Figura en uno de los "cartapacios salmantinos" cuyo contenido reseñó
algo apresuradamente R . MENÉNDEZ PIDAL, BRAE, 1 (1914), p. 309 (al
fol. 91). Menéndez Pidal no da el incipít, n i dice en q u é clase de estrofas
está hecha la glosa. Por cierto que en el folio siguiente hay una "glosa de
O r d ó ñ e z " a "Vive leda si podrás".
Comienza: "Después que aquella seña tan deseada..." (véase el índice
3 8
del
cartapacio
en
MENÉNDEZ
PIDAL,
loe.
cit.,
p.
153,
al
fol.
5).
J.
M . DE
Cóssío, op. cit., p. 153, reproduce l a octava correspondiente al v. 11, y el
remate de 7 versos. Pedro de Lemos, hombre de su época, era muy aficionado
a las glosas: en su cartapacio hay dos de " L a bella malmaridada", una de
"Vive leda si podrás", y una más, en octavas reales, del soneto de Boscán
" Q u i e n dize que la ausencia causa o l v i d o . . . " (fols. 24 v°, 54 v°, 109 r° y
130 r°, respectivamente).
FRANCISCO DE ALDANA, Obras completas, ed. M . M o r a g ó n Maestre,
M a d r i d , 1953, t. 2, pp. 174-178: "Glossa del soneto Passando el mar Leandro,
de l a qual faltan dos otauas", las correspondientes a los vs. 6 y 7 (y no a
los vs. 13 y 14, como dice Cossío, op. cit., p. 154, el cual estudia brevemente
esta glosa, "bizarra y exaltada como l a que m á s " ) .
Flores de baria poesía, ms. cit., pp. 90-93. Aparece primero el texto del
soneto (con una errata: "Fassaua el mar L e a n d r o . . . " ) , y en seguida la
"glosa al soneto passado".
PEDRO DE PADILLA, Thesoro de varia poesía, M a d r i d , 1580, fols. 265 r°270 r°, o bien la 2* ed., Thesoro de varias poesías, ibid,, 1587, fols. 463 r°468 r°. L a glosa (que comienza 'Toreado del desseo y combatido...") es la
primera de una serie de cuatro poesías en que Padilla relata toda la trágica
historia. Las otras son u n romance, unas octavas reales y u n segundo romance. ( E n la 2* ed. este conjunto se llama "Ensaladilla X V I " ) . MENÉNDEZ
PELA YO, "Bibliografía...", n ú m . 21, no registra m á s que el primero de los
romances (sobre los cuales puede verse m i artículo "Los romances de Fiero
3 9
4 0
4 1
164
NRFH, XXIV
ANTONIO ALATORRE
dos m á s estupendos de l a historia de l a literatura española, en u n
l i b r o que Cervantes t e n í a por a u t é n t i c a j o y a . C o p i o de allí dos
pedacitos:
E l moco con sus naturales remos,
las ondas hiere y navega remando,
A m o r que Fesforcava por estrémos,
las espessas con el, van contrastando...
Ardiendo iva sin aplacar su fuego,
no podia resistir a la corriente,
perdió la lumbre y norte de su juego,
que era la guia de su accidente...
4 2
43
y Leandro", Libro jubilar de Alfonso Reyes, México, 1956, pp. 9-11). Cossío,
op. cii., se ocupa de la composición de Padilla en las pp. 154-156. Véase
también J . G . FUCILLA en BHi, 57 (1955), 133-135.
E n la "sección pastoril" del donoso y grande escrutinio que el Cura y
el Barbero hicieron en la librería de D o n Quijote es curioso encontrar a
Alonso Pérez, Pedro de Padilla y Antonio de L o Frasso casi juntos, tal
como casi juntos los he colocado yo aquí, por razón de la materia del
artículo. L a Diana de Alonso Pérez " a c o m p a ñ e y acreciente el n ú m e r o de
los condenados al corral"; el Thesoro de varias poesías de Padilla: "Como
ellas no fueran tantas, fueran m á s estimadas... Guárdese [el libro], porque
su autor es amigo m í o . . . " ; la Fortuna de amor de L o Frasso: "Por las órdenes que recebí, que desde que A p o l o fue Apolo, y las musas musas, y los poetas
poetas, tan gracioso n i tan disparatado libro como ése no se ha compuesto, y
que, por su camino, es el mejor y el más ú n i c o de cuantos deste género han
salido a la luz del mundo, y el que no le ha leído puede hacer cuenta que
no ha leído jamás cosa de gusto. Dádmele acá, compadre...", etc. E l juicio
sobre la Diana del Salmantino es quizá demasiado severo, demasiado impaciente: Cervantes pudo haber salvado siquiera algunos versos (entre ellos la
glosa del soneto de H e r o ) . E l juicio sobre Padilla es muy simple: honrado
y amistoso a la vez. Pero el juicio sobre L o Frasso es una maravilla. Y o no
estoy de acuerdo con cierta crítica que ve en Cervantes una actitud totalmente negativa, de "sarcasmo" incluso (véase esa crítica, in nuce, en las descripciones del libro de L o Frasso apud SALVA, Catálogo, t. 2, Valencia, 1872,
pp. 142-143, y PALAU, Manual, t. 5, p. 496: véase t a m b i é n AVALLE-ARCE,
op. cit., pp. 148-155). Según los caminos habituales, la Fortuna de amor es
un puro disparate, pero, "por su camino", es un libro en verdad divertidísimo
y muy único; las palabras de Cervantes no llevan veneno: destilan entusiasmo. C o n ese entusiasmo r e c o m e n d a r í a yo (a los lectores ad hoc) el
Laveriního
poético que menciono supra, final de la nota 5. Es uno de esos libros que
nos gustaría poseer, y mostrarlo a los amigos, y hojearlo, seguros de que
Gabriel de Castillo M a n t i l l a nunca va a carecer de perlas que ofrecernos.
4 2
4 3
ANTONIO DE L o FRASSO, LOS diez libros de la Fortuna de
amor...,
Londres, 1740, pp. 92-96. L a glosa comienza: " L a noche se cubrió d'escuro
m a n t o . . . " (véase, sobre ella, el artículo de P. CABANAS, "Garcilaso de la
Vega y Antonio de Lofrasso", RLit, 1, 1952, 57-65). T a l vez para no quedarse
atrás de Alonso Pérez, L o Frasso glosó (también en octavas) un segundo
soneto: "Estábase Marfida contemplando..." Este soneto, que es de Montemayor, tuvo asimismo gran fortuna: está en el Cancionero general de 1557, a
continuación del de Leandro, y en el mismo folio (cf. supra, nota 20) ; fue
puesto en música, fue vuelto a lo divino: fue otro de los grandes éxitos del
NRFH, XXIV
"gran f o r t u n a " de u n s o n e t o de g a r c i l a s o
165
H a y t o d a v í a u n a sexta glosa, pero incompleta, en la Comedia
de Hero y Leandro de A n t o n i o M i r a de Mescua (cuya lectura n o
le recomiendo a n a d i e ) . Se encuentra en l a ú l t i m a jornada, en el
m o m e n t o " d r a m á t i c o " en que L e a n d r o atraviesa el Helesponto
mientras H e r o , desde la torre, l o está m i r a n d o . H e a q u í l a parte
correspondiente a los vs. 7 y 8 del soneto:
H E R O — S u fin la luz amaga.
¡Piadoso y dulce Amor, tenia encendida!
A y de mí, que se apaga
cuando m i amante de perder la vida
se viene entristeciendo,
y más del bien que allí perdía
muriendo.
LEANDRO—Si ya me lleva el hado
bebiéndome las ansias de la muerte,
Leandro enamorado
de que ya no podrá, señora, verte
muere m á s cuidadoso
que de su propia
muerte
congojoso.
Se glosan sólo los cuartetos. P e r o F l o r o (el gracioso) hace trampa,
y en lugar de terminar su parlamento con el v. 3 del soneto, l o
t e r m i n a con este otro, tan e s t e r e o t í p i c o : " ¡ M u e r a yo entre mosquitos, n o entre r a n a s ! "
44
Y ahora, las contrahechuras religiosas. E l conocedor de l a poesía de Garcilaso que se pone a leer por p r i m e r a vez el Garcilaso a
lo divino» de Sebastián de C ó r d o b a v a de sorpresa en sorpresa: ¡en
q u é se van convirtiendo el soneto de Dafne, l a Égloga II, l a C a n c i ó n a l a flor de G n i d o ! Es l a sensación de sorpresa y de e x t r a ñ e z a
que se experimenta al leer l a serie de 'Vueltas a lo d i v i n o " del
siglo xvi.—El pulular de acentos en los versos que cito es seguramente obra
de Pedro de Pineda, profesor de español para ingleses, que fue quien reeditó
el libro en 1740. N o he visto la 1» edición, de Barcelona, 1573.
L a comedia ha sido editada por F. M O Y A D E L B A Ñ O , op. cit., "Apéndice
documental", pp. 149-211. (Corrijo su texto en el primer verso de m i cita,
que ella lee "Su fin l a luz apaga"). L a glosa del soneto (pp. 207-208) comienza: "Sagrado dios N e p t u n o . . . " (en boca de H e r o ) . Precede esta acotación: " A r r o x a [Leandro] el bestido por todo el tablado y ace como que se ba
desnudando, y éntrase, como que se arroxa a l agua, y sale Ero en lo alto".
Más tarde Leandro "sale moxado, en camisa y calzones de lienzo", y dice,
inexplicablemente, un ú l t i m o parlamento antes de morir. Salvo unos versos
del romance burlesco de Góngora, "Arrojóse el mancebito / al charco de
los atunes" —que canta el gracioso (p. 182) por habérselos oído a los muchachitos de Abido—, el soneto de Garcilaso es la ú n i c a cita literaria de
toda esta comedia (que no es, por cierto, tan rematadamente estrambótica que
resulte divertida).
4 4
166
ANTONIO
NRFH, XXIV
ALATORRE
45
soneto de Leandro . Se siguen oyendo las rimas y aun muchas
palabras de Garcilaso, pero toda esta música original es ahora portadora de mensajes inesperados. Por ejemplo: " A l crear Dios a
nuestros primeros padres, el demonio se llenó de envidia y de
furia, y entonces tentó a Eva, y Eva sedujo a Adán, y los dos comieron del fruto prohibido, y fueron arrojados del paraíso terrenal". E n eso se ha convertido el epigrama pagano. Eso dice ahora
el soneto de Garcilaso. L a hazaña se debe a Juan Timoneda:
Criando el mundo Dios el animoso
en amoroso fuego todo ardiendo,
y en criar Adán fuese embraveciendo
Sathanás con un ímpetu furioso.
Vencido de soberbia presuroso
contrastaba el mal en sí bien pudiendo,
y más del bien que allí perdía muriendo
se demostraba amargo y congojoso.
Como siempre, mudó su voz cansada
y a Eva le habló de esta manera;
y en ser de ella la ficta voz oída,
convidara Adán, y él dijo: No muera.
En fin, que comió, y les fue tornada
en amarga muerte la dulce v i d a .
46
4 5
C ó r d o b a mismo no volvió a lo divino este soneto. E n todo caso, no
lo encuentro en la hermosa ed. crítica de G l e n R . Gale, M a d r i d , 1971. Pero
Gale publica sólo el libro I V de Las Obras de Boscán y Garcilasso trasladadas
en materias christianas y religiosas, que es como se intitula el volumen en
sus eds. de Granada 1575 y de Zaragoza 1577. Ese libro I V contiene las obras
de Garcilaso (cf. supra, nota 23). ¿No será que Gale ha omitido inadvertidamente el soneto de Leandro, por estar al comienzo del volumen, antes de las
obras de Boscán? —Confieso que nunca he visto el libro de Juan de Andosilla y Larramendi, Christo Nuestro Señor en la cruz, hallado en los versos
de...
Garcilaso de la Vega, M a d r i d , 1628.
Las Coplas de Flerida con dos sonetos el vno de passando el mar
Leandro, y el otro que clizen: quien dixere quel ausencia Scc. Va. también
el de Flerida y Leandro bueltos a lo spiritual por Juan Timoneda, pliego
suelto gótico, de 2 hojas, descrito por L U C A S D E T O R R E en BRAE, 3 (1916),
p. 565, y por A . R O D R Í G U E Z - M O Ñ I N O en su introd. a los Cancioneros llamados
"Enredo de amor", "Guisadillo
de amor" y "El truhanesco" de Timoneda,
Valencia, 1951, pp. 39-40, y en su Dice. bibl. de pliegos sueltos, op. cit., número 569 (pp. 357-358). L U C A S D E T O R R E (ibid., pp. 565-567) reproduce
todo el texto (en el que quizá se p o d r í a corregir el v. 6, y leer contrastar
y no contrastaua). E l pliego trae primero las "coplas de Florida" (llamadas
luego "el [soneto] de Flerida"), que son tres octavas de l a Égloga III, a
partir de "Flerida para m í dulce y sabrosa"; prosigue con el soneto de Garcilaso y con el otro soneto, y termina con las parodias religiosas de los
dos textos poéticos (las "coplas de Flerida" dicen ahora: " M a r í a para A d á n
dulce y sabrosa..."). Son los mismos textos garcilasianos que fueron puestos
en música por Pisador (el cual también llamó soneto a "Flerida para m í . . . " :
cf. supra, nota 33). E l Libro de Pisador es de 1522, a ñ o en el cual Timo4 6
NRFH, XXIV
'GRAN F O R T U N A " D E U N SONETO DE GARCILASO
167
Resistiendo a l a t e n t a c i ó n de detenerme en este soneto l o q u í simo, paso al siguiente, tan distinto: u n a piadosa evocación de l a
c r u c i f i x i ó n de Cristo, cuyos tercetos hacen pensar en el Beato J u a n
de Ávila:
Pasando el mar Jesús el animoso,
en fuego de amor vivo todo ardiendo,
su sangre con amor está virtiendo
por la salud del mundo muy ganoso.
Gimiendo y sospirando muy ansioso,
"Perdónalos, Señor —está diciendo—,
que por ellos clavado estoy sufriendo
tormento tan cruel y doloroso".
Los brazos tiene abiertos, esperando
a abrazarte y meterte en sus entrañas,
y el costado, rompido por tu amor,
bálsamo de amor está manando.
Pues ¿por q u é que te lavas y te bañas
en esta fuente, ingrato pecador?
47
E l tercero se i n t i t u l a "Soneto a l nacimiento de C r i s t o " , si b i e n
alude en realidad, y con m e t á f o r a s de fuerte t r a d i c i ó n teológica, al
misterio de l a E n c a r n a c i ó n (Verbum caro factura est):
E l H i j o de Dios Padre poderoso,
en amoroso fuego todo ardiendo,
amores con nuestra alma va tejiendo
en el telar mortal y bien penoso.
Metido allí en su tela está gozoso,
neda apenas estaba iniciando sus actividades de librero-empresario (cf. su
bibliografía apud R O D R Í G U E Z - M O Ñ I N O , introd. arriba citada, y P A L A U , Manual,
s. v. " T i m o n e d a " ) . P A L A U , t. 23, p. 184&, no registra más que dos pliegos
sueltos suyos con fecha: las Respuestas de Cucaracha Martínez,
que son de
1561, y El consejo que dio una gitana a una necia de muger, de 1562. Hacia
esos años se podría fechar nuestro pliego suelto. E n la p. 191 registra Palau
varios pliegos sueltos sin fecha, por los cuales se ve que T i m o n e d a era muy
aficionado a volver canciones profanas a lo divino. (Por cierto que Palau no
registra las Coplas de Flérida).
4 H.S.A., ms. I X , fol. 22. Cf. el Catálogo (cu. supra, fin de la nota 28),
t. 1, p. 74. E l soneto se encuentra t a m b i é n en el ms. 3072 del "Fundo gera!"
de la Biblioteca Nacional de Lisboa. De ahí lo reproduce E D W A R D G L A S E R en
su artículo "«El cobre convertido en oro»: Christian rifacimentos oí Garcilaso's poetry i n the 16th and 17th centuries", HR, 37 (1969), p. 65, trad. a l españ o l en el volumen (cit. supra, nota 1) La poesía de Garcilaso, pp. 389-390. N o
hay entre los dos manuscritos ninguna divergencia notable. Corrijo el v. 7,
que en los dos mss. tiene doce sílabas ("que por ellos enclauado.. /'). L a
exégesis que Glaser hace de este soneto me parece un tanto retorcida: dice
por ejemplo que el mar, en el v. 1, significa 'el mundo' o 'la iniquidad
humana' (¡y hasta da bibliografía!). E l contexto es muy simple: el mar es
'el trago de la muerte'; es lo que aquí está significando.
7
ANTONIO
NRFH, XXIV
ALATORRE
porque cuanto tejía hombre naciendo,
tanto el hombre mortal iba vistiendo
de su p a ñ o divino y amoroso.
E l hilo de l a tela que tejía
era de su algodón y nuestro lino,
hilado en las entrañas de María,
tejiendo nuestro humano y su divino
ser, que de quebrar tiene cierto día
sin deshacer la tela su camino .
4 8
E l cuarto soneto c o m b i n a los temas de los dos anteriores: la
E n c a r n a c i ó n y l a R e d e n c i ó n . Su valor p o é t i c o n o será m u c h o m á s
aquilatado, pero el autor observa m á s escrupulosamente las leyes
de l a "glosa": los dos sonetos anteriores i n t r o d u c e n en los tercetos
rimas distintas de las que e m p l e ó Garcilaso. D i c e así este ú l t i m o
soneto:
Bajó del cielo el Verbo poderoso
en amoroso fuego todo ardiendo.
T e m b l ó el Infierno, y fuese embraveciendo
el M u n d o con su ímpetu furioso.
De nuestro amor vencido presuroso,
contrastar a su furia no queriendo,
más contento del bien que da muriendo
que de su propia vida congojoso,
como pudo, esforzó su voz cansada
el buen Jesús, y habló de esta manera
(con voz que luego fue del Padre oída) :
"Padre, pues el remedio es que yo muera,
encomiéndoos, Señor, esta manada
por quien en sacrificio doy mi vida" .
4 9
Del "Soneto de l a hermosa H e r o " conozco u n a sola contrahechura religiosa, pero ésta es seguramente l a mejor de todas. S i
4 8
to
"Soneto al naszimj. de X p o . imjtadó y methafórico", H.S.A., ms. V,
fol. 254. (Cf. e l Catálogo cit., t. 1, p. 40). A l margen del v. 10 (".. .y nuestro
lino")
alguien escribió: "siue L i m o " , buena figura teológica también (el
baiTo
humano), pero inconveniente para la metáfora "textil" (y para la
r i m a ) . E l soneto está también, con pocas variantes, e n las Flores de baria
poesía.— T o d a v í a a fines del siglo x v n , u n tal J u a n G a y t á n escribía al final de
su traducción de l a heroida ovidiana de Leandro a Hero: "Este Leandro
es Iesús nuestro señor, el qual auajó de el celestial reino, haciéndose hombre,
para pasar este piélago y mar lleno de tempestades y c i é n a g o . . . " , etc. (B.N.M.,
ms. 7892, fol. 38 v ° ) . ( E l manuscrito, autógrafo, termina así: "Enpecóse
desde el a ñ o de M . D . L x x i x . hasta el de L x x x j " , pero seguramente falta
una " C " y debe leerse 1679-1681, entre otras cosas porque en el fol. 34 r°
G a y t á n copia, callando el origen, la traducción del epigrama de Marcial por
"Feniso" de la Torre, Entretenimiento de las Musas, Zaragoza, 1654, p. 94.
JUAN
LÓPEZ
DE ÜBEDA,
Cancionero general de la doctrina
christiana,
Alcalá, 1579. (Texto comunicado por Antonio R o d r í g u e z - M o ñ i n o ) .
4
9
NRFH, XXIV
"GRAN
169
F O R T U N A " DE U N SONETO DE CARCILASO
a l g u i e n , n o enterado de que
se trata de parodias, lee u n o
de otro el soneto de T i m o n e d a y el que
después
ahora voy a copiar,
no
p o d r á menos de a d m i r a r l a irresponsabilidad del p r i m e r o y l a suav i d a d y fluidez del segundo. T a m b i é n
minación
esta ú l t i m a
contrahechura:
temáticamente
tras a l
es u n a
Pecado O r i g i n a l ,
culla
E n c a r n a c i ó n y l a R e d e n c i ó n por l a sangre de C r i s t o , h a c í a falta l a
Mater
dolorosa:
5 0
Cristo de una alta cruz se la m i r a b a
a l a gloriosa Virgen cuál venía,
y la muy poca sangre que tenía
helósele mirando cuál estaba.
D o l o r sobre dolor se acrecentaba,
pena muy e n t r a ñ a ! se le encendía
por los extremos grandes que ella hacía
en ver con las palabras que ella hablaba:
" ¡ O h muy amado hijo, oh dulce amigo!
Espérame, no partas tú primero,
pues sabes c u á n t o siento tus heridas.
R e c í b e m e en la cruz allá contigo;
a do mueres tú, hijo, morir quiero;
acaben los dolores con las vidas" .
5 1
5 0
"Cristo se la miraba a la Virgen"! E l autor tenía ante los ojos, de
seguro, el texto del soneto de Hero tal como aparece en la Diana de Alonso
Pérez ("Hero lo miraba a Leandro"), y el giro, por lo visto, le pareció normal: no sólo lo adoptó, sino que lo extremó con el doble pronombre se la.
Cf. supra, nota 26 y final de la 36.
Fray B A R T O L O M É P O N C E , Primera parte de la Clara Diana a lo divino,
Zaragoza, 1599, l i b . V I I . E l texto procede del artículo de M . D A R B D R D , " L a
Clara Diana a lo divino", BHi, 64 bis (1962) [Homenaje a Marcel Bataillon],
pp. 407-408. Sobre el autor y su obra véase t a m b i é n A V A L L E - A R C E , op. cit.,
pp. 237-238. Fray Bartolomé Ponce parece haber escrito su Diana a lo divino
a principios de la década 1560-70. Darbord encuentra en este "assez beau
sonnet spirituel" una cristianización perfecta de eso que antes llamé masoquismo petrarquista: "le t h è m e de l'amour profane fatal et douloureux, que
seule la mort peut guérir", se convierte en el tema del amor infinito de
María por su H i j o . Los tercetos, sobre todo, son muy tiernos y fluidos ("Les
tercets au moins semblent être d u Garcilaso a lo divino", dice D a r b o r d ) . Tampoco son malos los cuartetos (la única falla está en los vs. 7-8, cuya sintaxis
es algo turbia). Fray Bartolomé tenía oficio: basta comparar la complejidad
de su frase con l a simpleza del original (cf. supra, nota 30). Avalle-Arce,
que hace severos reproches a l novelista —resumidos en uno: "pésimo estilo"—, no dice nada del poeta, pero da, en cambio, una noticia interesante:
otra de las transposiciones espirituales de fray Bartolomé es una glosa de
" L a bella malmaridada".—Para volver a l soneto: quizá autores como Alonso
Pérez y fray Bartolomé Ponce, aunque queden condenados como prosistas,
puedan redimirse por algunos al menos de sus versos. E l caso de L o Frasso
es distinto; a él le pasaba una cosa muy simple: no dominaba la lengua en
que escribía.
5 1
170
ANTONIO
E l d í p t i c o de sonetos formado por
el ú n i c o
5 2
NRFH, XXIV
ALATORRE
no
fue
. E l p r o p i o T i m o n e d a h a b í a creado el a ñ o anterior
T i m o n e d a en
un
d í p t i c o diferente, a base del soneto de
Coloma
1562
("En
el soberbio
m a r se v i o m e t i d o . . .") y de u n o n u e v o que comienza " E r o a q u i e n
mil
cuydados c o m b a t í a n . . . "
5 3
Y G u t i e r r e de C e t i n a s i n t i ó l a nece-
sidad de a ñ a d i r a su i m i t a c i ó n d e l soneto de Garcilaso
que
de a m o r en fuego a r d í a . . .")
recelar que
En
amor nos muestra. . . " , sobre l a muerte de
las Flores
de
baria
poesía)
("Leandro,
u n soneto paralelo: " C o n a q u e l
los
sonetos de
Hero
5 4
C e t i n a son
.
los
centrales de u n a serie de cuatro: el p r i m e r o es el de C o l o m a y el
ú l t i m o el de Garcilaso.
E n el cartapacio de P e d r o de
otra serie de cuatro: el de Garcilaso
cidos, que
empiezan " L e a n d r o de
Lemos
hay
(más su glosa), dos descono-
las ondas fatiguado. . . " y " L a
fuerza del a m o r como solía. . . " , y finalmente " E r o d e l l alta torre
do
miraba..
Juromenha,
5 5
Este
último
soneto
es,
en
el
o b r a de u n solo poeta, d e s m a ñ a d í s i m o por cierto
5 2
Cancioneiro
de
el p r i m e r o de una serie de cinco: los otros cuatro son
5 6
.
E n el Cancionero general, el a n ó n i m o de Leandro y el "viejo" de
Hero no hacen pareja sino por accidente (cf. supra, nota 30).
Sarao de amor (1561), fol. lxxvj v°. Copio sólo el último terceto:
"De biuir más, perdió luego la gana, / elósele la sangre en cada vena, / y
en vn punto s'echó de la ventana". Es imposible saber si el soneto es original
de Timoneda. N o lo he visto en n i n g ú n otro lugar.
Flores de baria poesía, ms. cit., p. 89, tras el soneto de Leandro, que
está en la p. 88. E n la ed. de Hazañas, el primero está en las pp. 111-112 y
el otro en las pp. 47-48 del t. 1. Copio t a m b i é n el ú l t i m o terceto: "Pues a
mis brazos que llegase[s] vivo / no quiso el hado, ¡oh sola m i esperanza!, /
espera, que a do vas te voy siguiendo".
Véase la descripción del cartapacio por R . M E N É N D E Z P I D A L , BRAE, 1
(1914), 151 ss. Los sonetos no están juntos, sino regados por el ms. (respectivamente en los fols. 5, 12, 94 y 118 v ° ) , pero los considero una "serie"
por la obvia afición que Pedro de Lemos le tiene al asunto (fuera de esos
cuatro sonetos, sólo uno más es de tema clásico: " A la muerte de l a [reina
Dido]", atribuido nada menos que a Garcilaso: fol. 4 v ° ) . E n cuanto al
segundo soneto, el que comienza "Leandro de las ondas fatiguado", me pregunto si Menéndez Pidal no h a b r á copiado el v. 2 en lugar del v. 1: podría
tratarse del soneto de Coloma, cuyo v. 2 dice así en las Flores de baria
poesía: "Leandro de las ondas trastornado".
E l texto de los cinco fue publicado por C A R O L I N A M I C Í Í A E L I S D E V A S C O N C E L O S en ZRPh,
8 (1884), 615-616. Cf. t a m b i é n ZRPh, 5 (1881), p. 401,
y supra, final de la nota 27. D o ñ a Carolina creía que los cinco sonetos eran
de autor portugués, quizá de Montemayor. A mí me parece evidente que
hay que separar n í t i d a m e n t e el primer soneto de los otros cuatro. E l soneto
" H e r o del alta torre..." es una entidad aparte, u n soneto ilustre (casi tanto
como el de Garcilaso) que dejaba siempre con ganas de más. Y así como
otros poetas prolongaron el deleite mediante glosas, así el poeta desconocido
del Cancioneiro portugués prolongó el del "soneto viejo" con cuatro sonetos
que constituyen una historia corrida del drama de Hero y Leandro. Los
5 3
5 4
5 5
5 6
NRFH,
XXIV
"GRAN
Estamos lejos de
F O R T U N A " DE U N SONETO
171
DE GARCILASO
las " i m i t a c i o n e s " propiamente dichas. E l so-
neto de G a r c i l a s o se va quedando a t r á s . L a serie del
de
Juromenha
es u n a
muestra de
l a gran
fortuna
Cancioneiro
del
tema
H e r o y L e a n d r o m á s que de l a del soneto "Pasando el mar
el a n i m o s o " . L o m i s m o h a b r í a
sonetos que
que
decir de
cuatro
Ramírez
Lapesa m e n c i o n a entre
57
los imitadores del soneto de
¿Y los
l a serie de
sobre el tema compuso el m u r c i a n o D i e g o
Pagan, u n o de los poetas a quienes Rafael
de
Leandro
Garcilaso .
otros poetas mencionados por
Lapesa? Y o
diría
que
tampoco los sonetos de Sá de M i r a n d a , M o n t e m a y o r y Camoes son
imitaciones del de
Garcilaso.
O l o d i r é así: el homenaje de esos
poetas a Garcilaso va por otros caminos que
el homenaje de
l o m a y de C e t i n a . E l soneto de M o n t e m a y o r n o
tiene de
Co-
común
con el de Garcilaso m á s que el p r i m e r verso: " L e a n d r o en amoroso
fuego a r d í a " ,
i n s p i r a d o en
el v. 2 de
Garcilaso;
los trece versos
restantes siguen otra r u t a : n o hay n i d e s c r i p c i ó n de l a tormenta,
n i s ú p l i c a a l g u n a de L e a n d r o a las olas, y el terceto f i n a l es
r e f l e x i ó n g e n é r i c a acerca de los "casos d e l a m o r "
Sá de M i r a n d a
("Entre Sesto y A b i d o , el mar
5 8
una
. E l soneto de
estrecho...")
alude
cuatro son muy malos. N o cuesta trabajo imaginar portugués al autor (su
lengua está empapada de lusismo: e l tercer soneto empieza " M i r a v a a todas
as partes con gran p e n a . . . " ) , pero éste de ninguna manera puede haber
sido Montemayor. E l error de d o ñ a Carolina se debe a que, colaborando
lusismo y mala memoria, la lengua del soneto viejo resulta parecida a la de
los nuevos, titubeante y coja. (Como muestra, véanse los tercetos: " O h
Leandro, m i dulce amigo, / espera, m i esposo, que ya muero, / que m i
triste vida acabó contigo. / De u n golpe dio l a muerte dos heridas; / ado
m o r i ó Leandro muera Hero; / perescan nuna muerte las dos vidas").
D I E G O R A M Í R E Z P A G A N , Floresta
de varia poesía (Valencia, 1562), ed.
A . Pérez Gómez, Barcelona, 1950, t. 1, pp. 114-116. Encabezado: "Los cuatro
sonetos siguientes son en la triste tragedia de Leandro y H e r o " (se intitulan
"Leandro habla consigo mesmo", " A la muerte de Leandro", " A la muerte
de H e r o " y " E n la sepultura de Leandro y H e r o orilla del m a r " ) . J . M . D E
Cossío, op. cit., pp. 159-160, consagra a este 'cuasi poema" u n a sección llamada " U n « H e r o y Leandro» en sonetos". " I m i t a c i ó n " de Garcilaso, propiamente dicha, sólo la hay en u n detalle del segundo soneto (Garcilaso,
v. 11: "mas nunca fue su voz de ellas oída"; Ramírez Pagan, vs. 12-13: " O h
crueldad, que nunca fue entendida / de sus dioses l a v o z . . . ") .—Recuérdese
t a m b i é n l a serie poemática (pero no sonetil) de Pedro de Padilla: supra,
nota 41.
Cancionero, ed. Bibliófilos, p. 40. Soneto impreso muchas veces en el
siglo x v i (las poesías de Montemayor fueron u n best-seller: cf. P A L A U , Manual, t. 10, pp. 94-95). L o he visto en estos lugares: Las obras, Anvers, 1554,
fol. x x i x r ° ; Las obras de amores, s.l., 1554, fol. x l i i j v°; Segundo cancionero^
Anvers, 1558, fol. 122 v°; Cancionero, Alcalá, 1563, fol. 90 r°; Cancionero,
Salamanca, 1571, fol. 93 r°. Como muestra de l a popularidad de este soneto:
es la única poesía de tema clásico que hay en el abultado "Cancionero sevillano de l a Hispanic Society", de hacia 1568: cf. l a descripción que de él
hace M A R G I T F R E N K A L A T O T E R R E , NRFH,
16 (1962), p, 375 ( n ú m . 302).
5 7
5 8
172
ANTONIO
ALATORRE
NRFH, XXIV
a l a tormenta, pero se concentra en el esfuerzo agotador de Leand r o y en sus " l á g r i m a s tristes sin provecho", y el terceto ú l t i m o ,
en vez de ser i m i t a c i ó n d e l final e p i g r a m á t i c o de M a r c i a l y G a r c i laso, trae algo inesperado:
" E n fin, ondas, vencéis —dijo, cubierto
ya de ellas—, mas no haréis que allá no vaya.
Vivo no querréis vos, ¡mas iré muerto!"
N o es éste " L e a n d r o el animoso" (audax), sino u n L e a n d r o delicado y rendido que se resigna a n o llegar vivo a l a otra o r i l l a y se
consuela con que llegue su c a d á v e r . L o s portugueses t e n í a n fama
de tiernos. C a m ô e s pone e n boca de L e a n d r o u n a s ú p l i c a a ú n
m á s tierna y delicada que l a de su compatriota. P e r o vale l a pena
copiar entero este soneto de C a m ô e s , para que se vea l o lejos que
está, por su hechura y p o r su i n t e n c i ó n , de los sonetos de C o l o m a
y C e t i n a —y del de G a r c i l a s o :
5 9
60
Seguia aquele fogo, que o guiava,
Leandro, contra o mar e contra o vento;
as forças Ihe faltavam j á e o alentó,
Amor lhas refazia e renovava.
Despois que v i u que a alma lhe faltava,
nao esmorece; mas, no pensamento
(que a língua j á nao pode) seu intento
ao mar que lho cumprisse, encomendava.
5í
> Como el de Cetina, este soneto se imprimió por vez primera en las
Anotaciones de Herrera (1580), pp. 205-206. E l texto de la 2* ed. de As obras
do doctor Francisco de Saa de Miranda ([Lisboa], 1614, soneto 17, fol. 5 r°)
es mejor que el de la 1* ed. (1595), que es el que sigue M . Rodrigues Lapa
en su ed. de Obras completas de Sá de Miranda para "Clássicos Sá da Costa"
(2* ed., Lisboa, 1942, p. 315). Cf. también la ed. de Carolina Michaèlis de
Vasconcelos, Poesías de Francisco de Sá de Miranda, Halle, 1885, soneto
XIV, p. 76.
Según H E R N Â N I C I D A D E (loe. cit. supra, nota 23), Camôes no imita en
su soneto directamente a Marcial, sino a Garcilaso. E n sentido estricto, no
imita a Garcilaso, ni menos aún a Marcial. No necesitaba siquiera conocer
el epigrama 28 (alias 25b) del De spectaculis. La historia trágica era ya conocida (gracias, en buena parte, a Boscán), y la poesía de esa historia estaba
en plena explotación. Coloma y Cetina sí quisieron "contender con G. L . " ,
como dice Herrera. Camôes quiso contender con los muchos sonetos (y
buenos sonetos algunos) que sobre el tema había, y muy directamente con
el de su compatriota Sá de Miranda. Garcilaso estuvo casi solo. Camôes
estaba asistido por una tradición italianizante ya sólidamente implantada en
España y en Portugal.—Otra cosa: el de Camôes es, que yo sepa, el primer
soneto portugués sobre el tema de Leandro, pues los de Sá de Miranda y
Montemayor (y, si se quiere, los cuatro de que hablo supra, nota 56) se
escribieron en castellano.
6 0
NRFH, XXIV
"GRAN
173
F O R T U N A " DE U N SONETO DE GARCILASO
" Ó mar —dezia o moco só consigo—,
já te nao peco a vida; só q u e r í a
que a de Hero me salves: nao me veja!
Este meu corpo morto, lá o desvia
daquela torre. Sé-me nisto amigo,
pois no meu maior bem me houveste enveja!"
61
Es u n soneto tan bello, "por su c a m i n o " , como el de Garcilaso.
P e r o es, a d e m á s , u n soneto cargado de h u m a n i d a d . Garcilaso, C o l o m a y C e t i n a h a b í a n aceptado e l hedonismo del poeta latino
( r e c u é r d e s e el "sentido pagano de l a v i d a " que Lapesa percibe en
los "cuatro sonetos clásicos") : " ¡ O n d a s , esperaos! ¡ D a d m e una noche m á s de amor!", hedonismo n o sólo aceptado, sino subrayado
p o r Garcilaso en los versos 7-8 de su soneto ( " N o duele tanto perder l a v i d a : duele más perder el b i e n de los dulces amores"). Sá de
M i r a n d a l l a m a "deseado y dulce puerto" l a playa donde H e r o l o
aguarda, pero sustituye a las expresiones de hedonismo otras de
r e s i g n a c i ó n , de a c e p t a c i ó n de l o fatal. O sea: se adelanta a los
acontecimientos, p r e v é l o que en efecto va a o c u r r i r : las olas arrast r a r á n su c a d á v e r a esa playa, y H e r o l o v e r á y se d a r á l a muerte.
Y entonces C a m ó e s , con u n a vuelta de tuerca, restaura, sí, el hedon i s m o (el amor, "o m e u maior b e m " ) , pero a l m i s m o tiempo pone
en boca de L e a n d r o unas palabras generosas que nadie le h a b í a
prestado: " V e o que voy a m o r i r : l o q u e ahora urge es que ella no
muera" .
Estamos, repito, m u y lejos de Garcilaso. A l o largo del Siglo
6 2
6 1
Rimas, ed. A . J . da Costa P i m p á o , Coimbra, 1953, soneto 61, p. 163.
E n su " A B C em motos", Camóes incluye dos motes sobre Leandro en la
letra L: "Leandro se afogou / e foi sua causa H e r o ; / e a mim, o que vos
quero"; "Leandro se afogou / no mar de sua bonanca; / eu, no de vossa
esperanza" (ibid., p. 45).
H . C I D A D E , loe. cit., después de decir que el soneto de Camoes es imitación directa del de Garcilaso, declara (como borrando l a "humillación" que
esto p o d r í a ser para el orgullo lusitano) que el Leandro de Camóes implora
"con mais fino sentimiento" que el del poeta toledano. Y o diría que implora
con m á s fino sentimiento que todos los Leandros que lo precedieron. L a
"finura" de Camoes luce en los detalles. E n los sonetos anteriores, incluso
el de Sá de Miranda, lo que Leandro quiere es llegar a la playa de sus
dulces amores; lo que en éste pide es n a llegar. Y , así como dos veces (vs. 3
y 5) el poeta ha instalado el silencio donde otros h a b í a n puesto exclamaciones cansadas y doloridas, así t a m b i é n dos veces llena ese silencio con la
fina imploración negativa: " ¡ Q u e ella no me vea!", "¡Desvía m i cadáver de
esa torre!" (Antes de Camoes, Leandro está pensando en su propia vida, no
en la de Hero. Para llenar la laguna alguien compuso, mucho antes de 1555,
el "Soneto de la hermosa Hero", que sobre todo con su verso final, "¡Parézcanse las muertes a las vidas!", embellecía l a muerte de H e r o tal como
h a b í a sido embellecida l a de Leandro. Camoes se atreve a decir que lo más
bello es la vida.)
6 2
174
de
ANTONIO
NRFH, XXIV
ALATORRE
O r o m u l t i p l i c á r o n s e los poetas y " a c i c a l á r o n s e los a u d i t o r i o s " .
Siguieron
haciéndose
sonetos
H e r o y L e a n d r o " , a veces p o r
veces t a m b i é n
por
"de
Leandro",
caminos m u y
"de
forma "tradicionalista". E n l o ú n i c o en que
y
"de
63
los caminos conocidos. D i o g o
ejemplo, aunque unos q u i n c e a ñ o s m e n o r que
Hero"
n o v e d o s o s , pero a
Bernardes,
por
Camoes, p r e f i r i ó l a
i m i t ó a Camoes
fue
en l a u t i l i z a c i ó n de l a l e n g u a materna; en l o d e m á s p r e f i r i ó i m i t a r
a Garcilaso. L a i m p l o r a c i ó n de su L e a n d r o está amplificada,
pero
es l a m i s m a :
" A i , ondas", suspirando comecou,
(mas délas, sem lhe mais a l e n t ó dar,
a fala contrastada atrás tornou),
" A i , ondas —outra vez disse—, ó vento!, ó mar!
6 3
A causa de que las sensibilidades eran nuevas, pero t a m b i é n a causa
del moldeameinto que sobre estas sensibilidades operaban los "progresos" de
l a "frasis poética". Basta comparar el lenguaje de los sonetos de Cetina y
Sá de Miranda que copia Herrera en sus Anotaciones (y t a m b i é n e l fragmento que cita de Hurtado de Mendoza) con el lenguaje de unos versos
propios que en el mismo lugar (Anotaciones, p. 203) le ofrece Herrera al lector de 1580 como ejemplo de utilización poética del tema de Leandro:
T ú qu'en el crespo piélago llevada
con la concha de perlas de Oriente
y de roxos cabellos esmaltada,
guiaste 'n sombra oscura 1 pecho ardiente
por la canal tendida, qu'alterada
con furor resonava; a do presente
la virgen temió el ponto, i él cortando
dexó el náufrago claustro atrás bramando.
¡Qué lejos está Garcilaso! Nos hallamos más bien en vísperas de Que vedo,
el Quevedo, justamente, del soneto de Leandro que empieza: "Flota de
cuantos rayos y centellas / en puntas de oro el ciego A m o r derrama, / nada
Leandro; y cuanto el ponto brama / con olas, tanto gime por vencellas"
(lenguaje tan extraño, tan sospechoso, que F . M O Y A D E L B A Ñ O , op. cit.,
p. 75, ingenuamente llega a decir: "Parece u n soneto serio, pero en el fondo,
creemos, se burla [Quevedo] del tema"). Por lo demás, lo "novedoso" y
"acicalado" podía venir de muchos caminos: pienso en el soneto de Leandro
de d o ñ a H i p ó l i t a de Narváez (Flores de poetas ilustres, ed. Quirós y Rodríguez Marín, Sevilla, 1896, p. 208), que se nos presenta con el lenguaje usual
a comienzos del siglo x v n , pero con una concepción y u n sentimiento no
usados antes: soneto muy bueno, digno de Sor Juana Inés de la Cruz. Los
ejemplos p o d r í a n multiplicarse. Ramírez Pagan y los tres portugueses (Sá
de Miranda, Montemayor y Camoes) pertenecen a u n grupo numeroso.
MZNÉNDEZ
PELAYO,
en su "Bibliografía española de Leandro y Hero", se
queda corto en todos los capítulos, y desde luego en e l capítulo sonetos.
Como decía d o ñ a C A R O L I N A M I C H A E L I S D E V A S C O N C E L O S en RHi, 22 (1910),
p. 548, nota 5, a propósito de las novedades que ella aportaba para la
historia del tema: "Claro está que estes nao sao os únicos acrescentos com
que posso contribuir para [la útil "Bibliografía" de don Marcelino]".
NRFH, XXIV
"GRAN
175
F O R T U N A " DE U N SONETO DE GARCILASO
Nao m'afogueis, vos rogo, e'm quanto vou:
afogai-me despois, quando tornar" .
6 4
D e l lado castellano, t a m b i é n u n J u a n de A r g u i j o , pese a los vistosos aderezos de su frase, y m u y distinto en este sentido del todavía demasiado b o b i t o R a m í r e z Pagan, es m á s " i m i t a d o r de G a r c i laso" que el m u r c i a n o . H e a q u í los tercetos de su soneto a l a
muerte de L e a n d r o :
"Ondas —dijo, muriendo—, si consiente
vuestro furor de un triste amante el ruego,
sed por un rato a m i dolor piadosas:
frenad el curso a la veloz corriente,
mostraos benignas sólo mientras llego,
y cuando vuelva, me anegad, furiosas" .
6 5
" Y otros". P o r q u e si todo se dijera, l a historia se h a r í a interminable. E n otros muchos productos p o é t i c o s d e l Siglo de O r o se
p o d r í a seguir el rastro de l a "gran fortuna" del soneto de L e a n d r o
el animoso. Se p o d r í a n enumerar ecos de versos a i s l a d o s . Y o
s u g e r i r í a u n a tarea m á s interesante y compensadora: estudiar l a
influencia que ese soneto de Garcilaso tuvo sobre l a hechura —la
structure, si se quiere— de u n grupo de sonetos que n u m é r i c a y
p o é t i c a m e n t e cuentan m u c h o en el caudal de l a poesía e s p a ñ o l a
del Siglo de O r o . A cada paso, si leemos con a t e n c i ó n , nos encontraremos con sonetos que comienzan " R o m p i e n d o el aire j u n t o al
alto cielo / D é d a l o c o n su h i j o caminaba. . . " ( a n ó n i m o sobre
í c a r o ) , o "Pasando el mar de Creta descontento / aquel h i j o de
D é d a l o atrevido. . . " (otro a n ó n i m o sobre Í c a r o ) - . "Pasando el
66
67
DIOGO BERNARDES,
Rimas varias: Flores do Lima, Lisboa, 1597, soneto L X X X V I I ("Leandro em noyte escura i n d o r o m p e n d o . . . " ) , fol. 52 v°.
(No lo registra M E N É N D E Z P E L A Y O en su "Bibliografía").
Sonetos de don Juan de Arguijo, ed. J . Colom, Sevilla, 1841, p. 18:
" E n la p e q u e ñ a luz de Sesto p o n e . . . " ( = BAE, t. 32, p. 4Qlab).
E l soneto de Villamediana " A la muerte de Adonis" tiene no sólo el
eco que señalé supra (final de la nota 8), sino otro más: Venus está "vencida del dolor" tal como Leandro está vencido de la fatiga (el trabajo "presuroso") . Recuérdese el Aristeo de Coloma, "en amoroso fuego todo ardiendo"
(supra, nota 18). "De amor ardiendo en amorosa llama / m i r o en los bracos
de una Virgen b e l l a . . . " (Leandro = Cristo), comienzan unos tercetos leídos
por "Sombra" (Gaspar Aguilar) en la Academia de los Nocturnos de Valencia (fines del siglo x v i ) . Cito por la copia de las Actas que tiene l a H.S.A.,
ms. I, l i b . 1"?, fol. 97. Cf. Catálogo (cit. supra, nota 28), t. 1, p. 5. L a recolección de ecos es tarea de mucha paciencia.
E l primero está en el C o d . Riccardiano (Florencia) 3358, fol. 187 r°-v°;
el segundo en la B . N . P . , ms. Esp. 373, fol. 179 v°.—Claro está que e l esquema
descripción (o narración) - j - "y dijo" ( > "y dije") - j - exclamación epigramática o punzante no existe sólo en los sonetos mitológicos, sino también,
6 4
6 5
6 6
6 7
176
ANTONIO
NRFH, XXIV
ALATORRE
m a r . . . " : el poeta se acuerda de Garcilaso para predisponer al lector, para captar su benevolencia; y e l lector, q u e evoca e l soneto
de L e a n d r o , sabe q u é puede esperar. L o m á s seguro es que e l
soneto pinte u n a escena en los cuartetos y sorprenda (o trate de
sorprender) con u n a p u n t a e p i g r a m á t i c a e n los tercetos. "Pasando
el m a r el e n g a ñ o s o t o r o . . . " , comienza L o p e de Vega u n o de sus
m á s bellos sonetos, el "de E u r o p a y J ú p i t e r " . Y es l o mismo. C l a r o
q u e l a d e s c r i p c i ó n d e l rapto n o tiene colores trágicos n i l a exclam a c i ó n de E u r o p a es p a t é t i c a , sino que todo es sonriente y travieso, desde el p r i m e r verso (rapto de E u r o p a p o r J ú p i t e r = rapto
del soneto de Garcilaso p o r el de L o p e ) hasta el ú l t i m o : " Y dijo:
¡Ay triste, ya p e r d í las flores!" ° , pero l a hechura, l a fábrica, es l a
misma. Es fácil ver, así, que e l "Soneto de E n d i m i ó n " de H e r n a n d o de A c u ñ a es m á s i m i t a c i ó n d e l "Soneto de L e a n d r o " que
muchos sonetos de L e a n d r o :
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E n una selva, al parecer del d í a ,
estaba Endimión, triste y lloroso,
vuelto al rayo del sol, que, presuroso,
por l a cumbre de u n monte descendía.
Mirando el turbador de su alegría,
contrario de su bien y su reposo,
tras u n sospiro triste y congojoso
tales palabras contra el sol decía:
"Luz clara, para m í triste y escura,
que con furioso curso apresurado
mi sol con tu tiniebla oscureciste:
si te pueden mover en tanta altura
las quejas de u n pastor enamorado,
¡no tardes en volver a do saliste!"
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por ejemplo, en los "petrarquescopastoriles". Es el esquema de "Estábase
Marfida contemplando..." (sobre el cual véase supra, nota 4 3 ) .
M e atrevo a poner "ya p e r d í " en vez de "yo perdí", como imprime J . F .
Montesinos en su ed. de Poesías líricas de Lope, Clás. cast., t. 1, Madrid, 1925,
p. 219. Si en l a ed. original de las Rimas humanas se lee yo, nada se opondría a que lo tuviéramos por errata.
E l texto puede verse en las citadas (supra, nota 31) eds. modernas de
Acuña, pp. 227 y 287, respectivamente. H e retocado los vs. 2, 4, 7, 13 y 14,
de acuerdo con algunas de las versiones antiguas que luego menciono. Las
Varias poesías de A c u ñ a se imprimieron apenas en 1591, once años después
de su muerte. Pero ese soneto h a b í a corrido activamente y durante mucho
tiempo en copias manuscritas. A diferencia del "Soneto de Leandro", impreso
en 1536 y quizá antes, y cuya tradición manuscrita es nula, l a historia textual
del "Soneto de E n d i m i ó n " es muy compleja. Para no meterme en ella, doy
alguna bibliografía: C . M I C H A É L I S D E V A S C O N C E L O S , ZRPh, 5 (1881), pp. 398
y 402, y RHi, 22 (1910), 525-527; J . P . W I C K E R S H A M C R A W F O R D , "Notes o n
three sonnets attributed to Francisco de Figueroa", MLR, 2 (1906-07), 223227; ID., " A note on Hernando de Acuña's sonnet o n Endymion", MLN, 44
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NRFH, XXIV
"GRAN
FORTUNA"
DE U N SONETO
D E GARCILASO
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Difícil tarea l a d e l veredicto. P o r q u e no podemos menos de leer
l a p o e s í a d e l pasado con l a sensibilidad d e l presente, y al mismo
t i e m p o n o podemos desentendernos del p e l i g r o de que l a sensibil i d a d d e l presente se interponga entre e l texto y nosotros, y que
esta (¿inevitable?) mampara de anacronismo nos borre o enturbie
l a carga p o é t i c a original, que es l a que justamente está llamando
a las puertas de l a sensibilidad de hoy. Existen, por ejemplo, temas
que pueden llamarse m á s perdurables que otros. E l tema del soneto X X I I I ( " E n tanto que de rosa y azucena") es u n o de ellos:
l a imagen de l a j u v e n t u d fatalmente condenada a marchitarse sigue presente en nosotros y presente s e g u i r á en los lectores (en los
seres humanos) d e l futuro, mientras que l a historia de Leandro,
mancebo de A b i d o , y H e r o , doncella de Sesto y sacerdotisa de
A f r o d i t a , a cuyos legendarios amores puso desastrado f i n u n a tormenta d e l Helesponto, n o le dice nada a l a inmensa m a y o r í a de
los lectores de hoy. E s u n tema libresco. Pero, para Garcilaso y los
lectores d e l Siglo de O r o , tan libresco era el asunto d e l soneto X X I I I
(Collige virgo...,
Carpe diem) c o m o el d e l X X I X . N o se puede
decir, creo yo, que a l salir de l a m a n o de Garcilaso el segundo de
ellos haya resultado ya "inferior en valor p o é t i c o " al p r i m e r o .
Sería acusar de insensibilidad a u n siglo de grandes poetas y de
grandes lectores de poesía. L a gran fortuna d e l soneto de Garcilaso
va trabada con su gran belleza.
ANTONIO
ALATORRE
E l Colegio de México.
(1929), 464-465; I. A G U I L E R A Y S A N T I A G O , "Unas poesías inéditas en u n códice
gongorino", BBMP, 10 (1927), 132-149 (ejemplo perfecto, este último, de lo
que es una mala edición de poesía del Siglo de O r o ) . A ñ a d o los textos siguientes: B . N . M . , mss. 3968, fol. 98 v° (atribuido a Figueroa) y 3915 (cartapacio de Jacinto L ó p e z ) , fol. 228 r° ( a n ó n i m o ) ; y H.S.A., ms. X (Cancionero
h i s p a n o - p o r t u g u é s ) , fols. 47 v°-48 r° (anónimo, seguido de l a "Glosa de
figueroa"). (Cf. Catálogo cit., t. 1, p. 79). Faria y Sousa lo p u b l i c ó como de
Camóes, dizque porque a él se a t r i b u í a en u n ms. (pero en otros se atribuía
a A c u ñ a y a Hurtado de Mendoza). T a m b i é n se a t r i b u y ó a Figueroa, el
cual hizo de él una glosa en liras (análoga a la glosa del "Soneto de Leandro"
que hay en las Flores de baria poesía): véase la ed. moderna de las Poesías
de Figueroa, Biblióf. Españoles, M a d r i d , 1943, pp. 109-111. Teófilo Braga,
que a t r i b u y ó a Camóes el soneto de Hero (cf. supra, fin de la nota 27), también le a t r i b u y ó el soneto de A c u ñ a y l a glosa de Figueroa. E l "Soneto de
E n d i m i ó n " d e b i ó de cautivar a los lectores del Siglo de O r o por su tono
de dulce saudade. Su primer verso resuena en las palabras de u n melancólico
personaje de Vélez de Guevara: " E n u n j a r d í n al declinar el día, / mis
imaginaciones divertía / mirando cuadros y admirando flores..."
(Reinar
después de morir, I, 488-490).
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